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INSTITUTO TEOLÓGICO VERBUM DEI

“SAN PABLO APÓSTOL”

PROF: Carlos Mario Toro Bedoya

ALUMNAS: Alma Bautista Chávez


Rosalía Cortés Salinas
Ma. Soledad Fernández Reveles
MATERIA: Itinerario de Ejercicios Espirituales

Madrid, España
2008

1
EL QUE RECIBE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES
VERBUM DEI

INTRODUCCION

I. ACERCA DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES VERBUM DEI

1. ¿Qué son los Ejercicios Espirituales Verbum Dei?


2. Lo específico de nuestros Ejercicios:
3. Lo que se tiene que tener en cuenta en nuestros Ejercicios Espirituales:

II. CARACTERÍSTICAS A TENER EN CUENTA PARA QUE UNA PERSONA


PUEDA HACER E.E. VD DE MES
1. Aspectos a tener en cuenta antes de que la persona realice los EE

a) Características Psicológicas
b) Características Morales
c) Espirituales

2. Aspectos a tener en cuenta en cuanto a las diferentes realidades de las personas.


3. Aspectos a tener en cuenta para conocer previamente a las personas que hacen los
EE por primera vez.

III. CUAL TENDRÍA QUE SER EL TRABAJO DEL EJERCITANTE DURANTE


LOS EE

1. Trabajo de la Palabra de Dios


2. Vivencia de la Liturgia
3. Discernimiento de Espíritus
4. Exámenes durante el día
a) de oración
b) del día
5. Acompañamiento Espiritual y Revisión de Oración

IV. CÓMO GARANTIZAR EL FRUTO DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES


1. Medios de perseverancia después de unos ejercicios.

2
INTRODUCCIÓN

Profundizar en este tema es importante ya que, como hemos visto que el fruto de los
Ejercicios Espirituales no depende solo del que da los da, sino que es fruto también de un
equipo, en el cual el que los recibe tiene un papel importante, puede estar la semilla, el
sembrador apunto, pero si la tierra no esta preparada, la semilla no pueda dar fruto.

Hemos visto importante por eso desglosar el trabajo en cuatro puntos, el primero es
situar el tema dentro de lo que son Ejercicios Espirituales en el Verbum Dei , y aquí
pondremos extractos del material que hemos recopilado del trabajo de misioneras y
misioneros anteriormente, Estatutos FMVD.

El segundo punto es el “antes” de los Ejercicios Espirituales: “preparar-conocer la


tierra”, ya que por experiencia vemos que no cualquiera puede hacer ejercicios espirituales en
completo retiro, y que para poder dar lo que necesitan, se requiere conocer a la persona
previamente. Y también es necesario que la persona prepare su corazón con anterioridad para
recibir la semilla.

El tercer punto es el “durante” de los Ejercicios Espirituales, aquí se gesta el fruto,


Dios derrama su gracia, pero el ejercitante tiene que trabajar, abrirse, acoger, dejarse
transformar por la Palabra. La Palabra tiene su propio dinamismo, va generando en la
persona una respuesta. Pero sabemos que el ejercitante también tiene un trabajo concreto,
sabemos que la oración es don pero también tarea por eso nos preguntamos, ¿cuál tendría que
ser el trabajo del ejercitante?
Otras preguntas que nos han surgido son: ¿Cómo el ejercitante sabe que esta
haciendo bien o mal los Ejercicios Espirituales? ¿Cómo sabe que realmente esta escuchando a
Dios y no así mismo, que esta viviendo ya la voluntad de Dios? Esta etapa la llamamos
“siembra de la semilla”

El cuarto punto es “después” de los Ejercicios Espirituales, daremos un breve esbozo


de lo que vemos necesario para custodiar la semilla sembrada en el corazón de la persona y
que pueda dar el fruto que Dios quiere. Esta etapa la llamamos “cuidar la semilla sembrada
para que de fruto”

Para esta reflexión hemos intentado recopilar información del material que ya
anteriormente se había trabajado. De formaciones que se han dado en reuniones de
misioneras, reflexiones hechas acerca de los Ejercicios Espirituales, y entrevistas elaboradas a
miembros de la Fraternidad.
Sabemos que no partimos de cero, por eso nuestro intento es reflexionar y enriquecer
el tema de los Ejercicios Espirituales sobre todo el papel del que recibe los Ejercicios.

3
I. ACERCA DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES VERBUM DEI

1. ¿Qué son los Ejercicios Espirituales Verbum Dei?


“Los ejercicios espirituales de mes en completo retiro, que practicamos todos los
años en el Verbum Dei –ya como norma invariable- , no son propiamente los ejercicios
típicamente ignacianos. De ellos conservan, tal vez, el que sea en completo retiro, en cuanto
que se viven en el mayor recogimiento y riguroso silencio.” (nº 256 de los Estatutos FMVD ).
En el no. 42 de las constituciones de la FMVD dice que es el método de
evangelización más profundo y eficaz que usamos en nuestro Ministerio de la Palabra
.
Los ejercicios espirituales que se practican en la FMVD a diferencia de los Ejercicios
ignacianos son para un crecimiento progresivo en la configuración con Cristo en el estado de
vida de cada ejercitante.1 “No hay duda de que esta renovación, periódica y profunda que nos
dan estos ejercicios espirituales, constituye para toda la fraternidad una gracia y ocasión
únicas, para ir avanzando en el seguimiento de Cristo, para irnos – como dice San Pablo,
revistiendo del “hombre nuevo, que se va renovando hasta alcanzar un conocimiento
perfecto según la imagen de su creador” Col.3,10 (nº 258 de los EFMVD).
Los Ejercicios Espirituales en el Verbum Dei son “ el singular instrumento con que el
Espíritu Santo ha ido fraguando y configurando año tras año, la fisonomía y carácter propio
del Instituto, hasta transformarlo en una fraternidad contemplativa-activa. De esta oración
intensa ha ido surgiendo progresiva y decididamente el carisma propio del Verbum Dei” (nº
259 EFMVD)

2. Lo específico de nuestros Ejercicios:


“Es especifico de nuestros ejercicios el llevar a las personas al encuentro con Cristo
a través de la Palabra de Dios. El dinamismo de la misma Palabra de Dios es el que va
conduciendo los ejercicios, por eso el que da los ejercicios no dirá citas que apoyen su
propio pensamiento, ni dará lecciones de espiritualidad para que sean piadosos, ni hará una
exposición fría o académica sino que pondrá a la persona en contacto afectivo y efectivo con
la Palabra viva: Cristo. De ahí la necesidad de que la persona que los hace capte la voz del
Espíritu “estando con El y escuchándole”. La persona que escucha al Espíritu, en un trato
amoroso, va captando la voluntad del Padre.”2
De este párrafo podemos reconocer que una cosa especifica de nuestro ejercicios, es
que oramos con la Palabra de Dios, el que da los ejercicios y el que los recibe pondrán todos
los medios, para escuchar la voluntad de Dios y vivirla. La oración va a configurar al
misionero, no es un intimismo, un escape, un descanso.

Los Ejercicios Espirituales por lo tanto no son para ir a descansar, aunque ciertamente
cuando uno esta en Dios descansa, sino para trabajar la tierra y que la semilla entre en lo
profundo del corazón, se trata de trabajar el corazón y dejar que la Palabra se encarne en
nuestra vida. Que transforme valores, criterios, acciones. Transformar nuestro interior para
que cambie nuestra manera de pensar y actuar (cfr Roma 12 1-2)

3. Lo que se tiene que tener en cuenta en nuestros Ejercicios Espirituales:


Uno de los aspectos que se tiene que tener en cuenta es que “El único Director de los
Ejercicios es el Espíritu Santo3. Es necesario no darlo como “presupuesto”.

1
Extracto de la formación impartida por Nuria Frau, a misioneras de España y Portugal en el 2003 en Loeches.
2
ibid
3
S. Ignacio nunca utilizó la palabra “director” para el que guía los ejercicios. Se ha de tener un respeto muy
grande a la acción del Espíritu Santo.

4
Somos conscientes, que unos Ejercicios en silencio, precisamente porque llegan al núcleo
central de la persona, pueden ser de una fuerza transformadora, profundamente eficaz. Por
la misma razón, por el hecho de que lo psicológico y lo espiritual, utilizan los mismos cauces
en la persona, sí la orientación de los Ejercicios, no es suficientemente formada e
informada, también tiene el poder de desestructurar y afectar radicalmente a la persona.
Es Dios quien actúa en la persona y es la persona quien le tiene que responder a
Él y a nadie más.”4
Por lo tanto otra característica de los Ejercicios es que deben hacerse en libertad, es
decir el protagonista es Dios, el ejercitante su único interés es escuchar a Dios y buscar
agradarle. ¿Cómo se puede asegurar esto? Son preguntas que en el tercer punto podamos
volver a retomar.

II. CARACTERÍSTICAS A TENER EN CUENTA PARA QUE UNA


PERSONA PUEDA HACER E.E. VD DE MES

Descubrimos que el sembrador al igual que la semilla son importantes, pero reconocemos
que no basta contar con estos dos elementos, es necesario tener un terreno donde depositar esa
semilla. Esta “semilla” es la Palabra de Dios que es para todo hombre: “pues Dios quiere
que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (2 Tim 2,4), por
tanto, podemos afirmar que el campo es el mismo hombre.
Ahora para hacer EE se requiere de unas ciertas características, por eso es necesario
identificar el campo, que seria la persona, es necesario conocerlo, saber en que momento se
encuentra la persona, para que la semilla sea acogida, asimilada, con la confianza que a su
debido tiempo dará su fruto.

Nos situamos en el “antes de los EE” y a través de entrevistas, vemos necesario que se vayan
perfilando aspectos que se tienen que tener en cuenta para que una persona pueda hacer EE en
el VD, ya sea de la Familia o de la Fraternidad.

Las preguntas realizadas son:

1.- ¿Qué características morales, psicológicas, espirituales crees que deben tener los que
reciben lo Ejercicios Espirituales?

2.- ¿Crees que las características que deben tener los que reciben los Ejercicios son las
mismas para las diferentes realidades? (por ejemplo: discípulos, gente de primera vez,
misioneros, laicos, religiosa(o)s de distintas comunidades)
Si, no ¿Por qué? ¿qué características diferenciarías?

3.- ¿A qué otros ámbitos se podrían proponer nuestros Ejercicios Espirituales?

4.- ¿Crees que se requiere preparación previa y/o conocimiento personal del que hace
ejercicios espirituales por primera vez? ¿cómo tendría que ser?

Las personas a las que hemos hecho las encuestas son todos miembros internos de la
Fraternidad, la mayoría misioneras:

4
Extracto de la formación impartida por Nuria Frau, a misioneras de España y Portugal en el 2003 en Loeches.

5
Marina Peña, Yolanda Rodríguez, Isabel Nadal, Ma. Lucelly Calle, Maria Forteza, Luz Ma.
Arango, Marise Iñiguez, Ma. Antonieta Vargas, Marcela Pacheco, Ma. Claustra Bastida e
Ismael Barros.

En base a las entrevistas realizadas dividiremos este punto en tres bloques:

1. Aspectos a tener en cuenta antes de que la persona realice los EE


Creemos que estas características se tienen que tener en cuenta para todas las personas,
incluyendo miembros internos y de la Familia, sobre todo con las personas que vayan a hacer
EE por primera vez.

En base a la primera pregunta las respuestas han sido las siguientes:


a) Características psicológicas
- Que no tenga ningún tipo de patología en la que esté contraindicado la introspección.
- Contar con un sujeto humano: interioridad, voluntad. libertad, etc.
- que tenga suficiente contacto con la realidad sin excesivo peligro de perder la distancia entre
lo que se piensa y el mundo real.
- una mente frágil, o que pase por un momento difícil, depresivo, de agotamiento etc. no le
ayuda un tiempo intenso de oración (esto comprobado en la experiencia); cometemos a veces
el error al pensar que es un buen momento para hacer los EE cuando se pasa por una
debilidad psíquica; sin embargo es lo mas errado.
- un sujeto capaz de la experiencia de trascendencia.
- Es importante que la persona no vaya con un cansancio físico y mental exagerado. Los
ejercicios no son para ir a descansar.

b) Características Morales
- Capacidad de sinceridad.
- que la persona sea capaz de responsabilidad personal, de hacer sus opciones y tomar
decisiones. Un tiempo de ejercicios pide una conciencia viva y despierta, consciente para
poder asumir la conversión que en cada momento Dios.
- es necesario tener voluntad para renovar, y cambiar lo que tenga que cambiar en su vida,
sino no sirven de nada los ejercicios,
-. Que la persona sea coherente con los valores que afirma y proclama, que reconozca que
valores son los que mueven su vida, y que está dispuesta a cambiar.

c) Espirituales
- La primera característica es que quiera hacer EE, que lo desee.
- la persona tiene que tener ccapacidad de escucha, de silencio exterior e interior. Capacidad
de conversión, generosidad
- Un mínimo de preparación para el silencio y la oración.
- La persona ha de estar orientada a los valores trascendentes, a dejar que Cristo sea el Centro
de su vida..

2. Aspectos a tener en cuenta en cuanto a las diferentes realidades de las personas

Frente a la segunda pregunta: ¿Crees que las características que deben tener los que reciben
los Ejercicios son las mismas para las diferentes realidades? (por ejemplo: discípulos, gente
de primera vez, misioneros, laicos, religiosa(o)s de distintas comunidades)
Si, no ¿Por qué? ¿qué características diferenciarías?

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La mayoría ha respondido que si tiene que tener las mismas características
psicológicas, morales y espirituales. Lo que se ha puntualizado es que tal vez lo que se tiene
que tener en cuenta es la aplicación del tema. Según a quien se vayan a predicar los EE se
tiene que adecuar la temática.

Se recomienda que, en la medida de lo posible, los grupos de ejercitantes pudieran ser


unificados de acuerdo a procesos. Esto sobre todo, en los lugares de más movimiento, sin
quitar que la homogeneidad de grupos también es de mucha riqueza, en estos casos son los
predicadores los que han de tener en cuenta las diferentes realidades:
Los entrevistados nos han respondido:
- Cada etapa vocacional o biológica tiene sus propios ritmos. Las verdades de fe serán las
mismas, pero diferenciaría los enfoques y las concreciones

- otros dicen que según a quien se vaya a predicar los EE se tiene que adecuar la temática
porque las necesidades son distintas, el nivel de fe, de búsqueda, de necesidad de respuesta,
de realidad personal por ello es vital partir de las personas que se tienen y cuanto mas afines
por Ej si es un grupo de 1era vez; o personas que llevan muchos años; discípulos o
consagrados aplicar a esta realidad concreta es lo mas acertado; pues puedes marcar un
mismo nivel en principio a un grupo que tiene las mismas condiciones; distinto que un grupo
de variada realidad es difícil no se consigue responder a todos con la intensidad que se
necesita.

- otro los diferenciaría segun: edad, opción de vida, (porque dependiendo que grupo sea se
marcan unas exigencias, llamadas, propuestas distintas); intensidad de oración el tiempo la
dinámica que se marque en los mismos ejercicios.

Por lo tanto podemos hacer EE según ámbitos en cuanto la Familia VD

Jóvenes Universitarios Profesionistas Matrimonios Viudos (as)

Y si hablamos de la Fraternidad se podrían hacer EE por etapas:

Pre-cursos Cursos de formación Votos Temporales Votos Perpetuos


Misioneras (os) internos Estudiantes Formación permanente

externos Mras- os Apostolado

Aunque también nos han dicho que no se pierda la riqueza de hacerlos juntos aunque
haya diferentes realidades y que es importante que sean eclesiales.

3. Aspectos a tener en cuenta para conocer previamente a las personas que hacen los EE
por primera vez
Vemos importante conocer a la persona antes de hacer los EE ya que por experiencia
nos hemos llevado sorpresas, que en vez de ayudarles en su proceso espiritual, se ven
afectados o surgen patologías. La pregunta que hemos realizado gira en torno a este punto:

7
¿Crees que se requiere preparación previa y/o conocimiento personal del que hace
ejercicios espirituales por primera vez? ¿cómo tendría que ser?

La mayoría de las personas encuestadas coinciden con la importancia de una previa


preparación ya que nuestros EE tienen unas características muy peculiares y no se deben
confundir con otro tipo de dinámicas y convivencias que se pueden proponer a las personas
que oran o quieren aprender a orar por primera vez.

Para esto se propone un camino de oración a través de los medios adecuados: nuestras
escuelas de la Palabra, etc.

Para el cómo conocer a la persona proponemos una entrevista personal.


Es necesario que haya al menos un contacto personal antes de que la persona se presente a los
EE sean de mes o de una semana. Creemos importante no hacer un interrogatorio, pero si
plantear como requisito el rellenar un cuestionario en el cual se podrían introducir las
siguientes preguntas:
- nombre edad, ocupación.
- Pertenencia a algún grupo (opcional)
- Porque quieres hacer Ejercicios Espirituales
- Que te gustaría recibir de estos Ejercicios Espirituales

Y posteriormente en un dialogo descomplicado compartir estas preguntas.

III. CUAL TENDRÍA QUE SER EL TRABAJO DEL EJERCITANTE


DURANTE LOS EE

Cuando hablamos de ejercicios se trata de trabajar, ejercitarse para un fin; en este caso
en el campo espiritual, se trata de poner los medios para el encuentro con Dios, escuchando su
Palabra y así descubrir su voluntad para vivirla.
En los EE no se busca una conversión superficial, o ni tener consolación sino que
cada persona se encuentre con Cristo y se vaya configurando con Él.
Sorprende que San Ignacio no admitía a cualquiera a hacer los EE de un mes,
necesitaba cubrir una serie de requisitos para hacer los Ejercicios de mes: los posibles
apóstoles, que fuera inquieto y preocupado por encontrar el camino para servir a Dios, que
fueran “letrados” o “eruditos”, que fueran personas que tuvieran gran influencia. Y que se
pudieran dar a pocos…. Esto hace pensar que realmente los EE tienen una finalidad
concreta…. Nosotros los abrimos a todos, en este caso hablamos de los EE de mes, pero
tenemos que ser concientes por eso que al ser uno de los medios de configuración del
misionero, tiene que haber un trabajo serio y diligente.
Alguna de las misioneras que entrevistamos nos ha dicho que el trabajo que el
ejercitante tendría que realizar es, primero tener una actitud de “docibilita” esto es estar
dispuesto a trabajar y a que Dios trabaje, apertura, disponibilidad constante que se expresa en
lo momentos ordinarios y extraordinarios.
Es necesario custodiar el silencio, respetar los ritmos, ser fiel a los horarios y a los
medios propuestos, estar ávidos de escuchar a Dios y dejarse trabajar. Por ejemplo en la
predicación, no tener prejuicio sino estar abiertos a lo que Dios quiera decir y hacer en nuestra
vida. También es necesario tener una actitud activa para no dejarnos vencer por la tentación,
el desánimo ante la desolación, la pereza. Los EE solo se aprovecharán si se practican.

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Antes de los EE, preparación para aprovechar al maximo los EE:
¿Cómo tendría que llegar la persona a hacer los EE? ¿Con qué actitudes tendría que
empezar los EE?
Un comentarista de los Ejercicios de San Ignacio dice5 que se necesitan considerar
los distintos condicionamientos externos como internos de cada persona, edad, salud,
capacidad. Los ejercicios no han de fatigar, sino que pretenden liberar y por eso se tiene que
hacer “descansadamente”. San Ignacio ve muy importante dos cosas al iniciarlos “querer”
hacerlos, si el ejercitante va forzado no pondrá el trabajo que de su parte se requiere. Esto
creo que nosotros lo tenemos que tener muy en cuenta, a veces vamos porque los tenemos que
hacer, porque es la fecha que mas me conviene, porque estoy anotado en la lista, pero
realmente no se tienen ganas, o al menos seria bueno hacerse conciente y trabajarse
previamente la disposición para hacerlos. El P. Gil González en su comentario de los EE de
San Ignacio dice que es recomendable confesarse, para que el animo este dispuesto al
empezar los EE6.

Por otro lado hay que “tener subiecto”. Es decir que no se pueden quedar solo en
ganas de hacerlos sino potenciar el animo y la liberalidad, es decir el ejercitante tiene que
empezar con ánimo, sabe que va a empezar una gran obra en la que se juega algo
trascendental. Potenciar la diligencia, que es cooperar con la gracia divina en alejar todo lo
que pueda entorpecer escuchar a Dios. y otra actitud es la liberalidad que tiene que ver con la
confianza, fiarse de otro es renunciar a lo nuestro, dejarme guiar por otro en este caso Dios.
Es estar disponible a Dios para que le pueda pedir lo que sea, hay que evitar en ese sentido
fantasías y ansiedades sobre las cosas que Dios le puede pedir.
¿Como poder ir trabajando esto en nuestras comunidades apostólicas o en la
Fraternidad? Creemos que ya están los ámbitos solo habría que aprovecharlos y enfocarlos un
tiempo antes a la preparación de los EE. Por ejemplo escuelas de la Palabra o Apóstoles,
revisiones de vida, pautas de oración, en el caso de los miembros internos, los retiros,
revisiones o pautas. Lo que sino es que no podemos relativizar la preparación para llegar a
los EE. Ya que a veces se llega muy cansados, o dispersos o por no haber discernido bien si
se tenían que hacer no se obtiene el fruto.

Durante los EE,


Estar dispuesto a hacer silencio exterior e interior, que no esta por demás decirlo, ya
que a veces no se aprovechan más los ejercicios, por este medio que descuidamos. San
Ignacio era muy radical en esto decía que no se tenia que hablar con nadie.
Es importante tener una actitud de adoración, reconocer a Dios como Creador, saber y
experimentar que todo se recibe de Él, sentirse amado, acogido y aceptado por él.
Otra actitud es la docilidad, se trata de vivir el momento presente con la convicción de
que todo es un tiempo de gracia, aunque no lo vea ni sienta. Es importante por eso perseverar
en los momentos áridos y también en los momentos gozosos no instalarme.
Otra actitud es la valentía ante lo que voy descubriendo en mí, a veces no me gusta
tanto, se trata de no tener miedo sino ser radical para afrontar. “un arbolito torcido no se
endereza poniéndolo simplemente recto, sino forzándolo en sentido contrario. No se trata sólo
de decir “no” sino de vencer”

5
¿Quién?
6
¿Dónde?
9
Con esto no se quiere decir que los Ejercicios tenga que ser duros, San Agustín decía
que no por ser duro y desabrido es bueno, se trata de estar con Dios hablar con él sentir el
gozo de su presencia, ese es el fin, lo otro son medios actitudes que hay que ir poniendo.

Concretando más en nuestros EE, veremos los elementos más constitutivos donde
tendría que hacer hincapié el ejercitante para que se vaya dando el fruto que Dios quiere.

1. Trabajo de la Palabra de Dios.


Desde la el inicio del día inicia nuestro ejercicio de oración lleva su proceso: al
principio del día iniciamos abriéndonos a la oración de la Iglesia, oración universal que es la
liturgia de las horas (rezo de las Laudes ), desde donde iniciamos la relación con Dios: en los
himnos, salmos, cánticos, en clave de diálogo personal y afectivo con Dios. Es importante
valorar este momento, a veces lo vivimos ya como rutinario, pero conforme van pasando los
días, nos damos cuenta que Dios realmente nos habla ya desde ese momento y realmente nos
une a la Iglesia.

La predicación (pautas), en la que se nos da la temática, la cual nos va configurando


a toda la comunidad en el carisma específico y en el crecimiento que en ese momento la
Fraternidad necesita, y donde se unifica el contenido y espiritualidad Verbum Dei. Sabemos
que el predicador es simple instrumento de Dios, sin embargo me indica el camino que Dios
quiere ir haciendo.

Oración personal: Luego sigue nuestro momento de dialogo personal con Dios, es
una oración de encuentro, de conversión interna que va transformando nuestra vida. Nuestra
oración es con la Palabra de Dios, que es la que trabajará en el interior de la persona, cambia
perspectivas, horizontes, nos da claves de lectura, ilumina el proceso interior que Dios va
haciendo, nos da sentido.

En el a solas con Dios:


1. Reflexionamos la Palabra. No fríamente ni con el objetivo de saber mas, de
diseccionar la Palabra en partes buscando razones teóricas. Reflexión que va unida al
corazón. Sabemos que esas palabras nos son letra muerta, sino el pensar, sentir, de
Dios. La reflexión va a conquistar mi voluntad para que se adhiere a la voluntad de
Dios y la haga vida: “No aquella palabra de Dios que a nosotros nos place, ni aquella
semejanza de Jesús que con nosotros se aviene, debiera ser nuestra norma de vida y
de la Fraternidad, sino aquella verdad y rostro de Cristo que nos sintetiza y concreta
mejor la voluntad el Padre” (No. 22 Estatuto FMVD).
2. Otro punto importante en nuestro dialogo con Dios es la contemplación de la vida de
Jesús que no es sólo una letra, sino una persona, un Tú a tu que me lleva a una
relación afectiva. Es dejarme atraer por su vida, se pone en juego mi afectividad.
Contemplar no es inventarse cosas o visiones, es escuchar a Dios desde dentro,
sabemos que esto no se logra fácilmente, pero poniendo el silencio, la escucha, un
corazón limpio, Dios nos va desvelando su corazón.

3. No olvidemos que la oración es don y tarea (reflexión), reconocer por tanto, que
también el Espíritu Santo trabaja en el corazón del hombre como dice San Pablo: “El
Espíritu Santo gime con gemidos inenarrables a mi espíritu…” (cf Rom 7 ) haciendo su
labor de transformar a la persona, porque al ir leyendo la Palabra de Dios escrita hace

7
¿Cuál?

10
resonar en el corazón del hombre esa palabra que Dios ya ha escrito. Y la gracia de
Dios actúa dando el fruto que no siempre serán actividades, normas, reglas sino que el
corazón y la mente se van configurando al corazón y al pensamiento de Dios en la
contemplación.

4. Lo que Dios me va diciendo, lo que escucho en el silencio es para anunciarlo a todos,


amasado con la vida, ya que esta no es para provecho personal sino para que sea
alimento para los demás. Aunque estemos en silencio hay muchas maneras de
anunciar su Palabra.

5. La vida de oración, la oración sabemos que no termina por la mañana sino que se
prolonga durante todo el día. Es volver a avivar la fe, compartirlo todo con la
Trinidad, es por eso que es importante el silencio, y que no hay muchas distracciones
externas, para que la persona se vaya adecuando nuevamente al trato con Dios.

2. Vivencia de la Liturgia
Ya que nuestra oración es una oración de presencia, que conlleva todos los momentos del
día: “Nuestra vida discurre en torno al sagrario, y el día cede el turno a la noche y la noche
al nuevo día, en una sucesión continua de citas amorosas con Jesús Eucaristía” (No. 223
Estatutos FMVD ).
1. El “angelus”, el “Padre me pongo en tus manos” estas oraciones nos dan un nivel de
fe profundo desde que iniciamos la jornada, nos abre a la voluntad de Dios, a vivir
desde la fe todo el día.
2. Liturgia de las horas: (Laúdes, vísperas y completas).
3. El rezo del rosario Es un momento muy importante en la dinámica de los EE VD, “…
la Mamá tan familiar y querida, ocupa un lugar único y decisivo, imprescindible e
insustituible en el VD. Ella impulsa y guía el ritmo creciente de nuestra vida de
oración y apostolado, orienta y decide el desarrollo y configuración de la
Fraternidad eclesial” EFMVD 241. Es el momento de compartir con nuestra Madre la
Virgen María y compartir la fe con los hermanos. Es un medio de crear familia, de
sentirnos uno con el mundo y con toda la Fraternidad.
4. Eucaristía, (tiempo y sentido) “Comulgamos para ser lo mismo que recibimos” para
nosotros es también un momento especial, donde no solo recibimos el amor gratuito
de Dios, sino que nos sigue configurando para que su amor sea el nuestro.
5. Sacramento de la reconciliación, que importante es que durante los EE pueda haber
este medio, ya que también es gracia recibida, que nos capacita para entender a Dios y
responderle.

3. Discernimiento de Espíritus
Me parece muy importante que esto lo tengamos muy en cuenta, ya que a veces
podemos terminar los Ejercicios con sentimientos muy bonitos pero que luego en la vida
diaria no se ve plasmada la luz que se ha recibido en Ejercicios, pareciera que no hubiera
habido una conversión auténtica, no hay identificación con Cristo. Y depende en gran parte
de cómo se hagan los Ejercicios Espirituales. Por eso, nos planteábamos cuál tendría que ser
el trabajo del que hace los Ejercicios Espirituales; cómo puede detectar el ejercitante que esta
haciendo bien o mal los Ejercicios.

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Una palabra clave es discernimiento. ¿Qué es discernir? Para San Ignacio, el primer
paso del discernimiento pasa por hacerse consciente de las estrategias del Espíritu Enemigo,
que buscará que el ejercitante entre en la DESOLACIÓN, intentara bloquear el proceso de
apertura al Espíritu de Dios.
En las normas del discernimiento espiritual de los EE, se dan las condiciones de esta
lucha: el que hace los EE, tiene que ejercitar la vida de fe, vivir con esperanza, marcada por
la humildad y paciencia, por la fortaleza, resolución y audacia, y sobre todo por la
VIGILANCIA. En medio de una desolación se aconsejará “no hacer mudanza” ( ver
318.321.326 de los EE de San Ignacio) y procurar cambiarse a uno mismo recurriendo a la
oración y la penitencia ( ver 319.320.325 de los EE de san Ignacio).
Tiene una importancia fundamental en el discernimiento, el EXAMEN para escrutar
los “puntos débiles” donde el Enemigo insistirá con más fuerza (ver 319.327de los EE de San
Ignacio).
Hay dos estados de ánimo que el ejercitando podrá vivir: la CONSOLACIÓN, como
estado de ánimo en el cual la persona se siente llena de amor de Dios por lo que ya no puede
amar a nadie mas, ni nada más. Pero también esta la DESOLACIÓN es el estado de tristeza,
desanimo donde todo se ve oscuro y ya no se quiere seguir.

En el libro de C. Cabarrús SJ, La danza de los íntimos deseos, habla también de lo que
es el discernimiento.
No es preguntar a Dios en cada momento lo que se debe de hacer, puesto que Dios nos
ha dado mente, voluntad, sentimientos para poder reconocer lo que debemos hacer. Lo que
quiere decir es que el discernimiento no se refiere a cosas obvias. El discernimiento va a mas
profundidad, “es encontrar la voluntad de Dios”, pero tampoco es que Dios constantemente
este pensando algo para imponernos, sino que nos va revelando su voluntad y es el camino de
nuestra realización como personas. Tampoco es solamente elegir entre dos alternativas en un
momento concreto. Sino que tendría que ser una actitud vital para practicarla toda la vida.
Cabarrús habla del discernimiento como un diálogo de deseos, los de cada persona con
los de Dios. Pero no los deseos superficiales, sino los que proceden del fondo del ser. Tendrá
mucho que ver con el gran sueño de Dios: el Reino.
Por lo que discernir no es una imposición, exige a la persona ir a lo más profundo y
cotejar constantemente los propios deseos con los deseos de Dios.

Algunos términos básicos para este discernimiento:


Mociones: Dios se comunica a través de estas invitaciones o impulsos y siempre nos llevan a
vivir su voluntad.
Tretas: el mal espíritu también actúa, nos seduce, nos llama, nos hace caer en una trampa.
La cuestión esta en descubrir las acciones del mal espíritu en nuestra vida, ya que los
dos, el buen y el mal espíritu, pueden traernos consolación, cuando sientes que va
entendiendo algo, hay armonía, experimentas paz, alegría ánimo; o desolación, experimentas
confusión, oscuridad, cerrazón, hay palabras de desánimo.
La dinámica del discernimiento pasa por: primero que nada, examinar qué estamos
experimentando, ponerle palabras, darle nombre concreto y segundo preguntarme ¿a dónde
me lleva esto que experimento? ¿Qué invitación descubro? ¿Me lleva a la identificación con
Cristo, a amar mas, a estar mas unido a la Trinidad?
Otra cosa que hay que tener en cuenta es reconocer que muchas veces el sentir
consolación es porque dormí bien, o porque la comida estuvo rica, pero no quiere decir que
estemos hablando de una consolación espiritual. Ahí es donde se juega el camino espiritual,
ya que nos podemos engañar creyendo que la consolación me la esta dando Dios, y tal vez es

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una evasión de la auténtica opción que Dios me esta pidiendo. Supone un conocimiento claro
de uno mismo, ser sincero con uno mismo y con Dios, dejarme acompañar.
Aquí es donde también juega un papel muy importante el acompañante de la oración
que tiene que dar objetividad al camino del ejercitante, no soy yo solo que tengo que recorrer
el camino, sino que en el acompañamiento me pueden dar mas luz acerca de las mociones del
Espíritu o las tretas que me este poniendo el maligno.
Es necesario compartir la oración para que se me pueda iluminar, orientar, aportar lo
que he ido elaborando o descubriendo en la oración, para esto se requiere un diálogo sincero,
una apertura de acuerdo al proceso que Dios va llevando con mi vida, para esto es necesario
que el ejercitante conozca su proceso y pueda integrar esos aportes como un camino
progresivo que le lleve a esa transformación en la identificación con Cristo.
Por lo que podemos reconocer que el discernimiento entonces es un camino espiritual,
que necesita ejercicio y madurez.
Hay dos puntos interesantes a tener en cuenta tomado de las normas de discernimiento
de San Ignacio:
El estratega: Habla como el maligno, enemigo o como quiera llamársele, nos observa
atenta y cuidadosamente por todos lados y mira en donde estamos mas equipados o mas
desprovistos, y ataca en donde mas nos puede hacer daño. (327)
El mensajero de luz: Habla como el maligno o mal espíritu apoya las buenas
intenciones de la persona pero después le atrae hacia las trampas y engaños.(332

4. Exámenes durante el día


Otro punto importante es el examen, ya que como algunos dice, solo se puede entregar
el que es dueño de si mismo, y como seremos dueños sino nos conocemos, y mas aun sino
reconocemos la acción de Dios en nuestra vida.
Se tienen marcados al menos dos momentos de examen:
a) Examen de la oración
1. Después de cada ejercicio de oración.
Es importante recoger también las luces del Espíritu, que es lo que me dijo Dios, que
dificultades encontré, que sentimientos brotaron, por qué, qué es lo que me invita a poner en
practica durante el día. Dar gracias por todo lo dado por Dios, dar gracias por consolación o
desolación.
Hay tantas formas de hacer el examen como personas, siempre según los que hacen los
Ejercicios se pueden hacer propuestas. Lo importante es que no se pase este momento por
alto, es bueno hacer parones para ir reconociendo el trabajo que Dios va haciendo con nuestra
vida.

b) Examen del día


- Reconocer la acción de Dios en todo el día
- Agradecer a Dios el don de la oración y todo lo que hace posible que yo
pueda orar, si he sido conciente de su presencia y reconocer la llamada que me va haciendo
Dios a través de estos ejercicios.

El acompañamiento espiritual8 solamente funciona si el ejercitante es capaz de tener su


propia experiencia espiritual y crecer en ella. Tiene que cultivar sus propios sentidos
espirituales y desarrollar su capacidad de saborear, gustar y experimentar a Dios. Para San
Ignacio esto correspondería al examen de conciencia, para él, es el lugar para hacer este
proceso y desarrollar los sentidos para los gustos espirituales, sabiendo distinguir el gusto del

8
Formación sobre los EE de San Ignacio, I. Eggemann, inéditos, 2004

13
mal y del bien. Para el examen cuenta entonces la misma dinámica como en el
discernimiento de los espíritus: Percibir/sentir – reconocer – juzgar.
Para San Ignacio el examen de conciencia fue un ejercicio constante después de cada
conversación y decisión. Reconocía que Dios poco a poco a través del Espíritu le regalaba
capacidad de discernir, no se fiaba solamente de su capacidad.
Para San Ignacio el examen diario es la oración más importante del día, a la cual nunca se
tendría que renunciar.
Sino tenemos vigilancia el maligno se puede aprovechar de nuestra ignorancia o
ingenuidad, tenemos que irnos haciendo expertos para saber distinguir el camino de Dios y las
tretas del maligno.
Creo que nuestros EE no están tan trabajados lo de los exámenes, para sacarles mas
provecho, es un medio que tal vez poco a poco se va relativizando. Tal vez no es estar
enfocados a tanta revisión durante el día pero si al menos después de cada ejercicio de
oración y al final del día.

Una propuesta para el examen del día:


1. Dejar pasar el día como una película: recordarse sobre todo de los sentimientos;
alegría, paz, dolor, rabia, tristeza
2. Relacionar lo vivido explícitamente con Dios: y descubrir en todo las huellas de Dios.
3. Luego expresar todo en la oración: dándole gracias, pedir perdón, llevar las
experiencias delante de Él
4. Pediendo su ayuda por el día siguiente.

Hoy, por el acento en el pecado, se ha cambiado el titulo: oración de atención amorosa

5. Acompañamiento Espiritual y Entrevista (revisión de la oración)


En cuanto a la entrevista San Ignacio dice que el que hace los EE debe comunicar con
total transparencia a quien da los EE, las “agitaciones” y “pensamientos” que dan origen los
dos espíritus. Una nota que se resalta, es que el que revisa la oración no tiene porque
curiosear en la vida del ejercitante. El ejercitante debe informar fielmente y el que da los EE
dejarse informar. Al primero se le pide una actitud de apertura, al segundo un talante
receptivo que facilite la comunicación. La confianza se gana, no se compra ni se exige. Sin
un clima de mutua aceptación es imposible que el ejercitante verbaliza el movimiento interior
de su espíritu. El papel del que acompaña revisando la oración según San Ignacio es
simplemente quitar obstáculos para que el hombre dialogue con Dios y viva lo que le dice.9
¿Qué diferencia habría con el Director Espiritual? La pregunta que siempre surge es si al que
acompaña la oración le tengo que contar mi vida, cómo fue el año. Hay quien dice no, pero
como hablar de la oración de EE sin que salgan estos aspectos, mi dialogo con Dios va en
relación a lo vivido, lo que tengo que transformar.
Es un punto que se tiene que clarificar, es un tiempo de luz que sería positivo que el
Director espiritual pudiera al menos hablar una vez con la persona durante los EE, ¿esto es
factible por distancias, compromisos?
También según que etapas formativas se tendría que acompañar más de cerca. La
labor del Director Espiritual creemos que no puede ser suplida por el que acompaña la
oración. Sin embargo el que acompaña la oración puede acompañar la luz del Espíritu en ese
mes.

9
TEJERINA, Ángel. Anotación 17, la entrevista, Manresa 61/4, nº 240 (1989)

14
IV. CÓMO GARANTIZAR EL FRUTO DE LOS EJERCICIOS
ESPIRITUALES

1. Medios de perseverancia después de unos ejercicios.

Por lo que hemos dicho anteriormente, los E.E. VD apuntan a una transformación en
Cristo en su pensar, sentir y actuar: “Ser Jesús es en efecto, el supremo ideal que, con toda
justicia, presentamos para todo hombre en nuestra predicación y apostolado. Tal fue el
designio de Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo..” (No. 93 Estatutos VD). Siendo este
el ideal al que estamos llamados, reconocemos humildemente que esto no se consigue de la
noche a la mañana, ni a través de la vivencia de un mes de ejercicios, sino que es un proceso
de toda la vida. Lo que hacen nuestros ejercicios es reestructurar la respuesta a este
seguimiento, desde el estado de vida específico y, de acuerdo a un proceso y etapas de
madurez humana y espiritual de cada persona.

Para que el fruto de los EE siga creciendo durante el año, no surge por generación
espontánea, ni por buenos propósitos o por simplemente quererlo, sino que, requiere de un
trabajo real, de un compromiso serio por parte de la persona y de la vivencia y perseverancia
de unos medios. Por esto, vemos elemental tomar conciencia y reconocer la importancia de
los medios de perseverancia, sobre todo si queremos que la persona identifique en su vida ese
crecimiento espiritual año con año y que esto le motive a vivir cada día con novedad y que
cuando llegue al siguiente mes anual de ejercicios sea para dar un paso mas en el seguimiento.

Los medios de perseverancia que se proponen son los mismos independientemente de


las de personas que participan de EE, y del tiempo que los hagan (mes, quince días, una
semana). Aunque la concreción sea de diferentes maneras. Por ejemplo no es lo mismo la
perseverancia de una persona que pertenece a nuestra Fraternidad y que quiere perseverar en
ella, a otras personas que pertenecen a un grupo de parroquia, grupo religioso, pero que cada
año quieren tener una experiencia de nuestros ejercicios, reavivando la llamada y la misión
que Dios les pide, concretándola de acuerdo a sus medios de perseverancia y su espiritualidad
específica.

La perseverancia dentro de la comunidad, tanto para los miembros consagrados como


para los que pertenecen a la Familia VD es muy importante que se le proporcione un ambiente
adecuado donde la Palabra –semilla- sembrada pueda ser alimentada, regada, custodiada para
que pueda dar el fruto que Dios le prometió durante los ejercicios.

Partiendo de que el primer fruto de los EE es el convencimiento de lo vital que es el


ejercicio de oración, la persona buscará, optará, y defenderá esta vivencia que es la que está
a la base de las demás. Una vez que la persona reconoce la fuente, querrá beber de ella y
llevar a cada persona a beber de la misma fuente.

Aunque la vivencia es personal, se requiere de una comunidad, en la que el primer


compromiso sea ayudar a que cada uno sea fiel a lo que Dios le propuso en el mes de
ejercicios y que se va concretando durante la vivencia de cada día. Esto se logrará con la
vivencia de los medios de perseverancia como son: La revisión de vida o bien un contagio de
fe, en el que la persona pueda con sinceridad ayudar y dejarse ayudar. Esta apertura nos
ayudará a orientar la predicación y la oración, de tal manera que se pueda iluminar la
vivencia diaria sin dejar de apuntar al ideal al que hemos sido llamados en comunidad.

15
También se requiere de la vivencia continua de la liturgia sacramental (liturgia de las horas,
eucaristía y reconciliación)

Por eso en cuanto a la Familia VD, vemos importante que esté acompañada
espiritualmente, y el acompañamiento implica todo, es decir, predicación-oración frecuente
(al menos tres veces por semana), formación en comunidad y acompañamiento personal
(dirección espiritual), actuación en la misión en el ámbito donde se desenvuelve (casa,
escuela, trabajo, barrio).
Que la persona realice la misión según su estado y lugar, ese es uno de los medios de
perseverancia que más proyectan la vida de la persona porque se ve con la necesidad de orar,
vivir los sacramentos y la formación, ya que necesita responder a la fe de los que viven en su
ambiente. (que esté activa en el campo misionero.)

En cuanto a los miembros internos pensando en comunidades apostólicas: deben


procurar una convivencia comunitaria sana, que organicen y proyecten el apostolado juntos,
aunque cada uno tenga ámbitos o áreas diferentes donde cada uno actúe, es bueno que lo
compartan en la comunidad.
Que se cuide la oración y revisión de vida entre los miembros, aunque hagan revisión
con el apostolado o den pautas al apostolado, es bueno que al menos el retiro se prediquen en
comunidad y que juntos proyecten su vida espiritual en concordancia con los frutos de los
EE. Por lo tanto que se procure tener pautas solo para la comunidad algunos días a la semana,
independientes del ritmo o temática que lleven con el apostolado (se necesita para reforzar la
vivencia comunitaria), defender el retiro mensual. No creer que podemos ser autosuficientes
en la vida consagrada y de fe, y que el trajín diario no nos robe la vida fraterna; cuidar la vida
sacramental (Liturgia de las horas, eucaristías, confesión.
Procurar la vivencia de fraternidad los momentos lúdicos.
También es bueno buscar que realice la misión desde su carisma personal, lo que se
dice “buscar el carisma, dentro del carisma Verbum Dei”,
Procurar que todos los miembros tengan un espacio de acompañamiento personal
(dirección espiritual); una vida espiritual cuidada en comunidad y personalmente.

A manera de conclusión, el mes anual de EE, ha sido considerado como un derecho


de cada miembro de la comunidad, como se dice en el Documento Final del II Congreso
General Ordinario de la FMVD: “Hemos vuelto a revalorizar este derecho a la oración
prolongada un mes cada año, verdadera escuela de oración personal, que constituye la
experiencia fundamento de nuestras Escuelas de Oración, Escuelas de la Palabra y Escuelas
de Apóstoles, esencia de nuestra misión” 10

Por todo esto, como miembros internos de la comunidad, es necesario revalorizar, no


perder el objetivo de la misión específica, centrado en la Palabra de Dios, con una finalidad
muy concreta: “Orar la Palabra, asimilándola hasta hacerla vida propia, transformándonos
en ella y enseñándola así a los demás, para que la oren, la vivan y la enseñen vivencialmente
a otros”11.

10
Documento Final del II Congreso General Ordinario de la FMVD. Pág 27
11
No. 10 de las Constituciones de la FMVD

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Tener claridad en el objetivo, nos dará el sentido necesario para vivir con mucha
novedad el mes anual de ejercicios, y no porque “toca” o porque se me “dice” o bien, porque
“está dicho” en las constituciones y es necesario “cumplir” externamente, es necesario hacer
una opción, desear, pedir, valorar este medio que con tanta eficacia hemos experimentado en
nuestra vida.

Reconocemos que a diferencia de los ejercicios ignacianos, que sólo son una vez en la
vida, los nuestros, debido a la llamada propia de reproducir la misma vida de Cristo en
nuestra vida no basta con una sola vez, sino que requiere de toda la vida, conversiones
constantes durante todos los días del año y que el mes de ejercicios nos ayudará a identificar
el proceso de transformación que el Espíritu Santo está haciendo y quiere continuar. Para esto,
es necesario nuestro asentimiento a su acción diaria, es decir, “determinarnos con una
determinada determinación a dejar que nos configure en la practica”.

Otro punto, que no debemos olvidar y que Jaime lo tenía muy claro desde el principio,
es que hacemos ejercicios para luego transmitirlos, esta conciencia da un dinamismo propio,
en la vivencia diaria de los ejercicios.

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BIBLIOGRAFIA

LOP, M. Clases de Ejrcicos y ejercitantes según los directorios,Manresa 36/1, nº 138 (1964)

LOP, M, el director de ejercicios, Barcelona, 1965.

CABARRÚS C. SJ, La danza de los íntimos deseos, Desclée De Brouwer, Bilbao 2006

Constituciones FMVD
Estatutos FMVD

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