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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN

Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

EVA ALADRO VICO


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Si quieres dibujar un pájaro
debes convertirte en pájaro

HOKUSAI
Índice

INTRODUCCIÓN ...............................................................................................................9

PRIMERA PARTE: EL MUNDO DE LA COMUNICACIÓN .....................................13

1.-EL CONCEPTO DE COMUNICACIÓN....................................................................15

2.-LA CONCIENCIA Y LA COMUNICACIÓN ............................................................28

3.-EL CONCEPTO DE INFORMACIÓN .......................................................................31

4.-SEIS LEYES DE LA INFORMACIÓN .......................................................................35

5.-CONCEPTO CUÁNTICO DE LA INFORMACIÓN ................................................39

6.-EL CONCEPTO DE MEDIACIÓN .............................................................................48

7.-EL CONCEPTO DE MENSAJE ..................................................................................55

8.-METÁFORA ..................................................................................................................60

9.-SEMIOSIS ......................................................................................................................64

10.-UNA TEORÍA DE LA ATENCIÓN :


WALTER BENJAMIN-SIMONE WEIL ........................................................................73

11.-PROYECCIONES .......................................................................................................84

12.-UNA TEORÍA NO INFORMATIVA DE LA COMUNICACIÓN .........................91

SEGUNDA PARTE: EL MUNDO DE LA INFORMACIÓN.......................................95

13.-LA NOTICIA Y LA PERCEPCIÓN .........................................................................97

14.-LA RECEPCIÓN DE LA NOTICIA .......................................................................106

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

15.-TEORÍA DE LA INVESTIGACIÓN PERIODÍSTICA.........................................116

16.-ÉTICA PERIODÍSTICA: ÁREAS PROFESIONALES Y


PROBLEMAS MORALES EN EL MUNDO DE LA INFORMACIÓN ...................162

17.-INTERNET O EL ESPEJO DEL MEDIO ..............................................................178

TERCERA PARTE: EL MUNDO ACADÉMICO ......................................................181

18.-LA CIENCIA Y LA INFORMACIÓN ....................................................................183

19.-LAS CIENCIAS Y LAS LETRAS EN EL SIGLO XX:


LA REVOLUCIÓN DE LA INTERSUBJETIVIDAD .................................................192

20.-LA TEORÍA DE LA INFORMACIÓN, UNA TEORÍA DE TEORÍAS ..............198

21.-SIMETRÍA GLOBAL Y SIMETRÍA DE PLANOS EN LA


TEORÍA DE LA INFORMACIÓN ................................................................................203

APÉNDICE .......................................................................................................................213

BIBLIOGRAFÍA GENERAL .........................................................................................219

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INTRODUCCIÓN
Para llegar a saber algo acerca de un fenómeno hay que estar en contacto con la
experiencia misma de dicho fenómeno. No es posible apartarse de la experiencia
de la comunicación misma y mantener una perspectiva o un estado de percepción
o consciencia adecuados con ese fenómeno. Para hablar de poesía hay que escribir
poemas. Para hablar de comunicación es necesario no dejar de comunicar.

Lo contrario, es decir, teorizar sobre comunicación e información teniendo co-


mo fin la propia teoría, y no la comunicación de la verdad o la experiencia, no es
más que una operación de traspolación que impide la unión con el fenómeno que
es la fuente de la observación y de las ideas sobre él. Petrifica el fenómeno en el
tiempo en lugar de integrarse y viajar a través de él.

Cuando esto ocurre, se interpone un proceso que oculta el análisis de la comu-


nicación misma. El lenguaje teórico se convierte en mensaje y deja de trasladar
significados al receptor. La metalengua aleja la comunicación de la experiencia y
el mensaje y su objeto se convierten en el simple contexto de la disquisición teóri-
ca. Incluso la comunicación de la verdad o la experiencia se transforman en me-
dios de otros contenidos teóricos. Esa comunicación está detenida. ¿Acaso debería
decir que está muerta?

En el mundo de la comunicación, el objetivo condiciona la experiencia. El nivel


de significado que establecemos inicialmente limita el desarrollo del significado.

Cuando decidimos que un lenguaje interpreta a otro, como cuando estudiamos


la comunicación, decidimos que una perspectiva determine el conjunto en el que lo
interpretado siempre estará contenido en esa perspectiva forzada a ser superior.
Veremos la comunicación a través de un lenguaje que sin embargo realmente es
contenido por su objeto de análisis. Así, el instrumento de lectura limita la lectura
y sobre todo rompe la verdadera perspectiva, la jerarquía de puntos de vista que
teníamos cuando no pretendíamos estudiar ni interpretar nada.

Para saber sobre la comunicación, la comunicación tiene que mantenerse activa,


en movimiento. Todo lo demás es Historia. Hay que representarla en movimiento
y no congelada. Hay que vivirla. Así se comunica su esencia.

Quizás precisamente porque estamos en comunicación constante no podemos


comunicarnos con validez acerca de nuestra propia comunicación, como dijeron
unos autores expertos en estos temas hace ya tiempo. Cuando lo intentamos, deja-
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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

mos de atender al proceso principal, dejamos de considerarlo fundamental. El teó-


rico en información o en comunicación siempre actúa bajo sospecha.

Existe una aspiración común a los diversos investigadores en comunicación,


que es la de buscar modelos generales de aplicación a todos los campos y niveles
de actividad comunicativa. Esa aspiración nunca se ha visto alcanzada porque la
dificultad de hallar una base teórica común, dados los múltiples niveles de análisis,
es enorme.

A quien lo intenta, además, es fácil tacharle de generalista y descubrirle fallos


en el traje.

Parafraseando a un autor legendario, no se trata de estudiar la comunicación o


la información como objetos, pues la comunicación y la información son lo que
une lo objetivo con nosotros.

Entrar en procesos de comunicación es entrar en dimensiones de experiencia.


Preguntar determinadas cosas es situarnos en una determinada cosmología. Las
respuestas que damos a cada pregunta nos sitúan en posiciones y lugares desde
donde el aspecto de la comunicación varía en hondura, profundidad, límites de ex-
periencia.

El lenguaje académico no es simbólico. Renuncia a las lecturas poéticas, inclu-


so humanas de sus propios signos, y así renuncia a ser lo que debe: expresión de la
experiencia a la que quiere acercarse.

Al no existir la comunicación simbólica ni poética en el lenguaje científico es


imposible expresar ciertas leyes que se producen en el mundo de la comunicación.
Intentaremos recobrar esa dimensión en la medida en que podamos.

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PRIMERA PARTE:
EL MUNDO DE LA COMUNICACIÓN
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

1.-El concepto de Comunicación


En primer lugar la Comunicación es un logro, y no una simple actividad.

La comunicación es un concepto en armazón gestáltico, o si se quiere es un


concepto de naturaleza reversible (vid. la idea de Bueno, en Valbuena, 1997:33),
es decir, puede definirse por oposición a su contrario. Está limitada y a la vez defi-
nida por su contrario, es decir, por la incomunicación o el silencio. La comunica-
ción es aquello que, dado el silencio, vence al silencio. La comunicación necesita
del silencio para tener sentido en su función, que es la de esquivar o saltar el silen-
cio, convirtiéndolo en su instrumento y absorbiéndolo en su interior. La comunica-
ción abarca al silencio.

La comunicación es una forma de alimentación inmaterial. Mirar, que es la


forma más instantánea para muchos seres de comunicarse con el entorno, es nutrir-
se. Es incorporar información creadora de relaciones, alimentadora de sentido, pa-
ra un órgano vital del ser humano. Comunicar significa siempre incorporar para
generar información, crecer o multiplicar lo que es puesto en contacto. Pero sobre
todo, es una forma de nutrirse totalmente incruenta, y sin embargo absolutamente
necesaria para la vida.

No en vano hablamos de consumo de medios, de fruición de mensajes, de con-


sumo imaginario, de dieta informativa, de retroalimentación. Pero la comunicación
no es sólo una alimentación inmaterial, sino una alimentación de lo inmaterial:
aquella parte del ser humano que podemos llamar mente, alma o espíritu, se ali-
menta a través de la comunicación para sostener al hombre. El mundo de lo sígni-
co, de lo imaginario, de lo espiritual, en suma, nutre la cultura humana; colectiva-
mente es una alimentación de la vida práctica, material, con la irrigación del senti-
do, del significado, que la cultura produce y que también es perentoria. El mundo
de lo espiritual se nutre de materia en el proceso comunicativo, y así pervive la ex-
periencia de lo inmaterial gracias a sus metamorfosis constantes en el sistema me-
tabólico de la cultura (Morin 1963, 1975).

La comunicación es un fenómeno de naturaleza misteriosa. El misterio de la


comunicación está en su origen remoto o insondable como proceso en el tiempo.
Está también en la inexplicabilidad del traspaso mismo de información. Está en el
mensaje mismo que se transmite, que parece relacionarse orgánicamente con todos
los mensajes comunicados, y al tiempo contiene elementos desconocidos que
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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

atraen y producen la comunicación. Está en el desconocimiento con el que los que


nos comunicamos accedemos a unos mensajes que conservamos y repetimos como
forma extrema de explicación de los mismos. Si pudiéramos explicarnos el miste-
rio de la comunicación no tendríamos que retrazar constantemente su huella en no-
sotros mismos.

Hasta ahora ha predominado un concepto de comunicación ligado al mundo


material, sea de los medios técnicos o sociales de transmisión, sea de los sujetos de
la interacción. Pero lo cierto es que la comunicación se distingue por su inmateria-
lidad. Es más, considerar que la comunicación viene garantizada o asegurada por
medios materiales de cualquier tipo, o por número de sujetos aparentemente impli-
cados en ella, es abandonar la idea de comunicación real en la que tiene lugar un
trasvase de experiencia. En una comunicación aparente no es preciso transmitir
experiencia ni hay leyes o normas de actuación como la probidad comunicativa o
la transparencia, necesarias para el proceso. La inmaterialidad es esencial a la co-
municación. Hablar de formas materiales de comunicación es dejar de lado su as-
pecto más central, el capaz de manipular lo inmaterial.

La comunicación no nos llena de ningún contenido material. Más bien nos va-
cía o limpia. Cuando percibimos un paisaje, nos lavamos los ojos.

La comunicación es el proceso generador de información. No se produce jamás


pérdida de información en un proceso comunicativo activo. La comunicación pro-
duce información incluso en quien extrae de sí mismo información, incluso cuando
no obtiene respuesta y no se produce recepción. La comunicación, proceso autó-
nomo, mantiene su capacidad atractiva como si se remontara en el tiempo, y pare-
ce que fueran los mensajes los que actúan como motor de una peripecia comunica-
tiva en la vida de las personas: es muchas veces el futuro lector de un libro quien
saca del autor las palabras precisas, o un buen o un mal público quien produce en
el actor una interpretación impresionante; es muchas veces el significado de un
símbolo, de un mensaje, el que atrae con su fuerza comunicativa a los aconteci-
mientos que lo conforman (Jung 1990). Estos procesos son inmateriales, no están
probados por lo físico.

En la comunicación verdaderamente los objetos se tornan apariencias y las apa-


riencias objetos. Lo material desaparece y lo inmaterial se hace presente. Los espe-
jos son pasajes. Los seres inanimados cobran vida. Los seres animados se hacen
vehículos inertes, transparentan otros seres. Es el fenómeno de la apertura, del en-
sanchamiento de las funciones de todo lo existente, la intensificación de la expe-
riencia.

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

La experiencia y el significado están unidos en la comunicación real. Cuando a


una experiencia le extraemos significado, o se lo encontramos después de mucho
tiempo, o cuando experimentamos físicamente un significado, es cuando realmente
se produce comunicación. Esa comunicación puede no implicar físicamente a más
de una persona en su momento culminante pero en el significado o en la experien-
cia, tal como el hombre los conserva, aprende o lleva consigo, están implicadas
generaciones enteras y formas de vida universales.

La comunicación es literalmente la experiencia del significado, algo intrínse-


camente paradójico, en la que lo sensorial halla un sentido simbólico y lo simbóli-
co se hace sensible, cobra realidad. A partir del sentido se produce el acceso a los
sentidos, y el acceso a los sentidos produce un significado, un sentido.

La vida es comunicativa esencialmente. Cada experiencia del hombre lleva en


sí un sentido profundo que la relaciona con su vida entera y la justifica plenamente.

El significado es la forma de relación capaz de ligar (“lógos”) sin destruir los


elementos opuestos que integre, mediando entre ellos, constituyendo el tercer ele-
mento entre dos entidades aisladas entre sí, o entre dos entidades inconciliables.

El significado permite agregar planos de manifestación de fenómenos sin de-


terminar una jerarquía causal entre ellos, ni una superioridad de unos sobre otros
(los fenómenos intelectuales no condicionan a los materiales ni viceversa, lo cons-
ciente no causa lo inconsciente ni al revés), sino que su relación significativa es y
así ha de estudiarse, en tanto fenómeno significativo y no existe plano superior a
tal hecho. Como proceso comunicativo es un proceso en curso, que puede enrique-
cerse o empobrecerse sin determinaciones de tipo alguno que podamos situar fuera
de él.

El sentido es la relación más inmaterial, y por ello puede ligar a entes irreconci-
liables, hacer continuo lo discontinuo, levantar un puente sobre lo aislado. Y tam-
bién la comunicación es aquella relación capaz de generar más relaciones, internas
y externas a ella. Sin límites accesibles al presente humano, a cada vida humana.

La comunicación conserva mensajes pasados y hace revivir o reanudarse pro-


cesos iniciados hace siglos, con ella los receptores pueden hacer llegar hasta ellos
mismos, y gracias al significado, determinados mensajes, y los emisores reciben un
impulso comunicativo que no proviene de sus propias fuerzas sino de la importan-
cia de la información que transportan. Puede que un proceso comunicativo trace su
derrotero a través de varias generaciones, en una forma narrativa que exija peripe-
cias especiales. En la comunicación puede que un texto llame a su lector, que una

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

música espere mil años a su oyente, que un emisor precise morir para ser percibi-
do.

La comunicación es aquello compartido. Es lo indirecto. Lo mediado. Es algo


formado por componentes, constituye un sistema (un fenómeno relacional comple-
jo). Lo que caracteriza al sistema es la dependencia funcional entre sus elementos.

Cada elemento de la comunicación: Emisor, Receptor, Mensaje, Medio, no


puede darse aisladamente de los demás, sino que para cumplir su función específi-
ca ha de transformarse en su o sus contrarios. Estos elementos de la comunicación
son en realidad momentos del proceso, no partes materiales integrantes de un me-
canismo físico. Ya hemos dicho que la comunicación es el proceso que más se
aparta de lo físico por naturaleza.

Este fenómeno es lo que llamamos el carácter funcional o relacional de la co-


municación, que la hace imagen de sí misma. En comunicación se producen cons-
tantes transformaciones cibernéticas del sistema (Wiener 1995:77), alteraciones en
las que cada elemento del sistema comunicativo se convierte en otro, su importan-
cia radica en transparentar o vehicular y ser en función de un elemento comple-
mentario. Sabemos que un signo es algo que sustituye y representa a otra cosa. La
comunicación siempre se rige por esa ley.

Así, un mensaje para ser tal ha de ser vehículo o medio de expresión de un emi-
sor, adquiriendo un carácter activo. Literalmente, y con respecto a la identidad, el
mensaje es el emisor del emisor convertido en mensaje.

Un emisor comunicativo no es sino un receptor eficaz de un proceso simultá-


neo, intrapersonal, creativo y memorístico, que tiene lugar para posibilitar la co-
municación. Y un receptor real de información no será sino un emisor a partir del
instante mismo en que comprenda. La eficacia de la comunicación se basa en la
función de lo otro, en el uso metafórico, en el carácter vehicular, mediador o trans-
parente de cada elemento.

Según Watzlawick, Beavin y Jackson, el concepto matemático de función se


caracteriza porque está integrado por distintas variables (los elementos del esque-
ma de la comunicación tradicionales -Emisor, Mensaje, Medio, Receptor-) cuyo
significado no es absoluto sino que surge sólo en la relación recíproca. (Watz-
lawick et al., 1991:71).

Esta relación entre los distintos elementos de la comunicación puede ser una
función inversa: entre, por ejemplo, el mensaje y el medio existiría una función in-

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

versa que haría que cuando el medio existe, el mensaje desapareciera y cuando el
mensaje circula, el medio ha de desaparecer comunicativamente hablando.

La relación inversamente proporcional regiría las relaciones entre Mensaje y


Medio de Comunicación: a mayor presencia de uno, menor actividad del otro, y
viceversa.

Similar relación inversa se daría entre los elementos Emisor y Receptor: inver-
samente relacionados por su función, cuando un emisor emite información auto-
máticamente desaparece comunicativamente hablando, para permitir que la recep-
ción sea posible, y viceversa: un receptor real de comunicación produciría de in-
mediato la reemisión del mensaje: para cumplir su función desaparecería como tal.

En lugar de observarlo como una función de inversión, podemos también con-


siderar que los elementos de la comunicación Emisor, Medio, Mensaje y Receptor
tienen entre sí una relación semiótica o sígnica, entendiendo por tal la característica
de los signos: uno sustituye al otro al representarlo.

Por ejemplo, cuando un emisor consigue comunicar un mensaje, automática-


mente su esencia se convierte en lengua, en medio, y todos sus sistemas y órganos
sirven al fin de comunicar. Su ser es simple canal, instrumento de expresión de una
comunicación eficaz. Emula incluso una recepción previa al mensaje, para permitir
que se repita ese proceso. Siempre se produce una transformación generalizada de
unos elementos en otros, los agentes se hacen materia de una acción que los en-
vuelve.

La comunicación es un proceso dotado de simetría. Este principio es válido pa-


ra muchas dimensiones de la comunicación. Desde el punto de vista interactivo,
por ejemplo, “todos los intercambios comunicativos son o simétricos o comple-
mentarios, dependiendo de si están basados en la igualdad o la diferencia” (Watz-
lawick et al., cit. en Valbuena 1997:59).

La simetría rige las relaciones entre emisores y receptores a partir del eje del
mensaje. Las mismas relaciones creadas entre el emisor y el mensaje se reprodu-
cen entre ese mensaje y el receptor. Las mismas o análogas transformaciones de
semejanza se dan de una interacción a la siguiente en el tiempo y espacio. La com-
plementariedad geométrica rige las relaciones entre medio y mensaje, entre mensa-
je y contexto, entre código y mensaje.

El concepto de función une inextricablemente las incógnitas que relaciona en


una dependencia. Así, los elementos de la comunicación sólo existen en tanto son
justificados por los complementarios. Un emisor es incapaz de comunicar si no
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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

tiene un receptor en quien pensar (muchos autores de la sociología y de la literatu-


ra, desde Mead hasta Bajtin hablaron de principios de alteridad o exotopía en las
bases psicosociales o lingüísticas del hombre). El mensaje sólo tiene valor en tanto
se une a un receptor. Un medio sólo existe en tanto cumple su función de dejar lu-
gar a lo que transporta. Todos los elementos del esquema de la comunicación ne-
cesitan de los demás para funcionar y a la vez han de anularse en los demás para
ser.

Pero este principio es verdad también en un modo aún más objetivo o material.
El significado depende literalmente no sólo del lenguaje y la semiosis, sino del ac-
tor físico de la comunicación o de la materia que rodea o alimenta el proceso mis-
mo en el que aparece. Lo material alimenta el significado.

Los elementos de la comunicación son conceptos inmateriales. Podríamos con-


siderarlos incluso perspectivas o aspectos globales diversos de un sólo y único fe-
nómeno. Lo característico de esos elementos es que desaparecen para dar paso
unos a otros y así producir el fenómeno comunicativo: lo que era mensaje se hace
medio de otro mensaje, lo que era emisor se hace canal de otra emisión, lo que re-
cepción se hace repetición de la emisión. Esta ley de la comunicación hace de la
misma algo en crecimiento, constante, o si no, la comunicación desaparece como
tal.

El fenómeno funcional de la comunicación afecta también a las clasificaciones


de la comunicación. Lo que normalmente se consideran tipos de comunicación di-
versos o niveles de acción distintos son fenómenos sincrónicos de la comunicación
como hecho único. La comunicación interpersonal, intrapersonal, y masiva o en
grandes grupos son clases relacionadas en dependencia total: no existe comunica-
ción masiva que no sea a través de procesos interpersonales -es decir, que salvo
metafóricamente, no podemos considerar a las masas como receptor compacto-. La
comunicación interpersonal depende de los fenómenos intrapersonales que reflejan
el mundo de la realidad masiva o la interpersonal. Tampoco existe interacción in-
terpersonal que no sea, si es una comunicación eficaz, una comunicación a gran
escala, a lo largo de tiempo o espacio.

La comunicación es siempre algo transitivo. Es imposible escribir sobre la teo-


ría de la comunicación si no incluimos aquello sobre lo que esa comunicación ha-
bla, su fin último, su razón de ser. Una teoría meramente abstracta de la informa-
ción comunicativa tiene que ser también información en sí, formar parte de aquello
que quiere comunicar.

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Henry Miller (1969: 180) recoge de Anne Mansfield, la profesora de Helen Ke-
ller, esta observación sobre el fenómeno funcional de la comunicación: “Apenas
Helen captó la idea de que todo tenía un nombre, y de que por medio del alfabeto
manual estos nombres podían transmitirse de una persona a otra, procedía a des-
pertar su interés adicional por los objetos cuyos nombres aprendió a pronun-
ciar...Nunca le enseñé el lenguaje con el propósito de enseñárselo, sino que inva-
riablemente utilicé el lenguaje como medio para la comunicación del pensamiento;
así, el aprendizaje del lenguaje coincidía con la adquisición de conocimientos
(Anne Mansfield Sullivan, extraído de The Story of My Life, Helen Keller).

La comunicación es así lo terciado, lo añadido, lo mediado y lo indirecto por


naturaleza.

También caracteriza a la comunicación la pérdida de sentido de relaciones, con-


textos espaciotemporales, o significados tipificados o esclerotizados en favor de su
recreación en forma nueva. En la comunicación siempre hay innovación.

Un modo de definir la comunicación es decir que es un espejo en el que se pue-


de entrar. También es posible mirarnos en el espejo sin entrar en él. El llamado
proceso de la semiosis o significación es efectivamente como la entrada de Alicia
en el espejo. La Psicología de la Gestalt (Koffka:1973) nos ilustra de hasta qué
punto vivimos en los signos de que hablamos, nos envolvemos en configuraciones
accesibles, una vez que nos acercamos a mirarlas con atención.

En el mundo de la comunicación, hablando a una imagen, la imagen cobra vida.


Entramos en el cuadro o en el espejo.

Lo que percibimos a través de la comunicación nos dice lo que somos. Para sa-
ber lo que somos hemos de comunicarnos con los otros seres. Ellos nos devuelven
una imagen fiel de nosotros mismos. Por eso la comunicación es un espejo.

Un mensaje es como un espejo, algo donde vemos reflejado el mundo que


deseamos comunicar. Cuando un mensaje es transmitido, se convierte en medio de
nuevos mensajes. Se convierte en el acceso a un mundo comunicativo. Y ese mun-
do lleva a otro. La comunicación es siempre un proceso infinito o continuado. Su
esencia es permanecer. Si no permanece no existe comunicación. Puede decirse
que cuando la comunicación funciona siempre queda un espacio para la huella de
alguien más que nosotros mismos.

Todo mensaje tendido entre dos que se comunican se convierte en un medio.


Dentro de ese medio, a través de él, se interpondrá un nuevo mensaje que a su vez
será medio de otro mensaje. Todo cuanto ha servido para comunicar de verdad a
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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

dos seres sigue conservando su poder de ser puerta a la información más novedosa,
menos esperada. Es un espejo en el que se puede entrar.

Unos textos están encerrados dentro de otros, como los elementos del sistema
de la comunicación: emisor, receptor, mensaje, medio, están también representa-
dos unos por otros. Un aficionado a Internet diría que la comunicación tiene una
naturaleza hipertextual. Un aficionado a la Gestalt vería claramente que los textos
y los significantes funcionan como puertas de acceso a otros textos, a otros signos.

Un aspecto interesantísimo de la comunicación es su carácter de acción. La


comunicación no puede permanecer estática, no es un objeto inerte, sino que es
una acción por su esencia. Cuando se produce transmisión de información, se ga-
rantiza también la continuidad de la cadena comunicativa. Cuando la transmisión
de información no se da, la continuidad de la comunicación tampoco. La comuni-
cación se retroalimenta con la energía que transmite.

La tecnología es un espejo donde se ve la realidad. Todos los medios técnicos


de comunicación generan energía cuyas perturbaciones transmiten información.
Una radio de galena antigua era un aparato que necesitaba generar su propia ener-
gía para modular en ella las señales que recibía. Como una radio de galena, la co-
municación genera su propia energía y la utiliza para sobreimpresionarla con la re-
presentación. Es una ley general de la comunicación que, para pervivir como tal,
ciertas formas alimentan a otras: como en las proyecciones al imaginario social,
como en los rituales de sacramentos, existe una retroalimentación del mensaje al
emisor que hace pervivir el proceso.

En la comunicación, la energía del mensaje se convierte en energía que el emi-


sor usa para llegar al receptor, e igualmente la energía del mensaje mueve al recep-
tor hacia el proceso comunicativo a través de la atención.

El efecto más importante que la comunicación produce es su propia pervivencia


como fenómeno. Cuando existe verdadera transmisión de información el proceso
se reproduce en un paso inmediatamente posterior. Cuando no existe verdadera
transmisión al receptor la comunicación se interrumpe, se detiene. La conservación
de la información y el mantenimiento de la comunicación activa se comprueban a
través de la permanencia en la memoria.

Cuando la comunicación se detiene, se invierten los medios y fines de su proce-


so. Aquél cuerpo que no era más que un medio se convierte en el fin, en el mensaje
de ese proceso. La identidad, en vez de disolverse para transparentar un significado
se convierte en centro de la comunicación. La esclerosis o rigidez se adueña del

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

código, que se cierra y vuelve igualmente autorreferente y gramático. No hay liber-


tad en el uso y el cambio en el uso de los elementos de la comunicación, que es lo
que siempre se da en la comunicación que continúa su curso.

En este sentido podríamos decir que la comunicación es un concepto digital


-sólo se da su presencia o su ausencia, sin gradación ni matices-, mientras que la
información sería un concepto analógico, gradual, relativo a pasos previos y sujeto
a fluctuación.

El principio de la retroalimentación, que junto con los de sistema y función, fue


intuido por los primeros tratadistas de las teorías informativas, ilumina estos aspec-
tos de la comunicación. La retroalimentación, como imagen espejo de la comuni-
cación, nos ilustra sobre el hecho de que toda comunicación, si funciona, se repite
a sí misma. El propio proceso alimenta de energía su reproducción, en muy diver-
sos sentidos.

El principio de la retroalimentación nos explica también otro fenómeno intere-


sante, cual es el hecho de que el comunicador eficaz aumenta la cantidad de infor-
mación que posee al comunicarla al exterior. La comunicación funciona cíclica-
mente alimentando a la fuente, no solamente con información derivada de un nue-
vo contexto en el que cobra un valor mayor, sino motivando la propia acción co-
municativa de un modo ético, con información en ese campo moral (Valbuena,
1997:130).

El proceso de apertura que la comunicación produce en los seres supone una


continuación de aperturas anteriores que hacen de la comunicación algo continuo
en el tiempo.

Para establecer un nexo que nos permita llegar al receptor, tenemos que reco-
nectar al mismo tiempo con nuestra fuente externa de información, que actúa mo-
tivando el proceso. De esta manera son los procesos mismos de don de informa-
ción los que la conservan, siguiendo una ley de este concepto. La comunicación
tiene también este aspecto de conserva, de caución, señalado por algunos estudio-
sos (vid. Benito 1981)

Por esto también, la comunicación es un proceso que nos adentra en las fuentes
originales, en la mentalidad mítica y metafórica más profunda, que constituye un
modelo para la acción continuada.

Pero la conserva más importante de la comunicación es la de la misma vida. La


comunicación es el proceso en el que interactuamos con el mundo sin acabar con

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

él, manteniendo su intensa vitalidad en nuestra acción, y conservando también la


nuestra propia. Es la forma de relación que conserva la vida y la transmite.

En la comunicación el ser humano experimenta la abolición de coordenadas es-


paciotemporales físicas a través del acceso al contenido. Desaparecen o se contra-
dicen las realidades presenciales y se hacen presentes otras dimensiones de expe-
riencia de un modo absolutamente real. Hay una indeterminación de las relaciones
comunicativas hasta el final de cada paso. De ahí que no sea buena idea estudiar
las coordenadas relacionales entre integrantes de la comunicación como si fueran
inmutables en el proceso.

En la comunicación se producen cambios en las figuras de emisor, mensaje y


receptor a lo largo del proceso. Sin esa exigencia no existe comunicación. Por
ejemplo, el receptor ha de convertirse en parte activa del proceso al aceptar el
mensaje. Tanto el emisor como el receptor colaboran en la creación de un proceso
que los modifica. Ese proceso está indeterminado, al igual que es continuo: cuando
se detiene desaparece el concepto de comunicación.

En muchos casos se ha llamado comunicación a un proceso sin cambio, sin


construcción, sin acceso a información, que no es comunicación real. Lo más que
podríamos decir es que se trata de formas potenciales de comunicación, en las que
aún no se da la comunicación. La comunicación implica necesariamente un cam-
bio y una actividad perpetua.

Si existe comunicación, el emisor ha de producir en el receptor un cambio in-


formativo. Es imposible que se mantenga el estado inicial. Igualmente es imposible
que el receptor no modifique su posición y se convierta en un emisor de la infor-
mación que ha recibido. Si hay transmisión de información el proceso no se deten-
drá nunca. El receptor no puede, por tanto, exigir un determinado contenido, pues
ignora lo que va a saber. Igualmente, el emisor tampoco puede emitir lo que él
quiera pues sólo tiene capacidad comunicativa para emitir información, y no otra
cosa.

Dice Saint Exupéry (1997:191) : “Quien acceda a la contemplación se cambia


en semilla. Quien descubre una evidencia tirará a todo el mundo de la manga para
enseñársela. Quien invente pregonará de inmediato su invención”. De modo pare-
cido, dice Henry Miller (1967:21) “El libro vive a través de la recomendación de
un lector a otro. Nada podría estrangular este impulso básico del ser humano...”

En el mundo comunicativo también predominan las metáforas arquitectónicas:


hablamos de construir el sentido, de la imaginería de los medios, del icono y sobre

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

todo de la gestalt, el armazón o la forma. La comunicación es la creación de rela-


ción.

La relación queda edificada en el sentido. El sentido no es sino lo que conecta


dos elementos, uno material y otro inmaterial, a partir de una conexión anterior. En
el mundo de la comunicación los objetos resuenan unos en otros, y nada reside en
un solo objeto, sino en las relaciones de sentido que creamos con él o a través de
él, por su mediación. Se trata de una arquitectura inmaterial.

La comunicación tiene siempre un carácter o naturaleza indirecta. Es el proce-


so que utiliza una vía mediadora para alcanzar su objetivo. Necesita de lo tercero,
de lo opuesto a sí, para fructificar. Así, por ejemplo, la semiosis o acceso al signifi-
cado necesita del silencio para producirse. La comunicación necesita del tiempo de
silencio para fructificar en sentido. El mensaje sólo habla a quien no dice nada, no
espera nada.

Por ejemplo, sólo cuando el emisor es capaz de tratar su condición misma en


tanto que receptor, puede comunicarse con el receptor. Para comunicarse, el emi-
sor cree estar recibiendo, o haber recibido. Como decía Ortega, todos creemos ha-
ber hablado directamente con Dios y ello nos impulsa a comunicarnos.

La verdad en el mensaje abre la comunicación entre emisor y receptor. Sólo del


vector de verdad que surge entre emisor y mensaje puede surgir la coordenada re-
ceptor como prolongación de ese fenómeno.

Hay un momento secreto de paso de información y establecimiento de la co-


municación: el momento íntimo, deíctico, entre emisor y receptor, cuando uno es
el objeto del signo del otro. El mensaje pasa como una verdad de uno a otro como
en un fenómeno de triangulación, de simetría.

“Recibir” dice Saint Exupéry (1997b) “es antes que nada un don, el de sí mis-
mo”. La recepción comunicativa siempre se ha contemplado con la imagen del
proceso material de la recepción de algo, como un proceso pasivo.

La lectura supone, en un punto de su tiempo, la espera de ese retraso o disrup-


ción que anuncia el sentido y la verdad. Cuando el texto se “mueve” hacia nosotros
y nosotros nos movemos personalmente hacia el texto se produce el fenómeno
comunicativo.

La lectura o la recepción es también una búsqueda de significado, una expre-


sión. La comunicación auténtica exige un esfuerzo de comprensión, y el hallazgo
del sentido es una adaptación por parte del receptor. La comprensión mueve tanto
25
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

al emisor como al receptor, y su búsqueda abre de manera absolutamente única la


persona a la información.

La creencia en la comunicación por parte del receptor aumenta la realización


comunicativa del emisor, haciendo que el mensaje alcance más lejos, sea más visi-
ble.

Recibir, como veremos al hablar de la atención, implica vaciarse. La atención


es un vaciado progresivo de intención, contenido e interés que hace posible la im-
plantación de un mensaje exterior. Una cierta resistencia, un cierto impasse en el
proceso es necesario para que se produzca el salto cuántico a la comprensión.

Éstos son ejemplos de hasta qué punto el sistema de la comunicación está inex-
tricablemente unido. La definición de una de sus categorías integradas en el siste-
ma implica necesariamente o pone en función a dicha categoría con las otras res-
tantes.

La longitud en el tiempo de un proceso de comunicación es el verdadero efecto


de un mensaje. El significado de un mensaje no es sino la cadena viva que lo im-
pulsa a saltos interrumpidos, salvando las distancias, a lo largo del tiempo humano.
Ese significado es algo único, que se conserva, y que convierte a los iniciales des-
tinatarios en medios de un nuevo paso en la comunicación que lleva a cabo. Como
el profesor Valbuena afirma “Es necesaria la comunicación interpersonal a través
de las generaciones, para llegar a la conclusión de que el planeta Haley de 1682 es
el mismo que había sido visto por los astrólogos chinos en el 613 a.C., o el que se
observó en 1919 o en 1986” (Valbuena, 1997:46).

Esa cooperación en el tiempo y en el espacio construye literalmente la realidad.

El significado es intrínsecamente supratemporal (como el antiguo teórico Male-


tzke afirmaba, vid. Benito 1981:250). Ese proceso es libre y no puede iniciarse a
voluntad. Dice Henry Miller: “Lo que tiene valor, encanto, belleza y sabiduría, no
puede perderse ni olvidarse. Pero las cosas son susceptibles de perder todo su va-
lor, todo su encanto y atractivo si nos arrastran a ellas tomados de los cabellos”.
(1967:21 y ss.)

Las estrechas e intercambiables relaciones que se dan entre los diversos ele-
mentos de la comunicación hacen que principios válidos en una dimensión comu-
nicativa sean también válidos en otras.

En todas las dimensiones de la comunicación la ley de la disolución o de la


transparencia comunicativa se hace verdadera. La relación semiótica de sustitución
26
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

en representación se cumple para todos los elementos de la comunicación. La de-


pendencia funcional de los elementos o la emergencia y conservación de la infor-
mación en la comunicacioón auténtica sirven en todos los planos prácticos de la
comunicación.

27
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

2.-La conciencia y la comunicación


La actividad de comunicación es uno de los procesos en que más accesible se
hace la idea de que no existe una conciencia única de la realidad, sino estados de
conciencia diversos.

Para estudiar la comunicación nos colocamos normalmente en un estado de


consciencia convencional que impide el acceso a los procesos metafóricos o se-
mióticos más comunes que suceden en la comunicación a niveles intra e interper-
sonales.

La actitud interpretativa, por ejemplo, es característica de una semiosis en repo-


so, en la que no “entramos” del todo en el mensaje para recorrer su dirección se-
mántica, sino que lo miramos desde fuera, engarzando significados desactivados.
Cuando se produce un proceso de comunicación absoluta la interpretación deja pa-
so a la transmisión de la experiencia, a la información y a la semiosis activa. Se
trata de dos estados mentales muy diferentes.

Los estados alterados de consciencia cotidianos con los que la comunicación


trabaja han sido analizados por la Programación Neurolingüística (Bandler 1994).
La forma como construimos o reconstruimos imágenes, sonidos o sensaciones es
decisiva en la comunicación efectiva. La actividad formativa de sentido y semiosis
tiene lugar normalmente de un modo alterado de consciencia.

La comunicación activa produce comúnmente trances alterados de la conscien-


cia. En esos estados inducidos por la propia atención a un mensaje, es posible in-
troducir contenidos a gran profundidad en la persona. La comunicación subliminal
utiliza el fenómeno según el cual la comunicación en curso tiende a prolongarse a
través de esa generación de consciencias alteradas que convierte al receptor en un
ser enormemente perceptivo.

Para expresarlo de un modo más simple, la comunicación no llena al receptor


con un mensaje, sino que por medio del mensaje vacía al receptor. El sentido crea
hueco, limpia o vacía a la persona que lo comprende. Mirar o percibir, cuando se
realizan de veras, son formas de vaciarse, de lavarse. El mensaje ahueca a la per-
sona para poder entender y percibir más cosas en el futuro. Es otra paradoja de la
comunicación. Por eso la consciencia se vacía en la comunicación.

28
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Como Frye (1996) ha explicado, “la conciencia implica un control de la volun-


tad, y aunque la voluntad controlada ha producido incontables milagros en la civi-
lización humana, las formas creativas entre las que se cuenta la literatura (y la co-
municación en su conjunto, añadimos nosotros) van más allá. Desde el punto de
vista de la mente creativa, la conciencia es una unificación parcial y prematura de
poderes mentales” (Frye 1996:87).

En el proceso comunicativo existen varios momentos en los que el estado alte-


rado aparece. Uno de ellos es durante el proceso de atención en la recepción, del
que hablaremos más adelante. Probablemente, también la emisión del mensaje re-
quiera un estado de consciencia en el que intrapersonalmente funcione el pensa-
miento metafórico o figurativo (Fabbri 1995), más allá de lo racional, o al menos
un nivel analógico de consciencia en el que la intencionalidad deje paso a formas
desinteresadas de consciencia (por ejemplo, como Frye ha dicho, resulta inútil de-
cirse: “Voy a escribir poesía” Frye 1996:88).

Es posible que la comunicación tenga como una de sus finalidades el traslado


de información de uno a otro nivel de consciencia. Sin duda en la actividad expre-
siva y comunicativa son necesarios tanto un acceso inconsciente a los signos e ins-
trumentos expresivos, dominados de acuerdo con ciertas técnicas (Frye 1996: 376)
como un ascenso consciente a la experiencia del significado.

En la comunicación se producen cambios de configuración perceptiva o de


comprensión y estados de consciencia que recuerdan las alteraciones dinámicas de
las imágenes en gestalts o armazones contrastantes. En el mundo del significado el
fenómeno de construcción del sentido sufre varios cambios a lo largo de una na-
rración, por ejemplo (Frye 1996: 109).

Cuando accedemos a diversos tipos de comunicación experimentamos diversos


tipos de consciencia y de experiencias dentro de cada tipo. La comunicación re-
nuncia deliberadamente a ciertos estados de consciencia para producir experiencias
sígnicas. Esas formas de consciencia, o contextos psíquicos van desde el abandono
de la intención propio de la atención intensa al estado semiconsciente en el que
aceptamos la forma de la comunicación como predecibilidad de su objetivo.

Para usar el lenguaje, por ejemplo, es preciso bajar a estados de consciencia


cercanos a las estructuras más profundas de la lengua, conectadas directamente con
experiencias. En estados de consciencia más convencionales esas estructuras pro-
fundas se transforman y alteran sus configuraciones (recordamos a Chomsky
1992) en formas generadas desde otros estados.

29
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Podemos considerar las distintas clases de comunicación (interpersonal, intra-


personal y de masas) como distintos tipos de experiencia comunicativa caracteri-
zados por estados de consciencia determinados, que están imbricados unos en
otros. Es imposible abordar uno de esos tipos o dimensiones de experiencia sin te-
ner en cuenta los demás. La puerta de acceso a una dimensión social de experien-
cia es por ejemplo, la dimensión intrapersonal de la misma, donde la consciencia
puede abordar su propia experiencia, como demostró Elizabeth Noelle Neumann
(Noelle Neumann, 1995, vid. la excelente explicación en Valbuena, 1997:524).

Si deseamos estudiar la comunicación es necesario situarnos en el nivel de


consciencia, de semiosis activa, de manifestación real de la conducta (Valbuena
1997: 525) en que esa comunicación se produce. Para analizar procesos sociales
hay que recurrir a la comunicación interpersonal, como hizo Goffman (1979), o a
la intrapersonal, donde esos procesos están alojados y muestran sus efectos. Las
tres dimensiones comunicativas están relacionadas estructuralmente y contornean
una a la otra.

30
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

3.- El Concepto de Información


Si es obvio que la comunicación es un concepto relacional, también la informa-
ción es una función, un concepto que es en realidad una relación entre conceptos.
La información siempre es o se mide con relación al conocimiento previo, a todo
dato pertinente o posible ya conocido, en combinación con el cual se genera o pro-
duce.

La información es siempre la especificación de un conocimiento previo que ha-


ce de contraste o límite y constituye a la vez un definidor de la misma, a modo ges-
táltico, como un fondo contornea una figura.

La información tiene una dimensión cualitativa importantísima. Supone un sal-


to cualitativo en el significado de un objeto. Es el producto final de la comunica-
ción, el que resulta de la suma progresiva de todos los elementos en función co-
municativa, y que altera su cantidad y cualidad misma. La información posee una
virtud proyectiva.

La información no es un absoluto sino un concepto comparativo, que depende


de grados y medidas.

Para un informador, poseer el “nivel óptimo de información” (en Valbuena,


1997:87) es vital a la hora de conseguir más información o de validar la que posee.
En determinadas cantidades la información se autodestruye, tanto por exceso como
por defecto. El proceso de acceso a nuevos datos o a dimensiones de observación
más completas o elevadas se detiene instantáneamente a determinados voltajes in-
formativos. Como veremos al hablar del periodismo de investigación, la informa-
ción es activa en el proceso comunicativo.

Información es lo que da valor a la comunicación. Es lo que permite que emisor


y receptor puedan encontrar una vía de común acceso. Es lo que mantiene vivo ese
proceso de contacto entre seres cambiando constantemente sus posiciones previas.
Es lo que certifica la existencia de comunicación, que es acción pura.

La Información es exponencial, además de combinatoria. Se multiplica o se


anula de un modo no lineal, sino a partir de ciertas cantidades, de ciertos “quanta”.

31
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Información es aquello que se conserva. Aquello que mantiene con vida la co-
municación. Aquello que siempre es nuevo y que a su vez tiene el poder de eterni-
zarse.

Informar, como etimológicamente parece derivar, significa “dar forma”. Un da-


to es siempre una relación (Koffka 1973). La información está intrincada en la re-
lación de los datos, en la relación analógica entre elementos, y es una figura de la
relación comunicativa misma.

La información es un concepto esencialmente combinatorio (la idea es de Val-


buena, 1997:220). No solamente para la informática y la ingeniería de comunica-
ciones, donde la información se expresa en forma de combinación de dígitos to-
mados binariamente. La información se genera en forma de relación nueva entre
partes ya conocidas, combinación creativa de datos ya sabidos.

Podríamos citar el célebre caso de la inversión de sujeto y objeto en la frase


“Un perro mordió a un niño” que convierte a la frase en noticia. Aquí la combina-
ción de los elementos genera información, siguiendo la ley combinatoria.

La combinación de información construye contextos. En el mundo de la comu-


nicación los contextos actúan, pero no sólo en sentido figurado (ya hablaremos
más adelante de la verdad literal de las imágenes figuradas de la comunicación)
sino que los contextos crean información.

En Teoría Matemática, la información es el uso óptimo de una energía disponi-


ble para la reducción de la incertidumbre. Como tal, la información es la elimina-
ción de posibilidades inciertas y la determinación de un estado de cosas o suceso
(Dredske, 1987: 10).

La Teoría Matemática asocia la información a la economía de combinaciones


para concretar o determinar los datos. La relación entre selección y combinación e
información está regida por principios de aplicación general.

Existe una dependencia absoluta, en la Teoría Informativa, entre información


previa y nueva información. “Lo que dice, o puede decir, una señal (...) y, por tan-
to, la información que esa señal contiene, depende en parte de lo que ya sabemos
de las posibilidades alternativas” (Dredske, 1987:49).

Todas las posibilidades asociadas y alternativas a una información entran en


juego en el proceso informativo. La información se genera con ellas y ellas la limi-
tan.

32
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Pero la información también depende de lo que el potencial receptor ya sabe


sobre las diversas posibilidades que hay en la fuente (Dredske 1987:84). Una
misma cosa puede tener contenidos informativos totalmente distintos para distintos
receptores. Por eso decimos que la información es siempre relativa, relacional.

Otro concepto de información entiende por ella el mínimo cambio preciso para
mantener una comunicación viva. En toda percepción, como Watzlawick, Beavin
y Jackson afirman (1991:29) recordando a la Psicología de la Gestalt, hay un pro-
ceso de cambio, movimiento o exploración preciso para sostener la percepción
misma. Lo constante e invariable deja de ser perceptible para el ser humano. La
información mantiene el estado de la comunicación produciendo cambios en la
conformación de esa comunicación.

La información previa o ya conocida actúa como itinerario al vacío, como ca-


mino al abismo de la ausencia de más datos, para promover una atención auténti-
camente vacía de todo contenido.

Muchos autores, como Saint Exupéry o como Simone Weil, creen importante
introducir el concepto de esfuerzo en la comunicación. En muchos casos se ha
pensado que la comunicación es un proceso gratuito, placentero por naturaleza. La
información nos introduce en ese matiz de obligación o fuerza que ha de darse si
una persona desea adquirirla. La información es a su vez la llave de la comunica-
ción.

En el momento en que entramos en un signo hay adquisición de información.


Por la puerta de un signo en reposo que se activa entramos en esos mundos envol-
ventes que son las semiosis. Una vez dentro se configuran relaciones semióticas
globales, marcos que dotan de significación a los objetos (Bateson 1972). Es la ad-
quisición de información el síntoma de una semiosis en proceso.

En filosofía se ha desarrollado enormemente la imposibilidad de la comunica-


ción informativa (desde el mismo Platón hasta Wittgenstein, Nietzsche, Russell),
aunque paradójicamente se habla también de que es imposible no comunicar
(Watzlawick, Beavin et al. 1991). Los autores hablan quizás de dos momentos dis-
tintos de la comunicación: el paso de uno a otro se produce como un acceso al sig-
nificado.

El proceso informativo y el proceso comunicativo van unidos, pero en algunos


casos la información es diferida con respecto a una comunicación previa, y en
otros podemos ponernos en comunicación nueva con algo de lo que poseíamos ya
información. En muchas ocasiones un proceso comunicativo contiene una infinita

33
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

cantidad de información, a la que accedemos a través de la reiteración del proceso


semiótico, y que no percibimos de una sola vez.

34
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

4.-Seis leyes de la Información


La Información constituye una dimensión teórica en la que aparecen leyes de-
terminadas.

Estas leyes son vitales para entender los distintos aspectos de la información,
desde los profesionales a los interpersonales, pasando por el mundo de la mente
intrapersonal e incluso los procesos de comunicación de masas.

Aquí vamos a enunciar algunas de las leyes que se cumplen en todos los ámbi-
tos informativos.

La primera de ellas es la de que una información configura un orden o sistema.


La cibernética pretendió en un principio ser una ciencia de analogías, buscando la
similitud entre muy variadas formas de análisis de la comunicación (telecomunica-
ciones, antropología, matemáticas, sociología). Desarrolló (Wiener, 1995: 34) la
idea de que la información está ligada a la organización de un sistema, como me-
dida de su grado. Pero esta idea está latente en la concepción gestáltica de la per-
cepción como fenómeno relacional (Koffka 1972). Hemos visto cómo la comuni-
cación es un fenómeno funcional en el que los elementos están en dependencia ab-
soluta.

Esta ley hace referencia al fenómeno por el cual, a diferencia del mundo de la
geometría, donde para crear una línea o una perspectiva hacen falta al menos dos
puntos, en el mundo de la información basta un punto, una unidad, para crear toda
una perspectiva, una línea o nivel de conformación de la realidad. Un sólo dato, un
sólo elemento visual, crea configuraciones, contextos, niveles de realidad. Ello es
así por la naturaleza relacional o proyectiva de la información, que inmediatamente
configura un sistema con otras informaciones precedentes o produce una proyec-
ción de sistema a partir de ella misma.

La información es un valor relacional, hemos dicho. Las informaciones son de


mayor o menor valor según entren en relación con más información adyacente o
no. Podemos decir que una pieza de información tiene más valor cuantas más rela-
ciones sistemáticas crea con otras piezas informativas en distintos planos, con ellas
y entre ellas mismas. Por ejemplo, una clave informativa muy simple puede engar-
zar muy distintos datos antes inconexos entre sí y articularlos en un sistema, como
hace el periodismo de investigación. Recordemos las adivinanzas o los juegos ló-
35
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

gicos como ejemplo de esta ley informativa. La información es mejor cuanta más
relación tiene con otras informaciones diversas a ella.

Desde el punto de vista sociológico, Edgar Morin (1975: 100) ha llamado sis-
tema metabolizante a la cultura, sistema que hace comunicar en forma dialéctica
una experiencia existencial y un saber constituido, conectando ambos tipos de in-
formación. Todo contexto es una estructura de acogida de información (Morin,
1975: 81) y de capacidad de asimilación de la misma. El mundo social no es sino
un ecosistema informativo, idea que ha gustado mucho, desde los primeros autores
funcionalistas como Parsons o Weber, hasta los autores de la teoría de la comuni-
cación.

Otra ley esencial de la información es la de que la información sumada multi-


plica su valor (lo que podríamos denominar el concepto cuántico de la informa-
ción). Cualidades como la persistencia retiniana, la emergencia perceptiva o la va-
lidación periodística están basadas en el hecho de que dos datos sumados multipli-
can exponencialmente su valor en el mundo informativo.

Esta ley nos habla de la importancia de la relación como determinante de la in-


formación. Una pieza de información sólo es válida, y su valor depende, de si está
ligada a otras que la enmarcan y validan, como veremos al hablar del Periodismo
de Investigación. Un simple matiz o el grado de importancia de un dato varían se-
gún con qué comparemos o combinemos ese dato o matiz.

Una tercera ley básica de la información es la de que en Información el orden


de los factores altera el producto. El orden de situación de los datos informativos
supone la configuración de un sistema (primera ley citada) y la omisión del aspec-
to informativo y sistemático de otros elementos. Lo que Watzlawick y otros llama-
ron la “puntuación de las secuencias de comunicación” (1991:60) influye en la na-
turaleza de la relación comunicativa.

La diferencia en la mera ubicación, del centro a la periferia, de un dato informa-


tivo cambia radicalmente el aspecto de dicho dato y del conjunto percibido, como
la Gestalt nos indicó, y como el mundo de la fotografía nos muestra constantemen-
te. No solamente el orden de la información afecta a la información misma, sino
que afecta a nuestras emociones y creencias respecto a la información misma. Ver
unos hechos desde un punto de vista u otro altera el efecto emocional producido,
como estudia la PNL (Bandler 1994).

Una pieza de Información encaja y conforma una dimensión cognitiva en unos


casos y en otros permanece en desorden. En cada uno de esos dos casos el resulta-

36
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

do informativo varía en cantidad. Cuando la pieza de información encaja con otras


previas se produce un salto cuantitativo y la información crece espectacularmente
(por la segunda ley informativa citada). Pero puede que en lugar de producirse más
información por la mera suma de elementos, disminuya la cantidad de información
por el aumento del desorden de los elementos y su inconexa naturaleza. Por eso el
crecimiento o el decrecimiento de la información no es lineal sino exponencial.

La Información tiene como cuarta ley característica que desaparece cuando


cumple su función y se convierte en soporte de información nueva. Todo mensaje
eficaz se convierte en medio. Así, nuestro cerebro está lleno de información reci-
bida que tiene como función posibilitar el acceso a más información. En una carac-
terística función de inversión, la información previa se convierte en medio de nue-
va información, para lo cual desaparece como tal en su propio proceso. Por ejem-
plo, el sistema perceptivo como un todo calibra continuamente su condición de in-
tegridad a través de procesos informativos que no son perceptibles precisamente
para posibilitar la percepción misma (Dredske 1987: 127).

Es característico de la información su naturaleza combinatoria, hemos repetido


varias veces. Las combinaciones de datos crean o arrojan información y excluyen
significados o informaciones de configuraciones o combinaciones contrarias, pero
es cierto que unas combinaciones derivan en otras en procesos de semiosis activa,
y la información sirve para acceder a otras informaciones mediando su generación.

Un trasunto de esta ley nos indica el Principio de Sustitución que ningún perio-
dista ha de olvidar: toda información oculta información. Cuando sabemos algo,
ese proceso nos aleja del conocimiento de información que es ocultada por la in-
formación que nos llega. Cada nivel de información conforma, hemos dicho, un
nivel de realidad al que es inaccesible en muchos casos determinado tipo de infor-
maciones. La información, como generadora de perspectivas, de semiosis, es tam-
bién generadora de puntos ciegos informativos o significativos. La solución a este
fenómeno es el dinamismo informativo: cambiando perspectivas o semiosis, po-
demos ver lo que desde otras posiciones no percibimos.

Podemos también mencionar, como quinta ley, un principio de conservación de


la información, ligado al principio de transmisión de la misma. La información só-
lo se conserva en tanto se transmite o se da. Es decir, sólo se mantiene un nivel de
riqueza informativa si esa riqueza se comparte constantemente. El proceso comu-
nicativo no puede detenerse si se desea conservar información. Es como si la fuen-
te de donde proviene necesitara perder siempre para manar. No puede ser de otro
modo en un sistema en el que el elemento medio y el elemento emisor intercam-
bian sus papeles constantemente. Para acceder a la información, el emisor tiene

37
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

que convertirse en medio o canal de la información, y esto sólo lo puede hacer si


toma parte en procesos de comunicación efectiva. Es decir, que sólo compartiendo
la sabiduría se llega a saber más. La información se genera en procesos de comu-
nicación en curso, como la retroalimentación nos indica.

Este principio es de aplicación en el campo de la creatividad artística. Normal-


mente la creación es el aumento de información que la redundancia provoca siem-
pre (recordemos que Información, para Bateson, es el aumento de la predictibili-
dad y redundancia de un sistema, vid. Bateson 1972). Si no se produce redundan-
cia, repetición de procesos comunicativos, no hay acceso a nuevos procesos.

Vemos un ejemplo de esta quinta ley en la semiosis comunicativa misma. Ac-


ceder al significado de un signo se logra poniendo en marcha los signos tipificados
que los que se comunican conocen (idea que expresó Alfred Schutz vid. 1972). A
partir de esos modelos mentales se produce una modificación que lleva a la expre-
sión de la situación comunicativa actual. La información que contienen esos signos
activados es diferente a la que contenían en estado inactivo o en reposo, cuando
eran meros modelos o ideas para imaginar. La transformación de esos signos per-
mite que pervivan en la comunicación, pues su sentido va enriqueciéndose a cada
paso en la mente de quien los usa. Las personas tomamos nuestras experiencias
previas de recepción como base de la siguientes. Pero cuando emitimos informa-
ción accedemos a nueva información por los fenómenos de redundancia y retro-
alimentación.

Por último, como sexta ley informativa, mencionaremos la ley de combinación:


toda información nueva es la combinación improbable de datos previamente co-
nocidos. En muchos casos la información no es algo palpable u objetivo, sino que
es algo que surge de elementos ya conocidos previamente.

Todo contexto no es sino el conjunto de informaciones previas en un momento


dado. La combinación de informaciones previas genera información nueva en con-
formaciones o relaciones que tienen nuevo sentido. El salto de una configuración
informativa dada a otra nueva es un salto cualitativo, producido por un incremento
o cambio en esa configuración de relaciones, de una dimensión determinada. Es un
salto informativo que recuerda al fenómeno de los “quanta” de energía, como va-
mos a ver a continuación.

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

5.-Concepto Cuántico de la Información


La información es una entidad que se comporta de modo no lógico cuando se
aumenta o se reduce su cantidad. En el mundo informativo se producen cambios
cualitativos sustanciales -cambios de nivel- de acuerdo con ciertos límites o canti-
dades acumuladas de información.

El fenómeno cuántico de la información nos dice que un ritmo de aumento in-


formativo sostenido produce cambios dimensionales en la experiencia informativa
del receptor e incluso del comunicador, que pueden ser exponenciales en su creci-
miento o decrecimiento.

Sin entrar todavía en el fenómeno, la dependencia entre información y cantidad


es notoria. Es conocido el caso del número mágico desarrollado por George Miller
(1956, 1985). El número” 7 más menos 2” marca la línea que divide la informa-
ción de la sobrecarga y la infracarga, en las que no existe fenómeno de procesa-
miento o aprovechamiento de la información, no solamente en nuestra percepción
numérica sino en muchos campos de actividad comunicativa.

Por ejemplo, la información puede mejorar su calidad con operaciones de se-


lección y omisión. Hasta tal punto este principio es real, que podríamos formularlo
de modo absoluto: un descenso en la cantidad de información siempre es informa-
tivamente relevante. Este principio explica la atención desmesurada que social-
mente prestamos a ciertos temas en los que lo característico es la redundancia y la
disminución cada vez mayor de la cantidad como de la calidad de los datos ofreci-
dos. Sabemos que redundancia y fiabilidad están directamente relacionadas (en
Valbuena 1997:177).

Como ejemplo de la energía que se extrae de la simplificación informativa


mencionaríamos los procesos de pidginización (reducción cuantitativa del idioma)
y subsiguiente criollización que originan los idiomas (vid. Fabbri 1995 y Talbot
1995). Es un principio general de la comunicación que la reducción de la comple-
jidad está relacionada con la comunicación eficaz. Un aumento del peso del con-
texto sobre las estructuras rígidas de un sistema comunicativo sirve para dinami-
zarlo y darle más energía. No olvidemos que el contexto es activo en la comunica-
ción.

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Desde el punto de vista del informador, la omisión es una operación tan impor-
tante o más que la decisión de hacer o escribir algo (en Valbuena, 1997:160). La
información es una proporción, una dieta incluso. La proporción es una armonía en
las partes constitutivas o elementos. La proporción es un concepto relacional. Pue-
de aumentar o disminuir con independencia de procesos lineales e incluso puede
ser contraria a la lógica. La omisión o recorte de unos elementos u otros puede
aumentar la proporción del conjunto y aumentar así su calidad informativa.

La elipsis o raccord cinematográfico es un ejemplo de esta ley general. Para


acompasar la imagen fílmica a nuestra percepción, es preciso recortar determina-
dos fotogramas y omitir determinada información, que si apareciera nos resultaría
antinatural.

La proporción nos explica cómo en el mundo informativo dimensiones muy


distintas en cantidad y calidad de información pueden ser perfectamente coheren-
tes cada una de ellas como visiones de una misma realidad. Basta que, como en
unas “matriuskas”, se conserve la relación o la distancia entre partes y el equilibrio
entre los datos.

La proporción o medida rige también el aspecto profesional del periodismo. El


control de la información, por ejemplo, es vital en cierta proporción, con relación a
la comunicación eficaz de experiencia. Pero más allá de un límite, cuando el con-
cepto de control informativo se hace absoluto, la comunicación no se produce: es
así inútil pretender estudiar la comunicación como un proceso de control, por
ejemplo, cuando es claro que en un paso fundamental de la comunicación el emi-
sor ha de dejar que la información lo controle a él y no al revés.

Los informadores no deben olvidar nunca que por encima de un determinado


límite en la cantidad de información, ésta constituye una mordaza y no una liber-
tad. La manera de manipular al informador puede ser sobrecargarlo, como apren-
dieron los políticos a partir de Roosevelt. Cuando hablamos de las inmensas canti-
dades de información accesibles hoy en día a través de los medios tecnológicos,
hemos de tener en cuenta que la cantidad, más allá de cierta mesura, es enemiga de
la calidad.

Pero el concepto cuántico de información nos habla de un aumento inesperado


de información que se produce en un sistema que tiene un grado de información
menor. Hay información que se autogenera en el proceso de la comunicación
misma, bien sea en la combinación de elementos, bien en la interacción en el tiem-
po. Formas de comunicación de todos los niveles nos dan ejemplos de este fenó-
meno.

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

En el sistema perceptivo humano ocurre algo que se ha denominado “restaura-


ción”: la inserción en la experiencia sensorial de rasgos representacionalmente sig-
nificantes que no tienen contrapartida en los estímulos físicos (Dredske,
1987:151).

En la percepción visual, el “icono” persistente en la retina incorpora informa-


ción que los sujetos no pueden inicialmente identificar. Por supuesto que nuestra
experiencia sensorial es informativamente más rica y profusa que nuestra utiliza-
ción cognitiva de ella. Pero además, el fenómeno de la “persistencia retiniana” nos
explica cómo hay información generada en el proceso informativo que inicialmen-
te no es emitida por la fuente (Auerbach y Coriell).

La psicología de la Gestalt mostró icónicamente lo que luego se definió como


“cualidad emergente” el fenómeno que surge de la interrelación entre dos o más
elementos, según el cual el resultado es de una complejidad que los elementos ja-
más podrían explicar si se los considerara por separado (Watzlawick et al.,
1991:121). Esta cualidad emergente forma armazones relacionales que no sólo se
autodefinen sino que designan lo central y lo periférico, lo formado y lo informe.
La información visual adquiere un carácter de crecimiento exponencial a partir de
una acumulación en un grado determinado.

El célebre “efecto Kulechov” que se aplica en la cinematografía es otro ejemplo


del aumento de significado que la unión de dos fotogramas produce. Cuando ante-
ponemos a la imagen inexpresiva del rostro de un actor una imagen de un plato de
sopa, el actor nos parece expresar hambre o apetito. Esa misma cara inexpresiva
vista tras la imagen de una niña muerta parece adoptar el rictus de la tristeza. El
significado que una pieza de información da a otra está más allá de lo que cada
pieza por sí misma nos dice, poniéndose ambas en función una de la otra por el
mero acoplamiento comunicativo.

En el muy diverso contexto cultural, hay determinadas cristalizaciones de ar-


quetipos que aquilatan una simbología existente que había perdido parte de su sig-
nificados (Jung 1997). Esos procesos no se originan a partir de la suma de los sig-
nificados arquetípicos producidos históricamente, sino que en un momento dado se
recobran e incluso se hallan relaciones de sentido que enriquecen enormemente un
símbolo en transformación.

En el mundo de los lenguajes, las reetimologizaciones características de la


creación de lenguas y criollizaciones son ejemplos de enriquecimiento inesperado
del significado de un signo en uso a partir de la suma o conjunción de aspectos

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

formales y semánticos diversos. Un aumento inesperado de información verbal


acompaña al nacimiento de las palabras en las lenguas criollas (Fabbri 1995).

La información funciona así por saltos dimensionales, por quanta determinados


que condicionan el resultado comunicativo. El salto de una dimensión semiótica a
otra más fisicalista, que no es más que un cambio de perspectiva comunicativa,
produce el efecto de verdad o credibilidad de una información. Esos cambios de
panoramas o perspectivas son producidos por incrementos o disminuciones de la
información manejada, así como por cambios en su situación o en su jerarquía.

La cualidad emergente se da en la semiosis. A menudo la acumulación de sen-


tido produce nuevas tipologías de semiosis (Bettetini 1986:141).

El carácter cuántico de la información produce el hecho de que no podamos ex-


plicar las situaciones en que existe información analizando simplemente cada ele-
mento por separado y sumando su influencia. Hay un “quantum” añadido que se
produce con la puesta en relación entre individuos o componentes y que no es el
simple resultado de la suma de éstos.

Benjamin (1992) afirma que la imagen que habla al ojo es diferente a la que
habla a la cámara. Esta idea, comprobable en muchísimas experiencias de comuni-
cación, nos indica que la información varía según su futuro destinatario, según el
elemento con el que se unifica. Esto implica que, o bien el proceso comunicativo
remonta la corriente temporal y es determinado por su futuro, o bien que tiene una
capacidad “en germen” que es infinita e impredecible, incontrolable, en su desarro-
llo.

En los procesos informativos hay rupturas de perspectivas o panoramas, de


“gestalts” producidas por esa cualidad emergente de la información, que es capaz
de cambiar el plano o nivel de significado de la realidad, recuperando o destruyen-
do dimensiones. Es lo que llamamos un vuelco o un giro informativo nuevo para
un tema determinado.

En muchos casos la información tiene la cualidad de producir el tránsito de una


comunicación analógica, basada en grados relativos, a una comunicación digital,
en la que sólo existe un plano más simple en dos posiciones absolutas, que a su vez
resumen toda la información analógica.

La información, dotada de leyes propias y de un comportamiento particular, se


ha convertido en componente esencial del universo observado por la física moder-
na, en el que lo que se transfiere en muchos casos no es energía, sino más bien in-
formación (Watlawick et al., 1991:30). La información actúa como una medida
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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

nueva que sirve para explicar fenómenos físicos y para poner en relación proble-
mas inconexos de la experiencia.

En torno a los años 20 de este siglo se produjo una revolución espectacular en


el mundo científico. Sus consecuencias para el mundo científico y tecnológico fue-
ron enormes, y podrían obtenerse también consecuencias importantes en el mundo
informativo.

La mecánica cuántica se basó en los descubrimientos e ideas elaboradas en el


primer cuarto del siglo XX por científicos como Planck y Einstein. Lo que la me-
cánica cuántica descubre, a través de científicos como De Broglie, Schrödinger, y
Heisenberg, es que las partículas más pequeñas que componen la materia tienen
una naturaleza contradictoria, que hoy llamaríamos puramente informativa.

Al ser observadas, estas pequeñas partes de la materia, los electrones, se presen-


tan con dos naturalezas diversas: pueden ser partículas, es decir, objetos localiza-
dos, o pueden ser ondas, algo extenso e impalpable, energía pura. Este descubri-
miento dejó perplejos a los físicos cuánticos, pues al observar la materia, ésta se
comportaba como algo palpable y como algo impalpable a la vez.

Heisenberg enunció el Principio de Indeterminación en 1925. Este principio


hoy en día asumido por la ciencia indica que no hay métodos de cálculo y determi-
nación de la realidad que sean exactos ni se puede predecir el comportamiento de
la misma. Es decir, que la naturaleza de la realidad es indeterminada de por sí.

Para los físicos y científicos de la mecánica cuántica, la realidad, los hechos


primarios, están en un estado de indeterminación. Lo que concreta y determina
esos hechos es precisamente la observación del investigador, que influye en la
probabilidad de los acontecimientos. Es el fenómeno de comunicación producido
por la relación entre observador y observado lo que determina el resultado.

Nada es real a menos que sea observado. La observación de los científicos in-
fluye en la esencia de la realidad. En la ciencia, ya no se puede hablar de lo que es,
sino de lo que, dado un determinado experimento, se puede encontrar y producir.

La mecánica cuántica, en la que se basan avances científicos como el rayo láser


o la electrónica avanzada, echó por tierra la idea de que la materia es algo concreto
y observable en su naturaleza. La materia, la realidad, es indeterminada para el co-
nocimiento científico. Son los investigadores y observadores los que con su entra-
da en la materia o realidad investigada determinan un particular estado concreto de
la materia. La realidad es producida, de un modo probabilístico, por dos factores

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

bien distintos: el sistema observado y el observador que desea analizarlo. Es decir,


depende enteramente de un sistema informativo o comunicativo.

La ciencia moderna empezó a considerar esenciales las condiciones en las que


los investigadores influían sobre la realidad investigada, y encontró explicación pa-
ra extraños fenómenos en los que la materia surgía de la nada. Al entender el esta-
do indeterminado de la materia y la existencia de la energía como parte indisoluble
de las partículas elementales, podían entender fenómenos como el surgimiento de
materia desde la energía asociada a las partículas.

Pero ha pasado casi un siglo desde las primeras aportaciones de la física cuánti-
ca y en ese lapso de tiempo no se ha hecho otra cosa que avanzar cada vez más en
la influencia concedida a la comunicación y la información en la formación del
universo que nos rodea. En los años 80, confirmando el denominado experimento
de Aspect, Sheldrake (Talbot, 1995:17) señala que la posibilidad de comunicarse
con el futuro o con el pasado a una velocidad superior a la de la luz podría ser la
explicación para los fenómenos propios de la estructura material del universo. El
proceso que ligara el universo en un orden cuántico no es otro que un proceso in-
formativo en un tiempo reversible.

Los científicos han empezado a ver el universo como constituido no por mate-
ria y energía, sino por pura información (Talbot, 1995: 167). La observación de las
partículas de la luz, o fotones, durante su proyección a una placa fotográfica, ha
conducido a los físicos a pensar que la esencia de esas partículas no es material,
sino probabilística, formada por múltiples existencias simultáneas que exploran di-
versas posibilidades de manifestación hasta que se produce la observación que de-
termina el resultado. Es el proceso informativo el que inclina hacia una de las pro-
babilidades de existencia a una realidad múltiple e informe. La información decide
una combinatoria. Esa información desconocemos si es emitida por el observador
o generada en su contacto, por la propia partícula observada.

Los aspectos más importantes del sistema del universo parecen determinarse
por lo que Bateson (en Talbot 1995: 128) llamaba la “pauta conectora”, ese “no-
algo”, la información, que relaciona a diferentes elementos de un conjunto.

La naturaleza del fotón de luz, como de la semilla o de la estructura molecular,


es puramente informativa. Su existencia viene determinada por la comunicación
que el observador establece con dicho elemento. Cada hecho de la realidad “existe
sólo en la red, en constante expansión, de observadores que se comunican entre sí”
(Talbot 1995:162). Como en nuestro nivel macrofísico de consideraciones, la in-
formación sólo adquiere valor dentro de una comunicación activa.

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

El universo resulta un proceso de comunicación en estado activo, dentro del


cual aparecen configuraciones de orden, sólo comprensibles si estamos implicados
en dicho orden, si estamos comunicados con ese fenómeno a través del propio aná-
lisis. Empieza a crearse lo que se llama una “física del significado”(Talbot
1995:181).

El mundo de la información constituye una dimensión nueva de energía, a jui-


cio de los científicos. Si existe una influencia entre quien observa un fenómeno y
el hecho de que ese fenómeno sea de un modo determinado, parece que la interac-
ción que se da entre ambos no reviste forma alguna de energía o materia que co-
nozcamos. Es un fenómeno informativo.

La dimensión informativa parece sumarse a las dimensiones tradicionales del


mundo físico para explicar fenómenos como el del orden implicado en el universo,
según el cual la materia se comporta como si fuera parte de una totalidad continua
en el tiempo y en el espacio. El tiempo y el espacio tridimensional, como David
Bohm ha expuesto, (Talbot 1995: 61) se entienden mejor si consideramos que es-
tán conectados, comunicados, en dimensiones más altas de realidad: la imagen pa-
ra entender ese fenómeno sería la de una holografía tridimensional como dimen-
sión superior a una simple planta y perfil de un objeto. La integración de la infor-
mación en la holografía explicaría relaciones actualmente incomprensibles entre el
perfil o la planta de una figura.

El electrón de doble naturaleza, material e inmaterial, sería simplemente un


efecto de percepción de una realidad que supera esa dualidad entre materia y ener-
gía. Y esa realidad superior, más allá de la materia y la energía, uniría a ambas a
través de la información adecuada.

Para expresar la naturaleza del universo, Bohm recurre a una metáfora musical:
“..consideremos el proceso que se opera cuando se escucha un hermoso trozo de
música.../...uno no experimenta la realidad de la pieza entera aferrándose al pasado
o comparando alguna nota determinada con el propio recuerdo de las anteriores.
Más bien, cada nota causa una transformación activa de lo que hubo antes” (Tal-
bot 1995: 63).

El concepto de función se ha tornado central en física cuántica. Algunos fun-


cionalistas asignan a la conciencia el mismo estado espacio-temporal propio de la
“información”, y, por tanto, no creen válido hablar de ella como si existiera aparte
de alguna clase de hardware u otro contexto material (Talbot 1995:108).

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

La interacción entre la parte o elemento con el todo, como en el mundo de la


comunicación, es vital en el mundo físico. La combinación de las partes altera el
conjunto. Cada elemento tiene una relación gestáltica con el conjunto.

Los electrones parecen tomar decisiones, parecen capaces de procesar informa-


ción. La impredictibilidad de cada partícula cuántica en su comportamiento es in-
herente al hecho de que su relación con la información es única. Entre las partícu-
las del mundo material existe una compleja red sensible al significado, una red
comunicativa (Talbot 1995: 191).

Las unidades de información pura entran a fondo en el mundo de la matemática


y la física condicionando y explicando la retroalimentación del sistema universal.
También es vital el concepto relacional de interacción en el tiempo, lo que conside-
raríamos el carácter “narrativo” de la materia, que acaba de descubrirse. El sujeto y
su acción sobre el objeto adquieren crédito como unidad monística de estudio, y la
dimensión temporal queda integrada en el análisis. El observador, mediante su
elección del aparato de medición, altera un acontecimiento que en realidad sucedió
hace muchos miles de millones de años (Talbot 1995: 164).

La realidad microfísica recuerda entonces a los fenómenos de la comunicación


activa, en los que la relación funcional retroalimenta constantemente el sistema, el
orden implicado. El mismo observador, como afirma Talbot, no sería otra cosa que
“un mecanismo sensor que se mueve a través de una vibrátil danza de frecuen-
cias.../...con arreglo a los mismos principios holográficos” (Talbot 1995: 64)

Sheldrake (en Talbot 1995: 95) sugiere que tal vez la conciencia funciona como
mediador entre el cuerpo físico y sus campos-mórficos.../...funciona como un sis-
tema de sintonización, antes que como un lugar de almacenamiento de recuer-
dos.../...por procesos de resonancia mórfica...con sus propios estados anteriores”.

Como afirma Talbot, en el nivel cuántico el universo se encuentra en el mismo


estado de oscuridad en que se encuentra la solución del juego de las veinte pregun-
tas (adivinar una cosa preguntando sobre ella veinte veces) pero en su versión “de
sorpresa” (los jugadores contestan lo que se les ocurra, pero siempre algo compati-
ble con las respuestas previas: de este modo la palabra final no es la correcta hasta
que no se hace la última pregunta). Se trata de un gigantesco proceso comunicativo
en el que la información va configurando, construyendo literalmente la realidad.

En ese nivel, que se ha llamado nivel de la imagen-información, las leyes co-


rrientes de la física dejan de aplicarse, y los físicos se preguntan cuáles son las le-
yes de la información, hasta ahora desconocidas.

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

6.-El Concepto de Mediación


La comunicación es un proceso de mediación. Implica siempre tres elementos:
quien emite, el medio o mediador, y quien recibe. La comunicación es siempre ter-
ciada.

Siempre que se produce el acceso al sentido existe un medio que lo ha produci-


do y a su vez un medio que sucede a esa mediación, y que es conformado por el
sentido mismo. En el mundo de la comunicación el fin y su medio son conceptos
cambiantes y consecutivos.

Es esencial señalar que un fenómeno intrínseco a la comunicación real es el


surgimiento del vehículo o medio de la misma. La mediación es en realidad la
forma que durante el proceso de la comunicación toman ciertos de sus elementos
constitutivos, que en otros procesos pueden ser objeto de otros medios.

Cada vez que algo se oculta para reflejar un contenido a través de sí estamos
ante un medio o mediador. El medio es el significante de la comunicación signifi-
cativa, la forma del contenido, pero también el medio es el emisor, el primer com-
pás del movimiento cíclico de la comunicación, aquel que deja de ser para que al-
go sea, y de ese modo es.

El medio es efectivamente el soporte inactivo de la comunicación que hace en-


trar en el cuerpo humano las ideas o el sentido comunicado. El medio es aquello
que conduce sobre sí mismo un mensaje. El medio es opaco a la comunicación, y
cuanto más opaco más conductor de la misma. Inerte comunicativamente hablando
ha de ser, para transmitir. Insignificante literalmente para expresar. Así, identidad
de emisor y comunicación real son procesos inversamente relacionados con el
mensaje.

También para la teoría matemática de la información el canal o medio es una


función o relación de dependencia entre la fuente y la recepción (Dredske,
1987:44). Literalmente es el conjunto de condiciones existentes que no tienen es-
tados alternativos pertinentes, que de hecho no generan ninguna (nueva) informa-
ción (Dredske 1987: 127). Constituye un marco de referencia fijo dentro del cual la
información puede calcularse. Pero a su vez ese canal está constituido por infor-
mación ya procesada, por certidumbre.

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

En los medios de comunicación de masas el concepto de medio ha sido “ocu-


pado” (la idea es de Valbuena, 1997: 2) por un objeto material, frenando la semio-
sis de esta categoría comunicativa. Esta esclerosis del medio a una realidad mate-
rial, humana y técnica, no comprende la idea funcional del medio según la cual to-
do puede ser medio de comunicación de todo (el “todo es emanación de emana-
ciones”, del Eclesiastés). Este hecho tiene consecuencias para los procesos de co-
municación a través de esos medios: en ellos se entiende la interactividad como
dos direcciones de transmisión de información, no como procesos que se duplican
o reinician. Si entendemos por respuesta a la comunicación lo que no es sino el
proceso inicial de atención o preatención, estaremos forzando o presionando la ve-
locidad del acto comunicativo, que inmediatamente desaparece.

Es por esto por lo que mucho de lo que pasa en los llamados medios de comu-
nicación no es ni por asomo proceso comunicativo. No hay reproducción del sis-
tema informativo, no hay retroalimentación, no hay caución o conserva, no hay
opción de atención y la comunicación está muerta. La búsqueda desesperada por
captar el interés, cada vez más cambiante, de las audiencias es como los desespe-
rados intentos del cirujano por reanimar un corazón largo tiempo parado.

El autor George N. Gordon (cit. en Valbuena, 1997:378) limita la idea de me-


dio a la unidad básica de experiencia que es transferida de forma general entre las
personas, sin tener en cuenta la tecnología empleada.

El mediador ha de desaparecer para conducir el mensaje, es decir, para producir


una continuidad comunicativa con procesos anteriores. El mediador es la puerta de
acceso que se ha de dejar atrás para entronizarse en el significado, pero a la vez es
el único modo de acceso a ese significado. Hay un efecto de prolongación de la
acción del emisor cuando se convierte en medio y adquiere así el poder caracterís-
tico de ese elemento.

Siempre en la comunicación se produce la prolongación de los medios posibles


para la comunicación por la unificación de los elementos como mensaje y emisor,
o como medio y mensaje.

Si hemos dicho que emisor y medio son dos variables de una misma función
comunicativa, también el mensaje es mediador, también hay una relación esencial
entre mensaje y medio. La imagen, sobre todo, actúa en muchos casos como me-
diadora, pues su naturaleza analógica permite relacionar lo no relacionado, mediar
e incluso transmitir un conocimiento tácito (Fabbri 1995:314). Es a su luz, o bajo
su prisma, como cobra sentido o se accede a la experiencia. Quizás por ello mismo
el significado se presente como imagen. La semiosis ilimitada de Peirce nos de-

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

muestra que un mensaje emitido se convierte en soporte de otro, es decir, en su


medio.

Las formas de comunicación antiguas o anteriores, las semiosis en reposo, fun-


cionan como nudos o conexiones para circular de nuevo a través suyo. Son como
puentes colgantes tendidos para una comunicación nueva. El mensaje antiguo es
así medio, canal, de una nueva comunicación, como el límite o contorno de mensa-
jes que transitan gracias a él.

Los hombres transitan a través de los mensajes, entran en los espejos.

Antes hemos dicho que todo puede ser cauce o canal de sentido, de significa-
ción. El dolor es un poderoso medio de conducción de sentido, al igual que la ca-
rencia o el silencio, si son puestos al servicio del significado. Una ley comunicati-
va básica nos habla de que el impedimento es cauce.

El concepto de distancia o lejanía es elemento clave de la comunicación. La


distancia es mediadora en el mundo de la comunicación. A través de ella es como
se unen los extremos, igual que dos amantes separados por un muro lo usan para
que transmita los sonidos que les unen. El muro es impedimento de unión y es
cauce de comunicación.

Ésta es una de las leyes básicas de la comunicación: el sentido surge de lo que


no es o a partir de lo que no es, como un mundo suplente. La palabra necesita al
silencio para imprimirse en él. La comunicación es lo que, dado el silencio, vence
al silencio.

Lo que se encierra habla, lo que se oculta se sabe. Alguien ve en lo secreto.

Estos principios responden a esta ley general de la comunicación: todo contacto


y continuidad comunicativa supone en otro sentido un aislamiento, un distancia-
miento frente a coordenadas opuestas de experiencia. Por ejemplo, cuando Cooley
(1910) situaba la dimensión de formación de la persona en el eje vertical de la edu-
cación cultural, aislando a la persona de la comunidad contigua del mundo social,
mostraba una forma de esta ley. Cuando Bettetini y Colombo (en Abril 1996: 123)
hablan de las nuevas tecnologías capaces de aislar al individuo de su entorno físico
para mantenerle en contacto con un espacio simbólico, están mostrando otra crista-
lización de ese principio.

El concepto de mediación está unido al de transparencia, si es que hablamos de


procesos de comunicación real. La comunicación es un proceso infinito en el tiem-
po humano, y por tanto, todo emisor es en realidad un mediador. A través de él se
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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

descubren otros emisores, otros contextos, en un proceso infinito en dimensiones


de experiencia.

Lo ha dicho Bougnoux, como recoge G. Abril: “El medio tiene la misma es-
tructura autosupresora (in-mediata) que el signo en general” (Abril 1996:111).

El medio ha de hacerse transparente para funcionar comunicativamente hablan-


do. Para que se produzca un proceso de comunicación las personas que se comu-
niquen han de “dejar de ver” el medio y entrar absolutamente en el mensaje. Cuan-
to más espontánea y “sana” es una relación, más se pierde en el trasfondo el aspec-
to de la comunicación vinculado con la relación. Y viceversa, las relaciones “en-
fermas” se caracterizan por una constante lucha acerca de la naturaleza de la rela-
ción, mientras que el aspecto de la comunicación vinculado con el contenido se
hace cada vez menos importante (Watzlawick et al. 1991: 54).

Cuando un elemento de la comunicación se niega a desaparecer en el proceso


mismo de la expresión él mismo se convierte en obstáculo de ese proceso. Este
principio halla aplicación real a múltiples niveles de experiencia comunicativa. Es
“el amante que quiere ver tanto y tan de cerca el ojo de su amada que termina, fi-
nalmente, por no ver otra cosa en él que su propio rostro reflejado” (González Re-
quena 1992:97). Es el espejo que repentinamente se vuelve intransitable y refleja
únicamente a quien se mira.

El concepto de transparencia en el medio está cargado de misterio. A pesar de


la intencionalidad o de la manipulación evidente, la comunicación de algún modo
deja pasar los elementos precisos para crear fenómenos informativos, de emergen-
cia de conocimiento y saberes. Cómo se consigue esto es algo misterioso, es el fe-
nómeno que sucede a la atención comunicativa.

Fabbri (1995:299) nos habla del ejemplo del bastón de ciego de Diderot en
Carta sobre los sordomudos. “Cuando tocamos con la punta del bastón, ya no sen-
timos la mano que toca la empuñadura del bastón, en tanto que cuando sentimos la
mano que empuña el bastón ya no sentimos aquello que el bastón toca. Pero más
grave aún es el hecho de que cuando tocamos con el bastón sentimos la cosa toca-
da y ya no sentimos el bastón, y cuando sentimos el bastón ya no sentimos la cosa
tocada”.

En la forma de comunicación audiovisual, estudiada por Gianfranco Bettetini


(1986:22) se cumple la ley de la mediación transparente: “Todos los cuerpos mate-
riales usados en el proceso productivo de sentido desaparecen un poco al mismo
tiempo durante sus diversas fases, dejando huellas cuya materialidad se reduce

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

siempre más, hasta generar un conjunto concluyente de elementos incorpóreos so-


bre la pantalla en la fase de proyección...”.

En el mundo de la tecnología, que nos proporciona imágenes analógicas de los


procesos generales, observamos igualmente lo que este autor italiano ha llamado
un “efecto colateral de desmaterialización, que no corresponde solamente a la cor-
poreidad representada” (1986:23).

Hemos visto ejemplos de esta ley general al tratar la información. Hay determi-
nada información en el sistema perceptivo humano cuya función es comprobar que
el sistema funciona y hacer que funcione destruyendo información: por ejemplo el
sistema de percepción acústico hace que seamos capaces de oír que suena un tim-
bre pero a la vez que no percibamos el botón que es apretado. Cuando algo falla, y
el botón del timbre está oxidado, se produce información que es percibida en for-
ma de ruido extraño (Dredske 1987:165). Hasta cierto punto al menos, aprender un
lenguaje, según Dredske, es empezar a oír propiedades asociadas con las palabras
y frases y dejar de oír propiedades acústicas (Dredske 1987: 171).

La naturaleza de la comunicación, del lenguaje que emplea, de su contexto,


desaparecen en la comunicación activa como elementos centrales y se convierten
en periféricos. Pasan a ser parte del límite, del contorno de la comunicación. Es el
mensaje, el contenido y su verdad, el que cobra un carácter central cuando la co-
municación funciona. Podemos entender que así, la comunicación se detiene cuan-
do el medio es el mensaje.

Northrop Frye entiende el proceso de emisión comunicativa como un fenómeno


en el que se evidencia ese campo de experiencia no subjetivo ni objetivo caracte-
rístico del mundo verbal o sígnico. El emisor, en este caso el poeta, “no crea a par-
tir de la nada: crea a partir de su experiencia literaria. Pero mira fijo hacia la nada,
por decirlo así, y se niega a sí mismo como sujeto del mismo modo que niega el
entorno objetivo” (Frye 1996: 360).. El término medio entre lo objetivo y lo subje-
tivo, donde ambas naturalezas se confunden, es exactamente el mundo de la co-
municación, que es también el mundo más real al que tenemos acceso.

Un medio por excelencia es el lenguaje. El lenguaje no tiene esencia de ser hu-


mano y sin embargo se transforma como un ser vivo en la comunicación. Cuando
el lenguaje es aceptado como un simple medio se hace transparente, al igual que en
los procesos significativos. En cambio, cuando el lenguaje constituye un fin en sí
se hace opaco contexto de una comunicación bastante estrecha.

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Birdwhistell (en Watzlawick et al, 1991:71) afirmaba que los individuos no


comunicamos: participamos en una comunicación o nos convertimos en parte de
ella... Las personas no somos nunca orígenes de comunicaciones, sino participan-
tes y a lo sumo mediadores de procesos comunicativos que nos superan en el tiem-
po o el espacio.

Es un principio básico del concepto de mediación el hecho de que el medio


transforma elementos provenientes de dos universos diversos, uno material y el
otro inmaterial: el mundo objetivo y el mundo sígnico. En muchos casos esa trans-
formación exige la desaparición de la categoría previa del elemento, como vere-
mos al hablar de la semiosis.

La mediación tiene una naturaleza moral. Si no pudiéramos olvidarnos de vez


en cuando de nosotros mismos, no accederíamos jamás al mundo, al otro y a la
comunicación, que a su vez nos hace crecer y ser. Centrar la comunicación en el
yo, la identidad o el self es un enorme error: la comunicación no tiene nada que ver
con la identidad. Exceder la importancia del elemento emisor es restársela a la pro-
pia comunicación, como ocurre con cualquier otro elemento de la misma. Cada
elemento de la comunicación constituye un límite a la misma, su contorno máxi-
mo. La mediación es la redención del emisor.

Lo ha dicho Gianfranco Bettetini: “La comunicación implica la salida de la


consciencia autorreflexiva del sujeto empírico y un compromiso con otros sujetos,
un compromiso que instaura incluso la necesidad de códigos, de hábitos, de usos y
de situaciones concretas de interactividad” (Bettetini, 1986:70).

Acaso lo que se emita, lo que “sale” realmente de sí y se convierte en canal, sea


el sujeto mismo, como mediador de un mensaje que le sobrepasa. Accedemos al
poder de decir algo, y de que sea comprendido, cuando lo que decimos es más im-
portante que nosotros mismos.

Todos los elementos de la comunicación son en realidad funciones, ya lo he-


mos dicho. El medio es una función significante. El emisor y el receptor son fun-
ciones de mediación que responden a distintos momentos o pasos de una cadena
indefinida de comunicación. Para poder funcionar, para ser activos en el proceso,
los elementos han de estar en función unos de otros. Han de mediar.

Nos identificamos con el emisor al verlo como un mediador de algo, es decir,


cuando se produce el fenómeno de la verdad autónoma. Accedemos al mensaje
cuando nos hacemos su medio mismo. Comunicamos eficazmente el mensaje

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

cuando es éste el que proporciona la energía, no nosotros, simples mediadores del


mismo.

En la comunicación, traspasar los muros que albergan el significado no es cosa


de fantasmas, sino de procesos comunicativos vivos. Todos los procesos comuni-
cativos pueden mediar en otros. No podemos olvidar nunca que el periodismo es
medio de otros procesos comunicativos que tienen lugar a través suyo.

El receptor también es un medio de sí mismo. Su corporalidad forma la prótesis


que sirve para trasladar al interior de la persona un contenido (vid. Bettetini 1986).
El cuerpo es un mediador de procesos de comunicación importantes.

Las relaciones entre cuerpo y comunicación no se limitan al nivel metafóri-


co, en el cual es posible contemplar el significado o las proyecciones como fe-
nómenos orgánicos, corpóreos, en los que circula el sentido alimentador de una
unidad. Tampoco la cibernética agotó las posibilidades de identificación entre
sistemas de comunicación y sistemas corporales de transmisión de información,
entre cuerpo y máquina. Las nuevas tecnologías nos remiten de nuevo a la me-
táfora de la red corporal nerviosa (como Internet). Las proyecciones al imagina-
rio cinematográfico convierten a los cuerpos en mensajes que circulan por la
propia imagen comunicante que crean. Esas metáforas del cuerpo del emisor
como vía o como índice de una semiosis nos remiten a un mundo de comunica-
ción más allá de la dimensión humana.

En la comunicación el cuerpo es el cauce. No solamente ha de dejar que pase a


su través el contenido, sino que sirve de lente de experiencia comunicativa, de pró-
tesis simbólica (Bettetini 1986:135) con la que descodificar el sentido.

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

7.-El Concepto de mensaje


Es mirando al mensaje como se produce comunicación con el otro o con nues-
tro mundo en derredor. El mensaje es el medio de comunicación.

Medio y mensaje son elementos inversamente relacionados en la comunicación,


como hemos dicho ya. Se trata de dos estados diversos de activación o reposo de la
comunicación misma. Cuando el medio es visible, el mensaje desaparece: la co-
municación está detenida. Cuando el mensaje se hace visible, el medio desaparece.
En la comunicación activada, es el propio mensaje el mediador de la relación co-
municativa.

La comunicación es un proceso siempre indirecto porque necesita de un mensa-


je. El contacto entre dos seres directamente producido no es comunicante si no
existe un mensaje de por medio, que actúa de canal entre ambos. Es inútil hablar
con alguien si no hay algo que decir.

El mensaje es la imagen donde el mundo queda inmerso cuando queremos co-


municar su experiencia, y donde nos sumergimos para entrar tanto en nuestro inte-
rior como en el mundo externo a nosotros, de las presencias que nos rodean. Es el
tercer elemento que hace inconsistente la distinción sujeto-objeto, en un mundo
con el que interactuamos, que conservamos vivo en nuestra comunicación.

Podemos considerar al mensaje como al origen de la comunicación real o acti-


va. El mensaje es el verdadero engendrador del proceso de comunicación. Crea un
emisor y lo perpetúa en otros, es decir, configura un medio para su propia conti-
nuidad a través de la verdad o memorabilidad que contiene.

Toda experiencia de la realidad tiene una única puerta, que es la del interior del
ser vivo. Sólo dirigiéndonos a la profundidad de la experiencia comunicativa pre-
via, al mensaje ya existente, podemos encontrar nuevos mensajes. Es una ley de la
comunicación que para recibir un mensaje exterior hemos de volvernos al interior
de nosotros mismos.

Estas leyes fundamentales tienen trasunto en la dimensión social de la comuni-


cación. La opinión, tal y como es concebida por investigadores como Noelle Neu-
mann (1995) o por Luhmann (1968), es también un fenómeno de adecuación entre
emisores y receptores que permite la correcta socialización y la reducción del ais-

55
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

lamiento o la complejidad del mundo social. Esa opinión circula como información
o mensaje.

El concepto de texto es útil porque nos describe lo articulado, entramado e in-


trincado del mensaje, pero no solamente de éste. Como sabemos la lengua, el men-
saje y el emisor forman el texto de la comunicación, en tanto trama.

El texto es un entramado de relaciones que indirectamente ilustran la realidad.


Cuanto más profundo y subjetivo es el texto, más transparente hacia la realidad
puede volverse, como siempre ocurre en el mundo comunicativo. La comunicación
es un proceso de sucesivas imágenes cuyo final es la imagen de la realidad, del
mundo práctico.

Pero no debemos sobrevalorar el concepto de texto. Lo esencial del mismo,


como ha dicho Bettetini, es que es “una manifestación contingente de aquel saber
en una práctica discursiva encaminada a su traspaso” (Bettetini 1986:81). Su fun-
ción y contingencia son importantes. Un texto es lo tejido o articulado en un con-
junto por virtud del proceso comunicativo. Es también o implica la idea de rela-
ción.

El texto o la trama nos dicen de la capilaridad de la comunicación, de su carác-


ter de itinerario, de la hondura o profundidad del mensaje, que cuanto más nos ab-
sorbe en su interior más nos traslada a la realidad de la experiencia comunicativa.
El mensaje es un medio de acceso a la realidad por la puerta más alejada de esa
realidad, cual es la de la verdad. Hay mensajes, informaciones, que se desarrollan
y que es posible recorrer y ahondar hasta abocar a la pura realidad. El periodismo
de investigación nos muestra estas formas de semiosis en las que el mensaje es el
medio.

La propiedad expresiva radica en que el mensaje se hace traslación, proceso o


canal activo de comunicación. Lo describiría como algo inerte que cobra vida. El
mensaje viaja de persona a persona por su verdad común entre personas, a las que
las personas aportan una fuerza para emitirla o recibirla.

El emisor entra en el mundo de lo que emite. Al emitir se autointegra en el uni-


verso de sentido que desea transmitir. Literalmente viaja dentro de él hasta el re-
ceptor. Para comunicar un mensaje es preciso conducirlo por uno mismo.

Si existe comunicación el significado del emisor ha de anularse en favor del


significado del mensaje mismo. Pero al mismo tiempo, el emisor cumplirá su fun-
ción de tal en tanto opere trasladando primero un texto, un mensaje, “inherente al
cual, y después, llegue el sujeto de la enunciación” (Bettetini, 1986:28).
56
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

El emisor, para muchos autores, es en realidad un fenómeno interno al mensaje,


un modo del mensaje mismo. El emisor se yergue una vez que ha surgido la co-
municación de un mensaje, es como la última consecuencia, la última imagen que
el mensaje arroja, algo vertical que lo horizontal consigue al producir sentido. Para
quien es receptor, el emisor es una figura que surge de la comunicación. Para el
emisor mismo de esa comunicación, él es quien se sumerge en el mensaje que
transmite.

El proceso proyectivo, por el cual el emisor entra en el mensaje y en su mundo


creado, convierte al mensaje mismo en guía de la comunicación. El texto se con-
vierte en el guión de la comunicación o del hacer comunicativo. El signo prefigura
o tipifica el resultado de la comunicación. Piénsese el cambio que esto supone en
el mensaje, de ser lo trasladado a trasladar.

El mensaje sólo se comunica cuando cobra vida, cuando se hace agente o en-
carna una realidad (proceso de verdad). El mensaje cobra vida cuando pasa de ser
un elemento inerte a funcionar autónomamente en la comunicación a través de su
articulación semántica. Como en las ideas de la cibernética o la Inteligencia Artifi-
cial, que lo inerte se convierta en un sistema con energía propia e incluso capaci-
dad de decisión autónoma es un proceso siempre inmerso en la comunicación. La
manipulación y presentación del mensaje ha sido llamado en el mundo periodístico
“la resurrección de la realidad” (Epstein, en Valbuena, 1997:212) mostrándonos
ese fenómeno comunicativo.

Hemos de entender que los mundos simbólicos, las semiosis y los imaginarios
relacionados por las actividades comunicativas son los vehículos en los que la
mente humana viaja o transporta su experiencia. El significado es un medio de
transporte, es un contexto psíquico dentro del cual se recrea el fenómeno de la sig-
nificación, de la semiosis. Cada proceso está determinado en parte por los textos en
los que está inserto, por los imaginarios en los que encuentra vías de relación se-
mántica con el mundo.

Las semiosis, los procesos de significación, contienen pues a sus autores. Por
eso es predecible como un texto la conducta o los papeles que cada actor acomete
en la comunicación interpersonal. El poder del signo hace que el comunicador re-
cupere coherencia expresiva, capacidad representativa y significativa y con ello se
suelte a hablar. Este poder está latente en el lenguaje, en el mensaje. Nos encon-
tramos así con el hecho de que el mensaje emite, igual que el signo, aún cuando
permanezca en reposo.

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

En la comunicación esencial no existe negociación porque para que se produz-


ca la transmisión de información tiene que existir subyugación a la adquisición de
esa información, tanto por el emisor como por parte del receptor. A esa subyuga-
ción podemos llamarla atención. El mensaje o la información se impone, si existe
comunicación, a toda posición previa. Si esas posiciones previas se mantienen y no
cambian, entonces no existe comunicación, sino simulacro de ella, aun cuando po-
damos registrar un contacto físico o energético o un medio técnico de transmisión.

La comunicación funciona bajo la palmaria evidencia de un acuerdo previo, el


de la significación. Ni siquiera podríamos decir que la comunicación consiste en
un acuerdo, puesto que la ayuda que el receptor presta a la transmisión del signifi-
cado por parte del emisor convierte a los dos actores de la comunicación en coope-
rantes, más allá del principio de Grice incluso, contra la tensión que la privación de
información supone.

El receptor “recorre de nuevo todo el volumen semántico ofrecido...e inscribe el


saber que le es transmitido...que atraviesa y supera todo el material diegético”
(Bettetini 1986:157).

Ese universo en el que sólo importa finalmente el “acto de gratificante conce-


sión informativa del enunciador” (Bettetini 1986: 161) es el verdadero universo de
la comunicación real. Esa información es resultado de todas las formas y relacio-
nes de elementos que se han puesto en función en el proceso.

Las relaciones entre mensaje y código son también funcionales. Un código no


es sino un mensaje previo. Todos los códigos son abiertos porque dependen en
gran medida del mensaje, esto es, de la actividad comunicativa que siempre, esen-
cialmente, está en curso. La definición de código aportada por Eco “un sistema de
significación que reúne entidades presentes y entidades ausentes” nos muestra la
dependencia entre el concepto de código y comunicación en curso (en González
Requena, 1986:26).

También el mensaje es una puerta de acceso al significado no solamente propio


de su isotopía, de su imaginario, sino de todos los itinerarios semánticos por los
que puede circular la comunicación, de una palabra a otra, en relaciones de conti-
nuidad.

Northrop Frye (1996) ha estudiado la relación estructural, casi orgánica, que se


da entre distintos tipos de mensajes, cuyo poder de comunicación deriva del mito.
Los mensajes son distintas adaptaciones al entorno social por parte de unas estruc-
turas poéticas y mitológicas que se mantienen a lo largo de los siglos.

58
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

El mito y su estructura verbal central, la metáfora, constituyen un orden que, sin


ser subjetivo ni objetivo, penetra en ambos dominios (Frye 1996: 26). Es el mundo
de la comunicación, donde el polo objetivo y el subjetivo están unidos por virtud
de relaciones.

Esa unión entre lo objetivo y lo subjetivo constituye el modelo para la acción


humana continuada, el mito que es necesario para conservar el sentido de la exis-
tencia. En comunicación la división entre sujeto y objeto se vuelve cada vez menos
satisfactoria y el uno y el otro se funden en un mundo verbal intermedio, subjetivo
impersonal en el que es posible comprender y ayudar, saltando las barreras de la
identidad.

La comunicación es un proceso esencialmente impersonal, por paradójico que


esto suene.

Esa impersonalidad expresa tanto al individuo más profundo como la realidad


más objetiva.

También el mensaje ha de desaparecer, de hacerse distante (Benjamin 1991),


para que el receptor encuentre necesario su conservación en la inquietud comuni-
cativa. La comunicación exige salvar una distancia, literalmente, como hemos re-
petido.

Es dentro de mensajes donde tiene lugar nuestra vida, donde es viable. Nos co-
municamos gracias a un mensaje, a través de él y con él. El hallazgo del sentido,
algo factible pero no personalizable, conforma los códigos comunes, moldea los
papeles de la comunicación, y convierte a la comunicación en un fenómeno conti-
nuo y constante cuya finalidad es la permanencia del mensaje. La noción misma de
comunicación real, que no queda anulada en un concepto excesivamente relativo,
depende de la idea de la permanencia del mensaje, de la conservación del sentido.

59
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

8.-Metáfora
Metáfora quiere decir transporte. Es algo que vehicula significado o sentido,
una forma de relación que hace posible la relación entre seres. La metáfora acarrea
significado, lo carga sobre sí.

La metáfora contiene la imagen misma de la comunicación: dos entidades disí-


miles unidas. La metáfora literalmente transporta al individuo a una semiosis don-
de los objetos estarán en una relación.

La metáfora representa el paso superior de la comunicación. La operación me-


tafórica supone un ascenso de plano de significado que permite la identidad de los
elementos que une conservándolos en su estado intacto. Al igual que el pensamien-
to más puro, los planos superiores reducen la complejidad de una situación pero al
tiempo mantienen su estructura, sus correlaciones; así cualquier observador puede
“subir” a ese nivel sígnico comprobando por sí mismo la superioridad de la pers-
pectiva y validando el cambio producido. Esta operación se produce constante-
mente en las formas de pensamiento y de comunicación de todo tipo (menciona-
ríamos el periodismo de investigación como ejemplo).

La metáfora es un espejo-puerta de la comunicación misma, como los otros


elementos aquí mencionados: el mensaje, el medio, el emisor, el receptor. Toda
comunicación funciona siguiendo la estructura de la metáfora. Toda comunicación
es metafórica. Toda significación igualmente es metáfora que enlaza a través de la
lengua lo inanimado del significante con lo animado del significado, o lo material
del objeto con lo inmaterial del signo, o la experiencia y lo textual.

En toda comunicación, y por su carácter funcional, permitimos que unos obje-


tos iluminen a otros aportando el sentido. La visión metafórica, que es una visión
por comparación, que utiliza unos objetos como vehículos de otros o como sopor-
tes de otros es el fenómeno más común de la comunicación.

La metáfora permite lo que Fabbri ha llamado el razonamiento figurativo (Fa-


bbri 1995:131), es decir, una forma de pensamiento no guiada por la lógica, donde
las relaciones que van más allá del instinto racional pueden ser descritas y experi-
mentadas.

60
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Las metáforas dan voz a entidades no discernidas aún por el pensamiento ra-
cional, no disgregadas en experiencia e interpretación, o en modos de consciencia
diversos. Conectan directamente con los fenómenos vivos, los expresan y encarnan
y dan vida a la propia comunicación en la que median. Siquiera porque con ella
concedemos existencia a lo impensable que se describe, la metáfora es nuestra
propia garantía, y la garantía de lo que queremos. La metáfora, como el mito, tiene
una “conexión invariable con el tiempo presente” (Frye 1996: 249).

La metáfora es ajerárquica. Actúa contra la lógica de conjuntos del lenguaje. De


ese modo genera significados en múltiples planos. “La polisemia de una obra”, di-
ce Roman Jakobson, proviene necesariamente de la ausencia de jerarquía” (Jakob-
son, 1995).

La metáfora para captarla hay que entenderla en sentido literal. Muchas metáfo-
ras e imágenes verbales son representaciones exactas de procesos reales, aunque
sean indirectas. Así ocurre con la comunicación. Cuando hablamos, por ejemplo,
de la “construcción social de la realidad” no solamente utilizamos una expresión
figurada, sino que damos una imagen absolutamente literal de la realidad, como
hemos visto anteriormente.

El sentido figurado oculta en muchos casos la imagen literal que hay en la co-
municación. Las metáforas permiten descubrir relaciones entre elementos y dentro
de cada elemento que están ocultas en la literalidad del lenguaje, permiten cambiar
de plano de significado. Como formas innovadoras de semiosis, las metáforas im-
pregnan de signicidad las isotopías, los espacios, las formas, permitiendo el descu-
brimiento de nuevas relaciones de todo con todo, de nuevas similitudes.

La comunicación funciona por simetría: es preciso que el mensaje contenga nu-


dos, los nudos metafóricos, que ayuden a anudar a su vez al emisor con el receptor.

Esos nudos metafóricos describen formas de relación que constituyen instru-


mentos, claves de acceso, fórmulas comunicables extrapolables al mundo objetivo
o intersubjetivo. La relación semiótica, del significado, puede hacer que, entre una
expresión o frase y un texto que la incluye, se dé una relación objeto-signo, oblicua
al proceso mismo de la lectura.

Sólo si uno está dispuesto a creer en lo imposible puede uno comunicarse con
el otro.

Para Frye, la metáfora es “una forma primitiva de conocimiento, establecida


mucho antes de que la distinción entre sujeto y objeto se hiciera normativa”

61
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

(1996:27). Es la expresión más nítida de lo que este autor llama el “espíritu forma-
tivo de la literatura”, la fuente de la capacidad de un escritor para escribir.

La metáfora permite que en el mundo comunicativo los objetos cobren vida o


sobrevivan e incluso contradigan a procesos objetivos. El poder relacional de la
comunicación rompe las isotopías lógicas de las estructuras y palabras inconcilia-
bles para formar con ellas imágenes o semiosis que trasparentan la realidad.

El impulso metafórico está en la base de la comunicación. Es el fundamento


excluido (Frye, 1996: 39 y ss.) de los modos comunicativos posteriores, como el
descriptivo, el conceptual, y el retórico.

La metáfora es el mito de la comunicación. Crea, según Frye, en el “corazón de


su sociedad el equivalente verbal de un “tememos” o suelo sagrado, una zona de-
limitada y sacrosanta” (Frye 1996:64). Esa “zona” es constantemente edificada por
el proceso comunicativo, como la zona semántica, como el mensaje.

La metáfora nos expresa igualmente la naturaleza misteriosa de la comunica-


ción de la que hablábamos al principio. Exhortando principios ajerárquicos y
agramaticales de acción verbal, la metáfora muestra la conversión del lenguaje en
código útil, en instrumento que es manipulado, blandido, y deformado para que
exprese contenido y comunique.

La metáfora nos indica que existe una relación esencial entre el medio sígnico
de la expresión y el alcance mismo de esa expresión. Así, la metáfora es una visión
que hace ver, es decir, un objeto expresivo que se convierte inmediatamente en ca-
nal o llave de otras visiones metafóricas. Este tipo de comunicación utiliza su len-
guaje como clave, como fórmula, del proceso mismo de comunicación. Las estruc-
turas que analógicamente son exhortadas por la metáfora superan la dimensión del
mensaje y entran en las de los actores de la comunicación.

La estructura metafórica conecta una forma o imagen estática con el movimien-


to, una forma inanimada con la existencia animada, algo real con algo irreal o ima-
ginario. Existe una simetría que hace que si un proceso semiótico existe y algo
imaginario se mueve en nosotros, entonces también lo irreal, lo imposible, puede
darse y ser expresado.

La metáfora es la vía más corta de acceso a la expresión de determinadas cosas.


Es su estructura la que liga o conecta aquello que se desea evocar en la comunica-
ción.

62
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Como idioma, la metáfora nos evoca “una relación entre conciencia humana y
entorno natural que sobrepasa -de hecho ultraja y viola- el sentido común ordinario
basado en la separación permanente entre sujeto y objeto”(Frye 1996: 110)

Según Frye, así como el mito es contrahistórico, al afirmar y negar al mismo


tiempo su validez histórica, la metáfora es contralógica (Frye 1996: 111). El len-
guaje metafórico lleva además implícito el sentido de su propia inadecuación des-
criptiva (Frye 1996: 153). Es un medio que se disuelve para transparentar.

Es posible que detrás de cada pensamiento verdadero haya habido en su mo-


mento una metáfora, una mediación.

La metáfora conserva esa cualidad emergente, que llamábamos información,


según la cual en los procesos comunicativos la suma de elementos multiplica o ha-
ce exponencial su valor. En este caso, el nudo metafórico no solamente expresa
cuanto contiene, sino que se convierte en la prueba comunicativa de un universo
más allá de nuestros límites verbales del mundo, el acto de habla que nos abre es-
tados de consciencia más generosos y altos y formas de experiencia multidimen-
sionales.

Porque los procesos de comunicación eficaz generan dimensiones, se levantan


literalmente de sus planos de representación para cobrar profundidad, gravedad o
tridimensionalidad.

La metáfora está relacionada con el texto a través de la idea de relación, de “ló-


gos”. En muchos casos como el de la metáfora, las relaciones creadas con los sig-
nos articulan un sentido no resumible, o no racionalizable, que es el sentido para-
bólico, cuya naturaleza indirecta es necesaria para articularlo.

63
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

9.-Semiosis
Todo hecho de significación es un acto de comunicación (Garroni, en González
Requena, 1992:28). El fenómeno de la semiosis nos ilustra sobre la comunicación
en vivo.

Al principio decía que la comunicación es un espejo transitable. Esta metáfora


de Lewis Carroll nos dice literalmente cómo se produce el proceso principal de la
comunicación, que es el acceso al sentido. Pues bien, al igual que un espejo nos da
una imagen que inmediatamente comprendemos y compartimos, en la comunica-
ción el signo hace las veces del espejo. El signo precisa inicialmente una mezcla
entre la creencia y el hábito (vid. Aladro 1994), pero el hombre lo ve, percibe y
comprende, y al comprenderlo lo comparte. Sólo por compartirlo inmediatamente
viaja hasta ese mundo de relación semiótica y se introduce en él como Alicia en el
espejo. Los espejos que son puerta en el mundo de comunicación, los signos, son
infinitos -como ocurre con dos espejos enfrentados-. En medio de una semiosis se
genera la siguiente, la puerta al significado es otro significado, igual, exactamente
igual, que un lenguaje es el origen de otro.

Cuando nos comunicamos, tenemos primero una costumbre muy arraigada de


que un signo significa una cosa. Cuando con un esfuerzo de atención en medio de
la creencia entramos en contacto con el significado, éste se nos hace real. Partimos
de una convención y después experimentamos su validez al margen de su carácter
convencional, y de este modo abrimos la puerta de la signicidad del mundo, que es
ilimitada, resonante, autónoma.

Los signos son las puertas no solamente de su significado propio, sino de otros
figurados o literales y de muchos otros significados de otros objetos que emanan
de los procesos envolventes que los significados son.

El significado de un signo no responde al mismo tiempo que su significante.


Cuando vemos significado, estamos en un segundo momento de la semiosis en el
que el significado ha cobrado realidad.

En realidad, significado y significante constituyen un artilugio del modo retóri-


co de conocimiento (Frye 1996: 61) en el cual la exigencia en distinguir entre esti-
lo y contenido significa que quien observa el signo encuentra un nivel de explica-
ción del mismo prioritario o superior a él (Frye 1996: 60). Como con el estudio en
64
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

general de la comunicación, el modo retórico instrumentaliza el propio objeto de


estudio y lo aparta de su atención misma, produciendo una falacia. No es posible
explicar los signos desde fuera de los signos.

Significado y significante son pues anverso y reverso del concepto signo, que
además es una función (la idea es de Hjelmslev, (1971) aunque aplicada solamente
a la dependencia funcional entre signo y dinámica discursiva); nosotros podemos
extrapolar este concepto a la dependencia genérica entre los conceptos significado
y significante, en forma inversamente proporcional. Cuando uno de ellos es, el otro
no, y viceversa. Como en las imágenes de la psicología de la Gestalt, la figura y el
fondo, que se alternan en nuestra percepción ocular, así son significante y signifi-
cado. No pueden darse simultáneamente.

Signo y objeto son igualmente dos conceptos algo esquizoides. “Siempre que
una cosa materialmente presente a la percepción del destinatario representa otra
cosa a partir de reglas subyacentes, hay significación “(González Requena,
1992:26). Peirce distinguía tres funciones sígnicas: sustitución, modificación y
creación del objeto al expresarlo. Pero no hay objetos que no sean signos ni signos
que no tengan naturaleza objetiva de algún modo. La finalidad de un signo es con-
vertirse en objeto, y la del objeto bañarse en signicidad, en significado. En el mun-
do de los signos hay objetos tan palpables y corpóreos como el propio cuerpo, ob-
jetos que siguen leyes físicas, acaso físicas sobrenaturales, sólo que para acceder a
ellos hay que entrar en las semiosis. La realidad objetiva que muchos signos tienen
tiene sus propias gradaciones, sus leyes de conversión, sus formas de comporta-
miento.

Fabbri recoge las meditaciones de Polanyi (1995:298) acerca de esta propiedad


sígnica: “es la idea de un “gestaltista” que advierte que no debiéramos, como decía
Calabrese, ver los detalles para poder ver la totalidad. Todas las veces que mira-
mos los detalles perdemos la totalidad...¿cuál es esa extraña propiedad por la cual,
cuando hablamos, reconstruimos el significado y prestamos muy poca atención al
significante? ¿Y cuando en cambio corregimos borradores prestamos mucha aten-
ción a los significantes mientras se nos escapa directamente el significado?.../...la
comprensión tiene necesariamente necesidad de sumergir una parte para poder ex-
plicar otra. El signo debe olvidar los significantes para pasar a los significados.
Apenas se profundiza el análisis de los significantes, el significado debería disol-
verse”(Fabbri, 1995: 298 y 299).

La aproximación entre signo y objeto es proporcional a la aproximación entre


emisor y receptor. La semiosis es también la representación de la aproximación en-
tre emisor y receptor que tiene lugar cuando un signo revela su objeto. La aproxi-

65
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

mación entre signo y objeto produce una imagen (significado) que es el contexto
que rodea al receptor y al emisor como envolviéndolos.

Los sujetos son incluidos en el mensaje, decíamos. La semiosis es el mecanis-


mo que produce la introducción del sujeto en el mensaje en la comunicación acti-
va. Por supuesto, el sentido permite también la llegada del receptor y el propio
momento de la comunicación a través de la mediación sígnica. Abril (1997:36) ha
afirmado que la expresión “sentido compartido” es un pleonasmo.

La verdad y el sentido están literalmente unidos a la formación de la visión. No


es tanto que dependan de un proceso de comunicación en curso, como que su fun-
ción está en ese proceso comunicativo en curso y su finalidad es mantenerlo vivo.

El significado es el hallazgo de relaciones e itinerarios de tránsito textual, de


tránsito comunicativo. Da pie a la apertura de niveles de realidad ante el sujeto.
Cada significado es una relación textual estructural, como una gestalt semántica,
de límites eventuales por la que el sujeto puede circular. Cuanta más verdad en-
cuentra el sujeto en el mensaje, más profundamente se hunde en el significado y en
los procesos semióticos. Lo que Ortega llamaba perspectivas eran también relacio-
nes semánticas, significados. La realidad se ofrece en perspectivas individuales
(Ortega en Valbuena 1997: 103).

La semiosis es un proceso ilimitado y envolvente, como descubriera Peirce


(1987, 1988). El significado de un signo emana haciendo surgir dos polos de rela-
ción, el objeto y el signo. Pero el significado de un signo es otro signo con un sig-
nificado envolvente. La espiral semiótica muestra cómo la liberación de significa-
do es un proceso continuo en la comunicación.

Siempre que exista la posibilidad de construcción de sentido las semiosis se


producirán.

Un objeto de la realidad puede ser signo si cumple tal función. Ya hemos dicho
que en realidad el signo es una función, es decir, está compuesto por diversos obje-
tos relacionados, al igual que la comunicación en general. Función signo es aquella
según la cual una cosa sustituye a otra que porta en sí (es como decir que una cosa
es medio para la acción de otra) según la clásica definición de Peirce (1987). El
mismo objeto puede ser significante o significado según constituya una semiosis
activa o en reposo, igual, como diría Saint Exupéry, que un montón de piedras y
un templo se distinguen por la correlación de las partes y su función o relación mu-
tua (1997b). Todo puede convertirse en signo de todo, como hemos visto, porque

66
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

la comunicación pone cualquiera de sus elementos en función de los demás para


transmitir.

El rasgo más característico del signo en la comunicación es lo que podríamos


llamar la inversión sígnica. Con los signos solemos hablar de reenvío, y no por ca-
sualidad. Reenvío contiene el matiz de inversión en la dirección que relaciona un
signo con su significado.

La inversión sígnica es el proceso por el cual el status de realidad del objeto y


del signo, que está en relación inversamente proporcional, se invierte en un proce-
so de comunicación activa. Lo que era menos real se hace más real y viceversa.

Para explicarlo hemos de tomar en cuenta el concepto de realidad. Un signifi-


cante tiene más realidad que un significado en un proceso inactivo de semiosis, es
lo que llamo un signo en reposo. Pero cuando un significante cumple su función
sígnica y se produce una semiosis, es el significado el que cobra una realidad ma-
yor que el significante. Este proceso es el proceso mismo de la comunicación. Hay
muchos modos de ponerlo en marcha, y el uso de los signos tiene por finalidad la
inversión de los grados de realidad de los signos en sus significantes y significados
y en sus naturalezas sígnicas y objetivas, inversión que es análoga a la inversión de
las experiencias de quien emite y quien recibe un mensaje, y que tiene un trasunto
físico en la figura ante el espejo, que también sufre una inversión, en este caso es-
pacial.

Significante y significado, como signo y objeto, forman un armazón de figura


fondo como los descritos por la Gestalt. Esta imagen nos ayuda a comprender las
relaciones entre lo significativo y lo carente de significado, y también, los procesos
de inversión sígnica, que convierten a los objetos en signos y a los signos en obje-
tos. El límite en cada configuración de sentido es un sentido contrario que consti-
tuye un contrasentido.

Hay que tener en cuenta también los fenómenos de refracción de sentido que
existen en ciertas formas, quizás en toda forma de comunicación. Hay imágenes
que no son pertenecientes a la semiosis, y que sin embargo los individuos perciben
en el proceso comunicativo, sirviéndoles de referencia, incluso de autoimágenes
(en Valbuena, 1997:528). Este fenómeno está relacionado con el carácter ilimitado
de la semiosis, según la cual todo signo empleado puede formar un afluente de
significado. Este fenómeno lo denominaríamos el espejo cerrado de la comunica-
ción: según el mismo el proceso comunicativo produce paralelamente una autoob-
servación del receptor e incluso del emisor, a niveles sociales especialmente (per-

67
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

cepción del clima de opinión, por ejemplo), haciendo surgir en las interacciones
procesos miméticos o referenciales paralelos a la comunicación principal.

Sólo podemos acceder a la información y comunicarnos con el mundo cuando


entramos en los mensajes, en nuestros mundos interiores. Una semiosis activada es
enteramente interior a la mente humana, y sin embargo es la puerta por la que po-
demos llegar a los demás.

Este fenómeno envolvente o involucrador del emisor en el mensaje a partir de


la semiosis hace que el sistema de representaciones, una vez activada la semiosis,
incluya las formas del yo del emisor. Literalmente el emisor entra en el espejo en
que se está mirando, como la Alicia de Lewis Carroll.

Como Simone Weil estudió, en un sacramento (Weil 1996, 93) el uso de un


signo no es porque simbolice algo, sino que la interacción produce una inversión
por la cual el significado (Cristo) pasa a ser realidad mayor que el significante (el
pan): “En las convenciones establecidas entre seres humanos el significado de una
cosa tiene menos realidad que la materia que la compone. En una convención esta-
blecida por Dios, es al contrario. Pero el significado divino prevalece infinitamente
más en su grado de realidad sobre la materia de lo que lo hace la materia sobre el
significado humano” (Weil, 1996: 93).

La semiosis produce una inversión en la dirección o perspectiva sígnica, del


significante al significado, y la inversión que se produce entre significante y signi-
ficado cambia el grado de realidad o la perspectiva en la que nos situamos: la si-
tuación inicial puede convertirse en simple representación de otro universo más
real. Cuando el autor de una representación produce una semiosis puede convertir-
se él mismo en representación. La inversión sígnica literalmente hace cobrar vida a
elementos que antes no la poseían, y que eran meros objetos, o convertir en meros
objetos a elementos antes vivos (haciéndolos simples medios).

El cambio de materialidad que se produce es literal, no una imagen metafórica.


El cambio en el estado de consciencia o en la experiencia del mundo que una in-
versión semiótica produce nos muestra que lo objetivo y lo subjetivo no son sino
dos polos de un continuum reversible experimentable a través del fenómeno co-
municativo.

La inversión sígnica hace que las relaciones signo/objeto vayan y vengan, osci-
len. Un objeto se convierte en signo de otro. Esto es lo que Peirce llamó la semio-
sis ilimitada. Weil lo denomina la conversión de la vida en parábola o metáfora.

68
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

La semiosis baña de materialidad a los signos y convierte en inmateriales, en


sígnicos, a los objetos, siendo como es un proceso inmaterial. Podríamos decir,
graduando en importancia los fenómenos comunicativos, que lo característico de la
comunicación es que lo ausente o inmaterial se presenta, se hace real, y viceversa,
lo real se convierte en mera representación irreal de otra realidad. Ésta es la forma
más auténtica de significación. En este sentido, la definición dada por Peirce de los
signos (algo que representa a otra cosa ausente) sería característica de una comuni-
cación o semiosis no activa, en reposo.

Como se ha visto, distingo entre signos o semiosis activas y semiosis en reposo,


para indicar el grado de inversión sígnica.

Un signo y un significado pueden estar en reposo, es decir, el significado no


cobra superficie ni se experimenta, o pueden estar activos, cuando el signo infla
literalmente un significado que es siempre una perspectiva o envoltura.

Los signos en estado de reposo (el significante prevalece sobre el significado)


nos permiten cierto grado de comunicación potencial. Son literalmente las puertas
de la comunicación, una vez que liberen la información que conservan. Los signos
en plena representación (cuando no vemos ya el significante) existen en la comu-
nicación activa y real, y ya no los calificamos ni siquiera de signos. Este fenómeno
de paso de la semiosis en reposo a la semiosis activa es un fenómeno de modifica-
ción de la realidad abarcada por la persona.

Hay autores que han entendido que los significados son lugares, emplazamien-
tos, horizontes (Peña Marín, en Abril, 1997:46) o incluso ciudadelas donde llegan
o entran los individuos y dentro de los cuales viven. Ciertamente, las semiosis im-
pregnan los objetos de significado como si fueran atmósferas o climas, envolventes
como perspectivas de cuadros en los que viajamos. Dentro de los signos los obje-
tos emanan sentido y a su vez el sentido ilumina o deja ver otros objetos. Por eso la
semiosis es como otra vida.

Podría decirse que lo que marca la diferencia entre una semiosis activa y una en
reposo es el paso de una experiencia unidimensional o bidimensional a una expe-
riencia tridimensional. La relación del signo con el significado es en efecto, en la
semiosis activa, un fenómeno tridimensional. Los procesos de significado son tri-
dimensionales, no solo tienen anchura y altura, sino también profundidad, parafra-
seando a San Pablo. Y procesos de comunicación tan infalibles en muchos casos
como la música son capaces de involucrar todas las dimensiones de la experiencia
espacial en sus invisibles proyecciones, incluyendo el sentido de altura, de vértigo
o de vuelo.

69
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Hay relaciones de profundidad en las semiosis ilimitadas. El significado de un


signo es un signo de un significado más profundo. La comunicación tiene una di-
rección, una hondura.

Un signo puede estar en reposo en una función de significado precisamente


porque esté activo en otra función distinta de significación. No es lo mismo el pa-
decimiento del dolor para un asceta que para un prisionero torturado. Si el tortura-
do pudiera encontrar un sentido a su tortura que fuera positivo seguramente no su-
friría tanto. En ellos difiere el significado, la proyección que envuelve su acto sig-
nificante y por tanto la realidad misma que viven y que genera otras semiosis.

Los fenómenos de sincronicidad (Jung 1990), por ejemplo, nos muestran la su-
peración de las barreras mentales manifestada a través de campos semánticos cu-
riosamente comunes. El significado no es sino una relación, y esa relación hallada
en culturas diversas para un mismo objeto configura una base simbólica, un fenó-
meno significativo.

Quizás por el carácter expansivo de las semiosis, las palabras poseen todas un
campo semántico, una isotopía, que se extiende etimológicamente. Los significa-
dos se recrean en la comunicación y adquieren nuevas dimensiones, y las reetimo-
logizaciones son ejemplo de saltos informativos, de semiosis.

La semiosis nos explica por qué el código o lengua es una cosa incompleta y
abierta. Es así porque el acuerdo sobre el código es una creación de significado
que depende de cada comunicación que se emprende. Por eso discutir sobre la len-
gua como conjunto cerrado, o de sus leyes estáticas como las de la ortografía, es
hacer ciencia ficción, es decir no ser realistas. Existe una reetimologización cons-
tante de la lengua, al estilo de los lenguajes pidgins y criollos (Fabbri 1995) produ-
cida por la inversión semiótica. Esto encaja perfectamente con el proceso de la se-
miosis.

El fenómeno de la semiosis ilimitada permite también la siguiente práctica co-


municativa. El contacto con un elemento objetual dentro ya de un proceso de se-
miosis o proyección parece liberar más significado aún y dotar a la comunicación
de un valor radiante. Es lo que Simone Weil llama la “prueba de lo real” (Weil,
1996: 93).

Según relata Frye, “los iniciados de Eleusis escuchaban una narración del mito
de Deméter y, acto seguido, como clímax de su iniciación, se les mostraba una
mazorca de maíz. Tras eso pasaban a ser conocidos como “epópte” o “videntes”
(Frye, 1996:109). El autor canadiense nos muestra aquí una relación curiosa entre

70
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

un proceso proyectivo semiótico y una identificación de esa proyección que pro-


duce el acceso a una información vehiculada por estos medios. La semiosis utiliza
un nivel simbólico y otro indicial, en distintos momentos del proceso comunicati-
vo, para crear un sentido o producir un movimiento sígnico.

El significado se alimenta de la materialidad significante, y vuelve a ella para


cobrar amplitud. Esta sensación se da en las prácticas rituales. Se produce la sensa-
ción de encarnación, de que lo dicho cobra realidad. Así se entienden expresiones
como aquélla según la cual en las palabras de Jesús hay más realidad que en la
realidad misma. Como ocurre con el sistema social de las proyecciones, lo material
alimenta el sueño, que a su vez impregna e alimenta lo material, y las relaciones
entre representación y presentación son porosas. Un objeto material puede cobrar
una fuerza simbólica única, si presta su carga objetiva a una semiosis de por sí ple-
na. Y de una semiosis plena puede alzarse, establecerse, la materialidad misma de
un objeto.

En los rituales se hacen cosas precisamente para experimentar cómo lo real más
próximo emana capacidad representativa. Los objetos consagrados liberan signifi-
cados ilimitadamente con su contacto en una representación.

Lo que entra en contacto con una semiosis activa que ha formado una envoltura
queda irradiado por la signicidad de esa semiosis. La semiosis crea asociaciones
impregnando literalmente los objetos de sentido y el sentido de objetos. Lo mate-
rial y lo simbólico quedan permanentemente unidos, e incluso, cuanto más se acer-
can a un polo más profundamente dependen del otro. Esta condición humana pue-
de generalizarse a todos los aspectos de la comunicación.

Otro fenómeno esencial liga los distintos tipos de signos (iconos, índices y sím-
bolos) en forma de estados semióticos porosos unos con otros. Por ejemplo, el re-
sultado de un proceso semiótico terminado es un icono. Frye (1996:113) habla del
“icono verbal” fijo que dibuja lo que hemos estado leyendo una vez terminada la
lectura, lo que “vemos” cuando abarcamos una estructura literaria en su totalidad,
por ejemplo, y que conforma una “gestalt”.

El significado es una imagen, y una semiosis activada es un icono. En cambio,


el índice es el estado sígnico que nos da acceso al significado. Una semiosis ya
convertida en envolvente adquiere carácter de medio de otra semiosis más profun-
da si en ella hacemos operar un índice, como vemos en los sacramentos y rituales.

71
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

El símbolo aparece en un estadio profundo de la comunicación, según Frye, el


estadio de la epifanía o manifestación de una presencia divina, una “presencia real
que se nos presenta como un símbolo de sí” (Frye 1996: 154).

Como tal, el símbolo es un estado sígnico con diferentes semiosis activadas a la


vez, lanzadas al unísono (como dice la etimología griega de “sim-balo”). Lo carac-
terístico del símbolo no son los diferentes planos, sino los diferentes procesos si-
multáneos de significación que el individuo puede percibir. En ese nivel de efecti-
vidad comunicativa, “puede que no haya diferencia alguna entre una manifestación
y un mensajero” (Frye 1996: 154). La distinción entre el fin y los medios de co-
municación desaparece. La comunicación se hace experiencia, se disuelve en ex-
periencia. El mensaje se convierte en presencia, crea literalmente su significado,
hace real el objeto que significa y se convierte en nuevo medio. La semiosis se
multiplica. La dimensión de experiencia entra en lo ilimitado.

En ese instante “lo que se da en el lector es una resurrección...de la presencia


hablada original...lo que lee está tan emancipado de la escritura como del discurso.
La dualidad entre interlocutor y oyente se ha desvanecido en una sola área de re-
conocimiento verbal” (Frye 1996: 159).

El tiempo también es vital en los procesos de significación. El tiempo lineal y el


tiempo sincrónico se combinan en la semiosis. Tipos de percepción o de compren-
sión distinta caracterizan al proceso comunicativo que empieza y al que acaba.
Una es simultánea, otra es ordenada en un ritmo secuencial, otra es alterando una
con la influencia de la otra. Todos estos fenómenos afectan a la visión del sentido.

Por último, mencionaremos la existencia de formas de comunicación potencial


que llamamos semisemiosis. Son los procesos en los que no hay inversión sígnica,
en los que el significante, las formas, los estilos, la identidad, no cumplen su fun-
ción desapareciendo en forma de comunicación, sino que permanecen. En lugar de
una comunicación que literalmente arranque al sujeto de sus propias garras y lo
lance hacia el mundo del sentido, la semisemiosis paraliza el proceso.

Las semisemiosis son espejos en cuyo azogue no se puede uno sumergir. Las
semiosis de la comunicación auténtica son espejos transitables.

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

10.-Una teoría de la atención :


Walter Benjamin – Simone Weil
En las profundas relaciones estudiadas por Simone Weil de la atención tanto
en la comunicación artística como en general en el mundo social e individual,
encontramos paralelismos inequívocos con las teorías de Walter Benjamin so-
bre el arte de la narración y la idea de la atención en su obra, que relacionan di-
rectamente a ambos autores con la elucidación de los procesos reales de la co-
municación e información en la vida cotidiana.

Weil desarrolló lo que podríamos llamar leyes de mecánica espiritual. Inves-


tigó profundamente los rastros de un conocimiento diseminado en todas las tra-
diciones culturales y religiosas que constituyera un corpus completo de una fí-
sica sobrenatural. Su profundización en los principios de la mecánica física co-
mo las leyes de la palanca y la balanza aplicados al terreno espiritual, de un tra-
sunto de las leyes de la gravedad en el campo moral, o de la matemática pitagó-
rica y sus principios de la media proporcional o el equilibrio de los contrarios,
como elementos de enorme utilidad práctica en los campos sociales, provienen
en gran medida de su conocimiento de la mentalidad griega antigua, de la tradi-
ción cristiana y de otras formas de conocimiento sobrenatural.

Dentro de su proyecto de estudio, Simone Weil desarrolló con perfección


una teoría de la atención y de la práctica del conocimiento por mediación de la
belleza, entrando también en el problema de la comunicación. Muchas de sus
aportaciones mantienen una filiación con las ideas desarrolladas por Walter
Benjamin. Los dos autores trabajan en los mismos años en temas de preocupa-
ción común.

Para Simone Weil, la Belleza es “una fruta a la que se mira sin alargar la
mano” (Weil 1995:182.). La fruición de la belleza es lo que Simone Weil llama
el “acto de atención”. La atención es en realidad no el inicio de la percepción
estética y comunicativa, sino su fin mismo, su objetivo. Weil sintetiza el proce-
so de la recepción en el desencadenamiento de la atención, como fenómeno
complejo de por sí, base de todo desarrollo estético, cultural o espiritual hu-
mano, fenómeno que al presuponerse en muchas ocasiones, no llega a realizarse
verdaderamente. La atención humana es para Simone Weil el “quid” de la cues-
tión: “Los valores auténticos y puros de lo verdadero, lo bello y lo bueno en la
actividad de un ser humano se originan a partir de un único y mismo acto, por
73
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

una determinada aplicación de la plenitud de la atención al objeto. La enseñan-


za no debería tener otro fin que el de hacer posible la existencia de un acto co-
mo ése mediante el ejercicio de la atención. Todos los demás beneficios de la
instrucción carecen de interés “(Weil, 1995:156).

Según Weil, lo Bello es la unión de la impresión sensible de la existencia de


algo con el sentimiento de su necesidad. El desencadenamiento de la atención
es un proceso muy especial porque en él se produce ni más ni menos que la
“renuncia más íntima: la renuncia a la imaginación” cuando experimentamos el
atractivo de algo distante (Weil, 1995:182). Weil compara el acto de atención a
la belleza con “una desgracia a la que se mira sin retroceder” (Weil, 1995:182).
Un acto de fruición estética es una “aproximación inmóvil” a una obra. Refle-
xiones posteriores le llevan a afirmar que a Dios nos unimos de esta forma: sin
poder acercarnos (Weil, 1995:182). Por ello la Belleza, el arte de este mundo
tiene para la autora la naturaleza sacramental, y el contacto con lo bello es en el
pleno sentido de la palabra, un sacramento (Weil 1995:183).

Estas mismas reflexiones conducen a Simone Weil a descubrir que la aten-


ción es una virtud en sí misma, “responde, en el plano intelectual, a la virtud de
la humildad” (Weil. 1995:163). Igualmente Weil desenmascara la atención co-
mo la verdadera oración: “en su grado más alto, la atención es lo mismo que la
oración. Presupone la fe y el amor” (Weil 1995:153). Otras formas de oración
quedan así desestimadas por la autora, proponiendo ella misma la atención con-
templativa como verdadera forma de oración.

Así pues, la atención extrema es un fenómeno moral, según Weil, y es preci-


samente esta atención la que la Belleza suscita. El componente moral radica en
el hecho de que quien está atento a algo bello renuncia a pensar, a querer, a
desear por su cuenta. Y mientras alguien piensa, quiere, desea, o imagina, la
atención auténtica, que va inextricablemente unida a la contemplación, no se
presenta. La atención se presenta, siempre según esta autora, como por una ley
mecánica inmediatamente después del vacío mental imaginativo. La atención
precede a la intuición, es una operación que sigue una ley de mecánica espiri-
tual según la cual los espacios vacíos atraen necesariamente la plenitud (Weil,
1995:157). Cuando la persona se vacía (sobre todo de la imaginación propia),
cuando la persona experimenta una pérdida de masa o de energía intencional,
diríamos, un mecanismo se pone en marcha para compensar el desequilibrio re-
llenando inmediatamente la carencia producida. Así, la atención es una espera
que conecta con otra espera, la de la gracia sobrenatural. Esta ley de equilibrio
está bien ilustrada, dice Weil, en el plano místico (Juan de la Cruz, Budismo,
Sufismo). Es igualmente exacta en cualquier otro plano humano, como ella es-

74
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

tudió en el desarrollo de otras formas de las leyes de la palanca o balanza en el


plano de la desgracia, (“los desgraciados sólo tienen necesidad en este mundo
de hombres capaces de prestarles atención”) el desarraigo social, la justicia
(“Se ha intentado confiar la justicia a mecanismos para prescindir de la atención
humana. No se puede. La providencia de Dios se opone a ello. Sólo la atención
humana ejerce legítimamente la función judicial”), las relaciones afectivas, o en
el plano estético que aquí estudiamos (vid. en general Weil 1949).

En el acto de percepción estética permanecemos inmóviles y nos unimos con


aquello que deseamos sin acercarnos a ello. En ese instante de atención pura,
nuestra renuncia a imaginar, nuestra cesión ante la intención artística es total.
La inteligencia cumple entonces su verdadero papel según Weil, le corresponde
únicamente la sumisión. Experimentamos exactamente lo que ha experimentado
el artista, por medio del vaciado total de nuestra intención, que permite que nos
llenemos de la belleza de la obra. Según Weil, en ese proceso hay una acepta-
ción de la distancia. “La distancia es el alma de lo Bello”, dice Weil
(1995:182). Benjamin, en prodigiosa coincidencia, describe el “aura” de la obra
de arte como “la manifestación irrepetible de una lejanía (por cercana que pue-
da estar)” (1990:24).

Para Simone Weil, “la Belleza es lo que se puede contemplar. Lo Bello es


algo a lo que se puede prestar atención” (Weil, 1995:181). Aquello que se pue-
de contemplar durante un período de tiempo indefinido, contemplación que no
tiene dimensión temporal. Sólo una obra dotada de belleza podría estar, dice
Simone Weil, colocada en la celda de un condenado a cadena perpetua. La ma-
yoría de nuestras “obras bellas” no resistirían esta prueba: constituirían una
crueldad intolerable para con ese condenado.

“A los demás objetos de deseo queremos comerlos. Lo Bello es lo que


deseamos sin ánimo de comérnoslo. Deseamos que exista” (Weil, 1995:182).
En realidad, la fruición estética es para Weil un acto de amor, porque cuando
admiramos algo bello aceptamos su belleza sin desear poseerla, sin desear asu-
mirla, sin desear su contacto. La admiración ante la belleza es efectivamente
una emoción a distancia o asumiendo la distancia. Weil decía que el paraíso de-
bía ser un sitio donde el acto de mirar y el acto de comer no estuvieran irrecon-
ciliablemente disociados: “El gran dolor del hombre, que comienza ya en su in-
fancia y que prosigue hasta su muerte, lo constituye el hecho de que mirar y
comer son dos operaciones diferentes. La beatitud eterna es un estado en el que
mirar es comer” (Weil, 1995:138). A partir de esta idea, Weil estudia el carácter
nutritivo de la Belleza, presente en el mito platónico del Fedro, o el “ágape”(del
verbo griego que significa “amar”) greco-cristiano de la nutrición por la con-

75
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

templación de la belleza o el bien que sostiene a ese paraíso. El alimento espiri-


tual tendría según Simone un equivalente en la tierra en la fruición estética. La
atención, como manutención de nuestra percepción y de nuestra emoción, de
modo indefinido, por parte de una obra o belleza ajena, es análoga a la manu-
tención del alimento que nutre el cuerpo físico y lo mantiene vivo. En
L’Enracinement, Weil comparará el alma humana a un árbol cuyas raíces nece-
sitan alimentarse de alimentos como la belleza, la verdad o el bien, llevando la
escasez de esos alimentos a la podredumbre de las raíces y al fácil derribo del
árbol humano (vid. Weil 1949).

Estas ideas se aplican directamente a la comunicación genérica. Existe un paso


en el proceso de comunicación real en el que el receptor está absolutamente absor-
to en la obra que se le transmite, como lo expresó Oscar Wilde, “entregado absolu-
tamente a la obra en cuestión para obtener su secreto. Durante ese tiempo es preci-
so que no pensemos en nada más y no podemos, realmente, hacer otra cosa “. Es
cuando se produce el traspaso de información. Para recibir o comprender esa in-
formación es preciso transformarse, como decía Saint Exupéry.

Simone Weil entiende por tanto la percepción de la belleza, su contempla-


ción, como una cesión, renuncia o subyugación que en principio no es volunta-
ria. La fruición estética no es un acto intencional, suscitando paradójicamente la
inquietud o la emoción que normalmente llamamos admiración. No es intencio-
nal porque para captar la belleza nos vaciamos de toda intención o deseo dirigi-
do; es más bien la belleza de la obra la que nos capta a nosotros. Weil ve refle-
jada esa no intencionalidad en el deseo personal que surge de la existencia de
esa belleza ajena, de modo que contemplar la belleza es una experiencia en la
que existe un punto de amargura, de ausencia irreductible, de contradicción
(Weil 1995:182). Como las narraciones de Benjamin, las obras bellas de Weil
imantan al receptor hacia la necesidad de que esas obras o narraciones perdu-
ren, se repitan, o sea, existan, y sin embargo, esa necesidad surge de la acepta-
ción de la distancia que separa los componentes del fenómeno estético. Hay una
captación de una atención desinteresada que sólo mira y espera, y después una
experiencia de esa obra o existencia ajena, con la que no deseamos hacer nada,
pues ya está hecha; después, hay una disposición, movida por la necesidad de la
existencia de la belleza, a repetir maquinalmente el proceso, haciendo real el
fenómeno de cooperación entre obra y receptor, entre creador y receptores. Ex-
perimentar esa belleza es repetirla. Recibir una obra de arte es hacerse autor de
la misma, como ocurre en la teoría benjaminiana que ampliaremos ahora.

Según Benjamin, el narrador está dotado de cierta lejanía. La narración, co-


mo intercambio de experiencia, supone un acercamiento a través de un relato,

76
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

por la vía única de una comunión de experiencia en torno al mismo. Toda na-
rración eficaz transmite y supera una “distancia”, el narrador es alguien que
viene de lejos (Benjamin 1991: 112) en un sentido muy amplio. Ya hemos di-
cho que igualmente, para Simone Weil la captación de la belleza supone la
aceptación de la distancia: lo bello es lo distante, algo que se desea y no se toca.

La “lejanía” benjaminiana en un sentido amplio es también el elemento


inexplicable, extraordinario, prodigioso (1991:117), libre de contextualizacio-
nes y explicaciones, que contiene una narración. Es el elemento seminal que
existe en toda buena narración, y que “encomienda las historias a la memoria
con mayor insistencia” (1991:118) al no encontrar otra satisfacción de esa in-
quietud que la conservación o nueva narración de la misma. La historia que
contiene un elemento de “lejanía” se asimila al receptor para sí, superando así
otra forma de distancia, la que hay entre el interés del receptor y el interés que
el relato tiene intrínsecamente. Para Weil, la Belleza realiza una función pare-
cida, pues también se asimila a su espectador en la medida que contemplar lo
bello es aceptar su distancia, desear que exista, es decir, amarlo. La atención es
en realidad amor; según Weil; y la experiencia estética, como la adquisición de
conocimientos, cualquier forma de invención e inspiración humanas provienen
de un acto de atención, es decir de un acto de amor. Sólo alcanzamos la verdad,
según la autora, cuando “adquirimos conocimientos al respecto de algo a lo que
amamos, y no en ningún otro caso”.

Toda historia para Benjamin tiene una finalidad práctica ligada a una pro-
puesta referida a la historia en curso (vid. la interpretación de Jorge Lozano
(1987), a quien debemos el conocimiento del texto de Benjamin). Las narracio-
nes tienen como finalidad perpetuarse a sí mismas a través de la figura única
del receptor que es siempre un potencial narrador de la historia. El sentido arte-
sanal de la narración benjaminiana está basado en este fenómeno: el narrador
existe para contar la historia, sirve a la historia, y no al revés; por su parte, el
receptor sólo comprende la historia, en su sentido más profundo, cuando es
agraciado con el don de volverla a narrar, aportando su experiencia vivida, sus
capas y pátinas de perfeccionamiento artesanal a un relato recibido. Para Ben-
jamin, el narrador es “el hombre que permite que las suaves llamas de su narra-
ción consuman por completo la mecha de su vida”. (Benjamin 1991:134).

En la teoría de Walter Benjamin la comunicación no está desdoblada en


emisores y receptores más que en un movimiento diastólico detrás del cual se
produce una unificación de estas dos figuras en el movimiento sistólico del
proceso comunicativo, cuando emisor y receptor son una sola y misma figura,
la figura del reproductor de una historia, la memoria viva que funciona como

77
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

una cadena, Mnemosine, la musa de lo épico (1991:124), que de generación en


generación transmite una “verdad lejana”.

En la teoría comunicativa de Benjamin, por tanto, la comunicación es la su-


peración de una distancia pluridimensional: en este otro sentido, es también la
distancia que separa al narrador y al oyente, que por virtud de la comunicación
de la experiencia y la experiencia de la comunicación, queda abolida: un recep-
tor real es igual a un emisor real. Existe una relación de proximidad creada por
el fenómeno narrativo: “todo aquel que escucha una historia, está en compañía
del narrador; incluso el que lee, participa de esa compañía” (1991:126). Al ser
el mensaje el imán que se atrae las posiciones del emisor y receptor a una sola
función, se hace posible este fenómeno de cercanía de lo lejano, es decir, de
compañía de un emisor muerto hace mil años o de un receptor aún no nacido.
Benjamin dice que toda buena narración se procura por sí sola sus receptores y
sus emisores.

Si la atención es para Weil un fenómeno sobrenatural, para Benjamin el


“don de escuchar” también es agraciado con el “don de narrar”. (Benjamin,
1991:119), y también se trata de un fenómeno ético-estético: “el narrador, dice
Benjamin, es la figura en la que el justo se encuentra consigo mismo” (Benja-
min 1991: 134), a través de una comunicación entre diversos cuerpos.

Sobre esta licuación de las identidades en torno a la experiencia receptiva-


creativa, Weil indicó el carácter anónimo de toda obra de belleza perfecta. Si la
atención consiste en una despersonalización que permite al receptor llenarse de
la belleza creada externamente a él, también la creación misma de la obra es
una “descreación” según Weil (1995:82). La inspiración, según Weil, es una
tensión de las facultades del alma que hace posible el grado de atención indis-
pensable para la composición en múltiples planos. “Quien no posea ese grado
de atención recibirá un día esa capacidad si se obstina con humildad, perseve-
rancia y paciencia, y si se ve impulsado por un deseo inalterable y violento”
(Weil, 1949:274). La obra de arte es un puente hacia la “gracia sobrenatural”
weiliana, que podemos comparar a lo que Benjamin llama el elemento maravi-
lloso o inexplicable de la narración, lo “memorable”, que evidentemente no es
obra del narrador mismo. Weil afirma que toda obra bella imita el anonimato
del arte divino (Weil 1995:182).

Benjamin indica que la “autoridad” de la narración forzará al receptor a re-


petir esa belleza, a convertirse en reproductor de la misma, a que surja la voca-
ción estética o comunicativa. La reproducción artística es por tanto un fenó-
meno material que no es sino un trasunto de la reproducción artística que tiene

78
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

lugar en el plano de la intersubjetividad: en similar sentido Simone Weil dirá


que “no hay arte sin eco”. Para ambos autores, es la obra de arte la que se atrae
hacia sí un interés del receptor que no es el interés previo que ese receptor al-
bergara antes de experimentar la fruición estética. Por eso, según Benjamin, la
atención constantemente solicitada y sobreexplotada de la sociedad contempo-
ránea tiende a disminuir el fenómeno de la captación profunda y por tanto su-
pone la disminución de la experiencia de lo memorable. Así, el olvido de la
propia escucha según Benjamin, o el vaciado de toda intención en la atención
weiliana, se confrontan con esa constante búsqueda del interés previamente ga-
rantizado que caracteriza a los productos de la comunicación masiva mediada.
En ambos autores deducimos la distinción entre dos tipos de atención y de inte-
rés: el generado por la obra de arte, un “interés desinteresado”, que se atrae una
atención nueva por parte del receptor, y el interés previamente existente, que
garantiza una “atención interesada” y que no se graba profundamente en la
memoria del receptor ni produce la reproducción del fenómeno estético.

Weil reflexionó, en este punto, sobre la subyugación de la persona ante la


Belleza a través de la fruición estética. En la atención existe a la vez una renun-
cia a la intención y una instrumentación de esa no intencionalidad con fines de
práctica creativa. Aquí es donde se mezclan los planos moral y estético, en esta
atención desinteresada. Para Weil, la belleza cumple en este caso una función
eminentemente moral: la atracción hacia sí del espectador, la imantación hacia
la verdad, función que la belleza realiza comunicando el mundo inferior al su-
perior, como en el Fedro platónico. Lo bello, para Weil, es “una máquina que
transforma la energía baja en energía elevada. Permite que el amor complete la
obra de la inteligencia, que se admita que el bien es más elevado que la ver-
dad”. La experiencia de la belleza es en realidad esto, un acto de amor que
permite el contacto con la espiritualidad más elevada. Simone Weil define en
La fuente griega a la Belleza como “Dios viniendo en busca del hombre. Un
movimiento descendente que no es gravedad”.

Donde más paralelismos y más encuentros hemos visto en la obra de estos


dos magníficos autores es en la teoría compartida de la atención. Para Benja-
min, el proceso profundo y real de comprensión y práctica de las historias re-
quiere un estado de distensión: “cuanto más olvidado de sí mismo está el que
escucha, tanto más profundamente se impregna su memoria de lo oído”. (Ben-
jamin, 1991:118). El don de estar a la escucha consiste en una cierta monotonía
mental, que acompaña la realización de actividades rítmicamente rutinarias co-
mo hilar o tejer. Para Benjamin, es el aburrimiento el “pájaro de sueño que in-
cuba el huevo de la experiencia”(1991:118).

79
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Benjamin explica el vacío de la atención profunda en términos de “olvido de


sí” u “olvido de estar escuchando”, o también cuando la imaginación queda
dormida en medio de actividades manuales monótonas o rítmicas. Puede enten-
derse que también esa atención no consciente, no personalmente dirigida, es
una atención “distante”. Se trata, pensamos, del mismo “acto de atención” de
Simone Weil, en el que un cierto vacío mental, sobre todo de la facultad imagi-
nativa, produce una percepción profunda. Ese vacío o “distancia”, que luego se
hace eficaz en el acto de atención, puede según Simone Weil ser producido por
otras formas de anulación de la intencionalidad y de la imaginación o el deseo,
como por ejemplo por el dolor, por la experiencia de la fuerza sobre el ser hu-
mano, elementos que pueden provocar el vacío necesario para la penetración de
la gracia sobrenatural, si son aprovechados adecuadamente, aunque casi nunca
lo son, precisamente por la compensación que la imaginación inmediatamente
realiza frente a un desequilibrio espiritual de este tipo.

En la teoría de Weil, la experiencia estética supone como en Benjamin una


repetición del proceso de creación. Como la atención es equivalente a una re-
nuncia a la intencionalidad, la percepción que se produce en este estado es una
percepción de lo ajeno, y hasta una “percepción ajena”. Creo que ambos auto-
res perseguían la idea de que admirar una obra bella es exactamente igual que
crearla. De hecho, el que percibe la belleza experimenta su necesidad igual que
el que la creó en su día la experimentó igualmente. La creación es siempre una
cooperación, no existe propiamente dicha la autoría y, al menos de acuerdo con
estos postulados, la carga moral, el sentimiento de fraternidad o amor no es un
componente baladí en la experiencia estética.

Es lógico, por tanto, que la inquietud o la subyugación ante la belleza pro-


duzca la sensación o el impulso de repetirla si estamos de acuerdo en que admi-
rar o contemplar lo bello ajeno es crearlo nosotros mismos. La atención perfec-
ta es una perfecta creación, es decir, una repetición de la creación estética. Al
experimentar el acto de creación en la recepción misma adquirimos inmediata-
mente la experiencia para repetir ese proceso. A esto llamó Benjamin finalidad
práctica de la narración, literalmente, “la transmisión de la experiencia de boca
en boca” (Benjamin 1991: 112): Si el que crea y el que admira experimentan lo
mismo, el que admira aprenderá a crear al mismo tiempo que admira. La aten-
ción es para Weil un arte, una finalidad en sí, igual que para Benjamin.

En otro orden de cosas, Benjamin indica que la narración y el narrador for-


man una unidad artesanal: la huella del narrador queda adherida a la narración
como la del alfarero a la vasija. Weil recuerda el dicho popular según el cual
una herida causada por la herramienta de trabajo “hace entrar el oficio” en la

80
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

sangre del obrero o artesano (Weil 1995:174). La idea común a ambos autores,
y que me parece no ha sido convenientemente subrayada en su originalidad, es
que el proceso creativo es un proceso simétrico al proceso del trabajo, sea arte-
sano, sea obrero (especialmente en Weil) en este aspecto peculiar de la atención
creativa, que conlleva una especie de desplazamiento de la intención o hasta un
cierto “sacrificio” como el que tiene lugar en el trabajo, para sacar adelante una
obra bella. Para Weil, la adquisición de una habilidad es un “traslado de la con-
ciencia a un objeto distinto del propio cuerpo” (1995:174). Hay un plano de
semejanza o de simetría entre la creación artística, con lo que tiene de “descrea-
ción” weiliana o de “consunción” benjaminiana, con lo que tiene de aceptación
de una distancia, de anulación de intencionalidad, y la anulación de la intencio-
nalidad en el mundo del trabajo o la anulación de la distancia que separa al
cuerpo del artesano de su herramienta o de la materia de su obra. Si la admira-
ción o la creación de la belleza tiene un aspecto de “lejanía”, ese mismo aspecto
está en las condiciones de dureza, de vaciamiento, de fuerza relativa que existen
en la realización del trabajo rutinario, que además conectaría el desempeño ar-
tístico con el desempeño del trabajo menos “cualificado” y con las leyes de es-
piritualidad que Simone Weil andaba buscando.

La comunicación, para estos dos autores, no sólo licúa las identidades posi-
cionales del esquema emisor-receptor, sino que además existe una unificación
entre los elementos emisor y mensaje por un lado, y receptor y mensaje por
otro, que hace posible la reproducción de la experiencia. El “traslado de la con-
ciencia” que la atención creativa produce es precisamente el factor que permite
la intersubjetividad y la relación de todo mensaje, toda obra, con el mundo y
con los individuos. Las relaciones comunicativas contienen identificaciones
oblicuas de modo que las intenciones y las reacciones son idénticas, no sola-
mente entre emisores y receptores, sino también contando al “mensaje” entre
estos elementos vivos del proceso.

Si en la percepción estética hay un sentimiento de “necesidad” y una cierta


aceptación de una “lejanía”, no hay, como Weil indicó, otro plano de la activi-
dad humana donde la necesidad o la renuncia y la “lejanía” intencional impere
más que en el trabajo. Para Weil, el trabajo manual (que ella conoció bien como
obrera fresadora de la Renault y en sus trabajos en el campo) es “el tiempo en-
trando en el cuerpo, la conversión del hombre en materia, una muerte, hastío
absoluto, el cansancio, hambre y sed” (1995:209) que puede servir como “esca-
la para subir”. En el trabajo manual de Benjamin, la atención es promovida por
la misma rutinización o maquinalización, el aburrimiento o hastío donde se in-
cuba la experiencia profunda. Tanto Benjamin como Weil ven en el trabajo or-
dinario el núcleo donde puede producirse la atención y con ella, la experiencia

81
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

creativa, el contacto con la belleza, la sabiduría y todas las formas de la gracia.


Ambos autores vieron en el principio de fuerza relativa impuesta al individuo la
posibilidad de un provecho estético o espiritual, con la ayuda de la belleza me-
diadora, en una unión de contrarios en el plano superior de la experiencia con-
templativa que la atención implica (Weil 1951).

Al menos en un sentido, el trabajo rutinario o manual rítmico (el coser, el hi-


lar, el arar en Benjamin) constituye uno de los planos en los que se hace efecti-
vo el proceso de la atención profunda y la posibilidad de la experiencia, tanto
narrativa como estética. Compartiendo esta misma idea, Simone solía afirmar
que en las fábricas se vive de verdad, las más mínimas sensaciones y emocio-
nes adquieren una dimensión real (vid. Weil 1951).

Simone Weil emprenderá al final de su vida la vindicación espiritual y esté-


tica del trabajo, reclamando la búsqueda de una espiritualidad del trabajo como
tarea fundamental pendiente de nuestra civilización (Weil, 1949, y 1995: 208).
Simone Weil orientó todo su análisis en L’Enracinement y en Condición prime-
ra de un trabajo no servil (1941) precisamente a poder aprovechar el fenómeno
descrito. El desencadenamiento de la atención más elevada en el campo del tra-
bajo obrero es para Weil una de las tareas urgentes de nuestro tiempo: “Una jo-
ven feliz, embarazada por primera vez, que cose un babero, piensa que tiene
que coser correctamente. Pero no se olvida ni un instante del niño que lleva
dentro. En ese mismo momento, en alguna parte en un taller de prisión, una
condenada cose pensando también en coser como es debido, porque teme ser
castigada si no lo hace. Podríamos imaginar que las dos mujeres hacen al mis-
mo tiempo la misma tarea, y tienen la atención ocupada en la misma dificultad
técnica. Y sin embargo hay un abismo de diferencia entre un trabajo y el otro.
Todo el problema social consiste en hacer pasar a los trabajadores de una a otra
de estas dos situaciones...Lo que haría falta es que ese mundo y el otro, en su
doble belleza, estuvieran presentes y asociados al acto del trabajo, como lo está
el niño que va a nacer a la fabricación del babero” (Weil 1949:124).

Por supuesto que en el análisis weiliano, determinadas formas de trabajo


moderno son plenamente incompatibles con esta posibilidad, como el hacina-
miento en la fábrica, la velocidad absoluta o la monetarización de todo benefi-
cio laboral. El capitalismo, para esta autora, consiste en la inversión de la rela-
ción entre el trabajador y los medios de trabajo de modo que éstos dominan a
aquél, el régimen en el que tiene lugar la “degradante separación entre trabajo
manual y trabajo intelectual”.

82
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

La abolición de la distancia tiene un tercer sentido en Benjamin, que no he-


mos mencionado antes, y que conecta directamente con este aspecto del desa-
rrollo de L’Enracinement: el narrador incorpora la experiencia suya a la ajena,
lo sabido de oídas a lo propio suyo. La probidad del narrador está en estar
siempre cerca del pueblo. En la concepción de la experiencia comunicativa de
Benjamin y de Weil, la licuación de las identidades, la cooperación intrínseca a
la creación y la aceptación y superación de todas las formas de distancia abre el
paso a una dimensión moral, estética, y desde luego anti-individualista en un
campo desgraciadamente dominado por todas las formas de individualismo
concebibles como es el de la cultura y el arte. Weil indicó la función vital, hoy
perdida, que el artista o creador de belleza tiene para el arraigo popular. Esta
función, según la autora, y una vez convertido el artista en una élite sin contac-
to con las formas populares de comunicación, desaparece.

Reclamando la posesión de la belleza y de las formas de traducción de la be-


lleza al universo de la condición obrera moderna, Weil quiso luchar esgrimien-
do esta teoría de la atención, que descubrió como una facultad casi sobrenatu-
ral, contra la imaginación, motor de la historia, que siempre deja de lado las
verdaderas necesidades, los verdaderos apremios. La atención, como dispositi-
vo para tomar consciencia de las realidades más simples, es la facultad de la
que más carecen las masas humanas. La atención es para la autora la posibili-
dad de un “socorro exterior”, cifrado en el depósito de todos los tesoros comu-
nicativos que constituyen la obra de belleza del pasado y el presente de los
pueblos y culturas. “Sólo el resplandor de esos tesoros espirituales, almacena-
dos en el arte de la humanidad pueden poner al alma en el estado que es condi-
ción necesaria para recibir la gracia” (Weil, 1960:365). Son, estamos seguros,
los mismos tesoros que a Benjamin se le “ asemejan a las semillas de grano
que, encerradas en la milenarias cámaras impermeables al aire de las pirámides,
conservaron su capacidad germinativa hasta nuestros días” (Benjamin, 1991:
118).

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

11.-Proyecciones
En el mundo comunicativo, la proyección es el proceso que nos demuestra la
dependencia funcional entre Mensaje y Contexto, como explicaremos ahora.
Originariamente el concepto fue desarrollado por Edgar Morin (1960), para
aludir al fenómeno de la comunicación de masas en el que los mensajes cons-
truían una imaginería social que interactuaba con la psicología individual de
cada individuo en procesos proyectivos e identificativos.

La proyección y la identificación son los dos movimientos de la semiosis en


dimensiones sociales. La comunicación, hemos dicho, es la alimentación inma-
terial o espiritual. Del fenómeno metabólico de la comunicación en dimensio-
nes sociales nos hablan estos conceptos.

La proyección es una ley general de la comunicación. Es válida como prin-


cipio en varios planos de significado diversos. Hemos visto que la información
es en sí misma proyectiva, que una pieza de información genera un contexto.
Hemos visto que un signo produce una envoltura llamada significado en el pro-
ceso de la semiosis, que es igualmente una proyección. En el mundo puramente
físico de la cinematografía, la proyección tiene al menos dos movimientos, uno
inverso al otro, uno más físico, otro más inmaterial. En el mundo de la psicolo-
gía la proyección supone un proceso de presencia de los fantasmas e ilusiones,
sean sociales sean individuales, que se da en la mente.

En el mundo cultural, la proyección y la identificación son los dos sentidos


inversos de una conexión entre la vida imaginaria y la vida física, como Morin
indicó. Una cultura es, como dijo el autor francés, un sistema nutritivo, o neu-
rovegetativo, que conecta ambos polos de la vida humana, el polo material y el
inmaterial, el espíritu y el cuerpo. Una cultura es el modo como perviven a tra-
vés de esos dos sentidos de tránsito las raíces y las ramas del árbol humano.
Una sin la otra no pervivirían, igual que un árbol sin ramas o sin raíces. La
imaginación sin la realidad o la realidad sin la imaginación no permiten respirar
al ser humano, no le dejan alimentarse, desde el punto de vista comunicativo.

La imaginación y la realidad necesitan estar entrelazadas para sobrevivir


mutuamente. De hecho cuando atacamos una, la otra ocupa el espacio de la an-
terior y detiene el intercambio, como estudió Simone Weil en el caso de los
desgraciados. Nuestra cultura está muy desequilibrada a favor del polo imagi-
84
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

nario, precisamente porque la realidad que hemos creado no es tan rica comuni-
cativamente como debería. Estos equilibrios inestables, o de planos inferiores,
suplantan al verdadero equilibrio que puede conseguirse para la vida imaginaria
y la vida práctica.

En dimensiones culturales, un arquetipo, que no es sino una proyección mí-


tica, va encarnándose en personificaciones o identificaciones en el arte, la reli-
gión o la sociedad y así puede alimentarse para permanecer (Jung 1997).

La proyección nos explica que las relaciones entre contexto y mensaje son
relaciones metamórficas. Un contexto es siempre o ha sido una comunicación
previa, un mensaje. Como venimos repitiendo, una comunicación depende
siempre de un contexto que la guía o contornea. Las proyecciones nos muestran
cómo entramos o cómo nos envolvemos socialmente en contextos comunicati-
vos que son mensajes lanzados o proyectados social e individualmente, y cómo
paradójicamente dentro de un contexto ya creado es posible generar más infor-
mación.

Las proyecciones funcionan del siguiente modo:

Sabemos que físicamente proyectar es lanzar a través del medio ambiente, el


aire o el agua, un objeto. Proyectar es producir una energía que mueve un obje-
to y lo transporta. Se trata de un fenómeno complejo porque la esencia de la
proyección es la energía que desplaza y que proviene de nuestra fuerza, de la
fuerza del medio, y del objeto mismo, pero no reside materialmente en ninguna
de esas tres cosas por separado.

La proyección cinematográfica es un fenómeno un poco más complejo pero


análogo. Efectivamente un proyector de cine utiliza un objeto, la película, que
es puramente físico, material y concreto, para producir una imagen inmaterial,
hecha de aire y luz, en una pantalla opuesta. Es necesaria también la luz como
vehículo.

La proyección exige la existencia de un objeto y un foco de luz. Cuanto más


concreto es el objeto y más cercano al foco de luz, la sombra proyectada es más
grande y definida.

La pantalla y el ser de la pantalla son más grandes que el objeto que los pro-
duce. Esa amplificación intrínseca a una proyección es análoga a la amplifica-
ción que supone, para el ser humano, la entrada en el significado. La ilusión es
una amplificación bidimensional. La semiosis comunicativa es una amplifica-

85
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

ción tridimensional, que incluye al objeto y al perceptor. Las emociones tienden


a crear proyecciones tridimensionales.

También las proyecciones son amplificaciones temporales. No solamente


permiten repetir indefinidamente, como ocurre en la proyección cinematográfi-
ca física, una imagen grabada una vez, sino que eternizan un momento temporal
determinado en el tiempo lineal de la sociedad.

La segunda parte del proceso es quizás más interesante, porque en el mundo


cinematográfico nos encontramos con la proyección psíquica que domina nues-
tra vida social. Mientras la película es proyectada, la imagen luminosa de la
pantalla nos dibuja figuras y emite una luz hacia nosotros, la luz reflejada en la
pantalla. Ahora la imagen es el foco mismo de la luz, el mensaje o dibujo de la
pantalla nos llega como objeto proyectado por esa luz hacia nosotros. Se produ-
ce un mecanismo inverso, y ha cobrado realidad esa proyección inicial que aho-
ra motiva una proyección en nuestra mente. Es la proyección imaginaria, que
ya se ha producido.

Recordemos el fenómeno de las cámaras oscuras. La proyección de un obje-


to a través de un visor produce una imagen invertida, como si fuera en negati-
vo, o la sombra del objeto. El fenómeno comunicativo asociado a la proyec-
ción consiste en que el mensaje lleva en sí la emisión misma y reproduce en
proceso comunicativo, igual que un espejo lleva en sí la imagen de quien en él
se mira.

Este proceso inicial se da análogamente en el mundo público. Como Morin


indicó en los años 60, vivimos constantemente envueltos por proyecciones en
marcha que alimentan la vida física de nuestras ciudades y pueblos con el sen-
tido imaginario, y, a la vez, alimentamos esa atmósfera de lo imaginario que
respiramos con la naturaleza real y palpable de los objetos que necesita.

Probablemente se trate de las formas más envolventes de semiosis, aquellas


que incluso resultan imperceptibles por su naturaleza absolutamente atmosféri-
ca.

La proyección física, producida por un medio, rebota o se reproduce en la


mente humana, en el mundo social. En general podríamos hablar de la existen-
cia de dobles proyecciones, de movimientos de vaivén en los fenómenos pro-
yectivos: una proyección identificada se reproyecta como si rebotara al produ-
cirse. En el mundo social la alimentación de una proyección imaginaria ya exis-
tente con nuevas identificaciones aumenta su dimensión en el tiempo o en el

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

espacio. Un espectador que se identifica con un modelo cinematográfico pro-


yectado en las películas lo hace pervivir en su mente y permite que se hagan
más películas para alimentarlo.

La luz reflejada en la imagen sirve de foco para el objeto concreto y da, en la


mente del espectador, una imagen psíquica nueva. El imaginario vive en cada
mente que lo acoge y al tiempo es colectivo. Es decir también que en la atmós-
fera envolvente que el significado crea, que crea la proyección, podemos en-
contrar el cordón umbilical que alimente dicha atmósfera con nuevas formas
proyectivas.

En muchos casos las proyecciones son reproyecciones que tienen por finali-
dad evocar la proyección ya existente para provocar nueva actividad proyectiva
con ella. Funcionan las proyecciones y dobles proyecciones con el mecanismo
de inversión tan común en el mundo representativo. Cada proyección se nutre
de la proyección anterior y necesita de la subsiguiente, y los movimientos de
identificación invierten la dirección proyectiva.

La proyección y la identificación son el trasunto social de lo que hemos lla-


mado inversiones sígnicas características de las semiosis, de acuerdo con las
cuales lo imaginario se hace real -el objeto se convierte en signo de otro objeto-
y lo real pasa a ser imaginario. La comunicación en su totalidad necesita de
esos procesos de inversión de la naturaleza o actividad de los signos y sus obje-
tos, de la materia y su significado. La sociedad necesita que las proyecciones a
las pantallas inviertan su dirección y se reproyecten en la mente del espectador
que se integre en un mundo entramado simbólicamente y con un sentido deter-
minado, convirtiendo la vida real en algo escrito, y lo escrito en algo con vida
propia, algo proyectado.

En nuestra vida social, y desde un punto de vista sociológico, el foco de luz


es el público, al menos de una proyección en desarrollo. El foco de luz que pro-
duce una proyección y la media como tal es el público o el mundo social. El ob-
jeto es el personaje físico, la realidad concreta que originará los rasgos proyec-
tados, aquellos seres materiales que proporcionan la materia prima de una pro-
yección mediática. El primer paso hacia una proyección lo producen los media-
dores, que a su vez, en mucho caso, han sido proyecciones ellos mismos.

Un personaje público, una realidad social, una entidad colectiva, son todos
seres imaginarios. El ser humano entiende la naturaleza imaginaria de la reali-
dad que piensa. Por ello, para que los personajes públicos, tenidos por irreales,
puedan ser aceptados o tener más fuerza de proyección, se ha de invertir el pro-

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

ceso, mostrando su realidad física y su existencia real. Así, hay muchos modos
de producir índices que inviertan las proyecciones: la muerte misma, fenómeno
concreto que demuestra con su negación de la vida física esa misma vida física,
sirve para realimentar una proyección pública, como ocurría, explica Morin,
con los divos apresados en sucesos.

Los personajes ya proyectados buscan convertirse en objetos para nuevas y


más potentes proyecciones. El proceso es natural, y el debilitamiento de la pro-
yección automáticamente muestra aspectos carnales del objeto que si son enfo-
cados por la luz pública reproducen la proyección.

La proyección tiene una vida propia independiente del objeto concreto que
la provoca. Por ello se alimenta tanto de la vida como de la muerte del objeto
concreto que la originó. La proyección puede crecer tras la muerte de una per-
sona, alimentándose con ella.

Como fenómeno más allá de la realidad objetiva, la proyección es sobrehu-


mana. La proyección tiene además un elemento que podríamos llamar semihu-
mano, que es el mediador, aquel sujeto que pertenece a la semiosis creada, es
carne de imaginario, pero que a su vez es artífice de nuevas proyecciones y ca-
nal por el que entran en el imaginario formas nuevas de sentido. Ese sujeto en-
tre dos mundos, el mundo simbólico y el práctico, es un trasunto del fenómeno
que envuelve al sujeto emisor en todas las formas de comunicación.

La proyección conserva analogías con las leyes de su proceso físico o natu-


ral, así como con las de la información. Así, cuanta más economía de efectos,
más perfecta es la proyección psíquica o mental si ésta se sabe producir. Por
ejemplo como ocurre en el mundo del teatro, donde la cooperación en la crea-
ción de la ilusión semiótica se favorece con una simplicidad técnica (vid. sobre
el tema Benjamin 1990). En esos casos, la ley de la simplificación informativa
que citábamos capítulos atrás es de aplicación directa.

Como Benjamin indicaba en el citado texto, en muchos casos, al contrario,


en nuestra industria cinematográfica, las películas olvidan la economía de efec-
tos y emulan las proyecciones cuasi míticas trabajando la grandiosidad de la
proyección directa : tamaño de los objetos filmados, hieratismo, fijación de un
aura en la imagen. Pero los mitos proyectivos no pueden fijarse si no es parali-
zándose definitivamente.

Cuanto más “recortada” es la silueta del objeto proyectado, más nítida es la


proyección y más grandiosa. Una figura bien truncada o troquelada hace posi-

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

ble una proyección más potente, más exacta. Por ejemplo, un divo apresado en
un suceso, troquelado a temprana edad por la muerte, sobre una base imaginaria
bien grande, produce una reproyección a dimensiones míticas, que no cambian
ya en el tiempo precisamente porque el objeto que las originó ya no cambiará.

El troquel es básico para proyecciones de personalidades públicas. Una vez


proyectada, la figura es reproyectada a través del troquel. Un divo o una perso-
nalidad lanzada al imaginario adquiere nueva dimensión imaginaria si podemos
mostrar su lado humano, es decir, si retroquelamos su base proyectiva e identi-
ficativa. Podemos ver idéntico mecanismo comunicativo en la necesidad que en
la semiosis interpersonal existe de dotar a los signos de un significado contex-
tual basado en realidades y objetos, en deixis y uso de índices, lo que hemos
llamado, con Simone Weil, la “prueba de lo real”.

La identificación, como vemos, es el sentido inverso de ese movimiento


proyectivo que tan variado es. La identificación es una catalización en la reali-
dad de una carga proyectada. Es la vía de alimentación de los imaginarios. La
identificación es la parte encarnada, inversa, a la proyección. El fenómeno indi-
cial que retroalimenta la comunicación en curso.

El fenómeno de las proyecciones e identificaciones, la vida cultural imagina-


ria, es un proceso continuo, es decir, que una proyección constituye el punto de
partida o foco de luz preciso para la siguiente, que surgirá del objeto troquelado
por su propio haz luminoso en el entorno. Las proyecciones e identificaciones,
afirmaba Morin, mantienen presentes nuestros espíritus más obsesivos y hacen
encarnarse nuestras pulsiones más elementales, aquellas que incluso no somos
conscientes que tenemos, nuestros mismos dioses, aquellas formas que están
por encima de nosotros mismos y sin embargo adquieren constantemente reali-
dad física a nuestro lado.

La proyección se produce mediante un objeto, pero puede abarcar muchas


más cosas que dicho objeto. Literalmente colorea como una sombra toda la
realidad que abarca. Así, la muerte de un líder proyecta toda su fuerza a un co-
lectivo.

La proyección y la identificación en dimensiones sociales nos demuestran


que la caución del signo siempre es doble, muestra una dependencia total entre
sus dos componentes: lo objetual y lo simbólico, lo práctico y lo imaginario.

Todo significado podría describirse como una elevación de la materia a lo


inmaterial. Pero como en el mundo físico, toda elevación exige una energía

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

contraria, de descenso o de pérdida de peso. En el mundo proyectivo, esto sig-


nifica que el acceso al sentido, a la proyección imaginaria, necesita lo material,
lo identificativo, para producirse.

Otra analogía se nos presenta con el mundo de la electricidad. Los sistemas


sígnicos tienen dos polos, uno a tierra y otro a la corriente de significado, al
imaginario. Sin ambos no existe transmisión de energía. La comunicación que
no incluye una experiencia material no se efectúa como tal.

Hay proyecciones artificiales, generadas alargando hasta lo exhaustivo las


electrolisis entre la materia y lo imaginario. Y existen siempre formas superio-
res que envuelven a las proyecciones en metaproyecciones, que hacen perma-
necer inmutable a lo largo del tiempo un arquetipo, a través de las metamorfosis
artísticas o culturales. Proyecciones e identificaciones, constantes y concrecio-
nes, son efectivamente dos sistemas de alimentación, y como todo sistema de
alimentación comunicativa mantienen los rasgos básicos de la comunicación,
de equilibrio y continuidad.

Las encarnaciones de proyecciones preexistentes son vitales para mantener


en el tiempo un fenómeno imaginario que siguiendo la ley heraclítea cambian-
do permanece. Cada identificación y encarnación hace ser de nuevo, alimenta,
el mundo proyectado que carece de fuerza por sí solo, al igual que el mundo fí-
sico.

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

12.-Una teoría no informativa de la comunicación


La teoría más completa, de cuantas puedan existir en la filosofía clásica griega,
al respecto de la comunicación, es sin duda la teoría de Platón.

Platón creó una teoría del diálogo como forma de conocimiento humano. Su fi-
nalidad era demostrar que en la comunicación a través del diálogo los hombres se
veían forzados a pensar y mejorar sus pensamientos.

Platón convirtió la comunicación social en un sistema intelectual de acerca-


miento a los hechos más veraces. Su idea era la de que los mensajes comunicados
y compartidos eran más cercanos a la verdad que los pensamientos individuales.

Para Platón, la comunicación no es la transmisión de un mensaje entre dos per-


sonas, sino el ejercicio de la inteligencia y la formación mutua que las personas
adquieren gracias al dispositivo del diálogo. Para Platón, la comunicación entre
dos personas es la recuperación común, y no la transmisión de una a otra, de la
verdad que se comunica.

Platón pensaba que la verdad no tenía autoría, es decir, que el conocimiento de


la realidad sólo podía alcanzarse entre varios hombres empleando sus capacidades
no sólo mentales sino también de relación humana. El espíritu del conocimiento
sólo se demuestra en la disponibilidad de la persona para salir de sus ideas propias
e ir al encuentro de las ideas ajenas.

Platón tenía una concepción realista de los límites de la comunicación entre in-
dividuos, como mostró en su célebre mito de la caverna de “La República”. Pensa-
ba que el interés de las personas hacia determinados asuntos o ideas condicionaba
enormemente su visión del mundo. Aquello que las personas creen que saben es el
límite posible a la comunicación o transmisión de un mensaje. Es decir, los hom-
bres sólo desean ser informados sobre aquello de lo que ya tienen un conocimiento
reminiscente. ¿Cómo conseguir comunicar verdaderas novedades a los hombres, si
éstos se ven limitados por sus prejuicios o natural estrechez de miras?.

Platón creía tanto en el poder del diálogo como forma de conocimiento, que no
formuló su teoría en términos de un discurso o un monólogo único firmado por él
mismo. Para demostrar su idea, puso su teoría en forma de diálogos, con la figura
de Sócrates como protagonista de los mismos.

91
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Esto quiere decir que Platón consideraba que la práctica real de la comunica-
ción, con las preguntas y respuestas, las réplicas y contrastaciones, es el vehículo
esencial para las verdades más ciertas. Estas verdades no pueden alcanzarse a tra-
vés del pensamiento individual, y no pueden formularse tampoco en un monólogo
escrito para el público. El único modo de conocerlas es a través de la situación real
de diálogo entre dos personas.

La teoría de Platón afirma que la verdad sólo puede surgir por sí misma entre
dos que se comunican. Nadie puede enseñar ni informar de la verdad a otro, si el
otro no está dispuesto a recibir y a compartir en un diálogo todos sus conocimien-
tos. En realidad, Platón no creía en el individuo como informador, y por ello, ja-
más firmó una idea como propia en sus obras.

Hoy en día, existe la duda sobre si las ideas que Platón reflejó en sus diálogos
son de su propia cosecha o pertenecen a su maestro Sócrates. Deliberadamente,
porque creía en la necesidad de compartir las palabras dichas con aquél que las es-
cucha, Platón dejó sin respuesta la pregunta de si sus obras son suyas o son sim-
ples memorias de las palabras de Sócrates.

Si Platón fue el verdadero autor de sus diálogos, y la figura de Sócrates, en sus


obras, es una creación suya, estaríamos ante un maestro de la filosofía de una ca-
pacidad creativa asombrosa. Si, en cambio, Platón únicamente convirtió a Sócrates
en un personaje de sus obras, copiando sus palabras, estaríamos ante un ejemplo de
profunda comprensión del pensamiento de su maestro, Sócrates, pensamiento que
fue llevado a la práctica por Platón de una manera única en la historia humana.

La figura del filósofo Sócrates es otra de las cimas de la reflexión griega sobre
la comunicación y el hallazgo de la verdad. Sócrates tampoco creía en la verdad
individual, sino en la compartida, en la que surge de la comunicación.

Sócrates fue un filósofo ágrafo -no escribió nada- porque según su teoría, las
personas no pueden comunicar por iniciativa unilateral lo que piensan a los demás
y con ello solucionar el problema de la comunicación. Solamente en el momento
mágico del diálogo entre dos o más se producía el surgimiento de la verdad o la
novedad, que es un hallazgo común a los que están en esa situación práctica.

Sócrates pensaba que los hombres podían ayudarse entre sí a saber, pero no po-
dían comunicar lo que sabían sin más.

Un hombre no puede decir sin más lo que sabe. No puede, radicalmente, decirle
a otro nada que el otro no sepa ya. El diálogo entre dos personas sirve para hacer
que las personas descubran lo que saben, no para conocer cosas nuevas. Una per-
92
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

sona que se comunica con otra la ayuda a expresar sus ideas, igual que la matrona
ayuda a parir a la mujer preñada. Pero la matrona no puede parir por la mujer en-
cinta, es decir, el que se comunica con otro no puede transmitir por él una idea en
el mensaje, como expresa el “Teeteto”. Lo único que se puede hacer en la comuni-
cación, según la teoría de Sócrates, es ayudar, a través de las situaciones de diálo-
go, a que quienes se comunican con nosotros expresen sus ideas y, al ponerlas en
común con nosotros, descubran su verdad o su auténtica naturaleza. Esta actitud
nuestra nos servirá a nosotros, a su vez, para descubrir la verdad.

En esta teoría la información emerge en la situación de comunicación, pero no


como algo que es transportado entre las personas, sino como algo que es recupera-
do por la consciencia de esas personas, de su más profundo ser.

Sócrates no podía comunicarse con personas de las que no supiera él intuitiva-


mente que podían llegar a comprender lo que decía, como explica el “Alcibíades”.
Si le llegaba un discípulo que deseaba aprender con él, y él no percibía que el dis-
cípulo era apto para aprender, lo rechazaba inmediatamente. Es decir, Sócrates
pensaba que todo aquello que él podía enseñar tenía que estar ya presente en quien
iba a aprender con él. Su tarea se limitaba a hacer consciente al discípulo de aque-
llo que en el fondo de su alma sabía.

La comunicación en esta teoría tiene un origen metafísico. El proceso de remi-


niscencia que la comunicación permite nos conduce directamente a la inmortalidad
del alma, como se ve en “Fedón”.

Si trasladáramos esta idea al campo de los modelos de la comunicación, vería-


mos que, según Sócrates y Platón, el Emisor y el Receptor están incomunicados
entre sí. Ambos pueden llegar a recibir y compartir un Mensaje, pero el Mensaje
no puede partir del Emisor para llegar al Receptor. El Mensaje ha de surgir tanto
del fondo del alma del Emisor como del fondo del alma del Receptor, y ambos
pueden llegar a comprender que sus Mensajes son iguales. Ahí se produciría la si-
tuación de comunicación. Los dos polos de la comunicación, el Emisor y el Recep-
tor, compartirían la aventura de profundizar en sus conocimientos previos para lle-
gar a la novedad, al mensaje verdadero. Ambos lo harían por separado. Pero si no
compartieran un conocimiento inconsciente, reminiscente, del Mensaje, no podrían
llegar a comunicarse entre sí.

Para Sócrates, el Mensaje o las verdades que podían compartirse entre perso-
nas, venían constituidas por las Ideas, y el conocimiento de las Ideas es algo innato
en todos los hombres. Según Sócrates, todo lo que podemos llegar a conocer está
ya en nuestra alma, en un estado inconsciente. A través de la comunicación, y por

93
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

el ejercicio de poner en palabras consistentes y comprensibles lo que pensamos o


sabemos, las Ideas salen a la luz. Pero sobre todo, salen a la luz ante nosotros mis-
mos, es decir, que al emitir el Mensaje somos nosotros mismos quienes lo perci-
bimos.

Por ello, la comunicación es en esta teoría una educación. Al preguntar, res-


ponder, aclarar conceptos o dar a entender nuestras opiniones, nos vemos obliga-
dos a adoptar una actitud reflexiva, y averiguamos todo lo que sabemos e incluso
somos más conscientes de ello. Puede que, tras un diálogo, sepamos más que an-
tes, pero ello se debe a que lo hemos descubierto nosotros mismos con nuestra ac-
titud comunicativa, no a que nos hayan informado de algo nuevo.

La teoría de Sócrates es escéptica al respecto de la información. Es cierto que


Sócrates no creía en su poder informativo, pero sí en su poder para aumentar los
conocimientos de los demás, siempre que los demás los descubrieran por sí mis-
mos. Su tarea consistía en hacer germinar una semilla ya plantada, es decir, en
convertir en consciente un mensaje ya recibido por el receptor. Y sólo en algunas
ocasiones esos conocimientos previos, el Mensaje que se puede compartir, estaba
en disposición de convertirse en algo comunicable.

La teoría platónica y socrática es de una gran clarividencia al respecto de los


límites de la información. Tanto Sócrates como Platón demostraron que el cono-
cimiento humano es un proceso complejo, limitado por su propio desarrollo: sólo
el esfuerzo comunicativo puede permitir en algunos casos acceder a novedades o
mensajes desconocidos. Ampliar la información poseída por un individuo es un
ejercicio difícil, en el que la atención y la consciencia del individuo que ha de ser
informado es fundamental.

Sócrates indicó que el primer paso hacia la información y el conocimiento de la


verdad es la aceptación de la propia ignorancia, y que esta actitud, conseguida en
el diálogo con los demás, es la que debe fomentarse para abrir la persona al mensa-
je comunicado.

94
SEGUNDA PARTE:
EL MUNDO DE LA INFORMACIÓN
13.-La Noticia y la Percepción
El mundo de la información gira en torno a la noticia. La noticia es el elemento
que justifica la actividad de los medios. Constituye la base de todas las funciones
informativas. Podríamos considerarla la unidad mínima de la comunicación social,
igual que, para los teóricos matemáticos de la información lo era el byte, la mínima
variación en una corriente continua de energía.

La noticia es el arquetipo informativo de todo mensaje que circule a través de


los medios. Como ocurre con todos los arquetipos (etimológicamente la palabra
significa” manera antigua”), cuando intentamos definir la noticia topamos con una
variedad de fenómenos. Sería muy difícil resumir en una frase qué es una noticia.

Existen muchas definiciones aportadas por los estudiosos del mundo informati-
vo, al respecto de la noticia. Se la ha denominado “conocimiento elemental” (Beni-
to: 1976), relacionándola con los procesos primordiales del conocimiento humano.
La captación de una noticia sería, si seguimos esta idea, el ejemplo más claro de
cómo el hombre conoce y aprende.

Otra definición interesante es la proporcionada por Gans, “la noticia es el ejer-


cicio del poder sobre la interpretación de la realidad” (Gans, l979). Esta definición
relativiza el valor de la noticia, pues la denomina una “interpretación de la reali-
dad” que es impuesta por el poder que domina la información.

Una tercera definición nos la proporciona Tuchman (l986) :”la noticia es una
novedad sin cambio”. Esta definición incide en el hecho de que el mantenimiento
de la imagen del mundo social se lleva a cabo a través de esas mínimas alteracio-
nes de la misma que son las noticias de cada día. Tuchman indica también que las
noticias son la producción continuada y en serie que mantiene en marcha la indus-
tria informativa, y en ese sentido, constituyen novedades sin cambio en la tarea in-
formativa cotidiana.

Estas tres definiciones son ejemplo de la variedad de enfoques que hay con res-
pecto a la noticia. Todos los autores estarían sin duda de acuerdo en que la natura-
leza de la noticia es psicológica, y que el interés noticioso es un fenómeno psíqui-
co.

97
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Groth (1960) señaló la diferencia existente entre novedad y actualidad. El he-


cho de que acontecimientos no novedosos sean actuales, y que, por ejemplo, un
descubrimiento arqueológico de gran importancia ponga en la primera página de
los periódicos objetos o imágenes antiquísimas, nos prueba que la noticia no sola-
mente tiene que ver con la novedad sin más, sino con la novedad a los ojos del
hombre, con lo que al hombre le interesa, es decir, con su curiosidad, fenómeno
psicológico.

Decimos que la noticia es un fenómeno psicológico. La Psicología de la Gestalt


(Koffka, 1973) de la que tanto hemos hablado en la primera parte de este libro, se
interesó por las formas de percepción humana, aportando ideas esenciales para en-
tender cómo se conoce y percibe la realidad.

Los estudiosos de la gestalt señalaron por primera vez la existencia de lo que


ellos llamaron “armazón perceptivo”: toda realidad es percibida en forma de un
orden, con una estructura.

En ese orden o estructura, hay cosas relevantes o interesantes, y cosas secunda-


rias o poco relevantes. Hay noticias, y cosas ya sabidas. En un ejemplo, cuando
contemplamos un paisaje, inmediatamente percibimos figuras sobre un fondo, ár-
boles en una llanura, o nubes en el cielo.

Los árboles destacando sobre la llanura, las nubes que se recortan en el cielo,
constituyen las figuras de ese espacio. El armazón perceptivo está en este caso
constituido por las “noticias” de unos árboles y nubes que se destacan en un paisa-
je.

Esta configuración de nuestra forma de ver el mundo es siempre igual para cada
uno de los sentidos animales. Siempre percibimos por contraste, es decir, figuras
sobre fondos, o lo que es lo mismo, cosas noticiosas sobre un fondo cotidiano.

En un ejemplo reciente, el músico John Cage quiso experimentar el silencio ab-


soluto. Para ello, este compositor se aisló en una cámara para poder “oír el silen-
cio”. Sin embargo, como él mismo reconoció, no pudo experimentar el silencio ab-
soluto pues dentro de la cámara aislante no podía dejar de oír el latido de su propio
corazón y el rumor de su tensión arterial. Este músico buscaba percibir, a través
del sentido del oído, el “fondo sin figuras”. Sin embargo, y mientras viviera, estaba
condenado a destacar sobre el silencio sonoro las “figuras” del sonido de su propia
vida.

Figura sobre un fondo, o señal sobre el silencio, el armazón perceptivo se cum-


plía también en este caso.
98
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Si aplicamos esta idea de la psicología de la gestalt al mundo informativo, ve-


remos que en este campo se sigue a pies juntillas la misma ley de percepción. Las
noticias son las figuras o las señales relevantes de nuestro paisaje informativo. Re-
presentan una armazón perceptiva. Necesitamos noticias para percibir el mundo
que nos rodea, igual que para caminar necesitamos tomar un punto de referencia
en un entorno que cambia mientras andamos.

En cualquier campo de actividad humana, lo noticioso sobre lo irrelevante es la


forma como conocemos y actuamos. Nuestras necesidades vitales nos fuerzan a
percibir lo esencial y a distinguirlo de lo secundario.

Los psicólogos de la gestalt señalaron que el contraste dependía de las necesi-


dades y de las situaciones individuales. Así, para un hombre hambriento, la visión
de una calle de Nueva York está marcada por figuras esenciales que son las tiendas
de comida y las papeleras donde pudiera encontrar algo que comer, y el fondo no
relevante son los modelos de señora expuestos en las boutiques de la calle. Para
una señora bien alimentada, lo irrelevante en la calle serán las papeleras, y las figu-
ras esenciales los escaparates de esas tiendas.

El armazón perceptivo no es algo que exista fuera del hombre, sino que es el
hombre el que impone esa estructura a todo lo que ve o siente.

En el mundo informativo ocurre de igual manera. Lo noticioso no viene dado


de por sí, sino que las necesidades e intereses del mundo informativo configuran su
naturaleza. Muchos acontecimientos pierden su interés informativo cuando se con-
vierten en habituales “fondos” de nuestra actualidad. Hay tristes ejemplos de cómo
guerras o hambrunas que continúan sucediendo ya no son primera página, a menos
que se recrudezcan, que aporten algo nuevo de sí mismas, y así nuestra atención
volverá a considerar su importancia.

Las noticias son los acontecimientos relevantes que, por su propia concreción,
nos ayudan a conocer aspectos del mundo social y del entorno que nos rodea. Los
acontecimientos noticiosos permiten al hombre centrar su atención en un espacio,
tiempo y circunstancias determinadas, y con ello permiten ordenar y dominar cog-
noscitivamente una parte de la realidad. Las noticias varían diariamente y son di-
versas en su naturaleza. De este modo, las personas se acercan a diversas y múlti-
ples facetas de la realidad y pueden conocerlas con cierta profundidad. Las noticias
son, por tanto, parte de nuestra configuración perceptiva en el mundo informativo.

Este hecho fue analizado también por la psicología de la gestalt: el armazón de


lo esencial sobre lo irrelevante cambia constantemente. En cuanto el individuo se

99
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

familiariza con un orden de percepción, todo ese conjunto pasa a convertirse en un


fondo para un nuevo orden perceptivo. La visión de la realidad es dinámica. Es
una circunstancia del ser vivo.

Para ejemplificar este fenómeno, utilicemos un ejemplo anterior: cuando con-


templamos detenidamente el paisaje de los árboles y nubes, “vamos olvidando” la
belleza de las siluetas sobre el fondo y comenzamos a percibir algo más: un objeto
brilla entre la hierba. Nos acercamos, y comprobamos que es una pequeña pulseri-
ta dorada. La figura de nuestra percepción es ahora la pulsera de oro. El fondo es
ese paisaje que antes centraba todo nuestro interés.

Este hallazgo ha sido motivado únicamente porque nos hemos detenido a con-
templar y a percibir totalmente el paisaje natural. En algún instante ese paisaje se
ha convertido en lo “cotidiano”, lo “irrelevante” para nuestra forma de ver el mun-
do. La armazón perceptiva cambia y se construye constantemente sobre anteriores
armazones perceptivas.

La pregunta que surge es la siguiente: ¿es más perfecta nuestra percepción del
paisaje y los árboles sin más, o la percepción de la pulsera de oro escondida en el
paisaje?. Conforme nuestra percepción de la realidad cambia, ¿perdemos la facul-
tad para resaltar lo esencial?. Como todos los estudiantes saben, el esfuerzo de la
atención para mantener la percepción más completa es uno de los más dificultosos
esfuerzos humanos, y quien desee conocer a fondo las cosas tendrá que trabajar
sobre su percepción y su atención controlando la dinámica de la armazón percepti-
va. El conocimiento de la realidad no viene dado de antemano, ni es inmediato e
instintivo.

Ésta es una característica del perpetuamente cambiante intelecto humano. Para


mantener la atención constante sobre un objeto o acontecimiento, necesitamos un
esfuerzo perceptivo, que, si no se produce, nos lleva al olvido y cambio constante.

Aquí tenemos la explicación del éxito de ciertos géneros informativos llamados


“prensa rosa o del corazón”. Su secreto está en utilizar correctamente la ley del
contraste informativo. El tipo de noticias que caracteriza a estas revistas es el de
acontecimientos irrelevantes que suceden a personalidades relevantes de la vida
social. Un bautizo o una boda no son noticia de interés de por sí. Hay miles de
ellos cada día. Pero si los sujetos que participan en el bautizo o la boda son figuras
destacadas del paisaje informativo de la prensa rosa, entonces pasan a recibir un
tratamiento informativo preferente. En este género los personajes son más impor-
tantes que sus actividades. Si cambian de gafas, o se tiñen el pelo, serán noticia. Se
trata de tenerlos siempre presentes en la memoria del “espectador” de estas revis-

100
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

tas. Así justificarán siempre su aparición en las mismas. Los antecedentes lo son
todo en este género.

La noticia de la boda o del bautizo de un personaje preferente de esta actualidad


informativa, pasará a convertirse en el futuro en el fondo cotidiano que justifique
una nueva noticia irrelevante sobre dicha persona. Así se puede hacer verdad el
círculo vicioso de las personas famosas descrito así por Andy Warhol: “son famo-
sas porque salen en la prensa, y salen en la prensa porque son famosas”.

Los espectáculos televisivos denominados “reality show” están basados en la


ley de contraste inversa a la de la prensa del corazón: los “reality show” se ocupan
de mostrar noticias consistentes en cosas destacadas, relevantes, anormales o exa-
geradas que ocurren a gente desconocida, irrelevante y poco destacada en el mun-
do informativo. Cuanto más extraordinario sea el acontecimiento ocurrido a la per-
sona menos digna de atención informativa mayor será el interés del relato o men-
saje de este género.

En ambos casos se produce el contraste: cosas normales de gente extraordinaria


o cosas extraordinarias de gente normal.

Estos dos ejemplos nos prueban que la noticia no es patrimonio exclusivo de la


información de actualidad. Todo el mundo informativo está basado en la misma
dinámica del armazón perceptivo.

Existen muchas variaciones sobre este esquema expuesto. Pero lo esencial es


que el mundo de la noticia se atiene a la estructura figura-fondo descrita por la ges-
talt. Nada puede ser noticia si no existe un fondo de antecedentes o conocimientos
previos que conviertan en noticioso un acontecimiento. Todo lo que es hoy noticia
mañana constituirá un antecedente o fondo informativo que condicionará el tipo de
noticias del futuro.

Estos hechos explican paradojas como las de que las informaciones puedan va-
lorarse únicamente si los que las leen o perciben poseen conocimientos previos.

Si pidiéramos a Robinson Crusoe que observara la primera página de un perió-


dico correspondiente al final de su vida y nos dijera cuáles son las noticias que él
entiende que se han producido, probablemente no podría decirnos dónde está la
noticia del día, pues todo absolutamente cuanto leería en el periódico le resultaría
nuevo. En cambio, un lector londinense del momento sabría indicar y discutir la
importancia de los distintos acontecimientos que el periódico le relatara. Crusoe no
posee los conocimientos previos como para valorar lo noticioso: hasta los nombres
de los países de los que se hablaría en aquella página serían para él algo inaudito.
101
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Al no compartir con los lectores habituales los antecedentes informativos y cono-


cimientos previos, lo noticioso desaparece para ese personaje, no existe un fondo
sobre el que destacar lo relevante de la actualidad porque todo absolutamente sería
nuevo para él, y por tanto, todo sería inexplicable.

Las noticias pueden tener un valor relativo a otras noticias del momento históri-
co en que aparecen, y perder ese valor cuando desaparece la coyuntura o el fondo
informativo que les da relevancia. De ahí que, con el paso del tiempo, noticias de
gran impacto social pierdan todo su valor, y que en cambio pequeños datos sin in-
terés social en su momento de aparición adquieran enorme interés para la Historia.

Este hecho fue descrito por Frye (1988), cuando explicaba que determinados
relatos dependen para ser considerados verdaderos y valiosos, de otros relatos o de
la coyuntura en la que surgen, mientras que algunos textos esenciales de una so-
ciedad no dependen en absoluto de factores externos para pervivir y ser aprecia-
dos. El valor temporal, que señala el tiempo presente a través de las noticias del
día, que desaparece una vez pasado el momento histórico de su vigencia, es uno de
esos factores externos. La relación con los acontecimientos del momento es otro
factor de importancia externa de un mensaje. Cuando estos factores desaparecen,
hay textos, noticias, que pierden su valor. Y hay textos noticiosos que lo conservan
durante mucho más tiempo.

Ejemplifiquémoslo: los diálogos de Sócrates de los que hablábamos en capítulo


anterior carecen de todo valor externo, relacionado con antecedentes o con su mo-
mento temporal: ni siquiera sabemos si Sócrates existió realmente o fue una crea-
ción de Platón. No importa. Todo su valor documental y testimonial ha desapare-
cido, y, sin embargo, sus textos tienen una candente actualidad. Este mensaje in-
formativo no depende ya de su momento de aparición.

Como los psicólogos de la gestalt observaron, el conocimiento humano deriva-


do de la percepción de las cosas es en realidad un proceso, una tarea constante. La
atención a la realidad es subjetiva, pero puede ser trabajada por el hombre hasta
perfeccionarse casi completamente. La atención puede también deteriorarse casi
del todo.

Decíamos antes que de las noticias de hoy dependerá el tipo de noticias del fu-
turo. La atención del mundo informativo puede mejorarse o puede degenerar fran-
camente. Un informador puede mostrar la verdadera importancia de una noticia si
investiga y descubre razones profundas de los hechos. También puede despojar de
toda importancia acontecimientos muy relevantes, buscando el contraste y escri-
biendo sobre el tema datos insignificantes o convencionalismos. Todo depende del

102
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

momento en el que decida dejar de prestar atención, de percibir los acontecimien-


tos.

Casos de periodismo de investigación como el de Watergate demuestran que la


noticia más nimia puede ocultar tras de sí acontecimientos de enorme interés, que
los medios no perciben de primeras. Recordemos aquí las leyes informativas que
hemos descrito al comienzo de este texto: toda información oculta información, y
el orden de los factores altera el producto informativo.

Algunas investigaciones periodísticas trabajan con la información noticiosa que


los propios medios publican, con el fin de recuperar y redescubrir el valor de de-
terminados acontecimientos. En muchas ocasiones el investigador muestra que la
atención periodística inicial no fue lo suficientemente seria y que los primeros in-
formadores sobre un asunto se dejaron llevar por el dinamismo automático de la
percepción humana, buscando nuevas noticias sin profundizar a fondo en las que
ya se habían producido.

La información para acceder a toda la cultura y el conocimiento humanos circu-


la constantemente a través de los medios de comunicación. El mundo informativo
es una fuente esencial de conocimientos, con tal de que el lector interesado sepa
percibir, aislar, y profundizar ampliamente en el tema que le interese.

La velocidad con la que diariamente se producen noticias es un inconveniente a


la hora de percibir la importancia de los acontecimientos. En múltiples casos esta
sobreabundancia de informaciones produce el efecto de “enterrar” las noticias de
importancia bajo una mole de informaciones poco relevantes. Así, se da el caso de
que asuntos esenciales se “olviden” constantemente para volver a ser recuperados
y enfatizados por los mismos medios que dispersaron la atención hacia ellos.

Tenemos ejemplos constantes del estado de “coma” en el que quedan temas in-
formativos cuando su presencia en los medios se hace constante. Esos temas (gue-
rras civiles, conflictos étnicos, hambrunas, devastaciones de la naturaleza) son lite-
ralmente enterrados por inmensas cantidades de información, ya sea información
sobre ellos ya sea otras actualidades informativas.

Mientras estos temas son relegados al fondo informativo, lógicamente y por


contraste, los medios traen a primera página noticias mucho menos importantes y
más superficiales. La atención pública está “cansada” de ciertos temas y demanda
otros de distinto tipo. Esto no es más que una forma de cumplir el dinamismo per-
ceptivo humano.

103
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Repentinamente, cuando el lector prácticamente no tiene ya consciencia de la


importancia de aquellos sucesos, éstos recuperan todo su protagonismo. Vuelven a
ser primera página. Quizás durante años enteros han seguido teniendo la misma
virulencia, pero nuestra atención los olvida y los vuelve a recordar de un modo
cambiante.

El valor noticioso, en este caso, es una llamada de atención hacia nuestro inex-
plicable olvido de un asunto tan vital. De este modo, los medios establecen un
círculo de asuntos presentes que son olvidados y de nuevo recuperados por el
mundo informativo.

La actividad de los medios cumple así las leyes de la percepción dinámica des-
critas por la psicología de la gestalt. En esa dinámica, el “fondo” de la información
de actualidad pasa a ser la “noticia” de un nuevo “fondo”, y viceversa, las noticias
de hoy tienen que ser relegadas a ser fondos informativos para recuperar o redes-
cubrir otras noticias, lo que garantiza que en el futuro las noticias relegadas volve-
rán a llamar nuestra atención, y así consecutivamente, de una manera dialéctica.

La memoria de los lectores es la clave de la noticia. En ella se sitúa el contraste


que genera el interés por algún tema o asunto. También es clave el olvido de de-
terminados asuntos. Hemos visto cómo Walter Benjamin (1991) señaló que a me-
nudo la información penetra más profundamente en nuestra conciencia cuando no
prestamos una atención tensa y consciente.

Este estudioso mostró cómo las narraciones que escuchamos mientras estamos
realizando actividades cotidianas, sin prestar demasiada atención, por ejemplo
mientras cosemos o conducimos un coche, pueden quedar mejor grabadas en nues-
tra memoria y aprovechar el estado de relajación para imprimirse más profunda-
mente en nuestra mente. Benjamin tradujo la misma ley perceptiva del contraste a
la situación de recepción de un relato. Cuando nuestro interés es menor, los relatos
y noticias pueden causar un impacto mayor, porque constituyen una verdadera
llamada de atención en una situación relajada o distraída. En cambio, cuando nues-
tro interés previo es mayor, y esperamos con avidez noticias, es muy difícil que és-
tas lleguen a impactar nuestra memoria de un modo profundo.

La noticia es el elemento que moviliza la conciencia de la persona hacia cosas


que ha percibido y no se ha dado cuenta, o hacia cosas que ha conocido y olvida-
do. Su juego en muchos casos se basa en mantener el equilibrio de la consciencia
humana al respecto del mundo, igual que para la psicología de la gestalt la percep-
ción cambiante tenía por objetivo mantener el equilibrio vital humano.

104
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Estas interpretaciones nos llevan a reflexionar sobre qué constituye la noticia


real ante la mente humana. Según sea nuestro olvido, así serán nuestras noticias. Si
vivimos de espaldas a determinadas realidades, las informaciones nos traerán a la
mente constantemente aquello de lo que no somos o no deseamos ser conscientes
en la vida cotidiana.

También hemos de pensar que muchas noticias nacen y se hacen para ser olvi-
dadas, para constituir el fondo perceptivo de nuevas noticias. Quizá la abundancia
actual de informaciones obedezca más a la necesidad de olvidar que a la de recor-
dar cuanto nos rodea. Ello nos conduce a pensar que conocer la realidad es un pro-
ceso menos automático de lo que parece, y que hay muchos grados de percepción
y de conocimiento, unos más ampliables y prometedores, y otros más estrechos y
más tendentes al vacío mental.

105
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

14.-La recepción de la noticia


Si producir noticias sirve fundamentalmente para poder seguir produciéndo-
las, como Tuchman descubrió en su día (Tuchman 1986), leer y recibir noticias
sirve para poder seguir recibiendo noticias, de acuerdo con el estudio de la re-
cepción de la noticia que la investigación del proceso informativo está desarro-
llando actualmente.

Los estudios sobre la dimensión cognoscitiva de la recepción de información


noticiosa indican que la noticia es un fenómeno cognitivo complejo y compar-
tido por sus productores y sus receptores, fenómeno en el que la reflexividad
aparece como un rasgo revelador, cuya finalidad es la consecución de la propia
práctica de la lectura de noticias como actividad que constituye un fin en sí
misma y que habilita al lector para seguir siendo lector de noticias futuras con
un mínimo esfuerzo diario y una gran agilidad cognitiva ya desarrollada.

La recepción de la noticia tiene lugar, de acuerdo con los estudios cognitivos


de la recepción, a través de dos formas de memoria que entran en funciona-
miento en el proceso: lo que Levorato (1988) entre otros autores (vid. Van Dijk
1988:101 y ss.), ha llamado la memoria episódica y la memoria semántica del
receptor de textos o relatos. Si la memoria episódica tiene un carácter más ines-
table y personal y se ocupa principalmente de la información ligada a cada si-
tuación concreta y a la asociación de las secuencias de desarrollo de los suce-
sos, la memoria semántica actúa sobre la organización general de la informa-
ción estableciendo macroestructuras o esquemas (Bartlett 1932) cognitivos ge-
nerales del desarrollo informativo, compartidos por los receptores y de carácter
convencional, automáticos y que constituyen una red relacional compleja.

Una noticia supone un episodio o parte de un episodio o acontecimiento (de


lo que se ocuparía la memoria episódica), pero también una noticia es una con-
firmación, ampliación o modificación de una estructura o macroestructura ge-
neral semántica que organiza los distintos tipos de elementos informativos en
grandes arborescencias o desarrollos “genealógicos” de la información ligados
al uso del lenguaje y la semántica general de situaciones, de modo que, como
ha estudiado Van Dijk (1988:177), las noticias en los periódicos forman una es-
tructuración macrosintáctica y macrosemántica no sólo de los asuntos de la
realidad, sino también de los asuntos que esa realidad produce en el mundo pro-

106
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

fesional periodístico y en los modos de conocimiento y comunicación social


imprescindibles para la comprensión de la noticia.

La memoria semántica no sólo se ocupa del contenido noticioso, sino tam-


bién de la forma habitual de estructurarlo y codificarlo de acuerdo con las con-
venciones comunicativas establecidas en la actividad periodística. La memoria
semántica contiene estructuras tipificadas no sólo de la información en cuanto
mensaje, sino de la información sobre cómo leer, tratar, incorporar y aprove-
char la forma y organización del mensaje. Sin embargo, el canal por el que cir-
cula la información semántica es precisamente la información episódica.

En la intrincada relación entre memoria episódica y semántica de la infor-


mación se establece un “doble vínculo” según el cual la justificación de la or-
ganización temática y sintáctica de las noticias obedece a necesidades episódi-
cas, y a la vez, los episodios noticiables son tales porque obedecen a necesida-
des semánticas, sintácticas y estructurales en general de los productores y re-
ceptores de noticias. La función de agenda y el proceso de tematización y noti-
ciabilidad entran de lleno en las necesidades creadas de organización cognitiva
en la comunicación, como se sabe desde hace largo tiempo.

Los episodios que constituyen la información de actualidad no solamente


tienen unas secuencias de desarrollo en sus estructuras narrativas internas, sino
que ellos mismos constituyen secuencias de macroepisodios y estructuras se-
mánticas más globales. La intersección entre episodios simples y macroestruc-
turas semánticas globales es en realidad un salto a dimensiones más abstractas
de las mismas operaciones cognitivas. Un episodio que se hace frecuente se
convierte en un nódulo de una macroestructura semántica. La organización te-
mática de la información está estructurada de modo que siempre pueda aplicar-
se la semántica general de la información a cualquier episodio novedoso, y
también que puedan conectarse las estructuras semánticas y episódicas exten-
diendo sus secuencias y ramificándose o reproduciéndose en cualquier direc-
ción.

En la memoria semántica los episodios se convierten en elementos de enor-


me valor causal o semántico, pierden su condición puntual o azarosa y pasan a
ser piezas útiles de la comprensión noticiosa, a la manera de directorios o eti-
quetas tipificadas de los modos de estructurar los sucesos, formando parte de
las estructuras semánticas generales que permanecen a lo largo del tiempo. Por
eso cada vez las noticias se parecen más unas a otras, están cada vez más empa-
rentadas en la genealogía de la información periodística y por eso los profesio-
nales encuentran cada vez más difícil salirse de la mecánica rutinizada de la

107
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

producción de noticias cuando por ejemplo, el morbo no es solamente un recur-


so emocional sino que se deriva también de una necesidad cognitiva creada de
repetición de estructuras e intensidades de tratamiento noticioso que la abun-
dancia de noticias en desarrollo exige en el contexto actual de la lectura de las
noticias.

Leer una noticia supone tener una competencia específica no sólo episódica,
es decir, ser capaz de entender y asociar un suceso a sus características consti-
tutivas específicas, sino sobre todo, tener también una competencia macrosin-
táctica y macrosemántica en la que la memoria semántica juega un papel esen-
cial. El proceso está actualmente complicándose en cuanto a competencia se-
mántica requerida, como veremos más adelante.

Prueben ustedes, sabiendo inglés a la perfección, a leer un periódico de hoy


de un país anglosajón. Evidentemente, para leer una noticia no basta con cono-
cer el significado de las palabras. La noticia es fundamentalmente una revisión
inquisitiva hacia el lector al respecto de esta segunda competencia semántica,
macrosintáctica y organizativa pseudoprofesional, y ello lo demuestra el juego
cognitivo complicado que tiene lugar, en cada relato noticioso, entre cuatro
grandes tipos de información:

-información nueva

-información ya conocida o antecedentes informativos

-información en clave, cifrada o implícita

-información desplegada o explícita

Una noticia ofrece necesariamente una combinación deliberadamente aleato-


ria de estos cuatro tipos de información. El uso de información previamente co-
nocida que aparece en clave, es decir, cifrada o implícita a través de las deno-
minadas palabras-llave de titulares o textos (Fontcuberta, 1981:74) pone en
funcionamiento en la recepción noticiosa la memoria semántica, es decir la re-
cuperación memorística de un árbol temático informativo previamente conoci-
do por el lector, o al menos exige esta operación para poder entender la noticia
actual. Palabras llave como “Caso Gal” “OPA”, “Rociíto” o “González” sirven
fundamentalmente a la memoria semántica y permiten recuperar esquemas in-
formativos previos para entender la información actual. Estas palabras tienen
una función episódica casi desaparecida, pero su valor semántico y macrosin-
táctico es muy grande. Son verdaderos “directorios” o nombres de archivos
memorísticos donde episodios y macroepisodios nos servirán para pautar la in-
108
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

formación novedosa, para encauzarla en una red de conocimientos previos or-


ganizados con cierta lógica.

Una noticia conlleva siempre una revisión de las macroestructuras y fondos


semánticos del contexto informativo en el que se inscribe. De este modo, cuan-
do leemos una noticia pasamos un examen acerca de nuestro seguimiento gene-
ral de la semántica genealógica informativa, y no podemos acceder a la nove-
dad si no estamos previamente de acuerdo con esa semántica general estructu-
rada a través del mundo noticioso. Para entender una noticia de hoy, hay que
haber leído muchas noticias en el pasado.

La función de tematización informativa adquiere un carácter tan esencial


porque se convierte en la base comunicativa de tipificaciones (Schutz 1972) a
través de las cuales podemos acceder a la novedad. Realmente, leer las noticias
es aprender el idioma informativo, y difícilmente podemos poner en cuestión o
criticar las palabras de nuestro profesor de idiomas. La posición del receptor de
noticias es una posición de aprendizaje libre que anula la posibilidad de una
discusión en paridad sobre la actividad periodística. Por ello los periodistas a
menudo tienen que “construir” discusiones y dar pie a debates ficticios sobre
información de actualidad a través de climas artificiales de opinión.

La información previamente conocida y la información enteramente novedo-


sa que aparecen explícitas o desplegadas en la noticia son realmente una ayuda
al lector de noticias, pues le permiten elaborar y confirmar el esquema semánti-
co y macrosintáctico de un asunto o árbol informativo contando con sus com-
ponentes más esenciales y observando la correlación de dichos componentes y
su relación con episodios concretos. La competencia y conocimientos requeri-
dos para leer las noticias se adquieren cuando se accede a este tipo de informa-
ción detallada y desarrollada, que se halla en el interior de las noticias de cada
día, aunque no siempre es fácil encontrarla. Este tipo de información desplega-
da en la noticia aparece aleatoriamente en el texto noticioso, pero nunca ocupa
el primer lugar en el titular, antetítulo o encabezamiento de una noticia, pues
estos lugares quedan reservados a los dos tipos de información restantes, ver-
daderas espoletas del proceso de recepción noticiosa: la información nueva en
clave y la información ya conocida en clave.

Las noticias suelen comenzar obligándonos a recordar. El recuerdo forzado


de anteriores datos o conocimientos es producido a través del uso de palabras
clave, siglas, apellidos sin otros rasgos identificativos, números o cualquier otra
codificación de carácter críptico que obligue al lector a recordar anteriores noti-

109
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

cias y a abstraer imágenes generales. Esta operación sirve para muchas cosas a
la vez.

En primer lugar, recordar es poner en marcha el cerebro humano. La activi-


dad más parecida a la incorporación de información nueva por las neuronas es
la recuperación de información ya poseída. La neurología ha demostrado últi-
mamente que el establecimiento de conexiones neuronales tiene lugar de igual
modo tanto al recordar conexiones anteriores como al establecerlas ex nihilo.
Recordar es muy parecido a conocer, si no es igual, como hubiera dicho Platón.
Recordar información previamente adquirida a partir de claves o elementos de
síntesis sirve también para desencadenar en el cerebro la facultad de abstrac-
ción, muy útil para poder, con la noticia actual, tener una visión general del
acontecimiento o contexto general noticioso.

La información redundante y la repetición de datos obvios cumple de todas


formas otra función de énfasis en las formas y modalidades que es persuasiva y
funciona por refuerzo, insistiendo en los modelos de referencia de los sucesos y
del tratamiento de sucesos mismos. Es muchas veces en esta información cadu-
cada donde hallamos las formas más interesantes de manipulación, y no en la
información en estado puro.

Pero las noticias de más rabiosa actualidad no sólo empiezan con un recuer-
do forzoso, sino con un recuerdo forzoso de lo aún no conocido. Aquí tenemos
el desencadenante de la verdadera tensión cognitiva compleja que supone leer
una noticia. Las noticias de impacto nos obligan a recordar lo que aún no cono-
cemos. Ello se lleva a cabo a través del uso en titulares de la información nueva
o previamente desconocida que aparece codificada en clave, a través de pala-
bras-llave, siglas, símbolos o nombres tratados con una familiaridad y grado de
presuposición extremo.

La urgencia cognitiva creada por una demanda de recuperación memorística


sobre algo que aún es desconocido o que será luego explicado en el cuerpo de
la noticia pone el cerebro en la tensión cognitiva adecuada para asimilar nove-
dades. La pequeña crisis de confusión creada por un titular críptico y entera-
mente novedoso facilita la inmediata predisposición a adquirir o adaptar nuevos
modelos semánticos de la situación y pone en marcha las adivinaciones ade-
cuadas que el lector ha de hacer para conocer lo nuevo. Esas adivinaciones se
realizan de acuerdo con las tipificaciones existentes en la memoria semántica
del receptor.

110
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

La información nueva en clave característica de la noticia tiene la virtud de


invertir las operaciones cognitivas naturales del cerebro humano. Obliga, como
ha resaltado Van Dijk, a “adivinar” la estructura semántica y episódica de un
mensaje del cual aún no conocemos los detalles. La lectura de los titulares, co-
mo el investigador holandés ha puesto de manifiesto, es un proceso de adivina-
ción estratégica (1988:144) por el cual el receptor accede a una síntesis críptica
de los sucesos o temas de la noticia, recupera información previamente conoci-
da, incorpora sus suposiciones y conjeturas, comprueba su conocimiento del
asunto episódico y la adecuación macrosemántica, y con ello decide si leerá o
no el cuerpo de la noticia (Van Dijk, 1988:142).

Leer una noticia en la prensa tiene lugar a través de este interesante meca-
nismo. El lector, como ha dicho Carpenter (1974) se convierte en un productor
de la noticia pues realiza, a partir de las pistas informativas del titular y algún
que otro vistazo al texto del cuerpo de la noticia, unas operaciones de recons-
trucción, despliegue memorístico, reorganización semántica y síntesis final que
son muy similares a las que el redactor de la noticia ha realizado y realiza pro-
fesionalmente (generalizaciones, integraciones, construcciones y síntesis) (Van
Dijk, 1988:110 y ss.).

El lector común de noticias no “sigue” las operaciones adecuadas para cap-


tar la noticia que el periodista ha realizado en el texto, sino que las realiza por
su cuenta, y utiliza el texto noticioso sólo para comprobar que sus adivinacio-
nes, conjeturas y rememoraciones han sido las correctas.

El procedimiento usual de lectura de periódicos es el “hojeo” de los titulares


y de aspectos parciales del cuerpo de las noticias, como ha resaltado Van Dijk.
Los lectores de noticias impresas están habituados a reconocer palabras clave
que encierran recuerdos informativos, pero también, paradójicamente, a reco-
nocer nuevas palabras clave que encierran giros temáticos o elementos novedo-
sos, porque los lectores mismos participan activamente y por su cuenta en la
construcción de la noticia informativa.

La cantidad de información implícita, de recuerdos y tipificaciones pertene-


cientes a la memoria semántica y activados durante la lectura de un periódico
del día de hoy es probablemente mucho mayor que la cantidad de información
explícita y patente en el texto. Esta información es vital para entender las noti-
cias, y sin embargo, flota inmaterialmente en la mente del periodista y su lector
sosteniendo todo el edificio de la comprensión informativa mutua. Leer noticias
en prensa es un ejercicio gimnástico-memorístico por el cual el lector ha de es-
tar preparado para desplegar y replegar constantemente estructuras semánticas

111
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

que conoce y para innovar y modificar estas estructuras al hilo de escasas pistas
informativas proporcionadas por la información en clave, sabiendo que un sim-
ple elemento nuevo tiene el poder de reconfigurar en su totalidad un esquema o
esqueleto informativo que puede conservarse años y hasta decenas de años en
la memoria.

Lo importante es que existe un acuerdo básico al respecto de la semántica


informativa que hace que el lector y el escritor de la noticia trabajen unidos en
una sola dirección. Los conocimientos compartidos con los productores de no-
ticias son conocimientos relativos a la organización semántica de las noticias, a
las maneras ritualizadas de sintetizar, presentar o plantear la información, a las
derivaciones típicas de temas y situaciones, de modo que para saber leer las no-
ticias el receptor tiene que estar familiarizado con las rutinas profesionales que
los periodistas presentan a través de las noticias, incluida la rutina según la cual
el periodista accede a la novedad normalmente sin haber podido proceder pre-
viamente a su análisis. El lector experimenta esa misma tensión cognitiva en la
lectura de la noticia.

¿Pero qué ocurre con el receptor de noticias televisivas, o radiofónicas? En


el caso de la televisión, la tensión cognitiva que habilita para seguir el ritmo de
la actualidad profesional informativa se consigue gracias al uso simultáneo pero
cognitivamente opuesto de los canales auditivos y visuales característicos de
este medio.

Las noticias en televisión presentan el curiosísimo aspecto de proporcionar


la información en clave o implícita fundamentalmente a través del canal visual
(imágenes y palabras escritas en la imagen), en tanto que el canal auditivo sirve
a la información desplegada, en detalle y explícita (palabras emitidas). En tele-
visión, las noticias aparecen simultáneamente sintetizadas en la imagen y en los
titulares sobreimpresos en la imagen, que son verdaderas etiquetas semánticas y
claves abstractas de la información, en tanto que simultáneamente la informa-
ción verbal oral nos proporciona el despliegue y desarrollo detallado de esa sín-
tesis.

Pero como en la prensa, las noticias en televisión también nos obligan a ha-
cer las cosas al revés, y frecuentemente accedemos visualmente a una síntesis
conclusiva antes de escuchar el desarrollo analítico de la información. Las ca-
pacidades adivinatorias se ponen en marcha así en los telenoticias en el momen-
to en que titulares muy abstractos preceden a desarrollos muy concretos que
nos llegan por la vía verbal oral.

112
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

La radio introduce la tensión cognitiva noticiosa a través fundamentalmente


del ritmo, velocidad o tempo de emisión verbal de información. ¿No le extraña
a nadie que la radio dé con tanta velocidad la información más esencial, y en
cambio el locutor se detenga tanto en palabras concretas que suelen ser de im-
portancia menor en la secuencia sonora informativa?. La acentuación de pala-
bras que quedan resaltadas, y la velocidad de emisión de la información de titu-
lares noticiosos radiofónicos fuerzan al receptor a poner en marcha la memoria
al tiempo que accede a la información novedosa, memorizaciones que pueden
ser posteriormente comprobadas a través de las repeticiones e iteraciones radio-
fónicas.

La codificación “en clave” es en la radio realizada a través de la velocidad


de emisión y acentuación de palabras-llave. Además, la entonación radiofónica
“engaña” con tempos lentos adjudicados a palabras sin interés (cuando el locu-
tor hace sus pausas aleatorias) con lo que obliga constantemente al receptor a
examinar el verdadero grado de importancia de palabras que parecen esenciales
pero no lo son, o con despliegues verborreicos sobre datos poco esenciales que
obligan al receptor a reconocerlas en síntesis y a esperar la información valiosa
en cualquier momento inesperado.

En todos los casos, la simultaneidad, la aleatoriedad con la que estas particu-


lares operaciones pueden ser inquiridas por el periodista al lector hace que, co-
mo decía Carpenter, la noticia no tenga el esquema narrativo tradicional, sino
un carácter desordenado, tendente a la simultaneidad (a partir de un punto de
partida, las conexiones se extienden en muchos sentidos), y que el lector haya
de estar preparado para convertir la lectura de las noticias en un examen de es-
tas sus capacidades en cualquier lugar del texto o momento de la emisión. ¿Pero
qué saca el lector de todo esto?.

Se ha dicho siempre que estos aspectos de velocidad, carácter críptico o


condensación informativa obedecían a una cuestión de velocidad de trabajo
profesional motivado por la urgencia o cantidad de los acontecimientos. Los pe-
riodistas tienen prisa por escribir sus noticias, y ésa es la explicación profesio-
nal que se da al tenso fenómeno cognitivo que tiene lugar al leer una noticia.

Hasta cierto punto este tópico encierra una verdad. Los periodistas tienen
urgencia en su trabajo, y comunican esa urgencia a sus lectores a través de la
urgencia cognitiva que supone acceder al análisis y a la síntesis al mismo tiem-
po, invertir el orden natural del conocimiento que va del análisis a la síntesis, y
sobre todo obligar a recordar al tiempo que se innova o a innovar al tiempo que
se recuerda. La recepción noticiosa es un espejo del veloz y tenso trabajo pe-

113
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

riodístico, pero no lo es menos de la veloz y a la vez perezosa manera como los


lectores y receptores acostumbran a conocer las noticias.

Si los periodistas tienen prisa y poco tiempo para conocer la realidad, los
lectores comunes de periódicos y receptores de televisión y radio tampoco tie-
nen ganas de entrar a fondo en el complicado proceso de selección y tratamien-
to adecuado de la información. La agilidad cognitiva que la noticia exige en su
lector le permitirá poder tener visiones generales de los acontecimientos con
unas mínimas operaciones de recuerdo e intuición diarias, lo que le facilitará el
no tener que leerse a fondo las noticias o no tener que escuchar constantemente
la radio. Sólo el lector de prensa en profundidad, o el oyente impenitente de ra-
dio, podrán quizás alcanzar el prestigio social ligado a la lectura de noticias en
prensa del que Berelson (1949) hablaba, pues sólo estos lectores podrán cues-
tionar las operaciones básicas que los periodistas realizan con las noticias y
propagar su visión informativa personal.

La “velocidad cognitiva” característica de la recepción de las noticias facilita


el seguimiento de mínimo esfuerzo de los lectores, pero impide cada vez más la
paridad de posiciones entre lector y productor de noticias. Los acuerdos semán-
ticos básicos que esa velocidad cognitiva impone para facilitar y hacer más rá-
pido el seguimiento de la actualidad cortan de raíz el problema de la noticiabi-
lidad arbitraria o la tematización polémica que pudiera darse en el mundo de las
noticias.

La lectura cotidiana de las noticias sirve fundamentalmente para conservar la


agilidad mental precisa para comprender las noticias de mañana, que compro-
meterán más si cabe la competencia cognitiva del lector a través de una veloci-
dad y permutabilidad cada vez mayor entre los cuatro grandes tipos de infor-
mación que hemos descrito.

Esa agilidad mental precisa implica al lector de noticias en la continuidad


del proceso productivo. La finalidad de todas las operaciones de recepción in-
formativa parece estar más ligada a la comprensión de la propia actividad in-
formativa, y al ejercicio útil de la competencia adquirida por parte del lector,
que a la comprensión de la realidad extrainformativa. La realidad extrainforma-
tiva parece ser el objetivo final de todo el proceso, pero mientras tanto, la acti-
vidad de leer noticias presenta un carácter endogámico, y el interés de los lecto-
res está más cerca de la comprensión de los propios medios de comunicación y
su forma de trabajo que de la comprensión de la realidad. Ambos polos de la
comunicación informativa parecen estar de acuerdo en cuanto a la ley del mí-
nimo esfuerzo en el conocimiento de la realidad.

114
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Como interacción, la relación del lector con las noticias y sus emisores es
una relación social exclusiva rígidamente marcada por la necesidad creada de
una práctica especializada del seguimiento de la información que como benefi-
cio subsiguiente abrevia al máximo el proceso de la recepción para el lector. El
lector mínimamente cualificado entra en el mundo de las noticias convirtiéndo-
se en una pieza más de la reproducción de la actividad informativa, pues com-
parte ni más ni menos que las necesidades organizativas y la tensión profesio-
nal a través de la dinámica cognitiva que los periodistas imprimen a las noti-
cias.

La especialización compleja, en esta dinámica cognoscitiva, del lector de no-


ticias convierte además en exigencias cognitivas y de comunicación todos los
procesos de tematización y tipificación, y en exigencia productiva la continui-
dad de esa práctica cognitiva. La finalidad es la de continuar ad infinitum el
proceso de la producción y consumo de noticias. La especialización cognitiva
del lector de noticias conlleva la exigencia de poner en práctica la lectura de no-
ticias, donde esa especialización adquiere utilidad. Leemos noticias, por tanto,
para seguir leyéndolas en el futuro y como garantía de acceso cognitivo a cual-
quier incidencia azarosa en el mundo informativo. No puede darse ninguna ra-
zón para explicar la finalidad de este juego, si no es la de que la situación in-
formativa y comunicativa conseguida será la meta de la praxis informativa de
mañana, como hubiera dicho Wittgenstein (1988).

115
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

15.-Teoría de la Investigación Periodística


El Periodismo de Investigación es el periodismo que crea las versiones con-
trarias a la opinión pública o a sus grados de certeza sobre sucesos, versiones
que tienen tal estructura de credibilidad que convierten la publicación de tales
versiones en hechos.

El periodismo de investigación se sitúa contra la opinión pública generaliza-


da o contra su estructura de credibilidad, y éste es un rasgo definitorio. Los
descubrimientos periodísticos pueden ser hechos ya probados oficialmente pero
ignorados por los mecanismos de conocimiento o comportamiento comunes de
la opinión pública, o bien hechos enteramente desconocidos para esa opinión
pública que generan consecuencias absolutamente inevitables.

El periodismo de investigación descubre hechos sospechados pero inicial-


mente infundados, hechos enteramente nuevos o hechos contrarios al sentido
común.

El periodismo de investigación contiene necesariamente novedades fruto de


una investigación. Presenta evidencias antes insospechadas o infundadas.
Siempre tiene que existir el desconocimiento o incertidumbre previa general.

El periodismo de investigación exige una modificación o inversión de los


modos de credibilidad convencional periodística. A dicha revolución o inver-
sión de la credibilidad socialmente afectada la siguen necesariamente conse-
cuencias sociales, cambios políticos y de opinión y efectos de todo tipo.

El periodismo de investigación exige necesariamente cambios en la opinión


pública sobre la realidad, a lo que comúnmente llamamos hallazgos periodísti-
cos. Estos cambios implican que el periodismo de investigación convierte en
muchos casos opiniones en hechos y convierte hechos en opiniones. Puede con-
siderarse que es demostrativo de calidad investigadora la existencia de cambios
sociales o de poder por una relación directa en forma de oleada.

Casi todas las definiciones del periodismo de investigación coinciden en seña-


lar el interés social o la importancia que los temas de investigación han de tener.
Otro rasgo común es el cuestionamiento de las versiones oficiales o incluso del
sentido común general. El elemento de la exhaustividad o la cantidad importante
116
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

de tiempo y de dedicación es otro rasgo que todos los teóricos señalan: se dice
que un periodista de investigación es un periodista que gasta mucho tiempo en
conseguir y en comprobar información.

Metodológicamente, el periodismo de investigación produce un cambio en


los modos convencionales de conocimiento de la realidad, cambio que sin em-
bargo ha de ser producido a través de una metodología innovadora pero a la vez
sometida a validaciones que el consenso social pueda aprobar. Se trata por tanto
de verdaderas innovaciones periodísticas absolutas tanto en su estructura como
en su forma y su metodología, por lo que es difícil concebir rasgos típicos en
investigación periodística, pues se trata de un género en constante creatividad.

El periodismo de investigación exige la inexistencia de cualquier sombra de


duda sobre la tesis que defiende. El periodismo de investigación actúa como
una oleada definitiva sobre la opinión pública. No es un periodismo creador de
climas de opinión, pues no deja al público decidir sobre un tema controvertido.
Al periodismo de investigación le sigue siempre la indiscutibilidad, por tanto,
son reportajes de poder performativo absoluto. La opinión pública es literal-
mente obligada por el periodista de investigación a asentir sobre la tesis del pe-
riodista. Es por tanto rasgo esencial de la investigación periodística la innova-
ción indiscutible e insospechada.

Tipos de investigación periodística. La teoría de la ola informativa


Podemos advertir dos tipos de reportajes o trabajos de investigación perio-
dística. Son los siguientes:

1.-Hechos desconocidos para la opinión pública en una estructura de organi-


zación temática no convencional cuya finalidad es una argumentación plena-
mente coherente avalada por la lógica, que no deja sombra de duda sobre di-
chos hechos.

2.-Enfoques novedosos, plenamente coherentes y validados, que constituyan


perspectivas diversas de sucesos o hechos ya conocidos por la opinión pública,
que conviertan tales perspectivas en las más plausibles haciéndolas prevalecer
sobre las anteriores.

Estos dos tipos básicos obedecen a las categorías de periodismo de investi-


gación y periodismo de recuperación investigadora. Pero existen otras diferen-
cias señaladas por los tratadistas.

117
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Hiley Ward (1991:11) explica la existencia de dos grandes clases de Periodis-


mo de Investigación: el periodismo en profundidad o explicativo, que se realiza
ampliando, explicando y extendiendo el contenido de una información de actuali-
dad, modalidad que ha sido recientemente incluida entre las categorías premiadas
con el premio Pulitzer de periodismo, y el Periodismo de Investigación que inda-
ga y saca a la luz elementos de información previamente desconocidos por la in-
formación de actualidad.

Mientras el primer tipo, el Explanatory Journalism, pretende explicar o exa-


minar lo ya conocido, el segundo tipo, el Investigative Journalism, intenta descu-
brir datos y hechos desconocidos por los lectores.

Ward distingue también la categoría del Periodismo de Recuperación, tipo in-


vestigador cuya finalidad es recuperar y revisar informaciones ya existentes pero
mal analizadas en su profundidad. De este género existen ejemplos importantes
en la actividad periodística no solamente estadounidense, sino también europea o
española, que analizaremos más adelante.

Existen además rasgos típicos básicos que diferencian entre el periodismo


convencional y el periodismo de investigación. Así, en el periodismo conven-
cional los hechos informativos están en las fuentes y las consecuencias y efec-
tos son el objeto de la cobertura informativa, que se hace eco de esos hechos
performativos oficiales o instituidos. En el periodismo de investigación, el me-
dio y el periodista son los autores de los hechos informativos, en sus reportajes
e informes, mientras que sus consecuencias y efectos afectan a las fuentes y
contexto. Se trata de una inversión del proceso informativo en su conjunto.

Prensa Prensa

Mundo

oficial Mundo

oficial Investigación

Opinión Pública Opinión Pública

118
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Ilustramos este fenómeno con la Teoría de la Ola. Una condición esencial,


definitoria del periodismo de investigación, es que sea precisamente el punto
generador de una ola de información y consecuencias sociales, ninguna de las
cuales constituya un origen más céntrico o determinante que el propio reportaje
de investigación. Así, exactamente como en la imagen de una ola, todas las
fuerzas que la ola va acumulando van sumándose a su inercia, pero ninguna de
ellas es más decisiva que el movimiento inicial.

El periodismo convencional se sitúa al final de la ola, mientras que el perio-


dismo de investigación es el generador de la ola informativa.

Los procesos de oleada de reacciones en el periodismo de investigación no


necesariamente son a favor del reportaje. En muchos casos de investigación, es
la polémica e incluso las reacciones adversas que suscitan inmediatamente pre-
siones o acusaciones contra el reportaje de investigación lo que constituye pu-
blicidad y consolidación de una investigación. A menudo la publicación de un
reportaje se ve precedida de una polémica sobre su contenido (como ocurrió en
el caso del reportaje de V. Prego sobre “La Transición”). Según Jack Anderson
(1979:92), “lo esencial del periodismo de investigación es el enfrentamiento, la
oposición o el contraste entre los papeles del político y el periodista.”

De acuerdo con la teoría de Molotch y Lester (1981) sobre los tipos de suce-
sos públicos, el periodismo de investigación consistiría en accidentes promovi-
dos por los informadores (es decir, conversiones intencionadas de ocurrencias
no promovidas por sus implicados, en noticias) o bien en escándalos (en los que
la conversión de ocurrencia en suceso estaría igualmente promovida por inicia-
tiva exclusiva del informador, a través de la manipulación y trabajo de investi-
gación).

Por ejemplo, en el tratamiento de las fuentes, frente al mecanismo de ronda


de las fuentes rutinarias del periodismo convencional (Fishman 1983), el perio-
dismo de investigación se distingue por el distinto uso cronológico de las fuen-
tes. Así, en el periodismo convencional la consulta inicial a fuentes oficiales o
instituidas promueven determinados desarrollos noticiosos. La fuente oficial,
por tanto, es el origen de la noticia, que de este modo queda garantizada en su
suministro y acopio constante. En el periodismo de investigación la fuente ofi-
cial no es el origen ni la reserva constante de noticias, sino que ese papel es rea-
lizado por el propio investigador. Las fuentes quedan para un segundo momen-
to o fase, el de las validaciones y contrastes. Básicamente en el periodismo de
investigación no existe un uso en línea de la fuente oficial. Por ello no existe un
condicionamiento de los temas o una determinación de las noticias de acuerdo

119
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

con el suministro del sistema de información burocrática. Los reportajes de in-


vestigación pueden precisamente ir contra la corriente informativa general e in-
cluso producir noticias que no favorecen a las fuentes originarias de la informa-
ción convencional.

La diferencia, por tanto, radica en que el periodismo de investigación surge


antes que sus fuentes, mientras que el periodismo convencional surge a partir
de sus fuentes y por el mecanismo profesional adaptado de las rondas.

Niveles de información, niveles de realidad. La teoría de la sustitución de in-


formación
No existe el vacío informativo, como hemos visto ya. La teoría de la sustitu-
ción nos indica que toda información oculta información. Cuando sabemos al-
go, estamos al tiempo dejando de saber otras cosas que pueden ser más esencia-
les que aquellas primeras. Este hecho explica que exista la investigación perio-
dística.

La investigación periodística puede descubrir hechos vitales o novedades ba-


jo la información ya conocida o ya publicada. Simplemente un cambio en la
gradación de importancia de un nivel de información o en el orden de sus facto-
res puede constituir toda una innovación en el conocimiento público.

La investigación ordena las partes o datos analíticos provocando así una ló-
gica distinta y una visión nueva de la realidad, incluso aunque lo haga con in-
formación previamente conocida, como ocurre en el periodismo de investiga-
ción de recuperación. No hay que olvidar que en periodismo, el orden de los
factores altera el producto. La configuración de la realidad, cambiante y diná-
mica como demostró la gestalt, nos proporciona visiones radicalmente diferen-
tes de la misma. Este hecho es cierto tanto para el fondo de la información, co-
mo para su forma (recuérdese el ejemplo de las muy diversas consecuencias al
alterar la puntuación de comas entre las tres palabras “ Perdón imposible con-
dena”).

En el periodismo la configuración de los componentes de una misma reali-


dad cambia radicalmente el aspecto de la misma. Ello es así porque la informa-
ción está directamente relacionada con nuestros mecanismos de percepción de
la realidad, sometidos a gestalts diversas. Pero además hemos afirmado como
ley informativa que una sola pieza de información genera un contexto o un ni-
vel de realidad. El periodismo de investigación ha de tener presente que un mí-
nimo cambio o la introducción de un detalle mínimo cambia radicalmente la si-
120
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

tuación de investigación. A menudo un hallazgo de investigación está ligado al


mero orden cronológico de los hechos, o a un matiz en una declaración. Para
detectar y comprender la importancia de esos pequeños detalles la única posibi-
lidad es el nivel de información, ya amplio y profundo, que es lo único que nos
permite comprender la importancia de un detalle.

La teoría de la sustitución indica además que para seleccionar información y


para obtener la perspectiva adecuada a unos hechos el único criterio es haber
conocido previamente todos los elementos de información de modo que los da-
tos mínimamente destacados adquieran la importancia que realmente tienen. Es
decir, que sólo la información en profundidad y constante nos garantiza el
avance en esa misma información. La información sustituye siempre a la in-
formación, y no al desconocimiento.

De acuerdo con esta teoría, el periodismo de investigación multiplica los


elementos causales tras los hechos obvios hasta convertirlos en tramas o descu-
brir las tramas que subyacen a los mismos. En periodismo de investigación
existen, como en la realidad, causas directas e indirectas de los hechos. El aná-
lisis de las causas directas e indirectas proporciona distintos aspectos y hasta
distintas situaciones en la realidad. Los niveles de información determinan los
niveles de realidad. A un nivel determinado de información, desaparece la
“realidad neutra”, porque las causas de todo tipo indican un peso mayor para
una tesis que para otra. A un nivel de información, por tanto, aparece la verdad
como objetivo, mientras que en otro nivel de información no existe “verdad”,
sino tesis enfrentadas. Desde lejos, una confrontación bélica puede aparecer
como un desastre equilibrado en sus justificaciones. En ese nivel, la “neutrali-
dad” sugerida es en realidad una parcialidad a favor de una parte injusta. Acer-
cándonos más, veremos que la “objetividad” exige una parcialidad a favor de la
parte justa.

Un hecho aparentemente casual es siempre causado. Una pieza de informa-


ción es válida sólo si está ligada a otras que la enmarcan y validan. En muchos
casos, no importa la proveniencia de la información, lo importante es el engra-
naje de la misma o la casación con otras piezas lo que constituye un hallazgo o
valor de investigación.

La capacidad de descubrimiento del periodismo de investigación está ligada


al hecho de que a partir del nivel de información manejado el periodista realiza
agregaciones de datos y circunstancias, que provienen tanto de sus propios es-
fuerzos de recopilación como de los elementos del pasado y del presente que
encajan con esos marcos, y que permiten desvelar la realidad. En muchas oca-

121
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

siones los elementos que descubren hechos o realidades son ya conocidos, pero
es su ensamblaje y probación lo que permite rellenar interrogantes o darle un
aspecto radicalmente nuevo a lo que ocurrió. En el orden de estudio de la co-
municación, la investigación sobre el caso de la emisión de “La guerra de los
mundos”, de H. G. Wells en los años 30, demostró que las teorías manejadas
para explicar aquel fenómeno estaban demasiado limitadas, y que conociendo
mejor el contexto la importancia del suceso cambiaba (Cantril, en Moragas,
1978).

Los periodistas de investigación señalan que la investigación es un proceso


realmente maravilloso (Rodríguez 1994:25), que puede ocasionar una pérdida
de objetividad notable. Este proceso maravilloso es el desarrollo cognitivo y
fundamentación de una teoría sobre la realidad.

El periodismo de investigación no solamente puede, sino en muchos casos


debe conducir a la pérdida de la objetividad en un terreno. No debemos olvidar
que la subjetividad es el motor de la inteligencia. La imparcialidad informativa
suele enmascarar ignorancia e incluso mala fe, cuando el periodista atribuye
crédito a lo increíble.

Hemos de entender que los periodistas de investigación, dado que elaboran


teorías sobre la realidad a partir de sus niveles de información, tienen forzosa-
mente que defender una creencia optativa. Entendemos que existen creencias
optativas y no optativas. A un determinado nivel de información, se plantean
puntos de vista subjetivos de elección que son necesarios para continuar el aco-
pio de información en un tema. La creencia a ciegas, es decir, no optativa sino
compulsiva, es característica de bajos niveles de información.

Entre los periodistas de investigación de todos los tiempos se han dado fuer-
tes convicciones, aparentemente radicales, pero que, en el contexto de lo sabido
por el investigador, resultaban moderadas o equilibradas. (un ejemplo extremo
sería el estrafalario A. Baeza, otro legendario el de los muckrakers, etc.).

Un buen reportaje de periodismo de investigación es una teoría sobre la


realidad irrebatible que basa su afirmación en su propia defensa y que opta por
una metodología que consolida absolutamente el punto de vista del investiga-
dor.

El periodista de investigación puede ser un especialista, pero básicamente es


un epistemólogo. Es su tipo de conocimiento, la lógica empleada y la certifica-
ción de su teoría lo que rubrica una investigación periodística.

122
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Hechos y Periodismo de Investigación. El poder performativo propio del P.I.


El poder performativo, es decir el poder de convertir las publicaciones en
acciones o hechos con todas sus consecuencias, se halla en el periodismo con-
vencional originado en las fuentes oficiales e institucionalizadas. El periodismo
convencional se apoya en el poder radicado en los centros de distribución de
información para propagar dicho poder y con ello adquirir poder propio.

El periodismo es performativo: al presumir la influencia de hechos o agentes


de todo tipo, la hace real (Thomas, en Merton 1988). Al consultar fuentes, las
legitima (Sigal 1978). Al definir temas, los crea (Mc Combs y Shaw 1972). Es-
te es un poder básico del periodismo de todos los géneros(Wolf 1987, Tuchman
1983)

El periodismo de investigación traslada el poder performativo al propio re-


portaje, al medio de comunicación y al periodista que elabora, como fuente
principal, la argumentación del reportaje, quedando las fuentes instituidas como
sujetos que experimentan las consecuencias de la publicación del reportaje de
investigación.

El periodismo de investigación produce hechos: novedades que conmocio-


nan la opinión pública promoviendo cambios decisivos en esa opinión y en la
realidad que la misma configura (dimisiones, cambios en el consumo, interven-
ciones oficiales, prohibiciones, cambios profesionales o informativos, etc.). Es-
tos hechos pueden producirse a largo plazo, pero son siempre inevitables des-
pués de un reportaje de periodismo de investigación.

El sistema de información no periodístico que subyace bajo el periodismo


convencional se apoya en la denominada facticidad o performatividad de la in-
formación oficial (Fishman 1983): aunque los centros de distribución de infor-
mación propaguen información incierta o falsa, no ajustada a los hechos, las
consecuencias de estas actuaciones oficiales sí constituyen hechos en sí, inde-
pendientemente de la verdad o falsedad originaria. Por ello, los periodistas que
apoyan su trabajo en el mundo paraperiodístico de la información oficial tienen
la seguridad de que informarán sobre “hechos”, los hechos originados por el
poder fáctico del mundo del poder. El periodismo convencional, situándose a la
zaga de ese poder fáctico, y haciendo dejación de su propio deber profesional,
contribuye a la espiral performativa de ese sistema. Por el contrario el perio-
dismo de investigación necesariamente trabaja a contracorriente del poder fác-
tico pues es un género que tiene un poder fáctico o performativo propio, es ca-
paz de instituir hechos autónomamente gracias a su estructura de validación

123
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

contraria al sistema de poder. Por esto se dice que el periodismo de investiga-


ción tiene poder para crear hechos y es el periodismo independiente.

Existen diversos grados de performatividad en el periodismo. El grado mí-


nimo es el del periodismo convencional, que sigue la ola de información per-
formativa oficial, y que establece con ella una cooperación recíproca. El grado
máximo es el del periodismo de investigación, que va contra la ola de perfor-
matividad oficial y sin embargo tiene poder definitorio de la realidad.

Si tuviéramos que reducir a ciertos tipos de comunicación eficaz o auténtica


al periodismo, nos quedaríamos casi exclusivamente con el periodismo de in-
vestigación, pues es el único tipo de periodismo capaz de producir un efecto, es
decir, de ser auténticamente comunicativo (si entendemos por efectos esas po-
sibilidades recogidas por Valbuena 1997:512, que van de la formación de acti-
tudes y opiniones hasta su confirmación y cambio).

Se trata por tanto de un periodismo que no funciona bajo el “subsidio invisi-


ble” (Fishman 1983), es decir, no propaga los sucesos que los funcionarios ne-
cesitan que acontezcan y omite los sucesos que no desean que acontezcan, pues
tanto sus sistemas de validación como sus efectos y consecuencias se sitúan en
un proceso inverso al del sistema convencional de información.

Periodismo convencional y periodismo de investigación. El eco y el altavoz


Si entendemos que el periodismo es una actividad de recopilación personal
de información por parte del informador, el periodismo de investigación es el
periodismo puro.

Como hemos visto que indica Fishman, el periodismo convencional es en


todo caso la propagación del sistema organizado de información no periodísti-
ca. El periodismo convencional despliega la concentración de información ofi-
cial o instituida simulando triangulaciones que provienen de una única versión
institucionalizada u oficial.

La información convencional presenta una apariencia de triangulación o va-


riedad a partir de los centros de concentración de información, es decir, los cen-
tros de poder. La construcción de una apariencia de equilibrio y contraste que
no obedece a un trabajo real de búsqueda de fuentes diversas se realiza median-
te el procesamiento de información en fases (Fishman 1983) y en edición. Este
sistema de validación falsa de la información es posible por la existencia, como
indica Fishman, de dos sistemas informativos que conviven en el mundo social
124
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

y que tienen una misma finalidad: utilizar la información para autopromocionar


al emisor. Estos dos sistemas son: el sistema informativo no periodístico y el
sistema informativo periodístico convencional.

El periodismo de investigación, en este sentido, es un trabajo inverso, en di-


rección opuesta. Si el periodismo convencional construye una apariencia múlti-
ple y perspectivista a partir de informes unilaterales policiales, políticos o judi-
ciales, el periodismo de investigación convierte en informaciones unilaterales
los datos provenientes de fuentes oficiales. Es un periodismo a contracorriente.

En el periodismo convencional encontramos un uso constante de ratificacio-


nes innecesarias de información ya consolidada, en tanto que la información
menos evidente carece de un apoyo certificativo mínimo. En ese sentido, el pe-
riodismo de investigación trabaja produciendo credibilidad para informaciones
poco creíbles, mientras que el periodismo convencional aprovecha la alta credi-
bilidad de las informaciones para reconfirmarla y así evita errores y consolida
su poder performativo.

El periodista de investigación prueba versiones dudosas, no oficiales ni legí-


timas a través de la elaboración de triangulaciones reales, no producidas a partir
de una sola fuente, sino elaboradas según el criterio del periodista en busca de
la validación de su tesis. Podríamos comparar el periodismo convencional al
eco, pues propaga información de fuente clara y solvente, en tanto que el perio-
dismo de investigación funciona como un altavoz, propagando información po-
co clara o audible a través de sus mecanismos de trabajo. Como se ve, el eco y
el altavoz trabajan desde orígenes diversos y sus consecuencias son distintas:
difuminado y proyección.

Existe una gradación en la información que circula socialmente que va desde


lo que llamamos falsedades, conjeturas, a los rumores, las opiniones controver-
tidas, las opiniones significativas y las afirmaciones verdaderas. Según ejerza-
mos sobre estos distintos tipos de información validaciones adecuadas, pode-
mos convertir una conjetura en una afirmación verdadera, o una afirmación
verdadera en una opinión controvertida.

El periodismo de investigación trabaja precisamente con la conversión de un


grado a otro de credibilidad social y efectos prácticos sobre la opinión pública
de cada uno de los tipos de información social que circulan.

El periodismo de investigación invierte a menudo el grado de credibilidad de


esta gradación de informaciones. Un reportaje, por ejemplo, puede orientarse al

125
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

resultado final de convertir una afirmación oficial altamente creíble en una opi-
nión muy controvertida. La tesis del investigador, en principio conjetural y al-
tamente dudosa, puede, tras un reportaje, convertirse en una afirmación fuera de
dudas, de rango oficial, que produzca por tanto una convulsión institucional.

Lo que en el periodismo convencional es objeto común de duda o controver-


sia o desconocimiento u omisión, queda plenamente construido y asegurado.
Ésta es una exigencia básica de la investigación periodística.

La contrastación, que convencionalmente procede de la fuente legítima o


experta, no constituye en el periodismo de investigación algo dado u obvio,
sino que sirve para confirmar hechos sospechados, enteramente contrarios al
sentido común, o enteramente nuevos. El periodismo de investigación no se en-
cadena ni triangula sobre versiones oficiales.

El periodismo convencional utiliza siempre métodos similares o rutinarios


de recopilación y procesamiento de información. Estos métodos, establecidos y
organizados, crean una cierta unanimidad en el modo como los distintos medios
y profesionales tratan los temas noticiosos.

El periodismo de investigación exige una innovación metodológica para ca-


da caso o tesis de trabajo. Los modos convencionales de conocimiento de la
realidad van intrínsecamente ligados a conocimientos determinados de la reali-
dad informativa. Dado que el periodista de investigación descubre novedades,
sus métodos son también forzosamente innovadores, y van estrechamente liga-
dos al cambio o descubrimiento de la realidad observada.

Periodismo de investigación, información y agenda. La agenda en movimien-


to
Los criterios de relevancia de la información descubierta en el periodismo de
investigación son distintos a los criterios convencionales que predominan antes
de un reportaje de este género. Así, las jerarquías temáticas, agendas y criterios
que el periodismo convencional sigue son literalmente cambiados cuando apa-
rece un texto de investigación.

Un reportaje de investigación excepcional puede cambiar las dimensiones de


importancia que concedemos incluso a secciones informativas, como demostró
el reportaje “La 112”, del equipo informativo de Victoria Martínez de TVE en
1991. Este reportaje, que abordaba el género sucesos, demostró cómo en este
género la información más profunda, variada, pública y humana tiene cabida,
126
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

desclasificando así la importancia social que estos temas solían tener. Un repor-
taje como éste es capaz de constelar enormes y variadas cantidades de informa-
ción y temáticas sociales muy dispares en torno a un hilo argumental aparente-
mente no relacionado con ellos. Así se demuestra que toda la información man-
tiene conexiones entre sí capaces de cambiar nuestra idea del conocimiento de
la realidad.

La realidad informativa está configurada como una red de hechos relaciona-


dos entre sí, cuyas relaciones, en su aspecto más amplio, constituyen causas y
explicaciones de los sucesos del futuro y del pasado. Las noticias que son he-
chos importantes pero en cuyo tratamiento informativo se omiten los aspectos
de las conexiones con hechos o contextos de importancia en su génesis o con-
secuencias, son las noticias que carecen luego de un poder explicativo frente a
las noticias del futuro. El periodista de investigación, una vez que conoce a
fondo la red de hechos informativos, sabe ubicar la noticia que se produce en el
último momento dentro de la red de relaciones que la condicionan y explican y
a la que a su vez la noticia ilumina y aclara.

Existen redes relacionales lineales y redes relacionales más complejas. En el


periodismo convencional aparece lo que llamamos la agenda en movimiento, la
evolución de las redes de noticias a través de sus relaciones y fases que los pe-
riodistas procuran dominar y predeterminar con el trabajo de dietario (Wolf,
1987) y con la planificación de su trabajo (Tuchman, 1983). El periodismo de
investigación conmociona la agenda en movimiento.

Los periodistas, en su trabajo convencional, omiten elementos que les su-


pondrían cambiar sus métodos e interpretaciones, omiten incluso informaciones
o ángulos informativos que impedirían el desarrollo de la agenda en movimien-
to. Ello se realiza para evitar que esa evolución temática llegue a puntos muer-
tos o quede inacabada en sus fases de planteamiento, nudo y desenlace. El pe-
riodismo de investigación tiene que desarrollar autónomamente frente a los so-
portes comunes de agendas en movimiento un desarrollo temático completo. De
ahí la dificultad de publicar en breves períodos o investigaciones acabadas.
Como Patterson, Robert y Russell señalan (1986), hay dos tercios de los repor-
tajes de investigación que no salen a la luz. Muchos periodistas de investiga-
ción renuncian voluntariamente a investigaciones cuando carecen de un grado
de seguridad mínimo no solamente en cuanto a respaldo de fuentes y medios
sino en cuanto a novedades o hallazgos de investigación (Rodríguez 1994:36).
El periodista Pepe Rodríguez describe una experiencia de investigación realiza-
da a través de un intento positivo de validación sobre una central nuclear, que
terminó con la certeza del periodista de que “allí no había reportaje”.

127
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

El sistema de información no periodístico coopera con el sentido común y


los modos convencionales de certeza y credibilidad para determinar el movi-
miento de la agenda. El periodismo de investigación no utiliza la estructura de
confianza ya fijada en las instituciones para validar sus resultados salvo como
un aspecto más de su desarrollo, y no su base.

El sistema de cooperación burocrático-periodístico funciona con uniformi-


dad porque la validación común de las informaciones se basa en la oficialidad y
unanimidad entre periodistas. Los periodistas convencionales buscan lo indis-
cutible, lo innegable, la autoridad, más que la verdad. Ello se explica por razo-
nes profesionales también: un periodista que cambia las fases de la agenda en
movimiento ha de dar explicaciones a su medio de por qué lo hace. Un perio-
dista siempre ha de dar versiones acordes con las versiones de agencia o de los
grandes corresponsales y medios.

En el periodismo de investigación, a la inversa, prima más la verdad y soli-


dez del punto de vista informativo que su adecuación a la unanimidad mediática
y a la finalidad burocrática.

Por otro lado, el periodismo de investigación tiene una función clave en la


determinación de la agenda convencional informativa y el orden de prioridades
que sigue a su publicación. Actúa en largos plazos de tiempo, funcionando de
modo que el periodismo convencional se hace eco de la pirámide de importan-
cia informativa que establecen los reportajes de investigación. Así, después del
descubrimiento del caso Watergate el tema de la financiación de los presidentes
y su grado de corrupción pasó a ser definitivamente un tema candente. Los lla-
mados “papeles del Pentágono” produjeron consecuencias enormes en la cober-
tura informativa de los conflictos bélicos en USA, que a su vez determinaron
nuevas tácticas de control informativo por parte de la cúpula de poder militar en
este país. Igualmente tras la publicación de las informaciones sobre la trama
Gal en España entraron en las agendas de los medios temas que no han dejado
de constituir vórtices informativos hasta ahora.. El programa de TVE Línea 900
convirtió en temas de actualidad las adopciones de niños rusos o el consumo de
éxtasis en 1996, produciendo además acciones policiales que siguieron a la pu-
blicación de estas investigaciones.

Un hecho tiene para el periodista de investigación una importancia diversa


frente al periodismo convencional. Su criterio se basa en que el periodista de
investigación maneja una serie de datos contextuales y coloca una pieza nueva
de información en la perspectiva más ajustada o prominente para ese hecho.
Así, la liberación de José María Aldaya en 1996 fue tratada por el periodismo

128
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

convencional enfatizando el poder de la movilización popular. Para los perio-


distas de investigación sobre terrorismo etarra, la liberación de Aldaya tuvo
como aspecto más relevante no las movilizaciones sociales, sino las moviliza-
ciones que a partir de ellas se produjeron en las juventudes radicales de Jarrai y
en el hecho de que, a partir de ese secuestro, el pago del impuesto revoluciona-
rio por empresarios vascos se elevó de modo muy significativo.

Por esto puede decirse que el periodista de investigación es reconocible por


el nivel de información que maneja, por la capacidad de encontrar nexos de
causalidad entre hechos dispersos y por la capacidad de interpretar la informa-
ción de actualidad con efectos retroactivos. La metodología, por tanto, no es el
único rasgo distintivo del periodista de investigación. Éste puede tener una me-
todología secreta, pero en la forma como organiza y maneja la información
apreciamos sus capacidades de investigación.

Aunque en la profesión pueda decirse que un periodista de investigación es


“un tipo que tiene buenas fuentes, sí, no lo hace mal...pero teniendo las fuentes
de que dispone lo podríamos hacer cualquiera de nosotros “ (Rodríguez,
1994:17), lo cierto es que existen diferencias muy claras en el nivel de informa-
ción manejada por el investigador y en su manera de contemplar la realidad y
los diferentes datos que la construyen. Casi podría decirse que se trata de una
profesión diversa.

Existe de todas formas un mutuo condicionamiento entre la información de


actualidad o la agenda y las investigaciones; a menudo la agenda de actualidad
obliga a aparcar las investigaciones durante semanas o meses (Rodríguez
1994:36) hasta que, habiéndose publicado algo relacionado, en otro medio, con
el tema investigado, el propio medio se da cuenta del interés de un tema de in-
vestigación. En este sentido, el periodismo de investigación puede aprovechar
la oleada de actualidad para generar su propia corriente informativa a través de
una buena táctica de promoción de la información.

Estructura general de un reportaje de investigación


El reportaje de periodismo de investigación se distingue porque consolida
evidencias y no únicamente plantea dudas o sospechas. Las evidencias son cer-
tezas de opinión y de sentido común a las que el reportaje aboca indiscutible-
mente.

Cuanto más se acerca un reportaje a una evidencia insospechada más se


acerca al periodismo de investigación. La estructura de un reportaje de investi-
129
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

gación es el medio por el cual puede llevarse a cabo la elaboración de una evi-
dencia insospechada.

La estructura del reportaje puede establecer tales hechos de diversos modos.


Puede descubrir hechos sospechados o contrarios al sentido común a través de
una estructura dialéctica, planteando las incongruencias en las versiones, con-
ducta o funciones de instituciones o personas a través de la presentación de pa-
radojas que tengan un carácter de validación, lo que llamaremos la validación
dialéctica, capaz de convertir en indiscutible una hipótesis a través de la acumu-
lación de las dudas.

Puede plantear la existencia de múltiples capas o perspectivas que indiquen


falsas apariencias o dobles apariencias, convirtiendo un “hecho” performativo
institucional en una simple opinión conjeturable o incluso en una mentira. Esta
estructura la llamaremos validación perspectivista, capaz de asentar el carácter
relativo de una versión anteriormente aceptada y de establecer ex novo un crite-
rio de credibilidad más acertado.

La noticia que redacta un periodista convencional es una notificación de una


notificación de una notificación de una notificación (Fishman 1983). La materia
prima con la que trabaja el redactor está constituida por un bloque de informa-
ción encadenada y piramidal sobre el que se realizan una serie de comprobacio-
nes que no amenazan la línea argumental básica. Así, un relato de sucesos se
escribe a partir de un bloque básico recopilado por la policía en el que están ya
aglomeradas las informaciones de fuentes diversas, expertos, testigos, informa-
dores policiales o judiciales.

El periodismo de investigación no puede aprovecharse, como el periodismo


convencional, del carácter escalonado o piramidal de las versiones instituciona-
les. Exige el acceso directo a los testigos sin partir del encadenamiento que pre-
figura un enfoque noticioso determinado. Así, la ley del interés decreciente no se
cumple en la investigación periodística, cuyos textos tienden a generar un interés
creciente en cada punto del trabajo.

Algunas formas de validación exigen la ruptura con el modelo tradicional de


estructura informativa basado en la pirámide invertida. Por ejemplo, para apor-
tar credibilidad absoluta a un reportaje éste puede disponer la información pro-
bada en un orden de menor a mayor, es decir a la inversa que en el periodismo
convencional. La finalidad de esta estructura es adquirir una credibilidad ma-
yor. También es posible que el periodista de investigación estructure su reporta-
je de acuerdo con los sistemas de percepción y la memoria del espectador, utili-

130
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

zando éstos para validar el reportaje a partir del sentido común o los recuerdos
del lector (validación de tipo ponderativo), en cuyo caso tampoco seguirá una
estructura de pirámide invertida. Las formas de construcción y consolidación de
la credibilidad investigadora condicionan y alteran por tanto los modelos prees-
tablecidos de estructura informativa.

Según Fishman, en el periodismo de investigación los encadenamientos que


forman la argumentación de un reportaje no parten de una versión experta o al-
tamente creíble, sino más bien de una sospecha o duda o versión poco creíble.
Las versiones oficiales, que nunca son criticadas en el periodismo convencio-
nal, son contrapuestas en el periodismo de investigación con las versiones pro-
pias o de iniciativa personal del periodista (filmaciones, testigos). En el perio-
dismo convencional según Fishman, las versiones o pruebas no oficiales figu-
ran como opiniones controvertibles.

Un buen reportaje puede surgir de una simple comprobación de testificacio-


nes oficiales. El reportaje de periodismo de investigación no termina en el
mismo punto que la información del sistema institucional, sino que se dirige en
direcciones novedosas, opuestas a las convencionales.

Puede decirse que en el tratamiento de un tema similar, el periodismo de in-


vestigación contiene un foco principal y unas ramificaciones diversas al perio-
dismo convencional. Mientras éste se dirige a una validación por la autoridad y
oficialidad, que prácticamente viene dada de antemano, en el periodismo de in-
vestigación el foco central puede ser una versión originariamente subjetiva o
dudosa.

En el periodismo convencional, el periodista triangula únicamente las ver-


siones dudosas o no oficiales. La finalidad es crear noticias potenciales, aumen-
tar la reserva de posibles publicaciones. En el periodismo de investigación la
triangulación es una base firme de la estructura del reportaje.

Otro procedimiento que enfrenta directamente la estructura de un reportaje


de investigación y la noticia convencional es el desarrollo narrativo típico del
mundo noticioso convencional. Las noticias convencionales contienen una es-
tructura en fases de planteamiento, nudo y desenlace que favorecen la posibili-
dad de extenderse indefinidamente. El periodismo convencional utiliza la linea-
lidad narrativa y las noticias en desarrollo para mostrar la causalidad conven-
cional y capacitar al lector al seguimiento mínimo del argumento social, como
hemos estudiado ya.

131
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

En el periodismo de investigación no existe una linealidad tan clara ni una


causalidad tan uniforme. Así, un reportaje puede partir de una no-noticia
(Fishman), puede ir hacia atrás en el tiempo conforme se desarrolla la trama,
puede empezar por el final y acabar en el principio.

La estructura del reportaje contiene además otro elemento esencial, y es que


cuenta con puntos clave, esperados desde hace tiempo por el público, que for-
man centros de esa estructura y que son intuidos y reconocidos por el público
como piezas clave de la trama investigada. Estas piezas clave adquieren su va-
lor en el contexto general del acuerdo público con los lectores, quienes aprecian
estos hallazgos por su valor angular. Un reportaje de investigación ha de conte-
ner siempre puntos angulares imprevistos pero solicitados por los lectores des-
de hace tiempo en su seguimiento informativo(por ejemplo la intuida influencia
de la iglesia en ETA estudiada por el periodismo de investigación sobre la ban-
da, etc.).

En la estructura ordenada conforme al procedimiento de trabajo también


existen diferencias importantes. En el periodismo de investigación, primero se
establecen hipótesis, luego se validan, y luego se encadenan. En el periodismo
convencional primero se encadenan, luego se validan y finalmente se triangulan
y formulan hipótesis.

El encadenamiento es el mecanismo básico de elaboración de una informa-


ción. Con este sistema, se toma como base o inicio de un argumento informati-
vo una versión oficial que sirve de guión. Cada consulta a fuentes sirve de base
a las preguntas sucesivas que se harán en el trabajo informativo. Aquellos pun-
tos sobre los que todas las declaraciones establecen acuerdo es lo que conside-
ramos “hechos”, y los puntos discordantes son las “opiniones” (Fishman 1983).
En el periodismo de investigación, el encadenamiento va después de las valida-
ciones y no antes, es decir, que no tiene prioridad la búsqueda de acuerdo sobre
el esclarecimiento de lo ocurrido. En el periodismo convencional, un acuerdo
básico puede prevalecer sobre la investigación de la información.

La búsqueda de bloques similares de información y de acuerdos artificiales


es la tarea primera del periodista más convencional, porque como hemos dicho
este periodista no se plantea la duda sobre la verdad o facticidad del primer su-
ministro de información que es normalmente oficial. Así, los periodistas con-
vencionales pueden improvisar fuentes indirectas según la coyuntura o su for-
mación pues se trata de corroborar un acuerdo básico que no se discute.

132
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

En el reportaje de periodismo de investigación todos los elementos, de los


que el investigador ha de tener plena seguridad, tienen un valor enorme aunque
no constituyan en sí hallazgos o descubrimientos o impactos sociales. Un repor-
taje es redondo no simplemente cuando descubre cosas, sino cuando tiene tal
grado de fiabilidad que además de descubrir cosas contiene o conmina a hacer
algo al respecto, tanto por parte del público, de las instituciones o de los me-
dios.

La estructura y el planteamiento de una investigación no son ni mucho me-


nos el punto de partida, sino a menudo el punto final. Como ha ocurrido en mu-
chos casos la metodología de un reportaje y su estructura general cambian a lo
largo de la investigación, y pueden llegar a ser la pieza clave de la misma. Un
buen diseño de la investigación validará la misma, producirá información adi-
cional, se convertirá en la base de fenómenos sociales y constituirá una innova-
ción en el género.

Metodología: generación de hipótesis. Creatividad e intuición en la idea ini-


cial de un reportaje
Mucho antes de comenzar a organizar el trabajo, la idea, vaga o precisa, de
que algo no encaja o no funciona correctamente en un tema, ha de presentarse al
periodista de investigación. El periodista de investigación ha de tener el conven-
cimiento de que hay mucha más información oculta que manifiesta en un asunto
dado.

Puede partirse de una hipótesis, o base más o menos intuitiva. Todo hallazgo
parte de poner un axioma en tela de juicio, como decía Einstein. Los grandes des-
cubrimientos refutan o corroboran teorías (el descubrimiento de América). Tener
o concebir teorías o ideas es por tanto esencial para descubrir cosas. A menudo,
los grandes reportajes están basados en convicciones profundas o modos de con-
cebir el mundo por parte de los periodistas de investigación. Sin una filosofía de
fondo, es imposible que el periodista de investigación genere una teoría de la
realidad apoyada por su trabajo informativo.

Todo periodista ha de tener una disciplina mental para mantener la idea inicial
desarrollándola u organizándola en estrategias de trabajo. Estará siempre atento a
toda información que no case bien en las ideas que tiene de las cosas. La discipli-
na mental le permitirá desarrollar la relación entre acontecimientos e intuir sus
propios hallazgos.

133
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

El periodista investigador suele investigarse a sí mismo en busca de ideas o


hipótesis interesantes de investigación. En sus archivos mentales almacena y con-
trasta la información convencional que va recibiendo. Usa la imaginación. La fan-
tasía es la facultad espiritual de mayor alcance para la percepción de lo inaccesi-
ble a nuestros sentidos y para relacionar los datos inconexos de la observación.

Éstas son algunas directrices útiles para iniciar una hipótesis de investigación:

La observación directa de los hechos suele plantear interrogantes cruciales.


Los periodistas de investigación observan la realidad con gran cuidado y aten-
ción. Ningún periodista investigador comienza su trabajo a ciegas, ni con la pura
observación. El periodista sabe intuitivamente dónde le conduce la investigación.
Aún así, la observación directa de la realidad puede servir de desencadenante de
una investigación periodística, cuando la realidad observada nos plantea claves de
información. Observar en detalle los gestos de un conocido cantante, durante un
concierto, puede aportarnos la certeza de que es un cocainómano (Rodríguez
1994:57). Bordas y Martín de Pozuelo llegaron al descubrimiento de una trama de
corrupción en las obras de un hospital a través de la observación cotidiana.

La infiltración. Se trata del acercamiento máximo a los hechos para desenca-


denar la intuición. Es lo que también se ha denominado el “feeling” del ambiente
de una noticia. La infiltración es una táctica peligrosa porque puede violar dere-
chos fundamentales como la privacidad o la intimidad, pero se ha demostrado
también que es una estrategia necesaria en casos muy difíciles para contrastar da-
tos o informaciones. El uso de cámaras ocultas es un “último recurso” para los
periodistas de investigación. Unirse a un grupo es una forma de infiltración. La
socialización con personas dentro de grupos cerrados o instituciones determina-
das permitirá acceder a información rica en materia de investigación periodística.

El acopio de datos sobre un tema en busca de su clave. Recordemos que la in-


formación que se suma multiplica su valor. La especialización es la consecuencia
más notable de este sistema para generar temas. El periodista investigador utiliza
también sus conocimientos previos procedentes de sus gustos o aficiones según
sus inclinaciones. A partir de ahí puede crear un perfil de un personaje o grupo, o
un índice de toda la información disponible. Una vez que se posee gran cantidad
de datos o informaciones sobre una persona o un asunto, ordenar y archivar di-
chos datos nos permitirá relacionarlos entre sí y encontrar interrogantes no resuel-
tos o datos que necesitan ser completados. Así se inicia también una investigación
periodística. Hay algunos casos históricos, como el de Carl Van Anda, aficionado
a las matemáticas y a las estrategias militares, que utilizó sus conocimientos para
investigar sobre los conflictos bélicos de su época para el diario New York Times.

134
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

En algunos casos avalar la observación directa de los hechos con un pequeño tra-
bajo de campo, como encuestas no representativas, etc., nos permitirá hallar ideas
interesantes para investigar. El estudio exhaustivo y el acceso constante a archi-
vos públicos o privados, conocer a fondo los accesos a la burocracia, a los regis-
tros, hemerotecas, permite poder alcanzar la información poco común, y aventu-
rar hipótesis sobre la misma.

El anónimo. Se trata de un método muy usual en todo tipo de periodismo, pero


poco fiable, pues se presta a la manipulación o al engaño. Como indica Rodríguez
(1994:61) las filtraciones y anónimos suelen aparecer en momentos oportunos y
encajadas en sus contextos. Los soplos y filtraciones, como en el caso de los anó-
nimos, son un sistema de generación de investigaciones sujeto a la parcialidad o a
la invención o manipulación. A diferencia de la confidencia, según Rodríguez
(1994:61) la filtración suele obedecer a una información ya elaborada que cuenta
con soportes documentales probatorios. En el periodismo de investigación el nú-
cleo generador de información es el periodista, quien elabora y prueba a través de
un método personalizado las informaciones. Las filtraciones y soplos, por su ca-
rácter semielaborado y por su aspecto fundamental para la probación pertenecen
al periodismo convencional, puesto que el periodista de investigación ha de con-
seguir de un modo personal sus argumentos y pruebas.

El contacto permanente con fuentes, produciendo constantes hipótesis de in-


vestigación es otro método básico para iniciar una investigación. Muchos perio-
distas de investigación poseen una red de informantes que constantemente repasa
con él las áreas de investigación posible. Comenzar hablando con expertos, el
contacto con especialistas o autoridades en un tema o actividad proporciona in-
mediatamente temas de investigación periodística.

Partir de un hecho actual, que necesita explicación o ampliación, o cuestiona-


mientos del tema es un venero de investigaciones. Reportajes de recuperación o
investigaciones tan importantes como la del caso “Watergate” empezaron a través
de este sistema. Comenzar con un periódico: cuestionar sus versiones, sus ángu-
los, dar la vuelta a las historias, buscar los intereses y responsabilidades de los
hechos, utilizando las suposiciones y la intuición negativa pueden conducirnos a
tramas investigables. Pepe Rodríguez (1994:56) analizaba pequeños anuncios en
prensa, que le condujeron al descubrimiento de una red de prostitución camuflada
como modelos fotográficos de desnudo. Como publicaciones son particularmente
útiles las revistas o publicaciones especializadas. Los catálogos, guías o listados,
las páginas amarillas, son una buena fuente de profesiones inusuales, asociaciones
oscuras y organizaciones de todo tipo. Siempre ha de preguntarse el por qué de
las explicaciones dadas. Se trata de tener una actitud inquisitiva ante cualquier

135
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

versión de hechos o informaciones. Preguntarse al respecto de las afirmaciones


que los demás hacen es una manera de empezar a entender sus razones y explica-
ciones.

De las diversas formas de la investigación periodística surgen diferentes géne-


ros de reportajes en profundidad, como los de recuperación, los explicativos o en
profundidad, o los investigativos propiamente dichos.

Para llevar a cabo un reportaje de investigación se precisa un plano, mapa o


esquema de trabajo.

Inicialmente el plan sirve para descubrir problemas futuros, sugiere el mejor


orden de pasos a ejecutar y sirve para controlar y hacer el mejor uso del tiempo.

Organización de un proyecto de investigación según Bob Greene, periodista


investigador de Newsday y director de la IRE (v. Ward, Hiley, 1991:40):

Discusión del tema, de la información disponible, los objetivos y el compro-


miso de los periodistas, y del tiempo previsto.

Fase intuitiva. Se aventuran hipótesis y ángulos del reportaje.

Planificación: enfoque concreto, objetivos mínimos y máximos, prioridades,


distribución del equipo, etc.

Organización: segregar áreas de trabajo, comprobar archivos, teléfonos, gas-


tos, etc.

Ejecución: realizar memorándums de cada acción, llevar una cronología de la


investigación, distribuir las entrevistas en el equipo, etc.

Escritura: realizar borradores continuamente de la investigación en curso, lle-


var a cabo reuniones de equipo, reuniones con los abogados del diario y con los
superiores del medio. Comprobar los efectos legales y profesionales de la publi-
cación.

Seguimiento: recopilar otras informaciones posteriores, editoriales, etc.

La mayoría de los periodistas de investigación trabajan en equipo de dos o


más personas. El trabajo en equipo produce más resultados porque exige la revi-
sión constante, aumenta la recopilación de datos, y forzosamente ha de planificar
su acción. Se pueden simultanear operaciones, limitarlas o concentrarlas, acelerar
136
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

los pasos, valorar más objetivamente los hallazgos y el equipo habrá de estar
siempre abierto a las ideas ajenas.

Los equipos pueden trabajar especializándose en áreas y compartiendo luego


los resultados, o bien conjuntamente, comunicándose constantemente y compar-
tiendo fuentes. El equipo de investigación del diario El País, por ejemplo, traba-
jaba compartiendo en reuniones posteriores la información obtenida por separado.
En cambio, el equipo de La Vanguardia simultaneaba el acceso a las mismas
fuentes y la obtención indistinta de información por parte de los dos miembros
del equipo. En cada caso, los periodistas determinarán qué tipo de estrategia es la
óptima para llevar a cabo el seguimiento de un tema.

En cuanto al tiempo usual de trabajo y la constitución de los equipos, un repor-


taje de investigación en un medio como la televisión suele ocupar unos seis meses
de trabajo a un equipo de cinco personas, que incluye normalmente redactores, un
cámara, y documentalistas, y su coste suele ser elevado. Victoria Prego, en cam-
bio, tardó seis años en realizar su reportaje sobre “La Transición” para TVE.

En USA existe la tradición del lenguaje irónico como estilo característico del
periodismo de investigación. Se utiliza la retórica, la dramatización, el lenguaje
coloquial, el refrán y el chascarrillo. Este estilo ha sido adoptado por el periodis-
mo europeo, por ejemplo en España en revistas como Cambio 16. Los mu-
ckrakers eran acuñadores de nuevas expresiones periodísticas que tuvieron gran
éxito político, como “caza de brujas”. En España recuérdense los titulares de re-
vistas como Tiempo, Cuadernos para el Diálogo, Cambio16 o incluso La Codor-
niz, ejemplos de esta creatividad periodística. Las analogías, las imágenes verba-
les, son comunes hoy en el género, y han pasado incluso al periodismo de actua-
lidad.

La validación periodística en investigación


Una de las características esenciales del periodismo de investigación es su
estructura de credibilidad argumentativa. Esta estructura, a través del mecanis-
mo de la validación, es la que construye argumentos innegables e insospecha-
dos, y la que les dota de fuerza fáctica con consecuencias sociales.

La credibilidad del periodismo de investigación emana únicamente de la fac-


tura del reportaje, no va unida a la autoridad de las fuentes ni al tipo de lengua-
je, se trata de una credibilidad interna al texto, y no externa. Estas otras formas
de adquisición de credibilidad externa pueden estar presentes en un reportaje,

137
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

pero solamente como pruebas en favor de un argumento que es probado además


por otros medios.

En el periodismo de investigación la credibilidad descansa únicamente en la


cadena de razonamientos y datos que el periodista argumenta para describir una
serie de episodios de modo completo y coherente, de manera que su versión se
convierte en la versión más plausible e indiscutible de un suceso, ya sea porque
maneja todas las facetas que lo componen ordenándolas en un rompecabezas
solucionado o porque es capaz de agregar facetas sueltas o razonamientos par-
ciales sin aparente conexión entre sí pero conocidos y aceptados por el sentido
común en un todo coherente que tiene carácter innegable.

Todos los reportajes de investigación son innegables en sus versiones y des-


cubrimientos, y cuando son cuestionados lo son por partes afectadas a las que
se termina obligando socialmente a respaldar la versión de la investigación (por
el éxito público, por el funcionamiento institucional, penal, por sanción históri-
ca, o por la sanción profesional periodística).

Un reportaje de periodismo de investigación es una probación de una tesis.


Su punto de partida puede ser una convicción personal del informador, un con-
senso público en torno a cierta información, y termina en la ratificación o vali-
dación de esa convicción o consenso en dimensiones públicas. La validación de
un reportaje de investigación está basada en profundos niveles de credibilidad,
que tienen que ver con los mecanismos de la lógica, la consistencia teórica y las
bases cognitivas y científicas más elementales.

La validación ha de ser un método innovador de probación de un argumento


que a la vez resulte no complejo y suscite un acuerdo obvio con el sentido co-
mún. En el periodismo de investigación tenemos esta paradoja mencionada, que
exige una creatividad absoluta por parte del periodista. Éste ha de demostrar
absolutamente por medios novedosos algo que, a la vez, pueda ser reconocido y
ratificado por los lectores.

Todo reportaje de periodismo de investigación debe ser completo en su ar-


gumentación y validaciones, pero a la vez debe conectar con las formas de de-
mostración y comprobación que el lector o espectador por sí mismo tiene para
con ello corroborar el resultado del reportaje.

En el periodismo de investigación la descomposición de un tema a través de


sus subcategorías o facetas conduce a una visión coherente y ratificada de ese
mismo tema. Esto quiere decir, en ciertos casos, que el sistema de validación ha

138
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

de ser tan completo y autosuficiente que evoque en el público común el surgi-


miento de certezas ajenas al reportaje. Así, Ekaizer, en “Vendetta” (1996),
prueba sus argumentos con fuentes anónimas e identificadas, pero constante-
mente describe a Conde en una imagen validada por otras informaciones e in-
cluso por otros reportajes (la figura de M. Colón de Carvajal como mediador
del Rey tiene antecedentes en “La Transición”, reportaje de otra periodista, que
ya hemos citado aquí).

Ésta es una validación que utiliza el contexto de antecedentes informativos


sociales y que podemos denominar validación ponderativa: a través de ella el
público tiene sus propios dispositivos para determinar que una versión es autén-
tica. Puede observar, intuir, reexaminar detenidamente una conducta a la luz
pública. El público dispone de archivos propios, selectivos, sobre las informa-
ciones, a menudo más significativos para el resultado que el acopio de datos del
periodista. Es su ponderación del asunto la que constituye una pieza clave del
proceso informativo.

La fe en el sentido común e inteligencia del público es básica en el perio-


dismo de investigación. El periodismo de investigación tiene sus modos propios
de validación, que han de compartir sus puntos básicos con los del público:
(qué son hechos, qué es evidente, qué es creíble, qué es compartido, qué está
más allá de una duda razonable, qué hechos pueden ser considerados ciertos).

Un reportaje de periodismo de investigación es un reportaje en el que el pe-


riodista construye su propia credibilidad, a menudo contra la credibilidad de
otras versiones, de las instituciones y hasta del sentido común. Tras un reporta-
je de investigación, el sentido común experimenta una conversión. Esto es el
hallazgo informativo. Las conversiones electorales y vuelcos de opinión a raíz
de investigaciones son una consecuencia más de este fenómeno.

Validación, confirmación y contrastación


La validación es la clave para medir la calidad informativa de un reportaje
de investigación. Si deseamos establecer el nivel y calidad de la información en
el periodismo, hemos de tener en cuenta que una información es más valiosa
cuantos más contextos involucre directamente y cuantas más relaciones tenga
con otras piezas informativas (como hemos dicho al hablar de la Información
en los primeros capítulos de este libro). La validación, que es una contrastación
que confirma, nos indica que existen múltiples nexos de relación entre diversos
datos o hechos que conducen a una certeza absoluta sobre un asunto dado.

139
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Confirmación: es obtener dos versiones iguales en alguno de sus puntos o en


todos ellos. Se trata de una duplicación de pruebas. Por sí sola, la confirmación
no valida un reportaje, y si no se combina con la contrastación carece de valor.
Esto significa que la confirmación de un argumento debe ser contrastada para
que sea válida, es decir, debe provenir de perspectivas diversas y no próximas
entre sí, en las que sea el planteamiento del investigador lo que las ponga en
contacto.

Contrastación: es obtener diversas versiones con diversos puntos de vista


que equilibran las perspectivas que manejamos. Las contrastaciones en princi-
pio no pretenden duplicar las pruebas, pero en algunos casos automáticamente
confirman puntos de vista comunes. Así, en la información convencional, según
Fishman, el contraste conduce a comprobaciones inmediatas por el mecanismo
del encadenamiento. La contrastación es análoga a la triangulación.

Validación: Llamamos validación a la duplicación o triplicación en un re-


portaje de los mecanismos de probación de una sola tesis. Responde a todos
los mecanismos de obtención de información, incluido el uso de la lógica y el
sentido común, cuyo uso duplicado y sumatorio confirma un argumento base o
una hipótesis de trabajo. La validación es el dispositivo que convierte una tesis
o versión subjetiva en una versión plausible y acorde con la realidad. Para ello,
el reportaje de investigación no solamente defiende una tesis, sino que la prue-
ba de múltiples maneras a la vez que la expone. Toda validación es un meca-
nismo doble o triple de análisis de un punto de vista.

Idealmente, estos tres mecanismos aparecen combinados en un buen reporta-


je de investigación. La combinación de contrastaciones confirma, luego valida,
un argumento. En el transcurso de un reportaje de investigación tienen que pro-
ducirse validaciones debidas al trabajo de conjunto y en algunos casos impre-
vistas por el investigador. Así, si se trata de una investigación gruesa, aparece-
rán validaciones de unos capítulos a otros, e incluso de unos reportajes a otros.
La validación siempre es un mecanismo que funciona idealmente en conjunto,
de atrás adelante y viceversa. De las confirmaciones salen novedades, y de las
novedades, confirmaciones.

En el Periodismo de Investigación no se contrasta más que en el periodismo


convencional, pero se contrastan cosas diferentes. Datos que el periodismo
convencional da por buenos son objeto de una segunda y tercera comprobación
por el periodista de investigación. Y viceversa, datos que el periodismo con-
vencional despliega, son simplemente utilizados como apoyos por el periodis-
mo de investigación.

140
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

La validación y autentificación de documentos o datos puede realizarse por


métodos directos e indirectos. En muchas ocasiones se produce lo que llama-
ríamos una validación sumatoria, es decir, que copias sin valor o datos sin inte-
rés, al ser validados, contraen un valor probatorio enorme, de acuerdo con la
ley informativa que indicamos al principio de este libro.

La triangulación o contrastación es la recopilación de las perspectivas com-


petentes en un asunto de acuerdo con los diversos intereses. Como con la fór-
mula de Lasswell, existen diferentes formas de completar una triangulación.
Sólo el periodista que conoce a fondo los intereses y personas afectadas o invo-
lucradas en un asunto puede triangular acertadamente. Llamaríamos validación
perspectivista a la probación de una tesis de investigación que se produce por la
utilización de diferentes aproximaciones o modos de conocimiento para afron-
tar un asunto.

El periodista de investigación ha de ser un discriminador cualificado de la


información, sus tipos, su capacidad explicativa, su validez y su significado.
Todo esto ha de demostrarlo en su reportaje. El periodismo de investigación
consiste a menudo en una tarea de selección de la información real y de deshe-
cho de la información basura.

Otro tipo de validación es la que hemos denominado validación ponderati-


va. Es característica del periodismo de investigación de recuperación, y se dis-
tingue porque a través de la discriminación y selección de información que el
investigador hace nos convence de la solidez de su argumento, pues aproxima
esa información a las operaciones del sentido común, el consenso social sobre
ciertos temas del pasado o del presente y a otros sistemas individuales de cono-
cimiento con los cuales el público ponderará una información.

Naturaleza de la Validación
Toda validación es un núcleo múltiple y simultáneo de mecanismos probato-
rios. Esto significa que un sistema de validación contiene más de un mecanis-
mo reforzador de la versión que defiende.

Cuando deseamos probar algo y convencer de su certeza a otras personas,


solemos utilizar diversas estrategias simultáneamente. Así, podemos convencer
de cuanto decimos porque nuestra argumentación es la más lógica y a la vez la
más completa. Podemos utilizar mecanismos comunes de convencimiento y a la
vez algún método no común que impacte la sensibilidad del lector o receptor.
Puede que, al mismo tiempo que mostramos un orden coherente de los datos del
141
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

problema, surjan paralelismos entre sus diversas partes que corroboren por ana-
logía o por reiteración la tesis que intentamos demostrar. Puede que espontá-
neamente demostremos al sentido común o a la memoria del lector nuestra tesis
a la vez que hemos realizado un trabajo a fondo, más allá del conocimiento
convencional, no apoyado en la memoria ni en el sentido común.

El reportaje de periodismo de investigación es una estructura en la que no


solamente la argumentación se dirige en una dirección, sino que la argumenta-
ción a la vez va probando las tesis que narra. Esto se consigue a través de los
sistemas paralelos de conocimiento que las validaciones crean.

Por ejemplo, en el reportaje de Xavier Sitjá sobre los niños rusos para “Lí-
nea 900”, la argumentación triangulada y de contraste va en realidad desarro-
llando a la vez una demostración paralela de los elementos dialécticos y con-
flictivos que indican que existen aspectos turbios en el asunto. Encontramos así
que tanto el trabajo objetivo del periodista para contar imparcialmente con toda
la información posible, como los elementos subjetivos que el propio periodista
hace resaltar sobre su propio trabajo para indicar un vuelco radical en su impar-
cialidad hacia la denuncia, son dos dispositivos diferentes que sirven para hacer
creer en su tesis.

Toda validación supone un paralelismo de sistemas de pensamiento diver-


sos. Toda validación supone mecanismos que se duplican para la afirmación de
un hecho. Los modos son variados, y dan lugar a los diferentes mecanismos de
validación.

La validación supone por tanto la creación de duplicaciones de información


y argumentación a partir de diversos ángulos de triangulación. Esto significa
que el periodista de investigación ha de desdoblar los medios de demostración
de un hecho de modo simultáneo en la estructura de su reportaje. Tienen que
existir medios simultáneos o paralelos de probación de su tesis:

El trabajo de triangulación inicial puede ir produciendo una segunda triangu-


lación que refuerza la credibilidad de la tesis definitiva. Por ejemplo, en un re-
portaje sobre un asunto, una persona afirma una cosa a raíz de un tema. Sobre
otro tema relacionado, otra persona afirma algo además de hacer alusión o refe-
rirse similarmente al tema citado por la primera fuente. Finalmente, consultan-
do documentos, aparece un dato que confirma lateralmente el mismo asunto.
Las conexiones probatorias, pese a no estar encadenadas, producen una valida-
ción lógica porque inciden, a pesar de seguir un esquema diverso, en una línea
argumental definitiva.

142
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Obsérvese, como indicábamos al hablar del concepto de metáfora en la pri-


mera parte de este texto, cómo se produce una pirámide de conocimiento con el
salto a un plano más simple de explicación de la realidad que a su vez mantiene
la correlación de los elementos característicos de la situación compleja. Este
sistema es el que permite a un lector o a un receptor de la comunicación “subir”
por sí mismo al nivel de relación o de significado que maneja el periodista y va-
lidar su superioridad con respecto a la situación compleja inmediatamente ante-
rior, certificando que ha “resuelto” el problema.

Cualquier hallazgo en el plano del conocimiento humano sigue esta misma


estructura piramidal de validación: es una visión más simple y a la vez igual de
completa en relaciones que la situación de confusión o desconocimiento inicial.

Epistemológicamente las “nuevas definiciones aparecen además como un


método de construcción de términos o configuraciones a partir de relaciones
previamente dadas entre otros términos del campo” (Bueno, cit. en Valbuena,
1997:62)

La validación de la investigación periodística exige una estratagema del pe-


riodista investigador para producir lógicas paralelas. Es decir, el periodista tie-
ne que duplicar la argumentación o moldear la estructura de su reportaje con el
fin de que la validación se produzca. Así, el periodista puede reconstruir lite-
ralmente el orden de la información a la que ha llegado, ordenándola de menor
a mayor, para duplicar la fuerza de su exposición, que además de ser completa
y profunda, aparecerá como sorprendente e imprevista. Así ocurrió en el repor-
taje “La 112” de TVE, en el que una sencilla línea argumental poco prometedo-
ra en principio, ordenada según una simple cronología de investigación inicial-
mente, se simultaneó con aportaciones de pruebas objetivas decisivas realizadas
por el equipo y de las que sólo se presentaban los resultados finales. El conjun-
to resultó sorprendente, tanto por la aparente sencillez como por la oculta e im-
presionante complejidad del reportaje así validado.

Componentes de Validación
Hemos hablado ya de varios tipos de validación en un reportaje. Las valida-
ciones pueden ser de los siguientes tipos o estilos, según predomine uno de es-
tos componentes:

Validación Sumatoria

Validación Dialéctica o Negativa

143
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Validación Ponderativa

Validación Perspectivística

Validación Sumatoria.- Es la consecución de pruebas o evidencias que


proporcionan una visión neta de lo ocurrido y que, combinadas, aumentan ex-
ponencialmente el valor de cada pieza de información. Supone la existencia de
acciones positivas del investigador, como las infiltraciones, la grabación o ad-
quisición de documentos probatorios, la comprobación de instrumentos, la
puesta a prueba de las fuentes con datos falsos, observación personal, duplica-
ción de experimentos, análisis estadístico, etc. Pero la validación sumatoria
exige que la información positivamente obtenida por el periodista tenga un va-
lor añadido en su ensamblaje, combinación y disposición. Así, elementos pro-
batorios que aisladamente carecen de valor pasan a tener en el marco de la in-
vestigación un valor decisivo.

La validación sumatoria no solamente actúa por su fuerza de convicción ba-


sada en la experimentación o el acceso directo a la realidad, sino que también
actúa por impacto. Sugiere al lector que el periodista de investigación no sola-
mente conoce la verdad o la intuye, sino que la ha puesto a prueba y es capaz
de extraer de ella más valor del que convencionalmente pensaríamos. Propor-
ciona pruebas definitivas, e información contundente, que acaba con la duda
sobre un asunto. Casos como el del periódico The Mirage, o tareas como las de
periodistas que suplantan identidades o se infiltran muestran la utilización la
validación sumatoria.

La validación sumatoria exige en ocasiones trabajos físicos reales, a manera


de experimentos de laboratorio, que permitan que la actuación del investigador
pruebe su tesis. Puede tomar la forma de desencadenamiento del hecho noticio-
so por parte del investigador para poder probarlo, o bien la publicación de datos
para observar los movimientos de un núcleo sospechoso. En esta validación, los
hechos aislados sólo tienen valor con relación al conjunto de razonamientos que
los justifican y refuerzan.

En la validación sumatoria, dos piezas menores de información reunidas


arrojan información nueva y de gran peso. No necesariamente toda la informa-
ción valiosa tiene el mismo grado de relevancia. Elementos aparentemente inú-
tiles o menores tienen un gran valor como engranajes o piezas angulares en un
relato. Pero en este tipo de trabajo siempre ha de duplicarse el valor testimonial

144
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

de los elementos informativos. Por ejemplo, las grabaciones autorizadas han de


contener dispositivos de seguridad internos, por ejemplo es importante que
quede grabada en la cinta la autorización de la fuente, e incluso buscar un mo-
mento oportuno para hacer observaciones que así lo demuestren en la cinta.
También es importante ser sutil y discreto en la obtención de pruebas positivas,
teniendo en cuenta que no basta con obtener una prueba, sino que ésta ha de te-
ner un valor múltiple.

El periodista de investigación suele recopilar muestras de documentación y


todo tipo de detalles en principio puramente anecdóticos, que en un momento
dado pasan a convertirse en claves de validación sumatoria. Así, cualquier mé-
todo creativo puede surgir de la información que poseemos y servir para validar
un hecho. Rodríguez (1994:111) relata cómo la recogida rutinaria de tipos me-
canográficos se ha convertido en pieza clave en varios de sus casos.

La obtención de pruebas ilícitas, a partir de grabaciones, sistemas de espio-


naje, microemisores, cables del teléfono a cassettes, etc. no tienen por qué en-
trañar riesgos si están dentro de una validación sumatoria. Como pruebas lega-
les únicas no son válidas, y pueden ser desautorizadas judicialmente, pero com-
binadas con otra forma de aproximación a los datos, como la presencia personal
del periodista como testigo son y han sido válidas no sólo periodísticamente
sino judicialmente. Grabaciones que son luego publicitadas y en las que el pe-
riodista es uno de los protagonistas de la cinta son aceptadas por los jueces
(Rodríguez 1994: 169).

La validación sumatoria, combinación de diversas acciones de investigación,


puede ser utilizada bien para establecer la relación de una persona con determi-
nada información, bien como sistema de desgaste (Rodríguez 1994: 154). No
necesariamente las acciones de investigación han de tener un valor publicable.
Una buena investigación sumatoria reforzará la posición del investigador y no
dejará dudas sobre la certeza y seguridad de su trabajo.

Validación perspectivista : Esta validación se basa en el distinto grado de


proximidad, ángulo o metodología de conocimiento utilizada, lo cual sirve para
proporcionar diversas perspectivas sobre un asunto. Los periodistas de investi-
gación, combinando fuentes puntuales y asiduas, conocimiento subjetivo y ob-
jetivo, directo e indirecto, etc., validan una investigación. Un reportaje de vali-
dación por perspectivas permite a sus lectores experimentar diversos modos de
conocimiento de la información para que los lectores puedan seguir el trabajo
de investigación, llegar a sus mismas conclusiones y apreciar su factura.

145
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

El perspectivismo requiere una estructura múltiple (triple, por ejemplo) so-


bre un tema, dentro de la cual existen múltiples triangulaciones internas. La ba-
se de estas triangulaciones puede ser una técnica heterodoxa (cámara oculta)
que es contrastada con información oficial, de testigos y afectados, con acusa-
ciones documentadas o con los puntos de vista contrarios a la tesis. En un re-
portaje multivocal de esta naturaleza pueden existir decenas de formas de acce-
so a la información, incluidas las del propio periodista, que puede emplear tác-
ticas de grabación, consulta de documentos y selección de los mismos, lectura
de sentencias, entrevistas-denuncia, etc., etc.

El perspectivismo se basa en la lógica común de acuerdo con la cual la in-


formación obtenida a partir de distintas aproximaciones, radicalmente diversas
entre sí, en el conocimiento de una realidad, nos garantiza que nuestro conoci-
miento es acertado. La validación perspectivística no solamente maneja infor-
mación de múltiples fuentes, sino sobre todo mecanismos múltiples de obten-
ción y procesamiento de información, que van desde la intuición subjetiva hasta
la prueba objetiva, de las declaraciones de fuentes implicadas a las informacio-
nes públicas y comunes sobre un tema.

El perspectivismo actúa sobre la credibilidad de varios modos. Por un lado,


su consistencia radica en que presenta la visión más completa de la realidad,
con todos los puntos de vista sobre un asunto. Pero por otro lado, el perspecti-
vismo hace depender cada uno de sus componentes del todo argumental. Esto
quiere decir que por sí solas, las diferentes versiones de un suceso no constitu-
yen probación suficiente. Es el trabajo de ensamblaje y concatenación del in-
vestigador lo que les da valor añadido, validando su resultado.

El ser humano está capacitado para ver cómo ve las cosas y poder apreciar
que vemos las cosas de diferente modo según pertenezcamos a una convicción
o circunstancias. En el periodismo de investigación ha de existir la capacidad
del periodista para entrar y salir en los puntos de vista ajenos pudiendo seguir
su cadena de razonamientos sin por ello identificarse con ella (una cosa es
comprender a los demás y otra compartir su posición) (Lichtemberg: 1991), pe-
ro sobre todo el periodista ha de saber expresar y dar imagen de esta pluralidad
en el reportaje de investigación, para que los lectores experimenten esta varie-
dad de perspectivas y puedan así comprobar la multiplicidad de los datos.

Una validación perspectivista puede utilizar la táctica del periodista ingenuo


o a cara descubierta, que permite obtener maravillosas declaraciones de con-
traste (Rodríguez, 1994: 156). Esta táctica permite entrar en contacto con una
zona a investigar, y con ello poner la base para posteriores entrevistas a partir

146
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

de ese contacto y de “algunos datos nuevos que contradicen las anteriores de-
claraciones” (Rodríguez 1994: 158). Así, el perspectivismo exige manejar, para
informar e investigar a una persona, los diferentes aspectos de su vida y sus di-
versas esferas de actuación. La valoración perspectivista no solamente maneja
datos de diversa procedencia simultánea, es decir, accesos personales, por testi-
gos, por documentos o por medios a un suceso o persona, sino también existe
un perspectivismo temporal, y así el contar con perspectivas del pasado y del
presente ayuda a comprender mejor la situación actual. El perspectivismo exige
que el periodista se aproxime de distintas maneras a un suceso. Estas maneras
pueden ser acercamientos íntimos y sociales combinados con políticos o eco-
nómicos, acercamientos a cara descubierta o a través de procedimientos de dis-
fraz, o bien a través de diversos informantes desconectados entre sí. El perspec-
tivismo no solamente garantiza una validación de la información, sino que tam-
bién protege a las diversas fuentes y permite que sea el investigador quien sepa
de modo único cuántas manos hay en una partida (Rodríguez 1994).

Los sistemas de acceso multivocal a partir de tácticas no comunes incluyen


la infiltración propia, la de terceros o la suplantación de identidad. Casos de in-
filtración famosos han sido los de Xavier Vinader en los años 70, que se infiltró
como militante de grupos fascistas, el de Marisa Zurita como novicia en el
Palmar de Troya o el de Pepe Rodríguez en la secta Moon. Esta táctica requiere
una serie de mecanismos de seguridad y coherencia en la investigación. Así, y
tal como relata Pepe Rodríguez, el periodista debe asegurarse de que dispone
legalmente, ante notario, las condiciones para evitar su “conversión” en el am-
biente donde vaya a infiltrarse (anular la firma para cesiones, conceder poder
legal a amigos para actuar contra la voluntad del periodista si es preciso), con-
tando con que existen casos importantes de pérdida de facultades de los perio-
distas por estas tácticas. Además, el periodista ha de suplantar enteramente la
identidad (cortándose el pelo, ropa adecuada, gafas, conversaciones telefónicas
ad hoc). Exige la falsificación de documentos oficiales (falsificación de análisis
médicos, engorde, etc.). Exige buenos resortes de seguridad excelentemente re-
tratados por Rodríguez (1994:154) Existen, como este periodista atestigua,
personas profesionales que se ofrecen al periodista, según Rodríguez, “para me-
terse donde haga falta”. (Rodríguez 1994:148).

El perspectivismo puede exigir que el periodista encare de distintas formas


una misma realidad y presente a sus lectores los resultados obtenidos. Tácticas
imaginativas en las que la información disponible no sea falsa pero oculte cier-
tos aspectos, o los trucos de los muckrakers utilizando la omisión afirmativa,
encajan en este mecanismo. Hay que tener en cuenta que estas conductas están
tipificadas en el Código Penal, arts. 320, 321, 322, 324 como usurpación de

147
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

funciones y de calidad. La falsedad en documento público está penada igual-


mente por la ley.

Como señala Rodríguez, (1994:108) una verdadera comprobación exige ne-


cesariamente el perspectivismo. Es preciso encontrar fuentes de información
que afirmen de motu propio una realidad parecida. La simple confirmación (tres
suscripciones a un mismo enunciado dado por el periodista) no garantiza un ni-
vel de información ni su consecuente acceso a un nivel de realidad determina-
do. Ningún periodista debe acudir abiertamente a que se le confirme un aspecto
de la realidad que investiga si es que desea que esa confirmación valide su tra-
bajo. El perspectivismo garantiza modos diversos de aproximación a un hecho,
que son los que garantizan la diferencia entre los ángulos análogos de un asun-
to. Estos modos, ya sean lícitos o ilícitos, constituyen en su conjunto una cade-
na lógica de razonamientos y la visión más coherente y completa de la realidad
investigada.

Validación dialéctica o negativa: La validación por reexaminación de una


cadena de razonamientos erróneos o falsos hasta encontrar en esa cadena mis-
ma un argumento veraz y afirmativo es una validación dialéctica.

El método dialéctico tiene como finalidad el establecimiento de una polémi-


ca. La confirmación de las sospechas puede realizarse por los modos o maneras
como se va respondiendo a los interrogantes abiertos. El método, paradójica-
mente, pone el énfasis en las medias verdades para sacar a la luz toda la menti-
ra. Lo que este tipo de reportajes descubren es que las inconsistencias, combi-
nadas entre sí y con la información nítida de expertos o del propio investigador,
confirman lateralmente las sospechas. Muchas inconsistencias, por tanto, su-
man evidencia. En conjunto, la validación dialéctica puede no descubrir nada,
pero sí confirmar un conocimiento público poco claro, o una sospecha generali-
zada mal documentada.

Hay que recordar, como afirma Lichtemberg (1991), que las disputas y en-
frentamientos suelen ser no por diversidad de valores, sino al contrario por
identidad de valores o intereses. Por ello, el periodista de investigación ha de
encontrar la línea de valores o intereses en la que coinciden ambas versiones
que se niegan entre sí, donde suele situarse el tema más profundo en cuestión.

La validación dialéctica invierte el proceso natural afirmativo en el estable-


cimiento de la verdad. Así, la búsqueda de los desacuerdos de sospechosos,
acompañados por la confirmación de verdades por el periodista, conllevan un
visión final clara de lo realmente ocurrido.

148
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

La paradoja de estos reportajes está en que es la evaluación de las inconsis-


tencias en los elementos de la realidad establecidos por el sentido común la que
nos conduce a conclusiones decisivas. Esta validación negativa actúa tanto por
el sorprendente impacto sobre la credibilidad que las analogías entre inconsis-
tencias o mentiras crean, como por la lógica que se deduce del hecho de que, si
un mentiroso dice que mentimos, lo que decimos es verdad.

A este respecto, cuando nos encontramos ante tesis contradictorias, dejar


que dos perspectivas contrarias aparezcan igualmente plausibles cuando una de
ellas tiene más base racional que la otra es una farsa. El investigador ha de co-
menzar con la neutralidad, pero no necesariamente tiene que concluir en la neu-
tralidad (Lichtemberg 1991). No se ha de confundir el equilibrio con su apa-
riencia. El equilibrio en las versiones puede ser el de una balanza de brazos de-
siguales, no necesariamente un equilibrio aritmético simple. Así, entre la ver-
dad y la falsedad el investigador objetivo no es neutral (Lichtemberg 1991),
aunque el periodista convencional lo sea. Intervención y parcialidad puede ser
lo objetivamente neutral en un caso.

Otra falsedad común es la neutralidad ante los valores. No ver nada o no sa-
ber nada ni descubrir nada es periodismo conservador. Aparentar ser neutral es
parecer, pero no ser objetivo.

Periodismo de recuperación y la validación ponderativa


El periodismo de investigación de recuperación es aquella investigación
capaz de convertir el pasado en algo novedoso. La selección de los elementos y
su constelación tienen en el periodismo de recuperación la posibilidad de usar
la perspectiva temporal actual para rebuscar más allá del recuerdo, hasta pre-
sentar el pasado de forma innovadora.

El periodista de investigación de recuperación suele partir de una base de in-


formación previa, que es conocida por el público en general, que constituye un
consenso de conocimientos sobre los que se validará la información novedosa.
Por ello denominamos validación ponderativa la estructura que aporta credibi-
lidad a este tipo de investigaciones, pues es el público el que podrá, a través de
sus ponderaciones y valoraciones, ratificar una investigación informativa.

Es común en este género que el periodista de investigación utilice su tesis


subjetiva para escoger y seleccionar, de la información previa y pública y de
nuevos ángulos de la misma, las pruebas que demuestran repetidamente que di-
cha tesis es la más sólida. Así, Victoria Prego, en “La Transición”, seleccionó y

149
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

sometió a ponderación, de acuerdo con su tesis principal (el autor de la transi-


ción política y quién influyó decisivamente) la información de que dispone.
Ordenando esa información de acuerdo con su argumento, los hechos relatados
adquieren una coherencia que es en sí la novedad o hallazgo del reportaje. La
validación es ponderativa porque el público puede apreciar por sí mismo si la
visión histórica encaja con sus impresiones y si los datos nuevos son significa-
tivos a la luz de ese enfoque. El reportaje queda probado tanto por la investiga-
ción exhaustiva del periodista como por los propios mecanismos de manejo de
la información convencional y subjetiva que el público conserva.

En la estructura básica de un reportaje de recuperación, la documentación


permite escoger las perspectivas de los hechos propias y dar a la vez una visión
fiel de lo ocurrido cuando los datos son originales (auténticos) y “hablan por sí
mismos”. La elocuencia de los documentos originales es muy grande. Avala
además al periodista por tener acceso a ellos. La validación ponderativa se basa
en el juicio que el público hace de la versión del periodista de acuerdo con los
datos originales que proporciona y con los conocimientos previos, tanto con-
vencionales como especiales, que existen.

Nos encontramos pues con un sistema de validación interno, en el que la in-


formación emanada del reportaje permite apreciar su misma factura.

Por otro lado, en la investigación de recuperación se usan dos perspectivas


de punto de partida: la que proporciona el presente respecto del pasado, que nos
permite seleccionar la información más importante según nuestra tesis actual
(hacer ponderaciones) y la perspectiva del periodista, especializada, que ha de
ser forzosamente divergente, sobre lo realmente ocurrido o sus razones profun-
das, que se valida a través del consenso en la ponderación de la información,
principalmente.

En este tipo de reportajes el público lector comparte una porción de conoci-


mientos importantes así como retrospecciones que posee sobre los temas. El pe-
riodista ha de incidir sobre esos conocimientos reforzando sus tesis con ellos, y
a la vez, ha de proporcionar elementos originales, atractivos o novedosos sobre
su tema.

Un reportaje de periodismo de recuperación tiene además un campo perfor-


mativo doble: la selección y recopilación de información ilustra el pasado, pero
también es significativa en el presente por reflejo. Así, puede validarse su tra-
bajo por su interpretación a la luz de la información del pasado o/y a la luz de la

150
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

información del presente. Este mecanismo funciona como una triangulación,


que es ponderada por el público:

La relevancia de la información proporcionada por el periodismo de investi-


gación se basa en que evidencia y concreta conocimientos generales previos,
pero esas evidencias concretas a su vez iluminan nuevos aspectos de la reali-
dad, particularmente de la realidad actual con todas sus circunstancias y necesi-
dades de interpretación.

Si en ese proceso surgen elementos de consenso u opinión pública que rati-


fican la tesis del periodista por coherencia o encaje adecuado, el reportaje que-
da validado. Los dos mecanismos de la validación son: la lógica general y el
impacto de su redescubrimiento u originalidad.

El periodismo de recuperación cuenta con el conocimiento intuitivo o abs-


tracto que en el presente tiene el público sobre un suceso o tema del pasado. Es-
te componente intuitivo, que es vital en muchos casos de investigación, puede
constituir un elemento clave en la validación del reportaje que públicamente se
hace.

En “La Transición” se utilizó el mecanismo interno de pasado a presente, la


narración de consenso y la introducción de datos nuevos con fuentes a cara la-
vada y pruebas documentales. En este tipo de investigaciones, por tanto, no so-
lamente tiene valor probatorio la información esencial, sino que el trabajo que
con ella se haga, su selección y su organización son modos paralelos de proba-
ción de dicha información.

El papel del periodista de investigación


El periodista de investigación no solamente recopila todo tipo de informa-
ción probatoria, sino que una de sus características clave es su capacidad para
elegir pruebas.

La validación consiste a menudo en la confrontación de piezas clave de in-


formación. El periodista de investigación ha de hacer una lectura selectiva de la
información, resaltando el valor de contraste o coherencia y el valor de incohe-
rencia o dialéctico. La finalidad del acopio de datos, fechas, comentarios o do-
cumentos es la construcción de la evidencia lógica o de la duda razonable. Tan-
to la evidencia lógica como la duda razonable conllevarán siempre consecuen-
cias evidentes e indiscutibles.

151
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Así, el periodista de investigación no solamente duplica pruebas buscando


confirmaciones, sino que también contrasta afirmaciones independientes con la
información que ya es poseída, produciendo validaciones paralelas. El periodis-
ta de investigación ha de ordenar, confrontar y disponer la información de un
modo especializado que le permite extraer conclusiones nuevas o poco usuales
u ocultas en el aspecto común de la información ya poseída.

El periodista de investigación selecciona y categoriza la información abun-


dante presentando una constelación de claves y un marco de interpretación que
arroja novedades informativas. Es la elocuencia, la lógica, y la verosimilitud de
las pruebas presentadas lo que caracteriza a un profesional de este género.

El punto de partida, en muchos casos, es el análisis de la información que li-


bremente circula en los medios y sistemas de comunicación abiertos, informa-
ción inacabada, excesivamente breve o contradictoria con el sentido común,
que puede ser rentabilizada en una investigación.

Existen dos tipos de manejo de la información, la investigación de base y la


investigación en línea. Una investigación de base es aquella que a través del
manejo, combinación y confirmación de información que ya circula en la actua-
lidad obtiene hallazgos informativos. Una investigación en línea parte de una
información existente y consigue seguir su trama hasta aumentar la información
y producir resultados.

Según Pepe Rodríguez (1994:23), existirían dos tipos de periodistas, el pe-


riodista informador y el periodista investigador:

“El periodista informador elabora una información de un hecho que por su


configuración espacial y temporal está en la superficie de la realidad y es apto
para ser un valor noticiable a corto plazo. La noticia hubiese aflorado por sí
misma hasta la opinión pública. Un periodista investigador informa sobre una
realidad que por su configuración y naturaleza estaba destinada a permanecer
oculta durante un período de tiempo indefinido. Es una información que sin la
explícita intervención del periodista nunca o muy difícilmente hubiese podido
aflorar”.

Rodríguez señala, por tanto, el papel performativo del periodista investiga-


dor:” mientras el periodista informador transmite noticias generadas por terce-
ros con voluntad de hacerlas públicas...el periodista investigador, con su proce-
so comunicador, crea noticias él mismo al publicitar hechos...” (1994:23)

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

En el periodismo de investigación frecuentemente el periodista se convierte


en personaje interior a la trama. En el periodismo más convencional el periodis-
ta es un enunciador o narrador sin intervención en los hechos descritos, un sim-
ple repetidor de lo sucedido. En el periodismo de investigación el papel del pe-
riodista, desde ser fuente principal a defensor subjetivo de una de las tesis o a
validador de las versiones, es mucho más activo.

En el periodismo de investigador el periodista produce información como


resultado, es decir, no da a conocer información previa, sino que del trabajo de
contrastación y validación surge información nueva, piezas que faltaban. Un
reportaje de periodismo de investigación es un núcleo productor de informa-
ción arrojada por una metodología y actitud profesionales. El periodista de in-
vestigador puede producir constantemente información residual o colateral en
un caso (un modelo reciente es la participación de estos profesionales en pro-
gramas televisivos de variedades por su capacidad para aportar siempre ángulos
novedosos sobre temas o asuntos candentes. El periodista de investigación pue-
de producir información vital o angular a partir de la suma de detalles informa-
tivos menores, a través de la validación sumatoria).

El periodismo de investigación puede trabajar a través del impresionismo in-


formativo: describiendo con elementos únicos y simples aspectos generales de
la realidad, que tengan poder descriptivo general por el modo como encajen en
la realidad y por el modo como expliquen la realidad.

Un periodista convertido en investigador es una fuente a la que llegan in-


formaciones de toda procedencia. La especialización permite al periodista ser
conocido por el público y contar con aportes de información muy amplios.

Fuentes
El orden de consulta a las fuentes constituye un elemento crucial de la inves-
tigación periodística. En información el orden de los factores altera el producto,
como explicamos al principio de este libro al hablar de las leyes informativas,
porque un orden u otro de consulta o inserción de fuentes puede validar o no
una investigación periodística, permitiéndonos sumar o multiplicar la informa-
ción, contraponer perspectivas de conocimiento utilizadas o rentabilizarlas dia-
lécticamente.

Según escojamos una base de información u otra produciremos argumentos


diversos, construcciones diversas puesto que se ensamblarán de diverso modo,

153
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

y a menudo el ensamblaje constituye una probación adicional de lo que afir-


mamos.

Cuando el periodista de investigación no parte de una única pieza de infor-


mación existen más garantías de indeterminación por las fuentes. Además, si el
periodista ensambla la información de acuerdo con sus argumentos o enigmas
propios podrá dirigir la investigación en un sentido u otro. En cambio, cuando
el periodista encadena, es decir, parte de una información dada y tiene como
objetivo hacer girar la información sobre lo que ya sabe o ya se afirma, la in-
formación estará dirigida externamente.

El orden de consulta a las fuentes puede además influir sobre la cantidad de


información que obtendremos. Como resalta Rodríguez (1994:47), hay ocasio-
nes en las que una posible fuente se nos puede quedar muda tan sólo por el he-
cho de haber tocado con anterioridad a otra fuente de menor importancia, pero
relacionada con ella, que la ha puesto sobre aviso....En otras ocasiones, no po-
demos exprimir suficiente información de una fuente determinada ya que los
datos que lo posibilitarían los tiene otra fuente con la que aún no hemos habla-
do. El orden de la información altera el nivel de información que obtendremos.

El uso de las fuentes está sometido a una problemática propia distintiva del
periodismo de investigación. Podemos establecer el criterio según el cual si la
información de una investigación proviene de una sola fuente no existe investi-
gación periodística propiamente dicha, por ausencia de validación.

Cuando el periodista tiene la suficiente base informativa puede ponderar el


grado de sinceridad de una fuente. Puede utilizar incluso información ya vali-
dada para medir las reacciones de las fuentes. (como hizo Rodríguez en el caso
de la secta Ceis). El propio periodista de investigación constituye una fuente
experta, pues es un recopilador de información, en cierta medida anónima.

El uso de las fuentes anónimas no debe ser nunca un dispositivo que encubra
la escasez de información o de trabajo informativo. Tampoco han de servir co-
mo supuestas marcas de investigación. Por eso su uso está prohibido en ciertos
medios y para concursar en legendarios premios periodísticos.

El uso de las fuentes anónimas ha de condicionarse a que eleven el nivel de


información del periodista. Nunca cuando son su única justificación o cuando
no alteren la realidad informativa. En fuentes oficiales, en España se hace un uso
abusivo, según Rodríguez, de la Ley de Secretos Oficiales (1994:60), que es co-
rrespondido en periodismo con el abuso de la información filtrada y anónima.

154
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Hacer alusión a fuentes anónimas puede ser un escudo o máscara de un pla-


gio informativo. Rodríguez señala la existencia de robos de informaciones entre
periodistas que luego son presentados como informaciones anónimas
(1994:24). El robo de información es eficaz porque se produce un cambio de
propiedad de la información. El periodista plagiario puede conocer todo a partir
de una sola fuente, o del robo de una sola recopilación de información, y ven-
derlo luego como trabajo informativo. Algunos periodistas de investigación que
pasan por tales son literalmente ladrones de investigaciones ajenas que luego
presentan como trabajo anónimo propio. Por ello era una práctica común, según
Fishman (1983), no dejar a los colegas las notas de los propios trabajos infor-
mativos.

Los tratadistas señalan igualmente que en el trato con las fuentes muchas de
las técnicas esenciales del periodismo de investigación pueden considerarse des-
honestas, fraudulentas o inmorales e incluso ilegales. Un periodista, según estos
autores, no debe recurrir a ellas si puede obtener la información de cualquier otro
modo. Por otro lado, el periodista de investigación puede negociar con informa-
ción no publicable. Las negociaciones pueden ir desde el trueque de información
hasta su compra. Los periodistas, según Rodríguez (1994:68) logran colaboración
informativa presionando con información sensible sobre el sujeto a cambio de de-
jarle permanecer en el anonimato, de modo habitual. Existen así fuentes volunta-
rias e involuntarias, que actúan bajo la presión performativa del periodista.

La compra de información es práctica habitual, bien en forma de propinas “pa-


ra fotocopias” a informantes menores, bien a base de “préstamos o sablazos” a
confidentes en ámbitos criminales (mañana te lo devuelvo), bien en forma de in-
formaciones exclusivas de valores hasta de 40 millones, según Rodríguez
(1994:93).

El periodista ha de ir preparado para pagar información, pero tampoco ha de


dejarse limpiar. La táctica del monedero utilizada por este periodista ilustra hasta
qué punto la prevención con las fuentes es básica (Rodríguez 1991:91).

Es de notable eficacia, según Rodríguez (1994:108) introducir en la infor-


mación de partida con la fuente errores y lagunas, perfectamente estudiados,
para detectar el grado de conocimientos y fiabilidad de la fuente confirmante.
Pero esta misma táctica puede ser utilizada por las fuentes para torpedear una
investigación, proporcionando documentos validadores falsos para destruir su
credibilidad. Así, la disputa Amedo-Baeza es un ejemplo de relación enturbia-
dora entre periodista y fuente. Para convencer, el periodista puede documentar-

155
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

se de tal modo que él mismo se convierta en una fuente cualificada. De este


modo, su opinión y sus conjeturas pasan a tener un valor acreditado.

En realidad, toda fuente actúa bajo presión, sea institucional, personal, política
o periodística. El periodista tiene que saber qué presiones existen para poder plan-
tear sus propias posibilidades, para saber lo que realmente debe a la fuente y para
poder convertir off the records en on the records. Existen muchos “fantasmas”
que pueden no saber nada.

El periodista de investigación puede establecer una relación dependiente con


los informadores asiduos. La relación de mutuo apoyo consiste en la mutua fiabi-
lidad y seguridad. Es cierto que las fuentes se pueden dejar tentar, en todos los ca-
sos, por la transmisión de rumores supuestamente dados por buenos (Rodríguez
1994: 80). También los periodistas tienden a la invención una vez que conocen a
su fuente. Una estrategia para impedir esto es poner a prueba a la fuente, some-
tiéndole a confirmación informaciones falsas, como relata Pepe Rodríguez.

Una fuente puede actuar a diversos niveles de atribución o función (a título


oficial, confidencial, informal, etc.). Así mismo, las fuentes neutrales o anónimas
pueden a lo largo de una investigación cambiar su punto de vista. Por eso es im-
portante conocer sus circunstancias, lo que saben, sus necesidades y preferencias.

Errores típicos en el manejo de fuentes son la ausencia de comprobación de la


información obtenida, el uso de fuentes de segunda mano y la imprecisión. La
inexactitud y la falta del trabajo preciso son las dos grandes lacras del trabajo in-
formativo.

Rodríguez (1994:76) aconseja la consulta a las fuentes de menor a mayor im-


portancia, pues es habitual darse cuenta, al hablar con la fuente número 5, de que
la 2 tenía datos importantes que no supimos detectar. También es complejo entre-
vistar por separado a dos fuentes muy próximas sin que se comuniquen.

Es preciso además contar con determinadas garantías de seguridad en el trato


con fuentes. Por ejemplo, es útil trabajar en equipos de investigación para vigilar
y para captar información de modo seguro, por ejemplo a través de grabaciones o
filmaciones secretas. Hay que recordar que existen en el mercado toda una serie
de instrumentos para captar o para registrar la grabación secreta (por ejemplo de
cassettes), que el periodista de investigación ha de poder conocer y utilizar. Para
el trato con confidentes, se recomienda el establecimiento de lugares idóneos, por
ejemplo el coche.

156
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

El archivo presenta una problemática propia dentro del trabajo de investiga-


ción. En nuestro país los archivos genéricos de medios no están excesivamente
bien considerados, salvo excepciones (Rodríguez 1994:196), como el archivo de
El País, indizado y abierto. En TVE, por ejemplo, se destruye todo material gra-
bado que no se emite y se reutilizan las cintas, conservándose breves minutos de
muy difícil utilidad para una investigación. Estos archivos no recogen todas las
informaciones complementarias o contrarias a lo publicado, provocando el conta-
gio de errores de un medio a otro.

El periodista de investigación tiene pues que realizar sus propios archivos


donde recopile las decenas de informaciones, teléfonos, direcciones, nombres o
datos que puedan resultar útiles incluso si ahora no es así. El periodista ha de ar-
bitrar un sistema de consulta y localización que le permita encontrar rápidamente
los datos que busca e incluso otros accesorios. Es buena idea cruzar los datos de
cada carpeta temática a través de un sistema de referencias y sintetizar o subrayar
los documentos para evitar pérdidas de tiempo.

Formas de cita de una fuente informativa


Las reglas establecidas para la cita de una fuente son las siguientes:

Regla número 1 o del Registro (On the Record): el individuo, grupo o ins-
titución fuente queda identificado con su nombre o posición en la estructura so-
cial.

Regla número 2 o de la Reserva (On background): la fuente no es identi-


ficada por razones de seguridad personal.

Regla número 3 o del Plagio (on deep background): el periodista se insti-


tuye en fuente. No se cita ni a la fuente ni su entorno.

Regla número 4 o del Silencio (Off the Record): relación confidencial en


la que existe el compromiso de no publicar la información bajo ningún concep-
to.(Fagoaga, C., 1988).

Se ha de obtener siempre una justificación o explicación de la denegación de


documentos oficiales. Las sesiones a puerta cerrada deben siempre justificarse an-
te el periodista. Igualmente, es siempre adecuado utilizar cartas y escritos de de-
manda de documentación pública.

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TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Los tratadistas finalmente recomiendan que ante la duda de demandar o no una


documentación determinada, el periodista actúe asumiendo que se posee el dere-
cho de acceso a cualquier información oficial. Es un derecho constitucional pro-
tegido, y el mayor uso que se haga de este derecho redundará en un mayor presti-
gio para el investigador ante fuentes documentales y ante su propio público lec-
tor.

Como regla fija, no se debe grabar dos y tres veces consecutivas testimonios o
respuestas, ni debe existir “edición” en los testimonios que se ensamblen o resu-
man.

Tampoco se debe exhibir el “no comment”. La negativa a declarar no es un


documento de investigación. Tampoco es correcto fusionar partes diversas de
filmaciones, o declaraciones de fuentes, para alterar su contenido.

En el periodismo televisivo, es una buena táctica verbalizar primeramente la


información y luego mostrarla, dando primero los datos, para luego ilustrarlos. Ha
de tenerse siempre en cuenta que cuanto más se trabaje con la imagen, más tiende
ésta a convertirse en la “estrella” del medio, buscando una información a menudo
inconexa y sin visión de conjunto o análisis de fondo. La imagen, en términos ge-
nerales, es un sistema de comunicación muchísimo más inseguro que el sonido o
el tacto. Casi podríamos decir que el hombre se equivoca siempre por la confu-
sión con la imagen. En general se ha de evitar la ficción de contenidos enigmáti-
cos o misteriosos a través de música de fondo o efectos teatrales.

La promoción de una investigación periodística


Si bien es cierto que existe una metodología y características informativas
propias del Periodismo de Investigación, no es menos cierto que el periodista de
investigación ha de saber vender su investigación. La investigación periodística
necesita publicidad previa y publicidad inmediata. Ha de lanzarse de modo que
llame la atención, que atraiga el interés previamente y que sepa subrayar sus con-
clusiones y consecuencias.

Ésta es una de las grandes trampas para el periodista investigador, pues si no


consigue dar inmediata publicidad a sus hallazgos y al poder performativo de su
reportaje, otros medios o incluso las instituciones afectadas podrán lanzar cortinas
de humo o apropiarse de los méritos del periodista de investigación. Cuando la
reclamación de méritos para un periodista o reportaje se hace muchos años más
tarde, cuando otros periodistas se han especializado en lo mismo, ya no existirá
tanto resultado para el periodista.
158
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

El diario “El Mundo” y su director, por ejemplo, son grandes vendedores de


investigaciones periodísticas, tanto propias como apropiadas, realizando campa-
ñas previas, seguimiento de actualidad, y reclamando constantemente atención
para su periódico. En este caso, la promoción de las investigaciones, a veces in-
cluso no terminadas, conduce a una fama mayor que a su vez redunda en la con-
secución de fuentes e intervenciones del medio y sus periodistas en el proceso.

José María Irujo, y Diario 16, perdieron en gran medida la batalla por la rele-
vancia para su medio del caso Roldán por razones de escasez de promoción. Iru-
jo, gran periodista de investigación, aprendió la lección y promocionó a bombo y
platillo su libro “Comisión Ilegal” (1996).

Contra la promoción de la investigaciones del caso Watergate en el Washing-


ton Post se movieron intereses del poder intentando acabar con las filiales televi-
sivas del periódico y sus ingresos por publicidad. Si el medio se amilana, puede
perderse una batalla que es esencial para las realizaciones del periodismo de in-
vestigación.

La promoción de una investigación exige también tareas profesionales del pe-


riodista en su trabajo. Por ejemplo, garantizar la protección de las fuentes en los
textos difundidos, pues a menudo un cambio en la publicación puede hacer que
los códigos de protección de las fuentes anónimas desaparezcan. El periodista ha
de asegurar también su propia integridad y defensa frente a ataques. Un buen pe-
riodista de investigación se ocupa sobre todo de organizar la situación final, tras
la publicación u obtención de resultados, de su propia forma de “salida” de la in-
vestigación.

Un periodista que vende a bombo y platillo una investigación sin preocuparse


de su futuro profesional está cometiendo un error de promoción investigadora. A
menudo los periodistas de investigación tienen que manejar información ajena,
que sintetizar su trabajo, que obviar los aspectos contraproducentes de un reporta-
je, etc. Un periodista “secafuentes” es aquel que puede engañar una vez, pero no
dos.

Una buena promoción puede exigir tácticas heterodoxas como la relatada por
Pepe Rodríguez (1994:36), ante un bloqueo informativo de un reportaje por falta
de interés del medio. Una fórmula eficaz, según este periodista que ha resultado
un tratadista excepcional del género, es filtrar alguna parte no fundamental de una
investigación ni excesivamente novedosa a otro medio de la competencia con el
fin de hacer entrar en la agenda informativa el tema de la investigación.

159
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Para la promoción de una investigación puede ser necesario disponer los datos
de modo que no provoquen una inmediata censura o campaña de descrédito por
parte de importantes personas afectadas. No hay que olvidar que, una vez publi-
cada, la investigación será válida en cada uno de sus puntos.

Otras tácticas para asegurar la promoción pueden ser disuasorias o de desgas-


te. Rodríguez (1994:170) ha utilizado las grabaciones secretas para disuadir de
juicios y procesos por teléfono. También resulta muy útil que el periodista sepa
“desaparecer” del mundo público después o durante ciertos períodos de su tarea
para camuflar situaciones, esperar informaciones o dejar en duda su actividad
real.

El periodista de investigación ha de tener en cuenta las necesidades de seguri-


dad que él mismo tiene y que han de orientar todo su trabajo de investigación: su
integridad psico-física, su defensa jurídica, la defensa del depósito documental y
por último su futuro profesional (Rodríguez, 1994: 180). Un profesional, según
este autor, no solamente debe entrar en riesgos relativos a estas seguridades, sino
también aprender cómo evitar los más posibles.

Si bien para conservar la integridad psico-física existen múltiples dispositivos,


que van desde la capacidad para controlar la propia vanidad y estado nervioso,
que en muchos periodistas de investigación tiene una importancia grande, hasta
medidas de seguridad en el domicilio o de conducta (no hablar por teléfono, no
contar a diestro y siniestro los hallazgos), para conservar la seguridad jurídica y
documental los caminos son más concretos. Así, es útil depositar en notarías los
documentos importantes y entregar copias e instrucciones de su uso a otras dos
personas (Rodríguez 1994: 181). La seguridad judicial se basa en la consulta a
abogados, la tenencia de un abogado propio, la posesión de pruebas y validacio-
nes y la edición de la información de forma no injuriosa o desmerecedora. Es pre-
ciso recordar que la Ley de Enjuiciamiento criminal, en su artículo 259, castiga
como delito la omisión de información sobre perpetración de crimen o delito para
las personas que no lo pongan en conocimiento del funcionario fiscal o juez de
instrucción más próximo.

Muchos periodistas de investigación no tienen en cuenta la última necesidad,


la protección del futuro profesional, y se lanzan a la publicación de una investiga-
ción sin contar con medidas de seguridad respecto a su futuro. Un periodista con-
flictivo o demasiado independiente hace depender su futuro profesional de un hilo
extremadamente frágil. Una posibilidad es rentabilizar una investigación con una
estela de apariciones del profesional en medios para tener ingresos complementa-

160
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

rios o incluso para no depender de empresas periodísticas. Los cursos, conferen-


cias, informes, docencia, pueden suplir en un momento dado un veto informativo.

La utilización combinada de diversos medios para desgastar un contraataque o


para promocionar una investigación es un método actual interesante de promo-
ción investigadora. La publicación de una investigación en formato libro de tiene
una larga vida informativa, pero su impacto general es escaso. Justamente al re-
vés, la publicación seriada en prensa diaria o periódica produce grandes impactos
generales pero su vida informativa es más corta y corre el riesgo de desaparecer
de la memoria como trabajo de conjunto. Actualmente los periodistas combinan
la publicación seriada de investigaciones con la recopilación en libros, aparecien-
do también en televisión como comentaristas o con secciones fijas que les permi-
ten dar más agarre a la publicación en libros, afectando a públicos nuevos.

La radio es un medio muy eficaz para tratar reportajes o informaciones publi-


cadas en medios impresos. La combinación de intervenciones radiofónicas y tele-
visivas y publicación de investigaciones pormenorizadas en prensa o libro sirve
además para dar más relevancia a los hallazgos y para sondear los efectos poten-
ciales. En la radio se producen investigaciones secuencializadas o activas, como
en la prensa diaria, que exigen un periodismo muy certero, dinámico e intenso
con el trabajo de antecedentes, y muy expresivo. Algunos periodistas de investi-
gación son flojos en este medio cuando son excelentes en libros, y viceversa.

Como afirma Pepe Rodríguez (1994:245), la capacidad intelectual, receptivi-


dad y comprensión es distinta según el medio que utilicemos. La atención es mu-
cho más vital en televisión que en diarios. Para promocionar bien una investiga-
ción hay que seleccionar lo que se dice en cada caso y para qué.

Hay que recordar siempre que la buena información jamás es gratuita. El in-
vestigador siempre debe pagar un precio por la información que va a manejar en
su trabajo. Es mejor que el investigador sepa esto y pague voluntariamente en su
momento, que no, creyéndose muy listo, pague su factura cuando ya no lo espera.
A la larga, los robos o timos informativos siempre pasan factura, y el “listillo” in-
vestigador termina en la calle o buscando información donde no volverá a conse-
guirla.

161
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

16.-Ética periodística: áreas profesionales y


problemas morales en el mundo de la información
Judith Lichtemberg (1991) afirma que un periodista ha de comenzar el tra-
tamiento informativo de un asunto con objetividad, pero no necesariamente tie-
ne que terminar siempre ese trabajo en la objetividad, pues son muchos los
asuntos informativos que requieren, para ser tratados en profundidad y con
coherencia, de una clara toma de postura por parte del informador a lo largo de
su tarea. La objetividad, como otros valores informativos tradicionalmente con-
siderados como mandamientos del periodista, se desdibuja cuando queremos
aplicarla a todas las formas, sectores o fases de trabajo informativo que caen
dentro del periodismo. La objetividad, de ser la gran virtud periodística, se tor-
na en el mayor pecado cuando usurpa el lugar de la buena fe informativa, como
viene ocurriendo cuando ante nuestros ojos un informador se justifica con la
necesidad de ser “objetivo” cuando informa de asuntos íntimos, dolorosos,
crueles, morbosos o sencillamente estúpidos enmascarando el sensacionalismo
bajo una profesionalidad confusa e interesada a la vez. En este caso, la objetivi-
dad es confundida con la indeterminación del informador a la hora de obtener o
recabar materia prima. Para ser auténticamente objetivo, en otras ocasiones, es
imprescindible que el informador adopte una postura parcial, comprometiéndo-
se y adquiriendo una visión subjetiva que le permitirá conocer y tratar mejor el
tema informativo.

Va siendo hora de que distingamos áreas de trabajo informativo en las que


aparecen determinadas deudas o faltas deontológicas que en un área determina-
da son inaceptables y en otro no. En un viejo código deontológico europeo (del
Sindicato Nacional de Periodistas Franceses de 1918) se consideraba el deber
más alto del periodista la responsabilidad completa de cuanto escribiera (Bone-
te 1995). La fragmentación de los deberes u obligaciones de los periodistas en
múltiples principios o reglas de actuación ha tendido a difuminar esta primera
responsabilidad. Los códigos deontológicos, en su afán universalista por desci-
frar normas nítidas de actuación, han querido meter en un mismo saco todas
esas faltas deontológicas, pero por ello mismo se han alejado hasta el terreno de
lo inútil o de lo obvio. Si bien es cierto que la mayoría de los problemas éticos
del periodismo están citados en los diferentes códigos, en ellos no aparece con
claridad cuándo, cómo y en qué medida o en relación a qué actividades se pue-
den o no hacer determinadas cosas. Una deontología profesional no puede pres-
cindir de cláusulas verbales relativas como “en la medida en que..” “siempre
que..” “en relación a...””en tanto se dé...”. El remedio a los absolutos que de-
forman nuestra vida social es la idea de relación, como decía Simone Weil
(Weil 1956) y de una casuística que vaya modificándose conforme se presentan
162
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

diversas encrucijadas profesionales. Los códigos deontológicos ignoran, y de


este modo, encubren y alientan, la existencia de prácticas profesionales estable-
cidas de muy dudosa naturaleza moral. Es preciso definir muy claramente lo
que se hace, lo que está bien y lo que está mal y cuándo aparece la fuerza ma-
yor en el uso de esas técnicas o si existe un uso idóneo de las mismas.

Distinguimos la siguiente clasificación de áreas de trabajo informativo den-


tro de las cuales se plantean muy diversas carencias éticas:

Obtención de información

Procesamiento o tratamiento de la información

Difusión de información

Actividades derivadas de la función pública del informador

Vamos a mostrar que en cada una de estas áreas los problemas éticos son de
diversa naturaleza.

Obtención de Información
Si bien es cierto que los periodistas de ámbitos locales ejecutan actividades
de obtención de información simultáneamente con actividades de procesamien-
to y difusión, en los medios masivos y en general, existe profesionalmente una
diversificación o especialización que no es nueva. Siempre han existido los
“reporters” o periodistas de calle cuya actividad se limita a recoger informa-
ción, que será tratada posteriormente por otros profesionales especializados en
el procesamiento de información ya recabada. Así, Tunstall (1971) habló de dos
tipos de periodistas, los “gatherers” y los “processers”, es decir, los recopilado-
res y los procesadores de información. Servan Schreiber (en Valbuena 1997:84)
habló de la “Extracción” y la “Transformación” de la información. En cada ca-
so profesional predominarán unas actividades u otras y el resultado informativo
variará si en él predomina la información obtenida, la elaboración posterior de
esa información o la tarea de difusión.

Los periodistas especializados en obtención de la información cometen con


frecuencia, actualmente, la principal inmoralidad de utilizar la violencia en la
obtención de información. Nos referimos a todos aquellos sistemas o medios
por los cuales los recopiladores de información violentan o fuerzan la aparición
de información, desde el asalto, micrófono o cámara en ristre, a una persona pa-

163
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

ra obtener unas declaraciones forzadas bajo la presión de publicar o editar un


“no comment” (Goldstein 1986) desacreditador, hasta los periodistas que hacen
determinadas cosas para provocar una noticia -como por ejemplo no respetar
los momentos de dolor íntimo o de euforia privada para proceder a las entrevis-
tas, o esperar a que un suicida se tire para sacar la foto-, hasta los periodistas
gráficos que obtienen imágenes privadas para su difusión pública, pasando por
los periodistas que irrumpen en zonas privadas o reservadas con el exclusivo
fin de reflejar imágenes inéditas.

Además, la violencia en la obtención de información puede tomar la forma


de robo de información, sea de otros informadores, es decir en forma de plagio,
sea del contexto o personas sobre las que se informa. Los informadores rinden
culto a la autenticidad en la obtención de información porque conocen la difi-
cultad y el trabajo que hay detrás de cada dato obtenido. Por ello no permiten
que colegas profesionales “utilicen” a otros periodistas como fuentes de materia
prima y sancionan duramente esta falta profesional (Fishman 1980). Pero en la
vorágine contemporánea de los medios el plagio y su escudo en la fuente anó-
nima es cada vez más frecuente.

La violencia en la obtención de la información desconoce el derecho de ha-


beas corpus informativo, es decir, el derecho de toda persona a no declarar en
público si no es tal su deseo. Sin embargo no son los derechos los que han de
limitar las normas morales. Esto sería una reducción al absurdo de la ética in-
formativa. La violencia en la obtención de información afecta al contenido
mismo y calidad de la información. La violencia en la obtención de la informa-
ción, bajo la fórmula de la provocación de la información, puede llegar literal-
mente a constituir una invención total o parcial de la información ligada a gran-
des intereses políticos tanto nacionales como internacionales, como pudimos
comprobar en la Guerra del Golfo.

La violencia en la obtención de la información se ha convertido en deporte


en nuestro país en el sector de las amenidades. Lo más ameno hoy en día, según
creen muchos periodistas, es violentar a ciertos personajes sociales. Una ten-
dencia desastrosa ha convertido en información la violencia informativa. El
problema más grave es que estos juegos de visibilidad social centrados en la
violencia periodística están usurpando el lugar del interés público por los asun-
tos sociales públicos, con la consecuente anquilosis de la curiosidad social ac-
tual. Puede establecerse un criterio según el cual el respeto a la intimidad o pri-
vacidad por parte de los informadores se mantenga siempre excepto cuando los
datos obtenidos asaltando tales barreras sean piezas esenciales y tengan una es-
tricta relación con el interés público. Por tanto, en el género de sociedad o ame-

164
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

nidades la violencia a la intimidad está menos justificada que en ningún otro


área informativa.

El periodista no deberá recurrir a medios violentos o ilícitos de obtención de


la información si existen medios alternativos del tipo que sea. El cumplimiento
de los principios de limpieza, honestidad, buena fe, confianza mutua entre el
recopilador de información y su entorno de trabajo, que es la sociedad misma,
revolucionaría el periodismo. Así ocurre en el trato con las fuentes informati-
vas, pues cuando el periodista hace saber desde un principio cuál es su condi-
ción honesta de trabajo consigue muchas veces más de lo que conseguiría
cuando no sabemos qué clase de tipo es. Muchos “off the record” han salido a
la luz convertidos en información atribuida con periodistas que desde su punto
de partida han puesto las cosas, sus cosas profesionales, bien en claro.

La violencia en la obtención de información debería sustituirse por un mode-


lo de “reportero no violento” a la manera gandhiana, aquel periodista que no
cooperara con la violencia de ningún modo, y ello incluye el no aprovecha-
miento de la violencia como valor-noticia, es decir, que de ningún modo la vio-
lencia en la obtención de información constituyera un valor añadido ni esencial
a la noticia. La no cooperación con la violencia en el mundo de la información
significaría también evitar la promoción de actitudes violentas, tanto físicas
como simbólicas, e igualmente supondría la promoción de las formas de resis-
tencia pasiva a la violencia: no buscar el punto de vista de las víctimas violen-
tadas, sino el de las víctimas inocentes, no promover la imagen violenta del
rencor, de la venganza, de los que no perdonan, de la bajeza moral que la vio-
lencia sufrida imprime a sus víctimas. Un recopilador de información que si-
guiera el mandato de la no violencia no debería rentabilizar ningún tipo de vio-
lencia, ni en medios, ni en contenidos, para su tarea profesional. Algún código
se ha atrevido con gran criterio (como el de la Unesco de 1983, vid. Bonete
1995) a señalar como deber del periodista la eliminación de las guerras y otras
grandes plagas.

Todas las formas de violencia son comunicantes entre sí. Si los informado-
res convierten su tarea informativa en un recurso constante a modos de violen-
cia que van desde la violencia al ser viviente hasta la violencia a la verdad, esta-
rán contribuyendo con ello a una civilización cada vez más primitiva. Es cierto
que los profesionales de la información ejercen violencia simbólica para insti-
tucionalizarse como las otras formas de poder social. El carácter semiprofesio-
nalizado e incluso cierto complejo de inseguridad intrínseco al periodismo ha
favorecido enormemente el uso de violencia que pretende ser defensiva o legi-
timadora. Pero la institucionalización de una profesión sólo obedece al recono-

165
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

cimiento de sus funciones provechosas para la sociedad. La pérdida de credibi-


lidad del periodismo contemporáneo nos indica hasta qué punto el mal hacer
informativo es perfectamente observado y tenido en cuenta por la sociedad. La
mayor presión para conseguir el respeto social a la profesión periodística es una
presión contra el mal uso del poder informativo, aunque ello sea trabajoso y re-
dunde en escasos beneficios inmediatos.

La compra de información por iniciativa del informador no es inmoral en el


ámbito de la obtención de información. El único caso en que esta práctica es in-
correcta es cuando el periodista condiciona la cobertura de un hecho a su pago
por terceros o fuentes, y cuando las fuentes prostituyen así literalmente la aten-
ción informativa. Sí es inmoral, en cambio, la compra del tratamiento de la in-
formación, es decir, en el segundo sector de actividades informativas. Así, las
negociaciones precisas para obtener información son algo común y completa-
mente coherente a nuestro juicio. No es correcto, en cambio, que el periodista
negocie con su propia capacidad para tratar y procesar una información, o con
el resultado final de su trabajo. Así, la obtención de información no ha de im-
plicar necesariamente la propaganda de una fuente. Es necesario desvincular la
actividad de informar sobre algo o alguien de la actividad de promover a ese
algo o a ese alguien. La dependencia mutua entre informadores y fuentes sería
menor y menos sucia (incluso más protectora para ambos, como señalan los pe-
riodistas de investigación (Rodríguez 1995)) si la obtención de información
fuera más respetada como actividad profesional por parte de los propios perio-
distas.

El criterio más claro que he encontrado para justificar los casos de recurso a
técnicas heterodoxas de obtención de información es el criterio de la validación
o contrastación informativa. Así, cuando el informador precise validar una in-
formación que ya posee de algún otro modo objetivo y al mismo tiempo sea
inevitable para suscribir completamente su argumento, podrá hacer uso de téc-
nicas dudosas o violentas como el engaño, el asalto o la captura de información.
De este modo la violencia en la obtención de información no será más que parte
de una estrategia de validación de un asunto que además es probado por otros
medios, los cuales además justificarán su uso. Pero se trata de técnicas que han
de ser inevitables en casos justificados por la elaboración de la credibilidad in-
formativa y siempre en un segundo momento o fase, cual es el del procesamien-
to y tratamiento de la información.

La segunda gran tacha moral en la obtención de información es el pecado de


dejación en las posibilidades de obtención de información. En las declaraciones
internacionales sobre la información, y en los códigos profesionales, se habla

166
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

siempre de la libertad y el derecho de investigación del informador, pero jamás


se menciona la obligación o deber de investigar y obtener la máxima informa-
ción posible, que es el principio que debe regir la conducta profesional perio-
dística. El cumplimiento de la obligación de obtener e investigar la información
debería primar en el mundo profesional y así sería también reconocido como el
mayor deber del periodista por parte de su público. Pero para contar con buen
material informativo en muchos casos el informador se ve tentado a no recoger
un dato que echaría por tierra su noticia. Las condiciones profesionales y la ru-
tinización del trabajo informativo han impuesto un modelo de obtención de in-
formación totalmente pasivo y adaptado a los suministros parciales, con presti-
gio o poder social y gratuitos como cómodos profesionalmente. El efecto de
agenda nos habla de hasta qué punto existe iniquidad a la hora de afrontar la
necesidad primera que los medios deberían satisfacer, la de ser sobre todo re-
ceptores de información aún más que emisores de información, como pedía
Bertolt Brecht (Bassett 1991) Ya hemos visto anteriormente que los conceptos
mencionados están en función de reciprocidad. La dejación de las tareas de re-
copilación de información es fatídica cuando el periodista recopilador de in-
formación omite su propio buen juicio y da crédito a lo increíble, a lo plena-
mente perjudicial o a lo superficial, lo cual podríamos considerar también un
modo actual de dejación de deber profesional.

En algunos códigos deontológicos se recoge el derecho del informador a


unas condiciones dignas de trabajo. Efectivamente, las condiciones de trabajo,
sean económicas, sean puramente funcionales, son en gran medida decisivas
para una buena satisfacción del deber de investigación y obtención de informa-
ción. El periodismo es una profesión con una naturaleza particularísima que ha
hecho que la presión laboral y la autodefensa del trabajador configuren un pro-
fesionalismo salvaje en muchos casos, capaz de anteponer el trabajo a cualquier
principio e interés. Esto ha hecho del periodismo una actividad heroica en algu-
nos casos, y en otros deleznable. Hoy en día los informadores siguen destacan-
do por su escaso corporativismo o espíritu de autodefensa asociacionista, lo
cual redunda en que los modos de trabajo y los valores que reinan en él no ten-
gan nada que ver con la calidad del resultado o con una estrecha relación entre
el profesional y su servicio.

En el periodismo contemporáneo la dejación del deber de completud infor-


mativa tiene una imagen invertida, y así hoy en día observamos una sobrecarga
informativa de pobreza temática. Quiero decir que abundan y saturan los me-
dios informativos noticias siempre iguales, siempre sobre las mismas personas
y los mismos temas, porque se dejan de lado informaciones que se consideran
secundarias o anecdóticas, que son mucho más variadas, ricas y profundas por-

167
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

que provienen de focos informativos distintos o dispersos. Para un periodista


con cierta capacidad de opción sería relativamente fácil rebuscar entre los tele-
tipos y fuentes desechados por los criterios que dominan el mercado para en-
contrar y redescubrir el verdadero sabor del periodismo.

Podemos decir que en la medida en que el periodista inicia la actividad in-


formativa con violencia o dejadez, está cometiendo una falta profesional y so-
cial muy grave. No es preciso novelar (Böll 1979) los efectos que esas armas
invisibles pueden causar a corto y largo plazo sobre la conciencia social. De
“verdadero crimen contra el Espíritu”(Weil 1951) fue calificada en su momento
la potencialidad de los medios para desarraigar y envenenar la vida social por
su incapacidad para transmitir contenidos que deben ser obtenidos del mundo
que nos rodea.

Procesamiento de Información
Todas las actividades que el periodista realiza para elaborar, verificar, tratar,
sumar, validar o equilibrar una información forman parte del procesamiento de
la información. Estas actividades tienen que ver sobre todo con la edición y es-
critura de las informaciones. El principal pecado periodístico a la hora de elabo-
rar las informaciones y noticias es la invención de información, la falsedad en la
elaboración de textos o mensajes. Entendemos que la inexactitud, el maquillaje,
la falsedad o doblez caen dentro de la invención informativa. Grandes escánda-
los informativos como el de Janet Cooke en Estados Unidos fueron provocados
por el pecado de invención de información. La presión profesional y las ten-
dencias violentas en la obtención de datos están facilitando el campo a las in-
venciones. El código europeo de 1918 (vid. Bonete 1995) consideraba la ca-
lumnia, la difamación y la acusación sin pruebas como las faltas profesionales
más graves al honor profesional del periodista.

En ningún caso puede un periodista sacarse de la manga unas declaraciones,


falsificar unas pruebas o trucar una fotografía. Pero la invención tiene en el pe-
riodismo grados de gravedad. Mucho más grave es la invención por rutina, los
periodistas que de la constante necesidad de expresar con fuerza o de forma
gráfica algo que no han presenciado pasan directamente a decir lo que les pare-
ce o a poner en palabras de una fuente cosas que no se han dicho. La invención
en el periodismo tiene su lugar propio en la creatividad necesaria para obtener
información, para disponerla en el relato o para ser original en la presentación y
difusión del mismo, pero jamás en la alteración de la materia prima de la infor-
mación.

168
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

La imprecisión e inexactitud cobran naturaleza de defecto deontológico


cuando se convierten en un arma para la manipulación periodística y producen
consecuencias dañinas. Como sabemos, en el mundo de la información de mo-
do general, el orden de los factores altera el producto. Así, la disposición y ela-
boración del material informativo es un factor decisivo a la hora de validar o no
un reportaje periodístico. Hay que decir que la disposición de los datos consti-
tuye un nivel de conocimientos, y por tanto, de realidad informativa. El infor-
mador ha de tener en cuenta que su visión de la realidad cambiará radicalmente
según maneje en mayor o menor profundidad la información. No existen pro-
piamente visiones objetivas, sino grados de realidad en el conocimiento infor-
mativo. Es obvio que cada nivel de información proporciona un nivel de reali-
dad distinto, y así el periodista ha de tener bien claro que su conocimiento de
los hechos y la elaboración de sus conocimientos en el producto informativo
provocará muy distintos resultados según la profesionalidad con la que trabaje.

Como extremo opuesto de este problema, a la manera del “contrapasso”


dantesco, últimamente estamos viendo cómo la literalidad distorsionante in-
formativa o la exhaustividad o excesiva proximidad en la imagen manipulan
también la realidad de la que nos hablan. Por tanto, y de acuerdo con la modali-
dad de percepción adecuada a cada soporte, el periodista ha de dar la imagen
más acorde con la realidad. La falsa neutralidad u objetividad son el valor deon-
tológico más blandido contra los ataques a la prensa y los medios por su falta
de rigor y fidelidad informativa en el procesamiento de la información.

La omisión de información obtenida que no es procesada por el periodista es


un grave problema deontológico, sobre todo cuando se conecta con la dejación
del deber de verificar o completar versiones en una información que está siendo
procesada. Los métodos de validación del periodismo de investigación deberían
convertirse en regla fija del trabajo informativo. En el periodismo convencional
tiende a producirse lo que Fishman (1980) denomina el “encadenamiento” de
las versiones. Este fenómeno, que hemos explicado ya, supone que los infor-
madores toman una de las versiones como base o fundamento de su informa-
ción, y sobre los temas centrales de la misma obligan a las restantes fuentes a
declarar, de modo que los puntos de acuerdo general se convierten en los he-
chos, mientras que las discrepancias entre las subsiguientes fuentes son tratadas
como opiniones o posturas subjetivas. El encadenamiento obliga a asumir una
versión, que suele ser la oficial o institucional, como la base para establecer la
verdad por consenso, pero a la vez supone que no es el informador quien dirige
las pesquisas informativas. El periodista debe tener, y así lo reconocen los có-
digos profesionales, independencia a la hora de verificar, contrastar o triangular
las diferentes versiones, sabiendo que en el mundo informativo el orden de los

169
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

factores altera el producto, y que el nivel de información predispone a un nivel


de realidad. La doble y triple confirmación de las distintas tesis por vías inde-
pendientes, y la búsqueda más allá de lo obvio o lo oficial es una metodología
que nos evita el encadenamiento y hace surgir nuevos enfoques de la informa-
ción, aunque, eso sí, convierte cada noticia en un mundo completamente distin-
to y complejo.

La distinción entre hechos y opiniones no es completa. Entre los hechos y


las opiniones existen las ideas, es decir, las formas creativas de interpretación
que se desprenden del conocimiento de los hechos y que en muchos casos con-
ducen a una visión de la realidad. Un periodista ha de trabajar con los hechos
en igual medida que con las ideas. La distinción entre hechos e ideas no es cla-
ra, pues cada hecho es causa y resultado a su vez de ideas sobre la realidad. El
periodista tiene que concebir y manejar ideas en la elaboración de sus informa-
ciones, es decir, sus versiones de los hechos han de conducir a visiones de la
realidad que sean lo más completas y reflexivas. Por opiniones entendemos más
bien interpretaciones que no son concebidas en el conocimiento de los hechos,
sino que provienen de estructuras previas más subjetivas y a la vez más genera-
les. Recomendaríamos que los periodistas aprendieran a diferenciar entre ideas
y opiniones.

Las ideas están estrechamente conectadas con los valores humanos. Hoy en
día los códigos deontológicos evitan en lo posible hablar de valores como el
amor, la verdad, la libertad, la buena fe, la justicia, la caridad o el honor. Es
mucho más común encontrar hoy en un código ético alusiones paradójicas a los
derechos profesionales que a los valores fundamentales. Los códigos adolecen
de un sentido autodefensivo profesional un tanto ciego que huye de valores ab-
solutos que condicionarían la actividad periodística y se escudan en derechos
contraídos por los periodistas. El derecho y la moral son sin embargo antóni-
mos en muchos sentidos. En la noción de derecho existe un matiz de fuerza y
de presión al exterior que no existe en la noción de moral o de obligación. Los
códigos que se basan en deberes pero contraponen inmediatamente derechos
profesionales adolecen de fariseísmo profesional, es decir, pueden ser usados
para defenderse y para atacar, pero no para mejorar. Prueba de esta sutil evolu-
ción agresiva de la autodefensa profesional es el hecho de que reglas como la
de no abusar de la libertad de prensa, que aparecen en los códigos históricos
más antiguos, han desaparecido de los mapas deontológicos actuales.

Como Lichtemberg (1991) ha indicado, en el periodismo no existe el equili-


brio aritmético de las versiones, así como tampoco de los espacios o de los te-
mas. Cuando se impone un criterio positivista como el de la igualdad física en-

170
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

tre partes para que rija un mundo como el de la comunicación nos encontramos
con un desequilibrio absoluto, y así, la “imparcialidad” informativa ante las in-
justicias se convierte ella misma en parte de esas injusticias. El equilibrio o la
triangulación en el tratamiento de los temas y asuntos es sobre todo cuestión de
medias proporcionales, y no de medias aritméticas simples. Cada versión de un
hecho ha de tener un tratamiento de acuerdo con su participación, importancia y
carácter esencial en ese asunto: así como sea de vital para el asunto y para la
propia sensibilidad del informador, así habrá de ser mayor o menor su presencia
en el relato de los hechos. De este modo, el redactor de la información no trai-
cionará su propia visión de los sucesos, que es parte de la realidad de la que ha
de dar fe, como el conocimiento científico ha aceptado desde hace tiempo. El
punto de vista del observador ha de ser integrado en el conocimiento de la
realidad observada (Morin 1960).

El principio anterior significa, como vemos, que una información equilibra-


da no es una información apática ni aséptica, sino que el equilibrio precisamen-
te puede obligar al informador a no ser neutral. Al igual que un profesional de
la medicina no es neutral entre la enfermedad y la salud si desea desempeñar
bien su profesión, un informador no puede ser neutral entre la verdad y la false-
dad, o entre la bonhomía y la injusticia, si desea ser realmente valioso para su
sociedad. El informador ha de tener el principio de equilibrio como un principio
básico que significa que todas las versiones obligatoriamente estarán presentes
en su información, pero el equilibrio aritmético tiene su sitio propio en la fase
de obtención de información, mientras que el equilibrio proporcional es ade-
cuado en la fase de tratamiento informativo.

Sin embargo, el criterio más claro en este tema no aparece en ningún código
deontológico de los que he consultado. El criterio más certero para procesar y
tratar la información como es debido es el criterio de la sensibilidad del perio-
dista. Podemos decir como regla fija que cuando un periodista no siente nada al
respecto de lo que está informando, es mejor que no informe de ello. La sensi-
bilidad, como Simone Weil indica, (1957) está estrechamente ligada a la aten-
ción humana. Cuanto menor es la atención menor es la sensibilidad de la perso-
na, y viceversa, una sensibilidad viva produce una atención más profunda y co-
rrecta. En nuestra concepción cientifista del periodismo hablar de sensibilidad
conduce a irrisión general, cuando debería ser el primer sensor del periodista
para saber si ciertamente debe informar o cómo debe hacerlo. Debemos presu-
poner a toda la humanidad la capacidad para tener una sensibilidad común. Pe-
ro la sensibilidad de los periodistas debe estar activa durante la escritura de las
informaciones. No basta con suponer lo que hay que sentir ante un asunto o no-
ticia. Si el trabajo profesional y la búsqueda y tratamiento de la información no

171
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

nos conduce a activar la sensibilidad sobre un tema es necesario continuar tra-


bajando, y no expresar más que aquello que realmente se siente. La sensibilidad
es más concreta que la conciencia como criterio deontológico.

La prostitución del tratamiento de la información a partir de dependencias


de fuentes oficiales y extraoficiales es un aspecto que ya hemos señalado ante-
riormente. De nuevo nos encontramos con grados de dolo, pues ningún código
deontológico recoge la naturaleza humana de las relaciones de los informadores
con las fuentes que derivan en amistades y afectan al tratamiento de la informa-
ción. Como con otros problemas éticos, la familiaridad con las fuentes es esen-
cial al periodismo, y así, al partir de un pecado original parece que todos los
pecados posteriores importan menos.

No podemos considerar al informador como a un cirujano aséptico e imper-


sonal, pues con ello estamos omitiendo la realidad profesional, y con ello la de-
jamos ir a su aire.

La amistad y relación de dependencia con las fuentes es aconsejable e inevi-


table profesionalmente, y es ella misma la que ha de marcar la línea de actua-
ción. Como en todas las amistades hay profundos principios morales que han de
regirla. Como Séneca decía, hay personas que utilizan la amistad para justificar
sus debilidades, compartiendo el mal como moneda de trato. Esta amistad, de-
cía el filósofo estoico, es más bien una enemistad común hacia los demás, un
pacto entre contrincantes. La amistad auténtica no es un escudo contra la ética
propia, pues a la larga no resultará ni larga ni real. Ante un amigo, ante una
fuente, es preciso comportarse aún mejor que como se comporta uno ante un
desconocido.

La limpieza de trato, la claridad de objetivos, la ayuda real, sincera, la equi-


dad en el tratamiento y comportamiento con la fuente son principios básicos
que un periodista ha de cumplir si desea mantener sus fuentes por mucho tiem-
po, aparte de hacer bien su trabajo. Podemos decir que en la medida en que el
periodista establezca relaciones estables profesionales con las fuentes, no puede
actuar poniendo trampas a sus fuentes, traicionando los términos de su relación
con ellas o aferrándose a sus palabras literales sin respetar también sus inten-
ciones o motivos no patentes. Las fuentes ocasionales, o las fuentes a las que,
por razón exclusiva del equilibrio en las versiones o completud en el tratamien-
to de las partes implicadas, haya que recurrir, tendrán igualmente un trato co-
rrecto. Solamente cuando la validación de una hipótesis informativa lo exija, es
decir cuando sea vital mostrar las incoherencias o inconsistencias de una fuente
para demostrar decisiva y completamente una tesis dialéctica, podrá el periodis-

172
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

ta presionar a las fuentes ocasionales. El periodista secafuentes, el listillo, no


engaña a nadie por espacio de más de unos meses, como hemos dicho.

En nuestro país existen dos taras características en el tratamiento de la in-


formación de fuentes. Una de ellas es el abuso de la atribución anónima que
enmascara el plagio informativo o la escasa credibilidad de la fuente informati-
va. El abuso de la atribución anónima ha sido causante de grandes escándalos
informativos internacionales, que han conducido a la prohibición de citar anó-
nimamente en distintos medios (como en el código de la AP de 1994, vid. San-
tos 1995), así como a la prohibición del uso de la regla de la reserva si se desea
optar a un Premio Pulitzer. Como complemento y compensación del uso exce-
sivo de las fuentes anónimas, en nuestro país ciertas instituciones abusan de las
leyes de protección de secretos oficiales. El periodista ha de actuar asumiendo
que tiene derecho de acceso a la información pública e institucional, sin con
ello ponerse al servicio de las instituciones ni al servicio de la insidia sensacio-
nalista.

Consideramos correcto y natural, y desde luego aconsejable, que en la ela-


boración del mensaje informativo el periodista recurra a ciertas técnicas de dis-
posición de la información que creen atención pública. Por ejemplo, el periodis-
ta puede disponer los datos de que consta su información en un orden de menor
a mayor importancia para impactar el interés del lector o espectador. Puede or-
questar los datos que posee de modo que sorprendan constantemente al público,
creando efectos de suspense, polémicos, estéticos o de interés humano. Esta
práctica, sin embargo, no es aconsejable en el campo de la difusión externa de
información, como ahora veremos, y mucho menos en el campo de la obtención
de información, donde la agresividad o la confusión sólo aportan descrédito
profesional.

Difusión de información y ejercicio de una función pública


Existe un tercer sector de actividades profesionales que incumben sobre todo
a la difusión de la información que tiene lugar tanto después del tratamiento in-
formativo como ya independientemente, cuando los periodistas siguen en la es-
cena pública, ejerciendo ciertas actividades que van desde la tarea de comenta-
rista o tertuliano hasta la de líderes de opinión o portavoces políticos.

Cuando una información ya ha sido elaborada existen una serie de activida-


des encaminadas a difundir y aumentar la capacidad de penetración del mensaje
sobre su potencial audiencia. El periodismo moderno ha incrementado enor-
memente las tareas de difusión y prepublicidad de sus propios mensajes. El
173
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

principal problema en este caso es la mala fe a la hora de valorar y publicar el


verdadero valor de las noticias que nos proporciona un profesional. Hoy en día
leemos y oímos constantemente informaciones sin valor alguno que han sido
vendidas a bombo y platillo y difundidas por los canales más variados. Noticias
inexistentes envueltas en una presentación que abusa de los efectos especiales,
cinematográficos o teatrales mantienen durante las 24 horas del día los nuevos
estilos informativos, acercándonos progresivamente al enzensbergiano “medio
cero” (1991), el medio que utiliza la mayor cantidad de tiempo, espacio y tec-
nología posible para emitir el menor contenido posible.

Como indicábamos anteriormente, el uso de técnicas de atracción del interés


sólo tiene sentido cuando elaboramos la información y sobre la base de un con-
tenido realmente meritorio. La utilización del suspense, del tono dialéctico, de
los efectos dramáticos, para todo tipo de contenidos sean cuales sean sus verda-
deros valores informativos distorsiona enormemente la credibilidad pública del
periodismo. Estas técnicas profesionales no pueden convertirse en fórmulas ge-
nerales de difusión, sino que se ha de hacer un uso de ellas cuando sean vitales
en la elaboración o procesamiento de la información, es decir, cuando sirvan
para validar la noticia y vengan al caso de modo estrictamente necesario.

En el periodismo moderno ha aumentado enormemente la cantidad de profe-


sionales dedicados exclusivamente a ser meros difusores de información elabo-
rada o recabada por otros profesionales o medios. La figura del locutor de tele-
diarios encaja exactamente con este tipo profesional. Esta división del trabajo
informativo, que desde la generalización del periodismo de agencias existe co-
mo tal, es tremendamente perjudicial para la calidad de la información en la
mayoría de los casos, pues son pocos los profesionales de la difusión capaces
de hacer de su trabajo una actividad que no convierta la información en algo
impersonal, anónimo, insensible y sin sentido. Es un error pensar que este tipo
de informadores sólo prestan su voz, su pluma o su presencia física a la infor-
mación elaborada por otros, pues en realidad estos profesionales son los res-
ponsables de gran parte del efecto que produzca la información. Si actúan como
sordinas de la misma por no personalizar y acentuar su personal lectura de la
noticia el proceso de la comunicación informativa no se producirá de verdad.

Los principales fenómenos de inmoralidad profesional que se observan en el


sector de actividades derivadas del ejercicio de una función pública son, por
un lado la extralimitación o abuso de poder, el uso de la imagen pública con
fines lucrativos propios, privados o ajenos a la información y el fraude de la
función profesional. Es hoy en día común que la publicidad haga uso de la ima-
gen y credibilidad de un periodista profesional conocido públicamente para po-

174
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

der vender y promocionar mejor un producto. Se trata de una auténtica prostitu-


ción de la función pública del periodista, que pone su credibilidad personal y la
del medio en que trabaja al servicio de intereses comerciales.

Las relaciones entre periodistas y publicidad son relaciones venenosas. Efec-


tivamente, la publicidad acompaña al periodismo desde casi su nacimiento y a
lo largo de toda la historia, pero no existe sin embargo nada más ajeno a la in-
formación que los mensajes publicitarios. Ello es así porque la finalidad de la
información periodística es dar a conocer la verdad objetiva sin coaccionar al
receptor de ese mensaje, mientras que la finalidad de la publicidad es coaccio-
nar al receptor mediante un mensaje falsificando si es preciso la verdad objeti-
va. Por tanto, la información que se mezcla con la publicidad deja de ser infor-
mación. Cuando los profesionales de la radio difuminan en sus programas la di-
ferencia entre una entrevista informativa y una entrevista publicitaria, o intro-
ducen en sus comentarios menciones promocionales de cervezas o cremas, o
cuando vemos que el propio Estado o la Hacienda pública “recrea” un escena-
rio de telediario para hacer publicidad de bonos o impuestos, estamos presen-
ciando un auténtico vicio profesional.

No es moral utilizar la credibilidad que la información proporciona para ha-


cer publicidad, ni con una finalidad pública al servicio de entidades oficiales ni
con la finalidad privada de obtener sobresueldos o beneficios colaterales. Como
en los anteriores casos, la mayor o menor gradación en cuanto a la confusión
deliberada que se desea crear entre información y publicidad marca también el
grado de gravedad de esta falta profesional. La mayor confusión o sutileza en
este sentido no es menos grave, sino más grave. Es cierto que el periodismo ha
tendido siempre a “disimular” la presencia de la publicidad en las páginas del
periódico o a maquillar sus espacios para que no contaminasen precisamente la
imagen de credibilidad del medio informativo. Esa tendencia al difuminado de
límites entre información y publicidad llega hoy a sus extremos cuando obser-
vamos la copia de formatos, tipos de letra, de presentación o de discursos entre
publicidad y periodismo.

Siempre que exista connivencia por parte del profesional de la información


en prestar su imagen pública para fines publicitarios, tanto en forma activa co-
mo omisiva, es decir, cuando el periodista deja de hacer una clara y directa dis-
tinción entre información y publicidad, estaremos ante una degeneración profe-
sional.

Otra lacra profesional, conectada directamente con la anterior, se refiere a la


vanidad, extralimitación y abuso que los informadores, por su privilegiado

175
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

puesto en el mundo público, pueden llegar a ejercer en sus funciones. Los pe-
riodistas estrella, con capacidad para hacer y deshacer prestigios o para dirigir
la vida pública, y sobre todo para ocupar el lugar de otros profesionales sociales
son hoy en día figuras comunes de nuestro espacio público. El mayor problema
reside en que estas extralimitaciones impiden precisamente que el periodista
pueda cumplir su labor con humildad y sin delirios de grandeza. El hecho de
que profesionales de este sector obtengan premios literarios, promocionen sus
hobbies o sus memorias y se conviertan en intelectuales sociales es también un
abuso de confianza sobre su posición como difusores de la realidad cultural y
social que precisamente debería impedir por puro sentido de la justicia que los
periodistas cayeran en la trampa de hablar sobre sí mismos. Últimamente, sin
embargo, el periodista estrella resulta además rentable para empresas o entes
que obtienen de él una promoción colateral.

Consideramos un abuso de función igualmente que el periodista utilice sus


ventajas profesionales como informador para obtener provechos privados, en
mayor o menor grado según se extiende la relación entre la función profesional
y el provecho personal. No es correcto que los periodistas sean constantemente
objeto de obsequios, prebendas o invitaciones que no tengan directa relación
con el desempeño de su trabajo. Es lógico y natural que un crítico de teatro re-
ciba invitaciones para este espectáculo. No es correcto, en cambio, que los pe-
riodistas deportivos estén igualmente invitados al teatro. El código de la agen-
cia AP de 1994 (vid. Santos 1995) indica que los informadores no han de reali-
zar su trabajo en áreas donde tengan intereses particulares, por ejemplo hacer
críticas si son artistas o trabajar en la sección de economía si son accionistas en
bolsa.

El fraude en la función profesional es un tipo de tara moral periodística que


tiene lugar cuando el periodista, en aras de una pretendida función social auxi-
liar, hace dejación de su deber profesional. Nos referimos a todos aquellos ca-
sos en los que el periodista se convierte en un falso benefactor social que escu-
dado en su nuevo papel se salta el deber de objetividad, o el del respeto perio-
dístico, o el de informar sobre temas de interés público. Los nuevos géneros de
caridad televisiva (Lipovetsky 1994), así como los espectáculos sentimentales
de este medio nos están mostrando hoy en día cómo los periodistas dejan de la-
do los deberes básicos porque se presume realizan otras funciones como las de
samaritanos, entertainers, altruistas o consejeros sentimentales. Encontramos
aquí un desplazamiento de las categorías éticas profesionales que está dañando
mucho la credibilidad profesional de los informadores.

176
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Si deseamos que el periodismo alcance realmente la credibilidad que ha de


tener y esté al servicio del conocimiento humano, no podemos seguir conside-
rando normal lo que constituye un verdadero crimen contra la capacidad del
hombre para conocer y comprender la realidad que le rodea. La mala concien-
cia social que el mal periodismo origina tiene tremendas consecuencias en to-
dos los niveles y dimensiones humanas.

Un fragmento de la “Declaración de las obligaciones hacia el ser humano”


de Simone Weil (1957) nos servirá para concluir esta disertación. Entre las di-
versas necesidades del ser humano, Weil situó algunas parejas de contrarios,
como la soledad y la vida social, la igualdad y la jerarquía, la libertad y la obe-
diencia consentida, y la que más nos incumbe:

“El alma humana tiene necesidad de verdad y de libertad de expresión.

La necesidad de verdad exige que todos tengan acceso a la cultura del


espíritu sin ser por ello material o moralmente transplantados. Exige que no se
ejerza jamás en el dominio del pensamiento ninguna presión material o moral
que provenga de una preocupación ajena a la exclusiva preocupación por la
verdad; lo cual implica la prohibición absoluta de toda propaganda sin excep-
ción. Exige la protección contra el error y la mentira, lo cual transforma en falta
punible toda falsedad material, evitable, afirmada públicamente. Exige una pro-
tección de la salud pública contra los venenos en el dominio del pensamiento.

Pero la inteligencia, para ejercitarse, necesita poder expresarse sin que


autoridad alguna la limite. Es necesario por tanto que exista un dominio de in-
vestigación intelectual puro, que sea distinto pero accesible a todos, y en el que
no intervenga ninguna autoridad”.

177
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

17.-Internet o el espejo del medio


Internet es un medio que ha nacido hace poco tiempo. Es un medio de comuni-
cación que nos muestra la naturaleza comunicativa y la revolución intelectual que
él mismo supone, como anteriormente ocurrió con otros medios de comunicación
eficaces.

Podemos reflexionar brevemente sobre lo que este medio de comunicación nos


dice.

Internet es un inmenso mercado semántico en el que uno se mueve a través de


la información convertida en canal, en formas semióticas y en formas conversa-
cionales, que han sido ilustradas con la metáfora de la navegación.

Esta metáfora nos indica que Internet produce un medio envolvente, inmersos
en el cual seguimos nuestros rumbos surcando información sobre la que nos tras-
ladamos. Los mensajes son de nuevo medios de otros mensajes, en una visión tec-
nológica de la semiosis ilimitada.

Internet tiene algo del mundo mercantil medieval o el mercadillo popular en el


que el hallazgo de algo siempre constituye una novedad. Para muchos internautas
lo importante es el viaje, no el destino. Y el viaje mismo es aventura porque no sa-
bemos qué medios o qué escalas aprovecharemos para llegar al objetivo final.

Como en el mundo de la comunicación en general, se cumple la idea de que to-


do vale para producir información, todo sirve de instrumento o puede tener un uso
que produzca información. El medio no es sino una función.

En Internet, como en el mundo comunicativo en general, la información es el


canal. El soporte de la navegación misma es la información previa ya sabida. Ésta
actúa como contexto y es a partir de ella como se emprende el viaje informativo.
Internet es un mundo semántico, virtual, en el que uno se mueve a través de la in-
formación como canal.

Internet es un viaje interior -en tanto es semántico e inmaterial manipula sobre


todo ideas en la mente del navegante, al igual que la realidad virtual- y también es
un viaje al exterior que culmina en la adquisición de información externa y en la
donación de información al exterior. El parecido entre la red neuronal y la red in-

178
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

ternáutica es significativo. La contigüidad de los dos fenómenos es más que evi-


dente: el uno sin el otro carecen de valor absoluto. La red sin usuarios no sirve de
nada.

Cada conocimiento en Internet es una piedra angular que desencadena una ar-
quitectura cognitiva, una latitud adonde se encamine nuestra expedición. Cada in-
formación es una dirección de desarrollo de otras informaciones, prefigura una
búsqueda, la selecciona.

Como en la comunicación genérica, la información es un itinerario, un acceso a


nueva información. La información genera contextos.

Para navegar es necesario abrirse paso sobre todo en la propia inteligencia. Es


esencial hacerse las preguntas ¿qué sé? y ¿qué me falta saber?. En Internet hay so-
bre todo que saber preguntar, y sobre todo, volver la interrogación hacia el interior
de uno mismo: qué es lo que no sabemos. Se rige por el mismo principio del arte
de hacer preguntas, el periodismo, que es el principio de la humildad intelectual.

Internet nos muestra otro principio básico comunicativo, cual es el de la natura-


leza indirecta de la comunicación. En Internet el origen de la información es lo
menos importante. La copia funciona si es eficaz. Nos recuerda al mundo de la bi-
blioteca, donde el concepto de lo original se pierde en favor del uso con eficacia.
Como gigantesca biblioteca, Internet es un medio en el que el emisor ofrece la in-
formación, a menudo gratuitamente, sin más retribución que la de hacer crecer o
alimentar la red.

Autopublicaciones, conversiones de inmensas cantidades de Información en re-


des, donaciones, sólo por el placer de ayudar a quien pueda necesitarlo, o por el
placer de comunicarse, nos recuerdan el principio genérico de la comunicación
gratis gratia data, característico de ese mundo.

El concepto de función comunicativa recupera aquí su valor: en Internet todo es


un valor relativo a otro, corre sobre otro. La Información es válida en tanto se co-
necta y enreda con otra información, en tanto nos remite a otra. Todo vale en tanto
conecte. Como en la comunicación en general, el medio es cualquier cosa que sepa
hacerse transparente para expresar.

Este medio respeta así la propiedad esencial de la comunicación en la que, para


asegurar la continuidad comunicativa se producen conmutaciones en la función y
dimensiones de los elementos que participan en ella.

179
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

El origen mismo de este medio es un origen funcionalista. Más que una tecno-
logía, Internet surge de un uso o función específica de tecnología de otros medios
diversos como el teléfono y el ordenador, el cable óptico y la radio o la TV. Inter-
net se produce primero a partir de la conexión de estos soportes técnicos.

Internet nos proporciona por primera vez una materialidad para operaciones
psíquicas e intelectuales hasta ahora ocultas en el cerebro: las analogías, los proce-
sos de significación, las búsquedas por claves, que siempre han sido comunes entre
individuos y que ahora se tornan medios evidentes de conexión, soportes de pen-
samiento externo. En este medio, lo hemos dicho, saber especificar y concretar la
Información es lo más importante. Es más esencial saber que no se sabe que saber
que se sabe algo.

La tecnología internáutica nos da la imagen más fiel de un principio básico de


la información: cualquier vía, por tortuosa y rebuscada que sea, será la vía más rá-
pida si produce comunicación. Con esta nueva tecnología deberíamos aprender
que vagar a través de ese principio es el destino del viaje humano.

180
TERCERA PARTE:
EL MUNDO ACADÉMICO
18.-La Ciencia y la Información
En 1909, al comenzar nuestro siglo, Henri Bergson pedía clamorosamente la
renuncia a la búsqueda de un principio de ciencia universal (Bergson, 1976:32).
El pensador francés, en una posición que ha marcado decisivamente el progreso
del estudio de las ciencias sociales y humanas, exigía comprobar la diferencia
existente entre las ciencias positivas y las ciencias del espíritu: mientras aqué-
llas tienen como campo predilecto la “materia inerte”, y como facultad esencial
la inteligencia abstracta y generalizadora, las ciencias del espíritu, las que pre-
tenden captar la parte vital de lo viviente, se servirán de esa doble claridad que
ilumina al entendimiento humano: la inteligencia fabril más la intuición, ese
conocimiento “oscuro” en sí mismo que disipa oscuridades (1976:34).

Podemos decir que la evolución de las ciencias sociales y humanas a lo largo


del siglo XX está marcada por la disyuntiva entre estas dos facultades científi-
cas: la racionalidad analítica y la intuición creadora de Bergson. Es la misma
disyuntiva entre métodos cuantitativos y empíricos y métodos cualitativos y
hermenéuticos. Las ciencias en general avanzan hacia la solución de la disyun-
tiva que tan visible se hace en el campo de los estudios de la Teoría de la In-
formación, donde constantemente la influencia recíproca entre empirismo y teo-
ría, entre razón e intuición, entre análisis y síntesis, ha sido el motor del desa-
rrollo de esta disciplina.

La intuición creadora bergsoniana, esa “visión directa del espíritu por el es-
píritu” que está en la base de nuestras ciencias sociales, que introduce la varia-
ble del tiempo o la “durée” de Bergson porque irremediablemente es conoci-
miento pero es también acción, proceso e influencia de y sobre lo conocido, es
una forma de comunicación: la intuición es una forma de conciencia inmediata,
una forma de visión que apenas se distingue del objeto visto, es un conocimien-
to que es contacto y así coincidencia (Bergson, 1976, 44 y ss.).

El conocimiento que nace en la intuición nace en un acto de información.


Dice Bergson: “Hay una realidad exterior, y, sin embargo, dada inmediata-
mente a nuestro espíritu” (Bergson, 1976: 173) Ese conocimiento adopta la vi-
da misma de las cosas, y representa el acercamiento experimental más absoluto
a la realidad de cuanto nos rodea. Bergson lo denomina experiencia integral
(1976:185), porque no rechaza ese hemisferio cognoscitivo que está en el inte-
rior de quien estudia o investiga. El empirismo puro sólo lo es a medias, como

183
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Ortega y Gasset repetía defendiendo el “vitalismo” racional antirracionalista


(Ortega y Gasset 1987).

La intuición científica es experiencia integral porque es contacto con el exte-


rior del interior del ser humano. Es información porque, a través de la intuición,
se nos “da” un conocimiento que proviene de fuera de nosotros, que sin embar-
go experimentamos como algo propio a nuestro espíritu, como una conexión de
nuestra persona con ese mundo exterior. Exactamente igual que un proceso de
información que termina en un estado de comunicación con el entorno.

La súbita percepción de una totalidad en síntesis, la experiencia intuitiva,


que nos es dado experimentar integralmente, es efectivamente el acto de la in-
formación por excelencia. Esta forma de ciencia, que tan proféticamente ilumi-
nó el filósofo francés, es en su núcleo una forma de información. El gran teóri-
co Edgar Morin, en los años 60 de nuestro siglo, reclamaba para los estudios de
comunicación la recuperación de ese carácter global de la experiencia científica
que proviene del método intuitivo. Morin (1960: 17) afirmaba: “cualquiera que
sea el fenómeno estudiado, es preciso antes de nada que el observador se estu-
die a sí mismo...el método de la totalidad engloba en sí el método autocrítico,
ya que tiende no solamente a aprehender un fenómeno y sus interdependencias,
sino también al observador mismo en el sistema de las relaciones”.

Morin defendía una objetividad para las ciencias sociales en la que lo obser-
vado y el acto de observación misma quedaran integrados. Y citaba la famosa
frase de Claudel, “El hombre conoce el mundo no por lo que extrae de él, sino
por lo que él mismo le añade”.(Morin, 1960: 17). Ese conocimiento como con-
tacto, como comunicación entre hombre y realidad exterior, que era defendido
como una forma nueva de ciencia por Bergson, constituye, creemos, la base o
el origen del surgimiento de una ciencia.

El profesor Gustavo Bueno, en su Teoría del Cierre Categorial (vid. Valbue-


na 1984 y 1997) cree que la ordenación del campo de una ciencia proviene del
desarrollo precientífico de una serie de capacidades manuales, artesanas, tecno-
lógicas y prácticas que son luego conceptualizadas en las categorías de la cien-
cia. En esto acompaña sin duda a la tesis de Werner Jaeger (1965). Sin embar-
go, según los estudios acerca del desarrollo de la ciencia que Simone Weil
(1949, 1966, 1995), llevó a cabo, es más bien un acto de atención, una inspira-
ción producida por dicha atención cuasi religiosa, la que lleva a desarrollar re-
laciones entre fenómenos físicos, capacidades manuales o tecnológicas huma-
nas, y leyes generales de índole metafísica y así surgen las ciencias, como ocu-
rrió, según esta autora, en el mundo de los Pitagóricos, creadores de gran parte

184
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

de nuestras ciencias experimentales y abstractas modernas, como la geometría,


la química o la matemática (Weil, 1995:166: “Únicamente esa concepción mís-
tica de la geometría pudo proporcionar el grado de atención necesario en los
inicios de esta ciencia”).

Para esta autora, por tanto, en la base de una ciencia hay un acto de atención
que inspira la creación de un cierre categorial, de una síntesis, la correlación en-
tre lo particular y lo universal, y cómo en lo particular puede verse, como en un
espejo, la correlación de las verdades universales.

Según esta teoría, la ordenación del campo de una ciencia es la expresión de


la atención a algo superior a la misma. Sólo de esa manera se puede producir el
surgimiento de las categorías esenciales de la ciencia. La tesis de Weil com-
plementa la teoría de la intuición bergsoniana, pues señala que la atención pre-
cede a la intuición de las teorías, y a partir de ellas se desarrolla la ciencia y sus
categorías.

El espejo, la simetría de planos, la posibilidad de ver en lo particular una


confirmación de lo universal, no procede, según Weil, de una operación deduc-
tiva ni lógica, sino más bien la contemplación de lo universal lleva a intuir el
desarrollo de leyes particulares. La génesis de una teoría, haciendo honor a la
etimología de esta palabra, sería una forma de religión en el sentido de re-
unificación, o incluso de comunicación, una intuición creadora bergsoniana.
Ciertamente, el desarrollo categorial de una ciencia lleva más bien, como
Bueno ha resaltado, a una regresión hacia los interrogantes que constituyen las
categorías esenciales.

Que las categorías esenciales de la ciencia sean preguntas sin resolver, como
las preguntas en el esquema de Lasswell, o como en las incógnitas de los sis-
temas matemáticos, o como las constantes de la física cuántica moderna, nos
conduce a pensar que las ciencias son resultado de actitudes ligadas a la aten-
ción, esa forma de humildad intelectual que veía Simone Weil, a la impetración,
a la búsqueda sin fin, que no al hallazgo, al logro o a la afirmación de la capa-
cidad humana de conocimiento.

Que las categorías tengan este carácter interrogativo, enigmático, misterioso,


nos indica hasta qué punto es cierto que la ciencia está muy cerca de esos “de-
sesperados intentos de introducir significación, conjurando el riesgo del sin-
sentido, o peor aún, del contrasentido en nuestro pasado” (Del Rey, 1989:54)
que ha expresado el profesor Javier Del Rey. La ciencia pregunta al hombre, y
el hombre responde hacia su interior. No es, por tanto, ostentación de sabiduría,

185
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

sino más bien reconocimiento de la ignorancia propia, que, desde Sócrates, es


el comienzo del conocer.

Pero hay una segunda forma más terrenal de ciencia que es también sinóni-
mo de comunicación: la ciencia dialéctica, o por decir con más claridad, la
ciencia como diálogo, como sucesión de conjeturas y refutaciones (Popper,
1989) de las comunidades del conocimiento en perpetua disquisición a lo largo
de la historia de una disciplina.

En su famoso decálogo epistemológico, Popper (1989:51) estableció una se-


rie de principios básicos de esta concepción dialógica o dialéctica de la ciencia.
Entre ellos, los principios de inspiración bergsoniana como la inexistencia de
fuente última de conocimiento, la descalificación de la razón y de la observa-
ción como autoridades a priori, la validez absoluta de la claridad, no así la exac-
titud y la precisión, y el hecho de que el conocimiento no puede partir de la na-
da, y que el avance de nuestro conocimiento procede siempre de la modifica-
ción del conocimiento anterior (Popper, 1989:52). Pero indudablemente la con-
cepción científica popperiana tiene su eje propio en torno al principio de que
toda solución a un problema plantea a menudo nuevos problemas. Esta con-
cepción dialéctica del conocimiento, su mecanismo platónico de las conjeturas
y refutaciones, es para Popper la imagen del desarrollo científico. Éste se ase-
meja a los pasos de un diálogo, con sus reiteraciones y sus redescubrimientos
de la verdad, con sus ruidos informativos y sus retroalimentaciones parciales, e
incluso con sus descodificaciones aberrantes, que en el mundo científico tam-
bién tienen lugar.

Esta forma de conocimiento científico es un sistema de comunicación. Ese


sistema no está basado sino en el sistema moral del diálogo: la apertura al punto
de vista contrariante que servirá para refutar o corroborar nuestra posición. El
diálogo, el proceso comunicativo del que tan poco sabemos todavía, es un mo-
do de conocimiento basado en actitudes éticas determinadas. Su forma última
es el amor: la aceptación de lo ajeno para llegar a conocer y conocerse más a
uno mismo. Su forma psicológica es el acto de atención: como Simone Weil
nos dejó dicho, la atención es una actitud ética: dentro del ámbito de la inteli-
gencia, la virtud de la humildad no es otra cosa que la capacidad de atención”
(Weil, 1995:163). La atención a la palabra, a la teoría ajena, es una forma de
vacío imaginativo y mental, de renuncia a la propia sabiduría, que se atrae ne-
cesariamente la verdad hacia sí: la atención extrema es lo que constituye, para
Simone Weil, la facultad creadora del hombre. (Weil, 1995:154). Es una forma
de consentimiento, una actitud de espera que conviene al ser humano, tanto pa-
ra tratar a otros como para tratarse a sí mismo.
186
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Las dos formas de conocimiento descritas, que están en la base del desarro-
llo de la ciencia, son por tanto homomorfas del acto de información y del pro-
ceso de la comunicación: el conocimiento intuitivo es equivalente al fenómeno
informativo. El conocimiento dialéctico característico de las ciencias experi-
mentales y no experimentales es idéntico al diálogo comunicativo.

En la Filosofía de la Ciencia el desarrollo de la actividad científica ha sido


considerado en general como proceso dialéctico (Kuhn 1979, Popper 1989). No
olvidemos que el diálogo y la dialéctica son dos fenómenos idénticos en la
mentalidad socrática griega. En esencia, el esquema de la dialéctica “Tesis, An-
títesis, Síntesis” está en la base del desarrollo del conocimiento tanto para Pop-
per como para Kuhn, aunque sus posiciones se enfrentaran en puntos esenciales
de sus concepciones. Ese esquema dialéctico hegeliano está también en la base
de la Teoría del Cierre Categorial de Gustavo Bueno que el profesor Felicísimo
Valbuena aplicó al campo de la Teoría General de la Información (Valbuena,
1984 y 1997). El cierre categorial es el movimiento de síntesis de la dialéctica
hegeliana. La “Teoría de teorías” (Valbuena, 1984:40) a la que se refiere el pro-
fesor Gustavo Bueno no es otra cosa que la simetría fundamental que tiene que
producirse entre las sucesivas tesis enfrentadas y la síntesis teórica que va cons-
truyendo una ciencia.

La información de actualidad es un proceso de la comunicación inspirado en


gran parte en los métodos experimentales de la ciencia.

Estos métodos, centrados en la observación directa de los hechos, la comproba-


ción de los datos a través de la experimentación, y el uso de fórmulas racionales
para conocer cualquier materia, surgieron como tales a partir del s. XVII.

La historia del periodismo está unida al surgimiento del método experimental


de conocimiento. Por eso muchos de los primeros diarios y gacetas, como el
“Journal des Savants”, eran en realidad publicaciones científicas, en las que el co-
nocimiento ilustrado de científicos de todo el mundo entraba en circulación para
fomentar los avances de las ciencias naturales y positivas.

El periodismo adoptó ciertos rasgos de la metodología de la ciencia natural,


como la observación de hechos y la aplicación de fórmulas para su tratamiento, en
cuanto se generalizó en las sociedades occidentales.

En gran parte, la fiabilidad de esta metodología tomada de las ciencias positi-


vas, pasó también al género informativo. Hoy en día, seguimos considerando buen
periodismo a aquél que se atiene a los hechos objetivos, que aporta datos compro-

187
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

bados y que practica la contrastación de los mismos, es decir, la consulta a diversas


fuentes y la objetividad que con ello consigue el informador.

Éstos no son otros que los métodos de la ciencia ilustrada del XVIII y XIX,
adaptados al mundo moderno y conservados en sus rasgos primordiales. Pero, co-
mo vamos a ver ahora, la ciencia ha ido evolucionando con el tiempo y ha
desechado algunos de ellos mientras mantiene la vigencia de otros.

Por ejemplo, mientras que en el mundo de la información cobra cada día más
peso el valor de la observación directa de los hechos, y del acopio de datos de todo
tipo como prueba de la calidad informativa, la ciencia se aleja en nuestros días del
primero de esos criterios para reforzar, en cambio, el valor de la contrastación y la
intuición.

Karl Popper (1989) ha demostrado con claridad que los métodos comunicativos
son la base del conocimiento científico. La ciencia, para Popper, avanza a través
del mecanismo dialogante de las conjeturas y las refutaciones, es decir, de las in-
tuiciones y la contrastación.

Para Popper, la observación directa de la realidad no es el paso principal de la


ciencia. Como lo demuestran los más variados descubrimientos científicos, lo
esencial en la ciencia no es la observación caótica de la realidad, sino más bien la
intuición teórica que conduce al descubrimiento de los hechos por el mecanismo
de la contrastación.

¿Cuántas manzanas habían caído a la tierra, antes de que Newton descubriera la


fuerza de la gravedad?. Lo esencial en el descubrimiento de Newton no fue la ob-
servación directa de un hecho como la caída de una manzana, sino más bien la in-
tuición de que detrás de un hecho observado tantísimas veces como ése, se escon-
día una fuerza universal que aún hoy en día resulta un enigma. Newton ilustró su
teoría de la gravedad con el hecho objetivo de la caída de una manzana, pero lo
esencial de su obra es su teoría, no el hecho utilizado para ilustrarlo.

En realidad, lo que produjo el descubrimiento de la ley de la gravedad fue un


fenómeno comunicativo, gracias al cual Newton observó la caída de la manzana y
asoció tal fenómeno a un significado concreto. A partir de ese instante, y para el
célebre científico, así como para nosotros en muchos casos, la caída de la manzana
se convirtió en medio de expresión de una ley física.

La mayoría de las teorías científicas más sólidas están basadas en intuiciones no


observables. Hoy en día todos damos por seguro que la tierra gira en torno al sol,
y, sin embargo, en nuestra observación directa del cielo, todos diríamos que es el
188
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

sol el que describe un arco en torno a la tierra. La observación inmediata no prueba


que la tierra gire en torno al sol. Para comprobar la teoría heliocéntrica del sistema
solar, fue preciso crear aparatos que permitieran observar desde un punto de vista
más amplio el movimiento de la tierra en torno al sol.

Igualmente, fue partiendo de una teoría, y además de una teoría equivocada,


como Colón descubrió América.

Lo esencial en el avance científico está en la formulación de teorías o conjetu-


ras, que, incluso cuando no son acertadas, conducen al descubrimiento de hechos
nuevos. Si Colón hubiera partido de su propia observación de la realidad, jamás
hubiera aventurado su teoría del paso a las Indias por el Oeste.

Popper indica que la observación de los hechos no suele tener un valor científi-
co. Ello se debe a que la observación es caótica, no tiene un orden ni concierto. En
cambio, si observamos los hechos después de haber conjeturado una teoría sobre
ellos, podremos ordenar cuanto vemos y encontrar un sentido a nuestras observa-
ciones, o, también, refutar nuestra teoría por completo. En cualquiera de los dos
casos, habremos avanzado en nuestros conocimientos.

La ciencia avanza tanto por sus teorías válidas como por sus teorías erróneas.
Lo esencial es el surgimiento de esas teorías conjeturables que mueven al hombre
a disponer los métodos precisos para comprobarlas.

En la información de actualidad suele sobrentenderse que las noticias del día


son fruto de la observación directa de los temas que en el día de hoy surgen como
novedades. Es decir, que todavía aparece como un mecanismo informativo válido
la mera observación de la realidad para el descubrimiento de noticias.

En nuestra concepción de la información de actualidad, el espíritu crítico va


perdiendo peso en favor de la creencia a pies juntillas en los hechos observados y
atestiguados debidamente. Este hecho es ya un anacronismo informativo, pues la
información debería primar las conjeturas y las intuiciones críticas con un signifi-
cado amplio y rico y no los hechos observables y palpables.

Los periodistas saben muy bien que jamás la observación directa hace surgir
una noticia. Las noticias, como los avances en la ciencia, son más bien el resultado
de un trabajo de conjetura y contrastación o refutación de la conjetura. Los grandes
reportajes de investigación, en los que los periodistas persiguen una pista informa-
tiva improbable e inobservable hasta demostrar su evidencia, son prueba de que la
información no se funda en la observación objetiva de las cosas.

189
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Todos los periodistas conocen el enorme poder que la intuición y la teoría tie-
nen para llegar a las noticias. El “olfato” periodístico, la intuición de aspectos ocul-
tos de la realidad aparente, incluso el azar, la mera casualidad de toparse con la
prueba de un hecho, son esenciales en el mundo informativo, que tiene que produ-
cir constantemente descubrimientos, formas nuevas de ver cuanto nos rodea.

Tal y como hoy en día se presenta la actualidad informativa, la imaginación


creativa, la conjetura intuitiva y el espíritu crítico son elementos esenciales para
romper la cerrazón del mundo social y descubrir o desvelar aspectos novedosos del
mismo. Pero, en su lugar, los medios informativos tienden más bien a utilizar la
tecnología para conservar métodos de trabajo informativo basados en la observa-
ción de hechos reales, en la afluencia de datos muy abundantes e inconexos de la
realidad y en la aplicación de formatos y fórmulas fijas de conocimiento que los
informadores utilizan ante cualquier asunto.

Popper señalaba que la observación de los hechos no nos informa de su exis-


tencia. Más bien, la observación de los hechos tiende a producir lo que él llama
“interrogantes cruciales”, es decir, preguntas que activan la imaginación del obser-
vador, y que, tras ser respondidas, nos proporcionarán los verdaderos hechos y su-
cesos. Einstein opinaba que el primer paso hacia el conocimiento es “poner un
axioma en tela de juicio”. La información de actualidad está hoy en día plagada de
axiomas que ni los informadores ni los lectores suelen poner en tela de juicio. De
ahí que pueda empequeñecerse nuestro conocimiento de las cosas.

La historia de la ciencia es en realidad la historia de la comunicación entre cien-


tíficos. En esa historia comunicativa, los científicos van informándose y transmi-
tiéndose las teorías esenciales que forman la base de la ciencia. Los descubrimien-
tos son en realidad las noticias del mundo científico. Y como ocurre en el mundo
informativo, que algo sea noticia no significa que sea nuevo.

La ciencia no avanza uniformemente, y hechos descubiertos muchos siglos


atrás son redescubiertos hoy en día. Por ello también se producen los descubri-
mientos simultáneos, y dos científicos llegan al mismo tiempo a las mismas con-
clusiones y formulaciones de teorías. Ello es así porque la ciencia es un sistema
comunicativo en el que se produce la omisión y la pérdida de información constan-
temente, y la recuperación de la información es un fenómeno propio de la comuni-
dad científica en un tiempo y espacio determinados. Cuando la información cientí-
fica necesaria para formular una teoría o hacer un descubrimiento se acumula, es
lógico que el descubrimiento se pueda producir simultáneamente por dos científi-
cos a la vez.

190
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

El filósofo T. S. Kuhn (1979) demostró que en la ciencia también existen los


marcos de referencia. Este autor los denominó exactamente “paradigmas científi-
cos”. Los paradigmas científicos son las teorías e ideas que en una época o mo-
mento dado se consideran primarios y esenciales. Los paradigmas son teorías cien-
tíficas desde las cuales se interpreta e investiga la realidad que nos rodea.

Pero los paradigmas, como marcos de comunicación que son, tienen sus lími-
tes. Al ofrecernos leyes científicas sólidas, e interpretar absolutamente el universo
basándonos en ellos, los paradigmas científicos excluyen una gran cantidad de fe-
nómenos ante ellos inexplicables, y poco a poco van perdiendo capacidad de ex-
plicación de los hechos.

Según Kuhn, es entonces cuando surge una teoría científica nueva que choca
frontalmente con el paradigma dominante en una época. Se produce entonces una
revolución científica, y surge un nuevo paradigma que, aprobado por la ciencia, se
convertirá en el nuevo modelo de interpretación científica.

La historia científica está marcada por el surgimiento de paradigmas y eras en


las que una concepción científica domina, y grandes crisis de tales paradigmas pa-
ra el surgimiento de nuevas ideas para interpretar el mundo. Por ejemplo, la física
antes de las teorías de Einstein y la revolución que este científico produjo en la
concepción de la energía, son ejemplo de este fenómeno. Es en realidad una histo-
ria dialéctica, de continuo cambio y revolución, en la que la tensión informativa
existe también, y las teorías van cambiando y adaptándose en un proceso muy si-
milar al de la actualidad informativa.

En el mundo informativo el paradigma científico que hoy sigue dominando el


periodismo es un paradigma perteneciente al pasado, el paradigma observacional y
objetivo. Analicemos el paradigma nuevo que está en vigor actualmente.

191
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

19.-Las Ciencias y las Letras en el siglo XX:


la revolución de la intersubjetividad
El desarrollo de las ciencias en el siglo XX ha experimentado una revolu-
ción que podríamos denominar la “revolución de la intersubjetividad”, y que
tiene como punto esencial que cuestiona la observación como base del conoci-
miento científico, primero desde su relativización, después desde su condicio-
namiento en la intersubjetividad, y posteriormente introduciendo la subjetividad
del observador en el fenómeno científico.

La ciencia experimental parecía estar conformada a partir de la observación


rigurosa y la aplicación de métodos experimentales de contrastación de la ob-
servación. La separación entre realidad observada y sujeto observador era to-
mada como dogma en la ciencia más positivista. El primer paradigma en caer,
del modelo racionalista y positivista científico del XIX, ha sido precisamente el
paradigma de la observación neutra de la realidad.

La ciencia experimental ha admitido que la observación de la realidad tiene


como finalidad la solución de problemas concretos. Las teorías científicas no
deben ser ya demostradas, sino utilizadas. El conocimiento científico sólo ela-
bora teorías matemáticas a efectos prácticos de realizaciones tecnológicas. Así,
el hecho de que las teorías matemáticas contengan elementos irracionales o
constantes inexplicables nos indica que la observación y los datos no tienen ya
un valor dogmático, sino un valor subjetivo de utilidad, y que incluso ignoran-
do su razón última, esos datos y hechos son útiles a la ciencia, por tanto, son
válidos, aunque inexplicables o irracionales.

El mundo científico experimental del siglo XX utiliza fundamentalmente el


concepto de lo útil científicamente hablando, más que el concepto de lo verda-
dero en ciencia. Así, las constantes matemáticas, por ser elementos inherentes a
distintos objetos y campos, como la física, la geometría, etc., nos demuestran
que la ciencia moderna ha experimentado un giro, de considerar esencial la ve-
racidad de sus principios, a contentarse con la validez, y sobre todo, la utilidad
tecnológica o práctica, de sus estimaciones y fórmulas. Los principios válidos
interdisciplinarmente, cual son las fórmulas cuánticas, la relatividad de Einstein
o los teoremas de Pitágoras realizan una función de monitorización de otras
ciencias, en virtud de su utilidad y validez de aplicación.

192
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Semejante fenómeno supone un gran cambio en la ciencia experimental de


nuestro siglo. En parte, significa una renuncia al conocimiento de esos elemen-
tos útiles pero irracionales o no explicables con nuestros métodos. La ciencia
introduce interrogantes que sin embargo sirven a sus teorías. Significa también
una nueva forma de búsqueda del conocimiento, no basada ya en su coherencia
interna, sino en su utilidad al hombre, en su valor subjetivo y en su utilidad a
distintos hombres, a ciencias distintas, es decir, en su valor interdisciplinar. A
Bergson le hubiera parecido natural este cambio tan importante en la concep-
ción del quehacer científico.

Pero la ciencia del siglo XX experimenta aún una revolución más profunda,
como hemos visto con la aparición de la Física Cuántica y la llegada de princi-
pios que derriban para siempre la solidez de la ciencia racionalista del XVIII y
XIX. Son los Principios de Indeterminación, las Paradojas de Schrödinger, las
Constantes de Planck y la entrada de la ciencia pura en la Fenomenología en su
sentido más lato.

La física cuántica establece definitivamente la influencia del observador


científico sobre la realidad observada, como venimos repitiendo. Indica incluso
la inexistencia de la realidad antes del momento de su observación científica.
La teoría cuántica “es capaz de prever en todo momento la evolución de un sis-
tema microfísico, pero a partir del momento en que uno quiere verificar expe-
rimentalmente esta evolución, introduce una perturbación en el sistema, que
modifica entonces su evolución” (Ortoli y Pharabod, 1987: 48). Toda operación
de medición en la ciencia experimental provoca automáticamente, según los
principios de la cuántica, una alteración de ese sistema.

El estatus de la materia como algo palpable, material, se derrumba con las


teorías del electrón onda-partícula. Y, sobre todo, la física cuántica realiza la
mayor revolución en el campo científico moderno, al proclamar como principio
válido y útil científicamente hablando, el principio de la intersubjetividad: no
solamente el observador influye en el campo científico determinando con exac-
titud los resultados de la experimentación, sino que los objetos de la realidad,
que tienen a un tiempo una existencia potencial no localizada y una existencia
concreta y localizada (Ortoli y Pharabod, 1987:68), se ven afectados decisiva-
mente por nuestra conciencia de observadores. El observador interactúa con la
realidad y produce una realidad intersubjetiva.

En palabras de Bernard d´Espagnat (1979) en la ciencia física se introduce el


principio de la intersubjetividad según el cual las conciencias tal vez tengan
propiedades físicas capaces de influir en la materia de ondas y partículas y con-

193
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

dicionar a la comunicación de sus resultados sus observaciones sobre el mundo


físico. Existiría, según las estimaciones de estos teóricos como d´Espagnat o
Bohm, una realidad profunda conformada por una dimensión superior de la que
el espíritu y la materia serían dos formas de manifestación del orden universal.
La información es la dimensión donde ambos planos de existencia se integran.

Ello explicaría fenómenos tan asombrosos como el hecho de que, en física


cuántica, cuando dos sistemas cuánticos aislados entran en interacción ya no
forman más que un sólo sistema, y si el sistema global se separa de nuevo en
dos subsistemas que se alejan el uno del otro, siempre habrá una función de on-
da global para el conjunto de los dos (Ortoli y Pharabod, 1987:77). Los fenó-
menos de la cuántica parecen aludir a dimensiones irracionales en las que los
estados físicos diversos se superponen, los sistemas se separan y siguen unidos
a la vez, o los choques entre componentes de la materia generan nuevos com-
ponentes inesperados. La subjetividad activa del hombre en estos fenómenos,
pero sobre todo la interrelación comunicativa, puede ser una explicación a esos
nuevos interrogantes planteados por la ciencia.

Los físicos descubren en el principio de nuestro siglo XX que es imposible


dar una descripción satisfactoria de los fenómenos atómicos sin hacer referen-
cia a la consciencia. No descubren la inexistencia de la objetividad científica y
física, sino el hecho de que en virtud de la observación se crean nuevas objeti-
vidades. Las hipótesis más aventuradas de teóricos cuánticos idealistas afirman,
por ejemplo, que es posible que “el espíritu pueda remontarse en el curso del
tiempo y desencadenar el fenómeno observado un año antes de que se adquiera
conciencia de él” (Ortoli y Pharabod, 1987:79). Los teóricos cuánticos más es-
cépticos afirman, cuando menos, que la realidad de la experiencia ordinaria en
el mundo clásico es sólo una pequeña parte de lo que es.

La física cuántica conllevó el cuestionamiento del concepto de espacio, del


concepto del tiempo lineal, de la idea de unicidad del universo. Esta elaborada
ciencia volvió a preocuparse fundamentalmente por el conocimiento que tene-
mos de la realidad, y a formular los interrogantes tradicionales de la filosofía.
Sus avances significaron una reconcepción del “espíritu” bergsoniano, en cola-
boración con la materia, dentro del sistema físico del mundo. La subjetividad
activa del observador, la consciencia en el tiempo, son fenómenos introducidos
repentinamente en el mundo científico experimental.

No es casual que en las ciencias sociales y humanas el fenómeno de la inter-


subjetividad, los conceptos fenomenológicos, la duda ante los métodos positi-
vistas y el surgimiento de teorías filosóficas de la acción de las representacio-

194
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

nes y el lenguaje sobre la realidad acompañen esta revolución de las ciencias


experimentales que se produce al principio del siglo. Este fenómeno es parale-
lo, sincrónico, o quizás también consecuente, con esa revolución intersubjetiva
que la física experimenta.

Esta influencia es visible, en primer lugar, por el movimiento epistemológi-


co general, en el campo de las ciencias sociales y humanas, a partir de 1940,
hacia la autocrítica de los mecanismos y sistemas de conocimiento positivistas
que habían sido injertados en las ciencias sociales. Ese movimiento autocrítico
está bien representado en autores dentro del campo de la Teoría de la Informa-
ción, como el propio Edgar Morin, o como Abraham Moles, cuya experiencia
científica como físico le permitió afirmar, por ejemplo, que los científicos “es-
tán demasiado entrenados profesionalmente para ocultarse a sí mismos su pen-
samiento más profundo y para exagerar inconscientemente el aspecto racional
del trabajo hecho en el pasado” (Moles, 1986:93).

La Teoría General de la Información se ha visto afectada enormemente por


estos cambios generales en las ciencias y letras de nuestro siglo. Hay efectiva-
mente, en la disciplina mencionada, una revolución antiempirista y un giro fe-
nomenológico, una relativización de las teorías por el contexto social e inter-
subjetivo y una influencia decisiva de los métodos cognitivistas de la psicolo-
gía, y una vuelta a la categoría de la representación como base de los estudios
en torno a la emisión de mensajes periodísticos. Si no pecáramos de exagerar,
podríamos afirmar que teorías informativas como la del Clima de Opinión de E.
Noelle Neumann o la de los Mundos de la Vida de Schutz son teorías cuánticas
en su concepción e inspiración. Acaso pueda decirse que la Teoría de la Infor-
mación ha experimentado más de cerca que otras ciencias sociales las convul-
siones y cambios en la metodología científica que son propios a nuestra época.

Las ciencias sociales y humanas emprenden a partir de los 40 un avance ha-


cia la crítica epistemológica. Agnes Arber, (en Merton 1988:22) afirma cómo la
forma de presentación del trabajo científico está moldeada por prejuicios del
período científico social en el que se inscribe una teoría. Así, hoy en día, bajo el
imperio del método inductivo científico, la autora denuncia cómo descubri-
mientos científicos a los que se ha llegado por el método de la analogía son
ocultados y disfrazados de procesos inductivos presentando todo el trabajo co-
mo si el proceso inductivo hubiera llevado realmente a las conclusiones.

Esta misma autora pone el dedo en la llaga cuando afirma que es en las artes
y literatura, en las expresiones culturales de nuestro siglo XX, donde encontra-
mos una descripción más sincera de la “conducta complicada, no lineal, de la

195
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

mente humana; la forma en que se dispara de aquí para allá, sin tomar en
cuenta los eslabones de la secuencia temporal” (Merton 1988:23). Así, es en la
literatura de un Proust, de un Joyce o de un Lorca, en la pintura impresionista,
en la música de Stravinski, donde hallamos una imagen del carácter reticular y
acausal del conocimiento humano, en tanto que en las ciencias, incluidas las
ciencias sociales y humanas, el conocimiento había sido “maquillado” y some-
tido a una estructura de orden que no obedece a la verdad. Pero este fenómeno,
como estamos viendo, está ya lejos de nosotros.

Las ciencias reclaman la incorporación de los principios de intersubjetivi-


dad, el análisis de las representaciones como factores de influencia en la con-
cepción científica, y, sobre todo, la asunción del carácter inexacto y libre del
conocimiento humano, por ser el conocimiento humano una forma espiritual,
como indicaba Johan Huizinga (1945:71).

Desde las ciencias más consolidadas entre las ciencias humanas como la
Historia, se reclama, como vemos, una mayor libertad para trabajar científica-
mente. Lucien Fèbvre pide que se contemple el ingenio del historiador como
facultad para un trabajo que consiste fundamentalmente en “suplir, sustituir y
completar” (Fèbvre, 1965: 86). Para estos historiadores, la facultad intuitiva, el
genio científico, consiste en la “aptitud para descubrir correlaciones” (Fèbvre,
1965:131). No se trata ya de un enfoque racionalista, clasificativo, lógico u or-
ganizativo. La primacía de la verdad sobre la vía, como la máxima del budista
D. T. Suzuki expresó con belleza (Suzuki: 1975:12) se impone en los estudios
de todas las ciencias.

Esa primacía de la verdad sobre la vía, como principio epistemológico bási-


co, es la que lleva necesariamente a una reconsideración del papel de la subjeti-
vidad y la intersubjetividad en el conocimiento científico. En primer lugar, co-
nocer la verdad significa tener en cuenta los fracasos cognoscitivos y los azares
que existen en las ciencias. Los métodos positivistas no reconocían la falibili-
dad o el azar en el conocimiento humano, sino que aplicaban sus metodologías
cerradas a cualquier realidad sin partir de la base de la “humildad intelectual”, o
atención a la realidad exterior. En su lugar, la visión parcial, subjetiva, el con-
dicionamiento intersubjetivo del científico, han de ser incluidos e incluso apro-
vechados en las ciencias; no solamente no se ha de disimular la presencia de las
facultades más subjetivas del hombre, sino que se han de fomentar en su justo
punto como facultades complementarias a las más objetivas y racionales. Como
Whitehead ha dicho, “no existe ninguna razón para sostener que la confusión
es menos fundamental que el orden”.

196
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

En segundo lugar, la primacía de la verdad sobre la vía o método, implica


también la disponibilidad de utilizar los instrumentos científicos precisos, ven-
gan de donde vengan, con tal de elevar nuestro conocimiento de la realidad. Es
el principio de la interdisciplinariedad contra el que la compartimentación en
disciplinas estancas tanto luchó antiguamente, y que definitivamente se ha im-
puesto en el tronco de las disciplinas del siglo XX. Y el movimiento global por
el cual la Filosofía, la Sociología, la Antropología, la Teoría de la Información
o la Lingüística se prestan y utilizan en común sus instrumentos y conceptos no
es sino una prueba de hasta qué punto el principio de la transdisciplinariedad se
ha consolidado en los últimos años.

En tercer lugar, la primacía de la verdad sobre la vía implica necesariamente


una vuelta a las visiones de conjunto, a las síntesis, más que a la disección ana-
lítica de los componentes del campo de estudio. Es necesario no confundir el
conocimiento de la realidad con su ordenación en partes analíticas. Efectiva-
mente, el orden y la clasificación aparentan conocimiento, pero no lo implican
necesariamente. La complicación no es sinónimo de completud. Lo propio de
los conocimientos más completos y profundos, según José Vila Selma
(1983:133) es al contrario la pobreza y simplicidad en la expresión y el senti-
miento, lo que conjuga bien con la humildad intelectual, y por tanto, con la al-
tura de miras científicas.

La libre búsqueda de las analogías, la intuición creadora, la intersubjetividad


como base y punto de partida, el reconocimiento de la propia incapacidad cog-
noscitiva, son ya desde hace muchos años la base del conocimiento científico,
no solamente en un campo concreto, sino como fenómeno general de todas las
áreas de la investigación humana.

197
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

20.-La Teoría de la Información, una Teoría de teorías


La Teoría General de la Información, decíamos, se encuentra con el proble-
ma epistemológico de tratar sobre un concepto y un campo, el de la informa-
ción y la comunicación, que están en la base del desarrollo científico en todas
las áreas de conocimiento humano. Como Platón dejó sentado, nuestra forma de
conocimiento es la comunicación (1981:137). Conocer la comunicación y su
proceso informativo es intentar conocer cómo conoce el hombre.

Necesariamente estamos ante una ciencia compleja, una ciencia de ciencias.


Quizás ello explique que en el desarrollo de la Teoría de la Información se va-
yan produciendo, casi de un modo natural, síntesis teóricas que ahondan en los
elementos categoriales de los que consta, a lo largo de casi un siglo de evolu-
ción. Que las disciplinas se encuentren ante una “licuación” de sus límites
(Valbuena, 1984:41), cuando se enfrentan con la categoría de la información,
no es sino el resultado de ser esta categoría la base de muchas ciencias, en la
que todas están epistemológicamente interesadas.

La Teoría de la Información nació con una vocación plural y abierta a las


aportaciones producidas en diversos desarrollos científicos, como Ángel Benito
la definió (Benito, 1981:17). Su determinación de un “campo” de estudios, y su
orientación teórica general son los elementos que han permitido comprobar, a
lo largo de la historia de la disciplina, que ha experimentado constantes amplia-
ciones y a la vez, corroboraciones y contrastaciones de su base categorial. Se
trata, en realidad, de dos movimientos dialécticos que caracterizan el desarrollo
epistemológico de la Teoría General de la Información: dos movimientos con-
trarios, la apertura interdisciplinar y, simultáneamente, la corroboración de la
completud de su diseño original como ciencia.

Esto quiere decir, por poner un simple ejemplo, que el esquema triádico aris-
totélico que está en la base de los esquemas y modelos de estudio desarrollados
por los teóricos de la información, no ha visto sino un constante aumento, con
el desarrollo de las diferentes teorías, de su consistencia como modelo teórico.
Así, hoy podemos, después de contemplar setenta años de aportaciones científi-
cas en la Teoría General de la Información, conducirnos, a modo de síntesis,
por las categorías “Emisor, Receptor, Mensaje” para tener una visión de con-
junto de las aportaciones científicas en la materia, sin deformar con ello esa vi-
sión general e incluso explicando mejor su desarrollo a lo largo de los años.
198
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Esto significa que el cierre categorial de la Teoría de la Información en torno


a estos tres elementos no solamente sigue siendo válido, sino que cada vez re-
sulta más valioso y es corroborado por el avance en los estudios de nuestra dis-
ciplina. Que cuanto más se desarrollan las aportaciones transdisciplinares, las
diversas teorías especiales y los intercambios de instrumentos de estudio entre
las teorías auxiliares de la Teoría de la Información, más claramente se aprecia
que el campo de estudio se va cerrando en torno a esos tres elementos. Y lo que
es más importante: que hay simetría y analogía entre el desarrollo de los estu-
dios y el objeto esencial de estudio. La obra científica de la Teoría de la Infor-
mación es una imagen del cierre categorial de la disciplina. Ahí es donde radica
la importancia científica de la TGI. La TGI se acerca con ello a ese “ideal in-
terno de una ciencia”, que es la conformidad o paralelismo entre sus relaciones
y operaciones (Valbuena, F., 1984:72), al adaptarse y concretarse en supuestos
de estudio reales y prácticos.

Este fenómeno es el que garantiza la consistencia interna y la efectividad de


la Teoría General de la Información epistemológicamente hablando. Repetiría-
mos que es una Teoría de teorías, indicando con ello no únicamente que la Teo-
ría General de la Información es un resumen o compendio de conocimientos di-
versificados y organizados cronológicamente bajo una etiqueta, sino que en la
Teoría General de Información se producen lo que podríamos llamar “supercie-
rres” categoriales constantes gracias a la capacidad de esta ciencia para sinteti-
zar y hallar simetrías entre planos diversos de investigación.

Un “supercierre” sería por ejemplo, el que se puede realizar desde el modelo


lasswelliano de la comunicación social, que recoge cinco elementos diferentes
en la comunicación (quién dice qué a quién por qué medio y con qué efectos) al
modelo aristotélico de la comunicación, por la simple constatación de que el
elemento “Quién” puede unificarse con el elemento “Medio “, y el elemento
“Efecto” puede sintetizarse en el elemento “Audiencias o A Quién”. Con una
simple unificación de estos elementos, obtenemos de nuevo la tríada aristotéli-
ca. Una Teoría de teorías es una ciencia con capacidad para elevar a categorías
esenciales las aportaciones más concretas o especiales. Teorizar con las teorías
supone traspasar a dimensiones de plano superior las aportaciones de planos in-
feriores, no a modo de simple síntesis, sino comprobando la validez de los prin-
cipios generales en los particulares y viceversa. Significa que las operaciones
de dicha ciencia están relacionadas entre sí y son homomorfas con su objeto de
estudio. Así, como hemos dicho, el desarrollo de la Teoría General de la Infor-
mación sigue la imagen de su propio objeto de estudio dividido en tres elemen-
tos según la clásica definición aristotélica. Este hecho no es demostrable más

199
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

que a posteriori, pero nos ilustra al respecto de la consistencia de nuestro objeto


de conocimiento.

¿Cómo es posible que una teoría tenga capacidades explicativas para desa-
rrollos e investigaciones que aún no se han producido en su campo?. Precisa-
mente, por contar con una base epistemológica muy sólida, con un concepto
unificador, que se sitúa en el centro de fenómenos de estudio en torno al pro-
blema de la información y la comunicación.

Ese “concepto científico unificador” que Benito (1982:180 y ss.), a partir de


R. Nixon, insistió en colocar en un primer plano de la Teoría de la Información,
venía siendo solicitado desde antiguo por investigadores de distintas ramas del
conocimiento. Lévy Strauss, por ejemplo, reclamaba para la comunicación y su
estudio un “concepto unificador” para permitir sentar una base de los progra-
mas interdisciplinares necesarios al pensamiento contemporáneo (Winkin,
1984:111). El antropólogo francés exponía las posibles relaciones entre antro-
pología social, ciencia económica y lingüística, evocando la Teoría de los Jue-
gos de Von Neumann y Morgenstern y la Teoría de la Información de Shannon
y Weaver, sugiriendo que estas disciplinas se aliarían un día para fundar una
“disciplina común” en torno al concepto unificador de la comunicación (Win-
kin, loc. cit). Roman Jakobson, en su reformulación de la idea de Sapir para el
estudio de los mensajes, proponía en un “tercer círculo”, una “ciencia integrada
de la comunicación que abarcara las diversas ciencias” (Jakobson, 1963:93).
La existencia de un concepto científico unificador, de un cierre categorial, que
actúa retroactivamente en el desarrollo científico es por tanto el rasgo más in-
teresante, epistemológicamente, de la Teoría de la Información.

Hemos afirmado que la Teoría de la Información es una teoría con simetría


interna en su desarrollo, en torno al eje de sus tres componentes esenciales
(Emisor, Receptor, Mensaje). Se ha producido, por épocas determinadas, lo
que el profesor Valbuena describe como “un desarrollo exagerado de los Aná-
lisis de Efectos y/o de Audiencias y/o de Contenido y últimamente han aumen-
tado los Análisis de Medios y de Control” (Valbuena, 1984:61). Según nuestra
idea, el desarrollo epistemológico de la Teoría de la Información sigue un ca-
mino circular con tendencia a cerrar el estudio de las tres categorías aristotéli-
cas de la comunicación (vid. figura 2 correspondiente en el apéndice): en sus
inicios europeos y alemanes principalmente, la Teoría Informativa se ocupa de
los estudios sobre Emisores y Medios. En su fase de desarrollo estadouniden-
se, la TGI, en su teoría especial de la llamada “Mass Communication Research”
aborda principalmente el estudio del Receptor, en forma de análisis de Audien-

200
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

cias, Efectos sobre las Audiencias, y Componentes de la recepción social de los


mensajes.

En su tercera fase de desarrollo, a partir de 1960, la Teoría General de la In-


formación aborda el elemento Mensaje. Los análisis de contenido, la fenome-
nología aplicada al campo comunicativo que estudia la representación selectiva
del mundo como componente esencial del sistema comunicativo, la semiótica
que desarrolla el análisis del texto y del discurso, son teorías especiales desti-
nadas a aclarar ese elemento tercero del esquema aristotélico. En su cuarta fase,
a partir de 1970 y durante al menos veinte años, las teorías especiales de la TGI
han encarado el estudio a fondo del Emisor de los mensajes, desarrollando las
teorías socioprofesionales y los teoremas de la noticiabilidad o la producción de
la noticia.

A partir de 1980 con la generalización de los estudios de raigambre culturo-


lógica, el redescubrimiento del concepto de uso de los medios y las estéticas de
la recepción, la Teoría de la Información aborda de nuevo con fuerza el elemen-
to Receptor de la tríada comunicativa, iniciando así la revisión y recomposi-
ción de los hallazgos funcionalistas de los años 40 y 50. No en vano se ha lla-
mado neolazarsfeldismo (Wolf 1994) o neofuncionalismo a estos últimos años
de hallazgos socioculturales.

Este desarrollo pentapartito que comienza por el Emisor, pasa por el Recep-
tor, considera el Mensaje, llega nuevamente al Emisor, y afronta actualmente
al Receptor de nuevo, sólo puede explicarse si entendemos que en su concep-
ción original, la Teoría de la Información se propuso como una ciencia integra-
dora en la que tienen cabida las diversas aproximaciones científicas al fenó-
meno comunicativo-informativo. Las aportaciones especiales, en muchos casos
interteóricas, es decir, formadas a partir de teoremas diversos de diferentes teo-
rías, han ido prefigurando un desarrollo de estudios circular y en retorno sobre
las teorías iniciales. Recordamos aquí la frase de Katz, recogida por el profesor
Valbuena, que coincide exactamente con este desarrollo que hemos descrito:
“Los investigadores de la TGI han seguido los mismos pasos de sus colegas de
la Medicina, quienes estudiaron primero a pacientes individuales; después, se
ocuparon de los estudiantes de Medicina, y finalmente, de las clínicas y hospi-
tales” (Katz, en Valbuena, 1984:82)

Como ejemplo de la voluntad integradora de los distintos investigadores de


la información y comunicación sociales no hay más que acercarse al mapa de
los viajes y contactos que, siquiera aproximadamente, pueden indicarnos las in-
fluencias recíprocas entre investigadores de Europa y América durante casi cien

201
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

años de estudios (vid. los dos mapas que adjuntamos en las figuras 3 y 4 del
apéndice). En ellos vemos cómo los autores van y vuelven, y sus teorías viajan
de un continente a otro para revestirse de un carácter más flexible y pragmático
en unos casos (como en muchos ejemplos de autores europeos que visitaron y
absorbieron la perspectiva teórica americana en distintos períodos) o de una
hondura y amplitud de miras teórica en otros (como ocurrió a tantos investiga-
dores estadounidenses que precisaron de las ideas europeas para poner en mar-
cha su dispositivo científico).

Otra forma de apreciar el carácter de Teoría de teorías de la Teoría de la In-


formación es el hecho de que sus desarrollos particulares se acercan siempre a
las categorías iniciales en un movimiento de síntesis. En la Teoría de la Infor-
mación hay una tendencia constante a la creación de modelos de comunicación.
En realidad, todos los modelos de la comunicación social e informativa realiza-
dos por los Teóricos de la Información son cierres categoriales o proyectos de
cierre categorial. Esta particularidad de la Teoría General de la Información, su
atención extrema al modelo teórico en el que se inspira, y el hecho de que los
científicos de esta materia retomen constantemente el problema de la concep-
ción general de sus estudios o el de la orientación teórica y metodológica de sus
análisis es también un suceso peculiar epistemológicamente hablando. En pocas
ciencias se aprecia con tanta claridad una preocupación gnoseológica tan cons-
tante y una formulación y reformulación constante del enfoque del estudio.
Precisamente este hecho es el que permite a la TGI crear y absorber constante-
mente campos y subcampos de estudio. Y este hecho, además, nos indica que la
Teoría General de la Información está rozando constantemente la categoricidad
natural de la realidad, y llevando a cabo constantes operaciones de simetría en-
tre sus operaciones y la relación de sus elementos.

202
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

21.-Simetría Global y simetría de planos en la


Teoría de la Información
Los teoremas que componen las teorías especiales en la Teoría de la Infor-
mación van modificando las perspectivas de estudio y marcando la evolución
general de esta ciencia. Sin embargo, estos teoremas y teorías consolidan a su
vez el enfoque y relación categorial establecida en la Teoría General. A esto
denominados simetría global, es decir, la proyección de la imagen general de la
disciplina a los planos especiales de sus diferentes teoremas y teorías constitu-
tivos, resulta en cambios de enfoque y en apariciones de metodologías y her-
menéuticas diversas a cada fase de su desarrollo, que a pesar de pertenecer a
dimensiones de umbral diverso y por tanto constituir rupturas de los planos su-
periores, observan ciertas simetrías entre sí y respecto al enfoque general. Re-
cordemos que geométricamente se entiende por simetría la proporción adecua-
da de las partes de un todo entre sí y con el todo mismo.

Por ejemplo, el teorema del sociólogo americano W. I. Thomas (vid. Merton


1988), conocido como “La Profecía que se cumple a sí misma”, genera una
evolución en la Teoría Informativa hacia los enfoques interactivos, fenomeno-
lógicos y finalmente las concepciones de los efectos poderosos de la comunica-
ción que se producen cuarenta años más tarde al enunciado de dicho teorema.
La disciplina de la teoría informativa, proyectada sobre el teorema de Thomas,
produce un desarrollo teórico. Dicho desarrollo teórico, a su vez, guarda una
relación con el enfoque general de la disciplina, constituyendo una ampliación
del estudio de uno de sus componentes esenciales, cual es el elemento “Mensa-
je” en la comunicación.

Existe simetría general, como ilustra nuestro ejemplo, porque el desarrollo


de la Teoría de la Información, a partir del teorema de Thomas, no solamente se
proyecta en un plano parcial (el estudio del poder efectivo del mensaje comuni-
cativo) que tiene un carácter de escala de observación diversa y es un fenómeno
diverso al enfoque general (Del Rey, 1989:96), sino al mismo tiempo guarda
relación con el todo global de la disciplina al corroborar la imagen científica de
uno de sus elementos definitorios, el elemento categorial “Mensaje”. No se tra-
ta de una simple diversificación de los estudios, de una especialización que se
emprende en una dirección determinada, sino de un estudio que, a la vez que se
diversifica, muestra la unidad que caracteriza a la base teórica de la que parte.

203
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Efectivamente, el desarrollo del estudio del mensaje en las teorías mencionadas


tiende a corroborar la importancia que este elemento tiene en la concepción tri-
nitaria aristotélica que está en el fundamento de la TGI, y a ampliar su estudio a
dimensiones en las que, en esa época, habían sido ya estudiados otros compo-
nentes categoriales (la “Recepción” de los mensajes).

Igualmente, los teoremas de la representación sígnica de Peirce marcan el


origen de los análisis semióticos que tendrán lugar muchos años más tarde, en
el marco de las Teorías Semióticas de la comunicación. Las Teorías Semióticas
guardan relación de simetría también con el estudio de la categoría Mensaje, al
igual que los teoremas sobre la existencia de los “Mundos Presentes” de los lec-
tores o público de Otto Groth, que serán desarrollados años adelante en las Teo-
rías Fenomenológicas de los “Universos de Significado” o “Mundos de la Vi-
da” de Schutz o Luckmann o Habermas. Las aportaciones especiales, los teo-
remas de Groth, y Peirce en estos dos últimos ejemplos, provocan proyecciones
simétricas que se presentan como enfoques teóricos, paradigmas o modelos
(Semiótica, Fenomenología, Teorías de la Acción), que al estar en relación con
la base categorial definitoria de la disciplina (el elemento Mensaje) confirman
en la TGI la influencia de sus operaciones sobre sus relaciones teóricas.

La imagen de una simetría de planos es útil para describir la operación que


indicamos, por la siguiente razón: la proyección de una figura sobre un plano,
de acuerdo con un eje de simetría, produce una imagen en el plano que no es la
figura tridimensional inicial, sino que está reducida a las dos dimensiones del
plano. La figura inicial, para nosotros, la Teoría General, es proyectada en un
plano concreto y produce una teoría especial, que sería, en nuestro ejemplo, la
imagen proyectada en el plano. Efectivamente, la Teoría General y las teorías
especiales son escalas diversas de observación de un mismo fenómeno (Del
Rey: 1989:96), separadas y hasta aisladas entre sí por la diferente dimensión en
la que operamos con ellas. Sin embargo, si la Teoría General es válida, existirá
un tipo de relación o razón de simetría entre esas dos dimensiones distintas. En
el ejemplo que poníamos, existe una relación de simetría entre la figura tridi-
mensional y su proyección bidimensional en un plano. Esa relación permite
unir los fenómenos observados en las dos escalas, es decir, saltar el umbral de
una a otra.

Lo que observamos en las teorías especiales de la Teoría General de la In-


formación es que las proyecciones en planos diversos de una misma figura tie-
nen efectivamente escalas de observación diversa, son distintas al todo general,
pero observan ciertas relaciones de simetría entre ellas y con el todo. Así, una
figura tridimensional proyectada en planos diversos, va produciendo figuras en

204
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

dichos planos que tienen relaciones de simetría entre sí y para con el todo o fi-
gura tridimensional, (lo que en geometría se denomina homotecia). Incluso, si
la figura proyectada en un plano es objeto de una segunda proyección simétrica
a otro plano diverso, y así un número grande de veces, siempre existirá, por
mucho que cambie y se diversifique la forma de la figura proyectada y repro-
yectada, una relación de simetría de cada una de estas figuras proyectadas con
la figura tridimensional inicial, y también, una relación entre cada una de las
proyecciones, por variadas y complejas que sean, entre sí.

Existe en la Teoría de la Información una influencia múltiple de las aporta-


ciones especiales a la concepción general y de ésta a cada desarrollo especial de
un modo que nos recuerda la simetría geométrica de planos: al proyectar la
concepción general de esta ciencia sobre el plano de una de sus teorías especia-
les, obtenemos un desarrollo. Por ejemplo, al proyectar la Concepción General
Crítica de la cultura de masas sobre el plano de la Teoría Funcionalista ameri-
cana, se obtiene un neofuncionalismo crítico, de índole sociocultural, que es ac-
tualmente una tendencia de desarrollo en autores como Jesús Martín Barbe-
ro(1985, 1987, 1991) o Néstor García Canclini (1991).

La operación inversa también es cierta: de las proyecciones en planos y sus


simetrías es posible obtener teoremas especiales, ejes de simetría: el teorema de
los “Medios Cero” de Hans Magnus Enzensberger (1991) es resultado de una
intersección del plano de las Teorías Críticas y el plano de la Hipótesis de los
Efectos Nulos o Limitados de la comunicación representada por Klapper.

Además, las diferentes teorías especiales y sus teoremas inciden directamen-


te en la concepción general de la disciplina y producen variaciones en la con-
cepción general; pero esas variaciones indican únicamente el desplazamiento
de la categoría central de estudio, de acuerdo con la Teoría General. Es decir,
no existe una descalificación de la formulación inicial de la Teoría General en
su desarrollo posterior a través de las múltiples especializaciones y diversifica-
ciones de sus teorías especiales, incluso aunque se produzcan contactos e hibri-
daciones teóricas con otras disciplinas. Se produce la simetría de planos, es de-
cir, la proyección sobre un plano diverso (cada teoría especial) de una imagen
general (la Teoría General de la Información) pero se da el hecho peculiar de
que las diferentes simetrías de planos están relacionadas con la imagen global
también por simetría, de modo que todos los desarrollos teóricos son asumibles
como desplazamientos de uno a otro de los elementos categoriales de la Teoría
General, del elemento Emisor al Mensaje o al elemento categorial Receptor
(vid. la figura correspondiente, número 5, del apéndice).

205
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Lo que las proyecciones en planos, es decir, los desarrollos especiales, pro-


ducen, es una equilibración del desarrollo respectivo de las categorías de la
Teoría General. Si seguimos usando el símil geométrico, las proyecciones en
planos nos ofrecen imágenes diversas de un mismo objeto o figura tridimensio-
nal: nos ofrecen perspectivas diversas, formas de proyección, en distintos ángu-
los y enfoques, de una misma figura tridimensional. Es claro que cada proyec-
ción nos ofrecerá una imagen diversa del poliedro que es proyectado a un plano
bidimensional, incluso las proyecciones parecerán no tener relación entre sí por
la diferente perspectiva en la que muestran el objeto. Sin embargo, todas las
imágenes proyectadas lo son de un objeto único, son en realidad comunes.
Además, y esto es muy importante, cuantas más proyecciones en planos se pro-
duzcan, más ampliamente conoceremos aspectos diversos de la figura tridimen-
sional inicial, es decir, cuantos más desarrollos en teorías especiales llevemos a
cabo, mejor y más completa será nuestra idea general del proceso informativo y
comunicativo global desgranado en esas tres categorías esenciales (Emisor, Re-
ceptor y Mensaje).

Así, podemos contemplar el desarrollo de las teorías de la Teoría Informati-


va como un desplazamiento entre estas tres categorías a lo largo del tiempo, cu-
ya finalidad es equilibrar el grado de profundidad con el que cada una de ellas
es contemplada. Primero se parte de la Emisión, después se estudia extensa-
mente la Recepción, después se trata con igual intensidad el Mensaje, y segui-
damente se ahonda con similar profundidad en el elemento Emisor, y el proceso
retoma actualmente al Receptor de los mensajes.

Otra importantísima interrelación entre el proceso categorial y las teorías es-


peciales es la dependencia existente entre el elemento central de estudio de cada
época y la concepción de los efectos que predomina en esa época.

Así, y como vemos en el gráfico número 5, la teoría de los efectos de los


medios de comunicación ha experimentado fluctuaciones cíclicas en cuanto a la
idea de influencia o efecto poderoso o no poderoso de los medios sobre los re-
ceptores. Los llamados paradigmas de los efectos han oscilado de las teorías de
efectos poderosos o ilimitados a las teorías sobre los efectos relativos o nulos.
Como podemos observar el estudio de la categoría Receptor coincide con pe-
ríodos de relativización de las teorías de efectos, en tanto que el estudio del
Mensaje y de los Emisores y Medios tiende a coincidir con paradigmas de efec-
tos poderosos, ya sean “hipodérmicos” o cognitivos.

Esto se explica así por puro sentido común: el conocimiento y la investiga-


ción de los mecanismos de acción y contexto de un elemento tiende a aumentar

206
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

su peso e importancia en el proceso de la comunicación. Así, el estudio de los


resortes y componentes de la recepción tiende a producir una sobrestimación
del poder del receptor ante los mensajes (ya sea en los años 40, ya en los años
90) y una disminución de la importancia de los efectos. El estudio de la verda-
dera naturaleza del mensaje y del mediador o emisor del mismo agranda su ca-
tegoría y acentúa el efecto posible (ya en los años 20, con las teorías iniciales o
las teorías críticas, ya en los años 60 a 80, con las teorías de los mensajes y las
teorías profesionales o de la producción noticiosa). En esos períodos predomi-
nan los climas de opinión científicos adecuados a la dirección de análisis y a los
hallazgos que están surgiendo (las teorías de la sociedad masa de los años 30, o
las teorías de la sociedad posmoderna en los 90).

Es igualmente interesante que este desplazamiento relativo del objeto de es-


tudio conforme a los tres elementos de la comunicación haya sido producido
desde teoremas generados simultáneamente al comienzo de esta ciencia. Así, el
estudio del Emisor en la comunicación informativa está señalado desde los co-
mienzos alemanes de esta ciencia, o desde las tempranas aportaciones de la Es-
cuela de Chicago, como filón de investigaciones, que se producirán, con mayor
abundancia, muchos años más tarde, en los años 70 y 80 de nuestro siglo. El es-
tudio del Mensaje germina en los años 60, pero su concepción, desde Saussure
y Peirce, data de los mismos años en que se inició el estudio científico alemán o
estadounidense del Emisor y el Receptor. Todo esto quiere decir que las teorías
especiales contenidas en la Teoría de la Información están latentes desde sus
comienzos, y progresivamente van siendo inspiradoras de análisis más numero-
sos y profundos, que no siguen forzosamente un desarrollo lineal cronológico.

Más bien, los teoremas que provocan desarrollos de teorías especiales son
sincrónicos en el tiempo, y así la Teoría General de la Información experimenta
lo que describiríamos como operaciones de homotecia, es decir, transformacio-
nes de semejanza que se expanden a lo largo de su desarrollo, ampliando las
teorías especiales como imágenes especulares, proyecciones simétricas, del po-
liedro de la Teoría General. Es demostrativo de este fenómeno de transforma-
ción simétrica el hecho de que se produzcan lo que hemos llamado confluencias
teóricas (vid. la figura correspondiente, número 6, en el apéndice), es decir,
confluencias que parecen casuales pero no lo son, desde las diferentes teorías y
enfoques. Se trata de momentos en los que varias escuelas, autores y enfoques
coinciden en conclusiones básicas de estudio, a partir de las cuales inician a
menudo una colaboración interteórica. Las sincronías teóricas son, pensamos,
efecto precisamente del desarrollo de acuerdo con cierta simetría en las distin-
tas fases de la investigación. Ello hace que, forzosamente, las teorías especiales,
que no son sino planos de proyecciones simétricas de una misma figura general,

207
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

tengan relación simétrica entre sí. Por eso en algunos de sus aspectos conservan
una relación de semejanza que en determinados momentos llega a presentarse
como una coincidencia en el tiempo de desarrollos dispares que abocan a las
mismas conclusiones y reconceptualizaciones.

Las sincronías teóricas son en algunos casos, decimos, sorprendentes. Pién-


sese, por ejemplo, en la similar formulación del concepto de “complejidad” sis-
témica en dos autores de formación y procedencia diversa como son Morin
(1963) y Luhmann (1964), en el concepto del mismo Luhmann de “tematiza-
ción” (1968) y la hipótesis de la “agenda” de Mc Combs y Shaw (1972), entre
el concepto de “violencia psíquica” de Tchakhotine (1940) y el de “violencia
psicológica” de Adorno y Horkheimer (1944).

La simetría de planos es a la vez coherente y múltiple. Ello quiere decir que


cada plano especial puede ser a su vez proyectado sobre otro, lo que Ackoff y
Emery describían como “cualquier conjunto de conceptos puede ser utilizado
para iluminar cualquier otro conjunto independientemente del orden de su
desarrollo histórico” (Ackoff, R., y Emery, F., 1972:16). Cada proyección si-
métrica genera imágenes generales de la disciplina que son diversas pero com-
plementarias, y que son a su vez simétricas entre sí en un plano determinado.

Esto quiere decir que una misma teoría especial, en contacto independiente
con otras teorías, genera cristalizaciones teóricas distintas, pero complementa-
rias gracias a la simetría de sus componentes. En nuestro campo de estudios, los
teoremas fenomenológicos de Schutz (1972), por ejemplo, pueden ser proyec-
tados sobre los estudios socioprofesionales y microsociológicos, como hizo Tu-
chman (1983), produciendo así un estudio de la categoría Emisor a partir de esa
operación metodológica. Los mismos teoremas fenomenológicos de Schutz, en
contacto con las pragmáticas filosóficas y hermenéuticas del lenguaje producen,
en Habermas, una teoría de la acción comunicativa (Habermas 1981) que am-
plía el estudio del concepto categorial del Mensaje, independiente totalmente de
las teorías profesionales de los Emisores de Tuchman. Lo curioso es que en
gran medida, la Teoría de la Producción de la Noticia de Tuchman y la Teoría
de la Acción Comunicativa de Habermas son complementarias y observan si-
metrías entre sí fundamentales, como pueden ser la concepción de la comunica-
ción como “acción”, “intervención” e “influencia sobre el entorno”, ya desde
un punto de vista general (Habermas) como desde un punto de vista profesional
periodístico más concreto (Tuchman).

Véase cómo ambas teorías introducen en su enunciado los verbos “acción” y


“producción” ligados a conceptos como “noticia” y “comunicación”, verbos

208
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

aquellos semánticamente muy próximos. La concepción de la comunicación


como “acción “ o “producción” es un centro de simetría desde el cual estas dos
teorías tan dispares observan semejanzas.

Pongamos un segundo ejemplo: sirviéndose parcialmente de los teoremas


sobre la comunicación colectiva enunciados en 1901 por Gabriel Tarde, y de
los teoremas psicológicos freudianos, Kurt y Gladys Lang en 1955 desarrollan
su teoría de la acción cognitiva de los medios que inaugura la fase de estudios
norteamericanos conocida como “Hipótesis de la Agenda Setting”. Los teore-
mas de Gabriel Tarde y el análisis psicológico inspiran, por otra parte, el estu-
dio de la comunicación masiva desde el punto de vista socio-cultural en una se-
rie de autores franceses de los que Abraham Moles o Edgar Morin son ejemplos
culminantes en los años 60. Edgar Morin desarrolla una reflexión sobre la cul-
tura de los medios que le lleva a acuñar sus conceptos de “imaginario” y “pro-
yección “ en los medios (Morin, 1960) que aparecen también en la obra de los
Lang (vid. Moragas, 1979); quienes hablan de “imaginería” creada por los me-
dios. El concepto de “imaginario” moriniano y la “imaginería” de los medios de
los Lang son igualmente un centro de simetría. Probablemente ese centro de
simetría haya sido conscientemente buscado por el autor francés. No es inexpli-
cable, por tanto, que las teorías de la “Agenda” norteamericanas coincidan en
perspectivas y conclusiones con las teorías europeas socio-culturales sobre el
efecto cognitivo de los medios conocidas como las teorías de la “Industria de la
Conciencia”, a partir de 1960. Existe precisamente una sincronía teórica, tanto
en Estados Unidos, como en Europa, conocida como el “Retorno a los efectos
poderosos de la comunicación de masas” que demuestra la simetría de que ha-
blamos.

Otro aspecto crucial de la relación entre diversas teorías especiales para con
la Teoría General es el hecho de que las teorías y teoremas que han surgido en
torno a cada una de las categorías “Emisor”, “Receptor” y “Mensaje” han po-
dido iluminar también el estudio de las demás no comprendidas inicialmente en
su enfoque. Es decir, por ejemplo, que el análisis del “Mensaje”, realizado por
ejemplo por el Análisis del Discurso, ha servido y se está aplicando al estudio
del “Emisor” periodístico, y así tenemos una serie de estudios (Van Dijk 1988)
de analistas del mensaje que aplican sus conocimientos al campo de la emisión
periodística. En otro ejemplo, la consolidación de los análisis de la Recepción
de los mensajes por parte de los investigadores del funcionalismo norteameri-
cano de los años 60 sirvió para la elucidación de algunas características del
Mensaje: así, las hipótesis, todavía funcionalistas, de Mc Combs y Shaw (1972)
o Lang y Lang (1955 vid. Moragas 1979) al respecto de los efectos de la recep-

209
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

ción, impulsaron el estudio de los efectos cognitivos y del carácter activo del
mensaje en las teorías europeas de los años 60.

Éste es, pensamos, en realidad, el mecanismo por el cual se ha ido produ-


ciendo la revisión categorial y el desarrollo de todas las teorías contenidas en la
Teoría General de la Información. Ahondando en el estudio de uno de los ele-
mentos categoriales, terminamos por salir a la superficie del estudio de otro de
los elementos categoriales. Un estudio en profundidad de la Recepción de los
mensajes aboca necesariamente a la profundización en el estudio de los Mensa-
jes, y a partir de ese estudio se genera poco a poco una profundización en la
contemplación del elemento Emisor. Este desarrollo se produce por lógica fun-
cional, es decir, que los tres elementos son estudiados en función respectiva de
cada uno de los otros, y así surgen los avances y nuevas concepciones teóricas,
cristalizadas en escuelas, aportaciones de autores y grandes paradigmas cientí-
ficos. Se trata de un desarrollo que busca conscientemente la aplicación de los
avances a las diferentes perspectivas iniciales. Además, este desarrollo funcio-
nal va lógicamente indicando la unidad categorial del concepto científico unifi-
cador, la interdependencia de sus categorías y cómo el desarrollo de las opera-
ciones científicas siempre termina en el punto en que restablece y corrobora la
relación entre sus componentes o categorías.

Podemos demostrar que la simetría de planos y la multiplicidad de proyec-


ciones, entre planos, entre teorías especiales, y para con la Teoría General, es
factible para cada una de las investigaciones de comunicación e información
que se han llevado a cabo en el seno de la Teoría de la Información. Ello es po-
sible gracias a que la Teoría de la Información se ha mostrado como un campo
dentro del cual los instrumentos de estudio, las teorías especiales, han circulado
libremente y han podido ser aplicadas a diversos objetos desde diversas con-
cepciones de estudio. La Teoría de la Información ha podido realizar un desa-
rrollo de proyecciones y simetrías que no han hecho sino consolidar su imagen
inicial. Cuanto más diversificadas y especializadas, cuanto más amplias e inter-
disciplinares han sido las operaciones de proyección más claramente se ha visto
la unidad central de su objeto de estudio. Las colaboraciones interteóricas que
generan nuevas vías de estudio pueden actuar gracias a la identidad categorial
en la que se desplazan. Esto determina, en gran parte, la consistencia interna de
esta ciencia, su desarrollo garantizado, y sobre todo abre paso a un horizonte
prometedor en el desarrollo de la Teoría Informativa, horizonte en el que no por
casualidad están integradas muchas de las ciencias sociales y humanas moder-
nas como la Antropología, la Sociología, la Filosofía o la Lingüística, que ya
operan con teoremas especiales tomados de esa ciencia y que ofrecen sus pro-
pios estudios especiales para la clarificación de ese fenómeno que está en las
210
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

bases de toda ciencia y preocupación humana, cual es el fenómeno de la comu-


nicación y la información.

211
APÉNDICE
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

EMISOR RECEPTOR MENSAJE EMISOR RECEPTOR

Escuela de Investigación Análisis de contenido Teorías del Neofuncionalismo


Frankfurt Norteamericana Semiótica newsmaking (Estética de la
Funcionalista Estudios sobre Recepción,
efectos cognitivos, consumo
(Teorías de (Teorías de la agenda setting, Sociolinguística diferencial y
Escuela de usos y gratificaciones, del clima de opinión, y etnolingüística nuevas formas
Chicago de la interpretación tematización y cultivo) de recepción)
memorización y
exposición Teoría de la
selectivas) Fenomenología social europea Análisis del discurso posmodernidad
Teorías de informativo
la Sociedad masa Estudios culturológicos
(Psicología Social Estudios sobre
y Sociología) grupos, líderes e
influencia personal

1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990

214
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

EFECTOS

EMISOR RECEPTOR MENSAJE EMISOR RECEPTOR

1920 1940 1960 1980 1990

Figuras 2 y 5: Los elementos categoriales y las teorías especiales. Desplazamientos y efectos.

215
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

(cca. 1820). El debate crítico europeo sobre la sociedad moderna se traslada a EEUU
Viaje a Estados Unidos de Alexis de Tocqueville.

(cca. 1920) El psicólogo William James, colega de C.S. Peirce, amplía estudios en
Europa. Influencia de Bergson y Spencer. Enfoque no experimental de la psicología.

(cca. 1915) Talcott Parsons (Sociología funcional) amplía estudios en Londres y


Heidelberg. Influencia de la concepción sistémica de Weber y del enfoque de Pareto

(cca 1920). Viaje a Heidelberg de Robert Ezra Park. Influencia de los Estudios Alemanes
de la Prensa y de la sociología de Simmel y Weber

(cca 1924). De regreso a América, Robert Ezra Park es invitado por W.I.Thomas a ingresar en la
Universidad de Chicago

(cca 1930) Tras estudiar en París , el vienés Paul Félix Lazarsfeld se traslada a la Universidad
de Columbia, para comenzar sus estudios sobre la comunicación social.

(cca 1934). Lazarsfeld invita a los teóricos Max Horkheimer y Theodor Adorno a incorporarse a la Columbia
University. La cooperación de los estudiosos de Frankfurt durará hasta 1939

(cca 1936) El inglés Gregory Bateson y M. Mead en Nueva York. Comienzos de la Escuela de Palo Alto

(cca. 1930) Kurt Lewin, Psicólogo de la Forma de origen prusiano, estudia la comunicación grupal
y la influencia de los intermediarios en la transmisión de los mensajes

Paul Watzlawick, austriaco, se incorpora en 1959 a la Escuela de Palo Alto, invitado por
A.-Scheflen. Desarrollo de perspectivas cognitivistas y fenomenológicas.

(cca 1950) Publicación de los “Readers” de Lazarsfeld y Stanton, Schramm y Berelson y Janowitz

Figura 3: Las influencias recíprocas entre Europa y América. 1820-1950. Mapa aproximativo

216
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

(cca 1960). El teórico alemán Gerhard Maletzke, invitado a la


Universidad de California del Sur.

Influencia de la concepción funcionalista y de la investigación psicosocial


americana en Maletzke (1960)

(cca 1965) Traslado a Bielefield (Alemania) de Niklas Luhmann. Luhmann


desarrollará en Alemania el funcionalismo sistémico y alentará la publicística funcional

Publicación de los “Readers” de De Sola Pool (análisis de contenido) y


Klapper (efectos nulos de la comunicación) (cca. 1960)

Avance de la fenomenología social, los estudios estructurales y las perspectivas socioculturales en Europa (1960)
Avance de la Sociología cognitiva, interaccionismo simbólico y etnometodología en América (1970)

(cca 1970) Las teorías de la “agenda setting” americanas coinciden con las teorías
luhmannianas y las hipótesis cognitivistas de Elizabeth Noelle Neumann

Estudios Profesionales conjuntos de Epstein con investigadores británicos (Golding, Elliott)


Desarrollos en Gran Bretaña e Italia de las teorías de la producción noticiosa (1970)

(cca 1980) Tuchman trabaja con conceptos fenomenológicos europeos (Schutz) e


interaccionistas americanos (Goffmann)

(cca 1960) El belga Armand Mattelart traslada América Latina sus teorías críticas

Avance de las teorías sociodinámicas y semióticas. Eliseo Verón se traslada a París en 1971.

Las teorías culturológicas (Morin) y sociosemióticas junto al funcionalismo crítico


de Mattelart promueven análisis socioculturales en Iberoamérica (cca 1990)

Figura 4: Las influencias recíprocas entre Europa y América. De 1950 a 1990. Mapa aproximativo

217
TEORÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

CIENCIAS Y TEORÍAS SÍNTESIS TEÓRICA

PSICOLOGÍA SOCIAL EUROPEA


CONDUCTISMO PSICOLÓGICO
POSITIVISMO TEORÍAS DEL
TEORÍA MATEMÁTICA DE LA INFORMACIÓN PARADIGMA
PRIMEROS ESTUDIOS DEL IMPACTO DE LOS HIPODÉRMICO
MEDIOS Y LA PROPAGANDA 1940
TEORÍA CRÍTICA

PUBLICÍSTICA ALEMANA
PSICOLOGÍA EXPERIMENTAL
ANÁLISIS CUANTITATIVO TEORÍAS DE LOS
DE LOS EFECTOS, INTERMEDIARIOS EFECTOS LIMITADOS
Y GRUPOS DE LOS MEDIOS
FUNCIONALISMO 1960
TEORÍAS DE USOS Y GRATIFICACIONES

ANTROPOLOGÍA CULTURAL
PUBLICÍSTICA FUNCIONAL
PSICOLOGÍA COGNITIVA RETORNO A LA TEORÍA
FUNCIONALISMO SISTÉMICO DE LOS EFECTOS
INTERACCIONISMO SIMBÓLICO PODEROSOS DE LA
FENOMENOLOGÍA SOCIAL COMUNICACIÓN Y
ANÁLISIS DE CONTENIDO TEORÍAS DE LOS
SEMIÓTICA EFECTOS COGNITIVOS
TEORÍA CRÍTICA 1970

INTERACCIONISMO SIMBÓLICO
ANTROPOLOGÍA CULTURAL
ETNOMETODOLOGÍA TEORÍAS DE LA PRODUCCIÓN
TEORÍAS PROFESIONALES DE LA NOTICIA
TEORÍAS ORGANIZACIONALES 1975
SEMIÓTICA
FENOMENOLOGÍA SOCIAL

INTERACCIONISMO SIMBÓLICO
SOCIOSEMIÓTICA
TEORÍAS PROFESIONALES ESTUDIOS INTERDISCIPLINARES
TEORÍAS DE LA PRODUCCIÓN DE LOS EMISORES Y LOS
DE LA NOTICIA MENSAJES
SOCIOLINGÜÍSTICA 1980
ANÁLISIS DEL DISCURSO

DEBATE SOCIEDAD MASAS


TEORÍAS SOCIODINÁMICAS NEOFUNCIONALISMO
FENOMENOLOGÍA SOCIAL CRÍTICO Y ANÁLISIS
TEORÍAS CRÍTICAS SOCIOCULTURAL
ANTROPOLOGÍA CULTURAL 1990
SOCIOSEMIÓTICA

Figura 6: Algunas confluencias teóricas y síntesis producidas de 1940 a 1990.

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