Sie sind auf Seite 1von 402

HIPNOSIS Y ESTRÉS

Guía para profesionales


PETER J. HAWKINS

HIPNOSIS Y ESTRÉS
Guía para profesionales

BIBLIOTECA DE PSICOLOGÍA
DESCLÉE DE BROUWER
Título de la edición original:
HYPNOSIS AND STRESS
A Guide for Clinicians
© 2006, John Wiley & Sons, Chichester, West Sussex, England

Traducción: Jasone Aldekoa

© EDITORIAL DESCLÉE DE BROUWER, S.A., 2007


Henao, 6 - 48009 Bilbao
www.edesclee.com
info@edesclee.com

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproduc-


ción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar
con la autorización de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los
derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelec-
tual (arts. 270 y sgts. del Código Penal). El Centro Español de Derechos Repro-
gráficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.

Impreso en España - Printed in Spain


ISBN: 978-84-330-2175-5
Depósito Legal: BI-2275/07
Impresión: RGM, S.A. - Bilbao
Índice

Sobre el autor .................................................................................. 9

Prólogo ............................................................................................ 11

Prefacio ............................................................................................ 15

Reconocimientos.............................................................................. 23

1. Contextualizaciones .................................................................. 25

2. Hipnosis y Estrés ...................................................................... 59

3. La sesión de hipnosis: Cuestiones clínicas.............................. 99

4. Fortalecimiento del ego ............................................................ 135

5. Enfoques hipnoanalíticos ........................................................ 159

6. Tratamiento de problemas específicos (1) .............................. 209


8 HIPNOSIS Y ESTRÉS

7. Tratamiento de problemas específicos (2) .............................. 271

8. Niños y familias ........................................................................ 313

Epílogo ............................................................................................ 345

Índice de materias .......................................................................... 349

Relación de guiones clínicos de hipnosis ...................................... 353

Bibliografía ...................................................................................... 357


Sobre el autor

Peter Hawkins fue director fundador y actualmente es Presidente de


la Escuela Europea de Psicoterapia. Es también profesor visitante
de hipnosis y psicoterapia en el centro ISMAI en Portugal. Durante
los últimos 30 años Peter Hawkins ha impartido numerosos cursos
sobre hipnosis y psicoterapia en multitud de países y en la actualidad
imparte cursos para profesionales en Italia, España y Portugal. Es
autor de numerosos volúmenes y artículos sobre hipnoterapia, que
han sido traducidos a diversos idiomas entre los que se encuentran el
ruso, el chino, el griego y el español. Es también Co-Director de dos
Institutos Ericksonianos, en Madrid (España) y Oporto (Portugal) y
miembro del Equipo de Redacción del European Journal of Clinical
Hypnosis. Durante su carrera profesional ha dirigido multitud de
proyectos de la Unión Europea sobre psicología de la salud y psico-
terapia en Rumania, Uzbekistán y países de Europa del Este. Con fre-
cuencia lo encontramos entre los ponentes de conferencias y talleres
internacionales.
Prólogo

Se diría que el Dr. Hawkins se adhiere a la proposición de Hipó-


crates según la cual: “Nada debería omitirse en un arte que interesa
al mundo entero, un arte que puede ser beneficioso para aliviar el
sufrimiento humano y que no pone en riesgo ni la vida ni el bienes-
tar humano”. De hecho, la hipnosis, cuando la aplican adecuada-
mente los profesionales experimentados, puede ser muy beneficiosa
para muchos humanos sufridores y puede mejorar el bienestar glo-
bal. No existen pruebas de que la hipnosis sea perjudicial para la vida
humana. Es cierto que durante años se ha concebido erróneamente
la hipnosis; sin embargo, a pesar de las controversias que la rodean,
durante la segunda mitad del siglo XX se ha producido un renaci-
miento de interés por el estudio científico y las aplicaciones clínicas
de la hipnosis.
El Dr.Hawkins ha dedicado muchos años al estudio científico y a
la aplicación de la hipnosis, así como a la docencia en universidades.
Ha viajado por todo el mundo para participar en congresos científi-
cos y para enseñar el arte y la ciencia de la hipnosis; ha presentado
ponencias, ha dirigido seminarios y ha demostrado la aplicación de
la hipnosis a estudiantes licenciados y doctorados en psicología, y
12 HIPNOSIS Y ESTRÉS

también a psicoterapeutas, médicos y otros profesionales sanitarios.


Ha visitado la mayoría de los países europeos, desde Irlanda hasta
Portugal y España, desde Europa Central hasta Finlandia, así como
Italia y Grecia. También ha impartido esta ciencia en los Balcanes, en
Asia Central, Norteamérica y el Lejano Oriente.
El Dr. Hawkins ha coordinado muchos programas europeos inter-
universitarios sobre terapias psicológicas y es cofundador de la
Escuela Europea de Psicoterapia. A solicitud de sus colegas griegos,
preparó una introducción a la hipnosis clínica que fue publicada en
Grecia y muy bien acogida por la comunidad científica y por los
demás lectores de este país. Aunque este libro esté destinado a los
profesionales y, especialmente, a los profesionales interesados en la
psicoterapia, puede ser útil e iluminador para el lector sofisticado y
para cualquier persona interesada en los procesos de curación.
En el libro, el Dr. Hawkins presenta con gran habilidad, tanto para
el neófito como para el experto, una integración de enfoques tradi-
cionales basados en la sugestión con los enfoques más facilitadores
de Erickson y Rossi, que condujeron a nuevas visiones y aprendiza-
jes. Presenta técnicas hipnóticas sofisticadas y útiles para la induc-
ción y el manejo de una variedad de problemas relacionados con el
estrés y subraya también la importancia de las metáforas y del relato
de historias, porque éstos pueden facilitar el rapport, estimular la
actividad inconsciente y permitir al individuo desarrollar una mayor
sensación de auto-estima y bienestar.
Los seis estudios de caso y la riqueza de los guiones incluidos en
el libro son de especial interés porque representan diferentes enfo-
ques terapéuticos para problemas específicos y ofrecen al profesional
muchas ideas útiles, entre otras, sobre el fortalecimiento del ego, el
manejo y la motivación de la catarsis, el hallazgo de recursos inter-
nos, el manejo del estrés, el control del dolor, el tratamiento de pro-
blemas sexuales o de sueño, de enuresis o del trastorno por estrés
postraumático. A lo largo de todo el libro se subraya el valor de la hip-
noterapia para el manejo del estrés, en la medida en que éste se rela-
ciona con una amplia gama de problemas. Evidentemente, todos los
PRÓLOGO 13

problemas comentados se relacionan con el estrés, y todos ellos han


sido cuidadosamente seleccionados para demostrar enfoques psico-
terapéuticos apropiados. Es particularmente interesante la referencia
del Dr. Hawkins a la psiconeuroinmunología, así como la presenta-
ción que hace de pruebas científicas contemporáneas que relacionan
el estrés con el sistema inmunológico.
El autor se centra y contempla cuestiones importantes que nor-
malmente suelen ser pasadas por alto o ignoradas en otros libros
sobre hipnosis. Entre estas cuestiones se incluyen el manejo de la
catarsis y los factores curativos de la psicoterapia. Defiende con con-
vencimiento el punto de vista según el cual cada individuo dispone
del potencial para implicarse en la búsqueda inconsciente y en el uso
de recursos y capacidades inconscientes para resolver sus problemas.
La respuesta al problema se halla en el propio individuo. El terapeu-
ta actúa sólo como facilitador, cuyo rol consiste en animar al indivi-
duo a renunciar a su papel de paciente y en ayudar al individuo a des-
cubrir y hacer uso de las potencialidades internas adoptando un rol
activo en su propio tratamiento. Los profesionales experimentados
también hallarán en este libro material muy apropiado que les per-
mitirá acceder a insights y utilizar sus propios recursos creativos en
su trabajo terapéutico.
Debería mencionarse que la revisión de la literatura que ha reali-
zado el Dr. Hawkins es completa y actualizada. Cubre importantes
aspectos teóricos y debates así como informes y artículos interesan-
tes e iluminadores sobre el trabajo clínico y experimental. Debería
elogiarse su interés por examinar la idoneidad y validez de diferentes
intervenciones terapéuticas porque ello ayuda a disipar cualquier
malentendido sobre las posibilidades y limitaciones inherentes a la
hipnosis. Un enfoque tan crítico es fundamental no sólo para el esta-
tus científico de la hipnosis sino también para los terapeutas que
deseen evaluar y/o aplicar intervenciones fiables y efectivas en sus
prácticas clínicas.
Aunque el autor se refiera ampliamente a estudios científicos
cuantitativos a fin de apoyar la aplicación de intervenciones hipnóti-
14 HIPNOSIS Y ESTRÉS

cas efectivas, cuestiona la deificación y el empleo exclusivo de tales


enfoques unilaterales, especialmente en la investigación psicotera-
péutica. Subraya las ventajas derivadas de la aplicación de modelos
de investigación cualitativa, cuyo estilo es predominantemente her-
menéutico o interpretativo, porque tales modelos contemplan accio-
nes y experiencias subjetivas del paciente en un contexto colaborador
con el terapeuta. Aún así, reconoce el papel contemporáneo de ambos
enfoques y anima a los profesionales a utilizar tanto los métodos de
investigación cuantitativa como cualitativa para evaluar el trabajo
terapéutico.
Muchos de nosotros hemos atestiguado y nos hemos sentido
impresionados por el uso eficaz que el autor hace de la hipnosis con
procedimientos psicodinámicos y catárticos al ayudar a los pacientes
a descubrir e iluminar el origen de acontecimientos y experiencias
traumáticas. En su trabajo terapéutico, el Dr.Hawkins demuestra
también el empleo efectivo de un enfoque técnicamente integrador
para el tratamiento de una amplia variedad de problemas relaciona-
dos con el estrés. Considero que el lector de este libro logrará captar
la ingenuidad del autor y obtendrá una visión más idónea del funda-
mental papel que puede desempeñar la hipnosis moderna en manos
de un profesional experto.

Dr. Nikitas Polemikos


Profesor de Psicología, Universidad de Aegean, Grecia.
Prefacio

No pretendo ser un experto en jardinería, aún así sé que la cuida-


dosa y atenta preparación del suelo y de la flora joven puede dar lugar
a plantas mucho más sanas. Es preferible sembrar las semillas en un
ambiente protegido en el que exista un equilibrio apropiado de los
constituyentes de la tierra y donde el acceso al agua y al calor sean
óptimos. Cuando las condiciones son las correctas, la semilla germi-
na y de la tierra surge un pequeño brote. A medida que las lluvias pri-
maverales riegan la joven planta y progresivamente ésta disfruta de
los primeros soles estivales, crece y se fortalece y, con el tiempo, bro-
tan pequeños capullos que llegarán a florecer. Según transcurre el
verano las frutas maduran, cambiando su color de verde a amarillo y
después a rojo, y, en algún momento, caen al suelo donde las semillas
germinarán una vez más y florecerán en un suelo rico. De este modo
comienza una vez más el proceso de crecimiento, a medida que el
invierno se convierte en primavera, y la primavera en verano, y el
verano en otoño y en invierno, una vez más –un ciclo continuo cuyas
modificaciones suelen ser, a menudo, imperceptibles. Es el mismo
lugar y sin embargo constituye un lugar diferente en el tiempo y en el
espacio y en la evolución.
16 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Este libro va dirigido, en primer lugar, a profesionales en activo


(psicólogos, médicos, dentistas, terapeutas y psicoterapeutas) y no
trata de debatir las teorías actuales sobre hipnosis, aunque se destine
la atención necesaria a las bases teóricas de las intervenciones y a las
cuestiones de investigación. A fin de ser útil para el profesional que
comienza a aprender las técnicas hipnóticas, se presentan una serie
de “guiones clínicos” a lo largo del texto, no sólo para inducir al “tran-
ce” sino para las consiguientes intervenciones clínicas. Sin embargo,
debería mencionarse que estos guiones abreviados no deben ser nece-
sariamente seguidos al pie de la letra. Han de ser utilizados como
“plantillas” para construir intervenciones innovadoras y, normalmen-
te, más prolongadas que sean las idóneas para los pacientes y sus pro-
blemas. Los hipnoterapeutas expertos aprenden a confiar rápida-
mente en la creatividad de su propio “terapeuta interno”, así como a
recurrir al “paciente como terapeuta”. Por ello, tras un tiempo, se
espera que el usuario olvide completamente los guiones y se limite
a “hacer terapia” de un modo similar a los músicos que improvisan
y se limitan a “interpretar la música desde su corazón”. Con todo, las
improvisaciones de los músicos se basan en el conocimiento racional
de las estructuras y técnicas musicales, juntamente con muchas horas
de experiencia. En consecuencia, implícitamente se reconoce que no
existe un modo estándar de practicar la hipnoterapia y, por lo tanto,
es imposible escribir un manual de “auto-aprendizaje” para los pro-
fesionales o los pacientes.
El principal objetivo de este texto es estimular las creatividades
e imaginaciones internas de los profesionales de modo que sean
más capaces de asistir a sus pacientes a emplear sus propios re-
cursos para hallar soluciones a sus problemas relacionados con el
estrés. Sin embargo, debería subrayarse que el entrenamiento ade-
cuado en psicoterapia es un prerrequisito para la práctica de la hip-
nosis, independientemente de que el profesional sea un psicólogo,
un médico, un psiquiatra, un dentista o un asistente social. A la luz
de esta afirmación, se ofrece una atención considerable al comen-
tario de temas que con excesiva frecuencia se ignoran en libros sobre
PREFACIO 17

hipnosis; por ejemplo, el manejo de la catarsis, y la importancia de


los factores curativos de la psicoterapia.
En el contexto de las intervenciones clínicas, se ha realizado un
esfuerzo por adoptar una perspectiva integradora y holística que
combine los enfoques tradicionales con el ericksoniano. Aunque son
pocos los estudios “científicos” que defienden muchas de las inter-
venciones clínicas propuestas, puede afirmarse que son clínicamente
válidas porque los pacientes, con frecuencia, mejoran sin saber por
qué lo hacen. Con todo, está aumentando la cantidad de estudios que
defienden la eficacia de la hipnosis clínica y en el texto se incluyen las
referencias oportunas a las investigaciones más recientes existentes.
El enfoque para la práctica de la hipnosis que se ha adoptado en
este libro, tanto dentro de la psicoterapia como en contextos médicos
más tradicionales, trata de aplicar un principio democrático y recí-
proco que implica la elección y auto-determinación, marco dentro del
cual el paciente y el terapeuta trabajan conjuntamente para hallar
soluciones. Este punto de vista promulga la idea de que los pacientes
disponen de recursos conscientes e inconscientes pero requieren de la
asistencia cuidadosa de un facilitador que les ayude a “cantar la can-
ción”. Implica también que los individuos participan en su propia
“enfermedad” y, por consecuencia, en su propia salud, a través de la
combinación de factores mentales, físicos y emocionales. La influen-
cia del trabajo de Erickson y Rossi es evidente en todo el libro, aun-
que es importante reconocer que la teoría, práctica e investigación
extraídas de la psicoterapia genérica también constituyen una contri-
bución significativa. Sin olvidar que los aprendizajes experienciales
aportados por mis pacientes y estudiantes durante muchos años de
práctica como hipnoterapeuta han sido extremadamente significati-
vos en el desarrollo de los protocolos clínicos.
Algunos de los casos ejemplificadores presentados en el libro
tuvieron lugar en una única sesión de demostración durante un semi-
nario. Las demostraciones realizadas frente a un grupo de profesio-
nales constituyen un contexto excelente para la hipnosis clínica, del
mismo modo que la práctica privada frente a un público es también
18 HIPNOSIS Y ESTRÉS

inherentemente estimulante e interesante. Mesmer debió haber reco-


nocido este hecho mientras ejecutaba sus “milagros” curativos fren-
te a un grupo. Sin embargo, también debería señalarse que la mayo-
ría de los pacientes que padecen problemas vinculados con el estrés,
a menudo con complejos historiales, suelen requerir más de una se-
sión y, con frecuencia, bastantes. Hasta la fecha no se han propues-
to prescripciones relativas al número de sesiones requeridas para
problemas específicos, porque son demasiadas las variables intervi-
nientes que se relacionan con el paciente, el problema, el contexto
general y la estrategia global de tratamiento. Cada profesional indi-
vidual, en colaboración con el paciente, es el más idóneo para deter-
minar el número de sesiones, su frecuencia y duración a incluir en
un contrato inicial, así como el número y frecuencia de los “segui-
mientos”. En definitiva, la terapia requerirá “la duración que necesi-
te” recordando que “no se puede ganar siempre”. Erickson (1977) lo
resume del siguiente modo:

Debes hacerlo lentamente, debes hacerlo gradualmente, y debes


hacerlo según el orden en el que el paciente lo asimile. Cada día se
necesitan cierto número de calorías, pero no las ingieras todas en el
desayuno; si lo haces, sufrirás molestias gástricas. Las distribuyes y
no te las comes en un único bocado. Las ingieres en múltiples
bocados. Con la psicoterapia se procede de un modo similar, como te
diría alguien que disponga de formación analítica. Te introducirás
lenta, fácil y suavemente en las cuestiones. En la psicoterapia hipnó-
tica afrontas todo tan lenta o rápidamente como el paciente pueda
soportar el material. (p. 20).

El título Hipnosis y Estrés es tan inclusivo que se hubiera podido


cubrir casi todo el campo de la hipnosis clínica, lo que hubiera con-
vertido el libro en un tomo inacabable. Se podría decir que cualquier
problema psicológico o físico que refleja la condición humana dispo-
ne de un elemento de estrés en lo que respecta a la etiología, el mane-
jo, los exámenes diagnósticos, la espera y recepción del diagnóstico,
el tratamiento o el temor a las recaídas. Jung (1938/1969) nos recor-
daba esto de un modo bastante irónico cuando escribió:
PREFACIO 19

Podrías decir, pongamos por caso, que la vida es una enfermedad con
un pronóstico muy malo: persiste durante años, para concluir con la
muerte; o que la normalidad es un defecto constitucional general; o
que el hombre es un animal con un cerebro fatalmente aumentado.
Este tipo de pensamiento es la prerrogativa de quejas habituales pro-
pias de las malas digestiones. (pp. 64-105).

Los aspectos comentados y los problemas relacionados con el


estrés descritos han sido seleccionados fundamentalmente porque
son el reflejo de mi propio trabajo clínico con pacientes durante un
período de más de tres décadas. Evidentemente hay omisiones con
respecto a problemas y cuestiones específicas (p.ej. adicciones, pro-
blemas cardiovasculares), pero espero haber incluido suficientes pau-
tas que puedan permitir al profesional hacer uso de la hipnoterapia
con sus propios pacientes. Aunque el texto no pretende ser una guía
clínica completa que sustituya lo que los profesionales ya estén reali-
zando, espero que les permita ser expertos más creativos e intuitivos
en sus propias esferas.
A lo largo del libro al individuo que es hipnotizado o comentado
en el contexto de un problema nos referimos como al paciente. En
principio, el empleo del término “paciente” frente al término menos
peyorativo de “cliente” puede parecer que se contrapone con la po-
sición fenomenológica-humanista global previamente descrita. Sin
embargo, muchas de las sintomatologías contempladas y las inter-
venciones sugeridas son igualmente relevantes tanto para los médicos
como para los terapeutas o psicólogos, aunque estos últimos prefe-
rentemente emplean el concepto “cliente”. Además, los “pacientes”
son considerados como responsables de su propia salud y de sus
vidas. Evidentemente, uno de los principios fundamentales del enfo-
que filosófico global es la auto-hipnosis y la auto-determinación.
Recientemente paseaba por el puerto viejo de Chania, en Creta,
cuando advertí el siguiente mensaje escrito en uno de los muros de la
parte vieja de la ciudad: “Sólo estoy seguro de saber una cosa. Lo que
sé es que no sé nada”. Esta afirmación, que estaba escrita en griego
moderno, es una paráfrasis de la vieja sentencia atribuida a Sócrates.
20 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Me parece que ésta puede ser una actitud apropiada para todos los
psicoterapeutas tanto antes de su entrenamiento como después de él.
Tras una vida entera dedicada a practicar terapia sigue siendo verda-
dera, porque entonces uno reconoce incluso más los límites de su
propio conocimiento. El entrenamiento en psicoterapia no concluye
nunca. Espero que este libro aporte información que permita a los
profesionales ser mejores “técnicos”, pero sobre todo a ser profesio-
nales más creativos, compasivos y éticos, capaces de hacer uso de sus
inspiraciones y recursos internos para asistir en la facilitación del
proceso curativo del paciente.
A medida que lees o consultas este libro probablemente percibirás
contradicciones, paradojas, incoherencias, confusiones, repeticiones
y cuestiones para las que no encuentres respuestas. Obviamente se
puede decir que el libro es una metáfora del modo en que se organiza
nuestra propia vida personal y el mundo en general. Esta aseveración
es también aplicable al campo de la psicoterapia y la hipnoterapia.
En algunas circunstancias, como todos los “artistas”, reconoce-
mos que nuestra inspiración y creatividad interna no fluye, que care-
cemos de la improvisación creativa y que la innovación y espontanei-
dad están en un estado inactivo. En esos instantes nos puede apete-
cer abandonarlo todo y convertirnos en conductores de camiones de
larga distancia, tomarnos unas vacaciones o simplemente no hacer
nada. Quizá esto es algo bueno, ser capaz de reconocer que no somos
dioses y no podemos caminar sobre el agua, que no podemos facili-
tar el proceso curativo de todos los pacientes. Tomarse un tiempo
para evadirse de lo que, a la postre, es una tarea muy estresante, es
algo muy valioso, porque si no cuidamos de nosotros mismos, ¿quién
lo va a hacer? Un tiempo de restablecimiento, un diván sobre el que
relajarnos puede favorecer que la inspiración vuelva a fluir desde
nuestro corazón, que puede ser, pero que no podemos forzar. En
algún instante futuro, antes o después, la creatividad volverá a fluir
del mismo modo que brotan las notas improvisadas del músico o
las palabras de poeta. Sin embargo, mientras suceda esto, mientras
esperamos que la pasión se restablezca y fluya una vez más, podemos
PREFACIO 21

seguir siendo “técnicos” psicoterapeutas que hacemos uso de las téc-


nicas de nuestro repertorio, lo que también será de considerable
beneficio para nuestros pacientes. Soy de la opinión de que todos los
terapeutas, en algún momento, deberían considerar la posibilidad de
retirarse de la profesión por efecto de los sentimientos de cansancio
o simplemente porque sientan que su trabajo terapéutico es satis-
factorio pero básico, carente del don especial y de la creatividad. Si
nunca te has sentido así, quizá deberías abandonar la profesión o,
alternativamente, tratar de caminar por encima del agua. Por favor,
¡hazme saber si te mojas o no!
Hace una década escribí:

Me gustaría sugerir que el empleo de la hipnosis en la atención sani-


taria está vigente y es favorable. Dispone de un pedigrí bien estable-
cido, que no siempre ha sido reconocido. Cuenta con una reputación
maliciosamente fundamentada, que se sigue promulgando a través de
los medios populares de comunicación y también, desafortunada-
mente, a través de algunos departamentos de psicología y escuelas
médicas. Existe un debate teórico muy floreciente y una gran canti-
dad de informes sobre trabajo clínico y experimental. Pero es impres-
cindible que tanto los psicólogos como los médicos académicos y
practicantes participen en este debate mediante la investigación
empírica y clínica sostenida, tanto cuantitativa como cualitativa y
que las instituciones introduzcan el estudio de la hipnosis en su
currículo. (Hawkins, 1994a, p. 6).

Estas afirmaciones siguen teniendo vigencia en la actualidad.


Durante la última década se ha publicado una cantidad considerable
de artículos de investigación y estudios clínicos y la mayoría de los
mismos han sido contemplados en este libro. Sin embargo, es tal la
riqueza del material publicado que sólo se han citado los más rele-
vantes. Estoy convencido de que hay omisiones, pero espero inspirar
al lector para que las detecte y las resuelva, y para que sigua actuali-
zándose con futuras publicaciones. Esto, por supuesto, es parte del
proceso de desarrollo profesional continuo.
22 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Deseo una larga vida de esfuerzos creativos y divertidos a todos los


estudiantes de hipnosis clínica y a los profesionales expertos que lean
este libro.

Peter J. Hawkins
ISMAI, Instituto de la Universidad de Maia, Portugal
Reconocimentos

Mencionar a todas las personas que han contribuido a las ideas e


inspiración que subyace a este libro requeriría, en sí, un libro com-
pleto. Sin embargo, me siento obligado a agradecer de forma especial
a algunas personas. Judith, mi esposa, por su paciencia y compren-
sión, y a los siguientes colegas que han creado, para mi disfrute, los
contextos estimulantes para comentar y diseminar mi trabajo sobre
hipnoterapia: Antonio Capafons, José Góngora, Agostinho Almeida y
el Grupo de Hipnosis ISMAI en Portugal, Ana Almeida, Richard Page,
Joannis Nestoros, Nikitas Polimikos, Eleanor O’Leary, Adriana Baban,
Marcella Matucci y el Grupo de Hipnosis de Roma, Jarl Wahlstrom,
Geoff Graham, Filippo Petrucelli, Guillem Feixas y el Grupo de Hip-
nosis de Barcelona, Ana Paula Relvas, Laura Barnaby, Juan Abellán
y los estudiantes de hipnosis de Castellón en España.
Mis más sinceras gracias a todos los estudiantes y profesionales
que han participado en mis cursos a lo largo de todo el mundo, en
Rusia, China, Asia Central y la mayoría de los países europeos, por-
que es de ellos de quien he aprendido todo lo que sé.
Por último, aunque no por eso de menos valor, un tributo a todos
mis pacientes de quienes he aprendido la mayor parte de lo que sé
sobre psicoterapia.
1 Contextualizaciones

Un hombre llegó una noche a un bar y aparcó su coche en la acera


próxima. Entró al local, bebió multitud de tragos y salió del mismo
un par de horas después. Caminó hasta su coche y buscó las llaves en
los bolsillos de la chaqueta y del pantalón, pero no podía encontrar-
las, en consecuencia comenzó a mirar alrededor del coche y de la
acera. Un policía advirtió su presencia, se le aproximó y le preguntó
que qué hacía, a lo cual el hombre replicó que se limitaba a buscar
las llaves perdidas. El policía con actitud muy amable le ofreció ayu-
da y ambos comenzaron a buscar las llaves. Tras un rato de búsque-
da, y sin que las llaves hubieran aparecido aún, el policía pregun-
tó al hombre si estaba seguro de haber perdido las llaves en un lugar
particular. El hombre le replicó que no había perdido las llaves en la
proximidad del coche sino entre unos arbustos que estaban a unos
metros de distancia. El policía reaccionó con sorpresa y algo de enfa-
do porque había desperdiciado un tiempo considerable buscando las
llaves. “¿Entonces, por qué estamos mirando aquí?” preguntó el poli-
cía, a lo que el hombre replicó: “¡Porque aquí hay más luz!”.
26 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Introducción

Las intervenciones clínicas que aplican los psicoterapeutas suelen


derivarse, al menos en alguna medida, de las creencias teóricas y filo-
sóficas que sostienen, juntamente con los aprendizajes importantes
que han desarrollado a partir de su experiencia en el trabajo con
pacientes. Esto conduce algunas veces a cierto grado de inflexibili-
dad, donde el locus de intervención se localiza más en la escuela o
creencia a la que se adhiere el terapeuta que en los pacientes mismos.
El “mapa” o “historia” se presenta como la visión del campo en ese
momento –por ejemplo, la hipnoterapia– y la construye el terapeuta
a partir de su formación y la lectura de libros o revistas que presen-
ten investigaciones contemporáneas. Sin embargo, en el contexto de
la psicoterapia es controvertido decidir en qué consiste la investiga-
ción “buena” (Salmon, 1983; Murcott, 2005), como se comentará más
adelante. Por ello, lo más probable es que el “mapa no constituya el
territorio”. En otras palabras, siempre existen vías alternativas para
construir la realidad clínica. El enfoque adoptado en este libro se
genera, esencialmente, alrededor del concepto de “utilización” y cuyo
punto de partida es el paciente en lugar de las “historias” o los mar-
cos teóricos y filosóficos. También debería reconocerse que los tera-
peutas no siempre pueden actuar a partir de la reflexión y la delibe-
ración, y que gran parte de su contribución a la sesión terapéutica
suele consistir en intervenciones espontáneas e intuitivas basadas en
la utilización de las conductas verbales y no verbales del paciente.
Sólo una vez concluida la sesión puede extraerse el sentido teórico de
las intervenciones.
Aunque el énfasis de este libro se halle en el desarrollo de enfoques
clínicos en hipnoterapia, es fundamental reconocer la importancia de
los aspectos contextuales de la psicoterapia en general y de la hipno-
terapia en particular. Las restantes páginas del presente capítulo se
destinarán al examen de los principales contextos en los que se prac-
tica la hipnosis clínica.
CONTEXTUALIZACIONES 27

El contexto político

Aunque el énfasis de la hipnoterapia se halle en el cambio perso-


nal –por ejemplo, en el manejo del estrés y sus consecuencias psico-
somáticas– es importante reconocer las dimensiones políticas de la
psicoterapia. Para empezar se podría decir que la hipnoterapia y la
psicoterapia son actividades políticas en la medida en que se reco-
nozca la relación de poder que se define tanto implícita como explí-
citamente entre los profesionales y sus pacientes.
El reconocimiento del paciente como ser humano racional, inteli-
gente y creativo con capacidad de hallar soluciones para sus proble-
mas repara la perspectiva médica convencional según la cual el pro-
fesional dispone de todas las respuestas. La tendencia del profesional
a aconsejar, prescribir, asesorar, diagnosticar, interpretar y analizar,
aunque algunas veces sea apropiada, no debería ser efectuada de for-
ma compulsiva siguiendo la máxima “el doctor es quien sabe”. Tal y
como manifiesta elocuentemente Heron (1998a):

El diagnóstico, clasificación, interpretación, análisis, evaluación –un


modo inacabable de pinchar e incitar intelectualmente al cliente– es
el recurso preferente del ayudante para mantener convencionalmen-
te a raya y reprimidas las angustias del cliente y, sobre todo, para
mantener las propias angustias del ayudante firmemente atrancadas,
de modo que la cuestión de la competencia catártica del ayudante en
ningún momento se convierta en el punto de mira. Un diagnóstico al
día mantiene a raya la angustia. El ayudante y el cliente están atrapa-
dos en las distorsiones complementarias y, consecuentemente, soste-
nidos sin lo que originalmente fue establecido desde su interior. (p. 10)

El punto de vista adoptado en este libro consiste en que los pacien-


tes disponen de las respuestas para sus problemas, pero que la actua-
lización de tales potenciales requiere, a menudo, asistencia profesio-
nal. Aún así, esta perspectiva no modifica el hecho de que, algunas
veces, se requieran algunas intervenciones sociales o médicas extrín-
secas. Tampoco se suscribe a ninguna idea que implique que los mé-
28 HIPNOSIS Y ESTRÉS

todos de hipnoterapia y desarrollo personal constituyan la panacea


para el cambio positivo. Con todo, como manifiesta Madanes (2001)
“La terapia posibilita verbalizar lo inaceptable. La terapia es cambio
y rebelión” (p. 23).
Un corolario importante del punto de vista que defiende que el
paciente dispone de recursos para hallar soluciones a sus problemas,
consiste en que éste puede aprender “a hacerlo por sí mismo”.
Enseñar auto-hipnosis al paciente es uno de los aspectos más signifi-
cativos de la política de la hipnoterapia, porque transfiere el poder
desde el profesional al paciente. Constituye un profundo acto de des-
profesionalización, que reconoce la calidad esencial de los seres
humanos de ser auto-directivos y de poseer el control de sí mismos.
En la actualidad se confía cada vez más en que los individuos parti-
cipan en su propia (enfermedad) salud en un grado considerable, y
una vez que lo reconocen pueden ser motivados a participar de for-
ma significativa en su propio “tratamiento”. A menudo, los profesio-
nales de la salud, incluidos los psicólogos, médicos y terapeutas,
minan el potencial de las personas para manejar sus propias vidas de
un modo personal y autónomo. Esto puede reducir a las personas al
estatus de “consumidoras” pasivas que dejan de tomar parte en su
propio tratamiento y curación, un proceso al que Illich (1975) se refe-
ría como “yatrogénesis estructural”.
Debería admitirse que la relación entre el terapeuta y el paciente
se define implícitamente (es decir, políticamente). Bannister (1983)
afirma sucintamente este hecho en el siguiente párrafo:
La psicoterapia sucede dentro del contexto de una institución (con o
sin muros) y la institución se produce en el contexto de una sociedad.
De esto se deriva que, en psicoterapia, los temas políticos de la insti-
tución y de la sociedad, sus estructuras de poder, son inmanentes.
Los terapeutas y los clientes nadan en aguas políticas. (p. 139).

Bannister defiende que la relación doctor-paciente es el estilo más


tradicional de relación y se corresponde con el modelo médico implí-
cito en la psiquiatría. Sin embargo, el paciente suele ver al terapeuta
como persona importante y significativa sobre la que desarrolla una
CONTEXTUALIZACIONES 29

transferencia positiva. Con todo, la alianza terapéutica puede verse


positiva o negativamente influida por el estatus social del terapeuta,
su aspecto físico (altura, peso, atuendo, expresión facial), por el mobi-
liario del despacho (p.ej. diván psicoanalítico), por la terapia frente a
frente, por los cuadros, plantas, diplomas enmarcados, etc.
Aunque muchos de los ejemplos presentados en este libro sugie-
ren enfoques que asisten al paciente a buscar soluciones para su
estrés individual, se reconoce que muchos de los problemas son el
resultado de situaciones políticas más amplias; por ejemplo, la po-
breza, la geografía, la educación, la vivienda, el racismo, el sexismo,
la delincuencia callejera, la inseguridad en el trabajo, las deudas, la
falta de procesos democráticos percibidos, la centralización en la
toma de decisiones, etc. Muchos “consumidores de terapia” necesi-
tan ayuda material en lugar de, o juntamente con, la psicoterapia. Su
angustia se vincula más estrechamente a situaciones ambientales
que a profundos anhelos o insatisfacción internos. Los pacientes, aún
así, no son víctimas pasivas del determinismo psicológico o político,
sino agentes del mundo social. Evidentemente, en esto existe una
gran paradoja porque la experiencia psicoterapéutica sugiere que los
individuos son coectáneamente responsables de sus actos y, sin
embargo, incapaces de justificarlos a un nivel personal. Esta pers-
pectiva justifica un enfoque que conlleve tanto las dimensiones per-
sonal como la política (Halmos, 1978). Pirsig (1974), en su libro El
Zen y el Arte para el Mantenimiento de una Moto, lo afirma expresa-
mente del siguiente modo:

Los programas de naturaleza política son importantes y son también


productos de calidad social que sólo pueden ser efectivos si la estruc-
tura subyacente de valores sociales es la correcta. Lo valores sociales
son los idóneos sólo si el individuo los considera correctos. El lugar
para mejorar el mundo es, en primer lugar, nuestro propio corazón y
cabeza y manos, y después trabajar en el exterior. (p. 121).

Los terapeutas disponen de suficientes destrezas para ayudar al


individuo a manejar el estrés así como algunas consecuencias psico-
30 HIPNOSIS Y ESTRÉS

somáticas y conductuales, pero normalmente no suelen estar en una


posición que les permita actuar como agentes de cambio político. Es
fundamental que reconozcan las limitaciones de sus intervenciones
profesionales y colaboren con otros profesionales sanitarios, trabaja-
dores sociales y políticos para promover el cambio tanto a nivel per-
sonal como político.
Los individuos necesitan manejar satisfactoriamente su estrés per-
sonal a fin de evitar consecuencias negativas. Sin embargo, existen
también importantes motivos económicos. Tanto en Europa como en
Estados Unidos, cada año se pierden muchos millones de días labo-
rables a consecuencia del estrés. El estrés laboral puede ser también
motivo de graves riesgos de litigio para todos los empresarios y orga-
nizaciones, lo que también puede ser muy costoso. En consecuencia,
las organizaciones disponen, juntamente con las obvias consideracio-
nes éticas y humanitarias, de fuertes razones económicas y financie-
ras para manejar y reducir el estrés laboral.

El contexto personal

Se reconoce que la psicoterapia es una tarea muy exigente y estre-


sante que puede conducir a “quemarse” y de ello se derivarán los pro-
blemas psicosomáticos consiguientes. Madanes (2001) sostiene que
muchos terapeutas acaban sintiéndose limitados por emociones
negativas como la ira, la frustración, el miedo, la decepción y la inde-
fensión. Ella aboga por el cultivo de emociones positivas como el
amor, la gratitud, la curiosidad, la compasión, la determinación, la
flexibilidad, la confianza, la vitalidad y el deseo a contribuir. Debería
recordarse que los terapeutas llevan una vida muy similar a la de sus
pacientes en el sufrimiento, en los problemas de salud y, al final, en
la muerte. En consecuencia, es esencial que los terapeutas desarro-
llen modos para permanecer “sanos” y seguir funcionando a nivel
óptimo. Si no proceden así, su salud sufrirá y serán incapaces de dar
a sus pacientes el servicio que requieren.
CONTEXTUALIZACIONES 31

El bienestar psicológico del terapeuta puede mantenerse y fortale-


cerse mediante, por ejemplo, el desarrollo de redes de apoyo entre
profesionales. Éste es un método de desarrollo personal usado por el
autor en cursos de formación en psicoterapia e hipnosis clínica orga-
nizados para profesionales. La co-terapia (Heron, 1998b) es un méto-
do de terapia auto-dirigida que permite al terapeuta manejar el estrés
de su vida diaria con la cooperación de un grupo de apoyo de su gre-
mio. De este modo se mantiene un grado de salud psicosomática. Aún
así, la co-terapia, terapia cooperativa o terapia dual no equivale a la
supervisión. Todo terapeuta debería poder acceder a una supervisión
regular (Clarkson, 1996), de alguien diferente a su co-terapeuta. En
este mismo orden, la co-terapia no es lo mismo que la terapia no recí-
proca, porque ésta es de “dirección única” y normalmente suele efec-
tuarse con fines financieros/económicos.
A fin de convertirse y seguir siendo un terapeuta efectivo, también
se requiere de dos elementos de equipamiento esenciales: un diván y
una papelera. Un diván es un mueble muy valioso para el terapeuta
que puede ser usado para:

• Tumbarse cuando uno esté exhausto, cuando se esté agobiado o


no se sepa relativizar –para relajarse, para restablecerse, para
meditar, para efectuar auto-hipnosis y curación psicofisiológi-
ca, para recibir un masaje.
• Para retirarse cuando pensemos que ya lo sabemos todo– para
saber prescindir de nuestras asunciones.
• Para la co-terapia –para elaborar el estrés (histórico/actual) de
nuestras propias vidas; para soñar sobre nuestras esperanzas y
aspiraciones, para celebrar nuestros logros y fortalezas; para
validar a compañeros y colegas (ellos también necesitan alaban-
zas y ánimos); para elaborar nuestro propio dolor, sentimientos
de impotencia, ansiedades existenciales, preocupaciones sobre
la enfermedad, incapacidad, senilidad, vejez, muerte, etc.

La papelera permite a los terapeutas eliminar todas sus asuncio-


nes sobre los pacientes que atienden, juntamente con las teorías y téc-
32 HIPNOSIS Y ESTRÉS

nicas que les impiden estar co-presentes con los pacientes, a fin de
garantizar el máximo rapport y empatía. Tales explicaciones relativas
a las conductas, pensamientos y sentimientos de nuestros pacientes,
así como de los propios, representan sólo una verdad parcial. Consti-
tuyen las “historias” a través de las cuales tratamos de dar sentido a
los problemas de nuestros pacientes. La psicoterapia puede definirse
como un tema en el que nunca sabemos de qué hablamos, ni si lo que
decimos es verdad o no, ni si lo que hacemos funciona o no. En otras
palabras, los paradigmas (historias) que empleamos constriñen nues-
tras visiones y, por lo tanto, el potencial de nuestra efectividad tera-
péutica, y consecuentemente el funcionamiento del paciente. Cuando
sabemos qué debería estar haciendo/experimentando el paciente con
respecto a unos modelos sociales/evolutivos normativos, entonces ten-
demos a “luchar” para comprender qué ocurre y luchamos también
para determinar resultados terapéuticos específicos. En la “no lucha”
el terapeuta no necesariamente abandona al paciente a su libre albe-
drío, sino que hace uso de lo que ocurre. Lo que conlleva permanecer
co-presente con el paciente –atendiendo, sosteniendo, empatizando,
tocando, desafiando, confrontando, permitiendo, informando, enfati-
zando, abreviando, riendo, etc. Al estar co-presentes con el paciente
nosotros estamos en su compañía mientras se halla sumergido en el
proceso de renacimiento autónomo, definiendo éste último en térmi-
nos de funcionamiento potencial del individuo. Al participar en nues-
tro rol de “partera”, satisfacemos las tres necesidades psicológicas de
todos los seres humanos: la necesidad de ser queridos, respetados y
atendidos como individuos únicos; la necesidad de comprender lo
que está sucediendo en nuestras vidas (incluido el funcionamiento
físico) y la necesidad de auto-dirigirse y disponer de la sensación de
control sobre nuestras propias vidas (Heron, 1998a).
Cuando el terapeuta está co-presente con el paciente se producen
cambios festina lente (literalmente apresurarse lentamente) sin que el
paciente ni el terapeuta traten de hacer nada ni provocar nada.
¡Recordemos a la tortuga y a la liebre! En esencia, esto significa que
CONTEXTUALIZACIONES 33

el terapeuta vacía su mente de cualquier fantasía que pueda tener en


relación a la naturaleza de los problemas (diagnósticos, pronósticos,
estrategias terapéuticas preferidas, etc.). Sólo entonces puede el tera-
peuta escuchar realmente con lo que Reik (1948) denomina el “tercer
oído”. Entonces el paciente es capaz de narrar su historia. Escu-
chando el “relato” del paciente, la narración y la renarración, el “rela-
to” divaga como una novela con una mochila de preocupaciones. Se
refiere a los acontecimientos simples que dan continuidad y contexto
a la vida, y aporta su sentido esencial. A medida que se descubren las
historias, se genera una perspectiva diferente mientras el paciente
“elabora”, muchas veces con dolor y angustia asociadas, sus miedos,
ira, culpabilidad, tristeza, dolor, remordimiento y soledad, así como
esperanzas y sueños.
Además de arrojar a la papelera las asunciones, prejuicios y ses-
gos, los terapeutas también deben eliminar los escombros de sus pro-
pias vidas. Esto conlleva colocarse en la posición de pacientes. Para
hacerlo con efectividad, alguien como un co-terapeuta, debe estar co-
presente con el terapeuta –para escucharle sin enjuiciarle, de modo
que pueda relatar su propia historia. Como terapeutas debemos
recordar también que no somos indispensables. Es síntoma de arro-
gancia creer que el paciente nos necesita. ¡Cómo va a estar co-pre-
sente el terapeuta con el paciente si el terapeuta cree que éste real-
mente le necesita!
Como terapeutas necesitamos confiar con optimismo en los tre-
mendos recursos que las personas enfermas y asustadas disponen
para mejorar. Debemos mostrarles que tenemos confianza en ese
potencial y al mismo tiempo, sin embargo, alejarnos del rol que nos
hace sentir que nosotros somos los sanadores y ellos las pobres vícti-
mas. Todos nosotros somos pacientes potenciales, todos somos seres
humanos, ninguno de nosotros es indispensable, todos somos vulne-
rables. Para maximizar nuestra eficacia como terapeutas es funda-
mental que nos cuidemos. ¿Ha acabado el tiempo o nos hemos que-
mado? (Hawkins, 1994b, p. 852).
34 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Supervisión y modelo científico-practicante

El modelo científico-practicante es un método que fomenta el


aprendizaje reflexivo y que aporta también una evaluación creativa
del funcionamiento personal y profesional. Clarkson (2003) ofre-
ce una metáfora de auto-supervisión basada en el modelo científico-
practicante. Modelo que, a su entender, consta de cinco elementos
(pp. 295-96):

• Una idea u objetivo, una finalidad, un contrato o una medida de


resultados
• Un paradigma científico
• Unidades de análisis o atención, por ejemplo, transacciones,
imágenes de sueños, tipo de relación
• Una actitud de interés, de curiosidad hacia las propias destrezas
y hacia el proceso
• El deseo de contribuir al cúmulo común de conocimiento clí-
nico.

Para más información relativa al modelo científico-practicante y a


las cuestiones de supervisión puede recurrirse a Clarkson y Aviram
(1998).

El contexto de investigación

Es básico que los hipnoterapeutas reconozcan la escasez de prue-


bas de investigación relativas a la eficacia de las intervenciones hip-
nóticas, y las existentes generalmente no satisfacen los criterios de la
medicina y psicoterapia basada en pruebas, incluso cuando las prue-
bas clínicas son convincentes. También debería mencionarse aquí que
son inapropiados los métodos mediante los cuales la ciencia médica
evalúa la eficacia de las intervenciones sanitarias. Las subvenciones
son una cuestión fundamental en el sentido de que los ensayos clíni-
cos suelen ser extraordinariamente caros y, generalmente, sólo las
CONTEXTUALIZACIONES 35

empresas farmacéuticas pueden permitírselos. En consecuencia, la


mayoría de los proyectos de investigación suelen valorar la eficacia de
intervenciones farmacológicas en lugar de valorar las intervenciones
psicoterapéuticas.

El ensayo randomizado (aleatorio) controlado

El ensayo randomizado controlado constituye el método de inves-


tigación más puro (Murcott, 205; Roberts, 2005; Iphofen, Corin &
Ringwood-Walker, 2005). En pocas palabras, en el ensayo randomi-
zado controlado los pacientes son asignados al azar a intervenciones
clínicas en las que los grupos son igualmente tratados en lo que res-
pecta a la diferencia con el grupo investigado. Siempre que se garan-
tice un número suficiente de pacientes en el ensayo, es posible decir
que cualquier diferencia entre los grupos de debe a la intervención y
no a otros factores. En los ensayos clínicos, el diseño de ensayo ran-
domizado controlado suele verse mejorado mediante el uso de place-
bos y ciegos (para más detalles se remite al lector a Roberts, 2005).
Sin embargo, es obvio que tales métodos no son los idóneos para la
evaluación de la hipnoterapia, lo que también podría explicar la
demora general en la publicación de resultados en los campos de
medicina complementaria y alternativa. Roberts (2005) sintetiza en el
siguiente párrafo las razones de la naturaleza problemática del ensa-
yo randomizado controlado para la evaluación de la hipnoterapia:

Se ha comentado que el concepto de distribución aleatoria, es decir,


la asignación de los pacientes a la terapia sobre la base de una tirada
de moneda, se encuentra en conflicto directo con la naturaleza de
muchas terapias complementarias en las que la toma de decisiones
conjunta y la elección y creencias del paciente son fundamentales.
Además, el concepto de distribución aleatoria también plantea cues-
tiones éticas. Normalmente se defiende que para que un paciente
participe en un ensayo en el que será asignado aleatoriamente a un
tratamiento, tanto el paciente como el doctor deben estar en estado
36 HIPNOSIS Y ESTRÉS

de equilibrio. Con esto pretendemos decir que genuinamente desco-


nocen cuál de los tratamientos sería más eficaz. Si el paciente o el
doctor creen que una de las opciones de tratamiento se adaptaría
mejor que las demás, entonces deberían recibir ese tratamiento y no
deberían participar en los ensayos. El requisito ético de los ensayos
está en conflicto con el sistema de creencias implicado en tratamien-
tos como la hipnoterapia, donde la atención óptima sólo puede
lograrse cuando tanto el paciente como el terapeuta han confiado en
el tratamiento. Esto no equivale a decir que el tratamiento funciona
sólo gracias a la fe sino que la confianza en la mejoría es un concep-
to fundamental en el desarrollo de un tratamiento efectivo de gran
calidad. (p. 18).

Se podría cuestionar que es extremadamente difícil encontrar


psicoterapeutas o pacientes genuinamente equilibrados; del mismo
modo que sería virtualmente imposible estandarizar intervenciones
hipnoterapéuticas porque se comprometería el principio funda-
mental relativo a la personalización del tratamiento. Ya se ha subra-
yado que los guiones clínicos presentados en este libro deben ser
adaptados y ajustados individualmente a las necesidades del pacien-
te. Tampoco se ha de olvidar que la hipnoterapia tiene lugar en el con-
texto de una relación terapéutica profunda. Roberts (2005) defiende
que el ensayo parcialmente randomizado o el ensayo preferente
puede convertirse en el compromiso metodológico apropiado. La in-
vestigadora señala:

Es posible captar pacientes para un ensayo en el que reciban la tera-


pia que ellos mismos seleccionen, cuando existe una preferencia, pero
que sean asignados al azar cuando no expresen ninguna preferencia
de tratamiento. Esto nos permite construir en el diseño de estudio el
concepto de que la elección y la creencia son conceptos fundamenta-
les en el tratamiento pero también nos permitirá observar separa-
damente las ventajas presentes en grupos que no manifestaron nin-
guna preferencia, permitiéndonos de este modo extraer la diferencia
en las ventajas experimentadas por aquellos que no seleccionaron su
propia terapia. Con todo, sigue presente el riesgo de que concluya-
CONTEXTUALIZACIONES 37

mos con grupos diferentes y de que perdamos algunas de las venta-


jas metodológicas del diseño de ensayo randomizado controlado
pero dependiendo de nuestra hipótesis, éste podría ser un compro-
miso aceptable.
Los ensayos constituyen el mejor modo de demostrar la eficacia y
la relación coste-eficacia, pero deben ser diseñados de un modo que
permitan el funcionamiento de los mecanismos de la terapia del mis-
mo modo que lo harían en la práctica, y haciendo uso de resultados
que sean sensibles no sólo a los cambios en la enfermedad sino
también al cambio holístico que se ha derivado de la terapia. Por con-
siguiente, el diseño de ensayo debe ser efectuado por equipos con
experiencia metodológica pero también con conocimiento de hipno-
terapia –su aplicación y mecanismos. El diseño de ensayos debería
permitir la incorporación de métodos múltiples para afrontar todos
los aspectos de la terapia. (pp. 18-19).

Murcott ha defendido también que los ensayos randomizados con-


trolados que han sido dirigidos hasta el momento probablemente no
han sido suficientemente sofisticados como para medir adecuada-
mente los resultados de terapias complementarias. La escasez de
pruebas favorables a las terapias complementarias dice más sobre la
ingenuidad en la metodología de investigación que sobre los trata-
mientos estudiados.
La práctica actual consistente en tratar de importar los métodos de
exploración e investigación que se han generado a partir de la psico-
logía general y de aplicarlos al dominio psicoterapéutico, es, en esen-
cia, una tarea inútil (Mair, 1989). Wilson y Barkham (1994) manifes-
taban que: “Hay un exceso de confianza en la lógica del ensayo clíni-
co aleatorio, que es lejano y extraño para la rica experiencia de la psi-
coterapia” (p. 49). Estos autores añaden que los ensayos de resultados
comparativos raramente son adaptables a la práctica individual salvo
que se ejecuten en colaboración con colegas y en un centro de inves-
tigación bien equipado. Éste es un argumento muy fuerte en el con-
texto de la práctica individual, donde los hipnoterapeutas quieren eva-
luar la efectividad de su trabajo. En otro nivel, podría decirse que los
38 HIPNOSIS Y ESTRÉS

estudios de resultados se basan en una falsa premisa científica según


la cual se pueden capturar y cuantificar piezas de realidad. Esto es
importante en el contexto relativo a los factores curativos inespecífi-
cos, que serán comentados más adelante en este mismo capítulo. Si
existen determinados factores comunes a las terapias, es necesario
poder identificar cuáles de éstos son efectivos. Rice y Greenberg
(1984) lo expresan acertadamente cuando sugieren que para respon-
der a cuestiones sobre la efectividad del tratamiento, debe alcanzarse
una visión más clara de lo que sucede entre el paciente y el terapeuta.
Un modo de lograrlo consiste en examinar cualitativamente el proce-
so de las sesiones en lugar de centrarse exclusivamente en los resulta-
dos. En cualquier circunstancia, el estudio de los resultados debería
relacionarse con el estudio del proceso, y no hay razón para no com-
binar ambos (Treacher, 1983). Laing (1983) capta la esencia de este
problema cuando manifiesta:

La experiencia no es un hecho objetivo. Un hecho científico no nece-


sita ser experimentado. Las diferencias o correlaciones, similitudes y
disimilitudes que experimentamos como acontecimientos sólo algu-
nas veces se corresponden a esas diferencias o correlaciones que con-
sideramos objetivamente reales. Cualquier criatura sabe que las apa-
riencias son engañosas.
Debemos aclarar un espacio para la discusión de la experiencia
como tal, porque los métodos usados para investigar el mundo objeti-
vo, aplicados a nosotros, son, necesariamente, ciegos a nuestra expe-
riencia, y no pueden relacionarse con ella. Tal método ciego, aplicado
a nosotros ciegamente, puede destruirnos en la práctica, como ya lo
ha hecho en la teoría. (p. 9).

Evidentemente, la falta de pruebas científicas sobre la efectivi-


dad de la mayoría de los enfoques de medicina complementaria y
alternativa puede llevarnos a conclusiones erróneas y a otras razo-
nes para su continua falta de recomendación de uso por parte de
los servicios nacionales de salud (House of Lords Select Comittee,
2000).
CONTEXTUALIZACIONES 39

Medicina basada en evidencias

La medicina basada en evidencias consiste en el uso consciente,


explícito y juicioso de las mejores pruebas actuales para la toma de
decisiones sobre la atención a los pacientes individuales (Sackett,
Rosenberg & Gray, 1996; véase www.cebm.net para más detalles).
Sin embargo, las “mejores pruebas actuales” generalmente se basan
en el uso de ensayos randomizados controlados que, como ya hemos
visto, es problemático en el contexto de la evaluación de la hipnote-
rapia. Sin embargo, Sackett et al. ofrecen una perspectiva más opti-
mista de la medicina basada en evidencias en el contexto de la medi-
cina complementaria y alternativa:

La práctica de la medicina basada en evidencias implica integrar la


experiencia clínica individual con la mejor prueba clínica externa
disponible de investigación sistemática. Por experiencia clínica indi-
vidual nos referimos a la competencia y al juicio que los profesiona-
les clínicos individuales adquieren a través de la experiencia clínica y
de la experiencia práctica. La pericia aumentada se refleja de muchos
modos, pero sobre todo a través de diagnósticos más efectivos y efi-
cientes y en la identificación más meditada y en el uso más compasi-
vo de los predicamentos, derechos y preferencias del paciente indivi-
dual al tomar decisiones clínicas sobre su atención. Mediante la
mejor prueba clínica externa disponible nos referimos a la investiga-
ción clínicamente relevante, muchas veces de las ciencias básicas de
la medicina, pero especialmente de la investigación clínica centrada
en el paciente sobre la exactitud y precisión de las pruebas diagnós-
ticas (incluido el examen clínico), el poder de los señaladores pro-
nósticos y la eficacia y seguridad de los regímenes terapéuticos, de
rehabilitación y preventivos. Las pruebas clínicas externas invalidan
las pruebas diagnósticas y los tratamientos previamente aceptados y
los sustituyen por otros nuevos que son más poderosos, más exactos,
más eficaces y más seguros. (p. 71).

Aunque esta definición extendida se refiere a la práctica de la


medicina, también puede aplicarse, con algunas modificaciones, a las
40 HIPNOSIS Y ESTRÉS

prácticas de psicoterapia e hipnoterapia. Los buenos terapeutas em-


plean tanto la pericia clínica individual como las mejores pruebas
externas disponibles, lo que les promociona como profesionales que
se basan en evidencias. Incluso cuando existen suficientes pruebas
externas, el juicio clínico atento con respecto a las necesidades indi-
viduales de los pacientes sigue siendo un requisito esencial. A este
respecto Sackett et al. afirman:

Las evidencias clínicas externas pueden informar pero nunca susti-


tuir la pericia clínica individual, y es precisamente esta pericia la que
decide si las pruebas externas son aplicables al paciente individual y,
en caso afirmativo, cómo deberían ser integradas en la decisión clí-
nica. (p. 71).

Inherente a estos puntos de vista está la asunción de que la psico-


terapia basada en pruebas no necesita adherirse rígidamente al positi-
vismo basado en la investigación, pero que puede acogerse a un cam-
bio filosófico, científico, político y social en dirección hacia una pers-
pectiva expandida de lo que constituye las evidencias científicas
(Chwalisz, 2003). Con todo, el desarrollo y la implementación de meto-
dologías pluralistas para la evaluación de la hipnoterapia son extre-
madamente caros y costosos en lo que a tiempo respecta y no suelen
contar con apoyo financiero. En este punto el dilema fundamental se
encuentra entre la ejecución de proyectos de investigación cualitativa
a pequeña escala, que no satisfacen los requisitos actuales sobre los cri-
terios basados en evidencias, y los que sí lo hacen. Los “compromisos”
metodológicos han sido criticados por Wilson (2005) quien comenta:

Animaría a los investigadores a desarrollar evaluaciones metodoló-


gicamente robustas de esta compleja intervención y a buscar recursos
para efectuar evaluaciones comprensivas a gran escala que atraigan
la atención de los servicios sanitarios. (p. 20).

Un elemento a considerar con respecto a las pruebas es la cuestión


del “tratamiento satisfactorio”, que no debería ser equiparado a la
“cura”, la cual implica una eliminación “total” de la patología y la
inducción de un estado de bienestar sano. Convertir tales esperanzas
CONTEXTUALIZACIONES 41

en objetivo de la hipnoterapia para problemas relacionados con el


estrés es probablemente utópico en muchos casos, y ofrecer cura a los
pacientes puede ser ingenuo e irresponsable. Las cuestiones relativas
a los objetivos terapéuticos deberían ser comentadas con los pacien-
tes en la sesión inicial y debería alcanzarse cierto grado de acuerdo
con respecto a objetivos realistas. Evidentemente, también deberían
ser tomadas en consideración durante la planificación de cualquier
proyecto de investigación.

Metodologías alternativas

Algunas de las críticas de los ensayos aleatorios controlados y de


los estudios de resultados pueden ser resueltas mediante el desarrollo
de modelos fenomenológicos más cualitativos de investigación sobre
la acción, que se centren en las experiencias de los pacientes y en la
relación terapéutica. Reason y Bradbury (2001a) definen la investiga-
ción sobre la acción del siguiente modo:

Un proceso participativo y democrático interesado en el desarrollo de


conocimiento práctico para el logro de fines humanos universales,
basado en una visión participativa universal… trata de aunar la acción
y la reflexión, la teoría y la práctica, en participación con otros, a fin
de alcanzar soluciones prácticas a cuestiones de gran preocupación
para las personas, y desde una perspectiva más global el florecimien-
to de personas individuales y de sus comunidades. (p. 1).

Tales métodos se distinguen de las metodologías cuantitativas en


lo que respecta a las interpretaciones de las acciones y experiencias.
Tanto el terapeuta como el paciente pueden reflexionar sobre accio-
nes y experiencias designadas y tratar de extraer sentido de ellas, con
respecto a objetivos terapéuticos mutuamente acordados. De este
modo, se construye el conocimiento sobre lo que sucede en la terapia
(proceso), los efectos de la terapia (resultado) y el sentido que esto tie-
ne tanto para el terapeuta como para el paciente. Este enfoque de
42 HIPNOSIS Y ESTRÉS

investigación plantea un modo de estudio más igualitario que genera


“comprensiones contextuales locales” sobre la base de que el sentido
de las acciones y de los acontecimientos es una parte intrínseca del
“contexto naturalista” (Henwood & Nicolson, 1995). En este mismo
orden, se podría afirmar que el desarrollo de métodos experienciales
de investigación basados en la experiencia subjetiva es más acorde a
los marcos teóricos propios de la orientación humanista y a los enfo-
ques hipnoterapéuticos presentados en este libro. Esto es particular-
mente visible en la interrogación cooperativa (Reason & Rowan,
1981; Reason, 1988, 2001; Reason & Heron, 1995; Heron, 1996, 2001;
Heron & Reason, 1997; Reason & Bradbury, 2001a; el lector intere-
sado en hallar más documentación de Reason puede recurrir a
www.bath.ac.uk/carpp.htm), que implica la participación colabora-
dora tanto del experimentador (es decir, el profesional clínico) como
de los sujetos (es decir, los pacientes).
La mayoría de la investigación sobre psicoterapia tradicional im-
plica muy poca colaboración auténtica, el paciente es pasivo y depen-
diente y es el receptor de un programa terapéutico unilateralmente
designado y dirigido por el terapeuta. La metodología de la interro-
gación cooperativa se deriva de una epistemología cuádruple:

• Conocimiento experiencial –a través de la empatía, la compa-


sión y la resonancia.
• Conocimiento presentacional –expresión a través de la narra-
ción, el dibujo, el movimiento y la imágenes estéticas.
• Conocimiento propositivo –inspirado en conceptos e ideas teó-
ricas.
• Conocimiento práctico –consumación de las otras formas de
conocimiento en la intervención clínica.

Dentro del dominio de la práctica clínica estas formas participati-


vas de interrogación cuentan con una dimensión política porque
transfieren poder a las personas a través de procesos de construcción
y uso de su propio conocimiento (Reason & Bradbury, 2001a). Tal
dimensión política está implícita en el enfoque clínico general adop-
CONTEXTUALIZACIONES 43

tado en este libro. Información adicional sobre la investigación en


acción de la práctica profesional puede hallarse en las siguientes
direcciones: www.bath.ac.uk/~mnspwr/ y www.human-inquiry.com.
Un ejemplo de enfoque de investigación cooperativa parcial en el
área de la hipnosis para el tratamiento de problemas de sueño con
niños se presenta en el Capítulo 8.
Además de los métodos de interrogación cooperativa existen
muchos otros métodos cualitativos que podrían ser útiles para la eva-
luación de la psicoterapia, incluidas la observación, las entrevistas,
los enfoques del constructo personal, la etnografía, los procedimien-
tos analíticos de tarea (Greenberg, 1991), estudios de caso clínicos
(Hilliard, 1993), grounded theory (Henwood & Pidgeon, 1995; Glaser
& Strauss, 1967) y el análisis fenomenológico interpretativo (Smith,
Jarman & Osborn, 1999). Todos ellos han sido sistemáticamente revi-
sados en Bannister, Burman, Parker, Taylor y Tindall (1994), Denzin
y Lincoln (1994) y McLeod (1994).
Debería cuestionarse la complementariedad de los enfoques tradi-
cionales cuantitativos, sobre todo positivistas, y los enfoques cualita-
tivos previamente mencionados, que son de estilo predominantemen-
te hermenéutico o interpretativo, y que están muy influidos por la
fenomenología clásica (véase Stevenson & Cooper, 1997). En la inves-
tigación psicoterapéutica se requiere del estudio intensivo del pacien-
te individual (o grupos de pacientes) de modo que puedan desarro-
llarse perspectivas ideográficas y nomotéticas en un marco de plura-
lismo metodológico. Lo que no significa que los métodos cualitativos
sustituyan a los métodos tradicionales más cuantitativos, sino que
ambos enfoques se combinen de forma complementaria y sinergética.
Renni y Toukmanian (1992) defienden que ambas formas de cono-
cimiento, el paradigmático y el narrativo, pueden combinarse en la
investigación de dos modos fundamentalmente:

• Garantizando que cada equipo de investigación incluya investi-


gadores que sean expertos en cada modalidad
• Empleando datos de los métodos narrativo y paradigmático en
diferentes fases del programa de investigación
44 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Bergin y Gardfield (1994) han favorecido activamente este desa-


rrollo del pluralismo metodológico en la psicoterapia. Estos autores
señalan:

La creciente aceptación de enfoques narrativos, descriptivos y cuali-


tativos constituye un cambio de actitud ciertamente significativo que
probablemente se hará más y más manifiesto en la conducta e infor-
mes de los interrogatorios. Nos hallamos inmersos en un tipo de plu-
ralismo que no abandona las virtudes de los enfoques tradicionales de
investigación sino que los complementa con una variedad de técnicas
más flexibles para llegar a la complejidad de los fenómenos con los
que tratamos. (p. 828).

A lo largo del libro se incluyen referencias a estudios de investiga-


ción, fundamentalmente cuantitativos, que defienden el uso de las
intervenciones hipnóticas. Información y detalles sobre bibliografía
reciente relativa a la investigación en el campo de la hipnosis puede
hallarse en un documento de Solloway (2004) o en la siguiente direc-
ción: www.hypnosis-reserch.org. Existen pocas pruebas de investiga-
ción “científica” que defiendan las intervenciones ericksonianas salvo
los numerosos estudios individuales de casos, que en sí mismos son
muy convincentes.

El contexto de la psicoterapia

Aunque este libro se refiera básicamente al uso de la hipnosis para


ayudar a las personas a manejar problemas relacionados con el estrés,
existen otros factores terapéuticos que desempeñan un rol importan-
te en el proceso de curación. Por ello es necesario que el hipnotera-
peuta conozca y contemple estos factores “adicionales” por motivos
que serán obvios. La investigación relevante ha demostrado que:

(i) Diferentes terapias tienen, en general, similares resultados


(ii) No existe un único enfoque terapéutico que sea claramente su-
perior a otro para el tratamiento de problemas específicos.
CONTEXTUALIZACIONES 45

Esto ha sido afirmado como el veredicto del pájaro dodo según el


cual “todos han ganado y todos deben recibir sus premios” (Luborsky,
1995).

Factores comunes

Sobre la base de revisiones de investigaciones sobre resultados de


psicoterapia, Lambert (1992) concluía que el 40% de la mejoría tera-
péutica podía atribuirse al “cambio extraterapéutico” (p.ej., aconteci-
mientos fortuitos, apoyo social, fortalecimiento del ego, etc.), el 35%
a “factores comunes” que se hallan en todas las terapias indepen-
dientemente de la orientación teórica del terapeuta y el 15% a las
“técnicas” de las psicoterapias específicas (p.ej., desensibilización sis-
temática, hipnosis). Aunque ninguna psicoterapia sea superior a otra,
todas ellas son preferibles y superiores a la ausencia de tratamiento
(Lambert & Bergin, 1994). El enfoque de los factores comunes (p.ej.,
Frank, 1973; Lambert & Bergin, 1994) busca determinar los ingre-
dientes nucleares que comparten diferentes terapias con el objetivo
final de crear tratamientos más parsimoniosos, eficaces e integrado-
res basados en tales elementos comunes.
Sin embargo, las diferentes escuelas psicoterapéuticas no demues-
tran igualmente todos los factores relevantes. Normalmente, una
escuela considera uno o dos factores (normalmente uno) como cen-
trales y relega los restantes a un estatus secundario. A continuación
se comentan los factores comunes de forma separada, pero es obvio
que no son discretos y que entre ellos suelen ocurrir solapamientos
con mucha frecuencia.

La historia

Todas las psicoterapias se basan en una “historia” o “mapa” teóri-


co que normalmente explica la etiología del problema o problemas
46 HIPNOSIS Y ESTRÉS

presentados, así como el modo en que se mantiene la sintomatología


y cómo ha de ser tratada. Algunas historias terapéuticas son extre-
madamente elaboradas (p.ej., psicoanálisis), mientras que otras son
más parsimoniosas (p.ej., terapia conductual radical). Generalmente
éstos son intentos de justificar la historia en términos de investiga-
ción y pruebas clínicas, aunque las metodologías de investigación
usadas, muchas veces, son parte de la historia. El punto de vista ante-
rior también se aplica a la hipnosis clínica y, por ello, es necesario
que el profesional clínico que haga uso de la hipnosis para problemas
relacionados con el estrés vincule la “historia de la hipnoterapia” así
como la “historia del estrés” de un modo que sea comprendido, cons-
ciente e inconscientemente, por el paciente, porque ello reducirá con-
siderablemente cualquier resistencia y aumentará la efectividad de
las intervenciones. Inherente a la historia se encuentra la profun-
da creencia de que el paciente puede mejorar si participa en los ritua-
les terapéuticos asociados. Cuando el paciente comparte su creencia
con el terapeuta, se establece una intensa expectativa y esperanza en
el resultado terapéutico satisfactorio, y ello actúa como un poderoso
placebo. Beecher (1959) consideraba que hasta el 35% de una res-
puesta terapéutica ante cualquier tratamiento médico podría ser atri-
buible al efecto placebo.

El ritual

El ritual terapéutico promulga esencialmente la “historia”: por


ejemplo, en las terapias psicodinámicas un concepto teórico clave es
la importancia de las experiencias tempranas y los “rituales” hipnoa-
nalíticos, como los enfoques del cuestionamiento ideodinámico de
dedos o de los estados del ego, tratan de descubrir estas experiencias
tempranas. De hecho, gran parte del material presentado en los
siguientes capítulos está constituido por los rituales de la hipnosis.
En el próximo capítulo se presenta un buen ejemplo relativo a la
importancia del ritual descrito por Mesmer.
CONTEXTUALIZACIONES 47

La relación terapéutica

La investigación ha demostrado que uno de los factores más influ-


yentes en el resultado de la psicoterapia es la relación entre el terapeu-
ta y el paciente (Bergin & Lambert, 1978; Luborsky, Crist-Christoph,
Alexander, Margolis & Cohen, 1983; Clarkson, 1998). El afecto ético y
mutuo entre el paciente y el terapeuta constituye uno de los factores
terapéuticos más influyentes sobre el cambio. Es básico reconocer
que los terapeutas no pueden ayudar sino influir sobre sus pacientes;
algunas veces los pacientes mejoran porque quieren complacer a sus
terapeutas. Los terapeutas también deberían comunicar a los pacien-
tes su interés y la conveniencia de invertir en la relación terapéutica
en interés del propio paciente. Murcott (2005) sintetiza la investiga-
ción relativa a la relación terapéutica en el contexto de la medicina
complementaria y concluye que la calidad de la relación entre el pro-
fesional y el paciente influye de forma concreta sobre los resultados.
Discutiblemente, también, el instrumento hipnótico más podero-
so en el tratamiento de cualquier individuo es la relación hipnotera-
péutica. Como la hipnosis es más una experiencia colaboradora que
algo que se aplique al paciente unilateralmente, es más crucial dedi-
car tiempo y esfuerzo al desarrollo de la relación positiva que con-
centrarse exclusivamente en el desarrollo de la experiencia técnica
con la hipnosis. La alianza terapéutica se ve fortalecida mediante
ciertas características de la personalidad del terapeuta; por ejemplo,
la empatía, la proximidad y la sinceridad (Truax & Carkhuff, 1967).
Más adelante se comentan con detalle estas “condiciones nucleares”.
Además, para generar el cambio, los pacientes necesitan coraje, lo
que sólo puede hallarse en el contexto de una relación afirmativa. Si
el paciente no quiere mejorar o no está preparado para ello, no le será
posible recibir ayuda de ningún terapeuta; es decir, el paciente siem-
pre debería tener la motivación para ser curado. En el contexto de la
hipnoterapia la voluntad del inconsciente para participar en la tarea
terapéutica debería ser garantizada ideodinámicamente (explicacio-
nes detalladas en el Capítulo 5).
48 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Clarkson (2003, p. 7) ha identificado un marco psicoterapéutico


integrador que contiene cinco modalidades posibles de la relación
cliente-psicoterapeuta, a saber:

• La alianza de trabajo
• La relación transferencial/contratransferencial
• La relación reparadora/evolutivamente necesaria
• La relación persona a persona
• La relación transpersonal

Clarkson señala:

El marco relacional con cinco entradas de Clarkson aporta un prin-


cipio integrador, que se centra en las similitudes y diferencias entre
los distintos enfoques de psicoterapia y distingue qué tipo de relación
tiende a favorecer cada enfoque. Ha sido diseñado para facilitar la
flexibilidad y el alcance recomendado a cualquier psicoterapeuta,
independientemente de su formación. (p. 7).

Según Clarkson, estas relaciones están presentes en todas las rela-


ciones psicoterapéuticas en diferentes momentos dependiendo del
número de factores (p.ej., la fase de la terapia, la naturaleza del pro-
blema y el foco terapéutico). El análisis de Clarkson es igualmente
aplicable a la hipnoterapia como a cualquier otra psicoterapia y apor-
ta un examen iluminador sobre la importancia de las relaciones en
los contextos hipnoterapéuticos.

Catarsis

Los términos “catarsis”, “abreacción” o “descarga emocional” pue-


den ser usados como sinónimos aunque se adoptará “catarsis” como
término preferente en los siguientes comentarios. Las definiciones de
este concepto varían, pero las dos que se presentan a continuación
son representativas.

Una liberación o descarga emocional tras recordar una experiencia


dolorosa que ha sido reprimida porque era intolerable para la con-
CONTEXTUALIZACIONES 49

ciencia. Algunas veces se produce un efecto terapéutico por efecto de


la descarga parcial de desensibilización de las emociones dolorosas y
del aumento de insight. (American Psychiatric Association, 1980, p. 1).
Una compleja serie de procesos psicodinámicos mediante los cua-
les el ser humano se purga de una sobrecarga de angustia debida a la
frustración acumulada de necesidades humanas básicas. Tal y como
se ha definido es un fenómeno peculiarmente humano, atribuible a un
ser somático con capacidad de amar, comprender y auto-dirigirse. Se
asume que la alta vulnerabilidad de tales capacidades activas en un
cuerpo y mundo físicos, es compensada mediante un proceso restau-
rador, que libera a la persona de la tensión incapacitante. (Heron,
1998a, p. 6).

A nuestro parecer, es un aspecto de la psicoterapia para el cual


muchos terapeutas están insuficientemente preparados, aunque la
catarsis se produce habitualmente en todos los enfoques terapéuticos.
El término catarsis se deriva del griego catarsis, que significa “limpiar
o purificar” y siempre ha desempeñado un rol importante en diversos
rituales sociales, así como en el drama, la religión o el deporte
(Scheff, 1979). Estas actividades ofrecen ocasiones para experimen-
tar y expresar pensamientos y sentimientos significativos pero cultu-
ralmente sancionados.
Muchos enfoques de psicoterapia han subrayado el valor de la
catarsis en diferentes grados dentro de sus respectivos sistemas
(Nichols & Zax, 1977; Hawkins, 1986; Heron, 1998a). La catarsis era
considerada como la esencia del tratamiento psicoanalítico, como se
ha demostrado en el famoso caso de Anna O. descrito por Breuer y
Freud (1895/1955) en Estudios sobre Histeria. En el núcleo de estos
sistemas terapéuticos se encuentra la creencia de que la descarga
emocional del material traumático reprimido trae consigo la libera-
ción de la tensión emocional, generando así un alivio de los síntomas
físicos y psíquicos. Sin embargo, debería señalarse la importancia
que se concede al insight como componente del cambio terapéutico,
por lo menos en la mayoría de los enfoques. En general se considera
que la catarsis es una condición necesaria, pero no suficiente, para
que se produzca el cambio terapéutico.
50 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Es probable que al emplear la hipnosis con pacientes, en algún


momento, se produzca una reacción emocional o catarsis incluso
cuando esto no haya sido pretendido por el terapeuta. A menudo, los
terapeutas no se hallan preparados para manejar tales explosiones
emocionales y manejan indebidamente la situación porque carecen de
formación o suficiente comprensión de tales sucesos. Los dos factores
más comunes en el manejo inapropiado de la catarsis suelen ser el
cerramiento prematuro y que tenga un desarrollo “demasiado pro-
fundo y demasiado rápido”. El autor es partidario de que los terapeu-
tas acepten la expresión emocional en cualquier contexto terapéutico.
De este modo los pacientes aprenden a reconocer, aceptar y expresar
sus sentimientos. Incluso cuando la catarsis no sea el principal foco
de la terapia, en general es conveniente permitir a los pacientes que
lloren o expresen ira cada vez que surjan estos sentimientos. Evidente-
mente, cada vez que un paciente relata o renarra su historia, descar-
ga emoción a través de la expresión verbal y no verbal.
Las cuestiones relacionadas con el manejo efectivo de la catarsis
en el contexto de la hipnosis se comentan en el Capítulo 5, donde se
detallan los enfoques hipnoanalíticos para el manejo del estrés, aun-
que debería recordarse que los pacientes pueden sentirse emocional-
mente molestos en cualquier circunstancia; por ejemplo, al establecer
una cita o durante una entrevista.

Reducción de la ansiedad y apoyo emocional

Éste es probablemente uno de los procesos más importantes en psi-


coterapia. Cuando el paciente se refiere a los acontecimientos estre-
santes de su vida se generan en él ansiedad y otros sentimientos nega-
tivos hacia familiares y amigos. Sin embargo esto no ocurre cuando
habla con el terapeuta. Alexander (Alexander & French, 1946) ha de-
nominado a este proceso “experiencia emocional correctiva”. Es
importante que los terapeutas mantengan la calma y sean capaces de
soportar estados afectivos desagradables generados en los pacientes o
en sí mismos. Cuando una persona se encuentra estresada esto dete-
CONTEXTUALIZACIONES 51

riora la concentración, la memoria y la atención. En consecuencia, la


reducción de la ansiedad libera estas importantes funciones cognitivas
y capacita al individuo a hacer uso de sus recursos para resolver pro-
blemas. También debería subrayarse que el alivio de la ansiedad cau-
sa muchas veces la reducción o incluso la eliminación de los síntomas
psicopatológicos en la mayoría de los trastornos psicosomáticos.

Provisión de nuevos contextos cognitivos

Cualquier sistema de psicoterapia ofrece al paciente un nuevo con-


texto cognitivo que le permite interpretar y comprender su propia
conducta y funcionamiento psicosomático y los ajenos. Con apoyo del
terapeuta, las situaciones vitales y las personas son interpretadas por
el paciente como menos amenazantes. En el hipnoanálisis, los pacien-
tes suelen ser capaces de re-evaluar experiencias tempranas y esto les
aporta un nuevo contexto cognitivo en el que pueden disponer de más
voluntad e intención para la toma de decisiones importantes en la
vida y para la formulación de objetivos terapéuticos claves.

Persuasión y sugestión

Las persuasiones del terapeuta sobre la efectividad de sus méto-


dos terapéuticos particulares, y la sugerencia al paciente de que la
terapia será satisfactoria son elementos fundamentales en cualquier
psicoterapia. Jerome Frank (1973) se refiere al “levantamiento de
moral” y al “aumento de la esperanza” como prerrequisitos necesa-
rios para cambiar los hábitos de pensamiento y de conducta. La ins-
tauración en el paciente de una sensación de esperanza realista es
uno de los ingredientes más importantes de una terapia satisfactoria
(McDermott & Zinder, 1999; Zinder & Taylor, 2000). Si los pacien-
tes pueden prever la posibilidad de resolver sus problemas relacio-
nados con el estrés, se sentirán de forma más positiva hacia sus pre-
dicamentos. Curiosamente, Lynn y Hallquist (2004) han manifesta-
do recientemente que el éxito de Erickson en el uso de intervencio-
nes hipnóticas en psicoterapia puede haberse debido al modo en que
52 HIPNOSIS Y ESTRÉS

éste generaba una serie de respuestas positivas en sus pacientes y un


contexto terapéutico facilitador.

Identificación con el terapeuta

El paciente suele identificarse con el sistema de valores del tera-


peuta. El tono de voz del terapeuta informa al paciente sobre lo que
se considera normal o anormal por parte del terapeuta. Por lo tanto,
es extremadamente importante que la personalidad del psicoterapeu-
ta se caracterice por la flexibilidad y la libertad de posturas ideológi-
cas y morales extremas. Debería recordarse que la psicoterapia, en
primer lugar, trata de satisfacer las necesidades del paciente y no las
necesidades del terapeuta.

Desarrollo del auto-control y de la autonomía

Según Strupp (1983), la adquisición de auto-control y autonomía


son objetivos claves para cualquier psicoterapia. Como hemos señala-
do anteriormente, ser auto-directivo es una de las necesidades huma-
nas básicas. En el contexto de la hipnoterapia, enseñar auto-hipnosis
al paciente al comienzo de la misma puede ser útil para proporcio-
narle la sensación de independencia y autonomía.

Ensayo y confrontación

Por último, el ensayo y la confrontación del problema presentado


son también características comunes a todas las psicoterapias (Strupp,
1983). Independientemente de lo suceda en el despacho del profe-
sional no será significativo si ello no ayuda a los pacientes a superar
los problemas que tienen en la vida. En el contexto de la hipnotera-
pia, una técnica usada con frecuencia consiste en pedir a los pacien-
tes que se imaginen en un momento futuro cuando el problema esté
resuelto. Sólo cuando logren hacer esto sin dificultad deberían ser
animados a “hacerlo de forma real”, si esto es lo apropiado en rela-
ción a los problemas que presentan.
CONTEXTUALIZACIONES 53

Condiciones nucleares

Rogers (1971, 1980) concedía mucho más énfasis a la persona, o


cliente, que a los problemas que éste presentaba. Este autor manifes-
taba que a fin de que el cliente pueda auto-dirigirse dentro de la rela-
ción terapéutica, el terapeuta debía mostrar empatía, congruencia y
apoyo positivo incondicional.

Empatía

En la empatía, los terapeutas examinan con los pacientes, la exac-


titud de sus comprensiones. Prestar atención al lenguaje corporal de
los pacientes puede facilitar esta comprobación. Las claves no verba-
les como el enrojecimiento, el tartamudeo, un cambio en la respira-
ción, la tensión mandibular, la posición de puños cerrados o las feli-
citaciones hacia sí mismo pueden ser claves valiosas para ayudarnos
en el establecimiento de la empatía. El tono de voz es otro indicador
valioso; por ejemplo, en la ira puede aumentar el tono y el volumen;
en el miedo puede ser alto y sofocado; en la tristeza bajo, quebrado y
desdibujado; en el amor cálido y aceptante. La empatía tiene más que
ver con una actitud que con una técnica. Requiere creatividad por
parte del terapeuta para introducirse en muchos mundos diferentes
de los pacientes a través de los puntos de vista de éstos. O’Leary
(1993) afirma:

La empatía puede asemejarse a dos diapasones en una misma clave.


Cuando una se estanca, la otra recoge el sonido emitido por la pri-
mera sin perder nada de su propia naturaleza esencial. La empatía es
la sintonización en la longitud de onda del cliente. Los terapeutas
deben sintonizarse con esa longitud de onda particular. (p. 113).

Congruencia

La congruencia se refiere a la habilidad del terapeuta para ser


auténtico. No depende de su rol profesional, sino que usa su perso-
nalidad para crear una relación genuina y auténtica. Para alcanzar la
54 HIPNOSIS Y ESTRÉS

congruencia, los terapeutas deben saber cómo están respondiendo


durante la terapia y hacérselo saber al cliente cuando así convenga.
O’Leary señala:

La congruencia no es la auto-apertura. Los terapeutas no expresan


todo lo que experimentan en el momento particular a fin de ser
congruentes. Más bien la congruencia se produce en el contexto de la
relación terapéutica y garantiza que el foco de atención sean más las
necesidades del cliente que las del terapeuta. (p. 135).

Apoyo positivo incondicional

El apoyo positivo incondicional se refiere a una actitud positiva, de


no enjuiciamiento y aceptante por parte de los terapeutas hacia los
pacientes. La incodicionalidad permite a los pacientes la libertad para
revelarse en la relación terapéutica, sabiendo que el terapeuta los acep-
tará sin enjuiciarlos. Es a través de esta experiencia del sentimiento de
ser incondicionalmente aceptado por el terapeuta cuando el paciente
aprende a aceptarse a sí mismo. Por su propia naturaleza, la incondi-
cionalidad se opone al diagnóstico y clasificación; los terapeutas pien-
san en sus pacientes como en individuos que experimentan dificulta-
des particulares en su vida en un momento concreto. La incondicio-
nalidad conlleva el valor incondicional de los pacientes. Los terapeu-
tas lo logran mediante la escucha del paciente. Pietrofesa, Hoffman y
Splete (1984) señalaban que, para muchos pacientes, puede ser su pri-
mera experiencia de ser aceptados de un modo incondicional.

Compasión

Además de las tres condiciones nucleares citadas por Rogers, exis-


ten otros factores vinculados al terapeuta cuya importancia también
ha de ser considerada. Según Brandon (1976):

El auténtico meollo de toda ayuda externa que la convierte en efec-


tiva es la compasión (p.6)… Sin ella las relaciones entre las perso-
nas son como hojas secas al son del viento. La apertura, la intimi-
CONTEXTUALIZACIONES 55

dad y la sensibilidad son los condimentos de la compasión. Estas


cualidades se refieren a ver profunda y directamente en la otra per-
sona y a sentir sus necesidades y deseos. El comienzo de la compa-
sión tanto hacia uno mismo como hacia los demás se encuentra en
la reducción de la cantidad de juicios. Compasión significa dar espa-
cio a la persona; abrir puertas en lugar de cerrarlas; formular pre-
guntas en lugar de dar respuestas. La compasión es el proceso de
contacto profundo con la fuente primordial de amor. Es la comuni-
cación directa desde los recesos más internos de la propia existen-
cia (pp. 48-9).

Fromm (1956) señalaba que la compasión contiene ingredientes


de atención, responsabilidad, respeto y conocimiento (p. 20). Erickson
(1965) también nos recuerda la importancia de reconocer las nece-
sidades del paciente como personalidad humana. A este respecto
señala:

No es suficiente la mera realización de un diagnóstico correcto de la


enfermedad y el conocimiento del método de tratamiento correcto.
Tan importante como eso es que el paciente sea receptivo a la tera-
pia y cooperativo en su transcurso. Sin la plena cooperación del
paciente los resultados terapéuticos se demoran, distorsionan, limi-
tan o incluso se impiden… Tratar de llevar a cabo una terapia con un
paciente sólo aparentemente sensible, razonable e inteligente cuando
el paciente puede encontrarse gobernado por fuerzas y emociones
inconscientes que no son ni mostradas abiertamente ni siquiera
conocidas, pasar por alto la posible información significativa de la
mente inconsciente, puede llevarnos fácilmente a fracasar o a obte-
ner resultados insatisfactorios… Los terapeutas tampoco deberían
impedir que sus pacientes muestren debilidades humanas o irracio-
nalidad… Los terapeutas que deseen ayudar a sus pacientes nunca
deberían ironizar, condenar o rechazar alguna parte de la conducta
del paciente sólo porque sea obstructiva, incomprensible o incluso
irracional. La conducta del paciente es parte del problema que lo ha
traído a consulta; constituye el contexto personal dentro del cual
debe tener efecto la terapia; puede ser la fuerza dominante en la rela-
ción total paciente-doctor. (p. 57).
56 HIPNOSIS Y ESTRÉS

La tarea del terapeuta no debería consistir en hacer proselitismo


del paciente con sus propias creencias y puntos de vista… Es necesa-
rio generar una situación terapéutica que permita al paciente usar su
propio pensamiento, sus propias comprensiones, sus propias emo-
ciones del modo que mejor le permitan adaptarse a su propio esque-
ma de vida. (p. 65).

Análisis de seis categorías de intervención

Heron (2001) ha “operativizado” muchos de los elementos esen-


ciales comentados previamente en un número de categorías básicas
con sus respectivas destrezas de intervención. Las seis categorías se
agrupan bajo dos designaciones:

Intervenciones autoritarias
(i) Prescriptiva –dar consejo, ser enjuiciador/ crítico/ evaluador
(ii) Informativa –ser didáctico, informativo, interpretativo
(iii) Confrontador –desafiante, proporcionar feedback directo
Intervenciones facilitativas
(iv) Catártica –animar al paciente a liberar tensión a través de
la risa, el llanto, el temblor o el tartamudeo.
(v) Catalítica –reflejar, animar la resolución auto-dirigida del
problema
(vi) De apoyo –aprobar, confirmar y validar al paciente como
ser humano. Una intervención de apoyo afirma el valor y
el merecimiento del paciente.

Este modelo ofrece al profesional diferentes formas de conducta


de ayuda que puede usar al trabajar con un paciente.
Aunque este libro se refiera fundamentalmente a hipnosis y a su
aplicación con los pacientes que experimentan problemas relaciona-
dos con el estrés, es obvio que los profesionales necesitan ser cons-
cientes de todos los factores que influyen sobre los resultados clíni-
cos. Conocer los factores terapéuticos comunes a todas las terapias,
incluyendo las condiciones nucleares necesarias para una ayuda efec-
CONTEXTUALIZACIONES 57

tiva, es fundamental a este respecto. A fin de ser un buen hipnotera-


peuta, en primer lugar es necesario ser un buen terapeuta, con las
destrezas apropiadas en cada una de las categorías descritas por
Heron. Los hipnoterapeutas no son meros técnicos, sino profesiona-
les creativos, capaces de usar sus destrezas de formas imaginativas
que permitan al paciente “cantar su canción”. Gran parte de lo que se
escribe en este libro se refiere a técnicas y estrategias, pero éstas
deben ser aplicadas de formas parsimoniosas, creativas y éticamente
sensibles que respeten la integridad y autonomía del paciente.
2 Hipnosis y estrés

Cuenta una historia Zen que una mujer no podía decidir por cuál de
las dos puertas que había en el recinto debía salir al mundo exterior.
Tras algunas horas de indecisión apiló algunas alfombras contra una
de las puertas y cayó dormida inmediatamente. Por la mañana se
levantó temprano y contempló el problema una vez más. Una de las
puertas estaba libre, pero la otra estaba bloqueada por el montón de
alfombras. Suspiró y exclamó que ya no le quedaba alternativa.

Estrés

Vivimos en un mundo que, aunque supuestamente más civilizado,


produce cada vez más estrés en los individuos. La sociedad altamen-
te comercial y competitiva orientada al consumo demanda de las per-
sonas que tengan buen aspecto, alcancen cierto estatus mediante sus
posesiones y calificaciones y dispongan de los últimos accesorios en
tecnología y moda. En consecuencia, existen pocas oportunidades
para que los individuos satisfagan sus necesidades espirituales e
60 HIPNOSIS Y ESTRÉS

intrapersonales. Muchos se quedan en el camino debido a la falta de


recursos financieros, sociales o personales que frustran sus esfuerzos
por satisfacer sus necesidades sociales o psicológicas. Paralelamente
se ha producido un aumento de la inseguridad ciudadana, del bulling,
de la contaminación y de la congestión por tráfico, por mencionar
sólo algunos ejemplos. ¿Es de sorprender que aumente el estrés o los
problemas relacionados con el estrés?
El término “estrés” presenta diferentes significados para personas
distintas. Las definiciones contemporáneas del estrés se refieren al
estrés ambiental externo como estresor (p.ej., problemas laborales,
conflictos familiares, traslados al trabajo), y a la respuesta ante el
estresor como estrés o angustia, y el concepto de estrés como algo que
conlleva cambios bioquímicos, fisiológicos, conductuales y psicológi-
cos. Los investigadores también han diferenciado entre el estrés que
es peligroso y perjudicial (distrés) y el que es positivo y benéfico
(eutrés) (Ogden, 2000, p. 232). Hanson (2004) se refiere al “estrés
agradable” y al “estrés desagradable”. Esta autora señala:

En el estrés agradable probablemente se incluyen aspectos como


dirigir el mundo, ganar una fortuna, disponer de una agenda muy
apretada, saber qué vas a hacer durante cada minuto del día, contar
con un objetivo y saber dónde estás y qué eres. Éste es el tipo de
estrés fantástico –el que produce una hormona denominada dehi-
droepiandrosterona, o DHEA-S. Esto nos lleva a mejorar la función
cerebral y la memoria, a fortalecer las defensas del cuerpo, potenciar
el sistema inmunológico, mejorar la piel y alargar la vida. El estrés
desagradable es el que nos esclaviza sin solución visible: puede origi-
narlo una deuda interminable, la melancolía, la ruptura de una rela-
ción o el estar sometido a un maltrato, y este estrés trae consigo el
aumento de la presión sanguínea, la desesperación, palpitaciones,
dolores de cabeza, molestias gástricas, insomnio y un aumento de las
infecciones menores. Son las personas pertenecientes a la escala
social más baja, con trabajos cuyos salarios son bajos y que conti-
nuamente se hallan en situaciones indefensas, las más propensas a
sufrir el tipo de estrés más destructivo. (p. 8).
HIPNOSIS Y ESTRÉS 61

Estresores

Son muchos los estresares que pueden afectar al individuo, algunos


de los cuales pueden ser actuales, mientras que otros pueden ser his-
tóricos (es decir, relacionados con experiencias previas en la vida del
individuo). Los estresores actuales son comunes a la mayoría de las
vidas individuales y se relacionan con las experiencias vitales, así
como con las situaciones físicas y ambientales (véase Figura 2.1).
Holmes y Rahe (1967) desarrollaron una escala de experiencias recien-
tes (EER), que ofrecía un listado de posibles cambios o acontecimien-
tos vitales. Éstos se clasificaban, en términos de “estrés” objetivo, entre
muy severos (p.ej., muerte del cónyuge, muerte de un miembro fami-
liar próximo, divorcio, mudanza o jubilación) y de escasa gravedad
(p.ej., vacaciones, cambio en hábitos alimenticios, cambio en hábitos
de sueño). Se suponía que las puntuaciones en la ERR indicaban el
nivel de estrés de la persona y concomitantemente su estado de salud.
Sin embargo, son muchos los problemas asociados con la ERR y que
fueron revisados por Ogden (2000, pp. 234-6). Una cuestión significa-
tiva se refiere a la cronicidad de las experiencias vitales, que no ha sido
reconocida por Holmes y Rahe. Existen muchas experiencias vitales
que son continuas y crónicas. Moos y Swindle (1990) identificaron las
siguientes:

• Estresores de salud física (p.ej., condiciones médicas; interven-


ciones médicas)
• Estresores vinculados al hogar y al vecindario (p.ej., seguridad,
limpieza, contaminación)
• Estresores financieros
• Estresores laborales (p.ej., problemas interpersonales, carga de
trabajo, fechas límite)
• Estresores maritales/de pareja (p.ej., problemas emocionales
con la pareja)
• Estresores vinculados con la criaza de hijos
• Estresores vinculados con la familia ampliada
• Estresores vinculados con el círculo de amigos
62 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Estos autores señalaban que los acontecimientos vitales no debe-


rían ser evaluados de forma aislada, sino que deberían ser integrados
en dos facetas de la vida individual: recursos sociales continuos,
como las redes de apoyo social y los recursos financieros, y los estre-
sores continuos.
En la actualidad se ha reconocido que no todo el estrés se deriva
de los acontecimientos vitales principales. Sucesos más nimios, como
perder un autobús, coger un catarro o comprobar que llueve, también
pueden ser estresantes y suelen ser considerados como dificultades
cotidianas. Kanner, Coyne, Schaefer y Lazarus (1981) midieron estos
estresores menores con la Escala de Dificultades, según la cual las difi-
cultades más frecuentemente manifestadas eran:

• Preocupaciones sobre el peso y figura corporal


• Salud de un miembro de la familia
• Subida de precios de productos de consumo diario
• Mantenimiento del hogar
• Demasiadas cosas que hacer
• Colocación indebida o pérdida de objetos

Figura 2.1: Estresores actuales e históricos

ESTRESORES COTIDIANOS COMUNES

Estresores de enfermedad Estresores fóbicos Estresores de cambio


Estresores químicos Estresores físicos Estresores emocionales
incluidos alimentos/bebidas Estresores ambientales Estresores sociales
Estresores vinculados con Estresores de decisión Estresores laborales
el trayecto al trabajo Estresores financieros Estresores familiares
Estresores derivados del dolor

SOBRECARGA DE ESTRÉS

TRAUMA GRAVE ESTRESORES HISTÓRICOS


p.ej. guerra, violación adulta, tortura, p.ej., abuso físico o sexual
desastres naturales/civiles, durante la infancia, hospitalización,
asalto, enfermedad física grave, bullying, alienación, separación y
terrorismo, combate militar aflicción por muerte de familiar
HIPNOSIS Y ESTRÉS 63

Estos autores también hallaron que las experiencias positivas


hacen más llevaderas las dificultades, reduciendo su impacto sobre la
salud. Las experiencias positivas mencionadas, contempladas en la
escala, son, entre otras, las siguientes:

• Relacionarse bien con la pareja


• Relacionarse bien con amigos
• Finalizar una tarea
• Sentirse sano
• Dormir suficiente
• Salir a comer
• Ambiente familiar agradable

En un estudio reciente, Steptoe, Wardle y Marmot (2005) mos-


traban que los estados positivos, es decir, felices, son protectores y
están directamente relacionados con procesos biológicos relevantes
para la salud. En su investigación se demostraba que los efectos
positivos en hombres y mujeres de mediana edad se asociaban con
la reducción en la actividad neuroendocrina, inflamatoria y cardio-
vascular.

Los efectos del estrés

Cuando los estresores son intensos y prolongados, pueden condu-


cir a una sobrecarga de estrés con efectos fisiológicos, conductuales,
emocionales y cognitivos inmediatos (Figura 2.2). Éstos son caracte-
rísticos de la denominada reacción de “lucha o huida”, un término
acuñado por Cannon (1932), quien describía los reflejos primitivos de
la activación simpática y adrenal en respuesta al peligro percibido y
a otras presiones ambientales. Hans Selye (1956) definió adicional-
mente los efectos nocivos del estrés sobre la salud.
Los individuos normalmente pueden sobrellevar cierto grado de
estrés mediante el empleo de diversas estrategias. Sin embargo, algu-
64 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Figura 2.2. Efectos a corto plazo del estrés

SOMÁTICOS CONDUCTUALES EMOCIONALES COGNITIVOS


p. ej. p. ej. p. ej. p. ej.
mayor tensión atracones de comida & aumento de ansiedad, aumento de la
muscular, aumento bebida, aumento del depresión & ira, tendencia a la
presión sanguínea & consumo de cafeína & indefensión, distracción, menor
ritmo cardíaco, azúcar, tabaquismo, desesperación, concentración,
sudoración, molestias problemas del sueño como reducción auto-estima, deterioros de la
gástricas, dolores de pesadillas, problemas agitación, cansancio, memoria,
cabeza, nauseas & sexuales, aparición de irritabilidad, sentimientos preocupación,
vómitos, suspiros, conductas impropias, de pánico, aumento de errores por
temblores, tics, reducción de aficiones hipocondría, aumento aumento del
descoordinación de problemas temor
personalidad existentes

nas de éstas pueden ser inefectivas o incluso aumentar el estrés; por


ejemplo, el exceso de consumo de comida, tabaco, etc. Si la persona
continua estando estresada, de ello se pueden derivar problemas psi-
cosomáticos más graves, como la morbilidad cardiovascular, junta-
mente con otras posibles consecuencias sobre el estilo de vida y una
disminución de la calidad de vida (Figura 2.3).

Figura 2.3. Problemas a largo plazo del estrés.

TRASTORNOS PROBLEMAS TRASTORNOS PROBLEMAS


SOMÁTICOS CONDUCTUALES EMOCIONALES COGNITIVOS
p. ej. p. ej. p. ej. p. ej.
jaquecas, hipertensión, alcoholismo, exceso ansiedad crónica, problemas de
problemas trabajo, conducta depresión, fobias, memoria,
gastrointestinales, obsesiva, obesidad, cambio de personalidad, pensamientos
problemas cutáneos, problemas de sueño, enfermedad mental obsesivos,
asma bronquial, problemas relacionales, problemas
diabetes mellitus, problemas sexuales académicos
disfunción inmune,
problemas musculares
HIPNOSIS Y ESTRÉS 65

Perspectiva interactiva del estrés

Hasta el momento se ha conceptualizado el estrés como una res-


puesta automática ante un estresor externo. Esta perspectiva también
se refleja en la teoría de los acontecimientos vitales, que sugiere que
los individuos responden ante las experiencias de la vida con una res-
puesta de estrés que, en consecuencia, se relaciona con el estado de
salud. Un punto de vista diferente sugiere que el individuo no res-
ponde pasivamente ante los estresores, sino que interactúa con ellos
(Lazarus & Cohen, 1973, 1977; Lazarus, 1975). Lazarus defendía que
el individuo valora la situación potencialmente estresante como estre-
sante o no estresante, un proceso al que se refiere como valoración
primaria. El individuo procede también con una valoración secunda-
ria, que conlleva la evaluación de los pros y contras de sus estrategias
de afrontamiento o manejo. La forma de las valoraciones primaria y
secundaria determina que la persona muestre o no una respuesta de
estrés. Si el suceso es valorado como un estresor, entonces pueden eli-
citarse cambios psicofisiológicos (Figura 2.2). Algunos de los efectos
psicofisiológicos del estrés pueden considerarse como adaptativos,
porque preparan al individuo para responder, o como no adaptativos,
si pueden ser nocivos para su salud.
El estrés también se ha conceptulizado como el resultado de la
capacidad de una persona para la auto-eficacia (Lazarus & Folkman,
1987), la resistencia (Maddi & Kobasa, 1984) y el dominio (Karasek
& Theorell, 1990). De esto se deriva que el manejo y el auto-manejo
satisfactorio reducen el estrés, mientras que el fracaso en la auto-
regulación genera una respuesta de estrés con los concomitantes
cambios psicológicos. Se cree que el fracaso prolongado en la auto-
regulación produce enfermedades relacionadas con el estrés y, por
supuesto, la enfermedad misma puede ser un suceso estresante. Si la
enfermedad se considera estresante, esto mismo podría exacerbarla y
reducir los cambios a favor de la recuperación.
66 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Enfermedades relacionadas con el estrés

Las enfermedades relacionadas con el estrés pueden ser el resul-


tado de cambios conductuales o fisiológicos, o una interacción entre
ellos. La investigación ha demostrado que el estrés puede influir
sobre conductas específicas relacionas con la salud así como sobre un
cambio conductual más general. Conductas específicamente relacio-
nadas con la salud y que pueden verse afectadas son:

• Tabaquismo (p.ej., Lichtenstein, Weiss & Hitchcok, 1986; Carey,


Kalra, Carey, Halperin & Richard, 1993).
• Abuso de alcohol (p.ej., Herold & Conlon, 1981; Violanti,
Marshall & Howe, 1983; Cappell & Greeley, 1987).
• Dieta (p.ej., Michaud, Kahn & Musse, 1990; Conner, Fitter &
Fletcher,1999).
• Prácticas sexuales insanas (p.ej., Irons & Schneider, 1997).
• Abuso de sustancias psicoactivas.

En un nivel más general, la investigación sugiere que los individuos


que experimentan altos niveles de estrés muestran una mayor tenden-
cia a participar en conductas peligrosas que potencian la enfermedad
o los accidentes (Wiebe & McCallum, 1986; Irons & Schneider, 1997).
En particular, el individuo puede aumentar su consumo de alcohol,
cigarrillos, café y dulces, así como reducir la cantidad de ejercicio físi-
co que realiza. Todas estas conductas están vinculadas al desarrollo de
diversas enfermedades (Baer, Garmezy, McLaughlin, Pokorny &
Wernick, 1987) y al aumento de los accidentes (Johnson, 1986).
La enfermedad también puede relacionarse con el estrés a través
de vías fisiológicas. Ogden (2000, p. 242) sintetiza esto del siguiente
modo:

• El estrés puede causar un incremento de la secreción de ácidos


en el estómago lo que puede provocar úlceras.
• El estrés provoca un aumento de las catecolaminas, que gene-
ran un aumento de la formación de coágulos sanguíneos, favo-
reciendo así las posibilidades de un ataque cardíaco.
HIPNOSIS Y ESTRÉS 67

• El aumento de las catecolaminas puede conducir a la enferme-


dad de riñón.
• Los ataques al corazón pueden verse favorecidos por el estrés a
través de un aumento en la respuesta cardiovascular y del
aumento de posibilidades de daño o perjuicio a las arterias vía
la formación de placas y depósitos grasos.
• El estrés causa un aumento de los corticoesteroides, lo que pue-
de dar lugar a una artritis.
• El estrés causa un aumento en las catecolaminas y los cortico-
esteroides, lo que afecta al sistema inmunológico, haciendo así
que el individuo sea más susceptible a la infección.

Psiconeuroinmunología

La psiconeuroinmunología se basa en la predicción de que el esta-


do psicológico de una persona puede influir sobre su sistema inmu-
nológico y, consecuentemente, sobre su salud. Diversos factores psi-
cológicos influyen sobe el funcionamiento del sistema inmunológico.
Entre ellos se incluyen el estado anímico, la supresión del pensa-
miento y el estrés. Un estado anímico positivo parece aumentar el
funcionamiento del sistema inmunológico, mientras que un estado
anímico negativo lo reduce (Stone, Cox, Valdimarsdottir, Jandorf &
Neale, 1987; Cohen, Doyle & Turner, 2003). El estrés puede afectar
sobre el sistema inmunológico de la persona y puede conducir a la
prolongación de cualquier problema y a una sintomatología psicoso-
mática adicional (Adler, Felton & Cohen, 1991; Walter, Johnson &
Eremin, 1993; Black, 1994; Walter & Eremin, 1995; Gruzelier, Levy,
Williams & Henderson, 2001; Kielcolt-Glaser, Marucha, Atkinson &
Glaser, 2001). Varios estudios recientes también han demostrado que
el estrés puede comprometer el sistema inmunológico, lo que lo hace
más vulnerable a las infecciones oportunistas (Glaser, Lafuse, Bon-
neau, Atkinson & Kielcolt-Glaser, 1993; Castes et al., 1999; Dhabhar,
68 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Satoskar, Bluethmann, David & McEwen, 2000; Kiecolt-Glaser et al.,


2001). Inversamente, la hipnosis puede modular el funcionamiento
del sistema inmunológico alterando la actividad hipotalámica (Rossi,
1986/1993, 2002; Rossi & Cheek, 1988; Kiecolt-Glaser & Glaser, 1992;
Ruzyla-Smith, Barabasz, Barabasz & Warner, 1995; Solloway,
2004b).
Hay pruebas de que la supresión del pensamiento se relaciona con
el desarrollo de la enfermedad, mientras que la expresión del mismo
puede aumentar la actividad inmune (p.ej., Gross & Levenson, 1997;
Petrie, Booth & Pennebaker, 1998). Existen también datos controver-
tidos sobre la influencia del estrés en el crecimiento de tumores
(Laudenslager, Ryan, Drugan, Hysen & Maier, 1983) y en la actividad
linfocítica (Kiecolt-Glaser & Glaser, 1986). Recientemente, Rossi
(2002) presentaba pruebas que sugieren que una clase especial de
genes se expresan frecuentemente (expresión de genes vinculada al
estado y a la conducta) en una amplia gama de experiencias huma-
nas, asociadas con estados de activación cambiantes, incluidos el des-
pertar, el dormir y los sueños. Estos genes podrían estar asociados
con experiencias estresantes. Rossi sugiere también que “la experien-
cia consciente de la novedad, enriquecimiento ambiental y ejercicio
físico voluntario puede modelar la expresión de genes para codificar
recuerdos y aprendizajes nuevos” (p. 12). Este autor se refiere al pro-
ceso como “expresión de genes dependiente de la actividad o de la
experiencia”, que puede excitar a los genes que codifican las proteí-
nas que conducen a la neurogénesis, es decir, la generación de nue-
vas neuronas y sus conexiones en el cerebro. Rossi (2003a) propone
la creación de una nueva disciplina, “ciencia del genoma psicosocial”,
para examinar el modo en que las experiencias de la vida cotidiana
pueden estimular la expresión de genes dependientes de la actividad
y la neurogénesis, de modos que optimicen la ejecución, la salud y el
bienestar. De interés central a la ciencia del genoma psicosocial es
una clase especial de genes tempranos inmediatos (o “terceros men-
sajeros”) que pueden ser activados en pocos segundos y hasta uno o
HIPNOSIS Y ESTRÉS 69

dos minutos en respuesta a señales importantes. Tienen un rol espe-


cial en la mediación de la activación psicológica y de la ejecución
óptima así como de la respuesta al estrés (Morimoto, 2001). Multitud
de estudios de investigación han demostrado el modo en que el estrés
psicosocial puede deteriorar el funcionamiento celular-genómico
en el sistema inmune (Glaser et al., 1990, 1993; Malarkey, Glaser,
Kiocolt-Glaser & Marucha, 2001).
La investigación relativa al uso de intervenciones hipnóticas para
el fomento del funcionamiento celular-genómico es alentadora, aun-
que por el momento no conclusiva (Castes et al., 1999). En este ins-
tante es crucial hallar más información sobre los “terceros mensaje-
ros” y su asociación con las respuestas de estrés, dolor y curación
(Samad et al., 2001). Una de las hipótesis sugiere que las experiencias
vitales traumáticas y el estrés crónico pueden generar la desincro-
nización de las dinámicas circadianas y ultradianas del ciclo básico
descanso-actividad de entre 90 y 120 minutos al nivel celular-genó-
mico (Kaufer, Friedman, Seidman & Soreq, 1998; Cho, 2001; Rossi,
2002, 2005). Rossi, Lippencott y Bessette (1995, p. 11) sospechan que
el estrés medio de la “asociación libre” sobre los propios problemas
durante el período de descanso ultradiano puede llegar a reactivar la
codificación dependiente del estado de los problemas inducidos por
trauma/estrés, lo que conduce a la recuperación de la memoria rela-
tiva a sus fuentes.
Aunque el campo de la inmunología sigue avanzando rápidamen-
te, debe recordarse que las técnicas metodológicas actuales para la
evaluación del sistema inmunológico siguen careciendo de sofistica-
ción. Es básico que cada estudio sea críticamente evaluado dentro del
contexto de las limitaciones actuales. Sin embargo, a medida que se
amplia la literatura relativa a la investigación, el profesional debe res-
petar la creciente contribución de la psicoinmunología a nuestra
comprensión de las enfermedades relacionadas con el estrés y de la
psicopatología, y sus implicaciones para la psicoterapia en general y
para la hipnoterapia en particular.
70 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Factores mediadores

Se puede postular la existencia de diversos factores mediadores


entre el estrés y la enfermedad (McDaniel, Moran, Levenson &
Stoudemire, 1994), entre estos factores se incluyen el ejercicio
físico (p.ej., King, Blair & Bild, 1992), el género (Stoney, Mathews,
McDonald & Johnson, 1990), los estilos de manejo (Moos & Schaefer,
1984), los acontecimientos vitales (Schmale & Iker, 1966; Greene,
1966; Engel, 1971), la personalidad (Kissen, 1967; Creer & Morris,
1975; Lezna, 1977; Friedman, Thoresen & Gill, 1986; Grossarth-
Maticek, Eysenck, Vetter & Frentzel-Beyme, 1986) y el apoyo social
(p.ej., Wills, 1985). Es importante que el profesional reconozca estos
factores al trabajar con pacientes que presenten problemas relacio-
nados con el estrés.

Catarsis y estrés

Heron (1998a) desarrolló un enfoque explicativo útil para com-


prender el estrés, basado tanto en principios psicodinámicos como
humanísticos. Asumía que la persona individual comienza la vida con
tendencias y recursos inherentes positivos, incluyendo algunas nece-
sidades básicas dialécticamente organizadas. Entre ellas se halla la
necesidad de amar y cuidar de los otros, la necesidad de ser auto-
directivo y auto-afirmativo, con la capacidad para auto-actualizarse y
“curarse”, y la necesidad de entender tanto nuestros contextos exter-
nos como internos. Madames (2001) ha sugerido una cuarta necesi-
dad; a saber, la necesidad de arrepentirse de los errores, de los daños
causados a otros y de perdonar a los demás por los daños que nos han
ocasionado. Estas asunciones básicas se derivan del trabajo de los
psicólogos humanistas, en particular de Carl Rogers (1951) y de
Abraham Maslow (1973). Con todo, para que el ser humano pueda
alcanzar el “funcionamiento pleno” o la “auto-actualización”, es esen-
cial que en etapas a menudo críticas del desarrollo se produzcan con-
HIPNOSIS Y ESTRÉS 71

textos óptimos (Erickson, 1950). Esto es imposible de lograr porque


las prácticas sociales y políticas distorsionadas (parentales, educati-
vas, médicas, legales) se producen a lo largo de nuestras vidas de for-
mas tanto abiertas como encubiertas y bloquean la satisfacción de las
necesidades psicológicas básicas. Heron sugiere que si las necesida-
des se satisfacen a través de una interacción sana con las demás per-
sonas y con la sociedad, el individuo se convertirá en un ser humano
pleno y psicosomáticamente sano. Una tarea importante del terapeu-
ta debería ser asistir al paciente en la satisfacción de sus necesidades
personales, no sólo a través del proceso mismo de la terapia, sino
también a través de la relación terapeuta-paciente.
Cuando se frustran las necesidades psicológicas básicas la perso-
na experimenta “estrés”. Tales prácticas negativas y distorsionantes
supuestamente son más influyentes durante los primeros años de
vida. Por ejemplo, la necesidad de ser amado incondicionalmente (y
su forma activa, la necesidad de amar a los demás) no se satisface
porque el amor (aprobación) sólo se concede de forma condicional,
es decir, antes de dar amor es necesario que la criatura participe de
conductas que son aprobadas por los progenitores, el profesorado y
otros adultos significativos. Las experiencias de separación se produ-
cen a lo largo de la vida –por ejemplo, hospitalización y divorcio–
generando experiencias emocionales negativas, es decir, una respues-
ta de dolor. La necesidad de información suele frustrarse a menudo a
través de prácticas educativas, médicas o legales alienantes. La frus-
tración de las necesidades psicológicas genera emociones negativas
como las de tristeza, ira, miedo, turbación y vergüenza, que natural-
mente se “descargan” en forma de reacciones fisiológicas y conduc-
tuales (catarsis). Sin embargo, tales emociones, con frecuencia, se
reprimen y éstas, junto con las experiencias asociadas a las mismas,
se disocian de la conciencia, pero siguen actuando como un funcio-
namiento dinámico influyente sobre lo psicosomático. Heron se refie-
re a este proceso como enquistamiento: “La angustia se obstruye, de
modo que el dolor –que sería demasiado grande para que la criatura
lo experimentara y resolviera– no accede a la conciencia o distorsio-
72 HIPNOSIS Y ESTRÉS

na la conducta, pero sigue estando latente como una línea de estrés


en el sistema. Ésta es una forma muy intensa de inhibición protecto-
ra automática”.
Las sociedades modernas “civilizadas” son esencialmente no-
catárticas, y no se fomentan las efusiones emocionales salvo en for-
mas abreviadas en lo que a lugar, tiempo e intensidad respecta.
Heron (1998a) sintetiza este punto de vista del siguiente modo:

No es exagerado caracterizar a nuestra sociedad de no-catártica. Las


prácticas de crianza de los niños y niñas son en su mayoría anti-
catárticas: desde los primeros años de vida las criaturas están condi-
cionadas a manejar sus emociones desapacibles de dolor, miedo e ira
controlándolas y conteniéndolas, aguantándolas en el interior. Los
niños no lloran, las niñas no se enfadan; los niños y niñas pronto
aprenden que la aceptación social sólo se gana mediante la oculta-
ción y enterramiento completo de sus heridas personales. (p. 8).

Sin embargo, alguna catarsis “esencial” se autoriza socialmente,


como en las artes expresivas (drama, música, poesía), prácticas
deportivas o religiosas (Scheff, 1979) así como en los sueños, la risa y
la intimidad. La dinámica reprimida o “estrés histórico” sigue afec-
tando el plano psicosomático con respecto al funcionamiento tanto
físico como psicológico, y puede ser un factor contribuyente en el
desarrollo de algunas enfermedades graves como el cáncer (p.ej.,
Kissen, 1966, 1967; Siseen, Brown & Kissen, 1969). Por el contrario,
según sugiere Heron (1998a), la descarga de la angustia produce un
profundo efecto terapéutico:

La descarga de la angustia produce el efecto de deshacer el cons-


tructo distorsionado, liberando la mente para establecer una valora-
ción discriminante de lo que realmente sucedía en los incidentes
tempranos críticos y en las subsiguientes repeticiones. La inteligen-
cia de la persona, previamente ocluida e inhibida por la tensión emo-
cional, a medida que se descarga la tensión, reevalúa espontánea-
mente las situaciones que inducen a la tensión y a sus subsiguientes
efectos. En este caso el insight básico es dinámico: la persona obser-
HIPNOSIS Y ESTRÉS 73

va claramente qué es lo que realmente necesitaba como persona


auténtica, observa cómo esta necesidad, interrumpida y paralizada,
juntamente con el dolor asociado a ella, ha sido la fuerza del motivo
oculto tras una serie de conductas distorsionadas. Los insights aso-
ciados liberan de sus estereotipos opresores a otros personajes del
drama inicial, de tal modo que ahora son vistos en su globalidad,
como seres humanos con todas sus facetas. (p. 22).

La teoría desarrollada por Heron es muy próxima, en términos de


sus proposiciones centrales, a la teoría propuesta por Breuer y Freud
(1985/1955):

(i) La neurosis está causada por “… traumas físicos. Una expe-


riencia que evoca afectos angustiosos –como los de temor,
ansiedad, vergüenza o dolor físico– puede operar como un trau-
ma si no se ha producido una reacción energética ante tal suce-
so que provoque un afecto suficiente como para liberarlo…”
(pp. 6&8).
(ii) La neurosis se cura satisfactoriamente “… trayendo a la luz el
recuerdo de los acontecimientos que la provocaron y activando
el afecto acompañante; el paciente debe describir los hechos
con el mayor detalle posible e ‘inducir afecto a las palabras’”.
(p. 6).
(iii) La tarea del terapeuta “… consiste solamente en inducirle (al
paciente) a reproducir las impresiones patogénicas que la
causaron (la neurosis), verbalizándolas con una expresión de
afecto…” “Para ello el terapeuta debe superar la resistencia, o
defensa, una fuerza física en los pacientes… que se opone a
que las ideas patogénicas se hagan conscientes”. (pp. 268, 278
& 283).
(iv) La neurosis es esencialmente “una fracturación de la concien-
cia” entre la memoria y el afecto y, por lo tanto, la cura de la
neurosis se deriva de la curación de esta fractura –lo que “eli-
mina la fuerza operativa de la idea que no se exteriorizó en el
primer instante…”. (pp. 12 & 17).
74 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Esta perspectiva estableció los cimientos de muchos enfoques psi-


coterapéuticos de tiempo limitado (p.ej., Alexander & French, 1946;
Moreno, 1946; Davanloo, 1978; Reich, 1961; Perls, 1969). En el núcleo
de estos sistemas terapéuticos se encuentra la creencia de que los
estresores históricos son mecanismos inconscientes y dinámicos
derivados de experiencias tempranas traumáticas reprimidas (p.ej.,
un duelo ocluido, un abuso sexual, etc.) que están “presionando para
la resolución”. La represión natural puede aumentarse mediante el
desarrollo de las denominadas estrategias de manejo como las con-
ductas compulsivas o adictivas (p.ej., alimentos, alcohol, drogas, taba-
co), que a su vez pueden conducir a los problemas físicos y mentales
graves previamente comentados. La enfermedad puede surgir a tra-
vés de procesos de conversión histérica o somatización, esto es, cuan-
do las emociones como la ira y la culpa se convierten en somáticas.
Heron (1998a) defiende que son cuatro los principales empujes
para el proceso de reintegración:

• Imaginería emocionalmente provocadora procedente del exte-


rior.
• Apertura progresiva de las asociaciones e imágenes del interior.
• Presión física del exterior.
• Energización voluntaria del organismo procedente del interior.

Las primeras dos estrategias pueden ser desarrolladas a través de


la hipnoterapia, mientras que las dos últimas intervenciones genéri-
cas son de orientación bioenergética. Sin embargo, no hay motivo
para que un enfoque integrador de hipnoterapia no incorpore cada
uno de estos cuatro enfoques.

Hipnosis

Introducción histórica breve


Aunque nunca ha tenido un gran impacto en las filosofías y tecno-
logías de atención a la salud, la hipnosis ha sido parte de la cultura
médica influyéndola de un modo encubierto. Su popularidad ha cre-
HIPNOSIS Y ESTRÉS 75

cido y decrecido según las épocas (Gauld, 1992). Desde los “templos de
curación” de la Antigua Grecia, en Epidaurus por ejemplo (Nestoros,
Vasdekis, Pataukou-Parassiri & Sfakianakis, 1998), hasta momentos
más recientes, particularmente en los trabajos de Mesmer, Braid,
Elliotson, Charcot, Freud y Erickson, por mencionar sólo uno pocos,
la hipnosis ha participado de los quehaceres clínicos y médicos.

Mesmer

Anton Mesmer (1733-1815) es habitualmente reconocido como el


padre del hipnotismo moderno. Mesmer logró algunas curaciones
sorprendentes y dramáticas, a menudo con individuos que eran incu-
rables para los enfoques de la medicina tradicional. Durante los
“rituales hipnóticos” hasta 30 pacientes eran “magnetizados” hacién-
doles sostener barras de hierro de entre 25 y 30 centímetros que se
proyectaban de un largo tubo de roble repleto de virutas de hierro,
agua y cristal cargado. Él pasaba entre los pacientes, acariciando sus
brazos y miembros doloridos, haciendo “pases” a los demás con su
vara, y ocasionalmente fijando a los pacientes con una mirada y obli-
gándolos a dormirse. Gradualmente, los pacientes individuales
comenzaban a sentirse inquietos y agitados hasta que se producía la
“crisis”. Un paciente gritaba, comenzaba a sudar y a convulsionar, y
otros le seguían hasta que la mayoría de los presentes se ventilaban
emocionalmente. Mesmer defendía que el magnetismo animal pro-
ducía la crisis, pero que la “cura” estaba influida por la crisis misma.
También debería mencionarse que Mesmer creaba una atmósfera de
confianza estableciendo una buena relación con sus pacientes, per-
mitiéndoles así “prescindir de sus defensas”, de modo que pudieran
sentirse cómodos para que se produzca la descarga. También debía
haber observado que los estados emocionales son “contagiosos” y que
se requiere cierto grado de expectancia.
En 1784 una Comisión de Investigación sobre magnetismo animal
concluía que no existía el fluido magnético al que aludía Mesmer y
que los efectos terapéuticos eran el resultado de la imaginación, el
76 HIPNOSIS Y ESTRÉS

contacto físico y la imitación –de hecho, las condiciones necesarias de


la psicoterapia moderna. Hoareau (1998) sugiere que Mesmer ofrecía
las condiciones (es decir, factores comunes) necesarias para la psico-
terapia, a saber: una base teórica (el fluido universal), una técnica cla-
ramente definida (la reorganización de los fluidos en el cuerpo enfer-
mo), un “psicoterapeuta” que desarrolla su práctica dentro de una
estructura ritualizada y los “pacientes” que se encuentran en un esta-
do de “creencia receptiva”.

Elliotson y Esdaile

Posteriormente, en el siglo XIX, Elliotson y Esdaile, entre otros,


popularizaron las propiedades anestésicas del magnetismo con pre-
ferencia a las “crisis” inducidas por Mesmer. Elliotson (1791-1868)
publicó su propia revista, el Zoist, en la que se describían con todo
detalle testimonios de doctores que habían ejecutado numerosas ope-
raciones quirúrgicas sin dolor recurriendo al mesmerismo. Desafor-
tunadamente, él confiaba en la frenología y en la clarividencia, por
ello sus investigaciones sobre hipnotismo fueron pasadas por alto.
Con todo, su práctica fue muy amplia y dejó una gran cantidad de
registros de curas bona fide (Erickson, 1934).
Esdaile (1808-59) fue estimulado para el estudio de la hipnosis a
través de la lectura de los informes de Elliotson (Erickson, 1934).
Operó satisfactoriamente a cientos de pacientes bajo los efectos del
“trance mesmeriano” y siguió empleando el mesmerismo como anal-
gésico hasta que en 1847 se generalizó el uso del cloroformo. Sin
embargo, la teoría del “magnetismo animal” fue totalmente rechaza-
da por Abbé de Faria, un cura portugués (Faria, 1906) y por James
Braid (1843). Faria observó que la susceptibilidad hipnótica no
dependía de ningún poder especial del hipnotizador, sino casi com-
pletamente de la habilidad natural del paciente. Observó también que
la sugestión sólo se requería para inducir a los miembros susceptibles
de la audiencia a un estado sonanbular. En sus ejecuciones tipo
Vaudeville sugería con una voz tranquila pero autoritaria que la per-
HIPNOSIS Y ESTRÉS 77

sona debía “dormirse”. Demostró que no era necesario asumir la exis-


tencia del magnetismo animal y, además, que el estado de trance
podía lograrse a través de la sugestión, estableciendo así las bases de
los procesos típicos de inducción que se adoptan en la actualidad.

Braid
Braid rechazó la idea del magnetismo y desarrolló sus propias teo-
rías sobre el aumento de susceptibilidad y sugestibilidad. En 1843
publicó su obra The Rationale of Nervous Sleep Considered in Relation
with Animal Magnetism, y “de neurohipnología, a través de hipnolo-
gía, se derivó el término hipnosis” (Waxman, 1986, p. 4). Inicialmen-
te, Braid lanzó la idea del estado artificialmente inducido mediante la
fijación ocular sobre un objeto luminoso. Sin embargo, posterior-
mente reconoció que podía obtenerse el mismo resultado mediante
la concentración sostenida en la voz del hipnotizador. En sus últimas
publicaciones, Braid (1846, 1855/1970) abandonó gran parte de sus
teorías fisiológicas iniciales y se dedicó más a los aspectos psicológi-
cos del hipnotismo, demostrando que los fenómenos observados eran
el producto de la imaginación del paciente poderosamente influido
por las sugestiones deliberas o accidentales del terapeuta.

Charcot y Bernheim
En la década de los ochenta del siglo XIX se generó la controver-
sia entre dos escuelas de hipnotismo representadas por Charcot en
Saltpêtrière y Bernheim en la Universidad de Nancy. Bernheim
defendía que la hipnosis era el resultado de la sugestión, e insistía en
que las personas normales podían ser hipnotizadas. Inicialmente
adoptó sus puntos de vista de Lièbault (1823-1903), quien tuvo un
considerable éxito en el tratamiento de pacientes mediante la suges-
tión hipnótica. Sugería con mucha calma a sus pacientes que estaban
preparados para dormirse, y muchos de ellos entraban en el estado de
trance. Una vez en el “trance” les ofrecía sugerencias que serían úti-
les para eliminar sus síntomas. En su opinión las sugerencias hechas
78 HIPNOSIS Y ESTRÉS

eran las que tenían importancia y no los medios para alcanzar el esta-
do hipnótico. El enfoque de Liébault fue probablemente el cambio
más obvio desde la hipnosis negativa a la positiva; el uso de la suges-
tión tranquila activaba el sistema nervioso parasimpático del pacien-
te y producía un estado de trance que era más calmado que histérico
(Shone, 1994).
Berheim (1886/1957) describía la hipnosis como la:

Exaltación de la excitabilidad refleja ideo-motora, que influye sobre


la transformación inconsciente del pensamiento en movimiento,
desconocido a la voluntad… En general, el mecanismo de sugestión
puede ser sintetizado en la siguiente fórmula: aumento del reflejo
ideo-motor, ideo-sensibilidad e ideo-excitabilidad. (p. 138).

Este mismo investigador propuso el concepto de grado de hipno-


sis: un sujeto podía ser leve, moderada o profundamente hipnotizado,
y desarrolló una escala de nueve grados de hipnosis. Para Berheim los
fenómenos de sugestión “no estaban en función del estado magnéti-
co (Mesmer), ni del estado hipnótico (Braid), ni del sueño inducido
(Liébault) sino de ciertas características fisiológicas del cerebro, esti-
muladas en el estado de vigilia” (Hoareau, 1998, p. 63).
Charcot, por su parte, desarrolló una teoría patológica y sugirió
que la hipnosis era una condición patológica de pasividad que pro-
gresaba desde el letargo y la catalepsia hasta el sonambulismo, más
que de actividad aumentada. En 1882, Charcot publicó un documen-
to sobre el hipnotismo en la Academia de las Ciencias, donde ofrecía
una descripción detallada del estado de trance. Este hecho supuso un
cambio radical en la actitud negativa hacia la hipnosis en Francia. En
1884 y 1885, Charcot logró reproducir “artificialmente” parálisis no
orgánicas mediante el uso de la hipnosis. Fue también pionero en el
descubrimiento de los recuerdos inconscientes en sus estudios sobre
amnesia dinámica, en los que mostraba que los recuerdos olvidados
podían recuperarse bajo el estado hipnótico. Las demostraciones de
Charcot en Saltpêtrière ejercieron mucha influencia y motivación en
Freud durante su estancia en Paris. Charcot murió en 1895, tras lo
HIPNOSIS Y ESTRÉS 79

cual la hipnosis fue tratada en Francia con cierto escepticismo, a


excepción del trabajo de investigación de Pierre Janet, quien influyó
considerablemente sobre los investigadores norteamericanos. Janet
contempló el estado hipnótico como una supresión del control per-
sonal conducente a la reducción de la facultad crítica y al aumento de
la probabilidad de la implantación de una sugestión (terapéutica) y su
transformación en acción o creencia.

Freud y Breuer

Freud, quien junto a Joseph Breuer estableció las ideas de la regre-


sión hipnótica y la psicoterapia dinámica, relegó posteriormente la
hipnosis a favor de la nueva escuela de psicoanálisis, un paso que
tuvo un profundo efecto negativo en el desarrollo de la hipnosis.
Sigmund Freud había estudiado inicialmente bajo la dirección de
Charcot y durante la mayor parte de su vida tuvo un gran interés por
la hipnosis. En 1889 cambió de la perspectiva de Charcot a la de la
escuela de Nancy, subrayando el poder de la sugestión frente a la his-
teria, creyendo que los pacientes, bajo los efectos de la hipnosis,
recordaban recuerdos reprimidos en un proceso beneficioso. Se dice
que Freud no era muy buen hipnotizador, y se limitaba a un simple
estilo autoritario para la inducción, y, en 1986, rechazó el ritual de
inducción hipnótica como innecesario y demasiado tendente a
fomentar avances amorosos indeseados en los pacientes. Sin embar-
go, podría decirse que aunque Freud abandonó los enfoques directos
autoritarios para la inducción de la hipnosis, su procedimiento de
permitir que los pacientes se reclinen en un diván y procedan con la
asociación libre podría entenderse como una forma indirecta de
inducción hipnótica. Sustituyó el procedimiento hipnótico por el sim-
ple hecho de colocar su mano sobre la frente de paciente para ayu-
darle a establecer lo que él consideraba que era la relación social
apropiada de dominio del doctor sobre el paciente. Freud describe del
siguiente modo su empleo del modelo de Berheim para acceder al
inconsciente y eliminar los síntomas mediante la sugestión directa:
80 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Este sorprendente e intrusivo experimento me sirvió como modelo.


Decidí comenzar por asumir que mis pacientes sabían todo sobre lo
que tenía un significado patogénico y que sólo era cuestión de obli-
garles a comunicarlo.
De este modo llegué a un punto en el que, tras formular a la
paciente alguna pregunta como: “¿Durante cuánto tiempo has senti-
do este síntoma?” o “¿Cuál fue su origen?”, me encontraba con la res-
puesta “No lo sé realmente”, entonces procedía del siguiente modo.
Colocaba mi palma sobre la frente de la paciente o cogía su cabe-
za entre mis manos y decía: “Vas a pensar en ello bajo la presión de
mi mano. En el momento en que mi presión ceda, vas a ver algo fren-
te a ti o algo surgirá en tu cabeza. Atrápalo. Eso es lo que estamos
buscando. Bien, ¿qué has visto o qué se te ha ocurrido?” (Breuer &
Freud, 1985/1955, p. 110).

A continuación procede explicando su método de presión manual


como una forma de “comunicación que podría reemplazarse por
cualquier otra señal o por algún otro ejercicio que influya físicamen-
te sobre el paciente para una hipnosis ‘momentáneamente’ intensifi-
cada”. Este énfasis en la comunicación, más que en la sugestión, es el
principal cambio de foco de atención de la sugestión hipnoterapéuti-
ca al trabajo hipnoterapéutico (es decir, el uso ideográfico del len-
guaje y la señalización mente-cuerpo) que ha constituido el núcleo de
atención de las tres últimas décadas (Rossi, 1996, p. 184). El concep-
to de trabajo hipnoterapéutico se comenta en detalle en el Capítulo 3.
Durante la primera parte del siglo XX se produjo un declive en el
uso de la hipnosis con fines psiquiátricos. Ellenberger (1970) comen-
ta los cambios culturales, sociales, políticos y científicos que condu-
jeron a este declive en lo que él denomina “la primera psiquiatría
dinámica”. Sin embargo, una gran cantidad de trastornos funciona-
les generados durante la Primera Guerra Mundial ocasionaron una
revitalización temporal del interés por la hipnosis. Brown (1920,
1921) empleó el tipo de regresión freudiano, permitiendo a los solda-
dos revivir sus experiencias en combate bajo la hipnosis e inventó el
término “hipnoanálisis”.
HIPNOSIS Y ESTRÉS 81

La aceptación de la hipnosis en la medicina actual se debe en gran


parte a los esfuerzos de pioneros en el estudio experimental de la hip-
nosis, que se produjeron durante la segunda y tercera décadas del
siglo XX. Los primeros investigadores fueron Clark Hull y su enton-
ces estudiante Milton Erickson. Hull (1933/1968) mantenía que la
hipnosis es un estado de activación –una perspectiva coherente con
los puntos de vista actuales. En la hipnosis clínica se produjo un
movimiento gradual de distanciamiento de las técnicas de inducción
directa. Esto no sólo era evidente en el trabajo de Freud, sino también
en el de Jung (1902/1957) y Perls (Perls, Hefferline & Goodman,
1951). Rossi (1996) comenta:

Vemos cada una de sus principales innovaciones –asociación libre,


imaginación activa e imagen Gestalt– como rituales suaves de induc-
ción que evocan un estado especial de comunicación terapéutica y
expectación que cambia el locus de control desde la autoridad del
terapeuta a la creatividad inherente del paciente. Sin embargo, todos
estos nuevamente renombrados rituales de inducción retienen algo
de las señales reveladoras de la hipnosis naturalista. (p. 191).

Erickson y Rossi; la directiva implícita

Aunque Erickson utilizó muchas variedades de sugestión directa a


lo largo de su carrera, fue pionero en el uso de las sugestiones indi-
rectas para la “utilización del sistema de creencias y recursos internos
propios del paciente” (Erickson & Rossi, 1979, p. 119). Erickson y
Rossi consideraron la “implicación” como la esencia de las dinámicas
de sugestión porque lo importante no es lo que dice el terapeuta sino
lo que el paciente hace con lo que dice el terapeuta. Al formular las
implicaciones psicológicas es importante reconocer que el terapeuta
sólo aporta el estímulo; el receptor crea el aspecto hipnótico de las
implicaciones psicológicas en un nivel inconsciente.
Erickson explicaba que su enfoque era naturalista en el sentido de
que observaba atentamente la conducta natural de sus pacientes y uti-
lizaba continuamente su propio lenguaje, visión del mundo y recursos
82 HIPNOSIS Y ESTRÉS

internos para ayudarles a resolver sus propios problemas a su ma-


nera. A este respecto, un enfoque ericksoniano es estratégico y el
terapeuta es activamente responsable de establecer los objetivos, pla-
nificar el tratamiento y ofrecer las intervenciones destinadas a lograr
tales objetivos. Erickson creía que las personas, en sí mismas, dispo-
nen de todos los recursos necesarios para resolver sus problemas. Sin
embargo, en ciertos contextos son incapaces de acceder a tales recur-
sos, quizá porque no confiaron en la existencia de tal recurso o por-
que la red social no les motivó o no permitió su aparición en un con-
texto particular. Como los recursos se recobran y reasocian mediante
técnicas indirectas, el paciente (y el terapeuta) a menudo no son cons-
cientes de lo que se ha logrado mediante la terapia hasta que no haya
transcurrido cierto tiempo y hasta que la experiencia con las personas
significativas ofrezca la oportunidad de actualizar los cambios.
Milton Erickson murió en 1980, pero dejó un legado de seguido-
res entusiastas, un número considerable de contribuciones al campo
y muchas escuelas de psicología aplicada basadas en sus principios
nucleares de terapia y sugestión estratégica indirecta, y basadas en
procesos inconscientes hipotéticos y formas indirectas de comuni-
cación humana (p.ej, Haley, 1973, 1976; Lankton & Lankton, 1983;
Rossi, 1996).

¿Qué es hipnosis?

Son muchas las definiciones de hipnosis y varían según la pers-


pectiva teórica, pero las dos presentadas en los siguientes párrafos
son representativas de la mayoría de las profesadas en la actualidad:

La hipnosis conlleva habitualmente una introducción al procedi-


miento durante el cual se informa al sujeto que se le presentarán
sugerencias de experiencias imaginativas. La inducción hipnótica es
una sugestión inicial ampliada para el uso de la propia imaginación
y puede contener elaboraciones adicionales de la introducción. El
procedimiento hipnótico se emplea para motivar y evaluar las res-
puestas a las sugestiones. Al emplear la hipnosis, una persona (el su-
HIPNOSIS Y ESTRÉS 83

jeto) es guiada por otra (el hipnotizador) para responder a sugeren-


cias de cambios en la experiencia subjetiva, alteraciones en la per-
cepción, sensación, emoción, pensamiento o conducta. Las personas
también puede aprender a auto-hipnotizarse, que consiste en el acto
de administrarse a sí mismas procedimientos hipnóticos. Si el sujeto
responde a las sugerencias hipnóticas, se dice que se ha inducido la
hipnosis. Muchos opinan que las respuestas y experiencias hipnóti-
cas son características de un estado hipnótico. Unos creen que no es
necesario recurrir al término “hipnosis”como parte de la inducción
hipnótica mientras que otros lo consideran esencial.
Los detalles de los procedimientos y sugerencias hipnóticas varían
dependiendo de los objetivos del profesional y de los fines de la tarea
clínica o investigadora. Entre los procedimientos tradicionales se in-
cluyen las sugerencias para relajarse, aunque la relajación no sea nece-
saria para la hipnosis y se pueda hacer uso de una amplia gama de su-
gerencias, incluso las destinadas a aumentar el estado de alerta. Suge-
rencias que permiten la evaluación del grado de hipnosis comparando
las respuestas a escalas estandarizadas tanto en los contextos clínicos
como en los de investigación. Aunque la mayoría de los individuos son
responsivos a, como mínimo, algunas sugerencias, las puntuaciones
en escalas estandarizas oscilan entre las altas y las insignificantes. Tra-
dicionalmente las puntuaciones se agrupan en las categorías de baja,
media y alta. De mismo modo que con otras medidas positivas de los
contratos psicológicos como la atención o la conciencia, la saliencia de
la evidencia de haber alcanzado la hipnosis aumenta con la puntua-
ción del individuo. (American Psychological Association, 2005).

El término “hipnosis” denota una interacción entre una persona, el


“hipnotizador” y otra persona, el “sujeto o sujetos”. En esta interacción
el hipnotizador trata de influir sobre las percepciones, sentimientos,
pensamientos y conducta de los sujetos pidiéndoles que se concentren
en ideas e imágenes que puedan evocar los efectos pretendidos. Las
comunicaciones verbales que utiliza el hipnotizador para alcanzar
tales efectos se denominan “sugestiones”. Las sugestiones difieren de
los tipos cotidianos de instrucciones en que, a través de ellas, el sujeto
experimenta una respuesta “satisfactoria” como de disponer de la cali-
dad de involuntariedad o falta de esfuerzo. (De Draft BPS Statement
preparado por BSECH, Septiembre 2000; www.ucl.ac.uk/hypnosis).
84 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Spiegel y Spiegel (2004) señalan que “la experiencia hipnótica


auténtica puede definirse como hipnosis formal sólo si es inducida a
sabiendas por el profesional, respondida por el sujeto de un modo
sensible y disciplinado y concluida por la señal del operador” (p. 35).
Cuando alguien es “hipnotizado” entra en un estado de “trance”
que puede ser construido como un estado alterado de la conciencia o
un estado mental especial. Esta “teoría del estado” de la hipnosis está
en contraste con las teorías del no-estado que proponen una explica-
ción más sociocognitiva que psicológica. El lector puede recurrir a
Kirsch y Lynn (1995) para profundizar en el debate de los teóricos del
“estado” y “no-estado”. Los individuos a menudo entran en trance o
en un proceso de trance de forma natural y espontánea cuando ini-
cian actividades que “absorben su atención”, como ver la televisión,
leer un libro, practicar sexo, escuchar música o practicar auto-hipno-
sis. La hipnosis formal anima a sus pacientes a:

• Centrar su atención (p.ej., escuchando la voz del terapeuta)


• No prestar atención al entorno (p.ej., cerrando los ojos)
• Absorberse en alguna actividad, imagen o sentimiento (p.ej.,
imaginando su lugar favorito).

Este proceso suele ser más satisfactorio si los pacientes están


motivados y son cooperativos y si tienen expectativas positivas de
un resultado satisfactorio. Existen también algunos profesionales
que creen que algunas personas, altamente hipnotizables, disponen
de mucha capacidad para entrar en trance, en comparación con los
poco hipnotizables. Por ejemplo, Spiegel y Spiegel (1978) enfocan
la hipnotizabilidad mediante el uso del Perfil de Inducción Hip-
nótica o PIH (al que nos referiremos más adelante en el Capítulo 3)
juntamente con un inventario de personalidad. Estos autores con-
cluyen:

De los datos emergen tres tipos fundamentales de personalidad: los


dionisíacos, los apoloníacos y los odiséacos. Los dionisíacos son
intuitivos, sentidos y confían en los otros; tienden a ser muy hipnoti-
HIPNOSIS Y ESTRÉS 85

zables. Los apoloníacos son lógicos, organizados y prefieren liderar a


seguir. Tienden a ser poco hipnotizables. Los odiséacos fluctúan
entre la acción y la desesperación y son más equilibrados en la dia-
léctica entre el sentimiento y el pensamiento. (p. 96).

Cuando los pacientes se hallan en trance generalmente son más


abiertos a las sugerencias directas aportadas por el terapeuta. Aunque
la mayoría de los “fenómenos hipnóticos” pueden producirse espon-
táneamente y fuera de la hipnosis, las sugerencias tanto en la hete-
rohipnosis como el la auto-hipnosis puede producir los siguientes
efectos:

• Relajación
• Conductas ideomotoras (p.ej., levitación de brazo)
• Conductas ideosensoriales (p.ej., analgesia)
• Amnesia
• Sugestión post-hipnótica
• Regresión
• Conductas alucinatorias

Inherente a los comentarios previos sobre hipnosis está el punto


de vista de que no es el tipo de psicoterapia per se sino un cataliza-
dor el que fomenta otros tipos de terapias y tratamientos mediante
los efectos facilitadores de la sugestibilidad aumentada y los conse-
cuentes fenómenos hipnóticos. Dentro de este enfoque “tradicio-
nal”, los procedimientos y sugerencias hipnóticas diferirán en los
objetivos del profesional y los fines de la tarea clínica o de investi-
gación. Spiegel y Spiegel (2004) afirman: “que la hipnosis en terapia
es también un mito problemático. Evitamos el término hipnotera-
peuta porque en sí misma la hipnosis no es terapia… Puede aumen-
tar la influencia terapéutica, pero en sí misma no constituye un tra-
tamiento” (p. 16).
Oakley, Alden y Degun-Mather (1996, p. 504) enumeran una serie
de propiedades de la hipnosis que son relevantes para la hipnosis clí-
nica:
86 HIPNOSIS Y ESTRÉS

• Sugestibilidad aumentada, por lo menos voluntad aumentada


para aceptar menos críticamente las sugestiones.
• Mayor capacidad para la imaginería y representación de roles,
de modo que los hechos imaginados se experimentan como
reales.
• Mayor acceso a los recuerdos de la infancia, aunque no un
retorno literal a una etapa anterior del desarrollo cognitivo.
• Examen disminuido de la realidad. Una mayor tolerancia a las
incongruencias lógicas –el denominado “trance lógico”.
• Mayor respuesta de relajación, que puede ser aprendida y apli-
cada en las situaciones cotidianas.
• Aumento del rapport.
• Mayor expectancia de un resultado positivo de la terapia.
• Atención más focalizada y capacidad aumentada para desaten-
der a los pensamientos y sentimientos foráneos.
• Una oportunidad para crear, desarrollar y controlar las expe-
riencias disociativas.

Es obvio que estas propiedades aumentarán la labor terapéutica.

El trabajo hipnoterapéutico

Erickson y Rossi (www.ernestrossi.com; erickson-foundation.org)


consideran que el “trance hipnótico” puede ser curativo en sí mismo
y, además, que todas las personas son capaces de alcanzar niveles
apropiados de trance. Rossi (1996) asegura que el trabajo hipnotera-
péutico, facilitado por el uso ideodinámico del lenguaje y de la seña-
lización mente-cuerpo, puede usarse para efectuar cambios psicoso-
máticos en el paciente. El trabajo hipnoterapéutico ofrece un modo
de acceder y facilitar la curación psicobiológica y la creatividad en el
manejo del estrés. Erickson reconocía que los pacientes entrarían en
períodos naturales de curación que duran entre 10 y 20 minutos. Se
refería a estos períodos de curación como “El Trance Cotidiano
HIPNOSIS Y ESTRÉS 87

Común” y sugería que los pacientes podrían utilizar estos períodos


de foco interno para lograr un mejor acceso a sus emociones, intui-
ciones y pensamientos más profundos. Rossi (1996) señala a este res-
pecto:

Nuestro Trance Cotidiano Común parece ser un período en el que la


ventana entre nuestro consiente e inconsciente se abre un poco.
Como la mente interna es la fuente de nuestras intuiciones más pro-
fundas, las personas pueden alcanzar sus insights creativos y expe-
rienciales, sus fantasías y saltos intuitivos durante estos momentos
meditativos. El Trance Cotidiano Común también puede ser un perí-
odo de apertura y vulnerabilidad a las influencias externas; a menu-
do, se aceptan con más facilidad las sugerencias hechas durante este
tiempo. (p. 130).

Erickson denominó a este uso del trance cotidiano común su enfo-


que naturalista o utilitario, porque creía que simplemente ayudaba
a las personas a utilizar sus recursos naturales para resolver sus
propios problemas psicosomáticos durante los períodos ultradianos.
A partir de esto, Rossi, desarrolló una nueva teoría de la hipnosis tera-
péutica y de la auto-hipnosis, así como de la comunicación mente-
cuerpo y la curación. Este autor manifiesta:

El estrés excesivo y crónico causa síntomas distorsionando nuestros


ritmos ultradianos/circadianos normales; la hipnosis puede aminorar
estos síntomas simplemente ofreciendo la oportunidad de que tales
ritmos naturales cuerpo-mente se normalicen. La sugestión hipnóti-
ca puede surtir efecto porque toma el tren y sincroniza nuestros pro-
cesos de descanso, restablecimiento y curación ultradianos y circa-
dianos. El secreto de la transformación desde la enfermedad a la
salud hasta niveles más altos de ejecución y bienestar reside en el
reconocimiento y facilitación de los propios recursos creativos de la
persona durante estas ventanas naturales hacia el foco interno y reju-
venecimiento que se producen periódicamente durante unos 20
minutos cada hora y media aproximadamente a lo largo del día
(Rossi, 1982, p. 24).
88 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Rossi et al. (1995) añaden:

Cuando estamos en nuestro mejor momento fluimos en sincronía


con estos períodos naturales de alza de la excelencia ejecutiva así
como con los períodos naturales de descanso, recuperación y cura-
ción. En situaciones de estrés, los síntomas orgánicos y los proble-
mas psicológicos suelen ser señales de haber forzado los ritmos natu-
rales y habernos alejado de la sincronía con nuestra naturaleza psi-
cobiológica. (p. 6).
Especulamos que en el curso ordinario de la vida cotidiana la
mayoría de las personas tienen un “déficit ultradiano de descanso-
rejuvenecimiento”, es decir, han pasado por alto una o más de las
fases de descanso-rejuvenecimiento natural de veinte minutos del
Ciclo Básico Descanso-Actividad que normalmente experimentamos
cada 90 minutos a lo largo del día. (p. 11).

Erickson utilizó el término “inconsciente” para representar el


núcleo de la persona. Para él, la tarea terapéutica consistía en esta-
blecer las condiciones que fomentaran y facilitaran la aparición de
recursos inconscientes como fuerza positiva. Este autor señala
(1977): “De este modo, uno trata de practicar la hipnoterapia en un
nivel inconsciente pero a fin de que el paciente tenga oportunidad de
transferir tal comprensión e insight a la mente consciente, en la medi-
da de lo necesario” (p. 21).
Un aspecto importante del enfoque ericksoniano consistía en dele-
trear las condiciones para optimizar la sugestión directa e indirecta
haciendo uso del propio sistema de creencias y recursos internos del
paciente (Erickson & Rossi, 1979). Creía que la sugestión hipnótica es
realmente el proceso de evocar y utilizar los propios procesos menta-
les del paciente de formas ajenas a su abanico habitual de control del
ego. Erickson (alrededor de 1950) señala: “La hipnosis no es algún
procedimiento místico sino un empleo sistemático de aprendizajes
experienciales –es decir, los aprendizajes extensivos adquiridos a tra-
vés del proceso mismo de vivir”. En otras palabras, lo importante no
es aquello que dice el terapeuta sino lo que el paciente hace de ello.
Esto se conoce como “la directiva implícita” (Erickson, Rossi & Rossi,
1976; Rossi, Lippencott & Bessette, 1994; Rossi, 1996).
HIPNOSIS Y ESTRÉS 89

La directiva implícita es, por lo tanto, un modo de facilitar un estado


intenso de aprendizaje interno o resolución de problemas. Podemos
suponer que todos los recursos mentales disponibles del sujeto (p.ej.,
recuerdos almacenados, patrones asociativos sensoriales y verbales,
varias formas de aprendizaje previo, etc.) están dirigidos hacia un
estado creativo de aprendizaje o resolución de problemas. (Rossi,
1995a, p. 11).

En la afirmación anterior se entiende que el inconsciente eje-


cuta la sugestión y emite una señal cuando se ha logrado, creando
una conducta ideodinámica (p. ej., movimiento de un dedo o
mano). Posteriormente, Rossi especulaba que la directiva implíci-
ta facilita la síntesis interna de nuevas estructuras proteínicas que
podrían funcionar como la base de una nueva conducta y expe-
riencia fenomenológica en el paciente. La directiva implícita se
convirtió en la piedra angular del enfoque hipnoterapéutico de
Rossi hasta el grado de que la reformuló como una dinámica de
tres etapas, a la que se refería como la “pregunta básica de acceso”,
en la que la “directiva” se convertía en una pregunta. Rossi señala
que esta evolución añadió un grado importante de centración por
parte del paciente así como la activación de sus recursos internos:
“Incluso cuando parece que no ocurre nada, centra la atención del
paciente en los procesos de auto-comunicación y ahorra tiempo
para continuar con los desarrollos terapéuticos futuros” (Rossi,
1995a, p. 12). A continuación se presentan algunos ejemplos (Rossi,
1995a, p. 13):

(i) cuando tu mente interna esté preparada


(ii) para resolver tu problema,
(iii) ¿se moverán esas manos juntamente y por sí mismas?

(i) cuando tu yo interno sea capaz de experimentar,


(ii) todos los recursos, recuerdos y emociones relacionadas con tu
problema,
(iii) ¿bajará completamente una mano por sí misma?
90 HIPNOSIS Y ESTRÉS

(i) cuando tu inconsciente sepa


(ii) que puede continuar con la cura interna, y cuando tu mente
consciente sepa que puede cooperar ayudándote a reorganizar
esos períodos del día en los que necesitas tomarte un descanso
curativo (un descanso de 15-20 minutos),
(iii) ¿descubrirás que te estás despertando?

Rossi cree que la pregunta básica de acceso, en sus diversas for-


mas, puede ser considerada como el sine qua non de la psicoterapia
en general y de la hipnoterapia en particular. Defiende que las actitu-
des positivas asociadas con el mesmerismo (es decir, imaginación,
esperanza y fe) son: “los estados más fácilmente observables asocia-
dos con el trabajo psicológico más profundo de optimizar la comuni-
cación mente-cuerpo y la resolución satisfactoria de problemas que
es la materia principal para la reducción del estrés y la curación en
hipnosis” (1996, p. 120). Este punto de vista reconoce que los proble-
mas emocionales presionan dinámicamente a favor de la resolución
y que esto sólo puede producirse cuando el paciente se encuentra en
un contexto seguro y protegido. Rossi (1996) afirma que:

Una fuente seria de estrés y enfermedad psicosomática puede hallar-


se en el abuso crónico de nuestros ritmos naturales de actuación y
curación… se especula que la mayoría de nuestros enfoques actuales
hacia la curación holística (hipnosis, meditación, imaginería, ritual,
oración, biofeedback, etc.) comparten un denominador común en
facilitar la compleja periodicidad adaptativa de nuestros ritmos cato-
biológicos de ejecución y curación –particularmente la respuesta
ultradiana de 20 minutos que aparentemente desempeña un rol en la
coordinación de los grandes sistemas de auto-regulación mente-cuer-
po cada 90-120 minutos a lo largo del día. (p. 180).

Rossi señala aquí que las sugestiones son facilitadoras de las


experiencias creativas y no un medio de programar, un punto de vis-
ta coherente con la actual perspectiva neurocientífica de la expre-
sión de genes dependiente de la actividad y la neurogénesis en la
HIPNOSIS Y ESTRÉS 91

creación y recreación de la mente, la memoria y la conciencia. Este


punto de vista contrasta con la idea de que la hipnosis es un estado
de pasividad.

Asunciones sobre la hipnosis e hipnoterapia

A lo largo de todo el texto se realizan las siguientes asunciones y


se expresan aquí formalmente porque influyen considerablemente
sobre el modo en que se ejecuta la psicoterapia y sobre el manejo del
estrés. Tales postulados fundamentales están presentes en todas las
psicoterapias, aunque no siempre se manifiesten:

(i) El estado hipnótico o “trance” es natural y ocurre sin la induc-


ción formal del “hipnoterapeuta”.
(ii) Toda hipnosis es auto-hipnosis.
(iii) Los individuos tienen una mente inconsciente que cuenta con
recursos para la curación y la auto-realización.
(iv) El paciente es capaz de participar en el proceso conocido como
“búsqueda inconsciente” para “recuperar” sus recursos incons-
cientes a fin de hallar soluciones para sus problemas.
(v) El estado de trance facilita los procesos internos inconscientes
de curación psicosomática (incluyendo los procesos de expre-
sión de genes y neurogénesis).
(vi) Una búsqueda inconsciente de las dinámicas reprimidas, que
son responsables de apoyar y mantener la sintomatología, es
también posible empleando varios enfoques hipnoanalíticos,
además de estar implícitos en el enfoque hipnoterapéutico de
Rossi.

Las estrategias para el manejo y prevención del estrés sugeridas


en este libro son, en esencia, una integración de los enfoques erick-
sonianos, incluidos los recientes desarrollados por Rossi, y los enfo-
ques más tradicionales. En el enfoque tradicional, la hipnosis suele
92 HIPNOSIS Y ESTRÉS

considerarse como una estrategia secundaria o catalítica que facili-


ta y fomenta una estrategia primaria, como la terapia cognitivo
conductual o la terapia psicodinámica. En este caso el paciente es
más sugestionable (en hipnosis) y, como tal, es más propenso a
aceptar las sugestiones (instrucciones) dadas por el terapeuta. Tam-
bién pueden realizarse sugestiones para facilitar la expresión de
fenómenos hipnóticos relevantes, aunque esto puede producirse
de forma espontánea algunas veces. En un meta-análisis realizado
sobre 18 estudios en los que se comparaba la terapia cognitivo
conductual con la misma terapia complementada por la hipnosis,
se observaba que el hecho de añadir hipnosis fomentaba sustan-
cialmente los resultados del tratamiento (Kirsch, Montgomery &
Sapirstein, 1995). Los efectos parecían particularmente pronuncia-
dos para los tratamientos de obesidad, porque los pacientes trata-
dos con hipnosis seguían perdiendo peso incluso una vez finalizado
el tratamiento.
El enfoque ericksoniano está más orientado al proceso, porque es
el terapeuta quien facilita la auto-exploración y la auto-curación en
los pacientes motivándoles a emplear su propio lenguaje, visión del
mundo y recursos internos para ayudarles a resolver sus propios pro-
blemas a su manera.

Hipnosis y afrontamiento del estrés

Cuando los individuos experimentan estrés, a menudo suele exis-


tir una tendencia inicial a adoptar una actitud estoica, el síndrome
del “no pasa nada”. Esto incluye sentimientos reflejados en las
siguientes frases: “Eso es la vida”, “Podría ser peor”, “Tienes que con-
tinuar con la vida”, “La vida sigue”, “Mira el lado positivo”, etc. Puede
haber ocasiones en las que tal postura estoica ante la vida se cons-
truya como un enfoque constructivo de afrontamiento personal del
estrés.
HIPNOSIS Y ESTRÉS 93

Las intervenciones clínicas, incluidas las que hacen uso de la hip-


nosis, pueden ser útiles para cualquiera de los niveles que se descri-
ben a continuación (ver también Figura 2.4):

• Asistir al paciente a valorar realistamente las dificultades coti-


dianas.
• Ayudar al paciente a reconocer y fomentar las experiencias posi-
tivas y a crear nuevas.
• Afrontar directamente la “respuesta de estrés” usando técnicas
terapéuticas generales como la relajación, el fortalecimiento del
ego, el reencuadre o la reestructuración cognitiva.
• Acceder a recursos de curación inconscientes para la curación
psicosomática y el reencuadre (es decir, el trabajo hipnotera-
péutico de Rossi).
• Afrontar las estrategias inefectivas de manejo asociadas muchas
veces al estrés –por ejemplo, el tabaquismo, consumo de alco-
hol, conductas relacionadas con la alimentación.
• Manejar los efectos a largo plazo del estrés crónico –por ejem-
plo, los problemas psicosomáticos, el alcoholismo, la obesidad,
la calidad de vida disminuida.
• Identificar los estresores (actuales e históricos) y manejarlos
terapéuticamente (“elaboración”, catarsis, reencuadre, reestruc-
turación, terapia de pareja, terapia familiar, etc.).
• Asistir al paciente en la identificación y modificación de facto-
res mediadores como el apoyo social, el ejercicio y los estilos de
manejo.
• Ayudar al paciente a identificar y a cambiar el modo en que
valora los estresores potenciales.
• Ayudar al paciente a ser más asertivo de modo que pueda parti-
cipar en acciones personales, sociales o políticas apropiadas.

Una síntesis útil de los enfoques de la hipnosis para el manejo de


problemas relacionados con estrés puede hallarse en Gravitz y Page
(2002).
94 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Figura 2.4: Intervenciones hipnóticas para problemas


relacionados con el estrés

ESTRESORES HISTÓRICOS TRAUMA GRAVE

Hipnoanálisis (p.ej., puente de afectos, somático, Hipnoanálisis


análisis de sueños, hipnoterapia de Rossi,
regresión).
Reestructuración cognitiva

ESTRESORES COTIDIANOS COMUNES

Utilización de fenómenos hipnóticos


Sugestiones indirectas/ Hipnoterapia de Rossi

Análisis del estilo de vida (dieta, gestión del tiempo,


relaciones, equilibrio trabajo/ocio), concienciación,
resolución de problemas, reestructuración cognitiva.

CONSECUENCIAS SOMÁTICAS-CONDUCTUALES-EMOCIONALES-COGNITIVAS
DEL ESTRÉS

Utilización de fenómenos hipnóticos


Sugestiones indirectas/ Hipnoterapia de Rossi

Auto-hipnosis Fortalecimiento del ego Establecimiento de objetivos


Análisis del estilo de vida Afrontamiento directo de síntomas Planificación de acción
Abreacción silenciosa Métodos de imaginería Reencuadre
Hipnoanálisis

TRASTORNO POR ESTRÉS


POSTRAUMÁTICO

Desensibilización sistemática
Terapia cognitiva
Hipnoanálisis

FOMENTO DE LA CALIDAD DE VIDA


HIPNOSIS Y ESTRÉS 95

Métodos de hipnoterapia

Se ha señalado previamente que algunos profesionales de la hip-


nosis (p.ej., Rossi, 1996) asumen que el paciente cuenta con recursos
internos para el cambio y que se requiere hipnosis para acceder a
tales recursos (creatividad, potencialidad, curación). En consecuen-
cia, la tarea del terapeuta consiste en facilitar este proceso de curación
inconsciente en el paciente usando “el lenguaje de lo inconsciente”;
por ejemplo, usando metáforas, historias, la directiva implícita y la
pregunta básica de acceso, así como enfoques ideodinámicos más
explícitos (Cheek & LeCron, 1968; Erickson & Rossi, 1979; Rossi &
Cheek, 1998; Hawkins, 1994c, 1997c; Rossi, 1995b, 1996).
Los métodos hipnoterapéuticos más frecuentemente utilizados
para el manejo de problemas vinculados al estrés son la relajación, el
fortalecimiento del ego, la sugestión directa e indirecta, la reestruc-
turación cognitiva y el hipnoanálisis. El uso de la relajación es un
método muy sencillo y valioso para el manejo de la ansiedad y del
estrés, que puede enseñarse fácilmente a los pacientes. Son muchos
los enfoques existentes para el establecimiento de la “respuesta de
relajación”, incluida la hipnosis. Estos métodos podrían combinarse
con la relajación progresiva pasiva o el entrenamiento autogénico
(Schultz & Luthe, 1959). Otro procedimiento muy habitual consiste
en pedir al paciente que cree “escenas imaginarias”; por ejemplo, visi-
tar un jardín o un lugar al aire libre que asocie con tranquilidad y paz
(Assagioli, 1965/1975; Singer, 1974). El terapeuta ayuda al paciente a
construir las imágenes haciendo sugerencias que incluyan idealmen-
te todas las modalidades sensoriales (visuales, auditivas, olfativas,
táctiles y kinestésicas).
Cuando el paciente esté en trance, el terapeuta puede aportar
sugestiones terapéuticas relativas a los problemas presentados. Tales
sugestiones pueden ser directas (se puede sugerir que se reduzca o
desaparezca el síntoma) o indirectas (narrar historias, emplear metá-
foras y otras técnicas ericksonianas). El enfoque directo puede ser
muy efectivo para síntomas en los que no exista una dinámica psico-
96 HIPNOSIS Y ESTRÉS

lógica subyacente. En lugar de ser suprimido, el síntoma puede ser


reducido hasta cierto grado, mientras se deja un “residuo” que permi-
ta al paciente recordar que existe cierto grado de daño orgánico que
requiere atención cuidadosa. Éste suele ser el caso del dolor, porque el
alivio total del dolor orgánico podría enmascarar las señales de aten-
ción de procesos enfermizos adicionales. Si la evaluación revela que el
síntoma cuenta con un significado dinámico grave, el síntoma podría
reducirse o sustituirse por un síntoma menos patológico. En algunos
casos, el sentido del síntoma debería ser explorado antes de hacer nin-
gún esfuerzo por modificarlo mediante el manejo directo de síntomas.
Los enfoques psicodinámicos (o hipnoanalíticos) asumen que los
problemas presentados se mantienen dinámicamente a través de ex-
periencias históricas reprimidas o conflictos actuales. A fin de resol-
ver los problemas, el paciente debe acceder a las experiencias repri-
midas para lograr insight (inconsciente) y “elaborar” los sentimientos
asociados a ellas para reevaluar el material conflictivo desde una
perspectiva adulta en el contexto del tiempo presente. Se han descri-
to algunos procedimientos hipnoanalíticos (p. ej., Hartland, 1971;
Rossi & Creek, 1988; Creek, 1994; Hawkins, 1994c; Heap & Aravind,
2001) y se comentarán con detalle en el Capítulo 5.

Auto-hipnosis

Es importante que los pacientes den continuidad a su terapia en


los intervalos entre sesiones. Para ellos es fácil “colocarse en estado
de trance” y disfrutar de los beneficios que se derivan de la relajación
y de la curación. Durante la auto-hipnosis también pueden efectuar
tareas terapéuticas como el pensamiento positivo o el fortalecimien-
to del ego; por ejemplo, imaginar resultados satisfactorios de la tera-
pia. Durante la sesión terapéutica normal se pueden enseñar al
paciente estrategias de auto-hipnosis para una amplia gama de pro-
blemas (Alman & Lambrou, 1997) y muchas de ellas se presentan en
el siguiente capítulo.
HIPNOSIS Y ESTRÉS 97

Un examen detallado de las aplicaciones clínicas de estas estra-


tagemas generales se comentarán a lo largo del libro con respecto al
manejo del estrés y sus consecuencias psicológicas, conductuales y
somáticas.
3 La sesión de hipnosis:
cuestiones clínicas

Permíteme contarte la historia de un maestro japonés a quien visitó


un profesor universitario que deseaba recibir información sobre el
Zen. El maestro sirvió té al visitante, pero siguió sirviéndolo hasta
que la taza estaba llena y rebosante. El profesor observó que se derra-
maba el té y con cierta consternación señaló que la taza estaba llena
y que no cabía más en ella. El maestro replicó que, al igual que la
taza, el profesor estaba repleto de sus propias opiniones y especula-
ciones y que antes de aprender Zen debía vaciar su taza.

La revisión inicial

El terapeuta comienza a determinar si la hipnosis es una moda-


lidad terapéutica adecuada para un paciente específico durante su
primera entrevista. Se requiere mucha cautela con los pacientes que
muestran síntomas suicidas, condiciones psicóticas, deterioro por
alcohol y drogas, trastorno límite de personalidad y otras condi-
ciones que presenten dependencia y labilidad afectiva (Wester, 1984;
Crasilneck & may, 1985), pero esto no implica que la hipnosis no pue-
100 HIPNOSIS Y ESTRÉS

da usarse satisfactoriamente con tales pacientes. En mi experiencia he


tenido resultados muy satisfactorios haciendo uso de la hipnosis con
pacientes esquizofrénicos. Aunque muchos de tales pacientes puedan
beneficiarse del uso directo e indirecto de la hipnosis, el terapeuta
debe decidir el mejor modo de introducir la hipnosis en estos casos. Si
se observa que los síntomas presentados deterioran la implicación ple-
na del paciente en el establecimiento de un contexto hipnoterapéutico
apropiado, el terapeuta puede optar por posponer la hipnosis formal
hasta que el funcionamiento cotidiano sea más estable y se genere una
sólida alianza terapéutica (Phillips & Frederick, 1995). Por supuesto,
esta máxima se aplica con respecto a todos nuestros pacientes.
Es conveniente recordar que la terapia comienza “antes” incluso
de que el paciente se encuentre con el terapeuta, quizá cuando el
paciente telefonea para solicitar una cita (si alguien llama en nombre
del paciente, entonces debería decírsele que es recomendable que
sean los pacientes mismos quienes soliciten la consulta, porque éste
es un compromiso significativo con el proceso terapéutico). Durante
la conversación telefónica, se pueden hacer afirmaciones que expre-
sen esperanza y optimismo, proporcionando al paciente una disposi-
ción mental positiva (es decir, “siembra”). Cuando el paciente acude
a la cita, se puede seguir ofreciéndole afirmaciones positivas durante
la “conversación natural”.
Antes de proceder con la inducción del estado de “trance” es esen-
cial preparar al paciente para la hipnosis y posteriormente ofrecerle
las intervenciones terapéuticas necesarias requeridas para los proble-
mas específicos de él. La preparación conlleva una serie de factores
interrelacionados:

• Gestionar la resistencia.
• Ofrecer al paciente información sobre los procedimientos.
• Aclarar cualquier malentendido relativo a la naturaleza de la
hipnosis.

Esto aumenta la motivación y facilita también la relación pacien-


te-terapeuta. Esta fase puede considerarse como de pre-inducción,
LA SESIÓN DE HIPNOSIS: CUESTIONES CLÍNICAS 101

aunque también pueda considerarse como parte del procedimiento


de inducción. Reduce la probabilidad de que el paciente se resista al
procedimiento y consecuentemente aumenta las posibilidades de éxi-
to. El siguiente estadio es el de la inducción hipnótica, para el cual
existen múltiples técnicas.
Puede ser útil disponer de dos sillas ya colocadas en el despacho
–una para la entrevista pre-hipnótica y otra para la hipnosis misma
(aunque no necesite especificarse que la “hipnosis” se produce en
ambos asientos). Se puede decir al paciente:

Me gustaría que te sientes en este asiento en primer lugar para que


podamos comentar los problemas que estás experimentando, y pue-
da formularte algunas preguntas sobre ellos y explicarte el modo en
que procederemos con el tratamiento… a continuación podrás pre-
guntarme sobre la hipnosis y los enfoques de tratamiento… después
cuando estés preparado te pediré que cambies de asiento,… ése es el
asiento en el que se produce siempre el trance hipnótico… y muchas
personas experimentan un cambio profundo en sus sentimientos
cuando cambian de asiento… pero no entres en un trance más pro-
fundo hasta no estar en el otro asiento.

Se observa el uso de la comunicación indirecta; por ejemplo “no


entres en un trance más profundo hasta no estar en el otro asiento”
implica que el paciente ya se halla en un estado leve de trance.
También se usa un imperativo paradójico “no entres en un trance
más profundo hasta no estar en el otro asiento”, así como el impera-
tivo subsumido “entres en un trance más profundo”. Se establece una
poderosa expectativa relativa a que el trance se va a producir.

Uso de la palabra “hipnosis”

Algunos hipnoterapeutas defienden que con algunos pacientes no


es recomendable el uso de la palabra “hipnosis” a consecuencia de sus
connotaciones negativas. En lugar de esto, emplean términos como
102 HIPNOSIS Y ESTRÉS

relajación o sueño. Es probable que el uso de la palabra “hipnosis” ten-


ga un efecto sobre la conducta así como sobre la experiencia subjetiva.
Que tal influencia sea positiva o negativa dependerá de las expectativas
del paciente, y es prerrogativa del terapeuta establecer un juicio apro-
piado. El comentario que Shakespeare hacía en Romeo y Julieta según
el cual “una rosa con otro nombre olería igual de bien” no se aplica a
la hipnosis porque la eficacia de la “inducción hipnótica” parece
depender de la etiqueta “hipnosis” (Gandhi & Oakley, 2005).

Recoger la historia del caso

Esto es algo más que el mero hecho de descubrir los problemas


que experimenta el paciente, es una parte esencial del proceso tera-
péutico. Ofrecer a los pacientes el tiempo necesario para narrar sus
historias les permite alcanzar una comprensión más profunda y
seguir con el proceso de búsqueda del sentido de sus dificultades.
Esta entrevista también permite crear un clima apropiado para que
se produzca la hipnoterapia. Durante la entrevista, el terapeuta ayu-
da al paciente a desarrollar una sensación de expectación positiva y
esperanza en el proceso terapéutico, que preparará al paciente para
una experiencia hipnótica satisfactoria. Del mismo modo que se for-
mulan las preguntas esperadas durante la recogida del historial, tam-
bién es importante plantear preguntas relevantes para las estrategias
de la hipnosis clínica. Algunas de las mismas se incluyen en el listado
que se presenta a continuación. Sin embargo, debería reconocerse
que no ha existido ningún intento por ofrecer un listado exhaustivo.
La relevancia de las preguntas será evidente en el contexto de los
comentarios del capítulo anterior, así como en los comentarios de las
aplicaciones clínicas que se presentan más adelante en el libro.

• ¿Quién ha derivado al paciente?


• ¿Cuáles son las motivaciones del paciente para solicitar ayuda
por sus síntomas presentes?
LA SESIÓN DE HIPNOSIS: CUESTIONES CLÍNICAS 103

• ¿Se usan sus síntomas/dificultades para lograr otras necesidades?


• ¿Por qué el paciente solicita tratamiento en este momento?
• ¿Cuánto tiempo lleva experimentando el problema?
• ¿Hay situaciones en las que el problema mejora y empeora?
• ¿Si pudiera experimentar una cura “milagrosa”, cómo cambia-
ría su vida?
• ¿Cuenta con un historial que explique el problema? Debería
subrayarse al paciente que ésta es su propia historia personal y
que no tiene por qué basarse en hechos o pruebas absolutas. Las
historias de los pacientes son extremadamente importantes y
pueden proporcionar al terapeuta información importante e
indicaciones para las intervenciones terapéuticas. En este con-
texto debería recordarse que los pacientes siempre saben más
que el terapeuta sobre sus problemas.
• ¿Quién les proporciona apoyo emocional?
• ¿Hay algo que el paciente quiera añadir y que no se haya men-
cionado?

La respuesta a la pregunta “¿Hay situaciones en las que el proble-


ma mejora y empeora?” normalmente suele ser “sí”, y en tales casos
el terapeuta debe responder señalando al paciente que, en conse-
cuencia, cuenta con los recursos que le ayudarán a aliviar el proble-
ma, aunque quizá desconozca cómo hacerlo en este momento. Se
sugiere que el paciente puede hallar estos recursos internos y usarlos
en algún momento futuro. Es útil pedir al paciente que imagine un
momento en el que el problema fue un poco mejor, utilizando para
ello una Escala Visual Análoga (EVA), es decir:

Cuando estás experimentando el problema, ahora que es mucho


mejor (pedirle que imagine el momento en el que esto ocurrió), dime
dónde está el indicador en una escala entre 0 a 10, el 10 sería el pun-
to más incómodo (angustioso) y 0 el más cómodo y relajado.

También se puede pedir al paciente que experimente algún mo-


mento de su vida en el que los síntomas habían empeorado. Esto
104 HIPNOSIS Y ESTRÉS

introduce al paciente en la idea de la regresión, usando su propia ima-


ginación para recordar experiencias y evaluarlas. Por otra parte ofre-
ce al terapeuta un recurso útil para monitorear el progreso de la tera-
pia durante las sesiones o durante el curso del tratamiento. Fomenta
también la sensibilidad del paciente hacia sus propios síntomas, de
modo que pueda apreciar mejor los períodos a lo largo del día en los
que los síntomas amenacen con empeorar y reconocer las mejorías
terapéuticas que puedan motivar y reforzar sus progresos. También
puede ser útil hacer que el paciente produzca el síntoma (es decir,
prescripción del síntoma), porque ello le ayuda a “aprender el modo
de mejorarlo” accediendo a la codificación dependiente del estado de
los problemas mente-cuerpo (Rossi, 1986/1993). A menudo, los pacien-
tes señalarán que los síntomas empeoran en un momento particular
del día, o cuando están cansados, hambrientos o estresados. Esta
periodicidad circadiana del problema suele producirse entre la media
tarde y el crepúsculo (Tsuji & Kobayashi, 1988). Rossi, Lippencott y
Bessette (1995) señalan:

Hacia este momento del día muchas personas han pasado por alto dos
o tres períodos ultradianos de descanso de modo que estas quejas
comunes expresan un síndrome de estrés y déficit ultradiano acumula-
do: “Hacia media tarde estoy reventado”… “Hacia las últimas horas de
trabajo me siento estresado, tenso e irritable”… “Mi adicción empeo-
ra cuando tengo que ir a casa después del colegio y estoy demasiado
cansado para hacer las tareas”… “Justo en el momento de la cena todo
el mundo está irritable y entonces es cuando comienza la discusión”.
Muchos de estos problemas agudos y periódicos pueden aminorarse
si, durante el día, se toman uno o dos descansos ultradianos o si tras
la comida o a media tarde se hecha la siesta. (p. 13).

También debería recogerse información relativa a la naturaleza de


los síntomas y dificultades presentadas, ambiente familiar, historial
médico y de salud (incluido el tratamiento médico presente), situa-
ción laboral y educativa, estilo de vida en la actualidad, intereses per-
sonales y experiencias previas y creencias sobre la terapia y la hipno-
sis. Igualmente debería garantizarse la recogida de información
LA SESIÓN DE HIPNOSIS: CUESTIONES CLÍNICAS 105

sobre las vacaciones favoritas, los animales preferidos, etc.; por-


que puede ser útil durante las actividades de imaginería guiada y tra-
bajo con metáforas.
Durante el proceso de entrevista de evaluación, el terapeuta puede
preferir un estilo de comunicación levemente diferente orientado a
elicitar respuestas inconscientes. Por ejemplo, al entrevistar a un
paciente con dolor lumbar severo y, por tanto, un estilo de vida res-
tringido, sugerí a un paciente:

Déjate cerrar los ojos y retrotraer tu mente a la época anterior a tener


el problema… y experimenta la vida tal y como era entonces… per-
mítete experimentar realmente esa época otra vez, como si estuviera
ocurriendo en este mismo momento… disfruta de ello un poco más…
sabiendo que puedes acceder a estos recuerdos positivos en cualquier
momento que así lo desees.

La simple regresión en el tiempo ofrece una evaluación básica


sobre la responsividad hipnótica y permite también al paciente cono-
cer una experiencia de fortalecimiento del ego a través de un “buen
recuerdo” (comentarios adicionales sobre los métodos de fortaleci-
miento del ego en el próximo capítulo). Yapko (1990a) señala que los
individuos cuentan con habilidades y recursos de los que son com-
pletamente inconscientes porque no los tienen en mente o no acceden
a ellos.
Phillips y Frederick (1995) afirman que:

Estos tipos de exploraciones internas, que pueden producirse en la


primera entrevista, establecen las bases del trabajo extensivo dirigido
hacia el interior a lo largo de todo el curso de la terapia.
…Si el paciente se siente incómodo con este tipo de enfoque, re-
gresa rápidamente a un estadio anterior con respuestas desorientadas
o pierde contacto con la situación terapéutica, el terapeuta ha recibi-
do una información diagnóstica muy importante. El terapeuta puede
suponer que el individuo carece de límites internos para la conten-
ción, de modo que la hipnoterapia deberá proceder cautelosamente,
y sólo tras una cuidadosa preparación. (p. 24).
106 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Mitos sobre la hipnosis

Otro aspecto esencial del proceso de evaluación es el examen de


las creencias y malinterpretaciones del paciente sobre la hipnosis
(Erickson, 1932). Cualquier experiencia previa con un individuo clí-
nico, en un contexto grupal o con entrenamiento en auto-hipnosis,
debería ser examinada, del mismo modo que los siguientes mitos
sobre la hipnosis:

• Que la hipnosis es equivalente a dormir.


• Que el hipnotizador dispone de control total sobre el paciente.
• Que la hipnosis es una experiencia inusual y anormal y, conse-
cuentemente, puede ser peligrosa (Udolf, 1981).
• Que el paciente puede comenzar a hablar espontáneamente y
divulgar información personal y confidencial.
• Que el paciente perderá toda conciencia del entorno y no tendrá
recuerdos de la experiencia hipnótica (Kroger, 1977).
• Que el paciente no será capaz de salir de la experiencia hipnótica.
• Que el paciente puede iniciar conductas extrañas sugeridas por
el hipnoterapeuta.

No parece existir ninguna evidencia que defienda la perspectiva de


que la hipnosis sea peligrosa, aunque las personas desinformadas o
erróneamente dirigidas puedan usar la hipnosis de un modo equivo-
cado. A mi juicio, es constructivo normalizar la hipnosis y los fenó-
menos hipnóticos informando a los pacientes de que muchas con-
ductas de “trance” suelen producirse de forma natural. Por ejemplo:

• ¿Te has sentido alguna vez tan fascinado por un programa te-
levisivo o por un libro que has perdido la sensación del lugar
donde estás o de quién eres?
• En ocasiones las personas se implican tanto en una actividad
que pierden la noción del tiempo.
• ¿Has observado en alguna ocasión que las personas se fascinan
tanto por algo que no responden incluso aunque les hagas una
pregunta?
LA SESIÓN DE HIPNOSIS: CUESTIONES CLÍNICAS 107

• ¿Recuerdas alguna ocasión en la que habías olvidado el nombre


de una persona pero lo recordaste posteriormente?
• Algunas veces una canción particular nos hace recordar una
experiencia pasada.
• A menudo he comprobado que cuando he de tomar una deci-
sión importante, previa a la decisión brota una cantidad consi-
derable de “pros y contras”.
• ¿Te ha ocurrido en alguna ocasión el hecho de acostarte con un
problema en la mente y al despertar por la mañana comprobar
que el problema se había resuelto?
• ¿Has sido consciente de haber asentido con la cabeza cuando te
he preguntado si estabas casado?
• Las personas advierten que su cara enrojece de forma involun-
taria en algunas ocasiones.
• Me pregunto si has experimentado alguna vez un sentimiento de
relajación profunda, tan confortable que te haya costado moverte.
• Algunas veces, cuando las personas están muy relajadas y có-
modas pueden soñar despiertas con pensamientos e imágenes
agradables.
• Incluso cuando las personas duermen su mente inconsciente
está despierta y les permite soñar y resolver problemas, así como
mantener en funcionamiento óptimo sus procesos orgánicos.
• ¿Has advertido que cuando sueñas despierto, respondes inme-
diatamente si alguien menciona tu nombre?
• ¿Has olvidado alguna vez algo, por ejemplo un número de telé-
fono, y después incluso sin pensar en ello el número ha brotado
en tu cabeza?
• Aunque a nuestro alrededor haya sonidos regulares, como el tic-
tac de un reloj, podemos eliminarlos de nuestra mente.
• ¿Recuerdas algún momento en que uno de tus miembros, un
brazo, una pierna, se han dormido?
• ¿Has notado que cuando te diviertes el tiempo pasa rápidamen-
te y cuando te aburres el tiempo transcurre lentamente?
• ¿Has estado a solas y has escuchado la voz de alguien, pero sin
que haya nadie?
108 HIPNOSIS Y ESTRÉS

A fin de ayudar a los pacientes a comprender algunos de los pro-


cesos de hipnoterapia, se les pueden presentar analogías entre el cere-
bro y los ordenadores. Para ello, como es evidente, es necesario tener
certeza de que tienen ciertos conocimientos de cómo funcionan los
ordenadores, y si no fuera así, sería preferible buscar alternativas.
Esto mismo puede ser también útil para intervenciones específicas
(p.ej., problemas de sueño).
Algunos pacientes creen que con la hipnosis “todos sus problemas
se curarán mágicamente”. Aunque sus expectativas y esperanzas no
deberían ser completamente eliminadas, es importante que, en cola-
boración con el terapeuta, el paciente establezca unos objetivos tera-
péuticos realistas y alcanzables.
También es recomendable durante la primera sesión transmitir a
los pacientes que son ellos mismos quienes disponen de los recursos
internos para la resolución creativa de problemas y para la curación
psicosomática. Este punto de vista se ve reforzado cuando ellos mis-
mos reconocen, aunque sea de forma dubitativa, que son responsa-
bles de cambios temporales y modulados en su sintomatología, tal y
como ya afirmaba Rossi (1995a):

El papel principal del terapeuta consiste en “organizar las condicio-


nes” para que el paciente disponga de la oportunidad de aprender a
reconocer y facilitar sus propios procesos creativos ultradianos como
el agente para la resolución de problemas y la curación. La psicote-
rapia se convierte en un proceso educativo experiencial dentro del
cual los pacientes aprenden a optimizar sus propios ritmos naturales
de ejecución. (p. 7).

Durante la primera sesión, o al comienzo de las siguientes sesio-


nes, es tarea del terapeuta cooperar con el paciente en la búsqueda de
problemas y dificultades. Para ello se pueden formular preguntas de
final abierto como:

• ¿Qué está ocasionando estrés en tu vida?


• ¿Realmente qué te está preocupando en este momento?
LA SESIÓN DE HIPNOSIS: CUESTIONES CLÍNICAS 109

• ¿Cuál es la dificultad más importante en tu vida actual?


• ¿Cuál te parece que podría ser el programa idóneo para esta
sesión?

Al formular tales preguntas parece accederse a recuerdos relevan-


tes dependientes del estado sobre el estrés del paciente y éste usa sus
propias preocupaciones mentales para la inducción del trance y para
la curación interna. Rossi señala en este mismo sentido:

Tales preguntas pueden provocar suficiente motivación y activación


emocional para evocar y/o elevar la cascada psicobiológica ultradiana
natural de 90-120 minutos del propio paciente, desde la mente a los
genes que están típicamente implicados en la resolución cotidiana de
problemas así como en las emergencias emocionales, trauma y estrés.

Durante esta fase inicial la principal tarea del paciente consiste en


identificar las dificultades o problemas relacionados con el estrés que
más le presionen. Suele se habitual que el paciente, en este estadio,
experimente curiosidad, esperanza, expectativas y confusión, aunque
también algunas veces se producen experiencias negativas. Sin em-
bargo, la tarea clave del terapeuta en esta fase inicial será ayudar al
paciente a desarrollar una relación cooperadora y de confianza con el
terapeuta a fin de sembrar una sensación de esperanza y expectativas
(es decir, un estado terapéutico de activación emocional) que permi-
ta la continuidad de la terapia.

Capacidad hipnótica

En la investigación experimental sobre hipnosis se han desarrolla-


do diversas escalas de capacidad hipnótica y sugestibilidad (véase
http://socrates.berkeley.edu/~kihlstrm/hypnosis_research.htm). Estas
escalas incluyen el Perfil de Inducción Hipnótica de Spiegel o HIP
(Spiegel & Spiegel, 1978), la Escala Clínica Hipnótica para Adultos de
Stanford (Morgan & Hilgard, 1978a), que también cuenta con una
110 HIPNOSIS Y ESTRÉS

versión para niños (Morgan & Hilgard, 1978b) el PCl-HAP de Pekala


(1995a, 1995b) y la Escala de Sugestibilidad de Barber (Barber, 1969;
Barber & Wilson, 1978). Fellows (1988) ofrece una buena revisión de
las diversas escalas. Sin embargo, hay bastante controversia sobre
el valor clínico de las escalas de hipnotizabilidad. Hilgard (1982)
manifiesta que alguna forma de evaluación es esencial si el terapeuta
tiene que adaptar la psicoterapia hipnótica al paciente individual.
Esta autora afirma que:

La elección radica entre el juicio clínico de la responsibidad y la


medición. Aunque la medición sea deseable, debe procederse con
mucha cautela en la selección del instrumento de medida apropiado,
porque una escala eficiente debe basarse en consideraciones psico-
métricas razonables y evitar las ilusiones inherentes a la intuición clí-
nica. (p. 394).

Por otra parte, Waxman (1981) defiende que las pruebas de hip-
notizabilidad no son ni necesarias ni deseables, y que la mejor prue-
ba es: “La evaluación, el instinto y la experiencia del profesional, su
decisión positiva para emplear la hipnosis y la cooperación y moti-
vación del paciente” (p. 73). Sin embargo, como señalan Gibson y
Heap (1991): “Independientemente de que se administren escalas
formales de medición, todos los profesionales saldrán beneficiados
de familiarizarse con los detalles de diversas escalas y de la adqui-
sición de práctica para su administración” (p. 38). Con referencia a
esta cuestión, Oakley, Alden y Degun-Mather (1996) afirman lo
siguiente:

Las diferencias individuales en la hipnotizabilidad tienen importan-


cia clínica potencial por dos razones. En primer lugar porque se pue-
de esperar que sólo los clientes que se encuentren por encima de un
cierto nivel de susceptibilidad hipnótica puedan beneficiarse de las
intervenciones hipnóticas y, en segundo, porque la hipnotizabilidad
puede ser significativa desde el punto de vista etiológico en algunos
problemas psicológicos clínicos… Incluso si se pudiera establecer
una fuerte relación positiva entre la susceptibilidad y el resultado,
LA SESIÓN DE HIPNOSIS: CUESTIONES CLÍNICAS 111

podría defenderse aún que si la hipnosis es un elemento adjunto efec-


tivo a la terapia establecida, incluso el paciente menos susceptible a
ser hipnotizado seguiría beneficiándose del tratamiento subyacente,
los pacientes que sean algo más susceptibles obtendrían algo más y
así sucesivamente. (p. 503).

Heap, Brown y Oakley (2004) han comentado recientemente las


cuestiones claves relativas a individuos altamente hipnotizables.
En la práctica, son pocos los clínicos que emplean tales instru-
mentos porque en la actualidad se asume que incluso los pacientes
con muy poca capacidad pueden beneficiarse de la hipnosis recu-
rriendo a las capacidades imaginativas de que disponen, y particular-
mente a las “habilidades” para la producción de fenómenos hipnóti-
cos específicos. En contraste con este punto de vista se encuentra el
que sugiere que la prueba de capacidad es un instrumento formal
importante para ser usado en la fase inicial de la terapia. Spiegel
defiende la necesidad de que el profesional disponga de un perfil
diagnóstico del paciente para determinar el enfoque terapéutico más
efectivo. Instrumentos como el HIP presentan los procedimientos
hipnóticos a los pacientes y les ayudan también a desarrollar una
relación de confianza entre el terapeuta y el paciente, y al mismo
tiempo aportan información diagnóstica de gran valor. El HIP sirve
también a otro fin importante, el de satisfacer las expectativas del
paciente con respecto al “examen diagnóstico”, que va en consonan-
cia con los empleados en contextos médicos, más convencionales, y,
en consecuencia, puede aumentar la probabilidad de la transferencia
positiva (arcaica).
En este mismo orden, si el terapeuta es consciente de la capaci-
dad del paciente y de la naturaleza de las respuestas disponibles,
incluso cuando el instrumento no se administre de forma rigurosa y
puntuada, es posible optimizar la ejecución de los ejercicios de auto-
hipnosis grabándolos en una cinta para que el paciente los ponga en
práctica en el intervalo entre sesiones (Gibson & Heap, 1991, p. 37).
Un terapeuta competente que conozca el nivel de susceptibilidad de
112 HIPNOSIS Y ESTRÉS

un paciente, incluso si éste es bastante bajo, adaptará el programa


de terapia al caso individual. Por ejemplo, Spiegel y Spiegel (2004)
abogan por el uso de diferentes técnicas para el control del dolor
según diferentes niveles de hipnotizabilidad. A los pacientes alta-
mente hipnotizables se les enseña auto-hipnosis para sugerirles
directamente la insensibilización o disociación corporal, a los suje-
tos intermedios se les enseñan técnicas de fantasía o alteración sen-
sorial y a los sujetos poco hipnotizables se les anima a emplear téc-
nicas de distracción. Hay algunas pruebas sobre la correlación exis-
tente entre la habilidad hipnótica y ciertos trastornos psicológicos,
como los trastornos alimentarios (Covino, Jimerson, Wolfe, Franko
& Frankel, 1994; Everill & Waller, 1995; Wybraniec & Oakley, 1996).
La cuestión clínica importante es si un individuo que no responda
bien a la evaluación hipnótica estandarizada puede ser responsivo a
enfoques hipnóticos más flexibles usados en el contexto interpersonal
de una alianza terapéutica en desarrollo. Desde una perspectiva erick-
soniana (Erickson, 1952a; Gilligan, 1987), se considera que cada indi-
viduo dispone de la capacidad para responder experiencialmente
dentro de la relación hipnótica (es decir, todos los individuos norma-
les pueden ser hipnotizados), por lo tanto la tarea del hipnoterapeuta
se convierte en identificar y crear un contexto favorable para el desa-
rrollo hipnótico.

El perfil de inducción hipnótica y la escala de imaginación


creativa

A continuación se presentan dos ejemplos de procedimientos de


evaluación estandarizados, el HIP (Spiegel & Spiegel, 1978; Spiegel,
Greenleaf & Spiegel, 2000) y la Escala de Imaginación Creativa
(Barber & Wilson, 1978). El HIP incluye instrucciones para producir
una sensación de levedad o ligereza en el brazo y la mano, con prue-
bas de respuesta a esta instrucción. La respuesta se caracteriza por
LA SESIÓN DE HIPNOSIS: CUESTIONES CLÍNICAS 113

la disociación, la elevación de la mano tras ser reclinada, la involun-


tariedad, la respuesta a la señal de apagado y la sensación alterada.
Spiegel y Spiegel (2004) defienden que la conversión de la inducción
hipnótica en una prueba de capacidad hipnótica transforma el
encuentro inicial:

• eliminando del profesional la presión de hipnotizar satisfacto-


riamente al sujeto y
• reduciendo las experiencias del paciente que lo conducirían a
cumplir con los deseos del terapeuta en lugar de explorar y des-
cubrir sus propias capacidades hipnóticas.

Guión 1- El Perfil de Inducción Hipnótica (HIP) (adaptado de Spiegel y


Spiegel, 1978, pp. 35-78)

De igual modo que los restantes guiones presentados en este libro,


no es necesario seguir literalmente la prescripción. La misma se
adaptará a las necesidades del paciente, sin dejar de prestar atención
al tono de voz que se emplee y al ritmo de presentación.
Este guión es una adaptación considerablemente abreviada del
modelo original que fue elaborado por Spiegel y Spiegel. El procedi-
miento y los fenómenos esperados se explican al paciente antes de
proceder con el mismo.

En primer lugar, permite que tus pies descansen cómodamente asen-


tados sobre el suelo, al tiempo que empiezas a ser consciente de tu
respiración… dejando que el flujo de aire entre por tu nariz y baje
hasta tus pulmones (N.B. esto debería coincidir con lo que realmente
esté haciendo el paciente en ese momento)… y de vuelta hacia fuera
otra vez… permitiendo que toda la incomodidad de tu cuerpo fluya
mientras exhalas… y la siguiente vez que inhalas, dirige tus ojos
hacia arriba como si estuvieras mirando a algo que se encuentra en
la cumbre de tu cabeza (a esto se denomina El Método de Inducción
mediante el giro de los Ojos de Spiegel –se instruye al paciente en este
procedimiento con anterioridad al desarrollo del ejercicio)… y mientras
114 HIPNOSIS Y ESTRÉS

exhalas cierra tus párpados hasta el punto en el que sientas que ya no


funcionan… dejando que el sentimiento de relajación se extienda
hasta las puntas de los dedos de tus pies… dejando que tu cuerpo flo-
te… y mientras disfrutas esa sensación de flotación pronto advertirás
alguna sensación en uno de tus dedos… quizá de la mano derecha…
quizá de la mano izquierda… puedes advertirla inicialmente en la
yema del dedo, mientras esperas que suceda… de por sí, no necesi-
tas hacer nada para que suceda… y cuando lo percibas permite que
esa sensación se expanda al resto de tu mano y que progresivamente
sea más y más ligera… distanciándose lentamente y sin esfuerzo de
tu pierna… subiendo más y más a medida que se hace más y más
ligera… imagina que tu mano está atada a un bello globo de colores
que tira gentilmente de tu mano hacia el aire… disfrutando de esa
agradable sensación. En un momento, cuando cuente hasta seis,
quiero que abras los ojos y mires a tu mano, manteniendo la sensa-
ción que tienes en este mismo momento… y cuando mires a tu mano
podrás notar que tu mano es aún más ligera y que es atraída hacia
tus ojos (entonces se ejecuta este procedimiento). Ahora cierra de nue-
vo tus ojos y relájate el doble de lo que estás ahora… y en un momen-
to cuando cuente hasta seis puedes abrir los ojos manteniendo la sen-
saciones que tienes en este instante hasta que te dé la señal tocándo-
te el codo (el terapeuta toca el codo del paciente –ésta es una sugestión
post-hipnótica) y en ese momento recuperarás las sensaciones nor-
males (y se ejecuta este procedimiento).

Cuando el paciente abre sus ojos, y previo a presentar la sugestión


post-hipnótica, se le pide que describa las diferencias entre su brazo
y mano izquierda y su brazo y mano derecha con respecto a la tem-
peratura, grado de control, entumecimiento, y demás diferencial de
repuesta. A lo largo del procedimiento el terapeuta observa muy de
cerca la conducta del paciente, porque esto proporciona una infor-
mación significativa. Debería señalarse también que durante esta eva-
luación inicial, el clínico está “hipnotizando” al paciente. Con fre-
cuencia recurro a este enfoque para enseñar al paciente un método de
auto-hipnosis (véase Guión 7).
LA SESIÓN DE HIPNOSIS: CUESTIONES CLÍNICAS 115

Guión 2 – La Escala de Imaginación Creativa (adaptada de Barber &


Wilson, 1978, p. 85).

La escala consiste en 10 apartados discretos que se leen al pacien-


te mientras éste permanece relajado en un sillón con los ojos cerra-
dos e imagina las escenas descritas. No hay ninguna inducción hip-
nótica, aunque imaginar las escenas es una forma de inducción (ima-
ginación activa). Se explica al paciente que la finalidad de esta prue-
ba es determinar cuáles son las cosas que más fácilmente puede ima-
ginar. Debería señalarse que éste no es el guión completo y que el
guión original tiene estrictamente controlada la temporalización.

1. Mantén tu brazo izquierdo en posición horizontal con la palma


de la mano hacia arriba… imagina que sobre tu mano se colo-
ca uno… dos… y después tres libros pesados. (El terapeuta debe-
ría advertir los movimientos que se produzcan en la mano y en el
brazo).
2. Mantén tu brazo derecho en posición horizontal con la palma
de la mano mirando hacia abajo… ahora imagina que un fuer-
te chorro de agua que sale de la manguera del jardín presiona
sobre la palma de tu mano derecha hacia arriba…
3. Imagina que te inyectan un anestésico en tu mano izquierda…
tu mano empieza a entumecerse… deja que suceda… no nece-
sitas hacer nada…
4. Imagina que estás subiendo a una montaña y que estás sintien-
do calor y sed… experimenta las sensaciones mientras bebes
una taza de agua fresca… ¿Qué sientes en este momento?
5. Imagina que estás pelando y comiendo una naranja… experi-
mentando todas las sensaciones vinculadas a esto… el olor, el
sabor, la textura…
6. Imagina que estás escuchando una música muy intensa y exci-
tante… lo imaginas en este momento y experimentas todas las
sensaciones y sentimientos que tienes…
7. Imagina que tu mano derecha se expone a un sol templado y
agradable y adviertes que tu mano absorbe ese calor… se calien-
116 HIPNOSIS Y ESTRÉS

ta y la sientes cómoda… la sientes de forma idónea para poder


disfrutar tú mismo…
8. Mediante el control de tu pensamiento puedes lograr que el
tiempo enlentezca … hay mucho tiempo… entre cada … segun-
do cuando se e-s-t-i-r-a el tiempo… más despacio… y más des-
pacio. (El terapeuta debería reducir la velocidad de su discurso a
medida que desarrolla este ítem).
9. Imagina que estás de nuevo en la escuela primaria… observas al
maestro en el aula… al niño o niña a tu lado… frente a ti… los
sonidos… incluso puedes saber los nombres de algunos alum-
nos…
10. Estás tumbado en una playa en un día veraniego y agradable…
sientes cómodamente la relajación y el calor… dejando que el
calor bañe todas las partes de tu cuerpo… cálido, relajado y
cómodo…

La experiencia del paciente puede valorarse formalmente o tam-


bién puede adquirirse información clínica relevante mediante la
observación y el cuestionamiento. Un indicativo de la habilidad ge-
neral del paciente para la imaginación es su respuesta a las suges-
tiones así como también su estilo de respuesta en cada una de las
modalidades sensoriales. Esto puede ser de ayuda para el terapeuta
al decidir sobre los enfoques de inducción y las estrategias de tra-
tamiento.
Esta escala además de aportar información sobre la susceptibilidad
hipnótica también puede servir para enseñar a los pacientes cómo res-
ponder ante las sugestiones hipnóticas (Golden, Dowd & Friedberg,
1987; Phillips & Frederick, 1995, pp. 45-60), porque tal entrenamien-
to se ha demostrado efectivo en el aumento de la responsividad hip-
nótica (p.ej., véase Diamond, 1974, 1977; Katz, 1979). En el entrena-
miento en las habilidades hipnóticas se subraya el auto-control, y los
pacientes tienen experiencias similares a la auto-hipnosis antes de
experimentar la heterohipnosis. Golden et al., (1987) defienden que
bajo estas condiciones:
LA SESIÓN DE HIPNOSIS: CUESTIONES CLÍNICAS 117

Los pacientes son más propensos a desarrollar expectativas más rea-


listas que mágicas sobre la hipnosis. Ven que la hipnosis requiere su
cooperación y participación y que se produce bajo su control. Como
consecuencia del entrenamiento en habilidades, son más tendentes a
generar un locus interno de control y a atribuirse el éxito a sí mismos
en lugar de atribuirlo al hipnotizador o a los “poderes de la hipno-
sis”… casi todos los individuos pueden aprender a convertirse en
sujetos idóneos con entrenamiento en habilidades, aunque es posible
que no puedan experimentar todos los fenómenos hipnóticos. (p. 14).

Phillips y Frederick (1995, pp. 45-6) comentan multitud de estra-


tegias de “tratamiento” útiles, desarrolladas por diferentes profesio-
nales, para iniciar a los pacientes en la hipnosis formal (Jencks, 1984;
Wester & Smith, 1984; Wright & Wright, 1987; Yapko, 1990a; Alman
& Lambrou, 1997). Entre ellas se encuentran las siguientes:

• Relajación activa y pasiva.


• Cerramiento cómodo de ojos.
• Desarrollo de un foco interno.
• Habilidad para profundizar en un trance ligero de un modo
seguro y confortable.
• Respuestas cómodas a las sugestiones de imaginería.
• Respuestas cómodas a otras sugestiones sensoriales, especial-
mente las kinestésicas y auditivas.
• Habilidad para iniciar y detener a voluntad las experiencias
internas.
• Señalización ideomotora/ideosensorial (comentada en detalle
en el Capítulo 5).
• Vinculación afecto/somática (una técnica regresiva para cen-
trarse en experiencias positivas).
• Reorientación en el despacho o en el medio externo al finalizar
la inducción formal.

La práctica de estas experiencias permite al paciente desarrollar


cierta sensación de dominio y auto-control y, con énfasis en el fortale-
cimiento del ego, sirve para proporcionarle confianza y ayudarle a
118 HIPNOSIS Y ESTRÉS

superar cualquier resistencia inicial a implicarse en el proceso tera-


péutico. El foco de atención se encuentra en ayudar al paciente a lograr
comodidad y control, a iniciar y detener a voluntad las experiencias
internas y a lograr la sensación de estabilidad y seguridad internas. La
adopción de estos enfoques facilita también el establecimiento de la
relación terapéutica entre el terapeuta y el paciente, un componente
fundamental para que se genere la “alianza terapéutica”.

Hipnotizar al paciente

Previo a explorar algunos métodos específicos se examinará con


mayor profundidad la importancia de la relación entre el terapeuta y el
paciente dentro del contexto hipnoterapéutico general. Erickson creía
que uno de los aspectos más importantes de la hipnoterapia efectiva
eran los mismos terapeutas. Sintetiza esta idea del siguiente modo:

Una técnica de inducción no es una serie de palabras, frases, párra-


fos, ni tampoco es sólo una cuestión de sugestiones, entonaciones,
inflexiones, pausas y dudas. Una técnica de inducción es simple y, al
mismo tiempo, complejamente una cuestión de comunicación de ide-
as, de comprensión y de actitudes por parte del doctor a su paciente.
(1962, p. 1)

Erickson menciona diversas cuestiones en relación a lo que el hip-


notizador debería comunicar al paciente a fin de desarrollar un buen
clima para la inducción. Entre las que se encuentran:

• Ser consciente de que los pacientes solicitan ayuda porque no


pueden comprender o no pueden ayudarse a sí mismos a resol-
ver sus problemas, y creen que el terapeuta puede hacerlo.
• La necesidad de estar continuamente alerta ante las propias nece-
sidades de los pacientes para poder comunicarse de algún modo
–por ejemplo, mediante la verbalización, la expresión facial, ges-
ticulando, algo que consideran importante tanto para sí mismos
como para el terapeuta.
LA SESIÓN DE HIPNOSIS: CUESTIONES CLÍNICAS 119

• Los terapeutas deben ser conscientes de sus propias habilida-


des, conocimiento y destrezas, y transmitir una sensación de
confianza y respeto hacia uno mismo, y reconocer que están
bien preparados y son competentes para manejar la situación.
• El terapeuta debería disponer de un conocimiento profundo de
la hipnosis como experiencia común a cualquier persona.

En las afirmaciones anteriores están implícitas cuestiones relati-


vas a la formación y preparación apropiadas para la práctica de la
psicoterapia, así como la necesidad del desarrollo personal y la for-
mación profesional continuas.
Los métodos de inducción podrían dividirse en dos amplias cate-
gorías: métodos directos “formales” de inducción y métodos indirec-
tos “naturalistas”. Sin embargo, debería subrayarse que estos enfo-
ques no son discretos y ambos pueden integrarse perfectamente en el
trabajo clínico.

Métodos de inducción directos

Según Hilgard y LeBaron (1984a), los principales componentes


del proceso de inducción de la hipnosis son tres:

• Relajación (sugestiones de relajación, paz, calma, etc.)


• Imaginación (uso de la imaginería guiada, p.ej., lugar favorito,
escenas agradables).
• Representación (p.ej., fijación ocular, levitación de la mano).

En muchos de los guiones que se presentan a continuación se


incluyen más de uno de estos componentes.
Las técnicas de inducción directa suelen conllevar que los pa-
cientes fijen su atención. A medida que se concentran y que reducen
su área de atención, se produce consecuentemente una limitación
de la conciencia periférica y, a su vez, el bloqueo de la facultad crí-
tica. Los enfoques comunes de fijación ocular incluyen la focaliza-
120 HIPNOSIS Y ESTRÉS

ción en un objeto (p.ej., la punta de un bolígrafo, un punto en la


pared o una moneda). Otras alternativas de fijación de la atención
incluyen: imaginación y visualización, levitación de la mano, relaja-
ción y todas las formas de experiencia interior sensorial, perceptual
o emocional incluida la focalización en el síntoma (p.ej., dolor, des-
cripción del problema), escucha de relatos absorbentes, motivado-
res y fascinantes.
Las técnicas tradicionales son muy numerosas y se recomienda al
lector recurrir a Heap y Aravind (2001) si desea obtener una descrip-
ción comprensiva de tales métodos. Es conveniente reconocer que las
técnicas de focalización descritas previamente ocurren de forma
“natural” –por ejemplo, cuando nos absorbe la lectura de un libro o
una película interesante.
En el método de inducción formal también se pueden introducir
técnicas indirectas; por ejemplo, se pueden presentar algunas suges-
tiones haciendo cambios en la tonalidad de voz o en el énfasis.
Ejemplos de tales sugestiones indirectas se subrayan en el siguiente
guión para la “focalización de la atención”.

Guión 3 – Fijación ocular con distracción (contar hacia atrás)

En primer lugar se informa al paciente sobre lo que hará y sobre


lo que esperamos que él haga.

En breve voy a pedirte que localices algo (por ejemplo, un objeto o par-
te de un objeto) que se encuentre levemente por encima del nivel de
tus ojos, de modo que tengas que dirigir la vista hacia arriba para
poder mirarlo. Quiero que te fijes en él, y que al mismo tiempo cuen-
tes hacia atrás de tres en tres a partir de 300. Cuando se cierren tus
ojos debes dejar de contar. Mientras tú estés haciendo esto yo te voy
a hablar sobre relajación. Me estarás escuchando, pero ello no inter-
ferirá con tu tarea. ¿Tienes alguna duda? Bien, comencemos.
Fíjate en el punto y comienza a contar hacia atrás… Tus pies co-
mienzan a sentirse calientes y pesados y relajados mientras tú conti-
núas respirando lentamente y sin ningún esfuerzo… en cada exhala-
LA SESIÓN DE HIPNOSIS: CUESTIONES CLÍNICAS 121

ción tus pies se sienten más calientes y pesados… permitiendo que el


calor y el peso se extiendan hacia tus piernas, masajeando y elimina-
do toda la tensión residual… no necesitas hacer nada para que eso
ocurra… suele ocurrir sin ningún esfuerzo, de por sí… tus piernas se
sienten calientes y pesadas y totalmente relajadas a medida que estas
sensaciones avanzan hacia los muslos, permitiendo que éstos tam-
bién se sientan calientes, pesados y relajados. (Estas sugestiones con-
tinúan hasta mencionar todas las áreas del cuerpo –abdomen, pecho,
brazos, manos, cara y, en último lugar, los párpados. Es muy probable
que en algún momento anterior de la relajación progresiva el paciente
comience a experimentar pesadez y relajación en sus párpados, es decir,
que comience a parpadear y esto también puede mostrar un “pestañeo”
cataléptico. Cuando ocurra esto se le puede sugerir que cierre los ojos).
Y la siguiente vez que se cierren tus ojos deja que permanezcan cerra-
dos y descubrirás que esa experiencia es muy relajante y agradable…
permitiendo que la sensación de relajación fluya hasta las yemas de
los dedos de tus pies, dejando simplemente que tu cuerpo flote.

Cuando se ha alcanzado este estado el terapeuta puede proceder


con una técnica más formal de fortalecimiento del ego (véanse los
guiones del Capítulo 4) o con cualquier intervención que sea apro-
piada en ese momento.

Guión 4 – Fijación ocular con relajación progresiva activa

Se comienza del mismo modo que con la fijación ocular con dis-
tracción. En esta inducción, sin embargo, no se pide al paciente que
ejecute la tarea de distracción, la cuenta atrás. En lugar de eso el
paciente participa de forma activa en la relajación progresiva.

Fíjate en un punto que hayas escogido y a continuación concentra tu


atención en los pies advirtiendo las sensaciones que experimentas
ahí… dejando que tus pies se sientan cálidos, pesados y relajados…

Se sigue el mismo procedimiento que en el Guión 3 hasta que el


paciente cierre los ojos.
122 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Guión 5 – Levitación de brazo y mano (movimientos ideodinámicos)

Una vez más se informa al paciente sobre lo que hará y sobre lo


que puede esperar que ocurra.

Te limitas a fijarte en tu mano y, antes o después, advertirás una


sensación, quizá en la yema de uno de tus dedos, quizá antes de lo
esperado… esperas que ocurra y entonces... percibes esta experien-
cia… y puedes estar preguntándote en qué dedo o en qué mano se
va a producir esta sensación y cuando realmente se produzca puede
sorprenderte… y quizá logres disfrutar al percibir estos cambios…
y cuando ocurran, deja que esas sensaciones se conviertan en movi-
miento de modo que tu dedo, para tu sorpresa, se alce desde donde
descansa ahora… (tan pronto como advirtamos esto, se comenta y se
toca el dedo ligera y brevemente)… y esas sensaciones y movimientos
pueden fluir al resto de la mano de modo que la mano y el ante-
brazo completos se aligeren, son tan ligeros como una pluma, y sin
esfuerzo alguno, por sí mismos, pueden comenzar a flotar en el
aire, no necesitas hacer nada para que esto ocurra… y me pre-
gunto si disfrutarás al percibir cuán natural, fácil y relajante es esta
experiencia a medida que tu mano flota en dirección hacia tus
ojos… y mientras suceda, puede sorprenderte sentir que tus párpa-
dos son cada vez más pesados y están relajados… y ya comienzan a
cerrarse.

Cuando observemos que los pacientes comienzan a parpadear y a


cerrar los ojos, se les puede sugerir que los cierren. Para ello se pue-
den usar las siguientes palabras:

…y ahora puedes cerrar los ojos y permanecer así, disfrutando de


esta experiencia cómoda y relajante.

o
…y ahora puedes cerrar los ojos y permanecer así. ¿Disfrutas de esta
experiencia cómoda y agradable?

Esto mismo puede hacerse, alternativamente, de forma no verbal


pasado levemente dos dedos sobre los párpados del paciente. La expe-
LA SESIÓN DE HIPNOSIS: CUESTIONES CLÍNICAS 123

riencia me dice que esta técnica siempre funciona satisfactoriamen-


te. Una vez cerrados los ojos, el terapeuta puede proceder con la inter-
vención apropiada.

Métodos de inducción indirectos

Los métodos “naturalistas” (o las “técnicas ericksonianas”) son


informales porque no conllevan una inducción aparente, como es
habitual en los procedimientos más formales que acabamos de des-
cribir. Erickson (1958a) definía del siguiente modo el enfoque natu-
ralista:

La aceptación y utilización de la situación hallada sin esforzarse por


reestructurarla psicológicamente. Al hacerlo de este modo, la con-
ducta presente del paciente se convierte en un recurso definitivo y
una parte real para la inducción del trance, y no en un posible obs-
táculo. (p. 3).
La adaptación de las técnicas hipnóticas a los pacientes indivi-
duales y a sus necesidades conduce inmediata y fácilmente a resulta-
dos terapéuticos efectivos. (p. 11).

Como el enfoque es natural y el paciente no es plenamente cons-


ciente de lo que ocurre, no puede oponer resistencia, como podría
ocurrir cuando se emplean técnicas más directas. Por lo tanto, dado
que el proceso es natural, cualquier crítica con respecto a los proce-
dimientos éticos no puede ser discutida lógicamente. Es evidente que
el paciente participa en una relación terapéutica colaboradora y que
ha acordado cooperar en el proceso de hipnoterapia.
En el enfoque ericksoniano de la hipnosis, la inducción hipnóti-
ca se logra mediante la utilización de las asociaciones personales y
tendencias de respuesta naturales del propio paciente (es decir, sus
aprendizajes experienciales), en lugar de confiar en procedimientos
de inducción hipnótica estandarizados. Todas las personas cuentan
con una gran cantidad de aprendizajes y condicionamientos psico-
124 HIPNOSIS Y ESTRÉS

lógicos y somáticos no reconocidos, y es en el uso inteligente de


éstos en lo que radica el uso efectivo de la hipnosis. Erickson creía
que la finalidad de la inducción clínica era focalizar la atención en
el interior y, por tanto, debilitar las series cotidianas conscientes de
la persona. Los pacientes se implican y absorben cada vez más en
este proceso a medida que comienzan a sentirse fascinados por las
historias, imágenes, paradojas y experiencias. En consecuencia,
muchas veces se producen fenómenos hipnóticos espontáneos (p.ej.,
disociación, regresión, catalepsia, amnesia, etc.) (Erickson & Rossi,
1976a).
Los enfoques que empleó Erickson para despotenciar la concien-
cia se entremezclan con los procesos de inducción y sugestión y son
difíciles de distinguir. Es importante reconocer que Erickson siempre
aceptó la realidad inmediata y los marcos de referencia del paciente,
creando así una fuerte alianza con los tan diferentes, y a menudo con-
tradictorios, apartados del paciente.
La mayoría de los enfoques indirectos han sido comentados en la
publicación de Erickson y Rossi (1976a), donde se presentan las
microdinámicas de la inducción y la sugestión (es decir, fijación de la
atención, despotenciación de las series conscientes, búsqueda incons-
ciente, procesos inconscientes y respuesta hipnótica). Como el trance
no garantiza la aceptación de la sugestión, suelen requerirse formas
de comunicación indirectas para: “evocar, movilizar y activar los pro-
cesos asociativos del paciente y sus destrezas mentales en determina-
das direcciones a fin de alcanzar ciertos objetivos terapéuticos”
(Erickson & Rossi, 1976a, p. 169).
Entre otras, las formas indirectas de comunicación incluyen la
utilización (Erickson, 1959), la metáfora y la analogía (Hammond,
1990a; Kopp, 1995; Battino, 2001), los juegos, la implicación, los
cambios de tono, la directiva implícita y la pregunta básica de acce-
so, los dobles sentidos (Erickson & Rossi, 1975), las sugestiones de
final abierto, la pantomima (Erickson, 1964a), el cubrir todas las
posibilidades de respuesta, las afirmaciones compuestas y los proce-
sos dialécticos.
LA SESIÓN DE HIPNOSIS: CUESTIONES CLÍNICAS 125

Sugestiones indirectas para comenzar la sesión

A continuación se presentan algunos ejemplos de comunicaciones


indirectas para el comienzo de la sesión, aunque también puedan ser
apropiadas para otros momentos:

• Me pregunto si te sientes preparado para comenzar.


• Me pregunto si te gustaría experimentar un trance leve, medio
o profundo.
• Está bien que te tomes un tiempo para comenzar con la terapia
porque podemos acabarla incluso antes.
• ¿Preferirías entrar en el trance con las gafas puestas o sin ellas,
o prefieres cerrar los ojos sin más?
• Algunas personas prefieren entrar en trance con los ojos abier-
tos, mientras que otras prefieren cerrarlos. Me pregunto cómo
lo prefieres tú.
• Las personas entran en trance cuando se sientan en tu silla.
• Puedes entrar en el trance ahora o más tarde.
• Cuando tu mente inconsciente esté preparada para trabajar, ¿se
cerrarán tus ojos por sí mismos?
• ¿Desea tu mente inconsciente trabajar sobre el problema que
acabas de comentarme o sobre otro más importante?
• Antes o después decidirás qué problema resolver.
• ¿Te gustaría volver al pasado ahora o más adelante, o una vez
que hayas decidido qué problema resolver?
• A menudo las personas descubren que pueden resolver proble-
mas mientras duermen.
• Mientras permanezcas sentado ahí, cierra los ojos y genera el
grado de trance que consideres necesario.
• Si tu inconsciente quiere que entres en trance, tu mano derecha
se elevará. De lo contrario se elevará la mano izquierda.
• Antes de finalizar la sesión tu mente inconsciente descubrirá un
modo apropiado de comunicar algo importante a tu mente
consciente. Esta idea puede fascinarte y puedes preguntarte
cómo y cuándo se ha producido.
126 HIPNOSIS Y ESTRÉS

• No necesitas preocuparte por escuchar, pero puedes entender


todo lo que digo, utilizando todo a favor de tus propias necesi-
dades personales.

El siguiente guión muestra el modo de emplear las preguntas para


inducir al trance.

Guión 6 – Preguntas básicas de acceso de Rossi

Lo que acabas de contarme sobre tu problema, el patrón rítmico a lo


largo del día en que ocurre, es muy interesante… y, ¿sabías que eres
responsable de permitir que suceda?... Y una vez que sabes que tú
cuentas con esos recursos, y que se producirá la curación, ¿se cerra-
rán tus ojos por sí mismos?... ¡Eso está bien! ¿Y sería correcto man-
tener todas tus exploraciones y experiencias internas como un secre-
to que no necesitas compartir con nadie?... Y cuando tu mente
inconsciente sepa que puede continuar con la curación interna, y
cuando tu mente consciente sepa que puede cooperar ayudándote a
reconocer esos períodos del día en los que debes tomarte un descan-
so curativo (una pausa de unos 15-20 minutos), ¿te descubrirás des-
pertándote, permitiendo que tus párpados se abran por sí mismos?

A lo largo de todo el libro se presentan muchos otros ejemplos del


uso de sugestiones indirectas, pero comentarios detallados sobre los
mismos pueden hallarse en Erickson (1958a), Erickson y Rossi
(1976a, 1976b, 1979) y Erickson, Rossi y Rossi (1976).

Auto-hipnosis

Es importante que los pacientes continúen con la terapia en los


intervalos entre sesiones porque esto:

• Permite la continuidad de la relación con el terapeuta y del pro-


ceso terapéutico.
• Facilita el proceso de auto-ayuda y fortalecimiento del ego.
• Fortalece el proceso terapéutico mismo.
LA SESIÓN DE HIPNOSIS: CUESTIONES CLÍNICAS 127

Para los pacientes es fácil “colocarse en situación de hipnosis” y


disfrutar de los beneficios de la relajación que es inducida, así como
de los procesos de curación natural que ocurran. Durante la auto-hip-
nosis, los pacientes también pueden efectuar tareas terapéuticas,
como el pensamiento positivo y el fortalecimiento del ego; por ejem-
plo, imaginar resultados satisfactorios de la terapia. La auto-hipnosis
puede enseñarse fácilmente a los pacientes durante la sesión normal
de terapia, como por ejemplo al final de la terapia, y mientras se
hallen aún en el trance pueden recibir las siguientes instrucciones:

Guión 7 – Una ilustración de auto-hipnosis (1)

…sabiendo que puedes hacer esto mismo a solas en casa. Todo lo


que necesitas hacer es sentarte o tumbarte en un lugar relajado y
ser consciente de tu respiración, diciéndote a ti mismo “relax” cada
vez que expulsas el aire… advirtiendo que progresivamente te sien-
tes cada vez más relajado con cada exhalación… y la siguiente vez
que expulsas el aire permites que tus ojos se cierren hasta el punto
en el que sientas que ya no trabajan más… dejando que esa sensa-
ción de relajación se extienda hasta los dedos de tus pies, dejando
que tu cuerpo flote… disfrutado de esa sensación de flotación mien-
tras te transportas hasta ese lugar favorito… notando que puedes
ver… oír… sentir… y quizá, si así lo deseas, puedes encontrarte con
tu animal favorito, para eliminar tus problemas, para aprender algo
positivo de ti mismo (recurrir al Guión 17 en el Capítulo 4)… sabien-
do que cuando abras tus ojos (tras un tiempo predeterminado) te
sentirás relajado y atento, sabiendo que en tu interior se están pro-
duciendo importantes cambios positivos, incluso aunque aún no
seas consciente de ellos, pero confiando en que tu mente incons-
ciente permitirá que ocurran… sabiendo que sólo recurrirás a este
agradable y curativo estado de hipnosis si es seguro y apropiado
para ti hacerlo en ese momento del tiempo. Si, por alguna razón,
fuera inconveniente o inseguro mientras te hallas en estado de hip-
nosis, inmediatamente abrirías los ojos y pasarías a estar plena-
mente alerta.
128 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Guión 8 – Una ilustración de auto-hipnosis (2)

Y puedes hacer uso de esta técnica a solas en los momentos en que


quieras sentirte más calmado y relajado (o el terapeuta puede “prescri-
birlo” como tarea para casa que va seguida de una tarea terapéutica
específica, como el pensamiento positivo y el fortalecimiento del ego; por
ejemplo, imaginar resultados positivos de la terapia)… todo lo que
debes hacer es sentarte en un sillón cómodo en tu casa y mirar a tu
mano… y permitir que se produzcan los cambios del mismo modo
que ahora… y puedes disfrutar esa experiencia de profunda relajación
hasta que estés preparado para abrir los ojos. Puedes decidir de ante-
mano durante cuántos minutos quieres continuar en ese agradable
estado de relajación de la mente y del cuerpo (En este punto, algunas
veces explico al paciente que contamos con un reloj biológico que pode-
mos predeterminar, que nos despierta a la hora previamente determina-
da y decidida, porque los pacientes pueden sentir ansiedad ante la idea
de permanecer durante demasiado tiempo o incluso de no despertarse de
este agradable estado). Y tu brazo y mano sólo se cambiarán de este
modo si decides que sea con fines estrictamente “terapéuticos”… no
sucederá cuando mires casualmente a tu mano y brazo en ningún otro
momento inapropiado. A medida que practiques diariamente la auto-
hipnosis, descubrirás que los sentimientos de relajación y paz son
cada vez más intensos… y que cuando abras tus ojos esa sensación de
relajación y paz permanecerá en ti cada vez durante más tiempo.
Descubrirás que eres más capaz de afrontar los problemas de tu vida
y que percibirás una sensación creciente de bienestar.

Superar la resistencia a la hipnoterapia

Según la postura psicoanalítica tradicional, la resistencia es inevi-


table porque es inherente a las defensas que emplea el paciente para
protegerse de la ansiedad y de la culpabilidad, y se supera mediante
la interpretación y el insight. Sin embargo, la preparación atenta del
paciente durante las primeras entrevistas obviará muchas de las difi-
cultades vinculadas a la resistencia, es decir:
LA SESIÓN DE HIPNOSIS: CUESTIONES CLÍNICAS 129

• Afrontar los mitos sobre la hipnosis.


• Establecer expectativas positivas.
• Diagnosticar al paciente utilizando una escala formal como el
PIH de Spiegel (véase Guión 1).
• Crear una buena relación colaboradora que conlleve respeto y
confianza.
• Prestar atención a las cuestiones de los límites (p.ej., frecuencia
de las sesiones, duración de las sesiones, honorarios y contrato
terapéutico).

De todos modos, incluso cuando se cuidan las pautas anteriores,


el paciente puede seguir resistiéndose a la hipnosis. Como ya se ha
comentado, Erickson desarrolló diversos métodos indirectos que son
útiles para superar o sobreponerse a la resistencia del paciente. Entre
tales métodos se encuentran la prescripciones paradójicas, los víncu-
los terapéuticos, las sugestiones indirectas, la pantomima, las técni-
cas de confusión, la utilización de los síntomas del paciente, así como
la misma resistencia del paciente (Erickson, 1952b, 1956, 1973;
Erickson & Rossi, 1975).

La técnica de “Mi amigo Juan”

En el siguiente párrafo se presenta una breve descripción de la


técnica de “Mi amigo Juan” de Erickson (1964b) porque considero
que puede ser un instrumento muy valioso para hipnotizar al pa-
ciente resistente. Normalmente el terapeuta dice a “Mi amigo Juan”
que se siente cómodamente en el sillón, que coloque cómodamente
sus manos sobre sus muslos y que advierta, antes o después, una
sensación en sus dedos, que puede ser en la mano izquierda o dere-
cha, seguido por la levitación del dedo, mano y brazo. A medida que
el terapeuta hace estas sugestiones, se ilustra cada paso mediante
la demostración lenta y continuada de tales movimientos (es decir,
pantomima). Entonces el terapeuta añade que, a medida que la
mano flota en dirección hacia la cara, los ojos se cierran cuando los
130 HIPNOSIS Y ESTRÉS

dedos tocan la cara, y que permanecerán cerrados mientras dure


el trabajo clínico. Erickson señala:

La técnica de “Mi amigo Juan” constituye una medida excelente para


enseñar a entrar en el trance a los sujetos resistentes. Se lo demues-
tro al paciente resistente que acude a terapia pero se resiste, y se lo
demuestro tan plena y cautelosamente que a medida que me observa
inducir al trance a mi puramente imaginativo amigo Juan, se resien-
te por tanta pérdida de su tiempo y dinero, y comienza a ser respon-
sivo, sin darse cuenta de ello, mientras estoy hipnotizando a “Juan”,
de modo que sigue el ejemplo de “Juan” y entra en trance sin necesi-
dad de presentar ninguna resistencia… También la uso para enseñar
auto-hipnosis en la situación heterohipnótica, y con sujetos que se
resistan a ensayar en casa sobre el estudio, la migraña, la obesidad,
etc. (1964, p. 5).

Al emplear este enfoque con niños y niñas suele recurrirse a muñe-


cas o muñecos reales o imaginarios con muy buenos resultados.

Utilización

Al trabajar con pacientes resistentes, Erickson subrayaba la


importancia de utilizar los síntomas y los patrones generales de con-
ducta de los pacientes. En este sentido señalaba: “Haciendo uso de los
patrones de respuesta y conducta de los propios pacientes, incluidos
los de su enfermedad real, se puede influir más rápida y satisfacto-
riamente sobre la terapia, porque al mismo tiempo obvia, en gran
medida, la resistencia a la terapia y facilita la aceptación de la mis-
ma” (1973, p. 217).

Finalización de la sesión

Al final de la sesión clínica, es básico que el paciente esté funcio-


nando como un adulto racional, inteligente y plenamente orientado
en el presente. Mediante el uso de técnicas de “tiempo presente” el
LA SESIÓN DE HIPNOSIS: CUESTIONES CLÍNICAS 131

terapeuta suele asistir al paciente a reorientarse en el momento


actual. Lo que es particularmente importante cuando el paciente ha
dedicado cierto tiempo de la sesión a trabajar con experiencias pasa-
das negativas. Son diversas las técnicas que pueden ayudarle en el
proceso de reorientación, entre ellas se incluyen:

• Descripción literal (p.ej., describir el despacho o el camino has-


ta el hogar).
• Fortalecimiento del ego (p.ej., algo que el paciente desee para
ese mismo día o pueda celebrar sobre su vida).
• Validar al paciente.
• Comentar las tareas de casa que se le pide que realice.

A menudo se me pregunta cómo “sacar a los pacientes de la hip-


nosis” y si al hacerlo pueden hallarse dificultades. No es probable que
se produzca ningún problema para sacar al paciente del trance, pero
en el excepcional caso de que esto se produjera, lo peor que podría
suceder es que el paciente se duerma de forma natural. El trance sue-
le concluir pidiendo al paciente que se “despierte”, por ejemplo:

Voy a contar hasta seis, cuando llegue a seis abre los ojos sintiéndo-
te relajado y refrescado.

Algunas veces, puede ser preferible activar a los pacientes de for-


ma gradual, por ejemplo:

Y cada vez que inhales aire, permite que el sentimiento de alerta se


extienda desde tus pies hasta las piernas… se extienda por todo tu
cuerpo… hasta la cara y los párpados… dejando que los ojos se abran
lentamente… y vuelvas a este recinto, sintiéndote renovado y des-
pierto y sabiendo que en este mismo momento en tu mente incons-
ciente están sucediendo cosas importantes, incluso aunque no seas
consciente de ello.

Un modo alternativo, muy eficaz, para finalizar la sesión consiste


en el uso de la directiva implícita o de la pregunta básica de acceso,
por ejemplo:
132 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Tan pronto como tu inconsciente sepa que puede recurrir fácil


y cómodamente a este estado para trabajar constructivamente la
próxima vez que nos encontremos, ¿te encontrarás despertándote
y sintiéndote renovado y despierto? (Erickson & Rossi, 1976b,
p. 13).
Cuando tu mente inconsciente sabe que puede seguir con el tra-
bajo curativo, tras abrir los ojos, incluso mientras estés durmiendo
más adelante hoy mismo, ¿te descubrirás despertándote y sintiéndo-
te relajado y renovado?
Y cuando tu otra mente sepa que puede utilizar todos los apren-
dizajes de esta sesión para ayudarte a resolver las dificultades de la
vida, ¿abrirás los ojos?
Cuando tu ser interior sepa que por hoy ha efectuado suficiente
trabajo interno, ¿observarás que tus pies se mueven en primer lugar,
o serán tus brazos los que se estiren primero mientras te despiertas
dispuesto a comentar cualquier cosa que sea necesaria? (Rossi, 1996,
p. 198).
Cuando tu inconsciente sepa que puede continuar con la curación
interna, y cuando tu mente consciente sepa que puede cooperar ayu-
dándote a reconocer los períodos del día en los que necesites tomar
un descanso curativo (una pausa de 15-20 minutos), ¿comenzarás a
despertarte? (Rossi, 1996, p. 194).
Y cuando sepas que puedes despertarte con un recuerdo comple-
to de todo lo que necesites saber sobre tu situación, ¿se abrirán tus
ojos a medida que te despiertes completamente con un cómodo esti-
ramiento? (Rossi, 1996, p. 200).
¿Has decidido cuándo vas a hacer uso de los aprendizajes de esta
sesión? Tu mente consciente puede estar interesada en lo que has
aprendido de la experiencia y tu mente inconsciente puede dedicarse
a aprender realmente de ella, o quizá tu mente inconsciente sólo te
permite sentir interés a medida que tu mente consciente genera el
aprendizaje (Lankton & Lankton, 1986, p. 249).
Te puede sorprender el hecho de aprender de esta experiencia o
de entenderte de un modo diferente.
Cuando tu mente inconsciente sepa que puede recurrir a lo apren-
dido de esta experiencia o que puedes entenderte a ti mismo de un
LA SESIÓN DE HIPNOSIS: CUESTIONES CLÍNICAS 133

modo diferente, ¿comprobarás que tu cuerpo comienza a estar más


despierto y comenzarás a abrir los ojos?
Y mientras te preguntas si serás capaz de incorporar todos estos
aprendizajes en un sueño curativo más adelante, hoy mismo o maña-
na o durante el fin de semana, ¿te encontrarás despertándote en una
anticipación fascinada?

Otro modo de ayudar al paciente a vincular el trabajo y los apren-


dizajes inconscientes de la sesión con sueños e insights posteriores o
futuros es la “bola de cristal imaginaria”.

Guión 9 – Bola de cristal imaginaria

Y ahora, cuando estés preparado y con ayuda de tu mente incons-


ciente, puedes imaginar una bola de cristal especial… En esta bola
de cristal, tu mente inconsciente puede proyectar su ser futuro,
cómo serás cuando hayas integrado la experiencia del pasado que
has descubierto hoy, cuando sea un recurso para ti… libre de los
sentimientos y reacciones angustiosas que experimentabas hace
escasos momentos… cuando realmente te sea de ayuda… Tómate
unos minutos para permitir que ocurra esto… Cuando tengas algo
en mente, deja que tu cabeza asienta o permite que se mueva tu
dedo afirmativo para que yo lo sepa… pero puede que aún no lo
sepas conscientemente, incluso aunque lo sepa tu mente incons-
ciente… y puedas reconocerlo posteriormente cuando sea más apro-
piado… quizá mientras sueñes por la noche… o mañana. Y puedes
estar preguntarte si esto ocurrirá esta noche o mañana por la noche
o quizá la próxima semana, pero cuando tu mente inconsciente sepa
que se está produciendo la curación, ¿abrirás completamente los
ojos mientras comienzas a ser plenamente consciente de dónde te
encuentras?

En general debería reconocerse que muchas de las técnicas, tanto


directas como indirectas, empleadas para inducir al trance pueden
usarse igualmente para salir de él.
134 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Finalización de la terapia

Teóricamente, la finalización de la terapia debería comentar-


se con el paciente durante la primera sesión. Debería explicársele el
número de sesiones predeterminadas, porque muchas veces la finali-
zación de la relación terapéutica suele ser amenazadora. Normal-
mente, la finalización de la terapia no es motivo de problema. Sin
embargo, puede haber circunstancias en las que el paciente tenga
dificultades pasadas con experiencias de separación, que puedan
conducirle a confundir la situación. Evidentemente, la resistencia a
la finalización también puede afectar al terapeuta, y es importante la
vigilancia de las reacciones personales. Las razones de la resistencia
pueden estar vinculadas a factores económicos así como a la incapa-
cidad para satisfacer objetivos terapéuticos inalcanzables. En este
punto debería subrayarse que el cambio terapéutico, muchas veces,
se produce una vez finalizadas las sesiones formales de terapia. El
trabajo realizado durante las sesiones de hipnoterapia debería haber
preparado al paciente a utilizar los enfoques de auto-hipnosis para
manejar no sólo su problema específico sino también los problemas
estresantes en general. La mayoría de los pacientes habrán aprendi-
do técnicas de relajación, fortalecimiento del ego, auto-observación
de las conductas destructivas y, supuestamente, una perspectiva filo-
sófica más positiva de la vida.
4 Fortalecimiento del ego

¿Estás cómodo en tu asiento? Entonces comenzaré. Había una vez


un hombre que había salido a cazar y repentinamente se dio cuenta
de que cerca de él había un tigre. En su pánico comenzó a correr a
tanta velocidad como podía. Aunque no podía ver al tigre, sentía su
aliento cálido tras la nuca, y esto le hacía correr aún más. Corría más
rápido de lo habitual y en un instante llegó a un precipicio que saltó
ciegamente. Por suerte logró agarrarse a un pequeño arbusto y que-
dó colgado precariamente sobre el terraplén. Cuando miró hacia
arriba, vio al tigre, con un humor visiblemente feroz, mirándolo
hacia abajo; y cuando él dirigió su vista hacia el suelo, advirtió que
otro tigre le estaba mirando hacia arriba, con sus mandíbulas abier-
tas, esperando su caída. Pero esto no era todo. Dos pequeños raton-
citos estaban royendo el tronco del arbusto que le salvaba la vida. Fue
entonces cuando el hombre advirtió cerca de su mano una mata de
fresas. Se estiró y cogió un par de frutas maduras, las colocó en su
boca y saboreó el exquisito dulzor de las mismas –tras lo que excla-
mó: “¡Ah, exquisito sabor de fresas silvestres!”.
136 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Introducción

Muchas personas en terapia (y fuera de ella) están angustiadas y


experimentan sentimientos de desesperanza, indefensión y pérdida de
la dirección y del control (percibido) de sí mismas. En otras palabras,
se sienten “estresadas”. Los pacientes deben hallar la fuerza y la moti-
vación necesarias para ejecutar la difícil tarea de resolver sus proble-
mas relacionados con el estrés. En este instante, el fortalecimiento del
ego y la relajación pueden ser muy útiles, y, por sí mismos, pueden ser
suficientes para ayudar al paciente a manejar algunos de sus proble-
mas (Hartland, 1971; Calnan, 1977; Stanton, 1979; Johnson, Walter,
Heys, Whiting & Eremin, 1996). Hartland reconocía que la mayoría
de los pacientes terapéuticos no tienen voluntad de abandonar sus
síntomas hasta que no se sienten suficientemente fuertes como para
arreglárselas sin ellos. Por ello, tiene sentido destinar un tiempo con-
siderable al empleo de enfoques para el fortalecimiento del ego con
los pacientes, particularmente al comienzo de la terapia, y al comien-
zo y final de cada sesión. Como se señalaba en el Capítulo 2, el bie-
nestar positivo se vincula directamente con los procesos biológicos
relacionados con la salud (Steptoe, Wardle & Marmot, 2005).
Mientras se desarrollan los procedimientos de fortalecimiento del
ego es útil animar al paciente a exteriorizar las pequeñas angustias
(es decir, dificultades cotidianas comunes) que pueda estar experi-
mentando, porque éstas muchas veces obstruyen las experiencias
positivas (¡recordemos los ratoncitos y las fresas!). Los dos procedi-
mientos descritos en los Guiones 10 y 11, el enfoque de cinco pasos
de Stanton, que se describe más adelante en este mismo capítulo y el
descrito en el Guión 16, pueden ser efectivos para ayudar al paciente
a manejar los estreses menores y a liberar las emociones y cognicio-
nes positivas que han estado reprimidas. Tras apreciar satisfactoria-
mente las pequeñas dificultades, el paciente está capacitado para con-
templar estos “estreses” de su vida como esencialmente irrelevantes,
incluso como absurdos, en el contexto de la inmensidad de otras
cuestiones de la vida del sujeto. Muchas veces es recomendable ani-
FORTALECIMIENTO DEL EGO 137

mar al paciente a reírse de su propia necedad, aunque esto es algo que


debería hacerse con cuidado y respeto. La risa supone un buen
comienzo para el proceso catártico y es, en sí misma, fundamental-
mente des-estresante.

Guión 10 – Manejo de pequeños estreses (1)


Siente en qué parte de tu cuerpo está la tensión, y mientras exhalas
permite que la tensión fluya al exterior juntamente con el aire… con
cada exhalación puedes disfrutar de la experiencia de sentirte más
relajado. ¿Has comenzado a sentirlo ya? Me gustaría que fueras cada
vez más consciente de cuán relajado te empiezas a sentir… ¡Eso está
bien! Y me pregunto si puedes comenzar a dejar que esas pequeñas
trivialidades molestas de tu vida también fluyan hacia el exterior,
como si una brisa fresca las recogiera en un día veraniego caluroso y
las llevara lejos de modo que dejen de preocuparte completamente…
¡eso está bien! Observando tu respiración, lentamente y sin esfuer-
zo… y tu cuerpo en contacto con la silla… y el sonido de mi voz…
dejando que la sensación de ligereza se extienda desde tus pies hasta
tus piernas y a todo el cuerpo, curando cada célula… hasta tus pár-
pados… hasta que se abran suavemente.

Guión 11 - Manejo de pequeños estreses (2)


Cuando estés preparado para afrontar las pequeñas angustias coti-
dianas de tu vida, cierra los ojos y deja que tu mente inconsciente
halle experiencias y recuerdos positivos… y te sorprenderá descubrir
que puedes comenzar a notar sentimientos y sensaciones positivas…
permitiendo que éstas fluyan suavemente hacia tu mano dominante,
llenando tu mano de energías y recursos curativos… y cuando aprie-
tas tu mano hasta cerrar el puño, esos sentimientos positivos se
hacen más y más fuertes… y mientras te aferras a esos sentimientos,
presta atención a la otra mano y coloca todas las pequeñas angustias
de tu vida en la otra mano… eso es. Y ahora aprieta tu mano positi-
va incluso más y mientras lo haces, empuja a todos los sentimientos
y recursos positivos hacia el brazo, a través de los hombros hasta la
otra mano… ¡eso está muy bien! Y a medida que esa energía positiva
138 HIPNOSIS Y ESTRÉS

sigue fluyendo hacia la mano negativa, empuja a las angustias hacia


el exterior a través de las yemas de los dedos… y puedes estar pre-
guntándote si esto está sucediendo realmente porque adviertes sen-
saciones fascinantes en tus yemas… eso es, agita levemente tus
manos como para eliminar las angustias residuales. Y me gustaría
que supieras que cada vez que desees acceder a los recursos y senti-
mientos positivos, sólo necesitas apretar el puño de tu mano domi-
nante. Quizá desees probarlo ahora antes de abrir tus ojos y decirme
cómo te sientes… ¡eso está bien!

Un enfoque similar para el fortalecimiento del ego fue descrito por


primera vez por Stein (1963) y se refirió a él como la “técnica del puño
cerrado”, en la cual el estrés es recopilado en un puño cerrado y des-
pués es eliminado a medida que se abre el puño, quizá con una mani-
festación asociada mientras la persona exhala. Evidentemente, estos
enfoques son también técnicas de relajación y fortalecimiento del ego.
Son tres los enfoques generales para el fortalecimiento del ego
(Phillips & Frederick, 1995, p. 83):

• Sugestión directa facilitada por la heterohipnosis o la auto-hip-


nosis.
• Fortalecimiento del ego proyectivo/evocativo.
• Enfoques ericksonianos.

Sugestión directa y auto-hipnosis

Hartland empleó el fortalecimiento del ego con pacientes que se


hallaban en lista de espera para un tratamiento hipnoanalítico. Sus
sugestiones eran autoritarias, directivas, orientadas al futuro y bási-
camente de apoyo. La finalidad de Hartland era fundamentalmente
aumentar la confianza y la auto-estima del paciente, así como las estra-
tegias de afrontamiento, y minimizar la ansiedad y la preocupación.
Este autor señalaba que sólo unos pocos de los pacientes prescindían
de sus síntomas antes de sentirse suficientemente seguros y fuertes
FORTALECIMIENTO DEL EGO 139

como para funcionar sin ellos. Este enfoque puede ser eminentemente
apropiado para aquellos pacientes que presenten una gran necesidad de
estructura y reaccionen bien ante las instrucciones y las direcciones.
Phillips y Frederick (1995) afirman: “La dirección y la sugestión direc-
ta pueden crear un espacio familiar para que estos pacientes comien-
cen su búsqueda del crecimiento y de la autonomía”. (p. 84).
Las sugestiones positivas sobre el valor y la efectividad personal
pueden ser transmitidas tanto en formato de hipnosis individual como
grupal. Las técnicas descritas a continuación también pueden ense-
ñarse al paciente, quien puede practicarlas en su propia casa, tarea
que puede verse facilitada mediante la grabación. A algunos pacientes
les gusta utilizar una grabación especialmente preparada, pero debe-
rían ser animados a prescindir de ella tan pronto como les sea posible,
a medida que sean más independientes para manejar su propio estrés.

Guión 12 – Sugestiones directas para el fortalecimiento del ego

Mientras permaneces sentado, cierra los ojos y genera el grado de


trance que sea necesario para sentirte mejor, y eso es todo lo que has
de hacer mientras yo te hable. Lo único importante es lo que tengo
de decirte, en consecuencia, por favor, escucha atentamente tanto
con tu mente consciente como con tu mente inconsciente… especial-
mente con tu mente inconsciente, que se hará cargo más completa-
mente mientras sigas escuchando mi voz atentamente. No necesitas
hacer ni recordar nada, simplemente fascínate con mis palabras y
deja que lo que digo fluya sin esfuerzo por tu mente inconsciente.
Con cada una de tus inhalaciones seguirás sintiéndote más confiado,
más seguro de ti mismo, sabiendo que puedes manejar tus problemas
de un modo efectivo y, por lo tanto, dirigir tu vida de un modo más
satisfactorio. Ahora escucha incluso más intencionadamente. Un
mayor sentimiento de control sobre todas esas áreas de tu vida que
son importantes para ti… tus relaciones, tu salud, tu sexualidad, tu
trabajo, tu familia… y estos sentimientos positivos continuarán for-
taleciéndose cada día que pase, incluso mientras duermes… y puedes
anclar esos intensos sentimientos de seguridad en ti mismo y de valor
140 HIPNOSIS Y ESTRÉS

propio rozando levemente tu dedo pulgar con el índice… eso está


bien. Y ahora contaré hasta seis, y mientras lo hago, permite que las
sensaciones de despabilamiento fluyan a través de tus piernas, a lo
largo de todo el cuerpo hasta tu cara, y a medida que la iluminación
fluye hasta tus ojos, deja que se abran tus párpados. Estarás plena-
mente despabilado, despierto y orientado en el presente, sabiendo
exactamente dónde estás y cuáles son tus intenciones inmediatas…
sabiendo que esto es algo que puedes hacer por ti mismo en tu pro-
pia casa más tarde. En el futuro, cada vez que desees acceder a estos
sentimientos de confianza y valor propio, todo lo que necesitarás
hacer es rozar levemente tu dedo pulgar e índice.

Visualización e imaginería

La sugestión directa en el fortalecimiento del ego ha sido modifi-


cada añadiendo visualización e imaginería (Stanton, 1979, 1989).
Igualmente se ha comprobado que la experiencia del dominio produ-
ce excelentes resultados de fortalecimiento del ego (Gardner, 1976;
Dimond, 1981). También pueden ser útiles las técnicas dirigidas a eli-
minar los pensamientos y sentimientos cargados de ansiedad, así
como las que “acentúan lo positivo” a través de acceder a experien-
cias de dominio y de éxito del pasado, como la visualización hipnóti-
ca de eliminación de ansiedades y problemas cotidianos arrojándolos
en un basurero imaginario (Phillips & Frederick, 1995, p. 84). La revi-
sión de logros pasados puede ser un prefacio y preparación excelen-
tes para los futuros retos.

Fortalecimiento del ego proyectivo/evocativo

Experiencias pasadas positivas

Los métodos de fortalecimiento del ego están diseñados para evo-


car material inconsciente relevante a los problemas del paciente y
para activar los recursos internos relevantes. Este enfoque subraya
FORTALECIMIENTO DEL EGO 141

que, aunque el pasado del paciente pueda contener problemas desco-


nocidos, también dispone de recursos desconocidos. El éxito del ejer-
cicio ronda alrededor del uso de la hipnosis para ayudar al paciente
a concentrarse y focalizarse en los éxitos y logros del pasado. Esto
puede incluir la referencia a las experiencias cotidianas como el
aprender a montar en bicicleta, a leer, a andar, a aprobar exámenes,
etc. Un modo de lograrlo consiste en pedir al paciente que imagine un
álbum de fotografías que contenga experiencias y sucesos pasados
positivos.

Guión 13 – Álbum fotográfico para el fortalecimiento del ego y para el


establecimiento de objetivos

Imagina que tienes frente a ti o en tu regazo un álbum de fotos…,


ya sabes, un álbum fotográfico es donde colocamos todas las expe-
riencias y recuerdos positivos de nuestras vidas… de nuestras vaca-
ciones… celebraciones, como los bautizos, bodas, fiestas, graduacio-
nes…, que revisar estas imágenes nos recuerda esos momentos feli-
ces y memorables… y que también permite que nos sintamos bien.
Me gustaría invitarte a abrir el álbum en el día de hoy… no hay nin-
guna fotografía aún, pero me gustaría que pegaras una ahí, en este
momento… una fotografía de algo bueno que haya ocurrido hoy…
que hace que en este instante (se incluye la fecha del día) la vida
merezca la pena de ser vivida… esto no tiene por qué ser un suceso
“especial” de tu vida… de hecho puede ser cualquier cosa trivial, pero
que a pesar de todo haga que la vida merezca ser vivida… quizá una
relación, algo vinculado al trabajo… o cualquier otra cosa… y adhié-
rete a esos sentimientos positivos… y ¿sabes cuándo te sentiste así
por primera vez?... Descubre aquel momento en tu álbum de fotos y
fíjate en las imágenes de ese instante… ¿Dónde es? ¿Qué está suce-
diendo? ¿Quién está ahí?... ¿Cómo te hace sentir? Y aférrate a ese
sentimiento, dejando que cada vez sea más y más intenso… vuelve la
página y descubre el siguiente acontecimiento de tu vida que consti-
tuyó una experiencia positiva… y vuelve las páginas hasta el futuro y
coloca una fotografía allí que represente una experiencia positiva de
142 HIPNOSIS Y ESTRÉS

tu vida en algún momento futuro, cuando hayas logrado un objetivo


o un sueño que tienes… sabiendo que dispones de los recursos que te
capacitan para lograrlo… y que puede haber cosas que debas hacer
antes o después para que suceda, incluso aunque no lo sepas hasta
dentro de algunas horas hoy mismo… o antes o después…

Imaginando el álbum de fotografías se anima al paciente a hallar


experiencias positivas en el pasado y a transportarlas hasta el futuro.
De este modo los pacientes pueden experimentar que ellos mismos
manejan con eficacia sus problemas presentes y disfrutan también del
logro de los objetivos terapéuticos acordados para alguna fecha futura
visualizada. Ayudar al paciente a establecer los objetivos de este modo
es un aspecto importante del fortalecimiento del ego y es también
fundamental para la toma de decisiones y para el manejo del estrés.
Este método de trabajo puede construirse en secuencias simples o
complejas de imaginería, empleando para ello diversos escenarios.

Regresión positiva

La regresión positiva puede facilitarse de formas muy diversas:


por ejemplo, contando hacia atrás desde la edad del paciente,
mediante el “puenteo” (véase comentarios en el Capítulo 5), pidiendo
al paciente que “escanee” cronológica o aleatoriamente su vida en
busca de experiencias pasadas positivas, etc. Phillips y Frederick
(1995, p. 58) preguntan a los pacientes de qué cualidades personales
les gustaría disponer antes de hacer viajes más desafiantes al pasado
desconocido o traumático. A continuación las experiencias positivas
(por ejemplo, la seguridad en uno mismo o el coraje) pueden ser
“ancladas” haciendo que el paciente roce entre sí las yemas de los
dedos. Además de juntando las yemas del pulgar y del índice, existen
otros modos de “anclar” experiencias, por ejemplo, verbalizando una
palabra o frase (“relax”; “Me siento relajado y seguro”) o tocando un
objeto “mágico” como una pequeña piedra, anillo o moneda.
FORTALECIMIENTO DEL EGO 143

El siguiente guión para recobrar sentimientos positivos suele ser


empleado habitualmente en hipnoterapia.

Guión 14 – Un lugar exterior favorito (o un lugar privado seguro)

Déjate flotar suavemente y sin ningún esfuerzo a tu lugar exterior


favorito (si el terapeuta supiera cuál es o dónde está, entonces podría ser
más específico)… un lugar en el que te sientas relajado, feliz y seguro…
y fíjate en lo que puedas ver cuando miras a tu alrededor… y real-
mente desconozco qué es lo que encontrarás más interesante en tu
lugar favorito… quizá las formas y los colores, otras personas… escu-
char los sonidos… ser consciente de la temperatura de tus manos y
cara… y sentirte alegre y feliz… permitiendo que esos sentimientos
positivos fluyan alrededor de tu cuerpo masajeando y eliminado la
tensión residual de cada una de las células… y me pregunto si ya has
advertido que tu mente y tu cuerpo están cada vez más relajados, más
cómodos, en paz… sabiendo que estás haciendo esto para ti mismo
sin ningún tipo de esfuerzo, no necesitas ir a ningún lado sólo dedi-
carte a disfrutar de esa experiencia agradable. Cuando te sientas real-
mente bien, puedes unir tus dedos pulgar e índice, de forma que en el
futuro, cuando estés despierto, puedas hacerlo como una forma pri-
vada para acceder a esos sentimientos positivos. (También se podría
sugerir al paciente que verbalice en silencio una palabra como “relax” o
“paz”.) Puedes permanecer es este lugar tuyo especial durante todo el
tiempo que quieras y que consideres apropiado para sentirte total-
mente calmado y relajado. Y puedes visitar tu lugar favorito cada vez
que te parezca oportuno sentándote en un lugar tranquilo, cerrando
tus ojos y dejándote flotar hasta allí. Y cuando estés preparado para
dejar tu espacio especial, entonces abres los ojos y vuelves a este recin-
to. Puedes seguir sintiéndote igual de bien que ahora, completamente
relajado y en paz, dispuesto a hacer cualquier cosa que sea oportuna.

Hawkins (1990), trabajando con una paciente bulímica, descubrió


que era muy efectiva la regresión a acontecimientos pasados en los
que la paciente experimentaba sentimientos de control, esperanza y
expectación.
144 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Guión 15 – Búsqueda de experiencias positivas

Imagina que frente a ti dispones de un monitor de televisión y tie-


nes en tu mano el mando a distancia para controlar los canales, el
volumen y la calidad de imagen. En el Canal 1 puedes ver todas las
experiencias positivas de tu vida que transcurren hacia atrás hasta
tu más temprana juventud (se pueden añadir otros canales, o graba-
ciones de video, que sean apropiados para el paciente; por ejemplo,
experiencias con la alimentación, experiencias relativas a las fobias,
experiencias sexuales, el futuro, etc.). Y mientras te ves a ti mismo en
la pantalla disfrutas de las experiencias agradables, permitiendo que
te sientas bien y relajado… y puede haber experiencias a las que te
gustaría volver más tarde, quizá durante un sueño por la noche, o
mientras repitas esto mismo en casa durante la semana. En un
momento, cuando vuelvas a este recinto, puedes dejar que el canal
siga en marcha en el fondo de tu mente, de modo que puedas seguir
manteniendo todos esos sentimientos positivos de esas épocas y
lugares de tu vida, permitiéndoles generalizarse a toda tu vida y a
todo lo que hagas.

Este enfoque presenta al paciente la idea de que es posible revisar


las experiencias pasadas y sentir las emociones y sensaciones asocia-
das con estos acontecimientos positivos. Muchas personas creen que
la regresión conduce necesariamente al recuerdo de sucesos y senti-
mientos negativos, por ello mostrar a los pacientes que también pue-
de ser positiva constituye un modo efectivo de enseñarles que el pro-
ceso aporta experiencias de aprendizaje muy valiosas que pueden ser
utilizadas para resolver sus problemas presentes. Más adelante, en el
contexto de los enfoques psicodinámicos y del trabajo sobre el trau-
ma, el terapeuta puede presentar la idea de la regresión a (posibles)
recuerdos traumáticos sin excesivos problemas, porque gran parte
del trabajo preparatorio ya estará hecho.
La regresión hipnótica es una rica fuente de experiencias de la
niñez recordadas, revividas, positivas y protectoras para el fortaleci-
miento de ego. Sin embargo, las experiencias buenas y agradables a
FORTALECIMIENTO DEL EGO 145

menudo se “entremezclan” y asocian con experiencias traumáticas


negativas. Siempre es posible que cuando un paciente recuerde expe-
riencias buenas y fortalecedoras las experiencias negativas sean dia-
lécticamente “extraídas” del abismo. De hecho, éste puede ser un
método “paradójico” idóneo para ayudar al paciente a aproximar a la
superficie el material traumático (es decir, el consciente) para traba-
jar “dinámicamente” en psicoterapia. Por lo tanto, el profesional no
debería sorprenderse si ocasionalmente durante el trabajo para el for-
talecimiento del ego se produjeran experiencias negativas y catársis
asociadas a ellas. Si durante el trabajo inicial para el fortalecimiento
del ego se produjeran regresiones o abreacciones espontáneas negati-
vas, es preferible no desarrollarlas en esta fase. Phillips y Frederick
(1995) sugieren que el paciente: “Pida a su mente inconsciente que
cree un lugar o contenedor seguro donde pueda almacenar todas las
experiencias de la sesión hasta un momento en el que, junto con el
terapeuta, decida abrirlo” (p.59). ¡En una ocasión una de mis pacien-
tes me dio la llave de acceso a la caja fuerte para que ella sólo pudie-
ra abrirla durante la sesión terapéutica!
Del mismo modo que las “experiencias positivas aprendidas” que
pueden recuperarse del pasado para ayudar al paciente a fortalecer-
se, permitiéndole así hacer el trabajo psicoterapéutico necesario
requerido para el cambio psicosomático, es también posible que el
paciente recupere sus “recursos y fortalezas interiores” (McNeal &
Frederick, 1993).

Guión 16 – Búsqueda de recursos y fortalezas interiores

Cuando estés preparado, deja que se cierren tus ojos, introdúcete en


tu mente y busca tus recursos interiores… tus puntos fuertes… esa
parte de tu mente que se encuentra en el centro de tu mismo ser…
esos puntos fuertes y recursos que están a tu disposición en el nivel
inconsciente para ayudarte a manejar las circunstancias de tu vida
en las que te encuentres bajo estrés… Y cada vez que inhalas aire,
permites que esos puntos fuertes fluyan por tu organismo… no nece-
146 HIPNOSIS Y ESTRÉS

sitas hacer nada para que eso ocurra… y a medida que tus recursos
te liberen del estrés y de la tensión, sabes que ya te sientes más posi-
tivo con respecto a ti mismo, y que dispones del potencial para mane-
jar con efectividad esos problemas de tu vida que en algunas ocasio-
nes te conducen a sentirte (in)cómodo… y cuando te sientas real-
mente fuerte, entonces rozas tu dedo pulgar contra el índice… y
cuando los rozas notarás que esos sentimientos positivos se hacen
cada vez más y más intensos… Y en el futuro, cuando necesites con-
tactar con esta fortaleza interior, entonces lo único que debes hacer
es rozar entre sí los dedos índice y pulgar… y ahora en cada inhala-
ción, deja que tu cuerpo se haga más ligero, expandiéndose esa sen-
sación desde tus pies, a través de las piernas hasta el abdomen… al
pecho y a través de la cara… hasta los ojos… mientras se abren sua-
vemente… y te sientes en contacto con la silla, tus pies en el suelo,
escuchando el sonido de mi voz… y sabiendo que tu fortaleza inte-
rior seguirá fluyendo a través de tu cuerpo incluso mientras duermes
hoy por la noche.

Otro enfoque para descubrir los recursos y puntos fuertes inter-


nos, y que puede ser muy útil al comienzo del tratamiento, es la téc-
nica del “guía interior” o el “animal amigo” (Jaffe & Bresler, 1980, pp.
45-59). El guía interior es un proceso que permite al paciente recurrir
a sus abundantes recursos interiores de curación y fortalecimiento.
La primera escuela de psicología importante que trabajó con el guía
interior como parte del proceso terapéutico fue el psicoanálisis jun-
giano, y posteriormente Assagioli (1965/1975) desarrolló un enfoque
similar en el método denominado “psicosíntesis” y también Progoff
(1977, 1982) en su “diario intensivo”. Para muchas personas, el guía
interior adopta la forma de una figura de autoridad respetada, como
un profesor o un progenitor, o alguna otra figura simbólica respeta-
da, como un viejo sabio, con quien el paciente sea capaz de mantener
una conversación interior, formulando preguntas y atendiendo a las
respuestas. Jaffe y Bresler desarrollaron enfoques similares, pero em-
plearon animales y figuras humorísticas fantasiosas (p.ej., “la Rana
Freddy”) como guías interiores.
FORTALECIMIENTO DEL EGO 147

Guión 17 – El animal amigo (técnica del guía interior)

En primer lugar se invita al paciente a acudir a su lugar favorito


(véase Guión 14).

Y observas un camino invitador que te conduce hasta la distancia. Al


final de este camino adviertes un luz verde-azulada amiga que avan-
za progresivamente hacia ti… a medida que se aproxima a ti se con-
vierte en un animal amigo, tu guía interior o terapeuta, que puede
ayudarte con cualquier problema que puedas tener. Por favor, pre-
séntate a tu amigo y cuéntale tu problema… tu amigo escucha aten-
tamente y después responde… presta atención a sus respuestas,
sabiendo que quizá no puedas entender completamente lo comuni-
cado en este momento del tiempo, que el significado pleno de la
comunicación podrá ser apreciado mucho más tarde, quizá en forma
de sueño hoy por la noche o la próxima semana, antes o después. Y
ahora despídete de tu amigo, sabiendo que puedes volver a encon-
trarlo cuando lo desees recurriendo a tu lugar favorito y llamándolo
por su nombre… puedes compartir con él cualquier preocupación
que tengas, sabiendo que te escuchará y te comprenderá.

Este enfoque fue satisfactoriamente usado por Hawkins (1990)


para el tratamiento de una paciente bulímica (véase Capítulo 8) y
también puede ser particularmente útil para el manejo del dolor y la
toma de decisiones.

Orientaciones de futuro

Muchos de los enfoques para el fortalecimiento del ego descritos


anteriormente contienen una directiva de orientación futura. Sin
embargo, la técnica proyectiva/evocativa para el fortalecimiento del
ego que consiste en la progresión de edad tiene sus raíces en el inte-
rés de Erickson por experimentar con la utilización de la percepción
temporal durante el trance para ayudar a los pacientes a descubrir y
alcanzar objetivos realistas (Erickson, 1954; Erickson & Rossi, 1989;
148 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Hammond, 1990a, pp. 543-5). Erickson hacía que pacientes que se


hallaban en un trance profundo visualizaran los pasos implicados en
alcanzar sus metas en el interior de una serie de bolas de cristal ima-
ginarias. Este autor ocultaba la naturaleza de estas metas a sus
pacientes produciéndoles una profunda amnesia, protegiendo así las
metas inconscientes discernidas en el trance de la contaminación a
través de la mente consciente (Erickson, 1966). Insistía también en
que sus pacientes se disociaran de sus ambientes durante el trance.
Sin embargo, no es imprescindible que el paciente sea disociado ni
que olvide las soluciones de orientación futura (Phillips & Frederick,
1995). Al parecer las progresiones positivas son extremadamente
valiosas para ayudar a los pacientes a contrarrestar algunos de los
sentimientos pasados y presentes de indefensión. Frederick y Phillips
(1992) lo expresan del siguiente modo:

Inicialmente fuimos conscientes de las propiedades auto-calmantes


de las progresiones hipnóticas al trabajar con trastornos psicosomá-
ticos; descubrimos que las progresiones hipnóticas podían calmar el
pánico en pacientes agudamente angustiados, permitiéndoles así
hacer un uso más apropiado de sus facultades personales y de reso-
lución de problemas. (p. 93).

Con todo, el terapeuta debe garantizar que el paciente sea capaz


de construir objetivos futuros positivos, de lo contrario podrían exa-
cerbarse los sentimientos de indefensión y desesperación.
En algún momento, este interés por los objetivos futuros contri-
buyó al desarrollo de una terapia centrada en la solución (De Shazer,
1985, 1988).

Guión 18 – Ascender a una montaña

Imagina que es un precioso y soleado día de primavera… el cálido


sol brilla sobre ti… haciendo que te sientas cómodo y relajado y, al
mismo tiempo, pleno de entusiasmo hacia el camino que te espera.
Cuando miras hacia la cumbre de la montaña, sabes que tu objetivo
FORTALECIMIENTO DEL EGO 149

consiste en alcanzar la cima para descubrir un secreto personal.


Imagina ahora el camino, por el que asciendes suave y gradualmente.
Al comienzo andas con facilidad mientras atraviesas riachuelos tran-
quilos. A medida que asciendes más y más el camino se estrecha y el
suelo es menos firme. Tómate un descanso, y siente la fresca brisa que
roza tu piel y merodea por tu cabello. Ya has ascendido bastante en la
montaña y puedes disfrutar de unas panorámicas maravillosas en el
valle… puedes ver kilómetros y kilómetros a tu alrededor. Aquí y allí
puedes encontrarte con una liebre o una ardilla, o algunas ovejas y
cabras. Estos animales viven pacíficamente junto con los pájaros y las
mariposas. A medida que asciendes aún más, el camino se hace más
empinado y, en algunos sitios, el paso es incluso más estrecho. Las
aulagas amarillas bordean parte del camino y las flores brotan aquí y
allí saludándote a cada paso. Puedes observar otra montaña, que pare-
ce estar tan próxima que podrías caminar por encima de ella; pero en
realidad sabes que está demasiado lejos. A medida que sigues ascen-
diendo más y más alto, llegas a una llanura en la que te detienes para
descansar. Te detienes, descansas un rato, te relajas y absorbes la bella
panorámica. Mirando hacia el valle observas cuánto has ascendido.
Has recorrido un gran trayecto, por un camino que, en ocasiones, ha
sido difícil y, en ocasiones, fácil, pero has avanzado. Y ahora continuas
hasta alcanzar la cima. Aproxímate más hacia un objetivo. (El tera-
peuta podría sugerir al paciente en este momento que en la cima puede
encontrarse con una persona significativa de su vida que podría apor-
tarle una respuesta para una cuestión existencial importante).

El enfoque de los dos espejos

En un enfoque descrito por Bandler y Grinder (1979), se “hipnoti-


za” al paciente y se le pide que imagine la situación problemática
(p.ej., la situación fóbica), y después que cambie a una imagen en la
que se refleje un resultado satisfactorio para el problema. A conti-
nuación el paciente abre los ojos. Después se repite el proceso: “ojos
150 HIPNOSIS Y ESTRÉS

cerrados –imaginar la situación problemática– imaginar una resolu-


ción satisfactoria del problema– abrir los ojos”. Antes de abrir los
ojos, se pueden anclar los sentimientos positivos asociados con el
resultado satisfactorio; por ejemplo, pidiendo al paciente que roce
su dedo pulgar con el índice, emparejando de este modo ambas res-
puestas. Si esto se efectúa durante un número suficiente de veces, el
hecho mismo de unir el pulgar y el índice produciría involuntaria-
mente los sentimientos positivos.
Algunas veces se emplea un enfoque similar en el cual los pacien-
tes imaginan dos espejos, uno detrás de ellos (el pasado) y otro fren-
te a ellos (el futuro). Los pacientes se miran en el espejo que está tras
ellos y se experimentan con el problema; a continuación se giran y
miran en el espejo que se halla frente a ellos y se contemplan a sí mis-
mos sin el problema. El terapeuta propone las sugerencias apropia-
das para ayudarles a construir imágenes fuertes con respecto a cada
condición. En el Caso 6 del Capítulo 8 se ofrece un ejemplo de este
procedimiento.
Estos enfoques, que vinculan los acontecimientos pasados con los
presentes y con los futuros, algunas veces reciben la denominación
de enfoques de “línea del tiempo”.

Guión 19 – Fortalecimiento del ego dirigido a objetivos

Imagina una línea que se prolonga desde el instante de tu nacimien-


to, o incluso antes que eso, hasta un momento futuro en el que com-
pletes tu vida física sobre esta tierra, del mismo modo que un río
comienza su andadura en un manantial en lo alto de la montaña y
concluye en un ancho delta fundiéndose con el mar… y colócate en
algún lugar de esa línea del tiempo… un lugar en el que te encuen-
tres en este momento de la vida. Ahora observa un espejo (imagina-
rio) que se encuentra frente a ti… Imagínate cómo te gustaría ser,
sintiéndote bien y feliz por ello. Observa el reflejo… más brillante,
más claro, con más color y aproxímate a él, convirtiéndote en esa
persona. Sabes que esto ya está sucediendo, incluso aunque no pue-
das apreciarlo plenamente aún.
FORTALECIMIENTO DEL EGO 151

Enfoques ericksonianos

Las metáforas y las historias pueden ser útiles para ayudar al


paciente a desarrollar una mayor sensación de auto-estima y seguri-
dad en sí mismo comunicando esto a su mente inconsciente (Erickson
& Rossi, 1979; Zeig, 1980; Lankton, 1980; Yapko, 1990b; Kopp, 1995).
Lankton y Lankton (1986) definen una metáfora terapéutica como:
“Una historia con recursos dramáticos que capta la atención y pro-
porciona un marco diferente a través del cual el cliente puede disfru-
tar de una experiencia novedosa”. (p. 154).
Las metáforas suelen contener ideas y mensajes subliminales que
“siembran” diversas posibilidades curativas. Muchos hipnoterapeutas
han subrayado el uso de de las metáforas para “sembrar” la capaci-
dad de alcanzar los objetivos relacionados con el dominio y la rede-
cisión, la flexibilidad, el manejo del estrés y el logro de la curación
somática (Lankton & Lankton, 1983, 1987; Yapko, 1990b; Hammond,
1990a). Las historias que reflejan esperanza sobre la curación y que
concluyen con la resolución positiva de luchas similares a las del
paciente pueden estimular un punto de vista más optimista.
Una de las principales ventajas de la metáfora y del relato de his-
torias es que pueden ser presentadas al paciente de un modo no ame-
nazante que facilite el rapport, profundice la comunicación interna y
permita al individuo responder cómodamente, de un modo discreto y
privado y a su propio ritmo. Este método supera cualquier resisten-
cia consciente que presente el paciente para aceptar las validaciones
positivas. Hammond (1990a) señala que una metáfora puede usarse
para “sembrar” gradualmente una idea que pueda ser amenazadora o
desafiante, seguida por un “puente” asociativo que se relacione más
directamente con el problema del paciente y ofrezca la posibilidad de
resolución, y posteriormente para reforzar una comunicación más
directa. Los elementos de la historia pueden acentuarse indirecta-
mente para el paciente mediante sugerencias subliminales que se
organicen a través de cambios en el tono de voz del terapeuta, ritmo
del discurso, ritmo de la respiración, mirada o cambios de postura.
152 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Construcción de metáforas

Muchas historias han sido elaboradas alrededor de los siguientes


temas: la vida de un roble (véase Guión 20) o una planta de tomate, las
estaciones del año, la metamorfosis de una oruga en una mariposa o el
curso de un río desde su nacimiento hasta el mar (Guión 21). Evidente-
mente existen escenarios innumerables que pueden ser usados al tra-
bajar con pacientes, y tales escenarios deberían ser seleccionados o ela-
borados sobre la base de la evaluación de la situación terapéutica.
Aunque el material de las metáforas pueda seleccionarse de cualquier
fuente, la metáfora debería relacionarse con la vida e intereses del
paciente. Obviamente el paciente informará al terapeuta sobre el tipo
de metáfora que sea recomendable. Lo importante es el modo en que
el terapeuta emplee creativamente imágenes y palabras que coincidan
idóneamente con los intereses, experiencias y aspiraciones del pacien-
te, así como con la sintomatología presentada. En ocasiones será posi-
ble recurrir a historias de la literatura –p.ej., El patito feo; La oruga
hambrienta (Carle, 1974); Juan Sebastián Gaviota (Bach, 1970); El
mago de Oz (Baum, 1900)– que se relacionan con una transformación
positiva y transmiten así una sensación de esperanza y optimismo.

Guión 20 – La vida de un roble (una metáfora terapéutica)

Mientras el paciente está en trance se narra la siguiente historia.


Ésta puede ser adaptada para que refleje determinado contenido clí-
nico (p.ej., la edad del paciente, la sintomatología presentada, etc.).

¿Estás cómodo en esa posición? Entonces comenzaré. Había una vez


un roble muy pequeño... cuyo tronco era tan delgado que se movía al
son del viento… y este pequeño arbolito miraba a los grandes y
sabios robles que poblaban el bosque y deseaba él mismo (modificar
según género del paciente) ser como ellos… incluso quería ser el
mayor y más alto roble de todo el bosque… pero entonces sus bellas
hojas verdes comenzaron a cambiar de color… a adoptar tonos roji-
zos y amarronados… y gradualmente el viento fue arrancándolas una
FORTALECIMIENTO DEL EGO 153

a una… y el arbolito se sintió triste y solo… y permaneció sintiéndo-


se deprimido y solitario durante todo el frío invierno… pero poco
después llegaron las lluvias primaverales, y los primeros rayos sola-
res del verano, la energía brotó de sus raíces y se transmitió hasta
todas sus ramas de modo que las flores de su alrededor se abrieron
con bellos colores y sus pequeños capullos comenzaron a abrirse y a
convertirse en atractivas y tiernas hojas verdes… y el pequeño árbol
fue feliz a lo largo de toda la primavera y el verano… hasta que una
vez más las hojas cambiaron de color y fueron zarandeadas por el
viento otoñal. Pero entonces el pequeño árbol se percató de que
durante el invierno mientras él/ella sentía frío y tristeza, algo estaba
ocurriendo bajo la tierra… que sus raíces permanecían vivas… cam-
biando y creciendo para que cuando llegara la primavera una vez
más las raíces fueran capaces de enviar energías curativas a todo el
árbol, a todas sus ramas y hojas… y esto sucedía de por sí, de forma
natural… de igual manera a como cambian las estaciones de otoño a
invierno, a primavera y a verano… casi de forma imperceptible, sin
sentido del tiempo, y así el arbolito creció hasta convertirse en el
roble más alto, más bello, más seguro y más sabio de todo el bos-
que… sus raíces ganaron en profundidad, anclando y afianzando el
árbol para poder mantenerse enhiesto y orgulloso incluso ante los
vientos más intensos. Sus ramas rozaban el cielo y ofrecían protec-
ción y descanso a muchos pájaros y animales pequeños.

Guión 21 – El río de la vida

Y mientras miras las tranquilas y pacíficas aguas del río, tal y como
está ahora, en este momento de su vida (esta descripción debería rela-
cionarse con la vida del paciente en ese momento, como también debe
hacerlo el resto de la intervención) sabes que en su nacimiento el agua
de las lluvias y de la nieve que cayó en las montañas se filtró en la tie-
rra y en un instante brotó como una fuente cristalina y pura… plena
de energía exuberante a medida que transcurría por su cauce… salta-
rina durante los días soleados, contemplando el camino que le queda-
ba por delante hasta el lejano océano. Y mientras avanzaba se asocia-
ba a otros pequeños riachuelos que se embarcaban en sus propios via-
154 HIPNOSIS Y ESTRÉS

jes excitantes hacia el océano… y la fuente se hacía más y más cauda-


losa a medida que avanzaba… a través de las montañas y bosques…
fluyendo divertida y alegre en su recorrido, plena de esperanza y
expectación. Y a medida que transcurría el tiempo, la fuente comenzó
a moverse con mayor lentitud y disfrutaba de las verdes orillas, de
los árboles y de las flores… y según se aproximaba al océano su trans-
currir era cada vez más lento y merodeante a través de los paisajes
campestres, como disfrutando de cada instante, y cuando en su pro-
greso se interponían obstáculos seguía el camino que menos resisten-
cia le opusiera… siguiendo su propio curso hasta alcanzar y fundirse
con el océano… sabiendo que había seguido el camino de su destino
y había alcanzado el objetivo último cuando desembocaba en el mar.

Existen metáforas similares que sugieren crecimiento y renova-


ción como la del capullo de rosa (véase Guión 40 en el Capítulo 6) o
el ciclo del trigo (Assagioli, 1965/1975, p. 216). Más adelante se irán
presentando otros ejemplos de metáforas terapéuticas como parte de
las historias de casos.

Enfoque de cinco pasos de Stanton

Stanton (1989, 1991) presenta un enfoque de cinco pasos para el


fortalecimiento del ego que conlleva la inducción hipnótica, la pro-
fundización en el trance, la sugestión positiva y la imaginería:

• Relajación física inducida pidiendo a los pacientes que centren


su atención en la respiración y que generen una actitud diso-
ciada y separada.
• Calma mental motivada a través de imaginar la mente como un
pozo, cuya superficie refleja una calma absoluta; se anima al
paciente a arrojar al pozo bellas piedras de calma, relajación y
seguridad, las cuales se sumergirán cada vez más y más.
• Eliminación de la “basura” haciendo que el paciente imagine
que está arrojando a la basura sus miedos, preocupaciones,
dudas y culpabilidades.
FORTALECIMIENTO DEL EGO 155

• El paciente destruye la barrera que representa todo lo que sea


negativo en su vida a través del uso de la imaginación.
• Disfrute de un lugar especial en el que el paciente se siente con-
tento, tranquilo y relajado, llenando su mente con el pensa-
miento del éxito y la felicidad. El paciente también piensa en el
día pasado, con relación a las cosas que han salido bien, segui-
do por las cosas que no hayan salido tan bien. Cada día se con-
vierte en exitoso a través de la creación de imágenes positivas.

En un estudio a pequeña escala que hacía uso de este método,


Stanton (1991) hallaba que los sujetos mostraban niveles de estrés
significativamente reducidos tras el tratamiento.

Cuestiones clínicas adicionales

Al comienzo del tratamiento es necesario destinar el tiempo nece-


sario a trabajar con el paciente sobre el fortalecimiento del ego, por-
que esto capacita al individuo para desarrollar una actitud positiva
hacia sí mismo y hacia el futuro. En mi trabajo recurro a un enfoque
general al comienzo y al final de cada sesión. Este proceso positivo
ayuda al paciente a invertir los sentimientos de desesperación e inca-
pacidad que, a menudo, acompañan a los problemas vinculados con
el estrés. También ayuda al paciente a manejar las experiencias estre-
santes formativas creando un anclaje fuerte que facilite la aparición
de los procesos de catarsis, “elaboración” y reevaluación. Esta cues-
tión se tratará con mayor profundidad en el siguiente capítulo.
Además de hacer uso de los enfoques previamente descritos, el
terapeuta también debería colaborar en la creación de un sentimien-
to de valía personal en el paciente, valorando al individuo como ser
humano. Esta aceptación favorece el desarrollo de auto-confianza y
auto-estima, y cuando esto ocurre el paciente se relaja y es más eficaz
en la resolución del problema. Por ejemplo, puede haber situaciones
en las que un paciente manifieste que carece de recursos internos, o
156 HIPNOSIS Y ESTRÉS

que sea reacio a participar en cualquier exploración interna por mie-


do a lo que pueda hallar. En esta situación, el terapeuta podría “coo-
perar” del siguiente modo: “Me alegro mucho de que seas honesto
conmigo y me hagas partícipe de tus miedos. Tu honestidad sobre
tus creencias y sobre tus necesidades garantizarán que no entre-
mos con demasiada rapidez ni demasiada profundidad en tus expe-
riencias internas hasta que tú no estés dispuesto a hacerlo” (Phillips
& Frederick, 1995, p. 96).

Grabaciones para el fortalecimiento del ego

Se ha producido cierta controversia con respecto a la convenien-


cia de ofrecer grabaciones a los pacientes. A mi entender, la graba-
ción de su propia sesión de hipnosis, con respecto a los aspectos posi-
tivos como la relajación, el fortalecimiento del ego y el estableci-
miento de objetivos, ciertamente no perjudicará al paciente si es indi-
vidualizada. Éste puede ser un modo muy idóneo para ayudarle a
afrontar el estrés. Escuchando diariamente la grabación el paciente
refuerza y consolida el fortalecimiento del ego que ocurrió durante la
sesión. Wolberg (1980) enumera las siguientes ventajas derivadas del
uso de grabaciones “de apoyo”:

• La grabación es una prueba material de que algo palpable y


tangible se está haciendo para el paciente.
• Se intensifica la relación con el terapeuta.
• Se mantiene la influencia terapéutica entre las sesiones.
• Se alivian las tensiones y ansiedades a través de las sugestiones
de relajación y reafirmación.
• Se motiva una auto-imagen más constructiva a través de las
sugestiones persuasivas positivas neutralizando las sugestiones
negativas, que habitualmente han preocupado al paciente.
• Se alcanza más fácilmente la terminación porque se reduce la
ansiedad por la separación.
FORTALECIMIENTO DEL EGO 157

• Tras la terapia, el paciente dispone de un recurso que puede uti-


lizar en caso de necesidad.
• Al enfoque hipnoanalítico se añaden sugerencias de apoyo y
reeducación.

Wolberg defiende que tras un período de 15 años, no encontró a


ningún paciente que se convirtiera en dependiente de las grabaciones
o que aumentaran su grado de dependencia. Sin embargo, debo
admitir que una antigua paciente mía me llamó recientemente para
pedirme una nueva grabación, porque la original se había deteriora-
do. El cuestionamiento adicional reveló que la grabación original se
había elaborado 15 años atrás. Helen Watkins (1990a) aporta ejem-
plos de grabaciones para el fortalecimiento del ego que ayudan a los
pacientes a aumentar su auto-estima.

Una reflexión espeleológica

Como antiguo geólogo y espeleólogo sé cuan importante es prepa-


rarse adecuadamente antes de descender a una cueva. En primer
lugar, es esencial obtener tanta información como sea posible de la
cueva –las entradas, las salidas, los túneles y los ríos– pero teniendo
siempre presente que existen muchas cavernas que no han sido tra-
zadas con exactitud. En este contexto, suele ser conveniente introdu-
cirse en la cueva con alguien experimentado. En segundo lugar, el
espeleólogo requiere cierto entrenamiento esencial, no sólo en el des-
censo a cuevas, sino también en técnicas básicas de supervivencia. En
tercer lugar, el espeleólogo necesita el equipamiento y el atuendo
apropiados, como una linterna, para iluminar su camino. Y por últi-
mo, también es muy útil mantenerse en contacto con la superficie
mediante una cuerda o, al menos, alguna forma de comunicación –en
caso de que ocurra algo inesperado.
5 Enfoques hipnoanalíticos

Dos monjes paseaban por las montañas cuando llegaron a un ria-


chuelo que, debido a las lluvias torrenciales, había crecido conside-
rablemente. El puente que lo cruzaba había sido destrozado por el
agua y el único modo de cruzar el río era sumergiéndose en sus pro-
fundas y rápidas aguas. Una mujer joven se hallaba en la orilla y
debía cruzar el río para ir a visitar a su madre enferma, pero temía
cruzarlo sola. Uno de los monjes se ofreció a transportarla sobre sus
hombros y la joven accedió gustosamente. Aunque no fue tarea fácil,
lograron cruzar el río y alcanzar la otra orilla de forma segura. Una
vez en la otra orilla la mujer siguió su camino y los dos monjes siguie-
ron el suyo en silencio. Más adelante aquel mismo día, el monje que
había visto a su compañero transportar a la joven de una orilla a la
otra, comentó que a los monjes no les estaba permitido tener ningún
contacto con las mujeres y que se había comportado de un modo
peligroso, por ello quería saber por qué su compañero había proce-
dido así. El otro monje le replicó que él había descargado a la joven
en la orilla aquel mismo día por la mañana y que se preguntaba por
qué su compañero seguía cargando con ella por la tarde.
160 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Psicoterapia psicodinámica

Los enfoques hipnoanalíticos se han desarrollado fundamen-


talmente a partir de las psicoterapias psicodinámicas. Éstos son
sistemas de comprensión, explicación y práctica basados en prin-
cipios globales de la teoría psicoanalítica y la terapia suele ser,
en muchas ocasiones, de corto plazo y tiempo limitado (Wolberg,
1980; Strupp & Binder, 1984; Budman & Gurman, 1988). Este tipo
de terapia está diseñada para descubrir e iluminar los orígenes de la
sintomatología, vinculando el presente con el pasado y la conducta
con la motivación. La psicopatología se entiende como un produc-
to de la represión y la disociación, y la terapia se destina a descubrir
las dinámicas reprimidas y a permitir al paciente que alcance
insight sobre los acontecimientos formativos (causales) tal y como
se experimentan en los niveles fisiológico, afectivo y cognitivo.
Se puede recurrir a Holmes et al. (2005), disponible en Internet
www.sciencedirect.com, si se desea encontrar una descripción com-
pleta y detallada sobre la disociación y sus implicaciones en la prác-
tica clínica.
Las perspectivas psicodinámicas se refieren específicamente a los
principios y técnicas freudianas, y la terapia suele ser habitualmente
a largo plazo. Debería señalarse también que las pruebas aportadas
por Freud en defensa de sus teorías se basaron, fundamentalmente,
en experiencias con pacientes ingresados en centros clínicos, combi-
nadas con inferencias teóricas, Sin embargo, el campo del neuropsi-
coanálisis ha recobrado ímpetu recientemente (Solms, 2004). Solms
presenta un argumento controvertido según el cual algunos avances
recientes en neurología permiten una comprensión científica de los
principales dogmas de la práctica psicodinámica. Sin lugar a dudas,
la investigación neurocientífica contemporánea puede arrojar mucha
luz sobre la comprensión del estrés y sobre el funcionamiento cere-
bral y las implicaciones de todo ello en tratamientos que integren
la psicoterapia, la psiquiatría y la medicina (Damasio, 1994; Solms,
2004; Panksepp, 2004).
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 161

Muchos terapeutas emplean terapias dinámicas de tiempo limita-


do que están sustancialmente influidas por avances en los enfoques
humanistas, fenomenológicos, transaccionales y conductuales (p.ej.,
Alexander & French, 1946; Malan, 1963; Balint, 1968; Davanloo,
1978, 1980; Sifneos, 1979). Con todo, todas estas terapias siguen sien-
do relativamente próximas, en términos de sus proposiciones centra-
les, a la teoría propuesta por Breuer y Freud (1985/1955), como se
comentaba en el Capítulo 2. Los conceptos dinámicos más importan-
tes incluyen:

• La influencia del pasado del individuo en su funcionamiento


presente.
• La importancia de la mente inconsciente para determinar el
modo en que la persona funciona psicosomáticamente.
• La represión de las “experiencias” traumáticas.
• La somatización (conversión histérica) del afecto negativo
reprimido.
• La dinámica inconsciente.
• La resistencia.
• El desarrollo de los mecanismos de defensa del ego y de otras
estrategias de afrontamiento para manejar la “dinámica” repri-
mida.

La práctica de la psicoterapia psicodinámica breve ha aumentado


considerablemente durante las últimas décadas. La mayoría de los
múltiples enfoques desarrollados puede seguir siendo considerada
como dinámica, incluso a pesar de que las técnicas empleadas se deri-
ven de muchos sistemas teóricos. Los terapeutas psicodinámicos que
practican terapias breves suelen ser, a menudo, pragmáticos y ecléc-
ticos, y suelen adoptar una postura integradora tanto de los métodos
como de las técnicas. En general, los terapeutas dinámicos breves
prestan atención a todos los dominios psicológicos del funciona-
miento humano –cognitivo, conductual y afectivo– así como a las
dimensiones interpersonales de la interacción humana (Levenson &
Butler, 1994; Hawkins, 1997a).
162 HIPNOSIS Y ESTRÉS

El enfoque psicodinámico motiva al paciente a “hallar” el origen


del conflicto o problema. Este “insight”del acontecimiento o expe-
riencia traumática conducirá al paciente a experimentar los senti-
mientos de angustia asociados, como la tristeza, la ira, la culpabili-
dad, etc., incluso cuando se haya recurrido a las técnicas disociativas
apropiadas (p.ej., fortalecimiento del ego). Debería subrayarse que
tales abreacciones indican la reasociación y la descarga de los aspec-
tos somáticos, cognitivos, visuales y sensoriales de la experiencia
pasada o presente. El terapeuta puede animar al paciente a expresar
sus sentimientos motóricamente (Nichols & Zax, 1977; Pierce,
Nichols & DuBrin, 1983; Hawkins, 1995) o cognitivamente, como
“abreacción silenciosa”, un enfoque usado frecuentemente en el hip-
noanálisis (H. Watkins, 1990b). Evidentemente la abreacción puede
producirse con respecto a cualquier experiencia emocionalmente car-
gada, tanto si es del pasado, es del momento o de una experiencia
imaginaria vinculada con el futuro. Los pacientes, y ocasionalmente
también los terapeutas, suelen sorprenderse y angustiarse por estos
signos de activación que muchas veces se asocian al estrés y a la inco-
modidad. Muchos terapeutas creen que la abreacción favorece un
progreso más rápido de la terapia (Hammond, 1990a), mientras que
en opinión de otros es un modo de aliviar al paciente y de resolver los
síntomas histéricos y otros síntomas psicogénicos vinculados con el
acontecimiento traumático (Watkins, 1992). Rossi (1990) sospecha
que las fases de activación y relajación de la psicoterapia catártica
están vinculadas en el tiempo a la liberación de la hormona adrenal-
corticotrópica (ACTH) y de endorfinas durante un período de 20-30
minutos.

Hipnoanálisis

En hipnoanálisis, el terapeuta recurre a la hipnosis para ayudar a


los pacientes a descubrir el origen de sus problemas en el incons-
ciente, y para ayudarles a manejar las consecuencias conductuales,
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 163

emocionales, cognitivas y somáticas de esto. Se han diseñado muchos


enfoques para facilitar este proceso. Sin embargo, antes de explorar-
los, vamos a profundizar aún más en el manejo de la catarsis, como
a menudo sucede al iniciar el trabajo hipnoanalítico, y es convenien-
te que los terapeutas aprecien su importancia.

Catarsis

Cuando los pacientes acceden a diversos estados dolorosos y los


experimentan, frecuentemente se producen diversos grados de catar-
sis que pueden conllevar emociones, imaginería, intuiciones y sen-
saciones que adoptan formas que no se verbalizan fácilmente. De
hecho, como se comentaba anteriormente, este proceso puede con-
templarse como un importante factor curativo común a todos los
enfoques psicoterapéuticos. El terapeuta puede advertir que el
paciente muestra señales externas de catarsis emocional, es decir,
temblores, sudores, lágrimas, respiración entrecortada, etc. Cuando
suceda esto, los terapeutas pueden animar a sus pacientes a ventilar
motóricamente sus sentimientos; por ejemplo, golpeando un cojín. Si
el terapeuta está entrenado, puede hacer uso de técnicas extraídas de
enfoques de orientación emocional como la terapia Gestalt (Perls,
1969), la bioenergética (Lowen, 1975), el psicodrama (Moreno, 1946)
y la terapia primal (Janov, 1973).
Algunas veces, durante una experiencia regresiva espontánea e
intensa, el paciente puede perder temporalmente el contacto con su
entorno y la capacidad de comunicarse verbalmente. Esto puede
deberse a que el paciente haya entrado en un estado de revivificación
(Kroger, 1977), una regresión plena que le conduce a revivir real-
mente una experiencia temprana. El terapeuta debería tratar de evi-
tar esta situación, porque nada se logra de revivir una experiencia
traumática. En general, si el paciente ha sido debidamente prepara-
do en los estadios iniciales de la terapia –por ejemplo, adecuado for-
talecimiento del ego, regresión positiva estructurada, establecimiento
164 HIPNOSIS Y ESTRÉS

de anclajes positivos, así como el desarrollo de una buena alianza


terapéutica– se minimiza significativamente la probabilidad de que se
produzcan abreacciones espontáneas. La voz del terapeuta junto con
algún toque de reafirmación permite al paciente recordar que se halla
en el despacho del terapeuta. Paradójicamente, mediante el uso de
enfoques positivos, también se anima al paciente a explorar las ten-
siones dialécticas; por ejemplo, las experiencias negativas, los senti-
mientos de valía personal, etc.
Si se producen regresiones y abreacciones espontáneas, el tera-
peuta debe estar adecuadamente entrenado y tener confianza en sí
mismo para manejar la situación. En estas situaciones lo más idóneo
suele ser animar al paciente a permanecer en la experiencia y simul-
táneamente ofrecerle un apoyo pleno e indicaciones sobre el tiempo
presente. En esencia, la tarea del terapeuta consiste en ayudar a los
pacientes a expresar sus sentimientos tan plenamente como les sea
posible de un modo que conduzca al insight, a la liberación de inten-
cionalidad y al cambio de conducta. En general el terapeuta alcanza
este objetivo si:

• Continúa trabajando con efectividad contra las defensas a medi-


da que se descubre la expresión de sentimientos.
• Permanece en contacto próximo con el paciente.
• Selecciona los métodos apropiados.
• No se siente asustado o preocupado ante los sentimientos in-
tensos.

Guión 22 – Facilitar la catarsis

Eso es… deja que fluyan esos sentimientos… permite que se exterio-
ricen, como brota el agua retenida… está muy bien… sigue hacién-
dolo mientras continuas respirando desde lo más profundo de tu
cuerpo… permitiendo que en cada exhalación esos sentimientos
inexpresados broten, fluyan y se disuelvan en el aire. Y, si lo consi-
deras idóneo, puedes vincular acciones con los sentimientos, dejan-
do que tu cuerpo se mueva de cualquier forma que te resulte natu-
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 165

ral… eso está bien, déjate llevar por los movimientos… y quizá tam-
bién podrías poner algunas palabras a los movimientos… dejando
salir todos esos profundos sentimientos, de modo que puedas apren-
der de esas experiencias a fin de que dejen de preocuparte. Y puedes
sorprenderte al comprobar los aprendizajes inconscientes que
adquieres mientras revives esta experiencia de un modo tan emocio-
nal y somático, y quizá te preguntes cuándo y cómo lo sabrás. ¿Será
ahora o más tarde, consciente o inconscientemente, en un sueño hoy
por la noche o antes o después de la próxima semana?

Watkins (1995) manifiesta:

A nuestro parecer, cuando un paciente se ve sobrecargado por el


material descargado, a menudo suele destinarse atención insufi-
ciente a los siguientes elementos: fortalecimiento del ego, prepara-
ción del terapeuta, experiencia de la situación con el paciente, segui-
miento con interpretación y reintegración, deshacer el aprendizaje
destructivo del pasado, repetir la experiencia de abreacción hasta
que el afecto doloroso se haya descargado y calmado… porque el
terapeuta sólo haya tratado de iniciar la experiencia y no de com-
partirla con el paciente. (Por “coexperiencia” o “resonancia” consi-
deramos que el terapeuta no se debe limitar a observar meramente
el dolor obvio del paciente sino que le convendría experimentar real-
mente tal dolor, miedo u horror juntamente con el paciente, evi-
dentemente en un nivel inferior. Cuando esa “coexperiencia” es la
esencia de la experiencia abreactiva, el paciente no se siente solo
y generalmente puede manejar una carga mucho mayor de con-
frontación).
Sin embargo, también se producirán situaciones en las que pue-
de ser recomendable atenuar o mitigar la abreacción. Éstas son si-
tuaciones en las que el terapeuta debería emplear el enfoque de des-
carga lenta descrito por Kluft (1988) o una “abreacción silenciosa”
(H. Watkins, 1980, 1990b). Y se producirán cuando el self terapéuti-
co del clínico no sienta que “nosotros” (el paciente y el terapeuta
conjuntamente) podemos tolerar el afecto crudo cuya descarga se
espera. (p. 6).
166 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Una alternativa a las catarsis motóricas expresivas son los métodos


abreactivos silenciosos. En tales enfoques el terapeuta sugiere, por
ejemplo, que el paciente imagine estar airado con el protagonista.
Alternativamente también puede recurrirse a las técnicas “metafóricas”
o de imaginería guiada; por ejemplo, se pide al paciente que se imagi-
ne golpeando una gran roca con un bastón para abrir un sendero (como
se ilustra en el Guión 23). Al imaginar esta escena se puede sugerir
al paciente que la roca “se convierte en una persona”. A medida que el
paciente siga golpeando a la “persona”, abreacciona silenciosamente
cualquier ira y rabia reprimida hacia dicha persona –una acción que
muchas veces suele tener un efecto profundamente “des-estresante”.
Otro enfoque de abreacción silenciosa (distante) consiste en pedir
a los pacientes que se observen a sí mismos, o a otra persona, mien-
tras experimentan la descarga emocional como si se estuvieran vien-
do en la pantalla de un televisor. En una ocasión recurrí a este pro-
cedimiento cuando un paciente mío se enfureció y comenzó a mos-
trarse violento y hubiera causado algún daño a alguno de los restan-
tes miembros del grupo o a él mismo. Sugerí al paciente que se obser-
vara mientras seguía con la conducta emocional en una pantalla de
televisor. Estas técnicas de abreacción silenciosa suelen ser muy úti-
les para el manejo de la ira y de la furia (H. Watkins, 1980, 1990b). Si
la resolución no puede alcanzarse en una sesión, entonces se puede
pedir al paciente que imagine la experiencia como si de una graba-
ción de video se tratara y, se detiene en ese momento, para continuar
viéndola durante la siguiente sesión.

Guión 23 – Imaginación guiada para la catársis

Y mientras sigues el sendero a lo largo del río de la vida, que comien-


za en lo alto de las montañas y concluye en el momento en que el río
se encuentra y se funde imperceptiblemente con el océano univer-
sal… llegas a un punto en el que el sendero se encuentra bloqueado
por una enorme roca que te impide el paso… no hay modo de cir-
cundar o sobrepasar la roca y la única forma de avanzar consiste en
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 167

mover la roca, pero es muy grande y pesada. Afortunadamente des-


cubres un bastón próximo a la roca y se te ocurre la idea de golpear
la roca con él, como para romperla en pedacitos… coges el bastón y
comienzas a golpear la roca, percibiendo cómo te sientes mientras lo
haces… observando cualquier imagen… pensamiento… sensaciones
que pudieras experimentar…

Guión 24 – Manejo de la catarsis

Puedes seguir experimentando los sentimientos que tenías en el


pasado, pero sabiendo que no necesariamente es real… que todo
esto sucediera hace mucho tiempo… aunque en algún momento
puedas llegar a aprender a partir de estas experiencias… sabiendo
que yo estoy aquí contigo en esta consulta de la clínica el día
(fecha)… y que tú podrías preferir verte y escucharte en la televisión
a medida que comienzas a sentirte más cómodo y relajado mientras
observas esa experiencia… sabiendo que puedes retroceder a ese
momento de tu vida para aprender más en el futuro, cuando llegue
un momento más idóneo y seas capaz de hacer uso de la experiencia
de un modo más efectivo… y siendo consciente del sonido de mi voz
y del contacto de mi mano en tu hombro. Sigues inhalando y exha-
lando el aire sin ningún esfuerzo, y la siguiente vez que inhalas dejas
que tus ojos se abran… y eres plenamente consciente del lugar don-
de te encuentras… del momento del día… lo que te beneficia en este
momento de tu vida… tu edad…, y…

Es una cuestión de estilo terapéutico personal, marco teórico,


entrenamiento y experiencia adquiridos así como de la idoneidad
contextual que el terapeuta fomente la abreacción silenciosa o motó-
rica en algún momento particular de la terapia.
Con frecuencia, los pacientes necesitarán seguir revisando o “ela-
borando” experiencias formativas en sesiones sucesivas. Tal “elabo-
ración” catártica incluye el descubrimiento catártico y la motivación
para el cambio conductual y el trabajo orientado hacia los objetivos.
Es importante preguntar a sus mentes inconscientes si existe alguna
otra experiencia que deban conocer antes de que puedan avanzar
168 HIPNOSIS Y ESTRÉS

hacia el futuro sin el problema. En cualquier caso es importante que


el terapeuta apoye este acceso al interior para que los pacientes no se
cierren prematuramente antes de que se produzca la solución del pro-
blema y la resolución del síntoma.
Rossi (1995b) sugiere el uso de las “preguntas básicas de acceso”
a fin de facilitar un locus de control seguro en el propio paciente
durante la fase de activación. Este autor presenta los siguientes ejem-
plos de preguntas claves (p. 9):

• ¿Te puedes permitir seguir con esto durante un momento más


de forma privada –sólo el tiempo suficiente para experimentar
a qué nos conduce a continuación?
• Bien. ¿Puedes permanecer con esto el tiempo suficiente como
para aprender de qué se trata?
• ¿Sería apropiado permitirte seguir experimentando esto de for-
ma privada durante un rato, aunque pueda ser difícil, para que
puedas aprender qué es lo que necesitas para curarte (resolver
el problema u otra sugerencia)?
• ¿Y te parecería bien mantener la mayoría de esto como si se tra-
tara de un secreto que no debes compartir con nadie?

Rossi cree que los pacientes han aprendido a interrumpir sus


procesos ultradianos naturales de resolución de problemas hasta el
punto de necesitar recurrir a un terapeuta que les ayude a reaprender
el modo de experimentar la tensión normal del sistema simpático
de activación en la resolución de problemas de la vida cotidiana. Las
siguientes preguntas, diseñadas para el reencuadre terapéutico, pue-
den ser útiles para este reaprendizaje (p. 9):

• Sí, la respiración de este tipo suele ser señal de que tu mente y


cuerpo se están preparando para manejar cuestiones importan-
tes. ¿Puedes permitir que continúe durante un momento más
hasta que reconozcas de qué se trata?
• ¿Puedes disfrutar realmente de tu experiencia de la energía que
surge en tu cuerpo (sudor, temblor, nerviosismo, agitación, con-
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 169

fusión, incertidumbre, etc.) durante un momento más como


señal de que te encuentras en el camino para manejar cualquier
cosa que necesites?
• ¿Te has permitido alguna vez anteriormente una buena agita-
ción (o cualquier otra cosa) como ésta, para que pudieras reco-
nocerte a ti mismo?

Regresión

Además de manejar la catarsis con efectividad, los terapeutas


deben ser capaces de manejar apropiadamente la regresión. La regre-
sión ocurrirá probablemente cuando se empleen métodos hipnoana-
líticos, porque ésta es la esencia de varios enfoques clínicos. Las expe-
riencias que han estado reprimidas desde la infancia, o incluso antes,
pueden aflorar en el estado de trance, y pueden incluir una riqueza de
imaginería que habitualmente no se asocia con el estado de vigilia
(Phillips & Frederick, 1995). Es necesario garantizar que el paciente
sea capaz de manejar los recuerdos recuperados y que retenga cierta
dosis de atención externa, ajena a estas experiencias poderosas y fre-
cuentemente dolorosas. A fin de asistir al paciente en el manteni-
miento del grado idóneo de disociación, el clínico podría ofrecer las
siguientes sugerencias:

Independientemente de dónde te encuentres en este momento y de lo


que estés experimentando, es importante que sepas que hay una par-
te de ti adulta que puede escuchar mi voz y responder ante lo que
digo. Me gustaría que esa parte de ti me diera una señal de su pre-
sencia… Bien. Ahora tu mente inconsciente te ha proporcionado una
experiencia poderosa y ciertamente queremos examinarla de una
manera y en un momento que te sea plenamente útil. Como nuestro
objetivo de hoy es acceder a las experiencias positivas, voy a pedir a
tu mente inconsciente que emplee sus recursos creativos para crear
un lugar o contenedor seguro que pueda almacenar toda esta expe-
riencia hasta que llegue el momento en que ambos decidamos que
170 HIPNOSIS Y ESTRÉS

estamos preparados para abrirlo. Me gustaría que tu parte adulta se


asegurara de que esto está sucediendo y, cuando se complete el pro-
ceso, me lo hiciera saber moviendo un dedo o asintiendo con la cabe-
za. (Phillips & Frederick, 1995, p. 59).
Incluso aunque tu mente consciente pueda desconocer lo que está
sucediendo, tu inconsciente puede colaborar en la búsqueda de la
fuente de tu estrés y síntomas actuales…
Eso es, ahora puedes disponer de la valentía para seguir recibien-
do todos esos sentimientos de angustia que narran la historia real de
tus síntomas molestos…
Eso es, mientras una parte de ti lo siente real y plenamente, otra
parte de ti puede observarlo cómoda y tranquilamente desde fuera de
la barrera, de modo que puedas dar un informe exacto sobre la fuen-
te de tus problemas… cuando tu mente inconsciente sepa que puede
seguir con su trabajo de curación, en cualquier momento que sea idó-
neo [pausa], y cuando tu mente consciente sepa que puede cooperar
ayudándote a reconocer esos momentos a lo largo del día cuando
convenga tomarse un respiro [pausa], ¿te descubrirás despertándote
y sintiéndote refrescado, despabilado y tan consciente como necesi-
tes ser sobre el sentido de esta experiencia que has tenido hoy aquí?
(Rossi, 2002, p. 87).

Enfoques ideodinámicos en hipnoanálisis y manejo del estrés

Siempre ha sido un misterio que la mente pueda señalizar res-


puestas que aparentemente se encuentran fuera del control conscien-
te. Los enfoques de curación que han recurrido a este método se
remontan a la historia y han incluido visiones, “hablar en diferentes
idiomas”, escritura espiritual, rituales místicos y danza. Más recien-
temente, el trabajo de Chevreul constituyó la base de las investigacio-
nes clínicas de Braid y Bernheim, quienes reconocieron que la natu-
raleza esencial del trance y de la sugestión podía explicarse como
acción ideomotora e ideosensorial (Weitzenhoffer, 1957). Aunque los
movimientos ideomotores fueran profunda e intensivamente investi-
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 171

gados a consecuencia de su importancia para las teorías básicas de


conducta e hipnosis, la señalización idemotora en el contexto del tra-
bajo clínico es relativamente reciente (LeCron, 1954).
Las teorías dinámicas de la psicoterapia defienden la existencia
habitual de amnesia sobre la fuente de los problemas psicológicos y
de la neurosis y, además, la necesidad de alcanzar insight relativo a
esta dinámica reprimida. La señalización ideomotora puede usarse
como procedimiento para descubrir el material inconsciente en un
plazo de tiempo muy inferior a los enfoques psicoanalíticos tradicio-
nales. Es también un enfoque excelente para ser introducido al
comienzo del proceso de tratamiento, porque literalmente coloca el
“control” en manos del paciente.
Los principales objetivos de esta forma de exploración y terapia
combinadas son:

• Revelar los factores de resistencia inconscientes al comienzo del


curso de tratamiento.
• Implicar a los pacientes como colaboradores activos en el pro-
ceso terapéutico.
• Reducir la probabilidad de forzar al paciente a revivir experien-
cias traumáticas que refuercen los patrones maladaptativos ori-
ginales de su conducta. Una perspectiva distante en una regre-
sión parcial haciendo uso del conocimiento adulto, la perspec-
tiva y comprensión maduras del paciente ofrecen las circuns-
tancias óptimas para que la terapia sea óptima y rápida.
• Usar el enfoque retrospectivo, retroceder en segmentos del
tiempo, que es más idóneo para los principiantes en hipnoaná-
lisis porque evita las posibilidades de abreacciones problemáti-
cas.
• Reducir el riesgo de una abreacción, que puede lograrse si el
terapeuta manifiesta con anterioridad a la búsqueda que el
paciente no tiene por qué revivir el acontecimiento problemáti-
co, que puede mirarlo como si estuviera sucediendo a una ter-
cera persona.
172 HIPNOSIS Y ESTRÉS

• Lograr el permiso inconsciente antes de tratar de hacer que el


paciente comunique verbalmente una experiencia muy estre-
sante. Con frecuencia los problemas pueden ser observados a
niveles sub-verbales de conciencia sin necesidad del reconoci-
miento consciente o de la comunicación verbal. El paciente se
encuentra mejor equipado para adoptar esta decisión.

Señalización ideodinámica

La señalización ideodinámica constituye un enfoque funcional par-


ticularmente útil para descubrir los acontecimientos traumáticos repri-
midos y los sentimientos de angustia asociados a ellos y vinculados con
problemas psicológicos y psicosomáticos actuales (Cheek & LeCron,
1968; Erickson & Rossi, 1979, 1981; Rossi & Cheek, 1988; Hawkins,
1994c, 1997a; Rossi, 1995a, 1996). Mediante el uso de enfoques ideodi-
námicos, el terapeuta, en colaboración con el paciente, puede “contro-
lar” el nivel de disociación, y consecuentemente el grado de distancia-
miento emocional y catarsis asociada. De este modo, el “proceso catár-
tico” puede ser manejado con mucha efectividad. La señalización ideo-
dinámica digital (mediante dedos) accede rápidamente a información
vinculada con el estado que puede no estar disponible a los niveles ver-
bales y conscientes de funcionamiento del paciente, consecuentemen-
te, permite a los pacientes reencuadrar inconsciente y psicosomáti-
camente sus problemas. Rossi y Cheek (1988) afirman: “Los enfoques
ideodinámicos parecen ser los más idóneos para el acceso rápido y el
reencuadre de la codificación psicológica de los problemas traumáticos
y provocadores de estrés, particularmente cuando ya están en el proce-
so de reactivación por el estrés actual” (p. 382).
Como el terapeuta y el paciente pueden manejar terapéutica y
colaboradoramente los niveles de disociación y distanciamiento emo-
cional, se reduce considerablemente la posibilidad de que se produz-
can reacciones iatrogénicas negativas. También se reconoce que es
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 173

necesaria la revisión repetitiva, recurrente y secuencial de la expe-


riencia original para superar la amnesia traumática (Scheff, 1979).
Rossi y Cheek (1988) sugieren que:

Los enfoques ideodinámicos, permisivos y exploratorios de la hipno-


sis terapéutica, propuestos inicialmente por Milton Erickson, elimi-
nan el tipo de presiones emocionales que motivan a los pacientes a
falsear (p. 12)… La inducción y el mantenimiento de un trance sirve
para generar un estado psicológico especial en el que los pacientes
puedan reasociar y reorganizar sus complejidades psicológicas inter-
nas y utilizar sus propias capacidades en concordancia con su propia
vida experiencial. (p. 14).

No obstante los terapeutas deben permanecer en constante vigi-


lancia respecto de la validez de la información lograda a través de
la señalización ideodinámica. Rossi y Cheek sugieren que existe
una secuencia definitiva de tres estadios implicada en la recupera-
ción válida de material significativo. Defienden que antes de elevar
el dedo seleccionado se producen cambios en la respiración, el rit-
mo cardíaco y reacciones emocionales que demuestran una orien-
tación interna hacia el momento de una experiencia importante.
Las señales ideodinámicas suelen ocurrir unos pocos segundos des-
pués de la aparición de esta memoria fisiológica. La manifestación
verbal de la experiencia puede seguir (cuando sea apropiada) a
estas indicaciones fisiológicas e ideodinámicas del acceso interno al
material significativo.
A continuación (Figuras 5.1-5.3) se presenta un marco de trabajo
básico para el empleo de los métodos ideodinámicos de señalización
digital para resolver problemas psicológicos y psicosomáticos, junta-
mente con la indicación de algunos de los posibles problemas. Sin
embargo, se recuerda a los terapeutas que esto es sólo una guía para
las posibles intervenciones, y que deben adaptar creativamente las
sugerencias para satisfacer los requisitos de sus pacientes y los suyos
propios. Cheek sintetiza el enfoque ideodinámico en la siguiente afir-
mación: “Transcurre mejor en una atmósfera abierta y confortante de
174 HIPNOSIS Y ESTRÉS

expectativas terapéuticas positivas y fomenta una sensación de curio-


sidad y duda tanto en el terapeuta como en el paciente” (Rossi &
Cheek, 1988, p. 21).
El enfoque recomendado aquí ha sido “probado y comprobado”
por el autor con numerosos pacientes durante varios años y con éxi-
tos considerables. En capítulos posteriores se presentan estudios de
caso que ilustran el enfoque. Debería señalarse que el enfoque pro-
puesto en estas páginas no difiere en gran medida del modelo defen-
dido por Rossi y Cheek. Por ejemplo, no se hace ningún esfuerzo por-
que las señales se produzcan en la misma mano aunque algunos te-
rapeutas (p.ej., Braum, 1984; Putman, 1989) hayan defendido esta
estrategia.
Para que los pacientes se impliquen en estos procesos ideodiná-
micos, deben focalizar su atención de modos que induzcan al trance
y, consecuentemente, no suele requerirse ninguna otra inducción.
Para quienes empleen inducciones hipnóticas formales en primer
lugar, las señalizaciones ideomotora e ideosensorial constituyen for-
mas excelentes para profundizar en la experiencia del trance hipnóti-
co de tal modo que el paciente se sienta seguro y con control.

Establecimiento de las señales digitales

Las señales ideodinámicas afirmativas pueden establecerse en el


contexto del fortalecimiento del ego (Guión 26), aunque al paciente
puede pedírsele que diga simplemente “sí”.

Guión 25 – Determinar la señal digital afirmativa

Continúa diciéndote a ti mismo la palabra “sí”, sintiendo “sí” en tu


cuerpo al mismo tiempo que piensas e imaginas el “sí” en tu mente…
y cuando tu mente inconsciente pueda identificar cuál es el dedo
“sí”…
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 175

Figura 5.1: Inicio del enfoque ideodinámico


Edad Dificultades en el estableci-
Estado civil Recogida del historial miento del rapport –examinar
Cuestiones relativas al estilo valores, proyección, transfe-
de vida Construcción del rapport rencia, dinámicas interperso-
Apoyo social disponible Foco terapéutico nales.
Naturaleza del problema Es posible que los problemas
Breve historia del problema Fortalecimiento del ego no sean fáciles de definir; el
Foco para la terapia terapeuta y el paciente deben
Modulación de síntomas Enseñar auto-hipnosis al definir el problema consen-
Tratamiento previo/actual paciente suada y colaboradoramente.
Consumo alcohol, drogas
Experiencia con la hipnosis
Fortalecimiento del ego
(tarea para casa)

Es posible que el paciente re-


Se pide al paciente que en- Fortalecimiento del ego quiera cierta ayuda con esta
cuentre una experiencia pasa- tarea.
da de éxito, p.ej., un logro. En para aumentar Esperanza, Es importante ayudar al
hipnosis se visualiza este paciente a reconocer que ha
acontecimiento positivo y se Optimismo, Confianza en superado muchos problemas
“ancla” la experiencia. en el pasado y que dispone de
uno mismo y muchas experiencias de
aprendizaje positivo, así como
Control Percibido. recursos de curación internos.
El fortalecimiento del ego, por
sí mismo, puede conducir a
mejorías significativas en la
sintomatología.
“Cuando tu mente inconscien-
te sepa que dispone de los re- N.B. Las señales inconscientes
cursos internos y tenga vo- Establecimiento del “sí”
ideodinámico digital auténticas son siempre repeti-
luntad de ayudar a resolver el tivas y a menudo poco visi-
problema, ¿se elevará el dedo bles. Suelen producirse pro-
del “sí” o flotará una mano?”. blemas de resistencia, p.ej.,
ninguna señal o señales múlti-
Se pide a los pacientes que ples, que pueden reflejar la
imaginen ver un video de sí incapacidad para decir “no”.
mismos (o de otra persona, Revisión del foco terapéu-
tico seleccionado Muchas veces pueden emple-
ficticia o real, con un proble- arse señales ideosensoriales.
ma similar) donde establecen
un pronóstico óptimo.

“Cuando tu mente inconscien- Para algunos pacientes puede


te sepa que puede decir “no” a Establecimiento del “no” ser necesario ofrecer un “en-
tu problema, ¿se alzará tu ideodinámico digital trenamiento en sugestión pos-
dedo del “no” o flotará tu tural”.
otra mano?”
Cuestionamiento
ideodinámico
176 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Figura 5.2: Acceso y revisión ideodinámicos


“¿Hay en tu vida algún suceso LeCron desarrolló un enfoque
o cadena de sucesos que sea Cuestionamiento retrospectivo útil para hacer
responsable de tus proble- ideodinámico regresar al paciente a expe-
mas?”. riencias previas a fin de explo-
rar la fuente traumática de los
problemas.
Se pregunta al paciente si la
experiencia se produjo antes
de que tuviera 20, 10, 5 años
“Deja que tu mente incons- de edad…
ciente busque esas experien-
cias, y cuando las haya encon- También puede usarse un
trado tu dedo (o mano) del Se pide a la mente incons- enfoque cronológico progresi-
“sí” se elevará Puede ser con- ciente que acceda a la expe- vo. Se pide al inconsciente
veniente para tu mente riencia formativa, que retroceda a un punto en
inconsciente saber lo que ocu- importante el tiempo anterior al suceso
rre al mismo tiempo que se ocurrido. A continuación se
eleva el dedo”. avanza progresivamente hasta
que el paciente indique con
una respuesta ideodinámica
que ya se ha accedido al suce-
so, y que puede experimentar
“Ahora revisa el suceso y lo que ocurre.
cuando hayas concluido con
la revisión, se alzará tu dedo
(o mano) del “no”. Si es apro- Independientemente del enfo-
Se pide a la mente que que se emplee, conviene
piado, sabrás conscientemente
inconsciente que revise dejar tiempo suficiente para la
lo que está ocurriendo, y serás
la experiencia a la que ha catarsis emocional y/o
capaz de hablarme de ello
accedido insights espontáneos. Facilitar
ahora o más tarde, si te pare-
ce oportuno que yo lo sepa”. el reencuadre terapéutico
cuando sea necesario.

Pueden obtenerse diferentes


niveles de disociación; cuando
Este ciclo, es decir, acceso y el paciente “sabe” en qué con-
revisión, se repite a continua- siste el hecho traumático,
ción hasta que no sean nece- puede revisar la experiencia
sarias más experiencias. como si “la viera en una pelí-
cula”.

Alternativamente, el paciente
puede “rescribir” su historia
“¿Existe alguna otra experien- creando una experiencia idea-
cia que debas conocer o revi- lizada o permitiendo que el
Comprobar si el paciente
sar para poder resolver tu pro- “estado protector del ego” le
está preparado y dispuesto
blema?”. ayude a salir.
a vivir sin el problema
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 177

Figura 5.3: Avances y reencuadre futuros


“Ahora que has revisado y ree-
valuado los hechos que subya-
cen a tu problema, ¿es capaz
tu mente inconsciente de per- Comprobar que el
mitir que avances hacia el paciente puede vivir
futuro sin el problema?” sin el problema

“Una vez hecho este trabajo,


¿puedes sentirte bien?”

La incapacidad para acceder


“¿Es capaz tu mente incons- a una fecha de resolución en
ciente de permitir que vivas Comprobar si el paciente el futuro puede ser indicati-
sin el problema en algún podrá vivir sin el problema va de una resistencia no re-
momento futuro?” en un momento futuro. conocida anteriormente. Si
este fuera el caso, se requie-
re trabajo adicional.
Sugerencia para que la señal
digital o manual se convierta
en la levitación ideodinámica
del brazo.
Si el paciente señaliza que
“A medida que tu brazo flota no está preparado para
gentilmente hacia el futuro prescindir del síntoma,
hasta que estés apropiada- se requiere trabajo
mente bien… y escribas la ideodinámico adicional.
fecha en una pizarra imagina-
ria que se encuentra frente a
ti, sabes que siempre puedes
recuperar esta fecha”. En lugar de un espejo se
puede recurrir al uso de una
“Ahora te introduces en el fu- televisión o una película.
turo (hasta la fecha que has
escrito) incluso aunque no se-
pas cuál es, y te experimentas Fecha visualizada para
observando tu bienestar en un la resolución satisfactoria
espejo… y ahora encontrándo- del problema Para aumentar la influencia
te en el espejo… te sientes terapéutica, se pide al
bien, sabiendo que esto puede paciente que continúe con la
ocurrir y que el proceso de auto-hipnosis y avances
curación se está produciendo futuros en su casa haciendo
en este momento incluso aun- uso del “anclaje” previamen-
que no lo sepas. Y la curación te establecido.
continuará incluso mientras
duermas hoy por la noche”. Con cada experiencia de
Revisión ideodinámica de aprendizaje se produce una
“Y ahora tu inconsciente pue- las experiencias de aprendi- señal ideo-dinámica –esto
de revisar todas las experien- zaje inconsciente/consciente aumenta en el paciente la
cias de aprendizaje que han que han ocurrido durante experiencia de esperanza,
ocurrido durante la sesión”. la sesión optimismo y expectación.
178 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Si dejas que los cambios en tu mano se produzcan con naturalidad,


podrás percibir que se desarrolla una sensación en uno de tus dedos,
sensación que puede convertirse en movimiento… y así sucesiva-
mente.

El mismo enfoque puede usarse para la introducción digital del


“no”. El terapeuta puede usar igualmente respuestas o sensaciones
ideosensoriales pidiendo al paciente que verbalice si ha experimenta-
do internamente (y, en consecuencia, no es observable para el tera-
peuta) una respuesta “sí” o una “no”. También se puede pedir al
paciente que mueva intencionadamente un dedo en contingencia con
una experiencia ideosensorial (Guión 26).

Guión 26 – Establecimiento de la señal digital de “sí” con fortaleci-


miento del ego.

Introdúcete en tu mente y busca un instante del pasado en el que


tuviste éxito reduciendo la gravedad de tu problema, un momento en
el que te sentías con control… cuando estabas más seguro de ti mis-
mo… y si lo deseas puedes experimentarte en esa situación dentro de
una pantalla de televisión… y cuando tu mente inconsciente sepa que
dispone de los recursos para resolver problemas del mismo modo a
como lo hizo en aquel momento, entonces, ¿se alzará uno de tus
dedos?... al comienzo puedes notarlo como una sensación o un tipo
de sentimiento diferente… quizá un cosquilleo, o una sensación cáli-
da, o incluso como un tirón… espera que eso ocurra… y permite que
tu dedo se mueva gentilmente por sí mismo. (El terapeuta incluso
puede colaborar en el movimiento del dedo). Y cuando seas conscien-
te de esas sensaciones en tu dedo del “sí”, entonces elévalo conscien-
temente para que yo también lo sepa.

Igualmente importante es reconocer que los pacientes pueden


demostrar resistencia a cooperar en el proceso ideodinámico de
investigación. Algunas veces los pacientes no pueden, o no quieren,
desarrollar las señales digitales. Cheek sugiere que esto suele ocurrir
con pacientes que han experimentado algún fracaso con otros trata-
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 179

mientos. Una estrategia empleada por el autor con los pacientes que
no se muestran muy dispuestos a producir señales ideodinámicas
consiste en sugerir lo siguiente:

Y en breve, pero no aún, abre los ojos y mira a una de tus manos. Tú
ya sabrás a cual mirar, y mientras lo haces, ¿se elevará un dedo por
sí mismo?... y seguramente sabrás qué dedo va a ser… estás esperan-
do a ver qué sucede… preguntándote qué sucederá cuando abras
ahora tus ojos.

Una vez establecidas las señales, se pueden formular las siguientes


preguntas al inconsciente de paciente:

• ¿Sabe tu mente inconsciente que puedes restablecerte comple-


tamente?
• ¿Tiene tu mente inconsciente voluntad para ayudarte a lo-
grarlo?
• ¿Te parece oportuno retroceder a hechos de tu vida pasada y
revisar todos esos recuerdos y experiencias relevantes para que
puedas entender y resolver tus problemas?

Si las respuestas a estas tres preguntas fueran negativas, se requie-


re investigación adicional.

Manejo de la disociación

El fortalecimiento del ego es un procedimiento previo muy


importante para la implicación del paciente en el descubrimiento
(recuperación) de los sucesos pasados que sean etiológicamente im-
portantes en el desarrollo de la sintomatología presente. En el con-
texto de los enfoques hipnoanalíticos, la regresión a las experiencias
positivas en las que el paciente ha superado problemas y dificultades
le introduce en el proceso de la regresión y, habitualmente, es el
método preferido de tratamiento. Un modo de facilitar este proceso
consiste en pedir al paciente que imagine estar viendo una grabación
180 HIPNOSIS Y ESTRÉS

de su vida, o que sintonice un canal de televisión particular. Se pue-


de postular que de esta manera se inicia una búsqueda de recursos
y soluciones.

Anclaje de recursos positivos

A los pacientes que estén experimentando un acontecimiento


positivo, que será visible al terapeuta de un modo fisiológicamente
profundo, se les puede pedir que “anclen” el sentimiento positivo, por
ejemplo, uniendo los dedos pulgar e índice. Más adelante en la
sesión, mientras estén accediendo y revisando experiencias negati-
vas, pueden hacer uso del “anclaje” a fin de distanciarse (disociarse
parcialmente) de tal experiencia. El recurso a técnicas “paradójicas”
como la relajación, la auto-hipnosis y el fortalecimiento del ego nos
conducirá al “alzamiento” de las memorias y sentimientos subyacen-
tes y, frecuentemente inconscientes, logrando así que estén más dis-
ponibles para el paciente en el momento terapéuticamente apropia-
do del futuro.

Equilibrio de atención

Debería subrayarse también que ayudar a los pacientes a recupe-


rar y reconstruir sus puntos fuertes y recursos les capacitará a acce-
der y elaborar las experiencias negativas y traumáticas de un modo
más efectivo sin reacciones iatrogénicas, incluido el riesgo de retrau-
matización y de contaminación y distorsión de los recuerdos. Esto es
particularmente importante en el contexto del debate actual relativo
a los “falsos recuerdos”. Un enfoque de este tipo refuerza esencial-
mente al “self adulto” que está funcionando sobre una base racional
del “aquí y ahora”. Esta intensificación de la “fracturación del ego”
entre el “niño herido” y el adulto que funciona racionalmente consti-
tuye un elemento fundamental para permitir al paciente que reevalúe
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 181

las experiencias (previas) críticamente formativas desde la “distan-


cia”. Scheff (1979) defiende que si los pacientes están óptimamente
distanciados de sus sentimientos (a lo que se refiere como una “dis-
tancia estética” o un “equilibrio de atención”), pueden ser al mismo
tiempo participantes y observadores de la experiencia.
Greenson (1967) habla de un “ego en experimentación” y un “ego
observante”, y afirma que el paciente exitoso es aquel que puede osci-
lar entre estos dos tipos de experiencia. Si el paciente se limita al ego
observante, entonces se producirá muy poca abreacción emocional, y
la experiencia será fundamentalmente cognitiva, lo que en el contex-
to psicodinámico no es particularmente útil. Por el contrario, si el
paciente es un ego en experimentación, esto generaría reacciones
iatrogénicas negativas porque se minimiza la disociación. Idealmente
el paciente debería experimentar los sucesos históricos (actuales)
traumáticos/conflictivos mientras los observa y, al mismo tiempo,
permanecer parcialmente disociado de ellos. De esta forma el pacien-
te puede reevaluar las experiencias que mantienen dinámicamente la
sintomatología, bien inmediatamente después de la catarsis o bien
más adelante. Se puede lograr un equilibrio óptimo de atención si se
prepara cuidadosamente al paciente para intensificar su funciona-
miento adulto racional y su conciencia crítica (es decir, sentido de la
realidad en tiempo presente).
Sin embargo, independientemente de la consideración destinada a
la preparación del paciente, en algunas ocasiones puede producirse
una disolución prematura de la disociación, aunque esto no necesa-
riamente conlleve la revivificación plena e inmediata. En una oca-
sión, con motivo de una demostración, una paciente comenzó a tem-
blar incontrolablemente. Al preguntarle “¿Qué está ocurriendo en
este momento?” replicó que estaba visualizando una línea de barras
negras verticales que le hacían sentirse atemorizada. Pregunté a su
mente inconsciente si era apropiado profundizar más sobre esto y
entonces se produjo una respuesta ideomotora afirmativa. A conti-
nuación se produjo el siguiente diálogo:
182 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Terapeuta: Estás sintiendo mucho miedo. ¿Qué edad tienes?


Paciente: Tengo cuatro años.
Terapeuta: Tienes cuatro años de edad y, ¿dónde estás y qué está
sucediendo?
Paciente: Mi padre acaba de abusar sexualmente de mí y me sos-
tiene por los tobillos sobre la escalera, y sólo puedo ver los
barrotes de la barandilla (las barras negras a las que se refería
anteriormente).
Terapeuta: Ya sabes que esto no está sucediendo realmente ahora
porque yo estoy aquí y puedes escuchar mi voz. ¿Te gustaría
añadir algo más sobre la experiencia?
Paciente: Mi padre dice, “Si se lo dices a tu madre te tiraré por el
hueco de la escalera”.

En este punto la paciente comenzó a llorar y yo la animé a mos-


trar esta conducta emocional abrazándola y aplicando una ligera pre-
sión digital sobre su espalda. Se requirieron sesiones adicionales para
que la paciente resolviera plenamente esta cuestión y los problemas
relacionados con la misma.
Aunque los métodos de fortalecimiento del ego suelen permitir
manejar con efectividad niveles apropiados de disociación, también
existen otros métodos alternativos (Guión 27).

Guión 27 – Manejo de la disociación

Imagina el hecho (pasado) en una televisión con cuyo mando a dis-


tancia tú puedes controlar la claridad de la imagen, la intensidad
del sonido, la intensidad de los sentimientos… déjate experimentar
lo que puedas ver, oír, sentir… ajustando la intensidad y la clari-
dad de tu experiencia a lo que seas capaz de afrontar con efectivi-
dad en este momento… y puedes sorprenderte al saber que más
adelante puedes llegar a saber algo (más) sobre estas experiencias,
cuando sea el momento idóneo… y esto puede llegarte en forma de
pensamiento, imagen, sentimiento o quizá en un sueño… antes o
después.
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 183

Debería animarse al paciente a mantener un diario de estos


hechos (es decir, sueños, sentimientos, pensamientos), que posterior-
mente pueden ser traídos a las sesiones terapéuticas para ser explo-
rados más profundamente.
La técnica de la “burbuja” descrita por Alden (1995) también faci-
lita el manejo de la disociación. El paciente puede observar, desde la
seguridad de la “burbuja”, los efectos traumáticos del pasado sin el
peligro de ser retraumatizado con el consiguiente efecto de sentirse
sobrecargado. Briere (1992) defiende que contactar con los senti-
mientos asociados a sucesos significativos del pasado, mientras se
evite ser absorbido por ellos, facilita un reencuadre psicosomático
poderoso que, a menudo, constituye un componente importante de
las intervenciones terapéuticas con supervivientes de abusos sexuales
durante la infancia.

Avances hacia el futuro

Las repetidas revisiones de las experiencias pasadas, tanto a nivel


cognitivo como afectivo, colocan a los pacientes en un punto del
tiempo, que indican ideodinámicamente alzando el dedo “sí”, en el
que su mente inconsciente es capaz de permitirles vivir en un futuro
sin el problema o problemas actuales. Entonces puede pedírseles que
traten de imaginar (visualizar) una fecha futura en la que estarán
libres del problema y sin temor a que se reproduzca. Se requiere
mucha precaución con respecto a cómo se verbaliza esto. El pacien-
te puede haber recibido en más de una ocasión el mensaje de “tienes
que acostumbrarte a vivir con tu problema”. Por este motivo una soli-
citud simple de compromiso futuro en un momento del tiempo en el
que no exista el problema puede ser interpretado inconscientemente
como una sentencia de muerte. La alternativa al problema significa la
muerte, si el problema deja de estar presente. Imaginar (o prever) una
fecha de cura significa que el paciente ha renunciado a las fuentes
inmediatas de resistencia. También implica que se ha sembrado la
184 HIPNOSIS Y ESTRÉS

semilla de la esperanza y que la mente inconsciente puede hallar vías


para alcanzar un objetivo si se ha aceptado la idea de una finalidad
constructiva.

Guión 28 – Avances hacia el futuro

Tu mente inconsciente ha indicado que ahora es capaz de permitir tu


avance hacia el futuro sin tu problema… y cuando estés realmente
convencido de que es así, ¿flotará tu brazo en dirección hacia un
tiempo futuro en el cual se haya resuelto tu problema?... sabiendo
que la curación se está produciendo en este mismo momento, inclu-
so aunque no seas consciente de ello… ¿y escribirá tu mano la fecha
en la que estarás totalmente recuperado? (escritura automática),
pero sabiendo que puedes recuperarte completamente antes de esa
fecha… ¿y optarás por olvidar el recuerdo de esa fecha?

He trabajado de este modo con muchos pacientes y el seguimien-


to sugiere que normalmente suelen resolver sus problemas para o
antes de la fecha prevista. Sin embargo, debería señalarse así mismo
que no existen datos científicos disponibles que confirmen este
hallazgo subjetivo. Aún así, este método establece expectativas muy
poderosas de que se produzca el cambio. Se puede efectuar la ratifi-
cación de los aprendizajes que han ocurrido durante la sesión porque
esto aporta un feedback muy valioso tanto para el paciente como para
el terapeuta.

Guión 29 – Ratificación (1)

Retrocede al momento en el que has iniciado la sesión por primera


vez y deja que tu mente inconsciente experimente todos los aprendi-
zajes que han ocurrido… y cada vez que suceda se alzará tu dedo afir-
mativo como indicativo de que algo positivo está sucediendo, inclu-
so aunque conscientemente no lo sepas… y cuando haya concluido
la revisión, ¿flotará tu mano en dirección a la fecha para la cual tu
problema se habrá resuelto satisfactoriamente?
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 185

Guión 30 – Ratificación (2)

Déjate experimentar el momento actual (fecha actual)… y ahora a


medida que pasa el tiempo ya sabes que tu mente inconsciente está
curando tu mente consciente y tu cuerpo, haciendo uso de todos esos
aprendizajes y experiencias que han ocurrido durante esta sesión (o
sesiones)… deja que esos cambios positivos se fortalezcan más y más
hasta que en (la fecha que ha indicado el paciente) tú estés totalmen-
te bien… experimenta esos cambios… sabiendo que están ocurrien-
do con ayuda de tu otra mente (inconsciente). Y experiméntate cla-
ramente de un modo que sea cómodo y apropiado.

De un modo idéntico al enfoque de señalización ideodinámica pre-


viamente comentado, existen diversas técnicas de descubrimiento dis-
ponibles, entre las que se encuentran el puente de afecto de Watkins,
terapia del estado del ego (Watkins & Watkins, 1979, 1990, 1993), la
técnica de la visualización teatral (Wolberg, 1964), técnicas de regre-
sión, rompecabezas y análisis de sueños (Wolberg, 1980; Rossi, 2000).

El puente de afecto / puente somático

En primer lugar se practican con el paciente técnicas de fortaleci-


miento del ego. Se le pide que experimente la situación en la que ocu-
rren los sentimientos negativos asociados con el problema; por ejem-
plo, miedo, ira, tristeza. A continuación se le pregunta:

¿Puedes permitir que ese sentimiento se fortalezca más y más?

Son muchos los enfoques que pueden usarse para crear el “puen-
te” al momento anterior en el que se produjeron los sentimientos. Por
ejemplo, cuando el paciente esté experimentando plenamente las
emociones negativas, mientras retenga un “ancla” en sus recursos
positivos, se le puede preguntar:

¿Cuándo te sentiste así por primera vez?... Primer pensamiento. ¿Qué


edad tienes ahora?... ¿Dónde estás ahora?... ¿Qué ocurre?... ¿Quién
más está contigo? ¿Quién no está?
186 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Evidentemente, la naturaleza exacta de las intervenciones, inclu-


yendo las preguntas formuladas, serán contingentes con la conducta
verbal y no verbal del paciente. Otros métodos de efectuar una regre-
sión a un suceso anterior asociado con los sentimientos elicitados
incluye el uso de la imaginería apropiada, como por ejemplo seguir un
camino que cruza un puente, contando hacia atrás a partir de la edad
actual del paciente, así como el uso de las respuestas ideomotoras.
También es posible usar un “puente somático” para los problemas
somáticos. A un paciente con dolor psicogénico se le podría pedir:

Focaliza tu atención en el dolor y deja que se intensifique (quizá has-


ta un nivel de 7 ó 8 en una escala visual análoga de 10 puntos)…
¿Cuándo se produjo la primera experiencia asociada a esta sensación?

En todo momento es importante que el terapeuta maneje los nive-


les de disociación vinculados con los acontecimientos prototípicos
para poder controlar cualquier reacción iatrogénica. Así como se
puede retroceder o “cruzar el puente” a experiencias pasadas nega-
tivas, también puede retrocederse a acontecimientos o experiencias
positivas.

Terapia del estado del ego

Helen Watkins (1993) define la terapia del estado del ego del
siguiente modo:

La terapia del estado del ego es un enfoque psicodinámico en el que


se emplean técnicas de terapia grupal y familiar para resolver con-
flictos entre varios “estados del ego” que constituyen una “familia del
self” dentro de un único individuo. Aunque los estados encubiertos
del ego normalmente no se descubren, a excepción de los casos
de personalidad múltiple auténtica, se activan hipnóticamente y son
accesibles para el contacto y la comunicación con el terapeuta.
Entonces puede usarse cualquiera de las técnicas conductuales, cog-
nitivas, analíticas o humanísticas como en un tipo de diplomacia
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 187

interna. Unos 20 años de experiencia con este enfoque han demos-


trado que los problemas psicodinámicos complejos pueden resolver-
se habitualmente en un tiempo relativamente breve si se comparan
con las terapias más analíticas. (p. 232).

Aunque el concepto de la segmentación de la personalidad ha


sido mencionado en la literatura hace mucho tiempo (p.ej., Janet,
1907; Freud, 1923; Assagioli, 1965/1975; Jung, 1969), la teoría espe-
cífica de la terapia de estados del ego es atribuible a John G. Watkins
(Watkins, 1978; Watkins & Watkins, 1979, 1986, 1997; Watkins &
Johnson, 1982). Watkins amplió el concepto sobre los estados del
ego desarrollado por Federn (1952) y Weiss (1960), así como por
Berne (1961) en el análisis transaccional. Phillips y Frederick (1995)
afirman que:

Los estados del ego pueden entenderse como “energías” dentro de la


personalidad mayor. No son personas reales que simplemente sean
menores o más jóvenes que la personalidad mayor, sino más bien
aspectos o energías del individuo. Los estados del ego son adaptati-
vos. Siempre vienen a ofrecer ayuda. (p. 63).

Watkins defiende que mediante la hipnosis es posible focalizar la


atención en un segmento de la personalidad y ablactar o disociar las
restantes temporalmente. Los estados del ego generalmente no apa-
recen espontánea y abiertamente, sino que se activan mediante la
hipnosis.
En las fases iniciales de la terapia, el foco de la exploración de los
estados del ego se halla fundamentalmente en el contexto del fortale-
cimiento del ego, es decir, en definir y en trabajar con estados positi-
vos del ego, tales como los responsables de cuidar, proteger, sobrevi-
vir, confianza, relajación y curación interna. Sin embargo, no convie-
ne iniciar el trabajo sobre los estados del ego hasta no haber estable-
cido una buena alianza terapéutica ni hasta que los pacientes puedan
confiar en sus propios procesos internos (Phillips & Frederick, 1995,
p. 57).
188 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Siempre existen formas de comenzar con la terapia de los estados


del ego. Un método simple consiste en hipnotizar al paciente, bien
mediante una inducción formal, la relajación progresiva o la imagi-
nería. A continuación el terapeuta puede añadir:

Me gustaría hablar a la parte que está molesta por lo que está


sucediendo, pero si no existe esa parte, entonces no pasa nada (H.
Watkins, 1993).

O más específicamente:

Me gustaría hablar con la parte de tu mente que no quiere dormir (o


es alcohólica, o bulímica o drogadicta) y quizá a esa parte le gustaría
dar un paso adelante o mostrar su presencia de algún modo, pero si
no existe esa parte diferenciada, entonces no ocurre nada.

La última admonición es para prevenir la creación de un artefac-


to. El contenido está determinado por la información recibida a tra-
vés del paciente en sus fases de vigilia. Aunque el terapeuta debería
evitar siempre la sugerencia relativa a la creación de un estado, es
improbable que con las precauciones normales se dé lugar a algo sig-
nificativo. A pesar de todo, según Watkins, los individuos altamente
hipnotizables son capaces de producir lo que creen que desea el tera-
peuta. Watkins añade:

Incluso los artefactos tienden a ser muy transitorios y a desaparecer,


porque no representan una experiencia, pasada o presente, auténti-
camente significativa para el paciente y con la terapia continua de
varias sesiones la ficción tiende a “eliminarse” del hecho.
A menudo recurro al uso del recinto visualizado donde el pacien-
te se encuentra tumbado en un diván mientras yo permanezco senta-
do en una silla, y a continuación pido al paciente que observe la puer-
ta para ver si entra “alguien”. Existe una sugerencia implícita de que
“alguien” puede entrar, pero no es algo que se demande. Un modo
aún menos sugestivo consiste en preguntar al paciente hipnotizado,
“Me pregunto por qué María (nombre de la paciente) ha estado pade-
ciendo esos dolores de cabeza”. O una prueba adicional, “Me pregun-
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 189

to si alguien podría hablarme sobre los dolores de cabeza (o cualquier


otro síntoma)”. Un estado del ego se haría ver casi de inmediato.
Algunas veces el estado del ego se expresará sólo a través de un
síntoma en el organismo. Por ejemplo, un dolor de cabeza puede re-
presentar una comunicación de un estado de ego particular. Parece
que la capacidad del cerebro para desarrollar patrones de auto-pro-
tección es ilimitada. (p. 238).

Gipson y Heap (1991) describen un procedimiento para ayudar


a los pacientes a resolver los recuerdos traumáticos y molestos de
la infancia usando el concepto de los estados del ego del siguiente
modo:

El paciente regresa a cualquiera de estos incidentes y se permite la


producción de una abreacción; a continuación el terapeuta conduce
al paciente a través de la fantasía de algún tipo de psicodrama en el
que se le sugiere que el estado del ego adulto del paciente, en pose-
sión de todos los recursos, conocimiento y aprendizaje acumulados
desde aquel incidente, retrocede en el tiempo y tranquiliza, reconfor-
ta y ofrece al estado del ego infantil los recursos con los que afrontar
y resolver ese recuerdo a fin de que deje de causar problemas al
paciente. (p. 87).

Phillips y Frederick (1995) usan tanto los enfoques tradicionales


como el ericksoniano. El proceso de tratamiento conlleva el descu-
brimiento del trauma (o traumas) que presuntamente han causado
los síntomas disociativos y el fortalecimiento suficiente de la perso-
nalidad para establecer dominio e integrar el material descubierto.
Estos autores explican su trabajo básico del siguiente modo:

La hipnosis es de ayuda incomparable en este proceso porque capa-


cita al paciente a introducirse en el estado psicológico y bioquímico
en el que originalmente se produjo el aprendizaje dependiente del
estado y permite la activación de los estados individuales del ego para
el trabajo terapéutico. Nosotros nos esforzamos por ayudar a las par-
tes de la personalidad a tolerar el descubrimiento y la abreacción sin
que se produzca una retraumatización, para dominar, renegociar e
190 HIPNOSIS Y ESTRÉS

integrar las experiencias recordadas, para salir fortalecido y para


madurar hasta el punto de restablecer la armonía interior. Es crítico
el equilibrio entre el fortalecimiento del ego en el presente y el des-
cubrimiento de experiencias del pasado. Subrayamos el uso de los
recursos internos propios del paciente y le ayudamos a aprender a
dirigir tales recursos hacia el descubrimiento, corrección, reorgani-
zación e integración cuerpo/mente. (p. 19).

Degun-Mather (2003) describe el tratamiento de una mujer con un


diagnóstico de problemas alimentarios por atracones de comida y un
historial de atracones y períodos de hambre a lo largo de la adoles-
cencia y de la vida adulta. La terapia de los estados del ego con hip-
nosis le ayudó a comprender la causa de sus atracones compulsivos.
Esto fue seguido por el uso del puente del afecto, lo que le permitió
acceder a otro apartado de su ser infantil preocupado por el miedo a
morir de hambre y al abandono, y a querer permanecer “sólida” pero
no “gorda”. Mediante el acceso a los estados del ego, la paciente fue
capaz de iniciar la comunicación interna y a generar cambios cogni-
tivos y emocionales. Lo que se reforzó posteriormente con terapia
cognitiva, de la que previamente no se había beneficiado mucho.

Técnica de la visualización teatral (Wolberg, 1964)

En este enfoque se pide al paciente que imagine estar en un teatro


al que ha acudido a ver una obra. El terapeuta “guía” al paciente a tra-
vés de la obra (que está relacionada con el problema) al tiempo que
deja espacio para que el material personal propio del paciente (pen-
samientos, sentimientos, sensaciones) aflore espontáneamente
durante la sesión. El terapeuta puede organizar la obra en “actos y
escenas” dependiendo de la información que ya haya aportado el
paciente –por ejemplo, Acto Uno, Escena 1: El nacimiento del niño;
Escena 2: El primer año de vida; Acto Dos, Escena 1: Seis años después,
y así sucesivamente. Evidentemente este enfoque también puede
“progresar” hacia el futuro y “regresar” al pasado.
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 191

Una paciente mía se presentó con dificultades de relación con su


padre, quien se hallaba hospitalizado con una enfermedad terminal.
La paciente era incapaz de “acercarse” a su padre ni psicológica ni
físicamente, aunque quería hacerlo. En la “técnica teatral” la pacien-
te descubrió material pasado relativo a un abuso sexual perpetrado
por aquél, y aunque al principio lo negara, gradualmente llegó a acep-
tarlo. Tras cuatro sesiones terapéuticas fue capaz de perdonar a su
padre e ir a visitarlo para decírselo. El padre murió poco después.

Regresión

En las fases iniciales del tratamiento, la regresión debería ser usa-


da fundamentalmente para el fortalecimiento del ego. Phillips y
Frederick (1995) señalan: “Si el paciente no puede experimentar una
regresión positiva… este procedimiento debería ser pospuesto hasta
que el individuo demuestre una mayor fortaleza de ego y disponga de
más experiencias de dominio durante otros tipos de experiencias hip-
nóticas” (p. 58).
La regresión positiva se alcanza sugiriendo al paciente que retro-
ceda en el tiempo para revisar las experiencias positivas relacionadas
con éxitos, resolución de problemas, superación de exámenes, sensa-
ciones de relajación y seguridad en uno mismo, bienestar psicológico
y fisiológico (es decir, sin sus actuales problemas vinculados con el
estrés), para descubrir (recuperar) habilidades y recursos de afronta-
miento del estrés que había olvidado o que no están actualmente al
uso. Cuando el paciente experimente psicosomáticamente estos
“recuerdos olvidados”, se le puede pedir que “roce entre sí sus dedos
pulgar e índice”. Como se ha comentado anteriormente, esto crea un
anclaje positivo y puede ser usado cuando más adelante en la terapia
el paciente esté accediendo y revisando escenarios negativos. El
“anclaje positivo” también puede ser muy valioso para el paciente en
los intervalos entre sesiones como un modo de acceder a sentimien-
tos y sensaciones positivas para afrontar el estrés.
192 HIPNOSIS Y ESTRÉS

En un comentario previo sobre la catarsis en hipnoterapia se ha


subrayado la importancia de las regresiones parciales, donde una
parte del paciente siente la edad a la que ha regresado y simultánea-
mente otra parte retiene una perspectiva de adulto, permitiéndole
un reencuadre constructivo tras la abreacción apropiada. En una
regresión completa, o revivificación, el paciente “revive” las experien-
cias previas, muchas veces con una abreacción intensa, sin la apa-
rente presencia de los aprendizajes, experiencia y racionalidad del
adulto. A mi parecer, una regresión “consciente” plena es de escaso
valor terapéutico, aunque algunos terapeutas la defiendan en algunas
circunstancias clínicas (p.ej., Greenleaf, 1969; 1990). Muchos psico-
terapeutas manifiestan que es posible hacer regresar a los pacientes
hasta el momento del nacimiento o a etapas prenatales (p.ej., Janov,
1973; Grof, 1976; 1988; Lake, 1981; Verny, 1982). Sobre la base de mi
experiencia, la hipnosis puede ser muy útil para facilitar este proce-
so. Las experiencias encontradas pueden ser positivas o negativas.

Métodos para facilitar la regresión

Todos los enfoques hipnoanalíticos previamente comentados en


este capítulo facilitan la regresión. Otros enfoques alternativos inclu-
yen los métodos directos y los indirectos. Debería recordarse que es
recomendable pedir permiso al inconsciente del paciente para acce-
der y revisar las experiencias etiológicas importantes, que podrían ser
traumáticas, antes de proceder con la regresión y con los enfoques
potencialmente abreactivos.
Un método directo simple consiste en retroceder a partir de la
edad cronológica actual del paciente, advirtiendo en el proceso la
conducta no verbal de éste. Esta técnica de “escaneo” puede desarro-
llarse inicialmente con relativa rapidez porque así se evita que el
paciente acceda a recuerdos vinculados al estado en el nivel cons-
ciente, aunque a menudo se produzcan conductas ideomotoras e ideo-
sensoriales. Durante la regresión, éstas pueden ser advertidas y veri-
ficadas en el proceso de la progresión en la edad (es decir, mientras
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 193

se avanza hacia la edad actual del paciente). Si se juzga como clíni-


camente apropiado, el terapeuta puede trabajar con el paciente cual-
quier edad durante la regresión o progresión empleando cualquiera
de las técnicas que domine el terapeuta.
También se podría pedir a los pacientes que imaginen su rejuve-
necimiento (Guión 31).

Guión 31 – Regresión

Y ves frente a ti un monitor de televisión y un video. Frente a ellos se


encuentra una película de video con tu nombre escrito en el lomo, y
donde se halla grabada tu vida (se pueden hacer referencias específicas
a las experiencias vinculadas con el problema del paciente, p.ej., sexo,
alimentos, relaciones, etc.). Quizá te gustaría introducir la grabación
en el equipo de video y rebobinarlo, comienza por las buenas cosas de
tu vida en este momento … y a medida que te ves y escuchas en situa-
ciones sé consciente de qué y cómo te sientes… y si en algún momen-
to el sentimiento comienza a ser excesivamente incómodo, entonces
puedes bajar y controlar el sonido de la televisión o controlar el sen-
timiento… y opuestamente puedes elevar el volumen cuando te sien-
tas realmente seguro de ti mismo y feliz… y cuando estés preparado
para explorar inconscientemente y reevaluar todos los recuerdos y
experiencias relevantes que ocurran mientras revivas tu historia vital,
¿flotará tu mano con naturalidad alejándose de la pierna?

Un enfoque similar es el que pide al paciente que imagine el moni-


tor de televisión con diferentes canales para la vida del paciente, por
ejemplo, el paciente en terapia o el paciente en el futuro. En el
Capítulo 3 (Guión 13) se presentaba un enfoque análogo del álbum
fotográfico como método para el fortalecimiento del ego. Todos estos
métodos crean una disociación parcial en la que el paciente se distan-
cia de la experimentación emocional completa. Al paciente también se
le presenta la oportunidad de controlar la cantidad de disociación
regulando el sonido, las imágenes y los sentimientos. Recordemos que,
en las fases iniciales de la terapia, es básico facilitar la disociación sig-
nificativa, particularmente ahí donde haya un trauma implicado.
194 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Las metáforas también pueden ser un recurso para facilitar el


progreso del reencuadre de experiencias estresantes. Hammond se
refiere a éstas como “metáforas del trauma” (Hammond, 1990a, p.
535). Estas metáforas pueden incluir referencias a la propia recupe-
ración del paciente de una enfermedad o herida, o pueden referirse a
las personas en general. La metáfora del roble previamente presenta-
da como método para el fortalecimiento del ego (Guión 20, Capítulo
4) se podría adaptar como una metáfora del trauma.

Puzzle

El “puzzle” está diseñado para establecer un proceso de visualiza-


ción, que pueda llevar al paciente a adquirir conciencia de las cues-
tiones no resueltas.

Guión 32 - Puzzle

Imagínate sentado en una silla con una pequeña mesa frente a ti.
Sobre la mesa hay diversos recipientes de diferentes colores y for-
mas; hay rojos, azules, amarillos y verdes; algunos recipientes son
cuadrados, en forma de cajas, otros cilíndricos. En el interior de cada
uno de estos recipientes hay una serie de piezas diferentes. Asiente
con la cabeza cuando logres verte sentado frente a la mesa con los
recipientes de colores. ¡Eso está bien! Ahora me gustaría que esco-
gieras uno de esos recipientes –el color y la forma que prefieras-, me
gustaría que sacaras las piezas del puzzle y que las colocaras sobre la
mesa. Observa que en la tapa del contenedor no hay ninguna imagen,
por lo tanto yo no sé qué cuadro se configurará al unir las piezas
–tampoco lo sabes tú aún. Pero será una imagen de una escena o de
un incidente estrechamente relacionado con tu problema presente.
Tu mente inconsciente sabe exactamente qué piezas buscar, y te
ayudará a ordenar las piezas para que puedas formar la imagen.
Comienza ya a unir las piezas –una pieza aquí, una pieza allí– y en
este estado relajado podrás hacerlo mucho más rápido –con mucha
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 195

más rapidez de lo que lo harías normalmente– y dentro de unos ins-


tantes, cuando te despiertes serás capaz de decirme exactamente qué
veías en la imagen según se iba completando.
(Se pide a los pacientes que describan lo visto, con tantos detalles
como puedan. Se trata de saber qué sucedía en la escena o qué piensan
las personas. La mayoría de las personas ha sido capaz de visualizar
algo que describirá su estado mental interior –en su forma actual o sim-
bólica. En algunos casos suelen faltar piezas o la revelación sorprende
u origina una abreacción –si el paciente se siente mal, entonces se le
puede pedir que rompa el puzzle y que devuelva las piezas a su caja
correspondiente hasta que esté preparado para reexaminarlo en otro
momento).

Una de mis pacientes añadía piezas en cada sesión hasta que sólo
le quedaba una única pieza. Me dijo que completaría el puzzle la
siguiente semana durante la sesión. Desafortunadamente murió de
forma inesperada el día anterior a la cita.

Trabajo con sueños

Los sueños constituyen un acceso a la vida interna de la persona y


tanto Freud como Jung recurrieron a los sueños como medio para
entender los procesos inconscientes (Freud, 1900/1976; Jung, 1943/
1966, 1954; Singer, 1973). Un aspecto controvertido del psicoanálisis
fue su aseveración de que los sueños no sólo ofrecen información
sobre el inconsciente, es decir que tienen un significado, sino que
también constituían un medio de curación. Sin embargo, hubo dife-
rencias esenciales entre los puntos de vista teóricos y las técnicas de
Freud y Jung.

Método constructivo de Jung

Curiosamente Jung no estaba de acuerdo con el énfasis que Freud


atribuía a la satisfacción de los deseos y al aspecto sexual del incons-
196 HIPNOSIS Y ESTRÉS

ciente. Jung estaba más interesado en explorar el contexto del sueño


mismo, en lugar de tratar de descubrir su origen. Singer (1973) lo
afirma sucintamente del siguiente modo:

Esto se basa en el principio según el cual el sueño significa realmen-


te lo que dice. El inconsciente presenta un punto de vista, que aumen-
ta, completa o compensa la actitud consciente. Mediante el sueño nos
aporta los elementos que faltan y los cuales el ego desconoce, ejer-
ciendo así su función de lucha hacia la totalidad.
Para descubrir qué falta en la perspectiva consciente es útil
ampliar las asociaciones con los elementos específicos del sueño mis-
mo. (p. 309).

Éste es un enfoque diferente a la interpretación freudiana unilate-


ral por parte del analista con la consecuente imposición de ideas al
paciente. Por contraste Jung afirmaba:

El analista que desee excluir las sugestiones conscientes debe, por lo


tanto, considerar inválida cualquier interpretación de sueños hasta el
momento en que halle una fórmula que merezca el asentimiento del
paciente. (1954, p. 241).
Por primera vez he llegado a la comprensión fundamental de que
el análisis, en la medida en que es reducción y nada más, debe ir
seguido necesariamente por una síntesis, y que ciertos tipos de mate-
rial psíquico casi no tienen ningún significado si se fragmentan, pero
si en lugar de fragmentarlos, se refuerzan y extienden gracias a todos
los medios a nuestro alcance –mediante el denominado método de
amplificación-, es incalculable la riqueza de su significado. Las imá-
genes o símbolos del inconsciente colectivo producen sus valores dis-
tintivos cuando están sujetos a un modo de tratamiento sintético. Del
mismo modo que el análisis fragmenta el material (fantasía) simbó-
lico en sus componentes, el procedimiento sintético lo integra en una
afirmación general e inteligible. (1943/1966).

Jung defendía, al fin, una técnica denominada “imaginación


activa”, la cual requería al paciente que resoñara un sueño en la se-
sión terapéutica, y que lo reexperimentara. Algunas veces el pa-
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 197

ciente regresaría a la experiencia infantil, a menudo con conside-


rable ventilación emocional. Singer (1973) asemeja esto a: “un
movimiento gástrico copioso tras un largo período de estreñimien-
to” (p. 313).
Un segundo aspecto del método constructivo o sintético de Jung
es el punto de vista “finalista”, es decir, cuál es el sentido del sueño
para el futuro. Debería señalarse que los sueños generalmente no
ocurren como hechos aislados, sino como pruebas emergentes de
procesos inconscientes continuos a menudo representados como
series temáticas (Rossi, 1997). En un informe anecdótico de una
serie de sueños personales, Rossi (2003b) describe cómo reprodujo
sueños en la imaginación activa a lo largo del día para asistirle en la
recuperación de un ataque. Relata sus preocupaciones por ciertas
experiencias numinosas en sueños y la imaginación activa durante
su rehabilitación, que el considera como el “camino real hacia la
curación mente-cuerpo, y rehabilitación”. En esencia, el enfoque
constructivo de Jung es un proceso natural que reúne lo consciente
y lo inconsciente de un modo sintético, es decir, en un sueño. Rossi
(2002) añade:

La conciencia sensible pero muy focalizada facilita el ensayo interno


y el diálogo creativo con las imágenes emergentes, noveles y numi-
nosas de nuestros sueños y fantasías que Jung denominaba “imagi-
nación activa”. La imaginación activa es una experiencia dramática
y numinosa de activación, implicación y facilitación de procesos psi-
cobiológicos de curación e individuación. (p. 133).

El sueño curativo

Como los sueños pueden ser fácilmente inducidos y/o utilizados


en el proceso psicoterapéutico, el sueño puede considerarse como
“nuestro curandero interior” (De Benedittis, 1999). Aunque la inter-
pretación de lo sueños pueda ser útil para el proceso hipnoterapéuti-
198 HIPNOSIS Y ESTRÉS

co, la inducción y manipulación de los sueños hipnóticos y nocturnos


es lo más terapéutico para los pacientes.
Erickson (1952a) recurría frecuentemente a la “técnica de la repe-
tición” al trabajar hipnóticamente con los sueños. En esta técnica, el
paciente reproduce el sueño y, en cada reproducción, modifica los
personajes así como el contexto del sueño. Este enfoque permite a los
pacientes extraer sus propias conclusiones con respecto a la resolu-
ción óptima del problema. Edgette y Edgette (1995) asemejan la téc-
nica a una “flor que comienza a florecer y cuyos pétalos se abren pro-
gresivamente con cada sueño” (p. 166).
En el contexto de la hipnoterapia puede ser apropiado pedir a
los pacientes que reproduzcan sus sueños en la sesión terapéutica
así como en los intervalos entre sesiones. También tendría sentido
ofrecer sugerencias post-hipnóticas relativas a los sueños, por ejem-
plo:

Y más adelante mientras duermas hoy por la noche, ¿hallarás res-


puestas curativas en tus sueños?... o ¿descubrirás nuevos aprendiza-
jes sobre el estrés de tu vida y los recursos internos de que dispones
para manejarlos?

En 1972, Rossi propuso la hipótesis de la proteína del sueño, que


en la actualidad ha sido considerablemente defendida por pruebas
de investigación. Rossi (2002) presenta pruebas de que el gen tem-
prano inmediato zif-268 se expresa durante la fase de sueño, que
genera nuevas síntesis de proteínas, neurogénesis y la diferenciación
tronco-célula en nuevos tejidos (Ribeiro, Goyal, Mello & Pavlides,
1999; Hall, 2001). Rossi suponía que del mismo modo que los esta-
dos negativos de activación emocional pueden iniciar la red psico-
genómica de trabajo para iniciar la expresión de genes con la resul-
tante sobreproducción de proteínas y enfermedades del estrés, las
experiencias psicológicas positivas (p.ej., fortalecimiento del ego)
inician el efecto novedad-numinosidad-neurogénesis para facilitar la
expresión de genes, la neurogénesis, la resolución de problemas y la
curación.
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 199

Caso 1 – Hipnoanálisis: Un enfoque integrador

El caso que se presenta a continuación ilustra el uso del enfo-


que hipnoanalítico integrador así como diversas técnicas represen-
tativas de dicho modelo. En esta sesión la “paciente” era una estu-
diante de 22 años de edad (Ana) con un problema relacionado con
la ansiedad e irritabilidad, específicamente en sus relaciones con
las personas más próximas a ella. Se ofreció voluntaria para parti-
cipar en una demostración que se realizaba durante un curso de
hipnosis y manejo del estrés. Se grabó la sesión y posteriormente
el terapeuta y la paciente añadieron sus comentarios. Debería se-
ñalarse también que esta presentación no constituye el análisis de
toda la sesión, sino solamente los segmentos claves que han sido
seleccionados.
Fue tarea del terapeuta facilitar el proceso de curación incons-
ciente en la paciente recurriendo a los enfoques ideodinámicos.
Como se comentará más adelante, la exploración ideodinámica pue-
de ofrecer una pauta sistemática para acceder, revisar y transformar
las experiencias pasadas de un modo seguro y creativo. Como este
enfoque trabaja al nivel de la integración y resolución psicosomática
inconsciente del problema, existen pocas posibilidades de reabrir las
heridas traumáticas. Los sucesos traumáticos pueden ser reestructu-
rados usando los recursos adultos disponibles para reexperimentar el
trauma desde una perspectiva diferente, mientras se desarrolla una
sensación general de dominio sobre el pasado.

Entrevista inicial

El terapeuta efectuó una entrevista inicial en la que se cubrieron


las siguientes áreas:

• Se evaluó la sugestibilidad de la paciente usando una adapta-


ción del Perfil de Inducción Hipnótica (HIP) de Spiegel (Spiegel
200 HIPNOSIS Y ESTRÉS

& Spiegel, 1978 –comentado en el Guión 1, Capítulo 3). Esto


indicó que la paciente podía producir buenas respuestas ideo-
dinámicas digitales y de levitación del brazo.
• Se explicó que la terapia era un proceso colaborador en el que
al terapeuta correspondía ayudar a Ana a hallar sus recursos
internos y las soluciones a su problema relacionado con el
estrés. Se formularon preguntas relativas a la modulación del
problema; por ejemplo, ¿Mejora/empeora el problema algunas
veces? ¿Quién es responsable de eso, tú o yo?
• Se formularon preguntas sobre el pasado, particularmente
sobre la edad de Ana cuando surgió el problema por primera
vez, y si disponía de una historia propia relativa a la explicación.
• Se establecieron expectativas en la paciente tanto a nivel cons-
ciente como inconsciente describiendo los tipos de cosas que
iban a suceder (es decir, qué hará el terapeuta y qué se espera
que haga la paciente).
• Se pidió a Ana que valorara el problema en una escala de 0 a 10.
Mediante la escala EVA, Ana aprendió que sus conductas pro-
blemáticas oscilaban, y que podía influir sobre este proceso
consciente e inconscientemente. También se pidió a su mente
inconsciente que permitiera a su brazo flotar hasta una fecha en
que el problema no exista o sea menos grave. En una escala de
0 a 10, donde 10 es la valoración de mayor gravedad, ¿cuál es la
intensidad de tu problema en este momento?... ¿lo peor que
haya sido?... ¿lo más cómodo que ha sido?... ¿Quién es respon-
sable de estos cambios?... y cuando tu mente inconsciente haya
encontrado el momento de tu vida en que el problema fue
mucho menor, ¿flotará tu brazo hacia ese momento? (El brazo
de Ana flota)… ¡Eso está muy bien!... y cuando sepas que aún
dispones de esos recursos para manejar tu problema, ¿volverá
tu brazo a su posición inicial cerca de la pierna?

Éste es otro ejemplo de la pregunta básica de acceso de Rossi, don-


de la directiva implícita se convierte en pregunta (Rossi, 1995).
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 201

Establecimiento de señales ideodinámicas

No se hizo uso de la inducción formal. Sin embargo, la entrevista


inicial había incluido muchas sugerencias que ayudaron a iniciar el
trance. También debería añadirse que Ana había presenciado previa-
mente diversas demostraciones de “pantomima”.

Establecimiento de la señal “sí”

Se estableció la señalización afirmativa digital y mediante el bra-


zo utilizando lo que Ana ya había conseguido, es decir, descubrir el
momento de su vida en que no había tenido este problema o éste
había sido menos grave:

Deja que tu mente inconsciente descubra el momento de tu vida en


que no tenías el problema… o éste era mucho menor y no te preocu-
paba, cuando empleabas tus recursos para permanecer sana; deja
que tu inconsciente lo haga sin ninguna interferencia de tu mente
consciente… puede suceder por sí mismo como lo ha hecho hace
unos instantes (recordamos que el brazo de Ana se elevó durante la
implementación del EVA)… un dedo de tu mano derecha podría
moverse en primer lugar, y quizá te preguntes qué dedo se moverá en
primer lugar… y puede sorprenderte cuando suceda… antes o des-
pués, o puedes sentir que tu brazo y mano son cada vez más ligeros
y se elevan sin esfuerzo alguno alejándose de la pierna (el brazo dere-
cho de Ana vuelve a flotar).

Establecimiento de la señal “no”

Se estableció la señal digital negativa pidiendo al inconsciente que


señalizara con un dedo cuando supiera que podía decir “no” al pro-
blema:
202 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Obsérvate a ti misma con el problema en una pantalla de televisión.


Si lo deseas puedes bajar el sonido o convertir la imagen en blanco y
negro… y cuando sepas que puedes decir no al problema, ¿se eleva-
rá entonces un dedo de la otra mano? Y al principio puedes advertir-
lo como una sensación en tus dedos, que puede cambiarse y conver-
tirse en movimiento, o también podría flotar tu brazo izquierdo… y
cuando lo haga me pregunto cuánto te va a sorprender (se eleva un
dedo de la mano izquierda de Ana y posteriormente todo el brazo).

La sugerencia a Ana para que se observe en una pantalla de tele-


visión creó una disociación que redujo ostensiblemente la posibilidad
de abreacción. El nivel de disociación hubiera podido aumentarse
sugiriéndole que la imagen fuera en blanco y negro o incluso “borro-
sa” o ajustando el sonido.

Revisión interna

Una vez establecidas las señales ideodinámicas, se pidió a Ana que


se focalizara en el problema, y en ese momento se pidió a su mente
inconsciente lo siguiente:
Cuando tu mente inconsciente sepa que es idóneo trabajar con este
problema de tu vida, ¿flotará tu brazo afirmativo?... O, si no es apro-
piado para ti hacerlo ahora mismo, ¿flotará tu brazo negativo?

Se elevó el brazo derecho de Ana, indicando que su mente incons-


ciente estaba preparada para cooperar en el trabajo terapéutico. La
sesión continuó:
Cuando sepas que cuentas con los recursos internos, ¿lo indicará tu
mente inconsciente? (el brazo derecho comenzó a elevarse),… y cuando
estés preparada para acceder a todos los recuerdos, experiencias, emo-
ciones y sensaciones vinculadas a tu problema, ¿seguirá elevándose tu
brazo? (el brazo de Ana seguía ascendiendo)… y no necesitas saber
nada conscientemente, salvo que te convenga saberlo en este momen-
to… y puedes aprender más, si es apropiado hacerlo, a partir de un
sueño que podrás tener hoy por la noche mientras duermes, o quizá
mañana o al día siguiente… y te preguntarás cuándo va a suceder.
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 203

Durante esta experiencia Ana mostró señales de angustia. Cuando


los pacientes participan en una revisión interna, es habitual que se
produzca un estado espontáneo de activación emocional –por ejem-
plo, cambios en la respiración o tono muscular– a medida que se libe-
ran los recuerdos vinculados a un estado (Rossi, 1996).
¿Qué edad tienes mientras experimentas este sentimiento?

Ana respondió que tenía ocho años de edad. Tras la sesión realizó
el siguiente comentario:

Estaba casi segura de que (el problema) comenzó a existir cuando


tenía 15 años de edad, pero justo cuando iba a decir eso, mi boca se
abrió y “alguien” dijo 8. Esto no sólo me sorprendió, también me
asustó. Toda la conversación que se generó a partir de ese momento
también se desarrolló casi sin mi conocimiento, como si no fuera yo
quien estuviera hablando. Yo sólo podía permanecer sentada allí,
observar, pensar en lo que iba a decirse a continuación y tratar de
extraer algún sentido.

Yo añadí:
Tienes ocho años de edad…, ¿qué está sucediendo en tu vida en este
momento? Deja que cualquier cosa que llegue a tu mente permanez-
ca, sabiendo que sólo debes permitir que los recuerdos apropiados se
introduzcan en tu mente consciente… y todos los restantes recuer-
dos, emocionales, somáticos y cognitivos pueden permanecer en tu
inconsciente… Completa la frase, “Tengo ocho años de edad y me
estoy sintiendo…”. Dilo una vez más, permitiendo que los sentimien-
tos se fortalezcan más y más… y permanece con esos sentimientos.

Las técnicas empleadas (p.ej., completar una frase, repetición,


repetirlo en tono más alto o paradójicamente decirlo en tono más
bajo, permanecer con los sentimientos) animan a la paciente a acce-
der y fortalecer los sentimientos asociados a la experiencia.
Para Ana la experiencia fue muy dolorosa y descubrió una forma
“natural” de disociación recordando conscientemente el hecho de
tener 22 años de edad y estar sentada en un aula. El terapeuta debe-
ría garantizar siempre que se mantenga el nivel apropiado de diso-
204 HIPNOSIS Y ESTRÉS

ciación aunque, como en este ejemplo, algunas veces la disociación


puede colapsarse. Un procedimiento inicial necesario es la prepara-
ción exhaustiva de la paciente haciendo uso del fortalecimiento del
ego y de los enfoques de tiempo presente, que construyen al “adulto
racional” y facilitan los recursos internos del paciente. Observé que la
respiración de Ana había comenzado a ser más superficial, por ello le
pedí que respirara más profundamente y que me indicara en qué par-
te de su cuerpo sentía tensión. Ana señaló que experimentaba tensión
en el pecho, y apliqué presión con la yema de mi dedo sobre esta área
mientras ella exhalaba. Previamente durante la sesión se le había soli-
citado permiso para tocarla con fines terapéuticos.

Un poco más intenso mientras exhalas… dejando que suceda de forma


bastante natural… extrayendo esos sonidos o palabras desde tu pecho
a medida que continúas respirando más profundamente y sin esfuer-
zo… ¿Qué estás sintiendo ahora mismo? Y quizá puedas hallar algu-
nos aprendizajes conscientes e inconscientes importantes a través de
esta experiencia que puedan serte de utilidad en el futuro para resolver
los problemas actuales así como otros nuevos… sabiendo que cuentas
con los recursos curativos que permitirán que eso suceda… Y a medi-
da que cuentas a partir de 8, ¿puedes dejarte avanzar desde esa edad
hasta tus actuales 22 años… y cuando llegues a los 22 años abrirás los
ojos de modo que puedas volver a este recinto sabiendo que se están
produciendo algunos cambios y aprendizajes internos importantes?

El contacto apropiado de los pacientes cuando se hallan en un


“estado regresado y emocional” les aporta también una importante
comunicación positiva sobre el “aquí y ahora”. Por ejemplo, en el
caso de Ana, ella no tiene realmente 8 años de edad, aunque una par-
te de ella pueda estar experimentando los recuerdos de su niñez. La
paciente está esencialmente “dividida” en una parte de ella con 8 años
(niñez) y otra parte 22 (adulta), facilitando así el proceso de reeva-
luación. Se efectuó también un cuestionamiento ideodinámico adi-
cional, incluyendo el acceso y la revisión de las experiencias relacio-
nadas con el problema, hasta que Ana indicó ideodinámicamente que
era capaz de avanzar hacia un futuro sin el problema.
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 205

Verificación y progresión

A continuación se procedió a la verificación y consolidación de la


experiencia del siguiente modo:

Y cuando se cierren tus ojos, ¿revisará tu mente inconsciente todas


las experiencias de aprendizaje que has tenido durante la sesión?... y
mientras tu inconsciente revisa todas estas experiencias, ¿se moverá
por sí mismo uno de los dedos de tu mano derecha cada vez que reco-
nozca uno de estos aprendizajes?... y cuando hayas revisado todas
estas experiencias, ¿flotará tu brazo en señal de reconocimiento de
que se ha completado el proceso y de que estás preparada para avan-
zar al futuro, antes o después, sin el problema? (El brazo derecho de
Ana flota). Eso está bien… y tu brazo flota hasta la fecha en que el
problema se resuelve completamente y puedes escribir esta fecha en
tu mente inconsciente… y puedes optar por borrarla de tu memo-
ria… y cuando sepas que tu inconsciente puede continuar con esta
curación interna, ¿comenzarán a moverse tus piernas en primer
lugar o se estirarán tus brazos a medida que te despiertas para
comentar cualquier cosa que te parezca necesaria?

Verificar las experiencias de aprendizaje terapéutico es muy valio-


so tanto para el terapeuta como para el cliente. Ana recibió feedback
relativo a los movimientos digitales observados, levitación de brazos
y escritura automática de fechas. Se le dijo que esto era un indicativo
positivo del éxito de su sesión terapéutica y que cualquier experiencia
negativa puede tener efectos positivos a largo plazo.

Tareas para casa

A continuación se le sugirió la siguiente tarea:

Cuando sea conveniente puedes buscar un lugar relajado o limitarte


a mirar tu mano derecha y permitir que flote, cierras los ojos mien-
tras suceda esto y vuelves al momento en que se haya resuelto tu pro-
blema… siente esta experiencia futura con nitidez y, cuando te sien-
206 HIPNOSIS Y ESTRÉS

tas bien y segura de que tu trabajo interno permitirá que suceda esto,
entonces roza tu dedo pulgar con el índice, y abre tus ojos. Puedes
hacerlo ahora.

Ana ha aprendido una poderosa estrategia de auto-hipnosis, que


podrá usar de un modo positivo y orientado a objetivos (Alman &
Lambrou, 1997), no sólo para mejorar sus relaciones, sino también
para otros problemas.

Regresión positiva

Al final de la sesión se desarrolló una regresión positiva:


Introdúcete en tu mente y retrocede al instante en que tenías 8 años
de edad o eras incluso más joven, y descubre algunas experiencias
muy positivas… y cuando las hayas encontrado, permite que los sen-
timientos fluyan a través de todo tu cuerpo… fortaleciéndose más y
más con cada inhalación… eso está bien, ¿estás sintiendo algo dife-
rente ahora?... esos sentimientos positivos se muestran en tu cara en
este momento… y cuando sean realmente intensos, entonces roza tus
dedos pulgar e índice el uno contra el otro.
… de modo que en el futuro, cuando desees acceder a estos senti-
mientos positivos, todo lo que necesites hacer sea rozar el dedo pul-
gar contra el índice como estás haciendo ahora… y ahora cuenta des-
de 5 hasta 22, encontrando experiencias positivas cada año que has
vivido… y cuando llegues a 22, ¿abrirás los ojos en anticipación de
que ahora estás usando activamente todos tus recursos curativos
para resolver problemas y que dentro de ti algo sabe que puede con-
tinuar con esta cura creativa enteramente a solas, sin que tú debas
hacer nada… en los momentos apropiados a lo largo del día cada vez
que tengas que tomarte un descanso?

Reorientación en el tiempo presente

Esto fue parte de la preparación para completar la sesión y volver


a la vida cotidiana. Se emplearon diversas técnicas de tiempo presen-
ENFOQUES HIPNOANALÍTICOS 207

te para garantizar que Ana se había reorientado en el presente. A la


paciente se le pidió:

• Describir el recinto donde nos encontrábamos.


• Describir su camino de retorno a casa cuando acabara la sesión.
• Mantener su orientación positiva presente y prescindir de todas
las imágenes negativas que posiblemente habían atravesado su
cabeza.
• Desear un momento posterior de ese mismo día.
• Describir su tarea para casa.

Ocho meses después, Ana manifestó que su sesión de hipnosis la


había ayudado a afrontar sus relaciones así como otras cuestiones de
su vida.

Resumen

Es importante señalar que el terapeuta disponía de un “mapa de


trabajo” vinculado con la sesión de hipnoterapia, aunque debería
subrayarse que sólo fue considerado como una guía general y aproxi-
mada, siendo la creatividad y la utilización aspectos fundamentales
de la terapia. Se adoptó un enfoque integrador, incorporando estra-
tegias cognitivo-conductuales y dinámicas genéricas (Hawkins, en
imprenta). El enfoque global fue humanista y fenomenológico sin
interpretación ni diagnóstico.
El terapeuta ayudó a facilitar el proceso de la “búsqueda incons-
ciente” tanto para el “curandero interno” como para la dinámica sub-
yacente reprimida que estaba manteniendo el síntoma e impidiendo
las soluciones. El enfoque clínico adoptado fue democrático y colabo-
rador, conllevando la elección y auto-determinación, y donde la
paciente y el terapeuta trabajaron conjuntamente para hallar solucio-
nes. Esta perspectiva promulga la idea de que la paciente cuenta con
recursos conscientes e inconscientes disponibles, pero requiere asis-
tencia de un facilitador. Implica también que los individuos partici-
208 HIPNOSIS Y ESTRÉS

pan en sus propias enfermedades, y por lo tanto en su propia salud, a


través de la combinación de factores mentales, físicos y emocionales.
El enfoque hipnoterapéutico global estuvo considerablemente in-
fluido por el trabajo de Erickson y Rossi, aunque las teorías, práctica
e investigación extraídas de la psicoterapia genérica también contri-
buyeron sustancialmente; por ejemplo, la importancia de desarrollar
una relación de confianza y de instalar una sensación de esperanza y
optimismo.

En los siguientes tres capítulos se aplicarán las técnicas y enfoques


clínicos al trabajo con varios problemas específicamente vinculados
al estrés.
6 Tratamiento de
Problemas Específicos (1)

En una película reciente se describe con gran realismo el viaje que


Ernesto Che Guevara realizó a lo largo de toda Latinoamérica sobre
los lomos de una vieja motocicleta. El estado de las carreteras era tan
lamentable, por los baches y agujeros que había en el firme, que era
inevitable ir perdiendo piezas de la motocicleta a consecuencia de las
continuas vibraciones. Al principio, cada vez que algo así sucedía, el
Che reparaba su máquina fijando las piezas caídas con tornillos,
tuercas y pernos. Pero sus arreglos no duraban mucho porque la
reparación eras demasiado rígida y rápidamente volvía a quebrarse.
Transcurrida una buena parte de su camino y habiendo arreglado en
repetidas ocasiones su motocicleta, optó por una estrategia diferen-
te. En lugar de hacer arreglos fijos con tornillos y pernos, utilizó frag-
mentos de una vieja alambrada. Cuando la motocicleta entraba en un
bache, las piezas recolocadas botaban, sin llegar a romperse.
210 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Introducción

Muchas disfunciones se asocian frecuentemente al estrés psicoló-


gico o empeoran por su efecto. Existen múltiples situaciones psico-
sociales que podrían ocasionar ansiedad aguda, como las interven-
ciones quirúrgicas o dentales, los exámenes ginecológicos y las situa-
ciones familiares o laborales adversas. Cada vez son más numerosas
las pruebas relativas a que la hipnosis puede ser muy útil para el tra-
tamiento de multitud de problemas vinculados con el estrés, como:

• La ansiedad (Barnier et al., 1999).


• Las adicciones (Green, 1999; Medd, 2001).
• La obesidad y los trastornos de la conducta alimentaria (Erick-
son, 1960; Hammond, 1990a; Young, 1995; Degun-Mather, 1995,
2003; Evans, Coman & Burrows, 1997).
• Los problemas cardiovasculares y la hipertensión (Crasilneck &
Hall, 1985; Milne, 1985).
• El sistema inmunológico y el cáncer (Spiegel, Bloom, Kramer &
Gottheil, 1989; Walter, 1992, 1998; Walter, Johnson & Eremin,
1993; Walter et al., 1999; Walter & Eremin, 1995).
• Los problemas dermatológicos (Price, Mottahedin & Mayo,
1991; Ewin, 1992).
• Los problemas gastrointestinales (Whorwell, Prior & Faragher,
1984; Harvey, Hinton, Gunary & Barry, 1989; Whorwell, 1991;
Gonsalkorale, Houghton & Whorwell, 2002; Gonsalkorale,
Miller, Afzal & Whorwell, 2003; Simren, Ringstrom, Bjornsson
& Abrahamsson, 2001).
• La disfunción sexual (Bakich, 1995; Hawkins, 1996, 1997b).
• Los problemas de sueño (Hearne, 1993; Kingsbury, 1993;
Hawkins & Polemikos, 2002).
• Los problemas respiratorios (Wilkinson, 1988).
• El dolor crónico (Hilgard & Hilgard, 1994; Jack, 1999; William-
son, 2002).
• Los dolores de cabeza (Alladin, 1988).
• Los zumbidos (Karle, 1988).
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 211

Revisiones muy completas sobre problemas médicos, dentales y


psicológicos específicos pueden encontrarse en Hammond (1990a),
Heap y Aravind (2001) y Barabasz y Watkins (2005). En este capítulo
se examinarán algunos problemas específicos con respecto a su tra-
tamiento con hipnosis; no pretende ser una revisión completa, trata
de ofrecer información suficiente para permitir al clínico desarrollar
intervenciones terapéuticas apropiadas para los problemas médicos,
psicológicos y conductuales relacionados con el estrés. Debería re-
cordarse que es extremadamente importante, previo a ejecutar las
intervenciones hipnóticas con el paciente, que el profesional adecua-
do haya efectuado todos los exámenes relevantes; por ejemplo, al tra-
tar a pacientes con dolores de cabeza persistentes, se hubieran debi-
do efectuar todos los exámenes neurológicos necesarios y evaluar los
resultados. Así mismo, es fundamental el contacto y la colaboración
entre los profesionales apropiados a cada caso.
Para el tratamiento de todos los problemas se recomienda la eje-
cución de intervenciones destinadas al fortalecimiento del ego duran-
te las primeras sesiones de terapia, y al comienzo y final de cada
sesión. Las intervenciones para el fortalecimiento del ego podrían ser
genéricas (por ejemplo, véanse guiones del Capítulo 4), o elaboradas
para el problema específico del paciente. Todos los problemas pue-
den ser enfocados, al menos inicialmente, asistiendo al paciente en la
búsqueda de sus propios recursos internos, y con el enfoque de hip-
noterapia genérica de Rossi.

Guión 33 – Búsqueda de recursos

Cierra tus ojos simplemente… entra en tu mente y busca todos esos


recursos curativos internos que puedes utilizar para resolver tu pro-
blema… y tú ya sabes que dispones de las soluciones a tu problema
y que la comprensión consciente e inconsciente de las experiencias
vinculadas con el problema te ayudarán a descubrir y utilizar tales
recursos ahora y en el futuro… y cuando tu mente inconsciente sepa
que cuentas con esos recursos, me pregunto si lo notarás como una
212 HIPNOSIS Y ESTRÉS

sensación o un movimiento en uno de tus dedos o manos… y cuan-


do lo hagas, ¿puedes permitir que esos recursos fluyan a esa parte de
tu mente y cuerpo… curando esa parte de ti para facilitar su funcio-
namiento óptimo?... sabiendo que este proceso curativo seguirá ocu-
rriendo mucho después de que te hayas marchado de aquí… incluso
mientras duermes… y cuando realmente sepas que esto está ocu-
rriendo por sí mismo, ¿se abrirán tus ojos y te descubrirás despierto,
renovado y despejado?

Ocasionalmente hay pacientes que dicen no poder hallar ningún


recurso interno incluso aunque se les pida que lo señalicen ideodiná-
micamente con el dedo. En estos casos es importante que el terapeu-
ta les indique que los recursos se harán disponibles más adelante.

Guión 34 – Búsqueda de recursos internos: sembrado

Aunque en este momento te parezca que careces de recursos, puedes


dejar que tu mente inconsciente y consciente sigan su búsqueda de
esos recursos internos de los que dispones en ti mismo… incluso
aunque no los reconozcas en este preciso instante… sabiendo que
antes o después los hallarás… y que este proceso de búsqueda segui-
rá activo en la trastienda de tu mente hasta mucho tiempo después
de que hayamos finalizado la sesión, incluso aunque no sepas que
esto se está produciendo… y puedes aprender sobre tus recursos
internos mientras duermes, quizá hoy por la noche en forma de sue-
ño… esto puede suceder hoy o mañana por la noche y me sorpren-
dería si no aprendieras nada antes del fin de semana… Ahora, mien-
tras esperas que esto suceda, no necesitas hacer nada salvo confiar en
que tu mente inconsciente siga con el proceso de curación natural…
preguntándose cuándo reconocerás tus recursos internos para mane-
jar los problemas vinculados al estrés.

Guión 35 – Intervención hipnótica general para problemas médicos

Cierra los ojos e introdúcete en tu mente y descubre tus recursos


curativos… dejando que la energía curativa fluya profundamente
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 213

por tu cuerpo hasta llegar a cada célula… curando y restaurando


cada célula para favorecer el funcionamiento óptimo… fluyendo
gentilmente a lo largo del organismo sin ningún esfuerzo… como
también lo hará mucho tiempo después de que concluyas la sesión
y seguirá haciéndolo en el futuro… y puede haber una parte de tu
cuerpo a la que le gustaría revivir esta energía curativa y revitaliza-
dora en este momento… permite que la energía curativa fluya a esa
parte del cuerpo… masajeándola y eliminando toda incomodidad…
y restaurando esas células hasta su funcionamiento óptimo… per-
mitiendo que este proceso siga en marcha incluso después de que
haya concluido la sesión… incluso mientras duermes hoy por la
noche.

El enfoque anterior es también muy útil como procedimiento


adjunto al tratamiento médico convencional que estén recibiendo los
pacientes, como quimioterapia o diálisis.

Guión 36 – Una sesión hipnoterapéutica completa usando la pregunta


básica de acceso (adaptado de Rossi, 1996, p .194).

El paciente comienza la sesión con los brazos extendidos y palmas


una frente a la otra.

Cuando tu mente interna esté preparada para resolver tu problema,


¿se moverán esas manos por sí mismas en señal de asentimiento?...
¿o se apartarán una de la otra indicando que tu mente inconsciente
no está preparada para trabajar sobre este problema particular pero
si quizá sobre otro?... Cuando tu mente interna sea capaz de recono-
cer todos esos recuerdos, sensaciones, emociones y experiencias vin-
culadas con el problema seleccionado, ¿se moverán tus manos por sí
mismas en dirección a tus piernas?... y cuando una mano toque la
pierna, ¿se girará la otra mano si tu mente inconsciente es capaz de
utilizar todas esas opciones para resolver el problema ahora y en el
futuro?... y cuando tu inconsciente sepa que puede seguir esta cura-
ción interna en el futuro, incluso mientras duermas, ¿te descubrirás
despertándote al tiempo que vuelves a este recinto?
214 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Entrenamiento autogénico

El entrenamiento autogénico, aunque no sea estrictamente un


enfoque hipnótico, es similar en algunos aspectos y se incluye aquí
debido a su utilidad en muchas situaciones estresantes. Un examen
detallado de los métodos comúnmente usados puede hallarse en
Schultz y Luthe (1969, p. 73). El siguiente guión combina varios de
los ejercicios comunes descritos por Schultz y Luthe.

Guión 37 – Entrenamiento autogénico modificado para el manejo del


estrés genérico

Concéntrate en tu respiración, siguiendo el paso del aire desde que se


introduce por tu nariz hasta que vuelva a salir… y la siguiente vez que
inhales deja que tus ojos giren hacia arriba mientras se cierran tus
párpados, dejando que se relajen tus párpados hasta el punto de per-
manecer cerrados pero que tu sientas que no necesitan trabajar
más… y deja que esa sensación de relajación y paz fluya por tu cuer-
po hasta los dedos de tus pies… y repite en voz baja “siento mi pie
derecho cálido y pesado” (repítelo una y otra vez)… advirtiendo cuán
cálido y pesado se está poniendo tu pie derecho… y ahora repítete
“siento mi pie izquierdo cálido y pesado” (repítelo una y otra vez)…
notando cuán cálidos y pesados están tus dos pies… y repite en voz
baja “siento mis dos pies cálidos y pesados”… dejando que la calidez
y la sensación de peso se extienda hasta tus piernas, masajeándolas y
eliminando todo el estrés y tensión residual mientras percibes la sen-
sación de calor y peso en las piernas, y te repites “siento el calor y el
peso de mis piernas” (repítelo una y otra vez)… dejando que las sen-
saciones de calor y peso se extiendan sin esfuerzo alguno a tu abdo-
men, y repites “siento mi abdomen cálido y pesado” (N.B. no deberá
ser sugerido a mujeres gestantes). (Se pueden hacer sugerencias simila-
res progresivamente para todo el cuerpo, es decir, el pecho, los hombros,
brazos, manos, cuello y cara). Sientes que tu cuerpo está ahora cáli-
do, pesado y relajado… y repítete “siento mi cuerpo cálido, pesado y
relajado”… dejando que tu frente esté refrescada y cómoda, y repíte-
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 215

te “cuerpo cálido y pesado, frente fría y relajada en un cálido día de


verano. Estoy en paz”… y puedes permanecer en este estado pacífico
durante todo el tiempo que consideres oportuno. Y esto es algo que
puedes hacer a solas cuando te parezca idóneo.

Una vez más, debería subrayarse que el guión anterior es muy


abreviado y que el terapeuta debería adaptarlo para satisfacer los
requisitos de la situación particular.
A continuación se presentan en detalle una serie de problemas
específicos, frecuentemente vinculados al estrés. Aunque los pacien-
tes individuales serán evidentemente tratados de forma diferente
dependiendo de muchos factores –por ejemplo, naturaleza del pro-
blema, apoyo social disponible, grado de cronicidad, tratamiento pre-
vio, etc.– los casos comentados presentan algunas plantillas clínicas
para trabajar con pacientes “en general”.

Ansiedad

Es probable que la mayoría de los pacientes estresados sientan


ansiedad. Las personas son más propensas a experimentar estados de
ansiedad altos o ataques de pánico cuando sus niveles de estrés sean
más altos (Hollander, Simeon & Gorman, 1994). Esto puede ocurrir
en relación a muchas situaciones, como la ansiedad de ejecución en
relación al trabajo, la conducta sexual y los exámenes académicos,
procedimientos médicos estresantes como exámenes ginecológicos,
intervenciones, inyecciones y partos, relaciones, entrevistas, situacio-
nes específicas (p.ej., fobia al dentista), y demás casos. En la sociedad
contemporánea se ha aumentado la ansiedad debido al creciente
número de alternativas de decisión disponibles (Schwartz, 2005),
así como a la presión temporal y económica para lograr estilos de
vida equilibrados y saludables (Guión 38). La influencia de la publi-
cidad y de los medios de comunicación también ha aumentando el
estrés y la ansiedad incrementando las expectativas de las personas
216 HIPNOSIS Y ESTRÉS

con respecto a la adquisición de bienes materiales, la realización de


estilos de vida glamorosos y el logro de un cuerpo ideal. Este foco de
atención sobre el consumismo y el “culto a la celebridad” es endémi-
co en la sociedad Occidental y contribuye al aumento del problema
del estrés y de la infelicidad. En consecuencia, la terapia y la psicote-
rapia se han convertido, a menudo, en la “medicina prescrita” para
los problemas vitales.
Al trabajar hipnoterapéuticamente con la ansiedad puede ser sufi-
ciente una combinación de relajación, fortalecimiento del ego, esta-
blecimiento de objetivos, organización del tiempo y planificación de
la acción usando algunos de los enfoques ya presentados en capítulos
anteriores. Esto puede complementarse con el uso integrador de
enfoques hipnoanalíticos. Muchos de los enfoques descritos en el
Capítulo 4 son aplicables al manejo de ansiedad/estrés, así como
otros guiones generales presentados en el libro, como la relajación
respiratoria (Guión 45), la bola de luz (Guión 47), la ducha mágica
(Guión 48) y la flor mágica (Guión 49).

Guión 38 – Manejo del tiempo/equilibrio trabajo-vida

Cuando estés preparado para revisar el modo en que distribuyes tu


tiempo, deja que se cierren tus ojos… y ¿flotará tu mano a medida
que tu mente inconsciente revisa el modo en que distribuyes tu tiem-
po con respecto a los aspectos importantes de tu vida… tu trabajo…
tus relaciones personales… tu tiempo de ocio… experimentando
todas esas sensaciones, emociones, pensamientos, imágenes y
recuerdos… vinculados a cómo vives tu vida?... y cuando sepas que
puedes utilizar todos esos aprendizajes, ¿flotará tu otra mano por sí
misma?... ¡Eso está bien!... aprovecha todos esos aprendizajes para
hallar soluciones a cualquier cuestión que se te presente en este
momento de la vida. Y cuando sepas que en este mismo momento se
están produciendo en ti cambios con respecto a la priorización de
objetivos y actividades, ¿volverán los brazos a su posición relajada
inicial sobre tus piernas para que los ojos se puedan abrir gentil-
mente? Y muchas veces los cambios se producen de forma casi
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 217

imperceptible, del mismo modo que el hielo se convierte en agua gra-


dualmente, y el agua puede calentarse aún más sin que haya más
cambios que el de la temperatura, y sólo cuando el agua alcanza 100
grados su estado cambia otra vez, a vapor… Y te preguntas si hoy por
la noche tendrás algún sueño importante que te transmita algo sig-
nificativo sobre el modo en que conduces tu vida y ahora mismo, en
lo más profundo de tu persona, se están produciendo cambios posi-
tivos que no percibirás hasta que ocurran.

Son muchos los enfoques que facilitan los procesos de toma de


decisiones con pacientes individuales. Uno de los que he empleado en
diferentes ocasiones en “el guía interior” o “animal amigo” (descrito
en el Guión 17, Capítulo 4). El paciente encuentra a su animal amigo
y le permite tomar la decisión. Una de mis pacientes no podía decidir
si separarse o no de su pareja, lo que era motivo de considerable
estrés y ansiedad. Ambos cónyuges habían acudido a terapia familiar,
pero no había sido muy útil. En la sesión hipnótica su “amigo el
gato” le sugirió que se separara y ella se sintió muy segura con res-
pecto a que esta decisión era la correcta. Abandonó a su pareja pocos
días después de la sesión y el seguimiento realizado un año después
revelaba que la paciente no lamentaba haber tomado esa decisión.
A continuación se presenta otro enfoque que recurre a la señalización
ideodinámica.

Guión 39 – Toma de decisiones

En primer lugar se establecen las señales afirmativas y negativas y


se pide al paciente que reconozca si está preparado o no para tomar
la decisión (se remite al lector al Capítulo 5 para hallar más informa-
ción sobre la señalización ideodinámica). Si el paciente reproduce la
señal “sí”, entonces el terapeuta puede proceder del siguiente modo:

Concentra tu mente en abandonar a tu pareja, dejando que tu men-


te inconsciente procese todas esas experiencias, recuerdos, motiva-
ciones y sentimientos vinculados a esta posibilidad… y por el
218 HIPNOSIS Y ESTRÉS

momento no necesitas saber nada conscientemente… y mientras


esto sucede de modo que puedas aprender de esta experiencia, ¿flo-
tará por sí misma una de tus manos?... ¡Eso está muy bien!... Y aho-
ra concéntrate en la posibilidad de seguir con tu pareja… permi-
tiendo que tu mente inconsciente procese todas esas experiencias,
recuerdos, esperanzas y aspiraciones vinculadas a esta posibilidad…
y cuando sepas que puedes utilizar estas experiencias y aprendizajes,
¿flotará tu otra mano? (La paciente dispone ahora de la forma para
representar ambos cursos de acción). Y quizá puedes dejar que tu
mente inconsciente adopte la decisión relativa a este problema… qui-
zá ahora, o es posible que más tarde en forma de sueño… o de algún
otro modo… o si fuera apropiado ahora mismo, ¿se alzará una de tus
manos por sí misma en señal de reconocimiento de que se ha adop-
tado una decisión?... ¡Eso está muy bien!... tu mente inconsciente ha
indicado eso…

Si no se producen movimientos ideodinámicos, esto podría indi-


car que el paciente no está preparado para tomar una decisión, o que
existen otras soluciones diferentes a las dos que han sido procesadas.

Y tu mente inconsciente puede seguir revisando todas las experien-


cias vinculadas a esta cuestión de tu vida, confiando en que puedes
aprender de este proceso de curación interna… y cuando estés pre-
parada para utilizar esos aprendizajes, entonces puedes llegar a
saber a través de un sueño o de algún otro modo qué debes hacer
con respecto a las relaciones de tu vida… y esto puede llegar a sor-
prenderte cuando ocurra… antes o después… quizá hoy por la noche
o quizá antes o después del fin de semana… de modo que cuando
nos encontremos para la siguiente sesión tengas algo importante
que decirme.

Los dos casos descritos a continuación presentan una integración


de enfoques estratégicos y dinámicos, e ilustran diversas técnicas
hipnoterapéuticas para manejar fobias interpersonales y sociales
generales, así como fobias específicas (p.ej., ascensores, alturas, ani-
males).
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 219

Caso 2 – Fobia a los ascensores

La paciente, Sonia, era una joven portuguesa de 22 años de edad


y estudiante de psicología que se ofreció como paciente voluntaria en
un curso de hipnosis en el que participaba. No disponía de experien-
cia previa con la hipnosis salvo la recibida en las sesiones grupales
previas del curso. También había observado diversas demostraciones.
Una entrevista breve produjo la siguiente información: desde donde
alcanzaba su memoria temía usar ascensores y esto le generaba bas-
tantes inconvenientes. Siempre usaba las escaleras incluso cuando el
número de pisos era muy alto. En las pocas ocasiones en las que
Sonia se había visto forzada a tomar el ascensor, había experimenta-
do bastante emoción, incluido un intenso miedo y llanto, que perdu-
raron hasta bastante después del suceso. No había recibido trata-
miento previo para el problema. Se le explicó que ella contaba con los
recursos para resolver este problema y que, hacia el final de la sesión,
sería capaz de tomar un ascensor hasta el bajo del edificio. El tera-
peuta también mencionó que había tratado satisfactoriamente a otro
estudiante portugués de su misma universidad con un problema simi-
lar y que Sonia podría lograr el mismo éxito.

Exploración ideodinámica

Se decidió utilizar una exploración ideodinámica junto con el esta-


blecimiento de objetivos y el fortalecimiento del ego, tal y como se ha
descrito en el Capítulo 4. En primer lugar se establecieron las señales
digitales para el “sí” y el “no” y se pidió a Sonia que se imaginara con
su problema en una pantalla de televisión (a fin de aumentar la diso-
ciación y evitar así cualquier abreacción negativa):

Experiméntate con el problema en una pantalla de televisión y cuan-


do esto esté ocurriendo permíteme saberlo asintiendo con la cabe-
za… puedes experimentar algunas sensaciones, sentimientos y pen-
220 HIPNOSIS Y ESTRÉS

samientos mientras haces esto, pero serán mínimos y no te molesta-


rán excesivamente… y cuando sepas que cuentas con los recursos
para resolver esta cuestión de tu vida, ¿moverá tu mente inconscien-
te uno de tus dedos?

Se movió uno de los dedos, y era el dedo afirmativo. El terapeuta


continuó:

Experiméntate una vez más con el problema en la pantalla del televi-


sor, y cuando sepas que puedes decir no a este problema, ¿se move-
rá otro de tus dedos?

Y se movió el dedo designado al “no”.

Experiméntate una vez más con el problema en una pantalla de tele-


visor y me gustaría preguntar a tu mente inconsciente si existe algu-
na experiencia que deberías conocer a fin de resolver el problema.

El dedo afirmativo se movió, indicando que así era.

Deja que tu mente inconsciente busque la experiencia de tu vida que


está relacionada con el problema, y cuando la halle, ¿moverá tu men-
te inconsciente el dedo afirmativo?... incluso aunque no sepas cons-
cientemente en qué consiste esta experiencia.

El dedo afirmativo se movió otra vez, indicando que se había des-


cubierto la experiencia.

Y ahora deja que tu mente inconsciente repase esa experiencia de


comienzo a fin y, cuando este proceso se haya completado, ¿se alza-
rá tu dedo del “no”?

Y se elevó el dedo negativo.

Experiméntate una vez más en la pantalla del televisor. ¿Hay alguna


otra experiencia que debas conocer consciente o inconscientemente
a fin de avanzar hacia el futuro sin este problema?

Tras un poco de tiempo se elevó el dedo del “sí”.


TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 221

Cuestionamiento digital recurrente y progresivo

A continuación se repitió el procedimiento previamente detallado,


que conlleva el acceso y revisión de un acontecimiento causante.
La siguiente vez que se le preguntó a Sonia si había algún otro acon-
tecimiento que debería conocer, se produjo la respuesta del “no”.
Entonces se le pidió que avanzara hacia el futuro con las soluciones
inconscientes que había descubierto y que se viera en la pantalla del
televisor entrando en un ascensor mientras siente calma y bienestar.
Hizo esto sin ninguna dificultad. Mientras estaba ejecutando esto, el
terapeuta relató al grupo detalles de un caso similar con otro pacien-
te joven de la misma universidad. Se dijo al grupo que inmediata-
mente después de la sesión, el estudiante había acudido al ascensor
que se encontraba frente a la clase y que había andado arriba y aba-
jo varias veces sin sentir ningún problema. Estos comentarios no se
dirigían directamente a Sonia, pero, inevitablemente, ella también
escuchó la historia (este enfoque es similar a la técnica de “Mi amigo
Juan” de Erickson descrita en el Capítulo 3).

Prueba de realidad

A continuación el terapeuta acompañó a Sonia hasta el ascensor


que se encontraba frente a la clase y la paciente fue capaz de introdu-
cirse y andar en él hacia arriba y hacia abajo sin problema alguno.
Evidentemente hubo cierta aprehensión inicial, pero ésta fue rápida-
mente sustituida por la sorpresa de que la sesión hubiera sido tan efec-
tiva. Se le pidió que escribiera algunos comentarios compartiendo su
impresión de la sesión y éstos se reproducen en las siguientes líneas:

Antes de la sesión hipnoterapéutica, durante los dos últimos años


había tratado repetidas veces de subir a un ascensor, pero sin éxito.
No sé por qué tenía este problema, aunque mi explicación personal
es que de niña solía ver películas de terror, y es posible que esto ten-
222 HIPNOSIS Y ESTRÉS

ga que ver con mi miedo a los ascensores. Nunca uso el ascensor, ni


siquiera si voy al duodécimo piso. Siempre uso las escaleras. Obvia-
mente esto suele ser, a menudo, un inconveniente, pero siento que
no me queda otra alternativa. Desde que acudí a este curso, en dos
ocasiones, he tratado de subir a un ascensor en compañía de una
amiga. En ambas ocasiones mi cuerpo temblaba de miedo y yo sen-
tía pánico. Cuando acudí al curso sobre hipnosis deseaba aprender
algo sobre hipnosis, pero nunca pensé que lo probaría. Lo curioso es
que esta misma semana estaba pensando en contactar con un psicó-
logo que me acompañara con mi problema. La primera clase sobre
hipnosis creó en mí una impresión muy favorable. Al día siguiente
un estudiante con fobia a las arañas se ofreció voluntario para tra-
bajar con su problema frente a todo el grupo. Su terapia pareció
tener éxito y el estudiante produjo algunas excelentes conductas ideo-
dinámicas, y fue capaz de experimentarse en el futuro y sin el pro-
blema. En este punto sentí que yo también podía hacer lo mismo,
por ello me presenté como la siguiente voluntaria. Durante mi hip-
noterapia me emocioné bastante y las lágrimas arreciaron en mis
ojos. Me alegraba estar “curada”, pero realmente no creía que pudie-
ra suceder. Al final de la sesión me sentía realmente bien y el tera-
peuta me invitó a subir al ascensor próximo. Seguía sintiendo apre-
hensión, pero lo hice. Llevo usando el ascensor de la universidad
durante dos semanas y sin problemas, y ayer subí al ascensor de
unos grandes almacenes. Tengo la esperanza de no experimentar
problemas adicionales.

Seguimiento

El seguimiento realizado tres meses después reveló que Sonia


seguía utilizando el ascensor sin demasiado estrés, aunque prefería
hacerlo en compañía de sus amigas. Escribió un informe personal
sobre su experiencia y sus últimas palabras eran: “Ahora no tengo
más fobias y soy libre para hacer lo que quiera en mi vida porque
nada malo va a suceder”. Seguimientos adicionales 6 y 12 meses des-
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 223

pués revelaban que Sonia, a consecuencia de su situación laboral,


usaba ascensores diariamente y sin problema alguno.

Caso 3 – Tratamiento de una sesión para la fobia dental

Durante la fase inicial fue importante establecer rapport y una


relación próxima de confianza. Otras tareas, que ya han sido comen-
tadas en el Capítulo 3, incluyeron:

• Recopilación del historial.


• Definición del problema.
• Definición del foco terapéutico, que debía ser realista y prag-
mático para la paciente.
• Promoción de una sensación de esperanza futura mediante el
uso de un lenguaje positivo y optimista.

Se estableció que la paciente (Cristina) tenía fobia a las clínicas


dentales. Cada vez que pensaba en acudir al dentista, y en particular
en el sillón del dentista, experimentaba una intensa sensación de
ansiedad con cambios fisiológicos concomitantes. Adicionalmente
Cristina temía que la anestesia local fuera insuficiente para calmar el
dolor, y que serían necesarias anestesias adicionales. Se negoció el
objetivo terapéutico y se acordó que el objetivo realista para Cristina
era ser capaz de acudir al dentista sin experimentar fuertes senti-
mientos negativos.

Demostración de hipnosis

La preparación para la principal sesión de tratamiento consistió


sobre todo en una demostración de hipnosis y en el establecimiento
de las respuestas ideodinámicas digitales. Se informó a Cristina sobre
el procedimiento hipnótico y se le dio la oportunidad de formular
cualquier duda que tuviera. Este procedimiento ayudó a superar
algunas resistencias relativas a la experiencia hipnótica y reforzó
paralelamente el desarrollo de la alianza terapéutica.
224 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Sé consciente de tu respiración, imaginando que, mientras expiras


estás arrojando al exterior toda la angustia residual de tu organis-
mo… y la siguiente vez que inspires trata de que tu inhalación sea
más profunda… mantenla… y mientras exhalas el aire deja que tu
cuerpo se sienta completamente flácido y relajado… como si de un
muñeco de trapo se tratara… no necesitas ir a ninguna lado ahora,
sólo tienes que relajarte y disfrutar de esos pacíficos sentimientos y
sensaciones… dejando que tu cuerpo y tu mente floten… y mientras
sigues disfrutando de esas sensaciones flotantes puedes notar que
permites que una de tus manos sea más y más ligera… y que flote en
el aire mientras las sensaciones se derriten gradualmente, dejando
que tu mano se adormezca totalmente… y cuando esté apropiada-
mente dormida, entonces uno de tus dedos de la otra mano (izquier-
da) se elevará por sí mismo… no debes hacer nada… sólo permitir
que ocurra.

Un dedo de la mano izquierda de Cristina se movió gentilmente


hacia arriba, indicando que en ese momento su mano derecha estaba
dormida. Entonces se le pidió que permitiera que su mano y brazo
flotaran gentilmente hacia abajo para acabar descansando sobre su
pierna, y que abriera los ojos para mirarlo, pero manteniendo las mis-
mas sensaciones de ese momento. A continuación se dijo a Cristina
que si era capaz de adormecer su mano podía hacer lo mismo con su
boca mientras se relajaba en el sillón del dentista.

Y dentro de un momento cuando cuente hasta seis, ¿volverán las sen-


saciones normales a tu mano y brazo?... sabiendo que dispones de la
habilidad y recursos internos para permitir que tu brazo sea más y
más ligero y pierda sus sensaciones… una capacidad que puedes
emplear para manejar los problemas que tienes en relación al den-
tista… pero sólo usarás este recurso cuando sea seguro y apropiado
hacerlo y cuando favorezca tu propia salud y bienestar.

A esto siguió un breve comentario con respecto a la sesión hipnó-


tica. Entonces se pidió a Cristina que mirara a su mano y que advir-
tiera qué ocurría. La mano de Cristina comenzó a flotar en el aire
mientras ella la observaba con sorpresa. También permitió que se
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 225

adormeciera, demostrando que ella tenía un control completo sobre


este fenómeno. Ella misma contó hasta seis, y en ese punto se resta-
blecieron las sensaciones normales.
La hipnosis adicional se indujo del siguiente modo:

Cierra los ojos y retrocede a la experiencia que disfrutabas hace sólo


unos momentos, deja que ocurra… no necesitas hacer nada para que
ocurra… en tu mente inconsciente y en tu cuerpo tienes un recuerdo
de todo lo ocurrido… Y ahora deja que tu mente retroceda al mo-
mento de tu vida en que te sentías bien y segura de ti misma… y que
te permita que ese sentimiento sea cada vez más y más intenso…
sabiendo en algún nivel que puedes utilizar esos recursos positivos
para manejar las cuestiones presentes y futuras de tu vida.

Señalización ideodinámica

Este procedimiento de fortalecimiento del ego fue vinculado con


el desarrollo de señales ideodinámicas digitales.

Y cuando tu mente inconsciente sepa que dispone de recursos que te


permiten sentirte como lo estás haciendo ahora cada vez que así lo
desees, incluso cuando estés sentada en el sillón del dentista, enton-
ces tu mente inconsciente moverá uno de tus dedos… puede que sea
de tu mano derecha… o puede que sea de la mano izquierda… mien-
tras esperamos para comprobar cuál de las dos se moverá antes.
Puedes estar preguntándote cuál se moverá en primer lugar… no
necesitas hacer nada para que ocurra… Puedes empezar a advertirlo
como una sensación en la yema de un dedo o en el lomo de tu
mano… es un modo de preparar ese dedo para que se mueva… antes
o después (tras un rato se eleva un dedo). Y ese dedo puede equivaler
a una respuesta afirmativa, de modo que tu mente inconsciente pue-
de comunicar “sí” a través del movimiento de ese dedo cuando sea
apropiado más adelante en esta misma sesión.

Habiendo establecido la señal digital afirmativa, se enseñó la señal


negativa del siguiente modo:
226 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Y ahora, Cristina, me gustaría que imaginaras que frente a ti tienes un


aparato de televisión con los botones habituales de control de sonido
y brillo, así como otro botón para el control de los sentimientos.
Puedes subir o bajar este control de los sentimientos para aumentar o
reducir los sentimientos que experimentas. Sobre la mesa existe una
grabación en video que lleva una etiqueta que reza, “Mi visita al den-
tista”… Me gustaría que vieras esa grabación, pero antes de hacerlo,
deja que tu cuerpo se relaje más y más, se sienta en calma y en paz…
y ahora mientras observas el video mantén la calma, la paz y la rela-
jación sabiendo que puedes sentirte así en el futuro… y cuando tu
mente inconsciente sepa que puede decir “no” al problema por el que
estás aquí ahora, entonces moverá otro dedo, quizá de la misma mano,
quizá de la otra mano… nos limitamos a esperar que esto suceda…
¡eso es!

El terapeuta esperó hasta que se movió otro dedo y lo designo


como el dedo del “no”.

Visualización de la fecha de “cura”

De este modo, en el contexto del fortalecimiento del ego se esta-


blecieron las señales ideodinámicas. A continuación se utilizaron
éstas para el cuestionamiento ideodinámico, a fin de permitir a la
paciente que accediera a las experiencias que estaban dinámicamen-
te relacionadas con la fobia dental. Se accedió y se revisaron “incons-
ciente” y repetidamente estas experiencias hasta que se obtuvo la res-
puesta “no”, y en ese momento se formuló la siguiente pregunta a la
paciente:

¿Existe algún otro acontecimiento que debas conocer a fin de que


tu mente inconsciente te permita avanzar hacia el futuro sin el pro-
blema?

Cuando se confirmó una señal afirmativa, el terapeuta continuó:


TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 227

Nos limitamos a permitir que el dedo del “sí” siga elevándose, lle-
vando con él la mano izquierda y el antebrazo… dejando que tu
mano avance hacia el futuro, y cuando tu mano toque tu hombro
eres capaz de sentarte en el sillón del dentista en algún momento
futuro, sabiendo eso, ahora que conoces las razones subyacentes,
puedes experimentar ese hecho con sentimientos de calma, relaja-
ción y comodidad… y dejas que tu mano escriba en un cuaderno
imaginario que hay frente a ti la fecha en que puedas hacerlo. Y per-
mites que tu mano vuelva a su posición inicial sobre la pierna, dejan-
do que lo haga lentamente, sabiendo que dispones ya de la solución
a los problemas que te han traído hoy aquí.

A continuación, contando hasta seis Cristina salió del estado hip-


nótico. Al imaginar una fecha de “cura”, Cristina señaló que había
abandonado todas las fuentes inmediatas de resistencia. También se
había logrado confiar en la posibilidad de que la mente inconsciente
pueda hallar vías para alcanzar el objetivo terapéutico, siguiendo así
con el “lenguaje optimista” usado a lo largo del procedimiento tera-
péutico.

Pasos futuros

Se pidió a Cristina que cerrara una vez más los ojos y:

Introdúcete en tu mente y busca los buenos sentimientos que experi-


mentabas hace algunos instantes. Puede ser útil unir tus dedos pul-
gar e índice, dejando que esos sentimientos inunden tu cuerpo com-
pletamente, y fluyan a través de tu boca y tus encías… y flotas hasta
el sillón del dentista en algún momento futuro… sabiendo que pue-
des dejar que la inyección de anestesia trabaje óptima y efectiva-
mente… mientras el dentista trabaja en el interior de tu boca tú eres
consciente de algunas sensaciones leves pero no desagradables… y
cuando el dentista haya concluido su trabajo puedes aclarar tu boca,
disolviendo y eliminado así todo el entumecimiento, dejando tu boca
fresca y agradable.
228 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Tareas para casa

Se propuso a Cristina continuar con la terapia en su propia casa,


para ello se le hicieron las siguientes sugerencias:

Simplemente mira a tu mano y observa lo que ocurre (la mano de


Cristina comienza a flotar y a distanciarse de su pierna)… y mientras
flota permite que tu cuerpo flote gentilmente hasta el sillón del den-
tista la siguiente vez que vayas, llevando contigo todos esos senti-
mientos positivos y agradables… y dejando al dentista hacer su tra-
bajo mientras tú lo experimentas de la forma más cómoda posible…
sabiendo que dispones de los recursos para hacerlo ahora. Y puede
serte de ayuda juntar tus dedos pulgar el índice, y rozar gentilmente
el uno contra el otro sabiendo que serás capaz de acceder a esos sen-
timientos agradables en el momento apropiado del futuro que lo
hagas. Y ahora cuenta hasta seis… sintiéndote más y más ligera a
medida que lo haces y cuando llegues a seis tus párpados se abri-
rán… y te sentirás calmada y relajada… sabiendo que has aprendido
una destreza muy valiosa para hacer tu vida más cómoda, pero que
sólo la usarás cuando hacerlo sea apropiado y seguro. Y puedes
hacerlo a solas en la comodidad de tu propia casa o en cualquier otro
lugar que te parezca idóneo.

Cristina repitió el ejercicio a solas.


El seguimiento realizado seis meses después revelaba que Cristina
había realizado dos visitas satisfactorias al dentista sin experimentar
ningún problema grave, ni antes de la visita ni durante el curso del
tratamiento.

Resumen

El procedimiento empleado con Cristina demuestra claramente


varios de los aspectos claves del enfoque hipnoterapéutico integrador.
En primer lugar se estableció una relación positiva y colaboradora
durante la fase inicial. Se le ofreció una breve demostración y expli-
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 229

cación de la hipnosis, con la oportunidad de formular preguntas, lo


que resolvió con efectividad cualquier resistencia residual hacia el
proceso hipnótico. A continuación se establecieron las señales ideo-
dinámicas digitales usando métodos de visualización y fortalecimien-
to del ego, seguidos por el cuestionamiento ideodinámico digital
recurrente. Se animó a la paciente a acceder y revisar acontecimien-
tos que estuvieran etiológicamente relacionados con el problema
definido mientras se mantenían niveles apropiados de disociación.
Cuando la mente inconsciente indicó que la paciente era capaz de
avanzar hacia el futuro sin el problema, se produjo una progresión
(levitación del brazo) con la visualización de la fecha de resolución
del problema que se manifestó ideomóticamente (escritura automáti-
ca). Posteriormente la paciente fue capaz de inducir un estado de
“auto-hipnosis” y de imaginar una visita al dentista mientras perma-
necía en calma y sintiéndose cómoda. A lo largo del procedimiento el
terapeuta y la paciente trabajaron colaboradoramente utilizando las
experiencias pasadas y los recursos curativos propios de Cristina.

Dejar de fumar

La investigación sugiere la existencia de un vínculo entre el estrés


y la conducta de tabaquismo en términos de iniciación del taba-
quismo, recaídas y cantidad de cigarrillos consumidos (Wills, 1985;
Lichtenstein, Weiss & Hitchcok, 1986; Carey, Kalra, Carey, Halperin
& Richard, 1993). Paradójicamente, la investigación también muestra
que el aumento del consumo de cigarrillos puede ser efectivo para
reducir el estrés (Perkins, Grobe, Stiller, Fonte & Goettler, 1992). El
tabaquismo es una adicción muy fuerte y un hábito difícil de erradi-
car. Los individuos comienzan a fumar por diversas razones, a menu-
do durante la adolescencia. Sin embargo, los fumadores afirman
muchas veces que un cigarrillo reduce el estrés, aunque fisiológica-
mente actúe como estresor sobre el organismo. La relación entre el
estrés y la adicción (Gottheil, 1987), y el estrés, el tabaquismo y la
230 HIPNOSIS Y ESTRÉS

expresión genética se han documentado bien en la actualidad


(Siegfried, Bourdeau, Davis, Luketich & Shriver, 2000). A pesar de la
naturaleza adictiva del tabaquismo y el riesgo de ganar algo de peso
durante los intentos por abandonarlo, existen muchos estudios que
sugieren que la hipnosis constituye un método efectivo para lograr
abandonar el hábito de fumar (Pederson, Scrimjeour & Lefcoe, 1975;
Spiegel & Spiegel, 1978/2004; Cornwell, Burrows & McMurray, 1981;
Frank, Umlauf, Wonderlich & Ashkanazi, 1986; Williams & May,
1988; Green, 1996; Bayot & Capafons, 1997).

Programa para dejar de fumar (Lynn, Neufeld, Rhue & Matorin,


1994)

Lynn et al. hallaron que los índices de abstinencia garantizados


mediante el uso de la hipnosis oscilaban entre el 14 y el 61%. La
amplitud de este intervalo no es de sorprender dado que los protoco-
los hipnóticos empleados variaron mucho de unos profesionales a
otros. La eficacia de los enfoques hipnóticos no parece ser ni mejor
ni peor que la de otros tratamientos. Lynn et al. diseñaron un pro-
grama multidimensional para dejar de fumar centrado en destrezas
cognitivo-conductuales y en el uso de la hipnosis. Green (1999, pp.
253-264) presenta una descripción clara del tratamiento para dejar de
fumar con un hombre de 34 años de edad usando este protocolo par-
ticular. Donde se demuestra que la hipnosis puede usarse como estra-
tegia secundaria dentro de un marco básico cognitivo-conductual. El
enfoque incluye los siguientes aspectos:

(i) Educación sobre los peligros derivados del tabaquismo: se expli-


caron los riesgos sobre la salud con ayuda de la presentación de
algunos pocos datos estadísticos de salud. También se explicó
que las personas aprendían el hábito de fumar a través de los
efectos reforzantes positivos de la nicotina; por ejemplo, reduc-
ción de la ansiedad y aumento de la activación. En este contexto
se preguntó al paciente sobre su primera experiencia de fumar.
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 231

(ii) Subrayar la importancia de la motivación y del apoyo social:


estudios pasados han demostrado que la motivación alta consti-
tuye un factor importante para que el tratamiento sea satisfacto-
rio (Perry & Mullin, 1975; Perry, Genfand & Marcovitch, 1979).
Se pidió al paciente registrar su nivel de motivación sobre una
escala de cinco puntos. Se le sugirió que informara a su familia,
amigos y compañeros de trabajo sobre su compromiso para
dejar de fumar. Se firmó un contrato conductual que reflejaba tal
compromiso frente a un “otro significativo”. También se le ani-
mó a poner por escrito sus motivaciones en tarjetas que podría
transportar consigo en todo momento o que podía colocar en su
casa, en el coche o en el lugar del trabajo. Se le pidió que visua-
lizara un “camino alto” en el que se viera a sí mismo como no
fumador:

Piensa por un momento qué conllevaría para ti ser un no fuma-


dor… Ahora visualiza dos caminos: un camino alto en el que imagi-
nes tu futuro si dejas de fumar satisfactoriamente… piensa en las
recompensas sociales y los beneficios sobre la salud. Ahora imagina
el camino bajo donde ves tu futuro si no estás plenamente motivado
para dejar de fumar… la alternativa es tuya. ¿Por cuál de los caminos
andarás? ¿Crees o temes no ser capaz de dejarlo?
¿Si pudiera ofrecerte un millón de euros si mantuvieras la absti-
nencia durante un año, crees que podrías hacerlo? Pero realmente lo
que quería preguntarte es si tu salud vale un millón de euros. Cierra
los ojos ahora y dile a tu propia persona todas las razones por las que
debes dejar de fumar, y visualízate caminando por el sendero de la
salud y del bienestar como un no fumador (Lynn et al., 1994, p. 562).

Al paciente también se le pidió que identificara los “precipitado-


res” de la conducta problemática, así como las estrategias de afron-
tamiento para enfrentarse a las urgencias por fumar. Se le animó a
que reestructurara sus actitudes hacia el tabaco para resistirse a estas
urgencias repitiendo afirmaciones positivas de afrontamiento, como
“Soy consciente de la urgencia a fumar, pero no tengo por qué hacer-
lo; soy un no fumador”.
232 HIPNOSIS Y ESTRÉS

(iii) Uso del auto-monitoreo, auto-manejo y auto-refuerzo: el pa-


ciente monitoreó el número de cigarrillos que fumaba entre las
sesiones, lo que centraba su atención en la conducta problemá-
tica y aumentaba su conciencia sobre los precipitadotes.
(iv) Esfuerzo por minimizar el aumento de peso como efecto cola-
teral del tratamiento: se animó al paciente a que efectuara ejer-
cicio físico de forma regular porque esto es incompatible con el
fumar (Marllatt & Gordon, 1985), y reduce el estrés fisiológico
y psicológico. El ejercicio, combinado con una alimentación
equilibrada, constituye un método simple pero bastante efecti-
vo para minimizar cualquier aumento colateral de peso.
(v) Integración de hipnosis: se instruyó al paciente para que usara
sus destrezas de imaginación y visualización y que permanecie-
ra abierto a las sugestiones a fin de maximizar los efectos del
tratamiento. Se le presentó la hipnosis como un instrumento
muy poderoso que podía fomentar cambios positivos en la auto-
imagen y ayudarle en el logro de su objetivo de dejar de fumar.
La primera parte del guión hipnótico fue tomado del programa
hipnotizabilidad-modificación de Gorassini y Spano (1999) e
incluía los siguientes elementos:

• Con los ojos cerrados imaginarse en la cumbre de una escalera


espiral.
• Bajar lentamente las escalares y entrar más y más en un estado
hipnótico.
• Sugerencias relativas al aumento de receptividad a ideas y de
apertura a las imágenes.
• Una invitación a anclar los sentimientos positivos repitiendo
una palabra o frase clave así como rozando los dedos pulgar e
índice.
• Uso de esta táctica de relajación de claves-controladas cada vez
que se produjera la urgencia a fumar, o ante sensaciones de
estrés, para visualizarse como no fumador.
• Práctica de la auto-hipnosis, la visualización y la relajación de
claves-controladas a fin de que se automaticen tales estrategias.
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 233

La segunda sesión hipnótica fue modificada del protocolo para


dejar de fumar de Lynn et al. (pp. 567-77). Conllevaba un ejercicio de
relajación muscular progresiva seguido por la profundización.
Entonces se informaba al paciente de que, en el nivel “más profundo”
de su ser, podría redefinirse a sí mismo como no fumador. Se visuali-
zaba escribiendo en una pizarra todas las ventajas del no fumar, lo que
permitiría a su cuerpo ser más resistente a la enfermedad y curarse de
los años que había fumado. Se sugirió al paciente que sus mentes cons-
ciente e inconsciente colaboraban ahora para ayudarle a convertirse en
no fumador. Cuando se sintió seguro de que esto estaba sucediendo, se
le pidió que anclara estos sentimientos y que se visualizara alcanzando
su meta. Accedió a practicar la auto-hipnosis dos veces por día. En res-
puesta a los cuestionarios de seguimiento realizados 6 y 12 meses des-
pués, el paciente manifestaba seguir manteniendo la abstinencia.

Estrategias cognitivas

Spiegel y Spiegel (1978/2004) enseñaron a sus pacientes una estra-


tegia cognitiva que modificaba su perspectiva de la conducta de
fumar (es decir, reestructuración), reforzada por la hipnosis. El prin-
cipio de la reestructuración dentro de la hipnosis consiste en ayudar
a los pacientes a desarrollar una estrategia para el cambio que afirme
la experiencia en lugar de luchar contra ella. En vez de centrarse en
dejar de fumar per se, los pacientes se centran en un compromiso más
amplio de ayudar a sus cuerpos a permanecer sanos concentrándose
en tres puntos críticos durante la hipnosis:

El primer punto es: fumar es un veneno para tu cuerpo. Tu persona


está compuesta de diversos componentes, el más importante de los
cuales es tu cuerpo. El tabaco no es tanto un veneno para tu persona
pero sí específicamente para tu cuerpo.
El segundo punto: no puedes vivir sin tu cuerpo. Tu cuerpo es una
preciosa planta física a través de la cual experimentas tu vida.
El tercer punto es: si quieres vivir, debes respeto y protección a tu
cuerpo.
234 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Éste es el modo de reconocer la naturaleza preciosa y frágil de tu


cuerpo y, al mismo tiempo, tu modo de considerarte como guardián
de tu cuerpo. Tú realmente eres el guardián de tu cuerpo. Cuando
adoptas el compromiso de respetar tu cuerpo, dispones dentro de ti
del poder de haber fumado tu último cigarrillo… como consecuencia
de tu compromiso, es natural que protejas tu cuerpo contra el vene-
no que significa seguir fumando… observa que cuando te compro-
metes a respetar tu cuerpo, incorporas en tu compromiso un punto
de vista relativo a la alimentación y al consumo de alcohol que refle-
je el respeto hacia tu cuerpo… Si lo deseas, puedes usar este mismo
ejercicio para mantener tu peso ideal mientras proteges a tu cuerpo
del veneno del tabaco… El ejercicio se desarrolla del siguiente modo:
te sientas o tumbas y, en silencio, cuentas tres… a la de una, miras
hacia arriba en dirección a tus cejas; a la de dos, cierras los párpados
e inspiras profundamente; y a la de tres, exhalas, y dejas que tus ojos
se relajen y permites que tu cuerpo flote. Cuando te sientas flotar,
permites que una de tus manos sea como un globo y dejas que se ele-
ve como ahora. Cuando alcance esta posición, esto se convierte en la
señal para que te introduzcas en el estado de meditación. En este
estado de meditación te concentras en los siguientes puntos críticos:
(i) Para tu cuerpo, no para ti, fumar es un veneno.
(ii) Necesitas de tu cuerpo para vivir.
(iii) Debes respeto y atención a tu cuerpo.
Reflexiona sobre lo que esto significa para ti en sentido privado, a
continuación sal de este estado de concentración, llamado “auto-hip-
nosis”, contando hacia atrás de la siguiente forma. Ahora tres, prepá-
rate. Dos, con tus párpados cerrados, gira los ojos hacia arriba… y
uno, deja que tus ojos se abran lentamente. Entonces, cuando tus ojos
se encuentren focalizados de nuevo, lentamente cierra el puño de la
mano que esté alzada y a medida que abres lentamente el puño, se
restablecerá tu sensación normal y el control sobre ti mismo. Permite
que tu mano vuelva lentamente a su posición inicial. Éste es el final
del ejercicio, pero tú retienes una sensación de flotación. (p. 212).

Spiegel y Spiegel sugieren que una estrategia de reestructuración


similar puede aplicarse también a otros problemas, como al de los
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 235

atracones de comida o al manejo del dolor. Evidentemente el autor ha


usado satisfactoriamente este enfoque con una paciente bulímica
(véase Caso 6, Sesión 1, en el Capítulo 8).

Un caso presentado por Rossi (2002)

Rossi presenta el caso de un maestro de escuela muy estresado que


quería dejar de fumar. En primer lugar se le administró el perfil de
inducción hipnótica (Spiegel & Spiegel, 1978/2004), en el que la pun-
tuación del paciente se correspondía con el intervalo de altamente
hipnotizable. Durante su primera sesión, parecía experimentar un
profundo trance que fue ratificado mediante la levitación de brazo, la
amnesia y otras señales conductuales. Las sugerencias directas, que
utilizaban su deseo de ser un modelo sano para su hijo, fueron sufi-
cientes para motivarle a dejar de fumar en una sesión. En la siguien-
te sesión manifestó que no había fumado, pero que anhelaba un ciga-
rrillo. Este deseo por fumar un cigarrillo iba acompañado por boste-
zos y por ojos llorosos, juntamente con la afirmación “Estoy muy
estresado y necesito fumar”.
Rossi reconoció en estas conductas la oportunidad de convertir un
“síndrome de estrés ultradiano” en una “respuesta de curación ultra-
diana” (Rossi & Nimmons, 1991). Desde una perspectiva psicobioló-
gica, sus bostezos sugerían que había comenzado a experimentar “el
trance cotidiano común” (Erickson, Rossi & Rossi, 1976; Erickson &
Rossi, 1979). Rossi procedió con las siguientes palabras para facilitar
una inducción naturalista permisiva al trance:

Eso está muy bien, permítete un descanso agradable ahora mismo.


Eso es, reclínate en el sillón y permanece con el anhelo y disfruta de
no tener necesidad de hacer nada para con tu estrés. Cuando tu men-
te interior esté preparada para profundizar en la relajación a fin de
que pueda aliviar el estrés y el anhelo mientras tú descansas, ¿obser-
varás que tus ojos se cierran por sí mismos de forma natural?
236 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Tras unos 12 minutos de focalización interna, Rossi continuó:

Cuando tus mentes consciente e inconsciente sepan que pueden con-


tinuar permitiéndote disfrutar de períodos de descanso y comodidad
como éste, repetidas veces al día, para que no necesites experimentar
estrés, ni fumar, ¿te descubrirás despertándote refrescado y despejado?

Cuando el paciente abrió los ojos, manifestó haberse visualizado


sujetando a su hijo y sintiéndose orgulloso de no fumar. Afirmó que
su anhelo por fumar había desaparecido. Fue animado a tomarse
estos “descansos curativos ultradianos” cada vez que sintiera deseos
de fumar. Desarrolló el hábito de tomarlos durante el descanso del
mediodía, lo que le ayudó a evitar comer en exceso y también a
aumentar de peso. Reencuadrando su necesidad de fumar como la
necesidad de efectuar una respuesta curativa ultradiana, fue capaz de
reducir estrés y de eliminar su adicción a fumar.
La descripción anterior demuestra que existen muchos modos de
utilizar la hipnosis dentro de un programa de tratamiento. En
muchos de los ejemplos, la hipnosis se emplea claramente como
estrategia secundaria y de facilitación para otros enfoques primarios
(p.ej., dieta, cognitivo-conductual, educativo).

Problemas sexuales

Antes de trabajar con los problemas sexuales, el terapeuta debería


estar familiarizado con los aspectos fisiológicos y médicos del fun-
cionamiento sexual normal y anormal, recordando siempre que exis-
ten también importantes aspectos sociales y culturales a considerar al
manejar cualquier definición de “normal” y “anormal” en lo que res-
pecta a la sexualidad. Las disfunciones sexuales se producen cuando
existen impedimentos en alguno de los cuatro estadios de la respues-
ta sexual (es decir, deseo, excitación, fase orgásmica y resolución)
debido a factores anatómicos, fisiológicos o psicológicos. Las disfun-
ciones sexuales pueden ser crónicas o generarse tras un período de
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 237

funcionamiento sexual normal. También pueden estar presentes en


todas las actividades sexuales o pueden ser situacionales; por ejem-
plo, un hombre que logra la erección masturbándose pero no lo hace
durante la interacción sexual con su pareja.

Problemas psicosexuales

Hay diversos problemas psicosexuales comunes (Manual Diagnós-


tico y Estadístico de los Trastornos Mentales: DSM-IV. Asociación
Americana de Psiquiatría, 1994; Watson & Davies, 1997). Pueden defi-
nirse como la incapacidad para extraer placer y satisfacción de la
actividad sexual e incluyen:

• Inhibición del deseo sexual (fantasías sexuales y deseo de acti-


vidad sexual deficientes).
• Trastorno de aversión al sexo (aversión extrema o evitación de
todo contacto genital con una pareja).
• Trastorno eréctil masculino (incapacidad para lograr o mante-
ner una erección que conduzca a la actividad sexual).
• Trastorno de activación sexual femenino (incapacidad para lograr
o mantener una respuesta adecuada de lubricación-hinchazón
por excitación sexual hasta completar la actividad sexual).
• Trastorno orgásmico femenino (retraso o ausencia de orgasmo
tras la fase de excitación normal).
• Trastorno orgásmico masculino (retraso o ausencia de orgasmo
tras la fase de excitación normal durante la actividad sexual
normal).
• Eyaculación precoz (eyaculación con mínima estimulación
sexual antes, durante o poco tiempo después de la penetración
y antes de que la persona lo desee).
• Dispareunia (dolor genital recurrente y persistente tanto en
hombres como en mujeres).
• Vaginismo (espasmo involuntario de la musculatura de la vagi-
na que interfiere con la penetración sexual).
238 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Debería señalarse que las disfunciones anteriores deben ser per-


sistentes y recurrentes para proceder con el diagnóstico. Además,
también debería de excluirse la posible existencia de una base orgá-
nica de la disfunción antes de asumir una causa psicológica.
Kaplan (1974) defiende una teoría multicausal de las disfunciones
sexuales a diferentes niveles –intrapsíquico, interpersonal y conduc-
tual– y enumera cuatro factores como desencadenantes de estos tras-
tornos:

• Información errónea o ignorancia sobre la interacción sexual y


social.
• Culpabilidad y ansiedad inconscientes con respecto al sexo.
• Ansiedad de ejecución, como la causa más común de las dis-
funciones eréctiles y orgásmicas.
• Falta de comunicación entre los miembros de la pareja sobre
sus sentimientos sexuales y sobre las conductas que desearían
ejecutar.

Una de las principales barreras a la ejecución satisfactoria y al dis-


frute es el estrés y la ansiedad. La preocupación sobre la ejecución
puede causar impotencia o eyaculación precoz, y el fracaso recurren-
te durante el coito conduce a sentimientos de ansiedad y frustración.
En las mujeres, los conflictos inconscientes sobre la actividad sexual
pueden ser responsables del vaginismo, una espasmo reflejo involun-
tario de los músculos de la vagina y del perineo que impide que se
produzca la penetración. Las cogniciones (pensamientos) y los esta-
dos anímicos (emociones) modulan la experiencia de cada persona de
su activación y conducta sexual. Los procesos de atención son tam-
bién importantes: en la común experiencia de la observación, las per-
sonas se centran en su propia ejecución esperando, a menudo, fraca-
sar, en lugar de prestar atención a la sensualidad del acto de hacer el
amor. El dolor, las rumiaciones y las preocupaciones distraen la aten-
ción. Las emociones negativas intensas tienden a reducir la actividad
y la ejecución sexual, pero la asociación no es tan estrecha. En la
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 239

depresión, suele reducirse el disfrute sexual, pero ocasionalmente


aumenta; puede modificarse la conducta erótica preferente, muchas
veces convirtiéndose en pasiva y los fármacos antidepresivos pueden
afectar negativamente sobre la respuesta sexual.
Uno de los problemas sexuales más comunes es la inhibición del
deseo sexual, que afecta más a mujeres que a hombres. La libido baja
es algo que experimenta una de cada tres mujeres en algún momento
de su vida, muchas veces con el sentimiento concomitante de inade-
cuación y anormalidad. La respuesta habitual de un terapeuta sexual
suele ser diseñar un programa para restablecer o aumentar la libido
de la mujer, aunque posiblemente fuera más apropiado el restableci-
miento de la seguridad en sí misma. Pertot (2005) defiende que el
modelo masculino de apetito sexual ha embaucado tanto a las muje-
res como a los terapeutas sexuales profesionales. Esta autora mani-
fiesta que las mujeres han comenzado a desafiar el modelo masculino
de necesidades sexuales, lo que en consecuencia puede ser origen de
mucha discordia entre los miembros de la pareja. Ésta es otra causa
que demuestra claramente que tanto las conductas como las conse-
cuentes intervenciones médicas y psicoterapeúticas están definidas,
sobre todo, política y culturalmente. En este mismo orden, reciente-
mente se ha postulado que las variaciones en el funcionamiento orgás-
mico de las mujeres puedan ser el resultado más de influencias gené-
ticas que socioculturales (Dunn, Cherkas & Spector, 2005). Los resul-
tados mostraban una influencia genética significativa con una here-
dabilidad estimada del 34% para alcanzar el orgasmo durante el coi-
to y del 45% para alcanzar el orgasmo mediante la masturbación.
Phillips y Frederick (1995) han sugerido que la disfunción sexual
puede estar vinculada a la reproducción de un trauma interpersonal.
Existen muchas pruebas de deterioro en el funcionamiento sexual
entre las víctimas de abuso sexual infantil, violación, violencia domés-
tica y guerras (p.ej., Becker, Skinner, Abel & Cichon, 1986). Entre los
problemas que se han hallado se encuentran el miedo al sexo, la dis-
función en la activación y la reducción de la satisfacción sexual.
240 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Cuestiones específicas que el terapeuta debería examinar son: fre-


cuencia del contacto sexual, grado de satisfacción, nivel de activación,
naturaleza de las interacciones sexuales, pensamientos, sentimientos
y fantasías que acompañan a la activación y cualquier preocupación
que pueda tener el paciente sobre su funcionamiento sexual. Uno de
los principales métodos hipnoterapéuticos empleados para tratar este
tipo de problema es la terapia de afirmación del ego, aunque también
puedan usarse otros métodos hipnoterapeúticos previamente revisa-
dos (Watkins & Johnson, 1982; Phillips & Frederick, 1995).
En libros de textos conocidos pueden encontrarse descripciones
detalladas del funcionamiento sexual humano (p.ej., Kaplan, 1974,
1979, 1988, 1995; Masters, Johnson & Kolodny, 1995; Charlton &
Yalom, 1997; Leiblum & Rosen, 2000; Wincze & Carey, 2001; Klein-
platz, 2001; también puede recurrirse a www.sexology.cjb.net).

Hipnosis y problemas sexuales

Desde mucho tiempo atrás se ha usado la hipnosis para el trata-


miento de trastornos sexuales. Erickson y Kubie (1941) presentaron el
primer caso conocido de un tratamiento satisfactorio para la inhibi-
ción del deseo sexual mediante la hipnosis. Las intervenciones hipnó-
ticas dirigidas a las disfunciones sexuales parecían ser prometedoras
en el campo de la terapia sexual (Araoz, 2005), aunque en la literatura
casi exclusivamente se presenten estudios de casos únicos y de infor-
mes de resultados (Erickson, 1953; Cheek y LeCron, 1968; Erickson,
1973; Crasilneck, 1979, 1982; Beigel, 1980; Araoz, 1980, 1982, 1985;
Degun & Degun, 1982; Hammond, 1984, 1985; Zilbergelt & Hammond,
1988; Bakich, 1995; véase también www.hypnosis-research.org).
Muchas veces los problemas sexuales pueden manejarse exclusiva-
mente con auto-hipnosis que ayude al individuo a relajarse. La hipno-
sis también puede usarse para asistir en cuestiones relativas a una
imagen corporal pobre, a la culpabilidad, al miedo al sexo y al miedo
a los encuentros sexuales.
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 241

A menudo, suele exagerarse el énfasis en el paciente individual


olvidando la importancia de los factores relacionales. La hipnosis
puede ser útil en el fomento de interacciones más sanas entre los
miembros de la pareja y de la familia, y de percepciones más sanas
sobre las relaciones. Si la relación entre los miembros de la pareja es
mala, esto no conduce al deseo sexual y, consecuentemente, pueden
manifestarse problemas sexuales. En el contexto del tratamiento de
los problemas sexuales, debería reconocerse que la hipnosis suele ser
una estrategia secundaria o facilitadora que aumenta la efectividad
de una amplia gama de enfoques psicoterapéuticos adjuntos; por
ejemplo, la psicoterapia orientada al insight, la reestructuración ra-
cional emotiva cognitiva, la desensibilización, etc.
Hammond (1990a, pp. 350-2) presenta algunas de las ventajas
derivadas del uso de la hipnosis en la terapia sexual:

• Puede usarse en el tratamiento del paciente individual sin pare-


ja (los informes de seguimiento más numerosos relativos al uso
de la hipnosis para una disfunción sexual se refieren a pacien-
tes individuales con disfunción eréctil – Crasilneck, 1979, 1982).
• Permite la exploración e identificación rápida de conflictos
subyacentes, sentimientos no resueltos sobre sucesos pasados
y factores que van más allá del conocimiento consciente. Se
puede acceder y “elaborar” tales experiencias reprimidas, y
sentimientos asociados, a niveles inconscientes (usando la
señalización ideodinámica digital, por ejemplo), minimizando
así cualquiera de los problemas colaterales que se originan por
el uso de enfoques “descubiertos” en la terapia psicodinámica
convencional.
• El aprendizaje de la auto-hipnosis puede aportar al paciente la
sensación de auto-control y una técnica para el manejo del
estrés. Esto le puede proporcionar el instrumento necesario
para la reducción de la ansiedad y para la decomprensión, así
como para la activación de la pasión sexual mediante la imagi-
nería sexual previa a la actuación sexual.
242 HIPNOSIS Y ESTRÉS

• Aumenta la expectativa para promover el cambio personal. Se


puede emplear la hipnosis para proporcionar esperanza,
aumentar sentimientos de auto-eficacia y seguridad en que se
produzca el cambio. “Los procedimientos de ratificación del
trance pueden convencer a los pacientes del poder de su propia
mente para hacer cosas inconscientemente, y sin que ellos mis-
mos lo deseen o se esfuercen por lograrlo”, por ejemplo, si el
brazo de un paciente flota involuntariamente, se convencen de
que la hipnosis es capaz de ayudarles con otros problemas; si
una aguja es introducida sin dolor alguno en la piel de una
mano anestesiada, se convencen de que disponen de más poten-
ciales de los que reconocían y que quizá su mente es suficiente-
mente poderosa como para provocar el deseo sexual, facilitar el
orgasmo o crear erecciones.
• Permite el uso de una variedad de técnicas para alterar las emo-
ciones problemáticas y aumentar los estados emocionales desea-
dos. Las técnicas de imaginería simbólica permiten a los pa-
cientes descargar los sentimientos “embotellados” como la ira y
el resentimiento.
• El fortalecimiento del ego puede aumentar los sentimientos de
control y la auto-estima del paciente.
• La regresión hipnótica puede revivificar recuerdos que ayuden
a reavivar y restablecer sentimientos afectivos y sexuales positi-
vos.
• La hipnosis y la auto-hipnosis pueden ser útiles para centrar la
atención y aumentar la conciencia sensorial, facilitando así el
aumento de la activación y del placer.
• Pueden ser de ayuda en la elucidación de procesos internos
(cognitivos o de imaginería) que son imposibles de observar y
difíciles de transmitir mediante la mera explicación.
• Pueden aportar la evaluación de experiencias sexuales tanto po-
sitivas como negativas halladas durante la terapia.
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 243

Enfoques hipnóticos

Hipnoanálisis

Los objetivos del hipnoanálisis en la terapia sexual son:

• Descubrir el conflicto inconsciente.


• Descargar miedos que inhiban la activación sexual.
• Reestructurar asociaciones y orientarlas hacia objetos sexuales.
• Disipar las identificaciones inhibidoras.
• Facilitar la construcción del ego.

Son numerosos los informes relativos al uso de enfoques hipnoa-


nalíticos en el manejo de problemas sexuales, entre los que se inclu-
yen: la regresión hipnótica (Wijesinghe, 1977); el análisis de sueños
(Degun & Degun, 1988); la ventilación de sentimientos negativos
reprimidos (Levit, 1971). Rossi y Cheek (1988) sugieren que la “com-
binación de una hipnosis leve, juntamente con el uso de movimientos
simbólicos, inconscientes o respuestas ideomotoras, permite un acce-
so rápido a información significativa y al ensayo productivo e inme-
diato de problemas de disfunción sexual en los límites del tiempo de
tres consultas, que equivalen a dos horas reales” (p. 346)

Eliminación directa del síntoma

Son diversos los estudios publicados que se refieren a la elimina-


ción directa del síntoma, por ejemplo:

• Visualización de encuentros sexuales con sugerencias de ejecu-


ción sexual mejorada (Schneck, 1970).
• Recuerdo hipnótico de experiencias sexuales previas positivas
juntamente con distorsión temporal hipnótica para prolongar el
placer (Mirowitz, 1966).
• Imaginería positiva relativa al disfrute de una relación sexual
satisfactoria combinada con auto-afirmaciones positivas (Cheek,
1976).
• Sugestión de catalepsia (véase Caso 4, Sesión 3).
244 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Enfoques indirectos

Hammond (1990a) describe varias metáforas y enfoques de ima-


ginería guiada que pueden ser usados como base para trabajar con
problemas sexuales, por ejemplo:

• “La técnica del jefe de la sala de control” (para la inhibición del


deseo sexual, inhibición eyaculadora, disfunción orgásmica,
disfunción eréctil y adicciones sexuales).
• “Vergüenza del pis” (una metáfora breve que ilustra el hecho de
que las respuestas sexuales son automáticas e inconscientes).
• “Salir a cenar” (facilitación de la salivación y lubricación); el
humedecimiento y la lubricación también podrían lograrse faci-
litando las respuestas ideosensoriales.
• “Sudando en un día caluroso” (útil para mujeres que presentan
problemas con la activación sexual y, específicamente, con la
lubricación).
• Imaginería guiada y fantasía erótica, en las que se anima al
paciente a actuar de espectador (véase Caso 4, Sesión 4).
• Sueños eróticos inducidos (véase Caso 4, Sesión 5).

He recurrido satisfactoriamente a la imaginería guiada para tratar


la disfunción orgásmica y el vaginismo. La siguiente metáfora del
rosal constituye un buen ejemplo:

Guión 40 – La metáfora del rosal (adaptada de Assagioli, 1965/ 1975,


p. 214)

Imagina que estás mirando a un rosal, y en particular a una rama con


hojas verdes y un capullo. El capullo parece verde porque los sépalos
están cerrados, pero en la punta superior se puede apreciar un punto
rosáceo. Ahora, a medida que centras tu atención en ese punto rosá-
ceo, los verdes sépalos comienzan a separarse, para gradualmente
abrirse, revelando los delicados pétalos rosas de su interior. Los sépa-
los siguen abriéndose hasta que puedas ver el tierno capullo completo.
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 245

Los pétalos siguen el mismo proceso, y lentamente se separan, hasta


que aparece una rosa abierta en su totalidad. Ahora respira profunda-
mente y percibe el perfume de esta delicada rosa, inhalando su carac-
terística e inconfundible esencia; tan delicada, dulce, deliciosa. Sigue
inhalando la fragancia curativa porque es deliciosa y masajea todos los
sentidos en todas las partes de tu cuerpo. Imagina la fuerza vital que
brota de las raíces hasta la flor y origina el proceso de apertura.

Es obvio que el símbolo del capullo de rosa también puede usarse


para el fortalecimiento general del ego (es decir, “florecimiento”
interno).

Hipnosis como elemento adjunto a una terapia conductual

La hipnosis facilita la relajación y la imaginería vívida a fin de


poder presentar escenas y situaciones sexuales jerarquizadas en el
estado hipnótico (desensibilización sistemática). Ésta puede contener
elementos de juegos eróticos y escenas progresivas de implicación
social y física (Fabbri, 1976; Beigel & Johnson, 1980; Degun & Degun,
1982). Araoz (1982, 1985) describió varios enfoques de desensibiliza-
ción sistemática con hipnosis:

• Hipnosis con fortalecimiento del ego.


• Hipno-sensibilización con video –los pacientes visionaban una
serie videos con escenas de relaciones sexuales normales mien-
tras estaban hipnotizados.
• Hipno-condicionamiento con diapositivas –los pacientes veían
una serie gradual de diapositivas con imágenes de situaciones
sexuales mientras estaban hipnotizados.
• Recuerdo hipnótico –los pacientes, bajo hipnosis, imaginan
experiencias sexuales pasadas satisfactorias. Se reforzó el pro-
ceso de condicionamiento mediante la sugestión post-hipnóti-
ca, la relajación profunda, la imaginería visual y el recuerdo de
experiencias pasadas. Se recurrió a la auto-hipnosis para refor-
zar la sugestión post-hipnótica.
246 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Enfoques cognitivos y experienciales

Las auto-afirmaciones negativas y la imaginería sexual pueden


crear y perpetuar los síntomas, lo que suele ocurrir particularmente
tras haber experimentado un fracaso sexual. Esto es un auto-refuerzo
encubierto y actúa como inhibidor. La hipnosis se usa para recrear
los estados anímicos negativos y el ensayo de afirmaciones negativas,
dramatizando los efectos adversos del proceso. A continuación se
emplea para elicitar afirmaciones e imaginería positivas que contra-
rresten el efecto de las negativas. Por último, se enseña auto-hipnosis
para reforzar la reestructuración cognitiva (Burte & Araoz, 1994).

Caso 4 – Un enfoque hipnoterapéutico integrador para el trata-


miento del trastorno eréctil (Hawkins, 1996)

El caso que se presenta a continuación demuestra el modo de


emplear un enfoque hipnoterapéutico integrador para el tratamiento
de un problema eréctil. Se describe brevemente cada sesión, prestan-
do atención sólo a las principales intervenciones.

Sesión 1

Además de formular las cuestiones normales propias del historial,


es importante preguntar por aspectos relevantes a las estrategias de
hipnosis clínica en el tratamiento de problemas sexuales. Como ya se
ha explicado, la entrevista inicial es crítica para establecer el rapport
y la alianza terapéutica. También es útil para obtener información
relativa al vocabulario eufemístico y vulgar que emplea el paciente
para describir los órganos sexuales, así como su conocimiento de la
anatomía y del funcionamiento sexual. Una vez recogida la historia
de Juan (durante la cual se supo que había sido examinado por un
urólogo), se le enseñó a aumentar la conciencia sensorial recurriendo
a los momentos iniciales de su matrimonio en los que era capaz de
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 247

excitarse rápidamente y alcanzar una buena erección seguida de un


orgasmo (apropiado). A Juan se le pidió:

Concéntrate en tu mano y permite que se aligere, que cada vez sea


más y más ligera y flote en el aire… dejando que tu mente retroceda
a los tiempos en los que acababas de casarte y disfrutabas de las rela-
ciones sexuales con tu mujer… una actividad con la que ambos dis-
frutabais… fíjate en las sensaciones que recorren todo tu cuerpo.
Puedes sentir las mismas sensaciones y placer, y funcionar tal y como
lo hacías antes… permite que eso ocurra… sabiendo que dispones de
los recursos para permitir que eso ocurra en cualquier momento del
futuro que sea oportuno, quizá hoy mismo o mañana, o quizá más
adelante. Deja que esas sensaciones de tu cuerpo aumenten en inten-
sidad y disfruta de esos sentimientos a medida que fluyen por tu
pene… advirtiendo lo agradables que son. Del mismo modo que ocu-
rría entonces puede producirse de nuevo ahora… no ha cambiado
nada. Lo único importante son las sensaciones que experimentas.
Experimenta la textura, la temperatura, la presión y el movimiento.
Sumergido en el sentimiento y en la sensación… no necesitas hacer
nada que no sea sentir y experimentar el placer.
Puedes percibir los mismos sentimientos, experimentar las mis-
mas sensaciones y el mismo placer y funcionar del mismo modo que
lo hacías entonces. Todo puede volver a ser lo que fue cuando aca-
babas de casarte.

Mediante esta técnica Juan accedió a los recuerdos psicosomáti-


cos positivos, lo que le permitió sentirse más seguro de sí mismo, más
expectante y optimista. El enfoque constituye un método efectivo
para el manejo del estrés y se puede pensar que reducirá los senti-
mientos de ansiedad y de desesperación.
El grado en que el paciente experimenta las sensaciones también
puede “controlarse” con ayuda de un dial imaginario (técnica del jefe
de la sala de control), de forma que él mismo pueda aumentar o redu-
cir las sensaciones percibidas (empleado por Hammond, 1990b).
También era importante que Juan definiera objetivos realistas a
comienzos del proceso de tratamiento.
248 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Ahora que estas sensaciones son muy intensas, llévalas hasta el futu-
ro… experiméntate haciendo el amor con tu mujer… iniciando los
juegos eróticos previos que son satisfactorios para ambos… alcan-
zando una buena erección e insertando tu pene en su vagina…
ambos disfrutáis de esto y alcanzáis el orgasmo. Piensa en cómo te
sientes ahora… sabiendo que esto puede ocurrir si tú y tu mujer per-
mitís que ocurra… sintiéndote más seguro y excitado por esta pers-
pectiva y preguntándote si esto ocurrirá hoy mismo o mañana… pero
sabiendo que éste es un objetivo al que puedes aspirar y que puedes
alcanzar en algún momento del futuro si esto es apropiado para ti y
para tu cónyuge. Y esto es algo que puedes practicar en casa desde
hoy hasta la siguiente sesión. Todo lo que debes hacer es concentrar-
te en tu mano derecha y, a medida que flota, dejar que se cierren tus
ojos, confiar en tu mente inconsciente y buscar un nivel adecuado de
trance para acceder a las experiencias sexuales positivas… y experi-
mentarte en algún momento futuro utilizando esos recursos sexuales
para mantener una relación sexual que os satisfaga a ambos.

Sesión 2

Como se ha comentado anteriormente, la señalización ideodiná-


mica constituye un enfoque de utilización particularmente útil para
descubrir los sucesos traumáticos reprimidos, y los sentimientos de
angustia asociados a ellos, que están relacionados con los problemas
psicológicos y psicosomáticos del momento presente. En primer
lugar se establecieron las señales digitales del “sí” y el “no”, y a conti-
nuación Juan accedió a experiencias prototípicas que estaban rela-
cionadas con su problema sexual. También se produjo cierto conoci-
miento consciente de estos hechos; por ejemplo, la relación tempra-
na con su madre y una experiencia homosexual posterior. Estos
hechos fueron revisados con una abreacción emocional mínima. En
este instante el terapeuta no hizo ninguna interpretación, ni se hizo
ninguna sugerencia que animara activamente a la ventilación emo-
cional, aunque ésta hubiera podido ser una opción viable.
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 249

Tras tres “ciclos” de cuestionamiento ideodinámico, Juan dio una


señal afirmativa inconsciente según la cual era capaz de avanzar
hacia el futuro (en algún momento) sin el problema. Imaginó (visua-
lizó) una fecha, cuatro semanas a partir de la sesión, en la que esto
podría ocurrir. Se le animó a progresar hasta esa fecha y experimen-
tó intensas respuestas positivas. En hipnosis se le dijo:
Dispones de los recursos para permitir que esto ocurra y ya sabes que
puedes cambiar tus respuestas corporales de un modo apropiado para
dejarte responder sexualmente cuando estés con tu esposa… y tu men-
te inconsciente está utilizando los aprendizajes que has experimenta-
do hoy y aquí sobre los orígenes del problema, para ayudarte a hallar
soluciones para la fecha que has previsto o incluso para antes, si eso
es lo que te conviene… y puedes experimentar estas sensaciones y
experiencias placenteras mientras sueñes hoy por la noche… y des-
pertarte para descubrir que has tenido un intensa erección… y quizá
te preguntes cuándo o si realmente se va a producir… quizá hoy por
la noche o quizá en breve… aunque una parte de ti sabe que realmen-
te puede hacerlo.

Sesión 3

En esta sesión se hipnotizó a Juan y se le sugestionó para lograr la


rigidez de brazo a fin de comprobar que él disponía del control sobre
su propio funcionamiento somático y que disponía también de los
recursos (inconscientes) que le permitían poner rígido y duro el bra-
zo sin necesidad de hacer nada conscientemente para ello.

Del mismo modo que tienes un control absoluto sobre tu mano y bra-
zo, que te permite ponerlo rígido, dispones de los recursos para con-
trolar igualmente cualquier parte de tu cuerpo, incluido tu pene… y
puedes mantener la rigidez durante el tiempo que te parezca oportu-
no para que tanto tú como tu pareja podáis disfrutar de una relación
sexual satisfactoria. Dispones del control total sobre cualquier parte
de tu cuerpo, incluido tu pene. Tus miedos y ansiedades serán meno-
res a medida que avanza el tiempo, puedes llegar a entender mejor tu
problema si esto es lo que te conviene.
250 HIPNOSIS Y ESTRÉS

La utilización de fenómenos hipnóticos en psicoterapia ha sido


recientemente comentada de un modo comprensivo y global por
Edgette y Edgette (1995).

Sesión 4

Es útil animar a los pacientes impotentes a verbalizar sus fantasías


sexuales más internas y a reproducirlas en el trance. Puede ser útil in-
volucrar a las parejas en estas sesiones. A los pacientes también se les
dirige en una fantasía sexual guiada:

Quizá te imagines en una orgía sexual, observando cómo se desnudan


las personas y se exploran entre sí seductoramente, y experimentas la
excitación que fluye a lo largo de todo tu cuerpo y en tus genitales…
quizá animando tus propios recuerdos reales de alegría y placer… y
no sé si serás capaz de usar estos recuerdos sexuales importantes esta
noche o mañana, o después de una semana… y te preguntarás cuán-
do te permitirá tu mente inconsciente disfrutar de una experiencia
sexual con tu cónyuge… y cuando lo haga, es posible que descubrir
cuánto te has excitado te sorprenda particularmente.

Sesión 5

Juan entró en hipnosis (usando un método de auto-hipnosis pre-


viamente aprendido) y recibió una metáfora de jardinería que incluía
referencias a brotes verdes, desarrollo bajo tierra, estaciones del año,
etc. Esta metáfora es similar a la de la “vida del roble” (Guión 20,
Capítulo 4). La sesión concluía con un sueño creativo como forma de
implicar los procesos de búsqueda inconsciente en la resolución del
problema:

Ya sabes cómo experimentar sueños estimulantes. Y es perfectamen-


te natural, siguiendo el tipo de trabajo que estamos haciendo, que
tengas sueños placenteros. Y tu mente inconsciente puede trabajar
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 251

para aumentar tu deseo sexual hacia tu esposa… y puedes descubrir


que tus sueños pueden ser muy creativos y placenteros… y quizá te
preguntes qué es lo que soñarás hoy por la noche… Y como tu obje-
tivo es aumentar tu deseo sexual, con toda probabilidad, esta noche
tendrás una experiencia interesante, o quizá mañana por la noche o
la noche siguiente… y es posible que te sorprendas cuando ocurra
realmente, pero me extrañaría que tuvieras que esperar hasta el fin
de semana. Y esos deseos serán transportados hasta el día siguiente,
durante el cual influirán apropiadamente sobre tus pensamientos y
tu conducta. Y aunque no recuerdes todos tus sueños eróticos o
sexuales por la mañana, seguirás percibiendo y sabiendo que hay
algo diferente, incluso cuando no seas capaz de especificar de qué se
trata. Y si no confías en que esto sea posible, te sorprenderá aún más
cuando ocurra, sabiendo que dispones de los recursos que te permi-
ten hallar las soluciones incluso mientras duermes.

Juan manifestó que la noche siguiente a la sesión había tenido un


sueño muy erótico del que se despertó y “descubrió” que tenía una
erección. Estaba extremadamente contento con este “descubrimien-
to” y con el hecho de disponer aún de esta habilidad. Se pidió a Juan
que reprodujera el sueño en trance y que indicara ideodinámicamen-
te cuándo se habían producido los cambios fisiológicos apropiados.
En su última sesión se hizo hincapié en el fortalecimiento adicional
del ego y en el establecimiento de objetivos.

Sesión 6

Para esta última sesión se pidió a Juan que acudiera junto con su
esposa. Ambos fueron regresados a una experiencia sexual positiva
que tuvo lugar al comienzo de su matrimonio. Tras eso se les animó
a describir al cónyuge las experiencias individuales, incluyendo las
sensaciones y los sentimientos que experimentaban en sus cuerpos.
Ambos cónyuges fueron después progresados (en hipnosis) hacia un
tiempo futuro en el que se pudieran actualizar estas experiencias,
252 HIPNOSIS Y ESTRÉS

sabiendo que vuestras mentes inconscientes ya están buscando las solu-


ciones, incluso aunque no seáis conscientes de que esté ocurriendo. En
esta sesión se hizo hincapié en generar esperanza y optimismo, en
desarrollar control personal y en generar sentimientos de dominio
positivos.

Seguimiento

Un seguimiento realizado seis meses después revelaba que la pare-


ja funcionaba sexualmente de formas apropiadas para ambos cónyu-
ges. Ya no les preocupaba la lucha por disfrutar de un “buen” sexo y
consecuentemente se había eliminado uno de los principales estreso-
res de sus vidas.

Adicción al sexo

La adicción al sexo constituye una alternativa a la que recurren


algunas personas para afrontar su estrés hasta el grado de que sus
conductas sexuales se convierten en su principal mecanismo de
afrontamiento. Esto puede expresarse cínicamente como: “Un orgas-
mo al día ¡vaya!, mantiene el estrés en raya”. Heron (1998a) –dispo-
nible en www.human-inquiry.com/homebase.htm– presenta una
“auténtica teoría del sexo-negativo” en la que afirma:

• A la persona a quien se le ha negado la función catártica, y tie-


ne reprimidas las emociones angustiosas, es propensa a la dis-
torsión de la función sexual. La angustia reprimida se desplaza
para convertirse en una sexualidad compulsiva. El desplaza-
miento no es difícil de entender: la descarga puramente somáti-
ca del orgasmo distrae temporalmente la atención del dolor por
la angustia enterrada, pero sin reducir ni eliminar tal angustia
–de ahí que se necesite otro orgasmo en breve. El resultado es
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 253

un uso compulsivo y repetitivo de la descarga sexual como


recurso maladaptativo.
• El corolario, evidentemente, es que el nivel de tensión y excita-
ción sexual pueda inflarse falsamente mediante el desplaza-
miento del sentimiento reprimido en la función sexual, de modo
que la persona esté buscando y obteniendo descarga sexual has-
ta un grado que carezca de relación con sus necesidades físicas
reales, pero que no preste atención a las necesidades personales
tempranas interrumpidas y a la angustia que las rodea.
• La misma conducta sexual compulsiva mostrará un desajuste
simbólico: la persona actúa a ciegas en la actualidad sobre las
cuestiones emocionales inacabadas del pasado. De este modo,
el mezquino o violador emocional actúa ciegamente contra una
sucesión de mujeres, por su ira reprimida hacia su madre y por
el anhelo frustrado que ella le impuso. Una mujer de edad avan-
zada tiene una serie de relaciones disruptivas con hombres más
jóvenes porque actúa a ciegas por el dolor y la ira y el amor inte-
rrumpido por la muerte de su hijo de ocho años de edad. El
anhelo sexual es sólo el vértice de una angustia no identificada
y una necesidad congelada que confiere al anhelo su dirección
y gran parte de su poder motivador.
• La angustia subyacente puede ser angustia personal reprimida
durante los primeros años de vida que se debe a la negación de
la sexualidad infantil: la necesidad del bebé de compartir amor
y alegría a través de todo su cuerpo, incluidos sus genitales, ha
podido ser interrumpida por progenitores o hermanos. De ahí
la compulsión oculta al incesto: la necesidad de amor inte-
rrumpida, juntamente con el dolor e ira por su interrupción,
genitalmente fijada y orientada a un miembro de la familia
–siendo reprimida y negada toda esta constelación, mientras
que al mismo tiempo ha sido repetitivamente proyectada de un
modo ciego, y con resultados desastrosos, al mundo social
adulto. (p. 42)
254 HIPNOSIS Y ESTRÉS

El tipo más común de conductas sexuales excesivas ha sido clasi-


ficado en la categoría de parafilia por el DSM (Schneider & Irons,
1998). Aunque el adicto al sexo destina mucho tiempo y energía a sus
conductas y a las consecuencias vitales angustiosas que van asociadas
a ellas, es incapaz de parar. Cuando experimenta niveles elevados de
estrés, la conducta adictiva (p.ej., masturbación) aumenta tanto en
frecuencia como en intensidad y puede generar problemas físicos.
Carnes (1991) discernía 10 patrones de conducta asociados a los tras-
tornos sexuales adictivos:

• Sexo de fantasía: obsesión por una vida sexual de fantasía.


• Rol sexual seductor: la seducción y la conquista constituyen la
clave –por ejemplo, relaciones simultáneas múltiples, conquis-
tas y/o relaciones seriales insatisfactorias.
• Sexo anónimo: mantener relaciones sexuales con parejas anó-
nimas o de una única noche.
• Pagar por sexo: pagar por los servicios de prostitutas o por lla-
madas explícitas de teléfono.
• Comerciar con el sexo: recibir dinero o drogas a cambio de sexo
o recurrir al sexo como a un negocio.
• Sexo voyerista: uso de libros de pornografía, vídeos e Internet.
Altamente correlacionado con la masturbación incluso hasta el
punto de causar daños físicos.
• Sexo exhibicionista: auto-exposición (Epstein & Deyoub, 1983).
• Sexo intruso: tocar a otros sin permiso/ uso de posiciones de
poder para explotar sexualmente a otra persona.
• Intercambio de dolor: causar o recibir dolor para fomentar el
placer sexual.
• Sexo explotador: uso de la fuerza sobre una pareja vulnerable
para lograr el acceso sexual o sexo con niños. (pp. 42-4)

Para muchos adictos al sexo, la pornografía combinada con la


masturbación exagerada y arriesgada, constituye el pilar de sus acti-
vidades adictivas. En los últimos estadios de la adicción sexual, el
adicto prefiere el mundo fantástico y la fantasía sexual consigo mis-
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 255

mo o con otros frente al sexo relacional con una pareja. La adicción al


sexo virtual (por Internet) se está convirtiendo en una cuestión cada
vez más frecuente en las consultas de los terapeutas (Cooper, 2002).
Los trastornos sexuales adictivos coexisten frecuentemente con tras-
tornos por abuso de sustancias y muchas veces no se reconocen como
causa de recaídas. Los adictos al sexo sufrieron, en muchos casos,
abusos sexuales durante la infancia (Carnes, 1991, p. 35), y como tie-
nen ideas distorsionadas sobre el sexo, a menudo carecen de la infor-
mación sobre una sexualidad sana. La hipnoterapia para los adictos al
sexo puede tratar algunos de los problemas que se relacionan con el
rol del estrés en el mantenimiento de las conductas sexuales compul-
sivas. Las estrategias a usar suelen incluir el fortalecimiento del ego, el
hipnoanálisis y el aprendizaje de auto-hipnosis. La hipnosis también
puede integrarse tanto en un marco de terapia de pareja como de gru-
po. La vergüenza suele ser el pilar fundamental del tratamiento de la
adicción al sexo, y esto muchas veces se trabaja mejor en terapia gru-
pal. Una descripción más detallada sobre el diagnóstico y el trata-
miento puede hallarse en Irons y Schneider (1997). De lo anterior se
deduce que, para trabajar satisfactoriamente con personas adictas al
sexo, se requiere una formación y un entrenamiento especializados.

Problemas de sueño

El estrés afecta sobre el sueño de las personas aumentando su can-


sancio y su sensación de estrés. Los problemas de sueño frecuente-
mente asociados con el estrés incluyen las dificultades para conciliar
el sueño, despertarse durante la noche y permanecer despierto y des-
pertarse temprano por la mañana. El insomnio es probablemente el
trastorno del sueño más común y puede relacionarse con el estrés y
la ansiedad situacional, aunque también puedan existir muchas otras
posibles causas (p.ej., síndrome de apnea del sueño y otras dificulta-
des respiratorias, preocupación por no dormir, dolor, consumo exce-
sivo de cafeína y depresión). Cuando el individuo está despierto,
256 HIPNOSIS Y ESTRÉS

muchas veces está consumido por los pensamientos relativos a los


acontecimientos de su vida. El área de la medicina del sueño se ha
ampliado rápidamente durante las pasadas tres décadas y los diver-
sos trastornos identificados requieren evaluaciones e intervenciones
específicas. Neylan, Reynols y Kupfer (1994) ofrecen una nosología
sucinta. Debería reiterarse la necesidad de que los psicoterapeutas
trabajen en colaboración con profesionales médicos, lo que también
podría conllevar la derivación a clínicas de sueño a fin de ofrecer un
tratamiento global e integrado para los pacientes. El enfoque psico-
terapéutico, que también podría conllevar hipnosis, suele contemplar
el manejo de síntomas (p.ej., organización de una rutina además del
mantenimiento de un diario), la terapia cognitivo-conductual y los
enfoques hipnoanalíticos, dependiendo de la evaluación clínica.
Spiegel y Spiegel (1978/2004) sugieren que los pacientes pueden
convertirse en “directores de tráfico” de sus pensamientos, proyec-
tándolos en una pantalla y disociándolos, de este modo, de la res-
puesta física evocada. Concluyen que tales enfoques pueden ser útiles
en combinación con enfoques típicos de laboratorios de sueño, que
consisten en el mantenimiento de la habitación como espacio exclu-
sivo para dormir, donde no se trabaje ni se desarrollen otras activi-
dades que generen ansiedad, y en evitar mirar al reloj constantemen-
te cuando se permanezca despierto.
Rossi y Cheek (1988) mencionan varios enfoques ideodinámicos
para el tratamiento de problemas de sueño. Por ejemplo:

El método más satisfactorio y relajado para manejar el insomnio oca-


sional consiste en salir de la cama y recurrir a la auto-hipnosis con
un método de inducción antes de solicitar una respuesta ideodiná-
mica a la pregunta: ¿Sería apropiado para mí dormirme cuando vuel-
va a la cama, y dormir con sueños y pensamientos agradables hasta
que me despierte a las ___ de la mañana? La respuesta usual suele ser
afirmativa. Ahora pide a tu dedo afirmativo que se eleve cuando
sepas que puedes mantener tu promesa. (p. 383)

El siguiente ejemplo es representativo de un enfoque con orienta-


ción más dinámica.
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 257

Guión 41 – Facilitar un buen descanso

Cuando tu mente inconsciente esté preparada para colaborar en un


proceso de curación a fin de comprender y resolver tus problemas de
sueño, ¿se alzará uno de tus dedos?... Quizá puedas percibir inicial-
mente ese movimiento como una sensación en el dedo… ¡Eso está
bien!... y puedes estar satisfecho de que tu mente inconsciente haya
accedido a participar en este viaje hacia lo desconocido. Deja que tu
mente inconsciente retroceda y busque la primera experiencia de tu
vida en la que ocurrió algo que hizo que el dormir fuera importante de
alguna manera… y puedes sentir curiosidad por descubrir si esto está
relacionado con las experiencias de sueño que tienes en la actualidad.
… Y si así fuera, ¿se elevará tu dedo?... ¡Eso está muy bien!...
Entiende lo que hubieras podido hacer para prevenir que esa expe-
riencia te perjudique el sueño… y ahora que lo sabes, ¿existe alguna
otra razón que interfiera con tu descanso en el momento actual?...
Ahora retrocede al tiempo en el que dormías muy bien y te levantabas
por la mañana sintiéndote realmente despabilado… A medida que te
estás durmiendo ese día, tu dedo afirmativo se elevará… y creo que
vas a disfrutar de un profundo sueño reparador… y puede fascinarte
experimentar ese sueño curativo mientras tu mente inconsciente revi-
sa todo lo que sucede incluyendo los períodos en los que sueñas res-
puestas que son importantes para ti… ¿Te convendría ahora dormirte
profundamente por la noche y despertarte por la mañana sintiéndote
descansado y relajado? Cuando sepas que mantendrás esa promesa
hecha a tu propia persona y a las personas que se alegrarán de saber
que duermes bien, ¿se alzará tu dedo afirmativo... y abrirás los ojos?

Rossi (2002) describe el empleo del siguiente enfoque con una


paciente que padecía insomnio:

Cuando tus ojos se cierren por sí mismos dentro de unos instantes,


¿será eso señal de que tu mente interna está preparada para resolver
tu problema de sueño? Me pregunto si puedes recordar algún momen-
to de tu vida en el que dormías bien. ¿Y te ayudará tu inconsciente a
dormirte reconfortantemente antes incluso de que te des cuenta de
ello? Cuando te apetezca despertarte y estirarte, ¿será eso señal de que
258 HIPNOSIS Y ESTRÉS

tu mente interna ha aprendido algo útil para ayudarte a hallar el bie-


nestar y la curación cuando te tumbes para descansar? (p. 77)

Rossi recomendó a la paciente disfrutar de la respuesta ultradiana


de curación cada vez que sintiera esa necesidad y añadió que su men-
te y cuerpo podrían usar ese tiempo para resolver “sus propios pro-
blemas a su propia manera”. Subrayó que los problemas maritales y
familiares podrían ser resueltos de formas sorprendentes, o incluso
desconocidas, para la mente consciente. Se le animó a comentar cual-
quier fantasía o idea relevante que cruzara por su mente durante los
períodos ultradianos de descanso-rejuvenecimiento.
En mi experiencia con pacientes que presentan dificultades para
conciliar el sueño el siguiente enfoque general se ha demostrado útil.

Guión 42 – Dificultades de sueño


Cierra tus ojos e introdúcete en tu mente y busca todos los recuerdos
psicosomáticos vinculados con el buen dormir del pasado… dejando
que esos recursos fluyan por tu cuerpo y por tu mente… relajando
cada parte de tu cuerpo y de tu mente… y cuando realmente sepas
que puedes usar esos recursos naturales curativos para conciliar un
sueño pacífico y restaurador,… ¿se alzará uno de tus dedos?... ¡Eso
está muy bien!... deja que eso ocurra por sí mismo, en este momento
no tienes por qué hacer nada, sólo saber que hoy mismo, más tarde,
cuando sea apropiado harás uso de esos aprendizajes para dormir
pacíficamente durante todo el tiempo que desee tu mente incons-
ciente. Experiméntate ahora como si te estuvieras preparando para ir
a la cama… y me pregunto si entrarás a la cama por la izquierda o
por la derecha… o por detrás de la cama… reclinas tu cabeza sobre
la almohada y dejas que todos esos recursos de que dispones para
dormir fluyan por tu cuerpo y tu mente… sientes el calorcito y la
comodidad… mientras caes en un sueño pacífico y restaurador,… ¿y
habrá momentos en los que tengas sueños curativos?... despertándo-
te por la mañana relajado y restablecido, y dispuesto a manejar las
cuestiones de la vida que requieren tu atención. No sé si experimen-
tarás un sueño reparador esta noche o quizá mañana, o la siguiente
noche, ¿pero antes del fin de semana?
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 259

En el Capítulo 8 se presenta una descripción detallada sobre el uso


de la auto-hipnosis con niños que presentan problemas de sueño.

Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT)

Definición
Cada vez es mayor el número de personas que presentan síntomas
característicos del trastorno por estrés postraumático (TEPT).
Específicamente los criterios diagnósticos del Eje A (DSM-IV) requie-
ren que:

La persona haya experimentado, atestiguado o haya sido confronta-


da con un suceso o sucesos que conllevaban una amenaza o peligro
de muerte o lesión, o una amenaza a la integridad física de la perso-
na o de los otros y ante la cual la persona responde con miedo inten-
so, indefensión u horror.

Foa, Davidson y Frances (1999) clasifican del siguiente modo los


síntomas claves del TEPT:

(1) Re-experimentación del suceso traumático tal y como lo indican:


• Recuerdos intrusos y angustiosos del suceso.
• Escenas retrospectivas (sintiendo como si el suceso volviera
mientras se permanece despierto).
• Pesadillas (el suceso u otras imágenes amenazantes recurren
frecuentemente en sueños).
• Reacciones físicas y emocionales exageradas ante estímulos que
recuerdan el suceso.

(2) Evitación y entumecimiento emocional tal y como lo indican:


• Actividades, lugares, pensamientos, sentimientos o conversacio-
nes vinculadas con el trauma.
• Pérdida de interés.
• Sentimientos de desapego de los otros.
• Emociones restringidas.
260 HIPNOSIS Y ESTRÉS

(3) Aumento de activación tal y como lo indican:


• Dificultades de sueño.
• Irritabilidad y brotes de ira.
• Dificultad para concentrarse.
• Hipervigilancia.
• Respuestas exageradas de sobresalto.

Además de estos tres principales tipos de síntomas, otros que tam-


bién son habituales incluyen los ataques de pánico, la conducta seve-
ra de evitación, la depresión, los pensamientos y sentimientos suici-
das, el abuso de sustancias, los sentimientos de alienación y aisla-
miento, los sentimientos de desconfianza y traición, la ira y la irrita-
bilidad, el deterioro grave del funcionamiento cotidiano y las creen-
cias y percepciones extrañas. Los síntomas deben durar más de un
mes para satisfacer los criterios del DSM relativos al TEPT y también
han de tener un efecto perjudicial significativo sobre el funciona-
miento social y laboral.

Trastorno por estrés agudo

El trastorno por estrés agudo es similar al TEPT en el suceso preci-


pitante y en la sintomatología, pero es de tiempo limitado, hasta un
mes después del suceso. Aunque la mayoría de los individuos que expe-
rimentan un trauma grave como una violación presentan síntomas ini-
cialmente, la mayoría de ellos se recuperan sin desarrollar TEPT.

Trastorno de adaptación

El trastorno de adaptación es también un fenómeno relacionado


con el estrés donde el estresor ha provocado una maladaptación y
determinados síntomas que son de tiempo limitado hasta que se haya
eliminado el estresor o se haya producido un nuevo estado de adap-
tación (Strain, Newcorn, Wolf & Fulop, 1994, p. 671).
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 261

Situaciones vitales estresantes

Cualquier situación vital estresante que estimule una activación


excesiva de los sistemas autonómico y endocrino puede provocar la
sintomatología del TEPT (Rossi & Cheek, 1988). Los acontecimientos
traumáticos con vínculos empíricamente demostrados al TEPT inclu-
yen el abuso físico o sexual durante la infancia (Duncan, Saunders,
Kilpatrick, Hanson & Resnick, 1996); las guerras (King et al., 1995);
la violación en edad adulta (Kilpatrick & Resnick, 1993); los desastres
naturales y tecnológicos (Pynoos et al., 1993). Los resultados del
Estudio de Co-morbidez Nacional (Kessler, Sonnega, Bromet, Hughes
& Nelson, 1995) mostraban que la exposición al trauma es una carac-
terística común de la vida moderna.
Cada vez son más las pruebas empíricas que confirman la entrada
de muchas personas en un estado de disociación (Cardeña & Spiegel,
1993) durante un trauma físico o psicológico que las protege del inso-
portable dolor de la situación. Inicialmente la disociación es útil
durante el tiempo que dura el trauma, pero cuando esta defensa se
prolonga excesivamente, interfiere con el trabajo de duelo necesario
para ganar cierta perspectiva de la experiencia y para reducir la pro-
babilidad de una sintomatología posterior (Spiegel, 1994).
Rossi (1996) postula que los recuerdos disociados o dependientes
del estado permanecen activos en niveles inconscientes y precipitan
y mantienen dinámicamente la sintomatología psicosomática. Esto
podría explicar por qué ciertos síndromes clínicos suelen ser el
resultado de una disociación crónica; por ejemplo, los trastornos ali-
mentarios, la depresión, el trastorno obsesivo compulsivo, las fobias,
el trastorno pánico y el trastorno de identidad disociativa. Rossi y
Cheek (1988) concluyen que esto conduce a la provocadora idea de
que: “La historia completa de la psicología profunda y el psicoanáli-
sis pueda entenderse ahora como una investigación prolongada de
cómo los recuerdos disociados o dependientes del estado permane-
cen activos en niveles inconscientes, dando origen a los complejos”
(p. 112).
262 HIPNOSIS Y ESTRÉS

En un estudio reciente se estudiaban los efectos transgeneracio-


nales del TEPT en bebés de madres expuestas durante su embarazo a
los ataques del World Trade Center (Yehuda et al., 2005). Los autores
concluyen que “los datos sugieren que los efectos del TEPT maternal
relacionado con el cortisol pueden observarse a edades muy tempra-
nas de la vida del hijo, y subrayan la relevancia de los factores in úte-
ro contribuyentes al riesgo biológico putativo de TEPT”.
Revisiones completas sobre el TEPT pueden encontrarse en Foa,
Rothbaum y Molnar (1995, disponible en www.psychiatrist.com),
Spiegel (1996), Leskin, Kaloupek y Keane (1998) y Dwivedi (2000).
También se recomienda la lectura de Holmes et al. (2005) sobre el
TEPT y la disociación (www.sciencedirect.com) y de www.trauma-
pages.com sobre información general.

Tratamiento del TEPT

Son dos los tratamientos que pueden ser de utilidad para el TEPT:
la psicoterapia y la medicación. Algunas personas se recuperan del
TEPT con psicoterapia exclusivamente, mientras que otras necesitan
una combinación de psicoterapia y medicación, y aún otras necesitan
sólo medicación (Foa et al., p. 71). Un estudio realizado por expertos
concluía que hay tres tipos de psicoterapia especialmente eficaces
para tratar el TEPT; a saber, el manejo de la ansiedad, la terapia cog-
nitiva (Foa et al., 1995; Kennerley, 1996; Harvey, Bryant & Tarrier,
2003) y la terapia del juego (Foa et al., 1995). Adicionalmente, se con-
sideraba apropiado que las personas con TEPT y sus familias reci-
bieran apoyo psicológico y educativo. También se reconocía que la
desensibilización y el reprocesamiento mediante movimiento ocular
(Shapiro, 1995; Edmond & McCarty, 2004) así como la hipnoterapia
y el hipnoanálisis –por ejemplo la terapia de estados del ego (Phillips,
1993) y la psicoterapia psicodinámica– podrían ser útiles para el tra-
tamiento del TEPT. Aunque la hipnoterapia no fue recomendada
como opción de tratamiento, podía desempeñar un papel importante
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 263

cuando se empleaba conjuntamente con otros tratamientos, y cuan-


do se empleaba como enfoque para el manejo del estrés. Los métodos
conductuales y cognitivo-conductuales que corresponden a la catego-
ría de terapia de exposición (p.ej., desensibilización, inundación o
terapia de implosión) son ahora cuestionables como tratamientos
opcionales para el TEPT (Keane, 1998; Leskin et al., 1998; Foa, Keane
& Friedman, 2000). Como observa Meichenbaum (1995), toda la
narrativa en la que está inmerso el acontecimiento traumático puede
modificarse con la re-narración o re-experimentación en la dirección
de una mayor auto-aceptación y evaluación más realista de la peli-
grosidad del contexto.
Dado que muchas personas entran en un estado disociado duran-
te la experiencia traumática, tiene sentido capacitarlas para que, en
terapia, entren en un estado disociativo estructurado, porque esto
les facilitaría el acceso a los recuerdos de la experiencia. Estos
recuerdos deben ser elaborados a fin de resolver la sintomatología
postraumática.

Hipnoterapia

El enfoque hipnoterapéutico (Rossi, 2002) puede usarse para ayu-


dar al paciente a reencuadrar la experiencia traumática original, per-
mitiendo así una transformación creativa del problema inicial. La
exploración ideodinámica puede aportar un modo sistemático para
acceder, revisar y transformar las experiencias pasadas de forma
segura y creativa. Como este enfoque trabaja al nivel de integración
inconsciente y de resolución psicosomática del problema, es más
improbable que se produzca la reapertura de las heridas traumáticas.
Los sucesos traumáticos pueden reestructurarse, haciendo uso de los
recursos adultos disponibles, para re-experimentar el trauma desde
una perspectiva diferente, al mismo tiempo que se genera una sensa-
ción global de dominio sobre el pasado. En otras palabras, una repro-
ducción repetitiva de la experiencia traumática permite la realización
del potencial creativo en la situación de crisis. Rossi señala:
264 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Los recuerdos infantiles suelen estar cargados de otros estados del


ser, con aspectos adicionales de personalidad que han podido ser
dejados de lado prematuramente. Estos recuerdos e identidades de-
pendientes del estado, cuando se entienden simpáticamente, muchas
veces apuntan hacia potencialidades dentro de la personalidad
del individuo que no han alcanzado su nivel de desarrollo óptimo.
(p. 272)

Experiencias de re-protección

La hipnosis también puede usarse para ofrecer experiencias de


protección y cuidados al paciente traumatizado (Erickson & Rossi,
1989). En este enfoque, el hipnoterapeuta estimula activamente al
paciente mediante respuestas inconscientes a sugestiones directas e
indirectas. Otro enfoque que permite el cuidado adulto para confor-
tar al niño traumatizado consiste en hacer que el paciente imagine
estar visionando un video de un acontecimiento traumático anterior.
Entonces se anima al paciente a flotar hasta la escena y confortar al
niño que aparece en ella de un modo apropiado, así como iniciar un
diálogo comunicativo con él. Éste es un buen ejemplo de la relación
evolutivamente necesaria o reparadora propuesta por Clarkson
(2003), que ha sido comentada en el Capítulo 2.

Técnicas de imaginería

Spiegel (1994) sugiere que para los pacientes es útil imaginar el


suceso traumático en una pantalla imaginaria, lo que les aporta cier-
ta sensación de distanciamiento de la experiencia. Podría dividirse la
pantalla en dos mitades (“la técnica de la pantalla dividida”), hacien-
do que el paciente represente en un lado algún aspecto del aconteci-
miento (p.ej., imagen que tiene la víctima de la violación de su agre-
sor), y en la otra mitad de la pantalla, algo que hizo para protegerse
(p.ej., pelear con el agresor). Esto permite al paciente reestructurar su
punto de vista sobre la agresión, cambiando el miedo y la vergüenza
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 265

por valentía y control durante un momento de amenaza sobrecar-


gante. Spiegel describe los principios básicos del siguiente modo:

Lo más angustioso de un suceso traumático es la sensación de inde-


fensión absoluta que engendra. Esta indefensión es reproducida en el
trastorno por estrés postraumático mediante la pérdida de control
sobre el estado de la mente, con estados espontáneos disociativos,
reacciones de alarma o recuerdos intrusos del suceso. Además, tales
pacientes pueden tender a identificar al terapeuta con el asaltador y
sentir que la terapia equivale a reinfringir el trauma. Es crucial que el
proceso de la terapia, especialmente cuando se emplee una técnica
como la hipnosis, esté estructurado de tal modo que favorezca la sen-
sación de control en el paciente. Este enfoque puede integrar la ima-
gen de sí mismo como víctima con la imagen continua más global de
sí mismo como persona, haciendo consciente el material reprimido y
por lo tanto convirtiéndolo en menos poderoso, y capacitando al
paciente para establecer una auto-imagen nueva y más congruente,
absorbiendo la pérdida en el continuo fluir de su vida (p. 1125)

La imaginería también puede usarse para ayudar al paciente a


transformar las experiencias traumáticas del pasado (p.ej., Stanton,
1989, 1990; Hammond, 1990a). Stanton recomienda un proceso que
denomina “deshacerse de la basura”, que consiste en que el paciente
se imagine llenado el fregadero con agua, a continuación arroja en él
todos sus miedos indeseados, ansiedades y culpas del pasado, y por
último levanta el tapón y observa cómo el agua sucia y oscura desa-
parece por el fregadero.
El terapeuta puede crear escenas de imaginería similares relativas
a la eliminación de basuras que se adapten a las actitudes y contextos
del paciente. En la técnica del “guía interior” (véanse guiones 17 y 52)
el paciente recibe consejo de un asesor o “animal amigo” sobre cual-
quier problema, incluido el modo de resolver experiencias pasadas
vinculadas al trauma o abuso (Bresler, 1990). El “amigo” también
puede acompañarle mientras accede y revisa el material traumático.
El uso de historias, bromas y metáforas también puede ser útil en
la fase de “elaboración” de la terapia (Yapko, 1990b, pp. 320-22).
266 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Catarsis

Trabajar con un paciente con TEPT en trance suele generar, con


frecuencia, una catarsis. El paciente debería estar informado de que la
experiencia traumática no necesita ser completamente examinada ni
resuelta en una única sesión. Aquí debería reiterarse que el terapeuta
debe educar persistentemente al paciente sobre la posibilidad real de
retraumatización si se procesa excesivo material en un momento con-
creto. Durante la sesión es importante manifestar al paciente que:

Sólo debes conocer y experimentar (conscientemente) esas imáge-


nes, sentimientos y sensaciones que puedas manejar apropiadamen-
te en este momento… tu mente inconsciente puede continuar explo-
rando estos hechos y, cuando sea apropiado y seguro para ti cono-
cerlos conscientemente, tu mente inconsciente te lo hará saber… qui-
zá en un sueño hoy por la noche o mañana… o algún otro día, quizá
con una sensación corporal o un sentimiento diferente.

Es poco probable que la mera abreacción de las experiencias trau-


máticas sea suficiente para trabajar con pacientes TEPT (Van der
Hart & Brown, 1992: disponible en www.trauma-pages.com). Putman
(1989) señala que el material ventilado debe ser cuidadosamente pro-
cesado y elaborado. Lo que parece importante en el uso del hipnoa-
nálisis con pacientes TEPT es el progresivo descubrimiento, elabo-
ración e integración del material traumático (p.ej., Van der Hart &
Brown, 1992; Degun-Mather, 1997).
Otro modelo efectivo para transformar las experiencias traumáti-
cas disociadas es el enfoque de la experimentación somática (Levine,
1991, 1994). Levine ha subrayado la importancia de ayudar al pacien-
te a renegociar la respuesta al trauma evocando recursos psicofisio-
lógicos en los sistemas somático y perceptual. Muchas técnicas hip-
nóticas pueden ofrecer el foco somático, incluida la exploración sen-
sorial (Alman & Lambrou, 1997), el puente somático (J.G. Watkins,
1990) y la señalización ideosensorial (Erickson & Rossi, 1979).
Degun-Mather (2001) presenta un caso de uso satisfactorio de la
hipnosis para el tratamiento de un TEPT crónico con fugas disocia-
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 267

tivas en un veterano de guerra. La hipnosis fue incorporada a un tra-


tamiento cognitivo-conductual en un enfoque descrito por Brende
(1985):

• Como técnica de apoyo para reducir la ansiedad y estabilizar al


paciente usando el “plato especial” y el “ancla” a fin de producir
sentimientos de calma.
• Como técnica de descubrimiento, a través de la cual el paciente
puede describir los sucesos traumáticos y transformar los
recuerdos fragmentados en una narración.

Inicialmente, el paciente aprendió a manejar la ansiedad median-


te la hipnosis, usando el andamiaje del plato especial, así como el
auto-monitoreo para identificar los sucesos precipitadores, tras lo
cual se emplearon varios enfoques de hipnoterapia. Entre éstos se
hallaban la regresión, el cuestionamiento ideodinámico, la terapia de
estados del ego, las sugerencias de sueño post-hipnótico y la elabora-
ción hipnótica de sueños. En la terapia de estados del ego, el self
mayor y más sabio ofrecía al self más joven cualquier seguridad y
confirmación necesaria y auto-afirmaciones alternativas (reestructu-
ración cognitiva). Degun-Mather concluía:

Este caso de TEPT crónico y duradero con graves e incapacitantes


características disociativas tuvo un resultado satisfactorio. El pro-
grama completo de tratamiento incluía la psico-educación sobre
TEPT y disociación, los métodos cognitivo-conductuales con hipno-
sis para “buscar razones” e identificar los sucesos precipitadores de
sus fugas disociativas. La integración de recuerdos se logró median-
te la recuperación hipnótica y la resolución de los recuerdos traumá-
ticos mediante el enfoque de terapia de estados del ego. Algunas de
las memorias se recuperaron con la hipnosis y posteriormente se
verificaron como auténticas. También se accedió a los sentimientos
disociados mediante el método de los sueños hipnóticamente sugeri-
dos y la elaboración hipnótica del sueño. Posteriormente se facilitó la
integración de recuerdos mediante la escritura, que era también una
experiencia hipnótica para el cliente. (p. 12).
268 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Recuerdos recuperados

Los recuerdos del abuso infantil suelen descubrirse durante la psi-


coterapia. En sus primeros trabajos, Freud creía haber descubierto
que la seducción sexual durante la infancia era la causa de los sínto-
mas histéricos en mujeres adultas. En 1897 revocó esta conclusión
manifestando que tales seducciones no se habían producido real-
mente, pero que se hallaban en las “fantasías” infantiles. Este proble-
ma se ha vuelto a agudizar en los tiempos actuales con el creciente
reconocimiento de la incidencia del abuso infantil, tal y como ha sido
comprobado por muchos terapeutas en casos de disociación y otros
trastornos (p.ej., Lamb, 1994). Como los pacientes hipnotizados son
particularmente sugestionables, los terapeutas que emplean esta
modalidad de tratamiento deben cuidar especialmente que no se ins-
talen recuerdos falsos. Por ello es importante que los terapeutas acce-
dan a la información precisa sobre el concepto del “síndrome de la
falsa memoria” (Toon, Fraise, McFetridge & Alwin, 1996; McNally,
2003). Holmes et al. (2005) presentan una descripción detallada de
todas las cuestiones implicadas en este síndrome.
Informes recientes publicados por la Sociedad Británica de Psico-
logía (Morton et al., 1995) y por la Sociedad Americana de Psicología
(1996) concluían que las memorias recuperadas de traumas infanti-
les –incluido el abuso sexual– son fiables en general, pero no siempre.
Ambas sociedades condenaban el uso de técnicas basadas en la suges-
tión (p.ej., regresión hipnótica) e imaginería guiada porque las
memorias elicitadas podrían ser falsas, especialmente en individuos
con hipnotizabilidad alta. Discutiblemente, si los procedimientos
terapéuticos implementados se orientan más al proceso que al conte-
nido, deberían minimizarse las memorias falsas. Además, si el tera-
peuta dispone de suficiente conocimiento y experiencia en el empleo
de la implicación terapéutica más que en la sugestión, esto también
le ayudará a evitar el desarrollo de artefactos.
Phillips y Frederick (1995) recuerdan a los terapeutas que: “tienen
la obligación de permanecer objetivos al elicitar material, evitar hacer
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (1) 269

sugestiones o conducir a los pacientes a cualquier tipo de material


recordado, cuidar el lenguaje que emplean, mantener abierta la men-
te y ver cada caso como una oportunidad única de investigación”
(p. 14).
Se han producido acusaciones sugiriendo que no existe el síndro-
me de la falsa memoria y que es esencialmente un fenómeno socio-
político. Con todo, hemos de reconocer que han existido circunstan-
cias en las que los psicoterapeutas (incluidos los hipnoterapeutas) no
han sido rigurosos en la aplicación de una postura objetiva al traba-
jar con el material procedente de recuerdos. Sin embargo, hay prue-
bas convincentes de estudios clínicos sobre la represión de experien-
cias de abuso durante la infancia (p.ej., Herman & Schatzow, 1987).
Holmes et al. (2005) concluyen: “Tanto el sector americano como el
británico concluían que es posible olvidar memorias de abuso duran-
te un período prolongado de tiempo hasta que se recuerdan más tar-
de y que también es posible que se creen falsas memorias” (p. 17).
7 Tratamiento de
problemas específicos (2)

¿Has pensado alguna vez en la transformación? Por ejemplo, cuando


un bloque de hielo comienza a calentarse, la temperatura cambia
gradualmente, pero permanece sólido hasta que alcanza los 0º C, que
es el momento en que se convierte en agua. A medida que la tempe-
ratura continua aumentando, el agua comienza a calentarse más y
más, pero sigue en estado líquido hasta haber alcanzado los 100º C,
que es cuando se convierte en vapor. Cada nuevo estado aparece
como un salto, repentinamente interrumpiendo y comprobando la
sucesión gradual de los cambios de temperatura en cada punto de
transición. También es interesante contemplar que las partículas
invisibles del hielo y del agua se mueven más y más rápido a medida
que aumenta la temperatura.

Dolor

Aunque el dolor no sea una causa directa del estrés, su efecto lo


exacerba, y la experiencia del dolor, sin lugar a dudas, puede ser muy
estresante. El uso de la hipnosis para el control del dolor cuenta con
272 HIPNOSIS Y ESTRÉS

una sólida base de literatura experimental así como con numerosos


informes anecdóticos, aunque hasta hace poco tiempo eran escasos
los estudios controlados que defendían su eficacia clínica.
La hipnosis como enfoque de tratamiento ofrece al paciente la
oportunidad de ser auto-eficiente al tiempo que desarrolla en él la
capacidad para proceder con la relajación muscular, la corrección de
procesos cognitivos disfuncionales y la identificación de interaccio-
nes cognitivo/fisiológicas maladaptativas. Los profesionales pueden
optimizar su efectividad recurriendo tanto a la literatura experimen-
tal (p.ej., aumentando las expectativas de los pacientes) como a los
hallazgos clínicos (p.ej., combinando sugestiones hipnóticas con el
tipo de dolor –Patterson, 2004).
Se han descrito muchos procedimientos hipnóticos para una
amplia gama de problemas de manejo del dolor agudo y crónico en
contextos médicos y dentales (Bills, 1993; Evans, 1994) y se pueden
encontrar síntesis detalladas en Hilgard y LeBaron (1984a), Olness y
Gardner (1988), Chaves (1993), Gibson (1994); Hilgard y Hilgard
(1994), Hart y Alden (1994) y Barber (1996).

Entrevista inicial

Como ya se ha comentado en el Capítulo 3, la entrevista inicial


constituye una fase crítica para establecer el rapport y la alianza tera-
péutica. Sin embargo, se requiere cierta información adicional con
respecto a la “cantidad y calidad” de dolor. Se deberían formular las
siguientes preguntas:

• ¿Cuánto tiempo vienes padeciendo dolor?


• ¿Hay momentos en los que te sientes mejor? Cierra los ojos aho-
ra y recuerda uno de esos momentos más cómodos… el lugar en
que estabas, qué estaba ocurriendo en ese instante, las sensa-
ciones físicas que tenías… y ahora “mide” el grado de comodi-
dad en una escala de intensidad… que oscile entre 0 y 10, don-
de el 0 equivale al mayor bienestar y el 10 al menor.
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 273

El mismo procedimiento recurriendo a la escala visual análoga


(descrita en el Capítulo 2) puede usarse para acceder y obtener una
medición de intensidad de los instantes de mayor incomodidad. Esto
permite al paciente aprender que puede cambiar su experiencia del
dolor. También podría usarse una escala de valoración del dolor
como la publicada por Sociedad Británica del Dolor (www.british-
painsociety.org).

Ahora sabes que puedes modificar las sensaciones en esa parte de tu


cuerpo, porque algunas veces te sientes mejor que otras y acabas de
comprobarlo por ti mismo… que dispones de los recursos para sen-
tirte mejor incluso aunque no sepas conscientemente cómo hacerlo,
pero puedes confiar en que tu inconsciente lo sabe.

• ¿Puedes describirme tu dolor?

Una descripción detallada del dolor debería cubrir los siguientes


aspectos sensoriales (Hammond, 1990a, p. 46):

• Las sensaciones térmicas (calor versus frío).


• Las sensaciones kinestésicas y aspectos de presión (p.ej., sordo,
afilado, punzante, con picazón, leve, pesado, etc.).
• La imaginería del dolor (tamaño, forma, color, textura, sonido).

Esto aporta al profesional una información muy valiosa que pue-


de ser utilizada durante el curso del tratamiento. El siguiente guión
puede ser útil para el paciente.

Guión 43 – Diagnóstico de la calidad de la experiencia del dolor

Cierra los ojos y concéntrate durante un momento en el dolor que


sientes… quizá puedas verlo, tocarlo o incluso oírlo… ¿Qué color tie-
ne? ¿Qué temperatura tiene? ¿Es frío o caliente? ¿Qué hay sobre su
forma y tamaño? Y si pudieras tocarlo, ¿cómo se siente? ¿Es blando
o duro, áspero o suave? Y quizá también hable o se mueva. Me pre-
gunto qué puede estar diciendo… quizá si lo escucharas atentamen-
te podrías escuchar lo que dice… quizá tenga algo muy importante
274 HIPNOSIS Y ESTRÉS

que contarte… si no ahora, quizá más tarde en un sueño… tendrás


que esperar y ver qué es lo que sucede. Imagina que flotas sobre tu
cuerpo para poder tener una vista de pájaro sobre el lugar del dolor.
Quizá el dolor se presenta con un color particular…

Después de esto puede invitarse al paciente a dibujar o pintar su


dolor, lo que puede servir para evaluar la localización del dolor y
sugerir también metáforas que posteriormente puedan aplicarse para
la estrategia de tratamiento. Hammond (1990a, p. 47) sugiere que el
uso de dibujos para determinar la localización del dolor se facilita
presentando al paciente una página con una figura humana frontal y
dorsal, con instrucciones para que sombree las áreas en las que expe-
rimenta dolor. Mills y Crowley (1986) han logrado que los niños dibu-
jen el aspecto del dolor “en este mismo momento” (dibujo uno); cómo
es el dolor “en su mejor momento” (dibujo dos), y qué puede hacerse
para que el “dibujo uno” se convierta en “dibujo dos”. Esto, como en
muchos otros casos, es al mismo tiempo una estrategia de evaluación
y de tratamiento.

• ¿Cómo controlas el dolor en este momento? ¿Has empleado


otras estrategias en el pasado? ¿Has probado la hipnosis ante-
riormente o has contemplado la posibilidad de usarla?

Si el paciente ha contemplado en el pasado la posibilidad de usar


hipnosis, pero rechazó la idea, es importante determinar las razones
y por qué está reconsiderándolo ahora. Si el paciente ha probado
anteriormente la hipnosis, entonces la información relativa a su expe-
riencia puede ser muy valiosa para el tratamiento actual. Las actitu-
des, expectativas y creencias del paciente desempeñan un papel fun-
damental determinando el resultado del tratamiento y, por lo tanto,
el profesional debe interesarse por la identificación y utilización
apropiada de estas variables que tienen el potencial de fomentar o
reducir las expectativas relativas a la respuesta hipnótica y a los resul-
tados clínicos (Chaves, 1994).
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 275

• ¿De qué modo afecta este dolor sobre tus actividades diarias y
estilo de vida? ¿De qué modo cambiaría tu vida si pudiera eli-
minarse el dolor? ¿Qué serías capaz de hacer entonces que no
puedes ahora?
• ¿Obtienes alguna ventaja derivada de padecer este problema?

Aunque la mayoría de los pacientes pensará inicialmente que se


trata de una pregunta innecesaria, suelen reconocer la existencia de
algunas ventajas o logros secundarios asociados con el problema. Por
ejemplo, pueden recibir más atención del cónyuge o evitar ciertas
actividades indeseadas.

• Has venido padeciendo este dolor durante un tiempo conside-


rable, ¿por qué has optado en este momento por solicitar trata-
miento?
• ¿Qué desearías lograr a través de este tratamiento? ¿Te parece-
ría suficiente reducir las sensaciones que tienes o alterar la cali-
dad de la experiencia del dolor?

Llegados a este punto es importante señalar que un objetivo de


tratamiento para el dolor no necesariamente implica la eliminación
completa del dolor. De hecho, la eliminación total puede no ser una
buena idea, porque el dolor es una fuente de comunicación muy
importante que normalmente necesita ser considerada muy seria-
mente. Hammond (1990a) defiende el establecimiento de un objetivo
realista y la retención de la función de señalización del dolor mien-
tras se reduce el sufrimiento y los aspectos incapacitantes.

• ¿Dispones de una historia sobre los motivos por los que estás
experimentando dolor?

Esto puede parecer obvio, particularmente en los casos en los que


el dolor se asocia con un traumatismo o procedimientos médicos. Sin
embargo, existen muchos casos en los que los individuos experimen-
tan dolor que no dispone de una causa explicativa ni obvia. En tales
casos la etiología suele ser definida como psicosomática o psicológi-
276 HIPNOSIS Y ESTRÉS

ca, aunque de hecho las causas sean desconocidas. Escuchar el pun-


to de vista del paciente sobre las razones por las que padece dolor
puede ofrecer al terapeuta algunas pautas útiles de intervención.

• ¿Has sido tú mismo quien ha decidido solicitar ayuda o te lo ha


sugerido alguna otra persona?

La actitud del paciente sobre la derivación es importante, particu-


larmente con respecto a la motivación y a la colaboración con el tera-
peuta.
Aunque sea reiterativo, no debemos olvidar cuan importante es
asegurarse de que el paciente haya sido examinado médicamente
antes de comenzar con el tratamiento. Si no es así, el paciente
debería ser derivado inmediatamente a un médico. Si un psicote-
rapeuta no-médico trata a un paciente con dolor que no haya sido
diagnosticado, esto podría tener graves repercusiones, especial-
mente cuando exista una base somática para el problema. Un dolor
de cabeza puede ser sólo un dolor de cabeza, pero algunas veces es
indicativo de mucho más –un tumor cerebral, por ejemplo. Del
mismo modo, el dolor lumbar ocasionalmente es señal de cáncer
óseo. Sin embargo, como con muchos de los restantes problemas
comentados en este libro, el ideal es trabajar en un equipo multi-
disciplinar. En cualquier caso, el hipnoterapeuta debería estar
familiarizado con los métodos para el manejo del dolor usados por
otros profesionales.

Evaluación del dolor

Otro método, además de la escala visual análoga, para descubrir el


modo en que el paciente experimenta subjetivamente el dolor consis-
te en hacer uso del Cuestionario del Dolor de McGill (Melzack, 1975).
Para la evaluación del dolor infantil pueden usarse el Cuestionario
Pediátrico Varni/Thompson del Dolor (Varna, Thompson & Hanson,
1987) y el Cuestionario Comprensivo del Dolor para Niños (McGrath,
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 277

1990). El monitoreo continuo de la intensidad del dolor, o sus dife-


rentes componentes, hora por hora y día por día mientras el pacien-
te se halla en terapia (Brown & Fromm, 1987) ha dado lugar a técni-
cas estandarizadas como las elaboradas por Elton, Stanley y Burrows
(1983). Si el terapeuta efectúa estas tareas diagnósticas con efectivi-
dad llegará a comprender la naturaleza de la experiencia individual
del dolor del paciente, siempre que sea posible llegar a tal compren-
sión. Al hacerlo, el terapeuta estará en una mejor posición para pro-
poner las sugerencias terapéuticas apropiadas y para iniciar las estra-
tegias óptimas de tratamiento.
Por ejemplo, hace muchos años, en una ocasión solicité a una
paciente joven con espondilosis lumbar que imagine estar tumbada
al sol en una playa griega (me acababa de decir que había vuelto de
vacaciones). A medida que se procedió con el tratamiento comenzó
a sentirse progresivamente más agitada y manifestaba que su dolor
empeoraba porque estaba al “rojo vivo”. Entonces me informó que
normalmente había experimentado el dolor como “rojo vivo”. Si yo
hubiera obtenido esta información al comienzo de la sesión, no
hubiera hecho una sugerencia tan desafortunada e inapropiada. Sin
embargo, una vez sabido, le sugerí que entrara al mar y que permi-
tiera que las olas la bañaran gentilmente hasta que su espalda recu-
perara una temperatura agradable. Esta sugerencia funcionó muy
bien y la paciente fue capaz de modificar la calidad de su dolor alte-
rando una de las dimensiones importantes, a saber, la temperatura
(e incidentalmente el color del dolor). Esta dimensión (es decir, la
temperatura) también hubiera sido considerada usando el Cues-
tionario del Dolor de McGill o una adaptación del mismo. Evidente-
mente, en lugar de recurrir a las pruebas previamente mencionadas
de un modo formal, se podría pedir al paciente que describa su dolor
(como se ha descrito en la Entrevista Inicial) o que dibuje su dolor y
lo coloree.
Parte de la evaluación podría incluir también un examen de la
expresión de ansiedad y depresión, que a menudo acompañan tanto
278 HIPNOSIS Y ESTRÉS

al dolor agudo como al crónico. El Inventario de Ansiedad de Beck


(Beck et al., 1988) y el Inventario de Depresión de Beck (Beck, 1967)
son materiales útiles a este fin. Los pacientes que experimentan un
dolor agudo difieren en su expresión de ansiedad y depresión de quie-
nes experimentan un dolor crónico, y esto puede sugerir un énfasis
diferencial en el tratamiento (Vingoe, 1993). Los pacientes con dolor
agudo, frecuentemente, muestran más ansiedad que los pacientes con
dolor crónico, probablemente debido a la naturaleza más previsible
del dolor agudo. Normalmente suele ser de tiempo limitado y de una
duración inferior a seis meses. Son ejemplos de este caso el dolor aso-
ciado al parto, la dismenorrea y los procedimientos dentales y médi-
cos como las inyecciones, punciones, aspiraciones lumbares, punción
lumbar, cirugía e inserción de elementos intrauterinos (Hart & Alden,
19994, p. 122). Como la intensidad del dolor agudo se reduce gra-
dualmente, las técnicas de relajación y otros procedimientos de
reducción de la ansiedad suelen ser suficientes. Las personas que
padecen dolor crónico, por el contrario, muestran más expresiones de
depresión y desmoralización (Axelrad, 1990). Ejemplos de dolor cró-
nico son los traumatismos espinales, el dolor lumbar, los dolores de
cabeza tensionales, las migrañas, el síndrome del colon irritable, el
dolor facial atípico, el dolor artrítico y reumático y el dolor asociado
al cáncer (Hart & Alden, 19994, p. 122).
Turk, Meichenbaum y Genest (1983) categorizaron el dolor en las
siguientes modalidades:

• Dolor agudo (p.ej., dolor post-quirúrgico, dolor dental, parto):


de tiempo limitado, declina gradualmente en intensidad, no
suelen estar presentes los factores psicológicos ni logros secun-
darios, tratamiento efectivo con procedimientos de relajación y
reducción de ansiedad.
• Dolor periódico crónico (p.ej., dolores de cabeza migrañosos,
neuralgia del trigémino): recurrente, intenso e intermitente,
mucha probabilidad de factores fisiológicos, el tratamiento pue-
de focalizarse en el alivio del síntoma.
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 279

• Dolor intratable, benigno crónico (p.ej., dolor lumbar): presen-


te la mayor parte del tiempo, los factores psicológicos y logros
secundarios pueden ser importantes incluidos los personales y
los financieros, las estrategias de tratamiento deben contemplar
los factores psicológicos.
• Dolor progresivo crónico (p.ej., dolor asociado al cáncer): pro-
gresivo y constante, muy demandante para el paciente, la ansie-
dad suele ser un factor importante.

Como se observa, conocer el tipo de dolor del paciente puede ser


indicativo de las estratagemas generales del tratamiento, así como de
enfoques hipnóticos clínicos más específicos.

Estrategias y técnicas para manejar el dolor

Inicialmente es importante que el paciente conceda su permiso


“inconsciente” para que el terapeuta pueda ayudarle a facilitar la eli-
minación del dolor. No es suficiente que el paciente, a nivel cons-
ciente, pida ayuda al terapeuta, porque el dolor ha podido adquirir un
sentido inconsciente especial. Muchos de los profesionales que tratan
el dolor en centros clínicos no han reconocido este sentido oculto del
dolor. Si no existen factores inconscientes aparentes que contribuyan
al problema del dolor (determinado mediante el uso de la señaliza-
ción ideodinámica), entonces pueden usarse la relajación básica, el
fortalecimiento del ego y las técnicas sugestivas y de imaginería que
se han descrito previamente. Cada vez que se empleen enfoques para
el manejo del dolor, es esencial que el terapeuta subraye la “seguridad
e idoneidad”, por razones obvias. Un paciente con dolor lumbar quie-
re sentirse mejor para que pueda disfrutar de la vida sin el continuo
dolor “persistente”. De todos modos, probablemente sería inapropia-
do sugerir a tal paciente que cabe en su jardín. También es impor-
tante informar al paciente sobre el control del dolor, y para ello
podría emplearse el siguiente enfoque.
280 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Guión 44 – Empleo de experiencias para el control del dolor

¿Sabías que cuando estás preocupado, deprimido, con dolor o anti-


cipando dolor tensas los músculos de tu frente, clavícula y hom-
bros… y cuando estás tranquilo con el mundo relajas estos músculos
y, en consecuencia, te sientes mejor?... Es difícil relajar estos múscu-
los intencionadamente… para hacerlo debes ir indirectamente recor-
dando los momentos y los lugares en los que estabas automática e
inconscientemente relajado… por ejemplo, recordando momentos en
que estabas de vacaciones y disfrutando de ellas. Curiosamente,
cuando aprendes a hacerlo, también mejoras automáticamente tu
habilidad para tolerar o incluso ignorar los factores que han estado
provocándote ansiedad, depresión o incomodidad. Un primer paso
para aprender a controlar el dolor consiste en reconocer que puedes
prestar atención a un brazo y percibir su peso y simultáneamente no
percibir el peso del otro brazo.

Olness y Gardner (1988) describen un método denominado el “cua-


dro de mandos” según el cual el terapeuta explica al niño o niña la idea
de que el dolor se transmite a través de los nervios desde las diferen-
tes partes del cuerpo hasta el cerebro, que entonces envía de vuelta un
“mensaje de dolor” al cuerpo (se pueden emplear dibujos coloreados
para facilitar esta explicación). Se pide al paciente que seleccione un
botón que pudiera apagar o modular las señales de los nervios entran-
tes (p.ej., un botón o un tirón) situado donde el paciente quiera (p.ej.,
en el cerebro o próximo a la localización del dolor). Se pide al pacien-
te que practique apagando los conmutadores durante períodos de
tiempo definidos, comienza con intervalos de entre 10 y 15 segundos
que progresivamente se prolongan. Hawkins, Liossi, Hatira, Ewart y
Kosmidis (1998) emplearon esta técnica en un programa con niños
que estaban siendo sometidos a punciones lumbares. También he usa-
do esta técnica satisfactoriamente con pacientes externos de una clí-
nica neurológica que padecían intensos dolores de cabeza.
Hammond (1990a, p. 47) presenta una clasificación muy versátil
de estrategias y técnicas hipnóticas para el manejo del dolor. Sin
embargo, reproducir esos listados no sería exhaustivo porque siem-
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 281

pre existen posibilidades adicionales, y la invención de nuevas formas


creativas de intervención dependerá de la ingenuidad del terapeuta y
de su estrecha colaboración con el paciente. Como regla general es
importante enseñar auto-hipnosis al paciente para el control de su
dolor tan pronto como sea posible en el programa de tratamiento,
porque esto aporta al paciente la sensación de control y dominio de
la que carecen muchos pacientes con dolor crónico. El fortalecimien-
to del ego también puede ser conveniente para los pacientes con dolor
crónico porque éstos suelen desarrollar sentimientos de baja auto-
estima y baja valía personal.
Otra salvedad importante se refiere a que siempre debería dejarse
cierta experiencia sensorial, excepto en un pequeño número de con-
diciones como la anestesia dental, el parto, el dolor asociado al cán-
cer, el dolor en un miembro fantasma y cuando se emplee hipnosis
como anestesia quirúrgica (Hammond, 1990a, p. 49).

Relajación

La relajación suele ser muy efectiva para controlar el dolor vincu-


lado al estrés, especialmente el dolor agudo, porque reduce la ansie-
dad y la tensión. Además, es relativamente fácil para que los pacien-
tes aprendan a usar ellos mismos estas técnicas. A continuación se
presentan varios guiones y, aunque se presenten de forma discreta,
pueden ser combinados fácilmente. Conviene decir al paciente qué
esperamos que haga antes de comenzar la sesión.

Guión 45 – Relajación respiratoria

En primer lugar, concéntrate en tu respiración… dejando que el aire


fluya por tu nariz hasta tus pulmones (el terapeuta adecua el ritmo de
sus palabras a la inspiración del paciente)… y de nuevo el aire fluye al
exterior (el terapeuta lo dice mientras el pacientes expira el aire)… eli-
minando con el aire toda la tensión residual que quedaba en el cere-
282 HIPNOSIS Y ESTRÉS

bro y en el cuerpo… no necesitas hacer nada para que esto ocurra


(esta secuencia puede repetirse cuantas veces se considere necesario)…
Y la siguiente vez que tomes aire, tu inhalación será profunda y la
sostendrás durante un momento… y mientras exhales permite que tu
cuerpo se relaje como un muñeco de trapo… los murmullos de la
relajación se extienden por todo tu cuerpo al igual que las ondas pro-
ducidas por una piedra se extienden en un lago tranquilo durante un
día caluroso de verano… se extienden a cada parte de tu cuerpo, des-
de la cabeza a las yemas de los dedos del pie. Y, a medida que fluye
la relajación a través de todo el cuerpo, quizá percibas qué comodi-
dad y bienestar siente cada célula de tu cuerpo cuando descubres
esos recuerdos y recursos de los que dispones para sentirte realmen-
te tranquilo y profundamente relajado.

Guión 46 – Relajación progresiva pasiva para el dolor específico (entre-


namiento autogénico modificado)

El profesional puede comenzar por un enfoque que ayude al


paciente a relajar todo su cuerpo (p.ej., Guión 45) y a continuación
añadir éste:

Y puede haber una parte de tu cuerpo que quisiera experimentar esta


relajación profunda incluso en un grado mayor en este mismo
momento… dejamos que el calor, la sensación de peso y la relajación
fluyan a esa parte del cuerpo… bañando esa zona en la relajación y
en la energía curativa… mientras restablece el funcionamiento ópti-
mo de esa parte del cuerpo… sabiendo que dispones, en algún nivel,
de los recursos para permitir que así sea… por sí mismo… no nece-
sitas hacer nada conscientemente… confías en tu mente inconscien-
te… para capacitar a esa parte de tu cuerpo a que se sienta mejor…
y si es apropiado… hasta el futuro.

En este guión se observa la ausencia de referencias directas al


dolor mismo. Se subraya la relajación global de todo el cuerpo. Esto
suele ser relativamente fácil para el paciente y le ayuda a generar la
sensación de control y dominio rápidamente.
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 283

Guión 47 – Bola de luz


Esta secuencia puede presentarse a continuación del Guión 46.

Mientras sigues respirando lentamente y sin ningún esfuerzo… per-


mite que una bola de luz pacífica y curativa fluya a lo largo de tu
cuerpo… cuando inspiras fluye a lo largo de la espira dorsal hasta la
cima de tu cabeza… y cuando expiras baja por la parte frontal de tu
cuerpo… masajeando y eliminado toda la tensión residual… hacien-
do que sientas tu cuerpo cálido, pesado y relajado… y esta bola de luz
puede continuar su curso alrededor de tu cuerpo mucho tiempo des-
pués de que hayas finalizado tu sesión aquí… todo el tiempo que sea
apropiado para tu seguridad… y para tu bienestar.

En todos estos guiones, cuando se haya alcanzado el nivel apro-


piado de relajación se puede pedir al paciente que “ancle” este estado
de algún modo, por ejemplo:

Y cuando ese sentimiento de relajación sea intenso y agradable,


entonces juntas tu dedo pulgar e índice, y los rozas levemente, y
mientras más roces ambos dedos más relajado te sientes… y duran-
te la semana, mientras estés en casa o en el trabajo, puedes hacer esto
para sentirte bien y relajado casi de forma automática y espontá-
nea… y puede llegar a sorprenderte qué bien funciona.

También puede usarse la Escala Visual Análoga para facilitar la


reducción de la intensidad del dolor. El paciente puede conocer este
enfoque de la entrevista inicial.

Imaginería guiada

Existen muchos modos de aplicar la imaginería guiada para ayudar


a aliviar el dolor (p.ej., Williamson, 2004). Los métodos usados estarán
determinados por la naturaleza del dolor mismo, las experiencias y
preferencias del paciente y, por supuesto, la creatividad del terapeuta.
A continuación se presentan diversos ejemplos que pueden servir al
terapeuta como indicación de la gama de posibilidades existentes.
284 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Alden (1992) describe una técnica denominada la “piscina mági-


ca”. Esta autora pide al paciente que imagine estar paseando por un
jardín o una playa donde descubre una piscina oculta y privada con
propiedades curativas y calmantes especiales. A continuación el
paciente se imagina entrando en el agua y permitiendo que el agua
mágica lave y elimine el dolor y la ansiedad, dejando una película
curativa invisible sobre su piel. Alden sugiere adicionalmente que esta
técnica puede usarse para trastornos de la piel, sugiriendo que el agua
tiene efectos medicinales. He usado una técnica similar denominada
“ducha mágica”.

Guión 48 – La técnica de la ducha mágica

Cuando el paciente se halla en trance, se le invita a que se tome


una ducha mágica.

Y me gustaría que supieras que las gotas de agua que salen de la


ducha son gotas mágicas muy especiales que tienen extraordinarias
propiedades curativas… puedes ajustar la temperatura del agua de
modo que esté a tu gusto y sea relajante mientras fluye por todo tu
cuerpo… ayudándote a sentirte más calmado y más relajado…y a
medida que el agua mágica fluye a cada una de las células de tu cuer-
po la masajea y elimina la tensión y la incomodidad… curando cada
célula y restableciéndola para el funcionamiento óptimo… y puede
haber una parte de tu cuerpo en especial que desearía recibir este tra-
tamiento curativo en este mismo momento… deja que el agua mági-
ca llegue hasta allí… y disuelva toda las molestias… y las elimine sin
esfuerzo… alejándolas de tu cuerpo.

Hart y Alden (1994, p. 133) describen una técnica similar, “el flui-
do medicinal”, en la que los pacientes imaginan beber un combinado
de agradable sabor que llena su organismo y que se adhiere al dolor.
Cuando el dolor se adhiere al fluido, éste cambia de color y de con-
sistencia y puede ser vaciado del organismo abriendo los grifos de las
yemas de los dedos de las manos y pies. Por supuesto, estas técnicas
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 285

pueden ser usadas para una amplia gama de problemas psicosomáti-


cos y esto también se aplica a la siguiente técnica.

Guión 49 – La flor mágica

Se invita al paciente a visitar un bonito jardín (al evaluar al pacien-


te durante la primera sesión, se le pregunta si le gustan las flores y los
jardines). A menudo “llevo” en primer lugar al paciente a su lugar pre-
ferido, y a continuación a un jardín.

Y mientras miras a tu alrededor en tu lugar preferido observas los


colores… las formas… los movimientos… disfrutando de la expe-
riencia, sintiéndote relajado, calmado y en paz… fíjate en los sonidos
que escuchas… la temperatura del aire en tus manos y faz… y en este
recorrido adviertes un camino que se aleja de ti… y me gustaría invi-
tarte a que lo siguieras y dieras los seis pasos que te conducen hasta
un bello jardín… cuentas hacia atrás desde el seis a medida que avan-
zas gentilmente hacia el jardín… con cada paso te sientes más y más
relajado y cuando llegas al jardín… eres consciente de lo que puedes
ver,… lo que puedes escuchar,… lo que puedes experimentar,… y
observas una bonita flor… e inhalas profundamente su fragancia
curativa… permitiendo que esta fragancia fluya a todas las partes de
tu cuerpo que requieren una curación especial ahora mismo…
sabiendo que la fragancia curativa puede ayudarte a restablecer los
sentimientos de bienestar, calma y paz…

Durante la sesión hipnótica, un paciente mío con dolor lumbar


crónico tuvo espontáneamente una imagen de una cerradura de puer-
ta roñosa que era difícil de abrir. El paciente puso algo de aceite en
la cerradura, lo que ayudó a liberar el mecanismo. Tras eso manifes-
tó que su lumbago era muy similar a la cerradura y que quizá le
podría servir “una inyección de aceite”. Entonces, durante el trance
imaginó que el aceite de oliva (que había ingerido durante la comida)
viajaba hasta su zona lumbar y la lubricaba para un funcionamiento
más eficiente. Tras la sesión manifestó que el dolor se había reduci-
do y que podía permanecer de pié sin inclinarse tanto como lo hacía
286 HIPNOSIS Y ESTRÉS

antes. Esto fue obvio tan pronto como se levantó de la silla. Se le pidió
que repitiera esta imagen todos los días a lo largo de la semana.
Cuando llegó a la siguiente sesión manifestó que su problema lumbar
se había reducido considerablemente durante la semana y que ahora
consumía bastante más aceite de oliva en su alimentación. Espero
que no hubiera síntomas iatrogénicos resultantes de esta actividad.
La cuestión importante es que el paciente mismo, y no el terapeuta,
generó la imagen que se utilizó posteriormente.
A los pacientes también se les puede enseñar a experimentarse en
otro lugar, flotando hasta él en una nube o en una alfombra mágica,
o mediante cualquier otro medio de transporte.

Transformación del dolor

Se han empleado dos tipos de transformaciones:

• La que conlleva el desplazamiento del dolor a una zona dife-


rente del cuerpo.
• La que conlleva la modificación de la experiencia del dolor
(p.ej., temperatura, color, forma, sensaciones) para que sea más
aceptable.

En los métodos de transformación, al paciente no se le pide que


abandone el dolor, sólo que lo transforme. En la transformación físi-
ca del dolor, el dolor se mueve, o se desplaza, a una parte del cuerpo
que sea menos central para las actividades del paciente o a una parte
menos significativa (p.ej., un dolor en la mano que dificulte la escri-
tura del paciente se puede trasladar a la oreja izquierda, o un dolor
de cabeza se podría trasladar al dedo pequeño del pie). El dolor en las
extremidades suele ser menos temible que el dolor en el abdomen
(Karle & Boys, 1987). Este procedimiento es particularmente valioso
para los casos de dolor benigno crónico e intratable, en el que suele
haber una razón psicológica (p.ej., logro secundario) para que el
paciente mantenga el dolor. Barber (1990, p. 50) presenta el siguien-
te ejemplo de desplazamiento:
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 287

Mientras sigues prestando atención a las molestias en tu abdomen,


déjame saber cuando comiences a sentir el movimiento más leve de
esa sensación… Eso está bien, ahora limítate a sentirlo, a medida que
el movimiento continúa aumentando, quizá sea circular,… ¿Se mue-
ve siguiendo la dirección de las agujas del reloj, o en la dirección
opuesta?... Eso está bien, ahora sigue prestando atención a cómo
sigue moviéndose la sensación, en una espiral siempre creciente,
moviéndose en círculos alrededor del abdomen y siente hacia qué
pierna comienza a entrar…

Probablemente conviene que el terapeuta pregunte al paciente a


qué parte de su cuerpo desea mover éste su dolor. Una vez más, debe-
ría subrayarse que el terapeuta debe proceder con suma cautela al
adoptar estos procedimientos y consultar con el profesional médico
sobre la naturaleza específica de los problemas del paciente.
La sustitución del dolor por otra sensación (p.ej., picazón, presión
o calor) puede facilitar su reinterpretación. Hart y Alden (1994) sugie-
ren que el éxito es más probable si la sensación sustituida no es
totalmente agradable, porque esto no sería plausible para el paciente
(recordemos que esto debería ser parte del procedimiento de evalua-
ción) y modificar una o más de las características más significativas,
como su forma, color, tamaño, temperatura o intensidad. Las suge-
rencias relativas al calor en las manos y frío en la cabeza suelen usar-
se en caso de migrañas (Alladin, 1988) y el calor de las manos sobre
el estómago para el síndrome de colon irritable (Whorwell, Prior &
Faragher, 1984). El uso de la Escala Visual Análoga (anteriormente
descrita) es un método efectivo para modificar la intensidad del dolor
y también para monitorear la efectividad de la terapia.

Guión 50 – Visualización del dolor (adaptado de Simonton, Matthews-


Simonton & Creighton, 1978, p. 205)

Concéntrate en el dolor y observa su color… trata de advertir con


claridad su color, su forma y su tamaño… y mientras sigues respi-
288 HIPNOSIS Y ESTRÉS

rando lentamente y sin esfuerzo alguno para que veas con claridad
el modo en que aparece el dolor… puede ser del tamaño de una
pelota de tenis… o de un pomelo… o un balón de baloncesto…
Proyecta mentalmente la pelota al espacio… quizá a unos cinco o
seis metros de tu cuerpo… Aumenta mentalmente el tamaño de la
pelota, hasta convertirla en un balón… y ahora redúcela al tamaño
de un guisante… y deja que adopte el tamaño que quiera… deja que
suceda por sí mismo… y ahora comienza a cambiar el color de la
pelota, en primer lugar conviértela en rosa y después en verde cla-
ro… ahora coge la pelota verde y devuélvela a su lugar de origen.
En este punto, advierte si tu dolor se ha reducido o no… y cuando
abras los ojos estarás preparado para retomar las actividades nor-
males.

Normalmente no suele ser necesario hipnotizar primero al pacien-


te porque el mismo procedimiento de visualización suele inducir al
trance.

Distorsión del tiempo

Un fenómeno cotidiano bien conocido es que las personas distor-


sionamos el tiempo, acelerándolo o ralentizándolo. Esta idea debería
ser explicada al paciente con un ejemplo cotidiano (p.ej., ver un pro-
grama interesante de televisión o esperar al autobús en medio de un
chaparrón), subrayando el hecho de que él mismo dispone de los
recursos para ralentizar el paso del tiempo cuando se sienta bien y de
acelerarlo cuando experimente un nivel inaceptable de dolor. Es reco-
mendable pedir al paciente un ejemplo personal, para lo cual la
mayoría suelen estar muy dispuesta.

Guión 51 – Distorsión del tiempo

¿Y sabes ya cómo alterar el paso del tiempo?... para ralentizarlo


como para acelerarlo incluso aunque no sepas exactamente cómo lo
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 289

haces… hay momentos en la vida en los que el tiempo vuela… cuan-


do estás disfrutando, cuando te sientes bien, por ejemplo… y en otros
momentos el tiempo parece no transcurrir (el terapeuta puede reducir
el ritmo a medida que dice esto)… por lo tanto dispones de los recur-
sos para lograrlo sin esforzarte por hacer nada… porque sucede tal
cual… Por ello, quizá puedes permitir que pase el tiempo más lenta-
mente cuando te sientas bien y relajado… y cuando no te sientas bien
puedes permitir que el tiempo transcurra mucho más rápido… de
este modo dispondrás de mucho más tiempo para sentirte bien y
relajado… y cuando sepas que puedes hacerlo sin esforzarte por
lograrlo, ¿se elevará tu mano?... Y cuando tu mano se aproxime a tu
cara, ¿se abrirán tus ojos?

Proyección

Jaffe y Bresler (1980) piden al paciente que done el dolor a un “ani-


mal amigo” para que lo cuide o para pedirle consejo sobre el modo de
manejarlo (mencionado en los guiones 17 y 52). Es importante que el
terapeuta subraye que el paciente puede mantener cierta dosis del
dolor para sí mismo, así como la idea de que el “animal amigo” sólo
cuida del dolor y que el paciente puede recuperarlo en cualquier
momento. Técnicas similares sugieren guardar el dolor en una caja,
un cajón o un sobre, o enviárselo a un amigo por correo postal. En
una ocasión pedí a una paciente que colocara su dolor en un sobre
cerrado, con su nombre y una breve descripción del contenido; el
sobre fue colocado en un cajón cerrado con llave. Unos días después
la paciente me llamó por teléfono para asegurarse de que el dolor
seguía bien guardado, porque se sentía algo ansiosa de que pudiera
“salir” o “perderse”. Le aseguré que permanecía aún en del cajón den-
tro del sobre. La paciente solía llamar de cuando en cuando para pre-
guntar por el sobre y dos años más tarde el dolor permanecía guar-
dado en el cajón.
290 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Guión 52 – Donar el dolor a un animal amigo

Respira profundamente y permite que tu cuerpo flote a tu lugar exte-


rior favorito… observando lo que puedes ver… lo que puedes oír… lo
que hueles… lo que tocas… percibiendo la temperatura del aire en
tus manos y en tu cara… y cómo te sientes en este momento… inha-
lando energía curativa que fluye a todas las partes de tu cuerpo,
masajeando cada célula para convertirse en un sentimiento de bie-
nestar y relajación total. Y mientras sigues disfrutando de esa sensa-
ción de relajación gratuita, adviertes un camino amigo que se aleja
de ti, y cuando lo observas con un poco más de atención contemplas
una bola de luz al final del camino que se va aproximando lenta-
mente y sin esfuerzo hacia ti… comienzas a disfrutar de la calma y
de la paz que irradia la bola… y a medida que se aproxima más a ti
comienza a transformarse para convertirse en un animal amigo o
una persona amable… y le das la bienvenida y le preguntas por su
nombre, y compartes el tuyo y cualquier otra información personal
que te parezca oportuna. Y me gustaría que supieras que tu amigo es
muy especial y que es capaz de ayudarte con las dificultades de tu
vida, incluido el dolor… puede cuidar de tu dolor durante todo el
tiempo que quieras… y no le causará ningún problema. Puedes pre-
guntarle si es posible dejárselo hoy. Si la respuesta es afirmativa,
entonces dale tu dolor de un modo especial sabiendo que puedes
recuperarlo en cualquier momento. ¡Eso está muy bien! Y ahora es
hora de agradecer y de despedirte de tu amigo sabiendo que puedes
volver a encontrártelo en cualquier momento del futuro…, todo lo
que necesitas hacer es acudir a tu lugar preferido y observar el cami-
no invitador y la bola de luz… Y ahora estando en tu lugar especial
una vez más y con cada inspiración te sientes más y más ligero, esa
sensación se extiende desde tus pies a lo largo de tu cuerpo hasta tu
cara y tus párpados, hasta que se abran gentilmente… eso está bien…
de vuelta en el despacho… te sientes relajado y cómodo… y confías
en tu mente inconsciente para permitirte estar así durante todo el
tiempo que sea conveniente. Sabes en qué fecha estamos, el día de la
semana y cuál es tu edad… y ¿podrías decirme cómo vas a volver a
tu casa tras la sesión?
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 291

Analgesia y anestesia hipnótica

La analgesia y la anestesia pueden sugerirse o inducirse directa-


mente a través de métodos indirectos o ericksonianos. Los pacientes
resistentes, en particular los que obtienen logros secundarios a partir
de su dolor, podrían resistirse ante un enfoque directo, pero suelen
ser más propensos a responder favorablemente ante un método indi-
recto.
Hawkins et al. (1998) usaron las siguientes sugerencias directas:

Ahora vamos a aplicar una magia intensa… en primer lugar debes per-
mitir que se duerma tu zona lumbar durante unos pocos minutos… Te
demostraré cómo hacerlo… Colocaré mi mano sobre tu espalda para
ayudarte a adormecerla… adormecida y anestesiada… blanda y ador-
mecida.
Imagina que estás aplicando una tintura analgésica sobre tu
espalda. Imagina que estás inyectando un anestésico en tu zona lum-
bar… siente como fluye por tu cuerpo… advierte los cambios en las
sensaciones a medida que se adormece esa área.

Kuttner (1986) describe el uso de la “anestesia del guante”, o la


técnica del guante mágico, con un niño que padecía cáncer y que sen-
tía aversión hacia la quimioterapia. Se pidió al niño que imaginara
colocarse un guante mágico sobre su mano para cubrirla, protegerla
y adormecerla. Una vez colocado el guante, se insertó la aguja en la
vena sin ninguna dificultad. Es esencial que el paciente (y los proge-
nitores en el ejemplo anterior) estén adecuadamente preparados para
estos enfoques porque la disposición mental o las expectativas son
una parte importante del proceso.
Hawkins et al. (1998) usaron la siguiente técnica para transferir el
adormecimiento de la mano hasta el área dolorida de un niño con
cáncer:

Presta atención a tu mano… percibe las sensaciones que tienes en


ella… deja que se adormezca… cuando esté bien dormida, toca con
ella la zona inferior de tu espalda… deja que la sensación de ador-
mecimiento se transfiera de tu mano a tu espalda.
292 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Al paciente también puede pedírsele que recuerde un momento en


el que recibió algún anestésico:

Entra en tu mente y busca algún momento de tu vida en el que tuvis-


te una sensación de adormecimiento agradable por todo tu cuerpo.
¿Y has comenzado ya a percibir el efecto de esos cambios agrada-
bles? Es muy positivo y confortante saber que puedes dejar que se
produzcan esos cambios cada vez que te convenga. Eso está bien, y
deja que esas sensaciones fluyan a una parte específica de tu cuerpo,
y puede sorprenderte descubrir que cualquier parte que tu escojas
puede estar relajada y cómoda.

Metáforas e historias

El uso de historias y metáforas es un modo muy idóneo para supe-


rar la resistencia del paciente. Tanto las historias como las metáforas
deberían ser adaptadas a los intereses y a los problemas del paciente.
Hammond (1990a, pp. 45-83) presenta múltiples ejemplos.

Hipnoanálisis

En hipnoanálisis el paciente puede ser regresado al tiempo ante-


rior al dolor, o a un momento en que el dolor fuera menos severo, de
modo que pueda disfrutar de experiencias de bienestar y calma en las
áreas del cuerpo actualmente afectadas por el dolor.

Guión 53 – Regresión psicosomática positiva

Cierra tus ojos y genera el grado de trance que consideres idóneo y deja
que tu mente inconsciente te transporte a un momento del pasado en
el que todo tu cuerpo se sentía bien… un tiempo en el que podías dis-
frutar de todas las partes del cuerpo porque estaba relajado, cómodo y
muy pacífico… y cuando tu mente inconsciente haya encontrado una
experiencia caracterizada por el bienestar de todo tu cuerpo, entonces
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 293

puedes mover uno de tus dedos a fin de indicar que esto ha ocurrido,
incluso aunque aún no lo sepas conscientemente… y creo que vas a
disfrutar con esas sensaciones de bienestar en todo tu cuerpo, inclui-
da tu espalda (o área en la que se produce el problema del dolor)… sabes
que dispones de los recursos que permiten que esto ocurra en cual-
quier momento presente o futuro siempre que sea apropiado y segu-
ro… Y recuerda que juntar tu dedo índice y pulgar es la señal para que
esto ocurra cada vez que lo desees… Y ahora lleva estas sensaciones y
sentimientos hacia el futuro y experiméntate haciendo algo apropiado
de cuya ejecución tú disfrutes… sintiéndote relajado y cómodo.

El terapeuta podría proceder con un enfoque ideodinámico:

Y me gustaría preguntar a tu mente inconsciente si tiene voluntad y


deseos de permitir que transportes estos sentimientos y sensaciones
de bienestar y comodidad hacia el futuro… y de dejar que el cuerpo
(o un área específica) de Juan (nombre del paciente) se sienta bien y
cómodo cuando hacerlo sea apropiado y seguro…

Pedir al paciente que progrese en el tiempo a partir de un momen-


to anterior al comienzo del dolor podría facilitar una regresión al
tiempo en el que se inició el problema:

Busca un momento de tu vida en el que tu cuerpo se sentía cómodo


y relajado, y ahora avanza hasta el tiempo inmediatamente anterior
a que tu cuerpo comenzara a sentirse menos cómodo… y avanza gen-
tilmente hasta el punto en el que una parte de tu cuerpo empezó a
estar incómoda.

Es esencial que el profesional disponga de suficiente experiencia


en la aplicación de estos enfoques porque es posible que se produz-
can abreacciones (véase Capítulo 3, y también Kleinhauz & Beran,
1981; Carich, 1986; Hammond, 1990a).
Además de la técnica de regresión básica anteriormente descrita,
también podrían usarse los métodos hipnoanalíticos comentados en
el Capítulo 5 para acceder a las dinámicas inconscientes que mantie-
nen o exacerban el dolor.
294 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Hipnosis en el tratamiento de problemas específicos de dolor

Son muchas las condiciones específicas de dolor que pueden ser


tratadas con hipnosis. Las condiciones a las que nos referimos a con-
tinuación son el dolor de espalda y los dolores de cabeza, los proble-
mas gastrointestinales y dermatológicos y el dolor asociado a los pro-
cedimientos médicos y al cáncer.

Dolor de espalda

El enfoque de la “Nueva Hipnosis” desarrollado por Araoz (1985)


anima a los pacientes a concentrarse en el dolor de su zona lumbar y
a experimentar los pensamientos, sentimientos, imágenes y sensacio-
nes que emergen. Se les anima a que dejen de lado su mente cons-
ciente y permitan que “salga” todo lo que “haya ahí”. Muchas veces
surgen recuerdos, expresiones psicosomáticas o imágenes inusuales.
Mediante la elaboración, revivificación y reencuadre de estas expe-
riencias, los pacientes pueden aliviar gran parte del “sufrimiento”
asociado al dolor (Burte, Burte & Araoz, 1994, p. 100). Esta técnica
es muy próxima al vínculo somático comentado en el Capítulo 5 y que
puede entenderse en términos de “curación psicosomática”, es decir,
la utilización de los procesos inconscientes internos o lo que Rossi
(1996) denomina “el trabajo hipnoterapéutico”.

Dolores de cabeza migrañosos y no-migrañosos

Las ventajas derivadas de la relajación y sugestión hipnóticas para


los pacientes con dolores de cabeza han sido comentadas por Ceder-
creutz, Lahteenmaki y Tulikoura (1976), Drummond (1981) y Carasso,
Peded y Kleinhauz (1985). En el primero de los estudios se comprobó
que tres o cuatro sesiones grupales eran suficientes, mientras que en
el último estudio se emplearon nueve sesiones grupales e individuales
y los pacientes practicaban auto-relajación dos veces al día. Sin em-
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 295

bargo, se pueden afinar algunos aspectos que son específicos a la pato-


logía de este tipo de dolor de cabeza. Se ha sugerido (Bakal, 1975;
Adams, Feuerstein & Fowler, 1980) que en la fase prodromal de la
migraña se produce una constricción de las arterias craneales seguida
inmediatamente por una dilatación compensatoria que es responsable
de síntomas como el dolor, la nausea y el mareo. Por lo tanto, junta-
mente con las sugerencias de relajación y la práctica regular de auto-
hipnosis, se deben ofrecer también las sugerencias idóneas y la imagi-
nería correspondiente a la redistribución del aporte sanguíneo. Ed-
monston (1981) concluía que las sugerencias específicas podrían ser un
componente activo en el tratamiento de la migraña. Estos cambios pue-
den sugerirse directamente pidiendo al paciente que imagine el proce-
so de constricción de las arterias craneales (Anderson, Basker & Dalton,
1975) o imaginando que siente cada vez más calor en las manos usan-
do para ello imágenes como las de introducir las manos en agua calien-
te (Alladin, 1988). En general, los procedimientos descritos como “hip-
nóticos” parecen dar buenos resultados (Anderson et al., 1975; Fried-
man & Taub, 1985; Berlin & Erdmann, 1987; Davidson, 1987; Alladin,
1988; Matthews & Flatt, 1999). Gibson y Heap (1991) sugieren que:

Al profesional, por lo tanto, se le puede recomendar que al tratar


la migraña, emplee un procedimiento hipnótico subrayando tanto la
relajación general como el calentamiento de las manos y quizá algu-
nos cambios vasculares apropiados. También se pueden incorporar
al guión hipnótico sugerencias destinadas al fortalecimiento del ego,
y la sesión hipnótica puede ser grabada para que el paciente la repi-
ta diariamente (o incluso con mayor frecuencia). (p. 107).

Problemas gastrointestinales

Síndrome de colon irritable (SCI)

El SCI es el trastorno intestinal más frecuente que afecta a entre el


10 y el 20% de los adultos. A menudo los pacientes se encuentran atra-
pados en un ciclo en el que el estrés provoca los síntomas, los cuales a
296 HIPNOSIS Y ESTRÉS

su vez exacerban el estrés. Se reconoce la implicación de los factores


psicológicos en la aparición y empeoramiento de la sintomatología
(Switz, 1976). Entre los síntomas del SCI se incluyen el dolor, la hin-
chazón, los calambres y las flatulencias abdominales, así como los bro-
tes de diarrea o estreñimiento. Normalmente los pacientes manifies-
tan ansiedad y depresión, aunque no existe ninguna relación entre el
SCI y los trastornos psicológicos específicos (Welch, Hillman &
Pomare, 1985). Diversos estudios bien documentados han demostrado
que la hipnosis puede ser una estrategia de tratamiento muy valiosa
para el SCI (Solloway, 2005; www.ibshypnosis.com/IBSresearch.
html). El primero y quizá el mejor de los estudios sobre este particu-
lar fue publicado en The Lancet en 1984 (Whorwell, Prior & Faragher).
En este estudio, donde se controlaba el factor placebo, se observó que
había una diferencia significativa e importante entre la respuesta del
grupo de tratamiento hipnótico y del grupo placebo. Treinta pacientes
con sintomatología severa y que no respondían a otros tratamientos
fueron asignados al azar a una condición de siete sesiones de hipnote-
rapia (15 pacientes) o siete sesiones de psicoterapia más pastillas pla-
cebo (15 pacientes). El grupo de pacientes que recibió psicoterapia
mostraba una mejoría pequeña, pero significativa, en el dolor y la dis-
tensión abdominal, y en el bienestar general, pero no en el patrón de
actividad intestinal. Los pacientes de hipnoterapia mostraron una
mejoría muy importante en todos los síntomas centrales. El grupo de
hipnoterapia tampoco mostró recaídas durante el período de segui-
miento de tres meses.
Investigaciones adicionales han confirmado estos resultados ini-
ciales (por ejemplo Whorwell, Prior & Colgan, 1987; Houghton,
Herman & Whorwell, 1996; Houghton et al., 1999; Lea et al., 2003;
Cooper, Cruickshanks, Millar & Whorwell, 2003). En la hipnoterapia
dirigida al abdomen, en primer lugar se induce la hipnosis y, a conti-
nuación, se pide al paciente que coloque su mano sobre el abdomen
y genere sensaciones de calor y bienestar. Esto va seguido por suge-
rencias de reducción de síntomas y control personal de la función
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 297

intestinal. Se hace uso también de la imaginería guiada y de metáfo-


ras apropiadas. Se hace hincapié en la determinación y actitud posi-
tiva del paciente. Suele emplearse una grabación de auto-hipnosis de
uso diario para el refuerzo y las sesiones concluyen con sugerencias
de auto-fortalecimiento del ego. Las sugerencias se adaptan a cada
condición particular y a las necesidades del paciente.
Zimmerman (2003) describe el uso de la sugestión hipnótica-
mente facilitada con una mujer diagnosticada de un trastorno fun-
cional con características de SCI. En vista de su falta de respuesta al
tratamiento farmacológico, la motivación de la paciente y la ausen-
cia de contraindicaciones, parecía apropiado el empleo de la hipno-
sis. También debería señalarse que la paciente describía sus sínto-
mas muy clara y vívidamente, usando metáforas. En las primeras
dos sesiones Zimmerman instruyó a la paciente en auto-hipnosis y
recurrió a la imaginería guiada para facilitar la relajación y para
fomentar la sensación de control, así como para el establecimiento
de las señales ideomotoras. Aunque se produjo cierta mejoría tras
estas dos sesiones, no fue hasta la tercera sesión cuando, tras el uso
de la metáfora “limpiar el río”, se produjo una mejoría notable. Se
recurrió a la imagen de un río para evocar un flujo suave y coordi-
nado a través del tracto digestivo normal y un flujo normal en el
manejo de las emociones de la paciente. La sesión comenzó con una
metáfora para el fortalecimiento del ego relativa a un árbol como
símbolo de fortaleza y poder, durante la cual se hizo hincapié en el
contacto táctil. A continuación se animó a la paciente a examinar su
propia imagen reflejada en un agua límpida de una fuente tranquila
rodeada por árboles. La sesión culminó en la obstrucción de la fuen-
te y la invitación a la paciente para que eliminara el obstáculo y res-
tableciera un flujo pacífico. Esto provocó una abreacción en la
paciente que parecía conducir a una resolución satisfactoria de sus
problemas. La metáfora se refiere tanto a la movilidad intestinal
alterada como al contenido emocional de los síntomas. Zimmerman
concluye que: “La abreacción experimentada por esta paciente así
298 HIPNOSIS Y ESTRÉS

como sus comentarios tras la finalización de la sesión, sugieren que


el principal factor de la recuperación es más el desbloqueo de su res-
puesta emocional que el de su tracto intestinal”.
Aunque existen pruebas favorables al empleo de la hipnoterapia
para el tratamiento del SCI, no debería ser considerada como una
panacea, porque un 25% de los pacientes no responden a este trata-
miento. Incluso cuando los pacientes mejoren, no deberían ignorarse
necesariamente los enfoques convencionales de tratamiento. Sigue
siendo necesario tomar en consideración los factores relativos al esti-
lo de vida, como la dieta. Además, para algunos pacientes sigue sien-
do recomendable la administración de una loperamida o laxante,
dependiendo de anormalidad habitual. A pesar de todo, un reciente
estudio de medicina general en el Reino Unido, realizado por Cox, de
Lusignan y Chan (2004), indica que más del 70% de los médicos con-
sideraba que la hipnoterapia podría participar en el tratamiento de
pacientes con el síndrome de colon irritable y que contemplarían la
derivación a un hipnoterapeuta cualificado.
La hipnosis también se ha empleado para sedar a pacientes some-
tidos a endoscopias gastrointestinales (Zimmerman, 1998). Las técni-
cas más habituales han sido las metáforas, la relajación, la imagine-
ría y las sugerencias post-hipnóticas.

Enfermedad de Crohn (EC)

La enfermedad de Crohn es un síndrome intestinal inflamatorio


definido comúnmente como un síndrome crónico e inespecífico de
origen desconocido que habitualmente afecta a la parte final del
intestino delgado (íleo), al intestino grueso o al colon. La enferme-
dad puede originarse a cualquier edad, pero lo más frecuente suele
ser entre los 15 y los 30 años. No existe cura convencional (es decir,
médica o quirúrgica) alguna, aunque algunos estudios recientes de
casos clínicos y algunos informes anecdóticos han demostrado que
el empleo de diferentes formas de hipnoterapia para el tratamiento
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 299

de la enfermedad de Crohn han producido muy buenos resultados


(Abela, 1999). Pruebas recientes demuestran que el estrés debido a
acontecimientos psicosociales y a emociones negativas está definiti-
vamente implicado en el curso de la enfermedad, si no en su apari-
ción (Greene, Blanchard & Wan, 1994). Otros estudios muestran que
los pacientes con EC manifiestan más sentimientos de estar someti-
dos a presión que los sujetos control, aunque los pacientes con EC
experimentaron una cantidad inferior de estrés vital que los contro-
les (von Wietersheim, Kohler & Feiereis, 1992). Además, en otros
estudios se ha comprobado que las emociones negativas, especial-
mente la rabia y la ira suelen estar presentes y por estar bloqueadas
a nivel inconsciente, originan que tales emociones se dirijan contra
uno mismo (Schafer, 1997). Schafer mostraba que la hipnoterapia
para el control psicológico de las características auto-inmunes pre-
sentes, o el logro de insight relativo a las emociones negativas, solía
generar la remisión completa de la enfermedad de Crohn. Las técni-
cas hipnóticas utilizadas incluían la visualización, las sugestiones y
las metáforas en combinación con la exploración regresiva para
alcanzar insight y comprensión, y para la resolución de las emocio-
nes negativas implicadas. Adicionalmente, también se utilizó el for-
talecimiento del ego, sugestiones sobre salud general y el fortaleci-
miento de la auto-estima. Abela (1999) concluye que la hipnoterapia
está indicada como terapia complementaria para el Crohn junta-
mente con los tratamientos médicos; por ejemplo, terapia corticoes-
teroide.

Colitis ulcerosa

Otra forma común de problemas gastrointestinales es la colitis


ulcerosa (CU). Aunque son muchos los factores que pueden estar
implicados en las causas de la CU, es probable que los sucesos estre-
santes provoquen la sintomatología. Se puede recurrir a la hipnosis
para reducir el brote y el dolor abdominal, sugiriendo al paciente que
sus músculos intestinales se relajan y calman.
300 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Problemas dermatológicos

Algunos estudios científicos recientes señalan al estrés como uno


de los factores determinantes en la aparición y/o exacerbación de
muchos problemas dermatológicos. Debido a la importancia social y
psicológica que desempeña la piel y su apariencia, las enfermedades
de la piel pueden producir una serie de reacciones psicológicas
secundarias, como la depresión, la vergüenza, el alejamiento social y
la ira (Folks & Kinney, 1992). Estos estudios indican la necesidad de
las técnicas de reducción del estrés, una de las cuales es la hipnosis.
Desde mucho tiempo atrás se ha confiado en la efectividad de la
sugestión hipnótica para la mejoría de varios trastornos cutáneos
(Shenefelt, 2000, 2003a, 2003b). Muchos estudios recientes han mos-
trado el vínculo entre el uso de la hipnosis y el cambio de respuesta
cutánea en ciertas afecciones dermatológicas como la soriasis (Tausk
& Whitmore, 1999), la dermatitis atípica (Stewart & Thomas, 1995),
las verrugas (Ewin, 1992; Goldstein, 2005), la alopecia areata
(Thompson & Shapiro, 1996) y los eccemas (Mantle, 2001). Se ha
comprobado que la práctica de la auto-hipnosis para moderar el
estrés es efectiva en una variedad de condiciones dermatológicas que
se exacerban por efecto de la ansiedad.
Cheek (1961) explica el uso que hace de las técnicas hipnóticas
para tratar varias manifestaciones cutáneas, en particular las infec-
ciones por herpes genital. Según Cheek, la sensación inducida de frío
en la zona afectada puede ser mucho más efectiva que cualquier
método farmacéutico. En hipnosis leve, Cheek establece las señales
digitales y solicita permiso para enfriar los tejidos y para mantener
esa temperatura durante un período de dos horas. Comienza con un
área muy importante para la producción de la sensación de frescor,
haciendo que los pacientes imaginen “inspirar aire mientras chupan
un caramelo de menta”. Con el paciente en trance, solita una res-
puesta afirmativa cuando sienta frescor en la boca, y también que le
diga cuándo percibe la sensación consciente del frescor. Una vez que
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 301

el paciente esté seguro de percibir el cambio, el terapeuta le pide que


experimente el mismo frescor en el área lesionada.
Cheek empleó también la hipnosis para ayudar a los pacientes a
desarrollar una actitud más positiva hacia sí mismos, así como para
ayudarles a imaginarse en el futuro sin problemas dermatológicos.
Recurrió a los fenómenos del trance hipnótico, como la capacidad
aumentada para la concentración, la distorsión de tiempo, la amne-
sia, los recuerdos en ráfagas, la analgesia, la catalepsia y demás, a fin
de alcanzar estos objetivos.
Otras técnicas que también pueden usarse son la pantalla de tele-
visión sintonizada en un “canal futuro” en el que los pacientes vean
su cuerpo sin el problema cutáneo actual o su cabeza con cabello
nuevo, o imaginarse usando un cepillo para rascar y eliminar las
lesiones de la espalda o manos como para limpiar y pulir el cuerpo y
lograr que esté sano otra vez. Los enfoques que faciliten los cambios
ideosensoriales (p.ej., calor, frío, hormigueo) son particularmente úti-
les para el tratamiento de verrugas y herpes (Tasini & Hackett, 1977),
pero también pueden servir para otros problemas dermatológicos.
Stewart y Thomas (1995) usaban la hipnoterapia para tratar der-
matitis atípicas en adultos y niños. Veinte adultos con dermatitis atí-
pica extensiva, resistentes al tratamiento convencional, fueron trata-
dos con hipnoterapia, con un beneficio estadísticamente significati-
vo, que se mantuvo durante dos años en los casos en los que fue posi-
ble hacer un seguimiento. Veinte niños con dermatitis atípica severa
fueron tratados con hipnosis; todos menos uno mostraron una mejo-
ría inmediata, que se mantuvo durante los dos exámenes de segui-
miento. En otros 12 casos con niños, las respuestas a un cuestionario
realizado 18 meses después del tratamiento mostraban que 10 seguían
manteniendo la mejoría respecto a la picazón y a los arañazos deri-
vados de rascarse, 9 seguían manteniendo la mejoría relativa a los
problemas de sueño y 7 al estado anímico.
Cuando los métodos directos de hipnoterapia son inefectivos, se
pueden sugerir enfoques hipnoanalíticos a fin de explorar las diná-
micas inconscientes.
302 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Guión 54 – Intervención general para un problema dermatológico

Cierra los ojos, introdúcete en tu mente y busca una época de tu vida


en la que tu piel estaba sana y suave… dejando que todos los recursos
de que dispones capaciten a tu piel para estar suave y saludable, que
fluyan a esa parte de tu cuerpo y permitan a tu piel limpiarse, sanarse
y suavizarse a medida que esos recursos curativos masajean y elimi-
nan todo el estrés y la tensión de la vida… deja que entre en tu men-
te cualquier imagen o pensamiento que surja porque éstos pueden
ayudarte a resolver tu problema… Y cuando sepas que esto seguirá
ocurriendo incluso después de haber concluido la sesión, ¿se moverá
uno de tus dedos o flotará uno de tus brazos por sí mismo?... Eso está
bien, deja que siga ocurriendo, no debes hacer nada… Quizá tu men-
te inconsciente puede hallar otras formas para manejar el estrés de tu
vida, formas que sean positivas y alentadoras, que te permitan disfru-
tar de una mejor calidad de vida… y cuando sepas que esto puede
suceder, ¿se moverá otro dedo o flotará otro brazo?... ¡Eso es fantásti-
co!, sabiendo que todas estas cosas están sucediendo por sí mismas.

Se puede observar que la intervención crea una atmósfera de espe-


ranza y expectación positiva incluso aunque no haya evidencias
inmediatas. Tal y como manifestó uno de mis pacientes: “Si mi piel
no mejora para mañana o para la siguiente semana, siempre es posi-
ble que suceda más tarde. Al decirlo así en voz alta lo hace incluso
más evidente”. Muchos otros guiones presentados en el libro podrían
adaptarse a los problemas dermatológicos.

Caso 5 – Hipnosis para el tratamiento de la soriasis

La paciente, Lucía, tenía 22 años de edad y era estudiante de psi-


cología. Durante la entrevista inicial, explicó que cuando estaba estre-
sada solía brotarle la soriasis y algunas veces le afectaba a todo el
cuerpo. Cuando se le preguntó en qué nivel de intensidad estaba su
soriasis en ese momento usando una escala de 0 a 10, la paciente dijo
que en ese momento se encontraba en 6, pero que había ocasiones en
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 303

las que estaba en 10. Cuando se le preguntó cuál solía ser el nivel infe-
rior de intensidad manifestó que justo antes de las vacaciones estiva-
les solía estar en 3. Lucía explicó también que el problema había
comenzado cuando tenía aproximadamente 11 años de edad. El tera-
peuta le preguntó durante el trance:

¿Qué nivel de intensidad sería aceptable para ti?

Lucía replicó que una intensidad de 2 ó 3 sería aceptable. El tera-


peuta hizo el siguiente comentario.

Cuando estás estresada tu piel reacciona inconscientemente a esto,


por lo tanto es una fuente de comunicación importante… por ello es
necesario que sepas prestar atención a lo que te esté diciendo la
piel… y aunque puedas reducir el nivel de intensidad hasta un grado
aceptable y más cómodo, ¿podrá encontrar tu mente inconsciente un
modo más efectivo de manejar el estrés? Y ahora busca una época de
tu vida en la que hacías uso de tus recursos internos para que el efec-
to sobre la piel fuera mucho menor, o una época anterior a los 11
años de edad… y cuando tu inconsciente haya encontrado esa época,
¿se moverá tu dedo o mano?

La mano de Lucía se alejó sin esfuerzo de la pierna de un modo que


indicaba ser más un movimiento inconsciente que uno intencionado.

Y ahora revisa esa experiencia desde el comienzo hasta el final y


cuando lo hayas hecho, ¿se elevará otro brazo?... y no necesitas saber
todo sobre la experiencia, sólo lo que sea apropiado que tu sepas
conscientemente en este momento a fin de ayudarte en la resolución
del problema… y puedes experimentar partes de la experiencia… qui-
zá… imágenes… pensamientos… sentimientos… sensaciones… cual-
quier cosa que surja de por sí.

En este punto la paciente señaló, sin habérsele preguntado, que su


mente estaba completamente “vacía”, pero que experimentaba ten-
sión en la parte superior del pecho.

Coloca tu mano sobre el área en la que estás sintiendo tensión.


304 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Lucía colocó su mano extendida en la zona superior del pecho y le


pregunté si le parecía bien que yo colocara mi mano sobre esta zona,
a lo que asintió.
Y mientras imprimo un poco de presión sobre tu pecho, permite que
tu respiración sea profunda y suene durante la expiración.

Cuando lo hice, la paciente comenzó a llorar, momento en el cual


hice el siguiente comentario:

Y mientras dejas que tus lágrimas fluyan, puedes aprender algo de


esto con respecto a tu problema… y puedes permitir que todos los
aprendizajes y recursos fluyan a todas las partes de tu piel… suavi-
zando y masajeándola para que brille en salud… haciendo que esté
suave y blanda… y como eso está sucediendo y sabes que puede
seguir ocurriendo en el futuro por sí mismo… del mismo modo que
ayer el agua del lago se rizaba por el viento y las pequeñas olas cho-
caban contra los botes anclados en el puerto… pero hoy el viento ha
amainado… el sol brilla sobre el agua… y el agua está tranquila y sua-
ve… mientras el cálido sol masajea y elimina todos los movimientos
para extender paz y tranquilidad… aprendes métodos para manejar
con más efectividad las respuestas de tu cuerpo a los momentos es-
tresantes de la vida… y cuando sepas cómo hacerlo, incluso aunque
no sepas que lo sabes…, ¿se elevará uno de tus brazos?

El brazo izquierdo de Lucía se alzó gentilmente.


Y me gustaría invitarte a unir tus dedos índice y pulgar en reconoci-
miento de que dispones de esos recursos y de que puedes utilizar lo
aprendido en esta sesión… y en el futuro cuando te sientas estresada
todo lo que necesitas hacer es hallar un lugar cómodo… mirar a tu
mano izquierda… dejar que se eleve por sí misma… y después unir
tus dedos índice y pulgar.

Después de esto Lucía dijo que durante la sesión había recordado


qué le había sucedido a los 11 años, que hasta esa edad ella siempre
había llorado cuando estaba estresada, pero que entonces dejó de llo-
rar y permitió que fuera su piel quien llorara por ella. Yo no inter-
preté su afirmación, pero le dije que podía extraer el sentido de esto
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 305

tanto consciente como inconscientemente, quizá en un sueño que


tuviera esa misma noche. Por último, se le pidió que repasara toda la
sesión en trance revisando todos los aprendizajes:
Cierra los ojos, entra en tu mente y retrocede hasta el comienzo de la
sesión o incluso hasta un momento anterior… y con cada uno de los
aprendizajes permite que se mueva tu dedo… y cuando esto haya
finalizado, ¿se elevará tu brazo hasta un momento futuro en el que el
problema habrá sido adecuadamente resuelto?... ¿ocurrirá esto este
fin de semana o el próximo o en algún momento intermedio?... Y qui-
zá te preguntes cuándo va a suceder… y cuando lo sepas, ¿se abrirán
tus ojos mientras tu mente y tu cuerpo colaboran en la resolución del
problema?

Un seguimiento realizado seis meses después indicaba que la


soriasis de Lucía se había reducido considerablemente, y que ella
seguía haciendo uso de la auto-hipnosis.

Preparación para las intervenciones médicas y como elemento


colateral a los procedimientos médicos

Un número considerable de estudios demuestran la efectividad de


la hipnoterapia para la reducción del estrés derivado de los procedi-
mientos médicos, por ejemplo:

• Inyecciones (Medd, 2001; Gow, 2002).


• Examen ginecológico (Rossi & Cheek, 1988).
• Gastroendoscopia (Zimmerman, 1998).
• Embarazo y parto (Tibia, Valgo & Meszaros, 1980; Davidson,
Garbett & Tozer, 1982; Poncelet, 1990; Jenkins & Pritchard,
1993; Mairs, 1995; Goleen, 1999; Ester & Saber, 2000; Cyna,
McAuliffe & Andrew, 2004; German, 2004).
• Quimioterapia (Walter, Dawson, Lolley & Ratcliffe, 1988;
Hawkins et al., 1995; Edser, 2002).
• Intervenciones por cáncer (Peynovska, Fisher, Oliver &
Mathew, 2005).
306 HIPNOSIS Y ESTRÉS

• Procedimientos dermatológicos (Shenefelt, 2003a, 2003b).


• Procedimientos vasculares y renales (Lang et al., 2000; Lang,
Benotsch & Fick, 2000).
• Cirugía (Evans & Richardson, 1988; Montgomery, David,
Winkel, Silverstein & Bovbjerg, 2002; Massarini, Rovetto &
Tagliaferri, 2005).
• Procedimientos cardiovasculares (Ashton et al., 1997).
• Quemaduras (Ewin, 1979; Margolis & DeClement, 1980;
Frenay, Faymonville, Devlieger, Albert & Vanderkelen, 2001).

Pinnell y Covino (2000) han realizado una revisión crítica de los


tratamientos hipnóticos como elementos adjuntos a la atención
médica para el estrés y la ansiedad relativas a los procedimientos
médicos y dentales, el asma, las enfermedades dermatológicas, los
problemas gastrointestinales, la nausea y la emesis en oncología y la
obstetricia/ginecología.

Cambio de apósitos

La siguiente investigación ofrece un buen ejemplo de la aplicación


de la hipnosis en un procedimiento estresante. Frenay et al. (2001)
compararon la eficacia de la hipnosis con una estrategia de reducción
de estrés para el manejo del dolor durante los momentos de cambios
de apósitos en pacientes con quemaduras. A menudo se dice que los
cambios de apósitos y vendajes de las quemaduras son insoportables
(Choinière, Melzack, Rondeau, Girard & Paquin, 1989), y algunas
veces suele generarse cierto grado de tolerancia a los fármacos anal-
gésicos (Patterson, Everett, Burns & Marvin, 1992). Frenay et al. diri-
gieron un estudio prospectivo randomizado con pacientes que pade-
cían quemaduras graves, basado en protocolos médicos estandariza-
dos, mediciones fiables del dolor mediante la Escala Visual Análoga
y el uso de técnicas estandarizadas de apoyo psicológico (hipnosis
versus estrategias de reducción del estrés basadas en experiencias
agradables de la vida). El estudio fue diseñado para comparar los dos
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 307

regímenes de apoyo psicológico, pero también para probar si la inter-


vención psicológica tenía alguna influencia sobre el grado de como-
didad durante los cambios de vendajes y apósitos. La hipnosis fue
inducida usando la fijación ocular, la relajación muscular y las suges-
tiones permisivas e indirectas. Las estrategias para reducir el estrés
incluían la relajación profunda y los procedimientos de respiración
y la recreación de un recuerdo agradable. Las puntuaciones en la
Escala Visual Análoga del grupo hipnótico fueron considerablemente
inferiores a las del grupo con reducción del estrés. La hipnosis redu-
jo también significativamente la ansiedad antes y durante las curas.
Aunque la medicación analgésica siguió siendo necesaria, era proba-
ble que los niveles óptimos se alcanzaran antes. Este estudio tiene
importantes implicaciones clínicas para la atención de heridos y para
la práctica general de los pacientes médicos.

Preparación para la cirugía

La espera ante una intervención quirúrgica u otras intervenciones


médicas o dentales, suele ser un período estresante para la mayoría
de los pacientes, aunque generalmente se esperen ventajas derivadas
de la intervención misma. Los aspectos esenciales de la ayuda al
paciente se vinculan con la reducción del estrés previo y el produci-
do durante la intervención médica y con ayudarle a generar espe-
ranza y optimismo sobre un resultado satisfactorio. La reducción del
estrés parece ser importante en la modulación de la expresión de
proteínas, que desempeñan un papel esencial en la curación de las
heridas (Stamenkovic, 2003). Hammond (1990a, p. 89) afirma que
las sugerencias positivas antes y durante la cirugía reducen las com-
plicaciones y minimizan el dolor (y la necesidad de medicación post-
operatoria), facilitan el apetito, reducen las hemorragias y facilita la
curación y la recuperación. Diversos estudios han demostrado que
cuando el paciente está adecuadamente preparado, se maximiza la
probabilidad de un buen resultado quirúrgico y psicológico (Schutz,
1998; Kessler, 1999). Schutz empleó la hipnosis para capacitar a los
308 HIPNOSIS Y ESTRÉS

pacientes a superar las intensas expectativas negativas y experiencias


adversas, reduciendo así la ansiedad.
Montgomery et al. (2002) desarrollaron un meta-análisis sobre la
efectividad de la hipnosis adjunta a pacientes quirúrgicos y concluye-
ron que la hipnosis era beneficiosa en seis categorías: emoción nega-
tiva, dolor, medicación para el dolor, indicadores psicológicos, tiem-
po de recuperación y tiempo de tratamiento.
En un estudio controlado, Massarini et al. (2005) mostraban que
un tratamiento hipnótico breve (fundamentalmente visualizaciones
de curación) efectuado en el período preoperatorio conducía a bue-
nos resultados en los pacientes quirúrgicos en términos de reducción
de los niveles de ansiedad y percepción del dolor.

Guión 55 – Preparación para la cirugía y para otros procedimientos


médicos
Entra en tu mente y descubre todos los recursos curativos de que dis-
pones para beneficiar a tu cuerpo, dejando que esos recursos fluyan a
cada célula… utilizando todos los recuerdos… experiencias… apren-
dizajes… que te permiten afrontar la intervención médica venidera
con esperanza y optimismo, y cuando tu mente inconsciente sepa que
puede ayudarte de este modo, ¿se moverá uno de tus dedos o se ele-
vará una mano?... ¡Eso está bien! Mientras se produzca la interven-
ción sabes que puedes utilizar todos tus recursos e imaginas que está
ocurriendo de un modo muy positivo, confiando en tu mente incons-
ciente curativa que permitirá que se produzca un resultado satisfac-
torio, que tu cuerpo se recupera rápida, completa y cómodamente.

Evidentemente el terapeuta podrá modificar este procedimiento


hipnoterapéutico para que refleje la intervención quirúrgica particu-
lar a la que se someterá el paciente, así como centrándose más explí-
citamente en las sugestiones preoperatorias, directas e indirectas, en
sugestiones durante la operación y verbalizaciones post-operatorias.
Síntesis relativas al uso de la hipnosis en cirugía y anestesiología pue-
den hallarse en Hammond (1990a, pp. 85-108), Fredericks (2001) y
Montgomery et al. (2002).
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 309

Cáncer

En los últimos años se ha evidenciado que el diagnóstico y el tra-


tamiento del cáncer (o muchas otras enfermedades crónicas) consti-
tuyen experiencias estresantes. Se puede hacer uso de una amplia
gama de técnicas hipnoterapéuticas para favorecer el control de los
efectos secundarios fisiológicos y psicológicos del diagnóstico y con-
siguiente tratamiento de un cáncer. Entre tales técnicas se incluyen la
relajación, la imaginería, el fortalecimiento del ego, las sugerencias
directas y las metáforas (Hammond, 1990a, pp. 199-216). Aunque
Simonton (en Simonton et al., 1978) no se refiere específicamente a
las intervenciones hipnóticas, muchos de los enfoques que describe
son relevantes para los hipnoterapeutas.
Existen pruebas que demuestran la eficacia de las intervenciones
psicológicas, incluida la hipnosis, para favorecer la calidad de vida
del paciente así como para modular la respuesta del sistema inmu-
nológico (Meyer & Mark, 1995; Walter, 1998; Kiecolt-Glaser, Marucha,
Atkinson & Glaser, 2001; Gruzelier, 2002a,b). El siguiente guión para
el fortalecimiento de la funcionalidad del sistema inmunológico pue-
de adaptarse a muchas situaciones; por ejemplo, estrés genérico, pro-
blemas médicos generales, período preoperatorio y recuperación
post-operatoria, facilitación de los regímenes de tratamiento, etc.
Obviamente, los profesionales que recurran a este enfoque deben ser
juiciosos en la selección de sus pacientes.

Guión 56 – Fortalecimiento del funcionamiento del sistema inmunoló-


gico

Cuando estés preparado, junta tus dedos índice y pulgar y deja que tu
cuerpo entre en el profundo trance que experimentaste durante la últi-
ma sesión… y me pregunto cuánto tiempo necesitarás para encontrar
la agradable paz interna… es posible que tu mente inconsciente te per-
mita experimentarla antes de que cuente cinco… uno… dos… tres…
cuatro… cinco… ¡Eso está muy bien! Con mucho cuidado imagina la
310 HIPNOSIS Y ESTRÉS

parte de tu cuerpo que requiere una atención curativa extraordina-


ria… y me gustaría que supieras que las células anormales de esta
zona son muy débiles, están confusas y desorganizadas… y puedes
imaginar esa zona de cualquier forma que lo desees… quizá surja una
imagen en tu mente. Ahora imagina que el tratamiento que estás reci-
biendo fluye hasta esa parte de tu cuerpo y destruye esas células débi-
les, pero dejando que las células normales fuertes y sanas permanez-
can sin efectos secundarios… y tus propios glóbulos blancos cooperan
también en la reorganización de las células enfermizas y las destru-
yen… confías en este proceso a medida que las células cancerígenas
se reducen gradualmente y son expulsadas de tu cuerpo… permitien-
do que el proceso curativo ayude a tu organismo a sentirse bien a
medida que mejoras gradualmente. Ahora imagínate en el camino de
la recuperación… ganando fortaleza y resolución con cada día que
transcurre… e imagínate en un futuro logrando tus objetivos y ambi-
ciones. Y tu mente inconsciente puede capacitarte para lograrlo y
cuando sepas que en la profundidad de tu ser se están produciendo
cambios importantes, ¿abrirás los ojos?

Bejenke (2000) describe el modo en que la hipnosis puede usarse


para ayudar a los pacientes de cáncer a desarrollar estrategias de afron-
tamiento y de manejo del estrés en la fase de preparación preoperato-
ria, durante la quimioterapia, la radioterapia y los transplantes de
médula ósea. En un estudio reciente, Peynovska et al., (2005) emplea-
ron la hipnoterapia como terapia complementaria a una intervención
oncológica. Se prestó atención particular a los siguientes elementos:

• Manejo de la ansiedad, depresión, ira y frustración.


• Manejo del dolor, la fatiga y el insomnio.
• Manejo de los efectos colaterales de la quimioterapia y de la
radioterapia.
• Visualización para el fortalecimiento de la salud.

Los autores concluyen que la hipnoterapia es un instrumento útil


para fomentar los mecanismos de afrontamiento en los pacientes
oncológicos y que:
TRATAMIENTO DE PROBLEMAS ESPECÍFICOS (2) 311

El mejor momento para ofrecer hipnoterapia a los pacientes oncoló-


gicos es precisamente durante la fase del diagnóstico. De ese modo
los pacientes podrán desarrollar mejores habilidades de afronta-
miento a comienzos del proceso de la enfermedad, lo que les ayuda-
rá a prevenir la aparición de ansiedad severa, depresión y ataques de
pánico. Así mismo cumplirán mejor con el tratamiento y, en general,
dispondrán de una respuesta psicológica más positiva ante la enfer-
medad; lo cual parece ser un buen factor pronóstico con influencia
sobre la supervivencia. (p. 7).

La intensificación de los programas de quimioterapia ha provoca-


do un aumento de la toxicidad en los pacientes oncológicos. Una de las
manifestaciones más comunes, la náusea y los vómitos, es considera-
da como el efecto colateral más estresante y debilitador que experi-
mentan los pacientes (Aapro, 1991). Con demasiada frecuencia estos
síntomas se convierten en inaguantables y los pacientes son física-
mente incapaces de recibir quimioterapia adicional, o están tan angus-
tiados psicológicamente que ellos mismos, o sus familiares, pueden
rechazar los siguientes tratamientos (Laszlo, 1983). Durante la pasada
década, los avances en la comprensión de la fisiología y farmacología
de la nausea y del vómito han permitido un mejor control de estos
síntomas, juntamente con la consiguiente reducción del estrés y de
la ansiedad. Diversos estudios controlados han evaluado la efectividad
de la hipnoterapia para aliviar la nausea y los vómitos provocados
por la quimioterapia en adultos (Cotanch, Hockenberry & Herman,
1985; Walter, Dawson, Mollet, Ratcliffe & Hamilton, 1988; Syrjala,
Cummings & Donaldson, 1992), y en niños (Hawkins et al., 1995). La
investigación ha demostrado que con algunos tratamientos (entrena-
miento en relajación e imaginería guiada) en cada sesión de quimiote-
rapia se van reduciendo gradualmente los efectos negativos mientras
que la hipnoterapia produce una respuesta estable a lo largo del tiem-
po (Walter, Dawson, Mollet, Ratcliffe & Hamilton, 1988; Walter, 2004).
En el próximo capítulo se describen los efectos de la hipnosis para
la reducción del estrés derivado de los procedimientos médicos con
pacientes infantiles.
8 Niños y familias

Érase una vez un pequeño pájaro migratorio que vivía en el bosque


durante el verano. Cuando el tiempo cambió y se enfriaron las tem-
peraturas, el pajarito decidió quedarse también a pasar el invierno en
lugar de volver a casa con su familia. El tiempo empeoró muchísimo
y hacía un frío increíble, y el pajarito pensó que moriría a medida que
se congelaba su pequeño cuerpo. Se sintió muy sólo porque una gran
distancia le separaba de su familia y de sus amigos. Una noche nevó
intensamente y el pajarito se colapsó en la nieve y allí se quedó como
muerto. Poco después una vaca pasó lentamente por ese mismo
lugar, y defecó sobre el pequeño pájaro, calentando su pequeño cuer-
po congelado. Así que comenzó a sentirse más alegre y empezó a piar
su canción favorita. Mientras tanto, un gato en busca de presa pasa-
ba por ahí y escuchó cantar al pájaro. Aunque se quedó un poco per-
turbado por la preciosa melodía que emanaba del montón de heces,
el gato se aproximó cautelosamente hasta el montón y descubrió al
pájaro, tras lo cual lo cazó y se lo comió con mucho gusto.
314 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Hipnoterapia con niños

Trabajar con niños es una tarea extremadamente recompensante


porque estos pacientes suelen ser muy cooperativos y suelen estar
muy dispuestos a entrar en hipnosis. He comprobado que esto ocu-
rre con niños de todas las edades, incluidos los adolescentes. Sin
embargo, debería subrayarse que muchas técnicas hipnóticas que
funcionan con los adultos pueden tener escaso valor para los niños
más jóvenes, porque dichas técnicas se dirigen a sistemas mentales
que aún no se han desarrollado suficientemente (Olness & Gardner,
1988; Olness & Kohen, 1996; Davies & Morgan, 1997). Una diferen-
cia importante es que los niños tienen menos desarrollada la facul-
tad crítica y por lo tanto son más propensos a aceptar las sugestio-
nes que reciben del terapeuta. Davies y Morgan defienden que el
mejor hipnoterapeuta infantil será aquél que disponga de una “com-
prensión profunda del niño, y familiaridad con las aptitudes, psico-
logía, patrones de pensamiento e intereses del grupo de edad apro-
piado”.
Erickson (1958) lo afirmaba sucintamente cuando señalaba:

La hipnoterapia pediátrica no es más que la hipnoterapia dirigida al


niño con pleno conocimiento del hecho de que los niños son perso-
nas jóvenes y pequeñas. Como tales, conciben las palabras de un
modo diferente al adulto. Por lo tanto no difiere la terapia sino el
modo de administrarla.
… Los niños tienen el impulso de aprender y descubrir, y cada
estímulo constituye, para ellos, una posible oportunidad de respon-
der de un modo nuevo. Como el trance hipnótico puede definirse,
con fines de conceptualización, como un estado de mayor conciencia
y responsividad a las ideas, la hipnosis ofrece al niño una nueva área
de exploración. El limitado contexto experiencial infantil, su hambre
de experiencias nuevas y su apertura a los nuevos aprendizajes con-
vierten a los niños en buenos sujetos hipnóticos. Están deseando
recibir ideas y disfrutan respondiendo a ellas –sólo es necesario pre-
sentar tales ideas de un modo que les sea comprensible. (p. 25).
NIÑOS Y FAMILIAS 315

… No es necesario redundar en las explicaciones al niño, sino la


utilización del lenguaje, los conceptos, las ideas e imágenes de las
palabras que sean significativas para ellos en términos de sus propios
aprendizajes. (p. 26).
… Una buena técnica hipnótica es aquella que ofrece a los pacien-
tes, tanto si son niños como si son adultos, la oportunidad de satis-
facer adecuadamente sus necesidades de ese momento, la oportuni-
dad de responder a los estímulos y a las ideas y también la oportuni-
dad de experimentar las satisfacciones de nuevos aprendizajes y
logros. (p. 29).

Bernheim, hace un siglo aproximadamente, se hubiera limitado a


cerrar los ojos del niño y a decirle “Duérmete” de un modo autorita-
rio y seguro. Es muy probable que el niño en cuestión hubiera visto
previamente a otros niños y adultos que habían sido hipnotizados y
consecuentemente él hubiera podido imitar fácilmente la “conducta
hipnótica”.
Antes de usar hipnosis con niños, es necesario que se haya efec-
tuado un chequeo médico y clínico global del problema tratado. Tam-
bién es necesario que el profesional haya generado previamente una
relación de confianza y proximidad con el niño. Con respecto a la par-
ticipación de los progenitores en el tratamiento hipnótico de sus hijos
e hijas hay opiniones divergentes, aunque en mi experiencia su colabo-
ración ha sido extremadamente valiosa. A menudo los progenitores sos-
tienen ideas erróneas sobre la naturaleza de la hipnosis y el terapeuta
necesita corregirlas ofreciendo información y permitiendo que estén
presentes mientras su hijo o hija sea hipnotizado (Gardner, 1990).

Enfoques hipnoterapéuticos generales con niños y niñas

Existen muchos modos de captar la atención de un niño, y el


método seleccionado dependerá de muchos factores, incluidos la
edad y los intereses del niño, así como la naturaleza del problema que
presente. Para las criaturas de corta edad la hipnosis puede descri-
316 HIPNOSIS Y ESTRÉS

birse como la participación en un juego (véase Guión 57), mientras


que a aquellos de más edad se les puede invitar a usar su imaginación
para resolver problemas (Hart & Hart, 1996). En muchos casos el
niño sugerirá el método a utilizar. En una oportunidad presenté a
una niña una familia de conejos –la madre coneja y el padre conejo y
sus dos conejitos. Los conejos representaban una historia que se rela-
cionaba con el problema de la niña (dificultades de sueño). En la con-
versación inicial con la pequeña, se estableció que ella tendría un
número de conejitos de compañía. Olness y Gardner (1988) sugieren
las siguientes inducciones para niños y niñas de diferentes edades:

• Edades 2-4: cuentos y libros de colorear, relato de cuentos,


muñecas y muñecos, imaginar la actividad favorita, etc.
• Edades 4-6: imaginar el lugar o la actividad favorita, relato de
cuentos, imaginar el programa de televisión favorito, etc.
• Edades 7-11: imaginar estar volando en una alfombra mágica,
estar en el lugar favorito, escuchar música, imaginarse sobre
una bicicleta, etc.
• Edades 11+: levitación de brazo y catalepsia, imaginarse inter-
pretando o escuchando música o conduciendo un automóvil,
metáforas adultas de inducción, etc.

En las siguientes páginas se presentan cuatro procedimientos


generales de inducción (Guiones 57-60) y en otras publicaciones pue-
den encontrarse muchas más (p.ej., Gardner, Olness & Kohen, 1996).

Guión 57 – El juego de simulación

Muy bien, me pregunto si puedes pretender ser un roble fuerte. Tus


pies son las raíces del árbol que están firmemente asentadas en la tie-
rra, tu cuerpo es el tronco del árbol y tus brazos son las ramas. Ahora
me gustaría que te fijaras en este brazo (señalando el brazo domi-
nante del niño). Muy bien, ésta es una rama muy fuerte y muy muy
robusta –ves, la rama se está enderezando y está cada vez más rígida,
es tan robusta y está tan tiesa que no se doblará. Piensa para ti mis-
NIÑOS Y FAMILIAS 317

mo, esta rama se está enderezando y fortaleciendo, cada vez está más
tiesa y es más y más fuerte, más tiesa y más fuerte cada segundo que
pasa… Ahora, dentro de poco, voy a pedirte que intentes doblarla,
pero cuanto más lo intentes más fuerte y más rígida estará, de modo
que la rama no llegará a doblarse. Estás preparado ya, entonces, tra-
ta de doblar la rama, inténtalo, y cuanto más te esfuerces por lograr-
lo más rígida y más fuerte será la rama…
¡Eso está bien!... La rama es tan fuerte ahora que es muy difícil
doblarla… Y ahora llega una ráfaga intensa de viento que hará mover
gentilmente a la rama… la ráfaga llega, está aquí, y hace oscilar a la
rama y ahora se dobla suavemente… siente que la rama comienza a
doblarse, fácilmente, sin esfuerzo alguno. Eso está muy bien. (Ahora
se procede del modo que se considere idóneo, por ejemplo, usando la
historia del roble presentada en el Guión 20, Capítulo 4).

Guión 58 – Viendo la televisión (adaptado de Davies & Morgan, 1997,


p. 89).

Me pregunto cuál es tu programa favorito de televisión. ¿Podrías


decirme algo sobre él?... En este despacho no tenemos un televisor,
pero disponemos de esta silla especial. Si te sientas en ella y cierras
los ojos podrás ver una pantalla de televisor y en ella podrás ver a tus
personajes favoritos. No sé si podrás avanzar a un nuevo episodio o
si repetirás uno que ya hayas visto anteriormente…, ¿quisieras inten-
tarlo y después contarme?... No quiero interferir con tu disfrute del
programa hablando yo demasiado, ni haciéndote hablar a ti… por
ello me bastará con que asientas con la cabeza o con que digas sua-
vemente “sí” o “no” ante las preguntas que te formule. ¿Entiendes?...
En breve serás capaz de ver la televisión… asiente con la cabeza
cuando la veas… ahora puedes seleccionar el canal que quieras ver…
y ahora puedes empezar a disfrutar del programa… eso está bien.
(Con niños de más edad el terapeuta puede continuar con la estrategia
de resolución del problema).
Dentro de poco el programa se acabará y vamos a cambiar de
canal. Tú avanzarás a un nivel aún más profundo. Verás un progra-
ma que te mostrará cómo superar ese problema y cómo librarte com-
318 HIPNOSIS Y ESTRÉS

pletamente de él… Tu programa favorito ha finalizado ahora y voy a


cambiar de canal. Vas a seguir sintiéndote aún más tranquilo, y aho-
ra estás viendo el programa que muestra qué está ocasionando ese
problema, y con qué facilidad te estás librando de él… la imagen es
cada vez más clara… lo estás entendiendo, y te estás dando cuenta de
que estás superando completamente el problema. Y cuando quieras,
puedes volver otra vez a tu programa favorito o quizá prefieras ver
una película de video.

Una vez que el niño esté entretenido con el programa de televisión


el terapeuta puede introducir ideas que se relacionen con el objetivo
terapéutico. Es importante que el terapeuta se relacione bien con el
niño y que pueda crear historias imaginativas terapéuticamente
orientadas dentro del contexto inicialmente generado, es decir, el pro-
grama de televisión. También debería añadirse que cuando los niños
se imaginan viendo su programa favorito en la televisión, son capaces
de reorganizar su experiencia de lo que está ocurriendo (p.ej., un pro-
cedimiento doloroso) y disociarse de él (p.ej., el dolor).

Guión 59 – La alfombra mágica

Imagina que vas de picnic con tu grupo de personas favoritas a un


lugar especial donde haréis el picnic. Tú tienes tus preferencias de
comida y de bebida. Puedes ver tus alimentos preferidos, saborearlos,
olerlos… Disfrutas jugando con tus familiares y amigos, puedes ver
una alfombra extendida en el suelo. La alfombra es de tu color favo-
rito, es blanda y suave. Puedes sentarte o tumbarte sobre ella…
Imaginemos que es una alfombra mágica, que puede volar al lugar
que tú quieras y que tú eres el piloto. Tú estás al control. Puedes volar
a pocos centímetros del suelo, justo por encima de la hierba, o más
alto incluso por encima de los árboles si lo prefieres. Tú eres el pilo-
to. Puedes ir donde quieras y tan rápida o lentamente como tú lo pre-
fieras, sólo pensando en ello. Puedes aterrizar y visitar a tus familia-
res y amigos… o puedes aterrizar en el zoo o en la playa, o en cual-
quier otro lugar que te apetezca. Tú eres el piloto y tú estás al cargo.
Puedes volar al ras de los árboles y observar pájaros en su nido.
NIÑOS Y FAMILIAS 319

Puedes aumentar la velocidad y reducirla… Disfruta yendo a donde


quieras. Tómate todo el tiempo que necesites para sentirte cómodo y
bien. Cuando estés preparado puedes buscar un lugar bonito, cómo-
do y agradable y aterrizar allí con tu alfombra mágica. Cuando hayas
aterrizado, házmelo saber elevando uno de tus dedos. Y puedes seguir
volando en tu alfombra mágica cuando lo desees, quizá cuando de-
sees dormirte o en los momentos en los que quieras pasártelo bien.

Guión 60 – La técnica de la moneda: un enfoque de fijación ocular

Se da al niño o niña una moneda brillante para que la sostenga en


la mano. He comprobado que las monedas extranjeras son muy úti-
les para este fin.

Mira la moneda y fíjate qué es lo que tiene en ambas caras. ¿Sabes


a qué país corresponde? (Tendiendo en cuenta la edad del niño
o niña se le puede dar información adicional). Una vez hecho esto
puedes quedarte con ella, si quieres. Sostenla entre tus dedos ín-
dice y pulgar y sigue manteniéndola así, con tu brazo extendido,
mientras prestas atención a mi voz. Ahora va a ocurrir una cosa
interesante. En pocos segundos notarás que el brazo comienza a
ser más y más pesado y al mismo tiempo lo sientes como relajado
y cómodo. Y mientras percibes la creciente sensación de bienestar
en ti, ese brazo comienza a pesar cada vez más y sientes como si la
mano y los dedos fueran pesos de plomo –tan pesados, tan cómo-
dos y tan relajados– y tan pronto como la moneda caiga de entre tus
dedos y toque el suelo entrarás en un maravilloso sueño profundo.
La buscaremos más tarde para que puedas llevártela a casa. Pero
por ahora puedes limitarte a disfrutar de esta experiencia en la que
comienzas a sentir tus brazos, manos y dedos maravillosamente
pesados, mientras tú entras en un mágico trance cada vez más pro-
fundo. Todo lo que te diga puede ir hasta esa parte profunda de ti
que controla tu conducta (se vincula al problema que esté siendo tra-
tado). Eso está bien… y ahora mientras comienzas a sentirte cada
vez más ligero puedes flotar de vuelta hasta este recinto. ¿Te has
divertido? Ahora podemos buscar la moneda.
320 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Relato de historias

El empleo de los relatos es una estrategia muy favorable al traba-


jar con niños (Mills & Crowley, 1986; Crowley & Mills, 1986; Hart &
Hart, 1996; Thompson, 2005; Zinder, McDermott, Cook & Rapoff, en
imprenta). Los cuentos, como Hänsel y Gretel, se refieren a una
amplia gama de emociones y problemas humanos útiles para ayudar
a los niños a manejar sus temores y a instaurar en ellos la sensación
de esperanza (Bettelheim, 1991). Los terapeutas pueden recurrir a
cuentos estandarizados, temas de cuentos de hadas (Mantle, 1999;
2001), ciencia ficción, modificar los relatos existentes o crear sus pro-
pias narraciones. Mills y Crowley afirman que los niños responden
espontáneamente y no tratan de imaginarse la historia que se esté
presentando. A los niños de más corta edad se les puede permitir que
coloreen y jueguen mientras se les narre la historia porque se asume
que su mente inconsciente extraerá sentido de ella en relación a la
resolución del problema presente. Mills y Crowley (1986, p. 64) sugie-
ren que las características centrales de los cuentos efectivos son:

• Disponer de un tema con conflicto metafórico en relación al


protagonista.
• Contener héroes o ayudantes.
• Contener situaciones de aprendizaje paralelas a las del niño,
situaciones en las que el protagonista tiene éxito.
• Presentar una crisis que el protagonista resuelva satisfactoria-
mente.
• Desarrollar un nuevo sentido de identificación para el protago-
nista como consecuencia de su victoria.
• Culminar con una celebración en la que se reconoce el valor
especial del protagonista.

Los cuentos tradicionales como El patito feo o El mago de Oz con-


tienen todos estos elementos.
Los niños se enfrentan a muchas situaciones estresantes en sus
vidas cotidianas y a menudo experimentan reacciones psicosomáti-
NIÑOS Y FAMILIAS 321

cas y conductuales que son motivo de preocupación para ellos mis-


mos y sus familias. En las siguientes páginas se presentan seis áreas
relacionadas con la ejecución académica, los procedimientos médi-
cos estresantes, las dificultades de sueño, la enuresis nocturna, los
problemas dermatológicos y la imagen corporal. Aunque aquí se
subraya el trabajo que se realiza con los niños y niñas, muchos de los
enfoques pueden adaptarse a los adultos con similares problemas vin-
culados al estrés.
Descripciones globales y completas relativas a los enfoques hipnó-
ticos con niños pueden encontrarse en Olness y Gardner (1988),
Wester y O’Grady (1991) y Gardner et al. (1996).

Problemas académicos

Durante la infancia media y alta los niños y niñas comienzan a


experimentar cada vez mayor presión académica, con demandas
cada vez mayores para ejecutar exámenes y pruebas interminables,
que muchas veces suelen originar estrés. Esto puede llevarles a una
pérdida de la auto-estima, a generar dificultades de sueño u otros
problemas conductuales y psicosomáticos. Al mismo tiempo que se
interviene con los niños, también suele ser conveniente implicar tan-
to a los progenitores como al centro educativo en el proceso. Nath y
Warren (1995) describen un programa educativo implementado en
cuatro centros de educación secundaria que ayudó a los estudiantes
a comprender la naturaleza del estrés y a aprender estrategias prácti-
cas para afrontarlo. Se emplearon diversos ejercicios de hipnosis/rela-
jación incluido el “procedimiento de la vacación mental” (Stanton,
1989). El procedimiento, que consiste en cinco pasos, ya se ha des-
crito en el Capítulo 4. En general, los resultados indicaban que los
niños implicados en el programa sentían menor ansiedad, aunque se
desconoce en qué medida influyó la hipnosis a este resultado. El
autor ha trabajado satisfactoriamente con niños y con adultos jóve-
322 HIPNOSIS Y ESTRÉS

nes combinando las estrategias de fortalecimiento del ego, el estable-


cimiento de objetivos, el establecimiento de contratos, el relato de
historias y la metáfora. Ejemplos adicionales de intervenciones hip-
nóticas pueden encontrarse en Hammond (1990a, pp. 433-64)

Enuresis nocturna

La enuresis puede presentar una génesis y etiología complejas


(Carr, 1999, p. 214), es probable que la enuresis diurna, es decir, enu-
resis primaria (Baumann, 1981), sea un problema orgánico y uroló-
gico, mientras que la enuresis secundaria, en su origen, suele ser el
resultado de la angustia emocional o del estrés existente en la vida del
niño (Wester & O’Grady, 1991). Olness y Gardner (1988) sugieren que
la cirugía, la muerte de un animal de compañía y el inicio del curso
escolar pueden ser causa para la aparición de enuresis. La posibilidad
de tratamiento mediante la hipnosis se contempla como última alter-
nativa, cuando otros métodos ya hayan sido probados previamente.
Los enfoques hipnóticos diseñados para eliminar el síntoma pueden
ser suficientes, aunque se reconoce que también puede ser necesaria
una exploración dinámica adicional de los problemas familiares o
escolares (Gibson & Heap, 1991). La implicación constructiva de los
progenitores en el tratamiento de la enuresis nocturna puede facilitar
el uso de la auto-hipnosis por parte del niño sin ser instrusivos o sin
minar su autonomía, aunque algunos niños se resisten a la auto-hip-
nosis precisamente por tal “interferencia” parental (Kohen, Olness,
Colwell & Heimel, 1984). Las evaluaciones de los tratamientos hip-
nóticos indican resultados diferentes, pero las probabilidades de éxi-
to son mayores cuando la hipnosis se combina con otros enfoques;
por ejemplo, el tratamiento médico, la instrucción de los progenito-
res y las técnicas conductuales. Sin embargo, a pesar de la variedad
de informes y resultados, parece obvio que la hipnosis influye en el
tratamiento de la enuresis nocturna.
NIÑOS Y FAMILIAS 323

Debería subrayarse que todos los niños mojan la cama en algún


momento, por ello la enuresis puede considerarse como una variante
evolutiva hasta los seis años de edad aproximadamente, salvo que el
niño comience a mojar la cama tras haberla mantenido seca ininte-
rrumpidamente durante seis meses.
Se pueden combinar los métodos hipnóticos tradicionales para
la eliminación de síntomas con el uso del fortalecimiento del ego,
las sugerencias directas, las historias y las metáforas. Elkins y Carter
(1981) desarrollaron y usaron su propia técnica de una metáfora de
ciencia ficción en tres casos de aparición de enuresis secundaria.
En cada caso se invitaba al niño a imaginar que iba de viaje en una
nave espacial donde se encontraba con los personajes y los sucesos
que necesitaba para resolver su problema. Se demostró efectivo tan-
to para la inducción al trance como para el tratamiento. Erickson
(1952a) y Hammond (1990a, pp. 489-98) presentan ejemplos adi-
cionales.
El enfoque general que se presenta a continuación ha sido emplea-
do por el autor del presente libro con bastantes niños. Sin embargo
debería ser adaptado según la edad y las circunstancias de cada niño.

Guión 61 – Enuresis nocturna

Veamos, en mi bolsillo tengo una moneda mágica y muy especial


que puede ayudarte a superar las dificultades que tienes por las
noches y mientras duermes… ¿te gustaría verla? Eso está bien… pue-
des ver que por una cara está el busto de una reina y por la otra la de
un león que parece muy fuerte y poderoso… La reina vive en un gran
palacio cuyos alrededores están protegidos por centinelas que la
mantienen segura… y si surgieran problemas durante la noche enton-
ces ellos la despertarían… y después podría volver a dormirse sabien-
do que todo está bien y que cuando se despierte por la mañana se sen-
tirá bien y cómoda… y algunas veces su perro la ayuda también y
ladra para despertarla cuando es necesario.
324 HIPNOSIS Y ESTRÉS

… ¿Crees que tu perro podría despertarte mientras duermes y si


necesitas ir al aseo?... Quizá te preguntes si esto puede ocurrir real-
mente… Quiero que frotes gentilmente la moneda y mientras lo
haces puedes advertir que tus ojos comienzan a cerrarse de sueño y
cansancio… y puedes dejar que se cierren mientras escuchas esta
historia… Érase una vez un niño pequeño que tenía un perro muy
especial para cuidarlo durante el día y también por la noche mien-
tras dormía… cuando el niño necesitaba ir al aseo por la noche
mientras dormía el perro ladraba y lo despertaba y le decía que
debía ir al baño… después el niño volvía a su cama caliente y por la
mañana su madre solía estar encantada de que él tuviera una agra-
dable cama seca, y por eso él… ¿Quizá podría ayudarte tu perro del
mismo modo…, le preguntamos?... Yo le preguntaré ahora mientras
tú me escuchas. Bien Tobi (el perro), me gustaría que ayudaras a tu
amigo David del siguiente modo… mientras él duerme por la noche
quiero que estés en guardia permanente para que él se mantenga
caliente y cómodo… cuando adviertas que su vejiga se está llenan-
do, quiero que ladres y lo despiertes para que pueda ir al aseo… ¿lo
harás, por favor?... He contado a Tobi cuál es el plan y ha accedido
a colaborar. Y cuando tu otra mente sepa que puede escuchar a Tobi
mientras duermes… y sepa que Tobi te cuidará, ¿se moverá uno de
tus dedos o flotará tu mano en el aire por sí misma?... Eso es fan-
tástico… ¡Bien hecho! Y esto es lo que quiero que hagas cuando
estés preparado para irte a la cama… frotarás la moneda mágica y
te dormirás rápidamente porque sabrás que Tobi te despertará
cuando necesites ir al aseo… y te despertarás por la mañana sin-
tiéndote seco y cómodo… y no tardarás en comprobar que tu cama
está seca todas las mañanas y te sentirás realmente bien por haber-
lo logrado por ti mismo.

Cualquier enfoque para lograr no mojar la cama puede combinar-


se con un sistema de recompensas. En el departamento de pediatría
de un hospital local se trataron los problemas de enuresis satisfacto-
riamente mediante la hipnosis tradicional (fijación ocular y levitación
de brazo), relajación, sugerencias directas, imaginería, fortalecimien-
to del ego y un sistema de economía de fichas.
NIÑOS Y FAMILIAS 325

Procedimientos médicos estresantes

Se han publicado informes de estudios que evalúan los efectos de


la hipnosis y de la imaginería guiada en procedimientos médicos
estresantes con niños (p.ej., Lambert, 1996). Lambert concluía que la
imaginería guiada reducía las valoraciones del dolor post-operatorio,
reducía los tiempos de recuperación, conllevaba una estancia más
corta en el hospital y reducía la ansiedad. Se han desarrollado
muchos estudios con niños que padecen cáncer y a estos estudios nos
referiremos en los siguientes párrafos.
Aunque el cáncer no siempre es doloroso por sí mismo, los niños
que lo padecen se someten a numerosas intervenciones dolorosas
para el diagnóstico, terapia y atención posterior, intervenciones entre
las que se incluyen las punciones lumbares, la aspiración de médula
ósea y la biopsia (Hilgard & LeBaron, 1984b). Los niños consideran
las intervenciones dolorosas como la parte más difícil de padecer cán-
cer y la repetición frecuente de las intervenciones no los desensibili-
za a la angustia (Weekes & Savedra, 1988; Fowler-Kerry, 1990).
Aunque el dolor vinculado a la intervención se considere muchas
veces como simple, puede causar mucho sufrimiento, pérdida de con-
trol y deterioro de la calidad de vida. Por lo tanto, es esencial que el
tratamiento del sufrimiento incluya la atención y el manejo del dolor
y de la angustia asociados a los procedimientos de intervención.
Muchos de los datos disponibles sobre el manejo del dolor vinculado
a las intervenciones se refieren a tratamientos farmacológicos más
que a tratamientos psicológicos (adjuntos).
Aunque la hipnosis suele usarse en la práctica clínica, los estudios
controlados sobre los procedimientos clínicos son escasos y han pro-
ducido resultados equívocos y contradictorios (Genios, 1995; Liossi &
Hatira, 1999; Wild & Espie, 2004). En un documento clásico sobre la
eficacia de la hipnosis para la reducción del dolor durante las aspira-
ciones de médula ósea, Hilgard y LeBaron (1982) hallaron que el uso
de la hipnosis era satisfactorio para aliviar el dolor en 15 de 24 niños
cuyas edades oscilaban entre los 6 y los 10 años. Zeltzer y LeBaron
326 HIPNOSIS Y ESTRÉS

(1982) que trataron a 27 sujetos sometidos a aspiraciones de médula


ósea y a 22 sometidos a punciones lumbares con técnicas hipnóticas y
no hipnóticas (p.ej., respiración profunda) hallaron una reducción sig-
nificativa del dolor con ambas técnicas, siendo las hipnóticas las más
efectivas. Kellerman, Zeltzer, Ellenberger y Dash (1983) demostraron
que la hipnosis reducía significativamente el dolor y la ansiedad por
debajo de la línea base en una variedad de procedimientos médicos,
entre los que se encontraron nueve aspiraciones de médula ósea, dos
punciones lumbares y siete inyecciones intramusculares. Unos pocos
estudios (p.ej., Katz, Kellerman & Ellenberg, 1987; Wall & Womack,
1989) hallaron que la hipnosis era significativamente útil pero no más
que otras intervenciones cognitivo-conductuales no hipnóticas. Los
informes relativos al empleo de enfoques ericksianos de hipnosis con
pacientes pediátricos hematológicos/oncológicos son muy escasos,
aunque su aplicabilidad se comenta en Jacobs, Pelier y Larkin (1998).
Hawkins, Liossi, Hatira, Ewart y Kosmidis (1998) evaluaron el uso
de la hipnosis en el manejo del dolor durante punciones lumbares
pediátricas. Treinta niños con leucemia y linfoma no-Hodgkin que
eran sometidos a punciones lumbares regulares fueron “hipnotiza-
dos” usando técnicas de imaginería visual (lugar favorito, actividad
favorita). Tras bastantes minutos de implicación hipnótica recibieron
sugerencias directas o indirectas. La sesión finalizó con una sugeren-
cia post-hipnótica según la cual la experiencia hipnótica se repetiría
en la misma sala del tratamiento y confortaría al paciente durante la
punción lumbar. Las punciones lumbares reales fueron programadas
para los siguientes cinco días. En el momento predeterminado, el
terapeuta acompañó al niño a la sala de tratamiento. Durante la pre-
paración de la punción lumbar, se animaba al niño a entrar en hip-
nosis y mediante el procedimiento de implicación hipnótica se le ani-
maba activamente. Los resultados indicaban que la hipnosis era una
estrategia efectiva para el manejo del dolor durante las intervenciones
de punción lumbar sin diferencias significativas entre la eficacia de
las sugerencias directas e indirectas. Hart y Hart (1998) añaden
comentarios adicionales muy interesantes en su informe.
NIÑOS Y FAMILIAS 327

En un documento reciente, Wild y Espie (2004) revisan sistemáti-


camente la investigación dirigida en el campo del manejo del dolor
vinculado a procedimientos médicos de oncología pediátrica dentro
del contexto de marco global (a nivel estatal) para la evaluación de
pruebas empíricas. Concluyen que en la actualidad no hay suficientes
pruebas para recomendar que la hipnosis forme parte de las pautas
de prácticas más idóneas en esta área clínica. Sin embargo, también
concluyen que existen pruebas suficientes que justifican la realiza-
ción de estudios apropiadamente controlados a gran escala.

Problemas de sueño

Los problemas de sueño con niños suelen estar fundamentados en


dificultades familiares diversas entre las que se encuentran la reduc-
ción en el número y calidad de las interacciones sociales de apoyo, la
depresión parental, la discordia marital, el deterioro de las relaciones
progenitores-niño, y éstas influyen también sobre la memoria y la eje-
cución académica (Stores, 1996). Los problemas de sueño más fre-
cuentemente hallados son las dificultades para conciliar el sueño y el
número de veces que se despierta por la noche, seguidos por pesadi-
llas, terrores nocturnos, sonambulismo, problemas respiratorios e
hipersomnia (es decir, adormecimiento diurno excesivo no justifica-
do por la cantidad de sueño inadecuado ni por la transición prolon-
gada entre los intervalos en los que permanece despierto). Ferber y
Kryeger (1995), Schaefer (1995) y Stores (1996) presentan explicacio-
nes exhaustivas de este problema.
Existen muchos ejemplos de casos en los que la hipnosis se ha
empleado satisfactoriamente para el tratamiento de trastornos del
sueño en niños (Olness & Gardner, 1988; Hartland, 1989; Hammond,
1990a; Wester & O’Grady, 1991; Kohen, Mahowald & Rosen, 1992;
Kingsbury, 1993; Ford, 1995; Howsam, 1999). Los procedimientos
usados en el de tratamiento incluyen los extraídos de los enfoques tra-
dicionales más directos así como de los ericksonianos o los natura-
328 HIPNOSIS Y ESTRÉS

listas. Por ejemplo, Carr (1999) se ha referido al empleo de enfoques


de imaginería guiada para ayudar al niño a relajarse. Este autor pide
al niño que imagine una puesta de sol y al viento desapareciendo o a
un pájaro que se distancia progresivamente.
Karle y Boys (1987) describen varios enfoques a través de los cua-
les a los niños que experimentan pesadillas se les puede ayudar a con-
trolar el contenido y la progresión del sueño (pp. 176-77). Hearne
(1993) sugiere que la hipnosis puede utilizarse a fin de convertir las
pesadillas en sueños lúdicos, aunque su trabajo no especifica si esto se
hizo con adultos o con niños. En un estudio desarrollado parcialmen-
te por el autor (Hawkins & Polemikos, 2002) se indicaba que la hip-
nosis era satisfactoria para resolver trastornos del sueño en niños
pequeños que estaban considerablemente estresados a consecuencia
de pérdidas familiares graves. Ninguno de los niños había sido diag-
nosticado con un problema psiquiátrico, pero todos ellos presentaban
dificultades vinculadas al sueño, a las relaciones, a las tareas escolares
y a la conducta social. El estudio se centró en cuatro aspectos (Bartley
& Beaumont, 1998): dificultades al acostarse, número de noches des-
piertos durante la última semana, tiempo para volver a establecerse en
la propia cama y frecuencia de pesadillas o terrores nocturnos. Se apli-
có un nuevo paradigma de metodología de investigación (Reason &
Rowan, 1981; Reason, 1994; Heron, 1996) que conllevaba la participa-
ción colaboradora del experimentador y de los sujetos (niños).
Durante la primera parte de la sesión (15 minutos aproximada-
mente) los niños podían jugar o leer, seguido por un “juego” en el que
por turnos contaban al grupo algunas cosas buenas sucedidas a lo lar-
go de la semana. A cada niño o niña se le pedía también que dijera
cuál era su animal favorito y si tenía o no animales de compañía en
casa. A continuación se les animó a dibujar su “problema de sueño”
seguido por una breve descripción de la representación. Todos los
participantes manifestaron experimentar sueños malos y pesadillas y
la mayoría de ellos manifestaba que esto era algo cotidiano. También
se hicieron referencias a las dificultades al acostarse, a despertarse
frecuentemente, a sentirse amedrentado por la oscuridad, a “ver”
NIÑOS Y FAMILIAS 329

caras o sombras en la oscuridad, a escuchar ruidos o voces “amena-


zantes” y camas cambiantes, etc. Se sugirió al grupo que les sería
posible dormirse y permanecer dormidos con sueños agradables y
divertidos a lo largo de toda la noche para que no se despertaran
mientras dormían (salvo que tuvieran necesidad de ir al aseo). Se les
explicó que para lograrlo tendrían que participar en cierta prepara-
ción y práctica a fin de que fuera más efectivo. Se les enseñó un méto-
do de auto-hipnosis (“juego del sueño”) utilizando su lugar favorito y
el “guía interior” (Jaffe & Bresler, 1980). Los niños seleccionaron su
lugar favorito, como parte de un juego, antes de efectuar la hipnosis.
Se seleccionó este enfoque porque el intervalo de edad y de intereses
del grupo era bastante diverso, y porque era mucho más apropiado el
manejo de la ansiedad que el manejo del contenido de los sueños para
la situación grupal. Se les ofrecieron las siguientes instrucciones:

Guión 62 – Trastornos del sueño en niños: la nube-coche mágica

Vamos, cierra los ojos como si fueras a dormir para que empieces a
sentir adormecimiento… puedes notar que te sientes muy ligero y
quizá una sensación hormigeante como si estuvieras sentado sobre
un enorme balón de lana.
… Y como te sientes ligero puedes notar que el hobillo de lana es
como una nube blanca y vellosa… ¿Te gustaría trasladarte a tu lugar
exterior especial o favorito y seguro?... Después todo, lo que necesitas
hacer es imaginar que tu lanosa nube flotante es una nube-coche mági-
ca. Puedes conducir este coche con facilidad y llevarlo hasta tu lugar
favorito… aterrizas con tu coche… ¿Qué ves a tu alrededor? ¿Qué pue-
des oír?... ¿Hace calor o frío?... Ahora, mientras miras a tu alrededor
descubres a un animal amigo (quizá sea el que tienes en tu casa) que
se acerca a ti. Mientras acaricias al animal cariñoso sientes muchísimo
sueño y sabes que puedes ir a dormir y disfrutar de todos tus sueños.
Y si te despiertas durante la noche, recordarás cómo ir a tu lugar segu-
ro rápida y fácilmente en tu nube coche… Y cuando llegues a tu lugar
especial ya sentirás somnolencia y tendrás ganas de dormirte, te senti-
rás relajado y feliz.
330 HIPNOSIS Y ESTRÉS

… Y, cuanto más practiques, quizá ni siquiera te des cuenta de


que ya no te despiertas cuando vas a tu lugar especial… y allí apren-
derás a dormir bien durante toda la noche con sueños divertidos.
Cuando te despiertes por la mañana te sentirás muy despabilado y
refrescado y estarás deseando de empezar a hacer todas las cosas del
día. (Adaptado de Ford, 1995, pp. 204-205; Hammond, 1990a, pp.
253-56).

Los niños practicaron esto a solas y fueron instruidos para que lo


hicieran cada noche antes de acostarse. El feedback de los niños suge-
ría que respetaban la idea general del “guión”, aunque había “inter-
pretaciones” considerables.
Durante el segundo encuentro, el consenso general del grupo fue
que:

• El “juego del sueño” les ayudaba a conciliarlo.


• Cuando se despertaban sentían menos miedo y volvía a dormir-
se fácilmente (un niño).
• Tenían menos sueños malos (un niño de 8 años de edad mani-
festó que podía controlar sus sueños y “hacerlos” buenos).
• Se sentían mejor por la mañana (un niño).

También hubo algunas indicaciones sobre la mejoría en otros


aspectos de su vida, como las tareas escolares. Cinco miembros del
grupo dijeron sentirse menos cansados en la escuela y que deseaban
ir allí.

Problemas dermatológicos

Se ha comprobado que el estrés es un factor que exacerba el ecze-


ma infantil (Koblenzer, 1988). La misma enfermedad de la piel puede
generar un estrés considerable como consecuencia de la vergüenza, la
preocupación sobre la auto-imagen, la reducción de la auto-estima, la
ansiedad, las dificultades de sueño y el posible aislamiento social
NIÑOS Y FAMILIAS 331

(Daud, Sarralde & David, 1993; Morgan, McCreedy, Simpon & Hay,
1997). Hay algunos pocos estudios sobre el papel que desempeña la
hipnosis en el tratamiento del eczema. Sokel, Lansdown, Atherton,
Glover y Knibbs (1993) compararon la hipnoterapia, el biofeedback y
la discusión en el tratamiento del eczema infantil atípico. Los resulta-
dos mostraban que la cantidad de piel dañada se reducía en los gru-
pos de hipnosis y biofeedback, siendo las chicas del grupo de hipnosis
las que obtenían los mejores resultados.
A consecuencia de los problemas sociales y emocionales que se
derivan del eczema, es idóneo el uso de las técnicas de fortalecimien-
to del ego a fin de aumentar la seguridad del niño en sí mismo, su
auto-estima y sus sentimientos de dominio y autonomía. Esto puede
hacerse mediante metáforas e historias. Por ejemplo, Mantle (2002)
recurría a un cuento tradicional del siguiente modo:

La paciente sufre de eczema pero, a pesar de esto, ella es selecciona-


da por el rey para acompañarlo cada vez que sale a repartir limosna
a los pobres. La paciente siente que los copos de nieve, al caer, refres-
can y suavizan el eczema de su cara y, a sugerencia del rey, aplica la
nieve en sus brazos y piernas. Tan pronto como lo hace, percibe la
sensación de bienestar que se derivada del efecto de frescor y ya no
siente picazón en la piel. De vuelta al castillo, la paciente descubre
que cada vez que quiere rascar su piel, piensa en la nieve e inmedia-
tamente la piel se suaviza y desaparece la irritación. A consecuencia
de esto la paciente se relaja y no le preocupa desvestirse frente a otros
pacientes, se siente más segura de sí misma y disfruta participando
con ellos en los juegos. Además también descubre que duerme mejor
por las noches y, en consecuencia, al día siguiente es más capaz de
aprender en la escuela.

Son muchos los tratamientos disponibles que se han comprobado


efectivos para los problemas dermatológicos, y la hipnoterapia puede
ser un procedimiento adjunto muy útil. El Caso 5 presentado en el
Capítulo 7 ofrece ejemplos de intervenciones hipnoterapéuticas múl-
tiples.
332 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Trastornos alimentarios e imagen corporal

Los trastornos alimentarios son frecuentes en una cultura cada


vez más obsesionada por la comida rápida, las dietas y la imagen cor-
poral, la moda y el culto a la celebridad. A los adolescentes también
les pueden preocupar las actividades deportivas y artísticas que
subrayan la delgadez y la competición. La insatisfacción con el cuer-
po y la tendencia a hacer dietas puede llevarnos a conductas alimen-
tarias insanas y peligrosas, de las que pueden derivarse trastornos ali-
mentarios como la bulimia nerviosa y la anorexia nerviosa. Las niñas
adolescentes son particularmente propensas a desarrollar problemas
alimentarios. Sin embargo, a los chicos también les preocupa la for-
ma y el peso corporal. A menudo hay una preocupación excesiva por
los alimentos y la imagen corporal que genera estrés y ansiedad así
como patrones de alimentación insanos.
Los trastornos alimentarios suelen asociarse, con frecuencia, a
sentimientos de indefensión, tristeza, ansiedad y la necesidad de ser
perfecto. Esto puede ocasionar que la persona recurra a las dietas y a
la pérdida de peso para restablecer su sensación de control y estabili-
dad. El estrés familiar, el manejo de las transiciones vitales como la
muerte de familiares, el bulling en el centro escolar, todos ellos pue-
den contribuir al desarrollo de trastornos alimentarios. Entre los pro-
blemas asociados podemos encontrar la depresión, el trastorno obse-
sivo compulsivo, el consumo de sustancias o las auto-lesiones.
Como los trastornos alimentarios suelen ser una combinación de
problemas médicos y psicológicos, el tratamiento suele implicar el
trabajo en equipo del médico, del nutricionista y del psicólogo
(Siegel, Brisman & Weinshal, 1997). Del mismo modo que con pro-
blemas de alimentación menos graves, el profesional puede hacer uso
de la hipnosis mediante el fortalecimiento del ego para mejorar la
confianza en sí mismo del paciente, la auto-imagen y la imagen cor-
poral, el manejo de la ansiedad así como los enfoques hipnoanalíticos
y la terapia familiar cuando se considere oportuna.
NIÑOS Y FAMILIAS 333

Hipnoterapia con familias y parejas

Generalmente, la hipnosis clínica se usa en consultas individuales.


Sin embargo, en el contexto de la terapia familiar y de pareja, el tra-
bajo de hipnosis puede desarrollarse de diversos modos (Hawkins,
1994d):

• Psicoterapia individual
• Hipnoterapia individual dentro de la familia o la pareja. En este
caso el terapeuta trabaja con un miembro de la familia (en tran-
ce) permaneciendo la familia o la pareja presentes (posible-
mente en trance). Esto recurre también al principio terapéutico
de la “imaginación pasiva”, que puede conducir a cualquier
miembro de la familia a experimentar una abreacción emocio-
nal (silenciosa), o a lograr insight o auto-conocimiento median-
te la “resolución consciente e inconsciente de problemas”.
• Hipnosis del “grupo” familiar, en la que el terapeuta trata a toda
la familia o a la pareja al mismo tiempo, mediante el uso de
alguna forma de relajación o fantasía grupal guiada. En este
caso todos los miembros de la familia imaginan “activamente”,
lo que puede llevarlos a insights espontáneos o a abreacciones
en algunos miembros de la familia. Algunos terapeutas asumen
también que cada individuo iniciará un proceso de búsqueda
inconsciente.
• Facilitación de la sincronía ultradiana (Rossi & Nimmons,
1991), mediante la cual los miembros de la familia llegan a ser
más conscientes de las claves del estrés ultradiano en la men-
te-cuerpo del otro, y acompasan sus ritmos circadianos y ultra-
dianos.

Independientemente del modo de terapia desarrollado, tenderá a


presentar un foco individual, tanto si la persona es atendida a solas o
en el grupo familiar. Es importante reiterar aquí que la hipnosis sue-
le entenderse como una estrategia facilitadora o catalítica que pro-
porciona un “contexto terapéutico” en el que se introducen las estra-
334 HIPNOSIS Y ESTRÉS

tegias primarias de “terapia familiar”. En otras palabras, las personas


que practican hipnosis son, en primer lugar, los profesionales entre-
nados a quienes el empleo de la hipnosis puede fortalecer sus propias
habilidades profesionales. Por ejemplo, los terapeutas de familia que
deseen examinar algunos de los conflictos ocultos de una familia
podrían recurrir a los procedimientos hipnoanalíticos (p.ej., señaliza-
ción ideodinámica o análisis de sueños) a fin de lograrlo. Sin embar-
go, habiendo descubierto cierto material, el terapeuta necesitará
hacer uso de todas sus destrezas profesionales como terapeuta de
familia para ayudar a la familia a usar tales “insights” para lograr los
objetivos terapéuticos.
Aunque Erickson nunca menciona el trabajo con familias o siste-
mas, muchos terapeutas de familia reconocen sus contribuciones (p.ej.,
Haley, 1973; Lankton & Lankton, 1986; Madanes, 2001). Muchos de
los enfoques hipnoterapéuticos “tradicionales” pueden ser fácilmente
adaptados para trabajar con familias y pueden combinarse sin difi-
cultad con enfoques ericksonianos. Las sugerencias indirectas y las
metáforas pueden emplearse para estimular la actividad y los recur-
sos inconscientes a fin de fortalecer el ego, manejar el estrés, detectar
la función de los síntomas y resolverlos, tomar decisiones y estable-
cer objetivos.
El terapeuta ayuda a la familia a “construir” imágenes positivas
relacionadas con las conductas que la familia ha seleccionado con-
sensuadamente. El resultado es que todos los miembros se sienten
más seguros, con mejoría en la auto-imagen e imagen corporal y con
más sentimientos de esperanza y optimismo sobre la resolución del
problema. Un presupuesto básico es que la familia dispone de las res-
puestas para sus problemas (“la respuesta está dentro de la familia”,
es decir, ya se conoce “inconscientemente”), y que el terapeuta puede
facilitar un proceso de búsqueda inconsciente para ayudar a la fami-
lia a “encontrar” y actualizar este potencial interior. Es probable
también que la familia llegue a ser más creativa como resultado del
“trance grupal” y por lo tanto será capaz de considerar diferentes
estrategias para resolver sus problemas “familiares”. Se pueden asig-
NIÑOS Y FAMILIAS 335

nar tareas para casa prescritas para que toda la familia las ejecute por
individual o en grupo. Debería animarse a toda la familia a mantener
registros diarios de los sueños, pensamientos inesperados, imágenes
y sentimientos. Materiales que después serán “elaborados” durante
las sesiones de terapia familiar.

Caso 6 – Hipnosis en terapia familiar

La paciente era una joven bulímica de 16 años de edad que vivía


con sus progenitores, un hermano menor y la abuela. Se le había
diagnosticado su anorexia nerviosa a los 13 años de edad y había sido
bulímica durante un año aproximadamente. A los 14 años pasó
mucho tiempo hospitalizada, donde había sido “tratada” con méto-
dos conductuales. Sus progenitores estaban muy preocupados por su
hija y la madre fue derivada a mi consulta por la Asociación de
Trastornos Alimentarios para tratar el problema con algunas sesiones
de psicoterapia.
En esta presentación del caso se mencionarán sólo los elementos
claves de la “hipnosis” de las intervenciones terapéuticas, y no se des-
cribirán todos los enfoques previamente tratados en capítulos ante-
riores. Sin embargo, esperamos que esta breve ilustración ofrezca al
lector algunas ideas sobre el modo en que puede utilizarse la hipno-
sis en el contexto de la terapia familiar.
Este caso demuestra muchos de los enfoques de tratamiento suge-
ridos por Weiss, Katzman y Wolchik (1985). El enfoque global adop-
tado es esencialmente una integración de los paradigmas psicodiná-
mico, conductista y fenomenológico, juntamente con la hipnosis (tan-
to la “formal” como la “naturalista”) para fortalecer el proceso tera-
péutico.
Los enfoques usados incluyen el fortalecimiento del ego, el mane-
jo de las emociones negativas, el entrenamiento en asertividad, la
relajación, el reencuadre, el hipnoanálisis, el establecimiento de obje-
tivos y la organización de la acción y el manejo del estrés.
336 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Sesión 1

Ambos progenitores fueron invitados a acudir a esta sesión, y lo


hicieron muy gustosamente. Se recogió el historial, prestando aten-
ción particular a: momento de aparición, síntomas –fisiológicos, con-
ductuales, cognitivos y emocionales-, modulación del problema den-
tro del marco temporal, identificación de sucesos que precedían a un
atracón, consecuencias del atracón, identificación de los logros
secundarios y tratamientos previos. Se les pidió que identificaran sus
reacciones ante el problema en general, así como las conductas espe-
cíficas y los sentimientos que seguían al descubrimiento de cualquier
“conducta bulímica”. El efecto sobre las relaciones familiares y la
vida familiar en general también fue comentado. Tanto a Esther
como a sus progenitores se les pidió que relataran sus propias expli-
caciones del “problema presentado” y, en su opinión, qué debía
hacerse para hallar una solución. En esta primera sesión el objetivo
principal era lograr que la familia se comunicara entre sí y con el
terapeuta. Esto ayudó a identificar patrones de interacción y comu-
nicación, así como roles, que podrían ser importantes para determi-
nar las estrategias de tratamiento. Se logró estimar algunas pruebas
sobre la función del síntoma designado dentro del sistema familiar.
Durante la sesión se observó que la madre de Esther era muy
dominante porque trataba de controlar las interacciones, pero al mis-
mo tiempo mostraba una relación muy protectora hacia su hija. El
padre era bastante tranquilo y tendía a mostrar acuerdo con su espo-
sa, aunque su actitud con respecto a Esther era menos considerada;
por ejemplo, él creía que el problema de Esther estaba “en sus pro-
pias manos” y que “ella podría mejorarlo si realmente lo quisiera y
pusiera algo de su parte”. Era visible la tensión emocional entre el
padre y la madre con respecto a este problema. Por otra parte, se
supo también que todos los miembros de la familia estaban estresa-
dos por el problema de Esther, lo que generaba o exacerbaba otros
problemas relacionados con el estrés; por ejemplo, el insomnio, la
colitis y la ansiedad.
NIÑOS Y FAMILIAS 337

Se comentó el foco de la terapia en lo que respecta a los objetivos,


el calendario, las tarifas, la frecuencia de las citas y el enfoque tera-
péutico. La familia accedió a acudir en grupo a algunas sesiones
(incluidos el hermano y la abuela) aunque ocasionalmente Esther
sería atendida a solas. Se ofrecieron explicaciones sobre la hipnosis y
sus efectos y se les dio la oportunidad de formular cualquier duda o
pregunta adicional. A lo largo de esta parte de la sesión se hizo hinca-
pié en la utilización del lenguaje, tanto directo como indirecto, lo que
perseguía el aumento del optimismo, la esperanza y la expectativa así
como el fortalecimiento de la implicación e influencia terapéutica,
ayudando de este modo a establecer un contexto más terapéutico.
La terapia comenzó con el método del “giro de los ojos” de Spiegel
para la inducción hipnótica:

Y la siguiente vez que inhales eleva tus ojos hacia arriba, como si qui-
sieras ver tu cráneo, y mientras exhalas cierra los párpados hasta el
punto en el que sientas que no necesitarán trabajar más. Aférrate a
esa sensación y permite que se extienda a lo largo de todo tu cuerpo,
dejando que tu cuerpo flote hasta tu lugar exterior favorito. Disfruta
de esto mientras ocurra. En este momento no necesitas ir a ningún
otro lugar. (La sesión continuó con una secuencia de fortalecimiento
del ego que perseguía la intención terapéutica de iniciar el proceso de
búsqueda inconsciente de soluciones al problema). Y en este lugar
relajante y divertido adviertes un camino invitador que se aleja de ti.
Sigue el camino y con cada paso que des, retrocede en tu vida a un
momento en el que resolviste un problema familiar, incluso aunque
desconozcas cómo lo hiciste. Experimenta ese hecho satisfactorio
sabiendo que dentro de ti dispones de los recursos inconscientes para
resolver cualquier problema que ocurra en el futuro. Permite que el
sentimiento positivo asociado con ese logro fluya por todo tu cuerpo
y aférrate a esas sensaciones… y… ahora retrocede por el mismo
camino hasta tu lugar favorito, trayendo contigo todos los senti-
mientos y recursos positivos, sabiendo que cuentas con la capacidad
para resolver los problemas actuales que están afectando a Esther y
a toda la familia… y que estas soluciones están siendo descubiertas
ahora mismo, incluso aunque no seas consciente de ello.
338 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Toda la familia participó en esta secuencia terapéutica y, a conti-


nuación, se produjo un breve comentario.
Después se trabajó individualmente con Esther mientras sus
progenitores “escuchaban” atentamente. Se “indujo” la hipnosis me-
diante el método de Spiegel y a continuación se elicitó la levitación
ideodinámica del brazo. Mientras su brazo “flotaba” gentilmente
se pidió a Esther que se dijera a sí misma las tres afirmaciones
siguientes:

• Para mí la alimentación es esencial.


• Necesito mi cuerpo para vivir.
• Debo a mi cuerpo este respeto y atención.

Ésta es una adaptación del enfoque de Spiegel para dejar de fumar


(comentado en el Capítulo 6). Esther practicó esto a solas y se le pidió
que lo hiciera tantas veces al día como le fuera posible. A continua-
ción se le pidió que se imaginara de pie entre dos espejos, uno detrás
de ella y otro frente a ella. En el espejo que estaba a sus espaldas se
le pidió que se experimentara con el problema –su aspecto físico, sus
sentimientos, el efecto sobre las relaciones, la familia y demás.

Ahora aléjate de ese espejo y mírate en el que se encuentra frente a


ti. Imagínate tal y como te gustaría ser, sintiéndote bien y feliz con
eso. Trata de ver este reflejo con mayor claridad, más brillante, con
más colorido y aproxímate a ella hasta convertirte en esa persona. Ya
sabes que esto ya está sucediendo, incluso aunque aún no puedas
apreciarlo plenamente.

Incluso aunque a sus progenitores no se les pidió que participa-


ran en este ejercicio, ellos también estaban en trance (véase la téc-
nica de “Mi amigo Juan” descrita en el Capítulo 3). Aunque Esther
era el objetivo de la terapia individual, su familia también se impli-
có significativamente en la experiencia de aprendizaje tanto en el
nivel consciente como en el inconsciente. La sesión siguió con una
historia breve, que fue introducida de forma natural y sin explica-
ción alguna.
NIÑOS Y FAMILIAS 339

Recuerdo la historia de un monje que vivía hace muchísimos años y


que se sentía muy deprimido y triste. Era invierno y él miraba sus
huertos y jardines sintiéndose deprimido y desamparado. Observó
que los árboles carecían de su bello follaje. Le parecía que ellos tam-
bién se sentían tristes y deprimidos hasta que se percató de que no
estaban muertos, porque en la primavera les brotarían nuevas hojas
y crecerían aún más para ser más robustos. Aunque parecían estar
muertos a primera vista, estaban muy vivos en su interior, en sus raí-
ces. Sus raíces, el alma de su ser mismo, estaban vivas, y cuando las
lluvias primaverales y el sol estival les alimentaran volverían florecer.
Durante todo el invierno se estaban fortaleciendo más y más, utili-
zando su potencial y recursos naturales curativos para desarrollar
sus capacidades naturales.

A Esther se le dio una grabación para el fortalecimiento del ego y se


le pidió que la escuchara como mínimo una vez al día. Se sugirió que
toda la familia escuchara la grabación juntamente cada vez que fuera
posible a fin de motivar la colaboración hacia la tarea terapéutica.

Sesión 2

El hermano y la abuela de Esther acudieron a la sesión, juntamen-


te con la madre y con el padre. En primer lugar se hizo un breve resu-
men de la primera sesión. La familia revisó lo que había sucedido
durante la semana, y a continuación se procedió con una relajación
grupal y el fortalecimiento del ego. Durante la primera sesión se había
indicado que Esther era más propensa a los atracones cuando estaba
“estresada”. Se pidió a la familia que generara una lluvia de ideas con
estrategias alternativas de afrontamiento. Después de esto Esther
“seleccionó” las alternativas mientras estaba en hipnosis. Seleccionó
diversas alternativas y accedió a implementarlas. Se comentó cómo
podían ayudarla los restantes miembros de la familia y se acordó un
contrato. A continuación, en hipnosis grupal, los miembros de la fami-
lia se imaginaron ayudando a Esther a ejecutar las conductas acorda-
das. Esther accedió a registrar en un diario todas esas actividades.
340 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Sesión 3

Tras comentar los problemas surgidos en el cumplimiento de las


tareas para casa realizadas durante las últimas dos semanas, la
sesión se centró en las dinámicas que subyacían al trastorno ali-
mentario de Esther. Se recurrió a técnicas hipnoanalíticas, especí-
ficamente al enfoque ideodinámico digital (Rossi & Cheek, 1988).
Tras tres ciclos repetidos, el inconsciente de Esther indicó (median-
te el movimiento del dedo) ser capaz de avanzar hacia el futuro sin
el problema.

Como tu dedo afirmativo se ha elevado en señal de reconocimiento


de que tu inconsciente es ahora capaz de permitirte avanzar al futu-
ro sin el problema, puedes dejar que esa sensación de elevación se
extienda por el resto de tu mano y brazo haciendo que el brazo flote
en el aire hasta la fecha en que estarás bien… Tu mente inconscien-
te puede escribir la fecha automáticamente en una pizarra imagina-
ria, incluso aunque tu mente consciente opte por olvidarla.

Esther “recordaba” dos importantes sucesos “causantes” durante


la sesión ideodinámica, ambos relacionados con experiencias fami-
liares. Se comentaron estos acontecimientos con la familia y tras esto
se efectuó un fortalecimiento del ego con toda la familia. Durante la
sesión se produjo cierta catarsis cuando la madre y la abuela de
Esther lloraron en relación a una experiencia familiar dolorosa (que
se había convertido en un “secreto familiar” del que no se hablaba).
Esta catarsis y la apertura asociada a ella parecieron ser terapéutica-
mente valiosas.

Sesión 4

La principal parte de la sesión conllevó la hipnosis grupal con


todos los miembros de la familia, y se propuso la experiencia del lugar
exterior favorito.
NIÑOS Y FAMILIAS 341

Y observáis un camino invitante que os conduce hacia la distancia.


Al final de este camino descubrís una luz verde-azulada muy agrada-
ble que se aproxima gentilmente hacia vosotros..., a medida que se
aproxima más se convierte en un animal amigo, vuestro guía interior
o terapeuta, que puede ayudaros con cualquier problema que podáis
tener. Por favor, presentaros a vuestro amigo y contarle cuál es vues-
tro problema… vuestro amigo escucha muy atentamente y después
replica…, escuchar atentamente sus respuestas sabiendo que quizá
no entendáis la comunicación completamente en este momento del
tiempo… el significado pleno de la comunicación podrá ser aprecia-
do más adelante, quizá en forma de sueño hoy por la noche o la pró-
xima semana, antes o después. Y ahora despediros de vuestro amigo
sabiendo que podéis recurrir a él en cualquier momento, acudiendo
a vuestro lugar favorito y llamándolo por su nombre.

La experiencia fue compartida por la familia, seguida por un diá-


logo de animales en grupo (un tipo de experiencia Gestalt). Se com-
probó que esto había sido muy iluminador y demostró ciertas rela-
ciones importantes (p.ej., aspectos de control y poder, resentimientos
y celos, afectos, etc.) entre los miembros de la familia.

Sesión 5

Durante esta sesión se examinaron la ira y la asertividad utilizan-


do un enfoque de imaginería guiada dentro del contexto de la hipno-
sis. Todos los miembros de la familia fueron hipnotizados emplean-
do una técnica de focalización (respiración) seguido por el balanceo
de ojos de Spiegel.

Déjate flotar hasta las proximidades de una fuente suave… experi-


menta las vistas… los colores… las formas… los sonidos… los senti-
mientos… y ahora sigue el camino de la fuente hasta su nacimiento,
y con cada paso que des serás más joven… hasta el momento de
tu vida en que te sentías feliz y contento… y ahora retrocede hasta el
lugar de partida compartiendo con tu animal amigo cualquier pro-
342 HIPNOSIS Y ESTRÉS

blema que tengas… y descubres que el camino está bloqueado por


una gran roca… no hay modo de traspasarla… junto a la roca
encuentras un palo grande… lo coges y comienzas a golpear la roca,
y mientras la sigues golpeando se convierte en una persona… quizá
alguien que conozcas… y sigues golpeando a la persona, entonces la
roca comienza a reducirse gradualmente de tamaño, haciéndose más
y más pequeña hasta que tú eres capaz de pasar por encima de ella,
y prosigues… caminas hacia el estuario en el que la fuente desembo-
ca en el mar… y en el trayecto descansas bajo un viejo roble…

Entonces se narró la historia de la “vida del roble” (véase Guión 20


en el Capítulo 4), que ofrecía la metáfora del crecimiento y del cam-
bio. A esto le siguió el comentario combinado con alguna técnica
Gestalt como la “silla vacía” y la inversión de roles.

Sesión 6 y 7

Las dos sesiones finales se destinaron sobre todo a reforzar el tra-


bajo previo. Esther comenzaba a controlar gradualmente su conduc-
ta bulímica y los seguimientos realizados en intervalos de seis meses
durante los dos años siguientes revelaron que no había reaparecido.

Resumen

El terapeuta confiaba en el potencial interior para alcanzar un


estado de equilibrio con respecto al funcionamiento humano, tanto a
nivel individual como grupal. Se observa que hubo algunos factores
terapéuticos curativos implicados:

(1) Facilitación de “los recursos curativos internos”, mediante el


uso del fortalecimiento del ego y la hipnoterapia (Rossi, 1996).
(2) Acceso y revisión de la dinámica reprimida, conduciendo al
“insight” (consciente e inconsciente) y la consecuente disolu-
ción de esta dinámica que mantenía la sintomatología.
NIÑOS Y FAMILIAS 343

(3) Desarrollo de conductas y estrategias alternativas y “competi-


doras”.
(4) Compartir las preocupaciones y problemas entre los miembros
de la familia.
(5) Desarrollo de apoyo y confianza colaboradora dentro de la
familia.
(6) Oportunidades de catarsis emocional dentro de un contexto de
apoyo.
(7) Facilitación de la esperanza y del optimismo compartidos.

El enfoque ofreció un equilibrio terapéutico tremendo en térmi-


nos de desarrollar la motivación entre sesiones. Toda la familia estu-
vo implicada en el proceso terapéutico y todos recibieron un benefi-
cio considerable de las sesiones de terapia familiar. Esther fue capaz
de modificar sus conductas alimentarias con la ayuda de su familia y
todos los miembros hicieron cambios en su propio funcionamiento
como resultado del proceso terapéutico. Se puede afirmar con un
nivel de confianza relativamente alto que este enfoque para el pro-
blema de Esther se vio favorecido por la implicación de toda la fami-
lia aunque no se empleara un modelo de terapia familiar. En conse-
cuencia la familia estaba menos estresada y era más capaz de disfru-
tar de relaciones familiares más próximas. Esto, en sí mismo, hubie-
ra tenido un impacto saludable y considerable sobre sus vidas.
Epílogo

Érase una vez un barco trasatlántico repleto de pasajeros dispuestos


a partir en un crucero alrededor del mundo. En el último instante el
motor principal dejó de funcionar, originando mucha consternación
al capitán. Recurrió a los mejores ingenieros para examinar el motor,
lo que hicieron con ayuda de las tecnologías disponibles más moder-
nas, pero sin éxito. En un momento, uno de los pasajeros ofreció su
ayuda, y tras una breve explicación del problema pidió que le bajaran
un martillo a la sala de máquinas. Examinó vigilantemente el motor
y escuchó atentamente el sonido que producía antes de golpear jui-
ciosamente una pequeña válvula roja con el martillo. Inmediatamente
el motor comenzó a trabajar a la perfección. Cuando se le preguntó
cuál era su honorario respondió que quería 1 euro por el golpe de
martillo y 999 por saber dónde darlo.

En este libro se han presentando muchos guiones psicoterapéuti-


cos para trabajar con pacientes que estén experimentando una amplia
gama de situaciones y sintomatologías vinculadas con el estrés. Se ha
pretendido divulgar la filosofía de que cada paciente es único y dispo-
ne de cualidades curativas específicas y, en consecuencia, requiere
tratamientos individualizados. En hipnoterapia se ha prestado aten-
346 HIPNOSIS Y ESTRÉS

ción particular a la calidad de la relación terapéutica así como a la


implicación activa del paciente. Los hipnoterapeutas deben disponer
de formación y entrenamiento en los últimos avances teóricos y prác-
tica en los campos específicos, pero al mismo tiempo siguen siendo
esencialmente curanderos. El arte de la curación requiere que el pro-
fesional preste atención particular a la satisfacción de las necesidades
de los pacientes, un proceso que requiere compasión y sensibilidad.
Para que esto ocurra, se necesita un alto grado de conciencia personal
y la capacidad de confiar en los recursos internos.
Aunque las tecnologías médica y farmacéutica hayan avanzado
rápidamente durante las últimas décadas, a menudo suelen ser insufi-
cientes para acometer algunos de los problemas fundamentales de la
condición humana, a menudo porque se ignoran los contextos socia-
les y personales. Un buen ejemplo es el Viagra, el cual aunque pueda
ayudar a los hombres a lograr una erección suficiente para poder efec-
tuar el coito, no garantiza una vida sexual satisfactoria ni para el hom-
bre ni para su acompañante. Los avances en la medicina y la neurolo-
gía permiten tratar muchos problemas de la mente y del cuerpo huma-
no, pero no los curan. Cada vez es mayor la cantidad de personas que
solicitan alternativas a la denominada medicina convencional. Las
terapias complementarias, como la acupuntura, suelen ser valiosos
elementos adjuntos a los tratamientos médicos y cada vez son más
abundantes las pruebas que demuestran que su eficacia va más allá del
reconocido efecto placebo. Por ejemplo, Parient, White, Frackowiak y
Lewith (2005) hallaron que la acupuntura tenía un efecto fisiológico
específico y que las expectativas y creencias de los pacientes sobre un
tratamiento potencialmente beneficioso modulaban la actividad en
áreas compuestas del sistema de recompensas del cerebro. Además, tal
y como se comenta en este libro, recientes avances en hipnoterapia
han demostrado convincentemente que los procesos psiconeuroinmu-
nológicos que pueden ser estimulados, facilitan la curación interna.
Con todo, se requiere de investigación adicional para demostrar si
la hipnoterapia funciona realmente, con qué pacientes y para qué sin-
tomatologías. En la actualidad, el ensayo clínico randomizado cons-
EPÍLOGO 347

tituye el método aceptado para evaluar la efectividad clínica sobre la


que se efectuarán los juicios relativos a la práctica basada en pruebas.
Sin embargo, la definición misma de una buena investigación es pro-
blemática. En un libro reciente Steven Rose (2005) manifiesta que
gran parte de la investigación neurológica inteligente está realizán-
dose, sobre todo, con modelos crudos del cerebro. Curiosamente des-
cubrió que las personas que trabajan en situaciones estresantes,
como por ejemplo un grupo de enfermeras, presentaban los mismos
perfiles neuroquímicos que los depresivos, aunque se sintieran muy
alegres. De esto se concluye que no existe una única cadena causa-
efecto que vincule los sucesos sobre los niveles celulares y los psico-
lógicos. Incluso así, las intervenciones neurofarmacológicas crudas,
como el tratamiento electro-convulsivo o el Ritalin, funcionan algu-
nas veces, incluso como señala McCrone (1999), aunque se desco-
nozcan las causas de tales resultados. A este respecto, la hipnoterapia
presenta las mismas dificultades. Algunas veces es útil y se le pueden
atribuir los efectos beneficiosos logrados, pero éstos no se pueden
certificar, ni las razones sobre las que se sustentan dichos resultados.
Evidentemente las intervenciones hipnoterapéuticas no funcio-
nan siempre, aunque los casos presentados en libros y revistas pa-
rezcan implicarlo. Conviene ser muy cauteloso al afirmar la utilidad
de la hipnoterapia si tal afirmación no llega fiablemente demostra-
da, particularmente con referencia a los factores curativos especí-
ficos implicados. También debería reiterarse que la hipnoterapia
no es una panacea, y que quizá no sea el mejor tratamiento para
muchos pacientes. En este contexto debería recordarse que el pa-
ciente tiene derecho a recibir una información clara y comprensible
sobre el tratamiento que se le ofrece, así como sobre tratamientos
alternativos disponibles. Con frecuencia la hipnoterapia sólo puede
ofrecer su efecto máximo si se incorpora a otros enfoques médicos
o psicológicos como la terapia cognitivo-conductual y, por supuesto,
muchos casos requieren tal integración. La combinación de hipno-
terapia con otros enfoques complementarios como la acupuntura
puede ser muy valiosa.
348 HIPNOSIS Y ESTRÉS

A pesar de todo, es cada vez mayor la cantidad de pruebas relati-


vas a la eficacia de la hipnosis clínica dentro del campo de la medici-
na y de la psicoterapia. Su utilidad también se ha evidenciado en la
gran cantidad de estudios de investigación a pequeña escala e infor-
mes clínicos de caso que emplean metodologías integradas. A medi-
da que aumente la cantidad y variedad de los estudios, así como su
sofisticación, se irá refinando la aplicación de la hipnoterapia con
respecto a técnicas específicas, pacientes individuales y sus persona-
lidades y sintomatologías únicas. Hasta el momento es escasa la
investigación desarrollada que haya hecho un uso funcional de las
imágenes por resonancia magnética (fIRM) para identificar y carac-
terizar las regiones cerebrales que permanecen activas durante la hip-
noterapia. La investigación futura ofrecerá un conocimiento más
sólido sobre las bases neuroquímicas y anatómicas de los efectos de
la hipnoterapia en varias actividades fisiológicas.
Mientras se continúe desarrollando la sofisticación en el área de la
hipnoterapia, es esencial que los hipnoterapeutas sigamos ofreciendo
intervenciones que sean lo más satisfactorias posibles. Pero es reco-
mendable recordar que todos y cada uno de los seres humanos es úni-
co y reacciona al estrés, y a las intervenciones terapéuticas, de forma
diferente; algunas veces su “pequeña válvula roja” es de otro color y
se encuentra en otra posición, algunas veces irreconocible y algunas
veces ni siquiera existe. ¡Sigamos dando golpecitos y veamos con sor-
presa qué es lo que sucede!
Índice de materias

Abreacción, 48 Congruencia, 53
Abreacción silenciosa, 162, 165 Contexto de investigación, 34
Adicción al sexo, 252 Contexto de una institución, 28
Alianza terapéutica, 118 Contexto personal, 30
Analgesia, 291 Contexto político, 27
Anestesia, 291 Contrato terapéutico, 129
Ansiedad, 50, 128, 215 Conversión histérica, 161
Apoyo emocional, 50 Creencias, 26, 104
Apoyo positivo incondicional, 54 Creencias y malinterpretaciones, 106
Auto-hipnosis, 96, 126, 130 Cuestionamiento digital recurrente y
Bioenergética, 163 progresivo, 221
Cáncer, 309 Definiciones de hipnosis, 82
Catarsis, 48, 49, 145, 163, 266 Desensibilización sistemática, 245
Catarsis y estrés, 70 Directiva implícita, 81
Coexperiencia, 165 Disociación, 160, 179
Compasión, 54 Disociación parcial, 193
Comunicación indirecta, 101 Distancia estética, 181
Comunicación verbal, 172 Distorsión del tiempo, 288
Conducta de tabaquismo, 229 Dolor, 271
Conductas de “trance”, 106 Dolores de cabeza migrañosos, 294
Confrontación, 52 Efectos del estrés, 63
350 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Empatía, 53 Inconsciente colectivo, 196


Enfermedad de Crohn, 298 Indefensión, 148, 265
Enfermedades relacionadas con el Inducción hipnótica, 123
estrés, 66 Insight, 162
Enfoques ideodinámicos, 170 Interrogación cooperativa, 42
Ensayo randomizado, 35 Intervenciones autoritarias, 56
Entrenamiento autogénico, 214 Intervenciones facilitativas, 56
Entrevista de evaluación, 105 Marcos teóricos y filosóficos, 26
Enuresis nocturna, 322 Mecanismos de defensa, 161
Escala de Imaginación Creativa, Metáforas, 151, 194
112, 115 Métodos de hipnoterapia, 95
Escala Visual Análoga (EVA), 103 Métodos de inducción directos, 119
Estados del ego, 187 Métodos de inducción indirectos,
Estrategias cognitivas, 233 123
Estrategias de afrontamiento, 138, Métodos indirectos, 129
161 Modelo científico-practicante, 34
Estrés, 59 Modelos fenomenológicos, 41
Estreses menores, 136 Movimientos ideodinámicos, 122
Estresores, 61 Movimientos ideomotores, 170
Evaluación del dolor, 276 Neuropsicoanálisis, 160
Finalización de la sesión, 130 Neurosis, 73
Finalización de la terapia, 134 Objetivos, 142
Fobia a los ascensores, 219 Objetivos terapéuticos, 108
Fobia dental, 223 Perfil de Inducción Hipnótica de
Focalización de la atención, 120 Spiegel o HIP, 109
Fortalecimiento del ego, 136, 138, Perspectiva interactiva del estrés, 65
154 Persuasión, 51
Grabación, 156 Problemas académicos, 321
Habilidad hipnótica, 112 Problemas de sueño, 255, 327
Hipnoanálisis, 162 Problemas dermatológicos, 300
Hipnosis, 74, 101 Problemas gastrointestinales, 295
Hipnosis formal, 117 Problemas sexuales, 234
Hipnoterapia, 91 Procedimiento de inducción, 101
Hipnotizabilidad, 110 Proceso de reorientación, 131
Historias, 151 Procesos de hipnoterapia, 108
Historias” terapéuticas, 46 Procesos inconscientes, 195
Imagen corporal, 332 Progresión, 206
Imaginación, 119 Progresión en la edad, 192
Imaginería, 140 Progresiones hipnóticas, 148
ÍNDICE DE MATERIAS 351

Proteína del sueño, 198 Señalización ideomotora, 171


Proyección, 289 Sintomatología, 160
Psicodrama, 163 Sistema inmunológico, 309
Psiconeuroinmunología, 67 Situaciones vitales estresantes, 261
Psicopatología, 160 Somatización, 161
Realidad clínica, 26 Sueños, 195
Reencuadre terapéutico, 168 Sugestión, 51
Reestructuración cognitiva, 246 Sugestión directa, 138
Regresión, 105, 144, 169, 191 Supervisión, 34
Regresión completa, 192
Susceptibilidad hipnótica, 116
Regresión hipnótica, 144
Técnica proyectiva/evocativa, 147
Regresión positiva, 206
Teoría psicoanalítica, 160
Regresiones parciales, 192
Terapia Gestalt, 163
Relación terapéutica, 47
Terapia primal, 163
Relajación, 119, 281
Trabajo hipnoterapéutico, 86
Reorientación en el tiempo
Trance, 125
presente, 206
Representación, 119 Transformación del dolor, 286
Represión, 160, 161 Trastorno de adaptación, 260
Resistencia, 100, 171 Trastorno por estrés agudo, 260
Resistencia a la hipnoterapia, 128 Trastorno por Estrés Postraumático
Revisión inicial, 99 (TEPT), 259
Ritual terapéutico, 46 Trastornos alimentarios, 332
Segmentación de la personalidad, Verificación, 205
187 Visualización, 140
Señalización ideodinámica, 172 Visualización teatral, 190
Listado de guiones hipnóticos

Guión 1 – El Perfil de Inducción Hipnótica (HIP)


(adaptado de Spiegel y Spiegel, 1978, pp. 35-78) ............ 113

Guión 2 – La Escala de Imaginación Creativa


(adaptada de Barber & Wilson, 1978, p.85) .................... 115

Guión 3 – Fijación ocular con distracción (contar hacia atrás) ...... 120

Guión 4 – Fijación ocular con relajación progresiva activa ............ 121

Guión 5 – Levitación de brazo y mano (movimientos


ideodinámicos) ................................................................ 122

Guión 6 – Preguntas básicas de acceso de Rossi.............................. 126

Guión 7 – Una ilustración de auto-hipnosis (1) .............................. 127

Guión 8 – Una ilustración de auto-hipnosis (2) .............................. 128

Guión 9 – Bola de cristal imaginaria................................................ 133

Guión 10 – Manejo de pequeños estreses (1).................................... 137

Guión 11 - Manejo de pequeños estreses (2) .................................... 137


354 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Guión 12 – Sugestiones directas para el fortalecimiento del ego...... 139

Guión 13 – Álbum fotográfico para el fortalecimiento del ego


y para el establecimiento de objetivos.............................. 141

Guión 14 – Un lugar exterior favorito (o un lugar privado seguro) 143

Guión 15 – Búsqueda de experiencias positivas .............................. 144

Guión 16 – Búsqueda de recursos y fortalezas interiores ................ 145

Guión 17 – El animal amigo (técnica del guía interior) .................. 147

Guión 18 – Ascender a una montaña .............................................. 148

Guión 19 – Fortalecimiento del ego dirigido a objetivos .................. 150

Guión 20 – La vida de un roble (una metáfora terapéutica)............ 152

Guión 21 – El río de la vida.............................................................. 153

Guión 22 – Facilitar la catarsis ........................................................ 164

Guión 23 – Imaginación guiada para la catársis ............................ 166

Guión 24 – Manejo de la catarsis .................................................... 167

Guión 25 – Determinar la señal digital afirmativa .......................... 174

Guión 26 – Establecimiento de la señal digital de “sí” con


fortalecimiento del ego .................................................... 178

Guión 27 – Manejo de la disociación .............................................. 182

Guión 28 – Avances hacia el futuro ................................................ 184

Guión 29 – Ratificación (1).............................................................. 184

Guión 30 – Ratificación (2).............................................................. 185

Guión 31 – Regresión ...................................................................... 193

Guión 32 - Puzzle.............................................................................. 194

Guión 33 – Búsqueda de recursos .................................................... 211

Guión 34 – Búsqueda de recursos internos: sembrado .................... 212


LISTADO DE GUIONES HIPNÓTICOS 355

Guión 35 – Intervención hipnótica general para problemas


médicos............................................................................ 212

Guión 36 – Una sesión hipnoterapéutica completa usando la


pregunta básica de acceso (adaptado de Rossi, 1996,
p.194) .............................................................................. 213

Guión 37 – Entrenamiento autogénico modificado para el manejo


del estrés genérico ............................................................ 214

Guión 38 – Manejo del tiempo/equilibrio trabajo-vida .................... 216

Guión 39 – Toma de decisiones........................................................ 217

Guión 40 – La metáfora del rosal (adaptada de Assagioli,


1965/1975, p. 214).......................................................... 244

Guión 41 – Facilitar un buen descanso............................................ 257

Guión 42 – Dificultades de sueño .................................................... 258

Guión 43 – Diagnóstico de la calidad de la experiencia del dolor .... 273

Guión 44 – Empleo de experiencias para el control del dolor .......... 280

Guión 45 – Relajación respiratoria .................................................. 281

Guión 46 – Relajación progresiva pasiva para el dolor específico


(entrenamiento autogénico modificado) ........................ 283

Guión 47 – Bola de luz .................................................................... 283

Guión 48 – La técnica de la ducha mágica ...................................... 284

Guión 49 – La flor mágica................................................................ 285

Guión 50 – Visualización del dolor (adaptado de Simonton,


Matthews-Simonton & Creighton, 1978, p. 205) ............ 287

Guión 51 – Distorsión del tiempo .................................................... 288

Guión 52 – Donar el dolor a un animal amigo ................................ 290

Guión 53 – Regresión psicosomática positiva.................................. 292


356 HIPNOSIS Y ESTRÉS

Guión 54 – Intervención general para un problema dermatológico 302

Guión 55 – Preparación para la cirugía y para otros procedi-


mientos médicos.............................................................. 308

Guión 56 – Fortalecimiento del funcionamiento del sistema


inmunológico .................................................................. 309

Guión 57 – El juego de simulación .................................................. 316

Guión 58 – Viendo la televisión (adaptado de Davies & Morgan,


1997, p. 89)...................................................................... 317

Guión 59 – La alfombra mágica ...................................................... 318

Guión 60 – La técnica de la moneda: un enfoque de fijación


ocular .............................................................................. 319

Guión 61 – Enuresis nocturna ........................................................ 323

Guión 62 – Trastornos del sueño en niños: la nube-coche mágica.. 329


Bibliografía

AAPRO, M.S. (1991). “Controlling emesis related to cancer chemotherapy”.


European journal of Cancer 27, 356-362.
ABELA, M.B. (1999). “Hypnotherapy for Crohn’s Disease: A promising com-
plementary/alternative therapy”. Integrative Medicine 2(2/3), 127-131.
ADAMS, H.; FEUERSTEIN, M. y FOWLER, J. (1980). “Migraine headache: Review
of parameters, etiology and intervention”. Psychological Bulletin 87, 217-
237.
ADLER, R.; FELTON, D.L. y COHEN, N. (1991). Psychoneuroimmunology. San
Diego, CA: Academic Press.
ALDEN, P.A. (1992). The Use of Hypnosis in the Management of Pain on a Spinal
Injuries Unit. Paper presented at the 12th International Congress of Hyp-
nosis, Jerusalem, Palestine.
——— (1995). “Back to the past: Introducing the ‘bubble’”. Contemporary
Hypnosis 12(2), 59-68.
ALEXANDER, E y FRENCH, T. (1946). Psychoanalytic Therapy: Principles and
Applicalions. Nueva York: Ronald Press.
ALLADIN, A. (1988). “Hypnosis in the treatment of severe chronic migraine”.
En M. HEAP (Ed.), Hypnosis: Current Clinical, Experimental and Forensic
Practices (pp. 159-166). Londres: Croome Helm.
ALMAN, B.M. y LAMBROU, P. (1997). Self-Hypnosis: The Complete, Manual for
Health and Self-Change (3ª ed.). Nueva York: Brunner/Mazel Publishers.
AMERICAN PSYCHIATRIC ASSOCIATION. (1980). A Psychiatric Glossary. Washing-
ton, DC: American Psychiatric Association.
——— (1994). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (4ª ed.).
Washington, DC: American Psychiatric Association.
358 HIPNOSIS Y ESTRÉS

AMERICAN PSYCHOLOGICAL ASSOCIATION. (1996). Final Report of the Working


Group on Investigalion of Memories of Childhood Abuse. Washington, DC.
——— (2005). The Division 30 Definition and Description of Hypnosis. Dispo-
nible en: www.apa.org/divisions/div3O/define_ hvpnosis.html.
ANDERSON, J.A.D.; BASKER, M.A. y DALTON, E.R. (1975). “Migraine and hypno-
therapy”. International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis 23,
48-58.
ARAOZ, D.L. (1980). “Clinical hypnosis in treating sexual abulia”. American
Journal of Family Therapy 8(I), 48-57.
——— (1982). Hypnosis and Sex Therapy. Nueva York: Brunner/Mazel Publis-
hers.
——— (1985). The New Hypnosis. Nueva York: Brunner/Mazel Publishers.
——— (2005). “Hypnosis in human sexuality problems”. American Journal of
Clinical Hypnosis 47 (4), 229-242.
ASHTON, R.C.; JR, WHITWORTH, G.C.; SELDOMRIDGE, J.A.; SHAPIRO, P.A.; WEIN-
BERG, A.D.; MICHLER, R.E.; SMITH, C.R.; ROSE, E.A.; FISHER, S. y OZ, M.C.
(1997). “Self-hypnosis reduces anxiety following coronary artery bypass
surgery: A prospective randomized trial”. Journal of Cardiovascular Sur-
gery 38, 69-75.
ASSAGIOLI, R. (1965/1975). Psychosynthesis: A Collection of basic Writings.
Londres: Turnstone Books.
AXELRAD, A.D. (1990). “The role of hypnosis in multiple convergent manage-
ment of chronic pain”. Houston Medicine 6, 111-119.
BACH, R. (1970). Jonathan Livingston Seagull. Nueva York: Macmillan Com-
pany.
BAER, P.E.; GARMEZY, L.B.; MCLAUGHLIN, R.J.; POKORNY, A.D. y WERNICK, M.J.
(1987). “Stress, coping, family conflict, and adolescent alcohol use”. Jour-
nal of Behavioral Medicine 10, 449-466.
BAKAL, D.A. (1975). “Headache: A biopsychological perspective”. Psychological
Bulletin 62, 306-308.
BAKICH, I. (1995). “Hypnosis in the treatment of sexual desire disorders”. Aus-
tralian Journal of Clinical and Experimental Hypnosis 23 (1), 70-77.
BALINT, M. (1968). The Basic Fault: Therapeutic Aspects of Regression. Londres:
Tavistock.
BANDLER, R. y GRINDER, J. (1979). Frogs into Princes. Moab, UT: Real People Press.
BANNISTER, D. (1983). “The internal politics of psychotherapy”. En D. PILGRIM
(Ed.), Psychology and Psychotherapy. Londres: Routledge & Kegan Paul.
BANNISTER, P.; BURMAN, E.; PARKER, I., TAYLOR, M. y Tindall, C. (1994). Quali-
tative Methods EnPsychology. Buckingham: Open University Press.
BARABASZ, A. y WATKINS, J.G. (2005). Mypnotherapeutic Techniques (2ª ed.).
Nueva York: Brunner-Routledge.
BIBLIOGRAFÍA 359

BARBER, J. (1990). “Techniques of hypnotic pain management”. En D.C. HAM-


MOND (Ed.), Hypnolic Suggestions and Metaphors (pp. 50-52). Londres:
W.W. Norton.
——— (Ed.) (1996). Hypnosis and Suggestion in the Treatment of pain: A
Clinical Guide. Nueva York: W.W. Norton.
BARBER, T.X. (1969). Hypnosis: A Scientlfic Approach. Nueva York: Van Nos-
trand Reinhold Company.
BARBER, T.X. y WILSON, S.C. (1978). “The barber suggestibility scale and the
creative imagination scale: experimental and clinical applications.” Ameri-
can Journal of Clinical Hypnosis 21, 84-108.
BARNIER, A.J.; MCCONKEY, K. y O’NEILL, L.M. (1999). “Treating anxiety with
self-hypnosis and relaxation”. Contemporary Hypnosis 16, 68-80.
BARTLET, L. y BEAUMONT, J. (1998). “Treating the sleep disorders of children
with disabilities and illness: A one-year project”. Clinical Child Psychology
and Psychiatry 3, 591-612.
BATTINO, R. (2001). Metaphoria: Metaphor and Guided Metaphor for Psychothe-
rapy and Healing. Bancyfelin, Carmarthenshire: Crown House Publishing.
BAUM, L.F. y GEORGE, M. (1900). The Wonderful Wizard of Oz: George M. Hill
Company.
BAUMANN, F. (1981). “Hypnosis in the treatment of urinary and fecal inconti-
nence: A twenty-year experience”. En H.J. WAIN (Ed.), Theoretical and Cli-
nical Aspects of Hypnosis. Miami, FL: Symposia Specialists Incorporated.
BAYOT, A. y CAPAFONS, A. (1997). “Emotional self-regulation therapy: A new
and efficacious treatment for smoking”. American Journal of Clinical Hyp-
nosis 40(2), 146-156.
BECK, A.T. (1967). Depression: Clinical, Experimental and Theoretical Aspects.
Nueva York: Holber.
BECK, A.T.; EPSTEIN, N.; BROWN, G. y STECR, R.A. (1988). “An inventory for
measuring clinical anxiety: Psychometric properties”. Journal of Consul-
ting and Clinical Psychology 56, 893-897.
BECKER, J.V.; SKINNER, L.J.; ABEL, G.G. y CICHON, J. (1986). “Level of postas-
sault sexual functioning in rape and incest victims”. Archives of Sexual
Behavior 15, 37-49.
BEECHER, H. (1959). Measurement of Subjective Responses. Nueva York:
Oxford University Press.
BEIGEL, H.G. (1980). “The hypnotherapeutic approach to male impotence”.
En H.G. BEIGEL y W.R. JOHNSON (Eds.), Application of Hypnosis in Sex
Therapy. Springfield, IL: Charles C. Thomas Publisher.
BEIGEL, H.G. y JOHNSON, W.R. (1980). Applications of Hypnosis in Sex Therapy.
Springfield, IL: Charles C. Thomas Publisher.
BEJENKE, C.J. (2000). “Benefits of early interventions with cancer patients”..
Hypnos, 27(2),75-81.
360 HIPNOSIS Y ESTRÉS

BERGIN, A.E. y GARFIELD, S.L. (1994). Handbook of Psychotherapy and Behavior


Change (4ª ed.). Chichester: Wiley.
BERGIN, A.E. y LAMBERT, M.J. (1978). “The evaluation of therapeutic outco-
mes”. En S.L. GARFIELD y A.E. BERGIN (Eds.), Handbook of Psychotherapy
and Behavior Change (2ª ed., pp. 139-189). Nueva York: Wiley.
BERLIN, J. y ERDMANN, W. (1987). Hypnosis in the treatment of classical migrai-
ne. Pain, Supplement, 4, 580.
BERNE, E. (1961). Transactional Analysis in Psychotherapy. Nueva York: Grove
Press.
BERNHEIM, H. (1886/1957). Suggestive Therapeutics: A Treatise on the Nature
and Uses of Hypnotism. Westport, CT: Associated Booksellers.
BETTELHEIM, B. (1991l). The Uses of Enchantment: The Meaning and Importan-
ce of fairy Tales. Harmondsworth: Penguin Books.
BILLS, I.G. (1993). “The use of hypnosis in the management of dental phobia.
Australian”, Journal of Clinical and Experimental Hypnosis 21 (1), 1 3-18.
BLACK, P.H. (1994). “Immune system-central nervous system interactions:
Psychoneuro-endocrinology of stress and its immune consequences”.
Antimicrobial Agents and Chemotherapy 38, 7-12.
BRAID, J. (1843). Neurypnology: Or the Rationale of Nervous Sleep Considered
in Relation with Animal Magnetism. Londres: Churchill.
——— (1846). The Power of the Mind Over the Body. Londres: Churchill.
——— (1855/1970). “The physiology of fascination and critics criticised”. En
M. TINTEROW (Ed.), Foundation of Hypnosis. Springfield, IL: Charles C.
Thomas Publisher.
BRANDON, D. (1976). Zen in the Art of Helping. Londres: Routledge & Kegan
Paul Limited.
BRAUN, B.G. (1984). Uses of hypnosis with multiple personalities. Psychiatric
Annals 14, 34-40.
BRENDE, J.O. (1985). “The use of hypnosis in post-traumatic conditions”. En
W.E. KELLY (Ed.), Post-Taumatic Stress Disorder and the War Veteran (pp.
193-210). Nueva York: Brunner/Mazel Publishers.
BRESLER, D.E. (1990). “Meeting an inner advisor”. En D.C. HAMMOND (Ed.),
Handbook of Hypnotic Suggestions and Metaphors (pp. 318-320). Nueva
York: W.W. Norton.
BREUER, J. y FREUD, S. (1895/1955). “Studies on hysteria”. En J. Strachey
(Ed.), The Standard Edition of the Complete Psychological Works of Sig-
mund Freud (Vol. 11). Nueva York: W.W. Norton.
BRIERE, J. (1992). Child Abuse Tauma: Theory and Treatment of the Lasting
Effects. Newbury, Park, CA: Sage Publications.
BROWN, W. (1920). “The revival of emotional memories and its therapeutic
value”. British Journal of Medical Psychology 1, 16-19.
BIBLIOGRAFÍA 361

——— (1921). Psychology and Psychotherapy. Londres: Edward Arnold.


BROWN, D.P. y FROMM, E. (1987). Hypnosis and Behavioral Medicine. Londres:
Lawrence Erlbaum Associates.
BUDMAN, S.H. y GURMAN, A.S. (1988). Theory and Practice of Brief Therapy.
Londres: Hutchinson.
BURTE, J.M. y ARAOZ, D.L. (1994). “Cognitive hypnotherapy with sexual disor-
ders”. Journal of Cognitive Psychotherapy 8, 1-2.
BURTE, J.M.; BURTE, W.D. y ARAOZ, D.L. (1994). “Hypnosis in the treatment of
back pain”. The Australian Journal of Clinical Hypnotherapy and Hypnosis
15(2), 93-115.
CALNAN, R.D. (1977). “Hypnotherapeutic ego-strengthening”. Australian
Journal of Clinical and Experimental Hypnosis 5, 105-118.
CANNON, W.B. (1932). The Wisdom of the Body. Nueva York: W.W. Norton.
CAPPELL, H. y GREELEY, J. (1987). “Alcohol and tension reduction: An update
on research and theory”. En H.T. BLANE y K.E. LEONARD (Eds.), Psycho-
logical Theories of thinking and Alcoholism (pp. 15-54). Nueva York: Guil-
ford Press.
CARASSO, R.L.; PEDED, O. y KLEINHAUZ, Y.S. (1985). “Treatment of cervical hea-
dache with hypnosis, suggestive therapy and relaxation techniques”.
American Journal of Clinical Hypnosis 27(4), 216-218.
CARDEÑA, E. y SPIEGEL, D. (1993). “Dissociative reactions to the San Francisco
Bay area earthquake of 1989”. American Journal of Psychiatry 150, 474-478.
CAREY, M.P.; KALRA, D.L.; CAREY, K.B.; HALPERIN, S. y RICHARD, C.S. (1993).
“Stress and unaided smoking cessation: A prospective investigation”.
Journal of Consulting and Clinical Psychology 61, 831-838.
CARICH, P.A. (1986). “Contraindications to using hypnosis”. En B. ZILBERGELD,
M.G. EDELSTEIN y D.L. ARAOZ (Eds.), Hypnosis Questions and Answers.
Nueva York: W.W. Norton.
CARLE, E. (1974). The Very Hungry Caterpillar. Harmondsworth: Puffin Books,
Penguin Books Limited.
CARNES, P.J. (1991). Dont Call It Love: Recovery From Sexual Addiction. Nueva
York: Bantam Books.
CARR, A. (1999). The Handbook of Child and Adolescent Clinical Psycholy.
Londres: Routledge.
CASTES, M.; HAGEL, I.; PALENQUE, M.; CANELONES, P.; CORANO, A. y LYNCH, N.
(1999). “Immunological changes associated with clinical improvement of
asthmatic children subjected to psychosocial intervention”. Brain and
Behavioral Immunology 13 (1), 1-13.
CEDERCREUTZ, C., LAHTEENMAKI, R. y TULIKOURA, J. (1976). “Hypnotic treat-
ment of headache and vertigo in skull injured patient”. Intemational Jour-
nal of Clinical and Experimental Hypnosis 24, 195-201.
362 HIPNOSIS Y ESTRÉS

CHARLTON, R.S. y YALOM, I.D. (1997). Treating Sexual Disorders. San Francisco,
CA: Jossey-Bass.
CHAVES, J.F. (1 993). “Hypnosis in pain management”. En J.W. RHUE, S. LYNN
y I. KIRSCH (Eds.), Handbook of Clinical Hypnosis. Washington, DC:
American Psychological Association.
——— (1994). Recent advances in the application of hypnosis to pain mana-
gement. American Journal of Clinical Hypnosis 37 (2), 117-129.
CHECK, D.B. (1961). Possible uses of hypnosis in dermatology. Medical Times
89, 76-82.
——— (1976). Short-term hypnotherapy for frigidity using exploration of
early life actitudes. American Journal of Clinical Hypnosis 19, 20-27.
——— (1994). Hypnosis: The Application of Ideomotor Techniques. Boston,
M.A.: Allyn & Bacon.
CHECK, D.B. y LECRON, L.M. (1968). Clinical Hypnotherapy. Nueva York:
Grune & Stratton.
CHO, K. (2001). “Chronic ‘jet lag’ produces temporal lobe atrophy and spatial
cognitive deficits”. Nature Neuroscience 4, 567-568.
CHOINIÉRE, M.; MELZACK, R.; RONDEAU, J.; GIRARD, N. y PAQUIN, M.J. (1989).
“The pain of burns: Characteristics and correlates”. Journal of Trauma 29,
1531-1539.
CHWALISZ, K. (2003). “Evidence-based practice: A framework for twenty-first-
century scientist-practitioner”. The Counselling-Psychologist 13, 497-528.
CLARKSON, P. (Ed.) (1996). Counselling Psychology: Integrating Theory, Re-
search and Supervised Practice. Londres: Routledge.
——— (1998). “Supervision in counselling, psychotherapy and health: An
intervention priority sequencing model”. European Journal of Psychothe-
rapy, Counselling and Health 1 (2), 195.
CLARKSON, P. (2003). The Therapeutic Relationship (2ª ed.). Londres: Murr
Publishers.
CLARKSON, P. y AVIRAM, O. (1998). “Phenomenological research on supervi-
sion: Supervisors reflect on ‘being a supervisor’”. En P. CLARKSON (Ed.),
Counselling Psychology: Integrating Theory, Research and Supevised Prac-
tice (pp. 273-299). Londres: Routledge.
COHEN, S.; DOYLE, W.J. y TURNER, R.B. (2003). “Emotional style and suscepti-
bility to the common cold”. Psychosomatic Medicine 65 (4), 652-657.
CONNER, M., FITTER, M. y FLETCHER, W. (1999). “Stress and snacking: A diary
study of daily hassles and between-meal snacking”. Psychology and Health
14, 51-63.
COOPER, A. (Ed.) (2002). Sex and the Internet: A Guidebook for Clinicians. Flo-
rence, KY: Brunner-Routledge.
COOPER, P.; CRUICKSHANKS, P.; MILLER, V. y WHORWELL, P.J. (2003). “Gut-focu-
sed hypnotherapy normalises disordered rectal sensitivity in patients with
BIBLIOGRAFÍA 363

irritable bowel syndrome”. Alimentary Pharmacological Therapy 17(5),


635-642.
CORNWELL, J.; BURROWS, G.D. y MCMURRAY, N. (1981). “Comparison of single
and multiple sessions of hypnosis in the treatment of smoking behaviour”.
Australian Journal of Clinical and Expeyimental Hypnosis 9, 61-76.
COTANCH, P.; HOCKENBERRY, M. y HERMAN, S. (1985). “Self-hypnosis as anti-
emetic therapy in children receiving chemotherapy”. Oncology Nursing
Forum 12, 41-46.
COVINO, N.A.; JIMERSON, D.C.; WOLFE, B.E.; FRANKO, D.L. y FRANKEL, E.H.
(1994). “Hypnotizability, dissociation and bulimia nervosa”. Journal of Ab-
normal Psychology 42, 204-231.
COX, S., DE LUSIGNAN, S. y CHAN, T. (2004). “General practitioners believe that
hypnotherapy could be a useful treatment for irritable bowel syndrome in
primary care”. BMC Family Practice 5 (1), 22.
CRASILNECK, H.B. (1979). “The use of hypnosis in the treatment of psychoge-
nic impotency”. Australian Journal of Clinical and Experimental Hypnosis,
2, 147-153.
——— (1 982). “A follow-up study in the use of hypnotherapy in the treatment
of psychogenic impotency”. American Journal of Clinical Hypnosis 25 (1),
52-6 1.
CRASILNECK, H.B. y HALL, J.A. (1985). Clinical Hypnosis: Principles and Appli-
cations. Orlando, FL: Grune & Stratton.
CROWLEY, R. y MILLS, J. (1986). “The nature and construction of therapeutic
metaphors for children”. British Journal of Experimental and Clinical
Hypnosis 3(2), 69-76.
CYNA, A.; MCAULIFFE, G. y ANDREW, M. (2004). “Hypnosis for pain relief in
labour and childbirth: A systematic review”. British Journal of Anaesthesia
93, 505-51 l.
DAMASIO, A. (1994). Descartes’ Error: Emotion, Reason, and the Human Brain.
Oxford: Oxford University Press.
DAUD, L.; GARRALDA, M.E. y DAVID, T.J. (1993). “Psychosocial adjustment in
pre-school children with atopic eczema”. Archives of Diseases in Childhood
69, 670-676.
DAVANLOO, H. (1978). Basic Principles and Techniques in Short-Term Psycho-
dynamic Psychotherapy. Nueva York: Spectrum.
——— (1980). “A method of short-term psychodynamic therapy”. En H. DA-
VANLOO (Ed.), Short-Term Dynamic Psychotherapy. Nueva York: Jason
Aronson.
DAVIDSON, P. (1987). “Hypnosis and migraine headache: Reporting a clinical
series”. Australian Journal of Clinical and Experimental Hypnosis 15, 111-
118.
364 HIPNOSIS Y ESTRÉS

DAVIDSON, G.P.; GARBETT, N.D. y TOZER, S.G. (1982). “An investigation into
audiotaped self-hypnosis training in pregnancy and labour”. En D. WAX-
MAN, P.C. MISRA, M. GIBSON y M.A. BASKER (Eds.), Modem Trends in Hyp-
nosis. Nueva York: Plenum Press.
DAVIES, P. y MORGAN, D. (1997). “Hypnosis with children”. European Journal
of Clinical Hypnosis 4(2), 87-92.
DE BENEDITTIS, G. (1999). “Hypnotically induced dreams: Rationale and tech-
niques”. Australian Journal of Clinical and Experimental Hypnosis 27 (2),
42-49.
DEGUN, M.D. y DEGUN, G. (1982). “The use of hypnosis in the treatment of psy-
chosexual disorders: With case illustrations of vaginismus”. Bulletin of the
British Society of Experimental and Clinical Hypnosis 1 (5), 31-36.
——— (1988). “The use of hypnotic dream suggestion in psychotherapy”. En
M. HEAP (Ed.), Hypnosis: Current Clinical, Experimental, and Forensic
Approaches. Londres: Croom Helm.
DEGUN-MATHER, M. (1995). “Group therapy and hypnosis for the treatment of
bulimia nervosa”. Contemporary Hypnosis 12(2), 69-73.
——— (1997). “The use of hypnosis in the treatment of post-traumatic stress
disorder in a survivor of childhood abuse”. Contemporary Hypnosis 14,
100-104.
——— (2001). “The value of hypnosis in the treatment of chronic PTSD with
dissociative fugues in a war veteran”. Contemporary Hypnosis 18(1), 4-13.
——— (2003). “Ego-state therapy in the treatment of a complex eating disor-
der”. Contemporary Hypnosis 20 (3), 165-173.
DENZIN, N.K. y LINCOLN, Y.S. (1994). Handbook of Qualitative Research. Lon-
dres: Sage Publications.
DE SHAZER, S. (1985). Keys to Solution in Brief Therapy. Nueva York: W.W.
Norton.
——— (1988). Clues: Investigating Solutions in Brief Therapy. Nueva York:
W.W. Norton.
DHABHAR, F.; SATOSKAR, A.; BLUETHMANN, H.; DAVID, J. y MCEWEN, B. (2000).
“Stress-induced enhancement of skin immune function: A role for gamma
interferon”. Proceedings of the National Academy of Sciences 96, 1059-1064.
DIAMOND, M.J. (1974). “Modification of hypnotizability: A review”. Psychologi-
cal Bulletin 81,180-198.
DIAMOND, M.J. (1977). “Hypnotizability is modifiable: An alternativa approach”.
International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis 25, 147-166.
DIMOND, R.E. (1981). “Hypnotic treatment of a kidney dialysis patient”. Ame-
rican Journal of Clinical Hypnosis 23, 284-288.
DRUMMOND, F.E. (1981). “Hypnosis in the treatment of headache: A review of
the last 10 years”. Journal of the American Society of Psychosomatic Den-
BIBLIOGRAFÍA 365

tistry and Medicine 28 (3), 87-101.


DUNCAN, R.D.; SAUNDERS, B.E.; KILPATRICK, D.G.; HANSON, R.F. y RESNICK, H.S.
(1996). “Childhood physical assault as a risk factor for PTSD, depression,
and substance abuse: Findings from a national survey”. American Journal
of Orthopsychiatry, 66, 437-448.
DUNN, K.M., CHERKAS, L.F. y SPECTOR, T.M. (2005) “Genetic influences on va-
riation in female orgasmic function: A twin study”. Biology Letter (The
Royal Society).
DWIVEDI, K.N. (Ed.) (2000). Post Traumatic Stress Disorder in Children and
Adolescents. Londres: Whurr Publishers.
EDGETTE, J.H. y EDGETTE, J.S. (1995). Handbook of Hypnotic Phenomena in
Psychotherapy. Nueva York: Brunner/Mazel Publishers.
EDMOND, T. y MCCARTY, D. (2004). “Sexual abuse survivors’ perceptions of the
effectiveness of EMDR and eclectic therapy”. Research in Social Work
Practice 14(4), 259-272.
EDMONSTON, W.E. (1981). “Hypnosis and Relaxation: Modern Verification of an
Old Equation”. Nueva York: John Wiley & Sons.
EDSER, S.J. (2002). “Hypnotically-facilitated counter-conditioning of anticipa-
tory nausea and vomiting associated with chemotherapy”. Australian Jour-
nal of Clinical Hypnotherapy and Hypnosis 23 (1), 18-30.
ELKINS, G. y CARTER, B. (1981). “Use of science fiction-based imagery techni-
que in child hypnosis”. American Journal of Clinical Hypnosis 23, 274-277.
ELLENBERGER, H.F. (1970). The Discovery of the Unconscious: The History and
Evolution of Dynamic Psychiatry. Nueva York: Basic Books.
ELTON, D.; STANLEY, G. y BURROWS, G. (1983). Psychological Control of pain.
Sydney, Australia: Grune & Stratton.
ENGELS, E (1939). Anti-Dühning. Nueva York: International Publishers.
ENGEL, G.L. (1971). “Sudden and rapid death during psychological stress”.
Annals of internal Medicine 74, 771.
EPSTEIN, S.J. y DEYOUB, P.L. (1983). “Hypnotherapeutic control of exhibitio-
nism: A brief communication”. International Journal of Clinical and Expe-
rimental Hypnosis 31(2), 63-66.
ERICKSON, M.H. (1932). “Possible detrimental effects of experimental hypno-
sis”. Journal of abnormal and Social Psychology 37, 321-327.
——— (1934). “A brief survey of hypnotism”. Medical Record, 5, diciembre, 1-
8.
——— (circa 1950s). “Hypnosis in obstetrics: Utilizing experiential learnings”.
Milton H. Erickson: Complete Works [CD]. Phoenix, AZ: Milton H. Erick-
son Foundation Press [2001]. Unpublished paper.
——— (1952a). “Deep hypnosis and its induction”. En L.M. LECRON (Ed.).
Experimental Hypnosis. Nueva York: Macmillan, 70-114.
366 HIPNOSIS Y ESTRÉS

——— (1952b). “A therapeutic double bind utilizing resistance”. Milton H.


Erickson: Complete Works [CD]. Phoenix, AZ: Milton H. Erickson Foun-
dation Pres. [2001]. Unpublished paper.
——— (1953). “Impotence: Facilitating unconscious reconditioning”. Milton
H. Erickson: Complete Works [CD]. Milton H. Erickson Foundation Press
[2001]. Unpliblished paper.
——— (1954). “Pseudo-orientation in time as a hypnotherapeutic procedure”.
Journal of experimental and Clinical Hypnosis 2, 261-283.
——— (1956). “Reorganization of unconscious thinking without conscios
awareness: Two cases with intellectualized resistance against hypnosis”.
Milton H. Erickson: Complete Works [CD]. Milton H. Erickson Foundation
Press [2001]. Unpublished paper.
——— (1958a). “Naturalistic techniques of hypnosis”. American Journal of
Clinical Hypnosis 1, 3-8.
——— (1958b). “Pediatric hypnotherapy”. American Journal of Clinical Hyp-
nosis 1, 25-29.
——— (1 959). “Further clinical techniques of hypnosis: Utilization techni-
ques”. Amenican Journal of Clinical Hypnosis 2, 3-2 1.
——— (1960). “Utilization of patient behavior in the hypnotherapy of obesity:
Three case reports”. American Journal of Clinical Hypnosis 3, 112-116.
——— (1962). Milton H. Erickson: Complete Works [CD]. Phoenix, AZ: Milton
H. Erickson Foundation Press. Unpublished paper.
——— (1964a). “Pantomime techniques in hypnosis and the implications”.
American Journal of Clinical Hypnosis 7, 64-70.
——— (1964b). “The ‘Surprise’ and ‘My-Friend-John’ techniques of hypnosis:
Minimal cues and natural field experimentation”. American Journal of
Clinical Hypnosis 6, 293-307.
——— (1965). “Use symptoms as an integral part of hypnortherapy”.
American Journal of Clinical Hypnosis 8, 5 7-65.
——— (1966). “The interspersal hypnotic tecnique for symptom correction
and pain control”. American Journal of Clinical Hypnosis 8, 198-209.
——— (1973). “Psychotherapy achieved by a reversal of the neurotic proces-
ses in a case of ejaculatio praecox”. American Journal of Clinical Hypnosis
15, 217-222.
——— (1977). “Hypnotic approaches to therapy”. American Journal of Clinical
Hypnosis 20(1), 20-35.
ERICKSON, M.H. y KUBIE, L.S. (1941). “The successful treatment of a case of
acute hysterical depression by a return under hypnosis to a critical phase
of childhood”. Psychoanalytic Quarterly 10, 583-609.
ERICKSON, M.H. y ROSSI, E. (1975). “Varieties of double bind”. American
Journal of Clinical Hypnosis 17, 143-157.
BIBLIOGRAFÍA 367

ERICKSON, M.H., y ROSSI, E. (1976a). “Two-level communication and the mi-


crodynamics of trance and suggestion”. American Journal of CIinical Hyp-
nosis 18, 153-171.
ERICKSON, M.H. y ROSSI, E . (1976b). “Indirect forms of suggestion”. Milton H.
Erickson: Complete Works [CD]. Milton H. Erickson Foundation Press
[2001]. Unpublished paper.
ERICKSON, M.H. y ROSSI, E.L. (1979). Hypnotherapy: An Exploratory Casebook.
Nueva York: Irvington.
ERICKSON, M.H. y ROSSI, E.L. (1981). Experiencing Hypnosis: Therapeutic
Approaches to Altered State. Nueva York: Irvington.
ERICKSON, M.H. y ROSSI, E. (1989). The February Man: Evolving Consciousness
and Identity in Hypnotherapy. Nueva York: Brunner/Mazel Publishers.
ERICKSON, M.H.; ROSSI, E.L. y ROSSI, S.L. (1976). Hypnotic Realities. Nueva
York: Irvington.
ERIKSON, E. (1950). Childhood and Society. Nueva York: W.W. Norton.
EVANS, F.J. (1994). “Hypnosis and pain control”. American Journal of Clinical
and Experimental Hypnosis 18 (1), 21-33.
EVANS, B.J.; COMAN, G.J. y BURROWS, G.D. (Eds.) (1997). Hypnosis for Weight
Management and Eating Disorders: A Clinical Handbook. Heidelberg,
Australia: Australian journal of Clinical and Experimental Hypnosis.
EVANS, C. y RICHARDSON, P.H. (1988). “Improved recovery and reduced posto-
perative stay after therapeutic suggestions during general anesthesia”. The
Lancet 2, 491-493.
EVERILL, J.T. y WALLER, G. (1995). “Dissociation and bulimia: Research and
theory”. European Eating Disorders Reviev 3, 129-147.
EWIN, D.M. (1979). “Hypnosis in burn therapy”. En G.D. BURROWS, D.R.
COLLISON y L. DENNERSTEIN (Eds), Handbook of hypnosis and Psychosoma-
tic Medicine (pp. 269-275). Nueva York: Elsevier Press.
——— (1992). “Hypnotherapy for warts (verruca vulgaris): 41 consecutiva
cases with 33 cures”. American Journal of Clinical Hypnosis 35, 1-1 0.
FABBRI, R. (1976). “Hypnosis and behavior therapy: A coordinated approach
to the treatment of sexual disorders”. American Journal of Clinical
Hypnosis 19, 4-8.
FARIA, J.C. (1906). En D.C. DELGADO (Ed.), De la cause de sommeil lucide: Ou
etude sur la nature de l’homme. Paris: Henri jouvet.
FEDERN, P. (1952). Ego Pychology and the Psychoses. Nueva York: Basic Books.
FELLOWS, B.J. (1988). “The use of hypnotic susceptibility scales”. En M.J. HEAP
(Ed.), Hypnosis: Current Clinical, Experimental and Forensic Practices.
Londres: Croom Helm.
FERBER, R. y KRYGER, M. (1995). Principles and Practice of Sleep Medicine in
the Child. Filadelfía, PA: W.B. Saunders.
368 HIPNOSIS Y ESTRÉS

FOA, E.B.; DAVIDSON, J.R.T. y FRANCES, A. (1999). “The expert consensus gui-
deline series: Treatment of posttraumatic stress disorder”. Journal of Cli-
nical Psychiatry 60 (Suppl. 16), 1-79.
FOA, E.B.; KEAIIE, T.M. y FRIEDMAN, M.J. (Eds.) (2000). Effective, Treatments
for PTSD: Practice Guidelines from the International Society for Traumatic
Stress Studies. Nueva York: Guilford Publications.
FOA, E.B.; ROTHBAUM, B.O. y MOLNAR, C. (1995). “Cognitive-behavioral therapy
of post-traumatic stress disorder”. En M.J. FRIEDMAN, D.S. CHARNEY y A.Y.
DEUTCH (Eds.), Neurobiological and Clinical Consequences of stress: From
Normal Adaptation to Post-Taumatic Stress Disorder. Filadelfía, PA:
Lippincott-Raven.
FOLKS, D.G. y KINNEY, F.C. (1992). “The role of psychological factors in der-
matologic conditions”. Psychosomatics 33, 45-54.
FORD, R. (1995). “Hypnotic treatment of a sleeping problem in an 11-year-old
boy”. Contemporary Hypnosis 12(3), 201-206.
FOWLER-KERRY, S. (1 990). “Adolescent oncology survivors’ recollection of
pain”. Paper presented at the First Intemational Pain Symposium.
Washington, DC: Seattle.
FRANK, J.D. (1973). Persuasion and Healing (2º ed.). Baltimore, MD: John
Hopkins University Press.
FRANK, R.G.; UMLAUF, R.L.; WONDERLICH, S.A. y ASHKANAZI, G.S. (1986). “Hyp-
nosis and behaviour treatment in a worksite cessation program”. Addictive
Behaviors 11, 59-62.
FREDERICK, C. y PHILLIPS, M. (1992). “The use of hypnotic age progressions as
interventions with acute psychosomatic conditions”. American Journal of
Clinical Hypnosis 35, 89-98.
FREDERICKS, L.E. (2001). The Use of Hypnosis in Surgery: Psychological Prepa-
ration of the Surgical Patient. Springfield, IL: Charles C. Thomas.
FRENAY, M.C.; FAYMONVILLE, M.E.; DEVLIEGCR, S.; ALBERT, A. y VANDERKELEN,
A. (2001). “Psychological approaches during dressing changes of burned
patients: A prospective randomized study comparing hypnosis against
stress reducing strategy”. Burns 27,793-799.
FREUD, S. (1900/1976). The Interpretation of dreams. Harmondsworth: Pelican
Books.
——— (1923). The Ego and the ID. Nueva York: W.W. Norton.
FRIEDMAN, H. y TAUB, H.A. (1985). “Extended follow-up study of the effects of
brief psychological procedures in migraine therapy”. American Journal of
Clinical Hypnosis 28, 27-33.
FRIEDMAN, M.; THORESEN, C. y GILL, J. (1986). “Alteration of Type A behavior
and its effects on cardiac reoccurrences in post myocardial infarction
patients: Summary results of the recurrent coronary prevention project”.
American Heart Journal 112, 653-665.
BIBLIOGRAFÍA 369

FROMM, E. (1956). The Art of loving. Nueva York: Harper & Row.
GANDHI, B. y OAKLEY, D.A. (2005). “Does ‘hypnosis’ by any other name smell
as sweet? The efficacy of hypnotic’ inductions depends on the label ‘hyp-
nosis’”. Consciousness and Cognition 14, 304-315.
GARDNER, G.G. (1976). “Hypnosis and mastery: Clinical contributions and di-
rections for research”. International Journal of Clinical and Experimental
Hypnosis 24, 202-214.
——— (1990). Helping parents see specific advantages in child hypnotherapy.
En D.C. Hammond (Ed.), Handbook of Hypnotic Suggestions and
Metaphors (pp. 477-480). Nueva York: W.W. Norton.
GARDNER, G.G.; OLNESS, K. y KOHEN, D. (1996). Hypnosis and Hypnotherapy
with Children. Nueva York: Guilford Press.
GAULD, A. (1992). A History of hypnotism. Cambridge, MA: Cambridge Univer-
sity Press.
GENIUS, M.L. (1995). “The use of hypnosis in helping cancer patients control
anxiety, pain, and emesis: A review of recent empirical studies”. American
Journal of Clinical Hypnosis 37(4), 316-325.
GERMAN, E. (2004). “Hypnotic preparation of a mother-to-be”. Australian
Journal of Clinical and Experimental Hypnosis 32 (2), 157-169.
GIBSON, H.B. (Ed.). (1994). Psychology, Pain and Anaesthesia. Londres: Chap-
man & Hall.
GIBSON, H.B. y HEAP, M. (1991). Hypnosis in Therapy. Hove: Lawrence Erl-
baum Associates.
GILLIGAN, S. (1987). Therapeutic Trances: The Cooperation Principle in Erickso-
nian Hypnotherapy. Nueva York: Brunner/Mazel Publishers.
GLASER, R.; KENNEDY, S.; LAFUSE, W.; BONNEAU, R.H.; SPEICHER, C.; HILLHOUSE,
J. y KIECOLT-GLASER, J.K. (1990). “Psychological stress-induced modula-
tion of interleukin 2 receptor gene expression and interleukin gene 2 pro-
duction in peripheral blood leukocytes”. Archives of General Psychiatry 47,
707-712.
GLASER, R.; LAFUSE, W.; BONNEAU, R.; ATKINSON, C. y KIECOLT-GLASER, J.K.
(1993). “Stress-associated modulation of proto-oncogene expression in
peripheral blood leukocytes”. Behavioral Neuroscience 107, 525-529.
GLASER, B.G. y STRAUSS, A.L. (1967). The Discovery of Grounded Theory Strate-
gies for Qualitative Research. Nueva York: Aldine Press.
GOLDEN, L. (1999). “Hypnosis in obstetrics and gynecology”. En R. TEMES
(Ed.), Medical Hypnosis: An Introduction and CIinical Guide (pp. 65-78).
Philadelphia, PA: Churchill Livingstone.
GOLDEN, W.L.; DOWD, E.T. y FRIEDBERG, F. (1987). Hypnotherapy: A Modern
Approach. Boston, MA: Allyn & Bacon.
GOLDSTEIN, R.H. (2005). Successful repeated hypnotic treatment of warts in
the same individual. American Journal of Clinical Hypnosis 47 (4), 259-264.
370 HIPNOSIS Y ESTRÉS

GONSALKORALE, W.M.; HOUGHTON, L.A. y WHORWELL, P.J. (2002). “Hypnothera-


py in irritable bowel syndrome: A large-scale audit of a clinical service
with an examination of factors influencing responsiveness”. American
Journal of Gastroenteroly, 97(4), 954-961.
GONSALKORALE, W.M.; MILLER, V.; AFZAL, A. y WHORWELL, P.J. (2003). “Long-
term benefits of hypnotherapy for irritable bowel syndrome”. Gut 52(11),
1623-1629.
GORASSINI, D.R. y SPANOS, N.P. (1999). “The Carleton skill training program
for modifying hypnotic suggestibility: Original version and variations”. En
I. KIRSCH, A. CAPAFONS, E. CARDEÑA-BUELNA y S. AMIGO (Eds.), Clinical Hyp-
nosis and Self-Regulation. Washington, DC: American Psychological Asso-
ciation.
GOTTHEIL, E. (Ed.) (1987). Stress and Addiction. Nueva York: Brunner/Mazel
Publishers.
GOW, M. (2002). “Treating dental needle phobia using hypnosis”. Australian
Journal of Clinical and Expeyimental Hypnosis 30 (2), 198-202.
GRAVITZ, M.A. y PAGE, R.A. (2002). “Hypnosis in the management of stress
reactions”. En G.S. EVERLY y J.M. LATING (Eds.), A Clinical Guide to the
Treatment of the Human Stress Response (pp. 241-252). Nueva York:
Kluwer Academic Publishers/Plenum Publishing.
GREEN, J.P. (1996). “Cognitive behavioral hypnotherapy for smoking cessa-
tion: A case study in a group setting”. En S.J. LYNN, I. KIRSCH y J.W. RHUE
(Eds.), Casebook of Clinical Hypnosis. Washington, DC: American Psycho-
logical Association.
——— (1999). “Hypnosis and the treatment of smoking cessation and weight
loss”. En I. KIRSCH, A. CAPAFONS, E. CARDEÑA-BUELNA y S. AMIGO (Eds.),
Clinical Hypnosis and Self-Regulation. Washington, DC: American Psycho-
logical Association.
GREENE, W.A. (1966). “The psychosocial setting of the development of leuke-
mia and lymphoma”. Annals of the New York Academy of Scienes 125, 794-
80 l.
GREENBERG, L.S. (1991). “Research on the process of change”. Psychotherapy
Research 1, 3-16.
GREENE, B.R., BLANCHARD, E.B. y WAN, C.K. (1994). “Long-term monitoring of
psychosocial stress and symptomatology in inflammatory bowel disease”.
Behavior Research and Therapy 32, 217-226.
GREENLEAF, E. (1969). “Developmental-stage regression through hypnosis”.
American Journal of Clinical Hypnosis 12 (1), 20-26.
——— (1990). “Suggestions to facilitate revivification”. En D.C. HAMMOND
(Ed.), Handbook of hypnotic Suguestions and Metaphors. Nueva York:
W.W. Norton.
BIBLIOGRAFÍA 371

GREENSON, R.R. (1967). The Theory and Technique of psychoanalysis. Nueva


York: International Universities Press.
GREER, S. y MORRIS, T. (1975). “Psychological attributes of women who deve-
lop breast cancer”. Journal of Psychosomatic Research 19, 147-153.
GROF, S. (1976). Realms of the Human Unconscious: Obsemations from LSD
Research. Nueva York: E.P. Dutton & Company.
——— (1988). The Adventure of Self-Discovery. Nueva York: State University
of New York Press.
GROSS, J. y LEVENSON, R.W. (1997). “Hiding feelings: The acute effects of inhi-
biting negative and positive emotion”. Journal of abnormal Psychology 106,
95-103.
GROSSARTH-MATICCK, R.; EYSENCK, H.J.; VETTER, H. y FRENTZEL-BEYME, R.
(1986). “The Heidelberg prospective intervention study”. En W.J.
EYLENBASCH, A.M. DEPOORTER y N. VAN LARBEKE (Eds.), Primary Prevention
of Cancer (pp. 199-212). Nueva York: Raven Press.
GRUZELIER, J. (2002a). “A review of the impact of hypnosis, relaxation, guided
imagery and individual differences on aspects of immunity and health”.
Stress 5, 147-163.
——— (2002b). “Self-hypnosis and immune function, health, wellbeing and
personality”. Hypnos: Swedish Journal of Hypnosis in Psychotherapy and
Psychosomatic Medicine 29, 186-191.
GRUZELIER, J.; LEVY, J.; WILLIAMS, J. y HENDERSON, D. (2001). “Self-hypnosis and
exam stress: Comparing immune and relaxation-related imagery for influen-
ces on immunity, health and mood”. Contemporary Hypnosis 18(2), 73-86.
HALEY, J. (1973). Uncommon Therapy: The Psychiatric Tenchniques ofmilton
H.J,.”Yickson M.D. Nueva York: W.W. Norton.
——— (1976). Problem-Solving Therapy. San Francisco, CA: Jossey-Bass.
HALL, J. (2001). “Cellular imaging of zif-268 expression in the hippocampus
and amygdala during contextual and cued fear memory retrieval: Selective
of hippocampal CAI neurons during the recall of contextual memories”.
Journal of neuroscience 21, 2186-2193.
HALMOS, P. (1978). The Personal and the Political. Londres: Hutchinson &
Company.
HAMMOND, D.C. (1984). “Hypnosis in marital and sex therapy”. En R.F. STAH-
MANN y W.J. HIEBERT (Eds.), Counseling in Marital and Sexual Problems
(pp. 115-130). Lexington, MA: Lexington Books.
——— (1985). “Treatment of inhibited sexual desire”. En J. ZEIG (Ed.), Erik-
sonian Psychotherapy, Vol. II. Clinical Applications (pp. 415-428). Nueva
York: Brunner/ Mazel Publishers.
——— (Ed.). (1990a). Handbook of Hypnotic Suggestions and Metaphors. Lon-
dres: W.W. Norton.
372 HIPNOSIS Y ESTRÉS

——— (1990b). “Hypnotherapy with sexual dysfunctions: The master control


room technique”. En D.C. HAMMOND (Ed.), Handbook of Hypnotic
Suggestions and Metaphors (pp. 354). Londres: W.W. Norton.
HANSON, M. (2004). “Over and Out”. The Guardian, 7 Agosto, pp. 8-9.
HART, B.B. y ALDEN, P.A. (1994). “Hypnotic techniques in the control of pain”.
En H.B. GIBSON (Ed.), Psychology, Pain and Anaethesia. Londres: Chap-
man & Hall.
HART, C. y HART, B. (1996). “The use of hypnosis with children and adoles-
cents”. The Psychologist 9 (11), 506-509.
HART, C. y HArt, B. (1998). “Discussion commentary: Hypnosis in the allevia-
tion of procedure related pain and distress in paediatric oncology pa-
tients”. Contemporary Hypnosis, 15(4), 208-211.
HARTLAND, J. (1971). Medical and Dental Hypnosis and Its Clinical Applica-
tions. Eastbourne: Bailliere Tindall.
——— (1989). Medical and Dental Hypnosis. Londres: Balliere Tindall.
HARVEY, A.G.; BRYANT, R.A. y TARRIER, N. (2003). Cognitive behavior therapy
for post-traumatic stress disorder. Clinical Psychology Review 23(3), 501-
522.
HARVEY, R.E; HINTON, R.A.; GUNARY, R.M. y BARRY, R.E. (1989). “Individual
and group hypnotherapy in treatment of refractory irritable bowel syn-
drome”. The Lancet 1(8635),424-425.
HAWKINS, P.J. (1986). Catharsis in Psychotherapy. Unpublished PhD, Univer-
sity of Durham, Durham, England.
——— (1990). “The use of hypnosis in the treatment of bulimia”. Paper pre-
sented at the Seventh Annual Conference of the British Society of experi-
mental and Clinical Hypnosis, Sheffield, England.
——— (1994a). “Is this the renaissance of clinical hypnosis?”. European
Journal of Clinical Hypnosis 1 (2), 4-6.
——— (1994b). “Caring for carers”. En M. KAILA, N. POLEMIKOS y G. FILIPPOU
(Eds.), People with Special Needs. Athens: Ellinika Grammata.
——— (1994c). “Ideodynamic signalling in psychodynamic psychotherapy”.
European Journal of Clinical Hypnosis 2 (1), 41-44.
——— (1994d). “Hypnosis in family therapy”. European Journal of Clinical
Hypnosis 1(3), 1-7.
——— (1995). “Catharsis in counselling psychology”. Counselling Psychology
Review 10(2), 11-17.
——— (1996). “Hypnosis in sex therapy”. European Journal of Clinical Hyp-
nosis 3 (2), 2-8.
——— (1997a). “Psychodynamic psychotherapy”. En P.J. HAWKINS y J.N. NES-
TOROS (Eds.), Psychotherapy: New Perspectives on Theory, Practice and
Research (pp. 97-129). Athens: Ellinika Grammata.
BIBLIOGRAFÍA 373

——— (1997b). “Clinical hypnosis strategies in the treatment of sexual dys-


function”. En C. SIMONELLI, E PETRUCCELLI y V. VIZZARI (Eds.), Sessualita e
terzo millennio: Studi e richerche in sessuologia clinica (Vol. 1, pp. 347-
361). Milán: Franco Angeli.
——— (1997c). “Clinical hypnosis”. En P.J. HAWKINS y J.N. NESTOROS (Eds.),
Psychotherapy: New Perspectives on Theory, Practice and Research (pp. 197-
241). Athens: Ellinika Grammata.
——— (en prensa). “Hypnoanalysis: An integration of clinical hypnosis and
psychodynamic therapy”. En E. O’Leary y M. Murphy (Eds), New Approa-
ches to Integration in Psychotherapy. Londres: Brunner Routledge.
HAWKINS, P.J.; LIOSSI, C.; EWART, B.E.; HATIRA, P.; KOSMIDIS, V.H. y VARVUTSI, M.
(1995). “Hypnotherapy for control of anticipatory nausea and vomiting in
children with cancer: Preliminary findings”. Psycho-Oncology 4, 101-106.
HAWKINS, P.J.; LIOSSI, C.; HATIRA, P.; EWART, B.E. y KOSMIDIS, V.H. (1998).
“Hypnosis in the alleviation of procedure related pain and distress in pae-
diatric cancer patients”. Contemporary Hypnosis 15(4), 199-207.
HAWKINS, P.J. y POLEMIKOS, N. (2002). “Hypnosis treatment of sleeping pro-
blems in children experiencing loss”. Contemporary Hypnosis 19(1), 18-24.
HEAP, M. y ARAVIND, K.K. (2001). Hartlands Medical and Dental Hypnosis.
Edimburgo: Churchill Livingstone.
HEAP, M., BROWN, R.J. y OAKLEY, D.A. (2004). “High hypnotizability: Key
issues”. En M. HEAP, R.J. BROWN y D.A. OAKLEY (Eds.), The Highly Hypnoti-
zable Person: Theoretical, Experimental and Clinical Issues (pp. 5-29).
Londres: Brunner-Routledge.
HEARNE, K.M.T. (1993). “Hypnosis in the conversion of nightmares to lucid
dreams”. European Journal of Clinical Hypnosis 1 (1), 12-17.
HENWOOD, K. y NICOLSON, P. (1995). “Qualitative rescarch”. The Psychologist
8(3), 109-110.
HENWOOD, K. y PIDGEON, N. (1995). “Grounded theory and psychological re-
search”. The Psychologist 8 (3), 1 1 5-1 2 1.
HERMAN, J.L. y SCHATZOW, E. (1987). “Recovery and verification of memories
of childhood sexual trauma”. Psychoanalytic Psychology 4, 1-14.
HEROLD, D.M. y CONLON, E.J. (1981). “Work factors as potential causal agents
of alcohol abuse”. Journal of drug Issues 11, 337-356.
HERON, J. (1971). Experience and Method. Guildford: University of Surrey.
——— (1992). Feeling and Personhood: Psychology in Another Key. Londres:
Sage Publications.
——— (1 996). Co-operative Inquiry: Research into the Human Condition. Lon-
dres: Sage Publications.
——— (1998a). Catharsis in Human Development (Rev.). Disponible en:
ww.human-inquiry.com/catharsi.htm.
374 HIPNOSIS Y ESTRÉS

——— (1998b). Co-Counselling Manual (Rev.). Disponible en:


www.shefac.uk/personal/c/cci/cciuk/resources/manuals.html.
——— (2001). Helping the Client: A Creative Practical Guide (5ª ed.). Londres:
Sage Publications.
HERON, J. y REASON, P. (1997). “A participatory inquiry paradigm”. Qualitative
Inquiry 3(3), 274-294.
HILGARD, E.R. (1982). “Hypnotic susceptibility and implications for measure-
ment”. International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis 33,
394-403.
HILGARD, E.R. y HILGARD, J.R. (1994). Hypnosis in the Relief of pain (rev. ed.).
Los Altos, CA: William Kaufman.
HILGARD, J.R. y LEBARON, S. (1982). “Relief of anxiety and pain in children and
adolescents with cancer: Quantitative measures and clinical observa-
tions”. International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis 30,
417-442.
HILGARD, J.R. y LEBARON, S. (1984a). Hypnotherapy of Children with Pain. Los
Altos, CA: William Yaufman.
HILGARD, J.R. y LEBARON, S. (1984b). Hypnotherapy of pain in Children with
Cancer. Los Altos, CA: William Kaufmann.
HILLIARD, R.B. (1993). “Single-case methodology in psychotherapy process
and outcome research”. Journal of Consulting and Clinical Psychology 61
(3), 373-380.
HOARCAU, J. (1998). “Hypnosis in France”. En P.J. HAWKINS y M. HEAP (Eds.),
Hypnosis in Europe. Londres: Whurr Publishers.
HOLLANDER, E.; SIMEON, D., y GORMAN, J.M. (1994). “Anxiety disorders”. En
R.E. HALES, S.C. YUDOFSKY y J.A. TALBOTT (Eds.), Textbook of Psychiatry (2ª
ed.). Washington, DC: American Psychiatric Press.
HOLMES, E.A.; BROWN, R.J.; MANSELL, W.; PASCO FEARON, R.; HUNTER, E.C.M.;
FRASQUILHO, F. y OAKLEY, D.A. (2005). “Are there two qualitatively distinct
forms of dissociation? A review and some clinical implications”. Clinical
Psycholy Review 25, 1-23.
HOLMES, T.H. y RAHE, R.H. (1967). “The social readjustment rating scale”.
Journal of psychosomatic Pesearch 11, 213-218.
HOUGHTON, L.A., HEYMAN, D.J. y WHORWELL, P.J. (1996). “Symptomatology,
quality of live and economic features of irritable bowel syndrome - the
effect of hypnotherapy”. Alimentary Pharmacology Therapeutics 10(1), 91-
95.
HOUGHTON, L.A.; LARDER, S.; LEE, R.; GONOSALCORALE, W.M.; WHELEN, V.; RAN-
DLES, J.; COOPER, P.; CRUIKSHANKS, P.; MILLER, V. y WHORWELL, P.J. (1999).
“Gut focused hypnotherapy normalizas rectal hypersensitivity in patients
with irritable bowel syndrome (IBS)”. Gastroenterology 116, A1009.
BIBLIOGRAFÍA 375

HOUSE OF LORDS SELECT COMMITTEE (2000). “Select Committee on Science and


Technology”: Sixth Report, 21 Noviembre.
HOWSAM, D.G. (1999). “Hypnosis in the treatment of insomnia, nightmares,
and night terrors”. Australian Journal of Clinical and Experimental
Hypnosis 27 (1), 32-39.
HULL, C. (1933/1968). Hypnosis and Suggestibility. Nueva York: Appleton-
Century-Crofts.
HUMPHRIES, A. (1988). “Applications of hypnosis to anxiety control”. En M.
HEAP (Ed.), Hypnosis: Current Clinical, Experimental and Forensic Practi-
ces. Londres: Croom Helm.
IPHOFEN, R.; CORRIN, A. y RINGWOOD-WALKER, C. (2005) “Design issues in hyp-
notherapeutic research”. European Journal of Clinical Hypnosis 6 (2), 30-37.
ILLICH, I. (1975). Medical Nemesz’s. Londres: Calder Boyars.
IRONS, R. y SCHNEIDER, J.P. (1997). “Addictive sexual disorders”. En N.S.
MILLER (Ed.), Principles and Practice of addictions in Psychiatry (pp. 441-
457). Filadelfía, PA: W.B. Saunders.
JACK, M.M. (1999). “The use of hypnosis for a patient with chronic pain”.
Contemporary Hypnosis 16(4), 231-237.
JACOBS, E., PELIER, E. y LARKIN, D. (1998). “Ericksonian hypnosis and approa-
ches with pediatric hematology oncology patients”. American Journal of
Clinical Hypnosis 41 (2), 139-154.
JAFFE, D.T. y BRESLER, D.E. (1 980). “The use of guided imagery as an adjunct
to medical diagnosis and treatment”. Journal of Humanistic Psychology 20
(4), 45-59.
JANET, P. (1 907). The Major Symptoms of Hysteria. Nueva York: Macmillan
Publishing.
JANOV, A. (1973). The Primal Scream. Londres: Sphere.
JENCKS, B. (1984). “Using the patient’s breathing rhythm”. En W.C. WESTER y
A.H. SMITH (Eds.), Clinical Hypnosis: A Multidisciplinary Approach (pp. 29-
41). Filadelfía, PA: Lippincott.
JENKINS, M.W. y PRITCHARD, M.H. (1993). “Hypnosis: Practical applications
and theoretical considerations in normal labour”. British Journal of
Obstetrics and Cynaecolgy, 100, 221-226.
JOHNSON, J.H. (1986). Life Events as Stressors in Childhood and Adolescence.
Newbury Park, CA: Sage Publications.
JOHNSON, V.C.; WALKER, L.G.; HEYS, S.D.; WHITING, P.H. y EREMIN, O. (1996).
“Can relaxation training and hypnotherapy modify the immune response
to stress, and is hypnotizability relevant?”. Contemporary Hypnosis 13(2),
100-108.
JUNG, C. (1902/1957). The Collected Works of C. G. Jung. VoL 1, Psychiatric
Studies. Princeton, NJ: Princeton University Press.
376 HIPNOSIS Y ESTRÉS

——— (1938/1969). “Psychology and religion”, The Collected Works of C. G.


Jung. VoL 11, Psychology and Religion, West and East. (pp. 64-105).
Princeton, NJ: Princeton University Press.
——— (1943/1966). “The synthetic or constructive method”. En R.C.E HULL
(trans.). The Collected Works of Jung.- Vol 7, Two Essays on Analytical
Psycholy (pp. 80-89). Princeton, NJ: Princeton University Press.
——— (1954). “The practical use of dream analysis”. En H. READ, M. FORDHAM
y G. ADLER (Eds.), The Collected Works of C. G. Jung. Vol 16, The Practice
of Psychology (pp. 139-161). Princeton, NJ: Princeton University Press.
——— (1969). “A review of the complex theory”. Collected Works of C. G. Jung.
Vol 8, The Structure and Dynamics of the Psyche. Princeton, NJ: Princeton
University Press.
KANNER, A.D.; COYNE, J.C.; SCHAEFER, C. y LAZARUS, R.S. (1981). “Comparison
of two modes of stress measurement: Daily hassles and uplifts versus
major life events”. Journal of Behavioral Medicine 4, 1-39.
KAPLAN, H.S. (1974). The New Sex Therapy: Active Treatment of Sexual Dys-
functions. Nueva York: Brunner/Mazel Publishers.
——— (1979). Disorders of Sexual Desire and Other New Concepts and
Techniques in Sex Therapy. Nueva York: Brunner/Mazel Publishing.
——— (1988). The Illustrated Manual of Sex Therapy (2nd edn). Nueva York:
Brunner-Routledge.
——— (1995). Sexual Desire Disorders: Dysfunctional regulation of Sexual
Motivation. Nueva York: Brunner/Mazel Publishing.
KARASEK, R. y THEORELL, T. (1990). Healthy Work, Stress, Productivity and the
Reconstruction of Workiikg Life. Nueva York: Basic Books.
KARLE, H.W.A. (1988). “Hypnosis in the management of tinnitus”. En M. HEAP
(Ed.), Hypnosis: Current Clinical, Experimental and Forensic Practices.
Londres: Croom-Helm Limited.
KARLE, H. y BOYS, J.H. (1987). Hypnotherapy: A Practical Handbook. Londres:
Free Association Books.
KATZ, N.W. (1979). Comparative efficacy of behavioural training, training plus
relaxation, and sleep/trance hypnotic induction in increasing hypnotic
susceptibility. Journal of Consulting and Clinical Psychology 47, 119-127.
KATZ, E.R., KELLERMAN, J. y ELLENBERG, L. (1987). “Hypnosis in the reduction
of acute pain and distress in children with cancer”. Journal of Pediatric
Psycholy 12(3), 379-394.
KAUFER, D., FRIEDMAN, A., SEIDMAN, S. y SOREQ, H. (1998). “Acute stress facilita-
ses longlasting changes in cholinergic gene expression”. Nature 393, 373-377.
KEANE, T.M. (1998). “Psychological and behavioral treatment of posttrauma-
tic stress disorder”. En P. NATHAN y J. GORMAN (Eds.), Treatments That
Work. Oxford: Oxford University Press.
BIBLIOGRAFÍA 377

KELLERMAN, J.; ZELTZER, L.; ELLENBERGER, L. y DASH, J. (1983). “Adolescents


with cancer: Hypnosis for the reduction of acute pain and anxiety asso-
ciated with medical procedures”. Journal of adolescent Health Care 4, 76-
81.
KENNERLEY, H. (1996). Cognitive therapy of dissociative symptoms associated
with trauma. British Journal of Clinical Psychology 35, 325-340.
KESSLER, R. (1999). The consequences of individual diferentes in preparation
for surgery and invasive medical procedures. Australian Journal of Clinical
and Experimental Hypnosis 27 (1), 40-53.
KESSLER, R.; SONNEGA, A.; BROMET, E.; HUGHES, M. y NELSON, C.B. (1995).
“Posttraumatic stress disorder in the National Comorbidity Survey”.
Archives of General Psychiatry 52, 1048-1060.
KIECOLT-GLASER, J.K. y GLASER, R. (1986). “Psychological influences on immu-
nity”. Psychosomatics 27, 621-624.
KIECOLT-GLASER, J.K. y GLASER, R. (1992). “Psychoneuroimmunology: Can
psychological interventions modulate immunity?”. Journal of Consulting
and Clinical Psychology 60, 569-575.
KIECOLT-GLASER, J.K.; MARUCHA, P.; ATKINSON, C. y GLASER, R. (2001). “Hypno-
sis as a modulator of cellular immune dysregulation during acute stress”.
Journal of Consulting and Clinical Psychology 69, 674-682.
KILPATRICK, D.G. y RESNICK, H.S. (1993). “Posttraumatic stress disorder asso-
ciated with criminal victimization in clinical and community popula-
tions”. En J.R.T. DAVIDSON y E.B. FOA (Eds.), Post-traumalic stress disorder.
DSM-I-V and beyond (pp. 113-143). Washington, DC: American Psychia-
tric Press.
KING, A.C., BLAIR, S.N. y BILD, D.E. (1 992). “Determinants of physical activity
and intervention in adults”. Medicine and Science in Sports and Exercise
24, S221-S237.
KING, D.W.; KING, L.A.; GUDANOWSKL, D.M. y VREVEN, D.L. (1995). “Alternative
representations of war zone stressors: Relationships to posttraumatic
stress disorder in male and female Vietnam veterans”. Journal of abnormal
Psychology 104, 184-196.
KINGSBURY, S.J. (1993). “Brief hypnotic treatment of repetitive nightmares”.
American Journal of Clinical Hypnosis 35 (3), 161-169.
KIRSCH, I. y LYNN, S.J. (1995). “The altered state of hypnosis: Changes in the
theoretical landscape”. American Psychologist 50(10), 846-858.
KIRSCH, I.; MONTGOMERY, G.H. y SAPIRSTEIN, A. (1995).” Hypnosis as an ad-
junct to cognitive-behavioral psychotherapy: A meta-analysis”. Journal of
Consulting and Clinical Psychology 63, 214-220.
KISSEN, D.M. (1966). “The significance of personality in lung cancer in men”.
Annals of The New York Academy of sciences 125, 820-826.
378 HIPNOSIS Y ESTRÉS

——— (1967). “Psychosocial factors, personality, and lung cancer in men


aged 55-64”. British Journal of medical Psycholy 40, 69.
KISSEN, D.M.; BROWN, R.I.F. y KISSEN, M.A. (1969). “A further report on per-
sonality and psychological factors in lung cancer”. Annals of the New York
Academy of Sciency 164, 535-545.
KLEINHAUZ, M. y BERAN, B. (1981). “Misuses of hypnosis: A medical emergency
and its treatment”. International Journal of Clinical and Experimental Hyp-
nosis 29, 148-161.
KLEINPLATZ, P. (Ed.). (2001). New Directions in Sex Therapy: Innovations and
Alternatives. Florence, KY. Brunner-Routledge.
KLUFT, R.P. (1988). “On treating the older patient with multiple personality
disorder: ‘Race against time’ or ‘Make haste slowly’”. American Journal of
Clinical Hypnosis 30. 257-266.
KOBLENZER, C. (1988). “Stress and the skin: Significance of emotional factors
in dermatology”. Stress Medicine 4, 21-26.
KOHEN, D.P.; MAHOWALD, M.W. y ROSEN, G.M. (1992). “Sleep-terror disorder
in children: The role of self-hypnosis in management”. American Journal
of Clinical Hypnosis 34, 233-244.
KOHEN, D.; OLNESS, K.; COLWELL, S. y HEIMEL, A. (1984). “The use of relaxation-
mental imagery (self-hypnosis) in the management of 505 pediatric beha-
vioral encounters”. Developmental and Behavioural Pediatrics 5, 21-25.
KOPP, R.R. (1995). Metaphor Therapy. Nueva York: Brunner Mazel Incorpo-
rated.
KROGER, W.S. (1952). Natural child birth: Is the Reid method of ‘natural child-
birth’ waking hypnosis? Medical Times 80, 152.
——— (1977). Clinical and Experimental Hypnosis in Medicine, Dentistry and
Psychology. Filosofía, PA: Lippincott.
KUTTNER, L. (1986). No Fears No Tears: Children With Cancer Coping With Pain
[video guide production]. Vancouver: Canadian Cancer Society.
LAING, R.D. (1983). The Voice of experience. Harmondsworth: Penguin Books Ltd.
LAKE, F. (1981). Tight Corners in Pastoral Counselling. Londres: Darton, Long-
man and Todd Limited.
LAMB, M.E. (1994). “The investigation of child sexual abuse: An interdiscipli-
nary consensus statement”. Child Abuse and Neglect 18 (12), 1021-1028.
LAMBERT, M.J. (1992). “Psychotherapy outcome research: Implications for
integrative and eclectic therapists”. En J.C. NORCROSS y M.R. GOLDFRIED
(Eds.), Handbook of psychotherapy Integration (pp. 94-129). Nueva York:
Basic Books.
LAMBERT, M.J. y BERGIN, A.E. (1994). “The effectiveness of psychotherapy”. En
S.L. GARFIELD y A.E. BERGIN (Eds.), Handbook of psychotherapy and
Behavior Change (4ª ed., pp. 143-189). Nueva York: Wiley.
BIBLIOGRAFÍA 379

LAMBERT, S.A. (1996). “The effects of hypnosis/guided imagery on the posto-


perative course of children”. Journal of developmental and Behavioral
Pediatrics 17 (5), 307-31 0.
LANG, E.V., BENOTSCH, E.G. y FICK, L.J. (2000). “Adjunctive non-pharmacolo-
gical analgesia for invasive medical procedures: A randomised clinical
trial”. The Lancet 355(9214),1486-1490.
LANKTON, S. (1980). Practical Magic. Cupertino, CA: Meta Publications.
LANKTON, S.R. y LANKTON, C.H. (1983). The Answer Within: A Clinical Frame
work for Ericksonian Hypnotherapy. Nueva York: Brunner/Mazel Publishing.
LANKTON, S.R. y LANKTON, C.H. (1986). Enchantment and Intervention in Fa-
mily Therapy. Nueva York: Brunner/Mazel Publishing.
LANKTON, S.R y LANKTON, C.H (1987). Enchantment and Intemention. Nueva
York: Brunner/Mazel Publishing.
LASZLO, J. (1983). Antiemetics and Cancer Chemotherapy. Baltimore, MD: Wi-
lliams & Wilkins.
LAUDENSLAGER, M.L.; RYAN, S.M.; DRUGAN, R.C.; HYSEN, R.L. y MAIER, S.F.
(1983). “Coping and immunosuppression: Inescapable but not escapable
shock suppresses lymphocytc proliferation”. Science 221, 568-570.
LAZARUS, R.S. (1975). “A cognitively oriented psychologist looks at biofeed-
back”. American Psychologist 30, 553-561.
LAZARUS, R.S. y COHEN, E. (1973). “Active coping processes, coping disposi-
tions, and recovery from surgery”. Psychosomatic Medicine 35, 375-389.
LAZARUS, R.S. y COHEN, F. (1977). “Environmental stress”. En L. ALTMAN y J.E
WOHLWILL (Eds.), Human Behavior and the Environment: Current Theory
and Research (Vol. 2, pp. 89-127). Nueva York: Plenum Publishing.
LAZARUS, R.S. y FOLKMAN, S. (1987). “Transactional theory and research on
emotions and coping”. European Journal of Personality 1, 141-170.
LEA, R.; HOUGHTON, L.A.; CALVERT, E.L.; LARDER, S.; GONSALKORALE, W.M.;
WHELAN, V.; RANDLES, J.; COOPER, P.; CRUIKSHANKS, P.; MILLER, V. y
WHORWELL, P.J. (2003). “Gut focused hypnotherapy normalizes disordered
rectal sensitivity in patients with irritable bowel syndrome”. Alimentary
Pharmacoly Therapeutics 17(5), 635-642.
LECRON, L. (1954). “A hypnotic technique for uncovering unconscious mate-
rial”. Journal of experimental and Clinical Hypnosis 2, 76-79.
LEIBLUM, S.R. y ROSEN, G.M. (2000). Principles and Practice of Sex Therapy (3ª
ed.). Nueva York: Guilford Press.
LESHAN, L.L. (1977). You Can Fight for Your Life. Nueva York: M. Evans &
Company.
LESKIN, G.A.; KALOUPEK, D.G. y KEANE, T.M. (1998). “Treatment for traumatic
memories: Review and recommendations”. Clinical Psychology Review 18
(8), 983-1002.
380 HIPNOSIS Y ESTRÉS

LEVENSON, H. y BUTLER, S.F. (1994). “Brief dynamic individual psychothe-


rapy”. En R.E. HALES, S.C. YUDOFSKY y J.A. TALBOTT (Eds.), Textbook of
Psychiatry (2ª ed., pp. 1009-1033). Washington, DC: American Psychiatric
Press.
LEVINE, P. (1991). “The body as healer: A revisioning of trauma and anxiety”.
En M. SHEETS-JOHNSTONE (Ed.), Giving the Body its Due (pp. 85-108).
Stonybrook, Nueva York.- State University of New York Press.
——— (1994). Encountering the Tiger. How the Body Heals Trauma. Lyons,
CO: Ergo Institute Press.
LEVIT, H.I. (1971). “Marital crisis intervention: Hypnosis in impotence-frigi-
dity cases”. American Journal of Clinical Hypnosis 14 (1), 56-60.
LICHTENSTEIN, E., WEISS, S.M. y HITCHCOCK, J.L. (1986). “Task force 3: Patterns
of smoking relapse”. Health Psychology 5 (supplement), 29-40.
LIOSSI, C. y HATIRA, P. (1999). “Clinical hypnosis versus cognitive behavior
training for pain management with pediatric cancer patients undergoing
bone marrow aspirations”. International journal of Clinical and Experi-
mental Hypnosis 47, 104-116.
LOWEN, A. (1975). Bioenergetics. Londres: Coventure Limited.
LUBORSKY, L. (1995). “Are common factors across different psychotherapies
the main explanation for the Dodo bird verdict that ‘Everyone has won so
all shall have prizes’?”. Clinical Psychology: Science and Practice 2, 106-109.
LUBORSKY, L.; CRITS-CHRISTOPH, R.; ALEXANDER, L.; MARGOLIS, M. y COHEN, M.
(1983). “Two helping alliance methods of predicting outcomes of psycho-
therapy”. Journal of Nervous and Mental Disease 171, 480-491.
LYNN, S. y HALLQUIST, M.N. (2004). “Toward a scientifically based understan-
ding of Milton H. Erickson’s strategies and tactics: Hypnosis, response sets
and common factors in psychotherapy”. Contemporary Hypnosis 21(2), 63-
78.
LYNN, S.J., NEUFELD, V., RHUE, J.W. y MATORIN, A. (1994). “Hypnosis and smo-
king cessation: A cognitive behavioural treatment”. En S.J. LYNN, J.W.
RHUE y I. KIRSCH (Eds.), Handbook of Clinical Hypnosis. Washington, DC:
American Psychological Association.
MACKINNON, C. (1998). “Working with adult survivors of child sexual abuse”.
European Journal of Clinical Hypnosis 4 (4), 190-195.
MADANES, C. (2001). “The therapist as humanist, social activist, and systemic
thinker”. Paper presented at the 8th Intemational Congress on Ericksonian
Approaches to Hypnosis and Psychotherapy, Phocnix, AZ.
MADDI, S. y KOBASA, S.G. (1984). The Hardy Executive: Health Under Stress.
Homewood, IL: Dowjones-lrwin.
MAIR, M. (1989). Between Psychology and Psychotherapy: A Poetics of Expe-
rience. Londres: Routledge.
BIBLIOGRAFÍA 381

MAIRS, D.A.E. (1995). “Hypnosis and pain in childbirth”. Contemporary Hyp-


nosis 12(2), 111-118.
MALAN, D. (1963). A Study of Brief Psychotherapy. Nueva York: Plenum Pu-
blishing.
MALARKEY, W., GLASER, R., KIECOLT-GLASER, J.K. y MARUCHA, P. (2001). “Beha-
vior: The endocrine-immune interface and health outcomes”. Advances in
Psychosomatic Medicine 22, 104-115.
MANTLE, F. (1999). “Hypnosis in the management of eczema in children”.
Paediatric Nursing 11 (5), 24-26.
——— (2001). “Hypnosis in the management of eczema in children”. Nursing
Standard 15(51), 41-44.
MARGOLIS, C.G. y DECLEMENT, EA. (1980). Hypnosis in the treatment of burns.
Burns 6, 253-254.
MARLATT, G.A. y GORDON, J.R. (1985). Relapse Prevention: Maintenance Strate
gies in the treatment of Addictive Behaviors. Nueva York: Guilford Press.
MASLOW, A.H. (1973). The Farther Reaches of Human Nature. Harmonds-
worth: Penguin Books.
MASSARINI, M.; ROVETTO, F. y TAGLIAFERRI, C. (2005). “Preoperative hypnosis:
A controlled study to assess the effects on anxiety and pain in the posto-
perative period”. European Journal of Clinical Hypnosis 6 (1), 8-15.
MASTERS, W.H., JOHNSON, V.E. y KOLODNY, R.C. (1995). Human Sexuality.
Nueva York: Longman Group.
MATTHEWS, M. y FLATT, S. (1999). “The efficacy of hypnotherapy in the treat-
ment of migraine”. Nursing Standard 14 (7), 33-36.
MCCRONE, J. (1999). Going Inside: A Tour Round a Single Moment of Cons-
ciousness, Londres: Faber & Faber.
MCDANIEL, J.S.; MORAN, M.G.; LEVENSON, J.L. y STOUDEMIRE, A. (1994). “Psy-
chological factors affecting medical conditions”. En R.E. HALES, S.C.
YUDOFSKY y J.A. TALBOTT (Eds.), Textbook of Psychiatry (Vol. 2). Washing-
ton, DC: American Psychiatric Press.
MCDERMOTT, D. y SNYDER, C.R. (1999). Making Hope Happen. Oakland/San
Francisco, CA: New Harbinger Press.
MCGRATH, P.A. (1990). Pain in Children: Nature, Assessment and Treatment.
Londres: Guil-ford Press.
MCLEOD, J. (1994). Doing Counselling Research. Londres: Sage Publications.
MCNALLY, R.J. (2003). Remembeniku Trauma. Cambridge, MA: Belknap Press/
Harvard University Press.
MCNEAL, S. y FREDERICK, C. (1993). “Inner strength and other techniques for
egostrengthening”. American Journal of Clinical Hypnosis 35, 170-178.
MEDD, D.Y. (2001). “Fear of injections: The value of hypnosis in facilitating
clinical treatment”. Contemporary Hypnosis 18(2), 100-106.
382 HIPNOSIS Y ESTRÉS

MEICHENBAUM, D. (1995). A Clinical Handbook Practical Therapist Manual for


Assessing and Treating Adults with Post-Traumatic Stress Disorder.
Waterloo, Canada: Institute Press.
MELZACK, R. (1975). “The McGill Pain Questionnaire: Major properties and
scoring methods”. Pain 1, 277-299.
MEYER, T.J. y MARK, M.M. (1995). “Effects of psychological interventions with
adult cancer patients: a meta-analysis of randomised experiments”. Health
Psycholy 14, 101-108.
MICHAUD, C.; KAHN, J. P. y Musse, N. (1990). “Relationships between a critical life
event and eating behaviour in high-school students”. Stress Medicine 6, 57-64.
MILLS, J.C. y CROWLEY, R.J. (1986). Therapeutic Metaphor for Children and the
Child Within. Nueva York: Brunner/Mazel Publishing.
MILNE, G. (1985). “Hypnorelaxation for essential hypertension”. Australian
Journal of Clinical and experimental Hypnosis 13, 113-116.
MONTGOMERY, G.H., DAVID, D., WINKEL, G., SILVERSTEIN, J.H. y BOVBJERG, D.H.
(2002). “The effectiveness of adjunctive hypnosis with surgical patients: A
meta-analysis”. Anesthesia and Analgesia 94, 1639-1645.
MOOS, R.H. y SCHAEFER, J.A. (1984). “The crisis of physical illness: An overview
and conceptual approach”. En R.H. MOOS (Ed.), Coping with Physical
Illness: New Perspectives (Vol. 2, pp. 3-35). Nueva York: Plenum Publishing.
MOOS, R.H. y SWINDLE, R.W. (1990). “Stressful life circumstances: Concepts
and measures”. Stress Medicine 6, 171-178.
MORENO, J.L. (1946). Psychodrama (Vol. 1). Nueva York: Beacon House Incor-
porated.
MORGAN, A.H. y HILGARD, J.R. (1978a). “Stanford hypnotic clinical scale for
adults”. American Journal of Clinical Hypnosis 21, 134-147.
MORGAN, A.H. y HILGARD, J.R. (1978b). “Stanford hypnotic clinical scale for
children”. American Journal of Clinical Hypnosis 21, 148-168.
MORGAN, M.; MCCREEDY, R.; SIMPSON, J. y HAY, R.J. (1997). Dermatology qua-
lity of life scales - a measure of the impact of skin diseases. British Journal
of Dermatology 133, 202-206.
MORIMOTO, R. (2001). “Stress Induced Cene Expression”. Disponible en:
www.grc.uri.edtl/ programs/2001 /stress.htm.
MORTON, J.; ANDREW, B.; BEKERIAN, D.; BREWIN, C.R.; DAVIES, G.M. y MOLLON,
P. (1995). Recovered Memories. Leicester: British Psychological Society.
MURCOTT, T. (2005). The Mole Story. Basingstoke: Macmillan Publishing.
NATH, S. y WARREN, J. (1995). “Hypnosis and examination stress in adoles-
cence”. Contemporary Hypnosis 12(2), 119-124.
NESTOROS, J.N.; VASDEKIS, V. G. S.; PATAKOU-PARASSIRI, V. y SFAKIANAKIS, G.
(1998). “Hypnosis in Greece”. En P.J. HAWKINS y M. HEAP (Eds.), Hypnosis
in Europe. Londres: Whurr Publishers.
BIBLIOGRAFÍA 383

NEYLAN, M.D.; REYNOLDS, C.E. y Kupfer, D.J. (1994). “Sleep disorders”. En


R.E. HALES, S.C. YUDOFSKY y J.A. TALBOTT (Eds.), Textbook of Psychiatry (2ª
ed., pp. 833-855). Washington, DC: American Psychiatric Press.
NICHOLS, M.P. y ZAX, M. (1977). Catharsis in Psychotherapy. Nueva York:
Gardner Press.
OAKLEY, D., ALDEN, P. y DEGUN-MATHER, M. (1996). “The use of hypnosis in
therapy with adults”. The Psychologist 9 (11), 502-505.
OGDEN, J. (2000). Health Psychology (2ª ed.). Buckingham: Open University Press.
O’LEARY, E. (1993). “Empathy in the person centres and gestalt approaches”.
British Gestalt Journal 2, 111-115.
OLNESS, K.N. y GARDNER, G.C. (1988). Hypnosis and Hypnotherapy with Chil-
dren. Londres: Grune & Stratton.
OLNESS, K. y KOHEN, D. (1996). “Hypnosis and Hypnotherapy with Children”
(3ª ed.). Nueva York: Guilford Press.
OSTER, M.I. y SAUER, C.P. (2000). “Hypnotic methods for preparing for child-
birth”. En L.M. HORNYAK y J.P. GREEN (Eds.), Healing from Within: The Use
of hypnosis in Women’s Health Care. (pp. 161-190). Washington, DC: Ame-
rican Psychological Association.
PANKSEPP, J. (2004). Affective Neuroscience: The Foundations of Human and
Animal Emotions. Oxford: Oxford University Press.
PARIENT, J.; WHITE, P.; FRACKOWIAK, R.S.J. y LEWITH, G. (2005). “Expectancy
and belief modulate the neuronal substrates of pain treated by acupunc-
ture”. NeuroImage 25(4), 1161-1167.
PATTERSON, D.R. (2004). Treating pain with hypnosis. Current Directions in
Psychological Science 13(6), 252-255.
PATTERSON, D.R.; EVERETT, J.J.; BURNS, G.L. y MARVIN, J.A. (1992). “Hypnosis
for treatment of burn pain”. Journal of Consulting and Clinical Psycholy 60,
713-717.
PEDERSON, L.; SCRIMJEOUR, W. y LEFCOC, N. (1975). “Comparison of hypnosis
plus counseling, counscling alone, and hypnosis alone in a community
service smoking with drawal program”. Journal of Counseling and Clinical
Psychology 43, 920.
PEKALA, R.J. (1995a). “A short, unobstrusive hypnotic procedure for assessing
hypnotizability level: I. Development and research”. American Journal of
Clinical Hypnosis 37(4),271-283.
——— (1995b). “A short unobtrusive hypnotic induction for assessing hypno-
tizability: 11. Clinical case reports”. American Journal of Clinical Hypnosis
37 (4), 284-293.
PERKINS, K.A.; GROBE, J.E.; STILLER, R.L.; FONTE, C. y GOETTLER, J.E. (1992).
“Nasal spray nicotine replacement suppresses cigarette smoking desire
and behavior”. Clinical Pharmacology and Therapeutics 52, 627-634.
384 HIPNOSIS Y ESTRÉS

PERLS, E.S. (1969). Gestalt Therapy Verbatim. Moab, UT: Real People Press.
PERLS, F.; HEFFERLINE, R.F. y GOODMAN, P. (1951). Gestalt Therapy: Excitement
and Growth in the Human Personality. Nueva York: Dell Publishing.
PERRY, C.; GELFAND, R. y MARCOVITCH, P. (1979). “The relevance of hypnotic
susceptibility in the clinical context”. Journal of abnormal Psychology 89,
598-603.
PERRY, C. y MULLIN, G. (1975). “The effects of hypnotic susceptibility on redu-
cing smoking behavior treated by an hypnotic technique”. Journal of
Clinical Psychology 31,498-505.
PERTOT, S. (2005). Perfectly Normal. A Womans Guide to Living With Low Li-
bido. Nueva York: Rodale Institute.
PETRIE, K.J.; BOOTH, R.J. y PENNEBAKER, J.W. (1998). “The immunological
effects of thought suppression”. Journal of Personality and Social Psycho-
logy 75, 1264-1272.
PEYNOVSKA, R.; FISHER, J.; OLIVER, D. y MATHEW, V.M. (2005). “Efficacy of hyp-
notherapy as a supplement therapy in cancer intervention”. European
Journal of Clinical Hypnosis 6(1), 2-7.
PHILLIPS, M. (1993). “The use of ego-state therapy in the treatment of post-
traumatic stress disorder”. American Journal of Clinical Hypnosis 35 (4),
241-249.
PHILLIPS, M. y FREDERICK, C. (1995). Healing the Divided Self: Clinical and
Ericksonian Hypnotherapy for Post-Traumatic and Dissociative Conditions.
Nueva York/Londres: W.W. Norton.
PIERCE, R.A.; NICHOLS, M.P. y DUBRIN, J.R. (1983). Emotional Expression in
Psychotherapy. Nueva York: Gardner Press.
PIETROFESA, J.J.; HOFFMAN, A. y SPLETE, H.H. (1984). Counseling. An Introduc-
tion (2ª ed.). Boston, MA: Houghton Mifflin.
PINNELL, C.M. y COVINO, N.A. (2000). “Empircal findings on the use of hypno-
sis in medicine: A critical review”. International Journal of Clinical and
Experimental Hypnosis 48, 170-194.
PIRSIG, R. (1974). Zen and the Art of Motorcycle Maintenance. Londres: Bodley
Head.
PONCELET, N.M. (1990). “An Ericksonian approach to childbirth”. En D.C.
HAMMOND (Ed.), Handbook of hypnotic Suggestions and Metaphors (pp.
382-386). Nueva York: W.W. Norton.
PRICE, M.I., MOTTAHEDIN, I. y MAYO, P.R. (1991). “Can hypnotherapy help pa-
tients with psoriasis?”. Clinical and Experimental Dermatology 16, 114-117.
PROGOFF, I. (1977). The Well and the Cathedral (2ª ed.). Nueva York: Dialogue
House Library.
——— (1982). At a Journal Workshop: The Basic Text and Guide for Using the
Intensive Journal Process. Nueva York: Dialogue House Library.
BIBLIOGRAFÍA 385

PUTMAN, F.W. (1989). Diagnosis and Treatment of Multiple Personality Disor-


der. Nueva York: Guilford Press.
PYNOOS, R.S.; GOENJIAN, A.K.; TASHIAN, M.; KARAKASHIAN, M.; MANIIKIAN, R.;
MANOUKIAN, G.; STEINBERG, A.M. y FAIRBANKS, L.A. (1993). “Post-traumatic
stress reactions in children after the 1988 Armenian earthquake”. British
Journal of psychiatry 163, 239-247.
REASON, P. (Ed.) (1988). Human Inquiry in Action: Developments in New Para-
digm Research. Londres: Sage Publications.
——— (1994). “Three approaches to participative inquiry”. En N.K. DENZIN y
Y.S. LINCOLN (Eds.), Handbook of Qualitative Research (pp. 324-339).
Thousand Oaks, CA: Sage Publications.
REASON, P. y BRADBURY, H. (Eds.). (2001a). Handbook of action Research, Parti-
cipative Inquiry and Practice. Londres: Sage Publications.
REASON, P. y BRADBURY, H. (2001b). “Inquiry and participation in search of a
world worthy of human aspiration”. En P. REASON y H. BRADBURY (Eds.),
Handbook of Action Research, Participative Inquiry and Practice (pp. 1-
14). Londres: Sage Publicatiolis.
REASON, P. y HERON, J. (1995). “Co-operative inquiry”. En R. HARRE, J. SMITH
Y L. VAN LANGENHOVE (Eds.), Rethinking Methods in Psychology (pp. 122-
142). Londres: Sitge Publications.
REASON, P. y HERON, J. (1996). “A Laypersons Guide to Cooperative Inquiry.
Centre for Action Rescarch in Professional Practice, University of Bath”.
Disponible en: www.bath.ac.uk/carpp/I-AYGUIDE.htm.
REASON, P. y ROWAN, J. (Eds). (1981). Human Inquiry: A Sourcebook of New
Paradigm Research. Chichester: John Wiley & Sons.
REICH, W. (1961). The Function of the Orgasm. Nueva York: Farrar, Straus &
Giroux.
REIK, T. (1948). Listening with the Third Ear. Nueva York: Farrar.
RENNIE, D.L. y TOUKMANIAN, S.G. (1992). “Explanation in psychotherapy pro-
cess research”. En S.G. TOUKMANIAN y D.L. RENNIE (Eds.), Psychotherapy
Process Research (pp. 234-251). Londres: Sage Publications.
RIBEIRO, S.; GOYAL, V.; MELLO, C. y PAVLIDES, C. (1999). “Brain gene expression
during REM sleep depends on prior waking experience”. Learning and
Memory 6, 500-508.
RICE, L.N. y GREENBERG, L.S. (Eds.). (1984). Pattems of Change. Nueva York:
Guilford Press.
ROBERTS, L.M. (2005). “Trial design in hypnotherapy: Does the RCT have a
place?”. European Journal of Clinical Hypnosis 6 (1), 16-19.
ROGERS, C. (1951). Client-Centered Therapy. Londres: Constable.
——— (1971). Freedom to Learn. Columbus, OH: Charles Merril.
——— (1980). A Way of Being. Boston, MA: Houghton Mifflin.
386 HIPNOSIS Y ESTRÉS

ROSE, S. (2005). The 21st Century Brain: Explaining, Mending and Manipulating
the Mind. Londres: Jonathan Cape.
ROSSI, E. (1972). Dreams and the Growth of Personality: Expanding Awareness
in Psychotherapy. Nueva York: Pergamon.
——— (1982). “Hypnosis and ultradian cycles: A new state(s) theory of hyp-
nosis?”. American Journal of Clinical Hypnosis 25 (1), 21-32.
——— (1986/1993). The Psychobiology of Mind-Body Healing. New Concepts of
Therapeutic Hypnosis (rev. ed.). Nueva York: W.W. Norton.
——— (1990). “From mind to molecule: More than a metaphor”. En J. ZEIG y
S. GILLIGAN (Eds.), Brief Therapy: Myths, Methods and Metaphors. Nueva
York: Brunner/ Mazel Publishing.
——— (1995a). “The essence of therapeutic suggestion: Part one. The basic
access ing question and ultradian dynamics in single session psychothe-
rapy”. European Journal of Clinical Hypnosis 2 (3), 6-1 7.
——— (1995b). “The essence of therapeutic suggestion: Part two. Ultradian
dynamics of the creative process in psychotherapy”. European Journal of
Clinical Hypnosis 2(4), 4-16.
——— (1996). The Symptom Path to Enlightenment. Palisadcs, CA: Palisadcs
Gateway.
——— (1997). “The symptom path to enlightenment: The psychobiology of
Jung’s constructiva method”. Psychological Perspectives 36, 68-84.
——— (2000). “En search of a deep psychobiology of hypnosis: Visionary hy-
potheses for a new millenium”. American Journal of Clinical Hypnosis 42
(3/4), 178-207.
——— (2002). The Psychobiology of Gene Expression. Nueva York y Londres:
W.W. Norton.
——— (2003a). “Gene expression, neurogenesis, and healing: Psychosocial
genomics of therapeutic hypnosis”. American Journal of Clinical Hypnosis
45(3), 197-216.
——— (2003b). “A Dream Series Reflecting Stroke Rehabilitation Via Activi-
ty-Dependent Gene Expression and Neurogenesis”. Disponible en:
www.ernestrossi.com.
——— (2005) “The ideodynamic action hypothesis of therapeutic suggestion:
Creative replay of the psychosocial genomics of therapeutic hypnosis”.
European Journal of CIinical Hypnosis 6 (2), 2-12.
ROSSI, E. y CHEEK, D.B. (1988). Mind-Body Therapy. Nueva York: W.W. Norton.
ROSSI, E.; LIPPENCOTT, B. y BESSETTE, A. (1994). “The chronobiology of mind-
body healing: Ultradian dynamics in hypnotherapy. Part I”. European
Journal of Clinical Hypnosis 2(1), 10-20.
ROSSI, E.; LIPPENCOTT, B. y BESSETTE, A. (1995). “The chronobiology of mind-
body healing: Ultradian dynamics in hypnotherapy. Part 2”. European
BIBLIOGRAFÍA 387

Journal of Clinical Hypnosis 2(2), 6-14.


ROSSI, E. y NIMMONS, D. (1991). The Twenty-Minute Break: The Ultradian Hea-
ling Response. Nueva York: Zeig, Tucker, Theiscn.
RUZYLA-SMITH, P.; BARABASZ, A.; BARABASZ, M. y WARNER, D. (1995). “Effects of
hypnosis on the immune response: B-cells, T-cells, helper and suppressor
cells”. American Journal of Clinical Hypnosis 38, 71-79.
SACKETT, D.L.; ROSENBERG, W.M.C. y GRAY, J.A. (1996). “Evidence-based medi-
cine: What it is and what it isn’t?”. British Medical Journal 312, 71-72.
SALMON, P. (1983). “A personal approach to teaching psychology”. En D.
PILGRIM (Ed.), Psychology and Psychotherapy. Londres: Routledge & Kegan
Paul.
SAMAD, T.; MOORE, K.; SAPIRSTEIN, A.; BILLET, S.; ALLCHORNE, A.; POOLE, S.;
BONVENTRE, J.V. y WOOLF, C.J.. (2001). “Interleukin-l-mediated induction
of Cox-2 in the CNS contributes to inflammatory pain hypersensitivity”.
Nature 410, 471-475.
SCHAEFER, C. (1995). Clinical Handbook of Sleep Disorders in Children. North-
vale, NJ: Jason Aronson Publishers.
SCHAFER, D.W. (1997). “Hypnosis and the treatment of ulcerative colitis and
Crohn’s disease”. American Journal of Clinical Hypnosis 40, 111-117.
SCHEFF, T. (1979). Catharsis in Healing, Ritual, and Drama. Berkeley, CA:
University of California Press.
SCHMALE, A. H. y IKER, H. (1966). “The psychological setting of uterine cervi-
cal cancer”. Annals of the New York Academy of Sciences 125, 807-813.
SCHNECK, J.M. (1970). “The psychotherapeutic use of hypnosis: Case illustra-
tions of direct hypnotherapy”. International Journal of Clinical and Experi-
mental Hypnosis 18(1), 15-24.
SCHNEIDER, J.P. y IRONS, R. (1998). “Addictive sexual disorders: Differential
diagnosis and treatment”. Primary Psychiatry, Abril, 65-70.
SCHULTZ, J.H. y LUTHE, W. (1959). Autogenic training. A Psychophysiological
Approach in Psychotherapy. Nueva York: Grune and Stratton.
SCHULTZ, J.H. y LUTHE, W. (1969). Autogenic Therapy: Vol. 1 - Autogenic Me-
thods. Nueva York: Grune and Stratton.
SCHUTZ, J. (1 998). “Preparation for surgery using hypnosis”. Australian
Journal of Clinical and Experimental Hypnosis 26 (1), 49-56.
SCHWARTZ, B. (2005). The Paradox of Choice: My More is Less. Nueva York:
HarperCollins.
SELYE, H. (1956). The Stress of Life. Nueva York: McGraw-Hill.
SHAPIRO, F. (1995). “Eye Movement Desensitisation and Reprocessing”. Basic
Principles, Protocols, and Procedures. Nueva York: Guilford Press.
SHENEFELT, P.D. (2000). “Hypnosis in dermatology”. Archives of Dermatology
136(3), 393-399.
388 HIPNOSIS Y ESTRÉS

SHENEFELT, P.D. (2003a). “Biofeedback, cognitive-behavioral methods, and


hypnosis in dermatology: Is it all in your mind?”. Dermatologic Therapy 16,
114-122.
SHENEFELT, P.D. (2003b). “Hypnosis-facilitated relaxation using self-guided
imagery during dermatologic procedures”. American Journal of Clinical
Hypnosis 45 (3), 225-232.
SHONE, R. (1994). “From Epidaurus’ temples to Ericksonian therapists”. Euro-
pean Journal of Clinical Hypnosis 1 (4), 46-50.
SIEGEL, M.; BRISMAN, J. y WEINSHAL, M. (1997). “Surviving an Eating Disor-
der”. New Perspectives and Strategies for Family and Friends. Nueva York:
HarperCollins.
SIEGFRIED, J.; BOURDEAU, H.; DAVIS, A.; LUKETICH, J. y SHRIVER, S. (2000). “Ex-
pression of gastric-releasing peptide receptor, but not neuromedin B
receptor, is related to sex, smoking history, and risk for lung cancer”.
Proceedings of the American Association of Cancer Research 41, 147.
SIFNEOS, P.E. (1979). Short-Term Dynamic Psychotherapy. Nueva York: Ple-
num Publlshing Corporation.
SIMONTON, O.C.; MATTHEWS-SIMONTON, S. y CREIGHTON, J. (1978). Getting Well
Again. Los Angeles, CA: J.P. Tarcher Incorporated.
SIMREN, M.; RINGSTROM, G.; BJORNSSON, E. y ABRAHAMSSON, H. (2004). “Treat-
ment with hypnotherapy reduces the sensory and motor component of the
gastrocolonic response in irritable bowel syndrome”. Psychosomatic Medi-
cine 66(2), 233-238.
SINGER, J. (1973). “Boundaries ofthe Soul”. The Practice of Jung’s Psychology.
Nueva York: Anchor Press.
SINGER, J.L. (1974). Imagery and Daydream Methods in Psychotherapy and Be-
havior Modification. Nueva York: Academic Press.
SMITH, J.A.; JARMAN, M. y OSBORN, M. (1999). “Doing interpretive phenome-
nological analysis”. En M. MURRAY y K.A. CHAMBERLAIN (Eds.), Qualitative
Health Psycholy: Theories and Methods (pp. 218-240). Londres: Sage Publi-
cations.
SNYDER, C.R.; MCDERMOTT, D.; COOK, W. y RAPOFF, M. (en prensa). Hope for
journeys.- Giving Children Stories to Grow On. Boulder, CO: Westview/
HarperCollins.
SNYDER, C.R. y TAYLOR, J.D. (2000). “Hope as a common factor across psy-
chotherapy approaches: A lesson from the ‘Dodo’s Verdict’”. En C.R.
SNYDER (Ed.), Handbook of Hope: Theory, Measures, and Applications (pp.
89-108). San Diego, CA: Academic Press.
SOKEL, B.; LANSDOWN, R.; ATHERTON, D.J.; GLOVER, M. y YNIBBS, J.A. (1993). “A
comparison of hypnotherapy and biofeedback in the treatment of child-
hood atopic eczema”. Contemporary Hypnosis 10(3), 145-154.
BIBLIOGRAFÍA 389

SOLLOWAY, K. (2004a). “Where is the evidence? Hypnotherapy research index


2003-2004”. European Journal of Clinical Hypnosis 5 (4), 56-58.
SOLLOWAY, K. (2004b). “Can clinical hypnosis prevent stress-related immune
deficiency?”. European Journal of Clinical Hypnosis 5 (5), 44-56.
——— (2005). “Irritable bowel syndrome (IBS) and other functional gas-
trointestinal (GI) disorders”. European Journal of Clinical Hypnosis 6 (1),
31-36.
SOLMS, M. (2004). “Freud returns”. Scientific American 290 (5), 57-63.
SPIEGEL, D. (1994). “Dissociative disorders”. En R.E. HALES, S.C. YUDOFSKY y
J.A. TALBOTT (Eds.), Textbook of psychiatry (2ª ed.). Washington, DC: Ame-
rican Psychiatric Press.
——— (1996). “Hypnosis in the treatment of post-traumatic stress disorder”.
En S.J. LYNN, I. KIRSCH y J.W. RHUE (Eds.), Casebook of Clinical Hypnosis
(pp. 99-112). Washington, DC: American Psychological Association.
SPIEGEL, D.; BLOOM, J.R.; KRAMER, H.C. y GOTTHEIL, E. (1989). “Effect of psy-
chological treatment on survival of patients with metastatic breast can-
cer”. The Lancet 2 (8668), 888-891.
SPIEGEL, H.; GREENLEAF, M. y SPIEGEL, D. (2000). “Hypnosis”. En B. SADOCK y
V. SADOCK (Eds.), Comprehensive Textbook of Psychiatry (Vol. 2, 7ª ed.).
Filadelfía, PA: Lippincott Williams & Wilkins.
SPIEGEL, H. y SPIEGEL, D. (1978). Trance and Treatment: Clinical Uses of Hyp-
nosis. Nueva York: Basic Books.
SPIEGLE, H. y SPIEGEL, D. (2004). Trance and Treatment: Clinical Uses of Hyp-
nosis (2ª ed.). Arlington, VA: American Phychiatric Publishing, Inc.
STAMENKOVIC, I. (2003). “Extracellular matrix remodelling: The role of matrix
metallo-proteinases”. Journal of pathology 200 (4), 448-464.
STANTON, H.E. (1979). “Increasing internal control through hypnotic ego-en-
hancement”. Australian Journal of Clinical and Experimental Hypnosis, 7,
219-223.
——— (1989). “Ego-enhancement: A five-step approach”. American Journal of
Clinical Hypnosis 31, 192-198.
——— (1990). “Ego-enhancement: A five-step approach”. En D.C. HAMMOND
(Ed.), Handbook of hypnotic Suggestions and Metaphors. Nueva York:
W.W. Norton.
——— (1991). “The reduction in secretarial stress”. Contemporary Hypnosis
8(1), 45-50.
STEIN, C. (1963). “The clenched fist technique as a hypnotic procedure in cli-
nical psychotherapy”. American Journal of Clinical Hypnosis 6, 113-119.
STEPTOE, A.; WARDLE, J. y MARMOT, M. (2005). “Positive affect and health-rela-
ted neuroendocrine, cardiovascular, and inflammatory processes”. Procee-
dings of the National Academy of sciences 102(18), 6508-6512.
390 HIPNOSIS Y ESTRÉS

STEVENSON, C. y COOPER, N. (1997). Qualitative and quantitative research”. The


Psychologist 10(4), 159-160.
STEWART, A.C. y THOMAS, S.E. (1995). “Hypnotherapy as a treatment for ato-
pic dermatitis in adults and children”. British Journal of Dermatology 132,
778-783.
STONE, A.A.; COX, D.S.; VALDIMARSDOTTIR, H.; JANDORF, L. y NEALE J.M. (1987).
“Evidence that secretary Ig A antibody is associated with daily mood”.
Journal of personality and Social Psycholgy 52, 988-993.
STONEY, C.M.; MATHEWS, K.A.; MCDONALD, R.H. y JOHNSON, C.A. (1990). “Sex
diferentes in acute stress response: Lipid, lipoprotein, cardiovascular and
neuroendocrine adjustments”. Psychophysiology 12, 52-61.
STORES, G. (1996). “Practitioner review: Assessment and treatment of sleep
disorders in children and adolescents”. Journal of Child Psychology and
Psychiatry 37, 907-925.
STRAIN, J.J.; NEWCORN, J.; WOLF, D. y FULOP, G. (1994). “Adjustment disorder”.
En R.E. HALES, S.C. YUDOFSKY y J.A. TALBOTT (Eds.), Textbook of Psychiatry
(2ª ed.). Washington, DC: American Psychiatric Press.
STRUPP, H.H. (1983). Psychotherapy: Clinical, Research and Theoretical Issues.
Nueva York: Jason Aronson Publishers.
STRUPP, H.H. y BINDER, J.L. (1984). Psychotherapy in a New Key: A Cuide to
Time-Iimited Dynamic Psychotherapy. Nueva York: Basic Books.
SWITZ, D.M. (1976). “What the gastroenterologist does all day?”. Gastroentero-
lopy, 70, 1048-1050.
SYRJALA, K.; CUMMINGS, C. y DONALDSON, G. (1992). Hypnosis or cognitive beha-
vioural training for a reduction of pain and nausea during cancer treatment:
A controlled clinical trial. Pain 48, 137-146.
TASINI, M.F. y HACKETT, T.P. (1977). “Hypnosis in the treatment of warts in
immuno-deficient children”. American Journal of Clinical Hypnosis 19,
152-154.
TAUSK, F. y ATMORE, S.E. (1999). “A pilot study of hypnosis in the treatment of
patients with psoriasis”. Psychotherapy and Psychosomatics 68 (4), 221-225.
THOMSON, L. (2005). Harry the Hypno-Potamus: Metaphorical Tales for Pedia-
tric Problems. Bancyfelin, Carmarthenshire: Crown House Publishing.
THOMPSON, W. y SHAPIRO, J. (1996). Alopecia Areata: Understanding and Coping
With Hair Loss. Baltimore, MD: John Hopkins University Press.
TIBIA, J.; BALOGH, I. y MESZAROS, I. (1980). “Hypnotherapy during pregnancy,
delivery, and childbirth”. En I. PAJNTAR, I. ROSKAV y A. LAVNIC (Eds.), Hyp-
nosis, Psychotherapy and Psychosomatic Medicine (pp. 39-56). Ljublyana:
University Press.
TOON, K.; FRAISE, J.; MCFETRIDGE, M. y ALWIN, N. (1996). “Memory or mirage?
The FMSdebate”. The Psychologist 9 (2), 73-77.
BIBLIOGRAFÍA 391

TREACHER, A. (1983). “On the utility or otherwise of psychotherapy research”.


En D. PILGRIM (Ed.), Psycholy and Psychotherapy: Current Trends and
Issues. Londres: Routledge.
TRUAX, C.B. y CARKHUFF, R.R. (1967). Toward Effective Counseling and Psycho-
therapy: Training and Practice. Nueva York: Aldine.
TSUJI, Y y KOBAYASHI, T. (1988). “Short and long ultradian EEG components
in day-time arousal”. Electroencephalography and Clinical Neurophysiology
70, 110-117.
TURK D.C.; MEICHENBAUM, D. y GENEST, M. (1983). Pain and Behavioral Medi-
cine: A Cognitive-Behavioral Perspective. Nueva York: Guilford Press.
UDOLF, R. (1981). Handbook of Hypnosis for Professionals. Nueva York: Van
Nostrand Reinhold.
VAN DER HART, O. y BROWN, P. (1992). “Abreaction re-evaluated”. Dissociation
5(3), 127-140.
VARNI, J.W.; THOMPSON, K.L. y HANSON, V. (1987). “The Varni/Thompson Pe-
,diatric Pain Questionnaire: I. Chronic musculoskeletal pain in juvenile
rheumatoid arthritis”. Pain 28, 27-38.
VERNY, T. (1982). The secret life of the unborn child. Londres: Sphere.
VINGOC, F.J. (1993). “Anxiety and pain”. En H.B. GIBSON (Ed.), Psychology,
Pain and Anaesthesia. Londres: Chapman & Hall.
VIOLANTI, J.; MARSHALL, J. y HOWE, B. (1983). “Police occupational demands,
psychological distress and the coping function of alcohol”. Journal of
Occupational Medicine 25,455-458.
VON WIETERSHEIM, J.; KOHLER, T. y FEIEREIS, H. (1992). “Relapse-precipitating
life events and feclings in patients with inflammatory bowel disease”. Psy-
chotherapy and Psychosomatics 58 (2), 103-112.
WALKER, L.G. (1992). “Hypnosis with cancer patients”. American Journal of
preventative Psychiatry and Neurology 3, 42-49.
——— (1998). “Hypnosis and cancer: Host defences, quallty of life and survi-
val”. Contemporary Hypnosis 15(1), 34-38.
——— (2004). “Hypnotherapeutic insights and interventions: A cancer odys-
sey”. Contemporary Hypnosis 21(1), 34-45.
WALKER, L.G.; DAWSON, A.A.; LOLLEY, J. y RATCLIFFE, M.A. (1988b). “Sick to
death of it: Some psychological aspects of chemotherapy side effects”.
Aberdeen Postgraduate Medical Bulletin 22, 11-17.
WALKER, L.G.; DAWSON, A.A.; POLLET, S.M.; RATCLIFFE, M.A. y HAMILTON, L.
(1988). “Hypnotherapy for chemotherapy side effects”. British Journal of
experimental and Clinical Hypnosis 5(2), 79-82.
WALKER, L.G. y EREMIN, O. (1995). “Psychoneuroimmunology: A new fad or
the fifth cancer treatment modality?”. American Journal of Cancer 170, 2-
4.
392 HIPNOSIS Y ESTRÉS

WALKER, L.G.; JOHNSON, V. C. y EREMIN, O. (1993). “Modulation of the immu-


ne response to stress by hypnosis and relaxation training in healthy volun-
teers: A critical review”. Contemporary Hypnosis 10, 19-27.
WALKER, L.G.; HEYS, S.D.; WALKER, M.B.; OGSTON, I.D.; HUTCHEON, A.W.
STARKER; T.K.; AH-SEE, A.K. y EREMIN, O. (1999). “Psychological factors
can predict the response to primary chemotherapy in patients with locally
advanced breast cancer”. European Journal of Cancer 35 (13), 1783-1788.
WALL, V.J. y WOMACK, W. (1989). “Hypnotic versus cognitive strategies for
alleviation of procedural distress in pediatric oncology patients”. American
Journal of Clinical Hypnosis 31(3), 181-191.
WATKINS, H.H. (1980). “The silent abreaction”. International Journal of Clini-
cal and Experimental Hypnosis 23 (2), 101-113.
——— (1990a). “Suggestions for raising self-esteem”. En D.C. HAMMOND (Ed.),
Handbook of Hypnotic Suggestions and Metaphors. Nueva York: W.W.
Norton.
——— (1990b). “Watkins’silent abreaction technique”. En D.C. HAMMOND
(Ed.), Handbook of Hypnotic Suggestions and Metaphors. Nueva York:
W.W. Norton.
——— (1993). “Ego state therapy: An overview”. American Journal of Clinical
Hypnosis 35(4), 232-240 .
WATKINS, H.H y WATKINS, J. (1979). “The theory and practice of ego state the-
rapy”. En H. GRAYSON (Ed.), Short-Tem Approaches to Psychotherapy.
Nueva York: National Institute for the Psychotherapies y Human Sciences
Press.
WATKINS, J.G. (1971). “The affect bridge: A hypnoanalytical technique”. Inter-
national Journal of Clinical and Experimental Hypnosis 19, 21-27.
——— (1978). The Therapeutic Self. Nueva York: Human Sciences Press.
——— (1990). “Watkins’ affect or somatic bridge”. En D.C. HAMMOND (Ed.),
Handbook of Hypnotic Suggestions and Metaphors (pp. 523-534). Nueva
York: W.W. Norton.
——— (1992). The Practice of Clinical Hypnosis, Vol. II. Hypnoanalytic Techni-
que, Nueva York: Irvington Publishers.
——— (1995). “Hypnotic abreactions in the recovery of traumatic memories”.
International Society for the Study of Dissociations 13 (6), 1-6. www.
Clinical social work. com/letter.html
WATKINS, J.G. y JOHNSON, R.J. (1982). We the Divided Self. Nueva York: Ir-
vington Publishers.
WATKINS, J.G. y WATKINS, H.H. (1986). “Hypnosis, multiple personality and
ego states as alteres states of consciousness”. En B.B. WOLMAN y M.
ULLMAN (Eds.), Handbook of States of Consciousness. Nueva York: Van
Nostrand.
BIBLIOGRAFÍA 393

WATKINS, J.G. y WATKLNS, H.H. (1990). “Dissociation and displacement: Whe-


re goes the ‘ouch?’”. American Journal of Clinical Hypnosis 33 (1), 1-10.
WATKINS, J.G. y WATKINS, H.H. (1993). “Accessing the relevant areas of mala-
daptive personality functioning”. American Journal of Clinical Hypnosis 35
(4), 277-284.
WATKINS, J.G. y WATKINS, H.H. (1997). Ego-state Theory and Therapy. Nueva
York: W.N. Norton.
WATSON, J.P. y DAVIES, T. (1997). “Psychosexual problems”. British Medical
Journal, 315, 239-242.
WAXMAN, D. (1981). Hypnosis: A Guide for Patients and Practitioners. Londres:
George Allen y Unwin.
——— (1986). “Hypnosis 1788-1986: Its history, development and status wit-
hin the United Kingdom”. Proceedings of the British Society of medical and
Dental Hypnosis 6, 3-8.
WEEKES, V.J. y SAVEDRA, M.C. (1988). “Adolescent cancer: Coping with treat-
ment-related pain”. Journal of Pediatric Nursing 3 (5), 318-328.
WEISS, E. (1960). The Structure and Dynamics of the Human Mind. Nueva
York: Grune and Stratton.
WEISS, L.; KATZMAN, M. y WOLCHIK, M. (1985). Treating Bulimia. Nueva York:
Pergamon Press.
WEITZENHOFFER, A. (1957). General Techniques of hypnotism. Nueva York:
Grune & Stratton.
WELCH, G.W., HILLMAN, L.C. y POMARE, E.W. (1985). “Psychoneurotic sympto-
matology in the irritable bowel syndrome: A study of reporters and non-
reporters”. British Medical Journal 291, 1382-1384.
WESTER, W.C. (1984). “Preparing the patient”. En W.C. WESTER y A.H. SMITH
(Eds.), Clinical Hypnosis: A Multidisciplinary Approach. Filadelfía, PA:
Lippincott.
WESTER, W.C. y O’GRADY, D.J. (1991). Clinical Hypnosis with Children. Nueva
York: Brunner/Mazel Publishing.
WESTER, W.C. y SMITH, A.H. (Eds.) (1984). Clinical Hypnosis: A Multidisci-
plinary Approach. Filadelfía, PA: Lippincott.
WHORWELL, P.J. (1991). “Use of hypnotherapy in gastrointestinal disease”.
British Journal of Hospital Medicine 45, 2 7-29.
WHORWELL, P.J.; PRIOR, A. y COLGAN, S.M. (1987). “Hypnotherapy in severe
irritable bowel syndrome: Further experience”. Gut 28, 423-425.
WHORWELL, P.J.; PRIOR, A. y FARAGHER, E.B. (1984). “Controlled trial of hypno-
therapy in the treatment of severe refractory irritable bowel syndrome”.
The Lancet 2, 1232-1234.
WIEBE, D.J. y MCCALLUM, D.M. (1986). “Health practices and hardiness as
mediators in the stress-illness relationship”. Health Psychology 5, 425-438.
394 HIPNOSIS Y ESTRÉS

WIJESINGHE, B.A. (1977). “A case of frigidity treated by short-term hypnothe-


rapy”. International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis 25, 63-67.
WILD, M. y ESPIE, C. (2004). “The efficacy of hypnosis in the reduction of pro-
cedural pain and distress in pediatric oncology: A systematic review”.
Journal of developmental and Behavioral Pediatrics 25 (3), 207-213.
WILKINSON, J.B. (1988). “Hypnosis in the treatment of asthma”. En M. HEAP
(Ed.), Hypnosis: Current Clinical, Experimental and Forensic Practices.
Londres: Croom-Helm.
WILLIAMS, J.M. y HALL, D.W. (1988). “Use of a single session hypnosis for smo-
king cessation”. Addictive Behaviors 13, 205-208.
WILLIAMSON, A. (2002). “Chronic psychosomatic pain alleviated by brief the-
rapy”. Contemporary Hypnosis 19(3), 118-124.
——— (2004). “A case of herpetic neuralgia treated with self-hypnosis and
imagery”. Contemporary Hypnosis 21 (3), 146-149.
WILLS, T.A. (1985). “Supportive functions of interpersonal relationships”. En
S. COHEN y S.L. SYME (Eds.), Social Support and Health. Orlando, FL: Aca-
demic Press.
WILSON, S. (2005). “Trial design in hypnotherapy: Does the RCT have a pla-
ce?”. European Journal of Clinical Hypnosis 6 (1), 20.
WILSON, J.E. y BARKHAM, M. (1994). “A practitioner-scientist approach to psy-
chotherapy process and outcome research”. En P. CLARKSON y M. POKOR-
NEY (Eds.), The Handbook of Psychotherapy. Londres: Routledge.
WINEZE, J.P. y CAREY, M.B. (2001). Sexual Dysfunction: A Guide for Assessment
and Treatment. Nueva York: Guilford Press.
WOLBERG, L.R. (1964). Hypnoanalysis. Nueva York: Grune & Stratton.
——— (1980). Handbook of Short-Term Psychotherapy. Nueva York: Thieme-
Stratton.
WRIGHT, M.E. y WRIGHT, B.A. (1987). Clinical Practice of Hypnotherapy. Nueva
York: Guilford Press.
WYBRANIEC, A. y OAKLEY, D.A. (1996). “Dietary restraint, hypnotizability and
body image”. Contemporary Hypnosis 13, 150-155.
YAPKO, M.D. (1990a). Trancework: An Introduction to the Practice of Clinical
Hypnosis. Nueva York: Brunner/Mazel Publishing.
——— (1990b). “Responsibility to a fault: A metaphor for overresponsibility”.
En D.C. HAMMOND (Ed.), Handbook of Hypnotic Suggestions and Meta-
phors (pp. 320-322). Nueva York: W.W. Norton.
YEHUDA, R., ENGEL, S.M., BRAND, S.R., SECKL, J., MARCUS, S.M. y BERKOWITTZ,
G.S. (2005). “Transgenerational effects of posttraumatic stress disorder in
babies of mothers exposed to the World Trade Center attacks during preg-
nancy”. Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism. Disponible en:
www.cem.endojournals.org/.
BIBLIOGRAFÍA 395

YOUNG, D. (1995). “The use of hypnotherapy in the treatment of eating disor-


ders”. Contemporary Hypnosis 12(2), 148-153.
ZEIG, J.K. (Ed.) (1980). A Teaching Seminar with Milton H. Erickson. Nueva
York: Brunner/Mazel Publishers.
ZELTZER, L. y LEBARON, S. (1982). “Hypnosis and nonhypnotic techniques for
reduction of pain and anxiety during painful procedures in children and
adolescents with cancer”. Journal of Pediatrics 101 (6), 1032-1035.
ZILBERGELD, B. y HAMMOND, D.C. (1988). “The use of hypnosis in treating desi-
re problems”. En S.R. LEIBLUM y R.C. ROSEN (Eds.), Sexual Desire Disor-
ders (pp. 192-225). Nueva York: Guilford Press.
ZIMMERMAN, J. (1998). “Hypnotic technique for sedation of patients during
upper gastrointestinal endoscopy”. American Journal of Clinical Hypnosis
40 (4), 284-287.
——— (2003). “Cleaning up the river: A metaphor for functional digestiva
disorders”. American Journal of Clinical Hypnosis 45 (4), 353-359.
BIBLIOTECA DE PSICOLOGÍA
Dirigida por Beatriz Rodríguez Vega y Alberto Fernández Liria
2. PSICOTERAPIA POR INHIBICIÓN RECÍPROCA, por Joceph Wolpe.
3. MOTIVACIÓN Y EMOCIÓN, por Charles N. Cofer.
4. PERSONALIDAD Y PSICOTERAPIA, por John Dollard y Neal E. Miller.
5. AUTOCONSISTENCIA: UNA TEORÍA DE LA PERSONALIDAD. por Prescott Leky.
9. OBEDIENCIA A LA AUTORIDAD. Un punto de vista experimental, por Stanley Milgram.
10. RAZÓN Y EMOCIÓN EN PSICOTERAPIA, por Albert Ellis.
12. GENERALIZACIÓN Y TRANSFER EN PSICOTERAPIA, por A. P. Goldstein y F. H. Kanfer.
13. LA PSICOLOGÍA MODERNA. Textos, por José M. Gondra.
16. MANUAL DE TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA, por A. Ellis y R. Grieger.
17. EL BEHAVIORISMO Y LOS LÍMITES DEL MÉTODO CIENTÍFICO, por B. D. Mackenzie.
18. CONDICIONAMIENTO ENCUBIERTO, por Upper-Cautela.
19. ENTRENAMIENTO EN RELAJACIÓN PROGRESIVA, por Berstein-Berkovec.
20. HISTORIA DE LA MODIFICACIÓN DE LA CONDUCTA, por A. E. Kazdin.
21. TERAPIA COGNITIVA DE LA DEPRESIÓN, por A. T. Beck, A. J. Rush y B. F. Shawn.
22. LOS MODELOS FACTORIALES-BIOLÓGICOS EN EL ESTUDIO DE LA PERSONALIDAD,
por F. J. Labrador.
24. EL CAMBIO A TRAVÉS DE LA INTERACCIÓN, por S. R. Strong y Ch. D. Claiborn.
27. EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA, por M.ª Jesús Benedet.
28. TERAPÉUTICA DEL HOMBRE. EL PROCESO RADICAL DE CAMBIO, por J. Rof Carballo y
J. del Amo.
29. LECCIONES SOBRE PSICOANÁLISIS Y PSICOLOGÍA DINÁMICA, por Enrique Freijo.
30. CÓMO AYUDAR AL CAMBIO EN PSICOTERAPIA, por F. Kanfer y A. Goldstein.
31. FORMAS BREVES DE CONSEJO, por Irving L. Janis.
32. PREVENCIÓN Y REDUCCIÓN DEL ESTRÉS, por Donald Meichenbaum y Matt E. Jaremko.
33. ENTRENAMIENTO DE LAS HABILIDADES SOCIALES, por Jeffrey A. Kelly.
34. MANUAL DE TERAPIA DE PAREJA, por R. P. Liberman, E. G. Wheeler, L. A. J. M. de visser.
35. PSICOLOGÍA DE LOS CONSTRUCTOS PERSONALES. Psicoterapia y personalidad,
por Alvin W. Landfìeld y Larry M. Leiner.
37. PSICOTERAPIAS CONTEMPORÁNEAS. Modelos y métodos, por S. Lynn y J. P. Garske.
38. LIBERTAD Y DESTINO EN PSICOTERAPIA, por Rollo May.
39. LA TERAPIA FAMILIAR EN LA PRÁCTICA CLÍNICA, Vol. I. Fundamentos teóricos, por Murray Bowen.
40. LA TERAPIA FAMILIAR EN LA PRÁCTICA CLÍNICA, Vol. II. Aplicaciones, por Murray Bowen.
41. MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA CLÍNICA, por Bellack y Harsen.
42. CASOS DE TERAPIA DE CONSTRUCTOS PERSONALES, por R. A. Neimeyer y G. J. Neimeyer.
BIOLOGÍA Y PSICOANÁLISIS, por J. Rof Carballo.
43. PRÁCTICA DE LA TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA, por A. Ellis y W. Dryden.
44. APLICACIONES CLÍNICAS DE LA TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA, por Albert Ellis y
Michael E. Bernard.
45. ÁMBITOS DE APLICACIÓN DE LA PSICOLOGÍA MOTIVACIONAL, por L. Mayor y F. Tortosa.
46. MÁS ALLÁ DEL COCIENTE INTELECTUAL, por Robert. J. Sternberg.
47. EXPLORACIÓN DEL DETERIORO ORGÁNICO CEREBRAL, por R. Berg, M. Franzen y
D. Wedding.
48. MANUAL DE TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA, Volumen II, por Albert Ellis y Russell M. Grieger.
49. EL COMPORTAMIENTO AGRESIVO. Evaluación e intervención, por A. P. Goldstein y H. R.
Keller.
50. CÓMO FACILITAR EL SEGUIMIENTO DE LOS TRATAMIENTOS TERAPÉUTICOS.
Guía práctica para los profesionales de la salud, por Donald Meichenbaum y Dennis C. Turk.
51. ENVEJECIMIENTO CEREBRAL, por Gene D. Cohen.
52. PSICOLOGÍA SOCIAL SOCIOCOGNITIVA, por Agustín Echebarría Echabe.
53. ENTRENAMIENTO COGNITIVO-CONDUCTUAL PARA LA RELAJACIÓN, por J. C. Smith.
54. EXPLORACIONES EN TERAPIA FAMILIAR Y MATRIMONIAL, por James L. Framo.
55. TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA CON ALCOHÓLICOS Y TOXICÓMANOS, por Albert Ellis y otros.
56. LA EMPATÍA Y SU DESARROLLO, por N. Eisenberg y J. Strayer.
57. PSICOSOCIOLOGÍA DE LA VIOLENCIA EN EL HOGAR, por S. M. Stith, M. B. Williams y K. Rosen.
58. PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO MORAL, por Lawrence Kohlberg.
59. TERAPIA DE LA RESOLUCIÓN DE CONFICTOS, por Thomas J. D´Zurilla.
60. UNA NUEVA PERSPECTIVA EN PSICOTERAPIA. Guía para la psicoterapia psicodinámica de
tiempo limitado, por Hans H. Strupp y Jeffrey L. Binder.
61. MANUAL DE CASOS DE TERAPIA DE CONDUCTA, por Michel Hersen y Cynthia G. Last.
62. MANUAL DEL TERAPEUTA PARA LA TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL EN GRUPOS,
por Lawrence I. Sank y Carolyn S. Shaffer.
63. TRATAMIENTO DEL COMPORTAMIENTO CONTRA EL INSOMNIO PERSISTENTE,
por Patricia Lacks.
64. ENTRENAMIENTO EN MANEJO DE ANSIEDAD, por Richard M. Suinn.
65. MANUAL PRÁCTICO DE EVALUACIÓN DE CONDUCTA, por Aland S. Bellak y Michael Hersen.
66. LA SABIDURÍA. Su naturaleza, orígenes y desarrollo, por Robert J. Sternberg.
67. CONDUCTISMO Y POSITIVISMO LÓGICO, por Laurence D. Smith.
68. ESTRATEGIAS DE ENTREVISTA PARA TERAPEUTAS, por W. H. Cormier y L. S. Cormier.
69. PSICOLOGÍA APLICADA AL TRABAJO, por Paul M. Muchinsky.
70. MÉTODOS PSICOLÓGICOS EN LA INVESTIGACIÓN Y PRUEBAS CRIMINALES, por
David L. Raskin.
71. TERAPIA COGNITIVA APLICADA A LA CONDUCTA SUICIDA, por A. Freemann y M. A. Reinecke.
72. MOTIVACIÓN EN EL DEPORTE Y EL EJERCICIO, por Glynn C. Roberts.
73. TERAPIA COGNITIVA CON PAREJAS, por Frank M. Datillio y Christine A. Padesky.
74. DESARROLLO DE LA TEORÍA DEL PENSAMIENTO EN LOS NIÑOS, por Henry M. Wellman.
75. PSICOLOGÍA PARA EL DESARROLLO DE LA COOPERACIÓN Y DE LA CREATIVIDAD, por
Maite Garaigordobil.
76. TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TERAPIA GRUPAL, por Gerald Corey.
77. TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO. Los hechos, por Padmal de Silva y Stanley Rachman.
78. PRINCIPIOS COMUNES EN PSICOTERAPIA, por Chris L. Kleinke.
79. PSICOLOGÍA Y SALUD, por Donald A. Bakal.
80. AGRESIÓN. Causas, consecuencias y control, por Leonard Berkowitz.
81. ÉTICA PARA PSICÓLOGOS. Introducción a la psicoética, por Omar França-Tarragó.
82. LA COMUNICACIÓN TERAPÉUTICA. Principios y práctica eficaz, por Paul L. Wachtel.
83. DE LA TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL A LA PSICOTERAPIA DE INTEGRACIÓN, por
Marvin R. Goldfried.
84. MANUAL PARA LA PRÁCTICA DE LA INVESTIGACIÓN SOCIAL, por Earl Babbie.
85. PSICOTERAPIA EXPERIENCIAL Y FOCUSING. La aportación de E.T. Gendlin, por Carlos
Alemany (Ed.).
86. LA PREOCUPACIÓN POR LOS DEMÁS. Una nueva psicología de la conciencia y la moralidad, por
Tom Kitwood.
87. MÁS ALLÁ DE CARL ROGERS, por David Brazier (Ed.).
88. PSICOTERAPIAS COGNITIVAS Y CONSTRUCTIVISTAS. Teoría, Investigación y Práctica, por
Michael J. Mahoney (Ed.).
89. GUÍA PRÁCTICA PARA UNA NUEVA TERAPIA DE TIEMPO LIMITADO, por Hanna Levenson.
90. PSICOLOGÍA. Mente y conducta, por Mª Luisa Sanz de Acedo.
91. CONDUCTA Y PERSONALIDAD, por Arthur W. Staats.
92. AUTO-ESTIMA. Investigación, teoría y práctica, por Chris Mruk.
93. LOGOTERAPIA PARA PROFESIONALES. Trabajo social significativo, por David Guttmann.
94. EXPERIENCIA ÓPTIMA. Estudios psicológicos del flujo en la conciencia, por Mihaly Csikszentmi-
halyi e Isabella Selega Csikszentmihalyi.
95. LA PRÁCTICA DE LA TERAPIA DE FAMILIA. Elementos clave en diferentes modelos, por
Suzanne Midori Hanna y Joseph H. Brown.
96. NUEVAS PERSPECTIVAS SOBRE LA RELAJACIÓN, por Alberto Amutio Kareaga.
97. INTELIGENCIA Y PERSONALIDAD EN LAS INTERFASES EDUCATIVAS, por Mª Luisa Sanz
98. TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO. Una perspectiva cognitiva y neuropsicológica, por Frank
Tallis.
99. EXPRESIÓN FACIAL HUMANA. Una visión evolucionista, por Alan J. Fridlund.
100. CÓMO VENCER LA ANSIEDAD. Un programa revolucionario para eliminarla definitivamente, por
Reneau Z. Peurifoy.
101. AUTO-EFICACIA: CÓMO AFRONTAMOS LOS CAMBIOS DE LA SOCIEDAD ACTUAL, por
Albert Bandura (Ed.).
102. EL ENFOQUE MULTIMODAL. Una psicoterapia breve pero completa, por Arnold A. Lazarus.
103. TERAPIA CONDUCTUAL RACIONAL EMOTIVA (REBT). Casos ilustrativos, por Joseph
Yankura y Windy Dryden.
104. TRATAMIENTO DEL DOLOR MEDIANTE HIPNOSIS Y SUGESTIÓN. Una guía clínica, por
Joseph Barber.
105. CONSTRUCTIVISMO Y PSICOTERAPIA, por Guillem Feixas Viaplana y Manuel Villegas Besora.
106. ESTRÉS Y EMOCIÓN. Manejo e implicaciones en nuestra salud, por Richard S. Lazarus.
107. INTERVENCIÓN EN CRISIS Y RESPUESTA AL TRAUMA. Teoría y práctica, por Barbara Rubin
Wainrib y Ellin L. Bloch.
108. LA PRÁCTICA DE LA PSICOTERAPIA. La construcción de narrativas terapéuticas, por Alberto
Fernández Liria y Beatriz Rodríguez Vega.
109. ENFOQUES TEÓRICOS DEL TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO, por Ian Jakes.
110. LA PSICOTERA DE CARL ROGERS. Casos y comentarios, por Barry A. Farber, Debora C. Brink
y Patricia M. Raskin.
111. APEGO ADULTO, por Judith Feeney y Patricia Noller.
112. ENTRENAMIENTO ABC EN RELAJACIÓN. Una guía práctica para los profesionales de la salud,
por Jonathan C. Smith.
113. EL MODELO COGNITIVO POSTRACIONALISTA. Hacia una reconceptualización teórica y
clínica, por Vittorio F. Guidano, compilación y notas por Álvaro Quiñones Bergeret.
114. TERAPIA FAMILIAR DE LOS TRASTORNOS NEUROCONDUCTUALES. Integración de la neu-
ropsicología y la terapia familiar, por Judith Johnson y William McCown.
115. PSICOTERAPIA COGNITIVA NARRATIVA. Manual de terapia breve, por Óscar F. Gonçalves.
116. INTRODUCCIÓN A LA PSICOTERAPIA DE APOYO, por Henry Pinsker.
117. EL CONSTRUCTIVISMO EN LA PSICOLOGÍA EDUCATIVA, por Tom Revenette.
118. HABILIDADES DE ENTREVISTA PARA PSICOTERAPEUTAS
Vol 1. Con ejercicios del profesor
Vol 2. Cuaderno de ejercicios para el alumno, por Alberto Fernández Liria y Beatriz Rodríguez Vega.
119. GUIONES Y ESTRATEGIAS EN HIPNOTERAPIA, por Roger P. Allen.
120. PSICOTERAPIA COGNITIVA DEL PACIENTE GRAVE. Metacognición y relación terapéutica,
por Antonio Semerari (Ed.).
121. DOLOR CRÓNICO. Procedimientos de evaluación e intervención psicológica, por Jordi Miró.
122. DESBORDADOS. Cómo afrontar las exigencias de la vida contemporánea, por Robert Kegan.
123. PREVENCIÓN DE LOS CONFLICTOS DE PAREJA, por José Díaz Morfa.
124. EL PSICÓLOGO EN EL ÁMBITO HOSPITALARIO, por Eduardo Remor, Pilar Arranz y Sara Ulla.
125. MECANISMOS PSICO-BIOLÓGICOS DE LA CREATIVIDAD ARTÍSTICA, por José Guimón.
126. PSICOLOGÍA MÉDICO-FORENSE. La investigación del delito, por Javier Burón (Ed.).
127. TERAPIA BREVE INTEGRADORA. Enfoques cognitivo, psicodinámico, humanista y neuroconduc-
tual, por John Preston (Ed.).
128. COGNICIÓN Y EMOCIÓN, por E. Eich, J. F. Kihlstrom, G. H. Bower, J. P. Forgas y P. M.
Niedenthal.
129. TERAPIA SISTÉMICA DE PAREJA Y DEPRESIÓN, por Elsa Jones y Eia Asen.
130. PSICOTERAPIA COGNITIVA PARA LOS TRASTORNOS PSICÓTICOS Y DE PERSONALIDAD,
Manual teórico-práctico, por Carlo Perris y Patrick D. Mc.Gorry (Eds.).
131. PSICOLOGÍA Y PSIQUIATRÍA TRANSCULTURAL. Bases prácticas para la acción, por Pau Pérez
Sales.
132. TRATAMIENTOS COMBINADOS DE LOS TRASTORNOS MENTALES. Una guía de intervencio-
nes psicológicas y farmacológicas, por Morgan T. Sammons y Norman B. Schmid.
133. INTRODUCCIÓN A LA PSICOTERAPIA. El saber clínico compartido, por Randolph B. Pipes y
Donna S. Davenport.
134. TRASTORNOS DELIRANTES EN LA VEJEZ, por Miguel Krassoievitch.
135. EFICACIA DE LAS TERAPIAS EN SALUD MENTAL, por José Guimón.
136. LOS PROCESOS DE LA RELACIÓN DE AYUDA, por Jesús Madrid Soriano.
137. LA ALIANZA TERAPÉUTICA. Una guía para el tratamiento relacional, por Jeremy D. Safran y J.
Christopher Muran.
138. INTERVENCIONES PSICOLÓGICAS EN LA PSICOSIS TEMPRANA. Un manual de tratamiento,
por John F.M. Gleeson y Patrick D. McGorry (Coords.).
139. TRAUMA, CULPA Y DUELO. Hacia una psicoterapia integradora. Programa de autoformación en
psicoterpia de respuestas traumáticas, por Pau Pérez Sales.
140. PSICOTERAPIA COGNITIVA ANALÍTICA (PCA). Teoría y práctica, por Anthony Ryle e Ian B.
Kerr.
141. TERAPIA COGNITIVA DE LA DEPRESIÓN BASADA EN LA CONSCIENCIA PLENA. Un nuevo
abordaje para la prevención de las recaídas, por Zindel V. Segal, J. Mark G. Williams y John D.
Teasdale.
142. MANUAL TEÓRICO-PRÁCTICO DE PSICOTERAPIAS COGNITIVAS, por Isabel Caro Gabalda.
143. TRATAMIENTO PSICOLÓGICO DEL TRASTORNO DE PÁNICO Y LA AGORAFOBIA. Manual
para terapeutas, por Pedro Moreno y Julio C. Martín.
144. MANUAL PRÁCTICO DEL FOCUSING DE GENDLIN, por Carlos Alemany (Ed.).
145. EL VALOR DEL SUFRIMIENTO. Apuntes sobre el padecer y sus sentidos, la creatividad y la psicote-
rapia, por Javier Castillo Colomer.
146. CONCIENCIA, LIBERTAD Y ALIENACIÓN, por Fabricio de Potestad Menéndez y Ana Isabel
Zuazu Castellano.
147. HIPNOSIS Y ESTRÉS. Guía para profesionales, por Peter J. Hawkins.

Das könnte Ihnen auch gefallen