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PROCEDIMIENTOS,
FORMULARIOS, ORDENES, DISPOSICIONES
Y CUANTO CONCIERNE
A LOS CUERPOS DE SEGURIDAD PUBLICA.

IMPRENTA " L A P R U E B A » , OBRAPIA 99


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UNIVERSITY OF MIAMI
LIBRARY

Presented by
Mrs. Amalia Bacardi
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RAFAEL ROCHE Y MONTEAGÜDO

LA POLICÍA Y SUS MISTERIOS


COU TJ3ST P R Ó L O G O
DE

RAFAEL CONTÉ

ADICIONADA CON " L A POLICÍA JUDICIAL", PROCEDIMIENTOS,

FORMULARIOS, L E Y E S , REGLAMENTOS,

ORDENANZAS

DISPOSICIONES QUE CONCIERNEN A LOS C U E R P O S D E

SEGURIDAD PUÉLICA

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IMPRENTA "LA PRUEBA", OBRAPIA 99


1908
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Nadie por derecho y por debida consideración es
más meritorio de ocupar la primera página de esta
modestísima obra, escrita sin pretensiones, que la
-entidad que reúne las revelantes cualidades de es-
clarecido patriota y correcto gobernante.
Prescindo de todo encomio porque su civismo é
inteligencia en el cargo que viene desempeñando
está en la conciencia de todos sus conciudadanos, solo
he querido ofrendar mi pobre trabajo, honrándolo
con que ñgure al frente su prestigioso nombre.

EL AUTOR.

LA CASA BELGA
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S R . G E N E R A L E M I L I O NUÑEZ Y RODRÍGUEZ
Gobernador de la Provincia de la Habana.
PRÓLOGO
EL OBRO DE RAFAEL ROCHE

Son pocos, poquísimos, los autores que al ofrecer un libro


al público pueden decir, como Rafael Roche: 41ie aquí una
obra de gran utilidad, tan instructiva como amena, y que
viene á llenar un vacío que se notaba desde hace mucho
tiempo."
Todo ésto (útil, instructivo, ameno y sobre todo muy
oportuno) es el libro de Roche.
Lo único que en mi concepto huelga en esta obra es el pró-
logo: y huelga por dos razones á cual mas poderosa: la
primera, por ser yo el prologuista; la segunda, porque L A
P O L I C Í A Y sus MISTERIOS es uno de esos libros que no nece-
sitan introducción: puede presentarse solo, como el Tonio
de Los Payasos.
Cualquiera que no conozca á Rafael Roche, lo primero que
pensará, al enterarse de que ha dado á la estampa una obra,
es que el activo y sagaz agente de policía, no satisfecho con
los éxitos alcanzados en su profesión, pretende—como otros
muchos,—lanzarse al campo de la literatura, siempre propi-
cio, según algunos, y el refugio más apropósito para todos
aquellos que, habiendo fracasado en un empeño, no tienen
cosa mejor á qué dedicarse, que á la perpetración ele libros
por lo común insulsos y pésimamente escritos. Nada más
lejos de la verdad. Roche, al publicar ésta su primera y pro-
bablemente última obra, no ha sido impulsado por otro estí-
mulo que el inmenso amor que tiene á su profesión.
Así como hay individuos que nacen para poetas, ó para
músicos, ó para cómicos, hay otros que nacen para policías.
Roche es de esta última clase. Es detective de nacimiento.
Cualquiera que entienda de cuestiones policiacas no podrá
IO

menos de exclamar al ver á Roche por vez primera: " H e


aquí un hombre apropósito para el departamento de seguri-
dad y vigilancia."
Físicamente, es el tipo ideal del agente, tal como lo con-
cebía Ledoc, y tal com lo conciben los jefes de Scotland Yard,
de Londres, de la Prefecture, de París y del Central Office,
de New York.
De elevada estatura, fuerzas hercúleas, admirable sangre
fría y valor á toda prueba, la personalidad de Roche es de
esas que impone y subyuga desde el primer momento á los
crimnales más audaces. Si todos nuestros agentes fueran
como él, los casos, ridículos á todas luces, de atentado—aquí
tan frecuentes—serían mucho menos numerosos.
Añádase á esto que Roche conoce bien el oficio y que es
detective más por afición que por necesidad, y se compren-
derá fácilmente el excelente concepto que de él tienen sus
jefes.
El cargo que actualmente desempeña, con general aplauso,
en el cuerpo de policía especial del Gobierno civil de la
Habana, es (para los que como Roche cumplen á conciencia
con su deber) un cargo en extremo difícil y en muchos casos
sumamente riesgoso, y para desempeñarlo con éxito se re-
quiere toda la abnegación, toda la constancia y más que
nada, todo el valor y toda la astucia de este detective excep-
cional, á quien yo (que sé lo que son policías, por las íntimas
relaciones que durante algunos años he mantenido con el
Central Office neoyorkino) no vacilo en proclamar uno de
los mejores, si no el mejor de nuestros agentes.

RAFAKL CONTÉ:.
Habana, Marzo 31, 1908.
LOS ÑAÑIGOS
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LOS ÑA Ñ I G O S
SU ORIGEN Y PROGRESOS

Vamos á poner al descubierto los usos, costumbres y ritos, de esta


asociación, que después de largos años, han venido á ser conocidos,
cuyos actos permanecían envueltos con el más impenetrable misterio.
Nuestro trabajo tiende á que siendo de dominio público sus prácticas,
se proceda, escojitando los medios más adecuados, á la completa extin-
ción del Ñañiguismo, que ha venido y viene infiriendo gravísimo agra-
vio á nuestra cultura.
Tiempo es ya de procurar la regeneración de las bajas capas sociales
del país, destruyendo esos antros do se engendra el crimen nacido de
las Supersticiones importadas y después aumentadas en un medio am-
biente delictuoso y abyecto, que pugna con la actual civilización.
En el año de 1517 se introdujeron en Cuba los primeros esclavos,
continuando la trata durante más de tres siglos. Esas expediciones
procedían de Africa, compuestas de Carabalíes, Ararás, Congos, Lu-
cumíes, Mandingas, Macuás y otras procedencias de aquel Continente,
los que trajeron su idioma, sus hábitos y su idolatría, que tuvieron
forzosamente que abandonar al dedicarse á los trabajos agrícolas y
debido al cambio radical de localidad.
^ Después de algún tiempo se les permitió un día al año, el 6 de
Enero, para que recorrieran las calles con sus trajes oriundos, bailando
al son de atabales y otros discordantes instrumentos usados en sus res-
pectivas comarcas, pidiendo aguinaldo. Ese día de expansión se llamó
de Reyes.
Se les toleró también que en días festivos celebraran sus fiestas en
casas situadas en las afueras de la ciudad, formando una especie de
sociedad nombrada Cabildo, con su jefatura y servidores. Estos cen-
tros, á más de rendirse en ellos culto á alguna divinidad africana, que
a poco sustituyó la advocación de una virgen ó santo de los que venera
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la Iglesia católica, contribuían al enterramiento de algún miembro fa-
llecido, y auxiliando en sus enfermedades á los libres.
Por los años de 1834 á 36, durante el mando del General Don Mi-
guel Tacón, existía en el pueblo de Regla, previo el pago de un arbitrio,
creado por el Gobierno, el cabildo Carabalí Brícamo "Apapá Eft/' al
cual concurrían gran número de negros criollos descendientes de éstos.
Allí tuvo sus comienzos el ñañiguismo, celebrando sus ceremonias pro-
tegidos por los africanos, vistiendo sus mismos trajes, constituyendo
una asociación particular con el nombre de Acabaton, siendo la deno-
minación carabalí ñangáito.
E n progresión exagerada fueron aumentando los prosélitos; pero
sus ascendientes se opusieron tenazmente á ello, fundándose en que
había sido violado el secreto y que por lo tanto debían disolverse.
Puestas en juego súplicas é influencias accedieron á que se congregaran
aparte, mediante la suma de cien pesos que aprontaron, quedando defi-
nitivamente formado el primer juego ó tierra de ñañigos ó arrastrados,
con cuyo último nombre se les conocía por el modo especial con que
ejecutaban sus bailes, haciéndolos aparecer como reptiles humanos.
Fueron jurados por los Apapá Bfí, prometiendo la más fiel obedien-
cia á sus mandatos, quedando obligados á no admitir mulatos, pues,
odiando los carabalíes á los blancos, no debían conceder el ingreso á
individuos de sangre mezclada, durando la prohibición muchos años.
Este juego alcanzó gran prestigio en razón al rango de los amos de
ios asociados, los que basados en la posición de aquéllos, cometían
sangrientos excesos, empezando á ser temidos.
Diez años más tarde se extendió el ñañiguismo por intra y extra-
muros de la Habana, á la que dividían las destruidas murallas, siendo
mayor el número de los criollos que el de los africanos, y sus núcleos
principales el barrio de Jesús María y la demarcación conocida por los
Barracones,
E n el año de 1863 se fundó el primer juego de blancos con la deno-
minación de Ocobio Efó Macarará, cuyo juramento se verificó en la
calle Ancha del Norte num. 115, apadrinado por el de color Efó Guana
Mococó, siendo suspendido en sus funciones por la venta del secreto,
estando prohibida la admisión de blancos y mulatos. La posesión de
dicho secreto, después de grandes discusiones, importó la cantidad de
quinientos pesos, la que fué entregada al primer jefe del Efó Guana
Mococó, con la que fueron manumitidos en parte varios esclavos per-
tenecientes á este juego ; y en 24 de Diciembre del mismo año, tomaron
posesión de sus cargos los trece individuos designados; pero los demás
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juegos de negros no consintieron celebrar alianza con aquellos, ni


mucho menos tomar parte e n . s u s festividades.
Numerosas fueron las luchas entabladas con motivo del juramento
blanco, los que creyéndose autorizados para penetrar en los fambás
de los negros, ó sea cuarto donde celebran sus sesiones, como miem-
bros de la institución, éstos se oponían violentamente, resultando de tal
intransigencia algunos homicidios.
E n cierta ocasión varios ñañigos blancos trataron de asistir á una
tenida ó reunión que efectuaba en una casa de la calle de la Industria
el juego Efí Echemoró, resistiéndose los concurrentes á su entrada,
trabándose recia pelea en que fueron derrotados los blancos, en razón
de ser menor el número de sus combatientes, huyendo en retirada,
siendo perseguidos y alcanzados en las calles de Perseverancia y Lagu-
nas, resultando un muerto y cuatro heridos.
En vista de estas reyertas, determinaron los negros reunirse en
sesión extraordinaria, escogiendo para ese fin el pueblo' de Marianao,
concurriendo los cuatro jefes principales de todos los juegos existentes
en unión con los blancos, formulándose el inquebrantable acuerdo que
fué aprobado unánimemente; para que en ningtin tiempo ni motivo
pudieran inmiscuirse en las funciones y procedimientos de los de
color, y vice-versa; pero que en la vía pública serían respetados como
tales jurados, haciéndose el saludo de armonía, única forma de evitar
disgustos. Desde entonces reinó relativa paz entre unos y otros,
observándose fielmente lo prescrito en el adagio que recibieron de sus
fundadores: La amistad á un lado y el ñañigo separado.
Transcurrieron algunos años sin que se constituyera otro juego de
blancos, hasta que en Diciembre de 1874, se formó uno jurado por el
primero nombrado Ecobio Efó, siendo la ceremonia sorprendida por
la policía, la que se efectuaba en la casa núm. 130 de la calle Ancha
del Norte, figurando entre los concurrentes algunos señoritos que en
aristocráticos salones acostumbraban ostentar el blanco guante, sin que
les causara escrúpulos ni vergüenza pertenecer á tan inmunda asocia-
ción, siendo detenido el hijo de un título de Castilla y otro vastago de
un bien reputado médico. Al poco tiempo se juraban dos partidos
más, uno en Regla, en 1875, con el nombre de Efó Abacuá, y otro en
el barrio del Pilar con la denominación de Ensenillén, y en 1878 ó 79
en el pueblo antes citado, el conocido por Enellegueilé.
i6

PERSONAL OFICIAL ÑAÑIGO

P a r a poder constituir un juego, es necesario que estén completas las


trece plazas que forman la potencia ó Junta de gobierno permanente,
en la cual cada una tiene su denominación particular, que designa su
gerarquía, cargo y lugar que ocupa en la asociación, teniendo un
signo, firma ó distintivo que figuran ,en la lámina de facsímiles que
acompañamos.
Los cuatro «miembros primeros se estiman como jefes superiores, y
los demás, aunque considerados como tales, se denominan en conjunto
abane cues (vocales), teniendo, con arreglo a l a s funciones que ejercen,
su nombre particular:

ier. Jefe : 11 lamba. Ecueñón.


2 o ídem, Isué. N asacó.
3° Idem, M o congo. Aberiñán.
4° ídem, Empego. Me songo.
Insunecue. M o son go.
En cric amo. Encobaré.
Anaonangui. Embocó,

Se compone de plazas secundarias también, como son los cuatro


Diablitos, figurando una mujer, única á la que se permite entrar en
el cuarto fanibá, donde se llevan á cabo las ceremonias, dándosele el
nombre de Casicanecuá ó Ibana, poseedora por lo tanto del secreto de
la potencia ó partido, concediéndosele el honor de portar sobre la cabe-
za la vasija que usan en el juramento.
El Illamba es la representación del Obispo; Nasacó es el brujo del
juego, siendo su misión, al participársele el asesinato de un individuo,
reconocerlo, para lo cual le propina con un palo tres golpes en el vien-
tre, llevando de esta manera al ánimo de sus compañeros el convenci-
miento de que no pertenece al p a r t i d o ; Monifambá es el portero ó con-
serje del butamú ó fanibá, cuya entrada está terminantemente prohibida
.J:•,•';;.;;•;' • i

ÑAÑIGO CARGADO CON E L SACO.


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7
á los profanos, y aun á los juramentados, que debidamente tienen que
acreditar serlo.
LENGUAJE
La jerga que constituye el lenguaje ñañigo, se compone de palabras
de origen carabalí bricamo, intercalando vocablo scastellanos, carecien-
do de artículos, conjunciones y partes gramaticales para formar una
oración completa, cuya amalgama, nunca llena el objeto ni precisa por
lo tanto el concepto, siendo por consiguiente imposible expresar una
idea abstracta.
LTsan también una especie de caló, casi ininteligible hasta para ellos
la generalidad de las veces, que en más de una ocasión hemos oido en
labios de criminales y malhechores, compuesto de palabras inmorales á
las que dan distinta significación de las que realmente tienen, usando
abundantemente del apócope en los finales de dicción.
Recientemente, hallándose en persecución, el autor de la presente
obra, de un individuo sobre el cual recaían vehementes sospechas de
ser el autor de un sangriento crimen de importancia, un inteligente
confidente oyó expresarse de la siguiente manera al que se trataba de
capturar, y que por circunstancias especiales no pudo efectuarse en
aquel momento, dirigiéndose á otro que se encontraba en un café:
"Mangui la jara ya gafó al compa y por si chivetea me la aspiro,
pues si me gafan hasta el berí no paro," co'n lo cual quiso decir:
4
'Amigo: la policía ya atrapó al compañero y por si habla me ausen-
to, pues si me agarran, hasta el presidio no paro."

VOCABULARIO ESPAÑOL-CARABALÍ
El hombre Mombán.
La muejr I baña.
La mujer honrada Eñene.
La mujer de mal vivir I baña moró.
El caballo Llerimán.
El carnero Eron.
El majá Erucurugeñangabian.
El tigre Lie vengó.
El mosquito Ñenequibá.
El pájaro Erunadió.
El toro. Entubicán.
El ratón Emperipé.
i8

La rata Endiagamefé.
El gallo En qui co.
La gallina Enquíco une.
El chivo Embore.
La cabra Embore ibana.
El pez Tanse.
El cangrejo Teremba.
La paloma E r o m i son.
La mosca Embrollé.
El bicho, gusano Cocorico.
El cochino Nanyre.
La lagartija Abaniqué.
El aura tinosa Erenque que apotarenqüe.
La vaca Eñené tnbícan.
La lechuza Cuañusa.
El mono Cu am ico.
El alacrán Changan a cacusa.
El gato . Changana cairemo.
El piojo Enquegüé.
El guanajo Enquirico feafé.
El tiburón Enangubión.
El vientre Embarísri.
Los dientes Ir en.
La lengua Inuá.
La boca I nú.
Las manos Embara.
Los dedos Mombara.
La cabeza Molopo.
El cabello Ocanibó.
La mujer en cinta Ibana ibondá.
El chino asiático Eulofia.
El mulato Ef erebo.
El extranjero Enteme maribá.
El negro Ereno bon.
El muchacho Encricaricá.
El elefante Namatinere.
El muchacho parejero. Encricaricá entullé.
El mentiroso Achenebonco.
El envidioso Tiarorobá.
El entrometido Saero tete erireñón.
I.g

El santo Ita muñón.


El africano Elleníson.
El santo brujo Ch embuto.
El criollo Amanisón.
El sombrero Ibamuson.
La locomotora Aserendé bonicán.
El carbón mineral Itiá bonicán.
El fango Itia mogo.
La piedra Itia.
La loma Barancon.
La loma de piedra Itia banga.
La luna Embanuran.
El sol • Tan son.
El afeminado Erónquibá.
El bobo Mero.
El loco Sansugueré.
El borracho Bombasangamolopo ó Baquen-
deque.
El predestinado Tebábá.
El plato Endiagamé.
El jarro Emporó.
La botella Emprotoco.
El cuchillo Icuá robesieiie.
La cuchara Empairán.
La cazuela Engüegueré.
La silla Engüeta.
El revólver Etombre.
El tabaco Endabaque.
El cigarro Efanipá.
La vela Cauqué.
El sereno (vigilante nocturno) Eneabu mapa.
Gracias Abasí me
Dios te guarde Abasí meguaaná.
Mal rayo te parta Abasí entuane.
Inmoral, malo Embigüi.
El pene Enchore.
El intestino recto Sagú acá.
El pubis Bombo saguaca.
El hospital Cu fon meuamundi.
Las nubes Quendique.
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Las estrellas Embrilló.


El viento Trobo maco inen.
El ser personal Endilló.
La calle Guanecon.
La carretera Guana naruquié.
El inodoro Cu fon molobí.
La derecha * Erufié.
La izquierda Enarufié.
Lloviendo Endique elluao.
M e voy Ibercó.
¿ A dónde vas? Salique.
El cáliz Eribó acaraguaso.
La Magestad (sacramento) Abasi llavéromo.
El Obispo Macarará edibó.
El altar Abacubia.
El saco, vestido del Diablito Afomíreme.
La campana y el cencerro Canica.
El día Abasemeñón.
La noche Abasemeson.
El pan Ibó.
El vino Bafina.
El azúcar Socoro.
El bacalao Enambequé.
El dinero Yeó.
La pluma (de escribir) E n cu ere li lió.
El papel Empenipé.
El coche Encaura.
El barco de vela Embogará.
El barco de vapor Embogará.
El barco de guerra Embogará feíiibé.
El id. id. ya saludó Erembe barori.
El bote Embairán.
La casa Cu fon.
Los zapatos E n coro co.
La camisa Ensenisén.
El saco (vestido) Cofombre.
El soldado Mucumban.
El capitán Enfimereme mucumban.
La policía Mipó.
El diablo Enllogoró.
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La Iglesia Cu fon Abasi.


El río Olilán.
La comida Iriampo.
El agua Umón.
El viejo O cambo.
El joven Encurí.
El cadaver Sangangüer iñán s e.
lva candela Jeán.
El sueño Afogotó.
El hambre Eruquiñó.
La sed Equicon feafé.
La naranja Cuaramita.
La sangre Efión.
El verdugo Erenobon mutié.
El relamido Marubé.
La sombrereta del Diablito Itanmusón afomireme.
Mi madre Acanarán.
Mi padre Eriocambo.
Mi hermano Ocobio.
Uno Iba.
Dos Taibá.
Tres ; Eroibá.
Cuatro Erobican.
Cinco En do mayen.
La leche de vaca Chonquiren .
El compadre Sancarmante ille.
Cállate la boca Tiaa suuso.
No (conjunción) Ir na.
Sí. (idem) Erori.
Bueno, bien Afoneti.
El tambor Encornó.
El garrote Querepón mutié.
El presidio Cu fon eñongoró.
El grillete Eñongoró.
El rey Efimeremoetacuá.
La reina Aferamallé.
El príncipe Unlleguellé.
El secretario Emilloqué.
El rincón Eri o ngó.
El judio Eudisimo.
22

El cristiano Equison.
La ceniza Eruquie.
La cama, el catre Enlluqueendira.
La cárcel Embocobi.
El cocodrilo Mocombé.
El caiman Eandué.
La jutía Agancucá ó encucón.
El huevo Ensenune.
El cañón Ombré.
El machete Emobe.
La guerra Ochangana.
El marinero Eribangandó mutusia chequende-
que maribá nansuco.
El bruto Batanga.
La barbada del saco Iromé.
La mochila del Diablito Enyuga dura.
L a Isla de Pinos Sangarié rie econ.
Carne podrida Enansisi.
La ulcera Lloronllo.
Lo apestoso Inmdiminuo.
Lo bueno Me fon.
Me voy para mi casa Eñón ecufon endabo.
El güin Saecue.
La calavera Molopo sangañanpio.

ALOCUCIONES, SENTENCIAS, REFRANES


Y FRASES SUELTAS

Anabicá poro anabicá fori bongó.


Después que te enseñé me quieres sacar los ojos.

Bimba sanga molopo.


La bebida se le ha ido á la cabeza.

Mutia quereque sanga molopo.


Oreja no pasa la cabeza.

Menina eñon temo mi.


¿ H e r m a n o , qué tienes?
¿3

Emomi ñangasune.
Aquí pensando.

Eriea ñonquie iremo acamba.


En un rincón como un ñañigo viejo.

Chequendeque longorisemó.
El que no tiene corazón, no va á la guerra.

Chequendeque tongobá baile.


Tengo corazón y voy á ella.

Epaparemo moni i paro fomio.


Si tú tienes miedo, yo te acompaño.
Amicha urquiriqui chancombira masongo.
A mí qué me tienes que acompañar. Yo soy hombre.

Etia cu fon enancanica eroiba.


Mi casa es colegio de ilustración.

Endona aguereque Abasí obón Efí.


Dios en el cielo y yo en la tierra.

Efique efique buton, efique e-fique quenamiró aguaría toitó.


Soy un pobre, pero estando con mi familia soy un rico.

Mutia querequé masancoroco. Eoruco via llenisón Eriero el Bongó


etá.
Si quieres aprender, ve á Guinea como yo.

Acanamán Berié acananián ferie Itá maserenda Ecué Illambaó.


Cuando tú vienes, yo voy de vuelta.

Momi guarañongo efembé.


Cuando me meto, es porque sé.

Guarandaria guarandaria seré.


Abre los ojos y mira á tus enemigos.

Guarandaria guarandaria gueremí.


Al amigo lo miro como amigo.
Al enemigo como enemigo.
¿4

Cama tiámbore.
T u madre es de mal vivir.

Llamuriri amuriri abasí.


Vas por mal camino.

Chitube ucano.
H a y una palma.

Champompion ñangandi ñangande.


Lo que fué ayer no es hoy.

Champompon ñangande besia.


H o y es hoy y ayer fué ayer.

Acamaniba cuá acamanbá lié.


Maldito sea el que se muere.

Camanibá.
Maldito seas.

Enagüé fabásese borocaba.


¿ Cuántas ramas hay ?

Utan que fí utan que ubane. U t a n que ororó aguaramallo ecuson


dare ororó que esefó ubane efi enagüe etá motopo sere bindé.
¿ E n qué pila te bautizaste?

Seiro que afoto eres efí ó efó. Mosongo moto cambaban eribó bú
tuba nene bútuba niañene eforí.
Que le den de comer al Bongó.

Mama lleneca, mama llebon, ecuson caniman pa como umbairan ile-


nison.
T u madre en Guinea era una mona, aquí quiere ser g e n t e

Efore sese condo Butamé.


El Santísimo está en el cuarto.

Guanoñongo sangá becondó.


No hay Dios sin Ecué, ni Ecué sin Dios.

Guanañongó, guanañongó acuá.


Quien ha visto judío persignarse.
Endafia aguéreque abasí obon Efi.
Dios en el cielo, y yo en la tierra.
Efion cubon ñangañaco nácara efó sitoguana lluansa.
Tiene título y no sabe sostenerlo.

Embacará eribó enan boroquisun.


En mi tierra soy un rey.
Ecruco momban gasifañori ticonicó.
Todos los hombres aman á Dios de corazón.
Efore sese fore efore nabere bannasacó la murumbá seseribó ecruco.
¿Cuál es la brujería que tiene el Sese?
Englon faba betó irio Bango. Batabá muñón écue acamaro efore
sese illaniba.
Esto es de donde dependen todos los partidos de ñañigos, por ser el
primero que funcionó (Afracamaro).
Echitubé Oldan bata ulloquen munumba sese.
Donde se descubrió Ecue, en el río en que lo vio la mujer que fué
por agua.

Ucano sanga abacuá.


En Guinea hay una palma á la que celebran todos los años.

Macarican bira guanañongó ecombre.


Blanco, si no sabes, no te metas.

Acaraguarandique, aguarandiré ecueñon enquico abasí ecueñon.


Que ponga un gallo en el Bongó.

Nangaitó belamo belanio nangandó.


Cuando yo me muera, ¿quién me va á cargar?

Apromi aprosima acuá llerenda écue usagaré.


¿Cómo fué que se juró el primer juego?
Ñaecue uracondó écue baracondó efomiremo écue efí.
Efó bautizó á Efí, y Efí bautizó á Efó.
Aguara bira equibon eubon eubon ecueñon.
A Ecueñon que busque un majá y lo ponga en el bongó.
26

Bero berobencamá.
Ni una cosa ni otra. ^
Aresere enquico unemue atobo usue seme seme entiero que aberemi
lie ni fan eriero.
Cuando el gallo canta el Ave María, le doy gracias á Dios que me
dejó llegar al día con salud.
Bacribafion enquico na ñonga ñangrin Bongó.
Que mate el gallo y le dé sangre al Bongó.

Abaire feiruncué abanecue tesincanaba écue tancanariongo.


T ú eres muy salado y muy desprestigiado para hablar conmigo.
Illamba bánori como tieme aracaduaca onocongo macheberé y ña sa-
co, saco saco ñanasaco la guerimbá efimeremo toibá.
Illamba y Mocongo están buenos, están por eso trabajando dentro.

Amandio amanllurubé.
Se va el día y viene la noche.

Acua embore boroquí mangue.


U n a vez nada más se castra el chivo.

Enlleremico butuba ensenuné.


El perro come huevo.

Biacuri como lie nequibá.


Ale voy á recoger como los mosquitos.

Moto comoto acama llene efo ecocobioto.


P o r mucho que sepas, sé yo más que tú.

Aranicacua ecuá.
Que le eche sangre á la mocuba. t <

El Bongó muñanga embroredeme arosobí.


El écue es de cuero de chivo.

Anagüe tiasu uso tá fabá llucaba.


¿ Q u é tiene écue que no lo oigo sonar ?

Ecue for Bongó efí Bongó iba abana nuncué.


El primer Bongó lo juró en la Habana Efrí Buton, que eran gui-
ñemos.
2
. 7

Moto umbrícamo.
Yo hablo Brícamo.

Bongó Saguaca Ecue balloson ó


Anague Ecue tiasuoso ata faballucaba.
¿ Qué tiene Ecue que no contesta ?

Anaque Ecue ullo onquemo.


Guenbán, guenbán ócuri Erivó abanecue meno mentiero Efore ma-
llene Efore acambó.
Contesta de Efore Sese Efore.

Guara croquiñón uraton que atongoba acuaromison Echitube en-


tubirán.
¿Cuáles son los partidos ms antiguos de Guinea?
Iriaban,Trian, Tantán, M o m a , Trequiren, Umponmanfogoró.

Enquico que guanan, Enquico, enquico que aguanaton, Carabalí


Bricamo, Carabalí moto umbrícamo, Carabalí guiririampó monina
ñune bibí. Erucurubé ñangabión mogobión sese embuto encabu mapa
Erie Mo songo niotoguana Eribó.
Que se le dé de comer al Bongó, y que le ponga también un majá.

Insue saero eñón llambí abasí Obon Eriero.


Yo soy un hombre libre que ando por donde quiero.

Echitube acambamba, efique buton.


¿Cómo se formó el partido en Guinea?

Efiquefi que buton efique efique Ename onton Ellego Efimeremo


Iboito.
Eurico sangacurico eurico sanga quimagua sanga nampe, ñampé
sanga maribá.
La lechuza se bebe el aceite de los muertos y se va para la mar.

E N C A M E S
(DISCURSOS)

P a r a levantar una sesión, junta extraordinaria ó cualquier ceremo-


nia se pronuncia la siguiente alocución:
U t a n llereumo, enllereiro, iro llaramagua ecucurumbumbé, lla-m-
28

bumbe. Ecue paracamba garacasique el Bongo, Ucano mambre, ucano


mambró Ecue iremo munanga lié. /
Al penetrar en el lugar donde se lleva á efecto una festividad, se ha-
ce la salutación de este modo:
Acuaramiñan gongo aterebongo. lilao uranama má Bondáponquea-
cana pon endique impon, endique mañón moto umbrícamo mañon.
Saludo para el Ecue: Macaró mofé abanecue. Metían conello aba-
necue metían comban abanecue metía como fite abarille.
En un acto fúnebre, llanto ó fiesta de muerto se canta: Galley
ñancucó abanecue entiero. Erie ñenison y guerife fembe sucuruquié
famballin. Mecré bailasina condó. Illamba sique sique macubá.
Conque erivó embore muñaca Baricá encama, entume. Erumeñin ebia
fentan abasí, embarasan écue. Illamba y sánga rerepo ebia epó enapó
Itiaba ororo.
Encame para penetrar en el cuarto Fambá, especie de venia que se
pide: Eribe, eribe, macateberé. Illa Ecue nandiva masongo.
Palabras, {lenguas, según los ñañigos) que se le dirigen al Dia-
blito durante las ceremonias, faltas de sentido común, que dan la medi-
da de la supina ignorancia de los que en tal asociación figuran, cuyas
frases pronuncia con una canturía monótona, uno de los jefes llamado
Encrícamo:
Acuri guana tete o bata orillamba endique Bongó que afragallá ma-
rico afragallá oróme oromé changana que rebó endique. Ibo ñañaco
aracacubia, Biatan lloró.
Diablito : entra donde está Bongó y llora á tu hermano.
Efore muté mil té ñangateté que ñenerí sobé osobericuá Icua, otata
suguremo ecue ruñan Dio.
Diablito: ven conmigo, que donde dejas tú los pies, dejo yo la cabeza.
Champón pon common caco, champón pon camino embira afbmaco
ucana écue anaguereiro murumbá.
Diablito :ten cuidado, que en esa piedra hay brujería.
Acanaguán conipio ucano. Bacanse entomiñon sanga abacuá aca-
naguan dibé.
Diablito: mira aquella palma, ve y dale rama que es cristiana.
Ñaécue beramun quico ucano. Bera cunión sése curi nangandó
nasacó con "abasí usagaré canima nague cama neme f ó.
Diablito: ¿ qué es lo que va á hacer ese Nasacó con el gallo de la
brujería?
Acua beracanaguán acua emborebó achichina afo cancoró.
29

Diablito: date rama en los pies.


Erube naga que embotide babara corobuto ocarama botidé sefabá
sequeso sefabá sequeñon abasí obón efí,
Diablito: coje un majá y mételo en el cuarto.
Guara mayo, guaramanquíco useiro eiitabé faramandise.
Diablito: brinca esa cerca, coje ese gallo y mátalo.
Ñañaco afomaco union y embogará fembé.
Diablito : mira la mar y el barco que te trajo de tu tierra.
Utan Ecue, monina ñenecá ubane moropo mutié caminon encaura.
Diablito: mira á tu hermano, que lo quieren ahorcar.
Durante la pasada dominación española, sostuvieron una reyerta los
juegos Embemoró y Muñanga, matándole éste un miembro, por cuya
razón compusieron una marcha, con la siguiente letra:
"Muñanga Efó mapa Embemoró, Embemoró munuá macará, macará
sangá embocobi Ecue Muñanga E f ó . "
Muñanga mató (venció) los otros del Embemoró huyeron, entregán-
dolos á la policía para que fueran á la cárcel."

TATUAJE
Según aparece, los afiliados al ñañiguismo acostumbran señalarse ó
marcarse diversas partes del cuerpo, con tinta de china indelebre; cuya
práctica, en algunos países, se pierde en la noche de los tiempos. Los
marinero'S, los trabajadores en las costas, y en particular la ralea de
Italia y Turquía, y hasta en las razas indígenas de América, entre
ellas los pieles rojas, lucen caprichoso sdibujos debajo de la epidermis,
siendo uso común en las cárceles y presidios, estamparse en los brazos,
pecho y espalda, alguna fecha memorable, las iniciales ó el nombre de
algún ser querido, una figura religiosa ú obscena, cuyo hábito se conoce
con el nombre de tatuaje.
E n 1896, durante una cruzada que se hizo contra los ñañigos, bas-
taba el hecho de que mostrasen esas marcas, para ser juzgados como
tales, en vista de lo cual muchos hicieron uso de ácidos corrosivos y
substancias cáusticas para hacerlas desaparecer. Actualmente, es un
signo distintivo, un lunar hecho con tinta azul en el pulpejo del meta-
carpio de la mano derecha.
LOS CARABALIES BRICAMOS

SUS CREENCIAS Y SU TRADICIÓN


Según la historia, entre los. primeros cristianos el símbolo del pez
fué objeto de una veneración particular. Se le encontraba pintado en
los techos, esculpido y tallado en las puertas, reproducido en las tumbas
de los mártires, grabado en las sortijas que servían de sello; de ahí que
por algunos se conceptuara tal signo como idolatría ó aberración. Los
Papas usan un anillo que se titula del pescador, sea lo que fuere, esto
sirvió para simbolizar el bautismo durante mucho tiempo, haciéndose
creer que del agua usada en aquel sacramento nacían peces divinos.
Nosotros hacemos la anterior paridad prescindiendo de comparacio-
nes que no pueden tener ninguna relación con la tradición Carabalí
respecto al Ecue, que reviste entre ellos la mayor veneración, y al que
le rinde culto y veneración el ñañigo, figurando en prominente lugar en
el butamú ó jamba, invisible á los profanos.
La citada tradición ha sido siempre, y sigue siendo, lo que constituye
el secreto de la Institución, que desde este momento deja de serlo por
hacerlo nosotros del dominio del libro. La ficción simbólica carece de
poesía y hasta de misticismo, está en harmonía con las prácticas religio-
sas de aquella región.
Ecue es como una representación de la Eucaristia entre los católicos,
pero sin hacer de él el uso que se efectúa con la hostia, su manifesta-
ción está en el sonido que produce un tambor especial.
Ecue es un objeto divino, todopoderoso, un Cristo, un santo, que fué
bautizado por Efí en el río Oldan, que corre por el África Occidental,
y á su vez Ecue bautizó á Efí, tal como resultó á Jesús con San Juan,
y así lo expresa el ñañigo en sus oraciones cuando dice: " Nacué
uracondó Ecue baracundó efomiremo Ecue, Efí," como también Efí le
dio ropa á Efo, y éste á aquél.
Pero entremos de lleno en la tradición, que en verdad adolece de ser
demasiado sencilla, y hasta incoherente.
Ecue, en forma de pez, fué encontrado por una mujer que iba á
buscar agua con una tinaja al río Oldán. Llenó la vasija, y sin aperci-
birse de nada, se la colocó sobre la cabeza, mas en el camino á su casa,
sintió un ruido como el bramido de un toro, soltó la tinaja llena de
horror, y fué en busca de su marido. Este, al llegar; vio que dentro
de aquella había un pescado, le quitó la piel, y he aquí el origen del
Ecue.
3i
Los caraba-lies, al llegar á este país, no encontrando un pez igual para
obtener su piel para el tambor representativo, ó séase sacramental,
lo sustituyeron por el pellejo de embori (chivo), en uso por sus des-
cendientes afines los ñañigos, imitando el sonido original por medio de
un güín colocado perpendicularmente sobre el parche, y bajando los
dedos con presión por él, produce un ruido especial.
Este tambor se coloca en el Ecue sése, especie de sagrario. Todas
las creencias tienen sus representaciones tangibles, externas. El feti-
chismo de los Carabalíes Bricamos, también tenía las suyas, fatalmente
interpretadas hoy, con el aditamento de delictuosos actos.

CEREMONIAL ÑAÑIGO

Hemos manifestado ser ele origen Carabalí Bricmno la institución


tenebrosa de que nos venimos ocupando. Los fundadores carecían en
absoluto de la idea de un Ser Supremo, á quien sustituían por deidades
invisibles ó genios; no así sus descendientes los criollos, que introduje-
ron ciertas prácticas que le han dado un carácter de profanación ridi-
cula del catolicismo, echando por tierra la misteriosa idolatría de sus
introductores en el país.
Cuanto se ha escrito en obras y periódicos acerca del ñañiguismo,
adolece de falta de veracidad, en las relaciones de sus ceremonias,
prácticas, usos y costumbres, bien porque maliciosamente dieron falsos
datos las personas á quienes se dirigieron para adquirirlos, ó por ca-
rencia de estudio antes de referirse á esas circunstancias. Nosotros
no vamos á hacer la apología de nuestro trabajo; pero sí diremos que
hemos recurrido á buenas fuentes, y que con la experiencia nacida de
la práctica, creemos habernos acercado á la verdad, sin exageraciones
ni mistificaciones.
Para constituir sus tierras ó juegos, proceden de la manera siguiente:
Reunidos trece individuos, forman una potencia, nombrando su padrino,
que lo es uno de les existentes; aceptada la solicitud, le imponen una
cuota previa á los futuros ahijados, ascendente á quinientos pesos, que
se emplean en sufragar los gastos que demanda el reconocimiento de
los abanecues (fig.n), ó primeras plazas, como el imprescindible jura-
mento que se lleva á cabo y demás trabajos para que sean reconocidos
por los demás juegos, siendo de cargo del padrino todo lo concerniente
al ceremonial.
Para poder ser reconocido como tales afiliados por los diversos cen-
32

tros, es necesario remitir á cada uno de éstos el presente ú obsequio de


un gallo, con diez días de antelación, adjuntándole un oficio ó comuni-
cación que sirve de credencial para obtar al derecho mencionado.
Llegado el día señalado, se procede á preparar en una habitación
completamente desocupada, cuanto sea necesario para el acto, erigiendo
un altar, en el que figura un crucifijo entre dos cirios, símbolo del
principio que profesan, que Dios debe estar sobre todas las cosas.
Reunidos ya y congregadas las cuatro principales plazas para actuar,
se toma un gallo y se les hace una limpieza, que consiste en frotarles
el cuerpo con él, la que una vez terminada, se saca el ave fuera de la
posesión, cantándose Hoquicó dinán dina (que significa estar ya limpio)
colocándose una cortina de color vivo, nunca negra, en la cual el
Empegó, que funge de escribiente, traza con yeso amarillo un signo ó
firma, con la mano derecha (fig. i ) , cantándose Ho écueillamba oh (ya
firmó el Illamba), después hace otro (fig. 2), cantándose Ho isueribó
engomo (ya rubricó el Isué), haciendo otra (fig. 3), y se canta Mocon-
go ma chévere (ya firmó la tercera plaza, ó séase el Mocongo), proce-
diéndose después á forrar ó colocar un paño sobre el altar, con otra
cortina de color, haciendo la firma del Empegó, cantándose: Empegó
écuerenilló (fig. 5).
* Ante todo se limpia bien el cuarto en sus cuatro ángulos ó esquinas
con el gallo, que vivo se arroja á la calle, haciéndose un trazado con
pólvora desde el Efe-écue, que es el lugar donde se encuentra el Ecue
(fig. 22), hasta la puerta del fambá ó but amé (fig. 19).
Dada la orden de comenzar la festividad, se recita: "Nasacó, saco,
saco, saco na querembá abasende andabaque ecumbarorí epona musan-
gará," ó sea disposición para darle fuego á la^pólvora, alzando, al veri-
ficarse, el canto Llaborogó, que literalmente expresa ya se fué, dirigién-
dosele una salutación al altar en esta forma: Ho abatamí seré.
Después de estos preliminares, se sitúan delante del tabernáculo
todos los útiles y atributos, verificándose una procesión al Bongó Ecué
que se coloca en Fé écué, lugar sagrado á la derecha del mismo, donde
se estaciona el Illamba, no haciéndose visible por ser el secreto del
juramento y sacándose un báculo llamado Bastón Mocongo, se le canta:
Mocongo macheberé, especie de cortesía, emplazándolo también á la
diestra, tomándose después otro nombrado Mosongo, que se coloca á
la izquierda con las palabras: Mosongo moto cumbambá eribó (saludo
al itnosongo que se.encuentra bien) ; y tomándose una copa de madera
con cuatro plumeros, que se llama Sése, es colocada en el mismo lugar,
SIGNOS - FIRMAS - RUBRICAS

V?3.
MI.
Illamba I sué Mocongo

0
r
t
/o
\ r =jT

o\
0
\ 0
\°J
Y Á&
Emboco.
N°6 N°7.
Masongo.

Encricámo.

Eri b a n g a n d ó .

Abasongo. Abanecués.
SIGNOS - FIRMAS — RUBRICAS

Encoboró.

A be riñan.

Fambaltín.

Encandemo. Nampe. Bongó.


33
cantándosele: Esue eribó con el sensebo, como asimismo al crucifijo
Erendio basi Borne (creo en Dios y Dios es grande) y un tambor
llamado de Orden, ó séase Ecue, tarinibongo, el que sirve para impo-
ner silencio en las funciones, sesiones ó juntas que se celebren.
Presentes los patrocinados, que concurren despojados de sus camisas
ó con solo la ropa interior, se les marca con yeso amarillo la cabeza en
esta forma (fig. 27). vendándosele al p ripio tiempo y haciéndoles igual-
mente la misma en lia espalda y pecho ; y en los brazos le trazan esta
señal (fig. 28), como otro rayado -f- en las manos por el lado superior,
y sobre el empeine de los pies.
Los derechos (ofrendas) del juramento, consisten en ios siguientes
efectos, cuyos nombres damos en castellano, con su equivalencia en
Carabalí Brícamo.
Plátano, abereñón: ñame, émbia; eudochan, pimienta de Guinea;
embachán, maní; mécre, ajonjolí; saumió, incienso; ócoró besuá, vino
seco; ocoró biniba, aguardiente de,caña; emboco, caña de azúcar; ajen-
jibre\ moto: sal, agresó; mandibá, la planta que se conoce con el nom-
bre de abrojo; entipán, leña; engomó sároco, yeso amarillo; engomó
macará, yeso blanco; un pedazo de jutía ahumada, encucón; pescado
ahumado, condondó; pólvora, ecún; agua bendita, timón Abasí ó agua
de Dios; un mazo de albahaca, caramerurú, y otro de escoba amarga
que se nombra i fan.
En una copa de cristal se deposita el agua bendita, que se usa á se-
mejanza del hisopo de las, iglesias católicas, para purificar de todo mal
al batamú, tomándose dos cazuelas pequeñas para preparar la macuba,
bebida que figura en todas las festividades, en cuya composición entran
todos los derechos agregándosele aguardiente de caña, á#la que algunas
veces se le pone escoba amarga.
Mientras la ceremonia se lleva á efecto, se oye un ruido especial
que sale del lugar del secreto, ó sea el Ecue, que verifica el Illamba por
medio de un guin, teniéndose preparada lumbre en un fogón para el
incensario, cantándose cada vez que se utiliza: saumió, saumió (sa-
humerio).
Antes de llegar los patrocinados á la puerta del Batamú, se les dan
varias vueltas, á fin de que al entrar en él no sepan donde se encuen-
tran, presentándose tan pronto penetran en la habitación el Diablito
que ha de jurarlos, obligándoseles á ponerse de rodillas ante el altar,
con los brazos bajos y continuando vendados. Entonces el Isue, que
representa el Obispo, procede á bautizarlos, no-á juramentarlos, que es
otra ceremonia distinta, preguntándole á cada uno:
3
34
—¿ Jura usted decir verdad en todo cuanto fuere interrogado ?
—Sí, señor.
—¿Qué fin, ó con qué. idea viene usted á este partido ó á ésta ins-
titución?
—Con el fin de socorrer á mis hermanos.
Después de estas aclaraciones, le coloca el Eribó sobre la cabeza,
resándole en caraba! brícamo el Padre Nuestro.
Ataribó guaso, macará guaso, mutusiá chequendeque mosongo, obon
Illamba abairemo encaura enquico bagarofiá ata fimeremó. Bocon-
dondó abacuá.
Y enseguida el Credo: Endoco endiminoco, aracorocó arabesua,
Enquico bagarofiá Guarasique el Bongó Obón, Illamba.
Portando después el Sése se lo coloca en las manos, haciéndole las
preguntas que siguen :
—¿Sabe usted lo que tiene en las manos?
—No, señor. /
—Es el Sése.
Obligándolo á besarlo, así como la copa de los cuatro plumeros, los
dos bastones citados anteriormente, el tambor que le presenta el Em-
pegó, concluyendo por el crucifijo, obligándosele á beber de la mocuba.
Acto seguido le expone el Diablito:
—El día de mañana en que á usted le pese el haber profesado aquí,
le es imposible arrepentirse; así es que ahora tiene usted tiempo para
hacerlo. Debo á la vez manifestarle que el hijo desobediente que mal-
trata á su padre ó á su compañera, no es admitido en esta asociación.
Una vez hecjio el juramento salen al patio, despojándoseles de las
vendas, haciéndoles saber que son hermanos el Diablito, que los san-
tigua con la escoba amarga, abrazándolos después.
Pasado un corto intermedio dedicado á las felicitaciones de los con-
currentes á los neófitos, vuelve el Diablito conduciendo un chivo para
ser beneficiado en aquel momento, cuya ejecución se dicta de esta ma-
nera por el Isué:
Ñancué guarirlo oseiro ibondá. Embore mana. Embore masacó la
murimbá afoneti.
Y dándole el que está cargado con el saco un fuerte golpe con un
palo, lo mata cortándosele la cabeza, colgándola en el Sese-Erivó, figu-
ra 21.
Se procede á confeccionar la comida, en la cual figura el gallo y los
restos del decapitado chivo7 haciéndose cargo de ella el Encandemo, que
35
asume las funciones de cocinero, entrando asimismo los derechos ú
ofrendas cobrados, y en una cazuela se arroja parte del banquete cerca
ó en el mismo Cementerio, concurriendo á él todos los asistentes,
sentados en el suelo, en el que con anterioridad se ha trazado el signo
de la ñg. 29, alrededor de otra cazuela, .cantando al comenzar, por vía
de benedicite, ccEndocairán cucanagüan ho ¡lambió," en*conmemoración
al descubrimiento de Ecue á orillas del río "Qklan", en Africa, según
la tradición.
En aquel banquete de suyo salvaje, sustituyen á los cubiertos un pin-
cho ó espiche de madera puntiaguda, en justa atención á Guinea, don-
de no se usan, tales instrumentos.
Concluida la comida, en correcta formación se procede á efectuar el
-acto procesional, figurando en él todos los atributos nombrados, portan-
do el suyo los respectivos jefes, estando á la cabeza el Isué con el Eribó
y la cabeza del chivo en la boca, y á su frente va el Diablito haciéndole
reverencias sin volverle la espalda, detrás los recién jurados seguidos
de todos los concurrentes, cantando á compás de marcha, hasta volver
á penetrar en el fpmtbá: uEcueqüé sabia cá, mocongo macheberé," cuya
equivalencia en castellano es: "Mosongo es un hombre grande." Des-
pués de breves momentos, el Illamba dá por terminada la función, y el
Isué canta: "Utan llerimo enlleiriro iro llaramagüá. Ecucurumbum-
bé Uambumbe Ecue para camba. Guaracasi que el Bongó, ucano fiam-
bre, ucano mambró Ecue tremo munangallé. (Ya salieron bien, denle
gracias á Dios se suspende á hasta otro día.) Retirándose con esta des-
pedida todos los asistentes, recogiendo cada uno lo que le perteece.
Para ingresar en la institución ñañiga, es. necesario aprontar, por
adelantado, diez pesos, dos gallos y todos, los derechos ú ofrendas.
Donde verdaderamente se manifiesta hasta un grado que se hace
imposible concebir, el temperamento del ñañigo y sus tendencias, es en
las exequias que tributan á los muertos, culminando en la más espanto-
sa profanación.
Al fallecer un miembro, se circula á todos los jefes de la potencia
por escrito, para que aporten sus limosnas, á ñn de sufragar los gastos
del funeral, procurando sea lo mejor posible, sin que los familiares
tengan que hacer desembolso alguno.
Para, procederse á formar una capilla ardiente, según su rito, cuyas
ceremonias nombran fiesta de muerto, cubren una mesa con un paño
negro, en una habitación contigua á donde se encuentra tendido el
cadáver, colocando un crucifijo entre dos velas grandes de cera, tenien-
36
do al fondo una cortina también negra en que se encuentra imperfecta-
mente dibujada con yeso amarillo, una carabela, figura 20.
Durante el velorio se le canta un lloro: Banibaní mampé anlloró
niouina nampe (vamos á llorar á nuestro hermano). Para empezar el
llanto, hay que tener todos los derechos (ofrendas) como si se tratara
de una fiesta de alegría, cantándose repetidas veces con plañidero tono:
Galley iiancucú abanecue entieró Erie ñenison y Güerife fembe
Encuruquié fambaUin. Me eré ballasima condó... Illamba sique sique
Macuba cauque eribó. Embere muuaca, Barica encama entume eru-
meñin ebiafetán abasí, Manllobino embara sansene Illamba; y sanga
serepo, evia epó, enanipó itiaba ororó.
Alocución que encierra una súplica para que todos tomen parte en el
sentimiento que experimenta el Illamba, que debe ser obedecido.
En el trayecto al Cementerio, van salmodiando:
Galley anlloró eruco m o nica afocancuó. Ecuso mena um parió abasí
manllobino. Mutiaque reque sanga móropo (Qué vamos á hacer,á más
no poder, paciencia. Oreja no pasa cabeza. Que vamos á hacer, Dios
se lo llevó; que vamos á hacer, paciencia.)
Una vez ante la fosa, se derrama en ella él contenido de una botella
de aguardiente, cantándose el siguiente responso:
Bani, bani, ñampé monina ñenecá, mapa saco menombira aprofené
que ateberc. Bata niundirá abaraquesón abara queñón. Galley barí.
(Dios te echó al mundo, fuiste jurado y profesado, y Dios y nosotros
rogamos por tu eterno descanso). Verificado el sepelio, el Illamba
despide el duelo.
No podemos menos que consignar en estas páginas el repugnante
hecho de que fuimos testigos.
Durante la primera intervención, era conducido el cadaver de un ña-
ñigo por la Calzada del Cementerio, acompañado de numeroso séquito,
cantando en su jerga, imprimiéndole á la caja un movimiento oscilato-
rio y formando curvas de un lado á otro del camino, á un paso acom-
pasado, con movimientos lascivos. En dirección contraria venían va-
rios soldados americanos, que al contemplar tal espectáculo, llevándose
el pañuelo á la nariz, por estar el muerto en completo estado de des-
composición, se detuvieron asombrados ante cuadro de tanta profana-
ción, jamás vista en país alguno que se conceptúe civilizado.
A principios del mes de Febrero de 1908, se enteró el que ésta obra
escribe, haber fallecido en la barriada de San Lázaro un miembro del
juego Ebión Efo. á cuyo cadaver se trataba de tributarle las más so-
37

lenines exequias, que acostumbra efectuar la institución, cuando las


circunstancias lo permiten. Puso el caso en conocimiento del Capitán
de la 7a Estación de Policía, quien ordenó se constituyera un vigilante
en la casa mortuoria, el que á pesar de ejercer la mayor vigilancia, no
pudo evitar que en altas horas de la noche se quemara pólvora, en las
habitaciones interiores.
A fin de evitar las reyertas que tienen lugar antes y después del en-
tierro, el referido Capitán y el de la 9 a Estación, enviaron siete parejas
de vigilantes de caballería, sin que por esto dejaran multitud de indi-
viduos apostados en el camino, pretender formar con los acompañantes,
que les fué terminantemente prohibido, lo que nos afirmó en el íntimo
convecimieuto que siempre hemos poseído, que el ñañigo prescinde de
toda clase de razonamientos y medios puestos en acción, cuando trata
de llevar á cabo sus abruptas funciones, de las que se derivan sangrien-
tos crímenes.
38

EL Ñ A Ñ I G U I S M O Y SUS C R Í M E N E S

En el juramento prestado en él para ellos solemne acto de la inicia-


ción, s© compromete el ñañigo en lo absoluto, á vengar al hermano
cuando lo maten, hieran, lesionen ó le infieran ^agravio, aunque perte-
nezca al mismo barrio ó circunscripción, concretándose el deber mutuo
de defenderse, á los que componen un mismo juego, los cuales no pue-
den faltarse ni ofenderse entre sí, de palabras ni de obras, y en caso de
agresión que produzca derramatniento de sangre en un compañero, es
suspendido á perpetuidad el perpetrador, circulándose comunicacicnes
á todos los centros para que no sea admitido en ninguno. Esto explica
el por qué siendo todos ñañigos, cometen asesinatos de que son víctimas
sus miembros, puesto que la protección que brinda la hermandad no
surte sus efectos mas que entre los que se encuentran afiliados á un
mismo juego.
No obstante lo estatuido, sucede con frecuencia disgustos intestinos
en una agrupación, por motivos fútiles ó de mera fórmula en el cere-
monial mal dirigido por el Illamba, al que llama al orden el Diablito,
que lo es cualquiera individuo, con tal que sepa bailar, poniéndose de
rodillas, haciéndolo igualmente cuando aquél sé niega á responderle.
Cuando existen divergencias entre dos juegos, los miembros de am-
bos bandos se praparan para matar á cualquiera de los que componen
la potencia á que pertenece el ofensor: de manera, que muchas veces
transita pacificamente uña persona por la calle, é molidamente recibe
una puñalada, casi siempre mortal, como inferida por una mano ex-
perta, de uno á quien nunca ha ofendido ni aun conoce, por el mero
hecho de ser un asociado de la agrupación contraria.
En sus primeros tiempos no existía ese antagonismo, debido á no
figurar en los partidos hombres como los que ingresaron después, en
su mayoría desertores del presidio, bandoleros, cumplidos ele estable-
cimientos penales, ladrones y malhechores de la peor estofa, que en sus
principios casi se asimilaba á una asociación de socorros mutuos. Esos
elementos la malearon de tal modo, que como antes hemos dicho, se
39
hicieron temibles los wrrastrados, nombre genérico que se le daba á los
antiguos ñañigos, haciendo con sus fechorías aumentar ostensiblemente
la criminalidad.
Debido á las persecuciones, que no son del caso calificar, llevadas á
cabo por el Gobierno, en la real ó "supuesta conspiración llamada "de
las gentes de color/' en 1844, de que fué víctima propiciatoria el malo-
grado poeta "Plácida;" tuvo un receso de relativo largo lapso de tiem-
po, conjeturándose su completa desaparición; pero vuelve á dar señales
de existir latente aun el principio ñañigo en 1850; engrosándose pro-
gresivamente sus adeptos,al extremo que muchas veces se convirtieron
las calles del barrio de Jesús María en campos de batalla, siendo digno
de citarse la noche del 24 de Diciembre del 53, en que motivado por
una reyerta entre juegos contrarios, fué asesinado el Celador de Po-
licía D. José Esquive!. Tuvo por aquella época el ñañiguismo su Na-
poleón, en el negro Manuel Cañamazo, secundado por el Illamba cono-
cido por Mamita en el suelo, que campearon por sus respetos en la
barriada de los Sitios, acabando ambos sus vidas en el Departamental
de Ceuta.
Notable fué por lo pródigo en asesinatos los días del Carnaval de
1865, cuyos detalles publicaron los periódicos de entonces, y que con-
tinuaron con bastante frecuencia hasta Septiembre del siguiente año de
66, en que bajo el mando la Isla del Capitán General D. Francisco Ler-
sundi, fueron deportados á Fernando Poo muchos individuos de pési-
ma conducta, en su generalidad ñañigos.
En los años siguientes tuvo al parecer esa colectividad una existencia
lánguida, registrándose ailgunos hechos aislados. En 1871 adquirió
celebridad por sus sangrientos desmanes, en el barrio de Monserrate,
el negro Enrique Horruitiner ó Sucunvento, que después de extinguir
larga condena, se dedicó al trabajo honrado, observando modijerado
proceder.
En 12 de Marzo de 1875, por disposición superior, fueron declarados
como asociaciones ilícitas los juegos de ñañigos, y en su consecuencia
prohibidas terminantemente las reuniones.
A los pocos días, haciéndose caso omiso de lo ordenado, se sorprendió
una junta en la calle de la Fundición núm. 3, haciéndose necesario
para disolverla la asistencia de la fuerza pública, tal fué la resistencia
que opusieron, y el 27 del mismo mes lo fué igualmente otra que se
celebraba en Paula esquina á Picota.
En 1879. frieron condenados á cuatro años de encierro catorce afi-
40

liados á esta institución, por hallarse complicados en el asesinato de un


sereno, en momentos de transitar un Isué blanco y otro de color por
las calles dé San Nicolás y Lagunas, produciéndole la muerte dos tiros
de revolver y una puñalada asestada en la espaWa por un negro. Es-
tos individuos, estando cumpliendo condena, formaron un juego dentro
de la Cárcel, escogiendo á varios que estaban ya sentenciados, sin que
fuese obstáculo para admitirlos, el que de un momento á otro pasaran
á extinguir sus condenas al Presidio. Para juramentarse burlaron la
vigilancia del Alcaide, y de acuerdo con los encargados de la puerta,
introdujeron se los útiles necesarios, llevando á cabo el juramento, sin
distinción de razas.
En las noches del 7 de julio y 2 de Diciembre de 1881, celebraban
sesión dos partidos, en un sótano de la casa Blanco núm. 4 y Espada
núm. 30, respectivamente, los que fueron sorprendidos, deteniéndose
en la primera 15 individuos, entre ellos dos mujeres, y en la segunda
26 hombres, todos de color.
A las tres de la' tarde del 22 de Octubre de 1882, tenía lugar un
juramento en la casa Malo ja 187, de la que era inquilino principal un
tipógrafo de la Gaceta, el juego Acaniran Efo Primero; copada la
reunión por ia Policía, fueron detenidos 17 afiliados, todos blancos, y
ocupados atributos, trajes de Diablito y su archivo.
De este juego dimanó el homicidio de D. Miguel Martínez, figurando
entre los detenidos el' Illamba D. Antonio Rómay- Empegó D. José
García y Moruá D. Rafael Zamora. En un libro de actas encontrado,
existía el acuerdo en que se disponía la, suspensión eterna del segundo
Isué, que en sus procedimientos significa sentenciado á muerte, por
el asesinato del referido Martínez, y entre los papeles, la siguiente
comunicación:
"Ellegué Efo.—Regla.—Sr. Mocongo de Acaniran Efo.—Manon.
—Pongo en su conocimiento como el día 27 del corriente hemos reque-
rido en la Villa de Guanabacoa á la potencia Ellegué 2 0 ; y ocupan las
cuatro plazas principales los individuos siguiente: Illamba Enrique
García con la de Oían; ínsué Quirino Vaides; con la de Mosongo
D. José Delia: y con la de Isunecué D. Pedro García.—Lo que hago
saber por esta comunicación.—Dios guarde á Vd. muchos años.—Re-
gla, 28 de Agosto de 1882.—Illamba Insue.—Sr. Mocongo de Acani-
ran Efó/'
Durante el año de 1883, fué sorprendido, en 21 de Octubre, un
juego en la casa de vecindad Egido núm. 9, nombrado Abacué Efo.
41

En 1884, ocurrieron los siguientes hechos: En 4 de Enero, sorpre-


sa de una reunión en el solar situado en Tejadillo 59, siendo detenidos
varios individuos que llevaban á cabo sus ceremonias ante el cadáver
de un ñañigo.
En 6 del mismo mes de Enero, fueron heridos tres idnividuos en un
encuentro tenido entre dos cabildos de Mayombe ó Claves, sin diablitos
ñañigos, apesar de serlos, en la calle de San Miguel entre Gervasio y
Belascoain.
En la tarde del 3 de Marzo se efectuó la sorpresa de 25 ñañigos
blancos en Regla, calle de Vista Hermosa, siendo necesario á la policía
sostener una lucha á brazo partido para lograr la detención de los
mismos, incautándoseles atributos y un lujoso saco.
En los días 3 y 23 de Noviembre, tuvieron lugar dos sorpresas: una
en Antón Recio núm. 86, donde se hicieron varios disparos, ele armas
de fuego, y la segunda en la calle de San Joaquín núm. 25, detenién-
dose once individuos, logrando escapar treinta.
El 26 de Diciembre, falleció en la calle de Escobar núm. 212, un
miembro del juego Acaniran Efo, siendo el cadaver conducido á la
casa de Peñalver núm. 96, cuya sala había sido alquilada para celebrar
los funerales. La ceremonia fué interrumpida por la policía, remi-
tiendo á la Cárcel á cuantos allí se encontraban.
El 29 del mismo mes, murió en la calle del Carmen núm. 17, D.
Eduardo Goldevilla y Sánchez, prominente plfza del juego Encorio
Efor 3° Sabedora la policía del ceremonial que se iba á efectuar á las
once de la noche, se constituyó en el lugar, deteniendo á muchos indi-
viduos, escapándose, entre otros, los muy conocidos y célebres en el
ñañiguismo, Lorenzo Torres y Pedro Rivero.
De 1885 al 87, tuvieron lugar varias sorpresas, habiendo decaído en
algún tanto la persecución á los ñañigos, figurando solo con importan-
cia los homicidios del celador del barrio de Pueblo Nuevo, D. José
Moreu, en el mes de Junio del último año que citamos, ocurriendo dos
más el mismo día, que no podemos precisar, uno de un negro en Galia-
no y Salud y otro de un blanco en la Calzada de Belascoain.
A las tres de la tarde del día 3 de Junio de 1888, tenía lugar una
reunión de ñañigos en el domicilio de D. Domingo Ovite, calle de los
Hornos núm. 22, pertenecientes al partido Acaniran, al ser ocupados
los atributos y detenidos los concurrentes, entre los que figuraba Lo-
renzo Torres, y Real del Pozo, Illamba de dicho juego, éste rompió el
tambor de Orden, Bongó, siendo todos, conducidos á la Cárcel; y el 4
42

de Diciembre del mismo año, fué sorprendida otra asamblea con idén-
tico personal en la calle de San Francisco núm. 24.
En las primeras horas del día primero de Enero de 1889, fué grave-
mente herido en la calle de Jesús Peregrino, entre las de Santiago y
Marqués González, 1111 individuo que resultó ser D. Felipe Gelabert y
Molina (a) Mosquito, manifestando ser dos los que le habían agredi-
do, conociendo solo á uno apodado El Ñato, que luego resultó nombrar-
se Celestino Paz y Paz. El herido y el acusado eran de pésimos
antecedentes y reputados como ñañigos; el primero pertenecía al
Echenebion y el Ñato á Muñanga, teniendo por móvil el hecho, las
disenciones que existían entre ambos juegos.
43

EL ÑAÑIGUISMO ANTE EL GOBERNADOR CIVIL

RODRIGUEZ BATISTA

En la época á que nos vamos á contraer, asombraba el número de


prosélitos que militaban, en una de las agrupaciones más bárbaras que
puede haber creado la maldad en inicuo consorcio con la ignorancia.
Lo que consignaremos en estas páginas, puede servir de útil ense-
ñanza y de hermoso ejemplo, su mejor apología está en los hechos que
se realizaron. Júzguenlo los hombres de buena voluntad.
En vista del incremento que iba tomando la asociación ñañiga, en 2
de Enero de 1889, el Jefe de Policía dirigió razonada comunicación al
Gobernador General, poniéndole de manifiesto los crímenes que en la
vía pública se venían cometiendo, siendo vanos cuantos esfuerzos se
hacían para evitarlos, hallándose turbada la tranquilidad de la pobla-
ción, siendo de opinión que solo podrían ponérsele coto, si se estudiaba
una fórmula especial, 110 existiendo otra, en su concepto, que la inter-
vención de personas influyentes de la misma asociación, que se deci-
dieran dar un paso tan trascendental como era el que de mutu propio,
procedieran á entregar los efectos que constituían lo más sagrado del
ñañiguismo, y de este modo concluir de una vez con ella.
En esa fecha existían recluidos en el Vivac varios de esos hombres
que se encontraban en situación expectante para llevar distintos rum-
bos, á quienes se les había aconsejado; y en tna sesión con ellos teni-
da, ante el Segundo Jefe y kfs. Inspectores d* Distritos, convinieron
en que se comprometían, pudie^iido disponer de dos días de libertad, á
convencer á sus compañeros vT amigos, á que les entregaran cuanto
pertenecía á los juegos de Macizó, Ecoria Efó Io, 2" y 30, y hasta el
Bbión:
Conociéndose á la mayoría denlos diez hombres con quienes se con-
ferenció, dio parte el Jefe al Gobernador Civil de la Provincia, de la
resolución que había tomado, la qife mereció su aprobación.
En la noche del 3 vie Enero, va habían sido entregados los atributos


44

y útiles del Macará, habiéndolo efectuado al siguiente día el Ecorio


Efo i°, 2U, 3 0 y Ebión.
El Gobernador Civil, D. Carlos Rodríguez Batista, había logrado
su objeto respecto á los ñañigos blancos.
El periódico La Lucha, en su número del 6, publicó la siguiente
carta:
Habana, 5 de Enero de 1889.

Sr. Director de La Lucha:

.Muy Sr. nuestro: los que suscribimos, detenidos en la Jefatura de


Policía en concepto de ñañigos, acudimos á usted para aclarar ante la
opinión pública, nuestra resolución de terminar de una vez, pertene-
ciendo á una asociación que de una parte está declarada ilícita por
la Ley, hemos llegado á comprender por otra lo errado de nuestros pro-
pósitos, sujetos siempre á persecuciones sin provecho ninguno, ni para
nosotros ni para nadie tampoco.
Hace tiempo que el j e f e de J^olicía el dignísimo señor D. Manuel
Asencio á quien debemos gratitud eterna, porque como ninguno con
sus paternales consejos nos ha abierto los ojos á la razón, trataba de
buscar el medio de que terminasen • los juegos de ñañigos en esta
ciudad.
Por diferentes circunstancias nunca se había venido á un acuerdo,
hasta que reunidos en el Cuartel de Policía, por disposición del Señor
Gobernador Civil, que se ha tomado vivísimo empeño por libertar á la
Habana—\o decimos sin escrúpulo— de un espectáculo que en nada
la favorecía, convinimos todos en el esfuerzo común para que termi-
nasen los juegos militantes; pero si habíamos pertenecido á ellos y vi-
víamos alejados de sus prácticas, porque veníamos viendo el desen-
gaño, no obstante de que siempre éramos víctimas propiciatorias para
la policía, que nos échala mano a LUda instante, en virtud de que hay
muchos en la asociacón, entre ellos \algunos pertenecientes á buenas
familias que la polioa 110 conoce. I
\>os dirigimos al Señor Asencio manifestándole nuestros deseos de
hacer terminar cuanto con la asociación tenía contacto. Dicho Señor
aceptó nuestras proposiciones; las p^úso en conocimiento del Sr. Go-
bernador y éste hizo que se nos autorizase para llegar al fin que todos
nos proponíamos. /
Mucho trabajo ha costado el conseguirlo; porque si bien la mayoría
ha visto los cielos abiertos con la (medida, no ha faltado una minoría
45
ignorante que se resistía hasta con lágrimas, á desprenderse de objetos
que les eran muy caros.
Hoy puede decirse que en la Habana no existe ningún ñañigo blanco.
El que obre como tal, es un miserable. Se han deshecho los juegos
"Mácaró Efó", "Ecbria Efó" i 0 ' 2° y 3°, y "Ebión Efó'', únicos que
existían. Mientras no se hubiesen deshecho, habrían continuado fun-
cionando, sin que valieran de nada las deportaciones ni otras medidas
escogidas que se adoptasen por el Gobierno. Pero hoy ya es otra
cosa.
Volvemos á repetirlo: no existe en la Habana ningún ñañigo blanco,
y esperamos que los dos juegos "Ellegueré" 1° y 2° de Guanabacoa y
Regla, así como los jue.gos de la gente de color que existen siguiendo
nuestro ejemplo, como el más conveniente para el interés de la Ha-
bana, y á fin de que no^ continúen llevándose los ñañigos la triste fama
de ser los autores de cuantos asesinatos se cometen en esta ciudad.
Desde hoy nos proponemos todos entregarnos al trabajo sin faltar
un solo día de nuestras obligaciones; y recibiremos corno prueba de de-
ferencia y como justificación completa de nuestros propósitos hon-
rados el que el Señor Gobernador y el Señor Jefe de Policía nos ha-
gan vigilar y observar nuestro comportamiento en lo sucesivo.
Remitimos á usted una relación de todos los útiles entregados al
Señor Jefe de Policía, y terminamos rogándole la publicación de es-
tas líneas, ofreciéndonos á sus órdenes como sus más atentos s. s.
q. b. s. m.— Pedro Rivero y Serpa.—Ramón Masíp y Moreno.—José
Tellier y Aribau.—Ramón Sánchez.—Calixto Regincos.-—Eduardo Her-
nández Svert.—-Rafael Sosa.—Diego Forteza.—José Casal.—Ramón
Cerezo V aides.
Macará.—Un tambor grande dé tres patas que es la base fundamen-
tal del secreto y que se conoce con el nombre de "Ecué".—Uno idem
pequeño forrado de terciouelo azul con agaraderas de plata, y tin
•crucifijo del mismo metal con cuatro plumeros negros y blancos. Es
también de lo más interesante, y se conoce con el nombre de "Sese".
—Un palo grueso de una vara de largo forrado con cuero de chivo
que tiene por nombre "Mocongo".—Un saco negro con adornos punzó
y unas estrellas en el lado izquierdo, ó séase vestido de diablito, que
es el que se usa en las ceremonias del juramento.—Una cortina con
cuatro firmas que representan á las cuatro principales plazas del jue-
go, que son: Isué, Illamba, Mocongo é Insuriecué. "Isué" significa
como uu obispo de la Iglesia. "Illamba" equivale á un rey. "Mocon-
46

o g " es el abanderado de la potencia. "Isunecué" tiene el significado


de sacerdote de la corporación.
Ecoria Efó i°—Un tambor con tres patas *conocido con el nombre
de " E c u é " . Tiene varios caracteres simbólicos hechos con yeso ama-
rillo. El yeso amarillo es conocido en la lengua ñañiga con el nombre
de engomó.—Uno idem pequeño forado de piel de tigre, con una cruz,
cuatro óvalos y una firma de cordel incrustada en el tambor, que re-
presenta á " I s u é " y dentro cuatro penachos de plumas de gallo.—Un
palo grueso forrado en piel de tigre que tiene por nombre "Mocongo".
— U n tambor de una vara de alto, conocido con el nombre de "Bongó".
—-Una pieza de hierro con dos planchas huecas, conocida por " E n -
con".
Ecoria Efó 2.°'-—Un tambor igual al anterior de tres patas.—Uno
en terciopelo de igual color, llamado "Sese".—Un palo grueso forrado
idem chico en forma de copa con cuatro plumeros morados, forrado
en terciopelo, conocido con el nombre de "Mocongo" adornado con un
cordón blanco.
Ecoria Efó 3 0 .—Un tambor "Ecué", como los anteriores.—Otro
idem en forma de copa con agarraderas de plata y forrado en ter-
ciopelo azul con cuatro plumeros punzó.—Dos palos gruesos con
adornos de cuero de chivo, llamados "Mesongo" y "Mocongo".—Una
armadura del tambor llamado de "orden".—Dos candeleras platea-
dos.— Un saco ó séase vestidura ñañiga.—Una cortina con cuatro fi-
guras que representan las cuatro principales plazas.—Un plumero que
representa el orden.—Dos cencerros pequeños de hoja de lata.
Ebíóu Efó.—Un tambor de tres patas con caracteres de la asocia-
ción llamado " E c u é " . — O t r o más pequeño sin patas, adornado con
caracoles, conocido por el de "Orden".—-Un saco ó traje de "Dia-
blito".
E n ÍO de Enero se reunieron en la Casa Consistorial de Guana-
bacoa, ante el Alcalde Municipal, D. Miguel Ochoa,previamente cita-
dos, D. Enrique García y I). Pedro Ginorio, el primero como Isué del
juego "Enlleguellé", quienes presentaron á D. Domingo González,
Isuncué del mismo.
La citada autoridad los exhortó oportunamente, para lograr la
extinción de la asociación á que pertenecían, que ningún fin lícito en-
gendraba, sino por el contrario,era una mancha para la cultura de to-
do pueblo que revestía los caracteres de ilustrado; por lo cual exigió
de ellos la más formal promesa de propender á su disolución espe-
47
raudo le entregaran los atributos y útiles de que se servían para sus
cermonias.
En señal de aceptación expusieron no volver á figurar en el ñañi-
guismo,'ofreciendo entregarlos en la tarde de aquel día unidos á los
juegos de Regla, lo que fielmente cumplieron, publicando en su con-
secuencia la carta que reproducimos:
Regla, Enero u de 1889.
Sr. D. Antonio San Miguel.
Muy Sr. nuestro : Agradeceríamos de usted la inserción en el perió-
dico de su digna direción, de las siguientes líneas:
Por carta que publicó usted en 5 del actual llegó á nuestro cono-
cimiento que los jefes de los ñañigos de esa capital disolvieron sus res-
pectivos juegos á consecuencia déla intervención del digno Jefe de Po-
licía D. Manuel Asencio. Sabiendo más tarde que en virtud de esta re-
solución se había ordenado el indulto del extrañamiento que contra
algunos de ellos se había decretado, medida de estímulo que todos
vimos con satisfación, y por la que no podemos menos de felicitar al
Gobernador Civil.
Nosotros, jefes de los juegos "Elleneguellé i°. de blancos, "Efí Aba-
raco", "Efí Abaraco" 20. y "Eron Efí" de color, que en esta locali-
dad veníamos sosteniendo, jamás dimos motivos de queja al vecindario
con nuestras reuniones; sin embargo éramos mal mirados y sufría-
mos constante persecución de la policía. Razón había en parte, pues
aunque éramos de condición pacífica, nunca dejaba de ser una insti-
tución que lejos de mejorar nuestra condición individual nos sumergía
en un lodazal; unos se afiliaban creyendo encontrar amparo á sus fe-
chorías ; otros por demasiado inexpertos y los más por mera curio-
sidad, sin poder ninguno desligarse del compromiso contraído por el
juramento de su iniciación. '
Siendo en su mayor parte los individuos que constituyen los juegos
de ñañigos de esta localidad obreros y jornaleros que viven de su tra-
bajo honrado, nos era de todo punto necesario que una mano pode-
rosa ajena á nuestra institución, nos sacase de la abyección en que nos
encontrábamos ; y hoy vemos cumplidos nuestros deseos gracias* á la
persuasión del celador de este término D. Zacarías Marrero de la Fé
auxiliado por el del ferrooarril de la Bahía D. Antonio Hevia Con-
treras, quienes deseosos de secundar los propósitos del Excmo. Sr. Go-
bernador Civil y el Sr. Jefe de Policía, nos indujeron á que entre-
gásemos los atributos con que nos servíamos, á cuyo efecto y para
48

el mayor éxito nos reunimos en la Sala Capitular de este pueblo ante


el Alcalde Municipal del mismo D. Angel Alvarez. Una vez allí y
habiéndosenos ofrecido que cesaría;! contra nosotros todo género de
persecuciones, siendo considerados en lo adelante corno ciudadanos
pacíficos, no dudamos un momento en hacer entrega de cuanto posee-
mos, prometiendo disolver por completo las asociaciones y coadyuvan-
do para que en lo sucesivo no se formen otras análogas, que aun cuan-
do con distintos nombres tuvieran iguales fines.
Llenos de gratitud hacia el Excmo. Sr. Gobernador Civil, al Sr. Jefe
de Policía, al Sr. Alcalde Municipal de este pueblo, al Sr. Celador
Hevia y en particular á nuestro actual celador Sr. Marrero, quere-
mos quede consignado que á ellos debemos la tranquilidad que hoy
disfrutamos ; y ofrecemos al Sr. Marrero nuestro concurso en todo
cuanto se relacione con el espinoso cargo que ejerce, por haberse hecho
digno y acreedor á ello, demostrándolo con el tacto y amabilidad con
que llevó á cabo, para secundar los propósitos de su digno jefe señor
Asencio.
Y al tener el honor de dirigirnos á usted, Sr. Director, adjuntán-
dole relación de los efectos que hemos entregado, le suplicamos omita
la inserción de nuestros nombres, por no ponernos á la vergünza pú-
blica. Por todo lo cual le anticipan sus gracias sus afectísimos seguros
servidores, q. b. s. m.—El Jefe de Enllequellé Efó i.°—El Jefe de
Efí Abacaró i.°—El Jefe de Efí Abacaró 2.0—El Jefe de Erón Efí.
En igual fecha, ó séase el 10 de Enero, procedieron de igual ma-
nera por conducto del moreno Guillermo Lamadrid, los juegos Betón -
go 3,0, entregando sus atributos unidos á los del Pitinacorocó, Enlle-
millá i.°, 2.0 y 3.0, ylbonclá Isagaré, Iquerecuá, Cannaniberé, Bacocó,
Usagaré y Patanga Efó.
Habiéndose pedido á los inspectores de los diversos distritos una in-
formación referente á los juegos existentes en sus respectivas demar-
caciones y el historial de los mismos, resultó: que en el año de 1881 se
constituyó en el barrio del Pilar el juego "Senillán," con doscientos
miembros, siendo sus fundadores D. Federico Martínez (a) Provincia,
sustituyéndolo á su fallecimiento como Isué, D. Antonio Piñales, el
cual quemó su documentación y archivo en el 83, arrojando al canalizo
del río Almendares sus útiles y atributos.
En el mismo barrio radicó por espacio de veincicinco años, con el
nombre de Gumá, una agrupación cuyos primeros jefes fueron los mo-
renos Tomás Pérez y Andrés Mora, disolviéndose á consecuencia de
ATRIBUTOS

Eribó. Ecué.
V
Abasongo.

o fó
4/f f—Z<).
0I0

Mosongo. T a m b o r de orden.

Ni
•h
27
É:
+ 1+
Mosongo.
'49
baber sido sorprendido por la policiía en Diciembre del 84, y el mismo
12 de Enero entregó el pardo Perfecto Herrera, en unión del moreno
Francisco Ventosa, todas las pertenencias del juego Eron, de Guana-
bacoa, haciéndolo igualmente al inspector del segundo distrito Cristó-
bal Pino, del Efí Embemoró; los morenos Prudencio Oseguera y José
Otero, Illamba y Mocongo del llamado Erume, efectuándolo también
los juegos' Araocón, Embire y Quereguá, de la barriada de San
Isidro.
Con motivos de investigaciones llevadas á cabo á fin de averiguar
si continuaba funcionando el grupo Acaniran, implantado en el barrio
de Dragones, del que era Illamba el tristemente célebre en los faustos
del ñañiguismo, D. Lorenzo Torres, se informó haberse disuelto el año
anterior, según su liturgia, y solo los tambores llamados ecué y bongó,
no existiendo ningún jue,go en aquella demarcación.
• El 20 del propio mes detuvo el celador de San Lázaro á los pardos
Felipe Aldarna, Luis Castellanos y José de la Rosa Toraya, ocupán-
doles un saco de cañamazo que contenía una mesa figurando altar, un
crucifijo de cobre dorado, un palo mecongo y una custodia de plomo.
En el mismo día hizo espontánea entrega de los utensilios de la Socie-
dad Inabón, de Guanabacoa, el Isué Carlos Armenteros.
El Inspector D. Juan Arandia, en comunicación que en igual fecha
dirigió al Jefe de Policía, exponía que en la demarcación á su cargo no
existía juego alguno, por haber cesado en sus funciones é inutilizado
sus atributos, los que se conocían con las denominaciones de Unio-
né i.°, Betongó é Iriabón, desde el mes de Junio de 1884, cuyos miem-
bros eran personas de color.
La actitud asumida presagiaba la extinción completa de ese cáncer
social; pero, por desgracia, /a plausible obra de D. Carlos Rodríguez
Batista y D. Manuel Asensio quedó sin concluir en los momentos en
que iban palpándose sus resultados.
Debido á un cambio ministerial en la antigua Metrópoli, fué llamado
á España el entonces GobernadorCivil, paralizándose la beneficiosa ta-
rea que se impuso; y el ñañiguismo, en algún tanto debilitado, volvió
á figurar en las justas criminales, adquiriendo con vertiginosa rapi-
dez nuevos bríos.
AX partir para la Península el Sr. Rodríguez Batista, llevó consigo
algunos de los atributos ñañigos, entre ellos un saco ó traje de Diabli-
to, que pueden verse en la Biblioteca Museo de Ultramar.
50

REACCIÓN ÑAÑIGA

A consecuencia de antagonismos surgidos por ignorada causa, entre


los reformados y bien nutridos juegos Eunomí, del barrio de Drago-
nes, y Equereguá, del Pilar, resultó gravemente herido el pardo Pru-
dencio Rodríguez. El hecho tuvo lugar el 24 de Octubre de 1892 en
la esquina formada por las calles de Salud y Gervasio, haciéndose si-
multáneamente disparos de armas de fuego en Antón Recio y Monte,
por varios individuos afiliados al Ecoria Efó 2.0, capitaneados por el
Illamba D. Cristóbal Novo.
En la tarde del siguiente día 25, atemorizados los transeúntes y ve-
cinos, vieron bajar por la citada calzada del Monte un numeroso grupo
de personas de color, en su mayoría conductores de las carretas que
sirven para el abasto de carne, algunos de ellos á caballo, portando
cuerdas para enlazar en actitud hostil, llamando la atención del co-
mercio establecido en la misma vía,, las versiones que corrían de que
iban á enfrentarse con los que hicieron los disparos el día anterior,
siendo detenidos el pardo José Isabel Martínez, al que se le ocupó una
navaja de resorte de grandes dimensiones, y D. Wenceslao Inguanzó.
El Jefe de Policía, en vista de los referidos conatos de pelea que á
diario se sucedían, en 26 del citado Octubre dirigió al entonces Gober-
nador Civil una comunicación en la que le exponía que las asociacio-
nes ñañigas que en esta ciudad tanto daño habían causado á la tranqui-
lidad y seguridad personal antes del mes de Enero de 1890, en que, de-
bido á las deportaciones á México de varios de sus primitivos jefes,
se había conseguido tranquilidad relativa; pero que parecía pretender
levantar la cabeza, según se había observado con los sucesos ocurridos
en los días 24 y 25 en las calles de Antón Recio, Gloria, M!onte y
Gervasio, con motivo de las desavenencias entre el juego Ecoria
Efó 2.0 y otros, creía de imperiosa necesidad acudir á leyes especiales
y facultades extraordinarias, sujetándose á lo dispuesto respecto á las
gentes de mal vivir.
Si

Como resultado del escrito anterior, le dio traslado al referido Jefe,


el Gobernador Provincial, de la comunicación recibida del Gobernador
General, en que. se le decía: " Q u e la Ley de Bandolerismo de 8 de
Enero de 1877, extensiva á esta Isla por Real Decreto de 17 de Octu-
bre de 1879, e n s u artículo 6.° autoriza al Gobierno General para fijar
el domicilio de las clases de personas conceptuadas como vag'os, en-
tendiéndose como tales los comprendidos en el artículo 10 del Código
P e n a l ; los de mal vivir, sean ó 110 vagos, entendiéndose, por consi-
guiente, en la segunda parte y comprendidos de lleno en ella, los su-
jetos (ñañigos) á que se refería en el oficio de 26 de Octubre, máxime
si se les había seguido causa en que hubiesen conseguido la impunidad
por falta de pruebas."
El primer expediente iniciado con arreglo á la anterior disposición,
lo fué en 21 de Diciembre de 1892, contra el pardo Ignacio Cobas, por
haber pretendido llevar á cabo un juramento en la casa número 8 de la
calle de Colón.
52

DEPORTACIONES ÑAÑIGAS

La disposición que hemos insertado contuvo algún tanto los desafue-


ros del ñañiguismo, concretándose á reyertas de escasa importancia,
durante el año 1893; pero vuelve después á aparecer al siguiente, con
una serie de hechos, figurando entre ellos el homicidio del joven don
Alfredo Padrón, del juego Acaniran, dando lugar á las represalias
que tuvieron lugar los días 6, 7 y 8 de Febrero del 94, por lo cual se
les dio el nombre de Carnaval sangriento; tal fué el número de heri-
dos que se registraron.
El 25 de Agosto de 1896 se encontraban concluidos los expedientes
formados á veinticuatro individuos tildados de ñañigos, todos de pé-
simos antecedentes, que presentaban en sus cuerpos los signos que
usa la asociación, cuya detención tuvo por objeto evitar mayores crí-
menes, alterando el orden público, dada la actitud de unos grupos que
recorrían los barrios extremos, buscando el modo de vengarse mutua-
mente á consecuencia del asesinato del pardo Francisco Flores (a)
Francisquillo, ocurrido en la demarcación de Pueblo Nuevo el 22 del
mismo mes, por los juegos Muñanga y Betongó, siendo el muerto del
Ebión, perteneciente á San Lázaro.
"Estas asociaciones, que desde tiempo inmemorial han venido echan-
do raíces—exponía el Inspector Cuevas,—sin que ninguna medida
enérgica les haya hecho retroceder en la senda criminal emprendida,
han sido siempre funestísimas, y sólo son penados con dos á seis meses
de prisión, por ser tratados como asociación ilegal; por lo que propone
que todos los comprendidos en los expedientes, sean deportados fuera
de la Isla."
El Gobernador General, en 28 del mismo Agosto, dispuso fueran ex-
trañados los referidos 24 individuos á la Isla de Fernando Póo, donde
se les fijó su domicilio, despachándoseles el oportuno pasaporte y
embarcados en el vapor "Ciudad Condal" el 30 del citado mes con des-
tino á dicha Isla.
53
En 7 de Septiembre se encontraban recluidos en el Vivac noventa
y cinco individuos de diferentes razas acusados de ñañigos, los que
fueron reconocidos como tales por funcionarios antiguos de la Policía
de la Habana, disponiéndose la formación de los respectivos expe-
dientes, observándose las marcas ó tatuaje que ostentaban.
En junta celebrada el mismo día, á la que concurrieron los inspec-
tores y celadores, presididos por el Jefe de Policía, se acordó fueran
puestos en libertad treinta y uno y el resto, ó sean sesenta y cuatro,
embarcados en el vapor "Buenos Aires", que salió de este puerto el
30 del mismo mes, como igualmente 48 en el "Isla de Paray", el 30
de Octubre. Siéndolo asimismo J2 detenidos que embarcaron en el
vapor "Ciudad de Cádiz", que zarpó de ste puerto el 30 de Noviembre
más un expulsado para México, en él "Ciudad Condal."
Como resultado de la Junta que se celebró el 21 de Diciembre, lle-
varon el mismo destino cincuenta individuos; y en 26 de Febrero de
1897, se expidió pasaportes á dos ciudadanos americanos que fueron
extrañados á los Estados Unidos, saliendo en el vapor "Mascotte."
Las últimas deportaciones llevadas á cabo lo fueron en 28 de Febrero,
10 de Mayo y 10 de Junio del mismo año para la Isla de Fernando Poo,
por el tiempo que el Gobierno tuviera por conveniente, formando las
tres reuniones un contingente de 36 individuos; y en 17 de Sep-
tiembre se obligó dejar el país á dos americanos tildados de ñañigos.
Los acontecimientos políticos que se desarrollaban entonces, fueron
tal vez causa de que cesara tal medida que evidentemente trajo un
período de tranquilidad, librando á esta sociedad de otra perturbación,
que hubiera aumentado el malestar en aquellos críticos días.
54

EL Ñ A Ñ I G U I S M O EN ACCIÓN
Era general creencia que las asociaciones del ñañiguismo se en-
contraban en tal estado de inercia que, según opinión se trataba de su
completa extinción, fundándose esta suposición en las tenues señales
que de su antigua actividad estaban dando sus asociados.
Pero desgraciadamente los últimos sucesos han venido á demostrar
lo contrario y la necesidad de ponerle barreras para detener que vuelva
á presentarse con el auge de pasados tiempos.
El primero de Enero de 1908, en las primeras horas de su mañana,
el que esta obra redacta, dirigió atento parte al Sr. jefe de la Policía
Especial del Gobierno de la Provincia, informándole que á las doce de
la noche anterior y aprovechando un grupo de hombres de color los
petardos que el pueblo disparaba con motivo de la festividad de Año
Nuevo, probaba sus rewolvers, en la esquina formada por Zanja y
Oquendo, sosteniendo poco después campal batalla varios individuos
pertenecientes á los juegos ó partidos ñañigos, Muñanga y Betongó,
el primero, del barrio de Pueblo Nuevo y el segundo, del conocido
entre ellos, con el nombre de los Barracones.
Este primer encuentro ocurrió en Zanja y Chavez, alentando sus
respectivos Illambas á la pelea á sus acompañantes y afiliados, saliendo
á relucir armas de todas clases.
Al ocurrir la segunda coalición en las calles de Salud y Santiago,
resultó herido el jefe de los Muñanga, quienes se declararon en preci-
pitada fuga, siendo perseguidos por el Betongó largo trecho, sin po-
der darles alcance, diciéndose que habían resultado varios lesionados,
que 110 hicieron su presentación en las Casas de Socorro.
Nosotros, ampliando nuestra información, expusimos los rumores
que habíamos recogido, respecto á las reyertas que se preparaban en-
tre los que militaban en los distintos grupos de tan tenebrosa sociedad,
asegurándose que el día de Reyes sostendrían sangrienta riña los
miembros del Bbión Efó, de San Lázaro, Muñanga y Betongv, que
se encontraban bien armados y dispuestos á la pelea.
55
También manifestábamos, que en la tarde del primero de Enero de
1908, recorrían las calles de Alambique y Florida, una numerosa y
compacta clave, en cuyo centro, cubierto por los concurrentes, figuraba
un individuo con el traje y todos los atributos ñañigos; y que había
llegado á nuestras noticias, que á consecuencia de la intervención de
los Queregüá de Jesús María, los Gumanes del antiguo Manglar y
Eericomó del mismo Pueblo Nuevo, se había conseguido una tregua
entre los juegos contendientes, sin que esto supusiera que había cesado
su antagonismo.
El Sr. Juez de Instrucción del Oeste, á quien se le dio traslado de
nuestro informe, se dirigió al señor Secretario de Gobernación, dándo-
le cuenta del caso, para que dictara las medidas oportunas, en atención
á los hechos denunciados, y el señor Emilio Sardinas, Capitán de la 7a
Estación de Policía, en escrito que dirigió al mismo Juez, participaba
haber practicado investigaciones que confirmaban nuestras manifesta-
ciones, agregando igualmente, existían hondas rivalidades entre los
juegos ñañigos del Cerro.
Después de la pelea, varios de los ñañigos se presentaron á un indi-
viduo conocido por El Chvno, de raza blanca, antiguo Illamba, hoy
alejado de toda participación en los juegos, para que interviniera en
la contienda, logrando, según manifestó ante el Sr. Juez del Oeste,
donde le condujo el referido Capitán Sardinas, poner de acuerdo al
Muñanga y Betongó.
Fueron dignas de encomio las medidas tomadas por los Capitanes de
la 8a y 10a Estación de Policía, evitando con ellas la perpetración de
crímenes en la vía pública, y la consiguiente alteración del orden.
En la noche del 23 de Febrero del mismo año, mientras se celebraba
una clave en la Calzada de Belascoain y Jesús Peregrino, sostuvieron
un tiroteo los Betongó y Muñanga, resultando tres heridos.
La comparsa El Yumurí, perteneciente al barrio del Pilar, con moti-
vo de los festejos invernales, se les permitió recorrer las calles la tarde
y noche del 8 de Marzo, compuesta en su mayoría de miembros afilia-
dos al juego de los Gumanes.
Igual concesión se le hizo á la de Los Congos Libres, que la forman
individuos del Efericomó, dirigiéndose á otros lugares fuera de su de-
marcación, con objeto de librar batalla en terreno neutral, teniendo lu-
gar una de éstas en la calle de San Nicolás, entre Corrales y Gloria,
resultando un muerto y varios heridos.
56

1908
RELACIÓN DE LOS J U E G O S D E ÑAÑIGOS EXISTENTES CON EX-
P R E S I Ó N DE LAS RAZAS QUE LOS FORMAN, CIUDADES, PUEBLOS
Y BARRIOS EN Q U E RADICAN.

HABANA
BLANCOS
NOMBRES - BARRIOS

Ebion Efó San Lázaro.


Ecorio Efó Taibá 2.ü Jesús María.
Ecorio Efó Eroibá 3.0 Jesús María.
Rndenillan Sitios.
N1;GR0S
Enllemillá. Sitios.
Guman Efó Cerro.
Iriabon Efí Pilar.
Equereguá Colón.
Ebiabanga Efó ídem.
Betongó Pueblo Nuevo
Muñanga Efó ídem.
Efericomó Punta.
Barocó Belén.
Gunabocó ídem.
Ebemoró. Barracones.
REGIA
BLANCOS
Ouendeulluao.
NEGROS
Abacua Efó.
57
GUANABA-COA
BLANCOS

Nandibó Efó.

NEGROS

Urabacua—Eron Eta.
Ficunacuá—Erube.
Esieron—Encleta

MATANZAS

Ebiabanga Efí—Ebiabanga Efó.


Ariabon monson Efi—Embemoró Efo.
LA BRUJERÍA
PROEMIO
Según el sabio escritor francés Fernando Nicolay, en su obra
Historia de las creencias, los pueblos salvajes admiten la existencia de
po d ere s so brehumanos.
Cuando se confunden estos poderes con las fuerzas ó los elementos
naturales divinizados, se tiene el naturismo. Cuando se cree que mo-
ran en ciertos objetos en calidad de espíritus, genios, fetiches, manitús
ó chemís, nos encontramos en presencia del animismo. Cuando se
ocultan bajo figuras que revisten ordinariamente la forma humana, es
la idolatría.
Cuando se asimila á los salvajes, con puros materialistas, se desco-
noce la significación de los amuletos (cayajabos), talismanes (reli-
quias), lo mismo que el sentido verdadero de los ritos y supersticiones
á que dan los no civilizados una importancia capital. Lejos de negar
lo sobrenatural, lo exajeran al extremo de ver una acción divina en
los medicamentos más vulgares.
Si la substancia ingerida produce un efecto saludable en el organis-
mo ; si una fricción ó un masage repetido alivia al, paciente, deducen
de ello que un espíritu curador comunicado por el contacto de las ma-
nos del brujo-médko ó alojado en la poción, ha combatido, expulsado,
ó reducido á la impotencia, á los espíritus malignos, únicos autores del
mal que se sufría.
Los hechiceros piensan que el espíritu de la enfermedad así arroja-
do, irá á habitar el cuerpo de una gallina, por ejemplo, condenada por
el brujo á tal oficio, y que será extraviada lejos de la choza; y según
Mr. Burton, en un keti, objeto insignificante, un clavo, un pedazo de
vidrio, un trapo, en una palabra, para un negro de la costa del Congo,
siempre es el espíritu el que obra.
Por grosero que sea el fetichismo, cree en lo sobrehumano, bueno ó
62

malo. Tiene su fe, sus ritos, sus fiestas, sus ofrendas, sus sacrificios,
siendo la religión de la mayor parte del Continente Africano y de las
islas de Occeanía.
Los negros creen que al volver al mundo, los muertos nacen de nue-
vo. "He visto, dice el Rev. Padre Bandín en su obra Religión de los '
negros en Guinea, á un niño á quien su madre no se atrevía á pegar;
hasta se sometía á sus caprichos, porque el brujo había declarado que
el recién ^nacido era el abuelo de la madre. De modo que el nene era.
su propio bisabuelo."
"Extremada la teoría de la intención en las acciones humanas, es-
cribe el Or. Barret en su libro Africa Occidental, el indígena se abroga
el derecho de hacer sagrado, inviolable, tal objeto, al que concede un
privilegio ó patente divino, convirtiéndolo en fetiche (ídolo), gracias á
ciertas ceremonias que tienen para él un carácter sagrado."
Y. confirmándonos en las apreciaciones que hacemos en este libro,
expondremos lo que expresa Mr. Nadaillac:
"Los dioses como Obatalá, dicen los negros, pueden hacer cuerpos,
pero no animarlos; Dios (Olorún) se reservó este poder. Se figuran,
en efecto, que Dios después de haber encargado á Obatalá que gober-
nase el mundo, se retiró para no ocuparse mas que de su propia, feli-
cidad ; y que, demasiado grande para meterse en las cosas del mundo,
permanece dormido en el ocio. Sin embargo, en un peligro inminente,
en una gran aflicción ó cuando son víctimas de una manifiesta injusti-
cia, toman á Dios por testigo de su inocencia. Olorún ri-mi, Dios me
ve. Olorún mo po emí Kopuro, Dios sabe que yo no miento. Olorún
gha mío. ¡Oh Dios, salvadme! Juran diciendo: ¡Olorún! ¡Olorún!
¡Dios! ¡Dios! levantando al mismo tiempo las manos hacia el cielo.
Es creencia general que las enfermedades y la muerte en cuanto
presentan un carácter excepcional, ó aun incidental, son consecuencia
de un maleficio, de un embó, como lo llama el brujo de Cuba; de aquí
que consideren como un deber de los supervivientes apaciguar, sea al
espíritu maligno ó sea á las almas de los difuntos.
En la costa de los Esclavos, los negros ofrecen hecatombes huma-
nas, especialmente á Ogún, dios de la guerra, hermano de Changó,
Santa Bárbara, en Cuba, dios del trueno; y según la tradición Ogún
es el primero que enseñó á los negros á trabajar los metales, su sím-
bolo es el hierro, y particularmente un cuchillo, un sable ó una estaca
con una campanilla en su extremo superior. Tiene un templo en
Porto-Novo, consistente en una miserable csoza redonda, á su alrede-
63
üoi, álzanse cabanas doncie nabi.dii los sacerdotes y en su interior hay
siempre un montón de hierro viejo que los brujos rocían amenudo,
echando aceite de palma en un cráneo humano, llenándose de él la boca
lanzándolo con frecuencia sobre aquellos mismos hierros.
Cuando Ogún tiene hambre, es menester darle carne humana; en-
tonces se empréñele una guerra, y cierto número de prisioneros son
destinados á la muerte. Después de haberlos clavado por los pies á
ün madero, relata un misionero apostólico, estos infelices son expues-
tos á los rayos del sol, y en cuanto se desmayan, se echa aguardiente
sobre sus heridas abiertas, en tanto que la multitud salta y baila, y
allí permanecen los cautivos hasta que mueren.
Entre los negros de Guinea, los ritos de este género se celebran más
bien de noche. El sonido del tambor y el canto de los asistentes indica
que ha llegado el momento de pensar en las divinidades. La víctima
es amordazada, cortándosele la cabeza de manera que la sangre caiga
sobre el ídolo, después de lo cual el cadáver es arrastrado á unos fosos
ó matorrales.
Previamente los fetiche-fes le han rasgado brutalmente la región
toráxica, para extraerle efl corazón, tal como ordenó Bocourt se prac-
ticara con la niña Zoila Diaz, en el horroroso atentado que tuvo por
escenario la finca Zúñiga, situada en el pueblo El Gabriel, que deta-
llamos extensamente en esta obra.
Pero continuemos; cercenada esa viscera, que guardan y hacen secar
á fin de procurarse talismanes, á cuyo objeto se reduce á polvo aquélla,
que mezclado con aguardiente da cada caudillo á beber á sus guerre-
ros. Cuando se trata de conjurar á los malos espíritus, como Elegba,
se depositan las entrañas delante del ídolo, y el cuerpo permanece sus-
pendido all lado del Dios, hasta su completa putrefacción.
Mr. Nicolay, en su citado libro Historia de las creencias, obra pre-
miada por la Academia Francesa, expone: "Estas lúgubres prácticas
se verifican con diversos pretextos: un día, por ejemplo, un príncipe
de las selvas, que se sentía enfermo, consultó á Ka, y habiéndole con-
testado los hechiceros que la enfermedad procedía de un espíritu irri-
tado y que no cesaría mientras no se ofreciese el sacrificio de un ser
humano, el oráculo fué obedecido. Otro príncipe, en guerra contra
Porto-Novo, al ver que el desaliento cundía entre los soldados, inte-
rrogó á los fetícheres, quiénes le dijeron que recurriese á un talismán;
para prepararlo, apoderáronse de un niño, mientras su madre, joven
esclava, iba por agua, lo machacaron vivo en un mortero, elaborando
64
los fetícheres con aquellos restos varios hechizos para el príncipe, los
soldados y convecinos."
¿ No tendría igual propósito Bocourt al ahumar el cadaver de la víc-
tima, á fin de conservarlo, neutralizando los efectos de la putrefacción ?
El fetichismo, importado hace cerca de cuatrocientos años, echó en
Cuba hondas raíces, al extremo que continúa en sus prácticas, apesar
de la activa campaña que durante estos últimos tiempos se le hace,
cometiéndose á su sombra salvajes crímenes.
Reconocemos el derecho que la sociedad tiene para propender á la
extinción de las asociaciones ó comunidades que tiendan á fomentar
supersticiones con fines aviesos; pero también convenimos en que los
delitos se apoyan en la influencia de la ignorancia, en la miseria, en
la omnipotencia de la imitación y en los malos ejemplos.
¿ Quién pondrá en duda los beneficios de la instrucción y los peligros
de la ignorancia? ¡ Cuántas• costumbres bárbaras, resultado de la ig-
norancia ! ¡ Cuántos actos de crueldad á ella debidos ! j Cuánta sangre
derramada por el fanatismo y la superstición! ¡ Cuántos odios nacen
de un sofisma! ¿Es necesario demostrar que ideas equivocadas ó fal-
sas, pueden algunas veces conducir á actos culpables? Los criminales
se dividen, según Ixuiibroso, en enfermos é ignorantes.; y Mr. Emilio
Acollas, en su libro Filosofía de la Ciencia Política, expresa: "La
falta de inteligencia, la pobreza, y la falta de instrucción, son los tres
grandes facto se s de los delitos, el hombre con la más mínima tintura de
ilustración, sabe encontrar los medios para desembarazarse de los obs-
táculos de la vida, sin violar la ley positiva; el hombre sin educación,
no conoce otro camino que el del delito... es la víctima de su situación."
Aunque se nos tache de ser aficionados á citas, no se crea que presu-
mimos fie poseer conocimientos enciclopédicos ni mucho menos que se
nos conceptué de eruditos, conocemos nuestra insuficiencia; y al hacer-
lo así, no nos anima otro propósito que el afianzarnos en los conceptos
de reconocidas entidades en el mundo jurídico, moral y fisiológico; por
último, en la antigüedad, cierto sabio decía: "Nuestra voluntad no se
acomoda á seguir ó apartarse de las cosas; sino que según nuestro
entendimiento, nos la presenta como buenas ó malas, -y basta juzgar
bien para obrar bien."
No bastan los medios represivos para extirpar la brujería; es nece-
saro la mayor difusión de la enseñanza, porque según Víctor Hugo:
donde se abre una escuela, se cierra una cárcel.
ALTAR DE UNA CAPILLA BR UJA.
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LA BRUJERÍA
FETICHISMO AFRICANO

Las páginas que preceden, no encierran un estudio sociológico de lo


que vulgarmente se llama brujería, no es ese el firi.de la presente obra,
escrita sin pretensiones ; sólo expondremos lo que hemos observado en
nuestra activa y constante práctica como funcionarios públicos, acerca
de esa remora anti-civilizadora que corroe nuestro fermento vulgar, por
decirlo así, procurando poner de relieve sus mistificaciones, sus misterios,
piara el castigo por la comisión de faltas que origina, aunque en el vi-
gente Código Penal no reconoce un aspecto la brujería, bajo ese nom-
bre, por lo menos consigna las penalidades que recaen en los que por
interés ó lucro, interpretan sueños, hacen pronósticos y adivinaciones,
ó abusen de la credulidad pública de manera semejante.
Son los brujos condenados en sus respectivos casos, por los delitos
de robo, violación de sepulturas, por el de aborto, y especialmente, por
faltas, tales como la celebración de reuniones no autorizadas, usurpa-
ción del ejercicio de la profesión médica, profanación de cadáveres y
cementerios, arrojar animales muertos á la vía pública, etc., con el
consiguiente decomiso de los efectos que emplean para sus engaños ó
adivinaciones.
Después de esta manifestación de nuestros propósitos, procuraremos
llenar nuestro cometido, con estricta sujeción á la verdad. Modesta es
nuestra labor, pero no por esta cualidad dejará de ser algún tanto
útil.
Procedentes de las regiones occidentales del Africa, fueron todos
los esclavos traídos á Cuba, importando sus creencias. La brujería
llegó al país con el primer negro, con facultades, según su rito, de
hechicero y agorero, conservando sus prácticas y la más arraigada su-
5
Ú6

perstición, que poco después de su aclimatación, hizo consorcio con el


catolicismo, formando una amalgama incalificable, en que figuran sus
ídolos y los santos que venera la Iglesia, á quienes atribuyen las mis-
mas facultades que á los primeros, y así lo observamos, que entre los
Carabalíes, Obatalá personifica á Cristo, y con ese mismo nombre
llaman al Santísimo Sacramento.
La segunda deidad, es Shango ó Changó, que representa el dios del
trueno, llamada también Dza Kula ó arrojádora de piedras. Para
ciertas enfermedades invocan el auxilio de Bátala, y cuando éste se
muestra ofendido, hay que repetir el ruego, pero ha de ser precisa-
mente en viernes.
Los y ambas tienen sus semanas compuestas de cinco días: el prime-
ro, Ako-ojo, primer día; Ojo-aivo; día del secreto. Ojo-agún día de
O gun; O jo-shan g ó día de Changó; Ojo-abutalá, día de Abutalá. Em-
pezando á contar los días de la semana por lunes, como se acostumbra
en todos los pueblos civilizados, tendremos que el viernes resulta en el
quinto lugar, y que fué consagrado á Obatalá.
En cada asimilación entre la idolatría africana y los católicos, re-
sulta que Changó representa á Santa Bárbara, y tan es así, que el mis-
mo Bo court, de quien en su oportunidad nos ocuparemos, se defendió
hábilmente en el juicio oral, manifestando que el altar que tenía en su
casa estaba dedicado á Santa Bárbara, y que por lo tanto, no era brujo.
En una sorpresa que llevamos á cabo, encontramos las siguientes
oraciones en carabalí, una al Santísimo Sacramento y otra á la Virgen
de Regla. La primera decía así:
Bofunolofin Illa mitilloco te ba dide y lia mi tu lia de lia de mal o
fumillá. Illa teroloni qui ba ofun i turnó de vadidellá Illa me siun so-
rolla bá ofé ó lo de u mare ba lo de mare que bá inú silloco pá bofea
a moquequeré de baba tié.
Cuya disparatada traducción es :
"Considera que el mismo Señor dijo: que era maestro de la verdad,
y como viene hoy á tí á enseñarte la ciencia del bien vivir para saber
morir bien, porque como es la vida es la muerte. Mira con que respe-
to y sumisión."
La segunda, es como sigue:
Illa mi llamallá tar aguama sanabiologó ó lo dú mareillá mu fé lia
ó mi, tutu a bi tutu ella si Uá botó i lia ma que querellé abita illa llamé
ahila llamé agua eló mufon lia óguede era ba fun cuecuellé bon fún
ba fún mallon mina mallon batiócó e mi ni achó.
ó"
Su versión castellana:
"Pues á ofrecerte sus votos todo el orbe se descuelga, Madre Piado-
sa de Regla, da consuelo á tu devoto. En tu gran Natividad se alegra
todo cristiano al ver tus francas manos, demostráis toda piedad, revis-
tiendo toda bondad y vistiendo á los desnudos y sin ropa. Madre
Piadosa de Regla da consuelo á tu devoto. Pat roña de esta bahía te
proclaman los marineros y todos los navegantes. Hallen amparo Ma-
ría mostrándote siempre pia en las tierras más remotas. María, Madre
Piadosa de Regla, da consuelo á tu devoto."
No debemos silenciar la oración típica de los brujos, en que revelan
la más burda idolatría étnica, siendo doloroso manifestar que la hemos
visto figurar en algunos hogares, al parecer cultos, hela aquí:

••Oración á la Piedra Imán.—¡Oh muy alto Rey, mi Dios, que á las


tinieblas das luz! Anímame por la caída que diste cuando llevaste la
Cruz á cuestas; por tu corona excelente, tenga yo tal devoción, que
lleve las angustias á tu pasión. ¡ Oh mi Dios y mi Señor! Esta alma
que diste no permitas que muera triste, pues la redimiste con tu pre-
ciosísima sangre. ¡Oh Virgen María! Mi espejo y mi luz, viuda y
sola os hallasteis al pié de la Cruz, llamaste con gran soledad; ruégote
Virgen y Madre de Dios, consagrada, que si hoy en este día y en esta
hora hubiere recaído sobre mí alguna sentencia, en los cielos y en la
tierra, que por Dios, Virgen Santísima y el Espíritu Santo, sea perdo-
nado. Jesús dulcísimo, triste en el huerto, de hierro cubierto, la noche
fría, la agonía puesta en la tierra. ¡ Misericordia, Señor! Líbrame
de quien me habla y mal me quiere; de un mal vecino, de una mala len-
gua, y de hechicerías Piedra Imán, así como cargas la Cruz de nuestro
divino Señor. Mis pecados sean perdonados, Santo Cristo, Salomé,
el de Burgos, el de Roma, ampárame mi alma, mi cuerpo, y mi persona.
Amén Jesús. Un Padre Nuestro v Ave María, á Jesús Nazareno/'

Existen otras oraciones que también son aceptadas por los brujos,
figurando entre ellas la del Anima Sota, que representa al ídolo
Eleguá, la de Santa Bárbara, en loor de Shangó, la de Lázaro, sal del
sepulcro, ó sea á Babayú-ayé, y muy especialmente la que á continua-
ción insertamos, bien conocida y usada por la ralea de Cuba, los ban-
doleros, asesinos, etc., y que profusamente circula en las cárceles y
presidios, como amuleto infalible para lograr la inmunidad en los
crimines que cometan, creyendo nosotros que tal rezo sea de origen
europeo.

Oración al Justo Juez.—Un el huerto del Cedrón, estaba San Juan,


Dominus Deo, y le dijo: Ea Señor, á mis enemigos veo venir, si ojos
68

tienen, que no me vean; si tienen manos, que no me agarren; si


pies tienen, que no caminen; detente enemigo feroz, que primero nació
el Hijo de Dios que vos, enemigo. Con dos te mido, con tres te cito;
con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo. Derribado vengas
como derribó á los suyos el Jueves Santo, ligado vengas de pies y ma-
nos y ojos vendados, para que no me agarre, á mí, ni quien estuviere
á mi lado, de quien me fío es de la Santísima Trinidad, y la leche que
consagró en los pechos de María Santísima, que nuestros cuerpos sean
librados de ser atados, muertos angustiados ni llagados. Líbrame Se-
ñor de mis enemigos como librastes á Jonás del vientre de la ballena.
Encomiéndame á la luz de la Santa Veracruz, corona, clavos y cruz.
Señor San Juan, por el trago amargo qeu pasaste en el ara de la cruz.
El Señor sea conmigo y su Santísima Madre; la fortaleza de la fe nos
defienda y nos libre de todo mal y peligro. Amén.—Récese un Credo
al Gran Poder de Dios.—Nota.—El que llevare consigo esta oración,
se verá libre de la persecución de la justicia y triunfará de sus enemi-
gos, no será interrumpido su sueño por las picadas de alacranes, arañas
y animales ponzoñosos, y en la casa que entrare, no acontecerá mal
alguno.

Acostumbran la generalidad de los brujos, llevar colgadas del cuello


unas bolsitas, á manera de reliquia, donde conservan caracoles, colmi-
llos, etc., conjuntamente con la oración que antecede y hasta cayajabos
que sustituyen á los escapularios usados por los católicos.
No es raro entre los brujos el usar ciertos colores en los vestidos,
principalmente en las mujeres, con motivo de votos ó promesas, dedi-
cándolos como ofrenda por favores recibidos, al recuperar la salud, por
la consecución de algún objeto, realización de deseos ó aspiración; así
es que el color blanco está dedicado á la Virgen de las Mercedes; ama-
rillo, á la Caridad del Cobre, debiendo advertir que representan esos
colores á Obatalá y a Oshun respectivamente, correspondiéndoles el
negro á la Virgen de los Dolores y el Carmelita á la del Carmen; el
azul de cuarticos ó listado, á la de Regla; y á San Lázaro el blanco, y
también negro á la promesa del Anima Sola, y carmelita con cordón
amarillo, á San Francisco (Orimela).
Muchos años han pasado para poder penetrar en los secretos de la
brujería, á pesar de que los actuales admiten en sus altares las imág-e-
nes católicas, tales como la Dolorosa, San José, el Niño de Atocha y
otras, debido á las dq^radaciones cometidas en estos tiempos, se ha
conseguido descubrir muchos de su misteriosos procedimientos, cuyo
salvajismo ha puesto al desnudo, gracias á la persecución que se les
hace, sin que en manera alguna pueda afirmarse que no ejercen una
69
idolatría contraria á la moral y á la civilización actual, cometiéndose á
la sombra de un rito que nada tiene de humano, canívales crímenes,
que han conmovido á esta sociedad, y cuya desaparición debe llevarse
á cabo sin tregua ni consideraciones.
jo

II
Los que falsamente se llaman sacerdotes ó ministros brujos, no usan
vestiduras especiales, esos distintivos han desaparecido desde que se
les hace constante persecución, por ser sumamente llamativos, persis-
tiendo el uso de collares, á los que; se le atribuyen las mismas prero-
gatiivas que á los escapularios católicos, distinguiéndose por los colo-
res de'las cuentas y avalorios, siendo los blancos de la Virgen de las
Mercedes, representación, como hemos dicho, de Obatalá; amarillos,
de la Virgen de la Caridad del Cobre; azules, de la Virgen de Regla;
blancos y rojos, de Santa Bárbara, y otros muchos, entre los que figu-
ran pedazos de ámbar, colmillos de perros, algunas monedas de plata
y medallas católicas.
Las ofrendas más valiosas para los ídolos brujo-s, son los manjares
condimentados á usanza africana, consistentes en coco, maní, calabazar,
ñames, plátanos, maíz seco tostado, palanqueta (gofio con melado),
quimbombó, fufú, eco, o era, especie de pasta hecha de frijoles de carita
envuelta con hojas de plátano, cochanchú, plato favorito de la costa
del Congo, compuesto de hojas de malanga, verdolaga, berengena,
calabaza y otros vegetales picados, cocidos con sal, aceite ó manteca,
y las bebidas eco y aguardiente con miel de purga.
La manteca de corojo, es una substancia oleosa muy apreciada por
los brujos, empleándola en sus curaciones y hechicerías, y con la que
acostumbran dar fricciones á sus deformes santos.
También ocupan prominente lugar en los sacrificios que ofrecen, y
en otras ceremonias, el gallo ó pollo de plumas negras, siendo muertos
golpeándoles la cabeza contra el suelo, ó sujetándoles ésta entre los
dos primeros dedos del pié derecho, y tirando hacia arriba, hasta deca-
pitarlos, cuya sangre se derrama encima del ídolo, y por el suelo de
la habitación, ó bien se recoje en una vasija de barro, á la que dan el
nombre de chumba.,
Xo solamente se ofrendan aves, sino otros animales, tales como chi-
vos, carneros, cerdos, etc.; pero esto solo se verifica en las grandes
fiesta^ ó solemnidades, siendo de ritual el ofrecer la porción mejor,
n
que es generalmente la cabeza. El espíritu de los alimentos va á pa-
rar á sus deidades, y el resto es consumido, en semi-salvaje banquete,
por los hijos del Santo.
El cermonial principia en estas comidas, con un toque llamado
bembc, que significa rogar, suplicar, dado en un tambor, celebrándose
una procesión por los asistentes de ambos sexos, á cuyo frente mar-
cha la mujer del Tata ó brujo, ó en su defecto un miembro de la
cofradía, portando sobre la cabeza un tablero con los manjares que
se van á ofrendar.
A los golpes del tambor acompañados por monótono y lúgubre canto,
que parece ser una rogativa, dan vueltas al templo, hasta dejar sobre
el altar los objetos del sacrificio; sigue una danza, y después la comi-
da, en la que no figuran cubiertos, teniendo los comensales que hacer
uso asquerosamente de las manos.
Es de imprescindible obligación que cuando un individuo se presenta
en demanda de algún hechizo, para asegurar el éxito, dar de comer al
santo, á su propia costa.
Nosotros hemos sido testigos ocultos de estos actos, observando que
el brujo trae un gallo negro, y después de sumergirle las patas en una
cazuela con agua, daba tres vueltas alrededor de una mujer, que era
la interesada, obligándola á que besase el suelo ante el altar, hacién-
dole fricciones con la mano derecha en todo el cuerpo, mientras él
temblaba como un epiléptico, cantando con plañidero acento: Sarao...
yé yé. La mujer, presa de una excitación nerviosa, alzaba los brazos,
bailando con lascivos movimientos á compás del tambor y la canturía
de los concurrentes. Impelida por el brujo oficiante, cayó de rodi-
llas otra vez, presentándole el gallo á Eleguá, á quien se rendía culto
aquel día.
Una de esas ceremonias á la que dan el nombre de bajar el santo ó
subirse el santo á la cabeza, da la medida del religioso fervor de la
brujería. Para formarse una idea, es necesario haber visto de cerca
los movimientos de todas las articulaciones, las horribles muecas pro-
ducidas por la contracción de los músculos del rostro, los saltos vio-
lentos y desordenados á que se entregan los cofrades, una especie de
rabia creciente, muy parecida á la embriaguez alcohólica. Allí se ven
hombres sudorosos despojarse de la camisa mostrando su negro
busto, á los que sus compañeros enjugan con grandes trapos. Es una
especie de ataque al que hacen consorcio los toques del batucafú, hasta
la manifestación del Santo, que generalmente da á las mujeres, siendo
72

algunas veces fingido en los hombres, resultando que para mayor so-
lemnidad, el brujo lleva en la mano un tosco muñeco, de que nos
ocuparemos en otro lugar, diciendo lo que debe hacerse para la cura
de tal enfermedad ó para causar daño á otra persona.
Algunos creen que bajar el santo es un castigo mediando en él
O shun contra la persona atacada. Bajar el santo es un favor, porque
el ídolo se posesiona del cuerpo del devoto
Para concluir con el referido ataque, acostumbran los brujos acostar
boca arriba á los poseídos del Santo, colocándole en la boca una vela
de cera encendida, y si esto no basta para que cese la excitación, se
presenta el brujo oficiante con un plato hondo, conteniendo algodón
en rama impregnado de aceite de oliva, y una vez encendido, obliga
al paciente á tragarlo, mezclados con plátanos manzanos.
Durante esta operación, tocan los tambores tenuemente, gritándosele
al espirituado: Senseribó, senseribó apé mancoó, golpeándosele fuer-
temente en el pecho.
E n otras cernionias similares usan sables y hachas de madera, blan-
diendo los delante del altar con saltos y contorsiones; y según se nos
ha informado, simulan una lucha con los espíritus malos, cuando
éstos se muestran sordos á sus oraciones, creyendo ahuyentarlos de esa
manera, oyéndose á menudo la voz de un concurrente que grita ¡ieblá!
pidiendo que el tambor nombrado en su jerga llamador, dé el golpe de
frente.
Este baile guerrero, concluye con el cansancio y extenuación de los
que en él toman parte, á pesar de la resistencia corporal de que dan
muestras, con sus continuos movimiento<s, horas tras horas haciéndose
durante la fiesta, que suele d u r a r seis ó siete días consecutivos, una
recolecta que se lleva á cabo entre los concurrentes, la que ofrecen al
Santo, á cuyo efecto se la arrojan desde cierta distancia, mostrando al-
gunas veces disgusto el brujo por la poquedad de lo reunido, sacando
repetidas veces la lengua.
Al bajar, el Santo, felicitan á la persona agraciada, aprovechando
muchos la oportunidad para hacerle preguntas respecto á su salud y
si obtendrá su curación. El brujo entonces receta, imponiéndole la
promesa que debe usar, ó lo que tiene que cumplir.
La limpieza especial que llaman de " L a Merced" (Obatalá) se veri-
fica sumergiendo en una batea al interesado, dentro de un líquido en
cuya composición entran las flores del Sacramento, de que liemos ha-
73

blado, yerba hedionda, albahaca, la sangre de un pollo negro, y una


moneda.
Concluida la ablución ó baño, se frota al paciente con un pollo, dán-
dosele después una fricción con manteca de corojo, obligándole á que
se acueste en un catre, arropándole con una sábana completamente
blanca.
Con todos los ingredientes que han servido para la limpieza, se
rellena el ave referida, la que se arroja á las cuatro esquinas, con la
recomendación de no volver la cara. Cuando la ceremonia recae en una
mujer, suele cortársele el cabello al rape.
La iniciación de un individuo para ejercer y explotar la hechicería
reviste inusitada solemnidad. En ella funge de ministro el brujo
decano, durando la festivkla varios días. Es costumbre que muchos
que habitan en el interior de la isla, se trasladen á la H a b a n a con ese
objeto. El congreso ó tribunal lo forman los cofrades que están pre-
sentes.
74

III

En la brujería, la muerte, las enfermedades, la miseria, los que-


brantos en los negocios, los disgustos y disenciones familiares, de-
penden de un poder sobrenatural, del hechizo de un enemigo que
se complace en acumular desgracias sobre una persona, llamándose
salación, en substitución de la frase mala suerte. Sin embargo, en
la actualidad se ha adoptado el vocablo africano ñeque, que significa
lazo, y quemar, destrozar, cortar, asesinar; y por extensión se le da
ese nombre al perjudicado con esas acciones, de donde resulta que las
funciones del brujo, consisten en la composición de hechizos que pro-
ducen bien ó mal, ó mejor dicho, en quitar ó producir la salación
para que recaiga en determinado individuo.
Las prácticas para ese objeto consisten en ruegos, conjuros, ora-
ciones, bendiciones, exorcismos, etc., ó enibó, que pueden ser be-
neficiosos ó. maléficos. La esencia del hechizo ó poder del embó que se
posesiona de una persona ó cosa, se llama bilongo y también máyunga
equivalente á cosa mala y más generalmente á daño.
Cada enfermedad tiene una representación distinta, así es que se
llama Bian al demonio de las viruelas, dependiendo la curación de to-
das las dolencias del pleno conocimiento que adquiere el brujo del
espíritu maligno que las crea y cuyo auxilio en contra tiene que in-
vocar.
Antes qué el brujo ponga en ejecución su arte, debe el paciente
mostrarse generoso con el Santo, por medio de dádivas y haciendo un
sacrificio preparatorio, á fin de conjurar los efectos diabólicos que de
él se han apoderado. Ese sacrificio se llama limpieza, consistiendo
las ofrendas en flores, siendo preferidos los ramilletes, que han figu-
rado en el altar mayor durante el jubileo circular que semanalmente
celebra la iglesia católica al Santísimo Sacramento, profanación de
la Eucaristía que debieran evitar los ministros del culto.
Las hojas y pétalos de esas flores, una vez marchitas y secas, se
usan en baños, fricciones, cocimientos y otras preparaciones de la
75
hechicería. Los regalos también constan de dinero, gallos, gallinas,
pollos, palomas y otras aves, como igualmente de frutas y manjares.
Por todos es conocida la práctica de la limpieza, de la que repetidas
veces se ha hecho eco la prensa periódica al hacer gráficamente la
relación de las sorpresas efectuadas por la policía en esos antros de
la superstición y hasta del crimen.
Los brujos llevan á cabo la limpieza obligando al paciente á desnu-
darse, estando ellos sin vestido alguno, aunque sea una mujer, y cuan-
do no lo practican así, por lo menos lo hacen con los pies descalzos,
siendo de notar que muchas humildes y pobres obreras á la par que
damas, ricas, encopetadas y de la buena sociedad, se someten á este
procedimiento, llenas de creencias.
El activo é inteligente agente especial de Policía, Sr. Santiago de
la Paz, en unión del autor de este trabajo, enterados de que en la casa
Revillagigedo número 83, habitaba un individuo conocido por "Papá
Colas'7, que se dedicaba á la práctica de la brujería, se trasladaron á
dicho lugar en la tarde del 19 de Junio del pasado año de 1907, en
momentos en que daba una limpieza á un hombre que se encontraba
bañándose dentro de una batea, que contenía sangre y plumas de gallo,
coco rallado y maíz, ayudando al brujo citado una vecina, siendo to-
dos puestos á disposición del juez respectivo.
Esto prueba que la ceremonia de la purificación ó limpieza, se veri-
fica de diversos modos.
Tan pronto como han sido obsequiados por los mismos pacientes,
hecha la limpieza y saludados, todos los santos del templo, se de-
cide el brujo á cumplir su cometido, pudiendo resultar, la generalidad
de las veces, no estar satisfecho con las dádivas, y entonces pide por
adelantado el precio de sus trabajos en monedas, diciendo: ¡Oya! omi
ó obó (recompensa ó gratificación), al mismo tiempo que une los
dedos índice y pulgar de la mano derecha.
En las dolencias crónicas ó que revisten gravedad, se informa de la
enfermedad que padece el consultante como para venir en conocimien-
to del diablo que lo atormenta, á cuyo efecto derrama alrededor del
paciente gran número de caracoles, que representan los espíritus ma-
los ; después, con un cordón ó cuerda fina, que tiene en su extremo
inferior un cuerpo pesado, á manera de plomada, y que sostiene^ en
el otro extremo con la mano, le imprime un movimiento oscilatrio,
hasta que Obatalá la inclina sobre uno de los caracoles, el que indica
76

la dolencia; si no da el resultado, hay que repetir h operación el


viernes siguiente con los mismos regalos y precios.
Tienen otro sistema, también en uso frecuente. Ordenan al enfermo
que se tienda en el suelo, esparciendo á su alrededor ceniza. En las
primeras horas del siguiente día, el brujo examina los rastros que hu-
biere estampados en la ceniza, por las huellas del diablo que produce
la dolencia, averiguándose si una enfermedad es mortal, cuando des-
pués de rezos y fórmulas, arroja al aire treinta caracoles; si caen con
la abertura de su concha hacia arriba, la persona morirá, sanando en
caso contrario.
Las substancias que usan para sus curaciones, son vulgarísimas, sin
que sepamos sus propiedades sanativas; así es que emplean y ordenan
para la tisis, la raíz del tamarindo, arrancado por el lado izquierdo
del árbol; para los ojos, comer romero, ruda, albahaca con pan y sal.
Formulan á su modo la piel de anguila para el calambre, el caldo de
lechuza para la tos nerviosa, para el estómago, un cinturón de pellejo
de majá, para el reuma, la manteca del mismo animal. P a r a las hemo-
rragias, llevar en el bolsillo un sapo m u e r t o ; para las dolencias de la
garganta, una araña viva. P a r a la hidrofobia, el hígado de un perro
rabioso. P a r a aliviar los padecimientos del corazón, una gallina ciega.
P a r a que un alcoholista deje de beber, los huevos de luchaza, ó aguar-
diente en que se haya echado tierra de algún cementerio, ó un ratón
ó cucaracha blanca, ó el sudor de un caballo negro. Podríamos seguir
apuntando medicamentos brujos; pero con los que expresamos, basta-
rá para formarse una idea de las materias que usan en sus curaciones.
Tienen la creencias que las enfermedades pueden ser trasmitidas de
una persona á otra, por medio del embó, que desaparece sustituyéndolo
en otros casos el bilongo. Existen también brujos cirujanos, que
haciendo piquetes en el cuerpo, extraen de las heridas babosas, sapos,
agujas, etc., bilongos que procedían del corazón. E n un caso de abor-
to provocado, se le hizo creer á la parturienta que el feto era bilongo,
echándolo el brujo al fuego, asegurando ser un gato prieto.
Al brujo, más que la cura de enfermedades, le proporciona gran be-
neficio pecuniario, las consultas, confección y venta de hechizos amoro-
sos, para nacer afectos, aunar voluntades, hacer imperecedero el cari-
ño, obtener favores del ser*querido, y la m u t u a correspondencia, como
asimismo crear las dificultades en la vida, teniendo por patrimonio des-
dichas, bajo la fatalidad que con sus preces dejan caer los ídolos sobre
la persona de quien debe poseerse el bilongo. Contribuyen á la diso-
77

lución de matrimonios, sembrando la desolación en hogares antes tran-


quilos y felices, influyendo en los temperamentos sencillos, con la ayu-
da de adláteres que toman parte en sus remunerados servicios, que
llevan el nombre de ahijados y sirven de vehículos para la corrupción
de menores, aumentando el contingente de la prostitución y el vicio.
Las mujeres acuden generalmente á los brujos en demanda de que
amarren al legítimo marido, al concubino, al novio ó al hombre de
quien se encuentran apasionadas, bastando para conseguirlo, unir á la
picadura de un cigarrillo, en el café, ó en la comida del mismo hom-
bre, el corazón seco y reducido á polvo, del pájaro llamado sun-sun,
bien raro por cierto en los campos de Cuba. También para conseguir
el apetecido objeto, debe obtenerse un pedazo de la ropa interior usada
por el individuo, y después de estar en posesión de ello, tomar un
cordel de cáñamo, haciendo en él siete nudos, pronunciando igual
número de veces el nombre del que debe ser amarrado, después se une
este cordel con el trozo de ropa, y se entierra en una tina ó maceta en
la que crezca una mata de r u d a ; mientras la planta se conserve lozana
y viva, el cariño del hombre es seguro. También recomiendan cierta
agua nauseabunda, cuyo nombre, por respecto al lector, no queremos
dar.
Iguales hechizos se usan para conseguir el amor de una mujer, pero
el sexo masculino, según nuestras observaciones, muy pocas veces
recurre á tales procedimientos.
Según el decir de los profesores brujos, es remedio radical contra
los celos, justificados ó no, atar un trapo sucio por el sudor de la perso-
na celosa, á la cabeza de un clavo grande ó de una alcayata, poniendo
en el centro del lienzo un poco de pólvora, hecho lo cual, se entierra
frente á la puerta de la casa que habite. Esta prescripción se hace
imposible realizarla, cuando se trate de una calle que tenga aceras y
cuyo pavimento esté,adoquinado.
También, para el mismo objeto, de sembrar la confianza entre los
celosos, se acostmbra colocar debajo de las colchonetas ó almohadas,
una tijera en cruz,que de antemano haya sido tocada repetidas veces
con la piedra-imán, no siendo extraña oir entre la ralea la frase de
tengo á mi hombre amarrado.
Grande, variado y ridículo en alto grado, es el repertorio de hechizos
con que cuenta la brujería para que el bilongo atraiga la salación sobre
un individuo. Golpear un palo ó gajo de árbol contra otro, mientras
se pronuncian ciertas palabras de origen africano, pensando en la per-
78

sona á quien se quiere dañar, bastará para que enferme in continenti.


Si se recoje la cascara de una fruta comida por el que se quiere salar,
ó las sobras de su comida, y se echan al fuego, la salación es inevitable.
La brujería tiene su pro y su contra respecto á los embos, creando y
proporcionando medios para destruir los maleficios, el que vea un embó
y quiera evitar la salación, riegúelo con sus propios orines, y perderá
su p o d e r ; y para librarse del daño, bastará arrojar en las cuatro esqui-
nas de una calle, un puñado de maíz tostado, sin volver la cabeza.
E n t r e la parte nada ilustrada de Cuba, se sustituyen los nombres de
embó y bilongo, con las denominaciones de jicarazo, candangazo y
otras.
E n los barrios extremos y pobres de la Habana, donde se encuentran
en Iriste consorcio la miseria y la ignorancia, no es raro ni extraño ver
amenudo tirados en la vía pública ó en los umbrales de las casas, sobre
todo en las primeras horas de la mañana, líos ó envoltorios, ó más ge-
neralmente un ave muerta, conteniendo un embó compuesto de cabellos,
ceniza, dientes, huesos, excrementos humanos, maíz asado, semillas,
cascaras de frutas, botones, frijoles negros, trapos asquerosos, yerbas,
plumas, patas y crestas de gallo, dinero, clavos y puntillas, caracoles,
anzuelos, manteca de corojo, etc. Esto constituye el embó que con
mayor frecuencia y previo pago, confeccionan los brujos, depositando
en él todo el maleficio, ó séase el bilongo ó muñanga, bastando el
simple contacto de una persona para que experimente los efectos ele la
salación ó daño.
La pimienta de Guinea tiene sus usos en la hechicería africana, dan-
do lugar á que la superstición le atribuya efectos trágicos, como el ser-
herido ó asesinado en la calle. Comprando cinco centavos de carne de
cogote ó testuz, dándole siete puñaladas con un cuchillo de afilada
punta y colocando en cada incisión un centavo con un grano de dicha
pimienta envuelta en manteca de corojo, pronunciando el nombre del
individuo á quien se desea hacer daño, este sufrirá lesiones; si se pone
la carne sobre la misma línea del ferrocarril, á las nueve de la m a ñ a n a ;
y si se coloca á las doce, será asesinado irremisiblemente.
P a r a buscar la desgracia, que recaiga en una familia, por algún
malqueriente por espíritu de venganza, ú otra causa, se toma sal de es-
puma adquirida en los tres establecimientos situados en el mismo nú-
mero de esquinas, del ramo de víveres, se pone en un mortero con
veinte granos de pimienta de Guinea, mostaza, pólvora y pimienta
común, de la usada para las comidas, se machaca y se deslié bien, y
79
regada frente á la puerta de la casa, en lunes ó en viernes, para que
ocurra incendio; y eliminando la composición de pólvora, dará lugar
á desórdenes en la familia ó inquilinos más inmediatos, á fin de que
intervenga la policía.
Es curioso lo que llaman El Pollo Prieto; para hacer el daño, se
confecciona un embó, con uno pequeño de color negro* se le abre la
barriga sin desplumarlo, estando vivo, y según se va haciendo ía opera-
ción, se pronuncia el nombre y el domicilio de la persona á quien se
quiere perjudicar, se rellena con siete granos de maíz tostado, satura-
dos de manteca de corojo, siete centavos, una media ó un pañuelo
usado, siete alfileres clavados en la cabeza, se entierra frente á la puer-
ta de la casa, con la cabeza para arriba y las patas para abajo, nom-
brando á la persona, la cual, dentro de los siete días, se suicida sin
pensarlo.
Para curar á un enfermo, se consigue una gallina de guinea, se en-
cierra durante ocho días, en la habitación de éste, y se observará como
el animal se va erizando por medio de oraciones ó cantos ; y al termi-
nar el citado período se pondrá en libertad en la tercera esquina más
inmediata, con lo que sanará la persona de sus dolencias. Las oracio-
nes ó cantos en lengua lucunií y su traducción dicen:
Baba fururú eré ereó] la baca ñeñe mi, pó guatiboreré guatibá ó
elugaré eré creó elugaré eré ereó.
Cuya traducción es: "Te pido perdón y que bajes con el caballo que
creas más conveniente." Esta oración es á la Virgen de Regla, como
igualmente la que sigue, que sirve para invocar á la misma, ó á otro
santo ó santa:
O lié malla qué etá senísen como la iñá ¿ereré.
V¡ Oh Virgen de Regla! qe estás sentada como la hija pidiendo per-
dón delante de tu imagen!"
Consiste lo que llaman comida de los muertos, en cocinar en una
cazuela ptqueña, frijoles negros, un plátano salcochado, un pedazo de
tasajo y dos ruedas de plátano frito, teniendo cuidado el que ha de
conducirla á donde se le indique, llevarla en la mano izquierda, colo-
cándola, sin que se le rompa, en la misma dirección del camino del
cementerio, siguiendo hasta donde encontrar por donde doblar.
8o

IV
El santoral de la brujería lo forman numerosos ídolos, de diversas
gerarquías y atributos, fundándose en el principio de que así como
existen reyes en la tierra, también los hay en el cielo, con jefes ó in-
termediarios, que se encuentran revestidos de un poder relativo Para
los yonibas, el señor celestial es Oloruñ, conocido también por Olodu-
mare, Oga-ago (glorioso-, Oluwa ( s e ñ o r ) .
Los santos se dividen en tres categorías. E n la primera figuran
Obatalá, SJijangó é Ifá, El segundo y tercer grupo lo componen un
número de dioses de menor importancia; pero Obatalá es el más pode-
roso de los seres, representando unas veces á Cristo Crucificado, á las
Vírgenes de las Mercedes, Caridad del Cobre y Regla, y otras al
Santísimo Sacramento; y ésta variada representación se basa en que
Obatalá es hermafrodita, es decir, que participa de los dos sexos,
llamándosele á su calidad femenina lyañba.
Sin embargo, hay brujos que conservan á Obatalá figurado por mal
tallado y toscamente modelado muñeco de madera negra, vestido con
trajes femeninos, con la cara cubierta por un lienzo, según costumbre
carabalí.
El segundo es SJiangó, que también se denomina Takutá, conside-
rado como gran divinidad, equivalente su culto al de Santa Bárbara,
haciéndose caso omiso de su s e x o ; y según el decir de los brujos,
Sliangó es Santa Bárbara varón. Está representado por un muñeco
de madera con vestidura blanca y franjas rojas, adornado fie collares
de cuentas de los mismos colores, ostentando sobre la cabeza una
corona parecida á la que figuran en las estampas de la Santa católica,
á quien simboliza.
El tercero en orden gerárquico, se nombra Ifá, profeta, descubridor
de lo que está oculto, de lo misterioso é imposible, también le llaman
Bangá. y tiene dos compañeros ó auxiliares, Odú y Opelé.
ídolos inferiores son Yemayá, Oshó-oshiu, llamado San Jorge, por
representarse montado á caballo, Ochóse ( S a n A g u s t í n ) , Eshú, divini-
dad diabólica, que suele simbolizar á Luzbel, dándole asimismo los
TABERNÁCULO BRUJO.
8r :
nombres de Eleguá ó Bará, representándosele por pedazos de hierro
en bruto, cadenas, llaves, etc., y también por una olla ó cacerola, en cu-
va tapa se coloca un gallito hecho con trapos y plumas, que ponen
detrás de las puertas, por cuya razón suele apodarse guardiero.
Eleguará, comunmente llamado Alegué ó Eleguá, asimila á las Ani-
mas Benditas del Purgatorio, y especialmente al Anima Sola; y aunque
en la brujería se le conceptúa como espíritu malévolo, tiene su explica-
ción la referida representación, de la solitaria ánima, especie de imagen
que se coloca detrás de las puertas de las casas para evitar la entrada
de los malos Los brujos tienen á Eleguá, en opinión de ser un santo
milagroso, si bien algunas veces se pone bravo.
Gozan de gran poderío los jimaguas ó mellizos, ó sean dos muñecos
de color negro, vestidos de tela roja, atados por medio de un cordel,
y adornados con collares de cuyos extremos cuelgan llaves, monedas
y medallas, también los nombran Ebeílí.
En un pueblo de la provincia de Santa Clara se descubrió que unos
jimaguas que fueron ocupados, contenían en su interior, que es hueco,
restos humanos, cuernos, tierra, ranees, piedras y muchas inmundicias
embebidas de sangre.
También figura en el santoral Ololun, que es, según ellos, San Juan
Bautista, catolizando á Ogún como San Pedro, San Antonio y San
Lázaro, indistintamente. Didena tiene la facultad de descubrir las co-
sas secretas, y dándole el nombre de Yegua á la Virgen de los Desam-
parados.
Otro ídolo suele encontrarse en los templos brujos al que dan el
nombre de Mama Lola, de poca importancia para los hombres; de
noche sale por ahí, siendo el que patrocina las relaciones ilegales, ins-
pirando rencillas entre los cónyuges, descubre las mujeres adúlteras y
chupa el ombligo á los niños. Igualmente dan el nombre del ídolo
referido, á una vasija de barro, adornada de collares.
No sólo la religión de Y orurna se practica en Cuba, sino también
otras análogas, conociéndose los cultos llamados reglas de Ocha de
Mayumbe ó Mayomba, de carabalíes, lucumíes, congos, etc.
Reasumiendo expondremos, que los brujos reconocen un Ser Supre-
mo Oloruñ, sin culto : tres categorías de dignidades superiores, que
forman una trinidad compuesta de Obatalá, Shangó é Ifá; en Ja se-
gunda entran otros Dioses de menor importancia, y en la tercera, la
interminable cohorte de ídolos sin nombres, entre los cuales pueden
incluirse los muertos, representados por sus cráneos y otros huesos.
6
8s
Los ministros brujos, practican sus ritos de una manera misteriosa,
en las posesiones más ocultas de las casas en que habitan; no así en
el campo, donde lo escaso de la población les permite consagrarse al
culto con relativa libertad, al extremo que pueden colocar unas mazor-
cas de maíz con los granos al descubierto, del techo ó dintel de la
puerta de la habitación ó bohío en que vive, como signo distintivo de
templo brujo, fijando además una cadena, á manera de baranda, atada
de un horcón á otro del colgadizo.
En el lugar preferente del cuarto está el altar, sobre una mesa ador-
nada según los recursos del brujo y el número de sus clientes; están
colocadas gradas, en que figuran las ofrendas hedías al Santo, deposi-
tadas en fuentes soperas, platos y vasijas de barro, consistentes en
coco, calabaza, etc., ramos de flores, velas de cera, incienso y otros ob-
jetos que se usan en el culto católico. En lo alto, la imagen del Santo
á que está dedicado el templo; en otros lugares, los ídolos secundarios.
Sobre otra mesa adornada con paño bordado, se ven vasijas que contie-
nen los obsequios alimenticios. A la izquierda un hacha. A la dere-
cha los jimaguas. En una pequeña gradería forrada de papel de colo-
res, otras velas de cera, vasos con flores artificiales; en lo alto, un
cuadro con una estampa de una virgen ó santo católico.
En el frontal del altar, diferentes adornos con collares de cuentas;
colgada de la pared, una herradura y un manojo de yerbas.
Esta relación es la de un templo modesto, pudiendo ser urbano ó
rural. Pasemos á describir otros cuyos detalles minuciosamente he-
mos observado.
En algunas sociedades de personas de color, autorizadas competen-
temente, que figuran con el carácter de instituciones de socorros mu-
tuos, instrucción y recreo, para cuya instalación se han llenado los re-
quisitos prevenidos en la vigente Ley de Asociación, se han refugiado
las extinguidas cofradías de ídolos africanos, regenerando de una ma-
nera más ó menos embozada ó disimulada, escudados por un permiso
oficial tan repugnante fetichismo, que pugna en abierta oposición con
las doctrinas y tendencias de la época.
Después de esta ligera manifestación nacida de la experiencia en el
desempeño de nuestra misión, nada más expondremos, sino coadyuvar
con nuestro pobre pero decidido empeño, á la desaparición de tan
inicuos antros, cuya maléfica influencia en el pueblo, repetidas veces
han sido causa de sangrientos y horribles episodios, que altamente han
conmovido á esta sociedad.
83
En los extremos de una barriada aristocrática de la Habana, en
lugar apartado, se encuentra enmplazado amplio edificio de buen as-
pecto exterior, allí está establecida una Sociedad de Socorros Mutuos
donde, suponemos se dé alguna instrucción, estando seguros que perió-
dicamente se celebran fiestas bailables.
Al traspasar los umbrales de aquel Centro, fuimos recibidos fina-
mente por un moreno criollo, á quien de antemano conocíamos, al que
expusimos el deseo de ver los altares que en la casa había, á lo que
accedió complacientemente, procurando por nuestra parte no hacer
pregunta alguna, alejándolo de los propósitos que nos habíamos pro-
puesto al hacer esa visita, que tenía todos los visos de una verdadera
inspección.
Penetrando en una habitación situada á la izquierda del comedor ó
saleta, se levantaba, adosado al ángulo formado por las paredes me-
dianeras, un altar dedicado á Santa Bárbara, según se nos informó,
cuya imagen la representaba una mal tallada figura de madera negra,
vestida de punzó y blanco, teniendo á sus pies un peor esculpido San
Cristóbal (Bocoso), que ostentaba pequeños cuernos en el frontal,
acompañado de sus ayudantes. Sobre la mesa ó ara del tabernáculo
se hallaban entre otros objetos una sopera con su tapa, de cuyo botón
pendía una mano de plátanos manzanos, cinco quimbombós, á ambos
lados de las paredes colgaban grandes marugas de güiros sujeí, forra-
dos de un tejido de mallas con cuentas; un tambor pequeño y varias
panderetas, figurando á los lados de los santos dos espadas de madera,
que se usan en las grandes solemnidades. Cubría el altar una especie de
dosel ó colgadura de fino punto bordado, orlándolo en su extremo su-
perior pabellones ó bambalinas de damasco de seda punzó, única orna-
mentación que revelaba algún arte.
En el ángulo opuesto de la misma habitación se erigía un altar bajo
la advocación de la Virgen de la Caridad, con mantel y ornamentos
amarillos, habiendo observado nosotros que debajo de la mesa cu-
bierta por los adornos del frontal, se encontraba una vasija de forma
especial que contenía una piedra de las llamadas cJiinas pelonas,
impregnada de una substancia color de ocre; y debajo de la imagen
una sopera rodeada de una especie de chai canario, que tenía en su in-
terior una esfera ó bola de cobre bruñido; al lado derecho otra cu-
bierta de un lienzo azul, y distribuidas por el altar varias calabacinas,
á las cuales haciéndoles una abertura en la parte superior, llenan de
comida y miel de abejas,, cuyo nombre, según nos dijeron es alcancía.
84.../.

También figuraban colgados en las paredes laterales, cuernos, rabos


de caballos adheridos á palos de pequeñas dimensiones, forrados de
raso de algodón punzó, como asi mismo cepillos para la recolecta de
limosnas, y en medio de tanta inmundicia, en profana mixtificación,
un crucifijo.
El aposento contiguo estaba convertido también en capilla, cuya
puerta de entrada ostentaba pendiente de lo alto tres mazorcas de maíz
clavadas por la paja ó panoja, y un coco seco sujeto al extremo de un
cordel, signos distintivos de los templos donde se rinde culto á la bru-
jería.
En aquella habitación se alzaban dos altares, uno principalmente
dedicado á San Lázaro, y en el que figuraban también otros santos; la
ornamentación era azul y blanco, teniendo en ambos costadas unos
güines cubiertos de cuentas, atributos de la imagen; sobre el pavi-
mento, dos tinajas con substancias en estado de descomposición. So-
bre la mesa un muñeco representando á Barbarito (Shangó, que como
vahemos dicho es bisexual), vestido al parecer femeninamente, una
especie de motera con algodón en rama, muchas jicaras de güira cima-
rrona, colgados á la pared del fondo varios cuadros, entre los cuales
hay uno del santo leproso, pintado por un confinado en la cárcel, bien
defectuoso en su dibujo, dos candeleros con velas de cera, una bandeja
para recoger dádivas, cinco posturas de gallina en un plato y muchos
pedazos de la nuez del. coco. Todos estos objetos ocupan el primer tér-
mino de la mesa de referencia.
El tercer altar estaba consagrado al Santísimo Sacramento (Obata-
lá) y en su arreglo se nota cierto relativo esmero; los ornamentos son
azules y blancos. En el centro figura dentro de un fanal de cristal un
sagrario hecho de cuentas de los mismos colores, y dentro una custo-
dia de igual confección. Sobre la msa, candeleros con cirios ya usa-
dos, una sopera cubierta con un lienzo azul, adornada con manilas de
cobre, granos de maíz dispersados sobre el mantel, en el testero del
fondo un cuadro de Santa Rita orlado de negro y otro con la im-
presión de las cinco llagas de Cristo. A derecha é izquierda respec-
tivamente dos figuras de yeso pintadas también de negro, de más de
un metro de alto.
Nos llamó sumamente la atención dos tarjetas fotográficas ejecutadas
en uno de los mejores establecimientos de su clase que hay en la
Habana. Eran de dos niños blancos, por cuyos trajes se podía conje-
turar que pertenecían á familias si no ricas, por lo menos acomodadas.
8s

¿ Con qué ñn figuraban esos retratos en aquel altar ? ¿ Estarían bajo


las influencias de las hechicerías del brujo criollo?
Al retirarnos observamos con sarcástica sonrisa el ajuar de la sala
de recibo de aquella Sociedad de Socorros Mutuos, instrucción y re-
creo entre el que figuraba un piano cuyas teclas recoría, gozosa, una
mujer de color, é hicimos nuevos propósitos de contribuir á la ex-
tirpación de tan criminal superchería.
No podemos menos de consignar, después de lo que observamos en
la substitución de santos católicos por ídolos, la equivalencia ó repre-
sentación que dan los brujos de los primeros á sus deformes imá
genes.
Como hemos dicho, repetimos que Eleguá es el Anima Sola; Ogún,
San Pedro; O dio sí, San Roberto; Ozacú, San Manuel; Shangó ó
Changó, Santa Bárbara;Bacozó, San Cristóbal; IJansá, la Virgen de
la Candelaria; Olió,. Santa Margarita; Llemayá, la Virgen de Regla;
Ochun, la Caridad del Cobre y San Lázaro; Lleguá, la Virgen de los
Desamparados; Ebellli, los Jimaguas; Chaocó, San Isidro; Nana Bu-
raca, la Vrigen del Carmen, y Obatalá, el Santísimo Sacramento y la
Virgen de las Mercedes.
86

V
Tenemos la profunda convicción de que el brujo, tras su supina ig-
norancia, es una hipócrita farsante que explota la credulidad agena, en
provecho propio, con pleno conocimiento de sus actos innobles y cri-
minales, no deteniéndose en los medios, por delictuosos que sean, para
llevar á cabo su obra. Desgraciadamente tenemos pruebas de sus pro-
cedimientos en recientes hechos, especialmente en la niña Zoila, de
cuyo atentado nos ocuparemos extensamente más adelante, concretán-
donos, por ahora, á reseñar el siguiente sucedido en que tomamos
parte activa, evitando un sangriento resultado:
Con fecha 12 de Febrero de 1906, recibió el Sr. Gobernador de la
Provincia, escrito denuncia en que se le comunicaba que en la vecina
villa de Guanabacoa, progresaba extraordinariamente la brujería, y
que de toda certidumbre se sabía, que á las dos de la tarde del 13, se
verificaría un sacrificio en la calle de Santa Ana núm. 18, domicilio
de la más acreditada hechicera de la localidad, nombrada María Julia,
ó Ña Julia, siendo la víctima propiciatoria una niña de dos años, con
objeto de extraerle sangre de blanco, para curar enfermos. La carta
denunciadora contenía, además, infinidad de detalles, que fueron com-
probados en su totalidad.
El Sr. Gobernador, en vista de la gravedad que revestía el caso,
comisionó al perspicaz Inspector Sr. Santiago de la Paz, para que en
unión del que esto escribe, se dirigieran al referido pueblo y practica-
ran cuantas diligencias fueran necesarias para evitar la comisión del de-
lito, investigando cuanto de cierto hubiera en las manifestaciones de
la carta.
Allí nos enteramos que era del dominio público, que en el núm. 18
de la calle de Santa Ana, había de ocurrir algo extraordinario aquel
día. Tomamos un coche, y una vez llegados á la casa, llamamos á la
puerta, que fué abierta por una joven blanca.
Ya dentro, previo permiso de los que habitaban la sala, pasamos al
comedor, donde estaba sentada la bruja Ña Julia, robusta matrona
africana. Comprendiendo sin duda ante quienes se encontraba, nos
87

condujo hacia la segunda habitación, y entre súplicas, haciéndonos


ofertas de dinero, trató de que no procediéramos. En aquel cuarto se
levantaban altares dedicados á distintos santos.
Procedimos á practicar un registro, ocupando multitud de objetos,
figurando entre ellos, gallos, chivos, un escuálido gato negro que atado
á una cuerda, se hallaba moribundo, á causa del hambre y la sed;
jicoteas, huesos de diferentes animales, caracoles, gran cantidad de
substancias fétidas en cacerolas, plátanos guineos y johnson colgados
de la pared; sacos de huesos, colas de chivos, dos grandes altares con
imágenes de Santa Bárbara, adornados con banderas españolas, en lo
alto una cubana, 16 cazuelas con cocimientos ó infusiones de yerbas, é
infinidad de objetos destinados á los oficios y ceremonias que efectúan
los ñañigos; palos mecongos, muñecos vestidos, y un gallinero donde
figuraban 37 aves, todas negras.
Mientras efectuábamos el registro, nuestro compañero Paz notó que
una muchacha blanca trataba de marcharse, ocultando debajo de la
ancha manta de burato, que tenía puesta, un bulto, que resultó ser un
gallo negro relleno de muchas inmundicias.
En la primera parte de la denuncia, se exponía que á las doce del
mismo día, Ña Julia entregaría á una señora separada de su marido,
después de los rezos brujos, un gallo negro compuesto, para hacer las
paces con el amante alejado.
Preguntada la citada joven por su nombre y demás generales, dijo:
tener 22 años de edad, separada algunas semanas de su amante, que
era conocido por Maravilla. El denunciante no había mentido, según
las señales, pues existían de haberse celebrado la ceremonia en la
segunda habitación.
Para las dos de la tarde anunciaba la carta recibida por el Sr. Go-
bernador, tendría lugar el sacrificio de una niña de dos años, que sería
llevada por una mujer casada, á la que inyectaría Ña Julia de la san-
gre de aquella, con objeto de curarla de su esterilidad, logrando tener
sucesión.
* Próximamente quince minutos antes de la hora, hacía su presenta-
ción en la casa, una señora acompañada de una preciosa niña blanca
y rubia, que aparecía tener la edad citada en la denuncia, é interrogada
por nosotros, dijo ser de estado casada, vecina de Regla, queda párvula
era huérfana, teniéndola hacía mucho tiempo á su cuidado y abrigo.
Lúa parda, á la que también se refería la carta, y que había de enrai-
z a Julia con sangre de blanco, se hallaba en un cuarto contiguo,
88

con una venda en la cabeza, resultando ser vecina de la localidad, ex-


presando que padecía de algo que ignoraba, y había ido en busca de
unas hojas de trébol.
La niña que debía ser inmolada era en extremo hermosa, de conti-
nente inteligente y de rasgados ojos azules, la que, mientras estuvo allí,
reía y corría. Preguntada donde estaban los santos, señalaba la habi-
tación en que se encontraban los altares. Esto nos probó que conocía
la casa.
Al llegar á Guanabacoa el entonces ilustrado redactor del periódico
La Discusión, el Sr. Conrado Planas, hoy Juez de un Distrito Muni-
cipal de la Habana, testigo presencial de quien tuyimos la honra de
ser acompañados, montó en un coche, diciéndole al cochero: á casa de
los brujos. Este le preguntó: ¿ á la calle de San Juan ó á la de San
José? Como la que se trataba de sorprender era la casa de Santa Ana
18, el Sr. Plana á su vez inquirió: ¿Hay casas de brujos en esas dos
calles? El auriga le contestó con la mayor naturalidad: Sí, señor; allí
están los mejores y los que más curan.
Ña Julia era bien conocida en la capital, por haber sido propietaria
de casas de lenocinio, situadas en las calles del Arsenal y Desampara-
dos ; y entre la correspondencia que le fué ocupada, figuraban cartas
firmadas por bien conceptuadas entidades que ostentan títulos acadé-
micos. . . .
La villa de Guanabacoa ha sido, y continúa siendo, núcleo y baluarte
de la brujería profesional, contribuyendo á ello entre otras concausas,
las sinuosidades del terreno, sus solitarias y poco traficadas calles y lo
deseminado de su población, que permiten á los hechiceros realizar,
apesar de la vigilancia más asidua, sus salvajes trabajos.
Podernos asegurar que debido á las inmediatas y bien acertadas me-
didas adoptadas, como siempre acostumbra, por el señor Emilio Nuñez,
Gobernador Provincial, se evitó la consumación del asesinato de una
inocente criatura, víctima designada para satisfacer la barbarie de
aliyectos creyentes.
La demora de media hora hubiera bastado para la comisión de. un
delito, que aumentara los anales criminales de Cuba.
89

VI

Para luchar contra la brujería militante, es necesario, según hemos


observado, que la personalidad del oficiante, del factor propagandista,
se ponga á la vista para dirigir contra él los primeros ataques, debiendo
bastar que un individuo sea comprobado brujo de profesión, para que
merezca ser perseguido con arreglo al artículo 614 del Código Penal,
que dice así: "Serán castigados con la pena de arresto mayor, si el
hecho no estuviere penado en el libro segundo del mismo, es decir, co-
mo defraudadores especialmente por el artículo 565, los que por inte-
rés ó lucro interpretan sueños, hicieran pronósticos ó adivinaciones ó
abusaren de la credulidad pública, ó de otra manera semejante»"
Hay que aplicar la Ley con todo su vigor contra la hechicería, pues
según hemos manifestado en el curso de este trabajo, sus prácticas lo
mismo las llevan á cabo en las soledades del campo como en el foco
de la ciudad.
Comisionado el autor de la presente obra, por el señor General Ra-
fael de Cárdenas, entonces Jefe de la Policía Municipal, para proceder
á la sorpresa de una gran solemnidad bruja, que debía celebrarse en
una casa de la calle del Sol, lugar en extremo transitado por tranvías,
ómnibus y otros vehículos, como asi mismo de pedrestes, por ser la
citada vía arteria principal para los muelles y otros centros mercanti-
les, tomándose las medidas necesarias para que no resultara ineficaz
el servicio.
En efecto; la tarde del 14 de Abril de 1903, nos constituímos en la
habitación, donde el oficiante, llamado Lueib, celebraba la iniciación de
varios creyentes. El acto revestía los caracteres de las grandes fes-
tividades del rito, reuniéndose en aquel recinto, que lo constituía
estrecho cuarto, de paredes mugrientas y roto pavimento de madera,
numerosos congregados, formando la aglomeración, una atmósfera de-
lectérea y nauseabunda, figurando en uno de los ángulos del mismo un
altar cuya última grada sostenía la imagen de San Benito de Palermo.
A nuestra entrada, azotaba el brujo Lucio, usando para ello de dos
manatíes, á un cliente, al que había bajado el santo, y era tal su estado
de extenuación, que se encontraba en "un síncope ó desmayo, siendo
90

preciso trasladarlo fuera, colocándole dos de sus colegas debajo de una


escalera.
Procedimos á un registro, que dio por resultado la ocupación de
huesos humanos, una mal tallada Santa Bárbara, Sltangó, cocos secos,
numerosos collares de cuentas azules y blancas, polvos de sapo en gran
cantidad, caracoles, yerbas, cazuelas con coco rayado, cenizas, maíz
asado, marugas, cabezas de palomas, pescados secos, un garrafón con
un fétido breva je, varias botellas con medicamentos, ñames rayados
con yeso, boniatos salcochados, quimlbombó con cenizas, una cabeza de
chivo en completo estado de putrefacción, dos rewolvers antiguos,
muchos cuchillos de punta, en su mayoría mohosos, y las dos oraciones
á El Anima Sola (Eleguá) y á San Lázaro Sal del Sepulcro, que re-
producimos :

¡ Oh alma! la más sola y desamparada del purgatorio, yo os acom-


paño en vuestro dolor, compadeciéndoos al veros sufrir y padecer
en el abandono de esa dura y estrecha cárcel, y deseo aliviaros en
vuestra aflicción y desamparo, ofreciéndoos todas aquellas obras meri-
torias y satisfactorias que hiciere, y cuantas penas haya pasado, paso
y he de pasar en esta vida, para que paguéis vuestras culpas á Dios y
alcancéis su gracia, esperando yo que haréis el gran beneficio de pe-
dirle que dé á mi entendimiento la luz necesaria para que yo cumpla
su santa ley, amándole sobre todas las cosas, como á mí único y sumo
bien y á mi prójimo como á mí mismo, pues así mereceré de su divina
Majestad y misericordia infinita mi salvación.—Amén.
Oye mortal el lamento
De una alma abandonada
Sola, trste, aprisionada
En este oscuro aposento.
Los que conmigo purgaron
Su culpa, ya han descansado
Y sólita me he quedado
Porque á ver á Dios pasaron.
Cinco Padre Nuestro y tres Ave María.

Oración á San Lázaro Sal del Sepulcro.—Gloriosísimo patrón de


los pobres, Padre mío San Lázaro, que atormentado en los acerbos
dolores que te ocasionaba la general lepra que padecías, buscabas el
lenitivo para tus males en la paciencia y conformidad con la Divina
Providencia. Yo te suplico por esta misma tolerancia me des tu ayuda
para que conformándome con mis aflicciones, penalidades y contra-
tiempos, imitar tu ejemplo en el templo de mi vida, merezca después
por tu intercesión la eterna gloria.—Amén.
9i
A más de las incorrecciones de que adolece la anterior oración, tam-
poco hemos podido comprender qué analogía guarda la salida del se-
pulcro con el Santo hermano de Magdalena, cuya fosa no se nombra
en el contenido del rezo.
Treinta de los cofrades y el Ministro ó Pastor, fueron detenidos,
y con do actuado, puestos á disposición del Juez de Instrucción respec-
tivo.
Hemos observado que en la brujería no siempre se sigue el mismo
ceremonial ó rúbrica; tal parece difiere según la mayor ó menor inicia-
tiva del oficiante, para lograr herir la imaginación de los devotos; y así
lo comprueban los siguientes casos:
Notándose que de una casa situada en la calle de Soledad, salían
quejidos y lamentos, penetraron en ella varios vigilantes de Policía,
encontrándose más de cien personas de ambos sexos, unas con caretas y
otras sin ellas, ocupándoles un SJiangó adornado con piedras blancas
y negras, una calavera de chivo y otros objetos usados generalmente
en sus prácticas.
Una pareja de la Guardia Rural, en su recorrido cerca del pueblo de
Rancho Veloz, sintieron toques de tambor, y una vez cerca de la casa
de donde partían, y como á diez varas de distancia, distinguieron infi-
nidad de luces, que resultaron ser velas encendidas y enterradas hasta
la mitad en la tierra, observando que un moreno se entretenía en regar
agua sucia, unida á unas plumas, que contenía una vasija, en la esquina
del bohío, y al pié de lbs horcones.
Entrando en la primera habitación, recogieron: un peso, regalo de los
ahijados; un papel envuelto conteniendo unas Conchitas rojas, una mu-
ñeca grande, un Niño Jesús de Praga, de loza, un gorro colorado con
franjas blancas que usaba el brujo, nombrado Tata Tomás, en el baile
caballo santo (?), un mazo de yerbas para curar enfermos, y otros
objetos comunes á la hechicería, llamándoles la atención el banquete
que celebraban, en que al decir de lbs guardias, figuraba un gallo medio
destripado y crudo, del que comían varios asistentes, práctica no obser-
vada jamás por nosotros.
Habiendo tenido noticias confidenciales de que en la calle de Tenerife
había una señora enferma á la que asistía un brujo curandero, que
como honorarios cobró treinta y siete pesos oro español, propinándole
menj urges que habían agravado sus dolencias, pusimos el hecho en
conocimiento del Sr. General Cárdenas, Jefe de Policía, autorizándonos
para prestar el correspondiente servicio.
92

En cumplimiento á lo ordenado, nos constituímos en la Sexta Esta-


ción, informando al Sr. Capitán Sardinas de que en la demarcación á
su cargo, se encontraba un brujo nombrado Cándido (a) Manguito, cu-
rando clandestinamente y engañando á multitud de personas con sus
sortilegios y supercherías. Enseguida nos personamos ambos en la
casa de referencia, y en un cuarto interior, practicado un registro, en-
contramos una cajita con varias piedras de imán, y cuatro herraduras
de acero, y sobre una mesa en completo desorden, coliares de cuentas,
caracoles, cuernos, de distintas clases, pimienta de Guinea, y numero-
sos envoltorios conteniendo yerbas', á las que según los hechiceros, se
atribuyen propiedades curativas.
Con el correspondiente atestado, se remitió á Manguito á disposición
del Sr. Juez Correccional del Segundo Distrito. La paciente, según lo
inquirimos, falleció pocos días después de efectuada la relatada sor-
presa.
Tan pronto recibimos la confidencia de que hemos hecho mención,
nos propusimos, por todos los* medios, asegurarnos de la certidumbre
de la denuncia; y al efecto, mal trajeados nos presentamos á Manguito,
pretestando venir padeciendo desolé hacía tiempo de un agudo reuma-
tismo articular. Antes de proceder al primer reconocimiento, exigió
de antemano el abono de un luis, el que le aportamos.
Después de hacernos acostar en una cama, previo habernos desnuda-
do, menos de la ropa interior, procedió á regar los caracoles sobre el
pavimento del cuarto, en número de treinta, y con el péndulo ó plomada
al que imprimió con la mano derecha de que pendía, el movimiento que
hemos descrito, en otro, capítulo de esta obra, afirmó ser reuma lo que
nos aquejaba, citándonos para otro día en que tendría preparados los
medicamentos adecuados para la completa curación.
Con pruebas tan fehacientes, procedimos á lo que hemos expuesto,
debiendo al propio tiempo manifestar que antes de abandonar aquel
inmundo lugar, observamos debajo de la cama un pedazo de piedra de
imán, cubierta de agujas y limallas de acero. La actitud de Manguito
al ver en nosotros al enfermo convertido en agente de Policía, fué
indescriptible.
En los brujos sigue teniendo fe gran parte del pueblo, que acude á
ellos en demanda de remedios, como asimismo de embó para lograr
una venganza ó saciar pasiones, cuya causa es el poco ó ningún cultivo
intelectual, favoreciendo á los que se dicen adivinadores ó agoreros,
siendo las mujeres las principales clientes del ignorante á la par que
93

audaz y cínico hechicero, que se acercan á tales entes, para encontrar


disculpas á sus infidelidades ó una prueba de la del marido, concubino
ó amante. • * . .
Cierta mujer presentó en la Secreta una curiosa denuncia:
Dijo que hacía tiempo se lamentaba, con un amigo dependiente de
un establecimiento de la Plaza del Vapor, de los frecuentes dolores de
cabeza, que venía padeciendo, y otros males interiores, cuando se le
presentó un moreno llamado Luis, diciendo que sus males los curaría el
brujo Miguel, vecino de la calle de Esperanza, único capaz de quitarle
el desencanto, que era su verdadera enfermedad.
La mujer, que era algo incrédula, concurrió, sin embargo, al domici-
lio de Miguel, en unión de Luis.
Recibióla éste con un rosario arrodillado ante tim altar, y levantán-
dose, procedió al reconocimiento,.'en la forma que arate normentedíenlos
expuesto, cobrando por ello 12 pesos, manifestando^ que su enferme-
dad era daño, suministrándole sus pócimas durante más de un año,
y exigiéndole por su asistencia una docena de pesos mensuales.
Los medicamentos de Miguel empeoraron el estado de la mujer, que
se decidió á cambiar de médico, yendo por recomen dación de un amigo
al domicilio del brujo Bonifacio, situado en la calle «de la Zanja.
El nuevo facultativo, después de criticar duramente el plan curativo
de Miguel, le dijo que las medicinas de éste la habían empeorado, pues
ella no tenía daño, sino desencanto de la cintura, cuya dolencia le cu-
raría si tomaba unos polvos para beber y frotarse con ellos la cara.
Bonifacio cobraba por cada consulta de las que düó á la mujer, seis
pesos oro.
Esta, viendo que 110 mejoraba, sino que su estada era cada vez peor,
y sus males iban en aumento, determinó dejar de entrarse de esa mane-
ra, por lo que recibía cartas anónimas en las que se le amenazaba, si
persistía en hablar mal de los brujos.
La parda María G., natural de la Habana, de 24 años de edad y
vecina de la calle de Trinidad, se presentó en la Octava Estación de
Policía, en unión de la menor Pilar G., del mismo vecindario.
La primera manifestó al señor Capitán Emilio Sardinas, que el more-
no Eligió A., vecino de San Joaquín, curandero potr medio de la hechi-
cería, es concubino de Lucrecia P., medio hermana de la Pilar, á la cual
le ha hecho tomar substancias, sin duda de brujería;, de tal manera, que
no tiene voluntad propia, obligándola á tomar esos ttiietij urges, por me-
dio de amenazas.
94
Que Eligió A., con sus medicinas, ha hecho perder el juicio á un
hermano de Lucrecia, nombrado Leonardo, que reside en su domicilio,
agregando la María G. que él se encontraba en esos momentos en el
campo, y como quiera que la amenaza, tanto á Pilar como á ella, de
matarla por medio de la brujería, formulaba la denuncia. El Capitán
referido dio cuenta al Juzgado de Instrucción del Oeste.
La ignorancia aumenta el miedo, especialmente en los temperamen-
tos pusilánimes y supersticiosos, y en ello se funda inconscientemente
el brujo.
Un vigilante de Policía detuvo al moreno Máximo L., por haber
arrojado en un solar del Vedado, un bulto que contenía varias piezas
de ropa, cuatro velas adornadas con lazos negros, y otros objetos de
los que se acostumbran usar en la brujería. •
Máximo declaró que aquel bulto lo había lanzado al solar, por encar-
go de Anacleta D., costurera y vecina de la calle de las Lagunas.
Interrogada la Anacleta, manifestó que realmente había suplicado á
Máximo botara los citados objetos; y para explicar la forma y natura-
leza de ellos, dijo: que hacía días había sido amenazada por su concu-
bino Fabián de darla una paliza, por lo que encendió las cuatro velas
enlutadas, dándose un baño, creyendo que de esa trtanera se vería libre
de lo que su marido le había anunciado,
95

VII
Una de las sorpresas más importantes, practicadas en la Habana
respecto á la bujería, fué la que tuvo lugar, á üa una de la madrugada,
del 5 de Julio de 1903, en la casa de vecindad calle de los Angeles en-
tre las de Corrales y Gloria, de cuya ocurrencia se ocupó extensamente
la prensa periódica, siendo tema obligado de las conversaciones du-
rante algunos días.
Encontrándonos á las inmediatas y especiales órdenes del señor Ge-
neral Cárdenas, nos ordenó el expresado servicio, y unidos al Vigilante
núm. 7, Nicolás Roig, cuya presencia de ánimo y suma actividad nos
auxiliaron en mucho, procedimos á traspasar los dinteles de aquella
casa, en cuyo interior se hallaban congregadas más de ciento veinte y
cinco personas de ambos sexos, casi en su totalidad de la raza negra,
las que al comprender nuestra actitud pretendieron arrollarnos, huyen-
do gran número por las azoteas y tejados contiguos.
En un cuarto, á la izquierda del patio, se alzaba un altar iluminado
por lo menos con cien grandes cirios y adornado con ramos y profusión
de flores naturales, viéndose alrededor de la habitación y en el amplio
patio, las sillas de que habían hecno uso los sorprendidos.
Después de la detención de 56 cofrades, que fueron puestos á dispo-
sición del señor Juez Correccional del Segundo Distrito, practicamos
la diligencia de ocupación de cuantos objetos figuraban en el ceremo-
nial solemne y extraordinario que oportunamente habíamos interrum-
pido, cuyo inventario constaba del referido altar, varias monedas de
oro y seis pesos plata española, tres pulseras al parecer de este último
metal, tres papeletas de rifa de "La Criolla," un paquete de velas, 9
pollos desplumados, cinco palomas en igual estado, dos gallos muertos,
doce mazos de acelgas, cuatro soperas conteniendo plumas y cabezas de
palomas, y sobre éstas varios collares, como asimismo una taza llena de
maíz seco y coco, y otra con una piedra, una campanilla, cuatro astas
de chivo, una calabaza, cuatro cocos secos, una freidera de hierro con
clavos y herraduras, un paño tinto en sangre y cinco grandes cuchillos
con iguales manchas sangrientas, una cabeza de carnero acabado de
.96. f
decapitar, como el resto de su cuerpo, que era hermoso y blanco, cazue-
las con coco, arroz, platos de barro y loza conteniendo puré, frijoles
de carita, caracoles y collares, un bejuco impregnado en sangre y diez
y seis tinajas cpn un líquido en extremo mal oliente.
Varias canastas, que en conjunto sumarían 40 pollos negros, y otras
con palomas blancas y del mismo color, en gran cantidad, que dedica-
ban al sacrificio en loor del santo, á quien celebraban, llamándonos la
atención una gran cruz con la imagen muy bien escultada del Redentor,
que también ocupamos.
El Vigilante Roig mereció el mayor encomio en cuanto se relacionó
con la sorpresa, multiplicándose y evitando desmanes en el acto de la
captura, sin que le hiciese mella la superioridad numérica de los que
pretendían evadirse, ni ante la hostilidad de algunos^ cumpliendo estric-
tamente con su deber como funcionario y como inteligente en asuntos
policiacos.
La brujería es contra la civilización, formando una barrera en Cuba,
que dificulta la regeneración y adelanto de la población de color, ávida
hoy más que nunca, en ilustrarse, siendo la parte culta la que más
obligada está á poner los medios para que desaparezca el fetichismo
africano.
A raíz del actual régimen republicano entre nosotros, se han presen-
tado numerosas palmistas, nigrománticos, agoreros defraudadores con
el nombre de hipnotizadores, que públicamente se anuncian en los pe-
rno di eos señalando sus moradas con muestras lumínicas. En Francia
y en los Estados Unidos se les permite ejercer tal profesión, no sabe-
mos si por esta ^causa se toleran en el país; pero en el sentido legal,
créenlos se encuentran comprendidos en el artículo 614 del Código Pe-
nal, de que hemos hecho mención.
Hace algunos años se estableció en Jesús del Monte una Sociedad
de Estudios Espiritas, en cuya directiva figuraba un conocido abogado,
venido á menos, como vulgarmente se dice, fungiendo de medium cu-
randero un individuo, natural de Canarias, conocido por el Hermano
Guia, Allí concurría numeroso pueblo que proporcionaba pingüe ne-
gocio con sus dádivas capciosamente solicitadas, abusándose de tal ma-
nera, que fueron multados como asociación fuera de la Ley constituida,
clausurándose aquel centro de inicua explotación.
Ese medium, hoy se hace nombrar el Hermano Melchor. Hará
próximamente dos años, ejercía ese hombre blanco la brujería en el
barrio del Vedado, como hechicero y curandero, proporcionando me-
97

dicinas á distinguidas familias de la localidad, y en lo moral, rompien-


do lazos conyugales, de cuyos hechos tuvo noticia la Novena Estación
de Policía.
En la actualidad acaba de editar voluminosa obra, en uno de los
establecimientos tipográficos mejores de la Habana, con el incompren-
sible título de "'Apóstol el decir",, llena de errores, imbecilidades y
estúpida doctrina, .apropos i to para embaucar á gentes sencillas, difun-
diendo fatales creencias, criticando y falseando los Evangelios, supo-
niéndose así mismo con un poder sobrenatural para vaticinar lo futuro.
El costo de la obra, que debe ser de importancia, según noticias, ha
sido satisfecho por pudiente incauto ó ignorante, que ha caido en sus
redes.
Siendo aun adolescente, el que esta obra publica, conoció á Don
Melchor, en la Villa de Santa Clara, donde ejercía su empírica profe-
sión, logrando reunir numerario suficiente para adquirir valiosa quinta
de recreo, y recordamos que un pariente cercano nuestro, fué sujeto
al plan terapéutico del brujo isleño, dando por resultado la casi pérdi-
da de las facultades mentales del paciente . Descubierta, ó desenga-
ñado el pueblo, de la superchería del curandero, tuvo que abandonar la
localidad, sentando sus reales en Guanabacoa. Nicudemos, nombre
judaico con que figura en el libro, verdadero adefecio que ha dado á
luz, está comprendido en las penas que señala el Código Penal vigente.
En la brujería curativa, no ve el enfermo, que á ella recurre, la
perplegidad del profesor, que nada en concreto formula ni usa de
procedimientos quirúrgicos en afecciones orgánicas que así lo exigen,
acudiendo generalmente á sus consultas los que padecen de nice ras y
llagas crónicas, paludismo, histerismo, esterilidad, etc.; sin que logren
su restablecimiento, ni aun siquiera el más pequeño alivio; ni la reali-
zación de los deseos de fecundidad. Los brujos, de algún tiempo á
esta parte, se han dedicado á la curación de dolencias, sin que por esto
querramos decir que prescindan de sus salvajes supersticiones, como
adivinos, agoreros ó profetas.
En los Abreus, provincia de Santa Clara, se presentó cierto trabaja-
dor de una finca ubicada en las cercanías, manifestando al sargento de
la Guardia Rural, Jefe del destacamento, que según se decía, del ce-
menterio del pueblo estaban sacando muertos, cortándols la cabeza,
para componer brujerías.
A consecuencia de prolijas investigaciones, supo el Brigadier Calle,
que en una casa del barrio de Seborucal, se cantaba en*voz baja duran-
9S
te las madrugadas, hasta la salida del sol, toaos los lunes, martes, sá-
bados y domingos, no en concepto de diversión, ó guateque, sino para
trabajar hechicerías, teniendo también noticias de un menor cuya ocu-
pación era robar gallos, que residía en el mismo lugar. En esa vi-
vienda estaba terminantemente prohibida la entrada, á excepción xk
algunos individuos, y mucho menos en un cuarto interior el acercarse,
ni aun á los de la familia.
Reunida la conveniente fuerza de policía y Guardia Rural, á las
órdenes del Teniente de Alcalde, en condiciones para una sorpresa,
se dirigieron hacia un frondoso monte donde entre piedras y maniguas,
se encontraba una casa rodeada de una cerca con una pequeña portada.
A ella llegaron las mencionadas autoridades, solicitando la entrada, la
que les fué concedida, aunque el continuo ladrar de los perros había
prevenido á los habitantes, que salieron azorados, tratando de ocultar
los efectos que descubrieran el objeto de aquella casa, pudo ver el
sargento que uno que hacía de oficiante, tenía puesto un gorro rojo
adornado de plumas negras, sin zapatos, con un collar de cuentas azu-
les y blancas, y colgando de sus extremos, por delante, colmillos al pa-
recer de perro, y por detrás un crucifico de cobre.
En el registro que practicaron fueron halladas varias pieles de chivo,
cazuelas con yerbas, y un líquido que tenía todas las apariencias de
ser sangre con aguardiente, un Shangó vestido de negro y con manchas
sanginolentas, un puñal y tres cuchillos de grandes dimensiones, una
estampa con un título que decía: Lázaro, sal del sepulcro, dos cabezas
de figura humana y otros utensilios, entre ellos un macuto.
Fueron detenidos, entre otros, un tal Leonardo, dueño de la casa, y
José I. (a) Pelota, é igualmente las morenas asistentes á las ceremo-
nias nombradas Susana, María de Jesús, Anastasia é Inés todas recién
paridas) y varias menores, todas de la raza negra.
Constituido el Juzgado en el Cementerio y abiertas las sepulturas
que se suponían profanadas, se encontró que habían desaparecido dos
cadáveres, probablemente desde hacía algún tiempo.
En una de las fosas, la que ocupó Benigna A., se halló la caja va-
cía, conteniendo solo unos pocos huesos, y dentro de la tierra un plato
de lata y tres velas, sin haber sido usadas.
En la que fué inhumado Bernardo P., también estaba vacío el ataúd.
Plabiéndose procedido al registro del macuto, se encontró en su
interior tierra de cementerio, raices, cadenas, cuernos de venado, san-
99
gre corrompida, pedazos de cráneos humanos y restos pertenecientes
á más de tres iadáveres, según opinión del médico municipal.
Después de estos sucesos, un guardia municipal encontró en el barrio
conocido por Masgüira, un baile en honor de Santa Bárbara, en una
casa de mala apariencia, donde una mujer vestida de hombre, saltaba
en la sala, arrojando granos de maíz tostado para espantar, según ella,
al diablo (Echó). Esta fiesta era una rogativa para que fueran pues-
tos en libertad los detenidos.
En busca del presunto autor de las violaciones de cadáveres, se
trasladó la policía al punto conocido por "Dos Bocas," núcleo de la
brujería, consiguiendo solo la creencia de que el individuo señalado por
los detenidos como autor del delito, era supuesto, pues no se hallaron
de él huella alguna, ni el más leve indicio, pero en cambio se encontró
una especie de enfermería con varias camas ocupadas por individuos
en curación.
En dicho sanatorio, especial en su clase, después de grandes pesqur
sas, fueron encontrados en el fondo del patio, un Shangó de madera,
osamentas humanas, y entre éstas, un cráneo perforado de un balazo.
Lo que hemos narrado es imposible comentarlo ; por su propia gra-
vedad se impone para usar de todos los medios posibles á fin de que
lesaparezca de las ciudades y de nuestros campos la idolatría africana,
cuyos crímenes, aunque no continuos, cuando se efectúan, solo son com-
parables á los que se llevan á cabo en la salvaje Cafrería.
Consignaremos como nota simpática que el elemento culto y sensato
que compone la raza de color en la Provincia de Santa Clara, pidió
con insistencia la expulsión de los brujos y sus sectarios.
Las profecías y vaticinios de la brujería, así como sus descubri-
mientos de los afectos y cosas ocultas, aun en el caso de que un embó
no produzca, como sucede generalmente, sus efectos, siempre son in-
morales, principalmente en la paz conyugal; cuando directamente influ-
ye el brujo de profesión, casi siempre en manera disolvente, siendo
delictuoso en grado supino, haciendo creer en el poder de restos hu-
manos, eficaces en una limpieza, ó en hacer desaparecer un bilongo.
No hace mucho tiempo que el pardo Mamerto R., vecino de la calle
de Tacón, acusó al de su clase nombrado Rafael F., de haberle estafa-
do á su madre, en diferentes partidas, más de diez centenes.
Según manifestó, Rafael, para realizar la estafa, se puso de acuerdo
con una a ¡lijada ó intermediaria, la parda Tula, que le ofreció que con
IOO

remedios de brujos llevaría á cabo la reconciliación de ella con su


amante, del cual hacía un mes que estaba separada.
En el año de 1902 se tuvo noticias de que en una casa de la calle
del Águila, vivía una parda muy gruesa Mamada Jacinta, que se em-
briagaba con frecuencia, siendo bruja de profesión.
A sus imbéciles clientes—entre los cuales, según se decía, figuraban
dos encopetadas señoras—4es proporcionaba la bruja substancias des-
conocidas, cuyos efectos eran ó podían ser tóxicos.
La hechicera era público y notorio que se entretenía en abobar ma-
ridos, y era tan lista que cobraba sus honorarios por adelantado.
En Taco-Taco, pueblo de la provincia de Pinar del Rio, hubo un
gran escándalo hace cinco años, por haberse hecho correr la noticia de
que una señorita de aquella localidad, estaba hechizada, y que á fin
de devolverle la salud, iba á ser operada por unos brujes. A la joven
se le extrajeron ranas, cangrejos, alacranes, alfileres y un gato. . . .
sin rabo ni orejas, que fué quemado allí á presencia de todos. Enton-
ces se dijo y hasta se publicó en La Discusión, que el gato prieto era
nieto y á la vez hijo del padre de la hechizada.
Según referencias, para desembrujar á la infeliz mujer, fué ésta
desnudada completamente y tendida en el suelo junto á una hoguera,
ante un centenar de personas. Tras unas oraciones en carabalí y
lucumí, el brujo provocó el aborto á fuerza de golpes y pisotones.
No queremos narrar lo que ocurrió después; corremos tupido velo ante
cuadro de tanta barbarie. . . .
El 19 de Febrero de 1908, había de celebrarse una fiesta solemne
en la casa núm. 13 de ¡la calle de Fundición, convertida en templo
brujo. Antes de que aquella diera principio, nos personamos, en
unión del Capitán de la Segunda Estación de Policía, Sr. Federico de
la Cruz Muñoz, en la misma, encontrando congregadas más de diez
personas, entre ellas la inquilina principal, que nos dijo ser ferviente
creyente y constante observadora de sus prácticas, y que á no ser tan
inopinadamente sorprendida, se hubiera llevado á cabo la iniciación
de una niña.
En una habitación interior que hacía las veces de capilla, se ocupa-
ron : un bien adornado altar consagrado á Santa Bárbara, teniendo á
sus lados á las Vírgenes de la Merced y Caridad del Cobre, muchos
güiros adornados con caracoles, cortos bastones con cuentas blancas,
freideras conteniendo maíz asado, coco, astas de ciervo, herraduras,
varios pesos en plata española y gran cantidad de calderilla, manteca
101

de corojo y de cacao, tierra extraída del cementerio, chinas pelonas,


patas de venado, una cajita conteniendo piedra imán con limallas de
acero, un retrato fotográfico de una joven bien parecida y elegantemen-
te vestida, en el que estaba escrito Virginia D., "La Muchacha Matil-
de," y otros atributos pertenecientes á la hechicería, figurando también
el siguiente disparatado rezo, que aparece impreso en México:
Oración á Sr. Santiago-—Virgen sin comparación, Madre del Ver-
bo Divino, échame tu bendición y guíame por buen camino. Señor
Santiago Jacobo, patrón de las Españas, que en los reinos de Cas-
tilla fuiste treinta años vencedor de batallas que dieron al gran Sultán,
considera en la gran ciudad de Jerusalem, y la Cruz de Jerusalem,
vaya delante de mí, y mueve los corazones que estuvieren en contra
de mí, y el Señor que murió en ella hable y responda por mí, y si
hay algo á traición, palos, piedra ó fierro, con la divina fuerza de
los brazos del Señor, me dé espíritu y valor para vencer estas bata-
llas, no me dejes Señor; con el velo de la Santísima Trinidad sea mi
cuerpo envuelto y no herido, \ Oh Santísima Trinada d! préstame tu
estandarte para revolear esta bandera, si es para torear y montar;
no me dejes Señor, ser vencido ele cualquier animal furioso que me
quite la vida. Jesús, quítame del infierno, y con las llaves del Señor San
Pedro se abran puertas, cárceles, grillos, chapas, cadenas, cerrojos,
esposas, y las cadenas de los pies se me caigan Señor Santiago Jacobo,
el cuerpo se les entumezca, la vista se les nuble, ojos tengan y no me
vean, manos tengan y no me agarren, pies tengan y no me alcancen;
y con el velo de la Santísima Trinidad sea mi cuerpo envuelto y no
sea aprisionado ni herido; las pistolas no den fuego, los machetes no
me den machetazos, los puñales puñaladas, que nada sea contra mí,
que este camino no sea abierto para mis enemigos , y que no muera
de muerte repentina ni matado.—En el nombre de la Santísima Tri-
nidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Paz Domine dona nobis semper.
—Amén.
Los congregantes detenidos, con los efectos incautados, fueron
puestos á disposición del Juez Correccional del Primer Distrito.
El pueblo del Gabriel, perteneciente al término municipal de Güira
de Melena, parece ser el feudo de los brujos, donde tiene su núcleo
la hechicería militante, así lo conceptuó el Agente de la Policía Espe-
cial, Sr. José Valdés, de cuyos servicios nos ocupamos extensamente
en la presente obra.
En la finca "Zúñiga," distante un kilómetro de dicho poblado, se
desarrolló el asesinato de la niña Zoila Díaz, crimen que conmovió
hondamente al país, por las circunstancias especiales del inaudito sal-
vajismo que en él concurrieron. ¡Tal parece aquél predio predestinado
á ser teatro de sangrientos hechos!
I02

Al fondo de la rererida finca se encuentra enclavado miserable


bohío, albergue desde hace algún tiempo, de Eduardo Lorenzo, natural
de Canarias, y Rita González, cubana, ambos blancos, de 45 y 43 años
de edad, respectivamente.
Rita fué presa de una anemia cerebral que revestía los caracteres
de gravedad, según diagnóstico facultativo, y sujeta á la asistencia de
los módicos residentes en Güira de Melena, sin éxito alguno. Trasla-
dada á Santiago de las Vegas se le sometió al tratamiento del doctor
Gallol sin obtener mejoría, viéndose que la enfermedad progresaba
se le llevó al Sanatorio "Cuba" en la Habana, donde pasó una estan-
cia de más de dos meses, y convencido Lorenzo de que su esposa no
tenía cura, volvió con ella á su residencia en la finca "Zúñiga".
Por informes dados por una candida vecina, supo el marido la exis-
tencia en la Güira, de un moreno brujo, que era infalible en los daños
y otros males que atacan á la humanidad, contándose por centenares
sus beneficiosos servicios. Este hechicero-médico tenía su domicilio
en el barrio nombrado Chafarinas, de aquel término, conocido por Ja-
vier Toyo ó Javier Hevia, en su busca salió Lorenzo, llevándolo á
su casa, en la que quedó como cocinero, á fin de 110 llamar la atención
de los vecinos colindantes.
El negro Javier estuvo en Gabriel muchos días, sometiendo á Rita
á su tratamiento; pero viendo que 110 correspondía á su ciencia infusa,
los honorarios ó remuneración que percibía, resolvió abandonar á la
enferma, yéndose á la Güira. Atraído nuevamente por promesas de
dinero, repetidas veces volvió al sitio de Lorenzo, haciendo el trayecto
por el ferrocarril hasta Gabriel, y de allí á caballo que éste le propor-
cionaba hasta su domicilio.
Toyo ó Hevia, para seleccionar las yerbas que había de usar en sus
pócimas, cocimientos ó infusiones, recorría los campos próximos á la
casa de Lorenzo, y allí fué visto por Francisco Díaz, padre infortu-
nado de la niña Zoila, quien extrañándole la frecuencia con que Javier
invadía su finca, fijóse detenidamente en él, llegando á comprender
lo que supo después por boca del propio brujo: que curaba por su pro-
cedimiento á una vecina.
La indignación de Díaz no tuvo límite, viniendo á su mente el re-
cuerdo de cuanto había sufrido y sufre por el salvajismo de los brujos
y sus clientes; y por ello en la primera oportunidad que le fué posible
se trasladó á la Güira refiriendo lo que pasaba. No tardó en llegar á
conocimiento de las autoridades lo que sucedía, y el día 24 de Marzo
103

de 1908 el Juez Municipal con el Secretario y Jefe de Policía señor


Bruno Sosa Díaz pasaron á la finca "Zúñiga"/ donde se comprobó
cuanto se decía. En la tarde de dicho día se trasladó el que esto es-
cribe á Güira de Melena para informarse sobre el terreno de cuanto
aconteciera.
Encontrábase el brujo en aquellos momentos en la Güira, y por te-
légrafo se le mandó detener. Mientras tanto fué interrogada Rita.
Cuando se presentó el juzgado y la policía, hallábase ésta con una
venda en la frente, y bajo el lienzo se veían astillas de madera, que
luego se supo fueron colocadas por el brujo. Sobre la' región super-
ciliar tenía dos heridas ya en estado cicatrizado que dijo Rita habíase
inferido buscando alivio. Encontraron también latas de agua hervida
con yerbas y piedras, que era con la que se daba los baños recomenda-
dos por Toyo.
Lorenzo desconocía las heridas que su mujer tenía en la frente, pues
pocos días antes, de vuelta de su trabajo, la halló vendada, no parando
mientes en ello. . Una vez de regreso el juzgado en la Güira, fué inte-
rrogado el brujo.
No negó dedicarse á curar, antes al contrario, mostróse orgulloso
de su saber, y expresaba que si Lorenzo le hubiera pagado, aseguraba
con su honrada palabra curar á Rita, pues había acertado con el mal
de que adolecía: Tenía la sangre subida á la cabeza. Refirió que
después de hacerle sumergir en repetidos baños de agua de zalgazo y
rompe-zaragüey, le hizo dos heridas en la frente por la que chupó la
sangre, notando por lo salobre que no tenía daño, como suponía; y en-
terado luego de ciertas cosas comprobó que la sangre la tenía en
la cabeza y que había que hacerla bajar. Esta operación es la misma
que usan en la costa S. O. de Africa, cual es la de poner los labios
en la región dolorida y aspirar el espíritu mórbido que tiene que aga-
zaparse en un pedazo de madera que el brujo operador habrá tenido
el cuidado de meterse en la boca, para que sea el receptáculo del es-
píritu vencido por el hechicero.'
En el domicilio de Toyo se ocuparon multitud de objetos dedicados
á la brujería, cazuelas con piedras, yerbas diferentes, granos de maíz,
pedazos de coco, dos cuerdas de cáñamo con veinte y un nudos, varias
estampas de santos y cruces de madera, una pulsera de metal, cuernos
pintados con colores vivos, plumas de ave, todo lo cual despedía
un nauseabundo olor.
Ocupóse también un "bacuá" ó cuerno sagrado con el cual Javier
104

echó una bendición al Juez y policías cuando examinaban los atri-


butos de su culto. Igualmente se encontró una botellita con agua ben-
dita.
Toyo es un negro de más de 90 años, nacido en Africa. Fué uno de
los fundadores del pueblo de la Güira, asegurando que cuando fué á
la finca "Gran Batalla", de don Miguel Toyo, lo que hoy está poblado
era monte firme. Sólo existía una bodega en un camino vecinal, que
luego fué hecho camino real. Trabaja en las vegas próximas á la
Güira, con su mujer, otra octogenaria. Javier asegura que tiene ins-
trumentos para operar; pero que temeroso de cualquier contingencia,
no operó á Rita con ellos, sino con la navaja que Lorenzo tiene para
afeitarse.
El Juez Municipal dio cuenta al de Instrucción de San Antonio de
los Baños, remitiéndole al detenido y los objetos ocupados.
Toyo ha manifestado al Juez Municipal que él no debía meterse en
si cura ó no, por no ser de su incumbencia, y en cambio no se ocupó
de que Lorenzo le abonara la cura de su mujer, pues le debía mucho
dinero.
Como es natural, este hecho produjo sensación en el pueblo, que
creía extirpada esa cáfila de estúpidos; pero en puridad de verdad, son
más ignorantes los que habiendo nacido en un país civilizado, aunque
carezcan del roce social, se ponen á merced de un refractario ente,
que conservan invívitas las creencias y costumbres que adquirió en
las incultas estepas de Africa.
L D O . M A N U E L L A N D A Y GONZÁLEZ
Jefe del D e p a r t a m e n t o de Justicia de la República.
EL CRIMEN DE LA NINA ZOILA
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DOMINGO BOCOURT
EL CRIMEN DE LA NIÑA ZOILA

La trágica relación que vamos á escribir tiene por premisas los inte-
resantes, verídicos y minuciosos datos que nos lia suministrado nues-
tro compañero el Sr. José Váleles, Agente especial de la Policía del
Gobierno Provincial de la llábana, á cuya actividad é inteligentes ges-
tiones se debe el esclarecimiento del crimen cometido en la niña
Zoila Díaz, que se encontraba envuelto en las sombras del misterio.
Valdés, modestamente y sin pretensiones de adquirir renombre, como
policiaco experto, sino siguiendo los impulsos de su sensibilidad,
hizo suya la causa de los padres de la víctima propiciatoria, inmolada
en aras de ¡la nefanda y más salvaje crueldad que registran los anales
de la criminalidad en este país, logrando la consecución de sus nobles
propósitos, por cuyo motivo, proviniendo de tan auténtica fuente,
nuestro relato contendrá todos ls detalles y accidentes del san-
griento suceso.
Serían las cinco de la tarde del día once de Noviembre de 1904,
cuando el arrendatario de la finca "Reserva", situada próxima al po-
blado de Gabriel, D. Francisco Díaz Pérez, se ocupaba con varios ope-
rarios en los trabajos de siemnra de tabaco, en un terreno distante cien
metros de la casa de vivienda. La esposa de Díaz desde una ventana
que se encuentra al fondo de la cocina, vigilaba los juegos de su hija
Zoila con un hermanito y su primo Sergio, al oif aquella el llanto de
un recién nacido, corrió presurosa á lectarlo, volviendo á los diez minu-
tos próximamente.
¿Pero qué ocurre que 110 estaban juntos y que á su llamamiento
no llega Zoila acompañada de los dos niños? A sus preguntas Sergio
Por medio de señas le indica que se ha dirigido hacia el platanal que
se encuentra á cuatro metros de la cocina. Inútiles fueron las prime-
io8
ras pesquisas de la amante madre, no cabe aguardar más porque la
obscuridad crepuscular va venciendo al día, y se decide ansiosa á dar
aviso á su esposo.
Desde este momento se paraliza el trabajo; y aquel hogar hasta
entonces tranquilo y relativamente feliz, se torna en confuso y lleno
de zozobras. No tarda media hora sin que el vecindario se entere de
la desaparición de la niña Zoila y dividiéndose en grupos salen en su
busca, no quedando un cañaveral ni una tabla de milo que no sufra
el más minucioso registro; pero que á medida que se aumenta esta
labor, van también aumentando las sospechas y temores, conviniéndose
en que la niña no ha ido sola y suponiéndose haya sido arrastrada por
algún perro jíbaro ó cerdo.
Considerándose inútiles ya los esfuerzos del pueblo, se procedió,
con la aparición del nuevo día á dar el oportuno parte á las autorida-
des. La Guardia Rural de los puestos de Gabriel y Güira de Melena,
como asimismo la policía municipal, fueron convenientemente distri-
buidas, efectuando una escrupulosa exploración en un radio de más
de una legua sin resultados satisfactorios, influyendo la idea de que
Zoila había sido secuestrada, y que sin duda los esposos Díaz de un
momento á otro recibirían la carta en que se consignaría la cantidad
para su rescate, por cuyo motivo, y en espectativa de ello, la policía
suspendió sus trabajos.
En las gestiones practicadas este día, el Jefe, Sr. Bruno Díaz, en-
contró una camiseta de crepé con varias manchas de sangre, haciendo
entrega de ella al Juez Municipal. Entre el grupo de guardias que to-
maron parte en las pesquisas, figuraba Fidel Bacallao, llamando la
atención que al regresar al Prescinto se sintiera enfermo.
En la casa de Díaz no se dormía, estando la familia acompañada •
de algunos vecinos. ¿Sería que inconscientemente velaban el cadáver
de la inocente niña, ó que en su insomnio esperaban que alguien le
dijera á la desolada madre: tu hija, aunque ausente, no tiene nove-
dad; ya lo sabremos más adelante?
El día 13 muere el guardia Bacallao, comentándose el suceso de
diferentes maneras, suspendiéndose otra vez los procedimientos.
Enterado por los periódicos el Sr. Valdés, consecuente compañero
que nos facilita estos datos, de la desaparición de la niña Zoila, y
aunque encontrándose algo lejos, por desempeñar su destino en Ve-
reda Nueva, emprendió su marcha el día 14, llegando á las seis y media
de la mañana al paradero del Rincón para tomar el tren del Oeste,
iog

que lo conduciría á Gabriel. E n el andén hizo varias preguntas á un


individuo, el que evadió toda respuesta.
Llegado al poblado, entró en un café, donde se hallaban reunidas
siete ú ocho personas, sin que su conversación se refiriera al objeto que
allí lo llevara, sucediendo lo mismo en diferentes lugares que visitó,
por lo que formó la lúcida opinión que en la época en que se verifica-
ban los secuestros, en ciertos lugares cercanos, el pueblo se cuidaba
mucho de comentarlos, y que el silencio y reserva que observaba eran
indicios de que los ocultadores de la niña no estaban distantes.
Propuesto Valdés á entrevistarse con las autoridades, se dirigió al
Alcalde, Sr. Blanco, á quien hizo presente su carácter de Policía es-
pecial, y estar comisionado por el Sr. Gobernador de la Provincia
para investigar lo que ocurriera en la sustracción de la niña Zoila y
quiénes fueran sus autores. La autoridad municipal le manifestó ser
su opinión de que constituía un secuestro, fundándose en que si se
hubiese extraviado ella sola, era imposible no haberla encontrado, pues
entre sus familiares y los vecinos, que ya se encontraban rendidos,
reunidos en más de cincuenta, la Guardia Rural y la Policía, no podía
hallarse en las inmediaciones, habiéndose buscado palmo á palmo en
las tablas de millo, cañaverales, montes y lugares sospechosos, y re-
gistrados doce pozos, y él ese mismo día acababa de recorrer con tal
objeto más de cinco leguas.
El Alcalde le informó igualmente que la niña tenía unos veinte me-
ses, que había desaparecido cuando jugaba con otro hermanito y un
primo de cuatro años de edad llamado S e r g i o ; que el punto donde
estaban reunidos era detrás de la cocina y que á tres ó cuatro varas
de ella da principio un platanal: que los padres de Zoila carecían de
bienes de fortuna, pero que era una familia honrada y trabajadora, y
como tales creía que donde quiera que Don Francisco se acercara á
pedir cien pesos para un compromiso, se los facilitarían.
Esta conversación hizo recordar al suspicaz Agente que en la refe-
rida época de los secuestros se tenía la consideración de exigir el
rescate según la posición del secuestrado, y que á opulentos hacendados
se les apremiaba por diez y doce mil pesos, que éstos aprontaban ;
pero también los hubieron de mínima importancia, hasta de cien y dos-
cientos pesos; con estos antecedentes, y sabido que D. Francisco Díaz,
a mas de su ganado y sus cosechas podía también adquirir á préstamo
dinero, nada tendría de particular que su hija hubiera sido sustraída.
no
Recordó igualmente, para afirmarse en ello, que hacía pocos días
había sido secuestrado en el Wajay un señor de apellido Negrín; pero
desistía completamente de esta opinión, porque, comisionado para las
investigaciones del hecho, tanto en el pueblo como por la sitiería, se
comentaba en alta voz el suceso, y después de visitar á dicho señor
Negrín, tuvo algunas confidencias, que no le dieron el resultado ape-
tecido.
El silencio y la indiferencia que notó en el pueblo de Gabriel, y
haber transcuridó cuatro días sin averiguar nada, le hizo sospechar que
los secuestradores tal vez se encontrasen á pocas cuadras de la "Re-
serva", ó que se trataba de infame venganza, por lo que interrogó al
Alcalde acerca de si D. Francisco era querido de sus vecinos, ó si
tenía noticias de algún disgusto reciente. Su contestación fué que era,
tanto él como su familia, muy querido por sus convecinos; que su casa
era la de todo el mundo, y que podía asegurarle no había tenido disen-
sión alguna.
El Agente le manifestó la impresión que le había causado el aspecto
y el estado social del pueblo, porque, habiendo recorrido varios luga-
res, y siendo día de trabajo, se encontró muchos desocupados, donde
aparecía existir partidarios del ñañiguismo y de la vagancia, contes-
tándole el Alcalde que allí no se conocía lo primero, pero que la bru-
jería se encontraba muy extendida; que él un día sorprendió una
fiesta, que rompió un altar, que conocía á todos los brujos y que su
jefe se nombraba Julián Amaro, residente en la finca "Zúñiga,,, dis-
tante más de una legua de aquel lugar.
Valdés, de sensibilidad exquisita y amoroso padre, trajo á su mente
el triste recuerdo de la pérdida de una niña, su hija, de veintisiete
meses, ocurrida en Septiembre del mismo año, y aquella noche, al re-
tirarse, no mitigó su dolor el paralelo que formara entre los padres de
Zoila y él, aunque le servía de algún lenitivo la justa consideración
de que su hija había estado enferma durante dos años, en que con
ligeros intervalos obtuvo alguna mejoría, muriendo al fin á su vista,
recibiendo su último beso y recogiendo su postrer aliento, mientras
que la madre de Zoila contemplaría vacío el lecho de su desaparecida
llena de vida, sin encontrar el más leve indicio para volver á su ma-
ternal regazo.
En esos momentos, rendido por el sueño nuestro compañero, se
apoderó de él horrible pesadilla. Vio á su muerta hija en brazos que
se le iban á arrebatar; entonces él, en lucha con un grupo de hom-
Ill

bres, pudo vencerlos, logrando arrancársela á aquellos salvajes. Al


despertar, preso de horrible excitación nerviosa, juró, cualquiera
que fuere la situación en que el destino lo colocara, laborar, trabajar
sin tregua ni descanso, para dar con los caribes que hubieran llevado
á la finca."Reserva" la desolación y el más cruel dolor.
A las primeras horas del 15 de Noviembre monta á caballo, teniendo
en su mente un concebido plan para dar certero golpe. Aún no había
salido del poblado cuando se encontró con el Alcalde en unión del
Capitán Ignacio Delgado; después del saludo y presentación, éste
inquirió de él si tenía alguna confidencia; á su contestación negativa,
le ofreció su concurso; y al exponerle Valdés que se dirigía á la finca
"Zúñiga", se permitió preguntarle cómo vestía la niña Zoila aquella
tarde. Su respuesta fué: además de una batica, tenía puesto un collar
de azabaches, unos candaditos de oro y coral y unas pulseras de la
misma piedra.
Después de despedirse de dichos señores, emprendió la marcha
hacia la finca referida, y á los veinte minutos se encontraba en el
batey, al punto que una joven mestiza salía de la casa, á la que suplicó
le indicara donde vivía Julián Amaro. En el camino carretero, le dijo;
espoleó al caballo y pronto se encontró frente á la habitación de éste.
Cuando iba á llamar, vio que de un corral de tabaco salía un moreno
alto y algo encorbado, y dirigiéndose á él, antes que saltara una cerca
de pina de ratón, lo saludó.
Entonces le expuso que un asunto muy reservado le había hecho
tomar el tren desde la Habana, con el solo objeto de verlo, y que en
ningún punto podría tratar mejor que en el que se' encontraban. Al
oir esto, le dijo: pues eche pie á tierra; así lo hizo, y dándole á com-
prender que nada sabía de campo, al amarrar al caballo á un montón
de millo, le preguntó con la mayor sencillez si no se comería la caña,
á lo que contestó que aquello no era caña y sí lo sembrado cerca de
allí, que le señaló.
I na vez recibida esta lección, dijo, agachándose detrás de la
cerca: vamos al asunto, entablándose entre ambos el siguiente
diálogo:
—Oiga, Amaro, vivo en la Habana, en la calle de los Corrales; hace
tiempo se me enfermó una niña y me la curó una señora conga que
vive en la calle de la Esperanza, por medio de sus secretos y adivina-
ciones; pero ahora se me ha vuelto á enfermar: habiendo estado dos
veces en mi casa, dicha señora me dijo que si sabía que entraba médico,
112

no volvería más. Yo la manifesté que libre estaría que tal sucediera;


pero anoche fué á ver á la niña y me expuso que sin pérdida de tiem-
po viniera á este pueblo y le viera á usted, porque sabía que en estos
días había desaparecido una niña que se llamaba Zoila, y que bastaba
para que mi hija se ponga buena que usted, que está en el secreto,
me entregue el collar que esa tarde tenía puesto Zoila, y que tan pronto
se lo diera se lo pondría á mi niña, porque haciéndolo otra pierde la
gracia, teniendo que ser colocado en una hora que hay en la noche,
que es la hora de la virtud de ella, sin que nadie presencie lo que
hace. Este collar se compone de diez azabaches y como de quince co-
i rales.
—Bueno, ¿y quién es esa señora y cómo se llama?
—Esa señora se llama Dolores, y le da la vida al que ella quiere;
pero también le da la muerte á aquellos que de ella se burlen.
—Yo no recuerdo de esa señora; pero tal vez ella me conozca y sepa
cómo me llamo, pues yo voy á muchas reuniones; y siendo así, ¿qué
es lo que usted quiere ?,
—Pues el collar de Zoila para salvar á mi hija, cuésteme lo que me
cueste.
—Así tiene que ser, porque unos tienen que morir para que otros
vivan.
Estas últimas palabras, dichas en voz baja, indignaron al Agente, que
tuvo que hacer un gran esfuerzo para conservar su serenidad, tan
necesaria en aquellos momentos, á fin de llevar más adelante sus in-
vestigaciones ; y -continuó:
—En tal circunstancia entregaré á usted veinte centenes por el co-
llar en este momento.
—No puede ser ahora, hay que contar con otra persona que manda
más que yo.
—¿Y quién es ese sujeto, Julián?
—Es Jorge Cárdenas, que vive en la calle de la Merced, cerca de
la plaza, en Güira de Melena; pero, á propósito, á la una y media me
espera en el Gabriel, y tal vez comamos juntos; así es, que usted nos
aguardará en la fonda, y allí se lo enseñaré.
—Bien, Julián ; son cerca de las nueve y yo me retiro; en la fonda
nos veremos, á fin de poder tomar el tren esta tarde y llevarle á doña
Dolores el collar.
Nuestro amigo se despidió con horror de aquel degenerado crinii-
SR. JOSÉ VALDÉS
Agente de Policía Gubernativa en Vereda Nueva.
1
J i.3

nal, actor ó cómplice inmediato del atentado sin calificativo, retirán-


dose á descansar, preparando su espíritu para recibir nuevas emo-
ciones :
No había pasado media hora, cuando recibió la visita del Alcalde,
que con solícito interés deseaba cambiar impresiones. Manifestóle que
eran buenas, y que de una á dos de la tarde tendría en su poder el hilo
para llegar al descubrimiento de la infame trama, asegurándole que
poseía la íntima convicción de que Zoila se encontraba en poder de
los brujos, expresándole la conveniencia de ¡guardar la más absoluta
reserva, suspendiendo todo procedimiento hasta esperar la noche.
Durante el tiempo que medió desde entonces hasta la hora conve-
nida, grande fué la zozobra que experimentó Valdés. Cada momento
tenía la duración de un siglo. Esta ansiedad llegó á su colmo cuando,
habiendo pasado la una y media, no comparecía el citado; las conje-
turas se sucedían unas á otras, cada vez más desalentadoras. ¿Qué le
habrá pasado á Julián?, se decía. ¿Se habrá echado todo á perder?
Yo, que he jurado recuperar á esa niña devolviéndola á sus padres, ya
que es imposible pueda gozar de las caricias de mi hija, que duerme el
sueño eterno.
Pero reaccionándose con vertiginosa premura, se dirige á casa de
un alquilador de caballos y consigue cabalgadura; pero antes de salir,
entera á éste de que marcha hacia la finca "Zúñiga" en solicitud de
Julián Amaro, que iba desarmado, que si pasado las tres y media no
había retornado, se dirigiera al Cuartel de la Guardia Rural y manifes-
tara lo que le ha dicho.
i Cuan grande no sería su asombro al divisar, como cien metros antes
de llegar á la vivienda de Julián, un pelotón de la Guardia Rural con
el Capitán Delgado y di Alcalde á la cabeza! No pudo por menos que
condenar su .fragilidad al comunicar al último sus impresiones; y
desmontándose, amarró el caballo en los palos de un chiquero, ponién-
.dose á observar el registro que llevaron á cabo no sólo en la casa, sino
también entre los árboles cercanos.
Pronto comprendió lo delicado de su situación y las contingencias á
que estaba expuesto, porque seguramente Julián creería que le había
delatado á la Guardia Rural, así, que debía salir de aquel lugar junto
con todos, pero enseguida pensó que si así lo hacía, estaban perdidos
sus primeros trabajos, y si la fuerza se marchaba y se quedaba él
; á qué no se expondría?
Afortunadamente comprendió el Capitán Delgado la imprudencia
114
cometida, y habiendo visto á Valdés, le preguntó á Julián si le conocía,
cuya contestación * fué negativa. Esta repuesta fortaleció al compañe-
ro, pues sin duda llevaron al ánimo de Amaro la seguridad de que la
Rural había hecho el registro por cuenta propia.
Retirándose el pelotón y encontrándose dicho Agente fuera de la
casa, preguntó á Julián por qué le habían allanado su vivienda; se fi-
guran, dijo, que tengo escondida á esa chiquilla Zoila; pero aun no
había concluido de hablar, cuando la mestiza que había visto por la
mañana, se le encaró con la mayor desfachatez, gritándole:
—Lo que usted busca, no lo encontrará aquí, caballero.
—Cállese pronto, señora, le increpó Valdés; este es un asunto mió
y de Julián, que nadie debe conocer; y saliendo con Amaro, sin darse
cuenta, se encontró á larga distancia de donde tenía su caballo, pre-
cisamente á la entrada de un cuadro de café, rodeado de elevados y
abundantes algarrobos.
Manifestándole á Julián que le había estado esperando inútilmente,
éste le expuso que cuando pretendía salir para el pueblo, se presentó la
Guardia Rural. Di jóle el Agente que quería marchar esa tarde, y que
deseaba le cumpliera lo que habían convenido.
Amaro no daba contestación alguna á sus muchas preguntas, única-
mente le miraba de arriba á abajo, de una manera siniestra, por lo que
comprendió lo peligroso del trance, esperando de un momento á otro
se le abalanzase con el cuchillo que llevaba al cinto y fueran dos las
víctimas, Zoila y su noble vengador.
No hay duda de que existe una Providencia para los seres de alma
generosa. En los momentos en que nuestro compañero experimentaba
tan justo temor, y siendo cerca de las tres de la tarde, hora fija en que
debía estar en casa del alquilador de, caballos, oye pasos, é inquiriendo
de Julián quién sería el inoportuno que venía á interrumpirlos, este
le dice:
—Nada, es un payaso, el barbero del pueblo, ahora usted hace d
papel de que viene á comprarme un gallo fino, á lo que accedió. Ya
entrado el barbero, principiaron su fingido diálogo, pidiendo por el ave
cuatro centenes, y ofreciendo Valdés dos; no habiendo avenencia en
el precio, Julián manifestó no rebajar ni un solo centavo, y de no ser
así, se lo regalaría á su hermano, echando el gallo á un lado; pregun-
tándole el Agente á qué hora iba al pueblo,á las cinco, contestó Amaro,
y despidiéndose de aquél, tomó rumbo hacia el Gabriel.
Al poco rato se le presentó el barbero, inquiriendo si era Policía
Especial del Gobierno; ante la negativa, le dio sus excusas, pero
ii5
apenas había andado algunas varas, movido por la curiosidad, le llamó,
manifestándole que era tal funcionario, y él á su vez le informó que
era hermano del Guardia Municipal: que había un telegrama para él,
que se dirigiera por teléfono al Alcalde Municpal de la Güira. Una
vez en el aparato, le autorizó para la apertura del despacho, contestán-
dole la misma autoridad que salía enseguida para el Gabriel, y en ré-
plica le expuso le esperaría en las afueras del pueblo.
Perplejo se encontró ante las dos citas, pero determinó ver al Al-
calde Municipal, con quien departió breves momentos, enterándose del
contenido del telegrama, que se refería á los sucesos de actualidad.
Como no tenía tiempo que perder, se dirigió á la finca "Zúñiga," y
á buen trecho del camino se encontró con Julián Amaro,hablándole
sobre los asuntos de la mañana, notando que venía advertido, concre-
tándose á decirle que nada sabía. Ya llegados al paradero, le expuso
que estaba próxima la llegada del tren y que iba á dormir á la Güira,
y que entre él y Jorge Cárdenas, á su nombre, ultimarían la cuestión.
Dijole por vía de consejo que nada sacaría, pues por allí había el mis-
mo rebaño de policía que en el Gabriel, á lo que le expresó que en ese
caso mediría sus pasos. No bien habían acabado de hablar, cuando de
un bodegón situado frente á la estación, un imprudente, á quien el
funcionario no conocía, gritó:
—¡Julián, ahora sí que te ponen derecho!
En estos momentos llegaba el tren.
Una vez en Güira de Melena, Valdés optó por encaminarse desde
los primeros momentos á entrevistarse con Jorge Cárdenas, siendo
dirigido por un muchacho, que le indicó un portón de una cerca de
madera, señalándole un cuarto interior donde ya había luz, próximo á
la entrada. Saludó, respondiéndole varias voces de hombres y muje-
res. Pasados los umbrales tomó asiento y esperó la llegada de Cár-
denas, que compareció á los pocos minutos.
—\ engo á verlo, le dijo, para un asunto reservado ; y desearía que
usted me acompañara á la plaza.
No tengo inconveniente, contestó, tomando su sombrero.
Llegados al lugar y sentados en un banco, el Policía Especial se ex-
presó en estos términos:
Jorge, es un asunto de sumo interés el que me trae á su presencia,
asi es que empezaré por ver si es cierta la gracia que á usted se le
supone.
—Hable.
n6
—¿Usted tiene un compadre en el Gabriel?
—Si3 señor.
—¿Quedó usted en ir á almorzar hoy, de una á una y media, con él?
y para quedar crédulo, dígame, ¿cómo se llama?
—Sí, señor, y se llama Julián Amaro.
—Esa precisamente es la persona con quién he pasado el día, y es-
perábamos por usted para solucionar un problema interesante para
ambos.
-—Pues expliqúese usted.
El sutil Agente le expuso: que sus tratos con Julián se referían á la
recomendación de una hechicera residente en la Habana, que estaba
en el secreto de la desaparición de la niña Zoila, y venía en busca del
collar perteneciente á la misma, mediante la oferta que había hecho á
Amaro, y que á él, como de mayor graduación, le tendría presente en
el momento que se entregara la prenda.
Con el mayor y más estoico cinismo, expresó que no le había sido
posible pasar al Gabriel, para ver á Julián, por sus ocupaciones refe-
rentes á sus alientes. A renglón seguido inquirió cuando se marchaba
Valdés, y al saber que á la mañana siguiente, le formuló la combina-
ción de ver á Amaro dentro de dos días, y esa misma tarde iría á su
casa y le entregaría el collar de Zoila. Casi estuvo á punto de aceptar la
proposición, pero no era posible tener tiempo disponible para preparar
la comedia en la Habana, teniendo que encontrar una casa de familia
en que una niña se prestara á representar el papel de enferma, y con-
seguir una morena que fungiera de bruja, para el posible caso que
Cárdenas quisiera conocer á su colega.
Todos estos ineonvenietnes se agolparon á su mente con la rapidez
del rayo. Entonces, haciendo un cambio de frente, le expresó que no
tenía para que molestarse tanto, y le planteó el siguiente modo:
—Yo me marcho mañana, y como usted dice que va al Gabriel por
la tarde, pasa la noche en casa de Julián; yo, al día siguiente, vengo
en el primer tren, que usted tomará, y vendremos juntos hasta la Güi-
ra, donde me entregará el objeto.
—Conenido, repuso Cárdenas; pero después de un momento de re-
flexión, cambió de parecer y expuso :
—Yo le aguardo en el paradero del Gabriel, pasado mañana, en el
primer tren, y en el camino le entrego el collarito.
—Perfectamente; pero quiero saber lo que tengo que traer para
gratificarlo.
—Pues, eso, usted lo dispondrá.
•ii7

¿ Cree usted que quince centenes son suficientes ?


—Convenido.
Al separarse Valdés de Jorge, le recomendó que no dejara de ir á
ver á Julián, y estuviera en el paradero de Gabriel sin falta el día
señalado, como le había prometido.
Xo conviniéndole permanecer en el pueblo, volvió á su residencia,
hasta el día fijado, que era el 17 de Noviembre, en que tomó el tren
en el Rincón para la Güira de Melena; antes de llegar al Gabriel ya
se encontraba parado en la plataforma del coche, con objeto de distin-
guir á Cárdenas; pero no estaba allí, había faltado á la cita, lo que le
pareció un mal precedente; no obstante haberle afectado la no compa-
rencia de Jorge, se dirigió al barbero, quien le informó haberlo visto
el día anterior por la plaza del pueblo.
Xo cabía duda que había sido informado por Julián de lo que ocu-
rrió con la Rural, y había dado un golpe en fallo, debido á una impru-
dencia, por parte de quienes debieron no haber hecho uso de la confe-
rencia del Agente.
Llegado á la Güira, se dirigió al Ayuntamiento, donde el señor
Secretario Armiñana nada nuevo ni menos de importancia le informó;
en cambio le sostuvo que sus creencias eran las mismas de él, suplicán-
dole no dejara de la mano los trabajos emprendidos.
Ante cierta indiferencia que observó y la carencia de noticias, se de-
terminó á dirigir sus pasos al domicilio de Jorge Cárdenas; pero al
atravesar la plaza, lo divisó parado á la puerta, desapareciendo al
interior, tan pronto como se iba acercando.
Eso no fué óbice para que llamase á dicha puerta, por dos veces, y
abierta que fué por una mestiza de 15 á 16 años, esta le manifestó que
Cardenas estaba ausente, que había tomado el tren, y que cuando ésto
bacía, estaba fuera tres ó cuatro días.
No le quedó la más pequeña duda de que los brujos evolucionaban
puestos de acuerdo para ponerse á cubierto de la acción de la justicia;
" se prometió cambiar la actitud seguida hasta ese momento, y pro-
ceder sin lenidad ni consideraciones de ningún género.
El puro y probo Agente de la Policía Especial, ha escrito en una
cuartilla que hemos encontrado entre los datos que nos ha aportado,
1,1
siguiente:
¡Zoila! Hice juramento de castigar á tus inicuos asesinos, y cuen-
ta que no me faltarán valor ni fuerzas para hacerlo; y 110 lo haré sola-
mente como cuestión de deber policiaco, sino porque soy padre de
familia y siempre estaré al lado de la víctima, jamás del victimario, y
II8

moriré, solo, hasta que a mí lleguen los hombres honrados y de valor


cívico, que me ayuden y protejan en el descubrimiento y esclarecimien-
to de este crimen salvaje". ..
Estas sentidas reflexiones bullían en la mente del estimado compañe-
ro José Valdés, al recorrer el trayecto que mediaba entre la morada
de Jorge Cárdenas y la Casa Consistorial de Güira de Melena.
Dirigiéndose después de la decepción sufrida á la Jefatura de Poli-
cía, allí se encontró con el Secretario Municipal, Sr. Ármiñana, al que
dio cuenta de lo ocurrido, quien le alentó con estas palabras:
—"Pues ahora, puede usted proceder á la brava."
Valdés, al recibir tan lata autorización, ordenó al moreno José Leal,
de la Policía Municipal, para que por el traspatio de la morada de
Cárdenas, procurase verlo, haciéndole presente que en el Ayuntamiento
estaba .un señor que deseaba hablarle, y en caso de no encontrarlo, se
lo hiciera presente á uno de sus familiares. Felizmente el Guardia
vio á Jorge en el patio, haciéndole la manifestación, y ambos salieron
hacia le Jefatura. Ya en ella, el señor Ármiñana le interrogó si cono-
cía á Valdés, Cárdenas contestó afirmativamente, exponiéndole el Se-
creario que era un Delegado de Policía del Gobierno.
Sostenido un interrogatorio entre Cárdenas y el funcionario, confesó
de plano que le había prometido entregarle, en el trayecto ferrocarri-
lero entre el Gabriel y Güira de Melena, el collar de la niña Zoila,
mediante la oferta de quince centenes; que no había podido cumplir,
por haberle sido imposible ir á Gabriel á avistarse con Julián Amaro,
siendo falsa la última manifestación, por haber estado la tarde anterior
en compañía de éste en el lugar de su residencia. Ante tal actitud,
quedó preventivamente detenido, hasta practicar una pertinente dili-
gencia.
Mientras el Agente solicitaba en el Juzgado Municipal el indispensa-
ble mandamiento, fué informado por el señor Ármiñana de que mo-
mentos antes había salido de la morada de Cárdenas, una parda joven,
con nn gran lío.
Extendido el oportuno mandato, y en unión del indicado señor, de
\Los policías y de igual número de testigos, procedió á la práctica de un
registro en la casa de Jorge. Mientras éste se verificaba, llegó la
mencionada mestiza, nombrada Micaela Romero, oponiéndose tenaz-
mente á que se llevara á cabo en un paquete que dijo solo contenía
cartas de su amante. No habiendo dado resultado la diligencia, se le
permitió á Cárdenas quedara en su casa.
Requerida Micaela para que los acompañara al lugar donde había
ii9

conducido un bulto ó lío grande, expuso no ser así, pues era imposible
que una señorita como ella se atreviera, por ningún concepto, á salir
á la calle con el traje en que vestía. Intimidada con ser conducida á
Gabriel, donde tal vez lo hubiera llevado, dijo que era el bulto de ropa
para aplanchar, y que lo había dejado en casa de u n a amiga.
Habiéndose instado para que los condujera á ella, accedió, y ya en
marcha, se le ordenó fuera por la acera opuesta, á la que llevaba la
policía, entrando después de algún recorrido en la casa que les indico,
cuya dueña se asustó con tan extraña visita; pero repuesta algún tanto
con lo que se la dijo, que no revestía nada malo, á las preguntas que
se le hicieron manifestó que realmente Micaela había llevado un buru-
jón, que expresó ser ropa para aplanchar, y que lo había guardado en
el cuarto contiguo.
Requerida la referida Micaela para que lo condujera á la sala, fué
por él; pero como se demorase algún tiempo, al oir que se ordenaba á
un guardia la ayudara, salió inmediatamente, con un gran lío que ape-
nas podía con él, siendo pequeña la sábana ó mantel para contener lo
que había en aquel a t a d o ; y arrojándolo al suelo, dijo: ¡Ahí está!
Deshechos los nudos por un guardia, á quien producía cierto asco
aquel bulto, se encontró, envuelto en un pedazo de papel del periódico
La Lucha, .un cráneo humano. Grande fué la sorpresa de los allí
reunidos; la dueña de la casa palideció; continuando el registro, se
halló otro papel que contenía una tibia ó canilla. Y a entonces no
pudo contenerse la referida señora, y dirigiéndose á Micaela exclamó:
¡Mulata del Diablo, me has metido el enemigo en mi casa!
Cayendo sobre el pavimento presa de un síncope.
Ante esta situación, se procedió á a m a r r a r nuevamente el lío, que
con Micaela, fueron puestos á disposición del Sr. Juez Municipal.
Abierto por segunda vez el bulto, se encontraron, á más de los cita-
dos huesos, polvos de diferentes colores, raíces, cuernos, vidrios imi-
tando piedras finas y otros atributos usados en la hechicería.
Con estos antecedentes, se procedió á la inmediata detención de
Jorge Cárdenas y Julián Amaro, é informado de lo ocurido el Capitán
Delgado, con una actividad digna del mayor encomio, ordenó fuese
conducido á la Güira de Melena, en el mismo concepto, Bocourt, cono-
cido por el brujo de San Cristóbal.
La primera visita del Agente especial Valdés á la casa de Julián
Amaro, el 15 de Noviembre, despertó alguna curiosidad, la que en
breve se convirtió en creencia, llegando «hasta el pánico, con el hallaz-
go del lío conteniendo el gran embó de brujería, y culminó al saberse
I20

las detenciones llevadas á cabo, á tal extremo, que á las cinco de la


tarde, en Gabriel, las familias no permitían que los niños estuviesen
en los portales de las viviendas, y á medida que se iban desarrollando
los acontecimientos, fué disminuyendo la asistencia de alumnos á las
escuelas, bastando Ja simple presencia de un hombre de color, para
que huyeran.
De las diligencias practicadas, conoció el Sr. Echevarría, Juez
de Instrucción de San Antonio de los Baños, que fueron remitidas
por el Municipal de Güira de Melena. Constituido el primero en ese
punto, tomó declaración á los detenidos, que se encerraron en la más
rotunda negativa como así mismo en el careo de Valdés con Cárdenas
y Arm aro.
El 18 de Noviembre son conducidos y escoltados por la Guardia
Rural y Policía, los detenidos á la "Reserva." El Juez montaba una
hermosa yegua, y el Escribano y Secretario, hermosos caballos.
Grande fué la admiración del pueblo que se había aglomerado frente
al Ayuntamiento y en la plaza de la glesia, esperando su regreso, al
ver llegar á Bocourt cabalgando en la yegua mora en que fué el Juez,
y á Cárdenas y Amaro, montados en los caballos usados por los otros
dos funcionarios. Pronto se supo que esos dos señores habían ido des-
de el Gabriel al Rincón, donde tomaron el tren para San Antonio de
los Baños.
Unánime fué la protesta levantada con tal proceder, dividiéndose
la opinión entre linchar á los detenidos ó pedir un Juez especial; estas
ideas se hacían cada vez más insinuantes. Temeroso el Agente de que
pudiera surgir la alteración del orden público, se afilió al grupo que
pedía lo segundo, sosegando con persuasiva palabra á los que solicita-
ban la muerte de los detenidos.
Enseguida pasó un telegrama al Gobernador de la. Provincia, cuya
contestación no se hizo esperar, manidestando en ella que dijera al
pueblo de la Güira, que iría personalmente á ver al Presidente de la
Audiencia, y le pediría la constitución de lo que solicitaban para el
esclarecimiento del crimen.
Esto tranquilizó los ánimos, volviendo á reinar la calma, que triste
es decirlo, degeneró en desalentador abandono; á partir de aquel día,
nadie montó á caballo para ayudarle en sus pesquisas, y pocos, muy
pocos, se ocuparon del asunto.
Algo desorientado* y displicente nuestro compañero, aunque aconse-
jada su vuelta por el señor Ármiñana para que continuara en su
121

labor, manifestó volvería dentro de dos días, y así lo hubiera hecho á


no haber pasado un incidente.
Pocos momentos antes de partir el tren, fué saludado por un indi-
viduo desconocido, que le preguntó si iba de viaje; en la afirmativa,
y sin previa preparación, le expuso: que había dado en el clavo, que
tenía sumo interés en que se descubriera el crimen; que convenía se
ausentara por tres ó cuatro días, á fin de que todo cayera en el olvido,
para después dar un golpe decisivo. Preguntado dónde se le vería,
dijo no tener que solicitarlo, que él lo buscaría tan pronto pasase el
término fijado para su regreso.
En su receso, Valdés continuaba con su protesta levantada hasta
mejor ocasión. Antes de abandonar á Güira de Melena, se pronun-
ciaban nuevos nombres de brujos, entre ellos, los de Víctor Molina,
Pablo y Juana Tabares, Adela la Conga y otros, al propio tiempo
deploraba la vuelta á la Habana del distinguido publicista el
Sr. Várela Zequeira, con esponsaíl de El Mundo, Camilo, de La
Discusión, Moreno, de La Lucha y los fotógrafos que solían acompa-
ñarle en sus excursiones.
Pensó llegar de incógnito á la Güira para explorar el asunto; pero
desistió de este propósito, y el 25 de Noviembre hacía su entrada en
el pueblo, lleno de fé y esperanzas. Al llegar al Hotel América, se
encontró con el hombre honrado y lleno de civismo que le había ha-
blado en la estación el día de su partida, cuyo nombre siempre se ha
reservado, por 110 estar autorizado para darle publicidad. "Aquí es-
toy, le dijo. Vengo dispuesto, si usted me lo indica, á pedir autoriza-
ción para abrir un hoyo en la calle; vengo á trabajar, usted ordenará
lo que debo hacer.
Manifestóle el aludido que debía caer de lleno, principiando por
efectuar un registro en los barracones del ingenio "Fajardo," y si esto
no tenía resultado, procediera á que se abriera un hoyo en casa de
Manuel el Congo, que vivía en Gabriel, que había sido cubierto hacía
pocos días, efectuando otro registro en la habitación de Ruperto Pon-
ce, y si en ninguno de estos lugares lograba su objeto, le pondría al
corriente respecto á otros puntos.
Dirigiéndose al Juzgado en solicitud del oportuno mandamiento,
tropezó con la dificultad de que dicho ingenio pertenecía al Parti-
do Judicial de San Antonio. A sus instancias, se le trasmitió telegra-
m
a al Juez, solicitando permiso; como retardase demasiado su contes-
tación, el Municipal le facilitó una carta para el dueño de la finca,
122

de quien era amigo, á fin de que le consintiera llevar á cabo las dili-
gencias referidas.
Antes de emprender la jornada, llegó al Ayuntamiento á adquirir
noticias, manifestándose que nada se sabía. Entonces el Alcalde, sa-
cando un pliego del bolsillo, le dijo:
*—Si usted tuviera oportunidad de ir á Bejucal, de seguro que ha-
bríamos de encontrar á la niña Zoila, yo estoy dispuesto á ayudarle.
—Bacallao—contestóle el Agente,—¡ usted cree en esas cosas !
—>Sí, señor; mire este papel; le he dado un centén á cierto espiri-
tista.
Abriéndolo, mostraba un boceto ejecutado con lápiz.
—Esta casa que usted vé aquí, entre Quivicán y Bejucal, es una
finca. Mire usted la chimenea, el corral, la arboleda. Aquí, en este
lugar, está Zoila. Usted recordará. que no hace muchos días publicó
La Discusión que se había visto á un chino con una niña en los brazos
por el camino de Quivicán.
Observando que Bacallao hablaba en serio, le dijo:
—Mire, Bacallao; cerca de aquí está Zoila, no viva, sino muerta;
y dentro de cuarenta y ocho horas espero que la veamos.
Y despidiéndose, montó á caballo acompañado del Segundo Jefe de
Policía Sr. José Luis y del Guardia Rafael del Toro, aún no habían
caminado una hora, cuando estaban en Gabriel, no pudiéndose expli-
car como se encontraba allí el señor Várela Zequeira aguardándolo
para acompañarle al ingenio.
Una vez en él, y presentada la carta al Administrador, este puso la
finca á disposición de la comitiva, brindándole su concurso, trabajado-
res y todo cuanto fuese necesario para que pudieran llenar su co-
metido.
Pedidos dos hombres con azadones, después de abiertas las puertas
del barracón, se procedió al registro de todo cuanto allí había. En
algunos lugares aparecía la tierra removida y entonces se ahondaba
hasta hacer una regular excavación. En los cuartos marcados con los
números 9 y 10, se hizo sospechoso cierto olor nauseabundo, registran-
do especialmente al igual de 40 habitaciones más; no se obtuvo resul-
tado alguno, separándose el señor Várela Zequeira á la conclusión,,
para retornar á la Habana.
Hicieron después acto de presencia en casa de Manuel el Congo,
que fué después el mejor confidente del Agente, aunque no se puede
negar tuviera conocimiento del crimen. La excavación llevada á cabo
fué también inútil; pero llamado á parte, le expuso Valdés que
123
habían dicho una noche se le habían aparecido varios hombres disfra-
zados, obligándole á que enterrara en <un hoyo el cadáver de la. niña
Zoila; pero que veía que eso no era cierto, que él, como honrado, y te-
niendo numerosas amistades entre los congos, debía decirles que den-
tro de veinticuatro horas lo pongan encima de una cerca, en un pun-
to visible, para el primero que cruce dé parte, y pueda dársele cristia-
na sepultura, de esa manera se acabarán los registros y detenciones.
Manuel, que escuchaba con gran atención, prometió hacerlo así.
Por consejo del confidente amigo, debía partir nuestro compañero á
la mañana sigiente para Santiago de las Vegas, en solicitud de Dáma-
so Cazuela, pero al llegar, se le informó que había cambiado su domi-
cilio para Bejucal. Llegado á la Estación para tomar el tren, de re-
greso, el telégrafo trasmitía la noticia de que el cadaver de la niña
Zoila había sido encontrado.
Como á media cuadra del camino, sobre una lomita de tierra, fue-
ron recogidos sus despojos. Valdés estaba satisfecho, sus registros y
las instrucciones dadas á Manuel del Congo, habían producido sus
efectos.
Examinado el cadáver por los Doctores Moreno y Pérez Abren,
certificaron que existía una herida hecha con instrumento perforo-
cortante, en el segundo cartílago del lado izquierdo, notándose la
falta del corazón, que para efectuar la incisión debió haberse usado
un cuchillo estrecho de punta agudísima. El Ldo. Domínguez ob-
servó á su vez que las extremidades inferiores, sin estar carboni-
zadas, no por esto dejaban de estar ahumadas, pues todo el cuerpo
estaba destruido y lo demás intacto.
Por orden del Juez Municipal fueron detenidos Julián Amaro,
Jorge Cárdenas, Víctor Molina, Pablo y Juana Tabares, y en el tren
de la tarde llegaba conducido desde San Cristóbal Domingo Bocourt,
el héroe de Taco-Taco, que provocó el aborto á una joven que pre-
tendía ocultar su estado de gestación, y delante de una reunión
extrajo el feto que cubierto con un lienzo, fué arrojado por él en una
pira ó fogata, diciendo que ya estaba fuera el gato prieto que tenía
en el vientre. Esto ocurrió en San Cristóbal, quedando impune tan
terrible crimen.
Al sepelio de la niña Zoila concurrió todo el pueblo en que se
manifestaba el signo de la mayor condolencia.
Pasamos pues á exponer los móviles que mediaron para la per-
petración del horrible sacrificio de la tierna niña.
Domingo Bocourt era un negro de nación africana, alto, robusto,
124
domiciliado en San Cristóbal, donde ejercía como Pontífice de la
brujería, procurando extender el salvaje fetichismo por todos los
pueblos de la provincia de Pinar del Río, y raro era el lugar donde
no contaba con fervientes delegados, á los que visitaba con suma
frecuencia.
En el mes de Julio paseaba Bocourt por una calle de Gabriel y
al pasar por frente á la casa en que residía la morena Juana Tabares,
ésta se encontraba en la puerta, y entablando conversación con ella,
como observara que se encontraba embarazada, se le ofreció para
apadrinar lo que diera á luz.
Juana aceptó el espontáneo ofrecimiento, aunque tristemente le
expuso, que tal vez fuera irrealizable, porque había tenido seis partos
y ninguno de sus hijos habían vivido más de cuarenta días, y algunos
solamente ocho ó diez. Entonces Bocourt le manifestó que eso había
resultado por no haber tenido él conocimiento, que tan pronto se
curara los lograría.
Al oír esto Juana, se creyó feliz y le dijo, que si para que sus hijos
vivieran tenía que hacer grandes sacrificios, estaba dispuesta á
ellos, hasta á tragarse una brasa de candela. El Pontífice brujo había
adquirido una nueva cliente, para ejercer su perversidad.
Adela la Conga era una morena vieja que presentaba todos los
síntomas de la más acentuada demencia. Bocourt diagnosticó que
la dolencia provenía de que los blancos le habían echado daño
cuando fué esclava, que la curaría con sangre de niño ó joven blanco,
é igual plan terapéutico pensó poner en práctica para Juana Tabares.
Reunidos sus delegados, convinieron en que se buscase una niña,
á cuyo efecto comisionaron para ello á la Basura y á la Benba, re-
sultando esto en el pueblo de Candelaria.
En un día del mes de Agosto falta de su casa la niña Virginia Per-
domo. Salen á la calle sus padres y son informados por una Se-
ñora que había visto que Juana Basura llevaba en brazos á una niña.
Corren á casa de ésta y se. encuentran á su hija sentada en un
rincón comiendo dulces, y en compañía de Juana, Modesta Chile y
Jerónimo el Jorobado.
El antes acongojado padre carga con su hija, á la que providen-
cialmente salva de ser sacrificada; y mentira parece, hasta tres meses
después no se le da importancia á este suceso.
Contrariado en extremo debió quedar Domingo Bocourt con el
fracaso; pero quedóse en situación especiante, ante la idea de que su
tentativa pasaría desepercibida.
125
Corría el nies de Octubre y repetidas cartas de Pablo y Juana Ta-
bares le apremiaban para el cumplimiento de su promesa, en con-
testación á una de ellas le prescribía que abriera un pollo colorado y
lo botaran al pie de una ceiba que existía á la entrada del ingenio "Fa-
jardo", costando el negocio 25 pesos, que debían ser bien por su cura,
ó bien para el secuestrador de algún niño, según lo había ofrecido.
No obstante aplicado el remedio del pollo, la Tabares y la Conga
continuaban en la misma situación.
Convocada una reunión en casa de Adela, presidida por Bocourt,
á la que concurrieron Julián Amaro, Jorge Cárdenas y Dámaso
Amaro, Pablo Tabares, Pilar Hernández, Laureano Díaz Martínez,
Isabel Leal y Manuel el Congo, acordaron que debían cumplir las
órdenes de Domingo, tocándoles en suerte á Víctor Molina y á
Ruperto Ponce el buscar un niño ó niña y sacarle el corazón para
conseguir que Juana Tabares tuviese sucesión, aplicando la sangre á
Adela, á fin de que le volviera la razón:
Este horrible é inicuo acuerdo se cumplimentó en todas sus partes,
en la tarde del día n de Noviembre de 1904, en que secuestrada la
niña Zoila H a z por Ruperto Ponce y Víctor Molina, casi á la vista
de su infortunada madre, fué conducida debajo del brazo de Ruperto
Ponce, hasta internarse con Julián Amaro, en un monte del ingenio
"Zúñiga", donde le extrajeron el corazón y la sangre, ahumando des-
pués el cadáver, evitándose de ese modo la putrefacción, para con-
tinuar explotando á los bárbaros sectarios del fetichismo africano.
I2Ó

EL JUZGADO ESPECIAL

No era posible que las autoridades permanecieran estacionarias


é indiferentes ante semejante crimen, en que concurrirían tantas y
tan especiales circunstancias agravantes, así fué que tan pronto tuvo
noticias de la aparición del cadáver de la niña Zoila y tomando en
consideración la unánime protesta de todo el término municipal de
Güira de Melena, nombró como Juez especial al competente Señor
Ldo. Manuel Lauda y González, honra del foro cubano y orgullo de
su magistratura, en la actualidad dignísimo Jefe del Departamento de
Justicia, que acompañados de los inteligentísimos y probos Escribano
y auxiliar Señores Rafael Oliva y Moisés Maestry, llegaron á la
localidad el primero de Diciembre.
El Sr. Landa in continenti pidió las actuaciones, y al ver lo que
se había hecho, exclamó con su natural clarividencia: ¡Muy poco
por cierto! citando de comparendo al Agente Valdés, quien se puso al
día siguiente á sus inmediatas órdenes, enterándole de los trabajos
realizados por él, que constaban en el sumario, ordenándole entonces
continuara sus investigaciones hasta descubrir quiénes fueron los au-
tores del crimen, pues aunque había detenidos en quienes recaían
vehementes presunciones de serlo, se negaban á hablar y se hacía
preciso buscar pruebas testificales, habiendo dispuesto que el activo
y diligente Capitán Delgado estuviese igualmente á las órdenes del
Juzgado.
Pronto obtuvo el Capitán Delgado una confidencia de José el Con-
go. Este dijo que estando trabajando en un potrero, vio cerca de las
cinco de la tarde á una distancia como de medio kilómetro, á dos
hombres negros que se dirigían á los montes de la finca "Zúñiga",
uno viejo y cojo llevaba un bulto debajo del brazo; el otro más joven,
se cubría la cabeza con una gorra ó sombrero de paja que le faltaba
el ala.
Delgado en vista de esta manifestación, procedió á efectuar un
registro en la casa de Víctor Molina, ocupando en ella la copa de un
127

sombrero de paño sucio y sin ala, pasando á efectuar otro en la


residencia de Ruperto Ponce, encontrándose una carta de Bocourt,
donde le decía á Pablo Tabares, que la contestación la remitiera á
nombre de Magdalena Lage, que vivía en Melena del Sur.
Al siguiente día se traslada el Juzgado al sitio donde trabajaba
José el Congo, recomendándole se fijara en los dos hombres que
habían de cruzar, convenientemente preparados por el Jefe de Policía.
Al pasar éstos uno con un bulto y el otro con un sombrero sin alas,
al preguntarle el Señor Landa si eran los mismos que había visto con-
testó negativamente, sucediendo igual con dos más que se hicieron
cruzar en idénticas condiciones; pero al verificarlo los detenidos dijo
José: "Sí, Señor, son esos los que he visto, el cojo es Ruperto Ponce
y el otro Víctor Molina.
Terminada esta diligencia ocular, se ordenó al referido Capitán
averiguase en San Cristóbal la conducta de Bocourt, y á Valdés que
pasase á Melena del Sur á entrevistarse con Magdalena Lage, á cuyo
lugar llegó á las ocho de la noche; y en unión de un compañero
también funcionario de Policía y un amigo que se le brindó, á las diez
emprendieron rumbo hacia la residencia ele aquella, donde llegaron
á las doce después de hacer un recorrido de más de dos leguas. Aun
no se habían recogido ella ni su marido, que era un asiático.
Invitados á pasar adelante, inquirió el Agente, de Magdalena, si
había recibido una carta de Domingo Bocourt enviada á su nombre.
La contestación fué negativa, agregando que no tenía amistad con
éste, que sólo lo había visto una vez cuando le fué presentado; que
siempre que venía al pueblo, donde contaba con muchos conocimien-
tos, paraba en casa de una amiga de ella nombrada Andrea.
Como le informara que procedía por orden del Juzgado especial
constituido en Güira de Melena, al oir esto el asiático exclamaba:
malo, malo. Manifestóle Magdalena que en la Güira tenía muchas
amigas á quienes deseaba ver; y aprovechando Valdés la oportuni-
dad, la invitó apagarle el pasaje, con la condición de que lo con-
dujera á casa de Andrea, lo que aceptó.
Pasaron al pueblo, y una vez en la morada de ésta, expresó que
bocourt había estado en su casa á fines de Octubre, y manifestando
deseos de acompañar á Magdalena, convinieron en emprender el
X1
aje en el primer tren. Mientras ambas mujeres se preparaban,
nuestro compañero se informó por el Administrador de Correos de
que a Magdalena en Octubre ó principios de Noviembre le había
sido dirigida una carta, la que personalmente le entregó.
128

A l a s ocho de la mañana hacían su entrada en Güira de Melena,


y acto continuo ponía ante el inteligentísimo Juez, á Magdalena y
Andrea.
El Capitán Delgado, en sus investigaciones por San Cristóbal y
Candelaria, se enteró en este ultimo, del secuestro frustrado de la
niña Virginia Perdomo. Procedió á un registro en el domicilio de
Bocourt,. ocupando una carta que desde Los Palacios le dirigía un
tal Casiano Amate. Terminada esta diligencia, fueron puestos á
disposición del Juzgado Juana Basura, Modesta Chile y Jerónimo el
Jorobado.
Comisionado para pasar á Los Palacios nuestro compañero, no-
tificó de comparendo al pardo Casiano, quien al enterarse que se le
ordenaba por disposición del Juez especial, solicitó ir á su casa á cam-
biar de traje, teniendo antecedentes de ser hombre honrado se lo per-
mitió, volviendo á los pocos momentos, en que emprendieron viaje.
Durante el trayecto Amate iba cabizbajo y pensativo, y al brindarle
un cigarro dijo: Señor, ¿ cree usted que mañana pueda venir á tra-
bajar? A lo que le contestó Valdés: Sé que es usted una persona
buena y creo que dentro de algunas horas volverá á continuar la
siembra de sus posturas. Díjole después que deseaba saber qué era
lo que declararía y por qué causa se le citaba, pues él siempre había
detestado á los brujos.
Preguntado si conocía á Bocourt, manifestó que sí, que fué presenta-
do á él cierta vez que se encontraba en un baile que se celebraba en
Güira de Melena, pero después no había tenido más entrevistas. Tras
una breve pausa, exclamó: "Señor, el decir la verdad no es pecado;
por lo tanto, le expondré que la noche que lo conocí, me hicieron gran-
des elogios de él, recomendándomelo como curandero. Yo por aquel
entonces, tenía á mi mujer padeciendo de un erisipela ó hinchazón,
que se extendía de la cabeza á los pies, así se lo dije á Bocourt, y en
su consecuencia, me prometió venir á verla; pero pasado algunas se-
manas sin realizarlo, determiné escribirle. Su contestación fué le
remitiera catorce pesos, lo que efectué; y como tampoco cumplía lo
prometido, volví á enviarle otra carta, la que tuvo igual resultado.
Felizmente, llegó á mi casa un americano vendiendo.unas pastillas
rosadas, le compré una caja por dos pesos, y haciendo uso de ellas,
la enferma logró su completo restablecimiento."
A las cinco de la tarde presentaba ante el Sr. Juez, al pardo Casia-
no, el cual, en su declaración, cometió las mayores implicancias, ne-
gándolo todo; tal era su temor y aturdimiento, que por sí mismo se
129

Gompíicaba en el proceso, á tal extremo, que el señor Landa ordenó


su detención ; preguntándole al Agente qué investigaciones había prac-
ticado respecto á ese nuevo brujo, manifestóle éste lo que en el cami-
no le había referido, pudiendo asegurarle que era un hombre laborioso.
v honrado, y que solo el miedo le hubiera hecho caer en semejantes
dislates.
El recto Juez actuante, con lucida penetración, conoce y sabe distin-
guir al culpable y al inocente, y de ello ha dado innumerables pruebas.
Ese mismo día, después de un constante y asiduo trabajo, á las nue-
ve de la noche, son conducidos á los altos de la Casa Consistorial,
donde se encuentra constituido el Juzgado, Víctor Molina, Domingo
Bocourt, Dámaso Amaro, Ruperto Ponce, Julián Amaro, Pilar Her-
nández, Laureano Díaz, Manuel Congo Arenaza, Gerónimo el Joro-
bado, Pablo Tabares, Adela la Conga, J u a n a Tabares, Modesta Chile,
Juana Basura é Isabel Leal, los que fueron colocados en rueda, siendo
el último Casiano Amabe. El Ldo. Landa ordenó al Secretario diera
lectura á lo actuado, y después de hechos los cargos, quedaron proce-
sados, decretándose la inmediata libertad de Amate.
A las nueve de la mañana del siguiente día, numerosa concurrencia
ocupaba todos los ámbitos del Cementerio del pueblo de Güira' de Me-
lena ; se iba á proceder á la exhumación del cadáver de la niña Zoila
Díaz. Había una mesa, al lado el Juzgado, sus auxiliares y las auto-
ridades locales. Un hombre cavaba sobre una sepultura, y ante los
Dres¿ Moreno, Pino y Pérez Abren, fué colocado sobre la citada
mesa, después de extraído de la fosa, un sarcófago forrado de blanco.
Amputadas las extremidades inferiores por las rótulas, fueron ence-
rradas en dos grandes pomos, para su remisión al Laboratorio quími-
co Los médicos volvieron á certificar, ratificando sus anteriores opi-
niones, de que hubo necesidad de usar un instrumento de agudísima
punta, para cercenar el corazón de la infortunada víctima de la más
insólita barbarie.
No le cabía duda al correctísimo señor Landa, de la culpabilidad de
Julian Amaro, como uno de los principales coactores del sangriento
episodio; pero esta íntima convicción se desvanecía al no aparecer
graves cargos contra él, por cuyo motivo ordenó al Juez Municipal
procediera á un escrupuloso registro en la casa que aquel habitaba;
después de efectuado, el hijo de Julián entregó un cuchillo dentro de
iln
papel de estraza, diciendo: " S e ñ o r , d a única arma que hay en casa,
esta. El Juez lo desenvolvió, y notando en el papel dos manchas
sangre, y algo oxidada la hoja, lo volvió á colocar como estaba, y
9
130

delante de touus marcó: "Cuchillo núm. i, ocupado en casa de Julián


Amaro."
Después de esto, continuando el mismo registro, el Ldo. Domínguez
encontró una bandera cubana manchada de sangre, donde probable-
mente fué envuelta la niña Zoila.
Al describir ésta diligencia, el periódico La Discusión, de que se
había ocupado un paño con franjas azules, expresaba: "Qué la ban-
dera del sacrificio, por la que se habían ofrendado tantos nobles é in-
maculados patriotas, era una vergüenza sirviera de sudario para ocul-
tar el más vil de los asesinatos!"
Terminado el acto, el Juez Municipal hizo» entrega de lo ocupado,
figurando el cuchillo, que al siguiente día fué enviado al Laboratorio
Químico para el correspondiente análisis.
Preparado el Agente para marchar á Gabriel, recibe órdenes para
una declaración importante.
Un niño de n á 12 años de edad, le manifiesta á su profesor, de que
en los días que habían asesinado á Zoila, vio á Víctor Molina con una
camiseta de crepé, con franjas azules, manchada ele sangre. Constituí-
do el Juzgado en el Cuartel de la Guardia Rural,'compareció el menor,
y al presentarle la camiseta, afirmó ser la misma que le había visto á
Víctor.
Nuestro compañero es comisionado entonces para averiguar en qué
tienda había sido comprada. Recorre todos los establecimientos de
lencería del Gabriel y varios de Güira de Melena, sin obtener lo que se
desea indagar, y al devolver la camiseta, el Sr. Juez Landa le dice hay
que averiguar si pertenecía ó no á Víctor Molina.
Dispuesto estaba á hacer una excursión con ese objeto, cuando se le
ordena salir con el Juzgado para la finca "Reserva," donde el Ldo.
Landa toma varias declaraciones, y una vez terminadas, solicita la pre-
sencia de la señora Ana Pérez Castañeda; al hacerlo así, le tiende la
mano, entregándole un paquetico, y en extremo emocionado, le dice:
—Guarde usted, señora, estos recuerdos de su infortunada hija.
Aquella dolorida madre, á causa de su infortunio, se encontraba en
extremo demacrada. Si todos los presentes derramaron lágrimas, qué
no sufriría su corazón al conservar y tener en su poder el collar, los
candaditos y las pulseras de su amada hija, desaparecida y separada de
su lado de un modo tan trágico!
Terminado tan triste incidente, regresaron al pueblo. Mientras el
Juzgado ampliaba varias declaraciones, en el Cuartel de la Rural, fué
llamado Valdés por un individuo, dueño de una tienda, el que le ma-
131
nifesto que al examinar varias facturas recibidas, encontró media do-
cena de camisetas iguales á la que le había mostrado el día anterior,
recordando después haberle vendido dos á Víctor Molina. Puesto el
caso en conocimiento del Juzgado, procedió á tomarle declaración á
dicho individuo.
Habiéndose tenido nuevas confidencias, el Sr. Juez Instructor le
ordenó que con la mayor brevedad se informara el Agente en los pue-
blos cercanos, en qué lugar se encontraban los miembros ó parientes
de la familia Lage. Magdalena había prestado declaración negando
en absoluto haber recibido carta alguna para entregar á Bocourt, lo
que hacía presumir complicaciones en que figuraban los que llevaban
el apellido de ella.
Valdés, en su consecuencia, interrogó á amigos y conocidos, sin re-
sultado ; pero recordando después que en la Estación del Ferrocarril
había hablado con un empleado, la tarde que conducía á Magdalena,
y que éste le manifestó que los Lage fueron esclavos ele su familia,
recurrió á él, y entonces supo que se hallaban distribuidos entre la
Habana, Marianao, Melena, la Güira y Batabanó, con cuyas resultas
dio cuenta.
A la -mañana siguiente procedió el Juzgado á una diligencia de ins-
pección en San Cristóbal, notándose por la valiosa cooperación que
siempre prestara, la repentina ausencia del señor Várela Zequeira. Al
retorno del citado pueblo, se recibió certificación del Laboratorio Quí-
mico, en la que se consignaba que del análisis practicado, resultaban
ser de sangre humana las manchas del papel y cuchillo que con ese
objeto le fueron enviados.
Habiendo sido conducido desde la cárcel de San Antonio de los
Baños, á presencia del Juzgado, Julián Amaro, y oportunamente cita-
dos su mujer é hijo,* al presentarle á éste el cuchillo para preguntarle
s
i era el mismo ocupado por el Juez Municipal, contestó afirmativa-
mente, y en idéntico sentido su madre. Retirados estos testigos, com-
parece Julián, y al notificarle el cargo que contra él resulta, e x p o n e :
que las manchas que se observan en el referido cuchillo, son de un
cochino que él había matado.
Solicitada la presentación de nuestro compañero, encuentra al Juez
Special en conversación reservada con el señor Várela Zequeira, la
que se interrumpe a su llegada, entregándosele una carta que á Instan-
cias del Ldo. Lauda leyó tres veces, ordenándole se avistase con la
nnnante, nombrada Apolonia Lage, residente en Güira de Melena, es-
cudriñando por cuantos medios estuviesen á su alcance, el significado
132

de las frases en la misma escritas: que no se lo diga á nadie, que per-


• mita primero le corten la lengua. *
La carta había sido traída por el ilustrado redactor de El Mundo,
previas confidencias, durante la ausencia á que nos hemos referido,
desde Batabanó, de una parienta de Apolonia, á cuyo objeto impartió
el auxilio de la autoridad, practicando un registro en su morada, tra-
tando después de que manifestara el secreto que tanto se le recomen-
daba guardar, sin que accediera á ello.
Antes de que ambas partes pudieran ponerse de común acuerdo, pa-
só el Agente á casa de Apolonia Lage, situada al final de una calle,
apostándose detrás de un árbol el Jefe de Policía, que le acompañaba,
para mediar en cualquier incidente que pudiera surgir; y dirigiéndose
á la puerta, al preguntar por aquella, un homibre le manifestó se en-
contraba en la tienda inmediata, determinando no ir en su busca, y
sintiendo en la obscuridad de la noche la voz de una mujer que habla-
ba con una niña, exclamó:
—¿A qué es usted Apolonia Lage?
—Sí, señor, contestó, tendiéndole la mano é invitándome á pasar
á su casa.
—-No, gracias; en ningún punto mejor que éste puedo darle un reca-
do que se me ha confiado desde Batabanó.
—Pues hable, caballero.
—<He visto á su parienta, la que me rogó que lo primero que hiciera
fuera entrevistarme con usted, á fin de que cuanto antes le manifestara
cuál es el secreto á que se refiere la carta que recibió, para evitar
cualquier imprudencia que pudiera cometer, y que desde entonces no
hace más que pensar en eso, sin darse cuenta de lo que será.
—'Pues yo le voy á decir lo que es, para que sin perder tiempo, se
lo comunique. Cuando la guerra, operé en los montes de Peñalver,
allí me puse á vivir con Don V.
—¡ Ah! este Don V. es amigo mío, de Consolación del Sur; es Co-
mandante, si no me equivoco.
—Precisamente, ese Don V. que usted dice es compadre mío, ha-
biéndome bautizado un hijo que nació en el campo. La última vez
que estuvo en Surgidero me manifestó que pronto iba á cobrar sus ha-
beres del Ejército ; que pensaba regalarme trescientos pesos" para una
casa; pero que si esto se sabía y llegaba á oídos de su señora, entonces
no me los daría; ni volvería á verme la cara. Yo, como mujer al fin,
fui á casa de mi parienta, que vive allí mismo, de donde usted viene,
y se lo dije; pero una vez que llegué aquí, comprendí lo mal que había
133
hecho, y por eso le escribí, diciéndole que se cortara la lengua antes
de comunicárselo á nadie.
Solucionado el enigma, corrió presuroso á comunicarlo al Juez, al
que encontró en compañía de Várela Zequeira, y leyendo el papel que
éste había traído, se vio que estaba acorde con su relación, y que dichas
dos mujeres, no tenían participación en el sangriento suceso.
Habiéndose encontrado con el Jefe de Policía, á quien dejara oculto
tras un árbol, le dijo: "Si va usted solo, quien sabe lo que le hubiera
pasado. Toda la conversación sostenida con Apolonia, ha sido obser-
vada por su hijo ; enterado por ella de lo que habían hablado, salió á
la calle con una cabilla de hierro para agredirle, y arrojándome sobre
él, lo detuve, manifestándome que usted había venido á enterarse de
asuntos privados pertenecientes á su familia.
En la mañana del siguiente día, encontrándose Valdés en el " Hotel
América," le llamó la atención que un moreno joven, de estatura alta,
no dejaba un momento de fijarse en él con notoria insistencia, como si
quisiera conocerlo; se dirije hacia la estación del ferrocarril, y el hom-
bre le sigue, en el anden se encuentra con un guardia, á quien le pre-
gunta si lo conoce ; le dice que es vecino del pueblo ; requiriéndole para
que expresara como se llamaba, se negó á ello, agregando que no que-
ría hacerlo. En esta actitud, nuestro compañero le ordena como Agen-
te Especial de Policía, que diera su nombre, pues había observado que
v enía siguiendo sus pasos. Expresó llamarse José, que le había segui-
(lo por saber si era el individuo que la noche anterior había estado
hablando con su madre, y contestándole ser el mismo, en cmplimiento
de órdenes del Juzgado Especial, le pidió sus excusas, despidiéndose
con toda clase de satisfacciones, llevando al ánimo de dicho funciona-
rio el convencimiento de que de la familia Lage, solo Magdalena co-
nocía al Pontífice curandero brujo.
Depurados los hechos en su mayor amplitud, el competentísimo Juez
Especial, dictó el siguiente:
ALTO.—-Güira de Melena, Diciembre diez y seis de mil novecientos
cuatro.—Dada cuenta y
Resultando: que continuando la investigación sumarial después de
los autos de procesamiento y prisión, declaró D. Miguel Sánchez, ex-
presando que D. Antonio María La Rosa le comunicó en el Gabriel,
^ e su concubina á quien le había revelado Víctor Molina, estaba ente-
rado de que los autores del delito eran Dámaso Amaro, Victor Molina,
J°rge Cardenas. Pilar el Congo, y el hermano de Adela nombrado
134
Jacobo, los cuales se reunieron en casa de aquella, y convinieron en la
necesidad de apoderarse de dicha niña blanca, para emplear el cora-
zón de la misma en la curación de Adela, extremo este que también
manifestó el propio La Rosa, al Capitán de la Guardia Rural, señor
Delgado, en conferencia tenida en el establecimiento de Aniceto Ar-
moza, y aunque D. Antonio María de la Rosa y su concubina Rosa
Falcón, manifestaron en sus primeras declaraciones que aquello lo
sabían por el rumor público, posteriormente y en careo sostenido por
La Rosa con Sánchez y Delgado, convino aquel en que estaba entera-
do por su concubina; y ésta, ampliando su declaración de fojas 575,
expresó ser cierto que días después pero inmediato al secuestro de la
niña Zoila, Víctor Molina le manifestó que había asistido á una reu-
nión en casa de Adela la conga, donde trataron de sacar el corazón
á una niña blanca, y que él se había marchado, al oír hablar de eso;
que lo comunicó á su concubino, corroborándolo el rumor público.
Resultando: que el delegado especial del Gobierno D. José Valdés,
en su ampliación fojas 338, expresó que el 25 de Noviembre pasado,
como no se encontraba á la niña Zoila, recomendó á distintas personas
en el Gabriel que propalaran que si habían matado á la niña, lo que
querían era que pusiesen su cadáver en lugar visible, para darle sepul-
tura ; que como al siguiente día se encontró diaho cadáver, adquirió
la convicción de que en el Gabriel estaban los responsables del delito,
y en otra ampliación expresó que á quien directamente lo recomendó
fué al negro Manuel, conocido por el Congo, quien evacuó de confor-
midad la cita, agregando que él 110 lo comunicó á persona alguna, y
que conoce á Julián Amaro como Mayor de Plaza del Cabildo Congo
Real, perteneciendo al mismo Ruperto Ponce, como segundo Presi-
dente, Pilar Hernández corno segundo Contador y como socios, Jacobo
Arenal, Adela, Luis, y otros.
Resultando: que don José Márquez, Inspector de Escuelas, también
depuso haber oido el constante rumor relativo á la junta celebrada en
la casa de Adela la Conga, agregando que el pardo Bernardo Hernán-
dez le comunicó que dicha reunión fué á puertas cerradas, oyéndose
desde la calle el murmullo, y que la cocinera morena Asunción Delgado
refería que el cadáver de la niña Zoila, según oyó decir, lo habían te-
nido cubierto de sal. Y evacuadas estas citas Bernardo Plernández
nególo al expolíente, y Asunción expresó que haciéndose eco del ru-
mor público, había manifestado lo que se le atribuye.
Resultando: que exhumado el cadáver de la niña Zoila Díaz, previas
las identificaciones correspondientes practicadas por el Juzgado; pudo
135
este apreciar que conservaba completas sus extremidades inferiores,
sin que nada indicara una putrefacción avanzada, por lo que por los
médicos fueron reconocidas dichas extremidades; y ocupadas por el
Juzgado, así como los tres cartílagos á que ya se ha hecho referencia
en otras actuaciones, con los cortes que de ambos constan, ocupándose
también los zapatos y las medias, que el señor Juez de esta cabecera
había mandado enterrrar el cadaver.
Resultando: eme los doctores César Pérez Abren y Eduardo Pina,
que son los mismos que reconocieron el cadaver el dia en que se en-
contró en la finca "Zúñiga," y los que con el Juzgado asistieron á la
exhumación, informaron, que sin poderlo precisar, creen que el instru-
mento con que se hizo la sección ele los cartílagos exhumados, haya
sido un cuchillo cortante y de punta; que en ninguna manera pudieron
ser hechos esos cortes por manos peritas; que por carecer de medios
analíticos, no les era posible expresar si el cadáver, zapatos y medias
contenían alguna partícula de sal común, que dado el estado de conser-
vación de las extremidades inferiores exhumadas, su color y estado
de solidificación, creen que el cadáver fué sometido á alguna acción
externa, ó se empleó en el mismo alguna substancia que ha impedido
la avanzada ó completa putrefacción que dichas extremidades debieran
tener con relación al tiempo de la muerte de la niña Zoila Díaz y que
las condiciones del terreno no han influíelo en esa conservación.
Resultando : que D. Eduardo Várela Zequeira, redactor del diario
habanero El Mundo, y que desde los primeros momentos del" suceso
se trasladó á esta localidad practicando investigaciones para la infor-
mación del diario referido, declaró también, refiriéndose á' la convic-
ción que tiene acerca de que los procesados son los autores del delito,
por todas las circunstancias y detalles que han sido por él publicados
y autentizados por este Juzgado en el auto de cuatro del actual, agre-
gando que en presencia del Reporter de La Discusión, Sr. José Camilo
Perez, preguntó á Domingo Bocourt si había escrito á su conocido
Laureano Díaz Martínez una carta preguntándole cuando le mandaba
la muchacha y recomendándole que no le contestara por escrito, in-
formándole Bocourt en sentido afirmativo, y que la muchacha era una
alujada suya, haciendo la recomendación que no le contestaran por
escrito para que se la acabaran de mandar; que refirió también el testi-
^r<) a que en presencia del Reporter de La Lucha, señor Enrique H.
Moreno, al preguntarle á Julián Amaro el sitio en que estuvo guarda-
<l
" el cadaver de la niña Zoila, se impresionó visiblemente, dándole
temblores y manifestando tener frío, por no haber tomado café, sin
136
responderá las preguntas, y examinados los señores Pérez y Moreno,
evacuaron de conformidad las citas.
Resultando: que el propio señor Várela entregó la carta de fojas
381 dirigida á Concha Amaro, residente en Batabanó, por Apolonia
Lage, vecina de este término, en cuya carta Apolonia dice á Concha:
"que tuviera cuidado de lo que ella había hablado allí;" y hecha una
investigación sobre esa carta y el alcance y sentido de las frases indi-
cadas, no se ha demostrado que tengan alguna relación, al presente,
con el hecho qe se persigue.
Resultando: que citados también por el señor Várela Zequeira en
su declaración, los testigos José Hernández Ruiz y Saturnino González
Vesanilla, fueron examinados éstos, deponiendo ambos que por el
Guarda-almacén de la Estación de San Cristóbal, don Nicolás Blanco,
se habían enterado, y éste á su vez por su esposa, que Domingo Bo-
court y Julián Amaro habían estado hablando reservadamente detrás
del Almacén de la Estación, oyendo que preguntaba el primero "si
era hermosa la tnuahaoha," contestándole el segundo que "henmosísi-
ma," retirándose al ser sorprendidos. Y este hecho ha sido exacta-
mente comprobado mediante las diligencias de fojas 443 á 461, que
tramitó y remitió el señor Juez de Instrucción de San Cristóbal para
auxiliar la investigación, y en las cuales don Nicolás Blanco y su
compañera doña Cecilia Cordero, expresaron la certeza de lo relatado,
que ocurrió en días anteriores á la prisión ele Bocourt ,agregando la
Cordero que también había percibido la palabra "Madre/' dicha á me-
dia voz por uno de los aludidos y que estos se alejaron al notar la
presencia de la declarante.
Resultando: que como quiera que en la carta del folio 21, de Bo-
court á Pablo Tabares, recomendaba aquél á éste que le contestara á
Melena del Sur, dirigiendo la carta á Magdalena Lage, se hizo com-
parecer á esta, la cual declaró que conocía á Bocourt por haberlo visto
hacía poco tiempo en la casa de Teresa Herrera, que Bocourt 110 fué á
su casa ni encargó que le recogiera carta alguna, por lo que 110 se ex-
plica que pidiera que ella le escribiera. Teresa Herrera expuso cono-
cer á Bocourt porque fué en Octubre último á su domicilio de Melena
del Sur, acompañando á Rufina Farias, tía de la declarante, que per-
maneció en su casa cinco días, marchándose juntos; que algunos días
después volvió Bocourt solo diciendo que iba de la Habana y se dirigía
á Güira de Melena; que estuvo allí dos días, aunque ella no se enterara
del objeto que en las dos ocasiones le llevara allí; que en el primer
viaje conoció Bocourt en su casa á Magdalena Lage, sin que hablaran
137

nada: que Bocourt no recibió en su casa ninguna carta ni lo vio escri-


bir : y si admitió á. Bocourt, fué porefue no sabía que era " u n diablo,"
pues después ha oido leer que es un brujo. Rufina Farias declara
conocer hace algunos años á Bocourt, su paisano; que hace algún tiem-
po le pidió á Bocourt le acompañara á Melena del Sur, á ver á su
sobrina Teresa H e r r e r a ; y como accedió, le entregó nueve pesos para
el viaje; que permanecieron allí dos días, sin que Bocourt recibiera
ninguna carta y sin que volviera á ver á éste; y por una investigación
que de orden del Juzgado practicaron en Melena del Sur, el Jefe de
Policía de este término y el delgado especial del Gobierno, Sr. Valdés,
aparecen, según el acta de fojas 521, algunos hechos que no concuer-
dan con los expresados por dichos testigos, por lo que actualmente se
amplia una investigación.
Resultando : eme mediante conocerse que en la casa del Dr. E d u a r d o
Angles, en Marianao, estuvo colocada de criada la morena Isabel H e r -
nández, la que, según Angles, había expresado conocer á la niña Zoila
y á sus familiares, demostrando interés por las noticias que publicaba
la prensa, y expresando que á la niña debían haberla m a t a d o ; se hizo
la correspondiente investigación, constituyéndose el Juzgado de aquél
término, y previa la rectificación del Dr. Angles, se examinó á Isabel
Hernández, negándose ésta haber manifestado conocer á la menor
Zoila; afirmó conocer á los procesados, con excepción de Bocourt,
jorge Cárdenas y Dámaso A m a r o ; que sabía que Juana Tabares había
tenido malos partos, y que Adela la Conga estaba enferma, como loca,
y Enriqueta Hernández, tía de la anterior, expresó no conocer á los
procesados, y agregó que ella tuvo un hermano llamado Andrés que
murió en garrote, y recomendó que Víctor Molina cuidara de una hija
que dejó, nombrada Ernestina, pero que ésta se encuentra al abrigo
de la declarante.
Resultando : que Luisa Leal, concubina que fué de Víctor Molina,
eon el cual residió en casa de los Tabares hasta el mes de Septiembre
ultimo, marchándose á Batabanó, á casa de su tía Concha Amaro, y
desde allí á Palenque, en la jurisdicción de Güines, ha declarado que
según el acta rectificada de fojas 464, y ampliación de fojas 470, que
e marchó del lado de Víctor Molina por el mal trato que éste le daba,
a r
& egando que ella en buena amistad vivía con Pablo y Juana Tabares,
ai e x
tremo de que, con Víctor, iba á apadrinar la última hija de aque-
llos, sin que se pensara nunca en que Bocourt fuera el p a d r i n o ; que
Juana había tenido malos partos, y estaba desesperada por lograr sus
u
J°s, para lo cual consultó á Domingo Bocourt, que es curandero, y
138
el que le dijo que la curación costaba mucho dinero, y se necesitaba
sangre de blanco, porque el clafio era de blanco; -que según Pablo y
Juana Talbares, ya Julián Amaro había dicho lo mismo; que Pablo y
Juana hablaban de una muñeca, y estaban deseosos de dinero para la
curación, teniendo mucha fe en Bocourt; que Laureano Díaz frecuen-
taba la casa de los Tabares, por haber vivido con la madre de Pablo,
pero actualmente lo hace con Isabel Leal, la cual tiene tres hijos ; que
de dos camisetas que ella compró en el Gabriel para su hijo Celedonio,
en la tienda de Ibañez, se le extravió una de rayitas coloradas á Juana
de Baldas, á quien ella le lavaba, porque tenía una igual, sin que tu-
viera la de ella, ignorando el paradero de dicha camiseta; que no
conoció á la niña Zoila Díaz, no habiendo estado nunca en la finca
"Reserva," y reconoció el gorro ó copa de sombrero ocupado como
perteneciente á Víctor Molina. Celedonio Leal, examinado por vía
de exploración, convino en la pérdida de la camiseta de crepé á que se
refirió la anterior; pero ambos, después de examinar la camiseta de
crepé ocupada, expresaron que no es la misma á que se han referido,
pues la extraviada tenía más rojas las rayas, y por último, Luisa Leal
entregó y se agregó á fojas 465, una carta que recibió en la Estación
de Palenque, expedida en la del Gabriel, en la tarde .del 26 ele Noviem-
bre último, en cuya carta Pablo Tabares, que se titula su compadre,
la llama para que vuelva al Gabriel.
Resultando: que Ismael Balda evacuó de conformidad la cita de
Luisa Leal, y Atanasio Ibañez, dueño de una tienda de ropas en el
Gabriel, reconoció la camiseta de crepé ocupada 'como una de las dos
que vendió á la Leal para su hijo; haciendo constar que observa que
era más encendido el color rojo de las rayas de dicha camiseta, cuyo
color debe haberse dibilitado por el uso ó lavados.
Resultando : que al regresar el Juzgado de la jurisdicción de Güines
y encontrándose en la estación del Rincón, fué entregado por el Capi-
tán de la Rural, señor Delgado, la comunicación de fojas 448 relativa
á las manifestaciones ó revelaciones hechas al mismo, ante testigos,
por la procesada Juana Tabares; por lo que trasladado el Juzgado in-
mediatamente á la Cárcel de San Antonio de los Baños, y ratificada
la comunicación por su producente y dos testigos, se oyó á Juana Ta-
bares, la cual declaró que ella quería que Bocourt la curara, por tener
el deseo de que sus hijos no se murieran; pero 110 llegó á mandarle nin-
gún remedio, por más que se lo ofreció: que el dia 10 de Noviembre
pasado, estando en su casa, á la que vino dejando á sus hijos en la-
Habana, por haberse enfermado Pablo, y siendo como las doce de di-
139
oho día, Víctor Molina le dijo que los congos le habían encargado que
cogiera una niña blanca, para curar á Adela; que le preguntó qué clase
ele cura era aquella, y le contestó que eso era emerer saber m u c h o ; que
Víctor se puso el gorro ocupado, cogió unas trepaderas y salió en ca-
mino para la finca " Z ú ñ i g a ; " que regresó como á las cinco de la tarde
v lo encontró en el pasadizo de la cocina, sin camisa, dándole jabón
que le pidió para lavar un calzoncillo que había metido en la batea;
que junto al fogón se le acercó y le comunicó que con Ruperto Ponce
había cogido una niña blanca en las inmediaciones del bohío ele Ruper-
to, la habían matado y sacado el corazón; que como ella le dijera que
aquello era un pecado, Víctor le elijo que también la mataría á ella si
lo contaba; y como conoce el carácter de Víctor, no lo dijo ni á Pablo,
pues aquél lo mismo mataba á una persona que á un pollo; que Víctor
continuaba lavando el calzoncillo, el cual soltaba como sangre; que
más tarde corrió por el pueblo del Gabriel la noticia de que en la finca
''Reserva" había desaparecido una niña, y se convenció ele la certeza
de lo expuesto por V í c t o r ; que cuando por la noche se acostaron ella
y Pablo, Víctor no estaba en su cuarto, pero lo vio al día siguiente
por la mañana, con un pequeño bulto en la mano, y le dijo que iba á
Bejucal, dirigiéndose al p a r a d e r o ; que en la noche del nueve de N o -
viembre en la casa de su vecina Aelela, se runieron los congos Jacobo,
Pilar, Ruperto y Julián Amaro, quedando Jacobo en la puerta, y des-
de su casa oyó el canto de los congos, los cuales al final, dijeron que
necesitaban sangre de gente blanca; que no sabe si Victor fué á esa
reunión; que Victor y Julián Amaro son amigos y se reunían amenudo,
recordando que en la mañana del once vio á Julián A m a r o entrar otra
vez en la casa de Aelela. Habiendo visto la camiseta de crepé ocupada,
expreso que se le parecía á una que tenía el hijo de Luisa Leal, la cual
se le extravió, y concluyó negando que la sangre de blanco fuera para
ella, insistiendo en que Bocourt no le ofreció ese remedio ni le explicó
los conceptos ele la carta de fojas 2 1 ; y agregó que era cierto que Vic-
tor Molina y Luisa Leal iban á ser los padrinos de su última hija.
Resultando: que Víctor Molina y Ruperto Ponce negaron los nuevos
cargos, expresando Molina que á los tres días de la desaparición de la
nnia
Zoila, y no al siguiente, tomó el tren y se dirigió al ingenio " P r o -
" ciencia, donde estaba Luisa Lea!; que regresó el quince, y al llegar
ai chucho del Gabriel, Pablo Tabares le dijo que estaba comprendido
-1 asunto de la niña, por habérsele encontrado una carta de Domin-
•ocourt, en la que se hablaba de una muñeca y de veinte y cinco
sin expresarle otra cosa.
140

Resultando: que en careo celebrado entre Juana Tabares y Victor


Molina, insistieron en sus declaraciones; pero aquella, con energía, re-
pitió los cargos, y Victor Molina, en actitud humilde, temblando, los
negó, diciendo que Juana quería hundirlo, repitiéndole ésta que no, que
decía la verdad, y precisaba los lugares de la conversación, sin acusar
á otros. Molina dijo: que J u a n a no estaba en el Gabriel cuando desa-
pareció la. niña Zoila, á lo que replicó aquella que sí, pues aunque fué
á la Habana el día primero de Noviembre, regresó el día siete, y
agregó: que cuando Victor fué el once para Bejucal, lo hizo en un
tren de carga, y al siguiente día le manifestó que había estado en la
finca "Reserva," preguntando por la niña; y Molina lo negó, aseguran-
do que á quien había preguntado por la niña, fué al padre de ésta, á
quien encontró en la finca " A r r a i g a n , " pues él, después de la guerra,
no había estado en la "Reserva."
Resultando: que Pablo Tabares negó lo expuesto por Victor Molina,
corroborando á lo expuesto por J u a n a Tabares respecto á que la misma
fué á la H a b a n a el día primero de Noviembre, y regresó sola el siete,
por estar enfermo el declarante, retornando á dicha ciudad después
de la desaparición de la niña Zoila; y celebrado un careo entre Pablo
Tabares y Victor Molina, ambos sostuvieron sus manifestaciones,
agregando, Molina que Pablo, al siguiente día, le había recomendado
que si lo detenían, le cuidara á sus hijos.
Resultando: que el señor Capitán de la Guardia Rural D. Ignacio
Delgado, comisionado por el Juzgado al efecto, practicó una investiga-
ción en el pueblo de Candelaria, jurisdicción de San Cristóbal, de h
que resultó haberse averiguado la comisión de un delito de sustracción
de la menor Virginia Per domo, ejecutado en catorce de Agosto último,
figurando como acusados Domingo Bocourt, Francisco Pedroso y Mo-
desta Chile; y por cuyo hecho instruye causa el Juzgado de Instruc-
ción de San Cristóbal, cuyo Juzgado, según informe, se ha inhibido de
dicha causa en favor de este Juzgado especial, por la conexión de
aquel delito con el que aquí se investiga.
Resultando : que tanto una cuchilla ocupada á Julián Amaro en el
forro del sombrero, en la Cárcel de San Antonio, según el oficio de
fojas 525, como también los cuchillos, cuchillas, navajas y papel ocu-
pados por el Señor Juez Municipal, en los registros que por dispo-
sicnón de este Juzgado, practicó en las casas de Juana Tabares.
Adela la Conga, Ruperto Ponce y Julián Amaro, según diligencia^
de fojas 532 á 539, han sido remitidos al Laboratorio Nacional para
el reconocimiento y análisis de las manchas que en ellos se observan.
141
Resultando : que el Secretario de este Ayuntamiento Señor Manuel
Ármiñana entregó y se agregó á fojas 200 la carta dirigida á Lau-
reano por Domingo el 31 de Octubre de último, en la que le dice que le
diga á la señora si ya está habilitada que conteste y lo mismo al
hijo de Isabel Leal, expresando Ármiñana que la encontró en la calle
el once del actual, en la esquina de las calles de «Luz y Merced, en-
tregándola por estar enterado de que Bocourt dirige cartas desde San
Cristóbal á Laureano Díaz Martínez, y agregó que por Fraciseo
Leal se enteró de que el pardo Jorge Cárdenas en la bodega sita en
Merced y San José en días anteriores al en que se encontró el Cadá-
ver de Zoila, manifestó que dicho cadáver había sido encontrado en'
la finca "Zúiiiga", y la cita hecha á Leal fué evacuada de entera con-
formidad.
Resultando: que tanto don Alfredo del Toro como don Manuel
Díaz y Hernández, residentes en el Gabriel y vigilante de policía el
primero, han declarado respecto á la presencia en el Gabriel en días
anteriores á la desaparición de la niña Zoila, del procesado Domingo
Bocourt.
Resultando: que el jefe de la estación del ferrocarril del Gabriel, de-
claró que los trenes de carga salen de allí de las once ele la mañana
en adelante, pudíendo tomar pasaje los que lo deseen: que sin poder
precisar el día fijo, pero sí que fué el once ó el doce de Noviembre,
dio boletín á Víctor Molina para el Rincón, no fijándose en si lleva-
ba algún bulto en las manos, corroboró las fechas de los viajes de
Juana Tabares, y agregó que Pablo pidió licencia en Julio último por
tres ó cuatro días, y cuando regresó le dijo que había estado en Pinar
del Río, en San Luis.
Resultando: que el Jefe y el segundo de Policía de este término,
convienen en que la carta de Bocourt, que el segundo encontró hace
l i e i upo dirigida á Laureano en que le pedía le dijera cuándo le manda-
ba " muchacha", fué encontrada inmediata al paradero del Gabriel,
I agregaron que la letra de aquella carta era muy parecida á la de fo-
fas 560, entregada por el Señor Ármiñana.
Resultando: que Isabel Leal, concubina de Laureano Díaz M a r -
tinez, expresó que éste es muy amigo de Bocourt, al cual conoce por-
c estuvo una vez en su domicilio á visitar á Laureano : que Bocourt
)
tiene ningún ahijado en el Gabriel: que entre Bocourt y Laurea-
n,)
sabía existiera correspondencia, ignorando á qué se refiere la
a (
le fojas 560: que Laureano vivió eon la m a d r e de Pablo Taba-
que ella y Laureano frecuentaban la casa de Pablo, estando entera-
142

da que á Juana se le desgraciaban los nijos, porque padecía del útero y


que Adela la Conga estaba trastornada de la cabeza. Y Carlos Leal
hijo de la anterior declaró haber visto sólo una vez á Bocourt, no sa-
biendo que tenga ninguna ahijada en el Gabriel.
Resultando: que Laureano Díaz Martínez negó los cargos del su-
mario expresando conocer á Bocourt desde hace años, negando haya
estado nunca en su domicilio, sabiendo que era curandero y brujo:
que no ha recibido ninguna carta de él y epie está enterado que Jua-
na Tabares ha tenido cuatro malos partos.
Resultando: que el menor Aurelio González en ampliación manifes-
tó que á la hora que vio á Víctor Molina en el paradero del Gabriel,
el once de Noviembre pasado fué como á las diez y media de la ma-
ñana, recordando esa hora por ser las del comienzo de las clases en
el colegio á donde el testigo se dirigía.
Resultando: que Juana Tabares pidió ampliar su declaración, y
expresó que desde la primera ocasión que habló con Bocourt éste le
manifestó que él la curaría con sangre que le remitiría en un pomi-
to: que no llegó á mandárselo y por eso ella cree que al decir en su
carta que el negocio estaba jorobado, sería porque.no podía encon-
trar la sangre: que Bocourt es el culpable de todo lo ocurrido; y que
cuando ella declaró en la cárcel oyó que Julián Amaro le decía á Víctor
Molina, que la declarante era una conversadora y que ellos podían
hundirla.
Resultando: que Domingo Bocourt negó los cargos de Luisa Leal
y Juana Tabares, sin explicar los conceptos de su carta de fojas
21, agregando que á Laureano Díaz lo conoce algún tiempo: que só-
lo una vez lo vio en el Gabriel recordando que iba á caballo: que le
ha escrito dos ó tres cartas: que si le pedía una muchacha se refería
á una ahijada suya. En careo celebrado con Juana Tabares, ésta
con energía le repitió sus cargos, citando el lugar en que hablaron y
pidiéndole explicara lo de la muñeca de trapo. Y en otro careo cele-
brado entre Bocourt y Laureano Díaz, convinieron en haberse visto
en el Gabriel, pero no en los de la carta que Laureano expresa no
haber recibido.
Resultando: que Pablo Tabares y Julián Amaro negaron los cargos
de Luisa Leal, negando á la vez el primero haber estado durante este
año en San Cristóbal, donde según investigación del Capitán señor
Delgado, concurrió á celebrar una conferencia con Bocourt.
Resultando : que Carmen Hernández ha declarado que oyó decir en
el punto conocido por Cuchilla del Gabriel, que la niña Zoila fué He-
143
vada á casa de Juana Tabares, y allí Pablo le dijo á Víctor Molina,
Ruperto Ponce y Julián Amaro, que se la,llevaran para la,casa de sus
padres, pues no quería le hiciesen nada, ignorando lo demás que le
ocurriera, y que esto lo manifestó al señor Juez Municipal de este
pueblo, en cuya casa sirve de criada.
Resultando: que don Francisco Díaz Hernández, padre de la niña
Zoila, determinó las personas que trabajaban en la finca cuando
desapareció aquella, agregando que en la mañana del once de N o -
eviembre entre siete y ocho acompañado de don Pedro Llanes vio á
Víctor Molina en la finca "Zúñiga", cuyo Molina le saludó y dio algu-
nos pasos como indeciso pero retrocedió y le preguntó por la niña,
aconsejándole la buscara en algún p o z o : que Víctor Molina durante
este año pasaba con frecuencia por el batey de la finca, y en ésta des-
mochó algunas palmas hace algunos meses. Don Pedro Llanes evacuó
de conformidad la cita. Don PastorPigueredo declaró que á las ooho
y media de la misma mañana, vio á Molina en "Arraigan", y al pre-
guntarle por la niña dijo que nada sabía, y que conoce á Víctor desde
hace unos tres meses, viéndolo por la finca " A r r a i g a n " y sus colindan-
tes. Don José Ravelo expresó que en la misma mañana estando en el
batey de la finca "Santa Rosa", vio pasar á Molina para "Arraigan",
extrañándole, pues nunca lo hacía: que como á las nueve lo vio re-
gresar en dirección al Gabriel, y que del batey á ese pueblo es m u y
corta la distancia y se anda á pie en veinte minutos.
Resultando : que Don Manuel González dueño de una bodega en el
sitio "El Tomeguín" declaró que en la mañana del día en que desa-
pareció de "Reserva" la niña Zoila encontró en un recodo del plata-
nal de su vivienda al negro Víctor Molina;, al cual conoce: que dicho
platanal pertenece á su vivienda, que está en terreno lindante con
Zúñiga" y próximo á "Reserva' 1 : que no es camino para finca alguna:
que allí jugaban cuatro de sus hijos é hijas m e n o r e s : que extrañán-
dole la presencia de Víctor Molina, le preguntó qué hacía allí, contes-
tando que se dirigía á la finca " F a r e n s " , y se marchó por un camino que
no es practicable; y que enterado después de lo ocurrido á la niña
Zoih cree que Víctor estaría en el platanal acechando á uno de sus
hijos, } que evitó una desgracia, porque dos de éstos ya hablan, y
además e presentó el declarante oportunamente en el platanal.
Resultando: que inspeccionado por el Juzgado el lugar donde el día
leí hecho trabajaban algunas personas en la finca "Reserva" se pudo
apreciar que desde dicho lugar no se ve el platanal de donde fué ex-
traída la indicada niña.
144

Resultando: que Víctor Molina pidió ampliar su declaración, negó


el cargo hecho por don Manuel González y agregó que había cono-
cido á Bocourt en casa de los Tabares, siendo el curandero de Juana,
á la que hacía operaciones, que Pablo pagaba: que por una de estas
que efectuó una noche que pasó en la casa, Pablo le pagó diez pcos
que él vio en poder de Bocourt, y que éste decía que después de Dios
él: que Pablo fué también á San Cristóbal, y le llevó diecinueve pesos:
que ha pagado más de sesenta pesos, que en cuanto á la carta de Bo-
court, relativa á la muñeca y al pollo, recuerda qtíe dicha carta cuando
se recibió fué leída por una de las hijas de Juana: que ésta fué la que
se pasó el pollo por el cuerpo: que ha sabido por Juana, que ésta en
sus brujerías con Bocourt hizo una muñeca grande, la que mandó á
enterrar por "Zúñiga" á las doce de un día muy anterior al del hecho
de autos: negó Iiaber hablado con Rosa Paleón y agregó que Bo-
court era amigo de Laureano Díaz, al que siempre buscaba en el Ga-
briel, ignorando qué trataran.
Resultando'- que Juana Tabares negó las manifestaciones anteriores
de Víctor Molina, expresando que aunque su marido Pablo estuvo
en San Cristóbal, según le ha confesado, ignora lo que hiciera allí.
Resultando: que ceiebrado un careo entre Juana Tabares y Víctor
Molina, insistieron en sus dichos: el expresado Molina que Juana era
una conversadora, ésta contestó que sí, puesto que no tapaba á nadie
ni callaba la verdad, repitiéndole los cargos ya consignados, y conclu-
yendo con altivez diciéndole lo siguiente: tú tienes la culpa, tú cogiste
la carta de Bocourt y la llevaste a los congos para hacer lo que man-
daba Bocourt.
Resultando: que el pardo Fabián Amate, por quien aparecen diri-
gidas desde Los Palacios á; San Cristóbal, á Domingo Bocourt las
tres cartas de fojas 40, 41 y 42, referente á lo que hablaron en Güira
de Melena y á un enfermo reclamando su* urgente presencia en Los
Palacios, declaró que de los procesados solo conocía á Bocourt por
haberlo visto en ese pueblo en la Sociedad de personas de color: que
no le trató de ningún asunto, ignorando si Bocourt es curandero: que
después le escribió una carta á Bocourt ofreciéndole su domicilio, que
no le ha curado ningún enfermo, y que no ha tenido con él otras rela-
ciones que las ya mencionadas.
Resultando : que detenido Fabián Amate é instruido de los cargos
que contra el mismo aparecen, confesó haber dirigido á Bocourt las
tres cartas ele referencia que le fueron leídas, indicándole la dirección
145

á Manuel Orbegozo, por ser un bodeguero que recibe las cartas de los
parroquianos: q u e d o que decía á Bocourt en esas cartas, se refería á
que éste le manifestó que él curaba; y como tenía á su esposa enferma,
aunque no cree en curanderos, acudió á Bocourt, como último recurso,
para ver si iba á curarle la m u j e r ; que no fué, ni con él ha tenido
oirás relaciones : habiendo curado á su esposa con unas pildoras ame-
ricanas : y que si no explicó antes todo lo relatado, fué por temor á
Bocourt, pues esos curanderos no le merecen buen concepto, y además
por que lo considera como brujo.
Considerando : que según se consignó por el que provee en el auto
de cuatro del actual fojas 295 del texto de la carta de fojas 21, ocu-
pada por el señor Alcalde Municipal en la casa dé Pablo y Juana
Tabares y en un baúl de la habitación de Víctor Molina, así como de
otras actuaciones hasta entonces practicadas, podía apreciarse, por la
última relación del hecho de autos, con otros antecedentes, que Do-
mingo perseguía como finalidad para la curación de Juana Tabares
VA obtención de una niña á quién extraer el corazón y aplicar esa vis-
cera á la tal curación ; pero en el momento actual del proceso mediante
el desarrollo de todos los elementos que al sumario han venido y por la
lógica incontrastable de ellos, puede apreciarse, digo agregarse, que
no era solo en el poblado del Gabriel donde aquella finalidad se perse-
guía, sino que desde el fatal momento en que Bocourt anunció la idea,
se pusieron en práctica los medios para el secuestro ó sustracción de
una niña que había de ser la víctima de estúpidas teorías.
Considerando : que á tal afirmación y sin que por ello se prejuzgue,
puede llegarse no solo por las activas diligencias é investigaciones
practicadas por los auxiliares del Juzgado, sino también por las decla-
raciones de distintos testigos y aún las últimas confesiones de algunos
acusados, que demuestran una labor y un acecho constante, movían á
diferentes personas en diferentes lugares, tendentes todos, á la busca
de una muchacha", de "una muñeca", ó de "una señora", como enig-
• ^áticamente designaba Bocourt en sus cartas á la niña á quién bus-
caba; y al propio tiempo Bocourt desde algunos meses anteriores,
rasladandose á las poblaciones en que contaba con sus adeptos, inspec-
cionaba y dirigía los actos que debieran producir el delito, llegando
iasta cometerse el apoderamiento de una menor de Candelaria, frus-
andose allí el plan por la afortunada diligencia del padre de aquella,
t- ° usía erando: que para justificar más esta creencia sustentada por
Juzgado y perseguida con éxito en .todas las investigaciones, ha
10
146

venido á corroborarla la explícita manifestación de juana Tabares,


relativa á que Bocourt le ofreció sangre para curarla, lo que concuerda
con el rumor público que desde los primeros momentos así lo expresó;
con lo expuesto por Luisa Leal, que está enterada directamente de que
era sangre de blanco lo que había de aplicarse á Juana; y por último,
las frases de ésta relativas á que Vector Molina "cogió" la carta de
Bocourt y la llevó á los congos para que hicieran lo que Bocourt en
dicha carta mandaba, frases que son la revelación del enigma que los
procesados no han querido explicar, consignando fútiles pretextos ó
evasivas, y que indican con toda claridad que la curación con la sangre
ó corazón de la niña que se obtuviese, había de extenderse á la morena
Adela Luis, enferma del cerebro desde hacía algún tiempo y quibzás
á otras personas.
Considerando: que contra Laureano Díaz Martínez existen indi-
caciones racionales de criminalidad, dado el encargo qué en sus cartas
le hacía Bocourt reveladoras del concierto, también con ese fin aludido,
por lo que corresponde procesarlo y decretar su prisión, con exclusión
de fianza, en atención á la gravedad del delito de asesinato porque se
procede y sus excepcionales circunstancias.
Considerando: que no ocurre lo mismo en cuanto al otro procesado
Faustino Amate, porque aun cuando constan acreditadas sus relacio-
nes con Bocourt, no está demostrado al presente que aquellas fueran
encaminadas á la finalidad que produjo el delito, por lo que debe
alzarse la detención que sufre.
Vistos los artículos 384, 502, 503, 589 de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal y la Orden 109, serie de 1899.
Se declara procesado por esta causa al moreno Laureano Díaz Mar-
tínez, conocido por "El Yerbero" y se le decreta la prisión provisional,
con exclusión de fianza, á cuyo efecto trasládesele á la cárcel de San
Antonio de los Baños, con el oportuno mandamiento; notifíquesele pre-
viamente este auto, é instruyéndosele el derecho que tiene de designar
letrado que lo represente y defienda así como de ejercitar los recursos
que la Ley le preceptúa.
Se alza la detención que sufre Fabián Amati, y en su consecuencia
póngasele en libertad, librándose para ello la correspondiente carta-
orden al Jefe del Vivac.
Tráigase á la causa los antecedentes penales carcelarios y de con-
ducta del procesado.
Requiérasele para que en el término de una audiencia, después de
147

notificado, preste fianza en metálico por la suma de cinco mil pesetas,


con el fin de asegurar las responsabilidades pecuniarias que puedan
corresponderle en definitiva, y si no lo verifica, embargúesele bienes
suficientes á cubrir dicha suma.
Póngase constancia de esta resolución en los incidentes de embargo
y prisión.
Y comuniqúese este auto á los Sres. Presielentes de la Sala de lo
Criminal y al Sr. Fiscal de la Audiencia.
Lo mandó y firma el Sr. Licenciado Manuel Landa y González,
Juez de Instrucción en propiedad del Distrito del Oeste de la Habana,
v en comisión especial para la instrucción de este sumario; ante mí el
Escribano.—Doy fé.—Rafael Oliva.
El Laboratorio Nacional, en luminoso informe, hace la descripción
y análisis de un papel en que se hallaba envuelto una pina de ratón
mancbada, de un pantalón de casimir obscuro, otro de dril y una cha-
marreta, todos muy sucios y m a n c h a d o s ; su análisis comprueba que
son de sangre humana. Practicado el de las extremidades de la niña
Zoila presentan bordes lisos de color obscuro, apareciendo manchas
Mancas de una sustancia pulverizada y particular de tierra colorada,
así como desgarraduras de la epidermis.
1 n minucioso examen con auxilio de lentes no acusa en la super-
ficie de ambas piernas la presencia de cristal alguno con excepción de
las manchas blancas ya descritas, situadas en distintos puntos y con
diversa.s formas, las que después de difíciles operaciones dieron la
presencia del cloro, sosa y cal, presentando los tejidos los caracteres
del cocimiento ó asado, sometidos á un calor lento, sin estar en contacto
inmediato con la llama ó foco calórico, concluyendo estos peritos con
exponer que no es natural que un cadáver se conserve cerca de un
mes sin presentar señales de putrefacción: que del análisis practicado
Se lia evidenciado la presencia de la cal y cloruro de sodio en la super-
ficie de ambas piernas, dada la pequeña cantidad encontrada de esta
Ultima (sal común) o ' o i 5 6 7 X i.ooo, no es posible asegurar sea esta
instancia ^a c l ll e haya contribuido á la conservación de dichas extre-
midades.
La cuchilla ocupada á Julián Amaro no presenta manchas de sangre,
111
los cuchillos marcados con los números i y 2, que se encontraron
e
" casa de Adela la conga ; que la mancha que presenta en su hoja,
"to y punta, la cuchilla, como asimismo la navaja, ocupada en casa de
a nils
rna, marcada con el número 3, son de sangre humana,
148

Que las manchas que presentan el cuchillo y el cartucho de papel


"Manila" ocupados en la casa de Julián Amaro, marcada con el nú-
mero 4, son también de sangre humana.
Ya casi ultimado el procedimiento, solo faltaba ver el altar, tomán-
dose en consideración que Bocourt en la declaración que prestó expuso,
que los veinticinco pesos pedidos á Pablo Tabares los iba á dedicar á
la compra de un collar para Santa Bárbara. Tal aseveración hizo creer
que la imagen sería de madera escultada, pero constituido el Juzgado
en San Cristóbal, se vino en conocimiento que la Santa que en el
tabernáculo profanado existía, estaba representada por una estampa
litografiada, como otras que figurabn en cuadros colgados de las pa-
redes, consistiendo los adornos en ramos de flores hechas de papel, y
dos ó tres vasos de vidrio, que en conjunto, fueron tasados por peritos
en tres pesos cincuenta centavos.
Con esta diligencia de inspección se dio por terminada el 23 de
Diciembre de 1904, en el corto período de veintitrés días, una de las
causas más importantes que registra la historia de la criminalidad en
Cuba, esclareciéndose hechos que cubrían el más denso misterio, y
cuando la opinión general se inclinaba á que quedarían impunes los
perpetradores de ese horrible atentado.
Débese esta finalidad, á la constante y asidua labor, poniendo á prue-
ba su gran clarividencia y profundos conocimientos psíquicos, al señor
Ldo. Manuel Landa y González, colocándose sobre elevado pedestal,
el que ocupará, sin duda un día no lejano, los más prestigiosos puestos
en la Magistratura de esta tierra de Occidente.
Mucho también influyeron las expontáneas gestiones del ilustrado
publicista Sr. Eduardo Valera Zequeira, siempre afanoso en diafanizar
cuanto al procedimiento concernía.
Respecto al diligente Agente Especial de Policía Sr. José Valdés,
prestó los más meritorios servicios por deber y por noble intuición,
los que consignamos en estas páginas, siendo su mejor elogio las
palabras pronunciadas por el Sr. Juez Instructor al presentarlo al
Sr. Gobenador de la Provincia de la Habana: "Tengo el gusto de pre-
sentarle á Valdés, como un empleado honrado y cumplidor de sus debe-
res, además de inteligente; y debido á su valor cívico y á las astucias
que desplegó, se pudo lograr la aparición del cadáver de la niña
Zoila."
149

AUDIENCIA DE LA HABANA

JUICIO ORAL Y PUBLICO

Principió la vista en juicio oral y público el tres de Abril de mil


novecientos cinco ante los Sres. Magistrados Manuel Vías, Juan O'Fa-
rrill, J. M. Aguirre, Eduardo Azcárate y Manuel Enrique Gómez, que
constituyeron la Sala formada con ese fin, en virtud del decreto de
tres del pasado mes del Sr. Presidente de la Audiencia, figurando como
acusadores el Ministerio Fiscal y el Sr. Letrado Mario García Kohly,
á nombre de Francisco Días, padre de la niña Zoila.
Tomaron asiento en el banquillo de los procesados: Domingo Bo-
court, Víctor Molina, Pablo Tabares, Julián Amaro, Jorge Cárdenas,
Dámaso Amaro (a) "Cazuela", Ruperto Ponce (a) "El Congo", Ade-
la Luis (a) "La Conga", Pilar Hernández Padrón (a) "El Congo",
Jacobo Arenal, Laureano Martínez (a) "El Yerbero", Francisca Pe-
droso (a) "Busura", Juana Tabares y Modesta Chile (a) "Bemba",
presos á las resultas de la causa, y sin instrucción.
Llevaron da represntación de los mismos como defensores, los Letra-
dos Sr. Juan Tranquilino Latapier, por los seis primeros: los seis si-
guientes, el Sr. Armando Castaoñs; por la penúltima, el Sr. Arturo
Santaló, y por la última, ó sea Modesta Chile, en el tr ;mite de califi-
cación, el Letrado Sr. Armando Castaños, y en el acto del juicio oral,
el Sr. Rafael CalzadiMa.
Desfilaron ante la Sala numerosos testigos, y en vista de los hechos
probados, el Ministerio Fiscal en sus conclusiones expone: que son res-
ponsables en concepto de autores de la sustracción de la niña Virginia
iVrdomo, los procesados Domingo Bocourt, Juana Tabares, Pablo Ta
hares, Adela Luis, Modesta Chile y Francisca Pedroso, los cuatro pri-
meros por inducción y los últimos por participación directa.
Del delito de asesinato de la niña Zoila Díaz, son responsables como
autores Domingo Bocourt, Juana Tabares, Adela Luis, Julián Amaro,
ISO

Victor Molina y Ruperto Ponce, los cuatro primeros por inducción y


los tres últimos por participación directa; y son responsables del mis-
mo delito, en concepto de cómplices, Dámaso Amaro, Laureano Díaz
Martínez, Jorge Cárdenas, Pilar Hernández Padrón y Jacobo Arenal,
siendo de apreciarse las circunstancias genéricas de agravación res-
pecto del delito de sustracción, las señaladas con los números cuarto,
octavo y noveno del artículo diez del Código Penal ó sean las de pro-
mesa y precio, premeditación y astucia; y en cuanto al delito consu-
mado de asesinato, las circunstancias cuarta y octava del mismo artículo
ó sean las de promesa, precio y premeditación respecto de los proce-
sados; que el Fiscal acusa como responsables del delito, ya en con-
cepto de autores, ya en el de cómplices, y además la circunstancia
décima sexta del artículo diez del propio Código, ó sea la de haberse
ejecutado el hecho en despoblado.
La pena en que han incurrido los procesados Pablo Tabares, Juana
Tabares, Adela Luis, Modesta Chile, Francisca Pedroso y Domingo
Bocourt, por el delito de sustracción, es la de veinte años de cadena
temporal, en cuanto á Pablo Tabares y á Bocourt; y en la de veinte
años de reclusión temporal en cuanto á Modesta Chile, Juana Tabares,
Adela Luis y Francisca Pedroso. La pena en que han incurrido los
procesados Domingo Bocourt, Juana aTbares, Adela Luis, Pablo Ta-
bares, Julián Amaro, Víctor Molina y Ruperto Ponce, es la de muerte,
que deberá ser ejecutada conforme á lo dispuesto en el Decreto del
Gobirno Militar de 10 de Julio de 1900, y artículos ciento y ciento dos
del Código Penal.
El distinguido Letrado Sr. Mario García Kohly, acusador particular,
modificó sus conclusiones provisionales, sosteniendo con lógicos argu-
mentos, modelos de la jurisprudencia moderna, con citas científicas,
y sosteniendo como definitivas, que el procesado Domingo Bocourt,
curandero y brujo, practicaba las supercherías de su oficio en una
extensa comarca, que abarcaba entre otros lugares, los pueblos de Can-
delaria, San Cristóbal y el barrio de "El Gabriel", en Güira de Melena,
trasladando su centro ele operaciones á este último, donde vivían Pablo
y Juana Tabares, quienes interesados como aquel, aunque por motivos
distintos, en el éxito del plan convenido entre ellos, siguieron traba-
jando para llevarlo á efecto bajo la inspiración de Bocourt.
Entonces fué cuando éste se puso en comunicación más estrecha con
Pablo y Juana Tabares, Adela Luis, también enferma y asistida por é
brujo. Laureano Díaz Martínez, Víctor Molina, Julián Amaro, Ru"

^
151

perto Ponce, Dámaso Amaro, Jacobo Arenal y Pilar Hernández Pa-


drón, á quienes comunicó sus planes, solicitando el concurso de al-
gunos de ellos para el acto de la sustracción de la niña deseada. No
es conocido—decía el ilustre abogado—con toda fijeza el punto á que
ha llegado la investigación de este proceso, cuales fueron hasta No-
viembre de 1904, los esfuerzos que realizaron los brujos para apode-
rarse de una niña blanca y sacrificarla.
Pero dio á luz Juana Tabares, habíanse aplicado inútilmente varios
remedios que Bocourt le había indicado en su carta de 24 de Septiem-
bre para lograr la criatura que había de tener dentro de pocos días;
murió ésta próximamente á la misma edad á que habían fallecido mu-
chos otros de los hijos de Juana, á causa de la enfermedad desconocida
para ella; y que ella, así como su concubino Pablo, ansiaban viva-
mente remediar; y éste fué ;el motivo que pricipalmente determinó
el ánimo de los procesados Pablo y Juana Tabares, Víctor Molina,
Julián Amaro y Ruperto Ponce, para cooperar de un modo directo y
material á los actos de la sustracción y muerte de la niña. Efectiva-
mente, y después de haberse reunido en la noche del nueve de No-
viembre en el domicilio de Adela Luis todos los procesados en la
causa, acordándose en ella la necesidad ineludible de sacrificar la niña.
El siguiente día diez, entre dos y tres de la tarde, mientras la niña
Zoila Díaz, su primo Sergio, de veinte meses de edad la primera y de
veintiséis el segundo, se hallaban jugando en un platanal del señor
Francisco Díaz, en la finca "Reserva" del barrio del Gabriel, se presen-
taron cautelosamente por el fondo, los procesados Víctor Molina y
Ruperto Ponce, quienes se apoderaron de la niña Zoila llevándosela al
interior de la finca "Zúñiga", que linda con la referida "Reserva/; y
en aquel lugar,, lejos de toda vivienda y ageno al tránsito humano,
dieron muerte á Zoila, auxiliados directamente por Julián Amaro,
quien se unió á ellos después del acto de sustracción para cooperar en
la ejecución de la muerte y con las armas ocupadas-—algunas de ellas
facilitadas por Adela Luis y otras llevadas personalmente por Julián
Amaro—-seccionaron después tres cartílagos del costado izquierdo del
cadáver y extrajeron parte de la sangre y el corazón de la niña.
Los hechos consignados constituyen un delito de sustracción de una
niña menor de siete años, previsto y penado en el artículo quinientos
frece del Código Penal, y otro de los también consignados es constitu-
y o de un delito consumado de asesinato calificado por la alevosía,
previsto y castigado en el artículo cuatrocientos cuatro, números pri-
152

mero y tercero en relación con los sesenta y dos y sesenta y seis, todos
del Código P e n a l ; siendo responsables en concepto de autores del
delito de sustracción de la niña Virginia P e r d o m o los procesados
Modesta Chile, Francisca Pedroso, Domingo Bocourt y Juana y
Pablo Tabares, los dos primeros por participación directa, y los otros
tres por inducción.
Del delito de asesinato de la niña Zoila Díaz son responsables como
autores los procesados Domingo Bocourt, J u a n a Tabares, Pablo Ta-
bares, Adela Luis, Julián Amaro, Víctor Molina y Ruperto Ponce,
los cuatro primeros por inducción, Julián A m a r o por inducción pri-
mero y por participación después, y los dos últimos por participación
directa ; siendo responsables del mismo delito en concepto de cómplices
los procesados Dámaso Amaro, Laureano Díaz, J o r g e Cárdenas, Pilar
Hernández Padrón y Jacobo Arenal. La pena que deberá imponérsele
á los acusados: Pablo Tabares, Juana Tabares, Modesta Chile, Fran-
cisca Pedroso y Domingo Bocourt por el delito de sustracción, es la
de veinte años de cadena temporal, en cuanto á Pablo Tabares y á
Bocourt, y la de veinte años de realusión temporal en cuanto á Modesta
Chile, Juana Tabares, Adela Luis y Francisca Pedroso.
L a pena en que han incurrido por el delito de asesinato consumado
en la niña Zoila Díaz los procesados Domingo Bocourt, Juana Taba-
res, Adela Luis, Pablo Tabares, Julián A m a r o , Víctor Molina y Ru-
perto Ponce, es la de muerte. La pena corresponeliente á los procesa-
dos Laureano Díaz, Pilar Hernández Padrón, Dámaso Amaro, Jorge
Cárdenas y Jacobo Arenal, es la de diecisiete años y cuatro meses
de cadena temporal y accesorias.
Figuraron en la acusación del Sr. Ldo. Mario García Kohly fun-
damentos ajustados á la más extricta justicia, depurando los hechos
consumados con claridad meridiana con hermosos conceptos de orato-
ria forense.
Citando á un célebre comentarista francés, expresa la opinión de
éste en los siguientes términos:
" L a creencia en que hay brujos existe aún en las campiñas (de
" E u r o p a ) , fomentada por explotadores que explotan la credulidad pú-
"bHca. Cae enfermo un ganado, nace una discordia entre dos recién
"casados, el brujo pretende que aquella enfermedad y este desacuerdo
"son hijos de una suerte que les han echado; atribuyese el poder de
"curar por medios sobrenaturales, pero no quiere emplearlos sin una
"fuerte retribución. Esta creencia en la brujería no solo es ocasión

LDO. MARIO GARCIA K O H L Y .

L
153
"de engaños sino que introducen con frecuencia la perturbación entre
"ignorantes labradores, hasta impulsarles á actos de violencia. He aquí
"como ejemplo un hecho que tuvo lugar en el distrito del Digne.
"Teniendo un labrador enfermo su ganado, fué á consultar á un brujo
"del vecindario, quién le manifestó qué un enemigo suyo le había echa-
ndo el mal al rebaño.—¿Pero quién es ese hombre?—preguntó el
"labrador lleno de ira.—La primera persona que encontraréis al volver
"á vuestra finca,—contestó el hechicero. Marchóse el labrador, y
"encontró al poco rato á uno de sus vecinos que trabajaba en un cam-
po, y creyendo que este desventurado era el autor de la enfermedad
"que sufría su ganado, arrojóse sobre él armado de un recio palo,
"hasta dejarlo cadáver."
Y cita el eximio abogado el Digesto de paenis, en lo referente al
emperador Marco Antonio, que comprendiendo el peligro de esas su-
persticiones ordenó que los que perturbaban á los espíritus débiles,
explotando su credulidad, fueran castigados con la relegación. Todo
el mundo sabe que en otros tiempos fueron quemados ó ahorcados
hombres á quienes se calificaba de brujos.
Los defensores de los procesados, mostraron su inconformidad con
las conclusiones del Ministerio Fiscal, sostuvieron la inocencia de los
defendidos y solicitaron la absolución de los mismos.
La Sala, vistos los artículos invocados y los demás de aplicación en
el Código Penal y Ley de Enjuiciamiento Criminal, Falló en tres de
Abril de 1904, siendo Ponente el Sr. Magistrado Eduardo Azcárate,
l>or indisposición del Sr. Juan O'Farrill: que debía condenar y conde-
naba por su participación en el asesinato de la niña Zoila Díaz, á Víctor
Molina, como autor material con las circunstancias de alevosía y des-
poblado, á la pena de muerte, que se ejecutará en la forma dispuesta
en
los artículos ciento y ciento dos del Código, á Domingo Bocourt,
011
calidad de autor por inducción, sin circunstancias modificativas á
la
de cadena perpetua, que por tener más de sesenta ños, sufrirá del
wodo previsto en el artículo ciento siete; á Ruperto Ponce, en concepto
cle
cómplice, con las agravantes de alevosía y despoblado, á catorce
an
°s, ocho meses y un día de cadena; á Pablo Tabares, como cómplice
sln
circunstancias apreciables, á doce años y un día de cadena; á Juana
abares, con idéntico carácter y sin modificativas, á doce añas y un día
(e
reclusión; á Julián Amaro y Jorge Cárdenas, encubridores, sin
Clr
cunstancias genéricas, á seis años y un día de presidio mayor, ab-
•olviendo á Francisca Pedroso (a) "Basura", Modesta Chile (a)
154
"Bemba", Adela Luis (a) "La Conga", Pablo y Juana Tabares y Do-
mingo Bocourt, por el delito de sustracción de Virginia Per domo; y
á Adela Luis, Laureano Díaz Martínez (a) "Ei Yerbero", Pilar Her-
nández Padrón (a) "El Congo", Dámaso Amaro (a) "Cazuela", y
Jacobo Arenal, por el de asesinato de la niña Zoila, siendo adimitido
de derecho el recurso de casación en beneficio de Víctor Molina.
En el recurso de interposición, el Tribunal Supremo en sentencia
de 22 de Agosto de 1905, falló, condenando á la pena, de muerte á
Domingo Bocourt y Víctor Molina, los que fueron ejecutados á las
ocho de la mañana del día 5 de Enero de 1906, en la Cárcel de la
llábana, quedando satisfecha la justicia humana y la vindicta pública.
LOS ABRIDORES DE PUERTAS
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LOS ABRIDORES DE PUERTAS

Con demasiada frecuencia se vienen registrando casi á diario, multi-


tud de robos que llaman la atención por los procedimientos ignorados
de que se valen los autores de los mismos, que á primera vista parece
imposible su realización, no dejando rastro ni vislumbre alguno, siendo
inútiles las más de las veces los esfuerzos de la policía para descubrir
á los perpetradores.
Recientemente tuvieron lugar tres de esos hechos escandalosos, que
por su especialidad relataremos.
En una importante casa de comercio situada en punto céntrico de
la Habana, se encontró, que durante la noche, todas las habitaciones
donde existían escritorios, fueron tranquilamente visitadas por los
audaces ladrones, y violentados cuantos muebles en ellos había, e^
busca de dinero, á cuyo objeto penetraron por una ventana de persiana
que caía á una azotea del tercer piso, donde tenía su estudio un distin-
guido médico, que también había sido víctima, en la madrugada, de
otro robo de importancia en su domicilio particular, sin que en nin-
guna puerta se notara señal de violencia, notando la falta de prendas
que estimaba en 582 pesos, mas efectivo ascendente á más de $ 135
oro americano.
En el citado estudio tenía dicho facultativo un canastillero que fué
abierto, sustrayéndose cuanto contenía. Tenían establecidos asimismo
en el segundo piso de la referida casa de comercio, sus escritorios, tres
ingenieros, más un departamento técnico, de maquinaria, que también
fueron víctimas del saqueo, y fracturados los escritorios que se halla-
ban en el primer piso, de donde desaparecieron, en e*I del cajero, un
rel
°j y unas gafas de oro.
^tro hecho se llevó á cabo, con fractura de las puertas, en la calle
de Ornoa. De suerte que en un mismo día se efectuaron tres robos,
c
°n idénticos medios.
158
Los abridores de puertas profesionales, ejecutan sus trabajos con
estudio y premeditación, teniendo en cuenta las circunstancias, hora,
tiempo más corto que tienen que emplear, y lugar en que lo verifiquen,
con probalidades de seguro éxito, y poniéndose á cubierto de antemano
de las inculpaciones que sohre ellos pudieran recaer. Diversos son los
procedimientos que ponen en ejecución, bien cuando se van á efectuar
los robos, en casas particulares, ó establecimientos, por cuenta propia
(') en combinación con criados, servidores y dependientes, de los que
haremos una relación gráfica, adquirida en los muchos casos en que
como funcionarios, hemos tenido ocasión de intervenir.
En los escalamientos, escogitan una casa, sacando en consecuencia
por el aspecto de su ajuar, y otros informes, estar habitada por familia
pudiente, ó por lo menos acomodada, procurando que aquella esté si-
tuada á medianía de una cuaelra, logrando este precedente á encontrar
un edificio que se halle en construcción, dentro del radio del mismo
cuadrilátero, ó manzana, por cuyos aparejos y andamiajes procuran
subir á la casa contigua, y de allí, saltando muros, llegan á la azotea
de la que va á ser objeto del robo, donde bajan por la escalera, ó por
medio de una cuerda, al patio.
Una vez en él, se dirijen á la persiana ó puerta del comedor, la que
abren, para lo cual van provistos de una trincha, pasando al primer
cuarto, donde por lo regular está el escaparate en que se guardan las
prendas y el dinero, y antes de proceder á su fractura, buscan en los
bolsillos de las ropas colocadas en las sillas, las llaves; si éstas no son
halladas, hacen uso de la trincha, introduciéndola por debajo del mue-
ble, entre la juntura de la hoja izquierda y la moldura de la derecha, y
llevando la herramienta hacia arriba, al tropezar con la cerradura, se
ie da un lijero empuje, haciéndola saltar, ó por medio de un palanqueo,
para lo que se pone la mano derecha, con presión, sobre el lugar.del
cierre, á ñn de no hacer ruido.
Abierto el escaparate, se enciende un fósforo de los llamados higié-
nicos, cuya luz se cubre con el sombrero, se tira de las gavetas, princi-
piando por la del medio, y tendiendo un pañuelo sobre el pavimento,
se van depositando en él las alhajas y el dinero, continuándose la
operación de la misma manera en cuantos armarios encuentren, así
como en los peinadores y lavabos, terminando en el último cuarto,
donde requisan los baúles y cuantos tarecos se hallen en él.
Realizado el robo, salen de la casa de la misma manera que entra-
ron, procurando no ser vistos por el sereno particular ó el Vigilante.,
159
por cuya razón hacen la salida de 5 á 5 y media de la mañana, precisa-
mente á las horas en que se verifica el relevo de la policía.
Acostumbran también poner un individuo por las inmediaciones, cu-
yo chiflido esperan para la evasión, que cruzando por la casa en cons-
trucción, va silbando un danzón, una marcha, ú otra tocata convenida.
Para estas faenas visten de pantalón y sacos negros, calzando alpar-
gatas. •^ ;
Ya en casa de un compañero, se verifica el correspondiente reparto
del botín, haciendo cada cual cama en su respectivo domicilio, so pre-
texto de aquejarle alguna dolencia, llamando al médico, para que, en
su caso, certifique, sirviendo esto como prueba de descargo, si son
aprehendidos, de encontrarse enfermos la noche en que se cometió el
robo.
También se practica el escalamiento, si así les conviniere, por e\
último cuarto ó cocina, para lo cual se levantan del pavimento seis ú
ocho ladrillos ó igual número de tejas, dejando al descubierto las tablas
del techo, haciéndose en ellas un hueco con el auxilio de una barrena
de mano, de las más gruesas, y una trincha ó escoplo, para que pueda
pasar, sin obstáculo, un hombre, colocando sobre sus bordes dos peda-
zos de tranca en forma de cruz, en cuyo punto de inserción se ata fuer-
temente una cuerda de cáñamo, por la que descienden hasta la habita-
ción, donde encienden un fósforo con las debidas precauciones, hacien-
do una momentánea exploración. Si en la casa existe algún perro, se
le echa un lazo al pescuezo, dándole vueltas con un palo á manera de
tortor, ó bien se le propina un pedazo de carne con estricnina, que se
lleva preparada, así como los útiles de que hemos hecho mención. Las
entradas y salidas se verifican con más ó menos variantes, que como
las hemos relatado.
Es un craso error el suponer cure estos ladrones hagan uso del clo-
roformo para provocar la anestesia de las personas que van á ser des-
pojadas; las consecuencias serían fatales, tanto para el aplicante
como para las víctimas; se puede, en cambio, asegurar que dada la
ñora en que tales hechos se realizan, las cuatro de la mañana, se en-
cuentran las familias en el período álgido del sueño, después de ha-
berse recogido tarde, debido al teatro, á las visitas, al refrigerio que
s
nele tomarse al regreso, y á las conversaciones que se suscitan con
motivo de las impresiones experimentadas durante la prima noche, no
siendo por lo tanto posible sentir el ruido—que procuran sea ninguno
"-las personas que con aviesas intenciones se hayan introducido en las
habitaciones.
16o
Resulta cambien que siendo despedido de una casa un criaao cíe ma-
nos, ó cualquiera otro al servicio doméstico, es liquidado, saliendo con
algún dinero, el que dilapida en vicios y francachelas; al verse sin re-
cursos, tiene que recurrir á pasar las noches en los parques, sentado en
algún banco.
El abridor de puertas saca partido de cuantas informaciones puede
adquirir, respecto alas familias, para sus robos; no siendo extraño
que encontrando un individuo en las condiciones que presentamos, al
criado despedido, trabe conversación con él, sabiendo á los pocos mo-
mentos el motivo de su salida, la casa, calle y número donde estuvo
colocado, los días en que sale la familia, la hora en que vuelve, las
personas que la componen, la posición en que están, las prendas que
poseen y donde se guardan, como asimismo el dinero.
Ya enterado, empieza á preparar su plan de campaña, y tomadas to-
das las medidas, procede solo ó en unión de otros, á dar el golpe, que
le sale completamente satisfactorio.
Sucede también que prestando servicios en una casa, un criado,
cumpliendo diligente con la obligación que se le ha impuesto,suele ser
un redomado picaro, con la apariencia de honrado, de las que dá prue-
bas para captarse la confianza, y hasta la estimación, de todos; hace
base en el concepto que de él se hayan formado, para que en su día no
recaigan sobre él la más leve sospecha.
Ese servidor, que es un hábil abridor de puertas, experto en el me-
canismo de forzar muebles, sólo espera > el momento propicio para
lograr sus propósitos. Puesto de acuerdo con su concubina ó un ami-
go íntimo, procede á adquirir con anticipación un sombrero viejo y un
par de alpargatas, casi en estado inservible, al mismo tiempo que un
cuchillo de punta. Hecho estos preparativos, procede por la madru-
gada, cuando la familia se encuentra rendida por el sueño, á desvalijar
los escaparates y otros muebles, con pleno conocimiento del terreno
en qe opera, de las prendas y dinero, que liados en una manta ó pañue-
lo, arroja á la calle, ó lo entrega á mano, abriendo sigilosamente la
puerta, á la persona comisionada al efecto.
\ uelve á acostarse, para simular despertar una hora después, sem-
brando la aarma á los gritos de ¡ladrones! Que ha visto parado en
el comedor un hombre que lo amenazaba con un cuchillo. Practicado
un registro por la policía, observa que se ha consumado el robo, en-
contrando en la azotea un cuchillo, el que reconoce el criado como el
mismo que portaba el ladrón, y en la de la casa colindante, una alpar-
gata y un sombrero viejos. Pocos días después, pretexta encontrarse
I6I

enfermo el autor, promete ocupar otra vez su plaza tan pronto esté
bueno de salud, saliendo de la Habana, una vez vendido lo robado,
para un pueblo cercano, donde fija su residencia temporalmente.
Cometido un robo de importancia en una calle, los autores, después
de puestos en lugar seguro lo extraído, se fijan en una casa no muy
distante de la que cometieron el hecho, y figuran un simulacro ó conato
de entrar en ella con los mismos fines. Sorprendidos por la policía,
manifiestan sin ambajes, que no iban con otro objeto que apoderarse de
lo que encontrasen; detenidos, y después procesados, se les sentencia,
regularmente, á la multa de 500 pesetas, la que satisfacen oportuna-
mente, presentándose después en la vía pública irreprochablemente
vestidos y ostentando reloj y gruesa leontina de oro; al inquirirse de
ellos la procedencia del dinero que han empleado en el cambio de indu-
mentaria, exponen lo ganaron jugando á la baraja durante su prisión
preventiva, de otros presos que lo adquirieron del producto de un robo,
cuyo resto perdieron.
El procedimiento que observan en los establecimientos, es especial
y complicado; sin que pueda verificarse el robo por un solo individuo.
Llega uno de los del gremio, en las primeras horas de la mañana, á
la tienda que va á ser objeto del despojo, hace un gasto de tres pesos,
dando para el cobro una moneda de 20, poniendo entonces sumo cui-
dado en observar de donde saca el dinero que le ha de ser vuelto por
el dueño ó dependiente; si se dirige á la mulata, ó séase la carpeta, ó
á la isleña, que así nombran á la caja de hierro, é igualmente de donde
sacó la llave, si del bolsillo ó de otro cajón ó gaveta.
Procura, llegada la noche, quedarse dentro del establecimiento,
llevando previamente una trincha, sin cabo, fractura con ella la tapa
de la carpeta, caso de estar en ella el efectivo, extrayendo junto con
e
' la pieza de 20 pesos y cuanto se encuentre, saliendo á la madrugada,
a cuyo efecto abre una de las puertas con el menor ruido posible.
Acostumbran, para proceder de distinto modo, cuando el robo me-
rez
ca, á su parecer, la pena, entrar en los momentos precisos de cerrar,
Procurando hacerlo cuando haya una sola puerta abierta, piden algo
^ue comprar, y mientras se le sirve, estudia la posición en que están
alocadas las trancas de las ya cerradas; se retira, volviendo á las dos
0
fres boiras en unión de dos ó tres compañeros, cuando se encuentren
todos
dormidos en la casa.
^ e fija la atención en los movimientos del Morolo (sereno particu-
) Y si se encuentra de plantón algún vigilante en la esquina opuesta,
0
de ellos, oficiosamente ,le dice que el Capitán, el Teniente ó el
11
162

Sargesnto va recorriendo por la otra calle, con cuyo motivo abandona


ell puesto, aprovechando ellos entonces su ausencia para principiar la
operación.
La labor da comienzo por proceder á la apertura de una puerta, para
lo cual introducen un cincel ó trincha entre la abertura formada por el
machihembrado de las hojas, principiando por la de abajo, mientras
otro, sentado sobre la acera, empuja con los pies, tirando al mismo
tiempo hacia afuera con las manos, hasta conseguir un hueco por la
parte inferior, mientras uno entra por él, quitando la tranca, y
un tercero vigila en la calle al morolo, ó al policía, que debe encon-
trarse haciendo la confronta.
Ya dentro dos, uno se dirige á la carpeta, y el otro se queda en la
puerta, para en caso de sorpresa, abrirla inmediatamente, para poder
escapar. Si algún dependiente despierta, le hace callar, obligándole á
que se cubra la cabeza con la sábana, haciéndole creer hay seis indivi-
duos dentro, á cuyo fin, pronuncia igual número de nombres, respon-
diendo el compañero al llamamiento con distintas voces.
Ya rota la carpeta, va al cuarto, barbacoa, ú á otro lugar donde su-
pone duerma el dueño, hace un registro en los pantalones y debajo de
la almohada, hasta encontrar las llaves, buscando después el Libro de
Caja, y encendiendo un fósforo, se entera de la combinación para abrir
la ilseña; conseguido saberla, usa la llave, sustrayendo cuanto en ella
haya, la cierra, y parándose detrás de la puerta, hace salir á su cómplice
para explorar la calle, quien vuelve, dando un golpe en la puerta, que
significa el morolo está á la vista; dos, vigilante á la vista; y tres, sin
novedad.
Para robarse el contenido y el continente, ó séase una caja de hierro
pequeña, especialmente si es en un café, se alquila de antemano un
carro de los que se usan para el expendio de leche, donde se colocan
cuatro botijas vacías, y deteniéndose á la puerta, salen con la caja
cuatro individuos que á prima noche consiguieron ocultarse en la casa,
la ponen en el carro, dirigiéndose á una finca fuera de la población,
abriéndola por el fondo, dejándola después abandonada. Si la caja
puede ser colocada en un coche, escojen una noche lluviosa, en aten-
ción á estar el sereno y vigilante guareciéndose debajo de los balcones
ó portales, parando el carruaje en línea recta á la citada caja, y en nn
momento de descuido, cargan dos compañeros con ella, suben el tapa-
cete, llegando á un lugar donde la rompen, cuya operación suele hacer-
la algún amigo herrero, que es largamente remunerado, colocándola
después dentro de un saco y arrojándola á la playa del Vedado.
i63
Para abrir una puerta cuya tranca sea pequeña, de las que se acos-
tumbran clavar pendientes de una visagra ó pedazo de suela ó cuero,
á los atravesaños, se hace la misma operación que para los estableci-
mientos, dándosele un barreno por el cual se introduce un bastón ó
listón de mandera, que sea delgado, dándole un empujón, con lo cual
quedará abierta la puerta. Cuando tienen quicio, se levanta éste con
un cincel, procurando aprovechar los momentos en que el sereno va de
un punto á otro.
Para hacer uso de llaves falsas, se hace necesario observar las mayo-
res precauciones, entre ellas, asegurarse de que en la casa que va ser
objeto del robo, no se encuentra en su interior persona alguna, para lo
cual se coloca un pedazo pequeño de papel entre la juntura de las dos
hojas de la puerta, y llamando á un muchacho, á quien gratifica, le
ordena llame duro á ella, retirándose después á la bodega ó café inme-
diato ; si al volver encuentra el papel caido, desiste de su intento, no
así si continua en la misma posición en que lo colocó, yendo entonces
en busca de una mujer que de antemano le acompaña, que guarda los
llavines, y abre con ellos la puerta.
Saqueadas las habitaciones, en el más breve tiempo, toman un coche
y cargan con lo robado.
Las llaves se preparan limándolas, haciéndole modificaciones, que
dan por resultado el que se adapten á todas las cerraduras, sin dificul-
tad, haciendo de las cuatro puntas que tienen en sus extremos, cinco,
bastando una simple presión hacia adentro, para lograr el objeto.
HURTOS DE COMBINACIÓN
HURTOS DE COMBINACIÓN

Para llegar á ser profesional y admitido en el gremio de los que se


dedican á esta clase de hurtos, es necesario haber dado pruebas, á más
de una gran sagacidad, de presencia de ánimo y de aprovechar las
oportunidades que presenten el más seguro resultado, puesto que estos
delitos no se prestan la generalidad de las veces á previo estudio,
teniéndose que concebir y realizar simultáneamente; por lo tanto su
clasificación es extensa, limitándonos á reseñar algunos en que hemos
intervenido y otros cuya relación ha sido adquirida por sus autores.
Para llevar á cabo los robos de dinero que se conducen en coches
de plaza, se forma una cuadrilla de ocho hombres, divididos en dos
secciones de á cuatro, que se apostan en lugares convenientes, á cuyo
efecto se buscan los puntos próximos á los bancos ó centros mercan-
tiles, ó también las calles que conduzcan á ellos, principalmente cuando
son de bajada.
No podemos menos que hacer una relación gráfica de la manera de
operar, que como observarán nuestros lectores, requiere la mayor pre-
cision y prontitud en su ejecución. Un individuo toma un coche, colo-
cando á su lado el saco que contiene el dinero, baja ó no la cortina de
la ventanilla trasera, dos de los apostados salen al encuentro del vehícu-
lo, en aquel momento simula uno de ellos habérsele caído un objeto,
.v al pretender recogerlo del suelo, supone que el cochero lo iba á atro-
pellar con el caballo; lo apostrofa duramente, amenazándolo y armán-
dole lo que llaman una gran bronca; el pasajero á los gritos trata de
iterarse de lo que ocurre sacando la cabeza por un costado del ca-
rruage, entonces el compañero que se encuentra detrás alza la cortina,
Produce el brazo por la ventanilla y extrae el talego, doblando después
e esto por la primera calle que encuentra donde toma un coche, of re-
mendóle al conductor una buena propina, cuidándose de ocultar debajo
i68
de los cojines del asiento lo robado, á fin de que no sea visto por }a
policía que pudiera fijarse en ello.
Después de apercibirse la víctima del despojo, retrocede en busca de
los perpetradores, lo que le resulta infructuoso, pues efectuado el de-
lito con suma rapidez, no puede encontrar testigos oculares.
Teniendo la cuadrilla su consigna particular, se sabe cual de los dos
grupos ha consumado el hecho. Mientras tanto y á reserva de ser dete-
nidos, se procede á ponerse de acuerdo con un letrado, preparando
citas para el caso de ser aprehendidos, evacuándolas á las ochenta y
dos horas en que son puestos en libertad por falta de pruebas.
Los hurtos en los establecimentos se prestan á combinaciones bas-
tante curiosas. Uno de estos profesionales, revistiendo las formas de
paseante, se propone ganar el día, á cuyo objeto utiliza las primeras
horas de la mañana, dirigiéndose á una tienda, donde espera que los
dependientes estén en el interior, lavándose, ocupándose de el que está
colocando los objetos que se cuelgan en las puertas á la vista del pú-
blico; en las idas y venidas se apodera de los que más facilidad le
prestan. El dependiente por no ser amonestado ó despedido oculta el
hecho, reemplazando lo robado con otros objetos, que saca de los que
se encuentran en depósito, sin decir una palabra á los compañeros.
S'i el hurtador espera la noche para dar el golpe, en los momentos
de encender las luces se vale de la obscuridad crepuscular para hacer
el robo, sustrayendo un par de zapatos ó una camisa que oculta,
bien en un saco de henequén envuelto en un periódico ó en un pañuelo
grande de bayajá, de que va provisto.
También procede de esta manera: se acompaña de un muchacho listo,
que busca camorra con el dependiente de puerta, el que al perseguirlo
abandona el puesto y en ese momento efectúa el robo.
Cuando se encuentra un dependiente ó dueño solo en un estableci-
miento, se busca de antemano un Uñe, nombre que dan á los menores
de catorce años, éste simulando venir huyéndole á una persona que
quiere agredirle, entra corriendo en la casa, hacia el interior dando
gritos de auxilio; corren todos tras de él, y en esos precisos instantes
se dirige ef ladrón al cajón donde está el dinero ó sustrae lo que esté
más á mano. Si por un evento el Uñe es detenido, como no se le en-
cuentra el cuerpo del delito, es entregado por la policía á sus padrs ó
encargados, y en el último caso, si por sus anteriores hechos es recluido
al Correccional de Guanajay, de donde se evade con los recursos q«c
le facilita el gremio de hurtadores.
i6$

Estos hechos se repiten con suma frecuencia, recordando nosotros


que el Mercado de Tacón, fué amplio campo de acción para una eme
drilla de ratas menores de edad, titulada "Los Inocentes", capitaneados
hábilmente por el negro L. F . ; y otra colectividad ejercía en mayor
escala la lucrativa industria por las calles de Obispo y O'Reilly á las
órdenes del connotado ratero M. V. La primera logramos ahuyentarla
cuando desempeñábamos el cargo de Vigilante especial, y la última
fué disuelta por la Policía Secreta; algunos de los afiliados sufren
condena en el Presidio y otros se han retirado á la vida tranquila y
honrada.
Una nueva agrupación merodeaba á diario por los muelles de los
vapores de San José y Paula, especialidad en hurtos de bronce y cobre,
al mando del pardo H. L. Cierta ocasión fué robada una caja que
contenía piezas de esos metales, seguírnosle la pista, logrando detener
á los autores que la habían extraído de la ferretería de "Luz", á cuyos
dueños dimos el aviso, sin que se hubieran enterado del hurto de que
habían sido víctimas.
Dan el nombre de pesca de la moneda al hurto que verifican de esta
manera: á la punta del regatón de un paraguas ó bastón colocan una
pelota de tamaño prudencial, de una substancia adherente, mordiente
ó resinosa, y llegándose á un establecimiento, especialmente de víveres,
solicitan la compra de efectos colocados en la parte alta del armatoste,
y mientras ejecutan la busca se dirige el paraguas ó bastón hacia algu-
na moneda, que pegada á la punta la extrae de donde se encuentra y
con la cual se abona el gasto que hacen.
Los hurtos denominados de la Bahía revisten por su ascendencia
suma importancia, entrando en su comisión varias personas que apor-
tan muchos elementos, consistentes en embarcaciones á propósito y
otros útiles, teniendo que ejercer la mayor astucia para no ser sor-
prendidos por los empleados aduaneros y policías del puerto, sin que
se dediquen por esto al contrabando.
Provistos de un bote, chalana ó cachucha de bajo porte y dimen-
siones, que pintan de negro, so pretexto de ser un aparejo para cam-
biarlo después en color aplomado, escogitan las noches lluviosas ú
obscuras, y acercándose sigilosamente á los muelles, sustraen un fardo,
ca
Ja ó bulto que depositan en la embarcación, lo que arrojan al agua
S1
son sorprendidos, exponiendo ser pescadores, á cuyo efecto van
provistos de las correspondientes redes, chinchorros y avíos.
Otras veces, colocada la cachucha debajo de los mismos muelles,
i7°
taladran, valiéndose de una barrena gruesa, los tablones sobre los cuales
se hayan entongados sacos conteniendo arroz, garbanzos, maíz y otros
cereales, los que son vaciados en otros hasta el número de diez ó doce,
y después vendidos en el pueblo de Regla regularmente, y distribuidos
entre familias á relativo bajo precio.
Existe también el hurto llamado de los fantouches, que lo efectúa
un aleccionado fine, tomando en una tienda ó en casa particular un
efecto cualquiera, generalmente una pieza de lienzo, un par de zapatos,
un sombrero ú otro objeto y emprendiendo la fuga. Un individuo,
preparado de antemano tropieza con el perseguidor, á quien insulta
por el empellón recibido, deteniéndole al propio tiempo con motivo de
la bronca que le arma, dando lugar á que el ladrón desaparezca.
Desde hace mucho tiempo, tanto en el pasado como en el actual
régimen, se han cometido innumerables hurtos por una asociación de
"cuatreros" especiales, conocedores de todas las fincas ubicadas en las
cercanías de la Habana que se dedican á la cría de ganado vacuno.
Generalmente de esos predios se conducen á la ciudad, por medio de
cabalgaduras, la leche para su expendio, la que es distribuida á domi-
cilio.
Puestos en acecho desde muy temprano los asociados, se apoderan
de los caballos tan pronto como sube el expendedor las escaleras de
una casa con la vasija que contiene el líquido, á cuyo fin van provistos
de las correspondientes espuelas para alejarse del lugar á carrera des-
prendida.
Realizado el robo, depositan la cabalgadura en lugar conveniente,
dirigiéndose al dueño ó al encargado de la venta, á quien le manifiestan
que mediante cierta cantidad se le devolverá la bestia, dentro de un
plazo dado, y en su defecto, vencido éste, se procederá al sacrificio de
la misma como igualmente si dan parte á la policía.
Convenido el precio del rescate, se sitúan en lugar á propósito,
previa la recomendación de no concurrir con autoridad alguna, y nna
vez recibido el dinero, es entregado el cuadrúpedo.
Recientemente ha sido nuevamente condenado Pedro García, cuyas
campañas cuatreras dieron principias en 1875, k 40 años de presidio,
por distintos robos de reses. Este individuo perteneció á la banda de
malhechores que capitaneaba Carlos García, haciéndose notable en la
capital por sus continuos robos'de caballos conductores de botijas con
leche, teniendo su centro la partida en el Puente de Agua Dulce y es-
quina de Tejas.
I7i

La distribución del dinero producto de la devolución de animales,


se hace dándole la mayor parte al autor inmediato del robo, reserván-
dose una parte para las emergencias que resulten en la práctica de
s u s manejos, por detención, sorpresa ó prisión, y el resto se reparte
entre los asociados por partes iguales.
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LOS TIMOS
Timo; palabra que no hemos encontrado en el Diccionario de la
Academia. No sabemos cual sea su origen, pero cuya significación
equivale á engaño, fraude astuto é ingenioso para efectuar el robo ó
la estafa, con premeditación concebida y de seguro éxito, en combi-
nación con otros ó ejecutada por un solo individuo.
Los timos tienen sus denominaciones especiales, y su variedad es
grande, usándose algunas veces de medios mecánicos, en que suelen
emplearse substancias químicas, y hasta del más sutil escamoteo, con
pleno conocimiento de transacciones mercantiles, las que interceptan
ejerciéndose en fondos pertenecientes á cuentas corrientes y giros de
letras con sutiles medios, sin que por esto dejemos de consignar que
también se ponen en ejecución métodos bastante burdos.
Como la relación de ellos sería demasiado extensa, nos concretare-
mos á hacer la de los más usuales.

EL EMBUCHADO

Conocido también con el nombre de empalme de moneda. Consiste


este robo en concurrir el actor á una casa de cambio con una ó varias
nionedas de oro de un mismo año de acuñación, solicitando cuantas
hubiera de la misma clase y ofreciendo hasta el uno por ciento de
Prima.
lacadas y puestas sobre el mostrador, procede el timador á esco-
gerlas, á cuyo efecto forma pilas, de las que va sustrayendo las que
puede, ocultándolas en el hueco de la mano, las que guarda en el bol-
illo al pretestar hacer uso del pañuelo.
176
Durante la pasada dominación, se hizo célebre un individuo cono-
cido con el nombre de Pancho (a) El Isleño, en extremo hábil en el
embuchado. Para estar á cubierto de la persecución que le hacía la
policía, consiguió ser teniente de voluntarios.
Sabido es que á los Jefes y oficiales que daban la guardia en Pala-
cio los invitaban los Capitanes Generales á sentarse á su mesa. En una
ocasión en que Pancho desempeñaba ese cargo, manifestó á Weyler
su afición á la numismática como coleccionista de moneda, consi-
guiendo de éste una recomendación para la Tesorería General de Ha-
cienda, á fin de que se le concediera el canje para obtener monedas de
un mismo,año. El resultado fué que, según de público se dijo, por
medio del empalme se embolsó de aquella dependencia trece mil pesos.
Descubierto el robo, fué aprehendido en Santa Clara y sentenciado á
Presidio.

EL TIMO DE LAS LETRAS DE CAMBIO

Antes de entrar de lleno en su descripción, nos atrevemos á aconse-


jar á los banqueros y comerciantes la conveniencia de usar en sus
cartas-órdenes ó avisos de giros, una clave especial que los pusiera á
cubierto de este timo, en que generalmente toma participación un per-
sonal ingenioso é inteligente en sumo grado, y aún se recuerda el
llevado á cabo en el pasado régimen, de gran importancia, en el que
figuraron personas de arraigo y merecido crédito, y bien conceptua-
dos empleados.
Enterados los timadores de que un individuo tiene depositados fon-
dos en una casa de comercio del interior de la Isla, por ejemplo, pro-
curan en esta ciudad ponerse en contacto con él, fingiendo tener una
letra de cambio descontable en ésta. Para hacer fructífera la opera-
ción, se apoderan por medios suspresticios, de la correspondencia que
se cruce hasta hacer efectivo el giro, reteniendo las cartas ficticias,
que traen sus correspondientes cuños, si así conviniere, ó entregándolas
en el domicilio, ó bien en el apartado de Correos, con cuyos requi-
sitos, si son favorables, se procede á hacer efectiva la letra.
Esta operación necesita la complicidad de algunos empleados. Por
fortuna, reina en la actualidad una atmósfera de honradez inaltera-
ble en el Centro, que en pasada época servía de vehículo para su
ejecución.
177

EL CAMBIAZO

EXPENDICION DE MONEDA FALSA

Entran en esta combinación dos individuos, provisto uno de ellos


de varias monedas falsas, el cual entra en un establecimiento, donde
solicita comprar un objeto cualquiera; al ir á buscarlo el dueño ó de-
pendiente, tira repetidas veces sobre el mostrador una pieza de oro ó
plata cuyo sonido da á comprender ser de buena ley; al hacer el pago
la cambia por otra falsa, recibiendo después el resto del importe de
la citada compra en moneda corriente. Hallándose el compañero
apostado á conveniente distancia, recibe el efectivo falso que se en-
contraba en poder del timador actuante, retirándose precipitadamente
á fin de que, si por un evento fuere detenido, no se le encuentre prue-
ba alguna del hurto realizado.
Durante nuestra estancia en Barcelona, tuvo lugar un timo usando
del cambiazo, en extremo curioso y cómico.
Un sujeto elegantemente vestido entró en uno de los mejores res-
taurants, pidiendo se le sirviera un buen almuerzo, haciendo antes la
advertencia que no traía dinero, pero sí un reloj, que podía dejar en
garantía del gasto que hiciera.
Al observar lo bien trajeado del bohemio, se convino en aceptar la
proposición; pero no sin que antes fuera enviada la prenda por medio
de un camarero á una casa de empeño cercana, asegurando el pres-
tamista ser el reloj de un buen fabricante inglés, y su valor de 50 á
60 pesos.
Nuestro hombre comió espléndidamente, bebiendo de los mejores
vinos. Concluido de hacerlo, pidió la cuenta, que ascendía á ocho pe-
sos, y además solicitó quince sobre el reloj, cuyo total abonaría al
recogerlo.
Pasados algunos días sin hacer acto de presencia, fué llevada la
referida prenda al prestamista, que la tasó entonces en tres pesetas.
El hostelero había sido víctima de un cambiazo.

EL GLOBO

Un individuo llega á una tienda de tejidos ó sedería, con una caja


<ie pequeñas dimensiones debajo de un brazo, perfectamente atada
12
178
con un bramante ó hilo de acarreto, y solicita comprar calcetines, pa-
ñuelos ó artículos de perfumería.
Teniendo la caja uno de sus costados movibles, que deja un espa-
cio abierto á la presión de un dedo, pide artículos de mejor calidad;
al ir á buscarlos toma los que puede de sobre el mostrador, empuja el
referido costado y queda dentro del envase el objeto robado. Pretex-
tando no convenirle la clase ó el precio, se retira para continuar la
misma operación en otros lugares.

EL B U R R O

Dos individuos puestos de común acuerdo, se reúnen para realizar


este timo, en que entra en gran parte la buena fe y hasta la candidez
de la víctima. Su ejecución se verifica en los parques, paseos y lu-
gares concurridos.
Separados los actores, y buscando uno de ellos á un individuo, que
por su porte manifiesta estar en relativo buen estado monetario, se
une á él, entonces el otro timador cruza por delante de ambos, sacando
papeles del bolsillo interior del saco ó levita que viste, dejando caer
una cartera, que es recogida por el compañero; hace compartícipe
del hallazgo al sujeto que tiene al lado.
Abierta que es, se encuentra que contiene un billete (currency) de
cien pesos, haciéndole exclamar: ¡Nos salvamos! Como en aquel mo-
mento no es posible efectuar el cambio, conviene en que guarde lo
encontrado, aprontándole el dinero que lleva encima, á cuyo efecto
le pide las señas de su domicilio para ir después ó al día siguiente en
busca del resto que le corresponde. Entregado el efectivo que poseía
en aquel momento el timado, se retira el estafador amigablemente ;
pero al cambiar el billete la víctima, se le manifiesta ser falso.

LA L I M O S N A

El timador que se dedica al robo conocido con este nombre, mero-


dea alrededor de los hoteles y posadas en busca de un individuo que
proceda de España ó del interior de la Isla, con quien simula encon-
trarse en la calle, preguntándole dónde está situado cualquier asilo
179

ó establecimiento piadoso, donde tiene que hacer entrega de una can-


tidad que en concepto de limosna ha donado una persona reciente-
mente fallecida fuera de la Habana, para lo cual ha sido comisionado.
El preguntado manifiesta ignorar el lugar que le ha citado. En-
tonces el estafador le suplica que, careciendo donde tener el dinero,
ó temeroso de perderlo ó ser robado, se lo guarde hasta el día si-
guiente, en que lo recogerá, pero que exige una cantidad que garantice
el depósito.
Así se conviene, entregándole el fingido comisionado uno ó dos
paquetes que figuran contener las monedas, por su peso y tamaño,
guardándose la suma entregada como fianza. Una vez registrados los
rollos por el engañado, ve que sólo contienen, bien un pedazo de ca-
billa de hierro del mismo diámetro de un centén, ú otro objeto que
lo parezca.

EL ENTIERRO

Tiene su centro de acción en las cárceles y presidios, principalmente


entre los confinados en Ceuta, presentando muchos de estos robos tal
apariencia de verdad, por reunir acopio de detalles, que gran número
de personas expertas han caído en sus redes.
Desde cualquier establecimiento penal, dirije una carta inteligente
recluido, exponiéndole á un individuo pudiente, que á consecuencia
de cuantioso robo efectuado, para que no cayera en poder de la jus-
ticia el cuerpo del delito, lo había enterrado en determinado lugar, el
que indicaría tan pronto recibiera la cantidad que en su misiva solici-
taba, á cambio del secreto.
Algunos al dar crédito al ofrecimiento del penado, enviaron la
suma pedida, no recibiendo contestación, ó si así lo fué, solo contenía
datos falsos, como cambiado era el nombre del que suscribía la carta
y del tercero que había de hacer efectivo el giro remitido.
El timo del Entierro, ya ha caído en destierro, tal fué el abuso que
de él se hizo. Hoy no hay quien dé oidos á las ofertas que se hagan,
por seguras y fáciles que se presenten; sin embargo, no hace mucho
que por medio de esta astucia carcelaria trataron fuera engañado un
señor residente en Matanzas.
18o

LA G U I T A R R A

Varios individuos construyen ó mandan á construir una máquina


especial en sus movimientos mecánicos para acuñar monedas de oro,
generalmente centenes.
Su estructura muy parecida á la de una máquina de coser, consta de
una mesa pequeña, teniendo á uno de sus lados una rueda dentada con
su muñón, que se mueve hacia adelante, donde se coloca una pieza
giratoria á cuyo extremo figura un troquel de bronce que va á parar
á un receptáculo donde se simula depositar el metal fundible para
fabricar la moneda, no siendo así, pues éste va á parar después de
conducido por una especie de embudo á una cajita, donde se queda;
en el primer receptáculo se encuentran impregnados varios centenes
con bicloruro de mercurio, y haciendo girar la rueda ó maníbulo, fi-
guran quedar elaboradas las piezas.
Sacadas éstas sufren la acción del fuego, y como en realidad el di-
nero es de ley, el individuo á quien se trata de explotar cree en la ver-
dad del procedimiento, aprontando una cantidad de no escasa impor-
tancia para proveerse de las materias primas necesarias.
Después se simula la rotura del troquel que hay que encargar á los
Estados Unidos, haciéndose de antemano un giro, formulándose car-
tas en que se fija la llegada del nuevo, para cuyo efecto uno de los ti-
madores pasa á bordo del vapor para con el mayor sigilo recogerlo,
pero inopinadamente, descubre el objeto con un socio ó compañero que
funje de detective que pretende detener al portador y entonces hay
que gratificarlo con alguna cantidad, pues hallándose presente el tima-
do se le intimida con su conducción á la Estación de Policía para pro-
ceder contra él y los que se encuentran en su compañía.
Para este timo es necesario en su práctica á más de una audacia
peculiar en los que tienen gran presencia de ánimo, rodearse de inte-
ligentes adláteres, que representen su papel sin dar lugar á la más
pequeña duda por parte del estafado.

EL PESCADO O DOSILLO

Varios profesionales tahúres por medio de una combinación costosa,


alhajan una casa de buena apariencia en su construcción y en lugar
concurrido.
181

La casualidad ó la inteligencia les depara una persona á quien apo-


dan desde este momento b err acó, al que hacen creer existe un indi-
%
viduo rico, que aunque juega no sabe hacerlo, presentándose la opor-
tunidad de ganarle un capital, pero para ello es necasrio afronte can-
tidad suficiente, á fin de hacerle frente á tan pingüe negocio.
Llevado el berraco á la casa, se entabla la timba, representando á la
víctima un socio, otro al banquero y los demás como puntos. Colocado
el tallador al lado de uno de éstos, tiene á su frente una hendidura
hecha en el tapete y debajo un pequeño espejo que cubre y descubre
cuidadosamente el compañero después de ver la carta en puerta. Se
le deja ganar de antemano al timado, haciéndole comprender se
procede de buena fe hasta que se suspende la sesión para continuarla al
siguiente día en que es completamente desplumado.
Entonces sale precipitado el berraco, á cuyo acto llaman locomotora,
en busca de dinero, y después de varias aberturas de ganancias y pér-
didas vuelve á ser arrancado. De esta manera se dividen entre los co-
manditarios cantidades de suma importancia.

EL TIMO DE LAS COLOCACIONES

• Merodeando por las cercanías de la casilla de desembarco, muelles


y hasta en Triscornia en el Departamento de Inmigrantes, ejercen su
profesión los que proporcionan ocupaciones, llevando á cabo sus tra-
bajos en los parques y paseos, generalmente.
Conociendo por el traje á un recién llegado, se le acerca un timador
del citado gremio, vestido regularmente de dril, con boina, y calzando
alpargatas, manifestándole que acaba de dejar una colocación, donde
percibía un sueldo regular á más de casa y comida, proponiéndole si
quiere aceptarla, para lo cual hablará con el patrón ó principal de la
tienda ó establecimiento; dándole una cita para llevarlo á la casa, y
apareciendo casualmente el fingido dueño, entonces se arregla el asun-
to, pero después le exige dos ó tres pesos para asegurarle la plaza,
recomendándole lleve su equipaje al punto indicado, hecho lo cual se
descubre la falsedad.
PROXELETES
(GUAYABITOS)
T
PROXELETES
El libertinage debilita, amortigua la voluntad del trabajo y conduce
á la crápula. La depravación de la juventud, no se observa tan solo
entre las clases inferiores, hemos tenido ocasión de ver en nuestra
práctica los hábitos de la inmoralidad más repugnante entre jóvenes
pertenecientes á familias pudientes.
El proxelete, cuyas perniciosas costumbres tiene el cinismo de no
ocultar, por su modo de ser, su traje y su obsceno lenguaje, sigue la
senda del delito, seca su corazón, extingue los afectos de la familia
y el sentimiento del honor, para convertirse en estafador, ladrón y
algunas veces en asesino.
En las grandes ciudades hay cafés, bailes públicos y casas de leno-
cinio, frecuentados ordinariamente por gentes perdidas que asocian el
delito con el libertinaje, auxiliadas por rufianes las meretrices cometen
gran número de robos que la generalidad de las ocasiones quedan im-
punes. Una vez adquirido el hábito del desorden, es muy difícil el
abandonarlo cuando entran en su composición el alcohol, el juego y
las mujeres de mal vivir.
El proxelete maltrata explotando al mismo tiempo á la infeliz pros-
tituta. Perdida la vergüenza que jamás coloreó su rostro, es el ser
despreciable á quien no debe concedérsele consideración por mínima
que sea, es el asqueroso é inmundo ente aunque pretenda tener ínfulas
y vista irreprochablemente, con el dinero mal oliente que proviene de
los burdeles, y que nunca supo ganar con el trabajo honrado.
Este parásito ó zángano presume de ser irresistible para las mu-
jeres, concediéndoles todos sus eróticos favores, por su persuasiva y
personales méritos, haciendo tontos alardes de ser siempre el preferido
en los inmundos lupanares donde tiene su centro de acción se jacta de
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ser valiente, ostentando un continente de jaque ó perdona-vidas, no
ejerciendo su acometimiento sino con las débiles mujeres.
Viste de un modo especial, significando á primera vista el medio
ambiente en que se mueve; usa sombrero de castor, regularmente de
color carmelita, á cuya copa le hace tres abolladuras, ó jipijapa, en la
misma forma, con el ala inclinada hacia abajo sobre la frente, pantalón
á rayas negras, no usa chaleco á fin de lucir la camisa con pintas de
colores charros, calcetines rojos ó de tintes chillones, zapatos amari-
llos ajustados al pié y con la mano derecha empuña por su parte
media un grueso bastón de yaya, ó de los llamados coco-macaco.
Su cara revela la desfachatez y el descoco, completamente afeitada,
cubierta de polvos que ocultan los rastros ó manchas que produce el'
estado morboso de su sangre. El peinado es sui generis, ó se deja la
encrespada melena ó luce sobre el frontal un mechón de pelo, como
también á ambos lados grandes chuletas á la inglesa, siendo en extre-
mo aficionado á los perfumes de olor penetrantes que tengan su punta
de almizche ó pachoulí.
Camina dificultosamente, no sabemos si por lo apretado del calzado
ó por hábito adquirido entre ellos. Habla con alto diapasón y con
estentorios gritos saluda á los del gremio, teniendo algunos, apodos
bastantes obscenos.
Su vida es en extremo sencilla, pasa el día jugando en los garitos y
timbas, codeándose con gentes abyectas, levántase de doce á una de la
tarde, con algún cansancio, debido á una noche de trueno ó de orgiaca
rumba, donde después de un recorrido en coche, cena á deshora en
"El Paraíso" de San Lázaro, ó en "La Diana", ó se sitúa en un café
cercano á la casa en que ejerce la profesión su pieza, donde mata el
tiempo con interesadas sesiones de dominó, estando á la vigilancia y
llevando cuenta de las entradas y salidas de parroquianos, ó suele be-
ber hasta embriagarse.
Por la noche se retira á ver á su entretenida, á la que exije el di-
nero, que por obligación tiene que entregarle diariamente, cuando
esta desgraciada ha tenido un mal resultado pecuniario, principia á
apostrofarla, concluyendo por la más brutal sevicia, igual procedi-
miento usa cuando experimenta celos, por creerse suplantado, infi-
riéndole lesiones que algunas veces revisten el carácter de graves.
Los proxeletes se dividen en domésticos y clandstinos, pertenecen
á la primera clase los que pernoctan en las casas de prostitución,
salvo excepciones, si la soiré ofrece buen beneficio, y á la segunda,
i87
aquellos cuyas concubinas ejercen su carnal comercio, sean regla-
mentadas ó no, durante el día en los centros de lenocinio, incluyendo
en este número á las busconas, que desplegadas en guerrillas, asedian
al transeúnte en la vía pública, cerca de las posadas; y guay de la
mujer si no le entrega el jornal convenido.
Este género de vida es uno de los principales sostenedores de la
prostitución y de la criminalidad. En la capital de Cuba se pueden
contar por centenares los que medran merced á este lucro inicuo.
Con fecha 24 de Enero de 1897, dispuso el Gobernador Civil de la
Provincia de la Habana la detención de todos los individuos concep-
tuados como proxeletes, que vivían á expensas de desgraciadas muje-
res, siendo remitidos al vivac á disposición de dicha autoridad, soli-
citando de los agentes de Policía el envío de los antecedentes respecto
á su conducta, por encontrarse comprendidos en el Real Decreto de
17 de Octubre de 1879 e n 1° referente á las personas de mal vivir,
habiendo sido detenidos más de ochenta y dos rufianes.
No queremos emitir nuestra opinión ni señalar los medios para po-
ner coto á tanta inmoralidad, solo nos atrevemos á llamar la atención
sobre la conveniencia de promulgar una ley ó disposiciones adecuadas
á ese objeto.
TIN-TAN
(EL ASESINATO DE LA NIÑA CELIA OGHOA Y LAGO)
DOS PALABRAS
No es de la índole de este libro el entrar en discusiones jurídicas,
siendo uno de los muchos motivos que se oponen á ello, la insuficiencia
de su autor; pero ante las dudas injustificadas que se han querido pre-
sentar para suponer la no participación de Sebastián Fernández ó Al-
berto Sanda, ó Manuel Fernández (a) Tin-Tan en el asesinato de la
niña Celia Ochoa y Lago, vamos á hacer una sucinta relación de lo
ocurrido, no con la idea probatoria, pues bastan lo actuado por el dig-
nísimo Juez de Instrucción en aquel entonces del Distrito del Oeste,
Sr. Manuel Landa y González, las conclusiones del Ministerio Fiscal
y las del acusador privado, el distinguido Letrado Sr. Mario García
Kohly, á más del parecer de la Sala sentenciadora, compuesta de respe-
tables y sapientes Magistrados, para llevar al convencimiento de no
haberse cometido error jurídico alguno.
Habiendo sido nosotros honrados con especial designación para la
persecución del hechor y comisionados para la gestión de delicadas dili-
gencias que propendieran al esclarecimiento del crimen, nos ocupa-
remos de él sin comentarios ni deducciones, sujetándonos á cuanto
arroja el diáfano procedimiento que iniciara un juez de reconocido
nombre y elevado concepto, cuyos actos sancionaron Tribunales que,
como el Supremo, se componen de jurisconsultos que honran la admi-
nistración de Justicia en la América latina.
Nuestro trabajo está calcado sobre lo tramitado desde los primeros
momentos de la comisión del delito, hasta su terminación, sin apasio-
namientos que resultarían baldíos.
"|4^$^

TIN - T A N
El Sr. Manuel Landa, Juez de Instrucción del Distrito Oeste de la
Habana, con fecha 16 de Julio de 1904, dictó el siguiente auto :
"Habiendo recibido aviso por teléfono el Juez que suscribe, ahora
que son las ocho de la mañana, del Capitán de la 9.a Estación de
Policía, de que en la casa calle B esquina á 19, barrio del Vedado,
ha sido asesinada una niña de la raza blanca; constituyase el Juzgado
inmediatamente en dicha casa á instruir el sumario en averiguación
del hecho y de su autor ó autores, practicando al efecto cuantas dili-
gencias sean conducentes. Lo mandó y firma el Sr. Ldo. Manuel
Landa y González, Juez de Instrucción del Distrito del Oeste.—Manuel
Landa. Doy fé: José J. Dennes."
Constituido el Juzgado en la casa aludida el Capitán Primelles hizo
entrega de un papel blanco que recojió en la habitación donde se en-
contró el cadáver, inmediato á la cama, cuyo papel está doblado for-
mando como vaina de un cuchillo, y comparado con el que se en-
contró, corresponde al ancho y extensión de éste, pareciendo que en el
mismo se tuvo envuelto.

D I L I G E N C I A S
En la propia fecha 16 de Julio del año expresado, el Sr. Juez se
retiró á las dos de la tarde de la casa del crimen, dirigiéndose á la
finca "Santa Catalina" que está situada en terrenos que hacen frente
á la calzada que conduce al Cementerio, informando doña María Re-
gueros de Rivero y su hija la Srta. Rafaela Rivero, que habían oído
versiones referentes al delito que se averiguaba, así como que por k
mañana temprano sintieron ladrar el perro y encontraron abierta la
portada, por la que suponían que por aquel terreno pudiera haber sali-
do, según se decía, el autor del hecho; pero que ellas nada vieron.
13
194
Asimismo informaron haber oído referir que quien vio al negro que se
supone fuera el criminal, era un vecino que al fondo de la finca está
construyendo una casa; y dirigiéndose el Juzgado al lugar indicado,
inquirió que el individuo que se le había indicado se llamaba José
Calvo, pero que estaba ausente.
Seguidamente se trasladó á la casa de vecindad, antigua quinta "La
Integridad" con objeto de practicar algunas averiguaciones, dado el
crecido número de hombres de la raza negra que en ella residían,
sin que entre los que se encontraban en el patio y estaban sentados se
encontrara ninguno de las señas del que se presumía fuera el autor del
delito.
Habiendo recibido el Juez confidencial noticia de que el autor era
un negro americano nombrado Jorge Arwiern que residía por la calza-
da de la Infanta, así comió otro de su clase apodado "El Congo" que ha-
bía manifestado en la Quinta "La Integridad", hablando del hecho
(que buscaran un americano,) en tal virtud se le ordenó al Capitán
Primelles procediese á su captura.
El Teniente de la Policía Secreta Sr. R. Muñoz, en la misma fecha
16 de Julio, expresó: que según noticias confidenciales que obtuvo el
autor del crimen de la niña Celia Ochoa, lo era un negro americano,
que se llama Jorge, tenía los dientes picados y una nube en un ojo,
residiendo en una habitación de la Quinta " L a Integridad Nacional",
donde estuvo poco después de realizarse el hecho, y se mudó de ropa,
siendo de suponer que allí se encontrara la que vestía cuando cometió
el delito.
A las nueve y veinte minutos de la mañana del 17, recibió aviso por
teléfono el Juez, del vigilante de Policía delegado RAIO\£L ROCHE:,
de que era urgente la presencia del Juzgado en la Quinta " L a Integri-
dad", á consecuencia de que la encargada de la misma D. María
Márquez, le había hecho importantes manifestaciones.
Constituido el Sr. Ldo. Landa en el citado lugar, asistido del escri-
bano auxiliar Rafael Oliva y del vigilante R O C H E , y después de haber
prestado declaración la Sra. Márquez, pasó al límite de la Quinta ó
sea á la parte del frente de la misma, que dá á la calzada del Cemente-
rio, lugar por donde la circunda la zanja real ó sea un brazo del anti-
guo acueducto. Vadeada la zanja en una extensión de más de diez
metros, al llegar á la represa que formaban tres tablones, punto inme-
diato al edificio principal, extrajo el vigilante R O C H E un bulto de géne-
ro blanco, que estaba adherido á las tablas de la represa, y abierto
195

que fué, resultó ser un saco de vestir de género blanco, bastante usado,
deteriorado por el cuello, puños y parte interior de la espalda. Estaba
mojado por el agua de donde se extrajo, y presentaba en sus partes
delanteras y puños, manchas recientes, al parecer de sangre, aunque
debilitadas por el agua y otras de lino. En el lado derecho interior, ó
sea la parte donde aparecía estuvo el bolsillo, se encontraba rasgado
recientemente, observándose junto á esa parte, la siguiente marca en
tinta china: "37 X".
La Sra. Márquez, bajo juramento, reconoció el saco extraído, como
el mismo que'vestía el negro T I N - T A N .
El mismo día se procedió á un registro en el cuarto marcado con el
número 26, habitado por el mestizo, natural de Cuba, James Lievos,
sin resultado alguno, manifestando éste no ser cierto que en el cuarto
que ocupaba hubiera estado nunca el Jorge, á quien conocía ..por haber
estado trabajando con él en un carretón de un tal Ventura que tenía
un tren frente á la Ratería de la Reina. Preguntado el encargado de
la casa dijo: que el Jorge no vivía en la Quinta, pero antes haría como
dos meses la visitaba con frecuencia, no asegurando si podía haber en-
trado ó no, porque la casa que administraba tenía entradas por dis-
tintos puntos.
Los detectives Coro y Aragón, se constituyeron en el café "Gloria
del Príncipe" por haber tenido noticias de que en dicho estableci-
miento se había cambiado de traje el negro americano Jorge. Interro-
gado el dependiente D. Rufino Arenal, expuso: que acostumbraba fre-
cuentar el café un negro americano que hablaba mal el castellano,
que tenía una imperfección en un ojo, bigote espeso, fornido, de esta-
tura alta, á quien nombraban Jorge. Que el dia anterior (16), por la
tarde se bañó en la ducha que había en el establecimiento, cambiándose
la ropa que vestía, que era un pantalón azul obscuro, una camisa blan-
ca sucia y una gorra negra.
En 17 del propio mes de Julio, el vigilante delegado especial RAFAEL
ROCHE, dirigió al Juez actuante, la siguiente comunicación:
"Señor Juez: En cumplimiento á lo dispuesto en el anterior manda-
amiento, me constituí, asistido del moreno Juan Antonio Fesser, en la
"Calzada de la Infanta, próximo al crucero de la línea de Marianao,
"practicando las pesquisas procedentes en estos casos, y después de
''breves momentos en esta situación, observé que un moreno cuyas señas
"convienen con las del acusado, per el hecho á que se refiere el anterior
"mandamiento, se apeaba de una guagua de las que hacen la carrera
196
"por el expresado lugar, por lo que procedí en el acto á su detención,
"ocupándole un saco de color blanco, en cuya parte interior, lado dere-
"dio tenía el siguiente signo '"37. X ; al interrogarle al detenido acerca
"de su nombre y generales, contestó que no lo sabía, si bien al aper-
cibirse de la presencia del acompañante del que dice, dirigiéndose al
"mismo le dijo: ¿Qué hay ciego?; debiendo hacer constar que al veri-
l e a r la conducción de aquel, adoptó una aptitud agresiva, por lo que
"se vio precisado el que suscribe, á hacer uso de las esposas."
Nota.—'"Como adición al anterior informe hago constar, que el déte-
"nido á que el mismo se refiere, es el que es conocido por el apodo de
" T I N - T A N , y el mismo que reconoció como tal el moreno Fesser,
así que le oyó hablar en la ocasión en que fué detenido aquel. Fecha
"anterior."

INFORME DE LOS MÉDICOS

Los señores Doctores Médicos Forenses Guillermo Walling, Fran-


cisco Polanco y Juan Ramos del Cueto, Director éste del Necrocomio
Municipal, informaron: que la niña Celia Ochoa y Lago, tenía de lon-
gitud 1 metro 30 centímetros, pesando 21 kilogramos. Reconocido el
cadáver, en su hábito exterior, ofreció manchas de sangre, en la cara
anterior del vientre, miembros superiores é inferiores. Una herida por
instrumento perforo-cortante perpendicular al eje de la clavícula, de
tres centímetros de longitud, situada en la parte interna del tercio
inferior de la región supra-clavicular izquierda, su ángulo anterior
dista un centímetro del borde posterior de la clavícula, interesa los
tegumentos, pasa por detrás del exterior cleiro-mastedoides, y siguiendo
una dirección oblicua de arriba abajo y algo de atrás á adelante,
para seccionar los importantes vasos arteriales, sub-claves y carótida
primitiva izquierda, inmediatamente por detrás de la articulación ex-
terno clavicular izquierdo, viniendo á terminar la punta del arma vul-
nerante en el cuerpo tireides y tejido celular vecino.
La profundidad de la herida, medida con un estilete, es de ocho cen-
tímetros. Muy cerca del ángulo anterior existe otra pequeña herida,
que solo interesa la piel, de unos tres centímetros de longitud, que for-
ma con el borde interno del ángulo descrito un pequeño colgajo. Esta
solución de continuidad ofrece las caracteres de las post-mortem, y
pudo ser producida al extraer el instrumento que quedó al causar la
lesión. A dos centímetros hacia fuera de la herida ya descrita, existe
197

otra lesión de igual clase, de un centímetro de longitud, que interesa


piel, tejido celular, sub-cutáneo y pericetes de la clavícula izquierda.
Una escoreación epidérmica lineal, como de medio centímetro, si-
tuada en la parte lateral izquierda del labio inferior.
Reconocidos sus órganos genitales, no ofrecieron señales de violen-
cia alguna. Explorada la región anal, estando el cadáver colocado en
decúbito preño, se observó salida de excremento sólido y concreto por
el orificio anal. Separadas las regiones glúteas se observó la relajación
de las esfínteres. Abiertas las cavidades explánicas, se encuentran los
árganos contenidos en ellas profundamente anemiados, aunque conser-
vando su estado anatómico normal. De lo expuesto, deducen: que
dicha niña falleció á consecuencia de la hemorragia producida por
la sección de los gruesos vasos arteriales ya mencionados; que las he *
ridas han sido producidas por instrumento perforo-cortante.
Que en el momento de recibir la lesión, es verosímil que la interfecta
presentaba su plano anterior, frente al plano del mismo nombre del
agresor; que el instrumento que se le pone de manifiesto y que se co-
noce con el nombre de navaja sevillana, reúne todas las condiciones
necesarias para producir las heridas descritas.

C A R E O S

En 17 del mismo mes de Julio, comparecieron ante el Sr. Juez, el


acusado Sebastián Fernández ( a ) T I N - T A N , y el testigo J u a n Antonio
Fesser, éste expuso : que ratificaba en todas sus partes la declaración que
tenía prestada, y dirigiéndose á su careado Fernández, le aseguró era
cierto que en la mañana del día 16, después de las siete ó siete y media,
estuvo en su habitación, que tocó á la puerta y después le dijo: Oye
ciego, tu tendrás ahí un saco ó una camisa vieja cualquiera, más como
le contestara negativamente, insistió en su petición, por cuyo motivo
entonces le dio un saco de vestir roto por la espalda, saco que puede
asegurar al Juzgado, que si se le pusiera de manifiesto podría recono-
cerlo; que á su careado lo conoce perfectamente por su metal de voz,
V al que le dicen T I N - T A N , por más de que por la loma algunos le
dicen Alberto; que extrañándole la llegada de su careado, creyó que
este le había hecho algo á un pariente suyo nombrado Pedro, por cuyo
motivo fué á la loma con Félix H e r r e r a , y al encontrarse con el citado
Pedro le preguntó si no había visto á T I N - T A N , contestándole que
n
o, que temeroso de que éste le pudiera hacer algún daño á aquel, dad J
que estaban disgustados, hizo que su referido pariente le acompañara.
198
El acusado Fernández se concretó á decir que era incierto hubiera
estado en la mañana del 16 en la habitación del ciego, y que' tambiai
era incierto le hubiera pedido, y aquel dado un saco.
Seguidamente compareció el testigo Félix Herrera, el que comenzó
ratificando sus manifestaciones, y dirigiéndose al careado, le sostuvo era
exacto el que en la mañana del 16 había estado en la habitación de su
capataz conocido por ElXiego, y le había pedido un saco aunque fuera
viejo, saco que le fué entregado por el referido capataz. El acusado
Fernández contestando á Herrera, le dijo no ser cierto el anterior extre-
mo, y dirigiéndose al Juzgado, agregó que su careado era nuevo en
el barrio, con el cual nunca tuvo disgusto alguno, y que con respecto á
El Ciego, éste era enemigo suyo.

INFORME PERICIAL

El mismo dia fué reconocido Sebastián Fernández por los doctores


Walling, Polanco y Cueto en el local del Juzgado, los que certificaron,
después de haberlo despojado de'todos sus vestidos y zapatos, que pre-
sentaba como lesión traumática, una herida por instrumento perforo-
cortante, de bordes limpios que interesa piel, tejido celular subyacentes
de medio centímetro de longitud, perpendicular al eje del dedo, si-
tuada en la eminencia tenar, esto es, hipotenar, miembro izquierdo,
su extremidad externa descansa sobre el borde radial de la mano de
ese lado, se encontraba en supuración, y bien pudiera tener de inferida,
cuando las reconocieron, más de veinticuatro horas, pero nunca haber
sido inferida en la mañana del 17 de lidio. Venía cubierta por un tafe-
tán engomado de color negro, que por su aspecto parecía haber sido
colocado con muchas-horas de anticipación al acto del reconocimiento.
Que bien pudo ser causada por el cuchillo de T I N - T A N que se les
puso de manifiesto en el acto de la autopsia, y no por un fragmento de
vidrio, pues esto último no está ameritado por la longitud, dirección
y forma de la herida descrita, y porque creen que de ser producida por
dicho fragmento de vidrio, hubiera sido más superficial é irregular.
Que las heridas que describen en la autopsia, pudo inferirlas con sn
mano derecha, á pesar de faltarle los dos tercios inferiores de los dedos
índice y medio de dicha mano, que su constitución es la propia de un
hombre fuerte, y capaz por ella de producir las lesiones descritas en
el acta de la autopsia practicada al cadáver de la niña Celia Ochoa y
Lago. Que es tal la potencia de los músculos que mueven el globo ocu-
199

lar, sobre todo los oblicuos, que le permiten verificar el extravismo á


voluntad, por más que casi siempre lo hace permanente en el ojo de-
recho.
Nota.—Seguidamente se ocuparon al moreno Sebastián Fernández,
la camisa y camiseta que tenía puestas, cuyas piezas son de uso, te-
niendo ambas en las tiras de los cuellos las iniciales M. G.

D T L I C E N C I A S

El mismo día el Sr. Juez y el Sr. Teniente Fiscal, asistidos del


Jefe de Policía, General Rafael de Cárdenas, con el moreno Sebastián
Fernández (a) T I N - T A N , se constituyeron en la Quinta "San Martín",
que está al final del callejón de ese nombre, entrando por Infanta, y
penetrando en la habitación del Fernández, al que se le notificó previa-
mente el auto del registro dictado, se procedió á la ocupación de varias
piezas de vestir que estaban colgadas en clavos puestos en las paredes,
entre ellas, un pantalón de jerga negro muy usado y otro de casimir
obscuro de rayas, el cual tiene en la petrina parte interior
la marca 37.X, un calzoncillo de listas azules, otro blanco pero lleno
de tierra colorada, una camiseta de crepé que tiene la misma marca
en la tira del pecho, un saco de casimir color obscuro, recortado en la
parte inferior, encontrándose en la cama debajo de la almohada, cinco
pedazos de género que parecen corresponder á dicho saco y un som-
brero de paja con cinta negra muy deteriorado.
En el patio de la Quinta, debajo de una mata de almendras, se ocupó
un carro pequeño de dos ruedas, con letreros que decían "Tin-Tán".
Tenía dentro una pequeña cantidad de tierra colorada, una pala y un
pico, expresando Sebastián Fernández que dicha carretilla era con la
eme trabajaba.
Por orden del Jefe de Policía se practicó un registro por los alrede-
dores de la Quinta, presentándose el vigilante número 419, Juan León
y IJinás, con un saco color obscuro de casimir, mojado, que estaba
roto por la espalda desde el cuello, expresando haberlo encontrado en
los límites de aquel lugar dentro de un arroyo que por allí pasaba.
Habiéndose hecho comparecer al moreno Antonio Fesser y Justiz se
le entregaron para que palpara las ropas encontradas y manifestase si
alguna de ellas era el saco que en la mañana del día anterior 16, se
llevó T I N - T A N de su habitación, y el expresado Fesser, expuso: que
su saco era el que estaba mojado y roto por la espalda, ó sea el obscuro,
200

el que tuvo y retuvo en las manos, diciendo: este es, el más pesado y
mojado.
También compareció el moreno Félix H e r r e r a y Alarcón, y después
de reconocer los dos sacos de referencia, conoció el obscuro roto por
la espalda como de la pertenencia de Antonio "El Ciego", y el mismo
que en la mañana del día anterior llevó T I N - T A N de la habitación
de aquel, según expresó en su declaración.
Con noticias de que el presunto autor del asesinato de la menor Celia
Ochoa, había pernoctado la noche del 17 en una habitación alta de la
casa de vecindad que existe en las calles de J y H , en el Vedado, se
constituyó en dicho lugar un miembro de la Policía Secreta, y estando
interrogando á un negro americano que allí se encontraba, le manifestó
llamarse Jorge ó Jack, y cuyas señas personales coincidían con las del
que se buscaba, se presentó en aquel momento un americano blanco,
que dijo nombrarse H . A. Howell, vecino de la calle quince esquina
á C, el cual tan pronto vio al negro que allí se enocntraba, lo designó
sin dudas ni vacilaciones, afirmando que era el autor del crimen, y
que le había visto perfectamente cuando corría después de realizado el
hecho.
E n vista de tal afirmación, fué detenido á prevención el tal Jorge
ó Jack, practicándose un registro entre las piezas de ropa que se encon-
traban esparcidas por la habitación, hallándose una camiseta de punto
de algodón sucia, que presentaba en la parte correspondiente al bajo
vientre, dos manchas que al parecer eran de sangre y que fué ocupada,
remitiéndose al Juzgado.
El inteligente empleado de la Jefatura de Policía Sr. Pedro Aveledo,
facilitó los siguientes datos, que en comunicación de fecha 17 de Julio
remitió al Juez actuante el Jefe délos Vivaos Sr. J. Martínez, expresan-
do: que el negro Sebastián Fernández, T I N - T A N , hijo de Juana, na-
tural de Matanzas, de 27 años de edad, soltero, vendedor ambulante
y sin instrucción, y vecino de Infanta, finca " S a n Martín", del examen
practicado en los índices de los antecedentes que radican en el Archivo
.de la respectiva oficina, resulta que ingresó en el Vivac en 20 de Junio
de 1902 á disposición del Juzgado de Instrucción de Este en causa
número 367-1902, Escribanía de Lanuza, por lesiones y sujeto á sus
resultas pasó á la Cárcel el 24 del mismo m e s ; en 25 de Septiembre
de dicho año, volvió á ingresar á disposición del Juzgado Correccional
del primer Distrito por ofensas á la moral, y fué absuelto por falta de
p r u e b a s ; y en el dia de la fecha lo ha verificado en causa que se le sigue
en el Juzgado del Oeste por violación y asesinato.
201

RUEDA

El repetido 17 de Julio á las once de la noche se constituyó el Juz-


gado en el Vivac del primer distrito, donde se formó una rueda con
los tres detenidos, Sebastián Hernández ( a ) T I N - T A N , José Poncíano
Hernández, remitido desde Güines por sospechas, y Jack Gates, así
como con los negros detenidos por otras causas, José Ruiz y Cipriano
Cabrera.
Como el Hernández vestía saco blanco, se le hizo poner á Sebastián
Fernández el que le ocupó el vigilante Roche, y á Gates un saco tam-
bién blanco que facilitó el Capitán Sr. Cruz Muñoz, como igualmente
tres gorras negras.
Habiendo aparecido D. María Márquez Guilló, examinó la rueda y
señaló al detenido Sebastián Fernández ( a ) T I N - T A N , que ocupaba el
tercer lugar de aquella, como el moreno joven á que se refirió en su
declaración, que vio llegar el día anterior 16 por la mañana á la habi-
tación de Antonio U E1 Ciego", de donde salió después de haberse
quitado el saco blanco que arrojó á la zanja.
Repetido el reconocimiento, después de haber traspuesto los deteni-
dos los lugares que en la rueda ocupaban, la Sra. Márquez volvió á
señalar con decisión y sin titubear al expresado Sebastián Fernández
(a) T I N - T A N como el mismo de referencia.
Por tercera ocasión y despojados los tres detenidos de los sacos
blancos y gorras negras que se les pusieron, volvió á efectuarse el r e - .
conocimiento, haciendo D. a María Márquez la misma designación del
aludido Sebastián, que ocupaba el segundo lugar de la rueda, y que
en el anterior reconocimiento estaba en el primer lugar.

CAREO

En el sostenido el propio día 17, la testigo D. a María Márquez, rati-


ficó la declaración que había prestado, asegurando que su careado Sebas-
tián se presentó en la Quinta y comenzó á tocar á la puerta del inquilino
conocido por "El Ciego", y como aquel tocara fuertemente, le llamó
la atención; que después el ciego abrió la puerta y su careado á los
pocos momentos salió con un saco obscuro puesto; que se dirigió á
una zanja y junto á un árbol que allí existía, arrojó un bulto que lle-
vaba ; que aseguraba categóricamente los anteriores extremos, pues,
202

precisamente, al fijarse en su careado cuando llegó á la Quinta, ob-


servó que tenía una imperfección en una de las manos.
El acusado T I N - T A N , contestando á las afirmaciones de la señora
Márquez, manifestó no eran ciertas.

P A R T E S

El Jefe de los Vivaos, con la misma fecha 17 de Julio, puso en cono-


cimiento del Sr. Juez, q u e : como á las nueve y veinte minutos de la
mañana, al pasar visita de inspección al lugar donde se hallaba dete-
nido el negro Sebastián Fernández ( a ) T I N - T A N , advirtió que tenía
las manos puestas al cuello, y por su aptitud pudo apreciar que trataba
de suicidarse, confirmándolo así el interesado, que le manifestó que lo
que quería era matarse.
Al siguiente día, manifiesta el mismo Jefe de los Vivacs, que como
á las once y cuarenta minutos de la mañana, á pesar de estar á su lado
un centinela de vista, el detenido Sebastián Fernández ( a ) T I N - T A N ,
trató nuevamente de suicidarse, arrojándose con violencia de cabeza
sobre los barrotes de la jaula donde está encerrado. P a r a evitar la repi-
tición de cualquier otro acto que trate el detenido de realizar, dispuso
quedase convenientemente amarrado á dichos barrotes, con una camisa
de fuerza y redoblada la vigilancia.

RECONOCIMIENTOS

El 18 de Julio se constituyó el Juzgado, acompañado de los Capitanes


de Policía Sres. Primelles, Martínez, Tavel y Massó en la casa situada
en la calle Sexta entre las 23 y 25, donde se encontraba el testigo José
Calvo y Sánchez, y á la cual fueron trasladados también los tres negros
detenidos vestidos con los sacos blancos y gorras negras. Calvo se
situó en una escalera de mano á la altura del techo de una pequeña
cocina de madera, que está inmediata al portal de la casa, en cuyo sitio
expresó se encontraba cuando pasó, en la mañana del 17, el negro á
que en su declaración se refirió, cuyo negro, dijo tomó por el terreno
del Verto, entre una cerca en construcción, internándose por la Quinta
"Santa Catalina" hacia la calzada del Cementerio ó San Antonio.
Habiendo pasado por el lugar indicado Jack Gates, el testigo Calvo
expresó: que se le parece al negro de referencia, aunque Gates es más
crecido, y no es igual la gorra á la que llevaba el que cruzó aquella
mañana.
203

Hecho pasar á José Ponciano Hernández, Calvo expresó q \e asegu-


raba que no era ese el negro á que venía aludiendo.
Y habiendo pasado Sebastián Fernández ( a ) T I N - T A N , el repetido
Calvo expresó: "que con franqueza y con tranquilidad decíaraba que
ese ERA EL MISMO que cruzó por la casa en la mañana consignada;
pero que la gorra que llevaba era más aplastada y sucia, y el pantalón
era como de una jerga negra, muy roto."
Despojados los tres detenidos de los tres sacos blancos y gorras ne-
gras, quedaron Gates, en mangas de camisa, Hernández en chaleco, y
Sebastián Fernández con una de las camisetas obscuras ocupadas el
día anterior en su casa; se repitió el reconocimiento, pasando primero
Gates, después Fernández y el último Hernández, y el testigo Calvo
volvió á designar á Sebastián ó séase T I N - T A N como el mismo que
por la casa pasó en la citada mañana, si bien en ese momento no
tenía las ropas que entonces vestía.
El mismo día presentes las morenas Lucia Suárez, y su hija Justa
Maria Ayala, y colocadas ambas junto ál'a baranda del portal de la
accesoria en que residían en la calle B número 54, esquina á la 19, s-1
pasaron sucesivamente por delante de ellas, primero á José Ponciano
Hernández, después á Jack Gates, y por último á Sebastián Fernández
(a) T I N - T A N . Respecto de los dos primeros, expresaron las testigos
que no los conocían, pero al pasar el último, ó séase Sebastián, tanto
la Lucía Suárez, como la Justa María Ayala g r i t a r o n : !Este, este e s ! ;
explicando que es el mismo que en la mañana del hecho salía de la
accesoria donde vivía la niña Celia.
Colocado en la esquina del placer, que está en la calle B. entre las
19 y 21, el menor Ignacio Ostolaza y Valdés, ó sea en el lugar en que
él aseguró estaba parado en la ocasión á que en su declaración se refe-
ría, se pasaron por delante de dicho menor los tres detenidos en el
orden expresado, y cuando lo hizo Sebastián Fernández; Ostolaza ma-
nifestó : éste es, agregando ser el que vio huir por dicho placer, intro-
duciéndose entre la cerca de cardón que al final se vé.
Detrás de esa misma cerca ó sea en la calle A entre las 19 y 21,
se colocó á caballo el testigo Diego González, y pasando por delante
de él los tres detenidos, en el mismo orden, al verificarlo Sebastián
Fernández, lo designó sin vacilar como el mismo que en su declaración
se ha referido, agregando que en la mañana del hecho, la gorra que
Fernández llevaba era más aplastada y con manchas de tierra.
Estos tres reconocimientos en la misma forma se repitieron, invir-
tiéndose el orden de los detenidos, produciendo el mismo resultado.
1
204

Y por último, despojados de los sacos blancos y gorras negras los


tres detenidos y continuando en sus posiciones los testigos de referen-
cia, se repitió el pase de aquellos por delante de los cuatro últimos, for-
mando los tres un grupo en que figuraba en primer término Sebastián
Fernández (a) Tin-Tán; y los cuatro testigos repitieron el reconoció
miento de Sebastián, como el mismo á que se refirieron anteriormente.
El Agrimensor Sr. Francisco Andreu, hizo la mesura siguiente
desde la casa donde actuaba el Juzgado, hasta la esquina del placer
donde se colocó el menor Ostolaza, había la distancia de 35 metros,
y desde esa esquina al lugar donde estaba el testigo González, 120.

PERITOS ZAPATEROS Y SASTRES

Los primeros reconocieron los zapatos de lona y cuero que se les


pusieron de manifiesto, ocupados al detenido Sebastián Fernández
(a) Tin-Tán, manifestando, que demuestran tener á lo sumo una se-.
mana de uso.
Los peritos sastres manifestaron que habiendo examinado detenida-
mente el saco blanco ocupado en el arroyo que pasa por la Quinta "La
Integridad", así como el otro saco también blanco ocupado al dete-
nido moreno Sebastián Fernández (a) Tin-Tán, cuyas prendas de
vestir ó sea el saco ocupado en la zanja, presenta una rotura en la par-
te superior de la espalda derecha, arrancado un pedazo del forro del
delantero derecho correspondiendo al pecho, desapareciendo el bolsillo
interior que también le falta un pedazo de forro delantero izquierdo
de abajo, cuyas roturas son recientes y parecen causadas, arrancán-
dose los pedazos señalados del propio intento. En cueanto al otro
saco ocupado al detenido Fernández, no presenta ninguna rotura vio-
lenta y sí está algo gastado por el mucho uso. Ambos sacos eran de
dril blanco de distinta calidad, de una misma talla, si bien uno de ellos
es como de cuatro centímetros más largo que el otro, lo que en nada
desvertua la seguridad que tenían de que eran de una misma talla y
por lo tanto para el uso de una misma persona.

INFORME
El Jefe de los Vivacs, en 23 del referido Julio, manifestó al Sr. Juez
actuante lo siguiente:
Que examinados los antecedentes que radican en el Archivo de esa
Oficina, referente al negro Sebastián Fernández (a) Tin-Tán, aparece
205

que también usa los nombres de Alberto Sarda, con el cual fué iden-
tificado por el empleado Sr. Pedro Aveledo, y Manuel Fernández, y los
que contra el mismo existen en esta forma: Alberto Sarda, hijo de
Juana, natural de Calabazar, soltero de 14 años, ingresó en el Asilo de
San José, en 26 de Marzo de 1890, á disposición del Sr. Alcalde Muni-
cipal, por vagancia, siendo entregado á Don Melchor Gurdiez, escri-
turado para enseñarle el oficio de camisero. En 11 de Octubre de
1890, volvió á ingresar á disposición del Juzgado de Instrucción del
Oeste, por hurto de cuatro docenas de cajas de fósforos, quedando
en libertad el 21 de Noviembre del mismo año, y en 13 de Febrero de
1891, ingresó nuevamente á disposición del Juzgado de Instrucción
del Centro, por hurto de un libro de misa y una cajita de china, con un
rosario y varias novenas, en la Iglesia de Guadalupe. En 21 de Sep-
tiembre del citado año fué conducido á la Audiencia para asistir al
Juicio Oral de dicha causa radicada al número 115 del año 1891. In-
gresó en el Vivac en 8 de Agosto de 1896, á disposición del Juzgado de
Instrucción de Belén por hurto de una bisicleta. En 19 de Septiembre
de 1899, á disposición del Mayor Pitcher, remitido por la quinta
lístación de Policía, por vender ropas de un cadaver, siendo absuelto.
En 5 de Enero de 1901 á disposición del Juzgado del segundo distrito
por faltas á dos bomberos. En 20 de Junio del propio año á disposi-
ción del Juzgado Correccional del primer Distrito, por portar una capa
de agua y dos lia vines, fué absuelto.
Manuel Fernández, hijo de Juana, natural de Guanabacoa, ó de la
llábana ó de Matanzas,, de 16 años de edad, zapatero, ó criado de
manos ó vendedor de periódicos, con diversos domicilios, ingresó en el
Vivac en i.° de Noviembre de 1897, á disposición del Juzgado de
Instrucción del Guadalupe, por hurto de medio peso plata á un menor
de cinco años. En 14 de Enero de 1901, á disposición del Juzgado
Correccional del Segundo Distrito, por estar acusado de abusos des-
honestos, habiendo sido condenado á 10 días de arresto, cuya con-
dena quebrantó; y detenido en 25 del mismo, se le sentenció á cinco
días más de arresto. En 8 de Febrero del año citado, volvió á in-
gresar á disposición del Juzgado del primer Distrito, acusado de hurto,
condenándosele á 30 días en Atares, y habiendo quebrantado la con-
dena, fué detenido el 12 del mismo mes, recargándosele siete días más.
Sebastián Fernández, hijo de Manuela ó Juana, natural de Matan-
zas, de 20 años de edad, soltero, vendedor ambulante, vecino de In-
fanta 55 ó 66, Finca "San Martín", ingresó en el Vivac, el 20 de Junio
20Ó

de 1902, á disposición del Juzgado de Instrucción del Este, en causa


por lesiones, pasando á la cárcel el 24. E n 25 de Septiembre del
mismo año, ingresó á disposición del Juzgado Correccional del primer
Distrito, por ofensas á la moral; y el 17 de Julio de 1-904, lo verificó á
consecuencia de la causa número 445-1904, Escribanía de Dennés,
que se le sigue en el Juzgado de Instrucción del Oeste, por violación
y asesinato.

INFORME MÉDICO
E n 19 ele Julio, el Sr. Juez, con asistencia de los Sres. Doctores
Guillermo Walling, Francisco Polanco y J u a n Ramón del Cueto, se
constituyeron en la casa calle B esquina á 19, en la accesoria donde
ocurrió el hecho de autos, la cual—por disposición del Juez—ha per-
manecido en la misma forma en que se encontraba en la mañana del
día 17, cuando el Juzgado se constituyó en ella.
Los expresados Doctores, después de haber examinado la cama con
jergón de paja, cuyo jer,gón presenta las manchas de sangre que co-
rresponden á las de la sábana que la cubría y que ha sido ocupada;
y examinado también el lugar que estaba á los pies de dicha cama,
donde se encuentra una extensa mancha de sangre en el centro, de
la cual se recogió la materia fecal, á pregunta del Sr. Juez informa-
ron,—después de haber dichos médicos llamado á la morena Lucía
Suárez, a cual les explicó como se encontraba la niña Celia Ochoa,
antes de que su madre la trasladara al lugar en que el Juzgado la en-
contró.
Que en el jergón, observan dos manchas al parecer de sangre, que
concuerdan con las que presenta la sábana que lo cubría.
La primera está aproximadamente en la tercera parte, y la segunda
en el borde donde termina dicho jergón. También observaron, des-
pués de haber quitado el jergón de la cama y colocado en el suelo, y
para más precisión, que la mancha superior señalada, está situada á
26 centímetros hacia dentro de la costura derecha, y á 36 hacia arriba
de la costura inferior; que la segunda mancha está á 30 centímetros
hacia adentro de la costura derecha, y á 35 hacia arriba de la costura
inferior y que entre una y otra mancha, existe un espacio de 34 cen-
tímetros.
La longitud de la cama, que es colombina, resulta ser un metro 74
centímetros de largo, por 84 centímetros de ancho, cuyas dos medidas
ocupaba el jergón al verificarse la inspección.
207

Que á los pies de dicha cama, examinaron la mandila de sangre


que está en el pavimento; y de todo esto infornan, que creen vero-
símil que después de haber sido llevada la niña á la cama y arrojada
violentamente á la parte que corresponde á los pies, bien transversal
al eje mayor de dicha cama, en suyo acto quizás, se produjo^ la esco-
riación de la región labial para callar los gritos que emitiera, al querer
realizar con la niña actos de violencia; y como no se pudiera por el
agente, ejecutar sus propósitos, por la resistencia opuesta por la me-
nor, entonces se causaron á la misma las lesiones descritas, siendo la
primera la que interesó la clavícula. Que después, como las heridas
referidas no son de las que causan la muerte instantánea, pudo la
niña incorporarse, producirse le segunda mancha, ó sea la más cersa
del borde inferior del jergón ; y por último caer al suelo, donde fué
más abundante la hemorragia que le ocasionó la muerte en el mismo
sitio.
Que cuando fué arrojada en la cama, su plano anterior quedó
hacia arriba, ó sea en decúbito supino; y que la repetida niña Celia
Ocho a y Lago, por su desar folio y demás signos fisiológicos, repre-
sentaba tener de diez á once años de edad..

DILIGENCIA DE RECORRIDO
A las seis menos diez minutos de la mañana del 20 de Julio, en
cuyos momentos se pusieron en esa hora los relojes del Sr. Juez, del
Capitán Primelles y el del escribano actuario, se constituyó el Juz-
gado, acompañado asimismo del Sr. Ldo. Ángel Fernández Larrinaga,
Abogadodefensor del procesado Sebastián Fernández (a) T I N - T A N ,
en la calle B, esquina á 19, frente á la casa número 54, donde ocurrió
el hecho por que se procedía.
Dadas las seis, el Juzgado partió inmediatamente con sus acompa-
ñantes, tomando el placer situado entre las calles 19 y 21, atravesando
por esa dirección hasta la calle C, entre 23 y 25, y pasando por la casa
de D. José Calvo, y penetrando por el fondo de ésta, hasta la finca
"Santa Catalina", á cuya portada, que cae á la calzada de San An-
tonio ó Cementerio, se llegó á las seis y ocho minutos, siguiendo por
la izquierda hacia la ciudad, se llegó á la Quinta "La Integridad",
que está en dicha calzada inmediata al Paseo de Tacón, á las seis y
veinte minutos, en cuya Quinta permaneció nueve minutos, partiendo
de ella á las seis y treinta.
Tomando á la derecha al salir al Paseo de Tacón, se llegó á la cal-
208

zada de la Infanta, por la cual se dobló también á la derecha, pasando


por el frente de la casa del testigo Manuel Mariscal, y llegando á la
Quinta "San Martín", á las seis y cuarenta y ocho minutos, donde
el Escribano permaneció un momento debajo de la mata de almendra
donde fué ocupada la carretilla de T I N - T A N ; saliendo inmediata-
mente por la calzada de la Infanta; al llegar á la esquina de Estévez,
el Ldo. Fernández Larrinaga, pidió que se continuara hasta la calzada
del Monte, lo que se efectuó, tomando por ésta á la izquierda hasta
Belascoain ó Cuatro Caminos, doblando en este lugar hacia la derecha
a la esquina de la calle de los Corrales, donde se llegó á las siete y
seis minutos.
El Ldo. Fernández Larrinaga, explicó al Sr. Juez, que había hecho
la anterior petición porque el procesado le manifesctó que en dicha
esquina el día del hecho, dio el primer pregón de la tierra que expen-
día. Siguiendo por la calle de Corrales, se llegó á la esquina á'z San
Nicolás, donde también a petición del Ldo. Fernández Larrinaga se
dobló á la derecha hasta la calzada de Vives, tomando por esta á la
izquierda hacia la calle de Revillagigedo, llegando á la casa de esta
última marcada con el número 62, á las siete y diez y nueve minutos,
resultando, por lo tanto, invertido en todo el recorrido, contando con
las demoras hechas en las quintas "La Integridad" y "San Martín",
setenta y nueve minutos, ó sea una hora y diez y nueve minutos.
El paso del Juzgado y sus acompañantes, fué algo acelerado al
salir de la casa del hecho, hasta llegar á la Quinta "San Martín",
moderándose á medida que el recorrido se iba haciendo, y particu-
larmente desde que el Juzgado salió de. la expresada quinta, en aten-
ción á que de esta saldría el procesado con la carretilla en que vendía
la tierra.

ESCRITO

Sr. Juez de Instrucción del Distrito Oeste.


Severo Ochoa y López, natural de España, casado, mayor de edad,
jornalero y con domicilio en el Vedado, calle 17 entre A y B, compa-
rece y como mejor proceda en derecho dice:
Que deseando, en su carácter de padre de la niña Celia, asesinada el
Sábado 16, ejerce la acción privada contra el que resulte responsable
de dicho crimen para exigir debidamente el castigo, viene, haciendo
uso del derecho que la Ley le otorga, á personarse en la causa, que
209

con motivo de ese crimen se instruye, nombrando para que lo dirija


v represente al Ledo. Sr. Mario García Kohly, que acepta dicha re-
presentación.
En tal virtud, al Juzgado suplico se sirva haber por presentado
este escrito, y tenerme por personado con el carácter y la dirección
citadas á todos los efectos legales.—Habana, Julio 20 de 1904.—Se-
vero Ocho a.—ACEPTO.—Mario García Kohly.

DECLARACIONES
En 22 de Julio, declaró D. José García Román, que conocía á Ma-
nuel Mariscal, por motivo de que en distintas ocasiones le dio zapatos
á componer; que hacía como ocho meses regaló al mismo un som-
brero de paja, que tenía cinta negra. Y puesto le de manifiesto el
sombrero ocupado al procesado T I N - T A N , entre tres de distintas cla-
ses, aseguró ser el mismo que le regaló al referido Mariscal.
En igual fecha compareció expontáneamente D. Manuel Pardo y
Cibrián, exponiendo ante el Juzgado que el procesado Sebastián Fer-
nández (a) T I N - T A N ^ cumplió una condena en el Presidio con el nom-
bre de Alberto Sarda, la que extinguió por los años de 1899 ó 1901.

CAREO
En 22 de Julio, constituido el Juzgado en la Sala de la Cárcel y es
tañdo presente el procesado Sebastián Fernández (a) T I N - T A N , se
hizo comparecer al testigo Manuel Mariscal, el que insistiendo con na-
turalidad en su dicho, recordándole al detenido la forma y modo como
llegó á su casa cuando le pidió el sombrero. Fernández dijo que Ma-.
riscal le acusaba porque no había querido él robarle suela para sus tra-
bajos de Zapateía.

PRUEBA PERICIAL
En igual fecha, el Sr. Juez dispuso que los peritos sastres probaran
i los detenidos Sebastián Fernández (a) Tin-Tán, Jack Gates y José
Ponciano Hernández, los dos sacos ocupados. Hechas las pruebas por
helios peritos expresaron: que el saco primeramente puesto á Fernán-
dez ó sea el ocupado en la Zanja, le viste perfectamente bien, y puede
por tanto haber sido cortado y hecho expresamente para él, porque se
a
Justa á su medida; que el otro saco ó sea el ocupado al mismo por el
14
2IO

Vigilante Roche, se ajusta también á la talla, aunque más holgadamen-


te, y que el saco primero ó seo el extraído de la Zanja, es de mucho
más uso que el otro.
Probados también por los peritos los dos sacos de referencia, ó mejor
dicho habiendo tratado de probarlos á los otros dos detenidos, Jack
Gates y José Ponciano Hernández, no pudieron realizarlo pues infor-
maron dichos peritos; y así le pareció al Juzgado, que la talla de esos
sacos era sumamente inferior á la de los detenidos Gates y Hernández.
Después procedieron á probar á Sebastián el saco de casimir obscuro
ocupado por el Vigilante número 419, en el arroyo de la Quinta "San
Martín," é informaron: que aunque dicho saco es de talla inferior á la
de Fernández, este puede usar aquel, y tratado de probarlo á Gates y
Hernández, los peritos á su vez informaron que dicho saco es de talla
muy inferior, y que no han podido estos dos detenidos probarlo á sus
cuerpos.

PERITOS MÉDICOS
Reconocido por los tres Doctores Francisco Rayneri y Fermín Val-
dés Domínguez, el detenido Jack Gates, presentaba en el pie izquierdo
hacia atrás, en la región del calcando, una escoriación de la piel, más
ó menos circular con caida de la epidermis y del dermis, con periodo
de escara-cicatricial de más de un centímetro de diámetro, y producida,
al parecer por el frote áspero y fuerte de un cuerpo duro; y próximo
á dicha lesión, hacia el marcóle externo y pie, una inflamación adema-
tosa, tal vez por contusión del cuerpo que produjo la herida descrita.
Examinada su arcada dentaría no ofrece en los incisivos y caninos se-
ñales de caries.
En la cara, región malar izquierda, una antigua contusión estrellada;
y en la región nasal, lado derecho, la cicatriz de una pequeña herida
incisa muy antigua; en ambos antebrazos, codo izquierdo; y en el dor-
so de las manos, cicatrices antiguas, de desgarraduras de la piel y heri-
das de la misma, y alguna con el carácter de quemaduras.
En la cornea del ojo derecho, presenta una opacidad por una cicatriz
blanca antégira, de causa desconocida; y que este individuo así como
José Ponciano Hernández—que se les presenta—tienen bigotes. Que
Sebastián Fernández (a) Tin Tan, que también reconocieron en aquel
acto, que ofrecía tener recientemente afeitado el bigote, *que no es muy
poblado.
211

CAREO
Comparecido el testigo Hug A Howrell y ante el detenido Jack
Gates, mostró su conformidad á celebrar un careo, por medio del inter-
prete Sr. Roberto L. Chavez,
El testigo Howrell expuso que asegura que Gates no es el hombre
negro, que en la mañana del hecho vio correr por la calle D esquina á
19—Que el que corría tiene una señal debajo del ojo derecho, que
Gates no tiene, que si es verdad que cuando lo policía Secreta detuvo
á Gates le manifestó que era el mismo que había vista correr, fué por
que lo vio en lugar obscuro, sin que le viera después de sacado á la luz
del día.
RUEDA
Habiendo comparecido el testigo Manuel Coello Marrúz, se le invitó
para que examinara la rueda de individuos formada por los detenidos,
Jack Gates, José Ponciano Hernández, Sebastián Fernández (a)
Tin Tan, José Ruiz y Ruiz y Saturniono Cruz Tadraga, y manifestara
si entre los que la componía, se encontraba un negro que le vendió la
tierra colorada de siembra, á que se refirió en su declaración; y una
vez que el testigo hubo examinado la rueda, sin vacilar y con toda pre-
cisión expuso: éste es, señalando al acusado que ocupaba el segundo
lugar por la derecha, siendo Sebastián Fernández el cual no tenía saco
ni sombrero puestos.
Retirado Coello Marrúz se formó nuevamente, ocupando Tin Tan
(A cuarto lugar por la derecha, teniendo puesto un saco negro y un
sombrero de paja; y se ordenó al testigo que examinara la rueda; y lo
mismo que la vez anterior señaló á Sebastián Fernández.
Por tercera vez, se formó la rueda, ocupando Tin Tan el tercer lugar
por la derecha, teniendo puesto un saco blanco, gorra de casimir y un
pañuelo grande por el cuello, siendo igualmente reconocido por el tes-
tigo.
DECLARACIONES
En 26 de Julio, el Capitán de la 9a. Estación de Policía Sr. Eduardo
Prinielles hace constar, que acompañado del mismo que ejerce
igual cargo en la oncena Estación. Sr. Miguel Varona y testigos,
hizo comparecer al sereno de la Quinta "San Martín" qué dijo nom-
brarse Manuel Ribau, manifestando que el sombrero por el cual se le
preguntaba era uno que había colocado encima de un palo que se
encuentra en la habitación de Tin Tan.
I
212

El Guardia Urbano número 331, Facundo Hernández, que prestaba


servicios de caballería en la calzada de la Infanta, desde el puente de
Villarín á Carlos I I I , en los turnos de 11 p. 111. á 5 a. ni., desde hacía
más de un año, comunicó al Capitán Primelles: que siempre, de 4 á 4
y media, pasaba por allí el individuo procesado conocido por T I N -
T A N ; y que en la mañana del Sábado 16 no lo vio transitar por aquel
lugar. Manifestaba también que dicho individuo usaba gorra, sin
que pudiera precisar el color, por la obscuridad de la hora, y que por
esta causa tampoco lo conoce, por haberlo visto unas veces de siete
á ocho de la noche y otras de madrugada.
El mismo Capitán Primelles, habiendo tenido noticias que unos in-
dividuos trataban de ejercer coacción al mismo tiempo que ofrecían
dinero al moreno Juan /Vntonio Fesser y Jústiz, testigo de la causa que
se seguía contra Sebastián Fernández . ( a ) Tin-Tan; lo hizo com-
parecer, manifestando, que el Sábado 23 de Julio, como de seis á seis
y media de la tarde, hora en que se dirigía por la calzada de la In-
fanta, hasta la calle de Santa Rosa, y próximo al puente de Villarín,
pasó cerca de él un coche, oyendo que un individuo, que supuso fuera
el cochero, le dijo: mire al ciegue cito de Tin-Tán, siguiendo como
media cuadra y mirando al coche indicado.—Que fué llamado por
dos personas que iban en el interior, las que le dijeron que estaban
dispuestos á darle veinte centenes, con tal de que declarara que el pro-
cesado T I N - T A N , había estado el día del crimen que se le atribuía,
en su cuarto, desde las seis hasta las nueve de la m a ñ a n a ; que 110 te-
miera haberle hecho manifestaciones distintas al Juzgado en los pri-
meros momentos, pues podía exponer que había sido amenazado para
tal objeto. Que no conoce á esos individuos, si bien hubieron ellos
mismos de manifestarle que nada temiera, que ellos eran periodistas.
Teniendo conocimiento el Sr. Capitán Primelles de que un indi-
viduo había estado en el domicilio de Lucía Suárez, vecina de la
calle B esquina á 19, próximo á la habitación donde se cometió el cri-
men de la niña Celia Ochoa, y testigo de la causa que con tal motivo
se instruía contra el moreno Sebastián Fernández ( a ) Tin-Tan, se
constituyó en la citada casa, y presente la referida Lucía Suárez y He-
rrera, manifestó que el domingo, entre cuatro y cinco de la tarde,
se presentó un individuo blanco, que no conoce, y que tiene en la
cara señales aparentes de viruelas, alto, delgado, encorvado, y al cual
le falta un pedazo de uno de los dientes, que vestía pantalón blanco
de rayas negras, saco negro, sombrero de paño del mismo color, y ^
preguntó "que como á qué hora cometió Tin-Tan el crimen; y cofltf»
213

ella le contestara que no lo sabía con fijeza, pero que creía hubiera
sido después ele las cinco de la mañana, aquél le contestó que no po-
día haber sido, y que toda la familia, incluso Lucía y su sobrina Justa
María Ayala, iban á ser presas; y dirigiéndolas después distintas ame-
nazas que presenció D. Severo Ochoa, padre de la niña asesinada, se
marchó.

DILIGENCIAS

El testigo D. Manuel Coello recordó ^que al venderle un carretoncito


de tierra, un individuo negro á quien reconoció como Tin-Tan, obser-
vó perfectamente que le faltaban los dedos de una mano. Con el mis-
mo vendedor llenó unas macetas, y estando en esa operación se nece-
sitó un cuchillo para cortar un bejuco, y el moreno sacó del carrito una
navaja sevillana, de la que se sirvió, cuya navaja tuvo él en sus ma-
nos.
El Juez señor Landa, en vista de estas manifestaciones, se procuró
varios cuchillos, entre los que colocó la sevillana ocupada en la casa
del crimen. Todas esas armas le fueron puestas de manifiesto al tes-
tigo Coello.
Este señor, después de examinarlas, tomó en sus manos la sevillana,
y dijo: Esta me parece que es. Varias veces se repitió la prueba, de-
signándola el testigo.
El niño Manuel Rosas, que residía en la misma casa que el dete-
nido Fernández, refirió ante el Juzgado: que en una ocasión, haría co-
mo dos ó tres meses, Tin-Tan llegó un día de la calle y le dio á guar-
dar un cuchillo que tenía un cabo muy raro, atado con cordel, el que
tenía envuelto en un papel y ofrecía manchas de sangre. Tin-Tan le
dijo que se había peleado con un hombre que le arrojó unas papas.
Algo más tarde le restituyó el cuchillo, añadiendo que le había visto
dos sacos blancos.
El Juez señor Lauda dispuso que se ataran con cordel los cabos de
varios cuchillos que, ocupados en otras causas, existían en el Juzgado.
Entre esos puñales se puso la navaja sevillana que doña Carlota Lago
extrajo del cuello de su pobre hija. Puéstoles de manifiesto al niño
Rosas, con gran firmeza, los examinó, y tomando en sus manos la na-
Va
Ja, le dijo al Juez: Este es el cuchillo de Tin-Tan.
'Por dos ó tres veces se repitió la prueba, que dio idénticos resul-
tados.
214

DECLARACIONES DE GATES
El moreno americano Jack Gates, por medio de intérprete, manifestó
al Juzgado, que el sábado, según tiene por costumbre, llegó á la Plan-
ta Eléctrica que se fabricaba en el Vedado, lugar conocido por Piji-
rigua, como á las seis de la mañana, y estuvo trabajando hasta las
diez, en que tuvo que' retirarse á su alojamiento, por un fuerte golpe
que recibió en un pie.
Para comprobar estos extremos citó al representante de la Compañía
constructora de la citada Planta, Mr. George McKenzie, el cual com-
pareció en compañía de un redactor de "The Havana Post".
Mr. Kenzie expuso que, efectivamente, Gates es operario de la
Planta; que el sábado estaba allí á las 6 de la mañana, y que es cierto
que á las siete empezaron á mover una caja de maquinaria, y estando
Gates de espaldas, le fué cogido un pie por dicha caja, produciéndole
una contusión; que, no obstante, prosiguió en su trabajo hasta las diez,
en que era tan grande la inflamación del pie, que tuvo que sentarse, al
extremo que tuvo personalmente que decirle que se marchara á su
casa.
LABORATORIO NACIONAL
Por la sección de Química Legal se procedió al reconocimiento y
análisis de las manchas que presentaban varias piezas de ropa, un
sombrero y un papel con una materia al parecer fecal, remitidas por
e! señor Juez de Instrucción del Oeste, en causa queinstruía con el nú-
mero 445 de 1904.
En un papel de periódico correspondiente al diario "La Discusión",
del sábado 25 de Junio de 1904, venían envueltas, formando un pa-
quete, las siguientes piezas: Un saco de dril blanco, una camisa azul
á rayas blancas, dos camisetas, de crepé, una de ellas color claro y
la otra obscura, un sombrero de paja y un pantalón de jerga, obscuro.
Presentaba el paquete en su parte externa, y en uno de sus márgenes,
la inscripción, manuscrita con tinta negra, que se transcribe:—"445"
1904.—Ropa de Sebastián Fernández (a) Tin-Tan.
Colocadas dichas piezas sobre' la mesa, se procedió á observar y des-
cribir las manchas que en las mismas se notaban.
Un saco de dril blanco, de algún uso, que presentaba el cuelloy el
borde infeior de ambas mangas rotos. El bolsillo interior del lado de-
recho faltaba. Los bordes del tejido indicaban haber sido arranca-
dos. Presentaba con tinta negra, y en el borde, la marca 37X. Presen-

J
2i5

taba también la parte inferior de la pieza de la espalda descosida, y en


ella se veían las siguientes marcas, también con finta negra: un nú-
mero 13 y las iniciales M. C. y una cruz al lado. En la parte media
de la misma pieza, y hacia el lado derecho, existe una desgarradura
del tejido, en ángulo recto.
Guardando el orden correspondiente á la observación de las man-
chas, se notó que las que se encontraban en el cuello, parte interna y
externa del mismo, eran, por su naturaleza, de hierro; las del borde
inferior de la manga derecha, de barro; las pequeñas de forma irre-
gular y color obscuro, próximas al borde de la misma manga, de pin-
tura ; las del borde inferior de la manga izquierda, eran: la mayor, de
color rojo, de tierra colorada, y la más pequeña, situada al lado y de
color amarillento, al parecer de sangre: igual aspecto presentaban las
que se encontraban cerca del codo, en la misma manga; las del de-
lantero y parte derecha, eran unas de hierro y tierra colorada y otras, al
parecer, de zumos vegetales; igual aspecto presentaban las que se en-
contraban en el interior del bolsillo del mismo lado; las del delantero
parte izquierda eran: las existentes en la parte superior, por su color
rojizo, más acentuado al centro que en los bordes, y sus contornos irre-
gulares, al parecer de sangre, y las existentes en el bolsillo inferior del
mismo lado, parte interna, eran también al parecer de sangre.
Una camisa azul á rayas blancas, usada, siendo de color blanco las
cintas correspondientes al cuello y puños. Presentaba en el cuello las
iniciales, en tinta negra, M. C. Además presentaba tres gemelos en la
pechera y botón de nácar, y también dos gemelos más en cada manga,
así como un elástico en cada manga también.
En esta pieza únicamente se observaron unas manchas en el cuello
y ambos puños, las cuales eran de tierra colorada. La mancha que se
veía en el hombro, parte derecha y próxima al cuello, era de hierro.
Una camiseta de crepé color claro á cuartos colorados, presentaba
en la cinta correspondiente á los botones de la pechera las iniciales,
con tinta negra, M. C. Las manchas que presentaba esta pieza se en-
contraban: una en la parte derecha del delantero del mismo lado, la
que por su color y forma parecía ser de sangre, y la otra se encon-
traba situada un poco más abajo de la pechera.
Otra camiseta de crepé, obscura y á cuartos colorada, también risa-
da, presentaba en la tira correspondiente á los botones de la pechera,
las iniciales M. C , en tinta negra, y el número 37X, también con tinta
n
cgra; esta pieza presentaba todo el delantero manchado de tierra co-
brada. No se observó en ella ninguna otra mancha.
2l6
El sombrero de paja, sin cinta, forro ni badana, presentaba en el ala,
parte posterior de la misma, unas manchas cuyos caracteres no corres-
ponden á los que se asignan á las manchas de sangre.
Un pantalón de jerga obscuro, usado y roto, sin iniciales ni número
alguno.
Esta pieza presentaba varias manchas de distintos colores, forma y
tamaño; entre ellas no se pudo, ni á la luz natural, primero, y á la
simple vista, ni á la artificial después, y en la obscuridad, lucir ni re-
flejar la luz al mirarlas oblicuamente, por reflexión, ni encontrar nin-
guna que pudiera, por sus caracteres, inducir á considerarla como de
sangre.
Se procedió al examen de las manchas que, por sus caracteres exte-
riores, hacían presumir que fueran de sangre, dando principio por el
saco de dril blanco y por la mancha que aparecía en el delantero iz-
quierdo, de la que se tomó una parte equivalente á la mitad apro-
ximada de la misma, la que en frasco apropiado se colocó en macera-
ción en agua destilada, durante cuatro horas, dando, transcurrido este
tiempo, un líquido ligeramente teñido en amarillo, el que fué tratado
por el reactivo Huenefeld, acusando, con la coloración carecterística,
la presencia de sangre. El pedazo de lienzo fué tratado por la potasa,
y después el líquido resultante por los ácidos nítrico y clorhídrico,
acusando, con el precipitado obtenido, la presencia de la sangre (Pro-
ceder Morin).
Es de advertir que esta mancha que presenta el saco blanco, apa-
recía lavada, y en esta creencia se dedicó preferente atención al exa-
men de las demás manchas que en número variable presentaba dicho
saco blanco, observándose que en la manga izquierda, y en la parte
correspondiente á la bocamanga, al lado de la mancha de tierra colo-
rada, aparecían unas manchas amrillentas así como en el forro del
bolsillo del mismo lado izquierdo, de cuyos puntos se tomaron diversos
pedazos, los que igualmente fueron colocados en maceración en agua
con soda cáustica, dando, transcurrido el tiempo necesario, un líquido
ligeramente teñido de amarillo, el que fué tratado por el reactivo Hue-
nefeld, así como por el procedimiento Morin, acusando la presencia de
sangre.
En la seguridad de encontrarse en presencia de un lienzo teñido de
sangre, y lavado, se sometieron distintos pedazos de los sitios sospe-
chosos manchados del saco blanco, al proceder Hoppe, que consiste
en echar gotas de una disolución de hidrato de sosa sobre los pedazos
de género que se suponen manchados de sangre, los que en este caso
217
dieron la coloración verde característica, coloración que se torna en ro-
jiza al tratarse por el ácido acético, volviendo nuevamente al verde al
tratarlo otra vez por el hidrato de sosa.
Determinada ya la presencia de la sangre en las manchas del saco
blanco, sólo restaba proceder á su identificación, y para ello se valió
del líquido resultante de la maceración, el que después de perfecta fil-
tración se sometió al método biológico Bordet, técnicos de Wasser-
man y Schuise, acusando, con el precipitado característico, la presencia
de sangre humana.
De la camiseta azul á rayas blancas, que estaba usada y bastante
sucia por algunos lados, no presentaba en su pechera y parte delan-
tera ninguna mancha que por su característica haga aparecer sean de
sangre; no así ambas bocamangas, que presentaban algunas sospecho-
sas, las que fueron cortadas y maceradas separadamente en la solu-
ción salina normal, sin que ésta acusara, tratada por el reactivo Hue-
nefeld, la presencia de la misma. Sometidos los pedazos de género que
habían estado en maceración al proceder de Hoppe, no acusaron tam-
poco fci presencia de sangre.
La camiseta de crepé de color claro, presentaba en su parte delantera
algunas manchas al parecer de sangre, de las que se tomaron cuatro
del delantero derecho y la mitad de una mancha más grande que exis-
tía en el delantero izquierdo; estos pedazos de género fueron colocados
en maceración en la solución salina normal, dando, transcurrido el
tiempo necesario, un líquido ligeramente teñido de amarillo, el que,
tratado por el reactivo Huenefeld, acusó la presencia de sangre.
Sometido parte del líquido del macerado, después de perfecta filtra-
ción, al método biológico de Bordet, técnico de Wasserman, demostró
la presencia de sangre humana.
La camiseta de crepé de color obscuro, que, como ya queda dicho,
se encontraba casi completamente manchada de tierra colorada, exa-
minada cuidadosamente no presentaba ninguna mancha que contuviera
los caracteres de la sangre.
El sombrero de paja presentaba en su ala, lado derecho, unas man-
chas rojizas que fueron cortadas aparte y sometidas á la técnica des-
crita, sin que las operaciones practicadas acusaran la presencia de la
sangre.
Las diversas manchas que presenta el pantalón obscuro de jerga, no
tienen el aspecto de las de sangre; sin embargo, de las más parecidas se
tomaron pequeños pedazos, los que igualmente sometidos al trata-
miento descrito, no acusaron la presencia de la misma.
2l8

La camiseta blanca de algodón que se acompañaba, presentaba al


gimas manchas al parecer de sangre, haciéndose notar que dichas
manchas eran de adentro á afuera; y con el fin de caracterizar la
mayor que presentaba, y que se encontraba situada en la parte delan-
tera y á la altura de la cintura, se cortó un pedazo de ella, que fué
colocado en maceración en una solución de sulfato sódico, observán-
dose que la materia colorante se disgregó bajo la forma de polvo roji-
zo negruzco, circunstancia que permitió asegurar que la mancha es de
chinche.
La camisa azul á rayas blancas, la camiseta de crepé color obscuro,
el pantalón de jerga y el sombrero, no presentaban manchas de san-
gre.
Las manchas que presentaba la camiseta de algodón de color blan-
co, son de pulgas ó de chinches.
El vestido azul de la niña Celia Ochoa y la camiseta de crepé color
claro, presentaban manchas de sangre humana; y el saco blanco, en su
lado izquierdo y en el interior del bolsillo del mismo lado, también las
presentaba, siendo ellas al parecer lavadas.
Certificó igualmente el Laboratorio Nacional, que: en el vestido de
dicha niña, así como en el pantalón de jerga, no se encontraron es-
permatozoides, ni elemento alguno que indicara vestigios de licor es-
permático,
ANTECEDENTES
Siendo Sebastián Fernández (a) Tin-Tan un niño, cometió un deli-
to de asesinato, por el cual' fué sentenciado y remitido al "Asilo de
San José", donde permaneció hasta la mayoría de edad, en que fué
trasladado al Presidio.
Curiosa es la forma en que Tin-Tan perdió los dos dedos de la mano
izquierda.
Estando en el referido Asilo se le obligaba á trabajar, y él, para po-
der permanecer de holgazán, tomó una trincha y se cortó los dedos. En
esa época se le conocía por "El Lucumí".
Tin-Tan, durante su permanencia en el Asilo y Presidio, adquirió
malos hábitos é inclinaciones, las que una vez en la calle le proporcio-
naron las prisiones de que hemos hecho referencia.
En sus útlimos tiempos se le conocía también con el apodo de
"Ropa de muerto", debido á que la ropa que usaba la adquiría en las
casas en que ocurría alguna defunción.
Por orden del señor Landa se procedió á hacer constar más tarde,
219

en las piezas del sumario, cuantos defectos físicos presentaban los de-
tenidos. Asimismo se hizo constar que Tin-Tan no usaba bigote, pues
se afeitaba completamente, á diferencia de los dos detenidos, que lo
llevaban habitualmente.
220

AUTO DEL JUEZ INSTRUCTOR


Habana, Julio 20 de 1904.

Resultando: que á las ocho de la mañana del día 16 del corriente


mes, este Juzgado recibió aviso, por teléfono, del capitán de la novena
Estación, expresivo de que en el barrio del Vedado, y en la calle B es-
quina á 19, había sido asesinada una niña, por lo que inmediatamente
se trasladó el Juzgado á dicho lugar, que es la casa número 54 de la
expresada calle, constituyéndose allí á las ocho y treinta minutos; y
en el dintel de la puerta de la accesoria de la mencionada casa, que
forma una de las esquinas de la calle 19, se encontró tendida en el
suelo una niña ele la raza blanca, como de 9 a 10 años, de pelo casta-
ño y débil constitución, la que estaba muerta, según certificó el médico
municipal, doctor Manuel Ramírez Ramos. Vestía esa niña un traje
azul y otro interior, en forma de chaleco, color éste carmelita, ambos
manchados de sangre y con dos cortes que correspondían á dos heridas
que se observaron en el cuello, teniendo en una de éstas introducido
hasta el cabo un cuchillo que se le extrajo y ocupó, el que es de punta
muy aguda, pareciendo su hoja la de una navaja sevillana, con el cabo
de cuerno amarrado con un cordel delgado. En el interior del cuarto,
á la derecha, había una cama con jergón de paja y una sábana de
rusia, ambas con manchas de sangre; entre los pies de la cama y la
pared, había una extensa mancha de sangre, con materia fecal en el
centro; en este lugar informó doña Carlota Lago, que había encon-
trado el cadáver de la niña—que era su hija Celia Ochoa y Lago,—
trasladándolo al en que el Juzgado lo encontró. Se ocupó también en
aquel lugar una pequeña caja de anaciera con dos pedazos de carbón,
con manchas de sangre. Inmediato, se ocupó un pedazo de bastón,
al parecer de espino, roto en el extremo inferior, que doña Carlota
Lago expresó que 110 sabíade quién era. En el portal que da frente
á la calle 19, y en el extremo que limita con el patio, sé vieron en el
suelo tres tazas con café y pan, así como una lata de azúcar. Se ocu-
pó, recogido en la habitación por el Capitán Primelles, un papel blan-
co, que encontró inmediato á la cama aludida; cuyo papel está dobla-
221

do, formando como la vaina de un cuchillo, correspondiente al ancho y


extension del ocupado. Y, por último, según certificó el médico doctor
Ramírez, la niña presentaba dos heridas producidas por instrumento
perforo-cortante, en la región carotidea izquierda, y desgarraduras de
la mucosa y esfínter anal.
Resultando: que Lucía Suárez y su hija Justa María Avala, vecinas
de la accesoria inmediata á la en que el Juzgado se constituyó, declara-
ron que en la mañana del indicado día, sin poder precisar la hora, sa-
lieron al portal para ver un puerco muy gordo, observando que de la
casa de la niña Celia salió, con paso mesurado, un moreno desconocido,
de estatura baja, bizco, vestido con pantalón obscuro, saco blanco y
gorra negra; que oyeron llorar al hermano menor de Celia, por lo
que pasaron á ver lo que ocurría, y encontraron á Celia á los
pies de la cama, acostada en un charco de sangre; que salieron preci-
pitadamente, y viendo el rumbo del moreno—que era por el placer
inmediato, hacia la cerca de cardón,—la primera de las declarantes le
gritó al niño Roberto—que cruzaba por el placer—que aquel moreno
babía matado á Celia. Y el menor Roberto Ostolaza evacuó la cita de
conformidad, expresando que eran como las siete de la mañana, que
vio cuando el moreno se introdujo en la cerca de cardón y que vestía
el traje referido.
Resultando: que el capataz de Obras Públicas D. Diego González
Torres, expuso: que como á las siete de la mañana, haciendo su re-
corrido, y al llegar á la calle A, entre 19 y 21, vio que dos hombres
que conducían un puerco grande requirieron á un moreno para que
se echara á un lado del camino; que dicho moreno tomó en dirección
de la calle 23, hacia la quinta "Santa Catalina"; que vestía pantalón
negro, camisa blanca algo manchada y gorra negra aplastada; es jo-
ven, fuerte, lampiño y bizco, ó teniendo una imperfección en el ojo
derecho; y que después de enterado del hecho de autos y oir que un
moreno era el autor, de las mismas señas, se dirigió por el lugar donde
aquél anduvo, y se informó que por una casa en construcción próxima
á los terrenos de la quinta "Santa Catalina", había pasado dicho mo-
reno.
Resultando: que el menor, de tres años, Filiberto Ochoa, hermano
ae Celia, en su exploración sólo expresó que un moreno mató á Celia,
tocó el cuchillo que el Juzgado había ocupado, diciendo: "La mató
con este cuchillo". Y la madre de aquéllos, Carlota Lago de Ochoa,
declaró: que en la mañana aludida, *sin fijar la hora, salió de su ha-
bitación para la calle 17, esquina á A, donde está colocada como co-
222
ciñera, y su esposo Severo Ochoa lo efectuó á la una de la madrugada,
porque trabaja como barrendero de la ciudad. Que al salir dejó en
la casa á Celia, que contaba 10 años de edad; Filiberto, de 3 años, y
Ricardo, de 18 meses, los cuales quedaron sentados en el suelo del
portal, tomando café. Que siempre hacía igual, pues Celia cuidaba de
sus hermanos durante la ausencia de ella y de su esposo. Que como á
las siete oyó el silbato de la policía, y avisada por una vecina, fué á su
casa en el acto. Que al llegar encontró en el portal á Filiberto y á Ri-
cardo, y á Celia en el cuarto, donde informó antes al Juzgado. Que
en el lugar inmediato á su hija estaba el pedazo de bastón ocupado,
el cual 110 sabe de quién sea, pudiendo informar y asegurar que no
estaba en su casa anteriormente. Que no sabe ni sospecha quién sea
el autor del delito, no recordando haber visto al negro de las señas
que constan. Que creía que su hija había sido violada; que donde la
encontró había excrementos en el suelo, y que 110 sabía á quién perte-
necía el cuchillo ocupado.
Resultando : que él mismo día, á las dos de la tarde, el Juzgado se
retiró de la casa, dirigiéndose á la quinta "Santa Catalina", donde in-
quirió que por la mañana temprano sintieron ladrar al perro y encon-
traron abierta la portada, suponiendo sus nioradores que por ese te-
rreno pasara, según se decía, el negro autor del crimen, al cual había
visto D. José Calvo, que construye una casa en el fondo. Y como en
dicha casa no estuviera en aquel momento Calvo, se ordenó su cita-
ción, y por la calzada del Cementerio, á la que hace frente la finca
"Santa, Catalina", se dirigió el Juzgado á la quinta "La Integridad",
practicando averiguaciones, trasladándose después á su residencia ofi-
cial y librando, á instancia del Ministerio Fiscal, oficio al Jefe de la
Polio a Secreta para la busca y captura del negro de las señas con-
signadas, expidiendo más tarde mandamiento á dicha Policía Secreta
para un registro en la mencionada quinta.
Resultando: que el que provee, á cuyas órdenes está, para otros ser-
vicios, el vigilante de la Policía municipal Rafael Roche, dispuso que
éste pasara á la quinta "La Integridad" y permaneciera en ella ha-
ciendo averiguaciones.
Resultando: que constituido al siguiente día el Juzgado en el Ne-
crocomio, fué llamado por el vigilante Roche á la quinta "La Inte-
gridad", y pasando á la misma, se recibió declaración á doña María
Márquez, la que expuso que en la mañana anterior, á las siete, poco
más ó menos, llegó á la quinta un moreno joven conocido por el
apodo de Tin-Tan, el que vestía pantalón obscuro, saco blanco, con
223

manchas que parecían de sangre, y gorra negra. Que entró en el cuar-


to de Juan Antonio Fesser, conocido por Antonio kkEl Ciego", de don-
de salió con otro saco obscuro y llevando en la mano un bulto de gé-
nero blanco, que arrojó á la zanja que está frente á la quinta: y que
no vio por dónde llegó á la quinta Tin-Tan, pudiendo haber sido por
la parte que cae á la calzada del Cementerio. Y los testigos Juan An-
tonio Fesser y Félix Herrera, convienen en que Tin-Tan llegó al in-
dicado cuarto, donde tomó el saco obscuro del primero, cuyo saco re-
conocieron más tarde como el mismo ocupado en un arroyo de la
quinta "San Martin", donde residía Tin-Tan, habiendo sostenido sus
afirmaciones todos estos testigos, con energía, en diligencias de ca-
reo.
Resultando: ojie el Juzgado ocupó, en la zanja que corre frente á
la quinta "La Integridad", y adherido á las tablas que forman una
represa, un saco de dril blanco, deteriorado por el cuello y puños y por
Id parte inferior de la espalda, con manchas al parecer de sangre, aun-
que debilitadas por el agua, y otras de lino, cuyo saco tiene marcas en
tinta de china, ó sea en el lado interior derecho, la siguiente: 37X, y
en la parte inferior de la espalda las iniciales M. G. X. y la cifra 13,
siendo dichas marcas exactamente iguales y estando en los mismos lu-
gares de un saco de dril blanco que el vigilante Roche ocupó, en-
vuelto en un papel, al negro Sebastián Fernández (a) Tin-Tan, que
fué capturado por dicho vigilante el día 17, en la calzada, de la In-
fanta, cumpliendo mandamiento que el juzgado le expidió.
Resultando: que Sebastián Fernández (a) Tin-Tan, negó en abso-
luto su participación en el delito ni conocer á la niña Celia, cuyo ca-
dáver vio; que 110 estuvo en "La Integridad"; que no es suyo
el saco allí ocupado, pero sí lo es el que le ocupó el vigilante Roche;
que nunca ha usado gorra; que ha tenido disgusto con uno que 110
sabe si se nombra Pedro, pero sí que es amigo de Antonio "El Cie-
go"; que una herida que tenía cubierta con tafetán en la mano iz-
quierda, se la ocasionó la mañana de ese día con un vidrio, extrayen-
do tierra, á cuya venta se dedica; y continuó negando siempre los car-
gos del sumario. Y reconocido por los médicos, espresaron que Tin-
Tan es hombre fuerte y capaz de producir las heridas que causaron
la muerte á Celia Ochoa; que son potentes los músculos de los glo-
bos oculares, pudiendo verificar el extravismo á voluntad, cuyo es-
travismo casi es permanente en el ojo derecho, y que la herida de su
mano izquieda podía tener más de 24 horas de inferida, y serlo por el
cuchillo ocupado y 110 por un fragmento de vidrio.
224

Resultando: que en el registro practicado por el Juzgado, con asis-


tencia del señor Teniente Fiscal de la Audiencia, en la habitación de
Sebastián Fernández (a) Tin-Tan, se ocuparon al mismo ropas con
las mismas marcas que tienen los dos sacos blancos aludidos, y un pan-
talón de jerga negro.
Resultando: que tanto doña Encarnación Martínez, como el menor
Manuel Rosas Cabo y Pedro Loinaz del Castillo, han convenido en
que Tin-Tan usaba una gorra negra y sacos blancos, habiendo los dos
últimos, así como el testigo D. Manuel Coello—que espontáneamente
se presentó á declarar,-—reconocido y señalado el cuchillo que el Juz-
gado extrajo del cuerpo de Celia Ochoa, como el que usaba Tin-Tan,
cuyo cuchillo expresó el menor Rosas que en cierta ocasión Tin-T^an
se lo dio á guardar envuelto en un papel, y Pedro Loinaz, que con la
misma arma fué amenazado por aquél.
Resultando: eme el capitán de la Guardia Rural señor Elíseo Fi-
gueroa, presentó al Juzgado, y se encuentra detenido, al moreno José
Ponciano Hernández, capturado en Güines por sospechas de que fuera
el autor del delito, en atención á convenir su traje con el del qué desde
los primeros momentos se acusó, habiendo negado Hernández en abso-
luto su participación en el hecho.
Resultando: que el teniente de la Policía Secreta D. Rafael Muñoz,
informó, primero, tener noticias confidenciales de que el autor del cri-
men era un negro americano nombrado Jorge, que tiene los dientes pi-
cados y una nube en un ojo, que residía en la quinta "La Integridad",
donde estuvo el domingo después de realizado el hecho, y se desnudó,
y al devolver ese Departamento de la Policía Secreta diligenciado,
sin resultado alguno, el mandamiento del registro de la quinta "La
Integridad", informaron los detectives Coro y dragón que el negro
Jorge se había cambiado de traje en el café "Gloria del Príncipe"; pe-
ro el referido teniente de la Secreta D. Rafael Muñoz, remitió pos-
teriormente al Juzgado al negro Jack Gates, que expresa haberle ma-
nifestado llamarse Jorge ó Jaque, por noticias de que el presunto
autor del asesinato había pernoctado en la calle 25, entre las de I y H,
y porque estando interrogando á Jaque, cuyas señas dice coincidían
con las del que buscaba, se presentó el blanco H. A. Howell, el cual,
s;n duda ni vacilaciones, designó á Jaque cómo autor del crimen, afir-
mando haberlo visto correr, después de realizado; y á la vez, remi-
tió ropas de Jaque, entre las que se encuentra una camiseta con dos
manohas, al parecer de sangre.
Resultando: que Jack Gates negó ser autor del delito, afirmando
22'

que en la mañana del hecho entró, según costumbre, á trabajar, sien-


do las seis, en da Planta Eléctrica en construcción situada en el Ve-
dado, que allí se hirió el pie izquierdo al rodar un pedazo de maquina-
ria, presenciándolo el encargado MacKenzie y el listero Miguel, que
anotó su entrada. Que á las once marchó para su casa, y que al si-
guiente día fueron á su habitación dos paisanos que le mostraron cha-
pas de policía, preguntándole por Henry Rickects, marchándose al
decirles que no vivía allí. Que después, como á la hora, volvieron un de-
tective y un policía, y después otros con médicos que lo reconocieron, y,
por último, que recogieron sus ropas y lo detuvieron. Y concluyó ex-
plicando que las manchas de sangre de la camiseta proceden de las
chinches que hay en su cama.
Resultando: que reconocido por los médicos forenses el expresado
Jack Gates, informaron que éste no tenía caries en la dentadura, que
su herida del pie izquierdo era producida por el roce de un cuerpo
áspero y duro, y que Gates y José Policiano Hernández tienen bigo-
tes, pero Sebastián Fernández (a) Tin-Tan, ofrecía tener reciente-
mente afeitado el bigote.
Resultando: que Mr. Hugo A. Howell declaró: que en la mañana
del hecho vio correr por la calle E, esquina á 21, á un negro alto, sin
bigote, con una marca debajo del ojo derecho, eh que vestía pantalón
obscuro, saco color amarilloso y gorra obscura, y corría con direc-
ción al Hospital Mercedes. Que enterado después del hecho, tuvo la
impresión de que el negro aludido fuera el autor del mismo. Que
cuando la Policía Secreta detuvo á Gates, lo reconoció como el mis-
mo á cjuien había visto correr; pero que no podía asegurar que fuera
el criminal. Y al celebrar con Gates un careo, se suspendió la diligen-
cia, porque Howell aseguró que no era el que había visto correr, y
que si expresó antes lo contrario, fué porque no vio á Gates á la luz
del día cuando lo detuvieron.
Resultando: que George MxKenzie y el listero Luciano Miguel, han
convenido en todo con las citas que les hizo Jack Gates, entregando el
último un frasco en que preparó alcohol con sal para curar á aquél
cuando se lesionó, y mostrando también la libreta de jornales, donde
consta anotado el 16 de Julio el expresado Gates, con diez horas de la-
bor, expresando que se le abona entero el día que en el trabajo se las-
timó:
Resultando: que colocados los testigos Lucía Suárez, Justa María
Ayala, Roberto Ostolaza, Diego González y José Calvo, en los distin-
tos sitios en que en sus declaraciones han expresado que vieron al ne-
15
226

gro cuyas señas dieron, fueron pasados á su vista, vestidos con sacos
blancos y gorras negras, dos veces, y sin éstos después, los tres de-
tenidos por este sumario, y todos los mencionados testigos, de una
manera expresa y terminante, reconocieron á Sebastián Fernández (a)
Tin-Tan, como el mismo á quien habían señalado en sus aludidos tes-
timonios.
Resultando: que á los mismos detenidos, y por peritos sastres, tra-
taron de probarse los sacos de dril blanco ocupados, sin que pudiera
vestirlos más que Sebastián Fernández ( a ) Tin-Tan, informando los
peritos que se ajustaban á su talla exactamente, y que el otro saco obs-
curo perteneciente á Antonio "El Ciego", aunque es de talla inferior
á Tin-Tan, podía el mismo usarlo, sin que sirviera á los otros dos
detenidos.
Resultando: que la autopsia comprobó, según el informe de los
doctores Cueto, Walling y Polanco, que la practicaron, que la niña
Celia Ochoa yLago tenía, además de las dos heridas del cuello, una
escoriación lineal en la parte lateral izquierda del labio inferior. Que
la muerte fué producida por la hemorragia de los gruesos vasos sec-
cionados. Que el instrumento pudo haber sido el cuchillo ocupado, el
cual reúne las condiciones necesaria». Y los mismos médicos, después
de constituirse con el Juzgado en el lugar del hecho y examinar la
habitación y la cama, junto á la que la madre de la niña tomó en
sus brazos el cadáver, han informado que creen verosímil que después
de haber sido llevada la niña á la cama y arrojada violentamente á la
parte que corresponde á los pies, transversal al eje mayor de dicha
cama, en cuyo momento se le produjo, quizás, la escoriación labial,
para acallar los gritos que emitiera al querer efectuar con la niña
actos de violencia; y como no pudiera el agente realizar sus propó-
sitos—por la resistencia de la menor,—entonces se causaron á la mis-
ma las lesiones. Que después pudo la niña incorporarse y caer al sue-
lo, donde murió por la hemorragia abundante. Que al ser arrojada en
la cama, quedó boca arriba la niña, y que ésta, por su desarrollo y de-
más signos fisiológicos, representaba tener de diez á once años de
edad.
Resultando: que según ha informado el jefe del Vivac, el negro vSe-
bastián Fernández, por dos ocasiones, durante el- período de su deten-
ción, ha tratado de suicidarse, sin realizarlo, por las medidas q ^
se han adoptado.
Considerando' que el hecho objeto del procedimiento, que ha con-
movido hondamente la opinión del vecindario y causado perturbado-
227

nes, presenta los caracteres de los delitos de tentativa de violación y


asesinato consumado, puesto que dada la forma en que la niña Celia
Ochoa fué encontrada por su madre en el lugar inmediato á la cama
—donde, según los médicos, quedó muerta,—las manchas de sangre
que en la sábana y en el jergón de la cama se encontraron, las des-
garraduras de la región labial causadas á dicha niña, y la forma y
manera violenta en que aparece fué arrojada al lecho, revelan que la
repetida niña fué sorprendida por quien no tuvo otro móvil que po-
seerla, saciando en la misma apetitos carnales, y á la resistencia opues-
ta, de manera alevosa, dadas la superioridad del sexo, de constitución
y de los medios de defensa, le ocasionó la muerte con el cuchillo que
el Juzgado extrajo de una de sus heridas.
Considerando: que de lo actuado hasta ahora existen motivos bas-
tantes para estimar responsable criminalmente de los expresados deli-
tos, al negro Sebastián Fernández (a) Tin-Tan, pues sus señas perso-
nales, consignadas desde los primeros momentos y que dieron orienta-
ción al Juzgado para proceder á su busca y captura, concuerdan con
precisión, y las constantes actuaciones en que figura el crecido número
de testimonios de ciudadanos que con civismo plausible han depuesto
los hechos y antecedentes que conocían, señalan todos al mencionado
negro como autor de los repetidos delitos.
Considerando: que á la par que las investigaciones materiales han
ido sumando cargos contra Sebastián Fernández, se ha demostrado
que ni José Ponciano Hernández,-^detenido por la Guardia Rural en
Güines,—ni Jack Gates, que detuvo la Policía Secreta de esta ciu-
dad, tuvieron en los delitos participación alguna, no existiendo contra
éstos, al presente, cargo alguno ni motivo, por tanto, para que conti-
núen detenidos.
Considerando: que en atención á la pena que en definitiva pueda
imponerse á Sebastián Fernández, dada la gravedad de los delitos
que se le imputan, es procedente decretar su prisión provisional con
exclusión de fianza.
Vistos los artículos 3.0, párrafo' 2.0, 414 y 453, caso 3.a del Código
Penal, y los números 384, 502, 503, 529 y 589 de la Ley de Enjuicia-
miento Criminal, así como la Orden 109 de 1899,
Se declara procesado por esta causa y sujeto á sus resultas, al ne-
gro Sebastián Fernández (a) Tin-Tan, y se decreta su prisión pro-
visional con exclusión de fianza.
Notifíqueseíe este auto, innstruyéndole de todos los derechos que
la Ley le concede; remítasele á la Cárcel, con^el oportuno mandamien-
228

to, previniédose al Alcaide que adopte las medidas para que dicho
procesado no se suicide, y fórmese el correspondiente incidente de pri-
sión.
Se alza la detención de José Ponciano Hernández y de Jack Ga-
tes, librándose, para la inmediata libertad de los mismos, oficios al
jefe del Vivac.
Se declaran públicas las actuaciones desde este momento.
Tráiganse los antecedentes penales, carcelarios y de conducta del
procesado. I
Requiérasele para que á primera audiencia preste fianza en metá-
lico para asegurar las responsabilidades civiles, por cantidad de diez
mil pesetas, y si no lo verifica, embargúense!e bienes por dicha su-
ma, formándose otro incidente para tratar de este particular.
Y transcurrido el término legal, después de notificado el procesa-
do, dése cuenta, para acordar lo que proceda.
Comuniqúese á la Sala de lo Criminal y al Ministerio Fiscal.
Lo mandó y firma el señor Licenciado Manuel Landa y González,
Juez de Instrucción del distrito del Oeste; doy fe.— (Firmado) : Ma-
nuel Landa.—José J. Dennes.

NOTIFICACIÓN

A las seis de la tarde del día 20 de Julio se constituyó el señor Juez


cíe Instrucción, con asistencia del escribano señor Dennes y del au-
xiliar señor Oliva, en el Vivac del primer distrito, donde se encon-
traban los detenidos por esta causa, los que fueron traídos á pre-
sencia del Juzgado.
El auxiliar Oliva, con voz clara y vibrante, dio lectura al auto que
antecede, que fué oído con religioso silencio por los detenidos. Cuan-
do terminó la lectura, Tin-Tan estaba sumamente nervioso. El Juez
le hizo saber que tenía veinticuatro* horas para designar abogado, en
cuyo período de tiempo el Juzgado permanecería en receso.
Al detenido Ponciano Hernández se le extendió una boleta de pa-
saje por cuenta del Estado, para que retornara á Güines, donde fué
detenido.
El señor Juez Landa tuvo frases enaltecedoras para él, lamentán-
dose por haberse visto dbligado á tenerlo detenido, cuando desde los
primeros momentos tenía el convencimiento de que era inocente.
Jack Gates, el hombre que hubiera, sido lynehado, sin la protección
de la policía, y cuya inocencia quedó plenamente demostrada, se puso

A
229
de pie, hizo un respetuoso saludo al Juzgado y se retiró de aquella
prisión, donde tantas horas amargas había pasado.

Á LA CÁRCEL
A las siete y media de la tarde de dicho día 20 de Julio, fué con-
ducido á la Cárcel Tin-Tan, por el teniente señor Emilio Menéndez
y dos vigilantes.
Cuando la ambulancia en que iba pasó frente al Necrocomio, trató
de lanzarse del vehículo, quedando con parte del cuerpo fuera de ella;
pero el citado teniente lo sujetó fuertemente por el cuello.
230

EN LA AUDIENCIA
Elevada la causa á la Audiencia, se procedió oportunamente á la
celebración del Juicio Oral y Público.
Componían la Sala, los Sres. Juan O'Farril como presidente, los
Magistrados Ambrosio Morales, Eduardo Azcárate, José María Agui-
rre y Manuel Enrique Gómez.
Antes de dar comienzo á la quinta sesión, se procedió á una ins-
pección ocular por los anteriores señores, concurriendo además el
Fiscal Sr. Gutiérrez Quirós, el Ldo. Gonzalo Jorrín y Moliner y el
vigilante Rafael Roche, como así mismo el procesado T I N - T A N , que
fué conducido en una ambulancia.
La sala inspeccionó el lavadero, la zanja donde fué hallado el saco
y todos los lugares que se citan en el sumario, pertenecientes á la
Quinta í4La Integridad"; esta visita principió á las ocho de la ma-
ñana del día 24 de Noviembre de 1904, y terminó á las doce y media.
A las dos y cuarto, dio principio la sesión, dando lectura el Secre-
triao al escrito de conclusiones definitivas del Ministerio público, con-
signando en ellas, que la pena que debía imponerse al procesado con-
forme al artículo 88 del Código Penal, si es que la Sala declara pro-
bada la existencia de los dos delitos calificados como prominentes de
un mismo hecho, ó ya con arreglo al artículo 114, párrafo último en
relación con el artículo 80 húmero ¿.0 y números 19 y 21 del artículo
10 del Código Penal, es la de MUIÍRTÍ;, que habrá de ejecutarse confor-
me á lo dispuesto en la Orden del Gobierno Militar de 10 de Julio
de 1900.
Terminada la lectura del anterior escrito, el Sr. Presidente con-
cedió la palabra al representante del Ministerio Fiscal, señor Juan
Gutiérrez Quirós,
Breve fué su informe, comenzando por expresar á la Sala que no
tenía que hacer un análisis detallado del hecho, bastándole una ligera
relación. Que era incuestionable que el día 16 de Julio, entre seis y
siete de la mañana, fué hallada una niña muerta sobre un charco de
sangre, no habiendo sido oida ni por la primera persona que entro
en la habitación, lo que prueba que la niña ni luchó, ni lloró, ni tam-
231
poco gritó, pues de lo contrario indudablemente que hubiera clamado
piedad para ella.
Que está probado que á la hora indicada, don Severo Ochoa, padre
de la niña asesinada, aún no había regresado de su trabajo para donde
salió á la una de la noche, encontrándose la niña sola con sus her :
manitos.
Que está probado por una vecina, que vio á T I N - T A N salir de la
habitación del crimen, un niño que lo vio pasar por su lado después,
el testigo Diego González y dos hombres más que lo ven doblar á
buen paso, una cerca de cardón, cerca de la casa del crimen, que pasó
por la estancia "Santa Catalina", que llegó á la Quinta "La Integri-
dad", donde lo ve la encargada salir con un saco roto del cuarto de
El Ciego, y arrojar á la zanja que pasa junto á dicha quinta, un saco con
manchas de ^sangre, que luego reconocen dos dueños de trenes de
lavado y el tullido Guillermo García.
Que hay quién lo vio llegar después á la quinta "San Martín" y
sacar tierra que en una carretilla le vieron vender después, á las diez
de la mañana en la calle de los Corrales. Que está probado que el
día del crimen, T I N - T A N , se lo reveló al tullido García; y que hay
otros testigos que reconocen como de T I N - T A N , el cuchillo hallado
en el cuello de la niña.
Expica diciendo que el Código Penal, aplica la pena que cabe al
asesinato, al que da muerte á un niño, estimando siempre la alevosía;
por que se explica que un niño no pueda defenderse de una agresión
que la cause la muerte.
Y terminó diciendo que si se estimaban en el hecho los delitos de
tentativa de violación y asesinato, solicitaba parael procesado la pena
de MUERTE.
Igual castigo pidió el Sr. Ldo. Mario García Kohly, como acusador
privado, y la Sala sentenció á Alberto Sarda ó Sebastián Fernández,
ó Manuel Fernández (a) T I N - T A N , á la pena capital.
Interpuesto recurso de casación ante el Supremo, el Tribunal com-
puesto de los Sres. Magistrados, Govín, Cruz Pérez, Revilla, May-
dagan, Gispert, Tapia y Joaquín Demestre, confirmaron por sentencia
número 20, promulgada en 17 de Marzo de 1905, la pena fallada por
la Audiencia de la Habana, la que no pudo ser ejecutada por haberse
suicidado el reo en una bartolina de la Cárcel.
La Magistratura cubana, cuenta en su seno prominentes miembros,
í Ue con notoria clarividencia depuran los hechos delictuosos para no
cometer errores jurídicos.
HOMENAJE
i
¿35

A LOS SEÑORES JUECES DE INSTRUCCIÓN


Y CORRECCIONALES
DE LOS DISTRITOS DE LA HABANA

HOMENAJE
Destituido, el autor de esta obra de todo sentimiento que no sea
justo y razonable, dado su carácter, no puede por menos que dedicar
una página á los rectos Jueces de Instrucción, de la ciudad de la Ha-
bana, en sus distritos Este, Oeste, y Centro, á cuyo frente se encuen-
tran los distinguidos letrados Sres. Martín Aróstegui, José María
Guerrero y Manuel Miyeres, respectivamente.
En su misión de Agente de Policía Especial de este Gobierno Pro-
vincial, ha tenido el alto honor de que se le hayan confiado servicios
importantes y de sumo interés para el descubrimiento de la comisión
de delitos, procediendo en su desempeño con arreglo al ilustrado
criterio de tan dignos funcionarios de la Administración de Justicia,
los que felizmente llevó á cabo, recibiendo como premio las congratu-
laciones de los mismos; y merced á esa concesión, ha cumplido con el
deber impuesto, adquiriendo su modesto nombre cierto crédito y presti-
gio policiaco que le honran altamente.
Los Juzgados de instrucción, en esta localidad, son modelos de pe-
netración, cordura é inteligencia, analizando los hechos delictuosos que
corresponden á su jurisdicción sin que hayan merecido la más leve
censura por parte de la Alta Magistratura, ni del pueblo.
¡Loor á tan distinguidos Jueces, á los que suplicamos acepten esta
débil ofrenda como prenda de gratitud!
No podemos silenciar las deferencias dispensadas en cuantos asuntos
hemos tenido que figurar, por los Jueces correccionales señores Felipe
Díaz Alum y Marcos García, á quienes enviamos desde estas páginas
nuestro más respetuoso saludo.
Á
LÁ POLICÍA JUDICIAL
239

LA POLICÍA JUDICIAL

TITULO I

DE LA LEY DE ENJUICIAMIENTO CRIMINAL

La Policía Judicial tiene por objeto, y será obligación de todos los


que la componen, averiguar los delitos públicos que se cometieren en
su territorio ó demarcación; practicar, según sus atribuciones, las dili-
gencias necesarias para comprobarlos y descubrir á los delincuentes,
y recoger todos los efectos, instrumentos ó pruebas del delito de cuya
desaparición hubiese peligro, poniéndolos á la disposición de la autori-
dad judicial. (Artículo 282).
Si el delito fuera de los que pueden perseguirse á instancia de parte
legítima, tendrán la misma obligación expresada en el párrafo ante-
rior, si se les requiere al efecto.
Estos delitos se refieren á: Calumnia, Injuria, Rapto y Mancebía
del marido dentro de la casa conyugal ó fuera de ella, incluyéndose el
Adulterio y el Estupro.

PRIMERAS DILIGENCIAS
Considéranse como primeras deligencias: (Artículo 13).
i.°—La de dar protección á los perjudicados.
2.0—Consignar las pruebas del delito que pueden desaparecer.
3.0—Recoger y poner en custodia cuanto conduzca á su comproba-
ción y á la detención del delincuente, y detener en su caso á los reos
presuntos.
Son reos presuntos los que se sorprendieren infraganti inmediata-
mente después de consumado un delito, con efectos ó instrumentos,
que despierten presunciones vehementes de su participación en él.
Constituirán la Policía Judicial y serán auxiliares del Ministerio
240

Fiscal, de los Jueces de Instrucción, Correccionales y Municipales en


su caso: (Artículo 283).
i.°—Las autoridades administrativas encargadas de la seguridad pú-
blica y de la persecución de todos los delitos ó de algunos especiales.
2.0—Los empleados subalternos de policía de seguridad, cualquiera
que sea su denominación.
3.0—Los Alcaldes, Tenientes de Alcalde y Alcaldes de Barrio (don-
de los hubiere).
4.0—Los Jefes, Oficiales é individuos de la Guardia Rural, ó de
cualquier otra fuerza destinada á la persecución de malhechores.
5.0—Los serenos, Inspectores y cualquiera otros agentes municipales,
de policía urbana y rural.
6.°—Los guardias particulares de montes, campos y sembrados, ó
confirmados por la Administración.
7.0—Los Jefes de los establecimientos penales, los Alcaides de las
Cárceles y sus subalternos.
8.°—Los alguaciles y dependientes de Tribunales y Juzgados.
Con arreglo á lo que previene la Orden Militar No. 53, serie de
1902, del primer Gobierno Interventor, se consideran también agentes
de la autoridadá los policías de la Sección de Higiene.
Inmediatamente que los funcionarios de policía especial ó judicial
tuvieren conocimiento de un delito público ó fueren requeridos para
intervenir y prevenir la instrucción de diligencias por razón de algún
delito privado, lo participarán á la Autoridad judicial ó al represen-
tante del Ministerio fiscal, si pudieren hacerlo sin cesar en la práctica
de las clilgencias de prevención. En otro caso, lo harán así que las hu-
bieren terminado. (Artículo 284).
Si concurriere algún funcionario de policía judicial de categoría
superior á la del que estuviere actuando, deberá éste darle conoci-
miento de cuanto hubiese practicado, poniéndose desde luego á su dis-
posición. (Artículo 285).
Cuando el Juez de Instrucción ó Municipal se presentare á formar
el sumario, cesarán las diligencias de prevención que estuviere practi-
cando cualquier Autoridad ó agente de policía, debiendo éstos entre-
garlas en el acto á dicho Juez, así como los efectos del delito que se
hubiesen recogido, y poniendo á su disposición á los detenidos si los
hubiere. (Artículo 286).
Los funcionarios que constituyen la policía judicial practicarán sin
dilación, según sus atribuciones respectivas, las diligencias que los fun-
V-: V : ; : : ' : : ' :

LDO. MARTIN ARÓSTEGUI DEL CASTILLO


Juez de Instrucción del Distrito Este de la H a b a n a .
241

cionarios del Ministerio fiscal les encomienden para la comprobación


del delito y averiguación de los delincuentes, y todas las demás que
durante el curso de la causa les encargaren los Jueces de Instrucción,
Correccionales y Municipales. (Artículo 287).
El Ministerio Fiscal, los Jueces de Instrucción, Correccionales y
Municipales, podrán entenderse directamente con los funcionarios del
Poder Judicial, cualquiera que sea su categoría, para todos los efectos
de ese título; pero si el servicio que de ellos exigiesen admitiese es-
pera, deberán acudir al superior respectivo del funcionario de policía
judicial mientras no necesitasen el inmediato auxilio de éste. (Ar-
tículo 288).
El funcionario de policía judicial que por cualquier causa no pueda
cumplir el requerimiento, ó la orden que hubiese recibido del Minis-
terio Fiscal, del Juez de Instrucción, del Correccional ó del Municipal,
ó de la Autoridad ó agente que hubiese prevenido las primeras dili-
gencias, lo pondrá inmediatamente en conocimiento del que haya hecho
el requerimiento ó dado la orden para que provea de otro modo á su
ejecución. (Artículo 289).
Si la causa no fuere legítima, el que hubiere dado la orden ó hecho
el requerimiento, lo pondrá en conocimiento del superior jerárquico
del que se excuse, para que le corrija disciplinariamente, á no ser
que hubiere incurrido en mayor responsabilidad con arreglo á las
leyes.
El superior jerárquico comunicará á la Autoridad ó funcionario que
le hubiese dado la queja, la resolución que adopte respecto á su subor- P
dinado. (Artículo 290).
El Jefe de cualquier fuerza pública que no pudiere prestar el auxilio
que por los Jueces de Instrucción, Correccional ó Municipal, ó por
un funcionario de policía judicial le fuere pedido, se atendrá á lo dis-
puesto en el artículo 289, es decir, lo comunicará al que lo hubiere or-
denado para que provea de otro modo á su ejecución.
El que hubiere hecho el requerimiento lo pondrá en conocimiento
del Jefe superior inmediato del que se excusare, en la forma y para
e
l objeto expresado en los párrafos del artículo anterior. (Artículo 291).
Los funcionarios de policía judicial extenderán un atestado de las
diligencias que practiquen, en el cual especificarán con la mayor exac-
titud los hechos por ellos averiguados, insertando las declaraciones
e
informes recibidos y anotando todas las circunstancias que hubieren
observado y pudiesen ser prueba ó indicio de delito.
16
242

El anterior artículo es de suma importancia para el esclarecimiento


de los hechos, no olvidando cuantos detalles sean pertinentes á ese fin,
debiendo usarse en la redacción del atestado el menos laconismo po-
sible, haciéndose una exposición clara y lata en sentido de información
completa de lo ocurrido.
El atestado será firmado por el que lo haya extendido, y si usare
sello, lo estampará con su rúbrica en todas las hojas.
Las personas presentes, peritos y testigos que hubiesen intervenido
en las diligencias relacionadas en el atestado, serán invitadas á fir-
marlo en la parte á ellos referente. Si no lo hicieren, se expresará la
razón. (Artículo 293).
Si no pudiese redactar el funcionario á quien correspondiese hacerlo,
se sustituirá por una relación verbal circunstanciada, que reducirá á
escrito de modo fehaciente el funcionario del Ministerio fiscal, el Juez
de Instrucción ó el Correccional, ó el Municipal á quien deba presen-
tarse el atestado, manifestándose el motivo de no haberse redactado
en la forma ordinaria. (Artículo 294).
En ningún caso, salvo el de fuerza mayor, los funcionarios de poli-
cía judicial, podrán dejar transcurrir más de 24 horas sin dar conoci-
miento á la Autoridad judicial ó al Ministerio fiscal de las diligencias
que hubieren practicado. (Artículo 295).
Los que, sin exceder el tiempo de las 24 horas dilataren más de lo
necesario el dar conocimento, serán corregidos disciplinariamente con
multa de 25 á 125 pesetas.
Cuando hubieren practicado diligencias por orden ó requerimiento?
de la Autoridad judicial ó del Ministerio fiscal, comunicarán el resul-
tado obtenido en los plazos que en la orden ó en el requerimiento se
hubiesen fijado. (Artículo 296).
Los atestados que se redactaren y las manifestaciones que hicieren
los funcionarios de la policía judicial, á consecuencia de las averigua-
ciones que hubiesen practicado, se consideran denuncias para los efec-
tos legales.
Es denuncia todo parte dado á la Autoridad de algún daño hecho,
con designación del culpable ó sin ella. Las denuncias podrán hacerse
por escrito ó de palabra, personalmente ó por medio de mandatario.
(Artículo 265 del Enjuiciamiento Criminal).
Las demás declaraciones que prestaren deberán ser firmadas y ten-
drán el valor de declaraciones testificales en cuanto se refieran á hechos
de conocimiento propio.

éí
243
En todo caso, los funcionarios de policía judicial están obligados á
observar estrictamente las formalidades legales en cuantas diligencias
practiquen, y se abstendrán bajo su responsabilidad, de usar medios de
averiguación que las leyes no autoricen.
Los Jueces de Instrucción y los Fiscales, calificarán en un registro
reservado el comportamiento de los funcionarios que bajo su inspec-
ción presten servicios de policía judicial, y cada semestre, con referen-
cia á dicho registro comunicarán á los superiores de cada uno de ellos,
para los efectos á que hubiere lugar, la calificación razonada de su
comportamiento. (Artículo 298).
Cuando los funcionarios de policía judicial que hubiesen de ser co-
rregidos disciplinariamente con arreglo á esta ley fuesen de categoría
superior á la de la Autoridad judicial ó Fiscal que entendiese en las
diligencias en que se hubiese cometido la falta, se abstendrán éstos
de imponer por sí mismos la corrección, limitándose á poner lo ocu-
rrido en conocimiento del Jefe inmediato del que debiere ser corregido.

DELITOS Y FALTAS

"Son delitos ó faltas las acciones y omisiones voluntarias penadas


por la Ley ó el quebrantamiento de la misma."
Los delitos se dividen en públicos y privados, división marcada por
los romanos que llegaron á subdividirlos en ordinarios y extraordina-
rios, en capitales y no capitales.
Son delitos públicos los que perjudican inmediatamente á la socie-
dad en general ó producen algún peligro común á todos los miembros,
y aquellos que cometidos contra particulares, amenazan la seguridad
de todos.
"Son delitos privados, los que dañan directamente á los particulares,
sin producir conmoción ni alarma á los demás individuos de la colec-
tividad social."
"Como el castigo de los delitos públicos interesa á todos, las leyes
conceden á los ciudadanos el derecho de denunciarlos á las Autorida-
des."
"La acusación de los delitos privados solo pueden hacerla las perso-
nas ofendidas."
Los delitos prescriben á los veinte años, cuando señalare la Ley al
delito la pena de muerte ó de cadena perpetua. A los quince, cuando
stñalare cualquiera otra pena aflictiva. A los diez, cuando se refiere
244

á penas correccionales. Se exceptúan los delitos de calumnia ó injuria,


de los cuales los primeros prescribirán al año y los segundos á los
seis meses. Las faltas prescriben á los dos meses. (Artículo 131 del
Código Penal, 1879).
"Son punibles, no solo el delito consumado sino el frustrado y la
tentativa."
Hay delito frustrado, cuando el culpable practica todos los actos de
ejecución que deberían producir como resultado el delito, y sin embar-
go no lo produce por causas independientes de la voluntad del agente.
(Artículo 3. 0 ).
Existe la tentativa de delito, cuando el culpable da principio á la
ejecución del delito directamente, por hechos exteriores, y no practica
todos los actos de ejecución que debieran producir el delito, por cansa
o accidente que no sean su propio y voluntario desestimiento.
Delito consumado.—Un los delitos de robo y hurto, para considerar-
los consumados, basta que el ladrón se apodere del objeto que se
propuso robar, y que lo aparte ó saque del poder de la persona que
lo poseía, y también que el objeto desaparezca de la vista y del al-
cance de quienes pudieran recobrarlo para devolvérselo á su dueño.
Delitos graves.—Se reputan como graves los delitos que la Ley cas-
tiga con penas que en cualquiera de sus grados sean aflictivas.
Delitos menos graves.—Son delitos menos graves los que se repri-
men con penas que en su grado máximo sean correccionales. (Artícu-
lo 6.°).
Delito ñagrante.—Se considera flagrante delito el que se estuviere
cometiendo ó se acabare de cometer cuando el delincuente ó delin-
cuentes sean sorprendidos.
También es delincuente infraganti, aquel á quien se sorprendiere in-
mediatamente después de cometido un delito con efectos ó instrumen-
tos que infundan, la presunción vehemente de su participación en él
(Artículo 779 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal).
Delitos conexos.--Se consideran como tales, según el artículo 17 de
le Ley de Enjuiciamiento Criminal, los cometidos por dos ó más per-
sona^ reunidas, siempre que éstas vengan sujetas á diversos Jueces ó
Tribunales ordinarios ó especiales ó que puedan estarlo por la índole-
de! delito. Los cometidos por dos ó más personas en distintos lugares
ó tiempo, si hubiese procedido concierto para ello. Los cometidos
como medio para perpetrar otros ó facilitar su ejecución.
Los cometidos para procurar la impunidad de otros delitos. Los
245
diversos delitos que se imputen á un procesado al incoarse contra el
mismo causa por cualquiera de ellos, si intervinieren analogía ó rela-
ción entre sí á juicio del tribunal, y no hubiese sido hasta entonces
objeto de procedimiento.

DELITOS DE IMPRENTA
Esta clase de delitos se encuentran fuera de las atribuciones de la
Policía, no teniendo que formar atestado, por ser potestativo de los
jueces proceder á la formación del sumario, por cuya razón nos abs-
tenemos de hacer mención de lo dispuesto sobre el particular, dán-
doles traslado á los que deseen conocer el procedimiento al artículo
816 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

DELITOS ELECTORALES
Se dividen: en delitos de falsedad, coacción, amenaza directa ó in-
directa, faltas en el cumplimiento de sus deberes por los funcionarios
que intervienen en las elecciones y sus actos preparatorios, arbitrarie-
dades, abusos, desórdenes, etc.

RESPONSABILIDAD CRIMINAL
Según el artículo 8 del Código Penal, no delinquen, y por consi-
guiente están exentos de responsabilidad criminal:
i.° El imbécil y el loco, á no ser que éste haya obrado en un in-
tervalo de razón.
2.° El menor de 9 años.
3.0 El mayor de 9 años y menor de 15, á no ser que haya obrado
con discernimiento.
A virtud de la Orden número 271 serie del año de 1900, el Tribunal
Supremo de Cuba ha declarado que el 'menor de 16 años no incurre
en responsabilidad criminal, sin perjuicio de recluirlo hasta los 18
años en la Escuela Correccional, á juicio del Tribunal respectivo.
4.0 El que obra en defensa de su persona ó derechos, siempre que
concuran las circunstancias de agresión ilegítima, necesidad racional
del medio empleado para impedirla ó repelerla, falta de provocación
suficiente por parte del que se defiende.
5-° El que obra en defensa de la persona ó derechos de su cónyu-
ge, sus ascendientes, descendientes ó hermanos legítimos, naturales ó
2
46
adoptivos, de sus afines en los mismos grados y de sus consanguíneos
hasta el cuarto civil, siempre que concurran la primera y segunda cir-
cunstancias prescritas en el número anterior, y la de que, en caso de
haber precedido provocación de parte del .acometido, no hubiese tenido
participación en ella el defensor.
6.° (Sin valor legal, por haber desaparecido de Cuba la esclavitud).
y.° El que obra en defensa de la persona ó derechos de un extraño,
siempre que concurran la primera y segunua circunstancias prescritas
en el número 4 (agresión ilegítima y necesidad racional del medio
empleado para impedirla ó repelerla) y la de que el defensor no sea
impulsado por venganza, resentimiento ó otro motivo ilegítimo.
8.° El que por evitar un mal ejecute un hecho que produzca daño
en la propiedad ajena, siempre que concurran las circunstancias si-
guientes :
i.° Realidad del mal que se trata de evitar.
2.a Que no sea mayor que el causado para evitarlo.
3.0 Que no haya otro medio practicable y menos perjudicial, para
impedirlo.
9.0 El que en ocasión de ejercitar un acto lícito con la debida
diligencia, causa un mal por mero accidente, sin culpa ni intención de
causarlo.
10. El que obra violentamente impulsado por una fuerza irresis-
tible.
11. El que obra impulsado por miedo insuperable de un mal igual
ó mayor.
12. El que obra en cumplimiento de un deber ó en el ejercicio le-
gítimo de un derecho, oficio ó cargo.
13. El que obra en virtud de obediencia debida.
Según sentencia del Tribunal Supremo de Cuba y de España incurre
en la responsabilidad criminal respectiva el agente de la Autoridad que,
por obediencia debida, diere muerte ó lesionare al delincuente que huye,
porque no está obligado en manera alguna á obedecer semejante man-
dato.
i4. El que incurra en alguna omisión, hallándose impedido por
causa legítima ó insuperable.
247

DELITOS QUE SON DE LA COMPETENCIA DE

LOS JUZGADOS DE INSTRUCCIÓN


Y DE LOS JUZGADOS CORRECCIONALES
En la descripción de los delitos y faltas, como asimismo las demás
disposiciones recopiladas en esta obra, prescindimos de marcar las pe-
nas que se imponen, teniendo en cuenta que la Policía no es la lla-
mada á juzgar ni á^aplicar los correctivos; y siendo, como es, nuestro
objeto solamente dar á conocer en qué consisten las infracciones, pres-
cindimos de ese requisito.
Cuando no conste el lugar donde se haya cometido un delito ó falta,
serán Tribunales y Jueces competentes, en su caso, para conocer de
la causa ó juicio:
i.° El del Término Municipal, partido ó circunscripción en que se
hayan descubierto pruebas materiales del delito.
2.a El del Término Municipal, partido ó circunscripción en que el
presunto reo haya sido aprehendido.
3.0 El de la residencia del reo presunto.
4.a Cualquiera que hubiese tenido noticias del delito.

REBELIÓN Y SEDICIÓN
Son reos del primero, los que se alzaren públicamente y en abierta
hostilidad con el Gobierno constituido con algún fin determinado; y del
segundo delito, los que también se alzaren pública y tumultuariamente
para conseguir, por la fuerza ó fuera de las vías legales, algún fin
determinado.

ATENTADO
Cometen atentado: 1.a Los que sin alzarse públicamente, emplearen
fuerza ó intimación para alguno de los objetos señalados en los delitos
c|
e rebelión y sedición. 2.0 Los que acometieren á la autoridad ó á sus
248

agentes, ó emplearen fuerza contra ellos, ó los intimidaren gravemente,


cuando se hallaren ejerciendo las funciones de sus cargos ó con oca-
sión de ellas. (Artículo 258.)
Se reputan circunstancias agravantes en los atentados comprendidos
en el artículo anterior: 1.a Si la agresión se verifica á mano armada.
2.0 Si los reos fueran funcionarios públicos. 3.0 Si los delincuentes pu-
sieran manos en la autoridad. 4.a Si por consecuencia de la coacción,
la Autoridad hubiera accedido á las exigencias de los delincuentes.
Se conceptúan también como reos de atentado, según la orden del
Gobierno Militar número 225, serie de 1901, á los que, sin estar com-
prendidos en los párrafos" anteriores, (simples atentados), resistieren á
las Autoridades ó á sus agentes, debiendo tenerse presente, en los de-
litos de atentado, que según el artículo 53 de la Orden Militar número
55, serie de 1902, los policías especiales de Higiene tienen el carácter
de Agentes de la Autoridad, si se hallan en el ejercicio de sus fun-
ciones, al ser agredidos, á los efectos del Código Penal.
Según sentencia del Tribunal Supremo de esta Isla, el acto de ata-
car y lesionar á un Agente de la Autoridad que se encuentre unifor-
mado, aunque no de servicio en tal momento, pero que obra en razón
de su cargo, constituye el delito de atentado.
El de acometer á un Vigilante de Policía de uniforme y en servicio,
abrazándose al mismo y tratando de arrebatarle el machete ó club, pa-
ra agredirle á una tercera persona, también constituye el delito de
atentado, con imposición de manos, y no menos grave de atentado
simple. De igual modo cuando el Agente vaya de paisano, si antes de
ser agredido se diese á conocer como tal.
Según el Artículo 597 del Código Penal, los que faltaren al respeto
y consideración debidos á la Autoridad, ó la desobedecieran levemente
dejando de cumplir sus órdenes. Los que ofendieron de un modo que
no constituya delito, á los Agentes de la Autoridad, cuando ejerzan
sus funciones, y los mismos que no prestaren el auxilio que reclamase
en caso de incendio, inundación ú otra calamidad pública, pudiendo
hacerlo sin perjuicio y riesgo personal, serán castigados con la multa
de 15 á 125 pesetas y repreensión.

DESACATO
Descomedimiento, irreverencia, falta de respeto, cometida contra las
Autoridades Superiores ó cosas sagradas
Cometen este delito; i.° Los que hallándose una Autoridad en el
ejercicio de sus funciones, ó con ocasión de éstas, la calumniare, in-
249
juriare ó insultare de hecho ó de palabras en su presencia, ó en escrito
que les dirigieren ó los amenazaren; y 2? El funcionario público que
hallándose superior gerárquico en el ejercicio de su cargo, lo calum-
niare, injuriare ó insultare de hecho ó de palabra en su presencia ó
en escrito que le dirigiere ó amenazare.

DESAFIO 0 DUELO
Combate ó pelea entre dos, según las condiciones que en esto suelen
observarse, en presencia ó no de tesigos precediendo reto ó de-
safío por medio .de palabra, escrito ó gesto, determinando tiempo y
lugar con el propósito de vengar ó reparar una ofensa verdadera ó
injuria supuesta.
"La Autoridad que tuviere noticiáis de estarse concertando un duelo,
procederá á la detención del provocador y á la del retado, si éste hu-
biere aceptado el desafío, y no los pondrá en libertad, hasta que den
palabra de honor de desistir de su propósito." (Artículo 438 del Có-
digo Penal.)
El que incitare á otro á aceptar un duelo, será castigado respecti-
vamente con las penas señaladas en el artículo 439, del citado có-
digo, quedando incurso en lo que determina el 443; "El que de-
nostare públicamente á otro por haber rehusado un duelo.
Los padrinos de un duelo del que resultaren muerte ó lesiones,
serán respectivamente castigados como autores ó cómplices, según
las circunstancias que se expresan en el artículo 444.
En los dos casos del artículo 438 y el anterior, que trata de los
padrinos, y en todo desafío en que resulte homicidio, no debe admi-
tirse fianza por ser superior la pena á que los reos han de ser con-
denados.

DESORDENES PÚBLICOS,
Se nombran desórdenes públicos, los gritos provocativos de rebelión
ó sedición en cualquier reunión ó asociación, ó en lugar público como
así mismo la ostentación de los mismos sitios, de lemas ó banderas, que
«provoquen directamente á la perturbación del orden.
Los que extrageren de las cárceles ó de los establecimientos penales,
- alguna persona detenida en ellos, ó le proporcionare la evasión.
Los que causaren desperfectos en los caminos de hierro ó en das lineas
telegráficas, ó interceptaren las comunicaciones, como así mismo,
250

los que causaren tumultos en la audiencia de algún Tribunal ó Juz-


gado, en los actos públicos propios de cualquiera Autoridad ó Cor-
poración, ó en algún Colegio Electoral, oficina ó establecimiento pú-
blico, en espectáculos, solemnidades ó reunión numerosa; los que tur-
baren el orden en los ingenios ó hacienda, negándose al trabajo, de-
sobedeciendo ó resistiendo á las personas encargadas de su dirección
ó administración; y los que perturben para causar injuria ú otro mal
á persona particular é impedirle el ejercicio de sus derechos políticos.
Por último, los que destruyeren ó deterioraren pinturas, estatuas ó
monumentos de ornato ó utilidad pública.

LEY DE ORDEN PUBLICO

Creemos de suma importancia copiar á continuación los siguientes


artículos, cuyo conocimiento es de indispensable necesidad para
la Guardia Rural y funcionarios de Policía, debiendo advertir que al
Gobernador, corresponde muy especialmente cuidar del orden pú-
blico en el territorio de la provincia á su cargo, á cuyo fin las auto-
ridades, les prestarán su auxilio cuando aquel lo reclame. En los tér-
minos municipales, corresponde á los Alcaldes, como representantes
del Gobierno.

DEL ESTADO DE PREVENCIÓN Y ALARMA

i.°—Publicada la Ley de suspensión de garantías, se considera


declarado por el mismo, hecho ó estado de prevención, hallándose fa-
cultada desde este momento la Autoridad Civil, para adoptar cuantas
medidas preventivas y de vigilancia, conceptúe convenientes á fin de
asegurar el orden público.
2.0—La Autoridad Civil, escitará por oficio á la judicial para que
proceda desde luego contra los que comprenda que son responsables
en algún sentido de los delitos expresados.
3.0—Si se formaren grupos, dictará las medidas oportunas para su
disolución, intimando á los factores y auxiliares de la agitación, que
se disuelvan; y en caso de no ser obedecido á la tercera intimación,
utilizará la fuerza de que disponga, al efecto de restablecer el orden,
la calma y dejar expedita la vía pública.
4-°—Propondrá al Gobierno, y en caso urgente, acordará desde
luego la suspensión de las publicaciones que preparen, exciten ó auxi-
lien la comisión de los delitos comprendidos en los artículos 167 y 17^
251

del Código Penal, dando cuenta al Gobierno de las determinaciones


que sobre este punto adopte. Recogerá los ejemplares que encon-
trase de aquellas publicaciones, remitiéndolos con las personas res-
ponsables de los delitos expresados, al Juzgado ordinario competente
para los efectos de justicia.
5.0—La Autoriidad Civil, en este estado, podrá detener y detendrá
á cualquier persona, si lo considerase conveniente para la conserva-
ción del orden.
Los detenidos en esta forma, no deberán confundirse con los presos
y detenidos por delitos comunes.
ó.°—Podrá asimismo compeler á mudar de residencia ó domicilio
á las personas que considere peligrosas, ó contra las que existan ra-
cionales sospechas de participación en dichos- delitos.
7.0—El cambio de domicilio, no podrá decretarse á más de 150 ki-
lómetros de distancia del pueblo del compelido á mudarle.
8.°—Podrá asimismo compeler á mudar de residencia ó domicilio,
á las personas que considere peligrosas también, y destierro que desde
luego puede acordar la Autoridad, será á una distancia que no exceda
de 250 kilómetros, se entiende levantado de hecho y derecho, así
como el cambio de domicilio, terminado que haya sido el período tem-
poral de las garantías constitucionales, si antes no fuesen éstas res-
tablecidas.
Los motivos de las providencias á que se contraen éste y los tres
anteriores artículos, se harán constar en acta que se levante, ó ex-
pediente que se forme antes ó después de llevarlas á ejecución.
9.0—La Autoridad Civil, podrá también entrar en cualquier do-
micilio de cubano ó extranjero, sin su consentimiento y por la misma
autoridad ó por un delegado suyo, provisto de orden especial y es-
crita. En uno y otro caso, el reconocimiento de la casa, papeles y
efectos, tendrá siempre que ser presenciado por el dueño ó encargado
de ¡la misma, ó uno ó más individuos de la familia, si se hallasen en
ella, y por dos vecinos de la propia casa ó de las inmediatas y en su
defecto por dos vecinos del mismo pueblo.
io.°—No hallándose en ella el dueño ó encargado de la casa, ni
ningún individuo de la familia, se hará el reconocimiento á presencia
de los dos vecinos indicados, levantándose acta del reconocimiento
que firmará con ellos la Autoridad ó su delegado.
II.°—Los deberes y atribuciones de la Autoridad en el estado de
agitación, alarma, desórdenes ó tumultos, se subordinarán á lo que
prescriben esta Ley y artículo 181 del Código Penal.
252
12.°—Si la Autoridad Civil, una vez empleados todos los medios de
que en circunstancias ordinarias dispone, y los que para las extraordi-
narias le otorgan los precedentes artículos, no pudiese por sí sola, ni
auxiliado por ¡la judicial, dominar la agitación ni restablecer el orden,
lo prevendrá en un bando, que se -publicará con la solemnidad posi-
ble, é inmediatamente después dispondrá que la militar proceda á la
adopción de las medidas que reclame la paz pública, previa la decla-
ración del estado de guerra.
13.0—Cuando la rebelión ó sedición se manifiesten desde los pri-
meros momentos, rompan el fuego los rebeldes ó sediciosos, ó com-
prenda la Autoridad civil la urgente necesidad de apelar á la fuerza
y resignar el mando para dominarlos, se pondrá de acuerdo con la
Autoridad judicial y la militar, y dispondrá la inmediata declaración
del estado de guerra.
Si no hubiese acuerdo entre estas Autoridades, ni tiempo para to-
marlo, se entrará desde luego provisionalmente en el estado de guerra,
en los dos primeros casos del párrafo anterior, dando directamente
cuenta de todo al Gobierno y á las Autoridades superiores respecti-
vas. -
14.0—Si ocurriese la rebelión ó sedición en capital de provincia, la
Autoridad civil, para los efectos del artículo anterior, lo será el Go-
bernador de la misma, ó el que haga sus veces, y las Autoridades ju-
dicial y militar en orden superior. En los demás pueblos se reunirán
para dicha declaración el Juez de Instrucción, el Alcalde popular y
el Jefe militar que ejerza el mando de las armas.
En el caso de que en dichos pueblos no existiera Autoridad militar
que ejerza el mando de las armas, el Alcalde popular asumirá las fa-
cultades que corresponden, según esta Ley, á la Autoridad militar en
el estado de guerra.
15.—El Gobierno, cuando hayan ocurrido actos de rebelión ó sedi-
ción, en dos ó más provincias, ó se hayan presentado grupos consi-
derables de rebeldes ó sediciosos armados en ellas, determinará el te-
rritorio que queda sujeto al estado de guerra.
16.—Recibida por la Autoridad judicial la comunicación á que se
refiere el artículo 2.0 de esta Ley, ó sin recibirla, si hubiere conoci-
miento de los sucesos antes de que llegue á su poder, el Juez ó Jueces
Ge Instrucción de la población donde ocurran aquéllos, dando cuenta
al Presidente de la Audiencia, se constituirán en sus Juzgados, acom-
pañados de los promotores fiscales respectivos y del secretario que de-
signen, aunque no esté de turno, pudiendo valerse de él ó de otro
253
durante el procedimiento, si creyeren que lo exige así la administra-
ción de justicia.
17.—Inmediatamente formarán los Jueces la correspondiente causa
sobre delitos contra el orden público, y los de rebelión y sedición, si
hubiere méritos para ello, dedicándose exclusivamente á este servicio
preferente, á cuyo fin, si lo creyeren necesario, delegarán la jurisdic-
ción para los demás negocios en el Juez Municipal que corresponda.
18.—Darán aviso sin pérdida de tiempo á la Autoridad civil, de
hallarse constituidos en Tribunal, ofreciéndole su cooperación, y de
estar formando causa sobre los sucesos que hayan producido la alar-
ma ó el desorden, reclamándole los datos que crean convenientes pa-
ra la pronta averiguación de los hechos criminales que sean objeto del
procedimiento.
19.—Si los delitos contra el orden público ocurriesen en punto don-
de exista Audiencia territorial, se constituirá en sesión permanente la
Sala de Gobierno, en el - punto que el Presidente designe, adoptando
los acuerdos oportunos para la pronta sustanciación de las causas.
En otro caso, los Presidentes dictarán á los Jueces que conozcan
de estas causas las órdenes conducentes al propio fin; dando cuenta á
la Sala de Gobierno, para la aprobación ó reforma de dichas órde-
nes. A este propósito, la referida Sala se reunirá diariamente, mien-
tias lo considere necesario, á las horas que el Presidente le señale.
20.—Resignado el mando por la Autoridad civil en la militar, y en
los casos á que se contrae el artículo 13 de esta Ley, quedará decla-
rado en estado de guerra el territorio de la provincia en que ocurran
aquellos sucesos, lo que hará saber al público por medio de bandos y
edictos que contengan las prevenciones y medidas oportunas.
21.—En dicho bando se intimará á los rebeldes ó sediciosos y per-
turbadores, que depongan toda actitud hostil y presten obediencia á la
Autoridad legítima.
Los que lo hicieren en el término que el bando fije, y no habiendo
término señalado, en el de dos horas, quedarán exentos de pena, ex-
cepto los autores ó jefes de la rebelión, sedición ó desorden, y los rein-
cidentes de estos delitos.
Los autores y jefes referidos serán indultados de la pena que les
corresponda, caso de rendirse dentro del término que expresa el pá-
rrafo anterior, y sufrirán la inmediata inferior en su grado mínimo al
medio. Los reincidentes quedarán sujetos á la vigilancia de la Autori-
dad por el hecho de serlo.
22.—Publicado el bando y terminado el plazo que en él se señale,
254
serán disueltos á todo trance los grupos que se hubieren formado,
empleando la fuerza, si fuere necesario, hasta reducirlos á la obedien-
cia, aprehendiendo á los que no se entregasen y poniéndolos á la dis-
posición de la Autoridad judicial, cuando deban ser juzgados por ella.
Serán considerados como presuntos reos los que se encuentren ó
hubiesen estado en los sitios del combate durante éste, sin perjuicio
de probar su inculpabilidad, hallándose en el mismo caso los que sean
aprehendidos huyendo ó escondidos, después de haber estado con los
rebeldes ó sediciosos.
Los habitantes de las casas donde se hubieren hecho fuertes los re-
beldes ó sediciosos, no serán considerados presuntos criminales, por
el solo hecho de encontrarse en ellas. Pero si resultase haber tenido
participación en los delitos á que se refiere esta Ley, sufrirán la pena
correspondiente.
Se exceptúan de lo dispuesto en el párrafo segundo de este artículo,
los individuos de las asociaciones filantrópicas legalmente estableci-
das para el socorro de los heridos en caso de guerra.
23.—Los delitos de rebelión y sedición y los comunes cometidos
con ocasión de ellos, serán castigados, respectivamente, según lo dis-
puesto en el Código Penal, y en la forma determinada en el artícu-
lo 184.
24.—Todo funcionario ó corporación, cualquiera que sea su autori-
dad ó cargo, prestará inmediatamente, así á la Autoridad militar como
a la civil, el auxilio que éstas le pidan para sofocar la rebelión ó sedi-
ción y restablecer el orden.
El funcionario ó corporación que no prestase inmediato auxilio á
la Autoridad superior militar ó civil, será en el acto suspendido de
su empleo ó cargo, y reemplazado en él interinamente, hasta la re-
solución del Gobierno, á quien se dará cuenta al efecto todo sin per-
juicio de las penas en que incurra por consecuencia del procedimien-
to que se instruirá para depurar su responsabilidad ó irresponsabili-
dad criminal. ¡ .•
25.—Las Autoridades civiles continuarán funcionando en todos los
asuntos propios de sus atribuciones que no se refieran al orden pú-
blico, limitándose en cuanto á éste á las facultades que la militar les
delegase ó deje expeditas, debiendo en uno ú otro caso, darla direc-
tamente los partes y noticias que les reclame, y las demás que con
referencia al orden público lleguen á su conocimiento.
26.—Levantado que sea el estado de guerra, serán remitidas á los
Juzgados correspondientes, para su continuación y demás efectos de
255
justicia, todas las causas contra aquellas personas que se hallen some-
tidas al Tribunal excepcional por virtud de esta Ley.
27-—Las multados por infracción de bandos que sean insolventes,
sufrirán por vía de substitución el arresto, según lo prevenido en el
artículo 504 del Código Penal.
28.—Las providencias acordadas por las Autoridades superiores ci-
viles de la provincia, son ejecutivas. Contra ellas no cabe recurso de
alzada. Los infractores pueden, sin embargo, entablar recurso de re-
visión ante las mismas Autoridades, cuyo fallo en este caso será eje-
cutorio.

FALSIFICACIÓN DE MONEDA
Comete este delito el que falsificare moneda ó la fabricara imitando
la de oro ó plata que tenga curso legal. El que cercenare moneda le-
gítima. El que la fabricare falsa del valor de la legítima, imitando la
moneda que tenga curso legal. El que cercenare moneda legítima que
no tenga curso legal.
El delito de expendición ele moneda, el encontrarse en poder del
culpable monedas falsas, que por su número y condiciones se infiera
razonablemente que están destinadas á la expendición. "Y el que
(Juzgado Correccional) habiendo recibido de buena fe moneda falsa,
la expendiere después de constarle su falsedad, si la expendición exce-
diere de $25 (moneda oficial)."
Si no excediere de esta cantidad, el hecho sólo constituirá una falta:
la prevista y penada en el inciso' 2.0 del Artículo 600 del Código Pe-
nal.
FALSIFICACIÓN DE SELLOS Y MARCAS
Todo acto delictuoso de esta índole es de la incumbencia de los
Juzgados de Instrucción, únicamente es de la competencia de los Co-
rreccionales—Orden 213, serie de 1900—en el siguiente caso.
"El que usare á sabiendas sellos, billetes ó contraseñas de donde se
hubiere hecho desaparecer la marca ó signo que indique haber ya ser-
vido, ó sido inutilizado para el objeto de su expendición".

FALSIFICACIÓN DE DOCUMENTOS PÚBLICOS


De Comercio y de los Despachos telegráficos
Comete este delito el funcionario público que abusare de su oficio,
contra-haciendo ó fingiendo letra, firma ó rúbrica, suponiendo en un
2s6
acto la intervención de personas que no la han tenido, atribuyendo á
las que han intervenido en él, declaraciones ó manifestaciones dife-
rentes de las que hubiesen hecho, faltando á la verdad en la narra-
ción de los hechos, alterando las fechas verdaderas, haciendo en do-
cumento verdadero, cualquiera alteración ó intercalación que varíe
su sentido, dando copia en forma fehaciente de un documento su-
puesto, ó manifestando en ella, cosa contraria ó diferente de la que
contenga el verdadero original, intercalando cualquiera escritura en
un protocolo, registro ó libro especial. El particular que cometiere
en documento público ú oficial, ó en letra de cambio ú otra clase de
documentos mercantiles, algunas de las falsedades consignadas- an-
teriormente. El que á sabiendas presentare en juicio ó usare, con
intención de lucro, un documento falso de los antes descritos. Los
funcionarios públicos encargados del servicio de los telégrafos, que
supusieren ó falsificaran un despacho telegráfico. Y el que hiciere
uso de un despacho falso con intención de lucro ó deseo de per-
judicar á otro.

FALSIFICACIÓN DE DOCUMENTOS PRIVADOS

Se comete este delito, por el que con perjuicio de tercero ó con


animo de causárselo, cometiere en documento privado algunas de las
falsedades descritas en los públicos.

LEY DEL PERJURIO


Este delito, según la Orden Militar número 116, serie de 1900,
del Gobierno Interventor, quedó por ella modificada en la forma si-
guiente y son autores del mismo: Los que deliberadamente afirmen
ser cierto un hecho que saben es falso, después de prestar juramento
(ú obligándose á decir verdad en otra forma autorizada por la Ley
como equivalente al juramento) de testificar, declarar, deponer ó cer-
tificar ¡la verdad ante un Tribunal, Juez, funcionario ó persona com-
petente, en cualquier procedimiento civil ó criminal ú otro caso, en
que por el Ministerio de la Ley, deba prestarse tal juramento, ó
contraerse en otra forma la obligación de decir verdad.
"Los que por inducción, persuasión ó por fuerza, hubieren obte-
nido que otro faltare á la verdad en las condiciones anteriores."
"No será óbice para que se tenga por cometido el delito de per-
LDO. JOSÉ MANUEL GUERRERO Y DUEÑAS
Juez de Instrucción del Distrito Oeste de la H a b a n a .
257'
jtirio que el juramento (ó forma de obligarse á decir verdad) sea
prestado, omitiéndose requisito algunos de la forma."

ACUSACIÓN Y DENUNCIAS FALSAS

Se comete este delito, imputando á otro falsamente hechos que


si fueren ciertos, constituirían delitos, de los que dan lugar á pro-
cedimientos de oficio, si esta imputación se hiciere, ante funcionario
administrativo ó judicial, que por razón de su cargo, debiera proce-
der á su averiguación ó castigo.
No ise procederá, sin embargo, contra el denunciante ó acusador
sino en virtud de sentencia firme ó auto también firme de sobresei-
miento del Tribunal que hubiere conocido del delito imputado. Este
mandará proceder de oficio, contra el denunciador ó acusador,, siem-
pre que de la causa principal, resultaren méritos bastantes para abrir
el nuevo proceso. (Articulo 336.)

USURPACIÓN DE FUNCIONES, CALIDAD

Y TÍTULOS

El funcionario público que invadiere las atribuciones del Poder


legislativo, ya dictando reglamentos ó disposiciones generales, exce-
diéndose en sus atribuciones, ya derogando ó suspendiendo la eje-
cución de una ley, incurrirá en la pena de inhabilitación temporal,
especial y multa. (Artículo 385.)
El Juez que se arrogase atribuciones propias de las Autoridades
administrativas ó impidiere á éstas el ejercicio legítimo de las suyas,
será castigado con la pena de suspensión.
El funcionario público que legalmente requerido de inhibición con-
tinuase procediendo antes que se decida la contienda jurisdiccional,
será castigado con multa.
El que sin títulos ó causa legítima ejerciere actos propios de una
Autoridad ó funcionario público, atribuyéndose carácter oficial, co-
meterá el delito de usurpación, como igualmente el que atribuyéndose
la cualidad de Profesor ejerciere públicamente actos propios de una
facultad que no puede ejercer sin título oficial. El que usurpare ca-
rácter que habilite para el ejercicio de los actos propios de los
Ministros del culto católico ó de cualquier secta que tenga prosélitos
en
el país ; y, por último, el que indebidamente ostente títulos nobi-
liarios ó nombres que no le perteneciesen.
17
258

USO INDEBIDO DE NOMBRES, TRAJES,

INSIGNIAS Y CONDECORACIONES

Cotwte este delito: El que usare públicamente un nombre supuesto


con objeto de ocultar algún delito, eludir una pena ó causar algún
perjuicio al Estado ó Corporaciones de carácter público ó particulares.
El que usare pública é indebidamente uniforme ó trajes propios de
un cargo que no ejerciere, ó de una clase á que no pertenece, ó de un
estado que no tuviere, ó insignia ó condecoraciones que no estuviera
autorizado para llevar.

SALUD PUBLICA

Las autoridades están siempre obligadas á ejercer una exquisita vi-


gilancia sobre las substancias alimenticias puestas al expendio pú-
blico, para evitar las adulteraciones y fraudes que con ellas se co-
meten ofreciendo al consumidor la garantía de pureza y buenas con-
diciones de esas isubstancias.
Son responsables de los delitos contra la salud pública:
i.° El que, sin competencia para ello, elaborare substancias noci-
vas á la salud ó productos químicos que puedan causar grandes es-
tragos para expenderlos ó los despachare, vendiere ó comerciare con
ellos.
2.° El que hallándose autorizado para el tráfico de substancias que
puedan ser nocivas á la salud, ó productos químicos de la- clase ex-
presada en el párrafo anterior, los despachare ó suministrare sin cum-
plir con las formalidades prescriptas en los Reglamentos respectivos.
3.0 Los farmacéuticos que despacharen medicamentos deteriorados
ó substituyeran unos por otros, sin cumplir con las formalidades pres-
criptas en las Leyes ó Reglamentos.
4.0 Los que trafiquen con las substancias ó productos expresados,
y los dependientes de las farmacias, cuando fueren los culpables.
5.0. El que escondiere ó sustrajere efectos destinados á ser inuti-
lizados ó desinfestados, con objeto de venderlos ó comprarlos.
^59
6.° El que arrojare en fuente, cisterna ó río, cuya agua sirva de
bebid'á, algún objeto que la haga nociva para la salud.
y.° El que exhumare ó trasladase ¡restos humanos con infracción
de los Reglamentos y disposiciones de la Sanidad.

JUEGOS Y RIFAS PROHIBIDAS

Las Autoridades gubernativas y sus dependientes tienen perfecto


derecho y obligación ineludible de vigilar los juegos y los jugadores
y procurar sorprenderlos.
Son culpables de este delito: Los banqueros, los dueños de casas
donde se juegue á los prohibidos, si las habitan, y los arrendatarios
principales de las mismas. Los empresarios ó expendedores de bille-
tes de lotería ó rifas no autorizadas. Y por último, son juegos prohi-
bidos todos los de suerte y azar, ó de fortuna, ó en que intervenga
envite, los de alhajas, prendas ú otros cualquiera bienes muebles ó
raíces, así como los juegos á crédito, al fiado ó sobre palabra.
Son considerados por el Código Penal como estafadores, los que
en el juego ó rifa usaren de medios fraudulentos para asegurar la
suerte.
Son juegos prohibidos y por lo tanto perseguibles, los siguientes;
El Billar Romano. El Julepe.
El Picado. El Burro, con plante y pase
El Pocker. El Golfo.
El Bacarat El Pescado.
Las "31" y "41". El Cañé.
Banca falluta. El Faraón.
El Monte. El "30" y "40".
El Mus. Rifas con Naipes.
El Tablero (de damas y yescas). Cajita con 3 bolas.
El Pitintín. La Rifa Chiffá.
El Morito. La Aguja.
El Paco-piú. Los Páticos.
Iva Carteta. Los Dados.
Los Chirimbolos. El Silo.
Las yy2. Los Botones ó Maíz.
Las 3 cartas. Las Chapas.
La Ruleta. La Cinta.
Laterías (francesas ó de cartones) .La Bolita.
2Ó0

Y todos los que, como hemos dicho, son de envite ó azar, ó sean
aquellos que están subordinados á la fortuna ó la suerte. Estos juegos
pueden ser constitutivos de Delito ó Falta, y esta calificación de-
pende del lugar en que se lleven á cabo.
Son Delito, cuando se realizan en casas particulares ó en habitacio-
nes de los establecimientos públicos, pertenecientes á sus dueños ó en-
cargados, que constituyan sus domicilios.
Son Falta, si se verifican en sitios ó establecimientos públicos, y es
cuando el juego tiene lugar en los sitios de lots mismos, á los cua-
les tienen acceso los que á ellos concurren. Los empresarios de rifas
siempre son autores de DELITOS, y los jugadores ó puntos, de FAL-
TAS.

RIFA CHIFFÁ

Este juego, oriundo de Asia, fué introducido en el país por los in-
dividuos pertenecientes á. la raza china, generalizándose, al extremo
de que las Autoridades pusieron en práctica cuantos medios tuvieron
á su alcance para su exterminio.
En la época presente, á pesar de la incesante persecución que se le
ha hecho y continúa haciéndosele, aún impunemente campea la Rifa
Chiffa.
El autor de esta obra ha efectuado numerosas sorpresas, pasando en
su totalidad de más de 85, algunas de éstas de verdadera importancia
por su contingente monetario y el crecido número de jugadores, co-
mo asimismo del juego de Botones y del Paco-Piú, que figuran en su
hoja de servicios, con el beneplácito de sus inmediatos jefes, y con
pleno conocimiento hace la siguiente relación de cómo se efectúa el
juego. .
Una persona cualquiera que cuente con fondos suficientes, puede
asumir las funciones y el nombre de banquero, y establecer un juego;
para ello forma ó traza una figura humana más ó menos imperfecta,
cuyo cuerpo divide en treinta y seis partes, dando á cada una el nom-
bre de una persona ó de un animal.
Separadamente tiene en su poder, dibujados en papel ó hechos en
madera, los treinta y seis animales que constituyen el cuerpo. .Para
empezar el juego, toma por sí, y sin que ninguna persona lo observe,
uno de dichos animales, y lo coloca perfectamente tapado con un pa-
ñuelo ú otro lienzo, en lugar visible de todos los jugadores (á esto lo
llaman colgar el bicho) ; en seguida los agentes que tienen al efecto,
¡i
261

proceden por calles y casas á la venta de papeletas; cada una lleva,


en caracteres chinos, escrito el nombre de uno de los treinta y seis
animales, y el comprador puede elegir el que mejor le plazca y jugar
la cantidad que estime oportuna.
Hecha la compra, el agente ó vendedor, con una tira de papel que
lleva al intento, anota la papeleta vendida y la cantidad apostada, con-
tinuando estas operaciones con los demás compradores hasta media
hora antes de la fijada por el banquero para descubrir el animal ta-
pado; durante esa media hora deben los agentes entregar á.éste las
listas de apuntes efectuados y los cantidades recaudadas.
Llegada la hora que se fijó, descubre el banquero el animal, que
hasta entonces continúa tapado; y al que haya apostado á él, le abonan
treinta veces una cantidad igual á la que apostó, quedando al ban-
quero, como utilidad, las demás cantidades ingresadas por el juego
que hayan hedió de los demás animales.
El banquero, de estas utilidades, abona el diez por ciento á los agen-
tes por su trabajo.
Este juego, al propagarse en el país, ha sufrido alteraciones, au-
mentándose con cuadrillas, peones, compañeros, etc., formándose con
ello tal maremagnum, que se hace difícil el entenderlo, viniendo esa
confusión á facilitar el que sean, en la mayor parte de los casos, es-
tafados los jugadores.
Para mayor aclaración, vamos á poner á continuación los nombres
de los treinta y seis bichos, y de éstos formaremos las cuadrillas, con
expresión de cuáles se consideran compañeros, cuáles peones y el nú-
mero y nombres de las citadas cuadrillas que se forman con ellos.

NOMBRAS D£ LOS BICHOS

En castellano. En chino .

N 1.—Caballo '. Comón.


2.—Mariposa . Gañó.
3.—¡Marinero Jaibén.
4.—Gato-Boca Chita.
5.—Monja Onsi.
6.—Jicotea Foncuna.
7.—Muerto Pascual.
8.—-Caracol Quinsán.
9.—Elefante Yaurí.
10.—Pez grande Cheulí.
2Ó2

No. II Gallo. . Jasan.


12 •Ramera. Souchín.
13 •Pavo real. Fonchuna.
i4, -Gato tigre. Coausan.
IS •Perro. Forsuná.
16 .Toro. . . Forman.
17 —Luna. Guipó.
18 -Pez chico. Chinfiú.
19, •Lombriz. * Chicó.
20.—Gato fino. Fin-San.
21 —Majá. . Mancaú.
22,,—Sapo. Japueí.
23 —Vapor. Consul.
24 —Paloma. . Jactón.
25 -Piedra fina. Menchí.
26 .—Anguila. . Fiulión.
27 ,—-Avispa. Maubau.
28 —Chivo. .' Carpan.
29 —Ratón. Pitá.
30 —Camarón. . Yincuaí.
3i ,—Venado. Yincá.
32 —Cochino. Chinsún.
33 ,—Tinosa. Caucuná.
34 —Mono. . Sambai.
35 -Araña. . Chinllín.
36.—Cachimba. Clinguán
Los compañeros y peones de los bichos que anteceden, son:
Bichos. Compañeros. Peones.
No. 1.—Caballo . 25 Piedra fina. . 13 Pavo real.
2.—Mariposa. No tiene 6 Jicotea.
3.—Marinero. No tiene 30 Camarón.
4.—Gato-boca 29 Ratón . . . . 9 Elefante.
5.—Monja. . No tiene 31 Venado.
6.—Jicotea. . 33 Tinosa. . . . 2 Mariposa.
7.—Muerto. . No tiene 21 Majá.
8.—Caracol.. No tiene 27 Avispa.
9.—«Elefante . 10 Pez grande. , 4 Gato-boca.
10.—Pez grande. 9 Elefante. . . 34 Mono.
11.—Gallo . . . 14 Gato tigre. . 26 Anguila.
263
No. 12.—Ramera . No tiene. . . . 24 Paloma.
„ 13.—Pavo real No tiene. . . . 1 Caballo.
„ 14.—Gato tigre 11 Gallo. . . . 36 Cachimba.
„ 15.—Perro . . 29 Ratón. . . . 4 Gato-boca.
„ 16.—Toro. . . 36 Cachimba. . 35 Araría.
„ 17.—Luna. . . No tiene. . . . 25 Piedra fina.
„ 18.—Pez chico. No tiene. . . . 19 Lombriz.
„ 19.—Lombriz . No tiene. . . . 18 Pez chico.
„ 20.—Gato fino. 26 Anguila. . . 23 Vapor.
, 21*.—Majá. . . No tiene. . . . 7 Muerto.
„ 22.—'Sapo . . 24 Paloma. . . 32 Cochino.
, 23.—Vapor. . . No tiene. . . . 20 Gato fino.
„ 24.—Paloma . 22 Sapo. . . . 12 Ramera.
„ 25.—Piedra fina 1 Caballo. . . 17 Luna. *
„ 26.—Anguila . 20 Gato fino. . 11 Gallo.
„ 27.—Avispa. . No tiene. . . . 8 Caracol.
„ 28.—Chivo . . 30 Camarón y Ve-
nado 3 Marinero.
„ 29.—Ratón. . 4 Gato Boca . 15 Perro.
5, 30.—Camarón. 31 Venado. . . No tiene.
31.—Venado . 30 Camarón . .
28 Chivo. . . .
35 Araña. . . No tiene.
32.—Cochino No tiene. . . . 22 Sapo.
33.—Tinosa. . 6 Jicotea. . . 28 Chivo.
34.—Mono . . No tiene. . . . 10 Pez grande.
35.—Araña . . 28 Chivo. . .
31 Venado. . . 36 Cachimba.
36.—Cachimba. 16 Toro. . . . 35 Araña.
Con los mismos bichos se forman también las cuadrillas, que son las
siguientes:
Cuadrilla de Comerciantes.
No. Ir —Caballo.
2 3 - —Vapor.
>> 9.-—Elefante.
4--—Gato-boca.
y9
27.-—Avispa.
>> —Perro.
>> 29.-—Ratón.
264
Cuadrilla de Guapos.
No 16.—Toro.
„ 19.—Lombriz.
„ 14.—Tigre.
„ 32.—Cochino.
„ 17.-—Luna.
Cuadrilla de Borrachos.
No. 7.—Muerto.
„ 8.—Caracol.
„ 13.—Pavo real.
,, 18.—Pez chico.
Cuadrilla de Curas.
No. 10.—Pez grande.
„ 6.—Jicotea.
,, 36.—Cachimba.
,, 26.—Anguila.
„ 11.—Gallo.
„ 5.—Monja.
„ 20.—Gallo fino.
Cuadrilla de Limosneros.
No. 31.—Venado.
„ 30.—Camarón.
„ 28.—Chivo.
„ 35.—Araña.
„ 21.—Majá.
Cuadrilla de Caballeros.
No. 34.—Mono.
„ 33.—Tinosa.
„ 22;—SapO.
„ 3.—Marinero.
Cuadrilla de Mujeres.
N o . 25.—Piedra fina.
„ 24.—Paloma.
„ 12.—Ramera.
„ 2.—Mariposa.
El juego de compañeros, peones y cuadrillas se diferencia del an-
terior que hemos descripto, en que en vez de apostar á un bicho solo,
el chino forma una amalgama mezclando en ella animales y personas.
2Ó5

por ejemplo: "Un hombre caballero, camina muy despacio, que no es-
tá tonto, sino borracho, y en unión de su compañero gana mucho di-
nero". Teniendo en consideración tales disparates, el comprador de
los boletos imagina la cuadrilla que ha de salir, y juega al Mono, por
creer que ha de salir cuadrilla de Caballeros; si efectivamente a ier-
ta, por ser el bicho colgado, ha acertado la charada y cobra los treinta
tantos por uno.
Como esos acertijos los forman los banqueros sin método ni regia
alguna, guardando sólo en ello su capricho, puede calcularse si será
difícil descifrar la charada; y conociendo como conoce el banquero,
antes de descubrir el bicho jugado, las cantidades que hay jugadas, no
le será difícil, cuando hayan apostado mucha cantidad al que tie-
ne en aquel punto, y sustituirlo por otro en que la apuntación sea más
favorable; de modo que, en realidad, este juego puede considerarse
como la más cínica estafa, y en nuestra opinión, ya que en todas las
épocas se ha procurado extirparlo, que en la presente se continúe sin
- descanso á sorprender los inmundos garitos donde se consumen las
economías del pobre jornalero, que hasta sacrifica en no pocas veces
el dinero del alimento de sus familiares, ante la efímera esperanza de
aumentarlo.
En el Artículo 355 del Código Penal se encuentra comprendida la
Rifa Criffá, cuya parte dispositiva dice: ''Los empresarios y expen-
dedores de billetes de loterías ó rifas no autorizadas, serán castiga-
dos con las penas de arresto mayor en sus grados mínimo y medio y
multa de 325 á 3,250 pesetas."
Por tanto, los funcionarios de Policía, en todos los casos en que
sorprendan alguno de dichos juegos, deben formar atestado, dando
cuenta al Juzgdo de Instrucción correspondiente.

PACO-PIU
El Paco-Piú es otro juego asiático que ha tomado carta de natu-
raleza en el país, aunque no con la popularidad de la Rifa Chiffá,
siendo más breve en sus manifestaciones^ también más oneroso para
los puntos.
Reunidos los jugadores, el banquero les proporciona un billete,
donde se hallan marcadas ochenta letras del alfabeto chino, de las
que toman una, que queda en su poder, ó más, aprontando lo que va
á apostar; después se recogen, colocando veinte en cuatro tazas ú otra
vasija análoga, tomando una el banquero, y sacando- una fracción de
266

las jugadas, ese es el premio obtenido, que se abona á razón de diez


por uno.
Como perfectamente se colige, el banquero juega con sesenta le-
tras, mientras que los puntos lo verifican sólo con veinte, divididos en
igual número.
Es inconcebible que se desconozca tal procedimiento, que por todos
conceptos da las más grandes probabilidades de una ganancia segura,
si tomamos en cuenta la progresión geométrica que va de veinte á
sesenta, y que hacen del individuo que se dedica á tan inmoral espe-
culación, punto y banquero.
En la extensión del Imperio Chino, las mujeres de todas las clases
sociales sólo juegan á la Chiffá y al Paco-Piú, mientras los hombres
lo hacen á los botones, que también se usa en este país.
Hay, pues, que acabar con ese cáncer, que tanto perjudica, desde
el artesonado salón hasta la más inculta cindadela,'sin consideraciones
de ningún género, y estos han sido y son los firmes propósitos del que
escribe esta obra.

INTRODUCCIÓN DE BILLETES DE LOTERÍA

EN EL PAIS

Orden Militar 230, de 4 de Diciembre de 1899.

El Gobernador General de Cuba ha tenido á bien disponer la publi-


cación de la Orden siguiente:
Cualquier persona que trajere ó hiciera traer á la Isla de Cuba, des-
de el extranjero, por los correos ó por la Aduana ú otro medio cual-
quiera, como mercancía, ó como parte de equipaje, ó sobre las pe-r
sonas de los viajeros, con el objeto de disponer de ellos, papeles, cer-
tificados ú otros instrumentos destinados á ser ó representar papeletas,
opción á premios, participación, interés directo ó indirecto en la ce-
lebración de loterías, ó de las llamadas rifas ú otra empresa cualquie-
ra que ofrezca premios dependientes de suerte ó azar, ó anuncio de
dichas loterías, rifas ó empresas, incurrirá en la pena de confiscación
de dichos papeles, certificados, papeletas ó cualesquiera otros instru-
mentos que contengan anuncios; y será castigada, por la primera n-
fracción, con una multa que no excederá de 1,000 pesos, ó con pri-
sión por un período que 110 pase de dos años, ó con ambas penah-

-J
267
dades; y en la siguiente infracción, con prisión por período que no
exceda de cinco años.
El Brigadier General Jefe de E. M.,
Adna R. Chaffee.
Los infractores de la Orden que antecede deben ponerse á la dis-
posición de los Juzgados de Instrucción, encontrándose en relación
con lo prescripto en el Código Postal vigente.

BAZARES Y RIFAS
Orden Militar número 17, serie, de 1902.
El Gobernador Militar de Cuba, á propuesta del Secretario de Es-
tado y Gobernación, y de acuerdo con el parecer del Secretario de
Justicia, ha tenido á bien disponer la publicación de la siguiente Or-
den:
I.—No se concederá permiso para la apertura de bazares cuyo pro-
ducto bruto no se dedique á fines ostensiblemente benéficos.
II.—Será también condición precisa para la condición del permiso
á que se contrae el artículo anterior, que los objetos destinados á pre-
mios en el bazar, se adquieran por donación gratuita, y no á título
oneroso.
III.—Los Gobernadores Civiles expedirán las licencias correspon-
dientes para abrir bazares, siempre que del oportuno expediente re-
sulte que los interesados se ajustan á lo dispuesto en los artículos pre-
cedentes.
IV.—Se prohibe á las empresas periodísticas, industriales ó de
cualquier otra dase, la inserción en sus papeles y anuncios, viñetas ó
productos de papeletas, boletas ó cupones numerados ó marcados con
letras ú otras señas cualesquiera, cuando los premios se ofrezcan en
efectivo, en papel moneda, en vales equivalentes ó en prendas de
valor.
V.—Asimismo se prohibe la emisión aislada de papeletas, bohtas ó
cupones, y la simple publicación de números ó señas que se inserten
en sustitución de los mismos, ó sea para dar derechos á obtener pre-
mios en metálico.
VI.—Para la inserción de cupones no comprendidos en el artículo
IV, las mencionadas empresas solicitarán el oportuno permiso del Go-
bernador Civil de la Provincia correspondiente, detallando en la ins-
tancia en que hagan la solicitud, el plan que se proponen seguir para
la adjudicación de los premios á que den derecho dichos cupones. Si
268
a juicio de los Gobernadores Civiles el plan propuesto tiene visos de
lotería ó rifa prohibida, se abstendrán de conceder la licencia y pasará
la instancia á la Secretaría de Gobernación, para lo que proceda, de
conformidad con las disposiciones contenidas en esta Orden.
VIL—Los empresarios de referencia solicitarán también permiso
del Gobernador Civil correspondiente, cuando traten de ofrecer rega-
los de objetos á los ausentares ó compradores de sus productos. En
la solicitud de permiso deberán expresar la clase de objetos que re-
galen, y los exhibirán al público con 24 horas de anterioridad, por
lo menos, al día del sorteo, en sus oficinas ó lugar que más les con-
venga y que determinarán en la instancia.
VIII.—Los infractores de las prohibiciones contenidas en la pre-
sente Orden serán considerados como autores de delitos y perseguidos
y castigados por el procedimiento correccional, con arreglo á lo dis-
puesto en la Orden Militar 213 de 1900.
IX.—Cuando la infracción se cometa por medio de periódicos, se-
rán secuestrados los números de éstos en que haya tenido lugar dicha
infracción; y cuando se trate de bazares, los objetos destinados á pre-
mios caerán en comiso y serán destinados á la Beneficencia Pública.
X.—Se derogan todas las disposiciones anteriores que se opongan
á las contenidas en la presente Orden, la cual empezará á regir á los
20 días de su publicación en la Gaceta de la Habana.—El Ayudante
General, H. L. Scott.
Por la Orden número y y de 1902, fueron modificados los artículos
cuarto y sexto de la anterior.

PREVARICACIÓN
"Faltar uno á la obligación de su oñcio, quebrantando la fe, palabra,
religión ó juramento." ("Diccionario lengua Castellana")
Cometen el delito de prevaricación: El Juez que, á sabiendas, dicta-
re sentencia injusta contra el reo, en causa criminal por delito ; El
Juez que, á sabiendas, dictare sentencia contra el reo, cuando ésta no
hubiere llegado á ejecutarse, ó si la dictare también injusta á favor
del mismo reo, en causa civil; El Juez que, por negligencia, dictare en
causa civil ó criminal, sentencia injusta, providencia injusta,
ó se negare á juzgar, so pretexto de obscuridad, insuficiencia ó
silencio de la Ley. El Juez culpable de retardo malicioso en la ad-
ministración de justicia. El funcionario público que, á sabiendas, dic-
tare ó consultare providencia ó resolución injusta en negocio conten-
269
cioso-administrativo. Los empleados públicos que faltando á las obli-
gaciones de su oficio, quebranten la palabra, fe, religión ó juramento.
y el abogado ó procurador que, violando la fidelidad debida á su clien-
te, favorezca á su contrario.

INFIDELIDAD
((
Falta de ñdelidad, deslealtad."
Infidelidad en la custodia de documentos, la comete el funcionario
público que sustrajere, destruyere ú ocultare documentos ó papeles
que le estuvieren confiados por razón de su cargo.
Infidelidad en la custodia de presos, la comete el funcionario pú-
blico ó particular que favoreciese la evasión de un preso cuya con-
ducción ó custodia se le estuviere confiada.
El delito expresado no lo constituye la fuga de los presos, sino la
conniveencia del que los conduce ó guarda, porque debiendo vigilar
por la seguridad de ellos, al facilitarles la fuga hacen traición á sus
deberes.
VIOLACIÓN DE SECRETOS

La comete: El funcionario público que revelare los secretos de que


tenga conocimiento por razón de su oficio, ó entregare indebidamente,
y sin previa autorización, papeles ó copia de los mismos, que tenga á
su cargo y 110 deban ser publicados. Y el funcionario que, sabiendo
por razón de su cargo los secretos de un particular, los descubriese ó
divulgare.

DESOBEDIENCIA Y DENEGACIÓN DE AUXILIO

"No hacer alguno lo que le manda el Superior ó la Autoridad, se llama


desobediencia."
Los funcionarios judiciales ó administrativos que se negasen abier-
tamente á dar el debido cumplimiento á sentencias, decisiones ú órde-
nes de la Autoridad superior, dictadas dentro de los límites de su res-
pectiva competencia y revestidas de las formalidades legales, incurri-
rán en las penas de inhabilitación temporal especial, en su grado má-
ximo, á inhabilitación perpetua especial y multa.
Sin embargo de lo dispuesto, no incurrirán en responsabilidad cri-
270

minal los funcionarios públicos por no dar cumplimiento á un man-


dato administrativo'que constituya una infracción manifiesta, clara y
terminante del precepto constitucional, ni en el que se infrinja mani-
fiesta, clara y terminantemente, cualquiera otra ley; pero cometerán
desobediencia el perito y testigos que dejaren voluntariamente de com-
parecer ante el Tribunal á prestar sus declaraciones, cuando hubieren
sido citados al efecto.
' Son autores del delito de denegación de auxilio, los que se negaren
-á prestar su cooperación á cualquiera Autoridad ó particular que la
pida; como asimismo el que rehusare ó se negare á desempeñar un
cometido en ayuda de la administración de justicia ú otro servicio
público.
ABUSOS CONTRA LA HONESTIDAD
Este delito lo cometen los empleados públicos ó funcionarios que
pretendiesen ó solicitaren á cualquier mujer que tenga asuntos ó pre-
tensiones pendientes de despacho ó resolución, informe ó consulta que
elevar; y el Alcalde que solicitare los favores de una mujer sujeta á
su guarda.

ANTICIPACIÓN, PROLONGACIÓN Y ABANDONO

DE FUNCIONES PUBLICAS
Queda incurso en penas, el que entrare á desempeñar un destino ó
cargo público sin haber prestado previamente, y en debida forma, el
juramento ó fianza requerido por las Leyes, y el funcionario público
que, sin habérsele admitido la renuncia de su destino, lo abandonare
con daño de la causa pública.

USURPACIÓN DE ATRIBUCIONES Y

NOMBRAMIENTOS ILEGALES

Cometen estos delitos: El funcionario público que invade el Poder


Legislativo ó se arrogare las atribuciones de la "Autoridad adminis-
tiativa; y el funcionario público que, á sabiendas, propusiere ó nom-
brare para cargo público persona en quien 110 concurran los requisitos
legales.
2JI

COHECHO
(
'La acción y efecto de sobornar con dádivas al Juez ó á otra persona
que las recibe para hacer alguna cosa, aunque sea contra justicia/'
El funcionario público que recibiere por sí ó por persona intermedia
dádiva ó presente ó que aceptare ofrecimientos ó promesas por realizar
actos indebidos en su cargo, será castigado. (Artículo 392 del Código
Penal.)
Y do será igualmente el que con dádivas, presentes, ofrecimientos ó
promesas, corrompiere á los funcionarios públicos.
El hecho de ofrecer una dádiva á un Agente de la Autoridad, para
que falte á su deber realizando un acto que, además, constituye otro
delito, debe calificarse como constitutivo del de tentativa de cohecho,
r
MALVERSACIÓN DE CAUDALES PÚBLICOS
(<
El acto de invertir los caudales en usos distintos de aquellos para que
están destinados."
Cometen el delito de malversación de caudales: El empleado públi-
co que por razón de sus funciones, teniendo á su cargo caudales ó efec-
tos públicos, ó el que por cualquier concepto se hallase encargado de
fondos, ventas ó fondos del Estado, provinciales ó municipales, ó
pertenecientes á un establecimiento piadoso, de Instrucción ó Bene-
ficencia, ó fuera administrador ó depositario de caudales embargados,
secuestrados ó depositados por Autoridad pública, aunque pertenezcan
á particulares, los sustrajere ó consintiere que otros los sustraigan.
El funcionario que, por abandono ó negligencia inexcusables, diere
ocasión á que se efectuase por otra persona la sustracción.
El funcionario público que con daño ó entorpecimiento del ser-
vicio, aplicare á usos propios ó ajenos las cantidades ó efectos puestos
a
su cargo.
El que diere á los caudales ó efectos que administrare, una aplica-
ción pública diferente de aquella á que estuvieren destinados.
2
72
El que debiendo hacer un pago como tenedor de fondos del Estado,
no lo hiciere; y el que requerido con orden de la Autoridad compe-
tente, rehusare hacer entrega de una cosa puesta bajo su custodia ó
administración.

FRAUDES Y EXACCIONES ILEGALES

Incurren en este delito: El funcionario público que interviniendo,


por razón de su cargo, en alguna comisión de suministro, cqn tratas,
ajustes ó liquidaciones por efectos ó haberes públicos, se concertare
con los interesados ó especuladores ó usare de cualquier otro artificio
para defraudar al Estado.
El que directa ó indirectamente se interesare en cualquier clase de
contrato ú operación en que debía intervenir por razón de su cargo.
Y el funcionario público que exigiere directa ó indirectamente mayo-
res derechos que los que estuvieren señalados por razón de su cargo.

NEGOCIACIONES PROHIBIDAS A LOS

EMPLEADOS

Son autores de este delito: Los Jueces, los funcionarios del Ministe-
rio Fiscal, los Jefes militares, gubernativos ó económicos, que du-
rante el ejercicio de sus cargos se mezclaren directa ó indirectamente
en operaciones de agio, tráfico ó granjeria, dentro de los límites de su
jurisdicción ó mando, sobre objetos que no fueren productos de sus
bienes propios.
PARRICIDIO
"La muerte violenta dada á padre, madre ó alguno de sus parientes!1
El que matare á su padre, madre ó hijo, sean legítimos ó ilegíti-
mos, ó á cualquiera otro de sus ascendientes ó descendientes, ó á
su cónyuge, será castigado como parricida, con la pena de cadena
perpetua á muerte.
ASESINATO
"El homicidio cometido con alevosía, por paga, ó sin riña ni pelea."
Es reo de asesinato el que, sin estar comprendido en el artículo 413
del Código, (que trata los casos de parricidio) matase á alguna per-
sona, concurriendo las circunstancias siguientes: i. a con alevosía.
'MmM

B'Sm

L D O . M A N U E L RODRÍGUEZ M I Y E R E S
Juez de Instrucción del Distrito Centro de la H a b a n a .
273
a a
2. Por precio ó promesa remuneratoria.—3. Por medio de inunda-
ción, incendio ó veneno.—4.a Con premeditación conocida.—5.a Con
ensañamiento, aumentando deliberada é inhumanamente el dolor del
oiendido.
El reo de asesinato, será castigado con la pena de cadena temporal
en su grado máximo á muerte.

HOMICIDIO
"Muerte de un hombre hecha por otro."
''Tórnase generalmente por la ejecutada sin razón y con violencia."
Es reo de homicidio, el que sin estar comprendido en el citado ar-
tículo 413 del Código, matare á otro, no concurriendo algunas de las
circunstancias enumeradas en el artículo 414, que comprende al reo
de asesinato. El reo de homicidio, es castigado con la pena de reclu-
sión temporal.
Cuando riñendo varios y acometiéndose entre sí confusa y tumul-
tuariamente, hubiere resultado muerte y no constare su autor; pero
sí los que hubieren causado lesiones graves, serán estos castigados
con la pena de prisión mayor. No constando tampoco los que hu-
bieren causado lesiones graves al ofendido, se impondrá á todos los
que hubieren ejercido violencias en su persona, la prisión correccio-
nal en su grado medio y máximo.
El que prestara auxilio á otro para que se suicide, será castigado
con la pena de prisión mayor: si se lo prestare hasta el punto de
ejecutar él mismo la muerte, será castigado con la pena de reclusión
temporal.
El acto de disparar un arma de fuego contra cualquiera persona,
será castigado con la pena de prisión correccional en sus grados
mínimos y medio, si no hubieren concurrido en el hecho todas las
circunstancias necesarias, para constituir delito frustrado ó tenta-
tiva de parricidio, asesinato, homicidio ó cualquier otro delito, á que
esté señalada una pena superior por alguno de los artículos del Có-
digo.

DISPARO DE ARMA DE FUE£0


El simple disparo de arma de fuego contra cualquiera persona
determinada, aunque de él no resulten lesiones, constituye por sí el
18
274

delito menos grave, y el hecho de disparar un tiro á corta distancia


contra otro, causándole una lesión grave en un brazo, de lo que se
infiere que el tiro fué dirigido á lo alto del cuerpo, y lo más peligroso
de la vida, donde no podía prometerse herir tan solo, sino producir
la muerte, constituye el delito de homicidio frustrado.
En los disparos de arma de fuego en que resulten lesiones, se hace
imposible poder apreciar de momento si el hecho constituye el delito
menos grave del artículo 421 del Código, ó eil grave de homicidio
frustrado, así que, en estos casos debe la policía consignar los más
mínimos detalles que pueda adquirir, referente á como tuvo lugar la
ocurrencia, las palabras que mediaran, distancia á que se efectuara
el disparo, causas que lo motivaron, etc., pues de ese modo se faci-
lita al Juzgado la calificación del hecho que es, á lo que en todo caso
debe propender el funcionario.

INFANTICIDIO
El infanticidio es según la Ley, la muerte violenta de un recién na-
cido, realizada por su madre, ó sus abuelos maternos, para ocultar la
deshonra de ésta, y no habiendo cumplido el nieto ó hijo tres días.
Fuera de estos casos, el que matare á un recién nacido, incurrirá
en las penas del Parricidio ó del Asesinato, si e*s realizado por sus
ascendientes, parientes ó extraños.

ABORTO
"Llámase aborto al parto antes del tiempo natural,"

El Código Penal castiga:


Al que á propósito lo causare, si ejerciere violencia en la persona
de la mujer en estado de gestación. Si aunque no la ejerciere, obra-
re sin consetimiento de la mujer, y aún si ésta consintiere.
También castiga: Al que lo ocasionare violentamente, cuando no
haya propósito de causarlo. A la mujer que fuere causa de su propio
aborto, ó consintiera que otra persona se lo provocare, disminuyendo
la penalidad, si^lo hubiere hecho para ocultar su deshonra. Al mé-
dico que abusando de su arte, causare el aborto ó cooperare á él—-y
al farmacéutico que, sin la debida prescripción facultativa, expen-
diere un abortivo,
275
LESIONES
"Daño ó detrimento corporal causado por alguna herida, golpe ó
enfermedad."
Son heridas cortantes las que se causan con algún instrumento
de filo como navaja, cuchillo, etc., rasgando longitudinalmente las
carnes. Se llaman heridas punzantes, las producidas por instrumentos
de punta que penetren en el cuerpo, como un cuchillo, unas tijeras,
un punzón, etc.; y se llaman contundentes, las que se infieren por me
dio de golpes dados con palo, piedra, ó cualquiera otro instrumento
duro, y las causadas con los puños.
También se dividen y clasifican las herirlas por Avulsión, las he-
chas por agentes que obraron desgarrando ; por Desgarramiento, son
las que dividen los tejidos rasgándolos; por Arma de fuego, las pro-
ducidas por proyectiles impulsados por la pólvora y también por
otros cuerpos á quienes el proyectil comunica su fuerza impulsiva:
y por último, las ocasionadas por mordeduras de perros y otros ani-
males.
Las lesiones de la jurisdicción del Juzgado de Instrucción, son las
siguientes, siendo responsables de ellas:
El que de propósito castrare á otro.
El que hiriere, golpeare ó maltratara de obra, será considerado como
reo de lesiones graves, si de resultas de ellas quedare el ofendido
imbécil, impotente ó ciego, ó hubiere perdido un ojo, algún miembro
principal, ó impedido de él, ó inutilizado para el trabajo á que hasta
entonces se hubiere dedicado.
El que con ánimo de matar, causare á otro lesiones graves, adminis-
trándole á sabiendas substancias ó bebidas nocivas, ó abusando de su
credulidad ó pobreza de espíritu. •
Los que causaren lesiones de las no comprendidas en la relación
anterior, que produzcan al ofendido inutilidad para el trabajo desde
ocho ó treinta días, ó necesidad de asistencia médica por el mismo
lapso de tiempo, no siendo las lesiones inferidas á padres, ascendientes
ó tutores, curadores, maestros ó personas constituidas en dignidad ó
autoridad pública, mayordomo ó mayorales. Si lo fueren, serían de la
competencia del Juzgado de Instrucción—aunque se encuentren cali-
ficadas de menos graves—por señalar el Código Penal, á sus autores,
mayor pena de la que pueda imponer el Correccional.
Cuando las lesiones pasaren de 30 días sin sanar, será de la ju-
risdicción de el de Instrucción, la inhibición, ó si al cicatrizarse de-
276
jasen deformidad aim citando curasen antes de siete dias. Si fueren
leves ó sanasen, con asistencia facultativa ó sin ella, ó con' impedí-
mentó para dedicarse al trabajo habitual antes de los siete días, se
calificarán como Falta.

ADULTERIO
"El acto carnal ejercido por un hombre casado, con una mujer que
no sea su legitima esposa, ó una mujer casada con otro hombre
que no sea su marido."

Comete adulterio la mujer casada que yace con varón que no sea
su marido; y el que yace con ésta á sabiendas que es casada, aunque
después se declare nulo ermatrimonio. (Artículo 477.).
No se impondrá-pena por el delito de adulterio, sino en virtud de
querella del marido agraviado. (Artículo 449.)
.Como se ve por los artículos que anteceden, el adulterio es un de-
lito privado, y sólo el marido ofendido es el que tiene derecho á esta-
blecer querella contra la adúltera; así es que la Policía, en esta clase
de delito, debe abstenerse de tomar participación de ninguna clase,
procediendo únicamente á levantar atestado del hecho, en el solo caso
de que sea el marido ultrajado el que lo solicite.

VIOLACIÓN Y ABUSOS DESHONESTOS


"Violar, corromper por fuerza á alguna mujer, especialmente doncella.''

La violación de una mujer será castigada con la pena de reclusión


temporal. Se comete violación yaciendo con la mujer en cualquiera de
los casos siguientes:
i.° Cuando se usare la fuerza ó intimación.
2.0 Cuando la mujer se hallare privada de razón ó de sentido por
cualquier causa.
3.0 Cuando fuere menor de doce años cumplidos, aunque no con-
curriese ninguna de las circunstancias expresadas en los dos números
anteriores. (Artículo 453.)
El que abusare deshonestamente de persona de uno ú otro sexo,
concurriendo cualquiera de las circunstancias expresadas en el ante-
rior artículo, será castigado, según la gravedad del hecho, con la
pena de prisión correccional en sus grados medio y máximo.
277

ESCÁNDALO PUBLICO
"La acción ó palabra vertida en público que causa la ruina espiritual
de los que la presencian ó escuchan, dando motivo á que obren
mal ó piensen mal de otro."

Cometen el delito de escándalo público, é incurrirán en arresto ma-


yor y reprensión, los que de cualquier modo ofendieren el pudor
ó las buenas costumbres con hechos de grave escándalo ó trascenden-
cia, no comprendiéndose expresamente en el Código, y los que expu-
sieren yproclamaren con publicidad y escándalo, doctrinas contrarias
á la moral pública, y los que exhibiesen estampas ó grabados que ofen-
dan á las buenas costumbres y á la moral.
Los cónyuges que escandalicen en sus disensiones domésticas, des-
pués de haber sido amonestados por la Autoridad. Los que promovie-
sen escándalo en los teatros, espectáculos, cafés ó en cualquier esta-
blecimiento público, y por último, el que hallándose unido á una mu-
jer por lazo matrimonial, la abandona y contrajere nuevo matrimonio,
según la Ley Civil, con otra persona, ó viceversa, aunque sea religioso
é indisoluble.

ESTUPRO Y CORRUPCIÓN DE MENORES

Se llama estupro la violación de una doncella mayor de doce años


y menor de veinte, cometido por autoridad pública, sacerdote, criado,
doméstico, tutor, maestro ó encargado por cualquier título de la edu-
cación ó guarda de la estuprada, y se castigará con la pena de pri-
sión correccional en su grado mínimo y medio. En la misma pena in-
currirá el que cometiere estupro con su hermana ó descendiente, aun-
que sea mayor de veinte años. El estupro cometido por cualqueir otra
persona con una mujer mayor de doce y menor de veinte años, inter-
viniendo engaño, será castigado con la pena de arresto mayor.
No puede procederse por causa de estupro, sino á instancia de la
agraviada ó de sus padres, abuelo ó tutor.
El que habitualmente, ó con abuso de autoridad ó confianza, pro-
moviera ó facilitare la prostitución ó corrupción de menores de edad
Para satisfacer los deseos de otro, será castigado con la pena correc-
cional de prisión, en sus grados mínimo y medio, é inhabilitación tem-
poral absoluta, si fuere Autoridad.
278

RAPTO
Este delito y el de estupro fueron modificados en cuanto á la edad,
por la Orden Militar número 257, serie de 1901, por la que se redujo
ésta á veinte en lugar de veintitrés.
Por Rapto se entiende la sustracción de una mujer, mayor de 12 y
menor de 20 años, sacándola de su casa ó del lugar en que se en-
cuentre, para llevarla á algún sitio al objeto de casarse con ella ó de
corromperla.
Existen dos clases de raptos: el de fuerza y el de seducción. El pri-
mero es aquel que se realiza con violencia, contra la voluntad de la
raptada. El segundo es el que se hace por medio de seducción, que es
cuando la mujer consiente.
Los reos del delito de rapto que no dieren razón del paradero de
la persona raptada, ó explicación satisfactoria sobre su muerte ó des-
aparición, serán castigados con la pena de cadena perpetua. (Artícu-
lo 466.)

CALUMNIA
Es calumnia la acusación ó imputación falsa de un delito de los que
dan lugar á procedimientos de oficio.
Para que haya calumnia es necesario: i.°, que el hecho que se im-
puta no sea verdadero; 2.0, que se refiera á un hecho concreto que
constituya delito penado por la Ley, pues de lo contrario no habría
mas que injuria; 3.0, que este delito no sea de los que sólo pueden ser
perseguidos á instancia de parte, en cuyo caso tampoco habría calum-
nia, sino injuria.
Se comete también el delito de injuria y calumnia, no sólo mani-
fiestamente, sino por medio de alegorías, caricaturas, emblemas ó alu-
siones.
Los directores ó editores de los periódicos en que se hubieren pro-
palado la calumnia ó injuria insertarán en ellos, dentro del término
que señalen las Leyes, ó el Tribunal en su defecto, la satisfacción ó
sentencia condenatoria, si lo reclamase el ofendido.
279
INJURIA
"Es injuria toda expresión proferida ó ejecutada en deshonra, descré-
dito ó menoscabo de otra persona'3
Son injurias graves:
i.° La imputación de un delito de los que no dan lugar á proce-
dimiento de oficio.
2.° La de un vicio ó falta de moralidad, cuyas consecuencias pue-
dan perjudicar considerablemente la fama, crédito ó interés del agra-
viado.
3.0 Las injurias que por su naturaleza, ocasión ó circunstancias
fueren tenidas en el concepto público como afrentosas.
4.0 Las que racionalmente merezcan la clasificación de graves,
atendido el estado, dignidad y circunstancias del ofendido y el ofen-
sor.

Los Juzgados Correccionales tienen competencia para juzgar y cas-


tigar á los autores de toda publicación inmoral ú obscena y á los que
le den publicidad á sabiendas, á los autores de cualquiera manifesta-
ción falsa, maligna ó infamante, sea hecha por medio de la imprenta,
por escrito ú oralmente, que tiendan á injuriar gravemente la reputa-
ción de otra persona ó su posición social, ó su vida profesional ú ofi-
cial, siempre que proceda la correspondiente querella de la persona
agraviada ó injuriada.
La Orden Militar número 152, serie de 1900, dispone que si la per-
sona agraviada ó injuriada lo prefiriese, pueda presentar su querella
ante el Juzgado de Instrucción respectivo.

SUPOSICIÓN DE PARTOS Y USURPACIÓN DE


ESTADO CIVIL
Por Suposición de Parto, se entiende el hacer pasar un niño por
hijo de personas que no son Jos autores de susí días. Este delito lo
realiza la mujer que no pudiendo haber hijo de su matrimonio, se fin-
ge embarazada, y al tiempo del parto, introduce y supone como suyo
el ajeno. De este delito no sólo es responsable la supuesta parturienta,
sino también el facultativo ó funcionario público que, abusando de su
profesión ó cargo, coopere á la ejecución del mismo.
La Usurpación de Estado Civil es la atribución de la condición ó
28o
calidad en que en la sociedad ó en la familia, se encuentra constituido el
usurpado con respecto á su filiación, sexo, edad etc.

MATRIMONIOS ILEGALES
Cometen este delito: El que contrajere segundo ó ulterior matrimo-
nio, sin hallarse disuelto el anterior. El que con algún impedimeto
dirimente no dispensable, contrajere matrimonio. El que lo contraje-
re mediando algún impedimento dispensable. El que en un matrimonio
ilegal pero válido según las disposiciones de la Iglesia, hiciere interve-
nir al Párroco por sorpresa ó engaño. El menor que lo contrajere sin
el consentimiento de sus padres, ó de las personas que para el efecto
hagan sus veces. El adoptante que sin previa dispensa contrajere
matrimonio con' sus hijos ó descendientes adoptivos. El tutor ó cura-
dor que antes de la aprobación de sus cuentas, contrajere matrimonio
ó prestare su consentimiento para que lo contraigan sus hijos ó des-
cendientes, con la persona que tuviere ó hubiere tenido en guarda,
á no ser que el padre de esta hubiere autorizado debidamente este
matrimonio. La Autoridad eclesiástica ó civil que autorizare matri-
monio prohibido por la Ley, ó para el cual haya algún impedimento
no dispensable.
A los Juzgados Correccionales corresponde conocer de este delito
en los dos casos siguientes, según la Orden número 213, serie de
1900:
i.° La viuda que se casare antes de los 301 días, desde la muerte
de su marido ó antes de su alumbramiento, si hubiese quedado en cin-
ta, y 2.0 La mujer cuyo matrimonio se hubiese declarado nulo, si se
casare, antes de su alumbramiento, ó de haberse cumplido 301 días
después de su separación legal.

DETENCIONES ILEGALES
Son autores de este delito: El que detuviere ilegalmente á cualquier
persona.
El que fuera de los casos permitidos por la Ley ó sin motivo ra-
cional, aprehendiere ó detuviereá una persona para presentarla á la
Autoridad.
Los agentes de Policía podrán detener: Al que intentare cometer
un delito en el momento de ir á realizarlo: al delincuente infraganti
(es el sorprendido en el momento de cometer el delito ó el que es
281

detenido inmediatamente después de cometido, con efectos ó instru-


mentos que infundan la. presunción vehemente de su participación
en él.)
Al que se fugare del establecimiento penal en que se halle extin-
guiendo condena.
Al que se fugare de la cárcel en que estuviere esperando su trasla-
ción al establecimiento penal ó lugar en que deba cumplir condena
por sentencia firme.
Al que se fugare al ser conducido al establecimiento ó lugar antes
mencionados.
Al que se fugare estando detenido ó preso por causa pendiente.
Al procesado ó condenado que estuviere en rebeldía.
Al que tuviere procesado por delito que tenga señalado en el Códi-
go pena superior á la de prisión correccional.
Al procesado por delito al que esté señalada la pena inferior, si sus
antecedentes ó las circunstancias del hecho hicieran presumir que no
comparecerá cuando fuere llamado por la Autoridad judicial (excep-
to el procesado que preste en el acto fianza bastante, á juicio de la
Autoridad ó agente que intente detenerlo, si se presumiere que com-
parecerá al ser llamado por el Tribu nal competente) ; y por último,
aquel contra el cual exista mandamiento de detención del Juez ó
Tribunal competente.
El particular, autoridad ó agente de policía que detuviere á una
persona en virtud de las disposiciones anteriores, deberá ponerla en
libertad ó entregarla al Juez respectivo, dentro de las veinticuatro
horas siguientes al acto de la detención; si así no lo hiciera, incurrirá
en responsabilidad criminal.
Téngase presente que, el Artículo 53 de la Constitución de la Re-
pública de Cuba expone que -Jos Senadores y Representantes, solo po-
drán ser detenidos ó procesados con autorización, del Cuerpo á que
pertenezcan, si estuviese reunido el Congreso; excepto en el caso de
ser hallados infraganti, en la comisión de algún delito. En este caso y
en el de ser detenidos ó procesados, cuando estuviese cerrado el Con-
greso , se dará cuenta, lo más pronto posible, al Cuerpo respectivo,
para la resolución que proceda.
Debe tenerse muy presente que, los Representantes diplomáticos y
Cónsules extranjeros, solo pueden ser detenidos por la comisión de
delitos graves, llamando por nuestra parte la atención á la Orden del
Departamento de Policía, sobre este particular, que á continuación
transcribimos:
282

ORDEN GENERAL NUMERO 49i


Habana Junio 20 de 1901.

"Con el fin de que se guarden á los Cónsules extranjeros las inmu-


nidades y privilegios que le son reconocidos por la Ley Internacional,.
se hace saber á todos los miembros de este Cuerpo, que los señores
Cónsules extranjeros, subditos de Estado que los nombra, solo pueden
ser detenidos por la comisión de delitos graves, observándose siempre
con los .mismos las mayores atencione de córtela, y dándose cuenta en
los referidos casos, como en todos los que surgieren con dichas enti-
dades á esta Jefatura que á su vez lo hará inmediatamente á la Secre-
taría de Estado y Gobernación."
"Si ocurrieren dudas respecto al carácter oficial invocado, por di-
chos señores Cónsules, se agotarán todos los medios racionales de
identificación antes de proceder en los casos previstos en esta Orden,
á la detención y conducción del que afirmare estar autorizado por el
Gobierno Militar para ejercer funciones consulares en Culba, cuya
autorización es siempre publicada en la Gaceta Oficial, para general
conocimiento."
"Se recomienda el exacto cumplimiento de lo dispuesto, que deberá
leerse á la fuerza, y fijarse en lugar visible de la Estación, para que en
ningún caso pueda alegarse ignorancia.—R. de Cárdenas.—Jefe de
Policía."
La detención, lo mismo que la prisión provisional, deberá efectuar-
se de la manera y en la forma que perjudiquen lo menos posible á ia
persona y á la reputación del inculpado.
Su libertad no debe restringirse sino en los límites absolutamente
indispensablespara asegurar su persona.
Los detenidos estarán, á ser posible, separados los unos de los otros,
especialmente las peronas de diferentes sexos y los jóvenes y los no
reincidentes alejados de los de edad madura y de los reincidentes, sin
entre ellos la incomunicación, abolida ya.
Todo detenido ó preso puede procurarse á sus expensas de las co-
modidades y ocupaciones compatibles con el objeto de su detención y
con el régimen del lugar en que se encuentre privado de libertad.
Cuando el' detenido ó preso deseare ser visitado por un Ministro de
su religión, por un médico, por sus parientes ó personas con quienes
esté en relación de interés, ó por los que puedan darle sus consejos,
deberá permitirse con las condiciones prescritas en el Reglamento
de Cárceles, si no afectasen al secreto y éxito del sumario. La relación
con el Abogado defensor podrá impedírsele.
No se adoptará contra el detenido ó preso ninguna medida sino en
28 3
caso de desobediencia, de violencia ó de rebelión, cuando haya inten-
tado ó hecho preparativos para fugarse. Esta medida solo subsistirá
el tiempo necesario.
El que detuyiere á algún presunto culpable tomará las precauciones
necesarias para que el detenido no haga en su persona ó traje altera-
ción alguna que pueda dificultar su reconocimiento por quien corres-
ponda. Si se ofreciere alguna duda sobre la identidad del detenido ó
procesado, se procurará acreditar esta por cuantos medios fueren
conducentes al objeto.

DETENCIÓN ARBITRARIA
"Se nombra así, la que se verifica por quién, aunque tenga autori-
dad para detener, lo efectúa en casos que no corresponda."
El funcionario público que detuviese á una persona sin estar auto-
rizado por una ley, á no ser por razón de delito, no estando en sus-
penso las garantías constitucionales, incurrirá en la multa de 325 á
3,250 pesetas, si la detención no hubiese excedido de tres días; en l'a
de suspensión en sus grados mínimo y medio, si pasando de ese tiem-
po no hubiere llegado á quince; en la de suspensión en su gradó máxi-
mo etc. (Artículo 598 del Código Penal.)
Incurrirá respectivamente en las penas superiores en grado á las
señaladas en el Artículo 148, el funcionario público que no siendo
Autoridad judicial, y no estando en suspenso las garantías constitu-
cionales, detuviese á una persona por razón de delito y no la pusiera
á disposición de la Autoridad judicial, en las veinticuatro horas si-
guientes á la en que hubiere hecho (la detención. (Artículo 200.)
Incurrirá en las mismas penas en los .respectivos casos :
i.° El Alcaide de la Cárcel ó cualquier otro funcionario público
que recibiere en calidad de detenido á cualquier persona, y dejase
transcurir veinticuatro horas sin ponerlo en conocimiento de la Au-
toridad judicial.
2.0 El Alcaide de la Cárcel ó cualquier otro funcionario público
que no pusiere en libertad al detenido, que no hubiese sido consti-
tuido en prisión en las setenta y dos horas siguientes á la en que hu-
biere puesto la detención en conocimiento de la Autoridad judicial.
3.0 El Alcaide de la Cárcel ó cualquier otro funcionario que recibie-
re en calidad de preso á una persona, á no ser en virtud de manda-
miento judicial, ó la retuviere en prisión después de las setenta y dos
horas de haberle sido entregada en tal concepto, ó habérsele notificado
284
el auto de prisión, sin que durante este tiempo le hubiera sido notifi-
cado también el auto ratificando aquel.
4.0 El Alcaide de la Cárcel ó cualquier otro funcionario público
que ocultase un preso á la Autoridad judicial.
5.0 El Alcaide de la Cárcel ó Jefe de Establecimiento Penal que sin
mandamiento de la Autoridad judicial, tuviere á un preso ó senten-
ciado, incomunicado ó en lugar distinto de donde le corresponda.
6.° El Alcaide de la Cárcel ó Jefe de establecimiento penal que im-
pusiese á los presos ó sentenciados privaciones indebidas ó usase con
ellos un rigor innecesario.
y.° El Alcaide de la Cárcel ó Jefe de establecimiento penal que ne-
gase á un detenido ó preso, ó á quien lo representare, certificación de
su detención ó prisión, ó que no diere curso á cualquiera solicitud
relativa á su libertad.
8.° El Jefe de establecimiento penal que retuviere á una persona en
el establecimiento después de tener noticia oficial de su indulto, des-
pués de haber extinguido su condena.
Lo dispuesto en los números i.°, 2.0, 30. y 50. no tendrá aplicación,
cuando el Alcaide, el Jefe del establecimiento penal, ó funcionario pú-
blico obre en cumplimiento de una orden de Autoridad civil ó militar
dictada en ejercicio de atribuciones conferidas por una ley. (Artículo
201.)

SUvSTRACCION DE MENORES

Son autores de este delito: Bl que sustrajere un menor de siete


años. El que hallándose encargado de la persona de un menor, no lo
presentara á sus padres ó guardadores, ni diere explicación satisfacto-
ria acerca de su desaparición.
El que indujere á un menor de edad, pero mayor de siete años, á
que abandonare la casa de sus padres, tutores ó encargados de su per-
sona.

ABANDONO DE NIÑOS

Cometen este delito: El que teniendo á su cargo la crianza ó edu-


cación de un menor lo entregare á un establecimiento público ó á otn»
persona, sin la anuencia de la que se la hubiere confiado, ó de la Au-
toridad en su defecto.
El que abandonare á un niño menor de siete años sin haberle oca-
sionado la muerte ó haber puesto en peligro su vida.
285

ALLANAMIENTO DE MORADA

"La entrada en casa agena contra la voluntad de su dueño."

Son autores: El funcionario público que, no siendo autoridad judi-


cial, y no estando en suspenso las garantías constitucionales, entrare
en el domicilio de cualquier ciudadano, sin su consentimiento, á no
ser que en los casos y en la forma expresamente previstos en las leyes,
y registrare los papeles de un ciudadano ó extranjero, y efectos que
se hallaren en su domicilio, á no ser que el dueño hubiere prestado su
consentrniento.
Los casos y las formas en que los funcionarios de Policía pueden
entrar en lugar habitado por estar previstos en las leyes, son los si-
guientes :
i.° Cuando el Juez ó Tribunal que entendiere en la causa se lo orde-
ne por medio de mandamiento, usando dé las facultades que le con-
ceden las leyes, bien sea en algún edificio público ó en el domicilio de
alguna persona.
2.° Cuando ejecute la entrada para evitar un mal grave á sí mismo,
á los moradores ó á un tercero. (Artículo 510.)
3.0 Cuando prestare su consentimiento el interesado ó su represen-
tante, entendiéndose que presta su consentimiento aquel, que requeri-
do por el que hubiere de efectuar la entrada y registro, ejecutase por
su parte los actos necesarios, que de él dependan, para que aquella
pueda tener efecto. (Artículo 551 del Enjuiciamiento Criminal.)
Los Agentes de Policía podrán así mismo proceder de propia auto-
ridad al registro de un lugar habitado:
i.° Cuando haya mandamiento de prisión contra una persona y
traten de llevar á efecto su captura.
2t° Cuando un individuo sea sorprendido en flagrante delito.
3.0 Cuando un delincuente, inmediatamente perseguido por los
agentes de la Autoridad, se refugie ú oculte en alguna casa.
Estas disposiciones no tienen aplicación respecto de los cafés, ta-
bernas, posadas y demás casas públicas, mientras estuvieren abiertas.

AMENAZAS Y COACCIONES
Es factor del delito de amenazas:
El que amenazare á otro con causarle al mismo, ó á su familia, en
sus personas, honra ó propiedad un mal que constituya delito, si las
286

amenazas no fueren condicionales; pues si se hacen exigiendo una


cantidad, ó imponiendo cualquiera otra condición, aunque no sea líci-
ta, y el culpable hubiere conseguido su propósito, serán de la compe-
tencia del Juzgado de Instrucción.
Comete el delito de coacción: El que sin estar legítimamente auto-
rizado, impidiere á otro con violencia, hacer lo que la Ley no prohibe,
ó le compelí ere á efectuar lo que no quiera, justo ó injusto. Y el que
con violencia se apodera de una cosa perteneciente á su deudor, para
hacerse pago con ella.
El haber obligado el ofensor á un agente de la autoridad á descu-
brirse en su casa, no constituye delito de coacción; pero si puede con-
siderarse como falta por hallarse el agente ejerciendo sus funciones.
Véase el Artículo 1600 del Código Civil y la Orden General del
Departamento de Policía de la Llábana, número 486 de 19 de Junio
de 1901, á este respecto.

DESCUBRIMIENTO Y REVELACIÓN DE SECRETOS

Cometen estos delitos: Los que para descubrir los secretos de otros
se apoderan de su SÍ papeles ó cartas y divulgan aquellos.
Esta disposición no es aplicable á los maridos, padres, tutores, ó
quienes hagan sus veces en cuanto á los papeles ó cartas de sus muje-
res, hijos ó menores que se hallen bajo su dependencia.
El administrador, dependiente, ó criado, que en tal concepto supie-
se los secretos de su principal y los divulga.
El encargado, empleado, ú obrero de una fábrica ú otro estableci-
miento industrial que con perjuicio del dueño descubriese los secretos
de su industria.

ROBO

"El acto de quitar ó tomar para si con violencia ó con fuerza la cosa*

agena."
Son reos del delito de robo, los que, con ánimo de lucrarse, se apo-
deran de las cosas muebles ágenos, con violencia ó intimación en las
personas, ó emplean la fuerza en las cosas.
De donde se deduce; que para que haya robo, según lo expresado,
se requiere:
287

i.° Que el que lo efectúe, lo haga con ánimo de lucrar, pues de no


ser así se cometería coacción, daño ú otro delito análogo.
2.° Que la cosa robada sea mueble, pues si fuere inmueble sería
usurpación.
3.0 Que sea cosa agena, pues si fuese propia, ó no se cometería deli-
to, á menos que el que se apodere y sustrajere, lo haga de poder de
persona que lo poseyera legítimamente, con perjuicio de esta ó de un
tercero, en cuyo caso podría incurrir se en delito de estafa ó defrauda-
ción.
4.°Que el apoderamiento se efectúe con violencia ó intimación en
las personas ó fuerza en las cosas, pues en otro caso se cometería
hurto.
El que para defraudar á otro le obligare con violencia ó intimación
á suscribir, otorgar ó entregar una escritura pública ú otros documen-
tos. El que tuviere en su poder ganzúas ú otros instrumentos destina-
dos especialmente para ejecutar el delito de robo y no diere el descar-
go suficiente sobre su adquisición ó conservación. Los que fabricaren
esos instrumentos.
El reo de robo de semillas ó sustancias alimenticias, frutos ó leña,
cuyo valor no excediere de $15 (oro americano), y el reo del robo de
los mismos objetos ó de otros que en junto no pasen de $15 y que lo
verifique en esta forma : entrando en una dependencia de casa habita-
da, edificio público ó destinado al culto religioso, introduciéndose los
culpables, salvando un muro exterior.
NOTA.—Siempre que se ocupen ganzúas ú otros instrumentos des-
tinados especialmente para ejecutar el delito de robo ó se detenga á
alguien por fabricarlos, debe darse cuenta del hecho al Juzgado de
Instrucción.

HURTO
"El acto de quitar lo ageno contra la voluntad de su dueño con
ánimo de apropiar se lo."
Son reos de hurto: l.° Los que con ánimo de lucrarse y sin violen-
cia é intimación en las personas ni fuerza en las cosas, toman las cosas
muebles agenas, sin la voluntad de su dueño. 2.0 Los que encontrándo-
se una cosa perdida, y sabiendo quien es su dueño, se la apropiaren
con la intención del lucro. 3.0 Los dañadores que sustrajeren ó utiliza-
ren los frutos ú objetos del daño causado, salvo cuando el hecho
constituya falta.
288

El que empleando violencia ó intimación en las personas ó fuerza


en las cosas, entrare á cazar ó pescar en heredad cerrada ó campo
vedado; y el que en cualquier otro lugar cazare ó pescare sin permiso
del dueño, valiéndose de medios prohibidos por las Ordenanzas.
El hurto cuando sea mayor de $50, será de la competencia del Juz-
gado de Instrucción; si es menor de dicha cantidad, conocerá el Co-
rreccional,en cualquier forma que el hurto se realice, según la Orden
Militar n.° 240, Serie de 1901.
El Tribunal Supremo de Cuba, según sentencia de 23 de Marzo de
1903, ha interpretado que los $50 á que se refiere la cuantía del hurto
sometido á los Juzgados Correccionales es el equivalente á las 250 pe-
setas españolas á que se retire el Artículo 536, inciso 3.0 del Código
Penal. Esta jurisprudencia hace presumir, que los $50 á que se refie-
ren los delitos de estafa de dichos Juzgados, debe también entenderse
plata española, si se atiene al Artículo 558 del propio Código, que ha-
bía de las mismas 250 pesetas. Llamando nosotros la atención de la
Policía para en tanto no se disponga lo contrario continúen dando
cuenta á la Corte Correccional, de todo hurto ó estafa que 110 exceda
de $50 moneda oficial.
Se encuentran comprendidos en las Secciones 22, 23, 25 y 26, del
Código Postal, los hurtos de efectos y material postal, y son de la
competencia del Juzgado de Instrucción.

USURPACIÓN
''La apropiación de una cosa inmueble, ó derecho real de agena
pertenencia y la arrogación de la digndad, empleo, oficio, ú ocupación
de otro."
La alteración de términos ó lindes en los pueblos ó heredades, ó
cualquier clase de señales destinadas á fijar los límites de predios con-
tiguos.
DEFRAUDACIÓN
"Usurpar á otro lo que le toca de derecho."
En lo referente al Estado ó hacienda pública, el delito que comete
la persona que se sustrae dolosamente al pago de los impuestos, kicü-
rriéndose en el mismo, el contrabando, ocultación de alguna parte del
cargamento del buque, ó dejar de manifestar cual sea este, al requeri-
miento de las Autoridades locales ó empleados de Hacienda, en los
casos de arribada forzosa á puerto 110 habilitado, bahía, cala ó ensena-
da de las costas de la Isla.
28o

Violación de las reglas administrativas con tendencia manifiesta y


directa á eludir ó disminuir el pago de lo que legítimamente debe
satisfacerse por razón de una contribución directa ó indirecta.
El Código Penal comprende, al que se alzare con sus bienes en per-
juicio de sus acreedores; el quebrado que fuere declarado de insol-
vencia fraudulenta con arreglo al Código de Comercio que consigna
este delito con los epígrafes de Alzamiento, quiebra ó insolvencia
punible.
ESTAFA
"Pedir ó sacar dinero ó cosa de valor con artificios y engaños y con
ánimo de no pagar."
Comete este delito: El que á sabiendas vende ó empeña una cosa
por otra, dando la mala por buena ú otra inferior á la ofrecida. El
que empeña una misma cosa á dos personas, no diciendo al segundo
el empeño hecho al primero, á no ser que el valor de la cosa empeñada
fuere suficiente para ambos.
El mercader que presenta al comprador el género bueno en calidad
y le vende como igual otro inferior; el que adultera el vino, aceite,
leche, etc.; el platero ó lapidario que vende por alhajas de oro, las de
latón ó plata dorada, ó cristales ó vidrios por piedras preciosas; el
que usa dados ó naipes falsos en el juego; el hipócrita que hace
milagros fingidos para explotar la buena fé de sus admiradores; el
abogado, procurador ó agente de una parte que ayudase á la contra-
ria en el pleito.
El que defraudare á otro usando de nombre fingido, atribuyéndose
poder, influencia ó cualidades supuestas, aparentando bienes, crédito,
comisión, empresas ó negociaciones imaginarias, ó valiéndose de cual-
quier otro engaño semejante.
Los que en perjuicio de otro se apropiaren ó distrajeren dinero,
efectos ó cualquier otra cosa mueble que hubieren recibido en depósi-
to, comisión ó administrarán ó por otro título que produzca obliga-
ción de entregarla ó devolverla, ó negare haberla recibido.
Los que cometieren alguna defraudación abusando de firma de
otro en blanco, y extendiendo con ella algún documento en perjuicio
del mismo ó de tercero.
Los que defraudaren haciendo suscribir á otro, con engaño, algún
documento. Los que cometieren defraudación sustrayendo, ocultando
ó inutilizando en todo ó en parte, algún proceso, expediente, docu-
mento ú otro papel de cualquier clase. El que fingiéndose dueño de
19
290

una cosa inmueble, la enagenare, arrendare, gravare ó empeñare. El


que dispusiere de una cosa como libre, sabiendo que está gravada. El
dueño de una cosa mueble, que la sustrajere de quien la tenga legíti-
mamente en su poder, con perjuicio del mismo ó de un tercero. El que
otorgare en perjuicio de otro un contrato simulado.
El que cometiere alguna defraudación de la propiedad literaria ó
industrial. El que, abusando de la impericia ó pasiones de un menor le
hiciere otorgar en su perjuicio alguna obligación, descargo ó trasmi-
sión de derecho, por razón de préstamo de dinero, crédito ú otra cosa
mueble. Y el que defraudare ó perjudicare á otro, usando de cual-
quier engaño, que no se halle expresado en lo que consignamos.

ALTERACIÓN EN EL PRECIO DE LAS COSAS


Cometen delito: Los que solicitaren dádivas ó promesas, para no
tomar parte en una subasta pública, y los que intentaren alejar de ella
á los postores por medio de amenazas, dádivas, promesas ó cualquier
otro artificio con el fin de alterar el precio del remate.
El que se coaligare con el fin de encarecer ó abaratar abusivamente
el precio del trabajo ó regular sus condiciones, siempre queda coaliga-
ción hubiere comenzado á ejecutarse. Y los que, esparciendo falsos
rumores ó usando de cualquier otro artificio, consiguieren alterar los
precios naturales que resultarían de la libre concurrencia en las mer-
cancías, acciones, ventas públicas ó privadas, ó cualquiera otras cosas
que fueren objeto de contratación.

CASAS DE P R É S T A M O SOBRE PRENDAS

El establecimiento dedicado á facilitar dinero sobre prendas, ropas,


ó salarios, cobrando interés, y obligándose á devolver los bjetos tan
luego como, dentro de un plazo fijado, le sea reintegrada la suma
prestada. •
Las casas de empeño no podrán admitir empeños, adquirir en com-
pra ni facilitar préstamos, á los menores de edad, aunque estuviesen
autorizados por sus padres ó tutores.
Será penado el que, habiéndose dedicado á la industria de préstamo
sobre prendas, sueldos ó salarios, no llevare libros, asentando en ellos
sin claros ni entrerrenglonados, las cantidades prestadas, los plazos ó
intereses, los nombres y domicilios de los que las reciban, la naturale-
za, la cantidad y el valor de los efectos dados en prenda y las demás
291
circunstancias que exigen los Reglamentos, las que deberá cumplir
con toda exactitud, puesto que los prestamistas son responsables civil
y criminalmente, con arreglo á las leyes, de todo fraude que en sus
casas se cometa, como igualmente están obligados á dar el resguardo
de la prenda ó seguridad recibida.

INCENDIO Y OTROS ESTRAGOS

Cometen estos delitos: Los que incendian arsenal, almacén, fábrica


de pólvora ó pirotecnia militar, parque de artillería, archivo ó mu-
seo general del Estado, un tren de viajeros, ó un buque, almacenes de
todas clases, teatros, iglesias y cualesquiera otros edificios. Los que
incendiaren ingenios, chozas, cañaverales, pastos, montes ó plantacio-
nes análogas.
Y los^que causaren estragos por medio de inmersión ó varamiento
de nave, inundación, explosión de una mina ó máqnina de vapor, le-
vantamiento de railes de una vía férrea, cambio malicioso de las se-
ñales empleadas en el servicio de éstas, para la seguridad de los tre-
nes en marcha, destrozos de los hilos y postes telegráficos, y en ge-
neral de cualquier otro agente ó medio de destrucción tan poderoso
como los expresados.
En ningún caso deberán los funcionarios de Policía entrometerse
en las operaciones del Cuerpo de Bomberos, ni recibir órdenes de je-
fes extraños: su misión es velar por la seguridad de los intereses de
las personas, prestar su auxilio á los vecinos de las casas inmediatas
al incendio, que buscan hombres honrados y leales á quienes confiar
sus bienes, y sobre todo detener á cualquier sujeto sospechoso ó que
intente malos fines en aquellos momentos de consternación.
En casos de incendios, la Policía tratará por todos los medios posi-
bles la extinción de ellos, sin considerar el que estén ó no asegurados
los efectos inflamables, que puedan propagar el incendio, y que sean
extraídos y trasladados á puntos donde no haya peligro en que se in-
flamen. _
En los. casos de incendios se permitirá á los Directores de las Com-
pañías de Seguros, la entrada en los puntos del siniestro.
Los establecimientos de todas clases, cuando se hallen próximos
á un incendio, cerrarán sus puertas, debiendo abrir éstas, así como las
casas particulares, á la prmera intimación de la Autoridad ó sus agen-
tes, facilitando sus dueños el agua que tuvieren y permitiendo prac-
292

ticar las operaciones ordenadas por la Autoridad competente, para el


salvamento de lo que estuviere en peligro.
El bodeguero, tabernero ó dueño de cantina ú otra tienda que den-
tro de las cuatro cuadras más inmediatas al punto en que ocurra al-
gún incendio, estuviere abierto ó expenda licores ú otras bebidas es-
pirituosas, quedará incurso en la multa á que diere lugar.
Los agentes de la autoridad, tocarán la alarma de incendio ó retira-
da, cuando se le ordene por cualquier encargado de las estaciones
telefónicas del Cuerpo dé Bombros.
Los Institutos permanentes creados por la Autoridad para la con-
servación del orden público y seguridad personal, estén ó ño afectos
al servicio de policía, tienen á su cargo la custodia de los objetos que
extraigan de las casas incendiadas ó de las que estén amenazadas de
arder, el despejo del terreno en el círculo de las maniobras, de modo
que permita el libre movimiento de los Bomberos, encargados
exclusivamente de la extinción, y el mantenimiento más extricto del
orden y vigilancia, más que nunca, necesario en estos casos.
Asimismo , también es de la incumbencia de estos institutos, cuidar
muy preferentemente de la colocación de su fuerza, que ocurra al si-
niestro de modo que queden incomunicados con la mayor celeridad
posible las calles que circunvalan el lugar del fuego, con la consigna
de impedir el paso á toda clase de vehículos, caballos y toda persona
que no vista uniforme de estos institutos ó del Cuerpo de Bomberos,
protegiendo incesantemente las mangueras al extremo de detener
á cualquier individuo que por incuria ó por otro motivo cause daño á
aquellas.

TOQUES DE INCENDIO

La población de ía Habana, se encuentra dividida en grupos, te-


niendo cada uno de ellos un número por el que es conocido.
Los grupos del uno al nueve se anuncian con los pitos y cornetas,
tocando tantos pitazos ó puntos como sea el que le corresponde á la
agrupación en que se halle el incendio, de modo que si es en la agru-
pación cuarta, se tocarán cuatro puntos, y si fuere en la sexta, seis etc.
Si á la agrupación le correspondiere número mayor de nueve, como
por ejemplo veinticuatro, se anunciará tocando dos puntos, un redoble,
y-cuatro puntos, si fuera treinta y seis, se-tocarán tres puntos, un
redoble y seis puntos, y así sucesivamente en todas las agrupaciones
cuyo número lo compongan dos cifras.
I 293
Cuando la agrupación que se hubiese de señalar pasare del número
noventa y nueve, v. y gr., ciento veinte y cuatro, se tocará primero
uno, un punto, luego un redoble, después dos puntos y otro redoble,
y después cuatro puntos, y así sucesivamente.

AGRUPACIONES Y NÚMEROS QUE LES


CORRESPONDEN
1 San Ignacio, O'Reilly y Bahía.
2 O'Reilly, San Ignacio, Lamparilla, Bahía.
3 Lamparilla, San Ignacio, Muralla, Bahía.
4 Muralla, San Ignacio, Acosta, Bahía.
5 Acosta, San Ignacio, Bahía.
6 Habana, Tejadillo, San Ignacio, Bahía.
7 Tejadillo, Habana, O'Reilly, San Ignacio.
8 O'Reilly, Habana, Lamparilla, San Ignacio.
9 Lamparilla, Habana, Muralla, San Ignacio.
1-1 Muralla, Habana, Acosta, San Ignacio.
1-2 Acosta, Habana, Paula, San Ignacio.
1-3 Paula, Habana, Desamparados, San Ignacio.
*-4 Zulueta, Trocadero, Tejadillo, Habana.
1-5 Tejadillo, Villegas, O'Reilly, Habana.
1-6 O'Reilly, Villegas, Lamparilla, Habana.
1-7 Lamparilla, Villegas, Muralla, Habana.
1-8 Muralla, Villegas, Curazao, Acosta, Habana.
2-1 Acosta, Curazao, Egido, Paula, Habana.
2-2 Paula, Egido, Desamparados, Habana.
2-3 Zulueta, Trocadero, O'Reilly, Villegas.
2-4 Zulueta, Lamparilja, Villegas, O'Reilly.
2-5 Lamparilla, Zulueta, Muralla, Villegas.
2-6 Muralla, Zulueta, Curazao, Villegas.
2-7 Zulueta, Trocadero, Industria, Mar.
3-1 Trocadero, Industria, Neptuno, Zulueta.
3-2 Neptuno, Industria, Dragones, Zulueta.
3-3 San José, Industria, Dragones, Zulueta.
3-4 Dragones, Centro del Campo de Marte, Monte, Zulueta.
3-5 Monte, Factoría, Zulueta, Egido, Mar.
3-6 Galiano, Trocadero, Industria.
4-1 Trocadero, Galiano, Neptuno, Industria.
4-2 Neptuno, Galiano, San José, Industria.
294

4-3 San José, Galiano, Dragones, Industria.


4-4 Dragones, Galiano, Angeles, Monte, Centro del Campo de
Marte.
4-5 Monte, Angeles, Florida, Esperanza, Factoría.
5-i Esperanza, Florida, Factoría, Mar.
5-2 Galiano, Animas, Lealtad, Mar.
5-3 Galiano, Animas, Lealtad, Neptuno.
'5-4 Galiano, Neptuno, Lealtad, Zanja.
6-i Galiano, Zanja, Lealtad, Reina.
6-2 Reina, Campanario, Sitios, Angeles.
6-3 Monte, Figuras, Esperanza, Florida, Angeles.
7-i Esperanza, Figuras, Florida, Mar.
7-2 Lealtad, Animas, Belascoain, M a r .
-I-I Animas, Belascoain, Neptuno, Lealtad.
-1-2 Neptuno, Belascoain, Zanja, Lealtad.
i-i-3 Zanja, Beílascoaín, Reina, Lealtad.
[-1-4 Reina, Belascoain, Sitios, Campanario.
i-i-5 Sitios, Angeles, Monte, Belascoain, Campanario.
-1-6 Sitios, Belascoain, Campanario.
-1-7 Figuras, Monte, Castillo, Mar.
-2-1 San Lázaro, Carnero, Príncipe, Mar.
-2-2 Belascoain,' San Lázaro, Oquendo, Neptuno.
[-2-3 Neptuno, Belascoain, Zanja, Oquendo.
-2-4 Zanja, Belascoain, Calilos I I I , Oquendo.
-2-5 Carlos I I I , Belascoain, Peñalver, Franco (proyecto).
-2-6 Peñalver, Belascoain, Santo Tomás, (proyecto), Infanta.
[-3-1 Manglar (proyecto), Belascoain, Monte, Castilo, San Gre-
gorio.
[-3-2 Castillo, Monte, Calzada de Jesús del Monte, Cristina, Con-
cha, Mar.
-3-3 Calzada de San Lázaro, Oquendo, Neptuno, Hospital.
-3-4 Neptuno, Hospital, Zanja, Oquendo.
-3-5 Zanja, Infanta, Carlos I I I , Oquendo.
-4-1 Carlos I I I , Infanta, Peñalver, Franco (Proyecto.)
-4-2 Infanta, Santo Tomás (proyecto), Beílascoaín, Manglar
(proyecto.)
-4-3 Infanta, Monte, Castillo, San Gregorio, Manglar (proyecto.)
-4-4 Infanta, San Lázaro, Carnero, Príncipe, Mar.
-5-1 San Lázaro, Infanta, Neptuno, Hospital.
-5" 2 Infanta, Zanja, Hospital, Neptuno.
295
1-5-3 Infanta, Campamento del Príncipe, Canteras, Batería de
Santa Clara, Mar.
2-1-1 Infanta, Carlos III, Castillo del Príncipe, Campamento del
mismo.
2-1-2 Carlos III, Infanta, Campo de Pintó.
2-1-3 Infanta, Campo de Pintó, Puente de Villarín.
2-1-4 Infanta, Puente de Villarín, Sarabia, Calzada del Cerro.
2-1-5 Calzada de Jesús del Monte, Calzada del Cerro, Consejero
Arango, Buenos Aires.
2-1-6 Vedado.
2-2-1 Calzada del Cerro á la derecha y Tulipán.
2-2-2 Calzada del Cerro á la izquierda, Buenos Aires, Consejero
Arango.
2-2-3 Calzada de Jesús del Monte, Calzada de Concha, incluyendo
Luyanó.
2-2-4 Casa Blanca.
2-2-5 Regla, por la Empresa antigua. \
2-3-1 Regla, por la Empresa nueva.

DAÑO

"Detrimento, perjuicio ó menoscabo que se recibe en la honra, ha-


cienda ó la persona."
Son reos de daño )los que en la propiedad agena causaren alguno,
que no sea incendio ú otros estragos.
i.° Con la mira de impedir el libre ejercicio de la Autoridad, ó en
venganza de sus determinaciones, bien se cometiere el delito contra
empleados públicos, que, como testigos ó de cualquiera otra manera
hayan contribuido ó puedan contribuir á la ejecución ó aplicación de
las leyes.
2.0 Produciendo por cualquier medio infección ó contagio en gana-
dos,
3.0 Empleando sustancias venenosas ó nocivas.
4.0 En cuadrilla ó despoblado.
5.0 En un archivo ó registro.
6.° En puentes, caminos, paseos ú otros objetos de uso público ó
comunal, arruinando al perjudicado, incendiando ó destruyendo pa-
peles ó documentos de estimación.
Con arreglo á lo prevenido en la Sección 18 del Código Postal:
Será de la competencia del Juzgado Correccional, cuando el que lo
296
causare hiciera un daño no comprendido en el párrafo anterior, cuyo
importe no pase de $25. Si no pasare se considerará como Falta y será
también de su competencia. Los daños que se causen en los buzones
apartados ú otro material postal, son de la competencia del Juzgado
de Instrucción.

CÓDIGO PENAL
Articulo 591, respecto de hurtos, defraudaciones ó daños.

Están exentos de responsabilidad criminal y sujetos únicamente á


lo civil, por hurtos, defraudaciones ó daños que recíprocamente se
causaren :
i.° Los cónyuges, ascendientes y descendientes ó afines en la misma
línea.
2.0 El consorte viudo, respecto de las cosas de la pertenencia de su
difunto cónyuge, mientras no hayan pasado á poder de otro.
'3.0 Los hermanos y cuñados si vivieren juntos. La excepción de
este artículo no es aplicable á los extraños que participaren del delito.

IMPRUDENCIA TEMERARIA
"La falta de previsión que debió haberse puesto en alguna cosa."
Cometen este delito. El que por imprudencia temeraria ejecutare
un hecho que si mediare malicia, constituiría un delito grave. Y el que,
con infracción de los Reglamentos, cometiere un delito por simple
imprudencia ó negligencia.

FALTAS
"El defecto en el obrar contra la obligación de cada uno."
Son faltas las infracciones á que la ley señala penas leves. Las fal-
tas solo se castigan cuando han sido consumadas. Se exceptúan las
fallías frustradas contra las personas ó la propiedad.
Los cómplices en las faltas serán,4 castigados con la misma pena que
los autores, en su grado mínimo.

FALTAS CONTRA EL ORDEN PUBLICO


Cometen estas faltas: Los que apedreasen ó mancharen estatuas ó
pinturas, ó causaren un daño cualquiera en calles, parques, jardines ó
297
paseos, en atlumbrado ó en objeto de ornato ó pública utilidad ó recreo
aún cuando perteneciesen á particulares. (Artículo 593.)
Los que perturbaren lbs actos del Culto de un modo que no costitu-
ya delito, y los que con exhibiciíón de estampas ó grabados ó con ol^ra
clase de actos que ofendieren la moral y Has buenas costumbres. Los
que dentro de la población ó en sitios públicos ó frecuentados, dispa-
raran armas de fuego, cohetes, petardos ú otro proyectil cualquiera
que produzcan alarma ó peligro. (Arts. 594 y 595.)
Artículo 596.—1.° Los que turbasen levemente el orden en las Au-
diencias ó Juzgados, ó en los actos públicos, espectácuilos, solemnida-
des y reuniones numerosas. 2.0 Los del orden civil que, subordinados
tomaren parte, faltando al' respeto y sumisión debidos á sus superiores.
Artículo 597.—1.° Los que promovieren ó tomaren parte activa
en cencerradas ú otras reuniones tumultuosas, con ofensa de alguna
persona, ó con perjuicio ó menoscabo del sosiego público. 2.0 Los
que en rondas, parrandas ú otros esparcimientos nocturnos turbaren el
orden público , sin cometer delito. 3.0 Los que causaren perturbación ó
escándalo con su embriaguez. 4.0 Los que sin cometer delito turbaren le-
vemente el orden público, usando de medios que racionalmente deban
producir alarma ó perturbación. 5.0 Los que faltaren al respeto y
consideración debidos á la Autoridad, ó tía desobedecieren levemente,
dejando de cumplir las órdenes particulares que les dictare, si la falta
de respeto ó la desobediencia no constituyeran delito. 6.° Los que
ofendieren de un modo que no constituya delito á los agentes de la
Autoridad, cuando ejerzan sus funciones, y los que en el mismo caso
los desobedecieren. 7.0 Los que no prestaren á la Autoridad ó fun-
cionario el auxilio que reclamaren en caso de delito, de incendio, nau-
fragio, inundación ú otra calamidad, pudiendo hacerlo, sin perjuicio
ni riesgo personal.
Artículo 598.—Los que ocultaren su verdadero nombre, vecindad ó
domicilio á la Autoridad, como así mismo su estado, cuando se lío pre-
guntaren los funcionarios por razón de su cargo.
Artículo 599.—1.° Los que ejercieren sin título, actos de una pro-,
fesión que lo exija. 2.0 Los que salieren de máscara en tiempo no
permitido, contraviniendo las disposiciones de la Autoridad. 3.0 Los
que usaren armas sin licencia.
Nota.—Está prohibido, según disposición dictada por el Gobierno
General, de 21 de Marzo de 1888, el uso de bastones pistolas, esto-
ques y toda clase de armas blancas aún cuando fueren ocultas en ma-
dera, ó caña. El año de 1852 prohibióse la portación de bastones
298
manatí, bajo la multa de $50, estando aún vigentes ambas disposi-
ciones del antiguo régimen, aún que conforme á la Orden número 213
Serie de 1900, la pena es menor.

FALTAS CONTRA LOS INTERESES GENERALES


Y RÉGIMEN DE LAS POBLACIONES
Son autores de ellas:
Artículo 600.—1.° Los que se negaren á recibir en pago moneda le-
gítima. 2.0 Los que habiendo recibido de buena fé moneda falsa, la
expendieren en cantidad menor de 325 pesetas y mayor de 70, después
de constarles su falsedad. 3.0 Los fabricantes ó vendedores que tuvie-
ren medidas ó pesos dispuestos con artificio para defraudar^ ó de cual-
quier modo infringieren las reglas establecidas sobre contraste para el
gremio á que pertenezcan. 4.0 Los que defraudaren al público en la
venta de sustancias, ya sea en cantidad, ya en calidad, por cualquier
medio. 5.0 Los traficantes ó vendedores á quienes se aprehendieren
sustancias ailimenticias que no tengan el peso, medida ó calidad que
corresponda.
Quien fuere sorprendido expendiendo pan que no tenga completo
el peso ó medida reglamentaria, incurrirá en la falta anteriormente
definida, y no en la infracción del Reglamento, de 14 de Septiembre
de 1898 del Ayuntamiento de la Habana que regula el expendio de
dicho artículo, por no ser procedente, bajo el punto de vista legal y
hasta moral, que la comisión de una falta, de suyo grave, pues casi
toca las líneas del delito de estafa (defraudación en cantidad), pueda
ser estimada y castigada cual mera infracción municipal, máxime
cuando tal omisión ó falta se encuentra en todo su vigor en el Código
Penal, ley de carácter general, de superior importancia, en tanto que
el precitado Reglamento solo tiene una supuesta fuerza oficial, sino
relativa: únicamente aceptable en cuanto á lo que se contrae al peso
que habrá de itener el pan que al público se expenda. De aceptar el crite-
rio sustentado en el Reglamento referido, respecto á las Penalidades,
tendría también la Policía que dar cuenta á los Juzgados Correcciona-
les de cuantas infracciones de las Ordenanzas Municipales de 1881
conociese, cuyo articulado generalmente fué confeccionado con el es-
tablecido en el Libro 3.0 del Código Penal de 1874, que se ocupa de las
Faltas.

PESO DEL PAN SEGÚN SU REGLAMENTO


El de 2 libras deberá pesar 920 gramos
El de 1 idem „ „ 460 „
El de y2 ídem „ „ 230 „
El de 4 onzas „ „ . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115 „
El de 2 idem „ . „ 57'5, „
2Q9
Como pudiera suceder que á un solo pan no se le pudiera dar exac-
tamente su peso, este se comprobará pesando cuatro libras juntas, de'
modo que, deberán entrar en lo pesado dos panes de 2 libras, ó 4 de á '
libra ú ocho de á media libra ó 16 de á cuatro onzas ó 32 de dos onzas.
Se considerará el hecho punible si al peso de 4 libras, la falta excedie-
re de 2 onzas. Si en una pesada se observara falta de peso, será sufi-
ciente para considerar con la misma falta, todo el pan elaborado en el
mismo establecimiento y á la misma hora.

Artículo 601—i.°Los que esparcieran falsos rumores ó usaren de


cualquier otro artificio para alterar el precio general de las cosas, si el
hecho no constituyera delito. 2.0 Los que infringieren las reglas de poli-
cía dirigidas á asegurar el abastecimiento de las poblaciones.
Artículo 602.—Los que en sitios ó establecimientos públicos promo-
vieren ó tomaren parte en cualquier clase de juego de azar, que no
fueren de puro pasatiempo y recreo; los que tomaren parte en loterías
ó "rifa no autorizada, y los que posean (tenencia) billetes ó papeletas de
las mismas, excepto en el caso de que pueda caberles mayor responsa-
bilidad, con arreglo al Artículo 355 del Código Penal (delito de expen-
dición.) Así mismo los que hagan insertar en periódicos ú otras publi-
caciones, anuncios ó noticias relativas á las tales loterías y rifas, y
también los directores, editores ó impresores de las mencionadas publi-
caciones (Por la Orden del Gobierno Interventor número 118, Serie
de i899,el anterior Artículo 602, fué ampliado en la forma que ante-
cede.)
Artículo 603.—1.° Los farmacéuticos que expendieren medicamentos
de mala calidad. 2.0 Los dueños ó encargados de fondas, confiterías,
panaderías ú otros establecimientos análogos que expendieren ó sirvie-
ren bebidas ó comestibles adulterados ó alterados perjudiciales á la
salud, ó no observaren en el uso y conservación de las vasijas, medidas
y útiles destinados al servicio, las reglas establecidas ó las precauciones
de costumbre, cuando el hecho no constituyere delito. (Se refiere á la
salud pública.)
Artículo 604.—Los que se bañaren faltando á las reglas de la decen-
cia y de seguridad establecidas por la Autoridad. 2.0 Los que infringie-
ren las reglas dictadas por la Autoridad en tiempo de epidemia y con-
tagio. 3.0 Los que infringieren las disposiciones sanitarias de policía
sobre prostitución. 4.0 Los que infringieren los Reglamentos, Or-
denanzas y Bandos, sobre epidemia de animales, extinción de langosta
ú otra plaga. 5.0 Los que infringieren las disposiciones sanitarias dic-
tadas por la Administración sobre conducción de cadáveres y enterra-
3oó
mientes, si el hecho no constituyere delito. 6.° tm que profanaren
los cadáveres, cementerios ó lugares de enterramientos, por hechos ó
actos que no constituyan delito. 7.0 Los que arrojaren animales muer-
tos, basuras ó escombros en las calles ó en sitios públicos donde esté
prohibido hacerlo, ó ensuciaren las fuentes ó abrevaderos. 8.° Los que
infringieren las Reglas ó Bandos de policía sobre la elaboración de
sustancias fétidas é insalubres ó las arrojaren á las calles. 9.0 Los que
de cualquier otro modo que no constituya delito infringieren los Regla-
mentos, Ordenanzas ó Bando sobre higiene pública.
Artículo 605.—1.° Los que dieren espectáculos públicos ó celebraren
cualquier clase de reuniones, sin obtener la debida licencia, ó traspasado
los límites de la que le fuere concedida. 2.0 Los que abrieren estableci-
mientos de cualquier clase sin licencia de la Autoridad cuando fuere
necesaria.
Artículo 606.—1.° Los que apagaren el alumbrado público ó del exte-
rior de los edificios, ó de los portales ó escaleras de los mismos. 2.0 Los
que faltaren á las reglas establecidas para el alumbrada público, donde
este servicio se hiciera por los particulares.
Artículo 607.—1.° Los facultativos que, notando en una persona á
quien asistieren ó en un cadáver señales de envenenamiento ó de otro
delito, no dieren parte á la Autoridad inmediatamente, siempre que pol-
las circunstancias no incurrieren en responsabilidad mayor. 2.0 Los en-
cargados de la guardia ó custodia de un loco, que lo dejaren vagar por
sitios públicos sin la debida vigilancia. 3.0 Los dueños de animales fero-
ces y dañinos que los dejaren sueltos ó en disposición de causar mal.
4.0 Los que nfringieren los Reglamentos, Ordenanzas y Bandos sobre
carruajes públicos. 5.0 Los que corrieren caballerías ó carruajes por las
calles, paseos y sitios públicos con peligro de los transeúntes, ó con
infracción de las Ordenanza y Bandos de buen gobierno. 6.° Los que
obstruyeren las aceras, calles y sitios públicos' con actos ó artefactos de
cualquier especie. 7.0 Los que arrojaren á la calle ó sitio público agua,
piedras ú otros objetos que puedan causar daños á personas ó cosas.
8.° Los que tuvieren en los parajes exteriores de sus moradas, sobre la
calle ó vía pública, objetos que amenacen causar daño á los transeúntes.
Artículo 608.—Los dueños de fondas, posadas y demás establecimien-
tos destinados á hospedaje, que dejaren de dar á la Autoridad los partes
y noticias prevenidos por los Reglamentos, Ordenanzas ó Bandos en
el tiempo prevenido. 2.0 Los criados de servicio, mozos y dependientes
que dejaren de cumplir las prevenciones establecidas por la Autoridad
pública para garantía y seguridad.
30i
Artículo 609.—1.° Los que contravinieren á las reglas establecidas
para evitar la propagación del fuego en las máquinas de vapor, calde-
ras, hornos, estufas, chimeneas ú otros lugares semejantes, ó colocaren
ó canstituyeren dichos objetos con infracción de los Reglamentos, Or-
denanzas ó Bandos, ó dejaren de limpiarlos ó cuidarlos con peligro de
incendio. 2.0 Los que infringiendo las órdenes de la Autoridad descui-
daren la reparación de edificios ruinosos ó de mal aspecto. 3.0 Los que
infringieren las reglas de seguridad concernientes al depósito de mate-
riales, apertura de pozos ó excavaciones. 4.0 Los que infringieren los
Reglamentos, Ordenanzas y Bandos de la Autoridad sobre elaboración
y custodia de materiales inflamables ó corrosivos ó productos químicos
que puedan causar estragos.

FALTAS CONTRA LAS PERSONAS


Son autores de estas faltas:

Artículo 611.—1.° Los que causaren lesiones que no impidan al ofen-


dido dedicarse á sus trabajos habituales ni exijan asistencia facultativa.
2.0 Los maridos que maltraten á sus mujeres aún cuando no les causa-
ren lesiones de las comprendidas en el número anterior. 3.0 Las mujeres
desobedientes á sus maridos, que les maltrataren de obra ó de palabra
4.0 Los cónyuges que escandalizaren en sus discusiones domésticas,
después de haber sido amonestados por la Autoridad, si el hecho no
constituyere delito. 5.0 Los padres de familia que abandonaren sus hijos
no preocupándoles la educación que requiera su clase y sus facultades
permitan. 6.° Los tutores curadores ó encargados de un menor de 14
años, que desobedecieren los preceptos sobre instrucción primaria obli-
gatoria ó abandonaren el cuidado de su persona. 7.0 Los hijos de fami-
lia que faltaren al respeto y sumisión debidos á sus padres. 8.° Los pupi-
los que cometieren igual falta hacia sus tutores. 9.0 Los que encontran-
do un menor de 7 años, con peligro de su existencia no lo presentaren
á la Autoridad ó á su familia. io.° Los que en la exposición de niños
quebrantaren las reglas ó costumbres establecidas en la localidad respec-
tiva y los que dejaren de llevar al Asilo de Expósitos, ó á lugar seguro á
cualquier niño que encontraren abandonado. n.° Los que no socorrieren
ó auxiliaren á una persona que encontraren en despoblado herida ó en
peligro de perecer, cuando pudieran hacerlo sin detrimento propio, á
no ser que esta omisión constituya delito.
Artículo 612.—1.° Los que golpearen ó maltrataren á otro de obra
302

ó de palabra, sin lesionarlo. 2.0 Los que amenazaren á otro con armas
ó sacaren estas en riña, como no sea en justa defensa. 3.0 Los que de
palabra y en el calor de la ira, amenazaren á otro con causarle un mal
que constituya delito, y por sus actos posteriores demostraren que per-
sistieren en la idea que (significaron, con su amenaza, siempre que por
las circunstancias el hecho no constituyera delito. 4.0 Los que de pala-
bra amenazaren á otro con causarle un mal, que 110 estuviere compren-
dido como delito. 5.0 Los que causaren á otro una coacción ó vejación
injusta, si el hecho no constituyera delito.
Artículo 613.—1.° El Director de un periódico en el cual se hubieren
anunciado hechos falsos, si se negare á insertar gratis, dentro del tér-
mino de tres días, la contestación que le dirija la persona ofendida, ó
cualquiera otra .autorizada para ello, rectificándolos ó explicándolos,
con tal que la rectificación no excediere en extensión del doble del
suelto ó noticia falsa. 2.0—Los que por medio de la imprenta, lito-
grafía ú otro medio de publicación, divulgaren hechos relativos á la
vida privada que, sin ser injuriosos, puedan producir perjuicios ó gra-
ves disgustos en la familia á que la noticia se refiera. 3.0—Los que
injuriaren livianamente á otro de abra ó de palabra, si reclamare el
ofendido. 4.0—Los que requeridos por otros, para evitar un mal
mayor, dejaren de prestar el auxilio reclamado, siempre que no hu-
biera resultado perjuicio. 5.0—Los que por simple imprudencia ó
negligencia, sin infringir los Reglamentos, causaren un mal que, si me-
diare malicia, constituiría delito ó falta.

FALTAS CONTRA LA PROPIEDAD


Cometen esta falta: Los que por interés ó lucro interpretasen sue-
ños, hiciesen pronósticos ó adivinaciones ó abusaren de la credulidad
pública de otra manera semejante, que no constitlya delito. (Artícu-
lo 614.)
Los que entraren en heredad ó campo ageno para coger frutos y
comerlos en el acto, ó los* echaren á caballerías ó ganados, y los que
entraren en predio ageno cerrado ó cercado, si estuviese manifiesta la
prohibición de entrar. (Artículo 615.)
Los que entraren á cazar ó pescar en heredad cerrada ó campo ve-
dado, sin permiso del dueño. Los que con cualquier motivo ó pretex-
to, atravesaren plantíos sembrados, viñedos ú olivares. Los que para
cazar ó pescar en terreno de dominio público ó de común aprovecha-
303
miento, emplearen algunos de los medios prohibidos por las Ordenan-
zas. (Artículo 616.)
Por el solo hecho de entrar en heredad murada ó cerrada, sin per-
miso del dueño, se incurrirá en la multa de io pesetas. (Artículo 617.)
Los que llevando carruajes, caballerías ó animales dañinos come-
tieren alguno de los excesos previstos en los dos artículos anteriores.
Los que destruyeren ó destrozaren chozas, albergues, sitios, cercas,
vallados, ú otras defensas de las propiedades. Los que causaren da-
ño arrojando desde fuera piedras, materiales ó proyectiles de cual-
quier clase. (Artículo 618.)
El dueño de ganados que entraren en heredad agena y causaren daño
que exceda de 15 pesetas. (Artículo 619.)
Los que ejecutaren incendios de cualquier clase, que no esté penado
como delito. (Artículo 622.)
Los que infringieren los Reglamentos ó Bandos sobre quema de
rastrojos ú otros producto* forestales. Los que infringieren las Or-
denanzas de caza y pesca. (Artículo 623.)
Los que cortaren árboles en heredad agena, causando daño que no
exceda de 125 pesetas. (Artículo 625.)
Los que aprovechando aguas que pertenezcan á otro ó distrayéndo-
las de su curso, causaren daño cuyo importe no exceda de 125 pese-
tas. (Artículo 626.)
Los que intencionalmente, por negligencia ó por descuido causaren
un daño cualquiera no penado en los libros 2.0 y 3.0 del Código Penal.

REPÚBLICA DE CUBA
DE)R£CH0S INDIVIDUALES GARANTIZADOS PIR LA CONSTITUCIÓN

Artículo II.
Todos los cubanos son iguales ante la Ley. La República no reco-
noce fueros ni privilegios personales.
Artículo 12.
Ninguna ley tendrá efecto retroactivo, excepto las penales, cuando
sean favorables al delincuente ó procesado.
Artículo 13.
Las obligaciones de carácter civil que nazcan de los contratos ú
otros actos ú omisiones que las produzcan, no podrán ser anuladas ni
alteradas por el Poder Legislador ni por el Ejecutivo,
3°4
Artículo 14.
No podrá imponerse en ningún caso la pena de mu ente por delitos
de carácter político, los cuales serán definidos por la Ley.

Artículo 15.
Nadie podrá ser detenido sino en los casos y en la forma que pres-
criban las leyes.
Artículo 16.
Todo detenido será puesto en libertad ó entregado al Juez ó Tribu-
nal competente dentro de las veinticuatro horas siguientes al acto de
la detención.
Artículo i/7.
Toda detención se dejará sin efecto ó se elevará á prisión dentro
de las setenta y dos horas de haber sido entregado el detenido al Juez
ó Tribunal competente.
Dentro del mismo plazo se notificará al interesado la providencia
que se dictare.
Artículo 18.
Nadie podrá ser preso sino en virtud de mandamiento de Juez ó
Tribunal competente.
El auto en que se haya dfctado el mandamiento se ratificará ó re-
pondrá, oído el presunto reo, dentro de las setenta y dos' horas si-
guientes al acto de la prisión.

Artículo icj.
Nadie podrá ser procesado ni sentenciado sino por Juez ó Tribunal
competente, en virtud de leyes anteriores al delito y en la forma que
éstas establezcan.
Artículo 20.
Toda persona detenida ó presa sin las formalidades legales, ó fuera
de los casos previstos en esta Constitución ó en las leyes, será puesta
en libertad á petición suya ó de cualquier ciudadano.

Artículo 21.
Nadie está obligado á declarar contra sí mismo ni contra su cón-
yuge ó sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad ó
segundo de afinidad,
305
Artículo 22.

Es inviolable el secreto de la correspondencia y demás documentos


privados, ni aquella ni éstos podrán ser ocupados ni examinados, sino
por disposición .de la Autoridad competente y con las formalidades
que prescriban las leyes.
En todo caso, se guardará secreto respecto de los extremos ágenos
al asunto que motive la ocupación á examen.

Artículo 23.
El domicilio es inviolable, y, en su consecuencia, nadie podrá pene-
trar de noche en el ageno, sin el consentimiento de su morador, á 110 ser
para auxiliar ó socorrer víctimas de delito ó desastre; ni de día, sino
en los casos y en la forma determinados por las Leyes.

Artículo 24..

Nadie podrá ser compelido á mudar de domicilio ó residencia sino


por mandato de Autoridad competente y en los casos previstos por
las leyes.
Artículo 25.
Toda persona podrá libremente, y sin sujeción á censura previa,
emitir su pensamiento, de palabra ó por escrito, por medio de la im-
prenta ó por cualquier otro procedimiento; sin perjuicio de las res-
ponsabilidades que impongan las leyes, cuando por alguno de aquellos
medios se atente contra la honra de las personas, el orden social ó la
tranquilidad pública.
Artículo 26.
Es libre la profesión de todas las religiones, así como el ejercicio
de todos b s cultos, sin otra limitación que el respeto á la moral cris-
tiana y al orden público.
La iglesia estará separada del Estado, el cual no podrá subvencionar,
en caso alguno, ningún culto.

Artículo 27.

Toda persona nene el derecho de dirigir peticiones á las Autorida-


des, de que sus peticiones sean resueltas y de que se le comunique la
resolución que á ellas recaiga.
20
3oó
Artículo 28.
Todos los habitantes de la República tienen el derecho de reunirse
pacificamente y sin armas, y el de asociarse para todos los fines lícitos
de la vida.
Artículo 2Cj.
Toda persona podrá entrar en el territorio de la República, salir de
él, viajar dentro de sus límites y mudar de residencia, sin necesidad
de carta de seguridad, pasaporte ú otro requisito semejante, salvo
lo que se disponga en las leyes sobre inmigración y las facultades atri-
buidas á la Autoridad en caso de responsabilidad criminal.

Artícelo 30.
Ningún cubano podrá ser expatriado, ni á ninguno podrá prohibír-
sele la entrada en el territorio de la República.

Artículo ¡I.
La enseñanza primaria es obligatoria, y así ésta como la de artes
y oficios serán gratuitas. Ambas estarán á cargo del Estado, mientras
110 puedan sostenerlas respectivamente, por carecer de recursos sufi-
cientes, los Municipios y las Provincias.
La segunda enseñanza y la superior estarán á cargo del Estado.
No obstante, toda persona podrá aprender ó enseñar libremente cual-
quier ciencia, arte ó profesión y fundar y sostener establecimientos
de educación y de enseñanza, pero corresponde al Estado la determi-
nación de las profesiones en que exije títulos especiales, la de las con-
diciones para su ejercicio, la de los requisitos necesarios para obtener
los títulos y la expedición de los mismos, de conformidad con lo que
establezcan las leyes.
Artículo 32.
Nadie podrá ser privado de su propiedad, sino por Autoridad com-
petente y por causa justificada de utilidad pública, previa la corres-
pondiente indemnización. Si no procediere este requisito, los Jueces
y Tribunales ampararán y, en su caso, reintegrarán al expropiado.

Artículo 33.
No podrá imponerse, en ningún caso, la pena de confiscación de
bienes.
y?7
Artículo 34.
Nadie está obligado á pagar contribución ni impuesto que no estu-
vieren legalmente establecidos, y cuya cobranza no se hiciere en la
forma prescrita por las leyes.

Artículo 35.
Todo autor ó inventor gozará de la propiedad exclusiva de su obra
ó invención, por el tiempo y en la forma que determina la ley.

Artículo 36.
La enumeración de los derechos garantizados expresamente por
esta Constitución, no excluye otros que se deriven del principio de la
soberanía del pueblo y de la forma republicana de gobierno.

Artículo 37.
Las leyes que regulen el ejercicio dedos derechos que esta Consti-
tucion garantiza serán nulos si los disminuyen, restringen ó adul-
teren.
FIANZAS
Recientemente se ha publicado en la "Gaceta oficial", la siguiente
Orden, que extractamos:
"El Gobernador Provisional ha dictado un decreto por el cual toda
persona residente en la República y propietaria de bienes en cantidad
suficiente, pueda responder y prestar fianza personal requerida por las
leyes criminales de Cuba, así como cualquier sociedad que preste
servicio público, haga negocios en la República de Cuba y posea bienes
inmuebles en la misma, podrá constituirse en fiador.
La suficiencia de la garantía podrá demostrarse mediante declaración
jurada de la persona que se ofrezca fiador, y si se tratase de sociedad,
por declaración prestada por el presidente, administrador ó director
de la misma.
Ninguna persona ó sociedad, que preste servicio público será admi-
tida como fiador en más de una fianza, á no ser que demuestre que es
bastante á responder á esa y á las demás fianzas de esa clase.
No se 'interpretará este decreto como modificación ó limitación de
la orden número 97 de 1899, autorizando á determinadas compañías
mencionadas en la misma para prestar fianzas, cuya orden continuará
vigente,
I

308

INCOMUNICACIÓN DE DETENIDOS O PROCESADOS


ORDE;N MILITAR N U M . 109, SSRiS DE: 1899.

Artículo 1. —Queda por el presiente decreto suprimida en las leyes


vigentes fie procedimiento criminal, la incomunicación de detenidos ó
procesados.
Artículo 2. —Toda persona, desde que sea puesta á disposición de
la Autoridad Judicial, tendrá derecho á la comparecencia inmediata
ante esta Autoridad; y á que se le haga saber de que se le aciua,
por quién y que cargos se le dirigen. Los autos en que se decrete un
procesamiento serán fundados y se notificarán íntegramente á aquellos
contra los cuales se hubieren dictado.

EXPENDICIÓN DE EFECTOS POSTALES


El Sr. Secretario de Gobernación con fecha 19 de Marzo de 1906,
dijo al Sr. Juez Correccional del Primer Distrito, lo que sigue:
"Como consecuencia del escrito de Vd, fecha 20 de Febrero próximo
''pasado, tengo el gusto de manifestarle que el Sr. Manuel Sánchez
;;
y Sánchez, dueño del kiosco situado en O'Reálly 28, no es empleado
"del Departamento de Correos, y por el mismo, estar encargado de la
tv
venta de sellos y otro material postal, debiendo agregar que aunque
"la venta de esos artículos por personas agenas al Correo tanto al
"precio justo como sobrecargándolo, no está prohibida por las disposi-
ciones vigentes, solo disfrutan de autorización para realizarla las
"Administraciones y sucursales del ramo, en las cuales no puede alte-
r a r s e el valor oficial de los efectos, sin incurrir en las penalidades que
"señala el Código Postal.—P. O., Gastón Mora, Jefe de Despacho.
Del anterior traslado se desprende que para obtener efectos postales
á su precio oficial, hay que recurrir á la Administración ó á los lugares
en que se encuentren establecidas las sucursales del ramo, quedando
incursos en la penalidad que señala la Sección 37 del Código Postal de
Cuba, que insertamos en esta obra, los empleados que sobrecarguen
los sellos, incurriendo en la multa de 50 á 500 pesos, ó prisión que no
exceda de un año.
DEMENTE
"El que está loco ó falto de juicio."
Para que un presunto alienado pueda ser admitido en observación,
será preciso que lo solicite el pariente más inmediato del enfermo,
, 309
justificando la necesidad ó conveniencia de la reclusión por medio de
un certificado expedido por dos Doctores ó Licenciados en Medicina,
visado por el Subdelegado de esta Facultad en el distrito é informado
por el Alcalde.
Estas solicitudes deberán presentarse á la Diputación Provincial,
si el establecimiento pertenece á la Provincia, y al Ayuntamiento, isi
es Municipal.
Las Diputaciones Provinciales y los Ayuntamientos cuidarán de
habilitar un local con las conveniencias necesarias y propias condi-
ciones para recluir á los dementes en observación, donde puedan per-
manecer hasita que se le conduzca á un Manicomio en clase de reclu-
sos permanentes. (Art. 3.0 del Real Decreto de 18 de Mayo de 1885).
El ingreso en observación de dementes en la forma establecida, no
podra tener efecto sino en casos de verdadera y notoria urgencia,
declarándose asi en los informes del Alcalde y Subdelegado de Medi-
cina. Mientras el presunto demente pueda permanener en la casa,
sin peligro para los individuos de la familia, sin causar molestias exce-
sivas á personas que vivan en habitaciones contiguas ó sin perjuicio
evidente para la salud del mismo paciente, no podrá ser recluido, á
menos que lo acuerde el Juzgado de Primera Instancia respectivo,
previa la instrucción del oportuno expediente. (Artículo 5.0 del refe-
rido Real Decreto).
Por auto del Decanato de los Juzgados de Primera Instancia de la
ciudad de la Habana, mandado cumplir por el Gobierno Civil en 10
de Agosto de 1888, se dictaron las siguientes reglas á que deben ate-
nerse los funcionarios de Policía.
i. a —Los funcionarios de Policía se abstendrán de promover expe-
dientes de dos presuntos dementes que tengan familia, por encontrarse
ésta en el deber de promover el oportuno expediente con arrglo al
Art. 3.0 del repetido Real Decreto.
2.a—Que en caso de que no tenga familia y pueda dar lugar el
presunto demente á algún peligro, se dé cuenta por el funcionario de
Policía al Gobernador ó Alcalde, según proceda, para que por estas
Autoridades se pueda decretar la reclusión interina y ordenar se llenen
los requisitos en el término fijado en dicho Real Decreto, pasándose
entonces el expediente á los Tribunales.
3.a—.Tan luego como la Policía tenga conocimiento de que existe
en alguna casa molestando á los vecinos, ó que vaya por las calles
algún individuo que padezca de enagenación mental, y que carece de
familiares, procederá á hacerlo reconocer por dos facultativos, que en
3io
la Habana serán los Médicos< forenses, solicitando de éstos' certificación
por duplicado del estado del paciente, las cuales serán remitidas al
Subdelegado de Medicina de la localidad para que las vise, y efectuado
esto, se remitirá una de ellas con atento oficio al Sr. Alcalde Muni-
cipal, rogándole se sirva disponer su ingreso en el' lugar que corres-
ponda.
ORDIVN C I V I L 271, DE; 1900.

Sección 42.—La Institución situada en Mazorra, provincia de la


Habana, y Mamada El Asilo General de Dementes, será en lo sucesho
el Hospital de Dementes de Cuba. El objeto de esta Institución es
tratar y curar con humanidad á todos' los dementes de la Isla. En lo
sucesivo, ninguna persona declarada judicialmente demente, permane-
cerá en prisión, cárcel, hospital para enfermos ú otras instituciones
análogas, pero será remitida á este Hospital, debidamente escoltada.
Los gastos de viaje serán sufragados por el Municipio de donde se
remita el enfermo.
Sección ¿o.—Las personas que se supongan están dementes, serán
puestas bajo observación en las Instituciones señaladas en el Real
Decreto de 18 de Mayo de 1885 .
Se observarán asimismo para el ingreso de dichas personas en esas
Instituciones y examen y tratamiento' á que deban estar sujetas, lo
que dispone ese mismo Real Decreto, con las modificaciones estable-
cidas por el Gobernador de la Habana en su Decreto Núm. 21 de 12
de Abril de 1900. Se hace extensivo este último Decreto á toda la Isla
ele Cuba, limitando, sin embargo, por el presente Decreto, el período
de observación á 30 días. Los médicos que tengan á su cargo la
observación de un presunto demente, al expirar el término de 30 días,
ó antes», suscribirán un certificado en que deberán mamifestar lo si-
guiente : si la persona está demente ó no; y en el primer caso, si
necesita ó rió seguir un tratamiento curativo en un Hospital de demen-
tes. Como el objeto del Hospital para los dementes de Cuba es some-
ter á todas las personas que padezcan de esta enfermedad á un trata-
miento curativo, se desea que todo demente, á la mayor brevedad
posible, sea atendido en este Hospital, por cuyo motivo en ningún caso
se prolongará el período de observación á más de 30 días.
Sección 57.—Para ingresar en el Hospital de Dementes de Cuba, o
en cualquiera otra Institución en que se atiendan á los que judicial-
mente han sido declarados dementes, se necesitan los siguientes requi-
sitos :
3ii
i.°—Una orden dictada por una Autoridad ó Tribunal que tenga
para ello esa facultad, remitiendo á dicha persona á tal Institución
para su tratamiento y cura, sin señalar el tiempo que en ella deba per-
manecer.
2.°—Una instancia, á la que acompañará un certificado médico, diri-
jida á dicha Autoridad ó Tribunal, solicitando el ingreso en el Hos-
pital de un demente ó presunto demente, del cual es el solicitante el
pariente más cercano. Si hubiese otros parientes más' cercanos, mani-
festará el solicitante, que se encuentran ausentes, ó-que no pueden ó
no quieren hacer tal instancia, y firmará además el autor de la ins-
tancia que no es pariente dentro del cuarto grado civil, de ninguno de
los médicos que firman el certificado que debe acompañar á la solici-
tud. Si el pariente ó parientes de un presunto demente rehusaren hacer
tal instancia, el Alcalde del Municipio en que resida el enfermo la
suscribirá.
3.0—Un certificado suscrito cinco días antes de dictarse dicha orden
por dos médicos, quienes manifestarán haber.juntos examinado, du-
rante los diez días anteriores, á la persona á que se refiere la instancia,
y que, en su opinión, dicha persona está demente y debe ser atendida
y curada en el Hospital creado para ese objeto; y por último, que no
tiene parentesco dentro del cuarto gradó civil, el firmante de la soli-
citud con la persona á que la misaría se refiera. En dicho certificado se
detallarán los hechos y circunstancias en que basan su opinión los mé-
dicos; y si estos pertenecieren á la Junta Médica Municipal, deberá
ser suscrita además por el Subdelegado de Medicina del distrito, ó
por un Concejal ó por un Delegado del Departamento de Sanidad.
Sección 52.—Cuando se dicte por quien corresponda una orden de
esa naturaleza, el Municipio en que resida la persona á que la misma
se refiera, proporcionará á éste ropa limpia y decente y sufragará los
gastos de traslación, debidamente escoltado, al Hospital de Dementes
de Cuba, excepto si el solicitante pide que el presunto demente sea
remitido á otra Institución creada con ese objeto, donde será atendido
á expensas de dicho solicitante, en cuyo caso los gastos de viaje, etc.,
serán de su cuenta.
Sección 55.—Si algún pariente ó amigo de un asilado del Hospital
creyere que dicha persona se encuentra indebidamente en él, así lo
manifestará al Juez de Primera Instancia donde estuviere situado el
Hospital, para que el enfermo en cuestión sea dado de baja. Antes de
resolver la solicitud, el Juez pedirá al Director del Hospital que infor-
me inmediatamente sobre la condición del enfermo. Si dicho Director
312

recomendase la retención de éste, podrá el Juez negar la solicitud, y


en caso de duda, hará que dos médicos competentes examinen al
enfermo, quienes presentarán su informe por escrito, haciendo constar
el estado del enfermo, y su recomendación sobre si debe retenerse ó
si se puede, sin peligro, ponerle en libertad.
Sección ¿6.—En toda la semana subsiguiente á la presentación de
la solicitud para la libertad del enfermo, puede el pariente ó amigo
enviar al Secretario de Gobernación una última petición, por conducto
de la Junta de Beneficencia, la cual hará una investigación del caso y
someterá su informe con las recomendaciones oportunas al Secretario
de Gobernación, cuya decisión será final. Las Autoridades del Hos-
pital acatarán dicha decisión.
Sección 57.—Toda persona que se encuentre en una cárcel ó prisión
y se vol viere demente, podrá ser remitida al Hospital para Dementes
de Cuba por una Autoridad ó Tribunal competente, bajo el certificado
de dos médicos, hecho en la forma prescripta en la Sección 51 de este
Decreto. En la orden.de remisión que al efecto se dicte, se manifes-
tará la falta ó delito de que ha sido culpable dicho demente, la duración
de su pena y el día del cumplirrtiento de ésta. Si este demente fuere
curado antes de que haya pasado el tiempo de su condena, será devuelto
por el Superintendente del Hospital á la cárcel ó prisión en que se
encontraba.

DEMENTES SIN DOMICILIO


ORDE;N GDNERAIV N U M . 344

Se llama la atención hacia el Art. 4.0 del Decreto siguiente, único


que á la Policía concierne; de manera que cuando se encuentre un
demente sin domicilio, se remitirá á la Casa de Socorro para su envío
á observación. Si otra persona pretendiere la detención de un demente,
se le hará conocer el Art. i.° del Decreto.
El Art. 2.0 pertenece á las Casas de Socorro, y una vez en ella lo»
presuntos dementes, sin domicilio, se cumplirá por los médicos de las
mismas, el citado Art. 2?.—R. de Cárdenas.
Artículo i.°—Siempre que se pretenda el ingreso de los presuntos
dementes en el Hospital de Aldecoa, y la persona que tiene esa pre-
tensión manifieste al Director del Hospital, no se halla ligado el en-
fermo por vínculo de parentesco, aún siendo su pariente, no quiere o
no puede tenerle á su cuidado é ignora si hay persona que quiera
nacerlo, el Director levantará acta de estas manifestaciones, hará re-
3i3
conocer al enfermo por los médicos que al efecto designarán si el estado
del enfermo lo requiere, según certificación que del resultado del reco-
nocimiento expedirán por duplicado dichos médicos, dará ¡ingreso al
enfermo en el Hospital, y pondrá el hecho en conocimiento del Juz-
gado de Primera Instancia del Distrito con copia del acta expresada
y uno de los ejemplares de la certificación médica.
Las certificaciones que en estos casos se expidan, serán visadas por
el Director del Hospital, y en ellas deberá consignarse, que dadas las
manifestaciones de la persona que presenta al enfermo, y dado ed estado
en que éste se halla, se hace indispensable su ingreso inmediato en el
Hospital.
Art. 2.0—En ningún caso serán admitidos dementes en observación
en los Establecimientos de Beneficencia general, pero podrán ingresar
con las formalidades que establece el Decreto, en los Provinciales,
Municipales y particulares.
Art. 4.0—Los presuntos dementes que por cualquier motivo sean
detenidos, ignorándose su domicilio, serán llevados! á las Casas de
Socorro para su remisión al Hospital de Aldecoa, si así procediere,
llenándose en todos los casos las formalidades que se establecen en el
Art. 2.0, y dejando siempre á salvo la acción de la autoridad judicial,
cuando á ella se halle sujeto el detenido.
Habiendo sido clausurado el Hospital de Aldecoa, los» presuntos
dementes sujetos á observación, deben ser enviados al Hospital Nú-
mero Uno.

ORDSN M I U T A R N U M . 307, SSRIS D£ 1900.

Art. X.—El Sacerdote ó Ministro ante quien se hubiere celebrado


el matrimonio religioso en la forma dispuesta en la presente Orden,
cuando no se haya contraído el matrimoniio civil, que dejare de hacer
archivar los certificados y las pruebas como queda dispuesto en los
artículos 7 y 8 de esta Orden, será juzgado en el Juzgado Correccional,
y si fuere culpable, se le impondrá una multa de 100 pesos ó pena de
arresto de 30 á 90 días por el Juez de su domicilio.

MENORES DELINCUENTES
a
Sección p. —Cuando un menor que tenga ó aparente tener de 10
á 16 años de edad fuere convicto ante un Tribunal competente de
una falta ó delito, aunque en su cometimiento haya procedido el dis-
cernimiento ó nó, deberá dicho Tribunal, á menos que á su juicio sea
3^4
más conveniente entregarlo al cuidado de un amigo ó pariente dís*-
puesto y capaz de mantenerlo y enseñarle, remitir dicho menor hasta
que cumpla 18 años á la Escuela Correccional para niños de Cuba, si
fuese varón, y si hembra, á la de Aldecoa.
Se autoriza á todo Tribunal legalmente constituido que tuviere
pruebas satisfactorias de que algún menor (varón ó hembra) de 10
á 16 años de edad y residente dentro de su jurisdicción, fuere vago
de oficio y cuya educación moral estuviere tan atrasada que exista el
peligro de que dicho-menor se convierta en un criminal en el día de
mañana, si se dejase abandonado á su propia suerte, á remitirlo á la
Escuela Correccional correspondiente. No podrá adoptarse, sin em-
bargo, esta medida por la razón única de que un menor se encuentre
desvalido y sin hogar. Por lo menos tres días antes de enviar á un
menor á lia Escuela Correccional, se notificará á sus padres ó tutores
tal resolución. Así lo preceptúa la Orden Militar 271, Serie de 1900.
3i5
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PROCEDIMIENTOS
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CITACIONES Y NOTIFICACIONES

INSTRUCCIONES

Las notificaciones, citaciones y emplazamientos, fuera de los estrados


del Juzgado ó Tribunal, se harán respectivamente por un alguacil ó
por un Oficial de Sala. Asi lo prescribe el Art. 166 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal. El Juez Instructor podrá habilitar á los
Agentes ele policía para practicar la diligencia de citación verbal^ ó
escrita, si lo considera conveniente. (Art. 431 de la Ley de Enjuicia-
miento Criminal).
El funcionario de policía que recibiere la cédala de citación para
practicar una, sacará y autorizará con su firma tantas copias de ella
cuantas sean las personas á quien hubiere de notificar (Art. 169 de la
misma Ley).
Las citaciones y notificaciones se harán dándole lectura á la resolu-
ción que debe ser notificada, entregando la copia de la cédula á la per-
sona á quien se notifique y haciendo constar la entrega por diligencia
breve al pié de la cédula original. En esta diligencia se consignarán
el día y hora de la entrega, y será firmada por la persona á quien se
hiciere, y por el funcionario que practique la notificación ó citación.
Cuando la persona á quien se hiciere entrega de la copia de notificación
o citación no surJiere firmar, lo hará otra á su ruego; y si no quisiere,
firmarán dos testigos buscados al efecto. Estos testigos no podran ne-
garse á hacerlo, bajo multa de 12,50 á 62 pesetas (Art. 171).
Cuando á ila primera diligencia en busca no fuere hallada en su habi-
tación la persona que haya de ser notificada ó citada, cualquiera que
fuere la causa y el tiempo de su ausencia, se entregara la ceduk de
notificación ó citación al pariente, familiar ó criado, mayor de 14 anos,
que se halle en dicha habitación. Si no hubiere nadie, se hará la en-
trega á uno de los vecinos próximos. (Art. 172).
320

En la diligencia de entrega se hará constar la obligación del que


recibiere la copia de la cédula de entregarle al que debe ser notificado,
inmediatamente que regrese á su domicilio, bajo multa de 12,50 á 125
pesetas, si deja de entregarla. (Art. 173).
Cuando no se pueda practicar una notificación ó citación, por haber
cambiado la habitación ó residencia el que deba ser notificado ó citado
y no ser posible averiguar la nueva, ó por cualquiera otra causa, se
hará constar en la cédula original. (Art. 175).
La cédula de citación, según el Art. 175 de la Ley á que venimos
contrayéndonos, contendrá:
i.° Expression del Juez ó Tribunal que hubiere dictado la resolu-
ción, fecha de ésta y de la causa en que haya recaído.
2.0 Los nombres y apellidos de los que debieran ser citados, y
las señas de sus habitaciones; y ¡si éstas fueren ignoradas, cualesquiera
otras circunstancias por las que pueda ser descubierto el lugar en que
se hallaren.
3.0 El objeto de la citación.
4.0 El lugar, día y hora en que haya de concurrir el citado.
5.0 La obligación, si la hubiere, de concurrir al primer llamamiento,
bajo la multa de 12.50 á 125 pesetas; ó si fuese ya el segundo el que
que se hiciera, la de concurrir bajo apercibimiento de ser procesado
como reo de delito de denegación de auxilio (Art. 370 del Código
Penal, párrafo 2.0) respecto de Jurados, perfitos y testi'gos. Los tes-
tigos podrán ser citados personalmente donde fueren habidos.
Cuando el citado no comparezca en el lugar, día y hora que se le
hubiesen señalado, el funcionario que haya practicado la citación,
volverá á constituirse en el domicilio de quien hubiese recibido la copia
de la cédula, haciendo constar por diligencia en el original, la causa de
no haberse efectuado la comparecencia. Si esta causa no fuere legítima,
se procederá inmediatamente por el Juez ó Tribunal que hubiese acor-
dado la citación, á llevar á cabo la prevención que corresponda entre
las establecidas en el número 5.0 anterior. (Art. 176).
Serán nulas, según el Art. 180 de la Ley de Enjuiciamiento Crimi-
nal, las notificaciones, citaciones y emplazamientos que no se hicieren
con arreglo á las instrucciones precedentes. Sin embargo, cuando la
persona notificada, citada ó emplazada se hubiese dado por enterada
en el juicio, surtirá entonces da diligendia todos sus efectos, como si
se hubiesen hecho con arreglo á las instrucciones descritas anterior-
mente; no por esto quedará relevado el auxiliar ó subalterno de la
corrección disciplinaria siguiente:
32i
"El auxiliar ó subalterno que incurriere en morosidad en el desem-
peño de las funciones que por este capítulo le correspondan, ó faltare
á alguna de las formalidades en el mismo establecidas, será corregido
disciplinariamente por el Juez ó Tribunal de quien dependa, con multa
de 62.50 á 250 pesetas."
Las notificaciones, citaciones ó emplazamientos que hubieren de ha-
cerse en la capital del Juzgado ó Tribunal, se practicarán lo más tarde
al día siguiente de dictada la resolución que deba ¡ser notificada, en
virtud de la cual se haya de hacer la citación ó emplazamiento. Cuando
no fuere en la capital, se practicará en un término que no exceda de
un día por cada 20 kilómetros de distancia entre la capital y el punto
en que deban tener lugar.
Las demás diligencias judiciales se practicarán en los términos que
se fijen para ello al dictar la resolución en que se ordene.
Si el que haya de ser notificado, citado ó emplazado no tuviere domi-
cilio conocido, se ordenará á lo¡s Agentes de policía, se le busque en el
breve término que señale el Juez ó Tribunal respectivo. Si no fuere
habido, se insertará la cédula en el periódico oficial de la provincia de
su última residencia, ó en la Gaceta Oficial, siL fuere necesario.
Debe hacer constar el funcionario encargado de practicar la dili-
gencia, la no residencia del individuo en el punto indicado; peí o pro-
curará por todos los medios posibles inquirir su actual domicilio ó
paradero, dejándolo citado por cualquiera de los procedimientos esta-
blecidos por la Ley, si así lo permite la distancia entre ambos lugares,
ayudando á la rápida administración de justicia, y al propio tiempo,
evitándole perjuicios á terceros, demostrando el funcionario sus apti-
tudes y su diligencia en el cumplimiento del deber impuesto.

CIRCULAR DEL DEPARTAMENTO DE JUSTICIA


Circular.—Habana, diciembre 3 de 1907.—Señor Presidente de la
Audiencia de
Señor: Constantemente ha • estado llamando la atención de este
departamento, el jefe de las Fuerzas Armadas de la República, acerca
del número considerable de citaciones que tiene que realizar la guardia
rural, en virtud de órdenes de los funcionarios de la administración de
Justicia; y cuyo número se hace ascender en breve período, á más de
veintinueve mil, distrayéndose, como es consiguiente, á los miembros
de este cuerpo, en servicio de esa,índole. Aunque la Ley de Enjuicia-
miento Criminal, en su artículo 287, faculta á los jueces para enco-
21
•*

322

mendar á los individuos de la policía judicial todas las diligencias


que fueren necesarias durante el curso de una causa, y entre la policía
judicial se cuentan las Fuerzas Armadas, sin embargo, con el propó-
sito de aliviar en lo que sea posible en ese trabajo, no tan solo á la
guardia rural, sino también á los individuos de la policía, he determi-
nado dirigrle la presente á fin de que se sirva .informarme isii cree que
le expuesto podría evitarse agregando un alguacil á cada uno de los
juzgados del territorio de su digna presidencia, y siendo el alguacil
"plaza montada" en aquelos en que fuere necesario. Además, y con ei
mismo objeto, utilizar siempre al juez municipal respectivo, para que
éste haga las citaciones por medio del alguacil á sus órdenes.
Para la resolución, espero que usted se .servirá comunicarme todo
lo que con relación al particular le ocurra.
Y concluyo recomendándole que haga presente á los jueces, que
mientras otra cosa no se resuelva, y se vean en la necesidad de utilizar
los servicios1 de la guardia rural para las citaciones, se dirijan siempre
al capitán que mande la compañía respectiva.

De usted atentamente,
(Firmado) Manuel Landa.
Jefe interino del Departamento de Justicia.

MODELO DE DILIGENCIA DE CITACIÓN

En la ciudad, villa ó pueblo . . . (el que fuere), á los.. > >


días del mes de de mil novecientos. ..., el funcionario
de policía que suscribe, hece constar', que en la fecha que antecede,
(y á tal hora) se constituye en (el punto que sea), domicilio
de la persona interesada, di objeto de citarle ó emplazarle
para' el día á las (hora) comparezca en (el lugar
que sea) como testigo (ó lo que se indique) en el juicio oral ú otro
acto que se indique de justicia, de la cual antes he procedido á dark
lectura, apercibiéndole de las penalidades en que incurrirá y determina
el Art. 420 de la Ley de Enjuicianúento Criminal si dejare de compa-
recer sin alegar justa causa que se lo impida; y ,enterado, ñrma l&
presente diligencia con el actuante. Si no la ñrmara por decir n&
saber, lo harú á su ruego otra persona, mayor de 14 años, cuyo domi-
cilio deberá expresarse; y si se negare á ñrmarla, se buscarán dos tes-
tigos que presencien y suscriban dicha diligencia.
3^3
APERCIBIMIENTO
Artículo 420 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal: El que sin
estar impedido no concurriere al primer llamamiento judicial, excepto
las personas mencionadas en el Art. 412, ó se resistiere á declarar lo
que supiese de los hechos sobre que fuere preguntado, á no estar com-
prendido en las excepciones de los artículos anteriores, incurrirá en la
multa de 12.50 á 1,250 pesetas—plata española—, y si persistiese en su
resistencia, será conducido á la presencia del Juez instructor, por (los
dependientes de la Autoridad, y procesado por el delito de denegación
de auxilio, que respecto de los testigos y peritos define el Código Penal,
y en el segundo caso, será también procesado por el de desobediencia
grave á la autoridad.

ACUSADOS Y TESTIGOS DESARMADOS


ORDKN M I U T A R N U M . 88, S£Ri£ D£ 1902.

Artículo i.°—Toda persona perteneciente á algún Cuerpo Armado


que comparezca como testigo ó acusado ante un Juez ó Tribunal, lo
hará sin armas y descubierto, cualquiera que sea la clase á que perte-
neciese.
Art. 2. 0 —Los jefes de Cuerpos Armados procederán á dar las ins-
trucciones necesarias para el cumplimiento de lo dispuesto en el ante-
rior artículo, á los individuos pertenecientes á las fuerzas de su mando.

ENTRADA Y REGISTRO EN LUGAR CERRADO


DE PAPELES, LIBROS, ETC.
DETENCIÓN Y APERTURA DE CORRESPONDENCIA
E l Art. 23 de la Constitución de la República de Cuba, estatuye:
que el domicilio es inviolable, y en su consecuencia nadie podrá pene-
trar de noche en el ageno, sin el consentimiento de su morador, á no
ser para auxiliar víctimas de delSto; ni de día, sino en los casos y en
la forma determinados por las leyes.
Nadie podrá penetrar en el domicilio de un cubano ó extranjero
residente en esta República sin su conocimiento* y consentimiento, ex-
cepto en los casos y en la forma expresamente previstos en las leyes.
El Juez ó Tribunal que conociere de la causa, podrá decretar la
3^4
entrada y registro—de día—en todos los edificios y lugares públicos,
sean cualquiera el territorio en que radiquen, cuando hubiere indicios
de encontrarse allí el procesado ú otros objetos que puedan servir para
su descubrimiento y comprobación, con.arreglo al artículo 546 de la
Ley de Enjuiciamiento Criminal.
Se reputarán edificios y ¡lugares públicos para la observancia de lo
dispuesto en este capítulo: i.° Los que estuvieren dedicados, á cual-
quier servicio militar ó civil del Estado, de la Provincia ó del Munici-
pio, aunque habiten allí los encargados de dicho servicio ó los de la
conservación y custodia del edificio ó lugar. 2.0 Los que estuvieren
destinados á cualquier establecimiento de reunión ó recreo fueren ó
nó lícitos. 3.0 'Cualesquiera otros edificios ó lugares cerrados que no
constituyeren domiciliois de un particular, con arreglo á lo dispuesto
en el artículo 554 de la enunciada Ley; y 4.0 Los buques del Estado.
El artículo 548 prescribe asimismo, que el Juez necesitará para la
entrada y registro en el Palacio de los Cuerpos Colegisladores la auto-
rización del Presidente respectivo. Para la entrada y registro en los *
templos y otros lugares religiosos, bastará pasar recado de atención
á las personas á cuyo cargo estuvieren.
El Juez instructor podrá ordenar en los casos contenidos en el
Art. 546, la entrada y registro—siempre de día—si la urgencia lo
hiciere necesario, en cualquier edificio ó lugar cerrado ó parte de él,
que constituya domicilio de cualquier cubano ó extranjero residente
en Cuba; pero procediendo siempre el consentimiento del interesado,
ó a falta de este consentimiento, en virtud del auto motivado que se
notificará á la persona interesada inmediatamente, ó lo más tarde
dentro de las 24 horas de haberse dictado.
Se entenderá que presta su consentimiento, aquel que requerido por
quien hubiere de efectuar la entrada y registro, para que los permita,
ejecutar por su parte los actos necesarios que de él dependan para que
puedan tener efecto, sin invocar la inviolabilidad que reconoce al do-
micilio el artículo 23 de la Constitución.
Al efectuarse los registros deberán evitarse las inspecciones inútiles,
procurando no perjudicar ni importunar al interesado más de lo nece-
sario, y se adoptarán todo género de precauciones para no comprome-
ter su reputación, respetando sus escritos si no interesaren á la ins-
trucción.
Los funcionarios de policía, podrán asimismo proceder de propia
autoridad al registro de un lugar habitado, cuando haya mandamiento
de prisión contra una persona y traten de llevar á efecto su captura o

J
325
cuando un individuo sea ¡sorprendido en flagrante delito—el que se
estuviere cometiendo ó acabare de cometerse—ó cuando un delincuente
inmediatamente perseguido por los Agentes de la Autoridad, se oculte
ó refugie en alguna casa. (Art. 553 de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal).
Si la entrada y registro se hubieren de hacer en el domicilio de un
particular, se notificará el auto á éste, y si no fuere habido á la primera
diligencia en busca, á su encargado.
Si no fuere tampoco habido el encargado, se hará la notificación á
cualquiera otra persona mayor de edad que se hallare en el domicilio,
prefiriendo para esto á los individuos de la familia del interesado. Si
no se halla á nadie, se hará constar por diligencia que se extenderá
con asistencia de dos vecinos, los cuales deberán firmarla.
Desde el momento en que el Juez acuerde la entrada y registro en
cualquier edificio ó lugar cerrado, adoptará las * medidas de vigilancia
convenientes para evitar la fuga del procesado ó la sustracción de los
instrumentos, efectos del delito, libros, papeles ó cualquiera otras
cosas que hayan de ser objeto del registro.
Practicadas las diligencias que se establecen anteriomente, se proce-
derá á la entrada y registro, empleando para ello, si fuere necesario,
el auxilio de la fuerza,
El registro se hará á presencia del interesado, ó de la persona que
legítimamente lo represente.
Si aquel no fuere habido, ó no quiere concurrir mi nombrar repre-
sentante, se practicará á presencia de un individuo de su familia,
mayor de edad. Si no lo hubiere se hará á presencia de dos testigos,
vecinos del mismo pueblo El acta que se levante la firmarán todos los
concurrentes.
La residencia del interesado, de un representante, de los individuos
de su familia y de los testigos á presenciar el registro, producirá la
responsabilidad declarada en el Art. 261 del Código Penal á los reos
de delito de desobediencia grave á la Autoridad, sin perjuicio de que
la diligencia se practique.
Si no se encontrasen las personas ú objetos que se busquen ni apa-
reciesen indicios sospechosos, se expedirá una certificación del acta á
la parte interesada, si la reclamase.
Cuando el registro se practique en el domicilio de un particular y
espire el día sin haberse terminado, el que lo haga requirirá al intere-
sado ó á su representante, si estuviese presente, para que permita la
continucaión durante la noche; pero si se opusiere, se suspenderá la
326

diligencia, cerrando y sellando el local ó los muebles en que se hubiere


de continuar, en cuanto esta precaución se considere necesaria para
evitar la fuga de la persona ó la sustracción de las cosas que se bus-
caren.
Prevendrá asimismo el que practique el registro á los que se hallen
en el edificio ó lugar de la diligencia, que no levanten los sellos ni
violenten las cerraduras, ni permitan que lo hagan otras personas, bajo
la responsabilidad establecida en el Código Penal.
El registro no se suspenderá sino por el tiempo en que no fuere posi-
ble continuarle y se adoptarán, durante la suspensión, las medidas de
vigilancia convenientes para evitar la fuga del procesado ó la sustrac-
ción délos instrumentos, efectos del delito, libros, papeles ó cualesquie-
ra otras cosas que hayan de ser objeto del registro.
En le diligencia de entrada y registro en lugar cerrado, se expresa-
rán los nombres del Juez ó de su delegado, que lo practique y demás
personas que intervengan, los incidentes ocurridos, la hora en que
se hubiese principiado y concluido la diligencia y la relación del regis-
tro por el orden en que se haga, así como los resultados obtenidos.
Cuando se practiquen registros de papeles y efectos, deberán evitar-
se inspeciones inútiles, procurando no perjudicar ni importunar al in-
teresado mas de lo necesario y se adoptarán todo género de precaucio-
nes para no comprometer su reputación, respetando' suls secretos si no
interesaran á la instrucción de la causa y siempre á su presencia ó de
la persona que lejítimamente le represente.
Para la entrada ó registro en los edificios ó habitaciones de los Re-
presentantes de las Naciones extrangeras, acreditadas cerca del Go-
bierno de Cuba, les pedirá su venia el Juez, rogándoles que contesten
en el término de 12 horas. Si transcurrido este no se contestase ó se
negase la venia, el Juez lo comunicará á la Secretaría de Estado, abste-
teniéndose de entrar en el edificio; pero adoptando las medidas de vi-
gilancia tendentes á evitar la fuga del procesado ó la sustracción de
los instrumentos, efectos del delito, libros, papeles ó cualesquiera
otras cosas que hayan de ser objeto del registro.
Tampoco se podrá entrar ni registrar en los buques mercantes ex-
trangeros, sin la autorización del Capitán, ó si éste la negare, sin la
del Cónsul de su Nación.
En los buques de guerra extrangeros, la falta de autorización del
Comandante se suplirá por la del Embajador ó Ministro de la Na-
ción á la cual pertenezcan.
Se podrá entrar en las habitaciones délos Cónsules extrangeros
327
y en sus oficinas, previo recado de atención y observando las formali-
dades prescritas en la Constitución y demás leyes.
El funcionario público que al practicar entradas y registros no se
ajustare á los preceptos anteriores, incurrirá en las siguientes respon-
sabilidades: En las penas de suspensión y multa de 325 á 3250 pese-
tas, sino siendo Autoridad judicial y no estando en suspenso las ga-
rantías constitucionales, entrare en el domicilio de un ciudadano ex-
trangero sin su consentimiento, á no ser, en los- casos y en las formas
previstas en las leyes, ó si, no estando autorizado por una ley ó no
siendo Autoridad judicial registrare los papeles de un ciudadano
ó extrangero y demás efectos que encontrare en el domicilio de estos,
a no ser que el dueño consintiere en ello. Si estos delitos se cometiesen
de noche, las penas que por ellos se impongan á los funcionarios culpa-
bles, serán mayores.
También incurre en responsabilidad criminal el funcionario público
que, al practicar un registro de papeles y efectos de un ciudadano,
cometiere cualquiera otra vejación injusta contra las personas ó da-
ño innecesario en sus bienes. Si los sustrajere y se los apropiare, será
castigado como reo del delito de robo con violencia en las personas.
Cuando el mandamiento sea entregado por el Juzgado al interesado,
verificar la presentación, el funcionario correspondiente extenderá en
él diligencia expresando la fecha de la entrega y lapersona que lo hü-
hubiese presentado, á la que dará recibo firmando ambos la diligencia.
Dicho funcionario dará además cuenta al Juez ó Tribunal en el mis-
mo día. (Art. 189 de la Ley de E. Criminal.)
Tan pronto sea cumplimentado el mandamiento, se devolverá sin
demora en la misma forma que se hubiese recibido ó en que se hubie-
re presentado.
CIRCULADOS
Llámase circulado al individuo que se encuentra reclamado su com-
parendo en rebeldía, por alguna Autoridad, bien por mandamiento
expreso ó por edicto.
Cuando se detengan circulados se remitirán al lugar correspondien-
te, que se exprese en la circular en cumplimiento á la cual se haya
aprehendido en la que siempre se indica el establecimiento penal á que
ha de ser remitido, consignándose la Autoridad, el delito ó falta, fecha
y número de la circular.
Separadamente debe pasarse comunicación respetuosa á la Auto-
ridad, haciéndole saber la detención del reclamado, lugar en que se
328

efectuó, establecimienao penal á que ha sido conducido, á su disposi-


ción, fecha de la circular, causa de que se origina, número y año de
ésta,Esenbano ante quien turnó, pudiendo el funcionario que dé cuen-
ta, caso de carecer de los anteriores datos, recurrir para obtenerlos
á la Jefatura de Policía.
Al informar á la citada Jefatura de la detención del circulado, debe-
rá expresarse: quien la efectuó, qué funcionariois contribuyeron y le
ayudaron y cuantos mas pormenores sean pertinentes para el esclare-
cimiento y conocimiento de los hechos.
La captura de circulados, según disposición del Gobierno Civil de la
Habana, de 24 de Agosto de 1880, la conceptúa para el funcionario
que logre efectuarla, como "Servicio especial."

COMUNICACIÓN DANDO CUENTA DE LA


D E T E N C I Ó N D E UN CIRCULADO
Sr. Juez
Señor:
Tengo el honor de comunicar á Vd. que en el dia de hoy
ha sido remitido á la cárcel de esta ciudad, (ó al Vivac) N.N.yN. (ex-
présense sus demás generales y apodos si los tuviere) cuya detención
interesó ese Juzgado en circular de fecha (la que sea) á virtud de la
causa número (ó juicio si fuere una falta) turnada dicha causa
por el Escribano seguida contra el expresado
por el delito de (ó la falta de )
Fecha
De Vd. respetuosamente,
(Firma del funcionario).
Cuando el detenido que se halla circulado, lo fuere por un Juez Co-
rreccional y prestase la fianza que se consigne en el mandamiento de
de ención deberá ponerse en conocimiento del Juez haber llenado el
requisito; y que el acusador y el acusado han quedado citados de com-
parendo, procurando asistir con los testigos, ó en su defecto se pro-
cederá á citarlos si fuesen conocidos.

HOMICIDIO
"Muerte de un hombre hecha por otro." "Tómase generalmente por
la ejecutada sin razón y con violencia."
Es reo de homicdio, el que sin estar comprendido en el artículo 413

J
329
del Código Penal, que trata del parricidio, matare á otro, no concurrien-
do algunas de las circunstancias numeradas en el artículo 414, que com-
prende al reo de asesinato, que es el homcidio cometido con alevosía,
por paga ó sin riña ni pelea, mediando en su ejecución precio, remunera-
ción, premedtacón, ensañamientoyincendio, inundación, veneno etc.
El reo de homicidio es castigado con la pena de reclusión temporal,
según el anticuo 416 del Código. El reo de asesinato será penado con ca-
dena temporal en su grado máximo, á muerte, con arreglo al artículo
414 del citado Código.
"La vida es el mayor de los bienes que el hombre ha recibido de la na-
turaleza, de modo que el privarle de ella, se considera como el mayor de
los crímenes.que pueden cometerse contra un individuo de la sociedad."
La policía tan luego como tenga conocimiento que se ha cometido un
crimen de esta clase, debe incontinenti,sin pérdida de tiempo trasladar-
se al punto donde haya tenido lugar el suceso, ó á aquel donde se en-
cuentre el cadaver y cerciorada de la existencia del hecho dará inme-
diato aviso al Juez del Distrito, procediendo mientras se presenta, á le-
vantar el atestado que dispone el artículo 292 de la Ley de Enjuicia-
miento Criminal, en el que sin pérdida de momento extenderá una dili-
gencia en que describa el sitio con todos sus detalles y accidentes, la po-
sición exacta del cadáver, las pisadas que haya y la dirección que tengan
anotando si hay señales de lucha, ó si al parecer es suicidio ; el desorden
en que se encuentren los muebles de la habitación, si existe en estos
fractura ó algún otro indicio que pueda dar lugar á suponer que sea el
robo el móvil del homicidio etc., con todos los detalles hasta los mas pe-
queños, por simples que parezcan, pues son de suma importancia en
algunos hechos, las cosas mas insignificantes á primera vista. Deben
también describirse en esta diligencia las heridas que tenga el cadaver
consignando la clase de arma ó instrumento, con que al parecer se hayan
hecho; también se anotarán las señas particulares de aquel y la ropa
que tengan puesta, en atención esto último, á que algunas veces cuando
no se consigue su identificación, sirve esto para que, aunque pase tiem-
po sea reconocido el cadaver.
Las personas que hubiesen sido halladas en el lugar del delito, po-
drá disponerse que no se ausenten durante la diligencia anterior, ha-
ciendo comparcer inmediatamente á los que se encuentren en cual-
quier otro sitio próximo, para recibir á todos la oportuna declaración,
en observancia á lo que prescribe el artículo 329 de la citada Ley de
Enjuiciamiento.
Siendo muy común la afluencia de personas á los sitios en que se
33¿
cometen estos delitos, es oportuno y suele a veces dar los mejores re-
sultados para el descubrimiento de los autores, que mientras se forma
el atestado, se repartan algunos agentes desconocidos entre el públi-
co, para oir las conversaciones' que con motivo del hecho se suscitan
y cuyos agentes deberán conducir á la presencia del Juez Instructor
á cualquiera persona que por su conversación se comprenda que puede
tener conocimiento de las circunstancias y autor del crimen, debiendo
al efectuar esas conducciones hacerlo con el mayor tacto, y cuidando
de llamar lo menos posible la atención de las demás personas allí reu-
nidas, pues de este modo, será más fácil que el conducido manifieste lo
que sepa, que si se le conduce con ostentación que podría hacerle te-
mer el que traslucieran que había sido él el que hizo la denuncia.
También es deber de la policía tener despejada la cuadra ó manzana
de la calle en que haya tenido efecto un homicidio, porque la aglome-
ración de personas además de obstruir el ¡tránsito público, trae como
consecuencia el que los» rateros ó carteristas, se aprovechen de esta
circunstancia para efectuar algún hurto.
En extremo conveniente es, para el esclarecimiento de estos deli-
tos escuchar en los primeros momentos á bis familiares del muerto,
tratando de inquirir de ellos la vida, hábitos, costumbres y demás cir-
cunstancias que concurrieran en él, si había tenido disgusto ó desa-
venencia con alguna persona, quienes fueron sus enemigos y malque-
rientes, como quienes pudieran tener en su muerte interés y las
sospechas que puedan tener de quien ó quienes sea el autor de ella.
No debe nunca olvidarse, ni dejar para después, el recojer las armas
ó instrumentos con que se presuma que haya podido cometerse el cri-
men, bien porque no se encuentren en el lugar ó en las inmediaciones <
del cadaver, ó bien recojiéndolos del poder de cualquier persona en
que haya podido averiguarse que se encontraban.
Al hacer entrega la policía del atestado, deberá entregarse también
las armas y efectos que se hayan intervenido, como (también pondrá
á disposición del Juzgado el detenido ó detenidos que hubiere.
No puede la policía en ningún caso, cuando se trate de homicidio
ó lesiones graves, admitir fianzas al detenido ó detenidos, pues esta
facultad solo le es potestativa al Juzgado de Instrucción.

INFANTICIDIO

Es la muerte violenta dada á algún niño que no haya cumplido tres


tres dias de nacido.
331
La madre que por ocultar su deshonra matase al hijo que no haya
cumplido los tres dias de nacido, será castigada con la pena de prisión
correccional en sus grados medio y máximo. Este crimen, según los
mas entendidos jurisconsultos, es mas difícil de descubrir que ningún
otro.
La principal difiicultad consiste en reunir todos los datos para pro-
bar el delito, especialmente si es la madre la que lo ha eometido, á no
ser que se le sorprenda en el acto, ó ella misma lo confiese.
La policía debe dirigirse en primer término, á justificar el infanti-
cidio reconociendo el exterior del niño que se suponga ha sido víctima
del hecho criminal. Las señales que se noten en el acto, (tales como le-
siones, golpes ó extrangulación, son indicios' que harán pensar en la
comisión del delito.
Cuando se compruebe que la autora del infanticidio, fué la madre
del niño, deberá ¡indagarse:
i.° Si lo cometió por ocultar su deshonra 2.0 Si el niño había cum-
plido tres meses. 3.0 Si cooperaron á la ejecución del infanticidio los
abuelos maternos del niño, interesados en ocultar la deshonra de la
madre. 4.0 Si la madre á quien se atribuye el hecho, ha parido recien-
temente. 5.0 Si la fecha del parto conviene con el estado del feto. 6.°
Si este pertenece á la madre á quien se atribuye el crimen. 7.0 Si es
casada, si su marido se encuentra ausente de su residencia ó del país,
y desde que tiempo, y si está separada del mismo y desde que época
á tos efectos de un adulterio probable. Y 8.° Si fuere soltera y espe-
cialmente joven, se averiguará quien sea su amante.
Deberá también la policía investigar, de manera hábil y disimulada,
si la mdre que se suponga ha cometido un infanticidio, es de condi-
ciones virtuosas ó si, por el contrario, está tildada por el público como
mujer corrompida y de mala conducta, pues si ¡se comprueban estos
antecedentes, indicios serán de que el delito lo realizó por librarse de
la carga del hijo, para continuar libremente su vida licenciosa y no
para ocultar su deshonra.
Por los vecinos y amigos de la supuesta infanticida, podrá saber
con táctica, la policía, si esta dias antes del hallazgo del cadaver del
niño, se encontraba próxima á dar á luz.

SUICIDIOS
Por suicidio se entiende el acto de quitarse, por cualquier medio la
vida una persona.
332

El Código Penal vigente en su artículo 419, castiga con prisión ma-


yor, de 6 años y un dia á 12 años, al que prestare auxilio á otro para
suicidarse, y con la pena de reclusión temporal de 12 años y un dia á
20 años, si se lo prestase hasta el punto de ejecutar el mismo la muerte.
El código no impone castigo al suicida, mejor dicho al que imtenta
suicidarse; pero el atestado que forme la Policía, ha de dirigirse á ave-
riguar, por medio de testigos, si en los dias anteriores se observaron
en el individuo señales de perturbación mental, así como si alguna vez
hubiere atentado contra su vida, y si existen señales de que alguna
persona prestase auxilio al suicida para darse muerte, y. si este auxi-
lio se prestó hasta el punto de que el propio auxiliar ejecutase
la muerte.
Justificado el suicidio y los extremos que anteceden, se dará por ter-
minado el atestado, y se remitirá al Juzgado de Instrucción que co-
rresponda.

SUICIDIO POR ASFIXIA Y AHORCADOS


( A S F I X I A P O R S U S P E N S I O N )

El que ha muerto colgado de un lazo sujeto al cuello.


En el caso de una persona ahorcada debe indagarse: i.° Si fué
ahorcado estando vivo, ó colgado después de muerto. 2.0 Si se ahorcó
el mismo, ó fué ahorcado por otro.
Para esta información debe tenerse presente que el cadaver de un
ahorcado raras veces deja de presentar la cara lívida, los ojos con-
gestionados y medio abiertos, la boca torcida, con parte de la lengua
fuera de ella, amoratada, ó muy oscura y recojida entre los dientes;
espuma en la nariz; el cuerpo rígido, los dedos contraidos y los pulga-
res inclinados hacia las palmas de la mano; equimosis en los brazos y
muslos; señales de esperma ó haber arrojado orina ó excretas; un surco
circular causado por la cuerda, dislocados y lacerados los cartílagos de
la laringe y fracturadas las cuerdas cervicales
Las señales de esperma son una prueba indudable de que el indivi-
duo estaba vivo y la falta de ella, da motivo á sospechar de que el ca-
daver ha sido colgado después de muerto ó bien que se ha cometido
un homicidio por extrangulación, pues solo en los suicidios es donde
se nota dicho fenómeno.
En el caso de no haber magullamiento en los músculos del cuello,
podrá decirse que fué ahorcado después de muerto; porque la cuerda
333
en un cadaver, aunque se apriete mucho, solo hace surco; pero no ma-
gulla.
Para creer que la extrangulación se ha ejecutado después de la
muerte , es necesario encontrar heridas ó contusiones en algunos de
los órganos -importantes del cadáver, pues si el cuerpo se halla intacto
es de presumir que el sugeto fué suspendido ó extrangulado vivo.
La policía en todos los casos debe averiguar cuanto le sea posible
respecto á si el sugeto estaba ó no en el uso de sus facultades mentales,
cuel era su carácter, su edad, pasiones, hábitos, estado de sus intereses,
si ¡había alguna persona interesada en su muerte etc. Todas estas cir-
cunstancias podrán dar mucha luz para poder apreciar si el hecho es
suicidio ú homicidio.
En el atestado que se forme debe cuidarse de hacer constar todos
los particulares que se averigüen, aún aquellos que parezcan de menos
importancia, por resultar á veces que el Juez de la causa, en aquello
en que el funcionario de policía, cree que no tiene significación, suele
observar, como más idóneo para poder apreciar el hecho de suicidio de
una manera que no admite duda para su descubrimiento.

SUICIDIOS POR INTOXICACIÓN

Por envenenamiento ó intoxicación se comprende la acción y efec-


tos de infiltrar sustancias nocivas capaces de producir la muerte, aún
cuando no la produzca.
En los casos de personas envenenadas, debe dirigirse la investiga-
ción á exclarecer los siguientes extremos:
i.° Si ha tomado el veneno por sí ó le fué administrado por otro.
2.° La clase de sustancia que tomó.
3.0 Las señales que demuestren haberse hecho uso del veneno.
Para esta averiguación debe tenerse presente que el cadáver de un
envenenado presenta casi siempre al exterior las siguientes señales: la
periferia, ó superficie del cuerpo inflamada; manchas lívidas, palidez
amoratadas ú obscuras ó negras en la piel; la lengua inflamada, ne-
gruzca y escoriada; las uñas amarillas ó moradas, y susceptibles de
desprenderse fácilmente, y los cabellos cayéndose por sí solos con el
simple tacto.
Al encontrar en el registro que se practique en el sitio en que se
halló el sugeto antes de su muerte, y en su casa sustancias venenosa-
y rastros que acredite hizo uso de las mismas, será un indicio de que
su muerte fué por envenenamiento y motivo por suponer que éste se
334
debió á su voluntad; pero si por el contrario no se encontrase ningu-
no de tales indicios, puede suponerse la comisión de un asesinato, pa-
rricidio ú homicidio, pues sabido es que el que comete estos gravísi-
mos delitos, procura, para lograr su impunidad, hacer desaparecer to-
do rastro ó vestigio que pueda acereditar la causa de la muerte.
En estos casos debe averiguarse si el interfecto ó sugeto estaba ó
no demente; cual era su carecter, edad, pasiones, estado de sus inte-
reses; si había personas interesadas en su muerte, á fin de esclarecer
el origen de esta.
Como esta clase de delito es fácil de cometer y difícil de descubrir,
es indispensable que el funcionario comisionado para su esciar ci-
miento, apure cuantos medios lícitos de inquirir le sugiera su celo, y
se valga de la mas refinada astucia, pues generalmente las personas
que mas confianza inspiran suelen ser las que han ejecutado el crimen
Creemos conveniente insertar la circular siguiente:
"El fiscal de la Audiencia, señor Vías Ochoteco, ha remitido á los
Jueces de Instrucción las siguientes reglas, que deberán tener presente
al instruir los sumarios respecto á los procesados, los suicidas y las
víctimas de delito contra la honestidad:
i.° Los diversos nombres y apellidos de los procesados, suicidas y
víctimas de delitos contra la honestidad, con expresión de los verda-
deros, ó de los que hayan usado más tiempo, ó por los que sean más
conocidos, y de sus apodos.
2.0 La raza á que pertenezcan, indicando en los mestizos los del pa-
dre y la madre. # I
0
3. La edad.
4.0 El estado, expresando en su caso si se trata de concubinato re-
gular.
4.0 La naturalidad, mencionando en los cubanos el pueblo y pro-
vincia de nacimiento; en los españoles la provincia; y en los demás
extrangeros la nación de origen y los cambios de ciudadanía.
6.'° La vecindad, determinada por la residencia en el lugar del deli-
to, expresando si es urbana ó rural.
7.0 La profesión que tengan ó hubieren tenido.
8.° La instrucción, si es elemental ó superior, considerando de esta
última clase, la que tienen los bachilleres, maestros de instrucción pri-
maria y personas que posean títulos profesionales ó cultura intelectual
conocida.

A
335
g.° La filiación legítima, natural, ilegítima ó expósitos, debiendo fi-
gurar entre los hijos naturales, solo los reconocidos por la madre.
io.° El número de hijos y su calidad." * '
Habana Enero 22 de 1903.

AHOGADOS

El que ha perdido la vida asfixiado por el agua, ó apretándole la


garganta impidiéndole la respiración. Cuando los funcionarios de po-
licía tengan que proceder en averiguación de las causas que hayan
producido la muerte de una persona que se encuentre ahogada, ten-
drán especial cuidado en reconocer el cadáver y fijarse principalmente
en si presenta algunas señales que puedan indicar: i.° Si el individuo
estaba vivo cuando su inmersión en el agua, y2.° Si la submersion fué
efecto de algún acto voluntario, ó de fuerza de algún criminal que se
valió de este medio para cometer un homicidio.
Diferentes son las señales que los criminalistas marcan para la
averiguación del primer caso; pero nos limitaremos solo á indicar
aquelas que son más frecuentes, y más fáciles á la simple inspección
ocular.
Si el ahogado presenta desolladas las yemas de los dedos y las uñas
con arena ó fango, es un indicio bastante vehemente de que hizo por
su parte esfuerzos para escapar al peligro que le amenazabe y por lo
tanto, que estaba vivo en el momento de entrar en el agua, y si por el
contrario no presenta dichas señales y sí las de violencia, como con-
tusiones, heridas, etc., habrá motivo para creer que el hecho obedece
al segundo caso, ó sea el de comisión de un delito.
Es de perentoria necesidad é indispensable, que tan pronto sea ex-
traído el cadáver de un ahogado, se practique por la policía un minu-
cioso reconocimiento consignando en el correspondiente, cuantas se-
ñales puedan orientar al Juzgado que conozca del hecho, para
su exciarecimiento.

HERIDOS - LESIONADOS

Tan pronto tenga la policía conocimiento que en lugar determina-


do existe una persona herida, pasará al mismo y hará que sea recono-
cida por el facultaaivo de guardia en el Centro de Socorro más inme-
diato, ó por el primero que se encontrare si se tratase de un delito
' flagrante", con objeto de que se declare sobre su estado ó expida
336
certificación que recojerá el funcionario, con arreglo al artículo 785
de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
Inmediatamente se procederá á formar el correspondiente atestado,
dando aviso al Juez de Instrucción del Distrito, en el acto si se tratare
de lesiones graves y corriese peligro la vida del herido, si fuere en las
horas comprendidas entre las ocho de la mañana y cinco de la tarde,
pues si pasare de este período de tiempo, deberá la policía interesar la
constitución del Juzgado de Guardia. En el atestado que levante se
hará constar las lesiones que presentare el paciente, procurando no
molestarlo al practicar el examen.
Si el herido se hallase despejado y en condiciones de ser interroga-
do, procederá á recibirle declaración, á ser posible, á presencia de dos
testigos, preguntándole quién lo hirió, con qué instrumento, la causa
de la ocurrencia, qué personas se hallaban presentes y cuantas mas
preguntas estime convenientes para averiguar la verdad, sin omitir el
nombre y apellido y demás generales del lesionado, como asimismo in-
quirirá si estaba amenazado por alguien de ser herido ó muerto.
Tan pronto la policía descubra al autor ó autores del hecho, proce-
derá á detenerlos, no admitiéndoles fianzas cuando el médico que haya
reconocido al lesionado hubiese certificado que el pronóstico de sus
lesiones es grave.
Debe tener muy presente la policía que, siempre que el lesionado
sea individuo de malos antecedentes, es probable, casi seguro, de que
éste, aún cuando sepa quien le infirió las heridas, no revelará su nom-
bre, por ser costumbre entre los criminales ejercer por sí mismos el
castigo por medio de la venganza privada, que del que á sus agreso-
res puedan imponer los tribunales de justicia, y solo se sienten ¡satis-
fechos cuando se vengan por sus propias manos.
Es de las atribuciones de la policía ocupar las ropas que vista el
herido cuando presentan cortes ó roturas, para que por personas peri-
tas se informe la clase de instrumento empleado.
Creemos conveniente insertar la siguiente Circular de la Secretaría
de Justicia de 17 de Enero de 1901, respecto á heridos graves:
"Ha llegado á conocimiento de la Secretaría, que en tres casos de
muerte violenta últimamente ocurridos en esta ciudad, los funciana-
rios de Policía y los individuos particulares que estaban presentes se
han creído, por un mal entendido respeto á las disposiciones vigentes,
impedidos de prestar á los heridos varios auxilios indipensables que,
según los informes recibidos, hubieran podido salvar la vida de las
víctimas. Los preceptos contenidos en la vigente Ley de Enjuiciamien-
337
to Criminal que imponen á los Jueces de Instrucción el deber de con-
signar con todos los detalles posibles el lugar, situación y circunstancias
que concurren en los casos de muerte violenta y á los Médicos Fo-
renses el de asistir á los heridos, no impiden que los mismos, aún en
la agonía, reciban los auxilios necesarios. Con tal motivo exhorto á las
Autoridades y funcionarios de todas clases y á cuantas personas pre-
sencien ó tengan noticias inmediatas de algún caso de lesiones, cual-
quiera que sea su gravedad y causa que la produjere, para que después
de fijarse bien y hasta tomar nota, si les fuere posible, de las circuns-
tancias y detalles que racionalmente puedan contribuir al esclareci-
miento de los hechos, para deponerlos ante el Juez, presten al herido
ó moribundo cuantos auxilios estimen necesarios y estén á su alcance,
pudiendo igualmente cualquier médico encargarse de la primera asis-
tencia de la víctima.—De usted atentamente—Secretario, Miguel
i
Gener."
ARMAS EN CENERAL

Las armas pueden dividirse en tres grupos:


i.° Armas permitidas ó usadas con licencia.
2.0 Armas cuyo uso no está permitido.
3 / Armas prohibidas ó que no pueden usarse ni aún con licencia.

ARMAS USADAS CON LICENCIA

Con arreglo al Reglamento para la concesión de licencias de caza,


pesca y uso de armas, extractamos los siguientes por ser para la poli-
cía los de más interés:
Artículo i.# Nadie podrá usar armas ni dedicarse al ejercicio de la
caza ó pesca sin la licencia correspondiente expedida por la Autori-
dad competente.
Art. 3.0 Habrá 6 clases de licencias:
i.° Para usar todo género de armas no prohibidas-.
2.0 Para uso de armas de fuego con destino á la propiedad rural.
3.0 Para uso de armas de fuego de bolsillo, pistola ó rewolver, con
destino á la defensa personal fuera de poblado.
4.0 Para uso de armas de fuego de bolsillo, pistola ó rewolver con
destino á la defensa personal dentro de poblado.
5.0 Para uso de armas de caza.
6.° Para pescar en los rios, lagunas, estanques y charcas.
22
338
Art. 4.0 Podrán usar las de la clase 1.a todos los cubanos de 25
años, jefes de familia y contribuyentes al Estado, exceptuando á los
procesados y á los que hayan sufrido condena.
Art. 5.0 Podrán usar las comprendidas en las clases 2.a, 3. a y 4.a los
cubanos mayores de 20 años, sino estuvieren procesados ó hubieren
sufrido condena.
Art. 6.° Podrán usar de la clase 5.* los que tengan aptitud para ob-
tener licencias de las cuatro clases anteriores y los menores de 20
años y mayores de 15, garantizados por sus padres ó tutores.
Art. 7.0 Podrán usar las de la 6.a clase todos los cubanos sin excep-
ción.
Art. 14.0 Las licencias de referencia son intransmisibles y válidas en
toda la Isla, aunque nulas si tuvieren raspaduras ó enmiendas.
Art. 15.° Incurrirán en responsabilidad por infracción de las an-
teriores disposiciones:
(a) Los que careciendo de licencia usen armas, cacen ó pesquen.
(b) Los que hagan uso de licencia que no les pertenezca.
(c) Los que sin autorización de la 4.a clase, para usar armas, las
tuvieren ó emplearen, blancas ó reglamentarias de guerra.
(d)Los que solo con licencia de la 2.a clase usen armas fuera de las
propiedades para cuya defensa les fueron concedidas.
(e) Los que teniendo licencia de armas de bolsillo para fuera de
poblado la usen en el interior de las poblaciones.
(/) Los que cacen en tiempo de veda ó en parajes expresamente
prohibidos.
(g) Los que lo hicieren con lazos ó con cualquier otro medio ilícito.
(h)Y los que, para pescar, envenenaran las aguas ó las enturbiaren,
ó empleando mechas ó cartuchos de dinamita ú otra materia explo-
siva.
Nota. Según lo dispuesto en la Orden Militar número 60, serie de
1902, serán de la competencia de los Gobernadores, las infracciones
marcadas con las letras a, b, c, d, y e. Las comprendidas en los pá-
rrafos /, g, y h, son de la jurisdición de los Juzgados Correccionales;
y en lo referente á la veda, véanse los artículos 19 y 41 de la Ley de
caza.
Art. 19. Las Autoridades y sus agentes, especialmente la Guardia
Rural, tienen el deber de hacer que se cumpla cuanto queda precep-
tuado anteriormente y no consentirán que nadie cace ó pesque sin la
debida licencia, cuya presentación exigirán siempre que lo crean opor-
tuno.
339
Art. 2i. Las armas decomisadas por la policía y dependientes de la
Autoridad se depositarán en el Gobierno Civil de la Provincia donde
fueran ocupadas.

ARMAS NO PROHIBIDAS

Son las que pueden usarse sin licencia de la Autoridad respectiva.


Los campesinos pueden usar el machete en todas sus variaciones,
con tal que no tenga gavilanes, con la salvedad de no portarlo en las
poblaciones, no yendo á caballo y en todas las reuniones del campo.

ARMAS PROHIBIDAS
Son aquellas que no pueden portarse ni aún con licencia, y son las
siguientes:
i.° Los trabucos y carabinas que no lleguen á la medida ó marca
de 4 palmos de cañón.
2.° Los bastones de escopetas ó pistolas, ya sean de aire, chispa ó pis-
tón.
3.0 Los de esto, y toda hoja de cualquier clase oculta en bastón.
4.0 Los rejones, almaradas, giferos y puñales de todas clases.
5.°Las navajas de punta pequeñas ó grandes de muelles y golpe, vi-
rola con vuelta ú otro artificio que no permita cerrar sin separar el
muelle.
6.° La bayoneta sin fusil ó escopeta de caza llevada por individuos
que no pertenecieren á cuerpos armados, y el cuchillo maüser en igua-
les condiciones.
7.a La daga y cualquier especie de sable ó cuchillo de monte menor
de 4 palmos; y por último todo cuchillo de punta, chico ó grande, aun-
que sea de cocina ó de moda de faltriquera.

ARMAS QUE PUEDEN USARSE SIN LICENCIA


Con arreglo á lo dispuesto en las Reales Ordenes de 24 de Abril
y 25 de Junio de 1871 y 22de Enero de 1873, vigentes, pueden usar
armas sin licencia, los individuos siguientes:
i.° Los oficiales del Ejército y Armada.
2.0 Los matriculados y aforados de Marina.
3.0 Los conductores de caudales públicos.
4.0 Los Alcaldes de los pueblos como agentes de la Administración.
340

5-° Los dependientes del ramo de Hacienda.


6.° Los guardias jurados.
7.0 Los individuos de la Guardia Civil (hoy Rural) y carabineros.
8.° Los dependientes de vigilancia pública, los de justicia, peones ca-
mineros y demás empleados, que por razón de sus cargos tengan que
perseguir malhechores, vigilar por el orden y tranquilidad pública, y
custodiar ó conducir caudales.
9.0 Los agentes de la recaudación de contribuciones ó impuestos del
Estado y los guardias rurales municipales.

Nota. Los párrafos i.°, 2.0 y6.°, que anteceden, deben considerarse
derogados, y por lo tanto sin aplicación, dado el cambio político ope-
rado en Cuba.

El uso del bastón llamado manatí, está prohibido, siendo una in-
fracción gubernativa.
La manopla, instrumento de bronce ú otro metal con cuatro inencías
curvas ó puntiagudas, é igual número de huecos circulares correspon-
dientes á los dedos de las manos. Aunque nada podemos expresar rela-
tivo al castigo que debe recaer en quien la use, teniéndose en cuenta
las funestas lesiones que produce, es conveniente que la policía proceda
á su decomiso para ser ilícita su portación y hasta su comercio.
Las armas comprendidas en las clases 1, 4 y 5 á que se refiere el
artículo l.°, podrán importarse sin autorización; las de la 2 y 3, solo se
les permitirá su introducción, con permiso especial del Poder Ejecu-
tivode la República obtenido por conducto de la Secretaría de Gober-
nación.
No está permitida la venta de armas de ninguna clase á los comer-
ciantes que carezcan de la autorización necesaria, obtenida en la forma
anterior.
Cuando los empleados de policía ocupen armas, deberán remitirlas
al Juzgado como cuerpo de delito ó bien á la Jefatura de Policía por
infracción gubernativa, cuidando de pegarle en la culata el nombre de
la persona á quien se le ocupó. Las armas de fuego en cuanto se inter-
vienen, deben descargarse y si por cualquier circustancia no pudiere
hacerse, en el «papel que le adhiera con el nombre de la persona, se agre-
gará "está cargada."
Ningún empleado del Cuerpo de Policía hará uso de las armas, ni
amenazará con ellas, á no ser en caso de agresión armada ó de resis-
tencia á viva fuerza. Entonces hará la señal convenida de auxilio, y
34i
cualquiera que sea el número de los agresores se defenderá aún á costa
de la vida sin abandonar sú puesto.
Se prohibe disparar armas, quemar cohetes, voladores y demás fue-
gos artificiales.

Nota.—Por la Secretaría de Gobernación en disposición de 9 de Di-


ciembre de I907,se previene lo siguiente:
"Las armas que pueden comprender las licencias expedidas por los
Gobiernos de Provincia, son: escopetas de caza, rifles que no pasen
del calibre 22 y rewolvers 32 y 38, siempre que no sean automáticos.

HUELGAS
Los funcionarios de policía con la mayor prudencia y usando de los
medios persuasivos y conciliatorios que el caso requiera, con las mejo-
res formas procurarán disolver los grupos de huelguistas, haciéndojles
reflexiones respecto de la conveniencia que resultaría de desistir de
sus propósitos; pero si aquellos permaneciesen en tal actitud, la Policía
está obligada por ministerio de la Ley, á cumplir con sus deberes redu-
ciendo á prisión á los que perturbaren el orden público ó cometieren
hechos punibles, especialmente á los instigadores de la huelga, que
ejercieran influencia sobre las masas, teniéndose presente que los de-
litos más frecuentes ó por decir comunes, en las perturbaciones obre-
ras sonda coacción, los conatos de sedición, amenazas, desorden públi-
co, lesiones y otros que se encuentran comprendidos en el Código
Penal llamando la atención por nuestra parte á los funcionarios de ¡la
seguridad pública, respecto á las Disposiciones penales sobre Ferro-
carriles, promulgadas en la Orden Militar número 119, serie de 1902,
que puede en los casos de huelgas ser infringida, si principalmente
toman parte activa en ellas los maquinistas, fogoneros y empleados en
las empresas ferroviarias, ó por otros sediciosos, paralizando la tracción
de trenes, tranvías ú otros vehículos de transportes.
En los motines que se originen, procurará la policía investigar quie-
nes sean los corifeos, instigadores ó autores del movimiento pertur-
bador ; disolverá á los grupos, intimando las órdenes oportunas, y re-
duciendo á prisión á los culpables, como si fueran y estuvieren com-
prendido en el artículo 185 del Código Penal.
Si requeridos los amotinadores por dos veces, para que inmediata-
mente se disuelvan y retornen, dejando pasar el tiempo necesario para la
marcha de los grupos; si transcurrido éste no lo verifican, hará la
policía uso de la fuerza para su dispersión.
342

Si los amotinadores agrediesen á la policía,, ésta contestará en la mis-


ma forma y procurará detener á los agresores.

CASAS DE SOCORRO
Local provisto de botiquín, donde se encuentra constantemente un
médico de guardia para prestar prontamente ayuda y favor á cual-
quier persona que pueda necesitarlo, bien por heridas, contusiones ó
enfermedad de que haya sido acometido súbitamente.
En los casos judiciales, dará el profesor de guardia el correspon-
diente parte á la Policía, como también atenderá y firmará la certifica-
ción que acompañará al parte, tan pronto como termine la curación.
Los funcionarios de policía deben evitar que en las Casas de Soco-
rros, personas extrañas presencien las curaciones, y se enteren de las
manifestaciones ó declaraciones de los pacientes ó perjudicados. Y
respecto á los demás agentes de la Autoridad que con aibuso también
suelen interrogar á los heridos y aún á los detenidos como presuntos
autores, pues solo el funcionario que levanta el acta ó atestado tiene
derecho á dirigirles preguntas tanto á los autores como á los perjudica-
dos en los hechos, antes que el Juzgado, algún funcionario de policía,
judicial de categoría superior á la que estuviera actuando podrá ha-
cerlo, en cuyo caso deberá darle conocimiento de cuanto hubiere prac-
ticado, poniéndose desde luego á su disposición, según lo ordena el ar-
tículo 285 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

CASAS DB PRESTAMOS
Se denominan Casas de Préstamos, los establecimientos dedicados
á facilitar dinero sobre prendas, ropas ó salarios, cobrando interés y
obligándose á devolver los objetos tan luego como dentro de un plazo
fijado, le sea entregada la suma prestada.
Reproducimos los siguientes artículos del Reglamento por el cual se
rigen estas casas.
Art. i.° Para abrir casa de empeño se solicitará de la Autoridad,
la licencia correspondiente, y una vez obtenida se presentará en las
oficinas de la Policía.
Art. 4.0 Las casas de préstamos no podrán admitir empeños, adqui-
rir su compra ni facilitar préstamos á los menores de edad, aunque es-
tuviesen autorizados por sus padres, tutores ó encargados.
Art. 5.0 Los prestamistas cuidarán de cumplir con toda exactitud
343
las prescripciones del Reglamento, puesto que son responsaibles civil y
criminalmente con arreglo á las leyes, de todo fraude que en su casa se
cometa.
Art. 6.° Las infracciones de dicho Reglamento son de la competen-
cia de la Autoridad gubernativa, cuando no sean de las comprendidas
en el Código Penal, como por ejemplo las siguientes:
Será castigado con multa de 1250 á 2500 pesetas el que, hallán-
dose dedicado á la industria de préstamos sobre prendas, sueldos ó
salarios, no lleva libros, asentando en ellos sin claros ni entre-renglo-
nes las cantidades prestadas, los plazos é intereses, los nombres y do-
micilios de los que reciban primas, la naturaleza, calidad y valor de los
objetos dados en prenda y las demás circunstancias que exijen los Re-
glamentos. ;
El prestamista que no diera resguardo de la prenda ó 'Seguridad de
lo recibido, será castigado con una multa del duplo al quíntuplo de su
valor.

Nota.—Los delitos definidos anteriormente son de la competencia


de líos Juzgados Correccionales.

CASAS DE HUESPEDES
Llamamos casas de huéspedes á aquellas que por determinado pre-
cio, da alojamiento á transeúntes que van á la misma con el fin de
pasar en ellas algún período de tiempo.
Los dueños de estas casas están obligados á llevar un libro registro
de entrada y salida de los huéspedes ó viajeros que en ellas pernocten,
con anotación de nombres, procedencia y destino, naturalidad y ocupa-
ción, cuyo libro siempre estará á la disposición de la Autoridad y de sus
agentes.
Según el artículo 557 de la Ley r de Enjuiciamiento Criminal, las
casas de huéspedes no se reputarán como domicilio de los que se en-
cuentren ó residan en ellas accidentalmente, y lo serán tan solo de los
que se hallen á su frente y habiten allí con sus familias, en la parte del
edificio á este servicio destinada
El Código Penal en su artículo 608, castiga á los dueños de fondas,
posadas y demás establecimientos destinados á hospedaje, que dejaran
de dar á la Autoridad, los partes y noticias prevenidos por los regla-
mentos, ordenanzas, ó bandos, en el tiempo y forma prevenidos.
344

CONFIDENTES
Se llama confidente, la persona que da avisos ó noticias de los deli-
tos que se van á cometer ó se hayan cometido, á las Autoridades, para
que se apoderen de los autores, cómplices y encubridores.
La práctica ha demostrado que sin confidentes, la acción de la justicia
es dificultosa. Los criminales tienen especial cuidado en evitar con-
versaciones, que diafanicen los delitos que han cometido, en presencia
de los funcionarios de policía, por mucho que sea la confianza y la
amistad que los unan.
Los Confidentes pueden ser de tres clases, á saber:
i.° De personas honradas y trabajadoras que por amistad al fun-
cionario, le revelan cualquier hecho del que tengan conocimiento, por-
que temerosos si se presentan ante el Juzgado á hacer la revelación,
puedan creerlos enemigos de aquellos á quienes denuncian, elijen tal
sistema para enterar á la policía de los antecedentes y detalles del
delito.
2.° El individuo de mal vivir que, por lo mismo que se halla en con-
tinuo contacto con los de su clase, está enterado de todos los hechos
criminales que éstos realicen, decide entregarlos, (frase peculiar de
esta especie), bien para vengarse de alguno que le ha negado favores
que le pidiera, ó bien porque en el reparto de algún robo, en el cual el
Confidente ha intervenido, no le ha dado la parte á que creía tener
derecho. También suelen proporcionar confidencias á los funcionarios
de policía, á cambio de algún favor que éstos le hayan proporcionado,
aunque siempre suplicando les guarde el secreto. A estos se les puede
llamar confidentes de confianza.
3.0 El que se presenta á revelar los hechos de que tienen conoci-
miento, sabedor de que se les ha de abonar determinada cantidad en
pago de su confidencia. A estos se* les llama espías.
"Como todo Confidente recomienda la reserva de su servicio, el
funcionario que la reciba, está en el deber de callarla, teniendo pre-
sente que, mientras dura la sustanciación del Sumario, nadie podrá
obligarle á que dé el nombre del Confidente, según determina el ar-
tículo 417 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, y porqué, por otra
parte, el descubrimiento de él, sería privarse del auxilio del mismo,
quien más nunca le confiará ningún secreto. Únicamente revelará
su nombre, cuando elevada la causa á la Audiencia, resultare que los
hechos denunciados por el Confidente, se han justicado ser falsos."
345
"Siempre que algún funcionario de policía haya de prestar servicios
que ameriten el pago de la confidencia,, los pondrá en conocimiento de
sus superiores á los efectos oportunos."

INCOMPATIBILIDAD
Su definición en derecho, expresa que no deben desempeñarse á un
mismo tiempo por una persona dos cargos, destinos ó empleos.
El cargo de Policía es incompatible con cualquier otro retribuido
por el Estado, la Provincia ó el Municipio.
También les está terminantemente prohibido á los funcionarios de
policía, el ejercer industria, grangería ó comercio en la localidad en
que ejercieren sus funciones, pudiendo solo los que posean bienes, admi-
nistrarlos y vender los frutos que éstos produzcan.
La anterior Ley, llamada de Presupuestos, promulgada en el año
1876, está vigente, en el actual régimen.

INDICIOS
Según el parecer de distinguidos letrados, son indicios graves:
i.° La confesión extrajudicial del reo, probado por dos testigos.
2.0 El hallarse la cosa hurtada en poder de persona sospechosa,
que no dé razón de como la hurtó.
3.* El cambio repentino de un estado de miseria ó estrechez, á otro
de disipación ó de lujo que se observase en una persona, que ha estado
en comunicación con los individuos de la cosa robada, sin que sea
conocido el origen de sus nuevas facultades.
4.0 Las escritos firmados por el reo, como cartas amatorias.
5.° La sorpresa del hombre con mujer casada, en lugar oscuro y
sospechoso.
6.° La variedad en las declaraciones del procesado y las contra-
dicciones en que incurriese.
7.0 Las mentiras que no se justifiquen.
8." Las amenazas que poco antes del homicidio hubiese hecho al-
gún 'sujeto al asesinado, mediando entre los dos causa de odio, de
enemistad ó de celos.
9.0 Es un indicio grave contra el dueño de una casa, al encontrarse
en ella á un hombre muerto ó herido.
Los Jueces de Instrucción toman siempre los indicios con atención
34Ó
para deducir la culpabilidad que pueda caer .sobre los presuntos delin-
cuentes, siendo de importancia suma, el que la policía detalladamente
los consigne en «los atestados que formule, previa las averiguaciones
consiguientes.

CORRESPONDENCIA PRIVADA
Según el artículo 579 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, solo
el Juez instructor puede acordar la detención de la correspondencia
particular, postal ó telegráfica que el procesado remitiere ó recibiere,
y su apertura y examen, para cuyo efecto y según el artículo 584, de la
propia Ley, para su apertura será citado el interesado ó la persona que
designe para presenciar la operación.
El funcionario público que no siendo autoridad judicial, abriere la
correspondencia privada, incurrirá en la multa de 6250 pesetas, más
en la pena de suspensión en sus grados medio y máximo.

QUEBRANTAMIENTO DE CONDENA
Cuando un preso se fuga de la Cárcel, donde sufre la prisión pre-
ventiva ó durante la instrucción de la causa antes de habérsele notifi-
cado la sentencia condenatoria en que se le priva de la libertad, no se
comete el delito de quebrantamiento de condena, porque el cumpli-
miento de condena principia desde la notificación al reo de la senten-
cia ejecutoria, así lo declara el Tribunal Supremo de España en Sen-
tencia de i.° de Mayo de 1872.
El delito de fuga, que regularmente se usa por algunos funciona-
rios, no existe consignado en el Código Penal.
Los funcionarios de policía, jamás dispararán sns armas contra el
detenido ó reo que se les escape, incurriendo en gran responsabilidad
si lo mata, hiere ó lesiona, quedando incurso si así lo hace en pena
mayor que la de infidelidad en la custodia de presos, ni aún en los
casos, en que el reo estuviese condenado á la pena capital, será una
causa atenuante de delito.

USURERO
"El que presta con usura, especialmente con interés mayor que el
marcado por la ley con el fin de desmedido lucro, obteniendo excesiva
ganancia."
347
Para ejercer tal industria es necesario obtener licencia y pagar con-
tribución.
En los talleres y en general entre la clase obrera, se le da el mote
de garrotero, al usurero de la más baja, estofa que presta, ó adelanta
sobre el producto del trabajo honrado, á un tipo que algunas veces
alcanza hasta el veinte y cinco por ciento semanal, despradada espe-
culación á la que se le debe poner coto, no solo por ser inmoral, sino
porque desfraudan al 'Estado, al hacer sus clandestinas operaciones,
no abonando cuota alguna contributiva.

ATESTADOS
Llámanse así las diligencias que forman los funcionarios de policía
para atestiguar los hechos, en los cuales especificarán con la mayor
exactitud los actos por ellos averiguados, insertando cuanto crean
pertinente, tan pronto como tuviere conocimiento de un delito pú-
blico ó fueren requeridos para prevenir la instrucción de diligencias
de algún privado, participándolo á la Autoridad, anotando todas las
circunstancias que hubiesen observado y pudiesen ser pruebas é indi-
cios del delito, insertando así mismo las declaraciones é informes re-
cibidos.
Las personas presentes, peritos y testigos que hubiesen ntervenido
en las diligencias relacionadas en el atestado, serán invitadas á firmarlo
en la parte á dios referente. Si no lo hiciesen se expresará la razón.
Todo atestado será suscrito por el que lo extienda estampando su
rúbrica.
En ningún caso, salvo el de fuerza mayor, los funcionarios de po-
licía podrán dejar de transcurrir más de 24 horas sin dar conoci-
meinto á la Autoridad Judicial ó Ministerio' Fiscal de las diligencias
que hubieren practicado.
Los que infrinjan esta disposición, serán corregidos disciplina-
riamente con multa de 6250 2500 pesetas, si <la omisión no mereciera
la calificación de delito.
Los que sin exceder el tiempo de 24 horas, dilataren en más de lo
necesario el dar conocimiento, serán corregidos disciplinariamente
con multa de 25 á 125 pesetas.
Los atestados que redactaren y las manifestaciones que hicieran
los funcionarios de policía judicial, á consecuencia de las averigua-
ciones que hubieren practicado, se considerarán denuncias para los
efectos legales.
348 ,•:,

Las demás declaraciones que prestaren deberán ser firmadas, y ten-


drán el valor de declaraciones testificales en cuanto se refieren á hechos
de conocimiento propio, según los artículos 292, 293, 294, 295, y 297
del Enjuiciamiento Criminal.
El artículo 284, del citado Enjuiciamiento previene: que inmedia-
tamente que los funcionarios de policía, tuvieren conocimiento^ de un
delito público ó fueren requeridos para prevenir la instrucción de di-
ligencias, por razón de un delito privado, lo participarán; á la AutJo-
toridad ó al Representante del Ministerio Fiscal, sin cesar en las prác-
ticas de las diligencias de prevención. En otro caso los harán así que
las hubieren terminado.
Tan luego como un empleado de policía tenga conocimiento de que
haya ocurrido en su demarcación un hecho que revista caracteres de
delito, deberá constituirse en el punto en que haya tenido lugar, y en-
terado del suceso, procederá á dar parte por escrito al Juzgado corres-
pondiente é inmediatamente empezará á formar el atestado dispuesto
empezando por hacer constar por medio de una diligencia que suscri-
birá, cuanto haya notado ó visto que sea digno de figurar en la causa
y que pueda servir como prueba del delito y del descubrimiento de
quien ó quienes sean los autores.
Terminada ésta, procederá á recibir información de todos aquellos
que hayan presenciado el hecho; pero separadamente á cada uno con el
objeto de que no se pongan de acuerdo en lo que han de decir, y pue-
da también cada uno formar la manifestación que haya hecho.
Si se detiene algún presunto autor, deberá también escucharse, ha-
ciendo constar su manifestación, y ocupados que sean todos los útiles,
ó armas que se hayan encontrado, en el lugar de la ocurrencia como
cuerpo de delito, se remitirá lo actuado al Sr. Juez de Instrucción,
juntamente con el detenido ó detenidos que hubiere.
Cada delito será objeto de un atestado, sin embargo, cuando fueren
conexos, se podrán relatar en uno ¿según manifestamos, en esta obra
al tratar de la diversión de los delitos.
¡Varias faltas pueden englobarse en un solo atestado, si han sido
cometidos simultáneamente, en igual lugar y al mismo tiempo.
En todo caso de delito ú otro hecho que revista gravedad ó impor-
tancia y tratándose de faltas, cuando se denuncien hechos casuales,
por imprudencia ó negligencia, intencionales, sin autores conocidos,
ó no detenidos, ó cuando capturado uno ó varios de los victimarios
ó culpables, no lo hubiesen sido los demás, si lo hubiere; cuando los
acusados sean menores de 16 años, en este caso, se entregarán á sus
349
padres y, en defecto de éstos, á sus tutores, curadores ó encargados, con
la obligación de presentarlos en su oportunidad al Tribunal ó Juez res-
pectivo.
Deberá, cuando se trate de lesiones con necesidad de asistencia mé-
dica, no solo Levantar acta, sino que hará constar con toda precisión y
claridad, el origen de ellas; si el lesionado cuenta con los recursos
indispensables para su curación y médico que se hará cargo áe\ ella,
ó si se remite al Hospital por carecer en lo absoluto de tales elementos.
Conforme á le prevenido en el artículo 429 del Código Penal, si la
lesión que presenta el paciente lo fuere en el rostro, ó se tratase de la
pérdida de dos ó más piezas dentales del frente de la boca, como conse-
cuencia de la lesión inferida, aún cuando fuere calificada de leve y
sin necesidad de asistencia/ facultativa, debe así mismo levantarse acta,
por ser natural que ai sanar el paciente, le quede una deformidad per-
manente, y en este caso sería el hecho de la competencia del Juzgado
de Instrucción.
Si estuviese presente el culpable ó los acusados, al levantarse el
atestado, se harán constar sus generales, en esta forma: nombres,
apellidos, apodos ó alias si lo tuvieren; nombres de sus padres, na-
turalidad, edad, estado, profesión, vecindad, raza é instrucción por
tenerlo así dispuesto la Audiencia, no siendo de tanta importancia estos
detalles en los denunciantes ó acusadores, como en los presuntos
autores, excepción hecha del domicilio de los primeros.
Por cuantos medios legales sean posibles, debe procurar la policía
arrancar á los acusados, la confesión del hecho que se les imputa, con-
signándola en el atestado, si así lo efectuaren.
En los delitos de daño á la propiedad, es deber ineludible consignar
en el atestado, quienes sean los propietarios del vehículo que lo pro-
dujo y los de la dañada, con expresión del dueño y su domicilio, por
deducirse en estos casos dos responsabilidades: una criminal y otra
civil, estando comprendido en la primera, el conductor del vehículo
que lo acusa, y en la segunda el dueño de éste y principal de aquel,
el cual responderá civilmente, á la indemnización que proceda, caso de
ser condenado su dependiente, á no ser que éste fuera al mismo tiem-
po, coudctor y dueño, lo que se hará ' constar cuando así resulte.
Asimismo se expresarán los números de los vehículos, los colores y
demás señas de las bestias que los arrastren, y si alguna de éstas re-
sultare lastimada.
Cuando se denuncien daños á la propiedad urbana ó rústica, se
35o
hará constar quien sea el dueño del predio ó finca perjudicado, si el que
presenta la queja no lo fuere.
Al pasar la respectiva Autoridad las resultas de algún delito ó
falta, debe precisarse en el atestado, que se redacte, cual sea la si-
tuación de los acusados, si quedaron detenidos á su disposición, en
qué lugar, ó citados los de falta por tener domicilio conocido; si fue-
ron enviados al Hospital, Casa de Salud, Sanatorio ó Enfermería, por
hallarse en mal estado de salud, ó lesionados, ó si prestaron fianza para
gozar de libertad provisional mientras se sustancie la causa, consig-
nándose la fecha, lugar, y hora en que acaecieron los hechos que s¡e
consignan sin omitir detalle alguno que pueda contribuir al debido
esclarecimiento del delito.
Todo detenido debe ser instruido dell motivo del procedimientoi
haciéndole saber igualmente en el caso, de estarlo á disposición de
algún Juez Correccional, el derecho que le asiste de gozar de libertad
provisional; si prestaron la fianza que corresponda, consistente en
$ ioo por delito y $ 25 por faltas.
La Orden Militar número 387, Serie de 1900, que regula y fija la
prestación de fianzas, establece que tan pronto sean aprontadas por
los detenidos ó afrontadas por un tercero, aquellos deben ser puestos
en libertad, citándolo de comparendo obligado, ante el Juez corres-
pondiente á la hora y día que se les indique.
Si así no se efectuara, es probable que tal demora diera lugar á una
querella por detención ilegal, toda vez que despojaría á los detenidos
del derecho establcido en la Orden de referencia.
Los atestados que se formen con motivo de asesinato, homicidio ó
parricidio, deben de ser redactados extrictamente con cuantos detalles
sean pertinentes, expresándose en los mismos los extremos siguientes:
i.° Lugar, día y hora del hecho. 2.0 Descripción del cadáver y
del sitio en que se halle. 3.0 Reconocimiento facultativo del cadáver.
4.0 Generales de las personas que lo hayan identificado. 5.0 Gene-
rales del autor ó autores del crimen, si fueren detenidos. 6.° Los
nombres, domicilios y demás generales de las personas que hubieren
presenciado el hecho. 7.0 Descripción, previa ocupación del arma
empleada para realizar el crimen, y 8.° cuántos más datos y circunstan-
cias tiendan el esclarecimiento del hecho.
Cuando se trate de lesiones, se consignarán los mismos extremos
anteriores, expresándose el nombre, apellido y residencia del Médico
á quien el interfecto encargara de su asistencia, acompañando al ates-
35i
tado la certificación de dichas lesiones, y el arma ó instrumentos,
con que fueron inferidas, caso de haber sido ocupadas.
En los atestados que se redacten por rapto y estupro, deberán hacerse
constar los extremos que señalaremos; pero teniendo presente antes
de iniciar el procedimiento, que ambos delitos solo pueden ser perse-
guidos á instancias de parte, y en los cuales se consignarán: i.°, gene-
rales de la persona que hace la denuncia, si no fuere ila misma ofen-
dida ; 2.0, generales de ésta, con preferencia á su edad, pues si es mayor
de 20 años, no se cometen tales delitos, y si menor de 12, se realiza el
de violación; 3.0, generales del ofensor, debiendo observar que nadie
mejor que el denunciante ó la ofendida deben saberlas; 4.0, grado de
consanguinidad ó parentesco que una al denunciante con la ofendida,
caso de no denunciar ésta; 5.0, cuantas más circunstancias tengan rela-
ción directa ó indirectamente con el hecho, especialmente si éste se ha
llevado á cabo, bajo palabra ó promesa matrimonial, ó con miras des-
honestas.
Cuando se proceda por los delitos de robo, hurto ó estafa y en cual-
quiera otro contra la propiedad, debe hacerse constar la preexistencia
y hasta la procedencia, si posible fuere, de las cosas robadas, hurtadas
ó estafadas, extremo que habrá de justificar el agraviado, de cuya con-
ducta debe informarse la policía, probando su legítimo1 dominio, antes
de lia comisión dea: delito.
En todo atestado por robo, se expresará: 1.°, generales del delincuente,
dueño ó poseedor de las cosas robadas; 2.0, lugar, día y hora del hecho,
expresando si se ha realizado con escalamiento ó de otro modo seme-
jante; 3.0, descripción é importe de lo robado, puntualizando la clase
de moneda en que se estime; 4.0, descripción del lugar del robo y cosas
violentadas para efectuarlo; 5.0, generalles de los testigos presenciales
del hecho, si los hubiere, y de las demás personas que supiern que el
agraviado poseía lo sustraído; 6.°, descripción y clase de instrumentos
empleados para efectuar el robo; 7.0, generales y apodo del autor ó
presuntos autores del delito, caso de ser detenido, ó señas de los que
después de haberlo efectuado, hayan logrado escapar.
En los atestados por hurtos se consignarán los mismos particulares
que en los de robo, excepto los extremos á que se contraen los nume-
rados 4 y 6.
En los mismos atestados que se inicien por estafa, se expresarán en
qué consiste el engaño, base del delito, y si existe la circunstancia
agravante de abuso de confianza.
La policía deberá ajustarse á los preceptos que establece la Ley de

I
352
Enjuiciamiento Criminal, respecto á la entrada y registro en lugar
cerrado que insertamos en esta obra.

En el caso de muerte en la vía pública, ó ¡robo en domicilio, no


podrán tocar, ni permitir se toque el cadáver, ni en los robos las cosas,
ropas ó muebles por muy desordenados que estén, pues este reconoci-
miento debe hacerlo la autoridad judicial por ser de suma importancia
para el esclarecimiento de los hechos.

CONDUCCIÓN DE CADÁVERES DE POBRES


ALCALDÍA MUNICIPAL DE LA HABANA

Habana, 30 de Mayo de 1908

Aprobada en el presupuesto ordinario del actual ejercicio, la asigna-


ción para facilitar cajas decentes y el servicio de conducción de cadá-
veres de pobres; y determinado todo lo necesario para que el referido
servicio pueda prestarse en las mejores condiciones posibles, evitán-
dose todo trámite dilatorio, he tenido á bien disponer:
i.°—La prestación del referido' servicio, con el personal y material
disponible, queda encomendado al Administrador del Depósito Muni-
cipal!, quien desde luego abrirá un Libro Registro, en el que anotará
las cajas que se faciliten y las conducciones de cadáveres que se veri-
fiquen, haciendo constar el nombre del solicitante y el de la persona
para quien se destine la caja.
2.0—Las solicitudes de cajas y conducciones de cadáveres, se diri-
girán por escrito al Sr. Alcalde Municipal, y se entregarán al! Admi-
nistrador del Departamento, acompañando á la solicitud un certificado
expedido por el Jefe de la Estación de Policía respectivo, en cuyo cer-
tificado se hará constar de una manera expresa, que el fallecido era
pobre, y que sus familiares carecen de medios con que verificar deco-
rosamente el entierro; también harán constar si el fallecido era vecino
legal de este término, ó de lo contrario del que lio fuera.
3.0—Los capitanes ó Jefes de Estaciones ó Destacamentos de Policía,
expedirán gratis en el día en que se soliciten los certificados á que se
refiere el artículo anterior, previa comprobación de los requisitos que
en el mismo se indican.
Publíquese en la "Gaceta Oficial" el presente Decreto, distribuyen-
353
dose ejemplares aparte, que deberán ser fijados en (la Casa Consistorial
Tenencias de Alcalde, Casas de Socorro y Estaciones de Policía, para
general conocimiento.
Julio de Cárdenas.

Alcalde Municipal.

Nota.—El anterior Decreto ha quedado derogado, con arerglo á lo


que dispone el inciso 9.0 del Artículo 101 de la Ley Orgánica de los
Municipios de Cuba de Mayo 29 de 1908.

INSTRUCCIONES A LA POLICÍA RESPECTO


A CORREOS
Los Cuerpos de Seguridad pública, municipal ó rural, tienen el deber
de coadyuvar á que el servicio de correos, uno de los ramos más im-
portantes de la Administración, no se interrumpa, haciendo por que no
sean infringidos los hechos previstos en el Código Postal, cuidando
no se cause daño en manera alguna al material postal, ni en sus buzones
ni en sus propiedades.

O R D E N G E N E R A L N U M . 31

Abril 15 de 1899.

" E n cumplimiento de la presente, se servirá Vd. ordenar á los indi-


viduos pertenecientes al distrito de su cargo, que en lo adelante no
detengan en su trámite á los carros de la Administración de Correos
dedicados al servicio de comunicaciones por no llevar faroles encendi-
dos en ellos; así como tampoco efectúen la detención de ningún carro,
de los destinados á la recogida de basuras por carecer de la chapa, pues
estando éstos al servicio del Ayuntamiento, no es requisito indispen-
sable el uso de la misma."

ORDEN GENERAL N U M . 193

Agosto 23 de 1899.

" E n lo sucesivo, siempre que sea detenido algún miembro ó empleado


del "Post-Office", no será conducido inmediatamente á donde corres-
ponda, sino se l e ' d a r á conocimiento al Jefe correspondiente, á fin de
23
354
que disponga que otro empleado ocupe el lugar de aquel, y si no fuere
posible hacerlo así, se constituirá un vigilante á custodiar al detenido,
sin que por eso se interrumpa su trabajo ni sufra demora el servicio.
De usted atentamente, R. de Cárdenas."

ORDEN GENERAL N U M . 479

"En vista de las quejas recibidas del Departamento de Correos sobre


la frecuencia con que se rompen los cristales que sobre las tarjetas de
itinerario, contienen los buzones ó estafetas de Correos, suponiéndose
la existencia de algunos jóvenes que, por pasatiempo, dedícanse á rom-
per los referidos cristales con daño á la propiedad del Departamento
de Correos y con perjuicio manifiesto del servicio público, se reco-
mienda por el presente á los señores Capitanes exciten el celo de los
vigilantes á sus órdenes, para que velen por la no realización de esos
hechos, procediendo, en su caso, con los que los perpetran, como corres-
ponda á lo prevenido en la Sección 19 del Código Postal vigente.—R.
de Cárdenas.—Jefe de Policial"

PORTACIÓN DE ARMAS
REPÚBLICA DE CUBA

Bajo la Administración Provisional de los Estados Unidos.

SECRETARIA DE GOBERNACIÓN

Cir ciliar.

A los Gobernadores de Provincia.


Habana, 21 de Abril de 1908.
Señor:
Con objeto de que el Reglamento para la concesión de licencias de
caza ó pesca y uso de armas, así coano su concordante la Real Orden
de 18 de Junio de 1887, sean debidamente observados en los casos que
proceda, esta Secretaría ha estimado conveniente disponer que por ese
Gobierno á su digno cargo, se cumplan las siguientes prescripciones:
1.a—Remitir mensual men te á esta Superioridad una relación de
todas las licencias que para usar armas, cazar ó pescar, haya expedido
durante los treinta días precedentes, con especificación de fechas, nom-
bres v domicilio de los interesados y clase de licencia,
355
a
2. —Remitir en igual oportunidad, otra relación á este Centro, de
las licencias que hubieran caducado durante los treinta días preceden-
tes, con especificación también, de las fechas del vencimiento, nombres
y domicilio de los interesados, y de la clase de licencia.
3.a—Requerir al interesado, tan pronto caduque una licencia, para
que dentro de ocho días, solicite su renovación, ó justifique haber en-
tregado las armas comprendidas en ésta al Jefe de Policía del lugar
de su residencia, si lo hubiere, y en su defecto, al Alcalde Municipal,
ó del Barrio, apercibiéndole de que, pasado dicho término, sin que
hubiera llenado cualquiera de esas dos formalidades, se le aplicará la
pena en que haya incurrido según los artículos 15 y 16 del propio Re-
glamento.
4.a—En el caso de que el requerido no cumpliera con las preven-
ciones hechas de acuerdo con el párrafo anterior, declararlo incurso
en la multa señalada en el artículo 16 de dicho Reglamento, para los
que se encuentren en el caso del párrafo i.° del artículo 15, por usar
armas sin la debida licencia, comunicándolo al Juez Correccional para
que proceda á la exacción de la multa ó á la prisión subsidiaria corres-
podiente, y ordenar además que por la policía local, si el interesado
residiera dentro de una población, ó por la Guardia Rural si estuviere
en despoblado, se proceda á recojer el arma que aquel tuviera, solici-
tando previamente la debida autorización del Juez á quien competa,
para penetrar con ese objeto en el domicilio del infractor.
5.a—Excitar el celo de la Policía Municipal de esa Provincia por
conducto de sus respectivos Alcaldes, en ila más extricta aplicación de
las disposiciones contenidas en los artículos 15 y 16 del mencionado
Reglamento, dentro de la población donde ejerza sus funciones, y si bien
recordándole el deber que tienen de solicitar previamente las autori-
zación del Juez competente, para penetrar en el domicilio de los infrac-
tores, á los efectos de ocupar das armas que tuvieran sin la correspon-
diente licencia.
De usted atentamente.—M. Sobrado, Secretario interino.

LIDIAS DE GALLOS
Data la autorización de las lidias de gallos en esta Isla desde el
año 1855, aunque desde mucho tiempo antes tenían lugar esas riñas.
Por la Orden número 165, del Gobierno Interventor, serie de 1900,
fueron prohibidas, y con tal motivo la Jefatura del Cuerpo de Policía
circuló á las Estaciones del mismo, la siguiente:
356
ORDEN GENERAL N U M . 455

Enero 26 de 1901.

Por la Alcaldía Municipal, con fecha 22 del que cursa, se refiere á


esta Jefatura la comunicación del Gobierno Civil del día 18, que tras-
lada y ¡manda cumplir lo ordenado con fecha 17 por la Secretaría de
Estado y Gobernación, recordando á las Autoridades subalternas el
deber de tomar medidas para impedir las lidias de galos, terminante-
mente prohibidas por la Orden número 165 del año próximo pasado,
fecha 19 de Abril de dicho año y Gaceta Oficial del 22, por cuya dispo-
sición en su inciso 2.0, se declara incurso en multa de $500 á cada uno
de los contraventores de la misma.
En su consecuencia, se recomienda á los señores Capitanes, tanto de
la Policía Municipal como de la Guardia Rural, ejerzan la más extricta
vigilancia para impedir la celebración de las lidias de gallos, dando
cuenta, en su caso, á esta Jefatura, con el nombre y demás generales de
los contraventores de la Orden ante si citada, para que por la Superiori-
dad se les exijan las responsabilidades que la misma expresa, á cuyo
efecto, los señores Capitanes demandarán de sus subalternos, la mayor
eficacia y la más estrecha responsabilidad, si por negligencia ó compli-
cidad se tolerasen aquellos juegos, así como cualquiera otra clase de
los prohibidos por la ley.—R. de Cárdenas, Jefe de Policía.

INSTRUCCIONES PARA SORPRENDER


LIDIAS DE GALLOS
Cuando el juego que se haya de sorprender fuere realizado en esta-
blecimiento ó lugar público, puede penetrarse en él sin necesidad de
mandamiento, y solo deberá obtenerse para tal sorpresa, cuando dicha
lidia tenga efecto en casa particular ú otro edificio de los que no son
públicos.
Al penetrar en el local donde se estuviere realizando la lidia, deberán
tomarse todas las salidas y demás puntos susceptibles á la fuga, al
objeto de evitarla. Conveniente es que la policía que vaya á practicar
la sorpresa, se haga acompañar de dos testigos, ordenando que ningún
espectador se mueva del lugar en el cuál se encuentre, que no se toquen
los gallos que en lidia estén, cuyos animales serán recogidos y en lo
posible asistidos para evitar su muerte, si han sido gravemente heridos.
Acto seguido se redactará el acta respectiva, en la que se hará constar
357
todo cuanto se haya efectuado y presenciadp en el momento de la sor-
presa ; se consignarán las generales de los concurrentes, con especifica-
ción especial las» del dueño ó inquilino de la finca en que el juego tenga
efecto, teniendo la policía preferente atención en si los gallos ó animales
luchadores tenían las espuelas descubiertas ó tapadas con lo que Hernán
espolones ó zapatones, ó con cuchillas ó navajas de acero, siendo muy
necesarios estos detalles, por ocurrir á veces que los jugadores aleguen
la coartada de no estar peleando gallos, sino entretenidos con un tope
de dichos plumíferos. En este caso, si la policía estimare ó se conven-
ciere de que en realidad se trata solo de un tope y no de una lidia de
gallos, procederá á levantar también acta, pues el hecho de toparlos
está previsto y penado en el Artículo i.° de la Orden Militar 217 de
1900,-que prohibe el tratar á los animales impropiamente, dando cuenta
al Juzgado Correccional respectivo de esta omisión, pudiendo dejar
citados á sus infractores, (los que tengan domicilio conocido) sin nece-
sidad de exigirles fianza, toda vez que tal tope solo sería constitutivo
de falta, no olvidando consignar en el atestado, si los gallos (que
deberán ocuparse y expresarse de quienes sean) presentan golpes ó
contusiones consecutivas al trato impropio ó cruel que se les haya dado.
El artículo 5.0 de la precitada Orden 217, castiga con multa de 10
á 500 pesos, ó arresto de uno á'Seis meses, á los lidiadores de gallos ú
otras aves, así como á los que presencien ó cooperen á lidiarlos. De
este artículo se deduce, que su infracción, dadas las penas de referencia,
es constitutiva de delito, y caso de querer gozar aquellos de libertad
provisional, se les exigirá fianza de 100 pesos á cada uno.
Si alguna de las personas sorprendidas lidiando gallos solicitare de
la Policía auxilio para detener á un tercero que, á virtud de la lidia
le hubiese defraudado dinero ú otra prenda ú objeto, deberá prestársele,
procediendo como en los demás» delitos de estafa, ocupando lo que se
dice estafado y levantando acta aparte, de la que se haya redactado á
causa de la lidia, aunque sí relacionada con ésta.
No obstante las diversas disposiciones dictadas para reglamentar,
por decirlo así, las lidias de gallos, por el Gobierno de la antigua colo-
nia, éstas se efectuaban en muchos lugares en días de trabajo, con
grave perjuicio de la moral y de las buenas costumbres, al extremo
que se ordenó que por ningún'motivo se consintieran las riñas ó peleas
más que los días festivos, imponiéndoseles á los contraventores la multa
de 50 pesos.
Prohibido por la Orden número 165, antes citada, tan sangriento
espectáculo, corresponde á los agentes de la Autoridad ejercer la mayor
vigilancia para proceder severamente contra toda infracción que se
cometa en este sentido, puesto que ese juego, desde remotos tiempos,
358
fué causa de la dilapidación de cuantiosas fortunas, dando germen á
la vagancia, al desorden y ruina en las familias.

ANIMALES ABANDONADOS
. ORDEN GENERAL N U M . 448

Diciembre 19 de 1900.

Queda, por la presente, dispuesto lo siguiente:


Todo el ganado vacuno, mular, caballar y lanar ó cualquiera otro
animal que recoja la policía por estar abandonado en la vía pública,
íserá remitido al Corral del Concejo, por el oficial de guardia en la
Estación respectiva, que simultáneamente dará conocimiento á esta
Jefatura, para comunicarlo al Sr. Alcalde Municipal.
El mismo procedimiento se seguirá con los animales, que por la
misma causa presentasen los particulares.
Los señores Capitanes quedan encargados de atender al exacto cum-
plimiento de lo ordenado.—R. de Cárdenas, Jefe de Policía.

LEY SOBRE EXPLOSIVOS


DELITOS COMETIDOS POR MEDIO DE EXPLOSIVOS

Artículo i.8—El que atentare contra las personas ó causare daño en


las cosas, empleando para ello sustancias ó aparatos explosivos, será
castigado:
Primero: Con la pena de cadena perpetua á muerte, si por conse-
cuencia de la explosión resultare alguna persona muerta ó lesionada.
Con la misma pena si se verificase la explosión en edificio público,
lugar habitado ó donde hubiere riesgo para las personas y resultare
daño en las cosas.
Segundo: Con la de cadena temporal en su grado máximo á muerte
si se verificase la explosión en edificio público, lugar habitado ó donde
hubiere riesgo para las personas, aunque no resultare daño en lias cosas.
Tercero: Con la de cadena temporal en los demás casos, si la explo-
sión se verifica.
Art. 2.a—El que colocare sustancias ó aparatos explosivos en cual-
quier sitio público ó de propiedad particular para atentar contra las
359
personas ó causar daño en las cosas, será castigado con la pena de
presidio mayor en su grado medio si la explosión no se verifica.
El que empleare sustancias ó aparatos explosivos para producir alar-
ma, será castigado con la pena de presidio mayor si la explosión se
verifica, y con la de presidio correccional en su grado medio á la de
presidio mayor en su grado mínimo, si la explosión no tuviere lugar.
Las penas del presente artículo serán aplicadas á dos hechos en él
comprendidos, á menos que el resultado de los mismos esté castigado
con otras mayores en el Código Penal.
Art. 3.*—El que tenga, fabrique, facilite ó venda sustancias ó apa-
ratos explosivos, será castigado:
Primero: Con la pena de presidio correccional ó presidio mayor,
cuando destinase ó supiese que se destinan las sustancias ó aparatos
explosivos á la ejecución de alguno de los delitos castigados en esta
Ley.
Segundo: Con la pena de presidio correccional á presidio mayor en
su grado mínimo, cuando existieran motivos racionales para afirmar
que el tenedor, fabricante ó vendedor de sustancias ó aparatos explo-
sivos sospechaba que habrían de ser empleados en la ejecución de lois
referidos delitos.
Tercero: Con la pena de arresto mayor, si hubiere cometido única-
mente la infracción de los reglamentos relativos á la fabricación, te-
nencia y venta de las sustancias ó aparatos expío si vols.
En la aplicación de las penas de este artículo procederán los Tribu-
nales según su prudente arbitrio, dentro de los límites de cada una,
atendiendo á las circunstancias del caso.
Lo dispuesto en el número i.° de este artículo, tendrá lugar cuando
los actos ejecutados por el culpable constituyan además delitos casti-
gados con mayor pena en esta Ley ó en el Código Penal.
Art. 4.0 La conspiración para cometer cualquiera de los delitos
comprendidos en esta Ley, será castigada con la pena inferior en dos
grados á la señalada al delito más grave de los que se tratara de co-
meter.
La proposición encaminada al mismo fin, se castigará con la pena
inferior en tres grados ó la correspondiente al más grave de los delitos
que fuere objeto de la proposición.
Art. 5.0—El que amenazare con causar algún mal de los previstos
en el artículo i.° de esta Ley, aunque la amenaza no sea condicional,
360
será castigado con la pena inferior en dos grados á la señalada en dicho
artículo para el delito respectivo.
Art. 6.°—El que aún sin inducir directamente á otros á ejecutar cual-
quiera de los delitos enumerados en los artículos anteriores, provocase
de palabra, por escrito, por la imprenta, el grabado ú otro medio de
publicaciones, á la perpetración de dichos delitos, incurrirá en la pena
señalada á los autores respectivos, si á la provocación hubiera seguido
la perpetración, y en la inferior en un grado cuando no se realice el
delito.
Art. 7.0—La apología de los delitos ó de los delincuentes! penados
por esta Ley será castigada con presidio correccional.
Art. 8.°—Las asociaciones en que de cualquier forma, se facilite la
comisión de los delitos comprendidos en esta Ley, se refutarán ilícitas
y serán diisueltas, aplicándoles, en cuanto á su suspensión, lo dispuesto
en la Ley de Asociación, sin perjuicio de las penas en que incurrirán
'los individuos de las mismas asociaciones por los delitos que respecti-
vamente hubieren cometido.
Art. 9.0—Corresponde á los Tribunales de Justicia que entiendan en
lals Antillas de los demás delitos previstos en el Código Penal, el cono-
cimiento de las causas que se instruyan, por cualquiera de los delitos y
la responsabilidad á que se refiere esta Ley.
Art. 10.—En la instrucción de dichas causas, los Jueces respectivos
practicarán con urgencia todals las actuaciones, omitiendo las que no
fueren precisas para determinar las circunstancias del delito y la res-
ponsabilidad de los culpables.
Cuando sean varios los procesados, el Juez Instructor podrá acordar
la formación de las piezas separadas que estime convenientes y activar
los procedimientos, á fin de que no se dilate el castigo de los que resulten
con fe so® y con v ic to s.
Los Tribunales superiores corregirán severamente á los responsables
de las dilaciones injustificadas que observen en la instrucción de los
sumarios.
- Art/ 11.—Terminado el sumario por el Juez Instructor lo remitirá á
la Audiencia, con emplazamiento de las partes por término de cinco
días.
Llegados los autos á la Audiencia, ésta, en el término de tercero
día, confirmará el auto de terminación del sumario ó mandará, si lo
estima indispensable, practicar las diligenciáis que, solicitadas jpor las
partes acusadoras, hubiesen sido denegadas por el Juez.
36i
Confirmado el auto de terminación del sumario, se comunicará inme-
diatamente por tres días al Fiscal, y después por igual plazo al acusador
privado si, en caso de haberlo, hubiera comparecido. Uno y otro soli-
citarán por escrito d sobreseimiento, la inhibición ó la apertura del
juicio. En este último caso, formularán las conclusiones provisionales y
articularán las pruebas de que intenten valerse. La Audiencia acordará
el sobreseimiento ó la inhibición en los casos en que la ley impone estas
resoluciones ó decretará la apertura del juicio en los demás.
Si el acusado ó los acusados no nombrasen defensor, se hará la
designación de oficio, en cuyo caso, laís defensas tendrían lugar bajo
una sola dirección sino fuesen incompatibles.
La Audiencia dispondrá que se pongan los autos de manifiesto en la
Secretaría á los distintos defensores para su instrucción en el plazo
que señale, y que no deberá exceder de diez díasi comunes para todos.
Si el defensor ó defensores se excusasen de asistir al juicio por
cualquier causa que el Tribunal no estime debidamente justificada, se
nombrará defensor de oficio.
Art. 12.—Las competencias que se promuevan con ocasión de las
caucas á que se refiere la presente ley, entre Jueces y Tribunales de la
jurisdicción ordinaria, se sustanciarán en las Antillas, con arreglo á
lo dispuesto en el artículo 782 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal
vigente en las Antillas y en Filipinas, conforme á las disposiciones vi-
gentes.
Art. 13.—El término para preparar el recurso de casación por infrac-
ción de ley, será de dos días, contados desde la publicación de la senten-
cia. En el mismo plazo se podrá interponer el recurso por quebranta-
miento de forma, y anunciar el de infracción de ley. Dentro del término
del emplazamiento se formalizará el recurso por infracción de ley, si
se sintiere anunciado ó preparado. Ambos recursos, si se hubieren in-
terpuesto, se sustanciarán conjuntamente en el Tribunal Supremo, y
los autos se pondrán de manifiesto á las partes en los traslados que
procedan. El Tribunal Supremo sustanciará y resolverá estos recursos
con preferencia á los demás, aún cuando sea en el período de vaca-
ciones.
DISPOSICIÓN F I N A L

Se aplicarán las disposiciones establecidas en el Código Penal y en la


Ley de Enjuiciamiento Criminal, tanto generales como oficiales, en todo
lo que no se halle expresamente modificado en la presente Ley. Esta
362

empezará á regir desde la fecha de su publicación en las Gacetas Oficia-


tes de las Islas respectivas. Dado en Palacio á 17 de Octubre de 1895.
—María Cristina.—El Ministro de Ultramar, Tomás Castellanos.
La Ley que antecede fué publicada en la Gaceta die la Habana nú-
mero 108, correspondiente al 3 de Noviembre del mismo año.

DEPARTAMENTO DE POLICÍA DE LA HABANA


JEFATURA

Circular Núm. 489.


Habana, Septiembre 18 de 1908.
R. G.—147041.
Por la Secretaría de la Alcaldía Municipal, con fecha 15 del actual,
se dice á esta Jefatura lo que sigue:
"El Gobierno de la Provincia, con fecha 10 del actual, dirige á esta
Alcaldía Municipal, el escrito siguiente:—''Enterado el Sr. Goberna-
dor, de un suelto titulado GRAVE RUMOR, que aparece en el perió-
dico "La Unión Española', correspondiente al día 10 del actual, que
adjunto se acompaña, y en el que, erróneamente, se consigna que se han
concedido, por este Gobierno, autorización, para la constitución de al-
gunas sociedades que se dedican á la práctica de Brujería; me encarga
dirija á usted la presente, como tengo el honor de verificarlo, llamando
su atención sobre el particular, á fin de que, por la .policía á sus órdenes,
se ejerza la mayor vigilancia, al objeto de evitar se lleven á cabo, en
esta Ciudad, esas prácticas perniciosas é inmorales, al amparo de Socie-
dades ó Asociaciones que han sido constituidas con otros fines".—Lo
que de orden del Sr. Alcalde, traslado á usted para su conocimiento,
recomendándole el ¡mayor celo en este servicio, dando cuenta."
Lo que de orden del Sr. Jefe se transcribe para general conocimiento
y cumplimiento.—Antolín Martínez.—Martín Camban, Segundo Jefe.
JUZGADOS CORRECCIONALES
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JUZGADOS CORRECCIONALES

ORDIVN 213 DE: 25 DE; M A Y O DE: 1900.

El Gobernador General de Cuba, á propuesta del Secretario de Jus-


ticia, ha tenido á bien disponer la publicación de la siguiente orden :
Art. i.°—Por la presente se crean dos Juzgados Correccionales en
la Habana, y uno en los términos Municipales de Matanzas, Cárdenas,
Cienfuegos, Santa Clara, Puerto Príncipe y Santiago de Cuba.

DE LA DENUNCIA

Art. 3.0—El procedimiento ante ¡los Juzgados Correccionales empe-


zará por denuncia y en cada Juzgado habrá siempre impresos formu-
larios de denuncias, redactados del modo siguiente:

ISLA DE; CUBA. TE;RMINO MUNICIPAL DE;

Yo bajo juramento (ó afirmación) declaro que


resido en y que el día de 19 un
individuo cuyo nombre infringió á
sabiendas la Ley, puesto que
Firma
Firmado bajo juramento, ante mí, este (h-a de
I9--
Art 4.u—La denuncia podrá hacerse ante cualquier Juez Correccio-
nal, haciendo constar que un individuo ha amenazado cometer un acto
punible contra la persona ó propiedad de otro. Recibida la denuncia,
el Juez examinará al denunciante, bajo juramento, y á los testigos que
3 66

presentare, consignando por escrito las declaraciones, que hará firmar


por los declarantes.
Si de las mismas aparecen motivos fundados para creer que el de-
nunciado ha amenazado cometer el acto punible de que se trata, el
Juez librará la correspondiente orden de arresto, la. cual será dirigida
á cualquier funcionario de policía, expresando en la misma lo sustancial
de la denuncia, ordenando á dicho funcionario que proceda á la deten-
ción del acusado y lo conduzca á presencia del Juez. Si después de
haberse prestado las declaraciones de todos los interesados, no apare-
ciesen motivos fundados para creer que el acusado ha amenazado co-
meter el acto punible denunciado, el Juez ordenará que se le ponga en
libertad, pero si de dicha audiencia resultaren motivos fundados para
creer que el denunciado ha amenazado cometer tal acto punible, se le
podrá exigir la prestación de una fianza, que no excederá de quinientos
pesos y que presente uno ó más fiadores, á discreción del Juez, obli-
gándose á no perturbar el orden social y especialmente á no molestar
al denunciante. Esta fianza será eficaz durante el término de seis
meses, y en el caso de nueva denuncia se le podrá exigir una nueva
fianza.
Art. 5.0—Después de prestada la fianza, el denunciado será puesto
en libertad. En caso contrario, será reducido á prisión, durante un
período que no excederá de treinta días, y el Juez consignará en el
mandamiento, que se previene al denunciado que prestará fianza, el
importe de la misma, y que no ha sido prestada; más si luego el dete-
nido prestare la fianza requerida, podrá ser puesto en libertad por el
Juez. La fianza será depositada en poder del Juez ante quien se hubiere
presentado la denuncia original.
Art. 6.°—El que en presencia de un Juez Correccional acometiere ó
amenazare agredir á otro, ó tratare de cometer cualquier acto punible
contra la persona ó contra la propiedad de otro ó que perturbare la
marcha de los procedimientos del citado Juzgado, profiriendo palabras
impropias en alta voz, podrá ser requerido por el Juez para que preste
fianza en la manera como arriba se dispone, y si rehusare hacerlo ó no
lo verificare, podrá ser reducido á prisión durante un término que no
excederá de treinta días.
Art. 7.0—Cuando el que haya prestado fianza en la forma prevenida
en los artículos que preceden, sea convicto de cualquier quebranta-
miento del orden social, se considerará responsable la fianza y, previa
orden expedida por el Juez ante el cual se hubieran comprobado los
hechos imputados, se procederá inmediatamente á hacer efectiva dicha
fianza.

DEL MANDAMIENTO DE ARRESTO


Art. 8.°—El mandamiento de arresto se redactará de la manera si-
guiente :
ISLA DE; CUBA. TERMINO MUNICIPAL DE

El Juez de á cualquier funcionario de Policía de la Isla


ele Cuba:
Habiéndose denunciado ante mí, bajo juramento, el día de
de 19. . por. que el acto punible
se ha cometido acusando á del mismo,
se le ordena á usted que, sin dilación alguna, proceda á detener al arriba
mencionado. conduciéndolo á mi presencia, ó
á la de Juez Correccional que esté más próximo ó más accesible al
lugar en que se halle detenido el mencionado.
Fechado en este día de. .'. de 19. .
Art. 9.0—Todo mandamiento de arresto, decretado de conformidad
con lo expuesto, podrá ejecutarse en cualquier punto de la Isla de Cuba,
por cualquier funcionario de policía á quien dicho mandamiento se en-
tregue.
Art. 10.—Cuando el acto denunciado constituya una falta, y el acu-
sado sea detenido fuera del Término Municipal en que se libró el man-
damiento, debe el policía que haga el arresto, si lo pide el detenido,
llevarlo ante el Juez Correccional del Término donde se haya efectuado
el arresto, y este Juez deberá admitir la prestación de fianza, y otorgará
la misma para asegurar la comparencia del acusado ante el Juez que
expidió el mandamiento.

O R D E N N U M . 387 DE 24 DE SEPTIEMBRE DE 1900.

El Gobernador General de Cuba ha tenido á bien disponer la publi-


cación de la siguiente orden:
Con el fin de obtener la uniformidad en la práctica, la fianza que se
exija á los detenidos para su comparencia ante los Juzgados Correccio-
3 68

nales, será de cien pesos para los acusados, y veinticinco para los acu-
sados de faltas, y en ningún caso se admitirán fianzas personales,
excepto con la autorización expresa del Juzgado.
Las fianzas arriba citadas se constituirán en depósito efectivo en
moneda de los Estados Unidos.
El Comandante de Estado Mayor,

/. B. Hickey.

O R D E N 213 DE 1900.

Art. 11.—Al admitir la fianza el Juez hará constar la prestación de la


misma en el mandamiento, entregando éste con el acta de la fianza al
policía encargado del detenido, dicho funcionario entonces pondrá en
libertad al acusado, y sin dilación innecesaria entregará el manda-
miento, haciendo constar en el mismo por medio de nota firmada por
él, que verificó el arresto.
Art. 12.—Cuando el acto denunciado constituye un cielito, el policía
que efectúe el arresto, conducirá al detenido ante "el Juez que libró el
mandamiento de arresto, entregando á la vez á dicho Juez el manda-
miento, haciendo constar en el mismo por medio de nota firmada por el
que verificó el arresto.
Art. 13.—En todos los casos y sin dilaciones innecesarias, el acusado
será conducido á presencia del Juez, y cualquier abogado, legalmente
capacitado para ejercer la profesión en la Isla de Cuba, podrá visitar
al detenido en cualquier tiempo posterior al arresto y á petición del
mismo.

DE LAS DETENCIONES
Art. 14.—Ninguna persona arrestada será sometida á mayor restric-
ción que la absolutamente precisa para efectuar su arresto y quedar
sujeta á la custodia de un policía.
Art. 15.—Un policía podrá efectuar un arresto en cumplimiento del
mandamiento que se libre, ó sin él mismo, en los casos siguientes:
i.°—Cuando se cometa ó intente cometer un acto punible en su pre-
sencia.
2.0—Cuando el detenido haya perpetrado un delito fuera de su pre-
sencia,
3.0—Cuando tenga conocimiento de que, en efecto se haya cometido
369
un delito, y tenga motivos fundados para creer que el acusado es el
delincuente.
Art. 16.—Si el acto que se imputa constituye un .delito, el arresto
podrá hacerse en cualquier día y á cualquiera hora del dia ó de la noche.
Si se tratare de una falta, á no ser en el caso en que se haya cometido
en presencia del policía, no podrá llevarse á cabo el arresto de noche,
siempre que no sea por mandato especial del Juez, que hubiere librado
el mandamiento, consignando aquel dicho mandato especial por medio
de providencia en él mismo mandamiento.
Nota.—Cuartel General de la División de Cuba.—Habana 7 de Julio
de 1900.—El Gobernador General de Cuba á propuesta de la Secretaría
de Justicia, ha tenido á bien disponer la publicación de la siguiente
orden:
Queda por la presente modificado el artículo 16 de la orden número
213, serie de 1900, de este Cuartel General, debiendo leerse del modo
que sigue: "El arresto podrá hacerse en cualquier dia y á cualquiera
hora del día ó de la noche, bien constituya delito ó falta el acto que
se imputa."
Art. 17.—El policía que llevara á cabo una orden de arresto, debe
hacerle saber á la persona á quien va á arrestar, que tiene ese propósito,
el motivo para ello y la autoridad que tiene para verificar dicho arresto.
Nada de esto tendrá lugar cuando el acusado esté cometiendo un delito,
ó intente cometerlo, ó se le esté persiguiendo inmediatamente después
de haberlo cometido ó después de su fuga, siempre que la detención
se efectúe mediante orden de arresto, deberá enseñársela al acusado si
lo pidiere.
Art. 18.—El policía que verificara la detención, ocupará al detenido
cualquiera arma que pueda llevar consigo, y las entregará al Juez, ante
el cual le conducirá. Cuando la detención se efectúe sin mandamiento
de arresto, él detenido será conducido sin demoras innecesarias á pre-
sencia del Juez Correccional más próximo ó más accesible al lugar en
que se verificó la detención y se hará una denuncia ante dicho Juez,
especificando los cargos que se imputan al detenido, excepto cuando la
detención sea por falta, ó sea efectuada de noche, en cuyos casos, un
oficial de policía puede admitir fianza al acusado para asegurar su
comparencia al siguiente dia.
Art. 19. Cualquier Juez Correccional podrá dar órdenes verbales á
un funcionario de policía para que detenga al que esté cometiendo un
acto ó intente cometerlo en presencia de tal Juez.
Art. 20.—Cualquier Juez Correccional podrá, -por medio de provi-
dencia firmada por él, en el mandamiento de arresto, autorizar la tras-
24
37o
misión y ejecución del mismo por telégrafo y enseguida podrá man-
darse por telégrafo una copia de dicho mandamiento á cualquier fun-
cionario de policía de la Isla y toda orden telegráfica así trasmitida
tendrá en las manos de cualquier funcionario de policía, tanta fuerza
como si fuera un mandamiento original librado por el Juez que dicta
la providencia. Todo Juez que ordenare el curso de una copia tele-
gráfica de un mandamiento, lo hará por duplicado para que una de las
copias se quede en la oficina telegráfica, y la otra le sea devuelta por
el Jefe de ésta, firmada y sellada, haciendo constar haberla ya tras-
mitido.

CELEBRACIÓN DE LOS JUICIOS DE FALTAS

Art. 21.—Cuando el acusado en las diligencias preventivas, sea con-


ducido ante el Juez, acusándosele de haber cometido un acto punible,
el Juez le instruirá de los cargos que se le hacen y del derecho que le
asiste para valerse de letrado en todo el curso del procedimiento. Tam-
bién concederá al acusado un término prudencial para proveerse de un
letrado, y con este fin se suspenderá el juicio, ordenando, á petición del
acusado, á un agente de policía que lleve recado al letrado que nombrare
el detenido y que se encuentre á distancia que lo permita, sin que por
esta diligencia se devenguen derechos de ninguna clase.
El precepto consignado en el párrafo anterior, se entenderá sin per-
juicio del derecho que le asiste al acusado para defenderse por sí
mismo.
En los juicios de faltas cualquier persona de buena reputación podrá
ser admitida por el Juzgado para llevar la representación del acusado.
Cuando éste solicite la asistencia de un abogado, el Juez, después que
haya comparecido el letrado ó cuando habiendo esperado durante un
término prudencial no compareciere, procederá á la celebración del
;
juicio. ?d|j-*!:5¡
Art. 22.—Preguntará al acusado si es ó no culpable de la falta que
se le imputa. Si respondiese afirmativamente, el Juez fallará en segui-
da, y si negare ó se abstuviere de contestar, procederá á interrogar á
los testigos, previo juramento ó afirmación de decir verdad, pudiendo
hacerlo también el denunciante y el perjudicado. Terminadas las prue-
bas, el Juez dictará sentencia, condenando ó absolviendo al acusado.
En este último caso, lo pondrá en libertad sin dilación. El juicio se
terminará en una sesión, á no ser que el Juez hallare, á su juicio ó
37i
en las pruebas en descargo del acusado, motivos fundados para sus-
pender el juicio.
Art. 23.—Ninguna suspensión durará más de dos días consecutivos
yno pasará de seis en su totalidad, á no ser con el consentimiento ó
á petición del acusado. Durante dicha suspensión, el Juez admitirá al
acusado la fianza que ofrezca, la cual no será mayor de cien pesos, ó,
en defecto de la misma, ordenará que sea reducido á prisión.

PROCEDIMIENTO EN CASO DE DELITO


Art. 24.—Cuando el acusado lo sea de un delito, el Juez permitirá
que cualquier persona de buena reputación comparezca en representa-
ción del mismo. Si el acusado solicita valerse de abogado, el Juez,
inmediatamente después de la comparencia de aquél ó de haber espe-
rado durante un término prudencial sin que lo verifique, procederá á
la celebración del juicio.
Art. 25.—Cuando se tratare de delitos que no sean de los que
después se mencionarán como de la competencia del Juez Correccional,
procederá el Juez de la manera siguiente:
Preguntará ¡al acusado si se confiesa ó nó culpable del delito que se
le imputa y admitirá las pruebas que se le presenten ;y si considerare
haberse cometido el delito por el cual se procede y que existen motivos
fundados para creer al acusado responsable del mismo, el Juez decre-
tará la prisión del detenido y elevará el procedimiento al Juez de
Instrucción del Distrito en que se hubiere cometido el delito, y dará
parte de ello al Fiscal. Si el Juez estimare que se ha cometido un
delito distinto de aquél por el cual se procede y que hay motivo racio-
nal para creer que ha sido cometido por el acusado, elevará lo actuado
al Juez de Instrucción. Si no constare claramente haberse cometido
un delito ó si estimare el Juez que no existen motivos racionales para
considerar responsable al detenido, también elevará lo actuado al Juez
de Instrucción. A todo acusado contra quien se proceda por el Juz-
gado Correccional, podrá admitírsele fianza por el mismo Juez, para
asegurar su comparencia á juicio, y, en defecto de fianza, dicho Juez
decretará su prisión.
Art. 26.—Cuando se proceda por los delitos que después se especifi-
carán, el acusado se confesará ó nó culpable. En el primer caso, será
condenado inmediatamente; y en el segundo, se procederá á la cele-
bración del juicio.
Nota.—El artículo anterior está modificado en la forma que se
372
indica en la Orden número 84 de 31 de Marzo de 1902. Los artículos
2J al 40, derogados por la Orden citada.

DELITOS SOMETIDOS A LA COMPETENCIA


DE LOS JUECES CORRECCIONALES
Art. 41.—Quedan sometidos á la acción de los Jueces Correccio-
nales, los delincuentes que á continuación se expresan, y sus cómplices,
coautores y encubridores, aún cuando lo sean por imprudencia ó negli-
gencia.
Nota.—Modificado en la forma que se inserta en la Orden 255 de
23 de Diciembre de 1901 y 84 de 31 de Marzo de 1902.
i.°—Los condenados á pena de arresto que quebranten la sentencia
que los hubiere condenado. (Art. 127, Código Penal).
2.0—Los sometidos á la vigilancia de la Autoridad que faltaren á
las reglas que deben observar.
3.0—Los comprendidos en el artículo 233, que queda redactado como
sigue: "Los que con violencia, vías de hecho, amenazas ó tumultos
impidan ó turben dentro de los recintos ó cementerios respectivos el
ejercicio de las ceremonias de un culto cualquiera."
4.0—Los que sin estar comprendidos en el artículo 258 resistieren á
la Autoridad ó á sus agentes ó la desobedecieren gravemente en el
ejercicio de las funciones de su cargo. (Art. 26i).
5.0—Los comprendidos en los artículos 267, 268, 269, 272, 297, 342,
párrafo 2.0, 344, 345, 346, 351, 354, 355, párrafo i.°, 379, párarfo 2.0,
del Código Penal.
18.—Los que causaren lesiones no comprendidas en los artículos
427, 428, 429 y 431, que produzcan al ofendido inutilidad para el tra-
bajo desde ocho hasta treinta días, ó necesidad de asistencia médica
por igual tiempo, y lo preceptuado en el artículo 432.
19.—Los que de cualquier modo ofendieren al pudor ó las buenas
costumbres con hechos de grave escándalo ó trascendencia, no com-
prendidos expresamente en otros artículos del Código. (Art. 457).
20.—Los que expusieren y proclamaren con publicidad y escándalo,
doctrinas contrarias á la moral pública. (Artículo 458).
21.—Los que cometan cualquier abuso deshonesto diferente del es-
tupro y sean de las personas señaladas en los incisos i.°, 2.0 y 3.0 del
artículo 459, mediando iguales circunstancias. (Art. 459, párrafo 4.0)
22.—También tendrán jurisdicción para juzgar y castigar á los auto-
res de toda publicación inmoral ú obscena, y á los que le den publicidad

^
373
á sabiendas, y así mismo para juzgar y castigar á los autores y á los
que le den publicidad á sabiendas de cualquier manifestación falsa,
maligna ó infamante, sea hecha por medio de la imprenta, por escrito
ú oralmente, que tienda á injuriar gravemente la reputación de otra
persona ó su posición social ó su vida profesional ú oficial, siempre
que proceda la correspondiente querella de la parte agraviada ó inju-
riada.
Lo dispuesto en el párrafo anterior, no impide que si la persona
agraviada ó injuriada lo prefiera, puede presentar su querella ante el
Tribunal ordinario, con jurisdicción para conocer del caso. (Art. n i ,
Orden número 152.—Cuartel General déla División de Cuba, 10 de
Abril de 1900).
23.—Los artículos 495, 502, 505, 506, párrafo i.°, 507, 509, 512,
párrafo 2.0, 513, 515 y 516 del Código Penal.
33.—El reo de robo de semillas ó sustancias alimenticias, frutos ó
leña, cuyo valor no excediere de 15 pesos. (Art. 529), y el reo de
robo de los mismos objetos ú otros, que en junto no pasen de 15 pesos
y que lo verifique en la forma determinada en el artículo 531.
34.—El reo de hurto, que no excediere de 50 pesos. (Art. 526 en-
mendado, y el Art. 537 del mencionado Código).
36.—El que defraudase á otro en la sustancia, cantidad ó calidad
de las cosas que le entregare por virtud de un título obligatorio, si la
defraudación no excediere de 50 pesos. (Art. 559, párrafo 3.0)
38.—El que defraudare ó perjudicare á otro usando de cualquier
engaño que no se halle expresado en los artículos 558 y siguientes
hasta el 564.
40—Los comprendidos en los artículos 568, 570 y 571 del repetido
Código Penal.
42.—El que hiciere un daño no comprendido en los artículos 586,
587, 588 y 589, cuyo importe pase de 25 pesos. (Art. 596, párrafo i.°)

CUMPLIMIENTO DE LAS CONDENAS


Art. 42.—Cuando la pena impuesta fuese de arresto, dispondrá el
Juez en el acto la remisión del condenado al establecimiento donde
debe cumplir el arresto.
Art. 43.—Si la pena hubiese sido de multa, dispondrá el Juez sea
requerido el condenado por el Secretario, para que en el acto abone
la suma que importe su condena, y si no lo efectuare dentro de tres
horas, mandará á constituirlo en arresto en la forma que señala el
374
artículo 632 del Código Penal. En cualquier tiempo, después de arres-
tado, podrá el condenado á prisión subsidiaria pagar la multa, liber-
tándose del arresto, debiendo descontársele un peso por cada día que
hubiese estado arrestado.
Art. 44.—En defecto del pago de las multas y de las demás res-
ponsabilidades contraídas á favor de un tercero, quedará el preso
sujeto á una responsabiliad personal subsidiaria, á razón de un dia por
cada peso; pero en ningún caso excederá este período de seis meses,
siempre que se trate de delito, ni de treinta días cuando se trate de
faltas. Cuando con posterioridad á su encarcelamiento debiere el preso
pagar la multa impuesta, se le abonará un peso por cada día que haya
estado encarcelado.

DISPOSICIONES GENERALES
Art. 45.—El acusado podrá, si lo tuviere á bien, declarar en su
propia causa, pero primero se le recomendará decir la verdad.
Art. 46.—No se admitirán testigos de referencia en los Juzgados
Correccionales.
Art. 47.—Siempre que se tratare de faltas, el Juez podrá imponer
condenas que no excedan de treinta días de arresto, con ó sin trabajos,
á discreción suya, ó multas que no sean superiores á treinta pesos.
Nota.—El anterior artículo ha sido modificado en la forma por la
Orden número 311 de 8 de Agosto de 1900.
Art. 48.—Tratándose de delitos de la competencia del Juzgado, el
Juez podrá imponer condenas que no excedan de seis meses de encar-
celamiento, con ó sin trabajos, á discreción suya, ó multas que no
pasen de quinientos pesos; pero en el caso de no pagarse la multa,
impondrá la pena de prisión á razón de un día por cada peso no
pagado, como queda dispuesto en el artículo 44.
Art. 49.—No habrá recursos contra las sentencias del Juzgado;
el Juez impondrá las condenas y las multas por el término que discre-
cionalmente estime procedente.
Art. 50.—El Juez tendrá el derecho de mandar expedir citaciones
y mandamientos de registro, y adoptará todas las medidas necesarias
para llevar á efecto las órdenes del Juzgado.
Art. 51.—Cuando el Juez Correccional estuviere ausente ó enfermo,
será sustituido por el Juez Municipal; en la Habana, dicho Juez Muni-
cipal, será designado por el Presidente de la Audiencia.
375
PRESCRIPCIÓN
Art. 52.—Las acciones correspondientes á los delitos de la compe-
tencia de los Juzgados Correccionales, prescribirán á los dos años.
Las faltas, prescribirán á los dos meses.
No se contará en el cómputo á que se refieren los precedentes párra-
fos, el tiempo durante el acusado no haya residido permanentemente
en la Isla.
En los juicios criminales se considerará que el procedimiento fué
iniciado el día en que se presentó la denuncia ante el Juez Correc-
cional.

DISPOSICIONES FINALES

1.a—Los procedimientos que se iniciasen por los Jueces de Instruc-


ción y Municipales para la averiguación y castigo de los delitos enu-
merados en el artículo 46, de esta Orden; y de las faltas, respectiva-
mente, ó que estuviesen sustanciándose en los lugares donde no se
constituyan Juzgados Corrccionales, se sujetarán á las prescripciones
contenidas en la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
Los procedimientos que estuviesen pendientes de resolución ante
Jueces ó Tribunales relativos ó faltas ó delitos, expresados en el pá-
rrafo anterior, en los lugares donde se establezcan Jueces Correccio-
nales, seguirán sustanciándose y se resolverán conforme á las dispo-
siciones de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
Desde la publicación de la presente Orden, los Jueces y Tribunales
impondrán las penas señaladas por la misma á los responsables de
faltas ó delitos de los mencionados en ella, así como observarán sus
preceptos relativos á la prescripción de los mismos.
2.a En todo lo que no se oponga á esta Orden, se observarán, como
complementarias, las prescripciones del Código Penal y de la Ley
de Enjuiciamiento Criminal, en cuanto sean aplicables. .
3 / Las disposiciones legales vigentes, contrarias á lo dispuesto en
esta Orden, quedan derogadas.

DINERO DECOMISADO O PROCEDENTE


DE EFECTOS
ORDEN NUM. 255 DE 23 DE DICIEMBRE: DE 1901.

Toda cantidad de dinero mandada ó que se mandara decomisar,


376
por virtud de sentencia dictada con arreglo al procedimiento correc-
cional, así como toda cantidad que dentro de la misma jurisdicción
proceda de la venta de los efectos é instrumentos del delito á que se
contrae el art. 61 del Código Penal, tendrán ingreso en las cajas del
Municipio respectivo, figurando en el concepto de fondos procedentes
de multas impuestas por corrección, á fines que dispone la Orden nú-
mero 43 de la serie corriente de este Cuartel General, en tanto que
dichas cantidades no sean aplicables al pago de las responsabilidades
en que el penado haya incurrido, á tenor de lo que se dispone en el
citado artículo 61 del mencionado Código Penal.

DELITOS COMETIDOS EN LA BAHÍA


DE LA HABANA
ORDEN N U M . 333 DE 4 DE SEUTIEMBRE DE 1900.

El Gobernador General de Cuba, á propuesta del Secretario de Jus-


ticia, ha tenido á bien disponer la publicación de la siguiente orden:
i.°—Por la presente, se dá jurisdicción al Juzgado de Primera Ins-
tancia é Instrucción del Distrito Norte, y al Correccional del Primer
Distrito de la Ciudad de la Habana, para perseguir y castigar, en su
caso, los delitos y faltas que se cometan en la Bahía de la Habana.
2.0—Lo que se dispone en la presente Orden, se entenderá sin per-
juicio de lo establecido en contrario por disposiciones especiales vi-
gentes.

CONMUTACIÓN DE PENAS E INDULTOS


ORDEN NUM. 17 DE 16 DE E N E R O DE 1901.

El Gobernador General de Cuba, á propuesta del Secretario de Jus-


ticia, ha tenido á bien disponer la publicación de la siguiente Orden:
i.°—Por la presente, se retirará á los Jueces Correccionales la fa-
cultad que están ejerciendo de conmutar la pena de arresto por la
de multa.
2.0—En su consecuencia, los individuos que están ó en lo adelante
fueren condenados por les Jueces Correccionales, tendrán que ajus-
tarse, cuando pidan indulto, á los mismos trámites y disposiciones vi-
gentes para los demás penados.
377
COMPETENCIA

ORDEN N U M . 38 DE 29 DE ENERO DE 1901.

El Gobernador General de Cuba, á propuesta del Secretario de Jus-


ticia, ha tenido á bien disponer la publicación de la siguiente Orden:
Por la presente, se declara que los Jueces Correccionales respec-
tivos, son los competentes para perseguir y castigar la infracción pre-
vista y penada en el art. 10 de la Orden número 307 de la serie de 1900,
Cuartel General de la Dirección de Cuba.

CUMPLIMIENTO DE CONDENAS
ORDEN N U M . I I DE 8 DE ENERO DE 1902.

El Gobernador General de Cuba, á propuesta del Secretario de Jus-


ticia, ha tenido á bien disponer la publicación de la siguiente Orden:
El artículo i.° de la Orden número 96, serie 1900, del Cuatel Gene-
ral de la Dirección de Cuba, se entenderá redactado como sigue:
Todo sentenciado por Juez ó Tribunal de lo Criminal de esta Isla,
trabajará en beneficio del Estado y podrá ser empleado en trabajos de
utilidad pública, dentro ó fuera del establecimiento donde sufriere con-
dena, por el Jefe del mismo, sino fuere mayor de cincuenta y cinco
años de edad, no estuviere imposibilitado para el trabajo por enfer-
medad ú otro motivo, ó, en lo que respecto á trabajos fuera del esta-
blecimiento, cuando en consideración á su edad ó salud, se hubiere
dispuesto en la sentencia que deba cumplir la pena en trabajos inte-
riores del establecimiento.
Fuera de dichos establecimientos, los sentenciados no podrán ser
destinados á obras ó trabajos de particulares ni á los públicos que se
ejecutaren por empresas ó contratos con cualquier ramo del Gobierno.
Lo preceptuado en esta Orden, es aplicable á los penados por senten-
cias que se dicten á partir de esta fecha.
Quedan derogadas todas las disposiciones que se opongan á lo
preceptuado en esta Orden.
Nota.—El Sacerdote ó Ministro ante quien se hubiere celebrado el
matrimonio religioso en la forma dispuesta en la presente Orden,
cuando no se 'haya contraído anteriormente el matrimonio civil, que
dejare de hacer archivar los certificados y las pruebas, como queda
dispuesto en los artículos 7.0 y 8.° de esta Orden, sera juzgado, y si
378
fuere culpable, se le impondrá una multa de ioo pesos ó arresto de
treinta á noventa días por el Juez correspondiente de su domicilio.

RESPONSABILIDADES CIVILES

O R D E N N U M . 124 DE 30 DE A B R I L DE 1902.

A propuesta de la Secretaría de Justicia:


i.°—Cualquier responsabilidad civil que se imponga en los juicios
correccionales ó de faltas, será exigible, tan solo á instancia de parte,
por los trámites establecidos por la Ley de Enjuiciamiento Civil, para
la ejecución de las sentencias, ante el Juez de Primera Instancia ó
Municipal, que con arreglo á dicha Ley fuera competente.
A ese efecto, los Jueces que impongan dicha responsabilidad civil,
facilitarán á las partes interesadas testimonio de los lugares que fueren
pertinentes.
2.0—Cuando la persona condenada subsidiariamente al pago de in-
demnización civil en los juicios á que se refiere el artículo anterior,
fuere, en opinión del Juez, solvente por pública notoriedad, se suspen-
derá el apremio personal contra el condenado, principalmente al pago
de esta indemnización civil, hasta que se declare la insolvencia de
aquélla por el juez que conociere de esta reclamación, en cuyo caso,
dicho Juez lo comunicará de oficio al Correccional, de Instrucción ó
Municipal respectivo, para que haga efectiva la responsabilidad per-
sonal subsidiaria.
3.0—Se derogan todas las disposiciones anteriores que se opongan
á las contenidas en la presente Orden, la cual empezará á regir en la
Habana, el día de su publicación en la Gaceta de la Habana, y siete
días después en las demás partes de la Isla.

JURISDICCIÓN D E LOS JUZGADOS D E LA HABANA

Llamamos la atención de los funcionarios de policía acerca del


deber en que están de conocer las zonas de los Juzgados de la capital,
con toda exactitud, evitando de este modo perjuicios, equivocaciones
y demoras, especialmente á las que se refieren á los Correccionales, al
dar cuenta de los hechos respectivos. En nuestra larga práctica hemos
observado que ciertos agentes ignoran por completo las demarcaciones
de los expresados Juzgados, y para evitar errores, en beneficio de
aquellos y de las partes, insertamos el siguiente derrotero:
379
JUZGADO DE INSTRUCCIÓN DEL ESTE
CONFINES

Las líneas medias de Prado y Cárdenas ó aceras nones desde el


Mar al eje de la calle de Arsenal; el que sigue hasta entroncar con el
de Factoría, por la que baja al Mar, y siguiendo la orilla de éste
hacia la izquierda, vá á morir á su punto de partida ó sea al Malecón..
Este juzgado tiene jurisdicción sobre los barrios de Regla, Casa
Blanca y la Bahía de la Habana.

JUZGADO DE INSTRUCCIÓN DEL CENTRO


CONFINES

Líneas medias de Prado y Cárdenas ó aceras pares desde el Malecón


al eje de la calle de Arsenal (pares) ; el que sigue hasta entroncar con
el de Factoría (pares), por la que baja al Mar, y siguiendo la orilla de
éste hacia la derecha, buscando la desembocadura del Arroyo del
Matadero, sube por el eje de la Calzada de Cristina, toma la de
Belascoain por su eje ó acera de los nones, cuya, calzada sigue hasta
la costa de San Lázaro, dobla á la derecha y va á fenecer á su punto
de partida ó sea al Malecón.

JUZGADOS DE PRIMERA INSTANCIA, MUNICIPAL


E INSTRCCION DEL OESTE
CONFINES

Parte del cruce de la línea media de Belascoain con la costa de


San Lázaro; sigue por Belascoain al eje de la Calzada de Cristina, la
que dobla hacia la derecha á entroncar el punto medio del Arroyo del
Matadero, por éste baja al Mar, por cuya orilla derecha sigue á la
Ensenada de Atares, fortaleza de ídem, Almacenes de Hacendados,
Ensenada de Guasabacoa, Punta Blanca, margen del rio Martín Pérez,
hasta su encuentro con la Calzada de Guanabacoa; sigue por la línea
media de esta carretera hasta la de Güines, la que continúa hasta su
intercepción con Rio Hondo; avanza por la línea limítrofe ó divisoria
externa de los barrios del Calvario, Arroyo Naranjo, Arroyo Apolo,
38o
Jesús del Monte, Puentes Grandes, Príncipe y Vedado, hasta encontrar
el litoral, y orillando éste hacia la derecha, vá á fenecer á su punto
de partida ó sea Belascoain y San Lázaro.
El Juzgado Municipal del Oeste no ejerce jurisdicción en los barrios
del Calvario, Arroyo Naranjo, Puentes Grandes, Príncipe y Vedado.

JUZGADO DE PRIMERA INSTANCIA Y MUNICIPAL


DEL NORTE
CONFINES

Línea media de O'Reilly ó su acera par, desde Caballería á la de


Zulueta; eje de Zulueta, de O'Reilly al de Neptuno, punto medio de
esta calle á entroncar con el de San Miguel, por el cual se desliza hasta
encontrar la línea media de Belascoain, cuya calzada prosigue hasta
la costa de San Lázaro, la que toma en dirección al punto de partida
ó sea al muelle de Caballería, donde finaliza.

JUZGADOS DE P R I M E R A INSTANCIA
Y MUNICIPALES DEL ESTE Y REGLA
CONFINES

Línea media de O'Reilly ó su acera non, desde Caballería á la de


Zulueta; ejes de Zulueta y San José á entroncar con el de Prado;
por éste siguen las líneas medias de las calles de Cárdenas, Arsenal
y Factoría (nones), y, bajando al Mar, sigue por la izquierda de éste,
dejando dentro al edificio del Arsenal, y vá á morir al Muelle de Ca-
ballería.

JUZGADO DE PRIMERA INSTANCIA Y MUNICIPAL


DEL SUR
Partiendo del cruce de San Miguel y Belascoain, sigue por la pri-
mera de dichas calles (pares) al eje de Neptuno, avanza por éste al
de Zulueta y, dejando al Parque Central dentro, dobla por el eje de
San José hasta Prado y sigue á empatar con la línea media ó acera
38i
par de la de Cárdenas, para bajar por Arsenal y Factoría (pares) al
Mar; continúa por la derecha de éste hasta el Arroyo del Matadero;
sube en contra de su corriente á tomar los ejes de las Calzadas de
Cristina y Belascoain (nones) y muere en el cruce de esta última con
San Miguel.

CORRECCIONAL DEL PRIMER DISTRITO

Este Juzgado ejerce jurisdicción sobre los territorios asignados á


los del Norte y Este, incluso Regla, Casa Blanca y Bahía de la Habana.

CORRECCIONAL D E L SEGUNDO DISTRITO

Este Juzgado comprende las demarcaciones en que ejercen juris-


dicción los del Sur y Oeste, debiendo advertirse que, cuantos hechos
ocurran en el Parque Central, corresponden á este Correccional y al de
Instrucción del Este.

ASISTENCIA MEDICA

CIRCULAR

Habana, Septiembre 15 de 1908.

Al Presidente de la Audiencia de

Señor:
La Junta Central de Beneficencia ha acudido á la Secretaría de Go-
bernación, exponiendo que el director del hospital de Pinar del Río,
se queja de que los Jueces de Instrucción remiten al hospital personas
ligeramente lesionadas, que pudieran ser asistidas en sus propias casas;
y el señor .supervisor de dicha Secretaría, aduciendo que los directores
de los hospitales son responsables de que sólo se admitan en ellos los
casos que propiamente á los mismos correspondan, se ha dirigido á
este departamento, interesando que sobre el particular se den instruc-
ciones á los Jueces.
Son dignas de toda atención las indicaciones anteriores, pues los
fines benéficos de aquella clase de establecimientos, sólo deben ser obte-
nidos por los que necesariamente los merezcan, sin que por esto se
entienda que debe descuidarse la curación de los que no deban estar
3 82

propiamente en un hospital, pues su asistencia puede encomendarse al


médico municipal, bajo la inmediata inspección del forense, y recibir
las medicinas en los lugares en que, á los pobre, las facilitan los Ayun-
tamientos.
Puede ocurrir el caso de que un lesionado leve, por carecer de fami-
liares, ó por otros motivos, desee permanecer en un hospital; pero, en
tal caso, deberá abonar las pensiones correspondientes.
En tal concepto, espero que se sirva prevenir á los Jueces del terri-
torio de esa Audiencia, que el envío de los lesionados á los hospitales,
deberá limitarse á los casos en que indispensablemente necesitan la
asistencia en los mismo», y que, en los demás casos, dispongan lo con-
veniente para que sean atendidos, en sus domicilios, los lesionados, por
los médicos respectivos.
De usted atentamente,
(/) Manuel Landa, Jefe interino del Departamento de Justicia.
#4####4^###«^*^*««*^*##**

A LA PRENSA PERIODICA

La expresión de agradecimiento del autor por las frases con que


siempre le ha distinguido en las informaciones de hechos en que, como
funcionario, ha tenido participación, alentándolo y estimulándolo.
Gracias por las deferencias que inmerecidamente le han concedido
los periódicos de la Habana y otros lugares del interior.
R A F A E L R O C H E Y MONTEAGÜDO
Inspector Especial de Policía del Gobierno de la Provincia de la H a b a n a ,
SERVICIOS PRESTADOS

POR

RAFAEL ROCHE


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DEPARTAMENTO DE POLICÍA DE LA H M D DE EA HABANA


SERVICIOS PRESTADOS POR RAFAEL ROCHE

El prólogo de esta obra es una acabada fotografía del funcionario


de quien vamos á ocuparnos, reseñando los servicios prestados durante
su permanencia pasada y presente como agente de seguridad, sagaz,
de procedimientos intuitivos, propios, de inteligencia policiaca y certe-
ros éxitos en la persecución de criminales, habiendo adquirido por su
constante labor, la merecida reputación que goza en todas las esferas
gubernamentales y ante la judicatura, á la que ha ayudado ostensible-
mente en el descubrimiento de hechos delictuosos.
RAFAEL ROCHE Y MONTEAGUDO, nació en la Villa de Santa Clara el
7 de Mayo de 1871, perteneciendo sus padres á una familia bien cono-
cida y apreciada en aquella localidad. Después de adquirir en su infan-
cia los conocimientos elementales de la enseñanza, se dedicó á las duras
faenas agrícolas, regando con el sudor de su frente la tierra que rotu-
raba, y sembrando la fecundante simiente.
* En los primeros albores de su adolescencia, siguiendo sus naturales
impulsos de moverse en más dilatada esfera de acción, pasó á la cabe-
cera, Santa Clara, donde ingresó en el Cuerpo de Policía, siendo Al-
calde el Sr. Juan Manuel Martínez, dándose á conocer por su actividad
en el cumplimiento del deber impuesto y aptitudes por los diversos ser-
vicios que prestara, como igualmente, cuando desempeñó igual puesto
el Sr. Tbribio González Iriarte, continuando después, durante la admi-
nistración de aquel municipio, /por'el distinguido facultativo y presti-
gioso hombre público, Dr. Rafael Tristá, hasta la terminación de su
cargo.
Durante la memorable época en que desempeñó el Gobierno Civil
de la Provincia de Santa Clara el Sr. Ledo. Marcos García y Castro,
3 88

hoy digno Juez Correccional del Segundo Distrito de la Habana, estuvo


Roche como policía especial á sus inmediatas órdenes, prestando su co-
operación bajo la enérgica dirección de tan prestigiosa Autoridad, en la
persecución del bandolerismo en las Villas, confiando le importantes co-
misiones.
Establecido el nuevo régimen se trasladó á la Habana, y aquí principió
el doloroso via cruxis de Roche, sin destino, sin ocupación ni elementos
con que atender á la subsistencia de la amante esposa y tierno hijo ; pero
su bien templada alma se hizo superior á las emergencias del destino,
y entonces se dedicó á los más rudos trabajos corporales, poniendo á
prueba su resistencia y sus hercúleas fuerzas, sin flaquear en lo físico
ni en lo moral, soportando resignado, las tristes vicisitudes con que e1
infortunio le rodeaba, sin que desapareciera en él la esperanza de
mejores días.
Por fin logró, tras muchos afanes, ingresar en el Cuerpo de Policía
Municipal, como Vigilante, con el número 422, á las órdenes del en-
tonces Jefe Sr. General Rafael de Cárdenas.
Mientras permaneció en el citado Cuerpo, á diario se significó por
su honroso á la par que humanitario comportamiento, cuya relación
de servicios sería demasiado extensa, limitándonos solo á consignar
los más culminantes.
DETENCIÓN de Rafael Cañizares Betancourt, circulado por el Juz-
gado de Instrucción del Oeste, en causa por estafa. Este individuo,
la noche anterior á su captura, había arrancado el buzón de la Socie-
dad "La Caridad", situado en Monserrate núm. 1, apoderándose de
su contenido.
SORPRESA y detención en el Parque de Colón, de Antonio V. Tunas,
Bartolomé Bonet Bazan, Aurelio Cuyas Ruiz y Miguel Hernández
Rodríguez, por estar timando á varios incautos con el juego de las
tres cartas.
En comisión especial que le confiara el Sr. General Rafael de Cár-
denas, Jefe de Policía, por haber tenido confidencias Roche de que
en la casa Corrales núm. 44 había dado á luz una señora un varón,
el que fué extrangulado después por una mujer que la asistía, hacién-
dose desaparecer el cadáver. Practicado un registro nada logró en-
contrarse, sino á D. a V. que se hallaba en cama, negándose á mani-
festar donde estaba el feto.
Roche, al ver salir de la casa á una mujer, que resultó ser hermana
de la D. a A., la siguió vestido de paisano, y dos horas después, volvió,
informando al Juez de guardia, que se había introducido en una casa
3«9
de la calle de Cádiz, domicilio de C. M. Ya entrada la noche, vio que
la D.a Antonia, que así se nombraba la citada hermana, se bajaba de
un coche á la puerta de la casa de la calle de los Corrales, llevando
un bulto bajo de- la capa negra que vestía, haciendo después entrega
de un feto en completo estado de putrefacción.
El juez de guardia Sr. Rodríguez Ecay, asistido del Escribano señor
O'Reilly, procedió á la iniciación del correspondiente sumario.
DETENCIÓN de Andrés Hernández Canella (a) El Pintor por haber
asaltado al menor Adriano Miranda, en la Alameda de Paula, acom-
pañado de dos más, y después de darle una bofetada le quitaron varias
piezas de ropa. El Pintor es de pésimos antecedentes y bien nutrida
hoja penal.
DETENIDOS varios individuos que á deshoras de la noche se encontra-
ban vagando por la Alameda de Paula, entre los que se encontraba
Pedro Cruz Chaviano, circulado por el Juzgado de Guanes en causa
por lesiones.
El Sr. Juez Landa solicitó que el vigilante Roche practicase las dili-
gencias, investigación y captura de Manuel Solis Sardina, requisito-
riado en causa número 290, que se le seguía por el delito de robo, cuya
detención efectuó.
CAPTURA de Manuel Fernández Martínez, que en unión de otro cono-
cido por El Artillero, hurtaron cien pesos billetes americanos á Mr. Ja-
mes Jallippi, que se había quedado dormido en uno de los bancos de la
Alameda de Paula.
APREHENSIÓN (del pardo Nicoilás de Cárdenas, como autor de la pu-
ñalada inferida á Severino Faez, en el café "La República", situado en
el Mercado de Tacón.
En una habitación alta de la casa calle de los Oficios número 78,
esquina á Luz, residía Sebastián Ceballos Sánchez, el cual tenía un
depósito de voladores, viviendo en el mismo cuarto su abuelo señor
Pedro Ceballos y una señora nombrada María Antonia Guerra.
Dispuesto Sebastián á llevar dichos voladores á un puesto de la Man-
zana de Gómez para su venta, tomó un paquete que puso en la puerta
de su habitación. Cuando iba á hacer lo mismo con otros, una bomba
de esas que explotan al chocar con un cuerpo duro, se le escapó de las
manos, haciendo explosión y produciendo la de otras, prendiendo fuego
á las puertas y á un tabique de madera.
Roche, que pasaba cerca del lugar, por encontrarse de posta, corrió
presuroso, penetrando en el edificio, logrando salvar con inauditos es-
fuerzos y gran riesgo, por un balcón, á la señora Guerra, al joven
39o
Ceballos y á su abuelo, casi asfixiados por el humo, los que fueron con-
ducidos á la Casa de Socorro.
Mientras tanto Roche, ¡auxiliado por varios vecinos, consiguieron
extinguir el incendio, sufriendo la casa desperfectos.de alguna consi-
deración por la trepidación producida.
Este servicio de Rafael Roche, qué no tenemos inconveniente en
calificar de heroico, exponiendo su vida en aras de sus humanitarios
sentimientos, su serenidad ante inminente peligro y su pasmoso valor
y sangre fría, dan la medida de sus excepcionales condiciones.
El peblo que atónito contemplaba aquel espectáculo, rindió sinceras
alabanzas al policía valiente y denodado.
DETENCIÓN de Lázaro Fernández y Fernández, (a) El Sapo, por
hurto en la vidriera de una locería de un reloj nikelado y una muñeca
de loza.
El Sapo ha estado preso varias veces por diferentes causas.
Con motivo del hurto de una caja de vino, cometido en la casa de J.
M. Parejo, vecino de Baratillo número 6. Este señor ignoraba el robo
hasta que fué avisado por Roche, notando que le faltaban seis. Una de
ellas fué vendida en Tallapiedra por dos pesos oro americano.
Resultaron autores un tal Muñoz y otro conocido por El Reglano,
que se encontraban detenidos en "el Vivac por otro hurto. Para abrir la
caja pidieron prestado un corta-hierro en la bodega de Antonio, situada
en el citado Tallapiedra.
El dinero lo dividieron en el patio del antiguo hospital militar.
DETENIDOS Manuel Barroso Almeyda, Pedro Rodríguez Valdés, (a)
El Reglano, y Francisco Peñalver, por hurto, en diversos lugares, ha-
biendo Roche detenido al Re glano 5 veces por robo.
DETENIDO Tomás Menéndez, por maltrato de obra á Manuel Gon-
zález.
SORPRESA de tres festividades de brujos en las calles de los Angeles,
Sol número 86 y Tenerife 37.
Recomendada á Roche por el Sr. Valdés Fauly, Juez de Instrucción
del Este, la captura de los autores del escandaloso asalto y robo con
escalamiento, que tuvo lugar en da casa calle de Acosta número 38,
domicilio del Sr. Belén José Valdés, de 86 años de edad, y de su esposa
la señora María López, dogró detener á uno de los perpetradores junto
á la cerca de la estación de Villanueva, por el costado de Prado, que
resultó ser Pedro Berzagué (a) Sarnoso, que fué reconocido por la
señora López como el que agarró a su esposo por el cuello, y así
39i
mismo por un vecino que lo vio correr por los tejados en la madrugada
del hecho.
Disfrazado Roche de carbonero, se dirigió á Zanja, esquina á Ge-
neral Casas, encontrando allí al compañero del Sarnoso, Luis Mazorca
y Mazorra (a) Mazorrita, el que al intimidarle se diera preso hizo re-
sistencia, la que fué inútil ante la fuerza del vigilante, que le asió por
el cuello.
Mazorrita fué reconocido por los esposos Valdés y por varios veci-
nos. Eisi de pésimos antecedentes, habiendo sufrido muchas condenas.
DETENCIÓN de Pablo Rodríguez, reclamado por el Juzgado del Pe-
rico, en causa por estafa, cuya aprehensión verificó en la fonda "La
Dominica."
CAPTURA en el barrio de Jesús del Monte de Pedro González Donís,
por el asesinato perpetrado en Cárdenas en 1893, del billetero conocido
por "Pajarito."
Por los méritos que contrajo Roche en el incendio ocurrido en el
almacén de víveres "La Viña", el Ayuntamiento de la Habana, en
sesión celebrada en 3 de Agosto de 1903, acordó fuese recompensado
con el premio extraordinario de 125 pesos oro americano.
DETENCIÓN en el barrio del Pilar, del circulado, blanco, Santiago
Peraza Valdés ó Santiago Pedroso Valdés (a) El Artillero, que en
unión de tres más, asaltó y robó á mano armada al ciudadano ameri-
cano Mr. Hames, en el año de 1902, una crecida suma en billetes.
Este servicio fué de gran importancia, ejecutado con sagacidad y
riesgo.
APREHENSIÓN de Marcelino Aguiar y Hernández (a) Fariseo, uno
de los autores! del robo efectuado á Mr. James Gillelpi, consistente en
importante suma de dinero. La detención fué hecha en el callejón de
Hamel, en el barrio de San Lázaro. El Fariseo es un afamado cami-
nador, nombre que se da entre la gente de mal vivir á los que andan
por las calles atisbando la manera de cometer algún hecho criminoso.
Ha sido procesado por varias causas. Es abridor de puertas y ladrón
consuetudinario.
DETENCIÓN de José González Aguirre, por hurto doméstico de una
sortija con brillantes á la señorita Fuentes, cuya prenda vendió á
Antonio Cambrino Suárez, el que á su vez la enagenó por doce pesos
á un taquillera de la Empresa Vieja de Vapores de Regla, la que fué
ocupada en poder de éste, que procedió de buena fé .
El González Aguirre, en unión de Enrique Oramas Díaz (a) Gam-
bao asaltaron también, á mano armada á un americano, robándole
392

el reloj, el cual vendieron en tres pesos y medio al dependiente de la


bodega situada en la calle de San Pedro número 6, cuya prenda fué
ocupada y detenido O ramas.
Estos servicios fueron especialmente recomendados á Roche por
órdenes 'terminantes, el que combinó sagaz procedimiento, logrando
el objeto y cumpliendo exactamente el cometido que se le confiara.
A P R E H E N S I Ó N de Ignacio Esquive! ( a ) Signar aya, como autor del
hurto conocido con el nombre de pesca de monedas ó bolita de jabón.
DETENIDO por maltrato de obra, T o m á s Menéndez.
Al tratar de detener á un individou conocido por Marmitón, en el
café situado en Rayo y General Casas, por haber asaltado á una seño-
rita en la calle de Perseverancia, al llegar Roche á ese l u g a r mostran-
do (su chapa de vigilante fué agredido con las manos por varios negros
que allí se encontraban, sujetándole tres de ellos mientras se escapaba
Marmitón, teniendo que hacer cuatro dispares al aire, siendo detenidos
A r t u r o Batista Cárdenas y Julián Paz Llagueras. El primero resultó
ileso y el segundo con lesiones menos, graves. Roche fué reconocido,
presentando^ desgarraduras en la piel, en la nariz y cuello.
D E T E N C I Ó N de J u a n Mosquera, por estafa al Sr. Dr. Céspedes Cof-

CAPTURA de Daniel Sandoval ( a ) Brillante, que se encontraba cir-


culado por lesiones á Ce ferino Casanova, por el Juzgado de Instrucción
del Centro, como igualmente requisitoria do por el mismo, desde el
año 1901, en causa por estafa.
D E T E N C I Ó N de Manuel Borroto Armengol, por robo importante de
ropas en el Taller de Lavado situado en Sol 21.
DETENCIÓN en Coimposítela 118, del blanco Pedro Pérez Hombre,
en los momentos en que bajaba la escalera de la azotea, encontrándose
en camiseta, descalzo y sin sombrero. Este individuo, en unión de
otro que fué detenido en la m a d r u g a d a del día anterior, trataron de
robar en la casa de-comercio del Sr. P e d r o Gómez Mena.
SORPRESA al fondo de los terrenos del Club "Almendares" de varios
asiáticos que jugaban al prohibido. L¿os jugadores hicieron gran resis-
tencia, resultando^ lesionado Roche en el brazo derecho, de un golpe
asestado con una guataca.
D E T E N C I Ó N de José Fernández ( a ) Fruta-Bomba, en momentos en
que efectuaba el hurto de un quintal de tasajo, en la calle de Cuba, •
frente al Banco Nacional. Fernández es de malos antecedentes por
haber sufrido varias prisiones.
D E T E N C I Ó N de Manuel Blanco Rueda ( a ) Moñito Envelé, autor del
393
hurto de cien centenes al asiático José Alvarez. Este venía de Vuelta
Abajo, y al tomar un coche en el paradero de Cristina, lo siguió Moñito
Envelé y dos compañeros más, éstos amenazaron al asiático y Blanco
Rueda le hurtó una maleta que contenía ropas y el dinero expresado.
Los compañeros de Moñito están cumpliendo condena en presidio,
y él estaba requisitoriado por esa causa y además por el Juzgado Co-
rreccional del Segundo Distrito, por lesiones.
Roche fué felicitado á causa del servicio prestado, por el Juez señor
Landa y por el General Cárdenas, Jefe de Policía.
OCUPACIÓN de once paquetes conteniendo billetes de la Lotería de
Madrid, en el Expreso situado en Oficios 78, dirigidos á distintas po-
blaciones de la Isla.
E n la tarde del 16 de julio de 1904, solicitó el Sr. Ldo. Manuel
Landa, Juez de Instrucción del Oeste, del Sr. Jefe de Policía, se pu-
siera Roche á sus órdenes. El citado Juez le comisionó para investigar
y detener al autor del asesinato de la niña Celia Ochoa, ocurrido en el
Vedado en las primeras horas de la mañana de aquel día.
Roche desplegó sin tregua ni descanso toda su actividad, inteligencia
y pericia policiaca, logrando detener en la calzada de la Infanta á
Sebastián Fernández ó Alberto Sarda ( a ) Tintan ( a ) Lucumí, al
que se le formó causa, cuya sustanciación se detalla extensamente en
este libro.
P o r acuerdo unánime del Ayuntamiento de la Habana, se dispuso
premiar á Rafael Roche con la suma de 200 pesos oro americano, por
la captura de Sebastián Fernández ( a ) Tintan.
El acto, que revistió solemnidad, se llevó á cabo en la Sala Capitular
el 16 de Enero de 1905, ante todos los Concejales, presidido por el
señor Alcalde M u n i c i p a l Dr. Juan Ramón O'Farrill, que pronunció
elocuente discurso encomiando el servicio prestado por Roche, á quien
conceptuó como el verdadero tipo de policía modelo, auxiliar de la
administración de Justicia y fiel guardador del orden público y de la
seguridad personal.
Concurrieron los señores Jefe de Policía, oficiales, clases é individuos
del Cuerpo, francos de servicio, así como numerosos particulares.
E n el vapor "Montevideo"-, llegó á este puerto el 21 de Enero de
1903, procedente de España, el ex-teniente de movilizados, D. Félix
Salazar y Font, natural de Santiago de Cuba, acompañado de doña
D V. A., natural de España, de 22 años de edad, modista y que en la
Mista de pasajeros figuraba con el nombre de Gertrudis Velasco, y de
otra mujer llamada R. J., que en el vapor se hacía llamar Mercedes.

.
.
394
Salazar hizo creer al gobierno español que la D. era ¿su criada, y la
R. su esposa, pagándole el Estado el pasaje á todos en primera clase.
Durante la travesía, insultaba Salazar á doña D., amenazándola con
una navaja sevillana, y un día al intentar herirla, ella al evitar el golpe,
se hirió con la misma.
Al llegar á este puerto, D. determinó separarse de Salazar, yendo
á hospedarse al hotel "El Universal".
Salazar, probablemente por vengarse de ella, la acusó del hurto de
500 pesetas en billetes del Banco de España, siendo conducida ante el
Juez de guardia, el que la dejó en libertad por faltarle pruebas.
En el Juzgado, Salazar confesó que era casado, y la D, declaró
serlo también en España, y que vivía en concubinato con aquél.
Roche averiguó que la Rosa Jiménez había coimetido un asesinato
en Albacete, ¡por lo que procedió á su detención.
La acusada confesó que hacía unos 19 años dio muerte de un tiro á
una mujer de avanzada edad, á la que llamaban La Capaora, por lo
que fué condenada, no recordando á qué pena, y la que extinguió en
la Cárcel de Alcalá de Henares. .
El señor Ldo. Ecay, Juez de guardia, remitió al vivac á R. J.
hasta que por el consulado de España se investigase si estaba ó nó
sujeta á causa.
Salazar, por lo narrado, cometió los delitos de bigamia, fraude al
gobierno español, nombres supuestos, amenazas y lesiones.
DETENCIÓN, por la comisión de varios robos, de José López Pérez
(a) El Carnicero, y de José León Castillo'(a) El Fosforito, ambos
de pésimos antecedentes, ocupándoseles llaves y lia vines limados.
DETENIDOS Leocadio Radillo (a) Bemba de rosa, Eduardo Rodrí-
guez Godoy y á Carlos Fernández (a) Gorila^por perseguirlos á la voz
de ataja Francisco Lucas Blanco, al que le hurtaron de un carretón un
encerado.
El vigilante Roche ocupó dicho encerado en el pescante del coche que
conducía Fernández, en cuyo' vehículo iban los otros dos detenidos.
DETENCIÓN de José Suárez Guardias, José Isabel Díaz y Alejandro
Díaz, por sospechas de que fueran los autores de un robo de 450 pesos
efectuado en el café "La Victoria", situado en la calle de la. Muralla,
manifestando el encargado del misimo* que al sentir ruido á las cinco
de la mañana, se hizo un registro, notándose la falta del indicado dinero,
sospechando^ que los autores del robo fueran tres individuos que habían
estado trabajando en la casa como albañiles.
Roche ocupó en una claraboya un pantalón, entregando dicho en-
395
cargado una trincha y un rollo de sellos, que fueron encontrados junto
á una carpeta. El pantalón pertenecía á Suárez Guardias, siendo los
tres detenido, de malos antecedentes.
En momentos que en el Mercado de Tacón pretendía vender un saco
de alpaca, de dudosa procedencia, Liborio Duany Estable ó Pedro
Rodríguez, fué detenido por Roche, el que tenía noticias de que había
robado láminas de cobre por valor de cuarenta pesos oro en la ferre-
tería de "Luz".
Este servicio se verificó antes que el dueño del establecimiento hu-
biera tenido conocimiento del hurto.
A los servicios anteriores, hay que agregar ciento sesenta, prestados
por Rafael Roche mientras permaneció en el Cuerpo de Policía Muni-
cipal, consistentes en detenciones por reyertas, sospresas de rifas, comi-
siones especiales de vigilancia, incendios, imposición de multa por in-
fracciones, conduciones á las casas de socorro y otros que constan en
la Jefatura del expresado Cuerpo, mereciendo siempre la más alta
consideración por parte de sus superiores.

GOBIERNO PROVINCIAL DE LA HABANA


CUERPO DE POLICÍA E S P E C I A L

SERVICIOS PRESTADOS POR RAFAEL ROCHE

Según acuerdo de 28 de Agosto de 1905, fué nombrado Roche,


Agente especiall de la Policía del Gobierno de la Provincia de la
Habana, á las. órdenes del prestigioso General Sr. Emilio Nuñez,
cuyas condiciones como gobernante son bien conocidas, el que le dis-
tinguió siempre con su confianza, comisionándole para el desempeño
de delicados asuntos.
La apología del autor de esta obra se encuentra consignada en los
brillantes antecedentes que de él existen en la respectiva oficina, por
lo tanto, solo escogitaremos, entre muchos, algunos de los servicios
que ha prestado.
396

D E T E N C I Ó N de Vicente Julia, circulado por el Juzgado del Oeste


desde el 4 ele Septiembre de 1895, por reyerta con J u a n Torres Cusco
y lesiones mutuas. La reyerta objeto de la causa, ocurrida en la calzada
de Zapata, fué un hecho de renombre criminal.
INVESTIGACIÓN sobre venta clandestina de medicinas en San Rafael
núm. 101, cuyos medicamentos fueron oepados.
D E T E N C I Ó N de Osear Padrón, por h u r t o en una tienda de ropas.
A P R E H E N S I Ó N de E d u a r d o Cruz Hernández ( a ) Gallinita, circulado
por el Juzgado del Centro, en causa número 631, por homicidio', desde
el 6 de Diciembre de 1902.
Cruz Hernández estaba acusado de haber dado muerte á Eusebio
Vega, que hacía vida marital con una hermana de aquél, nombrada
Eusebia Hernández. E n la mañana del 29 de Octubre de 1902, Vega
tuvo un disgusto con su concubina y la pegó varias bofetadas. Eusebia
refirió el suceso á su hermano, y éste, lleno de cólera, fué al taller de
maderas de D. Ladislao Díaz, en la calzada de Vives, donde trabajaba
Vega como carretonero, y salieron juntos á la calle, donde sin duda
riñeron, pues Vega fué encontrado por un vigilante, -muy mal herido
en la esquina de Misión y Florida, el que lo condujo á la Casa de
Socorro de la segunda demarcación, donde falleció, no sin antes mani-
festar que su agresor había sido su cuñado. Contra el acusado se siguió
causa en el referido Juzgado, la que se suspendió en su curso por re-
beldía.
Muchas fueron las gestiones practicadas por Roche durante largo
tiempo para la captura de este individuo, recorriendo varias poblaciones
donde creía se ocultaba, siendo de advertir que usaba varios nombres,
tales como los de Pedro Cruz Hernández, E d u a r d o Valdés Hernández,
E d u a r d o Cruz Hernández y José Cruz Hernández. P o r fin, el 10 de
E n e r o de 1907, logró aprehenderlo en los precisos momentos en que
se sentaba á la mesa para comer.
Tiene mayor importancia este servicio, si se toma en consideración
que Roche se encontraba convaleciendo de una enfermedad, sino grave,
molesta, y que aquel día había abandonado el lecho, demostrando una
vez más sus energías policiacas. >
D E T E N C I Ó N por orden del Sr. Juez Correccional del Segundo Dis-
trito, del blanco Andrés Cabelleira.
D E T E N C I Ó N de Enrique Perera y Zayas Bazan ( a ) El Herrerito,
circulado en causa por robo desde el 21 de Diciembre de 1904.
A P R E H E N S I Ó N del negro Sueumbento Mendiola, circulado por el Juz-
gado de Jaruco desde 1902.
397
DETENCIÓN de Vicente Julia y Castillo, circulado en causa por lesio-
nes graves.
DETENCIÓN de Manuel Rivas Bien, requisitoriado por rapto.
^ CAPTURA del negro Pedro Alcántara Reinoso ( a ) Cocina bueno,
circulado por homicidio.
SERVICIOS en los muelles por divergencias entre los estivadores.
DETENCIÓN del pardo Romualdo Pérez, por riña.
Al Sr. Gobernador de la Provincia, por medio de carta, se le hizo la
denuncia de que á las dos de la tarde del 13 de Febrero de 1906, tendría
lugar en la villa de Guanabacoa, calle de Santa Ana núm. 18, domicilio
de la hechicera africana María Julia ó Ña Julia, un sacrificio, en el que
sería víctima una niña de dos años, con objeto de extraer sangre de
blanco para curar enfermos.
Designado Roche por dicha Autoridad, pasó al lugar citado, donde,
después de practicado un registro, fueron ocupados muchos objetos de
los usados en la brujería. Mientras tenía efecto esta diligencia, siendo
las dos menos cuarto de la tarde, hacía su presentación en la casa,
una señora, acompañada de una niña de la referida edad, que era la
misma que debía ser inmolada.
Las acertadas medidas tomadas por el Sr. Gobernador y la pericia
y precisión con que Roche cumplimentó sus órdenes, evitaron la consu-
mación de un sangriento é inicuo crimen.
'Nú Julia, la señora de referencia, y una mujer parda que allí se
encontraba, cliente de la primera, fueron puestas á disposición del Juez
respectivo.
SERVICIO en comisión al Wajay, con motivo del secuestro del menor
Martín Pimentel.
DETENCIÓN de varios individuos que se hallaban en reyerta.
SUSPENSIÓN de una reunión en Revillagigedo número 83 por reali-
zarse en ella actos; contrarios á las buenas costumbres.
REGISTRO en la misma casa, Revillagigedo 83, ocupando objetos ro-
bados.
A P R E H E N S I Ó N del blanco Manuel Martínez Victoria ( a ) Berruguitq,
por encontrarse circulado por robo en causa número 83 de 1900.
INFORMES facilitados por Roche al Juzgado de Instrucción del Oeste,
referentes al crimen conocido por La Maleta, á cuyo efecto fué comi-
sionado, habiendo llenado cumplidamente su cometido.
A P R E H E N S I Ó N del pardo Adriano Moreno Pérez, circulado en causa
que se siguió en el extinguido Juzgado de Guadalupe por abusos des-
I
398

honestos desde el año de 1887, y condenado en rebeldía á seis años de


prisión.
DETENCIÓN de Julián Alvarez Montero (a) Juan Mosca, por robo de
prendas y ropas, reconocidas como de su propiedad por el señor Franc-
cisco Domenech.
Los antedentes penales de Alvarez Montero, dedicado al robo des-
de su infancia son: En 5 de Octubre de 1874, fué preso por la misma
causa y sentenciado á cuatro años de presidio, cumpliendo el 17 de
Mayo de 1878, por rebaja que se le hizo. Transcurrido sollo un mes y
días ó séase el 24 de Junio, volvió á ser aprehendido por hurto, con-
denándosele á ocho meses de presidio, que cumplió en i.° de Junio de
1879. En 29 de Agosto siguiente, fué detenido por portar un puñal,
sufriendo treinta días de prisión/formándosele después expediente, en
cuya tramitación se descubrió, que en unión de dos individuos más,
había cometido un asalto y robo en Guanabacoa, del que fué víctima
un sacerdote, al que despojaron de un reloj y espejuelos! de oro, vendi-
dos por Mosca á D. Vicente Rundin y D. Ramón Cabrera, ocupándose
las prendas robadas. Las diligencias sumarias de este hecho se trami-
taron en el extinguido Juzgado de Monserrate, siendo condenado y
deportado á Isla de Pinos, á extinguir la pena.
Este desgraciado, que cuenta más de sesenta años de edad, fué sen-
tenciado á cuatro años de presidio, y cuyos antecedentes se consignan,
siendo de advertir que era desconocido de la policía, circunstancia por
la que tal vez hubiera quedado impune, á no haber sido por la táctica
y sagacidad de Roche, habiéndole felicitado la prensa periódica por
este difícil 'Servicio.
SOLICITUD del Sr. Juez de Instrucción del Oeste, al Sr. Gobernador
de la Provincia, interesando, comisionar á Roche para que investigue
quienes fueron los autores del crimen perpetrado en la calle de Atocha,
en el Cerro.
DETENCIÓN del negro Osear Peñalver, por el asesinato del asiático
Ají, portero de la Legación del Imperio Chino.
INFORME sobre dicho asesinato, en lo que se refiere á los negros Li-
borio Rodríguez Escobar y Desiderio Hernández (a) Galleta.
Por el indicado suceso, recibió Roche del señor Ministro del citado
Imperio, honrosa y encomiástica comunicación ¡por sus trabajos é inves-
tigación para descubrir los (perpetradores del crimen.
DETENCIÓN de Manuel Varona, por robo, habiendo sido sentenciado
á ciento ochenta días de prisión.
INFORME sobre venta de explosivos en una ferretería del Vedado.
399
^ SERVICIO en el pueblo de L a Salud, con motivo de exigencia de
dinero á un vecino.
INFORME exponiendo que, con motivo de la festividad de Año Nuevo,
en J a madrugada de ese día, sostuvieron campal batalla los juegos
ñañigos Muñanga y Betongó, el primero perteneciente al barrio de
Pueblo Nuevo, y el segundo al de los Barracones, ocurriendo el hecho
en Zanja y Chavez, y más después otro encuentro en Salud y Santiago,
• resultando herido el negro nombrado Basilio, Jefe de los Muñangas.
Ampliando el anterior informe, manifiesta que en la tarde del i.° de
E n e r o de 1908, recorrían las calles de Florida y Alambique una com- f
pacta clave, en cuyo centro figuraba un individuo con el traje de
Diablito, y otros portando atributos del ñañiguismo, agregando que
ambos juegos se preparaban para sostener ruda pelea el día de Reyes.
De ambas comunicaciones se le dio traslado al Sr. Juez de Instruc-
ción del Oeste, él que á su vez lo hizo á la Secretaría de Gobernación.
INFORME al Sr. Juez de Instrucción del Oeste, exponiéndole: que
la herida que sufrió el i.° de Enero en la rodilla derecha José de los
Reyes Acosta, en San Rafael y Marqués González, no le fué inferida,
como dijo, por unos individuos en riña, sino en reyerta que sostuvieron
los juegos Muñanga y Betongó, agregando que resultaron otros lesio-
nados que no se presentaron en la Casa de Socorro, como así mismo
que hicieron práctica de rewolvers, con motivo de la despedida del
año," disparando al blanco.
SORPRESA el 19 de Febrero de 1908, de una festividad de brujos, que
tenía lugar en la residencia de Micaela Vargas, calle de la Fundición
núm. 13, poniendo á la disposición del Sr. Juez Correccional diez per-
sonas de las allí congregadas, y ocupándole objetos pertenecientes á
la hechicería.
DETENCIÓN del negro Aurelio Ortiz Beque, que era perseguido á la
voz de ataja, por haber robado á José González, una caja de-baratijas
más el importe de la venta, cuyo hecho ocurrió en Habana y Luz.
A consecuencia de los trabajos que sin descanso efectuaba Roche
para lograr la captura de los que á diario cometían robos en los alma-
cenes de Villanueva y Ciénaga, detuvo en la noche del 21 de Febrero,
al moreno Rafael Sánchez ( a ) Quimbo, en los momentos en que pre-
tendía vender en la bodega situada en Alambique y Diaria, una caja
de tabaco andullo, marcada con las letras P . O., procedente de dichos
almacenes, y destinada al pueblo de San Nicolás.
DETENCIÓN en las primeras horas de la mañana del 24 de Marzo, del
negro Rufino Domínguez ( a ) Rapizú, prominente miembro de la Aso-
4oo

ciación ñañiga, el cual se encontraba reclamado por el Juzgado de


Instrucción del Centro, en causa que se le seguía por homicidio, lesiones
y disparo de arma de fuego, con relevación de fianza.
Rapizú es de pésimos antecedentes, con profusa hoja penal, tildado
como connotado guapo é incorregible después de las muchas prisiones
que lleva sufridas, acusándosele como coactor é inductor de la reyerta
que tuvo lugar la noche del 8 de Marzo en la calle de San Nicolás
entre las de Corrales y Gloria, entre las comparsas "El Yumurí", del
barrio del Pilar, y "Los Congos Libres", de Pueblo Nuevo, de cuya
coalición resultó un individuo muerto y varios heridos.
Este servicio prestado por Roche, dadas las circunstancias que me-
diaron por la resistencia que opuso Rapizú para su captura, es un lauro
más que agregar á los muchos que tiene merecidos.
DETENCIÓN de Eugenio González y González, por hurto de dos doce-
nas de escupideras, que le fueron ocupadas en la estación de Villa -
nueva.
En 8 de Julio del propio año, fué comisionado por encargo especial
de Mr. Foltz, Gobernador interino de la Provincia de la Habana, para
que se constituyera en el Término de San José de las Lajas, á fin de
investigar lo que ocurría entre los partidos, políticos antagónicos.
Roche emitió luminoso, verídico é imparcial informe, que fué tomado
en consideración por dicha Autoridad, aprobando el cometido de su
redacción, justificándose sus manifetasciones destituidas de todo' apa-
sionamiento.
Muchos son, como hemos dicho, los trabajos policiacos de Rafael
Roche, consistentes en sorpresas», aprehensiones, investigaciones im-
portantes y delicadas comisiones, que suman 250 servicios, sin contar
los consignados, bastando para formar su brillante apología como
insustituible funcionario de seguridad pública.

LDO. ANTONIO RODRÍGUEZ BATISTA.


CERTIFICADOS Y ATESTADOS
*^4i4*##^^#f#»H'4''fr*Hk

LDO. H E C T O R DE SAAVEDRA, SECRETARIO DE ¿ A SECCIÓN PRIMERA DE LA

SALA DE LO CRIMINAL DE ESTA AUDIENCIA.

CERTIFICO: que examinada la causa número 4 del año de


1902, procedente del Juzgado del Centro contra Nicolás Cár-
denas y Herrera, instruida por el delito de lesiones, como
consta en el acta de fojas 38, de la misma, aparece que el
vigilante num. 422, Rafael Roche, lo detuvo como autor del
delito mencionado; así mismo certifico que también aparece
de la causa número 734 del año 1902 y del Juezgado del
Este, que dicho vigilante. detuvo al pardo Luis Mazorra,
como autor del delito de robo con violencia en la persona de
José Belén Valdés, constando así misino que el repetido vigi-
lante detuvo también á Pedro Berzaga, como autor del refe-
rido delito, y que dichos procesados se encuentran presos
para cumplir la condena que les han sido impuestas.

Y para entregar al Policía núm. 422, Rafael Roche y Monteagudo,


á los efectos que lo tiene solicitado y en cumplimiento de lo mandado,
expido la presente certificación en la Habana á 28 de Enero de 1903.—
Hector de Saavedra.
404

DEPARTAMENTO DE POLICÍA DE LA CIUDAD

DE LA HABANA.—JEFATURA
Habana, Agosto 29.de 1903.
Sr. Rafael Roche.
Vigilante núm. 422 de la 5.a Estación.
La Alcaldía Municipal, en escrito de fecha 26 del que cursa, dice á
esta Jefatura, lo que sigue:
"Sr. Jefe de Policía.—El Ayuntamiento de esta Ciudad, en sesión
permanente de 3 del actual, "acordó se dirija á Vd. la presente comu-
nicación, ^manifestándole la satisfacción con que la Corporación Muni-
nicipal ha visto la conducta observada por los individuos del Cuerpo,
en el incendio ocurrido en el Almacén "La Viña", significando muy
particularmente á los sargentos señores Ovando y César González,
y á los vigilantes Nicolás Roig, Bernardo Jordá, Julio Constantin,
José Ricardo y Rafael Roche, por los excelentes servicios prestados
por los mismos en el incendio de que se trata.—Y en cumplimiento
de lo acordado, y de orden del Sr. Alcalde, lo comunico á Vd. para
su conocimiento y el de los interesados.—De Vd. atentamente.—Fir-
mado : A de la Torre, Secretario de la Alcaldía."
Lo que tengo el gusto de transcribir á'Vd. para su conocimiento y
satisfacción.
De Vd. atentamente, P. O., Ugarte, Capitán Secretario.

LDO. MANUEL LANDA Y GONZALEZ, JUEZ DE INSTRUCCIÓN DEL DISTRITO

DEL OESTE.

CERTIFICO : que el vigilante de Policía Rafael Roche Mon-


teagudo, ha prestado á este Juzgado á mi cargó, dos servi-
cios : primeramente capturó al procesado rebelde Manuel
Blanco Rueda, que se encontraba reclamado en la causa nú-
emro 732, de 1903, por hurto; y después, comisionado por
el que suscribe, capturó al procesado Manuel Solis Sardinas,
que estaba reclamado en causa número 290, de 1904, por
robo.
Y á petición del referido Rafael Roche, le expido la presente, para
4o5
que lo haga constar donde le convenga, siéndome grato consignar que
dicho funcionario ha revelado en todos aquellos casos en que ha inter-
venido, á virtud de orden emanada del Juzgado á cargo del que sus-
cribe, condiciones que le hacen acreedor al concepto y prestigio que
deben concurrir en un buen policía.—Habana, Junio veinte y tres de
mil novecientos cuatro.—Manuel Landa.

LDO. ARTURO BENITEZ LÁMAR, JUEZ DE INSTRUCCIÓN DEL JUZGADO DEL


CENTRO DE ESTA CIUDAD.

CERTIFICO : que el vigilante de Policía Municipal, Rafael


Roche y Monteagudo, ha demostrado siempre el mayor celo
y actividad en todos aquellos servicios en que ha tenido que
intervenir relacionados con las causas criminales que han
cursado en el Juzgado de mi cargo, existiendo algunas de
ellas que figuran con servicios de carácter especial.
Y á petición del interesado, el expresado Rafael Roche y Mon-
teagudo, y á los usos que le convengan, le expido la presente. Habana,
Junio treinta de mil novecientos cuatro.—Arturo Benitez.

GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE LA HABANA

NEGOCIADO DE ORDEN PUBLICO

Marzo 9 de 1908.
Sr. Jefe de Agentes Especiales:
El señor Administrador de los Ferrocarriles Unidos, en escrito fecha
5 del que cursa, dice al Sr. Gobernador lo que sigue:
"Desde hace algún tiempo esta Administración tenía sospechas de
"que las repetidas faltas de mercancías que acusaban los jefes de esta-

1
4°6
"clones, en los carros que le iban consignadas, se debían á extracciones,
"sin que fuera posible averiguar como ocurrían éstas. El Inspector de
"Policía de ese Gobierno, Sr. Rafael Roche, ha podido averiguar, que en
"Villanueva y Ciénaga existía un plan para llevar á cabo esas sustrae-
aciones, sorprendiendo á los autores de uno hace pocas noches, hacién-
"doles detener. Al poner lo que antecede en conocimiento de Vd., me
"permito indicarle que esta Compañía vería con gusto, que por ese
"Gobierno se autorizase al mencionado Inspector, para que se ocupe
"especialmente de continuar estas investigaciones, en las que obtendría,
"sin duda' el mejor éxito, dados los antecedentes que ya tiene, respecto
"á personas y localidad."
Lo que de orden del Sr. Gobernador tengo el gusto de trasladar á Vd.
á fin de que se dé comisión al Sr. Roche, para que continúe las investi-
gaciones que se mencionan.
De Vd. atentamente, Emilio Presas, Secretario del Gobierno.

GENERAL EMILIO NuñEz Y RODRÍGUEZ, GOBERNADOR PROVINCIAL DE


LA HABANA.

CERTIFICO : que el señor Rafael Roche y Monteagudo,


Agente de la Policía Especial de este Gobierno, desde su
ingreso en el Cuerpo, en veinte y ocho de Agosto de mil
novecientos cinco, ha venido prestando con inteligencia, acti-
vidad y celo, cuantos servicios se le han encomendado, dis-
tinguiéndose en la captura de malhechores y auxiliando con
sus trabajos y gestiones á la administración de justicia en el
esclarecimiento de crímenes de importancia, habiendo obser-
vado intachable conducta, mereciendo de sus inmediatos
jefes el mejor concepto.

Y para satisfacción del interesado y á los fines que le convengan,


expido la presente en la Habana á 18 de Marzo de 1908.—Firmado:
Emilio Núnez.
407

LDO. MARCOS GARCIA Y CASTRO, J U E Z CORRECCIONAL DEL SEGUNDO

D I S T R I T O DE LA H A B A N A .

"CERTIFICO: que el Sr. Rafael Roche, durante el tiempo


que desempeñé el cargo de Gobernador de la Provincia de
Sarita Clara, estuvo á mis inmediatas órdenes como funcio-
nario Especial de Policía, prestando su valiosa cooperación
a la persecución y extinción del bandolerismo, y en cuantos
servicios se le confiaron, siéndole sumo grato al que suscribe
consignar q u e : en la tarde de un día festivo del a ñ o de
1897, celebrándose un desafío entre dos clubs de pelota, con
gran concurrencia, especialmene de señoras, trató D. E n r i -
que Picón de asesinarlo, disparándole un tiro de rewolver,
cuya arma fué desviada por el Sr. Lico Roman, Alcalde
Municipal entonces de Seibabo, y arrestado con gran riesgo
para Roche el autor del criminal conato, siendo designado
este funcionario para ejercer la más asidua vigilancia entre
un grupo perteneciente al partido "Unión Constitucional", y
en q u e figuraban S. Alvarez, don Toribio Coliomores,
un individuo apellidado Sánchez, dueño de una Albeitería
en Santa Clara, y otros muchos, que pretendían poner en
acción la coacción contra la colectividad "Autonomista",
dirigida por el referido Picón, persistiendo en sus delictuo-
sos propósitos de darle muerte al que firma; y merced al
citado funcionario, se evitaron desmanes y desórdenes, por
lo que se hizo acreedor á la.mayor confianza y al justo en-
comio de todas las autoridades, prestando siempre y con-
fiándole los más importantes servicios, los que desempeñó
con probidad, inteligencia é idoneidad; igualmente CER-
TIFICO: que como Juez Correccional del Segundo Distrito
de esta Capital, he podido reconocer en el Sr. Rafael Roche,
excepcionales condiciones p a r a el desempeño de su destino
\ e n cuantos casos ha tenido que intervenir como Inspector de

Policía Especial del Gobierno de esta Provincia.

Y para satisfacción del interesado, y á los fines que le c o n v e n g a a


haciendo valer sus servicios y aptitudes expido el presente en la Haba-
na á veinte de Marzo de mil novecientos ocho.—Marcos García.
4o8

LEGACIÓN IMPERIAL DE CHINA EN LA HABANA

Habana, Mayo 12 de 1908.

Señor:

Me es muy grato manifestarle á Vd., para que pueda hacerlo constar


donde y cuando le convenga, que en esta Legación se aprecian en todo
su valor los trabajos' practicados por Vd., con inteligencia y perseve-
rancia notables, con motivo del asesinato del portero de la misma,
ocurrido en la noche del día 13 de Noviembre del año próximo pasado,
cuya meritoria labor debe llenarle de satisfacción ante el convenci-
miento de haber cumplido con exceso su deber, ratificando el justo
concepto que goza, teniendo la plena seguridad de que en esta Legación
se aprecian sus trabajos, en este caso, en todo lo que valen.
Atentamente de Vd., Luyng-Yen, Representante Plenipotenciario'.—
Sr. Rafael Roche, Inspector de la Policía Especial del Gobierno de
la Provincia de la Habana.

LDO. MARTIN AROSTEGUI DEL CASTILLO, JUEZ DE INSTRUCCIÓN DEL

ESTE.

CERTIFICO : que el Inspector del Gobierno Provincial de


esta Capital, Sr. Rafael Roche y Monteagudo, ha desempe-
ñado con acierto, inteligenica y honradez, cuantos servicios
le han sido encomendados por este Juzgado, con actividad y
éxito.

Y para que pueda hacerlo constar donde le convenga, le expido el


presente en la Habana á veinte de Julio de mil novecientos1 ocho.—
Martín Arostegui.
4-09
LDO. PLACIDO P E R E Z P Ó U S S I N , J U E Z ACCIDENTAL DE INSTRUCCIÓN DEL

E S T E DE ESTA CAPITAL.

CERTIFICO: que el señor Rafael Roche y Monteagudo,


Inspector de la Policía Especial de la provincia de la H a -
bana, durante el tiempo que el que suscribe desempeñó los
cargos de Juez Municipal, de Instrucción y Correccional del
Primer Distrito de esta Ciudad, demostró celo, inteligencia
y honradez en el desempeño de su referido cargo, mere-
ciendo, por lo tanto, la calificación de buen funcionario,
activo y necesario á la Administración de Justicia.

Y para que haga valer la presente donde más le convenga á sus inte-
reses, expido ésta en la Habana á quince de Agosto de mil novecientos
ocho.—Plácido Pérez Poussin.

JUZGADO DE INSTRUCCIÓN DEL DISTRITO OESTE

HABANA

LDO. F E L I P E D I A Z A L U M , J U E Z DE INSTRUCCIÓN DEL D I S T R I T O O E S T E

DE ESTA CAPITAL.

CERTIFICO: que el señor Rafael Roche y Monteagudo,


Inspector Especial del Gobierno de la Provincia, durante el
tiempo que el que suscribe desempeñó los cargos de Juez
Municipal, de Primera Instancia y de Instrucción de esta
Ciudad y Correccional del Primer Distrito de esta Capital,
demostró celo, inteligencia y honradez en el desempeño de
su referido cargo, mereciendo, por tanto, la calificación de
ser funcionario útil y necesario á la Administración de J u s -
ticia.

Y para que lo haga valer donde tenga por conveniente, le expido


el presente en la Habana á veinte y uno de Septiembre de mil nove-
cientos ocho.—Felipe Díaz.
410

LDO. M A N U E L RODRIGUEZ M I Y E R E S , J U E Z DE I N S T R U C C I Ó N DEL D I S -

TRITO DEL C E N T R O , E N F U N C I O N E S DE MAGISTRADO I N T E R I N O DE LA

A U D I E N C I A DE LA H A B A N A .

CERTIFICO: que el señor Rafael Roche y Monteagudo,


ex-agente de la Policía Especial del Gobierno Provincial,
ha demostrado inteligencia, actividad y honradez, en las
investigaciones practicadas en causas de importancia de di-
cho Juzgado, en que ha intervenido por razón de su cargo.

Y á su petición, le expido la presente en la H a b a n a á veinte y siete


de Agosto de mil novecientos ocho.—Manuel R. Miyeres.
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inSTDICE
PAGINA

DEDICATORIA. . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
PROLOGO . 9

Los ÑAñiGos.
Su origen y progresos 14
Personal oficial ñañigo 16
Lenguaje—Vocabulario. 17
Alocuciones, sentencias, refranes y frases sueltas. . . . 22
Encames (discursos) 2y
. Tatuage. 29
Los Carabalíes Brícamos. 30
Ceremonial ñañigo 31
El ñañiguismo y sus crímenes 38
El ñañiguismo ante el Gobernador Civil Rodríguez Batista. 43
Reacción ñañiga 5o
Deportaciones ñañigas 52
El ñañiguismo en acción 54
Relación de los juegos de ñañigos existentes. . . . . 56
L A BRUJERÍA.
*
Proemio • • 62
Fetichismo africano 65
DOMINGO BOCOURT.
I0
El crimen de la niña Zoila °
I
LOS ABRIDORES DE PUERTAS 5^
HURTOS DE COMBINACIÓN 168
412

Los TIMOS. PAGINA


El Embuchado. 175
El timo de las Letras de Cambio 176
El Cambiazo 177
El Globo, el Burro y la Limosna.. 178
El Entierro 179
La Guitarra 180
El Pescado ó Dosillo y el Timo de las colocaciones. . . 181
PROXELETES.
Guayabitos. 186
TIN-TAN. (Asesinato de la niña Celia Ochoa).
Dos palabras. . . 192
Auto y diligencias 193
Informe pericial 199
Rueda y careo 201
Partes y reconocimientos. 202
Peritos zapateros y sastres. 204
Informes 205
Informe médico 206
Diligencia de recorrido. 207
Escrito 208
Declaraciones, careo, prueba pericial 209
Peritos médicos 210
Careo, ruedas, declaraciones. . 211
El Laboratorio Nacional 214
Antecedentes. • . . . . . . . . . 218
Auto del Juez Instructor 220
Notificación 228
A la Cárcel 229
En la Audiencia. . 230
HOMENAJE.
A los señores Jueces de Instrucción y Correccionales del
Distrito de la Habana 235
POLICÍA JUDICIAL. %

Abandono de niños 284


Aborto 274
Abusos contraía honestidad 270
Acusación y falsa denuncia. . . . . . . . . . . 257
Adulterio 276
Alteración en el precio de las cosas . . 290
Allanamiento de morada 285
Amenazas y coacción 285
413
PAGINA

Anticipación, prolongación y abandono de funciones públicas. 270


Asesinato. 272
Atentado ( 247
Bazares y rifas. . . 267
Calumnia .278
Casas de Préstamo sobre prendas 290
Cohecho. ; 271
Daño 295
Defraudación 288
Dementes. . . . 308
Dementes sin domicilio. . 312
Derechos individuales 303
Desacato 248
Desafío ó duelo 249
Delitos y faltas 243
Delitos de imprenta electorales.—Responsabilidad criminal. 245
Delitos que son de la competencia de los Juzgados de Ins-
trucción y Correccionales. 247
Descubrimiento y revelación de secretos. 286
Desobediencia y denegación de auxilio. . . . . . . 269
Desórdenes públicos 249
Detención arbitraria 283
Detención ilegal. 280
Disparo de armas de fuego. . . . . . . . . • . . 273
Escándalo público 277
Estafa 289
Estupro y corrupción de menores. 277
Expendición de Efectos Postales. . 308
Faltas contra los intereses generales 298
ídem contra las personas 301
ídem contra la propiedad. 302
ídem contra el orden público. . . . . . . . . . 269
Falsificación de documentos públicos 255
ídem de idem privados. 256
ídem de sellos y marcas 255
ídem de 'moneda 255
Fianzas 3°7
Fraudes y exacciones ilegales 272
Homicidio 273
Hurto 287
Imprudencia temeraria 296
Incendios y otros estragos 291
Incomunicación 3°8
Infanticidio . . . . . . . . . 274
Infidelidad. 269
2
Injuria 79
\

4i4

PAGINA
Introducción de Billetes de Lotería 267
Juegos y rifas prohibidos 259
Ley de Orden Público 250
ídem del Perjurio . 256
•Lesiones 275
Malversación de caudales públicos 271
Menores delincuentes 313
Matrimonios ilegales 282
Negociaciones prohibidas á los empleados públicos . . . 272
Paco Piu 265
Parricidio 272
Prevaricación 268
Rapto . . . . . . . . . 278
Rifa Chiffá . 260
Robo 286
Salud Pública. 258
Suposición de partos y usurpación de Estado Civil. . . . 279
Sustracción de menores. . 284
Tabla demostrativa de la duración de las penas. * . .215
Título I de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. . . . 239
Uso indebido de nombres, trajes, insignias y condecoraciones. 258
Usurpación 288
Usurpación de funciones, calidad y título. . . . . . 257
Usurpación de atribuciones y nombramientos' ilegales . . 270
Violación de secretos 269
PROCEDIMIENTOS . . . . . . 319

JUZGADOS CORRECCIONALES . . . . '. 365


A LA PRENSA PERIÓDICA . . . . . . 383

SERVICIOS PRESTADOS POR RAFAEL ROCHE. . . . . . . . 385


Certificados y atestados. 4oi
4 *|[ñ<*|!jía(!^^^

FE DE ERRATAS

PAG. LINEA DICE LEASE

17 27 •muejr mujer
33 I Sensebo.' Senseribó
35 23 pertesece pertenece
45 28 tercíemelo terciopelo
45 37 Moconog Mocongo
48 21 Carabalí. . . . . . . Carabalí
57 i.» Proemio Proemio
99 18 lesaparezca desaparezca
107 23 lectarlo. . lactario
108 8 milo millo
116 33 conenido * . convenido
123 16 del. . el
150 20 Tbares Tabares
201 3 Hernández Fernández
204 25 cuaento cuanto
231 20 Expica. Etsplica
262 35 7 muerto y 8 caracol . . . 7 caracol y 8 muerto
270 17 Alcalde Alcaide
282 8 abención de c o r t e í a .... atenciones de cortesía

NOTA.—En la figura marcada con el numeró 24 de los signos, firmas


rúbricas ñañigas, donde dice mosongo, léase mocongo.

'• I

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