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LA HUERTA AL PEREJIL
Verdades ancestrales: La huerta al perejil
Verdades Ancestrales
LA HUERTA AL PEREJIL
Proceso de sanación ancestral afrocolombiana,
de las heridas ocasionadas por el conflicto armado
VERDADES ANCESTRALES * La Vuelta la Perejil / Defensoría del Pueblo / Jorge Armando Otálora
Gómez Defensor del Pueblo / Alfonso Cajiao Cabrera Secretario General / Susana Rodríguez Caro
Delegada para los Derechos de los Derechos de las Mujeres y los Asuntos de Género / Carmen
SISTEMATIZACIÓN DE LA EXPERIENCIA DE LA ASOCIACIÓN DE MUJERES AFRO POR LA PAZ [AFROMUPAZ]
Ximena Marciales Coordinación editorial / Carolina Tejada Bermúdez Revisión de textos / Juan
Pablo Salamanca - Imagologo Diseño Diagramación / Torre Blanca - Agencia Gráfica Impresión.
Embajada del Reino de los Países Bajos / © Defensoría del Pueblo / El presente texto se puede
reproducir, fotocopiar y replicar, total o parcialmente, siempre que se cite la fuente. ISBN:
xxxxxxxx / Bogotá, Julio de 2014
Verdades ancestrales: La huerta al perejil
El presente documento recoge la experiencia de un grupo de aproximadamente se-
Presentación tenta mujeres de la Asociación de Mujeres Afro por la Paz [Afromupaz], quienes a par-
tir del mes de diciembre de 2013, contando con el apoyo de la Delegada para los Dere-
chos de las Mujeres y los Asuntos de Género de la Defensoría del pueblo, iniciaron un
proceso comunitario de sanación de los daños que les fueron ocasionados por causa
del conflicto armado, particularmente en hechos de violencia sexual.
Dicho proceso nació por iniciativa de María Eugenia Urrutia, representante legal de la
organización, una mujer afrocolombiana, quien a partir de su experiencia personal de
sanación a través de los alabaos y prácticas tradicionales de las comunidades negras,
tras vivir en repetidas ocasiones hechos de violencia sexual, diseñó una propuesta de
trabajo colectivo para superar el dolor e iniciar un nuevo proyecto de vida, a través
del reconocimiento de las fortalezas de cada una de las mujeres de Afromupaz y de las
oportunidades con que cuentan.
Para su sistematización se contó con el apoyo del equipo in situ Bogotá1 del proyecto
“Adecuación institucional para el acceso a la justicia de las mujeres víctimas”, finan-
ciado por la Embajada del Reino de los Países Bajos, y vinculado a la Delegada para los
Derechos de las Mujeres y los Asuntos de Género de la Defensoría del pueblo.
A través de su acompañamiento, revisión de documentos entregados por la organi-
4 zación y realización de algunos talleres complementarios, lograron la elaboración de 5
las memorias que soportan esta sistematización. Por supuesto, todo el proceso fue
realizado en permanente diálogo con las mujeres de la organización, especialmente
con María Eugenia quien lideró el diseño de cada uno de los momentos de la sanación,
por lo que es escrito de la manera más cercana a sus relatos.
Coordinación general del proceso de sanación ancestral / Verdades ancestrales: La Huerta
al perejil / María Eugenia Urrutia Representante Legal Afromupaz / Grupo de sanadoras Este material se convierte entonces en una oportunidad para muchas otras mujeres
afrocolombianas de apoyo: Julisa Del Carmen Mosquera · Luz Marleny Arcos ·Yensis Alicia Bolaño · que desean iniciar un proceso propio de sanación. “Verdades ancestrales: la Huerta
Darmaneisy Urrutia Sanadora juvenil · Briyith Jabsleidy Urrutia Sanadora juvenil / al perejil”, nombre que dieron las mujeres al proceso de sanación, se presenta a tra-
Reconocimiento a algunas mujeres cuyas Huertas siguen dando fruto: Marcela Vargas · Francia vés de la adaptación del cuento: “Esta Huerta es tuya” autoría de María Eugenia Urru-
Ibargüen ·Flor María Cubillos · Yolanda Angulo · Liliana Ortega · Ana María Perea · Nancy Penagos · tia. En el desarrollo de esta historia, se va mostrando una ruta de sanación recorrida
Yamilé Angulo · Yolanda Luna · Sandra Angulo · Liliana Rozo · Rocío Angulo · Emily Jiménez · Delfina por las mujeres de la Asociación, donde el desarraigo generado por el desplazamiento
Palacios · Libia Rios · Ermila Cuesta · Cristina Galindo · Luz Janeth Martínez · Josefina Sanabria se va transformando gracias a la recuperación de las raíces ancestrales que contienen
· Yasmina María Jordán · Carmen Castañeda · Juliana Salas · Aneira Garay · Cenobia Mosquera · en sí misma una memoria que intentó ser acallada por la violencia.
Diana Piedrahita · Rubiela Chaguala · Edelmira Chaguala · Nilsa Chaguala · Sandra García · Efigenia
Perlaza · Luz Ester Rosales · Yenis Álvarez · Martha Moreno · Rosalía Rojas · Nasly Díaz · Jenfa Copete
· Luz Estela Palacios · Lorenza Copete · Rocío Llanes · Gladys Sánchez · Lilia Ortega · Justina Copete
· Ana Mayorga · Adriana Trujillo · Sara Castro · Graciela Riascos · Doris Berrío Liga de Mujeres el
Pozón / En memoria de nuestra compañera y amiga Basilia Riascos, quien dejó muchos frutos en
nuestros corazones y cuyo recuerdo nos anima a seguir cultivando con alegría nuestros proyectos
de vida.
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Carmen Ximena Marciales – abogada, y Esperanza González – Psicóloga.
Verdades ancestrales: La huerta al perejil
Asociación de Mujeres Afro por la Paz – AFROMUPAZ
Afromupaz es una organización social que desarrolla un trabajo social y humanitario por la defensa de los de-
6 rechos de la población víctima del conflicto armado, especialmente de las mujeres. Generan alternativas para 7
mejorar sus condiciones de vida y reconstruir el tejido social comunitario afectado por causa de la violencia,
a partir de los saberes étnicos y ancestrales afrocolombianos.
En la actualidad, las principales líneas de acción de Afromupaz son:
• Desarrollo de acciones de exigibilidad e incidencia política en pro de los derechos de la población en
situación de desplazamiento, especialmente de las mujeres afrocolombianas víctimas de la violencia
sexual en el conflicto armado.
• Denuncia y resistencia frente a las acciones violentas dirigidas contra la organización.
• Reconstrucción de los proyectos de vida afectados por causa de la violencia, a partir de la realización de
ejercicios colectivos de sanación y apoyo de pares, desde los saberes y costumbres afrocolombianas.
• Creación y fortalecimiento de iniciativas productivas y desarrollo de estrategias de promoción y
comercialización de las mismas, a partir de los saberes de la comunidad.
• Formación política de la comunidad.
• Sensibilización frente a la violencia contra las mujeres y prevención de la misma.
• Rescate y divulgación de la cultura de las comunidades negras, afrocolombianas, como estrategia
transversal en todos sus ejes de trabajo.
Verdades ancestrales: La huerta al perejil
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El día en que Agustina pisó suelo Chocóano, se enamoró perdidamente de
sus tierras, de sus ríos, sus playas y la tranquilidad que allí se respiraba.
Aunque llevaba consigo la tristeza por la pérdida de sus padres, en medio de
su familia y amigos, entre rondas, esteras, tambores, marimbas, juegos en
la playa, excursiones al río, historias y alabaos, pronto Agustina descubrió
que su corazón estaba sanando y que el canto tenía un poder aliviador…
Cada vez que Agustina cantaba, su corazón se hinchaba de alegría, el dolor
parecía desvanecerse, los niños y niñas bailaban, los mayores sonreían, las
plantas reverdecían y el río se movía al mismo compás…
Verdades ancestrales: La huerta al perejil
a
Preparando la Huerta
Nuestro proceso inicia con la preparación del espacio en el que mi-
nutos más tarde nos encontraremos con las demás compañeras.
Aseamos el salón, organizamos las sillas en círculo y más hacia el
centro disponemos varias colchonetas también en forma circular.
En medio del aula instalamos el “Baúl de los buenos recuerdos”, el
cual está conformado por diferentes objetos que tratan de evocar
nuestros territorios afrocolombianos, entre los cuales encontramos
una estera, algunas velas aromáticas, vasijas de mimbre llenas de
frutas frescas, ollas de barro, algunas hierbas, instrumentos musi-
Verdades Ancestrales: La Huerta al perejil… Reconciliación, la Unidad Administrativa Especial para la Atención cales como maracas y guasá, y un espejo que representa nuestros “...hasta el último detalle es importante y por
y Reparación Integral a las Víctimas y el Hospital de Usme, para que ríos. Alrededor de la estera ubicamos algunas varas de madera, que lo cual nos esmeramos en ofrecer alimentos
Es un proceso individual y colectivo de sanación integral de las he- desde su misión fortalezcan nuestro trabajo. emplearemos unas veces como palanca y canalete, y otras como
10 ridas ocasionadas por el conflicto armado y la violencia sexual, que soporte para la danza y los ejercicios de relajación que desarrolla- saludables y de calidad, de generar un ambiente 11
un grupo de aproximadamente setenta mujeres de Afromupaz ini- Nuestro grupo está conformado por mujeres provenientes de dife- remos. agradable para todas”
ciamos en diciembre de 2013, a partir del reconocimiento y fortale- rentes ciudades y departamentos del país, a saber: Bogotá, Huila,
cimiento de nuestras capacidades y cualidades, contando con el res- Caquetá, Meta [Villavicencio], Arauca [Tame], Chocó [Quibdó, Bebe- Paralelamente algunas compañeras preparan una rica comida,
paldo de la Delegada para los Derechos de las Mujeres y los Asuntos dó, Bebará, Baudó, Istmina, Condoto], Valle del Cauca [Buenaventu- otras se alistan para empezar a cantar y todas nos disponemos para
de Género de la Defensoría del pueblo. ra y Cali], Boyacá [Ráquira y Turmequé], Cundinamarca [Cáqueza y participar. Es un día que nos vamos a regalar, en el que no vamos a
Ubalá], Bolívar [Cartagena], Antioquia – Región Urabá [Apartadó], trabajar, ni a hacer oficio, es un día para disfrutar, para relajarnos,
Sanar significa para nosotras poder sentirnos bien con nosotras Nariño [Tumaco] y Cauca [Guapi], campesinas, indígenas, negras, para bailar y cantar, para reír y sanar, es por ello que hasta el último
mismas y con quienes nos rodean, poder expresarnos, abandonar afrocolombianas, palenqueras, raizales y mestizas, víctimas de di- detalle es importante y por lo cual nos esmeramos en ofrecer ali-
el resentimiento, recuperar la autoestima, la confianza en nosotras ferentes formas de violencia en el conflicto armado. mentos saludables y de calidad, de generar un ambiente agradable
mismas y el respeto por los demás. Es por ello que Verdades ances- para todas.
trales: La huerta al perejil es un espacio dedicado a nosotras mismas Aunque no todas las mujeres que participan del proceso se iden-
y a nuestra espiritualidad, donde podemos experimentar la solidari- tifican como afrocolombianas, Verdades ancestrales: La huerta al Ahora que todas hemos llegado, estamos dispuestas a participar y
dad, reflexionar, aprender, escuchar y compartir con otras mujeres. perejil, tiene como punto de partida el reconocimiento del aporte apoyar a nuestras compañeras. Tal y como lo hacíamos en nuestros
histórico, económico, social y cultural que nuestras comunidades lugares de origen, estamos listas para cantar, bailar, jugar, descan-
Creemos además que un proceso de sanación integral debe generar negras han hecho al país, y el convencimiento de que desde allí es sar, escuchar historias maravillosas, dejar el dolor atrás y empezar
además de alivio emocional, mejores condiciones de vida y bienes- posible construir una sociedad sana y en paz. Es por ello que la pro- a vivir por nosotras.
tar para nosotras y nuestras familias, por lo cual debe ir de la mano puesta reivindica los saberes y costumbres ancestrales de nuestros
del acceso a la salud, a la justicia, a la reparación y a oportunidades pueblos como herramientas de sanación, y se desarrolla bajo el lide-
de generación de recursos para el restablecimiento de nuestras con- razgo de María Eugenia Urrutia, contando con el apoyo de un grupo
diciones socioeconómicas de vida. Es por ello que además hemos de sanadoras afrocolombianas, quienes hacen las veces de cuente-
invitado y buscado alianzas con otras organizaciones e institucio- ras, orientan las reflexiones, realizan danzas, obras de teatro y ejer-
nes como la Alta Consejería Distrital para las Víctimas, la Paz y la cicios de relajación.
Verdades ancestrales: La huerta al perejil
¡Ya llegó la huerta!
b Una vez nos hemos organizado alrededor
del “Baúl de los buenos recuerdos”, inicia-
mos cada sesión de Verdades ancestrales: La
huerta al perejil, cantando y bailando juntas
III
Es que aquí en la huerta yo vine a bailar,
es que aquí en la huerta yo voy a saltar,
al son de la canción ¡Ya llegó la Huerta!: es que aquí en la huerta me voy a mimar,
es que aquí en la huerta yo voy a cantar,
¡Ya llegó la Huerta! Coro:
María Eugenia Urrutia Llegó la huerta, llegó la huerta,
llegó la huerta pa’mi no má’,
Coro: Llegó la huerta, llegó la huerta
Llegó la huerta, llegó la huerta, llegó la huerta pa’mi no má’.
llegó la huerta pa’mi no má’,
Llegó la huerta, llegó la huerta IV
llegó la huerta pa’mi no má’. Es que aquí en la huerta,
es que aquí en la huerta
I me siento tan libre y soy muy feliz,
12 es que aquí en la huerta,
13
que aquí en la huerta yo sí puedo hablar,
que aquí en la huerta me puedo integrar, es que aquí en la huerta,
que aquí en la huerta me van a escuchar, cuando vuelvo a casa,
que aquí en la huerta no me tratan mal esa huerta buena ha empezado ya
Coro: Coro:
Llegó la huerta, llegó la huerta, Llegó la huerta, llegó la huerta,
llegó la huerta pa’mi no má’, llegó la huerta pa’mi no má’,
Llegó la huerta, llegó la huerta Llegó la huerta, llegó la huerta
llegó la huerta pa’mi no má’. llegó la huerta pa’mi no má’.
II En cada paso del proceso, además del “Baúl de los bue-
Es que aquí en la huerta no voy a lavar, nos recuerdos” y de la instalación de la huerta con el
Es que aquí en la huerta no voy a barrer, canto ¡Ya llegó la huerta!, en ocasiones usando mantas
Es que aquí en la huerta no voy a cocinar, y turbantes, realizamos rondas, ejercicios de relaja-
Es que aquí en la huerta no voy a planchar. ción, música, danza y canto, a través de los cuales nos
sentimos identificadas con las demás, unidas a ellas y
Coro: acompañadas. Este proceso parte además del recono-
Llegó la huerta, llegó la huerta, cimiento de la diversidad de las mujeres que participa-
llegó la huerta pa’mi no má’, mos en él, por ello en cada sesión invitamos compartir,
Llegó la huerta, llegó la huerta a integrarnos y a respetar a las demás compañeras, sin
llegó la huerta pa’mi no má’. distinción alguna.
Verdades ancestrales: La huerta al perejil
Agustina creció cantando... cantaba al lavar su ropa en el río, camino a la
14 escuela, en las fiestas del pueblo, hasta en las protestas. Cantó cuando 15
conoció su primer amor, cuando nacieron sus hijos, cuando estuvo triste y
cuando fue feliz.
Agustina y sus amigas se encontraban en el río, en las escalinatas del
pueblo o en cualquier casa a conversar y pasar un rato alegre, y juntas
cantaban a sus preocupaciones, alegrías y dolores. Cantando y trenzando sus
cabellos organizaron desfiles, ayudaron al hijo de la vecina y embellecieron
el parque.
Pero un día, la muerte y el temor entraron al pueblo, llegaron tumbando
puertas, barriendo calles y silenciando voces. Agustina y sus amigas bajaron
la voz para cantar con dolor la partida de los paisanos que se perdían en
brazos del río y la de aquellos que pedían a los matorrales cerrar la boca
para no revelar su paradero.
Verdades ancestrales: La huerta al perejil
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Primer paso de sanación: La Tierra Segundo paso de sanación: La semilla
Nuestro punto de partida es la tierra, de ella venimos y a ella retor- Al vernos en el espejo podemos apreciar lo que estamos reflejando: La semilla siendo la parte más pequeña de una planta, concentra
naremos. La tierra es nuestra conexión con la naturaleza y la vida, la tristeza, el dolor, la depresión y el temor. Pero al observar nuestro toda la vida que ha de germinar y es a partir de ella que esta se desa-
es ella quien nos entrega alimento y medicina, y es además nuestro reflejo en aumento, notamos que la imagen se distorsiona, que pue- rrolla, crece y da frutos, del tipo de semilla que sembremos depende
sostén y soporte en el mundo. El primer paso del proceso de sana- de cambiar y hasta generarnos risa. Si nos lo permitimos, también nuestra cosecha. Es por eso que tras aceptar la invitación a iniciar un
ción ancestral consiste pues en preparar la tierra para recibir las podremos transformar nuestra apariencia, transformar el dolor, camino personal de sanación, nuestro segundo paso consiste en re-
semillas que posteriormente vamos a sembrar, en afirmarla de tal aprovechar las oportunidades y ver el mundo de una manera distin- visar y seleccionar las semillas que utilizaremos en nuestra siembra. El punto
modo que podamos afincarnos sobre ella con seguridad. ta, objetivo de Verdades ancestrales: La huerta al perejil. (Canto popular chocoano - Contradanza)
Para ello se realiza un ejercicio que tiene como objetivo la descarga
Así, después de la instalación de la Huerta y del “Baúl de los buenos Después de reflexionar y sintiéndonos animadas a iniciar el proceso, de las energías, pensamientos y sentimientos negativos que trae- No me toque en ese punto
recuerdos”, iniciamos la sesión con una ronda llamada “La Huerta al tomando las varas de madera y poyándolas en el suelo para sostener- mos, y llenarnos por el contrario de cosas positivas. Después de ins- Porque me les desconyonto
perejil”, la cual tiene como objetivo facilitar la integración, el com- nos firmemente sobre la tierra, empezamos juntas a bailar, a cantar talar la Huerta y el “Baúl de los buenos recuerdos”, nos organizamos Si me vuelven a tocar
pañerismo y el reconocimiento de cada una de las mujeres partici- alabaos y a disfrutar de la música del pacífico colombiano, como es- de pie en una rueda, donde cada una menciona en voz alta las cosas Me vuelvo a descoyontar
pantes. La actividad inicia con el canto del siguiente estribillo: trategia de relajación y símbolo de la preparación del terreno. negativas que va a dejar como por ejemplo la tristeza, la rabia, el
16 llanto, el miedo, los malos pensamientos, los odios, el mal genio, la Punto con el medio punto
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“Vamos a dar la huerta, la huerta al perejil, angustia, etc. Punto con el punto entero
Digámosle a Mariana quién’estamos aquí”
Pintan santos Una vez todas hemos descargado estos sentimientos negativos, No me toque en ese punto
Con esta ronda, por pequeños grupos nos presentamos diciendo (Canto popular chocoano Alabao) acompañadas con música del pacífico, repetimos el ejercicio pero El corazón se me revienta
nuestro nombre y lugar de origen, intercalando el estribillo con la ahora mencionando las cosas positivas que nos queremos llevar Si me vuelven a tocar
presentación. En seguida hacemos la misma ronda pero variando En el cielo pintan santo como la alegría, la tranquilidad, la libertad, el amor etc. Poco a poco El corazón se va a estallar
las frases finales con las preguntas: por qué estamos aquí y qué es- Yo también los sé pintar y tras sentirnos más livianas, cantamos y danzamos con alabaos
peramos de aquí. En adelante hemos de utilizar este mismo ejercicio Pintemos a San Antonio como “el punto” y “las vigoronas”, con el propósito de relajarnos, de Ay punto con el medio punto
en las sesiones siguientes, con el fin de fortalecer nuestros lazos de Que hoy lo vamo’a celebrar descargar energías y llenarnos de vitalidad. Punto con el punto entero
amistad.
Para afirmar la tierra y prepararla para el sembrado, es necesario Ay píntalo “nos organizamos de pie en una rueda, donde Para finalizar la selección de nuestras semillas, organizadas en gru-
presentar la propuesta a las demás compañeras e invitarlas a ini- Ay píntalo
ciar un proceso personal de sanación. Para animar esta reflexión, cada una menciona en voz alta las cosas pos pequeños, compartimos las preguntas ¿por qué vengo? Y ¿qué
Ay píntalo, Ay píntalo espero de Verdades ancestrales: La huerta al perejil? En este mo-
se nos ha entregado un espejo normal y un espejo de aumento, los Que hoy lo vamo’a celebrar negativas que va a dejar como por ejemplo mento muchas de nuestras compañeras manifiestan que se sienten
cuales representan ríos de aguas claras y turbias. Cuando vivíamos
en nuestros territorios y nos encontrábamos enojadas, rabiosas,
Que hoy lo vamo’a celebrar la tristeza, la rabia, el llanto, el miedo, los bien en este espacio porque es un día que se dedican a sí mismas,
porque quieren ser mejores seres humanos, mejores mujeres, ma-
disgustadas o haciendo mala cara, los mayores nos llevaban al río malos pensamientos, los odios, el mal genio, la dres, hermanas, amigas y lideresas. Porque quieren dignificar y me-
para ver nuestro reflejo. Al vernos en las aguas claras observábamos angustia, etc.” jorar sus condiciones de vida, porque quieren aprender cosas nue-
el malestar que mostrábamos, pero al enturbiarlas el reflejo se dis- vas, porque quieren compartir, ayudar y ser solidarias con otras y
torsionaba, haciéndonos reír. porque quieren sanar sus heridas, vivir tranquilas y ser felices.
Verdades ancestrales: La huerta al perejil
3 Para continuar limpiando nuestra Huerta y sus raíces, organi-
zadas en grupos pequeños, compartimos los sentimientos que
nos han generado las situaciones y hechos difíciles y dolorosos
que hemos tenido que afrontar. Conversamos sobre las afec-
(Canción popular)
H: Mi comadre Bonifacia
De dónde viene usted?
12 13
Finalizamos la sesión cantando y bailando: M: Yo vengo de la Mojarra
Y voy para Beté Décimo segundo paso de sanación: Vida Décimo tercer paso de sanación: Reconciliación
H: Una mujé taba enferma
¿Qué jué lo que pasó? Este paso de sanación simboliza la llegada de un nuevo año. En Ver- Este paso del proceso de sanación, apunta a la reconciliación total
M: Una paliza bien dura dades ancestrales: La huerta al perejil representa los cambios, los con nosotras mismas y el resto de la sociedad. Es el momento de se-
Su marido le dio compromisos, los propósitos, las metas que individual y colectiva- guir avanzando en la construcción de una nueva sociedad en paz,
H: Mi señora Bonifacia mente queremos alcanzar y los frutos que esperamos recibir de la con tranquilidad y perdón.
Vengo de la mar Huerta nueva.
M: Y aunque sea por media arepa Después de instalada la Huerta y el Baúl de los buenos recuerdos,
María despavilá Para dar la bienvenida a nuestra nueva vida venimos vestidas de reunidas en círculo y contando con la participación de dos perso-
H: Mi señora Bonifacia rojo o con alguna prenda roja, que represente alegría. Después de nas desmovilizadas de grupos armados al margen de la ley y rein-
¿Usted sabe bailá? instalar la Huerta y el Baúl de los buenos recuerdos, al son de música sertadas en la vida civil, conversamos en torno a la pregunta ¿Qué
M: Y al son de la tambora del pacífico, juntas organizamos el salón para celebrar: lo decora- podemos aportar para la reconciliación en nuestra localidad, en la
El cuerpo a yo me da mos, ponemos mesas, sillas, manteles y arreglos florales y le damos ciudad, en el país?
la bienvenida al grupo musical.
A continuación, escribimos en un pequeño papel nuestra respuesta
34 En seguida juntas reconstruimos el proceso que hemos realizado personal y una a una, la vamos depositando en una matera, en la que 35
paso a paso hasta la fecha, identificando nuestros aprendizajes, los al final del ejercicio sembraremos una nueva planta como símbolo
momentos más gratos y lo que más nos gustó. En seguida una por de reconciliación.
una decimos cuál es nuestro motivo para vivir, mencionamos un
propósito para nuestro nuevo inicio y la forma en que lo vamos a Al finalizar la sesión, con música del pacífico de fondo, compartimos
lograr. los alimentos.
Este día celebramos con música, baile, cena, torta y un brindis, el
comienzo de nuestra nueva vida.
Verdades ancestrales: La huerta al perejil
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Himno de Afromupaz Décimo cuarto paso de sanación:
(Yencis Alicia Bolaño)
Recoger la siembra
Currulao
Hemos llegado al último paso del proceso de sanación, es el momen-
to de recoger la cosecha de la Huerta.
Estribillo:
Afromupaz te saluda
Después de instalar la Huerta y el baúl de los buenos recuerdos ini-
y te quiere apoyar,
ciamos la sesión con el himno de Afromupaz.
mujer no tardes en venir
/que te queremos escuchar/
• “Este es un escenario en el que hablo y me escuchan”. • “Mi madre murió en mayo y yo detestaba mayo, pero
Reunidas en círculo y contando con la participación del equipo in • “Nos identificamos, nos parecemos. Nos ponemos en después del proceso de sanación, después de 18 años,
I
situ Bogotá de la Delegada para los derechos de las Mujeres y los los zapatos de las demás” por primera vez disfrute el día de las madres. Aprendí
María Eugenia la gerente,
Asuntos de Género de la Defensoría del pueblo, hacemos una eva-
en Chocó era que vivía • “Para sanar es necesario hacer este trabajo colectivo, que no puedo estar encerrada, enfrascada en el dolor”.
luación del proceso que hemos desarrollado, comentando cómo está
y se fue pa’Bogotá,
nuestra Huerta personal ahora y cómo estaba al inicio del proceso. no sólo con el psicólogo”. • “Mi compañero dice que se me nota el cambio”.
36 /sus experiencias vividas
Por su parte, las compañeras de la Defensoría del pueblo, quienes • “Este es un escenario de confianza, de amigas”. • “Duermo más tranquila, sin pesadillas”. 37
ella no’las trajo acá/ • “Me siento feliz. He sanado acá”
acompañaron todas nuestras sesiones de trabajo, comparten con
nosotras sus apreciaciones sobre el proceso y las transformaciones A nivel personal y familiar, las mujeres comentaron que gra-
II
que percibieron en el grupo. cias al proceso de sanación ancestral lograron diferentes En cuanto a los aspectos positivos del proceso se destaca:
Víctimas de la violencia
no se dejen apabullar,
cambios positivos:
Dentro de este balance, uno de los aspectos más importantes del • “Es un espacio para venir a aprender, escuchar, compar-
/María Eugenia y su grupo
proceso de sanación Verdades ancestrales: La huerta al perejil, • “Siento que soy un mejor ser humano, más amable, me- tir en la diversidad, relacionarse con las demás compa-
sus sueños pueden lograr/
que nos ayudó a fortalecer a nivel personal y colectivo, es que nos jor madre, mejor hija, más amorosa, más humana, más ñeras”
permitió encontrarnos con otras mujeres, identificarnos con ellas,
III comprensiva, tolerante”. • “Somos mujeres diversas, pero podemos compartir y
experimentar la solidaridad, sentirnos escuchadas, poder hablar y
Mujer si te sientes sola,
expresarnos: • “Mejoré mi temperamento” ponernos de acuerdo con las otras desde el respeto”
no te pongas a llorar, • “He mejorado mucho con mi familia y las personas que • “Lo mejor es el bienestar que se brinda con la comida, la
acércate a un espejo, me rodean. He sentido paz a nivel familiar y personal” música, la danza y las reflexiones que se hacen”
tu expresión puede cambiar, • “Me siento más tranquila, después de cada sesión salía • “La mente se libera y nos olvidamos de los problemas
/con lágrimas y abrazos
relajada” que tenemos”.
tu dolor puedes sanar/
• “Las mujeres de Afromupaz estamos más unidas e inte- • “Este espacio permite mejorar el alma, es un espacio de
gradas”. fraternidad”.
• “Me siento mejor” • “Las amigas de Afromupaz han sido la familia”.
• “Este espacio ha sido muy importante, mi vida ha cam- • “Yo vengo a dejar las cargas del mes para salir renovada
biado”. y feliz”.
Verdades ancestrales: La huerta al perejil
Las mujeres de Afromupaz consideran necesario dar continuidad al Que distinta soy
proceso, mantener los espacios de encuentro y reflexión, y trabajar
por mantener la organización unida y sólida. Despues de la huerta
Posteriormente cada una de nosotras compartimos al grupo por qué I
después de realizar todo el proceso hemos decidido no ser las víc- Que distinta soy de la que por primera vez fui a la huerta, no me
timas. A continuación proyectamos un pequeño video con música había dado cuenta que estaba encarcelada dentro de mis temores,
e imágenes que recoge el proceso realizado, como un homenaje a rabias y tristezas.
todas las mujeres que participaron del mismo.
II
La sesión finaliza con el canto de varios alabaos, danzas y música del Que distinta soy de la que por primera vez fui a la huerta, no me
pacífico colombiano en vivo. había dado cuenta de lo que había afuera, tanta libertad, calles tan
abiertas, gente que reía sin ningún problema.
III
Que distinta soy de la que fui a la huerta, y fue en sawabona donde
me di cuenta que importante soy para mucha gente eso me dijeron
los allí presentes.
IV
Que distinta soy de la que fui a la huerta, eso me enseñaron
38 también en chicavona. Reconocer mis aportes y mis cualidades, en 39
esta ocasión era yo quien tenía que decir cuáles eran y porque era
importante ser parte de esa huerta.
Desde entonces, Agustina volvió a cantar, encontró nuevas y antiguas amigas que también
V
Que distinta soy de la que fui a la huerta, por fin comprendí que era
habían silenciado sus voces, junto a ellas y a sus hijos siguió cantando, incorporaron los
hablando, llorando, contandole a otras y escuchando a otras, que sonidos de la ciudad, los instrumentos que traían otras mujeres de diferentes tierras y
me perdonaría para perdonar a otros. culturas, que también habían sido acalladas.
VI
Que distinta soy de la que fui a la huerta, hoy también sonrió como Juntas empezaron a sanar. Volvieron a jugar, a bailar, a compartir los alimentos, a
aquella gente que había visto afuera y me siento libre, llena de es-
peranza, estoy tan confiada de mis fortalezas, aunque en el futuro
sentarse en las esteras, a contar historias, a reír, a llorar, a soñar, a cantar…
no falten tristezas
Verdades ancestrales: La huerta al perejil
Herramientas de sanación
40 Rondas, Cantos y Alabaos 41
Verdades ancestrales: La huerta al perejil
LAS SETENTA DE LA HUERTA Himno de Afromupaz Las Vigoronas
(María Eugenia Urrutia) Autora: Yencis Alicia Bolaño Autora: María Eugenia Urrutia
Currulao Son
I VI
Por aquellas setenta que aquel día llenas de emociones fuertes con Por aquellas setenta que decidieron quedarse aquí, por que espe- Estribillo: ¿Dónde están las Vigoronas?
sus esperanzas rotas. Tristes miedosas, llenas de iras y hasta de raban ser mejores personas porque soñaban con un futuro mejor, Afromupaz te saluda ¿Dónde están?
rencores. porque creían que este era el espacio para sanar porque querían y te quiere apoyar, ¿Dónde están?
volver a confiar y compartir. mujer no tardes en venir
II //que te queremos escuchar// Ellas están en su casita
Por aquellas setenta que un día llenas de malos pensamientos y con VII ¿Dónde están?
el cuerpo repleto de heridas, porque fueron torturadas, humilladas, Por aquellas setenta que confiaron y compartieron aquellas situa- I ¿Cómo hiciéramos pa`verlas?
y su cuerpo un botín de guerra además desarraigadas. ciones que las ha llevado a tanto dolor y tristeza. Que se abrieron María Eugenia la gerente, Ya vendrán
lloraron, pero también se desahogaron. en Chocó era que vivía Ya vendrán
42 III y se fue pa’Bogotá, 43
Por aquellas setenta que un día se acercaron tímidas a la huerta, VIII //sus experiencias vividas Que entren las Vigoronas
escépticas, no hablaban, no confiaban, no reían, no cantaban, ni Por aquellas setenta que después de compartir se relajaron, baila- ella no’las trajo acá// Entren ya
mucho menos bailaban. ron, cantaron y rieron, escucharon y las escucharon. Entren ya
II
IV IX Víctimas de la violencia Que entren las Vigoronas
Por aquellas setenta que un día simplemente se dieron el permiso Por aquellas setenta que hoy son tan diferentes, valientes, traba- no se dejen apabullar, Entren ya
de escuchar a las otras y que las otras las escucharan con una ronda jadoras, comprometidas, se levantan día a día, luchan, identifican //María Eugenia y su grupo Entren ya
de cómo me llamo, de descargas de emociones negativas; y decidie- oportunidades, y se enfrentan desde sus fortalezas, proponen sus sueños pueden lograr//
ron dar un regalo de emociones positivas, y de la huerta se les da la producen vida y dignifican lo que son; sanar no es riqueza pero Muévanse las vigoronas
bienvenida con la ronda “llego la huerta pa’ mi no más” tampoco es pobreza, solo es sentirme bien conmigo misma y con III Bailen ya
los demás Mujer si te sientes sola, Muévanse las vigoronas
V no te pongas a llorar, Bailen ya
Por aquellas setenta que dijeron estoy aquí porque me siento mal, acércate a un espejo, Bailen ya
porque quiero compartir, quiero sentirme acompañada, porque me tu expresión puede cambiar,
gusta, porque me siento bien, por sanar todos mis dolores, rabias, //con lágrimas y abrazos
tristezas, llantos y heridas. tu dolor puedes sanar//
Verdades ancestrales: La huerta al perejil
Mi compadre carpintero
Ronda popular chocoana
El punto Ratón de espinas. Mi compadre carpinero,
Canto popular chocoano carpintiaba de rodillas,
Ronda infantil chocoana
Contradanza cuando estaba cansado,
Pintan santos se sentaba en una silla.
Canto popular chocoano Decime ratón de espinas
Alabao No me toque en ese punto ¿Por qué estás tan asustado?
Porque me les desconyonto Y el cuerpo le daba,
Si sabe que el gato es bravo,
Si me vuelven a tocar como una anguila.
En el cielo pintan santo lo mantienen amarrado
Me vuelvo a descoyontar Y le daba y le daba,
Yo también los sé pintar
la rabadilla
44 Pintemos a San Antonio Pisagarsito pisagarson 45
Que hoy lo vamo’a celebrar Punto con el medio punto Por encima del palo se va el ratón
Punto con el punto entero Y las manos las movía,
como una anguila.
Ay píntalo Decime ahora gato bravo
No me toque en ese punto Y le daba y le daba,
Ay píntalo ¿Por qué estás tan angustiado?
El corazón se me revienta la rabadilla
Ay píntalo, Ay píntalo Siendo el ratón tan pequeño,
Que hoy lo vamo’a celebrar Si me vuelven a tocar no has podido atraparlo
El corazón se va a estallar Y la cabeza la movía…
Que hoy lo vamo’a celebrar
Pisagarsito pisagarson
Ay punto con el medio punto Y las piernas las movía…
Por encima del palo se va el ratón
Punto con el punto entero
Y la cara la movía…
Y todo el cuerpo lo movía…
Verdades ancestrales: La huerta al perejil
Historias y poemas
Esta huerta es tuya
María Eugenia Urrutia
I VI
Ayer a mi casa llegó una mujer llamada Agustina, estaba entriste- Un día se levantó un poco más temprano que de costumbre. Cuando
cida. Sin razón alguna la habían desplazado a ella y su familia, to- de repente miró la huerta, lloró sobre lo que quedaba: “Oh, no me
Mi comadre Bonifacia cándole a esta abandonar la finca; de pronto me mira y me dice: “un había dado cuenta, ¡se acabó la huerta!”. Pero en ese rincón donde
Canción popular ella lloraba se vuelven a recuperar de nuevo las plantas y Agustina
tiempito déjeme en su casa aunque sea un ratico”.
con mucho júbilo ante lo que observaba de pronto reaccionó: “¡Hay
H: Mi comadre Bonifacia que rociarle agua a todas las plantas!”.
II
De dónde viene usted?
Yo le dije: “pase no tenga cuidado, está en mi casa, siéntase tranqui-
M: Yo vengo de la Mojarra VII
la. Bienvenida usted también su familia”, ella me pregunta un poco
Y voy para Beté Salieron las hojas; ella empezó a limpiarlas, recogió la maleza, em-
angustiada: -“¿y con que le ayudo?, si aquí en esta casa no le hace
H: Una mujé taba enferma
46 ¿Qué jué lo que pasó?
falta nada”. pezó a triturarla y se la hecho a las raíces para que se mejoraran. Un 47
día cualquiera salieron las flores, ella se acercó y empezó a besarlas,
M: Una paliza bien dura las acariciaba y empezó a hablarles: “Bienvenidas flores, ¡Qué bien
III
Su marido le dio se ven!, hoy las veo más lindas que cuando llegué, no me cansaré de
Yo le dije: “claro, eche una manita; aquí está la huerta mire que boni-
H: Mi señora Bonifacia darles la bienvenida, no saben lo feliz que hacen mi vida”.
ta. Roséele agua, háblele a las flores, límpiele las hojas, barra la ma-
Vengo de la mar
leza y cuando pase el tiempo usted simplemente recoja los frutos”.
M: Y aunque sea por media arepa VIII
María despavilá Y así poco a poco llegaron los granos, también muchos frutos y las
IV
H: Mi señora Bonifacia hortalizas. Esta vez Agustina estaba tan emocionada que llamó a
Ella se quedó mirando asombrada, de repente dijo: “oh doña Maria-
¿Usted sabe bailá? sus hijos: “Vengan, corran a la huerta”, ellos y Agustina corrían y co-
na, ¿a usted no le importa nada que yo tan dañada y tan lastimada,
M: Y al son de la tambora rrían, gritaban tan emocionados: “¡Volvió a nacer la huerta! Y ¿con
acabe la huerta y no le quede nada?.
El cuerpo a yo me da tantos frutos, granos y hortalizas que hacemos doña Mariana?”, pre-
V guntó Agustina, y yo le respondí: “esa huerta es tuya, la haz cons-
Pues paso el tiempo. Ella muy enojada no roció las plantas y por el truido desde tu experiencia, desde tus enojos, hasta tus tristezas;
contrario se sintió humillada: “Por un plato de caldo dizque hablarle con tus propias lágrimas, también tus recuerdos y alegrías la abo-
a las plantas, eso cuando se ha visto siento tanta rabia”. Y aquella naron. Aunque en el futuro no faltarán las tristezas, siempre habrán
huerta que dio la bienvenida se fue marchitando, y no queda nada… motivos para vivir”.
Verdades ancestrales: La huerta al perejil
Decidi no ser la victima.
María Eugenia Urrutia
El día que decidí no ser la victima me mire al espejo,
me desnude, me vi en cuerpo y cara de mujer y me deje de culpar Víctimas del conflicto dentro de este
Mujeres no a la guerra tipo universo de diversidad, nuevamente
El día que decidí no ser la víctima,
María Eugenia Urrutia
deje de llorar por mí y lloré por las demás victimizadas
María Eugenia Urrutia
Mujer 1: - Buenos días tenga usted mi estimada Serafina.
El día que decidí no ser la víctima, claro que alce mi voz
Despierte si está dormida, llegaron sus amigas aquí. I
y denuncie públicamente mí malestar
¿Qué excusa ha inventado el hombre para no vivir en paz?
Mujer 2: - Despierta estoy, no duermo. Siempre vivo prevenida, Se rechazan entre humanos sin ninguna necesidad. Que si porque
El día que decidí no ser la víctima no olvidé,
desde que llegó esta guerra a nuestras casas, a nuestras vidas. se es indio, negro, blanco, mestizo, amarillo y hasta por la misma
pues es imposible olvidar lo que en el cerebro esta,
pero con toda mi alma aprendí a perdonar edad.
Mujer 1:- Ayer vine y la encontré con un gran desasosiego,
hoy quiero que me diga ¿por qué vive con recelo?. II
Cuando decidí no ser la víctima,
Me levanté, me amé, me embellecí, me puse tacones, Otros que han ido más lejos, porque en donde me congrego, a que
Mujer 2: - Si quieren que se los diga se los empiezo a decir: santo es que rezo y hasta la forma de amar o a quien amar.
me puse el mejor vestido.
48 me dieron 24 horas para marcharme de aquí.
Nuevamente me paré al espejo en cuerpo y cara de mujer… Hasta por ser mujer y la diferencia de opinar. 49
Que abandonara mis campos, mi casa, mi cultura;
Creo que ya he sanado,
utilizaron mi cuerpo sin importar esposo e hija, III
Por fin me perdoné
este puso resistencia, que de aquí no se iba. Esta es nuestra Colombia, el país más alegre del mundo. Eso han
Por eso lo asesinaron, dicho los demás y lo creemos en verdad, pero se pone en entredi-
Cuando decidí no ser la víctima,
hoy está enterrado en el patio, muy cerca a la cocina. cho por nuestra forma de actuar, ya que no reconocemos lo que
Unimos voces con otras que pensaban igual.
Que el fuego no apaga el fuego, nos hace una mejor sociedad: en este nuestro país es toda esta
Pero como el ave fénix me volveré a levantar, diversidad.
y aquellos que nos violentaron con el fin de destruirnos,
Uniré mi voz con otras, donde los derechos humanos de las mujeres
por nuestras diferencias de construir y de pensar,
sean su prioridad. Reflexión:
se lo hemos revertido aportándole a la paz
Este es un país de buenos seres humanos, los malos son muy pocos.
Mujer 1: - Pero esta nuestra cultura no podemos abandonar, Sea usted parte de la transformación positiva.
Cuando decidí no ser la víctima,
la estrategia de las trenzas un camino pa’ mostrar
Me puse en pie con otras
a esos cimarrones que querían atrapar.
y hoy somos AFROMUPAZ.
Por eso hoy a nuestras ancestras vamos a homenajear.
Asociación de mujeres afro por la paz, somos todas.
Somos todas las mujeres de Colombia que le apostamos a la paz,
por eso hoy simplemente quiero decir gracias gracias, gracias.
Decidí no ser la victima
La mejor reparación que se les puede dar a las víctimas es la paz. Si
pagamos tanto por la guerra ¿por qué no pagarlo por la paz?
Verdades ancestrales: La huerta al perejil
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