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5 puntos para escribir Novelas Ligeras

Hola a Todos! Vuelve Dante Locke con un interesante tema,


quizá algunos aún no se animan a participar de la Ligth Time
Cup, es lo normal, y quizá otros tantos tienen una exagerada
confianza en sí mismos, eso también es normal.
La novela ligera es un genero por sí mismo, los lectores
sabemos que esperar: una lectura cómoda que se da por sí
sola, situaciones de comedia, acción, descripciones no
detalladas, pero lo suficiente para darnos una imagen de lo
que pasa.
Sin embargo, el adaptar un género como la novela ligera a
nuestros países de habla hispana, no es tarea fácil como
algunos se piensan. No es solo describir las situaciones como
si pasaran en un anime o demás. Nada de eso. Sigan estos
pequeños puntos y se darán cuenta de cómo hacer una
efectiva novela ligera:

 1. La Novela ligera se vale de imágenes: Sí, esta se


vale de algunas imágenes que ahorran descripciones y
explicar algunos términos que no todos podrían
entender. Esto ahorra al autor describir algunos
personajes, y sus vestimentas. Claro que no es muy
bueno depender mucho de ellas y dar una ligera
descripción de esas imágenes.
 2. La voz de la novela ligera es la primera persona:
No es una regla general, pero la gran mayoría de las
novelas ligeras manejan esto. Esto porque de esa forma
el autor puede introducir comentarios en la situaciones y
acciones de los personajes. Es importante no darle
mucha libertad a los pensamientos del personaje
narrador, pues se comete el típico error de creerse un
héroe con pensamientos como este “Sé que cualquiera
en mi situación hubi ese huido, pero no, no podía
quedarme sin hacer nada”. Vamos, ese pensamiento ya es
tan normal en los animes y novelas japonesas que se ha
vuelto un cliché bastante molesto. Si vas a narrar la
historia con varios personajes, asegúrate de denotar el
cambio de personaje, que no sea en medio de los
capítulos, sino que cada narrador tenga un capitulo
abierto y cerrado. Esto evita las confusiones.
 3. La Novela ligera evita las onomatopeyas: Sí,
algunas pueden tenerlas, pero es algo muy mal visto en
la literatura occidental, por lo que hay que suavizar un
poco eso. Sonidos y risas explicitas quedan mal en los
diálogos, nada cuesta introducirlas como parte de la
narración:

Incorrecto:
—¡¡¡Ahhhh!!!! ¡Shunta-kun, eres lo peor!
—¡Jajajaja! ¡Así es!
Correcto:
—¡Ah…! –gritó Eiko mientras se tapaba con la falda—. ¡Shunta-
Kun, eres lo peor!
—¡Así es! –dije mientras me tiraba la risotada, ella era siempre
tan descuidada.
 4. La Novela ligera está en presente: Esto tampoco
es una regla general, algunas imitan deliberadamente el
estilo occidental y se escriben en pasado, o puede que
una gran confusión haya hecho que los traductores
mezclasen tiempos, por lo general, en las correcciones
que he hecho con Lanove y CCF la gran mayoría de estas
tienen tiempos mezclados, pero predomina el presente.
Escribir en presente brinda ciertas comodidades y
ventajas: evita errores, pues rara vez se acentúa, capta
la atención del lector y es práctico porque permite un
uso más natural del pasado y futuro. Claro, eso
significa que el autor debe estar al tanto de no meter
narración en pasado, luchando contra el instinto natural
humano de contar una historia en pasado.
 5. La novela ligera no da giros bruscos: Escribir
una novela ligera no significa escribir algo corto y que
la historia debe reducirse. De hecho es lo contrario, las
novelas ligeras son muchas veces más pesadas que las
lecturas occidentales, esto porque trabajan en
desarrollar la historia gradualmente, incluyendo escenas
que podemos juzgar de relleno nos sirven para conocer
a los personajes. Involuntariamente la novela ligera
debe estar llena de otras pequeñas tramas mientras se
desarrolla la trama mayor.
 La credibilidad en la ficción

¿Qué pensarían de una historia donde alguien tiene la habilidad


de volar y nunca se explica el porqué o de otra donde, en un
mundo como el nuestro, alguien cruza New York en cinco
minutos? Pensarían que los sucesos no son creíbles,
¿verdad? Y eso es de lo que vamos a hablar hoy, sobre la
credibilidad en la ficción, no confundir con la realidad, que yo
la defino como algo distinto, más adelante explicaré.
A esto a lo que yo le digo credibilidad se le suele llamar
verosimilitud. Pero yo no usé esta palabra debido a que la
verosimilitud significa: similar a la verdad. Entonces yo
prefiero usar esta palabra para aquellas historias que se
acercan a la realidad o verdad que conocemos. Pero no
todas las obras de ficción son así; por lo tanto para fines de
este artículo le llamaré: credibilidad.
¿Qué es la credibilidad?
Bueno, como ya di a entender arriba y como su nombre lo
dice. Es que una historia pueda ser creíble para el lector.
Cada universo ficticio tiene sus reglas definidas, reglas que tú
tienes que establecer a la perfección y que tú debes de
conocer mejor que nadie. Aunque bien, hay universos ficticios
cuyas reglas son las de nuestra realidad, por lo tanto aquí
no se debe de definir nada, sólo se debe de respetar las
reglas ya conocidas.
Las reglas que definamos las tenemos que dar a entender, de
manera implícita o explícita, lo suficientemente bien para que el
lector las entienda y las tenga en mente. Se debe de sumergir
en ellas y poder entender la realidad del universo que está
leyendo.
Y ahora viene lo importante, ya con nuestras reglas definidas,
cualquier evento o situación que hagamos debe de entrar en
las reglas de ese mundo y si no entra, debe de haber una
justificación lo suficientemente creíble.
Imaginemos un mundo donde todos puedan volar, y en el sale
un personaje que no puede hacerlo, ¿por qué no puede
hacerlo? Si no tiene razón, no es creíble; si la sabes
justificar, se vuelve creíble.
Si creas una ciudad debes de tener consiente cosas como la
densidad de la población, la longitud y la relación entre estas
dos cosas. No puedes decir que en una ciudad de 1,485km2 y
9,000 millones de habitantes, todos los habitantes tengan una
casa espaciosa de dos pisos, por poner un burdo ejemplo.
Si creas una plaga que destruirá la humanidad, ¿por qué la
destruirá?, ¿cómo se comportará?, ¿cómo llegará a todas
las personas? Todo esto lo debes de pensar para volver tu
historia creíble.
Bien, espero este punto se haya entendido sin necesidad de dar
más ejemplos.
La diferencia con la realidad
Como dije arriba, yo uso el concepto de realidad para otra
cosa y es bastante parecido al que uso para la verosimilitud.
Y es que las situaciones se acerquen a la realidad que
conocemos, al acercarse a la realidad que conocemos,
pensamos que son reales. Los más claros ejemplos son las
historias de amor, todo lo sucedido pasa en un mundo bajo
las reglas del que conocemos, por lo tanto las
consideramos reales y que pueden estar sucediendo en este
momento.
Aquí hay algo que me gustaría destacar, puede una historia
tener una realidad creada por nosotros, donde definamos
sus reglas. Pero si los personajes son humanos, sus
actitudes deben de ser reales para nosotros, deben de ser
actitudes que hayamos visto en la vida real, para así poder
creerlas. Y esto es de lo que más valor le da a una historia,
que las actitudes de los personajes sean reales, o al menos
creíbles.
¿Nuestra realidad o una nueva realidad?
¿Qué es mejor usar nuestra realidad o crear una nueva
realidad? Bien, todo depende del tipo de historia que quieras
hacer. No puedes hacer una historia de fantasía épica usando
nuestra realidad. En cambio una historia de romance se puede
suscitar en un ambiente que use nuestra realidad, o en otro
que le creemos una realidad diferente.

¿Qué es más fácil? Contrario a lo que muchos pensarían, es


más fácil usar una realidad inventada, ya que es nuestra
realidad, tenemos la libertad de modificarla a su antojo,
aunque bien puede estar basada en la realidad que
conozcamos, puedes justificar sucesos irreales para nuestra
realidad y que sea reales en esa realidad. Claro está es más
laborioso crear una nueva realidad, en el aspecto de pensar
las reglas que reinarán. Aunque por otro lado, es también
laborioso usar nuestra realidad, pero más por la tarea
investigativa que implicaría escribir sobre un lugar que no
conozcamos, por ejemplo.
Yo por mi parte prefiero crear mis propias realidades, sobre
la realidad que conocemos. Así tengo una base, pero al mismo
tiempo tengo libertad de modificar lo que quiera, sólo
justificándolo de manera correcta.
Antes de concluir, me gustaría hacer especial énfasis en
historias irreales e no creíbles. Generalmente se usan en el
género de la comedia, y son historias donde su encanto es lo
absurdo de la misma, al igual que la posible escases en la
realidad creada para la misma.
Sería todo de momento, espero que este artículo les haya
gustado, acepto cualquier opinión o comentario, que como
leyeron arriba, muchas cosas las escribí sólo desde mi
opinión.
Estructura de los diálogos
Un problema frecuente en las personas que están empezando
a escribir en el género narrativo (o a veces hasta de
personas que ya llevan años escribiendo) es la correcta
estructuración de los diálogos. A veces este problema
persiste por demasiado tiempo, ya sea por pereza o por falta
de conocimiento sobre el tema. Por lo que en este artículo se
hablará sobre la forma correcta de estructurar un diálogo
en el género narrativo.

El problema más frecuente cuando me pongo a leer escritos


en el foro TGZ: Historias y Fanfics, en algunos grupos de
Facebook o hasta en páginas más especializadas como Wattpad,
es la falta de correcta estructuración de los diálogos de
personajes. Por lo que a pesar de recomendar generalmente
la entrada del blog de «Cómo escribir correctamente», he
decidió hacer este artículo orientativo donde ahondaré en
este tema y en otros relacionados.
La raya
Antes que nada hay que comprender que para los diálogos se
usa el guion largo, o mejor llamado raya (―) y no el guion
corto (-) como con frecuencia algunos suelen usar. Este
carácter no está predefinido en la mayoría de los programas,
pero se puede implementar de una manera no muy difícil.
¿Cómo escribir la raya (―)?
Dependiendo del sistema hay distinta manera de escribirlo, de
una forma no muy práctica, para Windows es con «Alt + 151» en
el teclado numérico, pero para otros sistemas varía, podemos
ver la forma en los demás sistemas y en algunos programas
en Wikipedia.
Mi programa predilecto para escribir es Scrivener, en este
programa la raya te la sustituye inmediatamente al ingresa
dos guiones seguidos (--). Sin embargo en otros programas
no es tan fácil, aunque se puede configurar de la misma
manera.
En Word, que es el programa más usado por la mayoría,
podemos ir a «Insertar» > «Símbolo» > «Más símbolos…» ir al
subconjunto «Puntuación General» y seleccionar el carácter
«Em Dash» (—), el cual tiene el número 2014. Ahí mismo
podemos configurar los accesos rápidos.
La primera opción es «Autocorrección», en donde podemos
ingresar una serie de caracteres que al ser ingresados
inmediatamente se cambiarán por el carácter de raya;
generalmente usan dos guiones (--) o tres guiones (---).
La otra opción es «Teclas…», en donde podemos añadir una
combinación de teclas que nos servirán para ingresar este
carácter, en algunas versiones de Word ya viene configurada
la combinación «Atr gr + -», yo en cambio prefiero «Ctrl + -»,
al final dependerá de cómo prefieras usarlo tú.
«Em dash» u «Horizontal Bar»
Hablando específicamente de Word tenemos un problema que
sólo se presenta en este programa, ya que cuando la raya
aparece al final de una línea, esta se considera como otra
palabra de la palabra a la que está junta, cosa que está mal.
Algunos (contándome a mí), por la misma razón preferimos
usar el carácter de nombre «Horizontal Bar», que en la
sección de símbolos está al lado de «Em Dash», este carácter
se ve, en la mayoría de las fuentes, igual que el «Em Dash» y
se comporta de la manera correcta al final de las líneas, por
lo que yo recomiendo el uso de «Horizontal Bar», sobre «Em
Dash».
Estructura de los diálogos
Después de entender como insertar el carácter correcto,
vamos al punto en cuestión: ¿cuál es la estructura correcta
de los diálogos?
Vamos con el tipo de diálogo más sencillo:
―Pedro, ¿cómo has estado?
En este ejemplo sólo vemos un diálogo de una línea, sin
intervención del narrador. Aquí podemos destacar la primera
regla importante: El texto inicial del diálogo va pegado al
carácter de raya.
Vamos con un ejemplo más extenso:
―Muy bien, Juan ―respondió efusivamente mientras se
levantaba de la mesa.
Es esta línea vemos un elemento más. Palabras del narrador,
o como prefiero llamarle: intervención narrativa. La
intervención narrativa sirve para indicar las acciones del
personaje en cuestión o de otro personaje dentro de la
misma línea del diálogo, esta se marca usando la raya. Aquí
podemos destacar otra cosa importante: La raya de la
intervención narrativa va separada por un espacio del texto del
personaje y va pegada del texto del narrador.
Aquí mismo podemos destacar que cuando el texto del
personaje no continúa y la línea termina con la intervención
narrativa, la línea en cuestión terminará en punto y aparte, sin
cerrar la intervención con otra raya como ocasionalmente
algunos lo hacen.
Extendamos este mismo ejemplo para ver el siguiente punto
importante:
―Muy bien, Juan ―respondió efusivamente mientras se
levantaba de la mesa―, ¿y tú?
Aquí podemos ver el caso de cuando el texto del personaje
continúa, en este caso se cierra la intervención narrativa y
aquí podemos observar algo importante que se aplicará en la
mayoría de las veces: el signo de puntuación que debería de ir
antes de la intervención narrativa, pasa al final de ésta, pegada
a la raya, en este caso es la coma, pero también puede ser un
punto y seguido, dos puntos, punto y coma, etc. También hay
que decir que cuando antes de la intervención va una pregunta,
al final de la intervención se debe incluir el signo de
puntuación correspondiente, ya sea coma o punto y seguido.
Pero como dije, esto no siempre es así, hay un caso especial
que es menos frecuente verlo en textos narrativos, pero que
es de igual importancia. Veamos la siguiente línea:
―No entiendo nada de lo que dices. ―Golpeó la mesa―.
¡Explícame!
Bien aquí vemos que contrario a lo que se ha dicho en la
parte anterior, esta intervención narrativa tiene un punto y
seguido antes de la intervención narrativa y otro después.
¿Cuál es la diferencia de ambos puntos? Pues es simple, que
en los primeros caos la intervención narrativa tiene una
relación directa con el texto del personaje, pero en los
segundos no. O sea, que cuando la intervención tenga relación
con verbos derivados de «decir» o «pensar», caen en el primer
caso; y cuando esta intervención sea algo diferente, o una
acción como tal, se cierra la oración antes de la intervención y
se coloca además punto después de esta.
Cayendo en el caso de los signos de puntuación, el caso de
los tres puntos (…) difiere un poco. Ya que este puede ir
antes de la intervención narrativa para indicar pausa, aun así,
llevará signo de puntuación después de la intervención.
Algunos ejemplos de esto serían los siguientes:
―No puede… ―comenzó a decir pero se quedó callada al
percatarse de la sorpresa.
―Qué demonios… ―Saltó hacia atrás al ver eso―. Esto no
puede ser así.
Creo que con esto cubriría lo más importante con respeto a
los signos de puntuación y la estructura general de los
diálogos, ahora vayamos a algo más.
¿Cómo hacer un diálogo de más de una línea?
En algunos textos que he visto, he notado que para hacer un
texto de más de una línea, inician otra línea de diálogo, cosa
que es incorrecta ya que da a entender que un segundo
personaje está hablando. También he visto que simplemente
dan salto de línea, cosa que también es incorrecta porque da
a entender que ya es un párrafo de narrador.
Entonces, ¿cómo se hace esto? Sencillo. Se da un salto de
línea y se inicia la siguiente línea con un cierre de comillas.
Ejemplo:
―No sabía qué hacer, los perro me seguían por el campo y
yo corrió por salvar mi vida ―contaba mientras lloraba―,
seguí corriendo y mis piernas comenzaron a doler… [más
texto]… caí al suelo.
»Desperté horas después ―continuó―… [más texto]… y así
llegué aquí.
Es un ejemplo cortado, bien puede tener más líneas, cada una
iniciando con un cierre de comillas. Para este ejemplo usé
comillas angulares («»), pero ustedes pueden usar comillas
inglesas (“”), siempre y cuando sea cierre de comillas.

Creo que sería todo sobre el tema. Cualquier duda,


comentario o corrección, favor de decirla. Espero este
artículo haya sido de ayuda en lo que respecta a este tema.
¿Les gustaría que hablara de algo más? Escríbanlo en los
comentarios.
Si les funcionó, compártanlo con sus amigos.
Nos estamos leyendo.
Experiencia para escritores
Para ser escritor, tal como para otros oficios del género
(editor, crítico, corrector) no se necesita una especialidad o
no hay un estudio concreto para “Titularse” oficialmente como
ello. Escritores pueden ser quienes quieran y se dediquen a
ello.

“La practica hace al maestro”


Esto en la escritura es una gran verdad, para saber escribir,
hay que escribir. Aunque es una verdad a medias, puesto que
para desarrollar un estilo es fundamental leer, y estar
dispuesto al cambio. Si toda tu vida has escrito en modalidad
“Obra teatral” (lo que en lo personal detesto pues ni
siquiera llega a ser el estilo real de las obras dramáticas)
pues estás condenado a la mediocridad por no lanzarte por
un estilo más narrativo y versátil. Experimentar fuera de
nuestra “zona de confort” e intentar cosas nuevas mantendrá
la creatividad y el talento en constante crecimiento.

Eh ahí donde la duda surge: ¿Donde consigo esa experiencia?

Se tienen múltiples opciones, pero la peor es guardarte lo


que escribes para ti mismo. Antes la escritura era un arte
solitario, actualmente es algo colectivo. De hecho, libro que
no tiene presencia en internet es prácticamente invisible. Por lo
que publicar una historia en la web es buena manera de
adquirir experiencia, ya que los lectores contribuirán en el
desarrollo de la historia y del mismo autor.
Es un consejo que damos en el foro y que se ha repetido
por aquí por lo menos un par de veces: No es buena idea
publicar en internet la historia que más aprecies. Eso solo
causará problemas, pues a la hora de presentarla a alguna
editorial, ellos se darán cuenta de que ya está publicada en
la red y no pueden costearse perder dinero por algo como
eso. Más bien tómatelo en claro y si vas a poner una historia
en internet busca sea solo para la internet y entrega todo
de ella al público. El entregar obras no te generará
ganancias, claro, pero te dará experiencia y lectores, lo que
es una gran recompensa.

¡Foros, Blogs, Revistas y Concursos!


Sí, todo esto te ayudará. Pero es la constancia que le
dediques lo que realmente determina tu crecimiento. Los
foros y los Blogs son esencialmente herramientas amplias de
difusión, pero al mismo tiempo son Sociales. <<Lee este
articulo para más información>> El escuchar las opiniones de
tus lectores y hasta cierto grado “aplicarlas” te permitirá
escribir una historia que guste a las personas. Pues tus
lectores se volverán en un ejemplo de opiniones de las
masas, por lo que a entre más personas complazcas con lo
que escribes significa que tienes el potencial de llegar a más
gente.
Presentar tus trabajos a alguna revista literaria es también
una forma de ganar experiencia. Recuerda que hay muchísimas
revistas literarias, tanto físicas como online que siempre
están abiertas a colaboraciones nuevas. Es eso en gran parte
algo positivo que podemos añadir a nuestro curriculum de
escritor. Claro, que hay que ser conscientes e informarse
bien lo que la publicación pide; los géneros que maneja la
revista (nosotros nos enfocamos en la Ciencia Ficción y la
Fantasía) y la periodicidad con que piden nuestra participación.
Mandar escritos fuera del contexto de la revista en cuestión
es asegurarse la no publicación. Una revista de cuentos
románticos (por dar un ejemplo), por más bueno que sea
jamás aceptará un cuento de ficción o de terror, puesto que
salen del contexto. El publicar en una revista es ocasión para
desarrollar relación con otros autores, y conseguir a los
primeros lectores de nuestro trabajo.
Los concursos son otro punto. El participar en concursos
nos permitirá medir nuestro nivel. Puede darnos gratas
sorpresas así como algunas decepciones, pero es la insistencia
y el ir mejorando lo que nos ayudará.
El código de moral de los lectores/escritores en internet

Saludos gente, presentándose ante ustedes MidnightMoon,


quien a partir de ahora publicará de vez en vez artículos en
el blog.
Esta ocasión hablaré sobre algo bastante importante, pero
que muchos omiten: El código de moral de los
lectores/escritores en internet.
En internet, como en todos los lugares, hay una filosofía,
reglas del negocio, código de moral, o como decidan llamarle.
Son reglas no escritas que varían según la parte del internet
donde te muevas. Así que en esta ocasión hablaré de lo que a
mi parecer sería el código de moral para nosotros como
lectores/escritores. Todo esto es a mi punto de vista, pero
quizá algunas personas puedan tener algunas opiniones en
contra de lo que diga y si es así, pueden expresarlo en los
comentarios.
Por el momento, empezamos:
1. Respeto: Oh bendito respeto, que sería una sociedad sin
el respeto mutuo. A la hora de leer un escrito, publicar
un escrito, dar una crítica o contestar alguna, se debe
de hacer con total respeto. Si lees un texto que no es
de tu agrado, no se vale satanizar e insultar al autor
por eso. Si publicar un escrito no se vale ser arrogante
y pensar que las críticas de los demás no valen a menos
que sean críticas para felicitar, y por lo tanto insultar
o responder mal a aquellos que te hicieron una buena
crítica constructiva. Esta es una regla muy importante.
2. Humildad: Tú como escritor debes entender que tu
historia no es la mejor del universo, yo no digo que no
te sientas orgulloso de ella, pero tampoco que la veas
con un amor ciego. Si alguien te hace una buena crítica es
para ayudarte a mejorar, por lo tanto debes de
aprender a tomarla como es debido y no contestar de
mala gana sólo porque la crítica no haya inflado tu ego.
3. Reciprocidad: Yo te leo, tú me lees. Esto es principalmente
en los foros, redes sociales y demás entre novatos.
Quizá suene más a obligación que a otra cosa, pero si tú
eres un escritor novato, rara vez recibirás lecturas,
pero si muestras interés por las historias de los
demás, también ellos mostrarán interés en las tuyas.
Esto es mutuo, así que si alguien mostró interés en una
de tus historias, tú también deberías mostrar interés
por lo que aquella persona escribe. Este es el principal
engrane que mueve a los foros y demás grupos. Claro
está, mostrar interés no significa hacer las cosas por
compromiso, en otras palabras, no perderás nada con
dar una leída a la historia de otra persona y si no te
atrapa, se te hace aburrida o simplemente no es de tu
gusto, decírselo al autor con total respeto y siguiendo
el siguiente punto.
4. Buenas críticas: Quizá muchos como escritores sólo
esperen comentarios como: «Sigue así», «Me encantó», o
cosas así. Pero déjame decirte joven escritor que este
tipo de comentarios no sirven para otra cosa que para
aumentar tu ego, así que tú como escritor debes de
esperar comentarios desarrollados y que te traten de
ayudar, créelo, el sentimiento cuando tú como escritor
recibes una muy buena crítica y muy bien fundamentada es
asombroso y te sientes al fin orgulloso de lo que has
hecho. Con esto pasamos al tema en cuestión de este
punto, si tu lees un escrito de otra persona, trata de
hacer la crítica más completa que puedas, quizá algunos
no tengan los conocimientos para hacer críticas
desarrolladas, pero al hacerlo lo mejor que puedes,
también podrás esperar criticas así.
5. Compañerismo: La mayoría de los escritores de internet
somos novatos, por lo tanto hay que tener
compañerismo entre nosotros, aun aunque fuésemos
profesionales. El compañerismo hará que conozcamos
personas que nos ayudarán a mejorar como escritores
y a veces como personas.
6. Encuentra tu lugar: No todos los lugares son para
todas las personas. Algunos ambientes son diferentes a
otros, por lo que debes de buscar y encontrar el
lugar, ya sea foro, red social, etc. donde tú te sientas
más cómodo y simplemente dejar por la paz los lugares
donde no te sientas cómodo. No se vale satanizar un
lugar sólo porque tú no te acomodaste en él.
Pues desde mi punto de vista, estos 6 puntos son los más
importantes en la interacción de escritores/lectores en
internet, por lo que son lo que yo llamaría un código moral
de estos mismos escritores/lectores. Quizá ustedes opinen
diferente, o quieran agregar algún punto más, si es alguno de
estos casos dejarlo en un comentario en la entrada del
blog.
Bueno gente, nos leemos otro día.
10 ejercicios para escritores

Ser escritor, al igual que todas las artes, requiere de dos


cosas: «talento» y «trabajo duro». El talento puede no ser
explotado y sólo quedarse ahí, pero el trabajo duro es lo
que realmente hace a un escritor.
Yo no me considero un escritor como tal, apenas soy un
simple aprendiz que espera un día tener el nivel para poderse
llamar a sí mismo escritor, pero de esta manera escribo este
artículo de aprendiz de escritor a otros aprendices de
escritores y escritores por igual.
Estos ejercicios que recomendaré a continuación, son
ejercicios que me han recomendado, he visto o he modificado
para adaptarse a mis necesidades, de igual manera, cualquiera
puede crear ejercicios que le ayuden a mejorar en aquello
que se sientan flojos.
Antes de comenzar, diré que en sí ningún ejercicio tiene
nombre, así que improvisaré uno, quizá salgan unos bastantes
raros o curiosos.
Palabras sueltas
Este ejercicio es lo que solemos hacer en la página de
Facebook de Zona Fantasma. En sí es escoger tres palabras
aleatorias o que alguien te diga tres palabras que escojan y
a partir de esto escribir un texto narrativo. Este ejercicio
sirve para practicar la experimentación y lograr escribir
sobre temas variados de maneras variadas. Yo prefiero hacer
este ejercicio con microrelatos, debido a que es más fácil
trabajar y practicar sobre estos que sobre algo largo,
pero al final, puede ser que salga una historia larga en base
a uno de estos microrelatos que hayan escrito.
Nota: Si lo desean pueden usar un generador de palabras
aleatorias como este: http://www.palabrasque.com/palabra-
aleatoria.php
El acosador
Hay que decir que, como lo mencioné en el artículo de
cualidades del escritor, la observación es una cualidad de las
más importantes, ya que todo lo que pensamos viene de algo
que percibimos con anterioridad. Así que este ejercicio se basa
en eso. Se debe de ir a un lugar público y observar, escoger
una persona de manera aleatoria, ver sus características
físicas, grabártelas, ver lo que está haciendo y de aquí hay
dos variantes. Una es deducir por qué está ahí y que hará
después; y la otra es imaginar en lugar de deducir. La primera
te ayuda para poder entender mejor el comportamiento de
las personas, claro está, nunca podrás saber si lo que
dedujiste era correcto, pero con deducirlo bastará. En
cambio, la segunda te permitirá imaginar situaciones a partir de
un hecho. Sea cual sea que hayas escogido, escríbela en un
texto narrativo y quizá salga algo interesante.
Nota: Procuren que nadie se percate de como los observan o
de como observan a otras personas, puede ser peligroso…
Tu entorno
Otro ejercicio de observación, aunque bastante más sencillo.
Vea su entorno con tranquilidad, estudie cada rincón y
descríbalo. Puede hacerlo en forma de lista o de manera
narrativa. Lo importante es aprender a observar y lograr
percibir cada pequeño detalle.
Los distintos caminos del escritor
Bueno este ejercicio es bastante interesante. Se trata de
experimentar de múltiples maneras. La idea es coger un cuento
o relato, si es propio mejor, leerlo y reescribirlo de
distintas maneras. Jugando con los tiempos narrativos;
cambiando de primera a tercera persona, y viceversa;
cambiando el final; cambiando la historia usando otro género
narrativo y así, como se te antoje. Fíjate una meta, por
ejemplo: hacer 10 versiones diferentes y trata de cumplirla.
Si lo logras, vuélvelo a intentar con otro cuento y con más
versiones y así. Esto te ayudará para lograr obtener
práctica en muchas formas de contar una historia.
Auto-biografía
Aunque no lo crean, una auto-biografía ayuda a entrenar
habilidades. La puedes hacer del estilo que desees, al final es
su decisión.
El investigador
Este ejercicio es un poco laborioso, pero puede dar
resultados muy interesantes. La idea es escoger un evento
histórico del que, de preferencia, se desconozca la mayoría de
los detalles. Ir a investigar en diversas páginas y libros
sobre el hecho, mientras más mejor. Y al final hacer un texto
literario a partir de lo que se investigó. Esto sirve para
practicar la habilidad de investigación y poderla plasmar en un
texto.
Describe la imagen
Otro ejercicio que solemos hacer en Zona Fantasma, en sí la
idea es buscar una imagen en la web, la que sea. Observarla,
examinar cada detalle y luego escribir un texto narrativo
inspirado en la imagen. De igual manera, yo recomiendo que sea
un microrelato.
Siente tu entorno
Este ejercicio es una derivación del descrito un tanto más
arriba. En este se debe de describir un lugar usando todos
los sentidos exceptuando la vista. Cierre los ojos, recorra
el lugar, huela, escuche, sienta; memorice lo que siente; y
después siéntese y escríbalo. Recuerde: la vista no es nuestro
único sentido.
Nota: Tenga cuidado, no se vaya a caer.
Puntos de vista
Este es un ejercicio que permite practicar el hecho de la
empatía del que ya se habló en otros artículos. La idea es
recordar una diferencia de opiniones que hayas tenido con
otra persona y escribir esta desde el punto de vista de la
otra persona. Lo importante aquí es poder deducir qué
pensaba y qué sentía aquella persona en ese momento, sin
importar si tuviese la razón o no.
Se tus personajes
Otro ejercicio de empatía, como hemos dicho, esta cualidad es
muy importante a la hora de escribir personajes ya que para
hacerlos reales te debes de poder poner en sus zapatos.
Por lo que este ejercicio trata de eso, escoge uno de tus
personajes y relata alguna vivencia de él en primera persona,
como si tú fueses él. Lo más recomendable es que el hecho
relatado no tenga que ver con la historia que se está
escribiendo, pudiendo ser éste un hecho de su pasado.

De momento serían todos los que recuerdo o los que se me


ocurren. Recuerden: «El trabajo duro puede superar el
talento», así que nunca dejen de practicar.
Nos estamos leyendo
Pensar en Auto-Publicar

La autopublicación puede parecer a algunos la rendición ante


las editoriales (en muchos casos puede serlo) pero es
también una batalla y un proceso difícil que si se lleva con
cuidado puede tener tantas recompensas como la decisión de
publicar con una editorial.
En tiempos modernos considerar vivir de lo escrito es algo
bastante riesgoso y fuera de la realidad. Los escritores
ganan poco, esa es la cruda realidad y las palabras por
mejor escritas cada vez tienen un valor más escaso. Es en
ese momento en que debemos poner los pies en la tierra y
decir “no viviré de esto, pero no puedo vivir sin ello”.
Escribir debe ser un placer, y los buenos lectores se dan
cuenta inmediatamente cuando algo se hace con por el gusto y
no por el beneficio económico. El autor trasmite parte de sí
mismo en lo escrito, por lo que es fácil identificar obras que
buscan alcanzar un fin, no trasmitirlo. Sí, las historias
trasmiten; ideas, reflexiones, conocimiento o la misma
inspiración. Es una vez que descubres el verdadero deseo que
tienes tras escribir que puedes pasar a hacerlo.
El escritor es hoy una editorial de una sola persona
En efecto, la aventura de la auto-publicación requiere
desarrollar una serie de habilidades más alejadas de la
escritura de la misma historia. Requiere que al terminar le
tomes el tiempo necesario a revisarlo, corregirlo, editarlo,
maquetarlo (muchas veces en una multitud de formatos),
colocarlo en distintas plataformas de distribución y
encargarte de la promoción del mismo tanto en la red como
en tu comunidad. Lo que es más necesario es dar la misma
importancia a cada uno de estos procesos que a la tarea de
escribir la historia, ser el escritor, el editor y el
empresario, todo en un mismo paquete.
El mar de la competencia.
Lamentablemente en la auto-publicación se compite contra toda
cantidad de escritos, tanto buenos escritos por celebridades
y autores de renombre como con novatos que apenas dan una
y tu tarea es destacar de sobre todos ellos, ofreciendo con
claridad algo de interés para el lector.
Lo más fácil es ponerse en el lugar del lector y preguntarse
a uno mismo; ¿qué me animaría a leer está historia en
particular?, ¿es el título lo suficientemente atrayente? Otra
cosa importantes es reunir opiniones, esto mediante publicar
fragmentos en un blog personal, el algún foro o demás,
opiniones que te ayudarán a darte cuenta si lo escrito puede
mejorar.
Por último, por más profesional que se sea es necesaria una
corrección del tipo profesional. Hablamos de que incluso los
autores consagrados pasan siempre por un control de
calidad. Debes tomarte tu tiempo para corregir a detalle el
texto, sobre todo el estilo o en su defecto conseguir quien
haga el trabajo. En internet hay muchas personas que
trabajan en eso a precios accesibles, sin sacrificar la calidad.
Bueno, y finalmente ponerse a ello. Escribir esa historia que
realmente vale algo para ti, ponerte al día con los procesos
de edición y de ser necesario buscar la ayuda y
asesoramiento de los profesionales mientras das el máximo
uso a las herramientas de marketing en la red. Con todo
esto ¡Éxitos!
Próximamente otro de mis compañeros profundizará en el
tema de la escritura comercial, un tema bastante crudo pero
importante.
Cuatro cualidades del escritor

Escribir es un arte, aunque no es un arte por sí solo, ya que


se apoya de herramientas para hacer trabajos dignos de ser
apreciados. Un buen escritor debe de saber escribir bien,
plasmar las palabras de una manera correcta, pero ¿qué hay
antes de eso? Existen cualidades que un escritor debe tener
para poder escribir historias creíbles y que valga la pena
ser redactadas. En este artículo hablaremos de esas
cualidades, aunque no hablaremos de nada referente al hecho
de escribir ni a la actitud del mismo escritor. Cualidades como
la humildad, la buena redacción, entre otras; no se hablarán
en este artículo.
Así que empecemos.
Observación
Un buen escritor debe saber observar. Todo lo que se
escribe viene de algo que ya hemos percibido con anterioridad,
así que ahí radica la importancia de saber percibir bien la
información. Cabe destacar que con «observación», no me
refiero solamente al hecho de «ver», sino también de:
escuchar, sentir, oler y probar. Hablo de la habilidad para
percibir las sensaciones.
Los escritores se inspiran con facilidad de cosas reales,
cosas que pasan; cosas que vemos y que después se
convierten en ideas para concluir como historias.
Ve a un parque cercano y siéntate en una banca, comienza a ver
a la gente pasar, ¿cuántas historias están pasando delante de
tus ojos?, ¿con cuántas podrías hacer grandes historias?
Observa y percibe. Hay muchas personas y muchas historias
interesantes en todos lados, tantas de las que podemos
escribir y al final sólo es cuestión de eso: observar.
Investigación
Un buen escritor debe saber investigar y más si se trabaja
con determinados géneros. Imagínate, ¿cómo podrías escribir
una historia ubicada en la Edad Media si no sabes nada de la
edad media?, ¿cómo podrías hacer una historia ubicada en
Irlanda, sino sabes nada de la cultura y la vida en ese país?
He ahí donde radica la investigación.
Para que una historia sea interesante, debe de ser creíble,
por lo tanto si escribes de un tema, debes de saber sobre
ese tema. Investiga, sobre eso hasta que tengas la suficiente
información para al fin escribir.
Algunos escritores van hasta el lugar donde ubicarán su
historia para hacer más real la tarea de investigación. Y al
llegar a ese lugar ocupan la «observación» para percibir el
entorno, pero no deja de ser de una manera investigativa.
Experimentación
Un buen escritor debe de saber y estar dispuesto a
experimentar. Probar escribir de diferentes formas y en
diferentes géneros, en temas conocidos y en temas
completamente desconocidos. ¿Por qué? Por la simple razón
de estar listo para cualquier cosa que surja en un futuro.
Pero también para encontrar tu zona de confort, ¿cómo
podrás saber cuál es tu área más fuerte, sino has
experimentado con casi ninguna área?
Hay veces que alguien se pasa escribiendo toda su vida un
género y mucho tiempo después se da cuenta que con ese
género nunca se fue bueno, y que en el que en realidad era
bueno, nunca escribió nada entero.
Experimentar es importante para poderte adaptar a todo lo
que venga.
Empatía
No sabía que palabra usar realmente para describir lo que
voy a describir, así que decidí que fuese esta al ser la más
acercada.
Hablo de hecho de poderte poner en los zapatos de lo
demás, saber cómo se sienten y compartir su estado de ánimo.
Pero no ese limita a sólo persona, también debe de ser hacia
tus mismos personajes, saber que sienten y por qué actúan
así, esto sirve para darle más realismo a los mismos.
También hablo de situaciones, poder pensar en que sentirían
determinados tipos de persona en diferentes tipos de
situaciones.
Esta cualidad se refiere a poder ser muchas personas y
sentir muchos tipos de sentimientos.
La lógica del refrigerador
Algo que nunca falta en una historia de ficción se presenta un
fenómeno llamado "Lógica del refrigerador". Este es un
fenómeno que ocurre cuando damos una escena que tiene una
inconsistencia que nadie nota hasta que es varias horas más
tarde y estamos buscando algo en el refrigerador para
comer o beber...
Quizás se deba al hecho de que estamos tan sumergidos en la
trama que no nos percatamos de que lo que pasó no debió
ser así. Quizás la escena fue tan genial, graciosa o dramática
que no nos fijamos en que existían otras salidas.

Ejemplos como: "Hey, ¿cómo llegaron sus amigos con él si


estaba todo cerrado?" o "¿Por qué no usa el arma que usó
contra el tanque al inicio de la película? ¡Fue efectivo allí!"
Esto se debe al hecho de que a veces un escritor no piensa
por anticipado las cosas o cuando hay demasiados elementos
en los cuales prestar atención o sencillamente que no hay
drama si uno decide seguir todo a rajatabla. A veces quizás
lo mejor es tener extremo cuidado de los detalles pero
conforme más larga se hace la historia más dificil se hace
seguir la pista a cada detalle. Mucho peor cuando se
involucran varios escritores porque no solo deben seguir la
pista a sus ideas sino a las de sus compañeros.
Si uno va a usar retcons (es decir, reiniciar la continuidad,
cambiando pequeños detalles sobre la marcha) es propenso a
llegar a esto. También se dan en trabajos que son de larga
trayectoria pues en los últimos episodios, números o libros
podemos encontrar detalles como tecnología, poderes,
conocimientos o revelaciones que hubieran sido de mucha
utilidad en los primeros números, lo que se vuelve más
agravante cuando se revela que tales cosas existen desde
siempre y no son cosas que se conocen desde hace poco.
Otra cosa curiosa es sin duda la cantidad de variantes que
existen de este término, está el "Horror de refrigerador" y
"Brillantez de refrigerador" (nada que ver con monstruos de
refrigerador o uno brillante).

¿Por qué escribimos? 10 cuestionables


razones.
"Hay dos clases de escritores: los que lo son y los que no
lo son. En el caso de los primeros, el fondo y la forma van
de la mano como el cuerpo y el alma; en el caso de los
segundos, el fondo y la forma van de la mano como el
cuerpo y un traje".
Karl Kraus.
Buenos días. Aquí Ryan Stealh con mi primer artículo en el
blog, que espero sea de vuestro interés y agrado. Hoy vengo
a abordar una pregunta que, si bien probablemente muchos
nos hemos planteado antes, pocos habrán sido los que se
hayan atrevido a contestarla.
Bien. Yo tampoco lo haré.
"Como los escribas continuarán, los pocos lectores que en
el mundo había van a cambiar de oficio y se pondrán
también de escribas. Cada vez más los países serán de
escribas y de fábricas de papel y tinta, los escribas de
día y las máquinas de noche par a imprimir el trabajo de
los escribas. Primero las bibliotecas desbordarán de las
casas, entonces las municipalidades deciden (ya estamos en la
cosa) sacrificar los terrenos de juegos infantiles para
ampliar las bibliotecas".
Julio Cortázar.

Las palabras de esta introducción pertenecen al autor Julio


Cortázar, quien en su "Locura por escribir: fin del mundo fin",
aborda el asunto desde un punto de vista un tanto
hiperbólico y distópico, pero que esclarece sin lugar a dudas
un punto muy importante: escribimos porque nos gusta. Y es
que si bien esto podría parecer una nimia obviedad, no es otra
cosa que la base de la explicación. Hay muchas otras cosas
que los seres humanos hacemos por obligación, por deber, o
incluso por satisfacer un instinto básico de supervivencia. Esta
última razón, de hecho, no dista tanto del motivo por el cuál
escribimos. Cualquier escritor que se precie se sentiría morir
si no pudiese ejercer su oficio; la escritura es su vida. Al
mismo tiempo, cualquier lector que se precie "moriría" sin
poder leer sus libros. Esto es un hecho, ¿no? Hay, por
tanto, una relación simbiótica entre los productores y los
consumidores de ficción, incluso si se trata de una ficción
verosímil o de la representación escrita de un hecho, la cual
no pasará en algunos puntos de ser otro tipo de ficción.
Visto esto, pues, aquí va un decálogo de las posibles razones
que han llevado al ser humano a dejar constancia escrita de
sus ocurrencias, reales o imaginarias. Animo al lector a que
realice una selección mental de las que le parezcan más
acertadas, si bien pudieran ser todas... o ninguna:
1. Escribir es una forma de arte, y por tanto hace parte
imprescindible de la huella de nuestro paso por la
Tierra.
2. Escribir es una forma de mantener entretenidas a las
mentes inquietas. Al mismo tiempo, leer lo que las mentes
inquietas escriben mantiene entretenido a otro tipo de
mentes inquietas.
3. La escritura es un buen negocio, ya que se aprovecha de
la necesidad innata del ocio.
4. Ser escritor le da a la persona un atractivo extra ante
los individuos del sexo opuesto o ante las masas
sociales; nos hace interesantes.
5. La escritura establece una relación metafísica entre el
escritor y el cosmos.
6. La escritura es una manera de expresar lo que tal vez
muchos ya sienten, han sentido y sentirán, pero de una
manera única, personal e intransferible del escritor.
7. La escritura fue el primer medio creado para dejar
constancia de hechos históricos importantes, y por tanto
se ha de conservar.
8. Las más importantes aportaciones del género humano al
pensamiento (religioso, filosófico, científico...) se han
transmitido mediante la palabra escrita principalmente. No
hay nada que haga pensar que esto deba cambiar.
9. Cuando todo lo demás falla, siempre tienes un buen libro
para leer.
10. Cuando todo lo demás falla, siempre tienes un buen
libro para escribir.
¿A quién diriges tu obra?

¡Saludos, fantasmas sin rumbo! Bueno, otro artículo dedicado


a los que quieran ser escritores, como pueden ver en el
blog y en la revista he estado haciendo reseñas y también he
estado trabajando en el Sistema de Criticas de la revista,
leyendo con gusto todo lo que nos manden. En verdad que
todo lo que vemos en el sistema es bastante peculiar, incluso
si eres seguidor de nuestra página de Facebook o Twitter y
has comenzado a escribir es posible que yo ya lo sepa.
Sí, soy alguien bastante curioso, y me la paso investigando por
autopublicaciones. Creo que de alguna manera se han vuelto
un vicio para mí. Me gusta leer y aconsejar, sintiéndome en
parte editor. ¡Algunas obras me sorprenden, son simplemente
geniales! Otras son tan profesionales que aburren y otras
son tan despreocupadas que me da ganas de azotar al autor
por su falta de experiencia… claro, claro, no hago nada de
eso. Pero en estos tiempos, hay que estar al tanto a que
publico te diriges, pero dar entrada siempre a todo tipo de
público a la lectura. Me explico:
¿Por qué Crepúsculo tiene tantos fanáticos?
Aún acabada la serie, estoy seguro que se seguirá hablando
de esta saga por mucho tiempo, esto porque supo dirigirse a
un público y mantenerlo, lo mismo se dio con Harry Potter.
Fueron series que supieron dirigirse a un público especifico,
pero siempre dando algo para el disfrute de todo público. A
los que les gustaban los clásicos, podíamos ver toques de
Terramar y Tolkien en los escritos de la autora de Harry
Potter, lo mismo fue con Romeo y Julieta, la clara base de
Crepúsculo.
Por más que les duela a algunos, el hecho es que estas
sagas están diseñadas para llegar a las masas, por lo que
no estoy recomendando copiar la formula, tal y como lo han
hecho muchas series posteriores, si no tomar algo de eso
que sabemos funciona y convertir con eso nuestras historias
en algo más atractivo a un público especifico y también dar
algo al público en general.
Digamos que yo escribo algo de misterio, una
novela policíaca con toques de ficción tal vez. Espero que mi
público sean jóvenes que se dejen atraer por la trama
propuesta, por tanto el lenguaje será intermedio, ni muy
complejo ni muy sencillo. Una narración ligera pero no tan
directa sería lo adecuado para mantener la atención. Esto me
da cierta libertad, si el escrito cae en manos expertas,
personas cultas lo leerán con facilidad, quizá podría
parecerles una buena lectura, pero no algo maravilloso. Lo
mismo si cae en manos de niños, sería algo complicado, lo
leerían con dificultad, pero no sería imposible para ellos
entenderlo un poco y entretenerse.
Lamentablemente lo que he visto es que los escritores de
internet no ven lo necesario de escribir para todo público.
Solo escriben de la forma que les parece mejor, o más
cómoda. Los novatos escriben como se les antoja, llenando
las líneas de onomatopeyas y signos de exclamación. Así harán
reír a alguien más culto y terminarán por ser poco leídos
por ser juzgados de mediocres. Claro, que quienes son más
experimentados en las letras tampoco se salvan de un
error crítico; no serán leídos por escribir de una forma
demasiado compleja.
¿Te has preguntado por qué nadie te lee si escribes mejor
que el 90% de la gente que publica en internet? Sinceramente
tu problema es que eres demasiado profesional. Un prologo
lleno de palabras complicadas, una introducción llena de los
pensamientos filosóficos del protagonista mientras describes
un paisaje simple de manera complicada, no es la mejor forma
de atraer lectores. La mayoría de los lectores de internet
son gente joven, hablamos de personas de entre 12-35 años,
el resto o son niños que juegan o hombres de negocio. Por
lo que debes escribir algo que les cause ganas de seguir
leyendo, ganas de dejar sus vidas atrás por un rato e
introducirse al mundo que propones. Si escribes de forma
complicada pocos te leerán y eso es difícil de encontrar, si
escribes como niño de primaria lo mismo pasa, terminarás
rodeado de un público con mentalidad infantil, ambos casos
son tristes, por lo que hay que escribir para un público
intermedio, lo que es mucho más amplio.
Espero, mi opinión, aunque algo larga te haya hecho
reflexionar. Experimenta, te lo recomiendo, mejora si así lo
deseas, pero recuerda tus raíces, recuerda que no todo el
mundo se lanza por un libro complicado, ni que por escribir
clichés los críticos te matarán. No está de más usar una
formula exitosa siempre y cuando lo hagas de una forma
inteligente. No pienses en sorprender, sino en inspirar, en
sumergir al lector. Con eso en mente y quizá un lenguaje
entre simple y complicado puedas atraer a las masas.
La auto-crítica y el llamado «Efecto Refrigerador»

Buenas noches gente, aquí MidnightMoon de regreso. Quería


publicar un artículo llamado: «¿Cómo crear un universo
complejo y no morir en el intento?», pero lo dejaré para
luego, esta noche hablaré sobre comentarios y críticas, con el
fin de llegar al llamado «Efecto Refrigerador».
Uno como escritor siempre valora los buenos comentarios y
críticas por parte de los demás, siempre es bueno tener un
buen amigo que tenga un punto de vista bastante crítico y que
nos pueda hablar honestamente o como dicen: «sin pelos en la
lengua», esto con el fin de que él sirva como Beta-Reader de
nuestros escritos dándonos un punto de vista neutral sin
importar la amistad. Él será un elemento muy importante en
nuestra mejora como autores, mientras más experimentado
sea este amigo en los temas en cuestión más podremos
aprender de él. Por ejemplo, si conseguimos un amigo que lea
bastante y sepa el uso correcto de las reglas, él nos podría
dar un punto de vista más crítico de lo que le vayamos
mostrando. Claro está, también nosotros debemos poner de
nuestra parte sabiendo aceptar estas críticas y no arruinar
una amistad por cosas así. Este amigo o amigos, se pueden
encontrar en el vida real o en redes sociales o foros, los
foros son plataformas muy comunes para este tipo de cosas,
ya que encontrando la correcta podríamos encontrar una
serie de personas que cumplan las características antes
mencionadas.
Pero siendo sinceros es bueno confiar en los demás y
aprender a recibir sus críticas, pero no siempre podemos
depender de la crítica de aquella persona, un elemento muy
importante en un escritor es la auto-crítica. Quizá se diga
sencillo, pero es algo más difícil de lo que parece. Cuando
terminemos un texto, lo primero que debemos hacer es
leerlo y releerlo, revisar que es lo que nos gusta o nos
disgusta del mismo y qué podríamos mejorar de él. Para
esto yo recomendaría hacerte las siguientes preguntas a ti
mismo: «¿Qué me gusta de mi escrito?», «¿Qué me disgusta de
mi escrito?», «¿Cumple un estándar de calidad mínimo?»,
«¿Qué podrían ver mis posibles lectores en este escrito para
que lo lean?», y así otras preguntas. Tratando de resolver
esas preguntas y otras parecidas podremos criticar y así
mejorar nuestro propio escrito.
Pero no siempre hay que confiar en nosotros mismos,
nuestro juicio se nubla con cosas de nuestra propia creación,
ya que la mayoría de las personas cree que lo que hizo es
una obra maestra y la verdad si pensamos eso de nuestros
escritos nunca mejoraremos como autores, ya que no
podremos auto-criticar nuestros escritos, ni tampoco aceptar
las críticas de los demás.
Es aquí cuando entra el efecto refrigerador, «¿qué es el
efecto refrigerador?», se preguntarán. Pues bueno, así me lo
presentaron a mí, tampoco es que sepa de donde vino o quien
lo inventó, sólo me lo presentaron así. Imaginemos que
cuando terminamos de escribir algo nos sentimos eufóricos
por lo que acabamos de escribir y si lo leemos en ese
momento pensaremos que es asombroso, no podremos hacer
una auto-crítica con la cabeza fría, como se suele decir. Pero
qué pasa si guardamos ese escrito y días, semanas o meses
después lo re-leemos, este ya no nos complacerá de la misma
manera y podremos criticar el texto con mayor libertad. A
eso se le llama el efecto refrigerador, a dejar enfriar
nuestra euforia por algo que escribimos para poder
criticarlo mejor.
Hay personas que no necesitan esto, ya que desde el principio
su juicio es muy crítico para lo que ellos hicieron, y otros
que necesitan menos tiempo para aplicar el efecto
refrigerador, en fin cada persona es un mundo. También está
es una idea que yo tengo, puede ser que otros escritores
tengan ideas diferentes y son totalmente validas, yo sólo
expongo lo que creo y si les agrada y opinan igual pues
excelente, sino pues no hay problema.
Resumiendo, así como la crítica de alguien cercano es
importante para un escritor, también la auto-crítica lo es y
tenemos que aprender a cultivarnos y a adiestrarnos para
hacer auto-críticas cada vez más reales y más completas, esto
a la larga hará que nosotros mismos mejoremos.
¿Cómo salir de la zona de los guiones?

Hey, soy Kenny, soy uno de los redactores de la Zona


Fantasma (solo de nombre en la mayor parte de las
ocasiones), si siguen la revista sabrán que soy un gran fan
del fanfiction, si hay algo que hay que comprender de él, es
que hay bastante escoria en la superficie, hay que pasar por
ella para llegar a la parte interesante. Una de las razones
por la que su lectura suele dificultarse es por su narración,
en la mayoría de los casos es gente que no suele
experimentar mucho con la lectura, tal vez la manera más
común en la que se presenta la narración “novata” es: a forma
de guion, lo que no es malo, pero a la hora de demostrar
emociones se vuelve un poco… inútil. En algunos casos (son
los más temibles en mi opinión) es cuando alguien intenta
ingresar más seriamente en la literatura regular, iniciar de
esta forma no está mal, pero a nadie recomiendo usarla
permanentemente (eso va contigo Death) pues hay mejores
maneras de narrar y que de paso transmiten sentimiento y
proyectan situaciones de maneras mucho más efectivas.
Verán lo que realmente hace de esto un problema (ni tanto
realmente) es que algunas personas (como yo) solemos
pensar gracioso, y podemos convertir cualquier situación en
un cague de risa, aunque la intención del autor no hubiera sido
esa, sino todo lo contrario. Tomemos por ejemplo la
siguiente situación:
(líneas extraídas de: Heart Sacriface, Sacriface 22, usadas con
permiso del autor)
Presentador: estamos en el hospital, esta toda la familia de
Shinji además de sus amigos, mientras que kazumi se encuentra
en un quirófano luchando por su vida, están todos alarmados
nadie sabe que puede suceder, se echan las culpa uno a otros
por este incidente hasta que el doctor sale de la sala
Misha: doctor, dígame ¿Cómo esta mi hija y mi nieto?
Doctor: (muy serio) el bebe está relativamente bien ahora
será enviado a cuidados intensivos y la verdad con solo 6
meses es difícil saber si vivirá y su hija, la operación Salió
bien pero nunca más podrá volver a caminar y gracias a la
intervencion su hija no podrá volver a tener hijos nunca mas
Misha: no….puede…ser… (Se revienta en llantos)
Esto es como se ve la frase a modo de guion, ahora
intentemos darle un poco de perspectiva.
En tercera persona:
Toda la familia de Shinji , además de sus amigos, estaban
reunidas en el hospital, Kazumi se encontraba en el quirófano
luchando por su vida, todos estaban alarmados pues nadie
sabía que iba a suceder, se echaban las culpas unos a otros
por este incidente, eso, al menos hasta que el doctor salió
de la sala.―Doctor, dígame ―dijo Misha, su rostro denotaba
preocupación―. ¿Cómo está mi hija y mi nieto?
―El bebé está relativamente bien, ahora será enviado a
cuidados intensivos ―dijo el Doctor, no había más que
seriedad en su voz, cosa que no tranquilizaba a los
presentes―, la verdad con seis meses es difícil saber si
vivirá. Y en cuanto a su hija, la operación salió bien pero
jamás volverá a caminar y gracias a la intervención, jamás
podrá volver a tener hijos.
―No… ―dijo Misha sin poder contener su llanto―. No puede
ser.

Lo ves, al cambiar solo un poco como decimos algo somos


mucho más específicos en la escena y en lo que siente el
personaje. Aunque no lo parezca, la tercera persona es muy
fácil de usar, y da mucha libertad a la hora de mostrar lo
que queremos… bueno, mostrar. Se puede mostrar lo que
pasa en el grupo protagónico, también lo que pasa kilómetros
lejos de allí, o lo que pasa en la esquina de don francisco y
su bodega.
Aunque también podemos ser mucho más específicos si nuestro
relato es en primera persona, en este caso usare al doctor
como protagonista, aunque en este caso no podré usar las
palabras exactas del narrador.
Primera persona:
Toda su familia está aquí, puede que sus amigos también, ellos
saben que Kazumi está luchando por su vida y aunque ya ha
terminado espero tener la fuerza para decirles esto, aunque
sé que si culparán a alguien, será a mí.
―Doctor dígame, dígame ―empieza la señora Misha, la
preocupación se nota en su voz, una vez más espero tener la
fuerza para decirle esto―. ¿Cómo están mi hija y mi nieto?
―El bebé está relativamente bien ―digo esperando que mi
voz no se quiebre―, la verdad con seis meses es difícil saber
si vivirá. Y en cuanto a su hija… ―Cuando llego a esta parte
veo su rostro cambiar, espero que el mío no lo haga―. La
operación salió bien pero jamás volverá a caminar y gracias a
la intervención jamás podrá volver a tener hijos.
―No… ―contesta ella, no importa cuánto tiempo se tenga en
esta profesión, uno nunca se acostumbra a esta parte, la
parte en la que vez a la familia llorar con las malas
noticias―. No puede ser.

¿Lo ves? Lo único negativo que tal vez tiene la narración en


primera persona es que la misma está atada al personaje,
pues eres tú contado lo que ve, dice y piensa; así que no
puedes mostrar lo que piensan o sienten otros personaje, si
lo que dicen, pero no lo que sienten, aunque si puedes
mostrar lo que ellos aparentan sentir. No suele ser un
problema, pues sabes esto a la hora en la que empiezas a
escribir, además que de la imposibilidad de el no poder
mostrar lo que pasa en otros lugares, le añade algo de
perspectiva al asunto.
En realidad no estoy diciéndole a nadie, que haga las cosas de
esta forma, aunque la comodidad a la hora de escribir es
importante, también lo es a la hora de leer, ninguna de estas
dos perspectivas es incómoda, de hecho ambas son muy fáciles
de dominar, en mi opinión mucho más fáciles que hacer guiones,
además de que se tiene un gran espacio para experimentar,
experimentar con emociones, con hechos, con expresiones y
situaciones, te da mucha libertad, libertad que se expande a la
que ya tienes cuando haces guiones. Ahora dime, una vez que
intentes hacer esto ¿preferirás seguir con los guiones, o
intentarás narrar un poco? Mas antes de lanzarte de una
sola vez a esto, te invito a que practiques, toma cualquier
guion que hayas hecho (o puedes tomar uno hecho, como yo
lo hice) e intenta jugar con las perspectivas y los tiempos
narrativos, yo por mi parte aún lo sigo haciendo, claro, no
tanto como antes pero la práctica es necesaria.
La eterna pregunta de las novelas atrapantes

Toda novela necesita de algo que atrape al lector y le impida


dejar esas ganas de saber el final, al mismo tiempo que es lo
mismo que le impide saltarse todo para leerse directamente
el desenlace (¡quien haga eso no es un lector de verdad!). Ese
aspecto atrapante es la pregunta que se hace al comienzo y
las pequeñas preguntas que van surgiendo conforme se
desarrolla la trama.
¿Y ahora qué pasará? — Se debe preguntar siempre el lector.
En cada avance persiste aquella pregunta primigenia, una
interrogante que conduce a una promesa u objetivo. Con cada
nueva pregunta la novela explica una anterior solo a medias.
Acumular preguntas solo hace que el lector pierda el hilo o
incluso pierda el sentido de lo que se está leyendo. Hay que
ser inteligente, darle al lector lo que merece por continuar
con la lectura, pero soportar la carga de no soltarle todo
de golpe.
En todo caso, el autor puede revelar toda la verdad de una
historia en las páginas. Es posible, sin embargo el objetivo
entonces se pierde por completo. ¿Qué chiste hubiese tenido
revelar a Luke Skywaker que Darth Vader era su padre
desde el comienzo? Claramente ninguno. Los respuestas a las
grandes preguntas que se van formulando en la novela deben
ser respuestas en orden y cuidar ser lo más simple posible
al final. Pues se supone que ya has revelado la verdad a
medias antes de revelar la verdad completa.
Algo tan simple como “Luke soy tu padre” no hubiese sido tan
contundente de no darse cuenta los espectadores de lo
opuestos y similares que son ambos personajes en ese punto
de la historia.
El argumento es aquella pregunta que se formula en la
novela, la aventura en la que se engarza el héroe y el hilo
que el autor debe estirar con cuidado. Un buen argumento
requiere que al responder una pregunta surjan dos nuevas,
que al aclarar una cuestión el lector se dé cuenta que aún
hay más por responder.
8 cosas que un escritor no debe hacer en facebook

Las redes sociales en general, y Facebook en particular como


una de las que más personas tiene, son un espacio ideal para
la promoción, tanto de libros como de escritores. Sin
embargo, una mala gestión de tu página de Facebook puede
conducirte al fracaso.
Para triunfar en Facebook basta con seguir una reglas
básicas: crear contenido interesante y saber hacerlo
atractivo.
Aunque el número de seguidores no es lo más importante (lo
que importa es crear una comunidad, aunque tenga pocos
miembros), lo cierto es que sin audiencia no puede haber
promoción. Por eso, si tu número de seguidores no aumenta e
incluso disminuye probablemente el contenido que estás
compartiendo no es el que tu audiencia espera.
A continuación te indicamos algunas cosas que a tus
seguidores pueden no gustarles y que harán que abandonen
esa comunidad que quieres construir en torno a ti.
1. Crear muchos eventos para un único acto
Si participas en un evento literario que involucra a varios
autores, que cada uno de los autores cree un evento es un
error. Lo acertado es colaborar para crear un único evento,
evitando así que vuestros seguidores reciban varias
invitaciones para un mismo acto.
2. Pedir constantemente que te voten en algún concurso o que
lean tu libro
Es importante animar a tus lectores a dejar sus comentarios
en Amazon o en comunidades dedicadas a las reseñas de
libros, pero no lo conviertas en un hábito semanal. Además de
cansar a tus seguidores, puedes dar la impresión de estar
desesperado. Igualmente, si participas en algún tipo de
competición literaria que implica votar por internet, no
molestes a tu comunidad pidiendo su voto todos los días.
Recuerda que la literatura no es un concurso de popularidad.
3. Dejar tu página de Facebook a medio hacer
Puede que en un momento de entusiasmo crearas una página de
Facebook que luego abandonaste por falta de tiempo o ganas.
Pues no hay nada peor que una página con la información
incompleta o que hace meses que no se actualiza. Mejor que
eso es que tomes la decisión de cerrarla, porque lo
contrario da una imagen poco profesional. Pero recuerda que
es imperdonable para un escritor que se quiera dar a
conocer no tener presencia en Facebook. Por
eso nuestra recomendación es que completes tus datos y
empieces a publicar contenidos.
4. Publicar historias personales cada veinte minutos
Si piensas publicar más de un par de veces al día, es mejor
que lo que compartas sea bueno. Jamás uses tu página de
Facebook como un perfil personal. ¿Qué no tienes página y
solo tienes un perfil personal? Crea una página ya.
5. Ser negativo
De vez en cuando no está mal mostrarse vulnerable en
Facebook. Puedes expresar tus frustraciones de vez en
cuando, pero ten presente que ese tipo de mensajes debe ser
la excepción. Nadie desea recibir una dosis diaria de quejas,
lamentos, celos o envidias.
6. Usar siempre las mayúsculas
Usar las mayúsculas en internet es sinónimo de gritar. Seguro
que tienes algo muy importante que quieres comunicar a tus
seguidores, pero puedes hacerlo sirviéndote de las palabras
(después de todo son tu herramienta de trabajo como
escritor). Puedes indicar que estás emocionado, contento,
lleno de alegría, que tienes una gran noticia… las posibilidades
son innumerables y resultan mucho más elegantes.
7. Publicar anuncios de índole publicitaria en el muro de los
demás
Jamás pongas tus mensajes de marketing en los muros de
otras personas en Facebook. Para eso está tu propio muro.
Lo contrario es ni más ni menos que spam.
8. Rogar que la gente clique en “Me gusta”
No pidas a la gente que pinche en “Me gusta”, porque eso
también te hará parecer desesperado. Si tus contenidos son
buenos y no cometes ninguno de los errores que hemos
referido hasta aquí, seguro que la gente decidirá darte sus
“Me gusta” por sí sola.
5 rápidos sobre aprovechar el tiempo de escritura

Hola a todos! Fabián Ramos les saluda y pues ya saben, feliz


de la vida por varias razones:
La revista va ganando más fans, acabé la primera novela de la
que estoy orgulloso, una de mis amigas escritoras va a
casarse (Felicidades Erzengel!) y gané el primer concurso de
Lanove para escritores.
Cabe destacar que fue una contienda muy reñida, yo mismo
dudé de mi capacidad para ganar. Pero finalmente el público
votó por mí y eso me mantiene contento. Y con ganas de seguir
la saga de Guerras del Trueno.
¡Claro que está entrada no trata sobre mí! Disculpen mi
egocéntrica introducción y la segura riña de mi amigo Fred
sobre que suelo ser un vago lleno de procastinación en mi
organismo. Si, lo admito, como a todos, me cuesta encontrar
las fuerzas para escribir y encontrar el buen ritmo para
hacerlo.
Pero como si se tratase de un ejercicio. Hay que:
Establecer una rutina.
Esto es quizá lo que se ve más difícil. Pero realmente es el
primer paso. No hay que escribir 20 hojas diarias, puesto que
así terminarías una novela en menos de 2 semanas. No se trata
de cantidad, sino de calidad. Un parrafito al día es suficiente y
una hoja diaria es un buen y decente reto. De hecho, siempre
he sugerido 1000 palabras a la semana, de tal forma podrías
acabar una novela en casi un año y te sobrarán algunos
meses para la edición. Solo hay que ser constante y dar el
primer paso: Sentarse a escribir.
Hacer un plan.
Es importante no dejar todo a la imaginación. Como ya he
mencionado en otras entradas, los esquemas como las líneas
de tiempo y fichas de personaje son importantes para evitar
perder el hilo y terminar tirando mucho a la basura.
Desconéctate de la Red Global
Bendito internet lleno de sabiduría. Hay quienes como yo se la
pasan investigando o hallando fuerzas con los camaradas
escritores en conversaciones de Facebook. Lástima que esto
es una mala costumbre que nos impide aprovechar ese tiempo
en escribir. Así que con la pena del mundo, si puedes ponte una
alarma o fijate una hora o un momento para escribir y deja
todo lo demás a un lado. Desconecta tu equipo del internet y
ponte a escribir. Las consultas y demás déjalas para después,
el tiempo de edición es el que se nos hace menos pesado que
el de escribir.
Déjalo fluir!
Ese rio de la creatividad tarda siempre en fluir
correctamente por nuestro campo de riega donde el
producto que crecerá es nuestra novela o cuento. Es
importante encontrar un lugar y momento adecuado donde tú
sepas que nadie te molestará y podrás escribir sin
interrupciones. Pues una vez que encuentres el ritmo, una
interrupción podría cortar el fluir de las cosas. Cerciórate
de que nada te interrumpirá, apaga el celular, cierra las
puertas y ventanas (si, suena exagerado, pero yo lo hago XD)
y a escribir hasta que no puedas más.
Ignora a tu Crítico interior.
Yo me imagino con un Cloud en miniatura que me fastidia cada
que escribo algo. Esa voz que escuchas y te dice que lo que
escribiste es pésimo y que por más que lo edites nunca
quedará como tú quieres y nunca será bueno. No te pido que
deseches esa voz, es bueno desconfiar de ti mismo, eso
significa que sabes que puedes ser mejor. Toma todo lo
primero que escribes como un borrador, el cual nos irá
dando las bases de lo que queremos transmitir.
Una vez ya plasmada la historia no tendremos que
preocuparnos más por ella, sino por las palabras que la
componen. Añadiremos y eliminaremos frases, escenas,
párrafos, lugares, sucesos, etc…
En fin, siempre lo digo y agradezco a quien repite esta frase,
que no se si sea de mi propiedad o alguien más ya la haya
registrado:
“Toda historia es buena, lo difícil es saber contarla”.
Evitar las Lagunas Argumentales

Evitar las Lagunas Argumentales


Para alguien como yo, cuyos pensamientos e ideas normalmente
están en un “desorden ordenado” las historias cobran forma
con facilidad, sin embargo cundo llegas al punto en que debas
forzar una historia a salir, o si es tu primera novela te
puedes topar con lo que se conoce como <<Lagunas
argumentales>>. Es importante que antes de empezar a
escribir un relato o novela tengamos clara la estructura del
argumento para evitar inconsistencias o errores que puedan
obligarnos más tarde a rehacer toda la narración.

El argumento de una novela es una secuencia de


acontecimientos, de manera que lo que ocurre al final es el
resultado de los incidentes que se han ido sucediendo a lo
largo del relato. En consecuencia, debemos tener muy claro
el planteamiento del argumento antes de sentarnos a escribir.
Para ello debemos plantear una línea argumental que tenga
en cuenta los siguientes aspectos:

 Equilibrio entre planteamiento, nudo y desenlace: Para


evitar crear un planteamiento demasiado largo o un final
abrupto lo mejor es que el inicio y el final contengan un
25% de la longitud de la novela cada uno, mientras que
el desarrollo ocupará el otro 50%.
 Fluidez de las transiciones. Tiene que ver con la ficción
larga donde existan una historia principal y varios sub-
historias, múltiples personajes o varios puntos de vista.
La transición de unos a otros debe plantearse de forma
fluida, que no corte la narración ni el hilo argumental.
 Ritmo coherente. Se logra construyendo la tensión desde
el momento inicial hasta el clímax y evitando los tiempos
muertos. Teniendo un esquema previo del desarrollo de
la historia resulta más sencillo mantener el ritmo.
 Cuidar la credibilidad. Aunque estemos escribiendo una
historia fantástica debemos cuidar SIEMPRE la coherencia,
ofreciendo desarrollos plausibles dentro de la ficción.
Puedes recurrir a soluciones que parezcan demasiado
afortunadas, pero abusar de ellas solo ocasionarán que
el texto pierda su sentido.
 Coherencia entre acción y personajes. Debemos tener
claro cuál es la motivación de los personajes principales
y cómo actuarían en consecuencia (para ello nada mejor
que ayudarse con fichas de personajes). Al mismo tiempo,
debemos decidir a qué obstáculos se enfrentarán
nuestros personajes para el éxito de sus objetivos.
 Final coherente. El escritor debe proporcionar
información suficiente a lo largo de la narración como
para que, al llegar al final, éste sea lógico, congruente
y no decepcione al lector.
Consejos para escribir una novela y no vender tu alma en el
proceso

El mundo de la escritura parece dividirse entre dos tipos de


escritores: los que improvisan (quienes dejan que la
inspiración fluya y dejan que la trama avance sin un plan
previo), y los planificadores (quienes les gusta tener todos
los detalles sobre giros de trama, conflicto y su solución
antes de comenzar a trabajar en su manuscrito).

Los improvisadores generalmente son conocidos por su


capacidad creativa, quienes utilizan la parte izquierda de su
cerebro, personas que se esfuerzan por alcanzar la
genialidad en el espacio creativo embistiendo contra un
territorio desconocido. Por su parte, los planificadores
tienden al análisis y a cuidar los detalles, a plantear tramas
sin defectos y desarrollar los recursos literarios, además
de recopilar miles de notas con información útil.
Pero la realidad es que la mayoría de los escritores se
encuentran a medio camino entre ambos estilos. Escriben de
una manera creativa, después de haber planeado lo que van a
escribir. No se ciñen totalmente al plan de escritura para el
día, pero tampoco lo dejan todo a la improvisación. Y sin duda
esa es la mejor manera de hacerlo.

No hay que idearlo todo

Si nos obligamos a seguir a al pie de la letra un plan


anticipado que marque el ritmo, la estructura y el orden de
cada parte de la trama estaremos ahogando la creatividad.
Pero si simplemente hemos preparado algunos esbozos que
nos sirvan de guía, probablemente veremos que,
despreocupados respecto a la línea que debemos seguir
(puesto que ya la tenemos en mente), podemos crear más
libremente.
Así pues, si se planea una estructura general para las
secciones principales de la obra y se crean algunos bocetos
sencillos de los personajes, la creatividad comenzará a fluir
de forma fácil cuando nos centremos en el proceso de
escritura. No tendremos que preocuparnos por el objetivo
final, puesto que ya habrá sido planeado. Ahora bien, cómo
llegar a él con cada frase y párrafo dependerá de nuestro
trabajo.
He aquí una lista de lo que si deberíamos planear:
o El tema o idea general.
o Los personajes principales (protagonista y
antagonista), así como aquellos secundarios de
importancia.
o Resumen de la trama: una estructura general que
sirva de orientación en las cuestiones principales de
la historia.
o Las escenas principales y sus consecuencias.
o Notas generales sobre la orientación de la novela

El método que hemos mencionado aquí no resuelve todos los


problemas, (seguramente no pueda impedir que en algún
momento nos quedemos bloquedos), pero sí ayuda
a trabajar con lucidez cuando nos enfrentamos a la difícil
tarea de escribir
El primer párrafo

Les dejo algunos consejos para los escritores, siendo un


critico, sé cuando no leer algo. Y esto es cuando el
primer párrafo no me atrapa.
En caso de un cuento es mucho más complejo, debe ser
perfecto de principio a fin, y reducirse a solo el concepto y el
mínimo de rellenos. Pero tanto en una novela como en un
cuento, las primeras líneas, el primer párrafo determinan el
interés que pondrá el lector al resto de la lectura.
Actualmente la atención de los lectores se pierde con
facilidad, por lo que debemos evitar los rodeos innecesarios
e introducir al lector en la historia lo más rápido posible, sin
caer en las perdidas de estilo. Para ello debemos invitar a la
duda, a lo insólito e intrigante. Comenzar con fuerza, tensión y
suspenso.
Un ejemplo:
Escuché a la vecina a través de la pared.
Sin duda tal comienzo es poco atrayente…
Mi vecina solía lanzar chillidos horriblemente estridentes
durante su baño casi todos los días.
Ahora la frase se ha vuelto algo más interesante y capta
inmediatamente la atención del lector. ¿Quién es tal mujer?
¿Qué le hace gritar de tal forma? El argumento seguro
nos ínsita a seguir leyendo:
Desde que me mudé al departamento contiguo pude escuchar a
lo poco aquellos gritos absurdos. La primera vez que la
escuché, dudé en si debía llamar o no a la policía. Escuché
durante diez minutos y me fue imposible despegarme de la
pared. Aquel sonido era muy diferente a todos los que había
escuchado en mi vida.
Ahora notamos que el resto del párrafo introduce el
conflicto interno del protagonista, el llamar a la policía o no
hacerlo. Introduce también un poco de su pasado y presente y
sin saberlo, nos da un poco de información (se ha mudado
hace poco), a la vez que nos deja plantear nuevas preguntas;
¿Por qué se ha mudado y qué le parece tan extraño de esos
gritos?
Hay que estar consciente de los complementos que añadimos a
nuestro primer párrafo, si comenzamos dando información o
introducimos un dialogo o escena de acción. La forma en que
lo hagamos determina si capturaremos al lector en el texto.
Les dejaré como ejemplo final uno de los inicios más
atrapantes que he leído en el foro, el principio de “Hijos de
Sëele: La senda del caos”:
Todavía recordaba como su padre les enseñaba a utilizar la
magia con la que habían nacido, esa que él mismo les había
heredado. «Esta magia es para hacer sucumbir el mundo»,
decía orgulloso a sus hijos mientras miraba por un gran
ventanal. Una pequeña llama apareció en la palma de su mano,
con un gesto rápido lanzó la llama hacia el bosque cercano
de Dynamil. Se produjo una gran explosión y el pequeño
conjunto de árboles ardió en oscuras llamas en pocos
segundos….
A que les apetece leer más, ¿verdad?
La crítica moderna y sus mañas

Tradicionalmente se ha señalado a la crítica literaria como


culpable de deberse a favoritismos y amiguismos derivados de
la vida social (e incluso laboral) del crítico. Se da por
sentado que el crítico hará recesiones positivas de aquellas
obras escritas por amigos, por autores publicados en la
misma editorial (si además de crítico es escritor) o de libros
publicados por el grupo editorial al que pertenece la revista
en que publica.
Por supuesto, esto no es cierto en muchas ocasiones (Yo soy
la gran excepción) pero, aun así, los lectores han recibido con
agradecimiento el nacimiento de una nueva crítica, desarrollada
parece que de manera más independiente; en internet. Esta
crítica en la red no solo ha dado voz al lector,
democratizando las opiniones, sino que además se la supone
más imparcial, ajena a la endogamia del medio literario.
Sin embargo, parece que hay una epidemia de amabilidad en la
blogosfera literaria. La cual sinceramente me da lastima.
Debido a la proliferación de blogs literarios y al enorme
seguimiento de las redes sociales, la mayoría de escritores
(noveles o no) cuentan con páginas y perfiles a través de los
cuales se relacionan con sus seguidores tanto como con
otros autores, críticos o periodistas de medios online.
Mientras que antes autores y críticos tenían un rol
profesional en los medios impresos separado de su vida
personal, ahora esas barreras han caído.
Por otra parte, las fuerzas centrífugas de los medios
sociales llenos de retweets, “Me gusta”, favoritos, así como la
autoconciencia que acompaña a cada aseveración pública, hacen
que cualquier crítica destaque mucho. No compartir la opinión
generalizada puede parecer extraño y marcar a una persona
como desagradable o, lo que es peor, hacerla perder
seguidores. Y ese es el motivo por el que el mundo literario,
ya de por sí endogámico, parece haberse convertido en la red
en una fiesta de elogios y de simpatías.
A medida que las revistas y los suplementos literarios han
ido desapareciendo o menguando, la crítica literaria en internet
ha ido ocupando, casi siempre de manera solvente, el lugar
que los anteriores dejaban vacante. Sin embargo, la
atomización del periodismo literario —y el consecuente
problema de que el crítico pueda ser pagado por el editor o
el autor— son problemas acuciantes. Y los críticos pueden
caer en la tentación de responder a ellos escribiendo críticas
siempre positivas, pensando que así ganarán más apoyos y
lectores, en lugar de críticas razonadas aunque (en
ocasiones) discordantes.
La labor de un crítico no es meramente recomendar libros. Sin
embargo, la crítica literaria en internet parece tender a
convertirse en eso, en gran parte gracias a ese prurito de
ser obsequioso propio de las redes sociales. A diferencia de
las listas de “los más vendidos” que se elaboran mediante
algoritmos, los críticos deben ser profesionales con opiniones
bien fundamentadas. Deben ser escépticos, incluso combativos,
para que las críticas positivas cuenten más cuando sean bien
merecidas.
En su lugar, la amabilidad empalagosa y el entusiasmo ciego
pueden llegar a ser los sentimientos dominantes. Como
reflejo de la cultura que nos rodea, la crítica mordaz se ha
convertido en sinónimo de delito. El crítico es acusado de
tener algo personal en contra del autor si escribe una
reseña negativa.
Internet y las redes sociales forman la superestructura del
mundo literario de hoy. Los espacios independientes están
desapareciendo, por lo que este es el lugar donde nos
congregamos. En ellas circulan los enlaces, se intercambian
recomendaciones, se difunden noticias y se hacen contactos y
amistades. Es también el lugar donde todo el mundo se vende
a sí mismo y donde el debate y la disidencia son fácilmente
apagados. La afirmación es el gesto habitual de Internet.
Sin embargo, una mejor cultura literaria sería aquella que no
fuera tan dependiente de la estima personal y el refuerzo
mutuo. En ella, el desacuerdo no sería visto como peligroso.
No habría tantas ganas de caer bien por encima de todo. Y,
sobre todo, se tolerarían las opiniones punzantes y críticas
porque ellas hacen que nuestra cultura sea más interesante,
que madure, crezca y mejore
LA TRADUCCION AUTOMATICA

El proceso de traducir un idioma implica dos epatas clave:


determinar exactamente el significado del texto, y luego
plasmar ese significado lo más precisamente posible en un
idioma distinto. La sencillez de esta explicación oculta
exactamente lo complejo que resulta determinar el significado
de un texto, y no fue hasta la década de 1980 cuando los
ordenadores empezaron a ser lo bastante potentes y a
estar lo bastante distribuidos por todas partes para que
hubiera avances significativos en enseñar a una máquina
a «entender» el texto.

Dos métodos
Los sistemas de traducción automática tienden a funcionar ya
sea vía normas o vía estadísticas, o una combinación de ambas.
Los sistemas basados en la normativa son los primeros que
se utilizaron, y el más básico de ellos seguía sencillamente un
enfoque tipo diccionario, traduciendo palabra por palabra,
como quien consulta un diccionario. Tales normas tiene
limitaciones evidentes cunado nos enfrentamos a múltiples
sentidos, orden de las palabras y ambigüedades… algo que se
puede compensar en parte por otra técnica basada en la
normativa que se conoce como traducción basada en la
transferencia. Este enfoque intenta convertir la estructura
subyacente de un texto a una forma intermedia básica de este
idioma, y luego pasarla a una forma intermedia básica del
otro idioma, con el objetivo final de convertir esa estructura
en un texto completo en el idioma de llegada. Una tercera
técnica basada en la normativa, más que
usar fórmulas intermedias básicas de los dos idiomas en
cuestión, utiliza de hecho un lenguaje intermedio totalmente
distinto para codificar el significado de un texto, conocido
como «interlingua».
A su vez, la traducción basada en las estadísticas, en lugar de
intentar codificar el significado de un texto, se basa en
analizar grandes cantidades de texto existentes en ambos
idiomas. Este enfoque empezó a ganar popularidad en la
década de 1990 y hoy día es muy utilizado porque es capaz de
aprovechar la capacidad de los ordenadores modernos para
analizar grandes cantidades de datos. Es el método que
actualmente utiliza Google en su sistema de traducción online,
una vez decidió «entrenar» sus máquinas en distintos idiomas
presentando unos 200.000 millones de palabras de
documentos en múltiples idiomas tomados de las Naciones
Unidas. Este enfoque nos e basa tanto en que la
máquina «entienda» el texto, sino en el estudio de patrones.
Sin embargo, si se le dan un número suficiente de palabras, es
bastante potente.
La inteligencia artificial es también un factor cada vez más
influyente en los avances de un campo, con programas capaces
de aprender y mejorar su propio enfoque, siendo
una herramienta esencial de investigación. En todo ello, el
creciente volumen de texto digital disponible en varios idiomas
es al mismo tiempo un gran activo para la investigación y un
inmenso reto.

Problemas y potencial
Actualmente, la traducción automática perfecta sin la ayuda del
ser humano no existe. De hecho, hay quien dice que algo como
la traducción «perfecta» tampoco podrá existir nunca, ni
siquiera cuando la realice un humano bilingüe, puesto que las
diferencias sutiles de significado entre las palabras y las
ideas en distintos idiomas no pueden nunca ser totalmente
reproducidas. A pesar de ello, una tasa de precisión básica de
más del 90 por 100 no es rara en los programas modernos.
Lo que sigue siendo más problemático son los momentos de
ambigüedad y complejidad que todos los idiomas poseen,
donde tanto los análisis basados en las normas como los
basados en el análisis estadístico de frases se estrellan con
ambigüedades básicas como una referencia singular, una
peculiaridad lingüística, algo que no tiene equivalencia lingüística
directa, etc.
Los nativos de un idioma suelen ser capaces de resolver
tales ambigüedades, aunque pueden requerir conocimientos
especializados o cierta investigación. Ni siquiera
los sistemas más avanzados de inteligencia artificial actuales
son generalmente capaces de resolver esas ambigüedades,
aunque la frontera se va alejando continuamente. [...]
Decálogo del Buen lector

Un buen lector debe tratar de:


1. Estar atento a lo que pasa en el mundo, ser curioso e
inquieto.
2. Leer todo lo que pueda, todo el tiempo que pueda.
Desde el diario hasta la edición más independiente viene
bien.
3. Elegir sin tener en cuenta las listas de “mas vendidos”, ni
los premios literarios, aunque ni una lista ni los premios
son condición para negarle la lectura a un autor.
4. Abrazarse a un autor y seguirle los pasos. Lo que
escribe es producto de lo que ha leído y quién más quién
menos, deja en sus libros un recorrido de lecturas
previas para seguir. Así, con cada libro, se descubren
autores que el lector desconoce.
5. Estar predispuesto a creer que eso que se lee está
sucediendo en algún lugar, así sea dentro de la cabeza
del que lee.
6. Leer hasta aquello que incomoda, lo que causa disgusto.
No dejarse llevar por los prejuicios y apostar a que
todo el que escribe, en algún punto, tiene, al menos, una
historia interesante para contar.
7. Empezar por cualquier lado, por donde se pueda, por
donde se quiera, pero empezar y no parar.
8. Tener por pariente cercano de la literatura al cine.
9. Explorar la música. Cada libro tiene un ritmo y ese
ritmo, si agrada, debe conocerse.
10. La regla suprema: Para leer no hay reglas.
Uso correcto: Comillas

Las comillas (« », “ ”, ‘ ’) son signos tipográficos utilizados


para demarcar niveles distintos en una oración. Generalmente
se utilizan:
o Para citar textualmente algo que ocupe menos de
tres o cuatro renglones.
o Para señalar palabras usadas en un sentido distinto
del normal, con el fin de indicar que se han
seleccionado intencionalmente y no por error.
o Para indicar la intención irónica del empleo de una
palabra.
o En un título, para reemplazar el tipo de letra
cursiva con que se indica el nombre de una obra
artística: Análisis de «El Quijote».
o Para presentar el significado de una palabra o
expresión. En este caso se utilizan exclusivamente
las comillas simples: «acechador» significa ‘que
observa o aguarda cautelosamente con algún
propósito’.
o No se utilizan para destacar palabras extranjeras.
En este caso se recomienda el uso de
cursivas: Showes una palabra inglesa.
o No se utilizan para señalar un apodo o seudónimo,
cuando acompaña al nombre. En este caso se
recomienda el uso de cursivas: Doménikos
Theotokópoulos, el Greco.
En castellano se utilizan tres tipos de comillas:
o Comillas bajas, latinas, españolas o angulares (« »).
o Comillas altas o inglesas (“ ”).
o Comillas simples (‘ ’).

Asimismo se distingue entre comillas de apertura («, “, ‘) y


comillas de cierre (», ”, ’).
El Diccionario panhispánico de dudas, dice al respecto del uso
de las comillas: «En los textos impresos, se recomienda
utilizar en primera instancia las comillas angulares,
reservando los otros tipos para cuando deban
entrecomillarse partes de un texto ya entrecomillado». Si
dentro de lo entrecomillado apareciera una segunda cita, se
utilizarían otras comillas. La nueva Ortografía de la lengua
española ( 2010), corrobora dicho orden: es preferible y
recomendable emplear las comillas angulares en primer lugar,
reservando los otros tipos para otras funciones. El orden
por los tanto es el que sigue: «…“…‘…’…”…»
Dice la norma que el último signo de puntuación de una oración
que contiene un texto entrecomillado debe situarse después
de las comillas de cierre —el fragmento entrecomillado
siempre mantiene su puntuación, salvo cuando se trate del
punto—; excepto cuando el fragmento entrecomillado sea lo
único que compone la oración, en cuyo caso se escribe el signo
que corresponda antes de las comillas de cierre, a excepción
del punto, que se escribe siempre después.
Por último, en español no se deja espacio alguno entre las
comillas y su contenido

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