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PSICOTERAPIA AUTOGENA

Prof. JLG de Rivera


Instituto de Psicoterapia de Madrid
Avenida de Filipinas, 52
28003 Madrid
© 1999 Jose Luis Gonzalez de Rivera y Revuelta
Avenida de Filipinas, 52 – 28003 Madrid
EL AUTOR: Jose Luis Gonzalez de Rivera y Revuelta, doctor en medicina, ¡Error!
Marcador no definido.psicoterapeuta, psicoanalista, catedrático de universidad. Se especializó en Montreal,
trabajando con Wolfgang Luthe, discipulo directo de JH Schultz, llegando a ser su principal colaborador.
Estudió además Psicoterapia Breve (“Short Term Dynamic Anxiety Provoking Psychotherapy”) con Habib
Davanloo y Peter Sifneos. Está considerado como uno de los pioneros en la búsqueda del paradigma común a
todas las psicoterapias. Preside en la actualidad el “Multilogue Working Group” Grupo de Trabajo
Multidisciplinar, en el World Council for Psychotherapy. Es Miembro Númerario -"Fellow"- del Royal College
of Physicians de Canada, de la American Academy of Psychoanalysis, de la Royal Society of Medicine de
Londres, del Collegium Internationale NeuroPsychoPharmacologicum (CINP) y del International College of
Psychosomatic Medicine. Es autor de 10 libros, 220 articulos y más de 200 conferencias, ponencias y
comunicaciones en congresos. Dirige Psiquis, Revista de Psiquiatria, Psicologia y Psicosomática, y es presidente
de la Sociedad Española de Psicoterapia y de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática.

Prof. Jose L. G. de Rivera, Licenciado en Medicina por la Universidad de Navarra. Doctor en Medicina por la
Universidad del Pais Vasco. Especialista en Psiquiatria por el Royal College of Physicians de Canada, formado
en la Universidad McGill, de Montreal. Fue Presidente de la Asociacion de Médicos Residentes de Psiquiatria, y
representante de los Residentes en el Consejo de Docencia de la Universidad McGill. Fundó la Unidad
Psicosomática del Hospital General de Montreal y fue Profesor Asociado en McGill University, y Full Professor
en McMaster University, en Hamilton, Ontario. Ganó por oposición en España la plaza de Médico Adjunto de
Psiquiatria en la Clinica Puerta de Hierro de Madrid y, en 1986, por unanimidad, la Cátedra de Psiquiatria y
Psicologia Médica de la Universidad de La Laguna en Tenerife. En 1994 se trasladó a Madrid como Jefe del
Servicio de Psiquiatria y Medicina Psicosomática de la Fundación Jimenez Diaz. En la actualidad, dirige el
Instituto de Psicoterapia de Madrid.

Dirección: Avenida de Filipinas, 52, 28003 Madrid , España.


tel. 91 534 2941 fax 91 554 8995 email psy@teleline.es

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INDICE

Página

Introducción y desarrollo histórico............................................8

Principios Generales................................................................13
- Homeostasis y autoregulación.....................................13
- Autogenicidad..............................................................19
- Inducción estados de conciencia (ASCI).....................23
- Entrenamiento de la atención.......................................27

Neurobiología del Estado Autógeno........................................31


- Conmutación trofotrópica. .........................................32
- Hemisferios cerebrales................................................34

Fisiológia del Estado Autógeno..............................................40


- Tono muscular............................................................41
- Función cardíaca.........................................................41
- Función respiratoria....................................................42
- Circulación periférica.................................................42
- Presión arterial............................................................43
- Actividad Electrodermal.............................................44
- Actividad eléctrica cerebral........................................44
- Actividad neuroendocrina...........................................45
- Metabolismo general...................................................47
- Actividad inmunitaria..................................................48

3
Fenómenos subjetivos del Estado Autógeno.........................49
- Tono afectivo básico.................................................49
- Hiperestesia propioceptiva........................................50
- Descargas autógenas.................................................52

Los Métodos de Psicoterapia Autógena................................53

Formación en Psicoterapia Autógena....................................56

La Técnica Básica.................................................................63
-Reducción de la estimulación....................................63
-Contacto mental.........................................................64
-Concentración pasiva.................................................65
-Fórmulas autógenas...................................................65
-Terminación...............................................................67
-Duración del ejercicio................................................68
-Evaluación del tono afectivo básico..........................69
-Evaluación de la reactividad......................................71

Estadíos del Estado Autógeno..............................................74


-Estadío Reflejo ( R )..................................................74
-Estadío de Concentración Pasiva ( PC )....................74
-Estadío Neutro ( N )...................................................75
-Estadío de Desintegración ( D ).................................75
-Estadío de Aceptación Pasiva ( PA ).........................76
-Estadío de Ajuste Postterminación ( A )....................76
Las posturas de entrenamiento................................................78
-Postura sentada normal................................................79

4
-Postura del cochero......................................................81
-Postura tumbado..........................................................84
-Errores posturales frecuentes.......................................86

Actividad Mental durante el ejercicio.....................................87


-Relacionada con la tarea..............................................88
-Concomitante y reactiva..............................................89
-Distracciones...............................................................92
-Concentración activa...................................................93

Instrucción Clínica del Entrenamiento Autógeno..................95


-Primer ejercicio..........................................................95
-Segundo ejercicio.......................................................99
-Tercer ejercicio........................................................103
-Cuarto ejercicio.......................................................106
-Quinto ejercicio.......................................................108
-Sexto ejercicio.........................................................109

Ejercicios adicionales.........................................................110
-La fórmula del espacio............................................111
-El ejercicio de recuerdo..........................................112
-Condicionamiento de la respuesta de relajación.....115

La Evaluación Clínica............................................................118
-Evaluación general......................................................118
-Historia traumática......................................................119

5
-Formulación Patogenética...........................................121
-Objetivos terapéuticos.................................................124

Relación con el paciente.........................................................126

Indicaciones y contraindicaciones..........................................131

Bibliografia Seleccionada......................................................142

Cuestionario de Alteraciones Homeostáticas.........................146

Cuestionario de Estados de Conciencia.................................153

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1. Introducción y desarrollo histórico

La psicoterapia autógena es un tratamiento psicológico de orientación


psicofisiológica, cuya acción se ejerce mediante la activación de procesos naturales de
autoregulación y de neutralización de experiencias traumáticas. Desde sus inicios, la
psicoterapia autógena viene desarrollándose por aposición progresiva de nuevos
métodos y técnicas, que se integran fácilmente con los conocimientos previos a través
de la aplicación práctica de una serie de principios generales que comentaré más
adelante.

Inicialmente aplicado al tratamiento de trastornos psicosomáticos y de


ansiedad, pronto se descubrió además su indicación en sindromes de estrés,
incluyendo el trastorno de estrés posttraumático, trastornos severos de la personalidad
y cuadros depresivos relacionados con experiencias de duelo y pérdida. Sus
aplicaciones extraclinicas derivan de su efecto potenciador de las capacides
homeostáticas del organismo, e incluyen sujetos sometidos a estrés laboral, deportes
de competición, entrenamiento de astronautas y personas que actúan en situaciones
extremas y como simple profilaxis o tratamiento preventivo de las tensiones de la vida
cotidiana. Desde el punto de vista intelectual, como casi todos los métodos
psicológicos de inducción repetida de estados inhabituales de conciencia, la
psicoterapia autógena facilita la conciencia de si mismo y el autoconocimiento, y
promueve el desarrollo armónico de la personalidad y la adaptación creativa al medio
ambiente.

Sus origenes históricos se remontan a los estudios del fisiólogo alemán Oskar
Vogt sobre el sueño y la hipnosis a finales del siglo pasado, mediante los que llegó a
describir una técnica de relajación denominada “reposo autohipnótico
psicoprofiláctico”, basada en la concentración en sensaciones de peso y calor en las

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extremidades. Años más tarde, otro médico alemán, Johannes Heinrich Schultz,
demostró que el estado inducido por la técnica de Vogt diferia del estado hipnótico en
dos variables importantes:

1. El estado especial de conciencia inducido por estos ejercicios se caracteriza


por aumento de la amplitud mental, mientras que la hipnosis produce un
estrechamiento de la conciencia, y

2. La práctica del método autógeno conlleva una creciente sensación de


autonomia e independencia del terapeuta, que contrasta con la conocida dependencia
que constituye uno de los mayores inconvenientes clinicos de la hipnosis.

Schultz perfeccionó notablemente el método, al que denominó “entrenamiento


autógeno”, por dos razones:

a) El estado especial de conciencia es autogenerado por el propio sujeto


mediante la práctica personal de una técnica de concentración especifica, de donde le
viene el nombre de “estado autógeno”

b) La eficacia terapeútica depende de la inducción regular y repetida


(aproximadamente tres veces al dia) del estado autógeno de manera sistemática
durante un periodo de tiempo (entre tres y doce meses), de donde viene el término de
“entrenamiento”.

Schultz observó que la concentración sobre sensaciones de peso y calor en las


extremidades llegaba a inducir un estado de relajación profunda de manera automática
y espontánea, sin ningún esfuerzo ni intención consciente al respecto. La práctica
repetida de los ejercicios aumentaba la habilidad del paciente para inducir por si

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mismo este estado peculiar, alcanzando niveles cada vez más profundos de relajación
y acumulando beneficios terapeúticos. Por eso el propio nombre del método resalta la
naturaleza autoinducida del fenómeno (esto es, independiente del terapeuta) y en la
necesidad de una práctica regular para obtener beneficios terapeúticos.

Otro aspecto técnico importante descrito por Schultz es el de “concentración


pasiva”, actitud mental imprescindible para la práctica del entrenamiento autógeno,
que la mayoría de los sujetos pueden desarrollar de manera casi intuitiva, si son
debidamente guiados para ello. Este tipo de concentración es diferente de la
concentración voluntarística o activa empleada a diario para la resolución de
problemas, y sin embargo no tiene nada que ver con el abandono de la imaginación ni
con la distractibilidad fácil de las mentes perezosas. Las características y el concepto
de la concentración pasiva serán tratados más adelante. Otros refinamientos técnicos
introducidos en este periodo fueron las diversas posturas de entrenamiento, y, sobre
todo, las fórmulas autógenas.

El siguiente paso importante en el desarrollo de la psicoterapia autógena fue la


descripción por W. Luthe en 1962 de las “descargas autógenas”, fenómenos
paroxísticos de tipo motor, sensorial, visceral o psíquico, que se presentan durante el
estado autógeno. Luthe demostró la relación de estos fenómenos con la historia
traumática del individuo, y los interpretó como favorecedores de la eliminación de
tensión psíquica acumulada o “neutralización”. Con objeto de aprovechar al máximo
estos efectos terapéuticos, Luthe desarrolló los métodos de neutralización y
abreacción autógena, que comentaremos después. Por otra parte, a partir de los
ejercicios básicos, se crearon lo que se denominó “ejercicios específicos de órgano” y,
posteriormente, las fórmulas intencionales o especificas, de orientación fisiológica o
psicológica, especialmente diseñadas para cada paciente determinado.

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El método de reconstrucción autógena fue creado por Gonzalez de Rivera en
1980, y tiene su origen en la observación de que las “fórmulas psicológicas
especificas” potencian el desarrollo de dinámicas prohomeostáticas inhibidas por
engramas traumáticos. Aunque el desarrollo espontáneo de estas dinámicas
prohemeostáticas inhibidas es, en general, la norma una vez que los engramas
traumáticos han sido neutralizados, el proceso puede ser lento o insuficiente en
algunos casos. La reconstrucción autógena incluye las técnicas de redecisión,
rejerarquización y potenciación, y requiere una evaluación cuidadosa de cada caso
concreto, prestando especial atención a no interferir con el principio de homeostasis y
autoregulación, ni con el de neutralización.

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PRINCIPIOS GENERALES

Como todo método clinico, la psicoterapia autógena reposa en una serie de


principios básicos, derivados de observación empirica e investigación experimental, a
partir de los cuales se elaboran y definen las diferentes técnicas de intervención. La
consideración de los principios básicos debe ser previa a toda instrucción técnica,
porque aporta los fundamentos teóricos y la actitud terapeútica sobre las reposa todo
el método.

I. Principio de Homeostasis y Autoregulación.

“Mi principal objetivo ha sido desarrollar un código de conducta sujeto a los principios de
autoregulación, del que derivemos seguridad y sentido de propósito, de tal manera que, al final,
podamos decir: ha merecido la pena”
Hans Selye, Institute of Stress Research, Montreal, 1974

“Constantemente afectado por las cambiantes circunstancias del mundo exterior y por su propio
proceso vital, el organismo ha de adaptarse al medio ambiente, y adaptar el medio ambiente a si
mismo, sin por ello modificar ciertas constantes vitales de su medio interno”.
Gonzalez de Rivera, Real Academia Nacional de Medicina, 1978.

La naturaleza ha dotado al ser humano de mecanismos automáticos, capaces de


regular no sólo todas sus funciones fisiológicas (equilibrio hidroelectrolítico, presión
arterial, el ritmo cardíaco, etc.), sino también procesos funcionales complejos de
naturaleza mental. Por eso, en la literatura sobre psicoterapia autógena se emplea con
frecuencia la expresión “Mecanismos cerebrales autoreguladores”, acuñada por Luthe
(1974) para significar que el cerebro humano posee y aplica de manera espontánea
ciertos mecanismos naturales capaces de reducir los efectos nocivos de la
sobreestimulación, tanto física como emocional. En psicoterapia autógena se
considera siempre la mente y el cuerpo como una unidad indivisible, enfocando las
funciones mentales y somáticas de manera simultánea.

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Los origenes del concepto de homeostasis proceden de Claude Bernard,
fisiólogo francés del siglo XIX, y se pueden resumir en su famosa frase “La
constancia del medio interno es la condición indispensable para la vida libre”. A
principios del siglo XX, el médico norteamericano Walter Cannon definió
homeostasis como “el conjunto coordinado de procesos fisiológicos encargados de
mantener la constancia del medio interno, regulando las influencias del medio externo
y las respuestas correspondientes del organismo”. Saliéndose del terreno estrictamente
fisiológico, Cannon describió la “respuesta de lucha y huida” como una reacción
prohomeostática conductual compleja, en la que se integran procesos internos
reguladores del metabolismo y acciones externas de adaptación al medio.

El estrés se presenta cuando aumentan las exigencias del medio externo, hasta
llegar a un punto de ruptura o “estrés critico”, que corresponde a niveles que superan
la capacidad de los mecanismos homeostáticos, con lo que se altera de manera
persistente el equilibrio del medio interno, con consecuencia generalmente
patológicas.

Hans Selye continuó en Montreal el estudio de los efectos patógenos del estrés,
que definió como “una respuesta inespecifica del organismo a las demandas excesivas
del medio”, y denominó sindrome general de adaptación a la patologia somática
producida por el mantenimiento de esta reacción de estrés.

La homeostasis es un equilibrio dinámico, un continuo cambio en busca de las


condiciones más favorables para el mantenimiento de la vida autónoma y para el
desarrollo del programa genético especifico de cada individuo. Las influencias del
medio y los desequilibrios producidos por el propio desarrollo y la manifestación de
las necesidades internas, modifican continuamente el valor de las denominadas

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“constantes” fisiológicas, lo cual es inmediatamente corregido por los mecanismos
autoreguladores. El valor de las constantes experimenta asi, de manera normal, una
continua variación, -la oscilación o “temblor” de la constante-, en torno a un valor
central idóneo.

La tolerancia a variaciones del valor idóneo de las constantes es caracteristica


de cada individuo, y determina su grado de resistencia o vulnerabilidad a la
enfermedad. G. de Rivera, en un trabajo premiado por la Real Academia Nacional de
Medicina (1978), formuló de la siguiente manera la Ley General de la Homeostasis:
“La probabilidad de que una variación en el valor idóneo de una constante fisiológica
redunde en enfermedad, lesión o muerte, es directamente proporcional a la magnitud
de la variación y al tiempo durante el cual se mantiene, e inversamente proporcional a
la tolerancia del organismo a variaciones de esa constante”. Variaciones pequeñas, si
son mantenidas en el mismo sentido durante mucho tiempo, pueden también ser
patógenas. Esta relación puede expresarse esquemáticamente por la siguiente fórmula:

(N+∆N)T
E = -------------
Rg+Ra

N = valor medio idóneo de determinada constante;


∆N = variaciones de esta constante;
T = tiempo durante el que se mantienen
Rg = tolerancia genética a oscilaciones de la constante
Ra = tolerancia adquirida, que puede ser positiva o negativa.

Algunos de los mecanismos de acción de la psicoterapia autógena en los


trastornos psicosomáticos y en la promoción general de la salutogénesis están
relacionados con el aumento de la Tolerancia Adquirida y con la disminución y
reequilibrio de la oscilación de la constante, reduciendo asi la intensidad y la duración
de sus desviaciones.

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Autoregulación y autocontrol son conceptos relacionados con el de
homeostasis, y se derivan de la teoria cibernética de Norbert Wiener. Un proceso es
autoregulado cuando reintroduce sus efectos o ´output´ en su origen, o ´input´,
actuando asi estos efectos como determinantes en la modulación de su continuidad. Se
establece asi un mecanismo circular de retroalimentación, positiva o negativa, gracias
al cual los efectos producidos por una actividad actuan como causa, positiva o
negativa, de la misma. La autoregulación es esencial para la homeostásis. El proceso
completo de autorregulación de una función se puede dividir en tres etapas:

1) información sobre los efectos de la función,


2) integración de esta información con los demás determinantes de la actividad de la
función,
3) modificación de la función en respuesta a los nuevos determinantes.

En psicoterapia autógena, la autorregulación y homeostasis se entienden no


sólo en relación con variables fisiológicas (tales como el equilibrio hidroelectrolítico,
la presión arterial, el ritmo cardiaco, la temperatura corporal, la cicatrización de las
heridas, etc), sino también con respecto a procesos más complejos de naturaleza
mental, como pueden ser la superación e integración de contradicciones y
experiencias traumáticas, el desarrollo armónico de la personalidad y la adaptación
creativa al medio ambiente. Es en este sentido en el que se utilizan expresiones tales
como “mecanismos homeostáticos cerebrales de autorregulación”.

En resumen, en Psicoterapia Autógena se considera el funcionamiento del ser


humano, en sus aspectos biológicos, psicológicos y conductuales, como autorregulado
en función de tres grandes grupos de factores:
a) sus exigencias de desarrollo,

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b) las caracteristicas de su entorno
c) el proyecto o propósito final de su existencia.

La autoregulación prohomeostática es independiente de la voluntad y puede, de


hecho, alterarse por interferencia de procesos atencionales conscientes, ciertas
dinámicas de tipo emocional, la programación educativa inadecuada o contradictoria,
y el acúmulo de experiencias traumáticas que sobrepasan la capacidad de
neutralización del organismo.

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II. Principio de Autogenicidad.

Formulado inicialmente por Schultz y desarrollado posteriormente por Luthe, el


principio de autogenicidad se refiere a la capacidad natural del organismo para
generar sus propios recursos de recuperación y auto-organización. Incluye varios
aspectos relacionados:

1) El funcionamiento espontáneo o automático del organismo, cuya percepción


a través de procesos de atención interna se denomina “experiencia de autogenicidad”.

2) Las funciones de recuperación y autoorganización psicofisiológica, que


alcanzan sus niveles óptimos en el “estado autógeno”, un estado especial de
conciencia inducido mediante técnicas atencionales especificas.

3) En un sentido más amplio, la toma de conciencia (“awareness”) del mundo


interno, o percepción integrada del conjunto de representaciones, constructos y
procesos mentales, cn sus experiencias emocionales y propioceptivas concomitantes.

Desde el punto de vista práctico, es posible experimentar la autogenicidad


siguendo los siguientes pasos:

1) El primer paso requiere la inhibición de la atención externa (desentenderse


del entorno, cerrar los ojos, adoptar postura sin tensión) y su conmutación hacia la
atención interna (observar los propios procesos mentales, sensaciones fisicas, etc).

2) El segundo paso es la aceptación pasiva de todas las percepciones presentes,


sin interferir ni tomar partido con criterios valorativos o de interés y rechazo. Algunas
de las interferencias más frecuentes proceden del apego a la reacción emocional ante

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la experiencia, de intentar contrastarla con recuerdos, de buscarla explicación o
intentar razonar sobre ella, de discutir consigo mismo sobre su significado y distintos
aspectos, etc....

3) Finalmente, mantener durante unos minutos (entre cinco y treinta,


óptimamente quince) el estado de mera percepción del funcionamiento del organismo
en condiciones de minima interferencia, tanto voluntaria como por otras dinámicas
parciales.

De manera aislada, este procedimiento permite evaluar el estado general de la


organización del mundo interno, tanto en sus aspectos de corporalidad o vivencia del
cuerpo, como en los más psicológicos relacionados con los constructos y
representaciones mentales. En sujetos sin experiencia previa, las respuestas iniciales
tienden a ser de tipo cenestésico o somático. Una graduación de posibles respuestas,
que indica, de mejor a peor, el estado de esta organización del mundo interno, es la
siguiente:

1. Relajado y tranquilo
2. Relajado, con una leve sensación como de mareo
3. Un poco mareado, necesidad de moverse o tocarse, sensación de que alguna
parte del cuerpo parece estar cambiada, adormecida, cosquilleos, etc
4. Como estar flotando
5. Angustiado, no saber donde se está, sentirse fuera del cuerpo, etc.

Las varias formas de experimentar la autogenicidad ofrecen indicaciones


valiosas sobre la salud psiquica y psicosomática. Los traumas o incoherencias que
distorsionan el normal funcionamiento de los procesos mentales tienden a irrumpir
súbitamente, con manifestaciones paroxisticas, más o menos fáciles de relacionar con

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el problema básico. Esta experiencia, repetida de manera graduada, permite valorar la
capacidad del sujeto para realizar trabajo psicológico, poniendo en evidencia la
riqueza de su mundo interno y sus habilidades de acceso al mismo. Algunos
conceptos propios de la psicoterapia autógena relacionados con el principio de
autogenicidad son los siguientes:

a) presión de descarga, tendencia que determinadas dinámicas,


representaciones mentales o engramas psicofisiológicos tienen a manifestarse de
manera brusca durante el estado autógeno.

b) neutralización, pérdida progresiva del potencial patógeno de registros


cerebrales disfuncionales ó traumáticos.

c) encaje o coherencia, relación de correspondencia armónica entre las


distintas representaciones y registros cerebrales, tanto de naturaleza cognitiva como
emocional, motriz, propioceptiva o sensorial.

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III. Principio ASCI .
ASCI: Altered State of Conciousness Induction
Inducción de estado alterado de conciencia

Definimos la conciencia como un proceso activo y permanente que integra,


almacena y modifica las percepciones sobre el entorno y el propio funcionamiento del
organismo. La conciencia de si mismo o autoconciencia es el principal rasgo cualitativo
diferencial de la conciencia humana. En una primera aproximación al estudio de la
conciencia, debemos distinguir entre su nivel y su estado.

El nivel de conciencia, equiparable al nivel de alerta, determina el grado de


nitidez y cohesión de los contenidos mentales, y tiene como base neurofisiológica la
formación reticular ascendente, que a partir del troncoencéfalo se proyecta hacia las
partes más desarrolladas del cerebro. Podriamos definirlo como el grado de energia
disponible para el funcionamiento de los procesos de percepción, integración y
modificación caracteristicos de la conciencia. Los niveles de conciencia pueden variar
desde el estado de coma hasta la hipervigilancia más extrema, y han sido clásico objeto
de interés por la neurologia y la neuropsiquiatria.

El estado de conciencia, que definimos como “el conjunto de constructos mentales


operativos en un momento dado”, tiene su base neurofisiologica en los hemisferios de la
corteza cerebral, o, más precisamente, en el predominio relativo de cada uno de ellos. La
existencia de constructos y modos de conceptualización a los que sólo se accede en
determinado estado de conciencia guarda relación con la especialización de cada
hemisferio cerebral para cierto tipo de funciones. El estado de conciencia habitual es
solamente uno de los muchos estados posibles, cada uno de ellos con sus propias
caracteristicas cognitivas y psicofisiológicas.

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Los estados de conciencia contenidos en el primer tercio de la figura (inspiración,
euforia y estado autógeno) son los que logran el máximo equilibrio entre los dos
hemisferios, facilitando el grado óptimo de activación y transmisión de información
entre ambos. A partir de este punto, y ciertamente en el último tercio del esquema
(éxtasis, nirvana), la actividad del hemisferio derecho supera a la del izquierdo, y puede
efectuarse una desconexión en sentido opuesto, esto es, control por el hemisferio
derecho de la conciencia y la actividad, y supresión del izquierdo. Es importante
tener

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esto en cuenta, en prevención del riesgo que entrañan las técnicas de inducción de
estados alterados de conciencia que sobrepasan el dintel de seguridad, y pueden
conducir a estados de desconexión funcional con predominio derecho, considerados más
patológicos en nuestra cultura por estar más desadaptados a las convenciones sociales.
En los estados alterados de conciencia obtenidos por psicodislépticos , asi como en los
estadios iniciales de algunas psicosis, y en las experiencias místicas, es frecuente la
vivencia de "verlo todo claro", sin que sea posible explicar esta vivencia o encontrarla
aplicaciones creativas. En estos casos, la estimulación del hemisferio derecho ha tomado
control total de la conciencia, y la sensación de novedad y plenitud es consecuencia del
acceso a un modo cognitivo desacostumbrado, sin que sus contenidos puedan ser
aplicados proactivamente en colaboración con el hemisferio izquierdo.

Diversos procedimientos de activación ergotrópica o trofotrópica han sido


aplicados a la inducción de estados inhabituales de conciencia, incluyendo la
ingestión de sustancias psicodislépticas, movimientos ritmicos, y estimulación sonora.
El entrenamiento y desarrollo de funciones atencionales especificas asegura la
inducción sistemática y reproducible de estados de conciencia por estimulación
trofotrópica, fenómeno conocido desde antiguo, y que está en la base de todos los
métodos de meditación.

Benson, en 1975, describió la “Respuesta de Relajación”, o inducción de un


estado hipometabólico por concentración pasiva en un estimulo determinado. Los
estimulos pueden ser tan variados como formas de meditación, incluyendo la
concentración en “ausencia de estimulo” o “vacio”. Las caracteristicas fisiológicas
principales de este estado corresponden a las que se obtienen experimentalmente por
estimulación de las áreas trofotrópicas del hipotálamo, y consisten fundamentalmente
en disminución del consumo de oxigeno, enlentecimiento y aumento de la amplitud
respiratoria, enlentecimiento del ritmo cardiaco, disminución de la presión arterial,

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aumento de actividad alfa en registros bioelectricos cerebrales y disminución del tono
muscular. Desde el punto de vista psiquico, el estado de relajación se acompaña de
sentimientos generalizados y difusos de bienestar y seguridad, por lo que puede
considerarse como opuesto al estado de ansiedad, entendido como “un estado de
hiperactivación fisiológica, acompañado de sensación difusa y generalizada de peligro
inminente o anticipado”.

Entrenamiento de la Atención:

Desde el punto de vista práctico, entendemos por atención un mecanismo


central que regula y orienta la actividad consciente del organismo. Más que una
facultad o actividad especifica, lo consideramos como un aspecto global de
funcionamiento cognitivo, que condiciona y modula el rendimiento de otras funciones
psiquicas.

Desde William James, la atención se clasifica, según el mundo al que se dirija,


en sensorial o externa, cuando se aplica a estimulos ambientales, e intelectual o
interna, cuando se aplica a los contenidos de la conciencia o mundo interno. Desde
otro punto de vista, las caracteristicas de la atención pueden definirse también según
su objeto de concentración y según el modo en que se aplica.

foco modo
Global Activa
Focal Receptiva
Difusa Dispersa

Según el objeto de concentración de la atención, esta puede ser focal, cuando


está fijada en un estimulo determinado; global, cuando se mantiene abierta a todo el
campo perceptual; y difusa, cuando se ejerce de manera focal sobre múltiples objetos.

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La atención dividida es una versión especial de la atención difusa, intermedia entre
ésta y la atención focal.
Según el modo de ejercerse, la atención puede ser:

1. activa, cuando se ejerce de manera voluntaria, regulada por el deseo


consciente de un objetivo determinado que se pretende alcanzar. Se acompaña de
sensación de esfuerzo, y, generalmente, de sentimientos de tensión y frustración
cuando no se logra el objetivo predeterminado.

2. Pasiva, cuando no pretende ningún fin concreto. A su vez, puede


subdividirse en receptiva, cuando se mantiene equitativamente abierta a todo objeto o
estímulo que aparezca en su campo, sin dejarse arrastrar por ninguno en concreto, y
dispersa, cuando es atraida de manera irregular por los diversos estimulos que se
presentan en su campo.

A pesar de su nombre, el mantenimiento de la concentración pasiva en su


versión receptiva necesita un cierto esfuerzo consciente, aunque de naturaleza
diferente al propio de la atención activa. Más que en “hacer algo” este esfuerzo
consiste en “dejar de hacer”, esto es, en mantener una actitud de observación
receptiva sin rechazar ni participar en lo observado.

La “respuesta de relajación” se induce de manera regular y espontánea por


diversas técnicas de entrenamiento de la atención, todas las cuales tienen en común el
mantenimiento de un modo de atención pasiva-receptiva fijado en un foco de
naturaleza global. Los estados producidos por los diferentes métodos difieren de
manera ligera en diversos aspectos, pero todos tienen en común la producción del
mismo “tono afectivo básico”, que podemos definir como una sensación difusa de
seguridad y bienestar, en todo opuesta a experiencia de ansiedad.

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La regularidad y reproducibilidad con la que se produce el fenómeno ASCI al
aplicar la técnica mental apropiada es lo que nos permite considerarlo como un
principio general de funcionamiento del sistema nervioso. Se trata de una respuesta
automática y estereotipada ante un proceso mental definido, el cual si que puede ser
iniciado y mantenido de manera deliberada siguiendo el procedimiento apropiado. Es
importante tener en cuenta que este “estado de relajación” no puede lograrse
directamente de manera consciente ni voluntaria. Por el contrario, aparece por si
mismo de manera inevitable, secundariamente al mantenimiento de la concentración
pasiva. Las exigencias, pretensiones y esfuerzos activos para “conseguir relajarse”
estropean la experiencia, ya que una de sus caracteristicas esenciales es la
despreocupación o “desapego” total de los resultados.

La experiencia ASCI por si sóla favorece la estabilidad emocional y la


resolución de conflictos internos, al aportar una visión más amplia de la realidad
personal. Sin embargo, una vez adquirida la habilidad ASCI, es conveniente un
método o sistema en el que englobar las nuevas experiencias. Desde el punto de vista
clinico, el estado autógeno es el que ofrece mayor interés, por numerosas razones,
entre ellas las siguientes:
1. Proximidad a la experiencia cotidiana.
2. Actualización del esquema corporal.
3. Activación del principio homeostático.
4. Desactivación estructurada de traumas e incoherencias.

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NEUROBIOLOGÍA DEL ESTADO AUTOGENO

Como psicoterapia de orientación psicofisiológica que es, la psicoterapia


autógena presta considerable atención a sus mecanismos neurobiológicos de acción,
tanto como fundamentación de su práctica, que como herramienta de investigación
para nuevos desarrollos. Desde los primeros momentos, fue evidente que la
concentración pasiva en estimulos propioceptivos ejerce un potente efecto
psicosomático, acompañado de marcados cambios objetivos en las funciones
fisiológicas corporales. El perfil opuesto de estos cambios con los caracteristicos de
las reacciones de alerta y de estrés determinó, en primer lugar, una de las más
importantes indicaciones terapeúticas del método, y, en segundo lugar, la principal
linea de investigación de sus mecanismos básicos de acción.

Ya hemos visto que, setenta años después de que Claude Bernard estableciera
sus famosos postulados sobre el “milieu interieur”, Cannon demostró las
interrelaciones funcionales multidimensionales de este principio regulador, que el
denominó homeostasis (Cannon, 1932, 1935). Los estudios experimentales del premio
Nobel suizo Walter R. Hess, años más tarde, correlacionaron los mecanismos
homeostáticos generales con la organización funcional del sistema nervioso autónomo
y el diencéfalo (Hess, 1954). Según estos estudios, existen en el diencéfalo dos zonas
anatómicas y funcionales, que regulan diferentes y complementarios aspectos de la
homeostasis del medio interno, y de cuyo equilibrio depende el buen funcionamiento
del organismo y su adaptación frente al estrés.

La zona ergotrópica o dinamógena comprende la parte posterior del hipotálamo


y núcleos de materia gris en el mesencéfalo y romboencéfalo anterior, y está
relacionada con la excitación en general, y con aquellos mecanismos que acompañan

25
fisiológicamente a la actividad motora del organismo y al trabajo físico,
correspondiendo en gran medida con las actividades del sistema nervioso simpático.

La zona trofotrópica o endofiláctica comprende principalmente la porción


rostral del hipotálamo, el área preóptica y supraóptica, parte del septum, y está en
íntima relación con mecanismos protectores, de recuperación y de eliminación
(defecación, vómito). Hess considera el sueño como un medio de preservar y restaurar
las energías nerviosas, y como una expresión típica de la actividad trofotrópica. Los
cambios fisiológicos observados en humanos durante el estado autógeno son similares
a los observados por Hess en sus animales de experimentación después de estimular la
región trofotrópica del hipotálamo.

Fenómenos fisiológicos similares parecen obtenerse mediante la práctica de


otros métodos de concentración pasiva, y Benson propone denominar al fenómeno
“respuesta de relajación”, considerándolo como una respuesta de integración
hipotalámica, de signo opuesto a la respuesta de alerta o “fight and flight response” de
Cannon. El estado autógeno corresponde a la experiencia subjetiva de una
“conmutación neurofisiológica”, con inversión de la activación relativa entre los
sistemas ergotrópico y trofotrópico.

La acción trofotrópica del entrenamiento autógeno, y de otras formas de


concentración pasiva, se ejerce mediante una reducción de estímulos aferentes,
propioceptivos sobre todo, lo cual disminuye la actividad reticulo-cortical, y por tanto
la excitación del área ergotrópica. Desde Gellhorn (1974), es sabido que las señales
propioceptivas enviadas por la musculatura estriada tienen un efecto activador de la
porción posterior del hipotálamo, a través de estimulación de la formación reticular
ascendente, y por lo tanto ejercen así su acción dinamógena o ergotrópica.

26
Sin embargo, aunque la relajación muscular es un fenómeno espontáneo
habitualmente presente en el estado autógeno, las técnicas basadas en la relajación
relajación muscular (Jacobson) no siempre inducen el estado autógeno, o lo hacen de
manera inconstante, por lo que hemos de concluir que otros factores independientes
de la relajación muscular juegan un importante papel en la inducción del estado
autógeno.

La concentración pasiva modifica los impulsos propioceptivos musculares, pero


éste no es más que uno de los muchos fenómenos presentes durante el estado
autógeno. La concentración pasiva se acompaña de una actitud de “libre aceptación”,
esto es, de renuncia a la discriminación axiológica de los diversos estímulos, tanto
internos como procedentes del exterior. Mediante esta suspensión del juicio crítico,
todas las percepciones parecen tener el mismo significado, y nada es considerado
como peligroso para la integridad de la supervivencia. Así, hay una inhibición de la
reacción de estrés, con reducción generalizada de los impulsos corticales hacia el
hipotálamo posterior, a través del sistema límbico, con la consiguiente desactivación
relativa de la zona diencefálica ergotrópica. (ver Gonzalez de Rivera, Medicina
Psicosomática, 1995).

El estudio de ciertos fenómenos subjetivos durante el estado autógeno,


especialmente de naturaleza cognitiva, indica que existe también un “efecto
conmutación” en la relación entre los hemisferios cerebrales. Como es bien sabido
desde los trabajos de Sperry, Bogen y Gazzaniga, el hemisferio derecho (en la persona
diestra normal) está particularmente especializado para procesar y almacenar
información relativa a sonidos musicales, formas plásticas y relaciones espaciales,
mientras que el izquierdo se especializa en procesos lingüísticos y aritméticos. Sin
embargo, no es éste el aspecto más importante en la especialización hemisférica, sino el
uso por cada hemisferio de modos cognitivos diferentes: un modo analítico y lógico por

27
el hemisferio izquierdo, para el que palabras y números constituyen excelentes
instrumentos, y un modo holístico y sintético por el derecho, al que se adaptan mejor
imágenes, sensaciones y melodias.

En su estado de funcionamiento óptimo, las conexiones interhemisféricas


transmiten información de uno a otro hemisferio, tomando el hemisferio más apto para
desarrollar la tarea del momento el control de las vías motoras, y enrolando al otro en su
apoyo.

Teóricamente, cada hemisferio puede tener acceso a la totalidad de la información


almacenada en el otro, pero en la práctica parece operarse una desconexión funcional
más o menos intensa entre ellos. Las razones para ello son múltiples. En primer lugar, es
preciso tener en cuenta que algunos constructos contenidos en un hemisferio no se
traducen fácilmente al lenguaje del otro, como por ejemplo una sinfonía o una
complicada operación matemática. En estos casos, puede que sólo se transmita la
conclusión sobre la acción a tomar, y no los detalles operacionales en los que se basa tal
decisión. El hemisferio derecho, con su capacidad de evaluar de manera convergente un
gran número de datos dispersos y sin aparente relación lógica entre sí, nos ofrece
muchas veces conclusiones intuitivas, con frecuencia acertadas, pero a las que sería
imposible llegar por los procesos racionales del hemisferio izquierdo. Recíprocamente,
el hemisferio izquierdo es capaz de planear una pauta secuencial de acción, cuya lógica
escapa a los procesos imaginativos del derecho.

Un segundo mecanismo de desconexión funcional, de significado patológico-


defensivo, tiene lugar cuando cada hemisferio procesa el mismo acontecimiento de
manera contradictoria o incompatible, a causa de sus diferentes modos de integración
perceptual. Un ejemplo clásico de este mecanismo es el del niño al que su madre
abofetea mientras le dice: "Hago esto por que te quiero y es por tu bien". El hemisferio

28
izquierdo, que procesa información verbal, incorpora la declaración de afecto y ayuda,
mientras que el derecho, poco hábil con el lenguaje, evalua solamente la comunicación
no verbal y sus efectos propioceptivos, que son agresividad y dolor. Ante la vivencia de
la contradicción, sólo caben tres posibilidades: 1) El bloqueo total, o fracaso global en el
procesamiento de la información contradictoria, la consecuencia más patológica, que se
da en los estados de "shock" traumático, base de amnesias y reacciones disociativas. 2)
La desconexión funcional, en la que cada hemisferio procesa independientemente un
aspecto de la información, con bloqueo de las posibilidades de intercambio. Esta
reacción es moderadamente patológica y bastante frecuente, y su consecuencia principal
es la pérdida relativa de la cooperación interhemisférica y 3) la elaboración de un nuevo
constructo que integra y supera la contradicción, solución sana óptima, esencial para las
respuestas proactivas y la creatividad. En el ejemplo anterior, este constructo podria
formularse algo asi como: "Mamá en el fondo me quiere, pero hay que tener cuidado
con ella porque a veces se pone peligrosa"

Debido a la particular organización de nuestra cultura occidental, la actividad del


hemisferio izquierdo resulta más importante para el individuo como medio de
supervivencia y obtención de gratificación. Por ello, es obvio que, en caso de conflicto,
tomará el control absoluto de la respuesta, eliminando en lo posible al derecho. Sin
embargo, la memoria de la situación conflictiva y el plan de acción elaborado como
respuesta, persisten en el hemisferio derecho, y se manifiestan por ocasionales
interferencias en el funcionamiento del izquierdo y como intromisión en ciertos estados
de conciencia que favorecen su expresión y durante la fase onírica del sueño.

El hemisferio derecho es así el depositario, por una parte, de las funciones que
podemos llamar "intuitivas", y por otra, de elaboraciones mentales reprimidas,
incoherentes o incompatibles con la conciencia vigil habitual, de claro predominio
izquierdo. La intuición, o conocimiento cuya adquisición no puede explicarse bien

29
lógicamente, depende de la particular manera de procesar la información en el
hemisferio derecho, y representa su aportación desinhibida al funcionamiento global. El
inconsciente freudiano, en cambio, es consecuencia de la inhibición funcional de la
actividad hemisférica derecha, cuando la información que contiene resulta contradictoria
o incompatible con la del hemisferio dominante izquierdo.

Los fenómenos que se presentan durante el estado autógeno indican un aumento


funcional de la interconexión hemisférica, siendo el material del hemisferio derecho más
fácilmente accesible al izquierdo, y viceversa. En esta situación, resulta posible emplear
coordinadamente las funciones de los dos hemisferios, y desarrollar actividad creativa,
que requiere la integración de ambos hemisferios de su grado máximo de actividad. Sin
embargo, en otros casos, la vivencia puede ser desagradable, un "mal viaje" y, si el
sujeto no está debidamente preparado y supervisado, su psicopatologia puede agravarse.
Eventualmente, en condiciones apropiadas y siguiendo la técnica correcta, la reconexión
terapeútica facilita la integración progresiva de las contradicciones, la superación del
conflicto psiquico y el desarrollo de la personalidad. Estos fenómenos constituyen la
base de la psicoterapia autógena, y explican no solamente sus efectos terapeúticos, sino
tambien la frecuente movilización de la creatividad que tiene lugar incluso con los
métodos básicos.

Desde este último punto de vista, se puede considerar la creatividad como un


peculiar proceso de estructuración de la realidad, a través del cual llegan a formarse
nuevas conexiones entre representaciones mentales habituales. La expresión completa
de este proceso comprende cuatro fases cognitivas y otras cuatro emocionales o
afectivas. Las fases cognitivas son: 1) Descubrimiento de pautas básicas comunes que
unen acontecimientos aparentemente dispares; 2) Formación de nuevas estructuras
mentales en las que las "pautas ocultas" tienen una presencia obvia; 3) Construcción de
una realidad interna diferente de la inicialmente recibida, y 4) exteriorización de esa

30
realidad interna en el mundo externo socialmente consensuable. Los aspectos
emocionales que acompañan las distintas fases cognitivas son: 1) sentimientos de
curiosidad y asombro, predominantes en la primera fase cognitiva, 2) Entusiasmo,
descubrimiento, insight, "experiencia eureka", predominantes en la segunda fase, 3) Una
particular combinación de deseo, esfuerzo y frustración, la "tensión creadora", que
impulsa el desarrollo de la tercera fase cognitiva y su transición hacia la cuarta, y 4)
convicción, competitividad y lucha por superar la "prueba de la realidad", formulando
las construcciones internas de manera operativa en el mundo externo y logrando su
aceptación y reconocimiento.

31
FISIOLOGIA DEL ESTADO AUTÓGENO
FENOMENOS OBJETIVOS DEL ESTADO AUTOGENO

Numerosos cambios fisiológicos importantes tienen lugar durante el estado


autógeno, todos ellos indicativos de un aumento del tono trofotrópico o parasimpático
neurovegetativo, con la consiguiente reducción de la actividad ergotrópica o
neurovegetativa simpática. En este campo, existen diferencias entre los sujetos que
practican el entrenamiento autógeno básico de manera regular durante menos de 6
meses (entrenamiento a corto plazo) y aquellos cuya práctica del método es superior a
los 6 meses (entrenamiento a largo plazo o veteranos). Las modificaciones estables de
la reactividad neurovegetativa sólo tienen lugar después de un entrenamiento a largo
plazo, incluyendo un mayor equilibrio, una mejor adecuación de la respuesta a las
necesidades impuestas por las circunstancias, y una más rápida recuperación a valores
basales una vez que cesa el estímulo. En general, es a partir de los 6 meses de
entrenamiento regular cuando se eleva consistentemente el dintel de sintonía
neurovegetativa, asegurando un buen equilibrio ergotrópico-trofotrópico, aún en
situaciones de estres. (La exposición detallada de los conceptos de “sintonía
neurovegetativa” y equilibrio ergotrópico-trofotrópico puede encontrarse en la sección
dedicada a los mecanismos intermedios neurofisiológicos, en Medicina Psicosomática
de Glez de Rivera) Hecha esta salvedad, podemos considerar las siguientes
características fisiológicas como típicas del estado autógeno:

1. Tono muscular. Desde el comienzo de su aplicación clínica, se ha


considerado el estado autógeno asociado con relajación muscular. Esta disminución
del tono muscular no se limita a los miembros objeto de la fórmula autógena, sino que
se extiende al resto de la musculatura. Sin embargo, en ocasiones pueden observarse
reacciones paradójicas con hipertonia en algunos sujetos. Este fenómeno puede
deberse a errores técnicos en la práctica del ejercicio, o presentarse en coincidencia

32
con descargas autógenas, de las que se tratará más adelante. La relajación de la
musculatura voluntaria no guarda relación con el contenido de las fórmulas autógenas,
sino que parece depender más de la concentración pasiva. en sujetos bien entrenados,
la relajación del tono muscular puede comenzar de manera refleja, nada más adoptar
el individuo la postura de entrenamiento, antes de que comience la repetición mental
de la fórmula.

2. Función cardíaca. En el estado autógeno se reduce de manera significativa


la frecuencia cardíaca, en un valor medio de 5-10% la frecuencia de reposo. Durante
la aplicación del tercer ejercicio básico puede llegarse a una reducción aun mayor,
pudiendo llegar hasta un 25% . Se desaconseja, sin embargo, el empleo de fórmulas
específicamente destinadas a reducir el ritmo cardíaco. La fórmula apropiada para el
tercer ejercicio básico (“el corazón late tranquilo y natural”) debe comunicar la idea
de equilibrio y regularidad, y no la de lentitud. En las alteraciones del ritmo cardíaco,
se observa también una marcada normalización del mismo durante este ejercicio.
Recientemente, en practicantes veteranos del método se ha descubierto una
disminución de la sensibilidad de los receptores beta-adrenérgicos, lo cual explica la
normalización y enlentecimiento del ritmo cardiaco y su menor reactividad a
situaciones de estrés emocional.

3. Función respiratoria. La frecuencia respiratoria disminuye, en un término


medio de 15% sobre la frecuencia de reposo, con aumento de duración de la
inspiración y de la expiración, y aumento de la proporción entre tiempo de inspiración
y tiempo de expiración. La amplitud de expansión torácica también aumenta,
indicando respiraciones más profundas. Ocasionalmente, sobre todo en sujetos poco
entrenados, se presentan alternancias de breves periodos de apnea y respiraciones
profundas con expiración forzada (suspiros). Los requerimientos metabólicos de

33
oxígeno disminuyen durante el estado autógeno, así como los niveles circulantes de
O2 y CO2.

4. Circulación periférica y temperatura de la piel. La sensación subjetiva de


calor que acompaña a la práctica del segundo ejercicio básico corresponde con una
elevación real de la temperatura, entre 1 - 3ºC en determinaciones realizadas en el
pulpejo de los dedos. Esta elevación térmica está asociada con el contenido de la
segunda fórmula autógena, siendo su presentación inconsistente con las demás
fórmulas. Su base fisiológica está en una vasodilatación capilar, con aumento de la
circulación periférica en las extremidades,

5. Presión sanguínea arterial. En general, las variaciones de la presión arterial


no son consistentes durante las 3-4 primeras semanas de entrenamiento. La mayoría
de los sujetos experimentan una ligera reducción de la presión sistólica después de
este período inicial y más adelante también de la diastólica. Esta reducción es más
importante en los hipertensos, apareciendo antes en ellos las variaciones diastólicas.
Como observación importante, debemos destacar que aproximadamente un 3% de los
hipertensos experimentan elevaciones paradójicas de la tensión arterial durante el
estado autógeno; cuando este fenómeno se prolonga durante más de dos semanas,
puede constituir contraindicación absoluta para la práctica del método. Las medidas
periódicas de la presión arterial antes, durante e inmediatamente después del estado
autógeno resultan, por lo tanto, una precaución necesaria durante las primeras
semanas de entrenamiento. En la mayoria de los sujetos que experimentan aumento
paradójico de la presión arterial se puede poner en evidencia fenómenos de descargas
de contenido agresivo, lo que constituye una buena indicación para iniciar el
tratamiento con métodos de neutralización autógena.
6. Actividad electrodermal. Durante el estado autógeno se observa un
aumento progresivo de la resistencia eléctrica de la piel, que llega a un nivel

34
estacionario a los 5-10 minutos del comienzo del ejercicio, y regresa lentamente a los
valores habituales en un plazo de 10-30 minutos después de su terminación. Algunos
sujetos presentan disminuciones variables e inconsistentes de la resistencia galvánica
durante el estado autógeno, lo que se atribuye a descargas autógenas consistentes en
la intromisión de pensamientos ansiógenos o manifestaciones neurovegetativas.

7. Actividad electrica cerebral. El primer fenómeno observable durante el


comienzo del estado autógeno es un aumento de la cantidad de frecuencias alta, y una
tendencia a una cierta constancia del ritmo dentro de la frecuencia alfa. Algunos
sujetos presentan una progresiva disminución de la amplitud de las ondas alfa, con
enlentecimiento del ritmo y tendencia a la preponderancia de ondas theta. El análisis
computerizado de las frecuencias en ese último grupo muestra que la desaparición del
ritmo alfa es más aparente que real, debido a la disminución de su amplitud, a las
oscilaciones de la línea de base y a la superimposición de ondas lentas.

Ambos tipos de trazado EEG se acompañan de ocasionales interrupciones de


ritmo beta, más o menos generalizadas. El hecho de que pueden coexistir en el mismo
sujeto parece indicar que no dependen de características propias del sujeto, sino de
diferentes fases o estadíos en el estado autógeno. Rohmer e Israel describen tres tipos
de fenómenos paroxísticos presentados por algunos de sus sujetos normales durante la
práctica del entrenamiento autógeno:

Tipo I: Puntas aisladas, con frecuencia generalizadas.


Tipo II: Mezclas complejas de ondas lentas (alfa y theta) y puntas.
Tipo III: Cortos trenes de ritmo lento, theta o delta, más o menos generalizados.

El interés de estos fenómenos paroxísticos radica en la posibilidad de que


representen el sustrato neurofisiológico de las descargas autógenas, frecuentemente

35
descritas como experiencia subjetiva, pero cuyas manifestaciones objetivas son
raramente observadas.

8. Actividad neuroendocrina.- Paralelamente a los cambios mediados por el


sistema nervioso neurovegetativo, tienen tambien lugar modificaciones en la actividad
endocrina, mediados a través de las conexiones limbo-hipotálamo-hipofisarias.
Particular interés tiene la marcada disminución de los niveles circulantes de las
llamadas “hormonas de estrés” inmediatamente después del ejercicio básico, efecto
más marcado y consistente en los sujetos veteranos, entrenados durante más de seis
meses. La hormona mejor estudiada es el cortisol, cuyos niveles descienden casi un
50% durante el estado autógeno, recuperándo progresivamente sus niveles basales a lo
largo de los 60 minutos subsecuentes. Este fenómeno correlaciona de manera
interesante con las observaciones subjetivas sobre la persistencia de la respuesta de
relajación durante un periodo de 20-60 minutos después de la terminación estandar
(Estadio A). Estudios en sujetos veteranos con más de un año de práctica regular
muestran también niveles basales en el limite inferior de lo normal, lo cual indica un
efecto reductor del método básico sobre la reactividad neuroendocrina a largo plazo.
Análoga modificación se observa en los niveles de prolactina, cuya disminución
durante el ejercicio sigue un perfil en todo opuesto a las elevaciones constatadas en
situaciones de estrés.

En cuanto al metabolismo tiroideo, los efectos del entrenamiento a largo plazo


muestran una disminución del diferencial entre los niveles circulantes de yodo total y
el yodo unido a proteinas (PBI), lo cual indica una creciente mejora en la eficacia
metabólica de esta sustancia. Tanto en entrenados recientes como en veteranos, no se
objetivan cambios importantes en la secreción de hormonas tiroideas; sin embargo, a
lo largo del tiempo de práctica se pone en evidencia una disminución gradual de los
niveles basales de TSH (hormona tirotropa hipofisaria, estimuladora del tiroides). Lo

36
mismo que la mayor ligazón del yodo circulante con proteinas, la disminución de
TSH sin alteración de los niveles de tiroxina indica un más eficiente metabolismo del
circuito hipofiso- tiroideo, con modificación del “set point” o metabolostato de sus
mecanismos de retroalimentación.

9. Metabolismo general.- Aunque no hay cambios en las tasas de secreción de


insulina en sujetos normales, los enfermos de diabetes muestran un aumento relativo
de la actividad de esta hormona después de cierto tiempo de entrenamiento regular,
con el consiguiente descenso de glucemia. Esta observación tiene importantes
repercusiones clinicas, puesto que los sujetos diabéticos que practican entrenamiento
autógeno, al tender a una cierta normalización de su alteración en el metabolismo del
azúcar, necesitan menos aporte de insulina exógena, pudiendo sufrir crisis de
hipoglicemia si continuan el tratamiento con las dosis habituales. De ahí que sea
necesario el control periódico de sus tasas de glucemia, en previsión de posible
necesidad de reducir la medicación. En sujetos normales, las tasas de glucemia
circulantes permanecen estables, aunque tiende a disminuir localmente su
metabolismo en el tejido muscular y a aumentar en el tejido cerebral.

El colesterol sanguineo tiende a disminuir de manera estable hacia los niveles


inferiores del rango normal después de cierto tiempo de práctica regular, estimado
entre uno y tres meses, según los sujetos. A este respecto, es interesante destacar que
los niveles de colesterol correlacionan positivamente con la vulnerabilidad al estrés,
medida por el cuestionario Indice de reactividad al estrés de G. de Rivera.

10. Actividad inmunitaria. Es una observación frecuente la mejor actividad


inmunocompetente general de sujetos veteranos en la práctica del entrenamiento
autógeno, como se pone en evidencia por su menor vulnerabilidad a padecer gripes,
afecciones respiratorias y resfriados comunes. Medición directa de los niveles de

37
inmunoglobulinas muestran aumento de Inmunoglobulina A en la saliva durante el
estado autógeno, evidente ya en sujetos relativamente poco entrenados. La actividad
linfocitaria también parece aumentada, así como la fibroblástica. Estudios
experimentales en sujetos en entrenamiento autógeno en práctica regular muestran
una reducción significativa del tiempo de cicatrización de una herida quirúrgica
superficial, de longitud y profundidad estandarizada, en comparación con controles
normales no en entrenamiento.

38
FENÓMENOS SUBJETIVOS DEL ESTADO AUTÓGENO

Uno de los aspectos más interesantes de los métodos ASCI, desde el punto de
vista cientifico, es la consistente regularidad con que son descritos fenómenos
subjetivos similares por sujetos distintos que practican la misma técnica. En el estado
actual de conocimiento, las experiencias subjetivas en el estado autógeno pueden
clasificarse en tres grandes grupos:

a) Tono afectivo básico. Habitualmente, los sujetos bien entrenados


experimentan durante el estado autógeno una sensación de bienestar y satisfacción,
difícil de describir. Esta vivencia de relajación parece ser el opuesto psicológico de la
ansiedad. Mientras que en esta consiste en la experiencia de un temor, vago y difuso,
algo impreciso indefinido, la vivencia de relajación consiste en la sensación,
igualmente vaga y difusa, de seguridad y protección, de que todo está bien y en orden.
A pesar de su importancia, el tono afectivo básico ha sido poco estudiado, y son raras
las descripciones, incluso anecdóticas, en la literatura. En un estudio estadístico sobre
las descripciones de la vivencia de relajación en grupos de sujetos normales y
pacientes con trastornos neuróticos o psicosomáticos menores, no hemos encontrado
correlación entre la intensidad general y las diversas facetas del todo afectivo básico,
por un lado y el tipo o gravedad de psicopatología por otro. Existe una correlación
entre grado de educación y riqueza de matices del tono afectivo básico, que
probablemente es un simple artefacto debido a las mayores habilidades verbales de los
sujetos con alto nivel educativo. El 95% de los sujetos clasificaron la experiencia de
bienestar durante el estado autógeno como “diferente” de la sensación de bienestar
experimentada en el estado vigil habitual. Sin embargo, 72% de los sujetos afirmaron
haber experimentado similar sensación con anterioridad. Muchos de ellos no pudieron
precisar con detalle las circunstancias de tal ocasión, pero las respuestas
predominantes la relacionaban con experiencias de contacto con la naturaleza. Un

39
52% de los sujetos manifestaron la experiencia de sensaciones de abandono,
desinterés y libertad interior, no sintiéndose dominados o influenciados por los
determinantes habituales de su conducta. Probablemente en relación con este último
aspecto del tono afectivo en relación con este último aspecto del tono afectivo básico,
es la sensación descrita por el 40% de los sujetos de que sus preocupaciones y
temores habituales no tenían razón de ser. La sensación de estar en contacto con algo
más grande que uno mismo, de participar de alguna manera en una dimensión
desconocida de la existencia, de trascender la propia individualidad, etc., fue descrito
por 28% de los sujetos, en su mayoría pertenecientes al grupo de mayor sofisticación
intelectual.

b) Mayor capacidad perceptiva de estados internos. Durante el estado


autógeno se desarrolla una mayor sensibilidad propioceptiva, cognitiva y emocional.
En las fases iniciales del entrenamiento existe también mayor capacidad perceptiva de
estímulos exteriores, resultando molestos ruidos, murmullos, etc., que normalmente
pasarían desapercibidos. La hiperreactividad a los estímulos externos decrece con la
práctica, mientras que la perceptibilidad interna aumenta. Algunos pacientes
experimentan ocasionales accesos de ansiedad u otra emoción disfórica en los
primeros minutos de ejercicio, que puede entenderse por este mecanismo. En ciertas
neurosis existe un continuo estado latente de ansiedad, a veces oculto tras incesante
actividad o búsqueda continua de distracciones y estímulos. El incremento de la
capacidad perceptiva lo hace bien aparente, antes de que el tono afectivo básico haya
tenido tiempo de desarrollarse. La continuación, manteniendo la técnica correcta, del
ejercicio termina con estas manifestaciones aparentemente paradójicas, al producirse
la conmutación psicofisiológica y aumentar la intensidad del tono afectivo básico. Sin
embargo, si el paciente no comprende bien la naturaleza de este fenómeno, y el
terapeuta no insiste debidamente en los aspectos técnicos de inducción del estado
autógeno, existen serias posibilidades de que un tratamiento potencialmente

40
beneficioso sea abandonado. Es sumamente importante, en este punto, repasar la
técnica de la “aceptación pasiva”, y mantener la actitud de “ir a favor de la ansiedad”,
en lugar de oponerse y luchar contra ella, como es la reacción habitual. Es
precisamente la técnica correcta la que permite superar, eliminar y sustituir la
ansiedad por la experiencia de relajación, mientras que actuar de la “manera lógica”
(esto es, asustándose, interrumpiendo el ejercicio, poniéndose a hablar o intentando
distraerse y alejarse de la vivencia de autogenicidad) sólo prolonga el sufrimiento e
impide el progreso terapéutico.

La contrapartida cognitiva del incremento perceptivo se manifiesta por ideas de


actividades o circunstancias próximas al momento del ejercicio, y no es infrecuente
que se recuerden súbitamente elementos de información olvidados, tales como donde
dejó uno las llaves, o la llamada telefónica pendiente. Como aspectos propioceptivos
de este apartado, cabe destacar la percepción de hambre, sueño y otras necesidades
biológicas insatisfechas que el sujeto es capaz de ignorar en su estado vigil. Los
dolores que aparecen en el estado autógeno deber ser investigados, sobre todo si son
repetitivos y corresponden a posibles síntomas patológicos. Luthe refiere el caso de
una de sus pacientes que sufría intensos pinchazos en el seno izquierdo durante el
ejercicio, y en la que un examen cuidadoso reveló un pequeño nódulo tumoral,
totalmente silencioso en circunstancias normales.

c) Descargas autógenas. La observación de ciertos fenómenos paroxísticos


durante el estado autógeno, generalmente de carácter desagradable, es ya muy
antigua. Denominados por Schultz “síntomas de entrenamiento”, estos fenómenos
transitorios no recibían mayor atención, aunque en ocasiones podían obligar a
suspender el tratamiento. Convencido de que la acción terapéutica del entrenamiento
autógeno radica en la activación de las capacidades autorreguladoras del organismo,
Luthe investigó el significado de los síntomas de entrenamiento, descubriendo una

41
relación entre ellos y la historia traumática del individuo. Las descargas autógenas,
como se denominan desde entonces, pueden ser consideradas como expresión del
reajuste homeostático que permite la eliminación de excitación neuronal asociada con
engramas de traumas tanto físicos como psicológicos. Las descargas autógenas
pueden manifestarse como fenómenos motores, sensoriales o psíquicos, y con objeto
de utilizar al máximo su potencial terapéutico, Luthe desarrolló los métodos de
neutralización, que son la verbalización y la abreacción autógenas, cuyo estudio
corresponde a la formación en métodos avanzados.

42
PSICOTERAPIA AUTOGENA: LOS METODOS

En el esquema se presentan los diversos métodos que se emplean en la psicoterapia


autógena. Todos ellos parten del entrenamiento autógeno de Schultz o “ejercicios
autógenos básicos”, así llamados porque constituyen la entrada inicial al tratamiento.
La variedad de métodos autógenos permite adaptar el programa terapéutico a las
necesidades individuales, obteniéndose resultados satisfactorios, en la mayoría de los
casos, con los ejercicios básicos. Aproximadamente 30% de los pacientes requieren el

43
empleo de métodos más elaborados o “métodos avanzados”, entre los que destaca, por
su versatilidad y eficacia, la neutralización autógena.

Los ejercicios meditativos, la modificación autógena, y la hipnosis graduada


activa son empleados con menor frecuencia, y se reservan para situaciones especiales.
Su poder terapéutico es intermedio entre los ejercicios básicos y los métodos de
neutralización. La asociación con técnicas de retroalimentación biológica (bio-feed-
back) y con la terapia cognitivo-conductual representan algunos de los resultados de
la interacción y colaboración interdisciplinaria, de gran potencialidad terapéutica.

El método de reconstrucción autógena es de creación reciente, y encuentra su


mejor aplicación en los trastornos severos de la personalidad y en algunos trastornos
psicosomáticos graves, como la anorexia nervosa, y, en general, en los casos en que la
recuperación con los métodos de neutralización es lenta o incompleta.

La inducción repetida del estado autógeno desbloquea funciones cerebrales de


autorregulación, facilitando el aumento de las interconexiones corticodiencefálicas e
interhemisféricas, y optimizando la sintonía neurovegetativa. Por eso, el entrenamiento
autógeno básico es considerado como el núcleo central e inicial de todo el sistema, ya
que durante su práctica se activan de manera automática e inespecífica procesos
prohomeostáticos naturales, como la neutralización de registros cerebrales traumáticos
y la normalización de desviaciones funcionales somáticas y mentales. En términos
neurobiológicos, podemos decir que la eliminación de la excitación neuronal de origen
traumático desactiva circuitos reverberantes, libera secuencias de acción mental
interrumpida y permite la recuperación de dinámicas bloqueadas y la continuación de
procesos evolutivos detenidos. Los métodos avanzados sólo incrementan la eficiencia
de un proceso natural, que ya ha sido activado durante los ejercicios básicos.

44
La formación completa en los metodos de Psicoterapia Autógena comprende un
programa de cuatro años, homologado con los requisitos para la acreditación de
psicoterapeutas de la FEAP y de la Asociacion Europea de Psicoterapia. Consta de 5
módulos progresivos, cada uno de los cuales debe cumplir con objetivos específicos
de enseñanza teórica, el desarrollo supervisado de habilidades clinicas, y la formación
de actitudes terapéuticas.

NIVEL 1.- Desarrollo personal y autoconocimiento. Práctica personal de


entrenamiento autógeno básico. Principios de funcionamiento humano. principios de
autoevaluación.

NIVEL 2.- Introducción terapéutica. Titulación: licenciados en Medicina o Psicología


graduados en el Nivel 1. Estructura y funciones mentales. Causas y mecanismos de
psicopatología. Instrumentos de intervención terapéutica.

NIVEL 3.- Psicoterapia General. Tratamiento supervisado de pacientes complejos con


métodos autógenos básicos y técnicas integradas. Inicio de tratamiento personal*.

NIVEL 4.- Métodos avanzados de Neutralización Autógena. Consolidación de


pensamiento integrativo. Terminación de tratamiento personal.

NIVEL 5.- Métodos avanzados de Reconstrucción Autógena. Consolidación de


pensamiento creativo. Preparación para actividad docente independiente.

45
LA FORMACION TECNICA BASICA¡Error! Marcador no definido.

La enseñanza básica de métodos autógenos en España se realiza a través del


Curso Oficial de la Asociación Española de Psicoterapia, impartido en el Instituto de
Psicoterapia e Investigación Psicosomática de Madrid. Reconocido por ICAT
(International Committee for Teaching and Clinical Application of Autogenic Therapy)
y por la European Association for Psychotherapy, corresponde al primer nivel de
formación en Psicoterapia Autógena. Comprende 30 horas de formación teórica y 70 de
experiencia práctica. El formato de mayor aceptación es 5 sesiones intensivas en fin de
semana, aunque ofrece mejor rendimiento formativo el de 10 sesiones en otras tantas
semanas. A continuación se ofrece como guia el programa de fin de semana:

PRIMERA SESION:

I. Introducción general. Desarrollo histórico de los métodos autógenos. Aplicaciones


clinicas y paraclinicas. Principios Teóricos y areas de investigación.

II. Entrenamiento Autógeno Básico:


1. Evaluación preliminar del paciente. Contraindicaciones.
2. Introducción del primer ejercicio básico. Posturas de entrenamiento. Contacto Mental.
La concentración pasiva.
Recomendaciones sobre la presentación a los pacientes.
3. Problemas en la realización individual de los ejercicios básicos. Pautas de
entrenamiento, frecuencia y duración de los ejercicios. Importancia del protocolo de
entrenamiento. Fenómenos subjetivos durante el estado autógeno.

SEGUNDA SESION:

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I. Realización práctica del primer ejercicio básico.
1. Discusión en grupo sobre los sintomas de entrenamiento. Problemas más frecuentes.
Algunas áreas seleccionadas de aplicación clinica (insomnio, cefaleas, epilepsia...)
2. Continuación del primer ejercicio básico (práctica). Secuencia de fórmulas de peso,
fórmulas reducidas, modificaciones de las pautas de entrenamiento.
3. Introducción y práctica de los ejercicios parciales. El recuerdo corporal.
II. Aplicaciónes clinicas.
1. Errores técnicos y problemas en la resolución terapeútica de los mismos.
2. Problemas clinicos especiales. Entrenamiento de niños. enfermos psicosomáticos,
esquizofrénicos, etc.
3. Modalidades de entrenamiento en grupo.

TERCERA SESION:

I. Realización práctica del segundo ejercicio básico.


1. Introducción y práctica del segundo ejercicio. Secuencia de fórmulas de calor.
2. Discusión en grupo de sintomas de entrenamiento.
3. Modificaciones en las pautas de entrenamiento y aplicaciones del segundo ejercicio
básico.
II. Areas de aplicación extraclinica.
1. Deportes
2. Educación
3. Industria
4. Artes y creatividad.

CUARTA SESION:

I. Realización práctica de tercer ejercicio básico.

47
1. Introducción y práctica del tercer ejercicio (regulación cardiaca).
2. Discusión en grupo de sintomas de entrenamiento.
3. Indicaciones, contraindicaciones y dificultades en distintas categorias de pacientes.
II. Realización práctica del cuarto ejercicio básico.
1. Introducción y práctica del cuarto ejercicio básico (regulación respiratoria).
2. Discusión en grupo de los sintomas de entrenamiento
3. Indicaciones, contraindicaciones y problemas especiales.
III. Investigación clinica y experimental.
1. Estudios sobre presión arterial, frecuencia cardiaca, ritmo respiratorio, temperatura y
conductividad epitelial.
2. Estudios sobre la función tiroidea y suprarrenal. Variaciones de la glucemia y del
colesterol plasmático.
3. Estudios electroencefalográficos. Análisis de frecuencia. Potenciales evocados.

QUINTA SESION:

I. Realización práctica del quinto ejercicio básico.


1. Introducción y práctica del quinto ejercicio básico (calor abdominal).
2. Discusión en grupo de los sintomas de entrenamiento
3. Indicaciones, contraindicaciones y problemas especiales.
II. Realización práctica del sexto ejercicio básico.
1. Introducción y práctica del sexto ejercicio básico (frescor).
2. Discusión en grupo de los sintomas de entrenamiento
3. Indicaciones, contraindicaciones y problemas especiales.
III. Métodos autógenos avanzados
1. Modificación autógena. Las formulas especiales de órgano.
2. Neutralización autógena. Conceptos generales. Introducción al método de
verbalización autógena. Introducció al método de abreacción autógena.

48
El formato de instrucción incluye la preparación personal en la autoinducción del
estado autógeno, que, para la finalización del programa, debe ser inmediato. La práctica
personal es un requisito mandatorio del programa, por lo que el módulo en diez semanas
tiene la ventaja de facilitar el uso intensivo de los ejercicios autógenos básicos entre
sesiones, a una frecuencia de tres veces al dia, con una duración creciente del ejercicio
desde aproximadamente los 10 minutos iniciales hasta 30-45 minutos hacia el final de la
décima semana.

No obstante, las ventajas de la instrucción de fin de semana para los residentes en


otras ciudades o para personas con dificil disponibilidad de su tiempo entre semana,
compensa los inconvenientes, que pueden, por otra parte, solucionarse con la práctica
reglada después de terminar el seminario, y con acceso periódico al instructor.

49
ENTRENAMIENTO AUTOGENO: LA TECNICA BASICA

El objetivo fundamental de la serie de ejercicios mentales de orientación


psicofisiológica que componen el entrenamiento autógeno básico es la experiencia,
repetida y regular, de un estado especial de conciencia, el estado autógeno,
autoinducido mediante concentración pasiva en fórmulas de contenido propioceptivo
y contacto mental con las regiones definidas por el contenido de la fórmula. Veamos a
continuación uno por uno los elementos descritos, a los que hemos de añadir la
reducción de estímulos aferentes exteroceptivos e interoceptivos y el procedimiento
de terminación:

a) Reducción de la estimulación. Las condiciones ambientales son


relativamente importantes, especialmente para los sujetos poco experimentados. Es
recomendable utilizar una habitación tranquila, con temperatura agradable y en
penumbra, con objeto de disminuir la intensidad de factores externos de estimulación.
En individuos bien entrenados, estas condiciones revisten menor importancia, ya que
pueden llegar a inducir el estado autógeno en prácticamente cualquier circunstancia o
nivel de estimulación ambiental, por ejemplo en un cuarto ruidoso, en una estación o
aeropuerto, en medio de la oficina, etc. Otra fuente de estimulación externa indeseable
es la procedente del propio cuerpo, a causa, por ejemplo, de prendas de ropa
apretadas, presión de gafas u otras prótesis, acumulación de sangre en las manos por
tenerlas colgando sin apoyo, estar muy cerca de una ventana o una pared fría, o de una
fuente de calor, radiador, etc, tener las manos tocándose entre si o presionadas contra
alguna parte del cuerpo, y cualquier otra molestia, como puede ser la derivada de una
lesión, vendaje, etc. Para iniciar correctamente el ejercicio, todas estas fuentes de
estimulación deben eliminarse o minimizarse en lo posible, relajar de manera general
el cuerpo y cerrar los ojos antes de comenzar. Para una mayor reducción de la
estimulación motriz y sensorial, Schultz recomienda la adopción de una de las tres

50
posturas estándar de entrenamiento (ver más adelante), que son la reclinada en un
sillón, la horizontal y la denominada “posición de cochero”. Cada postura confiere
características especiales al curso del ejercicio, y es posible encontrar individuos
incapaces de realizarlo en una de las posiciones, y si en las demás. El aprendizaje de
las posturas de concentración debe ser realizado mediante instrucción directa.

b) Contacto mental. Consiste en la percepción propioceptiva de la región


anatómica a la que se refiere la fórmula autógena. Esta percepción no requiere ningún
esfuerzo voluntario, sino que se produce de forma espontánea como aplicación parcial
del principio de autogenicidad, y se potencia mediante la repetición de la fórmula
autógena correspondiente, siempre que se mantenga la apropiada actitud de
concentración pasiva.

c) Concentración pasiva. Se puede describir como un proceso mental


consistente en una actitud casual durante la realización de una tarea, con completa
indiferencia hacia el resultado de la misma. Cualquier esfuerzo en persecución de una
finalidad concreta, interés activo, o aprensión constituye una manifestación de
concentración activa, y debe ser evitado durante el ejercicio. La concentración pasiva
requiere una actitud no directiva de la voluntad, con focalización de la atención más
en el proceso de concentración en sí que en la finalidad perseguida. En la
concentración activa, que es la habitualmente utilizada durante nuestra actividad vigil,
la atención se focaliza en una meta, ocupando el proceso de concentración un lugar
marginal. La concentración activa reduce el campo de la conciencia, limitándolo
predominante al objeto sobre el que se dirige la atención, mientras que la
concentración pasiva lo amplía, otorgando idéntico valor a todos los contenidos que
puedan presentarse en la conciencia. Es decir, durante la concentración pasiva se
desarrolla una actitud de aceptación pasiva o receptividad sin interferencia, a todas

51
las manifestaciones y fenómenos que puedan ser percibidos, sin rechazar ni perseguir
ninguno en especial.

d) Repetición mental de las fórmulas autógenas. Cada uno de los seis


ejercicios básicos de entrenamiento desarrollados por Schultz hace uso de frases que
formulan aspectos de la experiencia propioceptiva foco de la concentración. Son las
siguientes:

Primer ejercicio: Compuesto por una secuencia de fórmulas de introducción


progresiva. “Mi brazo derecho es pesado”, “mi brazo izquierdo es pesado”, “mis
brazos son pesados”, “mi pierna derecha es pesada”, “mi pierna izquierda es pesada”,
“mis piernas son pesadas”, “mis brazos y piernas son pesados”.

Segundo ejercicio: “Mi brazo derecho es caliente”. Idéntica progresión que en


el ejercicio anterior.

Tercer ejercicio: “Mi corazón late tranquilo y natural”.

Cuarto ejercicio. “Esto me respira” (concentración en el acto de respirar en sí,


sin contacto mental propiamente dicho con estructuras físicas). También se utiliza
“Esto respira solo”.

Quinto ejercicio: “Mi plexo solar es caliente”.

Sexto ejercicio: “Mi frente es fresca”.

Ejercicios adicionales, parciales o de apoyo: “Mi cuello (o nuca) y hombros son


pesados”, “Me siento en paz” ( o “estoy tranquilo”).

52
La repetición mental de la fórmula correspondiente se puede acompañar de un
flujo continuo de representaciones verbales, acústicas o visuales del contenido de la
misma, que ha de presentarse de manera natural y no forzada. La repetición de la
fórmula no reemplaza el contacto mental propioceptivo. La concentración durante los
ejercicios básicos de entrenamiento autógeno es doble o en “dos canales”: uno
gestáltico y experiencial, referido a la experiencia propioceptiva, probablemente
vehiculado por el hemisferio derecho, y otro verbal y abstracto, probablemente
vehiculado por el hemisferio izquierdo. Inicialmente, la concentración pasiva en cada
fórmula no debe durar más de uno o dos minutos, aumentado progresivamente el
tiempo, que al cabo de algunas sesiones puede ser de 10-20 minutos.

e) Terminación. Transcurrido el tiempo previsto para la realización del ejercicio, es


importante interrumpir el estado especial de conciencia inducido por las fórmulas
autógenas mediante el procedimiento estándar de terminación en cuatro etapas :

1.- Hacer una inspiración profunda


2.- Flexionar ambos brazos enérgicamente, con los puños cerrados,
3.- Dejar salir el aire suavemente y relajar los brazos,
4.- Abrir los ojos.
La terminación o cancelación del ejercicio permite un retorno casi inmediato al
estado vigil habitual. Olvidar cancelar el ejercicio es un error técnico, que puede
resultar en fenómenos desagradables post-ejercicio en sujetos con poca experiencia,
sobre todo cuando se han producido descargas autógenas de cierta intensidad durante
el ejercicio. En raras ocasiones, puede ser necesario repetir la terminación si persisten
síntomas de entrenamiento o una cierta sensación de extrañeza.

Lo habitual, nada más terminar el ejercicio, es experimentar una sensación de


descanso, relajación y claridad mental, que puede durar entre media y una hora. Esta

53
es una razón por la que hacer un ejercicio básico puede ser útil inmediatamente antes
de afrontar a una situación temida, por ejemplo, hablar en público, acudir a un
examen, entrevistarse con un interlocutor desagradable, etc.

Cálculo del tiempo de duración del ejercicio.-


En general, es mejor empezar con una duración mínima, de 2 ó 3 minutos, y
aumentar progresivamente el tiempo de concentración según la intensidad del tono
afectivo básico, la reactividad del sujeto y su capacidad técnica para mantener la
concentración pasiva. En todo caso, raramente resulta aconsejable una duración
mayor a 30 minutos, siendo el tiempo habitual entre 10 y 20 minutos. De la misma
manera que las formulas autógenas son autorrepetidas mentalmente, la duración del
ejercicio se establece mentalmente al empezar el ejercicio, sin recurrir a elementos
externos, como relojes de alarma, otra persona que cronometre, etc. Como efecto
colateral beneficioso, al cabo de pocas semanas de práctica la mayoría de los sujetos
desarrollan en alto grado su “sentido del tiempo”, o capacidad de realizar o
interrumpir una tarea en un plazo exacto predeterminado, logrando producir con
regularidad fenómenos tan espectaculares como despertarse espontáneamente a una
hora pre-establecida al acostarse.

Valoración del tono afectivo básico.


La respuesta de relajación se debe evaluar por observación directa del sujeto
durante la introducción del primer ejercicio. Cómodamente sentado, pies sólidamente
apoyados en el suelo, manos reposando en el sillón o sobre el regazo, sin tocarse se le
invita a cerrar los ojos y permitir sentir todas las sensaciones procedentes del brazo
derecho. A continuación se le invita a repetir mentalmente la fórmula “Mi brazo
derecho es pesado”, que el terapeuta repite a su vez en voz alta inicialmente, para
facilitar el aprendizaje.

54
Signos de respuesta positiva:
1. Respiración lenta, profunda y regular.
2. Expresión facial “beatífica”.
3. Relajación aparente de la cara y manos.
4. Ausencia de movimientos voluntarios
Signos de respuesta negativa:
1. Sin cambios en la respiración.
2. Expresión crispada de cara y/o manos.
3. Fruncimiento de ceño, movimiento de labios, etc.
4. Cambios de posición en la silla.

Si la relajación es positiva, continuar por aproximadamente 5 minutos. Si la


relajación es negativa, interrumpir el ejercicio. En ninguno de los dos casos se
comunica al sujeto nuestra observación ni los criterios de valoración, sino que se
pregunta, en tono de aceptación validante, sobre sus sensaciones durante el ejercicio.
En los casos de repuesta negativa, se llega regularmente a una discusión sobre una
cierta incomodidad resentida por el sujeto, dificultad de tener los ojos cerrados, de
concentrarse, etc., frecuentemente relacionada con temores de pérdida de control o
con temores autorreferenciales. Aclarado este punto (con frecuencia la sola
interpretación de la base paranoide de esta resistencia es suficiente) se repite el
ejercicio, procediendo a repetir la fórmula hasta 10 minutos, tanto si la relajación es
positiva como negativa.

Una valoración mas detallada y objetiva del tono afectivo básico puede hacerse
mediante el cuestionario de estados de conciencia, que se incluye más adelante, pero
es esencial que el terapeuta sepa percibir directamente el estado de su paciente,
especialmente durante las primeras sesiones de introducción del método.

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Valoración de la reactividad. La reactividad autógena es expresión directa de la
presión de descarga, y tiende a aumentar con la duración del ejercicio. Después de
cada ejercicio, debe asignarse un tiempo a dialogar con el sujeto sobre los fenómenos
que se presentan espontáneamente durante la experiencia, y ayudarle a distinguir
cuales son expresión del tono afectivo básico, cuales lo son del aumento de
percepción interna y cuales son descargas autógenas. Recordemos que las descargas
autógenas, inicialmente denominadas "síntomas de entrenamiento" (Training
symptomes) fueron definidas por W. Luthe como "Manifestaciones espontáneas y
paroxísticas durante el estado autógeno no relacionadas con el contenido de las
formulas autógenas" y clasificadas, según su naturaleza, en sensoriales, motoras,
vegetativas, somáticas, cenestésicas, interoceptivas, tactiles, visuales, auditivas,
gustativas, emocionales y psíquicas complejas. Mediante detallados estudios clinicos,
Luthe demostró una clara correlación entre la cantidad, tipo e intensidad de descargas
autógenas y la historia traumática del paciente. Mediante el Cuestionario de Estados
de Conciencia (ver más adelante), Gonzalez de Rivera ha clasificado las experiencias
subjetivas propias del estado autógeno en tres grupos: 1. Tono Afectivo Básico, 2.
Hiperestesia propioceptica o Percepción Aumentada de Estados Internos y 3.
Descargas Autógenas. Los enfermos neuróticos o psicosomáticos con severa historia
traumática suelen presentar las descargas autógenas al comienzo del training, mientras
que los sujetos normales suelen tardar tiempo en presentarlas, aumentando su
frecuencia y intensidad en todos los casos, para finalmente desaparecer de manera
progresiva. Desde el punto de vista patofisiológico, se consideran reacciones pro-
homeostáticas de reajuste, relacionadas con el proceso de Neutralización Autógena.
Un periodo de desgana y errores técnicos en la práctica de los ejercicios autógenos
básicos suele ser indicativo de descargas subclínicas desagradables, que empiezan a
movilizar una resistencia más o menos consciente del paciente a experimentar su
inevitable presentación inminente. El terapeuta debe reconocer y resolver a tiempo
esta resistencia a experimentar descargas, por que si no puede empeorar el cuadro

56
clínico, producirse nuevos síntomas o abandonarse el tratamiento. Cuando el manejo
ordinario durante los periodos de discusión de descargas no es suficiente, puede ser
necesario recurrir a los procedimientos psicoterapeúticos avanzados desarrollados por
W. Luthe, como son la Verbalización Autógena y la Abreacción autógena.

La monitorización y aclaración del significado de las descargas se facilita


mediante la discusión del “protocolo de entrenamiento” o registro que el paciente
realiza de estos fenómenos según se presentan en sus ejercicios diarios en casa. Los
diferentes tipos y cambios de reactividad permiten al terapeuta experto preveer el
curso del tratamiento y la evolución del paciente. El enfoque clínico apropiado
incluye la validación de la experiencia, el apoyo incuestionable, la aceptación sin
rechazo y la instrucción continua en los pormenores de la técnica, especialmente en la
educación de la concentración y la aceptación pasiva. Los comentarios sobre la
naturaleza de las descargas ofrecen excelente oportunidad para ayudar al sujeto a
potenciar sus capacidades de autoconocimiento y autoaceptación, así como para el
aprendizaje incidental. Recordemos que el fin último del entrenamiento es liberar al
sujeto de toda reactividad patógena, y convertirlo en un experto en el manejo tanto de
sus dinámicas internas, como de la proyección que éstas tienen en su conducta, sus
relaciones interpersonales, y la organización general de su vida.

57
LOS ESTADIOS DEL ESTADO AUTOGENO.

Clásicamente, se describen varias fases o estadios durante el estado autógeno,


relacionados con diferentes momentos del ejercicio, con las habilidades técnicas del
sujeto y con la presión de descarga. La capacidad de presentar todos los estadios
durante el ejercicio se desarrolla a ritmos diferentes en diferentes sujetos, y es también
indicativo de la regularidad y corrección de las pautas de entrenamiento.

1. Estadio Reflejo (R). Aparece normalmente al cabo de pocos días de práctica


regular, e indica una buena adaptación al método. Consiste en la percepción mínima
del tono afectivo básico y la presentación de algunos signos fisiológicos de relajación
nada más adoptar la postura de entrenamiento. Corresponde al establecimiento de un
automatismo condicionado de la conmutación psicofisiológica ergotrópica-
trofotrópica y tiene lugar antes de iniciar la concentración pasiva en las fórmulas
autógenas, sin contacto propioceptivo ni actividad mental personal ni cerebral, aunque
en ocasiones, raramente, pueden ya en este estadio presentarse descargas autógenas.

2. Estadio de Concentración Pasiva (PC). Corresponde al periodo de concentración en


las fórmulas autógenas, con mantenimiento del adecuado contacto mental en la región
corporal correspondiente al contenido de la fórmula. La actividad mental personal está
restringida por los condicionantes del procedimiento técnico, y las elaboraciones
mentales dirigidas por el cerebro, (descargas) si es que se presentan, son esporádicas y
breves.

3. Estadio Neutro (N). Mantenimiento de actitud de receptividad y aceptación pasiva


sin repetición de fórmulas autógenas ni contacto mental. La conciencia se
experimenta como una sensación apacible de vacío o “mente en blanco”, las

58
funciones mentales personales están disponibles, en “standby”, pero no en actividad,
y no hay descargas autógenas.

4. Estadio de Desintegración (D). Desorganización e ineficacia de la concentración


pasiva en las fórmulas autógenas, de comienzo variable durante el ejercicio. Su
presentación es indicativa de una de tres condiciones posibles:

a) En situaciones óptimas, se inicia después de largo tiempo de concentración, y


representa un estado de fatiga, o de respuesta a presiones externas (por ej., necesidad
de atender a otros compromisos, percepción de otras cosas que el sujeto tiene que
hacer, etc). Idealmente, la duración del ejercicio debe fijarse de tal manera que su
terminación llegue antes que el momento de aparición del estadio D.
b) En situaciones de alta reactividad, puede presentarse muy pronto, como
respuesta a la interferencia de descargas autógenas intensas, frecuentes y prolongadas.

c) Su presentación prematura y sin, o con mínimas, descargas suele indicar una


técnica pobre, generalmente por desconocimiento e insuficiente instrucción del sujeto.

5. Estadio de Aceptación Pasiva (PA). Las descargas autógenas son masivas y


dominantes, no hay contacto mental ni repetición de fórmulas autógenas, y el sujeto
mantiene una actitud de receptividad y aceptación pasiva de las elaboraciones
cerebrales autónomas, yendo a favor de ellas, más que intentando controlarlas,
inhibirlas o resistirse. Es la continuación normal del estadio D en su supuesto (b), y
constituye una de las actitudes técnicas correctas cuando la aparición de descargas es
tan intensa como para desorganizar el estadio PC y conducir al D (la otra actitud
técnica correcta en estos casos es terminar el ejercicio y reanudarlo un poco más
tarde).

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6. Estadio de ajuste postterminación (A). Corresponde al periodo de reajuste
psicofisiológico que sigue a la terminación del ejercicio, y su duración aproximada es
de 20 – 30 minutos. Muchos de los fenómenos propios del estado autógeno
desaparecen inmediatamente tras la terminación técnicamente apropiada, incluyendo
las manifestaciones paroxísticas tipo descargas autógenas. Sin embargo, otros
persisten durante el estadio A, incluyendo la preponderancia de ondas alfa en EEG y
el tono afectivo básico. La sensación subjetiva de relajación psicofísica es
característica de este estadio.

60
Las posturas de entrenamiento.

La reducción de la actividad aferente y eferente (esto es, sensorial y motora) es


una de las condiciones que favorece la concentración pasiva y facilita la conmutación
ergotrópica-trofotrópica. Las posturas de entrenamiento están ideadas para minimizar
la actividad muscular relacionada con esfuerzos para mantener el cuerpo en su sitio,
como forzar la cabeza erguida, cruzar las piernas, etc, y para eliminar la tensión
innecesaria e indeseable de posturas forzadas e inadecuadas, como piernas muy
estiradas o contraidas, tronco ladeado, codos rígidos y brazos estirados, etc.
fig. 3. Postura sentada normal o postura del sillón. La posición 1 es levemente forzada, con el angulo
de la rodilla demasiado cerrado. La posición 2 es más adecuada.

1. Postura sentada normal. Es la más sencilla, y por eso suele iniciarse

con ella el entrenamiento. Puede utilizarse un sillón o una silla con respaldo, en el
cual se apoya naturalmente la espalda. También puede servir un taburete o asiento
análogo, utilizando la pared como respaldo. En este caso, es necesario asegurarse de
que no esté fria, no vibré (tráfico, paso de trenes, etc) y no sea tan rugosa que resulte

61
incómodo su contacto. Las manos y antebrazos se apoyan sobre los muslos, con los
codos relajados, formando un ángulo recto con el brazo. Las rodillas separadas, con
los pies firmemente apoyados en el suelo. La idea básica en esta postura es que todo
el cuerpo se mantenga por su propio peso, sin forzar en nada la posición. Existen dos
variantes con respecto a la posición de la cabeza, que puede estar apoyada en el
respaldo, si es lo bastante alto y ello resulta confortable, o inclinada ligeramente hacia
delante, con el cuello relajado, sostenida por las estructuras ligamentosas de la
columna cervical. Esta última opción suele ser incómoda e incluso dolorosa en
personas con hábitos crónicos maladaptativos de hiperextensión de la columna
cervical, especialmente asociados a hipertonía de los músculos trapecio y esplenio
cervical. Sin embargo, resulta especialmente beneficiosa para estas mismas personas a
medio plazo, ya que corrige la contractura crónica de estos músculos, facilitando su
estiramiento y el de las estructuras ligamentosas subyacentes.

62
Las figuras, tomadas del manual de entrenamiento de Luthe, muestran los
múltiples errores técnicos posibles en una tan, en apariencia, fácil postura.
fig. 4. Postura sentada normal. Las marcadas O.K. son adecuadas. Las otras muestran diversos tipos
de errores técnicos, señalados con un signo de interrogación (?)

2. Posición del taburete, llamada también “del cochero”, por se la adoptada por los
antiguos conductores de coches de caballos para poder resistir con minimo esfuerzo
largas horas sentados en un pescante.

63
fig 5. Postura del cochero. Nótense los errores técnicos, marcados (?)

En ella se permite la máxima flexión de la columna vertebral hacia delante,


haciendo que forme un arco en cuyo interior queda situado el centro corporal de
gravedad. La espalda queda así sostenida por su propio peso, reposando sobre la
pelvis, con su centro de gravedad directamente en línea con la zona de asiento, de
manera que no tenga tendencia a desplazarse ni hacia atrás ni hacia delante, lo cual

64
resultaría en indeseable contractura compensatoria de la musculatura lumbar o
abdominal.

La posición de las piernas es idéntica a la de la postura sentada normal,


prestando particular atención a que los brazos estén apoyados sobre los muslos, con
los hombros y codos relajados, para evitar que cuelguen a los lados del cuerpo, pero
sin que ejerzan ninguna presión, ni sirvan de apoyo al tronco. Recordemos que éste se
sostiene por si mismo, y que la curvatura de la espalda debe realizarse de manera tal,
que no tienda a desplazarse ni hacia delante, ni hacia atrás.

Las ventajas de la postura del cochero son: a) requerimientos mínimos de


infraestructura, permitiendo realizar el ejercicio en situaciones de emergencia o fuera
del entorno habitual de entrenamiento, por ejemplo, en el campo, en un cuarto de
baño, etc. b) estiramiento mecánico de músculos y ligamentos paravertebrales, lo cual
corrige contracturas crónicas, aunque puede ser doloroso al principio c) reactividad
especifica de postura, que, en ocasiones, facilita la realización del ejercicio, bien por
mejor inducción del estado autógeno o bien por mantener mínima la presión de
descarga.

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fig. 6: Postura del cochero modificada para ejercicios cortos o ejercicios parciales. (1y2). (3):
Postura del cochero errónea, con espalda y cuello rigidos, angulo de la rodilla demasiado cerrado;
(4) Postura correcta.

3. Postura en decúbito supino. Es claramente la más cómoda, pero debe ser la


última en enseñarse, siendo recomendable esperar a que el sujeto adquiera
considerable práctica con las otras dos, por las siguientes razones:

a) En sujetos poco entrenados, sobre todo si están cansados, es fácil deslizarse


inadvertidamente a estados de conciencia de tipo oniroide, o quedarse dormidos
66
b) En muchos sujetos, facilita el paso rápido del estadio PC al AC, lo cual
puede resultar inconveniente si no están preparados para el entrenamiento en los
métodos de neutralización.

Lo que inicialmente se consideran inconvenientes, son la base de sus ventajas


una vez avanzado el entrenamiento, ya que es la postura idónea para facilitar la
conciliación del sueño, una vez que la reactividad general es bien conocida y sea
evidente que no hay riesgo de descargas psíquicas complejas. Por otra parte, es la
postura estándar en el tratamiento con los métodos de neutralización autógena.

67
fig. 7: Postura en decúbito supino. Errores técnicos marcados con (?).
Posturas correctas marcadas O.K.

68
Errores técnicos posturales más frecuentes :

El aprendizaje correcto de las posturas de entrenamiento requiere la supervisión


de un monitor experto. La siguiente es una lista incompleta de los más frecuentes
errores habituales :

- Boca y mandíbula apretados, sin relajar.


- Esfuerzo para mantener la cabeza recta o erguida, mala colocación del cuello,
tensión en el cuello y hombros,
- Espalda tensa, erguida, no relajada
- Tensión en los brazos o en las manos, esfuerzo por mantenerlas en su sitio (en lugar
de dejarlas reposar por su propio peso bien centradas sobre el muslo)
- Brazos muy flexionados o muy extendidos
- Piernas muy flexionadas (talones detrás de la vertical de la rodilla) o muy estiradas,
forzando la pantorrilla.
- Postura forzada, con esfuerzo para mantener las piernas o los pies en mala posición.
- Tronco inclinado hacia delante, o hacia atrás
- Tronco desviado lateralmente, posición asimétrica de la cabeza u otra parte del
cuerpo.

69
ACTIVIDAD MENTAL DURANTE LOS EJERCICIOS.

La frecuente idea errónea de que una adecuada respuesta de relajación requiere


“tener la mente en blanco” indica la necesidad de una adecuada instrucción sobre los
fenómenos mentales que tienen lugar durante la práctica de los ejercicios básicos de
entrenamiento autógeno.

Desde el punto de vista neurofuncional, pueden clasificarse en:


a) personales o dirigidos por el sujeto, generalmente voluntarios y conscientes, y b)
automáticos o dirigidos por el cerebro, de presentación espontánea, involuntaria e
incontrolada. La distinción entre estos dos tipos de actividad es crucial desde el punto
de vista técnico, sobre todo en el curso del tratamiento con los métodos avanzados.
Aunque la actividad mental de la persona puede también ser automática e
inconsciente (esto es, sin darse cuenta de lo que hace), en general es adecuado
definirla como realizada aposta, con intención y propósito, de manera más o menos
deliberada, etc. . Se diferencia así de la actividad mental dirigida por el cerebro, que
es totalmente automática, sin finalidad, ni deliberación conscientes, y totalmente fuera
del control del sujeto. En cuanto a los determinantes de los dos modos respectivos de
actividad, se puede considerar que la actividad personal está altamente condicionada y
determinada por los propósitos, metas, objetivos y proyectos, tanto inmediatos o
concretos como a largo plazo o vitales, y es en consecuencia proactiva y dirigida al
futuro. La actividad dirigida por el cerebro, en cambio, es reactiva, y viene
determinada por los registros de experiencias pasadas, en especial por la acumulación
de acontecimientos traumáticos mal neutralizados. La actitud técnica correcta durante
los ejercicios básicos requiere la restricción de la actividad mental personal a la
concentración pasiva en las fórmulas autógenas y el contacto mental, y la aceptación
receptiva absoluta de la actividad cerebral espontánea. Esta aparente contradicción
entre la firmeza en mantener las funciones mentales personales técnicamente

70
adecuadas, y la tolerancia y libertad absoluta hacia las funciones y elaboraciones
cerebrales, confiere un cierto aspecto paradójico a la psicoterapia autógena, que
resumimos en el dictum “control técnico del proceso, tolerancia absoluta del
contenido”.

Desde otro punto de vista, las funciones mentales durante el ejercicio autógeno
también pueden clasificarse en a) relacionadas con la tarea y b) concomitantes y
reactivas.

a) Actividades mentales relacionadas con la tarea: Su interacción coordinada,


junto con las manifestaciones psicofisiológicas acompañantes, son esenciales para
iniciar y mantener el estadio PC del estado autógeno. Son las siguientes:

1. Repetición mental de estímulos verbales propios de la fórmula (por ej. “mi


brazo derecho es pesado”)
2. Concentración pasiva y aceptación pasiva. Actitud de indiferencia con
respecto al resultado.
3. Contacto mental con el área topográfica indicada en la fórmula.
4. Correcto mantenimiento del contenido y secuencia de las fórmulas.
5. Cambio de contacto mental apropiado al cambio de fórmula
6. Reajuste de desviaciones técnicas y retorno a la actividad funcionalmente
correcta después de interrupciones y distracciones.
7. Actitud de aceptación pasiva y tolerancia con respecto a las descargas
autógenas
8. Temporización adecuada de la duración del ejercicio
9. Terminación técnicamente correcta.

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b) Fenómenos mentales concomitantes y reactivos. Pueden ser relacionados con
el contenido de la fórmula, como sensaciones de peso, calor, frescor, o no
relacionados con el contenido. Estos últimos se clasifican a su vez en relacionados
con el aumento de percepción interna, por ejemplo, sueño, necesidad de afecto,
recuerdo de cosas olvidadas, emergencia de respuestas a determinado problema o
comprensión de situaciones, etc y descargas autógenas, como por ejemplo temblores o
sacudidas musculares, sensaciones diversas, imágenes mentales, distorsiones de la
imagen corporal, emociones súbitas, llanto, sabores y olores, motricidad visceral, etc.

Los fenómenos reactivos y concomitantes son normales, y deben ser tomados


como una especie de “ruido de fondo”, que no interfiere con el estadio PC, siempre
que se mantenga la adecuada concentración en las fórmulas y su correspondiente
contacto mental, y la correcta actitud indiferente o de aceptación pasiva. Sin embargo,
en ocasiones pueden ser tan intensos o molestos que resulte difícil mantener la
concentración prioritaria en las fórmulas autógenas, con notable interferencia en las
funciones mentales personales relacionadas con la tarea. En estos casos, puede ser
apropiado realizar ejercicios muy cortos (de uno a cinco minutos), terminarlos,
esperar un rato (unos 10-20 minutos) y volver a realizar un nuevo ejercicio.
Habitualmente, la reactividad exagerada tiende a disminuir con cada ejercicio
subsecuente de esta pauta, hasta que el sujeto se siente perfectamente cómodo durante
el estado autógeno. Empeñarse en continuar el ejercicio en condiciones de alta
reactividad puede transformar el estadio PC en un estadio D, cuyo manejo requiere
unas condiciones de práctica y experiencia que no están disponibles hasta después de
un cierto tiempo de entrenamiento supervisado. De todas formas, la alternativa técnica
en estos casos es permitir la evolución del estadio D hacia un estadio PA, con o sin
aplicación de técnicas especificas de neutralización, y mantener la actitud de
aceptación pasiva hasta que pase la tormenta. Aunque esta es una conducta
técnicamente correcta, indicativa de un óptimo desarrollo de las capacidades del

72
sujeto, es más aconsejable para el neófito seguir la primera pauta técnica aconsejada.
Una situación funcionalmente diferente es la que tiene lugar cuando, debido al
incremento de la percepción de estados internos durante el estado autógeno, los
sentimientos propios de estados de ansiedad, tensión, frustración, etc, tienden a
parecer más intensos (en realidad, mejor percibidos) al inicio del ejercicio. En estos
casos, es aconsejable hacer caso omiso de ellos, y continuar con la concentración
pasiva en las fórmulas autógenas. Como regla general, una vez atravesada la primera
barrera (la percepción más clara e intensa del estado disfórico) empieza a imponerse
el tono afectivo básico y la respuesta normal de relajación se hace evidente.

Otro caso particular es aquél en el que las interferencias están relacionadas con
un mal estado fisiológico o psíquico, por causas que pueden evitarse o atenuarse. Es
lo que ocurre cuando se hace el ejercicio en condiciones de falta de sueño, fatiga,
cansancio, sin haber comido suficientemente, con la vejiga llena, etc. En estos casos,
es conveniente procurar cambiar o postponer la pauta de realización del ejercicio a
otros momentos en que los las necesidades corporales estén razonablemente
satisfechas, especialmente durante los periodos iniciales de entrenamiento. Lo mismo
puede decirse de hacer el ejercicio sin apartar la mente adecuadamente de las
alteraciones y preocupaciones cotidianas, o sin tomar las medidas necesarias para
reservar claramente un tiempo y un espacio exclusivo para la práctica del ejercicio.

Distracciones durante la concentración. Ya hemos visto que la actividad


mental de toda suerte puede continuar durante el ejercicio, y que la técnica consiste en
mantener una cierta indiferencia, “pasando” de todos estos fenómenos extraños y
manteniendo la prioridad atencional en la tarea de concentración pasiva en las
formulas autógenas y contacto mental. Una distracción tiene lugar cuando se subvierte
esta prioridad, y el sujeto se descubre a si mismo pensando en otra cosa. Es esencial
tener en cuenta que a) las distracciones son acompañantes normales e inevitables del

73
proceso de entrenamiento, y deben ser aceptadas como tales; b) nunca debe uno
enfadarse, luchar directamente contra las distracciones, empeñarse en tener la mente
en blanco, etc.; c) la única solución técnicamente correcta es mantener una actitud de
indiferencia y aceptación pasiva ante las distracciones, tanto en cuanto a su contenido
como en cuanto al hecho de que ocurran; d) tan pronto como uno se da cuenta de que
se ha distraido, simplemente volver a la tarea, sin enfadarse ni frustrarse, ni dejarse
llevar por ninguna reacción emocional negativa o acusatoria (fenómeno frecuente en
algunos sujetos perfeccionistas y sutilmente autodestructivos).

Un caso particular de distracción tiene lugar en algunos sujetos, capaces de


repetir mentalmente la fórmula autógena al mismo tiempo que están entregados a
distintos pensamientos y ensoñaciones. En realidad, se trata de una distracción simple,
sólo que el sujeto mantiene la fachada o apariencia de estar realizando correctamente
la tarea. Es una habilidad probablemente adquirida desde la infancia, durante largas y
tediosas sesiones escolares o religiosas, y deja de ser un problema tan pronto como se
hace ver al sujeto que a la única persona que está engañando es a si mismo.

En ocasiones, intentos técnicamente erróneos de controlar


activamente las distracciones ocasionan un deslizamiento insensible hacia la
concentración activa, provocando una disrupción aún peor que la propia distracción.
Relativamente frecuente en las primeras fases de aprendizaje del entrenamiento, sobre
todo en autodidactas, este error técnico debe ser identificado y contrarrestado
prontamente, porque puede evolucionar hacia pautas de práctica disfuncionales e
incluso perjudiciales. Modos activos de concentración pueden tambien producirse por
esfuerzo voluntaristico de conseguir experimentar una sensación determinada (por ej.
peso, o calor, o relajación, etc). Nótese que, por definición, la concentración pasiva
está libre de fijación en el resultado y, en consecuencia, no es posible, en sentido
estricto, conseguir o lograr ningún fin, puesto que ninguno es propuesto. Lograr o

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conseguir son conceptos sólo inteligibles desde el punto de vista de la concentración
activa. Es este otro aparente aspecto paradójico del método: concentrarse en algo que
resulta indiferente, como por ejemplo, en la sensación de peso en los brazos, sin dar
ninguna importancia al hecho de que esta sensación sea experimentada o no. O hacer
un ejercicio que se supone que es de relajación, sin dar ninguna importancia a si uno
se siente relajado, nervioso o experimenta cualquier otro estado o sensación. La
explicación está en la ley o Principio ASCI, descrito en páginas anteriores: cuando se
mantiene la concentración pasiva, se produce un cambio neurofuncional desde el
predominio ergotrópico relativo propio del estado vigil habitual al trofotrópico, propio
del estado autógeno. Los esfuerzos activos por relajarse, en consecuencia, van contra
su propio propósito, al potenciar aún más el estado ergotrópico.

De todas formas, es útil al principiante saber que no es imprescindible la


sensación de peso para que el ejercicio funcione; aproximadamente 10 % de los
sujetos que practican el método nunca experimentan esta sensación como tal. En los
demás, la sensación puede variar en intensidad y naturaleza de unos ejercicios a otros.
Además, la experiencia subjetiva no correlaciona necesariamente con los cambios
fisiológicos subyacentes, ni es un buen criterio para determinar la eficacia
prohomeostática del ejercicio.

La siguiente lista son ejemplos de otras actividades voluntaristicas frecuentes,


que interfieren con el estadio PC y que deben ser, en consecuencia, evitadas:
- contar obsesivamente el número de repeticiones de la fórmula, mentalmente o
con los dedos;
- concentrarse activamente en los sintomas de entrenamiento con la intención
de no olvidarse de tomar nota de ellos en el protocolo;
- esforzarse en quitarse de la mente descargas autógenas desagradables;

75
- mover los brazos o las piernas intencionalmente, para comprobar si pesan o si
siguen ahí;
- intentos activos por rimar o cantar las fórmulas, como si fuera una oración.
- intentar coordinar la repetición de la fórmula con la respiración
- producción voluntarista de imágenes mentales, o manipulación de imágenes
que aparecen espontáneamente.
- desviación de la atención hacia ensoñamientos o actividad oniroide, de tipo
sexual, grandioso, etc.
- practicar fórmulas inventadas o modificadas

76
INSTRUCCIÓN CLINICA DEL METODO BASICO

Primera sesión. Explicación general del método y de los principios teóricos.


Dos aspectos técnicos importantes requieren considerable atención:

a) Concentración pasiva en las sensaciones propioceptivas y en la fórmula


correspondiente.

b) Actitud de aceptación pasiva de todos los fenómenos que puedan tener lugar
durante el ejercicio.

Generalmente es mejor dejar la introducción práctica del primer ejercicio para


una sesión posterior, y dedicar la primera a la experiencia de autogenicidad y a la
práctica de las posturas de entrenamiento.

primer ejercicio básico.-


fórmulas: “Mi brazo derecho es pesado”, “mi brazo izquierdo es pesado”, “mis
brazos son pesados”, “mi pierna derecha es pesada”, “mi pierna izquierda es pesada”,
“mis piernas son pesadas”, “mis brazos y piernas son pesados”. El área de contacto
mental es la indicada por la fórmula correspondiente, teniendo en cuenta que “brazo”
se refiere a todo el brazo, desde el hombro hasta la punta de los dedos. Similarmente,
“pierna” es toda la extremidad inferior, desde la cintura hasta la punta de los dedos del
pie.

La existencia de auténticas sensaciones propioceptivas de peso debe ser


aclarada, para diferenciar el estado de concentración pasiva de la sugestión o de la
autosugestión. La fórmula utilizada para empezar, “mi brazo derecho es pesado" (o el
izquierdo, si el sujeto es zurdo) en lugar del más gramaticalmente correcto “está

77
pesado” sirve de base para esta aclaración: el peso es una propiedad inherente al
brazo, no un estado transitorio variable. No se trata de experimentar más o menos
peso, o de influir en las sensaciones, imaginar o crear una sensación de peso, etc, sino
en permitirse sentir la sensación de peso que siempre está presente en el brazo, y que
constituye una manifestación propioceptiva caracteristica, una propiedad permanente
e inevitable que el brazo posee, como puede serlo su forma o su contextura
(igualmente podriamos decir, en este sentido, “mi brazo es redondeado” o “mi brazo
es blando”, etc).

pautas de práctica
Inicialmente, si todo va bien, los ejercicios deben hacerse tres veces al día, por
una duración media de 10 minutos. Ocasionalmente, si se producen reacciones
desagradables (mareos, dolores, ...) o surjen otras dificultades técnicas, la duración del
ejercicio debe reducirse a 1-2 minutos. Instruir al paciente adecuadamente en el
procedimiento de terminación, que debe ser ensayado en la consulta hasta satisfacción
de su buen aprendizaje.

La posibilidad de “descargas autógenas” debe ser advertida al paciente y pedirle


que anote después de cada ejercicio los fenómenos producidos durante el mismo
(naturaleza del tono afectivo, sensaciones, imágenes, vértigo, etc.).

Una frecuencia apropiada de visitas es una por semana, con introducción de un


nuevo ejercicio por visita. Consideraciones técnicas pueden hacer este ritmo más
rápido o más lento.

Excepto en casos en que la respuesta es buena y rápida, como a veces se


observa en sujetos especialmente dotados o con experiencia previa en meditación, es
conveniente practicar la primera semana solamente con la sensación de peso en el

78
brazo derecho (o en el izquierdo, si el sujeto es zurdo). Si todo ha ido bien,
incluyendo la regularidad de la práctica, se inicia en la segunda (o tercera) visita la
generalización del ejercicio, añadiendo la concentración pasiva en el brazo izquierdo,
con la fórmula “mi brazo izquierdo es pesado”. Al introducir esta fórmula, es
importante inquirir después sobre la facilidad con que se ha cambiado de brazo.
Algunos sujetos se quejan de que “no consiguen quitar la sensación de peso del brazo
derecho” o de que “el izquierdo se siente diferente al derecho”, etc, afirmaciones
todas ellas que revelan una insuficiente comprensión de la concentración y aceptación
pasiva, y que dan pie para una oportuna discusión instructiva sobre el tema. La
siguiente fórmula, “mis brazos son pesados” puede añadirse en la misma sesión, si el
cambio de lateralidad se obra comodamente, o en la siguiente, dando una semana más
de tiempo para la práctica de la concentración en los dos brazos independientemente.
Se tiene también en cuenta para esta decisión la capacidad del sujeto, su tipo e
intensidad de descargas, etc.. Se procede después de la misma manera para añadir las
fórmulas referentes a las piernas y, finalmente, la fórmula “mis brazos y piernas son
pesados”. No es infrecuente que, antes de introducir la siguiente fórmula, el sujeto ya
haya experimentado espontáneamente sensaciones de peso en esa región topográfica.
Más raramente, algunos sujetos reportan las sensaciones subjetivas cambiadas, es
decir, peso en el brazo izquierdo cuando se concentran en el derecho, etc. Con
frecuencia, la intensidad de los fenómenos subjetivos del estado autógeno aumenta
progresivamente al aumentar el area topográfica de concentración.

Segundo ejercicio básico.


Formulas: “Mi brazo derecho es caliente”; “mi brazo izquierdo es caliente”,
“mis brazos son calientes”, “mi pierna derecha es caliente”, mi pierna izquierda es
caliente”, “mis piernas son calientes”, “mis brazos y piernas son calientes”.
Los ejercicios de concentración en la sensación de calor siguen de manera
natural a los de concentración en el peso. De hecho, es infrecuente que algunos

79
sujetos reporten de manera espontánea la sensación de calor durante la práctica del
primer ejercicio. El razonamiento al introducir el ejercicio es exactamente igual que
en el primer ejercicio, incluyendo el uso de la expresión “es caliente”. La pauta de
progresión de los ejercicios es similar, asi como el formato y secuencia de sesiones de
consulta, en las que siempre se dedica un tiempo a la discusión de los sintomas de
entrenamiento y a la práctica del ejercicio bajo la supervisión del terapeuta.

A lo largo del desarrollo de las fórmulas del segundo ejercicio, es oportuno


comentar la relación entre la concentración pasiva en el calor y el aumento real de
temperatura, generalmente aprovechando para ello alguna pregunta u observación del
paciente. Que la concentración pasiva en la sensación de temperatura se acompañe de
un aumento real de la misma, es un ejemplo de lo que podriamos llamar “la energia de
la atención”, o efecto que el mero hecho de prestar atención a una dinámica tiene
sobre ella. Naturalmente, se trata de concentración pasiva, es decir, sin exigencia ni
esfuerzo. La atención voluntaristica activa no tiene estos efectos. Las funciones o
fenómenos a las que prestamos atención de manera receptiva se desarrollan más que
aquellas a las que no. Siempre, claro está, que la dinámica esté presente, al menos en
estado minimo.
Los efectos de la concentración pasiva ya han sido demostrados en la inducción
del estado autógeno, pero el aumento de temperatura durante el segundo ejercicio
resulta más dramática. El conocimiento operativo de los efectos de la atención pasiva,
derivado de esta experiencia directa, será de gran ayuda al sujeto para la comprensión
y realización de las formulas especiales y de las especificas de órgano. En otro orden
de cosas, este conocimiento puede extrapolarse a otros aspectos de la vida cotidiana, y
al manejo adecuado de los fenómenos mentales disfuncionales o indeseados, tales
como emociones disfóricas, intrusiones obsesivas o pensamientos negativos:
prestarles atención, aunque sea para luchar contra ellos, no hace más que aumentar su
presencia. Dejarles pasar, como fenómenos autógenos que son, sin interferir en su

80
desarrollo, es una de las más utiles habilidades que debe adquirirse en el curso de la
psicoterapia. El mismo principio de no interferencia ha de aplicarse, durante la
práctica de los ejercicios básicos, a los sintomas de entrenamiento o descargas
autógenas, asi como a todas las dificultades y resistencias que puedan aparecer.

La pauta de entrenamiento completa a este punto incluye todas las fórmulas de


peso, seguidas por las de calor, terminando en “mis brazos y piernas son calientes”.
Ambos ejercicios pueden combinarse, añadiendo como fórmula final común: Mis
brazos y piernas son pesados y calientes”.

El cáculo de la duración del tiempo de concentración puede establecerse de dos


maneras:

1. Por el método clásico, de origen alemán, consistente en contar mentalmente


el número de repeticiones de cada fórmula, y mantenerlas entre 5 (minimo) y treinta
(máximo). Para una mentalidad poco preparada para la organización metódica, este
método resulta un tanto engorroso, y no están nada claras sus ventajas.

2. El método que recomiendo es el cálculo mental del tiempo de concentración,


lo cual se hace de la siguiente manera: al iniciar el ejercicio, uno establece
mentalmente, como dato y no como exigencia, la duración prefijada, generalmente
entre 10 y 30 minutos, según las condiciones de práctica, tipo de reactividad, etc, etc.,
tal como se haya acordado con el terapeuta.

Con objeto de no alargar excesivamente el ejercicio, y según la habilidad del


sujeto, es posible reducir el número de fórmulas, iniciando después de cierto tiempo
de práctica el primer ejercicio directamente con la fórmula “mis brazos son pesados”,
continuando con “mis piernas son pesadas” y, finalmente, “brazos y piernas son

81
pesados”. Lo mismo puede hacerse con el segundo ejercicio, naturalmente después de
un tiempo de práctica con cada fórmula individual. La razón es que, por una parte,
gracias al estadio reflejo, la respuesta de relajación se incia rápida y fácilimente, y,
por otra, la práctica amplia la habilidad de repartir el contacto mental en zonas
extensas. De todas maneras, si se notan dificultades técnicas o deficiencias de
concentración, es mejor volver a la inducción sistemática del estado autógeno fórmula
a fórmula.

En general, la profundidad del estado, valorada tanto en lo que se refiere a la


desconexión o desaferentación del entorno, como a la intensidad del tono afectivo
básico, como a la facilitación de las descargas autógenas, aumenta al aumentar el
tiempo y la superficie de concentración. Si por cualquier razón resulta aconsejable
reducir la acción del estado autógeno, puede hacerse reduciendo el tiempo y/o el área
topográfica de contacto mental.

Tercer ejercicio básico: la concentración sobre el corazón.

fórmula: “Mi corazón late tranquilo y natural”.

Es el primer ejercicio en que el contacto mental tiene lugar en un órgano


interno, al que los sentidos no tienen normalmente acceso. Al ser un músculo con
movimiento continuo propio, el corazón es fácilmente localizable
propioceptivamente. El momento de su introducción es variable, pudiendo oscilar
entre la segunda y la doceava semana, según el caso. El objeto de concentración, tal
como viene expresado en la fórmula, es, precisamente, la confortante sensación de
movimiento regular del corazón. Recordemos que, en primer lugar, uno se concentra
en una función que realmente existe, sin exigencias y sin esforzarse con intención de
lograr algún cambio; y, en segundo lugar, el mero hecho de prestar atención a una

82
función determinada, potencia dicha función, en este caso la normalidad y regularidad
del movimiento cardiaco. La observación de las respuestas especificas al ejercicio
concuerdan con la hipótesis de potenciación de la función por la concentración pasiva
sobre la misma, con mejora de la regularidad del ritmo y disminución moderadamente
la frecuencia cardiaca.

Tres son los tipos de dificultad que suelen surgir en el aprendizaje del tercer
ejercicio básico: los relacionados con insuficiente contacto mental, los relacionados
con disrupciones en la concentración-aceptación pasiva y los relacionados con la
reactividad cardiaca anómala.

1. Los defectos en el contacto mental, o torpeza en la localización propioceptiva


del corazón, se encuentran sobre todo, y por razones diferentes, en alexitimicos y en
obesos de fuerte complexión. Varias técnicas fisicas ayudan a desarrollar el contacto
mental con el corazón, empezando por su localización teórica en un atlas anatómico
(el corazón no está tan a la izquierda como la gente se cree, sino más bien en el centro
del pecho, con su extremo inferior apuntando el costado izquierdo) y continuando por
acostumbrarse a sentir su latido con la mano puesta sobre el esternón. Inclinarse hacia
delante o tumbarse boca abajo hace que las estructuras cardiacas tomen mayor
contacto con la región esternal, y facilita la percepción del latido.

2. Los errores en la técnica de concentración, que ya deberian estar


ampliamente superados con la experiencia ganada en la práctica de los dos primeros
ejercicios, se deben, en general, a aprehensión con el contacto cardiaco. Obviamente,
los sujetos afectos de neurosis o fobias cardiacas, de alteraciones funcionales del
ritmo (palpitaciones) o de hipocondriasis infartofóbica son los que mayores
dificultades tienen, y en ellos es quizá mejor postponer el tercer ejercicio hasta que
hayan desarrollado una mayor confianza y experiencia en la inducción y

83
mantenimiento del estado autógeno. El contenido verbal exacto de la fórmula puede
ser importante para estos sujetos, por las asociaciones conceptuales u onomatopéyicas
que algunas palabras pueden tener. Asi, la formulación “mi corazón late tranquilo y
regular”, que parece muy razonable, es desaconsejada, por la facilidad con que, en
castellano, se convierte por apócope en “corazón... irregular”, y el sujeto acaba
concentrándose en lo que teme. Por razones distintas, se desaconseja también la
fórmula “Mi corazón late tranquilo y fuerte”, traducción directa del alemán, donde las
conotaciones parafóricas de fuerte (stark) están más relacionadas con potencia que
con intensidad. Es comprensible que a un alemán le sea grato tener un corazón
potente, pero en español fuerte, sobre todo en relación con algo ritmico y sonoro, tiene
connotaciones demasiado próximas a lo displacentero. Tranquilo parece bastante
apropiado, pero en algunas personas puede resultar más conveniente calmo. Asi, es
oportuno ensayar modificaciones en la fórmula del tercer ejercicio, para ajustarla
mejor a la peculiaridades parafóricas del sujeto que las utiliza. En uno de mis
pacientes, una modificación tan simple como “corazón calmo, natural” facilitó de
manera importante la adaptación al tercer ejercicio básico.

3. Reactividad cardiaca anómala. Por razones que pueden ser neurofuncionales,


o depender de la propia patologia del músculo cardiaco, algunos sujetos experimentan
exagerada reactividad cardiaca, con percepción molesta del latido, taquicardias,
bradicardia excesiva o disritmias, no atribuibles al supuesto anterior. En ellos, el
tercer ejercicio puede ser una contraindicación más o menos absoluta (ver
indicaciones y contraindicaciones, más abajo).

Cuarto ejercicio básico : La concentración sobre la respiración.


fórmula: “esto respira sólo” ó “esto me respira” ó “respiración tranquila”.

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Se trata del primer ejercicio sin contacto mental especifico con una estructura
anatómica. La concentración pasiva-receptiva se aplica sobre el hecho de respirar y,
en cierta forma, sobre su naturaleza autodeterminada e independiente de la voluntad.
Bien es verdad que se puede respirar a propósito, pero el objeto de concentración en
este ejercicio es el automatismo respiratorio, en todo ajeno a los designios personales.

La fórmula que más exactamente trasmite el sentido del ejercicio es “ésto me


respira”, pero su semántica es tan inusual que resulta necesario dedicar cierto tiempo a
discutirla con el paciente. Todo respira en el universo y "Esto” representa algo asi
como el principio natural que se ocupa de la existencia de los mecanismos de
respiración. “Me respira” continua con la misma idea, significando que no soy yo el
que decide, mantiene y regula mi respiración a mi conveniencia personal, sino que,
simplemente, experimento en mi la acción del principio natural de la respiración.
Parece fácil de entender, especialmente por parte de sujetos que ya han experimentado
sensaciones de transcendencia o de estar en contacto con la naturaleza, o con
principios universales, etc, como parte de su tono afectivo básico durante los
ejercicios anteriores. Sin embargo, algunos individuos pueden encontrar esta fórmula
demasiado abstracta, y para ellos pueden ensayarse las alternativas “esto respira sólo”,
o, en el caso más desesperado, recurrir a la más simple formulación “Respiración
tranquila”
Quinto ejercicio básico : El calor abdominal.
fórmula: “Mi plexo solar es caliente”
Contacto mental con sensaciones propioceptivas procedentes de una región
anatómica situada por detrás del estómago y por delante del inicio de la curvatura
dorsal. El plexo solar es una formación ganglionar, asi llamada por su aspecto
redondeado, con fibras nerviosas saliendo de ella a manera de corona irridiada. Inerva
la región esplácnica, y corresponde, exactamente al punto llamado “la boca del
estómago” o lugar donde más duele al recibir un puñetazo en el abdomen.

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fig. 8. Ilustración gráfica del punto correspondiente al plexo solar o “boca del estómago”, situado
por detrás de este y por delante de la espina dorsal.
Antes de iniciar el ejercicio, es útil tener una idea teórica de la localización del
plexo solar, para lo que puede recurrirse a láminas anatómicas si necesario. A estas
alturas de entrenamiento, no caben esperarse grandes dificultades en la realización de
este ejercicio. La aceptación pasiva, como siempre, es el requisito técnico esencial
consistente en repetir la fórmula con el adecuado contacto mental e indiferencia
absoluta en los fenómenos acompañantes.

Sexto ejercicio básico : la sensación de frescor en la frente.


fórmula: “Mi frente es fresca”
El origen de este ejercicio es la observación de coincidencia de sensaciones
espóntaneas de frescor en la frente con sentimientos de paz y alerta mental. Como

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“frio” puede tener connotaciones desagradables, la fórmula elegida en castellano es
“Mi frente es fresca”. El contacto mental es con la región correspondiente.

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Ejercicios Adicionales:

1.- fórmula: “Estoy en paz”


En los primeros tiempos del entrenamiento autógeno, antes de que se
descubriera el significado de los sintomas de entrenamiento y se desarrollaran los
métodos de neutralización, se otorgaba gran importancia a las sensaciones de
tranquilidad, serenidad, etc, que caracterizan el tono afectivo básico. La fórmula
“Estoy en paz”, que se acostumbraba a emplear de manera adicional desde el primer
ejercicio, fue ideada para reforzar esta sensación, que, de todas maneras, se presenta
con todas las fórmulas, como propia que es del estado autógeno. El mayor
inconveniente que presenta esta fórmula es su posible interferencia con descargas
autógenas ansiógenas. Por otra parte, el conocimiento actual sobre la dinámica de las
fórmulas especiales y de las fórmulas intencionales aconseja reservar la concentración
sobre contenidos psiquicos para sujetos adelantados, muy bien entrenados en las
fórmulas de contenido fisiológico.

2. fórmula: “Mi cuello y hombros son pesados”


Se trata en realidad de un ejercicio intermedio o parcial, ideado para situaciones
de emergencia, cuando no hay tiempo u oportunidad para un ejercicio estandar, o,
simplemente, para reforzar las pautas de entrenamiento. Tiene la ventaja adicional de
facilitar la relajación de los músculos del cuello y nuca (esplenio cervical y trapecio),
cuya contractura crónica ocasiona problemas de postura a muchos neófitos. Se puede
iniciar su práctica muy pronto, y representa una extensión del primer ejercicio,
destinada a inducir el estado autógeno con mayor frecuencia que tres veces al dia,
aunque sea con menos intensidad. Se considera que otra de sus funciones es expandir
el tiempo de acción del estadio reflejo. La postura de entrenamiento correspondiente a
este ejercicio parcial es más fácil y menos exigente que la estandar (ver sección de
posturas de entrenamiento).

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Otros ejercicios básicos:

1. La fórmula del espacio.


Ideada de manera experimental para facilitar la activación del hemisferio
derecho en estudios sobre movilización de la creatividad, se puede utilizar como
ejercicio alternativo o preparatorio, de utilidad en casos que, por una u otra razón,
encuentran dificultad con los ejercicios de contenido propioceptivo. Consiste en la
imaginación secuencial del espacio comprendido entre partes simétricas del cuerpo.

La introducción de la fórmula es sencilla: con el sujeto en posición sentada


simple, se le pide que siga las instrucciones contenidas en frases descriptivas de la
tarea de imaginación secuencial del espacio, repetidas lentamente en voz alta, con un
lapso de unos cinco segundos entre cada una de ellas: “imagino el espacio entre mis
ojos” “imagino el espacio entre mis oidos” “imagino el espacio entre mis hombros”
“imagino el espacio entre mis codos” “imagino el espacio entre mis muñecas”
“imagino el espacio entre mis manos” “imagino el espacio entre mis rodillas”
“imagino el espacio entre mis tobillos” “imagino el espacio entre mis pies”.

El estado especial de conciencia inducido por este ejercicio es afín al estado


autógeno, aunque con algunas diferencias importantes: a) rápida y efectiva activación
del hemisferio derecho, que se pone de manifiesto por inhibición temporal de la
capacidad de cálculo mental, fenómeno que no observado en el estadío A del estado
autógeno. b) Ausencia de descargas autógenas. Los concomitantes fisiológicos no han
sido bien estudiados, pero, en todo caso, un breve periodo de práctica facilita
enormemente la inducción del estado autógeno en casos dificiles.

2. El ejercicio de recuerdo.

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Es la misma idea que los ejercicios parciales, con la diferencia de que el
ejercicio de recuerdo resulta más fácil, pasa mejor inadvertido, y puede, en
consecuencia, ser realizado más frecuentemente. Se basa en el principio de que, igual
que cualquier otra sensación o experiencia, la respuesta de relajación puede ser
fácilmente recordada a voluntad, si uno se aplica a ello de la manera apropiada. No se
trata de un esfuerzo de memoria intelectual, sino de un simple “volver a vivir” o
“recordar con todo el cuerpo”, parecido a cuando nos vuelven las memorias de un
verano feliz, y nos parece sentir de nuevo el sol en la piel y la brisa del mar. Se hace
uso en este ejercicio de la llamada memoria somática o codificación de experiencias
en forma de sensaciones, generalmente operativa de manera extraconsciente.

Una vez bien aprendido, el ejercicio de recuerdo no tiene postura especifica.


Sin embargo, por razones de entrenamiento, se debe iniciar su practica con los ojos
cerrados, en una de las posturas estándar. Se trata asi de aprovechar los efectos del
estadio R en la facilitación del recuerdo. Si además se introduce este ejercicio parcial
poco después de un ejercicio básico normal, cuando el sujeto está aún en estadio A,
esta facilitación es aún más segura. En estas circunstancias, más que un recuerdo es
un “prestar atención”, porque los remanentes del estado autógeno aun están presentes.
Es importante no repetir fórmula alguna, ni dejarse llevar por ninguno tipo de
elaboración o actividad mental, sino mantener la vivencia total de la respuesta de
relajación. El ejercicio dura unos segundos, escasamente un minuto, y no necesita
técnica de cancelación.

El mejor momento para enseñar esta técnica es con el entrenamiento algo


avanzado, como mínimo cuando ya se está terminando el primer ejercicio. Un sujeto
que induce de manera segura y regular un estado autógeno satisfactoriamente
profundo no tiene dificultades en re-experimentar este estado a voluntad, aunque es
necesario habituarse progresivamente y evitar esfuerzos voluntaristicos activos

90
durante el ejercicio. Una vez que se domina el recuerdo en la primera media hora
después de terminar un ejercicio básico, puede empezarse a extender el tiempo, y
practicarlo a la hora o a las dos horas después de una terminación estándar. Siguiendo
esta pauta, el ejercicio de recuerdo sirve para ampliar considerablemente la duración
del estadio A. Siempre acaba por encontrarse, de todas maneras, un punto de corte a
partir del cual la experiencia de relajación se percibe como menos intensa y clara que
en el “recuerdo” precedente. Es importante aceptar este hecho como un fenómeno
normal, y continuar practicando el ejercicio de recuerdo como lo que es, un ejercicio
parcial cuyos efectos nunca son tan intensos como los de un ejercicio básico, pero que
siempre ayuda.

En poco tiempo se desarrolla la habilidad de efectuar el recuerdo en cualquier


momento y circunstancia, incluso en medio de situaciones tensas o de conflicto,
gracias a lo cual el ejercicio de recuerdo adquiere su segunda aplicación práctica: la
adaptación y defensa ante situaciones de estrés y el manejo y control de la ansiedad.
Se trata, sin lugar a dudas, de un nuevo y muy eficaz mecanismo de afrontamiento del
estrés.

Condicionamiento de la respuesta de relajación. Aunque no es propiamente un


ejercicio básico, es útil mencionar aquí este procedimiento terapeútico, por que hace
uso extensivamente del ejercicio de recuerdo. Ya vimos como este ejercicio puede
practicarse en cualquier circunstancia, y discutimos su pauta de entrenamiento como
actividad temporalmente graduada a la terminación del ejercicio básico estándar, o
sometida a la libre elección del sujeto. El condicionamiento de la respuesta de
relajación añade una tercera pauta de entrenamiento, consistente en asociar
sistemáticamente la práctica del recuerdo con un estimulo determinado. Naturalmente,
es necesario adquirir primero una gran competencia en la técnica del recuerdo del
estado autógeno. Esta “tercera pauta” requiere una buena capacidad de activar

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memorias somáticas especificas (las propias del estado autógeno), en circunstancias
precisas. Dos procedimientos han sido ensayados:

1. Condicionamiento a estimulos corporales. La observación de los cambios


aparentes durante el estado autógeno permite detectar en muchos sujetos movimientos
característicos que acompañan la inducción. Asi, hay a quien se la bajan los hombros,
o quien adopta una peculiar sonrisa y, en todo caso, siempre hay una profundización
de la respiración con mayor expansión de la caja torácica. Cuando alguno de estos
fenómenos motores está claramente presente, se lo haremos notar al sujeto, y le
pediremos que los produzca voluntariamente al iniciar el recuerdo. Pronto el
movimiento en cuestión quedará tan claramente asociado con el estado autógeno que
su realización facilitará enormemente el resto de las memorias somáticas del estado,
y, con ellas, del tono afectivo básico. Como variante de este procedimiento, podemos
asociar el recuerdo con un movimiento voluntario especifico que el sujeto encuentre
conveniente, tal como juntar las puntas de los dedos de una o las dos manos, apretar el
pie contra el suelo, presionar levemente en un punto discreto, por ejemplo la base del
esternón, etc, etc.

2. Condicionamiento a estimulos externos. Estos pueden ser producidos a


propósito, con objeto, primero, de crear la asociación y, después, de provocar el
recuerdo del estado autógeno. Más sencillo y útil clinicamente es aprovechar
estimulos repetitivos de ocurrencia natural, de los que podemos tener información a
través de la historia clinica o del relato de las circunstancias estresantes habituales.
Asi, uno de mis pacientes, ejecutivo en una importante empresa de servicios,
seleccionó el timbre del teléfono de su despacho como estímulo condicionado.
Empezamos por, cada vez que sonaba el timbre, esperar unos segundos antes de
contestar; una pequeña pegatina en el auricular con la palabra “espera”, ayudó en este
paso. Unos dias más tarde, más acostumbrado y confortable con la espera, empezó el

92
aprovechamiento de esos segundos para hacer un ejercicio de recuerdo. Fiel a la
filosofia de la psicoterapia autógena, cumplió durante semanas el protocolo acordado,
sin, por otra parte, dar la menor importancia a los resultados. En menos de un mes, el
sonido del teléfono perdió su carácter anteriormente ansiógeno, y el tenso ejecutivo se
descubrió a si mismo contestando con una gran sensación de calma interior. Es
importante notar que, durante todo el procedimiento de condicionamiento, el sujeto
debe continuar practicando los ejercicios de recuerdo en cualquier otro momento,
puesto que no se trata de limitar la respuesta de relajación a la situación condicionada,
sino de añadir la respuesta condicionada a una experiencia de relajación cada vez más
generalizada, en sustitución progresiva del antiguo estado de estrés.

93
EVALUACION CLINICA Y SELECCIÓN DE PACIENTES

Antes de iniciar un tratamiento con psicoterapia autógena, es necesario, como


en toda terapia, un periodo de evaluacion, en el curso del cual se establecen el
diagnóstico y las indicaciones terapeúticas. Los aspectos completos de este proceso
son la evaluación general, la historia traumática, la formulación patogenética y la
elaboración de objetivos terapeúticos y del proyecto personal.

I. La evaluación general .- Se realiza a través de la historia clinica, con su


anamnesis y exploración psicopatológica, incluyendo la determinación detallada de
acontecimientos y cambios vitales, circunstancias desencadenantes, antecedentes
personales y familiares, etc, etc. Para ampliación, puede consultarse el manual
“Anamnesis y Exploración del Enfermo Psiquiátrico”, Instituto de Psicoterapia,
Madrid, 1991. Como instrumentos adicionales de medida, aplicamos
sistemáticamente en nuestra práctica el instrumento clinico CCS (Cuestionario de
Cien Sintomas) y el IRE (Indice de Reactividad al Estrés). En los casos en los que
parece necesaria mayor información, recomendamos el test de color de Lüscher y el
test de los 8 dibujos. Dada la naturaleza multifactorial de la patologia psiquica, y en
especial teniendo en cuenta los efectos fisiológicos del entrenamiento autógeno, es
siempre conveniente un examen médico, con exploraciones y analitica
complementaria. Naturalmente que otros procedimientos clinicos pueden ser
igualmente válidos, pero, sea cual sea la sistemática de evaluación y los instrumentos
de medida, lo importante en esta parte de la evaluación es determinar el estado de
salud psico-fisica del paciente, su sintomatologia principal con sus dinámicas
patogenéticas subyacentes, establecer el diagnóstico y decidir la indicación
terapeútica.

94
En lineas generales, el planteamiento de la evaluación general no difiere
grandemente del recomendable para cualquier tipo de situación clinica. Sin embargo,
los terapeutas formados en métodos autógenos tienden a tener más en cuenta la
participación del paciente en todo el proceso, tanto desde el punto de vista personal,
como desde el de sus procesos automáticos de autoregulación. De ahí la importancia
que se da a la historia traumática, a la formulación patogenética (que también puede
llamarse psicodinámica), a los objetivos terapeúticos y al proyecto personal.

II. La historia traumática trata de recoger los acontecimientos traumáticos


sufridos por el paciente a lo largo de su vida, tanto psiquicos como de tipo fisico
(accidentes; intervenciones quirúrgicas; intoxicaciones, etc). Para ello, además de la
entrevista clinica, se utilizan dos procedimientos adicionales, la lista de traumas y el
cuestionario de alteraciones homeostáticas.
La Lista de Traumas es una tarea práctica, cuya elaboración se solicita al
paciente, para realizar en su casa y aportar a la siguiente consulta. Las instrucciones
para la elaboración de la lista deben incluir:

1. Una explicación sobre el concepto de trauma (por ejemplo: “ Algo que


ocurrió y que le afectó mucho, tanto sólo desde el punto de vista psiquic, sino también
fisico”).

2. Prevenciones técnicas sobre la disociación afectiva o negación en situaciones


traumáticas, fenómeno muy frecuente (decirle, por ej.: “Anote también cosas que le
pasaron y que no le afectaron, pero que, visto objetivamente, hubiera sido lógico que
lo hicieran). Ante esta recomendación, son muchos los pacientes que recuerdan
instancias concretas de algún acontecimiento claramente traumático “que no les
afectó”, como puede ser la muerte de un familiar cuando eran niños, o un severo

95
accidente del que salieron relativamente ilesos, o la desaparición de uno de los padres
en la infancia, etc, etc..

3. Describir brevemente el tema del trauma, indicando la edad aproximada que


tenia cuando ocurrió.

A parte de su valor como documento clinico, la elaboración de la lista de


traumas tiene en si misma un efecto movilizador, al reactivar antiguos sufrimientos y
reafirmar la motivación del paciente en su necesidad de encontrarles solución y
reorganizar su vida.

El Cuestionario de Alteraciones Homeostáticas, que se incluye en el


apéndice, revisa de manera sistemática las posibilidades de este tipo más frecuentes,
incluyendo condiciones patológicas y pautas disfuncionales de inhibición de
mecanismos protectores o de neutralización. Tiene la ventaja de servir de recordatorio
o plantilla para guiar la memoria del paciente, ofreciendoen consecuencia la
oportunidad de obtener un registro más completo y comprehensivo. Sus
inconvenientes son: la imposibilidad de registrar todos los eventos posibles y la
relativa asepsia mecánica del procedimiento, que provoca escasa movilización de las
funciones mentales del paciente.

III. La formulación patogenética es una hipótesis sobre los mecanismos y


procesos subyacentes en la producción de sintomas (o en la inhibición o distorsión de
funciones normales), de la que lógicamente se derivan decisiones sobre las
indicaciones terapeúticas o métodos a aplicar para interrumpir o compensar las
dinámicas patogenéticas. El pensamiento patogenético no es exactamente lo mismo
que el etiológico. Desde el punto de vista del paciente y de la resolución de su
problema vital, no tienen mucho interés los acontecimientos o mecanismos que

96
constituyeron la causa original de su patologia (etiologia), sino aquellos que la
mantienen, bien reactivándola, bien bloqueando o interfiriendo con los procesos pro-
homeostáticos. Una discusión introductoria del pensamiento patogenético y de su
aplicación en psicoterapia se encuentra en “El Tratamiento Multidimensional en
Psiquiatria”, Instituto de Psicoterapia de Madrid, 1995.

Algunos elementos de la constelación patogenética pueden no ser molestias o


sintomas en si mismos, y su importancia reside en su función alentadora del circuito
patológico. Otros elementos contribuyentes al mantenimiento de la patologia pueden
haber sido soluciones o decisiones que el paciente implementó en momentos previos
de su vida, pero que, siendo maladaptivas, acaban por incorporarse a la complicación
del problema. Finalmente, entre los sintomas activos, es útil diferenciar aquellos que
forman parte del circuito patogenético de aquellos otros que son un mera señal o
producto secundario, o, incluso, un intento de autoregulación pro-homeostática.

Por poner un ejemplo, cuando un paciente refiere una sensación de ansiedad,


podemos entenderla, en función de nuestra comprensión de sus dinámicas
subyacentes y de sus necesidades terapeúticas como: a) un elemento patogenético, o
eslabón de un circulo vicioso, que se continua con mecanismos de evitación,
abandono de actividades y responsabilidades, pérdida consecuente de relaciones y
medios de subsistencia, sentimientos de inferioridad, desamparo e incapacidad de
hacer frente a las exigencias vitales, incremento consecutivo de ansiedad, y vuelta a
empezar. b) Un sintoma secundario, relacionado con una percepcion exagerada de
señales de peligro y magnificación de los riesgos. c) Una reacción apropiada ante la
percepción subliminal de engramas traumáticos o contradictorios. Obviamente, la
clasificación no es siempre tan clara y terminante, participando con frecuencia el
mismo sintoma o fenómeno en de las tres posibilidades. La priorización de sintomas,
y el valor que les damos, forma parte de la formulación patogenética, que es, siempre,

97
una hipótesis de trabajo que debe ser contrastada y reformulada según nuevos datos
vayan surgiendo en el curso del tratamiento. La evaluación correcta y la
responsabilización participativa del paciente en su propio proceso psicoterapeútico
son cruciales para el planteamiento patogenético y la consecuente estrategia
terapeútica.

La lista de problemas es un trabajo para casa que se encarga en esta fase


inicial del tratamiento, y que, además de ayudar a la formulación patogenética, aporta
material para el trabajo psicoterapeútico, que, después de todo, no es sino resolución
de problemas. De manera incidental, la transformación y el cambio de énfasis desde
las quejas a los problemas contribuye a la remotivación y a la movilización de
actitudes de participación y colaboración. Por otra parte, la tarea de clarificación y
clasificación de problemas en la mente del paciente, le ayuda a descubrir hasta que
punto algunos son de su propia creación, y otros, más que problemas, no son sino
excusas para evitar la responsabilidad de su propia vida.

IV.- Objetivos terapeúticos y proyecto personal.- El paso final de la


evaluación consiste en establecer, de acuerdo con el paciente, un programa
terapeútico, que consta de unos objetivos, o resultados a esperar con el trabajo a
realizar, y de un procedimiento, o modo de llevar a cabo este trabajo.
Independientemente de cómo quiera el terapeuta formular para si mismo sus
expectativas y programa de intervención, los objetivos terapeúticos son formulaciones
sencillas, elaboradas en común de manera expresa, para cuya construcción se tienen
en cuenta los deseos y problemas del paciente, la formulación patogenética y el
proyecto personal.

Lista de deseos. Independientemente de su exploración preparatoria en la


consulta, y de posibles aclaraciones y discusiones posteriores, la lista de deseos es un

98
documento formal, cuya elaboración se requiere como “tarea para casa”, en formato
libre, y en la que se han de incluir todos los deseos auténticos, sin tener en cuenta
otras consideraciones, tales como si son posibles, o si se tiene derecho a ello, o si su
realización conlleva riesgos, etc. . Tomamos como definición de deseo, para este
propósito, todo lo que uno seriamente quiere, hasta el punto de estar dispuesto a
trabajar por ello y de aceptar las responsabilidades y servidumbres que conlleva. Se
excluyen caprichos, ensoñaciones fantasiosas compensatorias, juegos mentales que
empiezan por “me gustaria...” o “seria estupendo si...”.

Aparte de su valor informativo, tanto expreso como implicito, la lista de deseos


obliga al paciente a clarificar su mente y formular por escrito lo que realmente quiere,
al menos de momento. La diferenciación entre deseos serios y fantasias
compensatorias, simple como es, tiene gran poder operativo. Muchos sujetos
descubren hasta que punto están renunciando a sus deseos, y de que manera las
fantasias compensatorias sólo sirven para hacerles ciegos a esta renuncia.

99
RELACIÓN CON EL PACIENTE

La Psicoterapia Autógena parece paradójica en cuanto a la forma de actuar del


terapeuta. Mientras que su función directiva es estricta en algunos aspectos, con un
protocolo extremadamente consistente de instrucción técnica, la permisividad es total
en cuanto a los contenidos y modo de expresión de la experiencia en la sesión
terapéutica, lo que se conoce como el principio de no interferencia. La función del
terapeuta es doble: 1) educación especifica en técnicas de acceso y control a estados
de conciencia, entrenando y supervisando al paciente en la adquisición de la
metodologia precisa para percibirse sin engaños ni resistencias (principio de
autogenicidad) y 2) mantenimiento de un contexto psicoterapeútico general de
remotivación, contención de la angustia y actualización de las potencialidades, que
fomenta de manera incidental e inespecifica la capacidad del paciente para reconstruir
de manera creativa su relación consigo mismo y con su entorno.

Aunque la práctica de los métodos autógenos básicos parece bastante simple,


suelen presentarse dificultades importantes si el tratamiento es aplicado de manera
mecánica, sin tener en cuenta las necesidades y reactividades específicas de cada
paciente. A diferencia de otros métodos de psicoterapia, el paciente asume, desde el
primer momento, un papel activo y responsable en su tratamiento. La práctica de los
ejercicios básicos, al menos tres veces diarias, requiere un considerable compromiso,
que sólo puede mantenerse mediante la supervisión cuidadosa del terapeuta. De
manera abierta, éste asume un papel de técnico o experto, que transmite sus
conocimientos sobre la práctica del método al paciente, resolviendo sus dudas e
indicándole las técnicas apropiadas para hacer frente a problemas como los
relacionados con las descargas autógenas y las distintas modalidades de resistencia
que aparecen a lo largo del tratamiento. En otro nivel, aporta una necesaria relación de
apoyo afectivo y asiste en la “remoralización” o recuperación de la necesaria

100
confianza en si mismo y en el propo proyecto vital, principio básico esencial de toda
psicoterapia eficaz.

El mantenimiento de la correcta actitud terapéutica es de gran importancia, y


tiene dos aspectos aparentemente contradictorios: Por una parte, se utilizan
intervenciones directivas, haciendo uso de todos los posibles enfoques que brindan los
distintos tipos de psicoterapia, pero centrándose siempre en mantener al paciente en
la práctica de sus ejercicios y asegurarse del correcto aprendizaje y cumplimiento de
los requisitos técnicos. Esta actitud, educativo-directiva y algo rigida en las exigencias
técnicas, contrasta con la actitud permisiva y no directiva del terapeuta en el resto de
sus interacciones, destinada a crear una atmósfera desculpabilizante y validante que
facilita el autodescubrimiento.

En la práctica, esto requiere una profunda comprensión de la personalidad del


paciente, de su problemática y de la de su entorno. Los conceptos elementales sobre
los que se apoyan los métodos autógenos deben ser comprendidos por el paciente
desde el inicio el tratamiento, pues sin ello resulta difícil ganar su cooperación y
participación activa. El significado de las descargas autógenas debe ser bien
entendido, aunque el terapeuta debe evitar adelantar descripciones y explicaciones
que puedan influir en pacientes sugestionables. Particular detalle debe prestarse a las
explicaciones de porqué, desde un punto de vista homeostático, deben evitarse las
situaciones que inducen acumulación de estímulos estresantes. Asi, es oportuno
recomendar a personas con sobrecarga de ansiedad y agresión, en las que ya se
supone una deficiencia de los mecanismos neutralizadores de estas emociones, que
eviten la práctica de deportes violentos, la asistencia a películas con contenido
agresivo, etc.. Por otra parte, se les ofrece simultáneamente la oportunidad de
verbalizar abiertamente sus reacciones en situaciones de este tipo.

101
Con frecuencia, la aparición de descargas de tipo emocional o ideativo,
relacionadas con la conflictiva personal del paciente, constituyen la razón más
importante de la resistencia que invariablemente se presenta tras un período de
práctica feliz del entrenamiento autógeno básico. Muchos pacientes no logran
explicarse por qué, después de alcanzar considerable alivio tras algunas semanas de
tratamiento, empiezan a encontrar los ejercicios cada vez más difíciles de practicar, la
concentración se vuelve ineficaz, etc., etc. Si la clarificación simple de este proceso
no resuelve la situación, puede estar indicado el paso a los métodos de verbalización o
abreacción, pero no resulta adecuado aceptar, como pretenden algunos pacientes, que
“los ejercicios ya no sirven”, o “que les sientan mal”, precisamente en el momento en
que su eficacia se empieza a poner de manifiesto por la movilización de material
traumático o contradictorio largo tiempo reprimido. Es en estas circunstancias cuando
la actitud aceptante, validante y desculpabilizante del terapeuta rinde sus mayores
frutos, apoyándose en la cooperación empática construida desde los primeros
momentos del tratamiento para conducir progresivamente al paciente al
enfrentamiento directo con sus recuerdos y fantasias más traumáticos.

Mientras que Luthe recomienda terminantemente evitar las interpretaciones de


tipo psicoanalítico, algunos autores franceses, como Ranty, o austriacos, como
Wallnöfer, encuentran útil este tipo de intervenciones. Personalmente, recurro a
técnicas interpretativas solamente cuando la situación transferencial parece ser
responsable de la inhibición o dificultad en la práctica de los ejercicios,
generalemente durante la fase del tratamiento en la que se está estableciendo la
relación terapeútica, y siempre referido a aspectos de la conducta en estado habitual
de consciencia. La interpretación sistemática de los procesos mentales desarrollados
durante el estado autógeno complica innecesariamente la situación, y debe ser evitada.
El terapeuta con formación o inclinaciones psicodinámicas debe decidir pronto en el

102
tratamiento que enfoque quiere emplear, refrenándose de las fáciles interpretaciones
que brinda el material aportado por algunos pacientes durante el estado autógeno.

103
INDICACIONES Y CONTRAINDICACIONES

Aparte de sus aplicaciones generales en la prevención y tratamiento de


sindromes de estrés, la psicoterapia autógena resulta de gran utilidad para trastornos
neuróticos y psicosomáticos, especialmente cuando el paciente muestra rasgos
marcados de personalidad alexitímica. La indicación en las neurosis es
particularmente recomendable cuando aparecen los siguientes rasgos:

-Marcada angustia libre, sin cristalización defensiva específica.


-Angustia “existencial”, caracterizada por incertidumbre y sensación de
ausencia de sentido en sí mismo y en los propios intereses y ocupaciones.
-Excesiva preocupación por la idea de la muerte.
-Somatizaciones frecuentes y variadas.
-Conflictos bien definidos, generalmente por formación reactiva, de tipo
dependiente.
-Historia clínica de traumatismos importantes de tipo físico o emocional.

En cuanto a las contraindicaciones, el último consenso del comité


internacional para la coordinación de la enseñanza y aplicación clínica de la
psicoterapia autógena (ICAT) ha permitido la elaboración de la siguiente lisa de no
indicaciones, contraindicaciones absolutas y contraindicaciones relativas:

I. No indicaciones. Se trata de aquellas condiciones en las que no es


aconsejable iniciar un tratamiento de entrenamiento autógeno básico:
1. Individuos sin motivación para aplicar los ejercicios de una manera adecuada
(por ejemplo, psicópatas recalcitrantes o pacientes obligados).
2. Cuando no es posible un control crítico y cuidadoso de los síntomas de
entrenamiento.

104
3. Cuando la evaluación diagnóstica diferencial de los síntomas de
entrenamiento no puede efectuarse debidamente.
4. Durante episodios agudos de psicosis esquizofrénica. En periodos
asintomáticos, o en estados crónicos, el método básico puede ser útil, pero bajo
supervisión estrecha, y debe interrumpirlo en caso de que aparezcan elementos
psicóticos.
5. Personas con deficiencia mental severa, esto es, con cociente intelectual por
debajo de 50. Pacientes con grados menos severos de retraso mental pueden
beneficiarse del método, con adecuada supervisión, como tratamiento de posibles
alteraciones comportamentales o neuróticas asociadas.
6. Niños por debajo de los 5 años de edad. Los ejercicios básicos pueden ser
aplicados a niños de 5 o más años, teniendo en cuenta las precauciones y adaptaciones
necesarias.

II. Contraindicaciones absolutas. Se trata de cualquier condición o situación


en la que el tratamiento resulta inapropiado o potencialmente peligroso.
Generalmente, el entrenamiento básico produce en estos casos, o puede producir con
gran probabilidad, modificaciones funcionales y secuelas perniciosas para la salud del
paciente.
7. Paciente en riesgo inminente de infarto de miocardio, a menos que estén
monitorizados en una unidad de cuidados intensivos y supervisados por un médico
cardiólogo con experiencia en psicoterapia autógena. El consenso no es total en este
punto, Polzien observa empeoramiento del electrocardiograma y aumento de la
frecuencia cardíaca al practicar el primer ejercicio básico inmediatamente después de
un infarto agudo, Savitsky insiste en la utilidad del entrenamiento autógeno durante el
período agudo y las primeras horas de ingreso en la unidad coronaria. Luthe considera
que en los pacientes con infarto agudo debe tenerse en cuenta la posible aparición de

105
descargas autógenas relacionadas con impulsos agresivos reprimidos, que pueden
empeorar la situación funcional cardíaca.
8. Sujetos que repetidamente muestran aumentos paradójicos de la presión
arterial durante el ejercicio. González de Rivera considera que un período de prueba
con verbalización autógena de la agresividad debe ser intentado antes de abandonar
definitivamente el método. Con frecuencia, tales aumentos paradójicos de presión
arterial están relacionados con descargas de tipo agresivo, mal neutralizadas por los
pacientes. Luthe recomienda además que se investigue la posibilidad de
feocromocitoma. A causa de esta contraindicación es necesario medir la tensión
arterial de los pacientes antes de iniciar el ejercicio, durante el ejercicio y unos
minutos después de terminarlo, y ello durante la primera semana de entrenamiento y
periódicamente (por ejemplo, mensualmente) después.

9. Pacientes diabéticos en los que no se puede asegurar un control químico y


bioquímico cuidadoso. El entrenamiento autógeno resulta útil en la diabetes, pero
altera la respuesta del organismo a la insulina, generalmente reduciendo de forma
drástica pero impredecible la necesidad de la misma. De ahí que o deba intentarse la
aplicación del método en un diabético, a menos que la colaboración del paciente y del
endocrinólgo que lo trata esté sobradamente asegurada.

10. Pacientes con tendencia marcada a la hipoglucemia que sufren mareos


durante más de 3 sesiones consecutivas.

11. Pacientes con glaucoma en los que el control tonométrico de la presión


intraocular aumenta durante la primera semana de tratamiento.

12. Pacientes con reacción psicótica de la tercera edad.

106
13. Sujetos que desarrollan reacciones paranoides severas, con delirio
persecutorio o grandioso. La aparición ocasional de ideación paranoide no ego-
sintónica durante las primeras semanas de tratamiento no constituye contraindicación
absoluta, a menos que progrese hacia un franco delirio.

14. Reacciones disociativas no psicóticas, como despersonalización, estados de


amnesia, fuga o estupor histérico, sonambulismo, doble personalidad, etc.

III. Contraindicaciones relativas. Se trata de condiciones que requieren


particular cuidado en la aplicación del entrenamiento autógeno básico. Tales
precauciones pueden incluir modificaciones de procedimiento, como por ejemplo
evitar ciertas fórmulas básicas, o abandonar el tratamiento cuando aparecen ciertas
reacciones indeseables.

15. La fórmula “de apoyo” preconizada por J. H. Schultz (“estoy tranquilo” o


“me siento en paz”) no debe ser empleada en pacientes con tendencia a reacciones de
ansiedad, inquietud y descargas motoras durante los ejercicios. Particularmente, los
pacientes con neurosis de angustia, alcoholismo crónico, neurosis obsesivo-
compulsiva y reacción de estrés, tienen grandes dificultades con esta fórmula, sobre
todo si se aplica al principio del entrenamiento básico.

16. La asociación de imágenes placenteras o relajantes no debe imponerse a


pacientes que experimentan dificultades en visualizar espontáneamente tales
imágenes, o cuando las imágenes adquieren cualidades dinámicas, como si se tratara
de una película o cuando las imágenes placenteras o relajantes seleccionadas cambian
espontáneamente, incluyendo rasgos ansiógenos o desagradables. Cualquiera de estos
fenómenos indica el desarrollo espontáneo de una abreacción autógena,

107
procedimiento que no debe emprenderse a menos que el paciente y el terapeuta estén
debidamente preparados para ello.

17. El primer ejercicio básico (fórmulas de peso) debe ser practicado con
precaución cuando el sujeto experimenta ansiedad o inquietud durante o
inmediatamente después de la práctica del ejercicio. Debe entonces efectuarlo bajo
supervisión, y realizar ejercicios de muy corta duración (por ejemplo 1-2 minutos). Si
la reacción no desaparece en el plazo de dos semanas, el tratamiento debe ser
interrumpido.

18. Similares consideraciones deben aplicarse a los casos en que aparecen


reacciones vasomotores y cardíacas exageradas y desagradables, tales como
congestión facial, dolor torácico, taquicardia, etc. Tanto en este caso como en el
anterior, pueden aminorarse las reacciones desagradables con el empleo de “fórmulas
reducidas”, en las que se disminuye el área anatómica por la fórmula (por ejemplo,
“mi mano es pesada”, etc.).

19. El segundo ejercicio básico (fórmula de calor) no debe practicarse cuando la


temperatura ambiente es anormalmente alta.

20. También existe contraindicación para el segundo ejercicio básico cuando


aparecen reacciones motoras exageradas, como por ejemplo sensación de pulsación,
opresión, edema, mareos, sensación de vacío en la cabeza, síntomas iniciales de
desmayo, etc. Como en el caso de las reacciones exageradas al primer ejercicio,
pueden ensayarse las fórmulas reducidas, y practicar numerosos ejercicios durante
muy cortos períodos de tiempo.

108
21. El tercer ejercicio básico (fórmula cardíaca) debe interrumpirse cuando
aparecen excesivas y desagradables descargas autógenas relacionadas con el corazón,
tales como dolor precordial, taquicardia, tensión, etc.

22. El tercer ejercicio básico debe introducirse con sumo cuidado, y


acompañado de una relación psicoterapéutica positiva, en pacientes con alteraciones
cardíacas funcionales (infartofobia, astenia neurocirculatoria, neurosis cardíaca, etc.).

23. En pacientes que han desarrollado excesivas reacciones vegetativas durante


la práctica del primer y segundo ejercicios básicos, el tercer ejercicio debe ser
pospuesto hasta un tiempo de aplicación más tardío que el que normalmente
correspondería.

24. La práctica del tercer ejercicio debe también ser interrumpida cuando
aparecen caídas bruscas y marcadas de la presión arterial, en pacientes hipertensos,
con sentimientos de incomodidad y angustia.

25. El tercer ejercicio debe ser omitido en pacientes que siguen tratamiento con
hemodiálisis.

26. El tercer ejercicio debe ser omitido por pacientes que sufren de
hipertiroidismo.

27. Se recomienda la no aplicación del tercer ejercicio básico en niños menores


de 10 años.

28. En niños mayores de 10 años, debe evaluarse detenidamente su madurez


intelectual y su capacidad de adherirse a las instrucciones terapéuticas, antes de iniciar

109
el tercer ejercicio. Esto es debido a que, con relativa frecuencia, niños y adolescentes
tienden a experimentar con las fórmulas, intentando acelerar, disminuir, o de otra
forma alterar el ritmo cardíaco idóneo, con posibles consecuencias desagradables.

29. El cuarto ejercicio básico (fórmula de la respiración) debe ser introducido


con sumo cuidado, y después de haber desarrollado maestría en los otros ejercicios, en
pacientes con procesos patológicos del sistema respiratorio ( por ejemplo, asma
bronquial, tuberculosis pulmonar, etc.).
30. Sujetos que han practicado con anterioridad métodos que incluyen control
consciente de las funciones respiratorias, encuentran particular dificultad en adoptar la
actitud pasiva durante el cuarto ejercicio.

31. El quinto ejercicio básico (calor en el plexo solar) no debe ser aplicado en
sujetos que no pueden localizar interoceptivamente su plexo solar.

32. La práctica del quinto ejercicio básico debe ser interrumpida cuando el
sujeto experimenta dolor en el área abdominal al iniciar el ejercicio. En estos casos, es
aconsejable efectuar examen orgánico detenido para eliminar la posibilidad de
enfermedad orgánica.

33. La concentración en el plexo solar no debe ser realizada por sujetos con
lesiones del aparato digestivo (úlcera péptica, carcinoma, condiciones hemorrágicas,
gastritis hipertrófica, hipertensión portal, etc.)

34. El quinto ejercicio básico debe ser evitado en pacientes diabéticos que
muestran disminución exagerada de la tolerancia a al insulina, y episodios frecuentes
de hipoglucemia de comienzo brusco.

110
35. El quinto ejercicio básico no debe practicarse por pacientes que sufren de
hiperinsulinismo o d otras formas de hipogluemia.

36. La práctica del quinto ejercicio básico debe ser inerrumpida en pacientes
con angina pectoris que experimentan sensaciones desagradables en el área precordial
durante las primeras sesiones con este ejercicio.

37. El quinto ejercicio básico no debe ser practicado durante el embarazo,


particularmente durante los tres últimos meses del mismo.

38. El quinto ejercicio básico no debe ser utilizado en niños sin la suficiente
madurez intelectual como para practicar la fórmula correctamente, manteniendo
adecuado contacto mental y sin experimentaciones inapropiadas.

39. El sexto ejercicio básico (frescor en la frente) debe ser interrumpido en


sujetos que consistentemente experimentan inicio o empeoramieno de cefaleas
durante o después de este ejercicio.

40. El sexto ejercicio básico debe ser introducido con precaución en pacientes
con lesiones cerebrales. Aproximadamente la mitad de estos pacientes experimentan
reacciones desagradables, que requieren la interrupción de esta fórmula.

41. El sexto ejercicio básico debe ser evitado en pacientes con epilepsia.

111
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114
APENDICE

1 . cuestionario de alteraciones homeostáticas

2. cuestionario de estados de conciencia

P.A.- AH - A

115
INSTRUCCIONES

Este cuestionario contiene una serie de sucesos relativamente frecuentes en la vida de la


mayoría de la gente. Marque con una x aquellos que puedan aplicarse a usted, indicando a
continuación, lo más aproximadamente posible, la edad que tenia en el momento en que ocurrió.

IDENTIFICACIÓN (Por favor, use letra de imprenta)

NOMBRE Y APELLIDOS.................................................................................................

FECHA DE NACIMIENTO..................................LUGAR.........................SEXO............

DIRECCION.....................................................................................................
..........................................................................................................................

TELEFONO.............................................PROFESION.*..................................

*Si es estudiante, indique por favor la carrera

W. LUTHE – J.L.G. DE RIVERA 1977

¿Sufre, o ha sufrido usted en el curso de los últimos 6 meses, algunos de los siguientes trastornos?

Diabetes ........ Hipertiroidismo ........


Hipoglucemia ........ Epilepsia ........
Glaucoma ........ Narcolepsia ........
Hipotensión ........ Alcoholismo ........
Hipertensión ........ Toxicomanía ........
Dolor torácico ........ Amnesia ........
Problemas cardíacos ........ Paranoia ........
Angina de pecho ........ Desmayos ........
Infarto de miocardio ........ Ataques ansiedad ........
Gastritis ........ Sonambulismo ........
Ulcera péptica ........ Crisis histéricas ........
Cáncer ........ Sensación irrealidad ........
Asma bronquial ........ Mareos ........
Hemofilia ........ Intensa agitación ........
Hipotiroidismo ........ Depresión ........
116
¿Alguna vez ha sido hipnotizado? Sí........... No.......

¿Suprime, bloquea o controla) las ganas de llorar? Si............No.........

¿Suprime, bloquea o controla las ganas de vomitar? Si...........No.........

Mi educación religiosa ha sido fuente de angustia


Con frecuencia....... Ocasionalmente........Rara vez........ Nunca............

Haga una lista de todas la medicinas que esté tomando:

1. 5.
2. 6.
3. 7.
4. 8.

DROGAS, MEDICAMENTOS Y TOXICOS

Si ha tomado alguna de las sustancias siguientes, por favor, inidique el grado de alteración de
la conciencia inducido, con arreglo a la siguiente clave: NADA: sin efectos apreciables. LEVE: ligero
trastorno de la conciencia. MODERADO (MOD): trastorno moderado, confusión ligera, dificultad en
la orientación témporo-espacial, inicio de pérdida de conocimiento. MARCADO (MAR):
desorientación, estupefacción o pérdida de conocimiento durante varios minutos. SEVERO (SEV):
estupor, pérdida de orientación o de conocimiento por un largo periodo de tiempo; trastornos
funcionales severos.

EDAD NADA LEVE MOD MAR SEV

Marihuana, hashish.........................................................................................
LSD,mescalina................................................................................................
Anfetaminas ....................................................................................................
Opio o morfina................................................................................................
Alcohol..........................................................................................................
Otra droga (especificar)..................................................................................

Insulina............................................................................................................
Hipnóticos.........................................................................................................Tranquilizantes (Valium,
etc.).........................................................................
Aspirina (ingesta excesiva)..............................................................................

117
Gasolina............................................................................................................
Insecticidas,DDT.............................................................................................
Intoxicacion alimenticia...................................................................................
Otro tóxico (especificar)..................................................................................

Si la intoxicación se ha producido en repetidas ocasiones, indíquense todas ellas, junto con la edad y el
grado de alteración del nivel de conciencia inducido en cada ocasión, utlizando hoja aparte si es
necesario.

AHOGO, ASFIXIA
ALTERACION DE CONCIENCIA
EDAD NADA LEVE MOD MAR SEV Producido por:

Humos...............................................................................................................
Gas....................................................................................................................
Falta de aire.......................................................................................................
Inmersión ........................................................................................................
Atragantamiento (comida, etc.)........................................................................
Estrangulación.................................................................................................
Asfixiamiento (cojin, ropa,etc)........................................................................
Entrapamiento (saco, bául, etc)........................................................................
Enfermedad.....................................................................................................
Caida de espaldas............................................................................................
Otra causa (especificar)....................................................................................

LESIONES Y ACCIDENTES

En deportes al aire libre


(fútbol, tenis, etc.)...........................................................................................
En deporte de interior
(Judo, boxeo, gimnasia..)................................................................................
En deportes acuáticos
(nadar, buceo, pesca...)..................................................................................
En vehículos (bicicleta,
automóvil, tren, carro...)................................................................................
Por fuego (explosivos,
cocina, llamas...)...............................................................................................
Por proyectil (piedra, escombro,
bala,...)............................................................................................................
118
Por herramienta (hacha,
sierra,...)..........................................................................................................
Por animales (mordido,
arañado, pisado...)........................................................................................................
Por personas (atacado,
golpeado, empujado, mordido)........................................................................

Otros ................................................................................................................

119
CAIDAS EDAD NADA LEVE MOD MAR SEV

De cuna, cama, mesa, silla,


otro mueble, escaleras..........................................................................................................

Escalera de mano, árbol,


balcón, ventana, pared.....................................................................................

Por empujamiento
.........................................................................................................................

Golpeado por coche u


otro vehículo..................................................................................................

Por tropezón....................................................................................................

Por desmayo..................................................................................................

Salto en paracaídas,
parapente o similar...........................................................................................

Salto de altura..................................................................................................

Salto de trampolín............................................................................................

Otras causas (especificar).................................................................................

ESTIMULACION VESTIBULAR

EDAD NADA LEVE MOD MAR SEV

Vueltas de campana............................................................................................................
Rotación sobre
eje corporal......................................................................................................
Montaña rusa,
máquinas rotatorias.........................................................................................
Mareo de viaje
(auto, barco...)................................................................................................
Otras causas (especificar)....................................................................................................

ANESTESIA GENERAL

Por máscara, éter..................................................................................................................

Por inyección...........................................................................................................

120
HEMORRAGIA

Especificar cantidad
..........................................................................................................................

indíquense otras causas de


accidente o injuria, con la
edad y grado de alteración de la conciencia........................................................................

121
CUESTIONARIO DE ESTADOS DE CONCIENCIA

© J.L.G. DE RIVERA
Instituto de Psicoterapia
Avenida de Filipinas, 52
28003 Madrid - Spain

Nombre:..........................................................................................................
E.C.:..... . .. . .. . .. . .. . .. . .. . . Sexo:. .. . .. . .. . . Fecha nacimiento:................
Profesión:.... . .. . .. . .. . .. . . Fecha hoy:... . .. . .. . .. . .. . .

Al realizar sus ejercicios habituales de concentración, meditación o relajación, Vd.


logra la inducción de un determinado estado de conciencia. La siguiente lista de
preguntas se refiere a diferentes posibles aspectos subjetivos de dicho estado. Por
favor conteste en la casilla correspondiente la respuesta más aplicable a su
experiencia.

1. Método que utiliza


2. Desde hace cuanto tiempo...... .. regular....... . . .esporádico..
3. Frecuencia de los ejercicios.... . .. . ....... 4. Duración de cada uno. . .. . .. . .. . .. . .

SÍ NO
siempr con a
e frecuenc vece
ia s
6. Se trata de un estado claramente
diferente del estado vigil habitual. .
7. Sólo experimento este estado
durante la práctica de los ejercicios
apropiados....................................
8. Con anterioridad a mi
entrenamiento en estos métodos
habían experimentado
espontáneamente estados simi-
lares..............................................

122
SÍ NO
siempr con a
e frecuenc vece
ia s
Las siguientes se refieren a sus
sensaciones, ideas, etc, durante
el estado de conciencia en
consideración:
9. Percibo la existencia de una
realidad más amplia que la
cotidiana.......................................
10. La impresión general durante él
es:
a) Muy agradable...........................
b) Medianamente agradable...........
c) Seguridad..................................
d) Despreocupación.......................
e) Muy desagradable.....................
11. Experimento claras sensaciones
de:
a) Relajación..................................
b) Paz interior................................
c) Seguridad..................................
d) Despreocupación.......................
e) Sensación de que todo va a salir
bien...........................................
f) Confianza en mí mismo..............
12...Tengo la impresión de existir más
allá de mi propia individualidad......
13.. Tengo la impresión de estar unido
o integrado en una entidad
universal (conciencia total,
divinidad, conciencia universal,
etc.)..............................................
14........Tengo la impresión de que los
temores y preocupaciones
habituales no tienen razón de ser...
15..........Experimento sensaciones de
somnolencia..................................
16. Experimento sensación de libertad
interior, de no estar constreñido
por los condicionantes habituales
de la conducta...............................

123
SÍ NO
siempr con a
e frecuenc vece
ia s
17. Experimento sensación de energía
interior, de aumento de mis
fuerzas y capacidades....................
18.....Descubro conceptos o ideas que
no me son accesibles
ordinariamente..............................
19....................Soy consciente de mis
sentimientos y emociones con
respecto a otras personas, a
determinados sucesos, recuerdos,
etc.................................................
20.Tengo intuiciones o ideas brillantes
que se presentan de improviso......
21. Percibo sensaciones físicas
generales de:
a) Peso:.........................................
b) Calor:.........................................
c) Presión:.....................................
d) Sensaciones en la cabeza y cara
:
- Presión (en frente, nuca, entre
los ojos, etc.)..........................
- Peso.......................................
- Dolor (frente, nuca, cara,
mandíbula, etc.).....................
e) Pulsaciones o martilleo...............
f) Vacío en la cabeza.....................
g) Sensaciones de mareo o vértigo.
h) Sensaciones de flotar en el
espacio......................................
i) Sensaciones de dar vueltas o
girar..........................................
j) Sensaciones de tener el cuerpo
torcido o arqueado....................
22. De manera espontánea se
presentan fenómenos visuales
tales como:
- Colores......................................
- Sensación de luminosidad..........
- Sensación de oscuridad..............
- Visualización de objetos, rostros
o personas.................................

124
SÍ NO
siempr con a
e frecuenc vece
ia s
- Sucesión de imágenes como en
una película...............................
23. Aparecen sensaciones de que el
cuerpo cambia:
- De tamaño.................................
- De forma...................................
- Se distorsiona, se retuerce.........
- Parece como si faltara alguna
parte del cuerpo........................
24.....Aparecen en las extremidades o
en el cuerpo sensaciones de..........
- Hormigueo
- Adormecimiento.........................
- Inflamación, hinchazón..............
- Calambres.................................
- Escalofríos.................................
- Presión......................................
- Dolor.........................................
- Otras.........................................
25. Sensaciones en el corazón
como:
- Latidos más fuertes....................
- Palpitaciones, etc.......................
26. Sensaciones respiratorias:
- Tos............................................
- Sensación de ahogo...................
- Suspiros.....................................
- Sensación de que entra más aire
- Cambio de ritmo........................
- Sensación de respirar mejor.......
27. Sensaciones digestivas:
- Espasmos..................................
- Sensación de estómago
constreñido o apretado..............
- Ruidos, movimientos del
intestino....................................
- Sensación de aleteo en el
estómago..................................
28. Aparecen sensaciones extrañas
difíciles de describir
- Agradables................................
- Desagradables...........................

125
SÍ NO
siempr con a
e frecuenc vece
ia s
29...................Ganas de llorar o llanto
30..................Deseo de sonreír, reír o
encontrarse sonriendo de manera
espontánea...................................
31...................Se presentan bostezos
32.Fenómenos motores (movimientos
bruscos, temblores, tics, etc.)........
33.Aparecen sensaciones de tensión o
ansiedad........................................
En el resto de su vida desde que
practica este método ha sentido:
34................................Mayor energía
35............Mayor capacidad de trabajo
36......................Modificaciones en su
funcionamiento intestinal
(Especifique por favor)

37.Cambios en su estabilidad psíquica


¿De qué tipo?

38. Cambios en la sensibilidad al dolor


¿De qué tipo? (Especifique por
favor)

39.............Cambios en su tolerancia a
situaciones de estrés o tensión
nerviosa........................................
¿De qué tipo? (Especifique por
favor)

40...Algunos fenómenos del estado de


conciencia persisten al terminar el
ejercicio...¿Cuáles?

126
SÍ NO
siempr con a
e frecuenc vece
ia s

¿Durante cuánto tiempo?

127
128

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