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Para exorcizar el mal

Danza del León

Toda fiesta china cuenta con ellos. Son los encargados de llamar a la suerte y
espantar el mal. Su aspecto terrible y sus movimientos viriles, marciales, tiene
el efecto de espantar a los demonios que siempre rondan cerca de los
humanos, para arruinar sus intentos. Por eso, deben bailar vigorosamente
mientras suenan los tambores, los platillos y el gong. Así, quedará muy claro a
los espíritus malignos que esa casa, ese pueblo o ese negocio cuenta con un
vigilante atento.

Los leones chinos, esas curiosas criaturas supuestamente representativas de


los auténticos leones pero ya muy transformadas por la creatividad china son
quizá la imagen más conocida de esa cultura y lo más recordado de las fiestas
de Año Nuevo.

Se calcula que esta costumbre tiene más de dos mil años de antigüedad. El
primer registro escrito de la existencia de esta danza—en sus inicios
puramente marcial, no festivo—data de los albores de la dinastía Han, hacia el
año 200 A.C.

En esos tiempos, los monarcas chinos conocieron los leones gracias a los
oficios de los comerciantes de la famosa Ruta de la Seda, una ruta comercial
que unía Medio Oriente con China y que propició el intercambio cultural entre
los países árabes, India y China. Es de suponerse que los leones impresionaron
a los chinos por su arrogancia y ferocidad y pronto se los incorporó al
imaginario artístico y religioso. Además de la Danza del León, este animal se
encuentra repetidamente representado en las puertas de los templos y
palacios ejerciendo la labor de cuidar la entrada y evitar que se acerquen los
demonios.

Se cree que la costumbre de bailar representando a un león partió de la


práctica cortesana de ejecutar danzas con máscaras. Los bailarines entretenían
a la corte usando máscaras de animales diversos y alguien notó que no había
leones en el repertorio. Sin embargo, otro relato habla de que la danza nació
dentro de los ejércitos. Al enfrentarse un ejército chino contra uno hindú,
provisto de elefantes, a los soldados se les ocurrió disfrazarse de leones
(tácticas similares se encuentran en todos los tiempos) para asustar a los
elefantes. La táctica habría tenido tal éxito que no se la olvidó y evolucionó
hasta convertirse en forma artística.

Es probable que la verdad sea una mezcla de ambas versiones. Este éxito
militar sería representado ante los nobles de la corte como una forma de
conmemoración y, ya en manos de artistas, la forma externa del león, sus
colores simbólicos y sus numerosas variantes habrían tomado forma.
También encontramos una explicación en el mito del Nián—ver artículo
anterior—el feroz monstruo que atacaba en Año Nuevo. En una versión, un león
salió en defensa de los seres humanos, aterrorizando al Nián con su aspecto.
Para evitar nuevos ataques, los pobladores hicieron un león de bambú, tela y
papel, el cual vistieron entre dos hombres para espantar a Nián, y a cualquier
ente maligno.

La forma más extendida en Estados Unidos, México y otros países de América


Latina es la variante sureña, ya que la gran mayoría de los chinos migrantes a
principios del siglo XX provenían de la provincia de Quandong. El león cantonés
se popularizó en los barrios chinos de diversas ciudades de Estados Unidos y
México. Varias décadas más tarde, se dieron a conocer los leones del norte, los
empleados en Beijing.

Tipos de leones

Las diferencias entre los leones sureños y norteños son tanto de apariencia
como de ejecución. El león norteño es más parecido a un león, por la forma de
la cabeza y el sureño se asemeja más a un dragón. Aunque hay variantes del
norte que también tienen cierta semejanza con los famosos perros pekineses.

“El estilo del norte imita al perro, y el del sur, al gato. La versión norteña—de
Beijing—es achaparrado, rechoncho y peludo, como un perro pekinés gigante.
Se usa principalmente en los espectáculos circenses y acrobáticos para
entretener al público con sus gracias.

Hay dos estilos de león sureño. Un estilo es de Fujian y el otro es de


Guangdong, el cual es el más popular. El león cantonés puede ser dividido a su
vez en dos estilos: el de Foshan, muy popular en Hong Kong y en las
comunidades chinas de todo el mundo. El otro es el Heshan, popular en Malasia
y Singapur”.(1)

El león del sur suele darle mucho énfasis al manejo de la cabeza. El sureño usa
más las piernas. Estas diferencias están relacionadas con las variantes del
norte y del sur del arte marcial, el wushu, ya que por tradición, la danza del
león es bailada por practicantes del arte marcial y dentro del estilo del norte y
del sur hay numerosas variantes, todas relacionadas con el wushu.

Además, existen leones hembras y machos, jóvenes, adultos y ancianos,


guerreros y pacíficos. Una representación completa de la danza del león
idealmente debe contar con varios tipos de figuras interactuando entre sí.

Show
La danza del león, por su vistosidad y simbolismo, se ha convertido en un
espectáculo. Los hemos visto en desfiles cosmopolitas. Se han presentado en
televisión. Son parte de las rutinas acrobáticas del Circo Chino de Pekín.

En Estados Unidos y México ya es posible contratar equipos profesionales de


danzantes, para bodas o aperturas comerciales. Mientras más leones se pidan,
más caro es. Y mientras más se pueda pagar, mayor fortuna se atrae.

El pago para los danzantes no se da de cualquier forma. O se entrega en un


sobre rojo—hong bao— o se coloca dentro de una lechuga que el león deberá
“comer” durante la danza. A veces la lechuga se coloca en el piso, pero las
más de las veces el anfitrión la cuelga del dintel de una puerta, debidamente
decorada con listones rojos.

El danzante que lleva la cabeza deberá sacar la mano por la boca del león,
tomar la lechuga, y sin perder la compostura, tomar el dinero, guardarlo y
después, desmenuzar la lechuga, para dar la impresión de que el león se la ha
comido. Debe tener mucho cuidado, ya que si el dinero se le cae al piso, la
mala fortuna llegará.

La danza

La ejecución de esta danza sigue una secuencia establecida. Los leones se


colocan en el piso, ante el público. Los danzantes saludan con una reverencia y
después, con todo respeto, se visten con la cabeza y la cola del león. Todos
van uniformados. La música empieza, lenta, pues el león va despertando.

Cada movimiento es enfatizado por un golpe de tambor, de platillos o de gong.


Se suele quemar cohetes durante la danza. Los leones guerreros a veces se
echan encima de la gente, fingiendo atacar.

El león o leones desarrollan su danza cubriendo todo el espacio disponible.


Cuando es posible, se presentan acrobacias diversas. El baile no tiene duración
fija, se puede extender indefinidamente.

Cuando ha llegado el momento de terminar, la música baja de ritmo, el golpe


del tambor se suaviza y los leones se van adormeciendo hasta terminar
posados en el suelo. Los bailarines se quitan el león, lo acomodan pulcramente
y se vuelven hacia el público para presentar sus respetos.

(1) http://yi_dao.tripod.com/index.html

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