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18-10-2017

Instituto Tecnológico de Apizaco

Ingeniería Industrial.

Ética

Aula J1 13:00 horas

La ética en las instituciones religiosas

Godínez Zamora Raúl

Jorge Armando Domínguez Sánchez


Índice

Introducción ......................................................................................... 2

Ética .................................................................................................... 3

Moral ................................................................................................... 4

Relación de Moral y Ética .................................................................. . 4

Religión ............................................................................................. . 4

Instituciones religiosas ........................................................................ 5

Ética en la religión ............................................................................... 7

Catolicismo .......................................................................................... 8

Ejemplo de ética en la religión……………………………………..…… 10

Conclusiones……………………………………………………………….12

Bibliografía………………………………………………………………… 14

1
Introducción

En este trabajo se habla del tema “La ética en las instituciones religiosas”.

Al habla de religiones, la referencia puede dirigirse a cualquier institución que te


amarre de alguna manera. Suele reconocerse la estructura jurídica, la jerarquía de
gobierno, la depositaría y la gestión de los bienes materiales, la legitimadora de la
doctrina, la directriz moral y en general lo que concierne a la personalidad jurídica e
histórica de la confesión religiosa. Como comunidad se entiende el conjunto de los
fieles que tienen por propia una determinada creencia religiosa. La primera engloba
la definición teórica de la religión, la segunda su definición práctica.

Todas las confesiones religiosas comparten la creencia en un Dios espiritual, y


basan su especificidad en alguna forma de manifestación o revelación de Dios que
define su fe. En la medida que esa intervención profética se aleja en el tiempo, su
interpretación fidedigna va a depender tanto de la constancia de la doctrina
predicada como de su aplicación en cada entorno social.

La mayoría de las religiones tienen reglas éticas porque dividen el bien y el mal,
esta es la forma de diferenciar los actos correctos y los actos incorrectos que las
instituciones religiosas toman en cuenta para determinar si una persona va por buen
camino o está cometiendo algún error conforme a las reglas que etas ponen.

En este trabajo, se hace referencia de la ética de qué forma se refleja en las


religiones más importantes, seguido de algunos ejemplos de actos ético y actos no
éticos y finalmente se analizará si estas respetan sus normas éticas.

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Ética:

(Ética del griego ethikos que significa carácter).

Es una rama de la filosofía que se dedica a analizar la conducta humana y


paralelamente, estudiar la moral y encontrar una manera de juzgar a la misma.

Podemos definir a la ética como una “ciencia del comportamiento moral” pues,
mediante un exhaustivo análisis de la sociedad se determina como es que deberían
(hipotéticamente hablando) actuar todos los miembros pertenecientes a ella. Cabe
resaltar, que la ética no es coactiva ya que, al no imponerse sanciones legales en
el individuo (claro está, no existen las leyes éticas) se promueve una autorregulación
a través de normas colectivamente establecidas para todos.

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Moral:

(Moral del latín Moris que significa costumbre).

Es una guía que conduce nuestros actos dentro de una ideología y separa las
buenas acciones de las malas. Todos aprendemos lo necesario para comportamos
moralmente dentro de nuestro grupo familiar o en nuestra sociedad. Estos grupos
se encargan de transmitirnos la idea de moralidad y nos enseñan lo que se espera
del comportamiento ético y socialmente aceptado.

Relación de Moral y Ética:

Si hablamos de moral, estamos refiriéndonos al conjunto de normas de


comportamiento que usualmente son aceptadas por una sociedad, razón por la cual,
encontramos una estrecha relación entre la moral y la ley, porque hacemos mención
a lo que es correcto o no hacer. Si hablamos de ética, en cambio, hablamos de una
reflexión sobre las moralidades dispares en las sociedades, los puntos de vista. Es
por esto, que la ética consta de tener una actitud crítica sobre la moral y también
sobre las leyes.

Religión:

(Religión del latín religĭo, religiōnis, que a su vez procede del verbo religāre, que
significa ‘atar fuertemente’, ‘amarrar’).

La religión es una fe; la devoción por todo lo que se considera sagrado. Se trata de
un culto del ser humano hacia entidades a las que se atribuyen poderes
sobrenaturales. Como tal, la religión es la creencia a través de la cual las personas
buscan una conexión con lo divino y lo sobrenatural, así como cierto grado de
satisfacción espiritual mediante la fe para superar el sufrimiento y alcanzar la
felicidad.

Las religiones son doctrinas constituidas por un conjunto de principios, creencias y


prácticas en torno a cuestiones de tipo existencial, moral y sobrenatural, por lo

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general basadas en textos de carácter sagrado, que unen a sus seguidores en una
misma comunidad moral.

Todas las religiones tienen sus bases y fundamentos, sustentados en diversas


corrientes filosóficas que intentan explicar quiénes somos y por qué hemos venido
al mundo. Unas se destacan por la fe y otras por sus extensas enseñanzas éticas.

Las religiones, asimismo, pueden clasificarse según distintos criterios, como su


origen, su tipo de revelación o su concepción teológica. La concepción teológica,
por su parte, se puede dividir en:

 Teísmo, que supone la creencia en entidades divinas absolutas, creadoras


del mundo y providentes, que a su vez se divide en monoteísmo, politeísmo
y dualismo.
 No teísmo, que implica la no creencia de entidades divinas absolutas, pues
se trata de corrientes espirituales que conciben la divinidad de una manera
distinta, como es el caso del budismo, por ejemplo.
 Panteísmo, según el cual, el universo, la naturaleza y Dios son equivalentes.

Actualmente, las mayores religiones del mundo, considerando su número de fieles,


serían, en orden decreciente, el cristianismo (2.100 millones), el islam (1.900
millones) y el budismo (1.600 millones). La religión monoteísta más antigua, por su
parte, es el judaísmo, de donde derivaron el cristianismo y el islam.

La palabra religión, por otra parte, puede emplearse en sentido figurado para
significar que se cumple con una actividad o una obligación de forma constante y
rigurosa. Por ejemplo: “Ir al gimnasio todos los días es, para él, una religión”.

Instituciones religiosas:

Cuando se habla de religiones, la referencia puede dirigirse tanto a la comunidad


de fieles como a la institución que gobierna, porque ambas las identifican, aunque
de diversa manera. Por institución suele reconocerse la estructura jurídica, la

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jerarquía de gobierno, la depositaría y la gestión de los bienes materiales, la
legitimadora de la doctrina, la directriz moral y en general lo que concierne a la
personalidad jurídica e histórica de la confesión religiosa. Como comunidad se
entiende el conjunto de los fieles que tienen por propia una determinada creencia
religiosa. La primera engloba la definición teórica de la religión, la segunda su
definición práctica.

Todas las confesiones religiosas comparten la creencia en un Dios espiritual, y


basan su especificidad en alguna forma de manifestación o revelación de Dios que
define su fe. En la medida que esa intervención profética se aleja en el tiempo, su
interpretación fidedigna va a depender tanto de la constancia de la doctrina
predicada como de su aplicación en cada entorno social.

Como lo propio y específico de las religiones refiere a una relación espiritual con
Dios, se autoidentifican desde la legitimación con la voluntad divina para definir no
solo en lo relativo a las creencias que justifican la verdad de esa espiritualidad, sino
también a la estructura para su gobierno y custodia, así como a la acción debida
para su difusión y perpetuación. De este modo se institucionaliza un modo de ser y
obrar de los correligionarios en una estructura teóricamente avalada por la autoridad
de Dios, que gestiona la fidelidad de los fieles con Dios y su realización moral en las
relaciones entre los practicantes. La salvaguarda de esa gestión corresponde a
todos y cada uno de los fieles, que son los sujetos de la comunicabilidad con Dios,
al menos en lo que concierne a su ámbito personal; pero en cuanto a la
configuración comunitaria, o sea lo que se comparte de esa fe entre todos, se hace
precisa la puesta en común de la vivencia personal para que quepa considerar
compartir una misma religión. Ahí incide que cuanto mayor es una determinada
religión se dé que hay una mayor estructura institucional y una mayor diversidad
entre las comunidades. Hasta cuánto una y otras sean leales a la efectiva custodia
de la fe puede entrar en conflicto si entre ellas no existe la sincera comunicación
que avala la comunión en la fe.

Nunca se sabe a ciencia cierta si en las religiones los fieles que las acatan son
quienes sirven al sostenimiento de las instituciones, como conciencia viva de su

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naturaleza, o si son estas estructuras de gobierno las que se constituyen como
servicio a la comunidad. Quizá una marca de qué tendencia predomina pueda
encontrarse en si la gestión de la representación y el poder se construyen desde la
asunción de esa responsabilidad por las comunidades, promoviendo o eligiendo
entre los fieles destacados a sus pastores, quienes permanezcan próximos y
atentos a las compresiones y ayuda a esos fieles, así como disponiendo de sus
cargos con responsabilidad y desprendimiento. Otra posibilidad es que la estructura
de gobierno se disponga verticalmente, de modo que todas las responsabilidades
pastorales se conciban como delegaciones de un poder capital al que se debe pleno
acatamiento y obediencia, quienes designan a los que han de regir cada comunidad.
Este modo centralizado de entender la religión favorece la disciplina de la fe, y da
muestra de una apariencia de unidad que solo se constata si en verdad los fieles de
las diversas comunidades se identifican con los criterios que esos pastores les
trasmiten.

Cuando los pastores mantienen el nexo de unión con la comunidad porque


provienen de la misma, el conocimiento personal que de ellos tienen los demás
fieles favorece la humildad de a quienes se conoce por sus virtudes y defectos. El
poder con el que gobiernan radica en la autoridad moral que dimana su
personalidad, su vida de fe, su caridad y su celo por las almas, y no porque aparezca
como el representante legítimo de la estructura institucional que le nombra para ese
cargo. Reflejar así esa cercanía, desde lo singular a lo plural, desde lo simple a lo
complejo, desde la comunidad a la universalidad, puede configurar una institución
como religiosa porque confía en Dios y no en sí misma.

Ética en la religión:

Relaciones entre la Ética y la Religión. La religión es la relación entre el hombre y


Dios. Es un contacto íntimo de la persona con un Ser infinito, del cual procede y
ante el cual puede ponerse gratificante y reconfortante. La Ética se relaciona con la
religión en la siguiente manera:

 Una persona que mantiene un contacto íntimo con Dios, normalmente


obtiene en ese contacto la guía personal de su conducta correcta, se contacta
simultáneamente el Ser absoluto, el terreno de los valores y la fortaleza de
conducirse en la vida cotidiana.
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 b. La Religión institucionalizada contiene una serie de preceptos, la mayoría
de ellos con un alto valor moral, como son la caridad, la humildad, el sentido
comunitario, la compasión, la piedad, etc.

 Es por esto qué la Ética y la Religión guardan una muy estrecha relación,
pero la Ética científica y la filosófica procuran mantener su autonomía con
respecto a las normas morales que pueden surgir, y de hecho han surgido, a
partir de la Religión, sea esta última, una vivencia o una institución.

Catolicismo:

Dentro de la cristiandad histórica, el grupo que cuenta con el mayor número de


adeptos es la Iglesia Católica Romana. En la actualidad, hay casi 600 millones de
católicos en el mundo. Desde el punto de vista numérico, la Iglesia Católica es la
agrupación religiosa que cuenta con el mayor número de adeptos, aun en
comparación con la religión mahometana, que cuenta con algo más de 500 millones
de musulmanes. La Iglesia Católica es, también, históricamente y como iglesia
definida, la más antigua de los diversos grupos cristianos. Es difícil señalar una
fecha precisa cuando esta iglesia, tal como se la conoce en el tiempo actual, tuvo
su origen histórico. Lo más acertado sería decir que la Iglesia Católica de nuestros
días es el producto de un proceso histórico, el cual empieza a perfilarse a finales
del siglo II conjuntamente con la expansión geográfica del cristianismo; luego se
robustece con la institución del papado en el siglo IV, y se afirma y define
teológicamente con la celebración del Concilio de Trento, pocos años después de
haberse producido lo que se ha llamado la Reforma Protestante del siglo XVI. El
sistema eclesiástico y jerárquico de la Iglesia Católica empieza a germinar en el
siglo II y alcanza su pleno crecimiento en la institución del papado. Gradualmente,
los obispos o pastores de las diócesis de Jerusalén, Antioquía, Alejandría,
Constantinopla y Roma lograron una influencia preponderante sobre los otros guías
espirituales. De esos obispos, el de Roma, con el tiempo, asumió superioridad sobre
las otras iglesias y sus obispos. El título de Papa, o Jefe de la cristiandad universal,
se lo adjudicó para sí, en forma exclusiva, el obispo de la diócesis de Roma. León
el Grande (440-461 d. de J.C.) perfeccionó la teoría del poder papal sobre las otras
iglesias. A Gregorio el Grande (590-604 d. de J.C.) se le puede considerar como el
primero de los papas absolutos. Algunos factores históricos que contribuyeron a que
la supremacía papal se hiciese una realidad, son estos: (1) la reconocida hegemonía
política de Roma en Occidente; (2) el cambio de la capital imperial de Roma a
Constantinopla y la oportunidad consiguiente del ejercicio del poder papal en Roma;
(3) las alianzas con los caudillos de las invasiones de los bárbaros; y (4) la relativa
libertad de agudos conflictos doctrinales en el Oriente. La Iglesia Católica, tanto en
su imagen externa como en su estructura interna, fue modelada en gran parte según
el patrón del Imperio Romano. Cipriano de Cartago, hacia fines del siglo II, fue uno
de los primeros en usar la frase "la Iglesia Católica" y en afirmar que "fuera de la

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Iglesia no hay salvación". También él fue el padre del sacerdotalismo, la teoría de
que la autoridad de la iglesia reside en los obispos. A fines del siglo II empieza la
práctica del bautismo infantil o de niños. La historia eclesiástica nos informa que
durante los primeros siglos de la era cristiana se produjo la evolución y alejamiento
doctrinal que dio como resultado la formación paulatina de lo que hoy conocemos
como la Iglesia Católica Romana, dicha evolución doctrinal se fue definiendo en
dogmas oficiales por los grandes Concilios ecuménicos de la iglesia. De entre los
muchos y buenos teólogos que ha tenido la iglesia, sobresale el fraile dominico
Tomás de Aquino, quien en el siglo XIII logró sistematizar y explicar muchas de las
creencias tradicionales de la iglesia. Su teología sentó la nota tónica que prevaleció
en las discusiones y los cánones y decretos del importantísimo Concilio de Trente.
Al finalizar la Edad Media, la Iglesia Católica contó con un sistema de doctrina
sólido, en el que la liturgia caracterizó al culto, con la comunión o misa como el
centro; los siete ¿Quiénes Son los Católicos Romanos? 35 sacramentos
constituyeron los pilares de la salvación; y el sacerdocio jerárquico, con el Papa a
la cabeza, formó la estructura unitaria de la Iglesia. A lo largo de su historia, en el
seno de la Iglesia Católica ha habido dos grandes cismas: el primero ocurrió en
1054, cuando se formó la Iglesia Ortodoxa Griega, con sus patriarcados en
Constantinopla (ahora Estambul, capital de Turquía), Jerusalén, Antioquía y
Alejandría. El segundo cisma tuvo lugar en el siglo XVI, concretamente en 1517,
cuando el monje de la Orden de los Agustinos, el célebre y erudito Martín Lutero,
de Alemania, clavó en la puerta principal del templo de la Universidad de Wittenberg,
sus famosas noventa y cinco tesis, como una protesta a los predicado- res de
indulgencias. Mediante ese acto osado, pero que también se acostumbraba en la
época, el fraile Lutero llamaba a un debate público sobre el asunto de las
indulgencias, las cuales ofrecían la venta del perdón de los pecados y que el Papa,
a la sazón, León X, había autorizado en su Bula de las Indulgencias. Como ya es
harto conocido por la historia, aquel incidente precipitó una serie de acontecimientos
que culminaron en la excomunión de Martín Lutero de la Iglesia Católica, y
decretada dicha excomunión por el Papa León X, y en lo que después se dio en
llamar la Reforma Protestante del Siglo XVI. En las últimas décadas se ha venido
acentuando dentro de la Iglesia Católica, la diferencia entre dos tendencias o
escuelas de pensamiento teológico, que son: el ala conservadora y el ala liberal. De
hecho, estas dos corrientes afloraron ostensiblemente en la celebración del
Segundo Concilio Vaticano, el cual, convocado e iniciado por el Papa Juan XXIII en
1962, fue continuado y clausurado por su sucesor, el Papa Paulo VI en 1965. La
Iglesia Católica es no solamente una institución religiosa, sino que también es,
prácticamente, una fuerza política al establecerse como Ciudad del Vaticano. El
Estado del Vaticano es, de consiguiente, un gobierno constituido, cuya soberanía
temporal fue reconocida en Italia por el Tratado de Letrán en 1929. Actualmente, la
influencia de la Iglesia Católica es un factor moral y religioso de mucho peso en el
panorama político de muchos países del mundo. El Papa Juan Pablo II, con su
personalidad, su habilidad, su espíritu compasivo y, sobre todo, por sus viajes
internacionales, ha proporcionado a la institución del papado un prestigio notable, y
a la Iglesia Católica en general una posición influyente en el ámbito de lo religioso,
lo político y lo moral. La celebración del Segundo Concilio Vaticano, el cual el Papa
Juan XXIII convocó el 25 de diciembre de 1961, abrió muchas puertas de
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esperanzas, realizó un trabajo de renovación en la iglesia, redefinió y confirmó los
dogmas tradicionales y fundamentales de la iglesia, liberalizó la postura de la iglesia
frente a las denominaciones evangélicas, y dejó sentada sin ambages el principio
cardinal de la libertad religiosa. Así, la Iglesia Católica de fines del siglo XX se
presenta al mundo como una iglesia en varios aspectos modernizada, dinámi- ca y
haciéndose eco de las muchas y justas aspiraciones de reivindicación social de los
grandes segmentos pobres de la humanidad.

Ejemplo de ética en la religión:

El cura que violó a niños en serie en Australia, condenado a otros 11 años de cárcel:

El cura australiano Gerald Ridsdale, de 83 años, que ya está cumpliendo una pena
de prisión por abusos sexuales a menores, fue condenado el jueves a otros 11 años
por abusar de 12 niños. El tribunal asegura que Ridsdale, el pederasta en serie más
conocido de Australia, "no tenía límites" y ya está comprobado que abusó de más
de 65 personas en la escuela Saint Alipius en Ballarat. Este centro es calificado por
la prensa local como “paraíso de pederastas”, donde cinco de sus seis profesores
fueron relacionados y condenados con casos de abusos.

"Sus acciones fueron violentas y abusivas. Se aprovechó de su posición de poder y


de confianza con los demandantes", ha dicho la juez Irene Lawson del tribunal del
distrito de Victoria, citada por el periódico Herald Sun de Melbourne. "Siempre supo
que lo que estaba haciendo estaba mal. No tenía límites, llevando a cabo abusos
en su iglesia, en el confesional y en varios presbiterios", añadió.

Con esta nueva condena Ridsdale suma abusos a un total de 65 personas. El cura
está en prisión desde 1994 e iba a optar a la libertad condicional en 2019, un periodo
que con la nueva sentencia se alarga hasta 2022. El tribunal subraya que una de
las personas de las que abusó fue una joven dejada por su padre en el altar de una
iglesia y que luego Ridsdale violó.

En 2012 el gobierno australiano puso en marcha una comisión especial para


investigar casos de abusos sexuales a menores en todo el país, cometidos en
iglesias, orfanatos, escuelas o gimnasios. Un total de 4.444 casos fueron
denunciados entre 1980 y 2015.

Las denuncias acabaron alcanzando al cardenal George Pell, consejero directo del
papa Francisco, declaró como imputado por presuntos abusos a menores el 18 de
julio en Australia, donde oficialmente miles de casos denunciados entre 1980 y 2002
implican al 7% de los sacerdotes del país

Hablan las víctimas de los curas pederastas: "Juan Pablo II no debería ser santo":

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Le dio la primera comunión. Le regaló una bicicleta. Luego se lo llevó del pueblo a
la ciudad y allí lo inscribió en la escuela y le encontró un trabajo a su madre en la
parroquia. De vez en cuando, incluso le regalaba botes de jabón Palmolive que él
compartía con sus compañeros de internado, para que ellos también se lavaran. Por
eso, Dariusz Krokoszynski le llamaba tío, agradecidos como estaban, él y su familia,
por aquel inesperado benefactor que les aliviaba la vida en esa difícil Polonia de los
años 80. No imaginaba Dariuzs que un buen día su protector se convertiría en su
verdugo.

“La primera vez, tenía 15 años. La segunda, ocurrió en la habitación de los


huéspedes de la parroquia. Me puso de espaldas y empezó a tocarse en las partes
bajas. Yo no me moví, no podía. Otra vez, durante una excursión en las montañas,
había reservado una habitación para nosotros. Me puso una mano en los genitales
y sólo paró cuando llegaron otros sacerdotes”, cuenta a este diario Krokoszynski,
cuyo relato, ocultado por él mismo durante largos años, produce el mismo escalofrío
que los centenares de revelaciones de abusos sexuales contra niños a manos de
sacerdotes que se han destapado en estos años. O peor. Aún hoy en Polonia, el
país natal de Juan Pablo II, sigue siendo en muchos aspectos un tema tabú.

“En países como Irlanda estos abusos se han afrontado, la Iglesia ha pedido perdón,
la sociedad ha condenado sin resquemores. Nosotros en Polonia vivimos una
situación dramática. Hay miembros del clero que han llegado a decir que son los
niños los que provocan a los curas pederastas; conseguir un resarcimiento
económico es prácticamente imposible y los archivos que hay sobre el tema aún no
han sido abiertos”, denuncia Marek Lisiśnki, presidente de la fundación de víctimas
polacas “No tengáis miedo (Fundacja Nie lękajcie się)” y quien recientemente viajó
a Roma para pedir la ayuda del Vaticano. “Lo hicimos, pues la jerarquía católica
polaca nos ha dicho claramente que no quiere ni vernos, ni hablarnos”, añade.

En Irlanda los abusos se han afrontado, la Iglesia ha pedido perdón. Pero en Polonia
no

Aun cuando a partir de 2002, y con más intensidad desde 2009, el escándalo de los
abusos clericales saltó a las portadas de los diarios de los cinco continentes del
mundo, el caso polaco permaneció en los dominios del silencio y de la impunidad.
Y sus víctimas, olvidadas. Ni siquiera le afectaron las críticas abiertas de políticos y
organizaciones de todo tipo ni la durísima investigación de la Comisión sobre los
Derechos del Niño de la ONU que desembocó en la reacción y la petición de perdón
por parte de numerosas iglesias locales y del mismísimo Vaticano.

La Iglesia polaca ha esquivado por mucho tiempo el terremoto de los abusos


clericales. Tanto que la misma asociación fundada por Lisiśnki ejemplifica la
dificultad y complejidad del caso. A pesar de que la mayoría de sus miembros son
víctimas que sufrieron abusos hace 30 e incluso 40 años, sólo hace dos años, en
2013, Lisiśnki logró convencer a otros tres afectados a asociarse y luchar por sus
derechos.

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En poco tiempo, se sumaron rápidamente otras 100 víctimas, que se unieron como
miembros de “No tengáis miedo”. No hay cifras fiables, sin embargo, sobre cuántos
han sido los casos de abusos sexuales a manos de curas en Polonia, país en el que
la Iglesia sólo ha empezado a hacer estadísticas sobre el tema desde 2012.

Conclusión

1. La situación realmente ‘vivida’ en nuestro país muestra los vínculos estrechos


entre instituciones religiosas y decisores estatales (ejecutivos, legislativos y
judiciales), portadores de una cultura política en la que la variable religiosa
permanece en el centro de la gravitación e influencia. Se trata de imaginarios y
representaciones colectivas que se plasman en un repertorio de prácticas
naturalizadas y que, muchas veces, no responden a una legislación vigente ni a
la implementación de un determinado programa de gobierno, sino a
un habitus instituido. Si se ha dejado atrás la militarización -el sueño del coronel
amigo- no ha cesado la catolización (hoy ampliada a otros grupos religiosos,
especialmente evangélicos) producida en décadas de dictaduras civiles,
militares y eclesiásticas.

2. Este contraste nos remite a la necesaria distinción entre secularización y


laicidad. Llamaremos secularización al largo proceso de recomposición cultural
de las creencias religiosas de nuestras sociedades capitalistas, acompañado de
una declinación del poder de las instituciones cristianas y del surgimiento de
otros dominios de la vida social. A su vez, el término laicidad puede ser analizado
especialmente desde una mirada ‘política-religiosa’, pues rápidamente nos lleva
al concepto y al papel que juega el Estado, sobre todo el Estado-nación en los
siglos XIX, XX y XXI en su relación con la sociedad política, civil y religiosa a la
hora de buscar legitimidades. Estado que puede garantizar o no, total o
parcialmente, separación, libertad de cultos, privilegios, pluralidad, monopolios,
libertad de creencias y religiones, para una, varias o ninguna expresión pública
religiosa y de creencias.

3. Si hay modernidades múltiples, también existen laicidades múltiples y diversas.


Podemos tener en cuenta como nos sugieren Bauberot y Milot (2011) en
nuestros países cuatro principios a comprender y a relacionar diacrónica como
sincrónicamente. Ellos son: la libertad de conciencia; igualdad entre las
convicciones; la neutralidad estatal y separación entre grupos religiosos y el
Estado. Estos principios se articulan de manera diversa según tiempo y espacio,
es decir, según el momento histórico y las relaciones sociales en tal o cual país.
Además, en cada sociedad habrá más o menos interés en tal o cual principio de
laicidad donde predomina el debate político y las relaciones de poder “realmente”
existentes. En ese libro, se presentan seis tipos de laicidad: la separatista; la
autoritaria; la anticlerical; la de fe cívica, la de reconocimiento y la de
colaboración. Un gran aporte que evita “esencialismo” o “reduccionismos”.

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4. El mundo es complejo por lo mismo de que nadie piensa igual y todos defienden
sus ideales. Unos llegan a afectar a los demás para poder trascender sus ideas
por lo cual no les importa afectar la ética de sus creencias y la de los demás.

5. Hay personas buenas y malas, unas que prefieren manipular a las personas y
un ejemplo claro es los sacerdotes pederastas, que la mayoría son rumores o
son casos en las que las personas abusan de su poder.

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Bibliografía

Concepto.de. (2006). Ética. Recuperado de http://concepto.de/que-es-etica/

Concepto.de. (2006). Moral. Recuperado de http://concepto.de/moral-2/

Suarez, Mayra. (2010). Ética y religión. Recuperado de https://etica-religion11-


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Botella, Jorge. (2013). COMUNIDADES E INSTITUCIONES RELIGIOSAS.


Recuperado de http://www.papelesparaelprogreso.com/numero71/7106.html

Meta religión (2008). Catolicismo. Recuperado de http://www.meta-


religion.com/Religiones_del_mundo/Cristianismo/Denominaciones/catolicos.htm

Pell, George. (2017). El cura que violó a niños en serie en Australia, condenado a
otros 11 años de cárcel. Recuperado de
https://elpais.com/internacional/2017/08/31/actualidad/1504159323_964479.html

Savio, Irene. (2015). Hablan las víctimas de los curas pederastas: "Juan Pablo II no
debería ser santo". Recuperado de https://www.elconfidencial.com/mundo/2015-03-
09/hablan-las-victimas-de-los-curas-pederastas-polacos-juan-pablo-ii-no-deberia-
ser-santo_723094/

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