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LA POÉTICA DEL ROMANTICISMO A TRAVÉS DE TRES RIMAS DE BÉCQUER

Jocsan Abel Moreno Chavez

Antes de comenzar a tratar la poesía y poética romántica de Adolfo Gustavo Bécquer, debemos

abordar y dar un pequeño esbozo de que lo entendemos por poética para luego poder dar paso a la

vida y tiempo del poeta. De esta manera entiéndase como poética al método o métodos que aplica

el poeta para construir conceptos generales de una cierta corriente, como lo es en este caso el

Romanticismo el cual sirve de metalenguaje para describir el sentimiento conjunto a la naturaleza.

Es decir, el estudio tanto del autor como de su obra se analizará en este ensayo partir de las Rimas

IX, X y LXIX de Bécquer.

Sí bien es cierto que nos hemos idealizado una imagen del héroe romántico, del poeta rebelde y

aventurero llamado Bécquer a través del tiempo, la realidad es otra, puesto que su vida está

coloreada por la enfermedad, la pobreza y el desengaño amoroso. “El 17 de febrero nace en Sevilla

Gustavo Adolfo Domínguez Bastida Insausti de Vargas Bécquer Bausa, que será conocido como

poeta con el nombre de Gustavo Adolfo Bécquer” (Jiménez, 2018), en el año de 1836, dentro de

una familia proveniente de Flandes situada un siglo antes. De esta manera es importante señalar

que Bécquer se desenvuelve dentro de un romanticismo tardío también llamado post-romanticismo

que vislumbra los umbrales de la Edad de plata en la literatura española.

El crepúsculo de su vida debió ser triste y con albores de melancolía, pues a sus diez años quedó

huérfano. Teniendo su primer acercamiento a la literatura al devorar en pocos meses la biblioteca

de su madrina Doña Manuela Monahay quien lo adoptó. Escribe su primer poema a los doce años:

Oda a la muerte de Alberio Lista impresa en la Corona poética a Lista (Cano, 1971, pág. 8).

El joven Bécquer ambicionaba con llegar a Madrid y llenarse de gloria, fama y prestigio, pero

sus sueños no tardaron en desplomarse, pues terminó con el más cruel de los desengaños, sin gloria,

1
ni dinero; únicamente pobreza y enfermedad, sufrimiento y desgracia. Sin embargo fue el poeta

que vivió de sus sueños y para sus sueños. Su pasión, la música, su debilidad, la enfermedad del

hambre.

Siguiendo con la cronología del poeta, descubrimos que la mujer con quien logró inspiración

para las primeras rimas, quizá fue Julia Espín, mujer que una tarde vio asomada por un balcón, hija

del músico Don Joaquín Espín. Pero su carácter tímido y retraído no ayudó, y fue su amigo

Rodríguez Correa quien se casó con la señorita (Cano, 1971, pág. 12).

Su segunda inspiración y musa primordial se llamó Elisa Guillén a quien se cree que dedicó la

mayor parte de sus Rimas. El poeta se encontraba ciegamente enamorado de la señorita de quien

se sabe muy poco de ella. Lo poco que sabemos es a través de la Rima XCIII (Bécquer, 2003, pág.

82).

A ELISA

Para que los leas con tus ojos grises,


para que los cantes con tu clara voz,
para que llenen de emoción tu pecho,
hice mis versos yo.
También se puede deducir que Elisa lo traicionó, según algunas Rimas que traslucen el

sentimiento, como por ejemplo en las Rimas XLII, LXXXVI, LIX y la Rima XLVI (Bécquer,

2003, pág. 51) que reza de la siguiente manera.

Me ha herido recatándose en las sombras


sellando con un beso su traición.
Finalmente, para olvidar a Elisa, Bécquer cometió el más grande error: se casó con Casta

Esteban, mujer que no amaba, pero que utilizó como bálsamo para curar la herida. Con ella tuvo

dos hijos: Gustavo Adolfo Gregorio y Jorge Luis.

2
A partir de conocer la vida del Gustavo Adolfo Bécquer podemos abordar su poesía y por tanto

la poética romántica que elaboró. Sin embargo, antes de comenzar a dar esbozos de un

romanticismo español, debemos cuestionarnos según Ricardo Navas-Ruiz (Navas-Ruiz, 1990, pág.

16) lo siguiente: ¿Es o no España un país romántico? Según la postura de Ruiz en su libro El

romanticismo español, son los extranjeros los que miran una España completamente romántica a

razón de su pervivencia al espíritu caballeresco medieval, el apego a la tradición, el sentimiento

patriótico, la pasión ante la vida y la cultura. Sin embargo, los españoles no lo consideran así,

puesto que consideran que todos estos motivos han permanecido desde, durante y después del Siglo

de Oro.

De esta manera se puede decir que el Siglo de Oro es un sistema apto para satisfacer las

aspiraciones románticas. Pero, ¿a qué va todo esto? Bueno, los españoles consideran más

sobresaliente el Siglo de Oro, a su vez que los primeros años de la Edad de Plata no han sido tan

estudiados por la crítica, ya que resplandece la figura del pícaro, El Quijote, el estilo de Góngora,

las fórmulas de Lope de Vega y la estructura del teatro de Calderón, los cuales pueden pasar como

modelo antirregla del clasismo francés. Por esta razón “los extranjeros perciben el sentido derivado

y superficial de lo típico, peculiar, agreste, distinto, sentimental y lleno de color” (Navas-Ruiz,

1990, pág. 17). En cambio, nosotros no nos limitamos al movimiento del siglo XIX, por ende

intento escudriñar buscando la poética a través de tres Rimas de Bécquer.

Como se ha mencionado, el poeta a tratar se encuentra entre los umbrales de la Edad de Plata

demostrando que es puente del modernismo. Bécquer nace cuando la primera generación romántica

que engloba al duque de Rivas y a Martínez de la Rosa ya están dando paso a la segunda generación

cuyas figuras son Espronceda, Zorrilla, Tassara, Pastor Díaz, Enrique Gil, Gertrudis Gomes de

3
Avellaneda. Y a partir de Bécquer la tercera generación: los nacidos entre 1831-1845 en donde se

encuentran Giner y Rosalía, precursores del modernismo (Nebot, 1980, pág. 13).

Por otro lado, podemos observar que Larra y Espronceda 1 critican el empleo de recursos

repetitivos y sin rumbo el cual no genera nuevas formas, señalando el ahogado desarrollo del

romanticismo. Ahora bien, dicho lo anterior sabemos que el romanticismo comienza en 1837 con

Zorrilla y de ahí le aguarda un largo trayecto. Finalmente podemos decir que el romanticismo es

heredero del dieciochesco mediante el colorido descriptivo de Fernández de Moratín; el tema

oriental y las poesías asiáticas del Conde de Noroña; las meditaciones filosóficas y sociales que se

fusionan con la naturaleza mediante las aspiraciones íntimas utilizado por Meléndez Valdés; junto

con el pesimismo de melancolía y amor teñido de misterio escrito por Álvarez Cienfuegos. Todos

ellos representantes y generadores de una tradición que hasta nuestros días sigue siendo estudiado

tanto por especialistas como por estudiantes de la lengua y literatura hispánicas.

Continuando con el análisis, puedo llegar a decir que las Rimas de Bécquer llagan en un

momento oportuno al torcer el cuello al cisne pomposo de un romanticismo agonizante. Es por eso

que abordamos los procedimientos técnicos y estilísticos que existen en el romanticismo los cuales

definen el movimiento. De modo que para dar continuidad y fluidez a los procedimientos poéticos

que define Navas-Ruiz2 en el romanticismo procederé a enumerar, ampliar y ejemplificar mediante

algunas Rimas.

1. Decoración y escenografía. El romanticismo es muy dado a las descripciones que presentan

específicamente el lugar de la acción y/o el fondo, destacando el gusto por lo concreto o el "color

local". Sin embargo, estos fondos relativamente variados se repiten como tópicos preferidos,

1
(Navas-Ruiz, 1990, pág. 86)
2
(Navas-Ruiz, 1990, pág. 31)

4
como por ejemplo la naturaleza, el transcurrir del día, las estaciones, lugares agrestes y

civilizados, preferencia por el mar, la cosmología, selvas, lagos, la noche. Dando una

característica primordial: la asociación de lo natural a los sentimientos humanos buscándole

correspondencia3.

2. Correlaciones. Estas comenzaron siendo muy originales, llenas de relaciones y motivos

poéticos, sin embargo se van transformando paulatinamente en clichés, estereotipos. Se

muestran muchas imágenes dentro del conjunto como por ejemplo: la tumba romántica adornada

con un sauce llorón, la luna confidente perpetua de los amantes, la primavera estación de

ilusiones y primer amor, el otoño como símbolo de desengaño y melancolía, y finalmente el

invierno que representa la vejez. También se hacen relaciones con la arquitectura, como por

ejemplo las grandes ciudades, calles estrechas, mesones antiguos, catedral gótica, iglesia

perdida, el cementerio, el castillo, palacio árabe, emitas abandonadas o pueblos con mucha

tradición.4

3. Misterio. El racionalismo del siglo XIX suprimió el elemento sobrenatural. Los milagros se

acaban y los románticos no pueden volver atrás, pero tampoco pueden renunciar a lo extraño, lo

extranatura que coexiste con lo cotidiano y escapa a lo racional. De este modo, el romántico

llena sus obras de voces extrañas, clamores, presentimientos y elementos fantásticos, dotando a

lo inanimado con sentimientos y lenguaje. De igual manera se interesa por los secretos del

universo, el significado de la vida y <<tedium viatae>>. Haciendo uso de la visión (mientras se

vela) y el sueño (cuando se duerme), explorando el subconsciente. Los cuales se dividen en dos:

3
Cotéjese con la Rima XII, pág. 29.
4
Cotéjese con la Rima IV, pág. 21. (Principalmente el tercer verso línea tres y cuatro.)

5
buenos y malos. El sueño bueno se relaciona con el paraíso, sinónimo de lo deseado. En

oposición al sueño malo como pesadilla relacionando con el horror y la muerte.5

4. Personajes de una sola pieza. Es decir, que el comportamiento del personaje responde

siempre a una misma esencia, como por ejemplo, el caballero representando lo bueno. De esta

manera se puede dividir la visión de la mujer como ángel de amor que representa la inocencia,

hermosura, suscitadora de ilusiones. Pero también se le puede encontrar como un demonio que

representa lo sutil, perversión, suscitadora de infiernos. Y dentro de la figura del hombre se

encuentra el galán apasionado, el caballero, el traidor, la víctima, el trovador, el desconocido, el

ermitaño, el anciano y el religioso.6

5. Estilo. Se puede llegar a él reconociendo el énfasis afectivo y el tono declamatorio. Podemos

encontrar constantes signos de interrogación y admiración, seguidos de puntos suspensivos, con

exceso de palabras para describir un sentimiento y finalmente el tono lírico.7

6. Métrica. Se proclamó el derecho de utilizar todas las variaciones métricas existentes e innovar

cuanto fuera posible. El romanticismo se anticipa a las audacias modernistas. Esto se refleja

puesto que existió una tendencia a la polimetría. Se pueden encontrar versos desde cuatro sílabas

hasta dodecasílabos. Se emplean versos sin rima o de rima asonante, liberando así a la poesía de

limitaciones preceptistas. Finalmente la novedad más interesante y de creciente uso fue la copla

de pie quebrado creada por Manrrique,8

5
Cotéjese con la Rima LXXI, pág. 65
6
Cotéjese con la Rima LX, pág. 59
7
Cotéjese con la Rima XXI, pág. 35
8
Cotéjese con la Rima XIX, pág. 34

6
A manera de sustento y ejemplificación de los anteriores puntos, pasaré a analizar y señalar la

ubicación de cada punto en la Rima LXIX9 del poeta romántico Bécquer.

Al brillar un relámpago nacemos,


y aún dura su fulgor cuando morimos;
¡tan corto es el vivir!

La Gloria y el Amor tras que corremos


sombras de un sueño son que perseguimos;
¡despertar es morir!
Como podemos observar, nos encontramos con un poema que cuenta con todos los puntos

anteriormente mencionados. Primeramente cuenta con una escenografía bastante clara, pues nos

sitúa al inicio y al final de nuestra vida, utilizando imágenes como relámpago, fulgor, sueño,

despertar, morir. Nos coloca en una atmosfera lúgubre y melancólica, con una fuerte reflexión y

misterio frente a la vida. De igual manera a través de las imágenes que desarrolla podemos ver las

correlaciones divididas en dos partes a través del uso de los párrafos. En el primer párrafo tenemos

el brillo e inmediatez de nacer que se contrarresta con la llegada a la muerte, sentenciado a través

de un pie quebrado que ¡tan corto es el vivir! Seguido tenemos el segundo párrafo que ayudado de

la primer estrofa puede crear esta ilusión de cambio y reflexión al traer a colación el sueño,

inmiscuyéndose en los secretos de la vida, demostrando un tedium viatae, que se demuestra en su

última línea al decir ¡despertar es morir! Utilizando el clásico pie quebrado para finalizar de

manera fuerte y sentenciosa su poema de seis versos endecasílabos con estructura AAb AAb de

rima consonante.

9
(Bécquer, 2003, pág. 64)

7
Finalmente y a manera de conclusión podemos ver qué a través de Rimas el amor se convierte

en uno de los tópicos más sobresalientes, sin embargo, entiéndase amor romántico como sello de

la pasión, entrega súbita y total, que puede causar rápido abandono, con un vertiginoso movimiento

entre goce y hastío. Sin olvidarnos de la melancolía y desesperación en la que se sumerge el poeta

por la imposibilidad de conseguir el objeto amado. Dicho esto se puede concluir diciendo que

Bécquer es la depuración del romanticismo para dar paso al modernismo y tú eres poesía.

Bibliografía

Bécquer, G. A. (2003). Rimas. Argentina: Altamira .

Cano, J. L. (1971). La vida de Bécquer . Salamanca: Anaya.

Greimas, A. (2010). Ensayos de semiótica poética. Barcelona: Planeta.

Jiménez, J. R. (8 de Mayo de 2018). Cronología de Gustavo Adolfo Bécquer. Obtenido de

Biblioteca virtual MIgule de Cervantes: http://www.cervantesvirtual.com/obra-

visor/cronologia-de-gustavo-adolfo-becquer--0/html/00cf1ff0-82b2-11df-acc7-

002185ce6064_2.html

Navas-Ruiz, R. (1990). El romanticismo español. España: Cátedra.

Nebot, F. A. (1980). Introducción: La poética de Bécquer. Madrid: Edaf.

Pueyo, C. M. (2014). Los inefables silencios de los “cuadros sinfónicos”. España: Valparaiso

University .

TVE (Dirección). (2016). Bécquer desconocido [Película]. Obtenido de

https://www.youtube.com/watch?v=1Sc3iqZlu8w

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