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EL DERECHO
PENITENCIARIO
EN EL SISTEMA
PENAL
MATERIAL DE APOYO
I. PRESENTACION
II. OBJETIVOS
La dignidad humana, dejo de ser, hace ya mucho tiempo, el eje de todos los problemas y
soluciones en los conflictos humanos. Se está en presencia de la sociedad de la
información y la tecnología, pero también de la sociedad de la violencia y el miedo. Una
sociedad que ha perdido la perspectiva social y se desarrolla entre la venganza y la ruptura
del tejido social.
1.2 Los problemas penitenciarios de ayer son los mismos problemas de hoy en las
instituciones penitenciarias: La masificación, pérdida de identidad del individuo. Una
gestión administrativa centrada en la provisionalidad e improvisación. Un grave y crónico
proceso de hacinamiento. Una convivencia intracarcelaria centrada en la violencia
institucional, en un ambiente de insalubridad, de desinformación y bajos niveles de
formación del personal.
Según datos del año 2010 –que es el último año del cual se tenía información disponible
para la elaboración del informe–, el total de prisiones de El Salvador tenía capacidad para
8,110 reos, mientras la población que se encontraba en ellas era de 24,283.
Por su parte, todos los países de Centro América: Costa Rica (160%), Guatemala (159%),
Honduras (143%), Nicaragua (154%) y Panamá (170%) presentaban excedentes de
población penitenciaria, en relación con la capacidad de las prisiones; a excepción de
Belice que tenía una ocupación de 67%, es decir inferior a la totalidad de plazas
disponibles en los centros penitenciarios.
2.1 Otro sector de autores han desarrollado conceptos que diferencian entre Derecho de
Ejecución Penal y Derecho Penitenciario, en gran parte bajo la influencia del profesor
español Eugenio Cuello Calón, para quién el Derecho de Ejecución Penal es el estudio de
las normas jurídicas que regulan la ejecución de las penas y medidas de seguridad,
mientras que el Derecho Penitenciario es de menor amplitud y se limita a "las normas que
regulan el régimen de detención y prisión preventiva y la ejecución de las penas y medidas
de seguridad detentivas", quedando las normas de ejecución de las penas y medidas de
seguridad restantes fuera de su jurisdicción. Según este criterio –afirma el profesor
Alejandro Solís Espinoza– el Derecho Penitenciario es parte del Derecho de Ejecución
Penal. Bajo tal lineamiento, el penitenciarista mexicano Sergio García Ramírez, afirmaba
por su parte que el Derecho Penitenciario es el "conjunto de normas jurídicas que regulan
la ejecución de las penas privativas de libertad...", diferenciándola a su vez del Derecho
Ejecutivo Penal que sería el género frente a la especie que constituiría el Derecho
Penitenciario.
Por su parte, el profesor Luís Garrido sostiene que "el Derecho Penitenciario es el conjunto
de normas jurídicas que regulan la ejecución de la pena en una legislación específica
determinada", considerándolo también dentro del Derecho de Ejecución Penal que sería
una disciplina más amplia. En esta misma línea de ideas se mantienen Ignacio Berdugo,
Laura Zúñiga y Julio Fernández, que siguiendo a García Valdez dicen que el Derecho
Penitenciario es “el conjunto de normas jurídicas que regulan la ejecución de las penas y
medidas privativas de libertad”
Por tanto, entenderemos por Derecho de Ejecución Penal aquél sistema normativo,
integrado por preceptos tanto sustantivos como procesales, que se ocupan de la puesta en
marcha y el control general de la ejecución de la pena o de la medida de seguridad
impuesta en la sentencia penal. Asimismo, también se puede definir la ejecución penal
como el conjunto de actos necesarios para la realización de la sanción y de la reparación
civil contenida en una sentencia de condena. Es una actividad ordenada y fiscalizada por
los órganos jurisdiccionales competentes; y, como apuntan Viada-Aragoneses, responde a
la misma idea de la ejecución procesal civil, esto es, a dar cumplimiento a lo dispuesto en
la sentencia en que culminó la fase de cognición procesal.
Haciendo una síntesis de lo anterior, podríamos decir entonces que el Derecho de
Ejecución Penal es aquella rama del Derecho que se encarga del estudio analítico, teórico
y práctico de la ejecución de las sanciones penales, clasificadas en penas y medidas de
seguridad, que han sido impuestas por una autoridad judicial competente, reconociendo
la vigencia de un conjunto de principios y derechos de los sentenciados con la finalidad de
lograr su reinserción social, mediante la aplicación de principios y técnicas de otras
ciencias, aplicados por un juez de ejecución de penas.
2.2 El problema de la naturaleza jurídica del Derecho de Ejecución Penal es, uno de los
más debatidos en el Derecho Comparado. Las diferentes posturas acerca de la naturaleza
jurídica de la ejecución penal han sido agrupadas a tres grandes corrientes:
ii. La que considera que la ejecución penal es materia jurisdiccional: esta tesis parte de
la premisa de que la jurisdicción, es aquél poder del Estado que tiene por objeto el
mantenimiento y la actuación del ordenamiento jurídico. De ahí deducen que la ejecución
penal, confiada en exclusiva a la autoridad, tiene como misión la obtención de la justicia a
través de la aplicación de la Ley.
Llamamos fuentes del Derecho, en sentido estricto, a los diversos medios de producción
de normas jurídicas, aunque en un sentido amplio se habla también de fuentes para
designar los medios de conocimiento de un ordenamiento jurídico indeterminado.
Entre las fuentes de producción, se suele distinguir entre fuentes materiales y fuentes
formales. Se habla de fuentes materiales para designar los poderes sociales que imponen
las normas jurídicas y, también, los ámbitos ideológicos de las que éstas proceden (la
ideología en sus diversas manifestaciones, o los conocimientos científicos). Se habla de
fuentes formales para designar las diversas objetivaciones de los procedimientos
reconocidos como válidos en el seno de cada ordenamiento jurídico para crear nuevas
normas jurídicas (ley, costumbre).
3.1 En la esfera del Derecho Penitenciario, el concepto de fuente hay que entenderlo, en
un sentido amplio, comprendiendo no sólo las distintas manifestaciones a través de las
cuales se manifiesta el Derecho Penitenciario en su vigencia (Leyes y Reglamentos), sino
también los distintos medios de conocimiento que, a la luz del ordenamiento jurídico, nos
posibilita interpretarlo y conocerlo en su justa dimensión y alcance (jurisprudencia).
Teniendo muy en cuenta que el derecho vigente y vinculante, no es sólo el de fuente
interna, sino también aquel emanado de fuente internacional el que debe ser asegurado y
garantizado en las decisiones jurisdiccionales, de manera que la inobservancia de un juez
de las normas convencionales o de la interpretación de las mismas, implica
responsabilizar al Estado por dicho incumplimiento (ilícito internacional). El control de
convencionalidad constituye, como señala Albanese, una “garantía destinada a obtener la
aplicación armónica del derecho vigente”, con sus fuentes internas, internacionales o
supranacionales. Razón por la cual es importante destacar que - desde el 1° abril de 2004,
en la Inconstitucionalidad de la ley antimaras, sentencia 52-2003/56-2003/57-2003,
considerando 3- la Sala de lo Constitucional ha precisado, que el derecho interno debe
abrir los espacios normativos a la regulación internacional de los Derechos Humanos.
En este sentido se consideran fuentes del ordenamiento jurídico penitenciario:
ii. El Código Penal, primordialmente los artículos 44 al 46 (de las penas sus clases y
efectos), 74 al 92 (de las formas sustitutivas de la ejecución de las penas privativas de
libertad, 93 al 95 ( medidas de seguridad ), 96 al 108 ( extinción de la responsabilidad penal
y sus efectos), 317 al 318-A (delitos contra la autoridad de las decisiones judiciales ), 338-B
al 338-C (Trafico de objetos prohibidos en centros penitenciarios de detención o
reeducativos y uso de aparatos de aparatos, componentes y accesorios electrónicos y de
telecomunicaciones, en centros penitenciarios, centros de detención reeducativos) y
artículo 366-A (tortura).
iii. El Código Procesal penal, especialmente los artículos 62 (unificación de penas), 106
ordinal 6° (derechos de la víctima), 113 (límites) 320 al 341 (medidas cautelares), y
artículos 498 al 502 (ejecución).
vi. Las resoluciones y sentencias de los jueces y Tribunales. Son fuentes de Derecho
penitenciario tanto por contener el quantum de las penas y medidas de seguridad, como
por establecer modalidades que afectan a los derechos y deberes tanto de la
administración penitenciaria como de los propios recluidos ( auto de detención
provisional, concesión o revocatoria de libertad condicional, redención de pena por
trabajo, etc.)
vii. Las normas internacionales que regulan aspectos relacionados con la materia,
elaboradas por las Naciones Unidas o por la Corte Interamericana, acerca de las
condiciones de detención y el uso de la fuerza por parte de miembros de cuerpos de
seguridad del Estado en desarrollo del artículo 5.1 y 5.2 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos.