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Análisis del Comportamiento Humano

Doctorado en Ciencias de la Educación

William René Coy Cabrales


MDCO 18982/78704134

Ensayo “Factores Biológicos, Cognitivos


y Afectivos”
Unidad # 1: Factores Biológicos y Afectivos

Alma Blanca Gómez Cruz


Mayo 20 de 2018
“Factores biológicos, cognitivos y afectivos”
Ensayo

“Podemos ignorar las diferencias y suponer que


todas nuestras mentes son iguales. O podemos
aprovechar estas diferencias” Howard Gardner

Introducción

En el presente ensayo se abordarán los factores biológicos, cognitivos y


afectivos, tomando como referencias a Ochando (2002); Gámez y Marrero (2005); y
Ciompi (2007), donde cada uno expone sus tesis sobre el comportamiento humano
desde la genética, la inteligencia y los sentimientos, resaltando la importancia cerebral
en cada uno de los factores estudiados y el papel que juega la psicología en cada una
de las investigaciones del hombre.
De igual forma, se plantea que el comportamiento es variante y no está
determinado por lo ambiental o genético y que no se puede desconocer la influencia
de ambos factores en la actitud que asumen cada ser humano en el contexto donde se
desenvuelve.
Por otro lado, abarcará la capacidad del hombre para relacionarse con otros sin
desconocer la autonomía, la competencia y la vinculación de acuerdo a la teoría de
(Deci y Ryan 2002, citado en Gámez y Marrero 2005), resaltando la importancia de lo
filogenéticos y ontogenéticos en las relaciones interpersonales.
Por último, se abordará los sentimientos y afectos para comprender al otro y al
mundo desde la óptica Ciompi (2007) a partir de las cinco tesis para entender la lógica
afectiva y su influencia en la vida familiar, profesional, social e individual.

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“Factores biológicos, cognitivos y afectivos”

El comportamiento humano siempre está ligado a lo genético y a lo cerebral,


por lo cual no podemos afirmar un determinismo, ya que esto es variante en cada ser
humano, por ejemplo, según Ochando (2002), debido las formas básicas en los
estereotipos de géneros donde hoy día no podemos discriminar las habilidades de la
mujer que están a la par del hombre, se puede afirmar que este comportamiento están
igual en la hembra como en el macho manifestando estados agresivo, de inteligencia,
amoroso y violento.
Así lo ratifica Ochando (2002) cuando propone que: “las diferencias entre
ambos sexos en patrones de comportamiento son pequeñas, la variabilidad en la
expresión de cualquiera de estos comportamientos, es la norma, y para la mayor
parte, la variabilidad dentro de cada sexo es tan alta, si no mayor, que la diferencia
promedio entre los sexos” (p.10)
Lo que conduce a pensar que de acuerdo a la actitud con la que asumen sus
roles de comportamiento en la sociedad pueden llegar a aprender el uno del otro, lo
que nos llevaría a redireccionar el comportamiento del ser humano en los diferentes
contexto donde desarrolle sus actividades.
De acuerdo con Maulini, Montenegro y Estrada (2006) el comportamiento
humano está focalizado en las relaciones de los componentes genéticos y culturales,
lo que lleva al predominio de conductas con ambas variables, es aquí donde entra a
funcionar el genoma humano, que no es más que el conjunto de genes que están
relacionados con la influencia de mecanismos como lo plantea Maulini, Montenegro y
Estrada (2006) ya que pueden alterar la parte génica de las poblaciones como lo son
las mutaciones, la migración, la deriva genética, la selección natural y apareamiento
no aleatorio, que alteran el comportamiento del hombre en sus diferentes contextos.
Esto permite plantear que las diferentes transformaciones sufridas por la
especie humana a través del tiempo nos muestran en la actualidad un hombre con
comportamientos diversos sin desconocer la importancia de lo genético o biológico y
de lo cultural o social, manifestado en la interacción interpersonal acentuando su
autonomía, el desarrollo de competencias y la vinculación que viene siendo las
diferentes manifestaciones emotivas hacia su prójimo.

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De aquí que Gámez y Marrero (2005) plantean que el ser humano tiene una
capacidad para las relaciones interpersonales de manera compleja y diferenciada, que
a través de la historia se pueden mostrar unos antecedentes filogenéticos como
ontogénicos, lo que va a permitir que el hombre vaya desarrollando capacidades
cerebrales permitiendo que su interacción con otros cada día sean mejores y ésto a su
vez posibilita que el comportamiento ayude a la evolución biológica, haciendo énfasis
en la psicología evolucionista que conecta lo biológico con lo cognitivo, lo motivacional
y el entramado social.
Estos mismos autores plantean que los estados motivacionales son
fundamentales en las conductas que previenen daños biológicos o psicológicos
cuando no se satisfacen las necesidades del hombre. De aquí es donde nace las tres
necesidades básicas que Gámez y Marrero (2005) llamaron: la autonomía, la
competencia y la vinculación, lo que ayuda a organizar los aspectos que pueden
contribuir de manera negativa o positiva al crecimiento personal dentro de su entorno
social.
Por lo cual, la autonomía le va a permitir diferenciar qué actuaciones debe
realizar o no en su contexto, es lo que establece que el ser humano sea capaz de
tomar sus propias posturas de comportamiento o conductas y además que estas sean
de su interés, lo que le da el aval de querer alcanzar una meta o no.
Es aquí donde entra a jugar un papel importante la necesidad de competencia,
que según Gámez y Marrero (2005) la define “como la necesidad de ser eficientes en
las interacciones con el entorno, y refleja el deseo que tienen las personas por ejercitar
sus capacidades y habilidades; y al ejercitarlas buscar y superar
sus retos” (p. 246), esto es lo que permite al hombre enfrentar y superar cada
una de las metas que se propone en la vida, siendo así un actor principal en la
transformación de su entorno social, donde se debe mostrar habilidades para darle
soluciones a las situaciones o problemas presentados en su contexto.
Lo que nos lleva a asumir la otra necesidad señalada por Gámez y Marrero
(2005) que es la de vinculación, la cual va a permitir establecer los lazos con las
personas del contexto, es la parte motivacional que facilita un mejor funcionamiento de
las relaciones interpersonales y emocionales de acuerdo a la empatía presentada por
el individuo o grupo.
Por todo lo anterior, es importante que estas necesidades interactúen entre sí,
ya que posibilitan que el hombre asuma un comportamiento o conducta acorde al
contexto donde se desenvuelve desde lo interpersonal, crecimiento personal y la
integración con la comunidad, lo que a su vez le va a permitir satisfacer sus

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necesidades y lograr su bienestar, tal como lo expresan Gámez y Marrero
(2005) estas necesidades tienen como factor común, dar la importancia a los otros,
implicando una complejidad cognitiva y biológica que se ven reflejadas en la
motivación por las relaciones intrapersonales.
Ya aquí entran a tomar posesión los sentimientos, las emociones o afectos que
plantea Ciompi (2007), en sus cinco tesis que son basadas en la neurobiología
moderna donde el cerebro es el principal emisor de emociones e impulsos
cognoscitivos y que están íntimamente relacionados, generando los diferentes estados
de ánimo en el hombre, tristeza, alegría, amor, miedo, ira, haciendo parte de la
neurociencia cognitiva que abarca el sector emocional.
Siguiendo con Ciompi (2007) quien plantea que los afectos deben estar en el
pensamiento, el comportamiento y que éste debe organizarlos y guiarlos. Dicho de
otra forma, los afectos juegan un papel primordial en los estados de ánimo del hombre,
por ejemplo, en la alegría y en la tristeza, es un ente regulador capaz de identificar lo
positivo y lo negativo en cuanto a ellos se refiere.
Por eso, los sentimientos, pensamientos y comportamientos al interactuar de
manera simultánea pueden generar confusiones en la memoria, que solo pueden
llegarse a corregir mediante escenas semejantes, la cual se va a diferenciar y a
modificar cuando el hombre viva una nueva experiencia. Así como lo establece Ciompi
(2007) “Las emociones individuales y colectivas estimulan, focalizan y organizan, de
hecho, el pensamiento y el comportamiento a todos los niveles fundamentalmente por
igual”. Esto quiere decir que un hecho o acontecimiento puede ser asombrosamente
impactante para la sociedad o para un individuo, o sea que hablamos de que la lógica
afectiva es universal donde el ser humano independientemente de la región a la que
pertenezca tiene sentimientos de ira, pasión, alegría y que lo expresa de acuerdo a su
contexto, pero no deja de ser un sentimiento que se refleja en su comportamiento o
conducta, por eso, Ciompi (2007) afirma que los afectos son la pieza fundamental que
organiza la evolución psíquica y social y que el hombre tiene la capacidad de sentir y
expresar de diferentes forma las situaciones o problemas de la realidad social.
De allí que “las energías emocionales individuales y dirigidas en un mismo
sentido pueden converger hacia flujos colectivos extremadamente poderosos, dando
así lugar al surgimiento de fenómenos macrosociales totalmente nuevos, como por
ejemplo la aparición de nuevas formas de organización y diferenciación colectiva,
movimientos sociales, modas” (Ciompi, 2007, p. 436).

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Por lo anterior, se puede afirmar que, los sentimientos son tan fuertes que al
incentivar el comportamiento de varios hombres se genera una masificación de
inconformismos
o conformismos que van a ocasionando una transformación social, política,
económica y cultural en un contexto determinado. Por eso los sentimientos son
importantes a la luz de hoy, ya que se asocian o relacionan, como lo plantea Polo
(1998) con la inteligencia y voluntad, porque son derivadas de la parte activa del ser
humano, sin desconocer que también se puede suscitar conflicto entre sentimientos y
comportamientos.

Conclusiones
Es importante resaltar que los sentimientos, el comportamiento y la conducta
humana deben mirarse desde lo biológico o genético y su influencia en la vida social y
cultural del hombre, ya sea desde la psicología clínica, de la lógica emocional,
psicología evolutiva, etc. Porque, en la medida que éste se apropia del conocimiento,
lo puede utilizar para las actividades positivas o negativas empleándolas para el
mejoramiento de las relaciones interpersonales y de la sociedad, para generar
bienestar y no perjuicios a la humanidad, ya que se adoptan comportamientos o
conductas que pueden incentivar cambios o transformaciones de carácter social,
político o económicos y estas transformaciones deben ser de beneficios para la
humanidad.
También se debe tener presente que ni el ambiente ni los genes son
determinantes en el comportamiento o la conducta humana, pero sí influyen e invitan a
tomar posturas que pueden ser benéficas o perjudiciales para la sociedad en donde
las relaciones interpersonales deben tener presente las necesidades básicas
señaladas por Gámez y Marrero (2005) como lo son: la autonomía, la competencia y la
vinculación, ya que un ser humano sin estas fortalezas en sus relaciones
interpersonales es muy débil ante una sociedad cambiante y globalizada, donde la
tecnología le marca el paso al desarrollo de la humanidad.
Hoy día las sociedades desde el ámbito educativo, científico, empresarial, etc.,
sino hablan de autonomía, competencias y vinculación están fuera de la élite
globalizada lo que ha generado sentimientos de inconformiso social y deterioro en las
relaciones interpersonales de la humanidad.

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Referencias Bibliográficas

Ciompi, L. (2007). Sentimientos, afectos y lógica afectiva: Su lugar en nuestra


comprensión del otro y del mundo. España: Revista de la Asociación Española
de Neuropsiquiatría, 425- 443.

Gámez, E., & Marrero, H. (2005). Bases cognitivas y motivacionales de la capacidad


humana para las relaciones interpersonales. Anuario de Psicología de La
Universidad de La Laguna, 239 - 260.

Maulini, L., Montenegro, R., & Estrada, N. (2006). Biología humana. Retrieved from
https://ebookcentral.proquest.com

Ochando, M. D. (2002). E-Prints Complutense. Obtenido de Genes y comportamiento


de género: azar o necesidad: http://eprints.ucm.es/5993/

Polo, L. (1998). Los sentimientos humanos, Conferencia. Revista Internacional


d’Humanitats-Piura.

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