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RESULTADOS DE LA ÚLTIMA ENCUESTA NACIONAL DE EL COMERCIO,

HECHA POR IPSOS PERÚ,

Indican que más de la mitad de peruanos está de acuerdo con el aborto


terapéutico, con la aprobación de la guía de este procedimiento y con que
una familiar pueda decidir interrumpir su embarazo cuando ha sufrido una
violación. Pero este acuerdo difiere entre Lima y las regiones y entre
niveles socioeconómicos (NSE).

La aprobación de la guía del aborto terapéutico para casos en los que se


deba proteger la salud de la madre registra una aceptación del 64%. Pero
este resultado es un promedio de posiciones distintas. En Lima, el 72%
está de acuerdo con la emisión de la guía; en cambio, en el centro,
lo está el 50%. En el sector A, el 74% está de acuerdo y en el sector
E, solo el 49%.

El sociólogo Alejandro Manrique cree que las encuestas entre los


capitalinos y los sectores más altos arrojan estos resultados porque estos
pueden acceder a más educación y más medios de información. En Lima,
según la socióloga Sandra Vallenas, la gente está informada de que la guía
no despenaliza el aborto terapéutico, pues este se aprobó hace 90 años,
sino que solo lo reglamenta.

Para ella, la diversidad poblacional de Lima facilita la apertura a puntos


de vista plurales y al cambio, a diferencia de otros sectores y regiones,
que mantienen el apego a las costumbres y a la autoridad de
instituciones como las iglesias.

Vallenas agrega que los NSE altos tienen mayor “conciencia ciudadana”,
o búsqueda de derechos, de la mano con responsabilidades. Para estos, la
guía se relaciona con el derecho individual a la libertad.

El oriente y el sur del país aprueban con 60% y 68% la guía. Esta
aceptación relativamente alta, en comparación con el norte y el centro, se
explica, según la socióloga Vallenas, por la mortalidad materna en
aquellas zonas. La tasa máxima, según el INEI, es de 93 muertes por cada
100 mil nacimientos.

¿APROBACIÓN DESINFORMADA?

Óscar Ugarte, jefe del Instituto Nacional de Servicios de Salud


del Ministerio de Salud (Minsa), destaca que la aprobación más baja –49%
en el sector E– siga siendo mayor que la desaprobación, de 44%. “El apoyo
es mayoritario en todos los estratos”, dijo.

Pero este respaldo estaría influenciado por la frase “para proteger la salud
de la madre”, según Paul Ramos, ginecoobstetra experto en bioética.

El médico cree que si la pregunta aclarara el contenido de la guía o la gente


la conociera, respondería distinto. “Debieron preguntar primero si la han
leído, en vez de pedir opinión sobre la desinformación”, dijo.

DESCONFIANZA EN LA JUNTA

El 52% de encuestados están de acuerdo con que una junta médica


decida el aborto terapéutico en casos no contemplados en la guía. Esta
baja con respecto al porcentaje anterior se debe, según Manrique, a que en
provincias las personas arrastran experiencias de engaños y las zonas
urbanas cuestionan a los médicos igual que a otros profesionales.

Para Vallenas, la desconfianza generalizada en las instituciones alcanza a


los médicos. Este miedo puede manifestarse de dos modos: temer que la
junta acepte cualquier tipo de aborto o temer que bloquee el acceso de la
mujer al derecho que la guía garantiza.

Ugarte, del Minsa, descarta la desconfianza en los médicos y cree que


probablemente los encuestados no entiendan el mecanismo para aprobar
un aborto terapéutico. Solo los directores de hospitales pueden convocar
la junta, en hospitales de segundo nivel, y sus decisiones se auditarán
siempre. Pero para el ginecoobstetra Ramos, la gente entiende que la
libertad de la junta puede degenerar en corrupción y manipulación.

MOTIVOS PARA ABORTAR

El 47% de los encuestados cree que la violación sexual debe ser un


motivo para abortar legalmente. Que esta situación reciba menos
aprobación que otras, puede deberse a que muchas veces se culpa a la
mujer de provocar la violación, según Vallenas.

La aprobación de los encuestados sube al 53% cuando les preguntan si


piensan que un familiar debería poder decidir la interrupción de su
embarazo si es víctima de violación. Trasladar la pregunta a la tercera
persona permite que la gente se sienta menos comprometida, y que su
opinión sea más fuerte, porque en el fondo habla de sí misma, según
Manrique.

Paul Ramos cree que estas preguntas no tienen nada que ver con la guía y
que plantearlas responde a una campaña para ampliar las causales del
aborto, por lo que no opinó sobre las respuestas.

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