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Elva Villar
Leonor Pacheco
Pedro Casillas
Walter Apaza
FILOSOFÍA ANTIGUA
“Si dejamos aparte el oscuro problema de la filosofía oriental —india, china—, donde lo
más problemático es el sentido de la palabra misma filosofía, y nos atenemos a lo que ha
sido esa realidad en Occidente, encontramos que su primera etapa es la filosofía de los
griegos. Esta fase inicial, cuya duración rebasa el milenio, se distingue de todas las
posteriores en que no tiene a su espalda ninguna tradición filosófica; es decir, emerge de
una situación humana concreta —la del hombre «antiguo»—, en la cual no se da el
momento, el ingrediente filosófico. Esto tiene dos consecuencias importantes; en primer
lugar, en Grecia se asiste a la germinación del filosofar con una pureza y radicalidad
superiores a cuanto ha venido después; por otra parte, la circunstancia vital e histórica del
hombre antiguo condiciona directamente la especulación helénica hasta el punto de que el
tema capital de la historia de la filosofía griega consiste en averiguar por qué el hombre, al
llegar a cierto nivel de su historia, se vio obligado a ejercitar un menester rigurosamente
nuevo y desconocido, que hoy llamamos filosofar. ” (Marías, 1980, pág. 9)
ACTIVIDAD
1.- Averigüe cuáles son las teorías que explican el origen de la filosofía griega antigua.
Anote las ideas más importantes de cada una de ellas.
2.- investigue sobre las causas que permitieron la aparición de la filosofía. Enliste las más
importantes.
Cosmogonía:
En primer lugar existió el Caos. Después Gea la de amplio pecho, sede siempre segura de
todos los Inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo. [En el fondo de la tierra de
anchos caminos existió el tenebroso Tártaro.] Por último, Eros, el más hermoso entre los
dioses inmortales, que afloja los miembros y cautiva de todos los dioses y todos los hombres
el corazón y la sensata voluntad en sus pechos. Del Caos surgieron Érebo y la negra Noche.
De la Noche a su vez nacieron el Éter y el Día, a los que alumbró preñada en contacto
amoroso con Érebo. Gea alumbró primero al estrellado Urano con sus mismas proporciones,
para que la contuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices
dioses. También dio a luz a las grandes Montañas, deliciosa morada de diosas, las Ninfas que
habitan en los boscosos montes. Ella igualmente parió al estéril piélago de agitadas olas, el
Ponto, sin mediar el grato comercio. (Hesíodo, 1978)
Hijos de Gea y Urano
Luego, acostada con Urano, alumbró a Océano de profundas corrientes, a Ceo, a Crío, a
Hiperión, a Jápeto, a Tea, a Rea, a Temis, a Mnemósine, a Febe de áurea corona y a la
amable Tetis. Después de ellos nació el más joven, Cronos, de mente retorcida, el más terrible
de los hijos y se llenó de un intenso odio hacia su padre. Dio a luz además a los Cíclopes de
soberbio espíritu, a Brontes, a Estéropes y al violento Arges, que regalaron a Zeus el trueno y
le fabricaron el rayo. Éstos en lo demás eran semejantes a los dioses, [pero en medio de su
frente había un solo ojo]. Cíclopes era su nombre por eponimia 6, ya que, efectivamente, un
solo ojo completamente redondo se hallaba en su frente. El vigor, la fuerza y los recursos
presidían sus actos. También de Gea y Urano nacieron otros tres hijos enormes y violentos
cuyo nombre no debe pronunciarse 7: Coto, Briareo y Giges, monstruosos engendros. Cien
brazos informes salían agitadamente de sus hombros y a cada uno le nacían cincuenta
cabezas de los hombros, sobre robustos miembros. Una fuerza terriblemente poderosa se
albergaba en su enorme cuerpo. (6 En griego kyklos significa «redondo» y Órs «vista». 7 La expresión
responde al temor de nombrar a los dioses infernales por su nombre. La misma actitud apotropaica se observa en
Teogonia v. 310 (cf. n. 41 y 60 a Trabajos). Sin embargo, como señala M. L. West (Theogony, n. a 148), si bien esta
creencia es el punto de partida para tales expresiones, Hesíodo no parece tenerla en cuenta aquí, ya que
inmediatamente da sus nombres) (Hesíodo, 1978)
Actividades:
1. Investiga sobre los nombres de los dioses y otros seres mitológicos que
aparecen en los fragmentos.
2. ¿Qué tratan de explicar los fragmentos?
3. ¿Es posible que esta explicación sea cierta?
4. ¿Qué características se pueden dar a los personajes mencionados?
LOS PRESOCRÁTICOS
“Se llama presocráticos a los filósofos griegos anteriores a Sócrates. Esta denominación
tiene, por lo pronto, un valor cronológico: son los pensadores que viven desde fines del
siglo vil hasta acabar el siglo ν antes de Jesucristo. Pero tiene además un sentido más
profundo: los primeros barruntos de la filosofía griega se pueden considerar como
verdadera filosofía porque después de ellos ha habido una filosofía plena e indudable. A la
luz de la filosofía ya madura —desde Sócrates en adelante—, resultan filosóficos los
primeros ensayos helénicos, no todos los cuales merecerían ese nombre si no fuesen
comienzo y promesa de algo ulterior. Por ser pre-socráticos, por anunciar y preparar una
madurez filosófica, son ya filósofos los primeros pensadores de Jonia y de la Magna
Grecia. No puede olvidarse que si es cierto que el presente depende del pasado, a la vez
refluye sobre él y lo condiciona. Las afirmaciones concretas de los más viejos pensadores
indios o chinos se aproximan con frecuencia a algunos de los griegos; pero la diferencia
capital está en que después de los presocráticos ha venido Sócrates, mientras que a la
balbuciente especulación oriental no siguió una plenitud filosófica en el sentido que esta
palabra tomó en Occidente. Esta es la razón de la radical diferencia con que se nos presenta
el pensamiento inicial de los helenos y el de los orientales^ Los últimos presocráticos no
son anteriores a Sócrates, sino contemporáneos suyos, en la segunda mitad del siglo v. Pero
quedan incorporados al grupo que le antecede por el tema y el carácter de su especulación.
En toda la primera etapa de la filosofía se trata de la naturaleza (φύσις). Aristóteles llama a
estos pensadores φυσιολόγοι, los físicos; hacen una física con método filosófico. Frente a la
naturaleza, el presocrático toma una actitud que difiere enormemente de la de Hesiodo, por
ejemplo. Este pretende narrar cómo se ha configurado y ordenado el mundo, o la
genealogía de los dioses; hace una teogonía, cuenta un mito; la relación entre el mito y la
filosofía es próxima, como advirtió Aristóteles, y constituye un grave problema; pero se
trata de cosas distintas. El filósofo presocrático se enfrenta con la naturaleza con una
pregunta teórica: pretende decir qué es. Lo que define primariamente la filosofía es la
pregunta que la moviliza: ¿qué es todo esto? A esta pregunta no puede contestarse con un
mito, sino con una filosofía.” (Marías, 1980, pág. 12)
ACTIVIDAD
1.- Averigüe sobre las características del periodo cosmológico, cuáles fueron las
características de este periodo.
2.- Realice un mapa mental con los filósofos presocráticos, considerando sus
planteamientos más importantes.
PERIODO ANTROPOLÓGICO
“Desde el siglo ν comienza una fase nueva de la filosofía en Grecia. Este periodo se
caracteriza esencialmente por la vuelta del hombre sobre sí mismo. A la preocupación por
el mundo sucede la preocupación por el hombre. No había faltado esta anteriormente;
hemos visto la idea de la vida teorética, la doctrina de la inmortalidad o de la
transmigración, etc. Pero ahora el hombre cae en la cuenta de que se ha de hacer cuestión
de quién es él. En esto influyeron algunas razones extrínsecas a la filosofía: el predominio
de Atenas después de las guerras médicas, el triunfo de la democracia, etc. Aparece en
primer plano la figura del hombre que habla bien, del ciudadano, y el interés del ateniense
se vuelve a la realidad política, civil y, por tanto, al hombre mismo. Grecia cambia
considerablemente de estilo. El ciudadano perfecto, el πολίτης, reemplaza al ideal antiguo
del καλοκάγαθος, del hombre, bello de cuerpo y con dotes notables, tal vez lo que
llamaríamos en español «una bella persona». En el centro del pensamiento griego ya no
está la φυαις, sino más bien la ευδαιμονία, la felicidad, en el sentido del desarrollo de la
esencia de la persona. Y aparece como representación eminente de este tiempo el sofista.
(Marías, 1980, pág. 34)
LOS SOFISTAS
“PROTÁGORAS Era de Abdera, igual que Demócrito. Tuvo gran influencia en Atenas,
en tiempo de Pericles. Se ocupó de gramática y del lenguaje, fue gran retórico y mostró
cierto escepticismo respecto a la posibilidad del conocimiento, especialmente de los dioses.
Pero su fama mayor procede de una frase suya, transmitida por varios filósofos posteriores,
que dice: «El hombre es la medida de todas las cosas: de las que son, en tanto que son, y de
las que no son, en tanto que no son.» De esta frase se han dado numerosas interpretaciones,
que van desde el relativismo al subjetivismo. No podemos entrar en este tema. Basta con
indicar que Aristóteles advierte que habría que saber primero si se refiere al hombre como
sujeto de ciencia o de sensación; es decir, si se refiere al punto de vista de la verdad o
simplemente de la dóxa.” (Marías, 1980, pág. 36)
SÓCRATES
PLATÓN
“La moral individual tiene una traducción casi exacta a la teoría de la constitución civil o
politeía, tal como la expone en la República, y luego, en forma atenuada, de más fácil
realización, en las Leyes. La ciudad se puede considerar también, a semejanza del alma,
como un todo compuesto de tres partes, que corresponden a las psíquicas. Estas partes son
las tres grandes clases sociales que reconoce Platón: el pueblo —compuesto de
comerciantes, industriales y agricultores—, los vigilantes y los filósofos. Hay una
correlación estrecha entre estas clases y las facultades del alma humana, y, por tanto, a cada
uno de estos grupos sociales pertenece de modo eminente una de las virtudes. La virtud de
las clases productoras es, naturalmente, la templanza; la de los vigilantes o guerreros, la
fortaleza, y la de los filósofos, la sabiduría, la phrónesis o sophía. También aquí la virtud
capital es la justicia, y de un modo aún más riguroso, pues consiste en el equilibrio y buena
relación de los individuos entre sí y con el Estado, y de las diferentes clases entre sí y con la
comunidad social. Es, pues, la justicia quien rige y determina la vida del cuerpo político,
que es la ciudad. El Estado platónico es la polis griega tradicional, de pequeñas
dimensiones y escasa población; Platón no llega a imaginar otro tipo de unidad política.
Los filósofos son los «arcontes» o gobernantes encargados de la dirección suprema, de la
legislación y de la educación de todas las clases. La función de los vigilantes es la militar:
la defensa del Estado y del orden social y político establecido contra los enemigos de
dentro y de fuera. La tercera clase, la productora, tiene un papel más pasivo y está sometida
a las dos clases superiores, a las que tiene que sostener económicamente. Recibe de ellas,
en cambio, dirección, educación y defensa.” (Marías, 1980, pág. 53)
ARISTÓTELES
ACTIVIDADES
FILOSOFIA MEDIEVAL
(del siglo VI al siglo XV d. C)
«La filosofía antigua había centrado su reflexión en la determinación del objeto, mientras que, como
vemos, la filosofía medieval centró su interés en Dios. Frente a la inicial hostilidad hacia la filosofía
manifestada por algunos de los primeros padres apologistas cristianos, sus continuadores
encontraron en la filosofía un instrumento útil, no sólo para combatir otras religiones o sistemas
filosóficos, sino para comprender los misterios revelados. Surge de ahí una asociación entre
filosofía y el cristianismo, entre filosofía y religión, que pondrá las bases de la futura filosofía
medieval entre cristianos, musulmanes y judíos. Fue una etapa dominada por la patrística y la
escolástica. Se impuso el pensamiento de que: «el mundo, las cosas y el hombre son creaturas de
Dios».
La patrística fue la labor que desarrollaron los primeros Padres de la Iglesia, al redactar obras
exponiendo los argumentos del cristianismo. Ellos fueron los verdaderos iniciadores de la filosofía
cristiana» (GIRALDO, p.40).
San Agustín (354-430 d. C)
Proceso de Conversión
«Llegué a un libro de un tal Cicerón, cuyo lenguaje casi todos admiran, aunque no así su fondo.
Este libro contiene una exhortación suya a la Filosofía y se llama Hortensius. Semejante libro
cambió mis afectos y mudó hacia a ti, Señor, mis suplicas e hizo que mis votos y deseos fueran
otros. De repente, apareció a mis ojos viles toda esperanza, y con increíble ardor de mi corazón
suspiraba por la inmortalidad de la sabiduría, y comencé a levantarme para volver a ti». SAN
AGUSTÍN: Confesiones, III, 4. […]
«Y miré de paso -así lo confieso- aquella religión que siendo un niño, me había sido
profundamente impresa en mi ánimo y, si bien inconscientemente, me sentía arrebatado hacia
ella. Así titubeando, con prisa y ansiedad, cogí el libro del apóstol San Pablo. Y lo leí todo entero
con mucha atención y piedad. Entonces como rociado por esa feble luz se me mostró tan radiante
el semblante de la Filosofía, que me sentí capaz de mostrar su hermosura». SAN AGUSTIN,
Contra Académicos, II. 2.
A partir de entonces este buscador se sintió encontrado por Dios, a quien en adelante había de
consagrase por entero, antes y después de su conversión y de su posterior sacerdotal y episcopal.
[…]
Más, ¿qué hacer para llegar a Dios, al Amado? No es posible llegar a Dios si no es por medio de la
interiorización, de ahí su aserto:
«No vayas fuera, vuelve a ti mismo. En el hombre interior habita la verdad. Y si encontraras
mutable a tu propia naturaleza, trasciéndete también a ti mismo». SAN AGUSTIN: Acerca de la
verdadera religión, 39, 72.
Dios ilumina al hombre interior, aquel que profundiza tanto en sí mismo que encuentra en el fondo
de sí mismo a quien realmente es fondo de sí mismo. Dios mismo. Sólo volviendo sobre sí mismo
encuentra –quien busca- el fundamento de su amor. […]
El orden sociopolítico
Pero los hombres no siempre usan bien su libertad, con lo que introducen desorden en la ciudad de
los hombres, por contraposición al orden propio de la ciudad de Dios. Para San Agustín la libertad
humana se halla amenazada por la corrupción de la naturaleza que lo inclina hacia el mal, mientras
que la Gracia le lleva hacia una libertad orientada hacia el bien […] San Agustín entendía la
Historia como una lucha entre las dos ciudades. […]
«Dos amores fundaron, pues, dos ciudades, a saber: el amor propio hasta el desprecio de Dios, la
terrena, y el amor de Dios hasta el desprecio de sí propio, la celestial. La primera se gloria en sí
misma, y la segunda en Dios». SAN AGUSTIN: La ciudad de Dios, XIV, 28
[…]
ACTIVIDADES
4. ¿Cómo llegó San Agustín al cristianismo? ¿Fue una conversión racional o afectiva?
[…]
5. Según este filósofo ¿qué significa la libertad en los seres humanos? Relaciona el concepto
de libertad con el problema del mal.
COMENTA LA FRASE SIGUIENTE
«Ama y haz lo que quieras; porque si amas rectamente, cuanto hagas será bueno». SAN AGUSTIN
ANÁLISIS DE TEXTO
«No hubo, pues, tiempo alguno en que tú no hicieses nada, puesto que el mismo tiempo es obra
tuya. Mas ningún tiempo te puede ser coeterno, porque tú eres permanente, y éste, si
permaneciese, no sería tiempo. ¿Qué es, pues, el tiempo? ¿Quién podrá explicar esto fácil y
brevemente? ¿Quién podrá comprenderlo con el pensamiento, para hablar luego de él? Y sin
embargo, ¿qué cosa más familiar y conocida mentamos en nuestras conversaciones que el
tiempo? Y cuando hablamos de él sabemos sin duda qué es, como sabemos o entendemos lo que
es cuando lo oímos pronunciar a otro. ¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé;
pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé. Lo que sí digo sin vacilación es que sé
que si nada pasase no habría tiempo pasado; y si nada sucediese, no habría tiempo futuro; y si
nada existiese, no habría tiempo presente. Pero aquellos dos tiempos, pretérito y futuro, ¿cómo
pueden ser, si el pretérito ya no es él y el futuro todavía no es? Y en cuanto al presente, si fuese
siempre presente y no pasase a ser pretérito, ya no sería tiempo, sino eternidad. Si, pues el
presente, para ser tiempo es necesario que pase a ser pretérito, ¿cómo decimos que existe éste,
cuya causa o razón de ser están en dejar de ser, de tal modo que no podemos decir con verdad
que existe el tiempo, sino en cuanto tiende a no ser?» SAN AGUSTIN: Confesiones, XI, XIV
Cuestiones
IDEAS FUNDAMENTALES
1. La Edad Media no es túnel que sirve para pasar de la Antigüedad a la Edad Moderna.
2. En la Edad Media se da una fuerte preponderancia del hecho religioso, cuyos caracteres
básicos son: primacía del Misterio, sentimiento de finitud y de culpabilidad, preeminencia
incondicional de lo divino.
3. La identidad cristiana surgió ante el hecho de revelación de Dios en Cristo.
4. Los cristianos buscan dialogar con las corrientes platónicas y aristotélicas de la filosofía
griega.
5. La fe y la razón entablan una relación estrecha y no incompatible, frente a la opinión de
autores como [San Agustín] Max Scheler. De todos modos, hablar de Dios tiene sus
límites, como lo muestra la Teología negativa. Sin embargo, ello no impide intentar la
demostración de la existencia de Dios.
6. San Agustín, anterior a la Edad Media, prefigura en su preocupación por remodelar el
diálogo entre la fe y la razón, asumiendo categorías de corte platónico: primacía del amor,
búsqueda desde la interioridad iluminadora donde se muestra que toda iluminación viene en
última instancia de Dios, afirmación del innatismo de las ideas, exaltación del orden como
manifestación de paz, de moralidad y de cosmovisión sociopolítica que culmina en la
afirmación de la Ciudad de Dios.
(GARCIA, 1996, pp. 113-124)
Aquino piensa que es posible demostrar la existencia de Dios, y que el procedimiento más
adecuado es partir de los seres que existen en el mundo natural hasta llegar a la causa inicial
que originó el primero de todos los antecesores.
2ª vía: Parte de que hay «causas causadas» para terminar en la existencia de una «Causa
incausada».
3ª vía: [inspirada en Avicena] Constata que existen seres contingentes –que existen, pero
pueden dejar de hacerlo- y llega a la conclusión de que debe haber un Ser Necesario, que no
puede no existir, necesario por sí.
4ª vía: [de inspiración platónica] Parte de que hay seres con diversos grados de perfección, para
concluir afirmando que ha de haber un Ser Sumamente Perfecto.
5ª vía Constata el orden que podemos descubrir en el mundo natural y termina atribuyéndolo a
la existencia de una Inteligencia Ordenadora». (GIRALDO, p. 41)
Actividades
Imagínate rodeada de Sócrates, de Tomás de Aquino, de los grandes Filósofos que estas
estudiando. Ellos acaban de invitarte a una gran reunión para debatir sobre lo divino y lo
humano. Prepara tu discurso desde la perspectiva de inicios del siglo XXI ¿Qué les dirías?
(GARCIA, 1996)
FILOSOFÍA MODERNA
“CARACTERÍSTICAS DE LA MODERNIDAD
Se denomina “Modernidad” a todo el conjunto de ideologías que tiene como aspecto central la
imposición de la razón como verdadero impulsor del desarrollo de la humanidad; todo esto
con el objetivo de forjar al ser humano como un sujeto racional y, por tanto, libre e individual.
De ahí que los pensadores modernos rechazarán la sumisión ideológica a las instituciones
eclesiásticas. […]
Aquel rechazo libera al hombre europeo de algunas ataduras político-religiosas, lo que
conlleva a proponer modelos políticos dónde el ser humano se debe gobernar únicamente bajo
el amparo de la ley, norma que, al expresar precisamente la racionalidad del hombre, es
sinónimo de justicia. […]
[…]
Al concebir la razón como el principio rector del desarrollo para mejor, estos pensadores
tendrán una actitud optimista frente a la historia de la humanidad. En general, estarán de
acuerdo con que las sociedades podrán solucionar sus problemas en tanto se sometan al
imperio de la racionalidad. Esta actitud promoverá tanto el surgimiento de teorías que hablan
sobre el progreso, como valores “inherentes al hombre”: igualdad, dignidad, libertad, por
mencionar algunos.
[…]”
Instituto de Ciencias y Humanidades. (2014), P. 438
- La primera regla es la de la evidencia intelectual. Prescribe que sólo hay que admitir como
ciertas las ideas que se presentan con claridad y distinción a la mente. Este precepto
excluye, por lo tanto, cualquier fuente de conocimiento distinta de la “luz natural” de la
razón.
- La segunda regla, en la que se habla de la división o análisis, prescribe reducir un
problema a los aspectos más simples; consiste en descomponer los múltiples datos del
conocimiento en sus elementos básicos.
- La tercera regla o de síntesis trata del paso de lo simple a lo complejo. Se refiere a la
formación de estructuras cada vez más complejas: partiendo de los principios conocidos
intuitivamente, podemos deducir el resto de proposiciones, de modo que cada una se sigue
necesariamente de la anterior.
- La cuarta regla o de revisión prescribe hacer enumeraciones de los pasos que se van
dando. Con ello se trata de no perder de vista ningún paso en la deducción y garantizar
que no hay saltos o lagunas en la misma.
El resultado de aplicar correctamente las reglas del método es la certeza, definida como estado
intelectual que excluye la posibilidad de toda duda en relación con el objeto de demostración.”
“EMPIRISMO
Corriente filosófica que surge como respuesta al problema del origen del conocimiento,
proponiendo que es la experiencia (interna o externa) la única fuente de conocimiento. El
empirismo se va a contraponer al racionalismo, en el sentido de que parte de la experiencia y
no de la razón misma para llegar al conocimiento.
Las tesis empiristas hallan su desarrollo predominante en Inglaterra, especialmente en las
condiciones históricas que se dieran durante los siglos XVII y XVIII, donde la burguesía,
vinculada al campo de la industria y la técnica, reclama de las ciencias naturales conocimientos
prácticos que surgen de la observación y la experimentación como instrumentos para alcanzar
el progreso y desarrollo.
[…]
Constituye el inicio del idealismo clásico alemán, que reúne a pensadores protagonistas de una
revolución filosófica en su país. Recibe el nombre de criticismo porque representa una crítica
de la razón, tanto en su uso teórico como en al práctico. De lo cual resultará, como rasgo
fundamental suyo, una conciliación entre empirismo y racionalismo.
Tesis centrales
- Según Kant, cuatro son las preguntas fundamentales que han de plantearse en filosofía:
¿qué puedo conocer?, ¿cómo debo obrar?, ¿qué me cabe esperar? Y ¿qué es el hombre? A
la primera responde su teoría crítica del conocimiento; a la segunda, su ética formalista; a
la tercera, su concepción racionalista, natural y agnóstica de la religión; y a la última, su
antropología e ideas sociopolíticas e históricas.
- Sólo podemos conocer los fenómenos de la realidad, es decir, la forma y el modo cómo se
nos presentan. La cosa en sí misma (noúmeno) es incognoscible. El conocimeitno
auténtico se limita a la experiencia y al ámbito fenoménico. El conocimiento es un
constructor de la conciencia, mediante las formas puras de la sensibilidad (espacio y
tiempo) y los conceptos puros del entendimiento (categorías), sobre la base de las
impresiones que proporciona la realidad en sí (noúmeno).
- Debemos obrar guiados por una moral autónoma e incondicional, es decir, no porque
esperamos algo a cambio (recibir una recompensa o evitar una sanción) sea esta material o
espiritual. Hay una ley moral en nuestra conciencia que nos exige de manera tajante,
necesaria, sin condición alguna: obra siempre como si la máxima de tu acción debiera ser
erigida por tu voluntad en ley universal.
- La existencia de Dios y la del alma inmortal no pueden ser probadas ni racional ni
empíricamente: son indemostrables. Pero debemos actuar como si realmente existiesen.
La fe consiste, pues, en un estado de la razón en la cual esta conscientemente acepta lo
que es inaccesible para el entendimiento. Así, la religión se enmarca dentro de los límites
de la razón, tiene propósitos morales. La moral no debe basarse en la religión, es ésta la
que se fundamenta en la moral.
- Rasgo exclusivo del hombre es su racionalidad y libertad: la facultad de autodeterminarse,
es decir, de otorgarse un carácter, una naturaleza, un modo de ser, tanto individual como
colectivamente, dado que el hombre es también sociable. El destino del hombre será
hacerse miembro de una sociedad civil universal, un ciudadano del mundo.
Obras: Crítica de la razón pura, Crítica de la razón práctica.
[…]
MARXISMO
Es una concepción del mundo que plantea una transformación radical de la sociedad. Comprende
las teorías filosóficas, sociales y económicas desarrolladas inicialmente por Carlos Marx y Federico
Engels, continuadas por intelectuales y políticos como Lenin
VOLUNTARISMO
Corriente filosófica irracionalista que coloca a la voluntad como realidad primera y a la razón en
segundo plano.
[…]
Friedrich Nietzsche (1788-1860)
Basándose en una amplia crítica a los valores morales y religiosos de Occidente, su filosofía deriva
paulatinamente hacia la voluntad de poder como principio que lo abarca todo en la naturaleza, en el
desarrollo del espíritu, del individuo y la sociedad. Para Nietzsche, detrás de toda moralidad se
esconde una secreta voluntad de poder: el amor es un combate y el matrimonio es una dominación.
Considera que en la historia de la humanidad se presentan dos tipos de moral: la moral del amo
contrapuesta a la moral del esclavo, esta última propone valores de sometimiento, igualdad y
misericordia para todos los seres humanos. Estos valores no permiten alcanzar el ideal de Nietzsche,
según el cual la meta de la humanidad no ha de ser la elevación de todos, sino la cultura de los
individuos mejores y más fuertes. La meta no ha de ser la humanidad, sino el superhombre.
Obras: Así habló Zaratustra, Más allá del bien y del mal, Ecce homo, La voluntad de poder.”
ACTIVIDADES
“[…]
[…]”
FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA
LA FENOMENOLOGÍA
El método fenomenológico de Husserl
“La fenomenología es una corriente filosófica puramente especulativa. Husserl, en efecto,
no cita una sola vez a Marx en toda su obra. Tampoco hace la más mínima alusión a Freud,
padre del psicoanálisis. Aunque sin duda alguna no pudo sustraerse a los acontecimientos y
a las teorías de su época, especula Husserl desde la pura teoría, sin referencia a la praxis
inmediata, pues, toda su obra, en lugar de atenerse a la superficie de esa realidad en sus
hechos concretos, trata de explicar por qué y cómo se produce la realidad, qué sentido tiene
[…].
La fenomenología es antes que nada un método, o mejor, una actitud filosófica. Es una
actitud, por lo demás, nada nueva. Es la misma que llevó a Sócrates a afirmar “sólo sé que
no sé nada”, a Descartes a la duda como punto de partida, a Kant a prescindir de todo lo
sabido hasta él, y así sucesivamente. En realidad, lo que Husserl busca es renovar la duda
metódica, tratar de repensar lo ya pensado y dotarlo de mayor profundidad.
Verdaderamente, en esto consiste buena parte de la filosofía: en volver sobre las huellas de
lo ya andado, en regurgitar como rumiantes en el otro estómago lo ya deglutido. La
filosofía es rumia constante. De ahí la lentitud de sus avances, y lo continuo de sus dudas.
En definitiva, el llamado método fenomenológico más que un método es realmente una
actitud, una forma de situarse ante lo real profundo.
Epojé: “Colocamos entre paréntesis todas y cada una de las cosas abarcadas en sentido
óntico por esa tesis y así, este mundo natural entero, que se encuentra constantemente para
nosotros ahí delante, seguirá estándolo constantemente, como realidad de que tenemos
conciencia (aunque lo coloquemos entre paréntesis)
Si así lo hago… no por ello niego este mundo, como si yo fuera un sofista, ni dudo de sus
existencia, como si fuera un escéptico, sino que practico la epojé fenomenológica, que me
cierra completamente todo juicio sobre existencias en el espacio y en el tiempo.
Así pues, desconecto todas las ciencias referentes a este mundo natural, por sólidas que
parezcan, por mucho que las admire por poco que piense en objetar lo más mínimo contra
ellas; yo no hago absolutamente ningún uso de sus afirmaciones válidas. De las
proposiciones que entran en ellas y, aunque sean de una evidencia perfecta, ni una sola
hago mía, ni una acepto, ni una me sirve de base, bien entendido, en tanto se la tome tal
como se da en estas ciencias, como una realidad sobre realidades de este mundo”.
Husserl, E. (1962) Ideas relativas a una fenomenología pura y a una filosofía
fenomenológica. FCE. México. Pág. 32.
“Y… entonces preguntamos, manteniendo estas desconexiones en su claro sentido, qué es
lo que entra evidentemente en el fenómeno ‘reducido’ entero. Ahora bien, en la percepción
entra, justo, también esto: tener su sentido noemático, su ‘percepto en cuanto tal’, por
ejemplo: ‘este árbol en flor que está ahí en el espacio’ –entendido como indican las
comillas–, justo el correlato inherente a la esencia de la percepción fenomenológicamente
reducida. Dicho con nuestra imagen: la ‘colocación entre paréntesis’ que ha
experimentado la percepción impide todo juicio sobre la realidad percibida (es decir, todo
juicio que se apoye en la percepción no modificada o que acoja en sí la tesis de ésta). Pero
no impide juicio alguno que diga que la percepción es consciencia de una realidad (cuya
tesis no debe ser conllevada a cabo); ni impide, en absoluto, describir ‘esta realidad en
cuanto tal’ que aparece en la percepción, con los modos especiales en que se tiene
entonces conciencia de ella, por ejemplo, justo en cuanto percibida, como algo que
aparece ‘por un lado’, en tal o cual orientación, etc. Con minucioso cuidado tenemos que
atender a no hacer entrar en la vivencia nada más que lo realmente encerrado en su
esencia y a no ‘hacerlo entrar’ sino exactamente tal como de suyo ‘entra’ en ella”
Husserl, E. (1962) Ideas relativas a una fenomenología pura y a una filosofía
fenomenológica. FCE. México. Pág. 90.
EL EXISTENCIALISMO
“El existencialismo es llevado por su concepto de existencia a intensificar la polémica
contra el racionalismo, tanto contra el kantiano como contra el hegeliano. La existencia
como singularidad, como personalidad se yergue como protesta (como sucede ya en
Kierkegaard) contra la razón universal, válida para todos y por ello negadora de lo que en
cada uno es singular. Tanto frente a la razón geométrica como frente a la humanidad
kantiana, identificada con la racionalidad, y a la dialéctica del Espíritu de Hegel, el
individuo, con sus ansias y sus esperanzas, con sus sentdo de la vida y de la muerte, con su
problema profundo de salvación o de perdición, queda anulado y absorbido, neutralizado y
sin ser oído: sus llamadas no reciben mensajes, sus preguntas no obtienen respuesta. Pero
sería unilateral y erróneo polarizar las relaciones idealismo–existencialismo en la
polémica estéril y en la oposición absoluta. En primer lugar, no todo el idealismo es
hegeliano y, en segundo, incluso en el mismo Kierkegaard, no se trata de una polémica
antidialéctica, sino de contraposición de una dialéctica a otra; por tanto, el irracionalismo
propio del existencialismo debe ser entendido como una reacción contra el sistema lógico
que todo lo comprende y todo lo explica, sentido de intolerancia por el fallido
reconocimiento de la individualidad irreductible, por la inautenticidad de la razón
racionalista que no traduce la autenticidad de la existencia concreta”.
Sciacca, M. (1961). La filosofía hoy. Barcelona: Luis Miracle
Jean Paul Sartre
“…nos encontramos frente a dos modos de ser radicalmente distintos: el del Para-sí que es
lo que no es y que no es lo que es, y el del En-sí. Nos preguntamos, entonces, si el
descubrimiento de estos dos tipos de ser no terminaba en el establecimiento de un hiato
que escindiera al Ser, como categoría general perteneciente a todos los existentes, en dos
regiones incomunicables, en cada una de las cuales la noción de Ser debería ser tomada en
una acepción originaria y singular.
Nuestras investigaciones nos han permitido responder a la primera de esas preguntas: el
Para-sí y el En-sí se encuentran reunidos por una conexión sintética que no es otra cosas
que el propio ‘para sí’; el ‘para sí’, en efecto, no es sino la pura nihilización del En-sí; es
como un agujero de ser en el seno del Ser.
…El Para-sí no tiene otra realidad que la del ser la nihilización del ser. Su única
cualificación le viene de ser nihilización del En-sí individual y singular y no de un ser
general. El Para-sí no es la nada en general, sino una privación singular; se constituye en
la privación de este ser.”
Sartre, J. (1982). El ser y la nada. Madrid: Aguilar. Conclusión 1
La existencia precede a la esencia
En el ser humano la existencia precede a la esencia, es decir, el ser humano no posee una
esencia o naturaleza común a toda la especie y, en tal sentido, nos viene a decir Sartre que
los seres humanos no son, sino que se hacen, existen. Recuérdese para los griegos, para los
medievales, para los ilustrados e incluso para los marxistas, las personas poseían una
verdadera naturaleza: la naturaleza humana; y dichas doctrinas, basándose en esta
naturaleza, de una u otra manera, fundamentaban los deberes y los derechos, las
aspiraciones y la conducta de los seres humanos, la justicia y la injusticia, lo que los seres
humanos debían hacer o evitar; en pocas palabras, su propia naturaleza servía de guía al ser
humano en todos los órdenes de la vida. Pero puesto que para Sartre el ser humano carece
de naturaleza, su vida se torna en problema insoluble, carece de sentido y orientación y, en
último término, se encuentra destinada al fracaso, “los hombres mueren y no son felices”,
según se pone de manifiesto ya desde el título de sus obras: la náusea, las manos sucias, a
puerta cerrada, etc.
El existencialismo como humanismo
“el existencialismo no es nada más que un esfuerzo por sacar todas las consecuencias de
una posición atea coherente. No busca de ninguna manera hundir al hombre en su
desesperación. pero si se llama, como hacen los cristianos, desesperación a toda actitud de
incredulidad, en ese caso parte de la desesperación inicial. El existencialismo no es tanto
un ateísmo, en el sentido en que se extenuara en demostrar que Dios no existe. Más bien
declara: aunque Dios existiera, esto no cambiaría. No es que creamos que Dios no existe,
sino que pensamos que el problema no es el de su existencia. Es necesario que el hombre
se encuentre a sí mismo y se convenza de que nada puede salvarlo de sí mismo, ni siquiera
una prueba valedera de la existencia de Dios. En este sentido, el existencialismo es un
optimismo, una doctrina de la acción y solo por mala fe, confundiendo su propia
desesperación con la nuestra, es como los cristianos pueden llamarnos desesperados”
Sartre, J. (1992). El existencialismo es un humanismo. Barcelona: Edhasa. Pp. 60,71
Los límites de la libertad
“estoy condenado a existir siempre más allá de mi esencia (fuera de mi esencia), más allá
de los móviles y de los motivos de mis actos: estoy condenado a ser libre. Esto significa
que mi libertad no posee otros límites que ella misma o, si se prefiere, que no somos libres
de dejar de ser libres. En la medida en que el para-sí quiere enmascararse su propia nada
e incorporarse el en sí como su verdadero modo de ser, intenta también enmascararse su
libertad”
Sartre, J. (1982). El ser y la nada. Madrid: Aguilar. Vol. III. Pág. 644.
Actividades
1. ¿Qué se entiende por existencialismo?
2. ¿Cuáles son los principales problemas del existencialismo?
3. ¿Qué significa el Ser para el existencialismo
4. Según el existencialismo ¿existen problemas universales?
5. Según Sartre ¿Qué relación existe entre el en sí y el para sí?
Trascendencia
Jaspers rechaza tanto la religión como al ateísmo. En cuanto a la religión y su rechazo sus
fundamentos se centran en la proclamación autoritaria y garantía que la religión da sobre
las experiencias de la trascendencia y porque mantiene la idea de un más allá que es otro
mundo. Considera que la trascendencia es una vista total del mundo. Es un misterio de la
existencia. No hay demostración posible y eficaz de la existencia del trascendente, más allá
de las demostraciones fundadas en la razón o de las demostraciones dadas por las sagradas
escrituras. El mundo es un "texto secreto" que es únicamente inteligible para la existencia
personal y por cada cual para sí mismo.
Solo hay fe en el SER EN SI, ya que es la que sostiene y orienta el esfuerzo de SER UNO
MISMO y esta fe se encuentra en los límites del logro y del fracaso. El fracaso no debe
llevarnos a la pasividad, ya que debe hacer posible la actividad misma, se debe creer en
algo para hacer cosas. En el mundo, en la historia, en las relaciones con otros hombres, en
el sufrimiento, en la familia, en la amistad, en la ley y en las presiones es que se puede
llegar a realizar el YO PERSONAL.
Los tres órdenes del ser (ESTAR AHÍ, SER UNO MISMO, y EL SER EN SI), se limitan,
se rompen y se interpretan el uno al otro. Cada uno es falso salvo en relación con otros. Por
todo esto es que esta manera de interpretar los tres órdenes del ser es la pista para alcanzar
el sentido tanto de la Filosofía como de la vida. "El hombre no es un ser racional: se hace
racional, cada vez más, en la existencia concreta de cada día"
http://textosfil.blogspot.pe/2012/01/karl-jaspers-filosofia-de-la-existencia.html
POSITIVISMO LÓGICO
El punto de partida del Círculo de Viena se encuentra en el análisis y discusión del
Tractatus Lógico–philosophicus que básicamente fue considerado como la “biblia” del
movimiento. Pues una de las tesis fundamentales que promueven, que estaba en el contexto
de la problemática de la lógica de la ciencia, estaba ya discutiéndose en la etapa del primer
Wittgenstein. Sostienen que la filosofía debe distinguir entre lo que es ciencia y lo que no
lo es; en tal sentido consideran que se debe elaborar un lenguaje común a todas las ciencias.
Sus máximos representantes son, el físico Moritz Schlick, el matemático Rudolf Carnap, el
lógico matemático Friedrich Waismann, el sociólogo Otto Neurath y el filósofo y
bibliotecario Victor Kraft. En el caso de Karl Popper y Alfred Ayer tuvieron una relación
más esporádica con el círculo. Esta asociación tuvo un revés; por el surgimiento del
nazismo el grupo se dispersó, muchos migraron a Inglaterra y Estados Unidos. No obstante,
por la influencia de Rudolf Carnap, Otto Neurath y Charles Morris se retoma la iniciativa y
alcanzó gran éxito. El positivismo lógico fue una de las corrientes filosóficas más
influyentes durante la primera mitad del siglo XX, junto a la metafísica continental alemana
y francesa, su influencia se extendió a otros movimientos que se enmarca en un contexto
más amplio que hoy se conoce como filosofía analítica. Sin embargo ello no significa que
sigue vigente. Por el contrario. El círculo se terminó desintegrando para nunca más poder
reunirse otra vez. Esta herencia hoy sigue vigente sólo en el sentido del surgimiento de una
rama de la filosofía que se acepta considerarla como la filosofía de la ciencia.
Desarrollo
La filosofía analítica es una corriente heterogénea que comprende diversos grupos,
tendencias o filósofos y que en conjunto afirman que la filosofía tiene una tarea
fundamental, el análisis del lenguaje, es esclarecer los problemas, los conceptos filosóficos
y científicos.
Una de las características fundamentales es hacer un viraje de la preocupación de la
filosofía tradicional a un nuevo modo de filosofar. Ahora la problemática no es plantear un
enfoque metafísico, sino formas concretas acerca de la problemática del análisis del
lenguaje, ahora se trata de construir lenguajes artificiales.
Esta problemática específica consiste en privar a la filosofía como una concepción del
mundo, reducir la filosofía a una metafilosofía a un análisis de formas y modos de entender
la responsabilidad filosófica con un nuevo enfoque, remplazando la tradicional
preocupación por una investigación lógica y lingüística de la filosofía sobre el campo de la
ciencia.
Esta situación se origina con las reflexiones que Wittgenstein plantea. El pensamiento del
primer Wittgenstein y el segundo Wittgenstein se caracterizan en función al Tractatus
Lógico–philosophicus e investigaciones filosóficas, respectivamente. En el primer texto,
cuya introducción lo redacta su maestro Bertrand Russell, resalta la responsabilidad que
tiene la filosofía frente al análisis del lenguaje. Además considera que el mundo está
formado por hechos atómicos que pueden representarse por proposiciones atómicas. Sobre
esta base surge el segundo libro en el cual se plantea que la comprensión del lenguaje está
en la objetividad. Es imposible separar el significado de las expresiones de uso. Es decir
que tales expresiones no pueden hacerse sino en un lenguaje determinado, en un lenguaje
vivo.
En el contexto del desarrollo de la filosofía analítica, existen varias corrientes,
mencionemos dos de ellas, el atomismo lógico y el positivismo lógico. La primera plantea
una crítica a la lógica tradicional y monista. Sostiene que el mundo está compuesto de
entidades independientes y aisladas. Sus máximos representantes son George Moore,
Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein. Fundamentalmente Wittgenstein plantea una
salida a los problemas que aún no estaban resueltos respecto de la matemática, la ciencia y
la filosofía. En este último campo, afirmaba que la filosofía no es un saber, sino una
actividad, cuya finalidad no es sino aclarar las proposiciones. A partir de ello surge el
círculo de Viena.
La otra corriente es el positivismo lógico. Una De las principales propuestas es afirmar que
existen dos tipos de proposiciones, las analíticas y las sintéticas; las primeras se
caracterizan por su forma lógica, es decir implica su verdad o falsedad desde el punto de
vista a priori; las segundas, su verdad o falsedad se determina a partir de su validez a
posteriori. Significa que no pueden ser verdaderos ni falsos, a menos que puedan ser
verificados. Sus más representativos personajes están en el Círculo de Viena y Kurt Gödel.
Principales ideas
El círculo de Viena fue una asociación que sirvió de núcleo ideológico organizativo para lo
que llegó a denominarse el Positivismo Lógico o Neopositivismo. Se desarrolló entre los
años 1922 y 1936. Las personas allegadas eran científicos que se interesaron por darle un
fundamento a la ciencia. Afirmaban que entre la ciencia y la filosofía existía una distinción.
La ciencia habla con legitimidad y sentido acerca de la realidad extralingüística;
consideraban que la ciencia es logoteórica, es decir, verbal y teórica, pues su función
principal es la representación lingüística o simbólica, la cual debe ser adecuada a la
realidad.
Por otro lado, la filosofía es una actividad secundaria metalingüística; su tarea fundamental
es el lenguaje y el discurso de las ciencias; tiene como tarea fundamental la de esclarecer,
unificar, sistematizar y analizar el lenguaje científico. A partir de esta autolimitación se
puede tener una actividad filosófica de manera “seria” y “científica”. Su mayor instrumento
es la lógica formal. Según Alfred Ayer la filosofía es un análisis riguroso del discurso que
la ciencia produce para hablar de cosas materiales.
El positivismo lógico considera que la función del lenguaje es descriptiva y apunta a la
representación verdadera de lo real. En tal sentido la filosofía ha privilegiado esta función.
Sin embargo desde antaño no ha sabido ejercerla correctamente; quien lo ha hecho bien es
la ciencia moderna. Por tal razón consideran que existe una concepción limitativa del
lenguaje que se debe tener en claro y asumir una distinción para que la filosofía pueda
desenvolverse bien. Por ello aseveran que existe una distinción entre lo que tiene sentido y
la falta de sentido, entre enunciados analíticos y enunciados empíricos, entre enunciados
realistas y enunciados metalingüísticos y, además, entre lo informativo y lo emotivo.
Entre el sentido y la falta de sentido, se afirma que solo tiene sentido un enunciado que sea
verificable de tal modo que pueda ser verdadero o falso. Quien hace tal propuesta es Moritz
Schlick, plantea e principio de verificabilidad: el significado de una proposición se
confunde con el método de verificación. Un enunciado no verificable no tiene método de
verificación, por ejemplo, los enunciados metafísicos, religiosos y estéticos carecen de
sentido.
La división entre los enunciados analíticos y empíricos se dice que la verdad de un
enunciado se da a través de la demostración o de la experiencia. Los enunciados analíticos
se dan por demostración, son los lenguajes formales, lógicos matemáticos, se caracterizan
por la coherencia lógica del lenguaje, se da de modo a priori. Es decir, el análisis del
enunciado garantiza la verdad. En cambio los enunciados empíricos se dan por la
experiencia. Es la confrontación con los hechos extralingüísticos los que permiten su
verificación. En este caso son a posteriori, son los enunciados de la ciencia de la naturaleza.
No obstante existe una diferencia marcada, mientras los primeros no aportan información
nueva y están desprovistas de contenido como las tautologías, los segundos sí aportan
información sobre la realidad fáctica extralingüística. Pero de todos modos todo enunciado
con sentido pertenece a una de estas categorías. No existen enunciados que informen acerca
de la realidad y al mismo tiempo sean verdaderos a priori e independientes de la
experiencia sensible; por ejemplo las verdades metafísicas o los enunciados sintéticos a
priori.
Respecto de la división entre enunciados realistas y metalingüísticos, todo enunciado
provisto de contenido y sentido refiere de un objeto identificable. Estos objetos son de dos
tipos, los no lingüísticos y los lingüísticos. Los no fácil lingüísticos tienen enunciados
realistas y los lingüísticos tienen enunciados metalingüísticos. En muchos casos es muy
fácil distinguirlos. Por ejemplo si se dice esta manzana está verde refiere de un enunciado
realista, pero si se dice “verde” es un enunciado calificativo es un enunciado
metalingüístico. No obstante en el campo de la filosofía es un tanto difícil la distinción.
Pues algunos enunciados realistas pueden ser enunciados metalingüísticos, por ejemplo, el
bien es siempre preferible. Entonces surge la problemática acerca del bien, puesto que ello
no existe como tal en la realidad, sino como un ente abstracto cuya representatividad se da
sólo dentro de un contexto enunciativo. En consecuencia, es importante distinguir los
enunciados metalingüísticos con apariencia realista y reformularlos de tal modo que quede
despejada la distinción y explicar que se refiere a palabras mas no a cosas.
Por último la división entre lo informativo y lo emotivo. Existen dos discursos, el cual por
su criterio apofántico, tiene la cualidad de ser verdadero o falso, por tal razón debe evitar lo
emotivo, el cual no tiene sentido para ser considerado como verdadero o falso. Por ejemplo,
al presentarse un caso emotivo, se debe reformular hacia lo informativo. “no debías haber
robado”, en su reformulación simplemente sería “has robado”. Esta reacción a las reglas
morales respecto de situaciones descriptibles solo expresa emociones positivas o negativas.
Si se quiere abordar desde la filosofía o la ciencia, sus usos lingüísticos no tienen interés
alguno. No obstante, como reacción crítica se resalta que el positivismo lógico tiene una
postura inflexible frente a la subjetividad, propia de una sociedad comunicadora. Ello
explicaría su falta de compromiso con la sociedad misma.
Actividades
1. ¿Qué se entiende por positivismo lógico?
2. ¿Quiénes son sus principales representantes?
3. ¿Qué influencias tienen los dos textos principales de Wittgenstein?
4. Explicar brevemente en qué consiste el Círculo de Viena.
Bibliografía
AYER, (1981). El positivismo lógico. México: FCE.
KRAFF, V. (1966). El Círculo de Viena. Madrid: Taurus
WITTGENSTEIN, L. (1975). Tractatus Logico-Philosoficus, Madrid: Gredos
POSMODERNISMO
Se entiende por “posmodernidad” aquel lapso de tiempo, tan reciente como apenas
estrenado, que viene después de la modernidad (1789-1989): revolución francesa-caída del
muro de Berlín)
“el proyecto de la posmodernidad, formado por la ilustración, consistió en intentar
desarrollar una ciencia objetiva, una moralidad y leyes universales y un arte autónomo,
acorde con su lógica interna. Al mismo tiempo, este proyecto pretendía liberar los
potenciales cognoscitivos de cada uno de estos dominios de sus fuerzas esotéricas. Los
filósofos de la ilustración querían utilizar esta aculturación de cultura especializada para
el enriquecimiento de la vida cotidiana, es decir, para la organización racional de la vida
social cotidiana.
Los ilustrados creían que las artes y las ciencias no sólo promoverían el control de las
fuerzas naturales, sino también la comprensión del mundo y del yo; el progreso moral, la
justicia de las instituciones e incluso la felicidad de los seres humanos. El siglo XX ha
demolido ese optimismo. La diferenciación de la ciencia, de la moralidad y del arte ha
llegado a significar la autonomía de los segmentos tratados por el especialista y su
separación de la hermenéutica de la comunicación cotidiana. Esta decisión es el problema
que ha dado origen a los esfuerzos de negar la cultura de los expertos. Pero el problema
subsiste: ¿habríamos de tratar de asirnos a las intenciones de la Ilustración, por débiles
que sean, o deberíamos declarar a todo proyecto de la modernidad como causa perdida?”
Habermas, J. (1985) La modernidad. Barcelona: Kairos. Pág. 28 y ss.
¿Qué nos queda del proyecto, de la ilusión que elaboraron los ilustrados? Según el
pensamiento posmoderno muy poco o casi nada. En este sentido, dicho pensamiento puede
ser considerado como posmodernidad cansada. Ilustración fracasada, y por ende
movimiento conservador. En su escrito La Modernidad: un proyecto inacabado, Jürgen
Habermas (que no se resiste al ocaso de la modernidad) clasifica de “conservadurismo
contemporáneo” a los siguientes grupos:
a) Premodernistas de cuño veteroconservador. Tratase de aquellos a quienes molesta que
se hable de disgregación o fragmentación de las perspectivas de la gran razón.
b) Antimodernistas conservadores. Los cuales seguirían todavía apelando a algún principio
globalizador, totalizante, para explicar los fenómenos humanos, aunque no se tratase de
un principio racional sino también irracional (por ejemplo, Niezsche, Bataille, Foucault o
Derrida)
c) Posmodernistas neoconservadores. Son aquellos que verían únicamente en la ciencia la
solución a las cuestiones de racionalidad, abandonando todos los demás valores al ámbito
de la vida privada, definiéndose como apolíticos o neutrales.
Algunas características fundamentales del posmodernismo son:
BIBLIOGRAFIA
Hesíodo. (1978). Teogonía. Madrid: GREDOS S.A.
Marías, J. (1980). Historia de la Filosofía. Madrid: Revista de Occidente.
Garcia, O. (1996). Historia de la Filosofía. 2° de Bachillerato. Madrid: Mc GRAW-
HILL/INTERAMERICANA DE ESPAÑA, S.A.