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Antes que nada, es necesario hacer énfasis, que el propósito esencial del acto de
estudiar, es el aprendizaje. Aunque esto parece una verdad de perogrullo, se
justifica repetir, al recordar cuántas veces, se estudia para pasar un examen, o
para convencer a los observadores, de que este haciendo el esfuerzo. La
tradicional respuesta del alumno reprobado, asegurando que estudio mucho,
ilustra la falta de concordancia que existe a veces entre estudiar y aprender; es
muy probable que el alumno reprobado, en efecto, haya estudiado mucho, pero
también que, a pesar de ello, no aprendió. De aquí también se hace evidente otra
observación, que no es el tiempo que se estudia, la variable más importante para
determinar el aprendizaje, cuántos alumnos han pasado días y noches enteras, sin
ningún rendimiento, mientras que algunos otros, invierten parte de su tiempo libre
en estudiar, con mejores resultados que aquellos.
a) Que esté en plano del ser y no del tener, es decir, que al aprender
significativamente el individuo deja de ser lo que era y se convierte en alguien
diferente, y esto va más allá de las apariencias que pueden ocurrir en un
aprendizaje no significativo.
Una vez que se ha comprendido el objeto del aprendizaje, tiene que ser
adquirido, incorporado, almacenado en la memoria, de manera que pueda
ser recuperado en el momento oportuno; pero no es el recordar o el reproducir
lo que se aprendió el fin del proceso del aprendizaje. Después de esta fase tiene
que darse una llamada de generalización, en la que lo aprendido puede
transferirse a situaciones diferentes de aquella en la que se originó el aprendizaje.
Esta fase es tan importante, que difícilmente puede aceptarse que un individuo
aprendió, si no ha alcanzado la posibilidad de transferencia. Esto es más evidente
en Medicina, puesto que cada enfermo es diferente, y si el alumno sólo es capaz
de recordar a los pacientes que vio, y no puede aplicar lo aprendido en pacientes
nuevos, a los que nunca ha visto, no puede considerar que efectivamente haya
aprendido.
Todo este marco teórico permite proponer algunas guías que pueden ayudar a
aprender mejor cuando se estudia. Un estudiante, en teoría, está interesado en
todo el contenido de un texto de medicina, de manera que podría emprender la
lectura en cualquier página, pero si lo hace así, seguramente el aprendizaje va a
ser mínimo, por que la fase de motivación o iniciativa ha sido minimizada. En
cambio si hace una consulta de texto, aunque sea un pequeño párrafo, para
resolver una duda que le origino la necesidad de atender un paciente, es muy
probable que logre un aprendizaje significativo. Esto quiere decir que es más
eficiente el estudio sin seguir estrictamente una secuencia, sino en función de las
motivaciones del momento, pero esto dificulta un aprendizaje sistemático. No
obstante, a partir de la motivación puede generarse un plan de estudios que
permita aprender mejor, iniciando con lo elemental y concluyendo con lo más
completo.
2.- Proceder enseguida a una lectura más detenida, en la que se destaquen los
aspectos importantes, sobre los que habrá que insistir en el repaso; hacerse
marcas en el texto, subrayas palabras, hacer un resumen o un “acordeón”.
Hay gente que se resiste a marcar sus textos porque lo considera un verdadero
sacrilegio, pero los expertos recomiendan que si se haga (mientras los textos sean
propiedad de quien los raya), incluso con fechas, admiraciones, llamadas de
atención (“ojo”) etc. Según los estudios de psicología experimental el olvido es
más rápido en la primera hora después de aprender y posteriormente se vuelve
más lento de modo que se genera una curva conocida como “curva del olvido”.
Las modificaciones que los repasos originan en la curva del olvido también han
sido estudiadas experimentalmente, de manera que se recomienda:
Hay quien tiene la disciplina de estudiar diario y quien lo hace cada vez que siente
que lo necesita. No hay que olvidar, en esta decisión también, el papel de la
motivación.4.- No sirve de nada estudiar (o mucho, o desvelarse, o repasar n
veces) sin motivación. Entre las preguntas que pueden plantearse para mejorar
la motivación destacan las que se relacionan con la aplicabilidad (¿para qué me
sirve esto?) con las variedades de contexto para la transferencia (¿en qué otras
circunstancias podría aplicar este conocimiento?) y con los conocimientos
previos (¿Cómo se ajusta esto a lo que ya sabía?). El medico tiene mucho que
leer, y un problema serio es seleccionar qué debe leer, y qué no. Se ha
calculado que no alcanzan las 24 horas de un día simplemente para leer cuanto se
publicó ese día, en una sola de las subespecialidades de la medicina.
Es obvio que nadie puede leer todo ello. Se suele seleccionar una cuantas revistas
en base a su prestigio, pero nuevamente hay que recurrir al concepto de la
motivación. Los títulos de los artículos permiten un primer escrutinio; los
resúmenes un segundo cedazo; la lectura superficial un tercero. Después de
seleccionarse cuánto ha de leerse, con cuidado, pueden aplicarse las guías que
se mencionan en los párrafos previos.
Se han propuesto muchas técnicas de estudio; la más popular es la que se
conocen con las siglas P, Q, R, S, T. que se refiere a la inicial (en inglés) de los
principales pasos para estudiar. P quiere decir preview (examen preliminar), Q
viene de question (formularse preguntas), R es de read (leer), S en state (repetirlo
o escribirlo) y T viene de test (probar o investigar si los conocimientos se han
adquirido).
Bibliografía
2. Nerici IG: Leyes del aprendizaje. En: Hacia una didáctica general
dinámica. Ed. Kapeluz. 1983, pág. 219.
3. Staton TF: Como estudiar. Ed. Trillas. 24ª. Edición, 1981, México.
Transcripción
Tania Cadena Santiago
PESS /HGZ 32 Minatitlán, Ver.
07 Mayo 2018