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Desde el punto de vista naturopático, la enfermedad es un estado inarmónico del organismo, que
se manifiesta mediante un conjunto de síntomas y signos, que son producto de la reacción
natural del individuo, en su lucha por vencer a la causa morbosa que la produce.
Es importante tener en cuenta, que para que cada parte del organismo se encuentre en buen
estado, necesita de la acción de todas las demás. Del mismo modo, cuando algún órgano del
cuerpo enferma, también lo hacen los demás, o al menos aquellos que están más
relacionados con el afectado.
A esto hay que añadir que la enfermedad la determina el organismo o el terreno abonado para
que esta se desarrolle y no la causa morbosa propiamente dicha. Por ejemplo, la tuberculosis
existe, pero no todo el mundo la padece, también hay enfermos portadores de algún otro tipo de
enfermedad, virus o bacterias que sin embargo no la manifiestan. Deduciéndose por ello que no
hay enfermedades sino enfermos, lo cual implica que la "enfermedad" no se cura combatiendo
el mal, sino creando salud. Todo aquello que produce y mantiene la salud es lo que sana al
enfermo.
Para curar a un enfermo no hay pues que luchar contra nada concreto, sino estimular sus
reacciones orgánicas defensivas. Las causas de las enfermedades, pueden ser de carácter
genético (herencia), por defectos metabólicos (alimentación), por tensiones, o preocupaciones
(estrés), acciones nocivas del medio ambiente (contaminación, accidentes, enfriamientos), por
acción de microbios o virus, por las drogas, alcohol, etc.
La terapéutica naturopática sabe muy bien que no es el medico el que cura, sino que es la
propia fuerza vital del enfermo, la que se cura a si mismo. El enfermo no es un recipiente
pasivo, dentro del cual se introducen sustancias que eliminan las causas de los males, sino que
es un ser activo y autónomo, provisto de una serie de recursos capaces de luchar y
reaccionar, contra los estado morbosos y sus causas.
Para ello utilizaremos principalmente, las propiedades medicinales de los alimentos vegetales,
las de las plantas, las del agua, las del sol y las de la tierra.
En la actualidad se van descubriendo los principios activos de estos productos, es decir, los
causantes de sus propiedades medicinales, lo cual representa un gran avance científico, a
favor de la salud del ser humano.
Por lo tanto es muy importante consumir de forma regular estos alimentos y en especial todos
aquellos que tienen verdaderas propiedades terapéuticas como los que vamos a exponer a
continuación:
-Verduras y hortalizas.-
Alcachofa.- Contra problemas del hígado, laxante, depurativa de la sangre, ayuda a bajar el
colesterol, triglicéridos y glucosa, antiartrítica y antirreumática.
Ajo.- Muy útil contra el reuma, para bajar la tensión de la sangre, expulsar lombrices y como
desinfectante digestivo y circulatorio. Es muy depurativo..
Jitomate.- resulta ser antiartrítico, estimulante hepático, depurativo, y una de las hortalizas más
rica en vitaminas y minerales sobre todo en potasio. De gran poder antioxidante por lo que por
su aporte en licopeno resulta ser un gran protector contra el cáncer.
Pimiento.- Rojo y maduro es una gran fuente en vitamina C, que supera incluso a los cítricos,
de igual manera, maduro y rojo -como el tomate- contiene licopeno, que es un potente
antioxidante.
Papa.- Antiartrítica, útil en las gastritis con exceso de acidez de estómago, y diurética.
Calabacita.- Muy útil para eliminar parásitos intestinales (lombrices) y para la prostatitis.
También ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre.
Apio.- Gran remineralizante, de gran ayuda en la hipertensión arterial, ayuda a bajar las tasas de
acido úrico y colesterol, muy depurativo y diurético.
Borraja.- Depurativa, diurética, indicada en procesos infecciosos y con fiebre (gripe, tos,
faringitis, etc.), su aceite ayuda a regular el sistema hormonal femenino.
Leguminosas.-
Chícharo.- Son muy nutritivos y ricos en proteínas. Al igual que la soya, es una buena
alternativa para los vegetarianos o los que toman poca carne. Ricos en fibra, lo cual resultan
muy adecuados para regular los niveles de colesterol y glucosa.
Alubia (haba seca).- Muy nutritiva, fuente importante de proteínas, las vainas secas y hervidas
son hipoglucemiantes, ricas en fibra.
Garbanzo.- Gran contenido en fibra, lo cual resulta muy útil para el estreñimiento, reduce el
colesterol y la diabetes, rico en magnesio (protector cardiovascular).
Soya.- La lecitina de soja aporta fitoestrógenos, por lo que regula el flujo hormonal femenino,
reduciendo los bochornos y la pérdida de minerales en la menopausia, Ayuda a prevenir el
cáncer femenino y el de próstata, así como los del corazón y sistema circulatorio, reduce el
colesterol y triglicéridos y limpia el hígado de grasa.
Trigo.- Alimento muy energético, por su riqueza en fibra es muy eficaz contra el estreñimiento
y los divertículos intestinales, ideal para problemas nerviosos en periodos de estudios. Por su
contenido en fitoestrógenos reduce la posibilidad de sufrir cáncer de mama, útero y próstata,
potente antioxidante por ser rico en Selenio y vitamina E, (sobre todo el aceite de su germen),
ayuda a mantener limpias las arterias, se puede consumir en forma de grano o de harina, pero
siempre integral (pan integral) para que sus propiedades, no sean destruidas por el proceso de
refinamiento.
Avena.- Muy energética y de fácil digestión, rica en complejo vitamínico B, útil para reducir la
ansiedad, estimula la glándula tiroides ayudando a metabolizar mejor las grasas, favorece la
actividad del páncreas por lo que regula la cantidad de azúcar en sangre, favorece la
producción de leche en la lactancia, por su contenido en fibra retarda la absorción de colesterol
y glucosa en el intestino.
Arroz.- Si se consume integral o sin refinar -como todos los demás cereales- nos encontramos
que en su cubierta, además de fibra (el salvado), se encuentran sus vitaminas y minerales, las
cuales se pierden si lo consumimos refinado (arroz blanco). Ideal tanto para el estreñimiento
(fibra) como para la diarrea (agua de arroz), rico en magnesio, ayuda a reducir el colesterol y la
tensión arterial, rico en complejo vitamínico B, y al no contener gluten lo pueden consumir
los celiacos.
Maíz.- Alimento ideal para niños y deportistas, su harina es ideal para los celiacos, sus
estigmas en infusión son muy diuréticos y ayudan a bajar la tensión de la sangre, su aporte
en fibra hace bajar el colesterol, contiene betacaroteno un antioxidante muy recomendable para
prevenir el cáncer.
Mijo - Es uno de los cereales que mas hierro y magnesio aportan, muy indicado en casos de
anemia, calambres musculares y embarazo, fortalece la piel, el cabello, las uñas y los dientes.
Frutas.-
Avellana.- Contiene un alto grado en acido oleico, por lo cual son muy utiles para bajar el
colesterol y disminuir el riesgo de enfermedades cardiacas, rica en vitamina E y fibra, buena
fuente de calcio para luchar contra la descalcificacion y osteoporosis.
Piñón.- Con alto contenido en calcio y magnesio, muy apropiados contra la descalcificación,
osteoporosis y en niños en épocas de crecimiento, combate el colesterol, ideal para deportistas
y excursionistas, así como para problemas de anemia.
Cacahuete.- Fuente importante en acido fólico, por lo que resulta muy recomendable para las
embarazadas, antioxidante de las membranas celulares por su contenido en vitamina E, y por
su contenido en azufre es ideal para desinfectar las vías respiratorias, piel e hígado.
Semilla de girasol.- Previene de infartos, por su alto contenido en potasio y magnesio es ideal
para prevenir lesiones de los deportistas y mejorar su rendimiento, ricas en vitamina E la cual
interviene para favorecer la fertilidad.
Semilla de Sésamo.- Por su gran aporte de calcio es ideal en el embarazo y lactancia, previene
la infertilidad masculina al ser rica en Zinc, en anemias por su contenido en hierro, su aporte
en lecitina (superior a la de la soja) ayuda a reducir y controlar el colesterol y triglicéridos.
Frutas
Manzana.- La pectina que contiene ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre,
regula el intestino, tanto en caso de diarrea (pelada y rallada) como de estreñimiento.
Pera.- Ayuda a mantener los niveles normales de azúcar en la sangre, regula el intestino por su
contenido en fibra, rica en potasio y vitamina C, alivia las digestiones pesadas.
Uva.- Muy depurativa (cura de uvas), remineralizante, muy energética (uvas pasas), no se
recomienda a los diabéticos.
Plátano.- Muy nutritivo, rico en fructosa, azúcar que aporta energía de forma rápida, ideal por
lo tanto para deportistas en fase de competición, contiene potasio y triptófano, aminoácido
esencial que ayuda a regular la serotonina en el cerebro, útil en casos de ansiedad e insomnio.
Cereza.- ayuda a eliminar el acido úrico, laxante y diurética (los rabos en infusión), rica en
hierro, calcio y vitamina C.
Piña.- Digestiva, remineralizante, normaliza las mucosas alteradas de la boca faringe y laringe,
rica en enzimas digestivas.
Limón.- Muy útil en enfermedades hepáticas y biliares, ayuda a la digestión de las grasas, y a
bajar el colesterol, rico en vitamina C, ideal para combatir la hipertensión arterial, y para los
diabéticos al regular, depurar y estimular el páncreas.
Naranja.- Junto con el limón muy útil en enfermedades febriles e infecciosas, rica en vitamina
C, también de efectos laxantes.
En las últimas décadas ha aumentado en Occidente el interés por las setas orientales, al haberse
puesto de manifiesto sus propiedades curativas mediante diversas investigaciones científicas.
Levadura de cerveza.- Gran depurativo de la piel, ayuda a regular los niveles de glucosa en
sangre por su alto contenido en Cromo; fortalece el sistema nervioso, mejora los estados
anémicos, alimento ideal para los adolescentes por su alto contenido en Zinc, mineral clave en
el cambio hormonal.
Germen de trigo.- Gracias a su aporte en vitamina E, actúa como antioxidante celular por lo
cual neutraliza los radicales libres de la célula evitando su envejecimiento prematuro y por lo
tanto su degeneración, protector hepático, y beneficioso para la piel, uñas y cabello.
Yogur.- Regenerador de la flora intestinal, regula el intestino tanto en casos de diarrea como
de estreñimiento, el problema de la lactosa se soluciona tomando yogur, ya que mediante el
proceso de fermentación la lactosa se transforma en acido láctico, beneficioso para nuestros
intestinos. Su contenido en lactobacilus hace que se regenere nuestra flora intestinal con
bacterias beneficiosas y destruya las dañinas. Los yogures actuales con Bífidus activos hace que
el acido láctico del yogur sea dextrógiro, por lo tanto asimilable.
Kefir.- Asegura la mejor asimilación de los alimentos, regula el transito intestinal, fortalece
las defensas frente a afecciones víricas como bacterianas, reduce los niveles de colesterol y los
riesgos de padecer cáncer de colon. Si es reciente resulta laxante y si pasa de tres días
astringente.
Los prebióticos son sustancias que se encuentran en los alimentos (trigo, ajo, cebolla,
remolacha, etc.), las cuales fermentan a nivel de colon transformándose en el alimento
preferido de las células del colon (colonocitos) para mantenerse sano.
Los probióticos se encuentran en los alimentos como el yogur y leches fermentadas ricas en
lactobacilus y bifidobacterias. Son los encargados de mejorar y proteger la flora intestinal e
incluso vaginal, destruyendo las bacterias y ciertos tóxicos dañinos del intestino y por lo tanto
de nuestro organismo. Tanto los prebióticos como los probióticos juegan un importante papel
como anticancerígenos.
Antioxidantes
El hecho de que estos radicales libres tarden en causar daños en nuestro organismo, se debe al
efecto neutralizador de nuestras enzimas, y el problema aparece cuando este poder de
neutralización se agota.
Son ricos en Vitamina C.- Principalmente las grosellas, el pimiento verde, el kiwi, la coliflor,
las fresas, el limón y la guayaba.
Soya y derivados: Previenen la proliferación de células anormales. Además reducen los efectos
propios de la quimioterapia y la radiación.
Ajo y cebolla: Actúan como agentes quemantes, es decir, se adhieren a las toxinas y las
eliminan - por ejemplo al benceno del tabaco-. Ambos contienen azufre, un potente antioxidante
que depura el hígado. Además estimulan las defensas.
Cítricos: Limón, naranja, toronja y kiwi. Junto a los arándanos, contienen biofavonoides, los
cuales aumentan el efecto antioxidante de la vitamina C.