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Carolina Maldonado

Acerca de la materia en De docta ignorancia de Nicolás de Cusa

En el presente trabajo abordaremos la particular concepción de la materia en la obra de


Nicolás de Cusa De docta ignorantia (1440). Obra que se compone de tres libros: el
primero, aborda lo máximo absoluto; el segundo, lo máximo contracto; y el tercero, lo
máximo contracto-absoluto. Para considerar especificidades respecto de la materia nos
centraremos en el libro segundo, donde ésta es tratada. En este trabajo nos interesa
abordar el especial tratamiento que tiene la materia para el Cusano, mostrar su
influencia de la tradición al considerar a la materia como posibilidad, pero
diferenciándose de esta tradición en una nueva noción de materia, que ya no sería
posibilidad absoluta.

Nicolás de Cusa se inscribe en la línea del neoplatonismo negativo porque plantea la


inaprehensibilidad de lo divino, desde el punto de vista racional. De este modo
circunscribe a la tradición neoplatónica repitiendo la fórmula: bonum est diffusivum sui
(“el bien es difusivo de si”). Así como el bien de Plotino no puede no emanar, Dios,
que es lo máximo absoluto, tampoco puede no explicitarse. Sin embargo, en este único
principio de orden inteligible-espiritual permanece a la manera proclena-dionisiana un
aspecto imparticipable de la divinidad que no se comunica y permanece en sí.

Para una ampliación en el tratamiento de la materia – possibilitas en la concepción


cusana nos remitimos a la influencia que Thierry de Chartres tiene sobre su obra, en el
Comentario sobre De Trinitate de Boecio. De allí se toma la doctrina de los cuatro
modos de ser (modi essendi) con los que se vincula la materia. Si bien la metafísica
cusana es onto-gnoseológica, en De docta ignorancia se aborda principalmente la
perspectiva ontológica de la posibilidad/materia mientras que en De conjecturis (1440)
se desarrolla el abordaje gnoseológico de la misma. El modo de ser possibilitas en el
libro II de la Docta tiene como tema central el universo en cuanto semejanza de lo
absoluto1. El universo es un ser que procede de Dios. Y Dios es la unidad absoluta
necesariamente trina, de donde el universo que es su imagen-unidad contracta derivada
de él- también es trino. A su vez esta condición trinitaria del universo se plasma en tres
modos de ser: posibilidad indeterminada (materia), necesidad de la complexión (o acto)

Cusa, N. Acerca de la docta ignorancia, Libro II : lo máximo contracto o universo. Ed Biblos. 2009, p.
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y posibilidad determinada (singularidad). A su vez a estos tres modos de ser de lo


máximo contracto (universo) que constituyen una realidad una, trina y contracta, se le
suma un modo de ser propio de Dios: necessitas absoluta, que consiste en el modo de
ser de las cosas en la unidad de lo máximo absoluto, es decir cómo los singulares
determinados son en Dios, ya que Dios es la necesidad absoluta que coincide con la
posibilidad absoluta de todo lo que puede ser. De modo que Dios es forma essendi, es
decir es la única Forma del ser que da forma a todo lo real, “forma de las formas”, razón
de las cosas. A partir de él, el universo es un ser –que- proviene de-. Esto, Nicolás lo
explica aludiendo al símil de la línea infinita que informa en tanto causa eficiente, la
curva finita. En este sentido, la línea infinita informa porque es causa y razón, de esta
manera evita hablar de algo así como de una composición de lo infinito y la creatura.
Así el universo es el principio metafísico de la pluralidad, es la unidad de la pluralidad,
y no subsiste sin los singulares, éstos están imbricados, todo es en el mundo según el
modo de su naturaleza y puede ser conocido como lo indica la figura P propuesta en el
Libro de la conjeturas siguiendo los modos onto-gonseológicos donde prima la unidad
–alcanzando conjeturas más verdaderas-descendiendo hacia la alteridad-donde el
conocimiento conjetural es más oscuro y tenebroso, esto es, desde la inteligencia como
ámbito superior, luego la razón y por último lo sensible. Todo el mundo es explicatio
dei, es decir procede de la mente divina. El mundo conjetural procede de la mente
humana y se corresponde de alguna manera con el mundo explicitado por Dios porque
la mente humana es imagen de aquella mente, entonces Dios es el garante de esta
correspondencia onto-gnoseológica. El acceso a la verdad se da por la herramienta del
mensurar, proporcionar que no puede alcanzar lo improporcionable. Por ende se conoce
midiendo al mundo y a Dios, la verdad en la alteridad, a través del mundo conjetural, lo
que no permite conocer la verdad en sí.

De esta manera todo está en todo modalizado y también está Dios en tanto necesidad
absoluta, no modalizado, y en todo está Dios de la misma manera en todo. Puesto que
todo en el universo es en acto, hay dos presencias que podemos distinguir en cada
singular: la quididad absoluta, Dios y la quididad contracta: el universo. Hay dos
coincidencias opositoras en cada ente determinado: coincidencia de máximo y mínimo
absoluto, Dios, y coincidencia de máximo y mínimo contracto.

Nicolás adopta la noción trinitaria proveniente de la Escuela de Chartres y la adapta a su


concepción de lo máximo absoluto: la unidad es el Padre, la igualdad, el Hijo y el nexo
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es Espíritu Santo. La relación que se da entre ellos es de identidad (máximo absoluto).


Dado el carácter derivado del universo, como imagen de Dios, máximo contracto, la
pluralidad no es un algo sino una oposición relativa. Es un infinito limitado, siempre
pasible de ser más uno pero limitado por entes determinados. La materia-possibilitas es
trina, y tiene un equivalente en la Trinidad divina: posibilitas indeterminada (materia)/
Padre , posibilidad absoluta, Unidad (Hijo), necesidad de complexión, que es la forma
o acto , y nexo-movimiento /conexión (Espíritu Santo).

La materia –posssibilitas. Hacia una nueva consideración de la materia que se distancia


de la tradición filosófica.

El cusano procede a la manera aristotélica, dialéctica, recuperando la tradición para


después exponer su propia doctrina de la materia. Cuestiona que los antiguos
interpretaron el concepto de materia a través de un razonamiento que opera por
contrarios, abstraen del cuerpo toda determinación corporal pretendieron llegar a la
materia, pero convirtieron al cuerpo en algo incorpóreo. El Cusano sostiene que la
tradición estuvo acertada al considerar a la materia como posibilidad pero se equivocó
al considerarla como absoluta. Las opiniones compartidas por los antiguos según
Nicolás pueden resumirse en tres tesis:

1. Existe una posibilidad de ser todo a la que se llama materia.


2. La materia es eterna
3. La materia no tiene ningún predicado positivo, excepto, ser la posibilidad
absoluta.

Si la materia es posibilidad absoluta, de acuerdo con la coincidencia de los opuestos,


coincidiría con el acto absoluto, eliminando su contingencia, y eso es imposible en el
universo contracto. Sólo Dios es posibilidad absoluta, puesto que tomando la fórmula de
Meister Eckhat, solo en Dios hay oposición de los opuestos sin oposición. Sólo en lo
máximo absoluto, por ser desvinculado hay coincidencia de opuestos, máximo y
minimo absolutos coinciden y hay complicatio absoluta, complica todo
desvinculadamente. Por este motivo, critica la concepción peripatética-interpretada por
los medievales, mediada por la recepción árabe- de materia prima como potencialidad
desvinculada desprovista de forma, aunque la forma estuviera en potencia en la materia
y necesitara de una causa eficiente para la eductio, el pasaje de la potencia al acto. Pero
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si considera como positivo considerar la materia como potencia pero en sentido activo y
determinada y la necesidad de una causa eficiente que es dadora de forma.

La solución planteada por Avicena aporta elementos que coincide en cierta manera con
el planteo cusano, aunque propone la separabilidad de la materia, coincide en que Dios
no es subjectum porque es el único ser necesario, mientras que por otro lado está lo que
puede darse o no darse en la materia, esto es el ente posible (contingente). Si la materia
prima fuera potencia pura, no podría existir, porque para ser en acto tiene que poseer
una forma. Es decir no puede ser absolutamente potencial, es necesario una forma
sustancial de la materia que es la forma de corporeidad (forma corporeitatis), esta forma
permanece en la materia junto con otra formas sustanciales que adquieren los cuerpos
determinados. Por ello tanto Avicena como el Cusano niegan que la materia sea una
potencialidad absoluta, desvinculada.

La trinidad de la materia ya había sido planteado por los platónicos con tres
determinaciones: carencia de forma, aptitud para ser formada y falta de forma (carentia,
aptitudo e informitas). Con posición sostenida por los “platónicos” (se refiere a la
Escuelas de Chartres, en especial a Thierry de Chartres, y se pueden encontrar
concordancias también con el Timeo de Platón en la versión de Calcidio y con Agustín)
.

A la materia la llamaron carencia –(carentia) porque carece de toda forma. A su vez


afirmaron que la materia apetece las formas porque carece de ellas, por ende posee la
aptitud (aptitudo) de recibirlas. La materia está obligada a obedecer a la necesidad que
impera sobre ella y la conduce a ser en acto.

Los platónicos pensaban que la falta de forma (informitas) surge de la carencia y de la


aptitud, al tiempo que sirve como nexo entre ellas. Esta triple condición de la materia
muestra que la posibilidad absoluta fue concebida como una y trina a la vez ya que
carencia, aptitud y falta de forma (informitas) son una unidad triple e indivisible. La
falta de forma es como si fuera la “forma de la posibilidad” y “materia de las formas”.
También la entendieron como “fuente de vida” movible, de modo que cuando el “alma
del mundo” desciende y se entremezcla con ella, logra que ese poder de vida se
convierta en distintos seres en acto, formados con diversas formas.
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El segundo modo de ser de la forma o necesidad de complexión, también fue conocida


como alma del mundo. Los peripatéticos consideraron que la potencia pasa a ser en acto
solo gracias a algo que ya sea en acto, esto es errado para la concepción cusana.

Respecto a la posición platónica hay más coincidencias respecto a la Tradición del


Timeo de Platón, referente al alma del mundo. En el alma del mundo están los
ejemplares o formas de las cosas (es el modo de ser del mundo inteligible) y estas
formas inteligibles son en el mundo sensible, imágenes de aquellas. En la mente divina
hay un único ejemplar pero en el alma del mundo hay una pluralidad de formas que
descienden de aquella y se explican mediante el movimiento en la materia. Pero el alma
del mundo simple está en cada una de las cosas transmitiendo su virtud. Para Nicolás el
alma del mundo adquiere la característica del número y se separa de la unidad Dios,
siguiendo un orden (la complicación de las formas). Para el Cusano sólo hay una única
Forma de todas las cosas en Dios, la única forma eesendi es el Verbo, por ello no hay
necesidad de una instancia mediadora entre Dios y el universo. Esto proviene de no
comprender ciertamente el Verbo divino ni lo máximo absoluto, que es un infinito
negativo, desvinculado. La multiplicidad de las formas es sólo posible en el universo
contracto, y las formas difieren por estar en el universo contracto junto con la
posibilidad de la materia, de allí su contingencia. La solución cusana es que formas y
materia no está separadas sino que se encuentran contractas unidas por el nexo en la
posibilidad determinada. La contracción impone finitud a la realización de la forma de
modo que nunca alcanza el grado máximo de plenificación, este se da tanto en la
materia como en las formas contractas respecto a Dios. Por último el movimiento o
nexus es una especie de espíritu de amor que conecta la materia con la forma, esto es
tratado en el Timero de Calcidio donde Dios constituye los materiales eficaces para la
fabricación del mundo a partir de principios inteligibles, species y la materia informe
(silva) que es receptáculo, necesidad ligada a la materia que es causa errante. La
esencia de los cuerpos está formada por un principio intelectual propio de lo corpóreo,
un mixtum entre Forma y principio intelectual del orden inteligible. Los cuerpos son
mixtum de materia y forma. Para Nicolás hay en el movimiento nexo, una
manifestación del universo que deriva de lo universal a lo particular, de lo divino a lo
terreno, como en el Timeo las razones providentes del Dios operante, operan sobre el
elemento pasivo, la necesidad ligada a la materia. El Cusano sostiene que la unión de la
materia con la forma es amorosa puesto que proviene de la conexión del Espíritu Santo.
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El fin de la conexión consiste en que el movimiento es la conservación del universo,


debido a que la intención de Dios es que su obra se conserve.

El Cusano advierte que la caracterización trinitaria de la materia es advertida por los


platónicos, la materia es carencia, aptitud de recibir formas e informitas.

En el Possset, poder ser que es, está siendo en lo absoluto, hay así en la materia un
grado de cierta inteligibilidad. Cada espíritu participa de los elementos de la naturaleza
espiritual, donde hay más unidad, como el cuerpo de la naturaleza corporal, donde se
desciende más hacia la pluralidad. En los naturaleza sensible se dan graduaciones hay
participación de unidad espiritual y de alteridad corporal, en más y en menos, en una
proporción improporcionable no pudiendo alcanzar lo infinito. Y entre los espíritus y
los cuerpos hay diferencias entre unos y otros, graduaciones, pero la concordancia
precede a la diferencia.

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