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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS


ESCUELA ACADÉMICA PROFESIONAL DE DERECHO

MATRIMONIO

ASIGNATURA : DERECHO CONSTITUCIONAL PERUANO II

DOCENTE : DRA. SANDRA MANRRIQUE URTEAGA

AÑO : QUINTO

CICLO : V

ALUMNOS :

- ALVARADO ÁLVAREZ, ALEXA

- GÁLVEZ RUBIO, EDUARDO

- SANGAY HUACCHA, CINTHYA

CAJAMARCA, MAYO DE 2018


DERECHO DE FAMILIA

1. Determinar si en el caso se ha establecido una Promesa de futuro matrimonio.

Como Sabemos, la Promesa de matrimonio tiene por objetivo unir a dos personas que
por libre voluntad han decidido compartir sus vidas, para ello se fortalece el vínculo con
el matrimonio, que será realizado en un futuro próximo.

Para la promesa de matrimonio es necesario que intervenga de manera evidente los


futuros contrayentes de matrimonio que en el presente caso serían: Julio Cesar y Gina;
pero ello no genera ninguna prohibición para que intervengan terceras personas, que
serían: los testigos (Manuel y Patricia), los padres de los novios y personas a las que se
les ha hecho llegar las invitaciones para el matrimonio. No obstante, la existencia de las
entidades que intervienen en la celebración de matrimonio también se ven afectados por
dicha promesa, en el caso especial serían: salón de fiesta “Greem Palace”, los Registros
Civiles y Convento San Francisco.

Para la formalización de dicha promesa es necesario que haya existido un periodo de


enamoramiento previo (el que es comprobado con las fotos de la pareja), seguido el
momento del deseo de contraer matrimonio por parte de Julio donde le realiza propuesta
a Gina y ésta acepta accede de buena fe convirtiendo dicho deseo en un acuerdo,
continuando con el comunicado de dicho acuerdo a los familiares y finaliza con los
preparativos a la boda (establecidos y anexados como medios probatorios en la
demanda).

Tomando en cuenta también que Julio y Gina son personas aptas para casarse y por lo
definido en los párrafos precedentes llegamos a la conclusión de que sí se ha establecido
una promesa de futuro matrimonio.

2. Establecer si se trata de una Rompimiento justificado o injustificado.

Consideramos que estamos frente a un Rompimiento injustificado de la Promesa de futuro


matrimonio ya que no existe causa razonable de motive el incumplimiento por las
siguientes razones:

- No existe ningún motivo consistente que haya generado el incumplimiento de


dicha promesa, por ende es un incumplimiento sin causa.
- La razón por la cual Julio incumple con el acuerdo es absurda, pues ciento un
varón de 27 años, con capacidad y autonomía de tomar sus propias decisiones
manifiesta que “no se casarías porque su madre no quería”, razón que carece de

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DERECHO DE FAMILIA

consistencia y razonabilidad al tratarse de un varón, ya profesional, apto de


tomar sus propias decisiones,
- Las posibles causas justificantes del rompimiento de una promesa de
matrimonio, tomadas desde una perspectiva objetiva deben ser las que se
encuentren ligadas a las causas de divorcio.
- El motivo que Julio da para el incumplimiento no es una causa fundamentada ni
tampoco puede ser probada ante el Tribunal
- La causa sería justificada siempre que se compruebe un mal trato o un
comportamiento inadecuado por uno de los prometidos.

3. Determinar qué tipo de daños se produjeron.

De acuerdo a los fundamentos de hecho, podemos determinar que existen elementos


constitutivos suficientes que permiten establecer responsabilidad civil traducida en la
certeza de daño, tal como se detalla:

DAÑO PATRIMONIAL
A.- Daño emergente: La disminución patrimonial representada en valor económico
debido a los gastos incurrido y asumidos por la familia de la novia al solicitar un préstamo
a la Caja Municipal de Ahorro y Crédito Trujillo, que asciende a la suma de S/ 9311.25
con intereses incluidos con fecha 11 de setiembre del 2015, que serían utilizados para los
gastos que conllevan un evento como ese. Por dicho monto se comprometió pagar la
novia después de contraer el matrimonio y en sociedad de bienes gananciales con el futuro
esposo. Además están los siguientes gastos: reservación de la capilla San Francisco por
la suma de S/ 300.00. Compra de vestido para el matrimonio religioso y matrimonio civil,
por la suma de S/ 2850.00. Compra de tajes para la familia de la novia por la suma de S/
995.00. Siendo la suma total ascendente a S/ 13456.25.

B.- Lucro cesante: El lucro cesante está determinado por la cesación de las ganancias
patrimoniales asociadas al daño emergente producido. Siendo que la novia estudiaba en
la Universidad Privada del Norte, debido al tiempo utilizado para la organización de dicho
evento, la novia menguó su rendimiento académico y renunció a actividades laborales
propuestas y que le hubieran generado ganancias patrimoniales. Sin embargo, no está
demostrado que dichas propuestas laborales se hayan efectuado por lo que se debe enervar

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dicho planteamiento. En cuanto al bajo rendimiento académico puede constituirse esta


circunstancia como parte necesaria a la responsabilidad asumida de organizar un evento
por lo que no puede considerarse como una cesación patrimonial consecuencia del tiempo
utilizado para la organización y que se tradujeron en su bajo rendimiento económico.

DAÑO EXTRA-PATRIMONIAL
El daño moral en el presente caso está determinado por la afectación psicológica
producida por la ruptura de una promesa de matrimonio. Y más aún, cuando la ruptura se
produjo por decisión unilateral del novio un día antes de la unión matrimonial. De tal
forma que esa actitud produjo una humillación profunda, un dolor y un sentimiento de
rechazo propio de una novia abandonada un día antes de su unión conyugal. De todas
maneras, es necesario recalcar que el daño moral no tiene un índice de tasación económica
que pueda indicar fehacientemente que el daño moral representa tanto valor económico.
Así como puede tener un costo altísimo incalculable puede carecer de valor si el daño
moral no existiese. Por lo que se considera que el daño moral puede ser proporcional al
daño patrimonial constatado. De esta forma se puede calcular al daño moral en S/
15000.00.

1.- Daños emergente: S/ 13456.25.


2.- Lucro cesante: S/ 0.00
3.- Daño moral: S/ 15000-00

TOTAL: S/ 28456.25 soles

4. Elaborar los argumentos por los cuales ampararían o rechazarían la demanda.

En el presente caso, la demandante solicita la indemnización de daños y perjuicios contra


el señor Julio Cesar, pues él de forma injustificada incumplió con la promesa de
matrimonio.

La institución jurídica que se prevalece en la demanda es la de los esponsales, figura que


tiene antecedentes en el Derecho Romano; en la obra el Digesto se lo definía como “una
promesa que ambas partes se dan recíprocamente de futuro matrimonio” y para el

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Derecho Canónico fue contemplada como aquella promesa bilateral de matrimonio,


tomando en cuento lo descrito por el Derecho Romano.

En el ordenamiento jurídico peruano, el cual tuvo una gran influencia del derecho antes
mencionado, la figura de esponsales se encuentra regulada en el dispositivo civil en el
artículo 239, el cual indica que “La promesa reciproca de matrimonio no genera
obligación legal de contraerlo, ni de ajustarse a lo estipulado para el caso de
incumplimiento de la misma”. Si bien es cierto en esta figura se permite la modificación
o revocación, sin que estén sujetos a una ejecución forzosa, no sé puede, como en el caso
en concreto, dañar a una de las partes con el accionar; como lo manifestó el señor Julio
Cesar un día antes de realizarse el matrimonio, en donde la figura de esponsales sufre una
ruptura de manera injustificada, alegando que no se casaría con la demandante porque su
madre no quería y ni desea mayor tiempo para pensarlo.

Aquí se demuestra claramente cómo es que se ve vulnerada la institución jurídica de los


esponsales, pero así como el Código Civil protege la figura de esponsales, también
protege a la parte que se ve afecta tras la ruptura de esta; el artículo 240 del texto antes
mencionado indica que “ Si la promesa de matrimonio se formaliza indubitablemente
entre personas legalmente aptas para casarse y se deja de cumplir por culpa exclusiva
de uno de los prominentes, ocasionando daños y perjuicios al otro o a terceros; aquel
estará obligado a indemnizarlos”; por consiguiente, el señor Julio Cesar actuó de manera
unilateral e intempestiva, rompiendo así dicha promesa de matrimonio.

Tomando en cuenta los fundamentos de hecho y medios probatorios, se contempla que la


demandante ejecuto varios preparativos convencionales a la celebración matrimonio, por
tanto se es necesario solicitar indemnización por daños y perjuicios, los cuales deben
entenderse a daños materiales como morales. En cuanto a daños materiales, se realizó
gastos de vestuario, invitaciones, alquiler de local, un préstamo a una entidad bancaria,
buffet, etc.; y en cuanto al daño moral se es evidente el pánico y la frustración que sufre
la demandante al darse una ruptura a un día de la ceremonia, lo cual constituye una
humillación pública. Siguiendo los lineamientos del dispositivo civil, en el artículo 1969
y 1984, se regula la indemnización por daño; para el primer artículo manifestando la
acción por culpa o dolo y para el segundo tomando en cuenta el daño moral ocasionado.

Por estos argumentos, se cree conveniente que dicha pretensión debe ser amparada.

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