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El cuidado de Latour radica principalmente en las preocupaciones por la forma en que los
políticos abusan de este punto vista en el que no hay ningún hecho. Pero él también se
preocupa por la incapacidad de la filosofía crítica para señalar por qué tal propaganda
política está equivocada. Pero acaso no tienen filósofos y teóricos las décadas precisamente
gastadas, las oposiciones del deconstructivismo entre la verdad y apariencia, entre el
derecho y extravío? Quiénes somos nosotros para decirles a estas alturas a políticos que
ellos deben llamar a un hecho un hecho? Latour no es el único para tener las dudas
levantadas sobre el futuro de filosofía crítica. Viniendo de una dirección completamente
diferente, Alain Badiou presenta su trabajo como un formulario de filosofía que 'no se
someta a los órdenes críticas de Kant, considerando 'la acusación de Kantiana de metafísicas
como nulo y sin valor', y levantando, 'contra cualquier retorno a Kant", contra la crítica, la ley
moral, y así sucesivamente, que el volver a pensar desde la univocidad de la tierra es un
requisito atrayente para el mundo en que nosotros estamos viviendo hoy'(2). Si las
reflexiones críticas, en las condiciones de posibilidad, no nos han llevado a ninguna parte,
como cree Badiou, ¿entonces por qué molestarse? Si nosotros no debemos preferir gastar
nuestra energía en explicar la estructura del universo, entonces por qué cuando él toma a
Spinoza y a Deleuze debe tener un hecho? ¿O, como sugiere Latour, simplemente tomar
nuestra primacía de las ciencias?
Uno podría responder a las preguntas elevadas por Latour, Badiou y otros señalando que su
concepción de crítica es vaga o limitada, o defiende - como se hace en esta colección de
ensayos - a ese Spinoza como un filósofo crítico en su propio derecho o a ese Kant que
simplemente no hizo oposición a las metafísicas. Todavía nosotros creemos que una
reflexión más sostenida en lo que se dice que está perdiendo su fuerza o se declara para ser
'nulo y sin valor 'está teniendo lugar. La crisis por el que la crítica está pasando - asumiendo
que no es - podría ser una incitación para caminar por detrás de lo que nosotros hemos
venido haciendo desde el principio y para examinar el mismo concepto de crítica así como
las prácticas a que dio lugar.
Todavía nosotros tomamos el recurso para dibujar la línea entre la filosofía crítica y no-
crítica? No hay fijeza en el concepto de crítica que nos permita hacer esto inequívocamente
y sin distorsión. No obstante nosotros siempre aventuraríamos que esa crítica parece
levantarse de la necesidad de dibujar una línea entre, por un lado, los formularios de
conocimiento, cultura o política que alegan para haberse puesto inadecuados y, por otro
lado, los formularios de conocimiento, cultura o política considerados para plantear libertad,
emancipación o la fuerza de una orientación futura.
Aunque la Crítica de la Razón Pura de Kant no es el origen de la filosofía crítica cuando nos
gustaría entenderlo, Kant era indudablemente el primer filósofo moderno que no sólo
atribuyó la tarea de la crítica a los intelectuales, sino también a filósofos relacionados con el
destino de la filosofía del sí mismo(5). A través de la crítica, él escribe,
nuestro juicio es asignado a una norma porque el conocimiento puede con la certeza que se distingue del pseudo-
conocimiento, y, una vez la crítica se ha promulgado totalmente en las metafísicas, conectará con tierra un modo de
pensamiento que como consecuencia extiende su influencia sana a cada otro uso de la razón, así por primera vez, excitar el
verdadero amor al espíritu de la sabiduría(6).
Kant sostuvo que él, investigando las fuentes de cualquier formulario de cognición, había
descubierto el criterio por medio del cual podría dibujarse la línea entre el verdadero
conocimiento y el pseudo-conocimiento. Esto ilustra claramente que el momento negativo
de la crítica - su esfuerzo para verter formularios sofocantes de pensamiento o vida -
permite al crítico atraer una línea fija en una determinada positivación del criterio. En otros
términos, la destrucción de cosas así necesariamente forma la construcción de un ideal
sumamente delgado. Él es este momento positivo de la crítica, y nosotros sugeriríamos, que
eso abre cualquiera formulario particular de la crítica a la posibilidad de criticarse a sí
misma, mientras se entrega al tumulto de modos finitos de pensamientos que buscan
prevalecer uno encima del otro.
Estos dos formularios de crítica - la crítica externa y la inmanente - se dice que han animado
la historia de la ciencia Occidental, su cultivo, la política y la filosofía como un todo(7).
Todavía la fuerza crítica del pensamiento en particular se ha desarrollado cuando, durante los
siglos decimoséptimo y decimoctavos, Europa se volvió a la fase del forcejeo entre aquéllos
que buscaron conservar un feudalismo y sistema teocrático y aquéllos que intentaron
liberar la ciencia, la cultura, la política y la filosofía de la garra de este sistema. De entonces
adelante, los intelectuales desplegaron la crítica a fuerza de conceptos como la autonomía,
la libertad, la racionalidad, la igualdad o el progreso para luchar contra el dogmatismo y la
opresión. Haciendo así, en nuestro sometimiento, ellos emanciparon la actividad llamada
igualmente 'la crítica' del papel subordinado que había jugado en los siglos precedentes.
Concebida de esta manera, la crítica invade profunda y normalmente en el paradigma
cultural llamado el Iluminismo.
Esto no quiere decir, sin embargo, que 'la crítica' y 'el iluminismo' hayan tomado siempre el
mismo curso. Mucho antes de que Kant identificara la edad de la crítica con la edad de
iluminismo, los filósofos tenían elaborados formularios tasados de crítica que se dirigían no
sólo a lo religioso, a lo científico o a lo filosófico dogmático, sino también a los elementos
cruciales de lo que se pensó era volverse al iluminismo. En su contribución a este volumen,
André Tosel presenta a Spinoza como un caso puntual en el que Rousseau lo interpreta
tempranamente como el crítico de la modernidad, igualmente, Philip A. Quadrio hace
pensar en ese pre-kantismo y los formularios de la filosofía crítica que pueden ser más
pertinentes al pensamiento contemporáneo que a un supuesto.
Todavía la propia filosofía de Kant igualmente simple no puede relegarse al lado de aquéllos
que opusieron la tradición metafísica. Mientras Kant ciertamente abrazaba los ideales de la
emancipación del iluminismo, siendo no bastante claro que exactamente estos ideales se
traducen en su Crítica de la Razón Pura. Foucault lee a este respecto a Kant, Colin McQuillan
defiende a ese Kant que no apunta tanto para confinar a la razón en el reino de la
experiencia liberadora de los formularios dogmáticos de metafísicas anteriores.
Foucault y Derrida, a su vez, parecen desafiar la misma posibilidad que dibuja una línea fija
entre los objetos de la crítica y el criterio que debe adoptar. Así, Foucault se niega a hacer
una distinción bien definida entre opresión y exclusión de formularios de poder, y
formularios de poder que se resisten a la opresión y exclusión que parecen traer consigo esos
críticos haciendo prevalecer estos formularios de poder que pueden surgir en cualquier
punto y cuando quieran. Mientras Foucault no usa el término 'crítica' para referirse a su
propio trabajo sin vacilación, Derrida parece ser más cauto en esta consideración.
Acentuando que cualquier formulario de crítica es de salida contaminada para el discurso
que busca distanciarse de él, puede considerarse que su trabajo, el más radical, exhibe la
aporética de las implicaciones en el concepto de crítica. Aunque Derrida continúa
afirmando la necesidad de la crítica, la deconstrucción no pueden ser ya considerada como
una de su muchas formas, es cuanto Olivia Custer defiende en su ensayo. Si éste es el caso,
entonces los deconstruccionistas pueden marcar bien el punto final de la misma huella
reflexiva que la crítica ha tomado durante el vigésimo siglo.
El segundo camino que nos gustaría distinguir consiste en un reacción contra el primero.
Volviendo a Kant, Habermas defiende que una crítica de la sociedad sólo puede ganar fuerza
utilizando criterios que permitan decir al crítico el derecho del mal, el arreglo de lo falso o la
alienación del ego realizado. Sin embargo, Habermas deriva estos criterios de la idealización
que él toma para ser implicados en cualquier uso de idioma en lugar de la pura razón. Según
Maeve Cooke, la teoría de Habermas - a pesar de las muchas objeciones levantadas contra él
- permite un desarrollo extenso para no caer presa al autoritarismo implicado por su
fórmula clásica.
Todavía podría defenderse incluso este segundo formulario contemporáneo de los restos
vacíos de la crítica, mientras dejando el trabajo real y social científicos, periodistas o
ciudadanos se comprometieron en los formularios locales de resistencia. O abandonando los
esfuerzos de crítica se esforzaron para exponer su fundamento real y apropiado, un tercer
camino que la crítica ha tomado parece a llevar más allá de los confines de la filosofía y de
las grandes teorías. Aunque sus concepciones de crítica varían ampliamente, como lo que
liga a lo teórico a Michel Foucault más tarde, Pierre Bourdieu, Jacques Rancière y Judith
Butler en sus esfuerzos para casar visiones teóricas y comprometidas con las prácticas reales
de la crítica social y política, sin embargo de lo local que ellos pueden ser. Su crítica se dirige
contra los formularios de injusticia o la ocultación de sus opresores, pero menos contra los
modos de incapacidad tempranas que la crítica pensó convertir en visiones de acción.
No ha sido el objetivo de esta colección de ensayos para decidir si la crítica como tal - o por
lo menos las formas que ha asumido hasta ahora - no tiene o ha perdido su fuerza. Lo que
nosotros hemos intentado hacer es lograr un bueno entendimiento de las autocríticas de
crítica que ha acompañado al desarrollo del mundo moderno. Cualquiera que pudo haber
sido los efectos de la crítica en los formularios reales del dogmatismo, la alienación u
opresión, la crítica ha sido continuamente desafiante, destruyendo y transformándose ha
forjado una historia que testifica una tremenda riqueza, energía y reflexividad. Todavía los
formularios reflexivos de la crítica que resultan conservadores necesariamente no poseen la
fuerza exigente para traer cambios a la realidad - qué también es algo que la crítica debe
cronometrar y de nuevo recordar. Hoy nosotros despertamos de nuestros debates
académicos y reflexivos por las prácticas de una crítica que hace erupción en las partes del
mundo menos esperados, haciendo más difícil todavía dibujar una línea entre la
modernidad y la no-modernidad o entre los formularios esclarecedores que nosotros
debemos endosar y debemos formar de otro esclarecimiento que nosotros hemos usado
sospechosamente.
Cuando nosotros percibimos la tensión entre, por un lado, lo reflexivo, los formularios de la
crítica se desarrollan dentro de un dominio conceptual y, por otro lado, los forcejeos locales,
nacionales y globales contra la injusticia y la opresión del que damos testimonio y que hoy
deben continuar irritando a la filosofía crítica y teórica. La crítica podría reaccionar a esta
irritación con nuevos formularios desarrollando la reflexión, las estrategias y las maneras de
reforzar formularios reales de resistencia. Pero lo que puede hacer - y debe hacer - a
cualquiera proporción es identificar y desechar los clichés, las imágenes superficiales, y lo
abstracto, las oposiciones y represión de voces alternativas que continúan proliferando
dentro del mundo académico y sin él. Si o no la crítica tendrá un futuro que no se decide por
la filosofía. Todavía lo nuestro es esperar las muchas voces críticas que se levanten como
efecto testamental del presente volumen - las nuevas dudas, las nuevas visiones, los nuevos
desafíos o los nuevos recursos - que ninguno de ellos pudiera lograr solo.
Karin de Bóer
Ruth Sonderegger
NOTAS
1. B. Latour, 'Por qué la Crítica ha Corrido fuera de Vapor? De las Materias de Hecho a Las
materias de Preocupación', Pregunta Crítica, 30/2, 2004, 225-248.
2. A. Badiou, Deleuze,: El Clamor de Ser (Minneapolis, MN y Londres: La universidad de
Prensa de Minneapolis, 1999), 45-46.
3. Ver las contribuciones de Judith Butler y Christina Hendricks en este volumen.
4. De los pocos libros consagrados a los formularios filosóficos y teóricos de la crítica sólo
Kurt Röttgers Kritik el und Praxis: Zur el des de Geschichte el von de Kritikbegriffs Kant bis
Marx (Berlín y Nueva York: Walter de Gruyter, 1975) adopta una histórica perspectiva.
Röttgers cubre uno de las eras más productivas de filosofía crítica, pero apenas relaciona sus
resultados a las preguntas contemporáneas. Dos recientes colecciones de ensayos, por otro
lado, enfocan los desafíos contemporáneos y las teorías filosóficas de la crítica: R. el
Sinnerbrink et al. (el eds), Crítica Hoy (Leiden y Boston, MA,: Brill, 2006); y R. Jaeggi y T.
Wesche (el eds), ¿Ist Kritik? (Francfort Principal: Suhrkamp, 2009). Un tercer volumen
defiende el impacto político de las cuentas teóricas contemporáneas de la crítica: B. Mennel,
S. Nowotny y G. Raunig (el eds), der de Kunst Kritik (Viena: Turia + Kant, 2010).
Contrariamente a estos trabajos, el volumen presente es basa sobre las discusiones de la
relevancia contemporánea de formularios particulares de la crítica que no pueden
divorciarse de las investigaciones históricas.
5. Véase las transcripciones de los últimos cursos de Foucault del Collège de Francia para
tomar encuenta la afinidad fuerte entre la filosofía crítica moderna y sus precursores en la
antigüedad: M. Foucault, El Gobierno del yo y otros, Las conferencias a la Universidad de
Francia, 1982-1983 (Basingstoke: Palgrave Macmillan, 2010); y M. Foucault, El Valor de
Verdad,: Las conferencias en la Universidad de Francia, 1983-1984 (Basingstoke: Palgrave
Macmillan, 2011).
6. Este pasaje se toma de la respuesta crítica de Kant a la revisión de la Crítica de la razón
pura por Garve y Feder que él presentó como un apéndice al Prolegomeno. Ver Kant,
Prolegomeno a cualquier metafísica futura que puede avanzar como la ciencia, traducido
por G. Hatfield (Cambridge: La Cambridge Universidad Prensa, 1997), 133-134, la traducción
modifica en Kant la concepción de la crítica que está en la línea con el significado del griego
krinein como medio para separar, diferenciar, discernir o juzguar. Cf. R. Sonderegger, 'Kritik',
en S. Gosepath, W. Hinsch y B. Rössler (el eds), Handbuch der politischen Philosophie el
und Sozialphilosophie (Berlín y Nueva York: de Gruyter, 2008), 669-674.
7. Por ningún de los medios ésta hace exigir a la crítica como práctica exclusivamente
occidental. Ver, por ejemplo, A. Sen, El indio Argumentativo, Las escrituras en la Cultura
india, Historia e Identidad (Londres y Nueva York: El pingüino Reserva, 2005).
8. Ricoeur se refirió célebremente a Marx, Nietzsche y Freud como 'amos de la sospecha'. P.
Ricoeur, Freud y la filosofía: un ensayo de la Interpretación, traducido por El Salvaje de D.
(Nuevo Haven, CT y Londres: La Yale Universidad Prensa, 1970), 32-33.
9. En su Interpretación y crítica social (Harvard, MA,: La Universidad de Harvard Apriete,
1993), Michael Walzer también distingue tres tipos contemporáneos de crítica social.
Considerando que, por su cuenta, cada una de ellas en particular trata problemas filosóficos
que la crítica involucra, uno de los tipos que nosotros distinguimos en los giros fuera de los
debates sobre el criterio y las fundaciones.