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Índice

 Introducción

 Identidad dominicana

 Antecedentes y eventos que desencadenaron la rivalidad dominico-


haitiana

 Batallas libradas entre el pueblo dominicanos y Haití

 Conflictos en la actualidad
Introducción

En este trabajo estaré detallando de manera objetiva sobre cómo se


manifiestan las rivalidades entre los haitianos y dominicanos.

Estaré definiendo la identidad dominicana y diciendo como esta fue


forjada durante tantos años por las luchas de nuestros libertadores y
padres de la patria pero además por la conducta y el sentimiento de
nuestro pueblo tropical.

También hablare un poco detallado sobre las principales luchas que


decidieron el futuro de nuestra nación los conflictos en la actualidad
que por lo visto no cesaran en sus intentos de obtener territorio.
Identidad Dominicana

La identidad dominicana es aquella que celebramos en el día de la


raza, en el cual celebramos nuestras raíces y el pasado de nuestra
nación, reconociendo la sangre derramada y el esfuerzo efectuado en
la causa de lograr nuestra independencia y ser reconocidos como
nación libre e independiente.

Nuestra identidad másallá de estar basada en el producto del


mestizaje de los españoles y los tainos, fue forjada por la batalla
librada durante tantos años entre el pueblo dominicana (en ese
entonces esclavo) y el dominio haitiano, movimiento encabezado por
nuestro patricio juan pablo Duarte y sus compañeros de la sociedad
secreta la trinitaria.

De nuestros aborígenes heredamos cientos de palabras que forman


parte del idioma español, entre estas palabras se encuentran:
Quisqueya, Amina, Bao, Bonao, Cotuí, Cutupu, Dajabón, Damajagua,
Guajaca, Guayubín, Inoa, Jacagua, Licey, Magua, Maguana, Mao,
Nagua y Samaná.

La majaría de los ríos, en el país, tienen nombres Taínos, incluyendo:


Haina, Maimón, Ozama, Sosua, Tireo, y Yaque. La mayoría de los
árboles y frutas tienen nombres Taínos como: Anacajuita, Caimito,
Cajuil, Cana, Caoba, Ceiba, Cuaba, Guacima, Guaño, Guao,
Guayaba, Guanábana, y Guayacán.
Además de flora, hay cientos de insectos, aves, peces, y otros
animales conocidos por nombres Taínos. Incluyendo: Bibijagua
(hormiga), Comején (termita), Carey (tortuga marina), Hicotea (tortuga
de rió), Guaraguao (águila) y Haiba (cangrejo).

De los españoles su mayor legado lo constituye el idioma que nos


caracteriza como país y nación, la devoción a la Virgen de la
Altagracia, la religión, y el haber despertado del letargo existencial en
el que estábamos ante los ojos del mundo.

En nuestra música típica “El Merengue”, tenemos incidencia de los


europeos con el acordeón y con la tambora y la güira de los africanos.

De todas las culturas que influyeron en la formación del pueblo


dominicano tenemos influencia en la alimentación, con una serie de
platos que tienen sus orígenes en los aborígenes, españoles o
africanos.

Además de todo esto el dominicano ha forjado su identidad como


pueblo pues Los dominicanos siempre hemos sido de sangre caliente
y energía tropical. Estos beneficios, en parte, son heredados de un
clima cálido, pero el cariño, la pasión por las personas, y el trabajo
continuo, vienen de la identidad que desarrollamos en nuestras luchas
por independizarnos de Haití, nos unimos tan profundamente, y por
tantas generaciones, que el dominicano es ejemplo de solidaridad y
unión. El ejemplo más fuerte de esto es que, desde Estados Unidos a
Palestina, China, Rusia y Japón, nos han llegado inmigrantes, y aun
de venir de culturas tan diferentes, el calor humano y la unidad, los ha
hecho ejemplos vivos de la identidad dominicana.
Antecedentes y eventos que desencadenan la rivalidad Dominico-
Haitiana

La división, y establecimiento formal de los franceses en la parte


Oeste de la Isla, se produjo de hecho, a partir del Tratado de Basilea
en 1795. La isla La Tortuga, al noroeste, desde 1630 se había
convertido en el asiento de los enemigos de España en el área,
especialmente por los bucaneros y filibusteros. Que al ser despoblada
la zona, (por las devastaciones del Gobernador Osorio, 1606) los
franceses e ingleses, lucharon por décadas por apropiarse de nuestro
territorio. Intentos estos que fueron frustrados reiteradamente, por las
autoridades de la parte Este, hasta años después del Tratado de
Basilea.

Este tratado estableció, concretamente que Francia devolvería a


España todos los territorios conquistados al Norte de la península
Ibérica, a cambio de que la segunda, cediera la parte occidental de la
isla de Santo Domingo. Vemos como con nuestro territorio, España
resolvía los problemas de sus fracasos militares en Europa, siendo
nosotros las victimas y los sacrificados.

la parte oriental de la isla vivió, en una paz inestable, mientras los


franceses de la parte occidental se consagraban a levantar la colonia
esclavista más rica de Francia y la parte oriental entraba en un
colapso total de miseria que abarcaría todo el siglo XVII y parte de
finales del XVIII, hasta que un buen día de 1795 los dominicanos-
españoles se despertaron con el anuncio a son de bando de que
mediante el Tratado de Basilea ahora eran súbditos de Francia.
Un revulsivo para las clases esclavistas de la parte oriental que de
buenas a primeras iban a verse obligadas a emigrar a otras colonias
españolas o avenirse a la nueva situación. Pero Francia, guerreando
para apoderarse de toda Europa luego del triunfo de la Revolución
republicana en 1789, no pudo ocupar su flamante colonia y España
debió guardársela y cuidársela hasta que la nación gala pudiera hacer
mejor uso de ella.

De modo que los dominicanos-españoles vivieron de 1795 a 1804 en


un limbo, aprovechado por el gobernador Joaquín García para avanzar
y reforzar la creencia de que en cualquier momento se podía revertir la
situación y volver a ser colonia española, pero Juan Luis Ferrand por
fin tomó posesión de la colonia en nombre de Francia luego de
deshacerse, no sin una lucha sórdida y astuta, de sus adversarios.
Pero antes de que Ferrand tomara posesión de la parte este y
unificara la isla, ya en enero de 1801 había sucedido un hecho que
marcaría el inicio del odio entre la parte occidental y la oriental.

La ocupación de la parte oriental la hizo Toussaint en nombre de la


Convención, jugada política de astucia maquiavélica que le permitió
unificar la isla, deshacerse de todos sus adversarios franceses, negros
y mulatos en el Saint-Domingue y ganarse la adhesión de los negros y
mulatos dominicanos al abolir, mediante proclama verbal, la esclavitud
en un acto celebrado en el Cabildo el 27 de enero de 1801, según el
Dr. Alejandro Llenas (“Invasión de Tousaint Louverture”. En Emilio
Rodríguez Demorizi. Invasiones haitianas. Academia Dominicana de la
Historia, 1955, p. 187). El odio que esta medida generó entre los
esclavistas forma parte del odio inculcado a los mismos negros y
mulatos dominicanos subordinados a la ideología del colonialismo
español durante tres siglos, lo que se tradujo en odio mortal a la
Revolución francesa y sus derechos del hombre y del ciudadano,
donde se estatuye que todos los hombres nacen libres e iguales ante
la ley. Esa fue la radical contradicción entre la república francesa y las
monarquías europeas.

La tumultuosa proyección de la Revolución francesa, según la


descalificación de Marrero Aristy, comenzó en la parte occidental
desde 1791 con los primeros levantamientos de los esclavos que
comenzaron a matar blancos franceses y a los mulatos y negros
aliados de estos y a quemar todos los ingenios azucareros y fincas de
otros cultivos, las viviendas y demás propiedades, conducidos por el
genio de Toussaint y otros grandes líderes antiesclavistas.

Pero Toussaint, cuyo proyecto final era la independencia de la parte


occidental, midió las consecuencias y tuvo que ir paso a paso
consolidando su poder hasta que cometió el único error grave de su
carrera política: hacer aprobar una Constitución que fue abiertamente
un desafío a Francia y Napoleón lo juzgó así, y pese al respaldo de los
Estados Unidos a Toussaint, el Corso envió una expedición al mando
de su cuñado Leclerc a fin de reducir a Toussaint, embarcarle a
Francia, lo que se logró, unificar la isla y restablecer la esclavitud en la
isla entera, según las instrucciones secretas entregadas
personalmente por Napoleón a su cuñado.

Pero entonces se endureció la lucha de los negros en contra de las


pretensiones de Francia, bien conocidas con el ejemplo de la prisión y
destierro de Toussaint en el castillo de Joux, en el Jura. El odio explotó
a 451 grados Fahrenheit, para decirlo con una figura del cine, y no
cesó hasta que Dessalines y sus seguidores proclamaron la
independencia de Haití el 1 de enero de 1804.

El paso siguiente de Dessalines fue invadir en 1805 la parte occidental


a fin de liberar de la esclavitud a la parte oriental, ya que el poder
francés era una amenaza a la flamante república haitiana. Si los restos
de las clases esclavistas domínico-españolas que permanecieron en
Santo Domingo y no emigraron a las otras colonias españolas se
avinieron al nuevo colonialismo francés, ahora con más fe el odio fue
más mortal contra los negros haitianos que durante la ocupación de
Toussaint, ya que esta fue breve y sus efectos no tan duraderos
debido a que el líder revolucionario debió volver precipitadamente a
Haití ante las informaciones de los aprestos de la invasión de Leclerc.
Los intereses creados generan ese tipo de odio y resentimiento.
Las de 1801 y 1805 fueron invasiones; y la segunda, en 1822, unión.
La invasión de Dessalines en 1805 fue lanzada por el sur, el centro y
el oeste. Fracasó a causa de la intervención conjugada de ingleses,
franceses y esclavistas domínico-españoles. Los franceses dirigidos
por Ferrand se aprestaron, luego de la derrota de las fuerzas de
Dessalines y el formidable cerco a la Capital, a reconstruir la colonia y
enrumbarla por un camino de prosperidad y bienestar económico.

El 27 de Febrero de 1844, los Trinitarios bajo el liderazgo de Juan


Pablo Duarte; Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mella
anuncian al mundo la fundación de un estado independiente con el
nombre de Republica Dominicana, estando el país invadido por los
haitianos. Las fuerzas locales Haitianas se entregaron.

El entonces presidente Haitiano Charles Herard, decidió invadir el


territorio dominicano el 10 de Marzo, con sus fuerzas divididas en tres
grupos: uno por el Valle de Neyba, otro por el centro, y un tercero por
el Norte. Los haitianos fueron derrotados en todos sus frentes, lo que
provocó la caída del presidente de haitiano.

Charles Herard fue sustituido por el General Pierrot, quien en 1845


invade la parte Este, siendo derrotado. En Noviembre de 1845, las
fuerzas Haitianas se proponen tomar Puerto Plata usando los buques
President, L’Union, Dieu Protege, L’Signifie, L’Guerrier, y L’Mouch, de
la Armada Haitiana, donde también fueron derrotados.
Noviembre de 1848, el Presidente Haitiano General Faustino
Soulouque, quien se había convertido en un sangriento dictador,
ordena la invasión de la República Dominica por el sur y el Oeste,
invasión que fue derrotada. El 5 de Marzo de 1849 el General
Soulouque ordena otra invasión con más de 12000 hombres,
resultando derrotados los haitianos.

Noviembre de 1849. Proclama del Presidente Dominicano


Buenaventura Báez: Seis años de guerra defensiva, han inspirado a
los haitianos una falsa idea de la fuerza de la Republica y dándole la
inmensa ventaja de escoger a su antojo los momentos de ejercer sus
hostilidades y el teatro de los combates,,,,, añadiendo, que no era
propio de la dignidad nacional agotar los recursos en continuos
preparativos para repelerlo, cuando se podía ir con tanta facilidad a
buscarlos a su propia casa y hacerles sentir el peso de la guerra en
sus personas y propiedades. Ordenando la primera agresión nuestra
contra los haitianos, despachando una expedición naval, apresando
numerosas embarcaciones, echando a pique otras, e incendiando
algunas poblaciones, concluyendo en un rotundo éxito.

30 de mayo de 1855, General Soulouque, quien se había declarado


emperador con el nombre de Faustino I, ordena invadir el Este con un
cuerpo de caballería, para probar la supuesta decisión de las
potencias de garantizar la independencia dominicana. Agresión que
fue rechazada por nuestra población, ante la indiferencia de las
potencias. Reafirmando la experiencia histórica de que solo podemos
confiar en nuestras propias fuerzas.

En Diciembre de 1855, Soulouque preparo la ofensiva más grande


que se había desarrollado en la isla, organizo tres grupos de ejército
con un total de 30,000 hombres, bien equipado y con el mejor
armamento de la época, arrojándolos sobre la Republica Dominicana.
Resultado, derrota.

Luchas libradas entre Republica dominicana y Haití

Batalla Fuente del Rodeo (13 de marzo de 1844)

La Batalla de Fuente del Rodeo fue el primer encuentro armado entre


la República Dominicana y Haití con el fin de defender la reciente
independencia dominicana del dominio haitiano. Se libró el 13 de
marzo de 1844 en la provincia de Bahoruco. El ejército dominicano
estaba dirigido por el general Fernando Tavera y el ejército haitiano,
que superaba en cantidad al dominicano, estaba al mando del
comandante y presidente Charles Rivière-Hérard.

El plan de invasión de Hérard consistía en el envío de tres columnas


que sumaban un total de 20.000 soldados.1 La primera, capitaneada
por Jean-Louis Pierrot, iría por el norte contra Puerto Plata y Santiago
de los Caballeros. La segunda, comandada por el presidente en
persona, buscaba conquistar San Juan de la Maguana y Azua de
Compostela. La tercera y última, dirigida por el general Agustin
Souffront, marcharía hacia Neiba.

Su objetivo era dividir a las fuerzas dominicanas. Tomarían Neiba y


luego las columnas de Hérard y Pierrot se unirían para atacar Azua.
Los defensores, mucho menos numerosos, se habían hecho fuertes
en una serie de puntos estratégicos del país. Produciéndose el primer
enfrentamiento en fuerte del Rodeo, que consistió en un ataque
sorpresa contra una columna haitiana, posicionada en Las Marías.2
Los dominicanos iban a la batalla con piedras, cuchillos, machetes,
lanzas, garrotes y fusiles.}

Batalla del 19 de marzo (19 de marzo de 1844)

La Batalla del 19 de marzo o Batalla de Azua fue la primera gran


batalla en defensa de la independencia dominicana y se libró el 19 de
marzo de 1844, en Azua. Una fuerza de 2.000 soldados dominicanos,
una parte del ejército del sur, dirigidos por el general Pedro Santana,
derrotaron a 10.000 soldados del ejército haitiano encabezados por el
general Souffrand.

Luego de declarada la independencia dominicana, el presidente


haitiano Charles Hérard organizó su ejército con 30.000 hombres.
Dicho ejército fue dividido en tres flancos para penetrar en la nación
recién proclamada: el primero estaba al mando del General Pierret con
10.000 hombres, que entrarían por el norte y tomarían Santiago y
Puerto Plata. El segundo estaba dirigido por el propio Hérard y
pretendía tomar Azua y San Juan de la Maguana, y el tercero, dirigido
por Souffront, debía entrar por Neyba. El 19 de marzo de 1844 se
produjo en Azua con el enfrentamiento de las tropas dominicanas
lideradas por el general Pedro Santana y las tropas haitianas
encabezadas por el Presidente haitiano, Charles Hérard Ainé. Esta
justa implicó el inicio del afianzamiento de las ideas de independencia
que se pusieron de manifiesto en el trabucazo del 27 de febrero de
1844. Con la división del ejército haitiano Hérard pretendía unir la
columna del sur con la del norte para atacar a Azua, pero las tropas
dominicanas, dirigidas por Fernando Taveras, Vicente Noble y Dionisio
Reyes, atacan las fuerzas del General Broum que estaban
posicionadas en las Marías, desarrollándose el primer combate en la
Fuente de Rodeo.

Por otro lado, las tropas del General Suffrond avanzan hacia Azua,
enfrentándose en el Paso de la Hicotea con los dominicanos
comandados por Manuel Mora. Las tropas de Hérard pasan por los
Jovillos persiguiendo a Luis Álvarez, pero las tropas dominicanas del
General Lucas Díaz, apostadas en el Paso del Jura, atacaron al
ejército haitiano.

Al entrar las tropas haitianas a San Juan son enfrentadas por


Francisco Soñé, Lucas Díaz, Jean E. Ceara y José Del C. García,
desalojándolas del río Jura. El mismo día 19 las fuerzas del jefe
haitiano Tomás Héctor entran en Azua y la encuentran desierta, pero
el ataque es rechazado por los dominicanos. Los haitianos atacan por
el camino de Los Conucos. Allí fueron enfrentados por Matías de
Vargas, José Leger y Feliciano Martínez.

En la comunidad El Barro, el ejército haitiano combate contra las


tropas de Duvergé, y luego son enfrentados por Nicolás Mañón en el
Cerro de Resolí. El ataque provocó la huida de los invasores de nuevo
hacia el río Jura. El día 19 los dominicanos se retiran a Sabana Buey.

Los soldados de Souffront son detenidos en La Hicotea; reinician su


marcha el día 20 para unirse a las tropas de Herrad. Esta memorable
batalla se inició a las 7:30 de la mañana.

¿Cómo estaba organizado el ejército dominicano en la batalla del 19


de marzo? El 19 de marzo las tropas dominicanas estaban
posicionadas en puntos estratégicos en la ciudad de Azua. Estaban
conformadas por 2,500 soldados, entre los que había hateros y
monteros, que formaban el ejército de Pedro Santana. Entre estos
soldados se hallaban jóvenes azuanos que habían sido entrenados
por Antonio Duvergé y Francisco Soñé.

Las tropas criollas estaban repartidas entre El Camino del Barro,


donde se encontraba la fusilería azuana comandada por el capitán
Vicente Noble; en La Loma de Resolí, 200 hombres al mando de
Nicolás Mañón; en el centro de la villa había dos cañones, uno
manejado por Francisco Soñé y otro por José del Carmen García.
Camino a Los Conucos y Las Clavelinas se encontraba una fuerza de
artillería comandada por Matías de Vargas, José Leger y Federico
Martínez. El 19 de marzo en la mañana, el General Hérard organizaba
su ejército con el fin de atacar a las tropas dominicanas, pero los
dominicanos atacaron a los haitianos que avanzaban por El Camino
de los Conucos.

Este ataque fue rechazado por el cañón de Francisco Soñé, la fusilería


de Lucas Díaz, Jean E. Ceara y José Del C. García. Desalojando el río
Jura, el mismo día 19 las tropas del jefe haitiano Tomás Héctor entran
en Azua y el ataque es rechazado por los dominicanos.

Batalla del 30 de marzo (30 de marzo de 1844)

El 30 de marzo, los haitianos atacaron y fueron embestidos por el


general José María Imbert en el fuerte "Dios, Patria y Libertad" frente a
la sabana de Santiago de los Caballeros. Los haitianos contraatacaron
y fueron rechazados por la artillería dominicana y la fusilería de
Fernando Valerio. El ejército haitiano lanzó un ataque desesperado y
fue vencido con los cañones del fuerte "Dios, Patria y Libertad" y por la
infantería de Fernando Valerio López. El ejército de Jean-Louis Pierrot
se vio obligado a retroceder, dándole la victoria al ejército dominicano
liderado por José María Imbert.
Batalla de El Memiso (13 de abril de 1844)

La Batalla de El Memiso fue la tercera batalla más importante de la


Guerra de la Independencia Dominicana y se libró el 13 de abril de
1844 en El Memiso, Azua. Tropas dominicanas, una parte del ejército
del sur, dirigidas por el general Antonio Duvergé, derrotó a una fuerza
superior del ejército haitiano al mando del coronel Pierre Paul.

La batalla después de varios días inactivos en Azua, parten de esta


ciudad dos regimientos de línea: el 4º, comandado por el Coronel
Pierre Paul, y el 5º, mandado por el coronel'Auguste Brouard. Para
evitar un encuentro frontal con las fuerzas que tenía el general Pedro
Santana en Sabana Buey, Baní, las tropas haitianas siguen el camino
de El Maniel (actual San José de Ocoa), bordeando las montañas de
El Número y Lomas de Rincón en Azua, en la margen occidental del
Río Ocoa.

Las tropas dominicanas hostigan las haitianas y las conducen hacia


los desfiladeros de la sección El Pinar de El Maniel. El 13 de abril de
1844, las tropas haitianas son interceptadas en el lugar conocido como
El Memiso, en donde los dominicanos, a falta de pertrechos, tuvieron
que valerse hasta de derrumbe de peñascos, obligando a los haitianos
a retroceder de nuevo hacia Azua. Esta vez, los haitianos tuvieron un
momento de triunfo, quedándose con toda la región y con los puestos
estratégicos bajo su absoluto dominio. Más tarde ese mismo día, los
dominicanos zarpan desde la caleta Agua de la Estancia, en las costas
de Baní, en las goletas Separación Dominicana, María Chica y San
José, tres de los primeros buques de guerra adquiridos por las
Fuerzas Armadas Dominicanas, el primero bajo el mando del coronel
Juan Bautista Cambiaso, el segundo capitaneado por el comandante
Juan Bautista Maggiolo y el tercero comandado por Ramón Portugués
(también conocido como El Portugués). Su misión era acercarse al
puerto de Azua para interceptar varios buques de guerra haitianos que
poco antes habían llegado al puerto con refuerzos y
reaprovisionamientos para las tropas del presidente Charles Rivière-
Hérard. Los haitianos fueron obligados a retroceder, dando pie a la
primera batalla naval entre Haití y la República Dominicana.

Batalla de Cachimán (17 de junio de 1845)

La Batalla de Cachimán fue una de las libradas contra los haitianos


para conseguir la Independencia de la República Dominicana. Tuvo
lugar en la zona fronteriza del país, entre la hoy provincia de Elías
Piña y Veledero, Haití. En esta batalla salió vencedora la República
Dominicana, sellando aún más la identidad del país como nación
naciente.

Esta batalla se produjo durante el mes de abril en 1845, cuando el


entonces presidente haitiano Philippe Guerrier, por lo que es sucedido
por el general Jean-Louis Pierrot, quien decía "voz en cuello que la isla
era indivisible, por lo que pedía de los dominicanos integrarse con
Haití para que se formara una sola nación". Obviamente, los
dominicanos habían decidido ser libres e independientes ante
cualquier potencia extranjera para siempre, por lo que se
comprometieron a sostener y enarbolar la naciente nación dominicana
proclamada la noche del 27 de febrero de 1844.

El principal protagonista de esta gesta fue el General Antonio Duvergé,


el cual movilizó sus tropas en horas de la mañana. Duvergé las dividió
en tres columnas, la primera al mando del General Felipe Alfau, quien
partió primero a ese punto porque su recorrido era mayor, y debía
cortar la retirada al enemigo con un movimiento envolvente por el sur.
El segundo contingente dominicano iba dirigido por el Coronel
Francisco Pimentel, disponía de piezas de artillería y debía atacar a
los haitianos de manera frontal. El tercer comando estaba a las
órdenes del General Duvergé, quien había decidido enfrentarse a las
tropas haitianas por la derecha.

«En estas circunstancias el general Duvergé, posesionado con sus


tropas del cuartel del Cachimán, conquistado por las tropas victoriosas
dominicana, cuando las horas marcaban a las 8:00 de la noche, envió
el 17 de abril de 1849 al Presidente, general Pedro Santana, un parte
oficial en el que dio a conocer: “hemos tomado al fuerte de Cachimán»
Batalla de El Número (17 de abril de 1849)

La Batalla de El Número fue un importante enfrentamiento militar


librado durante los años posteriores a la independencia dominicana, el
17 de abril de 1849, cerca de Azua de Compostela. Entre tropas
dominicanas, una parte del ejército del Sur, dirigidas por el general
Antonio Duvergé, encontró una fuerza que excedía en número a las
tropas dominicanas con 15.000 soldados del ejército haitiano dirigidos
por el general Jean Francois Jeannot, enviados por el emperador
Faustino I de Haití (Faustin Soulouque) a reconquistar el oeste de La
Española.

Batalla de Las Carreras (21 de abril 1849)

La Batalla de Las Carreras fue una de las grandes batallas durante los
años posteriores a la Guerra de la Independencia Dominicana y se
libró el 21 de abril de 1849, cerca de Baní, provincia de Peravia.
Tropas dominicanas, una parte del ejército del sur, dirigidas por el
general Pedro Santana, derrotó a una fuerza del ejército haitiano que
superaba en número al dominicano, encabezado por el emperador
Faustin Soulouque.
Batalla de Cambronal (22 de diciembre de 1855)

La Batalla de Cambronal se libró cerca de Neiba el 22 de diciembre de


1855 y fue uno de los combates sostenidos por militares dominicanos
contra invasores haitianos para mantener la independencia de la
recién creada nación. El general Francisco Sosa se enfrentó y derrotó
a un batallón del ejército haitiano liderado por el general Pierre Rivere
Garat, el duque de Leogane.

Batalla de Sabana Larga (24 de enero de 1856)

Las batallas de Sabana Larga y de Jácuba fueron los últimos y


decisivos encuentros armados que sostuvieron dominicanos y
haitianos para poner fin a casi 12 años de conflictos después de la
independencia dominicana. La primera se libró el 24 de enero de 1856
en Sabana Larga, Dajabón. Tropas dominicanas del ejército del norte,
dirigidas por el general Juan Luis Franco Bidó, derrotaron a una fuerza
del ejército haitiano al mando del emperador haitiano Faustino I. Otra
parte del ejército haitiano se atrincheró en Jácuba, cerca de Puerto
Plata, pero fueron vencidos por los generales Pedro Florentino y Lucas
Peña, poniendo fin a las invasiones haitianas en territorio dominicano.
Conflictos en la actualidad

En la actualidad la situación no es menos agravante, a raíz del


terremoto que fue víctima Haití en el año 2010, el éxodo de haitianos
que cruzan la frontera de manera ilegal hacia la República Dominicana
ha aumentado al 100%.

Pedernales, Jimani, Dajabon y Elías Piña, son los cuatro puntos de


acceso por los cuales nacionales haitianos penetran hacia la
República Dominicana en busca de una mejor calidad de vida. Hecho
que no es bien visto por los Dominicanos.

La República Dominicana dentro de su inmensa solidaridad ha sido el


más fiel pie de apoyo con el que han contado los haitianos. En el año
2010 cuando este país sufrió la furia de la madre naturaleza y fue
azotado por un terremoto magnitud 7.3, los dominicanos fuimos los
primeros en llegar.

Gran parte de las ayudas humanitarias que recibió Haití


desembarcaron en puertos y aeropuertos dominicanos para luego ser
trasladados a la empobrecida nación por calles, avenidas y carreteras
dominicanas. No solo hasta aquí ha llegado la solidaridad de la
República Dominicana para con Haití.

El gobierno dominicano ha colaborado también con la construcción de


importantes infraestructuras en esta nación, como lo fue el caso de la
Universidad Estatal Haitiana Henri Christophe, a un costo de US$30
millones, construida por el ex presidente dominicano el Dr. Leonel
Fernández.
También la República Dominicana a través del Tribunal Constitucional
en la ordenanza TC/0168/13, puso en marcha el Plan Nacional de
Regularización de Extranjeros Ilegales, donde cientos de haitianos
pudieron resolver la situación de sus estatus en el país.

En los últimos meses los medios de comunicación de la República


Dominicana han estado copados de información sobre la invasión
masiva de haitianos, que día a día llegan a nuestro país, causando
esto gran revuelo en la población.

De ese mismo modo se ha denunciado que parturientas haitianas


llegan en caravanas a los hospitales fronterizos del país a dar a luz
sus crías, trayendo esto como consecuencia exuberantes costos al
estado dominicano.

Otro agravante y no menos importante son los actos delictivos


cometidos por haitianos, como fue el caso de la adolescente Cielo
García. Todo esto ha hecho despertar en la población dominicana la
necesidad de exigirles a las autoridades las deportaciones masivas de
ilegales haitianos en el país.

Lo que si entendemos las autoridades migratorias deben poner todo el


empeño para salvaguardar nuestras fronteras y evitar que la soberanía
dominicana se vea en peligro. La República Dominicana no se opone
a que haya haitianos en el país, pero haitianos debidamente regulados
y documentados, que lleguen a aportar a nuestra nación. No a crear
más problemáticas de las que ya tenemos.
Conclusión

Luego de investigar a fondo sobre el tema pude observar como los


haitianos luego de librarse de los franceses siendo el primer país
negro y esclavo en ser libre e independiente, por intereses ayudaron a
expulsar a los colonizadores de nuestro territorio, sin embargo estos
realizan múltiples invasiones como intento de apoderarse de nuestro
territorio, alegando que el territorio dominicano les pertenece.

Aprendí sobre las diferentes luchas libradas entre ambos pueblos,


que fueron bastantes y muy sangrientas, pero que al final los
dominicanos salimos victoriosos saliendo a flote como nación libre e
independiente, y logramos forjar nuestra identidad con mucha sangre
sudor y lágrimas, nuestra identidad de pueblo tropical con gran
corazón y sentimientos cálidos, aunque somos producto de mestizajes
entre españoles, africanos e indígenas, nos diferenciamos de todas las
demás culturas por nuestra peculiar forma de comportarnos y acoger a
nuestros visitantes.

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