RECAPITULACIÓN:

Líder es un individuo que hace las veces de cabeza de una entidad política, como una ciudad,
tribu o nación.
Los miembros de la entidad política son individuos que representan diferentes ámbitos o
categorías, pero comparten la misma creencia.

En este capítulo centramos la atención en individuos encargados de aportar liderazgo a estas

poblaciones numerosas y a veces muy heterogéneas.

Para situar en contexto la tarea de volver nuestra atención al líder de una nación, revisaremos
el camino que hemos recorrido.

Primero hemos considerado a dos individuos cuya ascensión a puestos de influencia tuvo su
origen en la calidad de su trabajo dentro de disciplinas académicas. Margaret Mead comenzó
como antropóloga visitando tierras exóticas, solo cuando su estudio de la naturaleza humana
llego abarcar a las mujeres y los hombres de los Estados Unidos transcendió su liderazgo.
Así mismo, J. Robert Oppenheimer comenzó su carrera profesional como físico, los
acontecimientos de la segunda guerra mundial lo catapultaron a puesto donde dirigió a un
círculo de científicos. Sólo después de la guerra presentó sus ideas con suerte diferente a
públicos nacionales e internacionales más amplios.
El siguiente grupo de expertos dirigía institucionales de distinta envergadura y diversos
grados de heterogeneidad. Robert Maynard Hutchins regia una universidad estadounidense,
Alfred P. Sloan, hijo, dirigía una empresa, George C. Marshall aportada liderazgo al ejército,
y el papa Juan XXIII estaba al timón de la Iglesia más grande del mundo. Los miembros del
estado eran heterogéneos, particularmente en el ejército y la Iglesia, pero estaban unidos por
una lealtad común.

En los últimos siglos, el liderazgo de un país ha sido más comúnmente alcanzado por otras
tres vías:

1. La elección popular: en la mayor parte del mundo occidental.

2. La discusión consensuada y los sigilosos manejos de una elite: en la mayoría de
las sociedades no democráticas.
3. La toma violenta del poder por un grupo político revolucionario: como ha
ocurrido en países menos estables.

Los modos en que tales individuos llegan a alcanzar el poder no tienen por qué predecir los
modos en que a la postre lo vayan a ejercer. Un individuo puede comenzar siendo un tipo de
líder que confía en una determinada modalidad de influencia y terminar como otro tipo. El
ejemplo más notorio es Hitler, que se convirtió en canciller de Alemania como resultado de
una elección y que inmediatamente se aseguró de que tales elecciones libres nunca volvieran
a celebrarse. Los tiranos se hacen, no nacen.
Una consideración final atañe a la medida en que un líder político intenta transformar el
sentido de identidad de la población:

Líder ordinario: La mayoría de los líderes se han contentado con contar las mismas historias
y encarnar las mismas virtudes que sus predecesores.

Líder innovador: Toma un conjunto de temas o imágenes que ya existen en la sociedad,

pero que en los últimos tiempos han sido ignorados, y los eleva hasta crear clara conciencia
de ellos.

La variedad más rara de líder político es un individuo que realmente crea una historia o
imagen nueva, que no ha sido predominante antes y consigue convencer a la opinión pública
de su poder y sostenibilidad, tal liderazgo transformativo o visionario es difícil de alcanzar,
no es fácil conseguir nuevas ideas políticas, en el siglo XX, solo unos pocos líderes políticos
como Lenin y solo unos pocos innovadores ideológicos como Gandhi han creado historias
que merecen el epíteto de visionarias.

MARGARET THATCHER
Fue tres veces primera ministra de Gran Bretaña. Thatcher realizó dos hazañas singulares: la
de convertirse en la primera jefa de un partido británico importante y además tras su elección
como primera ministra la de cambiar radicalmente el rumbo de la sociedad británica posterior
a la segunda guerra mundial.

A diferencia de los líderes anteriores Thatcher tenía la tarea de dirigirse a toda una población
con sus diversas inquietudes y metas. Lo hizo presentando una visión de lo que significaba
ser británico e invitando a sus compatriotas a unirse a ella, sin embargo, cuando alguien
decidía no identificarse con esta visión Thatcher no vacila en dejarlo a un lado, Thatcher
prefería establecer una dicotomía entre nosotros y ellos, durante un periodo de tiempo
sorprendentemente largo esta línea de conducta funciono bien pero luego contribuyo a su
caída.
Su nombre de soltera era Margaret Roberts, su padre Alfred era propietario de la principal
tienda de ultramarinos de la ciudad de Grantham, Alfred adoraba en Margaret el hijo que
nunca tuvo. La característica más extraordinaria que se remonta a su niñez es el hecho de que
prácticamente ha negado la existencia de su madre, Beatrice, una amiga de la escuela
comento una vez que Thatcher más bien despreciaba a su madre y adoraba a su padre.

El papá de Margaret no había completado ninguna educación superior, pero estaba

determinado en que su talentosa hija fuera a una universidad. Margaret fue admitida a la
Universidad de Oxford, durante sus años universitarios la pasión de Thatcher era la política,
debido al interés por la política que había adquirido de su padre, también con la ayuda de su
padre adquirió destrezas para hablar en público, convirtiéndose en una excelente polemista.
Thatcher obtuvo el título de abogada en 1953 siendo una buena estudiante, pero no destacada.
Thatcher llego a estar en verdadera armonía con la esfera política durante los años de la
segunda guerra mundial, el tiempo en que Gran Bretaña defendió sola los valores
democráticos contra el azote de la Alemania Nazi.

En 1951 Margaret se casó con Dennis Thatcher, al casarse por encima de la categoría social
de su familia, Margaret confirmaba sus vínculos con el Partido conservador, los Thatcher
tuvieron gemelos en 1953, y Margaret se tomó tiempo libre para estar con Mark y Carol
durante sus primeros años.
Thatcher estaba decidida a entrar en la política electoral, para los años sesenta Thatcher era
una figura cada vez más brillante en las filas del Partido conservador. En 1970 por el ministro
Edward fue nombrada secretaria de Estado para la Educación, realizando siempre un trabajo
estimable.

Margaret era una mujer que procedía del sector medio de la clase media, había asistido a un
instituto y no a un colegio independiente, era la primera de su familia que había asistido a la
universidad, había estudiado una profesión en lugar de una disciplina clásica, era una
autentica creyente de aquellos valores conservadores.

En 1975 anuncio que sería candidata y se esforzó por ser incluyente; ya que intento mantener
a los lideres conservadores rivales dentro de las filas y fue respetuosa con aquellos que
pudieran sentirse inclinados a oponerse a su liderazgo. Sin embargo, comenzó a dejar claro
a la nación que ella tenía su propia filosofía política.

El término “tbatcberismo” fue acuñado y admitido dentro de Gran Bretaña para denotar la
convicción de que el socialismo había fracasado y que Gran Bretaña tenia que abandonar la
intervención estatal en favor de la privatización y la iniciativa individual. Margaret era
reconocida como una luchadora fría de la vieja escuela y luego de dos discursos beligerantes
los rusos la apodaron la “dama de hierro”.

En la campaña electoral de 1979, Thatcher declaraba “El laborismo no funciona” Ella decía
que Gran Bretaña era “un gran país que parecía haber perdido el rumbo”

Sin embargo, en 1979 cuando Thatcher llego al poder su mayor aliado en el camino que se
había propuesto recorrer era su gran confianza en si misma. Al ser elegida declaró: “Lo
apasionadamente interesante para mi es que las cosas que aprendí en una ciudad pequeña, en
un hogar muy modesto, son precisamente las cosas que, a mi parecer, han ganado las
elecciones”. Ella estaba convencida de que las virtudes de la integridad, la independencia, la
iniciativa y la decencia, que había asimilado de su padre, eran precisamente los remedios
para los males que afligía a Gran Bretaña. Estaba preparada para enfrentarse a los demás y
para cumplir sus propios y exigentes criterios.

Thatcher encajaba en el modelo de lideres futuros que se ven a si mismo desde una edad
temprana como figuras providenciales, y que manifiestan una capacidad de cuestionar a
quienes ocupan puestos de autoridad.
En sus primeros años como primera ministra demostró que era políticamente aceptable que
en Gran Bretaña se adoptaran medidas monetaristas estrictas y crear altos índices de
desempleo; los británicos parecían preparados para aceptar la posibilidad de la perdida de
empleo a fin de asegurar una inflación mas baja y unos presupuestos equilibrados. Sin
embargo, Thatcher mostraba poca comprensión o simpatía por los pobres y los inmigrantes,
que padecían la mayor parte de sus medidas.

Thatcher utilizaba una visión “nosotros – ellos”. Aquellos por quienes sentía simpatía eran
los pequeños hombres de negocios, los individuos que se hacían así mismos y quienes
trabajaban en las esferas de la ingeniería y la técnica. Aquellos a quienes consideraba
enemigos eran los burócratas estatales, los miembros de los sindicatos y aquellos que
trabajaban en las universidades o se consideraban así mismos miembros de la intelectualidad.
Ella creía que las personas del primer grupo eran trabajadoras y favorables a su ideario
individualista y el segundo grupo eran holgazanes y entusiastas de las ideologías
colectivistas.