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RACISMO EN EL PERÚ: Agresión sobre lo Cholo 19/06:

Categoría: SOBRE EL PERÚ - RAZONAMIENTOS

Publicado por: lduran

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El problema de racismo surgido en Miraflores contra dos ciudadanos no ha concitado el interés de


la opinión pública, pese a su gravedad y a la falta de decencia pública del alcalde de tal distrito. Ello
muestra que aún hoy hay un gran problema de sintonía de los grupos de poder (en este caso político) con
el ciudadano de a pié de este país. El futuro, que estamos seguros será uno que permita que todos los
ciudadanos puedan hacer los proyectos de vida que deseen, pasa por reconocer la diversidad como
positivia y, además, aceptar y valorar las condiciones étnicas y culturales de cada cual.
Les propongo, a título de protesta contra las actuaciones de racismo que periviven, reflexionar a partir de
los dos textos sibuientes, escritos por dos personas de bien, aparecidos en el Diario Peru 21...

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Delito de cacharro

Por: Jorge Bruce

El alcalde de Miraflores, Manuel Masías, estuvo presente en una conferencia de prensa, convocada por la
oficina de Imagen Institucional de dicha municipalidad.
Ahí se reveló haber detenido a una banda de delincuentes que venían vulnerando la seguridad de los
vecinos: Los Malditos de Larcomar.

Cuando salió a la luz que los supuestos malhechores eran, en realidad, jóvenes deportistas de San Juan de
Lurigancho -los que, sin embargo, habían sido enmarrocados y, según afirman, maltratados e, incluso, se
les habría intentado 'sembrar' droga para incriminarlos-, el director de la Policía, Octavio Salazar, relevó al
comisario de Miraflores y al mayor encargado del caso.

En cambio el alcalde miraflorino se negó a ofrecer disculpas, alegando que las investigaciones no habían
concluido. Lo cual es un absurdo más grande que el parque Kennedy.

Si dichas pesquisas recién comenzaban, ¿cómo pudo participar en una conferencia de prensa para
anunciar que "en un trabajo conjunto entre el Serenazgo y la Policía se logró desarticular a una peligrosa
banda de asaltantes que mantenía en vilo al distrito"? ¿Se les puede presentar como delincuentes sin que
se haya probado su culpabilidad, y no se deben ofrecer disculpas cuando todo indica que se trata de
unerror gravísimo?
Lo que agrava el caso es la fundada sospecha de un "error" de corte racista, basado en el peligro -este sí
real- del funcionamiento en base a prejuicios: ¿cholos con bicicletas, celulares y MP4?
El peligro radica en que de los prejuicios -opinión previa y tenaz, representación mental en virtud de la
cual se confiere una significación extensa a los signos raciales- se salta a la discriminación, que es el
pasaje al acto, por lo general en forma de abusos o denigración.

Esto parece haber sido lo que ocurrió en perjuicio de Abraham Nina Márquez, Jorge Chávez, Daniel Távara
y César Cavero.
Su infracción consistió en lo que se podría llamar delito de 'cacharro' (rostro, en jerga).
En su afán de mostrar avances en la lucha contra la delincuencia, las fuerzas del orden no dudaron en
obrar precipitadamente, humillando y dañando la reputación de cuatro muchachos inocentes.
Pero lo más escandaloso es la negativa del alcalde a disculparse. No solo por lo que esto revela de su
concepción de la autoridad -para mostrar logros, acude presuroso; para reconocer daños contra personas
lesionadas en sus derechos y dignidad, exige pruebas- sino particularmente por la señal que envía a la
comunidad.
Si esos cuatro chicos fueran de los que se admiten sin problemas en ciertas discotecas del centro
comercial que da nombre a la banda de marras, no habría necesidad de pedir disculpas porque las
detenciones violentas ni, a fortiori, la conferencia de prensa, habrían tenido lugar.
Si los derechos no son de todos, son privilegios que causan rencor y dolor en los discriminados,
remordimiento inconsciente y temor en los privilegiados. Lejos de integrar, el alcalde divide.
El racismo se manifiesta en la desigualdad en el trato a las personas, en función de sus rasgos étnicos o
apariencia.
No es, como se ve, exclusivo de los sectores "beneficiados".

Al actuar con esa irresponsabilidad -y quizás dolo si lo de la 'siembra' se comprueba- tanto serenos como
policías se someten a patrones racistas hegemónicos, en el ámbito de la autodiscriminación.
Lo que ellos le hicieron a esos chicos mañana se lo pueden hacer otras autoridades, identificadas con el
agresor, a sus hijos o parientes. O a ellos mismos.
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Malditos (cholos) de Larcomar: ¿Tanto le cuesta ofrecer disculpas, alcalde Masías?

Por: Augusto Alvarez Rodrich


'Blanco corriendo: atleta haciendo ejercicio; cholo corriendo: ladrón escapando de la escena del crimen'.
Este chiste racista que se suele escuchar es lo que parece haber ocurrido, hace poco, en un incidente
lamentable durante un evento de ciclismo realizado en Larcomar.

Cuatro jóvenes entusiasta de ese deporte asistieron a ese centro comercial el jueves de la semana pasada
pues dentro del mismo se realizaba una novedosa competencia de ciclismo. De pronto, mientras lo
presenciaban, fueron detenidos, esposados y -según su propia versión- golpeados en la comisaría de
Miraflores, donde no se les permitió preguntar por qué estaban ahí, y se los obligó a firmar una
declaración que no les permitieron leer.

Las pruebas eran, como en el chiste racista, estar en un centro comercial de buen nivel, portar celulares,
cámaras digitales y -aún más sospechoso- un MP4, así como -lo cual parece haber sido la evidencia
contundente- tener aspecto de cholos. Es decir, los habían agarrado con las manos en la masa.
Peor aún. Siempre de acuerdo con su versión, ante la protesta de los detenidos, se les amenazó con
sembrarles droga, con lo cual la pena a la que se exponían era mucho más severa que un hurto.
Poco después, el alcalde de Miraflores, Manuel Masías, y el jefe policial del distrito, Luis Flores, los
presentaron ante la prensa como delincuentes peligrosos e integrantes de la temida banda 'Los Malditos
de Larcomar'. A 'jamonearse', entonces, con la captura del temido grupo que anda robando carteras y
propiedad privada en dicho establecimiento comercial, lo cual es cierto y, evidentemente, genera
indignación en los clientes y preocupación en las autoridades.

El problema, como se sabe ahora, es que los muchachos detenidos no eran los integrantes de la banda
'Los Malditos de Larcomar', solo que 'se parecían a ellos'.
Todos los indicios apuntan a que se trata de un nuevo caso de discriminación racial inaceptable que puede
dar para un nuevo chiste: 'blanco con MP4, cliente; cholo con MP4, choro'.
Y es lamentable, finalmente, que ayer en RPP, el alcalde Masías no aceptara la invitación para ofrecerles
una disculpa a los jóvenes ciclistas. ¿Tanto cuesta reconocer un error?

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