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Hay homeópatas que repiten una y otra vez que la principal causa de fracasos, es el déficit
de nuestros instrumentos, en especial lo incompleto de nuestra materia médica. Vayamos a
la opinión de Kent en Escritos Menores: “Escuchamos a muchos quejarse de la insuficiencia
de nuestra Materia Médica, de la inutilidad de nuestros repertorios, pero generalmente el
mayor fracaso en prescribir correctamente y aun fácilmente, no es debido a la falta de buenos
libros, sino a la falta de un examen cuidadoso y concienzudo del paciente. No olviden esto,
que las mayores curaciones del mundo y de las que se tiene prueba, han sido hechas por los
primeros homeópatas con una biblioteca mucho menos completa que la que poseemos
ahora”.
¿Qué podríamos decir nosotros en la actualidad, cien años después de las palabras de Kent,
y con toda la literatura homeopática a nuestra disposición y la velocidad que nos otorga la
computadora con sus programas enciclopédicos?.
Cuando nos equivocamos al prescribir un medicamento, la mayoría de las veces es porque,
elegimos un policresto por otro y no porque no le dimos el remedio chico. A propósito,
nuevamente las palabras siempre sabias de Kent resultan esclarecedoras: “Puede ver como
cuando alguien se desvía detrás de medicamentos que tienen unos pocos síntomas
experimentados y registrados y descuida aquellos de los cuales se tiene un conocimiento
exacto a través de nuestros propios registros y experimentaciones, éste se vuelve más y más
insatisfecho con su trabajo diario y necesariamente recurre a métodos dudosos y finalmente
a mescolanzas; por eso, ruegue que nuestros jóvenes tomen el caso con cuidado, que registren
sus progresos conscienzudamente y en su debido tiempo serán lo que todos se esfuerzan por
ser : maestros prescriptores”.
En realidad, el remedio es solo un estímulo para el paciente. Pone en marcha los propios
mecanismos de curación y la duración de este proceso dependerá (si se trata del simillimum
en sustancia y en potencia) sólo del paciente.
Existen listas de medicamentos con la duración de su acción, según su origen, vegetal, animal
o mineral, o de acuerdo a la dinamización. La práctica de todos los días muestra la inutilidad
de clasificar los medicamentos de acuerdo a la duración de su acción.
Si el paciente hizo una buena evolución y queda un síntoma que no se modifica con el
remedio de fondo, debemos investigar, si dicho síntoma está sostenido por algún elemento
tóxico del ambiente (por ejemplo: plomo y cadmio son productores de hipertensión) o por un
déficit nutricional (por ejemplo el de ácidos grasos puede provocar una gama muy extensa
de síntomas, especialmente en la mujer) también puede tratarse de un síntoma como
consecuencia de un órgano afectado en forma definitiva (7ª Oservación de la Filosofía
Homeopática de Kent). Como ejemplos tenemos la fibrosis pulmonar, artrosis avanzada,
bronquiectasias, etc.
Descartadas todas estas causas, suele dar buen resultado, elevar aun más la dinamización del
remedio o prescribirlo en dinamizaciones cada vez más bajas (la 200 ó la 30). Si no responde
al medicamento, convendrá indicar el que surgió en segundo lugar en los diagnósticos
diferenciales.
Si el síntoma persiste queda la posibilidad de prescribir para este síntoma tomando todas las
modalidades.
En rigor, cualquier medicamento, de origen vegetal, animal o mineral, etc., puede ser el
remedio constitucional del paciente, que además ponga en marcha la Ley de Curación. Kent
dice que Aconitum es un remedio que no tiene nada de cronicidad. Sin embargo, la
experiencia demuestra, que Aconitum puede ser un remedio de fondo. No obstante, es cierto
también, que hay medicamentos que están más frecuentemente indicados en los cuadros
agudos que en los crónicos, tal es el caso de Bryonia, Aconitum, Belladona, etc.
Hay que establecer ante todo si el cuadro se debe a una reagudización del miasma crónico o
a un miasma agudo. Tomemos el caso de una faringitis aguda. Si se trata del retorno de un
síntoma antiguo, no debemos medicar. Si se debe a una agravación homeopática, tampoco.
Si la faringitis es gripal (miasma agudo) y el paciente debe ser medicado porque su estado
general es malo y presenta síntomas de sufrimiento, indicaremos el remedio de fondo,
convenientemente en bajas dinamizaciones, la 30 centesimal por ejemplo. Si la evolución lo
exige, iremos aumentando la potencia pudiendo llegar a la 10 Mil, 50 Mil o CM. La doctora
Margaret Tyler, de Inglaterra, trataba los casos agudos, de entrada con altas dinamizaciones
y con buenos resultados.
En caso que el paciente no responda a su remedio de fondo, debemos tomar los síntomas
actuales, de acuerdo al esquema clásico de jerarquización, primero los síntomas mentales,
luego los generales y por último los locales modalizados. Muchas veces el remedio que surge
en el cuadro agudo puede resultar el crónico del paciente.
Si se trata de unos pocos síntomas característicos, será señal de una acertada prescripción,
sobre todo si se acompaña de una buena evolución del paciente. Estos síntomas
desaparecerán espontáneamente en un plazo más o menos corto.
Esta forma de tratamiento es practicar alopatía con remedios homeopáticos. La labor del
homeópata es la de aplicar un solo remedio, en dosis infinitesimal, adaptado al enfermo y no
a la enfermedad. Si el médico se vale de la acupuntura, la alopatía, florales y aún de la
homeopatía, para hacer una terapéutica sintomática, podrá lograr la desaparición del síntoma,
pero la causa que lo determinó persistirá y dará lugar a otra enfermedad en un plano más
profundo y por consiguiente, más difícil de curar.
En el tratamiento de un paciente que padece osteoporosis habrá que indagar su estilo de vida
y alimentación (ver Parágrafos 259; 260 y 261 del Organón). Alimentos procesados que
aportan un exceso de fosfatos: bebidas cola, embutidos, jamón, postres industriales, helados,
margarina y otros, favorecen la producción de la parathormona, la cual moviliza
exageradamente el calcio óseo, de donde resulta la intensificación de la osteoporosis( Libro
de las vitaminas, Jossette Lyon). Otros factores que favorecen la osteoporosis son el azúcar
blanco o refinado, los minerales y antioxidantes prescriptos en pastillas, que al provocar
severos desequilibrios, pueden llevar a la descalcificación ósea. Otra causa de osteoporosis,
es una alimentación pobre en cereales integrales, frutas, verduras y legumbres, que son
alimentos que aportan zinc, manganeso, silicio, boro, estroncio, cobre, magnesio, vitaminas:
B 6, C, D, K y Acido Fólico.
Si bien las vacunas actúan de acuerdo al principio de similitud (se trata el mal con el mismo
mal), no se ajustan a las leyes de curación que rigen la terapéutica homeopática. La
vacunación consiste en la inoculación de gérmenes o toxinas atenuadas en su virulencia, para
hacer al organismo inmune a la enfermedad que ellos son capaces de producir.
Se logra así una inmunidad parcial a costa de una susceptibilidad general, o diátesis, que lo
predispone a enfermedades crónicas, de las cuales no sería ajeno el incremento del cáncer en
nuestros días. Alexis Carrel, premio Nobel de medicina, se expresa así en La Incógnita del
Hombre: “La medicina se halla lejos de haber disminuido los sufrimientos humanos tanto
como pretende hacernos creer. Es cierto que el número de muertes por enfermedades
infecciosas ha disminuido grandemente, pero aun nos morimos en proporción mucho mayor
de enfermedades degenerativas. Los años de vida que hemos ganado por la supresión de la
difteria, la viruela, la fiebre tifoidea, etc., están pagados con largos sufrimientos y muertes
lentas producidas por las afecciones crónicas. Las enfermedades no han sido dominadas, han
cambiado simplemente de naturaleza”.
Kent, en Escritos Menores dice: “en la proporción que progresa la patología, los síntomas y
signos decrecen. Esto es marcado en el cáncer, la diabetes, la enfermedad de Bright y todas
las condiciones orgánicas del individuo”.
Sin embargo, en otra parte de la misma obra Kent dice: “en pacientes con cáncer o
tuberculosis, podemos lograr la curación, si retornan síntomas antiguos, después de la
administración del remedio”.
Otros factores importantes a tener en cuenta son los llamados “obstáculos a la curación”,
señalados por Hahnemann en los Parágrafos 77 y 94 del Organón. Kent por su parte dice: “
a menos que el pueblo lleve una vida ordenada y honesta, no curará sus enfermedades
crónicas”.
En primer lugar, debo decir, que figuran 30 medicamentos en el repertorio para los malos
efectos por vacunación. Habría que ver cuál es el que corresponde en cada caso, de acuerdo
a la totalidad de los síntomas que presente el paciente. En segundo lugar, la prescripción del
remedio homeopático, no garantiza que se puedan evitar los efectos profundos y deletéreos
de la vacunación.
Afortunadamente son casos excepcionales. Pero verdaderas pesadillas para el médico. Como
dice Kent, se trata de pacientes histéricos y con una gran sensibilidad a influencias externas.
Son pacientes incurables y lo único positivo es que son magníficos experimentadores, ya que
revelan síntomas con cada medicamento que ingieren.
17. ¿Es suficiente el remedio de fondo para desintoxicar al paciente?
Semiología
1. ¿Siendo tan comunes el deseo de queso o chocolate, tienen valor como
síntomas característicos?
No existe acuerdo entre homeópatas acerca de este punto. Hahnemann fue el primero en
mencionar la necesidad de conocer el temperamento de los experimentadores, y de los
enfermos a curar.
De Pulsatilla, dice que conviene a los temperamentos calmos y linfáticos, por el contrario es
poco apropiado para los hombres prontos a tomar resoluciones y precipitados en sus
movimientos. Hering hizo numerosas observaciones del temperamento en experimentadores
y enfermos.
En general, bajo la acción del remedio homeopático no se modifican, pero muchos de ellos
son vividos en forma diferente por el paciente. Por ejemplo una paciente Pulsatilla seguirá
siendo muy afectiva, pero ya no de una manera infantil o sometida en constante búsqueda de
aprobación.
Se han ideado diversos métodos de abordaje en la toma del caso, algunos de ellos útiles en
casos complicados o que no responden al método clásico. Lo peligroso es abandonar este
método, utilizando otros que no han mostrado en la práctica, hasta el momento, ser aplicables
sistemáticamente. Como ejemplos de estos métodos tenemos el miasmático y el de la
“búsqueda forzada de remedios chicos”.
A decir verdad, la imagen es intransferible, porque no todos los homeópatas ven la misma
imagen, pero esto no es obstáculo para que todos puedan llegar al simillimum, ya que la
imagen, aunque presenta múltiples facetas, posee la misma esencia.
Reconocemos que trabajar con la imagen requiere de experiencia, intuición y arte. Pero no
debemos, por ello, desalentar a los jóvenes homeópatas. Estos deben capacitarse y desarrollar
la intuición, que en mayor o en menor grado todos poseemos.
Dice James t. Kent :”Así como la Homeopatía abarca tanto a la ciencia como al arte, el
estudio del repertorio debe consistir en ciencia y en arte. El método científico, es un método
mecánico que toma todos los síntomas y traslada todos los médicamentos asociados con las
graduaciones, haciendo al final un sumario con los grados marcados. Hay un método artístico
que omite lo mecánico y es mejor, pero no todos están preparados para usarlo. El método
artístico demanda que el discernimiento examine todos los síntomas, después que el caso
haya sido cuidadosamente tomado. El médico artista ve mucho en la experiencia, lo cual no
puede ser retenido en el repertorio, donde todo debe ser sacrificado por el sistema alfabético.
El médico artista, debe estudiar materia médica, mucho y muy seriamente, para capacitarse
y fijar en su mente imágenes de enfermos, las cuales cuando sean necesarias, encajarán con
la personalidad enferma del ser humano. Estas son muy numerosas y muy variadas como
para ser nombradas o clasificadas. Yo sé, que a menudo el médico intuitivo, al tratar de
explicar las curas maravillosas, dice: no puedo decir bien como llegué a dar ese remedio,
pero ese le correspondía. Hemos escuchado, visto y sentido esto, pero quién puede explicarlo,
es algo que no corresponde al neófito, sino que se desarrolla gradualmente en el médico
artista experimentado. Es sólo el desarrollo del arte en la mente artística, lo cual se observa
en todos los artistas. Esto corresponde al arte de curar, pero si se lleva muy lejos, puede llegar
a ser un error fatal y debe ser corregido por el trabajo repertorial, aun del modo más mecánico.
Cuanto más evita cada uno la tendencia a descuidar la prescripción, el método, la sabiduría,
se transforma en efecto artístico y en trabajo de materia médica. Las dos modalidades de
prescribir van mano a mano y deben mantenerse en un alto grado de equilibrio, sino
aparecerán métodos y hábitos livianos sobre cualquier buen trabajador”.
El maestro Paschero acuñó esta expresión para la Homeopatía. Frecuentemente en sus clases
de clínica médica con pacientes, señalaba la necesidad de comprender al enfermo en su
problemática personal, en su sufrimiento No siempre de la comprensión surgen los síntomas
guías del caso. Pero sin esa comprensión seremos incapaces de saber que es lo digno de curar,
y por lo tanto qué cambios debemos esperar en el paciente.
Son siempre síntomas característicos. Forman parte del “síndrome mínimo de valor
máximo”. Sirven para evaluar la evolución del caso crónico. Síntomas tales como egoísmo,
deseo marcado de sal o frilosidad se atenúan o se curan bajo la acción del simillimum.
Por más intenso que sea el síntoma por el cual el paciente consulta, siempre habrá que
considerar la jerarquización de los síntomas. Primero los mentales, luego los generales y por
último los particulares modalizados.
Se trata de un artificio que puede ser útil en pacientes que no presentan una imagen clara de
un médicamento, o en casos donde se ha fracasado en varias prescripciones. Esta postura
entraña el riego de fracasar en la elección del simillimum, si se la emplea como método
exclusivo.
Las mismas consideraciones que con el método miasmático. Se trata de técnicas que
contemplan una totalidad parcial, con el peligro de no encontrar el simillimum.
9. ¿Por qué fracasamos en pacientes donde hacemos una buena toma del caso,
con una buena comprensión y jerarquización de los síntomas?
Una de las razones, es que el paciente corresponda a un médicamento chico que no tenga aun
una patogenesia completa. Esta categoría de remedios, carece en general de síntomas
mentales profundos. Por lo tanto, es de buena técnica, ante reiterados fracasos en un caso
determinado, tomar sólo los síntomas particulares modalizados o los raros extraños o
peculiares. Los síntoma mentales curados podrán ser agregados al médicamento, si se
verifican en otros pacientes.
Decididamente no. Es el método más confiable, el que nos legaron todos los grandes maestros
de la Homeopatía. El fracaso se debe a una mala toma del caso, o a lo defectivo de nuestros
instrumentos: La materia médica y el repertorio. Como postula Kent, la principal tarea del
homeópata debe ser la purificación y el perfeccionamiento de la materia médica.
Son aquellas que estimulan el relato espontáneo del paciente. Son ejemplos:
14. ¿Qué importancia tiene en la selección del remedio saber que el paciente
es obeso o delgado, bajo o alto, rubio o moreno?
Kent, y otros autores, critican duramente la utilización del temperamento como indicación
del remedio. Pero se refieren concretamente a los rasgos físicos del enfermo, por ejemplo: el
color del cabello. Sin embargo Kent se contradice, ya que en su materia médica, al tratar
Pulsatilla, lo primero que señala es que está indicado en mujeres rubias y lloronas.
16. ¿Si cambian los síntomas en el curso del tratamiento homeopático, debo
cambiar el medicamento?
Hahnemann sólo consideró el lenguaje puro de los experimentadores, desechando todo tipo
de conjeturas y especulaciones. Y es bueno que haya sido así en los comienzos de la
Homeopatía, pues le dio bases sólidas.
Kent , al tratar Veratrum Album en su materia médica, relata la curación de un agricultor que
tenía la sensación que el agua no entraba en su estómago y esta sensación era tan fuerte que
preguntó a sus amigos si no veían salir el agua de su cuerpo. Esta sensación, dice Kent, no la
posee ningún medicamento. Prescribió por “analogía” Veratrum Album 2 Mil y el paciente
se curó. Aunque Kent no da explicaciones, la sensación de pérdida es lo nuclear y profundo
en este medicamento.
Repertorización
1. ¿ Para repertorizar debo tomar los síntomas más antiguos o los actuales?
Los síntomas de mayor valor son los más antiguos, a condición de que estén vigentes en la
actualidad.
En un adulto por más intenso que sea el síntoma, si sólo tiene unos meses de existencia,
tendrá un valor relativo. No olvidemos que muchos síntomas, aparecen y desaparecen
espontáneamente en la historia de los pacientes. Es frecuente en nuestra práctica, que luego
de emplear remedios similares, con mejorías pasajeras y parciales en un determinado
paciente, acertamos recién con su simillimum cuando repertorizamos aquellos síntomas
vigentes desde la primer consulta.
Dependerá de cada caso en particular. Se podrá tomar dos o diez síntomas. Hay que tener
presente que cuantos más síntomas tomemos habrá más posibilidades de que salgan
policrestos en los primeros puestos, con el riesgo de perder el médicamento no policresto que
le pueda corresponder al paciente. Lo más aconsejable es tomar entre tres y cinco síntomas.
Hering decía: “tres puntos de apoyo en relación a las matemáticas son suficientes para
mantener un objeto, nosotros podemos asumir que tres característicos podrán ser suficientes
para hacer una cura muy probable”.
De la misma manera que el uso del repertorio fue en un comienzo resistido por algunos
homeópatas, hoy es resistida la computadora. Debo decir que el empleo juicioso de la
computadora constituye un gran ahorro de tiempo y una útil orientación hacia remedios
pequeños o de uso menos frecuente en la práctica.
Puede aplicarse a la computadora la misma sentencia que pronunció Pierre Schmidt para los
repertorios: “los repertorios son como los relojes: aún el peor es mejor que no tenerlo, pero
ni el mejor es perfecto”.
(Dinamización)(Posología)(Dosis)
1. ¿Es lo mismo dar al paciente diez glóbulos que uno?
Cuando se prescriben medicamentos tóxicos en sustancia, es decir sin diluir, es obvio que la
cantidad tendrá importancia en la acción sobre el organismo. En el caso de medicamentos
diluidos y dinamizados (dinamizaciones), la acción es dinámica y por lo tanto basta su
presencia. Se trata de una acción cualitativa y no cuantitativa. Hahnemann indica que la
cantidad debe ser la menor posible para evitar agravaciones. Pero otros maestros de la
Homeopatía sostienen que la cantidad no influye sobre la acción . Jahr, discípulo directo de
Hahnemann, en su libro La Práctica de la Homeopatía, dice que uno o más glóbulos tienen
la misma acción.
En la práctica, este tema se resuelve de una manera “económica”: en lugar de diez glóbulos,
se da uno solo, o en lugar de diez gotas, se da una sola. De esta manera ahorramos
medicamento… y la discusión sobre el tema.
Boenninghausen indicaba a sus pacientes dos glóbulos en lugar de uno, por el temor de que
algún glóbulo no hubiera sido embebido por la solución.
2. ¿Cuál es la dinamización más aconsejada para iniciar un tratamientom
crónico?
Existen dos criterios para la elección de la dinamización según el cuadro del enfermo:
a) A mayor similitud entre medicamento y cuadro del enfermo, más alta deberá ser la
dinamización.
b) A mayor organicidad del enfermo, más baja deberá ser la dinamización, cuanto más mental
sea el cuadro más alta deberá ser la dinamización.
Analicemos ambos criterios. Los dos constituyen verdades a medias. En primer lugar, cuando
prescribimos un medicamento, lo hacemos pensando que se trata del simillimum, es decir el
más similar al caso. Aún así, con una gran similitud, es conveniente iniciar el tratamiento con
dinamizaciones bajas o medianas (30 ó 200 en niños y 200 ó Mil en adultos).
1º La experiencia muestra que la potencia curativa requerida por el paciente puede ser la 200
y no otra, independientemente del grado de similitud.
2º Si iniciamos el tratamiento con una potencia alta para el paciente, podemos agravarlo
innecesariamente.
En segundo lugar, nos encontramos con pacientes con enfermedades orgánicas serias, que
requieren altas potencias y pacientes con cuadros mentales o funcionales que responden
mejor a las potencias bajas que a las altas.
¿De qué manera se resuelven estas contradicciones en los criterios de elección de la potencia?
De una manera muy sencilla: comenzando en todos los casos con dinamizaciones bajas o
medianas. Tendremos tiempo de ir aumentando la dinamización si la mejoría del paciente es
corta o parcial.
Salvo en cuadros agudos (y por no más de dos días), nunca he prescripto el medicamento en
forma repetida. Son claras y categóricas las explicaciones de Hahnemann sobre el peligro de
las dosis repetidas, como así también la magnífica experiencia de Boenninghausen, discípulo
dilecto de Hahnemann, quien puso a prueba las recomendaciones de su maestro, repitiendo
el medicamento antes de tiempo en su hijo. En un artículo denominado Tres reglas de
precaución de Hahnemann, Boenninghausen refiriéndose a la 3ª regla: “El apresuramiento
excesivo que no permite a cada dosis terminar su acción”, relata el caso de su hijo a quien le
prescribió Phosphorus 30, cada ocho días, agravándolo considerablemente, con la aparición
de 40 síntomas que enumera, pertenecientes a Phosphorus y que su hijo nunca antes había
presentado. Luego de esperar muchos meses, sin ningún tipo de medicación, reinicia el
tratamiento con una dosis de Phosphorus 30, que repite sólo ante la vuelta de síntomas,
curándolo esta vez definitivamente en 18 meses.
Como lo señala Hahnemann en el Par. 246 y 248 del Organón: siempre y cuando se varíe
algo la dinamización y esto se logra con el método Plus.
La práctica demuestra que sí. Se observan agravaciones tanto con la escala Centesimal como
con la Cincuenta Milesimal. Cuando indicamos el método Plus, debemos advertirle al
paciente que ante una agravación de los síntomas suspenda la ingesta del remedio. En el caso
de la Cincuenta Milesimal puede ocurrir además lo que Hahnemann denominó agravación
final. También aquí debe suspenderse la administración del remedio. La agravación final es
el preludio de la curación del paciente.
Así como se selecciona el medicamento más similar, se debe utilizar la escala más
conveniente y dentro de la escala, la dinamización más adecuada. Hay pacientes que
responden mejor a una escala que a otra. Lamentablemente la única manera de determinar la
escala es probando. Lo aconsejable es iniciar el tratamiento con la escala Centesimal
Korsakoviana llegando a la CM (cien mil), cuando el paciente ya no responde a esta
dinamización, se aconseja pasar a la escala LM (Cincuenta Milesimal), siendo en este caso
aconsejable la dinamización 12LM.
Hay quienes sostienen que la LM no produce agravaciones o que actúa en forma más
profunda que las otras escalas. En Argentina, he sido el primero en utilizar la LM en forma
sistemática a partir del año 1974 por sugerencia del señor Néstor Godoy. Luego de utilizar la
LM durante dos años, presenté al congreso de Homeopatía de Córdoba en 1976, mi
experiencia, con las conclusiones. Estas se confirmaron a lo largo de los últimos veinticuatro
años y son las siguientes:
A. La escala LM produce agravaciones al igual que otras escalas, tal vez menos intensas.
La escala LM fue dada a conocer 78 años después de la muerte de Hahnemann. Figura en los
escritos últimos del maestro, que permanecieron inéditos en poder de sus descendientes y
fueron publicados en la sexta edición del Organón en 1921, en idioma alemán, cinco años
después de la muerte de Kent, quien ejerciera gran influencia en la Homeopatía a nivel
mundial.
Son las no convencionales. Son intermedias, por ejemplo, las que se preparan entre la Mil y
la 10 Mil: 2 Mil; 3 Mil; etc. Hay pacientes que tienen un rango muy estrecho de respuesta a
las dinamizaciones. Recuerdo un caso de una paciente que había dejado de responder a
Sulphur Mil. Sulphur 10 Mil la agravaba. Se curó con varias tomas de Sulphur 2 Mil a lo
largo de dos años de tratamiento.
Supresión
1. ¿En una paciente con un carcinoma in situ de cuello uterino, aconseja
tratamiento homeopático exclusivamente?
Hahnemann prohibía el te, el café y el tabaco a sus enfermos. Además, desaconsejaba la carne
de cerdo y recomendaba consumir carne roja sólo en forma excepcional.
Instituir en forma abrupta una dieta vegetariana a un paciente, puede provocarle síntomas
psicológicos tales como irritabilidad o depresión; a veces trastornos digestivos. El organismo
necesita un período de adaptación al nuevo régimen. Nunca observé supresión por dietas. Al
contrario, vemos que en nuestro mundo moderno, son cada vez más los síntomas que no
tienen origen en el miasma crónico, sino en el tipo de alimentación carente de principios
nutritivos. Productos integrales (cereales, azúcar), frutas y verduras en cantidad suficiente y
aceites poli-insaturados (lino y girasol, de primera presión en frío), semillas oleaginosas
(nueces, avellanas, almendras, etc.), corrigen síntomas que no son modificados por el
simillimum, de la misma manera que no puede ser curado un enfermo de escorbuto que no
recibe alimentos que contengan vitamina C. La displasia mamaria, el síndrome pre-
menstrual, la sequedad de piel, las uñas frágiles, síntomas del climaterio, etc., que no ceden
bajo la acción del simillimum, pueden desaparecer con simples correcciones en la
alimentación. Estos síntomas fueron denominados por Hanehmann indisposiciones
(Parágrafo 77 del Organón)
La supresión con remedios alopáticos incluye el efecto tóxico. Se dice que es peor la
supresión homeopática. Y esto es así, en tanto se medique para una parcialidad
sintomatológica, con la posterior aparición de síntomas en un plano más profundo. En todos
los casos, habrá supresión, si existe metástasis mórbida (introyección de la enfermedad) o el
paciente se agrave de su estado general. Otro aspecto a considerar, es que, no importa el
medio por el cual se efectúa la supresión, sino el efecto. Se puede suprimir con remedios
homeopáticos, florales, psicoterapia, corticoides o con una simple fricción sobre una
erupción.
Miasmas
1. ¿Qué opina sobre la clasificación miasmática de los síntomas para la toma
del caso?
En el método miasmático se trabaja con una totalidad parcial según el miasma activo o
predominante.
En la clasificación miasmática de los síntomas, todos los autores se contradicen entre sí. Por
ejemplo, Kent dice que Rhus Tox. no es ningún remedio antisycótico, mientras que J.H.Allen
sostiene que Rhus Tox. es uno de los principales remedios antisycóticos. Kent como ejemplo
de remedio antisycotico cita a Calcarea Carbonica, mientras que Proceso Sánchez Ortega de
Méjico, lo define como paradigma de antipsórico.
David Flores Toledo, de Mejico dice que Allen “no da el sí porqué y el no porqué de la
clasificación miasmática de los síntomas”, lo mismo dice de Kent señalando que “no da los
parámetros de la clasificación. Ghatak, se pierde y se confunde al clasificar” y finalmente
dice de Roberts, que “es coincidente en muchos puntos con lo enseñado en homeopatía de
México, aunque a veces es diametralmente opuesto”.
Coincidimos con David Flores Toledo, ya que no hay acuerdo en la clasificación. Las
contradicciones no se subsanan diciendo que todos los medicamentos son trimiasmáticos, ya
que si consideramos a todos los medicamentos trimiasmáticos, se invalida totalmente el
mecanismo metodológico que consiste en atribuir un determinado síntoma, por ejemplo, a la
sycosis, cuando este síntoma es curado por un remedio puramente antisycótico. En síntesis,
al curar un síntoma un remedio, no sabemos si lo hace por lo que tiene de antipsórico, de
antisifilítico o de antisycótico. Se utiliza el efecto curativo de los medicamentos para la
clasificación de síntomas y modalidades, como parece deducirse de las obras de los distintos
autores que escribieron sobre miasmas. J. H. Allen, tal vez el autor que más aportes hizo
sobre miasmas, dice en su libro Psora y Pseudopsora: “La cura de un número de casos de
blefaritis con Syphilinum en pacientes escrofulosos, me lleva a pensar, que la escrófula no
cuenta únicamente con la Psora como base, sino principalmente con la sífilis o sífilis injertada
sobre una base psórica”. Este afirmación parte del prejucio de suponer que Syphilinum es un
remedio puramente antisifilítico.
La gran similitud que existe entre las modalidades de algunos remedios y los distintos
miasmas, hace suponer que se ha trasladado la sintomatología de un remedio que se prejuzga
como máximo representante de su grupo, al miasma respectivo. Ejemplos: Se adjudicarían a
la Psora, entre otros, los siguientes síntomas de Sulphur:
Peor al mediodía
Indolencia
Sobre-estimación de sí mismo
Olor a sucio
Peor de noche
Thuja:
Peor de 3 a 5 a.m.
Ideas fijas
Mejor ocupado
Medorrhinum:
Agitación
Apuro
Existen otras metodologías para la clasificación. Proceso Sánchez Ortega utiliza la alteración
nutritiva de la célula, y otros homeópatas, la intencionalidad del síntoma, que sólo puede
observarse en el paciente.
Como vemos, no hay acuerdo entre los distintos autores, lo que torna muy poco confiable la
consideración de la selección de los síntomas como sugería Ghatak, para medicar de acuerdo
al miasma predominante.
Constantino Hering, uno de los más grandes maestros de la Homeopatía, quien enunció la
Ley de Curación, señala la carencia de utilidad práctica del conocimiento miasmático
aplicado a la clínica. En las observaciones preliminares al Organón (3ª edición americana) se
expresa en estos términos: “¿ Qué influencia puede tener que un homeópata adopte o no las
opiniones teóricas de Hahnemann, en tanto disponga de los instrumentos principales del
Maestro y de las materias médicas de nuestras escuelas? ¿Qué influencia puede tener que un
médico adopte o rechace la teoría psórica si siempre selecciona el remedio más similar
posible?”
Como vemos, el tema de los miasmas aun no está resuelto, ya que plantea numerosos
interrogantes.
Materia Médica
1. ¿Además de la Materia Médica Pura de Hahnemann existen otras que
sean puras?
De las materias médicas conocidas de los autores clásicos, la de T. F. Allen posee muchos
síntomas toxicológicos y algunos síntomas clínicos. La de Hering es según sus propios
términos “el complemento de cualquier otro trabajo de materia médica, siendo
principalmente una colección de síntomas curados (clínicos) .
Curación
1. ¿Qué modificaciones debemos observar en los síntomas mentales bajo la
acción del simillimum constitucional?
Síntoma
a. Obstinación
b. Autoritario
c. Impulsivo
d. Industrioso
e. Extravagante
f. Inseguro
g. Hiper-responsable
h. Hipocresía
i. Orgullo
j. Influenciabilidad
k. Indignación
Característica
a. Tenacidad
c. Resuelto
d. Activo. Trabajador
e. Original
f. Modestia. Humildad
g. Responsable
h. Diplomacia
i. Sentimiento de dignidad
j. Flexibilidad
Aunque idealmente se puede concebir la existencia de un solo remedio y de hecho hay casos,
aunque exiguos, que han respondido, en toda circunstancia, a un remedio a lo largo de toda
la vida; lo común es el cambio de medicamento, en la medida que cambie el cuadro de
síntomas. Adherir a la existencia del remedio único presenta una ventaja y una desventaja.
La ventaja es que siempre se busca el remedio simillimum constitucional, intentando
practicar la Homeopatía más excelsa. La desventaja, es descartar para siempre aquel remedio
que, habiendo mejorado mucho al paciente, no resulta efectivo en un cuadro agudo, ya que
se sostiene, que el remedio debe actuar en todo momento de la vida y en toda circunstancia.
Como lo postula Hahnemann en el Parágrafo nueve del Organón, el estado de salud permite
que el espíritu dotado de razón que reside en el individuo pueda cumplir con los altos fines
de la existencia. En este Parágrafo Hahnemann expresa que el individuo puede evolucionar
gracias al estado de salud. Pero no está negando la posibilidad de evolucionar “con” la
enfermedad o “a pesar” de la enfermedad.