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Desarme

Guía
básica
Tercera edición
por Melissa Gillis

Prologado por
Michael Douglas
Mensajero de la Paz
de las Naciones Unidas

Publicación de las Naciones Unidas


12-40272 — Septiembre de 2013
Desarme
Guía básica
por
Melissa Gillis

Tercera edición

Prologado por
Michael Douglas
Mensajero de la Paz de las Naciones Unidas

Naciones Unidas • Nueva York, 2013


Nota

LA OFICINA DE ASUNTOS DE DESARME DE LAS NACIONES UNIDAS ha publicado la


Guía básica de conformidad con los objetivos del Programa de las Naciones Unidas
de Información sobre Desarme. El mandato del Programa consiste en informar,
educar y hacer comprender al público la importancia de las medidas multilaterales
en la esfera de la limitación de armamentos y el desarme, y la importancia del
apoyo a esas medidas. Para más información, diríjase a:
Subdivisión de Información y Actividades de Extensión
Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas
Naciones Unidas
Nueva York, NY 10017
Teléfono: 1+(212) 963-30-22
Correo electrónico: unoda-web@un.org
Sitio web: www.un.org/disarmament

LA PRIMERA EDICIÓN de la Guía fue redactada originalmente por Bhaskar Menon


y publicada en 2001 en colaboración con el Comité de Organizaciones No Guber-
namentales sobre el Desarme, la Paz y la Seguridad. La segunda edición fue re-
dactada y editada por Melissa Gillis, jefa de redacción de Disarmament Times, y
publicada en 2009. La Sra. Gillis editó esta tercera edición y actualizó el texto en
la medida necesaria. Todas las referencias deben entenderse actualizadas hasta el
año 2011. Aunque dirigida al público en general, la Guía también puede ser útil al
educador o instructor en temas de desarme.

LA PORTADA se basa en el cartel de las Naciones Unidas titulado “Las Naciones


Unidas por un mundo mejor”, creado por Ricardo Ernesto Jaime de Freitas.

LAS OPINIONES expresadas son las de la autora y editora y no reflejan necesaria-


mente las de las Naciones Unidas.

EL MATERIAL contenido en la Guía puede reproducirse sin autorización, siempre


que se indiquen el nombre de la autora y editora y el de las Naciones Unidas.

Desde 1972, el COMITÉ DE ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES SOBRE EL


DESARME, LA PAZ Y LA SEGURIDAD ha prestado servicios a grupos de ciudadanos
interesados en las actividades de las Naciones Unidas en el ámbito de la paz y el
desarme. Entre otras labores, el Comité organiza conferencias, sirve de centro de
intercambio de información, publica un periódico (Disarmament Times) y se des-
empeña como órgano de enlace entre la comunidad de desarme y las Naciones
Unidas. Para más información, véase http://disarm.igc.org.

LAS SIGNATURAS DE LOS DOCUMENTOS DE LAS NACIONES UNIDAS se componen


de letras mayúsculas y cifras. Estos documentos se pueden consultar en los idio-
mas oficiales de las Naciones Unidas en http://ods.un.org. Los documentos especí-
ficos relacionados con el desarme también se pueden examinar en la colección de
consulta sobre el desarme en http://disarmament.un.org/library.nsf.

LA GUÍA puede consultarse en línea en http://www.un.org/disarmament/Home-


Page/ ODAPublications/AdhocPublications.
Índice

Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .   iv

  1.  ¿Por qué el desarme reviste tanta importancia? .   1

  2.  Los gastos militares mundiales . . . . . . . . . . . . . . . . 11

  3.  Las armas nucleares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

  4.  El Tratado sobre la No Proliferación de las Armas


Nucleares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

  5.  Las armas químicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

  6.  Las armas biológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47

  7.  Los misiles y la defensa contra misiles . . . . . . . . . . 53

  8.  Las armas convencionales y el comercio de armas 61

  9.  Las armas pequeñas y las armas ligeras . . . . . . . . . 71

10.  Las minas terrestres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81

11.  Las municiones en racimo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87

12.  Los niños y los conflictos armados . . . . . . . . . . . . . 91

13.  La mujer y la paz y la seguridad . . . . . . . . . . . . . . . . 97

14.  Las Naciones Unidas y la labor de desarme . . . . . . 105

15.  Mantenerse informado y participar . . . . . . . . . . . . 113

Apéndice.  Tratados de control de armamentos


y desarme e instrumentos conexos . . . . . . . . . . . . . 121
iii
Prólogo
EN MI CALIDAD DE MENSAJERO DE LA PAZ DE LAS NACIONES UNIDAS
creo que el desarme es una gran causa en pro de toda la humani-
dad. Es mi pasión.

Dos veces en el siglo XX, la acumulación masiva de armas ofensi-


vas culminó en dos guerras mundiales; cuando la última guerra
llegó a su fin, el mundo fue testigo del arma más destructiva ja-
más concebida por el hombre: la bomba atómica.

El desarrollo de la bomba atómica llevó a una carrera de arma-


mentos nucleares, que culminó en que los Estados Unidos y la
Unión Soviética tuvieran conjuntamente en su poder un total de
alrededor de 70.000 armas nucleares durante el apogeo de la
guerra fría, una cifra abrumadora que tenía el potencial de ani-
quilar la vida de nuestro frágil planeta.

Las bombas atómicas no fueron las únicas armas de destrucción


en masa. El hombre inventó también las armas químicas y biológi-
cas, y el mundo fue testigo de su uso. Las armas químicas fueron
un pilar de la primera guerra mundial, cuando el cloro gaseoso y
el gas mostaza asfixiaron la vida de jóvenes soldados que pere-
cieron en agonía en las trincheras de los frentes de combate en
toda Europa.

Algunas historias de las armas biológicas se remontan a la anti-


güedad o a la Edad Media, cuando los guerreros usaban catapul-
tas para arrojar los cadáveres de las víctimas de la peste sobre
los muros de los ejércitos sitiados. En el siglo XX, los científicos
estaban inventando agentes biológicos y desarrollando misiles
que podían transportar grandes dosis letales de carbunco e inclu-
so viruela hasta las antípodas. Una vez esparcidos, sería imposible
controlar estos tóxicos biológicos, cuyas víctimas serían ciudada-
nos comunes y corrientes, madres, padres y niños, que nunca se
alistaron para la guerra.
iv
Por temibles que sean las armas de destrucción en masa, la mayo-
ría de las guerras se libran con armas convencionales, que no son
únicamente armas grandes, como tanques y cañones de guerra,
sino también armas pequeñas, tales como ametralladoras, fusi-
les de asalto y armas cortas. En todo el mundo, estas armas no
solo se utilizan en el campo de batalla, sino que muchas veces se
desvían, merced a sobornos y actos de corrupción, a grupos te-
rroristas, jefes del narcotráfico y organizaciones delictivas. Luego
se emplean a menudo para aterrorizar a las comunidades y para
socavar la paz y el desarrollo.

¿Qué podemos, pues, hacer? En las páginas siguientes el lector


podrá aprender los conceptos básicos del desarme, incluidos los
esfuerzos de las Naciones Unidas, los gobiernos y los grupos de
la sociedad civil para reducir y abolir las armas que han causado
tanta angustia y sufrimiento a tantas personas.

Actualmente hay tratados en vigor para eliminar las armas bioló-


gicas y químicas y prohibir ciertos tipos de armas convencionales.
Muchos estiman ahora, aunque algunos gobiernos aún no lo han
comprendido, que las armas nucleares no son un escudo de segu-
ridad, sino una amenaza colectiva para todos nosotros. Un mundo
libre de armas nucleares es el mundo que anhelo para esta gene-
ración y para generaciones futuras.

Invito, pues, al lector no solo a leer, sino a aprender y participar.


El conocimiento y la información, y no las armas, son las auténti-
cas fuentes del poder.
Michael Douglas
Mensajero de la Paz de las Naciones Unidas

v
C A P Í T U LO 1

¿Por qué el desarme reviste


tanta importancia?

L A NATURALEZA DE LOS CONFLICTOS Y DE LAS ARMAS uti-


lizadas para librarlos ha sufrido una transformación extraor-
dinaria en los pasados 100 años. Antes del siglo XX, tan solo unos
pocos países mantenían grandes ejércitos, y sus armas —aunque,
sin duda, letales— se limitaban a provocar daños prácticamente
en las inmediaciones del campo de batalla. La mayoría de los que
murieron o resultaban heridos en conflictos anteriores al siglo XX
eran combatientes activos.
En cambio, las batallas del siglo XX han sido con frecuencia
luchas que abarcaban sociedades enteras y, en el caso de las dos
guerras mundiales, todo el planeta se vio sumido en ellas. Se es-
tima que la primera guerra mundial dejó un saldo de 8,5 millones
de soldados muertos y entre 5 y 10 millones de víctimas civiles.
En la segunda guerra mundial murieron unos 55 millones de per-
sonas. Se desarrollaron y utilizaron armas de poder cada vez más
destructivo e indiscriminado —armas de destrucción en masa—,
incluidas armas químicas y biológicas y, por primera vez, armas
nucleares, lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki (Japón) en 1945.
La segunda mitad del siglo XX estuvo dominada por la guerra
fría y sus correlativos “conflictos librados por conducto de otras
partes”, las guerras de liberación nacional, los conflictos intraes-
tatales, el genocidio y las crisis humanitarias conexas. Aunque las
estimaciones de los expertos difieren en cuanto al número de
muertes causadas por estos conflictos, hay un acuerdo generali-
zado en cuanto a la cifra mínima de víctimas: más de 60 millones,
y tal vez hasta 100 millones, muchas de ellas no combatientes.
1
Los Estados se embarcaron en una carrera de armamentos abso-
luta, en la que a mediados de la década de 1980 gastaban al año
un billón de dólares, con miras a crear arsenales que pudieran
infligir una destrucción en masa en cualquier lugar del planeta.
Luego, con la caída del muro de Berlín en 1989, se redujeron
las tensiones entre las dos superpotencias y comenzaron a recor-
tarse los presupuestos militares. Por desgracia, la contracción de
los presupuestos militares fue una tendencia de corta duración,
que terminó a finales de 1990. Entre 2001 y 2009, los gastos mili-
tares aumentaron a una tasa anual media del 5,1% (SIPRI).

La guerra en el siglo XXI


LA ABRUMADORA MAYORÍA DE LOS CONFLICTOS VIOLENTOS
de nuestros días se libra en el interior de los Estados y sus víctimas
son principalmente civiles. Algunas poblaciones marginadas —las
mujeres, los niños, los ancianos, los discapacitados y los pobres—
son especialmente vulnerables en situaciones de conflicto y so-
portan la mayor parte de sus perjuicios a nivel mundial. Muchos
conflictos se libran principalmente con armas pequeñas y armas
ligeras, que causan entre el 60% y el 90% de las muertes directas
producidas por los conflictos: alrededor de 250.000 muertes por
año, de acuerdo con el Small Arms Survey (2007).
Aunque la guerra sigue cobrando un alto precio en el plano
mundial, el número de conflictos y de víctimas se ha reducido des-
de el fin de la guerra fría. En 2010, según el SIPRI, hubo 15 grandes
conflictos armados. Los conflictos más graves y el número de ge-
nocidios han disminuido extraordinariamente en los últimos años
(Human Security Brief 2007). Salvo contadas excepciones (en par-
ticular, el Iraq y el Afganistán), los conflictos del período posterior
a la guerra fría fueron librados en países de bajos ingresos por
ejércitos pequeños y escasamente entrenados. El Human Security
Report 2009 señaló que las tasas de mortalidad declinan en tiem-
pos de guerra porque ya están disminuyendo en tiempos de paz
y son pocas las guerras contemporáneas que matan a un número
suficiente de personas para revertir la tendencia de preguerra.
2
La mayoría de las muertes por guerra, sin embargo, no son
resultado directo del combate, sino de las enfermedades y la mal-
nutrición agravadas por la guerra. En algunas guerras hay 10 o
más muertes por enfermedad y malnutrición por cada muerte
causada por heridas en combate.

PESE A LA DISMINUCIÓN DE LOS CONFLICTOS, se calcula que


en 2010 los gastos militares de los gobiernos de todo el mundo
fueron de aproximadamente 1,63 billones de dólares, un nivel de
gasto jamás visto desde la caída del muro de Berlín en 1989. Esta
cifra equivale a 229 dólares por cada habitante del planeta. Solo
los Estados Unidos gastan 698.000 millones de dólares, o sea, más
del 43% del total.
El drenaje económico que acompaña a los gastos de defen-
sa, en especial en un momento de crisis económica mundial, es
dramático, sobre todo en el mundo en desarrollo, donde muchas
veces los pobres sufren desproporcionadamente a causa de los
conflictos. Para muchos de los pobres del mundo, la guerra y la
violencia criminal constituyen un obstáculo directo a sus oportu-
nidades de desarrollo. El Departamento de Desarrollo Internacio-
nal del Reino Unido ha estimado que la mitad de los pobres del
mundo podría estar viviendo en Estados que experimentan o co-
rren el riesgo de experimentar un conflicto violento. Según el Ban-
co Mundial, ningún Estado de bajos ingresos, frágil o afectado por
conflictos ha logrado un solo Objetivo de Desarrollo del Milenio.

EL MUNDO ESTÁ INUNDADO DE ARMAS. Se calcula que en el


mundo circulan 875 millones o más de armas pequeñas, según el
Small Arms Survey.
A principios de 2011, los Estados poseedores de armas nu-
cleares tenían más de 20.500 ojivas nucleares, de las cuales más
de 5.000 están desplegadas y operativas; casi 2.000 de estas oji-
vas nucleares se mantienen en estado de gran alerta (SIPRI), listas
para ser lanzadas en cuestión de minutos. Las existencias mun-
diales de material fisionable, el material que se usa para fabricar
3
armas nucleares, son del orden de 1.700 toneladas (métricas), un
volumen suficiente para producir decenas de miles de nuevas oji-
vas (Grupo Internacional sobre Material Fisionable).
Setenta y tres países continúan almacenando miles de millo-
nes de bombas en racimo y otras municiones que de acuerdo con
Human Rights Watch, se han utilizado en el Iraq, el Líbano, Geor-
gia y la Jamahiriya Árabe Libia en años recientes. Más de 75 países
sufren aún los efectos, en distintos grados, de las minas terrestres
y municiones explosivas sin detonar u otros restos de guerra.
Cada vez más, las mujeres y los niños son víctimas de la guerra.
Más de 250.000 niños han sido explotados como soldados y cientos
de miles de mujeres han sido violadas en situaciones de conflicto.

ES UN MOMENTO CRUCIAL para muchos de los regímenes de


control de armas, en particular el Tratado sobre la No Prolifera-
ción de las Armas Nucleares (TNP), porque los Estados Partes po-
seedores y no poseedores de armas nucleares no se han puesto
de acuerdo respecto de las metas y los objetivos básicos del Trata-
do. Los Estados poseedores de armas nucleares, 40 años después
de la entrada en vigor del TNP, no han podido cumplir su parte del
pacto nuclear: celebrar negociaciones “de buena fe” sobre el des-
arme nuclear, como dispone el Tratado. En la otra cara de la mo-
neda, la proliferación nuclear es una preocupación cada vez ma-
yor a nivel mundial. Después de una década sin progresos —y de
muchos reveses— en este ámbito, ahora se alcanza a ver algunas
señales positivas, incluido el consenso forjado en la Conferencia
de 2010 de Examen del TNP sobre las medidas para hacer realidad
los principios y objetivos del Tratado, y destacados dirigentes de
gobiernos, actuales y anteriores, y la sociedad civil están haciendo
llamamientos a favor de abolir las armas nucleares. Ahora se plan-
tea la cuestión de saber si estas señales positivas se han de tradu-
cir en medidas serias e irreversibles con miras al desarme nuclear.
En lo que muchos perciben como un momento de nuevas
oportunidades en el ámbito del control de armamentos, mucho
queda por hacer. No hay ningún tratado jurídicamente vinculan-
4
te en vigor que se ocupe de los misiles o del comercio de armas
pequeñas y armas ligeras, que son dos ámbitos de extraordinaria
importancia. El Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos
Nucleares, que prohíbe todos los ensayos nucleares, aún no ha
entrado en vigor, pendiente de ratificación por los principales Es-
tados poseedores de armas nucleares y otros países que suscitan
preocupación. Los Estados Unidos y la Federación de Rusia, que
han estado destruyendo una gran cantidad de existencias de ar-
mas químicas, es probable que no cumplan el plazo de 2012 para
eliminar estas armas.
Pero no todas las noticias son desalentadoras. En 2008, más
de 100 países negociaron con éxito la prohibición de las municio-
nes en racimo, que entró en vigor en 2010 y continúa recibiendo
apoyo. También sigue creciendo el número de miembros de la
Convención sobre la Prohibición de las Minas Antipersonal, que
ha detenido efectivamente el comercio mundial de minas terres-
tres. Se ha manifestado asimismo un firme apoyo a la negociación
de una prohibición relativa a los materiales utilizados para fabricar
armas nucleares, así como a la negociación de un tratado sobre
el comercio de armas para regular mejor el comercio mundial de
armas convencionales. Si bien es fuerte, ese apoyo no es univer-
sal, y es probable que ambas negociaciones sean contenciosas.

¿Qué es la seguridad humana?


LA SEGURIDAD HUMANA y la seguridad nacional
debieran reforzarse mutuamente, y a menudo lo
hacen. Un Estado seguro, sin embargo, no significa
automáticamente una población segura. Proteger a
la población contra agresiones externas bien puede
ser una condición necesaria, pero no suficiente,


para la seguridad de las personas.
HUMAN SECURITY BRIEF 2007, Grupo de Investigación
sobre la Seguridad Humana,
Universidad Simon Fraser, Columbia Británica (Canadá)

5
TODO ESTO LLEGA EN MOMENTOS en que la comunidad inter-
nacional reconoce cada vez más la necesidad de ampliar nuestra
reflexión sobre la seguridad. Debemos añadir la seguridad huma-
na (que se centra en la seguridad de la persona en la sociedad) a
nuestras ideas acerca de la seguridad nacional (que se centra en la
defensa del Estado frente a la agresión externa). Hoy las amena-
zas no se presentan simplemente —ni siquiera principalmente—
en forma de tropas enemigas. Lo hacen también en forma de po-
breza, ausencia de oportunidades y discriminación. Estos factores
pueden ser desestabilizadores, como también lo son los conflictos
armados, y muchas veces acompañan a los conflictos violentos.
En su esencia, la seguridad humana exige protección contra
la violencia y la amenaza de violencia. Pero más que una simple
ausencia, la seguridad humana exige también una presencia, esto
es, la presencia de estructuras y recursos que pongan a las per-
sonas en condiciones de sobrevivir, disponer de medios de sub-
sistencia y vivir una vida digna. La seguridad humana exige liber-
arse no solo del temor, sino también de la miseria. Exige que se
satisfagan las necesidades básicas (alimentos, albergue, atención
de la salud), que se ofrezcan oportunidades (de educación o ca-
pacitación, para seguir una vocación o para obtener medios de
subsistencia) y que se respeten los derechos humanos de todos.

¿CUÁL ES, PUES, LA RELACIÓN entre seguridad humana y desar-


me? Lograr la seguridad humana exige mucho más que el desar-
me, pero si no se empeñan esfuerzos importantes para desarmar-
se, las iniciativas para afianzar la seguridad humana serán, casi
con certeza, incompletas. Es poco probable que una comunidad
inundada de armas ilícitas sea un lugar seguro para las perso-
nas. Es mucho menos probable que una nación repleta de armas
convencionales (tanques, minas, bombas en racimo, aviones
de caza), ya se utilicen contra “enemigos” externos o contra su
propia población, sea —y siga siendo— un lugar seguro para las
personas. Es menos probable que un mundo repleto de miles de
armas nucleares y de cientos de miles de misiles que las puedan
6
transportar a largas distancias con gran precisión sea un lugar se-
guro para sus habitantes.
Pero no se trata únicamente de las armas propiamente di-
chas: también se trata de los recursos —monetarios y humanos—
que se dedican al desarrollo, la fabricación, el mantenimiento e
incluso el desmantelamiento y la eliminación de dichas armas,
por no mencionar siquiera en esta ecuación los miles de millones
de dólares que se han gastado, y se necesitarán, para reconstruir
sociedades destruidas por conflictos y violencia.

LA CARGA ECONÓMICA que pesa sobre todas las naciones es


enorme, pero para los más pobres de la sociedad el precio es
muchas veces insoportable. Los gobiernos de las naciones más
pobres optan con demasiada frecuencia por los armamentos, en
lugar de optar por los programas sociales y servicios de educación
y atención médica —que son tan necesarios— de los que depen-
den sus ciudadanos, en especial los más vulnerables. En cuanto a
los países directamente afectados por los conflictos, el desarrollo
económico se paraliza y a menudo se revierte, según informa el
Banco Mundial.
El costo humano es incluso mayor que el costo económico de
la guerra. Se han perdido o destruido millones de vidas, a un costo
incalculable. Con los recursos presupuestarios que los gobiernos
del mundo han dedicado anualmente a armarse y prepararse
para la guerra —más de 1,6 billones de dólares— se podría en
gran medida aliviar la pobreza, ofrecer un acceso universal a la
educación y la atención de la salud, combatir la discriminación y
las desigualdades y proteger el medio ambiente y los derechos
humanos. En resumen, reorientar esas sumas permitiría en gran
medida hacer que el mundo fuera más seguro de lo que es hoy.
(De hecho, tan solo una minúscula parte —menos del 5%— ya
sería muy significativa en materia de seguridad y desarrollo. Para
obtener cifras más concretas, véase el capítulo siguiente, titulado
“Los gastos militares mundiales”.)
7
Evidentemente, no es realista esperar que los gobiernos del
mundo reduzcan a cero el gasto militar. Los gobiernos nacionales y
las organizaciones regionales e internacionales tienen responsab-
ilidades legítimas de mantener la defensa. Pero debemos pregun-
tarnos: ¿Cómo se podría —de hecho, cómo se debe— modificar el
orden de prioridades de nuestros presupuestos para cumplir con
los objetivos de la seguridad humana? ¿Podría esa reorientación
crear una seguridad mayor, más duradera y más justa?
El desarme no consiste únicamente en eliminar las armas:
también consiste en crear oportunidades para reflexionar de
manera innovadora sobre la seguridad, modificar el orden de pri-
oridades de nuestros presupuestos y repensar nuestra identidad
como naciones en comunidad con las demás naciones.

LAS NACIONES UNIDAS, como nos recuerda su Carta, tienen por


finalidad ser un lugar en el que los pueblos del mundo se unan
para “preservar a las generaciones venideras del flagelo de la gue-
rra... [y] a practicar la tolerancia y a convivir en paz como buenos
vecinos [...]”. La Organización fue concebida como un lugar en el
que los pueblos unamos “nuestras fuerzas para el mantenimiento
de la paz y la seguridad internacionales [y] asegurar ... que no se
usará la fuerza armada sino en servicio del interés común”.
Obviamente, los Estados Miembros de las Naciones Unidas
no han estado a la altura de esta visión y de esas metas. La Orga-
nización se vio paralizada por la guerra fría, los bloques region-
ales competitivos y distintas naciones obstruccionistas. Con todo,
los Estados se han unido para alcanzar finalidades asombrosas,
como tratados que prohíben las armas químicas y biológicas,
las minas terrestres, las municiones en racimo y la proliferación
de armas nucleares e instan al desarme nuclear. Asimismo, ex-
isten importantes foros para debatir las amenazas para la paz y
la seguridad internacionales y concluir nuevos tratados sobre el
control de armamentos. Pero, en última instancia, las Naciones
Unidas solo pue­den tener la misma magnitud que la suma de sus
partes, es decir, las naciones del mundo. Las Naciones Unidas no
8
son, ni nunca pretendieron ser, una organización por encima de
las naciones del mundo, o incluso una organización situada junto
a ellas. Son una organización de las naciones del mundo y, como
tal, pueden ser todo lo que esas naciones les dejen ser.
Vivimos en una época de grandes desafíos, pero dentro de
esos desafíos se presentan oportunidades, no solo para reducir
los armamentos y los gastos militares del mundo, sino también
para reflexionar de manera innovadora sobre el desarme y la se-
guridad, atribuyendo a la seguridad de los pueblos del mundo un
lugar central dentro del programa de desarme y seguridad.

9
A pesar de la tendencia declinante

del número de conflictos, los

gobiernos del mundo destinaron

a gastos militares 1,63 billones de

dólares en 2010, según datos del

Instituto Internacional de Estocolmo

para la Investigación de la Paz (SIPRI).

Esta cifra equivale a 229 dólares por

cada habitante del planeta.


C A P Í T U LO 2

Los gastos militares mundiales


CADA ARMA que fabricamos, cada navío de guerra
que botamos, cada cohete que disparamos es, en
última instancia, un hurto a los hambrientos que
no reciben sustento y a los que sufren los rigores
del frío y no reciben vestido. Este mundo en armas
no solo está gastando dinero. Está dilapidando el
sudor de sus trabajadores, el genio de sus hombres


de ciencia y las esperanzas de sus niños.
DWIGHT D. EISENHOWER
Trigésimo cuarto Presidente de los Estados Unidos


EL MUNDO está sobrearmado y la paz está


infrafinanciada.
BAN KI-MOON, Secretario General de las Naciones Unidas


Debiéramos tener en cuenta que las escuelas
ostentan un mejor historial en la lucha contra el
terrorismo que los misiles, y que los gobiernos
inestables se pueden afianzar no solo con
helicópteros artillados, sino también con
programas de almuerzos escolares (a razón


de 25 céntimos de dólar por niño por día).
NICHOLAS KRISTOF, columnista de The New York Times
galardonado con el Premio Pulitzer

E L GASTO MILITAR MUNDIAL, tras muchos años de crecimien


  to en el período de la guerra fría, declinó de 1,2 billones de
dólares en 1985 a 809.000 millones de dólares en 1998, lo que
11
refleja recortes en todas las regiones, salvo en Asia, donde el gas-
to aumentó más de una cuarta parte durante la década de 1990.
En ese período se redujeron el número de efectivos militares, la
producción de armas y las existencias de armas. De acuerdo con
el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la
Paz (SIPRI), los Estados Unidos, que son el país que más dinero de-
dica en el mundo a gastos militares, lo disminuyeron en un tercio
durante la década de 1989 a 1999. La Federación de Rusia tam-
bién redujo su gasto en armamentos durante ese mismo período:
en 1998 gastó una quinta parte de lo que la Unión Soviética había
gastado diez años antes.
Sin embargo, desde 1998, el gasto militar ha vuelto a aumen-
tar, alcanzando casi los niveles registrados durante la guerra fría
en algunos países, incluidos los Estados Unidos. Los gastos milita-
res mundiales en 2010 se estimaron en 1,63 billones de dólares,
según el SIPRI, cifra que implica un aumento del 1,3% en valor
real respecto al año anterior. (Este ritmo de aumento es más lento
que en años anteriores, según indica el SIPRI, debido en parte a
los efectos de la crisis económica mundial.) Esta cifra, que repre-
senta el 2,6% del producto interno bruto mundial, equivale a 229
dólares por cada habitante del planeta. Casi todas las regiones y
subregiones han registrado aumentos significativos desde 2000.
Desde 2009 hasta 2010, el gasto militar se elevó más rápidamente
en América del Sur, África y Oceanía; sin embargo, se contrajo en
Europa.
El gasto militar está muy concentrado; 10 países del mundo
representan el 75% del total (SIPRI). Solo los Estados Unidos, que
ocupan el primer lugar en cuanto a gastos militares, representan
casi el 43% del total del gasto mundial por este concepto, segui-
dos por China, cuyo gasto es de aproximadamente el 7,3% del
total mundial. El Reino Unido, Francia, la Federación de Rusia, el
Japón y la Arabia Saudita representan, cada uno, menos del 4%.

12
Los 10 países con mayores gastos militares
en 2010
País Total Posición
Estados Unidos 698 1
China (119)* 2
Reino Unido 59,6 3
Francia 59,3 4
Federación de Rusia (58,7)* 5
Japón 54,5 6
Arabia Saudita 45,2 7
Alemania 45,2 8
India 41,3 9
Italia 37,0 10
Fuente: SIPRI, 2011. Los gastos son en miles de millones de dólares
corrientes de 2010.
*  Estimaciones del SIPRI.

El costo de oportunidad del gasto militar


NADIE ESPERA que se elimine el gasto militar mundial. Los Es-
tados tienen necesidades legítimas en materia de seguridad que
deben atender, así como obligaciones de establecer y mantener la
seguridad regional e internacional. Sin embargo, el aumento ver-
tiginoso de los presupuestos de defensa y la errónea asignación
de prioridades han tenido un costo elevado, no solo en términos
monetarios, sino también en oportunidades perdidas. El mundo
está plagado de grandes desafíos sociales que pueden traducir-
se en una mayor inseguridad humana e incluso en mayores con-
flictos: extrema pobreza, ausencia de derechos básicos, falta de
oportunidades, carencia de acceso a la educación, la atención de
la salud y el albergue, degradación del medio ambiente, enferme-
13
dades y discriminación. Gastar 1,63 billones de dólares en fuerzas
militares, fabricar armas y librar guerras significa que los recursos
limitados no se gastan para atender responsabilidades sociales.
Significa que no se atienden las necesidades básicas de los pue-
blos a nivel mundial.
La importancia de reducir los gastos militares, respetar los
derechos básicos y atender las necesidades básicas ha sido re-
conocida muchas veces en los años transcurridos desde la fun-
dación de las Naciones Unidas. Las propuestas iniciales en las
Naciones Unidas se centraron en la reducción de los gastos de
los Estados poseedores de armas nucleares y otros Estados mi-
litarmente importantes, con la esperanza de liberar fondos para
la ayuda al desarrollo económico y social, particularmente en los
países en desarrollo, pero esas propuestas no fueron viables. Sin
embargo, impulsaron a la Asamblea General a formular, en 1980,
el Instrumento normalizado de las Naciones Unidas de presen-
tación de informes sobre gastos militares, que proporciona un
mecanismo para que todos los países informen anualmente de
esos gastos. Desde enero de 2012 (A/RES(66/20), el Instrumen-
to pasó a llamarse Informe de las Naciones Unidas sobre Gastos
Militares. Contiene información detallada sobre personal militar,
operaciones y mantenimiento, adquisiciones y construcción e in-
vestigación y desarrollo.
En fecha más reciente, las iniciativas de las Naciones Uni-
das para destacar la necesidad de aumentar la financiación para
subvenir a las necesidades sociales culminaron en la Declaración
del Milenio, aprobada en septiembre de 2000. En la Declaración,
los líderes mundiales se comprometieron a fomentar una alianza
mundial para, entre otras cosas, reducir la extrema pobreza y fijar
una serie de objetivos con plazos concretos de consecución —la
mayor parte de ellos en 2015— que se conocen como Objetivos
de Desarrollo del Milenio. Se han realizado considerables pro-
gresos hacia la consecución de algunos de ellos, pero bastantes
no se alcanzarán totalmente debido sobre todo a la insuficiente
14
financiación. Aunque importantes, las cuantías necesarias para
financiar estos objetivos representan solo una pequeña fracción
del gasto militar mundial. De hecho, el Banco Mundial estima que
la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio supon-
dría un costo total de entre 40.000 y 60.000 millones de dólares
(gastados cada año entre 2011 y 2015). Esas sumas representan
solo entre un 3% y un 4% del gasto militar mundial por año.

Gasto militar por región, 2010


África 30
América 791
Asia y Oceanía 317
Europa 382
Oriente Medio 111
Fuente: SIPRI, 2010.
Las cifras de gastos se expresan en miles de millones de dólares
corrientes de 2010.

Producción y transferencias de armas


LA PRODUCCIÓN MUNDIAL DE ARMAS, al igual que el gasto mi-
litar mundial, va en aumento. Según el SIPRI, las ventas de armas
de las 100 mayores empresas productoras de armas a nivel mun-
dial (excluidas las empresas en China) ascendieron a un total de
400.700 millones de dólares en 2009, lo que supone un aumento
de 14.800 millones en relación con el año anterior. Las ventas de
armas, como el gasto en armas, están muy concentradas. Solo
45 empresas de los Estados Unidos representaron el 62% del to-
tal de la venta de armas de las cien empresas más importantes.
Treinta y tres empresas de Europa occidental fueron el otro 30%.
Entre 2006 y 2010, según el SIPRI, los cinco mayores provee-
dores de las principales armas convencionales (los Estados Uni-
dos, la Federación de Rusia, Alemania, Francia y el Reino Unido)
aportaron aproximadamente un 75% del volumen de exportacio-
15
nes de esas armas. Los países de Asia y Oceanía fueron los mayo-
res receptores de las principales armas convencionales en el mis-
mo período, lo que representó el 43% del total mundial, seguidos
por Europa (21%) y el Oriente Medio (17%). La India fue el mayor
país importador de las principales armas convencionales, seguida
por China (SIPRI).
El volumen de transferencias internacionales de las principales
armas convencionales aumentó un 24% en relación con los cinco
años anteriores, continuando así una tendencia ascendente. Los
recortes de los gastos militares propuestos en Europa Occidental
y los Estados Unidos en 2010 pueden afectar las ventas futuras,
según el SIPRI, pero su incidencia no es aún evidente.

Valor financiero de las exportaciones


mundiales de armas (2007)
Total mundial 50,6
Estados Unidos 12,232
Federación de Rusia 8,3050
Francia 4,65
Reino Unido 3,6
Fuente: SIPRI, 2008. Las cifras se expresan en miles de millones de
dólares para el ejercicio económico de 2008.

Costo de la consecución de los


Objetivos de Desarrollo del Milenio

OBJETIVO Erradicar la pobreza extrema y el hambre


Reducir a la mitad para 2015 el porcentaje de personas cuyos ingresos
sean inferiores a 1 dólar por día
COSTO 39.000-54.000 millones de dólares
PORCENTAJE DEL GASTO MILITAR MUNDIAL  2,4%-3,3%
16
OBJETIVOS Lograr la enseñanza primaria universal, Promover
la igualdad de género
Lograr la enseñanza primaria universal y eliminar la desigualdad de
género en la enseñanza primaria y secundaria
COSTO 10.000-30.000 millones de dólares
PORCENTAJE DEL GASTO MILITAR MUNDIAL  0,6%-1,8%

OBJETIVOS Reducir la mortalidad infantil, Mejorar la salud


materna, Combatir el VIH/SIDA
Reducir en dos terceras partes la mortalidad de los niños menores de
5 años, reducir en tres cuartas partes la tasa de mortalidad materna,
reducir la propagación del VIH/SIDA
COSTO 20.000-25.000 millones de dólares
PORCENTAJE DEL GASTO MILITAR MUNDIAL  1,2%-1,5%

OBJETIVO Sostenibilidad del medio ambiente


Reducir a la mitad la proporción de la población sin acceso sostenible
al agua potable y a servicios básicos de saneamiento, mejorar la vida
de 100 millones de habitantes de barrios marginales
COSTO 5.000-21.000 millones de dólares
PORCENTAJE DEL GASTO MILITAR MUNDIAL   0,3%-1,3%
Una cifra más que tener en cuenta. Los 1,63 billones de dólares
destinados a los gastos militares mundiales en un solo año finan-
ciarían el presupuesto ordinario de las Naciones Unidas, al nivel
de 2010, por más de 700 años.
Fuente: Banco Mundial, The Costs of Attaining the Millennium Development Goals.
Nota: Sumadas las cifras, exceden los entre 40.000 y 60.000 millones de dólares
requeridos para lograr todos los ODM. Debido a la considerable superposición
entre los objetivos, es más oneroso lograrlos por separado que en conjunto.

Para más información


Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz
www.sipri.org
Centro Internacional de Bonn para la Conversión
www.bicc.de

17
T odavía hay alrededor de 20.500

ojivas nucleares en el mundo,

un número suficiente para destruir

múltiples veces la civilización y

destruir la mayor parte de la vida

en la Tierra.
C A P Í T U LO 3

Las armas nucleares


NO SÉ con qué armas se luchará en la tercera
guerra mundial, pero en la cuarta lo harán con


palos y piedras.
Albert Einstein, Premio Nobel de Física


LA EDAD DE PIEDRA puede volver en las alas
brillantes de la Ciencia, y lo que ahora podría
derramar bendiciones materiales incalculables
para la humanidad, puede incluso acarrear su


destrucción total.
WINSTON CHURCHILL, Primer Ministro del Reino Unido, 1940-1945,
1951-1955

L AS ARMAS NUCLEARES SON LAS ARMAS MÁS DESTRUCTIVAS


  de la Tierra. Una sola bomba tiene potencial para aniquilar
una ciudad entera, matar a millones de personas y contaminar
la atmósfera, la tierra y el agua en muchos kilómetros a la redon-
da del lugar original de la explosión, por miles de años. En caso
de estallar una gran guerra nuclear, toda la Tierra se vería afec-
tada por los efectos directos de las explosiones nucleares, por la
consiguiente radiación y por el invierno nuclear que se produciría
cuando las inmensas nubes de “polvo” que generaría la explosión
alcanzaran la atmosfera.
Por temor a esos efectos es probable que jamás se llegue real-
mente a utilizar cualquiera de los arsenales de armas nucleares
desplegados en la actualidad sin que se produzcan las graves con-
secuencias humanitarias y los daños extremos al medio ambiente
y al clima. Aunque las armas nucleares solo se han utilizado en la
guerra en dos ocasiones —por los Estados Unidos en Hiroshima y
19
Nagasaki, en 1945—, la posibilidad de que Estados o terroristas
las utilicen, ya sea en forma intencionada o accidental, ha de per-
sistir en tanto en cuanto esas armas continúen existiendo.

Cómo funcionan las armas nucleares


LAS ARMAS NUCLEARES LIBERAN enormes cantidades de ener-
gía por fisión (la división de átomos pesados, como el uranio o el
plutonio, en una reacción en cadena) o fusión (la combinación de
isótopos de un elemento ligero, como el hidrógeno) o por ambos
medios, como ocurre con las armas termonucleares modernas.
Las bombas nucleares que destruyeron Hiroshima y Nagasaki
eran simples armas de fisión que utilizaron uranio muy enriqueci-
do (UME) y plutonio, respectivamente.
En su mayoría, las armas termonucleares de los arsenales
contemporáneos explotarían con una potencia aproximada de
entre ocho y cien veces superior que las bombas lanzadas en Hi-
roshima y Nagasaki (cuya potencia media equivalía a 18.000 to-
neladas de trinitrotolueno (TNT)). Las armas nucleares modernas
normalmente contienen tanto UME como plutonio. Las ojivas nu-
cleares están instaladas, en general, en misiles balísticos basados
en tierra o submarinos, misiles de crucero lanzados desde el aire
o la tierra o bombas de gravedad a bordo de aviones de caza y
bombarderos. Las armas nucleares se han desplegado anterior-
mente para su lanzamiento con cohetes de corto alcance y con
artillería, minas marinas, torpedos y cargas de profundidad. Las
ojivas nucleares en algunos arsenales modernos se pueden lanzar
hacia cualquier punto de la Tierra con gran precisión.
Para la fabricación de armas nucleares, el principal desafío
técnico es la producción de material fisionable (por lo común,
uranio muy enriquecido y plutonio). El uranio poco enriquecido
que se utiliza como combustible en la mayoría de las centrales
nucleoeléctricas del mundo se enriquece hasta un 3,5% de U-235
y no puede utilizarse como material para fabricar una bomba en
este estado. El uranio enriquecido por encima del 20% de U-235
se considera  UME y se puede utilizar directamente en un arma
20
nuclear. Por otra parte, el uranio apto para uso bélico debe ser
uranio muy enriquecido, con una concentración superior al 90%
de U-235 o más.
Sin embargo, el plutonio no precisa ser “enriquecido”. Se es-
tima que el plutonio de cualquier composición isotópica es apto
para uso directo en un arma nuclear, excepto el que contiene
más de 80% del isótopo Pu-238. El plutonio, que no se produce
de forma natural, es un subproducto de la generación de energía
nuclear en los reactores nucleares y se recupera mediante repro-
cesamiento químico.
Para fabricar un arma nuclear no se necesita una gran canti-
dad de material fisionable. Según el Organismo Internacional de
Energía Atómica (OIEA), por “cantidad significativa” de material
fisionable se entiende aquella para la que no se puede excluir la
posibilidad de que sea utilizada para fabricar un dispositivo nu-
clear explosivo.
Las cantidades significativas son 25 kilogramos de U-235
contenidos en UME, 8 kilogramos de plutonio y 8 kilogramos
de U-233. Las armas modernas pueden contener, acaso solo un
50% de material fisionable. Según el Grupo Internacional sobre
Material Fisionable, en 2010 las existencias mundiales de UME
ascendían a aproximadamente 1.475 +/- 125 toneladas, y las exis-
tencias mundiales de plutonio separado ascendían a aproximada-
mente 485 +/- 10 toneladas, suficientes para producir decenas de
miles de nuevas armas.

Fuerzas nucleares mundiales


EL NÚMERO DE ARMAS NUCLEARES EN TODO EL MUNDO alcan-
zó su nivel máximo a mediados de la década de 1980, situándose
en torno a las 70.000 ojivas. Con el fin de la guerra fría, el número
de armas nucleares se ha reducido considerablemente; con todo,
no solo siguen existiendo, sino que también siguen siendo un ele-
mento central de la doctrina de seguridad de los Estados que las
poseen.
21
Según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Inves-
tigación de la Paz, la cantidad de armas nucleares desplegadas
en 2011 y listas para su uso en todo el mundo es de aproximada-
mente 5000. Casi 2.000 de estas armas se mantienen en estado
de gran alerta, listas para ser lanzadas en cuestión de minutos.
En total, se estima que hay más de 20.500 ojivas nucleares (entre
ojivas operativas, sobrantes, en reserva activa e inactiva e intactas
con fecha cierta de desmantelamiento).

Estados poseedores de armas nucleares


DE ACUERDO CON EL TRATADO SOBRE LA NO PROLIFERACIÓN
DE LAS ARMAS NUCLEARES hay cinco Estados poseedores de ar-
mas nucleares: China, los Estados Unidos, la Federación de Rusia,
Francia y el Reino Unido. De ellos, los Estados Unidos, la Federa-
ción de Rusia, Francia y el Reino Unido han estado reduciendo
sus arsenales desplegados a partir de los niveles de la guerra fría.
Sin embargo, según el SIPRI (2011), estos Estados están desple-
gando nuevos sistemas de armas nucleares o han anunciado su
intención de hacerlo. Si bien han reafirmado públicamente sus
compromisos de desarme nuclear, ninguno de ellos parece estar
dispuesto a renunciar a su arsenal nuclear en un futuro previsible.
Los Estados Unidos y la Federación de Rusia, con más de
4.500 ojivas desplegadas en total, poseen la gran mayoría del ar-
senal nuclear mundial (más del 90% de las armas desplegadas).
Desde la década de 1980, ambos países han negociado una se-
rie de tratados bilaterales dirigidos a reducir el número de armas
nucleares desplegadas por cada uno. El acuerdo más reciente
entre ellos, el Tratado entre los Estados Unidos de América y la
Federación de Rusia sobre Medidas para la Ulterior Reducción y
Limitación de las Armas Estratégicas Ofensivas, limita a cada uno
de estos países el despliegue de ojivas nucleares estratégicas a
1.550. El Tratado no requiere el desmantelamiento de las ojivas
nucleares retiradas del despliegue. Los Estados Unidos han expre-
sado su deseo de incluir las ojivas tácticas y estratégicas en reser-
22
va en el ámbito de su próximo acuerdo de reducción de armas con
la Federación de Rusia.
Según el Grupo Internacional sobre Material Fisionable, los
Estados Unidos y la Federación de Rusia, junto con el Reino Uni-
do y Francia, anunciaron oficialmente en 2008 una moratoria de
su producción de material fisionable para armas. En el caso de
China, que acaso ha mantenido su arsenal nuclear más o menos
constante durante décadas, también habría dejado de producir
material fisionable, a pesar de que no ha anunciado una morato-
ria oficial.

Fuerzas nucleares mundiales, 2011


Ojivas
Estado desplegadas Otras ojivas Total

Estados Unidos 2.150 6.350 8.500


Federación de Rusia 2.427 8.570 11.000
Reino Unido 160 65 225
Francia 290 10 300
China – 200 240
India – 80-100 80-100
Pakistán – 90-110 90-110
Israel – 80 80
Total 5.027 15.500 20.530
Fuente: SIPRI, Yearbook 2011. Todas las cifras son aproximadas.

Cuestiones nucleares regionales


Asia meridional
LA INDIA Y EL Pakistán no se han adherido al TNP y se presume
que están creando respectivamente armas nucleares. Ambos paí-
ses han hecho ensayos de armas nucleares y se cree que siguen
produciendo material fisionable para su uso en armas nucleares,

23
según informa el Grupo Internacional sobre Material Fisionable,
así como nuevos sistemas vectores de armas nucleares.

Asia nororiental
LA REPÚBLICA POPULAR DEMOCRÁTICA DE COREA realizó ensa-
yos explosivos nucleares en 2006 y 2009, lo que llevó al Consejo de
Seguridad a aprobar las resoluciones 1718 (2006) y 1874 (2009).
De acuerdo con estimaciones no gubernamentales, la República
Popular Democrática de Corea posee suficiente plutonio apto
para producir entre 5 y 12 armas nucleares. Las conversaciones
de seis partes (en las que también participan China, los Estados
Unidos, la Federación de Rusia, el Japón y la República de Corea)
siguen siendo el foro principal para la negociación de la desnu-
clearización de la península de Corea, si bien desde 2008 no se
han celebrado conversaciones.

Oriente Medio
DESDE 1974, la Asamblea General ha aprobado el objetivo de crear
una zona libre de armas nucleares en el Oriente Medio. Ningún
Estado de la región se opone a ese objetivo. En 1995, en el con-
texto de la decisión de prorrogar el TNP por tiempo indefinido, los
Estados Partes aprobaron una resolución en la que instaron, entre
otras cosas, al establecimiento en el Oriente Medio de una zona
efectivamente verificable libre de armas nucleares y de todas las
demás armas de destrucción en masa —químicas y biológicas— y
de sus sistemas vectores. La Conferencia de las Partes de  2010
Encargada del Examen del Tratado sobre la No Proliferación de las
Armas Nucleares reafirmó ese objetivo y pidió que se convocara
una conferencia en 2012 sobre el establecimiento de la zona.
Israel es el único Estado de la región que no es parte en el TNP,
y se cree que posee armas nucleares. De acuerdo con el Grupo
Internacional sobre Material Fisionable, Israel tal vez continúe la
producción de material fisionable para su uso en armas nucleares,
a pesar de que su arsenal nuclear bien se puede haber mantenido
más o menos constante desde hace varias décadas.
24
El programa nuclear de la República Islámica del Irán sigue
atrayendo la atención internacional. Desde 2004, el OIEA ha infor-
mado de que todo el material nuclear declarado de la República
Islámica del Irán está contabilizado, de conformidad con su acuer-
do de salvaguardias amplias en relación con el Tratado de No
Proliferación. Sin embargo, desde 2006, el Consejo de Seguridad
ha aprobado diversas resoluciones en las que ha instado a la
República Islámica del Irán a suspender todas las actividades rela-
cionadas con el enriquecimiento de uranio y el agua pesada y en
las que ha impuesto sanciones.

Las primeras iniciativas en pro del desarme nuclear


“El reconocimiento de la necesidad del desarme nuclear y la cues-
tión de cómo lograrlo son tan antiguos como la era nuclear”, según
el Grupo Internacional sobre Material Fisionable. En su primera
resolución, la Asamblea General de las Naciones Unidas creó una
Comisión de Energía Atómica y enunció el objetivo de eliminar to-
das las armas atómicas “capaces de causar destrucción colectiva
de importancia”. Las propuestas oficiales de los Estados Unidos y
la Unión Soviética en las Naciones Unidas en 1946 indicaban las
formas de lograr ese objetivo. La propuesta de la Unión Soviética,
denominada Plan Gromyko, contenía el primer proyecto propues-
to para un tratado de desarme nuclear. En ese momento, sin misi-
les de largo alcance o energía nuclear civil y con la guerra fría aún
por venir, la eliminación de las armas nucleares parecía “una tarea
relativamente sencilla”, pues había un solo Estado poseedor de
armas nucleares. Las esperanzas iniciales de desarme nuclear no
se hicieron realidad, sin embargo, debido al inicio de la guerra fría
y la carrera de armamentos nucleares entre los Estados Unidos y
la Unión Soviética.
Uno de los primeros éxitos en la contención de la carrera
de armamentos nucleares se plasmó en 1963 en el Tratado de
prohi­bición parcial de los ensayos nucleares, que tenía por obje-
tivo poner fin a los ensayos nucleares en la atmósfera, en el es-
25
pacio ultraterrestre y debajo del agua. Sin embargo, los ensayos
explosivos subterráneos continuaron, y el número de Estados po-
seedores de armas nucleares registró un aumento a finales de la
década de 1960 con la adición del Reino Unido, Francia y China.
Las iniciativas para contener la proliferación nuclear culminaron
con la entrada en vigor del TNP en 1970. Durante las dos décadas
siguientes, varios países abandonaron los programas de armas
nucleares, pero la India, Israel y el Pakistán se mantuvieron fuera
del régimen de controles establecido en el TNP y desarrollaron
sus propios arsenales nucleares, al igual que la República Popular
Democrática de Corea. A pesar de los esfuerzos en curso por parte
de grupos de la sociedad civil y las propuestas presentadas por los
líderes mundiales actuales y anteriores, el objetivo de eliminar las
armas nucleares sigue siendo difícil de alcanzar.
En 1996, la Corte Internacional de Justicia, el principal órgano
judicial en el sistema de las Naciones Unidas, emitió una opinión
consultiva unánime en el sentido de que el artículo VI del Tratado
sobre la No Proliferación requería que los Estados poseedores de
armas nucleares partes en el Tratado entablaran conversaciones
de buena fe y las llevaran a buen término, con el objetivo de lo-
grar el desarme nuclear. Cuatro años después, en la Conferencia
de las Partes de 2000 Encargada del Examen del Tratado sobre
la No Proliferación de las Armas Nucleares, los Estados poseedo-
res de armas nucleares acordaron un compromiso inequívoco de
eliminar totalmente sus arsenales nucleares. En la más reciente
conferencia de examen del TNP (mayo de 2010), un gran número
de Estados apoyó la idea de comenzar los trabajos con miras a
entablar negociaciones acerca de una convención sobre las armas
nucleares, una idea sugerida por el Secretario General de las Na-
ciones Unidas, Sr. Ban Ki-moon, en su propuesta de cinco puntos
sobre el desarme nuclear. La Conferencia, sin embargo, no pudo
llegar a acuerdo respecto de las negociaciones sobre un tratado
para abolir las armas nucleares.

26
Peligro claro e inminente
LA EXISTENCIA DE ARMAS NUCLEARES representa un peligro cla-
ro e inminente para la humanidad. La divulgación de conocimien-
tos especializados en materia nuclear agrava aún más este peligro.
El ex Director General del OIEA, Mohamed ElBaradei, ha señalado
lo siguiente: “En 1970 se suponía que relativamente pocos países
sabían cómo adquirir armas nucleares. Pero ahora, con entre 35
y 40 países con ese conocimiento según algunas estimaciones, el
margen de seguridad bajo el actual régimen de no proliferación se
está reduciendo demasiado.” Además, según la Iniciativa relativa
a la amenaza nuclear, más de 50 Estados poseen, cada uno, más
de cinco kilogramos de material fisionable utilizable para producir
armas.
Aunque muchos de los arsenales nucleares del mundo se
mantienen en lugares seguros, existe la preocupación de que al-
gunos de ellos, además de otros materiales nucleares conexos,
carecen de suficientes medidas de seguridad y son vulnerables al
robo. El OIEA mantiene una base de datos sobre el tráfico ilícito
que recoge ese tipo de incidentes y otras actividades no autoriza-
das que se relacionen con materiales nucleares y radiactivos. Esta
base de datos realiza un seguimiento de incidentes, intencionales
o no, dentro o fuera de las fronteras nacionales, y también de
los incidentes fallidos o frustrados. Al 1 de septiembre de 2010,
111 Estados participaban en el programa de la base de datos. En
algunos casos los Estados no participantes también han propor-
cionado información a la base de datos. Entre julio de 2009 y ju-
nio de 2010 se confirmaron y asentaron en la base de datos 222
incidentes. Durante este período, según informa el OIEA, cinco
incidentes estuvieron relacionados con UME o plutonio.
Un lanzamiento erróneo de armas nucleares también sigue
siendo una posibilidad real, que se ve aumentada por el hecho de
que quizás miles de armas permanecen en estado de gran alerta,
listas para ser lanzadas en cuestión de minutos. Aun suponien-
do que no se produzca ningún robo o lanzamiento erróneo, los
27
costos relacionados con las armas nucleares (investigación, desa-
rrollo, fabricación, mantenimiento, desmantelamiento y limpieza)
son considerables. Los Estados Unidos gastan anualmente 30.000
millones de dólares únicamente para mantener sus arsenales. Se-
gún un estudio del Brookings Institute realizado en 1998, el costo
total del programa de armas nucleares de los Estados Unidos para
el período comprendido entre 1940 y 1998 ascendía a más de
5,5 billones de dólares. Por su parte, el Departamento de Energía
de los Estados Unidos informa de que las actividades relacionadas
con las armas han producido más de 104 millones de metros cúbi-
cos de desechos radiactivos.

Argumentos en favor de un mundo


libre de armas nucleares


CADA VEZ ES MÁS CLARO que las armas nucleares
no son un medio para lograr la seguridad;
de hecho, con cada año que pasa hacen que


nuestra seguridad sea más y más precaria.
MIKHAIL GORBACHEV, Jefe de Estado de la antigua Unión Soviética
(1988-1991) y Premio Nobel de la Paz

EL RÉGIMEN DE NO PROLIFERACIÓN NUCLEAR es cada vez más


frágil. Las preocupaciones de seguridad regional, las controversias
políticas de larga data y la falta de universalidad de los principales
tratados internacionales continúan perpetuando un clima de des-
confianza y creando incentivos para que los Estados desarrollen
armas nucleares. Las iniciativas encaminadas a promover la expan-
sión mundial de la energía nuclear, en particular en respuesta a la
amenaza del cambio climático, han suscitado nuevas y complejas
preocupaciones con respecto a la adecuación del régimen actual
sobre la no proliferación nuclear. Los compromisos de de­sarme
nuclear de los Estados poseedores de armas nucleares todavía no
se han cumplido y la doctrina de la disuasión nuclear sigue sien-
do peligrosamente contagiosa. El desequilibrio resultante de las
28
obligaciones entre los Estados poseedores de armas nucleares y
los Estados no poseedores de armas nucleares constituye un obs-
táculo para el establecimiento de las normas más estrictas que se
precisan para asegurar la aplicación de los objetivos de no prolife-
ración. Cada vez se comprende mejor que estas tendencias están
contribuyendo a un entorno insostenible en materia política y de
seguridad y que la solución de estos problemas se debe plasmar
en un régimen jurídico global que prohíba el desarrollo, el empleo
y el almacenamiento de armas nucleares y que se sustente en un
sólido sistema de verificación.
Además, se pueden aducir muchos argumentos que apoyan
específicamente la abolición de las armas nucleares:
• EL EMPLEO DE ARMAS NUCLEARES SERÍA INMORAL. Sus
efectos serían tanto indiscriminados (es improbable que
queden limitados a los campos de batalla) como catastró-
ficos (sus efectos se harían sentir casi con toda certeza a
cientos o tal vez a miles de kilómetros del lugar original de
la explosión y por cientos o tal vez incluso miles de años).
• EL EMPLEO DE ARMAS NUCLEARES SERÍA ILÍCITO. La Cor-
te Internacional de Justicia dictaminó en 1996 que la
amenaza o el empleo de las armas nucleares en general
son contrarios a las normas del derecho internacional, en
particular las aplicables a los conflictos armados. El em-
pleo de las armas nucleares podría tener consecuencias
humanitarias catastróficas, en especial porque los efectos
de las armas son intrínsecamente indiscriminados (debi-
do a su enorme potencia) e incontrolables (a causa de la
persistencia de la radiación).
• EL RIESGO DEL EMPLEO INTENCIONAL O ACCIDENTAL
DE LAS ARMAS NUCLEARES PERSISTIRÁ EN TANTO ESAS
ARMAS EXISTAN. Comisiones internacionales eminen-
tes, entre ellas la Comisión de Canberra (1996), la Comi-
sión sobre la Proliferación de Armas de Destrucción en
Masa (2006) y la Comisión Internacional sobre la No Pro-
29
liferación y el Desarme Nucleares (2009) han llegado al
consenso de que mientras haya poseedores de armas
nucleares, otros querrán poseerlas. Mientras existan las
armas, existe la posibilidad de que algún día se vuelva a
emplearlas, accidental o intencionalmente. Ese empleo
sería catastrófico.
• EL DESARROLLO Y LA POSESIÓN DE ARMAS NUCLEARES
NO PUEDEN HACER FRENTE A LAS AMENAZAS Y LOS DESA-
FÍOS CONTEMPORÁNEOS. Las armas nucleares no pueden
abordar las causas profundas del terrorismo ni tampoco
impedir actos terroristas. Continuar el desarrollo y el des-
pliegue de armas nucleares detrae recursos del Estado y
de la sociedad que podrían aplicarse para hacer frente a las
amenazas que plantean el cambio climático y la pobreza.
DIVERSOS GRUPOS se están organizando para lograr el objetivo
de un mundo libre de armas nucleares. Para más información,
véase el capítulo 15.

Tratados
Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares
(TNP)
El TNP es un tratado internacional sin precedentes cuyo objetivo
consiste en prevenir la propagación de las armas nucleares y la
tecnología de armamentos, promover la cooperación en el uso
de la energía nuclear con fines pacíficos y fomentar el objetivo de
lograr el desarme nuclear en el contexto del desarme general y
completo. El Tratado representa el único compromiso vinculante
de los Estados poseedores de armas nucleares en pro del desar-
me nuclear. El Tratado, abierto a la firma en 1968, entró en vigor
en 1970. El 11 de mayo de 1995, el Tratado se prorrogó indefini-
damente. En total se han adherido al Tratado 190 partes, entre
las que se cuentan los cinco Estados originalmente reconocidos
como Estados poseedores de armas nucleares. El TNP ha sido
ratificado por más países que ningún otro acuerdo de limitación
30
de armamentos y desarme, lo que prueba la importancia del Tra-
tado. Cada cinco años se celebran conferencias de examen para
evaluar los progresos hacia la aplicación del Tratado. (Para más
información sobre el TNP, véase el capítulo siguiente.)

Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos


Nucleares (TPCE)
El Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, que
prohíbe todos los ensayos explosivos nucleares, se abrió a la firma
en septiembre de 1996, pero aún no ha entrado en vigor. El Trata-
do tenía por finalidad fomentar el desarme nuclear mediante una
restricción de la capacidad de los Estados poseedores de armas
nucleares para desarrollar sus arsenales nucleares, que hasta la
década de 1990 se había basado principalmente en datos obteni-
dos de los ensayos explosivos nucleares. En julio de 2011, el TPCE
había sido ratificado por 154 países, pero no puede entrar en vi-
gor hasta que lo ratifiquen otros nueve países mencionados en el
anexo 2 del Tratado: China, Egipto, los Estados Unidos, la India,
Indonesia, Israel, el Pakistán, la República Islámica del Irán y la
República Popular Democrática de Corea. La Comisión Preparato-
ria de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los
Ensayos Nucleares mantiene una red de vigilancia de 337 instala-
ciones a nivel mundial para verificar que los Estados Partes en el
Tratado están cumpliendo con sus obligaciones. (Para más infor-
mación, véase el sitio web de la Organización del Tratado de Pro-
hibición Completa de los Ensayos Nucleares en www.ctbto.org.)

Prohibición de la producción de material fisionable


EN DICIEMBRE DE 1993, la Asamblea General de las Naciones
Unidas aprobó por consenso una resolución en la que se pedía
que se negociara un tratado verificable por el que se prohibiera la
producción de material fisionable para armas nucleares. La Con-
ferencia de Desarme, que ha recibido el mandato de negociar el
tratado, ha sido durante mucho tiempo considerada como el úni-
31
co foro multilateral de negociación de los tratados de desarme.
La  Conferencia de Desarme, sin embargo, no ha logrado desde
1999 llegar a un acuerdo para iniciar las negociaciones o deli-
beraciones oficiales sobre ningún tema. En 2009, la Conferencia
aprobó un programa de trabajo por primera vez en más de una
década, pero no pudo ponerlo en práctica y quedó estancada has-
ta 2010. Cuando se inicien las negociaciones, habrá que superar
obstáculos importantes, incluso la cuestión relativa a saber si ese
tratado sería de alcance limitado (poner fin a la producción de
material fisionable) o amplio (teniendo en cuenta las existencias
militares actuales). El ámbito de la verificación en virtud de dicho
tratado, así como la lista de materiales sujetos a sus disposiciones,
también serán temas polémicos. (Para más información, véase el
sitio web del Grupo Internacional sobre Material Fisionable en
www.fissilematerials.org.)

Zonas libres de armas nucleares


LA CREACIÓN DE ZONAS LIBRES DE ARMAS NUCLEARES es un
enfoque regional encaminado a reforzar las normas mundiales
sobre la no proliferación de las armas nucleares y el desarme y
a consolidar los esfuerzos internacionales en favor de la paz y la
seguridad. Una zona libre de armas nucleares es una región espe-
cífica en la que los países se comprometen a no fabricar, adquirir,
ensayar o poseer armas nucleares. Las zonas libres de armas nu-
cleares en la actualidad abarcan las siguientes zonas, que incluyen
toda la superficie terrestre del Hemisferio Sur: África (Tratado de
Pelindaba), América Latina y el Caribe (Tratado de Tlatelolco), Asia
sudoriental (Tratado de Bangkok), Pacífico meridional (Tratado de
Rarotonga) y Asia Central (Tratado sobre la Creación de una Zona
libre de Armas Nucleares en el Asia Central). Los tratados interna-
cionales también prohíben el emplazamiento de armas nucleares
en la Antártida, en los fondos marinos y en el espacio ultraterres-
tre incluso la Luna y otros cuerpos celestes. Cada tratado sobre
una zona libre de armas nucleares incluye un protocolo, relativo
32
a los Estados poseedores de armas nucleares, que obliga a estos
Estados a abstenerse de emplear o amenazar con emplear armas
nucleares contra los Estados partes. No obstante, hasta junio
de 2011, de entre las zonas libres de armas nucleares, solo la de
América Latina y el Caribe había recibido el pleno apoyo de las
cinco potencias nucleares. Mongolia, que se distingue por ser el
primer país que se ha declarado Estado libre de armas nucleares,
ha adoptado y adaptado la legislación para reforzar su estatuto.

Día Internacional contra los Ensayos Nucleares


EL 2 DE DICIEMBRE DE 2009, la Asamblea General de las Nacio-
nes Unidas, en su sexagésimo cuarto período de sesiones, decla-
ró el 29 de agosto Día Internacional contra los Ensayos Nucleares
mediante la aprobación, por unanimidad, de la resolución 64/35.
El Día tiene por objeto alentar a las Naciones Unidas, a los Estados
Miembros, las organizaciones intergubernamentales y no guber-
namentales, las instituciones académicas, las redes de juventud y
los medios de difusión social a que difundan la necesidad de pro-
hibir los ensayos de armas nucleares como un paso importante
hacia el logro de un mundo más seguro, y a que eduquen y sensi-
bilicen al público al respecto. En el preámbulo de la resolución se
hace hincapié en que “debe hacerse todo lo posible para poner fin
a los ensayos nucleares con el fin de evitar efectos devastadores y
perjudiciales para la vida y la salud de las personas y para el medio
ambiente” y en que “la cesación de los ensayos nucleares es uno
de los medios fundamentales para lograr el objetivo de un mundo
libre de armas nucleares”.

Para más información


Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas
http://www.un.org/disarmament/WMD/Nuclear/

Ciberbús escolar de las Naciones Unidas


http://cyberschoolbus.un.org/dnp/sub2.asp?ipage=nuclearweapons
33
Asociación Internacional de Abogados Opuestos
a las Armas Nucleares
www.ialana.net

Asociación Internacional de Médicos para la Prevención


de la Guerra Nuclear
www.ippnw.org

Natural Resources Defense Council (Consejo para la Defensa de


los Recursos Naturales)
www.nrdc.com

NuclearFiles.org (Nuclear Age Peace Foundation)


www.nuclearfiles.org

34
C A P Í T U LO 4

El Tratado
sobre la No Proliferación
de las Armas Nucleares


El progreso en el desarme no puede esperar a
que haya un mundo libre de guerra, proliferación
nuclear o terrorismo. El progreso en la no
proliferación no puede esperar hasta que se
elimine la última arma nuclear. El avance en
la utilización de la energía nuclear con fines
pacíficos no puede ser tenido como rehén ni
del desarme ni de la no proliferación. Desde los
primeros días del TNP, la comunidad internacional
comprendió que esos objetivos debían perseguirse
simultáneamente. Son interdependientes y se


refuerzan mutuamente.
BAN KI-MOON, Secretario General de las Naciones Unidas

E L TRATADO SOBRE LA NO PROLIFERACIÓN DE LAS ARMAS


NUCLEARES (TNP), un acuerdo fundamental en los esfuerzos
encaminados a limitar la propagación de las armas nucleares a
nivel mundial y lograr el desarme nuclear, entró en vigor en 1970.
El Tratado tiene 190 Estados Partes, incluidos los cinco Estados
reconocidos en virtud del Tratado como Estados poseedores de
armas nucleares: China, los Estados Unidos, la Federación de Ru-
sia, Francia y el Reino Unido. Actualmente hay tres países al mar-
gen del TNP. Se trata de países que tienen o que se sospecha que
tienen programas de armas nucleares: la India, Israel y el Pakistán.
La República Popular Democrática de Corea anunció que se retira-
ba del Tratado en 2003.
35
Muchas veces se dice que el TNP es fruto de un gran acuerdo
entre los Estados poseedores de armas nucleares y los Estados
no poseedores de armas nucleares. Como contraprestación del
compromiso de los Estados no poseedores de armas nucleares
de abstenerse de adquirirlas, los Estados poseedores de armas
nucleares acordaron poner fin a la carrera de armamentos nuclea-
res y eliminar sus arsenales nucleares. Todos los Estados Partes
convinieron en reconocer el derecho de las Partes a desarrollar la
energía nuclear con fines pacíficos, de conformidad con las obli-
gaciones básicas de no proliferación del Tratado.

No proliferación y salvaguardias
EN VIRTUD DEL TRATADO, los Estados no poseedores de armas
nucleares convinieron en no fabricar ni adquirir de ninguna mane-
ra armas nucleares u otros dispositivos explosivos nucleares, no
recibir ningún traspaso de estos o aceptar su control y no solicitar
u obtener ninguna asistencia para la fabricación de esas armas o
dispositivos vectores. A los efectos de la verificación de sus obliga-
ciones en virtud del Tratado, los Estados no poseedores de armas
nucleares convinieron en aceptar las salvaguardias del Organismo
Internacional de Energía Atómica (OIEA) sobre todas las fuentes
y materiales fisionables especiales en su territorio o bajo su con-
trol. Incumbe al OIEA certificar que los Estados no poseedores de
armas nucleares que son Estados Partes en el Tratado no han des-
viado material nuclear producido u obtenido con fines pacíficos
para su empleo en armas nucleares.
Desde su entrada en vigor en 1970, el TNP ha tenido un éxito
importante, aunque imperfecto, a la hora de contener la propa-
gación de las armas nucleares en todo el mundo. Varios Estados
siguen al margen del Tratado y se estima que han adquirido ar-
mas nucleares después de que entrara en vigor. El resultado de
esta iniciativa fue la aprobación en 1997 del modelo de protocolo
adicional, con arreglo al cual la adhesión a procedimientos de sal-
vaguardias más estrictos es de carácter voluntario.
36
Desarme nuclear
EL TRATADO SOBRE LA NO PROLIFERACIÓN DE LAS ARMAS NU-
CLEARES CONTIENE EL ÚNICO COMPROMISO JURÍDICAMEN-
TE VINCULANTE que obliga a los Estados poseedores de armas
nucleares a lograr el desarme nuclear. El artículo VI del Tratado
obliga a todos los Estados Partes a entablar negociaciones de bue-
na fe sobre medidas efectivas relativas al cese de la carrera de
armamento nuclear y al desarme nuclear y sobre un tratado de
desarme completo y general bajo control internacional estricto y
efectivo. El avance en el cumplimiento de esta obligación ha sido
lento. Los países con los mayores arsenales nucleares (los Estados
Unidos y la Federación de Rusia) han concluido numerosos acuer-
dos bilaterales desde la década de 1970 con miras a reducir sus
arsenales nucleares e instaurar medidas de transparencia para
mejorar la estabilidad en las crisis y facilitar la verificación.
A pesar de la entrada en vigor del TNP, los arsenales nuclea-
res mundiales siguieron creciendo hasta mediados de la década
de 1980, cuando llegaron al nivel máximo de alrededor de 70.000
ojivas nucleares. En la actualidad, el número total de ojivas es de
unas 20.500, de las cuales casi 5.000 están desplegadas activa-
mente. Las gestiones relativas a nuevas reducciones han continua-
do desde el final de la guerra fría, aunque a un ritmo más lento
durante la última década. En abril de 2010, los Estados Unidos y la
Federación de Rusia firmaron el Tratado sobre Medidas para la Ul-
terior Reducción y Limitación de las Armas Estratégicas Ofensivas
(Tratado New START), que sustituye al Tratado sobre Reducción y
Limitación de las Armas Estratégicas Ofensivas (Tratado START I)
de 1991, que expiró el 5 de diciembre de 2009 y reemplaza al Tra-
tado sobre las Reducciones de las Armas Estratégicas Ofensivas
de  2002 (Tratado de Moscú). Francia y el Reino Unido también
se han comprometido a realizar reducciones unilaterales de sus
fuerzas nucleares y a adoptar algunas medidas de transparencia.
Aunque el número de armas nucleares ha disminuido, no
se ha reducido su potencial, capaz para destruir el planeta más
37
de una vez. Varios miles de armas nucleares siguen en estado de
alerta, listas para ser lanzadas en minutos.
El Secretario General de las Naciones Unidas, Sr. Ban Ki-moon,
hablando ante los dirigentes mundiales en la Conferencia de Exa-
men del TNP de 2010, dijo que el régimen mundial de no prolife-
ración nuclear había estado adormecido por demasiado tiempo,
y que ya era hora de satisfacer la profunda aspiración mundial de
crear un mundo más seguro. El Secretario General informó a la
Conferencia de que el Tratado seguía teniendo la misma impor-
tancia que cuando se aprobó, y que el progreso en el desarme no
podía esperar a que hubiera un mundo libre de guerra o de terro-
rismo, como tampoco llegar a la no proliferación podía esperar
hasta que se hubiera eliminado la última arma nuclear1.

Utilización de la energía nuclear con fines pacíficos


EL TRATADO reconoce el derecho inalienable de las partes a de-
sarrollar, investigar, producir y utilizar la energía nuclear con fines
pacíficos sin discriminación. Las partes se comprometen a facilitar
el intercambio más amplio posible de equipo, materiales e infor-
mación científica y tecnológica para la utilización de la energía
nuclear con fines pacíficos y reafirman su derecho a participar en
él; además, el Tratado las alienta a tener en cuenta las necesida-
des de las regiones en desarrollo del mundo en estas cuestiones.
Si bien muchos países creen que la energía nuclear es un
componente importante en su matriz energética, el incidente de
marzo de 2011 en la central nucleoeléctrica de Fukushima en el
Japón ha hecho que diversos países reconsideren su política de
fomento de la energía nuclear. Sin embargo, a juicio de muchos
gobiernos, el problema no se cifra en eliminar esta importante
fuente de energía, sino en seguir reforzando la normativa de vigi-
lancia y seguridad nucleares.

Exposición del Secretario General en la apertura de la Conferencia


1

de las Partes de 2010 Encargada del Examen del TNP, mayo de 2010,
Nueva York.
38
Un estado cada vez más frágil


Hay miles de armas nucleares que siguen en
estado de alerta instantánea. Hay más Estados
que han tratado de obtener ese tipo de armas y
que las han adquirido. Se han seguido realizando
ensayos nucleares. Y todos los días vivimos con
la amenaza de que las armas de destrucción en
masa puedan ser sustraídas, vendidas o desviadas
clandestinamente. Mientras exista este tipo de
armas, existirá el riesgo de que proliferen y se
utilicen de manera catastrófica, y lo propio ocurre
con la amenaza del terrorismo nuclear... El desarme
nuclear es el único camino sensato hacia un mundo
más seguro. Nada contribuiría tanto a eliminar
el riesgo de que se utilicen estas armas como su


eliminación.
BAN KI-MOON, Secretario General de las Naciones Unidas

E L TRATADO SOBRE LA NO PROLIFERACIÓN DE LAS ARMAS


 NUCLEARES continúa haciendo frente a numerosos desafíos.
Durante muchos años, sus miembros han estado divididos respec-
to de la decisión de cuáles deberían ser sus prioridades y cómo
compaginar mejor las obligaciones que les incumben en materia
de no proliferación y de desarme en virtud del Tratado. Una im-
portante fuente de tensión es el desacuerdo de larga data respec-
to de qué ha de tener prioridad: la no proliferación o el desarme.

Proceso de examen
EL TNP ESTABLECE que los Estados Partes se deben reunir cada
cinco años para examinar el funcionamiento del Tratado, para
asegurarse de que se están cumpliendo sus fines y disposiciones.

A LA CONFERENCIA DE 1995 DE LAS PARTES ENCARGADA DEL


EXAMEN Y LA PRÓRROGA DEL TNP, además de examinar el Trata-
39
do, se le encomendó la tarea de decidir si se debería prorrogar el
Tratado y si así fuese, si por un período, por una serie de períodos
renovables, indefinidamente, o no prorrogarlo. Los Estados Par-
tes convinieron en la prórroga indefinida del Tratado, en relación
con la aprobación de otras dos decisiones y una resolución sobre
el establecimiento de una zona libre de armas nucleares y otras
armas de destrucción en masa en el Oriente Medio. Una decisión
se refería al fortalecimiento del proceso de examen del Tratado y
la otra a los principios y objetivos para lograr el desarme y la no
proliferación. En esta última se instaba a la concertación del Tra-
tado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares para sep-
tiembre de 1996, a la inmediata iniciación de negociaciones sobre
un tratado que prohibiera la producción de material fisionable y
a la “resuelta realización” por los Estados poseedores de armas
nucleares de esfuerzos para lograr el desarme nuclear.

CUANDO SE CONVOCÓ LA CONFERENCIA DE LAS PARTES DEL


AÑO 2000 ENCARGADA DEL EXAMEN DEL TNP en Nueva York, no
había grandes expectativas. En las tres reuniones preparatorias
que precedieron a la Conferencia no se pudo plasmar un consen-
so sobre cuestiones importantes y todos los Estados poseedores
de armas nucleares continuaron afirmando la importancia estra-
tégica central de sus armas nucleares. Al pesimismo se sumó el
hecho de que el Senado de los Estados Unidos había rechazado
el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares tan
solo un año antes de la Conferencia (en 1999). Los ensayos nu-
cleares realizados en 1998 por la India y el Pakistán, aunque no
eran partes en el Tratado, también tuvieron consecuencias para
la Conferencia, pues destacaron la necesidad de su universalidad.
A pesar de estos reveses aparentes, la Conferencia pudo
adoptar por consenso un documento final sustantivo. El elemen-
to central del documento final fue un acuerdo sobre 13 medidas
prácticas destinadas a procurar de modo sistemático y progresivo
la eliminación de las armas nucleares. Las medidas fundamenta-
les convenidas fueron las siguientes: un “compromiso inequívoco
40
de los Estados poseedores de armas nucleares de que elimina-
rán totalmente sus arsenales nucleares”; medidas concretas “por
parte de todos los Estados poseedores de armas nucleares que
conduzcan al desarme nuclear de forma que se promueva la esta-
bilidad internacional, sobre la base del principio de seguridad sin
menoscabo para todos”; y la aplicación del principio de irreversi-
bilidad a las medidas de desarme y control de armamentos.

LA CONFERENCIA DE EXAMEN DEL TNP DE 2005 se celebró en


mayo en Nueva York y concluyó sin llegar a un acuerdo sobre un
documento final sustantivo, en medio de profundas divisiones
entre los Estados Partes con respecto a la situación de los com-
promisos previamente acordados, incluidos los resultados de las
Conferencias de Examen de 1995 y de 2000.

LA CONFERENCIA DE 2010 DE EXAMEN DEL TNP, celebrada en


mayo en Nueva York, logró aprobar un documento final sustanti-
vo. El documento incluyó un examen del funcionamiento del Trat-
ado preparado bajo la responsabilidad del Presidente de la Con-
ferencia de Examen, además de un plan de acción acordado que
contenía 64 medidas orientadas al futuro respecto de cada uno
de los tres pilares del Tratado (el desarme nuclear, la no prolifer-
ación nuclear y el uso pacífico de la energía nuclear) y respecto de
la resolución de 1995 sobre el Oriente Medio. El documento final
incluyó un acuerdo para celebrar una conferencia en 2012 sobre
el establecimiento de una zona libre de armas nucleares y otras
armas de destrucción en masa en el Oriente Medio. También esta-
bleció metas concretas que se debían hacer realidad para cuando
se celebrara la Conferencia de Examen de 2015 y llevó adelante el
dinamismo político imperante para lograr un mayor progreso con
miras a la eliminación total de las armas nucleares.

Para más información


Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas
http://www.un.org/disarmament/WMD/Nuclear/
41
E n septiembre de 2010 se había

destruido aproximadamente

el 62% de las casi 70.000 toneladas

de agentes de guerra química

declarados.
ORGANIZACIÓN PARA LA PROHIBICIÓN
DE LAS ARMAS QUÍMICAS
C A P Í T U LO 5

Las armas químicas


E L USO DE ARMAS QUÍMICAS se remonta a la antigüedad, a pe-
sar de que el uso moderno comienza con la primera guerra
mundial, cuando las dos partes en el conflicto utilizaron gas tóxico
para infligir un sufrimiento extremo y causar considerables bajas
en el campo de batalla. Desde la primera guerra mundial, las ar-
mas químicas han causado más de un millón de bajas.
El uso de armas químicas durante la primera guerra mundial
no fue demasiado tecnificado o especializado. Dichas armas con-
sistían, en esencia, en productos químicos comerciales conocidos
incorporados a municiones convencionales, como granadas y pro-
yectiles de artillería. Algunos de esos productos eran el cloro, el
fosgeno (un gas asfixiante) y el gas mostaza (que inflige dolorosas
quemaduras en la piel). Los resultados fueron indiscriminados y a
menudo devastadores. Se produjeron casi 100.000 muertes.
Como consecuencia de la indignación pública (y debido a que
las armas eran a menudo menos fiables que las armas convencio-
nales), en 1925 se firmó el Protocolo de Ginebra, que prohibió el
empleo de armas químicas en la guerra. Aunque fue bien acogido,
el Protocolo adolecía de deficiencias importantes, incluido el he-
cho de que no prohibía el desarrollo, la producción o el almace-
namiento de armas químicas. También resultaba problemático el
hecho de que numerosos Estados que habían ratificado el Proto-
colo se reservaran el derecho de utilizar armas prohibidas contra
Estados que no eran partes en el Protocolo o como represalias del
mismo tipo si se empleaban armas químicas contra ellos.
Según señala la Federation of American Scientists, en el pe-
ríodo de entreguerras dos signatarios del Protocolo de Ginebra
emplearon armas químicas (Italia en el norte de África y el Japón
en China). Posteriormente, en la segunda guerra mundial, se em-
plearon gases tóxicos para matar a millones de personas en los
43
campos de concentración nazis y se utilizaron productos químicos
en Asia (aunque no en los campos de batalla europeos). Algunos
países que no emplearon armas químicas en el campo de batalla
durante la guerra siguieron desarrollando y acumulando enormes
cantidades de estas municiones durante ese tiempo.
En el período de la guerra fría se desarrollaron, fabricaron y
almacenaron numerosas armas químicas. En las décadas de 1970
y 1980, se estima que 25 Estados desarrollaron su capacidad en
materia de armas químicas. Con todo, desde el final de la segunda
guerra mundial solo se ha informado del uso de armas químicas
en unos algunos casos, en particular por parte del Iraq en la déca-
da de 1980 contra la República Islámica del Irán.

Principales tipos de armas químicas


Agente neurotóxico
Agente vesicante
Agente asfixiante
Agente incapacitante

Convención sobre las Armas Químicas


EL PELIGRO QUE REPRESENTABAN las armas químicas, aun cuan-
do no se utilizaran, llevó a los gobiernos a negociar la Convención
sobre las Armas Químicas, que se aprobó en 1992 y entró en vigor
en 1997. La Convención prohíbe el desarrollo, la producción, el
almacenamiento y el empleo de armas químicas. Exige que los
Estados Partes destruyan todas las existencias de armas químicas
en un plazo de diez años a partir de la fecha de su entrada en vigor
(para 2007), con una posible prórroga de hasta cinco años (2012).
Para evitar el desarrollo clandestino de armas prohibidas, la
Convención establece un riguroso sistema de inspecciones por la
Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, que tam-
bién garantiza la destrucción de las armas de manera segura.
La prohibición de la adquisición, la producción y el empleo de
armas químicas que establece la Convención ha sido un éxito. No
obstante, persisten algunos problemas, básicamente la lentitud
44
con que los Estados Unidos y la Federación de Rusia destruyen sus
grandes arsenales químicos. Para febrero de 2011, la Federación
de Rusia había destruido el 49% de sus armas químicas declaradas
en virtud de la Convención, y en abril de 2011 los Estados Unidos
habían destruido el 86%. El Director General de la Organización
para la Prohibición de las Armas Químicas1, en su declaración en el
15º período de sesiones de la Conferencia de los Estados Partes,
señaló que los Estados Unidos y la Federación de Rusia habían
indicado que la conclusión de la destrucción de sus respectivos
arsenales de armas químicas declaradas podría prolongarse más
allá de la fecha límite del 29 de abril de 2012. Entre las dificultades
que plantea la Convención sobre las Armas Químicas cabe señalar
el hecho de que varios Estados no se han adherido a ella. (En julio
de 2011, 188 Estados habían ratificado la Convención. Para com-
probar el estado actual, véase el sitio web www.opcw.org.)

Terrorismo químico
AUNQUE LOS ESTADOS han sido los principales agentes que han
utilizado armas químicas, la preocupación actual se centra funda-
mentalmente en el posible uso de estas armas por los terroristas.
En 1994 y 1995, la secta japonesa Aum Shinrikyo utilizó gas
sarín en ataques contra civiles en el Japón. Pese a la amplitud de
sus conocimientos especializados y la financiación recibida, Aum
Shinrikyo tuvo dificultades para estabilizar grandes volúmenes de
sarín. Ante estas dificultades, es más probable que en el futuro
los terroristas ataquen fábricas o vehículos de transporte de pro-
ductos químicos, con efectos que podrían ser mucho más letales.

Para más información


Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas
http://www.un.org/disarmament/WMD/Chemical/
Organización para la Prohibición de las Armas Químicas
www.opcw.org

1
Declaración del Director General (documento C-15/DG.14) de 29 de
noviembre de 2010.
45
S olo unas cuantas partículas

de un virus podrían infectar

a miles de personas, que luego

pueden convertirse en portadores

que infecten a muchos miles más.


C A P Í T U LO 6

Las armas biológicas

L A GUERRA BIOLÓGICA y el terrorismo biológico implican el


uso deliberado de agentes biológicos (por ejemplo, virus y
bacterias) como armas contra seres humanos, animales o plantas.
Además de causar enfermedades graves y muertes, el uso de esas
armas podría resultar en un caos general y un enorme perjuicio
económico. Los rápidos adelantos de las ciencias biológicas y la
globalización de la biotecnología hacen que esta cuestión cause
cada vez más preocupación.

Historia
EL USO DE SUSTANCIAS TÓXICAS (agentes biológicos y químicos)
como armas de guerra está prohibido desde antes de la primera
guerra mundial, pero ello no impidió que los países utilizaran ga-
ses tóxicos durante ella. En 1925, el Protocolo de Ginebra prohi-
bió el empleo de armas químicas y biológicas; sin embargo, el Pro-
tocolo adolecía de varias deficiencias. En particular, el Protocolo
prohibía únicamente el empleo de armas biológicas en la guerra,
pero no su desarrollo, producción o almacenamiento. También re-
sultaba problemático que numerosos Estados que habían firmado
el Protocolo se reservaran el derecho a tomar represalias en caso
de sufrir ataques con armas biológicas prohibidas.
A pesar de las deficiencias del Protocolo de Ginebra, el em-
pleo de armas biológicas durante la segunda guerra mundial fue
limitado. El Japón, que según se informó recurrió al uso de armas
biológicas en ataques y experimentos, es una excepción destaca-
da. Aunque otras grandes potencias no emplearon armas bioló-
gicas durante la guerra, muchas llevaron a cabo investigaciones
sobre la guerra biológica.
47
Durante el período de la guerra fría, más y más países desarro-
llaron programas de investigación sobre la guerra biológica, pero
los que lo hicieron a mayor escala fueron los Estados Unidos y la
Unión Soviética. El carbunco, la viruela, la peste y la tularemia fue-
ron algunos de los agentes biológicos utilizados en los programas.
Hasta finales de la década de 1960 no hubo iniciativas para con-
trolar las armas biológicas. En 1969, el Presidente de los Estados
Unidos, Richard Nixon, anunció el desmantelamiento unilateral del
programa de armas biológicas ofensivas de los Estados Unidos. De
resultas de los prolongados esfuerzos de la comunidad internacio-
nal para establecer un nuevo instrumento que complementara el
Protocolo de Ginebra de 1925, en 1972 se abrió a la firma la Con-
vención sobre las Armas Biológicas y Toxínicas, que entró en vigor
en 1975.

NINGÚN ESTADO RECONOCE YA que posee armas biológicas o


que tiene un programa para desarrollarlas. El estigma asociado
al empleo de estas armas y el hecho de que la Convención sobre
las Armas Biológicas y Toxínicas las prohíba han sido factores muy
disuasivos, aunque no han hecho que se llegue a la eliminación
completa del desarrollo de estas armas. A principios de la déca-
da de 1990, desertores que habían trabajado en el programa de
armas biológicas declararon que la ex Unión Soviética había efec-
tuado un amplio programa clandestino de estas armas en contra-
vención de la Convención, lo que fue confirmado luego por las
autoridades de la Federación de Rusia, que en 1992 ordenaron la
terminación en el país de todos los programas de armas biológicas
ofensivas. En 1995 se descubrió que el Iraq, que también era sig-
natario de la Convención, había tenido un importante programa
de guerra biológica no declarado que dependía en gran medida
de cepas importadas y materiales suministrados por otros países.

La Convención sobre las Armas Biológicas y Toxínicas


LA CONVENCIÓN SOBRE LAS ARMAS BIOLÓGICAS Y TOXÍNICAS
(Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción y
48
el Almacenamiento de Armas Bacteriológicas (Biológicas) y Toxíni-
cas y su Destrucción) prohíbe el desarrollo, la producción, el alma-
cenamiento y la adquisición de armas biológicas y toxínicas y exi-
ge la destrucción de dichas armas o sus sistemas vectores. Cada
Estado Parte en la Convención se compromete “a no desarrollar,
producir, almacenar o de otra forma adquirir o retener, nunca ni
en ninguna circunstancia: 1. Agentes microbianos u otros agen-
tes biológicos, o toxinas, sea cual fuere su origen o modo de pro-
ducción, de tipos y en cantidades que no estén justificados para
fines profilácticos, de protección u otros fines pacíficos; 2. Armas,
equipos o vectores destinados a utilizar esos agentes o toxinas
con fines hostiles o en conflictos armados”. La Convención prohí-
be también ayudar o alentar a otros a adquirir armas biológicas,
obliga a los Estados Partes a adoptar medidas nacionales de apli-
cación y establece que se deben proteger y alentar los usos con
fines pacíficos de la ciencia y la tecnología biológicas. En julio de
2011, 163 Estados eran Partes en la Convención.
A diferencia de la Convención sobre las Armas Químicas, la
Convención sobre las Armas Biológicas y Toxínicas no cuenta con
un organismo de aplicación ni con medios de supervisión de la
aplicación o de verificación, ni con un mecanismo para investi-
gar presuntas violaciones. Desde 1987 funciona un modesto sis-
tema de intercambios anuales de información, conocido como-
denominado medidas de fomento de la confianza, pero el nivel
de participación ha sido muy bajo. En la década de 1990 se trató
de negociar un protocolo para la Convención que subsanara sus
principales deficiencias; esta tentativa fracasó en 2001, cuando el
Gobierno de los Estados Unidos le retiró su apoyo, lo que desató
una controversia entre los Estados Partes sobre el futuro de la
Convención. Desde entonces, la actividad de los Estados Partes se
ha concentrado en mejorar y coordinar la aplicación nacional de
la Convención, en particular mediante un programa anual de tra-
bajo sobre temas específicos y el intercambio de conocimientos
técnicos entre diversos actores y organizaciones.

49
La Sexta Conferencia de las Partes Encargada del Examen de
la Convención sobre Prohibición del Desarrollo, la Producción y el
Almacenamiento de Armas Bacteriológicas (Biológicas) y Toxínicas
y sobre su Destrucción, celebrada en Ginebra en 2006, reforzó este
enfoque mediante el establecimiento de la Dependencia de Apoyo
para la Aplicación de la Convención, encargada de prestar asisten-
cia a los Estados Partes en la aplicación de la Convención, facilitar
la comunicación con las organizaciones pertinentes y coordinar las
solicitudes y los ofrecimientos de ayuda. Aunque presta apoyo ad-
ministrativo a la Convención sobre las Armas Biológicas y Toxínicas,
la Dependencia no tiene el mandato de vigilar el cumplimiento del
tratado ni de investigar las violaciones. En la Séptima Conferencia
de Examen (diciembre de 2011), los Estados Partes en la Conven-
ción decidirán si renuevan y acaso amplían el mandato de la De-
pendencia. La Conferencia de Examen también deliberará sobre
si se puede convenir en medidas adicionales respecto del cumpli-
miento, la vigilancia y la investigación de presuntas violaciones.

Tipos de armas biológicas


LAS ARMAS BIOLÓGICAS se componen, por lo común, de un
agente y de un vector. Además de su uso militar como armas es-
tratégicas o como armas en el campo de batalla, pueden servir
para cometer asesinatos (con repercusiones políticas), causar
trastornos sociales (por ejemplo, forzando a declarar una cuaren-
tena obligatoria), matar ganado o destruir productos agrícolas o
hacer que haya que retirarlos de la cadena alimentaria (causando
así pérdidas económicas) o crear problemas ambientales.
Casi todos los organismos causantes de enfermedades (bac-
terias, virus, hongos, priones o rickettsias) o toxinas (venenos de-
rivados de animales, plantas o microorganismos o sustancias si-
milares sintetizadas) se pueden usar en las armas biológicas. En la
historia de la producción de estas armas cabe citar agentes como:
aflatoxina, carbunco, toxina botulínica, fiebre aftosa, muermo,
peste, fiebre Q, añublo del arroz, ricina, fiebre de las Montañas Ro-
50
cosas, viruela y tularemia. El estado natural de los agentes se pue-
de refinar para que sean más adecuados para su uso como armas.
Los dispositivos vectores pueden ser muy diversos. Unos se
parecen más a las armas que otros. En programas anteriores se
han fabricado misiles, bombas, granadas de mano y cohetes, e
incluso tanques de pulverización para instalarlos en aeronaves, en
automóviles, camiones y embarcaciones. Se sabe además del de-
sarrollo de dispositivos vectores para su uso en misiones de asesi-
nato o sabotaje, incluidos diversos aerosoles, pinceles y sistemas
de inyección, así como alimentos e indumentaria contaminados.

La amenaza del terrorismo biológico


PESE A QUE en los últimos tiempos rara vez se han utilizado agen-
tes para la guerra biológica y de que están prohibidos, la comuni-
dad mundial enfrenta muchos desafíos en relación con ellos. Por
diversas razones, la mayor amenaza que plantean hoy los agentes
para la guerra biológica se debe a su posible uso por terroristas y
por otros agentes no estatales.
La producción de agentes para la guerra biológica es bastante
económica si se compara con otras armas de destrucción en masa.
De hecho, a las armas biológicas se las llama a veces “la bomba
atómica de los pobres”. Reaching Critical Will recoge que un aná-
lisis arrojó que infligir bajas civiles con armas convencionales cos-
taba 2.000 dólares por kilómetro cuadrado, pero solo 1 dólar con
armas biológicas. Los agentes biológicos son relativamente fáciles
de producir y pueden encontrarse en la naturaleza. Aunque las
armas biológicas podrían ser atractivas para los terroristas, hay
que señalar que plantean problemas, en particular a la hora de
convertir agentes biológicos en armas para su uso a gran escala.
Las instalaciones que se usan para la investigación y la pro-
ducción de agentes biológicos son más fáciles de ocultar que las
utilizadas para producir otras armas de destrucción en masa, por
lo que es más probable que un agente, estatal o no (un grupo te-
rrorista, por ejemplo), pueda llevar a cabo un programa de armas
biológicas sin que sea descubierto. Además, el equipo que inter-
51
viene en la producción de agentes para la guerra biológica tiene
muchos usos legítimos con fines pacíficos.
A pesar de estos factores, según la Comisión sobre Armas
de Destrucción en Masa, no hay unanimidad entre los expertos
acerca de la magnitud de la amenaza del terrorismo biológico. Al-
gunos creen que es comparable, o lo será, a la que plantean las
armas nucleares. Otros, sin embargo, se muestran escépticos en
cuanto a la probabilidad del uso a gran escala de agentes para
la guerra biológica por terroristas, dadas las dificultades técnicas
que supone administrar y emplear esas armas. La experiencia ha
puesto de manifiesto esas dificultades. Los agentes no estatales
usaron agentes biológicos en los Estados Unidos en múltiples oca-
siones —1984 (Salmonella), 2001 (carbunco), 2003 y 2004 (rici-
na)— y causaron la muerte a varias personas, si bien los inciden-
tes, aunque alarmantes y caóticos, fueron en general localizados
y contenidos. La secta Aum Shinrikyo también trató de emplear
agentes para la guerra biológica, pero fracasó en su intento como
mínimo en 10 oportunidades, a pesar de disponer de considera-
bles recursos técnicos y de financiación por, al parecer, más de
1.000 millones de dólares. Sin embargo, como señala la Comisión
sobre la Proliferación de Armas de Destrucción en Masa, el hecho
de que en anteriores ocasiones los terroristas fracasaran no sig-
nifica en modo alguno que vayan a fracasar en futuros intentos.
En vista de estos desafíos resulta de suma imporcia reforzar
la Convención sobre las Armas Biológicas y Toxínicas y procurar
enérgicamente la adhesión universal a ella. También es esencial
que el público reciba más información sobre las amenazas de gue-
rra biológica y la forma de proceder en situaciones de emergencia.

Para más información


Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas
http://www.un.org/disarmament/WMD/Bio/
Dependencia de Apoyo a la Aplicación de la Convención
sobre las Armas Biológicas
www.unog.ch/bwc
52
C A P Í T U LO 7

Los misiles y la defensa


contra misiles

L OS COHETES Y LOS MISILES abarcan armas de diversos tipos.


Un cohete es un vehículo autopropulsado sin sistema de
orientación (una vez que se dispara no se puede redirigir). El alcan-
ce de la mayoría de los cohetes es relativamente corto, y soportan
solo pequeñas cargas. Un misil es un proyectil autopropulsado,
guiado o no, diseñado para transportar un arma u otra carga. En
general, los misiles son propulsados mediante cohetes o motores
retropropulsores. Su alcance varía desde unos pocos cientos de
kilómetros (misiles de corto alcance) a más de 5.500 kilómetros
(misiles intercontinentales). Algunos misiles son instrumentos re-
lativamente simples, mientras que otros son altamente tecnifica-
dos y fáciles de redirigir. Las cargas van desde algunos kilogramos
de explosivos convencionales hasta ojivas nucleares megatónicas.
Los misiles balísticos han sido objeto de más interés durante
los últimos años. Se trata de misiles que siguen una trayectoria
determinada por la balística (por la resistencia gravitacional y
aerodinámica) y que se lanzan principalmente desde la superficie
(desde tierra, buques o submarinos). Por otra parte, los misiles de
crucero se elevan (normalmente propulsados a poca altura me-
diante un motor retropropulsor) y se lanzan mayormente desde
el aire, buques o submarinos. (Los sistemas portátiles de defensa
antiaérea —o misiles lanzados desde el hombro, como se los lla-
ma comúnmente— a los que se podría considerar como un tercer
tipo de misiles, se examinan más adelante.)

LOS MISILES SE CLASIFICAN, POR LO GENERAL, según la platafor-


ma de lanzamiento (normalmente desde la superficie —tierra o
agua— o aire) y se subclasifican en función de su alcance (véase
53
el recuadro siguiente) y de su objetivo (por ejemplo, antibuques,
antitanques, antiaéreos, antibalísticos y antisatélites).

Clasificación de los misiles balísticos


Los misiles se subclasifican en función de su alcance:
Los misiles balísticos de corto alcance recorren menos de
1.000 kilómetros (aproximadamente 620 millas)
Los misiles balísticos de mediano alcance recorren entre
1.000 y 3.000 kilómetros (entre 620 y 1.860 millas)
Los misiles balísticos de alcance intermedio recorren entre
3.000 y 5.500 kilómetros (entre 1.860 y 3.410 millas)
Los misiles balísticos intercontinentales recorren más de
5.500 kilómetros (3.417,541 millas)

Los misiles plantean diversas preocupaciones a la comunidad


de desarme. Los de corto alcance, y sobre todo los menos avan-
zados, resultan relativamente fáciles de adquirir y de usar. Cada
vez más, estos misiles los buscan y utilizan los Estados con un bajo
nivel de desarrollo tecnológico, los agentes no estatales, para em-
plearlos contra fuerzas gubernamentales y la población civil. Entre
tanto, los Estados tecnológicamente avanzados están desarrollan-
do misiles balísticos intercontinentales cada vez más tecnificados,
que pueden transportar armas nucleares a larga distancia con
una precisión cada vez mayor y casi sin que se los pueda detec-
tar. Existe la posibilidad de que haya una carrera de misiles, tanto
para los misiles de corto alcance como para los de largo alcance.
La preocupación por la proliferación crece en el mundo ente-
ro, pero llegar a un consenso acerca de cómo regular los misiles
(o incluso si deben regularse) se ha convertido en una cuestión
extremadamente complicada. En la actualidad no existen tratados
multilaterales sobre los misiles y su proliferación, y los debates so-
bre los misiles en todos sus aspectos celebrados en el ámbito de
las Naciones Unidas no han dado como resultado una recomen-
dación normativa concreta. Uno de los aspectos que hace que el
tema de los misiles resulte tan difícil es el hecho de que a diferen-
54
cia de otras armas, tales como las armas químicas o biológicas, se
pueden ver como un componente de la defensa legítima de un
Estado (un derecho reconocido específicamente en la Carta de las
Naciones Unidas). Los debates en las Naciones Unidas continúan
con miras a determinar esferas de consenso que se puedan am-
pliar ulteriormente.

Misiles balísticos
LOS PRIMEROS MISILES utilizados en operaciones militares fue-
ron los proyectiles alemanes V1 y V2, en la segunda guerra mun-
dial. En las dos décadas siguientes, la tecnología de los misiles
se había extendido a los cinco Estados poseedores de armas nu-
cleares (China, los Estados Unidos, la Federación de Rusia, Francia
y el Reino Unido), todos ellos con capacidad para hacer uso de
las armas nucleares en cualquier lugar del mundo. Hoy, más de
35 Estados poseen tecnología de misiles balísticos (con alcances
superiores a 150 kilómetros) y se calcula que el número de ellos,
en todo el mundo, asciende a 120.000 (según el informe del Se-
cretario General de las Naciones Unidas titulado “La cuestión de
los misiles en todos sus aspectos”, de julio de 2002). Sin embargo,
menos de una docena de Estados poseen misiles balísticos de me-
diano o de largo alcance (China, los Estados Unidos, la Federación
de Rusia, Francia, la India, Israel, el Pakistán, el Reino Unido, la
República Islámica del Irán y la República Democrática Popular de
Corea), y se cree que solo los cinco Estados poseedores de armas
nucleares cuentan con misiles balísticos de largo alcance o inter-
continentales capaces de transportar cargas nucleares.

Misiles de crucero
SI BIEN SE PRESTA GRAN ATENCIÓN a los misiles balísticos, algu-
nos expertos creen que los misiles de crucero, que se han utiliza-
do con mayor frecuencia en intervenciones militares desde el fin
de la guerra fría, constituyen una amenaza más seria. Los misiles
de crucero ofrecen algunas ventajas con respecto a los misiles
balísticos: son más baratos de producir, más fáciles de adquirir y
55
mantener y son más difíciles de detectar y más fiables. También
requieren menos entrenamiento y son más precisos. Todas estas
razones han contribuido a su proliferación, hasta el punto de que
actualmente se fabrican en aproximadamente 18 países y están
presentes en cerca de 81 (Congressional Research Service de los
Estados Unidos, 2008).

Sistemas portátiles de defensa antiaérea


LOS SISTEMAS PORTÁTILES DE DEFENSA ANTIAÉREA (MANPADS)
—o misiles disparados desde el hombro— son motivo de espe-
cial preocupación. Los sistemas portátiles de defensa antiaérea
atraen a terroristas e insurgentes y a otros actores no estatales
por varios motivos: son fáciles de transportar y de ocultar, resul-
tan económicos y son relativamente fáciles de utilizar con una
instrucción adecuada. La Federation of American Scientists cali-
fica a los sistemas portátiles de defensa antiaérea de “amenaza
inminente y grave” para las aeronaves militares y civiles. Desde su
desarrollo en la década de 1950, se han fabricado cientos de mi-
les de estos sistemas MANPADS. Según la Federation of American
Scientists, existen aproximadamente 800.000 sistemas portátiles
de defensa antiaérea en el mundo, y se cree que miles de ellos
están en el mercado negro y por tanto al alcance de terroristas y
de otros agentes no estatales. Los sistemas portátiles de defensa
antiaérea se producen en alrededor de 25 países.

Regímenes de control de misiles


LA PROLIFERACIÓN DE LA TECNOLOGÍA DE MISILES es hoy una
cuestión de importancia crítica, y está vinculada en particular a
la no proliferación de las armas nucleares. Los misiles modernos
pueden ser excepcionalmente precisos y eficientes para transpor-
tar armas nucleares a larga distancia sin ser detectados. Sin estos
misiles, contra los que resulta dificilísimo defenderse, las armas
nucleares pierden una parte significativa de su potencial para la
destrucción en masa.

56
Los misiles se han contemplado en los tratados bilaterales
entre los Estados Unidos y la Unión Soviética (la actual Federa-
ción de Rusia) pero no existe un tratado multilateral que requiera
el desarme de misiles. Las medidas existentes son voluntarias e
informales y adolecen de deficiencias importantes en lo que se
refiere a la regulación general de este tipo de armas. Los dos ins-
trumentos básicos relacionados con el control de los misiles son
el Régimen de Control de la Tecnología de Misiles y el Código
Internacional de Conducta contra la Proliferación de los Misiles
Balísticos (conocido como Código de Conducta de La Haya). El pri-
mero se estableció en 1987 y cuenta con 34 Estados participantes.
Su objetivo es coordinar los controles de exportación de misiles y
tecnología de misiles. El Código de Conducta de La Haya, suscrito
por 133 Estados (en octubre de 2011), fue establecido en 2002 y
tiene por finalidad fomentar la confianza entre las partes median-
te notificaciones previas al lanzamiento y otras medidas de trans-
parencia, tales como la presentación de una declaración anual
de las políticas seguidas por los signatarios acerca de los misiles
balísticos y los vehículos de lanzamiento espacial, incluida infor-
mación anual sobre el número y la categoría genérica de misiles
balísticos y vehículos de lanzamiento espacial operados durante
el año anterior. El Código de Conducta de La Haya requiere que los
participantes actúen con la máxima moderación en el desarrollo,
la prueba y el despliegue de misiles balísticos que pueden trans-
portar armas de destrucción en masa. Una de las deficiencias per-
cibidas del Código es que no se aplica a los misiles de crucero.
Para más información acerca del Régimen de Control de la Tec-
nología de Misiles, véase www.mtcr.info. Respecto del Códi-
go de Conducta de La Haya, véase www.bmeia.gv.at/index.
php?id=64664&L=1.

La defensa contra misiles


LA EVOLUCIÓN DE LOS MISILES EN LOS ÚLTIMOS AÑOS, según
observa la Comisión sobre Armas de Destrucción en Masa en su
57
informe titulado “Las armas del terror”, ha impulsado en algunos
países el apoyo a la construcción de defensas contra los misiles
(también denominadas “escudos antimisiles”). La Comisión sobre
la Proliferación de Armas de Destrucción en Masa hace especial
hincapié en los acontecimientos en la República Popular Demo-
crática de Corea, en el Oriente Medio y en Asia Meridional, así
como en el continuo desarrollo de sistemas de misiles por parte
de los Estados poseedores de armas nucleares que son partes en
el TNP. Los partidarios de las defensas contra misiles aducen como
razón principal para desarrollarlas, la amenaza de los misiles que
pueden transportar armas de destrucción en masa. El desarrollo
de los sistemas de defensa antimisiles, sin embargo, plantea en sí
mismo el riesgo importante de estimular una nueva carrera de ar-
mamentos de misiles cada vez más sofisticados (en un intento por
“vencer” los escudos antimisiles), del incremento de la defensa
antimisiles y quizás incluso del despliegue de armas en el espacio.
Los Estados Unidos son a todas luces los líderes en las de-
fensas antimisiles en el plano mundial, pues entre 1983 y 2008
gastaron 110.000 millones de dólares para desarrollar su capaci-
dad en este ámbito. Otros Estados disponen de medios limitados
de defensa antimisiles, entre ellos la Federación de Rusia (con un
“anillo” de defensa antimisiles para proteger a Moscú), Israel y el
Japón. Ningún otro país, aparte de los Estados Unidos, ha tratado
aún de extender su defensa antimisiles más allá de sus fronteras.
Los Estados Unidos se retiraron del Tratado sobre la Limita-
ción de los Sistemas Antimisiles Balísticos en 2002 para desarro-
llar la defensa antimisiles, y han instalado sistemas terrestres en
California y en Alaska. (Debe tenerse en cuenta que en el momen-
to de redactar la presente guía solo China y la Federación de Rusia
habían demostrado su capacidad para lanzar misiles balísticos que
pudieran atacar el territorio continental de los Estados Unidos.)
En septiembre de 2009, el Presidente de los Estados Unidos
Barack Obama abandonó el programa de construcción de escudos
contra misiles balísticos que su predecesor había propuesto em-
58
plazar en Europa Oriental y ordenó, en cambio, el desarrollo de un
sistema reconfigurado diseñado para derribar misiles de corto y
mediano alcance. El Gobierno del Presidente George W. Bush ha-
bía previsto instalar una estación de radar en la República Checa y
10 interceptores con base terrestre en Polonia. En cambio, el plan
del Gobierno del Presidente Obama es desplegar interceptores
SM-3 más pequeños en 2011, primero a bordo de buques y más
tarde en Europa.
La Federación de Rusia había expresado inicialmente inquie-
tud acerca de los planes de los Estados Unidos de desplegar un
escudo antimisiles en Europa Oriental que defendería a los paí-
ses miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN) contra posibles amenazas de misiles. La Federación de Ru-
sia estimaba que esas amenazas eran mínimas. En una cumbre de
la OTAN celebrada en noviembre de 2010, la Federación de Rusia
y la OTAN acordaron cooperar en lo relacionado con los escudos
antimisiles balísticos en el entendimiento de que la OTAN y la Fe-
deración de Rusia ya no representaban una amenaza mutua. Sin
embargo, en mayo de 2011, el Gobierno de la Federación de Ru-
sia anunció que no consideraría recortes en las armas nucleares
estratégicas o tácticas hasta que tuviera la seguridad de que los
planes de defensa antimisiles de los Estados Unidos no apuntaban
a la Federación de Rusia.

Para más información


Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas
http://www.un.org/disarmament/WMD/Missiles/

“La cuestión de los misiles en todos sus aspectos”,


Informe del Secretario General
http://www.un.org/disarmament/WMD/Missiles/SG_Reports.shtml

Código Internacional de Conducta de La Haya


contra la Proliferación de los Misiles Balísticos
http://www.bmeia.gv.at/index.php?id=64664&L=1
59
E n general, se ha prestado

menos atención a las armas

convencionales que a las armas

de destrucción en masa, aunque

constituyen el tipo de armamento

usado más comúnmente en los

conflictos, mundial e históricamente.


C A P Í T U LO 8

Las armas convencionales


y el comercio de armas


SI BIEN LAS ARMAS NUCLEARES NOS AMENAZAN
con la destrucción en masa, la acumulación
de armas convencionales causa cotidianamente
gran número de muertes, a lo que se suma
una enorme destrucción provocada por los
conflictos activos en todo el planeta. Es vital, por
tanto, alentar una conducta responsable en las
transferencias de armas convencionales. Debemos
también explorar los medios de disminuir la
presión que lleva a los Estados a aumentar su
arsenal de armas convencionales, salvaguardando
al propio tiempo el derecho inmanente de
legítima defensa que asiste a todos los Estados


Miembros.
BAN KI-MOON, Secretario General de las Naciones Unidas

L A CATEGORÍA DE ARMAS CONVENCIONALES abarca una gama


diversa de armas que, quizás, sea más fácil definir por lo que
no son (armas nucleares, químicas y biológicas, las denominadas
“armas de destrucción en masa”) que por lo que son. En la prác-
tica, las armas convencionales contienen elementos que pueden
matar, incapacitar o provocar lesiones graves (entre otros daños)
mediante explosivos, energía cinética o armas incendiarias. Entre
las armas convencionales cabe mencionar: vehículos blindados de
combate (transporte de tropas y tanques, por ejemplo), helicóp-
teros y aeronaves de combate, buques de guerra, armas peque-
61
ñas y armas ligeras, minas terrestres, municiones en racimo, otras
municiones y artillería. (Las armas pequeñas y las armas ligeras,
las minas terrestres y las municiones en racimo se examinan con
más detalle en los capítulos siguientes.)
En general, a las armas convencionales se les ha prestado
menos atención que a las de destrucción en masa, aunque cons-
tituyen el tipo de armamento usado más comúnmente en los
conflictos, tanto mundial como históricamente. En comparación
con las armas de destrucción en masa, las armas convencionales
son quizá menos rotundas y radicales y de alcance más limitado.
No obstante, debido a que su uso está muy extendido, son letales
y causan enormes daños donde quiera que se utilizan. Además,
estas armas continúan siendo fácilmente accesibles y están esca-
samente reguladas.

Las ventas de armas convencionales


EL VALOR DE LOS CONTRATOS DE TRANSFERENCIA DE ARMAS
CONVENCIONALES (ventas y donaciones) en todo el mundo fue
de 57.500 millones de dólares en 2009, esto significa que se ha
producido un descenso del 8,5% con respecto al nivel registrado
en 2008, según el Congressional Research Service de los Estados
Unidos (2010). Según las mismas fuentes, las ventas de armas
convencionales se redujeron en todo el mundo, debido en parte a
la crisis económica que comenzó en 2008.
Desde el final de la guerra fría, los Estados Unidos han domi-
nado el mercado de las ventas de armas convencionales. En 2009
se colocaron en primer lugar en materia de acuerdos de trans-
ferencia de armas y concertaron acuerdos por valor de 22.600
millones de dólares (39,3% del total mundial). La Federación de
Rusia se colocó en segundo lugar con un valor de 10.400 millo-
nes de dólares (18,1% del total mundial). Los totales combinados
de los Estados Unidos, la Federación de Rusia y Francia represen-
taron más del 70% de los acuerdos mundiales de transferencias
de armas en 2009. En general, en el período 2002-2009, los Es-
62
tados Unidos convinieron en ventas y donaciones mundiales de
armas convencionales por un valor superior a 166.000 millones
de dólares, que duplicó con creces el monto de esas operaciones
del país ubicado en segundo lugar, la Federación de Rusia, que
convino en ventas y donaciones por un valor de casi 74.000 mi-
llones de dólares.
Si bien los acuerdos de transferencia de armas se redujeron
de 2008 a 2009, estos acuerdos se incrementaron un 40% en el
período 2006-2009 (244.500 millones de dólares), frente al perío-
do 2002-2005 (172.400 millones de dólares). Los países de Asia
y Oceanía fueron los mayores importadores de las principales
armas convencionales en el período 2006-2010, según informó
SIPRI (2011), lo que representó el 43% de las importaciones, se-
guidos por Europa (21%) y el Oriente Medio (17%). La India fue el
mayor país importador de las principales armas convencionales
en 2006-2010, seguida por China (SIPRI).
El valor de todos los acuerdos de transferencia de armas con
los países en desarrollo en 2009 disminuyó a 45.100 millones de
dólares frente al total de 48.800 millones de dólares registrado
el año anterior. El valor de todas las entregas de armas a los paí-
ses en desarrollo en 2009 (17.000 millones de dólares) también
fue inferior al del año anterior (cerca de 20.500 millones de dóla-
res) y fue el total más bajo del período 2002-2009. En los últimos
años, los Estados Unidos y la Federación de Rusia han dominado
el mercado de armas en el mundo en desarrollo. En su conjunto,
los Estados Unidos y la Federación de Rusia concertaron el 62,4%
de todos los acuerdos de transferencia de armas con naciones en
desarrollo entre 2006 y 2009. El Reino Unido, el tercer provee-
dor más importante durante ese período, concertó acuerdos por
15.900 millones de dólares, o sea el 8,9% de todos los acuerdos
de este tipo con países en desarrollo. La Arabia Saudita fue el prin-
cipal comprador de armas del mundo en desarrollo en 2002-2009
y concertó acuerdos de transferencia de armas por un total de
39.900 millones de dólares en esos años.
63
Problemas que plantea el comercio de armas
no regulado


LOS DIRIGENTES DEL MUNDO deben aceptar el
hecho de que no podemos dejar que el mercado libre


determine el comercio internacional de armas.
ÓSCAR ARIAS, Presidente de Costa Rica (2006-2010)
y Premio Nobel de la Paz

MUCHOS SECTORES DEL COMERCIO MUNDIAL —desde los pro-


ductos agropecuarios a la propiedad intelectual— están sujetos a
normas mundiales que regulan cuándo y cómo se pueden realizar
transacciones comerciales. Sin embargo, para las ventas y trans-
ferencias de armas convencionales no existen normas vinculantes
en el plano internacional. A pesar de las medidas nacionales y re-
gionales sobre el control de las transferencias de armas, la reali-
dad es que en el comercio de armas en muchas partes del mundo
los controles distan de ser estrictos. El Secretario General de las
Naciones Unidas ha expresado reiteradamente su preocupación
por la ausencia de normas mundiales sobre las transferencias de
armas, que va en detrimento de la transparencia y de la confianza.
Las Naciones Unidas tienen ante sí numerosos desafíos como
consecuencia de un flujo de armas que en gran medida escapa a
los regímenes de control, con la posibilidad de que esas armas se
desvíen al uso por parte de agentes no estatales. Estas armas tam-
bién pueden fomentar la corrupción y obstaculizar los esfuerzos
de mantenimiento de la paz, distribución de ayuda alimentaria,
mejora de la salud pública, construcción de ciudades más segu-
ras, protección de los refugiados y lucha contra la delincuencia y
el terrorismo. Las posibles consecuencias negativas son muchas.
La acumulación excesiva de armas puede generar tensión e inse-
guridad entre los países. Más armas significa asimismo un mayor
riesgo de uso indebido y de desviación, que se plasma en viola-
ciones del derecho internacional, abusos de los derechos de los
niños, incremento de las víctimas civiles y pérdida de oportunida-
des sociales y económicas para el desarrollo. Por estas razones y
64
muchas más, todos los países deben asumir una responsabilidad
especial en lo que concierne al comercio de armas.

La responsabilidad y el Estado
LOS ESTADOS SIGUEN SIENDO LOS RESPONSABLES principales
de asegurar la seguridad, proteger a sus poblaciones y mantener
el estado de derecho en tanto son los que deciden sobre las ex-
portaciones de armas, ya sea mediante la concesión de licencias
de exportación a empresas, comerciantes e intermediarios, o me-
diante decisiones internas cuando se trata de armas de propiedad
del Estado. Estas medidas deberían asegurar que esas transferen-
cias no agraven los conflictos o den lugar a violaciones del dere-
cho internacional humanitario y de los derechos humanos.
Hace 20 años, los países optaron por la transparencia en sus
importaciones y exportaciones de armas mediante la presentación
voluntaria de informes al respecto a las Naciones Unidas. En fecha
reciente, bajo los auspicios de la Asamblea General, los Estados
acordaron trabajar hacia un “sólido” tratado sobre el comercio de
armas, o sea, un conjunto de normas jurídicamente vinculantes
que guíen sus decisiones en materia de transferencias de armas.

Hacia un tratado sobre el comercio de armas


SE HA RECONOCIDO AMPLIAMENTE que muchas armas terminan
siendo enviadas a países con pésimos historiales de protección
de los derechos humanos o a zonas en conflicto donde las armas
agravan la violencia o facilitan la represión y los abusos de los de-
rechos humanos. En 2006, tras una persistente campaña por un
grupo de Premios Nobel, naciones interesadas y organizaciones
de la sociedad civil, la Asamblea General de las Naciones Unidas
aprobó la resolución 61/89, en la que pidió al Secretario General
que creara un grupo de expertos gubernamentales encargado de
examinar “la viabilidad, el alcance y los parámetros de un pro-
yecto de instrumento amplio y jurídicamente vinculante que esta-
blezca normas internacionales comunes para la importación, ex-
65
portación y transferencia de armas convencionales”. La resolución
recibió el apoyo abrumador de los Estados Miembros: 153 votos
a favor, 1 voto en contra (los Estados Unidos) y 24 abstenciones.
Según esa resolución, en 2009 un grupo de trabajo de com-
posición abierta celebró dos períodos de sesiones sobre el tema,
con miras a lograr un consenso sobre los elementos que deberían
incluirse en un tratado jurídicamente vinculante. Más adelante
en ese mismo año, la Asamblea General decidió convocar la Con-
ferencia de las Naciones Unidas Relativa al Tratado sobre el Co-
mercio de Armas en 2012 para “elaborar un instrumento jurídica-
mente vinculante sobre las normas internacionales comunes más
elevadas posibles para la transferencia de armas convencionales”.
Aunque aún queda mucho por negociar para definir el alcan-
ce de un tratado sobre el comercio de armas (elementos, tran-
sacciones y actividades que se deben abarcar) y los criterios que
debieran observar los gobiernos cuando adoptan decisiones so-
bre transferencias de armas, varios Estados y organizaciones de
la sociedad civil han expresado su apoyo a un tratado amplio que
prohíba las transferencias irresponsables, entendidas como las
que pueden provocar o prolongar los conflictos armados, contri-
buir a vulnerar los derechos humanos e infringir el derecho inter-
nacional humanitario, desestabilizar países o regiones, socavar el
desarrollo, permitir que las armas sean transferidas del mercado
legítimo al tráfico ilícito y socavar la paz y la seguridad internacio-
nales. Según la concepción actual, el objeto de un tratado sobre el
comercio de armas no es poner fin al comercio de armas o restrin-
gir la forma como se adquieren, poseen o utilizan en un Estado.
En el período de sesiones del Comité Preparatorio de la Con-
ferencia de las Naciones Unidas Relativa al Tratado sobre el Co-
mercio de Armas de 2012, celebrado en julio de 2011, los cinco
Estados Miembros permanentes del Consejo de Seguridad, que
colectivamente representan el 88% del comercio mundial de ar-
mas, hicieron una declaración conjunta en la que expresaron su
apoyo a los esfuerzos encaminados a concertar un acuerdo inter-
nacional que redujera el tráfico ilícito y la proliferación incontro-
66
lada de armas convencionales a nivel mundial. Esta es la primera
declaración colectiva que dentro del proceso de elaboración del
tratado hacen los mayores exportadores de armas del mundo y
que impulse el proceso cuando los Estados siguen deliberando
acerca de los detalles importantes de un tratado sobre el comer-
cio de armas. El último período de sesiones del Comité Prepara-
torio será en febrero de 2012; la Conferencia sobre el Tratado de
Comercio de Armas se celebrará más adelante en 2012.

Para más información acerca del progreso del tratado sobre el


comercio de armas, véanse los siguientes sitios web:
Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas
http://www.un.org/disarmament/convarms/ArmsTradeTreaty/
Campaña Armas Bajo Control
www.controlarms.org

Medidas de transparencia
EL REGISTRO DE ARMAS CONVENCIONALES, creado en 1991, es
un mecanismo de presentación de informes anuales mediante el
cual los gobiernos dan transparencia a la cantidad y al tipo de ar-
mas que transfieren (A/RES/46/36 (L)). Los Estados Miembros que
presentan informes al Registro allegan datos sobre la acumulación
y el volumen de los arsenales convencionales. Con la presentación
de informes, los Gobiernos actúan con transparencia sobre el po-
tencial militar; el Registro no se refiere a los usos previstos o reales.
El Registro abarca la exportación e importación de siete cate-
gorías de las principales armas convencionales (se espera que los
informes sobre cada categoría sean completos):
• Categoría I Carros de combate
• Categoría II Vehículos blindados de combate
• Categoría III Sistemas de artillería de gran calibre
• Categoría IV Aeronaves de combate
• Categoría V Helicópteros de ataque
• Categoría VI Buques de guerra
• Categoría VII Misiles y lanzadores de misiles
67
Además, los países pueden informar sobre la importación y
exportación de armas pequeñas y armas ligeras, y sobre sus exis-
tencias de material bélico, la adquisición de material de produc-
ción nacional y las políticas y la legislación nacional pertinentes.
(Los informes de los países se pueden consultar en http://www.
un.org/disarmament/convarms/Register/.)
La transparencia que el Registro propicia tiene por meta des-
alentar la acumulación excesiva y desestabilizadora de armas, y
podría contribuir a fomentar la confianza mediante la reducción
del riesgo de malentendidos y errores de cálculo en relación con la
expansión del poderío militar. Este entorno también podría alen-
tar la moderación en la transferencia y la producción de armas.
Que el Registro pueda lograr su objetivo declarado depen-
de tanto de la medida en que pueda abarcar todas las categorías
de armas pertinentes como del grado de participación de los go-
biernos. Por término medio, más de 100 países han presentado
informes anuales al Registro en los últimos 10 años, aunque las
tasas de presentación de informes parecen estar disminuyendo,
incluidos todos los grandes Estados exportadores de armas.

Medidas actuales de control de armamentos


LA CONVENCIÓN SOBRE PROHIBICIONES o Restricciones del Em-
pleo de Ciertas Armas Convencionales que Puedan Considerarse
Excesivamente Nocivas o de Efectos Indiscriminados, enmenda-
da el 21 de diciembre de 2001 (conocida como Convención so-
bre Ciertas Armas Convencionales), prohíbe o restringe el uso de
determinados tipos de armas que se considera que provocan un
sufrimiento innecesario o injustificado a los combatientes o que
afectan a los civiles de forma indiscriminada. Cuenta con 114 Es-
tados Partes (en octubre de 2011).
Mediante un arreglo atípico (con miras a garantizar la flexibi-
lidad), el texto de la Convención contiene solo disposiciones gene-
rales. Las prohibiciones y restricciones se consignan en una serie
de protocolos a la Convención (hay cinco protocolos).
68
• Protocolo I, sobre fragmentos no localizables (114 Esta-
dos Partes). Prohíbe el empleo de cualquier arma diseñada
para causar lesiones mediante fragmentos no detectables
en el cuerpo humano mediante el uso de rayos X.
• Protocolo II, sobre prohibiciones o restricciones del em-
pleo de minas, armas trampa y otros artefactos, Enmen-
dado (97 Estados Partes). Prohíbe el empleo indiscriminado
de minas terrestres y antipersonal; no prohíbe dichos arte-
factos, sino que define los usos permitidos y no permitidos.
• Protocolo III, sobre prohibiciones o restricciones del em-
pleo de armas incendiarias (114 Estados Partes). Prohíbe
el uso de armas incendiarias contra civiles y el lanzamiento
aéreo de esas armas contra instalaciones militares situadas
dentro de concentraciones de población civil.
• Protocolo IV, sobre armas láser cegadoras (100 Estados
Partes). Prohíbe el uso de armas láser concebidas para cau-
sar ceguera permanente si no se utiliza protección ocular.
• Protocolo V, sobre los restos explosivos de guerra (76 Esta-
dos Partes). Primer instrumento multilateral negociado sobre
el problema de las municiones abandonadas y sin explotar.
En 2001, los Estados Partes acordaron enmendar la Conven-
ción y que fuera de aplicación no solo a los conflictos interestata-
les (su alcance original), sino también a los armados internos. Se-
tenta y cinco Estados Partes han notificado al Secretario General
que consienten en quedar vinculados por esta enmienda.

Para más información


Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas
http://www.un.org/disarmament/convarms
Desarme.org
www.desarme.org
Grupo de Investigación e Información sobre la Paz y la Seguridad
www.grip-publications.eu
Instituto de Estudios de Seguridad
www.iss.co.za
Comité Internacional de la Cruz Roja
www.icrc.org
Red de Seguridad y Defensa de América Latina
www.resdal.org
69
L as muertes en los conflictos son

causadas en la mayoría de los

casos por el empleo de armas pequeñas,

y las poblaciones civiles, más que nunca,

son las más afectadas por

los conflictos armados.


C A P Í T U LO 9

Las armas pequeñas


y las armas ligeras


Yo dormía con una AK-47 a mi lado.
Dormía con un ojo bien abierto.
Correr / Agacharse / Hacerse el muerto / Esconderse.


He visto a los míos morir como moscas.
EMMANUEL JAL, artista, ex niño soldado

L A MAYORÍA DE LOS CONFLICTOS CONTEMPORÁNEOS se libra


sobre todo con armas pequeñas. Ampliamente utilizadas en
los conflictos entre Estados, son las armas preferidas en las gue-
rras civiles y el terrorismo, la delincuencia organizada y las gue-
rras de pandillas. Son armas baratas, ligeras y fáciles de manejar,
transportar y ocultar. La acumulación de armas pequeñas por sí
sola no crea conflicto, pero su acumulación excesiva y su amplia
disponibilidad muchas veces agravan las tensiones políticas y
suelen culminar en una violencia más letal y prolongada. El senti-
miento de inseguridad de la gente va en aumento, y ello a su vez
puede traducirse en una mayor demanda de armas.

Comercio
EL TRÁFICO ILÍCITO DE ARMAS PEQUEÑAS Y ARMAS LIGERAS y
sus municiones causa estragos en todas partes, sean bandas que
aterrorizan un barrio, los rebeldes que atacan a civiles o a perso-
nal de mantenimiento de la paz, los magnates de la droga que ma-
tan al azar a agentes del orden o los bandidos que secuestran con-
voyes de ayuda humanitaria. En todos los continentes, las armas
pequeñas incontroladas crean enormes problemas de seguridad.
71
¿Qué son las armas pequeñas y las armas ligeras?
LAS ARMAS PEQUEÑAS SON ARMAS destinadas al uso personal,
como los revólveres, las pistolas, los fusiles y las ametralladoras.
Las armas ligeras están destinadas a ser usadas por grupos de dos
o tres personas. Más de 1.000 empresas en alrededor de cien
países participan de diversas maneras en la producción de armas
pequeñas. De acuerdo con cálculos prudentes, anualmente se
producen entre 7,5 y 8 millones de armas pequeñas.
Es difícil determinar el número de armas pequeñas en circu-
lación a nivel mundial. Las fuentes fidedignas estiman que el total
asciende al menos a 875 millones. Es difícil hacer un recuento de
este tipo de armas, pues la mayoría son de propiedad de civiles.
El comercio de armas pequeñas no está tan bien regulado
y es el menos transparente de todos los sistemas de armas. Se-
gún el Small Arms Survey (2007), “se sabe más sobre el número
de ojivas nucleares, las existencias de armas químicas y las trans-
ferencias de armas convencionales grandes que sobre las armas
pequeñas”. Debido a la falta de regulación y controles, en muchos
países es extremadamente fácil que las armas pequeñas pasen
del mercado lícito al tráfico ilícito por medio del robo, la filtración,
la corrupción o la ratería.

La intermediación
LA MAYORÍA DE LAS ARMAS PEQUEÑAS se vende y transfiere
legalmente. Sin embargo, la variabilidad de los patrones del co-
mercio de armas pequeñas ha complicado las tareas de control.
En el pasado, los mercados de armas eran relativamente fáciles
de supervisar, pues había muchos menos puntos de venta y la in-
termediación era mucho menor. Por lo general, los pedidos y los
envíos corrían de cuenta de agentes de los gobiernos. Como los
puntos de venta se han multiplicado y los mercados comerciales
de armas pequeñas se han fragmentado, ha aumentado el uso
de intermediarios privados que operan en un entorno particular-
mente globalizado, y a menudo en múltiples lugares.
72
Los comerciantes, agentes, intermediarios, expedidores y fi-
nanciadores actuales bien pueden combinar sus actividades, lo
que hace difícil distinguir con claridad el comercio bilateral de la
intermediación de armas pequeñas. Los gobiernos deben asegu-
rar que los envíos tramitados por medio de estas redes, a menudo
complejas, estén regulados de acuerdo con el estado de derecho.
Muchos países, al parecer, no han sancionado leyes o reglamen-
tos específicos aplicables a la intermediación de armas dentro de
sus regímenes de control de la exportación de armas, y a menudo
no se sabe con claridad si esas actividades están reguladas por
otras leyes1 .

Municiones
LAS MUNICIONES DEBEN SER UN ELEMENTO CLAVE en toda deli-
beración sobre el control de las armas pequeñas. Sin embargo, se
sabe muy poco acerca de las corrientes mundiales de municiones.
Más del 80% del comercio de municiones parece quedar fuera de
los datos de exportación fidedignos. Como han señalado los ex-
pertos, el suministro regular de municiones es lo que sostiene el
conflicto armado y la actividad delictiva. Los almacenes de muni-
ciones se agotan rápidamente cuando su uso es constante, como
en los conflictos violentos. La prevención del reabastecimiento en
situaciones contrarias al estado de derecho debería ser un asunto
de primordial importancia.
Al parecer, muchas de las municiones que circulan entre los
actores no estatales provienen en muchos casos de las fuerzas
de seguridad del gobierno, lo que demuestra la urgente necesi-
dad de reforzar la seguridad de los almacenes de municiones, que
además representan un peligro secundario para la población civil
cuando se emplazan en zonas densamente pobladas, pues ha ha-
bido casos de explosión en varios países, con miles de víctimas.

Instituto de las Naciones Unidas de Investigación sobre el Desarme


1

(UNIDIR), Developing a Mechanism to Prevent Illicit Brokering in


Small Arms and Light Weapons, 2007.
73
Los almacenes
NO SOLO LOS ALMACENES DE MUNICIONES, sino también los
depósitos de armas pequeñas constituyen un problema agudo en
muchas partes del mundo. Las “filtraciones” de los arsenales del
Estado son fuentes importantes de las armas pequeñas ilícitas en
circulación. Los datos indican que en general es mejor —y más
económico— destruir las armas excedentes y obsoletas que alma-
cenarlas y custodiarlas. En situaciones posteriores a un conflicto,
la destrucción inmediata de armas y municiones excedentes eli-
mina un posible factor de nueva inestabilidad.

Respuestas internacionales
EN 2001 SE APROBARON DOS INSTRUMENTOS DE LAS NACIO-
NES UNIDAS sobre el control de las armas pequeñas. En el marco
de la Convención contra la Delincuencia Organizada Transnacio-
nal, los países aprobaron un Protocolo sobre el control de las ar-
mas de fuego2. Mediante la ratificación de este instrumento, los
gobiernos se comprometen a adoptar una serie de medidas de
lucha contra la delincuencia y a aplicar tres conjuntos de disposi-
ciones relativas a las armas de fuego: 1) un sistema de licencias en
relación con la fabricación y el comercio; 2) tipificar como delito la
fabricación y el tráfico ilícitos; 3) las disposiciones sobre la marca-
ción y localización de las armas de fuego.
En cuanto al tema más amplio de las armas pequeñas y las
armas ligeras, los países convinieron ese mismo año en un Progra-
ma de Acción centrado en la prevención del tráfico ilícito de esas
armas3. Este instrumento, política pero no jurídicamente vincu-
lante, alienta a todos los Estados Miembros de las Naciones Uni-

2
Protocolo contra la fabricación y el tráfico ilícitos de armas de
fuego, sus piezas y componentes y municiones (www.unodc.org/
unodc/en/treaties/CTOC/index.html).
3
Programa de Acción para Prevenir, Combatir y Eliminar el Tráfico Ilí-
cito de Armas Pequeñas y Ligeras en Todos sus Aspectos (www.poa-
iss.org).
74
das a adoptar medidas en los planos nacional, regional y mundial
y contiene sugerencias concretas para mejorar la legislación y los
controles nacionales, y también sobre la asistencia y la coopera-
ción internacionales.
En 2005, en el marco del Programa de Acción, se convino en
el llamado Instrumento internacional de localización, que com-
promete a todos los países a velar por la marcación y el registro
de las armas pequeñas y las armas ligeras y a fortalecer la coope-
ración en la localización de las armas pequeñas y las armas ligeras
ilícitas. Los Estados también deben asegurarse de tener la capaci-
dad de rastrear y atender peticiones de rastreo con arreglo a los
requisitos del Instrumento.
Anteriormente, en 1990, los países habían aprobado un con-
junto de Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y de Ar-
mas de Fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir
la Ley4 .
Además de las medidas adoptadas en el plano mundial, las
organizaciones regionales de todo el mundo han elaborado tra-
tados, estrategias y acuerdos regionales sobre el control de las
armas pequeñas.

Actividades normativas
LAS NACIONES UNIDAS SE ESFUERZAN por mejorar su propia ca-
pacidad para formular políticas y programas y brindar un asesora-
miento eficaz a los Estados Miembros con miras a contener la pro-
liferación incontrolada y el uso indebido de las armas pequeñas
y las armas ligeras. Actualmente están elaborando una serie de
normas internacionales para el control de las armas pequeñas
(ISACS) conforme a los lineamientos de las normas que las Na-
ciones Unidas ya han formulado en las esferas de las actividades
relativas a las minas y el desarme, la desmovilización y la reinte-
gración de excombatientes.

Los Principios pueden cnsultarse en www2.ohchr.org/english/law/


4

firearms.htm.
75
El propósito de las ISACS es mejorar la eficacia de la formula-
ción de políticas y la programación a nivel de todo el sistema de
las Naciones Unidas mediante una orientación clara y amplia a
los profesionales y encargados de formular políticas respecto de
una amplia gama de cuestiones relacionadas con el control de las
armas pequeñas y las armas ligeras.

Violencia armada
MUCHAS DE LAS VÍCTIMAS DEL USO INDEBIDO DE LAS ARMAS
PEQUEÑAS están fuera de las zonas inmediatas de conflicto. A me-
nudo, el número de homicidios relacionados con armas de fuego
en las sociedades que salen de un conflicto es superior al número
de muertos en el campo de batalla. Además, en muchas socie-
dades en las que no ha habido conflictos armados durante dé-
cadas todos los años mueren cientos de miles de personas como
consecuencia de la delincuencia endémica y de actos de violencia
armada perpetrados con armas ilícitas. Según el Banco Mundial,
nada perjudica tanto el clima de inversión como la inseguridad
creada por el conflicto armado. Asimismo, los países afectados
por la violencia armada se enfrentan a dificultades especiales en
la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
En 2006, un grupo numeroso de países se comprometió a
apoyar la Declaración de Ginebra sobre la violencia armada y el
desarrollo, una iniciativa diplomática encaminada a abordar las
interrelaciones entre la violencia armada y el desarrollo que ya ha
sido aprobada por más de cien Estados. A raíz de esta iniciativa se
solicitó a las Naciones Unidas que brindaran una orientación más
amplia al respecto; dicha orientación se consignó en un informe
precursor en 2009 (A/64/228).

El empleo de las armas pequeñas en las violaciones


de los derechos humanos
LAS VIOLACIONES DE LOS DERECHOS HUMANOS se cometen la
mayoría de las veces con armas pequeñas, más que con ningún
76
otro tipo de armas. Las armas pequeñas facilitan un amplio espec-
tro de violaciones de los derechos humanos, incluidas matanzas
y mutilaciones, raptos y otras formas de violencia sexual, desapa-
riciones forzadas, torturas y reclutamiento forzado de niños por
grupos armados. Cuando el uso de las armas pequeñas pasa a ser
el medio predominante para resolver controversias y conflictos
individuales o colectivos, los mecanismos jurídicos y pacíficos de
solución de las controversias se debilitan y es imposible hacer res-
petar el estado de derecho.

El género
EL PROBLEMA DE LAS ARMAS PEQUEÑAS está intensamente vin-
culado a los aspectos de género. Las armas pequeñas son usadas
en la gran mayoría de los casos por y contra varones jóvenes, pero
las mujeres y las niñas a menudo resultan gravemente afectadas
por la violencia con armas pequeñas en casos de violencia sexual
cometida con la amenaza del uso de armas, la intimidación y la
coacción, o como cuando son la parte sobreviviente de una pa-
reja o se convierten en cabezas de familia obligadas. La violencia
armada también incide en la capacidad de las mujeres para ac-
tuar como agentes del cambio; por ejemplo, en el contexto de
los procesos de desarme, desmovilización y reintegración o de las
iniciativas de seguridad comunitaria.
Por lo tanto, los enfoques que tienen en cuenta las cuestio-
nes de género son especialmente importantes en las intervencio-
nes focalizadas en el ámbito de la regulación y el control de las
armas pequeñas. Lo mismo se puede decir de las actividades de
prevención e intervención en relación tanto con los sobrevivien-
tes como con los perpetradores y respecto a la atención de las ne-
cesidades de los líderes comunitarios, los negociadores de paz y el
personal de mantenimiento de la paz. Es importante destacar que
se deberían realizar más investigaciones sobre la repercusión de
las armas pequeñas, prestando atención a las variables de edad y
sexo. Es crucial entender mejor la interacción entre la protección
77
personal armada y la proyección del poder armado y concentrar-
se en la creación de medios de subsistencia alternativos y soste-
nibles para quienes hacen frente al desempoderamiento y a la
desesperación.

Los niños
LAS PANDILLAS ARMADAS siguen siendo un problema persistente
en muchas partes del mundo, pues atraen a niños y jóvenes —que
muchas veces están tratando de cumplir su papel de sostén de
sus familias— con ideas engañosas de masculinidad dominante y
ganancias fáciles. La disponibilidad de armas pequeñas y municio-
nes estimula su comportamiento predatorio. Por otra parte, con
demasiada frecuencia se distribuyen armas pequeñas a los niños
en zonas de conflicto, como preludio para convertirlos en niños
soldados. No solo se trata de niños despojados de su futuro por
la inestabilidad y la inseguridad que los rodea, sino que a veces
incluso intervienen activamente en la lucha, como combatientes
y también prestando servicios a los grupos armados. A pesar de
los esfuerzos recientes concertados en el plano internacional para
abordar este problema, la situación sigue siendo inquietante.
Para mejorar estas situaciones se necesitan instrumentos
normativos con un componente dinámico de desarrollo y edu-
cación. Sin embargo, en el ámbito de la regulación de los arma-
mentos, siempre se deben integrar a la ecuación dos medidas: la
custodia de los arsenales de armas de las fuerzas armadas y de la
policía y la garantía de que las armas pequeñas de propiedad de
particulares no acaben circulando ilícitamente, ni caigan en ma-
nos de grupos armados que puedan involucrar a los niños.

Para más información


Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas
www.un.org/disarmament/convarms/SALW/Html/SALW-PoA-
ISS_intro.shtml

78
Gunpolicy.org
www.gunpolicy.org

Declaración de Ginebra sobre la violencia armada y el desarrollo


www.genevadeclaration.org

Instituto de Estudios de Seguridad/ArmsNetAfrica


www.armsnetafrica.org

Red de Acción Internacional contra la Armas Pequeñas


www.iansa.org

Centro Regional sobre las armas pequeñas y las armas ligeras


en la Región de los Grandes Lagos, el Cuerno de África y los
Estados limítrofes
www.recsasec.org

Small Arms Survey


www.smallarmssurvey.org

Viva Río
www.vivario.org.br

West Africa Action Network on Small Arms


www.waansa.org

79
C A P Í T U LO 10

Las minas terrestres


LA VERDADERA CAUSA DE LA MUERTE y las
lesiones de civiles inocentes es la existencia
misma de las minas antipersonal, complejas pero
baratísimas, que parecidas a cajas de confites son
casi indetectables y duran mucho tiempo. Hay que
poner fin a la venta y producción de estas minas
terrestres. Deben prohibirse como se ha hecho
con otras armas. Por mi parte, veo poca diferencia


entre quienes las usan y quienes las producen.
SADAKO OGATA, Alta Comisionada de las Naciones Unidas
para los Refugiados

L AS MINAS ANTIPERSONAL (o minas terrestres) se han utilizado


ampliamente en diversos conflictos armados internacionales
e intraestatales, incluidas las dos guerras mundiales, la guerra en el
sudeste de Asia, la guerra de Corea y la guerra del Golfo de 1991.
Las minas terrestres antipersonal, que son activadas por la
propia víctima, son intrínsecamente armas de efectos indiscrimi-
nados, destinadas a mutilar más que a matar. Muchas veces per-
manecen inactivas durante meses o incluso años después de que
el conflicto ha acabado, y pueden provocar quemaduras o ce-
guera, destrozar las extremidades o causar la muerte. La mayoría
de las víctimas son civiles, incluidos niños.
El propósito original de las minas terrestres antipersonal era
evitar que las fuerzas enemigas pudieran retirar las minas anti-
tanque y antivehículos. Hoy las minas antipersonal se suelen uti-
lizar como arma defensiva para proteger fronteras, campamentos
y otros lugares estratégicos y para restringir o forzar el tránsito de
las tropas enemigas.
81
Con el correr de los años, las minas terrestres antipersonal
se convirtieron en un arma barata, de fácil acceso y amplia dis-
ponibilidad, utilizada comúnmente tanto por las fuerzas armadas
regulares como por los actores no estatales. En consecuencia, el
número de minas terrestres aumentó considerablemente y se
sembraron decenas de millones de ellas, que todavía están ente-
rradas en más de 70 países en todo el mundo, muchas sin registro
o señalización, en campos minados no localizados.
Las minas terrestres tienen repercusiones directas en mu-
chos aspectos de la vida civil: matan, mutilan y aterrorizan, privan
de acceso a tierras de labranza, restringen el movimiento de la
población civil, impiden el regreso de los refugiados y obstaculi-
zan la reconstrucción y el desarrollo económicos. El resultado de
su proliferación han sido muchos miles de muertes y lesionados
o mutilados. Hacia el final de la década de 1990 se estimaba que
anualmente las minas terrestres y las municiones explosivas sin
detonar habían causado entre 15.000 y 20.000 bajas.
Gracias en gran parte a la Convención sobre la Prohibición del
Empleo, Almacenamiento, Producción y Transferencia de Minas
Antipersonal y sobre su Destrucción y a la sensibilización promovi-
da por los grupos de la sociedad civil que formaron parte integral
de la elaboración, entrada en vigor y aplicación de la Convención,
el número de mutilados y muertos causados por las minas terres-
tres ha disminuido considerablemente y el comercio mundial de
las minas terrestres antipersonal casi se ha paralizado. (A lo largo
del capítulo se presenta más información sobre la Convención.)

SIN EMBARGO, TODAVÍA queda mucho por hacer. Más de 76 paí-


ses y territorios en todas las regiones del mundo se ven afectados
en alguna medida por las minas terrestres. Entre los lugares más
contaminados se cuentan: Afganistán, Angola, Bosnia y Herzego-
vina, Burundi, Camboya, Chechenia, Colombia, Iraq, Nepal y Sri
Lanka. También se cree que Myanmar, la India y el Pakistán están
afectados, pero existe poca información pública al respecto. Las
minas terrestres se están utilizando todavía en algunos conflictos
82
internos y afectan de manera desproporcionada a los países más
pobres del mundo. Además, la remoción de minas es una activi-
dad peligrosa y de alto costo (a veces, el costo de remover una
mina puede ser muy superior al costo de producirla).

Convención sobre la Prohibición del Empleo,


Almacenamiento, Producción y Transferencia
de Minas Antipersonal y sobre su Destrucción
CONOCIDO TAMBIÉN COMO Convención sobre la Pro-
hibición del Empleo de las Minas Antipersonal, este
tratado prohíbe el empleo, almacenamiento, producción y trans-
ferencia de minas terrestres antipersonal. Los Estados Partes en la
Convención se comprometen a destruir sus existencias de minas
terrestres antipersonal lo antes posible, a más tardar en un plazo
de cuatro años, a partir de la entrada en vigor de la Convención
para cada Estado Parte, y a destruir todas las minas antipersonal
en las zonas minadas bajo su control, en un plazo de 10 años. Asi-
mismo, los Estados Partes convienen en colaborar en la solución
del problema de las minas terrestres mediante la remoción de mi-
nas, la educación y la asistencia a los sobrevivientes.
La Convención se elaboró mediante lo que se ha dado en lla-
mar el Proceso de Ottawa, una alianza entre la sociedad civil, los
gobiernos y las Naciones Unidas. Aprobada en Oslo (Noruega) el
18 de septiembre de 1997, la Convención fue abierta a la firma en
Ottawa (Canadá) el 3 de diciembre de 1997, 122 gobiernos la han
firmado hasta ahora, y su entrada en vigor fue en marzo de 1999.
La Convención entró en vigor más pronto que ningún otro
tratado de este tipo, de modo que en octubre de 2011 ya tenía
157 Estados Partes. Algunos Estados importantes siguen al mar-
gen de la Convención, incluidos China, Egipto, los Estados Unidos,
la Federación de Rusia, la India, Israel y el Pakistán. Todos los años
desde que la Convención entró en vigor se ha celebrado una reu-
nión de los Estados Partes para promover la aplicación y universa-
lización de la Convención y examinar los avances realizados.
83
La Convención dispone que el Secretario General de las Na-
ciones Unidas convoque una conferencia de examen cinco años
después de su entrada en vigor. La finalidad de la conferencia de
examen es evaluar el funcionamiento y el estado de la Conven-
ción. La conferencia de examen más reciente se celebró en Carta-
gena (Colombia), en 2009; en esa ocasión, 100 Estados Partes rea-
firmaron su compromiso de poner fin al sufrimiento y a las bajas
causadas por las minas terrestres antipersonal y lograr un mundo
libre de esas armas.
La Convención ha logrado paralizar prácticamente el comer-
cio mundial de minas terrestres antipersonal y ha tenido una gran
influencia, incluso sobre los Estados que no la han ratificado.

Convención sobre Prohibiciones o Restricciones


del Empleo de Ciertas Armas Convencionales que
Puedan Considerarse Excesivamente Nocivas o de
Efectos Indiscriminados
EL PROTOCOLO II ENMENDADO1 de la Convención sobre Ciertas
Armas Convencionales (o el Protocolo sobre prohibiciones o res-
tricciones del empleo de minas, armas trampa y otros artefactos,
enmendado el 3 de mayo de 1996: Protocolo enmendado sobre
prohibiciones o restricciones del empleo de minas, armas trampa
y otros artefactos), que entró en vigor en 1998, contiene prohi-
biciones y restricciones sobre el empleo de minas antipersonal y
minas terrestres antivehículos, pero no establece su prohibición
total. En el marco del derecho internacional humanitario, el Pro-
tocolo II Enmendado prohíbe emplear en cualquier circunstancia
minas, armas trampa u otros artefactos explosivos que sean de
tal naturaleza que causen daños superfluos o sufrimientos in-
necesarios; emplear estas armas cuando vayan provistas de un
dispositivo para hacerlas detonar ante la presencia de detectores
de minas; dirigir estas armas contra personas o bienes civiles; o

Se añadió un protocolo enmendado a la Convención a fin de refor-


1

zar disposiciones que no se habían incluido en el texto original.


84
emplearlas de manera indiscriminada. Los Estados Partes en el
Protocolo se comprometen a limpiar, remover y destruir todas las
minas, armas trampa y otros artefactos tras el cese de las hostili-
dades activas; tomar todas las precauciones viables para proteger
a las personas civiles de sus efectos; dar aviso eficaz por adelan-
tado de cualquier ubicación de estas armas que pueda afectar a
la población civil; llevar registros de la ubicación de este tipo de
armas; y tomar medidas para proteger a las misiones de las Nacio-
nes Unidas, el Comité Internacional de la Cruz Roja y otras organi-
zaciones humanitarias contra los efectos de estas armas. Noventa
y siete Estados eran Partes en el Protocolo II Enmendado en julio
de 2011.

Para más información


Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas
www.un.org/disarmament/convarms/Landmines/html/
Landmines_index.shtml

Convención sobre la Prohibición del Empleo, Almacenamiento,


Producción y Transferencia de Minas Antipersonal y sobre su
Destrucción
http://www.apminebanconvention.org/

Red Electrónica de Información sobre las Minas, Servicio


de las Naciones Unidas de Actividades relativas a las Minas
www.mineaction.org

Handicap International
www.handicap-international.org

Campaña Internacional para la Prohibición


de las Minas Terrestres
www.icbl.org

Fundación Menschen Gegen Minen


www.landmine.org/e/index.htm

85
L as bombas en racimo han

cobrado la vida de miles de

civiles durante los últimos 40 años y

lamentablemente todavía lo siguen

haciendo. Causan grandes daños en

el momento de la explosión y siguen

siendo peligrosas mucho después

de terminado el conflicto, matando

e hiriendo a civiles.

Coalición contra las Municiones en Racimo

86
C A P Í T U LO 11

Las municiones en racimo


DURANTE 40 AÑOS —desde Laos hasta el Líbano—,
las municiones en racimo han causado padecimientos
innecesarios, tanto en el momento del ataque


como a lo largo de muchos años.
THOMAS NASH, Coordinador de la Coalición
contra las Municiones en Racimo

E N TÉRMINOS SENCILLOS Y FUNCIONALES, una munición en


racimo (o bomba en racimo) es un contenedor cargado
con una determinada cantidad de submuniciones, cuyo número
puede variar entre unas cuantas y varios centenares. Se pueden
lanzar en el aire o en tierra y liberan “bombetas” o “granadas”,
respectivamente. Desde que se diseñaron y emplearon por pri-
mera vez hace más de medio siglo, más de 24 países han sido
afectados por el empleo de este tipo de armas y por lo menos
15 países las han empleado. Viet Nam, Camboya y la República
Democrática Popular Lao, países que fueron bombardeados por
los Estados Unidos entre 1964 y 1973, tienen en conjunto la trági-
ca distinción de ser la región más fuertemente bombardeada con
municiones en racimo en todo el mundo. Otras zonas afectadas
han sido el Chad, Eritrea, Sierra Leona y el Sudán en África, las ex
Repúblicas Yugoslavas y Albania, Chechenia y el Afganistán. Más
recientemente, los Estados Unidos y sus aliados usaron bombas
en racimo en el Iraq, primero en 1991 y luego en 2003; Israel y
Hezbollah usaron bombas en racimo en 2006; también lo hicieron
la Federación de Rusia y Georgia durante los combates en relación
con la región separatista de Osetia del Sur en agosto de 2008. Hay
informaciones según las cuales el Gobierno de la Jamahiriya Ára-
87
be Libia empleó municiones en racimo contra las fuerzas rebeldes
en el país en 2011.
No hay datos fiables sobre el número exacto de mutilados
o muertos a causa de las municiones en racimo a nivel mundial.
El Monitor de Minas Terrestres y Municiones en Racimo de 2010
menciona que hasta finales de 2009 se habían producido 16.816
bajas confirmadas a causa de las municiones en racimo en todo el
mundo, si bien se estima que el número puede ser mucho mayor:
entre 58.000 y 85.000. El 98% de las víctimas han sido civiles, casi
siempre varones.
Se sabe que 34 países han producido 210 tipos diferentes de
municiones en racimo y que alrededor de 85 países han acumu-
lado miles de millones de submuniciones, según informa la Coali-
ción contra las Municiones en Racimo.
Las municiones en racimo son especialmente peligrosas para
los civiles por diversos motivos. Son imprecisas y un solo ataque
puede esparcir submuniciones en una zona muy amplia. Son poco
fiables e indiscriminadas; con frecuencia, un gran número de sub-
municiones sin detonar quedan esparcidas sobre la superficie y
pueden explotar incluso años después de que han terminado las
hostilidades. Son letales; las submuniciones en racimo están dise-
ñadas típicamente para penetrar blindados y, por consiguiente,
poseen incluso más potencia explosiva y fragmentación metálica
que las minas terrestres.

La Convención sobre Municiones en Racimo


LA CONVENCIÓN SOBRE MUNICIONES EN RACIMO, que proscri-
be el empleo, el almacenamiento, la producción y la transferencia
de casi todas las bombas en racimo, es el fruto de lo que se ha
dado en llamar el Proceso de Oslo, una colaboración entre los go-
biernos, las Naciones Unidas, el Comité Internacional de la Cruz
Roja y otros grupos de la sociedad civil encaminada a resolver el
problema de las municiones en racimo. Negociada y aprobada en
la Conferencia Diplomática de Dublín el 30 de mayo de 2008, la
88
Convención se abrió a la firma en diciembre de 2008, cuando fue
firmada por 108 Estados. Entró en vigor el 1 de agosto de 2010,
seis meses después de que el trigésimo Estado Parte depositara
su ratificación. En julio de 2011, 108 Estados habían firmado la
Convención y 59 la habían ratificado. (Para informarse del estado
de las ratificaciones, véase http://treaties.un.org.)
Los Estados Parte en la Convención se comprometen a destruir
sus existencias de municiones en racimo lo antes posible, a más
tardar en un plazo de ocho años, a partir de la entrada en vigor de
la Convención para cada Estado Parte, a destruir todos los restos
de municiones en racimo dentro de un plazo de 10 años y prestar
asistencia a los países afectados por las municiones en racimo.
Si bien el Proceso de Oslo ha logrado en gran medida llevar
a buen término y rápidamente una prohibición amplia de las mu-
niciones en racimo, aún existen problemas agudos de los cuales
quizás el más grave sea que varias grandes potencias militares
que almacenan la inmensa mayoría de las municiones en racimo
—en particular, China, los Estados Unidos, la Federación de Rusia,
la India, Israel y el Pakistán— no participaron en la elaboración de
la Convención y no la han firmado. Se han celebrado conferen-
cias anuales de los Estados Parte para examinar la aplicación de
la Convención. La más reciente tuvo lugar en Beirut (Líbano) en
septiembre de 2011.
Con miras a superar ese desafío se han llevado a cabo nego-
ciaciones sobre municiones en racimo en el contexto de la Con-
vención sobre Ciertas Armas Convencionales y se han celebrado
debates en Ginebra entre 2008 y 2011, sobre la cuestión relativa
a la elaboración de un nuevo protocolo de la Convención que pro-
híba o restrinja el empleo o la transferencia de las municiones en
racimo. El grupo de expertos gubernamentales al que los Estados
Partes en la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales en-
cargaron la continuación de las negociaciones en 2011 está tra-
tando de plasmar un equilibrio entre las preocupaciones humani-
tarias relativas a las municiones en racimo y las consideraciones
89
militares. El Grupo debía presentar un informe sobre su labor a
la Cuarta Conferencia de Examen de la Convención sobre Ciertas
Armas Convencionales en noviembre de 2011.

Convención sobre Prohibiciones o Restricciones


del Empleo de Ciertas Armas Convencionales que
Puedan Considerarse Excesivamente Nocivas o de
Efectos Indiscriminados
EL PROTOCOLO V SOBRE LOS RESTOS EXPLOSIVOS DE GUERRA
anexo a la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales es-
tablece medidas genéricas destinadas a reducir al mínimo los
efectos de las municiones explosivas abandonadas o sin detonar.
El Protocolo establece obligaciones para la remoción de los restos
explosivos de guerra, el intercambio de información, la sensibili-
zación sobre los riesgos, la asistencia a las víctimas, la coopera-
ción y el apoyo. El Protocolo, sin embargo, no contiene disposicio-
nes sobre armas específicas, en particular en lo que respecta a las
municiones en racimo.

Para más información


Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas, Ginebra
www.unog.ch/ccm

Coalición contra las Municiones en Racimo


www.stopclustermunitions.org

90
C A P Í T U LO 12

Los niños y los conflictos armados


AUNEMOS FUERZAS y creemos un mundo en el
que las armas sean reemplazadas por buenas
notas escolares; los uniformes, por familias unidas;
la lucha, por la amistad; y por una niñez libre de


puestos de control y sin caos.
RADHIKA COOMARASWAMY, Representante Especial
el Secretario General para la Cuestión de los Niños
y los Conflictos Armados

L A FISONOMÍA DE LA GUERRA se ha alterado notablemente a lo


largo de las últimas décadas en la medida en que los objetivos
de las hostilidades han sido cada vez más los civiles. Los niños son
las víctimas primeras de los conflictos armados y sus sufrimientos
tienen muchas caras. Más de dos millones de niños han perdido
la vida en zonas de guerra durante las últimas dos décadas, según
se informa en www.securitycouncilreport.org. Otros seis millones
han quedado mutilados o discapacitados de por vida. Un sinnú-
mero más de niños han quedado huérfanos, han sido secuestra-
dos, privados de educación y salud y marcados con profundas
cicatrices emocionales.
Los niños son particularmente vulnerables al reclutamiento
militar. Tal es así, que en los últimos 20 años más de un cuarto
de millón de ellos han sido explotados como niños soldados al
menos en 30 países en partes de África, Asia, América Latina y el
Oriente Medio.
En abril de 2010, la Sra. Radhika Coomaraswamy, Represen-
tante Especial del Secretario General para la Cuestión de los Niños
y los Conflictos Armados, informó de que aunque había habido
91
algunos progresos en lo relativo al reclutamiento y el empleo de
niños soldados, todavía había 22 países donde los niños eran for-
zados a participar en las hostilidades. En el noveno Informe anual
del Secretario General sobre los niños y el conflicto armado (2010)
se hace referencia a 51 partes en conflictos que siguen reclutando
niños soldados.
A menudo, los niños capturados en los conflictos armados
son aislados y tratados con brutalidad. La Representante Especial
señaló que el trauma físico y mental de los miles de niños víctimas
y autores de violencias en situaciones de conflicto “representa
una grave amenaza para la paz duradera y el desarrollo sostenible,
de resultas de la perpetuación de culturas y ciclos de violencia”.
Cada vez es mayor la cantidad de jóvenes reclutadas en las
fuerzas de combate, donde, como los varones, actúan de coci-
neras, porteadoras, combatientes, barredoras de minas, espías
o terroristas suicidas. Los niños, cualquiera que sea su sexo, son
muchas veces violados sexualmente, y las niñas a veces son forza-
das a servir como “esposas”. Cuando cesa el conflicto, estas niñas
a menudo son estigmatizadas y relegadas en los programas de
reintegración de excombatientes en sus comunidades.
Los niños suelen ser secuestrados en sus hogares y escuelas y
forzados a unirse a grupos armados, aunque a veces parezca que
se unen a ellos voluntariamente. La pobreza, el analfabetismo y la
discriminación, y la falta de educación formal y de medios de sub-
sistencia son algunas de las causas del reclutamiento “voluntario”.
La protección, la supervivencia, el deseo de venganza o un sentido
de pertenencia debido a la pérdida del hogar y de los familiares
también compelen a veces a los niños a unirse a los grupos ar-
mados. Hay quienes estiman que la falta de vías legítimas para
manifestar la disidencia y la participación políticas o las ideologías
del nacionalismo y la identidad étnica se han convertido en pode-
rosos factores de motivación.
Algunos consideran a los niños como un sustituto económica-
mente eficiente de los combatientes adultos. Se los puede adoc-
trinar, manipular e influir fácilmente con ideas de heroicidad, de
92
masculinidad y de poder. Otros factores coadyuvantes son la du-
ración de un conflicto, la presencia de campamentos de refugia-
dos o asentamientos de desplazados internos cerca de las zonas
de conflicto, la reintegración frustrada de los niños y la impunidad
de quienes reclutan niños y los emplean. También hay pruebas
claras que evidencian la correlación directa entre el aumento del
uso de niños en los conflictos y la fácil disponibilidad de armas pe-
queñas, que incluso muchachos de poca edad pueden manipular
y aprender a usar con relativa facilidad.
Muchísimos niños soldados en el mundo están involucrados
en grupos armados no estatales, incluidos paramilitares, milicias y
unidades de autodefensa que operan en zonas de conflicto. Ade-
más de ello, los niños son empleados en conflictos armados por
las fuerzas gubernamentales, como sucede en el Afganistán, el
Chad, Myanmar, la República Democrática del Congo, Somalia, el
Sudán y Uganda.

La protección de los niños en la guerra


AUNQUE TODAVÍA QUEDA MUCHO POR HACER, ha habido avan-
ces significativos en los esfuerzos para proteger a los niños atrapa-
dos en situaciones de conflicto. Más de 140 países han ratificado
el Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del
Niño relativo a la participación de niños en los conflictos armados.
El Protocolo facultativo insta a los países a “tomar todas las medi-
das posibles” para garantizar que los miembros de sus fuerzas ar-
madas que sean menores de 18 años no participen directamente
en las hostilidades. Los Estados también deben elevar a más de 15
años la edad mínima para el reclutamiento voluntario en las fuer-
zas armadas, con el consentimiento de los padres. Para reforzar el
consenso moral de que no se debe reclutar a los niños, la Oficina
de la Representante Especial del Secretario General para la cues-
tión de los niños y los conflictos armados ha lanzado la campaña
“Nadie menor de 18” con miras a la ratificación universal del Pro-
tocolo facultativo para 2012 (http://zerounder18.org).
93
Durante la última década, la cuestión de los niños y los con-
flictos armados ha formado parte del programa del Consejo de Se-
guridad. En 2005, tras la aprobación de la resolución 1612 (2005),
se creó el Grupo de Trabajo del Consejo de Seguridad sobre los
Niños y los Conflictos Armados y se estableció un mecanismo de
supervisión y presentación de informes en relación con esa cues-
tión. Su propósito es reunir información oportuna y fiable sobre
las seis “violaciones graves” cometidas contra los niños, a saber:
reclutamiento y empleo de niños como soldados; muerte y muti-
lación de niños; rapto y otros actos de violencia sexual cometidos
contra los niños, ataques contra escuelas u hospitales, secuestro
de niños, y denegación del acceso humanitario a los niños.
Sobre la base de esta información, el Consejo de Seguridad
puede instar al diálogo con las partes en el conflicto, con miras a
adoptar planes de acción para la liberación y reintegración de los
niños soldados. Asimismo, el Consejo de Seguridad puede tomar
medidas directas contra los autores de tales violaciones, como la
prohibición de viajes, la congelación de activos y la prohibición de
la exportación o el suministro de armas pequeñas y armas ligeras.
También se han hecho progresos mediante la firma de planes
de acción con las partes en conflicto que han estado reclutando
niños. Recientemente, esta acción llevó a la liberación de niños
vinculados al Frente Moro de Liberación Islámica (Filipinas), el
Ejército de Liberación del Pueblo Sudanés y el Partido Comunista
Unificado de Nepal (Maoísta).
Se están sentando precedentes importantes en la lucha para
poner fin a la impunidad de los perpetradores. Dos ejemplos im-
portantes son las detenciones, ordenadas por la Corte Penal In-
ternacional, de Germain Katanga, exdirigente de la Fuerza de Re-
sistencia Patriótica en Ituri, y de Thomas Lubanga Dyilo, fundador
y líder de la Unión de Patriotas Congoleños. Ambos actuaban en
la República Democrática del Congo, y han sido acusados de va-
rios cargos, incluido el reclutamiento y alistamiento de menores
de 15 años y el empleo de niños para participar activamente en
hostilidades. Los tribunales regionales especiales y las comisiones
94
de la verdad prestan una atención cada vez mayor a la cuestión de
los niños soldados.

Para más información


Oficina de la Representante Especial del Secretario General
para la Cuestión de los Niños los Conflictos Armados
www.un.org/children/conflict

Amnistía Internacional
www.amnesty.org/children

Campaña “Nadie Menor de 18”


http://zerounder18.org/

Child Soldiers International


www.child-soldiers.org

Human Rights Watch


www.hrw.org

Ciberbús escolar de las Naciones Unidas


http://cyberschoolbus.un.org/childsoldiers/webquest/

95
C A P Í T U LO 13

La mujer y la paz y la seguridad


LA PAZ SOSTENIBLE solo es viable con la
participación integral de las mujeres: con sus
perspectivas, su liderazgo, su presencia cotidiana e
igualitaria cada vez que tratemos de establecer


y mantener la paz.
BAN KI-MOON, Secretario General de las Naciones Unidas

L AS MUJERES DESEMPEÑAN MUCHOS PAPELES en la seguridad,


en los conflictos y en el desarme. Como civiles, sus vidas se
ven a menudo enormemente alteradas y los conflictos ponen en
peligro sus medios de subsistencia y sus derechos. Como madres
y cuidadoras, con frecuencia son abandonadas y deben hacerse
cargo de la familia en condiciones muy duras, a veces insosteni-
bles. Como sostén de la familia, a veces participan en el tráfico
ilícito de armas. Como soldados, realizan una gran diversidad de
funciones, que van desde combatientes hasta cocineras. Como
parlamentarias, sancionan leyes sobre la política de seguridad y
el control de armamentos. Como activistas de la sociedad civil,
presionan a los gobiernos para que refuercen la seguridad y esta-
blezcan la paz.
Sobre la base de sus diversas experiencias, las mujeres pue-
den ofrecer información valiosa y realizar contribuciones impor-
tantes en los procesos de adopción de decisiones sobre la paz y la
seguridad. Sin embargo, muchas veces son solo espectadoras en
los procesos de adopción de decisiones, incluidas las cuestiones
que afectan a su propia seguridad, la prevención de conflictos,
la política de control de armamentos, las negociaciones de paz,
las operaciones de mantenimiento de la paz y las actividades de
97
reconstrucción después de un conflicto. En esos casos se resta
importancia a las experiencias de las mujeres y es probable que
no se atiendan sus necesidades; a la larga, ese estado de cosas
facilita y legitima las violaciones de los derechos de la mujer y
la violencia contra las mujeres y puede socavar el desarrollo sos-
tenible, la paz y la seguridad. En cambio, cuando las mujeres están
incluidas como participantes activas en los procesos de adopción
de decisiones, es más probable que sus necesidades y las de toda
la comunidad sean atendidas, que las medidas de seguridad sean
más inclusivas y que las negociaciones de paz y las iniciativas de
consolidación de la paz sean más exitosas y duraderas.

Medidas adoptadas por el Consejo de Seguridad


LA RESOLUCIÓN 1325 (2000) DEL CONSEJO DE SEGURIDAD, apro-
bada por unanimidad el 31 de octubre de 2000, fue una resolu-
ción de fundamental relevancia para las mujeres y el desarme,
pues fue la primera vez en que el Consejo se refirió a las excepcio-
nales repercusiones que la guerra tiene sobre las mujeres y a la
importancia de sus contribuciones a la resolución de los conflictos
y los procesos de paz.
La aprobación de la resolución marcó un nuevo grado de con-
cienciación en el Consejo en lo referente a las cuestiones de géne-
ro y supuso la promesa, en el sistema de las Naciones Unidas, de
una atención más orientada tanto a las necesidades de las muje-
res en tiempos de guerra como a su potencial para constituirse en
aliadas activas en tiempos de paz.
En general, la resolución 1325 (2000) versa sobre cuatro
cuestiones: la prevención de la violencia y la vulneración de los
derechos, la protección en los conflictos, la participación en las
decisiones sobre la paz y la seguridad y las necesidades de la mu-
jer en materia de socorro y recuperación durante y después de
los conflictos. De estas cuatro cuestiones, la participación quizás
sea la más importante; esto es, el reconocimiento del derecho de
las mujeres a desempeñar un papel activo en la toma de decisio-

98
nes. Con este objetivo, la resolución insta a los Estados Miembros
a que velen por que aumente la representación de la mujer en
todos los niveles de adopción de decisiones en los procesos de
paz y prevención de conflictos, en la recuperación inicial después
de los conflictos, en la gobernanza y en las operaciones de paz.
Insta además al Secretario General de las Naciones Unidas a que
nombre a más mujeres representantes especiales y enviadas es-
peciales en relación con situaciones de conflicto y también a que
trate de acrecentar el papel de las mujeres en las operaciones de
las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
La resolución exhorta a todas las partes en los conflictos ar-
mados a que respeten los derechos de las mujeres y las niñas y
subraya la responsabilidad de los Estados de enjuiciar a los culpa-
bles de crímenes de guerra, especialmente a los relacionados con
la violencia sexual y de otro tipo contra las mujeres y las niñas. Por
último, la resolución alienta a todas las partes a tener en cuenta
las necesidades de las mujeres cuando negocien y apliquen acuer-
dos de paz y cuando planifiquen las actividades de desarme, des-
movilización y reintegración de los excombatientes en la sociedad.

LA RESOLUCIÓN 1889 (2009) DEL CONSEJO DE SEGURIDAD,


aprobada el 5 de octubre de 2009, se refiere a los obstáculos a la
participación de la mujer en todas las etapas de los procesos de
paz y a la necesidad de mejorar la participación de la mujer en la
adopción de decisiones políticas y económicas en los procesos de
consolidación de la paz, fortaleciendo y complementando el pilar
de “participación” de la resolución 1325 (2000). También solici-
ta al Secretario General de las Naciones Unidas que le presente
una serie de indicadores para vigilar la aplicación de la resolución
1325 (2000).
En respuesta a esa solicitud, el 6 de abril de 2010, el Secre-
tario General presentó un conjunto amplio de indicadores al Con-
sejo (S/2010/173). El sistema de las Naciones Unidas está ahora
recogiendo datos relacionados con estos indicadores.

99
En su informe al Consejo de Seguridad, sobre la aplicación de
la resolución 1325 (2000) del Consejo (S/2011/598, de 29 de sep-
tiembre de 2011), el Secretario General presenta una visión gene-
ral de los avances logrados para dar respuesta a las preocupacio-
nes de primer orden1 y hace hincapié en las medidas adoptadas
por diversos actores desde octubre de 2010. Uno de los avances
institucionales más importantes en relación con la mujer y la paz y
la seguridad ha sido la creación de ONU-Mujeres. Parte de su fun-
ción consiste en influir en todo el sistema de las Naciones Unidas
para acelerar la aplicación de todas las resoluciones relacionadas
con la mujer y la paz y la seguridad.

LAS RESOLUCIONES DEL CONSEJO DE SEGURIDAD 1820 (2008),


1888 (2009) Y 1960 (2010), que complementan a la resolución
1325  (2000), se refieren a la violencia sexual. En la resolución
1820 (2008) se exigió que se pusiera fin a todos los actos de vio-
lencia sexual en los conflictos armados y que se garantizara una
rendición de cuentas para terminar con la impunidad. La resolu-
ción 1888 (2009) se centró en el fortalecimiento de las capacid-
ades directivas, los conocimientos especializados y otras capaci-
dades institucionales en el seno de las Naciones Unidas y en los
Estados Miembros para ayudar a poner fin a la violencia sexual en
los conflictos armados. En respuesta a la resolución 1888 (2009),
el Secretario General nombró una Representante Especial sobre
la Violencia Sexual en los Conflictos. En la resolución 1960 (2010)
se alentó al Secretario General a elaborar una lista de las partes
en conflictos armados sobre las cuales pesaran sospechas funda-
das de que habían cometido actos sistemáticos de violación, y de

Las preocupaciones de primer orden son las siguientes: a) la nece-


1

sidad de fortalecer la participación y el liderazgo en la prevención y


la resolución de conflictos y la consolidación de la paz a largo plazo;
b) la necesidad de que las mujeres y las niñas disfruten de mejores
condiciones de seguridad y de un medio judicial más eficaz durante
y después de los conflictos; y c) la necesidad de incrementar los re-
cursos destinados a todos los aspectos del programa sobre la mujer
y la paz y la seguridad.
100
otras formas de violencia sexual, o de que hubieran sido respon-
sables de esos actos, en situaciones inscritas en el programa del
Consejo de Seguridad. En la resolución 1960 (2010) también se
solicitó al Secretario General que estableciera disposiciones de
vigilancia, análisis y presentación de informes sobre la violencia
sexual relacionada con los conflictos.

Medidas adoptadas por la Asamblea General


LA RESOLUCIÓN 65/69, aprobada por la Asamblea General el 8 de
diciembre de 2010, es otra resolución de fundamental relevancia
para la mujer y el desarme. Propuesta y presentada en las Nacio-
nes Unidas por la Primera Ministra de Trinidad y Tabago, Sra. Ka-
mla Persad-Bissessar, la resolución reconoce la “valiosa contribu-
ción de las mujeres a las medidas concretas de desarme aplicadas
en los planos local, nacional, subregional y regional en la preven-
ción y la reducción de la violencia armada y el conflicto armado,
y en la promoción del desarme, la no proliferación y el control de
armamentos”. La resolución “Alienta a los Estados Miembros, las
organizaciones regionales y subregionales, las Naciones Unidas
y los organismos especializados a que promuevan la representa-
ción equitativa de las mujeres en todos los procesos de adopción
de decisiones con respecto a asuntos relativos al desarme, la no
proliferación y el control de armamentos” e “Invita a todos los
Estados a apoyar y reforzar la participación efectiva de la mujer
en las organizaciones en la esfera del desarme en los planos local,
nacional, subregional y regional”. Es la primera vez que una reso-
lución de la Primera Comisión de la Asamblea General se refiere al
papel y a la participación de la mujer en el desarme.

Medidas adoptadas por el sistema


de las Naciones Unidas y la comunidad internacional
EN LOS AÑOS POSTERIORES a la aprobación de las reso-
luciones 1325 (2000) y 1820 (2008), las Naciones Unidas han
realizado esfuerzos concertados para aplicar esas resoluciones.
101
Ha habido progresos, por ejemplo, en el número de mujeres en
puestos directivos en las Naciones Unidas en países afectados por
conflictos, como jefas de misiones de mantenimiento de la paz y
de misiones políticas especiales. En 2009 fue la primera vez que
una mujer dirigió una misión de mantenimiento de la paz: la Mi-
sión de las Naciones Unidas en Liberia. En 2011, el 21% de las ope-
raciones de mantenimiento de la paz y las misiones políticas espe-
ciales de las Naciones Unidas estaban dirigidas por mujeres (cinco
de 17 misiones de mantenimiento de la paz y dos de 11 misiones
políticas especiales). Además, cuatro mujeres se desempeñan en
calidad de jefas adjuntas de esas misiones. Las mujeres represen-
tan ahora aproximadamente el 10% de los cargos superiores y el
30% del personal civil en las operaciones de mantenimiento de la
paz. En las misiones de policía, el 9% del personal son mujeres,
y en las misiones militares, las mujeres constituyen aproximada-
mente el 3% del personal de mantenimiento de la paz.

Jornadas Mundiales de las Naciones Unidas


sobre la mujer y la paz y la seguridad
DIEZ AÑOS DESPUÉS DE APROBADA LA RESOLUCIÓN 1325 (2000),
las Naciones Unidas organizaron, de junio a agosto de 2010, unas
Jornadas sobre la mujer y la paz y la seguridad en zonas afecta-
das por conflictos, en las que se recogieron las opiniones de las
mujeres sobre las formas de mejorar la aplicación de la resolu-
ción 1325 (2000) por medio del diálogo entre las organizaciones
femeninas de consolidación de la paz y las líderes femeninas de
la comunidad y los representantes de alto nivel de las Naciones
Unidas. Algunas de las prioridades señaladas fueron: aumento del
empoderamiento político de las mujeres y mayor participación en
todos los niveles de adopción de decisiones; una justicia más efi-
caz y creíble y condiciones de seguridad para las mujeres durante
y después de los conflictos; y la asignación de una cuantía mayor y
más sostenible de recursos financieros para apoyar a las mujeres
en los procesos de recuperación.
102
ONU-Mujeres
EN JULIO DE 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas
creó ONU-Mujeres, la Entidad de las Naciones Unidas para la
Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres. Me-
diante esa decisión, los Estados Miembros de las Naciones Unidas
dieron un paso histórico para acelerar los objetivos de la Organi-
zación en materia de igualdad de género y de empoderamiento
de la mujer. Las esferas prioritarias de ONU-Mujeres incluyen la
participación y el liderazgo y la paz y la seguridad. La creación
de ONU-Mujeres pone a las Naciones Unidas en condiciones de
abordar mejor las cuestiones de la igualdad de género y el empo-
deramiento de la mujer.

Las organizaciones de la sociedad civil


y las organizaciones de mujeres
LA SOCIEDAD CIVIL y las organizaciones de mujeres han
sido sumamente valiosas para señalar a la atención la importan-
cia de la adopción de decisiones de las mujeres en materia de
desarme; en la capacitación de las mujeres para que participen
activamente en el control de armas, la paz y la seguridad; y en
las campañas directas en pro del desarme y la no proliferación.
En muchos países, debido a los obstáculos tradicionales que se
oponen a la participación política, el liderazgo de las mujeres se
ha manifestado con mayor fuerza por medio de las organizaciones
de la sociedad civil. Por lo tanto, hacer participar a estas organi-
zaciones suele ser la única manera de asegurar que las mujeres y
sus perspectivas y prioridades en materia de desarme se tengan
presentes en la toma de decisiones, la formulación de políticas y
la programación.

Para leer las resoluciones del Consejo de Seguridad, véase


www.un.org/sc/.

Para leer la resolución 65/69 de la Asamblea General, véase


http://www.un.org/en/ga/65/resolutions.shtml.
103
Para más información
Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas
www.un.org/disarmament/HomePage/gender/gender

Fundación Arias para la paz y el progreso humano


www.arias.or.cr

Centro de Educación e Investigación para la Paz


www.ceipaz.org

Red de Mujeres de IANSA


www.iansa-women.org/

Grupo de Trabajo de las Organizaciones No Gubernamentales


sobre la Mujer y la Paz y la Seguridad
www.womenpeacesecurity.org

ONU-Mujeres
www.unwomen.org html y www.womenwarpeace.org/

Weeramantry Centre for Peace Education and Research


www.wicper.org

104
C A P Í T U LO 14

Las Naciones Unidas


y la labor de desarme

L AS NACIONES UNIDAS han sido una de las organizaciones clave


en la promoción del desarme, una cuestión que ya se aborda-
ba tanto en su instrumento constitutivo, la Carta de las Naciones
Unidas, como en la primera resolución de la Asamblea General.
A continuación, se presenta una breve reseña de la acción de
las Naciones Unidas respecto al desarme en sus primeros años:
• 24 DE OCTUBRE 1945. La Carta de las Naciones Unidas en-
tra en vigor. La Carta contiene dos referencias al desarme
(Artículos 11 y 47) e insta a la “menor desviación posible
de los recursos humanos y económicos del mundo hacia
los armamentos” (Artículo 26). (Para leer la Carta de las
Naciones Unidas, véase www.un.org/aboutun/charter.)
• 24 DE ENERO DE 1946. En la primera resolución aprobada
por la Asamblea General de las Naciones Unidas se crea
una Comisión de Energía Atómica de las Naciones Unidas
y se establece el objetivo de eliminar todas las armas “ca-
paces de causar destrucción colectiva de importancia”.
• 14 DE DICIEMBRE DE 1946. La Asamblea General aprueba
una resolución en la que recomienda que el Consejo de
Seguridad considere la formulación de medidas prácticas
para la “reglamentación general y la reducción de arma-
mentos y fuerzas armadas”.
• 11 DE ENERO DE 1952. La Asamblea General establece
la Comisión de Desarme con el fin de elaborar tratados
para: a) la reglamentación, la limitación y la reducción
equilibrada de todas las fuerzas armadas y de todos los
105
armamentos; b) la eliminación de todas las armas princi-
pales utilizables para la destrucción en masa; y c) el em-
pleo de la energía atómica con fines pacíficos.
• 20 DE NOVIEMBRE DE 1959. La Asamblea General define
por primera vez el objetivo del “desarme general y com-
pleto bajo un control internacional eficaz”.

DENTRO DE LAS NACIONES UNIDAS Y SUS ORGANISMOS CO-


NEXOS se han aprobado diversos tratados importantes de des-
arme, incluidos la Convención sobre las Armas Químicas, la
Convención sobre las Armas Biológicas, el Tratado sobre la No
Proliferación de las Armas Nucleares, el Tratado de Prohibición
Completa de los Ensayos Nucleares y muchos otros tratados.
Las Naciones Unidas han perseguido desde su establecimien-
to dos objetivos paralelos que se refuerzan mutuamente: la elimi-
nación de las armas de destrucción en masa (biológicas, químicas
y nucleares) y la regulación de las armas convencionales (espe-
cialmente el tráfico ilícito de armas pequeñas). La Organización
aborda estas cuestiones por medio de sus órganos más impor-
tantes y sus órganos subsidiarios.

La Asamblea General
LA ASAMBLEA GENERAL es el máximo órgano representativo de
deliberación y elaboración de políticas de la Organización. Está
compuesta por todos los Estados Miembros de las Naciones Uni-
das (193 Estados Miembros hasta 2011). La Asamblea General,
que celebra sus períodos ordinarios de sesiones entre septiembre
y diciembre de cada año, formula recomendaciones no vinculan-
tes a los Estados y funciona sobre la base de un voto por cada
Estado Miembro. Las votaciones sobre cuestiones que se consi-
deran importantes (por ejemplo, la paz y la seguridad) requieren
una mayoría de dos tercios de los Estados Miembros. Las demás
cuestiones se deciden por mayoría simple. La Asamblea General
cuenta con seis Comisiones Principales: Primera Comisión (Co-
106
misión de Desarme y de Seguridad Internacional), Segunda Co-
misión (Comisión de Asuntos Económicos y Financieros), Tercera
Comisión (Comisión de Asuntos Sociales, Humanitarios y Cultura-
les), Cuarta Comisión (Comisión Política Especial y de Descoloni-
zación), Quinta Comisión (Comisión de Asuntos Administrativos y
de Presupuesto) y Sexta Comisión (Comisión Jurídica).

Para más información, se puede consultar el sitio web de la Asam-


blea General (www.un.org/en/ga/) o los siguientes sitios web:
Arms Control Association (www.controlarms.org), Reaching Criti-
cal Will (www.reachingcriticalwill.org), Acronym Institute (www.
acronym. org.uk) y PeaceWomen Project (www.peacewomen.org).

Véanse las votaciones más reciente del año sobre las cuestiones
relacionadas con el desarme y la seguridad internacional en los
sitios web de la Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones
Unidas (http://disarmament.un.org/vote.nsf) y del Comité de Or-
ganizaciones No Gubernamentales sobre Desarme, Paz y Seguri-
dad (http://disarm.igc.org). Disarmament Times también recoge
información sobre asuntos de desarme.

La Primera Comisión de la Asamblea General


Desarme y seguridad internacional
LA PRIMERA COMISIÓN de la Asamblea General delibera sobre
las cuestiones relacionadas con el desarme y la seguridad interna-
cional. (Véase la sección sobre la Asamblea General en la página
anterior.)

Para más información, véase el sitio web de la Primera Comisión


(www.un.org/en/ga/first/index.shtml).

El Consejo de Seguridad
EL CONSEJO DE SEGURIDAD, en virtud de la Carta de las Naciones
Unidas, tiene la responsabilidad primordial de mantener la paz
y la seguridad internacionales. Se compone de cinco miembros
107
permanentes (China, los Estados Unidos, la Federación de Rusia,
Francia y el Reino Unido) y 10 miembros no permanentes, elegi-
dos por la Asamblea General por períodos de dos años. La Presi-
dencia del Consejo recae, por turno, en los Estados miembros del
Consejo según el orden alfabético inglés de los nombres de los
países. Cada Presidente permanece en funciones por espacio de
un mes. El Consejo se basa en el principio de un voto por cada
miembro. Las decisiones sobre cuestiones de procedimiento re-
quieren nueve votos afirmativos de los 15 votos, y las decisiones
sobre cuestiones sustantivas requieren nueve votos afirmativos
de los 15 votos, incluidos los de los cinco miembros permanentes.
En virtud de la Carta de las Naciones Unidas, todos los Estados
Miembros acuerdan aceptar y aplicar las decisiones del Consejo
de Seguridad, que es el único órgano que en todo el sistema de
las Naciones Unidas que puede adoptar decisiones jurídicamente
vinculantes.
Para más información, véase el sitio web del Consejo de Seguri-
dad (www.un.org/docs/sc).

Comisión de Desarme
LA COMISIÓN DE DESARME es un órgano de deliberación (solo
puede formular recomendaciones y no adoptar decisiones jurídi-
camente vinculantes) y es un órgano subsidiario de la Asamblea
General de las Naciones Unidas con el mandato de examinar las
cuestiones relacionadas con el desarme y formular recomendacio-
nes al respecto. Fue establecida en 1978 durante el primer perío-
do extraordinario de sesiones de la Asamblea General dedicado
al desarme (sucedió a la anterior Comisión de Desarme creada
en 1952 y que dejó de reunirse en 1965). La Comisión de Desarme
está compuesta por todos los Estados Miembros de las Naciones
Unidas y celebra sus períodos de sesiones anuales en Nueva York
durante tres semanas (normalmente, al final del segundo trimes-
tre). Examina un número reducido de temas en ciclos trienales y
presenta informes anuales a la Asamblea General.
108
Para más información, véase el sitio web de la Comisión de Des-
arme (www.un.org/depts/ddar/discomm/undc. html) o el de la
Oficina de Asuntos de Desarme (www.un.org/disarmament/Ho-
mePage/DisarmamentCommission/UNDiscom.shtml).

La Conferencia de Desarme
LA CONFERENCIA DE DESARME es el único órgano multilateral de
negociación de tratados de desarme. Consta de 65 miembros per-
manentes que se reúnen en Ginebra en tres períodos de sesiones
anuales (generalmente se celebran de enero a marzo, de mayo
a junio y de agosto a septiembre). La Conferncia funciona en ré-
gimen de consenso para asegurar el pleno apoyo a los acuerdos
concertados. Algunos de sus logros más notables son la Conven-
ción sobre las Armas Biológicas, la Convención sobre las Armas
Químicas y el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos
Nucleares (que todavía no ha entrado en vigor).

Para más información, véase el sitio web de la Oficina de las Nacio-


nes Unidas en Ginebra (www.unog.ch, haga clic en “Disarmament”).

Oficina de Asuntos de Desarme


ESTABLECIDA EN 1982 (denominada a lo largo de los años “depar-
tamento”, “oficina” y “centro”), la Oficina de Asuntos de Desarme
promueve el objetivo del desarme y la no proliferación y el for-
talecimiento de los regímenes de desarme. Propicia el desarme
en las esferas de las armas nucleares, así como de las armas
convencionales, especialmente las minas terrestres y las armas
pequeñas. Presta apoyo de organización a la Asamblea General,
a la Comisión de Desarme, a la Conferencia de Desarme y a otros
órganos, alienta las iniciativas de desarme regionales y presta ser-
vicios de información, extensión y educación sobre las actividades
de las Naciones Unidas en materia de desarme.

Para más información, véase el sitio web de la Oficina de Asuntos


de Desarme de las Naciones Unidas (www.un.org/disarmament)
109
Centros regionales de las Naciones Unidas
para la paz y el desarme
LOS TRES CENTROS REGIONALES, con sede en Lomé (Togo), Kat-
mandú (Nepal) y Lima (Perú) brindan asistencia práctica a los Esta-
dos en esferas sustantivas y técnicas, incluidas la legislación sobre
armas de fuego, el apoyo a la gestión de arsenales y la destrucción
de armas y los registros sobre las armas convencionales. Los Cen-
tros organizan y apoyan conferencias, seminarios y talleres para
promover el control de armamentos y las actividades de control
de armamentos y desarme en los planos regional y subregional.

Para más información, véanse los sitios web de los Centros:


Centro Regional de las Naciones Unidas para la Paz
y el Desarme en África (www.unrec.org)
Centro Regional de las Naciones Unidas para la Paz
y el Desarme en Asia y el Pacífico (www.unrcpd.org.np)
Centro Regional de las Naciones Unidas para la Paz, el Desarme
y el Desarrollo en América Latina y el Caribe (www.unlirec.org)

Organismo Internacional de Energía Atómica


(OIEA)
CON SEDE EN VIENA, EL OIEA se creó en 1957 para promover la
cooperación global en el ámbito de la tecnología nuclear para usos
pacíficos. La Junta de Gobernadores, compuesta de 35 miembros,
y la Conferencia General de todos los Estados miembros estable-
cen los programas y presupuestos del Organismo. Su labor se pue-
de clasificar en tres categorías generales: seguridad y protección,
ciencia y tecnología y salvaguardias y verificación. A veces se dice
que el OIEA es el “órgano fiscalizador nuclear” del mundo. El OIEA
es un organismo internacional e independiente pero estrecha-
mente vinculado a las Naciones Unidas.

Para más información a propósito del OIEA, puede visitarse el sitio


(www.oiea.org).
110
Organización para la Prohibición
de las Armas Químicas
LA ORGANIZACIÓN PARA LA PROHIBICIÓN DE LAS ARMAS
QUÍMICAS, establecida en 1997, es el órgano de aplicación de
la Convención sobre las Armas Químicas. La Organización para
la Prohibición de las Armas Químicas se constituyó con el fin
de lograr el objeto y el propósito de la Convención: asegurar la
aplicación de sus disposiciones, entre ellas las relativas a la verifi-
cación internacional de su cumplimiento, y proporcionar un foro
para las consultas y la colaboración entre los Estados Partes. Tiene
su sede en La Haya (Países Bajos) y se compone de 188 miembros.

Para más información, véase el sitio web de la Organización para


la Prohibición de las Armas Químicas (www.opcw.org).

Comisión Preparatoria de la Organización


del Tratado de Prohibición Completa
de los Ensayos Nucleares
LA COMISIÓN PREPARATORIA de la Organización del Tratado
de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, establecida
en 1996, es una organización provisional dedicada a sentar las ba-
ses del régimen mundial de verificación y promover ese régimen,
en preparación de la entrada en vigor del Tratado de Prohibición
Completa de los Ensayos Nucleares (TPCE).
La Comisión Preparatoria se centra en promover la firma y
ratificación del Tratado y el establecimiento de un régimen mun-
dial de verificación para vigilar el cumplimiento de la prohibición
completa de los ensayos nucleares (que incluye la instalación de
321 estaciones de vigilancia y 16 estaciones de radionúclidos en
todo el mundo). La Comisión Preparatoria es una organización
internacional independiente vinculada a las Naciones Unidas. Se
financia con recursos de los Estados signatarios del TPCE.

Para más información, véase el sitio web de la OTPCE (www.ctbto.


org).
111
C A P Í T U LO 15

Mantenerse informado
y participar


OBREMOS CON AUDACIA. Pensemos a lo grande,
pues pensar así produce grandes resultados.
Por eso, de nuevo, necesitamos personas como
ustedes. Personas que entienden que el mundo
está sobrearmado y la paz infrafinanciada.
Personas que comprenden que el tiempo de


cambiar es ahora mismo.
BAN KI-MOON, Secretario General de las Naciones Unidas

E XISTEN CIENTOS de organizaciones de la sociedad civil


que promueven el control de las armas y el desarme en todo
el mundo. Sin el trabajo que durante décadas han llevado a cabo
esas organizaciones, y sin el apoyo y la participación de los par-
ticulares de todo el mundo, el programa del desarme no habría
alcanzado la importancia que tiene hoy día, ni tampoco habría
avanzado tanto como hasta ahora. Sin el compromiso público, los
líderes mundiales no debatirían en profundidad cuestiones que
en nuestros días revisten una importancia extraordinaria, tales
como el desarme nuclear, la regulación del comercio mundial de
armas y la prohibición de materiales fisionables.
¿Piensa usted que su acción es irrelevante? Piense de nue-
vo. No hace falta ser un experto o un dirigente mundial para pro-
mover un cambio. Solo se necesita estar comprometido, y usted
tiene motivos de sobra para comprometerse con una causa que
afecta a su seguridad y al futuro de todo el planeta.
Normalmente, las personas comprometidas marcan la dife-
rencia. De hecho, los tratados que prohíben el empleo de minas
113
terrestres y municiones en racimo son el resultado directo de
campañas de la sociedad civil promovidas justamente por perso-
nas así. Las organizaciones y las personas comprometidas pueden
marcar, y marcan, la diferencia cuando se trata del desarme.
El primer paso para participar es mantenerse informado. Para
ello, seguidamente figuran algunos sitios en la web donde pueden
obtenerse las noticias recientes, ponerse al corriente de las orga-
nizaciones y las campañas que quieren marcar con su acción un
antes y un después y participar en ellas. Ahora es más importante
que nunca. Únase a la causa.

Action on Armed Violence


http://aoav.org.uk/
Este sitio web ofrece información sobre la violencia armada y el
desarrollo, una carpeta de herramientas de sensibilización e infor-
mes sobre la violencia armada. Únase al llamamiento a los gobier-
nos para hacer frente a la violencia armada.

Arab Institute for Security Studies


www.acsis.org
El Instituto se ocupa de las condiciones necesarias para promover
la paz y la estabilidad en los planos regional e internacional, confor-
me con los principios de las Naciones Unidas, y su objeto es diag-
nosticar con precisión y eficiencia la situación de seguridad y ha-
cer recomendaciones sobre algunos de los temas más acuciantes.

Arms Control Association


www.armscontrol.org
Un sitio web muy completo con información sobre las armas con-
vencionales y no convencionales, los tratados de control de armas
y perfiles de países. Lea y suscríbase a Arms Control Today.

British-American Security Information Council


www.basicint.org
El sitio web ofrece información sobre la OTAN, los tratados de
control de armamentos, la campaña “Llegar Cero” (armas nuclea-
res) y otros temas. Suscríbase a los boletines de correo electró-
114
nico de la campaña “Llegar a Cero” en http://www.basicint.org/
updates/subscribe.

Bulletin of the Atomic Scientists


www.thebulletin.org
Consulte artículos de actualidad y de números anteriores del The
Bulletin Online (gratuito), incluidas noticias y análisis sobre la se-
guridad global y otros temas de interés.

Centro para el Control de Armas y la No Proliferación


www.armscontrolcenter.org
Este sitio web ofrece información acerca de las armas biológicas,
químicas y nucleares, la defensa contra misiles, el Afganistán, la
República Islámica del Irán, el Iraq y la República Popular Demo-
crática de Corea. También presenta análisis normativos amplios.

Centro de Información de Defensa


www.cdi.org
Este sitio web presenta información normativa e investigaciones
en relación con los gastos y las políticas de defensa de los Estados
Unidos, el comercio de armas, los niños y el conflicto armado, la
defensa contra misiles, la proliferación nuclear, las armas peque-
ñas, la seguridad espacial y el terrorismo.

Coalición contra las Municiones en Racimo


www.stopclustermunitions.org
Infórmese sobre la campaña internacional para prohibir las muni-
ciones en racimo que tiene por objeto brindar apoyo a la Conven-
ción sobre Municiones en Racimo. Únase a la campaña y póngase
al corriente de las actividades mundiales y locales en apoyo de la
Convención sobre Municiones en Racimo.

Coalición para Impedir la Utilización de Niños Soldados


www.child-soldiers.org
La Coalición tiene por objeto poner fin al empleo de los niños sol-
dados en todo el mundo. Reciba información actualizada, lea los
últimos informes y únase a la Campaña Red Hand.
115
Campaña Armas Bajo Control
www.controlarms.org
La campaña promueve la firma de un tratado mundial, jurídica-
mente vinculante, sobre el comercio de armas. Únase a la campa-
ña, suscríbase a su boletín informativo, siga la campaña en Face-
book y Twitter, lea su blog y mucho más.
Federation of American Scientists
www.fas.org
Este sitio web contiene información pormenorizada sobre las ar-
mas biológicas, químicas y nucleares, el comercio de armas, la
energía, el medio ambiente y la tecnología emergente.
Global Security Newswire
http://gsn.nti.org/gsn/
Lea las noticias diarias sobre las armas nucleares, biológicas y quí-
micas, el terrorismo, los misiles, la defensa contra misiles y temas
conexos. Suscríbase al mensaje diario de correo electrónico. Tam-
bién se pueden hacer búsquedas de archivos de noticias en línea.
Gunpolicy.org
www.gunpolicy.org
Este sitio web contiene amplia información sobre la política mun-
dial relativa a las armas de fuego, la violencia armada y las leyes
nacionales sobre las armas de fuego.

Henry L. Stimson Center


www.stimson.org
El sitio ofrece información sobre la seguridad en el espacio, la se-
guridad ambiental y la seguridad regional en Asia y otros temas.
Red Internacional de Acción sobre Armas Pequeñas
www.iansa.org
Infórmese sobre esta campaña mundial para poner fin al tráfico
ilícito de armas pequeñas y apoyar la elaboración de un tratado
sobre el comercio de armas. El sitio web presenta información
sobre las mujeres, los niños, el desarrollo y muchos otros temas
relacionados con las armas pequeñas.
116
Campaña Internacional para la Prohibición
de las Minas Terrestres
www.icbl.org
Esta campaña mundial fomentó la elaboración y aprobación de
la Convención sobre la Prohibición del Empleo, Almacenamiento,
Producción y Transferencia de Minas Antipersonal y sobre su Des-
trucción. También apoya la aplicación de la Convención sobre Mu-
niciones en Racimo. Únase a cualquier grupo nacional o hágase
voluntario. Vea las 10 cosas que puede hacer en pro de un mundo
libre de minas terrestres y de bombas en racimo.

Grupo Internacional sobre Material Fisionable


www.fissilematerials.org
Este sitio web brinda información detallada sobre material fisio-
nable y las armas nucleares. Infórmese sobre la labor en pro de la
aprobación de un tratado de prohibición de la producción de ma-
terial fisionable, el proyecto de tratado y el informe anual “Global
Fissile Material Report”.

James Martin Center for Nonproliferation Studies


Monterey Institute of International Studies
(Middlebury College)
http://cns.miis.edu
Este sitio web contiene amplia información sobre las armas de
destrucción en masa y la no proliferación.

Comité de Organizaciones No Gubernamentales


sobre Desarme, Paz y Seguridad
http://disarm.igc.org
En este sitio web encontrará investigaciones exhaustivas con in-
formación básica y enlaces con otros sitios web sobre diversas
cuestiones y tratados relacionados con el desarme. Suscríbase a
Disarmament Times, una publicación trimestral sobre temas de
desarme. En este sitio puede leer los números actuales y anterio-
res de la publicación.
117
Iniciativa relativa a la Amenaza Nuclear
www.nti.org
Este sitio web ofrece información sobre armas biológicas, quími-
cas y nucleares y perfiles de países. Suscríbase a Global Security
Newswire, una publicación diaria de noticias relacionadas con el
desarme y el control de armamentos.

Reaching Critical Will


Un proyecto de la Liga Internacional de Mujeres Pro Paz
y Libertad
www.reachingcriticalwill.org
Este sitio web presenta un amplio caudal de información básica
sobre muchas cuestiones relacionadas con el desarme. Suscríbase
para recibir información por correo electrónico: News in Review
(un boletín diario de las comisiones preparatorias del TNP y de
las conferencias de examen), First Committee Monitor (boletín
semanal sobre la Primera Comisión de la Asamblea General de
las Naciones Unidas), CD Report (noticias sobre la Conferencia de
Desarme) y también E-News Advisories. Para suscribirse, utilice la
dirección mencionada arriba o envíe un mensaje de correo elec-
trónico a info@reachingcriticalwill.org.

Small Arms Survey


www.smallarmssurvey.org
Lea el Small Arms Survey sobre las armas pequeñas, municiones,
productores, sistemas portátiles de defensa antiaérea, estudios
de países, etcétera.

Instituto Internacional de Estocolmo


para la Investigación de la Paz
www.sipri.org
Este sitio web presenta investigaciones detalladas sobre seguri-
dad internacional, control de armas y desarme. El SIPRI Yearbook
brinda información acerca de los gastos en armamentos, los alma-
cenes de armas en el mundo y otros temas.
118
Union of Concerned Scientists
www.ucsusa.org
Recursos sobre el calentamiento de la Tierra, los vehículos y la
energía no contaminantes, la energía y las armas nucleares. Sus-
críbase a las alertas de acción, noticias y recursos.

Ciberbús escolar de las Naciones Unidas


http://cyberschoolbus.un.org
Recursos para docentes y alumnos a propósito de una amplia va-
riedad de temas mundiales y de las Naciones Unidas, incluidos el
desarme y la no proliferación.

Instituto de las Naciones Unidas de Investigación


sobre el Desarme
www.unidir.org
Información detallada sobre temas relacionados con el desarme.
Suscríbase a Disarmament Forum en www.unidir.org/html/en/di-
sarmament_forum.php.

Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas


www.un.org/disarmament
Información y enlaces sobre los órganos, las cuestiones y los te-
mas referidos al desarme y relacionados con las Naciones Unidas,
incluidas las armas de destrucción en masa, las armas conven-
cionales, el estado y el texto de los tratados, las bases de datos,
etcétera.

The Verification Research, Training and Information Centre


www.vertic.org
El Centro (VERTIC) apoya el desarrollo, la aplicación y la eficacia
de los acuerdos internacionales y las iniciativas regionales y nacio-
nales conexas. En este sitio web se hace referencia a los acuerdos
e iniciativas en las esferas de control de armamentos, el desarme
y el medio ambiente, con especial atención a las cuestiones de
vigilancia, examen, aplicación y verificación.
119
Comisión sobre la Proliferación de Armas de Destrucción
en Masa
www.wmdcommission.org
Este sitio web presenta información amplia sobre armas nuclea-
res, biológicas y químicas. Lea Weapons of Terror (2006).

*  *  *

DESARME: GUÍA BÁSICA puede consultarse en línea en


http://www.un.org/disarmament/HomePage/ODAPublications/
AdhocPublications.

120
A P É ND I C E

Tratados de control
de armamentos y desarme
e instrumentos conexos

Fecha de entrada
en vigor
Tratado Antártico 1961
Tratado sobre una Zona Libre de Armas Nucleares 2009
en África (Tratado de Pelindaba)
Marco Acordado entre los Estados Unidos 1994
de América y la República Popular Democrática
de Corea
Tratado entre los Estados Unidos de América 1972
y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (Los Estados
sobre la Limitación de los Sistemas Antimisiles Unidos se
retiraron del
Balísticos Tratado en
2001)
Convención sobre las Armas Biológicas y Toxínicas 1975
Tratado sobre la Creación de una Zona Libre de 2009
Armas Nucleares en Asia Central
Convención de África Central para el control Todavía no ha
de las armas pequeñas y las armas ligeras, sus entrado
municiones y todas las piezas y componentes que en vigor
puedan servir para su fabricación, reparación y
ensamblaje (Convención de Kinshasa)
Convención sobre las Armas Químicas 1997
Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Todavía no ha
Nucleares entrado
en vigor
Convención sobre Municiones en Racimo 2010
121
Fecha de entrada
en vigor
Convención sobre la prohibición de utilizar 1978
técnicas de modificación ambiental con fines
militares u otros fines hostiles
Convención sobre Prohibiciones o Restricciones 1983
del Empleo de Ciertas Armas Convencionales que
Puedan Considerarse Excesivamente Nocivas o de
Efectos Indiscriminados
Tratado entre los Estados Unidos de América y la 1988
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas sobre la
Eliminación de sus Misiles de Alcance Intermedio
y de Menor Alcance
Código Internacional de Conducta contra la 2002
Proliferación de los Misiles Balísticos (Código de
Conducta de La Haya)
Convención sobre la Prohibición del Empleo, 1999
Almacenamiento, Producción y Transferencia de
Minas Antipersonal y Sobre su Destrucción
Tratado para la Proscripción de las Armas 1969
Nucleares en la América Latina y el Caribe
(Tratado de Tlatelolco)
Régimen de Control de la Tecnología de Misiles 1993
Acuerdo que rige las actividades de los Estados en 1984
la Luna y otros cuerpos celestes
Tratado sobre la No Proliferación de las Armas 1970
Nucleares
Tratado de Cielos Abiertos 2002
Tratado sobre los Principios que Deben Regir las 1967
Actividades de los Estados en la Exploración y
Utilización del Espacio Ultraterrestre, incluso la
Luna y otros Cuerpos Celestes
Tratado de Prohibición Parcial de los Ensayos 1963
Nucleares
Tratado entre los Estados Unidos de América y la 1976
Unión de Repúblicas Soviéticas sobre las explosiones
nucleares subterráneas con fines pacíficos
122
Fecha de entrada
en vigor
Tratado sobre Prohibición de Emplazar Armas 1972
Nucleares y Otras Armas de Destrucción en Masa
en los Fondos Marinos y Oceánicos y su Subsuelo
Tratado sobre la zona desnuclearizada 1986
del Pacífico Sur (Tratado de Rarotonga)
Tratado sobre la Zona Libre de Armas Nucleares 1997
de Asia Sudoriental (Tratado de Bangkok)
Tratado entre los Estados Unidos de América y la 1969-1972
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas sobre
la Limitación de los Sistemas Antimisiles Balísticos
(SALT I)
Tratado entre los Estados Unidos de América y la No ha
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas sobre entrado
la limitación de las armas estratégicas ofensivas en vigor
(SALT II)
Tratado entre los Estados Unidos de América y 2002
la Federación de Rusia sobre Reducciones de las
Armas Estratégicas Ofensivas
Tratado entre los Estados Unidos de América 1994
y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (venció en
sobre la Reducción y la Limitación de las Armas diciembre de
Estratégicas Ofensiva (START I) 2009)
Tratado entre los Estados Unidos de América No ha
y la Federación de Rusia sobre Ulteriores entrado
Reducciones y Limitaciones de las Armas en vigor
Estratégicas Ofensivas (START II)
Tratado entre los Estados Unidos de América 1990
y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
sobre la limitación de los ensayos subterráneos
de armas nucleares
Tratado sobre Medidas para la Ulterior Reducción 2011
y Limitación de las Armas estratégicas ofensivas
(Estados Unidos y la Federación de Rusia)
Nota: Información actualizada hasta julio de 2011. Los tratados son multilaterales
salvo que se indique lo contrario. Para más información y los textos comple-
tos de los tratados, véanse http://treaties.un.org, http://www.un.org/disar-
mament/HomePage/treaty/treaties.shtml y www.armscontrol.org.

123
Desarme
Guía
básica
Tercera edición
por Melissa Gillis

Prologado por
Michael Douglas
Mensajero de la Paz
de las Naciones Unidas

Publicación de las Naciones Unidas


12-40272 — Septiembre de 2013

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