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¿CÓMO RECIBIR UN MILAGRO DE PARTE DE DIOS?

Base Escritural: Juan 5:2-16

2 Y hay en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, un estanque que en


hebreo es llamado Betesda, el cual tiene cinco pórticos.

3 En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos que


esperaban el movimiento del agua.

4 Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque y agitaba


el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento
del agua quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.

5 Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba
enfermo.

6 Cuando Jesús vio a este acostado y supo que ya hacía mucho tiempo
que estaba así, le dijo: ¿Quieres ser sano?

7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo a nadie que me meta en el


estanque cuando se agita el agua, porque entretanto que yo voy, otro
desciende antes que yo.

8 Le dijo Jesús: Levántate, toma tu lecho y anda.

9 Y al instante aquel hombre quedó sano, y tomó su lecho y se fue


caminando. Y aquel día era día de reposo.

10 Entonces los judíos decían a aquel que había sido sanado: Es día de
reposo; no te es lícito llevar tu lecho.

11 Él les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y


anda.

12 Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y


anda?

13 Pero el que había sido sanado no sabía quién era, porque Jesús se
había apartado de la gente que estaba en aquel lugar.

14 Después le halló Jesús en el templo y le dijo: He aquí, has sido sanado;


no peques más, para que no te ocurra alguna cosa peor.
15 Él se fue y dio aviso a los judíos de que Jesús era el que le había
sanado.

16 Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús y procuraban matarle,


porque hacía estas cosas en el día de reposo.

Introducción:

No nos equivocamos al decir que todos los seres humanos


invariablemente necesitamos un milagro. Bien sea salud física, en nuestra
economía, en las relaciones interpersonales; es más, probablemente el
milagro no sea para nosotros sino para un ser querido. ¿Por qué no se lo
pedimos a Dios? Si no recibimos más de Él es porque no lo pedimos o,
sencillamente, porque nos gobierna la incredulidad. ¡Hoy es el día para
que se produzca ese milagro!

I. Un milagro se produce entre quienes reconocen sus limitaciones (vv. 2-


4)

1. Cuando reconocemos que humanamente la enfermedad o el problema


que enfrentamos no tienen solución
2. Cuando creemos que un toque sobrenatural puede cambiar las
circunstancias (vv.2-4)
3. Cuando entendemos que un milagro rompe con toda lógica humana

II. Un milagro se produce entre quienes disponen su corazón para el


mover sobrenatural de Dios (vv. 5-7)

1. Un milagro para alguien que llevaba 38 años sufriendo (v. 5)


a. Dios conoce su necesidad
b. Dios quiere ayudarlo

2. Un milagro par alguien que quiere un toque del poder de Dios (v. 6)

3. Un milagro para alguien que no confía más que en Dios, porque


humanamente encontró que no hay salida (v. 7)
a. Dios llega en el momento oportuno
b. Dios quiere obrar con poder en nuestra vida
III. Un milagro se produce entre quienes se disponen a creer (vv.8-16)
1. Para Dios no hay nada imposible (v. 8)
2. El milagro nos permite recobrar el disfrutar de una vida plena (v. 9)
3. Dios obra por encima de los incrédulos y de quienes se oponen (vv. 10-
13; 15, 16)
4. A través de los milagros Dios nos ofrece una segunda oportunidad para
asumir una vida consagrada a Él (v. 14)

Conclusión:
Dios se mueve con poder entre quienes reconocen la limitación de sus
propias fuerzas y confían en el poder sobrenatural del Señor. Él más que
nadie sabe el anhelo que tenemos de que algo especial ocurra en nuestra
existencia. Conoce nuestro corazón y sabe de qué tenemos necesidad. Si
tan solo nos atrevemos a creer, por encima de lo que piensen los demás y
de la incredulidad que les gobierna, sin duda los milagros ocurrirán en
nuestra existencia. ¡Hoy es el día para su milagro!

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