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LA CONSTITUCIÓN DE CADIZ 1812

Con motivo de cumplirse el bicentenario de la Constitución española de 1812, la Universidad


de Navarra ha organizado una muestra de los fondos bibliográficos de la sección “Fondo
Antiguo” de la Biblioteca de Humanidades, especialmente relacionados con la Constitución
de Cádiz. Constitución política de la Monarquía Española promulgada en Cádiz a 19 de
marzo de 1812
El objetivo de la exposición, dirigida particularmente a los estudiantes universitarios, pero
abierta a todo el público interesado, es aproximar el fenómeno constitucional del siglo XIX a
la sociedad de nuestros días.
La Constitución de Cádiz es la primera Constitución española, promulgada en Cádiz el 19 de
marzo de 1812, lo que determinó que popularmente se conociese como La Pepa.
En el contexto de la Guerra de la Independencia y estando cautivo Fernando VII, la Regencia
del reino sancionó la Constitución. El texto constitucional consta de un total de 384 artículos,
distribuidos en diez títulos. Reiteradamente se ha destacado de la Constitución de Cádiz su
equilibrio entre tradición y modernidad. Engarzan con la tradición española las cuestiones
relacionadas con la nacionalidad española, la confesionalidad del Estado, la Diputación
permanente de Cortes, la reunión extraordinaria de Cortes y el Consejo de Estado. Además, se
reconoce a Fernando VII como monarca legítimo y el texto se aprueba en su nombre.
Constitución política de la Monarquía Española promulgada en Cádiz a 19 de marzo de 1812
Entre las ediciones que se conservan de la Constitución de Cádiz llama particularmente la
atención la realizada en 1820 por José María de Santiago, grabador de Cámara y Real
Estampilla de S. M. Se trata de una edición de lujo, la primera edición grabada de la
Constitución de Cádiz, del tamaño de una guía y que cuenta con 110 páginas. Cada uno de los
diez títulos en que se divide el texto constitucional está ornamentado a comienzo con un
pequeño grabado. Además, al comienzo del texto se recogen otros dos grabados: uno en el
que se representa el juramento de la Constitución por Fernando VII el 9 de julio de 1820, y
otro que representa alegóricamente la revolución, en cuyo pie aparece la frase: “la Revolución
vuelve la Ley fundamental a España”. El texto se imprimió en Madrid en 1822.
El antecedente inmediato de la Constitución de Cádiz fue la Constitución de Bayona, jurada
por José Bonaparte el 6 de julio de 1808.Constitucion. En el nombre de Dios todo poderoso:
Don Josef Napoleón, por la gracia de Dios, Rey de las Españas y de las Indias; habiendo oído
á la junta nacional congregada en Bayona de orden de nuestro... hermano Napoleón,
Emperador de los Franceses... Hemos decretado y decretamos la presente constitución para
que se guarde como ley fundamental de nuestros estados, y como base del pacto que une á
nuestros pueblos...Tanto el texto constitucional de Bayona como otros texto franceses, en
concreto la Constitución francesa de 1791 o la Declaración de derechos del ciudadano de
1799, fueron utilizados como fuente en la elaboración de la Constitución de Cádiz de
1812.Este hecho se explica especialmente porque el autor del texto fue Antonio Ranz
Romanillos, un afrancesado, técnico en la redacción de textos constitucionales, que también
se había encargado de la redacción de la Constitución de Bayona.
Es de interés hacer una breve referencia al contenido del texto constitucional, que comienza
con el nombre del rey Fernando séptimo, aludiendo a su ausencia y cautividad, razón por la
que la Regencia del reino nombrada por las Cortes generales y extraordinarias, han decretado
y sancionado la Constitución de 1812.
Constitución política de la Monarquía Española promulgada en Cádiz a 19 de marzo de 1812
El texto constitucional comienza con la invocación a la Santísima Trinidad, como los textos
tradicionales, dando cuenta, a continuación, de que tras el examen de las antiguas leyes
fundamentales, acompañadas de las providencias y precauciones oportunas, las Cortes
generales y extraordinarias de la Nación española han decretado “la siguiente Constitución
política para el buen gobierno y recta administración del Estado”.
El titulo primero se dedica a la Nación española y a los españoles, aclarando ya el primero de
los artículos que conforman la Nación “todos los españoles de ambos hemisferios”.Art. 3º:
Soberanía Nacional
Uno de los principios característicos del constitucionalismo, el principio de soberanía
nacional aparece expresado en el artículo 3, refiriéndose el siguiente (artículo 4) a la
obligación de la Nación de proteger por leyes sabias y justas la libertad civil, la propiedad y
los demás derechos legítimos de los individuos que la componen.
En este mismo título se hace referencia a la nacionalidad o condición de español, así como a
la obligación de los españoles de amar a la patria, ser fiel a la Constitución, obedecer las
leyes, respetar las autoridades establecidas, contribuir a los gastos del Estado en proporción a
su haber y defender la patria con las armas cuando fuese llamado por la ley.
El título segundo se dedica al territorio de las Españas de ambos hemisferios, citando
expresamente las provincias que lo integran, aunque se prevé una “división más conveniente”
del territorio español por una ley constitucional cuando las circunstancias políticas lo
permiten. Constitución española de 1812
Conforme a la Constitución de 1812 el Estado es confesional, al declarar como religión oficial
la católica. La forma de gobierno es la “Monarquía moderada hereditaria”. De forma implícita
se recoge el principio de separación de poderes al aludir por separado al legislativo, que
reside en las Cortes con el Rey; el ejecutivo, que corresponde a Rey; y el judicial, residiendo
la potestad de aplicar la leyes en las causas civiles y criminales en los tribunales establecidos
por la ley.
El titulo tercero trata todo lo relacionado con las Cortes, que se definen como la reunión de
todos los diputados que representan a la Nación. La proporción que se determina es un
diputado por cada setenta mil almas, tomándose como base para el cómputo el censo de 1797.
La gran novedad, respecto a las tradicionales Cortes españolas, es que éstas ya no son
estamentales. Reglamento para el gobierno interior de las Cortes (1814)
Las Cortes descritas en la Constitución de 1812 son unicamerales. Las elecciones son
indirectas, estableciéndose que para la elección de los diputados se celebrarán juntas
electorales de parroquia, de partido y de provincia. Compondrán las juntas electorales de
parroquia todos los ciudadanos avecindados y residentes en e territorio de la respectiva
parroquia, incluidos los eclesiásticos seculares. Dispone la Constitución que en estas juntas se
nombrará un elector parroquial por cada doscientos vecinos, requiriéndose para ser nombrado
elector ser ciudadano mayor de 25 años, vecino y residente en la parroquia. Los electores
parroquiales compondrán las juntas electorales de partido judicial. Estas juntas electorales de
partido se congregarán en la cabeza de partido con el fin de designar al elector o electores que
deben concurrir a la capital de la provincia para elegir los diputados de Cortes.
El número de electores de partido debe ser triple al de diputados que se debe elegir. Los
requisitos para ser elector de partido son los mismos que para ser elector de parroquia.
Finalmente, las juntas electorales de provincia se componen de los electores de todos los
partidos que la integran. Quedará elegido como diputado el que haya reunido por lo menos la
mitad más uno de los votos. Si ninguno obtiene mayoría absoluta se hará un segundo
escrutinio en el que participarán los dos que hayan obtenido mayor número de votos. Si
empatan, decidirá la suerte. Para ser diputado en Cortes se requiere lo mismo que para ser
elector de parroquia y de partido, esto es, ser ciudadano en ejercicio de sus derechos, mayor
de 25 años y nacido en la provincia o avecindado en ella con residencia de al menos siete
años, bien del estado seglar o del eclesiástico secular. Pero, además, se requiere tener “una
renta anual proporcionada, procedente de bienes propios”.
La totalidad de los diputados será renovada cada dos años.
Establece la Constitución que las Cortes se reunirán anualmente durante tres meses
consecutivos, desde el primero de marzo, nombrando antes de separarse una “Diputación
permanente de Cortes”. Esta Diputación estará compuesta por siete individuos, tres de ellos
de las provincias de Europa, otros tres de las de Ultramar, y el séptimo será sorteado entre un
diputado de Europa y otro de Ultramar. La Diputación actuará entre unas Cortes ordinarias u
otras, enlazando también esta institución con la tradición española.
De entre los diputados se elegirá un presidente, un vicepresidente y cuatro secretarios.
Vista del salón de Cortes y suntuoso trono en el acto de jurar la Constitución de la Monarquía
Española el Rey Fernando VII el día 9 de Julio de 1820Son facultades de las Cortes proponer
y decretar las leyes, así como interpretarlas y derogarlas en caso necesario; recibir el
juramento del Rey, del Príncipe de Asturias y de la Regencia, así como reconocer al Príncipe
de Asturias o elegir a la Regencia; resolver cualquier duda en relación con la sucesión a la
Corona; aprobar, antes de su ratificación, los tratados de alianza, subsidios y especiales de
comercio; conceder o negar la admisión de tropas extranjeras; decretar a creación y
suspensión de plazas en los tribunales, así como de oficios públicos; fijar anualmente, a
propuesta del Rey, las tropas de tierra y mar, así como dar ordenanzas al ejército, la armada y
la milicia nacional; fijar los gastos de la administración pública y establecer anualmente las
contribuciones e impuestos, aprobando su distribución entre las provincias; tomar préstamos
en caso de necesidad sobre el crédito de la Nación y examinar y aprobar las cuestas de la
inversión de los caudales públicos; establecer las aduanas y aranceles; determinar el valor,
peso, ley, tipo y denominación de las monedas, así como adoptar el sistema de pesos y
medidas; promover y fomentar la industria, establecer el plan general de enseñanza pública;
aprobar los reglamentos generales para la policía y sanidad; proteger la libertad política de
imprenta; hacer efectiva la responsabilidad de los secretarios del despacho y demás
empleados públicos; y dar o negar su consentimiento en todos los casos que prevé la
Constitución.
Constitución española de 1812 Corresponde al Rey la sanción y promulgación de las leyes. Se
reconoce al rey la capacidad de negar la sanción a un proyecto aprobado por las Cortes, lo que
supondrá que el mismo asunto no volverá a tratarse hasta las Cortes del año siguiente. Puede
negarla por segunda vez, pero no ya la tercera vez que se propone el proyecto.
El título cuarto de la Constitución atiende al Rey, cuya persona se declara sagrada, inviolable
y no sujeta a responsabilidad. Su tratamiento será el de “Majestad Católica”. Reside
exclusivamente en él la potestad de hacer ejecutar las leyes. Además de la sanción y
promulgación de leyes, le compete: expedir los decretos, reglamentos e instrucciones precisas
para la ejecución de las leyes; cuidar de que en el reino se administre pronta y cumplidamente
la justicia; declarar la guerra y hacer la paz, dando después cuenta documentada a las Cortes;
nombrar a los magistrados a propuesta del Consejo de Estado; proveer los empleos civiles y
militares; el derecho de presentación para las dignidades y beneficios eclesiásticos, a
propuesta del Consejo de Estado; conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes;
mandar a los ejércitos y nombrar a los generales; dirigir las relaciones diplomáticas y
comerciales y nombrar a los embajadores; cuidar de a fabricación de moneda, en la que
figurarán su busto y nombre; decretar a inversión de los fondos destinados a los ramos de la
administración pública; el indulto, con arreglo a las leyes; hacer a las Cortes propuestas de
leyes o de reformas; conceder el pase o retener los decretos conciliares y bulas papales; y
nombrar y separar libremente a los Secretarios de Estado y del Despacho.
Continúan la tradición anterior las instituciones de los Secretarios de Estado y del Despacho,
así como el Consejo de Estado. Los Secretarios serán siete: el de Estado, Gobernación para la
Península e islas adyacentes, Gobernación para Ultramar, Gracia y Justicia, Hacienda, Guerra
y Marina.
Compondrán el Consejo de Estado cuarenta individuos, que deben ser ciudadanos en el
ejercicio de sus derechos. Éste será el único Consejo del Rey, que oirá su dictamen para los
asuntos graves de gobierno, para dar o negar la sanción a las leyes, declarar la guerra y hacer
los tratados. Además le corresponderá presentar ternas al Rey para la presentación de los
beneficios eclesiásticos y para la provisión de plazas de judicatura.
El poder judicial se trata en el título quinto de la Constitución, en el que se aclara que ni las
Cortes ni el Rey podrán ejercer en ningún caso las funciones judiciales, como tampoco podrán
avocar causas pendientes ni mandar abrir juicios concluidos. No obstante, la justicia se
administra en nombre del Rey. Continuación del proyecto de Constitución política de la
monarquía española, presentado á las Cortes Generales y Extraordinarias por su Comisión de
Constitución : Contiene la parte relativa á la potestad judicial Continuación del proyecto de
Constitución política de la monarquía española, presentado á las Cortes Generales y
Extraordinarias por su Comisión de Constitución : Contiene la parte relativa á la potestad
judicial
Por su parte, los tribunales sólo podrán ejercer la función de juzgar y de hacer ejecutar lo
juzgado. Se mantienen como fueros especiales el militar y el eclesiástico.
Frente a la diversidad de normas que habían estado vigentes hasta el siglo XIX, la
Constitución prevé la elaboración de unos Códigos unitarios para toda la Nación, aludiendo
expresamente a los códigos civil, criminal y de comercio, que “serán unos mismos para toda
la Monarquía”.
Se determina que habrá en la Corte un supremo tribunal de justicia. Se hace referencia a las
audiencias, cuyo número y territorio correspondiente se determinará cuando se haga la
correspondiente división del territorio español. Además, se establecerán partidos
proporcionalmente iguales, con un juzgado en cada cabeza de partido. En todo caso, ningún
español será privado de su derecho a acudir a jueces árbitros.
Quedan expresamente eliminados el tormento, el apremio y la pena de confiscación de bienes.
El título sexto se centra en el gobierno interior de las provincias y los pueblos. Del gobierno
interior de los pueblos se encargarán los ayuntamientos, compuestos por el alcalde o alcaldes,
los regidores y el procurador síndico. Los cargos se renovarán anualmente, también mediante
un sistema de elección indirecto: todos los años, en diciembre, se reunirán los ciudadanos de
cada pueblo para elegir electores en proporción a su número; estos electores serán los que
nombren el mismo mes al alcalde, regidores y procurador síndico, que entrarán a ejercer sus
cargos el primero de enero. Los alcaldes se renovarán cada año y los regidores y procuradores
por mitades. Gobernación de la Península. Sección de Gobierno político. El Rey se ha
servido dirigirme el decreto siguiente: don Fernando VII... sabed : Que las Cortes
extraordinarias [sic] han decretado ... la siguiente ordenanza para el reemplazo del ejército.
De la formación del padrón general, personas que ha de comprender y uso que se ha de hacer
de él...
Es competencia de los ayuntamientos la policía de salubridad y comodidad; el orden público;
la administración de los bienes de propios y arbitrios; la recaudación y distribución de las
contribuciones; el cuidado de los establecimientos educativos, sanitarios y de beneficencia; la
construcción y reparación de caminos, calzadas, puentes, cárceles, montes y plantíos del
común, y todas las obras públicas; la elaboración de las ordenanzas municipales, que se
presentarán para su aprobación a la Diputación provincial y a las Cortes; así como promover
la agricultura, industria y comercio.
Por lo que respecta a las provincias, se establece que al frente de cada una de ellas habrá una
Diputación provincial, presidida por un Jefe político. Compondrán la Diputación el
presidente, el intendente y siete individuos, renovándose cada dos años por mitades. Elegirán
a sus miembros los electores de partido al día siguiente de haber nombrado a los diputados de
Cortes.
La Diputación intervendrá y aprobará el repartimiento hecho a los pueblos de las
contribuciones; velará por la inversión de los fondos públicos y examinará sus cuentas;
cuidará que se establezcan ayuntamientos donde corresponda; propondrá al Gobierno los
fondos que crea necesarios para la ejecución de obras nuevas de utilidad común de la
provincia; promoverá la educación, agricultura, industria y comercio, protegiendo a los
inventores; dará parte al Gobierno de los abusos que se produzcan en la administración de las
rentas públicas, formará el censo y estadística de las provincias; cuidará de los
establecimientos piadosos y de beneficencia; y dará parte a las Cortes de las infracciones de la
Constitución que se den en la provincia.
Un título completo, el séptimo, se dedica a las contribuciones, que serán establecidas
anualmente por las Cortes, sean directas, indirectas, provinciales o municipales. Éstas se
repartirán, proporcionalmente a su capacidad, entre todos los españoles, sin excepciones ni
privilegios. Habrá una tesorería general para toda la Nación y una en cada provincia, en la que
entrarán los caudales que se recauden en ella para el erario público. Examinará las cuentas
una Contaduría Mayor de Cuentas, que se organizará por una ley especial.
Sólo habrá aduanas en los puertos de mar y en las fronteras.
El título octavo lleva por epígrafe, “De la fuerza militar nacional”. Se dispone que haya una
fuerza militar nacional permanente, de tierra y mar, para la defensa exterior del Estado y para
conservar el orden interior. Se establece además el servicio militar obligatorio para todos los
españoles.
La instrucción pública es objeto del título noveno. Catecismo político, arreglado á la
Constitución de la Monarquía Española : para ilustración del pueblo, instrucción de la
juventud y uso de las escuelas de primeras letras Se dispone que en todos los pueblos de la
Monarquía se establezcan escuelas de primeras letras. También se creará el número
conveniente de Universidades y de otros establecimientos de instrucción para la enseñanza de
las ciencias, literatura y bellas artes. A nivel nacional, habrá un plan general de enseñanza
uniforme y una Dirección general de estudios, a cuyo cargo estará la inspección de la
enseñanza pública.
Se declara que todos los españoles tienen libertad de escribir, imprimir y publicar sus ideas
políticas sin necesidad de licencia o aprobación, aunque bajo las restricciones y
responsabilidad que establezcan las leyes.
El último título de la Constitución de 1812, el décimo, trata de la observancia de la
Constitución y de su reforma. Respecto a la observancia, todo español tiene derecho a
reclamarla ante las Cortes o el Rey. Todos los cargos públicos jurarán guardar la constitución,
ser fieles al Rey y desempeñar debidamente su encargo.
En cuanto a su reforma, la Constitución de 1812 es rígida al ser complejo el procedimiento de
reforma. No podrá proponerse modificación alguna en tanto no hayan pasado ocho años de su
entrada en vigor.
El texto se fecha en Cádiz el 18 de marzo de 1812 y figuran a continuación los nombres de los
184 diputados que suscriben el texto. Sigue la promulgación, del 19 de marzo de 1812, que
ordena a todos los españoles de cualquier clase y condición guardar y hacer guardar la
Constitución como ley fundamental de la Monarquía. También a todas las autoridades civiles,
militares y eclesiásticas, que deberán guardarla y hacerla guardar, cumplir y ejecutar.
Ha quedado claro que la Constitución de Cádiz enlaza con la tradición española, pero también
rompe con ella y es un símbolo de modernidad en muchos aspectos. Como novedades, pueden
citarse por ejemplo el que recoge los principios constitucionales de soberanía nacional,
legalidad y separación de poderes. Rompe con la sociedad estamental de la etapa anterior, lo
que puede entenderse representado en unas Cortes que ya no son estamentales, así como en la
sujeción de todos a un mismo fuero o régimen jurídico y a un mismo sistema contributivo.
Además, se prevé la elaboración de unos códigos generales para toda la nación, dentro de una
tendencia claramente centralista.
Enlazan con la tradición jurídica española lo relativo a la nacionalidad española,
confesionalidad del Estado, Diputación permanente de Cortes, reunión extraordinaria de
Cortes y el Consejo de Estado. Constitución política de la Monarquía Española promulgada
en Cádiz a 19 de marzo de 1812Constitución política de la Monarquía Española promulgada
en Cádiz a 19 de marzo de 1812Constitución política de la Monarquía Española promulgada
en Cádiz a 19 de marzo de 1812
Fueron periodos de vigencia de este texto constitucional el intervalo 1812-1814, el Trienio
Liberal (1820-1823) y 1836-1837.
En esta exposición de los fondos que se conservan en la Biblioteca de la Universidad de
Navarra se presenta el material dividido en siete secciones.
La primera sección se dedica a una presentación general del texto constitucional,
exponiéndose algunos ejemplares de la época, acompañados de dos grabados que representan
una alegoría de la Constitución de 1812 y el juramento que hizo de este texto Fernando VII en
1820.
La segunda sección se dedica a los Decretos, procedimiento.
La sociedad de la época y una aproximación a su consideración en el texto constitucional es
objeto de la tercera sección.
La cuarta sección se dedica a lo militar, aspecto realmente presente en una España tomada por
los franceses, de forma que la tarea de las Cortes de Cádiz y la elaboración del texto
constitucional se enmarcan en plena Guerra de la Independencia. Además, como se ha
indicado, el título octavo de la Constitución se dedica a la “fuerza militar nacional”.
Decreto de 25 de septiembre de 1810Decreto de 25 de septiembre de 1810Una quinta sección
representa el principio de separación de poderes, atendiendo específicamente al poder
judicial, que se declara absolutamente independiente de los otros dos en el texto
constitucional.
En el contexto del siglo XIX se hizo una importante tarea de difusión del texto constitucional
a través de los catecismos elaborados especialmente al efecto. También circularon diferentes
opúsculos o panfletos que recogían opiniones de los autores de la época, muchas veces de
forma anónima, a favor o en contra del nuevo régimen liberal. Por esta razón, un apartado de
la exposición, el sexto, se dedica a la opinión pública.
Dado el carácter confesional de la Constitución de 1812, una de las características que
enlazan claramente con la tradición española, otra sección, la séptima, hace referencia a la
cuestión religiosa.
Al proclamar el texto constitucional que se consideran ciudadanos españoles los que “traen su
origen de los dominios españoles de ambos hemisferios”, el último apartado de la exposición
se dedica al mundo americano, en el que la Constitución de Cádiz influyó de forma relevante,
abriendo realmente el proceso de independencia de los territorios americanos.
En definitiva, el objeto de la exposición titulada La Constitución de Cádiz: una España
reformada es intentar acercar, si bien, muy someramente, al público en general y al alumnado
universitario en particular, al fenómeno del primer constitucionalismo moderno español.
REGLAMENTO PROVISIONAL DE 1821 (12 DE FEBRERO DE
1821)

Que establece la demarcación del territorio que actualmente ocupa el Ejército


Libertador del Perú, y la forma de administración que debe regir hasta que se
construya una autoridad central por la voluntad de los pueblos libres.
Encargado de restituir á esta vasta parte del Continente Americano su
existencia y sus derechos, es un deber mío consultar sin restricción todos los
medios capaces de contribuir a aquella grande obra. Aunque la victoria hiciese
una estrecha alianza con mis armas, quedaría sin embargo un peligroso vacío
en los empeños que he contraído, si no me anticipase a preparar los elementos
de la reforma universal, que ni es posible perfeccionar en un día, ni es justo
diferir enteramente bajo ningún pretexto.
Los sucesos más brillantes de la guerra, y las empresas mas gloriosas del
genio de los hombres, no harían mas que excitar en los pueblos un sentimiento de
admiración mezclado de zozobra, si no entreviesen por término de todas ellas la mejora de
sus instituciones y la indemnización de sus actuales sacrificios. Entre el escollo de una
reforma prematura, y el peligro de dejar intactos los abusos, hay un medio, cuya amplitud
señalan las circunstancias del momento, y la gran ley de la necesidad. Cualesquiera que
sean las dificultades que se presenten al adoptarlo, es preciso tener un grado de coraje
superior á ellas, y hacer el bien con firmeza y con generosidad, para iniciar la importante
obra que el tiempo consolidará mas adelante.
Sobre estos principios, y a fin de atender los diversos objetos que en el nuevo orden de
cosas hacen inevitable el cambiamiento de la administración, para no dejar en la
incertidumbre y sin sistema las autoridades, y expuestos los derechos particulares á los
riesgos de una jurisdicción indefinida, o a la falta absoluta de recursos que suplan las
formas suprimidas por la necesidad : he resuelto establecer el siguiente Reglamento, usando
de las facultades que en mi residen, y consultando el derecho que tienen los pueblos al
establecimiento de aquellas reglas de que penden el orden y la seguridad general, el cual
debe emanar en todas circunstancias de la suprema autoridad que existe de hecho, aun
prescindiendo del derecho en que se funde: por tanto, y con la expresa calidad de
provisorio, movido del interés público, y autorizado por esa imperiosa ley, que solo deja
elección en los medios, y no en su objeto, declaro y establezco lo siguiente:

1. El territorio que actualmente se halla bajo la protección del Ejército Libertador, se


dividirá en cuatro departamentos, comprendidos en estos términos: los partidos del
Cercado de Trujillo, Lambayeque, Piura, Cajamarca, Huamachuco, Pataz y
Chachapoyas, formarán el departamento de Trujillo con las doctrinas de su
dependencia: los de Tarma, Jauja, Huancayo y Pasco, formarán el departamento de
Huaylas, Cajatambo, Conchucos, Huamalies y Huanuco, formarán el departamento
denominado de la Costa.

2. En cada sección de estas, habrá un presidente de departamento: la residencia de los dos


primeros será en Trujillo, y Tarma; la del tercero en Huaras, y la del cuarto en Huaura.
3. Los jefes de partido que antes se denominaban sub-delegados, se llamarán
gobernadores, y ejercerán las mismas funciones de aquellos: en los pueblos de cada
partido habrá un teniente gobernador que recibirá inmediatamente las órdenes del
gobernador del partido y este del presidente del departamento.

4. Sus atribuciones serán las siguientes. Podrá proponer la creación de nuevos cuerpos de
milicias, arreglar su economía interior, y hacer las propuestas de oficiales a la
capitanía general.
1. Conocerá en todas las causas civiles y criminales que por derecho correspondían a los
gobernadores intendentes en los mismos términos que hasta aquí, consultando el
dictamen del asesor del departamento en los casos prevenidos por las leyes, y
remitiéndolas para su aprobación al capitán general.

5. Conocerá en todas las causas civiles y criminales que por derecho correspondían á los
gobernadores intendentes en los mismos términos que hasta aquí, consultando
el dictamen del asesor del
6. departamento en los casos prevenidos por las leyes, y remitiéndolas para su aprobación
al capitán general.

5. Conocerá exclusivamente en las causas de Hacienda, sujetándose al dictamen de su


asesor en los asuntos contenciosos.

6. En cada departamento habrá un agente fiscal con quien de entenderán las instancias en
que se interese el Erario público: también será de su resorte el promover la
prosperidad y aumento de este ramo, y vigilar sobre la conducta de los empleados,
entablar acciones contra ellos en caso necesario, e informar sobre las medidas que
convenga tomar para el aumento y conservación de la riqueza pública.

7. De las sentencias pronunciadas por los presidentes de los departamentos en los asuntos
contenciosos de Hacienda, habrá un grado de apelación al tribunal que se indicará
luego.

8. En las causas civiles y criminales entre partes del fuero común, se observarán sin
alteración las leyes y ordenanzas del Perú, con la sola diferencia de que los recursos
que antes se dirigían a los llamados intendentes y subdelegados, se harán en lo
sucesivo a los presidentes de los departamentos y gobernadores de los partidos.

9. Se establecerá una Cámara de Apelaciones en el departamento de Trujillo, compuesta


de un presidente, dos vocales y un fiscal, que permanecerán en sus destinos mientras
duren sus buenos servicios: en los actos oficiales tendrá el tratamiento de Excelencia.

10. Luego que se instale este tribunal, formará el reglamento para su método interior, que
me remitirá para su aprobación, y propondrá los demás empleados subalternos que
considere absolutamente necesarios para la expedición de los negocios.
11. Sus atribuciones serán las siguientes: Conocerá en todas las causas y casos que antes
conocían las denominadas audiencias, con la sola restricción de no entender en las
causas de mayor cuantía, reputándose por tal la que pase del valor de quince mil pesos,
cuyo conocimiento se reserva a los tribunales que establezca el gobierno central que se
forme en el Perú.

12. Las alzadas en las causas de Hacienda se llevarán de todos los departamentos a la junta
superior de Hacienda, compuesta de la Cámara de Apelaciones, y dos ministros del
Tesoro público: el fiscal de la cámara llenará las mismas funciones que hasta aquí.

13. Los recursos conocidos en el derecho por de injusticia notoria, se interpondrán a la


Capitanía general, en atención a las circunstancias, y se decidirán por las leyes
existentes con dictamen del auditor general.
14. Por regla general se establece que mientras duren las actuales circunstancias, todas las
causas de infidencia, traición, espionaje, o atentando contra el orden autoridades
constituidas, serán ptivativamente del conocimiento de la Capitanía General, a cuya
disposición deberán remitirse los reos, con las correspondientes sumarias formadas por
el juez del distrito para su decisión, conforme a las leyes.

15. El derecho del patronato queda reasumido en la Capitanía general, y el de vice-


patronato en los presidentes de los departamentos.

16. La jurisdicción eclesiástica se administrará como hasta aquí, con estricta sujeción al
derecho común canónico.
EL ESTATUTO PROVISIONAL DE SAN MARTÍN (1821)

Consta de diez secciones y fue dictado por San Martín a fin de regularizar sus poderes como
Protector del Perú y establecer algunas pautas constitucionales y administrativas. Legisla
principalmente sobre la religión del Estado, la católica, no pudiendo ser funcionario quien no
la practique; atribuciones, derechos y deberes del Protector, que será Generalísimo de las
fuerzas de Mar y Tierra, obligándose a obtener la independencia del Perú, a la determinación
de nacionales ciudadanos y naturalizados; garantías y derechos individuales; funciones de los
Ministros, funciones y elecciones Municipales y vigencia del Estatuto, hasta que se declare (y
confirme) la Independencia del País.

El reglamento provisional dictado por San Martín en Huaura el 12 de febrero de 1821


contenía 20 artículos e iba precedido de extensos considerandos de cierta vaguedad.

División del Territorio Peruano

Se dividía el territorio peruano en cuatro departamentos: Trujollo, Tarma, Huaylas y La


Costa. Se fijaban las atribuciones de los presidentes de los departamentos; de los Jefes de
Partido que antes se denominaban Sub-Delegados, así como los Tenientes gobernadores de
los pueblos. En cada departamento se creaba un agente fiscal con quien se entenderían las
instancias en que se interese el Erario Público.

En las causas civiles y criminales del fuero común se observaban sin alteración las leyes y
ordenanzas del Perú. Se estableció una cámara de apelaciones en Trujillo y se fijaban sus
atribuciones. La jurisdicción Eclesiástica se continuaba ejerciendo de acuerdo al Derecho
Canónico.

Todos los funcionarios públicos estaban sometidos al juicio de residencia. Y las leyes,
ordenanzas y reglamentos que no estuvieran en oposición a los principios de libertad e
independencia que venía proclamando el ejército liberador quedaban en fuerza y vigor.
BASES DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE
LA REPÚBLICA PERUANA
(16 DE DICIEMBRE DE 1822)
La Suprema Junta Gubernativa del Perú comisionada por el Soberano Congreso
Constituyente:

Por cuanto:

El mismo ha decretado lo siguiente:

El Congreso Constituyente del Perú

Reconociendo como bases de la Constitución política que va a formar los siguientes


principios, por ser los más adecuados para establecer las relaciones entre los ciudadanos y
funcionarios del Poder Nacional, con arreglo a los derechos, obligaciones y facultades
respectivas;

Ha venido en decretar y decreta:

Art. 1o.- Todas provincias del Perú reunidas en un solo cuerpo forman la Nación Peruana.

Art. 2o.- La soberanía reside esencialmente en la Nación: ésta es independiente de la


Monarquía Española, y de toda dominación extranjera, y no puede ser patrimonio de
ninguna persona ni familia.

Art. 3o.- La Nación se denominará República Peruana.

Art. 4o.- Su Gobierno es popular representativo.

Art. 5o.- Su Religión es Católica, Apostólica, Romana, con exclusión del ejercicio de
cualquier otra.

Art. 6o.- A La Nación toca hacer su Constitución y leyes por medio de sus Representantes.

Art. 7o.- Todos los ciudadanos deben concurrir a la elección de sus Representantes en el
modo que establezca la Constitución, siendo ésta la única función del Poder Nacional que
se puede ejercitar sin delegarla.

Art. 8o.- La representación tendrá por base la población.

Art. 9o.- La Constitución debe proteger:

1.- La libertad de los ciudadanos.


2.- La libertad de imprenta.
3.- La seguridad personal y la del domicilio.
4.- La inviolabilidad de las propiedades.
5.- La del secreto de las cartas.
6.- La igualdad ante la ley, ya premie, ya castigue.
7.- La igual repartición de contribuciones, en proporción a las facultades de cada uno, y lo
mismo la de las cargas públicas.
8.- El derecho individual de presentar peticiones o recursos al Congreso o al Gobierno.
9.- La abolición de toda confiscación de bienes.
10.-La abolición de todas las penas crueles, y de infamia trascendental.
11.- La abolición de los empleos y privilegios hereditarios.
12.- La abolición del comercio de negros.

Art. 10o.- El principio más necesario para el establecimiento y conservación de la libertad,


es la división de las tres principales funciones del Poder Nacional, llamados comúnmente
tres poderes, que deben deslindarse, haciéndolas independientes unas de otras en cuanto sea
dable.

Art. 11o.- El Poder Legislativo debe ser esencialmente uno, y no combatir contra si mismo.

Art. 12o.- La iniciativa de las leyes solo compete a los Representantes de la Nación juntos
en Congreso.

Art. 13o.- Los Diputados a Congreso, como Representantes de la Nación, son inviolables
en sus personas, y nunca serán responsables de sus opiniones.

Art. 14o.- El ejercicio del Poder Ejecutivo nunca puede ser vitalicio, y mucho menos
hereditario.

Art. 15o.- Los que ejercen el Poder Ejecutivo, y los Ministros de Estado son responsables
in solidan por las resoluciones tomadas en común, y cada Ministro en particular por los
actos peculiares a sus departamentos.

Art. 16o.- Habrá un Senado Central, compuesto de individuos elegidos por las provincias,
dos por cada una, en los términos que designe la Constitución. Sus principales atribuciones
serán:

1.- Velar sobre la observancia de la Constitución y de las leyes, sobre la conducta de los
magistrados y ciudadanos.

2.- Elegir y presentar al Poder Ejecutivo los empleados de la lista civil del Estado, y elegir
los de la eclesiástica que deban nombrarse por la Nación.

3.- Convocar a Congreso Extraordinario en los casos expresos en la Constitución.

Art. 17o.- El Poder Judiciario es independiente. Los jueces son inamovibles y de por vida.
En las causas criminales el juzgamiento será reconocido y declarado por jurados, y la ley
aplicada por los jueces público, el hecho será reconocido y declarado por jurados, y la ley
aplicada por los jueces.

Art. 18o.- La imposición de contribuciones y modo de repartirlas se determinará


exclusivamente por el Congreso.

Art. 19o.- La Constitución reconocerá la deuda del Estado, y el Congreso establecerá los
medios convenientes para su pago, al paso que vaya liquidándose.

Art. 20o.- Habrá una fuerza pública que el Congreso señalará cada año. Su objeto será
mantener la seguridad exterior y la interior del Estado a las órdenes del Poder Ejecutivo.

Art. 21o.- La instrucción es una necesidad de todos y la sociedad la debe igualmente a


todos sus miembros. El Congreso dispondrá lo conveniente para la instrucción primaria y la
de ciencias, bellas letras y artes.

Art. 22o.- Los socorros públicos son una deuda sagrada de la sociedad. El Congreso
proveerá sobre los establecimientos de caridad y beneficencia.

Art. 23o.- Para mantener la unión de los ciudadanos, avivar el amor a la Patria, y en
memoria de los más célebres sucesos de nuestra emancipación del dominio español, se
establecerán fiestas nacionales en los días y modos que designe el Congreso.

Art. 24o.- La Constitución que ahora se formare, queda sujeta a la ratificación o reforma de
un Congreso General, compuesto de los Diputados de las provincias actualmente libres, y
de todas las que fueren desocupadas por el enemigo.
Tendréis entendido y dispondréis lo necesario a su cumplimiento, mandándolo imprimir,
publicar y circular.

Dado en la Sala del Congreso, en Lima, a 16 de diciembre de 1822.- 30 de la


Independencia.- 1º de la República.

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