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Pontificia Universidad Javeriana

Derecho Constitucional
Ensayo acuerdos de paz
Juan Diego Pardo Morales
21-05-2018

¿Paz en Colombia?

Para hablar de la paz en Colombia es importante entender que es un proceso de paz, según la
Escola de Cultura de Pau (2010):”Un proceso de paz es un esfuerzo para lograr un acuerdo que
ponga fin a la violencia, así para implementarlo, mediante negociaciones que puedan requerir la
mediación de terceros.” Con esto se quiere decir, que un proceso de paz es un conjunto de fases en
las que los actores afectados hacen un esfuerzo colectivo para alcanzar una serie de acuerdos que
permitan acabar con la violencia y el enfrentamiento armado mediante el diálogo y el consenso.
Teniendo en cuenta lo anterior, se puede entender que un proceso de paz tiene tres fases
fundamentales: la negociación, la mediación y la más importante es el cumplimiento de lo
acordado. De ahí que el proceso de paz vaya más allá del acuerdo o pacto de paz, ya que es este
el punto de partida de nuevas etapas en las que se verá si realmente el cese de la violencia es
capaz de generar una nueva situación de prosperidad y armonía, en este sentido, hay procesos que
han logrado materializarse ser exitosos y otros que se han quedado con las intenciones y se han
malogrado debido a que no han sido capaces de implementar lo acordado.

Desde 1982 Colombia ha intentado negociar siete acuerdos de paz, y en el transcurso de 34 años
han fallado seis, dentro de los más relevantes se encuentran los procesos con el M-19, las
Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) y las FARC, los cuales se analizarán a lo largo de este
ensayo.
Proceso de paz con el M-19

Si algo habrá de recordarse del M-19 en la historia de los últimos 15 años del país no sólo será la
espectacularidad de sus acciones sino también haber sido el primer grupo armado en firmar un
acuerdo de paz con el gobierno y, de paso, el primero que, después de desmovilizarse, se constituyó
como partido político y como alternativa frente al bipartidismo tradicional en Colombia. Más que por
su causa, el M-19 se hizo famoso por sus tácticas con una especie de terrorismo urbano
desconocida para el país. De hecho, para la segunda mitad de la década del 70, el M-19 se
convertiría en una verdadera amenaza para la estabilidad del sistema por el uso de este tipo de
terrorismo combinado con cierta dosis de espectacularidad y de propaganda en cada una de sus
acometidas.
Fueron años de secuestros de líderes políticos y de industriales, farsas de juicios políticos a
secuestrados y actos efectistas y sanguinarios.
Al principio se llevaron a cabo varias reuniones secretas entre el gobierno y el M-19, pero sólo en
enero de 1989 se realizó la primera reunión oficial. Después vendrían varios acuerdos, en los cuales
el M-19 aceptaba las condiciones de política de paz del gobierno y reconocía que el diálogo debía
llegar a la desmovilización de su cuerpo armado. Por su parte el gobierno aceptaba que se abrieran
espacios para discutir los problemas del país y creó las condiciones para su inserción a la política.
Fue así como en la Constitución de 1991 se estableció ampliar los cupos del Congreso para grupos
guerrilleros que hubieran hecho la paz con el gobierno nacional. Según la Revista Semana
(1997):”Por razones externas al proceso, el acceso al Congreso fracasó y, sin embargo, la
desmovilización se llevó a cabo el 9 de marzo de 1990, dos días antes de las elecciones
presidenciales. La entrada a la vida civil del M-19, ahora como la principal fuerza política capaz de
hacer tambalear el poder de los partidos tradicionales, demostró a otros grupos guerrilleros que
quienes hicieran la paz también podían ganar respeto político”. De hecho, el del M-19 fue el primer
proceso de paz con una guerrilla ideológica que ahora entraba a la política colombiana. En esos
años, y con Antonio Navarro a la cabeza, el M-19 llegó a ser coautor de la Constitución dentro de la
Asamblea Nacional Constituyente.
Proceso de paz con las Autodefensas Unidas de Colombia - AUC

Durante 1997 Carlos Castaño logra unir a los grupos paramilitares que delinquían en el país
constituyendo las Autodefensas Unidas de Colombia, las cuales se entendían como una federación
de grupos regionales, debido a que tenían una organización con mando unificado, coordinación
multiregional, una agenda establecida y un plan nacional, lo cual lo hacían con el fin de ser
reconocidos como actores políticos.
Sin embargo, esta época sería una de las más violentas en la historia de Colombia, ya que la
organización se propuso como meta contener el expansionismo de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) y de otros grupos al margen de la ley, lo cual los llevó a
cometer masacres, forzar a miles de personas a desplazarse de sus tierras, bloquear la fuentes
económicas de los grupos guerrilleros y de las comunidades, y buscar medios de financiamiento
mediante actividades ilícitas, tales como el narcotráfico.

El proceso de paz con las AUC se inició en noviembre del año 2002 cuando Álvaro Uribe Vélez en
su primer periodo presidencial invitó al grupo a negociar, lo cual respondieron declarando una tregua
permanente desde el primero de diciembre de el mismo año.
El proceso de paz con las AUC logró la desmovilización de más de 30.000 hombres y mujeres, sin
embargo, después de 5 años de su culminación se ha podido evidenciar que en algunas regiones
donde había presencia de este grupo armado se han reactivado estructuras armadas utilizando
prácticas similares y manteniendo incluso la misma estructura militar, económica y política. La Ley
782 de 2002, el decreto 1258 de 2003 y la Ley 975 de 2005, llamada Ley de Justicia y Paz,
reglamentó la desmovilización de los paramilitares, quienes debían confesar todos sus delitos y
contar toda la verdad a las autoridades para obtener una pena máxima de ocho años en prisión, a
menos de que hubieran cometido delitos de lesa humanidad, como consecuencia de dicha ley hubo
30.000 desmovilizados, aproximadamente 2.000 ratificaron su postulación a esta ley, lo que
representa menos del 2% de los excombatientes de las AUC. Sin embargo, a cinco años de su
puesta en marcha sólo dos personas serán condenadas por los crímenes atroces.
Proceso de paz con las FARC

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), se originan tras los sucesos
presentados el 9 de abril de 1948 con el asesinato del reconocido líder Jorge Eliécer Gaitán, debido
a que esto desencadenó una serie de enfrentamientos y combates entre los principales partidos
políticas de la época: Liberal y Conservador.
A partir de esta fecha y aproximadamente hasta 1857, se empieza a notar un desacuerdo por ciertas
comunidades en el accionar del Estado, quienes empiezan a exigir una reforma agraria asentándose
en algunos lugares del país influenciados por ideas comunistas conformando grupos, los cuales
fueron intervenidos militarmente por el gobierno en 1964, después de los ataques por parte de las
Fuerzas militares del Gobierno, a dicho ataque sobreviven alrededor de 50 campesinos los cuales el
27 de mayo de 1964 se organizan como un grupo armado opositor a las políticas y formas de
gobierno del estado Colombiano.
A partir de entonces, las FARC se consolidan como un grupo guerrillero de reivindicación de la lucha
radical agraria, incorporando posteriormente la línea marxista-leninista.
Desde su consolidación como grupo guerrillero y principalmente a inicios de 1990 las Farc
emprendieron una intensa lucha armada por el dominio del poder en Colombia, lo que atraía tomas
de bases militares, invasión forzada a ciudades, municipios, corregimientos y veredas,
desplazamientos forzados a campesinos de diferente zonas del país a raíz de enfrentamientos
armados con la fuerza pública, secuestrados militares políticos y civiles, algunos eran raptados con
fines políticos y otros como prisioneros de guerra, reclutados para reforzar las filas, cobrar rescates
entre otros.
Los secuestros se extendieron en algunos casos hasta por más de 10 años y en general se
desataron grandes olas de violencia, masacres, asesinatos, inseguridad y desapariciones.
En la administración del presidente Belisario Betancur (1982-1986) se hizo el primer intento por
establecer un diálogo con las Farc. Esas gestiones concluyeron con el acuerdo de la Uribe, firmado
el 28 de marzo de 1984.
Como consecuencia se produjo un cese al fuego bilateral convenido con las Farc (Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia), la ADO (Autodefensa Obrera), el EPL (Ejército Popular de Liberación)
y el M-19, y nació la Unión Patriótica (UP) como partido político. Sin embargo, nunca fueron diáfanos
los mecanismos para hacer eficaz el diálogo y poco a poco se hizo claro que el intento había sido un
fracaso
Del fallido proceso nació en 1985 la Unión Patriótica, un partido creado por ex miembros de las
FARC que fue masacrado por grupos paramilitares en connivencia con fuerzas estatales.
En 1991 durante su gobierno César Gaviria inició diálogos con lo que se llamó La Coordinadora
Guerrillera Simón Bolívar, conformada por miembros de las Farc, Epl y Eln, estas negociaciones se
dan en Tlaxcala, México. Pero en 1992 los diálogos se rompen debido al asesinato del exministro
Duran secuestrado por el Epl.
Después en 1999 en la administración del presidente conservador Andrés Pastrana, se inicia el
proceso de paz con las Farc en el Caguán, las negociaciones se dieron en medio de confrontación,
sin embargo, en el 2002 se rompen los diálogos de paz con las Farc. Debido a que el Gobierno del
presidente Álvaro Uribe, lanzó una ofensiva militar contra las Farc con el apoyo de Estados Unidos.
El 4 de septiembre de 2012 en el gobierno del actual presidente Juan Manuel Santos, el gabinete
negociador encargado de deliberar y acordar puntos entre las partes estuvo liderado por el ex-
vicepresidente Humberto de la Calle, Sergio Jaramillo del Comisionado de Paz, Luis Carlos Villegas
presidente de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) y los generales en retiro del Ejército y la
Policía Jorge Mora y Óscar Naranjo.
Dentro de la agenda de las negociaciones, se establecieron cinco puntos claves sobre los cuales se
desarrollaría el proceso: El primer punto a tratar fue el desarrollo rural, el segundo la participación
política, el tercero el narcotráfico y los cultivos ilícitos, cuarto desmovilización y por último la
reparación de víctimas.
El acuerdo del fin del conflicto tiene como objetivo principal la dejación de armas por parte de las
FARC para su reintegro en la vida civil. El gobierno y las FARC acordaron este punto el 23 de junio
de 2016, donde se establece el cese bilateral de ambos bandos, además el desarme total de la
organización y en especial la entrega de zonas afectadas donde se concentra la mayor parte de las
fijas armadas sin presencia de la fuerza pública.
Son 47 países los que apoyan el proceso de paz, incluyendo los 5 miembros permanentes del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: Rusia, Francia, Estados Unidos, China y Reino
Unido, además las Naciones Unidas se proclaman como el organismo encargado de supervisar la
dejación de armas en su “totalidad”.
El 17 de noviembre de 2017 Rodrigo Londoño denunció el incumplimiento estatal y pidió la
“intervención” de la ONU reprochando los atrasos en la legislación clave en materia de participación
política y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
En marzo de 2018 el ejército colombiano calculó que aproximadamente 7.000 exguerrilleros de las
FARC han entregado las armas y otros 1.200 han rechazado los acuerdos de paz y continúan
delinquiendo.
En abril de 2018 fue detenido Jesús Santrich en una operación conjunta entre la fiscalía y la DEA,
acusado de estar implicado en una operación de narcotráfico posterior a los acuerdos de paz, por lo
que sería susceptible a la extradición.

Conclusiones
Como conclusión, se puede decir que los procesos de paz en Colombia, son bastante complejos,
debido a que el conflicto armado que se ha dado a lo largo de los años en el país está compuesto
por varios factores contra los que se debe luchar de manera precisa para lograr las condiciones de
una negociación sólida entre los principales actores del conflicto (Estado, FARC-EP, ELN), los
factores más relevantes que se deben tratar son: el narcotráfico, el paramilitarismo, el desempleo, la
falta de seguridad social, la educación y la participación política.
Por otra parte, es de gran importancia tener en cuenta que la paz se debe entender como una
oportunidad para el cambio de la sociedad colombiana para hacer lo que por más de 50 años de
conflicto no se pudo hacer, es decir generar justicia a lo largo del territorio nacional, reparar de la
mejor manera los derechos de las víctimas y por último aprovechar la gran reserva de talentos que
se ha malgastado en medio de tanta guerra y violencia.
Y, por último, hacer los esfuerzos necesarios para explicar y sensibilizar a cada uno de los sectores
de la sociedad colombiana, incluyendo las zonas urbanas tanto como las rurales, acerca de la
conveniencia y necesidad de transitar hacia la superación definitiva del conflicto por la vía de la
negociación política, con esto se entiende que toda la comunidad colombiana debe comprometerse
en la búsqueda de la paz.
Referencias:

-Centro de Memoria. (2015). TEXTO DEL ACUERDO DE PAZ ENTRE EL GOBIERNO Y LOS
REINCORPORADOS DEL BLOQUE CACIQUE NUTIBARA DE LAS AUC. 2018, de Centro de
Memoria Histórica de Colombia Sitio web: http://centromemoria.gov.co/wp-
content/uploads/2015/11/Acuerdo-de-La-Ceja.pdf

-Escola de Cultura. (2010). Introducción a los procesos de paz. 2018, de QUADERNS DE


CONSTRUCCIÓ DE PAU N.º 12 Sitio web:
http://escolapau.uab.cat/img/qcp/introduccion_procesos_paz.pdf

-Indepaz (sf). Proceso de paz con las Autodefensas Unidas de Colombia -AUC. Recuperado de:
http://www.indepaz.org.co/wp-content/uploads/2013/04/Proceso_de_paz_con_las_Autodefensas.pdf

-Redacción El Tiempo. (2010). Firman acuerdo de paz con los paramilitares entre 2002 y 2008.
2018, de El Tiempo Sitio web: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-8601880

-Revista Semana. (23 de junio, 1997). LA PAZ CON EL M-19. Recuperado de:
https://www.semana.com/especiales/articulo/la-paz-con-el-m-19/32794-

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