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Teoría y práctica
Madrid, España
PRÓLOGO
Los años noventa han convertido los llamados espectáculos de la realidad (las
desgracias más íntimas y los sucesos más escabrosos) en artillería pesada en la
guerra por las audiencias televisuales. Mucho tiempo antes, la Radio había
demostrado su capacidad de transmitir emoción sin recurrir al morbo ni a la histe-
ria. Los programas de ayuda a los damnificados por la riada de Valencia de 1957,
o la serie de « Ustedes son Formidables», de Alberto Olivera, en la década de los
sesenta, son muestras solidificadas por el tiempo de que se pueden hacer compa-
tibles la emoción, la solidaridad y la dignidad. Y, con las ineludibles excepciones
de toda tarea, en esta línea se continúa. La antropóloga social mejicana Sofía del
Bosque Araujo, que tuvo en España su primer acercamiento a los fundamentos
teóricos y prácticos del medio -en el transcurso de un curso académico de postgra-
do-, resumió de esta manera tan significativa la capacidad expresiva de los men-
sajes de la Radio: «...construir y volar al son de una música polisémica y un
mensaje extralingüístico que nos transporte lo mismo a la Rusia del doctor Zhivago
que a la Francia napoleónica, a la Cuba de Castro o al Egipto faraónico... Volar y
soñar... llorar y comunicar».
LA RADIODIFUSIÓN
¿Qué es la radio? La radiodifusión: concepto de radio La radiodifusión hoy
¿QUE ES LA RADIO?
Los lugares comunes relativos a la función social de este medio son, posiblemente,
los más distorsionados. Se afirma, por ejemplo, que «la radio informa, la prensa
explica». Sí, pero es igual de cierta esta otra aseveración: «la prensa informa; la
radio explica». El primer aforismo tuvo vigencia mientras la radio no había alcan-
zado el auge periodístico que hoy disfruta, pero a partir de los años setenta, la
incorporación de los profesionales de la información multiplicó las funciones
periodísticas del medio y una de ellas (que justamente ahora comienza a ser
reconocida) es la de explicar. La información de la radio tiene, por otra parte, el
valor añadido de la palabra tal como se produce, la prueba real de la voz de los
protagonistas o de los testigos.
Rechacemos también enérgicamente la opinión de quienes acusan a la radio
de ser culturalmente pobre, cuando no de entontecer a las masas.
En primer lugar: la radio no tiene la misión de culturizar a la humanidad. Esa
es una de sus posibilidades o de sus funciones más ricas, pero que comparte
(subsidiariamente o no) con otras instituciones sociales. En segundo lugar, la
radio ha desempeñado, y desempeña todavía hoy, una labor pedagógica y
divulgativa de proporciones gigantescas. Si no cualitativa al menos
cuantitativamente mayor que ningún otro medio de difusión masivo.
LA RADIODIFUSIÓN: CONCEPTO DE RADIO
LA RADIODIFUSIÓN HOY
Este auge de la radio -patente desde mediados de la década de los años setentaha
tenido también su cara negativa. Por mor del vertiginoso crecimiento de la pro-
ducción radiofónica, una parte nada desdeñable de la radio que se hace actualmente
es de mediocre o de nula calidad. Igual que hemos señalado la importante contribu-
ción de una nueva generación de profesionales técnica y académicamente bien
preparados, tenemos que lamentar la proliferación de productos muy pocos
profesionales. Así, es patente en muchos casos el escaso rigor en la redacción de
textos y noticias, la práctica desaparición del género dramático y del guión técnico,
la vulgarización del lenguaje, la verborrea y el nulo cuidado de la locución. Son
muchos los que confunden la espontaneidad y la improvisación con la
precipitación y la falta de preparación.
CAPÍTULO II
LA COMUNICACIÓN EN LA RADIO
Esta es, sin embargo, una apreciación muy superficial que conviene matizar.
LA INFLUENCIA COLECTIVA
Por lenguaje entendemos «el sistema de signos con los que el ser humano se
pone en comunicación»; es decir, manifiesta lo que piensa o siente, o aquello
que quiere dar a entender que piensa o siente en un momento determinado.
Así, tenemos un lenguaje corporal, hablado, escrito..., radiofónico.
LA CREACIÓN DE IMÁGENES
¿Cuáles son los elementos o los signos que se utilizan en el lenguaje radiofónico
para crear imágenes?
Tradicionalmente se ha contestado a esta pregunta con tres expresiones:
palabra, música y ruido. Es hora de añadir los efectos y el silencio.
La palabra
La música
El ruido
El silencio
Normalmente un silencio en radio no pasa de ser corto, por lo que utiliza más el
término pausa. Determinados locutores son maestros no sólo de la pausa sino del
silencio, incluso excesivo, que por ellos utilizado logran crear expectativas muy
importantes para el oyente. Por ejemplo, Jesús Quintero, profesional especializado
en la entrevista, conocido por «El loco de la colina», apodo que le acompaña desde
que comenzó a presentar el programa así titulado.
Un silencio no previsto puede jugar de manera decisiva para suspender a la
audiencia. Supongamos que un locutor habla tranquilamente y de improviso, con
voz asustada, comenta cómo unos encapuchados entran en el control, en el que ve
a sus compañeros a través del cristal. Casi sin voz explica que están golpeando a
los técnicos y que los asaltantes entran en el locutorio. Se escuchan ruidos, una
voz que ordena: «Cállate», y un disparo. El silencio suple cualquier sonido. Por
largo que sea, el oyente no cambiará de frecuencia y un mundo de imágenes
llenará la ausencia de sonido; cada instante le parecerán siglos y le obligarán a la
acción, procurando conocer noticias sobre lo que ha escuchado.
El ejemplo inventado del párrafo anterior tiene sus antecedentes, pudiendo im-
pactar y ser más creíble para quienes conocieron la intentona golpista que se
produjo en España el 23 de febrero de 1981, bien en directo por radio o, en
diferido, por la televisión.
La creación de imágenes: conclusión
Todos hemos sentido la sensación de que unos instantes han durado mucho o, al
revés, que algo dilatado en el tiempo no parece haber transcurrido en más que unos
segundos, o hemos notado cómo han pasado los días sin darnos cuenta, o cuánto
tarda en llegar la hora para una cita importante.
Sobre la percepción del tiempo cronológico influyen factores psicológicos,
subjetivos, de una persona y, también, una serie de factores externos a ella que lo
hacen sentir de forma diferente. ¿Cómo es la percepción de la última media hora de
un hombre que se sabe condenado a muerte?: ¿Inacabable? ¿Brevísima? ¿Eterna o
imperceptible sucesivamente? ¿Imperceptible o eterna simultáneamente?
Para quien el tiempo haya pasado lento o rápido han existido varios factores:
pesadez o amenidad de la exposición, tensión o relajación del lector fruto de
un disgusto, de una buena noticia, de un examen próximo o, incluso, de si la
información que el libro ha facilitado le ha parecido novedosa, interesante o
ya conocida. Igualmente, el espacio de observación ha sido muy diferente de
un lector a otro, aunque el espacio que ocupa el libro es claro. El espacio de
observación ha sido para uno cada línea, palabra o letra; para otro, su
percepción habrá ido de un lado a otro; incluso habrá dejado de leer aunque
no de mirar el libro, pensando e imaginando sobre determinados párrafos que
le hayan parecido sugerentes o poco claros. Ahora es el momento de trasladar
la percepción del tiempo y del espacio a la radio.
Supongamos que las acciones del lector desde que ha comenzado a leer este
texto las tuviéramos que llevar a un programa de radio. Pueden ser tratadas de
formas muy distintas; cada uno lo haría a su manera. Unos pensando en lograr
el éxito; otros sólo por satisfacer su necesidad de comunicar.
Alguno colocaría el micrófono delante de su boca y captaría las palabras del
libro leídas en voz alta, incluso las que, si ha sonado el teléfono, ha
pronunciado en su conversación. En este caso el tiempo y el espacio
coinciden con el tiempo cronológico y con el espacio de observación.
También pueden coincidir con el tiempo y el espacio reales.
Pero ese sonido se va a reproducir en un altavoz, con lo que tanto el tiempo como
el espacio se ven afectados, ya que el oyente tiene sus propias percepciones del
tiempo y se imagina un determinado espacio que no ve. Realmente estamos ante
un tiempo y un espacio que son reconstrucciones. Un tiempo y un espacio que,
coincidan o no con los conceptos anteriores, son reconstruidos tanto por el emisor
(según lo seleccionado) como por el receptor (según sus factores personales).
Si además se manipula el tiempo de lectura, omitiendo parte de lo ocurrido (elip-
sis) o se añaden historias, tales como, siguiendo ejemplos anteriores, lo imaginado
por el lector ante la sugerencia de la última media hora del condenado a muerte o
lo que hará si logra pasar el examen de oposición, la reconstrucción del tiempo y el
espacio es evidente. Por si fuera poco, estos tiempo y espacio reconstruidos son
percibidos de formas distintas por quienes escuchan.
Todo arte supone selección y orden. Elegir, seleccionar, ordenar y, sobretodo,,
saber hacer llegar sus intenciones a los oyentes son varios de los problemas
planteados a los que hacen radio.
Sea real o inventada, esta historia es aplicable punto por punto a la palabra
radiofónica.
Las normas gramaticales y estilísticas son, naturalmente, caminos que
hacen más sencilla la comunicación. No queremos decir con esto que el
lenguaje debe ser uniforme, plano ni inerte. De la inteligencia y habilidad
de cada uno depende que esos caminos encaucen mensajes más o menos
sustanciosos y gratos.
1) Claridad.
La radio prefiere las formas y los tiempos que más «vitalizan» las imágenes y
los relatos: en casos de equivalencia semántica, mejor las formas simples que
las compuestas, el presente que el pasado, la activa que la pasiva.
4) Hiperrealismo.
6) Brevedad de períodos.
9) Ausencia de abreviaturas
(La literatura tiende a no comprimir los mensajes, pero nada impide a la pala-
bra escrita la utilización de apócopes, contracciones, abreviaturas y siglas, que
pueden ser fácilmente descodificadas en el contexto o explicadas mediante
simples-paréntesis.)
(En los diarios y las revistas proliferan las siglas y las abreviaturas de toda
índole.)
Una vez más, la ausencia de información visual y la diferente «duración» -
fugaz, en este caso- en el proceso de transmisión de la palabra, marcan unas
determinadas exigencias. En la radio no se ven los paréntesis, por lo que el
impacto del sonido de unas siglas es de escasa o nula eficacia comunicativa si
no son universalmente conocidas (como la «ONU») o de utilización repetida
entre determinadas audiencias (la «UEFA», por ejemplo, en un espacio
deportivo). Basta con hacer la prueba de decir en voz alta y fuera de todo
contexto algunas de las muchas siglas que manejan habitualmente los medios
(«OEA», «OPA», «COAG», «CEI», «GATT»...) para comprobar que muy
pocas personas se enterarían de qué se trata si no se explica.
10) Reiteración.
Hay muchas personas que tienen dificultad en pronunciar las erres entre
consonantes. Si quieren decir «precio» les sale un sonido semejante a «pge-
cio». También tiene solución: intercalar una vocal entre la consonante y la erre.
He aquí dos ejemplos: para decir la palabra «tranvía», dígase «taranvía»; para
pronunciar «dentro», dígase «dentoro». Si se imprime cierta velocidad en la
dicción, suenan prácticamente igual; cuando menos es difícil que el oyente ad-
vierta el truco si no está apercibido.
• Los extranjerismos. ¿Por qué decir «amater», «buró» o «parking» cuando
cada palabra tiene su equivalente en castellano? Las excepciones, lógicamente
escasas, se limitan a las palabras de aceptación universal (por ejemplo, el
«stop» como señal de circulación, admitida en el lenguaje administrativo) o a
los términos intraducibles y de significado unívoco que provienen de la
tecnología contemporánea (el «bit» de la informática).
De actitud
7. ¡Más alto! (Con la mano abierta hacia arriba, elevarla varias veces.)
11. Más energía. (Movimientos rápidos y cortos con los puños cerrados
juntos y hacia el frente.)
12. Después del disco abre micro. (La misma mano señala con el índice
primero el disco y después hacia el locutor.)
17. Dame paso. (Como abrir el micro, pero señalando con una flecha
hacia uno mismo, con el dedo algo separado a la altura del cuello.)
18. Unidad móvil. (Movimiento de manejar un volante.)
21. Ráfaga. (Se dibuja en el aire una onda con el movimiento de la palma.)
22. Quedan cinco minutos. (Con los dedos de las dos manos, indicar
cinco -o menos, quitando dedos; o más, aumentándolos-).
INTRODUCCIÓN
La primera, que existe una previsión. Por ello, existe una persona, o un grupo de
personas, que tienen capacidad de decisión sobre qué programas se emitirán, a
qué hora y de qué forma. Si no existe previsión, difícilmente podrá hablarse de
programación; en todo caso, de emisión. Este es uno de los aspectos que a veces
diferencian las emisoras profesionales de las de aficionados, sin entrar en
valoraciones. Las primeras prevén cómo llegar a los oyentes de la manera que
les interesa; las segundas (por ejemplo, algunas piratas, frecuentemente
denominadas radios libres) abren sus micrófonos a lo que se les ocurra o esté a
su alcance en el momento de emitir.
La segunda cuestión es que la programación nace con conciencia de su finitud.
Ninguna sirve para siempre por muy perfecta que sea. Varían las
circunstancias, los hábitos de los oyentes, la competencia, etcétera. Rara será la
programación que se mantenga más de un trimestre; incluso será extraña una
programación que no sufra retoques a lo largo de esos tres meses.
La tercera cuestión importante afecta a la ideología, objetivos, criterios y medios
de la empresa.
Una programación presupone una emisora con sus características propias; es decir,
no existe una programación válida para todas.
Hay que plantearse que una emisora no es más que una empresa que se dedica
a difundir programas; una empresa que puede tener el lícito fin del lucro, sin
más, o fines meramente altruistas de servicio a una determinada comunidad,
pasando por multitud de supuestos.
Se ha dicho que el montar una emisora y emitir es barato; es verdad. Pero no
se dice que emitir buenos contenidos originales es caro. Además es
demasiado elevado el número de emisoras con personas que trabajan sin
contraprestación económica o con cantidades simbólicas.
TIPOS DE PROGRAMACIÓN
11. Por «de quién dimana»: vertical (la habitual: de la dirección de la empresa o
de la emisora) y horizontal (de la propia audiencia; es excepcional, aunque en
Centroamérica es una fórmula bastante experimentada), al igual que en algunas
«radios libres» de Europa e, incluso, de España.
Idea
Toda idea puede ser válida para la radio, pero algunas no pueden ser llevadas
al medio por múltiples causas, entre las que está la falta de recursos.
La idea debe estar presente en todas las fases de elaboración del programa.
Todo lo que se haga en el proceso radiofónico, en cuanto a sus aspectos
artísticos y de contenidos, estará al servicio de esa idea; nunca puede ser
traicionada porque se estaría construyendo otro programa con otra idea.
La idea no tiene por qué ser complicada ni mucho menos larga o difícil de explicar.
Una idea puede ser «la muerte» o «la vida». En ocasiones irá acompañada con
algo más: «la muerte de un no nacido» o «la vida de un muerto nihilista».
También una idea puede ser «un programa sin palabras».
Como algunos teóricos señalan, hay tres tipos de ideas: temática, narrativa y
poética.
La idea t e m á t i c a es la que está relacionada directamente con el contenido
de una obra. Es el núcleo central a cuyo servicio actuarán los diversos
elementos de todo programa: diálogos, realización, etcétera.
La idea n a r r a t i v a es aquella por la que se determina el modo de contar
una historia (una idea), real o imaginaria, sin interpretar lo que sucede.
La idea poética pretende lograr que los signos e imágenes tengan
significación estética sobre los contenidos y la narración.
Existe una total interrelación entre estos tipos de idea. Así, unas veces tendremos
una idea temática en función narrativa; otras, una idea estética en función temática
y narrativa, etcétera.
Las ideas pueden ser originales o inspiradas en obras artísticas precedentes. En este
último caso estamos ante una adaptación que consiste en llevar la obra original
(novela, teatro, etcétera) a las características propias del lenguaje radiofónico. En
este supuesto no es lícito traicionar el espíritu original. Pero también puede darse el
caso de una idea consistente en crear algo original a partir de una obra preexistente.
Por ejemplo: realizar un programa sobre Don Quijote de la Mancha que finaliza en
boda feliz con Dulcinea.
Existe otra posibilidad, consistente en que la idea no es más que utilizar la
radio como medio de transmisión: emitir una obra de teatro sin adaptación
alguna, tal y como se representa en un escenario.
En ocasiones las ideas son modificadas de tal forma que resultan distintas a
las originarias, una vez estudiadas por quienes las pondrán en marcha.
Así, el propietario de una tienda puede plantearse el pagar un programa en
una emisora comercial para aumentar sus ventas. Piensa que le interesa un
determinado sector de clientes. Acudirá a un interlocutor válido (jefe de
programas, un profesional de radio, un agente de publicidad, etcétera) al que
planteará su idea. El interlocutor, interpretando su sentir, ideará un programa
con cante folclórico popular aflamencado. El cliente aprobará (es un
supuesto) el espacio. Quien haga el programa tendrá un concepto de ese tipo
de música y seleccionará autores, intérpretes y canciones. Incluso pensará en
aderezarlos con unos textos apropiados que podrán variar desde los de un
gran poeta a coplillas populares. Según quién lo realice, el espacio podrá
variar desde lo más popular a lo más elitista; de útil para el cliente a
contraproducente para su establecimiento. Por fortuna, supuestos como el
narrado se producen cada vez menos por la generalización de las cuñas
publicitarias en detrimento de los programas patrocinados.
La idea, en otras ocasiones, nace de un directivo. Su idea puede ser muy abs-
tracta: conseguir audiencia masiva, por ejemplo. Por estudios de audiencia
sabe que las amas de casa son, numéricamente, el grupo social más
interesante para captar. La idea abstracta, con los datos manejados, serán
trasladados a los profesionales que la desarrollarán.
Una variante del punto anterior, y que se practica no sólo en el mundo radiofó-
nico, es el llamado «torrente de ideas». Consiste en la reunión de un grupo de
personas con el objetivo único de lograr una serie de ideas, algunas de ellas
fruto de experiencias pasadas y otras fruto del momento de la reunión, que
serán desechadas, aprobadas o hibernadas. Estas ideas sufrirán modificaciones
por los miembros del grupo en la reunión o posteriormente; en algunos casos
serán aceptadas desde el principio.
El sistema del torrente de ideas es útil, pero tiene inconvenientes. No todos los
miembros de cualquier grupo tienen ideas creativas y las reuniones pueden
concluir en el vacío más desolador. Por otra parte, esta forma de trabajo en
equipo precisa entrenamiento, falta de sentido del ridículo y respeto por las
opiniones de los demás, condiciones que no se encuentran siempre.
Además, lo normal es que las ocurrencias se transformen en proyectos de pro-
gramas excesivamente cerrados prematuramente. No obstante, la riqueza que
algunas ideas adquieren por este método es notable si llegan a término, aun con
el sacrificio de tiempo que exige.
Lo normal es que esta fase sea muy individual. El tiempo, los intereses y la
burocracia se encargarán de modificar l a ocurrencia de una persona. No
obstante, el profesor César Gil logró resultados muy interesantes aplicando
tanto el torrente de ideas como el trabajo en equipo en fases posteriores con
alumnos universitarios y de formación profesional de imagen y sonido para la
realización de varios programas radiofónicos.
Sinopsis
Escaleta
Guión radiofónico
Es «el proyecto de organización de las labores a realizar a partir del guión o del
encargo de un programa».
Una vez precisado el guión técnico, o antes si éste no existiera, se prepara el plan
de grabación o de emisión. Para ello debemos tener en cuenta tres posibilidades:
1. Programa totalmente emitido en directo.
1. Plan de preparación.
2. Plan de grabaciones.
3. Plan de montaje:
La grabación
Montaje
Los bloques grabados, siempre que no sirvan para la emisión tal como están,
pasan a una etapa final previa a su puesta en antena: el montaje.
El montaje es la «operación por la que todos los sonidos que forman un
programa quedan en el orden y calidad previstas por cuantos intervienen en
su proceso de creación bajo la responsabilidad y decisión final del director o
realizador». Esta etapa también es denominada «edición», posiblemente por
influencia del lenguaje utilizado en el mundo de la televisión. En esta fase
final intervienen fundamentalmente el técnico de sonido-montador, el
realizador y, en su caso, el productor y el director.
Técnicamente, en radio profesional se utilizan una consola de mezclas, dos
magnetófonos reproductores, uno de grabación y dos reproductores de
discos, así como generadores de efectos si se precisan y no se utilizaron en la
grabación.
Los bloques grabados en el orden marcado por el plan de trabajo pasan en esta fase
a ser colocados en una cinta virgen u otro soporte técnico elegido, tal y como están
previstos en el guión. También sufren las modificaciones oportunas en cuanto a
perspectiva sonora e, incluso, cambios de tonalidad. Por último, se mezclan con
otras voces, músicas, ruidos y efectos, lo que produce unos sonidos iguales (pero a
la vez distintos) a los previamente grabados.
La cinta con el montaje definitivo se llama «máster» o matriz y constituye el
soporte de lo que es el programa a emitir. De ella se graban las copias de trabajo
(en algunas emisoras llamadas «CT» o «cetés») que se utilizan para emisión o para
otros montajes posteriores.
1. Número de cinta.
2. Título del programa.
3. Guionista.
4. Duración.
5. Velocidad de grabación.
Otros datos técnicos de interés; por ejemplo, algún momento en que existe
algún fallo imposible de mejorar en grabación, ajuste de señal, etcétera. Esta
ficha se incorpora a la caja que lo contiene. Es evidente que el número de la
caja debe coincidir con el fijado en algún punto de la bobina de la cinta. Pero
para evitar posibles errores, sobre todo si se trata de programas incluidos en
una programación diaria, conviene que en una etiqueta figure, tanto en el
núcleo como en la caja, el título del programa, fecha, hora de emisión y
duración. Conviene explicar que, aunque son términos que se utilizan
indistintamente, «bobina» es el carrete donde se enrolla la cinta y «núcleo» es
la parte central de la bobina.
Emisión
La cinta grabada será situada por el jefe de emisiones, el encargado de
continuidad o el encargado de la fonoteca en el control de continuidad para,
en el momento previsto en el índice de programas (documento diario de
carácter ejecutivo en el que figuran los títulos de los programas y su horario
de emisión) ser puesto en antena a través del Control Central, o también en el
lugar técnicamente apropiado para permitir la correcta sucesión de programas,
situándolos en antena de la forma adecuada y prevista.
Evaluación del producto final
LA INFORMACIÓN
INTRODUCCIÓN
Las calles céntricas de Nueva York despiertan cada mañana con el ruido del
helicóptero de una emisora de radio que sobrevuela la ciudad contando en
directo a sus oyentes cómo está la circulación, en qué puntos se forman atascos
y por qué calles se puede rodar con fluidez. Aquí es donde la radio encuentra
su expresión más genuina y ostenta clara ventaja en relación con los demás
medios: en la información instantánea. Recordemos que,,para Maurice Siegel,
reconocido experto tanto de radio como de televisión, la radio es antes que
nada la permanente agencia de noticias de los ciudadanos.
En el campo de batalla de la información, la televisión es la artillería pesada; la
prensa, la infantería; las revistas semanales de política e información general
pueden comparárse a la caballería. Las revistas especializadas, que lanzan sus
mensajes «desde arriba»; desde su autoridad de expertos, equivaldrían a la
aviación. Las agencias abastecen a los distintos ejércitos informativos como los
servicios de intendencia. ¿Y la radio? La radio es la guerrilla: llega a todas
partes, en cualquier momento, con facilidad de maniobra, gran movilidad y
ligera impedimenta.
¿Qué es la información? No existe una definición unívoca y omnicomprensiva
de este concepto. Los estudiosos de las ciencias sociales equiparan a menudo
información y comunicación. Sin embargo, mientras la comunicación se refiere
a la transmisión de mensajes en sentido general y amplio, la información es la
comunicación de mensajes más específicos, de carácter periodístico. . Para el
que fue profesor de la Universidad de Estrasburgo e investigador sobre
Comunicación, Abraham Moles, en el sentido corriente del término, información
es sinónimo de noticia o de mensaje, por lo que se halla vinculado al contenido
de una cosa significada a un individuo receptor. Pero hay otros muchos enfoques
de ese concepto.
En materia de comunicación social es irrelevante pretender deslindar de manera
absoluta el significado de cada vocablo. Información, cultura, formación,
publicidad, entretenimiento, propaganda... son conceptos que a menudo tienen
elementos coincidentes, que se entrecruzan y hasta se confunden. Por ejemplo:
la noticia de un determinado invento (información periodística, sin duda) lo
«publicita”, al mismo tiempo que puede entretener al oyente y documentarle e
instruirle acerca de cuestiones científicas que desconoce.
Cada emisora, cada equipo y cada profesional tienen su peculiar manera, su es-
tilo, de enfocar, realizar y plantear el trabajo. Por otra parte, es muy distinta la
labor que puede hacerse con un amplio equipo profesional y poderosos medios
técnicos que la que a priori está ya condicionada por la precariedad. Así que
resulta ocioso tratar de establecer normas rígidas de funcionamiento para la
elaboración de un programa informativo. Sí es posible, no obstante, marcar unas
líneas orientativas.
Con las variantes propias de cada caso, éste puede ser el proceso convencional
de elaboración de un noticiario o diario hablado -de quince a sesenta minutos de
duración- y llevado a cabo por un equipo completo que cuenta, por consiguiente,
con suficientes medios técnicos, teletipos, red de corresponsales, etcétera:
* Preparación:
* Materialización:
- Sondeo en las fuentes habituales, revisión continuada de los teletipos,
clasificación de comunicados y llamadas telefónicas efectuadas o recibidas. -
Concertación de las entrevistas, en directo o diferido. Grabación de estas úl-
timas.
- Redacción de los textos, recogida de información in situ por los informado-
res de calle. Grabación --en su caso- de las crónicas de aquellos corres-
ponsales, colaboradores o enviados especiales que no puedan intervenir en
directo. Asimismo, los técnicos de sonido preparan las sintonías, ráfagas, re-
cursos o cuñas que se introducirán en el programa.
* Edición:
- Distribución del material por bloques, secciones o áreas. Ordenación según
su importancia, actualidad e interés.
* Puesta en antena:
- Se ha impuesto la fórmula de que el informador que ha redactado una noticia
se. encargue de leerla ante el micrófono.
Todos los locutores o periodistas que intervengan desde el estudio contarán con
una copia del guión o conjunto de textos del informativo, al igual que los
especialistas de sonido y el realizador. Cada uno efectuará en el papel las
acotaciones que considere útiles.
FUENTES DE INFORMACIÓN
El foco de la noticia
La fuente básica de información es el foco del que parte una noticia. La infor-
mación más real, viva y auténtica es la que se recoge en origen. Esta es la
primera tarea de la redacción, tanto de mesa como de calle. Los redactores de
mesa, con la ayuda imprescindible del teléfono, deberían efectuar sondeos
periódicos -y tan asiduos como lo permitan la dimensión y los medios del
equipo informativo- a los puntos donde surgen novedades con cierta
frecuencia, como son los centros oficiales (del Estado y gubernamentales,
autonómicos y municipales) y las entidades de auxilio público y urgencias
(fuerzas de seguridad, bomberos, clínicas y hospitales, Cruz Roja, etcétera).
Los reporteros tendrán en los primeros datos obtenidos en tales fuentes una
base para completar después la noticia sobre el terreno, recogiendo en vivo
nuevas informaciones, entrevistas y testimonios.
Damos aquí por sentado que el término «rueda de prensa» es la cita informativa de
un personaje o personajes a todos los medios de comunicación colectiva: prensa;
radio y televisión.
A efectos prácticos, las ruedas de prensa revisten para la radio una dificultad:
las preguntas surgen de manera espontánea entre los informadores asistentes,
separados entre sí; se producen interrupciones y cambios de volumen de las
voces, hablan dos o más personas al mismo tiempo, etcétera. Si de lo tratado en
la rueda interesa emitir únicamente breves fragmentos o referencias a una
cuestión concreta, los problemas de grabación se solventan, bien siendo el
propio informador de radio el que plantee, micrófono en mano, esa cuestión;
bien extrayendo después en la emisora del total de la grabación las partes a
emitir con presentación o repetición de las preguntas desde el estudio. Si lo que
interesa es transmitir en directo la totalidad de una rueda o registrarla para
emitirla en diferido completa, sin resumen ni montaje, hay que cuidar mucho la
utilización de los micrófonos. Salvo muy raras excepciones no es factible la
colocación de un micrófono individual para cada uno de los informadores
asistentes, además del micrófono o micrófonos de los protagonistas.
Los espectáculos: Son fuente habitual de la sección de sociedad. La información
acerca de temas de ocio, y más específicamente la de espectáculos, se presta al
tratamiento en todos los géneros radiofónicos, pues conlleva elementos sonoros y
complementos ilustrativos de considerable riqueza expresiva.
Además de la crítica de cine o teatro, las crónicas de un recital o de un
musical extraordinario y la crónica taurina, la información puede
enriquecerse con entrevistas a los personajes de estos mundillos,
interesantes para el gran público en función de su popularidad, y
reportajes en los que, al margen de los datos fríos de la actualidad, es
apropiado recoger los detalles ambientales.
Las competiciones deportivas: Salta a la vista que el mundo del deporte es uno de
los que mayor tiempo y atención recibe de la radio. Ante la proliferación de
programas deportivos que basan su contenido en la investigación de los trapos
sucios de este ámbito y en la polémica, puede resultar original retomar el sentido
lúdico y enriquecedor del deporte y enfocar la información de estos temas
destacando sus facetas más positivas: espectacularidad, suspense, esfuerzo, espíritu
de superación, poder de convocatoria, llamada a la emulación del ejercicio físico y
valor del juego limpio.
Es imprescindible examinar cada día las noticias publicadas por todos los pe-
riódicos o revistas de la misma zona de cobertura que la emisora. Evitaremos
así que se nos escape alguna cuestión de primera magnitud. Si se extrae de un
diario o revista alguna primicia o exclusiva, lo justo es citar su procedencia.
Esta práctica es habitual en todos los medios de comunicación; es decir, la
prensa escrita también oye la radio y ve la televisión, que, a su vez, busca
pistas en los otros soportes informativos.
En ocasiones son también provechosas las publicaciones no diarias, de alcance
local o comarcal, que por su proximidad a temas muy localizados pueden aportar
noticias, ideas u orientaciones de indudable interés humano.
INTRODUCCIÓN
LA NOTICIA
LA CRÓNICA
EL COMENTARIO
- Interpretación.
La identificación clara de que se trata del punto de vista del comentarista, con su
nombre y apellidos o seudónimo por el que sea conocido.
La ausencia de prejuicios. Evitar a toda costa la tentación (en la que tanto caen) de
los recursos fáciles, tales como la demagogia, el maniqueísmo, los tópicos étnicos
y morales y el sofisma.
EL INFORME
- Precedentes y antecedentes.
- Explicaciones técnicas.
- Aportaciones documentales.
Son las entrevistas en las que el primer factor a considerar, por encima del
contenido o el tema de la conversación, es la figura del entrevistado. Encaja
preferentemente en programas de entretenimiento o mixtos, tipo magazine y
ómnibus.
* De personalidad:
Cuando el objeto de la conversación es el propio entrevistado en cualquiera de sus
facetas. La entrevista de personalidad se subdivide, a su vez, en las siguientes
modalidades:
- Retrato: El micrófono se convierte en pincel, mediante el cual el
entrevistador pinta una imagen lo más certera posible de su interlocutor. Es
importante crear un clima de confianza entre entrevistado y entrevistador.
* Biográfica: En este caso el objeto de la conversación es relatar la vida del
personaje, procurando que lo esencial de sus recuerdos y vivencias se expresen
en la voz ': del entrevistado y no del entrevistador. De cualquier modo, éste
marca referencias a lo largo de la conversación (por ejemplo, fechas clave,
acciones destacadas, acontecimientos históricos) para facilitar al entrevistado
un hilo narrativo y no olvidar cuestiones sustanciales.
La entrevista de actualidad
El detonante de la conversación es la búsqueda de una noticia o la ampliación
de una información que ya se conoce. Se entrevista al protagonista o
protagonistas de cualquier acontecimiento, a personajes que intervienen
significativamente en el mismo (aun de modo pasivo, como es el caso de los
testigos de un suceso), autoridades, expertos y, en suma, a quienes se
encuentran vinculados a un tema de actualidad informativa y pueden
contribuir a esclarecer alguna de las preguntas que conlleva toda noticia:
quién, qué, dónde, cuándo, cómo y por qué.
La extensión de una entrevista de actualidad está condicionada a la
trascendencia del acontecimiento que se investiga y del tiempo que se
conceda al tratamiento del mismo en el conjunto del programa. Este tipo de
entrevistas tampoco se circunscriben a los espacios informativos. Si se trata,
por ejemplo, de un suceso inesperado que merece interrumpir la emisión para
ofrecer una crónica de urgencia, quedará más completa la información si la
complementamos con manifestaciones recogidas in situ lo más
inmediatamente posible, sin esperar la hora del siguiente noticiario. Lo que
estas impresiones de urgencia pueden perder en cuanto a precisión, lo
compensan casi siempre en espontaneidad e intensidad emocional.
La entrevista de opinión
EL REPORTAJE
El reportaje radiofónico es un género que comparte las tres formas de expresión
periodística -la información pura, la interpretación y la opinión- para narrar o
profundizar sobre un acontecimiento reciente sin las limitaciones de la noticia, el
comentario o la crónica.
- Información lineal
- Ambiente.
- Acción.
- Testimonios.
- Ilustraciones sonoras.
- Realización y/o montaje.
Información lineal
- El tiempo climático.
- El ambiente sonoro: El fondo real de los ruidos, naturales y artificiales (con-
versaciones, susurros, risas, llantos, gritos, viento, sirenas, motores...), por sí
solos resultan tan descriptivos como una imagen visual.
Los detalles sirven en la medida en que enriquecen estética o
significativamente una narración. Hay que evitar la prolijidad, el barroquismo y
la cursilería, impropios de cualquier género informativo.
Acción
Testimonios
Ilustraciones
- Recursos sonoros.
- Sintonías.
- Ráfagas.
- Música y canciones (no deben primar sobre los restantes factores). - Efectos.
Realización y montaje
Un reportaje en directo supone la coordinación sobre la marcha de los compo-
nentes hablados y sonoros que conforman la unidad narrativa. Esta función es una
de las más complejas de la realización radiofónica y consiste en ir dando paso a su
debido tiempo y con la duración preestablecida (o marcada por la importancia del
testimonio o documento) a cada una de las fuentes que aportan información:
conexiones con la unidad o unidades móviles, corresponsal o enviado especial;
intervención desde el estudio del informador que aporta datos o entrevista a un
invitado; posible intercalación de documentos expresamente grabados para
complementar las informaciones y testimonios que van recabándose en directo,
etcétera. El realizador debe conferir continuidad a esta sucesión de elementos
fragmentarios, indicando los cortes que considere convenientes para introducir
recursos, ráfagas musicales y sintonías, y utilizando estos mismos recursos en las
posibles pausas, tiempos muertos o retrasos que se produzcan en la secuencia de
conexiones.
EL DOCUMENTAL RADIOFÓNICO
Pierre Perrault -de Radio Canadá y uno de los profesionales que más
contribuyó a difundir este género- define el documental radiofónico como «la
palabra vivida». Se trata de recoger el valor documental y testimonial de la
palabra-mediante el montaje de entrevistas realizadas en el ambiente natural de
sus protagonistas- y reforzar ese valor con el añadido de textos de animación e
ingredientes propios del reportaje, como música y breves ilustraciones sonoras.
Considerado por algunos tratadistas como una variante del gran reportaje, el
documental tiene, sin embargo, peculiaridades que le confieren el carácter de
auténtico género radiofónico. Nació con la aplicación de los magnetófonos
portátiles a la radio y tiene su medio idóneo en los programas culturales.
A diferencia del reportaje:
LA RUEDA RADIOFÓNICA
LA AUDIENCIA
LA ESCUCHA.
FORMAS DE ESCUCHA RADIOFÓNICA
CARACTERÍSTICAS DE LA AUDIENCIA
RADIOFÓNICA
Bien es cierto que uno de los primeros objetivos que persigue cualquier
empresa de comunicación es ampliar el número de receptores, considerado
hasta ahora como el factor de referencia para medir su influencia y su poder
de penetración. Esta obsesión por la cantidad -difícilmente mensurable hasta
hoy- se acentúa cuando la supervivencia económica depende de la publicidad
y las tarifas de los anuncios se venden en función de un presunto número de
oyentes. Esta mentalidad constituye un freno a la tendencia natural de la radio
hacia la fragmentación progresiva de la audiencia en función de causas y
circunstancias muy diversas.
Porque el primer concepto en revisión (ya casi unánimemente aceptada)
es el de «audiencia-masa».
Los directivos de la BBC George Hills y Stephen Hearst lo aseguraron
hace más de una década. Hoy son muy pocos los que rechazan la evidencia de
la audiencia de grupo. Jean Cazeneuve, sociólogo y especialista en medios
audiovisuales, matiza la definición del público radiotelevisivo considerándolo
al mismo tiempo como «una masa» y «un grupo a distancia». Una masa, en el
sentido de cuerpo social - o realidad sociológica- de estructura
extraordinariamente débil, con limitados factores de aglutinación. Y un grupo
a distancia porque está formado por personas aisladas entre sí, las cuales
perciben el mensaje individualmente, aunque de modo simultáneo.
Próxima
Variable
La multiplicidad de la oferta
El número de canales de radio es muy superior en todo el mundo al de la
televisión. El oyente sabe que el dial, por poco potente que sea su aparato
receptor, le ofrece diversas alternativas a la emisión que recibe en un
momento determinado y que puede buscar otra frecuencia que se adapte
mejor a su gusto o conveniencia en ese momento.
La actividad compartida
Factores estacionales
La movilidad social
Factores cronológicos
La audiencia constatada por los sondeos es diferente cada uno de los días de
semana. En España, las oscilaciones son muy ligeras entre lunes y viernes y
más acusadas, en descenso, los sábados y domingos. También a lo largo del
día se registran variaciones. En España la audiencia se concentra
habitualmente por la mañana, sobre todo por su condición de actividad
compatible con otros quehaceres. Por ejemplo, entre las diez y las doce el
número total de oyentes es casi el doble que el de las seis de la tarde a las
nueve de la noche.
Progresivamente fragmentada y selectiva
Geográficos
Las emisoras locales cobran cada día mayor importancia. Jorge Xifra (director
del Instituto de Ciencias Sociales y profesor de Periodismo) sintetiza las causas
en el hecho de que «ofrecen una selecta información sobre el área que abarcan,
favorecen el fomento de las lenguas autóctonas, sirven de contrapeso a las
noticias oficiales que ofrecen las emisoras nacionales y facilitan la
participación de los ciudadanos relacionándolos con los funcionarios, los
políticos, los líderes locales, etc.». Es la constatación práctica de la teoría de la
proximidad de los mensajes.
La edad
El sexo
Un estudio realizado por las periodistas Concha Fagoaga y Petra María Secane-
lla ha llegado a la conclusión de que en la prensa escrita española solamente se
menciona una mujer por cada nueve nombres propios de hombres. Es motivo más
que suficiente para que las mujeres se encuentren generalmente más identificadas
con el medio radio, al margen de la compañía doméstica que pueda proporcionar.
Por otra parte, surge en determinadas emisoras un relanzamiento de las emisiones
destinadas al sexo femenino. En febrero de 1984 entró en funcionamiento en
Barcelona una emisora dedicada única y exclusivamente a las amas de casa con el
nombre de Radio Corazón, vinculada a la cadena Radio Minuto y realizada por una
plantilla íntegramente femenina. Su programación se basó desde el principio en
música, consejos de salud y belleza, recetas culinarias y chismes de artistas y
personajes de la alta sociedad.
Educacionales
Culturales
Su expresión más característica son los Terceros Programas, vigentes en
cadenas nacionales de numerosos países, y a los cuales aludimos en el apartado
sobre programación específica del capítulo sobre la Cultura.
Lingüísticos
Sociales
Laborales
Utilitarios
Una emisora que aspira a contar con una audiencia numerosa en una
colectividad grande tendrá que apreciar y hacerse eco de sus valores sociales.
Los valores sociales están constituidos por modelos generales de conducta, por
prescripciones colectivas, por normas de comportamiento generalmente
admitidas y queridas por la sociedad. De modo más restrictivo se habla a veces
de los valores sociales que caracterizan los valores morales, culturales o
religiosos que favorecen la integración social y desarrollan vínculos de
sociabilidad. En este sentido, la justicia y la filantropía son valores sociales.
Finalmente, es muy importante cumplir la función de medio de participación
social, pues la radio es potencialmente el medio colectivo más democrático en el
sentido de más asequible y accesible. La participación, principalmente para el
pueblo llano, para el hombre de la calle, del monte o de la meseta, deberá tener
unos cauces que permitan conjugar la espontaneidad con la representatividad
formal de los distintos grupos o colectivos.
Audiencias desatendidas
LA INVESTIGACIÓN DE LA AUDIENCIA
EPÍLOGO