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EL JUEGO

Etimología del juego: Viene de la raíz latina iocus, que quiere decir juego en acción y efecto de jugar, pasatiempo,
diversión, búsqueda de libertad, placer, goce. Acción de ganar y de perder, movimiento, chiste, azar y broma.

Johan Huizinga: Investigador Holandés

El juego es una acción libre ejecutada como si y sentida situada fuera de la vida corriente, pero que a pesar de todo
puede absorber por completo al jugador, sin ningún interés material, que se ejecuta dentro de un tiempo y un
espacio, que se desarrolla en un orden canalizador sometido a reglas y que da origen a asociaciones que se rodean
de misterio o se disfrazan para destacarse del mundo habitual, acompañada de tensión y goce.

Joseph Leif y Lucien Brunelle:

Define su naturaleza y sus condiciones con el propósito de brindar al niño, adolescente y adulto, medios para
disfrutar de una actividad que son huellas y experiencias normales del ser y del yo. El juego constituye el escollo de
las ciencias humanas, éste recorre los estadios evolutivos del ser humano y en cada uno de ellos se ejercita con
juegos y juguetes. Estos autores dan cuenta de las características que presenta el juego en cada etapa de la
evolución humana desde el juego del adulto, adolescente.

Rosa Elena Pérez Atehortua “ROSSY”.

El juego es el laboratorio donde el ser humano tiene la posibilidad de observar, analizar, explorar, actuar, resolver
problemas, vencer obstáculos, luchar, proyectar y gozar; en otras palabras es el espacio y el tiempo para
reencontrarse felizmente con el otro yo. El juego es la expresión de libertad de mí, de ese otro yo que necesita estar
satisfecho, pleno, libre para buscar algo mejor. El juego es la actividad social relativamente libre, desarrollada
espontáneamente, que produce beneficios sicofísicos a través de la participación plena y el disfrute que la involucra,
realizada dentro de unos límites de tiempo y espacio propicio, cuyos efectos son: descanso, canalización de energías,
placer, plenitud ,desarrollo sicofísico y obtención de aprendizajes .

La pedagogía, toma el juego y sus implicaciones en el campo de la educación desde lo psíquico, cognitivo, afectivo y
psicomotor, el niño es el centro del aprendizaje y el juego el medio o el recurso didáctico por medio del cual el sujeto
aprende y obtiene el conocimiento, teniendo en cuenta la edad, el género, interés y la etapa de desarrollo volutivo y
evolutivo. A través del juego se aprende a conocer el mundo y los contextos en que se desarrolla el ser, los objetos
que los rodean y forman parte de la sociedad en que vive, estos conocimientos son efectuados a partir del juego y de
los estímulos exteriores y de sus propias aptitudes y tendencias, así el juego se presenta como una inclinación hacia
la resolución de situaciones problemáticas y como un desafío.

El juego entonces posibilita el desarrollo cognitivo, evolutivo, lingüístico, social, afectivo, físico y psicomotriz, es por
ello que al juego se le ha atribuido su valor pedagógico y metodológico esencial para el desarrollo integral de las
personas. El juego, como elemento primordial en las estrategias para facilitar el aprendizaje, se considera como un
conjunto de actividades agradables, cortas, divertidas, con reglas que permiten el fortalecimiento de los valores:
respeto, tolerancia grupal e intergrupal, responsabilidad, solidaridad, confianza en sí mismo, seguridad, amor al
prójimo, fomenta el compañerismo para compartir ideas, conocimientos, inquietudes, todos ellos – los valores-
facilitan el esfuerzo para internalizar los conocimientos de manera significativa.

Conocimientos que aunque inherentes a una o varias áreas favorecen el crecimiento biológico, mental, emocional –
individual y social sanos- de los participantes con la única finalidad de propiciarles un desarrollo integral significativo
y al docente, hacerle la tarea frente a su compromiso más amena, eficiente y eficaz, donde su ingenio se extralimita
conscientemente.

El juego como estrategia de aprendizaje ayuda al estudiante a resolver sus conflictos internos y a enfrentar las
situaciones posteriores con decisión y sabiduría, toda vez que el facilitador ha transitado junto con él ese camino tan
difícil como es el aprendizaje que fue conducido por otros medios represivos, tradicionales, y con una gran
obsolescencia y desconocimiento de los aportes tecnológicos y didácticos.

OCIO Y TIEMPO LIBRE

Etimología del Ocio: en la lengua española corresponde a los términos leisure en inglés, loisir en francés y lazer en
portugués.

Para algunos autores, el concepto de ocio siempre será asociado, al término griego skholé(contemplación,
meditación, reflexión y de donde nace la palabra escuela) y al vocablo romano otium, que además de reforzar el ocio
griego en el caso de las elites de Roma, fue utilizado para designar las diversiones y los espectáculos organizados
para el público masivo, haciendo referencia a la tradicional expresión “pan y circo”.

Según Dumazedier “el ocio es un conjunto de ocupaciones a las que el individuo puede entregarse de manera
completamente voluntaria, sea para descansar, sea para divertirse, sea para desarrollar su información o formación
desinteresada, su participación social voluntaria tras haberse liberado de sus obligaciones profesionales, familiares y
sociales”.

Si identificásemos al tiempo libre como tiempo de no trabajo, incurriríamos en notable contradicción por cuanto
éste último se manifiesta como resultado de una necesidad de desprenderse de una obligación para ser disfrutado;
responde a la necesidad de contrarrestar el cansancio o el aburrimiento del trabajo y, al ser necesario, no puede
considerársele libre. Sería simplemente tiempo “liberado de...” (Obligaciones); tiempo hetero-condicionado
(condicionado por otro), pues la libertad supone la anulación de la necesidad. Para que el ocio adquiera el carácter
de liberatorio, no sólo debe anular la obligación primaria sino también los efectos de dicha obligación: el trabajo es
la obligación, el cansancio, el aburrimiento, el estrés, son los efectos de la misma. El tiempo libre será tal en tanto
posibilite la elección –igualmente libre- de utilizarlo “para...” (algo), sin responder más que a auto-
condicionamientos.

A la pedagogía del ocio se le atribuye la doble misión de educar en el tiempo libre y la de educar para el tiempo libre.
Con relación a lo primero, el tiempo libre sería considerado sólo como el ámbito temporal en el que se materializa
algún tipo de educación, que puede ser una actividad propia del ocio encaminada a formar a la persona para que
éste sea más enriquecedor o dirigida a algún objetivo formativo o de aprendizaje alejado del tiempo libre, es decir
educar en el tiempo libre significa aprovechar este tiempo como marco de alguna actividad educativa sea la que sea.

Educar para el tiempo libre se refiere a que ese tiempo se convierte en el objetivo de la intervención pedagógica. Se
pretende preparar, formar a la persona para que viva su tiempo disponible - libre o fuera de él - de la mejor manera.
Educar en y para el tiempo libre se confunden en muchos casos debido a que desde las dos aproximaciones la acción
educativa está mediatizada por el ocio, es decir por las variables que la definen en términos principalmente de la
actitud como el individuo la asume y de manera secundaria por el contenido de las actividades. No se incluye la
variable tiempo en la medida que se consideraría también su realización en el tiempo ocupado, como es por
ejemplo, el horario académico de los niños.

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