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ACUSACIÓN
. a) Resumen de los hechos: El 11 de febrero de 2014, en la Ciudad de
México, a las 23.20 horas, Antonio Álvarez Gómez ingresó a la casa
habitación de Virginia Vélez Suárez y Valdemar Rosas Fernández, a
quienes amagó con un cuchillo y les obligó a entregar sus carteras;
luego se dio a la fuga.
Nos gritó que no hiciéramos nada. Yo sólo quería que se fuera y se lo dije.
Él respondió diciendo “denme sus carteras y no les hago nada.”
Mi esposa me pasó su cartera. Yo saqué la mía, que tenía unos $2,000.00
pesos adentro. Le di al ladrón las dos, diciéndole que nos dejara en paz.
Me miró y empezó a hacer ademanes con la navaja, como si me fuera a
apuñalar. Yo solamente me quedé mirándolo. Luego de unos segundos, se
fue.
Después de eso, de inmediato le llamé a la policía que llegó en unos 5 o 10
minutos, y a quien informé que un ladrón nos había robado y acababa de
huir de la casa. Di una descripción de él: de unos 40 años, 1.75, 75 kilos,
pantalones jeans, y chaqueta roja. Su pelo era crespo y largo.
[Indigente, 34 años]
Yo no tengo nada que ver con esto. Soy un indigente y suelo dormir en el
albergue San Francisco que está cerca de la central de autobuses de
Observatorio. Iba caminando hacia allá la noche del 11 de febrero de 2014,
y pasé por unos basureros de una colonia de viviendas muy ricas. Allí hay
buenas cosas, a veces. Bueno, aproveché y vi un par de carteras. Bueno, no
había dinero adentro, pero pensaba venderlas y tal vez las tarjetas de crédito
y las identificaciones, también. No sé, pero quería aprovechar la situación
de alguna forma.
Sé que me acusan de meterme en la casa de esas personas y de robo. Soy
drogadicto, y necesito dinero, pero no estoy tan loco como para hacer algo
así.
La poli me llevó a una casa cerca del basurero donde había encontrado las
billeteras y me sacó del vehículo. Vi entonces a un señor parado enfrente de
la casa, quien dijo algo como “es él.” La poli habló con ese señor durante
unos segundos, me metió de nuevo al vehículo, y luego me llevó a la
estación de policía.
Cuando llegamos, la policía me dijo algunas cosas de mis derechos. Yo no
quería hablar con ella y dije que quería hablar con un abogado. Luego se
fue, y aquí estoy, pero no hice hada.