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ARGUMENTOS EN CONTRA DE LA PENA DE

MUERTE
Un informe de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, tras analizar
todos los estudios sobre el tema que se han realizado hasta la fecha, concluye que no
hay ninguna evidencia de que este castigo reduzca los crímenes. Tampoco de lo
contrario. "Sabemos que esta conclusión puede ser controvertida, pero lo cierto es
que hasta ahora no se sabe si la pena de muerte reduce los homicidios e, incluso, si
quizás los aumente"

1. La pena de muerte no es disuasiva. Existe la idea de que con la pena de muerte


los crímenes disminuyen, que el malhechor lo pensará dos veces antes de poner su
vida en peligro. Sin embargo, la evidencia nos demuestra lo contrario. En
Japón, por ejemplo, un estudio presentado este año con información oficial
de la policía japonesa concluye que la pena de muerte no evita que se
produzcan delitos graves (Muramatsu, Johnson, Yano, 2017). Lo mismo
ocurre en Estados Unidos, el Death Penalty Information Center ha analizado
data sobre la pena de muerte desde 1987 hasta el 2015 y ha concluido que no
existe evidencia alguna para sostener ese lugar común.

2. Nuestro sistema de justicia no es confiable. De las instituciones públicas, las que


tienen menos confianza entre los peruanos son el Poder Judicial y el Ministerio
Público (solo superados por el Congreso de la República). No se confía en ellos,
¿pero estamos dispuestos a darle la posibilidad de acabar con la vida de las
personas? De acuerdo con el Death Penalty Information Center, en los últimos 10
años Estados Unidos –con un sistema de justicia más institucionalizado y
confiable– ha anulado 34 sentencias de pena de muerte. Los motivos para ello
son falsa acusación, inconducta de los oficiales que procesaron el caso,
falsas o confusa evidencia forense, inadecuada defensa legal, etc. ¿Se
imaginan lo que podría ocurrir en nuestro país, con un problema grave de
institucionalidad y de acceso a la justicia? Recordemos el caso de Jorge
Villanueva Torres, conocido como el ‘Monstruo de Armendáriz’, condenado a
pena de muerte en 1957 por supuestamente violar y matar a un menor de edad,
cuya culpabilidad se cuestionó después de ejecutada la sanción. En dicho
proceso no solo hubo una deficiente labor probatoria, sino también un
marcado prejuicio racial contra el condenado. En los casos de pena de muerte
no hay sentencia revocatoria que pueda eliminar la condena.

3. Es jurídicamente inviable. El Perú ratificó en 1978 la Convención Americana sobre


Derechos Humanos, donde se prohíbe expresamente que los países extiendan
la pena de muerte a delitos que no estuvieran contemplados previamente en su
legislación interna. Recordemos que la Constitución de 1979, posterior a la fecha
de ratificación de la convención, recogió la aplicación de la pena de muerte solo
para casos de traición a la patria en caso de guerra exterior. Aplicar esta sanción
para supuestos adicionales acarrearía la responsabilidad internacional del
Estado por incumplir el tratado al que este mismo se obligó.

4. Afectaría el liderazgo peruano en espacios multilaterales. Existe en el mundo una


marcada tendencia abolicionista: más de 130 países han dejado de aplicarla en los
últimos 60 años. De restituir la pena de muerte en contra de sus obligaciones
internacionales, el Perú iría en contra de dicha tendencia, lo cual afectaría
nuestro prestigio internacional, que nos ha permitido alcanzar espacios
importantes en organismos internacionales, como el ser miembros del
Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. En este tipo de
coyunturas, los políticos tenemos que ser especialmente cuidadosos y
responsables con las propuestas que apoyemos. Hay que guiarnos por la
Constitución y la evidencia, no por las encuestas. Para enfrentar este grave
problema, debemos modificar normas penales para tener sanciones más
fuertes, sin duda. Pero no nos quedemos en la reacción que debe tener el
Estado una vez ocurrido el delito, es necesario plantear una discusión más
profunda sobre por qué ocurren estos abusos y qué hacer para que no sigan
ocurriendo.

PUNTOS EN CONTRA:

1. Viola el derecho a la vida proclamado en la Declaración Universal de Derechos


Humanos.
2. En muchos países donde se aplica no disminuyen los delitos. Y en países
donde se abolió, hay menos homicidios.
3. Un estudio de 36 años de la Academia Nacional de Ciencias de EE. UU.
concluyó que no hay evidencias de que este castigo sirva para intimidar y así
reducir los crímenes.
4. Es utilizada, esencialmente, en países con regímenes dictatoriales donde se
quiere castigar a los disidentes políticos y a minorías perseguidas. Casos
China, Irán, Arabia Saudita, etc.
5. La discriminación en la aplicación de la justicia y la falta de recursos para
defenderse, provoca que los pobres y miembros de minorías raciales tengan
más probabilidades de ser condenados a muerte.
6. Es un retroceso de la evolución humana. "Se trata de un sentimiento,
particularmente violento, no de un principio. El ‘ojo por ojo’ pertenece al orden
de la naturaleza y del instinto. Si el crimen pertenece a la naturaleza humana,
la ley no pretende imitar tal naturaleza. Está hecha para corregirla." (Albert
Camus)
7. Y no menos importante: puede ejecutarse a un inocente. Por ende, el Estado
(y la sociedad) cometerían la misma atrocidad que pretenden castigar. Y la
muerte es irreversible.
8. Donde existen dictaduras y terrorismo, la pena de muerte se convierte en un
instrumento para mantener el poder y protegerlo, puesto q sirve para
erradicar adversarios.
CONCLUSIÓN:

Para contrarrestar esta política favorable a la pena de muerte, se debe de manera


general permanecer activos en la defensa de los derechos humanos y en el
reforzamiento de los de los principios consagrados en los convenios internacionales.

Si la ley recurre a la famosa y antigua ley del (Talión) a los criminales se pone en
cierto sentido a su nivel. Matar en nombre de la ley es pisotear el derecho y la justicia.
Si el criminal hace un mal al matar, matarlo es igualmente malo. No está demostrado
que la pena de muerte cumpla una función de intimidación y disuasión. Si fuera así
ya no existirían delitos contra la vida. Al respecto, la organización Amnistía
Internacional señala que La pena de muerte es una violación de los derechos
humanos.

OPINIÓN:

 La pena de muerte va en contra de los derechos humanos,“La estadística


muestra que los países con pena de muerte muestra que esta no
desanima a los criminales y por lo tanto no resuelve el problema de la
prevención”
 La gente que es condenada a la pena de muerte puede ser inocente y es un
daño irreparable. “Ese es uno de los riesgos mayores que encontramos
en este tipo de penas, porque un error judicial, con la aplicación de la
pena de muerte, ya no podría corregirse”, Errar es humano y, en el caso
de la pena de muerte, irreversible. La posibilidad de error crece con un
Poder Judicial como el nuestro, no solo débil y acosado por la
corrupción, sino sesgado.
 “Si el país se aparta del pacto de San José, la más grave consecuencia
sería la desprotección de los derechos humanos”.
 “Todo el derecho penal se basa en la readaptación del delincuente. No
se le sanciona por venganza sino para rehabilitarlo. Si se le mata, estos
principios desaparecerán como cimientos de nuestra ciencia jurídico-
penal”.
 “Ni el Estado ni la sociedad tienen derecho sobre la vida. Una cosa es
sancionar una infracción a las reglas de la convivencia y otra, muy
distinta, matar”.

“Si nuestra democracia no tiene las condiciones de


hacer frente a sus peligros sin la pena de muerte,
ella está probando su propio fracaso. Su
impotencia frente a sus fallas”

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