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El reino del sur

Enviado por eder

1. Introducción
2. División del reino
3. Monarquía en el reino del sur
4. Caída del reino del sur
5. Conclusión
6. Bibliografía

 Introducción
La historia del pueblo de Israel es muy trágica, siempre estamos viendo su desobediencia y el castigo a
causa de ella. No ha existido ningún otro pueblo que no haya tenido el mismo privilegio que ello, el de
mirar y palpar en si mismos el milagro y el poder de Dios.
En estos escritos vamos a ver la historia de uno de los reinos en que se dividió este pueblo a causa
del pecado de un rey, el reino del sur, también conocido como Judá.
Muchos de sus reyes se desviaron por el camino de la idolatría, y a causa de esto sufría el pueblo, pero
Dios y a tenia sus días contados, porque fueron pocos los reyes que le buscaron de corazón y fue a
causa de estos reyes que el reino del sur sobrevivió mas tiempo que el reino del norte o Israel.
Capitulo I

 División del reino


(I R. 12:1-14:31)
 A. Cronología del reino
Para poder hablar de la fecha del origen del reino tenemos que hablar de las fechas que fueron escritos
lo libros. Para escribir estos libros tuvieron que consultar fuentes escritas en fechas anteriores que se
remontan al reinado de Salomón. Muchos de los eruditos no podían armonizar las cifras de los años dada
en los libros de reyes para los reinados del norte y del sur, particularmente en el caso de los reyes Judíos.
Al sumar todos los años del reinado sumaban un total considerablemente mayor que el lapso que
transcurrió entre la muerte de Salomón y la caída de Jerusalén.
Sin embargo las investigaciones posteriores demostraron el hecho de que en muchos casos en príncipe
heredero del trono era coronado y comenzaba a reinar estando aun con vida el padre y esto hace que los
reyes reinen simultáneamente como es el caso de Usías, Jotam y Acaz.
El problema en la cronología también se debe a los calendarios empleados por los israelitas, ya que que
usaron por lo menos dos calendarios, un calendario Nisán que comenzaba en la primavera, y un
calendario tisri, que comenzaba seis mese mas tarde en otoño.
Otros problemas surgen del hecho de que los cronistas hebreos empleaban dos sistemas diferentes para
contar los años. Respecto a la cronología de los reinos Young opina que:
Es muy difícil determinar la cronología exacta de este periodo. Se declara el año en que cada rey
comenzó a reinar en relación al primer rey en el reino opuesto, y cuando se comparan los números, no
siempre sincronizan; esta es una dificultad que no nos es posible eliminar por completo.[1]
El primer rey del reino del sur fue Roboam, hijo de Salomón, comenzó a reinar posiblemente en el
931/930 (I R. 12:20-24; II Cr.11-12) fue en estos tiempos que surgió el reino del sur. Producto de la
rebelión del pueblo.
 B. Causas de la división.
1. Roboam
Tras la muerte de Salomón, ascendió al trono Roboam. Con esta transición los israelitas sacaron todos
sus sentimientos que habían surgido durante el gobierno de David y Salomón. Este movimiento lo
fomentó un joven de la tribu de Efraín llamado Jeroboam, al que Salomón había nombrado supervisor de
las cuadrillas de trabajo de las tribus del norte, durante la construcción de ciertas fortificaciones de
Jerusalén. Jeroboam venia de humilde cuna, su madre era viuda, se había resentido por las severas
medidas de Salomón. Cuando el profeta Ahías, indignado por las practicas religiosas que corrompían la
corte, profetizó que Jeroboam conduciría a las diez tribus del norte a la independencia, la rebelión de
Jeroboam evidentemente salió a la luz y el huyo a Egipto para escapar de la ira del rey Salomón.
 2. La política fuerte del Rey Roboam.
El enfrentamiento de Roboam con Jeroboam sucedió en Siquem, donde Roboam se presentó como rey a
las tribus del norte. Allí el pueblo de Israel, cansado de las políticas abusivas de Salomón, procuró la
corrección de la injusticia y la garantía de la comprensión futura de su hijo. Pero el impetuoso Roboam
sobrestimó su dominio sobre los clanes del norte y el intenso resentimiento que abrigaban. No hizo caso
el consejo de los ancianos ante se apresuro a seguir el consejo de sus inexpertos compañeros.
Jeroboam, que había regresado de Egipto al oír la muerte del rey, encabezó a los israelitas en la
declaración de la independencia. Así se oficializó la separación del norte y el sur, separación que ya
existía en tiempos de David, por el lema que dicen: "¿Qué parte tenemos nosotros con David, no tenemos
heredad en el hijo de Isai.!Israel a sus tiendas! Provee ahora en tu casa David (IR. 12:16)"
Los esfuerzos de Roboam para que se cumpliera sus demandas quedaron condenados al fracaso cuando
su capataz Adoram fue asesinado y la intervención profética impidió que sus tropas marcharan al norte.
Solo Judá quedo leal a su rey, la tribu de Benjamin estaba dividida, pero era necesario que Roboam
tuviera a la tribu bajo control por lo cercano a Jerusalén. Dios uso la obstinación de Roboam para castigar
a Judá por las prácticas idolátricas y opresivas de Salomón. Y fue el comienzo de una nueva etapa en la
vida de los israelitas.
Capitulo II

 Monarquía en el reino del sur


 A. Luchas externas e internas.
El reino del sur estuvo gobernada por un sola dinastía, es conocida como Judá, cada rey fue
descendiente de David es por medio de este reino que se traza el derecho legal de Cristo al trono de
David. Algunos de estos reyes fueron reformadores sobresalientes, aunque la mayor parte de ellos eran
malvados.
La justicia de Judá no era mucho mayor que la de Israel. La apostasía de los días de Salomón se hizo
más evidente bajo Roboam, como lo indica la mención de Asera y la prostitución masculina en el culto. El
hecho de que Jeroboam fracturara el reino no marcó el fin del juicio sobre Judá.
El poderoso libio-egipcio Sisac, invadió Judá y le impuso fuertes tributos.
Esta invasión se produjo en todo el territorio de palestina, la devastación habría sido aun mayor en esta
campaña, si no hubiese sido por la inestabilidad en Egipto que impidió a Sisac sacar el máximo provecho
de su conquista.
Como Judá e Israel habían sido sacudida por igual en esta incursión egipcia ninguna de los dos estaba en
condiciones de descargar un golpe eficaz a la otra, y por lo tanto el conflicto se mantuvo latente durante
los reinos de Jeroboam y Roboam.
Roboam se esforzaba por mantener la casa de David intacta, a pesar de los ataques externos y
los conflictos internos. La gloria de Jerusalén se vio empañada por el ataque de Sisac, el comentario que
se hace sobre el reemplazo que hace Roboam de los escudos de oro por los de bronce, es simbólico; la
edad de oro de Judá había acabado.
 B. Reyes del sur antes de la caída del reino del norte
 Abiam. (I R. 15:1-8) También conocido como Abias, fue hijo de Roboam, reinó por tres años (913-910
a.C), su madre se llamó Maaca. Abiam siguió a su padre en la idolatría, falló en imitar a David. Durante su
gobierno prosiguió la contienda entre los dos reinos pero extendió la frontera de Judá. Dios habría
destruido la casa de Abiam si no fuera por su pacto son David.
 Asa. (I R.15:924) Hijo de Abiam, fue rey por cuarenta y un años (911/910-870/869 a.C). fue uno de los
pocos reyes buenos de Judá, quitó a los sodomitas de la tierra y destruyo todos los ídolos que sus padres
habían hecho, incluso destituyo a su abuela de ser reina y destruyo su imagen, aunque no quito los
lugares altos donde quemaban incienso a otros dioses. Cuando el rey de Israel empezó a edificar la
ciudad de Ramá a pocos kilómetros de Jerusalén, se vio amenazado. No pidió ayuda a Dios sino que
predio ayuda al rey de Siria, con una paga generosa persuadió al rey para que atacara del norte, esto
atrajo las fuerzas del Israel al norte, dando a Asa la oportunidad para desarmar a Ramá y edificar otras
ciudades. El oro que Asa había dado al Señor, habían sido tomados para dar al rey de Siria. "El hecho de
que asa tubo una enfermedad de los pies puede indicar el desagrado de Dios que asa hubiera confiado
en el rey de Siria."[2]
 Josafat. (I R.22:41-50) Hijo de Asa fue rey por veinticinco años (873-848 a.C). durante los primeros tres o
cuatro años, Josafat reinó junto a su padre Asa. Hizo alianza con el malvado rey del norte y casi pierde su
vida. Siguió el ejemplo de su padre combatiendo la idolatría. También se alío con Ocozias hijo de Acab en
una empresa de naves, su plan era mandar naves a Ofir por oro, pero antes de salir las naves se
rompieron talvez producto de una tormenta de viento. El profeta Eliezer le avisó a Josafat que esto era a
causa de su alianza impía con Ocozias que no fue aprobada por el Señor. Al sugerir Ocozias que
renovaran el proyecto Josafat se negó.
 Joram. (II R.8:16:24). Fue rey ocho años (853-841), fue hijo de Josafat. Joram fue corregente durante
cinco años junto con su padre Josafat. Se casó con Atalía hija de Acab, sin duda este matrimonio fue
arreglado por Josafat su padre, como parte de su política de conciliación con Israel. El resultado de esto
fue que el reino de Judá se adentro cada vez mas en los caminos de la idolatría. Durante el reinado de
Joram Edom se rebeló contra él. Se menciona que libna, cerca de filistea, también se rebeló, esto nos
indica las debilidades inherentes al reino de Judá durante el reinado impío de Joram.
 Ocozias. (II R.8:25-29) Hijo de Joram fue rey de Judá por un año (841a.C) se habla de Ocozias en el
versículo 26 como hijo de Atalía, hijo de omri. Los nombres se presentan a confusión en este punto
particular de la historia. Ocozias se unió a su tío Joram rey de Israel en guerra contra los sirios, el rey
Joram fue herido en batalla y fue llevado a Jezreel para curarse. Ocozias no presto atención a la historia
ya que se alió a Israel y como resultado mas tarde perdió la vida.
 Atalía. (II R.11). era hija de Acab y fue reina de Judá por seis años (841-835 a.C) la muerte de Ocozias a
mano de Jehú permitió a su ambiciosa madre apoderarse del trono y utilizar el poder para promover la
adoración a Baal, su plan para destruir a todos sus rivales se frustró cuando el niño Joás fue salvado por
el sacerdote Joiada, quien mas tarde exigió la coronación del joven. Cuando coronaban a Joás, Atalía
atraída por el estruendo vio lo que pasaba y gritó: Traición, pero Joiada no quería matarla en el templo,
ordeno que le llevaran fuera y la mataron por donde entran los caballos. Se hizo entonces un pacto entre
Jehová, el nuevo rey y el pueblo que estipulaba que todos ellos servirían al Señor. En demostración de
esto el pueblo saqueo el templo de baal y mataron a su sacerdote. El pueblo tubo reposo después de la
muerte de Atalía.
 Joás. (II R.12). Reinó cuarenta años (835-796 a.C) el logro principal de Joás fue la restauración del
templo, que probablemente había sido descuidado y profanado por la influencia de Atalía. Lo hizo con
las ofrendas del pueblo. En aquellos días Hazael, rey de siria capturó la ciudad de gat y marcho contra
Jerusalén. Joás le entregó las ofrendas y los tesoros del templo y de la casa del rey para disuadirle de
atacara a la capital de Judá. Después de la muerte de Joiada, los príncipes hicieron que se vuelva a la
idolatría, cuando el profeta Zacarías trato de hacer que el pueblo buque a Dios, mando que le apedrearan.
Los mismos siervos de Joás conspiraron contra el y lo mataron en su casa en milo este fue el juicio de
Dios contra el por matar a Zacarías.
 Amasias. (II R.14:1-20). Fue hijo de Joás, durante veintinueve años (796-767) su reinado fue bueno,
aunque careció de la excelencia del reinado de David. Tampoco derribo los lugares altos. Sus primeros
hechos fue matar a los que mataron a su padre aunque dejo con vida a sus hijos. Quiso pelear contra
Israel, porque había vencido a Edom, pero fue derrotado por Israel. Amasias huyo a Laquís para huir de
una conspiración contra el pero le persiguieron y lo mataron allí.
 Azarias (Usías). (II R.14:21-22) hijo de Amasias reino durante cincuenta y dos años (792-740), en esos
tiempos comenzó el ministerio de los profetas Isaías, Amós y Oseas. Fue corregente con su padre los
primeros veinticuatro años.
 Azarias (Uzías). (II R.15:1-7) en general fue un rey bueno, parte de su fracaso fue que no quitó los lugares
altos en Judá. Fue herido con lepra cuando insistió en ofrecer incienso a pesar de las protesta de los
sacerdotes, y fue condenado a vivir en una casa separada hasta el día de su muerte.
 Jotam. (II R.15:32-38) fue rey durante veinte años, incluyendo cuatro años de corregencia con Usías, su
padre(750-731 a.C) fue uno de los mejores reyes de Judá aunque no abolió los lugares altos, edifico la
puerta mas alta del templo.
 Acaz. (II R.16) fue corregente con su padre aproximadamente veinte años. Fue un apostata siguió a los
reyes de Israel en su idolatría, de tal modo que hizo pasar por fuego a su hijo. Acaz desmonto algunas
piezas del mobiliario del recinto del templo, quizá por temor a que el rey de asiria los tomara si alguna vez
tomaba Jerusalén. Cerca del final de su reinado cerró el templo por completo. Al igual que algunos reyes
apostatas antes de el, no fue sepultado en las tumbas reales.
 C. el reino de Judá sola.
 Ezequías. (II R.18-20) fue rey veintinueve años (716-686 a.C) cuando Ezequías llego al poder, Judá se
había convertido en vasallo bajo el dominio de Asiria. El reino de Ezequías se caracteriza por las grandes
reformas. Dios perdono la vida de Ezequías una vez. También Dios probó su corazón y lo que demostró
fue orgullo. Esquías se sometió al decreto de Dios y reconoció su indulgencia. También construyo un
acueducto para llevar las aguas a la ciudad.
 Manases. (II R.21:1-18) reino cincuenta y cinco años (697-642 a.C) fue el reino mas perverso y el mas
largo de todos los reyes de Judá. Volvió a introducir el culto a Baal, Asera y las estrellas. Manasés guió al
pueblo a peores abominaciones que las de los amorreos. Como resultado Dios dijo que castigaría a Judá
como había castigado a Samaria la casa de Acab. Además de su idolatría Manasés derramó
mucha sangre inocente. Fue llevado cautivo a babilonia. Luego se arrepintió y Dios le dio la oportunidad
de volver. Quiso reparar el daño que hizo pero era ya tarde su hijo siguió su ejemplo.
 Amón. (II R.21:19-26) fue rey durante dos años (642-639). Amón se hizo notorio por su idolatría y por
abandonar al Dios verdadero. Algunos de sus siervos conspiraron contra el y le mataron.
 Josías. (II R.22:19-26) gobernó treinta y un años (641-609 a.C) para Josías los cambios políticos no
fueron tan importantes como el hallazgo del libro de la ley. Josías ya había demostrado su interés de
renovar el templo, el libro fue encontrado durante la restauración que Josías había emprendido. La ley le
dio la fuerza y la dirección que se necesitaban para reparar buena parte del daño causado por Manasés.
No obstante, el avivamiento espiritual de Josías no bastó, aunque incluyó la celebración de la pascua más
profunda y plena de entusiasmo que se hubiese celebrado hacia muchos siglos.[3] Josías también limpio
la tierra de encantadores y magos. En cuanto al celo minucioso con que llevó a cabo sus reformas, Josías
fue el más grande de los reyes de Judá. Sin embargo a pesar del buen reinado de Josías Jehová no
desistió de su plan de castigar a Judá. En el año 609 el faraón Necao avanzo hacia el norte para ayudar a
los sirios. Por razones políticas Josías decidió resistir a Necao y resulto mortalmente herido en meguido.
sus siervos lo llevaron a Jerusalén donde murió y fue sepultado.
 Joacaz. (II R.23:31-33) reino solamente tres meses (609 a.C) Joacaz no hizo caso las reformas de su
padre y permitió que el pueblo volviera a la idolatría, el faraón Necao puso a Judá bajo tributo. Mas tarde
llevó a Joacaz a Egipto, donde murió.
 Joacim. (II R.23:34-24:7) hijo de Joacaz, reinó once años sobre Judá (909-598 a.C) el verdadero nombre
de Joacim fue Eliaquim hermano de Joacaz era el mayor de los hijos de Josías que habían sobrevivido
fue mas fiel a Faraón que a Jehová. Mato a Uria el profeta y quemo la palabra de Dios que Jeremías
había escrito respecto a Judá e Israel. trato de arrestar a Jeremías y a su escriba Baruc. En el tercer año
de su reinado subió Nabucodonosor contra Jerusalén y llevo cautivo a Joacim, incluyendo Daniel.
 Joaquín. (II R.24:8-16) reino sobre Judá tres meses (598-597 a.C) durante el reinado de este rey impío
Nabucodonosor sitio la ciudad de Jerusalén y de llevo a un segundo grupo de cautivos entre los cuales
estaba Ezequiel.
 Sedequías. (II R.24:17-25:7) fue tío de Joaquín y gobernó once años (597-586) el rey de Babilonia le
designo como rey, hizo un tratado de paz con Sedequías para que el le sirviera como un mandado o un
títere en sus manos. Pero mas adelante rompió el convenio, se revelo contra el re y de Babilonia y busco
la ayuda de Egipto. Con esto Sedequías ocasiono el golpe final a Jerusalén. Nabucodonosor la sitio por
espacio de dieciocho meses, causando un hambre severa dentro de las murallas. Sedequías y sus
hombres trataron de huir en la noche, pero fue apresado por el ejército de los caldeos y le trajeron a
Nabucodonosor. Este después de degollar a sus hijos en su delante ordeno que le sacaran los ojos y le
llevaran con cadenas a Babilonia
CAPITULO III

 Caída del reino del sur


 Fin de la monarquía.
 Joaquín. (II R.25:27-30) la destrucción final de Jerusalén tubo lugar en el 586 a.C. en el año treinta y siete
del exilio Joaquín recibió un trato honorable por parte del rey de Babilonia. Esto dio esperanza a los
cautivos de que los rigores del exilio se atenuarían y que más tarde se terminaría por completo. Joaquín
había sobrevivido treinta y siete años de cautiverio y fue recibido con honores de rey.
B. Caída de Jerusalén
Tras la destrucción de Jerusalén, el rey de Babilonia designó a Gedalías como gobernado sobre el pueblo
que quedó en Jerusalén, pues llevo cautivo a todos los del pueblo a excepción de los más pobres.
Nabucodonosor se llevo todo el oro y la plata que encontró. Nebuzaradán tomo setenta y dos ciudadanos
principales de Jerusalén y los llevó al rey Nabucodonosor que estaba en ribla, donde fueron ejecutados
sumariamente.
Todo esto pasó porque el pueblo no quiso escuchar la palabra de Dios; las muchas palabras no fueron
suficiente para conmoverlos, pero la cautividad sirvió bien a su propósito: elimino la idolatría del corazón
del pueblo escogido de Dios.

 Conclusión
El reino del sur es modelo de cómo Dios recompensa la maldad y la desobediencia, muchas veces hacían
lo correcto y todo iba bien, pero cuando se apartaban Dios los castigaba. Lo que aprendemos es que Dios
siempre recompensa toda obra que hacemos, ya sea buena o mala. También Dios no olvida el agravio
que se le hace.
Si el pueblo de Israel cayo en cautividad fue por que se descuidaron de hacer lo que Dios los mandó, si
estaban mal Dios quería que ellos regresaran y le enviaba un profeta, pero ni aun a ellos les hacían caso.
Pero lo bueno y el privilegio que tenían es que Dios les prometió reunirlos si lo buscaban de corazón. Si
vemos la historia mas adelante, ellos vuelven a buscar a Dios y Dios les concede a varios grupos de ver
nuevamente Jerusalén y reunirse de nuevo y aun más volvieron a ser nuevamente una nación. Dios es
fiel a sus promesas.

 Bibliografía
 ARCHER Gleason L. Reseña Critica de una Introducción al Antiguo testamento, editorial Portavoz,
Michigan 1987, Págs.575
 HARRISON R.K. Introducción al Antiguo Testamento Volumen I, Editorial TELL, EE.UU. 1990, Págs. 523
 LASOR SANFOR William, HUBBARD ALLAN David, BUSH WILLIAM Frederic. Panorama del Antiguo
Testamento Mensaje Forma y Transfondo, Editorial Nueva Creación, Buenos Aires, Argentina 1995,
Págs.663
 WILLIAM Mac Donald Comentario Al Antiguo Testamento, Editorial CLIE, Barcelona 1992, Págs.1137
 YOUNG Edward. J. Una Introducción al Antiguo testamento, Editorial TELL, EE.UU. 1991, Págs.465

Autor:
Eder
[1] YOUNG Edward. J. Una Introducción al Antiguo testamento, Editorial TELL, EE.UU. 1991, Págs.212
[2] . WILLIAM Mac Donald Comentario Al Antiguo Testamento, Editorial CLIE, Barcelona 1992, Pág. 356
[3] LASOR SANFOR William, HUBBARD ALLAN David, BUSH WILLIAM Frederic. Panorama del Antiguo
Testamento Mensaje Forma y Transfondo, Editorial Nueva Creación, Buenos Aires, Argentina 1995, Págs.
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Leer más: La destrucción de Jerusalém: las causas

1. INTRODUCCIÓN

La destrucción de Jerusalén en el s. VI a.C. y el exilio subsiguiente a Babilonia marcan una gran línea de división en

la historia de Israel. De un golpe su existencia nacional terminó, y con ella, todas las instituciones que eran la

expresión de su propia vida; nunca más sería recriado de la misma forma. Con el Estado destruido y el culto

suspendido, Israel se tornó un aglomerado de individuos arrancados de sus raíces y vencidos[1].

¿Cómo una nación cayó en tan terrible desgracia? Ciertamente este hecho histórico no pudo suceder de manera

repentina, de un día para el otro. En el presente trabajo se intentará analizar la causa más profunda que desencadenó

este acontecimiento de trascendental significado en la historia bíblica. Para eso, es necesario comenzar por analizar lo
que podría llamarse “situación internacional” de la época.

2. DEL APOGEO ASIRIO A LA HEGEMONÍA BABILÓNICA

El imperio asirio, que bajo Asaradón (681-670) había alcanzado su apogeo, durante el reinado de Asurbanipal (669-

627) comienza a sentir los primeros síntomas de decadencia. Con la independencia de Egipto, llevada a cabo por

Psamético I en 663, fundador de la dinastía XXVI, se siguen revueltas en Fenicia y Babilonia. Después de la muerte
de Asurbanipal, Asiria entrará en la etapa final de su existencia como potencia internacional.

Quien aprovecha el momento de crisis asiria es Nabopolasar, príncipe caldeo que consigue la independencia para

Babilonia y su elección como rey (626-605). A partir de entonces emprende una serie de ataques contra su ex

dominador, y en unión con el rey medo Ciáxares, conquistan Assur en 614 y la capital Nínive en 612, donde muere el

rey Sinsariskun, hijo de Asurbanipal. El último monarca asirio, Asuruballit II, huye para Jarán, donde consigue –con

la ayuda de Egipto– resistir durante tres años a los ataques de Nabopolasar. Finalmente, en 609, tras la conquista de
Jarán, el imperio asirio llega a su fin.

En 605, Nabucodonosor II (605-561), hijo y sucesor del rey caldeo, se enfrenta y vence el ejército del faraón Necau II

–que se oponía a la expansión babilónica– en la batalla de Karkemish. A partir de este momento Babilonia ostenta la

hegemonía sobre el Próximo Oriente[2]; con ello Judá pasa a pagar tributo a su nuevo señor.

3. DESTRUCCIÓN DE JERUSALÉN

En la lucha entre Egipto y Babilonia, el pequeño reino de Judá siempre se inclinará por el país del Nilo –al contrario

de lo que aconsejaba Jeremías–, trayendo como consecuencia sendas expediciones de Nabucodonosor, una de las

cuales acabó asediando Jerusalén, que fue tomada, saqueada y arrasada. El último rey de Judá, Sedecías, fue apresado

y cegado; el Templo destruido. Los objetos valiosos se llevaron a Babilonia juntamente con muchos judíos; sólo se
dejó a los muy pobres para que cultivaran la tierra. El reino de Judá llegara a su fin: era el año 587 a.C.
Así lo relata el libro de Jeremías: 39,1 Y

sucedió que fue tomada Jerusalén. El año noveno de Sedecías, rey de Judá, en el décimo mes, vino Nabucodonosor,

rey de Babilonia, con todo su ejército a Jerusalén y la sitió, 2 y el año decimoprimero de Sedecías, el cuarto mes, se

abrió la brecha, 3 y penetraron en la ciudad los jefes del rey de Babilonia y ocuparon la puerta del medio:

Nergalsareser, Samgar-Nebo, Sarsakim, «camarero mayor»; Nergalsareser, «jefe de los magos», y todos los otros
jefes del rey de Babilonia.

(…)

8 Los caldeos prendieron fuego al palacio real y a las otras casas y arrasaron las murallas de Jerusalén. 9 Al resto de

los habitantes que había quedado en la ciudad, los huidos que se habían pasado a los caldeos y todo el resto del

pueblo, los deportó a Babilonia Nabuzardán, jefe de la guardia*.

El hagiógrafo da la fecha precisa de este hecho tan doloroso para el pueblo judío. Al decir el décimo mes del noveno

año del rey de Judá, se refiere a diciembre 589-enero 588 (incluso en el c. 52,4 está dicho el día diez del referido mes)

como inicio del asedio de Jerusalén por los soldados babilonios, mientras Nabucodonosor dirigía todo desde su

cuartel general instalado en Ribla, en la Alta Siria. El comandante de las tropas en Jerusalén era Nabuzardán. Según
el v. 2, el cerco duró un año y medio –con una breve interrupción debido a la aproximación de un ejército egipcio–, lo

que indica que los caldeos entraron en la ciudad en junio-julio del 587 a.C.[3]
La Biblia nos dice que algunos judíos huyeron a Egipto (Jr c. 42-44); un grupo permaneció en Jerusalén (39,10) y un

gran número de habitantes fue deportado para Babilonia (39,9). “Sobre las rutas de la Media Luna fértil caminaba de
nuevo el pueblo de la Promesa, como en los días de Abraham, pero no ya con fe y esperanza, sino con miseria y

abatimiento”[4].

4. CAUSAS DE LA CATÁSTROFE

¿Cómo los habitantes de Judá se precipitaron rumbo a su propia ruina? ¿Cuál fue la verdadera causa de tanta
desgracia?

Durante el reinado de Sedecías, Jeremías siempre desaconsejó la alianza con Egipto, mostrando que era voluntad

divina que Judá cayera en poder de los caldeos, en consecuencia de tantos pecados cometidos. En un primer momento

el rey siguió los consejos del profeta; sin embargo, y probablemente instigado por el faraón Hofra, a finales de 589
Sedecías comete un error irreversible: decide rebelarse contra Babilonia.

Pero es el pasaje 37,2 del libro de Jeremías que nos apunta con claridad la causa más profunda de la caída de

Jerusalén: “Y no obedecieron él [Sedecías], sus siervos y el pueblo de la tierra a las palabras que había hablado

Yahvé por medio de Jeremías, profeta”. La afirmación “no obedecieron” es muy importante pues permite percibir la

verdadera causa de tanta decadencia y la subsiguiente caída de Jerusalén. El término usado en el texto hebreo[5] es

[m;v’ shama, del verbo “escuchar”. Así, el inicio del versículo podría haber sido traducido como: “Y no escucharon

Sedecías y sus siervos…”, esto es, no quisieron oír las palabras del profeta.

San Jerónimo, sin embargo, opta en la Vulgata por la expresión latina “non obœdivit” (no obedecieron) que se

mantiene en la mayor parte de las traducciones actuales.

Es interesante notar que no existe oposición al traducir “no escucharon” o “no obedecieron”, puesto que el verbo

“escuchar” en hebreo tiene un sentido amplio. No se trata apenas de prestar atención, sino también de abrir el

corazón, poner en práctica, obedecer[6]. Es necesario cambiar de actitudes; adaptarse a la voluntad divina. ¿De qué

sirve seguir las propias inclinaciones si no es eso lo que Dios quiere para cada uno?

Si hubieran hecho caso de las palabras de Jeremías el castigo podría evitarse; pero no quisieron: “La frase última

[37,2] nos remite a la vocación de Jeremías, que con la palabra recibe poder «sobre reyes». Pudo ser poder para

«edificar», la catástrofe fue evitable; al no escuchar, el pueblo provocó el poder «para arrancar»”[7].

Jeremías siempre desaconsejó la alianza con Egipto. No es una actitud derrotista, ni mucho menos traidora; es

realista[8]. Las palabras del profeta entran en choque con las actitudes del rey y del pueblo. Jeremías, por inspiración

divina, predicaba la sumisión a los babilonios, pues Dios había decidido entregar Jerusalén a Nabucodonosor. Esto

era algo muy duro para el pueblo, porque significaba renunciar a su independencia; pero esa es la voluntad de Dios.

No cabe duda que la predicación de Jeremías trajo como consecuencia que algunos de sus contemporáneos lo

acusaran de estar vendiéndose al oro de Babilonia. Pero Jeremías era más sensato que los políticos de su tiempo; y no

se guiaba apenas por su sensatez, sino que, y sobre todo, era el cumplimiento de la voluntad divina lo que interesaba

al profeta[9]. Y es precisamente este punto que los contemporáneos de Jeremías no comprendieron. A pesar del

peligro inminente, el profeta no es escuchado; sus palabras no encuentran acogida entre sus conciudadanos. Esta es la

verdadera consecuencia de la catástrofe.

5. CONCLUSIONES
Al finalizar este breve estudio, todo lleva a concluir que fue la desobediencia de los dirigentes del pueblo judío a las

palabras del profeta Jeremías la causa principal de la desgracia nacional. De este hecho puede hacerse una aplicación
para la actualidad ¿Cuántos son los que están dispuestos a escuchar la voz de Dios y a obedecerle?

Dios había suscitado el profeta de Anatot para advertir al pueblo judío el mal camino que estaba tomando y cuales
serían las consecuencias caso no hubiese arrepentimiento; mas el pueblo no quiso escucharlo.

“Por medio de hombres y al modo humano Dios nos habla, porque hablando así nos busca” (San Agustín)[10]. Así

como en el AT Dios habló a su pueblo por medio de hombres, es enteramente posible que a la humanidad actual Él

también se manifieste a través de personas. Y no sólo de esa forma; puede ser por medio de señales, acontecimientos,

etc. Por eso es importante procurar saber cuál es la voluntad divina; qué es lo que Dios quiere para cada uno y

colocarlo en práctica.

Sin embargo, es necesario tener presente como fondo de cuadro la perspectiva de que Dios quiere “que todos los

hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1Tim 2,4). Por tanto, si Él castiga, no lo hace para

condenar, sino para corregir; lo punitivo siempre tiene un designio de salvación, pues la justicia y la gracia divinas no

son opuestas, sino que una complementa a la otra[11]. Así lo pide el propio Jeremías: “Corrígeme, Yahvé, pero

conforme a juicio, no con ira, no sea que me aniquiles” (10,24).

Por Alejandro Javier de Saint Amant

Trabajo final de Hermenéutica bíblica

Profesor Pbro. Mg. Jorge Iván Ramírez Aguirre

UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA

ESCUELA DE TEOLOGÍA, FILOSOFÍA Y HUMANIDADES

FACULTAD DE TEOLOGÍA

MAESTRÍA EN TEOLOGÍA

MEDELLÍN

2009

BIBLIOGRAFÍA

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[1] BRIGHT, John. História de Israel, 7ª ed., Editora Paulus, San Pablo, Brasil, 2003, p. 411.

[2] Cf. COUTURIER, Guy P. Jeremías. En: Comentario Bíblico “San Jerónimo”, tomo I. Madrid: Ediciones

Cristiandad, 1971. p. 791-792.

* Los textos bíblicos utilizados en este trabajo fueron extraídos —con pequeñas adaptaciones— de la versión

española Nácar-Colunga, 55.ed. BAC, 2001.

[3] GARCÍA CORDERO, Maximiliano. Biblia Comentada. Profesores de Salamanca, Vol. III, 2.ed. Madrid: BAC,

1967, p. 633.

[4] ROPS, Daniel. Historia Sagrada. Barcelona: Editor Luis de Caralt, 1955, p. 229.

[5] Biblia Hebraica Stuttgartensia. 5ª ed. Stuttgart, 1997. p. 858.

[6] Léon-Dufour, Xavier. Vocabulario de teología bíblica. Barcelona: Editora Herder, 1965. p. 250.

[7] SCHÖKEL, L. Alonso y SICRE, J. L. Profetas, Vol. I. 2ª ed. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1987, p. 588.

[8] NOËL, Damien. En tiempo de los imperios. En: Cuadernos bíblicos, nº 121. Navarra: Editora Verbo Divino,

2004, p. 15.

[9] SCHÖKEL y SICRE, Op. Cit., p. 410.

[10] Citado por SCHÖKEL y SICRE, Op. Cit., p. 17.

[11] GARCÍA CORDERO, Maximiliano, O.P. Teología de la Biblia, vol I, AT. Madrid: BAC, 1970, p. 250.

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