ACTIVIDAD II – FICHA DE EJEMPLIFICACIÓN

- Sugerencias para padres y madres:

o Buscar en la medida de lo posible resolver los conflictos de manera democrática,
para evitar imponer el modelo autoritario, que produce muchas consecuencias
negativas en la vida del niño. Los límites que provienen de los padres muchas
veces están influidos por su estado de ánimo concreto en un momento dado.
Esto puede disminuirse si se trabajan los conflictos en base a la comunicación y
la democracia, escuchando lo que tiene que decir cada parte en conflicto y
tomando una decisión entre todos, que respete la dignidad de cada persona.
Cuando con esta base se resuelven los problemas, el niño puede entender las
consecuencias de sus actos, no como fruto de la arbitrariedad de una autoridad,
si no como parte de una “causa- efecto”. Por ejemplo, si un niño pelea
violentamente con su hermano y su padre o madre autoritariamente lo obliga a
gritos a disculparse, el niño o niña aprende tácitamente que la violencia es
válida, siempre que seas el más grande. Pero si el padre o madre se sienta
conversar, escucha ambas partes y logra hacer entender a cada parte que la
violencia no solucionó el problema si no que lastimó a una persona, es más
posible que la disculpa surja por simple razonamiento de los niños.
o Trabajar la empatía, para poder buscar lo que necesita el niño o niña en sus
necesidades y no las de los padres, entendiendo que es importante no sustituir
el contacto personal con aparatos, o golosinas. Siendo que lo que necesita una
persona para su correcto desarrollo es un vínculo estable y para desarrollar
correctamente sus apegos, pasar tiempo de calidad y cantidad necesaria es
mejor que sustituirlos con juguetes, golosinas o pantallas les brindará mejores
condiciones de desarrollo, aunque nos parezca difícil, brindará mejores frutos.
El hecho de escuchar atentamente, mirar a los ojos, preguntar como se siente,
o simplemente acompañar puede brindar una mejor relación de padre o madre
– hijo que comprarle el ultimo juguete de moda. Lo mismo en cuanto
rendimiento escolar; en lugar de prometer el último modelo de coche a control
remoto si el niño saca buenas notas, orientarlo treinta minutos diarios con sus
deberes escolares o leer con él o ella, tendrá mejores resultados a largo plazo,
tanto en la relación como en su desarrollo personal.

o Poner límites en el consumo, sabiendo que los niños responden a la publicidad,

no solo queriendo el juguete en cuestión: no solo quiere ese robot o esa
muñeca, quiere la felicidad que ve en los niños que aparecen en los comerciales,
quiere el reconocimiento de sus pares al presumir el coche o su valoración, pues
todos lo tienen. Esto refleja que si el niño o niña tiene: una carencia en su vida
afectiva, cree además que su valor reside en lo que tiene que en lo qué el mismo
és. Lamentablemente esas son creencias que se manejan en la sociedad, pero
no nos hacen ningún bien a ninguna persona, más bien crean un círculos viciosos
que es necesario romper. Poner límites entendiendo esto es posible, pero se
debe trabajar entendiendo esas necesidades de los niños y no dejándolos sin
supervisión frente a las pantallas. No que deba evitar su exposición a los medios
o a la publicidad, pero si explicarle que la publicidad no busca brindar felicidad,
sino vender más un producto, por ejemplo.
 - Sugerencias para el trabajo en el aula:
o Ser consistentes: para que nuestras reacciones sean previsibles, que el
estudiante sepa cuáles son las consecuencias de sus actos, buenos o malos y
que sepa que puede contar con el docente como una figura estable. Muchas
veces la atención que un estudiante recibe en su hogar ha sido errática,
inestable y poco confiable, el estudiante crece y se acostumbra a la inseguridad
sin desarrollar mecanismos adecuados de reacción. Por ejemplo: un día se
levanta tarde y su padre se da cuenta, lo regaña moderadamente. En otra
ocasión pasa lo mismo, pero su padre que esta frustrado por el trabajo le grita
bastante descargándose con él. Una tercera ocasión, el padre que esta con
resaca y no le dice nada. El estudiante no puede procesar esa variación, estará
a la defensiva en cualquier situación o en el extremo contrario empezará a
ignorar a sus padres, pues “están locos”, experiencia que empezarán a transferir
a cualquier otra figura de autoridad. Como docentes ser consistentes en nuestro
modo de actuar puede brindar mayor seguridad a las y los estudiantes para que
dejen de preocuparse (consciente o subconscientemente) en de la reacción o el
humor del docente y en su lugar estarán más tranquilos para poder
concentrarse en aprender, por lo menos durante las clases.

o Acompañar sus procesos con empatía: Teniendo en cuenta su desarrollo, ya que

muchas veces podemos exigir que actúen como adultos cuando aún no lo son.
El proceso de desarrollo genera muchas reacciones equivocadas de las que
aprenderán si se les da la oportunidad de hacerlo. Por ello es importante no
etiquetar, sino más bien estimular para que puedan superar sus fallas,
equivocaciones y errores. Ponerse en el lugar del estudiante también nos
ayudará a generar procesos de enseñanza aprendizaje más significativos, al
tener en cuenta intereses y necesidades de acuerdo a sus etapas de desarrollo.

o Plantear los limites siempre teniendo en cuenta la integridad del/ la estudiante.

Las y los estudiantes con frecuencia, debido al modo autoritario de disciplina
imperante pueden estar acostumbrados al mismo y “aprovecharse” cuando se
les da más libertades. Pero solo será así por el tiempo en que se acostumbren a
ello. Si se persiste y se les muestra las consecuencias de sus actos, si ellos llegan
a ver que en realidad si se mantendrán las formas democráticas en la disciplina,
teniendo en cuenta sus opiniones y decisiones, podrán desenvolverse más
responsablemente dentro de ellas. Siendo así los límites podrán ser entendidos
y respetados por que serán decisiones democráticas que ellos entienden son
para el beneficio de ellos mismos y/o el grupo.

En resumen, si los docentes podemos ser consistentes en cuanto a nuestra actuación, si

podemos mostrar empatía y poner límites de manera democrática, tendremos mejores
resultados dentro del aula, máxime si se puede tener la colaboración de padres y madres o
cuidadores. No es posible excluir por completo el consumo exagerado de tecnología y otros
consumos nocivos en el aula sin la colaboración de la familia, pero si se puede concientizar de
las consecuencias e promover que se tomen decisiones mas sanas.