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LOS ALIMENTOS TRANSGÉNICOS

Son alimentos que han sido “creados” aplicando técnicas de ingeniería genética. Con
las técnicas de ingeniería genética se utilizan fragmentos de ADN que contienen genes
específicos en los que se introducen mutaciones y modificaciones. Mediante esta técnica se
aísla un gen del genoma de un organismo donador, se amplifica o se modifica en un
laboratorio, y posteriormente se reintroduce en el organismo original o en uno distinto
generando un organismo transgénico.

El primer alimento transgénico se comercializó en Estados Unidos en 1994. Era un tomate


transgénico con una modificación de un gen que codifica una enzima que retrasaba la
putrefacción. Actualmente hay decenas de alimentos transgénicos comercializados en todo
el mundo. Se han desarrollado patatas transgénicas con cambio en el contenido de almidón,
existen tomates y frutas transgénicos en los que se puede regular el proceso de maduración.

Uno de los casos más relevantes por su repercusión positiva para la salud es la generación
del llamado arroz dorado, con alto contenido en vitamina A y que se destina a aquellas
poblaciones con déficit en esta vitamina debido a dietas muy restringidas en legumbres,
alimentos de origen animal y frutas, y donde la casi exclusiva fuente alimentos es el arroz.

Las técnicas de ingeniería genética permiten construir nuevos vegetales con genes
provenientes de genomas bacterianos. Actualmente existen tipos de plantas de algodón, colza
o maíz transgénicos que portan el gen de una bacteria y son capaces de resistir el ataque de
virus, bacterias, hongos o insectos. Se han desarrollado plantas resistentes al ataque de plagas
para producir semillas de variedades con alto interés alimentario e industrial en las que se
puede eliminar el uso de plaguicidas, ya que la propia planta es resistente al ataque gracias al
gen introducido.

Los alimentos transgénicos no tienen buena prensa en general el ciudadano los identifica con
compañías multinacionales de la alimentación cuyo objetivo último es monopolizar y unificar
la oferta de alimentos. Ello podría llevar a la extinción de especies y la consiguiente pérdida
de biodiversidad. Además, la aplicación para su creación de tecnologías nuevas y poco
evaluadas en lo relativo a su impacto sanitario y ambiental, hace que se desconfíe de ellos.
Una de las preocupaciones más frecuentes está relacionada con el posible salto de la barrera
de las especies que podría modificar el genoma humano o de animales con resultados
imprevisibles.

Actualmente son ya varios países en los que la agricultura transgénica es un hecho con
gran repercusión económica, que hace que parezca imparable su diseminación. Por ello se
hace necesaria una normativa y una legislación internacional que proteja de los aspectos
negativos de los alimentos transgénicos, promueva los positivos, y permita una convivencia
entre la agroalimentación transgénica y la agricultura convencional.
LOS ALIMENTOS TRANSGÉNICOS

Son alimentos que han sido “creados” aplicando técnicas de ingeniería genética. Con
las técnicas de ingeniería genética se utilizan fragmentos de ADN que contienen genes
específicos en los que se introducen mutaciones y modificaciones. Mediante esta técnica se
aísla un gen del genoma de un organismo donador, se amplifica o se modifica en un
laboratorio, y posteriormente se reintroduce en el organismo original o en uno distinto
generando un organismo transgénico.

El primer alimento transgénico se comercializó en Estados Unidos en 1994. Era un tomate


transgénico con una modificación de un gen que codifica una enzima que retrasaba la
putrefacción. Actualmente hay decenas de alimentos transgénicos comercializados en todo
el mundo. Se han desarrollado patatas transgénicas con cambio en el contenido de almidón,
existen tomates y frutas transgénicos en los que se puede regular el proceso de maduración.

Uno de los casos más relevantes por su repercusión positiva para la salud es la generación
del llamado arroz dorado, con alto contenido en vitamina A y que se destina a aquellas
poblaciones con déficit en esta vitamina debido a dietas muy restringidas en legumbres,
alimentos de origen animal y frutas, y donde la casi exclusiva fuente alimentos es el arroz.

Las técnicas de ingeniería genética permiten construir nuevos vegetales con genes
provenientes de genomas bacterianos. Actualmente existen tipos de plantas de algodón, colza
o maíz transgénicos que portan el gen de una bacteria y son capaces de resistir el ataque de
virus, bacterias, hongos o insectos. Se han desarrollado plantas resistentes al ataque de plagas
para producir semillas de variedades con alto interés alimentario e industrial en las que se
puede eliminar el uso de plaguicidas, ya que la propia planta es resistente al ataque gracias al
gen introducido.

Los alimentos transgénicos no tienen buena prensa en general el ciudadano los identifica con
compañías multinacionales de la alimentación cuyo objetivo último es monopolizar y unificar
la oferta de alimentos. Ello podría llevar a la extinción de especies y la consiguiente pérdida
de biodiversidad. Además, la aplicación para su creación de tecnologías nuevas y poco
evaluadas en lo relativo a su impacto sanitario y ambiental, hace que se desconfíe de ellos.
Una de las preocupaciones más frecuentes está relacionada con el posible salto de la barrera
de las especies que podría modificar el genoma humano o de animales con resultados
imprevisibles.

Actualmente son ya varios países en los que la agricultura transgénica es un hecho con
gran repercusión económica, que hace que parezca imparable su diseminación. Por ello se
hace necesaria una normativa y una legislación internacional que proteja de los aspectos
negativos de los alimentos transgénicos, promueva los positivos, y permita una convivencia
entre la agroalimentación transgénica y la agricultura convencional.

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