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2008
INDICE
Página
Índice 2-7
CAPÍTULO I
EL ESTADO DE DERECHO
Características 8
Fundamentos Constitucionales 8
Violaciones al Estado de Derecho
Impunidad 9
Causales de Impunidad 10
Corrupción o falta de probidad 10
CAPÍTULO II
PROCEDIMIENTO PENAL
- Razón de Ser 11
- Fase Administrativa 12
- Fase Jurisdiccional 12
- Medidas privativas, perturbadoras o restrictivas de los
derechos constitucionalmente garantizados 12
- Autorización Judicial 13
- Intervinientes en el Procedimiento Penal 14
EL MINISTERIO PÚBLICO
- Finalidad 18
- Obligación de investigar 18
- Dirección de la Investigación 18
- Proteger e informar a las víctimas 19
- Actuar con independencia, autonomía y responsabilidad 19
- Actuar con transparencia 20
- Actuar con criterio objetivo 20
- Registro de las actuaciones del Ministerio Público 21
- Instrucciones generales a la Policía 21
- Solicitud de Registros Policiales 21
- Requerimientos de información contenido y formalidades 21
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO V
FUNCIÓN POLICIAL
2
CAPÍTULO VI
CAPÍTULO VIII
Control de Identidad 31
- Requisitos 33
- Lugar donde se realiza 34
- Elementos de identificación en el lugar de la actuación 34
- Imposibilidad o negativa a acreditar la identidad 34
- Duración del procedimiento 34
- Conclusión del procedimiento 35
- Obligación de cotejar la existencia de ordenes de
detención en la unidad policial 35
- Procedencia de la detención 36
- Registro de vestimentas, equipaje o vehículo 36
- Detención por flagrancia con motivo del Registro 36
- Abuso en el ejercicio del Control de Identidad 37
- Derechos de la persona sujeta a Control de Identidad 37
3
vía pública 46
CAPÍTULO IX
CAPÍTULO X
Artículo 122 48
Citación 49
- Registro de vestimentas, del equipaje o del vehículo de la
- persona que será citada 49
- Lugar para practicar la citación y comprobación de
domicilio 50
CAPÍTULO XI
ACTUACIONES DE LA INVESTIGACIÓN
- Actuaciones de la investigación 55
- Actividades de la investigación 55
- Medios técnicos a usar en la investigación 56
- Otros medios técnicos de investigación 57
- Medios de prueba no regulados expresamente 57
Denuncia
- Concepto 59
- Forma y contenido de la denuncia 59
- Denuncia obligatoria 60
- Plazo para que las personas obligadas a denunciar
efectúen la denuncia 61
- Incumplimiento de la obligación de denunciar 61
- Responsabilidad y derechos del denunciante 61
Querella 61
CAPÍTULO XIII
4
- Medio de prueba 62
- Libertad de medios de prueba 63
- Oportunidad para la recepción de la prueba 63
Declaración Testimonial
- Clases de testigos 64
- Obligación de comparecer y declarar 64
- Renuencia a comparecer 65
- Renuencia a declarar 65
- Excepciones a la obligación de comparecer 65
- Excepciones a la obligación de declarar
Por motivos Personales 66
Por razones de Secreto Profesional 66
Por auto incriminación 66
Peritos
- Concepto 67
- Procedencia del informe pericial 67
- Obligaciones
Prestar declaración en el juicio penal oral 67
Entregar su informe por escrito 68
- Incapacidad para ser perito 68
- Auxiliares del Ministerio Público como peritos 68
Valoración de la Prueba 68
Exclusión de la Prueba 69
CAPÍTULO XIV
CAPÍTULO XV
Medidas de vigilancia 76
5
Forma de hacer el registro 79
LA POLICIA FRENTE AL
CAPITULO I
El ESTADO DE DERECHO
CARACTERI STICAS.-
FUNDAMENTOS CONSTITUCIONALES
o Artículo 6° de la C. P. del E.
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Los órganos del Estado deben someter su acción a la Constitución y a las normas dictadas conforme a
ella.
Los preceptos de esta Constitución obligan tanto a los titulares o integrantes de dichos órganos como a
toda persona, institución o grupo.
La infracción de esta norma generará las responsabilidades y sanciones que determine la ley.
o Artículo 7 ° de la C. P. del E.
“Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular de sus integrantes, dentro de su
competencia y en la forma que prescriba la ley.
Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni aún a pretexto de
circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expresamente se les hayan
conferido en virtud de la Constitución o las leyes.
Todo acto en contravención a este artículo es nulo y originará las responsabilidades y sanciones que la
ley señale.”
El inciso 6° del N° 3° del artículo 19 de la C.P. de la R. establece: “La ley no podrá presumir de
derecho la responsabilidad penal.”
El artículo 4° del C.P.P. señala: “Ninguna persona será considerada culpable ni tratada como tal en
tanto no fuere condenada por una sentencia firme.”
Cualquiera sea el delito que se imputa, el trato debe ser acorde con esta presunción- de inocencia del
imputado. Ninguna persona será considerada culpable ni tratada como tal en tanto no fuere condenada
por una sentencia firme.
La actitud y la conducta de la policía deben ser igual para todos los habitantes de la República, sin
distinción alguna en cuanto a sexo, raza, credo religioso, situación económica, cultural o social, cargo o
autoridad.
IMPUNIDAD.-
Concepto: Es la no sanción legal a una responsabilidad penal conocida y que debió ser sancionada.
Informe Peyrefitte (Francia): El aumento de la delincuencia y su peligrosidad tienen como una de las causas
principales la impunidad. No lo es tanto la situación socio-económica.
El delincuente, ante la no sanción, pierde el respeto por la ley y aumenta su actividad y peligrosidad.
El costo- beneficio favorece al delincuente. El delito le rinde económicamente más y en menos tiempo que
cualquier trabajo.
Causales De Impunidad
Discriminación arbitraria en la aplicación de la ley de Seguridad del Estado. Ejemplo: Caso del paro de
Empresarios del Trasporte vs. Huelgas y paros Laborales ilegales con uso de violencia y destrucción de
bienes, como en el caso de los trabajadores subcontratistas del cobre.
No aplicación de la ley por parte de la Autoridad.
Ejemplos: trato que se da a “Jóvenes idealistas” y Huelguistas que asaltan, roban, cometen delitos
frustrados de homicidio – bombas Molotov y disparos contra la Fuerza Pública -versus el trato que se da
a cualquier otro habitante de la República, por acciones similares.
Aplicación errónea de la ley, por parte de los jueces de garantía, el caso de detenciones por flagrancia y
peligrosidad del delincuente.
Falta de legislación oportuna para salvar los vacíos legales frente a la nueva forma de delincuencia.
Falta de cooperación de la ciudadanía
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Exaltación de los delitos y de los delincuentes por los medios de comunicación social.
Fallas en la Investigación.
Artículo 8º de la C.P. de la R.- “El ejercicio de las funciones públicas obliga a sus titulares a dar estricto
cumplimiento al principio de probidad en todas sus actuaciones.
Son públicos los actos y resoluciones de los órganos del Estado, así como sus fundamentos y los
procedimientos que utilicen.”
El artículo primero de la LOC 18.575 “Bases Generales de la Administración del Estado” establece
que la Administración del Estado está integrada, entre otras Instituciones, Organismos, Autoridades y Cargos
Públicos, por“Las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública”. Esto es, la L.O.C establece una serie de
conductas que especialmente contravienen el principio de la probidad administrativa que son expresamente
aplicables a la Policía:
“1.- Usar en beneficio propio o de terceros la información reservada o privilegiada a que se tuviere acceso
en razón de la función pública que se desempeña.
2.- Hacer valer indebidamente la posición funcionaria para influir sobre una persona con el objeto de
conseguir un beneficio directo o indirecto para sí o para un tercero.
3.- Emplear, bajo cualquier forma, dinero o bienes de la institución, en provecho propio o de terceros.
4.- Ejecutar actividades, ocupar tiempo de la jornada de trabajo o utilizar personal o recursos del
organismo en beneficio propio o para fines ajenos a los institucionales.
5.- Solicitar, hacerse prometer o aceptar, en razón del cargo o función, para sí o para terceros, donativos,
ventajas o privilegios de cualquier naturaleza.
6.- Intervenir, en razón de las funciones, en asuntos en que se tenga interés personal o en que lo tengan el
cónyuge, hijos, adoptados o parientes hasta el tercer grado de consaguinidad y segundo de afinidad
inclusive.
Asimismo, participar en decisiones en que exista cualquier circunstancia que le reste imparcialidad.
Las autoridades y funcionarios deberán abstenerse de participar en estos asuntos, debiendo poner en
conocimiento de su superior jerárquico la implicancia que les afecta.
7.- Omitir o eludir la propuesta pública en los casos que la ley la disponga
8.-Contravenir los deberes de eficiencia, eficacia y legalidad que rigen el desempeño de los cargos públicos,
con grave entorpecimiento del servicio o del ejercicio de los demás derechos ciudadanos ante la
administración.”
De igual manera, en general existe un- falso concepto de la lealtad para con los compañeros
olvidando que ésta es definida por el Diccionario de la RAE. como : “Cumplimiento de lo que exigen las
leyes de la fidelidad, y las del honor y de la hombría de bien”
El que falta a la lealtad para con sus compañeros y para con la Institución es aquel que comete la
falta, la ilegalidad o el delito. Es el hechor el que afecta la honra y el prestigio de la Institución y, con ello, a
sus compañeros. Cohonestar esta realidad, ayudar a cubrir las infracciones u ocultar información a fin de
“ayudar a un compañero” de la Institución que ha incurrido en falta o en un ilícito, no sólo constituye un acto
de deslealtad para con la Institución y sus miembros, sino que es una falta grave a la probidad.
CAPITULO II
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Finalidad
Establecer el delito,
Hechos que configuran el delito: falta droga: existencia de droga , cantidad de droga respecto si es
consumo o trafico,
La participación punible:
Establecer los hechos que otorguen la inocencia del imputado. Hay que investigar con igual celo la
culpabilidad y la inocencia.
Razón de ser: La finalidad del procedimiento penal es la sanción de los que han tenido participación punible
en un hecho delictual. En todos los casos en que esta finalidad no puede cumplirse, se termina el
procedimiento mediante el sobreseimiento definitivo
El sobreseimiento puede ser total o parcial. Esto es, respecto de todos los delitos objeto de la
formalización y de todos los imputados o sólo respecto de un determinado delito o de determinados
imputados.
Es total cuando no se ha acreditado legalmente la existencia del delito o acreditado ésta, trascurrido
cierto plazo, no ha sido posible determinar responsabilidad penal alguna. También es total, si acreditada la
existencia del delito, el imputado no puede ser sancionado por existir en su favor la prescripción, la amnistía
o alguna circunstancia eximente de responsabilidad penal o bien porque haya muerto o caído en locura o
demencia.
Existe también sobreseimiento temporal que suspende el procedimiento por causales expresamente
establecidas en la ley y el juez puede decretar la reapertura de éste cuando cesare la causa que la determinó.
Imparcialidad del Juez: requisito del debido proceso Art 19 Nº3 en relacion del Art 5 de la C.P.E. a la policia
se debe exigir los mismo.
AUTORES
DELITO
La administrativa, que corresponde a la etapa de investigación hasta la audiencia preparatoria del juicio
penal oral o la realización de un procedimiento alternativo o concentrado. Está a cargo 1 del Ministerio
Público y su única finalidad es acreditar la existencia del delito, la participación punible, las circunstancias
eximentes, atenuantes y agravantes y los hechos que acrediten la inocencia del imputado.
Artículo 3° del C.P.P:. “El ministerio público, dirigirá en forma exclusiva la investigación de los
hechos constitutivos de delito, los que determinaren la participación punible y los que acreditaren la
inocencia del imputado, en la forma prevista por la Constitución y la ley.”
Fiscal: encargado de controlar y dirigir la investigaci ón. 1 estapa del procedimiento penal. Este ultimo
no puede disponer cosas a Carabineros que la ley no permite.
La Jurisdiccional, que da origen al proceso penal, sea en la forma del juicio penal oral o de cualquiera de
los procedimientos, abreviado o simplificado, que se realizan ante el Tribunal Penal Oral o ante un Juez de
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Garantía, según corresponda. El Tribunal es quien determina la existencia del delito, la participación punible,
absuelve o condena.
Estas medidas sólo las pueden decretar los Tribunales de Justicia. Ninguna autoridad en Chile, salvo
éstos, puede decretar o disponer una medida que prive, perturbe o restrinja los derechos que la Constitución
garantiza en su artículo 19.
Artículo 39 de la C.P., de la R. “El ejercicio de los derechos y garantías que la Constitución asegura a
todas las personas sólo puede ser afectado bajo las siguientes situaciones de excepción: guerra externa o
interna, conmoción interior, emergencia y calamidad pública.”
Art. 83 de la C.P., de la R., inciso 3°: “El Ministerio Público podrá impartir órdenes directas a las Fuerzas
de Orden y Seguridad durante la investigación. Sin embargo, las actuaciones que priven al imputado o a
terceros del ejercicio de los derechos que esta Constitución asegura, o lo restrinjan o perturben, requerirán
de aprobación judicial previa. La autoridad requerida deberá cumplir sin más trámite dichas órdenes y no
podrá calificar su fundamento, oportunidad, justicia o legalidad, salvo requerir la exhibición de la
autorización judicial previa, en su caso.”
Artículo 5° del C.P.P.: “No se podrá citar, arrestar, detener, someter a prisión preventiva ni aplicar
cualquier otra forma de privación o restricción de libertad a ninguna persona, sino en los casos y en la
forma señalados por la Constitución y las leyes.
Las disposiciones de este Código que autorizan la restricción de la libertad o de otros derechos del
imputado o del ejercicio de alguna de sus facultades serán interpretadas restrictivamente y no se podrán
aplicar por analogía.”
Artículo 9° del C.P.P.: ”Toda actuación del procedimiento que privare al imputado o a un tercero del
ejercicio de los derechos que la Constitución asegura, o lo restringiere o perturbare, requerirá de
autorización judicial previa.
En consecuencia, cuando una diligencia de investigación pudiere producir alguno de tales efectos, el
fiscal deberá solicitar previamente autorización del juez de garantía”. Esta relacionada con el Art 83.
Autorización Judicial
Ello no obstante, el inciso final del artículo 9° del C.P.P. establece: “Tratándose de casos urgentes,
en que la inmediata autorización u orden judicial sea indispensable para el éxito de la diligencia, podrá ser
solicitada y otorgada por cualquier medio idóneo al efecto, tales como teléfono, fax, correo electrónico- u
otro, sin perjuicio de la constancia posterior en el registro correspondiente. No obstante lo anterior, en
caso de una detención se deberá entregar por el funcionario policial que la practique una constancia de
aquella, con indicación del tribunal que la expidió, del delito que le sirve de fundamento y de la hora en
que se emitió.
Además, en el caso de entrada y registro a un local cerrado, el artículo 208 del C.P.P establece: “La
orden que autorizare la entrada y registro deberá señalar: a) el o los edificios o lugares que hubieren de ser
registrados; b) el fiscal que lo hubiere solicitado; c) la autoridad encargada de practicar el registro, y d) el
motivo del registro y, en su caso, del ingreso nocturno.
A su vez, el inciso 1° del artículo 212 de C.P.P. establece: “La resolución que autorizare la
entrada y registro de un lugar cerrado se notificará al dueño o encargado….” a menos que el juez autorice
lo contrario.
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No obstante que la norma del artículo 9 del C.P.P., en cuanto faculta la autorización oral (por
teléfono) para privar, restringir o perturbar un derecho constitucionalmente garantizado, es contraria a la
norma constitucional, es una ley vigente que obliga a la Policía.
En lo posible, se debe tratar que el Fiscal dé la orden por escrito y, de todas maneras, que entregue los
antecedentes que exige la ley para intimar al detenido y, en caso de registro, los que señala el artículo 208 del
C.P.P. Si se niega, dejar constancia de la orden recibida y de la negativa del fiscal a darla por escrito y sacar
copia de la constancia de la orden en el registro de actuación para cumplir con estas normas legales. Cabe
reiterar que, en estos casos, la policía debe entregar al imputado o al afectado, según el caso, una constancia
(REGISTRO DE TODO) donde se deje indicación del tribunal que autorizó la diligencia, del delito que la
fundamenta y de la hora en que se emitió.
Determinar si se está o no en un caso urgente y que la autorización sea indispensable para el éxito de
la investigación, es una facultad exclusiva y excluyente del juez de garantía.
Artículo 12 C.P.P. “Para los efectos regulados en este Código, se considerará intervinientes en el
procedimiento al fiscal, al imputado, al defensor, a la víctima y al querellante, desde que realizaren
cualquier actuación procesal o desde el momento en que la ley les permitiere ejercer facultades
determinadas. “
2.- Imputado: desde la primera actuación del procedimiento dirigido en su contra y hasta la completa
ejecución de la sentencia.
Artículo 7° del C.P.P. “Las facultades, derechos y garantías que la Constitución Política de la República,
este Código y otras leyes reconocen al imputado, podrán hacerse valer por la persona a quien se atribuyere
participación en un hecho punible desde la primera actuación del procedimiento dirigido en su contra y hasta
la completa ejecución de la sentencia.
Para este efecto, se entenderá por primera actuación del procedimiento cualquiera diligencia o
gestión, sea de investigación, de carácter cautelar o de otra especie, que se realizare por o ante un tribunal
con competencia en lo criminal, el ministerio público o la policía, en la que se atribuyere a una persona
responsabilidad en un hecho punible.”
Defensor: desde que el imputado lo designa. Desde que se inicia el procedimiento en contra de imputado.
Artículo 8°, inciso 1° del C.P.P. “El imputado tendrá derecho a ser defendido por un letrado desde la
primera actuación del procedimiento dirigido en su contra.”
Víctima: desde que se ha cometido el delito que la afecta. Desde que ha sido objeto del delito.
Artículo 108 C.P.P. “Para los efectos de este Código, se considera víctima al ofendido por el delito. En los
delitos cuya consecuencia fuere la muerte del ofendido y en los casos en que éste no pudiere ejercer los
derechos que en este Código se le otorgan, se considerará víctima: a) al cónyuge y a los hijos; b) a los
ascendientes abuelos y bisabuelos; c) al conviviente; d) a los hermanos, y e) al adoptado o adoptante. Para
los efectos de su intervención en el procedimiento, la enumeración precedente constituye un orden de
prelación, de manera que la intervención de una o más personas pertenecientes a una categoría excluye a las
comprendidas en las categorías siguientes.”
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Querellante pasa a ser interviente desde el momento que se acoge la querella : desde que se ha admitido
la querella.
Artículo 112, inciso 2° del C.P.P.: “Admitida a tramitación, el juez la remitirá al ministerio público y el
querellante podrá hacer uso de los derechos que le confiere el artículo 261.”
Imputado:
“La policía sólo podrá interrogar autónomamente al imputado en presencia de su defensor. Si éste
no estuviere presente durante el interrogatorio, las preguntas se limitarán a constatar la identidad
del sujeto.
Si, en ausencia del defensor, el imputado manifestare su deseo de declarar, la policía tomará las
medidas necesarias para que declare inmediatamente ante el fiscal. Si esto no fuere posible, la
policía podrá consignar las declaraciones que se allanare a prestar, bajo la responsabilidad y con la
autorización del fiscal. El defensor podrá incorporarse siempre y en cualquier momento a esta
diligencia.“
“Todo imputado podrá hacer valer, hasta la terminación del proceso, los derechos y garantías que le
confieren las leyes. En especial tendrá derecho a:
a) Que se le informe de manera específica y clara acerca de los hechos que se le imputaren y los
derechos que le otorgan la Constitución y las leyes;
b) Ser asistido por un abogado desde los actos iniciales de la investigación;
g) Guardar silencio o, en caso de consentir en prestar declaración, a no hacerlo bajo
juramento;
h) No ser sometido a tortura ni a otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Artículo 94 del C.P.P. letras a), b), c), e), f), g), y h).
“El Imputado privado de libertad tendrá, además, las siguientes garantías y derechos:
a) A que se le exprese específica y claramente el motivo de su privación de libertad y, salvo el caso
de delito flagrante, a que se le exhiba la orden que la dispusiere.
b) A que el funcionario a cargo del procedimiento de detención o de aprehensión le informe de los
derechos a que se refiere el inciso segundo del artículo 135
c) A ser conducido sin demora ante el tribunal que hubiere ordenado su detención
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e) A que el encargado de la guardia del recinto policial al cual fuere conducido informe, en su
presencia, al familiar o a la persona que le indicare, que ha sido detenido o preso, el motivo de
la detención o prisión y el lugar donde se encontrare
f) A entrevistarse privadamente con su abogado de acuerdo al régimen del establecimiento de
detención, el que sólo contemplará las restricciones necesarias para el mantenimiento del orden
y la seguridad del recinto
g) A tener, a sus expensas, las comodidades y ocupaciones compatibles con la seguridad del recinto
en que se encontrare, y
h) A recibir visitas y comunicarse por escrito o por cualquier otro medio, salvo lo dispuesto en el
artículo 151
Artículo 96: “Todo abogado tendrá derecho a requerir del funcionario encargado de cualquier
lugar de detención o prisión, la confirmación de encontrarse privada de libertad una persona
determinada en ese o en otro establecimiento del mismo servicio y que se ubicare en la comuna.
En caso afirmativo y con el acuerdo del afectado, el abogado tendrá derecho a conferenciar
privadamente con él y, con su consentimiento, a recabar del encargado del establecimiento la
información consignada en la letra a) del artículo 94 (motivo de la privación de libertad)
Si fuere requerido, el funcionario encargado deberá extender, en el acto, una constancia de
no encontrarse privada de libertad en el establecimiento la persona por la que se hubiere
consultado”
Artículo 104: “El defensor podrá ejercer todos los derechos y facultades que la ley reconoce al
imputado, a menos que expresamente se reservare su ejercicio a este último en forma personal.”
Al respecto, cabe señalar que la policía tiene el derecho a solicitar del abogado que acredite su
calidad de tal. No basta la mera afirmación, debe acreditarlo. Lo puede hacer con la patente municipal
que debe pagar para ejercer la profesión, con el carné de identidad si éste indica la profesión e incluso
con el carné que lo acredita miembro del Colegio de Abogados. La mera palabra del interesado no
acredita la calidad de profesional. De todas formas, si su calidad de abogado es conocida por la
policía no requiere de mayor comprobación.
Derechos de la víctima:
“La victima podrá intervenir en el procedimiento penal conforme a lo establecido en este código, y
tendrá, entre otros, los siguientes derechos :
a) Solicitar medidas de protección frente a probables hostigamientos, amenazas o atentados en
contra suya o de su familia”
“Salvas las excepciones expresamente previstas en la ley, los intervinientes siempre tendrán acceso
al contenido de los registros.
”Los registros podrán también ser consultados por terceros cuando dieren cuenta de
actuaciones que fueren públicas de acuerdo con la ley, a menos que, durante la investigación o la
tramitación de la causa, el tribunal restringiere el acceso para evitar que se afecte su normal
substanciación o el principio de inocencia.
En todo caso, los registros serán públicos transcurridos cinco años desde la realización de las
actuaciones consignadas en ellos. A petición de un interviniente o de cualquier persona, el
funcionario competente del tribunal expedirá copias fieles de los registros o de la parte de ellos que
fuere pertinente, con sujeción a lo dispuesto en los incisos anteriores. Además dicho funcionario
certificará si se hubieren deducido recursos en contra de la sentencia definitiva”.
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2. Acceso a los Registros de los Fiscales y de la Policía:
“Las actuaciones de investigación realizadas por el ministerio público y por la policía serán
secretas para los terceros ajenos al procedimiento.
El imputado y los demás intervinientes en el procedimiento podrán examinar y obtener
copias, a su cargo, de los registros y documentos de la investigación fiscal y podrán examinar los de
la investigación policial.”
La policía no puede negar, a ningún interviniente, el examen de los registros policiales salvo que el
fiscal haya declarada el secreto respecto de alguna diligencia, precisando cual y a quienes afecta el secreto.
Hay que destacar que las actividades del imputado, del tribunal y los informes periciales nunca pueden ser
secretas para éste y su abogado, pero sí para los restantes intervinientes.
Siempre hay que hacer un registro de todas las actuaciones, los cuales tienen que ser archivados. Carabineros no está
obligado a dar copia pero sí que tengan acceso. El Fiscal puede declarar secreto respecto de algunas diligencias.
C AP I T U LO III
EL MINISTERIO PÚBLICO
Creado por una reforma Constitucional que agregó los artículos 80 A a 80 I, ambos inclusive.
Actualmente, con la reforma constitucional del 2005, estos artículos pasaron a ser 83 a 91.
Finalidad.
Artículo 3° del C.P.P: “El ministerio público dirigirá en forma exclusiva la investigación de los hechos
constitutivos de delito, los que determinaren la participación punible y los que acreditaren la inocencia del
imputado, en la forma prevista por la Constitución y la ley.”
Artículo 1° de la LOC 19.640 del Ministerio Público: “|El Ministerio Público es un organismo autónomo
y jerarquizado, cuya función es dirigir en forma exclusiva la investigación de los hechos constitutivos de
delito, los que determinen la participación punible y los que acrediten la inocencia del inculpado y, en su
caso, ejercer la acción penal pública en la forma prevista por la ley. De igual manera, le corresponderá la
adopción de medidas para proteger a las víctimas y a los testigos. No podrá ejercer funciones
jurisdiccionales”
Obligación de Investigar
Artículo 166 del C.P.P.: “Los delitos de acción pública serán investigados con arreglo a las disposiciones
de este Título.
Cuando el ministerio público tomare conocimiento de la existencia de una hecho que revistiere
caracteres de delito, con el auxilio de la policía, promoverá la persecución penal, sin que pueda suspender,
interrumpir o hacer cesar su curso, salvo en los casos previstos en la ley.
Tratándose de delitos de acción pública previa instancia particular, no podrá procederse sin que, a
lo menos, se hubiere denunciado el hecho con arreglo al artículo 54, salvo para realizar los actos urgentes
de investigación o los absolutamente necesarios para impedir o interrumpir la comisión del delito.”
Dirección de la investigación
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Artículo 180, incisos 1° y 2°, del C.P.P.: “Los fiscales dirigirán la investigación y podrán realizar por sí
mismos o encomendar a la policía todas las diligencias de investigación que consideren conducentes al
esclarecimiento de los hechos.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el Párrafo 1º de este Título, dentro de las veinticuatro horas
siguientes a que tomare conocimiento de la existencia de un hecho que revistiere caracteres de delito de
acción penal pública por alguno de los medios previstos en la ley, el fiscal deberá proceder a la práctica de
todas aquellas diligencias pertinentes y útiles al esclarecimiento y averiguación del mismo, de las
circunstancias relevantes para la aplicación de la ley penal, de los partícipes del hecho y de las
circunstancias que sirvieren para verificar su responsabilidad. Asimismo, deberá impedir que el hecho
denunciado produzca consecuencias ulteriores.”
Al respecto, cabe distinguir entre ejecutar y observar. El fiscal puede asistir a toda y cualquier
diligencia de investigación pero las diligencias encomendadas a la Policía o a los Organismos
Especializados, como ya se dijo, se ejecutan conforme a las normas y reglamentos internos respectivos.
Artículo 78 del C.P.P. “Será deber de los fiscales durante todo el procedimiento adoptar medidas, o
solicitarlas, en su caso, para proteger a las víctimas de los delitos, facilitar su intervención en el mismo y
evitar o disminuir al mínimo cualquier perturbación que hubieren de soportar con ocasión de los trámites
en que debieren intervenir.
Los fiscales estarán obligados a realizar, entre otras, las siguientes actividades a favor de las
víctimas:
a) Entregarle información acerca del curso y resultado del procedimiento, de sus derechos y de las
actividades que debiere realizar para ejercerlos.
b) Ordenar por sí mismos o solicitar al tribunal, en su caso, las medidas destinadas a la protección de
la víctima y su familia frente a probables hostigamientos, amenazas o atentados.
c) Informarle sobre su eventual derecho a indemnización y la forma de impetrarlo, y remitir los
antecedentes, cuando correspondiere, al organismo del Estado que tuviere a su cargo la
representación de la víctima en el ejercicio de las respectivas acciones civiles.
d) Escuchar a la víctima antes de solicitar o resolver la suspensión del procedimiento o su terminación
por cualquier causa.
Si la víctima hubiere designado abogado, el ministerio público estará obligado a realizar también a su
respecto las actividades señaladas en las letras a) y d) precedentes”
Artículo 2° inciso 2° de la LOC 19.640 del Ministerio Público: “Los fiscales, en los casos que tengan a su
cargo, dirigirán la investigación y ejercerán la acción penal pública con el grado de independencia,
autonomía y responsabilidad que establece la ley”
Responsabilidad
Artículo 5° de la LOC 19.640 del Ministerio Público: Inciso 1°: “El Estado será responsable por las
conductas injustificadamente erróneas o arbitrarias del Ministerio Público.
Inciso 3°: “En todo caso, no obstará a la responsabilidad que pudiese afectar al fiscal o funcionario que
produjo el daño, y, cuando haya mediado culpa grave o dolo de su parte, al derecho del Estado para repetir
en su contra.”
Probidad
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Artículo 8° de la LOC 19.640 del Ministerio Público, inciso 1°: “Los fiscales y los funcionarios del
Ministerio Público deberán observar el principio de probidad administrativa.
Inciso 2° : “La función pública se ejercerá con transparencia, de manera que permita y promueva el
conocimiento de los procedimientos, contenidos y fundamentos de las decisiones que se adopten en ejercicio
de ella”.
Inciso 4°: “Son públicos los actos administrativos del Ministerio Público y los documentos que les sirvan
de sustento o complemento directo y esencial……” Este mismo inciso contiene las excepciones a esta regla.
Inciso final: “La publicidad, divulgación e información de los actos relativos a o relacionados con la
investigación, el ejercicio de la acción penal pública y la protección de víctimas y testigos, se regirán por la
ley procesal penal”
Artículo 3° de la LOC 19.640 del Ministerio Público: “En el ejercicio de su función, los fiscales del
Ministerio Público adecuarán sus actos a un criterio objetivo, velando únicamente por la correcta
aplicación de la ley. De acuerdo con ese criterio, deberán investigar con igual celo no sólo los hechos y
circunstancias que funden o agraven la responsabilidad del imputado, sino también los que la eximan de
ella, la extingan o la atenúen.”
El criterio objetivo se opone absolutamente al criterio subjetivo. Este último pasa a ser una deducción
de los hechos ya conocidos y probados, facultad que es privativa de los jueces al dictar sentencia. Sólo ellos
pueden sacar conclusiones de los hechos probados en el proceso y calificar el valor de los medios
probatorios. En consecuencia, si el Fiscal o la Policía se forman una convicción previa al establecimiento de
los hechos, acerca de la ocurrencia de éstos o de la participación punible, se dirigirá u orientará la
investigación a probar esta formulación subjetiva y no a establecer la realidad que puede resultar contraria a
la apreciación subjetiva.
Artículo 227 del C.P.P.: “El ministerio público deberá dejar constancia de las actuaciones que realizare,
tan pronto tuvieren lugar, utilizando al efecto cualquier medio que permitiere garantizar la fidelidad e
integridad de la información, así como el acceso a la misma de aquellos que de acuerdo a la ley tuvieren
derecho a exigirlo.
La constancia de cada actuación deberá consignar a lo menos la indicación de la fecha, hora y lugar
de realización, de los funcionarios y demás personas que hubieren intervenido y una breve relación de sus
resultados.”
Artículo 87 del C.P.P.: “Sin perjuicio de las instrucciones particulares que el fiscal impartiere en cada caso,
el ministerio público regulará mediante instrucciones generales la forma en que la policía cumplirá las
funciones previstas en los artículos 83 y 85, así como la forma de proceder frente a hechos de los que
tomare conocimiento y respecto de los cuales los datos obtenidos fueren insuficientes para estimar si son
constitutivos de delito. Asimismo podrá impartir instrucciones generales relativas a la realización de
diligencias inmediatas para la investigación de determinados delitos”
El artículo 83 se refiere a las actuaciones que la policía debe realizar de inmediato sin esperar
previamente instrucciones particulares de los fiscales. El artículo 85 se refiere al control de identidad. Ambas
materias son analizadas separadamente al tratar de la Policía.
Cabe hacer presente que el Fiscal Nacional, de acuerdo con Carabineros y la Policía de
Investigaciones, ha impartido instrucciones generales a la policía en relación con determinados delitos contra
la propiedad y otros, a saber: hurto agravado, simple o falta; robo, de vehículos motorizados, en bienes
nacionales de uso público, en lugar no habitado, por sorpresa; abigeato: infracciones a la ley N°17.336 de
Propiedad Intelectual; desórdenes graves y delitos asociados a la violencia intrafamiliar. Respecto de estos
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últimos, es la propia ley de violencia intrafamiliar la que obliga a la policía a intervenir de inmediato,
materia que se analiza más adelante. Conforme a estas instrucciones y de acuerdo a las normas dictadas
al respecto por las propias instituciones policiales, la policía debe actuar sin esperar las instrucciones del
fiscal sin que ello obste a la obligación de informar de inmediato al Ministerio Público.
Artículo 88 del C.P.P. :”El ministerio público podrá requerir en cualquier momento los registros de las
actuaciones de la policía”
Artículo 19 del C.P.P. inciso 1°: “Todas las autoridades y órganos del Estado deberán realizar las
diligencias y proporcionar, sin demora, la información que les requirieren el ministerio público y los
tribunales con competencia en lo penal. El requerimiento contendrá la fecha y lugar de expedición, los
antecedentes necesarios para su cumplimiento, el plazo que se otorgare para que se llevare a efecto y la
determinación del fiscal o tribunal requirente.”
CAPITULO IV
Artículo 76, inciso 3°, de la C. P. de la R.: “Para hacer ejecutar sus resoluciones, y practicar o hacer
practicar los actos de instrucción que determine la ley, los tribunales ordinarios de justicia y los especiales
que integran el Poder Judicial, podrán impartir órdenes directas a la fuerza pública o ejercer los medios de
acción conducentes de que dispusieren. Los demás tribunales lo harán en la forma que la ley determine.
La autoridad requerida deberá cumplir sin más trámite el mandato judicial y no podrá calificar su
fundamento u oportunidad, ni la justicia o legalidad de la resolución que se trata de ejecutar.”
Pero esa resolución tiene que ser para ser ejecutar otra resolución o para ser un acto de instrucción
dentro de un proceso.
Artículo 34 C.P.P.: “En el ejercicio de sus funciones, el tribunal podrá ordenar directamente la
intervención de la fuerza pública y disponer todas las medidas necesarias para el cumplimiento de las
actuaciones que ordenare y la ejecución de las resoluciones que dictare“
La norma constitucional determina que esta facultad de los Tribunales sólo existe para hacer ejecutar
sus resoluciones y practicar o hacer practicar los actos de instrucción que determine la ley. En consecuencia,
la policía no está obligada a dar este cumplimiento irrestricto a toda orden judicial. Ésta debe referirse al
cumplimiento de una sentencia determinada o a actos de instrucción respecto de un o de procesos
determinados, cualquiera sea su naturaleza.
La facultad que consagra el artículo 34 del C.P.P. cae dentro de los límites constitucionales, por lo
cual las órdenes que se impartan deben estar dentro de estos límites, tener igual finalidad y estar referidas a
un procedimiento penal determinado.
La orden judicial que no cumpla estos requisitos no obliga a la Policía, como ser una orden genérica:
Ejemplos: emitir una orden general de no conceder la libertad a los detenidos por cuasidelitos de lesiones,
dar una orden de detención en blanco u orden amplia de investigar con autorización para allanar y registrar.
Finalmente, cumpliendo los requisitos antes señalados, los Jueces son la única autoridad en Chile que
puede decretar y autorizar actos que priven, restrinjan o perturben los derechos constitucionalmente
garantizados y sólo en la forma que determina la ley. El uso de esta facultad también esta reglado por la ley y
los Tribunales deben cumplir con las formalidades que le ley establece para su ejercicio. Así, por ejemplo,
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una orden de detención o una orden de allanamiento y registro que no cumpla con los requisitos legales,
debe ser representada. La única excepción es la contemplada en el artículo 9 del C.P.P. respecto de la
autorización oral.
Artículo 83, inciso 3° C.P. de la R.:: “El Ministerio Público podrá impartir órdenes directas a las Fuerzas
de Orden y Seguridad durante la investigación. Sin embargo, las actuaciones que priven al imputado o a
terceros del ejercicio de los derechos que esta Constitución asegura, o lo restrinjan o perturben, requerirán
de aprobación judicial previa. La autoridad requerida deberá cumplir sin más trámite dichas órdenes y no
podrá calificar su fundamento, oportunidad, justicia o legalidad, salvo requerir la exhibición de la
autorización judicial previa, en su caso”.
La facultad del Ministerio Público para investigar nace desde el momento en que existe o se ha
producido un hecho que presenta caracteres de delito. Si no hay un hecho determinado con estas
características, el Ministerio Público no tiene facultad legal alguna para dar órdenes a la Policía. La tiene
sólo respecto del hecho que presenta caracteres de delito que está investigando y únicamente para realizar
actividades de investigación. Nunca el Ministerio Público puede dar una orden que prive, restrinja o perturbe
el legítimo ejercicio de un derecho constitucionalmente garantizado, sin previa autorización judicial.
La gran diferencia está en la amplitud de la facultad. Los tribunales pueden afectar el ejercicio de
derechos constitucionalmente garantizados y el Ministerio Público no lo puede hacer jamás.
CAPITULO V
FUNCIÓN POLICIAL
En relación con el tema de este libro, el autor sólo considera la existencia de tres funciones
policiales, claramente diferenciadas:
Preventiva. Absolutamente administrativa y consiste en la disposición del personal y elementos a cargo para
prevenir la ocurrencia de delitos y alteración del orden público. Es permanente y, fundamentalmente, es una
función propia de Carabineros. (administrativa)siempre va a fallar, no es absoluta, disponer con los medios
la consecución de los delitos
El Reglamento N°1 de Carabineros de Chile, en actual vigencia, define el rol preventivo como
“Conjunto de acciones que realiza la Institución mediante su presencia en la comunidad resguardando la
vida y bienes de las personas, creando de este modo condiciones de paz y de equilibrio social que permiten
el pleno desarrollo de la Nación. Constituye su rol esencial y primario e identifica a Carabineros como
Policía Preventiva.”
Represiva. Tiene por objeto restablecer el orden público alterado. Termina cuando se restablece el orden
público. Es excepcional, transitoria y es función propia de Carabineros. ( cuando por manifestaciones de
multiples personas se violenta la ley) no se le leen los derechos debido a que es imposible, se detiene por un
delito flagrante, Se produce espontáneamente y desaparece espontáneamente.
Post delito. INVESTIGATIVA Es propia de la Policía de Investigaciones como auxiliar del ministerio
público y, para Carabineros, cuando el Fiscal a cargo de la investigación así lo decide. Nace una vez que se
ha cometido el delito y su razón de ser es la investigación de los hechos que acrediten la existencia del
delito, la participación punible, las circunstancias, eximentes, atenuantes y agravantes de la responsabilidad
penal como igualmente los hechos que justifiquen la inocencia del imputado. SIN HECHOS NO HAY
DERECHOS
Ello no obstante, tal como se señaló anteriormente, existen instrucciones impartidas por el Fiscal
Nacional que obligan, a Carabineros y a la Policía de Investigaciones, a actuar de inmediato, sin previa
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autorización del Fiscal, frente a hechos delictuales determinados, sin perjuicio de informar de inmediato al
fiscal acerca de sus actuaciones. Lo mismo ocurre con la modificación introducida a la letra c) del artículo
83 del C.P.P. que agregó el siguiente párrafo cuarto: “En el caso de delitos flagrantes cometidos en zonas
rurales o de difícil acceso, la policía deberá practicar de inmediato las primeras diligencias de
investigación pertinentes, dando cuenta al fiscal que corresponda de lo hecho, a la mayor brevedad”.
Corresponderá al fiscal que asuma el caso, determinar con cual Institución Policial continúa la
investigación.
Objeto de la Investigación:
Obtener y reunir las pruebas que acrediten jurídicamente la verdad real de los hechos que:
1.- Configuran el delito
2. -Acreditan la participación punible
3.- Constituyen agravantes o atenuantes
4.-Acreditan la inocencia del imputado.
La policía es la principal responsable del castigo de quienes cometen delito, lo que depende del éxito
de la investigación. Esta debe ser exhaustiva, absolutamente objetiva y exenta de prejuicios o juicios
anticipados sobre la participación punible.
Es el Juez el que establece la existencia del delito y la participación punible en base a los hechos que
se acrediten legalmente dentro del proceso
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La verdad. Hay tres verdades:
La absoluta, que sólo la conoce dios por cuanto implica conocer los aspectos íntimos y externos que han
determinado la ocurrencia del acto
La real, que es la que conocemos los hombres a través de hechos que son susceptibles de conocerse a
través de los sentidos y que, por ello, son susceptibles de ser probados;
La verdad jurídica, que es aquella sobre la cual se resuelve el proceso penal, esto es sobre los hechos
acreditados legalmente en el proceso. De aquí la importancia de la investigación y la búsqueda de pruebas
que permitan conocer lo que realmente ocurrió. El hecho no probado en el proceso, aunque realmente
haya ocurrido, para el proceso no existe.
La obtención de la prueba debe ser hecha en forma legal por cuanto, de no hacerse así, la prueba
puede y debe ser declarada inadmisible.
| CAPITULO VI
POLICIAL.
Hay dos clases de acciones penales que emanan de un delito o cuasidelito: la pública y la privada.
Ello no obstante, en ciertos casos, la acción penal pública requiere denuncia previa de la víctima.
”La acción penal pública para la persecución de todo delito que no esté sometido a regla especial deberá
ser ejercida de oficio por el ministerio público. Podrá ser ejercida, además, por las personas que determine
la ley (querella), con arreglo a las disposiciones de este Código. Se concede siempre acción penal pública
para la persecución de los delitos cometidos contra menores de edad. “
“Los delitos de acción pública serán investigados con arreglo a las disposiciones de este Título.
Cuando el ministerio público tomare conocimiento de la existencia de un hecho que revistiere
caracteres de delito, con el auxilio de la policía, promoverá la persecución penal, sin que pueda suspender,
interrumpir o hacer cesar su curso, salvo en los casos previstos en la ley.
Tratándose de delitos de acción pública previa instancia particular, no podrá procederse sin que , a
lo menos, se hubiere denunciado el hecho con arreglo al artículo 54, salvo para realizar los actos urgentes
de investigación o los absolutamente necesarios para impedir o interrumpir la comisión del delito.”
La policía debe actuar siempre ante delitos de acción pública, en la forma que la ley
prescribe.
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“En los delitos de acción pública previa instancia particular no podrá procederse de oficio sin que, a lo
menos, el ofendido por el delito hubiese denunciado el hecho a la justicia, al ministerio público o a la
policía.
Tales delitos son:
a) Las lesiones previstas en los artículos 399 y 494, número 5° del Código Penal (lesiones menos graves y
leves)
b) La violación de domicilio;
c) La violación de secretos prevista en los artículos 231 y 247, inciso segundo, del Código Penal
( divulgación del secreto profesional del abogado y divulgación por un funcionario público de un secreto que
afecta a un particular y del que conoció en razón de su cargo)
d) Las amenazas previstas en los artículos 296 y 297 del Código Penal (Amenazas serias con causar a otro
o a su familia, en su persona, honra o propiedad, un mal que constituya delito)
e) Los previstos en la ley Nº 19.039, que establece normas aplicables a los privilegios industriales y
protección de los derechos de propiedad industrial;
f) La comunicación fraudulenta de secretos de la fábrica en que el imputado hubiere estado o estuviere
empleado; y
g) Los que otras leyes señalaren en forma expresa.
A falta del ofendido por el delito, podrán denunciar el hecho las personas indicadas en el
inciso segundo del artículo 108, de conformidad a lo previsto en esa disposición.
Cuando el ofendido se encontrare imposibilitado de realizar libremente la denuncia, o cuando
quienes pudieren formularla por él se encontraren imposibilitados de hacerlo o aparecieren implicados en
el hecho, el ministerio público podrá proceder de oficio. (caso de incesto)
Iniciado el procedimiento, éste se tramitará de acuerdo con las normas generales relativas a
los delitos de acción pública.”
La policía no puede actuar sin la previa denuncia, salvo para realizar los actos urgentes de
investigación o los absolutamente necesarios para impedir o interrumpir la comisión del delito. Hecha la
denuncia, debe actuar igual que en los casos de delitos de acción pública.
“Delitos de acción privada. No podrán ser ejercidas por otra persona que la víctima, las acciones que
nacen de los siguientes delitos:
a) La calumnia y la injuria:
b) La falta descrita en el número 11 del artículo 496 del Código Penal (Injurias livianas de hechos o
palabras no siendo por escrito y con publicidad)
c) La provocación a duelo y el denuesto o descrédito público por no haberlo aceptado; y
d) El matrimonio del menor llevado a efecto sin el consentimiento de las personas designadas por la ley y
celebrado de acuerdo con el funcionario llamado a autorizarlo.
Responsabilidad Penal
“La acción penal, fuere pública o privada, no puede entablarse sino contra las personas responsables del
delito.
La responsabilidad penal sólo puede hacerse efectiva en las personas naturales. Por las
personas jurídicas responden los que hubieren intervenido en el acto punible, sin perjuicio de la
responsabilidad civil que les afecte.”
En aquellos casos en que una persona jurídica es la víctima del delito, como ser en el caso de
estafa, daños, apropiación de secretos industriales, etc. la denuncia o la querella la puede hacer cualquiera de
sus representantes legales.
CAPITULO VII
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Auxiliar del Ministerio Público sólo para investigar
“La Policía de Investigaciones de Chile será auxiliar del ministerio público en las tareas de investigación y
deberá llevar a cabo las diligencias necesarias para cumplir los fines previstos en este Código, en especial
en los artículos 180, 181 y 187, de conformidad a las instrucciones que le impartieren los fiscales.
Tratándose de delitos que dependieren de instancia privada se estará a lo dispuesto en los artículos 54 y
400 de este Código. Asimismo le corresponderá ejecutar las medidas de coerción que se decretaren.
Carabineros de Chile, en el mismo carácter de auxiliar del ministerio público, deberá desempeñar
las funciones previstas en el inciso precedente cuando el fiscal a cargo del caso así lo dispusiere.”
Artículo 80 del C.P.P. “Dirección del Ministerio Público. Los funcionarios señalados en el artículo
anterior que, en cada caso, cumplieren funciones previstas en este Código, ejecutarán sus tareas bajo la
dirección y responsabilidad de los fiscales y de acuerdo a las instrucciones que éstos les impartieren para
los efectos de la investigación, sin perjuicio de su dependencia de las autoridades de la institución a la que
pertenecieren.
También deberán cumplir las órdenes que les dirigieren los jueces para la tramitación del
procedimiento.
Los funcionarios antes mencionados deberán cumplir de inmediato y sin más trámite las órdenes que
les impartieren los fiscales y los jueces, cuya procedencia, conveniencia y oportunidad no podrán calificar,
sin perjuicio de requerir la exhibición de la autorización judicial previa, cuando correspondiere, salvo los
casos urgentes a que refiere el inciso final del artículo 9, en los cuales la autorización judicial se exhibirá
posteriormente”
Se reitera lo antes expuesto, en cuanto a que la Policía realiza las diligencias de acuerdo a sus propias
normas institucionales. El fiscal determina qué investigar pero el cómo lo determina la Policía.
Artículo 81 del C.P.P. “Las comunicaciones que los fiscales y la policía debieren dirigirse en relación con
las actividades de investigación de un caso particular se realizarán en la forma y por los medios más
expeditos posibles”.
Excepciones:
Denuncias: Artículo 84 del C.P.P. De inmediato y por el medio más rápido.
Detención por flagrancia .Artículo 131, inciso 2°. C.P.P. Debe informarse de ella al Ministerio
Público dentro de las doce horas de efectuada la detención
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Art. 82 C.P.P. “Imposibilidad de cumplimiento. El funcionario de la policía que, por cualquier causa, se
encontrare impedido de cumplir una orden que hubiere recibido del ministerio público o de la autoridad
judicial, pondrá inmediatamente esta circunstancia en conocimiento de quien la hubiere emitido y de su
superior jerárquico en la institución a que perteneciere.
El fiscal o el juez que hubiere emitido la orden podrá sugerir o disponer las modificaciones que
estimare convenientes para su debido cumplimiento, o reiterar la orden, si en su concepto no existiere
imposibilidad.”
Hay que tener presente que es distinta la obligación de cumplir una orden de un tribunal de justicia,
con competencia en lo penal o facultado por la ley para afectar derechos constitucionalmente garantizados,
de la orden de un fiscal que afecte estos derechos, diferencia explicada al analizar el artículo 9° del C.P.P.
El fiscal nunca puede obligar a cumplir una orden que prive, restrinja o perturbe el legítimo ejercicio
de un derecho constitucionalmente garantizado, sin tener la autorización judicial previa y esta orden debe
cumplir los requisitos legales que, para esa actuación, requiere el C.P.P.
Especialmente, cabe señalar que la ley determina que todo detenido, por orden judicial, debe ser
puesto a disposición del Tribunal correspondiente e igual norma rige en la detención por flagrancia, si el
Fiscal mantiene la detención. En ambas situaciones, el Ministerio Público carece de toda facultad para
disponer su entrega a otra institución o servicio. La entrega del detenido al tribunal se cumple en la forma
que establece el inciso final del artículo 131 del C.P.P., esto es dejándolo bajo la custodia de Gendarmería del
respectivo tribunal.
Art. 228 C.P.P. “Registro de las actuaciones policiales. La policía levantará un registro, en el que
dejará constancia inmediata de las diligencias practicadas, con expresión del día, hora y lugar en que
se hubieren realizado y de cualquier circunstancia que pudiere resultar de utilidad para la investigación.
Se dejará constancia en el registro de las instrucciones recibidas del fiscal y del juez.
El registro será firmado por el funcionario a cargo de la investigación y, en lo posible, por las
personas que hubieren intervenido en los actos o proporcionado alguna información.
En todo caso, estos registros no podrán reemplazar las declaraciones de la policía en el juicio oral.”
Cabe recordar que cualquiera de los intervinientes puede revisar estos registros por lo cual es
conveniente tener un sistema que los archive por delito investigado y, dentro de este archivo, por fecha
de realización. Esto permite ubicar rápidamente el registro correspondiente sin tener que revisar todas las
actuaciones policiales realizadas con motivo de otros delitos. De igual manera, en caso que los policías
que actuaron en determinadas diligencias sean llamados a declarar, este registro es una importante ayuda
de memoria a consultar, a objeto de evitar omisiones o contradicciones al prestar la declaración.
CAPITULO VIII
23
suceso deberá recogerla y guardarla en los términos indicados en el párrafo precedente y hacer
entrega de ella al ministerio público, a la mayor brevedad posible.
En el caso de delitos flagrantes cometidos en zonas rurales o de difícil acceso, la policía deberá
practicar de inmediato las primeras diligencias de investigación pertinentes, dando cuenta al fiscal
que corresponda de lo hecho, a la mayor brevedad.
d) Identificar a los testigos y consignar las declaraciones que éstos prestaren voluntariamente,
tratándose de los casos a que se alude en las letras b) y c) precedentes.
e) Recibir las denuncias del público; y
f) Efectuar las demás actuaciones que dispusieren otros cuerpos legales”
Los párrafos tercero y cuarto de la letra c) (en negrita) fueron agregados por el artículo 2° de la ley
20.253 de 11 de marzo de 2008.
Cabe destacar, respecto de la letra a) que la protección a la víctima prima sobre cualquier otra
contingencia, incluso sobre la detención del o de los delincuentes.
En cuanto al resguardo del sitio del suceso, nadie – salvo quienes estén encargados de la
investigación – puede entrar al sitio del suceso. Esto incluye a la prensa y alcanza al personal policial,
cualquiera sea su rango, que no esté formando parte en ese momento del equipo de investigación. La ley
no distingue e incluye a toda persona ajena a la investigación.
La incautación que dispone el párrafo 2° de la letra c) se refiere a todo aquello que se encuentre en
el sitio del suceso, siempre que la persona que los tenga en su poder acceda voluntariamente a su entrega
o si el requerimiento de entrega voluntaria pudiere poner en peligro el éxito de la investigación. Salvo
estos dos casos, la incautación requerirá orden previa judicial, conforme lo dispone el inciso 1° del
artículo 217 del C.P.P.
Artículo 88 de la ley 19.968 sobre Tribunales de Familia: “Si la denuncia se formulare en una
institución policial y no señalare la identidad del presunto autor, ésta deberá practicar, de inmediato,
las siguientes diligencias para determinarlo:
1.- Procurar la identificación conforme a las facultades descritas en el artículo 85 del Código Procesal
Penal, o
2.- Recabar las declaraciones que al efecto presten quienes conozcan su identidad.”
Artículo 85 del C.P.P.: “Control de identidad. Los funcionarios policiales señalados en el artículo 83
deberán, además, sin orden previa de los fiscales, solicitar la identificación de cualquier persona en los
casos fundados, en que, según las circunstancias, estimaren que existen indicios de que ella hubiere
cometido o intentado cometer un crimen, simple delito o falta, de que se dispusiere a cometerlo, de que
pudiere suministrar informaciones útiles o de que pudiere suministrar informaciones útiles para la
indagación de un crimen, simple delito o falta, o en el caso de la persona que se encapuche o emboce
para ocultar, dificultar o disimular su identidad. La identificación se realizará en el lugar en que la
persona se encontrare, por medio de documentos de identificación expedidos por la autoridad pública,
como cédula de identidad, licencia de conducir o pasaporte. El funcionario policial deberá otorgar a la
persona facilidades para encontrar y exhibir estos instrumentos.
Durante este procedimiento, sin necesidad de nuevos indicios, la policía podrá proceder al registro
de las vestimentas, equipaje o vehículo de la persona cuya identidad se controla, y cotejar la existencia de
las órdenes de detención que pudieren afectarle. La policía procederá a la detención, sin necesidad de
orden judicial y en conformidad a lo dispuesto en el artículo 129, de quienes se sorprenda, a propósito del
registro, en alguna de las hipótesis del artículo 130, así como de quienes al momento del cotejo registren
orden de detención pendiente.
En caso de negativa de una persona a acreditar su identidad, o si habiendo recibido las facilidades
del caso no le fuere posible hacerlo, la policía la conducirá a la unidad policial más cercana para fines de
identificación. En dicha unidad se le darán facilidades para procurar una identificación satisfactoria por
otros medio distintos de los ya mencionados, dejándola en libertad en caso de obtenerse dicho resultado,
previo cotejo de la existencia de órdenes de detención que pudieren afectarle.
Si no resultare posible acreditar su identidad, se le tomarán huellas digitales, las que sólo podrán
ser usadas para fines de identificación y, cumplido dicho propósito, serán destruidas.
El conjunto de procedimientos detallados en los incisos precedentes no deberá extenderse por un
plazo superior a ocho horas, trascurridas las cuales la persona que ha estado sujeta a ellos deberá ser
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puesta en libertad, salvo que existan indicios de que ha ocultado su verdadera identidad o ha proporcionado
una falsa, caso en el cual se estará a lo dispuesto en el inciso siguiente.
Si la persona se niega a acreditar su identidad o se encuentra en la situación indicada en el inciso
anterior, se procederá a su detención como autora de la falta prevista y sancionada en el Nº 5 del artículo
496 del Código Penal. El agente policial deberá informar, de inmediato, de la detención al fiscal, quien
podrá dejarla sin efecto u ordenar que el detenido sea conducido ante el juez dentro de un plazo máximo de
veinticuatro horas, contado desde que la detención se hubiere practicado. Si el fiscal nada manifestare, la
policía deberá presentar al detenido ante la autoridad judicial en el plazo indicado.
Los procedimientos dirigidos a obtener la identidad de una persona en conformidad a los incisos
precedentes, deberán realizarse en la forma más expedita posible, y el abuso en su ejercicio podrá ser
constitutivo del delito previsto y sancionado en el artículo 255 del Código Penal.”.
Requisitos:
El hecho que la ley deje a criterio de la policía estimar la concurrencia de las circunstancias que
permiten el control de identidad, no elimina el hecho que la ley requiere la existencia de indicios que
permitan tal conclusión, en cuanto a que la persona a quien se le efectúa el control de identidad hubiere
cometido o intentado cometer un crimen, simple delito o falta, de que se dispusiere a cometerlo, o de que
pudiere suministrar informaciones útiles para la indagación de un crimen, simple delito o falta, o en el caso
de la persona que se encapuche o emboce para ocultar, dificultar o disimular su identidad.
Indicio: “ Fenómeno que permite conocer o inferir la existencia de otro no percibido” (Diccionario de la
Real Academia de la Lengua Española)
Indicios: “ Hechos de los cuales se deducen otros, que son jurídicamente relevantes, por
subsumibles en el supuesto de hechos de una norma” ( Diccionario Jurídico Espasa)
La antigua norma establecía el requisito de un indicio, o sea bastaba un solo hecho que
permitiera fundamentar el supuesto legal. La norma actual, después de la reforma introducida por la ley
20.253, exige indicios o sea dos o más hechos. Esto implica que deben existir hechos reales, claros y
precisos – no deducciones u olfato policial – que racionalmente permitan estimar que existe el supuesto
legal que permite realizar el control de identidad. Si no existen los indicios que justifican esta estimación, el
control de identidad adolecerá de ilegalidad.
El ministerio Público, a este respecto, señala que la policía debe “ Ceñirse a parámetros o
antecedentes objetivos, tales como las circunstancias, accidentes, actitudes o conductas que, en el caso
concreto, rodean al sujeto sometido a control”. “ Consignar en el parte policial, con claridad y precisión,
fundamentos específicos que sirvieron para practicarlo, explicando y describiendo la evaluación de los
hechos”
La ley 20253 agregó una nueva causal: “que la persona se encapuche o emboce para ocultar,
dificultar o disimular su identidad “. En este caso, hay que aplicar el tino y el criterio y serán las
circunstancias de hecho las que permitan justificar el control.
25
Sobre esta nueva causal, el Fiscal Nacional según oficio FN Nº 207/2008 de 9 de abril de 2008
señaló: “ Persona que se encapuche o emboce:
Finalidad: ocultar, dificultar o disimular su identidad.
Entregado a criterio de las policías, pero basado en criterios o antecedentes objetivos, debidamente
justificados y consignados en el respectivo parte policial.
Ley no exige vinculación entre el hecho de encontrarse encapuchado o embozado y la posible participación
del sujeto en un delito.”
Finalmente cabe reiterar e insistir en que la policía, en el parte respectivo, debe indicar con precisión
todos y cada uno de los hechos que justifican la existencia de los indicios que justifican el control de
identidad. La omisión de cualquiera de estos hechos es una involuntaria ayuda a la defensa, por cuanto ello
permite impugnar la legalidad del procedimiento.
Son los documentos de identificación expedidos por la autoridad pública, como cédula de identidad,
licencia de conducir o pasaporte. Esta relación es enumerativa y no taxativa, por lo cual cualquier
instrumento de identificación expedido por una autoridad pública es suficiente, como ser la Tica, Tifa, carné
de parlamentario, etc.
La Policía debe darle las facilidades para encontrar y exhibir estos instrumentos. Esta es una materia
de tino y de criterio que queda entregada al funcionario, según sean las circunstancias.
Se le debe dar facilidades para que pueda acreditar su identidad por otros medios que no sean
los instrumentos de identificación otorgados por una autoridad pública. Por ejemplo, que sea reconocido por
personas que ofrezcan seguridad de su veracidad y que, a su vez, justifiquen plenamente su propia identidad.
Cabe insistir que no se limitan los medios, sino que éstos deben convencer a la policía que la identificación
es auténtica.
De no ser posible la identificación por los otros medios o si se negare a ser identificado, se le
tomarán huellas digitales, las que sólo pueden ser usadas para su identificación y, una vez lograda, las
huellas hay que destruirlas.
Conforme a la modificación hecha por la ley 20.253, el plazo se aumentó de seis a ocho horas.
Este plazo se cuenta desde que se inició el procedimiento y no desde que se llega a la unidad policial.
Distinta es la situación si, con motivo del registro, se detecta un delito flagrante. En este caso
se terminó el control de identidad y nace el proceso de la detención, por lo cual comienzan a correr los
plazos que ésta determina, doce horas para informar al fiscal y 24 horas para presentar al detenido al
tribunal.
Acreditada la identidad en el lugar en que se practicó la actuación, la persona debe ser dejada
en libertad de inmediato a menos que, de habérsele practicado un registro y encontrado especies que
acrediten que se encuentra en delito flagrante, deba ser detenida por esta nueva circunstancia.
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Obligación de cotejar la existencia de órdenes de detención en la unidad policial
Al respecto hay que distinguir dos situaciones distintas. Una, si el controlado no acredita su
identidad en el lugar en que se realiza la diligencia y es conducido a la unidad policial. La otra, si el
controlado acredita su identidad al ser requerido para ello en el lugar en que se realiza el control
En el primer caso, la modificación al inciso tercero de este artículo, obliga a la Policía, antes
dejar en libertad al controlado llevado a la unidad policial, una vez comprobada su identidad, a cotejar la
existencia de órdenes de detención que pudieren afectarle. Acreditada la existencia de una orden de
detención, la policía está obligada a cumplirla de inmediato y a detener al controlado.
En el segundo caso, la ley establece: “Durante este procedimiento, sin necesidad de nuevos
indicios, la policía podrá proceder al registro de las vestimentas, equipaje o vehículo de la persona cuya
identidad se controla, y cotejar la existencia de las órdenes de detención que pudieren afectarle. Esta
norma, a diferencia del caso anterior, es facultativa para la policía y no imperativa. Queda a criterio del
policía cotejar o no la existencia de órdenes de detención.
Cabe tener presente que, acreditada la identidad en el sitio del control, la persona debe ser dejada
inmediatamente en libertad, por lo cual no se la puede retener intertanto se comprueba si existe o no orden de
detención en su contra, salvo que ello pueda hacerse de inmediato. Retener a la persona que ha acreditado
su identidad en el acto de ser requerida y no se ha comprobado que esté incurriendo en delito flagrante,
mientras se averigua si tiene o no orden de detención pendiente, pasa a constituir una detención que la ley no
permite. Es por ello que la ley establece este trámite como facultativo y lo deja entregado al tino y criterio
del funcionario que hace el control de identidad.
El Ministerio Público no tiene facultad legal alguna para modificar una disposición legal. De aquí que
no pueda cambiar una facultad “podrá” por una obligación “deberá”.
Procedencia de la detención
Cabe destacar que el nuevo inciso 2° del artículo 85 establece que la Policía, sin necesidad de
nuevos indicios, podrá proceder al registro de las vestimentas, equipaje o vehículo de la persona cuya
identidad se controla. Esto es, el solo hecho del control de identidad permite el registro, sin ninguna otra
consideración.
Es útil destacar que esta autorización difiere de la facultad de registro que el artículo 89 del
C.P.P. otorga a la Policía en el caso de una detención, por cuanto en este caso la ley exige que existan
indicios ” que permitieren estimar que oculta en ellos objetos importantes para la investigación.” En el
control de identidad, este registro queda autorizado por el solo hecho de practicarse el control y la ley es
explícita al señalar que se puede proceder a éste sin necesidad de indicio nuevo alguno.
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Ello no obstante, la Defensoría Pública ha estimado que el registro sólo puede hacerse antes de que el
controlado acredite su identidad, sosteniendo que, acreditada la identidad, se terminó el control de identidad
y no procede el registro. El autor no comparte esta afirmación, por cuanto el solo hecho de iniciar el control
de identidad faculta a la policía para efectuar el registro.
Asimismo, este nuevo inciso segundo otorga a la Policía una nueva obligación, la de detener,
sin orden judicial, al controlado si, al efectuar el registro, comprueba que existe flagrancia respecto de algún
hecho que presente caracteres de delito. Así, por ejemplo, si en el registro se constata el porte de armas no
autorizadas o sin el permiso para cargarla, el porte de drogas o estupefacientes, tenencia de elementos
pirateados, etc., la Policía está obligada a detenerlo e informar al Fiscal de ello en el plazo máximo de 12
horas, conforme lo dispone el inciso 2° del artículo 131 del C.P.P.
Esta nueva norma tiene efectos jurídicos importantes, por cuanto la flagrancia quedará
acreditada con el resultado del registro y las pruebas obtenidas serán legales, aún cuando se estime
posteriormente que el control de identidad adoleció de ilegalidad. Esto es, la legalidad o ilegalidad del
control de identidad en nada afecta la legalidad del registro y de sus consecuencias.
Ello no obstante, la policía debe determinar que el delito flagrante existió y dejar constancia
de cómo lo comprobó. Esto es fácil tratándose de armas o especies provenientes de un delito, lo que no
ocurre con el caso de la droga y de la marihuana. Hay que comprobar que lo que el controlado portaba era
efectivamente droga o marihuana y señalar cómo se comprobó. Hay muchos casos en que se engaña al
adquirente entregándole polvo de talco y no droga y zanahoria en lugar de marihuana. Hasta tanto no se
compruebe que efectivamente se trata de droga o marihuana, no se configura la flagrancia.
Lo anterior obliga a la policía, dentro del plazo legal para efectuar el control de identidad, a
establecer la naturaleza de lo encontrado en poder del controlado y acreditar que se trata de alguna de
aquellas sustancias.
El control de identidad debe realizarse en la forma más expedita posible y el abuso en su ejercicio
puede ser constitutivo del delito previsto y sancionado en el artículo 225 del C.P. La sanción puede ser la
suspensión del oficio o del empleo en cualquiera de sus grados y multa de 11 a 20 UTM o sólo esta última.
Artículo 86 del C.P.P esta: “|En cualquier caso que hubiere sido necesario conducir a la unidad policial a
la persona cuya identidad se tratare de averiguar en virtud del artículo precedente, el funcionario que
practicare el traslado deberá informarle verbalmente de su derecho a que se comunique a su familia o a la
persona que indicare, de su permanencia en el cuartel policial. El afectado no podrá ser ingresado a celdas
o calabozos, ni mantenido en contacto con personas detenidas”.
Esta norma conlleva implícitamente la obligación del oficial a cargo de la unidad policial a la que se
condujo al controlado, a comunicar a la persona que éste designe de su permanencia en el cuartel policial,
dando a conocer su ubicación. La disposición no autoriza al controlado para hacerlo personalmente sino que
crea una obligación policial de hacerlo.
Artículo 129 del C.P.P. inciso primero: Cualquier persona podrá detener a quien sorprendiere en delito
flagrante, debiendo entregar inmediatamente al aprehendido a la policía, al ministerio público o a la
autoridad judicial más próxima.”
Artículo 130 del C.P.P. “Se entenderá que se encuentra en situación de flagrancia:
a) El que actualmente se encontrare cometiendo el delito;
b) El que acabare de cometerlo ;
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c) El que huyere del lugar de comisión del delito y fuere designado por el ofendido u otra persona
como autor o cómplice;
d) El que, en un tiempo inmediato a la perpetración de un delito, fuere encontrado con objetos
procedentes de aquél o con señales, en sí mismo o en sus vestidos, que permitieren sospechar su
participación en él. o con las armas o instrumentos que hubieren sido empleados para cometerlo, y
e) El que las víctimas de un delito que reclamen auxilio, o testigos presenciales, señalaren como autor
o cómplice de un delito que se hubiere cometido en un tiempo inmediato.
Para los efectos de lo establecido en las letras d) y e) se entenderá por tiempo inmediato todo aquel
que trascurra entre la comisión del hecho y la captura del imputado, siempre que no hubieren
trascurrido más de doce horas. (inciso agregado por el Nº 3) del artículo 2° de la ley 20.253)
Requisitos básicos:
a) La existencia de un hecho que presente caracteres de delito. Esto es, que efectivamente haya ocurrido tal
hecho y que su existencia sea conocida por la policía, sea directamente o por otros medios que den
seguridad de dicha ocurrencia.
La mera sospecha de la existencia del hecho no es causal de flagrancia. De aquí que la ley use el
término flagrancia, cuyo significado según el Diccionario de la Real Academia es:”cualidad de
flagrante. Flagrante: Que se está ejecutando actualmente. De tal evidencia que no necesita pruebas.”
c) Debe existir un imputado que se encuentre en tal situación. Esto es, el imputado debe estar claramente
identificado de acuerdo a las situaciones que contempla la ley. La mera sospecha no es suficiente para
configurar una flagrancia.
1) La letra a) señala :” “el que actualmente se encontrare cometiendo el delito” y la letra b) “Al que
acaba de cometerlo”
En este último caso, debe haber una inmediata continuidad entre la ejecución del hecho
punible y su constatación por el funcionario policial. El policía debe haber constatado personalmente que el
delito se acaba de cometer, esto es el hechor se encuentra en el sitio del suceso y en circunstancias tales que
no cabe duda de su actuación delictual.
Esta causal requiere de dos circunstancias que deben concurrir copulativamente. La primera la
condiciona el verbo “huir”, cuyo significado – según el Diccionario de la Academia de la Lengua – es
“Alejarse de prisa, por miedo o por otro motivo……..Alejarse velozmente una cosa. Alejar: distanciar,
llevar a una cosa o a una persona lejos o más lejos.”
En consecuencia, huye el que se aleja de prisa, velozmente, del lugar de comisión del delito.
Ello no obstante, el verdadero sentido de la norma indica que se refiere al hecho de alejarse del sitio
del suceso, sin que necesaria o indispensablemente se requiera que lo haga corriendo o de prisa. Es probable
que, para no despertar sospechas se aleje en forma calmada simulando ser un transeúnte más. Lo importante
es que se esté alejando del lugar de comisión del delito.
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La segunda condición es que el ofendido o un tercero lo señalen como autor o cómplice. Esto supone
que el ofendido o el tercero vieron al hechor y lo pueden identificar claramente. La sospecha no es válida
para tipificar esta causal de flagrancia. Se requiere que al ofendido o al tercero que sindica al autor les
conste la autoría o la participación delictual por haber presenciado directamente la comisión del delito. En
cuanto a la complicidad, cabe destacar que la gente normalmente no distingue entre la responsabilidad penal
de los que participan en el hecho punible, por lo cual van a señalar a una persona a quien les consta que
participó en el delito, sea como autor, coautor o cómplice.
3) La letra d) establece: “El que, en un tiempo inmediato a la perpetración de un delito, fuere encontrado con
objetos procedentes de aquél o con señales, en sí mismo o en sus vestidos, que permitieren sospechar su
participación en él, o con las armas o instrumentos que hubieren sido empleados para cometerlo”
El primer requisito es que exista tiempo inmediato a la perpetración del delito. Esto es, que las
circunstancias que la norma detalla se hayan producido dentro de las doce horas de cometido el delito.
“Fuere encontrado con objetos procedentes de aquél.” Para determinar si los objetos proceden o no del
delito es indispensable saber cuál fue el delito y qué especies pueden ser procedentes de aquél. Así por
ejemplo, si se asalta una joyería y la persona lleva elementos propios de un supermercado, no cabe aplicar
esta norma.
“con señales, en sí mismo o en sus vestidos, que permitieren sospechar su participación en él “. Al igual que
en la situación anterior, la Policía debe saber cuál fue el delito cometido. De no saberlo ¿cómo puede
determinar si las señales que encontró corresponden a un delito y a cuál?
En esta situación, la ley sólo requiere que existan hechos que le permitan sospechar su existencia. No
se requiere tener la certeza que esas señales correspondan a la participación delictual sino que, lógica y
razonablemente, éstas puedan provenir de la participación punible. Si lo son realmente o no, es materia de
la investigación posterior. Lo importante es que su existencia permita sospechar que provienen de la
participación delictual en ese determinado delito y no en otro.
“o con las armas o instrumentos que hubieren sido empleados para cometerlo”. Al igual que en la primera
situación, se requiere que las armas o instrumentos que encuentra la policía en poder del presunto hechor
hubieren sido empleados para cometer ese delito específico y no otro. Ello supone un claro conocimiento
de la Policía del delito cometido y la forma en que se cometió.
4) La letra e) señala: “El que las víctimas de un delito que reclamen auxilio, o testigos presenciales, señalaren
como autor o cómplice de un delito que se hubiere cometido en un tiempo inmediato”
Esta letra contempla dos situaciones diferentes. La primera se refiere a quien está siendo actualmente
víctima de un delito y pide auxilio. En este caso no hay tiempo inmediato. El delito se está actualmente
cometiendo y, por, ello, la víctima está pidiendo auxilio y el hechor o los hechores se encuentran en plena
faena delictual. La diferencia con las letras a) y b) estriba que, en los casos de estas dos letras, la Policía,
por medio de sus sentidos, ha comprobado la comisión del delito y no requiere de otros requisitos.
Distinto es el caso de los testigos presenciales del delito, siempre que señalen al autor o cómplice
dentro de las doce horas de cometido el delito, esto es en el tiempo inmediato que fija la ley. En este evento
no se requiere que el delito se esté cometiendo sino que hayan sido testigos presenciales del mismo que
puedan individualizar a los que participaron en la comisión del hecho delictual y los identifiquen ante la
Policía dentro del tiempo inmediato.
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Cabe destacar que la ley exige “testigos”, o sea que deben ser dos o más personas y que éstas hayan
presenciado, o sea tomado conocimiento de la identidad del autor a través de la vista. Si no lo han visto
personalmente, no pueden identificar al hechor y si lo saben por los dichos de otras personas, son testigos de
oídas y no presenciales
Tiempo Inmediato.-
Esta norma puso término definitivo a la anarquía que existía en cuanto al significado de tiempo
inmediato, por cuanto al no estar definido por la ley, su extensión quedaba entregada al arbitrio de quien
debía aplicar la norma, sin consideración alguna al propósito de esta disposición. Ello permitió que, en
múltiples ocasiones, los jueces de garantía declararan ilegales las detenciones de la Policía no obstante
existir el delito y las pruebas de la participación punible por estimar que la detención había ocurrido fuera
del tiempo inmediato. ¿Cuál? El que cada uno consideraba a su propio criterio, aun cuando tal estimación
fuera absolutamente ilógica en relación con el propósito de norma.
Hoy, el tiempo inmediato fija un límite de doce horas entre la comisión del delito y la captura del
delincuente. Si la detención se hace pasadas las doce horas de cometido el delito, ésta pasa a ser ilegal. De
aquí que la Policía debe ser especialmente cauta y precisa en establecer la hora en que se cometió el delito y
precisar y acreditar la hora de la detención, para evitar cualquier mal entendido. Esto, especialmente, en los
delitos contra las personas en los cuales la ciencia puede determinar con alguna exactitud la hora de su
ocurrencia, por ejemplo, la hora de la muerte.
La ley no exige continuidad en la acción policial. Se limita a establecer el tiempo máximo que puede
trascurrir entre la comisión del delito y el acto de la detención.
Artículo 83.- “Actuación de la policía. En caso de violencia intrafamiliar que se esté cometiendo
actualmente, o ante llamadas de auxilio de personas que se encontraren al interior de un lugar cerrado u
otros signos evidentes que indicaren que se está cometiendo violencia intrafamiliar, los funcionarios de
Carabineros o de la Policía de Investigaciones deberán entrar al lugar en que estén ocurriendo los hechos,
practicar la detención del agresor, si procediere, e incautar del lugar las armas u objetos que pudieren ser
utilizados para agredir a la víctima. Deberán, además, ocuparse en forma preferente de prestar ayuda
inmediata y directa a esta última.
El detenido será presentado inmediatamente al tribunal competente, o al día siguiente si no fuere
hora de despacho, considerándose el parte policial como denuncia. Si no fuere día hábil, el detenido deberá
ser conducido, dentro del plazo máximo de 24 horas, ante el juez de garantía del lugar, a fin de que éste
controle la detención y disponga las medidas cautelares que resulten procedentes, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 92 de esta ley.”
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Las llamadas de auxilio pueden provenir de cualquier persona, no siendo requisito de que sean hechas
por la o las víctimas. El solo hecho de efectuar las llamadas de auxilio desde un recinto cerrado y ser
escuchadas por la policía obliga a ésta a intervenir.
u otros signos evidentes que indicaren que se está cometiendo violencia intrafamiliar.-
Esta es una situación de hecho que debe ser apreciada por la policía en cada caso particular. Sí, se
requiere que tales signos conlleven necesariamente a la certeza que se esta cometiendo violencia y que
ésta es de carácter intrafamiliar.
Obviamente, esta situación se refiere a un recinto cerrado y es subsidiaria a la de petición de auxilio.
A falta de estos pedidos, las circunstancias externas deben permitir apreciar la realidad de lo que está
sucediendo, por escucharse golpes, insultos, amenazas, llanto, gemidos, etc.
Ocurrida cualquiera de estas circunstancias, nacen para la policía las siguientes obligaciones:
1. deberán entrar al lugar en que estén ocurriendo los hechos. Esta no es una facultad, es un
imperativo. Esto implica que la policía debe entrar a como dé lugar, echando abajo la puerta si fuere
necesario, sin necesidad de autorización judicial ni conocimiento del fiscal. Es una actuación
inmediata por cuanto se trata de proteger a quien esté siendo víctima de violencia intrafamiliar.
2. practicar la detención del agresor, si procediere. Esta es una situación compleja, por cuanto, para
efectuar la detención, se requerirá la concurrencia de alguna de las situaciones de flagrancia., dado
que esta obligación es condicional “si procediere”, lo que implica que deben darse las circunstancias
propias de una detención por flagrancia.
Si se procediere a la detención de alguna persona, deberá actuarse en la forma que señala el
inciso segundo de este artículo, que difiere de las otras normas propias de la detención regida por el
C.P.P.
3. incautar del lugar las armas u objetos que pudieren ser utilizados para agredir a la víctima. A
diferencia de lo que dispone el artículo 83 del C.P.P., en este caso la ley permite la incautación de
todo aquello que pudiere servir para agredir a la víctima, materia que queda a completo criterio de la
policía . Obviamente, hay especies que permiten ser usadas como armas, como ser un florero, un
jarrón, un cuadro, un teléfono, un sartén, una olla, un uslero, etc, lo que obliga a usar tino y criterio a
este respecto.
Artículo 129 del C.P.P., inciso final: “En los casos de que trata este artículo, la policía podrá ingresar a
un lugar cerrado, mueble o inmueble, cuando se encontrare en actual persecución del individuo a quien
debiere detener, para el solo efecto de practicar la respectiva detención”.
Esta es una excepción a la regla general de que no se puede ingresar a recinto cerrado sin la
autorización de su encargado o sin autorización del juez de garantía. Los requisitos para que opere esta
autorización legal son:
Hay que tener cuidado con la existencia de los tres requisitos básicos: la existencia de la flagrancia, la
huida del delincuente y su actual persecución. Son requisitos copulativos. Cumpliéndose estos requisitos, la
policía puede entrar en recinto cerrado, mueble o inmueble, sin necesidad de autorización alguna. La
autorización la da la propia ley.
El ingreso está permitido sólo para la detención del delincuente, por lo cual las únicas actuaciones
policiales a realizar, dentro del inmueble, son las indispensables para ubicar y detener al delincuente, como
ser registrar todos los posibles lugares donde éste pudo haberse escondido. No se puede hacer ningún otro
registro y menos la incautación de especies, salvo las que el delincuente lleve consigo.
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Obviamente, deberá dejarse constancia en el registro policial de toda la actuación y, en especial, de
los hechos que permitieron ingresar al inmueble.
“Cuando la detención se practicare en virtud de los artículos 129 y 130, el agente policial que la hubiere
realizado o el encargado del recinto de detención deberán informar de ella al ministerio público dentro de
un plazo máximo de doce horas. El fiscal podrá dejar sin efecto la detención u ordenar que el detenido sea
conducido ante el juez dentro de un plazo máximo de veinticuatro horas, contado desde que la detención se
hubiere practicado. Si el fiscal nada manifestare, la policía deberá presentar el detenido ante la autoridad
judicial en el plazo indicado.
Cuando el fiscal ordene poner al detenido a disposición del juez, deberá, en el mismo acto, dar
conocimiento de esta situación al abogado de confianza de aquél o a la Defensoría Penal Pública.
Aún cuando la norma no lo señala expresamente, antes de poner al detenido a disposición del
tribunal, la policía debe informar previamente al fiscal, dentro de las 12 horas de efectuada la detención. El
Fiscal tiene tres alternativas:
puede disponer la libertad del detenido, orden que debe ser cumplida de inmediato,
puede no decir nada, en cuyo caso la policía debe poner al detenido a disposición del tribunal dentro
de las veinticuatro horas de efectuada la detención; o
puede ordenar poner al detenido a disposición del tribunal dentro del plazo antes indicado.
Artículo 129, inciso cuarto del artículo del C.P.P.: La policía deberá, asimismo, detener al sentenciado a
penas privativas de la libertad que hubiere quebrantado su condena, al que se fugare estando detenido, al
que tuviere orden de detención pendiente, a quien fuere sorprendido en violación flagrante de las medidas
cautelares personales que se le hubieren impuesto y al que violare la condición del artículo 238, letra b),
que le hubiese sido impuesta para la protección de otras personas.”
La condición de la letra b) del artículo 238 es: “Abstenerse de frecuentar determinados lugares o
personas.”
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Este es un mandato legal y no una facultad. De producirse alguna de estas circunstancias y tener la
policía conocimiento de su ocurrencia y de la identidad del hechor, se debe detener.
Conforme lo establece el inciso primero del artículo 129 del C.P.P. “cualquier persona“ puede detener
a quien sorprenda en delito flagrante, quien debe entregar de inmediato al detenido a la policía, al ministerio
público o a la autoridad judicial más próxima. Esto es “sea el que fuere”, lo que implica que no hay
requisito o calidad personal alguna que se requiera para poder efectuar la detención, siempre y cuando se
trate de un delito flagrante.
Efectuada la detención por “cualquiera”, nace para la policía la obligación de recibirlo, llevarlo al
cuartel policial, ingresarlo en los libros respectivos y dar cuenta al fiscal, dentro de las doce horas de
efectuada la detención. Este podrá disponer la libertad del detenido, no decir nada u ordenar ponerlo a
disposición del juez. En los dos últimos casos el detenido debe ser presentado al juez.
La policía, en este caso, no es la que detiene, es una receptora o depositaria del detenido, no le
corresponde analizar ni pronunciarse sobre la legalidad o ilegalidad de la detención, lo que le
corresponderá exclusivamente al juez de garantía. Tampoco es responsable de la detención, la que
recae en “el cualquiera” que la hizo.
Al recibir al detenido, de parte del “cualquiera”, deberá cumplir con las normas propias de su
Institución en cuanto a constatar el estado en que recibe al detenido, dejar constancia de la persona que
entregó al detenido, de las razones que ésta adujo para efectuar la detención, de las especies que se le hayan
entregado, de los nombres de los testigos que le proporcione el aprehensor , la hora y lugar en que recibió al
imputado y de cualquier otro antecedente útil al establecimiento de los hechos.
Al ser ingresado a la unidad policial, se deberá dar estricto cumplimiento a lo establecido en las
letras a), b), c), e), f), g) y h) del artículo 94 del C.P.P., disposiciones ya tratadas al analizar los derechos del
imputado privado de libertad., y a lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 135 del mismo código en
cuanto obliga al encargado de la unidad policial a que fuere conducido el detenido a darle conocimiento de
los derechos que le otorgan las letras a), b) y g) del artículo 93 y las letras f) y g) del artículo 94 del C.P.P.
Artículo 89 del C-P-P- “Se podrá practicar el examen de las vestimentas que llevare el detenido, del
equipaje que portare o del vehículo que condujere, cuando existieren indicios que permitieren estimar que
oculta en ellos objetos importantes para la investigación.
Para practicar el examen de las vestimentas, se comisionará a personas del mismo sexo del
imputado y se guardarán todas las consideraciones compatibles con la correcta ejecución de la
diligencia.”
Es importante recalcar que esta autorización para examinar las vestimentas difiere absolutamente de
igual facultad otorgada en el caso del control de identidad. En el caso de los detenidos, se requiere la
existencia de dos o mas indicios – hechos reales y probados – que el detenido “oculta en ellos objetos
importantes para la investigación” De igual manera, el inciso segundo contempla requisitos en cuanto a la
forma de proceder al registro que, en el caso del control de identidad, no contempla.
De todas formas, cabe reiterar que todas las acciones que afecten derechos constitucionalmente
garantizados deben realizarse procurando causar el menor daño y molestia posible a los afectados.
Artículo 90 del C.P.P. “ En los casos de muerte en la vía pública, y sin perjuicio de las facultades que
corresponden a los órganos encargados de la persecución penal, la descripción a que se refiere el artículo
181 y la orden de levantamiento del cadáver podrán ser realizadas por el jefe de la unidad policial
correspondiente, en forma personal o por medio de un funcionario de su dependencia, quien dejará registro
de lo obrado, en conformidad a las normas generales de este código
Cabe destacar que el artículo 181 se refiere a las actividades de la investigación y detalla la
forma en que debe proceder la policía tanto en el sitio del suceso como durante la investigación, materia que
se analiza más adelante.
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CAPITULO IX
El artículo 92 del C.P.P. establece: “Los funcionarios policiales no podrán informar a los medios de
comunicación social acerca de la identidad de los detenidos, imputados, víctimas, testigos, ni de otras
personas que se encontraren o pudieren resultar vinculadas a la investigación de un hecho punible”
Esta es una norma imperativa que no admite excepciones y que, sin embargo se cumple en muy
contadas ocasiones. Se ha hecho normal que los funcionarios policiales entreguen a los medios de
comunicación social informaciones que son claramente violatorias de esta disposición. Es más, hay
instrucciones superiores de mantener la mayor cordialidad con estos medios y de no enemistarse con ellos
por razones obvias.
Lo que la policía debe tener presente es que el éxito de la investigación está muy por sobre las
relaciones con los medios de comunicación social. Estos tratan, por todas las formas, de cumplir con su
finalidad de informar pero esta norma limita expresamente tal información en defensa del resultado de la
investigación, de la seguridad de la víctima y de los testigos, como también de la honra y del derecho del
detenido a ser considerado inocente hasta que no haya sido condenado.
¿Qué pasa si el detenido resulta inocente y su nombre ha sido dado a la prensa como responsable,
consecuencia lógica de la detención o de la imputación? ¿Quién responde del daño moral causado y del
daño a sus propias relaciones familiares, laborales y sociales? Hasta ahora no se ha perseguido la
responsabilidad civil que emana de la infracción a esta disposición legal, pero puede serlo en el futuro.
Lo mismo puede ocurrir si la información permite conocer el nombre de las víctimas, de los testigos
y de otras personas que están o pueden estar vinculadas a la investigación del delito, ello facilita su
intimidación y atenta a su seguridad personal.
En esta materia hay que recordar el refrán que dice “Lo cortés no quita lo valiente”. El policía, con la
mayor amabilidad, frente a las preguntas y al acoso de medios de comunicación social, simplemente puede
contestar con “Sin comentarios” y repetir la respuesta cuantas veces sea necesario. Finalmente, cabe señalar
que la norma se refiere a los funcionarios policiales y no al fiscal, por lo cual el policía puede pedir que la
información sea solicitada al fiscal a cargo de la investigación. Este sabrá cómo proceder conforme a la
norma que se señala a continuación.
Artículo 182 del C.P.P., Incisos 1°, 2°, 3°, 5° y final: “Las actuaciones de investigación realizadas por el
ministerio público y por la policía serán secretas para los terceros ajenos al procedimiento.
El imputado y los demás intervinientes en el procedimiento podrán examinar y obtener copias, a su
cargo, de los registros y documentos de la investigación fiscal y podrán examinar los de la investigación
policial.”
El fiscal podrá disponer que determinadas actuaciones, registros o documentos sean mantenidas en
secreto, respecto del imputado o de los demás intervinientes, cuando lo considerare necesario para la
eficacia de la investigación. En tal caso deberá identificar las piezas o actuaciones respectivas de modo
que no se vulnere la reserva y fijar un plazo no superior a cuarenta días para la mantención del secreto.
Sin perjuicio de lo dispuesto en los incisos anteriores, no se podrá decretar el secreto sobre la
declaración del imputado o cualquier otra actuación en que hubiere intervenido o tenido derecho a
intervenir, las actuaciones en que participare el tribunal, ni los informes evacuados por peritos, respecto del
propio imputado o de su defensor
“Los funcionarios que hubieren participado en la investigación y las demás personas que, por
cualquier motivo, tuvieren conocimiento de las actuaciones de la investigación estarán obligados a
guardar secreto respecto de ellas.”
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En resumen:
Las actuaciones de investigación realizadas por el ministerio público y la policía son secretas para
los terceros no intervinientes en el procedimiento.
Toda persona que, por cualquier motivo, tuviere conocimiento de las actuaciones de la investigación
está obligada a guardar secreto respecto de ellas, sea funcionario del ministerio público, policía o
tercero ajeno a la investigación.
El imputado y demás intervinientes en el procedimiento podrán examinar los registros de la policía.
El Fiscal puede disponer que determinadas actuaciones, registros o documentos sean mantenidos en
secreto, respecto del imputado o de los demás intervinientes. Esto es, puede ordenar el secreto
respecto del imputado solamente o únicamente respecto de los demás intervinientes o respecto de
todos. El fiscal debe precisarlo e identificar las piezas o actuaciones respectivas. El secreto no puede
durar más de cuarenta días.
No hay secreto para el imputado y su defensor, pero sí puede haberlo para los demás
intervinientes, respecto de:
a) La declaración del imputado o de cualquier otra actuación en que éste hubiere intervenido o
tenido derecho a intervenir;
b) Las actuaciones en que participe el tribunal; y
c) Los informes evacuados por peritos.
CAPITULO X
Estas medidas son la citación, la detención, la prisión preventiva, las que señala el artículo 155 del
C.P.P. y la letra b) del artículo 238, las cuales fueron transcritas anteriormente.
Art.122. “Finalidad y alcance. Las medidas cautelares personales sólo serán impuestas cuando
fueren absolutamente indispensables para asegurar la realización de los fines del procedimiento y sólo
durarán mientras subsistiere la necesidad de su aplicación.
Estas medidas serán siempre decretadas por medio de resolución judicial fundada.”
Conforme a esta norma sólo los tribunales de justicia pueden decretarlas. Aparte de éstos, no hay
autoridad alguna que pueda hacerlo, cualquiera sea su función o jerarquía, ni siquiera el Presidente de la
República. Cabe reiterar lo que establece el inciso 2° del artículo 7° de la Constitución Política “Ninguna
Magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni aún a pretexto de circunstancias
extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expresamente se les hayan conferido en virtud de la
Constitución o la leyes “
En ese capítulo, sólo analizaremos aquellas en que tiene intervención directa la policía por ausencia
de una orden judicial previa, dado que existe un mandato legal. Estas son la citación y la detención.
CITACION
Artículo 123 del C.P.P.: Oportunidad de la citación judicial. Cuando fuere necesaria la presencia del
imputado ante el tribunal, éste dispondrá su citación, de acuerdo con lo previsto en el artículo 33.
Artículo 33, inciso 1° del C.P.P.: “Cuando fuere necesario citar a alguna persona para llevar a cabo una
actuación ante el tribunal, se le notificará la resolución que ordenare su comparecencia”
En ambos casos se requiere la orden judicial. Distinta es la situación que contempla el Artículo 134
del C.P.P., inciso 1°: “Quien fuere sorprendido por la policía in fraganti cometiendo un hecho de los
señalados en el artículo 124, será citado a presencia del fiscal, previa comprobación de su domicilio.”
En consecuencia, la citación sólo la pueden decretar los Tribunales de Justicia y la policía únicamente
puede hacerlo cuando se trate de faltas o delitos que no merecen pena privativa o restrictiva de la libertad.
Ello no obstante, hay leyes especiales que permiten a Carabineros citar a presencia judicial, sin previa orden
judicial, como lo son las faltas que son de conocimiento de los Jueces de Policía Local y que se traducen en
los partes por infracciones legales a la ley del tránsito o la ley de alcoholes, por ejemplo.
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Artículo 124. “Exclusión de otras medidas. Cuando la imputación se refiere a faltas, o delitos que la ley
no sancionare con penas privativas ni restrictivas de libertad, no se podrán ordenar medidas cautelares que
recaigan sobre la libertad del imputado, con excepción de la citación.
Lo dispuesto en el inciso anterior no tendrá lugar en los casos a que se refiere el inciso cuarto del
artículo 134 o cuando procediere el arresto por falta de comparecencia, la detención o la prisión preventiva
de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 33.”
La norma del inciso segundo de este artículo es la aplicable a la policía sólo en cuanto se refiere a la
situación que contempla el inciso cuarto del artículo 134 que establece: “el imputado podrá ser detenido si
hubiere cometido alguna de las faltas contempladas en el Código Penal, en los artículos 494, Nº 4 y 5, y
19, exceptuando en este último caso los hechos descritos en los artículos 189 y 233; 494 bis, 495 Nº 21, y
496, Nº 5 y 26”
Las medidas de arresto o detención o prisión preventiva a que se refiere el artículo 33, deben ser
decretadas por el juez.
El inciso 2° del artículo 134 del C.P.P. establece: “La policía podrá registrar las vestimentas, el
equipaje o el vehículo de la persona que será citada”.
Al igual que en el caso del control de identidad, el registro procede por el solo hecho de efectuar la
citación, sin otro requisito. Obviamente, esta es una facultad que la policía debe ejercer con el debido tino y
prudencia. El registro no es obligatorio, es facultativo.
Esta es una situación absolutamente similar a la que ocurre en el caso del control de identidad, cuando
con motivo del registro se establece la flagrancia en la comisión de un delito que sí merece la detención. En
ambos casos la Policía esta obligada a detenerlo e informar al Fiscal de ello en el plazo máximo de 12
horas, conforme lo dispone el inciso 2° del artículo 131 del C.P.P.
Cabe tener presente lo que anteriormente se expuso sobre el particular, al tratar de la detención en el
caso de control de identidad.
El inciso 3° del artículo 134 del C.P.P. establece: “Asimismo, (se refiere a la policía) podrá conducir
al imputado al recinto policial, para efectuar allí la citación.”
Esta norma hay que concordarla con la frase final del inciso 1° del artículo 134 del C.P.P.: será citado a
presencia del fiscal, previa comprobación de su domicilio.”
La comprobación del domicilio es un requisito básico para practicar la citación y terminar esta
actuación. La pregunta es ¿Dónde compruebo el domicilio? ¿cómo lo compruebo? ¿qué pasa si no puedo
comprobar el domicilio? ¿detengo o no?
Hay que recordar que no basta que el imputado señale un domicilio, sino que hay que comprobar que
efectivamente el indicado sea su domicilio. La ley no ha señalado cómo se comprueba el domicilio y deja a
la policía el cómo establecerlo. Naturalmente esta comprobación podrá hacerse por cualquier medio que
satisfaga a la policía, documentos, testigos, visita ocular al lugar indicado por el imputado, etc. Nuevamente,
entra el tino y el criterio según sea la situación que viva.
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Si no se puede comprobar el domicilio no es posible completar la citación y el imputado debería
permanecer en el recinto policial hasta que este requisito se cumpla. Si trascurre un tiempo prudencial y ello
no ocurre, mi consejo es que se informe al fiscal, por cuanto éste tiene la facultad de disponer su libertad.
La detención es privar de libertad a una persona, esto es impedirle hacer uso de su derecho
constitucional. En consecuencia, cada vez que se impide esta libertad se está cometiendo una detención, a
menos que la ley expresamente lo permita. La ley no contempla la retención ni la invitación a acompañar a la
policía a un recinto policial; ambas situaciones, en el hecho, constituyen una detención por cuanto la
persona pierde su derecho a trasladarse libremente de un lugar a otro.
Artículo 125 del C.P.P.: “Procedencia de la detención. Ninguna persona podrá ser detenida sino por orden
de funcionario público expresamente facultado por la ley y después que dicha orden le fuere intimada en
forma legal, a menos que fuere sorprendida en delito flagrante y, en este caso, para el único objeto de ser
conducida ante la autoridad que correspondiere.”
En consecuencia, salvo el caso de la detención por flagrancia, la policía en caso alguno puede
proceder a detener a una persona sin previa orden judicial emanada de un tribunal de justicia con
competencia para decretarla.
Artículo 128 del C.P.P. “Detención por cualquier tribunal. Todo tribunal, aunque no ejerza jurisdicción en
lo criminal, podrá dictar órdenes de detención contra las personas que, dentro de la sala de su despacho,
cometieren algún crimen o simple delito, conformándose a las disposiciones de este Título”.
En el hecho, esta norma establece que sólo los tribunales con competencia en lo criminal pueden
dictar órdenes de detención y que, sólo por excepción, lo pueden hacer los otros tribunales cuando el hecho
punible se haya cometido dentro de la sala de despacho del juez, o sea, donde éste ejerce su función. Al
respecto, cabe destacar que la autorización se otorga sólo cuando el delito se ha cometido en la sala de
despacho del juez. Si se ha cometido dentro del recinto del tribunal pero fuera de la sala de despacho del
juez, éste no tiene competencia para dictarla.
Artículo 154 del C.P.P.: “Orden Judicial. Toda orden de prisión preventiva o de detención será expedida
por escrito por el tribunal y contendrá:
a) El nombre y apellidos de la persona que debiere ser detenida o aprehendida o, en su defecto, las
circunstancias que la individualizaren o determinaren;
b) El motivo de la prisión o detención; y
c) La indicación de ser conducido de inmediato ante el tribunal, al establecimiento penitenciario o lugar
público de prisión o detención que determinará, o de permanecer en su residencia, según
correspondiere.
Lo dispuesto en este artículo se entenderá sin perjuicio de lo previsto en el artículo 9° para los casos
urgentes”
Esta norma es de carácter imperativo, por lo cual la orden de detención, para ser operante, debe
cumplir todos los requisitos indicados. Si no los cumpliere, debe ser representada al tribunal que la dictó
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para que sea completada o adicionada en lo que correspondiere e informando de ello a su superior jerárquico.
La policía no está obligada a cumplir una orden que carece de algunos de estos requisitos legales
Especial mención hay que hacer a las ordenes de detención genéricas, esto es, aquellas que facultan a
la policía para detener a quienes aparecieren como responsables del o de los delitos que se investigan. Esta
orden es absolutamente ilegal e inconstitucional, por cuanto implica la delegación de una facultad privativa
del tribunal - dictar orden de detención en contra de persona determinada - en otra autoridad, por lo tanto no
debe cumplirse. Si la policía detiene en virtud de esta facultad delegada, estaría incurriendo en una detención
ilegal.
Finalmente, la referencia al artículo 9° dice relación con el requisito de exhibir a la policía la orden de
detención emanada por el tribunal, sólo eximiendo al fiscal de su exhibición en los casos urgentes en que el
tribunal haya autorizado la detención por teléfono. Esto es, la autorización existe pero es verbal.
Al respecto, el mismo artículo 9°, en su inciso final, establece: “No obstante lo anterior, en caso de
una detención se deberá entregar por el funcionario policial que la practique una constancia de aquélla,
con indicación del tribunal que la expidió, del delito que le sirve de fundamento y de la hora en que se
emitió”
Artículo 19, Nº 7 letra c) de la Constitución Política:”Nadie puede ser arrestado o detenido sino por
orden de funcionario público expresamente facultado por la ley y después de que dicha orden le sea
intimada en forma legal.“
Artículo 94 del C.P.P. letra a), “El Imputado privado de libertad tendrá, además, las siguientes garantías
y derechos:
a) A que se le exprese específica y claramente el motivo de su privación de libertad y, salvo el caso de delito
flagrante, a que se le exhiba la orden que la dispusiere.
Conforme a estas normas el imputado debe ser intimado de la orden de detención al momento de
realizarla; esto es, informarle de la razón de su detención y la exhibición de dicha orden. Tanto es así que, en
el caso de una detención con orden verbal, la ley obliga al funcionario que la practique a entregar” una
constancia de aquella, con indicación del tribunal que la expidió, del delito que le sirve de fundamento y de
la hora en que se emitió” (art.9° antes citado)
Ello no obstante, hay casos en que la intimación no será posible efectuarla hasta después de
practicada la detención, como es el caso de la detención de un delincuente peligroso. Primero se detiene, se
le reduce y luego se le dan a conocer sus derechos y se le entrega copia de la orden.
Información al detenido
Art.135 del C.P.P. Información al detenido. El funcionario público a cargo del procedimiento de detención
deberá informar al afectado acerca del motivo de la detención, al momento de practicarla.
Asimismo, le informará acerca de los derechos establecidos en los artículos 93, letras a), b) y g), y
94, letras f) y g), de este Código. Con todo, si por las circunstancias que rodearen la detención, no fuere
posible proporcionar inmediatamente al detenido la información prevista en este inciso, ella le será
entregada por el encargado de la unidad policial a la cual fuere conducido. Se dejará constancia en el libro
de guardia del recinto policial del hecho de haberse proporcionado la información, de la forma en que ello
se hubiere realizado, del funcionario que la hubiere entregado y de las personas que lo hubieren
presenciado.
La información de derechos prevista en el inciso anterior podrá efectuarse verbalmente, o bien por
escrito, si el detenido manifestare saber leer y encontrarse en condiciones de hacerlo. En este último caso,
se le entregará al detenido un documento que contenga una descripción clara de esos derechos, cuyo texto y
formato determinará el ministerio público.
En los casos comprendidos en el artículo 138 (detención en la residencia del imputado), la
información prevista en los incisos precedentes será entregada al afectado en el lugar en que la detención
se hiciere efectiva, sin perjuicio de la constancia respectiva en el libro de guardia.
Art.136. Fiscalización del cumplimiento del deber de información. El fiscal y, en su caso, el juez, deberán
cerciorarse del cumplimiento de lo previsto en el artículo precedente. Si comprobaren que ello no hubiere
ocurrido, informarán de sus derechos al detenido y remitirán oficio, con los antecedentes respectivos, a la
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autoridad competente, con el objeto de que aplique las sanciones disciplinarias correspondientes o inicie
las investigaciones penales que procedieren.
Hay que destacar que la información debe serle entregada al detenido al momento de su detención y
que sólo si “no fuere posible proporcionar inmediatamente al detenido la información prevista en este
inciso, ella le será entregada por el encargado de la unidad policial a la cual fuere conducido”
Art.131. “Plazos de la detención. Cuando la detención se practicare en cumplimiento de una orden judicial,
los agentes policiales que la hubieren realizado o el encargado del recinto de detención conducirán
inmediatamente al detenido a presencia del juez que hubiere expedido la orden. Si ello no fuere posible por
no ser hora de despacho, el detenido podrá permanecer en el recinto policial o de detención hasta el
momento de la primera audiencia judicial, por un período que en caso alguno excederá las veinticuatro
horas.
Para los efectos de poner a disposición del juez al detenido, las policías cumplirán con su obligación
legal dejándolo bajo la custodia de Gendarmería del respectivo tribunal.”
La regla general es que el detenido en virtud de una orden de detención, sea puesto de inmediato a
disposición del tribunal que expidió la orden, lo que se cumple entregándolo a la custodia del personal de
Gendarmería del respectivo tribunal. Si ello no fuere posible por cuanto no está funcionando el tribunal, la
detención en el recinto policial durará hasta el momento de la primera audiencia judicial, plazo que no puede
exceder de 24 horas.
Es muy importante resaltar que el detenido sólo puede ser puesto a disposición del tribunal, y por
ningún motivo a disposición del fiscal o de otro servicio policial. El Fiscal carece de autoridad para disponer
del detenido, salvo para dejarlo en libertad o para ordenar su entrega al tribunal correspondiente. Cualquier
otra orden es ilegal y la policía no puede cumplirla.
La ley 20.253 sustituyó el inciso segundo del artículo 193, por el siguiente: “Mientras el imputado se
encuentre detenido o en prisión preventiva, el fiscal estará facultado para hacerlo traer a su presencia
cuantas veces fuere necesario para los fines de la investigación, sin más trámite que dar aviso al juez y al
defensor.”
Esta norma no distingue si el imputado detenido ya ha sido presentado al Juez o no, por lo cual el
fiscal podría solicitar que se lleve al imputado a su presencia aún antes de ser puesto a disposición del
tribunal. No obstante, esta norma no altera en modo alguno la obligación de poner al detenido a disposición
del tribunal dentro de las 24 horas de su detención, como tampoco faculta al fiscal para disponer su entrega a
otra unidad o repartición policial, o para extender el plazo de la detención.
Dado que la ley exige que se avise al juez y al abogado defensor de la adopción de esta medida,
resulta claro que ello es imposible de cumplir antes de que el detenido sea puesto a disposición del juez de
garantía por cuanto, con anterioridad a ese hecho, se ignora cual es el juez que conocerá de la detención y
tampoco se conocerá el nombre del abogado defensor.
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Art.138 del C.P.P.:. Detención en la residencia del imputado. La detención del que se encontrare en los
casos previstos en el párrafo segundo del número 6° del artículo 10 del Código Penal se hará efectiva en su
residencia. Si el detenido tuviere su residencia fuera de la ciudad donde funcionare el tribunal competente,
la detención se hará efectiva en la residencia que aquél señalare dentro de la ciudad en que se encontrare el
tribunal.
CAPITULO XI
ACTUACIONES DE LA INVESTIGACIÓN
Actividades de la Investigación.
Investigación de los fiscales. Los fiscales dirigirán la investigación y podrán realizar por sí mismos o
encomendar a la policía todas las diligencias de investigación que consideraren conducentes al
esclarecimiento de los hechos.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el Párrafo 1° de este Título, dentro de las veinticuatro horas
siguientes a que tomare conocimiento de la existencia de un hecho que revistiere caracteres de delito de
acción penal pública por alguno de los medios previstos en la ley, el fiscal deberá proceder a la práctica de
todas aquellas diligencias pertinentes y útiles al esclarecimiento y averiguación del mismo, de las
circunstancias relevantes para la aplicación de la ley penal, de los partícipes del hecho y de las
circunstancias que sirvieren para verificar su responsabilidad. Asimismo, deberá impedir que el hecho
denunciado produzca consecuencias ulteriores.
Los fiscales podrán exigir información de toda persona o funcionario público, los que no podrán
excusarse de proporcionarla, salvo en los casos expresamente exceptuados por la ley. Los notarios,
archiveros y conservadores de bienes raíces, y demás organismos, autoridades y funcionarios públicos,
deberán realizar las actuaciones y diligencias y otorgar los informes, antecedentes y copias de instrumentos
que los fiscales les solicitaren, en forma gratuita y exentos de toda clase de derechos e impuestos.
Este artículo deja claro que los fiscales pueden realizar directa y personalmente las actividades de la
investigación o la pueden delegar, en todo o parte, en la policía. Ello no obstante, el responsable del
resultado de la investigación es el Fiscal, por cuanto él dirige la investigación.
Esta disposición agrega una nueva obligación para el fiscal, cual es adoptar las medidas necesarias
para impedir las consecuencias ulteriores del hecho que se investiga.
“Para los fines previstos en el artículo anterior, la investigación se llevará a cabo de modo de consignar y
asegurar todo cuanto condujere a la comprobación del hecho y a la identificación de los partícipes en el
mismo. Así, se hará constar el estado de las personas, cosas o lugares, se identificará a los testigos del
hecho investigado y se consignarán sus declaraciones. Del mismo modo, si el hecho hubiere dejado huellas,
rastros o señales, se tomará nota de ellos y se los especificará detalladamente, se dejará constancia de la
descripción del lugar en que aquél se hubiere cometido, del estado de los objetos que en él se encontraren y
de todo otro dato pertinente.
Esta norma impone la obligación de consignar (dejar constancia) y asegurar (prevenir la alteración,
extravío o desaparición de los elementos de prueba) todo aquello que permita acreditar los hechos que
configuran el delito y de aquellos que configuran la participación punible. Dentro de estos últimos, por
expreso mandato constitucional, deben incluirse aquellos que demuestran la inocencia del imputado
Es importante destacar el adjetivo “todo” que utiliza la ley, lo que implica que no se puede excluir
nada que sirva, directa o indirectamente, para acreditar los hechos antes indicados. Cabe recordar que
acreditar el delito o la participación punible o la inocencia no depende de un solo hecho, sino que son
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múltiples los hechos que puedan determinar su ocurrencia. Además, el C.P.P. estableció expresamente la
libertad de la prueba, por lo cual, a diferencia del pasado, no hay medios probatorios limitados o
preestablecidos.
Lo anterior determina la amplitud de la constancia que se debe dejar respecto de todos los hechos y el
imperativo de resguardar toda la evidencia que permita su establecimiento. De aquí que las frases “se hará
constar el estado de las personas, cosas o lugares, se identificará a los testigos del hecho investigado y se
consignarán sus declaraciones…. si el hecho hubiere dejado huellas, rastros o señales, se tomará nota de
ellos y se los especificará detalladamente, se dejará constancia de la descripción del lugar en que aquél se
hubiere cometido, del estado de los objetos que en él se encontraren y de todo otro dato pertinente,” son
meramente ilustrativas y no limitativas o restrictivas.
Lo anterior va unido, directa e inmediatamente, al cuidado que la policía debe tener al momento de
recoger la evidencia, ya sea en el sitio del suceso o en cualquier otro lugar, por cuanto si la evidencia
recogida ha sido dañada al momento de recogerla, los resultados científicos pueden ser inútiles u objetados.
Por ejemplo, se recoge un cuchillo o un arma a mano limpia, sin usar guantes de goma, lo que lleva a que se
mezclan huellas digitales o se inutilicen por superposición; o bien, se permite que se acceda al sitio del
suceso sin resguardar previamente las huellas de pisadas u otras, mezclándose con las de los que acceden al
sitio después de cometido el delito.
Artículo 226 del C.P.P: “Cuando el procedimiento tuviere por objeto la investigación de un hecho
punible que mereciere pena de crimen, el juez de garantía podrá ordenar, a petición del ministerio público,
la fotografía, filmación u otros medios de reproducción de imágenes conducentes al esclarecimiento de los
hechos. Asimismo, podrá disponer la grabación de comunicaciones entre personas presentes. Regirán
correspondientemente las normas contenidas en los artículos 222 al 225.”
Esta norma sólo es aplicable en caso que el hecho delictual merezca pena de crimen que contempla
el artículo 21 del Código Penal. Es una facultad que se entrega al juez de garantía, de la cual éste puede
hacer uso a petición expresa del fiscal. Los artículos 222 a 225 del C.P.P. se refieren a la intercepción de
comunicaciones telefónicas, al registro de la intercepción telefónica, la notificación posterior al afectado y
la prohibición de su utilización de no cumplirse con los requisitos legales.
La diferencia con el uso de los medios de que trata el inciso segundo del artículo 181, es que éstos los
puede usar el fiscal y la policía libremente, sin necesidad de autorización alguna de parte del juez de
garantía. En cambio, la intercepción telefónica requiere el cumplimiento de dos requisitos: a) que el delito
merezca pena de crimen; y b) que sea autorizada expresamente por el juez de garantía a petición del fiscal.
Lo anterior demuestra que esta norma se está refiriendo a la investigación de los participantes en un
delito que merezca pena de crimen, cuya participación no está aún acreditada. Se está investigando un hecho
que presenta caracteres de delito pero, para establecer la participación delictual, se requieren medidas que, en
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sí, son violatorias de los derechos constitucionalmente garantizados. Por ejemplo, se trata de la intercepción
de llamadas telefónicas, seguimientos, fotografía o grabación de reuniones o encuentros. Es por ello que se
requiere que el delito sea grave y previa autorización judicial.
Artículo 323 del C.P.P.: “Podrán admitirse como pruebas películas cinematográficas, fotografías,
fonografías, videograbaciones y otros sistemas de reproducción de la imagen o del sonido, versiones
taquigráficas y, en general, cualquier medio apto para producir fe.
CAPITULO XII
Artículo 172 del C.P.P.: “La investigación de un hecho que revistiere caracteres de delito podrá iniciarse
de oficio por el ministerio público, por denuncia o por querella.”
Cuando el ministerio público tomare conocimiento de la existencia de un hecho que revistiere caracteres de
delito, con el auxilio de la policía, promoverá la persecución penal, sin que pueda suspender, interrumpir o
hacer cesar su curso, salvo en los casos previstos en la ley.
Tratándose de delitos de acción pública previa instancia particular, no podrá procederse sin que, a lo
menos, se hubiere denunciado el hecho con arreglo al artículo 54, salvo para realizar los actos urgentes de
investigación o los absolutamente necesarios para impedir o interrumpir la comisión del delito.
Artículo 168.-
Facultad para no iniciar investigación. En tanto no se hubiere producido la intervención del juez de
garantía en el procedimiento, el fiscal podrá abstenerse de toda investigación, cuando los hechos relatados
en la denuncia no fueren constitutivos de delito o cuando los antecedentes y datos suministrados permitieren
establecer que se encuentra extinguida la responsabilidad penal del imputado. Esta decisión será siempre
fundada y se someterá a la aprobación del juez de garantía.
Artículo 169.-
Control Judicial. En los casos contemplados en los dos artículos anteriores, la víctima podrá provocar la
intervención del juez de garantía deduciendo la querella respectiva.
Si el juez admitiere a tramitación la querella, el fiscal deberá seguir adelante la investigación
conforme a las reglas generales.
Principio de oportunidad. Los fiscales del ministerio público podrán no iniciar la persecución penal o
abandonar la ya iniciada cuando se tratare de un hecho que no comprometiere gravemente el interés
público, a menos que la pena mínima asignada al delito excediere la de presidio o reclusión menores en su
grado mínimo o que se tratare de un delito cometido por un funcionario público en el ejercicio de sus
funciones.
Inciso 2°.- Para estos efectos, el fiscal deberá emitir una decisión motivada, la que comunicará al juez de
garantía. Este, a su vez, la notificará a los intervinientes, si los hubiere.
Inciso 5°.- La decisión que el juez emitiere en conformidad al inciso anterior obligará al fiscal a continuar
con la persecución penal.
DENUNCIA
Concepto: “noticia que, de palabra o por escrito, se da a la autoridad competente de haberse cometido
algún delito o falta” (Diccionario de la R.A. Española de la Lengua.)
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Artículo 173 del C.P.P. “Denuncia. Cualquier persona podrá comunicar directamente al ministerio
público el conocimiento que tuviere de la comisión de un hecho que revistiere caracteres de delito.
También se podrá formular la denuncia ante los funcionarios de Carabineros de Chile, de la Policía
de Investigaciones, de Gendarmería de Chile en los casos de los delitos cometidos dentro de los recintos
penitenciarios, o ante cualquier tribunal con competencia criminal, todos los cuales deberán hacerla llegar
de inmediato al ministerio público.”
Esta es una facultad que la ley otorga a toda persona residente en el territorio nacional, sin restricción
alguna y que la pueda ejercer directamente ante el fiscal, algún funcionario de la policía y de gendarmería en
el caso de delitos cometidos dentro de un recinto penitenciario.
La ley no señala que la denuncia se deba hacer en un local o recinto, sino que a cualquier funcionario
que detente alguna de las calidades que la ley señala. Así, si la denuncia que se le formula a un fiscal o a un
policía es en la vía pública, éste tiene la obligación de recibirla y no debe enviarlo a un determinado local de
la fiscalía o de la policía para que se la reciban. Además, debe informar de ella, en forma inmediata, al
Ministerio Público.
El problema que se puede presentar dice relación con la exigencia de que se levante un registro de la
denuncia verbal y, es posible, que el policía en la vía pública no tenga medios para hacerlo. En ese caso,
puede explicarle la situación al denunciante e invitarlo a que concurra a la unidad policial más cercana para
cumplir con esta formalidad. Sin embargo, si se trata de una situación que requiere de una pronta acción, lo
que corresponde es dar cuenta inmediata de ella al fiscal.
Artículo 174 del C.P.P.: “La denuncia podrá formularse por cualquier medio y deberá contener la
identificación del denunciante, el señalamiento de su domicilio, la narración circunstanciada del hecho, la
designación de quienes lo hubieren cometido y de las personas que lo hubieren presenciado o que tuvieren
noticia de él, todo en cuanto le constare al denunciante.
En el caso de la denuncia verbal se levantará un registro en presencia del denunciante, quien lo
firmará junto con el funcionario que la recibiere. La denuncia escrita será firmada por el denunciante. En
ambos casos, si el denunciante no pudiere firmar, lo hará un tercero a su ruego.
En relación con estos requisitos, hay que tener presente la forma en que se los requiere al denunciante,
de manera que sea algo comprensivo y afable y no se trasforme en un amedrentamiento. Es distinto preguntar
¿qué testigos hay de este hecho? a preguntar ¿sabe de alguien que haya visto u oído lo que Ud. me esta
informando? En la primera pregunta es posible que el denunciante no tenga cabal conocimiento de qué es un
testigo, pero la segunda es fácilmente entendible. Lo mismo ocurre con la forma y el tono. Es importante que
el denunciante no sienta que lo están interrogando como si fuera un imputado. Al contrario, debe sentir el
apoyo del funcionario.
Igualmente importante es tener presente que el denunciante, en la inmensa mayoría de los casos, no
tiene conocimiento alguno de la tipificación de los delitos, por lo cual la policía debe ignorar la calificación y
dejar constancia de los hechos que se denuncian, como lo señala expresamente la norma trascrita. Así, por
ejemplo, el hurto, el robo y la estafa no los diferencian, simplemente usan la palabra robo.
Denuncia obligatoria.
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carga, los delitos que se cometieren durante el viaje, en el recinto de una estación, puerto o aeropuerto o a
bordo del buque o aeronave;
d) Los jefes de establecimientos hospitalarios o de clínicas particulares y, en general, los profesionales
en medicina, odontología, química, farmacia y de otras ramas relacionadas con la conservación o el
restablecimiento de la salud, y los que ejercieren prestaciones auxiliares de ellas, que notaren en una
persona o en un cadáver señales de envenenamiento o de otro delito, y
e) Los directores, inspectores y profesores de establecimientos educacionales de todo nivel, los delitos
que afectaren a los alumnos o que hubieren tenido lugar en el establecimiento.
La denuncia realizada por alguno de los obligados en este artículo eximirá el resto.”
”Las personas indicadas en el artículo anterior deberán hacer la denuncia dentro de las veinticuatro horas
siguientes al momento en que tomaren conocimiento del hecho criminal. Respecto de los capitanes de
naves o de aeronaves, este plazo se contará desde que arribaren a cualquier puerto o aeropuerto de la
República.”
Este requisito obliga a ser especialmente cuidadoso al señalar cómo obtuvo la información, por
cuanto el plazo corre desde el momento mismo en que el obligado a denunciar tomó conocimiento de la
ocurrencia del hecho delictual.
”Las personas indicadas en el artículo 175 que omitieren hacer la denuncia que en él se prescribe
incurrirán en la pena prevista en el artículo 494 del Código Penal, o en la señalada en disposiciones
especiales, en lo que correspondiere.
La pena por el delito en cuestión no será aplicable cuando apareciere que quien hubiere omitido
formular la denuncia arriesgaba la persecución penal propia, del cónyuge, de su conviviente o de
ascendientes, descendientes o hermanos.
La pena prevista en el artículo 494 del Código Penal es multa de una a cuatro unidades tributarias
mensuales.
“El denunciante no contraerá otra responsabilidad que la correspondiente a los delitos que hubiere cometido
por medio de la denuncia o con ocasión de ella. Tampoco adquirirá el derecho a intervenir posteriormente
en el procedimiento, sin perjuicio de las facultades que pudieren corresponderle en el caso de ser víctima de
delito.
Los delitos que se pueden cometer a través de una denuncia son los de injuria y calumnia. Constituye
calumnia la imputación de un delito determinado.
QUERELLA.-
“Querellante. La querella podrá ser interpuesta por la víctima, su representante legal o su heredero
testamentario.
También se podrá querellar cualquier persona capaz de parecer en juicio domiciliada en la provincia,
respecto de hechos punibles cometidos en la misma que constituyeren delitos terroristas, o delitos cometidos
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por un funcionario público que afectaren derechos de las personas garantizados por la Constitución o contra
la probidad pública.
Los órganos y servicios públicos sólo podrán interponer querella cuando sus respectivas leyes
orgánicas les otorguen expresamente las potestades correspondientes.
Es necesario tener presente que esta norma permite que cualquiera persona capaz de comparecer
en juicio, o sea, libre administradora de sus bienes, pueda querellarse en contra de todo funcionario público
por actos que hayan afectado “derechos de las personas garantizados por la Constitución o contra la
probidad pública”
Los policías son funcionarios públicos y, por la misma función que cumplen, están mayormente
expuestos a que alguien les impute ese tipo de actos. Ello obliga a la policía a actuar estrictamente dentro de
las normas legales y recordar siempre que, ni aún so pretexto de circunstancias extraordinarias, puede
abrogarse más facultades que aquellas que la ley expresamente le otorga.
“Oportunidad para presentar la querella. La querella podrá presentarse en cualquier momento, mientras el
fiscal no declarare cerrada la investigación.
Admitida a tramitación, el juez la remitirá al ministerio público y el querellante podrá hacer uso de
los derechos que le confiere el artículo 261.
“Prohibición de querella. No podrán querellarse entre sí, sea por delitos de acción pública o privada:
a) Los cónyuges, a no ser por delito que uno hubiere cometido contra el otro o
contra sus hijos, o por el delito de bigamia, y
b) Los consanguíneos en toda la línea recta, los colaterales y afines hasta el segundo
grado, a no ser por delitos cometidos por unos contra los otros, o contra su cónyuge o hijos.
CAPITULO XIII
Medio de prueba: es todo aquello que permita acreditar la existencia de un hecho o su ocurrencia. Al
respecto, hay que tener presente que el hecho delictual y la participación punible son hechos complejos, esto
es son una multiplicidad de hechos los que determinan su existencia y es necesario probar cada uno de ellos.
En el homicidio, por ejemplo, hay que probar la muerte, un hecho; la causa de la muerte, otro hecho;
elemento que se utilizó para causar el resultado, otro hecho. Lo mismo ocurre con la participación punible.
La no comprobación de cualquier hecho tipificador del delito o de la participación determina la inexistencia
de éste o la absolución del acusado.
Esta comprobación debe hacerse necesariamente en el proceso penal. La prueba obtenida durante la
investigación, si no se reproduce durante el proceso, es una prueba jurídicamente inexistente.
Artículo 295 del C.P.P.: Todos los hechos y circunstancias pertinentes para la adecuada solución del caso
sometido a enjuiciamiento podrán ser probados por cualquier medio producido e incorporado en
conformidad a la ley.
A diferencia de sistema antiguo del Código de Procedimiento Penal, que reglaba los medios de prueba
y su valor probatorio, el C.P.P. da una ilimitada libertad para acreditar los hechos por cualquier medio, sin
necesidad de clasificarlos o regularlos. Lo que se requiere es que el medio, científica, lógica y racionalmente,
permita comprobar el hecho que se trata de acreditar. Será el órgano jurisdiccional el que determinará su
procedencia y efectividad.
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Esta libertad esta materializada en las normas de los artículo 181 y 323 del C.P.P, ya analizados en el
Capítulo XI “Actuaciones de la Investigación”.
La policía puede y debe crear medios de prueba y, en el hecho, así lo hace, como ser el levantamiento
de huellas, películas, filmaciones del sitio del suceso, etc. siempre que se cumpla cabalmente con lo que
exige el citado artículo 181. Ratifica lo anterior, lo ya establecido en el, antes citado, artículo 323 del
C.P.P., Podrán admitirse como pruebas películas cinematográficas, fotografías, fonografías,
videograbaciones y otros sistemas de reproducción de la imagen o del sonido, versiones taquigráficas y,
en general, cualquier medio apto para producir fe.
“La prueba que hubiere de servir de base a la sentencia deberá rendirse durante la audiencia del juicio
oral, salvas las excepciones expresamente previstas en la ley. En estos últimos casos, la prueba deberá ser
incorporada en la forma establecida en el Párrafo 9° de este Título.”
Una de las excepciones, aplicable a la policía, la contempla el inciso segundo del artículo 191 que
establece:
“Anticipación de prueba: Al concluir la declaración del testigo (se refiere a la declaración prestada ante el
fiscal), el fiscal le hará saber la obligación que tiene de comparecer y declarar durante la audiencia del
juicio oral, así como de comunicar cualquier cambio de domicilio o de morada hasta esa oportunidad.
Si, al hacérsele la prevención prevista en el inciso anterior, el testigo manifestare la imposibilidad de
concurrir a la audiencia del juicio oral, por tener que ausentarse a larga distancia o por existir motivo que
hiciere temer la sobreviniencia de su muerte, su incapacidad física o mental, o algún otro obstáculo
semejante, el fiscal podrá solicitar del juez de garantía que se reciba su declaración anticipadamente.”
DECLARACIÓN TESTIMONIAL.
Testigo: “Persona que da testimonio de una cosa, o lo atestigua. Persona que presencia o adquiere directo
y verdadero conocimiento de una cosa. (Diccionario de la Lengua Española)
Testigo presencial: es aquel que capta el hecho sobre que declara por cualquiera de sus sentidos. No se
requiere que lo vea sino que tal hecho lo haya captado por medio de uno de los sentidos. Sólo es testigo
presencial de lo que captó a través de uno de éstos. Las deducciones o presunciones que se deriven de tal
hecho no constituyen testimonio, sino que son conclusiones propias del tribunal.
Así, por ejemplo, si se oye un chirrido propio de una frenada violenta y luego un estruendo, no se es
testigo presencial del choque, sólo de lo que se escuchó, de la hora en que lo escuchó y del lugar desde
donde lo percibió. El resto es deducción y, por ende, no constituye testimonio. Lo mismo ocurre con el tacto,
el olfato, la vista y el gusto.
Testigo de oídas: es el que narra acerca de un hecho que conoció por boca de un tercero, por eso se llama de
oídas. El hecho no fue captado por ninguno de los sentidos, se tomó conocimiento de su ocurrencia por
haberlo oído de un tercero.
Es posible ser testigo presencial y simultáneamente de oídas, como ocurre en el caso de una denuncia.
Se es testigo presencial del acto de la denuncia pero sólo se es testigo de oídas de los hechos que configuran
la denuncia y que le narra el denunciante.
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que se le preguntare y de no ocultar hechos, circunstancias o elementos acerca del contenido de su
declaración.
Para la citación de los testigos regirán las normas previstas en el Párrafo 4° del Título II del Libro
Primero.
En casos urgentes, los testigos podrán ser citados por cualquier medio, haciéndose constar el motivo
de la urgencia. Con todo, en estos casos no procederá la aplicación de los apercibimientos previstos en el
artículo 33 sino una vez practicada la citación con las formalidades legales.
Es importante tener presente que la ley obliga a declarar la verdad y a no ocultar hechos,
circunstancias o elementos acerca del contenido de su declaración. Al respecto el Inciso primero del
artículo 306 del C.P.P. establece: “Todo testigo, antes de comenzar su declaración, prestará juramento o
promesa de decir verdad sobre lo que se le preguntare, sin ocultar ni añadir nada de lo que pudiere
conducir al esclarecimiento de los hechos.”
En este sentido es preciso dejar muy en claro que el fiscal a cargo del caso no tiene facultad legal
alguna para señalar al policía testigo qué debe declarar y qué no debe declarar. El policía tiene la obligación
de decir la verdad, beneficie a quien beneficie o perjudique a quien perjudique. La verdad no tiene
intermedios. Se debe declarar todo lo que se sabe sin omitir, alterar o calificar los hechos como tampoco
adicionar circunstancias de las que no se fue testigo. Sólo se declara sobre los hechos que le constan como
testigo presencial o como testigo de oídas. Luego, las deducciones, razonamientos o conclusiones acerca de
los hechos, “el creí que”, “estimo que”, “deduzco que”, “supongo que”, “estoy convencido que”, no son ni
deben ser parte de una declaración testimonial; ello es propio del órgano jurisdiccional.
Cabe destacar que el Código Penal en sus artículos 206 a 212 trata del falso testimonio y del perjurio,
por lo cual el testigo que falta a la verdad, sea a favor o en contra del imputado, comete delito y arriesga
penas de presidio. El artículo 206 establece:
“El testigo, perito o intérprete que ante un tribunal faltare a la verdad en su declaración, informe o
traducción, será castigado con la pena de presidio menor en sus grados mínimo a medio y multa de seis a
veinte unidades tributarias mensuales, si se tratare de proceso civil o por falta, y con presidio menor en su
grado medio a máximo y multa de veinte a treinta unidades tributarias mensuales, si se tratare de proceso
penal por crimen o simple delito.
Tratándose de peritos e intérpretes, sufrirán además la pena de suspensión de profesión titular
durante el tiempo de la condena.
Si la conducta se realizare contra el imputado o acusado en proceso por crimen o simple delito, la
pena se impondrá en el grado máximo.
Están exentos de responsabilidad penal por las conductas sancionadas en este artículo quienes se
encuentren amparados por cualquiera de los supuestos a que se refiere el artículo 305 del Código Procesal
Penal.”
Renuencia a comparecer
Conforme al inciso primero del artículo 299 del C.P.P.,el testigo que no compareciere sin justa causa
podrá ser arrestado hasta la realización de la actuación, por un máximo de 24 horas y, además, e imponérsele
una multa de hasta quince unidades tributarias mensuales.
Renuencia a declarar.
El testigo que comparece y se niega a declarar, sin justa causa, según lo establece el inciso segundo
del artículo 299, será sancionado con las penas que establece el inciso segundo del artículo 240 del Código
de Procedimiento Civil, esto es con reclusión menor en su grado medio a máximo.
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Excepciones a la obligación de comparecer
Están contempladas en el artículo 300 del C.P.P. y dicen relación con la investidura de determinadas
personas, como ser el Presidente de la República, Ministros de Estado, Senadores, Diputados, etc.; entre las
cuales se encuentran el General Director de Carabineros y el Director General de la Policía de
Investigaciones; quienes gozan de inmunidad diplomática en el país y los que adolecen de enfermedad grave
u otro impedimento calificado por el tribunal. Todos ellas deben declarar, pero en la forma que establece el
artículo 301 del C.P.P.
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a) Por motivos personales
Tampoco estarán obligadas a declarar aquellas personas que, por su estado, profesión o función legal,
como el abogado, médico o confesor, tuvieren el deber de guardar el secreto que se les hubiere confiado,
pero únicamente en lo que se refiriere a dicho secreto.
Las personas comprendidas en el inciso anterior no podrán invocar la facultad allí reconocida
cuando se las relevare del deber de guardar secreto por aquel que lo hubiere confiado.
Esta extensión no alcanza, en modo alguno, a las actuaciones personales del beneficiado. Se extiende
solamente a aquellos hechos de que tomó conocimiento en razón de su profesión, oficio o actividad y que
dicen relación directa con quien es su cliente, paciente o penitente.
“Todo testigo tendrá el derecho de negarse a responder aquellas preguntas cuya respuesta pudiere
acarrearle peligro de persecución penal por un delito.
El testigo tendrá el mismo derecho cuando, por su declaración, pudiere incriminar a alguno de los
parientes mencionados en el artículo 302, inciso primero.”
“En el procedimiento penal no existirán testigos inhábiles. Sin perjuicio de ello, los intervinientes podrán
dirigir al testigo, preguntas tendientes a demostrar su credibilidad o falta de ella, la existencia de vínculos
con alguno de los intervinientes que afectaren o pudieren afectar su imparcialidad, o algún otro defecto de
idoneidad.
Todo testigo dará razón circunstanciada de los hechos sobre los cuales declarare, expresando si los hubiere
presenciado, si los dedujere de antecedentes que le fueren conocidos o si los hubiere oído referir a otras
personas.
Son testigos hábiles los menores de edad, los sordos y los mudos y a ellos se refieren expresamente
los artículos 310 y 311 del C.P.P.
PERITOS
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Concepto.
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“Sabio, experimentado, hábil, práctico en una ciencia o arte. Persona que poseyendo especiales
conocimientos, teóricos o prácticos, informa, bajo juramento, al juzgador sobre puntos litigiosos en cuanto
se relacionan con su especial saber o experiencia. “ ( Diccionario de la Lengua Española)
Es útil tener presente que los peritos informan sobre las máximas de experiencia y conocimientos
existentes al momento de hacer el peritaje y que ellos poseen. El informe pericial no es una verdad de fe, es
una conclusión que se obtiene de la teoría o de la experiencia en cuanto a la ocurrencia de un hecho o su
forma de ocurrencia. Es por ello que pueden existir y, de hecho, existen peritajes contradictorios, por cuanto
la conclusión varía según sean los conocimientos y la experiencia del perito informante. Más aún, no es
infrecuente que una máxima de experiencia considerada como inamovible, los nuevos avances científicos o
técnicos demuestren que no es así.
Procedencia:
” Procederá el informe de peritos en los casos determinados por la ley y siempre que para apreciar
algún hecho o circunstancia relevante para la causa fueren necesarios o convenientes conocimientos
especiales de una ciencia, arte u oficio.
Los informes deberán emitirse con imparcialidad, ateniéndose a los principios de la ciencia o reglas
del arte u oficio que profesare el perito.”
“Sin perjuicio del deber de los peritos de concurrir a declarar ante el tribunal acerca de su
informe…..”
“La declaración de los peritos en la audiencia del juicio oral se regirá por las normas previstas en
el artículo 329 y, supletoriamente, por las establecidas para los testigos
Si el perito se negare a prestar declaración, se le aplicará lo dispuesto para los testigos en el
artículo 299, inciso segundo.”
“ Sin perjuicio del deber de los peritos de concurrir a declarar ante el tribunal acerca de su informe éste
deberá entregarse por escrito y contener:
a) La descripción de la persona o cosa que fuere objeto de él, del estado y modo en que se hallare;
b) La relación circunstanciada de todas las operaciones practicadas y su resultado; y
c) Las conclusiones que, en vista de tales datos, formularen los peritos conforme a los principios de su
ciencia o reglas de su arte u oficio”
“No podrán desempeñar las funciones de peritos las personas a quienes la ley reconociere la facultad
de abstenerse de prestar declaración testimonial”
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“El ministerio público podrá presentar como peritos a los miembros de los organismos técnicos que le
prestaren auxilio en su función investigadora, ya sea que pertenecieren a la policía, al propio ministerio
público o a otros organismos estatales especializados en tales funciones.”
En el caso que un policía sea presentado como perito, éste declara en calidad de tal, sujeto a los
requisitos, obligaciones y responsabilidades de un perito no policial. Obviamente, para declarar en calidad
de tal, debe haber realizado un peritaje y tener los conocimientos especiales de una ciencia, arte u oficio,
que le permitan hacerlo.
VALORACIÓN DE LA PRUEBA.
“Los tribunales apreciarán la prueba con libertad, pero no podrán contradecir los principios de la lógica,
las máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados.
El tribunal deberá hacerse cargo en su fundamentación de toda la prueba producida, incluso de
aquella que hubiere desestimado, indicando en tal caso las razones que hubiere tenido en cuenta para
hacerlo.
La valoración de la prueba en la sentencia requerirá el señalamiento del o de los medios de prueba
mediante los cuales se dieren por acreditados cada uno de los hechos y circunstancias que se dieren por
probados. Esta fundamentación deberá permitir la reproducción del razonamiento utilizado para alcanzar
las conclusiones a que llegare la sentencia.”
EXCLUSIÓN DE PRUEBA
“Exclusión de pruebas para el juicio oral. El juez de garantía, luego de examinar la pruebas
ofrecidas y escuchar a los intervinientes que hubieren comparecido a la audiencia, ordenará fundadamente
que se excluyan de ser rendidas en el juicio oral aquellas que fueren manifiestamente impertinentes y las
que tuvieren por objeto acreditar hechos públicos y notorios.
Del mismo modo, el juez excluirá las pruebas que provinieren de actuaciones o diligencias que
hubieren sido declaradas nulas y aquellas que hubieren sido obtenidas con inobservancia de garantías
fundamentales.”
La última norma transcrita es de especial importancia para la policía, por cuanto la validez de la
prueba depende completamente que, en su obtención, se hayan cumplido todos los requisitos legales para
ello. Al efecto, hay que tener muy presente lo que establece el artículo 181 por cuanto, de no observarse
íntegramente los requisitos que esta norma establece, la prueba obtenida puede adolecer de nulidad y, con
ello, facilitar la impunidad.
CAPITULO XIV
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Incautación sin orden Judicial
“El personal policial experto deberá recoger, identificar y conservar bajo sello los objetos,
documentos o instrumentos de cualquier clase que parecieren haber servido a la comisión del hecho
investigado, sus efectos o los que pudieren ser utilizados como medios de prueba, para ser remitidos a
quien correspondiere, dejando constancia, en el registro que se levantare, de la individualización completa
del o de los funcionarios policiales que llevaren a cabo esta diligencia.”
“En aquellos casos en que en la localidad donde ocurrieron los hechos no exista personal policial
experto y la evidencia pueda desaparecer, el personal policial que hubiese llegado al sitio del suceso
deberá recogerla y guardarla en los términos indicados en el párrafo precedente (se refiere al inciso 2°) y
hacerla entrega de ella al Ministerio Público, a la mayor brevedad posible.”
“Si los objetos, documentos e instrumentos se encontraren en poder del imputado o de otra persona, se
procederá a su incautación, de conformidad a lo dispuesto en este Título. Con todo, tratándose de objetos,
documentos e instrumentos que fueren hallados en poder del imputado respecto de quien se practicare
detención en ejercicio de la facultad prevista en el artículo 83 letra b), - (detención por flagrancia) - se
podrá proceder a su incautación en forma inmediata.”
En síntesis, el inciso 2° de la letra c) del artículo 83 impone una obligación al personal policial
especializado, en el sitio del suceso, de recoger, identificar y conservar bajo sello los objetos, documentos
o instrumentos de cualquier clase que parecieren haber servido a la comisión del hecho investigado, sus
efectos o los que pudieren ser utilizados como medios de prueba, sin necesidad de ningún otro
requerimiento o formalidad. El inciso tercero, impone igual obligación al personal policial que haya llegado
al sitio del suceso y que en el lugar no haya personal policial experto.
En cambio, la norma del inciso 2° del artículo 187 otorga a la policía una facultad de incautación,
sólo tratándose de un imputado detenido en delito flagrante
Salvo estos dos casos, la policía no puede hacer incautación alguna sin previa orden judicial.
“Los objetos, documentos o instrumentos de cualquier clase que parecieren haber servido o estado
destinados a la comisión del hecho investigado, o los que de él provinieren, o los que pudieren servir como
medio de prueba, así como los que se encontraren en el sitio del suceso a que se refiere la letra c) del
artículo 83, serán recogidos, identificados y conservados bajo sello. En todo caso se levantará un registro de
la diligencia, de acuerdo a las normas generales.”
La referencia a la letra c) del artículo 83 debe entenderse hecha al inciso segundo de dicha letra:
“objetos, documentos o instrumentos de cualquier clase que parecieren haber servido a la comisión del
hecho investigado, sus efectos o los que pudieren ser utilizados como medios de prueba.” Al respecto, cabe
destacar que será la policía la que determine qué objetos, documentos o instrumentos cumplen con estos
requisitos para proceder a su incautación.
“Los objetos y documentos relacionados con el hecho investigado, los que pudieren ser objeto de la
pena de comiso y aquellos que pudieren servir como medios de prueba, serán incautados, previa orden
judicial librada a petición del fiscal, cuando la persona en cuyo poder se encontraren no los entregare
voluntariamente, o si el requerimiento de entrega voluntaria pudiere poner en peligro el éxito de la
investigación.
Si los objetos y documentos se encontraren en poder de una persona distinta del imputado, en lugar
de ordenar la incautación, o bien con anterioridad a ello, el juez podrá apercibirla para que los entregue.
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Regirán, en tal caso, los medios de coerción previstos para los testigos. Con todo, dicho apercibimiento no
podrá ordenarse respecto de las personas a quienes la ley reconoce la facultad de no prestar declaración.
Cuando existieren antecedentes que permitieren presumir suficientemente que los objetos y documentos
se encuentran en un lugar de aquellos a que alude el artículo 205 se procederá de conformidad a lo allí
prescrito.”
Este artículo, en su inciso primero, se refiere a los objetos y documentos que se encuentren en poder del
imputado y distingue tres situaciones:
a) que el imputado los entregue voluntariamente al serle requerida su entrega, para lo cual no se
requiere autorización judicial. Su entrega voluntaria elimina este requisito;
b) que no los entregue voluntariamente, por lo cual la incautación forzada sólo procederá previa orden
judicial, requerida por el fiscal; y,
c) que la incautación sea indispensable para no poner en peligro el resultado de la investigación, caso
en el cual la policía puede proceder a su inmediata incautación, sin siquiera tener que pedir previamente la
entrega voluntaria.
El inciso segundo se refiere a aquellos objetos y documentos que estén en poder de un tercero que no
tiene el carácter de imputado. En este caso no procede la incautación, sino que el juez puede apercibirlo para
que los entregue y, si éste no lo hace, el juez puede aplicarle las mismas medidas que se aplican a los testigos
renuentes.
El inciso tercero se refiere al caso que los objetos y documentos estén en un recinto cerrado, caso en el
cual debe procederse en la forma que señala el artículo 205, o sea, pedir autorización al encargado del local y,
si éste no lo da, la policía deberá adoptar las medidas tendientes a impedir que se proceda al retiro del local
de los objetos y documentos, ínter tanto se obtiene la autorización del juez de garantía para ingresar al local y
proceder a la incautación.
Inventario y custodia.
“De toda diligencia de incautación se levantará inventario, conforme a las reglas generales. El
encargado de la diligencia otorgará al imputado o a la persona que los hubiere tenido en su poder un
recibo detallado de los objetos y documentos incautados.
Los objetos y documentos incautados serán inventariados y sellados y se pondrán bajo custodia del
ministerio público en los términos del artículo 188”.
Conservación de las especies. Las especies recogidas durante la investigación serán conservadas bajo la
custodia del ministerio público, quien deberá tomar las medidas necesarias para evitar que se alteren de
cualquier forma.
Podrá reclamarse ante el juez de garantía por la inobservancia de las disposiciones antes
señaladas, a fin que adopte las medidas necesarias para la debida preservación e integridad de las
especies recogidas.
Los intervinientes tendrán acceso a esas especies, con el fin de reconocerlas o realizar alguna
pericia, siempre que fueren autorizados por el ministerio público o, en su caso, por el juez de garantía. El
ministerio público llevará un registro especial en el que conste la identificación de las personas que fueren
autorizadas para reconocerlas o manipularlas, dejándose copia, en su caso, de la correspondiente
autorización.
La policía debe tener presente esta norma. Es el Ministerio Público el encargado de conservar y
custodiar las especies recogidas; obligación que no puede ser delegada en la policía. En Derecho Público
sólo se puede hacer lo que la ley expresamente dispone y, en este caso, la ley no ha autorizado tal
delegación.
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De otro lado, como es la policía la que recoge los objetos y documentos, inmediatamente después de
su incautación, debe entregarlos materialmente al fiscal, a quien corresponderá su conservación y custodia.
De allí que sea muy importante para la policía dejar expresa constancia de la oportunidad, lugar, día, hora,
detalle y condiciones en que se entregan las especies incautadas, la individualización de quien las recibe. En
lo posible, debe obtenerse un recibo del fiscal receptor en el cual se deje constancia de las circunstancias
antes indicadas.
CAPITULO XV
LUGARES CERRADOS.
Concepto de Lugar de Libre Acceso Público: Es aquel lugar al cual cualquiera persona puede entrar sin
necesidad de permiso o requisito alguno que cumplir, mientras esté abierto al público.
Este lugar puede no estar abierto permanentemente al público. Es más, el libre acceso al público
puede estar autorizado para determinadas secciones o partes del local y únicamente éstas tienen ese
carácter. Todo el resto del local, pasa a ser recinto cerrado. Un ejemplo, un museo que permite el libre
acceso a los salones de exhibición de especies pero no a sus oficinas u otras dependencias, el lugar de libre
acceso al público son solamente los salones de exhibición, todas las demás dependencias son lugar cerrado.
La policía, como cualquier persona, puede ingresar a ellos sin necesidad de acreditar causa alguna.
Otra cosa muy distinta es proceder a hacer un registro de un lugar de libre acceso al público. En este caso la
ley sólo lo permite en las siguientes circunstancias:
búsqueda del imputado contra el cual existiere orden de detención
búsqueda en el lugar de rastros o huellas del hecho investigado
búsqueda de medios que pudieren servir a la comprobación del mismo
No basta la autorización del propietario o encargado del local para su ingreso y registro, se
requiere que la policía tenga una presunción de que el imputado o medios de comprobación del delito
que se investiga se encuentran en el local.
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Esta presunción debe ser justificada, esto es, basada en hechos reales que racionalmente la
justifiquen. La presunción implica deducir la ocurrencia o existencia de un hecho en base a hechos
debidamente probados. No hay presunción de presunción, lo que excluye absolutamente la
premonición, el augurio o el olfato o experiencia policial.
“En este caso, el funcionario que practicare el registro deberá individualizarse y cuidará
que la diligencia se realizare causando el menor daño y las menores molestias posibles a sus
ocupantes. Asimismo, entregará al propietario o encargado un certificado que acredite el hecho del
registro, la individualización de los funcionarios que lo hubieren practicado y de aquel que lo
hubiere ordenado”
Esta norma es imperativa en cuanto a causar el menor daño y las menores molestias a los
ocupantes y quien dirige el operativo es el responsable directo de su cumplimiento. Al respecto, hay
que tener presente que el registro debe limitarse exclusivamente a aquello que sea susceptible de
ocultar al imputado o contener u ocultar los medios de comprobación del delito que se investiga.
Sin autorización judicial y sin autorización del propietario o encargado del local
“La policía podrá entrar en un lugar cerrado y registrarlo, sin el consentimiento expreso de su
propietario o encargado ni autorización judicial previa, cuando las llamadas de auxilio de personas
que se encontraren en el interior u otros signos evidentes indicaren que en el recinto se está
cometiendo un delito.
Tratándose del delito de abigeato, la policía podrá ingresar a los predios cuando existan indicios o
sospechas de que se está perpetrando dicho ilícito, siempre que las circunstancias hagan temer que la
demora en obtener la autorización del propietario o del juez, en su caso, facilitará la concreción del
mismo o la impunidad de sus hechores.”
El inciso primero está referido a toda clase de lugares, sin excepción alguna, y permite a la
policía el ingreso y registro inmediato de un lugar cerrado, sin autorización,, siempre que se reúna
alguno de los siguientes requisitos.
1) Llamadas de auxilio de personas que se encontraren en el interior del recinto. Claramente la ley exige
que estas llamadas de auxilio provengan del interior del local y con motivo o en razón de estarse
cometiendo un delito. No cabe confundir la llamada de auxilio por cualquier otro motivo, como lo
sería un amago de incendio. Esta autorización es no sólo para el ingreso sino también para efectuar
un registro, lo que únicamente procede en caso de delito.
Tal como se ha señalado reiteradamente, el indicio debe estar fundado en hechos ciertos y la
ley agrega otro requisito, que éstos sean claros, patentes y que no dejen lugar a duda. En
consecuencia, los signos de que se está cometiendo un delito dentro del recinto, deben ser de tal
naturaleza que la policía haya adquirido el convencimiento de que ello es así.
Asimismo, existe un requisito de inmediación entre estos signos y la comisión del delito. Por
ello, la ley emplea la frase “se esté cometiendo”, o sea que el delito se encuentre en plena ejecución.
El inciso segundo autoriza el ingreso a predios rurales donde exista ganado, siempre que se cumplan
los siguientes requisitos:
Existan indicios, o sea hechos ciertos, que permitan estimar que se está cometiendo el delito. Esto
es, un delito flagrante;
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Que existan circunstancias, lógicas y razonables, que permitan a la policía estimar que, de no
hacerlo de inmediato y esperar la autorización del juez para el ingreso, se permitirá que el delito se
consume o que escapen sus autores.
“En los casos de que trata este artículo, la policía podrá ingresar a un lugar cerrado, mueble o
inmueble, cuando se encontrare en actual persecución del individuo a quien debiera detener, para el
solo efecto de practicar la respectiva detención”.
Estas dos disposiciones legales consagran la legítima defensa de terceros y, obviamente, concurriendo
estas circunstancias la policía no sólo puede sino que debe entrar en el lugar cerrado donde están
ocurriendo los hechos, siempre que ello sea indispensable para efectuar la legítima defensa de la persona
del tercero o de sus bienes.
Lo mismo ocurre en el caso de un incendio si, para salvar a los moradores, se hace necesario echar
una puerta bajo y entrar al inmueble.
Medidas de vigilancia.
“Aun antes de que el juez de garantía dictare la orden de entrada y registro de que trata el artículo
208, el fiscal podrá disponer las medidas de vigilancia que estimare convenientes para evitar la fuga del
imputado o la substracción de documentos o cosas que constituyeren el objeto de la diligencia.”
Este artículo otorga una facultad al fiscal para ordenar a la policía medidas de vigilancia, con el único
objeto – intertanto obtiene la autorización judicial para el registro – de evitar la fuga del imputado o la
substracción de objetos o documentos que se pretende incautar. Fuera de esta situación, el fiscal no puede
ordenar vigilancia alguna a la policía respecto del imputado o de un lugar determinado.
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Las medidas de vigilancia no conllevan facultad alguna para efectuar acciones que afecten los
derechos garantizados por la Constitución.
Artículo 205, inciso final: (se refiere al ingreso al lugar cerrado con autorización del dueño o encargado)
“Sí, por el contrario, el propietario o el encargado del edificio o lugar no permitiere la entrada y
registro, la policía adoptará las medidas tendientes a evitar la posible fuga del imputado y el fiscal
solicitará al juez la autorización para proceder a la diligencia.”
El plazo de diez días se cuenta desde la fecha en que la orden fue expedida. En el caso de una
autorización verbal dada por el juez de garantía, de conformidad a lo establecido en el inciso final del
artículo 9°, la policía debe exigir que se le indiquen los datos que impone este artículo y dejar constancia de
ello en el registro policial correspondiente.
Asimismo, hay que recordar que al propietario o encargado del local a registrarse debe entregársele
una copia de la orden y, en el caso de la autorización oral, una copia de la instrucción recibida por la
policía.
“El registro deberá hacerse en el tiempo que media entre las seis y las veintidós horas; pero podrá
verificarse fuera de estas horas en lugares de libre acceso público y que se encontraren abiertos durante la
noche. Asimismo, procederá en casos urgentes, cuando su ejecución no admitiere demora. En este último
evento, la resolución que autorizare la entrada y el registro deberá señalar expresamente el motivo de la
urgencia”.
La norma general es que el registro sólo puede hacerse entre las 06.00 y las 22.00 horas de cualquier
día, salvo que se trate de un lugar de libre acceso público que esté abierto durante la noche, o sea después
de las 22 horas. Esta es una situación de hecho que no requiere mayor exigencia.
La otra excepción se refiere a los casos en que el registro debe hacerse en forma inmediata por su
urgencia, lo que debe consignar la autorización judicial. En este caso, la resolución judicial debe señalar los
hechos que justifican la urgencia y la autorización para proceder fuera de las horas antes indicadas, debe
ser expresa. Si la orden no contiene estos requisitos, la policía no puede efectuar el registro fuera de las
06.00 y las 22.00 horas.
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“La resolución que autorizare la entrada y el registro de un lugar cerrado se notificará al dueño o
encargado, invitándolo a presenciar el acto, a menos que el juez de garantía autorizare la omisión de estos
trámites sobre la base de antecedentes que hicieren temer que ello pudiere frustrar el éxito de la
diligencia.
Si no fuere habida alguna de las personas expresadas, la notificación se hará a cualquier
persona mayor de edad que se hallare en el lugar o edificio, quien podrá, asimismo, presenciar la
diligencia.
Si no se hallare a nadie se hará constar esta circunstancia en el acta de la diligencia.”
Notificar la orden de ingreso y registro implica entregar una copia de la misma al dueño o
encargado del recinto al momento de iniciar la diligencia. Es por ello que, en el caso de una autorización
oral, este requisito se cumple entregando una copia del registro policial que da constancia de la orden
verbal y que debe contener las indicaciones que señala el artículo 208.
La orden judicial de registro puede autorizar el registro sin la notificación previa del dueño o
del encargado, o sea la policía allana y registra, siempre que ello conste expresamente en la orden. De no
constar esta autorización expresa, debe procederse a la notificación previa.
Oposición al ingreso. Esto es, hay moradores u ocupantes y éstos se oponen físicamente al ingreso al
local. La mera oposición verbal no es suficiente, se requiere que realmente haya una oposición
material al ingreso, como ser cerrar la puerta y negarse a abrirla u oposición física de hecho contra
los funcionarios para impedir su ingreso. Si abren la puerta y reclaman por el ingreso pero no hay
acto material alguno que impida físicamente el acceso, no se justifica el uso de la fuerza pública.
Nadie responde a los llamados. El solo hecho de que nadie responda a los llamados es suficiente
para usar la fuerza pública, la que debe limitarse a posibilitar el acceso al lugar, procurando causar el
menor daño posible. Así, si la puerta de acceso es posible abrirla sin necesidad de echarla abajo o
destruirla, debe usarse el medio más idóneo para ello y no usar medios violentos. El único requisito
es que no se responda a los llamados, pueden haber moradores y la policía saberlo, pero si nadie
responde a los llamados se cumple el requisito legal.
En los casos en que se haya debido usar la fuerza pública para ingresar al local, es obligación del
encargado de la diligencia - terminado el registro - adoptar las medidas necesarias y comprobar que el lugar
quede cerrado de tal manera que se impida el acceso a otras personas.
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Esta es una regla general que se aplica a todo tipo de registro y su observancia es de responsabilidad
del encargado de la diligencia. Por ejemplo, si se registra para detener al imputado, no cabe hacer registro de
ninguna especie en aquellos lugares donde resulta evidente que el imputado no puede esconderse, como ser
los cajones de un escritorio o de una mesa. Hacerlo es un abuso. Estas son situaciones de hecho y su
observancia exige tino y criterio de parte del encargado del registro.
- El registro se practicará en un solo acto, pero podrá suspenderse cuando no fuere posible
continuarlo, debiendo reanudarse apenas cesare el impedimento.
Esta norma exige la existencia de un hecho que imposibilite la continuación del registro. Este hecho
debe ser de tal naturaleza o gravedad que haga imposible continuar con la diligencia y ésta debe reanudarse
apenas cese el hecho que provocó la suspensión. Necesariamente deberán adoptarse las medidas pertinentes
para evitar la fuga del imputado o para impedir la destrucción, sustracción o retiro de los objetos o
documentos que sean objeto del registro.
La ley no ha contemplado expresamente la situación que se produce si el registro comienza dentro del
horario que la ley establece pero no se ha terminado a las 22.00 horas. En opinión del autor, prima la norma
de la continuidad de la diligencia hasta darle término, dado que la hora no constituye un hecho que haga
imposible continuar con el registro. Es más, la suspensión del registro obliga a adoptar medidas de resguardo
que pueden causar mayor molestia y perjuicios a los moradores. La norma que fija el horario establece
límites para iniciar el registro pero no para ponerle término. Ello no obstante, son las circunstancias bajo las
cuales se hace el registro y su urgencia las que determinarán el proceder. Nuevamente prima el tino y el
criterio.
Constancia de la diligencia.
Artículo 216.- “De todo lo obrado durante la diligencia de registro deberá dejarse constancia escrita y
circunstanciada. Los objetos y documentos que se incautaren serán puestos en custodia y sellados,
entregándose un recibo detallado de los mismos al propietario o encargado del lugar.
Si en el lugar o edificio no se descubriere nada sospechoso, se dará testimonio de ello al
interesado, si lo solicitare.”
Esta es una norma de carácter general que se aplica a todo registro, con o sin orden judicial.
Objetos y documentos, hallados durante el registro, que no están relacionados con el hecho investigado.
“Si durante la práctica de la diligencia de registro se descubrieren objetos o documentos que permitieren
sospechar la existencia de un hecho punible distinto del que constituyere la materia del procedimiento en que
la orden respectiva se hubiere librado, podrán proceder a su incautación previa orden judicial. Dichos
objetos o documentos serán conservados por el fiscal”
Esta norma rige una situación que es de ordinaria ocurrencia. Los funcionarios a cargo del registro
encuentran objetos o documentos que, en su criterio, pueden acreditar la existencia y comisión de otros
delitos distintos al que motiva la diligencia y proceden como si se tratara de una situación de flagrancia o
simplemente se incautan de los documentos y objetos. Profundo error.
La ley regula expresamente la materia y no permite una acción en tal sentido, sin previa autorización
judicial. Es más, se exige que estos documentos y objetos permitan sospechar la existencia de un nuevo
delito. La sospecha debe ser fundada en indicios reales que, lógica y racionalmente, permitan tal deducción.
Estos indicios y las razones de la sospecha deben ser informados claramente al juez para que éste otorgue o
deniegue su autorización con conocimiento de causa. Sin autorización expresa del juez, no cabe incautación
alguna.
De ser autorizada la incautación, los documentos y objetos incautados serán conservados por el fiscal.
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Artículo 221.- “De toda diligencia de incautación se levantará inventario, conforme a las reglas generales.
El encargado de la diligencia otorgará al imputado o a la persona que los hubiere tenido en su poder un
recibo detallado de los objetos y documentos incautados.
Los objetos y documentos incautados serán inventariados y sellados y se pondrán bajo custodia del
ministerio público en los términos del artículo 188.”
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