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Autor:
Cesar Villavicencio Suca
Docente:
Pr. Wilmer Antonio Arce Ramírez
Curso:
Formación y Desarrollo Personal IV
Ciclo:
IV
Septiembre - 2017
1. Introducción
La enseñanza bíblica cristiana se encuadra dentro de la estrategia general de Dios para salvar
al hombre. Dios ha constituido a maestros (Efesios 4:11) y a otros líderes de la iglesia de Cristo
para que estén "aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para
presentarlos a todos perfectos en él." (Col. 1:28). La misión de la enseñanza bíblica cristiana es
esa y tiene un fin: que los seres humanos se presenten en santidad ante el Señor. Sin embargo,
mucho de lo que se hace con el nombre de "enseñanza cristiana" no es más que palabrería sin
sentido que no va más lejos que el tiempo que se gasta en "charlar" sobre temas religiosos que
no producen santidad en nadie. Y lo que es peor, se enseña como "educación bíblica" simples
ideas humanas que están de moda, añadiéndoles un ropaje cristiano. No es de extrañar que ni
los maestros y maestras saben nada de lo que la Biblia enseña. Es un urgente que las iglesias de
Cristo reconozcan la grave falla que están afrontando al no tener en claro qué es lo que se
pretende con nuestra enseñanza, para qué y cómo es que vamos a enseñar la Biblia. Si nuestras
iglesias no crecen, ni los miembros muestran el testimonio
de honestidad y conocimiento bíblico en sus vidas, entonces no estamos enseñando lo que dice
la Biblia. Si "no pasa nada" como resultado de nuestra enseñanza, entonces estamos inmersos
en un rotundo fracaso. Si todo lo que hacemos es "charlar" y "platicar" en nuestras "clases
bíblicas" estamos perdiendo el tiempo miserablemente. Si nuestros niños y adolescentes no
entregan sus vidas a Cristo y si nuestros adultos son unos hipócritas llenos de inmoralidad e
ignorancia de las Escrituras, entonces nuestro sistema de enseñanza ha fracasado
estruendosamente.
Si los que no conocen a Cristo y asisten a nuestras clases no muestran ningún interés en
arrepentirse de sus pecados y bautizarse (Hechos 2:38) ni tampoco muestran el más mínimo
interés en profundizar en los temas bíblicos que enseñamos, entonces no estamos haciendo
nada con eso que llamamos "estudios bíblicos".
Es necesario que todos los líderes y los maestros y maestras tengan plena claridad de lo que
realmente es la Enseñanza Bíblica Cristiana, se capaciten y empiecen a buscar resultados
espirituales en su enseñanza.
Objetivo general:
Enseñar los fundamentos de la Educación Bíblica Cristiana para poner en marcha
una programa de educación eficaz en las iglesias de Cristo.
Objetivos específicos:
1. Tener claridad sobre la esencia de la enseñanza bíblica cristiana.
2. Identificar los fines de la enseñanza bíblica cristiana.
3. Reconocer los factores que influyen en el proceso de enseñanza – aprendizaje.
4. Poner en marcha un programa de educación bíblica cristiana eficaz en las iglesias de
Cristo.
2. Los fines de la enseñanza cristiana
Ser cristiano es un encuentro personal con Dios, una relación, una experiencia.
Consecuentemente, enseñar desde el punto de vista cristiano consiste en lograr que la persona
tenga una relación personal con Dios y la mantenga toda su vida. Para poder tener un encuentro
personal con Dios la persona debe tener fe. La fe le llega a la persona "como resultado de oír el
mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo" (Romanos 10:16). A nosotros nos
corresponde enseñar el mensaje de Cristo no sólo para que la persona se haga cristiana, como
acabamos de ver, sino también para que se mantenga cristiana. A los que ya son cristianos se
les pide que vivan "manteniendo en alto la palabra de vida" (Fil. 2:16). En esto, el papel de la
enseñanza cristiana es claro: "Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza:
instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría." (Col. 3:16).
Un problema de muchas iglesias es que muchos de nosotros creemos que enseñar es verbalizar,
es decir que la persona diga en sus propias palabras lo que la Biblia enseña. Luchamos por todos
los medios para alcanzar ese logro. Pero en realidad que la persona sepa en su mente una
enseñanza bíblica y pueda decirla claramente en sus propias palabras no es suficiente.
El cristianismo no es tan sólo una manera de pensar, sino una manera de vivir. Mucha gente
conoce y expresa verbalmente muy bien los principios bíblicos, pero no los vive. Jesucristo
identificó claramente ese problema en los fariseos que él tanto reprobó (ver Mateo 23:1-4ss).
Lograr que una persona conozca la palabra de Cristo y la exprese con claridad en sus propias
palabras es algo muy grande, pero no es suficiente.
Otro problema es que muchos de nosotros creemos que, aunque no es suficiente conseguir que
una persona conozca la palabra de Dios y la exprese en sus propias palabras, pensamos que la
solución es que además de eso, la persona muestre entusiasmo por lo que ha aprendido. Pero
eso tampoco es suficiente: el cristianismo no es tan solo un estado de ánimo pasajero, es una
manera de vivir. Hay gente que la "pasa muy bien" en su relación con la palabra de
Dios, muestra entusiasmo con la enseñanza, pero no practica la enseñanza. Conocer y decir con
sus propias palabras los principios bíblicos no es suficiente. Tampoco es suficiente que la
persona "se entusiasme" con la palabra de Dios. Sí, es súper importante que la persona conozca
la palabra de Dios, la exprese en sus propias palabras y se entusiasme con ella. Pero no puede
quedarse ahí. Hemos realmente enseñado cuando la persona cambia su vida y vive una
experiencia permanente con Dios, una relación personal con Dios. Entonces, desde el punto de
vista cristiano hemos realmente enseñado cuando al enseñar la palabra de Dios la persona logra
todo esto completamente:
Conoce la palabra de Dios è Expresa en sus propias palabras la palabra de Dios
Se entusiasma con la palabra de Dios è 4 Logra una experiencia personal con Dios.
Lo anterior se puede dar casi simultáneamente, si Dios quiere. Eso pasa en muchos casos en
que la gente llega a rendir sus vidas a Cristo. Pero, como podemos ver en el cuadro anterior,
parece darse generalmente un proceso de enseñanza – aprendizaje. Eso es lo que vamos a
estudiar en el siguiente capítulo.
Dios hizo al ser humano. Nosotros debemos aprender cómo es que funciona el cuerpo del ser
humano para poder ayudarle cuando está enfermo. Eso es tarea de la medicina. Si queremos
aprender cómo es que el ser humano aprende eso es tarea de la pedagogía. La pedagogía nos
dice que el aprendizaje es un proceso. Por eso hablamos del proceso de enseñanza –
aprendizaje.
Conocer la palabra de dios.
Es importante tener claro que todo empieza con este paso. La gente tiene que entrar en
contacto con la palabra de Dios. Romanos 10:14 dice: "Ahora bien, ¿cómo oirán a aquel
en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán
si no hay quien les predique? ¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito «¡Qué
hermoso es recibir al mensajero que trae buenas nuevas!»". Debe haber alguien que
enseñe la palabra de Dios y otro que reciba la enseñanza.
Dentro del proceso de enseñanza – aprendizaje de la palabra de Dios hay factores que afectan
para bien o para mal ese proceso. La mayoría de educadores están de acuerdo en ubicar esos
factores en el maestro, en el alumno y en el contexto del aprendizaje.
a) El Maestro
El Contexto De Aprendizaje
El contexto de aprendizaje tiene que ver con el lugar y el ambiente donde se imparte la
enseñanza. Es importante que el ambiente sea amistoso, acogedor, agradable, abierto
al diálogo. El lugar debe ser lo más cómodo posible y el número de alumnos manejable.
6. El Cambio De Actitudes
1. La persona es salva.
Eso quiere decir que todos sus pecados han sido perdonados (Hechos 2:38) y que ha
recibido una nueva naturaleza. Es como si naciera de nuevo (Juan 3:3). Es como si fuera
otra persona, una nueva creación (2 de Co. 5:17). Ahora somos "hechura de Dios, creados
en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las
pongamos en práctica" (Efesios 1:10)
3. La persona recibe un poder liberador que la ayuda a tener victoria sobre el mal.
El Espíritu Santo habita en la persona y eso le da un poder inmenso para vencer la
tentación y la persecución. El Espíritu Santo la dota con algún don o dones (1 de Co. 12:7)
para servir a Cristo en la iglesia. Ese poder es un anticipo del goce y la herencia que
recibirá en el cielo (Efesios 1:14)
El programa de enseñanza o currículo de una iglesia de Cristo debe abordar poco a poco
y a medida de las posibilidades de la iglesia local los temas anteriores y trabajar sobre
ellos en los procesos de enseñanza – aprendizaje.
7. Conclusiones
1. Hay una sensación de fracaso y de " no estar haciendo mucho" con la forma en que
estamos enseñando la Biblia en las iglesias. Igualmente un deseo de enseñar
con eficacia.
2. La enseñanza bíblica cristiana tiene como fines el posibilitar un encuentro personal con
Dios a las personas no creyentes, mantener la experiencia personal con Dios en los
creyentes y preparar a los niños para un encuentro con Dios.
3. Enseñar desde el punto de vista bíblico cristiano consiste en que la gente tenga un
encuentro personal con Jesucristo y mantenga esa relación personal con Él durante toda
su vida.
4. El proceso de enseñanza – aprendizaje de la palabra de Dios tiene las siguientes etapas:
conocimiento de la palabra de Dios, comprensión de la palabra de Dios, convencimiento
de la palabra de Dios y experiencia con Dios y Su palabra.
5. Hay factores que afectan el proceso de enseñanza – aprendizaje de la palabra de Dios.
Esos factores tiene que ver con el maestro, el alumno y la atmósfera en que se lleva a
cabo el proceso.
6. El proceso de enseñanza – aprendizaje de la palabra de Dios involucra un cambio de
actitudes de parte de todos los que participan en él. Esos cambios de actitudes se dan
principalmente mediante la conversión de la persona a Jesucristo, mediante el cambio
de conceptos y mediante experiencias vividas con una mentalidad bíblica.
8. Bibliografía
Santa biblia. Nueva Versión Internacional. Sociedad Bíblica Internacional.
El Nuevo Testamento. Versión la Palabra de Dios para todos. Centro Mundial de
Traducción de la Biblia.
Nuevo Diccionario De La Biblia. Lockward, Alfonso, editor. Editorial UNILIT.
Celebremos Su Gloria, Himnario.
Serrano, Rafael. Fundamentos de la Educación Bíblica Cristiana.
Apartado 27953, Santafé de Bogotá, D.C. Año 2000.