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UNIDAD EDUCATIVA PARTICULAR “JAPÓN”

SANTO DOMINGO

ESPECIALIDAD

1ER ENSAYO:

PEDAGOGÍA DE LA MUERTE

NOMBRE Y APELLIDO

SANTO DOMINGO – ECUADOR

29 de mayo de 2017
REALIZAR CON LAS NORMAS APA

ENCARNACIÓN DE IDEALES DE CABALLERÍA

Es fácil evidenciar lo influenciable que puede llegar a ser el hombre ante ciertos
estímulos, estímulos literarios como en este caso lo refleja la obra maestra de Cervantes, ya que
las letras se pueden convertir en un vehículo atemporal que desconoce realidades ante lo que
presenta su posibilidad de cuestión alguna.

El autor determina a través de sus escritos las emociones que pretende despertar, don
Quijote, ejemplo de caballero idealista, quiere cambiar realidades, socorrer a los opresos, auxiliar
a los miserables, ayudar a los menesterosos, sin esperar nada a cambio y siempre motivado por el
dulce encanto de su amada y atribuyendo a una inteligencia superior el porqué de su tránsito en
este mundo. Favoreciendo así la comprensión del actuar de este pobre hidalgo.

Las influencias -positivas o negativas- están condicionadas a la esencia de las personas es


así que nuestro protagonista, convencido de personificar a un caballero de sus novelas actuó
siempre fiel a una moral y principios ejemplares; tomado como arquetipo de cualidades humanas.
Dentro de lo cual está implícito el desinterés de reconocimiento alguno, incluso una mínima
manifestación de gratitud por parte de los favorecidos del socorro de don Quijote.

Saliendo de la fantasía del texto, la realidad de don Quijote es una ejemplificación


figurada de lo que en la actualidad puede llegar a ocurrir al socorrer a un desgraciado.
Así como don Quijote hay muchos como Sancho que adoptan una posición pasiva ya sea
por comodidad, conformismo, cobardía e indiferencia con lo cual no marcan ningún tipo de
precedente.

Los esquemas idealistas proponen realidades fantásticas, poco alcanzables e inaplicables,


en otras palabras, utópicas. Por lo que el juicio crítico reflexivo es el que debe orientar nuestras
percepciones y convertirse en un filtro para diferencia la realidad de la fantasía y cuestionar las
ideas del autor.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Frias R. (1995). Larousse biblioteca práctica de humanidades. Buenos Aires, Argentina. Ediciones
Larousse. Pág. 120.

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