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Las empresas están concediendo cada vez más licencias sobre sus
invenciones para generar ingresos adicionales. Las encuestas indican que una
de cada cinco empresas europeas, una de cada cuatro empresas japonesas y
una de cada siete empresas estadounidenses tienen concedidas licencias
sobre tecnologías patentadas. Cuando se tiene en cuenta el número de
empresas que desean vender licencias sobre sus invenciones, el porcentaje
aumenta de forma significativa
Signos de crecimiento
Obstáculos al crecimiento
Los activos intelectuales son "bienes" muy especializados. Esto hace que el
proceso de ajuste entre los compradores y los propietarios de tecnología
resulte complicado. La evaluación de la "adecuación" de una tecnología
determinada a las necesidades de una empresa puede ser difícil. En muchos
casos, las tecnologías disponibles no están listas para funcionar de inmediato,
sino que deben configurarse de acuerdo con las necesidades específicas del
licenciatario. Además, por razones estratégicas, el licenciante puede decidir
retener conocimientos técnicos decisivos que podrían ser de utilidad para el
licenciante, lo que hace que al comprador le resulte más difícil utilizar la
tecnología en toda su capacidad.
Nuevos intermediarios
En respuesta a estos desafíos, están apareciendo nuevos intermediarios que
facilitan las transacciones de tecnología. Entre éstos figuran las cámaras de
compensación, los intercambios, las subastas y las empresas de corretaje de
P.I. Estas nuevas entidades comerciales ofrecen una amplia gama de servicios,
como el apoyo a la gestión de la P.I., las plataformas de comercio de la P.I., la
creación de carteras y la concesión de licencias de P.I. y marcos de
intercambio de patentes, a veces denominados agregación preventiva de
patentes.
Por supuesto, las cosas son mucho más complejas de lo que parecen y no son
tan solo las innovaciones las responsables de la activación de la parte creativa
en el cerebro de los consumidores. Pero sí que es cierto que la innovación está
estrechamente relacionada con los estímulos provocados por los avances
tecnológicos.
Y es que una nueva y exitosa idea puede haber sido el resultado de años de
espera por parte del individuo, por poseer los recursos necesarios para
lanzarse al mundo empresarial.
Pero por otro lado, puede nacer tras la mejora que un determinado avance
tecnológico haya hecho posible. Imaginemos que llevamos tiempo pensando
en la creación de una plataforma concreta, dicha idea no era posible puesto
que no éramos capaces de programar el código y tampoco disponíamos de los
recursos necesarios para contratar a un ingeniero informático. Ahora llega el
momento en el que alguien decidió lanzar una web que permite programar
plataformas sin la necesidad de tener conocimientos en programación. Todo
encaja, ¿verdad?
Pues bien, podemos afirmar con total seguridad que todo avance lleva a otro
avance, y que casi toda innovación es el resultado de algo creado en
comunidad.
Pero, ¿qué papel tienen los usuarios en la innovación? ¿Son ellos los que
crean las innovaciones o son las empresas? Ambos agentes son fuente de
innovación, sin embargo, hay quienes caen a menudo en el error de afirmar
que las innovaciones vienen por parte de las empresas.
Después de todo esto, ¿no crees que el usuario sea la persona que mejor
pueda diseñar la estrategia para mejoras o incluso nuevos lanzamientos? Por
supuesto que sí. Han tenido que pasar muchos años hasta que los
profesionales del marketing comiencen a escribir sus teorías acerca del usuario
como innovador.
Todo esto nos lleva a afirmar que con el paso del tiempo todo conocimiento
puede ser utilizado de modo colaborativo con el propósito de mejorar las vidas
de las personas. Pero entonces, ¿por qué son tan pocas las personas que
hablan de ello?