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FACTORES QUE INCIDEN A LA FORMACIÓN ÉTICA DE LOS CONTADORES

PÚBLICOS

RESUMEN

La ética se considera una rama de la filosofía relacionada con la teoría que trata
sobre lo práctico, es decir, los hechos. Esta teoría es un marco de reflexión para
que todo ser humano tome decisiones de acuerdo al criterio de aquello que
considere es correcto. El objeto de estudio de esta rama es la moral y la conducta
humana. La sociedad en la actualidad en el ámbito económico y financiero, se ha
visto envuelto en penosos hechos por parte de quienes practican estas áreas, por
tal motivo es necesario que los profesionales contables ejerzan su trabajo de
manera veraz, honestad basados en principios fiables. Por eso es elemental la
educación que se imparte en las instituciones de educación superior y la formación
que reciben los estudiantes. La ética profesional puede definirse como el conjunto
de principios éticos asumidos voluntariamente por quienes ejercen una
determinada actividad, lo que implica un compromiso con el rol que cumplen.
Existen varios aportes por parte de escritores en el área contable, acerca del
proceso de formación de la ética en los estudiantes de contaduría pública. Esto
conlleva al análisis sobre la ética de los contadores públicos en la actualidad para
establecer precisiones que permitan proporcionar una reflexión y busca entender
si la enseñanza y formación que reciben los estudiantes se ve reflejada en el
ámbito social y laboral.

PALABRAS CLAVES: Ética, formación integral, moral, educación, principios,


estudiantes.

INTRODUCCION

Cuando se menciona el término ética, resulta común relacionarlo con las acciones
humanas y aquellos aspectos de la conducta que se relacionan con el bien, la
virtud, el deber, la felicidad y la vida realizada. Por lo general se designa con la
palabra "Ética" el comportamiento, la conducta y el actuar de las personas. La
ética es considerada una de las ramas de la filosofía más importantes; es una
rama de la filosofía porque se ocupa de pensar de manera filosófica sobre la
moral, los problemas y juicios morales. Está ligada estrechamente con conceptos
como la moral la cual es considerada como su sinónimo, los valores y la cultura
principalmente, y se destaca al momento de tomar decisiones porque “tiene que
ver con el proceder de los hombres en relación a su conciencia y responsabilidad”,
además de su comportamiento (Gurria, 1995).

La ética es percibida por muchos autores de diversas maneras, pero la finalidad


de esta es encontrar el bien, estudiando los fundamentos, causas y razones de lo
bueno y lo malo de la conducta humana. “Esto implica una reflexión de los actos
morales y una revisión crítica sobre la validez de dicha conducta” (Cañas, 1998)

Parafraseando a Parker (como se cito en Green, 2001) piensa que la ética es el


uso de herramientas de la razón para generar reglas que guíen el juicio en
circunstancias tanto generales como particulares. Con ellos se obtendrá una
mayor visión y una amplia gama de alternativas a escoger para poder encontrar el
mejor camino hacia el bien personal y común.

Por otra parte, si se trata de definir la ética en el ámbito académico será


conveniente identificarla como una ciencia normativa que se encarga de guiar el
comportamiento del hombre y es un método de carácter científico para analizar
tipos de normas, la ética normativa es la búsqueda de los fundamentos de las
normas y valoraciones esta búsqueda va asociada a la crítica es decir al
permanente cuestionamiento de cada fundamentación.

Ahora bien, la ética profesional da a conocer aquellas normas morales que


permiten armonizar entre las personas en la búsqueda del bien común, esto en
función a la actividad que desempeñen en el ámbito laboral. La ética profesional
es importante en todo ser humano, independientemente de la carrera profesional
que se haya cursado, ya que las actividades que realizan pudieran incurrir en
actos de corrupción, abuso y engaño.

La profesión contable se ha visto envuelto en penosos escándalos por el ejercicio


inadecuado por parte de algunos contadores que ejercen bien sean en busca de
beneficio propio o por presión de los directivos de la empresas para provecho de
la organización, de manera inadecuada. Es debido a esto que es indispensable
evaluar el modelo de educación para notar las falencias con que este cuenta en el
área de la enseñanza de la ética en los aprendices de la profesión contable, para
determinar si la enseñanza impartida en las universidades es la correcta o si el
problema radica en la falta de educación transmitida en los hogares y/o la falta de
valores con que los estudiantes puedan contar.

Por tal motivo las reflexiones sobre la educación de la ética contable han
rescatado un importante señalamiento de considerar el sentido de lo que se hace
en los procesos de enseñanza a los estudiantes de Contaduría Pública. Es
necesario observar críticamente el papel de la educación y formación contable,
orientada a la ética de los profesionales contables, además del rol de los docentes
en la orientación y educación de la ética a los estudiantes de esta disciplina. En el
modelo educativo contable actual se encuentra que la enseñanza de la ética tiene
poca relevancia como si este aspecto fuera de poca importancia en la práctica del
ejercicio contable.

La causa de este cuestionamiento se debe a la poca o falta de presencia de


valores observados en la conducta de los contadores públicos; es por ello, que las
universidades o centros de estudio deben tomar conciencia de que la Contaduría
Pública aparte der ser una disciplina basada en la administración económica, tiene
también una función social importante que debe inculcarse en el estudiantes de
contaduría pública, porque a esto se le deberá que el curso de su práctica sea de
manera transparente y honesta de acuerdo a una diversidad de usuarios en
cuanto a la toma decisiones.

La metodología utilizada consistió en una revisión bibliográfica correspondiente a


la temática planteada por el área de seminario taller de investigación del programa
de Contaduría Pública, además de estar fundamentadas por bases de datos
recomendadas por el docente y supervisor de este escrito. Se realizó un estudio
investigativo con características cualitativas de los artículos originales sobre la
sobre la ética, la ética del contador público, la formación del contador publica, el
objetivo principal de este estudio está centrado en el análisis sobre el aprendizaje
que reciben los estudiantes referente a la ética y su aplicación a la hora de
ejercerla.

ETICA Y MORAL

Primeramente antes de entrar completamente a la intención de este escrito sobre


la formación ética del Contador Público resulta conveniente dejar claro el concepto
de ética, el cual aunque es utilizado por muchos en el diario vivir, generalmente se
emplea con cierta indefinición y ambigüedad. El término ética se deriva de la
palabra griega ethos, cuya significado más conocido y difundido se presenta a
partir de Aristóteles. Según esta extensión ethos significa temperamento, carácter,
hábito y/o modo de ser; por lo que la ética sería desde el punto de vista
etimológico una teoría de los hábitos y las costumbres. La ética tiene por objeto de
estudio a la moral y las conductas humanas.
La ética se considera una rama de la filosofía relacionada con la teoría que trata
sobre lo práctico: la acción, es decir, los hechos. Esta orientación teórica es un
marco de reflexión ideal para que todo ser humano tome decisiones de acuerdo al
criterio de aquello que considere es correcto. Esta rama marca las pautas o
principios del obrar del ser humano. Sin embargo, es conviene puntualizar que la
ética también es objeto de discusión ya que existen actos humanos sobre los que
existe distinto punto de vista, lo bueno, lo correcto es relativo de cada persona.

(Follari, 2003) Considera que “…la ética es siempre el efecto de un ser con
otros…” propone que el ethos es imprescindible debido a que es el constituyente
de la cultura, el lenguaje y la convivencia. De acuerdo a (Escobar Valenzuela,
2000) “…el objetivo de la ética radica en el estudio y comprensión del territorio
cultural llamado moral”.

Una vez que se tiene claro el concepto de ética, es indispensable aclarar ¿qué es
la moral?, ya estos dos términos van conjuntamente ligados. La moral está
constituida sencillamente por todas aquellas acciones ejecutadas por el hombre
cuando se relaciona con otros; es decir, la moral es la acción, la práctica, mientras
que la ética es el estudio de tales acciones y prácticas. De igual modo, se concibe
como un conjunto de normas, costumbres y formas de vida que se presentan
como obligatorias, valiosas y orientadoras de la actividad humana (Escobar,
2003)1. “El hombre no es absoluto pero su fin es absoluto porque ser hombre
significa ser moral. Se trata, pues, para el hombre, de vivir moralmente, porque el
secreto más profundo del hombre es ser moral” (Sartre, 1982).

El hombre es un ser eminentemente ético: desde que adquirió conciencia del bien
y del mal todos sus actos racionales y libres están encaminados a la consecución
del bien. Y como la moral es la ciencia del bien y del mal y la ética es la teoría de
la moral, el hombre que conoce el bien y el mal y amolda su conducta al bien, será
un ente ético. Todas las cosas tienden al bien, decían los idealistas griegos; y los
hedonistas afirmaban que el sumo bien es la felicidad. De ahí que el hombre que
distingue el bien del mal, esto es, el ente racional, prefiere el bien al mal: es decir,
que practica la virtud; y como la virtud por excelencia es la justicia, la práctica de la
justicia se confunde con la práctica de la moral.

Los principales postulados del enfoque Kantiano señalan que:

1
http://200.35.84.131/portal/bases/marc/texto/9217-09-03077.pdf
 Lo moral es diferente de lo ético (o no moral) principalmente porque lo
primero no implica un interés particular, mientras que lo segundo, sí.
 La perspectiva moral es imparcial y es indiferente a los deseos y propósitos
de seres individuales.
 Lo moral en cuanto tal se abstrae de circunstancias y características
particulares en función de su carácter universal capaz de establecer normas
válidas para cualquier situación moralmente similar
 El agente moral parte necesariamente de la aplicación racional de un
principio imparcial por lo tanto sus motivaciones son totalmente distintas de
las motivaciones privadas (éticas) de los individuos para actuar pues estas
últimas se guían por inclinaciones sumamente variables que, en todo caso,
escapan al análisis sistemático de la filosofía.

Las diferencias tan marcadas entre ética y moral que se sugieren desde esta
perspectiva son debidamente justificadas por cada autor pero dejan el problema
de justificar la relación que puede subsistir entre entidades tan distintas así como
el conflicto práctico de otorgar un papel menor a la dimensión ética, plural e
individual de la existencia dentro de los análisis filosóficos. “El carácter
profundamente diferente de la motivación moral y la no moral, junto con la
dignidad y supremacía que adscribe a la moral, dificulta en gran medida que se le
asigne a esas otras relaciones y motivaciones relevancia o importancia estructural
en la vida que algunas de ellas pueden llegar a poseer” (Williams, 2005).

En conclusión la ética es una ciencia normativa que se encarga de estudiar,


comprender y reflexionar sobre la moral; siendo ésta última el conjunto de
acciones, costumbres, valores y formas de vida que desarrollan los individuos en
una comunidad. Es evidente que la ética no se propone a dirigir la vida humana,
sino explicar la moral; es decir, fundamentar las acciones cotidianas de las
personas en sociedad.

Como se mencionó anteriormente la ética representa la teoría y la moral es el


objeto de estudio de la ética (la práctica) se estima que la formación que se puede
facilitar en las aulas de clase es la de tipo ética, ya que ésta proporciona el
conjunto de conocimientos que conducen abordar el análisis de la moral; es decir,
de todas aquellas acciones, normas, reglas y valores que circundan a un individuo
en un determinado ámbito.

El propósito de la ética y la moral en el ámbito contable es muy similar. Ambas


son responsables de la formación de una base que guiará la conducta de los
profesionales contables, determinando su carácter, su altruismo y sus virtudes,
teniendo como principal objetivo el de ejecutar de la mejor manera la actuación y
comportamiento frente a la sociedad.

LA ETICA DEL CONTADOR PÚBLICO

La Contaduría Pública es una profesión de primer orden, debido a que las


decisiones tributarias y económicas de las empresas se toman con base en la
información que ésta proporciona, por lo que resulta imperiosa la formación de un
profesional con amplios y sólidos conocimientos técnicos, teóricos y prácticos en
Contabilidad General y Especializada (Plan Curricular de Contaduría Pública,
1994)

En consecuencia, el Contador Público debe ser un profesional con habilidades y


actitudes necesarias para promover dentro de las organizaciones un desarrollo
económico a través de la producción, análisis e interpretación de diversos
informes financieros. Sin embargo, en ocasiones estos profesionales tergiversan
sus actividades convirtiéndose en instrumentos de manejos lamentables.

En la ley 43 de 1990 se encuentra el código de ética del contador público; pero


diariamente se ven quebrantadas las normas básicas expuestas en esta ley, en
muchas ocasiones los contadores públicos son incitados por los mismos gerentes
de las empresas, y luego de que la empresa empieza a tener inconvenientes con
cualquier tipo de entidad, estos delatan a sus contadores.

En la actualidad, existe una gran controversia entre los contadores públicos y la


forma en que ejercen la profesión, ya que han existido varios casos de contadores
que ejercen la disciplina contable faltando a los principios del código de ética
profesional, ya sea haciendo caso omiso a compromiso y responsabilidad social, o
prestándose para hacer actividades ilegales con algunos de los clientes, tales
como evadir los impuestos fiscales, entre otros.

Varios contadores públicos en Colombia no están ejerciendo su profesión con la


debida transparencia ni el manejo ético, que deberían, lo cual preocupa, dada la
responsabilidad de dar fe pública, entendida ésta como la presunción legal
respecto de las certificaciones emitidas por tales profesionales, en observancia de
las leyes y los criterios técnico – contables establecidos.

La ética tanto individual como social se encuentran subordinadas a las relaciones


reales de la comunidad y de esta con el Estado; no obstante, la ética social está
sobre la ética individual, de manera que la ética social es lo que el hombre tiene
que hacer para ser virtuoso y verdaderamente útil al Estado y a la sociedad. Así
las cosas, se puede hablar de una ética aplicada a los problemas del ejercicio de
una profesión o ética profesional, que para el caso específico del Contador Público
se debe entender como el compendio de valores y principios a realizar en el
ejercicio de la profesión contable.

Se presume entonces que todo contador público es un abanderado de la buena fe,


para que la sociedad confíe en que todo acto público llevado a cabo por él, esté
conforme a la ley y a las buenas costumbres. Bajo esta perspectiva el Contador
Público desarrolla una labor social, toda vez que su actividad puede beneficiar o
perjudicar a toda una colectividad; es por ello, que se le exige honestidad y un
fuerte compromiso ético para mantener la integridad en la información contable y
por encima del secreto profesional cumplir el deber legal de denunciar aquellas
operaciones que puedan afectar a las empresas y hasta al propio Estado.

En el caso colombiano, las últimas décadas han determinado una importante


vinculación de Contadores Públicos a los carteles del narcotráfico. Sin duda estas
organizaciones delictivas se valen de profesionales contables para el lavado de
activos y toda clase de operaciones financieras ilegales. Sin embargo, en un
escenario cotidiano y de legalidad algunos Contadores Públicos, tanto
independientes como empleados, vienen realizando su labor sin la observancia de
los principios éticos de la profesión.

Prueba de ello, son las cifras de la Junta Central de Contadores sobre


profesionales sancionados por conductas que vulneran la Ley 43 de 1990 que
reglamenta la profesión del Contador Público. Específicamente entre enero de
2005 y enero de 2007 se registraron 100 casos de contadores sancionados por
irregularidades cometidas en el ejercicio de su labor como Contador, Revisor
Fiscal, Consultor Externo, Asesor Contable y Jefe de Contabilidad.

Tal como lo mencionan Alejandro Guevara y Dianney González en su libro:


Alcance y contribución del profesional contable para el crecimiento de la sociedad,
la ética se muestra en el comportamiento o responsabilidad de cada persona,
frente a hechos o acciones en una sociedad. La vinculación estructural entre el
entorno social y la ética contable, no es una cuestión a escatimar. Los actores
sociales y económicos tienen un gran papel que cumplir en la configuración de
una cultura social de la ética y de contribuir a una construcción moral del ejercicio
de la función contable.

Hay que tener en cuenta que la función del contador público no es solo elaborar
estados financieros, es más que ello, se basa en la Responsabilidad Social y
control societario que hace que sus actos generen un apoyo como profesional a
las organizaciones y a la comunidad en general. No solo es el manejo de la
información contable sino también analizar las diferentes situaciones que se
generan ante la variedad escenarios tanto internos como externos.

Un profesional contable debe ejercer una responsabilidad social y una actuación


ética proactivo ciñéndose a los principios éticos que la ley exige. Esta situación
hace presumir que el acto público de dar fe, está conforme a la ley y las buenas
costumbres. Es por ello que el gobierno implementó el código de ética para definir
el componente moralista intrínseco en el perfil del contador público.

El ejercicio de esta profesión tiene un valor importante dentro de la sociedad, tanto


que su labor propende a satisfacer las necesidades en especial la necesidad de la
confianza, facultando al contador público para dar fe pública de los actos
sometidos a su revisión. La fe pública es sólo la forma, ya que la esencia del
contador se basa en la confianza pública lograda gracias a las capacidades
técnicas, profesionales y éticas. Un contador público en el ejercicio de su profesión
tiene una responsabilidad ante la sociedad lo cual implica mantener una conducta
intachable no solo con el público en general sino con sus colegas.

Es importante saber que un principio básico de la ética profesional del contador


público, es la honestidad que debe tener ante la empresa y la sociedad,
generando confianza en cada uno de los procesos que lo involucran con las
actividades que realiza en la empresa. Mientras que otro de los problemas que se
presentan en la actualidad, referente a la actuación del contador público en su
ejercicio profesional, es al momento de realizar auditorías, ya que cada contador
auditor tiene diferentes cualidades y razonamientos, y hay quienes no desarrollan
el ejercicio contable de forma pulcra, en algunas situaciones incurriendo en actos
ilegales, recurriendo a sobornos, corrupción, etc.

Se sabe que es de suma importancia la responsabilidad que debe tener un


contador público en cualquier organización ya que este juega un papel importante
para la toma de decisiones, el contador público debe ofrecer datos de calidad,
oportunos, y sobre todo, transparentes. Pero también se conoce que existen
contadores públicos que no desempeñan su trabajo como debería ser, es decir,
muchos de ellos en varias ocasiones no presentan información clara, y en el peor
de los casos varios de éstos no ofrecen información transparente.

La profesión contable exige mucha responsabilidad en cuanto al brindamiento de


asesorías y desempeño de labores referentes a la información contable por lo
que se hace necesario e importante actualizar los conocimientos en este aspecto
para el ejercicio de un buen desempeño de la labor. Claro está que no es de
desconocer las excelentes labores que realizan muchos Contadores Públicos
trabajando con verdadero compromiso y responsabilidad tanto con ellos mismos
como con las empresas y por lo tanto con la sociedad; labores que hacen que la
parte financiera sirva verdaderamente para lo que fue creada.

En la actualidad, se piensa en la figura del contador público como un sujeto que ha


recibido una formación profesional enfocada sólo en el desarrollo de habilidades
inherentes a aspectos numéricos, matemáticos, contables, fiscales y financieros.
Sin embargo, se ha obviado que dentro de esta figura los contenidos sociales y
éticos se deben poner en práctica, de ahí la necesidad que desde las instituciones
de educación se pueda solventar esta problemática, pues se debe insistir en la
formación de profesionales habilidosos con una técnica, sin limitaciones en el
componente social y ético.

Según el artículo 35 de la Ley 43 de 1990, la esencia espiritual que debe poseer


todo Contador Público está constituida por “la conciencia moral, la aptitud
profesional y la independencia mental”; es por ello que el ejercicio de esta
profesión conlleva, sin lugar a dudas, una función social, la cual es llevada a cabo
a través de la fe pública, la cual es otorgada en aras del orden y la seguridad que
se generan en las relaciones económicas entre el Estado y los particulares o de
estos últimos entre sí.

De acuerdo a lo anterior, el Contador Público debe estudiar no solo las técnicas


aplicables en el área contable sino también profundizar en un componente social,
así como considerar al usuario que necesita de sus servicios, como un ente
económico aislado y relacionarlo, a su vez, con las circunstancias específicas de
su actividad, sean éstas externas o internas, con el ánimo de aplicar en cada uno
de los casos, las técnicas y los métodos más acordes para la clase de ente
económico y el tipo de trabajo que se le ha encomendado, prestando atención en
todos los casos a los principios básicos de la ética profesional.

Dichos principios, por tanto, se pueden enumerar de la siguiente manera:


“Integridad, objetividad, independencia, responsabilidad, confidencialidad,
observaciones de las disposiciones normativas, competencia y actualización
profesional, difusión y colaboración, respeto entre colegas y conducta ética” (Ley
43 de 1990, art. 37).

De los principios anteriormente mencionados, se resaltan cuatro que resultan


fundamentales. En primer lugar, el de la responsabilidad, ya que de este principio
parte el quehacer del contador público y, por tanto, se encuentra en todas las
reglas de conducta y normas éticas de todo profesional; en segundo lugar, está el
de confidencialidad, pues el respeto y discreción son necesarios en muchos
casos, ya que con frecuencia el Contador Público conoce situaciones muy íntimas,
ya sea de una empresa o de sus clientes, en cuyo caso se encuentran en la
obligación de guardar toda la discreción que sea necesaria y que la propia ética
exige como el secreto profesional.

A su vez, la competencia y actualización profesional, pues hace referencia al


amplio criterio que debe poseer todo Contador Público. Este principio implica que
el Contador Público sólo debe contratar trabajos en los que cuente con las
capacidades suficientes y la idoneidad necesaria para que los servicios que se
hayan conferido se lleven a cabo de manera eficaz y satisfactoria. Así mismo, el
profesional de la contaduría pública, mientras esté ejerciendo de forma activa su
profesión, está en la obligación de actualizarse en los conocimientos que se
requieren para su desempeño profesional y, en especial, en los que se requieren
para el bien común y el progreso tanto económico como social.

Según la norma, los principios básicos de los cuales se ha hablado deben


aplicarse por el profesional de la Contaduría Pública ya sea en el trabajo más
sencillo, como en el más complejo, desempeñado por éste; de esta forma,
indudablemente, contribuye en el desarrollo integral de la profesión contable por
medio de la práctica habitual.

Los principios de ética expuestos son ajustables a todo Contador Público por el
solo hecho de concernir en dicha profesión, sin importar la naturaleza de su
actividad o la especialidad, ya sea de manera independiente o si se desempeña
como funcionario público, pero si son compatibles con sus actividades.

Si el Contador Público realiza con éxito y con la trascendencia y frutos esperados,


las actividades anteriormente enumeradas, sin duda alguna, deberán disfrutar de
una serie de características que formarán una imagen positiva y óptima. En fin, en
cualquier ámbito que actúe el Contador Público, necesariamente su finalidad será
la de cumplir con un compromiso social, proporcionando alguna satisfacción,
solucionando problemas o satisfaciendo alguna necesidad a quien preste sus
servicios, de forma pulcra.

LA FORMACIÓN ÉTICA EN LOS ESTUDIANTES DE CONTADURIA PÚBLICA

Como se hizo alusión anteriormente la ética del contador público actualmente es


muy fácil de influenciar si no se tiene una educación y unos valores sólidos, por
esto es necesario encontrar el origen de este problema. La conducta ética es un
componente esencial de la formación integral del Contador Público. Además, en la
formación profesional, es esencial que se tengan elementos para ejercer la
profesión de forma que sean socialmente útiles y reconocidos; en la práctica
profesional es indispensable que el comportamiento del Contador en cuanto a sus
relaciones con todos los actores que conforman el entorno social, económico,
financiero, laboral en el cual se desenvuelven se de en términos de honestidad e
integridad para así difundir la credibilidad y confiabilidad de la información como
resultado de las actividades realizadas por éste.

La significación de la ética contable, depende de la aplicación de un concepto


ligado al desarrollo de la vida, que generalmente se confunde con el concepto de
educación; dicho concepto es el de formación. En este sentido, por educación se
entenderá la transmisión o la adquisición de contenidos y estructuras que
conducen a un conocimiento. En otro sentido, la formación es un acto individual
que se motiva por la “propia voluntad de saber y conocer”. Esta voluntad traspasa
las barreras del interés práctico de la educación, pues conduce a la preocupación
por el entendimiento que se ha construido y se construye en la humanidad.
“Formarse es preocuparse por uno mismo”.

Es necesario que el concepto de ética y su significado se asuman desde la óptica


de la formación, porque hacer inherente este concepto a la vida propia debe ser
un acto voluntario, es aceptarlo como guía del propio comportamiento, tanto
personal como profesional. Tener un comportamiento ético y, principalmente en el
ejercicio profesional de la Contaduría Pública, más que un compromiso es un
deber de todo profesional y en ese sentido, la ética se constituye en un valor que
ronda por los espacios del proceso educativo a la espera de ser aprehendido por
los estudiantes para ser desarrollado y ser soporte de los actos que cada uno de
ellos realizará en su vida.

El papel de las instituciones de educación superior es predominante ya que


representa un grado de fundamental importancia en la formación académica; por
tanto, las universidades están en el deber de tomar conciencia de la necesidad de
formar la conducta de los futuros contadores públicos a través de una emisión de
valores que contribuyen a lograr organizaciones pulcras.

En las universidades la ética profesional debería ser un aspecto importante, en la


sociedad dentro del proceso de formación integral, su principal función es
contribuir al desarrollo nacional mediante la formación de los estudiantes y
profesores en la idea de lo moderno, por el camino del pensamiento racional y el
cultivo del método de la ciencia y la técnica.
La Formación Integral, se entiende como aquél estudiante que no es solamente el
que está preparado de manera competente en áreas de tipo funcional y técnico, es
aquel que aparte de eso, está fortalecido en un pensamiento crítico y propositivo
de los eventos que suceden en la sociedad, es aquel que valida aspectos
substanciales, como sus deseos e impulsos como ser humano, que se reconoce
como ser social, que se enfrente ante lógicas urbanas, que obedecen a modelos
económicos sociales, que tienen la capacidad de construir una dimensión política
del hombre, que utilizan y manejan de manera profunda el lenguaje como
mecanismo de comunicación de las representaciones sociales construidas partir
del individuo hacia la comunidad de su entorno.

Frente a esto pareciera que la Formación Integral fuera un requerimiento de


alguna forma que el modelo educativo que nos maneja lo exigiera, puesto que los
pensum académicos son aprobados por el mismo Estado, no obstante en la
medida de que el pensamiento común de la gente sea el de ver a la universidad
como el camino a la cualificación y a la mejora del estatus económico, cualquier
estructura académica diseñada para esos fines puede ser fracturada porque
simplemente el estudiante que se encamina en búsqueda de intereses personales
y principalmente monetarios.

Cuando se crean los pensum académicos estos son basados en esquemas de tipo
instrumental, y al parecer en la impresión del estudiante tienen varios elementos
que hacen que la función que plantea la modernidad para la universidad no se
cumpla, entre estos se identifican la desconexión de las áreas de conocimiento,
hacen que en la medida que avanza el estudiante se observen materias de
manera aislada, que al final se vuelve en la suma de créditos y no en la
conformación integral del conocimiento académico; la baja valoración por parte de
los estudiantes hacia las humanidades, estos cursos de alguna manera generan
interrogantes que ponen a tambalear las bases epistemológicas de las carreras
técnico-instrumentales.

Partiendo del modelo educativo local, esta educación corta el desarrollo de la


autonomía estudiante. La falta de experiencia y la valoración de la investigación
por parte de una proporción de docentes, hace que esta actividad sea subvalorada
en el ámbito académico profesional, el cual no es visto como opción de
crecimiento profesional sino como el área de conocimiento especial para aquellos
estudiantes aplicados.

Un profesional contable con carencia de formación ética o falta de conciencia


moral puede generar como consecuencia a la participación en actos fraudulentos
como la evasión fiscal, maquillaje de informes financieros, entre otros actos
considerados como delitos por la legislación. Además de la formación ética y
fortalecimiento de valores, se hace necesario que se dé a conocer a todos
aquellos alumnos del programa de contaduría pública el código de ética del
contador público, el cual no es más que una cantidad de normas y reglas que
buscan regular el ejercicio de la profesión, pero en si no motivan a la adecuada
practica por parte de los profesionales contables.

En definitiva, las universidades y centros de estudios tienen un elevado grado de


importancia en la formación intelectual, integral y ética de los estudiantes de
contaduría pública; de esta formación depende el desempeño eficaz y honesto de
los contadores públicos. La mayor parte de los estudiantes de contaduría pública
ignoran las diferencias existentes entre ética y moral; pero lo verdaderamente
alarmante no es la errada diferenciación entre estos términos, sino que además,
los estudiantes no manejan criterios claros en cuanto a los valores que practican,
por lo cual se puede inferir que en algunas instituciones de educación superior no
se les está proporcionando una formación ética adecuada; sino que, la formación
que reciben está dirigida a formar únicamente en la técnica y métodos empleados
para la información financiera.

La ética y los valores son intrínsecos de cada persona y pueden ser usados por
los docentes para ayudar y orientar a los estudiantes a aprender a tomar
decisiones y desarrollar una conciencia ética, en todas las áreas de su diario vivir,
especialmente en el ámbito profesional, de acuerdo a todas las situaciones que se
presenten. La ética profesional aplica en todas las profesiones o quehaceres y se
puede definir como el compendio de valores y principios a realizar en el ejercicio
de la profesión, teniendo en cuenta las normas dentro del ejercicio profesional o
en su efecto realizando una labor determinada.

Raths y Simons (Salas de Molina, 1998) proponen un modelo para la formación de


valores que puede contribuir a la formación ética del Contador Público. Dicho
modelo está compuesto de tres partes:

La selección consiste en la elección del valor, en este proceso se elige un valor


entre una serie de alternativas, esa elección se hace tras una detenida reflexión
sobre las consecuencias de cada alternativa.
La apreciación consiste en la apreciación del valor, en esta fase la persona está
satisfecha de su elección, lo suficiente como para afirmarlo en público o
manifestarlo abiertamente.
La acción es la puesta en práctica del valor, ya no se habla de él, sino que se
practica de forma constante como una línea de conducta.

La idea es crear conciencia en los futuros profesionales de la Contaduría Pública


para que lideren los cambios que se están efectuando en las instituciones, tanto
en el Sector Público como en el Sector Privado, es la meta; se trata pues, de una
fusión de reglas, técnicas y procedimientos que unidos al mejoramiento e
innovación de forma continua garantizarán el éxito no sólo de las empresas, sino
también de los profesionales competentes de la Contaduría Pública, a través de
una formación académica óptima. Sin embargo, nada de ello se lograría sin el
componente ético.

Para fortalecer valores éticos y morales no sólo basta con que constantemente se
les informe a los estudiantes la necesidad de actuar correctamente y mantener
una conducta adecuada ante las demás personas, es necesario además orientar
la motivación de los estudiantes por el estudio, prepararlos para la vida, para el
trabajo, para el cambio y la transformación, para lo cual es necesario reflexionar,
argumentar, demostrar, influir, persuadir y amar, desde la clase. Educar de esta
manera permite desarrollar y robustecer la confianza del estudiante en sí mismo,
así como darle seguridad, elementos importantes en el fortalecimiento de valores
éticos y morales auténticos y estables.

Pero bien es cierto que gran cantidad de estudiantes poseen un poco o nulo
conocimiento acerca de la ética del contador público, también existe una minoría
que maneja conocimientos esenciales acerca del tema de este tema; no obstante
el lugar donde recibieron tales conocimientos resulta impresionante porque fueron
obtenidos en su hogar y no en las instituciones de educación superior.

Una gran parte de estudiante de contaduría no conocen los valores que debe
practicar un Contador Público según lo que plantea el plan curricular que rige el
programa de contaduría pública. En cuanto a los supuestos presentes en el código
de ética del Contador Público son muy pocos conocidos entre los estudiantes; la
gran mayoría conoce la existencia de tal código; sin embargo, son muy pocos lo
que conocen su contenido.

Es irrelevante que los estudiantes consideran que la ética es importante en el


ejercicio de su profesión, lo que demuestra que contadores públicos en formación
le otorgan valor a algo al cual le tienen escaso conocimiento pero que consideran
determinante en su profesión. La contaduría ha sido una profesión importante para
el fortalecimiento y control de la información económica y financiera, asunto vital
para cualquier sociedad. Facilita la planificación micro y macroeconómica,
promueve la creación y colocación eficiente de capitales y hace posible el correcto
funcionamiento de las instituciones y unidades económicas. El contador juega un
papel de mucha importancia en la toma de decisiones de los entes económicos y
cuenta con amplia confianza social y normativa.

Actualmente los procesos educativos son vitales ya que a nivel mundial, dichos
procesos están planteados por los IES (estándares internacionales de educación),
y nacen de la necesidad de formar profesionales competentes, hábiles, y
experimentados, capaces de actuar de forma ética.

¿Cuáles son los retos de la profesión contable en la nueva economía? ¿Cuáles


son los últimos cambios en la educación contable? ¿Cuáles son las habilidades
básicas de la educación contable? Según (Seltzer, 2008) la IFAC propone su
modelo de formación de contadores profesionales, el cual ha elaborado una serie
de documentos que en conjunto estipulan lo que IFAC cree debe ser el trayecto de
una persona que desee formarse como un contador. En esta vía, la IFAC ha
establecido varios comités para la elaboración de guías y otros documentos (entre
ellos los IES) tocantes a la educación, la precalificación, el entrenamiento de
contadores y el desarrollo profesional (Carson Y Veiras, 2005)

Todos los programas de educación contable deben formar personas con valores
profesionales y éticos para ejercer su profesión de la mejor manera, lo cual
requiere cumplir con el código de ética, de igual manera estos programas deben
tener compromisos de interés público, responsabilidad social, crecimiento continuo
de los estudiantes, infundir confianza, compromiso y puntualidad (Seltzer, 2008)

El ejercicio de esta profesión tiene un valor de mucha importancia dentro de la


sociedad tanto que su labor propende a satisfacer las necesidades en especial la
necesidad de la confianza, facultando al contador público para dar fe pública de
los actos sometidos a su revisión. Un contador público en el ejercicio de su
profesión tiene una responsabilidad ante la sociedad lo cual implica mantener una
conducta intachable no solo con el público en general sino con sus colegas.

A partir de las investigaciones realizadas sobre este tema surge el siguiente


interrogante ¿Por qué resulta notable que un Contador Público reciba una
formación ética? para responder a este interrogante es indispensable tener en
cuenta que: “Aprender y educarse en filosofía no significa recibir simplemente
determinados contenidos teóricos, sino asumir problemas y prepararse para
responderlos de un modo original y creador. La mera recepción es menos
concebible en filosofía que en otra disciplina teórica, porque, como señalaba Kant,
no hay nunca una filosofía formada y acabada, y porque, en consecuencia, lo que
en ella cuenta es el acto de pensar” Salazar citado por (Escobar, 2003)

De lo anteriormente mencionado se infiere que no se trata de enseñar a los


estudiantes de contaduría pública un conjunto de normas éticas y valores. La
verdadera intención debería ser formarlo para saber actuar en las diferentes
situaciones que se le puedan presentar y tomar las decisiones correctas de forma
pulcra. De acuerdo con lo anterior se deduce que la formación ética es aquella
dirigida a proveer las reflexiones, consideraciones y explicaciones teóricas acerca
de la moral.

Indudablemente, formar éticamente a las personas para lograr una conducta


moralmente adecuada no es tarea fácil, no se trata de fórmulas, técnicas, regidos
por procedimientos específicos. En este sentido, es válido pensar que el formar a
los estudiantes éticamente resulta un trabajo a veces en vano, ya que no ejerce
influencia directa en los educados en cuanto no propone el deber ser sino que se
limita a estudiar lo que es.

Precisamente, en este matiz radica la importancia de la formación ética de la que


debe gozar todo individuo a cualquier nivel educacional que le permita
desenvolverse en su ejercicio profesional; específicamente, en el área de la
Contaduría Pública. Cabe destacar que se requiere una formación dirigida a
promover el conocimiento por parte de los profesionales de la contaduría pública
acerca de la normativa legal que regula el ejercicio contable impulsando una
conducta apropiado a lo establecido en el Código de Ética profesional del
Contador Público, el cual regulara la conducta del Contador Público en sus
relaciones con el público en general, con su clientela, con sus colegas y con el
gremio.

Es por ello que, además de proveer formación acerca de los servicios que pueden
prestar lo profesionales contables, se debe además formar de manera que tales
servicios sean prestados con una conciencia ética y una conducta moral,
fundamentados en el código de ética del contador público. Por lo tanto, un
contador público debe recibir una educación integral dirigida a formar un individuo
con habilidades no solo técnicas sino también humanas, sociales; es decir, se
requiere de profesionales contables que más allá de preparar y analizar informes
financieros tengan la aptitud de practicar valores como la honestidad, la justicia, el
respeto, integridad, entre otras; características indispensables para lograr una
dirección empresarial impecable actividades profesionales de un contador.
El punto a reflexionar es ¿cómo aporta la educación institucional el desarrollo el
concepto ética? ¿Cómo lo desarrollan los estudiantes? Desde el punto de vista
institucional se debería por integrar desde los primeros ciclos de educación la ética
en el proceso de los estudiantes, a través de cursos introductorios y otros más
avanzados, hasta los últimos ciclos de la carrera, la idea, es que los estudiantes
conozcan y se familiaricen este término hasta los últimos ciclos de la carrera para
que durante su proceso de aprendizaje no pierda los conocimientos que ha
obtenido acerca de esta campo, e igualmente que esta área sea vista por
estudiantes, docentes, y directivos de la facultad de gran importancia sin restarle
merito por otras asignaturas de metodología técnica.

Sin embargo, no se tiene garantía de que se cumpla el objetivo de educar con


ética a los estudiantes, pues la integración de la ética a la vida propia no se logra
con el conjunto de contenido programático propuesto en unos cuantos cursos en
el transcurso de la carrera universitaria. No basta con que la institución
universitaria tenga las mejores intenciones, esto solo depende de la convicción de
cada estudiante. Entonces, la alternativa es la formación, confiar en que cada
estudiante voluntariamente acepte darse forma en la ética. Aunque, ello puede
llevar de un largo tiempo, pues hay que reconocer que en la educación,
generalmente no se promueven ni la formación, ni la actitud crítica que motive al
seguimiento de los conocimientos adquiridos en el proceso educativo universitario.

En su esfuerzo por enseñar transacciones y técnicas de valoración que resultan


cada día más complejas, los educadores contables pueden que no tengan tiempo
de reflexionar en clase sobre el contenido ético de cada una de las normas que
regulan la información contable. No obstante, la mayoría de ellas carecerían de
sentido si no se hubiese dictado desde posiciones éticas, a veces muy exigentes,
que requieren la revelación de todos los hechos, que el regulador entiende
imprescindibles, para que el usuario conozca de forma completa la situación y
actividad de la entidad que presenta la información.

Es obvia la necesidad de pensar más extensamente cómo introducir, en el


desarrollo de las clases, las interpretaciones éticas de las leyes y normas que
regulan la información contable y su auditoría, de forma que los estudiantes
adquieran una mayor y más crítica conciencia sobre la forma, significado y objetivo
esencial de la normalización contable, pero hay un obstáculo fundamental para
conseguir este propósito, cual es la falta de interés de los académicos por las
cuestiones éticas.
Esto es un problema mundial, como denuncia (Bernardi, 2004). Cuando se queja
de que “hay evidencia a favor de la hipótesis de que la ética no se percibe como
un campo importante por la mayoría de los educadores contables. Por ejemplo, de
los aproximadamente 6.200 profesores que enseñan contabilidad en Norteamérica
sólo 168 (2,7 por ciento) indican que la ética es un área de su interés”.

Hay dos maneras de introducir la ética en el aprendizaje que llevan a cabo los
profesionales contables: estableciendo materias especiales donde se aborde
monográficamente o bien considerándola en cualquiera de las materias que tratan
sobre registro y presentación de la información financiera. Cualquiera de las dos
formas puede llevar a lograr el mismo objetivo, pero probablemente la segunda
sea muy útil para ayudar a comprender a los estudiantes, una parte importante del
espíritu por el que se emitió una norma particular, con la ventaja de que pueden
tomar conciencia de la finalidad por la que se emitió la norma, al mismo tiempo
que la solución técnica o informativa que ofrece.

La primera de las posibilidades consiste en introducir una materia especial que


trate de la ética contable, donde se parta de las motivaciones éticas de las
normas, en términos de comportamiento e información de las empresas, y se trate
explícitamente de la derivación de códigos de conducta, a seguir en las
actuaciones profesionales, para conseguir una alineación con el espíritu de las
normas, debatiendo sobre qué posición o posiciones son compatibles con el
mismo y cuáles otras no.

La segunda posibilidad, que no es incompatible con la anterior, es la de abordar la


interpretación ética de las normas más controvertidas, en la medida que se vayan
exponiendo, dentro de las materias técnicas correspondientes. Los abusos de los
ejecutivos, al fijar sus remuneraciones, pueden servir para introducir el problema
del registro de los contratos con pagos basados en acciones, así como en otro
contexto, el abuso de los salarios diferidos en forma de compensaciones post-
empleo hizo surgir la contabilización de los fondos de pensiones, para reflejar la
cuantiosa deuda en la que habían sumido a las empresas sus compromisos con
los trabajadores.

El estudiante conocería así, el origen del problema y la reacción que, en muchos


casos, supuso la emisión de una norma que pusiera de manifiesto un riesgo
importante para los grupos interesados en la empresa, y sería capaz de juzgar por
sí mismo sobre la eficacia de la solución tomada. Este enfoque sirve, por otra
parte, para ligar la contabilidad con otras materias empresariales, que es otra de
las necesidades manifestadas por todos los preocupados en la educación
empresarial.

CONCLUSIONES

De este artículo se puede concluir que la contaduría pública es una profesión que
se basa en la información que proporciona para la toma de decisiones tributarias y
económicas de una empresa, sin embargo esta información puede ser modificada
de acuerdo al interesado, por esto la formación de un contador público se debe
fundamentar en un aspecto muy importante como lo es la ética y la moral.

La ética es el estudio fundamentado de los valores morales que guían el


comportamiento humano en la sociedad y la moral son las costumbres, normas,
tabúes y convenios establecidos por cada sociedad. Pero es de vital importancia
no solo entender o saber ¿Qué es? Si no ir más allá y aplicar este conocimiento
en nuestra profesión para así evitar que se siga desprestigiando el nombre de
todos los que practican esta profesión por la falta de ética de algunos.

La ética no se impone, es una forma de vida, si a los estudiantes no se les ofrece


una formación que les permita tomar conciencia sobre aquellos valores necesarios
para lograr el bien común, muy difícilmente tomaran decisiones acertadas desde el
punto de vista moral ético al momento de incursionar en el mercado de trabajo. El
hecho de que los estudiantes consideren que la ética es importante en el ejercicio
de su profesión ya es un gran avance; seguramente estos futuros contadores
luego de responder los interrogantes han desarrollado reflexiones con respecto a
sus debilidades en cuanto a los conocimientos sobre ética, moral y valores.

Un código ético no tiene validez alguna si el profesional al cual está dirigido carece
de integridad que haga palpable la acción ética; en la consolidación de dicha
integridad no sólo incide la formación académica, sino también la sociedad, las
instituciones estatales y hasta la familia misma; la falla en uno de estos elementos
da lugar a responsabilidades comerciales, civiles, penales y administrativas que no
sólo recaen sobre el profesional, sino también sobre terceros que procuran tales
comportamientos o que ocultan el cometimiento de los mismos.

La intención de este trabajo no culpar a las instituciones de educación superior ni


mucho menos a los profesores por no disponer de una adecuada metodología
para enseñar ética; por medio de este escrito se busca crear conciencia en los
futuros profesionales de la Contaduría Pública para que lideren los cambios que
se están efectuando en las instituciones, tanto en el Sector Público como en el
Sector Privado. Se trata pues, de una fusión de reglas, técnicas y procedimientos
que unidos al mejoramiento e innovación de forma continua garantizarán el éxito
no sólo de las empresas, sino también de los profesionales competentes de la
Contaduría Pública, a través de una formación académica óptima. Sin embargo,
nada de ello se lograría sin el componente ético.

Por consiguiente, es necesario que la formación ética no sea una materia más del
plan de estudio, sino que pase a formar el eje transversal de la educación
universitaria. Es importante que a los estudiantes se les dé a conocer lo que la
institución requiere y espera de ellos; por ejemplo, es inaudito que a menos de un
mes para recibirse como Contadores Públicos los alumnos no conozcan los
valores que se supone deben impartírsele y desarrollar según lo planteado en el
plan curricular de su escuela.

Igualmente, resulta impresionante el poco o nulo conocimiento que manejan los


futuros egresados respecto al código de ética que regula su profesión. Es por ello,
que se hace un llamado a la conciencia para que aquellas personas con la
potestad necesaria revisen el tipo de formación impartida en la facultad objeto de
estudio e incorporen la ética como una variable decisiva en la educación de los
futuros profesionales.

Evidentemente, tal como lo indica (Salas de Molina, 1998) no es tarea fácil impartir
esta clase de educación y existen pocas probabilidades de garantizar que el
graduado haya desarrollado hábitos de conducta ética, pero si las universidades
juegan el papel que les corresponde puede asegurarse que el alumno no tendrá la
excusa de la ignorancia o de la inconciencia acerca de la naturaleza de sus actos,
y aumentaremos las posibilidades de contribuir realmente a formar al individuo que
la sociedad actual demanda.

Todos los profesionales de la contaduría pública tienen la obligación de contribuir


a preservar el patrimonio social que tiene la profesión contable como es la facultad
de dar fe pública, lo cual se pone en evidencia, precisamente, a través del ejercicio
y cumplimiento de las responsabilidades legales, y específicamente, las tributarias,
propias del que hacer del contador público en Colombia.

Para finalizar se puede ver que la ética es algo fundamental en cualquier


sociedad la cual debería ser enseñada desde el principio académico en cualquier
profesión, especialmente en los futuros contadores públicos. Debido a la gran
responsabilidad que sucede en el medio laboral donde el profesional se
desempeña. Por esta razón es necesario tener claro las bases teóricas en la
ciencia contable, pero a su vez que sobre salga los valores que cada persona
tiene para ser no solo un contador competente en la sociedad, sino un ser
respetable y admirable por su rectitud y su ética con su profesión
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