Por coerción penal se entiende la acción de contener o de
reprimir, que el derecho penal ejerce sobre los individuos que han cometido delitos. Esta es la coerción penal es sentido estricto y su manifestación es la pena. La pena es entonces, la coerción materialmente penal.
Existe además, lo que podemos denominar una coerción
formalmente penal que abarca la anterior y la excede sobradamente porque se ocupa de todas las medidas que dispone la ley penal –medidas administrativas o de seguridad-, como también de otras consecuencias que por su naturaleza no pertenecen al Derecho Penal, pero que están tratadas en la ley penal, por ejemplo, la reparación de perjuicio.
b. La punibilidad.
Como quedara expresado en el punto anterior, la
consecuencia del delito es fundamentalmente la coerción penal, cuya manifestación característica es la pena. Sin embargo, puede ocurrir que a un injusto culpable no le siga como consecuencia jurídica la pena, porque la ley determine que ella no deba operar pese a la existencia de los demás elementos o caracteres constitutivos de delito (acción típica, antijurídica y culpable). Se trata de casos de excepción en los que no opera la coerción penal, a veces por razones propias del derecho penal, otras, correspondientes al derecho procesal penal. Así, podemos decir que la punibilidad es la posibilidad jurídica de aplicar una pena a un injusto culpable. Zaffaroni, alude a la doble acepción del término: en primer lugar como merecimiento propio del delito. Todo hecho típicamente antijurídico y culpable es merecedor de la pena, independientemente que ésta pueda aplicarse o no. En segundo lugar, refiere a la punibilidad como posibilidad jurídica de aplicar una pena. En ese orden de ideas, la punibilidad entendida como merecimiento, nunca puede escindirse del delito, por cuanto todo delito merece una pena, pero entendida como posibilidad jurídica de hacer efectiva la coerción penal puede hallarse condicionada por causas que impidan su operatividad. Creus, también desdobla el concepto, uno como posibilidad o potencialidad, otro como concreción o efectiva posibilidad.
c. ¿La pena integra el delito o es una consecuencia?
Se debate en doctrina sobre si la pena es un elemento
integrante del delito, o bien una consecuencia que se da al verificarse la existencia de un injusto culpable. Nuñez afirma que la punibilidad no es una característica específica del delito, sino una consecuencia del mismo, ya que jurídicamente el delito se integra con una acción típica, antijurídica y culpable. La punibilidad es un prepuesto de la pena. Para Soler, tampoco integra el delito, aunque según este autor las excusas absolutorias eliminan la adecuación a la figura penal. Desde otra posición Jimenez de Asúa dice que solo es delito el hecho humano que al describirse en la ley recibe una pena. Mucho más, agrega este autor en aquellos países donde las legislaciones penales definen el delito incluyendo en la misma la frase “penado por ley”. Ahondando en su análisis dice que precisamente la pena como consecuencia es lo que diferencia al delito de las demás acciones antijuridicas, por ejemplo las del ámbito civil. Creus, sostiene por su parte, que el hecho ilícito carente de efectiva posibilidad de imponerle pena no puede ser considerado como delito.
d. Causas que inhiben o coartan la operatividad de la pena.
Existen causas objetivas –condiciones objetivas de punibilidad- que al no verificarse; o subjetivas –excusas absolutorias-, que al verificarse, impiden la aplicación de la pena, no obstante la tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad de la acción.
e. Condiciones objetivas de punibilidad.
Son circunstancias externas a la voluntad del agente,
exigidas por la ley para que pueda imponerse la pena, aún cuando la acción sea la descripta en el tipo penal y el autor haya actuado culpablemente. Se trata de sucesos externos, producidos al margen de la voluntad del agente y que pueden referir a factores extrahumanos o a la actividad de un tercero ajeno al hecho. Beling dice que las condiciones objetivas de punibilidad son ciertas circunstancias exigidas por la ley penal para la incorporación de la pena, que no pertenecen al tipo penal, que no inciden sobre la antijuridicidad y ajenas a la culpabilidad, bastando con que se den en el mundo exterior. Zaffaroni (Tratado, Tomo V, p. 55), dice que la ubicación de las COP es un problema harto dudoso. Para algunos autores forman parte del tipo, pero no son alcanzadas por el dolo o por la culpa, es decir por ningún conocimiento real o potencial. Otros, si bien coinciden que no son alcanzadas por el conocimiento, las ubican en una zona neutra, fuera del tipo y del delito, siendo esta la postura mayoritariamente aceptada.
f. Tratando de establecer una diferencia entre los
presupuestos procesales, las condiciones de procedibilidad y las COP, podemos decir que: Los presupuestos procesales son exigencias contenidas en normas penales que funcionan como requisitos previos para que pueda imputarse un determinado delito a una persona: por ejemplo, el art. 176 del Código Penal, requiere la previa declaración de quiebra en el fuero comercial, para que pueda imputarse el delito de quiebra fraudulenta. Creus dice que se trata de requisitos que tiene que reunir una determinada persona, no para ser autor de la acción típica, sino para ser autor punible de ella. Las condiciones de procedibilidad, son exigencias procesales, sin las cuales el titular de la acción procesal penal, no puede intentarla. Vgr. El acto de instancia exigido en el art. 72 del Código Penal para el ejercicio de la acción dependiente de instancia privada. En definitiva, puede decirse que los presupuestos procesales y las condiciones de procedibilidad operan en relación a la habilitación de la acción. Mientras que las COP operan en la habilitación de la pena.
g. Consecuencia de inexistencia de la condición objetiva de
punibilidad prevista en la figura penal.
La inexistencia de la COP requerida por la figura penal,
impide la imposición de la pena, no obstante conservar el hecho su carácter antijurídico y culpable. De ahí entonces, que al conservar el hecho su condición antijurídica, no existe inconveniente alguno para la procedencia de la acción civil indemnizatoria.
h. Algunas condiciones objetivas de punibilidad previstas
en el Código Penal:
Art. 83 Instigación al suicidio, para que sea punible, es
preciso que el suicidio se consume o al menos alcance grado de tentativa. Art. 252 Abandono de servicio o cargo, para que sea punible, es preciso que exista daño. En la ley penal tributaria nº 24.769, para que la evasión de tributos sea punibles es necesario que supere ciertos montos (arts. 1, 2, 7, 9 LPT).
i. Las excusas absolutorias.
Son aquellas circunstancias que no estando relacionadas directamente con la conducta del autor descripta en el tipo penal excluyen la pena cuando se dan, y que pueden referir tanto a la calidad personal del agente o a su propia actividad fuera del tipo o a la actividad de un tercero, o a la situación en que el hecho se comete. Se trata de causas personales de impunidad, que genéricamente obedecen a razones de política criminal o de utilidad, es decir cuando aparezca evidentemente inconveniente la sanción de un hecho. Las mismas no se encuentran legisladas en la parte general del Código Penal, sino en particulares disposiciones de la parte especial, y sin afectar la tipicidad, la antijuridicidad o la culpabilidad, eximen de pena al autor de determinados delitos. No obstante que el delito se encuentra completo en sus elementos dogmáticos, y haberse comprobado autoría y responsabilidad del agente, no corresponde aplicar pena. Zaffaroni prefiere llamarlas causas personales de exclusión de penalidad, dada la raigambre procesal de la palabra absolución, agregando que no se trata de causas que impongan absolución, sino que su existencia respecto del delito, descarta ab initio la operatividad de la coerción penal.
j. Consecuencia de la existencia de la excusa absolutoria
prevista por la figura penal.
Verificada su existencia en relación a la figura de que se
trate, impide la aplicación de la pena, respecto de quien se encuentre en situación de ampararse en ella. Tienen alcance personal, esto es, solo benefician al autor o partícipe que se encuentre amparado en ella, no así a los restantes coautores o partícipes que no se encuentren en igual posición. Desde el punto de vista procesal, la existencia de una excusa absolutoria declarada en juicio hace cosa juzgada, con lo que la acción no puede volver a intentarse. k. Algunas excusas absolutorias previstas en el Código Penal:
Art. 88, impunidad de la mujer que intenta su propio
aborto. Art. 115 impunidad de las injurias vertidas en juicio y no dadas a publicidad. Art. 117 impunidad de las injurias recíprocas. Art. 185 impunidad de ciertos delitos contra la propiedad cometidos por parientes de determinado grado. Art. 277 inc. 4 impunidad para el delito de encubrimiento cometido en favor de determinados parientes, amigos íntimos o persona a la que se deba especial gratitud.