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¿Qué importancia tiene en la formación del maestro, la práctica pedagógica investigativa

en primera infancia para la apropiación del perfil normalista desde los pilares de la

educación?

Existen estudios que han permitido comprobar que es en los primeros años de vida donde

el ser humano desarrolla un gran porcentaje de sus habilidades/capacidades y por lo tanto adquiere

un sin numero de conocimientos que le permitirán avanzar a lo largo de su vida.

La primera infancia hoy por hoy es la etapa educativa del niño con más trascendencia a

nivel educativo, donde el aprendiz estará en contacto con un nuevo ambiente que le permitirá

desarrollar un sin numero de potencialidades y donde aprenderá nociones básicas para el mundo,

desde luego guiadas por un maestro entregado a este proceso.

Anteriormente era común ver la educación de infantes como un proceso poco exigente,

sino más bien un espacio donde estos disfruten del juego, la recreación y actividades educativas

básicas, pero sabemos que esto va mas allá, estos primeros años educativos han cobrado tanta

importancia que el docente encargado de este proceso debe estar plenamente convencido y

preparado para asumir la responsabilidad de preparar personas para el mundo, es tener conciencia

de la realidad de cada estudiante y de las capacidades y oportunidades que este tiene, es brindarle

los elementos que le puedan servir para su construcción personal a lo largo de su vida, es mas que

jugar y saltar, es encontrar en cada momento una oportunidad para generar en éste un nuevo

interrogante, una nueva aventura, un nuevo conocimiento.

La práctica pedagógica en el Hogar Infantil Saltarines, ha permitido que tome una buena

apropiación del entorno que me rodea permitiendo que mi formación como maestro sea más
eficiente en las clases, pues de esta manera puedo identificar múltiples cualidades en los niños y

las niñas que les permitirán ser competentes durante toda su vida.

Pues de esta manera, los niños y las niñas comienzan a tomar herramientas que les serán

muy utilices para que puedan construir sus propias ideas y que de esta manera puedan tener un

buen futuro permitiendo que tengan grandes oportunidades de salir adelante.

Para ello, se tuvo muy en cuenta los cuatro pilares de la educación pues estos permiten que

los niños y las niñas puedan tener un buen desarrollo a medida que crezcan y que su cerebro pueda

ser estimulado a medida que vamos trabajando cada uno de estos.

Entre los pilares que se debe trabajar con los niños y las niñas se encuentra la enseñabilidad,

pues esta hace referencia a como se le debe diferenciar la enseñanza de una cosa con respecto a

otra, disminuyendo las posibilidades de confundirlas y haciendo más efectivos los procesos de

comprensión de los niños y las niñas. Los estudiantes deben a prender a diferenciar los objetos,

figuras, letras, señales etc., y somos nosotros los que debemos enseñar bien y apropiarnos de la

creatividad, de modo que ellos disfruten de las clases y puedan captar las ideas con mucha más

atención y facilidad.

En segundo lugar, tenemos a la educabilidad, la cual va muy ligada con la enseñabilidad,

pero esta corresponde a la capacidad y al potencial que tenemos los maestros de poder educar y

dejarse educar. De esta manera, se fortalece en los niños y las niñas las capacidades intelectuales,

afectivas, psicomotrices, etc. En la practica pedagógica, el maestro debe de esforzarse para que

sus estudiantes tengan un buen desarrollo, que aprendan a respetar, a convivir y con el medio que

los rodea, configurando entre ellos, redes de apoyo que prevengan situaciones de maltrato y/o

abuso.
En la pedagogía es donde se debe orientar a los niños y a las niñas, en donde los nutrimos

de conocimientos, pero debe hacerse permitiendo que el maestro y el alumno tengan una relación

amena, respetuosa, cordial, basada en la aceptación y respeto por las diferencias, además de el

acatamiento de las normas.

La práctica pedagógica en la primera infancia permite que los maestros en formación

tengamos un acercamiento a los estudiantes, mediante el cual podemos observar sus

comportamientos y estilos de aprendizaje, y, a partir de esto, buscar metodologías creativas e

innovadoras de manera que ellos se sientan más a gusto con las clases y los procesos de enseñanza-

aprendizaje sean más dinámicos.

Sin embargo, no solo se trata de observar a los niños y las niñas, también se trata de analizar

e identificar el contexto en el que nos encontramos, pues de esta forma sabremos como trabajar

con cada uno de ellos sin tener que entrar a chocar con sus saberes previos o sus creencias, sino

más bien tomarlos como fortalezas que ayuden a avanzar en el proceso educativo y de este modo

somos nosotros los maestros, tanto en ejercicio como en formación, quienes debemos que

adaptarnos al entorno y a cada uno de los niños y las niñas, buscando mejorar la calidad educativa.,

sin que signifique esto que no podemos enseñar, por el contrario, debemos enseñar y educar de la

mejor manera a los estudiantes teniendo muy presente todas sus costumbres y creencias, pero

partiendo desde el respeto por las diferencias.

En la práctica pedagógica que realizamos en el hogar infantil saltarines, se puede evidenciar

todo lo aprendido durante nuestra formación como maestros, permitiendo que fortalezcamos

nuestros conocimientos y que podamos sembrar semillas de amor en cada corazón de cada niño y

niña, teniendo como resultado, unas grandes sonrisas en ellos. Es importante ver reflejada toda
nuestra enseñanza y que tan importante puede ser para la vida de cada uno, este es el mejor

reconocimiento que podemos recibir por nuestra labor.

Con el transcurso de la practica pedagógica en el Hogar Infantil Saltarines, se puede

concluir también que el cambio de los niños y las niñas fue muy productivo, demostrando que

nuestra creatividad y nuestro interés por enseñar fue bueno, pero también que debemos seguir

esforzándonos para ser mejores y dar cada día lo mejor de nosotros.

Tomar la decisión de ser maestro, fue algo que me ha costado mucho, tanto a nivel

económico y en la separación familiar, como en el sentido de asumir un reto tan complejo, pues

educar no es algo que se aprenda de un día para otro, más bien es un compromiso que se adquiere

para toda la vida y que debe estar soportado por una excelente formación en valores, en el servicio

y el amor al prójimo, y académicamente, pues para ser buen maestro, debo pulirme mucho,

aprender y desaprender todos los días con el fin de cualificarme y merecer el titulo tan hermoso

que recibe nuestra profesión: MAESTRO.

Esta primera experiencia de acercamiento, me deja muchas enseñanzas, pero sin lugar a

dudas, me deja mucho más por aprender, me deje enormes retos, tanto a nivel de mi crecimiento

personal como del intelectual. Termino este proceso con muchas ganas de seguir adelante con esta

formación y con una enorme satisfacción de que tanto las docentes cooperadoras como los niños,

disfrutaron de las actividades que propuse y que siempre me permitieron realizarlas, fortaleciendo

mi proceso formativo y mi capacidad de liderazgo en las clases.

Por último, comparto la reflexión que alguna vez me decía una migo docente, el título de

nuestro MAESTRO Jesús, no es salgo que se gane ni siquiera con el cartón que nos dan al
graduarnos, ese título debemos sudarlo, lucharlo, por eso, quiero seguir adelante y que cuando me

llamen Maestro, me pueda sentir orgulloso de saber que me lo he ganado.

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