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ARTE

Y
BARBARIE

Mario Germán Gil Claros


Gladys Zamudio Tovar
Luis Felipe Vélez
Perucho Mejía

GRUPO DE INVESTIGACIÓN
HUMANIDADES Y UNIVERSIDAD
Título original Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley,
Arte y Barbarie la reproducción (electrónica,química, mecánica,
óptica, de grabación o de fotocopia), distribución,
Autores: comunicación pública y transformación de
Mario Germán Gil Claros cualquier parte de ésta publicación -incluído el
diseño de la cubierta- sin la previa autorización
Gladys Zamudio Tovar
escrita de los titulares de la propiedad intelectual
Luis Felipe Vélez
y de la Editorial. La infracción de los derechos
Perucho Mejía
mencionados puede ser constitutiva de delito
contra la propiedad intelectual.
ISBN 978-
Primera Edición EE.UU, Junio 2017
Los Editores no se pronuncian, ni expresan
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Interculturales de la Universidad Abierta,
Portugal. Comité de calidad Redipe
Carlos Arboleda A.
Investigador Southern Connecticut State
University (USA). Comité de calidad Redipe
Mario Germán Gil
Universidad Santiago de Cali
Este libro se inscribe en el ciclo de seminario
abierto dado en la biblioteca central de la
Universidad Santiago de Cali, en Rutas de
formación Docente, a cargo del grupo de
investigación Humanidades y Universidad, dado
entre febrero y marzo de 2017
Contenido

7 Prólogo
Ada Margarita Ariza Aguilar

13 A r t e y B a r b a r i e e n l a F i l o s o f í a
Como fenómeno estético en Michel Henry
Mario Germán Gil Claros

27 I m a g e n y O l v i d o
Arte atravesado por la ausencia
Luis Felipe Vélez

37 E s t é t i c a d e l D i s e n s o e n c u a t r o a r t i s t a s
Perucho Mejía García

53 L a v o z a m o r d a z a d a y l a l e t r a a b s u e l t a
Gladys Zamudio Tobar
Prólogo
Ada Margarita Ariza Aguilar

1

Arte y Barbarie

Quiero agradecer la confianza de los autores al elegirme para escribir este prólo-
go, esperando no defraudarlos con un texto no tan académico y demasiado crudo,
o por el contrario, escrito con el hilo de una fe ciega. El problema que me plantea
el título me lleva justamente a esos límites.

Los textos recogidos en este libro fruto del trabajo del grupo de investigación Hu-
manidades y Universidad propician una reflexión de gran importancia para el mo-
mento que vivimos. Nuestro país se piensa en términos de una memoria necesaria
para enfrentar lo acontecido en más de medio siglo de violencias. Un artefacto
ineludible para espectadores anestesiados por la persistencia de los medios, que
nos traen diariamente y a domicilio registros o transmisiones en vivo sobre la ani-
quilación sistemática de pueblos. Evidencias de una política exterior colonialista
y hambrienta de recursos que avanza sin ningún obstáculo, devorando comuni-
dades e impactando la naturaleza. Oímos las voces de los periodistas anuncian-
do que las zonas que se despejan a partir de las firmas de acuerdos de paz son
franquiciadas y nuevos actores violentos las administran con su correspondiente
dosis de sangre. La sangre corre nuevamente por los ríos saturados de mercurio.
La naturaleza misma se defiende, reclama a su vez lo que es suyo, mueren los ha-
bitantes de las riberas, y los ríos ahora de barro borran el paisaje.

En las dinámicas cotidianas unos cuantos se piensan en términos colectivos y en la


necesidad de acciones que construyan. En la Sierra Nevada de Santa Marta, los her-

1 Decana Facultad de Artes Visuales y Aplicadas, Cali- Colombia.

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ARTE Y BARBARIE

manos mayores con gratitud anticipada, hacen sus pagamentos mientras que mu-
chos otros, salen a “trabajar” para competir con furia y destrozar las flores. Pero no
es solo eso, son también las formas de la mirada endurecida, las sonrisas falsas,
el darse permiso para la palabra ligera, los abusos disfrazados y la marginación o
las muchas maneras de invisibilidad y olvido que terminan performando una cierta
muerte de ese otro. Frente a ello, algunos se limitan a observar resignados o peor
aún, con indolencia. Deciden dormir toda la mañana del sábado o bien piensan que
nada de lo posible es su obligación y por tanto no les corresponde, (nadie me paga
esas horas). A la mañana siguiente son de nuevo una libreta en blanco, para estre-
nar. Se dibuja así, un escenario perfecto para esta reflexión que nos invita a pensar
sobre esas diferentes formas de violencia, así como también en unas posibles sa-
lidas que constituyan otra vida posible, un nuevo territorio de humanidad.

De este recorrido surge la pregunta por el arte en nuestro tiempo. El cuestiona-


miento constante de si es posible seguir pensando en eso que llamamos arte de
la misma forma que en otros momentos históricos se le ha nombrado. ¿Cuál sería
entonces esa posible denominación? ¿A R T E? Adorno afirmaba en su momento
cómo podría ser posible escribir poesía después de Auschwitz. Eso que hoy nos
parece el extremo, además lejano en el tiempo, es sin embargo un hecho repetitivo
en la historia. En la actualidad solo como un ejemplo, en muchos departamentos
del país, las “Casas de Pique” están a la vuelta de la esquina. Por otra parte en la
red, las publicitadas prácticas de imitación del cine Gore, que los narcos ejecutan
sobre sus víctimas y que además de ello registran de manera cuidadosa, se publi-
can y se consumen generando un tráfico, que cualquier corporación envidiaría. De
esta forma en un escenario así, donde se ha visto todo y nada queda ya a la ima-
ginación, donde “nada nuevo hay bajo el sol”2, cabe preguntarse tanto como sea
necesario ¿Qué es lo que el arte o la práctica artística pueden? ¿Cuál es el sentido
de ese ejercicio y donde reside la potencia de su acción? ¿Qué relación existe entre
arte y memoria?

Cuando era niña una tía materna me regaló un diccionario etimológico de pasta
dura con grabados en un relieve dorado, de editorial Bruguera, cuyo contenido
siempre resultaba inspirador. Me parecía tan importante el origen de las cosas y
esa referencia etimológica en imágenes de la constitución de las palabras era una
experiencia emocionante para aprender.

Creo que las palabras tienen un gran peso, por eso hay que recogerlas con cuidado.
Barbarie, por ejemplo, es de esas que de inmediato produce referencias gráficas,
que en la imaginación resultan intolerables.

Siempre he creído en la primacía de la imaginación sobre la realidad, lo cual explica

2 Como consta al lado de la firma de un artista muy reconocido sobre mi catálogo de artistas de Cali.

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MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

bien que cuando uno es un niño lector (en mi caso una niña lectora), sus pesadillas
con el personaje malvado puedan superar las de la representación. Sin embargo
con la palabra Barbarie, no ocurre así. En este presente de disponibilidad inmedia-
ta de contenidos, una búsqueda a través de internet pensando en imágenes sobre
la palabra Barbarie, arroja al instante resultados de hechos reales alrededor del
mundo, que remiten a la muerte o al proceso a través del cual se llega a esta. Apun-
tan al proceso de acabar con la vida de maneras inimaginables: Cuerpos ensan-
grentados, mutilación, actos de extrema crueldad, composiciones con fragmentos
de cuerpos animales o humanos, en síntesis la deshumanización al extremo.

Surge la necesidad entonces de rehuir a esta realidad o hacerle frente: tratar de


explicarla y con ello resistir.

En el marco de estas posibilidades y estableciendo una postura esperanzadora, en


este libro el texto de Mario Germán Gil explora la teoría expuesta por Michel Henry
como una apuesta por abrazar la vida. Y desde esa perspectiva aborda la feno-
menología de la barbarie como una manifestación inseparable de nuestra propia
existencia. Sin embargo no le interesa al autor la barbarie como está descrita ante-
riormente en este texto, le interesa esa imagen de ruina a partir de manifestacio-
nes sutiles que poco a poco, como gotas constantes sobre la piedra, menoscaban
nuestro sentido de humanidad. Y es en respuesta a ello, que le interesa el arte,
como postura y modo de vida, como experiencia que se manifiesta en la existen-
cia, la subjetividad como afección sobre los cuerpos que se configura en una sola
forma y que el autor señala como la posibilidad de una estética de la existencia.

Por eso en este caso es tan importante comprender mejor la palabra Barbarie por
sí misma, acudiendo a su origen etimológico. Mi diccionario de infancia3 registra:
Bárbaro: griego bárbaros Extranjero. S. XIII. Cruel; grosero. (Corripio 1977: 62) Esta
relación del bárbaro entendido como extranjero o aquel que habla un lenguaje
desconocido remite a la alteridad. Así estamos frente a un problema de la diferen-
cia y posiblemente de la construcción de la identidad a partir de ésta. La civilidad
por su parte tiene su origen el latin civilis de civis, es decir ciudadano. Ciudadano –
civilizado, civilizador es el que otorga a otro la capacidad de ser ciudadano, contar
con una cierta cultura, que se considera en el marco de ciertas lógicas, o un cierto
orden normalizador. Una cierta partición de lo sensible en términos de Rancière.
Así Barbarie podría ser también el exterminio del bárbaro como una apuesta por
eliminar la diferencia, para el total consenso. La aniquilación, la desaparición y con
ello la ausencia.

Es justamente este indicio el que interesa a la reflexión de Luis Felipe Vélez, quien

3 Corripio, F. (1977). Diccionario etimológico general de la lengua castellana. 1ra ed. Barcelona: Editorial Brugue-
ra, p.62

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ARTE Y BARBARIE

se cuestiona esa forma extrema de barbarie que conduce al olvido. Un dispositivo


de ausencias ejecuta un borramiento sistemático que devasta y con ello reem-
plaza la memoria. Dice Vélez, “aniquilación - una ausencia que niega la memoria
máquinas perfectas que eliminan de forma precisa el recuerdo.” Así en su texto nos
abre la puerta para reconocer una práctica de invasión, lanzamiento y reescritura
de la historia sobre un suelo ajeno, que no es nueva como lo señala el autor. Frente
a ello, en un recorrido por obras que por su potencia constituyen íconos en el cam-
po del arte, nos permite dilucidar como esa potencia se contrapone como forma de
resistencia, en una acción de memoria que devuelve la visibilidad. De esta manera
se instala como objeto o práctica que puede subrayar y traslucir las muchas capas
de las antiguas y nuevas escrituras.

Esa posibilidad para el arte es justamente la que se instala a partir de una estética
del disenso, descrita por Perucho Mejía en el trabajo de cuatro artistas: Viktoria
Modesta, Marcela Bolívar, Jan Saudek y mi propia práctica para el caso de Blanco
Porcelana. En su desarrollo, señala en cada caso, la operación que Ranciére sugie-
re como posibilidad de las prácticas artísticas para configurar nuevos modos de lo
decible, lo visible, lo pensable. Esa inserción de operaciones disensuales que per-
miten la subversión puntual y simbólica del sistema se traducen en el conjunto de
decisiones que en su trabajo permite a los artistas insertar unas zonas de posible
litigio en lo que Ranciére denomina División Policial de lo Sensible. Así el arte se
opone a la figura de la Policía en una acción artística que a su vez se define como
Política. Estableciendo relaciones con diferentes autores afirma Mejía la necesi-
dad de resistir a la dominación y concluye el análisis haciendo una referencia a la
relevancia de estas prácticas con García Canclini, en relación con la respuesta a la
pregunta ¿Por qué existe el arte?

Por su parte Gladys Zamudio con una franqueza absoluta se encarga de responder
desde una perspectiva autorreferencial a esa pregunta. Se trata de una respuesta
a partir de su experiencia, a partir de la experimentación en la subjetividad, como
una autoafección sobre su cuerpo y sobre su existencia de otras formas de vio-
lencia estructural y normalizada que deberíamos repensar. Una forma de barbarie
casi invisible, que se desliza de manera soterrada por los más íntimos escenarios
de nuestros hogares. Zamudio en su texto da voz a la infancia acallada para sanar
sus propias heridas y buscar un refugio. Sin embargo al hacerlo no representa ello
un lugar seguro para sí misma, se proyecta como un lugar abierto a partir de las
artes para albergar a muchos, (¿cúantos?), que sufren, en sus términos, “el dolor
de los golpes de la mano y la voz”.

Su reflexión nos sitúa en una disyuntiva frente varios aspectos. Por un lado, la
posibilidad de eliminar los recuerdos, decisiones frente a la aceptación o el re-

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MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

chazo de lo vivido. Borrar o difuminar al menos como mecanismo de defensa ya


identificado por los psicólogos, que nos permite continuar en “paz” con aparente
tranquilidad y evitar contemplar la herida que sin embargo llevamos abierta al ca-
minar. -Memoria-. Por otra parte la cuestión de si el arte realmente puede ¿curar-
nos, salvarnos? y si las decisiones de apartarnos de este mundo para crear, como
lo hicieron otras mujeres (Emily Dickinson o Sor Juana Inés de la Cruz), que como
Zamudio se resistían a aceptar sus condicionamientos, se constituye en una acción
política que con su fuerza permite abrir otras perspectivas en los pliegues de ese
mismo mundo.

De esta manera el libro que el lector tiene en sus manos se consolida a partir de
las reflexiones entre la filosofía y el arte, para hacer visibles preguntas fundamen-
tales que nos permitan comprender las dinámicas del mundo que habitamos y el
papel de las diferentes prácticas artísticas como formas de visibilidad que puedan
ser en sí mismas un espacio de experiencia que detenga el tiempo para escudriñar
(de nuevo en términos de Ranciére) esa ficción consensuada que constituye nues-
tra realidad.

El lector está invitado entonces a la acción: ¿Huir o Resistir?

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Arte y Barbarie en la
Filosofía
Mario Germán Gil Claros4

Como fenómeno esté-


tico en Michel Henry 5

“El color es la tecla. El ojo es el martillo. El alma es el piano. El artista es la mano


que, con una u otra tecla, hace vibrar el espíritu del ser humano”.

https://es.wikipedia.org/wiki/Vasili_Kandinski

Resumen Ver lo invisible


¿Qué puede decir la filosofía respecto ¿Cuál es la relación entre filosofía y
al arte? ¿Por qué a la filosofía y al arte arte? O mejor: ¿Cuál es la relación entre
los une una mirada hacia lo invisible? la filosofía y la estética? ¿Cuál es el ma-
Son preguntas que tienen que ver con ridaje que la mueve como experiencia
el espíritu del sujeto en todo proceso de vital? Al igual que la filosofía, el mundo
creación vital y espiritual, que refleja la estético ve y reflexiona lo que el grueso
sensibilidad de unos modos de vida en del mundo no ve, ve lo invisible, lo nega-
los que la filosofía y el arte se conjugan. do a la mirada intelectiva de los demás.
Es lo que pretende el presente escrito. Ambas tienen una fácil movilidad entre
lo incluido y lo excluido, entre lo interior
Palabras clave: Arte, barbarie, crea- y lo exterior, que sus miradas garanti-
ción, filosofía, sensibilidad, visible, vi-
zan, que se manifiestan fenoménica-
tal.
mente ante nosotros, desde una toma

4 PhD en Filosofía. Docente de la USC. Mario.gil00@usc.edu.co mariogil961@gmail.com Líder del grupo de


investigación Humanidades y Universidad. Clasificado por colceincias. Investigador de la misma institución. Par
académico.
5 Ponencia presentada en el III Simposio sobre Diálogos entre Saberes Científicos y Artísticos-USC, viene convo-
cando a un Encuentro Sobre Epistemología de las Artes, asignatura correspondiente al programa de pregrado en
GESTIÓN CULTURAL Y ARTÍSTICA. 3 de diciembre de 2015. Ampliada para su publicación.

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ARTE Y BARBARIE

de posición (actitud), que nos facilita el mismo y no como el conocimiento, que


mirar (intención) aquello que está de- se mundaniza, se objetiva, se mani-
lante en mi horizonte de vida, el cual vi- pula, se obtiene; lo mismo sucede con
sibilizamos como mundo. “El mundo es las artes, en el ejemplo de Kandinsky,
el mundo visible porque mundo quiere en especial con la música: no vemos la
decir exterioridad, y porque la exterio- interioridad del artista que va más allá
ridad constituye la visibilidad” (Henry. del cuadro musical, de la partitura; su
2008, p. 18). impacto está en el afecto, en la pasión
que se da en la subjetividad, tanto que a
Lo visible mundano se hace tal, no por
veces establecer un vínculo con la obra
su tamaño, color u otras característi-
producida implica una gran dificultad.
cas, sino porque se hace visible ante
nuestro mirar intelectivo, del cual la Detrás de lo visible de la obra se es-
fenomenología toma conciencia, no conde lo invisible de ella, la intención
sólo de lo mirado, sino conciencia de del artista: su interior, que la represen-
la conciencia, que en Michel Henry se- tación no capta, no manifiesta; interior
ría la vida; lo mirado despierta nuestro que juega con la abstracción, con lo
interés, pues no todo lo que vemos en ideal, con lo abstraído del mundo, pero
nuestra cotidianidad es visible. Cómo que interactúa con él, pues la obra de-
hacer visible lo interior, que es ser vi- termina la mirada, la sensibilidad, el
vido, a diferencia de lo exterior, como pensamiento, la creación del artista.
manera de dar forma de sí mismo, en la Así, la interioridad pone la esencia de
manera de ser y no del objeto mundano. la obra, la libera, ya que lo abstracto no
“En lo interior no hay réplica, vuelta ha- tiene en realidad substancia.
cia adentro de un primer afuera. En lo
interior no hay ningún distanciamiento,
ninguna mise en monde; nada exterior, El arte como creación vital y
porque no hay en ello exterioridad al- espiritual
guna”. (Henry. 2008, p. 19) La gran difi-
cultad es poder comprender al Otro en Ahora bien, la interioridad del artis-
lo que él es, puesto que su mundo no ta descubre desde su “trascendencia”
puede ser objetivado, a pesar de estar el saber que escapa a la mirada del
en él. Su manifestación se da en el acto común, descubre, como el filósofo, el
mismo que contiene la vida, en su fuer- secreto, el misterio de lo invisible que
za, en su pathos, en el agotamiento de oculta el mundo. En el caso del arte
sí mismo, es decir, en consumirse a sí es un saber sin objeto. En dirección a
mismo. La fórmula la expresa Michel Michel Henry, la vida. “El conocimien-
Henry. “Interior=interioridad=vida=in- to del arte se desarrolla íntegramente
visible=pathos”. (Henry. 2008, p. 19) Al en la vida, en el propio movimiento de
igual que el saber, que se agota en sí la vida, su movimiento de crecimiento,

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MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

de experimentación de sí misma con englobando no solamente las formas


una fuerza mayor” (Henry. 2008, p. 32). en sentido estricto, las formas lineales,
Quiérase o no, el arte para Michel Hen- sino también los colores o, por retomar
ry es una expresión elevada de vida, al la terminología del artículo<<La pintu-
igual que el asumir la vida como obra ra como arte puro>> aparecido en Der
de arte. En esta dirección, el arte es Sturm en 1913, la <<forma dibujada>> y
creación vital y no mera mimesis, mera la <<forma pictórica>>”. (Henry. 2008, p.
técnica. El arte, como expresión de la 36) La forma es un conjunto de medios
vida, se da en el devenir interior de la utilizados, que ensamblan bajo la pre-
subjetividad, en la que se experimenta tensión del artista. En otras palabras,
como experiencia estética que deja su es una expresión que se visibiliza y hace
huella. Tal es el caso de una existencia visible su contenido, su espiritualidad.
estética, donde la verdad no se remite De ahí el interés tanto del artista como
a un exterior, sino a la vida misma en del filósofo en hacer visible lo invisible,
su realización, lo cual implica su más lo que el grueso de la humanidad no ve.
profunda transformación ética. “Dado
A medida que damos los trazos, la
que la verdad del arte no es sino una
forma toma consistencia, en la que la
transformación de la vida del individuo,
subjetividad, el contenido, el habla, se
la experiencia ética contrae con la éti-
manifiestan a través de la obra. La for-
ca un lazo indisoluble, es ella misma
ma como expresión espiritual. En con-
una ética, una <<práctica>>, un modo
secuencia, expresión de la vida interior,
de realización de la vida. Esta conexión
donde lo abstracto toma otro sentido,
interior de la vida estética invisible y de
capta el contenido espiritual, el alma
la vida ética es lo que Kandinsky llama
de la obra, que libera simbólicamente
lo <<espiritual>>”. (Henry. 2008, p. 33)
el objeto, el cual se diluye en otro tipo
Que recoge no sólo el sentir del artista,
de forma abstracta, la vida invisible,
del arte, también de la época. Al igual
asumida como experiencia estética. Por
que la filosofía, el arte pone en escena
tanto, la espiritualidad de la obra se en-
lo invisible de la espiritualidad, como lo
cuentra en su significado, en su fuerza,
verdadero que no es conocimiento ob-
como línea que se proyecta en el espa-
jetivo, que no es epistemología, donde
cio indistintamente. Es la vida, es la pul-
el saber y la forma son de otro orden.
sión que de ella mana la subjetividad, el
sentimiento que se manifiesta y que no
se agota en el plano, pero que se uni-
La forma como expresión sub- fica en el espacio, ya que la unidad de
jetiva la vida reside en ella misma, expresada
¿Qué es la forma? “Kandinsky llama como pathos. Lo anterior nos conduce a
<<forma>> a los medios utilizados por la pregunta: ¿Por qué negarle al cuerpo,
la pintura. El concepto de forma debe a la carne, lo que arrebata el alma?
entenderse, pues, en un sentido amplio,

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ARTE Y BARBARIE

El arte como sensibilidad la armonía en sus diversas expresio-


nes o combinaciones. Así, la vida se da
Tanto la pintura como el lenguaje están y se experimenta en la forma, que se
cargados de expresión en la que prima manifiesta en la sustancia como reali-
la sensibilidad, como sucede con la mú- dad material en su dimensión estética,
sica. En este sentido, lo sagrado, la au- según Michel Henry, por más abstrac-
reola de la obra misma, como en el caso ta que sea dicha forma; ya que cuanto
de la pintura, no está metafísicamente más pathos, más deseamos la forma.
por fuera de ella, sino en ella misma, en Esta última se justifica por el pathos
su cuerpo, y escapa a los caprichos de que el artista imprime: su contenido,
su creador. “En el fondo, hay que dejar que es su fuerza, su sonoridad, que en
de creer en Dios para percibir la belle- muchas ocasiones raya en lo monu-
za de las catedrales”.(Henry. 2008, p. mental, que tanto gustó en el siglo XX
91) Percibir quiebra el intelectualismo desde lo político, en el que la subjeti-
y el positivismo hacia la obra misma; vidad quedó envuelta en la retórica de
la intencionalidad de la mirada hacia los discursos políticos, negándole toda
lo creado como arte, lo juzga, lo pene- posible acción autónoma. “La grandeza
tra y le hace hablar. Lo increado en la del arte es siempre consecuencia de
obra atrapa la mirada y la absorbe sin fuerzas subjetivas; si están ausentes,
mediación alguna, hay un proceso de el edificio se desploma”. (Henry. 2008,
seducción directa hacia ella, generando p. 127) Es lo que sucedió a fines del si-
placer, el cual rompe con la intenciona- glo XX en diversos proyectos políticos,
lidad; de ahí su valor estético directo; desde la extrema derecha hasta el so-
más que un juicio y sentido, nietzschea- cialismo “real”.
namente hay embriaguez, hay vitalidad
en comunión con la obra, o sea, disfru- La monumentalidad que la forma ma-
te, que es la vida misma. En otras pa- nifiesta va más allá de toda monumen-
labras, se siente el color, se siente la talidad vacía de lo político, tal como
música como experiencia, donde la mi- cuando entramos en la estatua de la
rada se apropia de la cosa, que escudri- libertad. La forma brota de la subjeti-
ña. “Es esta historia de nuestros senti- vidad, de la vida, de su certeza, de su
mientos la que la pintura representa”. imaginación, de su universalidad; pero
(Henry. 2008, p. 102) Por tanto, devenir no es una subjetividad abstracta, es
la vida en la forma y sus tonalidades. “Y una subjetividad corporal, de la cual
esta realidad única en la que se funden emanan todos los afectos, sentimien-
el color: la forma no es nada que les tos, creaciones, pensamientos, espiri-
sea exterior, es precisamente su rea- tualidades. “Nuestro cuerpo verdadero
lidad interior, su carne”. (Henry. 2008, es la unidad de todos los poderes, de
P.103) Su ser que recubre la forma como todos los sentidos que lo componen,
composición, en el que está presente porque es un cuerpo subjetivo”. (Henry.

16
MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

2008, p. 134) Lo que Michel Henry llama lo que a continuación exploraremos en


una fenomenología de la sensibilidad el texto La barbarie. (Henry. 2006)
corporal. Así es el arte, fruto de dicha
En la introducción del libro La Bar-
expresión. En consecuencia, el arte no
barie, Tomás Domingo M. nos dice en
representa la vida, el arte expresa la
relación con la pregunta que formula-
vida; pero la revela de otra manera, de
mos, sin que la tome de forma directa.
la cual no escapan los sentimientos,
“Esta posibilidad de autoafección es lo
las pasiones y las mismas razones. Es
más íntimo de cada uno, la esencia de
acontecimiento. “El arte, hay que acos-
la ipseidad, de lo que somos, y que lla-
tumbrarse a este pensamiento, no re-
ma M. Henry “vida”.” (Henry. 2006, p. 9)
presenta nada: ni mundo, ni fuerza, ni
Cargada de afectos y sentimientos, de
afecto, ni vida”. (Henry. 2008, p. 144)
cuerpo-pasión, en últimas, de vida. Así,
En síntesis, el arte es un modo de vida. la crítica se centra en aquellos disposi-
“El arte es, en verdad, un modo de vida tivos artificiales que se alejan de la vida
y, por esta razón, en definitiva, un modo misma, llámense cultura, técnica, entre
de vida”. (Henry. 2008, p. 145) Pues la otros, los cuales no consideran la sub-
vida deviene en su dinámica existen- jetividad y la sensibilidad. Esto último,
cial. Es un plus que sale de su interior sin temor alguno, señala una profunda
y que es lo “sagrado” para el arte, es el crítica a la sociedad occidental en cri-
“último” refugio que la misma vida tie- sis, en la que el sujeto ha de pensarse a
ne, es el momento de recogimiento y de sí mismo en su radical interioridad.
anuncio ante el mundo desde la subje-
Hablar de barbarie en Michel Henry es
tividad. “El arte es la resurrección de la
caer en la noche, pero se puede decir
vida eterna”. (Henry. 2008, p. 167)
más, es caer en la obscuridad, muchas
veces en la arrogancia que afecta la
mirada: el saber, el cual cuestiona la
Cultura, arte y barbarie misma existencia humana. “Porque es
Para abordar una fenomenología de la la misma vida la que es herida, son to-
barbarie, como manifestación pertur- dos sus valores los que se tambalean;
badora en su pureza o crudeza, com- no solamente la estética, también la
prendida desde sus entrañas, que no es ética, lo sagrado –y con ellos la posibi-
ajena a nuestra condición de vida, ella lidad de vivir cada día-“. (Henry. 2006, p.
no está a distancia, convive con noso- 16) Es lo que está en juego, en riesgo, lo
tros, no está separada, es inmanente, que viene carcomiendo el espíritu de la
en lo que Michel Henry ha llamado in- cultura, de la que la ciencia y la tecno-
manencia radical, como autoafección, logía no escapan, en un mundo cargado
que en sus orígenes no nos conduce a de especialistas pragmáticos e intelec-
objetividad y alteridad alguna. ¿Quizá tuales específicos; en un mundo cada
son las raíces de la misma barbarie? Es vez más globalizado, pero paradóji-

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ARTE Y BARBARIE

camente fragmentado, donde las pie- no sólo la degeneración o desolación


zas no encajan en su estandarización. de la cultura inmersa en crisis, sino
Michel Henry es lapidario: “Pues no es también la vida misma, cada vez más
de una crisis de la cultura de lo que en alejada de la cultura y atrapada en el
realidad se trata, sino más bien de su juego infernal de la barbarie; símbolo
destrucción”. (Henry. 2006, p. 17) Esto de ruina espiritual y orgánica. Así, si-
último ante un serio cuestionamiento guiendo la propuesta: toda cultura es
de unos hiperconocimientos, que con- una cultura de la vida; la misma palabra
llevan a la ruina humana, en el decir nos lo indica, pues se cultiva el campo
de Michel Henry, de manera irónica. Ya para obtener buenas cosechas, buenos
en Gunther Anders encontramos esta frutos. De ahí nuestra preocupación por
crítica aguda sobre el asunto. Así, para las plagas, por el clima, entre otros, que
Michel Henry, es una nueva barbarie ponen en peligro el cultivo que con tan-
cotidiana, sutil, que viene poniendo en to esfuerzo queremos sacar adelante
peligro a la humanidad desde la ciencia, en sus frutos. “¿Qué es, pues, la cultu-
que ha dejado a un lado el humanismo ra? Toda cultura es una cultura de la
o lo humano. ¿Cuál? “Esto es perfecta- vida, en el doble sentido en que la vida
mente comprensible si se dispone de constituye a la vez el sujeto de esta
una teoría de la esencia de todo saber cultura y su objeto”. (Henry. 2006, p. 19)
posible y de su fundamento último. En este sentido, la vida se transforma y
Pues este fundamento es también el transforma la cultura.
de sus valores, el de la cultura, el de la
Ahora bien, la vida y la cultura para Mi-
humanidad y el de todas sus realizacio-
chel Henry, a diferencia de la ciencia, en
nes”. (Henry. 2006, p. 17) En este sen-
particular la biología, que no está en su
tido, vemos cómo la enseñanza de las
propuesta; su supuesto se inscribe en
humanidades es cada vez más reducida
un ámbito espiritual y metafísico, en lo
o han desaparecido del currículo, o han
que somos desde posturas ontológi-
sido desdibujadas, como manera de
cas. En otras palabras: “experimentar-
ahondar la crisis y alejarse de cualquier
se a sí mismo como saber” desde una
posible punto de partida que interesa a
mediación fenomenológica subjetiva,
Michel Henry.
contrario a las “ciencias” humanas, que
Ahora bien, como afirma el filósofo para Michel Henry terminan cediendo
francés: “La barbarie no es un comien- su lugar a las ciencias, desfigurándose
zo; es siempre segunda con respecto a en un mundo positivo que no es el suyo.
un estado de cultura que precede ne- “En la medida, en fin, en que el mundo
cesariamente, y sólo en relación como del espíritu, con sus leyes y sus crea-
él puede aparecer, como un empobre- ciones propias, descansa, al parecer,
cimiento y una degeneración” (Henry. sobre una naturaleza, sobre una corpo-
2006, p. 19) En otras palabras, vemos reidad humana o animal, esta naturale-

18
MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

za no es precisamente el mundo de la cubo, una planta, etc., cuando lo cono-


ciencia con sus idealidades abstractas, cemos, lo incorporamos al mundo de lo
sino de la vida –un mundo al que sólo humano, como manifestación fenomé-
hay acceso en el interior de una sensi- nica hacia nosotros, como experiencia
bilidad como la nuestra y que no se nos inmediata cotidiana o, como experien-
da sino a través del juego sin fin de sus cia elaborada conceptualmente. Por
apariciones subjetivas constantemen- tanto, los objetos, antes desconocidos,
te cambiantes y renovadas-”. (Henry. son incorporados a nuestro mundo
2006, p. 23) La crítica de fondo hacia la como experiencia, ya que nuestra mi-
ciencia, hacia el positivismo, es creer rada y la visibilidad de ellos, es fruto
que son la realidad única, que las mate- de un trascender de nosotros mismos
máticas lo son, cuando en el fondo son hacia ellos de manera intencional, pues
constructos de la razón, como una de hay un vivo interés de nuestra parte en
las tantas maneras de abordar la na- establecer dicha relación, lo cual siem-
turaleza y el mundo humano. “Sin duda, pre ha sido así en la vida, en especial
en nuestra vida cotidiana no prestamos con la curiosidad de aquello que está
atención a esta conciencia que consti- ahí, delante. “Saber es siempre ver; ver
tuye el mundo de nuestro entorno ha- lo que es visto; lo que es visto es lo que
bitual. Percibimos la casa y su percep- se presenta delante de nosotros, lo que
ción nos pasa desapercibida. Siempre se presenta –delante, esto es el ob-je-
tenemos conciencia del mundo y nunca to”. (Henry. 2006, pp. 25-26) Lo que está
conciencia de nuestra conciencia del delante, ahí, sencillamente es la mate-
mundo”. (Henry. 2006, p. 24) Fenológi- rialidad captada por las percepciones,
camente lo que se da es una conciencia previa intencionalidad de la conciencia.
que ve, que mira por medio de las per- Así, todo principio de objetividad para
cepciones, que hacen visible, da forma, Michel Henry, descansa en la ontología
da rostro, donde los objetos del mundo de aquello que está delante, expuesto
tienen su razón de ser, instalados en a nuestra mirada. “Por esto, el saber
nuestra cosmovisión de vida. “Este ha- científico es homogéneo con el saber
cer visible es él mismo un hacer –venir- de la conciencia en general y simple-
delante en la condición de objeto, de tal mente lo prolonga, porque obedece
manera que la visibilidad en la que toda al telos de la evidencia, es decir, a un
cosa aparece visible no es más que la mismo esfuerzo por llevar a plena luz
objetividad como tal, es decir, el primer ante la mirada lo que en esta luz será
plano de luz donde se muestra todo lo claramente percibido y, de esta manera
que se nos muestra –realidad sensible indudable”. (Henry. 2006, p. 26) Enton-
o idealidad científica-”. (Henry. 2006, p. ces, la intencionalidad hacia el mundo
25) Así, la conciencia es la condición del queda atrapada en la mirada subjetiva
objeto, que hace que sea una casa, un de quien se interesa por él, y no una mi-

19
ARTE Y BARBARIE

rada presa en el objeto y que no regresa distancia frente a los fenómenos que
al sujeto. la afectan y la menguan en su propia
afectividad, en un experimentarse a sí
misma. En este sentido, la idea apunta
Vida y cultura a que el saber de la vida se da a sí mis-
ma, es el arjé y no la objetividad.
Como vemos, la cultura es ante todo
vitalidad cargada de saber. En este El saber de la vida funda el conocer del
sentido, el saber de la vida descansa cuerpo en relación con el afecto, dado
en situaciones básicas, como alimen- por una autoafectación que es la sen-
tarse, desplazarse, en conexión con la sibilidad; es el mundo de lo sensible
conciencia que establece una relación para Michel Henry, el “mundo –de-la-
con el sujeto desde la misma vida y no vida”. Pues el mundo sólo se justifica
por la falsa ilusión de independencia para la vida, lo que sería la humanidad
intelectual que se despierta. Así, desde del hombre de manera inmanente. Caso
la vida tomamos conciencia del mundo contrario, es su negación o degenera-
que vivimos, en el que sentimos, expe- ción. “En última instancia, es posible
rimentamos y trascendemos, gracias a concebir un hiperdesarrollo del saber
la afectividad. “La afectividad trascen- científico que vaya a la par con una
dental es el modo original de revela- atrofia de la cultura, con su regresión
ción en virtud del cual la vida se reve- en algunos dominios o en todos los
la a sí misma y es así posible como lo dominios a la vez y, al término de este
que ella es, como vida”. (Henry. 2006, proceso, su aniquilación”. (Henry. 2006,
p. 31) La vida tal cual es, se opone a la pp. 36-37) Afirmación que Michel Hen-
conciencia, a la ciencia y a las mismas ry corrobora con la barbarie que hoy se
pretensiones de la biopolítica liberal vive y que pone en peligro la existencia
desde una postura productivista. En humana. Por tanto, la cultura en sus
esta dirección, la vida no precisa de las diversas manifestaciones como hacer,
anteriores pretensiones, pues ella re- es lo cotidiano que la dinamiza, le da
vela el mundo como es, por medio de lo el sustento; tal es el caso de la alimen-
que tiene, tal es el caso de las percep- tación, la ropa, el mismo trabajo. Es el
ciones, a la cual la imaginación deja ver mundo de la producción de los bienes
lo imaginario. Así, para Michel Henry, la útiles para su sobrevivencia, en lo que
vida no manifiesta nada distinto que lo serían sus leyes De aquí en adelante
que ella es como autoafección. Por eso surgen manifestaciones complejas en
la vida se da en su propia naturaleza la cultura, que van más allá de las nece-
contra todo aquello que la merma, la sidades, una vez superadas y garanti-
reduce a mera producción, a mera ma- zadas sus carencias prácticas, como lo
nipulación, a una higiene social. La vida argumenta Aristóteles en relación con
misma toma fenomenológicamente la filosofía, o, el mismo Marx respecto

20
MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

a la conciencia en cuanto al ser. En esta ción y en verdad debido a ella, se refie-


etapa nos encontramos con el arte, la ren en última instancia al único mundo
ética, la filosofía, la literatura, etc., lo que existe, y que es el de la vida”. (Hen-
que podríamos decir la espiritualidad ry. 2006, p. 43) Pues el arte es ante
de la cultura, en lo que Michel Henry ha todo una experiencia, que por su sen-
dado en llamar la “esencia de la vida”, sibilidad se encuentra enraizado a la
objeto de interés de toda reflexión filo- cultura, a la vida; esto último, en franca
sófica, en especial fenomenológica. “La crítica a una filosofía de la conciencia
cuestión que planteamos en este libro pura, a una filosofía formal, a una filo-
no puede evitar las que acaban de ser sofía institucionalizada. El arte se halla
enunciadas: comprender la decadencia ligado a la cultura por medio de la sen-
propia de nuestra época implica que sibilidad, que él se da, que trasciende
sepamos cómo es posible el declive de su condición, pues no es sólo un ver,
la Vida en general”. (Henry. 2006, p. 40) sino un ver sensible, espiritual. “Esta
razón es para nosotros la siguiente: el
La barbarie es el olvido de sí mismo,
mundo es un mundo sensible porque,
“destrucción” de la cultura, por ende de
como mundo-de-la-vida y no de una
la vida misma, es lo que pone en entre-
conciencia pura, es afectivo en su fon-
dicho la condición humana. En esta di-
do, según la posibilidad más íntima de
rección, nada puede estar ajeno a ella,
su despliegue extático”. (Henry. 2006,
mucho menos la cultura que no puede
p. 44) Así, la sensibilidad se logra en el
quedar atrapada en el campo de la ilu-
arte, siguiendo a Michel Henry y a Kan-
sión, del no ser, que es la negación de
dinsky; esto último, en plena conexión
la vida misma. “No es, una vez el saber
con una vida filosófica, asumida como
científico lo que cuestionamos, sino la
estética de la existencia, en la que el
ideología que hoy en día se le une se-
mundo salga bajo su mirada categó-
gún la cual él es el único saber posible,
rica, “porque todo hombre en cuanto
el que debe eliminar a los demás”. (Hen-
habitante de este mundo, es potencial-
ry. 2006, p. 41) En otras palabras, lo
mente un artista, ese artista, en todo
que media en toda esta situación es la
caso, cuya sensibilidad funciona como
sensibilidad entre vida, cultura y cien-
la condición trascendental de ese mun-
cia, pues la belleza que descubrimos
do y de su surgimiento”. (Henry. 2006, p.
en un mundo explorado por la ciencia,
45) Aquí, el mirar estético va más allá
obedece a las “leyes” de la estética en
de la vulgar mirada e incluso la del fi-
su sensibilidad. En consecuencia, una
lósofo. La sensibilidad recibe la forma
mirada a estos asuntos, se puede dar
del mundo, que se vuelve abstracta o
desde el arte, desde la estética, ligada
metafísica para la ciencia.
a la vida. “Por eso los datos científicos y
la ciencia misma sólo son susceptibles Ahora bien, es claro para Michel Hen-
de “belleza” si, más allá de su abstrac- ry, que la actividad estética es parte

21
ARTE Y BARBARIE

de la sensibilidad, que es la vida mis- ca está cargado de creatividad, de goce


ma, donde la objetividad de la obra de y sensibilidad; es decir, es un autosen-
arte es una apariencia, una falsedad, tir, un autoafección, como experiencia
tal como sucede con la cultura. Así, la que se da en la cultura y en el arte. “El
realidad es recreada en la misma obra, ser-real de la sensación no tiene preci-
tal como cuando asumimos nuestra samente nada que ver con tales “movi-
vida cual obra de arte, o como estética mientos”, como tampoco con las “par-
de la existencia. Por tanto, cuando se tículas” a ellos ligadas: la sensación se
mira la obra de arte, lo que se busca es siente ella misma, se experimenta ella
su realidad estética y no sus minucias misma, hasta el punto de que su reali-
a través de la percepción; de ahí la difi- dad consiste y se agota en este expe-
cultad de abordar una obra de arte de- rimentarse a sí misma, del que están
teriorada, ya que se nos escapan trozos desprovistos los movimientos, molé-
de su realidad estética, que sólo pode- culas, partículas y otras determina-
mos asumir como mera especulación ciones físicas”. (Henry. 2006, p. 63) En
o acercamiento de orden histórico. Lo otras palabras, es inmanente a la vida,
que queda por lo regular, es su restau- ya que lo mundano sólo es posible ser
ración, con el riesgo de perder su verda- experimentado en la sensibilidad, pues
dera realidad estética, o su imaginario el mundo de la vida, es el mundo de lo
estético como realidad; pues la obra en sensible para Michel Henry; el mundo
sí misma pretende una cosmovisión y sensible reside en ella, radicalizado en
no fragmentación del mundo, donde el la subjetividad, pues lo mundano per-
dominio de la técnica y las herramien- cibido en su respuesta, está en lo vital
tas son un medio para lograr plasmar y no en la conciencia; es en la subje-
dicha universalidad artística, asumida tividad, como parte de la vida, donde
como unidad. En consecuencia, la obra la sensación y la imagen se dan. Por
de arte, la estética, la vida misma es un
ejemplo, Michel Henry, refiriéndose a la
asunto de orden ontológico y no cien-
obra de arte y su estrecha relación con
tífico.
la subjetividad del espectador dice: “A
La obra de arte está en plena conexión cada elemento objetivo de la composi-
con la vida, con la subjetividad, des- ción –soporte e imagen neutralizados
plegada en el mundo. “El arte es la re- uno y otro en la dimensión específica
presentación de la vida”. (Henry. 2006, de la obra- corresponde, pues, una to-
p. 57) Simbolizada creativamente por talidad afectiva particular en la que se
medio de la imaginación, que se ex- auto-afecta todo lo que es visto, ima-
perimenta a sí misma, cruzada por el ginado y sentido, y que es la emoción
sufrimiento, en el decir de Michel Hen- provocada por el cuadro, la estatua o el
ry; cosa que de paso, también señalan monumento: ella es lo que el creador ha
Schopenhauer y Cioran. Por tanto, el querido expresar, ella es lo que el es-
sufrir como experiencia fenomenológi- pectador siente concibiendo en el fon-

22
MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

do de él mismo con la esencia del arte”. Frente a este panorama, la acción técni-
(Henry. 2006, p. 67) Como vemos, en la ca ya no responde a la vida, a la subjeti-
obra de arte prima la intencionalidad vidad, anunciando el paso de lo humano
del artista. a lo inhumano, que es lo que caracteri-
za a la modernidad económica y posi-
El artista, como la vida misma, constru-
tivista, que quiebra la subjetividad, la
ye sus propias leyes, que la técnica tra-
vida, poniéndola a su servicio; ya no ha-
ta de despojar a través de sus normas.
bría la substancia de tipo aristotélica,
“Así nos encontramos en presencia de
sino maquinica. “Cuando la producción
un conjunto impresionante de dispo-
se ha hecho económica, cuando de lo
sitivos instrumentales, de maneras de
que se ha tratado es de producir dine-
hacer, de operaciones, de procedimien-
ro, es decir, una realidad económica en
tos cada vez más eficaces y justificados,
lugar de los bienes útiles para la vida y
cuyo desarrollo, no obstante, no cono-
designados por ella, se ha cambiado, en
ce otros estímulos, ni otras leyes que
efecto, la faz del mundo”. (Henry. 2006,
él mismo y de esta forma se despliega
p. 74) Hay un quiebre ontológico en un
como un autodesarrollo”. (Henry. 2006,
mundo que instrumentaliza el cuerpo y
p. 68) Ahora bien, si para Michel Hen-
la vida, en el que prima el conocimiento
ry, la técnica es un conjunto de medios
de la ciencia y la técnica y no el saber,
numerosos, sofisticados y poderosos,
como la vida misma. Tal quiebre, que
entonces: ¿Cuál es su característica?
Michel Henry, llama revolución radical,
1. La técnica es saber-hacer gene- ha subvertido a la humanidad y pone
ral. en peligro la especie humana. “Cuando
el saber que regula la acción es el de la
2. La esencia original de la técnica
vida, coincide con la acción, al no ser
no es meramente un saber-hacer
más que su autoafección. Semejante
particular, sino un saber-hacer,
saber incluido en el hacer y consciente
un saber que se interesa por el
con él, lo hemos caracterizado como
hacer.
la esencia de todo saber-hacer”. (Hen-
3. El hacer lleva en su interior el sa-
ry. 2006, p. 76) El cual, a diferencia del
ber constitutivo.
conocimiento científico, se manifiesta
4. El saber-hacer es la praxis. Por en los asuntos de la vida: el mirar, el ca-
tanto, la vida misma. minar, el hablar, el escuchar, el sentir y
5. La esencia de la techné es la in- mucho más, como el erotismo, la imagi-
teligibilidad expuesta a la teoría. nación, etc. Lo que podríamos llamar la
6. La techné es la expresión de la autorrealización de la vida y la cultura.
vida, efectuación del poder del Por tanto, en el conocimiento científico
cuerpo, por ende una forma de se da otra cosa, donde la vida es objeto
cultura. y ya no es acción en sí misma.

23
ARTE Y BARBARIE

¿En realidad la técnica expulsa la vida? 103) La vida se procesa a sí misma y no


O por el contrario: ¿La técnica se intere- por una mera acción artificial, ella se
sa por la vida? El problema se formula persigue a sí misma, la cual se afirma
en torno a la instrumentalización tan- en el ser. De ahí, que su debilidad sea
to de la técnica como de la vida. “Es la negarse a sí misma, tal como se trata
barbarie, la nueva barbarie de nuestro de llevar por medio de la tecnología, lo
tiempo, en lugar de la cultura”. (Henry. que acarrea problemas existenciales,
2006, p. 80) En esta dirección, la vida de angustia, que ya Kierkegaard señalo;
queda por fuera para Michel Henry, en en este sentido, el confort tecnológico
la que el consumismo alimenta este no supera los problemas formulados,
panorama, en su decir. Así, queda des- es más, los ahonda. ¿Cuál es la esen-
cartado todo proceso de subjetivación cia de la vida? Saberse experimentar
vital, de autoconocimiento, frente a un y sentirse a sí misma como subjetivi-
dispositivo instrumental, que es la téc- dad; en esto está su saber. No existe
nica, indiferente a la vida. En el que la un mundo sin subjetividad, a diferencia
relación entre cultura y ciencia es de de las ideologías de la barbarie como
exclusión. “Esta exclusión no es tal, no las llama Michel Henry. “Bajo el título
obstante sólo lo es a los ojos de la cien- “ideologías de la barbarie” conviene,
cia y de su intención de no tener nada pues, entender todos los pensamientos
en cuenta la sensibilidad”. (Henry. 2006, que se viven y se sienten como saber
p. 86) Vistas las cosas, la subjetividad del ser “real” y “verdadero” al tiempo
queda arrinconada como mero objeto que al preocuparse de manera exclusi-
y expulsada de la cultura para Michel va por ser objetivo, es decir, por lo que
Henry, ya que la cultura es para la vida puede y debe ser llevado ante ellos me-
y no para los objetos, aunque no deje diante sus procedimientos objetivos,
de manifestar que la ciencia es parte de hacen abstracción de la vida, que no
la misma cultura. En otras palabras, la obstante, constituye en cuanto subjeti-
realización de la vida. vidad absoluta, el único ser real y ver-
dadero del individuo trascendental que
Ahora bien, el problema descansa en
somos”. (Henry. 2006, p. 107) Por tanto,
que la ciencia no considera la vida en
nos encontramos con el clásico deba-
general, no la ve, no está ahí, delante,
te en torno a las ciencias como tal y las
mucho menos la subjetividad, la cual se
llamadas “ciencias” humanas, que para
asume como pathos, como experiencia,
Michel Henry, va al campo de las llama-
sólo la puede apreciar como cultura
das ideologías de la barbarie, pues el
científica. “Si la cultura es todavía con-
planteamiento descansa en lo siguien-
cebible como autotransformación de la
te: al borrar la subjetividad, se pierde la
vida y, por tanto, como una acción suya
misma objetividad que la ciencia pre-
sobre sí misma, es en un sentido com-
tende. De modo que las “ciencias” hu-
pletamente diferente”. (Henry. 2006, p.

24
MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

manas para Michel Henry, se caracteri- les para la vida misma. “Pues bien, se-
zan por construir el mundo, que es el de mejante saber es el de la vida, el de la
los hombres, donde afloran la lingüís- subjetividad que se conoce a sí misma
tica, la psicología, la sociedad, la polí- con independencia de cualquier acceso
tica, la cultura, la fe, etc. “Así, se puede de otro orden: lingüístico, conceptual o
decir que cuanto más echan mano las sensible”. (Henry. 2006, p. 133)
ciencias humanas de las estadísticas
Donde mejor se lleva a cabo lo ex-
con el fin de acomodarse al modelo ga-
puesto es en el terreno de lo humano,
lileano, menos saben de qué hablan al
concretamente en la ética, la cual se
no tener al respecto, en última instan-
asume a través de la praxis, que viene
cia, ninguna idea”. (Henry. 2006, p. 119)
a constituir el modo de vida, que obede-
Es la crítica que muchos filósofos, entre
ce a un estilo. “Que estas modalidades
ellos Foucault, hacen de las “ciencias”
sean modos, y no simples accidentes,
humanas. En consecuencia, es hora de
se debe a que se enraizan en la esen-
que las humanidades se despojen de su
cia de la vida, al ser cada vez queridas y
falso discurso científico o positivista.
prescritas por ella. Este enraizamiento
“No es por azar si la época que vivimos
de las modalidades en la vida, en cuan-
marca a la vez el triunfo de la ciencia y
to modos de vida, es el único que puede
el de la política: detrás del rechazo de lo
hacernos entender en qué consiste la
“subjetivo”, en la búsqueda y la reivindi-
barbarie de nuestro tiempo, así como
cación de una objetividad absoluta, se
toda barbarie en general”. (Henry. 2006,
esconde un mismo sufrimiento, el mis-
p. 134) Modos o estilos de vida, que en
mo descontento secreto del individuo,
su elaboración ética y estética nos lleva
del que procede una y otra, al cual reen-
a asumir una actitud o postura ante la
vían” (Henry. 2006, p. 130)
barbarie, lo cual, desde lo ético, no es
En consecuencia, la barbarie atraviesa un asunto de normas, sino de vida, pues
la vida contemporánea, brilla en su ca- la norma no determina la vida misma,
racterización, porque es rudimentaria, tal como Schopenhauer y Nietzsche ya
tosca, se opone a todo principio de ela- habían dicho por medio de la voluntad.
boración de la vida y de sus manifesta- En otras palabras, para Michel Henry,
ciones dadas en la sociedad humana, es la vida, si se quiere, la voluntad, la
como lo son el arte, la filosofía, la lite- que determina la norma y no como lo
ratura, el saber, etc.; esto último, en el desea el pensamiento liberal. “La vida
marco de la actividad humana. Precisa- es la que confiere un valor a las cosas
mente, en esta actividad humana vale (del que carecen por sí mismas) en la
rescatar algo fundamental en Michel medida en que le convienen, y en que
Henry: la alimentación, la vestimen- satisfacen alguno de sus deseos” (Hen-
ta, el hábitat, el trabajo, el amor, entre ry. 2006, p. 135) Así, la vida sería una es-
otras actividades domésticas, centra- pecie de conato espinosista, pues ella

25
ARTE Y BARBARIE

lo que hace es perseverar en sí misma es una necesidad íntima del artista, en


como obra; qué mejor que la cultura, en lo que Michel Henry ha llamado “sub-
la que la subjetividad se enraiza. jetividad absoluta”, ya que la obra toca
el alma de quien crea arte, que, como
Para Michel Henry, como hemos visto,
aliento afectivo, es libertad.
hay un cuestionamiento de la ideología
cientificista, cuya realidad, la del ser hu-
mano, sea la de un mero objeto cientí- Anexo6
fico, en el que se
descarta y llega
a menospreciar
otros saberes
que no reúnen
sus condiciones
científicas o
positivistas, en
la que la subje-
tividad renuncia
a sí misma a fa-
vor de unos dis-
cursos y prác-
ticas utilitarios
y pragmáticos,
que hoy recorren al mundo, como al
Michel Henry
arte, a la escuela, en especial la univer-
sidad, que desplaza y margina estos (1922 – 2002)
tipos de saberes no productivos.

Por último, la vida es la afirmación de


sí, cargada de pasiones, emociones y Bibliografía
sentimientos. “No hay pues ni historia Henry, Michel. Ver lo invisible. Acerca de
ni sociedad sino tan sólo “individuos Kandinsky. (2008). Madrid. Siruela.
vivos” cuyo destino es el absoluto, el
cual, en cuanto subjetividad absolu- Henry, Michel. La barbarie. (2006). Ma-
ta, nunca acontece, sino a través de la drid. Caparrós editores.
multiplicidad indefinida de las móna-
das cuyo único fundamento él consti-
tuye”. (Henry. 2006, p. 160) En resumen,
los verdaderos artistas son los únicos
capaces de crear mundos; pues el arte
6 Foto bajada de Google imagen.

26
Imagen y Olvido
Luis Felipe Vélez

7

Arte atravesado por la


ausencia

La siguiente reflexión parte de la pre-


gunta ¿Cómo el concepto de objeto del
siglo, presente en el libro de Gérard
Wajcman, que lleva el mismo nombre,
se puede emplear para explicar las si-
tuaciones acaecidas en el conflicto ar-
mado colombiano?

Wacjman propone en su texto hallar


un objeto representativo del siglo que
pasó. Uno sólo. Menuda tarea. ¿Cómo
llevarla a cabo? Descartando, dejan-
do a un lado todo aquello cuya forma,
naturaleza o esencia no se ajusten a lo ción y propaganda” Y no es tampoco un
que por “objeto” se entiende. No se tra- resultado, un fin, como una bomba cuyo
ta de un “trasto” como lo dice el autor, poder destructivo tiene como medio
de una “cosa” al lado del camino como elementos de la ciencia pensados para
el yelmo o el hacha de Heidegger, es un el mejoramiento de la vida humana, no;
objeto que pueda guardar memoria a es algo que está más allá de una cier-
través de sus rasgos, que pueda, a su ta apariencia con visos de una naciente
vez, resistirse al olvido, a la “celebra- forma.

7 Magíster en Filosofía. Doctorando en Estética. Docente de la USC. Catedrático del instituto de Bellas Artes. San-
tiago de Cali. Colombia. velezluisf@yahoo.com

27
ARTE Y BARBARIE

¿Por qué preguntarse por un objeto? La ruina es un objeto a su vez forma-


¿Para presentárselo a quién? ¿A la cul- do de otros objetos, ruina sumergida y
tura, a la historia, al conocimiento? No. devorada por el tiempo que construye
Se pregunta por un objeto para develar una memoria, una historia del “tiempo
lo más ejemplar y representativo, lo en que fue, y de lo que fue” un rastro
que da imagen, experiencia y símbolo al que alumbra en la noche del pasado
pensamiento de los últimos cien años por el que se transita para conocer lo
que quizá no sean los últimos, más son ya lejano. Desde una distancia se ob-
un cúmulo de reformas paradigmáti- servan las ruinas, se leen, se subliman
cas. Pero volvamos a la búsqueda de un las grietas y resquebrajaduras por don-
objeto. Si acaso algo ha atravesado el de se intenta escapar el último respiro
siglo con pasmosa claridad es la des- de una época ausente pero presente en
trucción, pero ésta es tan antigua que la apariencia. No es el añorar el regreso
tal vez sólo ahora nos percatamos de
a las formas e ideas puras de belleza,
ello. Y aunque los medios han acerca-
como la obra de Henry Fuseli El artis-
do las catástrofes al estremecimiento
ta conmovido hasta la desesperación
global, no es sólo la destrucción lo que
por la grandeza de los restos antiguos,
impera en la búsqueda de un objeto
1778–79 es la memoria como una huella
representativo, es lo que conlleva a la
material donde el objeto es un vehícu-
misma, el residuo de esta, algo que sea
lo de la comprensión cuyo medio es el
verdaderamente moderno algo sólido
lugar. El lugar donde todo ha ocurrido.
y concebido para durar, como la ruina,
objeto de carga simbólica que deja “la “todo roto en mil pedazos, pero en su
huella, la medida y el emblema” (Wajc- lugar” (p. 16)
man, 2001, p 11)

¿Y cuándo se han llevado los frisos de


la batalla de los centauros del Par-
tenón, su lugar original, al museo de
Londres, en dónde queda este lugar?

28
MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

Desprendidas de su mundo, las ruinas piedra, o metal como las ubicadas a la


del templo griego son parte de un lugar entrada del Museo La Tertulia, la Maria
no-lugar, un museo de historia donde Mulata de la portada al mar, el Benito
la memoria se encierra y tiene espacio Juarez de la carrera 1 o el monumento
la consideración pública de los objetos a Jorge Isaacs cuyo nombre se pierde
para su apropiación, contemplación o entre el polvo.
conmemoración. Cumpleaños de Bote-
ro, vamos al museo de Antioquia, colo-
quemos unas flores al lado de su gato,
de su mujer gorda, tomémonos una
foto como otro tipo de memoria, ven-
damos postales, hagamos de esto en
última instancia un mercado.

Estas esculturas calladas, como todo a


su alrededor, reclama memoria. La me-
moria digital, la memoria de los novios,
los esposos, de los hijos, las memorias
de los congresos de diversos estudios,
la memoria deportiva, la memoria de
las bibliotecas, de la pintura, etc. Por
eso el llamado a vaciar la evidencia que
no es otra cosa que deshacerse de los
Las fechas que se recuerdan dirigen hechos y preguntarse ¿Alrededor de
de un presente convulso y continuo qué se levantan estos monumentos?
a un pasado en apariencia detenido “¿qué ausencia pretende reparar la in-
en el tiempo, se erigen monumentos dustria del recuerdo?” (p.18)
para invocar la gloria de aquellos días
de la memoria [No es gratuito que es-
tas palabras, (memoria y monumento)
contengan la misma raíz latina, monu-
mento viene de monumentum que a su
vez está formado por “monere” que sig-
nifica recordar y de “mentum” que sig-
nifica instrumento. ] y que no se pierda
para las generaciones que ya habrán
de aprender algo de aquellas figuras de

29
ARTE Y BARBARIE

Pero volvamos a Wacjman, no en el pla-


no de los objetos, sino tal vez de la in-
vención, porque entre otras cosas, este
siglo inventó “la destrucción sin ruina”,
la solución final nazi es un ejemplo, las
masacres perpetradas por grupos pa-
ramilitares que sólo buscaban eliminar
la memoria de una población aniquilan-
do sistemáticamente es otra.

Esto no es más que una ausencia que


niega la memoria. Negación cuyo ejem-
plo dramático en el caso de la Shoah
(Catástrofe) es el holocausto, cuyos
dispositivos para ejecutar la acción de
aniquilar, son consideradas máquinas
perfectas que eliminan de forma preci-
sa el recuerdo. Pero forzar un hiper-ol-
vido, el que unos seres humanos sean
dueños de la memoria de otros no es Sin embargo, resulta ser una práctica
una práctica de este siglo. Por eso es común, sobre todo en nuestro contex-
que este no es un “objeto” como tal lle- to, en el que se suprimen los vínculos
vado a cabo por ese siglo que terminó. familiares a partir de la violencia para
Ya se hacía. Las culturas que han con- despojar de tierras, ceder derechos o el
quistado a otras desde la época de la voto para perpetuar mecanismos co-
lanza y la piedra han procurado borrar munes de acción en el poder. Nosotros
todo recuerdo de lo existente para pro- como población hemos compartido y
clamar como auténtico aquello que el
vivido a su vez una catástrofe como la
conquistador trae.
Shoa, y sin embargo como dicen las pa-
Es menester recordar que el término redes, aún crecen flores.
conquistador viene del latín conquisita-
re, de conquisitum, “ganado” de un te-
rritorio, de una población, de una posi-
ción. se hizo con pueblos de la antigua
Grecia, con los gitanos, con la población
armenia del Cáucaso masacrada por
los turcos a finales del XIX o sin ir muy
lejos, los templos indígenas que fueron
reemplazados por iglesias o los códices
quemados de los que sobrevivieron al-
gunos de aquel holocausto al ser ente-
rrados.

30
MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

Eliminar el otro, tal como en las ma- Sin embargo, es en el arte donde habrá
sacres y asesinatos sistemáticos que de continuarse la pregunta por el obje-
durante un tiempo con motosierra se to del siglo, y no entendiendo este ob-
efectuaron, reducir todo a una inexis- jeto como una obra en sentido singular,
tencia y a la idea según la cual “aquí no sino de ver en el arte “un instrumento
ha pasado nada”, es una práctica que concebido para hacer ver lo que no po-
no se inventó en este siglo, la “solución demos representar ni en palabra ni en
final” puede que se halya nombrado en imagen” (p.23). El arte, por su carácter
él, pero su hacer es tan antiguo como ligado al pensamiento, podría mostrar
la humanidad misma, por algo el dicho aquel objeto.
que ya suena a Perogrullo según el cual
Es claro que la pintura ya ha sido usa-
la historia la escriben los que ganan.
da para estructurar esta visión, el papa
Pero ahí están las ruinas, “escombros
Gregorio el Grande que vivió a finales
de objeto que forman huella para un
del s. VI por ejemplo, recordaba que
alguien eventual” (p.21), están para que
muchos de los miembros de la Iglesia
se descifre su enigma y se interpreten
no sabían leer ni escribir, y que para en-
como un objeto en el que algo reside
señarles, “las imágenes eran tan útiles
más allá de la memoria, donde habrá
como los grabados de un libro ilustra-
que preguntarse por lo ausente más
do de niños. La pintura puede ser para
que por lo presente, por el contexto pa-
los iletrados, lo mismo que la escritu-
sado del recuerdo y el mundo original
ra para los que saben leer” Gombrich,
del que la ruina hacía parte. ¿Cómo ha-
2007, p 135). Pero no es esta perspec-
cer ver lo que carece de huella visible y
tiva ni esta visión a la que nos referi-
es inimaginable? (p.22) El cine, la obra-
mos, entonces, ¿Qué nos hacen ver las
del-arte, da una respuesta.
obras-del-arte que no podemos ver por
nosotros mismos? ¿Son anteojos para
observar otra realidad?

El arte puede hacer visual lo más irre-


presentable, lo no visible. Y así como
la sistemática eliminación ejemplifi-
cada en la obra Shoah, muestra lo in-
nombrable, lo ausente, Wajcman va a
tomar de ejemplo dos obras que son
en sí mismas máquinas de interpretar
para mostrarlas como objetos pensan-
tes que ayudan a mirar el mundo. Estas
obras, “Rueda” del francés Marcel Du-
champ y Cuadrado del ruso Kazimir Ma-

31
ARTE Y BARBARIE

levich enmarcarán el arte del siglo xx ellas, en su materia, en su forma; y hay


situado en el doble signo del “más-ob- que ir a buscar por el contrario, en su
jeto y del menos-objeto o del todo ob- carne.” (Wacjman, 2001, p.32) El enigma
jeto y del ningún-objeto-en-absoluto” de la obra está a la vista de todos, está
(p.29) El ready-made y la abstracción en la obra como respuesta, respuesta
dan su asiento al arte contemporáneo, que a menudo nos interroga, es cues-
una y otra obra, escultura y pintura, tión de aprenderla a ver.
contienen el siglo, lo apresan.

La obra modifica la experiencia del es-


pectador, no da una interpretación del
mundo sino que cambia la manera de
verlo. Esta “potencia” de este hacer ver
Es necesario entonces volver a la au- adquiere un tinte especial con la mo-
sencia de los objetos para encontrar en dernidad en la que el arte no reprodu-
ella, su esencia. En la obra de Duchamp, ce lo visible, vuelve visible (p. 37) mo-
La rueda, la ficción discursiva descen- dificando y siendo ante todo, creador
tra el objeto del lugar, La fuente es pero de mirada. En cierto sentido la pintura
ya no es un orinal, la mirada ha cambia- abre la posibilidad para que se vea la
do. Fue necesario un cambio en el para- naturaleza como un paisaje mismo, si-
digma de la visión y dejar de creer que túa la visión sobre ese fenómeno que
no se ve que está ocurriendo, como el tal vez había pasado inadvertido, se-
ñalándolo, pasándolo por una especie
ejemplo de Watson quien con todo a la
de luz que clarifica los fenómenos del
vista no puede razonar sobre lo que ve
mundo ante todos.
o la mirada perdida que no ve la Carta
robada de Poe enfrente de todos. Tras ¿Qué vemos, en la escultura La rueda
su apariencia las obras “piensan, in- en la pintura Cuadrado? La obra-del-
tensamente, el pensamiento de estas arte enteramente reducida al objeto y
obras no está fuera de ellas, sino en enteramente liberada de él. La rueda

32
MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

es una obra nombrada que a su vez ex- (p.60) des-significado, sustraído de su


pulsa de paso toda filosofía de lo bello uso, la identidad de ese objeto serial,
en el que el ready-made como objeto, no-idéntico es asignado a un lugar aje-
es un producto, no de la industria, sino no al original. He aquí que de pronto un
de un discurso. Esta noción del artista objeto, común y corriente de la cotidia-
como un Adán nominador tuvo y tiene nidad tiene un autor, y se empieza a re-
aún muchas influencias, siendo de re- conocer, no ya por el defecto y el error
cordar las intervenciones del argentino del cuchillo que no corta, en medio del
Alberto Greco quien en 1959 en la pro- anonimato de la industria un sujeto que
vincia española de Ávila, designó una saca el producto de la serie revelándo-
comunidad rural como espacio artístico se la lógica constitutiva del objeto, la
donde todo lo señalado iba adquirien- obra, el autor y el espectador a quien
do el carácter de “obra” . Así, la obra de finalmente se muestra algo.
arte queda reducida a su función enun-
Así, se plantea la posibilidad que el ob-
ciativa en la que el objeto se sacrifica a
jeto del siglo more en el arte, en los ob-
la obra, se rebaja y es sustraído de un
jetos creados a partir no ya de la escul-
mundo de objetos de la industria para
tura o la pintura sino del gran vacío, de
ser mostrado, a partir de la firma, como
una ausencia que mientras la obra-del-
una obra-del-arte. arte busca y da respuestas. En el arte
En aquella desmaterialización, la obra colombiano la manera de representa-
de Malevich es un cuadro que pare- ción cambia, sin embargo, el tema se
ce ser un cuadrado de la geometría, mantiene, las relaciones son estrechas
pero que pintado a grandes rasgos, es entre arte y violencia, la ausencia busca
un cuadrado de la pintura. Sin estar si nuevas maneras en las que pueda ser
quiera bien terminado, busca lo pic- suplida, y la memoria lucha a través de
los registros para sobreponerse y ser
tórico puro, más allá de un mundo de
a su vez un discurso, valido como el de
objetos que son tradicionales. Cuan-
los ganadores, a los que la historia da
do desaparezca el hábito de ver en los
el mérito de aparentemente escribirla.
cuadros la representación de pequeños
El arte no se agota en una descripción
rincones de naturaleza, de Madona o
que se pueda dar de él, la definición de
Venus impúdicas, – dice Malevich, solo
estilos y el conocer que una obra está
entonces veremos la obra pictórica.
determinada en tal o cual estilo no es
Obra de pensamiento material, pensa-
suficiente para manifestar que verda-
miento visible y encarnado en el que el
deramente se conoce lo que la obra
objeto no se expulsa, se vacía.
quiere decir, lo que la obra es.
Ya sin los contenidos propios del obje-
to, “la firma autentifica la obra en razón
justamente que desidentifica el objeto”

33
ARTE Y BARBARIE

lidad del arte y de la realidad humana


hace posible que desde nuestra visión
de mundo construyamos conceptos
propios de problemas comunes a la hu-
manidad, pero que se manifiestan de
diferentes maneras según la cultura.

Lo que una obra de arte nos comuni-


“La violencia que plasmó Quijano revela
que es posible conocerlo a partir de su
que se sacrificaba por igual a hombres
comprensión, el arte es guía de los de-
y mujeres, no importando que éstas
seos de la conciencia, cuenta una reali-
estuvieran en estado grávido, caracte-
dad, dice algo del mundo, y de la misma
rística que corrobora Masacre de 10 de
manera como se narran las experien-
abril de Alejandro Obregón, un óleo en
cias históricas de un pueblo como el de
el que la figura de un bebé gatea entre
Quios que sufrió una matanza a manos
cadáveres, signo de que las generacio-
del ejército turco, y es posible com-
nes siguientes quedaron marcadas por
prender y sentir los últimos instantes
los genocidios que se perpetraron una
de aquellas mujeres niños y hombres
y otra vez en campos y ciudades” (Me-
del cuadro antes de perder la cabeza
dina)
por la espada extranjera, puede con-
tar lo sucedido también para nuestra El arte colombiano ha dado claras
realidad. El carácter universal del arte muestras de la realidad propia, y a pe-
hace posible representar este tipo de sar del bloqueo artístico de la primera
manifestaciones históricas a través del mitad del siglo XX que impuso restric-
arte colombiano que ha sentado la voz ciones a las vanguardias por conside-
rebelde venciendo el veto de las ideas. rarlas contrarias a la ideología de lo
que debería ser el arte, se abrió paso
Tal como se plasmó un episodio de la
una nueva forma de ver el mundo que
historia del pueblo griego, la universa-

34
MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

permitió conocer paulatinamente lo


que desde el exterior se hacía. Por su-
puesto aquellas personas –como hoy-
que tuvieran el recurso podían conocer
de primera mano lo que en el mundo
pasaba, pero la mayoría de la población
que regularmente no recibe educación
en arte, no se daba por enterada de que
maneras y de que formas de concebir el
mundo se estaba gestando.

Bibliografía
Wajcman, Gerard. El objeto del siglo,
(2001). BsAs. Amorrortu editores.

Gombrich, E. H. Historia del arte, (2007).


Barcelona. Paidos

Medina, Álvaro. El arte y la violencia co-


lombiana en la segunda mitad del
siglo XX en Arte y violencia en Co-
lombia desde (1948). 1999. Bogotá.
Norma.

35
Estética del Disenso
en cuatro artistas
ViktoriaModesta,
Margarita Ariza,
Marcela Bolívar,
Jan Saudek.

Perucho Mejía García8

La dominación tiene su propia estética y la dominación democrática


tiene su estética democrática. Es bueno que casi todo el mundo pueda
tener ahora las bellas artes al alcance de la mano apretando tan sólo
un botón en su aparato o entrando en un supermercado.
(Herbert Marcuse, El hombre unidimensional)

Introducción Dicho discurso, extendido sin duda


como disciplina filosófica desde Platón
Para comprender la estética del siglo hasta Aristóteles, pasando entre otros
XXI se hace necesario considerar un por Baumgarten, Hegel, Kant, Adorno y
discurso conducente a partir de las dis- Rancière, en un orden epistemológico
tintas formas del arte hacia una prácti- fundamentado en la estética moderna9
ca desarrollada fundacionalmente des- y/o posmoderna ha desarrollado las
de el ámbito de la antigüedad griega, lo condiciones propias de invención y re-
cual implica reconocer precisamente gulación cultural entendidas mediante
en su evocación histórica un significado relaciones manifestadas en particular
que es preciso distinguir y poner en re- en el marco de la inscripción acuñada
lación frente a su propia comprensión. por Rancière bajo el nombre de disen-
8 PhD en Filosofía. Catedrático de la USC y docente del Instituto Departamental de Bellas Artes. Santiago de Cali.
Colombia. perucho.mejia00@usc.edu.co peruchenko@gmail.com 9
9 Siguiendo a Lipovetsky, el modernismo es vector de la individualización y de la circulación continua de la cultu-
ra, instrumento de exploración de nuevos materiales, de nuevas significaciones y combinaciones. Cf. pág. 88ss. En
tanto el posmodernismo es sincrético a la vez cool y hard. Convivencial y vacío, psi y maximalista, una vez más se
trata de la cohabitación de los contrarios que caracteriza nuestro tiempo, no la pretendida cultura desenfrenada hip-
drug-rock. Ibídem, pág. 117. Asimismo, la cultura posmoderna es descentrada y heteróclita, materialista y psi, porno
y discreta, renovadora y retro, consumista y ecologista, sofisticada y espontánea, espectacular y creativa. Idídem, pág.
11.

37
ARTE Y BARBARIE

so, y/o heterogeneidad en el sentido de frente al aparato sensible, con vistas a


Lyotard, que, tal como veremos a conti- entender mediante el contexto el mar-
nuación, se postula de forma compleja co social y creativo que caracteriza sus
como concepto que funciona en el or- prácticas.
den y registro de la escena del arte bajo
Esto implica situarnos en el tema de
una representación instaurada en “la
la estética como objeto e instrumento
relación entre arte y política” (cfr. Ran-
de interés, mediante el cual se puede
cière, p.65).
entablar una relación fundamentada
especialmente en la concepción de di-
senso formulada en cuanto a razón po-
Espectáculo-espectacularización-es-
lítica, crítica y estética.
pectador: esta secuencia se volvió pro-
tagónica en los procesos artísticos. Indiquemos en primer término que di-
Es una de las zonas donde se descom- senso hace alusión a un “conflicto de
pone la autonomía del arte y la aspira- diversos regímenes de sensorialidad.
ción de establecer a priori significados Asimismo, disenso implica una organi-
definitivos de las obras. zación de lo sensible en la que no hay
realidad oculta bajo las apariencias
(Néstor García Canclini, ni régimen único de presentación y de
La sociedad sin relato). interpretación de lo dado que impon-
ga a todos su evidencia” (cfr. Rancière,
p.51 y 61). Ahora bien, cuando Rancière
Estética del Disenso conceptúa sobre la característica pri-
Con esta consideración inicial intenta- mordial de disenso, se sitúa en relación
remos desarrollar un reflexión sobre dialéctica con las disciplinas prácticas
estética del disenso en el arte, lo cual del arte, en tanto, las referencias a sus
presupone, a nuestro juicio, un procedi- mismas prácticas y manifestaciones
miento formulado en términos de una permiten entender diversas argumen-
práctica compleja mediante la cual se taciones acerca de la convergencia en
pone de relieve como dato inicial el re- que se desarrolla la condición impulsa-
conocimiento del concepto en alusión da en dicho contexto, que rompe y pone
a Kant, bajo una singular representa- de relieve mediante su carácter dife-
ción vinculada a través de registros que renciador, lo que ocurre en la recepción
gravitan mediante diferentes motivos de procesos que irrumpen y transgre-
en el significado del discurso artístico. den los ámbitos y posturas de la visión
estética contemporánea con respecto a
A partir de este término podemos de- sus implicaciones sociales.
cir que en el arte el tema de la estética
responde a un discurso que pone en re- Dentro de este panorama general, em-
lación la referencia del acontecimiento pecemos por hacer alusión de forma

38
MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

sucinta al concepto de estética en su más que subjetiva. Toda relación de las


forma clásica, sin hacer de él un es- representaciones, incluso la de las sen-
crutinio o una descripción histórica. saciones, puede empero, ser objetiva…”
Platón por una parte “había formulado (Kant, 1981, p.102, La cursiva es mía).
una teoría de lo bello en Fedro e Hipias
Veamos a continuación a manera de
Mayor; donde lo bello se identifica con
evidencia y bajo los conceptos aquí
lo bueno (kalokagathía)” (cfr. Florián,
implicados, el trabajo que proponen
2002, p.111).
cuatro artistas de diversas épocas con
Esta herencia de la estética, definida en disímiles propuestas de formulación
“la Poética por Aristóteles como tekné, y reformulación estética fundadas no
para referirse más al arte que a la be- sólo en aquello que opera en el debate
lleza” (ibídem), deviene posteriormente de lo heterogéneo, sino en las formas
en Hegel como “filosofía del arte y de ética y estética mediante la referencia
las bellas artes, sugiriendo además, y percepción singular del cuerpo. Estos
que lo que nos agrada en el arte es pre- artistas escenifican su trabajo median-
cisamente ese carácter de libertad que te un amplio repertorio plástico, y dan
se manifiesta en sus creaciones” (cfr. cuenta de sus propuestas y formulacio-
p.27-30). Nótese que en esta idea Hegel nes bajo una serie de particularidades
ya sugiere una reflexión abierta que se estéticas y conceptuales apelando de
expande hacia la especificidad estética forma múltiple y recurrente a símbolos,
del arte, implicando también desde allí, metáforas y analogías para deliberar,
una visión que remite desde el discurso argumentar y consolidar sus proyectos
hacia su manifestación expresiva en la artísticos. Ellos son: Viktoria Modesta,
contemporaneidad. Margarita Ariza, Marcela Bolívar y Jan
Saudek.
Asimismo, bajo la implicación de estéti-
ca en el siglo XVIII Baumgarten, alude al Ahora bien, aunque el número de ar-
término griego de aisthesis conforme tistas que aquí podría indicarse excede
al término que significaba ‘teoría de la nuestros intereses, queremos destacar
sensibilidad’. Sin duda, desde aquí to- que los nombrados, no sólo reformulan
mará un rumbo hasta el presente en el sus prácticas artísticas dentro del or-
que toca especialmente los ámbitos de den social, sino que bajo ‘condiciones
la filosofía y de la historia del arte (cfr. de resistencia’ expresan y registran
Bayer, 1998, p.7). sentimientos de resignificación legi-
timados más allá de la disciplina y la
Para Kant por su parte, “el juicio de
condensación esencialmente ontológi-
gusto, no es pues un gusto de conoci-
ca que se deriva del campo estético.
miento; por lo tanto, no es lógico, sino
estético, entendiendo por esto aquel Desde esta perspectiva, “la importan-
cuya base determinante no puede ser cia dada a las obras y a sus procesos

39
ARTE Y BARBARIE

de resignificación dice García Canclini, lado a la comunidad), reflexionar y cui-


“busca no olvidar su sentido parcial- dar. Sensibilidad sin embargo significa:
mente autónomo al examinarlas como darle un cuerpo al sentido, represen-
parte de procesos sociales y mostrar a tarlo; y al revés: sacar espíritu de los
la vez que ese sentido no se agota en sentidos, por tanto, experimentar sen-
lo que la materialidad de la obra dice” tido” (Roscher, 1998, p.80).
(2010, p.46). Con esta suerte de sen-
tencia se exalta el sentido del accionar Como se ha observado la reflexión an-
estético; por tanto, se puede decir que terior permite indicar que la sensación
en esencia, el disenso opera como acti- también refiere a la naturaleza del
vador amplio en el registro del circuito cuerpo que, en su singular condición
social poniendo a prueba prácticas tes- estética, está vinculado a la realidad
timoniales fundamentadas en una infi- de los procesos artísticos bajo la con-
nita variedad de hechos. dición de ars, sensus y aisthesis. Ve-
mos entonces, cómo la conjunción de
Para ello iniciaremos con la siguiente los conceptos ars, sensus y aisthesis
hipótesis a través de la cual se intenta adquiere en sus diversas relaciones un
dar una razón instituida dentro la pro- inesperado y visible juego que provoca
pia mirada del disenso: ‘La estética del un estado de reacciones inherente a las
disenso es una forma de experiencia interacciones sociales.
estética que descansa en un interés de
libertad conducente a hacer visible lo Con ello queremos decir siguiendo a
invisible mediante una realidad artís- García Canclini, “que los conceptos son
tica, sujeta a formas de resistencia las ‘teorías en miniatura’, útiles siempre
que, mediante un sentido multiestético que estemos dispuestos a revisar su
o poliestético permite situarnos en el productividad y a admitir su desgaste.
ámbito universal del arte’. Un concepto se puede ver como con-
densador de sentidos flexibles” (2010,
De este modo, “con un sensorium com- p.124), como instrumento escrutador
mune poliestético, o con un sentido co- y/o referencial, mediante el cual se va-
mún poliestético como diría Roscher, lidan o se renuevan en su propio nom-
creamos integridad e integración hu- bre, ideas y pensamientos que consti-
mana en la percepción sensible, en los tuyen su transformación.
juicios razonables, en el conocimiento
espiritual (que se halla en una relación Al mismo tiempo, la paradoja de lo que
fecunda y de mutua dependencia). Pre- se considera bueno o malo en el arte,
cisamente en latín sensus significa, a o mejor aún, lo que da lugar a la reso-
la vez, sentimiento, opinión, sentido; y nancia del consenso, implica reconocer
sentire significa sentir, percibir, obser- con frecuencia la continuidad temporal
var, examinar y comprender a la vez, o la proyección de sus contrastes. Por
como ‘Sinnen’ en alemán sentir (vincu- ejemplo: “Los estetas no sólo apuntan

40
MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

a clasificar las cosas en categorías úti- nes que circulan a través de sus prác-
les, como podrían clasificarse especies ticas?
de plantas, sino a separar lo digno de lo
Como ya se observó, y teniendo en
indigno, y a hacerlo de forma definitiva”
cuenta la definición de Rancière, pode-
(Becker, 2008, p.166). Aquí retomamos
mos indicar que “estética no es el nom-
justamente la moral kantiana en el sen-
bre de una disciplina: es el nombre de
tido de ‘juicio reflexivo’, o la descripción
un régimen de identificación específica
de política a la manera de Rancière en-
del arte” (2011, p.17).
tendida como la “evidencia de lo visible
para diseñar una nueva topografía de Asimismo, podría decirse en el ámbito
lo posible” (cfr. p.52). Dicho en otros de la estética del disenso y respecto a
términos, “se supone que el arte es po- los cuatro artistas aquí señalados, que
lítico porque muestra los estigmas de sus obras revisten en cuanto a prácti-
la dominación, o bien porque pone en cas complejas un entorno que, al mismo
ridículo los iconos reinantes. O incluso tiempo, reconoce y evidencia una cierta
porque sale de los lugares que le son visión expresada entre el régimen del
propios para transformarse en prácti- disenso y otras formas de ruptura, bien
ca social” (ibídem, p.54). Tengamos en sean paradigmáticas y/o visuales me-
cuenta continuando con Rancière, que diante implicaciones sensibles. De este
“la política, en efecto no es el ejercicio modo, el artista “dotado de los medios
del poder y la lucha por el poder. Es la de saber y hacer, actuar y hacer actuar”
configuración de un espacio específi- (Lyotard, 1998, p.11), legitima al amparo
co, de recorte de una esfera particular de sus actividades, razones estéticas
de experiencia, de objetos planteados que obedecen a la construcción de con-
como comunes y como dependientes ceptos desarrollados al interior de un
de una decisión común, de sujetos re- dinamismo fundamentado en lo espiri-
conocidos como capaces de designar tual y lo sensible. Pues tal como propo-
estos objetos y de argumentar sobre ne Rancière, “se pasa de un mundo sen-
ellos” (2011, p.33). sible a otro mundo sensible que define
otras tolerancias e intolerancias, otras
Ahora bien, rememorando la hipótesis
capacidades e incapacidades. Lo que
anterior cabría preguntarse: ¿Es el di-
opera son disociaciones: la ruptura de
senso la reformulación de un campo de
una asociación entre el sentido y el sen-
posibilidades estéticas emancipadoras
tido, entre un mundo visible, un mundo
o, un control político, cuyas prácticas
de afección, un régimen de interpreta-
artísticas permiten cuestionar las dis-
ción y un espacio de posibilidades; es
crepancias fundadas mediante dispo-
la ruptura de las referencias sensibles
sitivos sociales y/o políticos que logran
que permitían estar en el propio lugar
mantener una serie de estrategias cul-
en un orden de las cosas” (2010, p.69).
turales, mediante complejas asociacio-

41
ARTE Y BARBARIE

Me permito preguntar asimismo, si- to las condiciones de lo que se pudiera


guiendo a Gadamer: ¿De lo que se tra- llamar el estado cuerpo, por medio de
ta entonces, y sobre todo es de liberar la apariencia de la superficie y su rela-
el arte en sus posibilidades creadoras ción con las cualidades y la forma física.
y de alcanzar el entendimiento? (1998,
Al respecto, Sontag sostiene: “La re-
p.127).
volución de las formas en el arte es
Ahora bien, retomando nuestra pro- parcialmente independiente de la evo-
puesta inicial, podemos indicar a pro- lución de los temas. (La historia de las
pósito del disenso, que la cantante y formas es dialéctica. Así como tipos de
‘modelo-robot’ Viktoria Modesta, (ver sensibilidad se tornan banales, aburri-
Fig.1), recurre a la autorreflexión ana- dos, y acaban por ser derrotados por
tómica de su cuerpo como mecanismo sus opuestos, las formas de arte, pe-
que provoca una consideración de jui- riódicamente, se agotan. Se tornan ba-
cios diversos, en tanto sus acciones, nales, no estimulantes, y son reempla-
confrontan su propia yoidad respecto zadas por nuevas formas, que al mismo
al sentido de la autorrepresentación tiempo, son antiformas). A veces, los
escénica. Desde allí, desde una práctica efectos más hermosos se consiguen
regulada mediante la transformación cuando la materia y la forma no se co-
teatralizada que la prótesis le impone y rresponden por entero” (1996, p.238).
designa, también recrea y fundamenta
Sin duda, bajo la forma de representa-
situaciones que le permiten maquinar
ción escénica Modesta no sólo afronta
en su propia performatividad instintos
y confronta mediante el dispositivo es-
eróticos robotizados. En este singular
tratégico la mutilación del cuerpo, sino
performance pensamos que la realidad
que mediante la realidad de su fisura
estético-expresiva rememora la rela-
física, busca “modos de exposición que
ción entre consenso y disenso, puesto
tienden a ser el vector de una denomi-
que la impronta de la prótesis nos re-
nación renovada entre la imagen como
cuerda el sentido de la instrumentali-
operación del arte y la imagen como
dad técnica y morfológica desarrollada
producción de una representación” (cfr.
con su cuerpo (recordemos el caso de
Rancière, 2010, p.107), o la imagen como
Edward Manos de tijeras).
dispositivo imprevisible de proyección
Se puede decir en sentido gadameria- de una situación corporal. Esta obser-
no que en la obra de Modesta, “no sólo vación se complementa con el trabajo
se lee el sentido, sino que también se mismo del cuerpo: “La creación artísti-
oye” (Gadamer, 1998. p.74), producto ca, como otras manifestaciones creati-
de un registro sonoro implicado vocal vas, siempre transita al borde-des-bor-
y musicalmente, por medio del cual, el de del territorio corporal” (Matoso,
cuerpo-lo visible y su consecuente re- 2009, p.12). Podemos indicar de este
presentación ponen en cuestionamien- modo que en su trabajo se concilian los

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MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

conceptos de cuerpo-imagen-objeto, los discursos de los diferentes agentes


que traspasan la imagen misma de la sociales y los referentes legales fren-
insospechada configuración corpórea, te a la libertad de expresión, se sitúa
y la condición que rompe la imagen del como punto de ruptura en el que” las
propio cuerpo como tecnología-metá- posibilidades políticas de los procesos
fora-frontera, que por demás, funcio- abordados en el arte conducen a pre-
na como continente narrativo de dife- tensiones que generan dispositivos de
rencia y fragmentación. Ahora bien, en desprecio evidenciados de forma com-
virtud de esta condición, se puede re- pleja en nuestra herencia histórica y
conocer que “la civilización tecnológica cultural.
establece una relación específica entre
Aunque no me detendré aquí para de-
el arte y la técnica” (Marcuse, p.267), o
sarrollar la explicación conceptual de
entre el cuerpo y la prótesis.
la obra Blanco porcelana -esta no es
Asimismo, la particularidad de su obra otra tutela-, por la extensión y des-
responde a la representación que evi- cripción del dictamen jurídico que bien
dencia la dimensión estética encarnada podría considerarse una poderosa obra
en una antítesis simétrica, que acentúa de arte conceptual, destacaré sin em-
en un orden expresado técnicamente bargo, que “con frecuencia no queda
el sustrato psicológico de la actividad claro si la decisión del estado de emitir
corporal. juicios o de un crítico específico tiene
alguna importancia, mientras que otros
Por su parte Ariza, con su reconocida basan sus propias actividades en esa
y entutelada obra ‘Blanco porcelana’ decisión, y muy a menudo eso depende
(ver Fig.2), centra su atención en las de una serie de contingencias producto
diversas acotaciones y discursos que de enfrentamientos y cambios políticos
articulan valores de blancura y belleza, en el seno del mundo del arte” (Becker,
sublimando un discurso antropológico p.181). Cambios que por demás, no de-
sobre el “racismo encubierto y hereda- jan de marcar e incitar proclamaciones
do” (cfr. Sentencia T-015/15), mediante y generar otras tantas posiciones polí-
una apología que documenta el valor ticas cuyos fines tienen como propósi-
simbólico resplandeciente a través de to institucionalizar sus propias lógicas
la exploración del blanco porcelana y bajo la división que también demanda
sus “prácticas de belleza” (cfr. Ariza, ci- el estado social del cuerpo.
tada en este documento).
Se subraya aquí como diría García Can-
Al respecto, la artista (2016, p.56), se- clini, que “los artistas están habitua-
ñala: “(…) La obra al incorporar en su dos a escuchar dos llamados: los del
devenir los movimientos sociales, las ‘campo’ artístico que exige cuidar la
amenazas de la que se es objeto, las autonomía y la asepsia política de sus
acciones legales, la construcción de trabajos, y los del ‘campo’ político o de

43
ARTE Y BARBARIE

movimientos que instan a ser social- artística a través de la cual revela una
mente responsables” (2010, p.169). serie de referencias enmarcadas en sus
propios fines. Con ello se implica “se-
Por esta razón, la obra de Ariza con-
gún Rancière, el trabajo de la ficción. La
fronta varios momentos de la realidad
ficción no es la creación de un mundo
y con su propuesta asiste en nombre de
imaginario opuesto al mundo real. Es el
los 2 campos señalados a una estrate-
trabajo que produce disenso, que cam-
gia plástica que denuncia a la manera
bia los modos de presentación sensible
de un ‘parafraseo racial’ los modos de
y las formas de enunciación al cambiar
representar, diferenciar y conocer el
las marcos, las escalas o los ritmos, al
cuerpo y la raza.
construir relaciones nuevas entre la
Igual de singular es la propuesta de apariencia y la realidad, lo singular y
Marcela Bolívar (ver Fig.3), quien en lo común, lo visible y su significación”
su obra refiere a la constatación me- (2010, p.66) a través de la imaginación
tafórica del arte; para ello, elabora un creadora y mediante dispositivos téc-
conjunto de valores instituidos en lo nicos.
imaginario, buscando jerarquizar el
Desde otro punto de vista expresa Bau-
acontecimiento del cuerpo a través de
drillard: “Con el cuerpo ocurre como con
pasajes que determinan el ‘trabajo fic-
la fuerza laboral. Es preciso que sea li-
cional’ de la obra y desde allí “investi-
berado, ‘emancipado’, para que pueda
ga el reino de las posibilidades y crea
ser explotado racionalmente con fines
ficciones para imaginar lo invisible en-
productivistas” (1974, p.193) mediante
samblando lo real con lo posible, lo po-
representaciones y transformaciones
sible con lo imposible” (Maillard, p.208)
estéticas, para de esta forma “construir
o lo imaginable con la realidad, desde
relaciones nuevas entre la apariencia
una óptica y gusto estético que impone
y la realidad, lo singular y lo común, lo
otros regímenes de percepción.
visible y su significación, porque des-
A todo lo largo de su obra, Bolívar hace de allí, cambia las coordenadas de lo
reconocer frecuentemente cómo desde representable” (cfr. Rancière, p.67). O
la práctica artística el cuerpo y la na- más aún, reconfigurando una reflexión
turaleza pueden ser entendidos en el de Francastel se puede observar que
sentido de una razón estética en la que “el fundamento del arte pasa del cono-
los montajes fotográficos, los ensam- cimiento al pensamiento. La imagen ya
blajes y los dispositivos ‘quirúrgicos’ de no coincide con la experiencia, sino con
su procesamiento funcionan median- la visión. El arte desde hace un buen
te configuraciones donde las acciones tiempo, ya no es revelación, sino fabu-
que conciernen a la práctica de sus lación” (cfr. 1981, p.65). En síntesis, diría
representaciones aducen a imágenes García Canclini: “Vivimos en la época
pertenecientes al registro de la ficción del arte desenmarcado” (cfr. p.151).

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MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

Por el contrario, y en un orden más in- sus estructuras delgadas, frágiles, ro-
cisivo, el artista Jan Saudek (ver Fig.4), bustas, altas o bajas, cuyas gestualida-
documentando un trabajo singular, des masculinas o femeninas, blancas
alude a la desnudez, para recrear en la o negras, forman un modo de consoli-
atmósfera del cuerpo humano el reco- dación y reconocimiento dando lugar a
nocimiento a la libertad y a la procla- consideraciones de malestar y/o reite-
mación amplia y continua del narci- raciones de aprobación o juzgamiento
sismo colectivo. Para ello, revitaliza el social.
primado del cuerpo mediante disposi-
En estas condiciones debemos reco-
ciones y acontecimientos fundados en
nocer que “ciertas prácticas artísticas
el enfrentamiento e intercambio regu-
movilizan agendas públicas, alientan
lador de la individualización a través de
debates sobre los modos de conocer y
criterios que privilegian el encuentro
representar los desacuerdos sociales,
con el otro (a) en un sentido de libertad
hacen repensar la convivencia de esti-
que se haya acompañado de una unidad
los de vida y los criterios de valoración”
de igualdad a la manera de un principio
(García Canclini, 2010, p.222), en tanto,
de “promoción democrática de la iden-
la percepción autoriza el cuestiona-
tificación” (cfr. Lipovetsky, p.196). Del
miento del cuerpo frente a la evidencia
mismo modo, su obra polemiza y pone representacional dominante donde el
a prueba interacciones configuradoras artista, tomando como mecanismo la
en un proceso que pretende fijar por la articulación de la “política del arte, es-
vía de mecanismos fisiológico-figurati- tablece una interacción mediante tres
vos el aspecto irritable de la desnudez lógicas: la de las formas de la experien-
y su imprescindible condición sexual en cia estética, la del trabajo ficcional y la
torno al inminente disenso social. En de las estrategias metapolíticas” (cfr.
Saudek, el cuerpo exhibido10 se vuelve Rancière, p.68). Estas lógicas proyec-
motivo de resistencia -como en Spen- tadas mediante el acontecimiento dis-
cer Tunick, Diane Arbus y/o Margari- cursivo, señalan y registran el sustra-
ta Ariza- por ejemplo, a través de una to de su propia significación mediante
constante reactivación tematizada en una propuesta que contrasta, suscita
la deconstrucción visual, mediante la y caracteriza desde el arte, la mirada
misma complejidad de las relaciones escrutadora y consecuente instaurada
individuales o grupales, en un juego desde hace un buen tiempo en la con-
perteneciente al ámbito de las emo- dición política.
ciones que señala de forma soterrada
10 De acuerdo con Armando Silva, el cuerpo exhibi- En estas circunstancias y de acuer-
do en razón al pensamiento friki, lo raro y extravagante do con García Canclini “la estética y la
o fanático, se impone ahora en distintas formas, tanto
virtuales como físicas, a manera de ser propias de las política, se articulan al dar visibilidad
comunidades que, en comparación con otras de otros a lo escondido, reconfigurando la di-
espacios actúan bajo las condiciones de un cuerpo pro-
hibido. Cfr. A. Silva, p.34-35.
visión de lo sensible y haciendo evi-

45
ARTE Y BARBARIE

dente el disenso” (2010, p.10)11, puesto proyecto hace parte de su propia expe-
que con ello, se da paso a una cierta riencia de vida, en la que las conversa-
representación que hace posible tanto ciones sobre detalles sencillos que po-
la creación como los mecanismos que drían pasar desapercibidos para otros,
permiten registrar en una temporali- generaban en ella una serie de pre-
dad indefinida, las formas que ponen guntas sobre su experiencia familiar y
de manifiesto tanto el cuestionamien- su relación con la blancura, el color, el
to como el desarrollo y la duración del concepto y las prácticas de belleza.
arte. En cualquier caso, no podemos
confundir las condiciones de duración, De este modo, el proyecto Blanco Por-
pues ella es “la permanencia indefini- celana apela a la memoria personal
da de una forma, y el tiempo, que es un y familiar de la artista para proponer
atributo constitutivo de esta forma al una reflexión sobre el racismo velado,
igual que el espacio: el espacio remite a presentándolo como una construcción
la estructura actual de la cosa extensa” cultural que sigue viva a través del len-
(Francastel, 1981, p.98) que, como en el guaje, y que responde a una clasifica-
arte concierne a una posibilidad mati- ción racial que otorga y quita derechos
zada de un poder designado tanto en la de acuerdo al grado de blancura en la
heterogeneidad de sus formas como en piel. En esa medida la expresión ‘Blanco
las manifestaciones temporales y so- Porcelana’, hace referencia a la blancu-
ciales. ra de la piel como símbolo de algo deli-
cado y puro que otorga estatus social”.12
Sin duda, “el arte es un concepto dema-
siado general como para comprender Sin duda, estos devenires, que son por
lo que está en funcionamiento en las un lado la esencia del arte, y por otro,
instituciones sociales. Como otros con- objetos que descansan en la impresión
ceptos complejos, el estado oculta una sensible, también proclaman y deman-
generalización respecto de la naturale- dan determinaciones testimoniales,
za de la realidad” (Becker, 2008, p.169.
tal como se ha demostrado en torno a
La cursiva es mía), procurando con ello,
los artistas citados, quienes a través
y entre otros argumentos disipar como
de sus obras acusan registros raciales,
en el arte, las estrategias configurado-
religiosos o sexuales mediante un pen-
ras de la representación para afectar
samiento enmarcado en el circuito plu-
en ese mismo sentido la comprensión
ralista del cuerpo en el sistema social.
de sus prácticas y el desarrollo de sus
Porque también dichos artistas eviden-
propósitos.
cian bajo los mecanismos del modelo
Retomando nuevamente el caso de la del statu quo situaciones que muestran
obra de Ariza, “la artista destaca que su desde la sospecha social el espíritu
que reformula relaciones políticas que,
11 Arte y fronteras: De la transgresión a la postauto-
nomía. Recuperado de: http://hemisphericinstitute.org/ 12 Intervención de la Unidad de Artes y otras coleccio-
hemi/es/e-misferica-71/garcia-canclini. nes del Banco de la República.

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MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

como hemos visto están localizadas en Anexos


estrategias sociales en condiciones es-
téticas variables dentro de una visión
articulada entre consenso y disenso, o
a través de un juego imprevisible entre
asociación y disociación (cfr. Rancière,
p.23). Dicho de otro modo, “disenso
significa una organización de lo sensi-
ble en la que no hay ni realidad oculta
bajo las apariencias, ni régimen único
de presentación ni de interpretación de
lo dado que imponga a todos su eviden-
cia” (Ibídem, p.51).

Finalmente, podemos reconocer en


este diálogo que reúne y moviliza di-
versas reflexiones sobre estética y
que promueve la actividad creativa y
diversa de los cuatro artistas citados,
que “el arte existe porque vivimos en
la tensión entre lo que deseamos y lo
que nos falta, entre lo que quisiéramos
nombrar y es contradicho o diferido por
la sociedad” (García Canclini, p.182).

(Fig.1) Viktoria Modesta

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ARTE Y BARBARIE

(Fig.3) Margarita Ariza

(Fig.2) Viktoria Modesta

(Fig.4) Margarita Ariza

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MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

(Fig.5) Marcela Bolívar

(Fig.8) Jan Saudek

(Fig.6) Marcela Bolívar

(Fig.7) Jan Saudek

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ARTE Y BARBARIE

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La voz amordazada
y la letra absuelta
Gladys Zamudio Tobar13
“Queridísimo padre: Hace poco me preguntaste por qué digo que te tengo
miedo. Como de costumbre, no supe darte una respuesta, en parte precisa-
mente por el miedo que te tengo, en parte porque para explicar los motivos
de ese miedo necesito muchos pormenores que no puedo tener mediana-
mente presentes cuando hablo. Y si intento aquí responderte por escrito,
sólo será de un modo muy imperfecto, porque el miedo y sus secuelas me
disminuyen frente a ti, incluso escribiendo, y porque la amplitud de la mate-
ria supera mi memoria y mi capacidad de raciocinio.”
Franz Kafka, La carta al padre.

Las guerras han dejado muchos niños nuina y la búsqueda de salidas salvan a
abandonados, llenos de tristeza, so- muchos de esos niños.
ledad e incertidumbre, pero hay en el
mundo tantos pequeños que son lasti- Mi voz: ¡Por fin! Todos duermen. El si-
mados por las esquirlas que emanan de lencio ocupa la casa y sólo se oyen los
la boca de sus propios padres; chiqui- ronquidos de mi padre, cansado de cas-
llos solitarios, atosigados de adultos tigarme durante todo el día. Todavía no
que casi siempre responden lo mismo: descanso de hacer travesuras. Las lám-
¡es por su bien! Estos mayores sólo sa- paras están rotas, los muebles raídos,
ben mirarse a sí mismos, en espejos los perros liberados; he puesto todo
caducos, donde no ven sus propios fan- en el desorden que jamás quisieran
tasmas, que los confunden con ellos mis padres. La neurosis los atropella y
mismos. Finalmente terminan educan- me dejan a diario tantos interrogantes
do a sus hijos con la misma receta de como gritos en mis oídos. Cada que ha-
todos los vecinos, como si leyeran las blo me piden callar. Ahora que ellos es-
instrucciones para armar un objeto o tán en silencio, yo puedo hablar, pero…
para destapar un producto empacado ¿con quién?
al vacío. Por fortuna la inteligencia ge-
13 Licenciada en Literatura e Idiomas, Especialista en Desarrollo Intelectual y Educación, Magíster en Lingüística
y Español. Docente de la Universidad Santiago de Cali. gladys.zamudios@gmail.com

53
ARTE Y BARBARIE

Hallé las bondades del silencio. Tuve Me parecía que mi madre, al igual que
que aprender a hablar conmigo, a crear la de Kafka, hacía poco para defender a
personajes que me escucharan, a re- sus hijos porque también tenía miedo.
flexionar, a observar los diferentes lu- Un miedo que la llevó a obviar los casti-
gares que componían la casa y que no gos y a justificar el maltrato de muchas
conocía, como la biblioteca; por ahí no maneras. Al fin y al cabo, se fue a vivir
había husmeado; ese era un lugar pro- con mi padre desde muy niña y apren-
hibido. Aunque ésta era pequeña, tenía dió todas sus formas de ver el mundo…
grandes libros. En medio de dos enor- o, al menos, las repetía.
mes tomos de medicina encontré el
La carta al padre me llevó a ver la vida
más pequeño de todos. Lo saqué con
como una novela, a fijarme en los per-
mucha cautela para no hacer ruido. Su
sonajes que me rodeaban, a mirarme
título era La carta al padre. Me llamó la
cuando me dirijo a otros. Los libros me
atención su nombre; me interné en una
encontraron en el camino y me siguen
lectura que me llevó a ver el retrato de
orientando; son ellos y los personajes
mi padre y el mío, en el balcón de Kafka,
que hallo a diario quienes han desdi-
donde lo encerró su progenitor por pe-
bujado las penas con bellas palabras
dir agua a media noche. Era como si el
y poéticas imágenes de lo que signi-
escritor nos hubiera estado espiando.
fica ser humano. Frente a estos en-
No pude distraerme por un segundo,
cuentros mágicos, dice William Ospina
estuve atenta a todo lo que contaba ese
(2008:116) “Hay que dejar que los libros
personaje que, al igual que yo, había
encuentren a los lectores.”
sido tratado de manera cruel, ¡no como
a un niño! Con el tiempo, los libros me presenta-
ron a una chica de 11 años que extra-
Luego, también quise escribir mi carta
ñaba a su padre quien, al separarse de
al padre y no dudé en hacerlo, aunque
su madre, la dejó también a ella. ¡A mí
con una redacción insulsa, propia de
me parecía una gran dicha! pero a esta
una niña de 12 años, que había leído
niña le dolía su ausencia y se calmaba
sólo fragmentos en sus libros del co-
conversando con él, a través del papel,
legio. Una vez terminé mi escrito, ese
cada día.
que guardé por años -y que se perdió
como se me empezaron a perder los Mis tíos y mamá mandaron a los pe-
malos recuerdos- sentí la tranquilidad queños a la cama en seguida, pero a
que dan algunas explicaciones cuando mí, como soy la mayor, me han dado
recogemos los momentos y comenza- permiso para quedarme un poquito
mos a comprender por qué cada quien más. Mamá me mira por el rabillo
reacciona como lo hace. Y con el tiempo del ojo y me susurra al oído: “Date
también entendí algunas razones de mi prisa” “Un minuto” le contesto. Por
comportamiento feroz, pero sincero. desgracia, mi querido papá no está.

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MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

Oh, si Dios quisiera, mañana, maña- libros y de personas que –luego- dieron
na abrazaría a papá, pero no tengo importancia a su quehacer, ella sabía
demasiadas esperanzas porque hoy escribir pulcramente, ¡yo no!
acabo de recibir una postal. Papá
A pesar de mi condición de escritora im-
dice que está en Arcachon. Está de-
púber –en ese tiempo- las narraciones
masiado lejos para llegar en una
y los inventos que hacía con la palabra
noche. Allí fue donde nos dejó papá,
me ayudaron a ocultarme de toda clase
y no ha vuelto. Vivíamos en una
de maltratos. El juego del teatro frente
casa que se llamaba “Les Ruines”, y
al espejo evitó los traumas y el dolor;
en efecto, eran unas ruinas. Desde luchaba contra todos esos monstruos
entonces no he vuelto a abrazar a como una Quijotina, de los 70, valiente
papá, desde entonces, la familia se y díscola o como una Narnia de estos
ha arruinado y mamá ha tenido que días. Y, luego, la escritura, fue compo-
ponerse a cantar para darnos de co- niendo el monólogo que ya había ac-
mer. Me estoy dejando invadir por la tuado. Era una sola voz, era una sola
tristeza. No, si sigo así, acabaré llo- sombra larga, era un nocturno, era el
rando, y no debo. amor con la mujer del espejo. Cada vez
me configuraba más y ganaba confian-
La tristeza que dejan los vacíos llevó a
za y seguridad conmigo; le daba senti-
Anaïs Nin a escribir Diario de infancia,
do a la obra, mediante la mímesis, es-
pero en él, no sólo escribió poemas
tado y proceso que conozco luego con
sino que trazó dibujos que describían
Paul Ricoeur.
su realidad y aliviaban sus penas. Tam-
bién compuso fabulosas descripciones, Las palabras, los dibujos, las conver-
donde me conecté con su sensación de saciones, la danza, la música, el teatro,
soledad y abandono, pero, al igual que los libros y algunas personas que brin-
ella, las palabras, fueron mi salvación. dan estilos de vida más auténticos, nos
ayudan a sobrevivir. A través de ellas y
Desde luego, ella era muy distinta a mí, de las manifestaciones artísticas co-
su familia lo era también. Su padre era nocemos historias que nos implican en
un prestigioso pianista y su madre, una situaciones diversas y adversas. Todo
famosa cantante, eran cultos y adine- ello, paulatinamente, nos lleva a rea-
rados; Anaïs Nin iba al teatro, a la ópera lizar un proceso de resiliencia, a hacer
y a los actos sociales más importantes. más livianos nuestros lastres y nos ab-
Mi padre y mi madre, con muy pocos suelven de una terrible soledad, que se
estudios pero curiosos, cuando les re- va deshilachando cuando vemos reali-
galaban boletas para la ópera, asistían dades similares a las nuestras y dife-
con su mejor traje, pero se quedaban rentes salidas que pueden ser la clave
dormidos, “no entendían un carajo de para nuestro laberinto. Siempre hay al-
eso”, decían. Anaïs Nin vivía rodeada de guien que se parece a uno.

55
ARTE Y BARBARIE

“En la resiliencia suele haber una situa- der un poco al otro, al otro que confor-
ción estresante intensa así como una ma el fenómeno del ser y del estar con
competencia manifiesta en relación uno y con el resto del mundo. Todos
con el problema. También el concepto estos tejidos que enseñan, no sólo los
de resiliencia es semejante al de “su- literatos -al hacer la lectura metacog-
perviviente”, considerado como la per- nitiva- al mirar hacia atrás en el video
sona que remonta las dificultades ante de la vida, también conquistan sereni-
una vida adversa y muy difícil, ante la dades, a través de los textos autobio-
que sale exitosamente adelante e, in- gráficos.
cluso, llega a triunfar luego en la vida,
a pesar de tener todo en contra en la En este camino, de las narraciones
niñez, adolescencia o juventud (Tarter autobiográficas, Elías Canetti (1977),
y Vanyukov, 1999), citado por Becoña, quien recogió su vida de una manera
2006. sublime en libros autobiográficos como
La lengua absuelta –de donde tomé
Somos supervivientes del maltrato, de la última palabra para este texto- me
las agresiones e incivilidades. Cuan- llevó a escribir Antes de comer el loto,
do hallamos cómplices en los libros, un pequeño relato de olvido, olvido del
en las letras que leemos y escribimos,
dolor, de creerse víctima, de amar a los
se solidifican los cimientos de los su-
victimarios, de flotar desde el lodo o de
jetos como los claustros, donde vivie-
alucinar con las setas que borran de la
ron pensando el mundo y huyendo de
memoria los ofensivos recuerdos o los
sus bondadosas y paralizantes fami-
convierten en creativos mundos como
lias. Montaigne, por ejemplo, se dedi-
el de Alicia en el país de las maravillas.
có a reflexionar sobre el ser humano
y, mientras retrataba con palabras sus
estados íntimos y se formulaba nuevas
preguntas, por fuera de su biblioteca, ¡Comer el loto y…olvidar!
caminaban como espantos su esposa y
Cada punto de soldadura fue uniendo
su hija. Ellas lo conminaron a un encie-
los adornos de las puertas que diseña-
rro productivo, que lo sanaba en la me-
ba mi padre. Aún chica, yo, me metía en
dida en que se iba configurando. De su
su taller donde olía a hierro caliente y
inevitable distanciamiento emanaron
a la grasa que todos los días se adhe-
los ensayos más profundos acerca de
ría a su vieja ropa, cuando terminaba de
su propia existencia, que es también la
romper el silencio de los aparatos rui-
existencia del otro.
dosos o cuando aceitaba las bisagras
Quien escribe porque ha sido desfigu- de sus pesados portones.
rado o des-configurado, se puede con-
Desde pequeña, ocho años quizá, me
figurar y reconfigurar para narrarse a sí
quedó la idea de ser una mujer fuerte,
mismo, (Paul Ricoeur, 1996) y compren-

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MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

casi como un hombre porque mi padre vivir sin papá ni mamá. Probablemente
siempre le exigía a mi hermana que el apoyo de mi abuela y mi naturaleza
lo fuera, que hablara duro. Cuando él juguetona me ayudaron a estar feliz,
la gritaba por no escuchar su voz, tan aunque fermentaba una amnesia diaria
delgada como ella misma, yo me con- que se curó también siendo adulta. A
vencía que debía ser enérgica, como veces uno no necesita curarse, es pre-
una militar enana o como el hijo que no ferible estar en el silencio del olvido.
habían podido tener él y mi madre. Así
Había momentos de calma en los que
mismo intentaba ayudarle sosteniendo
mi padre se transformaba en un caba-
las varillas de hierro que, pese a toda
llero; cuando dejaba los grandes porto-
la fuerza que imprimía sobre ellas, a
nes, se vestía con saco y corbata para
veces caían y hacían tanto estruendo
ir al trabajo como técnico de teleimpre-
como el de los berridos del viejo furioso
sores. Trabajaba mucho y se divertía en
por mi impotencia.
las noches y en las madrugadas bebien-
Yo salía con cierta tranquilidad de su do y jugando billar. Probablemente él
taller, aunque lloraba tal vez por su también quería olvidar. Creo que nunca
propia frustración: todas éramos muje- quería llegar a casa para ver lo que ha-
res. Me sentaba en algún rincón a jugar bía construido, no sólo una casa grande
y olvidaba pronto el dolor de los golpes que comenzó con una pieza sino tres
de mano y de voz. Realmente tenía po- hijas y -¡por fin!- un hijo. Todos ellos lo
cas preocupaciones. Mi conciencia no convertían en un señor responsable.
tenía toda la carga del psicoanálisis Casi cinco hijos con su joven esposa, mi
que aprendí luego -muchos años des- madre, a quien nunca pudo dejar –creo
pués en la Universidad- y que me lleva- ahora- porque le daba lástima.
ba a interpretarlo todo de una manera
A veces pensaba que era como él y
microscópica. Ya no sabía si lo que vivía
luego me arrepentía. Fácilmente deto-
era verdad o mentira. Eso me trajo mu-
naban las bombas que llevaba dentro;
chas dificultades.
en unas ocasiones como carcajadas
Quizá me acostumbré a inventar esos y en otras como grandes explosiones
mundillos interiores para evitar sufrir. de vómito venenoso que salpicaba del
Nunca sentía que lo hiciera, pero que- mismo odio y resentimiento a los que
ría acostarme temprano para dormir y estaban cerca, pero uno se hace el loco,
olvidar el día, borrar un poco mi corta se dice a sí mismo que no es nada grave
vida. Siempre me preguntaba por qué y para no pensar en una solución, al fin y
para qué los niños tienen padres. Como al cabo no la hay. La única es comer un
ya sabía caminar, trepar, saltar, hablar poco de loto y olvidar.
–sobre todo esto- sentía que no nece-
En ese relato utilicé la palabra olvidar,
sitaba a nadie; creía que podía sobre-
pero, tal vez, es transformar, dibujar de

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ARTE Y BARBARIE

otra forma, invocar a los seres amados, tias, como en su novela Lo que no tie-
a los perdidos, a los que andan como ne nombre y, así, explicarse en tinta, la
entes por las avenidas, atropellando a muerte de su hijo, quien decidió vivir en
quienes pasan desprevenidos. La pala- otra constelación.
bra es como crear un holograma para
En estos casos, trágicos y sorpre-
amar y sentir menos prisa en el cora-
sivos, el lenguaje nos remite a una
zón. Piedad Bonnett en Los privilegios
realidad que la mente no puede
del olvido (2008) esclarece esa cuali-
comprender. Antes de preguntar a
dad, en el siguiente poema:
mi hija los detalles, de rendirme a
La palabra, la indagación, mis palabras niegan
una y otra vez, en una pequeña ra-
-esa hechicera-
bieta sin sentido. Pero la fuerza de
me devuelve la forma de tu pecho, los hechos es incontestable: «Daniel
la humedad de tu axila, la sedosa se mató» sólo quiere decir eso, sólo
caricia de tu vello. señala un suceso irreversible en el
La palabra se hace agua, se hace tiempo y el espacio, que nadie puede
cambiar con una metáfora o con un
lágrima,
relato diferente.
Se hace calor, saliva, piel y beso.
La palabra, Daniel se mató, repito una y otra vez
en mi cabeza, y aunque sé que mi
Loca fabuladora del deseo.
lengua jamás podrá dar testimonio
Te exorciza y a mí vienes volando de lo que está más allá del lenguaje,
Con las manos vacías. hoy vuelvo tercamente a lidiar con
Con tu apenas sonrisa las palabras para tratar de bucear
Galopas sobre el tiempo. en el fondo de su muerte, de sacudir
el agua empozada, buscando, no la
La palabra,
verdad, que no existe, sino que los
La dulce mentirosa, rostros que tuvo en vida aparezcan
Tiende su trampa y yo te recupero. en los reflejos vacilantes de la oscu-
Tinta. ra superficie.

Letras de tinta. Con esta trágica realidad quiero recor-


De tinta la mentira. dar en voz baja que las artes, la litera-
Palabras, letras, tinta. tura, la filosofía, la música nos salvan,
detienen la caída del joven que no quiso
Y tú tan lejos.
vivir más; ponen a conversar y a jugar
a los padres con los niños y desatan
Pero esta misma autora, al igual que una tormenta de serenidades que nos
Anaïs Nin, Montaigne, Kafka y yo, utiliza transforman para crear otros univer-
la escritura para apaciguar sus angus- sos, quizá más sensatos.

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MARIO GERMAN GIL / GLADYS ZAMUDIO TOVAR / LUIS FELIPE VÉLEZ / PERUCHO MEJÍA

Bibliografía
Becoña, E. (2006). Resiliencia: defini-
ción, características y utilidad del
concepto. Revista de Psicopatología
y Psicología Clínica. Vol. 11, Nº3, pp.
125-146.

Canetti, E. (1977) La lengua absuelta.


España: El Aleph.

Kafka, F. (1976) La carta al padre. Ar-


gentina: LEA.

Nin, A. (1987) Diario de infancia, 1914 –


1918. España: Plaza y Janés.

Ospina, W. (2008) La escuela de la no-


che. Colombia: Norma.

Ricoeur, P. (1996) Sí mismo como otro.


España: Siglo XXI.

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