Ética a Nicómaco, Aristóteles

Alumna: María Jose Pavez Silva

Profesora: Michelle Sadler

Sección: 23

Fecha de entrega: 27 de marzo 2017

La obra “Ética a Nicómaco”, es la obra más importante y conocida de Aristóteles, abarca una
reflexión sobre en que consiste la felicidad y de lo que hay que hacer para ser feliz.

La definición de la felicidad según Aristóteles no consiste en los placeres ni en lo material

que tenemos, sino que consiste en vivir bien y obrar bien “Con nuestra definición concuerda
además la creencia que se tiene de que el hombre feliz es el que vive bien y obra bien, porque
virtualmente hemos definido la felicidad como una especie de vida dichosa y de conducta
recta.” (Libro I, Cap. 8, 1099a, pp.284-285) y esta se alcanza a través de la virtud, “Si la
felicidad es, pues, la actividad conforme a la virtud” (Libro X, Cap.7, 1178a, pp.323) solo
actuando según la virtud se llega a ser feliz y la virtud implica tener conciencia de los actos.

Por consiguiente, podemos decir que tienen una relación, pues la virtud es el medio y
condición para alcanzar la felicidad. La virtud es un hábito o atributo que el hombre hace
bien, el cual adquirimos en la práctica y repetición de nuestros actos “Las virtudes, por tanto,
no nacen en nosotros ni por naturaleza ni contrariamente a la naturaleza, sino que siendo
nosotros naturalmente capaces de recibirlas, las perfeccionamos en nosotros por la
costumbre.” (Libro II,Cap. 1, 1103b, pp.289) y consisten en un término medio en relación a
uno, es decir de acuerdo a nuestras necesidades, eludiendo el exceso y defecto.

Aristóteles clasifica las virtudes en dos, intelectuales y morales, la cual el filósofo las dividió
respecto a las partes del alma: la racional e irracional, respectivamente.

Las virtudes intelectuales se relacionan con el buen uso de la razón, y se dividen nuevamente
en dos grupos, lo teórico y lo practico que es donde surge la sabiduría, la comprensión y la
más importante la prudencia que corresponde a una virtud intelectual práctica, cuya función
es deliberar el bien con esto me refiero a tomar una decisión después de un detenido análisis
de este para actuar de manera correcta, por lo que las virtudes no se dan sin prudencia, todas
son especies de esta, “todos cuantos definen la virtud, al decir que es un hábito y cuál es su
objeto, añaden que es un hábito conforme a la recta razón; ahora bien, la recta razón es la
que se conforma a la prudencia”(Libro VI, Cap. 13, 1168a, pp.317) a lo que se refiere con
la recta razón, es el medio que hace el buen juicio de un hombre prudente acorde sus
experiencias, por lo que la virtud es regulado por esta.
Las virtudes morales, en cambio, regulan nuestros deseos e impulsos, y se subdividen en la
parte irracional y en las relaciones sociales, en estas podemos encontrar la templanza, la
valentía, la justicia y entre otros la liberalidad, que esta relacionada sobre la utilización o
posición intermedia de las riquezas o bienes económicos, se puede decir que es la que más
satisface a la definición genérica de virtud moral.

Ya que la felicidad es la actividad conforme a la virtud, la mayor felicidad será a la par que
el hombre este conforme a su mayor virtud, puesto que existe una virtud superior a las demás
y es la contemplación.

En conclusión, podemos ver que la felicidad y las virtudes tienen una directa relación, ya que
las virtudes o actividades son el medio para llegar a la felicidad plena y no el placer ni los
bienes económicos, es mas bien la manera en que actuamos el bien y la actividad del alma;
el hombre es feliz cuando se comporta de acuerdo con aquello que le define como tal, cuando
vive según su virtud o razón.