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La Asertividad

Cómo y cuándo expresar aquello que pensamos y sentimos? Qué implica el


hacerlo desde una postura sana para mí y para aquella persona con quien
me comunico? Conocer más acerca de la asertividad puede ser la diferencia
en nuestras relaciones. El respeto es la palabra clave. Por asertividad se
entiende como la expresión directa de los propios sentimientos,
necesidades, derechos legítimos u opiniones, sin amenazar o castigar a los
demás y sin violar los derechos de esas personas.

Ser ASERTIVOS significa ser autoafirmativos; es decir, ser capaces de


expresar lo que queremos, lo que sentimos, sin herir a nadie. La persona
auténticamente asertiva es la que sabe escuchar, la que sabe trasmitir lo que
piensa, lo que desea; la que sabe respetar los sentimientos y las opiniones
de la otra persona y la que, en el transcurso de una comunicación
interpersonal, sabe crear un ambiente de cordialidad y confianza.

Principales características de las personas asertivas.

1._ Expresa sus deseos o sentimientos, tanto “positivos” como


“negativos”, con claridad.
2._ Repiten su deseo tantas veces como sea preciso
3._ Dice “NO” cuando desean, sin poner excusas.
4._ No mienten.
5._ Nunca discuten.
6._ Aceptan críticas.
7._ Comprenden la postura del otro.
8._ Llegan a acuerdos; ofrecen alternativas.
9._ Piden información.
10._ Dan información.
11._ Hacen confidencias personales.

Tomado de la dirección electrónica: http://www.creadess.org/index.php/informate/desarrollo-humano1/desarrollo-


personal/35579-la-asertividad
¿Qué es la empatía, cómo cultivarla y por qué es fundamental practicarla?
En una época donde parece reafirmarse que somos seres esencialmente
sociales y que sólo la colaboración nos permitirá superar algunos de los
retos más importantes que tenemos delante, parece que el entendimiento
del otro en su más profunda acepción, la empatía, es una de las
habilidades más importantes a desarrollar. En pocas palabras, la empatía
se refiere a esa capacidad de colocarte en el lugar del otro y experimentar
la realidad desde esa ubicación. Ahora bien, si existen múltiples
indicadores que sugieren la importancia de la empatía, por cierto una de
las habilidades más hermosas de la mente humana, entonces la
interrogante sería ¿cómo procurarla o desarrollarla? Partiendo de la
premisa bioevolucionista de que somos animales sociales, y luego de que
la neurociencia detectara un circuito en nuestro cerebro que permite
experimentar este sentimiento –y sentir esta experiencia–, aparentemente los investigadores también han concluido
que la empatía no es una cualidad que se desarrolla exclusivamente durante la infancia, sino una habilidad que puede
seguirse trabajando a lo largo de la vida. En un ejercicio que permite tanto detectar algunas cualidades importantes del
acto empático, como determinar los aspectos que deberían trabajarse con la intención de alimentar en nosotros la
empatía, Roman Krznaric, exprofesor de sociología y política en la Universidad de Cambridge, y actualmente asesor en
cuestiones de empatía para Oxfam y para Naciones Unidas, publicó en el sitio Alternet un artículo en el cual enlista “6
hábitos de personas altamente empáticas”. A continuación estas características que bien pueden traducirse como
metas.

1. Curiosidad ante los desconocidos


Establecer una relación con las personas desconocidas que en lugar de detonar un juicio genere curiosidad es uno de
los elementos que distingue a las personas altamente empáticas. El hecho de que te apasione la posibilidad de
entender lo que sucede en la mente del otro facilita que este sentimiento florezca.

2. Transformar prejuicios en similitudes


Independientemente de los muchos efectos negativos que el acto de prejuzgar puede implicar, de acuerdo con Krznaric
los prejuicios obstaculizan la posibilidad de apreciar la individualidad del otro. Al parecer la clave es concentrarte en
evaluar las similitudes que mantienes con una persona, desconocida o familiar, y no las diferencias que esperan tu
identidad de la suya.

3. Personificando al otro
Aprovechar la imaginación para estimular la empatía. Si dedicas unos minutos a imaginar que eres el otro, que vives su
vida, enfrentas sus problemas, y disfrutas sus placeres, entonces probablemente luego de este ejercicio te será más
fácil comprenderlo y respetarlo. Un proverbio de los ‘nativos’ americanos, dice “Camina una milla en los zapatos de otro
hombre antes de criticarlo”.

4. La conversación como instrumento de fusión


Charlar con alguien es, además de una de lao principales ritos de interacción social, una oportunidad inmejorable para
establecer un conducto empático. Y aquí los dos recursos que sugiere Krznaric son: trata de imaginar lo que tu
interlocutor está sintiendo justo en ese momento, y ábrete ante él –eso ayudará a que cultives la humildad y por lo tanto
que valores al otro por lo que es.

5. Empatía masiva
Busca la manera de vincular este sentimiento con movilizaciones colectivas o, incluso, masivas. La empatía como
motor de una iniciativa social asegura una sincronía de causas que se traduce en fortaleza plena.

6. Máximo nivel de empatía


Una vez que eres capaz de desdoblar este manifiesto con relativa habilidad, entonces ha llegado el momento de
practicarla en su nivel más complejo: empatiza con tus opuestos y, por qué no, con tus enemigos.

Tomado de la dirección electrónica: http://www.creadess.org/index.php/informate/desarrollo-humano1/desarrollo-


psicocognitivo/26608-que-es-la-empatia-como-cultivarla-y-por-que-es-fundamental-practicarla

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