Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Paola Alfonso
El cuento “Los desterrados” de Horacio Quiroga fue publicado por primera vez
en el periódico argentino “La Nación” el 1° de Febrero de 1925 bajo el título “El
regreso”. Un año más tarde, en 1926 se publica el cuento en el libro los
desterrados, que lleva el mismo nombre, esto da la pauta de la importancia de
este cuento entre todos los publicados en el libro, como los que refieren a la
misma temática en el caso de “Los mensú” y “Los destiladores de naranjas”,
entre otros. En noviembre de ese mismo año, la editorial Babel, fundada por
Samuel Glusberg, le dedica al autor una publicación de homenaje en la cual
intervienen destacados escritores de la época.
–A vos, negro, por tus motas, te voy a pagar dos pesos y la rapadura. No
te olvidés de venir a cobrar a fin de mes.
Joâo Pedro salió mirándolo de reojo; y cuando a fin de mes fue a cobrar
su sueldo, el dueño de la estancia le dijo:
–Tendé la mano, negro, y apretá fuerte.
Y abriendo el cajón de la mesa, le descargó encima el revólver.
Donde una vez mayores deciden regresar a su tierra natal, la cual recuerdan
con cariño y añoran morir allí. Comienza entonces el camino de regreso, pero
la selva les cobra muy caro su partida y mueren en el camino.
Tirafogo... *
* _ –¡Quiero ir allá!... ¡Nuestra tierra está allá, don Joâo Pedro! La mamá del viejo
Tirafogo...
El viaje, de este modo, quedó resuelto. Y no hubo en cruzado alguno
mayor fe y entusiasmo que los de aquellos dos desterrados casi caducos,
en viaje hacia su tierra natal.
Aunque bajo el bosque virgen, y por violentos que sean los diluvios, el
agua no corre jamás sobre la capa de humus, la miseria y la humedad
ambiente no favorecen tampoco el bienestar de los que avanzan por él.
Llegó pues una mañana en que los dos viejos proscriptos, abatidos por la
consunción y la fiebre, no pudieron ponerse de pie
–¡Seu Tira! –dijo de pronto Joâo Pedro, con lágrimas fluidísimas a lo largo
de sus viejos carrillos–. ¡Eu nao quero morrer sin ver a minha terra!... E
muito lonje o que eu tengo vivido... *
* _ –¡Don Tira! (...) ¡No quiero morir sin ver mi tierra! Está muy lejos lo que he vivido...
–Eu nunca dije para vôcé, seu Tira... ¡O meu irmao mau piqueno esteve
umavez muito doente! *
* _ –Nunca se lo dije, don Tira... ¡Mi hermano más pequeño estuvo una vez muy enfermo!
O, si no, junto al fuego, con una sonrisa que había acudido ya a los labios
desde largo rato:
–O mate de papae cayóse umaz vez de mim... ¡E batióme, seu Joâo! *
* _ –Una vez se me cayó el mate de papá... ¡Y me pegó, don Joâo!
.
–¡Eu só antiguo! –exclamaba, riendo y estirando desmesuradamente el
cuello adelante–. ¡Antiguo! *
* _ –¡Soy antiguo! (...) ¡Antiguo!
Joâo Pedro salió corriendo con su patrón detrás que lo tiroteaba, hasta
lograr hundirse en una laguna de aguas podridas, donde arrastrándose
bajo los camalotes y pajas, pudo alcanzar un tacurú * que se alzaba en el
centro como un cono.
* _ Voz guaraní; hormiguero en forma de montículo de aproximadamente un metro de
altura.
Análisis del cuento “Los Desterrados” de Horacio Quiroga. Paola Alfonso
–O que é... seu Joâo Pedro –dijo Tirafogo–, o que é, é que vócé está de
morrer... ¡Vôcé nâo chegou! *
* _ –Lo que pasa, don Joâo Pedro–dijo Tirafogo–, lo que pasa es que usted se va a
morir...
¡Usted no llegó!
Joâo Pedro no respondió esta vez. Ya había llegado.
Durante largo tiempo Tirafogo quedó tendido de cara contra el suelo
mojado,removiendo de tarde en tarde los labios. Al fin abrió los ojos, y
sus facciones se agrandaron de pronto en una expresión de infantil
alborozo:
–¡Ya cheguei, mamae!... O Joâo Pedro tinha razâu... ¡Vou com ele!... *
* _ –¡Ya llegué, mamá!... Joâo Pedro tenía razón....¡Voy con él!...
Y por último se puede notar en el cuento la denuncia social que hace el autor
sobre los atropellos y abusos de los que son víctimas los hombres de esa zona
selvática, ante el cambio que ocurrió en la zona virgen de la selva con la
llegada de los emigrantes a conquistar estas tierras y adueñarse de ellas.
Bibliografía