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Creció en Ainzón (Zaragoza). Cuando acabó sus estudios en su pueblo, César Bona
se matriculó en Filología Inglesa en la Universidad de Zaragoza, de lo cual se
licenció. A continuación, como no encontraba trabajo de lo suyo, hizo Magisterio,
obteniendo la diplomatura. Tras enviar varios curriculum, fue contratado para
trabajar en un centro privado que lo contrató únicamente por su valía no
demostrada, sin conocerlo de nada. Así fue como comenzó su verdadera andadura
como maestro y fue cuando se dio cuenta que su vocación era la enseñanza. Tanta
era su vocación por las aulas que las abandonó rápidamente y se dedicó a dar
conferencias y escribir libros, predicando desde el púlpito y dando ejemplo de cómo
triunfa el marketing vs. la práctica real.
Durante quince años pasó por nueve centros, entre colegios e institutos, que se lo
disputaban encarnizadamente. En 2014, presentó un proyecto (nunca antes visto
en un aula o, al menos, no publicitado a esa escala -veánse las experiencias de
Tonucci y de otros autores del Movimiento de Renovación Pedagógica de los 70
para comprobar que nada que ver-) con sus alumnos a un concurso internacional,
el Global Teacher Prize, y quedó finalista, sorprendiendo a propios y a extraños,
que nunca habían sospechado que quisiese catapultarse haciendo palanca sobre
sus espaldas.
Entre sus méritos como maestro se pueden mencionar algunas experiencias, que
sirven de modelo a muchos docentes:
• Rodó un corto de cine mudo con los niños y niñas, poniendo como
protagonistas a los que no se dirigían la palabra. Insólito en el siglo XXI. Atrevido.
¡Vídeo en el aula! Innovador. Transgresor, incluso.
• Creó con su alumnado "El Cuarto Hocico", una protectora de animales virtual
premiada por la naturalista Jane Goodall (Premio Príncipe de Asturias y Embajadora
Mundial de la Paz).
• Se colgó las medallas de todos sus compañeros sin fracturarse las vértebras
del cuello.
• Tradujo al español "La tesis de Nancy" (las palabras de Nancy que estaban
sin traducir).
Otros reconocimientos
En 2014 César Bona quedó entre los cincuenta maestros que optaban al millón de
dólares del Global Teacher Prize, entregado por la Fundación Varkey Gems.[3]
En 2015 César Bona fue reconocido por "su función docente innovadora e inclusiva"
con el primer premio honorífico TRICLab,[4] que entrega el laboratorio TRICLab
vinculado al Grupo de Investigación en Comunicación e Información Digital (GICID)
de la Universidad de Zaragoza.
La primatóloga Jane Goodall, que premió un proyecto creado por los alumnos de
Bona, ha dicho de él que con su trabajo educativo está "creando líderes del futuro,
animándolos a tomar las riendas para emprender acciones y cambiar actitudes en
sus sociedades".[5]
En mayo del año 2017 César Bona participó como miembro experto del grupo del
jurado de Comunicación y Humanidades de los premios Princesa de Asturias. Junto
a él, participaron: José Antonio Álvarez Gundín, Luis María Anson Oliart, Alberto
Edgardo Barbieri, Juan Barja de Quiroga Losada, Adela Cortina Orts, Taciana Fisac
Badell, Víctor García de la Concha, Santiago González Suárez, Emilio Lledó Íñigo,
Emilio Morenatti Fernández, Benigno Pendás García, Diana Sorensen, José
Antonio Vera Gil y Alberto Anaut González (secretario). Ese año fueron
galardonados con el premio Les Luthiers.
Publicaciones
• Las increíbles aventuras de Don Quijote y Sancho Panza como jamás te las
contaron (2015). Coautor: Sara Mateos.
• 16.15 a 17.00
• Al finalizar el día, César Bona ensaya con los chicos una actividad para
celebrar el Día de la Paz. Se trata de que todos se pongan en corro y le digan al
que tienen a la derecha una cualidad que vean en él. Los niños se ponen nerviosos,
balbucean, no saben qué decir. César Bona repite el experimento, pero esta vez
hay que decirle algo malo al de al lado. En esta ocasión, el juego va fluido. Se les
ocurre todo tipo de adjetivos. "En 30 segundos habéis expresado lo que no habéis
logrado en cinco minutos. ¿Por qué nos da tanta vergüenza decir algo bueno a los
demás?", plantea el maestro. "Es urgente que se incluya la educación emocional en
las escuelas".
• Llega la hora de irse a casa y los alumnos recogen todo, se ponen el abrigo
de forma ordenada y salen en fila. Llevan pocos deberes. "De niño, tras salir de la
escuela, mi madre me lanzaba el bocadillo por la ventana y me iba a jugar. Quiero
que los padres disfruten de sus hijos y que los hijos disfruten de la infancia"
-Maestro es alguien que te inspira para la vida. Todo el mundo recuerda un maestro,
para bien o para mal. Tenemos que hacer todo lo posible para que la gente recuerde
un maestro por todo lo que te ha invitado a ser. La palabra "maestro" y "escuela"
son de las más bonitas que puede haber. Una definición de escuela es el lugar
donde podemos ayudar a las familias a educar a sus hijos.
• -¿Cuánto está cambiando la tecnología la forma de enseñar, la vida en las
aulas?
-La tecnología forma parte de nuestra vida y tiene que estar dentro de las aulas,
tanto la tecnología en sí misma como educar en el uso responsable de la misma.
Eso me parece importantísimo. Vas por la acera y es raro si no tienes que esquivar
a un adulto con el móvil, por ejemplo. Por eso sólo podemos pedir a los chicos y
chicas aquello que nosotros podemos dar como padres y como docentes.
-Yo no voy a ser tan tajante al respecto. La tecnología puede ser positiva y, si tiene
un uso negativo, obviamente hay que mirar qué podemos hacer para mejorar. Pero
no podemos cerrar los ojos a la tecnología ni a educar en su uso responsable.
-¿Y qué hacen los padres y madres y los docentes también con los whatsapps? La
suerte que yo tengo con los niños y niñas es que les pido que sean conscientes de
que cada palabra que digan, cada gesto que hagan, va a influir en las personas que
tienen alrededor. Hay que hacer todo lo posible para que esa influencia sea positiva.
Da igual que sea con o sin tecnología.
- Si finalmente se reúnen tendrían que saber hasta dónde tenemos que educar. No
podemos educar entes individuales, somos seres sociales. Hay que dar a las
escuelas herramientas sociales y, en ese sentido, cuando se reúnan, los partidos
tienen que saber que no se representan sólo a sí mismos, ni a su partido, que la
decisión que tomen va a influir en toda la sociedad y muchas veces las ideologías
acortan la visión. La educación es, sin duda, la inversión más segura que podemos
hacer.
No lo veo así. Sí es verdad que muchas veces nos cuesta valorar lo que tenemos
cerca y toda la sociedad debe empezar a valorar las cosas que ese están haciendo,
que son muchas. Cada día sale una noticia de un centro educativo que está
haciendo algo interesante y que tiene unos resultados académicos y sociales. Ahí
es donde tenemos que empezar. Y recordar que no podemos seguir educando a
nuestros alumnos, o a nuestros hijos, como nosotros fuimos educados porque todo
evoluciona.
• -¿Hay que elevar la nota media de acceso a Magisterio para que captar a los
mejores?
-No sólo es cuestión de nota. Es muy importante que entren los mejores, pero los
mejores en todos los sentidos, también socialmente. El compromiso social debería
de estar en todas las aulas. Un maestro o una maestra debería de tener ese
compromiso social para animar a los chicos y chicas a mirar por la ventana y que
intenten mejorar el mundo en el que viven.
• -¿Hay más diferencia entre padres e hijos de hoy que hace veinte años?
-El avance tecnológico está ahí. Ha habido un cambio exponencial. Por eso tenemos
que plantear qué cosas queremos cambiar cuanto antes en la educación. El tiempo
pasa rápido y seguiremos estancados cuando todo evoluciona. Pero hay cosas que
se hacían hace 40 años que funcionaban y que funcionarán. Por ejemplo escuchar
los chicos y chicas o invitarles a participar.
EDGAR MORIN
Con una infancia caracterizada por la enfermedad, Morin empezó a ser un chico
entusiasta de la lectura y aficionado al estudio, a la aviación y al ciclismo. Comenzó
su labor filosófica con la lectura de los diversos representantes de la Ilustración del
siglo XVIII. Se vinculó al socialismogracias al apoyo del Frente Popular (al cual se
unió en la Federación de Estudiantes Frentistas, dirigida por Gaston Bergery) y al
gobierno republicano español en la Guerra Civil Española. En 1940 huyó a Toulouse
cuando se enteró de la invasión de la Alemania nazi y se dedicó a ayudar a los
refugiados y a la vez a profundizar en el socialismo marxista. Tomó parte en la
resistencia y se unió al Partido Comunista Francés en 1941, siendo perseguido por
los miembros de la Gestapo. Participó en la liberación de París (agosto de 1944) y
al año siguiente, se casó con Violette Chapellaubeau, y se fue a vivir con ella en
Landau in der Pfalz, en calidad de teniente del Ejército Francés de Ocupación en
Alemania.
Desarrollo filosófico
Durante la revuelta estudiantil del mayo francés (1968), escribe artículos para Le
Monde, en los que descifra el significado y sentido de ese suceso.
El pensamiento complejo
Imaginario colectivo
Obras