Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
AUTOR:
EDGAR H. ADAN LUCAS
DOCENTE TITULAR:
MGTR. MARIO AUGUSTO MERCHAN GORDILLO
DOCENTE TUTOR:
Huánuco – 2018
EL DOMICILIO EN EL DERECHO ROMANO
1. Etimología
2. Definición De Domicilio
Inicialmente, se identificó al domicilio como casa-habitación, pero después se amplía este
concepto, es decir, ya no se considera al domicilio como espacio donde habita el
hombre permanentemente, sino se le agrega otra característica que es "el centro de las
relaciones jurídicas.
3. Requisitos De Domicilio
En la ley de Adriano se consideró que la residencia, si se prolongaba al menos 10 años.
Importaba domicilio, y los requisitos para que se configurara el domicilio, eran:
Plazo indicado.
Que la residencia resulte habitual, no accidental.
4. Los Elementos del Domicilio
EL DOMICILIO EN LA ACTUALIDAD
1.-REFERENCIAS CONCEPTUALES
ORGAZ, Expresa que "El centro territorial de las relaciones jurídicas de una persona
o bien el lugar en que la ley sitúa a una persona para la generalidad de sus relaciones de
derecho".
2.-TIPOS DE DOMICILIO
2.1. El Domicilio Material
El domicilio material es un dato técnico determinado por ley. No debe confundirse este
concepto jurídico de domicilio con el de casa-habitación (espacio físico donde
efectivamente vive la persona), ni mucho menos con el de dirección (que no es más que
el nominativo o si se quiere el signo a través del cual se exterioriza el domicilio, la
residencia o la habitación).
2. Domicilio Formal
3.-CLASIFICACIÓN
1. Domicilio general:
Es el impuesto por los mismos particulares para ciertos casos. Por ello se sostiene que
"como verdadero atributo de la persona, debe tenerse en cuenta el domicilio general. El
especial, en cambio, no tiene sus alcances ni cumple una función identificada con
la personalidad.
Pues tenerlo depende de la voluntad de aquella. El domicilio especial no es único, ni
necesario; pero si mutable. Dentro del domicilio especial se encuentran:
1. Que equivocadamente se le identifica con el domicilio legal. Es el que fijan las partes
en el proceso. Como sostiene Rivera. "es el que toda persona está obligada a constituir
al tomar intervención en un proceso judicial, y que debe hallarse dentro del radio del
juzgado.
El inc. 2 del art. 424 C.P.C. establece como requisito de admisibilidad de
la demanda que se fije el "domicilio procesal del demandante".
2. El domicilio procesal o ad litem:
Que como indica el art. 36 "es aquel en el cual los cónyuges viven de consuno".
3. El domicilio matrimonial.
4. El domicilio negocial:
Es el que se fija para la ejecución de los mismos. Este es el caso del art. 34 C.C... El cual
establece que:
"Se puede designar domicilio especial para la ejecución de actos jurídicos. Esta
designación sólo Implica sometimiento a la competencia territorial correspondiente salvo
pacto distinto".
Es necesario mencionar que actualmente existe un grupo de códigos que apuntan hacia la
concepción de un domicilio único, como el caso de los códigos francés, italiano, suizo y
en nuestro ordenamiento jurídico desde el Código Civil de 1984 y otro grupo que admite
la pluralidad de domicilios, como el BGB (Código civil alemán), el cual, en su inc. 2 del
art. 7, admite, que "el domicilio puede existir simultáneamente en varios lugares", el art.
32 del Código civil brasileño, entre otros. Ajumado
En cuanto a la fundamentación del domicilio Único, se puede anotar que existe un sector
de la doctrina que lo individualiza de acuerdo a la intención del sujeto, tal como lo
expresa Mascareñas: "Una persona puede tener varias residencias de hecho, es decir, vivir
diversas temporadas en diferentes lugares es, pero sólo tendrá un domicilio.
La residencia habitual en la cual se tiene la intención de residir permanentemente".
Respecto de la pluralidad de domicilios. Santos Briz, se afirma que "la práctica admite la
pluralidad de domicilios, siempre que en cada uno concurran los requisitos que (...) se
exigen por la ley para su existencia, y excluido en todo caso el propósito de fraude o de
perjuicio para terceros. Si varios domicilios aumentan los derechos del titular, también
llevan consigo un aumento de sus obligaciones derivadas de aquéllos".
En la legislación peruana trata al domicilio en el código civil desde los artículos 33 hasta
el 41.
ARTÍCULO 33:
Se puede designar domicilio especial para la ejecución de los actos jurídicos. Esta
designación sólo implica sometimiento a la competencia territorial correspondiente,
salvo pacto distinto.
El carácter jurídico y no fáctico del domicilio queda ratificado en este artículo, que
permite que las personas designen domicilio especial para la ejecución de los actos
jurídicos. Pude ser para contratos, realizar pagos, enviar documentación, etc.).
Este numeral, como es evidente, obedece a una razón práctica, como es la de facilitar la
celebración de actos jurídicos, el domicilio especial, para la ejecución de os mismos, se
limita al metimiento a la jurisdicción territorial correspondiente.
Un ejemplo claro sería que en un contrato, una persona que vive en Piura puede designar
domicilio en Tumbes. Pero todos los implicados saben que no vive en Tumbes, pero esta
designación es válida para el derecho. Ya que este domicilio sólo servirá para la
competencia de los tribunales, pero todas las demás obligaciones deberán ser cumplidas
en el domicilio constituido por la residencia de cada parte.
ARTÍCULO 35:
ARTÍCULO 36:
El domicilio conyugal es aquel en el cual los cónyuges viven de consumo o, en su defecto,
el último que compartieron.
Se ha variado éste artículo ya que en el código civil de 1936, el varón era quien fijaba el
domicilio conyugal. Hoy en día el citado domicilio es aquel en el cual los cónyuges viven
de consuno, y en su defecto, el último que compartieron. Es así que el domicilio conyugal
constituye de común acuerdo entre marido y la mujer.
ARTÍCULO 37:
ARTÍCULO 38:
Los funcionarios públicos están domiciliados en el lugar donde ejercen sus funciones, sin
perjuicio, en su caso, de lo dispuesto en el artículo 33.
El domicilio de las personas que residen temporalmente en el extranjero, en ejercicio de
funciones del estado o por otras causas, es el último que hayan tenido en el territorio
nacional.
El artículo distingue el domicilio del funcionario público, al expresar que el domicilio se
constituye por la residencia habitual. De aquel otro domicilio especial en el que el
funcionario cumple su actividad laboral.
En el segundo párrafo, señala que las personas que permanecen en el extranjero por breve
tiempo ya que de no ser así, por razones de habitualidad, tendría que considerárseles
domiciliadas fuera del país. Aquí se puede hablar sobre dos aspectos: La temporalidad y
exterior-interior.
Temporalidad: Este es un problema que el problema se determina sabiendo si mudó la
residencia habitual, o si solo ha cambiado de morada (es decir, temporal o
accidentalmente).
El extranjero o el interior: Se refiere a los funcionarios que viajan al exterior, por contraste
con los que tienen asignado dentro de territorio nacional.
ARTICULO 39:
ARTÍCULO 40:
ARTÍCULO 41:
VIOLACIÓN DE DOMICILIO
Artículo 160:
El funcionario o servidor público que allana un domicilio sin las formalidades prescritas
por la ley o fuera de los casos que ella determina, será reprimido con pena privativa de
libertad no menor de uno ni mayor de tres años e inhabilitación de uno a dos años
conforme el artículo 36, incisos 1,2 y 3.
Se trata del acto abusivo que la autoridad realiza usualmente para
efectuar investigaciones, registros, detenciones, desalojos, inmovilizaciones, etc., sin la
justificación legal.
La constitución Política del Perú, en su Art. 2, numeral 9, establece que para ingresar en
domicilio ajeno se requiere:
Consentimiento del morador.
Orden o mandato judicial debidamente fundamentado. Aquí el ministerio Público
solicita del juez la autorización correspondiente.
Flagrante delito o muy grave peligro de su perpetración. Es delito flagrante, la
ejecución actual del tipo que se esté lesionando con inmediatez un bien jurídico.
Así, solo habrá delincuencia in fraganti cuando se tenga percepción sensorial por un
observador presencial de que se cometiendo un delito, y el delincuente sea sorprendido.
Respecto de la locución muy grave peligro de perpetración, decir que se trata de la
proximidad en el tiempo con que se anticipa un peligro de perpetración delictiva.
Un cuarto supuesto que la ley prevé, es el de las condiciones sanitarias concurrentes
con el estado de necesidad.
l. TIPO PENAL
2. TIPICIDAD OBJETIVA
Del contenido del tipo penal del artículo 159, se evidencia con claridad que recoge dos
supuestos delictivos decididamente diferenciados:
a. El que sin derecho penetra en domicilio ajeno.
Este supuesto de hecho se verifica cuando el agente sin tener derecho alguno ingresa,
penetra, invade o se introduce en morada o casa de negocio ajena, en su dependencia o
en el recinto habitado por otro. Para efectos de evidenciarse el supuesto típico es
indiferente los medios o formas del que se vale el actor para ingresar o penetrar. Basta
constatar el ingreso ilegal a domicilio ajeno para estar ante la conducta típica.
El verbo "penetrar' puede llevar a equívocos, debida que puede considerarse como
violación de domicilio el simple ingreso parcial de una persona al domicilio; no obstante,
en doctrina ha quedado claramente establecido que penetrar significa introducir el cuerpo
por completo en el domicilio ajeno. No basta introducir una parte del cuerpo como sería
la cabeza, los pies o las manos (658).
En tanto que Villa Stein (659) recogiendo conceptos del español Miguel Polaino
Navarrete, enseña que hay penetración en morada cuando se produce una entrada
completa de la persona en el recinto de la morada ajena, no siendo suficiente asomarse,
penetrar parcialmente.
Morada. Con Polaino Navarrete (660) entendemos a la morada como aquel lugar o
espacio ocupado por una persona como su sitio propio de asentamiento existencial
humano, donde la misma puede mantenerse en reserva y apartada del mundo circundante,
con posibilidad de ejercicio del derecho a vetar la indeseada presencia de tercera personas.
En términos más sencillos, podemos decir que morada es el lugar donde una persona
desenvuelve las actividades de su vida doméstica. Es el lugar donde una persona, junto
con su familia y sin interferencia de terceros, desarrolla su vida diaria de acuerdo a sus
convicciones y a su personalidad.
Por su parte, los profesores Roy Freyre (661), y Bramont-Arias y GarCÍa Cantizano (662)
enseñan que por morada se entiende todo lugar que, por su destino, sirve para ser habitado
por las personas, sea en forma permanente o aislada, sea para pernoctar o no, como, por
ejemplo., una casa, la habitación de un hotel, el camarote de un buque, una choza, una
cueva, un remolque, etc. En ese sentido, se tiene que el lugar no necesariamente será de
material noble, menos asumir la forma de un inmueble común, basta que sirva de vivienda
u hogar a una persona.
Respecto de este punto, no compartimos posición con Roy Freyre (663), cuando afirma
que para configurarse el delito de violación de domicilio activa sería necesario que el
agraviado habite dicho local. Pues, es evidente que la redacción del tipo penal no exige
tal condición. Por lo demás, el sentido común aconseja que no es condición sine qua non
que el agraviado habite el local, pues basta que se constate que realiza actividades
económicas para que cualquier ingreso sin su autorización constituya conducta
subsumible al supuesto de hecho del tipo penal en hermenéutica. El propietario o
conductor de la casa de negocios muy bien puede habitar o vivir en otro lugar.
Los tratadistas peruanos (665) coinciden en afirmar que cuando se habla de dependencia
de la morada o casa de negocios se hace referencia a los espacios o lugares accesorios
que, sin formar parte integrante del ambiente principal, están destinados a su servicio o
complemento, por ejemplo, los patios, garajes, jardín, corrales, ambiente de depósito de
herramientas, etc.
Recinto habitado por otro. A efectos del delito que se comenta, se entiende por recinto
habitado por otro a todo lugar, espacio, superficie, área, ambiente o escenario que sirve
de vivienda a una persona.
El supuesto delictivo se configura cuando el agente estando ya dentro del domicilio del
agraviado se resiste a salir o a abandonarlo ante el pedido expreso del que tiene derecho,
ya sea de propietario, conductor o simple ocupante, de aquel domicilio. El agente
permanece, sigue o continúa dentro del domicilio en contra de la voluntad del titular,
limitando con tal actitud la libertad e intimidad del agraviado. Con precedente judicial
basta para deducir que la doctrina jurisprudencial ha interpretado positivamente este
aspecto. Así tenemos la Resolución del 18 de diciembre de 1998, por la cual la Sala Mixta
de Camaná de la Corte Superior de Arequipa sostiene que "para la consumación del delito
se requiere la intimación de quien tenga derecho a hacerla, en caso de haber ingresado al
domicilio, debiendo permanecer el inculpado allí, rehusando la intimación que se le
hiciera (según exigencia del tipo contenido en el ya citado numeral ciento cincuenta y
nueve). Que la agraviada Migdonia ¡rache, no refiere en absoluto haber requerido al
inculpado para que abandone el domicilio, llegando al lugar de los hechos posteriormente.
De esta suerte, no se ha acreditado se haya realizado el delito de violación de domicilio"
(667).
En efecto, se configura con un no hacer: el sujeto activo se niega a salir, no obstante que
ha sido intimidado para que abandone el domicilio en el que penetró o ingresó con
autorización. Sin duda, bien señala Roy Freyre (668) la facultad de exclusión corresponde
al morador, al dueño del negocio o al habitante del recinto. Además del propietario, del
poseedor, o del ocupante, también pueden ejercitar por representación el jus prohibendi
el cónyuge, el hijo, el sirviente, el guardián, el policía particular, etc.
Con acierto enseñan Bramont-Arias y García Cantizano (669) que la entrada fue en su
momento consentida. Se configura, en consecuencia, como un comportamiento
subsidiario del primero, pues si se penetra sin la voluntad del morador, el segundo
comportamiento solo será un acto posterior de agotamiento del primero. Se realiza por
omisión.
En otro aspecto, una condición sine qua non para configurar objetivamente el delito de
violación de domicilio, lo constituye la circunstancia que la morada, la casa de negocios
o el recinto esté realmente habitada. En el caso de ocupación de viviendas deshabitadas,
se niega tajantemente la configuración del hecho punible en la medida en que al estar la
vivienda deshabitada se pone de manifiesto que esta no satisface la función que cumple
el bien jurídico protegido en este delito. No cabe duda que el inmueble al encontrarse
deshabitado es demostrativo que no es el espacio elegido por el sujeto para desarrollar
sus actividades personales. Según LARRACRI PIJOA.'-' , la ocupación de inmueble
deshabitado podrá considerarse como un ataque a la propiedad o a la posesión del
inmueble, pero no a la libertad de la persona (670).
Finalmente, la expresión "sin derecho" significa que el agente penetra o permanece en el
domicilio sin ninguna justificación aparente. Caso contrario, si de determina que el agente
ingreso por razones de sanidad o grave riesgo por ejemplo, no aparecerá la conducta
punible (671).
De la revisión de la literatura penal, se evidencia que no existe consenso acerca del bien
jurídico que se protege con el delito de violación de domicilio. En efecto, mientras que
para cierto sector de tratadistas el bien jurídico lo constituye la libertad domiciliaria
entendida como la facultad de disponer del local elegido como morada o casa de negocios
con sus respectivas dependencias (672); para otro sector, lo constituye la intimidad de la
persona limitada a un determinado espacio físico, donde pueda acumular su experiencia
personal, y sin el cual no podría ejercer su capacidad de actuar, a fin de satisfacer sus
necesidades (673). Parecida es la posición de Villa Stein (674) cuando sostiene que el
bien jurídico protegido comprende la intimidad y la soberanía que su titular ejerce sobre
el espacio físico en el que domicilia. En tanto que para otro sector, el bien jurídico lo
constituye la inviolabilidad del domicilio prescrito a nivel constitucional (675).
No obstante, aun cuando en doctrina existe polémica respecto del bien jurídico protegido
con la tipificación del hecho punible de violación de domicilio, y pese a que la
jurisprudencia a tomado una posición discutible, a nuestro entender y tratando de ser
coherentes con la normativa constitucional vigente, consideramos que el bien jurídico que
se tutela con el tipo penal del artículo 159, 10 constituye la inviolabilidad del domicilio
debida e imperativamente prescrito en el inciso 9 del artículo 2 de nuestra Carta Política.
Se protege la inviolabilidad del domicilio con carácter de derecho fundamental, a efectos
de garantizar el espacio en el que la persona ejerce su privacidad y libertad más íntima,
frente a invasiones o agresiones de otras personas o de la autoridad pública. Para ello
debemos entender que el concepto de domicilio encierra o engloba las definiciones de
morada, casa de negocios y recinto habitado por otro. Abona esta posición el hecho
concreto de que la intimidad personal o familiar está debidamente protegida por los
delitos denominados contra la intimidad ya analizados.
En efecto, antes que ocurra la tipificación de los delitos contra la intimidad personal y
familiar, resultaba coherente sostener que con el delito de violación de domicilio se
protegía la intimidad personal o familiar, pues caso contrario, aparecía desprotegido este
aspecto fundamental de las personas. No obstante, desde la entrada en vigencia del
Código Penal de 1991, que tipificó los delitos contra la intimidad personal y familiar,
resulta claro que aquel aspecto está debidamente protegido por las conductas punibles
previstas en los artículos 154 al 157 del Código Penal. Así la cosas, no resulta plausible
ni coherente para nuestro sistema jurídico, seguir sosteniendo que con el delito de
violación de domicilio se sigue protegiendo la intimidad. Incluso, aplicando el principio
de especialidad de aplicación de la ley penal, se llega a la misma conclusión: la intimidad
personal y familiar se protege con los delitos de violación de la intimidad en tanto que el
delito de violación de domicilio protege el derecho constitucional de la inviolabilidad del
domicilio.
Autor, del delito de violación de domicilio puede ser cualquier persona a excepción del
funcionario o servidor público, cuya conducta se subsume iría, más bien, en el tipo penal
del artículo 160 etiquetado como allanamiento ilegal de domicilio. Incluso hasta el propio
propietario del inmueble puede perpetrar el delito. Por ejemplo, se presenta cuando
después de haber arrendado su inmueble, sin permiso ni autorización del inquilino ingresa
a la vivienda.
4. ANTIJURIDICIDAD
Una vez que se verifica en una determinada conducta la concurrencia de todos los
elementos objetivos y subjetivos del tipo básico de violación de domicilio, corresponde
enseguida al operador jurídico verificar si concurre alguna causal de justificación de las
previstas en el artículo 20 del Código Penal. Es posible que se configure un estado de
necesidad justificante cuando una persona que es perseguido por delincuentes que le
quieren sustraer sus bienes, intempestivamente ingresa a domicilio ajeno a fin de conjurar
el peligro.
5. CULPABILIDAD
Una vez que el operador jurídico ha determinado que en la conducta típica de violación
de domicilio no concurre alguna causa de justificación estará ante una injusto penal, esto
es, ante una conducta típica y antijurídica, correspondiendo verificar si es posible que tal
injusto penal sea atribuido o imputado al autor de la conducta. En consecuencia, verificará
si el autor es imputable si al momento de actuar conocía la antijuridicidad de su conducta
y, finalmente, verificará si el sujeto activo tuvo la posibilidad de actuar de manera
diferente a la de violentar el domicilio ajeno.
Es posible que se presente un error de prohibición cuando, por ejemplo, el propietario de
un inmueble que ha dado en arrendamiento, un día ingresa
6. CONSUMACIÓN Y TENTATIVA
Como ha quedado establecido, el delito aparece hasta en dos modalidades: por acción
(ingresar) y por omisión (resistirse a salir). En ambas modalidades, el agente siempre
tiene el dominio de la causa del resultado dañoso para el bien jurídico protegido.
Nuestra jurisprudencia ha sostenido que "para que se consuma este delito en casa de
negocio ajena debe acreditarse el jus excludendi"; la prohibición de quien tiene derecho
a impedir el ingreso, lo que supone en el autor del delito un modus operandi concretado
en actos de violencia o de introducción clandestina o por medio del engaño, sin los que
no se tipifica este delito" (680).
Por su parte, cuando se presenta por omisión se perfecciona desde el momento que el
autor se niega a salir del domicilio pese a los requerimientos de su titular. Se trata de un
delito permanente en la medida que se prolonga en el tiempo la violación del domicilio.
En este supuesto es imposible que aparezca la tentativa.
7. PENALIDAD
El agente o sujeto activo del delito de violación de domicilio será merecedor de una pena
privativa de libertad no menor de dos días ni mayor de dos años, unido a ello el pago de
treinta a noventa días multa a favor del Estado.
BIBLIOGRAFÍA