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1.1. Principios
1.2. Método
1. Crítica textual: En base a los criterios proporcionados por la crítica textual (lectio
brevis potior, lectio dicilior, etc.) se intenta llegar a un texto tan cercano al original
como sea posible.
2. Crítica literaria: Consiste en individuar las diferentes unidades literarias que com-
ponen el texto. Esto se logra mediante análisis de tipo lingüístico y lológico:la
existencia de duplicados, de divergencias irreconciliables y de otros indicios mani-
esta el carácter compuesto de algunos textos, que se dividen entonces en pequeñas
unidades, de las cuales se estudia su posible pertenencia a fuentes diferentes1 .
3. Crítica de los géneros: determina los géneros literarios2 , su ambiente de origen y
su evolución.
1
Pontificia Comisión Bíblica, La interpretación de la Biblia en la Iglesia, 3.a edición, PPC, Madrid
1993, p. 37.
2
Los géneros literarios conguran las expectativas del lector. Por ejemplo: se espera que los hechos
narrados por la historia sean reales. Por el contrario, no se puede exigir que los personajes mencionados en
una fábula tengan una existencia extramental.
1
4. Crítica de la redacción: Identica las etapas sucesivas que han congurado la
estructura del texto hasta llegar a la versión que poseemos. También estudia el estado
nal, discerniendo las características que le son propias. Esta última etapa tiene un
carácter sincrónico: se explica el texto en sí mismo, gracias a las relaciones mutuas
de sus diversos elementos, considerándolos bajo su aspecto de mensaje comunicado
por el autor a sus contemporáneos3 .
5. Crítica histórica: Cuando los textos pertenecen a un género literario histórico
o están en relación con acontecimientos de la historia, la crítica histórica completa
la crítica literaria, para precisar el alcance histórico, en el sentido moderno de la
expresión, de los textos estudiados4 .
2. Métodos diacrónicos
Se caracteriza por presentar al texto como un agente que recrea `un mundo' en el cual se
implica al lector. El texto sería un espejo en el cual se reeja la realidad que un escritor plas-
ma en una composición literaria. Introduce entre otras categorías el concepto de `lector
3
Ibíd.
4
Ibíd.
5
Entendido en el sentido de `conjunto de normas para obrar rectamente'
6
Ibíd., pp. 4142.
2
implícito': aquel que el texto presupone y produce, que es capaz de efectuar las operaciones
mentales y afectivas requeridas para entrar en el mundo del relato, y de responder del modo
pretendido por el autor real. Establece que un texto sigue ejerciendo su inuencia en la
medida en que los lectores reales pueden identicarse con el lector implícito7 .
3. Acercamientos
Los `acercamientos' pretenden completar los métodos antes señalados. En efecto, aunque
la aplicación de la metodología sea perfecta, y los resultados estén libres de errores, tal
interpretación es, por una limitación inherente a la naturaleza humana, parcial: sólo explica
un fragmento dentro del conjunto unitario que suponen las Sagradas Escrituras. Para paliar
esta deciencia se han intentado diversas aproximaciones:
7
Ibíd., p. 44.
3
- Acercamiento canónico . Su principio fundamental es la unidad de las Sagradas
Escrituras.Justamente a partir de esta última intuición se ha desarrollado hace unos
treinta años en América el proyecto de la `exégesis canónica', que intenta leer cada uno
de los textos bíblicos dentro del conjunto de la única Escritura, arrojando nueva luz
sobre ellos. El número 12 de la Constitución sobre la Divina Revelación del Concilio
Vaticano II había ya resaltado claramente este aspecto como un principio fundamental
de la exégesis teológica: quien quiera comprender la Escritura en el espíritu en la cual
ha sido escrita debe observar el contenido y la unidad de la entera Escritura.8
- Tradiciones judías . Pretende tomar en cuenta el hecho de que buena parte de las
escrituras cristianas se han forjado en ámbito, mentalidad y cultura hebrea. Por tanto,
se pueden obtener muchas luces para la interpretación de los textos si se conocen los
procedimientos judíos de exégesis e interpretación.
- Historia de los efectos . Parte de dos premisas: 1) Un texto no se convierte en una
obra literaria si no hay lectores que, apropiándose de él, le den vida; 2) esta apropiación
contribuye a entender mejor el texto mismo. Por tanto, este procedimiento pretende
rastrear la interpretación que una obra ha tenido en la historia y el modo en el que
ha congurado la realidad que le rodeaba.
- Otros acercamientos . Además de los mencionados, hay otros acercamientos a la
Sagrada Escritura que el cardenal Ratzinger calica como síntomas de desintegración
entre interpretación y hermenéutica [. . . ] son, a lo sumo, la expresión de una convic-
ción: el sentido auténtico de la Biblia es, o totalmente incognoscible, o carente de
sentido para la realidad de la vida actual; de aquí que ya no se pregunten por la ver-
dad, sino solo por aquello que puede servir a una praxis ya elegida9 . Concretamente,
Ratzinger menciona la aproximación feminista y la lectura materialista, aunque lo
dicho es fácil de extender a otros enfoques.
Los textos bíblicos está profundamente ligados a un proceso de comunicación. Por este
motivo la interpretación es una necesidad indispensable. En el AT individuos (Moisés) o
incluso grupos humanos (los escribas postexílicos) actúan como intérpretes de la voluntad de
Dios. Desde este punto de vista, las tentaciones de Jesús en el desierto muestran un `debate
hermenéutico' acerca de cómo interpretar las palabras de la Sagrada Escritura. Del mismo
modo, Lucas describe el inicio de la vida pública de Jesús interpretando a Isaías 61 (cfr. Lc
4,21). La misión de Pablo puede entenderse como la interpretación del mensaje de Cristo en
ámbito helenístico. El apocalipsis es la interpretación del `día de Yahvé'. Es más: el corpus
8
J. Ratzinger, Gesù di Nazaret, Rizzoli, Milán 2007, p. 14. La traducción es mía
9
J. Ratzinger, La interpretación bíblica en conicto , p. 23.
4
entero de los escritos neotestamentarios pueden considerarse como una interpretacón del
Antiguo Testamento.
Esta necesidad de interpretación continuó después de la formación del canon. La Iglesia
primitiva recurrió al uso de técnicas de interpretación heredadas del pensamiento judío,
tipologías y alegorías. La escuela de Antioquía desarrolló un método basado en una aproxi-
mación te tipo histórico-gramatical, mientras que la alejandrina intentó un esquema basado
en la alegoría. Dentro de este proceso, pronto se reconoció la necesidad de cribar las inter-
pretaciones legítimas de las ilegítimas y esto fue un poderoso motivo para el desarrollo del
dogma10 .
5
de la Iglesia es aquella forma de `simpatía'14 sin la cual el texto no se abre15
El Concilio Vaticano II, en la constitución Dei Verbum ha intentado unir equilibrada-
mente las dos caras de la interpretación, es decir, la `explicación' histórica y la `comprensión'
global. Señaló por una parte la legitimidad e, incluso, la necesidad del método histórico,
reconduciéndolo a tres elementos esenciales: la atención a los géneros literarios, la investi-
gación del contexto histórico (cultural, religioso, etc.) y la búsqueda de lo que se ha dado
en llamar `Sitz im Leben' (situación en el contexto vital). Pero, al mismo tiempo, el doc-
umento conciliar sostuvo el carácter teológico de la exégesis e indicó los puntos esenciales
del método teológico en la interpretación de los textos. El presupuesto fundamental sobre
el que descansa la compresión teológica de la Biblia es la unidad de la Escritura. A este
presupuesto corresponde como camino metodológico la `analogía dei' es decir; la compren-
sión de las unidades textuales a partir de la totalidad16 . Junto con esto el Concilio añade
otros elementos para la interpretación. La Sagrada Escritura es una desde el punto de vista
del sujeto histórico que la ha forjado y leído, es decir la Iglesia. Esto quiere decir que la
Tradición es la puerta de acceso al contenido de la Sagrada Escritura. Signica también que
es a la Iglesia, por medio de sus órganos institucionales quien debe dar la última palabra de
la interpretación denitiva de la Biblia. Ratzinger explicita estas armaciones en su publi-
cación más reciente: Los libros de la Sagrada Escritura, como ella misma en su conjunto,
no son simplemente literatura. La Escritura ha crecido en y a partir del sujeto vivo del
Pueblo de Dios en camino, y vive en él. Se podría decir que los libros de la Escritura hacen
referencia a tres sujetos que interaccionan entre sí. En primer lugar está el autor o el grupo
de autores, a quienes debemos un libro de la Escritura. Pero esos autores no son escritores
autónomos en el sentido moderno del término sino que pertenecen al sujeto común `Pueblo
de Dios': hablan a partir de él y a él se dirigen hasta tal punto que el pueblo es el verdadero
y más profundo `autor' de las Escrituras. Y todavía: este pueblo no es autosuciente, sino
que sabe que es conducido e interpelado por Dios mismo, que en lo profundo, habla por
medio de hombres a la humanidad17 .
14
`simpatía' debe entenderse en su entido etimológico: syn pathein : padecercon, sintonizar
15
Ibíd., p. 54. El subrayado es del autor
16
Ibíd., p. 25.
17
J. Ratzinger, Gesù , pp. 1617. El subrayado es del autor. La traducción es mía
6
6. Bibliografía
Lategan, B. , Hermeneutics, cap. III en Freedman, D., editor , Bible Anchor Dictio-
nary, Doubleday, New York 1992, pp. 149154.
Pontificia Comisión Bíblica , La interpretación de la Biblia en la Iglesia, 3.a edición,
PPC, Madrid 1993.
Ratzinger, J. , La interpretación bíblica en conicto, en Navarro, L., editor, Escritura
e interpretación, Palabra, Madrid 2003, 1992, pp. 1954.
Gesù di Nazaret, Rizzoli, Milán 2007.