¿Somos realmente conscientes del grado de influencia que puede tener el
constructo social en nuestra identidad personal? A medida que nos sumergimos en una vida cada vez más arraigada a la monotonía del cumplimiento de las tareas que nos imponen nuestros roles, perdemos la visión e instancias de conocernos mejor como personas y entender que nuestra integridad va más allá de lo que llegamos a expresar a los demás. El documental The mask you live in nos permite reencontrarnos con todas aquellas experiencias que marcaron cambios en nuestras vidas, forjaron nuestras personalidades, pero que sin lugar a dudas, difícilmente formaron parte de un proceso consciente del cual pudiésemos ser protagonistas. Son nuestros amigos, nuestra familia y los seres que nos rodean los arquitectos de un código de conductas que se ha impregnado en nuestra forma de reaccionar frente a la vida y frente a nosotros mismos. He disfrutado cada minuto, cada experiencia y no pude evitar cuestionarme hasta qué nivel somos capaces de aceptarnos y convivir con nuestras propias cualidades si no hacemos más que sobrellevarlas en su conjunto, como una condición estática que nos viene dada y nos permite desenvolvernos en cada uno de los espacios sociales que nos incorporan más por el rol temporal que jugamos, como alumnos, compañeros o trabajadores, que por los valores que nos pudieron haber formado como personas y que lo seguirán haciendo a lo largo de toda nuestra vida. Es cierto, en lo personal muchas veces me he preguntado por qué es tan difícil exteriorizar nuestros sentimientos, nuestras experiencias y en innumerables casos, nuestras opiniones. Nos excusamos en la falta de tiempo, falta de instancias que llevan a estancar una escasez de confianza, de cercanía, y nos mantenemos en un constante ciclo de relaciones en tiempos libres basadas en la reiteración de hábitos, objetivos e intereses que tenemos los unos con los otros. Sin embargo, no progresamos, no vemos la forma de escalar una armonía de relaciones que nos hagan más humanos, conscientes de nuestras virtudes, talentos y defectos que nos hacen a todos seres únicos e igualmente valorables, hombres y mujeres capaces de dedicar más tiempo e intención a compartir y disfrutar de manera más sensible una vida honesta con los demás y con nosotros mismos. El machismo y la discriminación de géneros seguirán siendo las barreras que coartan nuestra necesidad innata de sentirnos libres. Destaco el énfasis que se dio a la feminización de aquellos elementos que, por el contrario, sí nos permitirían liberarnos de tantos estigmas sociales: las relaciones, las emociones y podría agregar la búsqueda de desarrollo cultural, mental e interpersonal. La velocidad con la que en la adolescencia estos elementos se abandonan en el desarrollo de la personalidad masculina puede ser intervenida por la acción de referentes que abran el diálogo y enfoquen de manera crítica la importancia del respeto a la dignidad, el derecho de cada uno a expresarse por su propia naturaleza y en forma cómoda. Contar con el apoyo de al menos un ser cercano, el modelo a seguir que tantos hombres buscan, puede hacer la diferencia y ayudar a que una persona tome el control de su identidad y logre sentirse libre por el resto de su vida.
Break the Grip of Past Lovers: Reclaim Your Personal Power, Recover from Neglect, Manipulation, or Betrayal, Reawaken Your Emotional Intimacy (A Book for Women)