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Personajes:
Pedro (El Esposo)
Yali (La esposa)
El mensajero
La guía
Los Turistas
Primer Acto
Pedro: Muac
Yali: ¡Ay! ¡Pedro, amor!
Pedro: Ni con una expresión de asombro, se altera tu graciosa
hermosura. Muy buenos días, “mi bella dama”. (La sigue mirando muy
sonriente).
Yali: Muy buenos días tengas tú también, (Lo ve de la misma manera)
“mi guapo caballero”, ¿Cómo amaneciste?
Pedro: Feliz de saber que tengo un día más para contemplar
nuevamente tu mirada tan cautivante, mi esposa.
Yali: ¡Ay, tú siempre tan halagador!
Pedro: Es que tu bella y cándida sonrisa, siempre será una fuente
inagotable de inspiración para mí.
Yali: Pues tu voz es… (Acaricia su rostro) como el canto de un canario
en el jardín al amanecer, encantando mis oídos con sus melodiosos
gorjeos. (Ellos se besan y se dan un muy fuerte abrazo).
Pedro: (Mira el tejido mientras apoya el mentón en el hombro de Yali)
¿Qué estás haciendo, mi amor?
Yali: (Lo levanta para que lo vea bien) Una sorpresa para ti
Pedro: ¿¡De verdad!?
Yali: Sí, y no te diré nada hasta tenerlo listo.
Pedro: ¿Nada? (Pedro muestra una expresión de pena).
Yali: Nada (Golpea suavemente la cara de su esposo) ¿De acuerdo?
Pedro: Bueno está bien, trataré de esperar.
Yali: Así me gusta. Bueno y ahora, vamos a tomar desayuno, ¿Sí?
Pedro: Perfecto, vamos.
(Yali deja su tejido y se pone de pie. Mientras van caminando, se
abrazan)
Segundo Acto
Tercer Acto
Cuarto Acto
Personajes:
Dalía
Edwin
Dalia: ¡Ya llegó! (Levanta un poco las manos) Ya, tranquila Dalia, todo
saldrá bien (Va caminando hacia la puerta haciendo una pausa en cada
paso que da. Al llegar, toma la perilla quedándose un momento en
silencio. Finalmente, abre la puerta) ¡Edwin! (Lo abraza muy fuerte)
¡Pasa por favor! (Los dos van caminando abrazados a la sala)
Edwin: ¡Vine lo más pronto que pude! ¿¡Qué pasa!? (Se sientan en el
sofá. Acaricia su rostro mirándola a los ojos) Todo el camino me la pasé
pensando que te habría pasado algo malo.
Dalia: Bueno, algo pasó pero… (Mira a un costado algo temerosa)
Edwin: ¡Ey! (Coge su mentón con los dedos y le levanta la cabeza)
¿Qué pasa?
Dalia: Hoy fui al médico a hacerme un chequeo y… (Le muestra el
sobre)
Edwin: (Mira el sobre muy sorprendido y extrañado. Luego mira a
Dalia) ¿Qué es esto? (Lo comienza a abrir)
Dalia: Será mejor que lo veas tú mismo (Lo sigue mirando muy
nerviosa) Es algo que he querido decirte desde hace unos días pero no
he tenido el valor de hacerlo. (Edwin comienza a leerlo y su expresión
cambia radicalmente)
Edwin: Dalia (Se ríe sarcásticamente) ¿Es una broma esto?
Dalia: (Toma sus brazos) Claro que no, es totalmente serio ¡Vas a ser
papá! (Edwin quita la mano de Dalia de su hombro, se pone de pie muy
molesto y con las manos en la cintura, camina hacia el público) (Voltea
y mira muy serio a Dalia. Ella se asusta un poco y se queda parada
viéndolo fijamente. Camina lentamente hacia ella con la misma mirada
seria y se para a pocos centímetros de su rostro)
Dalia: (Asustada) ¿Qué pasa? (Sonríe ligeramente y nerviosa) ¿No te
agrada la noticia? (Edwin arruga el papel mientras mira a Dalia muy
molesto y luego de estrujarlo, lo tira al suelo)
Edwin: ¿¡Pero qué diablos te pasa!? ¡Cómo no se te ocurrió protegerte!
(Dalia lo mira muy sorprendida y mueve la cabeza de un lado a otro)
(Edwin mira hacia arriba con las manos en la cintura y camina de un
lado a otro)
Dalia: Esperaba que te sintieras… (Se queda en silencio unos
momentos)
Edwin:(Muy molesto) Qué ¿¡Feliz!? ¿¡Saltando de alegría!? (Se acerca
a ella muy rápido) ¡No tienes ni idea de lo que has hecho! ¿¡Verdad!?
Dalia: (Con cara de indignación) ¿¡De lo que he hecho!? ¡Pero, si
estuvimos juntos! ¡Es nuestra responsabilidad!
Edwin: ¿¡Nuestra responsabilidad!? (Le mueve el dedo índice en señal
de negación y le sonríe sarcásticamente) No “mamita”, (Le señala su
barriga) ese ahora es tu problema y ahora tú, ve cómo te las arreglas
(Va hacia la puerta caminando rápido)
Dalia: ¡No! ¡Edwin! ¡¡¡Edwin!!! (Corre tras él antes que él llegue a tocar
la perilla, lo detiene) ¡No puedes hacerme esto! (Comienza a llorar)
¡También es tu hijo! (Edwin la toma bruscamente de sus brazos y la
mira fijamente a los ojos)
Edwin: Solo diré esto una vez (Acerca su cara a la de ella) No me
importa, ese bastardo que llevas en tus entrañas (La empuja tirándola
al suelo mientras se va) (En el suelo, Dalia comienza a romper en llanto
y a golpear el piso)
(Se cierra el telón) (Se vuelve a abrir y aparece Dalia con su hijo en
brazos)
Dalia: Ya hijito ya (Le sonríe al bebe) ¿Quién es el más lindo? ¿Quién
es el más lindo? (Va a sentarse al sofá) Vamos a sentarnos porque
mami está algo cansadita ¿Ya? (Se sientan y comienza a moverlo para
que no llore) (En eso, comienzan a tocar a puerta) ¡Uy, tocan a la
puerta! Vamos a ver quién es (Se pone de pie y va hacia a puerta. Al
abrirla, ve nuevo a Edwin y pone una expresión de asombro)
Edwin: (Con voz nerviosa) Hola Dalia, ¿Cómo estás?
Dalia: (Con una mirada muy molesta) ¿Qué haces aquí? ¿Qué
quieres?
Edwin: Vine a hablar un momento contigo (Ve a bebe) ¿Ese es él?
(Acerca su dedo a la cara del bebé pero antes que lo toque, ella lo
aleja)
Dalia: Te hice una pregunta.
Edwin: Mira Dalia sé que estás molesta por lo…
Dalia: ¿¡Molesta!? ¿¡Molesta!? Me abandonas cuando te di la
maravillosa noticia que serías padre, no te veo después de muchos
meses ¿¡Y me dices que sabes que estoy molesta!? (Sonríe
sarcásticamente) Creo que para ser broma, es algo pesada.
Edwin: Merezco todo lo que me dices y sé que más…
Dalia: Definitivamente.
Edwin: …Pero he cambiado (Se acerca a ella) Quiero que seamos una
familia, ¿Qué dices?
Dalia: (Se queda en silencio por un momento. Luego, va a dejar al
bebe en su corral y regresa con Edwin) ¿Quieres que ahora seamos
una familia? ¿De verdad? (Le tira una bofetada y comienza a llorar)
“No me importa ese bastardo que llevas en las entrañas” ¿Te suenan
esas palabras? (Le levanta el dedo índice) Tú no mereces tener este
hijo, es más, no mereces llamarte padre. Creí que podría formar una
familia contigo ¡Una feliz familia! Pero creo que me equivoqué, y doy
gracias a Dios por eso.
Edwin: Sé que he sido muy duro al hablarte así y te pido perdón.
¡Dame otra oportunidad! ¡Por favor!
Dalia: Te rogué de la misma manera hace meses, pero tú me tiraste
al suelo, como a un trapo viejo, ¿Crees que mereces una oportunidad?
(Va hacia a puerta y la abre) Ahora quiero que por favor te retires de
mi casa.
Edwin: Dalia yo…
Dalia: ¡¡¡Vete!!! (Edwin hace un suave suspiro mientras agacha la
cabeza. Va caminando lentamente hacia a puerta; a llegar, voltea y ve
a Dalia, se queda en silencio por un momento y se retira) (Dalia cierra
la puerta cuando en eso, su hijo comienza a llorar e inmediatamente
va con él) ¡Ya tranquilo, tranquilo! Fue solo una pesadilla que ya pasó
(Lo ve fijamente) Jamás estarás solo, siempre me tendrás a mí, por
siempre y para siempre.
Título: Un amor caótico, aún sigue siendo amor
Autor: nelver tirado
Personajes:
Cupido
La Señora
El joven
La Angelita
Cupido: (Mira hacia arriba muy molesto) ¡No tenían que tirarme!
¡Pudieron haberme mandado en una nube “acolchonadita”! (Se pone
de pie y se limpia su ropa) ¡Esto es el colmo! (Deja de limpiarse y mira
hacia todos lados) Bien y ahora, a flechar a las personas para que se
enamoren (Saca una flecha, la pone en su arco y se pone a buscar
personas hasta salir del escenario) (Aparece una señora en escena con
bolsas como si hubiera ido al mercado. Algo cansada, se sienta en una
banca y comienza a darse aire con el periódico)
La Señora: ¡Ay, qué cansancio! Las compras en el mercado son (Deja
el periódico en sus piernas) un martirio para nosotras las amas de casa
(Se sigue ventilando con el periódico cuando en eso, llega un chico con
su celular en mano y escuchando música. Entra moviendo la cabeza y
se sienta en la misma banca donde está la señora) (La Señora ve como
se mueve el joven, pone una expresión de desagrado y se sigue dando
aire) (En eso, aparece cupido entrando sigilosamente y los ve; mira al
público y les hace una seña para que guarden silencio; luego, le lanza
la flecha a la señora) (La Señora sentada, se pone erguida y mira
fijamente al público; en seguida, voltea lentamente la mirada hacia el
chico y lo ve con una gran sonrisa) (Se va acercando poco a poco a él.
Al estar cerca, el joven voltea lentamente la mirada hacia la Señora
con una expresión de sorpresa y desconcierto) (Él se aleja de ella
mirándola de pies a cabeza)
El joven: ¿¡Le, le pasa algo, señora!?
La Señora: Me pasa de todo (Lo mira de pies a cabeza con ojos de
lujuria) (Cupido hace una seña con el dedo pulgar y se retira)
El joven: (Va retrocediendo poco a poco, sonriente y con las manos
alzadas hasta su pecho) Este… señora… creo que se está confundiendo
conmigo… yo tengo enamorada.
La Señora: ¡Ah por eso ni te preocupes! Donde almuerza una, cena
otra (El joven comienza a correr para escapar de la Señora mientras
que ella va tras él. Ella se detiene por un momento con las manos en
su pecho) ¡Ay, se ve tan lindo cuando huye despavorido!
¡¡¡Espérame!!! (Corre tras él)
(Aparece Cupido con una expresión de satisfacción en su rostro)
Cupido: Bueno, misión cumplida (Levanta los brazos cómo queriendo
estirarse) Llegó la hora de retirarme.